Fiesta de la victoria. [Libre] [4/4]
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Re: Fiesta de la victoria. [Libre] [4/4]
La treta improvisada parecía funcionar, sobre todo gracias a la actuación de Vincent para convencer a los guardias de la incipiente amistad con aquel extraño sujeto. Llegar al fondo del asunto antes que recibiéramos un segundo ataque más elaborado me resultaba una prioridad en ese momento, por lo que en lugar de continuar la celebración y ver a la gata hacer el ridículo, preferí acompañar al elfo en su camino a la bodega porque tal vez necesitara ayuda en caso de alguna complicación o simplemente porque me mataba la curiosidad.
Luego de despedirme de Vincent, indicándole con una seña que estuviera pendiente de las chicas, escolté a ambos hombres hasta la bodega en cuya puerta me recosté de brazos cruzados escuchando la conversación cual vieja chismosa en su mejor momento de absoluta curiosidad. Un par de veces estuve a punto de entrar al pensar que realmente el caballero mataría al pobre sujeto pues lo conocía menos, pero si Niniel confiaba en él, no estaba de más darle un voto de confianza.
Al final del interrogatorio no nos había dado nada, pero incluso eso nos aportaba algo de información -No está mintiendo- Respondí al elfo con medio cuerpo asomado a la puerta del lugar -Espera, déjame intentar algo- Pedí al caballero mientras con rostro amable intentaba parecer el guardia bueno, luego de que Al’ hubiera hecho su rol de guardia malo -Yo te creo, buen hombre- Me acerqué con una sonrisa más falsa que un licántropo sin mal olor.
Me acerqué un poco más -Yo te creo todo lo que dices, sé que eres inocente… pero ellos no te creen- Hice una seña discreta al elfo para que se mostrara intimidante de nuevo -Tranquilo, tranquilo- Calmé al prisionero con las manos al frente -Te ayudaré si nos ayudas- Desde luego que por precaución, estaba usando discretamente mi magia de voz para ganarme la simpatía del asustado rehén, su estado actual de temor delataba que no era ningún guerrero experimentado.
Afirmó con la cabeza de manera apresurada y temerosa -¿Qué es lo último que recuerdas antes de atacar a la sacerdotiza?- Su mente divagó por unos instantes hasta que finalmente comenzó a hablar -Estábamos en la taberna, no aquí, sino a un par de calles, celebrábamos algo mientras presumíamos haber ganado algo de dinero extra por atrapar a unos bandidos en la mañana, entonces esa mujer se acercó, nos ofreció bebidas y dijo que la gloria que nos esperaba era mucho mayor- A ratos, el sujeto se llevaba las manos a la cabeza y se daba pequeños golpes para recordar.
Lo miré inquisitivamente esperando más información pero al parecer se estaba quedando vacío -Dijo que seríamos una distracción antes del gran show… ¡Y eso es todo, lo juro!- Dijo con miedo -Esa mujer nos puso algo en la bebida y luego no recuerdo más… aunque, su voz- Me señaló -Era extraña, como si nos adormeciera el cuerpo, era como… la tuya- Me señaló mientras retrocedía -Eres como ella- Sus pies tropezaron entre ellos y resbaló hasta caer sentado y terminó retrocediendo arrastrado.
Miré al elfo con la cara llena de suspenso -¿Distracción? ¿Gran show?- Definitivamente había que avisarle a los otros que tal vez el peligro no había terminado -Parece que será una noche larga- Dije con cierta zozobra ante la duda de lo que podría ocurrir en cualquier momento o tal vez tras varios días.
Luego de despedirme de Vincent, indicándole con una seña que estuviera pendiente de las chicas, escolté a ambos hombres hasta la bodega en cuya puerta me recosté de brazos cruzados escuchando la conversación cual vieja chismosa en su mejor momento de absoluta curiosidad. Un par de veces estuve a punto de entrar al pensar que realmente el caballero mataría al pobre sujeto pues lo conocía menos, pero si Niniel confiaba en él, no estaba de más darle un voto de confianza.
Al final del interrogatorio no nos había dado nada, pero incluso eso nos aportaba algo de información -No está mintiendo- Respondí al elfo con medio cuerpo asomado a la puerta del lugar -Espera, déjame intentar algo- Pedí al caballero mientras con rostro amable intentaba parecer el guardia bueno, luego de que Al’ hubiera hecho su rol de guardia malo -Yo te creo, buen hombre- Me acerqué con una sonrisa más falsa que un licántropo sin mal olor.
Me acerqué un poco más -Yo te creo todo lo que dices, sé que eres inocente… pero ellos no te creen- Hice una seña discreta al elfo para que se mostrara intimidante de nuevo -Tranquilo, tranquilo- Calmé al prisionero con las manos al frente -Te ayudaré si nos ayudas- Desde luego que por precaución, estaba usando discretamente mi magia de voz para ganarme la simpatía del asustado rehén, su estado actual de temor delataba que no era ningún guerrero experimentado.
Afirmó con la cabeza de manera apresurada y temerosa -¿Qué es lo último que recuerdas antes de atacar a la sacerdotiza?- Su mente divagó por unos instantes hasta que finalmente comenzó a hablar -Estábamos en la taberna, no aquí, sino a un par de calles, celebrábamos algo mientras presumíamos haber ganado algo de dinero extra por atrapar a unos bandidos en la mañana, entonces esa mujer se acercó, nos ofreció bebidas y dijo que la gloria que nos esperaba era mucho mayor- A ratos, el sujeto se llevaba las manos a la cabeza y se daba pequeños golpes para recordar.
