Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
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Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
El refugio de los cuatro elementos había quedado atrás. Mucho había pasado desde aquel primer día en que llegó a Beltrexus. Hekshold aún lo estaba haciendo esperar por lo que se pasaba gran parte de sus días trabajando en la forja tensaí o en las bibliotecas de la ciudad. En algún momento debió haberse separado de Havok, aunque no recordaba bien. Seguro que en sus viajes a la ciudad el hombre lobo había encontrado algo más que hacer.
Actualmente caminaba solo. Le había entrado curiosidad las playas más conocidas como la cala de la luna. Poco se sabía de estas pues no muchos se atrevían a investigar. Algunos iban con motivos científicos para ver las auroras, pero pocos volvían por algo que se escondía en los océanos.
Kendovlah iba por cierta nota de su madre, como siempre estas solo marcaban el nombre de algún lugar y una fecha de su pasado. Parecido a como había pasado en una eternidad sin magia. La recompensa había sido buena para todos los que participaron, en especial para el mago. A pesar de que no se reveló mucho sobre su madre, sabía que estas notas ocultaban la aventura. Eran como una especia de mapa que lo guiaba hacía algo. Una vorágine de peligros, pero ¿cuál era el motivo? ¿por qué su madre se había tomado la molestia de en sus últimos años de vida recordar todos estos lugares y marcarlos con fecha? Preguntas que aún seguían dando vuelta por la cabeza del mago, sin duda debía volver en algún momento al refugio de los cuatro elementos.
La arena se hundía bajo los píes del joven y la brisa marina le golpeaba la cara, la noche estaba por llegar y pensó que sería buena idea detenerse ahí antes de acercarse más al mar y apreciar el terreno a una distancia segura. Había aprendido muchas cosas desde que dejo la calidez del hogar y la familia y una de esas era que las aventuras de su madre siempre venían con un peligro al que mejor no enfrentarse solo.
Armó un improvisado campamento con un saco de dormir y junto leña para para luego prenderla usando pequeñas bolas de fuego que salían de la punta de sus dedos. Se quedo sentado sobre un tronco con su mochila a un costado y al otro su fiel espada de acero. Se preguntaba que tipo de aventura podía esperarse esta vez y que tipo de personajes conocería aquella noche. Aunque estaba en soledad, no era la primera vez que alguien de la nada se unía al túnica naranja en una aventura y seguramente no sería la última.
Observó la playa y el acantilado más adelante, las piedras formaban algunas cuevas o túneles en la superficie. El frío comenzó a hacerse presente por lo que se acercó más al fuego y sacó un libro comprado durante el día. Este por fortuna no tenía relación con el lugar, pero ya sabía que no podía juzgar un libro por su portada así que le prestó atención unos minutos por si acaso mientras miraba el firmamento. Esperando que tal vez esa fuese una de esas noches de auroras que se cuentan en las leyendas aerandinas.
Actualmente caminaba solo. Le había entrado curiosidad las playas más conocidas como la cala de la luna. Poco se sabía de estas pues no muchos se atrevían a investigar. Algunos iban con motivos científicos para ver las auroras, pero pocos volvían por algo que se escondía en los océanos.
Kendovlah iba por cierta nota de su madre, como siempre estas solo marcaban el nombre de algún lugar y una fecha de su pasado. Parecido a como había pasado en una eternidad sin magia. La recompensa había sido buena para todos los que participaron, en especial para el mago. A pesar de que no se reveló mucho sobre su madre, sabía que estas notas ocultaban la aventura. Eran como una especia de mapa que lo guiaba hacía algo. Una vorágine de peligros, pero ¿cuál era el motivo? ¿por qué su madre se había tomado la molestia de en sus últimos años de vida recordar todos estos lugares y marcarlos con fecha? Preguntas que aún seguían dando vuelta por la cabeza del mago, sin duda debía volver en algún momento al refugio de los cuatro elementos.
La arena se hundía bajo los píes del joven y la brisa marina le golpeaba la cara, la noche estaba por llegar y pensó que sería buena idea detenerse ahí antes de acercarse más al mar y apreciar el terreno a una distancia segura. Había aprendido muchas cosas desde que dejo la calidez del hogar y la familia y una de esas era que las aventuras de su madre siempre venían con un peligro al que mejor no enfrentarse solo.
Armó un improvisado campamento con un saco de dormir y junto leña para para luego prenderla usando pequeñas bolas de fuego que salían de la punta de sus dedos. Se quedo sentado sobre un tronco con su mochila a un costado y al otro su fiel espada de acero. Se preguntaba que tipo de aventura podía esperarse esta vez y que tipo de personajes conocería aquella noche. Aunque estaba en soledad, no era la primera vez que alguien de la nada se unía al túnica naranja en una aventura y seguramente no sería la última.
Observó la playa y el acantilado más adelante, las piedras formaban algunas cuevas o túneles en la superficie. El frío comenzó a hacerse presente por lo que se acercó más al fuego y sacó un libro comprado durante el día. Este por fortuna no tenía relación con el lugar, pero ya sabía que no podía juzgar un libro por su portada así que le prestó atención unos minutos por si acaso mientras miraba el firmamento. Esperando que tal vez esa fuese una de esas noches de auroras que se cuentan en las leyendas aerandinas.
Última edición por Kendovlah el Vie Jul 19 2019, 10:12, editado 1 vez
Kendovlah
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Re: Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
Había pasado largo tiempo desde mi huida de la escuela de magia y hechicería. Sola en el mundo, concretamente, sola en la isla. Los pueblos me odiaban y la palabra "asesina" salía de sus bocas como el veneno de una cobra. Había huído por días de turbas de campesinos, guardias acorazados, magos y brujos que día y noche no me daban respiro por lo que había hecho. ¿Me arrepentía? No. Tan sólo lamentaba no ser lo suficientemente poderosa como para matarlos a todos si pudiera....conformándome solamente con huir y llevarme a alguno por delante.
Parecía que había encontrado paz y calma...y hasta podría decirse que un "hogar" en aquella Cala de la Luna. Un lugar que desde pequeña siempre me fascinó....un lugar virgen, salvaje, solitario donde solo el mar entorpecía el silencio acompañado del silbido del viento que rozaba la blanca arena. Me encontraba allí, en el acantilado más alto mirando hacia el mar. Portaba mi capa negra con capucha, que tapaba mi cuerpo haciendo que en la lejanía solo pareciera una silueta oscura bañada por la inminente luz de la luna. La tarde caía y la noche llegaba, y como era hábito en mi, al no poder irme todavía de aquella isla debido a unos asuntos que me quedaban por zanjar, me dirigía a aquella cala todas las noches a dejar de ser la " asesina" para ser simplemente "Nayelis".
Miré al mar y sonreí levemente, estiré mis brazos haciendo que mi capa cayera al suelo, dejando ver un gran vestido dorado y negro con una gran corona del mismo color sobre mi cabeza.. Y en aquel acantilado comencé canto mientras el sol se ocultaba y daba la bienvenida a la noche.
¿Porqué hacía eso? Quizás porque era la única forma de sentirme querida aunque fuera por mi misma, ya que ,aquella canción era de mi madre..una canción que me cantaba todas las noches antes de que ingresara en la academia. Una vez acabado el canto me quedé mirando al mar....pero, un breve fulgor se encendió en la playa. ¿Una hoguera? De ser cierto era muy probable que quien estuviera allí me hubiera visto, por tanto, cogí mi capa rauda y volví a ponérmela, con intención de alejarme del acantilado y desaparecer de la vista de aquella hoguera.
Parecía que había encontrado paz y calma...y hasta podría decirse que un "hogar" en aquella Cala de la Luna. Un lugar que desde pequeña siempre me fascinó....un lugar virgen, salvaje, solitario donde solo el mar entorpecía el silencio acompañado del silbido del viento que rozaba la blanca arena. Me encontraba allí, en el acantilado más alto mirando hacia el mar. Portaba mi capa negra con capucha, que tapaba mi cuerpo haciendo que en la lejanía solo pareciera una silueta oscura bañada por la inminente luz de la luna. La tarde caía y la noche llegaba, y como era hábito en mi, al no poder irme todavía de aquella isla debido a unos asuntos que me quedaban por zanjar, me dirigía a aquella cala todas las noches a dejar de ser la " asesina" para ser simplemente "Nayelis".
Miré al mar y sonreí levemente, estiré mis brazos haciendo que mi capa cayera al suelo, dejando ver un gran vestido dorado y negro con una gran corona del mismo color sobre mi cabeza.. Y en aquel acantilado comencé canto mientras el sol se ocultaba y daba la bienvenida a la noche.
- Canto desde el 0:10 en adelante:
¿Porqué hacía eso? Quizás porque era la única forma de sentirme querida aunque fuera por mi misma, ya que ,aquella canción era de mi madre..una canción que me cantaba todas las noches antes de que ingresara en la academia. Una vez acabado el canto me quedé mirando al mar....pero, un breve fulgor se encendió en la playa. ¿Una hoguera? De ser cierto era muy probable que quien estuviera allí me hubiera visto, por tanto, cogí mi capa rauda y volví a ponérmela, con intención de alejarme del acantilado y desaparecer de la vista de aquella hoguera.
Nayelis
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Re: Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
Lo cierto es que el segundo viaje marítimo de Kosir resulta sin contratiempos, incluso podría tomarse por una experiencia agradable. Vale destacar que el muchacho baja a tierra con algunas monedas adicionales gracias a dos desafíos de pelea victoriosos.
No puede evitar recordar al curioso marino de nombre Artabán, sabe bien que tiene una deuda con dicha persona pues salvo su vida. Podrá ser un salvaje pero su gente tiene en mucha estima tales cosas.
Para bien o para mal el pequeño guerrero se encuentra en un mundo extraño, otra región inexplorada por su persona. Pronto descubre que en efecto es la tierra de todos los chamanes habidos y por haber en el exterior.
No es difícil notarlo pues los habitantes del lugar sueltan alguna manifestación mágica cada dos minutos, es suficiente con decir que Kaiju pasa los primeros instantes fuera de su espalda y lista para dispensar golpes.
Nada escala a mayores por suerte… para todas las partes involucradas claro. Por otro lado la región en si resulta ser muy pintoresca, al menos para los ojos ignorantes del joven tribal quien apenas comienza a entender lo grande del mundo.
En su mente resulta sorprendente que puedan existir estilos de sociedad tan diferentes entre sí, comparados con el enorme exterior todos los habitantes de bosque negro son copias exactas que solo varían el nombre.
Al final Kosir debe salir de la ciudad hechicera para despejarse un poco, antes de terminar abrumado. En un particular instante solo se pone a caminar hasta que el trayecto se vuelve más rural.
Lleva haciéndolo desde que fue exiliado y se ha vuelto un verdadero experto en el recorrido de distancias, ha podido comprobar que tiene una resistencia superior a la de cualquier exterior quejica.
El día comienza a dar paso a la noche aunque el chico tiene la oportunidad de divisar un hermoso paisaje antes de la oscuridad total, la primera vez que ve algo similar sin duda. Los brumosos son de tierra y no tienen salidas al océano.
Es justo decir que la imagen lo conmueve, aunque tales sentimientos pronto son desplazados por el temor profundo cuando una melodía se manifiesta. Es tan fuera de lugar que le pone los pelos de punta.
Desenfunda su espada de hueso y busca la fuente, el chamán de su pueblo solía contar historias que tenían inicios similares… junto con finales terribles. Basta con decir que en bosque negro tal escenario no augura nada bueno.
En ese momento la ve, una mujer de dorado con cierta corona sobre su cabeza. Tiene que tratarse de Namekutsu, la criatura infernal que atrae sus víctimas con una canción melancólica y luego devora sus almas.
¡¡Namekutsu narer techat!!, ¡¡No comerás carne de persona hoy!! “espeta con la guardia en alto”.
No puede evitar recordar al curioso marino de nombre Artabán, sabe bien que tiene una deuda con dicha persona pues salvo su vida. Podrá ser un salvaje pero su gente tiene en mucha estima tales cosas.
Para bien o para mal el pequeño guerrero se encuentra en un mundo extraño, otra región inexplorada por su persona. Pronto descubre que en efecto es la tierra de todos los chamanes habidos y por haber en el exterior.
No es difícil notarlo pues los habitantes del lugar sueltan alguna manifestación mágica cada dos minutos, es suficiente con decir que Kaiju pasa los primeros instantes fuera de su espalda y lista para dispensar golpes.
Nada escala a mayores por suerte… para todas las partes involucradas claro. Por otro lado la región en si resulta ser muy pintoresca, al menos para los ojos ignorantes del joven tribal quien apenas comienza a entender lo grande del mundo.
En su mente resulta sorprendente que puedan existir estilos de sociedad tan diferentes entre sí, comparados con el enorme exterior todos los habitantes de bosque negro son copias exactas que solo varían el nombre.
Al final Kosir debe salir de la ciudad hechicera para despejarse un poco, antes de terminar abrumado. En un particular instante solo se pone a caminar hasta que el trayecto se vuelve más rural.
Lleva haciéndolo desde que fue exiliado y se ha vuelto un verdadero experto en el recorrido de distancias, ha podido comprobar que tiene una resistencia superior a la de cualquier exterior quejica.
El día comienza a dar paso a la noche aunque el chico tiene la oportunidad de divisar un hermoso paisaje antes de la oscuridad total, la primera vez que ve algo similar sin duda. Los brumosos son de tierra y no tienen salidas al océano.
