Una Noche En Vigilia [Libre] [Noche] [4/4] [CERRADO]

Habíamos tardado en salir de la Celebración por el Día de la Alianza, por motivos que desconocía, Reivy había desaparecido en algún momento de la noche, y había regresado a la mañana siguiente, poco después de que terminara la hora del desayuno. Para entonces, todos los que se acercaron al Evento ya no se encontraban allí [ANALIZANDO] De cualquier manera, no podríamos salir hasta que el sol se escondiera nuevamente, en primer lugar porque Sophitia viajaba con nosotros y en segundo lugar, porque Lavey había amanecido muy descompuesta.

En conclusión, nos retrasamos casi un día entero más que todo el resto, aunque en verdad no había motivos para apurarse. Reivy había adquirido un carro, se ofreció a alcanzarnos hasta los límites de Sacrestic Ville, y como era habitual en ella, preguntó sobre mis motivos para ir allí [ANALIZANDO] más concretamente sobre mi relación con Dag Thorlák.

-Di con exactitud la información que deseas que te proporcione - Le dije con gesto neutro ya que la pregunta de la dragona era muy amplia.

Ambas íbamos sentadas adelante, mientras que Sophitia se encargaba de cuidar de Lavey en la parte de atrás, el movimiento del carro no parecía sentarle bien a la joven dragona.

-Te dije que cuatro jarras era demasiado... - Le decía la Vampiro. Aunque la oración tenía las características de un reproche, su sonrisa parecía denotar algo parecido a ¿Burla? Sí, eso parecía ser.

-No comprendo la necesidad de los orgánicos por consumir en grandes cantidades un líquido que no les proporciona nutriente alguno y que además los enferma - Era algo habitual que mi sistema no pudiera analizar aquellos comportamientos que carecían de lógica - Llegaremos al próximo asentamiento en cuarenta y siete minutos ¿Correcto? -

Y en el tiempo exacto que mi sistema había predicho llegamos a Vigilia, la atmósfera era oscura y taciturna, había aprendido lo que significaba ese tipo de expresiones, y las consecuencias que podía tener en el ánimo de los orgánicos. La vampiro fue la primera en bajar del carro, y sin que Lavey dijera nada la cargó en brazos.

-Me adelantaré, voy a buscar una habitación para la pequeña ebria - Sophi era muy fuerte, llevar un peso como el de la joven dragona no debía costarle prácticamente nada - Nos vemos allí -

Yo me quedé con Reivy para quitarle los arneses a los caballos y llevarlos al establo. Además de la torre habían cuatro casas, la más grande incluía una taberna, podía adivinar que Sophitia querría pasar buena parte de la noche allí, ya que ella dormía de día. Cuando las dos monturas estuvieron acomodadas, con su comida y agua incluida, nos dirigimos a la habitación que nos había sido asignada, noté al llegar que había una mochila que no era nuestra.

-¿Ya había alguien aquí? - Le pregunté a Sophi.

-Eso parece, aunque cuando llegamos ya no estaba - Se encogió de hombros - Tendremos que compartir las camas, no hay suficientes para todos -

Tenía pensadas unas cuantas maneras horribles de castigar a mi hija por su conducta en la noche de la Alianza, pero una humana pelirroja me distrajo de mis deberes de madre y luego un elfo moreno y luego... la cuestión es, que cuando regresé junto a Zoë y vi la resaca que tenía Lavey di mi castigo por sentenciado.
Con un poco de suerte la cogorza la alejaría un tiempo del alcohol.
La rubia padecía todos los síntomas: Dolor de cabeza, sensibilidad a la luz, mareos, entre otros. Del segundo síntoma  me di cuenta porque al entrar a la posada, me encontré a Vey intentando desayunar y lo primero que hizo al oír su nombre fue llevarse las manos a las ojeras y luego a los ojos cuando intento mirarme.
Esta mal que una madre se ría de la desgracia de su cría, pero aquella imagen casi me hace rodar por el suelo.

Cuando el sol comenzó a bajar preparé el carro y los caballos, para cuando estuvieron listos el astro ya no se asomaba por el horizonte y Sophitia ayudaba a caminar a la rubia junto con Zoë.
Los equinos comenzaron a moverse cuando estuvimos todas acomodadas y al poco tiempo comenzó la típica charla de carromato. Parecía haberse vuelto una costumbre, cada vez que nos subíamos a uno yo le preguntaba a la bio por su vida, ella me pedía que fuera más específica, y, después de que yo sonreía con sus frases mecánicas, reformulaba la frase y la hacía más concreta.

-Y... y yo te dije que podría con una quinta. Aux. -Lavey respondía casi en un susurro y al mismo tiempo se quejaba porque una piedra había hecho rebotar su cabeza contra el entablado. -Fi... por la noche tienes los ojos muy bonitos. -La adolescente levantó la mano y señaló la cara de la vampiresa con un dedo. -Te brillan. -La rubia puso una sonrisa estúpida. De esas que solo ponen los niños y los borrachos que han perdido la capacidad de mentir.

-Realmente no es muy complicado Zoë. -Estiré la espalda para descargar la tensión de los músculos y miré a la mujer de pelo plateado. -El alcohol genera una alteración de los sentidos y provoca una sensación de estupor y embriaguez que, durante el momento en que se bebe te hace estar en cierto estado de euforia. -Ahora estiraba los brazos sin soltar las riendas. -Por lo general te inhibe de ciertas conductas racionales que de normal te impiden conseguir algo. Esto lo que suele hacer es: o bien te envalentona y acabas haciendo algo bueno o bien hace que te pases de la raya y acabes metido en alguna pelea.

Asentí al escuchar el tiempo que tardaríamos en llegar a la siguiente parada y continúe charlando amenamente con la mujer de metal.
El lugar llamado Vigilia no parecía tener mucho tiempo. Apenas una torre y unas casas desperdigas, daba la sensación de que aquella suerte de pueblo no tenía más de una década de vida.

-Gracias, Fifi. -Lavey se dejaba cargar por la pelirroja y escondía su rostro en el pecho de esta. -Eres una buena amiga.

-Esas dos se llevaban bien, ¿verdad? -Comenté distraída a Zoë, a la vez que le sacaba el seguro a la lanza del carro. -Vey la quiere mucho. Casi nunca se encuentra a gente de su generación. -Levanté una mano antes de que mi compañera hablara. -Ya se lo que es Sophi y sé que no tienen la misma edad. Me refería a físicamente.

Con los animales en la caballeriza y el carro resguardado, nos encaminamos hacia la posada donde nos esperaban la lagartija y Sophitia.