Lo miré inquisitivamente esperando más información pero al parecer se estaba quedando vacío -Dijo que seríamos una distracción antes del gran show… ¡Y eso es todo, lo juro!- Dijo con miedo -Esa mujer nos puso algo en la bebida y luego no recuerdo más… aunque, su voz- Me señaló -Era extraña, como si nos adormeciera el cuerpo, era como… la tuya- Me señaló mientras retrocedía -Eres como ella- Sus pies tropezaron entre ellos y resbaló hasta caer sentado y terminó retrocediendo arrastrado.
Miré al elfo con la cara llena de suspenso -¿Distracción? ¿Gran show?- Definitivamente había que avisarle a los otros que tal vez el peligro no había terminado -Parece que será una noche larga- Dije con cierta zozobra ante la duda de lo que podría ocurrir en cualquier momento o tal vez tras varios días.
Bio
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Re: Fiesta de la victoria. [Libre] [4/4]
La negociación con los guardias había salido mejor de lo que Vinc esperaba, siempre y cuando aquello se pudiera llamar negociación. Con un poco de sal el buen pollo dejaba de estar desabrido, y con un poco de falta de verdad en los pensamientos, un engaño se volvía una negociación.
En cualquier caso, el mercenario no tenía mucha confianza en que la patrulla de la guardia les dejara uno de los tipos como regalo… Aquella pesada fama podía tener sus ventajas… Claro, como toda la reputación que se había granjeado en aquella maldita y hermosa ciudad. De trabajo en trabajo, ayudando aquí y allá, casi siempre por un módico e inestimable precio, otras incluso de manera altruista.
Todo sumaba. Por supuesto.
Lo importante es que eran mentiras por una buena causa. Indudablemente, todos los hombres y mujeres que luchaban por una creían que luchaban por “la buena”. Que lo que hacían no era tan malo porque era para algo que importaba, ya fueran sus propios intereses o una causa de mayor nobleza. Pero en ese caso, siendo imparciales, realmente la información que podían sacar podría, además de salvarles la vida, podía salvar la de otros infelices que acabaran en medio de aquella guerra iniciada por las desconocidas fuertes.
Sin ir más lejos, el caballero esmeralda había tenido que matar a un hombre para mantenerse de una pieza y asegurarse de que el monstruo, en el que se había convertido dicho hombre, no hiciera daño a nadie más. Pero al fin y al cabo, aquel tipo no dejaba de ser una víctima. Alguien utilizado y manipulado para ser una herramienta.
Había que encontrar a las personas en la sombra, y rápido, o de lo contrario más personas podrían sufrir las consecuencias de sus acciones.
Al’theas fue el primero del trío de varones en ir hacia la taberna de Beor. Bio fue tras él, y no hizo falta mediar palabra con el brujo de dorados cabellos, para que este entendiera que su misión al entrar en la posada, era otra muy distinta a la de sonsacar información.
- Ah, maldita sea. Preferiría pelear en pelotas en mitad de una caverna llena de trasgos que lidiar con esto-, masculló entre dientes, acercándose a donde se encontraban Níniel y Cath.
La escena era la típica que se podría encontrar en cualquier taberna de la ciudad. Al menos en las de clase baja y media. Gente a tropel peleándose por conseguir el trago gratis junto a la barra atosigando mesero, en este caso al pobre Beor, esos mismos parroquianos cantando, brindando y bailando, y claro, para rematar ese último apunte sobre danza, una gata "contenta", gracias a unas "gotitas" de alcohol en las venas, bailando sobre una mesa.
Bueno, eso último no era tan poco común. Una chica o tipo que se venía arriba con el alcohol y la danza, eso pasaba casi todas las veladas, pero que justo fuese una gata… Eso no se veía todas las noches, no al menos por aquellas tierras.
- Hey, Cath, además de zurrar se te da bien bailar. Eres una gata llena de sorpresas-, bromeó el brujo, que no tardó en colocarse al lado de su amada sacerdotisa. - ¿Cuántas se ha tomado esta mujer? - le preguntó a Nín, en tono más serio.
Ah, por los dioses. Si cuando estaba sobria podía ser un peligro cuando quería, ¿cómo demonios iban a conseguir que no la liara estando en ese estado?
- Por qué no bajas y bailas conmigo. Ahí arriba debe ser muy aburrido bailar, en soledad-, intentó engatusarla, poniendo buena cara y dibujando una sonrisa.
- Atrás brujo. Este cuerpazo no necesita que nadie lo guíe.
Vincent se acarició la frente con las puntas de metal de dos de sus dedos del guante de la mano diestra, con suavidad, al tiempo que desviaba la mirada hacia el suelo para ocultar su frustración por lo inútil que era parlamentar con ella, o incluso intentar engañarla.
“Tendré que usar otro método de convencimiento más efectivo”, pensó, a la vez que veía la clave para realizar un plan.
Vinc, con un golpe de viento hizo tambalear la mesa, provocando que la gata cayera de esta. El brujo se movió rápido para atraparla antes de que se cayera contra el suelo y se hiciera daño, pero Catherine se movió con agilidad y con un movimiento tan acrobático como veloz, logró apoyarse en el hombro del rubio para pasar por encima de él.
El buen mercenario se había quedado con los brazos hacia adelante y las palmas hacia arriba, preparado para recoger a la gata, y sin embargo, se había quedado con el molde.
- Bueno, al menos he logrado que baje-, bromeó, desviando en ese momento la mirada hacia Níniel, sin cambiar la postura de su derrota, que sabía que le daría un aspecto cómico.
Remató la escena con una media sonrisa, llena de cariño, y luego se encogió de hombros.
Cath era de la familia. Y la familia nunca era perfecta, pero siempre era la familia.
En cualquier caso, el mercenario no tenía mucha confianza en que la patrulla de la guardia les dejara uno de los tipos como regalo… Aquella pesada fama podía tener sus ventajas… Claro, como toda la reputación que se había granjeado en aquella maldita y hermosa ciudad. De trabajo en trabajo, ayudando aquí y allá, casi siempre por un módico e inestimable precio, otras incluso de manera altruista.