Es justo decir que la imagen lo conmueve, aunque tales sentimientos pronto son desplazados por el temor profundo cuando una melodía se manifiesta. Es tan fuera de lugar que le pone los pelos de punta.
Desenfunda su espada de hueso y busca la fuente, el chamán de su pueblo solía contar historias que tenían inicios similares… junto con finales terribles. Basta con decir que en bosque negro tal escenario no augura nada bueno.
En ese momento la ve, una mujer de dorado con cierta corona sobre su cabeza. Tiene que tratarse de Namekutsu, la criatura infernal que atrae sus víctimas con una canción melancólica y luego devora sus almas.
¡¡Namekutsu narer techat!!, ¡¡No comerás carne de persona hoy!! “espeta con la guardia en alto”.
Kosir
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Re: Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
Entre su lectura tomo un sorbo de agua de su cantimplora, todo estaba muy tranquilo, pero sabía que esa apariencia en Aerandir no solía durar mucho. Sobre todo estando en trabajo de campo, se estiró un poco y pensó mejor las cosas. Quizás era mejor comenzar a moverse, pero entonces escuchó un canto algo melancólico. No venía de muy lejos, de hecho a la distancia podía ver una figura humana por donde provenía la melodía. “¿podrá ser...?” Se preguntó para si mismo mientras se levantaba y empuñaba su espada sin desenvainar. Agarró un tronco de madera que aún no quemaba y con ayuda de su magia y la fogata lo prendió para que sirviera de antorcha.
Entonces los sucesos comenzaron a dispararse de súbito. Primero, (y puede que solo el túnica naranja se hubiese dado cuenta), la aurora se hizo presente justo frente a sus narices. Por unos segundos el joven mago quedo abrumado por la belleza y rareza del evento increíblemente natural. Segundo, una voz familiar se escucho acercándose a la mujer. “¿Kosir?” Recordó y decidió echar a correr.
Al llegar a la escena pudo ver al joven tribal que había conocido en Lunargenta. Lo escaneó de píes a cabeza, parecía esta vez estar sobrio, pero lo veía sediento de sangre. Aún no comenzaba el combate, se fijo en la mujer que anteriormente estaba cantando. Venía encapuchada por lo que no podía verla en su totalidad. Se le cruzó la misma idea que al bárbaro, podía tratarse de una sirena, pero sus ojos no le engañaba. Aquella mujer tenía píes de humano, hasta donde había alcanzado a leer las sirenas no.
Desenvainó su espada y cinco pequeñas bolas de fuego aparecieron sobre la palma de los dedos en su mano libre. -Kosir, ¿de qué se trata esta vez?-. Preguntó demandante, sabía que el casi adulto era orgulloso, pero si de pura casualidad estuviese equivocado entonces no dudaría en atacarle aún sabiendo que la fuerza de su ex-compañero era suficiente como para derribar a un caballo de golpe y eso estando ebrio.
Los dos hombres se encontraban uno al frente y el otro detrás de la bruja. El tercer evento se hizo presente en el momento que el brujo activo su magia; Unas runas del elemento fuego y otras de conjuración se formaban una detrás de otra en el suelo. Como si de pequeños portales mágicos se tratasen. El fuego en la mano de Kendovlah se apagó involuntariamente y las runas de fuego comenzaron a marcar un camino hacía la playa.
Al darse cuenta el suelo comenzó a moverse. -¿Será posible?-. Pensó en voz alta al darse cuenta, una puerta bastante grande comenzó a salir del agua elevándose hasta unos dos metros de altura o más. La puerta estaba cerrada a cal y canto con pesadas barras de metal, como si se tratase de la entrada a un calabozo escondido. El brujo miró la escena sorprendido, pero esto poco le duro. El canto de algunas voces femeninas y masculinas comenzó a escucharse en la cabeza de cada uno. No podían ver quien lo emitía, pero al brujo entendió que esas si eran sirenas.
Tragó saliva, los recuerdos comenzaron a pasar por su cabeza. La piedra activadora, la rebelión en la tripulación aliada, el refugio de los cuatro elementos. Apretó el puño libre con fuerza y comenzó a avanzar con decisión hacía la puerta. Tenía que encontrar la forma de abrirla. El cantó seguía escuchándose, pero al estar lejos aún no hacía mucha mella en la mente rápida y ruidosa del brujo.
Se acordó de las otras runas y miró a la mujer. -Kosir, detén la pela. ¿Practicas la conjuración?-. Preguntó el aspirante a la academia mirando a la mujer. Si era así Kendovlah, ya un entendido con las puertas mágicas, estaba seguro que un conjurador haría resonancia para terminar de abrir la puerta.
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Off:
Empezamos según lo acordado, aún puede unirse otro participante pero de momento seguimos los 3
Entonces los sucesos comenzaron a dispararse de súbito. Primero, (y puede que solo el túnica naranja se hubiese dado cuenta), la aurora se hizo presente justo frente a sus narices. Por unos segundos el joven mago quedo abrumado por la belleza y rareza del evento increíblemente natural. Segundo, una voz familiar se escucho acercándose a la mujer. “¿Kosir?” Recordó y decidió echar a correr.
Al llegar a la escena pudo ver al joven tribal que había conocido en Lunargenta. Lo escaneó de píes a cabeza, parecía esta vez estar sobrio, pero lo veía sediento de sangre. Aún no comenzaba el combate, se fijo en la mujer que anteriormente estaba cantando. Venía encapuchada por lo que no podía verla en su totalidad. Se le cruzó la misma idea que al bárbaro, podía tratarse de una sirena, pero sus ojos no le engañaba. Aquella mujer tenía píes de humano, hasta donde había alcanzado a leer las sirenas no.
Desenvainó su espada y cinco pequeñas bolas de fuego aparecieron sobre la palma de los dedos en su mano libre. -Kosir, ¿de qué se trata esta vez?-. Preguntó demandante, sabía que el casi adulto era orgulloso, pero si de pura casualidad estuviese equivocado entonces no dudaría en atacarle aún sabiendo que la fuerza de su ex-compañero era suficiente como para derribar a un caballo de golpe y eso estando ebrio.
Los dos hombres se encontraban uno al frente y el otro detrás de la bruja. El tercer evento se hizo presente en el momento que el brujo activo su magia; Unas runas del elemento fuego y otras de conjuración se formaban una detrás de otra en el suelo. Como si de pequeños portales mágicos se tratasen. El fuego en la mano de Kendovlah se apagó involuntariamente y las runas de fuego comenzaron a marcar un camino hacía la playa.
Al darse cuenta el suelo comenzó a moverse. -¿Será posible?-. Pensó en voz alta al darse cuenta, una puerta bastante grande comenzó a salir del agua elevándose hasta unos dos metros de altura o más. La puerta estaba cerrada a cal y canto con pesadas barras de metal, como si se tratase de la entrada a un calabozo escondido. El brujo miró la escena sorprendido, pero esto poco le duro. El canto de algunas voces femeninas y masculinas comenzó a escucharse en la cabeza de cada uno. No podían ver quien lo emitía, pero al brujo entendió que esas si eran sirenas.
Tragó saliva, los recuerdos comenzaron a pasar por su cabeza. La piedra activadora, la rebelión en la tripulación aliada, el refugio de los cuatro elementos. Apretó el puño libre con fuerza y comenzó a avanzar con decisión hacía la puerta. Tenía que encontrar la forma de abrirla. El cantó seguía escuchándose, pero al estar lejos aún no hacía mucha mella en la mente rápida y ruidosa del brujo.
Se acordó de las otras runas y miró a la mujer. -Kosir, detén la pela. ¿Practicas la conjuración?-. Preguntó el aspirante a la academia mirando a la mujer. Si era así Kendovlah, ya un entendido con las puertas mágicas, estaba seguro que un conjurador haría resonancia para terminar de abrir la puerta.
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Kendovlah
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Re: Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
Mi paz se vio truncada en el momento en que un muchacho se acercó a mi por la espalda interrumpiendo mi canto con perjurios y brabatas. Estando de espaldas a él no moví ni un ápice de mi cuerpo, hasta que, una leve sonrisa se dibujó en mi cara y me giré un poco a la izquierda para verle.
Me quedé mirándole a los ojos hasta que finalmente pude decirle.
- No tengo intención de comerte muchacho, creo que te has confundido con otro ser...parece que el brillo de mi traje te ha molestado-Dije mientras abría mi mano y con un giro de muñeca el vestido se tornó negro, acorde con la noche creciente- ¿Mejor así quizás?
Antes de poder acabar mi charla, pude ver que la Aurora Boreal se dejaba ver, como era de costumbre en el firmamento, y por culpa de aquel muchacho no pude prestarle la atención adecuada....Para colmo otro hombre apareció en escena, seguramente, era el que estaba acampado en la playa puesto que no había visto a nadie más por los alrededores. En el momento que de sus manos salieron pequeñas llamas mis cejas se arquearon.
-Un elementalista....como no...proliferáis como conejos últimamente- Dije con cierto tono de desdén mientras caminaba lentamente hacia ellos pero antes de que pudiera decir nada, un evento mágico propiciado por runas comenzaron a marcar un camino hacia la playa mientras que el suelo temblaba.No sabía que estaba pasando pero parecía que aquellos muchachos no estaban ahí por nada. En ese momento una puerta emergió de las aguas....yo me quedé mirándola sonriendo.
"Mucho estaba tardando" Pensé para mis adentros, pues yo estaba allí por un motivo también. No pude evitar escuchar aquellas voces masculinas y femeninas en mi cabeza, todavía débiles. Parecía que la magia había venido hasta nosotros...y no iba a dejar escapar la ocasión. En ese momento de espera mientras acontecía todo esto, el brujo se acercó a mi y me preguntó si era una conjuradora.
-¿Porque crees que estaba cantando al mar chico?-Dije con un tono irónico pero firme- Necesitáis magia de un conjurador para finalizar la apertura...pero decidme ¿porqué iba a ayudaros? ¿para que os necesito? Esa puerta puede ser abierta por mi si creo que es lo que es...- Dije pasando por su lado para ir dirección a la puerta.- Volved a vuestras casa -dije mirando a Kosir- Y a vuestros trucos de fuego...
- Cuando ve a Kosir:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Me quedé mirándole a los ojos hasta que finalmente pude decirle.
- No tengo intención de comerte muchacho, creo que te has confundido con otro ser...parece que el brillo de mi traje te ha molestado-Dije mientras abría mi mano y con un giro de muñeca el vestido se tornó negro, acorde con la noche creciente- ¿Mejor así quizás?
Antes de poder acabar mi charla, pude ver que la Aurora Boreal se dejaba ver, como era de costumbre en el firmamento, y por culpa de aquel muchacho no pude prestarle la atención adecuada....Para colmo otro hombre apareció en escena, seguramente, era el que estaba acampado en la playa puesto que no había visto a nadie más por los alrededores. En el momento que de sus manos salieron pequeñas llamas mis cejas se arquearon.
-Un elementalista....como no...proliferáis como conejos últimamente- Dije con cierto tono de desdén mientras caminaba lentamente hacia ellos pero antes de que pudiera decir nada, un evento mágico propiciado por runas comenzaron a marcar un camino hacia la playa mientras que el suelo temblaba.No sabía que estaba pasando pero parecía que aquellos muchachos no estaban ahí por nada. En ese momento una puerta emergió de las aguas....yo me quedé mirándola sonriendo.
"Mucho estaba tardando" Pensé para mis adentros, pues yo estaba allí por un motivo también. No pude evitar escuchar aquellas voces masculinas y femeninas en mi cabeza, todavía débiles. Parecía que la magia había venido hasta nosotros...y no iba a dejar escapar la ocasión. En ese momento de espera mientras acontecía todo esto, el brujo se acercó a mi y me preguntó si era una conjuradora.
-¿Porque crees que estaba cantando al mar chico?-Dije con un tono irónico pero firme- Necesitáis magia de un conjurador para finalizar la apertura...pero decidme ¿porqué iba a ayudaros? ¿para que os necesito? Esa puerta puede ser abierta por mi si creo que es lo que es...- Dije pasando por su lado para ir dirección a la puerta.- Volved a vuestras casa -dije mirando a Kosir- Y a vuestros trucos de fuego...
Nayelis
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Re: Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
La mujer se muestra desafiante, algo que apenas molestaría a Kosir de no encontrarse en la situación actual. Ahora mismo no puede evitar ver a la hembra como un demonio en forma humana que espera lanzarse sobre su carne.
El truco que hace con el vestido genera una mirada abierta de par en par en el muchacho, no es el tipo de cosas que se le deben mostrar a un salvaje cuando está en guardia por un evento sobrenatural… real o ficticio.
De repente el cielo se enciende, esto hace que el pelirrojo se sienta aún más sobrecogido. Namekutsu tiene los mismos poderes que pregonó en su momento el chamán del pueblo, siempre tildo las historias de exageradas pero ahora no puede estar más seguro de su veracidad.
Atrás…
Siente un escalofrió, tiene miedo y eso le molesta. Puede luchar contra toda criatura física sin un ápice de cobardía pero el tema inexplicable siempre le ha causado aversión temerosa, como todo tribal en cierto modo.
En ese momento llega un elemento conocido, nada más y nada menos que el chamán aliado Kendovlah. No tarda en preguntar el contexto de todo, algo que Kosir no puede estar más gustoso de exponer.
Esa cosa quiere devorarnos y enviarnos a los nueve infiernos antes de tiempo, ¡Cuidado!
