Cacería [Libre 3/3]
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Cacería [Libre 3/3]
Las comidas de esta semana estaban pagas, pero el dinero nunca era suficiente, al menos no para lo que esperaba. Los materiales para crear flechas, la comida de mi corcel, de Vanya y así me encontraba de noche, en medio del bosque, con la consciencia de quien se sabe en peligro tratando de completar la mayor cantidad de monedas para mi siguiente etapa del viaje.
El primer día, me había aventurado en los bosques cercanos a la cordillera, el mejor lugar para cazar animales silvestres ya que las tierras al occidente de esta estaban cubiertas por campos de cultivo, dejando apenas unas arboledas intermitentes en las cuales no se encontraban más que conejos y ratas de campo. Había pasado un buen rato andando, tratando de encontrar señales de algún grupo de ciervos o un camino de paso para los animales. Sin éxito eso si... Cada vez que me había acercado a una presa grande algo la había hecho alejarse y comenzaba a pensar que los espíritus del bosque no querían que mi caza fuera exitosa.
Había terminado el día con algunos conejos para Vanya y para mi, un par más para vender y algunas bayas silvestres. Con frustración, y con el cielo rojizo dando pie para la noche, mis acompañantes y yo, nos encontramos buscando refugio en una caverna desocupada contra las montañas.
Tomando todas las precauciones necesarias, encendió un fuego, despellejó un par de conejos, uno para ella, el cual puso en una estaca al fuego y uno para su lobo. Mezcó las bayas con algo de césped y alimentó a su caballo. Una vez hubo preparado una especie de nido para dormir, se sentó a mirar al fuego mientras estaba la carne.
Los pensamientos de derrota no dejaron de invadir su mente, esa voz en el fondo de su corazón que le decía que no debía haber dejado su casa y haberse aventurado sola, que no encontraría nada en el lugar al que iba y que a este paso terminaría muerta. Ella, trataba de aferrarse al optimismo de la nota que había llegado con su arco “Te espero en los bosques del este”, leyendo las palabras una y otra vez, delineando con sus ojos los trazos de pluma, imaginando la mano que pudiera haberla escrito. Su padre, su madre, alguna tía, un guardián.
Había imaginado cientos de veces cómo sería encontrar a la persona que había escrito la historia, encontrar un rostro amigable que me mirara a los ojos y con quien encontrara por fin la paz de encontrar un lugar al que pertenecía. Un ruido me distrajo de mis tribulaciones, luego otro, los dos provenientes de la entrada de la caverna.
Podía ser un animal salvaje, uno bastante temerario si se acercaba al humo del fuego que recorría en un hilo el techo de la caverna. Vanya gruñó adoptando una pose defensiva y yo, tomé el arco en un movimiento firme. Alcé la voz para llamar la atención de lo que fuera -¿Quien está ahí?- tomando una flecha, enganchándola a la cuerda del arco. Mi postura había pasado de una sentada, al lado del fuego, a clavar la rodilla en el suelo, levantando mi cuerpo para estar lista para ponerme de pie en cualquier momento -contaré hasta tres... uno.... dos...-...
El primer día, me había aventurado en los bosques cercanos a la cordillera, el mejor lugar para cazar animales silvestres ya que las tierras al occidente de esta estaban cubiertas por campos de cultivo, dejando apenas unas arboledas intermitentes en las cuales no se encontraban más que conejos y ratas de campo. Había pasado un buen rato andando, tratando de encontrar señales de algún grupo de ciervos o un camino de paso para los animales. Sin éxito eso si... Cada vez que me había acercado a una presa grande algo la había hecho alejarse y comenzaba a pensar que los espíritus del bosque no querían que mi caza fuera exitosa.
Había terminado el día con algunos conejos para Vanya y para mi, un par más para vender y algunas bayas silvestres. Con frustración, y con el cielo rojizo dando pie para la noche, mis acompañantes y yo, nos encontramos buscando refugio en una caverna desocupada contra las montañas.
Tomando todas las precauciones necesarias, encendió un fuego, despellejó un par de conejos, uno para ella, el cual puso en una estaca al fuego y uno para su lobo. Mezcó las bayas con algo de césped y alimentó a su caballo. Una vez hubo preparado una especie de nido para dormir, se sentó a mirar al fuego mientras estaba la carne.
Los pensamientos de derrota no dejaron de invadir su mente, esa voz en el fondo de su corazón que le decía que no debía haber dejado su casa y haberse aventurado sola, que no encontraría nada en el lugar al que iba y que a este paso terminaría muerta. Ella, trataba de aferrarse al optimismo de la nota que había llegado con su arco “Te espero en los bosques del este”, leyendo las palabras una y otra vez, delineando con sus ojos los trazos de pluma, imaginando la mano que pudiera haberla escrito. Su padre, su madre, alguna tía, un guardián.
Había imaginado cientos de veces cómo sería encontrar a la persona que había escrito la historia, encontrar un rostro amigable que me mirara a los ojos y con quien encontrara por fin la paz de encontrar un lugar al que pertenecía. Un ruido me distrajo de mis tribulaciones, luego otro, los dos provenientes de la entrada de la caverna.
Podía ser un animal salvaje, uno bastante temerario si se acercaba al humo del fuego que recorría en un hilo el techo de la caverna. Vanya gruñó adoptando una pose defensiva y yo, tomé el arco en un movimiento firme. Alcé la voz para llamar la atención de lo que fuera -¿Quien está ahí?- tomando una flecha, enganchándola a la cuerda del arco. Mi postura había pasado de una sentada, al lado del fuego, a clavar la rodilla en el suelo, levantando mi cuerpo para estar lista para ponerme de pie en cualquier momento -contaré hasta tres... uno.... dos...-...