-Yo duermo con Sophi. -La voz de Lavey sonaba pegajosa, como si hubiera estado mucho tiempo sin beber. La joven movió la cabeza sobre la almohada antes de continuar. -Quiero dormir con ella. -La rubia volvió a sonreír de manera aniñada.

-Igual es la mochila de algún incauto que se ha perdido en el bosque. -Di unos pasos hacia una cama libre y deposite la bolsa sobre ella. -Bueno, ¿damos una vuelta y vemos que se cuece? -Sonreí a las presentes. -¿O queréis hacer otra cosa?

Había sido en vano totalmente haber ido a aquella pequeña reunión, claro, de no haber sido por encontrarse con algunas caras conocidas, y por caras, realmente solo una, Helena. Concurrió por negocios, información, pero poco salió ganando después de un día entero charlando con quienes creía que podían llegar a pagarle por sus servicios, pero los pocos que realmente estaba con bronca, preferían hacerlos ellos mismos. Incautos, mejor desperdiciar unas monedas y dejar que una profesional haga el trabajo sucio a mandarse ellos y sus camaradas a una chance de muerte.

Ya no importaba de todas formas. Poco había bebido y luego pasó el resto del día esperando a que el sol bajara en una de las tantas carpas del lugar, aprovechó para afilar sus flechas y lavar sus cosas, más que nada, el arco que le había sido devuelto, no sabía por donde había pasado y mejor asegurarse antes que dejarlo sucio.

Una vez bajó el sol, empezó a dirigirse hacia donde pertenecía un vampiro en esas épocas, aunque a duras penas, las tierras del oeste. Pasaría por algunos pueblos que se la tendrían jurada, incluso por Sacrestic donde prácticamente ya era un puesto de avanzado humano con algunos guardias. Nada que un poco de ilusión vampírica y una máscara no pudieran ocultar, eso y el velo de la noche, claro está. Así había planeado continuar su camino.

Y así lo siguió, caminó por fuera de los caminos, decidió tomar la ruta corta entre los bosques para llegar antes a su destino, pero se dió cuenta que no llegaría a Sacrestic para el otro día, y dejar a un vampiro sin un techo sobre su cabeza era lo peor que les podía pasar en su existencia generalmente centenaria.
Decidió pasar por un pueblo que recordó a la lejanía de su memoria, Viglia, o algo así, no recordaba el nombre pero poco importaba, solo sabía que en épocas de guerra ese lugar fue algo importante en su retirada.

Llegó en la noche, pasada la hora de la cena, decidió observar el pueblo un poco antes que avanzar, pues bien sabía que alguien vestida como ella generaba sospechas a primera vista, pero solo estaba de paso, necesitaba encontrar un lugar donde pasar la noche y el resto del día que no pase dormida para luego seguir tirando.

Decidió pasar por la taberna, no había posada, solo una vieja taberna, usualmente tenían camas para rentar por un pequeño precio en pueblos así, por lo que decidió pasar y hablar con la anciana, que le miró realmente extrañada y... ¿Con cierto temor? Eso le pareció ver, aunque realmente no lo tomó extraño, solía ocasionar esas impresiones en los campesinos.

— Solo quiero una cama, señora. — Respondió de la manera más calmada que podía dejar salir.

— La cabaña con las camas libres ha sido ocupada en la última hora... Lo lamento. —
Dijo la anciana, provocando un apretón de dientes en la vampiro algo sutil.

No era la primera vez que no la recibían en una taberna u posada, probablemente tampoco sería la última, y dejando salir un suspiro simplemente se dió media vuelta y marchó del lugar para encontrarse con esa enorme torre, lucía algo abandonada, quizá podría dormir en el último piso sin que nadie lo note, no había muchos edificios por aquel pueblito, sí es que así se le podía llamar. De hecho, ni siquiera tenían un granero u establo, donde hubiera preferido pasar la noche de no ser por su inexistencia.

Y todo el mundo se preparaba para dormir o cenar, no había ni dios en las afueras, eso le pareció curioso, por más poca gente siempre solía haber un poco de vida en las noches, en especial a estas horas... Que no era tan tarde.
Percibió alguien más osado, un hombre rodeando una torre una y otra vez, decidió colocarse ni relativamente cerca ni lejos, para así observarle, quería ver que se planeaba con el edificio en el que tenía planeado infiltrarse.

Podía entender las explicaciones de Reivy, al menos en un sentido lógico, pero era imposible para mi el poder abarcar una palabra emocionalmente tan compleja como “Euforia”. En cualquier caso, mi opinión no tendría valor alguno en todo eso, no tenía manera de entenderlos, y probablemente ellos tampoco podrían comprender cómo funcionaba mi sistema.

-Que Lavey se relacione con Sophi es algo ¿Bueno? - Lo que se consideraba "bueno o malo" era muy relativo a cada orgánico - Supongo que sí crees que es bueno, entonces lo es ¿Correcto? - Respondí con tono neutro, no tenía motivos para dudar de las afirmaciones de Reivy.

Ya en la habitación, la Vampiro seguía junto a Lavey, la joven dragona se mostraba especialmente cariñosa con ella, Sophitia tenía un gesto que [ANALIZANDO] no podía interpretar adecuadamente.

-Ya, sí, soñar es gratis, pequeña ebria - Le dio un par de palmaditas en la cabeza a la niña y luego se levantó - Yo estoy totalmente despierta, así que me parece buena idea el ir a hacer un reconocimiento de los alrededores ¿Que tal si empezamos por la taberna? - Sophi sonrió con alegría, siempre parecía encontrar buenos motivos para ir hacía los sitios que ofrecían alcohol.

Justo en ese momento apareció el otro residente de la habitación, la Vampiro hizo silencio, yo incliné la cabeza y lo observé con atención. A simple vista parecía ser humano, mediana edad, cabello oscuro, ojos claros [ANALIZANDO] un viajero seguramente, quizás venía de la misma festividad que nosotras.

-Buenas noches, Eden - Agregué una sonrisa mecánica para que la interacción resultara más fluida - Así es, venimos de esa Celebración. Yo soy Zöe, ella es Sophitia, Reivy y Lavey - Nos presenté por turnos - Es un placer conocerte ¿Sí? -

-Tengo que enseñarte a variar un poco tu saludo - Dijo la Vampiro mientras aparecía por detrás y pasaba un brazo por arriba de mis hombros - Entonces ¿Vamos a beber algo o no? -

Pronto la dueña del lugar nos dio aviso de que era hora de la comida, quise aclararle que yo no necesitaba comer, pero se fue demasiado rápido [ANALIZANDO] probablemente debía estar muy ocupada con todos los preparativos, era interesante que una mujer con semejante contextura física pudiera moverse tan velozmente. Al llegar al comedor nos encontramos con el resto de los habitantes de Vigilia, un grupo reducido de orgánicos silenciosos, podría suponer que estaban muy concentrados en proveer de alimentos sus cuerpos como para hablar.