Las cosas extrañas no cesan para pesar del pequeño guerrero, una puerta inverosímil aparece del mar luego de que algunas runas se encendieran por toda la playa. Todo el cumulo de eventos termina por abrumar al nativo de bosque negro quien comienza a balbucear.
Esto debe ser el fin de los tiempos, ¡¡Sin duda es eso!! “dice con la mirada algo perdida” incluso puedo escuchar el canto de los ancestros en mi mente “se da dos golpes sonoros en la frente” ¡¡¡Afuera ancianos, tuvieron su oportunidad!!!
Poco le importan las intrigas que tengan el par de chamanes, ahora mismo Kosir está al borde del colapso mental. No es costumbre para el ver tantas cosas vistosas e inexplicables juntas, es una locura exterior.
Luego de darse un golpe particularmente fuerte, el muchacho cae sentado al suelo. Su nariz sangra un poco pero la fuerza del impacto además de atontarlo también lo calma, no tarda mucho en pedir explicaciones a la única persona que conoce.
¿Qué ocurre Kendo?
Dice con la voz quebrada, nervioso, casi como si quisiera llorar. No es natural observar al chico asi, sin su coraza de guerrero violento. Por suerte en lugar de comenzar a lanzar tajos, la propia situación le obliga a intentar entender todo primero.
El truco que hace con el vestido genera una mirada abierta de par en par en el muchacho, no es el tipo de cosas que se le deben mostrar a un salvaje cuando está en guardia por un evento sobrenatural… real o ficticio.
De repente el cielo se enciende, esto hace que el pelirrojo se sienta aún más sobrecogido. Namekutsu tiene los mismos poderes que pregonó en su momento el chamán del pueblo, siempre tildo las historias de exageradas pero ahora no puede estar más seguro de su veracidad.
Atrás…
Siente un escalofrió, tiene miedo y eso le molesta. Puede luchar contra toda criatura física sin un ápice de cobardía pero el tema inexplicable siempre le ha causado aversión temerosa, como todo tribal en cierto modo.
En ese momento llega un elemento conocido, nada más y nada menos que el chamán aliado Kendovlah. No tarda en preguntar el contexto de todo, algo que Kosir no puede estar más gustoso de exponer.
Esa cosa quiere devorarnos y enviarnos a los nueve infiernos antes de tiempo, ¡Cuidado!
Las cosas extrañas no cesan para pesar del pequeño guerrero, una puerta inverosímil aparece del mar luego de que algunas runas se encendieran por toda la playa. Todo el cumulo de eventos termina por abrumar al nativo de bosque negro quien comienza a balbucear.
Esto debe ser el fin de los tiempos, ¡¡Sin duda es eso!! “dice con la mirada algo perdida” incluso puedo escuchar el canto de los ancestros en mi mente “se da dos golpes sonoros en la frente” ¡¡¡Afuera ancianos, tuvieron su oportunidad!!!
Poco le importan las intrigas que tengan el par de chamanes, ahora mismo Kosir está al borde del colapso mental. No es costumbre para el ver tantas cosas vistosas e inexplicables juntas, es una locura exterior.
Luego de darse un golpe particularmente fuerte, el muchacho cae sentado al suelo. Su nariz sangra un poco pero la fuerza del impacto además de atontarlo también lo calma, no tarda mucho en pedir explicaciones a la única persona que conoce.
¿Qué ocurre Kendo?
Dice con la voz quebrada, nervioso, casi como si quisiera llorar. No es natural observar al chico asi, sin su coraza de guerrero violento. Por suerte en lugar de comenzar a lanzar tajos, la propia situación le obliga a intentar entender todo primero.
Kosir
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Re: Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
Pudo notar un cambio en el ambiente. Una lengua puntiaguda como era de esperarse de una conjuradora. La cosa no sería nada fácil. Necesitaba enfocarse; el uso de la magia era la clave. Algo que quizás Kosir no recibiría de buen agrado y en efecto dio en el blanco.
Escuchó con atención las palabras de ambos y ciertamente el bárbaro no dejaba de sorprenderle. Después de haberlo visto en batalla y ebrio a más no poder, le sorprendió ver aquel lado supersticioso y hasta cierto punto infantil. Entendía que los pueblerinos se asustarán con esas historias, pero un guerrero joven y experimentado como Kosir... Se preguntó entonces que tipo de aventuras eran las que acostumbraba, pues esa no era para nada la maestría que había mostrado en la última juntos.
Suspiró aliviado al ver que la fuerza bruta por costumbre no le fallaba. El mago por su parte tenía que hacer un esfuerzo enorme para mantener su mente al margen y no dejarse llevar por la situación. El canto de las sirenas... Ahora podía entender lo mortal que llegaba a ser para una mente poco entrenada.
-Ocurre que tras esas rejas tengo una misión personal y necesito magia de conjuración para entrar-. Dijo calmado, tratando de no mostrarse compasivo con el muchacho. Se veía joven pero sabía lo fuerte y orgulloso que era. No le tomaría mucho tiempo recomponerse.
Le paso un pañuelo y sacó un pergamino en el cual dibujo la runa de sello explosivo si llegase a ser necesario. Empuño el pergamino mientras portaba su espada teniendo ambas manos ocupadas mirando a la rubia de indudable belleza. Prefería arreglar la situación sin tener que requerir a la violencia pero sabía de sobra que si debía tendría que usarla.
-La cosa es así conjuradora-. Recalcó la última palabra con la lengua afilada; fuego con fuego. -Mi madre dejo algo tras esas rejas antes de su muerte y de aquí no se va nadie hasta averiguarlo. Fuego y conjuración-. El tono era demandante así como su mirada asesina. Algo que Kosir quizás no alcanzó a ver en la última aventura, pero lo miró de todas formas. -¿Listo para un nuevo trabajo? Necesitamos sacar su magia para entrar, ¿qué dices? No es el fin del mundo, solo otra aventura para recordar-. Una sonrisa temeraria se forjo en su rostro. Estaba listo para entrar en batalla y sabía que su joven amigo no rechazaría un combate por muy desigual que fuese la contienda. Solo faltaba la decisión de su congenie de raza.
Escuchó con atención las palabras de ambos y ciertamente el bárbaro no dejaba de sorprenderle. Después de haberlo visto en batalla y ebrio a más no poder, le sorprendió ver aquel lado supersticioso y hasta cierto punto infantil. Entendía que los pueblerinos se asustarán con esas historias, pero un guerrero joven y experimentado como Kosir... Se preguntó entonces que tipo de aventuras eran las que acostumbraba, pues esa no era para nada la maestría que había mostrado en la última juntos.
Suspiró aliviado al ver que la fuerza bruta por costumbre no le fallaba. El mago por su parte tenía que hacer un esfuerzo enorme para mantener su mente al margen y no dejarse llevar por la situación. El canto de las sirenas... Ahora podía entender lo mortal que llegaba a ser para una mente poco entrenada.
-Ocurre que tras esas rejas tengo una misión personal y necesito magia de conjuración para entrar-. Dijo calmado, tratando de no mostrarse compasivo con el muchacho. Se veía joven pero sabía lo fuerte y orgulloso que era. No le tomaría mucho tiempo recomponerse.
Le paso un pañuelo y sacó un pergamino en el cual dibujo la runa de sello explosivo si llegase a ser necesario. Empuño el pergamino mientras portaba su espada teniendo ambas manos ocupadas mirando a la rubia de indudable belleza. Prefería arreglar la situación sin tener que requerir a la violencia pero sabía de sobra que si debía tendría que usarla.
-La cosa es así conjuradora-. Recalcó la última palabra con la lengua afilada; fuego con fuego. -Mi madre dejo algo tras esas rejas antes de su muerte y de aquí no se va nadie hasta averiguarlo. Fuego y conjuración-. El tono era demandante así como su mirada asesina. Algo que Kosir quizás no alcanzó a ver en la última aventura, pero lo miró de todas formas. -¿Listo para un nuevo trabajo? Necesitamos sacar su magia para entrar, ¿qué dices? No es el fin del mundo, solo otra aventura para recordar-. Una sonrisa temeraria se forjo en su rostro. Estaba listo para entrar en batalla y sabía que su joven amigo no rechazaría un combate por muy desigual que fuese la contienda. Solo faltaba la decisión de su congenie de raza.
Kendovlah
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Re: Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
Sin duda alguna aquel muchacho de porte bárbaro parecía más bien un niño pequeño y supersticioso en ese momento.¿ E iba a venir con nosotros?...bueno...nunca está mal tener carne de cañón frente a una. ¿No van los peones primero en el ajedrez? Claro que si, así que tampoco le di mucha importancia a aquello y me centré en el elementalista.
.Para ti Nayelis muchacho- dije ne respuesta a la nomenclatura de "conjuradora", aunque era obvio, no sabía mi nombre.- Así que me necesitas, bien, no habrá problema siempre y cuando me digas que hay tras esas rejas - dije señalando a la puerta.- Si me la voy a jugar por un desconocido, en mi balanza de prioridades está el botín...creo que entiendes mi postura ¿no?
Tras decir aquellas palabras me dirigí en dirección a la puerta, hasta estar, a una distancia prudente. Me ajusté la corona y agarré mi muñeca izquierda con mi mano derecha mientras la giraba. Parecía que estaba estirando las manos, y la verdad eso hacia.
-Fuego y conjuración unidos...quién lo diría. Bien dime cual es el premio que hay ahí detrás y empezamos cuando quieras a abrirla. Si vuestra madre dejó algo tras eso, seguramente y como deduces será algo importante.
Comencé a cerrar los dedos de mis manos mientras que a mis pies comenzaba a erguirse una especie de "líquido" negro, que se comenzaba a levantar poco a poco como pequeñas hileras de espigas negras, con el objetivo, de golpear la puerta . A la par, parte de ese líquido formó una capa dorada a mi alrededor, tapando parte del vestido negro.No iba a hacer aún nada, pues necesitaba que el muchacho, Kendo, me dijera que había detrás antes de hacer nada.
-Respóndeme y según lo que me digas, te ayudaré a tirar esa puerta. Y en cuanto a ¿Kosir se llama?. Que no interrumpa en el proceso.
.Para ti Nayelis muchacho- dije ne respuesta a la nomenclatura de "conjuradora", aunque era obvio, no sabía mi nombre.- Así que me necesitas, bien, no habrá problema siempre y cuando me digas que hay tras esas rejas - dije señalando a la puerta.- Si me la voy a jugar por un desconocido, en mi balanza de prioridades está el botín...creo que entiendes mi postura ¿no?
Tras decir aquellas palabras me dirigí en dirección a la puerta, hasta estar, a una distancia prudente. Me ajusté la corona y agarré mi muñeca izquierda con mi mano derecha mientras la giraba. Parecía que estaba estirando las manos, y la verdad eso hacia.
-Fuego y conjuración unidos...quién lo diría. Bien dime cual es el premio que hay ahí detrás y empezamos cuando quieras a abrirla. Si vuestra madre dejó algo tras eso, seguramente y como deduces será algo importante.
Comencé a cerrar los dedos de mis manos mientras que a mis pies comenzaba a erguirse una especie de "líquido" negro, que se comenzaba a levantar poco a poco como pequeñas hileras de espigas negras, con el objetivo, de golpear la puerta . A la par, parte de ese líquido formó una capa dorada a mi alrededor, tapando parte del vestido negro.No iba a hacer aún nada, pues necesitaba que el muchacho, Kendo, me dijera que había detrás antes de hacer nada.
- Tentáculos elementales:
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-Respóndeme y según lo que me digas, te ayudaré a tirar esa puerta. Y en cuanto a ¿Kosir se llama?. Que no interrumpa en el proceso.
Nayelis
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Re: Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
Poco a poco Kosir comienza a calmarse por varios factores, en primer lugar la postura fuerte de su aliado, como punto medio tenemos la tranquilidad que manifiestan ambos chamanes y por ultimo pero no menos importante, su propio orgullo.
Ser el único cobarde de la partida pronto suplanta su miedo tribal por rabia, eso le ayuda a superar la temerosa posición actual. Sean cosas sobrenaturales o normales no importa, un brumoso no puede temerle a nada.
La última acotación de Kendovlah le da la suficiente fortaleza para levantarse otra vez, no rechazara una posible pelea en esta vida sin importar las circunstancias. Esa es una realidad tan inamovible como que la lluvia cae del cielo.
Ambos elementos arcanos parlamentan, cosas que Kosir ignora en su mayoría vale destacar. Algo le queda de entre el cumulo de argumentos raros, Kendo busca cierta herencia oculta de su madre muerta.
Es fácil notar que ambos personajes mágicos no confían entre sí, de darse una alianza seria por el mero propósito de sacar ganancia individual… los exteriores son tan oportunistas que a veces dan mucho asco.
Solo el anaranjado tiene la posibilidad de entablar alianza con su semejante, dependiendo de sus palabras se garantizará una cooperación. El pelirrojo por su parte vuelve a colocar el mandoble en su espalda, para bien o para mal parece que la pelea fue relegada.
La autodenominada Nayelis avanza entonces, rumbo a la puerta misteriosa. En ese instante ocurre algo soberanamente vistoso a ojos del bárbaro, la manipulación de un elemento negruzco desconocido por parte de la mujer.
Puaj… eso es asqueroso.
