Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
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Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Era raro que a Go'el le permitieran hacer algo de forma legal, pero de vez en cuando alguna entidad de alto rango se enteraba de sus experimentos y se veía interesada en participar.
El rubio no tenía ni idea de cómo la guardia de Lunargenta conocía los detalles de su próximo experimento, pero algo en su interior le decía que el culpable de todo esto era Gali. Él dragón aguantaba bien la bebida, pero eso no hacía que su lengua se mantuviera atada.
Un emisario de la capital humana llegó un día a la botica del galeno. En su mano portaba una misiva que exigía, muy cordialmente, la presencia del doctor en el cuartel de la guardia para que les informara de propia voz, las pretensiones de su proyecto.
-Como le he dicho. Cabe la posibilidad de que puedan recibir órdenes, sí.
Go'el tenía las manos cruzadas a la espalda y sus dedos se movían nerviosos. El científico llevaba una hora explicándole lo mismo al capitán de la guardia.
-Entonces si funciona, si consigue darle vida al cadáver, dispondríamos de un ejército que carece de mantenimiento ¿Verdad?
-En efecto. -Respondió el rubio por quinta vez. -En mis últimos avances e descubierto que el tejido responde a estímulos eléctricos aun después de muertos. Existe la posibilidad de...
-Tendríamos un ejército de no muertos sin tener que usar la nigromancia.
El capitán interrumpió a Go'el y eso provocó que se le frunciera el ceño al dragón.
-Sí, aunque mi base es comprobar si un cuerpo compuesto por piezas de distintas razas...
-¿Podríamos crear soldados con capacidades aumentadas?
El capitán se veía emocionado, al contrario que nuestro doctor, que ahora gruñía molesto por ser interrumpido de nuevo.
Go'el decidió guardar silencio para evitar nuevos cortes y el capitán interpretó aquello, como una confirmación positiva a su pregunta.
-Habilitaremos un lugar en las catacumbas con lo que necesites. Sir Sevna y la recluta Sashenka serán sus guardaespaldas y lo asistirán contra cualquier problema.
-Con respecto a los cuerpos. Deben ser frescos, que lleven cuatro o menos días muertos.
El capitán de la guardia se miró los dedos durante un segundo.
-Esta mañana hemos mandado varios reos al cadalso. Le diré al verdugo que te los mande. Si necesitas más coge lo quieras de las catacumbas. Todo el que vive allí está marcado por la ley.
Go'el salió del despacho del capitán, Gali le esperaba junto a la puerta hablando tranquilamente con uno de los guardias.
El rubio se dirigió a la salida sin articular palabra, por detrás le seguía su compañero que, tras despedirse del guardia había dado cuatro zancadas para alcanzarlo.
Los dragones divisaron a una pareja en el centro del patio de armas. Se trataba de un hombre castaño y una mujer morena. Al acercase Go'el se percató de que el hombre llevaba el galón de caballero y que la mujer carecía de distintivos. El rubio dio por sentado que aquellos dos eran los guardias, que el capitán había puesto a su disposición.
-Vamos a las catacumbas. -Comunicó el galeno plantándose frente al dúo. -No hay tiempo que perder.
El doctor se quedó esperando a que alguno de los desconocidos comenzara a caminar, pues él no sabía cómo llegar.
-Perdonad a mi compañero es... parco en palabras. -La voz del monje transmitía tranquilidad al hablar. -¿Sois la escolta que nos ha dado el capitán?
El rubio no tenía ni idea de cómo la guardia de Lunargenta conocía los detalles de su próximo experimento, pero algo en su interior le decía que el culpable de todo esto era Gali. Él dragón aguantaba bien la bebida, pero eso no hacía que su lengua se mantuviera atada.
Un emisario de la capital humana llegó un día a la botica del galeno. En su mano portaba una misiva que exigía, muy cordialmente, la presencia del doctor en el cuartel de la guardia para que les informara de propia voz, las pretensiones de su proyecto.
-Como le he dicho. Cabe la posibilidad de que puedan recibir órdenes, sí.
Go'el tenía las manos cruzadas a la espalda y sus dedos se movían nerviosos. El científico llevaba una hora explicándole lo mismo al capitán de la guardia.
-Entonces si funciona, si consigue darle vida al cadáver, dispondríamos de un ejército que carece de mantenimiento ¿Verdad?
-En efecto. -Respondió el rubio por quinta vez. -En mis últimos avances e descubierto que el tejido responde a estímulos eléctricos aun después de muertos. Existe la posibilidad de...
-Tendríamos un ejército de no muertos sin tener que usar la nigromancia.
El capitán interrumpió a Go'el y eso provocó que se le frunciera el ceño al dragón.
-Sí, aunque mi base es comprobar si un cuerpo compuesto por piezas de distintas razas...
-¿Podríamos crear soldados con capacidades aumentadas?
El capitán se veía emocionado, al contrario que nuestro doctor, que ahora gruñía molesto por ser interrumpido de nuevo.
Go'el decidió guardar silencio para evitar nuevos cortes y el capitán interpretó aquello, como una confirmación positiva a su pregunta.
-Habilitaremos un lugar en las catacumbas con lo que necesites. Sir Sevna y la recluta Sashenka serán sus guardaespaldas y lo asistirán contra cualquier problema.
-Con respecto a los cuerpos. Deben ser frescos, que lleven cuatro o menos días muertos.
El capitán de la guardia se miró los dedos durante un segundo.
-Esta mañana hemos mandado varios reos al cadalso. Le diré al verdugo que te los mande. Si necesitas más coge lo quieras de las catacumbas. Todo el que vive allí está marcado por la ley.
Go'el salió del despacho del capitán, Gali le esperaba junto a la puerta hablando tranquilamente con uno de los guardias.
El rubio se dirigió a la salida sin articular palabra, por detrás le seguía su compañero que, tras despedirse del guardia había dado cuatro zancadas para alcanzarlo.
Los dragones divisaron a una pareja en el centro del patio de armas. Se trataba de un hombre castaño y una mujer morena. Al acercase Go'el se percató de que el hombre llevaba el galón de caballero y que la mujer carecía de distintivos. El rubio dio por sentado que aquellos dos eran los guardias, que el capitán había puesto a su disposición.
-Vamos a las catacumbas. -Comunicó el galeno plantándose frente al dúo. -No hay tiempo que perder.
El doctor se quedó esperando a que alguno de los desconocidos comenzara a caminar, pues él no sabía cómo llegar.
-Perdonad a mi compañero es... parco en palabras. -La voz del monje transmitía tranquilidad al hablar. -¿Sois la escolta que nos ha dado el capitán?
Última edición por Go'el el Vie Ene 03 2020, 16:20, editado 1 vez
Go'el
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
-Recluta Sashenka Dozorova - Una voz llamó al orden a Sasha, quien se encontraba en ese momento entrenando en los parques de la Guardia. La noche estaba cayendo, la mayoría de los aspirantes se habían ido ya a sus habitaciones, o al comedor común para cenar. Pero la dragona siempre prefería quedarse un rato más luego de que terminara con todo el entrenamiento obligatorio y sus tareas asignadas.
En las dos semanas que llevaba viviendo allí no había hecho casi ningún amigo, su rutina diaria consistía únicamente en levantarse, desayunar, entrenar, trabajar, comer, entrenar, trabajar, cenar, meditar e irse a dormir. Quizás, sí los tiempos jugaban a su favor, se cruzaba con Alward en alguno de esos momentos y lo incluía en alguna de sus múltiples rutinas de entrenamiento, aún no había logrado derrotar al Humano y eso la motivaba a seguir intentándolo.
-Sí Señor - Respondió al llamado, parándose firme.
-Mañana a primera hora tendrá una tarea diferente asignada, asegúrese de estar levantada y lista antes de que salga el sol. Un compañero la estará esperando ¿Entendido? - El hombre era uno de los capitanes encargado de los reclutas, por lo que Sasha debía comportarse con respeto y seguir sus órdenes a rajatabla.
-Entendido, Señor - Solo regreso a una pose de descanso cuando el capitán estuvo lejos, sí tendría trabajo desde temprano sería mejor que se fuera a dormir, cualquier tarea que le asignaran debía ser cumplida a la perfección si quería ganar posiciones en la Guardia.
Por la mañana fue la primera en llegar, tal cómo le habían ordenado que hiciera, y se sorprendió cuando a los pocos minutos vio llegar a Alward, su compañero estipulado para esa labor.
-¿No deberían darte tareas más importantes? - Preguntó Sasha con seriedad, al entrenar juntos habían adquirido cierto nivel de confianza - Es decir, me contaste que estuviste involucrado en la guerra que echó a los Vampiros de esta Ciudad e incluso que gracias a ti el Rey de Lunargenta pudo regresar sano y salvo al trono - Se cruzó de brazos, hablaba con su habitual gesto serio, aunque ya no era tan serio como cuando se habían conocido - Este tipo de tareas parecen poca cosa a comparación -
Un rato después llegó el hombre al que se suponía que tenían que acompañar y proteger. Sasha no tenía muchos datos sobre él, sólo le habían dicho que era un doctor importante y que iba a hacer algunos experimentos para la Guardia, su misión era cuidar que nada le sucediera mientras hacía su trabajo.
Lo observó con gesto imperturbable, no le molestaba que le dieran órdenes, había pasado toda su vida con gente que se manejaba de esa manera. El compañero del rubio parecía ser más del tipo que socializaba.
-No hay necesidad de disculparse, su modo de ser no nos incumbe siempre y cuando no sea un estorbo al momento de cumplir con nuestro trabajo - Miró a Alward, ya que él era el que más rango tenía, correspondía que diera la información sobre la misión y abriera la marcha - Mi nombre es Sashenka Dozorova, su seguridad estará en nuestras manos - Hizo una inclinación formal y rígida.
En las dos semanas que llevaba viviendo allí no había hecho casi ningún amigo, su rutina diaria consistía únicamente en levantarse, desayunar, entrenar, trabajar, comer, entrenar, trabajar, cenar, meditar e irse a dormir. Quizás, sí los tiempos jugaban a su favor, se cruzaba con Alward en alguno de esos momentos y lo incluía en alguna de sus múltiples rutinas de entrenamiento, aún no había logrado derrotar al Humano y eso la motivaba a seguir intentándolo.
-Sí Señor - Respondió al llamado, parándose firme.
-Mañana a primera hora tendrá una tarea diferente asignada, asegúrese de estar levantada y lista antes de que salga el sol. Un compañero la estará esperando ¿Entendido? - El hombre era uno de los capitanes encargado de los reclutas, por lo que Sasha debía comportarse con respeto y seguir sus órdenes a rajatabla.
-Entendido, Señor - Solo regreso a una pose de descanso cuando el capitán estuvo lejos, sí tendría trabajo desde temprano sería mejor que se fuera a dormir, cualquier tarea que le asignaran debía ser cumplida a la perfección si quería ganar posiciones en la Guardia.
Por la mañana fue la primera en llegar, tal cómo le habían ordenado que hiciera, y se sorprendió cuando a los pocos minutos vio llegar a Alward, su compañero estipulado para esa labor.
-¿No deberían darte tareas más importantes? - Preguntó Sasha con seriedad, al entrenar juntos habían adquirido cierto nivel de confianza - Es decir, me contaste que estuviste involucrado en la guerra que echó a los Vampiros de esta Ciudad e incluso que gracias a ti el Rey de Lunargenta pudo regresar sano y salvo al trono - Se cruzó de brazos, hablaba con su habitual gesto serio, aunque ya no era tan serio como cuando se habían conocido - Este tipo de tareas parecen poca cosa a comparación -
Un rato después llegó el hombre al que se suponía que tenían que acompañar y proteger. Sasha no tenía muchos datos sobre él, sólo le habían dicho que era un doctor importante y que iba a hacer algunos experimentos para la Guardia, su misión era cuidar que nada le sucediera mientras hacía su trabajo.
Lo observó con gesto imperturbable, no le molestaba que le dieran órdenes, había pasado toda su vida con gente que se manejaba de esa manera. El compañero del rubio parecía ser más del tipo que socializaba.
-No hay necesidad de disculparse, su modo de ser no nos incumbe siempre y cuando no sea un estorbo al momento de cumplir con nuestro trabajo - Miró a Alward, ya que él era el que más rango tenía, correspondía que diera la información sobre la misión y abriera la marcha - Mi nombre es Sashenka Dozorova, su seguridad estará en nuestras manos - Hizo una inclinación formal y rígida.
Última edición por Sashenka Dozorova el Dom Nov 10 2019, 16:10, editado 1 vez
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
El Sevna se encontraba en su taberna favorita; El Filósofo Ebrio. Y no es por que fuese muy aficionado a la bebida o los ambientes festivos, si no porque aquel lugar había sido su hogar desde que dejó su aldea natal, donde ejerció como un mercenario con principios, distinto a todos los demás, con la compañía de los que poco a poco se convirtieron en más que amigos; una familia.
El castaño tenía un papel entre sus manos; una carta, que no dudó en abrir nada más sentarse en uno de los tantos taburetes de la barra donde se atendía y servía a los clientes.
Rischer, que siempre estaba allí, depositó su atención en Alward mientras limpiaba una jarra de cerveza con un trapo.
-¿Y bien...?-Preguntó
-Es de parte de un nórgedo al que ayudé con el asunto de los wendigos-Contestó sin siquiera levantar la mirada del papel-...Me confirma que, tras nuestra intervención, todo volvió a la normalidad y no se han dado más casos de emboscadas y masacres a mercaderes-Ahora sí, levantó la mirada, satisfecho-Pero no acaba ahí...-Siguió leyendo
En ese momento, llegó Ivens y se sentó al lado del caballero, tamborileando una melodía con sus manos en la propia barra, como si de un tambor se tratase.
-¡Buenas!-Se le veía animado-Ya hice la buena acción del día, he perseguido a unos ladrones que han robado en una tienda de la ciudad y les di su merecido. A partir de ahora se lo pensarán dos veces antes de hacer de las suyas
-Genial-Esbozó una sonrisa el elfo
-Y... Lo mejor de todo; ¡He conseguido una cita con la tendera!-No cabía en sí de gozo. Tanto era así, que se puso en pie y se dirigió a todo parroquiano de la taberna-¡Así que, como hoy es un buen día; invito a todos a una ronda, brindad a mi salud!
Todo eran vítores y aplausos hacia el brujo, este incluso se gustó, haciendo reverencias a sus nuevos amigos. Cuando acabó se volteó y se sentó definitivamente en el taburete.
-No sabía que tus fondos gozasen de tal envergadura como para invitar a toda una taberna...-Levantó una ceja, extrañado
-Ah, sobre eso... Apúntalo en mi cuenta-Señaló a una hoja de papel imaginaria y hacía como que escribía
-...
-¿Qué pasa, Al?-Le posó una mano sobre el hombro-Estás muy callado
-...Ha muerto...
Ivens y Rischer se miraron, extrañados.
-¿Quién?
-El nórgedo al que no pude defender... Ha muerto por una herida infectada
-¿¡El de los wendigos!?
Alward levantó su vista de la carta y asintió, culpable. Sus amigos se compadecieron, empezaron a darle ánimos, pero aquello no cambiaba lo que había sucedido, y lo que se podría haber evitado. Era una realidad, y en ese momento, el Sevna se sintió inútil, fallando en su deber.
Alward llegó a su cita con el deber unos minutos tarde. Desde que leyó aquella carta en la mañana temprano estaba distraído, como si su cuerpo y mente se encontraran en lugares totalmente diferentes. Vio a Sasha, pero en lugar de saludarle de forma animada como siempre, tan solo le dijo un:
-...Hola-A secas, levantando fugazmente una de sus manos para un cortísimo saludo.-Parece que a los superiores les gusta cómo nos compenetramos, ¿Eh?
Miró a su alrededor. Su superior le había informado la noche anterior que debía de escoltar y proteger a un galeno que haría ciertos experimentos en las Catacumbas, con permiso de la Guardia. No sabía muy en detalle de qué se trataría, pero su trabajo era simple; que el tipo no sufriera daños.
Mientras repasaba mentalmente su objetivo, Sashenka lo sacó de su ensimismamiento con una pregunta.
La miró y tardó unos segundos en responder.
-...Tal vez...--Iba a decir algo más, pero la dragona no lo dejó terminar-B-bueno...-Se llevó una mano tras la cabeza, en señal de vergüenza cuando la recluta nombró sus heroicidades más destacables, aquellas que portaba con orgullo y satisfacción-Llevo un poco más de tiempo que tú aquí, el título de Guardia no es algo que me dé experiencia como tal-Explicó, centrando su atención hacia adelante, donde dos tipos bastante altos se dejaban ver aparecer-...Debo aceptar lo que me manden y no cuestionar a los superiores. Así es la vida militar-Zanjó el tema entonando una mirada seria hacia los dos tipos. Estaba analizándolos, sin duda imponían respeto.
Cuando los dos tipos finalmente llegaron, Alward les tendió la mano
-Supongo que sois los galenos. Mi nombre es Al......--El rubio directamente pasó de él, y el castaño se quedó con una cara de circunstancia incómoda. Apretó su mano y la retiró, dibujando una falsa sonrisa.
Al menos, parecía que su acompañante, un moreno bastante mazado, era más sociable y agradable.
-S-sí...-Aún se estaba recuperando del corte que le dio el rubio-Soy sir Alward Sevna, Guardia de Verisar
A Sashenka no pareció importarle la actitud del rubio. Era una profesional, después de todo. El castaño tenía la sospecha de si su corazón estaría hecho del más duro acero en vez de carne... Pero no era momento para pensar en ello, tenían una misión por delante.
-Nos aseguraremos de que no les pase nada, señores-Habló con un tono respetuoso y demostrando seguridad en sí mismo-Se les ha asignado una zona concreta de las Catacumbas, síganme-Hizo un gesto con la mano para que lo acompañaran
El castaño tenía un papel entre sus manos; una carta, que no dudó en abrir nada más sentarse en uno de los tantos taburetes de la barra donde se atendía y servía a los clientes.
Rischer, que siempre estaba allí, depositó su atención en Alward mientras limpiaba una jarra de cerveza con un trapo.
-¿Y bien...?-Preguntó
-Es de parte de un nórgedo al que ayudé con el asunto de los wendigos-Contestó sin siquiera levantar la mirada del papel-...Me confirma que, tras nuestra intervención, todo volvió a la normalidad y no se han dado más casos de emboscadas y masacres a mercaderes-Ahora sí, levantó la mirada, satisfecho-Pero no acaba ahí...-Siguió leyendo
En ese momento, llegó Ivens y se sentó al lado del caballero, tamborileando una melodía con sus manos en la propia barra, como si de un tambor se tratase.
-¡Buenas!-Se le veía animado-Ya hice la buena acción del día, he perseguido a unos ladrones que han robado en una tienda de la ciudad y les di su merecido. A partir de ahora se lo pensarán dos veces antes de hacer de las suyas
-Genial-Esbozó una sonrisa el elfo
-Y... Lo mejor de todo; ¡He conseguido una cita con la tendera!-No cabía en sí de gozo. Tanto era así, que se puso en pie y se dirigió a todo parroquiano de la taberna-¡Así que, como hoy es un buen día; invito a todos a una ronda, brindad a mi salud!
Todo eran vítores y aplausos hacia el brujo, este incluso se gustó, haciendo reverencias a sus nuevos amigos. Cuando acabó se volteó y se sentó definitivamente en el taburete.
-No sabía que tus fondos gozasen de tal envergadura como para invitar a toda una taberna...-Levantó una ceja, extrañado
-Ah, sobre eso... Apúntalo en mi cuenta-Señaló a una hoja de papel imaginaria y hacía como que escribía
-...
-¿Qué pasa, Al?-Le posó una mano sobre el hombro-Estás muy callado
-...Ha muerto...
Ivens y Rischer se miraron, extrañados.
-¿Quién?
-El nórgedo al que no pude defender... Ha muerto por una herida infectada
-¿¡El de los wendigos!?
Alward levantó su vista de la carta y asintió, culpable. Sus amigos se compadecieron, empezaron a darle ánimos, pero aquello no cambiaba lo que había sucedido, y lo que se podría haber evitado. Era una realidad, y en ese momento, el Sevna se sintió inútil, fallando en su deber.
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Alward llegó a su cita con el deber unos minutos tarde. Desde que leyó aquella carta en la mañana temprano estaba distraído, como si su cuerpo y mente se encontraran en lugares totalmente diferentes. Vio a Sasha, pero en lugar de saludarle de forma animada como siempre, tan solo le dijo un:
-...Hola-A secas, levantando fugazmente una de sus manos para un cortísimo saludo.-Parece que a los superiores les gusta cómo nos compenetramos, ¿Eh?
Miró a su alrededor. Su superior le había informado la noche anterior que debía de escoltar y proteger a un galeno que haría ciertos experimentos en las Catacumbas, con permiso de la Guardia. No sabía muy en detalle de qué se trataría, pero su trabajo era simple; que el tipo no sufriera daños.
Mientras repasaba mentalmente su objetivo, Sashenka lo sacó de su ensimismamiento con una pregunta.
La miró y tardó unos segundos en responder.
-...Tal vez...--Iba a decir algo más, pero la dragona no lo dejó terminar-B-bueno...-Se llevó una mano tras la cabeza, en señal de vergüenza cuando la recluta nombró sus heroicidades más destacables, aquellas que portaba con orgullo y satisfacción-Llevo un poco más de tiempo que tú aquí, el título de Guardia no es algo que me dé experiencia como tal-Explicó, centrando su atención hacia adelante, donde dos tipos bastante altos se dejaban ver aparecer-...Debo aceptar lo que me manden y no cuestionar a los superiores. Así es la vida militar-Zanjó el tema entonando una mirada seria hacia los dos tipos. Estaba analizándolos, sin duda imponían respeto.
Cuando los dos tipos finalmente llegaron, Alward les tendió la mano
-Supongo que sois los galenos. Mi nombre es Al......--El rubio directamente pasó de él, y el castaño se quedó con una cara de circunstancia incómoda. Apretó su mano y la retiró, dibujando una falsa sonrisa.
Al menos, parecía que su acompañante, un moreno bastante mazado, era más sociable y agradable.
-S-sí...-Aún se estaba recuperando del corte que le dio el rubio-Soy sir Alward Sevna, Guardia de Verisar
A Sashenka no pareció importarle la actitud del rubio. Era una profesional, después de todo. El castaño tenía la sospecha de si su corazón estaría hecho del más duro acero en vez de carne... Pero no era momento para pensar en ello, tenían una misión por delante.