-En cierto modo, me hace sentir como en casa - Respondió Sophitia con tono ¿Ironico? Sí, eso debía ser, había un chiste en la semejanza de ese sitio con su lugar de residencia que era Sacrestic Ville. Además, hizo una sonrisa de medio lado para mostrarle a Eden que tenía colmillos.

-¿Crees que sería descortés el rechazar su comida? - Le pregunté a Reivy - Su alto contenido en cloruro de sodio no creo que sea saludable para ustedes tampoco - Había llevado una sola cucharada a mi boca, solo para cumplir, pero sí podía evitar el tener que limpiar mi sistema más tarde, sería un tiempo ganado.

-Creo que sí me muerdo la lengua podré comer un poco más de carne de lo que tiene esto - Sophitia tampoco comía alimentos humanos, pero sí no quería que todos la identificaran como una Vampiro tendría que mantener las apariencias.

Lavey hizo un mohín ante la negativa de la vampiresa, en primera estancia por los pinchazos en su cerebro al notar la mano Sophi en la cabeza y en segunda porque esta se levantaba de la cama. La rubia trató de alcanzarla extendiendo los brazos, pero solo consiguió tocar aire.
Zoë nos presentó, yo actué en consecuencia y tendí la mano al humano, mientras que mi hija tan solo lanzó un murmullo desde la cama.

-Claro, Sophi. Vamos a be... -La dueña de la posada entró de sopetón en la habitación interrumpiendo la frase. -...ber. -Concluí en un susurro poniendo cara larga.

-Pero yo no quiero. -Lavey se levantaba de la cama como si la espalda le pesara una tonelada. -No tengo hambre.

Parecía que por más que la adolescente quisiera quedarse durmiendo su cuerpo le exigía alimento. La lagartija parpadeó y se frotó los ojos, antes de colocarse al lado de la pelirroja.

-Sophi, -La joven pronuncio el nombre recalcando la segunda silaba. -¿aún sigo borracha o ese chico es guapo?

Al oír aquello me quedé clavada al suelo por un instante. Giré la cabeza de manera mecánica hacia mi hija y luego hacia Eden. "Que sea gay, que sea gay..." Pensaba de manera repetitiva mientras sonreía y caminaba junto al hombre.

Ocupé un lugar estratégico en la mesa común a la que nos condujo la mujer, entre Eden y Lavey.

-Pues la verdad es que no. -Respondí afable, al hombre de ojos claros. -Por ahora estamos cómodas en el este. -Al llegar la cena, metí la cuchara en el plato y removí el contenido. -Lo cierto es, Zoë. Que todo lo que sea llevarle la contraria al anfitrión es descortés. -Miré a la bio levantando una ceja y la cuchara del plato. -¿Cloro qué? -Olfateé con disimulo la cuchara y posé el cubierto en mis labios para probar la cena. -Oh, ya... la sal. -Moví la cabeza hacia Eden y baje la voz lo suficiente como para que solo escucharan las cuatro personas a mi alrededor. -Creo que a alguien se le fue la mano con el condimento.

-Me voy a la cama. -Comentó Lavey levantándose de la mesa y colocándose la mano en la cabeza, por el mareo que le acababa de subir a causa del movimiento brusco. -Esto está peor que la carne seca que comemos cuando viajamos.

El haber esperado le pareció lo más astuto en ese momento, sí, cuando aquel hombre iba rodeando el torreón, dos guardias y una persona con pintas de autoridad salieron de la puerta principal.
Chasqueó su lengua, parecía que otra vez no tenía donde quedarse, a lo que más le temía en este momento era a la puesta del sol y no tener donde dormir. No quería recurrir a nada extraño para conseguir refugio, y las opciones se le iban acabando.

Estuvo vagando en busca de alguna casilla abandonada, algún lugar recóndito donde pudiera esconderse, pero ninguno le convencía, o eran desagradables, o estaban a la vista, u peor, sin techo alguno. Decidió volver.

Iba a preguntarle nuevamente a la vieja sí no podía siquiera dormir en la posada, que en cuanto pudiera se iría, pero escuchó voces, no había prestado atención a donde esa gente había marchado pero parecía que se reunían a cenar allí, eso intuyó en cuanto abrió la puerta con bastante silencio, no quería atraer mucha atención.

Apenas entró, la rubia, al parecer de las más pequeñas del grupo, una adolescente, Lavey, se había levantado con disgusto.
Fue allí que rápidamente dió un vistazo general a toda la mesa, había un asiento faltante y un plato servido, ¿Era el suyo?
Había empezado a dirigirse hacia aquella silla sin querer interrumpir nada, aunque le sorprendió cuando el hombre que vió antes fuera decidió levantarse para empezar con un discurso bastante largo, que iba a escuchar mirando de reojo mientras algunas miradas se dirigían a ella por haber recién llegado.

Le dió una mirada rápida a Reivy, quitándose la capucha dejó su sedoso y fina cabellera negra al aire, como también, en otro rápido movimiento, desacopló el pañuelo que llevaba como máscara a la altura de su nariz y le dedicó una sonrisa, no se olvidó de Lavey y también le saludó de la misma manera, no sin antes claro, utilizar su presencia vampírica para alterar sus colmillos, parecían los de una humana común y corriente.

— Buenas noches a ustedes dos. — Susurró con amabilidad.

Finalmente optó por parar la oreja ante lo que el hombre canoso musitaba, no era mucho de su incumbencia el que desaparezcan personas, bah, muchas veces en los casos de villas aisladas era ella quien hacía desaparecer a ciertas personas desagradables para alimentarse.

Y con el final de ese relato, al oír que un vampiro manejaba aquel torreón y parecían inculparlo, Lyra iba a tener que esconder sus colmillos por un buen rato. No les iba a dar ni prueba de que ella lo era, aunque claro, debía fingir comer de aquel plato que muchas pintas no tenía.

Mientras el hombre parloteaba sobre su hija, la supuesta humana tomó una cuchara de aquella sopa de papas y carne para tragar forzosamente, estaba asquerosa, muy asquerosa, decidió dejar el cucharón allí y no comer más.