Todo sumaba. Por supuesto.
Lo importante es que eran mentiras por una buena causa. Indudablemente, todos los hombres y mujeres que luchaban por una creían que luchaban por “la buena”. Que lo que hacían no era tan malo porque era para algo que importaba, ya fueran sus propios intereses o una causa de mayor nobleza. Pero en ese caso, siendo imparciales, realmente la información que podían sacar podría, además de salvarles la vida, podía salvar la de otros infelices que acabaran en medio de aquella guerra iniciada por las desconocidas fuertes.
Sin ir más lejos, el caballero esmeralda había tenido que matar a un hombre para mantenerse de una pieza y asegurarse de que el monstruo, en el que se había convertido dicho hombre, no hiciera daño a nadie más. Pero al fin y al cabo, aquel tipo no dejaba de ser una víctima. Alguien utilizado y manipulado para ser una herramienta.
Había que encontrar a las personas en la sombra, y rápido, o de lo contrario más personas podrían sufrir las consecuencias de sus acciones.
Al’theas fue el primero del trío de varones en ir hacia la taberna de Beor. Bio fue tras él, y no hizo falta mediar palabra con el brujo de dorados cabellos, para que este entendiera que su misión al entrar en la posada, era otra muy distinta a la de sonsacar información.
- Ah, maldita sea. Preferiría pelear en pelotas en mitad de una caverna llena de trasgos que lidiar con esto-, masculló entre dientes, acercándose a donde se encontraban Níniel y Cath.
La escena era la típica que se podría encontrar en cualquier taberna de la ciudad. Al menos en las de clase baja y media. Gente a tropel peleándose por conseguir el trago gratis junto a la barra atosigando mesero, en este caso al pobre Beor, esos mismos parroquianos cantando, brindando y bailando, y claro, para rematar ese último apunte sobre danza, una gata "contenta", gracias a unas "gotitas" de alcohol en las venas, bailando sobre una mesa.
Bueno, eso último no era tan poco común. Una chica o tipo que se venía arriba con el alcohol y la danza, eso pasaba casi todas las veladas, pero que justo fuese una gata… Eso no se veía todas las noches, no al menos por aquellas tierras.
- Hey, Cath, además de zurrar se te da bien bailar. Eres una gata llena de sorpresas-, bromeó el brujo, que no tardó en colocarse al lado de su amada sacerdotisa. - ¿Cuántas se ha tomado esta mujer? - le preguntó a Nín, en tono más serio.
Ah, por los dioses. Si cuando estaba sobria podía ser un peligro cuando quería, ¿cómo demonios iban a conseguir que no la liara estando en ese estado?
- Por qué no bajas y bailas conmigo. Ahí arriba debe ser muy aburrido bailar, en soledad-, intentó engatusarla, poniendo buena cara y dibujando una sonrisa.
- Atrás brujo. Este cuerpazo no necesita que nadie lo guíe.
Vincent se acarició la frente con las puntas de metal de dos de sus dedos del guante de la mano diestra, con suavidad, al tiempo que desviaba la mirada hacia el suelo para ocultar su frustración por lo inútil que era parlamentar con ella, o incluso intentar engañarla.
“Tendré que usar otro método de convencimiento más efectivo”, pensó, a la vez que veía la clave para realizar un plan.
Vinc, con un golpe de viento hizo tambalear la mesa, provocando que la gata cayera de esta. El brujo se movió rápido para atraparla antes de que se cayera contra el suelo y se hiciera daño, pero Catherine se movió con agilidad y con un movimiento tan acrobático como veloz, logró apoyarse en el hombro del rubio para pasar por encima de él.
El buen mercenario se había quedado con los brazos hacia adelante y las palmas hacia arriba, preparado para recoger a la gata, y sin embargo, se había quedado con el molde.
- Bueno, al menos he logrado que baje-, bromeó, desviando en ese momento la mirada hacia Níniel, sin cambiar la postura de su derrota, que sabía que le daría un aspecto cómico.
Remató la escena con una media sonrisa, llena de cariño, y luego se encogió de hombros.
Cath era de la familia. Y la familia nunca era perfecta, pero siempre era la familia.
Vincent Calhoun
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Re: Fiesta de la victoria. [Libre] [4/4]
El ligero crujir de la puerta y la voz de Bio hizo mirar hacia atrás a Al'theas -Vaya... ¿llevas mucho escuchando?...- Dijo con un tono en el que no se sentía demasiado orgulloso por los métodos aprendidos de su padre -A ver si por casualidad puedes averiguar algo mas... - Dijo el caballero tras saber del interés de Bio por ayudar.
El elfo se apoyo contra la fría pared, cruzándose de brazos mientras observaba y escuchaba la conversación, manteniendo tu ceño fruncido para guardar las apariencia por si acaso, sobre todo cuando Bio le hizo una mirada cómplice con la que le animaba a seguir con el teatrillo.
A medida que avanzaba el interrogatorio, era cada vez mas evidente que la hipótesis a la que había llegado antes era definitivamente un hecho, había una cabeza pensante responsable de todo esto... aparentemente, una mujer ¿quizás aquella persona que se le escapo por poco? pensó para así... Y lo que era mas preocupante, si decía la verdad... si todo aquello solo fue una distracción... ¿en que momento iba a ocurrir lo siguiente o como? o acaso... ¿ya ocurrió?...
En ese momento, el prisionero se mostró perturbado, al grado de caerse de la silla como si hubiese visto en Bio al peor de los demonios, declarando que él era como la sospechosa de la que se estaba hablando, con lo cual fue inevitable que el caballero levantara una ceja a la vez que Bio le devolvía la mirada con la misma expresión de intriga, ¿acaso aquella mujer de la que hablaba pudiera tener orígenes vampiricos que el aquí presente Bio?...