Quiydark Caerdonel
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Re: Cacería [Libre 3/3]
- ¿Sabes algo? Me agrada esto de que comiences a seguir rastros y buscar, es un gran progreso después de todo… pero estamos perdidos, si debo señalar a alguien definitivamente será a ti. – Mordisqueé una de las manzanas que había recolectado aquel día mientras miraba al lobo, aun había tenido esperanzas cuando el sol comenzó a ocultarse pero a esta hora la había perdido totalmente. – La próxima vez solo seguirás rastros de día, yo me encargaré del regreso a casa ¿Entendiste, Azrael? – El lobo se detuvo y me observó antes de soltar un gruñido. – Hey, eso es mentira, yo no me pierdo. – El animal aulló y se sacudió, al parecer ya se había dado por vendido. – Bien, aquella vez si me perdí ¡Pero volvimos ese mismo día!
Le di un par de vueltas a la manzana en el aire mientras recorría los alrededores con el ojos sano, agradecía realmente que la luz de luna fuera suficiente aquella noche para camina “Si no fuera así, estaríamos muy mal, muy muy mal” El plan había sido salir a cazar y regresar cuando el sol ya se había ido, solo que por culpa del lobo la única parte del plan que había salido bien fue la de “Salir a cazar” “Pero fue tu culpa, sabias bien que el animal aún no estaba preparado” “Yo tampoco estaba preparado cuando me lanzaste de aquel bote para que regresara nadando a la orilla” Aunque aquello tampoco había salido bien, casi me había ahogado y mi maestro tuvo que salvarme el pellejo “Por eso te arrojé en diferentes ocasiones hasta que aprendiste” Chasqueé la lengua sacudiendo la cabeza, entendía bien el punto, debía dejar que el lobo siguiera olfateando hasta que siguiera rastros bien.
- Creo que deberemos buscar un refugio hoy, regresaremos mañana temprano. – Mordí nuevamente la manzana y retiré la capucha de mi rostro con la mano libre, de nada me serviría ser totalmente verde a aquella hora. - ¿Te animas a dormir de nuevo entre los arbustos? – Azrael bufó y se sacudió. – Si, eso supuse, nada de arbustos hasta nuevo aviso. – Guardé los restos de la manzana en mi bolsa de provisiones. – Busquemos entonces un buen sitio antes de que nos haga más tarde.
En lo personal nunca había sido muy entusiasta de las caminatas nocturnas por el bosque, siempre que hacía alguna algo sucedía “Genevive apareciendo de la nada, Delilah en una tienda, yo perdiéndome lo suficiente para quedar colgado de cabeza en una de mis trampas” aunque aquello ultimo había sido ya hace mucho tiempo, posiblemente mi desgracia había disminuido últimamente.
Habíamos pasado varios minutos de caminata hasta que Azrael olisqueó el aire y se quedó quieto “Oh no, problemas” Antes de siquiera poder desenfundar el arco para defenderme de cualquier cosa, Azrael salió corriendo en una dirección “Perfecto, ahora me abandona” - ¿A dónde crees que vas? Maldición. – Protesté mientras corría detrás del animal.
El lobo avanzó un gran tramo hasta quedarse finalmente quieto, supuse que se había perdido pero fue muy tarde para darme cuenta de la verdad. No pude frenar a tiempo y choqué contra el animal, haciendo que ambos cayéramos por el borde rocoso. Rodamos un par de veces hasta caer en el suelo, junto a la entrada de una caverna que parecía iluminada “Y de allí viene un aroma para nada desagradable, con razón Azrael vino hasta aquí” Estaba por levantarme e indicarle al animal que me siguiera cuando una voz femenina salió de aquel sitio “Perfecto, es el refugio de alguien”
Apreté el hocico de Arzael para que hiciera silencio, ante lo cual el animal gruñó por lo bajo pero aun así se mantuvo en el suelo junto a mí “Podríamos arrastrarnos lejos, con suerte no saldrá y nos apuñalará por la espalda” Pero era un riesgo que no prefería correr, sobre todo porque quien sea que estuviera allí dentro, comenzaba a contar.
Cuando la voz llegó a uno, tragué saliva y rogué porque mi plan improvisado funcionara, me apuré en tomar el cadáver de una ardilla que llevaba en el cinturón y lo lancé a la entrada de la cueva “Bien, ahora ya sabe que había cerca. Solo queda pulir detalles para que no sospeche”. – Solo soy una ardilla, pequeña e indefensa, no debes preocuparte. – Asentí ante mi plan tan perfecto y solté el hocico de Azrael. – Así que puede ignorarnos… digo, ignorarme y seguir con lo tuyo… quizá lanzar a aquí afuera algo de eso que huele tan bien, tengo hambre.
Le di un par de vueltas a la manzana en el aire mientras recorría los alrededores con el ojos sano, agradecía realmente que la luz de luna fuera suficiente aquella noche para camina “Si no fuera así, estaríamos muy mal, muy muy mal” El plan había sido salir a cazar y regresar cuando el sol ya se había ido, solo que por culpa del lobo la única parte del plan que había salido bien fue la de “Salir a cazar” “Pero fue tu culpa, sabias bien que el animal aún no estaba preparado” “Yo tampoco estaba preparado cuando me lanzaste de aquel bote para que regresara nadando a la orilla” Aunque aquello tampoco había salido bien, casi me había ahogado y mi maestro tuvo que salvarme el pellejo “Por eso te arrojé en diferentes ocasiones hasta que aprendiste” Chasqueé la lengua sacudiendo la cabeza, entendía bien el punto, debía dejar que el lobo siguiera olfateando hasta que siguiera rastros bien.