No tiene buen aspecto y nada en este mundo hará que Kosir toque esa cosa, a saber que efectos raros tiene en un nativo de bosque negro. El elemento femenino maneja la cosa negra con suma habilidad, dándole formas variadas a voluntad.
En ese momento el pequeño guerrero comprende que no hay dos chamanes iguales afuera de su hogar, ya tiene suficientes conocidos mágicos exteriores como para llegar a esa conclusión… algo que no le pone más tranquilo vale destacar.
Para ese entonces Kosir ya se encuentra bastante recuperado, aun escucha voces raras pero poco a poco pierden poder en su mente. No por una barrera lógica ni nada tan elegante, es simple obstinación bárbara.
¿Alguien más escucha mujeres cachondas en su cabeza?
Ser el único cobarde de la partida pronto suplanta su miedo tribal por rabia, eso le ayuda a superar la temerosa posición actual. Sean cosas sobrenaturales o normales no importa, un brumoso no puede temerle a nada.
La última acotación de Kendovlah le da la suficiente fortaleza para levantarse otra vez, no rechazara una posible pelea en esta vida sin importar las circunstancias. Esa es una realidad tan inamovible como que la lluvia cae del cielo.
Ambos elementos arcanos parlamentan, cosas que Kosir ignora en su mayoría vale destacar. Algo le queda de entre el cumulo de argumentos raros, Kendo busca cierta herencia oculta de su madre muerta.
Es fácil notar que ambos personajes mágicos no confían entre sí, de darse una alianza seria por el mero propósito de sacar ganancia individual… los exteriores son tan oportunistas que a veces dan mucho asco.
Solo el anaranjado tiene la posibilidad de entablar alianza con su semejante, dependiendo de sus palabras se garantizará una cooperación. El pelirrojo por su parte vuelve a colocar el mandoble en su espalda, para bien o para mal parece que la pelea fue relegada.
La autodenominada Nayelis avanza entonces, rumbo a la puerta misteriosa. En ese instante ocurre algo soberanamente vistoso a ojos del bárbaro, la manipulación de un elemento negruzco desconocido por parte de la mujer.
Puaj… eso es asqueroso.
No tiene buen aspecto y nada en este mundo hará que Kosir toque esa cosa, a saber que efectos raros tiene en un nativo de bosque negro. El elemento femenino maneja la cosa negra con suma habilidad, dándole formas variadas a voluntad.
En ese momento el pequeño guerrero comprende que no hay dos chamanes iguales afuera de su hogar, ya tiene suficientes conocidos mágicos exteriores como para llegar a esa conclusión… algo que no le pone más tranquilo vale destacar.
Para ese entonces Kosir ya se encuentra bastante recuperado, aun escucha voces raras pero poco a poco pierden poder en su mente. No por una barrera lógica ni nada tan elegante, es simple obstinación bárbara.
¿Alguien más escucha mujeres cachondas en su cabeza?
Kosir
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Re: Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
La resonancia mágica comenzó a hacerse presente una vez Nayelis mostró su habilidad. Las runas de conjuración que guiaban hacía la puerta comenzaban una a una a brillar y desaparecer hasta que un nuevo temblor sacudió la playa y las olas comenzaban a mojar los pies de los espectadores. Las pesadas barras de metal una a una se movieron, ocultándose a saber como para abrir el paso a los magos y el bárbaro.
Kendovlah miró el proceso satisfecho y luego se fijo en Nayelis. Su habilidad era bastante curiosa sin duda. Aquel líquido negro era nuevo para él y no sabía hasta que punto podría entablar una batalla con ella. Había enfrentado ya a tensaís de viento, pero aquello era nuevo. Sin duda tenía mucho que aprender de la conjuración y esta era una oportunidad para presenciarla de cerca.
Sonrió levemente a la nueva compañera. -Kendovlah y Kosir tampoco ha participado en estas aventuras. Con mi madre nunca se sabe, se empeñó en ocultar algo en sus últimos días y aún no estoy cerca de averiguar de que se trataba-. Dijo algo más calmado, no sabía si Nayelis seguiría siendo de ayuda ahí adentro, pero necesitaba darle algo para convencerla. Buscó en su bolsillo y sacó una piedra con una runa desconocida en una de sus caras y la mostró. -Esto es lo primero que he conseguido y créeme que se tomo muchas molestias para ocultarla-. Se guardó de inmediato la piedra y miro a Kosir quien por fin se mostraba más calmado.
No podía dar más detalles pues ni el mismo los sabía y tampoco sabía hasta que punto podía confiar de la conjuradora. Cierto era que la participación de Kosir en aquella expedición le daba algo más de confianza. -Seguramente son sirenas y puede que dentro encontremos más peligros, como sea llegare al fondo de esto-. Dijo y comenzó a avanzar por el pasillo de piedra que poco a poco se transformó en un escalón.
El espacio al interior era bastante grande, parecía una especie de calabozo de esos de las leyendas antiguas. El brujo desenvainó su espada y siguió el descenso por las pronunciadas escaleras. Pudo notar como unas antorchas colgaban desde las paredes y decidió usar su fuego para prenderlas una a una. Al parecer también se activaban con magia pues no fue necesario mucho fuego para prenderlas.
Conforme avanzaban hacía la primera puerta las voces en sus cabezas se hacían más fuertes, pero la distancia aún no era la necesaria como para causar mella en los pensamientos de cada uno.
Pudo observar al costado del marco, dos pedestales a cada lado. Ambos tenían inscritos las mismas runas que pudieron ver a la entrada. Una especie de garra marcaban la cabecera de los pedestales que llegaban a la altura del pecho del brujo quien los miro curioso. Hizo una pequeña bola de fuego sobre su dedo indice pero esta no activo nada como lo había hecho anteriormente. Sin embargo, pudo ver un pequeño agujero en el centro de la palma del pedestal.
-Esto no lo había visto antes-. Dijo en voz alta pero pensativo, no tenía idea de como activar el seguro de esa puerta.
-Sangre, sangre y más sangre-.
-El sacrificio debe realizarse-.
Se escucharon las dos voces, casi cantando y algo temerosas. Entonces dos figuras cayeron. Eran humanoides, aunque su apariencia estaba lejos de ser humana. Sus ojos habían sido cambiados por cicatrices y una sonrisa se dibujo en ambos rostros mirando hacía los presentes. Estaban desnudos y raquíticos, era algo realmente grotesco. Como si hubiesen involucionado tras varios años de pasar encerrados en aquel calabozo alimentándose vaya a saber alguien.
-El muchacho tiene la piedra-.
-Tiene la piedra y la sangre trajo doble-.
Volvieron a recitar las figuras que se pusieron sobre sus dos piernas con algo de esfuerzo mostrando las afiladas garras que tenían como mano. Una bola de fuego salió disparada hacía Nayelis mientras que unos tentáculos de líquido negro comenzaron a aparecer desde el suelo, levantándose rápidamente en forma de púas hacía Kendovlah quien esquivaba con torpeza al ver lo rápido que estos aparecían.
-Intruso sin magia, matar-.
-La cena esta servida-.
Sus rostros se voltearon hacía Kosir volviendo a ponerse sobre cuatro patas y uno saltó rápidamente hacía el bárbaro. Las garras fueron torpes pero estas estaban calientes por el fuego que salían de ellas quemando algo las afiladas uñas de la criatura y desde abajo trato de lanzar otro golpe al muchacho.
-Matar, matar, matar-.
-Sangre, sacrificio de sangre-.
Volvieron a cantar pero antes de que la segunda pudiera decir más, Kendovlah utilizo su habilidad de ascuas corriendo hacía la criatura con magía de conjuración, haciendo que sus llamas fueran a quema ropa, aunque se dispararon en varias direcciones pero la criatura ahora estaba en el aíre. -¡Nayelis, ahora!-. Ordenó el mago mientras empuñaba el pergamino explosivo menor, esperando para usarlo.
---
Off:
Imaginen a dos smeagol solo que más grandes y con magia xD
Kendovlah miró el proceso satisfecho y luego se fijo en Nayelis. Su habilidad era bastante curiosa sin duda. Aquel líquido negro era nuevo para él y no sabía hasta que punto podría entablar una batalla con ella. Había enfrentado ya a tensaís de viento, pero aquello era nuevo. Sin duda tenía mucho que aprender de la conjuración y esta era una oportunidad para presenciarla de cerca.
Sonrió levemente a la nueva compañera. -Kendovlah y Kosir tampoco ha participado en estas aventuras. Con mi madre nunca se sabe, se empeñó en ocultar algo en sus últimos días y aún no estoy cerca de averiguar de que se trataba-. Dijo algo más calmado, no sabía si Nayelis seguiría siendo de ayuda ahí adentro, pero necesitaba darle algo para convencerla. Buscó en su bolsillo y sacó una piedra con una runa desconocida en una de sus caras y la mostró. -Esto es lo primero que he conseguido y créeme que se tomo muchas molestias para ocultarla-. Se guardó de inmediato la piedra y miro a Kosir quien por fin se mostraba más calmado.
No podía dar más detalles pues ni el mismo los sabía y tampoco sabía hasta que punto podía confiar de la conjuradora. Cierto era que la participación de Kosir en aquella expedición le daba algo más de confianza. -Seguramente son sirenas y puede que dentro encontremos más peligros, como sea llegare al fondo de esto-. Dijo y comenzó a avanzar por el pasillo de piedra que poco a poco se transformó en un escalón.
El espacio al interior era bastante grande, parecía una especie de calabozo de esos de las leyendas antiguas. El brujo desenvainó su espada y siguió el descenso por las pronunciadas escaleras. Pudo notar como unas antorchas colgaban desde las paredes y decidió usar su fuego para prenderlas una a una. Al parecer también se activaban con magia pues no fue necesario mucho fuego para prenderlas.
Conforme avanzaban hacía la primera puerta las voces en sus cabezas se hacían más fuertes, pero la distancia aún no era la necesaria como para causar mella en los pensamientos de cada uno.
Pudo observar al costado del marco, dos pedestales a cada lado. Ambos tenían inscritos las mismas runas que pudieron ver a la entrada. Una especie de garra marcaban la cabecera de los pedestales que llegaban a la altura del pecho del brujo quien los miro curioso. Hizo una pequeña bola de fuego sobre su dedo indice pero esta no activo nada como lo había hecho anteriormente. Sin embargo, pudo ver un pequeño agujero en el centro de la palma del pedestal.
-Esto no lo había visto antes-. Dijo en voz alta pero pensativo, no tenía idea de como activar el seguro de esa puerta.
-Sangre, sangre y más sangre-.
-El sacrificio debe realizarse-.
Se escucharon las dos voces, casi cantando y algo temerosas. Entonces dos figuras cayeron. Eran humanoides, aunque su apariencia estaba lejos de ser humana. Sus ojos habían sido cambiados por cicatrices y una sonrisa se dibujo en ambos rostros mirando hacía los presentes. Estaban desnudos y raquíticos, era algo realmente grotesco. Como si hubiesen involucionado tras varios años de pasar encerrados en aquel calabozo alimentándose vaya a saber alguien.
-El muchacho tiene la piedra-.
-Tiene la piedra y la sangre trajo doble-.
Volvieron a recitar las figuras que se pusieron sobre sus dos piernas con algo de esfuerzo mostrando las afiladas garras que tenían como mano. Una bola de fuego salió disparada hacía Nayelis mientras que unos tentáculos de líquido negro comenzaron a aparecer desde el suelo, levantándose rápidamente en forma de púas hacía Kendovlah quien esquivaba con torpeza al ver lo rápido que estos aparecían.
-Intruso sin magia, matar-.
-La cena esta servida-.
Sus rostros se voltearon hacía Kosir volviendo a ponerse sobre cuatro patas y uno saltó rápidamente hacía el bárbaro. Las garras fueron torpes pero estas estaban calientes por el fuego que salían de ellas quemando algo las afiladas uñas de la criatura y desde abajo trato de lanzar otro golpe al muchacho.
-Matar, matar, matar-.
-Sangre, sacrificio de sangre-.
Volvieron a cantar pero antes de que la segunda pudiera decir más, Kendovlah utilizo su habilidad de ascuas corriendo hacía la criatura con magía de conjuración, haciendo que sus llamas fueran a quema ropa, aunque se dispararon en varias direcciones pero la criatura ahora estaba en el aíre. -¡Nayelis, ahora!-. Ordenó el mago mientras empuñaba el pergamino explosivo menor, esperando para usarlo.
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Imaginen a dos smeagol solo que más grandes y con magia xD
Kendovlah
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Re: Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
Parecía que la puerta había detectado la magia y esta se abrió para nosotros mientras nos mojaban los pies las olas producidas por el movimiento de aquella cosa. La verdad es que me había quedado sorprendida, pues aquello, no era magia básica ni mucho menos....parecía algo más complejo y peligroso...y demonios...me gustaba.
-Espero que valga la pena- Dije mientras mis espigas negras comenzaban a deshacerse y a volver al suelo hasta que el líquido se ocultó bajo mi vestido desapareciendo a la vista mientras mantenía la vista en Kendoviah.- Tu madre bien podía haberte dado lo que te tuviera que dar de una forma menos...llamativa ¿no?- dije antes de entrar por aquel umbral mágico.
Una vez cruzado el pasillo de piedra hasta los escalones. Yo seguía a Kendoviah a una distancia prudente de unos metros tras de él, pues como era obvio, no conocía el lugar ni lo que podía haber ahí dentro. En un primer momento, aquello parecía un calabozo.