Los orgánicos y sus infinitas leyes sociales nunca dejaban de sorpenderme, aparentemente debía aceptar cualquier cosa que un anfitrión ofreciera, eso me llevaba a pensar sí era necesario que lo hiciera incluso cuando sabía con certeza que consumir lo que me invitaba me haría daño. Era una charla interesante para tener en otra ocasión [ARCHIVANDO] por el momento simplemente me aseguraría de dejar el plato limpia para no ofender a nadie.

Sophi también dio varios bocados, aunque seguía sin estar muy convencida, y se sonrió divertida cuando vio que Lavey tuvo que levantarse.

-Me hace acordar a mis primeras resacas -

-¿Comenzaste a beber a su misma edad? - Pregunté de pronto... ¿Intrigada? Sí, quizás era eso, Sophitia nunca hablaba de su pasado - ¿Te lo permitían tus padres? - La Vampiro hizo una mueca de desagrado.

-Eso no te incumbe - Siseó y dio por finalizado el tema, durante lo que duró el resto de la cena siguió con gesto tosco mirando su plato.

Fije mis ojos en el orgánico que aparentemente era el Líder del lugar, en un principio parecía que solo daría un discurso normal para darnos la bienvenida, pero cuando escuché que tenía que hacernos una advertencia, mi sistema lo siguió más atentamente. ¿Ataques nocturnos? [ERROR] ¿Secuestros? Por una cuestión de probabilidad podía suponerse que los desaparecidos estaban muertos, pero hasta que no aparecieran los cuerpos debíamos decir que eran raptos.

Nuevamente los vampiros eran los primeros sospechosos, miré de reojo a Sophitia, pero ella parecía más bien interesada en la última integrante que se acababa de sumar al grupo, su mirada estaba fija en ella, como si viera algo que nosotros no [ANALIZANDO] en cualquiera caso, sí había detectado algo no nos dijo nada.

Una vez que terminó el anuncio, todos los orgánicos continuaron con la acción de ingerir alimentos, algunos con más entusiasmo, otros más bien revolvían el estofado en su plato, solo para disculparse unos minutos después y retirarse de la mesa.

-¿Que deberíamos hacer? - Le pregunté a Reivy - Sí los orgánicos están en problemas mi sistema me exige que averigüe lo que está sucediendo - La dragona ya sabia como funcionaba mi, por así decirlo, mente.

-Deja de meterte en asuntos de otros - Masculló la Vampiro.

-No deseo ser entrometida, pero sí alguien puede salir dañado tengo que intervenir - Le expliqué.

Sophi no me respondió, solo se puso de pie y encaró hacía la salida.

-Daré una vuelta, ya que no me dejarán salir más tarde al menos disfrutaré de una caminata antes de acostarme - Levantó la mano para despedirse y luego salió del lugar.

-Creo que nuevamente la ofendí... - Le comenté a la dragona.

Tenía la mano alzada para agarrar el brazo de mi hija cuando el líder de la comunidad se puso en pie y comenzó a dar un discurso. Lavey intento zafarse, pero lo único que consiguió con el zarandeo fue perder el equilibro y caer sentada sobre la silla. Suspire y puse los ojos en blanco antes de volver a centrarme en la voz del hombre.
Al lado de Rickard se encontraba una jovencita que miraba fijamente en nuestra dirección, aquella mirada la conocía, aunque estaba segura que Lucy no lo hacía con el matiz que yo pensaba. De todas formas la miré fijamente, sonreí con picardía y le guiñé el ojo.

La mirada juguetona no duró demasiado, pues unos pasos captaron mi atención. Desvié la vista y me encontré con un par de ojos peculiares, el izquierdo era de un gris azulado y el derecho estaba dañado.
¿Cuantos pares de ojos podía haber iguales a esos? Yo solo conocía un par y en cuanto la mujer se sacó la capucha la duda se esclareció. Efectivamente, aquella persona era Lyra. Le devolví la sonrisa a la vampiresa y moví la mano, señalando el plato libre y animando a la morena a sentarse. Lavey, sin embargo, apenas pudo soltar un par de palabras.

-Hola Cuentacuentos. -La adolescente sonrió alegre, o al menos lo intento.

-¿Que te trae por aquí? -Pregunté entre susurros a Lyra después de saludarla.

Cuando el líder del lugar terminó de hablar Zöe me preguntó que debía hacer. Ella decía que su sistema le obligaba a ayudar a todo el que estuviera peligro. Aquella bio de ojos metálicos seguía pensando que algo ajeno a ella la gobernaba. Yo en cambio la veía como una mujer que poseía un nivel de altruismo muy elevado.

-Yo voy contigo. -Lavey se levantó de nuevo y comenzó a seguir a Sophitia. La rubia no se había quitado la mano de la cabeza y caminaba a trompicones. -Si hay un ladrón de mujeres no puedo dejarte sola Sophi.

-Más que ofendida yo diría que esta irritada. -Respondí a Zöe tras dar un vistazo rápido a la pelirroja y la rubia. -Veras, las personas tienen preferencias por unos u otros caracteres. A mí, por ejemplo, no me gustan las personas soberbias o egoístas. Es posible que a Sophi no le gusten las personas que se implican en problemas ajenos. A mí sin embargo sí que me gusta ayudar siempre que puedo. -Sonreí a la mujer de metal. -¿Qué te parece si nos acercamos a Rickard? Tú le preguntas a él y yo a su hija. -Esperé hasta escuchar una respuesta y después me dirigí a Lyra. -¿Te apetece unirte al misterio? igual nos dan unos aeros si descubrimos lo que pasa.

Ambas "madres" parecían tener problemas con sus "hijas", le provocó una mueca divertida entre tanta discusión seria por parte de aquel autoritario.

Lyra quien segundos atrás había saboreado algo que hubiera preferido no probar en su vida, segregó saliva en su boca y empezó a moverla, haciendo un buche disimulado, sí estuviera sola, escupiría, lo tragó solo para sacarse el gusto de la boca al menos un poco, las ganas de sangre o vino para lavarse el sabor le vinieron en demasía.

— Nada en especial, el Día de la Alianza. ¿A ustedes dos? — Le devolvió el susurro.
Era raro que encuentre nuevamente a dos personas en el vasto continente de Aerandir, le causó cierta sospecha. Aunque pensándolo bien, quizá ellas también habían asistido a dicho lugar.

Optó por mantenerse callada, no había decidido ayudar, no le caería ninguna recompensa en ello, al menos que le hayan dicho, y no trabajaba por nada, eso estaba claro.
Estaba por rechazar la propuesta que le mencionó Reivy, manteniéndose callada en toda la conversación, eso fue claro, hasta que oyó la palabra aeros.
Sus ojos divagaron en un punto en específico a su costado mientras acariciaba su mentón, rascó el costado de este con su dedo medio e índice para afirmar.