- Creo que deberemos buscar un refugio hoy, regresaremos mañana temprano. – Mordí nuevamente la manzana y retiré la capucha de mi rostro con la mano libre, de nada me serviría ser totalmente verde a aquella hora. - ¿Te animas a dormir de nuevo entre los arbustos? – Azrael bufó y se sacudió. – Si, eso supuse, nada de arbustos hasta nuevo aviso. – Guardé los restos de la manzana en mi bolsa de provisiones. – Busquemos entonces un buen sitio antes de que nos haga más tarde.
En lo personal nunca había sido muy entusiasta de las caminatas nocturnas por el bosque, siempre que hacía alguna algo sucedía “Genevive apareciendo de la nada, Delilah en una tienda, yo perdiéndome lo suficiente para quedar colgado de cabeza en una de mis trampas” aunque aquello ultimo había sido ya hace mucho tiempo, posiblemente mi desgracia había disminuido últimamente.
Habíamos pasado varios minutos de caminata hasta que Azrael olisqueó el aire y se quedó quieto “Oh no, problemas” Antes de siquiera poder desenfundar el arco para defenderme de cualquier cosa, Azrael salió corriendo en una dirección “Perfecto, ahora me abandona” - ¿A dónde crees que vas? Maldición. – Protesté mientras corría detrás del animal.
El lobo avanzó un gran tramo hasta quedarse finalmente quieto, supuse que se había perdido pero fue muy tarde para darme cuenta de la verdad. No pude frenar a tiempo y choqué contra el animal, haciendo que ambos cayéramos por el borde rocoso. Rodamos un par de veces hasta caer en el suelo, junto a la entrada de una caverna que parecía iluminada “Y de allí viene un aroma para nada desagradable, con razón Azrael vino hasta aquí” Estaba por levantarme e indicarle al animal que me siguiera cuando una voz femenina salió de aquel sitio “Perfecto, es el refugio de alguien”
Apreté el hocico de Arzael para que hiciera silencio, ante lo cual el animal gruñó por lo bajo pero aun así se mantuvo en el suelo junto a mí “Podríamos arrastrarnos lejos, con suerte no saldrá y nos apuñalará por la espalda” Pero era un riesgo que no prefería correr, sobre todo porque quien sea que estuviera allí dentro, comenzaba a contar.
Cuando la voz llegó a uno, tragué saliva y rogué porque mi plan improvisado funcionara, me apuré en tomar el cadáver de una ardilla que llevaba en el cinturón y lo lancé a la entrada de la cueva “Bien, ahora ya sabe que había cerca. Solo queda pulir detalles para que no sospeche”. – Solo soy una ardilla, pequeña e indefensa, no debes preocuparte. – Asentí ante mi plan tan perfecto y solté el hocico de Azrael. – Así que puede ignorarnos… digo, ignorarme y seguir con lo tuyo… quizá lanzar a aquí afuera algo de eso que huele tan bien, tengo hambre.
Fredericksen
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Re: Cacería [Libre 3/3]
La brisa azotaba a las ramas de los árboles haciendo que estas se movieran en todas direcciones, detrás del sonido del aire y de las hojas retumbando se escondían mis pasos en el bosque, armónicamente el sonido iban con el caminar de mis pies intentando pasar desapercibido en el gran bosque donde me encontraba, aunque era un buen lugar para cazar animales desde el más pequeño hasta la más grande fiera que habitara en este bosque, aunque el más grande animal podría ser hasta el propio humano si lo vemos de una forma distinta , las ideas fluían en mi cabeza mientras mi caminar entre las malezas del bosque no paraba ni un segundo, en combinación con mi respiración lenta, aprovechando cada bocanada de aire que agarraba al dar un nuevo paso, ayudaba mucho a mi cuerpo incluso mejoraba la circulación sanguínea, fue lo que había recomendado un curandero en algún pueblo que visite la última vez.
Solo veía a simple vista en la distancia, conejos dando saltos de aquí allá, ardillas escalando los árboles velozmente y algún otro pájaro revoloteando alrededor de los aires pasando de rama en rama. No encontraba ningún animal más grande que esos para saciar el gran hambre que pedía a gritos mi estómago, claro no era fácil mantener el cuerpo que poseo y sino consumía una buena gesta de comida perdería fuerza y virtudes físicas, así que tenía que ponerme en marchar e intentar rastrear un buen animal que llene mi gesta caló rica.
Descolgué mi espada poniéndola al lado de uno de los miles árboles que me rodeaban, si me alejaba mucho no habría algún inconveniente con solo activar la runa mágica, el arma volvería a mis manos a pesar de la distancia que me encontrara, empecé a trotar en el bosque con una técnica que nos enseñaron en los entrenamiento cuando me estaba forjando como un dragón, para trotar y que los pasos hicieran el menor ruido posible es como si fuera un ninja era lo más cercano que podía tomar como referencia.
A pocos pasos de algunos árboles visualizaba a un reno, estaba solo no estaba acompañado, a lo cual me lance al suelo sigilosamente, dando simplemente una rodada en el césped, para empezar arrastrarme como un tigre intentando cazar a una presa desapercibida, aunque no tenía idea que al otro lado alguien también quería reventarle el cuello al reno ante que yo, seguía acercándome más y más, tensando todo mi cuerpo para dar un salto desde el suelo y intentar tomar su cuello con mis manos cuando diera el salto. A pocos segundos que ya me había preparado para saltar y matar el animal, un lobo feroz se me adelanto saliendo del otro lado de la maleza con una ferocidad y agilidad de un animal cazador como era el lobo.