-Ciertamente esto se torna cada vez mas extraño, sin duda esto es algo que los demás deberían de saber...- No obstante, sus palabras se cortaron cuando la duda llego a su cabeza ¿que haríamos ahora con el prisionero? aparentemente no parece ser una amenaza ¿pero quien dice que no lo vuelva a hacer involuntariamente como parece que sucedió la primera vez? otra idea que le llego... fue la de soltarle sin mas y seguirlo sin que lo supiera, quizás aquella de la que hablaba se reuniría con él... y seria buen momento para atraparla, suponiendo que aun siguiera en la ciudad o tuviera el mas mínimo interés por el único que sabia quien era... no seria descartable la posibilidad que ella misma viniera a por él para asesinarlo y así borrar huellas...
Todas aquellas dudas e ideas debían ser compartidas con los demás en cuanto se reunieran, incluida la suerte del prisionero... y dejarle solo tampoco era buena idea si resulta ser verdad que la otra resultara ser una vampira... -Voy a buscar a los demás... Bio, quédate resguardando a... nuestro invitado... temo que puedan estar buscándolo...- Dijo esto ultimo en voz baja para no alarmar al prisionero, y tras eso, salio de la bodega, encaminándose hacia aquella fiesta y su gentío.
-M-me... podrías... ¿darme algo de beber?... tanto hablar y... pasarlo mal... me ha dejado la garganta seca... p-por favor...- Dijo el prisionero, aun perturbado por su propio descubrimiento con respecto a Bio, pero... desesperado por la sed.
Ya en la fiesta, Al'theas buscaba con la mirada a los demás, y los vio, la sacerdotisa permanecía sentada e imperturbable, y justo en ese momento Cath parecía a punto de caerse hasta que aterrizo grácilmente como cabía esperar de una de su raza y a un Vincent con la aparente buena intención de haber querido ayudar sin éxito y con cara de circunstancia.
Justo en ese instante, Al'theas se distrajo con aquella escena a medida que avanzaba, chocando sin querer con una mujer que pasaba por allí, una de las tantas invitadas a la barra libre de aquella noche -Disculpe usted caballero.... no le había visto...- Dijo con una agradable sonrisa.
-No... me disculpo yo, me distraje, pase usted- Dijo el caballero devolviéndole la misma cortesía, a pesar de que esta no llevaba las ropas de una dama, si no mas bien las de alguien que llegaba de afuera de la ciudad, no pudiendo evitar fijarse en que era una mujer joven hermosa, a lo cual ella respondió con una pequeña inclinación antes de seguir caminando.
Finalmente Al'theas pudo alcanzar la mesa de los demás, pidiendo que le escucharan, y comenzó a contar todo lo relacionado con el prisionero y las hipótesis a las que había llegado junto con ayuda de Bio, especialmente la parte en la que aquella mujer de la que hablo pudiera tratarse de una vampira... y justo en ese momento... por la mente del elfo... recordó el momento en el que se había chocado hace nada con una mujer... y entonces de forma instintiva todas las alertas del caballero se encendieron, haciéndole levantarse de la mesa súbitamente y buscando con la mirada entre la gente hasta que llego a la conclusión de que era de importancia vital volver cuanto antes donde el prisionero.
El elfo se apoyo contra la fría pared, cruzándose de brazos mientras observaba y escuchaba la conversación, manteniendo tu ceño fruncido para guardar las apariencia por si acaso, sobre todo cuando Bio le hizo una mirada cómplice con la que le animaba a seguir con el teatrillo.
A medida que avanzaba el interrogatorio, era cada vez mas evidente que la hipótesis a la que había llegado antes era definitivamente un hecho, había una cabeza pensante responsable de todo esto... aparentemente, una mujer ¿quizás aquella persona que se le escapo por poco? pensó para así... Y lo que era mas preocupante, si decía la verdad... si todo aquello solo fue una distracción... ¿en que momento iba a ocurrir lo siguiente o como? o acaso... ¿ya ocurrió?...
En ese momento, el prisionero se mostró perturbado, al grado de caerse de la silla como si hubiese visto en Bio al peor de los demonios, declarando que él era como la sospechosa de la que se estaba hablando, con lo cual fue inevitable que el caballero levantara una ceja a la vez que Bio le devolvía la mirada con la misma expresión de intriga, ¿acaso aquella mujer de la que hablaba pudiera tener orígenes vampiricos que el aquí presente Bio?...
-Ciertamente esto se torna cada vez mas extraño, sin duda esto es algo que los demás deberían de saber...- No obstante, sus palabras se cortaron cuando la duda llego a su cabeza ¿que haríamos ahora con el prisionero? aparentemente no parece ser una amenaza ¿pero quien dice que no lo vuelva a hacer involuntariamente como parece que sucedió la primera vez? otra idea que le llego... fue la de soltarle sin mas y seguirlo sin que lo supiera, quizás aquella de la que hablaba se reuniría con él... y seria buen momento para atraparla, suponiendo que aun siguiera en la ciudad o tuviera el mas mínimo interés por el único que sabia quien era... no seria descartable la posibilidad que ella misma viniera a por él para asesinarlo y así borrar huellas...
Todas aquellas dudas e ideas debían ser compartidas con los demás en cuanto se reunieran, incluida la suerte del prisionero... y dejarle solo tampoco era buena idea si resulta ser verdad que la otra resultara ser una vampira... -Voy a buscar a los demás... Bio, quédate resguardando a... nuestro invitado... temo que puedan estar buscándolo...- Dijo esto ultimo en voz baja para no alarmar al prisionero, y tras eso, salio de la bodega, encaminándose hacia aquella fiesta y su gentío.