— Sí no son aeros, favores. Quizá tuyos. — Respondió de forma seca, dejaría que la mente de Reivy divagara e intentara descifrar con que intenciones lo había dicho, le gustaba causar intriga.

Cuando más de una orden se solapaban en mi sistema era difícil el saber cómo continuar o qué medidas tomar. Por un lado los orgánicos decían estar en claro peligro, todas las noches desaparecían uno o dos de ellos, podíamos presumir que estaban muertos. Pero al mismo tiempo la orden directa del humano era que bajo ninguna circunstancia saliéramos al exterior [ANALIZANDO] Sí no salía de la habitación no podría averiguar qué estaba pasando [ANALIZANDO] [ERROR] Necesitaba más información para que mi sistema pudiera decidir cual sería mi prioridad.

La propuesta de Reivy parecía la más atinada, pero no fue necesario que nos acercáramos a ellos, porque luego de que nos sirvieran el postre, fueron ellos los que vinieron hacía nosotras.

-¿En el interior de la torre? - Miré al Humano - Deberíamos estar afuera para saber lo que sucede ¿Correcto? De esa manera podríamos encargarnos de la amenaza de modo directo - Incliné la cabeza sin entender bien el razonamiento de los orgánicos.

Me quedé en silencio ya que ninguna de las personas parecía solicitar de mi intervención, bajé la vista hacía el pote que tenía el postre. Reivy me había dicho que tenía que aceptar cualquier ofrecimiento de los anfitriones, pero no creía que un elemento semejante le hiciera bien a mi sistema. Vi que Edén había terminado muy pronto con el suyo, y que observaba con [ANALIZANDO] ¿Avidez? el resto de los platos.

-¿Lo quieres? - Le acerqué el postre y luego sonreí de modo mecánico - También puedes tener el de Sophi - Le dije cuando Rickard y Lucy se alejaron - Ella no puede comer este tipo de cosas -

[ANÁLISIS FINALIZADO] Mi sistema había llegado a la conclusión de que asegurar el bienestar de todos los orgánicos de esa villa estaba por arriba de la prohibición de salir. En la segunda solo ponía en juego mi seguridad, mientras que de la otra manera se ponían en riesgo las vidas de todos.

-Saldré de la habitación cuando sea más tarde ¿Sí? - Les comenté a mis compañeros - Creo que sería adecuado que ustedes se queden en las habitaciones, sobre todo Reivy, Lavey, y la ¿Señorita? - Dije en referencia a la recién llegada - Ya que parecen ser el tipo de objetivos que el o los criminales buscan - Miré la puerta por la que La Vampiro acababa de irse - Creo que Sophitia debería estar fuera de peligro, al menos mientras sea de noche. Lo mismo Edén, ya que es hombre ¿Correcto? -

Aclarado eso, me puse de pie y me dirigí a la salida.

-La cena y el resto de los rituales han concluido. Iré a nuestras habitaciones a esperar hasta que todos estén dormidos -

Favores y tuyos, eran dos palabras que juntas formaban un jugoso resultado en mi mente.
Ladee la cabeza apoyando la mejilla contra los nudillos.

-Favores, ¿eh? -Comenté distraída desviando la mirada de Lucy a Lyra y sonriendo con picardía. -Me parece un trato justo. -Levanté la cabeza de mi mano dedicándole un gesto jocoso al humano que estaba con nosotras. -Se me ocurren unas cuantas maneras de ayudar a la jovencita que hay junto al jefe.

Tendría que poner cara de arrepentimiento y disculparme con la cocinera por no haber podido comer su cena, pero lo cierto era que no tenía arrepentimiento alguno. Alcé una ceja divertida al oír decir a Terry que el postre era de Lucy. Con todo el descaro del mundo moje la yema del dedo anular en la compota, clavé mis ojos en los de la muchacha repostera y me llevé la punta del dedo a los labios para, seguidamente, sonreír complacida tras degustar el postre.

-Discúlpeme, buen señor. -Dije solemne levantando de la mesa, para dirigirme a Rickard. -Soy consciente de aflicción que padece, pues yo también soy madre. Me gustaría ofrecer mis servicios esta noche para cuidar a la señorita Lucy. Estuve en la guerra de Lunargenta, en el pelotón de dragones elementales durante la escaramuza a la muralla y la apertura del rastrillo. Y posteriormente presté ayuda al escuadrón que se enfrentó a Amaterasus en las criptas de la ciudad. -Pronunciaba mis méritos en combate con mirada seria y sin desviar la atención del hombre. -Días después de la victoria, regrese al campamento de los Leonicos y allí tuve que combatir contra un grupo de brujos del Aquelarre. -Hice una pausa y llevándome una mano al pecho incline unos grados la cabeza. -No dudo que su torre es segura, pero desconocemos quien o que es el atacante. ¿Quién nos dice que no es capaz de trepar la torre y colarse por una ventana? O que posea tal fuerza que se capaz de derribar la puerta de un golpe. Si algo así llegara a suceder, ¿no sería mejor que una veterana de guerra estuviera junto a su hija para protegerla? -Guardé silencio y no alce la cabeza hasta escuchar la respuesta del humano. -Como desee.

Volví a mi asiento una vez que Rickard se hubo marchado, y continúe degustando el postre mientras la dueña hablaba con nosotros. Relamí los restos de compota que había quedo en la comisura de mis labios y volví a levantarme de la silla, esta vez saliendo de ella.

-Aguarde un instante señorita Lucy. -Di un par de zancadas hasta cortarle el paso a la joven. -Déjeme darle las gracias por darnos una porción más de esta compota tan dulce que ha hecho. Estoy segura que a mi hija le encantara. -Le devolví a Lucy la sonrisa pícara que segundos antes me había lanzado, y acerqué mi rostro a su oído. -Ponga una vela en el alfeizar de su alcoba y deje la ventana entreabierta. Iré a visitarla... -Comencé a separarme rozando mis labios contra su piel. -y a protegerla. -Al verla marchar me apoye en el filo de la mesa y subí una pierna a la silla. -Hermosa sin duda. Y parece inocente, aunque no sé yo hasta qué punto eso es cierto. -Me recorrió un escalofrió por el cuerpo, cuando Eden hizo mención a las princesa. -Calla, calla, deja a las princesas tranquilas. Hazme caso zagal, están muy locas. -Pasé a mirar a Zöe y asentí. -Mph, estoy contigo. No tengo idea de donde estará Vey, pero si anda con Sophi estará bien. Saldré contigo Zöe y sobrevolare la zona. Dudo que nadie sepa distinguir si un dragón es macho o hembra cuando están transformados y desde el cielo será más fácil ver lo que pasa. -Una vez más le di la razón a la cibernética. -Sí, yo también voy a la cabaña. Sera lo mejor, por ahora.