En el aire se vio como abrió su hocico y dejaba relucir sus grandes colmillos que en un parpadeo de ojos se clavaron en el cuello del reno, con una precisión increíble le había dado en una vena importante del pobre animal, tomando control completo de la situación aunque el reno daba salto e intentaba zafarse del lobo ya era causa perdida, el suministro de sangre y oxigeno dejo de llegarle al cerebro al animal, perdiendo las funciones motoras de su cuerpo, dejando caer a la presa al césped, sin que el lobo dejara de presionar con toda su fuerza el cuello terminando de partirse el mismo al jalone arlo de un lado a otro.
Al ver la escena típica de la naturaleza era momento también de actuar, a lo cual sin que se lo esperaba el lobo de mi presencia, di un salto para acabar posicionado detrás del canino, y poner mis manos en diferentes posiciones de su hocico, para tomar desde la parte superior hasta la inferior y estirarla hacia atrás con fuerza, en cuestión de minutos de esfuerzo y pelea del lobo, pude reventarle la boca hacia atrás, matándolo al lobo finalmente.
Ahora tenía dos animales muerto, y no tuve que gastar mucha energía, además de la que utilizaría para cargar ambos animales, ya era hora de buscar un lugar donde cocinar ambos animales y pasar la noche, ya que el sol había cambiado su lugar con la luna, ya el bosque callo en un inmensa oscuridad pero a los lejos de donde me ubicaba podía ver una estela de humo que sobresalía de algún lugar del terreno. Con diferentes manos tome los cuerpo de los animales y los subí en mis hombros, utilizando todo mi cuerpo para cargar el reno, mientras con la otra mano me lleve al lobo tomándole desde un lado de su boca, arrastrándole por el suelo.
Empecé a caminar hasta dónde provenía aquel humo, la sorpresa era que venía desde lo profundo de una cueva, eso significaba muchas cosas, que adentro había personas y no sabía si era hostiles o amigables, pero al traer comida seguramente podía ganarme un lugar en la cueva y poder pasar la noche sino funcionaba ese plan, seguro tendría que pelear y matar a la persona que este adentro de la cueva,sin pensarlo dos veces ya que estaba a oscura y el frio aserrando, me adentre dando pasos pequeños a la cueva.
El fuego me permitió ver con claridad a las personas que estaban en la cueva, dando mi sorpresa había una chica con un arco en posición de disparar, aunque pensé que era hacia mí por haber entrado, había un sujeto más adelante que yo, aunque el otro sujeto ya me era conocido por aquella vez que lo vi sentando en un bar con otras personas, era el mismo, además iba acompañado de un lobo, aunque no era la mejor situación alguna ya que el lobo vería que en mi mano tenia a otro lobo seguramente heriría sus sentimientos animales, quizás.
Bueno, traigo comida, así que me imagino puedo ganarme un lugar a esta cueva y no tener que pelear innecesariamente, ¿Cierto?, además de que es de noche y si nos vamos a un combate, como que todos saldríamos bastante herido incluso muerto. – Exclame con un tono de seguridad y seco ante las demás personas.
Tire a un costado ambos cuerpo de los animales al lado de la fogata como muestra de compañerismo dando entender que estaba dispuesto a compartir toda esa carne en cambio de dormir y poder cocinarlos en esa fogata.
Solo veía a simple vista en la distancia, conejos dando saltos de aquí allá, ardillas escalando los árboles velozmente y algún otro pájaro revoloteando alrededor de los aires pasando de rama en rama. No encontraba ningún animal más grande que esos para saciar el gran hambre que pedía a gritos mi estómago, claro no era fácil mantener el cuerpo que poseo y sino consumía una buena gesta de comida perdería fuerza y virtudes físicas, así que tenía que ponerme en marchar e intentar rastrear un buen animal que llene mi gesta caló rica.
Descolgué mi espada poniéndola al lado de uno de los miles árboles que me rodeaban, si me alejaba mucho no habría algún inconveniente con solo activar la runa mágica, el arma volvería a mis manos a pesar de la distancia que me encontrara, empecé a trotar en el bosque con una técnica que nos enseñaron en los entrenamiento cuando me estaba forjando como un dragón, para trotar y que los pasos hicieran el menor ruido posible es como si fuera un ninja era lo más cercano que podía tomar como referencia.
A pocos pasos de algunos árboles visualizaba a un reno, estaba solo no estaba acompañado, a lo cual me lance al suelo sigilosamente, dando simplemente una rodada en el césped, para empezar arrastrarme como un tigre intentando cazar a una presa desapercibida, aunque no tenía idea que al otro lado alguien también quería reventarle el cuello al reno ante que yo, seguía acercándome más y más, tensando todo mi cuerpo para dar un salto desde el suelo y intentar tomar su cuello con mis manos cuando diera el salto. A pocos segundos que ya me había preparado para saltar y matar el animal, un lobo feroz se me adelanto saliendo del otro lado de la maleza con una ferocidad y agilidad de un animal cazador como era el lobo.
En el aire se vio como abrió su hocico y dejaba relucir sus grandes colmillos que en un parpadeo de ojos se clavaron en el cuello del reno, con una precisión increíble le había dado en una vena importante del pobre animal, tomando control completo de la situación aunque el reno daba salto e intentaba zafarse del lobo ya era causa perdida, el suministro de sangre y oxigeno dejo de llegarle al cerebro al animal, perdiendo las funciones motoras de su cuerpo, dejando caer a la presa al césped, sin que el lobo dejara de presionar con toda su fuerza el cuello terminando de partirse el mismo al jalone arlo de un lado a otro.