-M-me... podrías... ¿darme algo de beber?... tanto hablar y... pasarlo mal... me ha dejado la garganta seca... p-por favor...- Dijo el prisionero, aun perturbado por su propio descubrimiento con respecto a Bio, pero... desesperado por la sed.
Ya en la fiesta, Al'theas buscaba con la mirada a los demás, y los vio, la sacerdotisa permanecía sentada e imperturbable, y justo en ese momento Cath parecía a punto de caerse hasta que aterrizo grácilmente como cabía esperar de una de su raza y a un Vincent con la aparente buena intención de haber querido ayudar sin éxito y con cara de circunstancia.
Justo en ese instante, Al'theas se distrajo con aquella escena a medida que avanzaba, chocando sin querer con una mujer que pasaba por allí, una de las tantas invitadas a la barra libre de aquella noche -Disculpe usted caballero.... no le había visto...- Dijo con una agradable sonrisa.
-No... me disculpo yo, me distraje, pase usted- Dijo el caballero devolviéndole la misma cortesía, a pesar de que esta no llevaba las ropas de una dama, si no mas bien las de alguien que llegaba de afuera de la ciudad, no pudiendo evitar fijarse en que era una mujer joven hermosa, a lo cual ella respondió con una pequeña inclinación antes de seguir caminando.
Finalmente Al'theas pudo alcanzar la mesa de los demás, pidiendo que le escucharan, y comenzó a contar todo lo relacionado con el prisionero y las hipótesis a las que había llegado junto con ayuda de Bio, especialmente la parte en la que aquella mujer de la que hablo pudiera tratarse de una vampira... y justo en ese momento... por la mente del elfo... recordó el momento en el que se había chocado hace nada con una mujer... y entonces de forma instintiva todas las alertas del caballero se encendieron, haciéndole levantarse de la mesa súbitamente y buscando con la mirada entre la gente hasta que llego a la conclusión de que era de importancia vital volver cuanto antes donde el prisionero.
Al'theas Tinarandel
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Re: Fiesta de la victoria. [Libre] [4/4]
Tener una compañera tan..."llamativa" tenía sus cosas buenas; Era imposible aburrirse a su lado, en cierto modo complementaba a la peliblanca en muchos aspectos, tanto en sus aventuras como el día a día, y además en momentos como aquel se aseguraba de que todos los ojos estuviesen puestos sobre ella, ya fuesen los enemigos en un campo de batalla, o los humanos demasiado humanos en una abarrotada posada de ciudad. ¿Cómo no perdonarla y adorarla?
-Dile algo a tu novio Nín. Parece que no tiene suficiente con una y nos quiere, hic! a las dos. Es un brujo descocado.- Dijo entre risas la pelirroja tras aterrizar grácilmente desde la mesa y sobrevolando a Vincent, pegándose cariñosamente a la elfa y comenzando a abrazarla y a frotarse contra ella. Ronroneando al recibir como respuesta unas suaves caricias sobre su sedosa melena roja como la sangre.
Níniel no puso sino mirar al rubio con cara de circunstancias y encogerse de hombros. Era muy difícil enfadarse con ella, por mucho que hubiese que controlarla. Y es que debajo de aquella armadura de tipa dura y agresiva, en el fondo había una cariñosa hermana pequeña que había encontrado al fin lo que había perdido tantos años atrás. Bueno, a lo mejor a Bio si le tenía tirria de verdad...pero claro, el pelinegro tenía un don con las mujeres. Cosas de vampiros seguramente.
-Mirad quién ha vuelto...Ahora que me fijo...¿Nunca te quitas esa armadura? Es una fiesta, no un desfile, hic! militar.- Le dijo la gata al caballero esmeralda al acercarse Al´theas hasta ellos, y con mucha e importante información. Información que a Catherine le hacía mucha gracia, o eso parecía, pero no a la sacerdotisa. Era exactamente lo que se temía.
-Estaba claro que estos humanos no actuaban solos. Las cosas nunca pueden ser así de sencillas...- Se lamentó la peliblanca reordenando sus ideas y tratando de encajar todas las nuevas piezas. ¿Quién querría hacer algo así? ¿Por qué? Era una venganza de alguno de los agentes oscuros que habían intervenido en Árbol madre? ¿Había quedado algún aliado suyo atrás?
En ese momento Al´theas pareció caer en la cuenta de algo urgente e importante y se alejó a toda prisa, sacando a la joven de sus pensamientos extrañada. ¿Qué pasaba ahora? -¿Qué...?- solo pudo pronunciar no obstante.
-El baño está por allí...- Se rió la gata pelirroja, comentando lo difícil que debía de ser hacer sus cosas con todas aquellas placas y capas de armadura.
-No creo que sea eso...- Advirtió la sacerdotisa tomando a su hermana de la mano y acordando con una mirada cómplice con Vincent seguir al elfo. Haciéndolo con dificultad por culpa del gentío y llegando a perderlo de vista por unos instantes en un par de ocasiones, hasta finalmente verlo detenido ante una mujer joven, con ropajes ligeros y vaporosos típicos de Roilkiat bastante sugerentes. La mujer parecía encantada con la atención del esmeralda a juzgar por su seductora sonrisa. Desde luego había dejado de hablar con su grupo para prestarle toda su atención al elfo.
-Tenías razón Nín...Era otra clase urgencia. Pero, hic! para esta su armadura sigue siendo un problema.- Se burló la felina.
-Dile algo a tu novio Nín. Parece que no tiene suficiente con una y nos quiere, hic! a las dos. Es un brujo descocado.- Dijo entre risas la pelirroja tras aterrizar grácilmente desde la mesa y sobrevolando a Vincent, pegándose cariñosamente a la elfa y comenzando a abrazarla y a frotarse contra ella. Ronroneando al recibir como respuesta unas suaves caricias sobre su sedosa melena roja como la sangre.