-Nos aseguraremos de que no les pase nada, señores-Habló con un tono respetuoso y demostrando seguridad en sí mismo-Se les ha asignado una zona concreta de las Catacumbas, síganme-Hizo un gesto con la mano para que lo acompañaran
Alward Sevna
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
El monje mantuvo el temple al escuchar a la mujer y se quedó al margen de la conversación, observando con una sonrisa pétrea y afable. Por lo visto Go'el no sería el único individuo de palabras parcas con el que Gali tendría que lidiar hoy.
El moreno tan solo intervino cuando, tras un tiempo prudente, llegó a la conclusión de que su compañero no iba a presentarse.
-Él es Go'el Zorven, galeno. -Puntualizó, señalando con la mano al rubio. -Yo soy Gali Hashim.
El dragón de piel tostada omitió su oficio de forma deliberada, aunque sin perder su sonrisa calma. Primero miró al hombre llamado Alward y luego a la mujer, se llevó la mano al pecho y con una leve inclinación de cabeza la subió a la frente.
Era un saludo bastante particular, pero un saludo al fin y al cabo.
Sin embargo Go'el no demostraba ningún atisbo de cordialidad. Tan solo estaba parado frente a los guardias, analizando los nombres con los que se habían presentado.
Dando por hecho que ninguno de los presentes mentía y concluyendo con ello que la mujer venia de una familia de dragones y el hombre de una humanos. Aunque del ultimo no estaba tan seguro, los humanos tenían tendencia a mezclarse con otras razas como elfos y brujos, y la única heráldica avanzada que Go'el conocía era la de su propia raza.
-Tu eres humano, ¿verdad?
Aquellas palabras fueron dichas por el científico una vez que la comitiva se puso en marcha.
No especificó a cuál de los dos guardias dirigía la pregunta, pero no le hacía falta. Go'el estaba situado por detrás de Alward y sus ojos estaban desviado levemente hacia el hombre. Estaba claro, que la pregunta era para el castaño. ¿Qué otra razón podría haber para que Go'el desviara la vista?
El doctor no volvió a intercambiar palabras después de aquella pregunta, se quedó en silencio observando el tránsito y las construcciones de la calle, intentando memorizar la ruta que estaban siguiendo, viendo el cambio de una capa social a otra conforme se iba alejando de la sede de la guardia.
La inmundicia se acumulaba en las esquinas con el trascurso de los adoquines, que cada vez eran menores, de hombres mendigando en las esquinas y mujeres ligeras de ropa apoyadas en las puertas de las tabernas.
Aquello había sido tan solo una fracción del problema, ahora que estaban en las catacumbas el orden brillaba por su ausencia. La gente caminaba con por los pasillos con el arma desenfundada, el aire estaba enrarecido y apenas habían antorchas que iluminaran el lugar.
Al girar una de las esquinas una precaria tela colgaba de una viga haciendo las veces de puerta, tras ella había una habitación cuadrada, mejor iluminada que el exterior y con una mesa de madera en el centro. Sobre esta se podían ver algunas cajas, un puñado de bolsas y una pila de... materiales, para que el galeno pudiera comenzar sus experimentos.
-¿Aquí es donde tengo que trabajar? -Preguntó el rubio asqueado. -Esto parece un vertedero.
El moreno tan solo intervino cuando, tras un tiempo prudente, llegó a la conclusión de que su compañero no iba a presentarse.
-Él es Go'el Zorven, galeno. -Puntualizó, señalando con la mano al rubio. -Yo soy Gali Hashim.
El dragón de piel tostada omitió su oficio de forma deliberada, aunque sin perder su sonrisa calma. Primero miró al hombre llamado Alward y luego a la mujer, se llevó la mano al pecho y con una leve inclinación de cabeza la subió a la frente.
Era un saludo bastante particular, pero un saludo al fin y al cabo.
Sin embargo Go'el no demostraba ningún atisbo de cordialidad. Tan solo estaba parado frente a los guardias, analizando los nombres con los que se habían presentado.
Dando por hecho que ninguno de los presentes mentía y concluyendo con ello que la mujer venia de una familia de dragones y el hombre de una humanos. Aunque del ultimo no estaba tan seguro, los humanos tenían tendencia a mezclarse con otras razas como elfos y brujos, y la única heráldica avanzada que Go'el conocía era la de su propia raza.
-Tu eres humano, ¿verdad?
Aquellas palabras fueron dichas por el científico una vez que la comitiva se puso en marcha.
No especificó a cuál de los dos guardias dirigía la pregunta, pero no le hacía falta. Go'el estaba situado por detrás de Alward y sus ojos estaban desviado levemente hacia el hombre. Estaba claro, que la pregunta era para el castaño. ¿Qué otra razón podría haber para que Go'el desviara la vista?
El doctor no volvió a intercambiar palabras después de aquella pregunta, se quedó en silencio observando el tránsito y las construcciones de la calle, intentando memorizar la ruta que estaban siguiendo, viendo el cambio de una capa social a otra conforme se iba alejando de la sede de la guardia.
La inmundicia se acumulaba en las esquinas con el trascurso de los adoquines, que cada vez eran menores, de hombres mendigando en las esquinas y mujeres ligeras de ropa apoyadas en las puertas de las tabernas.
Aquello había sido tan solo una fracción del problema, ahora que estaban en las catacumbas el orden brillaba por su ausencia. La gente caminaba con por los pasillos con el arma desenfundada, el aire estaba enrarecido y apenas habían antorchas que iluminaran el lugar.
Al girar una de las esquinas una precaria tela colgaba de una viga haciendo las veces de puerta, tras ella había una habitación cuadrada, mejor iluminada que el exterior y con una mesa de madera en el centro. Sobre esta se podían ver algunas cajas, un puñado de bolsas y una pila de... materiales, para que el galeno pudiera comenzar sus experimentos.
-¿Aquí es donde tengo que trabajar? -Preguntó el rubio asqueado. -Esto parece un vertedero.
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
La falta de ambición era uno de los peores defectos de Alward, a ojos de Sasha ¿Por qué se conformaba con tan poco? ¿Por qué dedicaba sus tardes a flojear con sus amigos sí era capaz de hacer cosas mucho más increíbles? La dragona sólo podía entender eso como aspiraciones a futuro muy pobres, probablemente personas con más jerarquía y mayor visión lo habían notado y era por eso que lo enviaban a hacer ese tipo de tareas, para que no tuviera tiempo de concentrarse en cosas más importantes.
-Entonces, Señor Zorven y Señor Hashim - Hizo un repaso por los nombres - Vámonos -
Comenzó a caminar junto a Alward, dejando a los otros dos hombres atrás, llevaba en la espalda el escudo y la lanza que se había comprado y la armadura era prestada de la Guardia. Siquiera se detuvo a pensar que la pregunta “Tu eres humano, ¿verdad?” podía ir dirigida a ella, estaba demasiado acostumbrada a que la gente a su alrededor reconociera su apellido, nacida y criada en las tierras del norte, era nuevo para ella el que pudieran confundirla con otras razas.
El caminar por barrios más carenciados no era algo nuevo para Sasha, en el tiempo que llevaba viviendo en la Guardia le habían asignado tareas en entornos muy variados, no iban a tener consideración con ella sólo por venir de una familia de buen linaje.
Al igual que Go´el, no hizo comentario alguno mientras iban hasta el lugar, por lo que la charla iba a depende casi enteramente de Gali y Alward. Cuando entraron en las catacumbas el ambiente se volvió mucho más peligroso, pero ningún bandido era tan estúpido como para meterse con dos representantes de la Guardia al mismo tiempo. Además, el moreno que acompañaba al galeno tenía una contextura física que tampoco motivaba mucho a los ladrones para arriesgarse.
Nadie le había avisado a Sasha que tenían que cuidar a ese sujeto mientras trabajaba con... Tan peculiares materiales. Al entrar a la habitación hizo un gesto de asco, no solo por el olor que había en todo el ambiente, sino porque no le agradaba la idea de estar junto a semejante inmundicia.
-Las Catacumbas son, en su descripción más simple, un vertedero, Señor - No lo dijo para ofenderlo, pero tampoco pretendía ser servicial - Cuanto antes termine con su labor, antes podremos irnos - Simple y directa, tal como a Sasha le gustaba.
Le hizo un gesto para que entrara de una vez, instándolo a trabajar, mientras que ella se paró a uno de los lados de la puerta. Miro a Alward, a la espera de que hiciera algo similar.
-Esto es ciertamente repugnante - Le dijo al Humano cuando estuvo cerca - ¿Qué es lo que quiere conseguir la Guardia con este tipo de experimentos? - No podía imaginar qué era lo que iban a hacer, pero sí incluía cadaveres no podía ser bueno.
Mientras tanto, a su alrededor la gente que era más asidua del lugar pasaba frente a la habitación y miraba con curiosidad, claro que bastaban un par de miradas seria de la Dragona para que decidieran agachar la cabeza y seguir caminando.
-Entonces, Señor Zorven y Señor Hashim - Hizo un repaso por los nombres - Vámonos -
Comenzó a caminar junto a Alward, dejando a los otros dos hombres atrás, llevaba en la espalda el escudo y la lanza que se había comprado y la armadura era prestada de la Guardia. Siquiera se detuvo a pensar que la pregunta “Tu eres humano, ¿verdad?” podía ir dirigida a ella, estaba demasiado acostumbrada a que la gente a su alrededor reconociera su apellido, nacida y criada en las tierras del norte, era nuevo para ella el que pudieran confundirla con otras razas.
El caminar por barrios más carenciados no era algo nuevo para Sasha, en el tiempo que llevaba viviendo en la Guardia le habían asignado tareas en entornos muy variados, no iban a tener consideración con ella sólo por venir de una familia de buen linaje.
Al igual que Go´el, no hizo comentario alguno mientras iban hasta el lugar, por lo que la charla iba a depende casi enteramente de Gali y Alward. Cuando entraron en las catacumbas el ambiente se volvió mucho más peligroso, pero ningún bandido era tan estúpido como para meterse con dos representantes de la Guardia al mismo tiempo. Además, el moreno que acompañaba al galeno tenía una contextura física que tampoco motivaba mucho a los ladrones para arriesgarse.
Nadie le había avisado a Sasha que tenían que cuidar a ese sujeto mientras trabajaba con... Tan peculiares materiales. Al entrar a la habitación hizo un gesto de asco, no solo por el olor que había en todo el ambiente, sino porque no le agradaba la idea de estar junto a semejante inmundicia.
-Las Catacumbas son, en su descripción más simple, un vertedero, Señor - No lo dijo para ofenderlo, pero tampoco pretendía ser servicial - Cuanto antes termine con su labor, antes podremos irnos - Simple y directa, tal como a Sasha le gustaba.
Le hizo un gesto para que entrara de una vez, instándolo a trabajar, mientras que ella se paró a uno de los lados de la puerta. Miro a Alward, a la espera de que hiciera algo similar.
-Esto es ciertamente repugnante - Le dijo al Humano cuando estuvo cerca - ¿Qué es lo que quiere conseguir la Guardia con este tipo de experimentos? - No podía imaginar qué era lo que iban a hacer, pero sí incluía cadaveres no podía ser bueno.
Mientras tanto, a su alrededor la gente que era más asidua del lugar pasaba frente a la habitación y miraba con curiosidad, claro que bastaban un par de miradas seria de la Dragona para que decidieran agachar la cabeza y seguir caminando.
Sashenka Dozorova
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Alward lideraba la marcha hacia las catacumbas en silencio. Tenía la mirada perdida y su cabeza daba bandazos entre muchos pensamientos. Los demás integrantes del grupo no parecían querer remediar el silencio que inundaba aquella marcha, el cual se apoderó de esta hasta que, finalmente, una pregunta del rubio sacó de sus pensamientos al Sevna. Al principio, no le prestó atención, pero cuando se percató de que la pregunta fue dirigida directamente a él, redujo la marcha y, sin detenerse, volteo medio tronco para establecer contacto visual con el galeno.
-Sí... Claro, soy humano-Contestó un poco confuso por la repentina y extraña pregunta.
Le mantuvo unos segundos más la mirada, para ver por qué quería esa información, pero al notar que la conversación había acabado, volvió a mirar al frente y siguió con su ritmo normal, en un estricto silencio.
Conforme se adentraban en las Catacumbas, el castaño se iba tensando y prestando más atención a su alrededor. Pocas son las veces que había ido por allí. Algunas miradas indiscretas pero totalmente notorias se clavaban en todos los componentes del grupo. Eran extraños en una zona habitualmente hostil, y los carroñeros no esperaron para hacer su discreta aparición por las esquinas, vigilándolos para en el momento más oportuno emboscarles. Dos componentes de la Guardia más dos extranjeros, eran un buen botín a ojos expertos.
Finalmente, Alward les llevó hasta la zona acordada por la Guardia para que el galeno desempeñara su labor. Ya desde fuera el olor de la habitación no era nada halagüeño.
-...-Alward miró con un gesto neutro al galeno en cuanto se quejó. Iba a responderle exactamente con las palabras que Sasha soltó, pero al la dragona hacerlo, simplemente se mantuvo en silencio como hasta ahora.
Cuando el médico y su acompañante entraron en la habitación, Alward quedó en el umbral de la puerta, observando detenidamente la sala, que le generaba cierta curiosidad. Y, de nuevo, Sashenka pareció colarse en su mente y preguntarse en voz alta exactamente lo que el castaño se preguntaba.
-A veces, la Guardia hace cosas extrañas...-Contestó-Pero es mejor que no preguntes-Le aclaró. Y, aunque él fuese el primero en estar en total desacuerdo con ciertos toques de corrupción y extravagancias del deber que la institución realizaba, sabía que aquello no era una buena empresa para una recluta, por lo que pensaba que era mejor que la dragona no se cuestionase mucho esas cosas. Ya se encargaría él de hacerlo. Tenía un plan para ello al fin y al cabo.
La presencia del grupo llamó la atención de algunos de los residentes del lugar, que disimuladamente se disponían a pasear por las cercanías. Por suerte, la mayoría desaparecía asustada al ver la intimidante mirada de la dragona, pero... No todos iban a ser así.
Un grupo de tres, más envalentonados, se acercaron a donde estaban los dos guardias. Sasha estaba apostada en uno de los laterales de la puerta, mientras que Alward seguía cerca del umbral, esta vez más adentro siguiendo examinando su interior.
-Bueno, bueno, bueno... Han venido criaturas exóticas...-Decía mientras miraba con una sonrisa malversa a la dragona-Estáis fuera de vuestro hábitat, Guardias-Comentó a modo de amenaza y advertencia oculta
Alward se volteó y se dirigió al umbral.
-¿Algún problema?-Preguntó con un tono serio y una postura erguida
-Me preguntaba por qué la Guardia ha escoltado a dos extranjeros hasta este lugar...
-Me temo que eso es confidencial-Se adelantó un paso, obligando al líder del grupo de tres a retroceder dos
-¿Está seguro, señor Guardia? Este no es su territorio, espero que lo tenga en cuenta...
Alward entonces suspiró, resignado.
-Mira...-Se llevó una mano a su espada zurda y la desenvainó. Dicho gesto puso en alerta a los tipejos y a más de una mirada indiscreta que les miraba desde otras direcciones. Con parsimonia y tranquilidad, el Sevna apoyó la punta de su arma en el suelo y se apoyó como si fuese un bastón, llegando a agachar su cabeza y apoyar el mentón sobre las manos que sujetaban el arma-Esto no es de tu incumbencia, así que será mejor que...-De pronto, el encantamiento eléctrico del arma se activó y varios chispazos intermitentes aparecieron desde el mango de esta hasta la punta, llegando a iluminar débilmente la zona-...sigas circulando-Sonrió, gentilmente
El grupo de tres retrocedió otros dos pasos, descartando toda idea de sacar sus armas o lo que fuese que escondiesen en sus bolsillos o cinturones.
-...T-tampoco hace falta ponerse así, señor Guardia...-Le dijo con cierto tono victimista, como si de alguna forma Alward fuese un matón que abusaba de su poder. La gente así solía hacerlo cuando veía que no tenían posibilidades contra alguien.
Sin más, el grupo de tres desapareció. Alward desactivó el encantamiento, pero aún así seguía con el mentón apoyado en sus manos, que a su vez estaban apoyadas en el mango del arma.
Desvió la mirada hacia Sashenka.
-Volverán.-Le advirtió-...Y probablemente con más gente
-Sí... Claro, soy humano-Contestó un poco confuso por la repentina y extraña pregunta.
Le mantuvo unos segundos más la mirada, para ver por qué quería esa información, pero al notar que la conversación había acabado, volvió a mirar al frente y siguió con su ritmo normal, en un estricto silencio.
Conforme se adentraban en las Catacumbas, el castaño se iba tensando y prestando más atención a su alrededor. Pocas son las veces que había ido por allí. Algunas miradas indiscretas pero totalmente notorias se clavaban en todos los componentes del grupo. Eran extraños en una zona habitualmente hostil, y los carroñeros no esperaron para hacer su discreta aparición por las esquinas, vigilándolos para en el momento más oportuno emboscarles. Dos componentes de la Guardia más dos extranjeros, eran un buen botín a ojos expertos.
Finalmente, Alward les llevó hasta la zona acordada por la Guardia para que el galeno desempeñara su labor. Ya desde fuera el olor de la habitación no era nada halagüeño.
-...-Alward miró con un gesto neutro al galeno en cuanto se quejó. Iba a responderle exactamente con las palabras que Sasha soltó, pero al la dragona hacerlo, simplemente se mantuvo en silencio como hasta ahora.
Cuando el médico y su acompañante entraron en la habitación, Alward quedó en el umbral de la puerta, observando detenidamente la sala, que le generaba cierta curiosidad. Y, de nuevo, Sashenka pareció colarse en su mente y preguntarse en voz alta exactamente lo que el castaño se preguntaba.
-A veces, la Guardia hace cosas extrañas...-Contestó-Pero es mejor que no preguntes-Le aclaró. Y, aunque él fuese el primero en estar en total desacuerdo con ciertos toques de corrupción y extravagancias del deber que la institución realizaba, sabía que aquello no era una buena empresa para una recluta, por lo que pensaba que era mejor que la dragona no se cuestionase mucho esas cosas. Ya se encargaría él de hacerlo. Tenía un plan para ello al fin y al cabo.
La presencia del grupo llamó la atención de algunos de los residentes del lugar, que disimuladamente se disponían a pasear por las cercanías. Por suerte, la mayoría desaparecía asustada al ver la intimidante mirada de la dragona, pero... No todos iban a ser así.
Un grupo de tres, más envalentonados, se acercaron a donde estaban los dos guardias. Sasha estaba apostada en uno de los laterales de la puerta, mientras que Alward seguía cerca del umbral, esta vez más adentro siguiendo examinando su interior.
-Bueno, bueno, bueno... Han venido criaturas exóticas...-Decía mientras miraba con una sonrisa malversa a la dragona-Estáis fuera de vuestro hábitat, Guardias-Comentó a modo de amenaza y advertencia oculta
Alward se volteó y se dirigió al umbral.
-¿Algún problema?-Preguntó con un tono serio y una postura erguida
-Me preguntaba por qué la Guardia ha escoltado a dos extranjeros hasta este lugar...
-Me temo que eso es confidencial-Se adelantó un paso, obligando al líder del grupo de tres a retroceder dos
-¿Está seguro, señor Guardia? Este no es su territorio, espero que lo tenga en cuenta...
Alward entonces suspiró, resignado.
-Mira...-Se llevó una mano a su espada zurda y la desenvainó. Dicho gesto puso en alerta a los tipejos y a más de una mirada indiscreta que les miraba desde otras direcciones. Con parsimonia y tranquilidad, el Sevna apoyó la punta de su arma en el suelo y se apoyó como si fuese un bastón, llegando a agachar su cabeza y apoyar el mentón sobre las manos que sujetaban el arma-Esto no es de tu incumbencia, así que será mejor que...-De pronto, el encantamiento eléctrico del arma se activó y varios chispazos intermitentes aparecieron desde el mango de esta hasta la punta, llegando a iluminar débilmente la zona-...sigas circulando-Sonrió, gentilmente
El grupo de tres retrocedió otros dos pasos, descartando toda idea de sacar sus armas o lo que fuese que escondiesen en sus bolsillos o cinturones.
-...T-tampoco hace falta ponerse así, señor Guardia...-Le dijo con cierto tono victimista, como si de alguna forma Alward fuese un matón que abusaba de su poder. La gente así solía hacerlo cuando veía que no tenían posibilidades contra alguien.
Sin más, el grupo de tres desapareció. Alward desactivó el encantamiento, pero aún así seguía con el mentón apoyado en sus manos, que a su vez estaban apoyadas en el mango del arma.
Desvió la mirada hacia Sashenka.
-Volverán.-Le advirtió-...Y probablemente con más gente
Alward Sevna
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Go'el y Gali comenzaron a bajar las cajas y bolsas de la mesa, pegado a la pared había un tablón y unos cantaros, que sirvieron para crear una mesa auxiliar donde dejar todos los materiales. El galeno colocó las cajas en orden, una tras otra, priorizando las que disponían de los objetos más útiles, mientras tanto el monje hacia lo mismo con las bolsas.
El rubio se encontraba catalogando la integridad de los cuerpos donados, cuando se percató de que unos pasos se alejaban de la entrada.
-¿Que pasa ahí fuera?
El doctor miraba al dragón de tierra como si este tuviera la respuesta.
-Creo que los guardias están haciendo su trabajo.
Se limitó a decir Gali. En respuesta, Go'el se dio media vuelta y asomó la cabeza por la cortina.
-El capitán dijo que toda la gente que residía en las catacumbas estaba marcada por la ley.
El rubio miraba hacia los lados del pasillo tratando de divisar al grupo que acababa de irse.
-Matad a todo el que intente entrar o saber lo que pasa aquí dentro. Los cuerpos frescos siempre son mejores.
Aquellas palabras no fueron dichas con arrogancia, suspicacia o ira. Go'el hablaba con la neutralidad e inexpresión de una piedra, solicitaba matar cualquier perturbación sobre su trabajo como quien pide que le rellenen el vaso de agua. Como si quitar una vida no tuviera valor alguno, y es que, para el rubio, no lo tenía.
Sin dar más argumentos Go'el introdujo de nuevo la cabeza en la habitación y volvió a mirar los cuerpos sobre la mesa.