-¿Tu madre era de las mías? - Pregunté jocosa- Parece que si esto es de su invención, hacía cosas que darían vergüenza a un hijo-dije sin detenerme.
Continuamos caminando los tres , y las voces que antes eran simples molestias puntuales, ahora se hacían cada vez más pronunciadas y empezaban a molestar de verdad..y si eso fuera poco cuando llegamos a una puerta cuya llave no poseíamos.
-Claro que no lo habías visto antes- dije un tanto preocupada y abriendo los ojos como platos- ¿Una cerradura de sangre?
No pude pensar demasiado ya que dos escuálidas figuras saltaron frente a nosotros y en ese preciso momento una bola de fuego se dirigió hacia mi. Rápidamente crucé mis brazos frente a mi y una serie de espigas salieron del suelo haciendo una "pantalla" para boquear la bola de fuego, como si de una muralla negra se tratase. Miré a Kendo, que tenía sus propios problemas.
-¿¡De que piedra hablan?!
Seguramente Kendo no tendría tiempo de responderme, y Kosir menos, pues estaban siendo hostigados por aquellos seres repugnantes. Kendo por suerte lanzó una serie de ascuas contra uno de ellos, que había saltado en el aire para atacar.
"Nayelis, ahora". ¿como? ¿Que pretendía que hiciera?.No sabía exactamente que ofensiva hacer contra aquel bicho, pero si Kendo iba a hacerle algún tipo de daño, creo que lo mejor era mantener quieto a ese ser escuálido.
"Espero haberte leído la mente", porque si no estás jodido
En ese preciso instante volví a generar aquel líquido nuevamente creando varias espigas. Mi intención eran lanzalas contra aquel bicho, clavárselas en las extremidades y mantenerlo inmóvil en el suelo. Asi que eso intenté.
-¡Voy!- dije estirando mi brazo izquierdo hacia adelante y ordenando a las espigas que se lanzaran contra el bicho escuálido para someterlo en el suelo.
-Espero que valga la pena- Dije mientras mis espigas negras comenzaban a deshacerse y a volver al suelo hasta que el líquido se ocultó bajo mi vestido desapareciendo a la vista mientras mantenía la vista en Kendoviah.- Tu madre bien podía haberte dado lo que te tuviera que dar de una forma menos...llamativa ¿no?- dije antes de entrar por aquel umbral mágico.
Una vez cruzado el pasillo de piedra hasta los escalones. Yo seguía a Kendoviah a una distancia prudente de unos metros tras de él, pues como era obvio, no conocía el lugar ni lo que podía haber ahí dentro. En un primer momento, aquello parecía un calabozo.
-¿Tu madre era de las mías? - Pregunté jocosa- Parece que si esto es de su invención, hacía cosas que darían vergüenza a un hijo-dije sin detenerme.
Continuamos caminando los tres , y las voces que antes eran simples molestias puntuales, ahora se hacían cada vez más pronunciadas y empezaban a molestar de verdad..y si eso fuera poco cuando llegamos a una puerta cuya llave no poseíamos.
-Claro que no lo habías visto antes- dije un tanto preocupada y abriendo los ojos como platos- ¿Una cerradura de sangre?
No pude pensar demasiado ya que dos escuálidas figuras saltaron frente a nosotros y en ese preciso momento una bola de fuego se dirigió hacia mi. Rápidamente crucé mis brazos frente a mi y una serie de espigas salieron del suelo haciendo una "pantalla" para boquear la bola de fuego, como si de una muralla negra se tratase. Miré a Kendo, que tenía sus propios problemas.
-¿¡De que piedra hablan?!
Seguramente Kendo no tendría tiempo de responderme, y Kosir menos, pues estaban siendo hostigados por aquellos seres repugnantes. Kendo por suerte lanzó una serie de ascuas contra uno de ellos, que había saltado en el aire para atacar.
"Nayelis, ahora". ¿como? ¿Que pretendía que hiciera?.No sabía exactamente que ofensiva hacer contra aquel bicho, pero si Kendo iba a hacerle algún tipo de daño, creo que lo mejor era mantener quieto a ese ser escuálido.
"Espero haberte leído la mente", porque si no estás jodido
En ese preciso instante volví a generar aquel líquido nuevamente creando varias espigas. Mi intención eran lanzalas contra aquel bicho, clavárselas en las extremidades y mantenerlo inmóvil en el suelo. Asi que eso intenté.
-¡Voy!- dije estirando mi brazo izquierdo hacia adelante y ordenando a las espigas que se lanzaran contra el bicho escuálido para someterlo en el suelo.
- Tentáculos elementales:
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Tentáculos elementales:" (Activable) Genera a partir de su cuerpo unos "tentáculos" elementales que funcionan como lanzas y pueden ser usados para atacar a alguien, trepar etc. Pueden ser cortados y lanzados como lanzas independientes, como si se tratara de proyectiles. Del mismo modo si se cortan el conjurador puede regenerarlos. Su fuerza radica en la INT de la bruja.
Nayelis
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Re: Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
Es un tanto difícil para el salvaje no sorprenderse con cualquier evento mágico extraño, creció en una sociedad muy “normal” en ese sentido. Por esta razón apenas puede tener la boca cerrada con el espectáculo de la puerta.
Consiguen acceso entonces, directamente a las profundidades de cierta cueva marina. Aunque el pelirrojo se mantiene más tiempo en tierra firme que sus compañeros, termina por relegar su sentido de auto preservación.
Avanzan en bajada, por una especie de templo rocoso. No es la clase de cosas que se consiguen todos los días, un nutrido grupo de personas tuvo que tener intereses en el lugar aunque eso fue hace mucho tiempo.
El anaranjado enciende antorchas con su magia, bastante rápido vale destacar. O Kendovlah ha pulido sus extrañas habilidades o el recinto que recorren tiene un poco de magia residual entre sus paredes.
La luz no agrega nada de tranquilidad a la mente del salvaje, puede jurar que las voces bizarras se intensifican a cada paso. Mantiene el control de momento aunque le gustaría tener algo que destrozar con su mandoble para centrar la mente.
¿Tu madre te regalo una piedra?
Debe ser algo simbólico sin duda, cualquier utilidad práctica ahora mismo se le escapa al muchacho. Tampoco puede hablar mucho pues lleva encima bastantes cosas culturales que al momento de la verdad son meros adornos.
Pronto encuentran una puerta cerrada con estatuas aterradoras alrededor, dichas réplicas en piedra toman la completa atención del joven chamán. Para bien o para mal la hora del explorador acaba por intervención inesperada.
Andros…
Lo que viene a su encuentro en una visión desagradable en cualquier sociedad, seres con la contextura de un esqueleto que además hablan y caminan. Es claro que dejaron su existencia mortal hace mucho.
Como si las plegarias de Kosir fueran escuchadas por sus dioses, estas cosas inician una pelea luego de lanzar palabras confusas. El pequeño luchador es el único de su grupo que toma la situación de buena manera.
¡¡Finalmente!!
Los aliados son asediados con réplicas de sus propios poderes… al menos varían en relación usuario/ataque. El pelirrojo queda de ultimo pero esto no disminuye la intensidad de la ofensiva predilecta, bloquea el ataque físico aunque tiene tanta fuerza que lo hace retroceder.
Bastante fuerza para ser una rama caminante.
Masculla de inmediato, menudos hostiles. La siguiente carga directa termina siendo esquivada por los pelos, el habitante de bosque negro aprovecha entonces su reciente ventana para asestar un ataque decapitador.
Consiguen acceso entonces, directamente a las profundidades de cierta cueva marina. Aunque el pelirrojo se mantiene más tiempo en tierra firme que sus compañeros, termina por relegar su sentido de auto preservación.
Avanzan en bajada, por una especie de templo rocoso. No es la clase de cosas que se consiguen todos los días, un nutrido grupo de personas tuvo que tener intereses en el lugar aunque eso fue hace mucho tiempo.
El anaranjado enciende antorchas con su magia, bastante rápido vale destacar. O Kendovlah ha pulido sus extrañas habilidades o el recinto que recorren tiene un poco de magia residual entre sus paredes.
La luz no agrega nada de tranquilidad a la mente del salvaje, puede jurar que las voces bizarras se intensifican a cada paso. Mantiene el control de momento aunque le gustaría tener algo que destrozar con su mandoble para centrar la mente.
¿Tu madre te regalo una piedra?
Debe ser algo simbólico sin duda, cualquier utilidad práctica ahora mismo se le escapa al muchacho. Tampoco puede hablar mucho pues lleva encima bastantes cosas culturales que al momento de la verdad son meros adornos.
Pronto encuentran una puerta cerrada con estatuas aterradoras alrededor, dichas réplicas en piedra toman la completa atención del joven chamán. Para bien o para mal la hora del explorador acaba por intervención inesperada.
Andros…
Lo que viene a su encuentro en una visión desagradable en cualquier sociedad, seres con la contextura de un esqueleto que además hablan y caminan. Es claro que dejaron su existencia mortal hace mucho.
Como si las plegarias de Kosir fueran escuchadas por sus dioses, estas cosas inician una pelea luego de lanzar palabras confusas. El pequeño luchador es el único de su grupo que toma la situación de buena manera.
¡¡Finalmente!!
Los aliados son asediados con réplicas de sus propios poderes… al menos varían en relación usuario/ataque. El pelirrojo queda de ultimo pero esto no disminuye la intensidad de la ofensiva predilecta, bloquea el ataque físico aunque tiene tanta fuerza que lo hace retroceder.
Bastante fuerza para ser una rama caminante.
Masculla de inmediato, menudos hostiles. La siguiente carga directa termina siendo esquivada por los pelos, el habitante de bosque negro aprovecha entonces su reciente ventana para asestar un ataque decapitador.
Kosir
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Re: Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
-No era conjuradora, usaba la misma magia que yo pero a niveles muy superiores-. Respondió mientras avanzaban a Nayelis. Luego del incidente con Uriel en Lunargenta, Kendovlah pasó mucho tiempo escuchando historias del viejo Hank que alcanzó a conocerla. Miró a Kosir y negó con la cabeza. -Con lo que tuvimos que pasar para encontrar esta piedra, estoy seguro que no quería que alguien la encontrase-. Respondió aunque no quería divagar más en el asunto entonces. -Lo que sea que nos espera, estoy seguro de que tampoco quería que lo averigüemos-.
(…)
Volviendo a la pelea, la habilidad de Nayelis surtió efecto logrando detener a la criatura. Los tentáculos fueron a clavarse en sus hombros dejándola suspendida en el aíre. Kosir por su parte no logra asestar el golpe final por los pelos. La criatura se recompuso justo a tiempo para moverse cambiando de perfil y dejando que el mandoble del chico pasará de largo. Viendo esto, la criatura se movió dando unos saltos rápidos hacía atrás y centrando la vista en su compañero inmovilizado.
-Maldita Brinnah, tienes la piedra. Perra traidora-.
-Tu no deberías estar vivo, tu madre no lo quería. Nosotros tampoco-.
Escuchó a las criaturas decir eso y sintió un golpe dentro de su cabeza que lo movió todo. Tras la confusión llego la furia y la mirada asesina del brujo se clavó sobre la criatura suspendida en el aire. -¡¿Cómo te atreves engendro?!-.
-Brinnah nos enseño y traicióno-.
-A tu madre y a nosotros-.
-No lo vio, todos se rieron-.
-Perra traidora, ¡terminaremos lo que tu madre quería!-.
Kendovlah parecía de momento más confundido que nunca, hablaban de pronto como si la mujer que lo crió no hubiese sido su madre, además hablaban de una traición que no entendía del todo. En beltrexus fue igual. Los piratas hablaban de traición y venganza. Tendría que sobrevivir, volver con Hank y encontrar más respuestas en Hekshold.
Enfurecido y confundido el túnica naranja comienza una carrera en corto mientras desenvaina su espada. La criatura libre intenta interceptarlo, pero Kendovlah estaba más cerca y lográ un salto. Acto seguido mueve el lado de su cuerpo con el que sostenía la espada en el aíre para clavarla en el corazón de la criatura detenida matándola ahí, pero el muchacho estaba en una especie de frenesí provocado por la confusión mezclada con la adrenalina. Clavó aún más la espada en la criatura que gritó antes de morir y una vez muerta comenzó una serie de puñetazos en el rostro.
La otra que seguía con vida rugió un no gutural y embistió al muchacho haciéndolo caer al suelo y soltar su espada. Por segundos Kosir y Nayelis pudieron ver a la criatura tomar una pose de combate más humana mientras que el brujo se recomponía y embestía. Desesperado comenzó a intercambiar puñetazos con la criatura mientras esta hablaba. El brujo apenas escuchaba.
-Brinnah y ahora tú. Debes morir, eras sacrificio de sangre por derecho de nacimiento-. Kendovlah no escuchaba, simplemente seguía intercambiando golpes aunque su físico poco a poco comenzó a ceder. La criatura también era débil por haber sido brujo cuando aún conservaba algo de humanidad, pero su condición actual la hacía más resistente que el aprendiz de mago.
No era la primera vez que se veía al brujo así. Odiaba que hablarán mal de su madre y en los muelles de Lunargenta ya había intercambiado puñetazos sabiendo que las tenía de perder, aunque era primera vez que se le veía tan inmerso en la batalla, casi como si tratara de despejar su confusión usando la violencia que muchas veces el mismo criticaba.
La sangre esparcida por la criatura muerta llegó al pilar de fuego. Este se activó entonces y se escuchó como empezaba a crujir y se movió levemente por un lado. Aún faltaba activar el segundo pilar.