Níniel no puso sino mirar al rubio con cara de circunstancias y encogerse de hombros. Era muy difícil enfadarse con ella, por mucho que hubiese que controlarla. Y es que debajo de aquella armadura de tipa dura y agresiva, en el fondo había una cariñosa hermana pequeña que había encontrado al fin lo que había perdido tantos años atrás. Bueno, a lo mejor a Bio si le tenía tirria de verdad...pero claro, el pelinegro tenía un don con las mujeres. Cosas de vampiros seguramente.
-Mirad quién ha vuelto...Ahora que me fijo...¿Nunca te quitas esa armadura? Es una fiesta, no un desfile, hic! militar.- Le dijo la gata al caballero esmeralda al acercarse Al´theas hasta ellos, y con mucha e importante información. Información que a Catherine le hacía mucha gracia, o eso parecía, pero no a la sacerdotisa. Era exactamente lo que se temía.
-Estaba claro que estos humanos no actuaban solos. Las cosas nunca pueden ser así de sencillas...- Se lamentó la peliblanca reordenando sus ideas y tratando de encajar todas las nuevas piezas. ¿Quién querría hacer algo así? ¿Por qué? Era una venganza de alguno de los agentes oscuros que habían intervenido en Árbol madre? ¿Había quedado algún aliado suyo atrás?
En ese momento Al´theas pareció caer en la cuenta de algo urgente e importante y se alejó a toda prisa, sacando a la joven de sus pensamientos extrañada. ¿Qué pasaba ahora? -¿Qué...?- solo pudo pronunciar no obstante.
-El baño está por allí...- Se rió la gata pelirroja, comentando lo difícil que debía de ser hacer sus cosas con todas aquellas placas y capas de armadura.
-No creo que sea eso...- Advirtió la sacerdotisa tomando a su hermana de la mano y acordando con una mirada cómplice con Vincent seguir al elfo. Haciéndolo con dificultad por culpa del gentío y llegando a perderlo de vista por unos instantes en un par de ocasiones, hasta finalmente verlo detenido ante una mujer joven, con ropajes ligeros y vaporosos típicos de Roilkiat bastante sugerentes. La mujer parecía encantada con la atención del esmeralda a juzgar por su seductora sonrisa. Desde luego había dejado de hablar con su grupo para prestarle toda su atención al elfo.
-Tenías razón Nín...Era otra clase urgencia. Pero, hic! para esta su armadura sigue siendo un problema.- Se burló la felina.
Níniel Thenidiel
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Re: Fiesta de la victoria. [Libre] [4/4]
Solo el tiempo suficiente- Respondí al elfo esmeralda mientras caminaba hasta donde se encontraba el sujeto para montar el teatrillo del que obtuvimos aquella información a medias que nos dejaba, de hecho, con más preguntas que respuestas. Al final asentí con la cabeza ante las instrucciones de Alth… jamás lograba recordar bien ese nombre pero en fin, él.
Ante la salida del caballero, el prisionero se mostró relativamente tranquilo, aunque a ratos su dedo comenzaba a golpear impaciente su pierna delatando su estado de nerviosismo -¿Estás bien?- Pregunté levantando una ceja ante un estado cada vez peor del prisionero. Su mirada comenzaba a recorrer todos los rincones de la habitación, la única puerta y el pequeño tragaluz que daba hacia la calle.
Tranquilo, estás a salvo aquí, es seguro- Le dije fingiendo una sonrisa amable -Nadie puede detenerla- Me dijo con total certeza -Hay una sola entrada y un solo camino hasta acá, veo difícil que pueda llegar sin que nadie la vea. Reí descaradamente -Nadie es invisible ni puede moverse con tal descaro- Dije aún entre risas hasta que de pronto un olor extraño llegó a mi nariz.
Miré al prisionero que se encontraba completamente paralizado por el miedo, el ambiente estaba lleno de una especie de gas de un color similar a la poción que bebían antes los atacantes. Ni siquiera logré girar el cuello para ver a la figura que había aparecido en la puerta sin que apenas lo notara. No podía defenderme, mi cuerpo no respondía y me encontraba completamente inmovilizado -Podría encargarme de todos ustedes ahora mismo, pero mi maestro tiene otros planes- Dijo jugando con mi propia daga de metal en mi cuello antes de lanzarla a la garganta del prisionero que se desangró sin poder hacer más.
De pronto, en tan solo un parpadeo desapareció -¡¡Nooo!!- Grité de inmediato en el mismo instante aunque en realidad había permanecido inmóvil a menos un par de minutos. Respiré profundo para recuperar el aliento y corrí a levantar el cadáver que ya era un simple despojo -Adiós a la única pista- Dije de mala gana mientras tomaba mi daga y trataba de correr a donde se encontraba el resto pero mis piernas aún se encontraban entumecidas y me desplomé.
Con la vista nublada y un poco descolocado sacudí la cabeza y me apoyé sobre unos barriles cercanos para ponerme en pie, acto seguido y apoyándome en las paredes caminé hasta salir de la habitación. Para mi sorpresa, la misteriosa mujer se había topado de frente con el elfo para darnos una última oportunidad de atraparla ¿o no?
Justo a tiempo- Dijo la chica mientras algo comenzaba a moverse en mi bolsillo del pantalón, metí la mano y saqué una pequeña botella con algo bastante inestable en su interior, lo arrojé al rincón al sentir que me explotaba en la mano. Un gas corrosivo y oscuro comenzó a salir y expandirse -Tienen trabajo, héroes, atrapar a la villana o salvar a la gente de la posada- En una sucesión de veloces movimientos consiguió evadir a los presentes dispuesta a correr hasta perderse entre la multitud que celebraba consumiendo las reservas de licor de Beor.