-Son todos humanos, tch...
El rubio chasqueó la lengua mientras revisaba los cadáveres.
-Se supone que tiene que haber una mujer que es licántropo. -Comunicó Gali pasándole una lista al científico. -Estaba dentro de una de las bolsas, parece que nos hicieron una copia del registro del verdugo.
Go'el miró rápidamente la nota y buscó a la mujer sobre la mesa.
-Si esto es cierto quizás aun pueda sacar provecho a este viaje.
El rubio no dudaba de que la nota fuera falsa, de lo que dudaba era de la capacidad del verdugo para poder distinguir entre una licántropo y la mentira estúpida, de una mujer que quisiera intimidar a sus carceleros para que no la tocaran.
-La dejaremos para el final. Gali prepara la mesa y el primer cuerpo.
El buen doctor sacó una jarra con agua de uno de los cajones y una pastilla de jabón, se colocó una bata negra de mangas largas, anudó su cabellera en un moño alto y se lavó las manos a conciencia.
-¿Cómo va la guardia?
Preguntó Gali saliendo de detrás de la cortina y colocándose contra el perfil del marco, que en algún momento sostuvo una puerta.
-¿Queréis un trago de agua?
Con la segunda pregunta se empezó a escuchar el sonido de una sierra cortando hueso.
-He traído una baraja de cartas para matar el aburrimiento.
El monje era consciente de que su última propuesta seria declinada, pero eso no hacía que su sonrisa menguara.
El rubio se encontraba catalogando la integridad de los cuerpos donados, cuando se percató de que unos pasos se alejaban de la entrada.
-¿Que pasa ahí fuera?
El doctor miraba al dragón de tierra como si este tuviera la respuesta.
-Creo que los guardias están haciendo su trabajo.
Se limitó a decir Gali. En respuesta, Go'el se dio media vuelta y asomó la cabeza por la cortina.
-El capitán dijo que toda la gente que residía en las catacumbas estaba marcada por la ley.
El rubio miraba hacia los lados del pasillo tratando de divisar al grupo que acababa de irse.
-Matad a todo el que intente entrar o saber lo que pasa aquí dentro. Los cuerpos frescos siempre son mejores.
Aquellas palabras no fueron dichas con arrogancia, suspicacia o ira. Go'el hablaba con la neutralidad e inexpresión de una piedra, solicitaba matar cualquier perturbación sobre su trabajo como quien pide que le rellenen el vaso de agua. Como si quitar una vida no tuviera valor alguno, y es que, para el rubio, no lo tenía.
Sin dar más argumentos Go'el introdujo de nuevo la cabeza en la habitación y volvió a mirar los cuerpos sobre la mesa.
-Son todos humanos, tch...
El rubio chasqueó la lengua mientras revisaba los cadáveres.
-Se supone que tiene que haber una mujer que es licántropo. -Comunicó Gali pasándole una lista al científico. -Estaba dentro de una de las bolsas, parece que nos hicieron una copia del registro del verdugo.
Go'el miró rápidamente la nota y buscó a la mujer sobre la mesa.
-Si esto es cierto quizás aun pueda sacar provecho a este viaje.
El rubio no dudaba de que la nota fuera falsa, de lo que dudaba era de la capacidad del verdugo para poder distinguir entre una licántropo y la mentira estúpida, de una mujer que quisiera intimidar a sus carceleros para que no la tocaran.
-La dejaremos para el final. Gali prepara la mesa y el primer cuerpo.
El buen doctor sacó una jarra con agua de uno de los cajones y una pastilla de jabón, se colocó una bata negra de mangas largas, anudó su cabellera en un moño alto y se lavó las manos a conciencia.
-¿Cómo va la guardia?
Preguntó Gali saliendo de detrás de la cortina y colocándose contra el perfil del marco, que en algún momento sostuvo una puerta.
-¿Queréis un trago de agua?
Con la segunda pregunta se empezó a escuchar el sonido de una sierra cortando hueso.
-He traído una baraja de cartas para matar el aburrimiento.
El monje era consciente de que su última propuesta seria declinada, pero eso no hacía que su sonrisa menguara.
Go'el
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
La dragona no creía que fueran a pasar la jornada sin al menos uno o dos inconvenientes, aunque pensaba que se tardarían un poco más. Aparentemente los bandidos de la zona estaban ansiosos por recibir una paliza, y Sashenka no haría mucho esfuerzo por contenerse de cumplir con sus deseos. Alward en cambio era mínimamente más conciliador, al ser el de mayor rango Sasha consideraba que tenía que esperar a su señal antes de pasar al ataque. Eso es lo único que salvó a esos tres delincuentes comunes de conocer lo que se sentía el ser atravesados por una lanza.
Por eso Sasha se quedó callada y con la vista baja mientras el Sevna se encargaba de la interacción. Solo reaccionó cuando vio a Go´el asomándose por la cortina que servía a las veces como puerta de su improvisado laboratorio.
-Señor Zorven, no vamos a ir matando civiles a su antojo, no somos asesinos. Pertenecemos a la Guardia de Lunargenta, no a un cuerpo de matones - Sí ese hombre era tan tonto como para no darse cuenta de la diferencia entre una cosa y la otra, Sashenka no perdería más el tiempo en intentar explicarle cómo funcionaban las cosas.
Cuando Go´el desapareció, la dragona clavó la mirada en Alward como si dijera “¿Puedes creer lo que dijo este sujeto?”, luego regresó a su postura inicial para seguir vigilando. Podía escucharse como los dos hombres de adentro movían cosas... Cosas que sonaban húmedas y a veces pegajosas, el chasquido de huesos rotos era inconfundible, quiérase o no al estar peleando constantemente habían muchos sonidos que se terminaban volviendo reconocibles.
-Suena como si estuvieran... Jugando con partes humanas - Le comentó al Humano no demasiado convencida, parecía difícil de creer que alguien se pusiera a jugar con trozos de personas. Sasha gruñó - No creo que pueda comer carne durante varios días - De pronto Gali apareció por la puerta del laboratorio, que se mostrara tan tranquilo ante la situación sólo lograba que a Dozorova le diera todo más mala espina - Se lo agradezco, Señor Hashim, pero no corresponde que nos distraigamos de nuestro deber -
Esperaban que los bandidos regresaran, era el tipo de cosas que solían hacer, lo que no habían previsto es que la siguiente amenaza saliera de alguien que a simple vista era muy poco intimidante. Una anciana se paró frente a los dos guardias y se quedó observándolos con mal gesto, no decía nada, y por lo mismo Sasha tampoco le hablaba, ambas mujeres se quedaron largo rato en esa postura, Dozorova con su gesto serio y la postura firme, y la señora encorvada con el ceño fruncido.
Finalmente la anciana dijo.
-Sé lo que están haciendo allí dentro - Su boca desdentada salivaba por demás y era difícil el entenderle algunas palabras - Sé lo que hacen y eso está mal, los Dioses no lo verán con buenos ojos -
Sasha siguió sin demostrar emoción alguna, mientras que alrededor de la anciana se iban juntando varias personas más. Está vez no eran bandidos, sino simples habitantes de las catacumbas que veían con malos ojos los experimentos que realizaba Go´el.
-Eso que hacen no está bien, traerán la desgracia a este sitio, y a todos nosotros - Experimentar con cadáveres no era una práctica bien vista siquiera para la gente que era, literalmente, lo más marginado de la sociedad.
Por eso Sasha se quedó callada y con la vista baja mientras el Sevna se encargaba de la interacción. Solo reaccionó cuando vio a Go´el asomándose por la cortina que servía a las veces como puerta de su improvisado laboratorio.
-Señor Zorven, no vamos a ir matando civiles a su antojo, no somos asesinos. Pertenecemos a la Guardia de Lunargenta, no a un cuerpo de matones - Sí ese hombre era tan tonto como para no darse cuenta de la diferencia entre una cosa y la otra, Sashenka no perdería más el tiempo en intentar explicarle cómo funcionaban las cosas.
Cuando Go´el desapareció, la dragona clavó la mirada en Alward como si dijera “¿Puedes creer lo que dijo este sujeto?”, luego regresó a su postura inicial para seguir vigilando. Podía escucharse como los dos hombres de adentro movían cosas... Cosas que sonaban húmedas y a veces pegajosas, el chasquido de huesos rotos era inconfundible, quiérase o no al estar peleando constantemente habían muchos sonidos que se terminaban volviendo reconocibles.
-Suena como si estuvieran... Jugando con partes humanas - Le comentó al Humano no demasiado convencida, parecía difícil de creer que alguien se pusiera a jugar con trozos de personas. Sasha gruñó - No creo que pueda comer carne durante varios días - De pronto Gali apareció por la puerta del laboratorio, que se mostrara tan tranquilo ante la situación sólo lograba que a Dozorova le diera todo más mala espina - Se lo agradezco, Señor Hashim, pero no corresponde que nos distraigamos de nuestro deber -
Esperaban que los bandidos regresaran, era el tipo de cosas que solían hacer, lo que no habían previsto es que la siguiente amenaza saliera de alguien que a simple vista era muy poco intimidante. Una anciana se paró frente a los dos guardias y se quedó observándolos con mal gesto, no decía nada, y por lo mismo Sasha tampoco le hablaba, ambas mujeres se quedaron largo rato en esa postura, Dozorova con su gesto serio y la postura firme, y la señora encorvada con el ceño fruncido.
Finalmente la anciana dijo.
-Sé lo que están haciendo allí dentro - Su boca desdentada salivaba por demás y era difícil el entenderle algunas palabras - Sé lo que hacen y eso está mal, los Dioses no lo verán con buenos ojos -
Sasha siguió sin demostrar emoción alguna, mientras que alrededor de la anciana se iban juntando varias personas más. Está vez no eran bandidos, sino simples habitantes de las catacumbas que veían con malos ojos los experimentos que realizaba Go´el.
-Eso que hacen no está bien, traerán la desgracia a este sitio, y a todos nosotros - Experimentar con cadáveres no era una práctica bien vista siquiera para la gente que era, literalmente, lo más marginado de la sociedad.
Sashenka Dozorova
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Cuando vio que ya no habían indicios de peligro ni necesidad de tener el arma a la vista, Alward envainó esta y volvió a su postura normal. Echó un pequeño vistazo a Sasha.
-No agaches la mirada y no te quedes como si fueses un florero. Debes de imponer también tu presencia cuando yo lo haga.-Le dijo de un modo calmado.
Entonces, el galeno se asomó por la cortinilla.
-No tienen por qué haber muertes innecesarias, señor Zorven. No al menos mientras sea mi guardia-Se lo dejó bastante claro.
El médico volvió a entrar. Quizás aquellas palabras no fuesen las que le gustaría haber escuchado, pero un Guardia, o al menos una persona con un mínimo de honor, no mata por diversión y sin que haya un motivo de fuerza mayor. No sabía qué se traía entre manos el superior que había dejado hacer a Go'el hacer sus experimentos allí, pero lo que sí sabía es que no era nada agradable.
Tomó aire profundamente y lo soltó de un tirón. Desvió de forma breve la mirada hacia la dragona, quien estaba impasible y con una postura tan recta que parecía un palo.
-...Oye-Se apoyó sobre el tablón de lo que antes sería una puerta y se cruzó de brazos-No tienes por qué actuar todo el tiempo como si el mismísimo Rey estuviera dentro de esa sala. Descansa...-Le dijo-Y sí-Afirmó-Están "jugando" con partes humanas. ¿O por qué crees que el galeno ha salido diciendo antes eso? Seguro que lo que escondían todas las cosas de dentro eran cadáveres-Dijo con un tono que no se pudo distinguir muy bien del sarcasmo... Era como una "broma" dicha a modo de verdad. Así, en cualquiera de los casos, el castaño tendría razón o simplemente podría decir que estaba "bromeando".
Ahora fue el acompañante del galeno el que se asomó por la cortinilla, interrumpiendo la conversación.
-Sin novedad. Solo miradas curiosas.-Afirmó ante la pregunta de este-No, tranquilo-Negó con la cabeza ante la segunda pregunta del moreno. La tercera pregunta, sin embargo, sonó más tentadora-Pues la verdad es que...-Sasha respondió antes que él con una clara negativa, y Alward tuvo que recular en su decisión-...N-no, claro que no...-Carraspeó y miró al frente antes de que la dragona lo acuchillara con su mirada inquisitiva y reprobatoria.
El acompañante del galeno parecía un tipo bastante agradable y amable. Sin duda, todo lo contrario a su amigo.
-No nos ha dicho a qué se dedica, señor Hashim-Lo miró de arriba a abajo de forma sutil-No tiene pinta de galeno-Se fijó en que debajo de la chaquetilla no llevaba nada-...¿No tiene frío?-Mostró su guantelete, cerrando y abriendo el puño-Yo aún debajo de todo esto...-Se refirió a su armadura-...estoy muerto de frío
Mientras mantenía una charla amena y distendida con el acompañante del galeno, una anciana se acercó, y tras ella, poco a poco se formó un grupo que iba creciendo, todos residentes de las catacumbas. Alward dejó de lado a Hashim y miró al frente, cruzándose de brazos para hacer imponente su presencia, cambiando su actitud y mirada por completo a una más seria y respetable.
-Señora, siga circulando-Dijo con un tono respetuoso pero imperativo-...-No respondió ante lo segundo, la verdad que lo que dijo le daba mala espina, pero su deber era mantenerse férreo.
-Aquí no se está haciendo nada fuera de la ley. No hay de qué preocuparse.-Dijo-Circulen-Insistió.
Se empezaron a formar pequeños murmullos y alguna que otra voz en alto mostraba su desacuerdo público con todo aquello, al igual que lo hacía la anciana. Alward optó por no contestar más y seguir de brazos cruzados, firme e impasible, con la mirada entre perdida y atento a cada uno de los que allí se habían aglomerado.
Desvió una fugaz mirada a Sasha, una mirada determinante que le decía sin palabras; "No te preocupes, y mantente firme".
-No agaches la mirada y no te quedes como si fueses un florero. Debes de imponer también tu presencia cuando yo lo haga.-Le dijo de un modo calmado.
Entonces, el galeno se asomó por la cortinilla.
-No tienen por qué haber muertes innecesarias, señor Zorven. No al menos mientras sea mi guardia-Se lo dejó bastante claro.
El médico volvió a entrar. Quizás aquellas palabras no fuesen las que le gustaría haber escuchado, pero un Guardia, o al menos una persona con un mínimo de honor, no mata por diversión y sin que haya un motivo de fuerza mayor. No sabía qué se traía entre manos el superior que había dejado hacer a Go'el hacer sus experimentos allí, pero lo que sí sabía es que no era nada agradable.
Tomó aire profundamente y lo soltó de un tirón. Desvió de forma breve la mirada hacia la dragona, quien estaba impasible y con una postura tan recta que parecía un palo.
-...Oye-Se apoyó sobre el tablón de lo que antes sería una puerta y se cruzó de brazos-No tienes por qué actuar todo el tiempo como si el mismísimo Rey estuviera dentro de esa sala. Descansa...-Le dijo-Y sí-Afirmó-Están "jugando" con partes humanas. ¿O por qué crees que el galeno ha salido diciendo antes eso? Seguro que lo que escondían todas las cosas de dentro eran cadáveres-Dijo con un tono que no se pudo distinguir muy bien del sarcasmo... Era como una "broma" dicha a modo de verdad. Así, en cualquiera de los casos, el castaño tendría razón o simplemente podría decir que estaba "bromeando".
Ahora fue el acompañante del galeno el que se asomó por la cortinilla, interrumpiendo la conversación.
-Sin novedad. Solo miradas curiosas.-Afirmó ante la pregunta de este-No, tranquilo-Negó con la cabeza ante la segunda pregunta del moreno. La tercera pregunta, sin embargo, sonó más tentadora-Pues la verdad es que...-Sasha respondió antes que él con una clara negativa, y Alward tuvo que recular en su decisión-...N-no, claro que no...-Carraspeó y miró al frente antes de que la dragona lo acuchillara con su mirada inquisitiva y reprobatoria.
El acompañante del galeno parecía un tipo bastante agradable y amable. Sin duda, todo lo contrario a su amigo.
-No nos ha dicho a qué se dedica, señor Hashim-Lo miró de arriba a abajo de forma sutil-No tiene pinta de galeno-Se fijó en que debajo de la chaquetilla no llevaba nada-...¿No tiene frío?-Mostró su guantelete, cerrando y abriendo el puño-Yo aún debajo de todo esto...-Se refirió a su armadura-...estoy muerto de frío
Mientras mantenía una charla amena y distendida con el acompañante del galeno, una anciana se acercó, y tras ella, poco a poco se formó un grupo que iba creciendo, todos residentes de las catacumbas. Alward dejó de lado a Hashim y miró al frente, cruzándose de brazos para hacer imponente su presencia, cambiando su actitud y mirada por completo a una más seria y respetable.
-Señora, siga circulando-Dijo con un tono respetuoso pero imperativo-...-No respondió ante lo segundo, la verdad que lo que dijo le daba mala espina, pero su deber era mantenerse férreo.
-Aquí no se está haciendo nada fuera de la ley. No hay de qué preocuparse.-Dijo-Circulen-Insistió.
Se empezaron a formar pequeños murmullos y alguna que otra voz en alto mostraba su desacuerdo público con todo aquello, al igual que lo hacía la anciana. Alward optó por no contestar más y seguir de brazos cruzados, firme e impasible, con la mirada entre perdida y atento a cada uno de los que allí se habían aglomerado.
Desvió una fugaz mirada a Sasha, una mirada determinante que le decía sin palabras; "No te preocupes, y mantente firme".
Alward Sevna
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Parthor, que llevaba unos días observando el movimiento anormal de las catacumbas, había observado como unos hombres transportaban una gran carga hasta un punto en concreto, la carga estaba cubierta por una especie de manto o saco, no se había podido acercar lo suficiente como para poder distinguirlo. Pero el material que cubría esos bultos no era lo importante, debían estar planeando algo gordo, pues desde ese día habían "prohibido" el acceso a una zona.
Pero aquello no paró al brujo.
- Hay gente en la sala iluminada, dos hombres, y dos guardias custodiándolos. - dijo Sombra apoyando las manos en las rodillas, con la espalda encordaba, recuperando el aliento.
Le sorprendió la reacción del brujo, esperaba un agradecimiento, una compensación, alguna emoción...
El brujo se limitó a llevarse una mano al mentón, acariciando el pelo de su perilla. Había entrecerrado los ojos, acentuando aún más las arrugas de su frente. Sombra lo miraba, pero nervioso e intimidado, su vista siempre acababa por fijarse al suelo.
- Parece que entonces ha empezado la fiesta. Dime, ¿como va la pelea?
-Se han suspendido las peleas, algunos se han acercado a la sala iluminada para intentar averiguar que estaba sucediendo...
-¿Y bien?
- Nada, señor.
- Así que eso es todo.
- La vieja también se ha acercado, parece que sabe algo.
- Entiendo...- colocó ambas manos en la mesa, separando algunos papeles en los que había más dibujos que palabras escritas. - Habla con ella, entérate bien y entonces vienes aquí. No necesito que me vengas a molestar cuando vienes con las manos vacías.
- Si, señor, ahora mismo voy a hablar con ella...- Sombra se alejó por el pasillo, fundiéndose entre la oscuridad.
Parthor se recostó en su silla, pensando. Debía ser muy grande si todas las catacumbas estaban revolucionadas.
Sombra se encontró a unos jóvenes hablando en una de las zonas comunes, hubiese pasado de largo si no fuese porque, de casualidad, no es que el fuese poniendo la oreja por las esquinas, escuchó que estaban hablando de la anciana.
Se acercó a los jóvenes, serio, con las manos en los bolsillos.
-¿Así que la vi-señora se ha enfrentado a ellos?
Los jóvenes, al ver a Sombra, se callaron. Sombra no era muy popular dentro de las catacumbas, siempre lo habían tomado como un chivato y un espía, pero casi todos respetaban al brujo, así que solo con nombrarlo algunas personas cedían ante sus interrogatorios.
- El Brujo quiere saber que es lo que se cuece ahí dentro, en la sala iluminada.
Los jóvenes, que no debían de estar muy lejos de la edad de Sombra, aunque este, por las heridas de su cara parecía mayor, se miraron el uno al otro, como preguntándose si sería buena idea hablar.
-¿Porqué? ¿Está pensando en hacer algo?
-Y si fuese así, ¿le seguiríais?- su sonrisa, que más bien parecía una mueca, estiró toda la piel de su cara, dando la sensación de que iba a romperse en cualquier momento.
Parthor necesitaba información para poder mover pieza, pero Sombra no era la única persona que se la proporcionaba, así que para cuando este llegó el brujo ya estaba trabajando.
- Muy bien sombra, ahora necesito que reúnas un buen grupo de gente para la siguiente parte. Intenta escoger con cabeza, no quiero que se pongan a pelearse entre ellos, ¿entiendes?
-Claro, señor...- Sombra se quedó con la cabeza gacha, pero sin dar un solo paso.
Parthor tardó un rato en hacerle caso, como si no hubiese reparado en que no había abandonado la estancia.
- ¿Y ahora que, Sombra?
-Pensaba que podría...
-Termina tu trabajo y entonces hablaremos de la recompensa. - los pequeños ojos de Sombra parecieron iluminarse con la esperanza de su deseada recompensa.
-Claro, señor, ya estoy en ello...- dijo antes de desaparecer.
El grupo de hombres de las catacumbas ya estaba organizado, sabían lo que debían hacer, ahora solo faltaba que todo saliese bien. Los guardias irían armados hasta la dentadura, así que ellos no serían menos. Se pusieron sus mejores harapos o armaduras, el que la hubiese, que en su mayoría consistía en piezas rotas o viejas de una antigua armadura. Se armaron con cuyas armas tenían más peligro por las enfermedades que podían transmitir más que por su filo, y si dirigieron a la sala iluminada.
-!Eh, vosotros, guardias! ¿Que os trae por aquí? No nos gusta que los de arriba os paseéis como si esto fuese vuestro.
El grupo se iba acercando a paso lento a los guardias, debían ser unos diez hombre y mujeres, avanzando en bloque.