Decidió mantenerse de espectadora, al menos hasta saber con certeza que es lo que estaba pasando. Bien sabía que en ese tipo de situaciones, la información era vital para actuar, o bien, podrías terminar muerto.

Por ello mismo solo optó por mirar el cuenco que habían colocado frente a ella, tomó una de las pequeñas frutas, era una pequeña mora y así, la saboreó bien por la boca, pasándose el gusto un rato hasta tragar, la mera razón era que quería sacarse el asqueroso gusto salado, y funcionó.
Y así, dejó el cuenco también en mitad de la mesa, empujando delicadamente desde el borde del plato para dar a indicar que no comería más.

Y vaya suerte tenía empezó a pensar, apenas había llegado a la villa y sin encontrar un lugar para dormir cómodamente y en solitario, como acostumbraba, había ido a un lugar donde un "algo" acechaba por las noches. No parecía muy preocupada por esto último, confiaba en sus habilidades para arreglárselas como fuere para sobrevivir, más aún en el manto de la noche, donde más cómoda se sentía.

Oyó a la humana de aspecto extraño, hablar, antes que nada, se preguntó sí se trataba de una de esas máquinas extrañas que los humanos portalarios habían dejado, y antes de indagar más en sus pensamientos sobre cual sería su origen, prestó atención a sus palabras.
— ¿Dormirán en las habitaciones comunes? Sí ese es el caso, no me molestaría mantenerme despierta para hacer guardia, soy de sueño ligero. —
En su opinión, la bio se equivocaba con respecto a la diferencia de sexos, ¿Por qué solo secuestrarían mujeres? ¿No habían desaparecido otros hombres también? El modo en el que operaban le recordaba a las tierras del oeste, donde era común y corriente el que a las altas horas de la noche las personas desaparezcan porque sí, incluso en sus camas y en la comodidad y protección de su hogar.

Observó la mirada de Reivy con atención, bien que antes había visto lo tirada que era, incluso seguramente lo habría hecho con ella, aunque no le haya prestado mucho ojo, parecía que lo había tomado como supuso, solo afirmó secamente con la cabeza y dejó que siga su conversación con aquella rubia.
Y observar se quedó en Reivy, la razón era sencilla, quería oír sus logros enteros una vez comenzó a escucharla. Sonaba como alguien que conocía, bah, que había oído hablar, bah... Que había leído, ella también sabía bien de quien se trataba, pero de una manera más... Noble y moral.

— En caso de que salgan, no voy a dejar que ustedes dos lo hagan solas. — Terminó de comentar en esa conversación al final, y luego se levantó de la silla, se quedó mirando a la morena esperando una respuesta o en sí, el permiso para acompañarla.

No me parecía correcto que Reivy dijera de salir a hacer rondas, pero sí deseaba hacerlo no podía impedírselo. Asentí ante las palabras de la otra muchacha, que también se ofrecía a hacer guardia durante la noche, y nos dirigimos finalmente todos juntos hacía las habitaciones que nos habían sido asignadas. A menos que alguno de los orgánicos me hablara, no tenía motivos para participar de la charla, así que fui en silencio hasta llegar a los cuartos.

Allí se encontraban Sophi y Lavey, ella también había regresado luego del paseo nocturno [ANALIZANDO] seguramente la Vampiro había notado que la más joven no estaba aún del todo recuperada como para poder dar largas vueltas. Me miró y sonrió de una manera... No podría describirlo, pero sí sonreía es porque ya no estaba enojada ¿Correcto? Así que fui hacía ellas.

-¿Notaste algo extraño mientras caminaban? -

-Que esté tan vacío lo hace un poco tétrico, pero más allá de eso - Y se congió de hombros para terminar la frase.

-¿Y más allá de eso? - Incliné la cabeza sin entender.

-Que más allá de eso no vi nada raro - Dijo la Vampiro, revoleando los ojos.

-Oh, entiendo -

Vi que Edén se disponía a dormir en un rincón, estaba por decirle que no era necesario que hiciera eso, ya que yo no dormía, pero justo en ese momento se ofreció para ir a por leña y perdí la oportunidad de hablarle. Así que me quedé de pie junto a la ventana, mirando como los orgánicos se preparaban para encerrarse en sus casas hasta que saliera el sol [ANALIZANDO] Por el tipo de ataques que mencionaban, silenciosos y nocturnos, lo primero que alguien podría pensar es que se trataba de vampiros, desvié la mirada hacia Sophi un instante, seguía con Lavey a su lado, la adolescente no parecía querer despegarse, por experiencia sabía que muchos vampiros no eran como el saber popular creía.

[ALERTA]

Al volver la vista a la ventana, noté que algunos de los orgánicos habían caído al piso, como si se hubiesen desmayado.

-Algo está pasando - Les advertí a las demás y me dirigí hacía la puerta, allí estaba Edén, lo agarré para evitar que se desplomara como el resto - ¿Qué es lo que estás sintiendo? ¿Ocurrió algo mientras ibas en busca de la leña? - Revise su pulso y el estado de sus pupilas, luego lo llevé a la cama e hice que se sentara - ¿Tienes alguna herida? -

Para entonces Sophi se había puesto en pie, le hizo un gesto a Lavey para que no se moviera de donde estaba y fue hacía la puerta.

-Ese grito... - La Vampiro no podía reconocerla.

-Es Lucy - Aclaré - Podría estar en peligro.

Le guiñé el ojo a la vampiresa cuando nuestras miradas se cruzaron, y con un simple "vamos" comencé a caminar a su lado hacia la cabaña.
Me hubiera encantado llevarle un cuenco de compota a Lavey, aunque seguramente no se lo comería, pero la cocinera se llevó todo lo que estaba sobre la mesa, antes de pudiéramos negarnos.

-Le hubiera causado otras cosas, si papaíto no hubiera cerrado la torre. -Repliqué el comentario con el mismo tono de voz que había usado Eden. -Pero quien sabe. La noche es joven.

Al entrar a la casa me encontré a mi hija, riendo y susurrando como solo una adolescente puede hacerlo. Al parecer la resaca ya se estaba acabando, siempre y cuando no sufriera una recaída, claro.
Dejé que Lavey siguiera divirtiéndose con sus cosas y me enfoqué, en mi propia diversión.