Al ver la escena típica de la naturaleza era momento también de actuar, a lo cual sin que se lo esperaba el lobo de mi presencia, di un salto para acabar posicionado detrás del canino, y poner mis manos en diferentes posiciones de su hocico, para tomar desde la parte superior hasta la inferior y estirarla hacia atrás con fuerza, en cuestión de minutos de esfuerzo y pelea del lobo, pude reventarle la boca hacia atrás, matándolo al lobo finalmente.
Ahora tenía dos animales muerto, y no tuve que gastar mucha energía, además de la que utilizaría para cargar ambos animales, ya era hora de buscar un lugar donde cocinar ambos animales y pasar la noche, ya que el sol había cambiado su lugar con la luna, ya el bosque callo en un inmensa oscuridad pero a los lejos de donde me ubicaba podía ver una estela de humo que sobresalía de algún lugar del terreno. Con diferentes manos tome los cuerpo de los animales y los subí en mis hombros, utilizando todo mi cuerpo para cargar el reno, mientras con la otra mano me lleve al lobo tomándole desde un lado de su boca, arrastrándole por el suelo.
Empecé a caminar hasta dónde provenía aquel humo, la sorpresa era que venía desde lo profundo de una cueva, eso significaba muchas cosas, que adentro había personas y no sabía si era hostiles o amigables, pero al traer comida seguramente podía ganarme un lugar en la cueva y poder pasar la noche sino funcionaba ese plan, seguro tendría que pelear y matar a la persona que este adentro de la cueva,sin pensarlo dos veces ya que estaba a oscura y el frio aserrando, me adentre dando pasos pequeños a la cueva.
El fuego me permitió ver con claridad a las personas que estaban en la cueva, dando mi sorpresa había una chica con un arco en posición de disparar, aunque pensé que era hacia mí por haber entrado, había un sujeto más adelante que yo, aunque el otro sujeto ya me era conocido por aquella vez que lo vi sentando en un bar con otras personas, era el mismo, además iba acompañado de un lobo, aunque no era la mejor situación alguna ya que el lobo vería que en mi mano tenia a otro lobo seguramente heriría sus sentimientos animales, quizás.
Bueno, traigo comida, así que me imagino puedo ganarme un lugar a esta cueva y no tener que pelear innecesariamente, ¿Cierto?, además de que es de noche y si nos vamos a un combate, como que todos saldríamos bastante herido incluso muerto. – Exclame con un tono de seguridad y seco ante las demás personas.
Tire a un costado ambos cuerpo de los animales al lado de la fogata como muestra de compañerismo dando entender que estaba dispuesto a compartir toda esa carne en cambio de dormir y poder cocinarlos en esa fogata.
Sajin W
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Re: Cacería [Libre 3/3]
-¡Tres!- musité, y mi voz recorrió con un eco las paredes de la caverna cuando un animal pequeño entró volando por el arco que formaba la entrada de la cueva, y cayó con un “splat” al suelo. Estaba tan preparada para disparar que mis dedos soltaron la cuerda del arco solos. “Shhh” sonó la fecha cortando el viento para clavarse en el cuerpo ya inerte del animal que... ¿comenzó a hablar? ”Solo soy una ardilla, pequeña e indefensa, no debes preocuparte.” enarqué una de mis cejas, aunque no estuviera claro si alguien me miraba y esperaba reírse de mi con la broma, pero la voz continuó ”sí que puede ignorarnos… digo, ignorarme y seguir con lo tuyo… quizá lanzar a aquí afuera algo de eso que huele tan bien, tengo hambre.” y con esto, una carcajada inundó mis labios -Vamos, no te pongas con juegos- le dije a quien fuera que estuviera afuera.
Cargué otra flecha en la cuerda del arco, aún amenazando la entrada de la cueva sin poder ver, por el contraste de la luz, nada afuera -Entra, despacio, no quiero sorpresas- le dije al ser gracioso, con la ardilla clavada firmemente en el piso de tierra. Vanya olfateó el aire y echó un quejido de miedo, pasando a esconderse detrás mío, lo que no me daba muy buena espina, aunque aún era un cachorro y tenía derecho a tenerle miedo a todo.
Por la puerta entró un hombre de cabello blanco, alto, y con marcas extrañas en el cuello que no podía distinguir a la distancia, con toda la confianza de quien no teme por su vida aún cuando mi flecha estaba apuntada a su pecho ”-Bueno, traigo comida, así que me imagino puedo ganarme un lugar a esta cueva y no tener que pelear innecesariamente, ¿Cierto?, además de que es de noche y si nos vamos a un combate, como que todos saldríamos bastante herido incluso muerto.-” ¿Todos? Solo lo veía a él y toda la situación era bastante confusa. Mordí el interior de mi mejilla, no me fiaba de nadie, mucho menos en un lugar donde estaba básicamente sola y peor, con un hombre que acababa de botar los cuerpos de dos animales grandes al lado de la fogata. Pero no tenía muchas opciones.
La entrada de la cueva básicamente estaba cerrada por él, no era lo suficientemente ancha para poder salir. Pero la palabra “todos” seguía sonando en la parte de atrás de mi cabeza -No sé a qué te refieres con todos, y si no haces nada raro claro que podemos compartir- le dije, destensando la cuerda del arco, para bajarlo y depositarlo a mi lado. Vanya se había escondido a mi espalda, y miraba al extraño por uno de mis lados, olfateando el aire, tratando de encontrar algo.
Miré detrás del extraño y me pareció ver que algo se movía -¿Hay alguien más contigo?- le pregunté, volviendo a tensar la cuerda del arco apuntando la flecha a su pecho. -No estoy para juegos- le volví a amenazar.