Aprovechando la distracción del grupo, una casi invisible bola de hielo volaba por sus cabezas, llegando a pasar la cortina que los separaba a todos de la sala donde se encontraba el medico. La bola de hielo, al llegar al centro de la sala, gracias a un repentino cambio de temperatura, estalló. Muchos de los trozos de hielo que podrían haber actuado como metralla cambiaron de estado aun en el aire, creando una sensación de lluvia en la sala, aunque el olor era algo intenso y penetrante.
Parthor se fregaba las manos, satisfecho, lo que estaba pasando en aquella sala debía ser suyo, ahora solo faltaba que todos hiciesen su parte del plan.
Pero aquello no paró al brujo.
- Hay gente en la sala iluminada, dos hombres, y dos guardias custodiándolos. - dijo Sombra apoyando las manos en las rodillas, con la espalda encordaba, recuperando el aliento.
Le sorprendió la reacción del brujo, esperaba un agradecimiento, una compensación, alguna emoción...
El brujo se limitó a llevarse una mano al mentón, acariciando el pelo de su perilla. Había entrecerrado los ojos, acentuando aún más las arrugas de su frente. Sombra lo miraba, pero nervioso e intimidado, su vista siempre acababa por fijarse al suelo.
- Parece que entonces ha empezado la fiesta. Dime, ¿como va la pelea?
-Se han suspendido las peleas, algunos se han acercado a la sala iluminada para intentar averiguar que estaba sucediendo...
-¿Y bien?
- Nada, señor.
- Así que eso es todo.
- La vieja también se ha acercado, parece que sabe algo.
- Entiendo...- colocó ambas manos en la mesa, separando algunos papeles en los que había más dibujos que palabras escritas. - Habla con ella, entérate bien y entonces vienes aquí. No necesito que me vengas a molestar cuando vienes con las manos vacías.
- Si, señor, ahora mismo voy a hablar con ella...- Sombra se alejó por el pasillo, fundiéndose entre la oscuridad.
Parthor se recostó en su silla, pensando. Debía ser muy grande si todas las catacumbas estaban revolucionadas.
***
Sombra se encontró a unos jóvenes hablando en una de las zonas comunes, hubiese pasado de largo si no fuese porque, de casualidad, no es que el fuese poniendo la oreja por las esquinas, escuchó que estaban hablando de la anciana.
Se acercó a los jóvenes, serio, con las manos en los bolsillos.
-¿Así que la vi-señora se ha enfrentado a ellos?
Los jóvenes, al ver a Sombra, se callaron. Sombra no era muy popular dentro de las catacumbas, siempre lo habían tomado como un chivato y un espía, pero casi todos respetaban al brujo, así que solo con nombrarlo algunas personas cedían ante sus interrogatorios.
- El Brujo quiere saber que es lo que se cuece ahí dentro, en la sala iluminada.
Los jóvenes, que no debían de estar muy lejos de la edad de Sombra, aunque este, por las heridas de su cara parecía mayor, se miraron el uno al otro, como preguntándose si sería buena idea hablar.
-¿Porqué? ¿Está pensando en hacer algo?
-Y si fuese así, ¿le seguiríais?- su sonrisa, que más bien parecía una mueca, estiró toda la piel de su cara, dando la sensación de que iba a romperse en cualquier momento.
***
Parthor necesitaba información para poder mover pieza, pero Sombra no era la única persona que se la proporcionaba, así que para cuando este llegó el brujo ya estaba trabajando.
- Muy bien sombra, ahora necesito que reúnas un buen grupo de gente para la siguiente parte. Intenta escoger con cabeza, no quiero que se pongan a pelearse entre ellos, ¿entiendes?
-Claro, señor...- Sombra se quedó con la cabeza gacha, pero sin dar un solo paso.
Parthor tardó un rato en hacerle caso, como si no hubiese reparado en que no había abandonado la estancia.
- ¿Y ahora que, Sombra?
-Pensaba que podría...
-Termina tu trabajo y entonces hablaremos de la recompensa. - los pequeños ojos de Sombra parecieron iluminarse con la esperanza de su deseada recompensa.
-Claro, señor, ya estoy en ello...- dijo antes de desaparecer.
***
El grupo de hombres de las catacumbas ya estaba organizado, sabían lo que debían hacer, ahora solo faltaba que todo saliese bien. Los guardias irían armados hasta la dentadura, así que ellos no serían menos. Se pusieron sus mejores harapos o armaduras, el que la hubiese, que en su mayoría consistía en piezas rotas o viejas de una antigua armadura. Se armaron con cuyas armas tenían más peligro por las enfermedades que podían transmitir más que por su filo, y si dirigieron a la sala iluminada.
-!Eh, vosotros, guardias! ¿Que os trae por aquí? No nos gusta que los de arriba os paseéis como si esto fuese vuestro.
El grupo se iba acercando a paso lento a los guardias, debían ser unos diez hombre y mujeres, avanzando en bloque.
Aprovechando la distracción del grupo, una casi invisible bola de hielo volaba por sus cabezas, llegando a pasar la cortina que los separaba a todos de la sala donde se encontraba el medico. La bola de hielo, al llegar al centro de la sala, gracias a un repentino cambio de temperatura, estalló. Muchos de los trozos de hielo que podrían haber actuado como metralla cambiaron de estado aun en el aire, creando una sensación de lluvia en la sala, aunque el olor era algo intenso y penetrante.
Parthor se fregaba las manos, satisfecho, lo que estaba pasando en aquella sala debía ser suyo, ahora solo faltaba que todos hiciesen su parte del plan.
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Bienvenidos a
Por el momento, el día había transcurrido con "normalidad", el brillante trabajo de Alward y Sashenka ha ido manteniendo a los curiosos lejos de la sala en la que Go'el está llevando a cabo su experimento, pero la actividad que se está llevando a cabo no ha pasado desapercibida. Habéis causado diferentes reacciones en los moradores de las catacumbas, y no todos están de acuerdo con dicha práctica, como bien os hace ver la anciana.
Un grupo organizado se acerca a vosotros, no parecen contentos, van dispuestos a pelear hasta el final, al fin y al cabo muchos de ellos no tienen nada que perder. Como ya se ha mencionado, se trata de un grupo de diez personas, las cuales van armadas, la tarea de Alward y Sashenka es defender al medico a toda costa, dicha tarea puede ser realizada de la manera en que se desee, no me opongo a que dejéis salir a la bestia que hay dentro de cada uno (nunca mejor dicho). Aunque esta es la tarea que os han encomendado, en este tema no os juzgare si os entra el pánico y tenéis que salir corriendo a la superficie a respirar aire puro, aunque quizás la guardia no lo ve con buenos ojos. Da igual lo que decidáis hacer, la esfera de hielo pasa de igual modo a la sala donde se encuentra Go'el, eso es lo único que no se puede evitar.
Go'el, te preguntarás, ¿porqué menciona san Valentín en un evento de Samhain? Bueno, dime, ¿que hay más terrorífico que el amor? Exacto, que lo sienta una persona que no tiene sentimientos. Mezclado con el agua que estalla sobre tu
cabeza, hay una mezcla maravillosa de plantas que causa un efecto magnifico a las personas: Aumenta ciertos sentimientos como el amor, la empatía, la pena, el dolor... Se podría decir que te sentirás como una mamá pato con tu abominación, si esta consigues tener vida, claro. Un torrente de emociones "nuevas" dentro de ti se hacen paso sin pedir permiso, no tengas vergüenza si necesitas llorar, las cosas nuevas asustan.
(sentimientos: amor hacía todo ser vivo de Aerandir / pena ante las injusticias y las peleas / dolor por el sufrimiento ajeno y en consecuencia a las cosas que te puedan decir) La naturaleza de Go'el puede intentar sobreponerse, pero los efectos, al menos al principio, son muy fuertes.
Buena suerte chicos, nos vemos pronto.
Thorn
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Al final Go'el utilizaría más partes de la supuesta licántropo. Durante la división del primer cuerpo había llegado a la conclusión de que, para que una parte del cuerpo pudiera cambiar de formar primero tendría que recibir la orden de hacerlo. Ordenes que se enviaban desde el cerebro, cerebro que no podía ser humano ya que los humanos no saben cómo transformar partes de su cuerpo, por tanto, el cerebro tenía que ser de la misma raza que las partes del cuerpo que querían ser cambiadas.
En ese momento a Go'el se le ocurrió la idea de implantar varias cabezas en mismo cuerpo, de esa forma podría poner partes de licántropos y dragones a la vez, por desgracia sobre la mesa de trabajo solo habían humanos.
Uno de los torsos humanos, el más grande, estaba sobre la mesa sin brazos ni piernas. El galeno le había abierto el pecho y quitado todos los órganos imprescindibles y en mal estado, el hermoso muñeco que está montando tan solo necesitaría el corazón y los pulmones. Ahora el pecho estaba cerrado y poseía una cicatriz en forma de Y.
Seria lógico pensar que él hombre con el torso más ancho seria él que tiene los brazos más fuertes, pero no era así.
Go'el se encontraba cosiendo el brazo derecho de su abominación, cuando extraña esfera de hielo apareció en el techo y estalló. En un primer momento el rubio pensó que se trataba de alguna tontería de Gali, pero sus pensamientos cambiaron cuando el extraño aroma de las gotas de agua.
En la cara del científico surgió una sonrisa sádica que dejaba ver hasta las muelas, sus manos dejaron de coser y comenzaron a acariciar el cuerpo a medio montar. Go'el se mordió el labio inferior y soltó una risa aguda e histérica.
-Vas a ser hermoso.
El dragón suspiró, sus manos acariciaban los puntos de la carne muerta al tiempo que se le tensaba el pantalón.
-Mi mayor logro científico. -Go'el volvió a reír. -El primero de muchos. -Dio un paso rodeando la mesa y se acercó a la oreja del cadáver. -Tú demostraras al mundo que mi amor es puro y genuino.
Se rio de nuevo al incorporarse. Su pantalón comenzaba a molestar así que aflojó los cordeles de la zona conflictiva y volvió a su labor.
-Les enseñaras a todos que la ciencia es la solución a todos nuestros males.
Go'el puso el brazo restante sobre la mesa y lo cosió al cuerpo con extremo cuidado y cariño, como si estuviera hilando una prenda delicada y no un trozo de carne muerta. Con cada punzada el rubio suspiraba y reía.
-Go'el ahí a fuera se está formando una turba.
Gali acababa de entrar a la sala y lo que vio, aunque inusual, no le extraño.
-Maravilloso Gali. Si Alward y Sashenka matan a alguien ve y tráemelo, por favor.
Aquello si sorprendió al monje, que el galeno pidiera algo "por favor" era inusitado, pero que llamara a los guardias por sus nombres... eso sí que era extraño.
-Ah, y otra cosa, Galigali. -El moreno dio un paso atrás al escuchar aquel nombre. -Si no te importa, y si quieres, me podrías ayudar e ir preparando las runas eléctricas.
"Podrías, ayudar, si quieres..." ¿Quién era este hombre y donde estaba Go'el?
Gali se tapó la boca con una mano y con la otra se abotonó el chaleco. ¿Que estaba sucediendo? Y porque el dragón oscuro no le había dicho nada. El monje se llevó la mano a la espalda agarrando el bastón.
-¿Te acuerdas de aquella mermelada que hicimos en el campo?
La pregunta que acababa de hacer el gigante parecía no tener sentido. Y no lo tenía, al menos no de entrada. Se trataba de una pregunta de seguridad (una de tantas), que la pareja de dragones había inventado para averiguar que eran ellos mismos.
-Claro que me acuerdo, dragón tontorrón. -Aquel insulto lo dijo con cariño, lo que género que a Gali se le erizara el pelo. -Es mostaza.
-¿Y la trucha del lago?
El monje seguía sin soltar el bastón. La siguiente pregunta fue dicha para comprobar que nadie lo tenía amenazado.
-Era negra y morada.
Respuesta correcta. Gali soltó el bastón y se acercó al rubio.
-¿Qué te pasa?
-Nada. Anda date prisa y ayúdame. Me sabe mal que Sashenkita y Alpotito pelen solos.
El monje se fue hacia la mesa auxiliar a preparar lo que le había pedido el galeno, seguía impactado por el comportamiento de su amigo. Gali puso las manos sobre la mesa y luego levantó una de ellas para mirarla. Estaba mojada.
En ese momento a Go'el se le ocurrió la idea de implantar varias cabezas en mismo cuerpo, de esa forma podría poner partes de licántropos y dragones a la vez, por desgracia sobre la mesa de trabajo solo habían humanos.
Uno de los torsos humanos, el más grande, estaba sobre la mesa sin brazos ni piernas. El galeno le había abierto el pecho y quitado todos los órganos imprescindibles y en mal estado, el hermoso muñeco que está montando tan solo necesitaría el corazón y los pulmones. Ahora el pecho estaba cerrado y poseía una cicatriz en forma de Y.
Seria lógico pensar que él hombre con el torso más ancho seria él que tiene los brazos más fuertes, pero no era así.
Go'el se encontraba cosiendo el brazo derecho de su abominación, cuando extraña esfera de hielo apareció en el techo y estalló. En un primer momento el rubio pensó que se trataba de alguna tontería de Gali, pero sus pensamientos cambiaron cuando el extraño aroma de las gotas de agua.
En la cara del científico surgió una sonrisa sádica que dejaba ver hasta las muelas, sus manos dejaron de coser y comenzaron a acariciar el cuerpo a medio montar. Go'el se mordió el labio inferior y soltó una risa aguda e histérica.
-Vas a ser hermoso.
El dragón suspiró, sus manos acariciaban los puntos de la carne muerta al tiempo que se le tensaba el pantalón.
-Mi mayor logro científico. -Go'el volvió a reír. -El primero de muchos. -Dio un paso rodeando la mesa y se acercó a la oreja del cadáver. -Tú demostraras al mundo que mi amor es puro y genuino.
Se rio de nuevo al incorporarse. Su pantalón comenzaba a molestar así que aflojó los cordeles de la zona conflictiva y volvió a su labor.
-Les enseñaras a todos que la ciencia es la solución a todos nuestros males.
Go'el puso el brazo restante sobre la mesa y lo cosió al cuerpo con extremo cuidado y cariño, como si estuviera hilando una prenda delicada y no un trozo de carne muerta. Con cada punzada el rubio suspiraba y reía.
-Go'el ahí a fuera se está formando una turba.
Gali acababa de entrar a la sala y lo que vio, aunque inusual, no le extraño.
-Maravilloso Gali. Si Alward y Sashenka matan a alguien ve y tráemelo, por favor.
Aquello si sorprendió al monje, que el galeno pidiera algo "por favor" era inusitado, pero que llamara a los guardias por sus nombres... eso sí que era extraño.
-Ah, y otra cosa, Galigali. -El moreno dio un paso atrás al escuchar aquel nombre. -Si no te importa, y si quieres, me podrías ayudar e ir preparando las runas eléctricas.
"Podrías, ayudar, si quieres..." ¿Quién era este hombre y donde estaba Go'el?
Gali se tapó la boca con una mano y con la otra se abotonó el chaleco. ¿Que estaba sucediendo? Y porque el dragón oscuro no le había dicho nada. El monje se llevó la mano a la espalda agarrando el bastón.
-¿Te acuerdas de aquella mermelada que hicimos en el campo?
La pregunta que acababa de hacer el gigante parecía no tener sentido. Y no lo tenía, al menos no de entrada. Se trataba de una pregunta de seguridad (una de tantas), que la pareja de dragones había inventado para averiguar que eran ellos mismos.
-Claro que me acuerdo, dragón tontorrón. -Aquel insulto lo dijo con cariño, lo que género que a Gali se le erizara el pelo. -Es mostaza.
-¿Y la trucha del lago?
El monje seguía sin soltar el bastón. La siguiente pregunta fue dicha para comprobar que nadie lo tenía amenazado.
-Era negra y morada.
Respuesta correcta. Gali soltó el bastón y se acercó al rubio.
-¿Qué te pasa?
-Nada. Anda date prisa y ayúdame. Me sabe mal que Sashenkita y Alpotito pelen solos.
El monje se fue hacia la mesa auxiliar a preparar lo que le había pedido el galeno, seguía impactado por el comportamiento de su amigo. Gali puso las manos sobre la mesa y luego levantó una de ellas para mirarla. Estaba mojada.
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Ante las recomendaciones de Alward, Sasha sólo asintió, aún no se había acostumbrado del todo al “deber ser” del la Guardia, correspondía que le hiciera caso a su compañero con mayor graduación. Levantó la cabeza y se mantuvo firme a medida que la gente se fue juntando alrededor de ellos. En lo que sin duda no iba a hacerle caso es en toda esa parte de “relajarse”, la dragona no estaba hecha para esas cosas.
-Esta es una actividad autorizada y supervisada por la Guardia de la ciudad - Explicó en tono neutro Sasha - Así que no se preocupen y circulen, interrumpen el normal funcionamiento de la acera - Las palabras no parecían funcionar en un público tan enardecido.
-!Eh, vosotros, guardias! ¿Qué os trae por aquí? No nos gusta que los de arriba os paseéis como si esto fuese vuestro.
-Este no es un territorio privado, y los asuntos de la Guardia no tienen porque ser de divulgación pública - Alward le había dicho que hablara, así que Sashenka estaba hablando, les explicaba con mucho detalle pero sin ninguna empatía lo que estaba sucediendo.
Los ánimos se caldearon, y las personas no tardaron en pasar de las simples amenazas a la acción. Sacaron varios tipos de armas, la mayoría de ellas rudimentarias como pedazos de vidrios amarrados a palos para hacer de lanzas, dagas y espadas que habían conocido épocas mejores, trozos de armaduras que se habían quebrado dejando un lado sumamente filoso y hasta piedras.
Arrojaron varias de estas últimas, y ocupados como estaban los dos guardias en cubrirse no pudieron diferenciar la esfera que pasó directamente dentro del laboratorio y explotó.
-¿Qué fue eso? - Por suerte Gali entró, y Sasha confió en que él se encargaría de que todo estuviera bien adentro, o en caso contrario les daría aviso - ¡Deténganse o nos veremos obligados a usar la fuerza! -
Uno de los piedrazos voló hasta dar contra la ceja de Sasha, produciendo un feo corte que rápidamente comenzó a sangrar. No era una herida seria, pero las lesiones en esa parte del rostro siempre sangraban muchísimo, la dragona levantó más el escudo para cubrirse y uso la mano libre para limpiarse el ojo.
Dozorova gruñó, su mirada cambió a una mucho más dura, había pasado de una postura neutral a una cargada de furia. Sacó su lanza y dio un paso hacía la multitud, los más jóvenes y las mujeres salieron de las primeras filas para darle paso a los “guerreros” del grupo.
Uno de ellos, el que tenía una versión rudimentaria de una lanza, se acercó a Sasha, intentó clavar la punta en la panza de la dragona, pero esta se hizo a un lado y golpeó el palo del enemigo para apartar la trayectoria. Luego le dio con el palo en medio del pecho, al ser una lanza de una sola mano el golpe no sería tan contundente como sí fuera con la versión del mismo arma a dos manos. Pero Sashenka había entrenado mucho tiempo, y conocía cuales eran las ventajas y desventajas de su estilo de pelea, el siguiente golpe fue en las manos de su adversario, para hacerlo soltar la lanza, y finalmente en medio de la nariz, dejándolo fuera de combate.
La sangre que caía desde su ceja le dificultaba el poder ver bien, constantemente tenía que pasarse la manga para limpiar lo suficiente la herida como para poder abrir el ojo. En una de esas veces otro de los bandidos aprovechó e intentó clavarle una daga a la altura de la clavícula, Sasha logró cubrirse a tiempo con el escudo, atravesándolo luego con su lanza.
Eran dos menos, pero todavía quedaban varios más.
-Esta es una actividad autorizada y supervisada por la Guardia de la ciudad - Explicó en tono neutro Sasha - Así que no se preocupen y circulen, interrumpen el normal funcionamiento de la acera - Las palabras no parecían funcionar en un público tan enardecido.
-!Eh, vosotros, guardias! ¿Qué os trae por aquí? No nos gusta que los de arriba os paseéis como si esto fuese vuestro.
-Este no es un territorio privado, y los asuntos de la Guardia no tienen porque ser de divulgación pública - Alward le había dicho que hablara, así que Sashenka estaba hablando, les explicaba con mucho detalle pero sin ninguna empatía lo que estaba sucediendo.
Los ánimos se caldearon, y las personas no tardaron en pasar de las simples amenazas a la acción. Sacaron varios tipos de armas, la mayoría de ellas rudimentarias como pedazos de vidrios amarrados a palos para hacer de lanzas, dagas y espadas que habían conocido épocas mejores, trozos de armaduras que se habían quebrado dejando un lado sumamente filoso y hasta piedras.
Arrojaron varias de estas últimas, y ocupados como estaban los dos guardias en cubrirse no pudieron diferenciar la esfera que pasó directamente dentro del laboratorio y explotó.
-¿Qué fue eso? - Por suerte Gali entró, y Sasha confió en que él se encargaría de que todo estuviera bien adentro, o en caso contrario les daría aviso - ¡Deténganse o nos veremos obligados a usar la fuerza! -
Uno de los piedrazos voló hasta dar contra la ceja de Sasha, produciendo un feo corte que rápidamente comenzó a sangrar. No era una herida seria, pero las lesiones en esa parte del rostro siempre sangraban muchísimo, la dragona levantó más el escudo para cubrirse y uso la mano libre para limpiarse el ojo.
Dozorova gruñó, su mirada cambió a una mucho más dura, había pasado de una postura neutral a una cargada de furia. Sacó su lanza y dio un paso hacía la multitud, los más jóvenes y las mujeres salieron de las primeras filas para darle paso a los “guerreros” del grupo.
Uno de ellos, el que tenía una versión rudimentaria de una lanza, se acercó a Sasha, intentó clavar la punta en la panza de la dragona, pero esta se hizo a un lado y golpeó el palo del enemigo para apartar la trayectoria. Luego le dio con el palo en medio del pecho, al ser una lanza de una sola mano el golpe no sería tan contundente como sí fuera con la versión del mismo arma a dos manos. Pero Sashenka había entrenado mucho tiempo, y conocía cuales eran las ventajas y desventajas de su estilo de pelea, el siguiente golpe fue en las manos de su adversario, para hacerlo soltar la lanza, y finalmente en medio de la nariz, dejándolo fuera de combate.
La sangre que caía desde su ceja le dificultaba el poder ver bien, constantemente tenía que pasarse la manga para limpiar lo suficiente la herida como para poder abrir el ojo. En una de esas veces otro de los bandidos aprovechó e intentó clavarle una daga a la altura de la clavícula, Sasha logró cubrirse a tiempo con el escudo, atravesándolo luego con su lanza.