(…)
Volviendo a la pelea, la habilidad de Nayelis surtió efecto logrando detener a la criatura. Los tentáculos fueron a clavarse en sus hombros dejándola suspendida en el aíre. Kosir por su parte no logra asestar el golpe final por los pelos. La criatura se recompuso justo a tiempo para moverse cambiando de perfil y dejando que el mandoble del chico pasará de largo. Viendo esto, la criatura se movió dando unos saltos rápidos hacía atrás y centrando la vista en su compañero inmovilizado.
-Maldita Brinnah, tienes la piedra. Perra traidora-.
-Tu no deberías estar vivo, tu madre no lo quería. Nosotros tampoco-.
Escuchó a las criaturas decir eso y sintió un golpe dentro de su cabeza que lo movió todo. Tras la confusión llego la furia y la mirada asesina del brujo se clavó sobre la criatura suspendida en el aire. -¡¿Cómo te atreves engendro?!-.
-Brinnah nos enseño y traicióno-.
-A tu madre y a nosotros-.
-No lo vio, todos se rieron-.
-Perra traidora, ¡terminaremos lo que tu madre quería!-.
Kendovlah parecía de momento más confundido que nunca, hablaban de pronto como si la mujer que lo crió no hubiese sido su madre, además hablaban de una traición que no entendía del todo. En beltrexus fue igual. Los piratas hablaban de traición y venganza. Tendría que sobrevivir, volver con Hank y encontrar más respuestas en Hekshold.
Enfurecido y confundido el túnica naranja comienza una carrera en corto mientras desenvaina su espada. La criatura libre intenta interceptarlo, pero Kendovlah estaba más cerca y lográ un salto. Acto seguido mueve el lado de su cuerpo con el que sostenía la espada en el aíre para clavarla en el corazón de la criatura detenida matándola ahí, pero el muchacho estaba en una especie de frenesí provocado por la confusión mezclada con la adrenalina. Clavó aún más la espada en la criatura que gritó antes de morir y una vez muerta comenzó una serie de puñetazos en el rostro.
La otra que seguía con vida rugió un no gutural y embistió al muchacho haciéndolo caer al suelo y soltar su espada. Por segundos Kosir y Nayelis pudieron ver a la criatura tomar una pose de combate más humana mientras que el brujo se recomponía y embestía. Desesperado comenzó a intercambiar puñetazos con la criatura mientras esta hablaba. El brujo apenas escuchaba.
-Brinnah y ahora tú. Debes morir, eras sacrificio de sangre por derecho de nacimiento-. Kendovlah no escuchaba, simplemente seguía intercambiando golpes aunque su físico poco a poco comenzó a ceder. La criatura también era débil por haber sido brujo cuando aún conservaba algo de humanidad, pero su condición actual la hacía más resistente que el aprendiz de mago.
No era la primera vez que se veía al brujo así. Odiaba que hablarán mal de su madre y en los muelles de Lunargenta ya había intercambiado puñetazos sabiendo que las tenía de perder, aunque era primera vez que se le veía tan inmerso en la batalla, casi como si tratara de despejar su confusión usando la violencia que muchas veces el mismo criticaba.
La sangre esparcida por la criatura muerta llegó al pilar de fuego. Este se activó entonces y se escuchó como empezaba a crujir y se movió levemente por un lado. Aún faltaba activar el segundo pilar.
Kendovlah
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Re: Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
Parecía que había logrado salvar el pellejo al menos por unos minutos, lo que provocó, que lanzara un leve suspiro por la boca al ver que todo por mi parte iba bien. Parecía que la cosa se estaba calentando de más, sobre todo, cuando Kendoviah estaba siendo provocado por aquel ser asqueroso.
-Amigo mío quién demonios es Brinnah, perdona que te lo diga, pero estoy algo perdida entre tanto asunto familiar¿ quieres que te deje solo con estos dos para que habléis sosegadamente?-dije con total sarcasmo mientras el líquido negro volvía a formarse desde mis pies creando otra espiga negra que apuntaba al ser que se mantenía de pie.- ¿Lo mato de una vez y continuamos?
Mis palabras parecieron caer en saco roto en el momento en que dio muerte a una de ellas, y no contento, se puso a pegarle con furiosa cólera en la cara....algo impactante, al menos, para mi. Cuando me disponía a responder el fuego del otro ser vi como la sangre del bicho muerto había llegado al pilar de fuego, abriéndose lo que parecía una cerradura.
"¿Una cerradura de sangre?...este brujo oculta cosas que no debería". Pensé para mi ante el asombro de ver como aquel pilar se había activado...mientras se dibujaba una sonrisa en mi cara.
-Amigo mío quién demonios es Brinnah, perdona que te lo diga, pero estoy algo perdida entre tanto asunto familiar¿ quieres que te deje solo con estos dos para que habléis sosegadamente?-dije con total sarcasmo mientras el líquido negro volvía a formarse desde mis pies creando otra espiga negra que apuntaba al ser que se mantenía de pie.- ¿Lo mato de una vez y continuamos?
Mis palabras parecieron caer en saco roto en el momento en que dio muerte a una de ellas, y no contento, se puso a pegarle con furiosa cólera en la cara....algo impactante, al menos, para mi. Cuando me disponía a responder el fuego del otro ser vi como la sangre del bicho muerto había llegado al pilar de fuego, abriéndose lo que parecía una cerradura.
"¿Una cerradura de sangre?...este brujo oculta cosas que no debería". Pensé para mi ante el asombro de ver como aquel pilar se había activado...mientras se dibujaba una sonrisa en mi cara.
-Bien muchacho, apártate- dije refiriéndome a Kosir- Vamos a regar un poco el suelo....-dije extendiendo mi mano al frente creando un pequeño charco negro a los pies de aquel ser. Mi intención era que varias espigas salieran del suelo empalando a aquel ser decrépito, pero si no lo lograba, rápidamente lanzaría con la otra mano varias lanzas-espiga para inmovilizarlo contra el suelo.
Nayelis
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Re: Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
El bicho resulta ser más ágil de lo esperado, nada mal para un cadáver ambulante. Lo cierto es que logra retroceder y el ataque de Kosir queda en nada, pero por lo menos no recibe una respuesta peligrosa.
A partir de allí, Kendovlah toma el total dominio de la pelea… si es que puede llamarse de esa forma lo que ocurre a continuación. Prácticamente pierde el control ante las palabras del dúo descompuesto hace tanto.
Kosir al igual que todos los presentes escucha con lujo de detalles, algo sobre sacrificios y la madre del chamán. Son temas complicados sin duda aunque lejos del posible contexto familiar que puede entender, está en blanco.
Al parecer los personajes mágicos exteriores tienen tramas extrañas que definen sus vidas, mucho más alejadas de la realidad que el resto. Debe ser un curioso estilo de vida convivir con tales trasfondos todo el tiempo.
Por su parte el brujo naranja se pierde en cólera, luego de eliminar violentamente al primer bicho, se enfrasca en una pelea de puñetazos con el segundo. Menuda imagen si tenemos en cuenta que la violencia física no es su fuerte.
El pelirrojo mira toda la escena con un rostro de confusión, por un momento su aliado parece cualquier brumoso encolerizado… simbólicamente claro pues los habitantes de bosque negro golpearían más fuerte.
Mientras tanto, el charco de sangre del primer hostil neutralizado termina por activar algo cuando toca un pilar. El muchacho no entiende nada de nada pero sabe reconocer un ruido raro cuando lo escucha.
Por su parte la mujer del vestido dorado decide neutraliza la amenaza permanentemente, en cierto modo es de agradecer pues el intercambio de golpes comienza a prolongarse bastante. Es el tipo de cosas que solo resulta entretenido los primeros minutos.
El líquido desagradable entonces comienza a manifestarse otra vez alrededor de la hembra, una habilidad que el salvaje aún no termina de entender. Lo cierto es que tarda tanto moldeando sus espigas que el propio chico decide intervenir por falta de paciencia.
En una ventana de posibilidades, arroja su mandoble rumbo al cadáver animado. Esta vez consigue pegarle de lleno y gracias a la fuerza del lanzamiento lo deja incrustado en el otro pilar. Lo siguiente que hace es sonreír como un niño mientras pasa a justificarse.
Lo siento, estaba durando demasiado.
A partir de allí, Kendovlah toma el total dominio de la pelea… si es que puede llamarse de esa forma lo que ocurre a continuación. Prácticamente pierde el control ante las palabras del dúo descompuesto hace tanto.
Kosir al igual que todos los presentes escucha con lujo de detalles, algo sobre sacrificios y la madre del chamán. Son temas complicados sin duda aunque lejos del posible contexto familiar que puede entender, está en blanco.
Al parecer los personajes mágicos exteriores tienen tramas extrañas que definen sus vidas, mucho más alejadas de la realidad que el resto. Debe ser un curioso estilo de vida convivir con tales trasfondos todo el tiempo.
Por su parte el brujo naranja se pierde en cólera, luego de eliminar violentamente al primer bicho, se enfrasca en una pelea de puñetazos con el segundo. Menuda imagen si tenemos en cuenta que la violencia física no es su fuerte.
El pelirrojo mira toda la escena con un rostro de confusión, por un momento su aliado parece cualquier brumoso encolerizado… simbólicamente claro pues los habitantes de bosque negro golpearían más fuerte.
Mientras tanto, el charco de sangre del primer hostil neutralizado termina por activar algo cuando toca un pilar. El muchacho no entiende nada de nada pero sabe reconocer un ruido raro cuando lo escucha.
Por su parte la mujer del vestido dorado decide neutraliza la amenaza permanentemente, en cierto modo es de agradecer pues el intercambio de golpes comienza a prolongarse bastante. Es el tipo de cosas que solo resulta entretenido los primeros minutos.
El líquido desagradable entonces comienza a manifestarse otra vez alrededor de la hembra, una habilidad que el salvaje aún no termina de entender. Lo cierto es que tarda tanto moldeando sus espigas que el propio chico decide intervenir por falta de paciencia.
En una ventana de posibilidades, arroja su mandoble rumbo al cadáver animado. Esta vez consigue pegarle de lleno y gracias a la fuerza del lanzamiento lo deja incrustado en el otro pilar. Lo siguiente que hace es sonreír como un niño mientras pasa a justificarse.
Lo siento, estaba durando demasiado.
Kosir
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Re: Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
La voz de Nayelis logró sacarlo del trance de cólera en el que se encontraba justo a tiempo. Tenía la cara bastante golpeada ya y algunos moretones comenzaban a formarse. La habilidad de la bruja logra detener a la criatura en el momento que iba a lanzar un derechazo directo al rostro del túnica naranja, deteniéndolo a centímetros del impacto. Acto seguido el mandoble de Kosir manda a la criatura al purgatorio junto con su hermano.
Kendovlah cae sentado en el suelo y mira a la criatura con la que estaba peleando ya inerte. La sangre comienza a brotar por donde había impactado el mandoble y ve como la esta va directamente a la segunda cerradura, haciendo que la tierra comenzará a moverse nuevamente y la puerta finalmente se abrió. Tras la confusión pensó por unos segundos que Brinnah hubiese dejado a esos dos como guardianes de la puerta, pero con todo lo que le había enseñado, la posibilidad simplemente no le cuadraba. Aquella no era la madre que lo había criado.
Trato de recuperar el aliento y poniendo su mano en su cara para calcular el daño recibido, hizo una mueca para ponerse de píe y camino hacía su espada. La sacudió un par de veces para quitar la sangre y volvió su rostro hacía Kosir. -Estamos a mano-. Dijo algo agitado recordando el último combate del muchacho y luego miró a Nayelis. -Lo siento, me deje llevar. Brinnah era mi madre-. Se disculpó y respiró con fuerza en un intento de tranquilizarse. Aún sentía como los pensamientos le daban vueltas y una vez la puerta abierta los cantos de las sirenas comenzaron a sentirse con más fuerza.
-Kosir, ¿puedes tomar la delantera?-. Preguntó mientas esperaba en el marco de la puerta. Aún estaba algo agitado y mareado por el intercambio de golpes, pero aquello curiosamente le había servido para calmarse y pensar las cosas desde otra perspectiva. Ahora también estaba la duda de su procedencia, pues recordando las palabras de sus enemigos, según ellos Brinnah no había sido su madre y sin embargo, se negaba a aceptar aquella suposición. Todos los enemigos enfrentados hasta entonces que tenían alguna relación y el mismo paso toda su vida afirmando ser hijo de la bruja que le crió.
Volvió a mirar a Nayelis y recordó los símbolos de conjuración grabados alrededor de la piedra que había tomado en una eternidad sin magia. Tomó un pergamino y una tiza de carbón y comenzó a dibujar la imagen de las runas y la piedra según podía recordar. -¿Reconoces esto?-. Le preguntó tendiéndole el papel. -Al parecer funcionaban como mecanismo para extracción del éter, pero esto tenía un fin algo macabro-. Dijo algo aturdido aún pero comenzó a avanzar.
El camino que se dibujaba ante ellos iba en línea recta hacía abajo, las profundidades del océano. Esta vez la oscuridad se hacía mucho más latente conforme avanzaban hasta llegar a una nueva sala.
De vez en cuanto podían sentir pequeños charcos de agua cuyo recurso se filtraba entre medio de las viejas paredes de piedra. Una vez en la sala podían ver más runas de fuego y conjuración, estas parpadeaban levemente en las paredes e incrementaban un poco su esplendor conforme los brujos se acercaban. Al parecer estas funcionaban con resonancia mágica.