Cargué otra flecha en la cuerda del arco, aún amenazando la entrada de la cueva sin poder ver, por el contraste de la luz, nada afuera -Entra, despacio, no quiero sorpresas- le dije al ser gracioso, con la ardilla clavada firmemente en el piso de tierra. Vanya olfateó el aire y echó un quejido de miedo, pasando a esconderse detrás mío, lo que no me daba muy buena espina, aunque aún era un cachorro y tenía derecho a tenerle miedo a todo.
Por la puerta entró un hombre de cabello blanco, alto, y con marcas extrañas en el cuello que no podía distinguir a la distancia, con toda la confianza de quien no teme por su vida aún cuando mi flecha estaba apuntada a su pecho ”-Bueno, traigo comida, así que me imagino puedo ganarme un lugar a esta cueva y no tener que pelear innecesariamente, ¿Cierto?, además de que es de noche y si nos vamos a un combate, como que todos saldríamos bastante herido incluso muerto.-” ¿Todos? Solo lo veía a él y toda la situación era bastante confusa. Mordí el interior de mi mejilla, no me fiaba de nadie, mucho menos en un lugar donde estaba básicamente sola y peor, con un hombre que acababa de botar los cuerpos de dos animales grandes al lado de la fogata. Pero no tenía muchas opciones.
La entrada de la cueva básicamente estaba cerrada por él, no era lo suficientemente ancha para poder salir. Pero la palabra “todos” seguía sonando en la parte de atrás de mi cabeza -No sé a qué te refieres con todos, y si no haces nada raro claro que podemos compartir- le dije, destensando la cuerda del arco, para bajarlo y depositarlo a mi lado. Vanya se había escondido a mi espalda, y miraba al extraño por uno de mis lados, olfateando el aire, tratando de encontrar algo.
Miré detrás del extraño y me pareció ver que algo se movía -¿Hay alguien más contigo?- le pregunté, volviendo a tensar la cuerda del arco apuntando la flecha a su pecho. -No estoy para juegos- le volví a amenazar.
Quiydark Caerdonel
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Re: Cacería [Libre 3/3]
Esperaba que el señor ardilla fuera el señuelo y la distracción perfecta, solo debía ganarnos el tiempo suficiente para que Azrael y yo escapáramos, luego podría seguir con su vida normal “Pero no todo es color de rosas en este mundo” una flecha dio a parar en el cuerpo del indefenso y muerto animal, erradicando así su último aliento si es que el cadáver aún tenía aire dentro. Me limité a morderme la lengua para guardar silencio, no era momento para compadecerme por lo ocurrido, el peludo ser había hecho lo que podía. Esperaba que con aquello bastara para huir, solo que la risa de la mano asesina que aún seguía dentro de la caverna dejó en claro que no estaba satisfecha “Y sabe muy bien que el señor ardilla no estaba solo, está pidiendo que acaben los juegos, seguro para clavarnos una flecha a nosotros también”
Estaba por arrastrarme al a caverna junto a Azrael, quizá aquello fuera lo más sensato “Si tengo suerte, se habrá quedado sin flechas” y además no es como si tuviera muchas sorpresas que dar, la última vez que le pedí a un artista que me enseñara trucos para sorprender a la gente me había terminado robando dinero “Aunque ahora que lo pienso, me sorprendió ese día. Quizá eso intentó enseñarme” Cuando estaba a escasos centímetros para que la luz me revelara, un sujeto del tamaño de un árbol entro si temor a la muerte “Aunque puede que no sea tan grande” la luz de la fogata no me permitía ver tan bien la silueta, pero me quedó claro que no era tan grande cuando tiró una carga al suelo “Ahora si se ve normal.”
- Técnicamente no estoy con él. – Respondí cuando la voz femenina de la caverna volvió a preguntar, tardando un par de segundos en darme cuenta de lo que había hecho “Maldición…” – Voy a salir pero por favor no clave ninguna flecha en mi cuello… o en alguna otra parte. – Proseguí avanzando a cuatro patas hasta quedar junto al cadáver de la ardilla, retirando la flecha del animal muerto. – Estaba con el señor ardilla, pero debería darte vergüenza, lo mataste ¿Qué debería decirle a su familia? – Sacudí el cuerpo muerto en el aire apuntando a la chica que había hablado desde el inicio. – ¿Sabes qué debería decir? O tal vez tú ¿Tú lo sabes? – Continué, apuntando ahora al hombre que había entrado a la cueva antes que yo. – No, claramente ninguno sabe, es un tema muy delicado ¿Cierto Azrael? – El lobo aulló a mi lado mientras me observaba. – Esa no es mala idea, eliminar las pruebas y nunca decir nada… suena perfecto. – Palmeé la cabeza de Azrael y le tiré la ardilla, el animal no demoró en comenzar a devorarlo “Muy bien, un problema menos.”
Me sacudí la suciedad de la ropa mientras me sentaba con las piernas cruzadas, tratando de observar el fuego – Está tapando el fuego, es de muy mal gusto privar a los demás de un recurso tan agradable. – Protesté ante el gigantón que seguía de pie. – Quizá usted tenga frío, pero no se está congelando. Yo al contrario, sí. - Y ante aquella acotación, señalé el ojo que tenía congelado. - Así que mi recomendación es que tome asiento, se mueva un par de centímetros o se acueste sobre… oh Dioses, es un lobo muerto ¡Azrael no mires! – Me apuré en abalanzarme sobre Azrael, tapándole los ojos con ambas manos. El animal comenzó a gruñir y lanzar mordidas al aire, sacudiéndose tratando de quitarme de encima. – Nada de protestas, podría ser tu primo ¿Acaso quieres ver a tu primo muerto? – El lobo se limitó a seguir sacudiéndose sin dejar de gruñir. - ¿Cómo vas a decir que te da igual? Son Familia… o lo eran, sería una falta de respeto. – En un momento Azrael se logró mover lo suficiente para clavarme los dientes sin mucha fuerza en el brazo de carne, ante lo cual me tuve que separar mientras acariciaba la zona afectada. – Bien, como digas, pero debes saber que es un insulto a tu familia. – Ahora fui yo quien bufó, mientras el lobo se daba la vuelta y salía de la caverna. – Lamento esa escena, a veces se pone terco, aún es muy joven para entender lo complicada que es la vida. – Olfateé el aire de la cueva, el aroma que había en esta seguía siendo agradable, aunque ahora se notaba cierto toque a chamuscado. – Pero creo que deberíamos dejar la charla por unos segundos y pensar en eso que comienza a quemarse junto al fuego, creo que no soy el único preocupándose por la comida. – Añadí aquello último al notar como había otro lobo junto a la chica, olisqueando el ambiente “Son tan agradables cuando tienen ese tamaño, luego crecen y comienzan a volverse rebeldes.”