Eran dos menos, pero todavía quedaban varios más.
Sashenka Dozorova
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Sin enterarse muy bien cómo y tras un breve abrir y cerrar de ojos, la situación en aquel lugar se tornó violenta y hostil. Los abucheos y murmullos disconformes para con los dos Guardias pasaron a lanzamientos de objetos. Alguno de estos impactó en Sasha.
Al ver a su compañera herida y percatarse de que el simple uso de las palabras no apaciguarían a los allí congregados, el Sevna optó por desenvainar su espada zurda. Era más diestro que zurdo, así que se la cambió de mano.
Sashenka no se quedó expectante ni retraída, al contrario, con todas las ganas arremetió contra los culpables de haberle abierto una brecha en la ceja.
Alward iba a acompañarla, pero entonces recibió la embestida de uno de los disidentes por un costado que lo tiró al suelo. Este portaba un cuchillo viejo y sucio, iba con todas las intenciones de apuñalar cuantas veces fuese necesario al castaño, pero este estuvo rápido de reflejos y lo detuvo, agarrando su mano en el primer intento. Ambos forcejearon, mientras otros pocos disidentes se congregaban alrededor.
Alward pudo quitarse de encima al que le había asaltado, pero entonces empezó a recibir patadas de los otros. Se cubrió con una mano la cabeza e intentó agarrar la Espada de la Guardia, que se le había caído durante el ataque. Por suerte, esta no estaba lejos, si no muy al alcance del caballero. Una vez que la agarró, activó su encantamiento eléctrico [1].
Rápidamente se la puso a modo de protección. Cada vez que alguien lo pateaba se levaba una buena descarga que lo dejaba tirado en el suelo. Así, el Sevna pudo quitarse a unos cuantos de encima y pudo ponerse de nuevo en pie. Quedaban tres de todo el grupo de disidentes que se le habían acercado. Aún con tan solo una de sus dos armas desenvainadas, se puso en posición de combate, un tanto a la defensiva, y su armadura adquirió un tono amarillo tenue en los adornos de los brazos y en el del torso, el cual simulaba un tren superior humano definido a la perfección; había activa el encantamiento de su armadura: "Fortaleza Inamovible" [2].
De nuevo, uno de los tres disidentes que se le enfrentaban quiso hacer la táctica del primero; embestirlo para poder tumbarlo. Pero al llegar a chocar contra el guardia, se dio cuenta que estaba frente a una verdadera muralla infranqueable. Los otros dos, también intentaron lo mismo, pero ni la fuerza de tres hombres era capaz de tumbar al Sevna, y todo gracias al encantamiento de su armadura.
Acto seguido, se apartaron, pero Alward con un barrido de su espada los electrocutó a los tres, que cayeron al suelo fuera de combate.
Ahora sí, podía ocuparse de ayudar a su compañera.
-¿¡Estás bien!?-Le preguntó mientras mantenía a raya a todo aquel que osara a atacarlos-¡Que no crucen el umbral!-Le ordenó
____________________________________________
Off:
-Encantamiento de arma usado: Arma Eléctrica [1].
-Encantamiento de armadura usado: Fortaleza Inamovible [2].
Al ver a su compañera herida y percatarse de que el simple uso de las palabras no apaciguarían a los allí congregados, el Sevna optó por desenvainar su espada zurda. Era más diestro que zurdo, así que se la cambió de mano.
Sashenka no se quedó expectante ni retraída, al contrario, con todas las ganas arremetió contra los culpables de haberle abierto una brecha en la ceja.
Alward iba a acompañarla, pero entonces recibió la embestida de uno de los disidentes por un costado que lo tiró al suelo. Este portaba un cuchillo viejo y sucio, iba con todas las intenciones de apuñalar cuantas veces fuese necesario al castaño, pero este estuvo rápido de reflejos y lo detuvo, agarrando su mano en el primer intento. Ambos forcejearon, mientras otros pocos disidentes se congregaban alrededor.
Alward pudo quitarse de encima al que le había asaltado, pero entonces empezó a recibir patadas de los otros. Se cubrió con una mano la cabeza e intentó agarrar la Espada de la Guardia, que se le había caído durante el ataque. Por suerte, esta no estaba lejos, si no muy al alcance del caballero. Una vez que la agarró, activó su encantamiento eléctrico [1].
Rápidamente se la puso a modo de protección. Cada vez que alguien lo pateaba se levaba una buena descarga que lo dejaba tirado en el suelo. Así, el Sevna pudo quitarse a unos cuantos de encima y pudo ponerse de nuevo en pie. Quedaban tres de todo el grupo de disidentes que se le habían acercado. Aún con tan solo una de sus dos armas desenvainadas, se puso en posición de combate, un tanto a la defensiva, y su armadura adquirió un tono amarillo tenue en los adornos de los brazos y en el del torso, el cual simulaba un tren superior humano definido a la perfección; había activa el encantamiento de su armadura: "Fortaleza Inamovible" [2].
De nuevo, uno de los tres disidentes que se le enfrentaban quiso hacer la táctica del primero; embestirlo para poder tumbarlo. Pero al llegar a chocar contra el guardia, se dio cuenta que estaba frente a una verdadera muralla infranqueable. Los otros dos, también intentaron lo mismo, pero ni la fuerza de tres hombres era capaz de tumbar al Sevna, y todo gracias al encantamiento de su armadura.
Acto seguido, se apartaron, pero Alward con un barrido de su espada los electrocutó a los tres, que cayeron al suelo fuera de combate.
Ahora sí, podía ocuparse de ayudar a su compañera.
-¿¡Estás bien!?-Le preguntó mientras mantenía a raya a todo aquel que osara a atacarlos-¡Que no crucen el umbral!-Le ordenó
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Off:
-Encantamiento de arma usado: Arma Eléctrica [1].
-Encantamiento de armadura usado: Fortaleza Inamovible [2].
Alward Sevna
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Gali se acercó los dedos húmedos a la nariz, aquella agua tenía un olor extrañamente dulce y estaba seguro de que antes la mesa estaba seca. El monje se quedó pensativo unos instantes mientras preparaba las runas, entonces recordó que la cortina se había movido antes de que él entrara al laboratorio.
En un primer momento no le dio importancia, el movimiento de la tela había sido como el de cualquier otra movida por el viento. Si esto era un ataque, había fallado. Todo parecía en orden salvo la extraña actitud de Go'el.
El doctor no perdía el tiempo, había cortado el tren inferior de la licantropa y ahora lo unía al torso humano. De manera arbitraria y con palabras demasiado cariñosa, Go'el le pedía a su compañero que le pasara las runas. Las fue colocando en sitios estratégicos como las articulaciones, los pulmones y el corazón. Por último, el cerebro. Con extrema precaución cortó el cráneo humano, lanzó a contra la pared (con mucho entusiasmo) la masa gris y alojó en la cavidad el cerebro de la mujer, pegó la runa a la tapa de la cabeza y la cerró.
-Está terminado, Marroncito. -El rubio se giró hacia el monje, con una sonrisa pletórica. -Solo queda activar las runas.
Go'el dio un paso atrás, juntó las manos y pronuncio las palabras que activaban el encantamiento. Por un instante el cuerpo se sacudió y convulsionó, los dientes de la criatura chocaron unos con otros y luego... nada, el cuerpo seguía inerte.
-No puede ser. -Go'el se rascaba la cabeza y mostraba un rostro melancólico. -No entiendo que puede haber salido mal.
El científico dio un paso adelante para observar de cerca a su fallida creación. Fue en ese momento que los ojos de la criatura se abrieron. Parpadeó, miró a Go'el y se incorporó sobre la mesa.
-¡ESTA VIVO! ¡VIVOOOO!
El rubio comenzó a reír a pleno pulmón, a repetir la misma palabra una y otra vez y a acariciar la cara del monstruo.
-¿Creador?
Go'el abrió la boca. Su experimento hablaba y le reconocía.
-Sí, soy yo. -La bestia dibujo una suerte de sonrisa. -Tenemos que salir de aquí, fuera necesitan tu fuerza.
En toda aquella transición Gali estaba callado y permeancia pegado contra una de las esquinas de la habitación.
La criatura, a la que Go'el decidió nombrar como Parches, se puso en pie y dio un par de pasos tambaleantes hasta que logró equilibrarse. El galeno abrió la cortina y dejó que su experimento saliera.
-Parches, este señor es Alfilon y esta señora es Satenka. Están defendiendo a tu creador de esta gente.
Parches observó la zona y gruñó.
-Tu creador está muy triste por ver esta injusta pelea. Haz me feliz y acaba con toda esta gente que quiere hacernos daño.
Parches asintió, entrechocó los puños y avanzo hacia el gentío transformando sus piernas en extremidades lobunas. Go'el se llevó las manos a la cara, tapándose la boca con los dedos, estaba tan emocionado. Su hipótesis era correcta y además automática, Parches no necesitó ninguna directriz extra para transformar parte de su cuerpo.
En un primer momento no le dio importancia, el movimiento de la tela había sido como el de cualquier otra movida por el viento. Si esto era un ataque, había fallado. Todo parecía en orden salvo la extraña actitud de Go'el.
El doctor no perdía el tiempo, había cortado el tren inferior de la licantropa y ahora lo unía al torso humano. De manera arbitraria y con palabras demasiado cariñosa, Go'el le pedía a su compañero que le pasara las runas. Las fue colocando en sitios estratégicos como las articulaciones, los pulmones y el corazón. Por último, el cerebro. Con extrema precaución cortó el cráneo humano, lanzó a contra la pared (con mucho entusiasmo) la masa gris y alojó en la cavidad el cerebro de la mujer, pegó la runa a la tapa de la cabeza y la cerró.
-Está terminado, Marroncito. -El rubio se giró hacia el monje, con una sonrisa pletórica. -Solo queda activar las runas.
Go'el dio un paso atrás, juntó las manos y pronuncio las palabras que activaban el encantamiento. Por un instante el cuerpo se sacudió y convulsionó, los dientes de la criatura chocaron unos con otros y luego... nada, el cuerpo seguía inerte.
-No puede ser. -Go'el se rascaba la cabeza y mostraba un rostro melancólico. -No entiendo que puede haber salido mal.
El científico dio un paso adelante para observar de cerca a su fallida creación. Fue en ese momento que los ojos de la criatura se abrieron. Parpadeó, miró a Go'el y se incorporó sobre la mesa.
-¡ESTA VIVO! ¡VIVOOOO!
El rubio comenzó a reír a pleno pulmón, a repetir la misma palabra una y otra vez y a acariciar la cara del monstruo.
-¿Creador?
Go'el abrió la boca. Su experimento hablaba y le reconocía.
-Sí, soy yo. -La bestia dibujo una suerte de sonrisa. -Tenemos que salir de aquí, fuera necesitan tu fuerza.
En toda aquella transición Gali estaba callado y permeancia pegado contra una de las esquinas de la habitación.
La criatura, a la que Go'el decidió nombrar como Parches, se puso en pie y dio un par de pasos tambaleantes hasta que logró equilibrarse. El galeno abrió la cortina y dejó que su experimento saliera.
-Parches, este señor es Alfilon y esta señora es Satenka. Están defendiendo a tu creador de esta gente.
Parches observó la zona y gruñó.
-Tu creador está muy triste por ver esta injusta pelea. Haz me feliz y acaba con toda esta gente que quiere hacernos daño.
Parches asintió, entrechocó los puños y avanzo hacia el gentío transformando sus piernas en extremidades lobunas. Go'el se llevó las manos a la cara, tapándose la boca con los dedos, estaba tan emocionado. Su hipótesis era correcta y además automática, Parches no necesitó ninguna directriz extra para transformar parte de su cuerpo.
Go'el
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
La falta de experiencia de Sasha en la pelea era más evidente estando ante varios enemigos a la vez, en cuanto lograba golpear a uno aparecía alguien más por detrás y le asestaba un golpe. Además, parecían tener una puntería endemoniadamente buena con las piedras, mientras peleaba la dragona sintió al menos otros dos golpes contundente en el omóplato y en la parte de atrás de la pierna.
Estar tan a la defensiva no le permite el poder ayudar a Alward, vio que lo tiraban al piso y comenzaron a patearlo ¡Quería acercarse! Pero esos malditos humanos no la dejaban moverse de donde estaba. La espada de uno de los enemigos le hizo un tajo profundo a la altura de las costillas, Sasha hizo un gesto de dolor y retrocedió, levantó el escudo y golpeó a su adversario con él para alejarlo.
Gruñó enojada, no le gustaba que los estuvieran haciendo retroceder, pero sus enemigos no eran unos improvisados. Cualquiera que supiera mínimamente de formaciones de guerra se podía dar cuenta que los más débiles como las mujeres, ancianos y niños estaban en las líneas de atrás arrojándoles cosas, mientras que todos los que tenían armas de cuerpo a cuerpo estaban pegados a ellos reduciéndolos.
-¡GgghhrYA! - Sus gruñidos se mezclaron con la exasperación que sentía, levantó la lanza y golpeó el piso con la parte posterior, su control sobre la tierra hizo que el suelo vibrara y que muchos de los Humanos que estaban alrededor perdieran el equilibrio* - ¡Estoy bien! - Respondió la Guardia incluso aunque sentía un punzante dolor en el costado, pero de ninguna manera iba a flaquear en medio de la pelea.
En primera linea quedaban la mitad de los enemigos, pero atrás aún habían varios que seguían arrojando cosas. Dozorova aguantaba en su posición junto a Alward y entonces una cosa extraña salió del laboratorio...
Era parte humano, pero a la vez no lo era, cada pedazo de su cuerpo tenía distintos tonos de piel, y tamaños dispares. Para terminar de confirmar que todas esas partes no podían pertenecer a un mismo cuerpo ¡Las piernas eran las de un Licantropo! Todos los presentes se quedaron mudos, Sasha estaba justo deteniendo un golpe con su escudo, ambos, la dragona y su rival, se quedaron paralizados mirando al monstruo. La misma escena se repetía en los alrededores.
El hechizo se rompió cuando la misma anciana que había comenzado todo eso gritó:
-¡¡Es una abominación!! ¡¡Un monstruo!! - Y entonces todos los ataques se giraron para concentrarse en el Ser que Go´el con tanto amor había creado.
-Por los dioses ¿Qué es eso? - Sasha tenía los ojos muy abiertos, y aunque la Bestia era totalmente desagradable a la vista, la dragona no podía apartar la mirada - ¿Qué es lo que nos mandaron a proteger? -
El Monstruo se lanzó contra los civiles, golpeándolos con sus manos como si fueran mazas, parecía completamente capaz de encargarse por sí solo de todos los que quedaban. Tampoco habían sido sus ordenes que protegieran a esa cosa, solo tenían que asegurarse de que Go´el pudiera trabajar sin interrupciones.
___________________________
*Sasha usa su Habilidad de Lvl 0 Ataque con lanza: [Activable] Golpea el suelo con su lanza generando que la tierra bajo los pies de los enemigos que la rodean se mueva y los desestabilice.
Enfriamiento: 3 turnos
Estar tan a la defensiva no le permite el poder ayudar a Alward, vio que lo tiraban al piso y comenzaron a patearlo ¡Quería acercarse! Pero esos malditos humanos no la dejaban moverse de donde estaba. La espada de uno de los enemigos le hizo un tajo profundo a la altura de las costillas, Sasha hizo un gesto de dolor y retrocedió, levantó el escudo y golpeó a su adversario con él para alejarlo.
Gruñó enojada, no le gustaba que los estuvieran haciendo retroceder, pero sus enemigos no eran unos improvisados. Cualquiera que supiera mínimamente de formaciones de guerra se podía dar cuenta que los más débiles como las mujeres, ancianos y niños estaban en las líneas de atrás arrojándoles cosas, mientras que todos los que tenían armas de cuerpo a cuerpo estaban pegados a ellos reduciéndolos.
-¡GgghhrYA! - Sus gruñidos se mezclaron con la exasperación que sentía, levantó la lanza y golpeó el piso con la parte posterior, su control sobre la tierra hizo que el suelo vibrara y que muchos de los Humanos que estaban alrededor perdieran el equilibrio* - ¡Estoy bien! - Respondió la Guardia incluso aunque sentía un punzante dolor en el costado, pero de ninguna manera iba a flaquear en medio de la pelea.
En primera linea quedaban la mitad de los enemigos, pero atrás aún habían varios que seguían arrojando cosas. Dozorova aguantaba en su posición junto a Alward y entonces una cosa extraña salió del laboratorio...
Era parte humano, pero a la vez no lo era, cada pedazo de su cuerpo tenía distintos tonos de piel, y tamaños dispares. Para terminar de confirmar que todas esas partes no podían pertenecer a un mismo cuerpo ¡Las piernas eran las de un Licantropo! Todos los presentes se quedaron mudos, Sasha estaba justo deteniendo un golpe con su escudo, ambos, la dragona y su rival, se quedaron paralizados mirando al monstruo. La misma escena se repetía en los alrededores.
El hechizo se rompió cuando la misma anciana que había comenzado todo eso gritó:
-¡¡Es una abominación!! ¡¡Un monstruo!! - Y entonces todos los ataques se giraron para concentrarse en el Ser que Go´el con tanto amor había creado.
-Por los dioses ¿Qué es eso? - Sasha tenía los ojos muy abiertos, y aunque la Bestia era totalmente desagradable a la vista, la dragona no podía apartar la mirada - ¿Qué es lo que nos mandaron a proteger? -
El Monstruo se lanzó contra los civiles, golpeándolos con sus manos como si fueran mazas, parecía completamente capaz de encargarse por sí solo de todos los que quedaban. Tampoco habían sido sus ordenes que protegieran a esa cosa, solo tenían que asegurarse de que Go´el pudiera trabajar sin interrupciones.
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*Sasha usa su Habilidad de Lvl 0 Ataque con lanza: [Activable] Golpea el suelo con su lanza generando que la tierra bajo los pies de los enemigos que la rodean se mueva y los desestabilice.
Enfriamiento: 3 turnos
Sashenka Dozorova
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
En mitad de la pelea, alguien le asestó un golpe directo al pómulo. No sabía quién había sido, ni siquiera sabía con qué se lo había hecho. Para cuando quiso reaccionar ya se encontraba en el suelo siendo pateado de nuevo y con una brecha en el pómulo izquierdo. Aun llevando armadura, los golpes los notaba.
De repente, notó algunos temblores en el suelo. Quizás se debían a su estado de aturdimiento, pero pronto pudo comprobar que no era así, una criatura sacada de las peores pesadillas que uno podía tener; con extremidades desiguales, parcheada y mitad animal sacó de encima a los hostiles que Alward tenía encima. El humano alzó la mirada y pudo ver a la criatura a los ojos, la cual parecía enfurecida.
-¡A ALFI NO SE LE TOCA!-Dijo con una voz gutural, casi rugiendo, a modo de advertencia hacia los demás disidentes
La criatura pasó literalmente por encima del Sevna, el cual seguía en el suelo, con cuidado de no pisarlo. Era fácil, pues con su gigantesca altura y la fuerza de sus piernas, apenas en una débil zancada lo pudo conseguir. Esta se abalanzó sin pensarlo sobre los demás disidentes que seguían allí con claras intenciones hostiles.
Alward, entre aturdido y totalmente sorprendido, se puso en pie y se examinó la brecha de su pómulo. Sangraba y le escocía; tenía casi toda esa parte de su rostro llena de sangre, la cual era muy escandalosa sobre todo ahí.
Se agachó para agarrar su espada, que en todo aquel revuelo se le había vuelto a caer, y entonces notó cómo un hostil se acercaba por su espalda. Hacía demasiado ruido, él solo se había delatado. Antes de que este atacara al castaño, este se giró, ya con su arma en mano y contrarrestó el golpe que este tenía preparado con una maltrecha y oxidada espada. El disidente retrocedió un par de pasos, pero aún se disponía firme para seguir peleando. Entonces Alward desenvainó su espada diestra; Værdi, y se abalanzó hacia su oponente con todas las fuerzas. Este quiso interponer su arma para defenderse del ataque del Sevna, pero esta se partió en pedazos al chocar contra las dos espadas del Guardia. Acto seguido, Alward arremetió contra su oponente clavándole sus dos armas en el estómago, las cuales llegaron a atravesar por completo al disidente.
Entonces, el castaño notó cómo más hostiles se le acercaban. Imprimiendo mucha fuerza, logró levantar con sus armas aún clavadas al que había abatido y lo lanzó hacia atrás, dándose una media vuelta él mismo para completar el recorrido. El cadáver fue lanzado contra dos de los nuevos hostiles. Pudo comprobar que eran tres, así que este tercero se abalanzó contra el Sevna con cuchillo en mano.
Alward entonces soltó un tajo con sus dos espadas a la vez en forma de equis que cercenó la mano del oponente. Luego tan solo tuvo que clavar una de sus espadas en el pecho de este para quitárselo de en medio.
Los otros dos se quitaron al cadáver de encima y con dos espadas oxidadas en mano, se acercaron con cautela al Guardia, el cual les esperaba con una pose defensiva y expectante.
Se quedaron un rato mirándose. Los dos hostiles dieron sutiles pasos laterales hacia los flancos izquierdo y derecho de Alward. Estaba claro qué iban a hacer, uno de los dos se enfrentaría de cara con el Guardia mientras que el otro lo tendría a su merced para ensartarlo como a un pollo.
Una vez que estuvieron correctamente colocados, se abalanzaron hacia el Sevna. Este entonces activó la runa ígnea de Værdi [1] y lanzó la espada contra uno de ellos como si de una lanza se tratase. Esta atravesó el pecho de su objetivo en un recorrido casi perfecto, el cual cayó de rodillas tratando de, en un esfuerzo inútil, quitarse el arma.
El otro hostil sí llegó a atacar a Alward, antes de que el castaño lo previese. Su ataque se produjo justo en el brazo derecho. La armadura paró el golpe, pero el arma se quedó incrustada en esta. El Sevna entrecerró los ojos de dolor. El hostil quiso entonces empujarlo y derribarlo para tenerlo a su merced, pero una fuerza superior (debido al encantamiento de su armadura) impidió dicha acción y el castaño quedó inamovible, aprovechando esto para imprimir un tajo con su otra mano, la cual seguía sosteniendo su espada eléctrica, que se clavó entre el cuello y el hombro del oponente.