Casi llegando al final de la habitación, al medio de las paredes laterales se podía observar como faltaba parte del suelo y un brillo de luz se filtraba por debajo del agua. De vez en cuanto podían observar como el agua se movía levemente. -Fin del camino y otro acertijo al parecer-. Dijo el túnica naranja algo más recuperado y entusiasta. Podía sentir como se acercaban al premio final.
-Tesoro en las profundidades, traición y muerte. Cantó agónico y confuso. Acercarse al final ¿sorpresa sorpresa pequeños mortales?-. Pudieron escuchar en sus cabezas un canto seductor mucho más cerca de lo que esperaban.
-¿Qué demonios?-. Se preguntó el brujo, las voces se silenciaron tras la última estrofa y el agua comenzó a brotar hacía arriba cuan fuente de agua esperando a recibir monedas y los deseos de los intrusos que pudiesen llegar hasta ahí.
Kendovlah cae sentado en el suelo y mira a la criatura con la que estaba peleando ya inerte. La sangre comienza a brotar por donde había impactado el mandoble y ve como la esta va directamente a la segunda cerradura, haciendo que la tierra comenzará a moverse nuevamente y la puerta finalmente se abrió. Tras la confusión pensó por unos segundos que Brinnah hubiese dejado a esos dos como guardianes de la puerta, pero con todo lo que le había enseñado, la posibilidad simplemente no le cuadraba. Aquella no era la madre que lo había criado.
Trato de recuperar el aliento y poniendo su mano en su cara para calcular el daño recibido, hizo una mueca para ponerse de píe y camino hacía su espada. La sacudió un par de veces para quitar la sangre y volvió su rostro hacía Kosir. -Estamos a mano-. Dijo algo agitado recordando el último combate del muchacho y luego miró a Nayelis. -Lo siento, me deje llevar. Brinnah era mi madre-. Se disculpó y respiró con fuerza en un intento de tranquilizarse. Aún sentía como los pensamientos le daban vueltas y una vez la puerta abierta los cantos de las sirenas comenzaron a sentirse con más fuerza.
-Kosir, ¿puedes tomar la delantera?-. Preguntó mientas esperaba en el marco de la puerta. Aún estaba algo agitado y mareado por el intercambio de golpes, pero aquello curiosamente le había servido para calmarse y pensar las cosas desde otra perspectiva. Ahora también estaba la duda de su procedencia, pues recordando las palabras de sus enemigos, según ellos Brinnah no había sido su madre y sin embargo, se negaba a aceptar aquella suposición. Todos los enemigos enfrentados hasta entonces que tenían alguna relación y el mismo paso toda su vida afirmando ser hijo de la bruja que le crió.
Volvió a mirar a Nayelis y recordó los símbolos de conjuración grabados alrededor de la piedra que había tomado en una eternidad sin magia. Tomó un pergamino y una tiza de carbón y comenzó a dibujar la imagen de las runas y la piedra según podía recordar. -¿Reconoces esto?-. Le preguntó tendiéndole el papel. -Al parecer funcionaban como mecanismo para extracción del éter, pero esto tenía un fin algo macabro-. Dijo algo aturdido aún pero comenzó a avanzar.
El camino que se dibujaba ante ellos iba en línea recta hacía abajo, las profundidades del océano. Esta vez la oscuridad se hacía mucho más latente conforme avanzaban hasta llegar a una nueva sala.
De vez en cuanto podían sentir pequeños charcos de agua cuyo recurso se filtraba entre medio de las viejas paredes de piedra. Una vez en la sala podían ver más runas de fuego y conjuración, estas parpadeaban levemente en las paredes e incrementaban un poco su esplendor conforme los brujos se acercaban. Al parecer estas funcionaban con resonancia mágica.
Casi llegando al final de la habitación, al medio de las paredes laterales se podía observar como faltaba parte del suelo y un brillo de luz se filtraba por debajo del agua. De vez en cuanto podían observar como el agua se movía levemente. -Fin del camino y otro acertijo al parecer-. Dijo el túnica naranja algo más recuperado y entusiasta. Podía sentir como se acercaban al premio final.
-Tesoro en las profundidades, traición y muerte. Cantó agónico y confuso. Acercarse al final ¿sorpresa sorpresa pequeños mortales?-. Pudieron escuchar en sus cabezas un canto seductor mucho más cerca de lo que esperaban.
-¿Qué demonios?-. Se preguntó el brujo, las voces se silenciaron tras la última estrofa y el agua comenzó a brotar hacía arriba cuan fuente de agua esperando a recibir monedas y los deseos de los intrusos que pudiesen llegar hasta ahí.
Kendovlah
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Re: Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
"Tardando" pensé para mi mientras fulminaba a Kosir con una mirada que parecía de auténtica víbora. No le di mayor relevancia al asunto . Parecía que Kendoviah ya se había dado cuenta de que estaba golpeando a un muerto, pero conste, me parecía un tanto gracioso....el sentimentalismo siempre lleva a hacer acciones de este tipo. Me acerqué a él una vez había recuperado la compostura.
-Tu madre tiene muchos secretos ¿no? Una puerta mágica sellada, cerraduras de sangre...guardianes...y un secreto que por desgracia tanto Kosir como yo desconocemos. ¿Porqué tengo la sensación de que me ocultas algo?- dije con un tono inquisitorial.
Kendoviah pareció responder mandando a Kosir un poco más adelante de nosotros. Sacó un pergamino y carboncillo y comenzó a dibujarme lo que parecían unas runas, pero que pare mi eran desconocidas, o al menos, su información era difusa para mi. Aún asi me aventuré a pronunciar lo que pensaba.
-He visto estas runas antes, sin embargo no recuerdo donde.-dije pensativa- Normalmente estos mecanismos como dices..son macabros y normalmente suelen llevarse a alguien por delante en el intento de usarlos.-finalicé sin darle una respuesta concreta mientras comenzaba a caminar pensando en donde había visto antes esas runas.
Nuestro siguiente nivel parecía bajo el mar, en un lugar más oscuro que el anterior, con un silencio atronador que solo se veía interrumpido por el fluir del agua en las paredes. La poca luz que había era por unas runas dibujadas en la pared que brillaban a destiempo....hasta que de nuevo dimos con el siguiente acertijo.
-Oh por todos los cuervos....¿no podía simplemente tu madre darte una llave y decirte: "eh hijo entra y toma lo que es tuyo"- dije sarcástica antes de que el sonido que brotaba de aquella agua se silenciara y esta comenzara brotar hacia arriba.
-O sale algo de ahí....o quiere que le demos algo -dije confusa mientras preparaba mi mano izquierda para actuar en caso de ser necesario.
-Tu madre tiene muchos secretos ¿no? Una puerta mágica sellada, cerraduras de sangre...guardianes...y un secreto que por desgracia tanto Kosir como yo desconocemos. ¿Porqué tengo la sensación de que me ocultas algo?- dije con un tono inquisitorial.
Kendoviah pareció responder mandando a Kosir un poco más adelante de nosotros. Sacó un pergamino y carboncillo y comenzó a dibujarme lo que parecían unas runas, pero que pare mi eran desconocidas, o al menos, su información era difusa para mi. Aún asi me aventuré a pronunciar lo que pensaba.
-He visto estas runas antes, sin embargo no recuerdo donde.-dije pensativa- Normalmente estos mecanismos como dices..son macabros y normalmente suelen llevarse a alguien por delante en el intento de usarlos.-finalicé sin darle una respuesta concreta mientras comenzaba a caminar pensando en donde había visto antes esas runas.
Nuestro siguiente nivel parecía bajo el mar, en un lugar más oscuro que el anterior, con un silencio atronador que solo se veía interrumpido por el fluir del agua en las paredes. La poca luz que había era por unas runas dibujadas en la pared que brillaban a destiempo....hasta que de nuevo dimos con el siguiente acertijo.
-Oh por todos los cuervos....¿no podía simplemente tu madre darte una llave y decirte: "eh hijo entra y toma lo que es tuyo"- dije sarcástica antes de que el sonido que brotaba de aquella agua se silenciara y esta comenzara brotar hacia arriba.
-O sale algo de ahí....o quiere que le demos algo -dije confusa mientras preparaba mi mano izquierda para actuar en caso de ser necesario.
Nayelis
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Re: Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
Kosir pilla la mirada de la bruja y no puede evitar formar cierta sonrisa maliciosa. ¿Qué se puede decir?, a pesar de ser adulto sigue teniendo muchos vestigios infantiles… aunque trate en toda medida de ocultarlos.
Kendovlah logra recomponerse, extraño momento demente tuvo instantes atrás. Lo cierto es que el pelirrojo no se imaginaba que lo tuviera dentro, suele ser muy controlado como todo chamán exterior.
Si quieres lecciones de como golpear Kevin, soy tu hombre.
Dice como propuesta amena, después de todo le caería bien al personaje. Debe aprender a defenderse en esta vida o terminara noqueado por paletos en cada taberna y eso se tiene buena fortuna.
Las madres son asi, solo a los diez años me entere que tenía diecinueve hermanos jajaja.
Es habitual que en bosque negro el líder de clan tenga muchos hijos, suele intercambiarlos con otros clanes por tradición. También puede poseer cinco esposas en total pero curiosamente el progenitor del muchacho decidió solo tener una.
¡Enseguida!
Dice a medida que avanza animado, nada como tomar la delantera. Nota de reojo que ambos magos discuten en torno a un dibujo, detalle que no le interesa mucho por obvias razones… el lápiz y el papel son cosas de exteriores.
Es claramente una prueba de madurez, de forma fácil no valdría.
Algo obvio para la mente del salvaje, la madre de Kevin lo está probando desde la tumba. Es normal en bosque negro imponer tales tramas de crecimiento, parece que algunos exteriores siguen la misma tradición con sus hijos.
Caminar por una cueva enorme que se adentra en el océano no da mucha confianza, especialmente si tiene fugas. Cada nuevo charco pone más nervioso al tribal a medida que su imaginación juega con él.
Si a esto le agregamos voces demenciales, pues la arena resulta complicada. Curiosamente las manifestaciones femeninas pasan a formar algo bastante entendible, información que hace despabilar al chico bárbaro.
Creo que… debemos ponerle un tapón.
Dice cuando nota que tienen una fuente en medio, detalle perturbador si tenemos en cuenta su locación actual. El resto no parece tan preocupado y tiene aires de ser cosa de magia, algo que el pelirrojo no comparte vale destacar.
Kendovlah logra recomponerse, extraño momento demente tuvo instantes atrás. Lo cierto es que el pelirrojo no se imaginaba que lo tuviera dentro, suele ser muy controlado como todo chamán exterior.
Si quieres lecciones de como golpear Kevin, soy tu hombre.
Dice como propuesta amena, después de todo le caería bien al personaje. Debe aprender a defenderse en esta vida o terminara noqueado por paletos en cada taberna y eso se tiene buena fortuna.
Las madres son asi, solo a los diez años me entere que tenía diecinueve hermanos jajaja.
Es habitual que en bosque negro el líder de clan tenga muchos hijos, suele intercambiarlos con otros clanes por tradición. También puede poseer cinco esposas en total pero curiosamente el progenitor del muchacho decidió solo tener una.
¡Enseguida!
Dice a medida que avanza animado, nada como tomar la delantera. Nota de reojo que ambos magos discuten en torno a un dibujo, detalle que no le interesa mucho por obvias razones… el lápiz y el papel son cosas de exteriores.
Es claramente una prueba de madurez, de forma fácil no valdría.
Algo obvio para la mente del salvaje, la madre de Kevin lo está probando desde la tumba. Es normal en bosque negro imponer tales tramas de crecimiento, parece que algunos exteriores siguen la misma tradición con sus hijos.
Caminar por una cueva enorme que se adentra en el océano no da mucha confianza, especialmente si tiene fugas. Cada nuevo charco pone más nervioso al tribal a medida que su imaginación juega con él.
Si a esto le agregamos voces demenciales, pues la arena resulta complicada. Curiosamente las manifestaciones femeninas pasan a formar algo bastante entendible, información que hace despabilar al chico bárbaro.
Creo que… debemos ponerle un tapón.
Dice cuando nota que tienen una fuente en medio, detalle perturbador si tenemos en cuenta su locación actual. El resto no parece tan preocupado y tiene aires de ser cosa de magia, algo que el pelirrojo no comparte vale destacar.
Kosir
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Re: Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
En cierto sentido la conjetura de la Nayelis era verídica. Kendovlah ocultaba algo, pero el miedo de recordar aquel gigante dormido que hasta entonces solo cuatro compañeros de aventura conocían dicha existencia, era suficiente como para no querer recordarlo y no hablar de ello. En lo más profundo de su interior una idea algo suicida a la vez optimista pedía a gritos solo enfrentarse a sirenas. Aquello sería en todos los sentidos algo para lo que el grupo estaba más preparado, pero con la magia nunca se sabía.
-No se mucho más de lo que he contado, como he tratado de decirles, ella quería ocultar esto a toda costa-. Dijo tajante pues era cierto, el mismo Hank le había advertido; lo que sea que quiera descubrir el brujo sería mejor dejarlo ahí. Brinnah no era de la que ocultaba cosas si estas no eran peligrosas para uno o para varios y el brujo podía entender esto cada vez mejor aunque aún tenía muchas dudas y el rompecabezas que trataba de resolver no hacía sino extenderse llegando hasta ahora a jugar con los sentimientos de nuestro querido brujo.