Ante la salida del caballero, el prisionero se mostró relativamente tranquilo, aunque a ratos su dedo comenzaba a golpear impaciente su pierna delatando su estado de nerviosismo -¿Estás bien?- Pregunté levantando una ceja ante un estado cada vez peor del prisionero. Su mirada comenzaba a recorrer todos los rincones de la habitación, la única puerta y el pequeño tragaluz que daba hacia la calle.
Tranquilo, estás a salvo aquí, es seguro- Le dije fingiendo una sonrisa amable -Nadie puede detenerla- Me dijo con total certeza -Hay una sola entrada y un solo camino hasta acá, veo difícil que pueda llegar sin que nadie la vea. Reí descaradamente -Nadie es invisible ni puede moverse con tal descaro- Dije aún entre risas hasta que de pronto un olor extraño llegó a mi nariz.
Miré al prisionero que se encontraba completamente paralizado por el miedo, el ambiente estaba lleno de una especie de gas de un color similar a la poción que bebían antes los atacantes. Ni siquiera logré girar el cuello para ver a la figura que había aparecido en la puerta sin que apenas lo notara. No podía defenderme, mi cuerpo no respondía y me encontraba completamente inmovilizado -Podría encargarme de todos ustedes ahora mismo, pero mi maestro tiene otros planes- Dijo jugando con mi propia daga de metal en mi cuello antes de lanzarla a la garganta del prisionero que se desangró sin poder hacer más.
De pronto, en tan solo un parpadeo desapareció -¡¡Nooo!!- Grité de inmediato en el mismo instante aunque en realidad había permanecido inmóvil a menos un par de minutos. Respiré profundo para recuperar el aliento y corrí a levantar el cadáver que ya era un simple despojo -Adiós a la única pista- Dije de mala gana mientras tomaba mi daga y trataba de correr a donde se encontraba el resto pero mis piernas aún se encontraban entumecidas y me desplomé.
Con la vista nublada y un poco descolocado sacudí la cabeza y me apoyé sobre unos barriles cercanos para ponerme en pie, acto seguido y apoyándome en las paredes caminé hasta salir de la habitación. Para mi sorpresa, la misteriosa mujer se había topado de frente con el elfo para darnos una última oportunidad de atraparla ¿o no?
Justo a tiempo- Dijo la chica mientras algo comenzaba a moverse en mi bolsillo del pantalón, metí la mano y saqué una pequeña botella con algo bastante inestable en su interior, lo arrojé al rincón al sentir que me explotaba en la mano. Un gas corrosivo y oscuro comenzó a salir y expandirse -Tienen trabajo, héroes, atrapar a la villana o salvar a la gente de la posada- En una sucesión de veloces movimientos consiguió evadir a los presentes dispuesta a correr hasta perderse entre la multitud que celebraba consumiendo las reservas de licor de Beor.
Bio
Aerandiano de honor
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Re: Fiesta de la victoria. [Libre] [4/4]
La mujer bestia había esquivado al brujo con una gran soltura, más no era de extrañar por nadie, ya que si algo caracterizaba a Cath era la velocidad y la agilidad. Incluso aunque la felina iba un tanto “contenta”, seguía superando en esa faceta al promedio con suma facilidad.
Aquella derrota no pillaba por sorpresa al brujo, pero no por saber que tenía complicado ganar a la mujer bestia en un juego de agilidad, debía flaquear y dejar de intentarlo. Porque, aunque pareciera una tontería, bajar a Catherine de la mesa para que dejase de llamar la atención hacia ellos. no era una cuestión menor. Y, bueno, al menos que bajara, como bien había mentado el buen mercenario, lo había logrado. No de la manera que había planeado pero… había conseguido que la gata bajase, aunque fuese por su propia pata.
- Hey, yo ya no soy un descocado-, contestó a la felina. Teniendo tiempo en esos momentos para pensar sobre ello. - Quiero decir que nunca lo he sido. Vamos, que no lo soy.
En fin, aquello sonaba más falso que un aero forjado con queso. Y, demonios, por lo menos un aero de queso serviría de aperitivo, y ya por ello era más útil que su alegación tan poco afortunada como dubitativa.
- Bueno, vale, fui un golfo en mis tiempos mozos. Pero ya no soy ese chico. Ahora soy un brujo más o menos decente-, bromeó con lo último, dibujando una sonrisa en los labios.
Sí, Cath era de la familia, ni que decir tiene que Níniel también. Y no, el brujo mercenario no creía en aquello de que había que encontrar tu otra mitad por el mundo. Más con Níniel estaba claro que se había dado el caso, aunque no lo buscase. Ella le complementaba, y viceversa. Y por supuesto, entre familiares no hacían falta decirse muchas cosas. Entre confidentes como ellos las palabras solían sobrar, pues se conocían mutuamente mucho más de todo lo que pudieran decirse.
- Hey, como os ha ido con nuestro amigo-, le preguntó al caballero esmeralda.
Durante el transcurso de los acontecimientos que se sucedían en la mesa, Al'theas se había acercado hasta ellos. Y en un relato corto, les describió lo que, tanto él, como Bio, habían averiguado. No podía decir que le sorprendiera, pues desde el momento en el que los habían atacado en la calle la situación apestaba a algo más oscura tras ello.
¿De repente unos ciudadanos conseguían unas pociones de lo más extrañas y potentes, y se liaban a palos con los primeros que se encontraban?
No, no cuadraba que unos hombres alejados de la guerra, de repente, consiguieran un material tan bueno para iniciar un combate. Qué estuvieran deseando que llegara un momento como aquel para hacerse famosos, lo podía llegar a imaginar, pero el paquete completo era difícil de creer sin una mano negra por medio.