Este cayó, y la espada oxidada se desencajó de su armadura. Ahora quedaba en su brazo un boquete con trozos de la armadura clavados en él. Dolía, pero debía seguir. Se acercó hasta el cadáver que había dejado Værdi y recogió de nuevo su arma. Acto seguido, alzó la vista para ver cómo le iba a Sashenka.
_____________________________________________
Off:
-Encantamiento de arma activado: Espada de Fuego [1]
Control momentáneo de Parches dado por Go'el
De repente, notó algunos temblores en el suelo. Quizás se debían a su estado de aturdimiento, pero pronto pudo comprobar que no era así, una criatura sacada de las peores pesadillas que uno podía tener; con extremidades desiguales, parcheada y mitad animal sacó de encima a los hostiles que Alward tenía encima. El humano alzó la mirada y pudo ver a la criatura a los ojos, la cual parecía enfurecida.
-¡A ALFI NO SE LE TOCA!-Dijo con una voz gutural, casi rugiendo, a modo de advertencia hacia los demás disidentes
La criatura pasó literalmente por encima del Sevna, el cual seguía en el suelo, con cuidado de no pisarlo. Era fácil, pues con su gigantesca altura y la fuerza de sus piernas, apenas en una débil zancada lo pudo conseguir. Esta se abalanzó sin pensarlo sobre los demás disidentes que seguían allí con claras intenciones hostiles.
Alward, entre aturdido y totalmente sorprendido, se puso en pie y se examinó la brecha de su pómulo. Sangraba y le escocía; tenía casi toda esa parte de su rostro llena de sangre, la cual era muy escandalosa sobre todo ahí.
Se agachó para agarrar su espada, que en todo aquel revuelo se le había vuelto a caer, y entonces notó cómo un hostil se acercaba por su espalda. Hacía demasiado ruido, él solo se había delatado. Antes de que este atacara al castaño, este se giró, ya con su arma en mano y contrarrestó el golpe que este tenía preparado con una maltrecha y oxidada espada. El disidente retrocedió un par de pasos, pero aún se disponía firme para seguir peleando. Entonces Alward desenvainó su espada diestra; Værdi, y se abalanzó hacia su oponente con todas las fuerzas. Este quiso interponer su arma para defenderse del ataque del Sevna, pero esta se partió en pedazos al chocar contra las dos espadas del Guardia. Acto seguido, Alward arremetió contra su oponente clavándole sus dos armas en el estómago, las cuales llegaron a atravesar por completo al disidente.
Entonces, el castaño notó cómo más hostiles se le acercaban. Imprimiendo mucha fuerza, logró levantar con sus armas aún clavadas al que había abatido y lo lanzó hacia atrás, dándose una media vuelta él mismo para completar el recorrido. El cadáver fue lanzado contra dos de los nuevos hostiles. Pudo comprobar que eran tres, así que este tercero se abalanzó contra el Sevna con cuchillo en mano.
Alward entonces soltó un tajo con sus dos espadas a la vez en forma de equis que cercenó la mano del oponente. Luego tan solo tuvo que clavar una de sus espadas en el pecho de este para quitárselo de en medio.
Los otros dos se quitaron al cadáver de encima y con dos espadas oxidadas en mano, se acercaron con cautela al Guardia, el cual les esperaba con una pose defensiva y expectante.
Se quedaron un rato mirándose. Los dos hostiles dieron sutiles pasos laterales hacia los flancos izquierdo y derecho de Alward. Estaba claro qué iban a hacer, uno de los dos se enfrentaría de cara con el Guardia mientras que el otro lo tendría a su merced para ensartarlo como a un pollo.
Una vez que estuvieron correctamente colocados, se abalanzaron hacia el Sevna. Este entonces activó la runa ígnea de Værdi [1] y lanzó la espada contra uno de ellos como si de una lanza se tratase. Esta atravesó el pecho de su objetivo en un recorrido casi perfecto, el cual cayó de rodillas tratando de, en un esfuerzo inútil, quitarse el arma.
El otro hostil sí llegó a atacar a Alward, antes de que el castaño lo previese. Su ataque se produjo justo en el brazo derecho. La armadura paró el golpe, pero el arma se quedó incrustada en esta. El Sevna entrecerró los ojos de dolor. El hostil quiso entonces empujarlo y derribarlo para tenerlo a su merced, pero una fuerza superior (debido al encantamiento de su armadura) impidió dicha acción y el castaño quedó inamovible, aprovechando esto para imprimir un tajo con su otra mano, la cual seguía sosteniendo su espada eléctrica, que se clavó entre el cuello y el hombro del oponente.
Este cayó, y la espada oxidada se desencajó de su armadura. Ahora quedaba en su brazo un boquete con trozos de la armadura clavados en él. Dolía, pero debía seguir. Se acercó hasta el cadáver que había dejado Værdi y recogió de nuevo su arma. Acto seguido, alzó la vista para ver cómo le iba a Sashenka.
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-Encantamiento de arma activado: Espada de Fuego [1]
Control momentáneo de Parches dado por Go'el
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Go'el observó todo lo que sucedía fuera de su habitación designada. Parches estaba haciendo un trabajo excelente. Tras dar la orden inicial el experimento demostró iniciativa propia al elegir a uno de los dos objetivos en peligro, ¡e incluso le había puesto su propio apelativo a Alward!
El rubio dio un vistazo rápido a los guardias y llamó a Gali. El monje salió de inmediato por la cortina.
-Gapili, ayúdame a entrar a la recluta y encárgate de su posición.
El moreno se movió con rapidez hacia Go'el y Sashenka.
-Lo has hecho bien soldado, Parches se ocupará de todo.
El doctor sonrió con genuina bondad. La sangre había pegado mechones de pelo sobre la herida de la dragona, Go'el despegó unos pocos con cuidado.
-Vamos adentro, aquí fuera solo conseguirás que te maten. Hay que cerrar esa brecha.
El galeno le hizo un gesto a su amigo y este le tendió la mano a la mujer para coger su lanza y pasar su brazo por los hombros. El rubio hizo lo mismo con el brazo que portaba el escudo y con paso firme, la introdujeron en el laboratorio y la sentaron en la mesa. Gali dejó la lanza apoyada en pared, Go'el le pidió el escudo y lo colocó junto a esta.
-Bueno, voy a comenzar por esa ceja tuya.
El dragón humanoide hablaba con suma empatía, como si en su vida diaria tratara y comprendiera infinidad de sentimientos. Go'el agarró una botella, aguja e hilo y regreso a la mesa donde estaba sentada la recluta.
-Echa la cabeza hacia atrás Sa-chan. -El rubio puso la mano en su nuca y espero la acción. -Cierra los ojos, no queremos que te caiga nada dentro.
El rubio le lanzó un guiño a la mujer y comenzó a tirar el líquido sobre la herida. El flequillo de Sashenka se fue despegando, el dragón lo apartó rápidamente con el meñique y siguió con el procedimiento hasta vaciar el frasco.
-Ahora te voy a coser, sentirás una molestia, pero estoy seguro que será más agradable que esas horribles piedras que te lanzaban.
Go'el procedió a dar unas puntadas rápidas. El corte era más pequeño de lo que parecía, pero las heridas en la cara siempre eran muy escandalosas.
-Ya puedes abrir los ojos.
El científico retrocedió un paso y examinó el resto del cuerpo, la armadura de la mujer se había llevado un corte importante.
-Mmm, vale. Sashen voy a quitarte el peto para ver que te ha pasado ahí. -El rubio señaló la sangre que brotaba por el agujero la armadura. -No te muevas demasiado, podrías empeorar la herida.
Go'el buscó y abrió los cierres del peto, con cuidado le movió los brazos y le sacó la pieza de armadura.
-Recuéstate, por favor.
La camisa de la guerrera tenía una severa mancha de sangre que el medico no tardó en detectar.
-Voy a subirte la camisa. -Go'el miró a la mujer a los ojos e hizo algo que normalmente no haría. Dejó que su paciente conservara el pudor. -Lo hare solo hasta que vea la heria. Comenzare por abajo.
El doctor cogió el borde de la camisa sin dejar de mirar a la morena, tras un instante bajó la mirada y fue subiendo la camisa hasta ver la herida.
-Escucha, voy hacerte lo mismo que con la ceja. Este corte es más grande pero no es grave.
Go'el recogió más material de la mesa auxiliar y repitió el proceso. Tras unos minutos la herida de Sashenka estaba cerrada y vendada.
-Puedes levantarte, con cuidado.
-¡Go'el! -Gali entró con ímpetu mientras el rubio ayudaba a poner en pie a la mujer. -Parches está terminado de espantar la turba. A Alward le han dado una buena paliza.
Gali, que ofrecía su hombro como apoyo, apretó al caballero contra él con la típica demostración de complicidad masculina, como si con aquel gesto pretendiera decir "Es todo un machote, aguantó de pie (o mejor dicho en el suelo) hasta el final". Después de esa demostración de hombría el monje soltó al humano y lo llevó hacia la mesa, donde momentos antes había estado la recluta.
-Gali tráeme tres botellas de las blancas, gasas, hilo y aguja. -El rubio miró al Alward y sonrió. -Está de suerte caballero, no encontrara un médico mejor.
Tras decir aquello le quitó la guarda del hombro y la protección del brazo, cogió las pinzas que le trajo el monje y volvió a mirar al castaño.
-Te va a doler, pero aguanta. En un periquete esos trozos de metal estarán fuera de tu cuerpo.
Entonces el medico procedió. Limpió la herida, sacó los restos de la armadura y la espada del brazo del Sevna, volvió a limpiar la herida, la cerró y la vendó.
-A ver que le han hecho a esa cara tan bonita que tienes. -El rubio tanteó la zona afectada con varios dedos y levantó la cabeza del guardia y la inclinó levemente. -Quédate quieto Al-kun, o te entrara liquido en la oreja. -El medico procedió a verter el contenido del frasco. -No sé porque, pero a los guerreros os encanta cortaros la cara. -Go'el río divertido y cogió la aguja y el hilo. -Esto te va a doler menos.
Parches se había encargado de disgregar a la muchedumbre, mientras el galeno repetía el procese de curación por cuarta vez.
El conjunto de partes humanas entró al laboratorio con cierta timidez y con sus piernas en estado humano, tratando de no hacer ruido se fue a un rincón de la sala y se sentó en el suelo observando lo que hacía su creador.
El rubio dio un vistazo rápido a los guardias y llamó a Gali. El monje salió de inmediato por la cortina.
-Gapili, ayúdame a entrar a la recluta y encárgate de su posición.
El moreno se movió con rapidez hacia Go'el y Sashenka.
-Lo has hecho bien soldado, Parches se ocupará de todo.
El doctor sonrió con genuina bondad. La sangre había pegado mechones de pelo sobre la herida de la dragona, Go'el despegó unos pocos con cuidado.
-Vamos adentro, aquí fuera solo conseguirás que te maten. Hay que cerrar esa brecha.
El galeno le hizo un gesto a su amigo y este le tendió la mano a la mujer para coger su lanza y pasar su brazo por los hombros. El rubio hizo lo mismo con el brazo que portaba el escudo y con paso firme, la introdujeron en el laboratorio y la sentaron en la mesa. Gali dejó la lanza apoyada en pared, Go'el le pidió el escudo y lo colocó junto a esta.
-Bueno, voy a comenzar por esa ceja tuya.
El dragón humanoide hablaba con suma empatía, como si en su vida diaria tratara y comprendiera infinidad de sentimientos. Go'el agarró una botella, aguja e hilo y regreso a la mesa donde estaba sentada la recluta.
-Echa la cabeza hacia atrás Sa-chan. -El rubio puso la mano en su nuca y espero la acción. -Cierra los ojos, no queremos que te caiga nada dentro.
El rubio le lanzó un guiño a la mujer y comenzó a tirar el líquido sobre la herida. El flequillo de Sashenka se fue despegando, el dragón lo apartó rápidamente con el meñique y siguió con el procedimiento hasta vaciar el frasco.
-Ahora te voy a coser, sentirás una molestia, pero estoy seguro que será más agradable que esas horribles piedras que te lanzaban.
Go'el procedió a dar unas puntadas rápidas. El corte era más pequeño de lo que parecía, pero las heridas en la cara siempre eran muy escandalosas.
-Ya puedes abrir los ojos.
El científico retrocedió un paso y examinó el resto del cuerpo, la armadura de la mujer se había llevado un corte importante.
-Mmm, vale. Sashen voy a quitarte el peto para ver que te ha pasado ahí. -El rubio señaló la sangre que brotaba por el agujero la armadura. -No te muevas demasiado, podrías empeorar la herida.
Go'el buscó y abrió los cierres del peto, con cuidado le movió los brazos y le sacó la pieza de armadura.
-Recuéstate, por favor.
La camisa de la guerrera tenía una severa mancha de sangre que el medico no tardó en detectar.
-Voy a subirte la camisa. -Go'el miró a la mujer a los ojos e hizo algo que normalmente no haría. Dejó que su paciente conservara el pudor. -Lo hare solo hasta que vea la heria. Comenzare por abajo.
El doctor cogió el borde de la camisa sin dejar de mirar a la morena, tras un instante bajó la mirada y fue subiendo la camisa hasta ver la herida.
-Escucha, voy hacerte lo mismo que con la ceja. Este corte es más grande pero no es grave.
Go'el recogió más material de la mesa auxiliar y repitió el proceso. Tras unos minutos la herida de Sashenka estaba cerrada y vendada.
-Puedes levantarte, con cuidado.
-¡Go'el! -Gali entró con ímpetu mientras el rubio ayudaba a poner en pie a la mujer. -Parches está terminado de espantar la turba. A Alward le han dado una buena paliza.
Gali, que ofrecía su hombro como apoyo, apretó al caballero contra él con la típica demostración de complicidad masculina, como si con aquel gesto pretendiera decir "Es todo un machote, aguantó de pie (o mejor dicho en el suelo) hasta el final". Después de esa demostración de hombría el monje soltó al humano y lo llevó hacia la mesa, donde momentos antes había estado la recluta.
-Gali tráeme tres botellas de las blancas, gasas, hilo y aguja. -El rubio miró al Alward y sonrió. -Está de suerte caballero, no encontrara un médico mejor.
Tras decir aquello le quitó la guarda del hombro y la protección del brazo, cogió las pinzas que le trajo el monje y volvió a mirar al castaño.
-Te va a doler, pero aguanta. En un periquete esos trozos de metal estarán fuera de tu cuerpo.
Entonces el medico procedió. Limpió la herida, sacó los restos de la armadura y la espada del brazo del Sevna, volvió a limpiar la herida, la cerró y la vendó.
-A ver que le han hecho a esa cara tan bonita que tienes. -El rubio tanteó la zona afectada con varios dedos y levantó la cabeza del guardia y la inclinó levemente. -Quédate quieto Al-kun, o te entrara liquido en la oreja. -El medico procedió a verter el contenido del frasco. -No sé porque, pero a los guerreros os encanta cortaros la cara. -Go'el río divertido y cogió la aguja y el hilo. -Esto te va a doler menos.
Parches se había encargado de disgregar a la muchedumbre, mientras el galeno repetía el procese de curación por cuarta vez.
El conjunto de partes humanas entró al laboratorio con cierta timidez y con sus piernas en estado humano, tratando de no hacer ruido se fue a un rincón de la sala y se sentó en el suelo observando lo que hacía su creador.
Go'el
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Era evidente que Alward estaba tan desconcertado como ella por la aparición de esa cosa, pero a diferencia de Sasha que había podido tomar un respiro luego de la aparición del Monstruo, el Sevna se veía atrapado por un ataque tras otro. La dragona sabía que era perfectamente capaz de arreglarsela contra ese grupo de palurdos, por más organizados que estuvieran, aún así se acercó para intentar ayudar.
Cuando vio que otro de los enemigos corría para enfrentarse a él, Sashenka puso el palo de su lanza y lo hizo tropezar, para acto seguido atravesarlo con el filo contra el suelo. Por otro lado, los atacantes que estaban más lejos seguían arrojando cosas sin que nada los interrumpiera. Sasha gruñó y miró al monstruo que seguía repartiendo golpes a todo lo que pasaba cerca suyo, no sabía nada sobre esa cosa, pero era evidente que estaba de su lado.
-Oye tu... Cosa - Sashenka señaló hacía donde estaban los que arrojaban piedras - Ve a por esos, esos nos hacen daño... Esos... ¡Le hacen daño al Creador! - No entendía bien qué era eso del Creador, pero había escuchado a Go´el decir una cosa parecida.
Surtió efecto de inmediato, la bestia miró a Sasha, miró a los enemigos que estaban en segunda linea e ignorando a todos los adversarios que tenía cerca, fue corriendo hacía ellos, logrando así que se dispersaran. Justo en ese momento el médico se acercó a ella y le dijo que fuera adentro, Dozorova se agarraba el costado herido con una mano, mientras que con la otra aun sostenía la lanza, asintió y apoyándose en ambos los siguió hacía el laboratorio.
Le hizo caso porque estaba demasiado cansada como para contradecirlo, pero no le gustaba que Alward se hubiese quedado afuera y su cuerpo estuvo tenso hasta que vio entrar al Humano. No conocía a ese doctor, pero la actitud amable de ese momento era bastante distinta a la apariencia fría y cortante que había demostrado horas antes. Sashenka estaba demasiado adolorida como para pensar posibles motivos para ese cambio, simplemente siguió sus instrucciones y levantó la cabeza cuando así se lo dijo, y se recostó en la mesa cuando fue necesario.
-No debes preocuparte, no es la primera vez que me lastimo - Era mentira, nunca había tenido una herida seria en batalla, pero no quería mostrarse débil frente a los demás. Cuando sintió la primer punzada de la aguja dio un respingo, sin embargo no se movió, y cuando llegó la parte de que se levantara la camisa lo hizo sin quejarse, aunque sólo lo suficiente como para que pudiera tratar la herida sin dificultad - Gracias - Fue todo lo que dijo cuando terminó - Encargarte de Alward, por favor - Estaba más preocupada por él que por su propio bienestar.
Afuera se escuchaba un escándalo, y de pronto... Silencio. Aparentemente el monstruo se llamaba Parches y había terminado por ahuyentar a la turba enfurecida. Con dificultad Sasha se sentó en la mesa.
-Sí terminaron con lo que estaban haciendo, deberíamos irnos, podrían regresar... Y está vez con más gente -
Cuando vio que otro de los enemigos corría para enfrentarse a él, Sashenka puso el palo de su lanza y lo hizo tropezar, para acto seguido atravesarlo con el filo contra el suelo. Por otro lado, los atacantes que estaban más lejos seguían arrojando cosas sin que nada los interrumpiera. Sasha gruñó y miró al monstruo que seguía repartiendo golpes a todo lo que pasaba cerca suyo, no sabía nada sobre esa cosa, pero era evidente que estaba de su lado.
-Oye tu... Cosa - Sashenka señaló hacía donde estaban los que arrojaban piedras - Ve a por esos, esos nos hacen daño... Esos... ¡Le hacen daño al Creador! - No entendía bien qué era eso del Creador, pero había escuchado a Go´el decir una cosa parecida.
Surtió efecto de inmediato, la bestia miró a Sasha, miró a los enemigos que estaban en segunda linea e ignorando a todos los adversarios que tenía cerca, fue corriendo hacía ellos, logrando así que se dispersaran. Justo en ese momento el médico se acercó a ella y le dijo que fuera adentro, Dozorova se agarraba el costado herido con una mano, mientras que con la otra aun sostenía la lanza, asintió y apoyándose en ambos los siguió hacía el laboratorio.
Le hizo caso porque estaba demasiado cansada como para contradecirlo, pero no le gustaba que Alward se hubiese quedado afuera y su cuerpo estuvo tenso hasta que vio entrar al Humano. No conocía a ese doctor, pero la actitud amable de ese momento era bastante distinta a la apariencia fría y cortante que había demostrado horas antes. Sashenka estaba demasiado adolorida como para pensar posibles motivos para ese cambio, simplemente siguió sus instrucciones y levantó la cabeza cuando así se lo dijo, y se recostó en la mesa cuando fue necesario.
-No debes preocuparte, no es la primera vez que me lastimo - Era mentira, nunca había tenido una herida seria en batalla, pero no quería mostrarse débil frente a los demás. Cuando sintió la primer punzada de la aguja dio un respingo, sin embargo no se movió, y cuando llegó la parte de que se levantara la camisa lo hizo sin quejarse, aunque sólo lo suficiente como para que pudiera tratar la herida sin dificultad - Gracias - Fue todo lo que dijo cuando terminó - Encargarte de Alward, por favor - Estaba más preocupada por él que por su propio bienestar.
Afuera se escuchaba un escándalo, y de pronto... Silencio. Aparentemente el monstruo se llamaba Parches y había terminado por ahuyentar a la turba enfurecida. Con dificultad Sasha se sentó en la mesa.
-Sí terminaron con lo que estaban haciendo, deberíamos irnos, podrían regresar... Y está vez con más gente -
Sashenka Dozorova
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
El monstruo de Go'el se estaba encargando eficiente y contundentemente de toda la turba, a la cual había logrado reducir drásticamente, tanto que ya no suponían ningún peligro. Alward envainó sus armas y se examinó el brazo en una posición segura donde nadie más pudiera pillarlo por sorpresa.
Todo aquel metal de su armadura incrustado en la carne dolía, por suerte, la espada oxidada no llegó a cortarle, o si no sí que podría estar en un verdadero problema.
Gali entonces apareció y le agarró de un hombro.
-¿¡Estás bien!?
Alward asintió tímidamente.
-Duele un poco, pero...-Se quitó violentamente uno de los trozos grandes de metal. Entonces, la sangre empezó a salir violentamente y a caérsele por todo el brazo hasta las manos-...mierda-Dijo con una mueca de dolor desagradable
-¡Debes entrar y que Go'el te mire!-Agarró al castaño de su brazo no herido, instándolo a obedecerle.
Pero, este no cedió a la primera y se mantuvo firme con pocas o ninguna intención de entrar.
-¿Y qué pasa con la gente?
-¡La criatura se encargará!
Y era cierto, aquella cosa era más dura que cualquier Guardia. Fácilmente estaba limpiando la zona de gente indeseable. Quizás se estaba pasando un poco, pero no tenía la forma en la que poder actuar, y menos en su estado.