Estaba por arrastrarme al a caverna junto a Azrael, quizá aquello fuera lo más sensato “Si tengo suerte, se habrá quedado sin flechas” y además no es como si tuviera muchas sorpresas que dar, la última vez que le pedí a un artista que me enseñara trucos para sorprender a la gente me había terminado robando dinero “Aunque ahora que lo pienso, me sorprendió ese día. Quizá eso intentó enseñarme” Cuando estaba a escasos centímetros para que la luz me revelara, un sujeto del tamaño de un árbol entro si temor a la muerte “Aunque puede que no sea tan grande” la luz de la fogata no me permitía ver tan bien la silueta, pero me quedó claro que no era tan grande cuando tiró una carga al suelo “Ahora si se ve normal.”
- Técnicamente no estoy con él. – Respondí cuando la voz femenina de la caverna volvió a preguntar, tardando un par de segundos en darme cuenta de lo que había hecho “Maldición…” – Voy a salir pero por favor no clave ninguna flecha en mi cuello… o en alguna otra parte. – Proseguí avanzando a cuatro patas hasta quedar junto al cadáver de la ardilla, retirando la flecha del animal muerto. – Estaba con el señor ardilla, pero debería darte vergüenza, lo mataste ¿Qué debería decirle a su familia? – Sacudí el cuerpo muerto en el aire apuntando a la chica que había hablado desde el inicio. – ¿Sabes qué debería decir? O tal vez tú ¿Tú lo sabes? – Continué, apuntando ahora al hombre que había entrado a la cueva antes que yo. – No, claramente ninguno sabe, es un tema muy delicado ¿Cierto Azrael? – El lobo aulló a mi lado mientras me observaba. – Esa no es mala idea, eliminar las pruebas y nunca decir nada… suena perfecto. – Palmeé la cabeza de Azrael y le tiré la ardilla, el animal no demoró en comenzar a devorarlo “Muy bien, un problema menos.”
Me sacudí la suciedad de la ropa mientras me sentaba con las piernas cruzadas, tratando de observar el fuego – Está tapando el fuego, es de muy mal gusto privar a los demás de un recurso tan agradable. – Protesté ante el gigantón que seguía de pie. – Quizá usted tenga frío, pero no se está congelando. Yo al contrario, sí. - Y ante aquella acotación, señalé el ojo que tenía congelado. - Así que mi recomendación es que tome asiento, se mueva un par de centímetros o se acueste sobre… oh Dioses, es un lobo muerto ¡Azrael no mires! – Me apuré en abalanzarme sobre Azrael, tapándole los ojos con ambas manos. El animal comenzó a gruñir y lanzar mordidas al aire, sacudiéndose tratando de quitarme de encima. – Nada de protestas, podría ser tu primo ¿Acaso quieres ver a tu primo muerto? – El lobo se limitó a seguir sacudiéndose sin dejar de gruñir. - ¿Cómo vas a decir que te da igual? Son Familia… o lo eran, sería una falta de respeto. – En un momento Azrael se logró mover lo suficiente para clavarme los dientes sin mucha fuerza en el brazo de carne, ante lo cual me tuve que separar mientras acariciaba la zona afectada. – Bien, como digas, pero debes saber que es un insulto a tu familia. – Ahora fui yo quien bufó, mientras el lobo se daba la vuelta y salía de la caverna. – Lamento esa escena, a veces se pone terco, aún es muy joven para entender lo complicada que es la vida. – Olfateé el aire de la cueva, el aroma que había en esta seguía siendo agradable, aunque ahora se notaba cierto toque a chamuscado. – Pero creo que deberíamos dejar la charla por unos segundos y pensar en eso que comienza a quemarse junto al fuego, creo que no soy el único preocupándose por la comida. – Añadí aquello último al notar como había otro lobo junto a la chica, olisqueando el ambiente “Son tan agradables cuando tienen ese tamaño, luego crecen y comienzan a volverse rebeldes.”
Fredericksen
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Re: Cacería [Libre 3/3]
Las dos personas restantes en la habitación tenían una conversación algo inmadura, el sujeto imitaba la voz desde la ardilla que ya estaba muerta por unas de las flechas de la joven que estaba en primer lugar en la cueva, ante la segunda amenaza hacia mí cuando en listo una flecha por segunda vez en su arco por que sospechaba que yo no venía solo sino acompañado por alguien más. Ignore su flecha por lo que proseguí a sentarme en el suelo al lado del fuego para empezar a calentar mis manos alrededor del mismo.