Por otro lado las conjeturas del bárbaro por simples y tribales que fuesen en cierto sentido tenía algo de razón. Le sorprendió la idea de saber que habían dieciocho personajes más como él, pero no hizo comentario al respecto pues las costumbres de este extraño pueblo donde provenía ya le habían salvado la vida anteriormente. Quizás en un futuro acepte las lecciones de su compañero.
El mago no ignoró las runas resonantes de las paredes y las asimiló con el mecanismo superior que decifraron para llegar ahí. La idea era simple, resonancia mágica. El como lo habían logrado era algo fascinante a la mente humana. De alguna forma se había logrado canalizar la luz de la aurora boreal para que las runas se formaran, aplicando algo de magia sobre estas para que sucesos posteriores funcionasen. Un estudio de la magia simplemente fascinante a los ojos del túnica naranja.
Tomando en cuenta este concepto, una pequeña bola de fuego salió de su indice e impactó con sutileza sobre la primera runa de fuego. La hipotesis del mago fue comprobada en el momento que un pequeño altar comenzaba a alzarse sobre el foso de agua. Al mismo tiempo tras esto un nuevo foso se abrió detrás del altar.
Kendovlah se acercó con cautela y empuñando nuevamente su espada. Sobre el altar podía observar como ciertas bolitas de luz doradas comenzaban a brillar como si fueran estrellas pequeñas en el firmamento. Arqueó una ceja y miró a Nayelis. -Mira esto y muestra algo de tu magia-. Dijo algo pensativo. -Esta claro que algo nos espera. Kosir, mantente en guardia-. Aventuro a decir aunque parte de él sabía muy bien que el pequeño bárbaro era quien más alerta se mantenía ante estos escenarios.
El mago estaba a la expectativa, pero algo ocurrió sin previo aviso. Un chorro de agua comenzó a salir del segundo foso y pronto como si de una fuente con una cañería reventada se tratase el suelo que pisaban se llenó de agua. Aunque fuese solo la superficie. Entonces una figura femenina y otra masculina salieron a la superficie.
Ambos portaban tridentes y las voces en las cabezas de los presentes cesaron. Mientras el nivel del agua seguía subiendo poco a poco, pudieron observar bajo la cintura de ambas criaturas una aleta escamosa de un color verde reptiliano y sobre la cintura una figura humana. La única diferencia era que en vez de piel humana en el rostro se podía ver claramente como habían desarrollado branquias para respirar bajo el agua.
Un grito agudo y ensordecedor salió de la garganta de las sirenas y ambas se movieron con gran rapidez flanqueando a los brujos y al humano. Se podía apreciar como la velocidad de su movimiento incrementaba conforme el agua seguía subiendo. Kendovlah una vez más maldijo su suerte, ahora comprendía que de haber preferido algo sería tomar la recompensa y no enfrentarse a más peligros pues entendía que esto sería más complicado que los brujos deformados de antes.
-Y sigo tratando de entender a las mujeres, aunque sea mi madre-. Dijo algo pesimista, dejando la idea como algo que no podría por más que intentase y casi olvidando la presencia de la conjuradora. Esta vez se mantuvo en guardia, pues noto como las criaturas cerraron el paso de vuelta y dejo que sus compañeros tomaran la iniciativa en aquel combate.
-No se mucho más de lo que he contado, como he tratado de decirles, ella quería ocultar esto a toda costa-. Dijo tajante pues era cierto, el mismo Hank le había advertido; lo que sea que quiera descubrir el brujo sería mejor dejarlo ahí. Brinnah no era de la que ocultaba cosas si estas no eran peligrosas para uno o para varios y el brujo podía entender esto cada vez mejor aunque aún tenía muchas dudas y el rompecabezas que trataba de resolver no hacía sino extenderse llegando hasta ahora a jugar con los sentimientos de nuestro querido brujo.
Por otro lado las conjeturas del bárbaro por simples y tribales que fuesen en cierto sentido tenía algo de razón. Le sorprendió la idea de saber que habían dieciocho personajes más como él, pero no hizo comentario al respecto pues las costumbres de este extraño pueblo donde provenía ya le habían salvado la vida anteriormente. Quizás en un futuro acepte las lecciones de su compañero.
El mago no ignoró las runas resonantes de las paredes y las asimiló con el mecanismo superior que decifraron para llegar ahí. La idea era simple, resonancia mágica. El como lo habían logrado era algo fascinante a la mente humana. De alguna forma se había logrado canalizar la luz de la aurora boreal para que las runas se formaran, aplicando algo de magia sobre estas para que sucesos posteriores funcionasen. Un estudio de la magia simplemente fascinante a los ojos del túnica naranja.
Tomando en cuenta este concepto, una pequeña bola de fuego salió de su indice e impactó con sutileza sobre la primera runa de fuego. La hipotesis del mago fue comprobada en el momento que un pequeño altar comenzaba a alzarse sobre el foso de agua. Al mismo tiempo tras esto un nuevo foso se abrió detrás del altar.
Kendovlah se acercó con cautela y empuñando nuevamente su espada. Sobre el altar podía observar como ciertas bolitas de luz doradas comenzaban a brillar como si fueran estrellas pequeñas en el firmamento. Arqueó una ceja y miró a Nayelis. -Mira esto y muestra algo de tu magia-. Dijo algo pensativo. -Esta claro que algo nos espera. Kosir, mantente en guardia-. Aventuro a decir aunque parte de él sabía muy bien que el pequeño bárbaro era quien más alerta se mantenía ante estos escenarios.
El mago estaba a la expectativa, pero algo ocurrió sin previo aviso. Un chorro de agua comenzó a salir del segundo foso y pronto como si de una fuente con una cañería reventada se tratase el suelo que pisaban se llenó de agua. Aunque fuese solo la superficie. Entonces una figura femenina y otra masculina salieron a la superficie.
Ambos portaban tridentes y las voces en las cabezas de los presentes cesaron. Mientras el nivel del agua seguía subiendo poco a poco, pudieron observar bajo la cintura de ambas criaturas una aleta escamosa de un color verde reptiliano y sobre la cintura una figura humana. La única diferencia era que en vez de piel humana en el rostro se podía ver claramente como habían desarrollado branquias para respirar bajo el agua.
Un grito agudo y ensordecedor salió de la garganta de las sirenas y ambas se movieron con gran rapidez flanqueando a los brujos y al humano. Se podía apreciar como la velocidad de su movimiento incrementaba conforme el agua seguía subiendo. Kendovlah una vez más maldijo su suerte, ahora comprendía que de haber preferido algo sería tomar la recompensa y no enfrentarse a más peligros pues entendía que esto sería más complicado que los brujos deformados de antes.
-Y sigo tratando de entender a las mujeres, aunque sea mi madre-. Dijo algo pesimista, dejando la idea como algo que no podría por más que intentase y casi olvidando la presencia de la conjuradora. Esta vez se mantuvo en guardia, pues noto como las criaturas cerraron el paso de vuelta y dejo que sus compañeros tomaran la iniciativa en aquel combate.
Kendovlah
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Re: Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
Aquello parecía la cueva de los horrores, cuando no intentaban mojarme, camelarme con cantos, morderme o ser asesinada por unos escuálidos bichos intentaban matarme ahora unos peces...que divertido. Kendoviah nos había metido en un viaje sin retorno lleno de problemas, y de verdad, esperaba que la recompensa valiera la pena....o iba a decapitar a mucha gente. Por suerte ya habíamos avanzado lo suficiente pero ahora nos enfrentábamos a tritón y hermana....con tenedores gigantes. Me quedé mirándolos mientras hablaba hacia Kendoviah.
-Insisto en que deberías ponernos un poco al día sobre que nos vamos a ir encontrando por el camino, estoy cansada de tener que ver a estas cosas....-dije preparando mi mano izquierda para generar líquido negro que se iba derramando al suelo y se elevaba en forma de espigas.
-Venid a por mi.
Aquellos dos bichos no se hicieron de rogar y no tardaron en flanquearnos para atacarnos de imprevisto. Si bien me preocupaba que me pudieran hacer daño, también lo hacía el agua que iba subiendo poco a poco. Miré a Kendo por un segundo para ver si a él se le ocurría algo, pero, en vista de que no tenía tiempo, lancé mis espigas contra la sirena que venía por mi flanco izquierdo, esperando, que mis compañeros se encargaran del otro flanco mientras yo estaba distraída.
-Insisto en que deberías ponernos un poco al día sobre que nos vamos a ir encontrando por el camino, estoy cansada de tener que ver a estas cosas....-dije preparando mi mano izquierda para generar líquido negro que se iba derramando al suelo y se elevaba en forma de espigas.
- Preparándome para el combate.:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
-Venid a por mi.
Aquellos dos bichos no se hicieron de rogar y no tardaron en flanquearnos para atacarnos de imprevisto. Si bien me preocupaba que me pudieran hacer daño, también lo hacía el agua que iba subiendo poco a poco. Miré a Kendo por un segundo para ver si a él se le ocurría algo, pero, en vista de que no tenía tiempo, lancé mis espigas contra la sirena que venía por mi flanco izquierdo, esperando, que mis compañeros se encargaran del otro flanco mientras yo estaba distraída.
Nayelis
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Re: Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
Hay madres de madres, la del chamán se lleva el premio a los secretos raros. Ciertamente su cultura resulta más desconcertante a medida que pasan las estaciones para el pelirrojo… gente extraña sin duda.
Haciendo uso de sus habilidades raras, el de túnica naranja interactúa con las fuerzas de la cueva. Parece que la estructura natural tiene gatillos mágicos en muchas secciones, claramente se trata de una fortaleza arcana.
Una vez la manifestación de fuerza natural aliada termina, tiene lugar otra alteración del entorno. Un curioso altar se eleva del suelo aunque no sin antes agregar más entradas de agua a la cueva.
Siempre.
Dice ante la petición del brujo, lo cierto es que la guardia del muchacho no ha bajado desde su encuentro con la mujer dorada. Claro que ahora mismo le preocupa más ahogarse… algo que no tarda mucho en ser desplazado por otra cosa.
La aparición de los seres mitad pescado sorprende bastante al brumoso, no hay historias que involucren tales criaturas en su hogar… es claro que una civilización sin salida al mar no conoce nada de sirenas.
Los dos nuevos elementos no tardan en dejar claras sus intenciones, con un chillido perturbador inician la ofensiva. El chico responde lanzando cierto tajo al enemigo que se le acerca por un lateral pero antes de darse cuenta ya lo tiene en otra posición.
¡Estos bichos son rápidos!
Ya sea por alguna extraña habilidad racial o el agua que los potencia, los humanoides marinos tienen una velocidad de acción bastante peligrosa. Mientras la dama del material viscoso monta su respuesta, Kosir toma una posición defensiva en el flanco que queda vulnerable.
Un poco de ventaja nos vendría bien Kevin.
El tribal lo que menos entiende es de magia, pero algo le dice que el altar destellante puede mejorar sus posibilidades. Por desgracia no hay mucho tiempo para pensar pues un ataque de tridente le hace retroceder.
Los bichos son rápidos y más fuertes que una persona corriente, este combate no puede ser ganado solo con ira psicótica. Una vez entiende esta realidad, el personaje más joven de la partida respira profundo mientras se dispone a encadenar su siguiente bloqueo.
Haciendo uso de sus habilidades raras, el de túnica naranja interactúa con las fuerzas de la cueva. Parece que la estructura natural tiene gatillos mágicos en muchas secciones, claramente se trata de una fortaleza arcana.
Una vez la manifestación de fuerza natural aliada termina, tiene lugar otra alteración del entorno. Un curioso altar se eleva del suelo aunque no sin antes agregar más entradas de agua a la cueva.
Siempre.
Dice ante la petición del brujo, lo cierto es que la guardia del muchacho no ha bajado desde su encuentro con la mujer dorada. Claro que ahora mismo le preocupa más ahogarse… algo que no tarda mucho en ser desplazado por otra cosa.
La aparición de los seres mitad pescado sorprende bastante al brumoso, no hay historias que involucren tales criaturas en su hogar… es claro que una civilización sin salida al mar no conoce nada de sirenas.
Los dos nuevos elementos no tardan en dejar claras sus intenciones, con un chillido perturbador inician la ofensiva. El chico responde lanzando cierto tajo al enemigo que se le acerca por un lateral pero antes de darse cuenta ya lo tiene en otra posición.
¡Estos bichos son rápidos!
Ya sea por alguna extraña habilidad racial o el agua que los potencia, los humanoides marinos tienen una velocidad de acción bastante peligrosa. Mientras la dama del material viscoso monta su respuesta, Kosir toma una posición defensiva en el flanco que queda vulnerable.
Un poco de ventaja nos vendría bien Kevin.
El tribal lo que menos entiende es de magia, pero algo le dice que el altar destellante puede mejorar sus posibilidades. Por desgracia no hay mucho tiempo para pensar pues un ataque de tridente le hace retroceder.
Los bichos son rápidos y más fuertes que una persona corriente, este combate no puede ser ganado solo con ira psicótica. Una vez entiende esta realidad, el personaje más joven de la partida respira profundo mientras se dispone a encadenar su siguiente bloqueo.
Kosir
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Re: Luces. Música. Mapa. [Libre 3/4] [CERRADO]
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Reivy Abadder
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