-Lyra, ¿te quedaste con hambre? -Sonreí picara hacia la morena, mientras que veía, por el rabillo del ojo, salir a Eden de la cabaña. -Me sé de alguien que podría solucionarte el problema en...se... -Las palabras comenzaron a fallarme y sentía que todo daba vueltas. -Yo... creo que no me... mis ojos... no enfoco. -Moví un pie tratando de buscar un lugar al que ir a sentarme, pero lo único que logré fue perder el equilibrio. -Lyra, me voy a caer.

Conseguí atinar a decir al tiempo que trataba de recuperarme, apenas había movido el pie unos centímetros y sentía que me desvanecía. Busqué con el brazo a la mujer que tenía delante, necesitaba más puntos de apoyo, sabía que me iba de cabeza al suelo, y en un intento de mitigar la caída flexione las rodillas queriendo buscar una caída sutil.

-¿Que... demonios he comi...do? -Tenía los ojos cerrados y sentía que la fuerza se me iba del cuerpo. -Mi...

Mi mente registraba todo muy lentamente, las palabras salían como si no supiera hablar. Lavey se levantó de la cama, antes de que yo pudiera formar la siguiente palabra, y rebuscó en la mochila hasta dar con una pequeña botella.¹

-Toma, -Dijo alarmada la joven, al tiempo que se acercaba a mí. -esto te pondrá mejor. Vamos, bebe de una vez. Estúpida busca faldas.

Si pudiera me habría reído. Sentí el tacto frio del cristal contra mis labios, entreabrí la boca y la sustancia fue cayendo por la garganta.

Lavey se quedó en el sitio esperando una reacción, mirando alternativamente la espalda de Sophitia y la cara de su madre. Apenas había logrado levantarse de la cama y la cabeza le palpitaba, así no podría salir a defender nada. "¿Porque diantres Sophi bebe y no le pasa nada?" Se preguntaba frustrada, la adolescente.



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Off:
1: Infusión de Alivio. Disminuye el dolor y el malestar general corporal. Permite ignorar heridas para luchar.

Le daba igual o no la situación por la que pasaban los campesinos, parecía algo serio eso sí. Y la villa realmente parecía desierta así que... Todo parecía indicar que realmente desaparecía gente. Eso le hacía estar paranoica, al menos un poco, una asesina lo tenía que ser en esos casos, más bien, casi todo el tiempo, sobre todo sí hace más o menos un año estabas en guerra con la plaga que le rodeaba.

Fue la primera en salir una vez la morena musitó aquel sutil "vamos". Se encaminó a la cabaña que Reivy a su lado le indicó y pronto, llegaron, les dió una rápida vista a la niña, luego a la otra chica que parecía de su edad, y finalmente decidió situarse cerca de una cama vacía. Decidió pararse a un costado de la cabecera apoyada contra la pared con vista hacia la ventana.

— ¿Con hambre...? — Y le hizo recordar que justamente ese día no había bebido más que media copa a la mañana de una de sus reservas. Sí, tenía un tanto de hambre, pero podía aguantarse por unas horas más, u hasta mañana sí lo requería. Mientras pensaba en sí sería prudente pedirle algo de sangre a la morena frente a tanta gente, que quizá hasta había estado en contra de los vampiros, u les guardaban rencor.

De repente la vista de Reivy se perdió, su balance también, empezó a tambalearse y rápidamente la asesina la tomó con una mano de la cintura y la otra de donde pudo agarrar, de su espalda, la apoyó contra su propio peso, sorprendida por aquello mientras observaba a las demás con cierta sorpresa. La sostuvo en lo que la rubia le daba de aquella botella, no sabía bien que era, pero por el momento la sostuvo hasta que bebió todo, luego la hizo sentar en la cama, sosteniéndola, claro.

Rápidamente notó que la bio estaba mirando algo por la ventana, eso la alertó, rápidamente sacó su arco de su espalda, tironeando de la cuerda sobre su pecho y así, tomó también una flecha con su mano libre, acercándose a la puerta de la cabaña luego de unos segundos salir la cibernética, miró a su alrededor, realizando una rápida barrida.

— Encárgate del tipo, te doy una mano desde arriba. — Musitó mientras se acomodaba los guantes en sus manos, ajustándolos.

Sostuvo la flecha con la misma mano que sostenía su arco, se colocó su capucha y el típico pañuelo que llegaba en el rostro, lo amarró rápidamente y sin pensarlo, miró el techo de la casa, soltó el arco y la flecha la llevó a su boca para así empezar a escalar por los costados de la cabaña.

Esperó que desde allí arriba pudiera tener una mejor vista, mientras observaba, también utilizó su presencia vampírica para mezclarse con la oscuridad y las sombras.



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Primer subrayado:
Habilidad Nivel 0
(Rasgo) Infiltración: El vampiro posee una sorprendente capacidad para trepar muros, pudiendo realizar ataques sorpresa desde lo alto de un techo u ocultarse para una emboscada.

Segundo subrayado:
Habilidad Racial:
Presencia vampírica: El vampiro puede alterar la percepción de los demás sobre su apariencia con una ilusión que le hace parecer más temible o más atractivo, a voluntad. Adicionalmente, esto le permite ocultarse con mayor facilidad en lugares oscuros.

Todos los orgánicos estaban muy nerviosos, en cuanto apareció Edén sintiéndose mal, Reivy también cayó descompuesta. Lavey se levantó rápidamente y fue a asistirla junto con Lyra, mientras que Sophitia se acercaba a mí para ayudarme con el Humano [ANALIZANDO] Si una sola persona se sentía mal podía ser por efecto de alguna enfermedad o malestar pasajero, pero sí todos en el pueblo sentían los efectos y en un tiempo similar, había motivos fundados para sospechar que era algo planeado.

-Los envenenaron - Dije en tono neutro, mientras Edén se levantaba y con ayuda de la Vampiro iba afuera para vomitar - ¿Reivy está bien? - Le pregunté a Lavey para confirmar que tenía la situación bajo control.

Lyra se puso en guardia, yo me dirigí hacía Edén, ignorando a la mujer que había llegado gritando toda una serie de ordenes confusas. Me agaché junto al vómito y mojé los dedos en el mismo, luego sentí el olor para comprobar lo que había supuesto. El color no era normal, y su aroma tenía un toque extraño que no se correspondía con el que deberían tener la comida predigerida habitualmente.