-...E-está bien...-Se tocó la cabeza, ya que sintió un leve bamboleo-...Ayúdame, creo que me estoy mareando
Cuando entró en la habitación, ayudado por el moreno, Sashenka estaba siendo atendida por el galeno.
Cuando Gali acercó a Alward a la mesa, justo su compañera había acabado de ser atendida, por lo que ahora le tocaba al humano. El cual un poco desorientado fue ayudado a sentarse en la mesa para ser atendido.
-...He tenido heridas peores-Con cuidado, se desabrochó la armadura que le cubría la zona del brazos. Desde el hombro hasta la mano quedó completamente sin nada.
La herida pintaba fea. No quería ni mirársela, así que sutilmente desvió su cabeza hacia cualquier otro punto.
Ante la advertencia de Go'el de que le iba a doler, el humano antes de que siquiera el rubio le tocara, arrugó el rostro preparándose y mentalizándose para lo que iba a venir. Cuando finalmente le intervino, dio un leve siseo con sus dientes que escondían un profundo deseo de gritar y dar un puñetazo contra la pared. Entonces cruzó mirada con Sasha y, por un instante, sonrió para quitarle hierro al asunto, pero nuevamente el dolor le vino y no pudo resistirse a poner una cara amarga.
Cuando esa herida estuvo limpia, saneada, cerrada y vendada, el castaño soltó un leve suspiro de alivio.
-...¿Por qué mandan solo a dos Guardias a un sitio tan peligroso? ¡Podíamos haber acabado destrozados!-Se quejó, buscándole explicación a una pregunta que nadie de allí tenía-...Joder...-Ahora se quejó de su rostro, donde la herida que tenía aún le seguía palpitando.
Notó que ahora el médico dedicaba palabras cariñosas y con afecto al castaño, cosa que hace un par de horas no se creía posible, viendo la actitud de este para con él y Sashenka. Miró extrañado a su compañera, y luego a Gali. Y, con una risa por compromiso le siguió el juego al galeno.
-N-no es la primera vez que me abro el pómulo...-Comentó-Cualquier día acabaré con una herida tan grande en la cara que me quedará una cicatriz imborrable-Hubo un solo segundo de silencio-...dicen que las cicatrices vuelven locas a las chicas-Rió tímidamente y aún por compromiso, pero luego esa risa se convirtió en una verdadera. Realmente le hacía gracia el pequeño buen momento cómico que estaba teniendo con el doctor mientras que el moreno y su compañera de ojos plateados los miraban.
La situación pareció calmarse en el exterior, y el monstruo entró completamente en silencio y, sin molestar, se sentó en un rincón.
Go'el ya había remendado al Sevna y este ya no se sentía tan mareado, aunque para no hacer demasiados esfuerzos se bajó con cuidado de la mesa y se aseguró bien antes de poner firmemente sus dos pies en el suelo. Tenía todo el brazo (a excepción del antebrazo) vendado, por lo que no podía ponerse sus protecciones, así que le tocaría cargar con ellas de vuelta al cuartel.
-¿Cómo estás?-Le preguntó a Sasha-Por un instante, te perdí de vista... Te hirieron, ¿Verdad?
Echó un vistazo a la criatura.
-O-oye, muchas gracias por lo de antes...-Ahora miró a los demás-¿...Ya... hemos acabado aquí?
_____________________________________________________________
Off: Control momentáneo de Gali otorgado por Go'el
Todo aquel metal de su armadura incrustado en la carne dolía, por suerte, la espada oxidada no llegó a cortarle, o si no sí que podría estar en un verdadero problema.
Gali entonces apareció y le agarró de un hombro.
-¿¡Estás bien!?
Alward asintió tímidamente.
-Duele un poco, pero...-Se quitó violentamente uno de los trozos grandes de metal. Entonces, la sangre empezó a salir violentamente y a caérsele por todo el brazo hasta las manos-...mierda-Dijo con una mueca de dolor desagradable
-¡Debes entrar y que Go'el te mire!-Agarró al castaño de su brazo no herido, instándolo a obedecerle.
Pero, este no cedió a la primera y se mantuvo firme con pocas o ninguna intención de entrar.
-¿Y qué pasa con la gente?
-¡La criatura se encargará!
Y era cierto, aquella cosa era más dura que cualquier Guardia. Fácilmente estaba limpiando la zona de gente indeseable. Quizás se estaba pasando un poco, pero no tenía la forma en la que poder actuar, y menos en su estado.
-...E-está bien...-Se tocó la cabeza, ya que sintió un leve bamboleo-...Ayúdame, creo que me estoy mareando
Cuando entró en la habitación, ayudado por el moreno, Sashenka estaba siendo atendida por el galeno.
Cuando Gali acercó a Alward a la mesa, justo su compañera había acabado de ser atendida, por lo que ahora le tocaba al humano. El cual un poco desorientado fue ayudado a sentarse en la mesa para ser atendido.
-...He tenido heridas peores-Con cuidado, se desabrochó la armadura que le cubría la zona del brazos. Desde el hombro hasta la mano quedó completamente sin nada.
La herida pintaba fea. No quería ni mirársela, así que sutilmente desvió su cabeza hacia cualquier otro punto.
Ante la advertencia de Go'el de que le iba a doler, el humano antes de que siquiera el rubio le tocara, arrugó el rostro preparándose y mentalizándose para lo que iba a venir. Cuando finalmente le intervino, dio un leve siseo con sus dientes que escondían un profundo deseo de gritar y dar un puñetazo contra la pared. Entonces cruzó mirada con Sasha y, por un instante, sonrió para quitarle hierro al asunto, pero nuevamente el dolor le vino y no pudo resistirse a poner una cara amarga.
Cuando esa herida estuvo limpia, saneada, cerrada y vendada, el castaño soltó un leve suspiro de alivio.
-...¿Por qué mandan solo a dos Guardias a un sitio tan peligroso? ¡Podíamos haber acabado destrozados!-Se quejó, buscándole explicación a una pregunta que nadie de allí tenía-...Joder...-Ahora se quejó de su rostro, donde la herida que tenía aún le seguía palpitando.
Notó que ahora el médico dedicaba palabras cariñosas y con afecto al castaño, cosa que hace un par de horas no se creía posible, viendo la actitud de este para con él y Sashenka. Miró extrañado a su compañera, y luego a Gali. Y, con una risa por compromiso le siguió el juego al galeno.
-N-no es la primera vez que me abro el pómulo...-Comentó-Cualquier día acabaré con una herida tan grande en la cara que me quedará una cicatriz imborrable-Hubo un solo segundo de silencio-...dicen que las cicatrices vuelven locas a las chicas-Rió tímidamente y aún por compromiso, pero luego esa risa se convirtió en una verdadera. Realmente le hacía gracia el pequeño buen momento cómico que estaba teniendo con el doctor mientras que el moreno y su compañera de ojos plateados los miraban.
La situación pareció calmarse en el exterior, y el monstruo entró completamente en silencio y, sin molestar, se sentó en un rincón.
Go'el ya había remendado al Sevna y este ya no se sentía tan mareado, aunque para no hacer demasiados esfuerzos se bajó con cuidado de la mesa y se aseguró bien antes de poner firmemente sus dos pies en el suelo. Tenía todo el brazo (a excepción del antebrazo) vendado, por lo que no podía ponerse sus protecciones, así que le tocaría cargar con ellas de vuelta al cuartel.
-¿Cómo estás?-Le preguntó a Sasha-Por un instante, te perdí de vista... Te hirieron, ¿Verdad?
Echó un vistazo a la criatura.
-O-oye, muchas gracias por lo de antes...-Ahora miró a los demás-¿...Ya... hemos acabado aquí?
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Off: Control momentáneo de Gali otorgado por Go'el
Alward Sevna
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Go'el sonrió y se mantuvo en silencio mientras cerraba las costillas de Sashenka, él mejor que nadie sabía que la recluta mentía.
La piel de la mujer era tersa y suave, sin manchas de viejas heridas o cicatrices que contaban la historia de una cruenta batalla. Y como le había dicho antes al caballero, los guerreros siempre tenían alguna que otra cicatriz en el rostro y casi siempre terminaban rompiéndose la nariz varias veces.
La dragona no poseía ninguna de estas cualidades, por no hablar de que los reclutas rara vez habían probado su acero en campo abierto, pero claro, la guardia de Lunagenta no tiene edad para el reclutamiento, así que era factible que la mujer se hubiera enrolado después de estar en el ejercito de Dundarak.
-Una mujer sabia dijo una vez: "Lo poco gusta y lo mucho cansa."
Go'el movió la cabeza del castaño para asegurarse de que estaba todo bien cerrado.
-Una cicatriz demasiado grande espantara a las mozas. -El rubio le di una palmadita en la mejilla sana. -Ale, ya puedes volver a dar espadazos. -El doctor buscó con la mirada a su creación y se acercó a ella. -A ver, como esta mí Parche hermoso.
La criatura sonrió con timidez y suspiró cansada.
-Tienes algunos cortes menores, ¿te duelen?
-No, Creador. No duelen.
Parches buscó un flequillo, que no tenía, y quiso ponérselo detrás de la oreja. Pero al no encontrarlo se llevó la mano a la cabeza y se rascó los puntos del cráneo.
Por lo visto el cerebro de la mujer tenía movimientos inconscientes que correspondían a las características de su antiguo cuerpo. ¿Sería consciente de que la mitad de su cuerpo era masculino?
-No te toques los puntos, Parches.
La abominación cerró los ojos y encogió los hombros al escuchar la llamada de atención.
-Le voy a coser los cortes y nos vamos. -Go'el miró a los guardias y a continuación a Gali. -Ve recogiendo el material, nos lo llevaremos a la botica.
El monje asintió y comenzó a guardar frascos.
-Cachorrita, -El doctor llamó a Parches mientras preparaba una aguja gruesa en la mesa auxiliar. -ve y siéntate en la mesa.
Pero Parches no se movió.
La creación del dragón estaba estática en su rincón, con los ojos abiertos, la cabeza apoyada contra la esquina y los brazos abrazando sus piernas.
Un fuerte olor a quemado inundó la habitación con rapidez. Go'el giró sobre sus talones y con dos zancadas rápidas corrió hacia Parches.
-Parches... Cachorrita di algo.
El rubio le movía la cabeza y le daba golpes en la cara, pero no había reacción. La bestia volvía a ser un macabro rompecabezas.
-No... No puede haber salido mal, ¿qué ha sucedido?
El dragón transformo su brazos izquierdo1 al tiempo que le caían gruesas lágrimas de unas cuencas que, hasta hoy, habían permanecido secas.
Go'el sujetó el cráneo de Parches y abrió los puntos con la garra. El olor a carne quemada se intensificó.
Parches, sin saberlo, abusó de las runas para transformar sus piernas lupinas y cuando estas regresaron a su forma humana, las runas se sobrecargaron con el éter que había sido sustraído. La recarga fue tan rápida que las piedras no soportaron la tensión.
Sin embargo, eso sería algo que el galeno jamás descubriría.
Los marginales de las catacumbas no estaban contentos con la presencia de la guardia, mucho menos con la aberración a la naturaleza que acababa de crear el dragón. Los insurrectos volvieron a la carga en cuanto Parches desapareció de las calles, esta vez solo aparecieron tres personas.
Uno de ellos sujetaba en la mano una botella con líquido incendiario y un trapo ardiendo, los otros dos abrieron la cortina con rapidez y el primero lanzo el arma al interior del lavatorio. La botella reventó al chocar contra la pared y el fuego se comenzó a extenderse con rapidez.
-Así aprenderéis a no meteros con nosotros, ¡muerte al monstruo!
Dijo uno de los insurgentes antes de salir corriendo con el resto de sus compañeros.
____________
Off:
1 Habilidad racial.
La piel de la mujer era tersa y suave, sin manchas de viejas heridas o cicatrices que contaban la historia de una cruenta batalla. Y como le había dicho antes al caballero, los guerreros siempre tenían alguna que otra cicatriz en el rostro y casi siempre terminaban rompiéndose la nariz varias veces.
La dragona no poseía ninguna de estas cualidades, por no hablar de que los reclutas rara vez habían probado su acero en campo abierto, pero claro, la guardia de Lunagenta no tiene edad para el reclutamiento, así que era factible que la mujer se hubiera enrolado después de estar en el ejercito de Dundarak.
-Una mujer sabia dijo una vez: "Lo poco gusta y lo mucho cansa."
Go'el movió la cabeza del castaño para asegurarse de que estaba todo bien cerrado.
-Una cicatriz demasiado grande espantara a las mozas. -El rubio le di una palmadita en la mejilla sana. -Ale, ya puedes volver a dar espadazos. -El doctor buscó con la mirada a su creación y se acercó a ella. -A ver, como esta mí Parche hermoso.
La criatura sonrió con timidez y suspiró cansada.
-Tienes algunos cortes menores, ¿te duelen?
-No, Creador. No duelen.
Parches buscó un flequillo, que no tenía, y quiso ponérselo detrás de la oreja. Pero al no encontrarlo se llevó la mano a la cabeza y se rascó los puntos del cráneo.
Por lo visto el cerebro de la mujer tenía movimientos inconscientes que correspondían a las características de su antiguo cuerpo. ¿Sería consciente de que la mitad de su cuerpo era masculino?
-No te toques los puntos, Parches.
La abominación cerró los ojos y encogió los hombros al escuchar la llamada de atención.
-Le voy a coser los cortes y nos vamos. -Go'el miró a los guardias y a continuación a Gali. -Ve recogiendo el material, nos lo llevaremos a la botica.
El monje asintió y comenzó a guardar frascos.
-Cachorrita, -El doctor llamó a Parches mientras preparaba una aguja gruesa en la mesa auxiliar. -ve y siéntate en la mesa.
Pero Parches no se movió.
La creación del dragón estaba estática en su rincón, con los ojos abiertos, la cabeza apoyada contra la esquina y los brazos abrazando sus piernas.
Un fuerte olor a quemado inundó la habitación con rapidez. Go'el giró sobre sus talones y con dos zancadas rápidas corrió hacia Parches.
-Parches... Cachorrita di algo.
El rubio le movía la cabeza y le daba golpes en la cara, pero no había reacción. La bestia volvía a ser un macabro rompecabezas.
-No... No puede haber salido mal, ¿qué ha sucedido?
El dragón transformo su brazos izquierdo1 al tiempo que le caían gruesas lágrimas de unas cuencas que, hasta hoy, habían permanecido secas.
Go'el sujetó el cráneo de Parches y abrió los puntos con la garra. El olor a carne quemada se intensificó.
Parches, sin saberlo, abusó de las runas para transformar sus piernas lupinas y cuando estas regresaron a su forma humana, las runas se sobrecargaron con el éter que había sido sustraído. La recarga fue tan rápida que las piedras no soportaron la tensión.
Sin embargo, eso sería algo que el galeno jamás descubriría.
Los marginales de las catacumbas no estaban contentos con la presencia de la guardia, mucho menos con la aberración a la naturaleza que acababa de crear el dragón. Los insurrectos volvieron a la carga en cuanto Parches desapareció de las calles, esta vez solo aparecieron tres personas.
Uno de ellos sujetaba en la mano una botella con líquido incendiario y un trapo ardiendo, los otros dos abrieron la cortina con rapidez y el primero lanzo el arma al interior del lavatorio. La botella reventó al chocar contra la pared y el fuego se comenzó a extenderse con rapidez.
-Así aprenderéis a no meteros con nosotros, ¡muerte al monstruo!
Dijo uno de los insurgentes antes de salir corriendo con el resto de sus compañeros.
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1 Habilidad racial.
Go'el
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
El enojo del Sevna era justificado, claramente sus superiores no habían logrado calcular bien el posible peligro de esa misión, ni la agresividad de los habitantes de esa zona. La gente que era de ahí consideraba las Catacumbas como su territorio, y siquiera la presencia de la Guardia podía disuadirlos de buscar problemas, sería bueno informar de eso a las personas que podían hacer algo para modificar la situación.
-Me aseguraré de hacer un informe detallado de la misión, para que en el futuro no vuelva a ocurrir algo semejante - El procedimiento a seguir era bien claro, cada vez que iban a una misión tenían que entregar luego una crónica de cómo había salido todo y los problemas con los que se habían topado.
Ante el chiste de Alward, Sasha no hizo comentario alguno, levantó una ceja y desvió la mirada hacía la puerta, como si quisiera asegurarse que nadie entrara y los atrapara desprevenidos. Cada vez que escuchaba hablar a “Parches” un escalofrío recorría la espalda de la dragona, esa cosa no debería estar viva, mucho menos debería hablar, estaba de acuerdo con los que lo llamaban monstruo.
-Sí, no fue nada- Le respondió a Alward, quien se mostraba preocupado - Tu lo tuviste peor, te tenian en el piso y no podía acercarme para ayudar- En verdad se había preocupado, pero no quería mostrarse demasiado sentimental habiendo más personas presentes - En verdad deberíamos irnos... - Comentó y dio un paso hacía Go´el, desde su perspectiva el Doctor se estaba tomando la situación con demasiada tranquilidad.
Casi al instante Parches dejó de contestar y un grupo de rebeldes entró a la habitación solo para arrojar un jarrón con un líquido incendiario. Sasha se cubrió para que las chispas y el aceite no cayeran en las partes de tela de su armadura, apagar una cosa semejante sería casi imposible.
-¡Señor Zorven, Señor Hashim! ¡Corran ahora mismo, nosotros cubriremos su retirada! - Cargar con el cuerpo de “Parches” sólo sería una molestia - Ya está muerto, déjenlo aquí -
La dragona esperaba que ambos se comportaran como personas razonables y dejaran a un lado ese montón de restos medio quemados. Las llamas rápidamente estaban ganando terreno en el ya de por sí pequeño espacio que les habían asignado como laboratorio improvisado, el abrasador calor había hecho explotar algunos de los frascos que Go´el había traído, del fuego comenzó a emanar un humo negro y espeso que hacía picar los ojos y la garganta.
Aún agarrándose el costado que acababan de vendarle, Sashenka fue hacía la entrada y levantó la lanza, lista para atacar a cualquiera que pudiera interponerse en su camino. Pero los atacantes aparentemente habían tirado el frasco explosivo y habían corrido, la vía de escape estaba abierta... Por el momento.
-Andando - La joven les hizo una señal con la mano para que avanzaran, esperando a que todos estuvieran fuera antes de ponerse por detrás, con el escudo en alto para cubrirlos por sí les arrojaban más cosas.
-Me aseguraré de hacer un informe detallado de la misión, para que en el futuro no vuelva a ocurrir algo semejante - El procedimiento a seguir era bien claro, cada vez que iban a una misión tenían que entregar luego una crónica de cómo había salido todo y los problemas con los que se habían topado.
Ante el chiste de Alward, Sasha no hizo comentario alguno, levantó una ceja y desvió la mirada hacía la puerta, como si quisiera asegurarse que nadie entrara y los atrapara desprevenidos. Cada vez que escuchaba hablar a “Parches” un escalofrío recorría la espalda de la dragona, esa cosa no debería estar viva, mucho menos debería hablar, estaba de acuerdo con los que lo llamaban monstruo.
-Sí, no fue nada- Le respondió a Alward, quien se mostraba preocupado - Tu lo tuviste peor, te tenian en el piso y no podía acercarme para ayudar- En verdad se había preocupado, pero no quería mostrarse demasiado sentimental habiendo más personas presentes - En verdad deberíamos irnos... - Comentó y dio un paso hacía Go´el, desde su perspectiva el Doctor se estaba tomando la situación con demasiada tranquilidad.
Casi al instante Parches dejó de contestar y un grupo de rebeldes entró a la habitación solo para arrojar un jarrón con un líquido incendiario. Sasha se cubrió para que las chispas y el aceite no cayeran en las partes de tela de su armadura, apagar una cosa semejante sería casi imposible.
-¡Señor Zorven, Señor Hashim! ¡Corran ahora mismo, nosotros cubriremos su retirada! - Cargar con el cuerpo de “Parches” sólo sería una molestia - Ya está muerto, déjenlo aquí -
La dragona esperaba que ambos se comportaran como personas razonables y dejaran a un lado ese montón de restos medio quemados. Las llamas rápidamente estaban ganando terreno en el ya de por sí pequeño espacio que les habían asignado como laboratorio improvisado, el abrasador calor había hecho explotar algunos de los frascos que Go´el había traído, del fuego comenzó a emanar un humo negro y espeso que hacía picar los ojos y la garganta.
Aún agarrándose el costado que acababan de vendarle, Sashenka fue hacía la entrada y levantó la lanza, lista para atacar a cualquiera que pudiera interponerse en su camino. Pero los atacantes aparentemente habían tirado el frasco explosivo y habían corrido, la vía de escape estaba abierta... Por el momento.
-Andando - La joven les hizo una señal con la mano para que avanzaran, esperando a que todos estuvieran fuera antes de ponerse por detrás, con el escudo en alto para cubrirlos por sí les arrojaban más cosas.
Sashenka Dozorova
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Antes de percatarse que de nuevo estaban en peligro, escuchó cómo el sonido de una botella de cristal se rompía de forma abrupta. Tras eso, y demasiado rápido e imprevisto, unas llamas amenazantes aparecieron con la intención de devorarlos en el interior de la habitación, dejándolos sin escape.
Antes de que ese final trágico sucediera, debían ser lo más inteligentes y ligeros de pies posibles.
La criatura no parecía tener la intención de volverse a mover, así que la situación estaba clara; o la abandonaban allí, o morirían. Alward se acercó al monje y al galeno, después de que Sashenka saliera de la habitación para intentar afianzar la idea de salir de allí cuanto antes.
-...Creo que no sigue con vida-Pero, realmente ¿Qué significaba el "seguir" o no con vida? ¿Podía siquiera afirmar tal cosa? Aquellos límites siempre habían caminado en un alambre muy sutil, y aquella criatura parecía estar tan solo hace unos minutos tan viva como él mismo. ¿Iba a dejar que, si hubiese alguna posibilidad de salvarla, morir?-...-Apretó la mandíbula. A veces, lo sencillo sería huir y dejarlo todo atrás, ¿Pero eso en qué clase de persona le convertiría?
Como vio que Go'el no tenía intención de irse sin su creación, Alward se acercó a esta e intentó moverla, al menos ponerse la mitad de su tronco encima para llevarla arrastrando. La ayuda o colaboración de la extraña pareja sería más que bienvenida, ya que nada más hacer el primer intento de moverla, notó que era una misión altamente imposible.
