Every ending is a new beginning (Epílogo)

Invitado Miér Abr 15 2020, 20:06

Y así, cerca de su treceavo cumpleaños, el inventor descubre algo capaz de cambiarle la vida. En los registros que su padre guardo en la esfera nada menos, consigue referencias de algo que ya sospechaba.

Giaco fue bastante detallado, no estamos solos en la realidad. Los mundos visitados por Chim en sus aventuras no son más que una abstracta amalgama del increíble universo de posibilidades que hay fuera de las fronteras físicas de su mundo.

Embelesado por la idea, la joven mente del genio se pone a trabajar sin descanso, siempre con Canel a su lado para apoyarle. En menos de un mes ya tiene todo a punto, desde los detalles técnicos que involucra el viaje hasta una tripulación potencial de colaboradores.

Fue el trabajo más rápido jamás realizado en su corta vida, uno que rinde frutos sin repercusiones para variar. Lo que nos trae al día de hoy, el gran día, momento decisivo en la vida de Maquiavelo y sus hermanos más cercanos.

Aerandir tiene muchas bellezas, muchas cosas buenas y malas también, pero la verdad es que es solo un mundo entre billones. La mente inventiva de Chimar ya solo puede verle como una prisión, es tiempo de ampliar horizontes.

La esfera esta lista, los gorriones preparados, los suministros a punto, las cartas dibujadas y el grueso de colaboradores instruido, es tiempo. Con un último suspiro nostálgico por la tierra que le vio nacer, Chim regresa a la esfera llevando a Canel de la mano.

Lo siguiente que ocurre es el sello general mientras crece la sana expectativa, un complemento curioso a los pasos del inventor y su protegido más directo rumbo a la sala de control, es momento de poner en marcha la esfera una vez más.

Con cada paso, el niño genio recuerda sus vivencias en este hermoso mundo, desde sus orígenes hasta la fecha actual. Deja grandes amigos, gente que apreciara durante toda su vida, elementos que estarán presentes en sus pensamientos hasta que la edad los vuelva algo borroso.

Pero debe hacerse, ya no hay nada que lo ate realmente a Aerandir. Un enorme cumulo de realidades lo espera, es cuestión simplemente de cerrar los ojos, suspirar y dar un salto de fe hacia lo desconocido.

Sabe que será para mejor, romper el estancamiento para traer algo bueno. Solo los dioses saben que le deparará el futuro pero algo está bien presente en su mente, dará lo mejor de sí para ser apreciado en esos lugares como en su momento lo fue en Aerandir.

Sin vacilar entonces coloca su mano diestra en los controles, Carol ya tiene las trayectorias del salto. Visitaran una serie de mundos en un principio que se ven prometedores y a partir de allí el cielo es el límite.

Un último suspiro tiene lugar, la mirada del inventor se humedece aunque eso no merma su determinación. Cuando Canel coloca su mano en el control también es evidente lo que debe hacer, atreverse.

¿Listo?

Listo.

Se inicia la cascada de sistemas con un simple movimiento de la palanca y en el exterior la esfera comienza a elevarse, desquebrajando los edificios en fase que tenía unidos alrededor y que por suerte estaban deshabitados.

Un tributo extraño para los habitantes de Lunargenta, quienes ven la esfera elevarse entre destellos y distorsiones visuales con mucha curiosidad. El último regalo de Maquiavelo a Aerandir, su despedida.

Los planos: la última frontera. Estos son los viajes de la esfera, en una misión que durará indefinidamente, dedicada a la exploración de mundos desconocidos, al descubrimiento de nuevas vidas y nuevas civilizaciones, hasta alcanzar lugares donde nadie ha podido llegar.

Algún día debes decirme de donde sacas esas cosas, enano…

Es mejor verlo que escuchando “ríe entre dientes”.

Acto seguido, la curiosa creación desaparece en el cielo, dejando más preguntas que respuestas para los residentes de la ciudad. Así acaba la senda de Chimar Maquiavelo y Canel en Aerandir, despedido con menos pompa de lo que hubiera deseado pero de toda experiencia se aprende.

Es tiempo de caminar hacia adelante.