-Intenta vomitar hasta que no quede absolutamente nada ¿Si? - Le dije al Humano. Nuevamente se escuchaban gritos en la torre, mire a Sophi - Voy a ir -

-Te seguimos - La vampiro pasó un brazo alrededor de la cintura del hombre para ayudarlo a caminar más rápido - Aunque un poco por detrás ¡Ve! ¡Apurate! -

Asentí y salí corriendo hacía la torre, por el camino vi a muchos humanos que habían caído desmayados al igual que Edén y Reivy [ANALIZANDO] Mi sistema parecía estar un poco acelerado, como si intentara decidir qué era más importante o qué orgánico necesitaba con más urgencia de mi ayuda.

Ya no escuchaba los gritos de Lucy, eso tendría que ser prioritario.

Llegue hasta la puerta del lugar e intenté abrirla, pero estaba completamente atorada, probablemente habían pasado una barra desde el lado de adentro. Mire hacía arriba, la ventana estaba demasiado alto y el peso de mi cuerpo no me permite escalar con demasiada facilidad. Busque en mi bolsillo y saqué una figura de dragón, sí no podía llegar al menos necesitaba saber qué estaba ocurriendo.

-La puerta está cerrada, no podremos abrirla a menos que encontremos la forma de romperla - Les dije a medida que llegaban los demás. Lancé la figura del dragón al aire y adquirió vida propia, alzando el vuelo y dirigiéndose hacía la ventana donde se suponía estuviera Lucy.*

Con ese objeto podía ver a través de sus ojos.

-La habitación de Lucy está vacía, está muy desordenada y con rastros de sangre. No hay ningún orgánico - [ANALIZANDO] - Podríamos suponer que se la llevaron a la fuerza de la habitación... Hay demasiada sangre - Si bien era muy pronto para creer que había muerto, el porcentaje de probabilidad crecía rápidamente.

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*Escultura Pequeño Dragón: Si lo lanzáis al aire, el dragón tomará el vuelo y podréis ver con sus ojos. Útil para inspeccionar áreas fuera de vuestro alcance.
La duración del vuelo del dragón es de 2 turno. Después de éste, el dragón regresará a su estado estático original.

Lavey asintió a la mujer de cabello plateado, el bebedizo comenzaba hacer efecto y mayor de las dragonas recuperaba el control de su cuerpo.

-Te lo dije lagartija, -Balbucee mientras me ponía en pie y me llevaba una mano a la cara. -no se puede confiar en las torres.

En ese momento la cocinera entró a la cabaña, parecía afligida y preocupada, tanto por nosotros como por la muchacha de la torre. Pero no dejaba de ser curioso el hecho, de que fuera una de las pocas que no había sido afectada por el veneno. Por qué si Zöe decía que era veneno, es que lo había.

-No bajes la guardia Vey. -Susurre a la rubia. -No sabemos quién ha orquestado esto, ¿podrás defenderte sola?

La adolescente sacó su daga y asintió.

-Todavía tengo la sensación de tener cien panderetas en la cabeza, pero podre con esto. Si no siempre puedo salir volando.

Tras aquello salí de la cabaña y me reuní con el grupo.
El panorama era desconcertante. El hombre que lideraba la villa habló en la cena de desapariciones, pero en ningún momento menciono nada sobre que el pueblo entero desfalleciera durante los secuestros. ¿A caso esto era obra de la misma persona? o solo estaban utilizando un suceso para enmascarar otro.

-Voy a subir. -Anuncié. -Toma Zöe, es de Vey, pero no creo que le importe. -En mi mano llevaba una de las trampas explosivas de mi hija. -Prueba a reventar la puerta con ella. Yo tratare de abrirla por dentro... si llego a tiempo.

Me transformé con premura, apartándome del grupo en el proceso, y con un salto unos cuantos aleteos llegué a la ventana.

-¿Lucy? -Me encontraba sobre el alfeizar de la ventana, mis cuernos aún se estaban escondiendo cuando pregunté. -¿Cómo diantres a ocurrido esto?

Desenvainé la espada, la torre era un lugar demasiado angosto que me impedía caminar libremente estando transformada.
Avancé hacia la puerta con cautela, ¿de dónde había salido tanta sangre?

-Lucy. -Volví a repetir, abriendo la puerta de la habitación.


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Off: Me transformo en dragón y luego vuelvo a mi forma humana.
Le paso a Zöe una trampa explosiva mejorada.

Los gritos hicieron que su mirada se dirija a la torre, parecía ser la pequeña princesita de Reivy, eso la alarmó aún más a la vampiro

Desde allí arriba no se veía mucho, solo oscuridad a la que los ojos de Lyra poco a poco se estaban acostumbrando, con más rapidez que la de los demás debajo de ella, claro, pero aún así, solo divisó a aquella vieja gritando estupideces, quiso clavarle una flecha en medio de la boca apenas le oyó venir, quizá porque era una intrusa, quizá porque podía ser la culpable, como también porque le caía mal, pero decidió no hacerlo, al menos no de momento, podían tacharla de sospechosa y colgarla a ella también.

Prefirió evitar mirar a Eden vomitando, miraba a la lejanía a aquella torre de piedra, intentando divisar sombras por la ventana o la puerta, su arco se tensaba cada tanto, odiaba estar metida en una situación sin saber lo que realmente pasaba, pero favores o aeros, cualquier recompensa le bastaba, solo tenía que figurar lo suficiente.

La bio que había conocido antes se disparó hacia la torre, la vampiro que venía con ella se quedó ayudando a Eden. Lyra decidió bajar del techo a la par que Reivy salía de la cabaña, Lyra no decidió esperarla y en una corrida, sobrepasando a Eden y Sophie, se colocó junto a Zöe para observar la torre de arriba a abajo, prestando finalmente atención a la ventana, donde la de facciones neutrales había arrojado una pequeña escultura que se movió.

Pronto divisó a Reivy por encima suyo, volando hacia la ventana y entrando en aquella torre. — Subiré también. — Lyra no se quedaría atrás, haría lo que primeramente tenía planeado hacer, tomó carrera y luego saltó hacia la torre, se tomó de la cornisa de uno de los tantos adoquines de piedra y comenzó a escalar rápidamente hasta la ventana, y allí desapareció de la vista de los demás.

Apenas apoyó pie en la habitación, sacó el arco de su cintura junto a una flecha, se colocó detrás de Reivy antes apoyándole la mano silenciosamente en su hombro por detrás, para no alarmarla en el futuro, era mejor darle a conocer que estaba detrás de ella.
Observó la habitación llena de sangre a la par que su estómago se revolvió un poco, "tanta sangre desperdiciada" cruzó sus pensamientos mientras se mordió los labios inferiores de gusto, el aroma que le rodeaba la pareció una exquisitez.
— Te sigo. — Musitó a secas mientras buscaba indicios de donde podía encontrarse la princesa de la torre.