Las llamas hacían de su intento de rescate aún más complicado. El humo empezaba a entrarle en los pulmones y la temperatura subía a una muy peligrosa, sobretodo llevando una armadura.
-¡Es muy pesada!-Dijo mientras hacía esfuerzos inútiles.
De pronto, el techo se resquebrajó y un montón de escombros en llamas cayeron justo al lado del Sevna. Como acto reflejo, soltó a la criatura y dio un par de pasos hacia adelante, empujando a Go'el no él para apartarlo de la zona, ya que ese no parecía ser el único derrumbamiento. Justo después, otros escombros cayeron sepultando a la criatura.
-¡Salgamos de aquí antes de que nosotros seamos los siguientes!-Gritó al médico mientras le instaba a seguirle.
Finalmente, pudo salir de allí para respirar un poco de aire fresco. Estaba un poco mareado por haber tragado tanto humo, y su piel, al menos la parte descubierta de esta (brazo derecho y cara) estaba ennegrecida. Tosió bastante, incluso juraría que pudo ver cómo parte del humo que tragó salió de su boca con casa tos.
Se apoyó a la pared para no perder el equilibrio y miró a los demás cuando notó que podía seguir sin mayores problemas.
-¡Vámonos!-Dijo mirando especialmente a Go'el con pesar al no haber podido hacer nada por su creación.
Antes de que ese final trágico sucediera, debían ser lo más inteligentes y ligeros de pies posibles.
La criatura no parecía tener la intención de volverse a mover, así que la situación estaba clara; o la abandonaban allí, o morirían. Alward se acercó al monje y al galeno, después de que Sashenka saliera de la habitación para intentar afianzar la idea de salir de allí cuanto antes.
-...Creo que no sigue con vida-Pero, realmente ¿Qué significaba el "seguir" o no con vida? ¿Podía siquiera afirmar tal cosa? Aquellos límites siempre habían caminado en un alambre muy sutil, y aquella criatura parecía estar tan solo hace unos minutos tan viva como él mismo. ¿Iba a dejar que, si hubiese alguna posibilidad de salvarla, morir?-...-Apretó la mandíbula. A veces, lo sencillo sería huir y dejarlo todo atrás, ¿Pero eso en qué clase de persona le convertiría?
Como vio que Go'el no tenía intención de irse sin su creación, Alward se acercó a esta e intentó moverla, al menos ponerse la mitad de su tronco encima para llevarla arrastrando. La ayuda o colaboración de la extraña pareja sería más que bienvenida, ya que nada más hacer el primer intento de moverla, notó que era una misión altamente imposible.
Las llamas hacían de su intento de rescate aún más complicado. El humo empezaba a entrarle en los pulmones y la temperatura subía a una muy peligrosa, sobretodo llevando una armadura.
-¡Es muy pesada!-Dijo mientras hacía esfuerzos inútiles.
De pronto, el techo se resquebrajó y un montón de escombros en llamas cayeron justo al lado del Sevna. Como acto reflejo, soltó a la criatura y dio un par de pasos hacia adelante, empujando a Go'el no él para apartarlo de la zona, ya que ese no parecía ser el único derrumbamiento. Justo después, otros escombros cayeron sepultando a la criatura.
-¡Salgamos de aquí antes de que nosotros seamos los siguientes!-Gritó al médico mientras le instaba a seguirle.
Finalmente, pudo salir de allí para respirar un poco de aire fresco. Estaba un poco mareado por haber tragado tanto humo, y su piel, al menos la parte descubierta de esta (brazo derecho y cara) estaba ennegrecida. Tosió bastante, incluso juraría que pudo ver cómo parte del humo que tragó salió de su boca con casa tos.
Se apoyó a la pared para no perder el equilibrio y miró a los demás cuando notó que podía seguir sin mayores problemas.
-¡Vámonos!-Dijo mirando especialmente a Go'el con pesar al no haber podido hacer nada por su creación.
Alward Sevna
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
La esfera de agua estaba provocando en Go'el sentimientos que hasta ahora jamás habían existido en él, o puede que sí que existan, pero el galeno los tenía tan atados que parecía no poseerlos.
Sentimientos como el pánico y la desesperación se pintaban en la cara del rubio, de su garganta brotaban los gritos que pedían a Parches levantarse del suelo, las garras azules se clavaban en la carne muerta tratando de levantar el experimento fallido.
Lágrimas de agradecimiento rodaban por la reptiliana cara de Go'el, agua salada pintada de pena y manchada por el escozor que el humo estaba provocando.
Alward ayudaba al doctor a mover a su creación, pero el fuego quería poseer a Parches. El techo que cayó sobre la abominación acabó con el intento de rescate, aunque no así con las ganas del galeno por salvar su mayor logro científico. Go'el se recuperó del empujo del caballero y siguió tirando del pie que se asomaba entre los escombros.
-¡Go'el tenemos que irnos!
Gali levantaba la voz para que se le oyera entre el fuego y el sonido de los derrumbes.
-Ya no hay nada que hacer.
El monje agarró a su compañero de los hombros y comenzó a tirar de él, pero el reptil no cedía.
-Alward ayúdame.
El doctor no se dio por vencido, forcejeó todo lo que pudo, pero al final lograron sacarlo de la habitación.
-Necesito aire fresco.
Comentó el grandullón sin soltar al dragón humanoide, que ahora era casi tan alto como él.
-Alward ve delante, Sashenka nos cubre las espaldas.
El moreno ojeó a la mujer que estaba con la guardia y el escudo en el alto.
Sentimientos como el pánico y la desesperación se pintaban en la cara del rubio, de su garganta brotaban los gritos que pedían a Parches levantarse del suelo, las garras azules se clavaban en la carne muerta tratando de levantar el experimento fallido.
Lágrimas de agradecimiento rodaban por la reptiliana cara de Go'el, agua salada pintada de pena y manchada por el escozor que el humo estaba provocando.
Alward ayudaba al doctor a mover a su creación, pero el fuego quería poseer a Parches. El techo que cayó sobre la abominación acabó con el intento de rescate, aunque no así con las ganas del galeno por salvar su mayor logro científico. Go'el se recuperó del empujo del caballero y siguió tirando del pie que se asomaba entre los escombros.
-¡Go'el tenemos que irnos!
Gali levantaba la voz para que se le oyera entre el fuego y el sonido de los derrumbes.
-Ya no hay nada que hacer.
El monje agarró a su compañero de los hombros y comenzó a tirar de él, pero el reptil no cedía.
-Alward ayúdame.
El doctor no se dio por vencido, forcejeó todo lo que pudo, pero al final lograron sacarlo de la habitación.
-Necesito aire fresco.
Comentó el grandullón sin soltar al dragón humanoide, que ahora era casi tan alto como él.
-Alward ve delante, Sashenka nos cubre las espaldas.
El moreno ojeó a la mujer que estaba con la guardia y el escudo en el alto.
Go'el
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Se había cubierto la boca y la nariz con un pañuelo, que se había atado en la nuca para que no le cayese. Tenía las manos llenas de sangre, aunque no se había detenido a averiguar si era suya o de otro, era como si estuviese cegada por la pelea y el fuego. Restregó las palmas de las manos por el pantalón, haciendo un esfuerzo mulo para limpiárselas, tampoco le importaba. Estaba agachada, con una rodilla clavada en el suelo, desde ahí el humo molestaba menos a la vista. Miró a su alrededor, apenas quedaban piedras u objetos que pudiesen usarse como arma arrojadiza, acarició algunos de los cristales que cubrían el suelo, podrían servir pero... se retiraban, todo había acabado.
Sintió unas manos en su espalda, su primera reacción fue girarse de manera violenta, su expresión cambió al ver que se trataba de él.
- Vamos, hay que salir de aquí, el fuego avanza muy deprisa…- dijo haciendo presión para que la mujer empezase a avanzar.
Ella asintió con la cabeza, empezando a moverse para salir de aquel infierno, pero entonces frunció el ceño y giró la cabeza, para mirar de nuevo al hombre y preguntarle:
- ¿Y el fuego? Hay que pararlo, si sigue creciendo…
- Tranquila, Parthor se encargará de todo.
Escuchar el que brujo se iba a encargar de aquello, aunque después no fuese cierto, la tranquilizó. Ambos se alejaron de la zona del conflicto lo más rápido que las circunstancias se lo permitieron.
- Señor, se están retirando…
- ¿La abominación, ha sobrevivido?
- No, señor…
El brujo se recostó en la silla, acariciándose la perilla, su mirada no se apartaba del escritorio.
- Señor, también está el tema del fuego y de…
El brujo alzó la mano, silenciando a Sombra, la verdad es que poco le importaba el fuego, al menos ahora, después de saber que el monstruo no había sobrevivido. Aquel pequeño contratiempo rompía la mitad de sus planes.
- Fuego, ¿Qué más?
- El techo de la zona ha cedido.
- Supongo que se han llevado el cuerpo…
Sombra frunció el ceño un segundo, preguntándose de que cuerpo estaba hablando.
- Oh, el cuerpo. No, por lo que sé, ha quedado sepultado bajo los escombros.
Y como impulsado por una nueva esperanza, el brujo se levantó de un salto, dirigiéndose a los pasillos.
Sombra tosía repetidamente, respirando de manera audible. El fuego ya se había extinguido, pero, por la mala ventilación de ahí abajo, el humo, negro y espeso, se resistía en abandonar las catacumbas. Iba con los hombros encogidos, con la camiseta remangada, puesta sobre la boca y la nariz, a modo de mascarilla, parecía ayudar un poco.
Parthor, sin usar las manos, movía las rocas y los obstáculos que se encontraba en el suelo, necesitaba encontrarlo. El silbido que se había apoderado de la respiración de su ayudante empezaba a minar su paciencia.
- Sombra, ve hacía la salida, quiero que te ocupes de que nuestros amigos se van de aquí, todos. Haz lo que haga falta, pero quiero que no les queden ganas de volver a pisar este lugar en lo que les queda de vida.
Sombra asintió antes de rehacer el camino. No opuso resistencia, ni dijo nada al respecto, todo con tal de dejar atrás el humo.
El brujo chasqueó la lengua al encontrarse con otra pierna, ya había encontrado media docena de cuerpos enterrados, pero ninguno el que él estaba buscando. Aunque, para que engañarse, un día como aquel le había enseñado que incluso aquellos cadáveres podrían serle de utilidad. Aunque no quería dispararse con su propia arma, dejaría que sus familiares y amigos se despidiesen de aquellas pobres almas, después empezaría una larga jornada de trabajo.
Fue entonces cuando lo vio. No le hizo falta destapar el cuerpo entero para saber que era él, no pudo evitar sonreír.
- Limpiar esos cuerpos no ha sido tarea fácil, señor…
- Si, el derrumbamiento los dejó bastante mal. – ya sabía porque Sombra sacaba aquel tema. Le cabreaba que diese tantos rodeos para acabar pidiendo algo.
- ¿Cuánto tiempo cree que deberemos esperar hasta que los familiares nos devuelvan los cuerpos?
- ¿Devolver? – aquello hizo gracia al brujo, aunque sus labios no dibujaron ni una sonrisa. – Bueno, supongo que en un par de días habrán acabado. – se hizo una pequeña pausa, en la que Sombra se rascaba la cabeza. – Vamos, di lo que tengas que decir, no dispongo de tanto tiempo como para estar malgastándolo.
- Bueno… creo que merezco una compensación por todo esto, señor…
- ¿Qué mereces? – ahora sí dejó escapar una corta y desganada risa.
- Sí, he hecho todo lo que me ha mandado… - odiaba que el muchacho se andarse con rodeos, sí, pero sentía cierto gusto cuando le escuchaba suplicar.
El brujo metió la mano lentamente en una de las solapas de su túnica, los ojos de Sombra parecían seguir sus movimientos como si le fuese la vida en ello. Fue entonces cuando vio su deseado premio: un pequeño frasco transparente, con un polvo de color violeta en su interior. Sombra alargó las manos para recibirlo, pero el brujo alargó un poco más la espera.
- Solo uno, Sombra.
- Sí señor. Muchas gracias, señor…
No lo miraba, y sabía que tampoco lo estaba escuchando, ahora todos sus sentidos estaban puestos en aquel polvo. El comportamiento de Sombra debería entristecerle, aunque fuese solo un poco, pero la verdad es que era muy cómodo tener a alguien a su merced por tan poco. Solo tenía que ir con cuidado de que el perro no mordiese la mano que le daba de comer.
Sombra abrió el frasco y se lo llevó directo a la nariz, respirando hondo. Sus ojos se cerraron lentamente, su cuerpo parecía ahora más relajado. Sabía que Parthor no quería que hiciese aquello en su habitación, así que, sin importarle nada, salió de la sala.
Sintió unas manos en su espalda, su primera reacción fue girarse de manera violenta, su expresión cambió al ver que se trataba de él.
- Vamos, hay que salir de aquí, el fuego avanza muy deprisa…- dijo haciendo presión para que la mujer empezase a avanzar.
Ella asintió con la cabeza, empezando a moverse para salir de aquel infierno, pero entonces frunció el ceño y giró la cabeza, para mirar de nuevo al hombre y preguntarle:
- ¿Y el fuego? Hay que pararlo, si sigue creciendo…
- Tranquila, Parthor se encargará de todo.
Escuchar el que brujo se iba a encargar de aquello, aunque después no fuese cierto, la tranquilizó. Ambos se alejaron de la zona del conflicto lo más rápido que las circunstancias se lo permitieron.
***
- Señor, se están retirando…
- ¿La abominación, ha sobrevivido?
- No, señor…
El brujo se recostó en la silla, acariciándose la perilla, su mirada no se apartaba del escritorio.
- Señor, también está el tema del fuego y de…
El brujo alzó la mano, silenciando a Sombra, la verdad es que poco le importaba el fuego, al menos ahora, después de saber que el monstruo no había sobrevivido. Aquel pequeño contratiempo rompía la mitad de sus planes.
- Fuego, ¿Qué más?
- El techo de la zona ha cedido.
- Supongo que se han llevado el cuerpo…
Sombra frunció el ceño un segundo, preguntándose de que cuerpo estaba hablando.
- Oh, el cuerpo. No, por lo que sé, ha quedado sepultado bajo los escombros.
Y como impulsado por una nueva esperanza, el brujo se levantó de un salto, dirigiéndose a los pasillos.
***
Sombra tosía repetidamente, respirando de manera audible. El fuego ya se había extinguido, pero, por la mala ventilación de ahí abajo, el humo, negro y espeso, se resistía en abandonar las catacumbas. Iba con los hombros encogidos, con la camiseta remangada, puesta sobre la boca y la nariz, a modo de mascarilla, parecía ayudar un poco.
Parthor, sin usar las manos, movía las rocas y los obstáculos que se encontraba en el suelo, necesitaba encontrarlo. El silbido que se había apoderado de la respiración de su ayudante empezaba a minar su paciencia.
- Sombra, ve hacía la salida, quiero que te ocupes de que nuestros amigos se van de aquí, todos. Haz lo que haga falta, pero quiero que no les queden ganas de volver a pisar este lugar en lo que les queda de vida.
Sombra asintió antes de rehacer el camino. No opuso resistencia, ni dijo nada al respecto, todo con tal de dejar atrás el humo.
El brujo chasqueó la lengua al encontrarse con otra pierna, ya había encontrado media docena de cuerpos enterrados, pero ninguno el que él estaba buscando. Aunque, para que engañarse, un día como aquel le había enseñado que incluso aquellos cadáveres podrían serle de utilidad. Aunque no quería dispararse con su propia arma, dejaría que sus familiares y amigos se despidiesen de aquellas pobres almas, después empezaría una larga jornada de trabajo.
Fue entonces cuando lo vio. No le hizo falta destapar el cuerpo entero para saber que era él, no pudo evitar sonreír.
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- Limpiar esos cuerpos no ha sido tarea fácil, señor…
- Si, el derrumbamiento los dejó bastante mal. – ya sabía porque Sombra sacaba aquel tema. Le cabreaba que diese tantos rodeos para acabar pidiendo algo.
- ¿Cuánto tiempo cree que deberemos esperar hasta que los familiares nos devuelvan los cuerpos?
- ¿Devolver? – aquello hizo gracia al brujo, aunque sus labios no dibujaron ni una sonrisa. – Bueno, supongo que en un par de días habrán acabado. – se hizo una pequeña pausa, en la que Sombra se rascaba la cabeza. – Vamos, di lo que tengas que decir, no dispongo de tanto tiempo como para estar malgastándolo.
- Bueno… creo que merezco una compensación por todo esto, señor…
- ¿Qué mereces? – ahora sí dejó escapar una corta y desganada risa.
- Sí, he hecho todo lo que me ha mandado… - odiaba que el muchacho se andarse con rodeos, sí, pero sentía cierto gusto cuando le escuchaba suplicar.
El brujo metió la mano lentamente en una de las solapas de su túnica, los ojos de Sombra parecían seguir sus movimientos como si le fuese la vida en ello. Fue entonces cuando vio su deseado premio: un pequeño frasco transparente, con un polvo de color violeta en su interior. Sombra alargó las manos para recibirlo, pero el brujo alargó un poco más la espera.
- Solo uno, Sombra.
- Sí señor. Muchas gracias, señor…
No lo miraba, y sabía que tampoco lo estaba escuchando, ahora todos sus sentidos estaban puestos en aquel polvo. El comportamiento de Sombra debería entristecerle, aunque fuese solo un poco, pero la verdad es que era muy cómodo tener a alguien a su merced por tan poco. Solo tenía que ir con cuidado de que el perro no mordiese la mano que le daba de comer.
Sombra abrió el frasco y se lo llevó directo a la nariz, respirando hondo. Sus ojos se cerraron lentamente, su cuerpo parecía ahora más relajado. Sabía que Parthor no quería que hiciese aquello en su habitación, así que, sin importarle nada, salió de la sala.
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Incluso la huido puede ser tormentosa. Sombra tiene órdenes de no dejaron ni mirar atrás, así que puede que os vuelen objetos o que aun alguien os ataque por el camino. Salid rápido, no os gustaría permanecer mucho más tiempo ahí abajo.
Aquí termina vuestra aventura del Samhain, a la hora de ir a pedir los puntos correspondientes por el tema, no olvidéis los +3 puntos de exp adicionales por el evento.
Go’el, los efectos de la droga empiezan a disminuir, pero aún serán un poco latentes en tus dos primeras rondas del siguiente tema, cronológico, después de este.
Espero que lo hayáis pasado bien, nos vemos pronto.
Thorn
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Re: Cosecha de cuerpos, desfile de carne [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Sasha no iba a mentir, que unos trozos de piedra aplastaran a la cosa esa lejos de causarle pena en verdad la dejó mucho más tranquila. En primer lugar, porque Go´el no parecía querer moverse de otra forma, y en segundo lugar, porque una abominación semejante no debería existir en Aerandir “Los muertos están muertos y así deben seguir” pensó la dragona mientras veía cómo arrastraban al médico para sacarlo del lugar.
Tal como había dicho, fue cubriendo la retaguardia mientras los demás escapaban. Con el escudo en alto fue atajando tantas piedras y palos como pudo, porque una vez que estuvieron fuera de la habitación y caminando por los túneles los locales volvieron a aparecer. Evidentemente estaban decididos a echarlos del lugar...
-Vamos, vamos, vamos - Repetía la dragona, caminando de espalda y sin quitar los ojos de los agresores que se mantenían a una distancia prudente para que Sashenka no los lastimara con su lanza.
Una vez que estuvieron fuera de la zona de las catacumbas, Dozorova insistió para que se alejaran un poco más antes de poder considerar que estaban a salvo. Sólo entonces bajó el escudo y su arma, exhaló con fuerza y se agachó, apoyando las manos en sus rodillas, el estrés del momento vivido le estaba pasando factura.
-Eso estuvo muy lejos de ser una misión sencilla ¿En qué estaban pensando nuestros superiores al enviarnos sin refuerzos? - No quería quejarse frente a dos extraños, pero simplemente era algo que no podía callarse - Tendremos que decirles algo cuando regresemos - Miró a Alward a la espera de que la secundara en su pedido.
Una vez que estuvieron mínimamente recuperados de su ánimo, regresaron por el camino que habían hecho más temprano, directo hacía el Cuartel de la Guardia. Lo correcto sería presentarse primero ante sus superiores para informarles que la misión había terminado, aunque para sorpresa de ambos reclutas, los separaron de Go´el y Gali en cuanto los vieron llegar.
-¿Pero que...? - Lo que sea que quisieran saber los capitanes, sólo incluía en la charla a los dos dragones, no a Sasha y Alward - Todo es muy extraño - Suspiró - Supongo que es su manera de decirnos que ya no necesitan de nuestros servicios -
Tal como había dicho, fue cubriendo la retaguardia mientras los demás escapaban. Con el escudo en alto fue atajando tantas piedras y palos como pudo, porque una vez que estuvieron fuera de la habitación y caminando por los túneles los locales volvieron a aparecer. Evidentemente estaban decididos a echarlos del lugar...
-Vamos, vamos, vamos - Repetía la dragona, caminando de espalda y sin quitar los ojos de los agresores que se mantenían a una distancia prudente para que Sashenka no los lastimara con su lanza.
Una vez que estuvieron fuera de la zona de las catacumbas, Dozorova insistió para que se alejaran un poco más antes de poder considerar que estaban a salvo. Sólo entonces bajó el escudo y su arma, exhaló con fuerza y se agachó, apoyando las manos en sus rodillas, el estrés del momento vivido le estaba pasando factura.
-Eso estuvo muy lejos de ser una misión sencilla ¿En qué estaban pensando nuestros superiores al enviarnos sin refuerzos? - No quería quejarse frente a dos extraños, pero simplemente era algo que no podía callarse - Tendremos que decirles algo cuando regresemos - Miró a Alward a la espera de que la secundara en su pedido.
Una vez que estuvieron mínimamente recuperados de su ánimo, regresaron por el camino que habían hecho más temprano, directo hacía el Cuartel de la Guardia. Lo correcto sería presentarse primero ante sus superiores para informarles que la misión había terminado, aunque para sorpresa de ambos reclutas, los separaron de Go´el y Gali en cuanto los vieron llegar.
-¿Pero que...? - Lo que sea que quisieran saber los capitanes, sólo incluía en la charla a los dos dragones, no a Sasha y Alward - Todo es muy extraño - Suspiró - Supongo que es su manera de decirnos que ya no necesitan de nuestros servicios -
Sashenka Dozorova
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