El otro sujeto que parecía un poco más infantil que la muchacha, hizo una acotación sobre su ojo congelado, cual levante un poco la mirada para ver que realmente si tenía un ojo congelado, ‘’ Seguro debe ser una maldición que le cayó al muchacho, los dioses y sus castigos ‘’. Mientras seguía calentando todo mi cuerpo gracias al calor que emitía el fuego de la fogata, observe una cría de lobo detrás de la muchacha y más atrás de ella un corcel que no se había inmutado en ningún momento debe estar bien adiestrado supuse.
En cambio el lobo del otro sujeto se había retirado de la cueva después de ver el cadáver de uno de su especie, el chico se disculpó ante nosotros por la actitud del animal como si fuera otra persona, los amantes de animales y sus cosas raras de siempre, con un simple jalón traje el venado por una patada hasta ponerlo enfrente de mí, descolgué un cuchillo mediano desde una de mis ropajes y lo clave desde donde empezaba el cuello del animal para empezar a descender hasta su columna vertebral despellejando todo esa piel, luego con ambas manos abrí la columna dejando ver los pulmones y otros órganos importantes del animal, con mi cuchillo corte buenos pedazos de bistec para enrollarlos en una de las varas que estaba en la cueva y clavarlos en la fogata para que se cocinaran.
Luego saque el corazón del animal y lo deje asarse en el fuego hasta que estuviera crujiente y cocinado para poder comer toda la vitamina que traía ese órgano, y además me hacía bien para mi salud, mientras despellejaba el animal y sacaba la carne restante, dejándola cocinar hasta que dentro del animal solo quedaba la piel, con otro jalón lance el cuerpo hacia un lado de la cueva.
Me intriga saber de dónde provienen y cuáles son sus nombres. – Exclame con una voz muy seca y con un tono de aburrimiento ante ellos.
Pasaba los minutos mientras toda la carne estaba cocinada a la perfección, a lo que solo levante el palo donde estaba clavado el corazón y lo dirigí hacia mi boca dándole un fuerte mordisco y empezando a comer, dejando mucha más carne lista en la fogata para que los demás se alimentaran, mis manos estaban llenas de la sangre del animal, aunque ninguno de mi ropajes se manchó gracias al cuidado que tuve al comer, solo me quede esperando para oír a los demás invitados dentro de la cueva.
Por otro lado fuera de la cueva la noche había caído en su totalidad, solo los animales y aquellos con hechizos o cosas extrañas podrían ver en la completa oscuridad, pero se dejó caer una tormenta en todo la zona, dejando caer truenos por doquier, tumbando árboles y haciendo que los animales corrieran a buscar refugios por cualquier lado, incluso el frio y el viento amenazaba con apagar la fogata en varias ocasiones, por lo menos teníamos la comida lista, por si el agua terminaba de apagar el fuego que creaba la fogata, aunque afuera se empezaron a escuchar ruidos extraños.
El otro sujeto que parecía un poco más infantil que la muchacha, hizo una acotación sobre su ojo congelado, cual levante un poco la mirada para ver que realmente si tenía un ojo congelado, ‘’ Seguro debe ser una maldición que le cayó al muchacho, los dioses y sus castigos ‘’. Mientras seguía calentando todo mi cuerpo gracias al calor que emitía el fuego de la fogata, observe una cría de lobo detrás de la muchacha y más atrás de ella un corcel que no se había inmutado en ningún momento debe estar bien adiestrado supuse.
En cambio el lobo del otro sujeto se había retirado de la cueva después de ver el cadáver de uno de su especie, el chico se disculpó ante nosotros por la actitud del animal como si fuera otra persona, los amantes de animales y sus cosas raras de siempre, con un simple jalón traje el venado por una patada hasta ponerlo enfrente de mí, descolgué un cuchillo mediano desde una de mis ropajes y lo clave desde donde empezaba el cuello del animal para empezar a descender hasta su columna vertebral despellejando todo esa piel, luego con ambas manos abrí la columna dejando ver los pulmones y otros órganos importantes del animal, con mi cuchillo corte buenos pedazos de bistec para enrollarlos en una de las varas que estaba en la cueva y clavarlos en la fogata para que se cocinaran.
Luego saque el corazón del animal y lo deje asarse en el fuego hasta que estuviera crujiente y cocinado para poder comer toda la vitamina que traía ese órgano, y además me hacía bien para mi salud, mientras despellejaba el animal y sacaba la carne restante, dejándola cocinar hasta que dentro del animal solo quedaba la piel, con otro jalón lance el cuerpo hacia un lado de la cueva.
Me intriga saber de dónde provienen y cuáles son sus nombres. – Exclame con una voz muy seca y con un tono de aburrimiento ante ellos.
Pasaba los minutos mientras toda la carne estaba cocinada a la perfección, a lo que solo levante el palo donde estaba clavado el corazón y lo dirigí hacia mi boca dándole un fuerte mordisco y empezando a comer, dejando mucha más carne lista en la fogata para que los demás se alimentaran, mis manos estaban llenas de la sangre del animal, aunque ninguno de mi ropajes se manchó gracias al cuidado que tuve al comer, solo me quede esperando para oír a los demás invitados dentro de la cueva.
Por otro lado fuera de la cueva la noche había caído en su totalidad, solo los animales y aquellos con hechizos o cosas extrañas podrían ver en la completa oscuridad, pero se dejó caer una tormenta en todo la zona, dejando caer truenos por doquier, tumbando árboles y haciendo que los animales corrieran a buscar refugios por cualquier lado, incluso el frio y el viento amenazaba con apagar la fogata en varias ocasiones, por lo menos teníamos la comida lista, por si el agua terminaba de apagar el fuego que creaba la fogata, aunque afuera se empezaron a escuchar ruidos extraños.
Sajin W
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Re: Cacería [Libre 3/3]
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Shinoroa Ryuu
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