- ¿Ha recordado algo importante? ¿Algún detalle que se le olvidara preguntar al prisionero? - contestó a Níniel preguntando con algunas de las posibilidades para que el elfo se marchara tan rápido y sin mediar palabra. Y no, al baño no iba. - Vamos, será mejor ver de qué se trata-, dijo finalmente, después de que la sacerdotisa arrastrara a Cath de la mano y el cruce miradas.
Era evidente que algo importante se estaba cociendo y, bueno, lo cierto es que pensar que se tratara de un cortejo no dejaba de ser cómico, pese a que Cath estaba otra vez imaginando algo del todo incorrecto.
- Esa ha sido buena, Cath. Lo reconozco. Pero si está hablando con esa chica debe ser por algo. No por un simple lio de faldas-, comentó, poniéndose más serio según iba hablando. - Iré a ver qué pasa.
En el trayecto de camino hacia ellos, el brujo vio aparecer a Bio de la sala dónde retenían al prisionero, y por su cara de alarma, ya dedujo que nada bueno estaba pasando.
Sin embargo, el mercenario a duras penas tuvo tiempo de llevar la mano de su empuñadura cuando el caos se desató. Y por mucho que no quisiera reconocerlo, la joven había realizado una jugada maestra, ya que sus palabras no podían ser de lo más acertadas. Podían perseguirla y dejar a esas gentes a su suerte, o salvarlos y permitir que huyera..
Dadas las circunstancias, la elección para un brujo con su carácter era obvia.
- ¡Apártense de esa zona! - gritó, pero no a las personas más cercanas en dónde se expandía el gas, sino a los comensales que había por otra de las zonas del comedor.
Lo cierto es que tampoco había en incentivar a nadie con gritos para que se marcharan. Ya estuvieran en las mesas, en las barras, o en cualquiera de las esquinas, todo el mundo comenzó a correr hacia la salida.
En cambio, Vinc corrió hacia donde el humo se dispersaba y con su encantamiento de vórtice de aire logró que lo rodeara para que no se expandiera más. Ya había calculado mentalmente su siguiente movimiento y los pasos que debía que realizar para lograrlo. Por ello, con ese mapa mental que se había hecho en la cabeza se dirigió unos pasos hacia la zona de la chimenea, allí donde antes había gritado a la gente que se fuera y lanzó el aire contaminado hacia el fuego.
- Esperemos que no sea inflamable-, comentó a sus compañeros.
Y sí, esa era la razón por la cual no había quemado la nubosa sustancia directamente con sus poderes. No sabía si en vez de ayudar provocaría una explosión que los matasen a todos allí dentro o un incendio que los entretuviera más tiempo. La joven ya había demostrado ser inteligente y buena con las trampas, no podía confiarse.
La chimenea de piedra resistiría mejor la explosión o inflamación del gas de darse el caso, y reteniendo el humo unos instantes alrededor de su cuerpo, había permitido a las personas ganar distancia en el caso de que se produjera la temida explosión.
Por suerte, nada de ello ocurrió. El gas simplemente se fue quemando mientras iba llegando al fuego de la chimenea gracias a la magia de Vincent.
- Joder, ha funcionado-, dijo, después de suspirar. En ningún momento había estado seguro de las consecuencias de su elección, simplemente había improvisado como buenamente había podido. - ¿Alguien ha podido ver hacia donde ha huido esa maldita? - preguntó, una vez que el primer problema había sido resuelto y solo quedaba la asesina suelta.
Aquella derrota no pillaba por sorpresa al brujo, pero no por saber que tenía complicado ganar a la mujer bestia en un juego de agilidad, debía flaquear y dejar de intentarlo. Porque, aunque pareciera una tontería, bajar a Catherine de la mesa para que dejase de llamar la atención hacia ellos. no era una cuestión menor. Y, bueno, al menos que bajara, como bien había mentado el buen mercenario, lo había logrado. No de la manera que había planeado pero… había conseguido que la gata bajase, aunque fuese por su propia pata.
- Hey, yo ya no soy un descocado-, contestó a la felina. Teniendo tiempo en esos momentos para pensar sobre ello. - Quiero decir que nunca lo he sido. Vamos, que no lo soy.
En fin, aquello sonaba más falso que un aero forjado con queso. Y, demonios, por lo menos un aero de queso serviría de aperitivo, y ya por ello era más útil que su alegación tan poco afortunada como dubitativa.
- Bueno, vale, fui un golfo en mis tiempos mozos. Pero ya no soy ese chico. Ahora soy un brujo más o menos decente-, bromeó con lo último, dibujando una sonrisa en los labios.
Sí, Cath era de la familia, ni que decir tiene que Níniel también. Y no, el brujo mercenario no creía en aquello de que había que encontrar tu otra mitad por el mundo. Más con Níniel estaba claro que se había dado el caso, aunque no lo buscase. Ella le complementaba, y viceversa. Y por supuesto, entre familiares no hacían falta decirse muchas cosas. Entre confidentes como ellos las palabras solían sobrar, pues se conocían mutuamente mucho más de todo lo que pudieran decirse.
- Hey, como os ha ido con nuestro amigo-, le preguntó al caballero esmeralda.
Durante el transcurso de los acontecimientos que se sucedían en la mesa, Al'theas se había acercado hasta ellos. Y en un relato corto, les describió lo que, tanto él, como Bio, habían averiguado. No podía decir que le sorprendiera, pues desde el momento en el que los habían atacado en la calle la situación apestaba a algo más oscura tras ello.
¿De repente unos ciudadanos conseguían unas pociones de lo más extrañas y potentes, y se liaban a palos con los primeros que se encontraban?
No, no cuadraba que unos hombres alejados de la guerra, de repente, consiguieran un material tan bueno para iniciar un combate. Qué estuvieran deseando que llegara un momento como aquel para hacerse famosos, lo podía llegar a imaginar, pero el paquete completo era difícil de creer sin una mano negra por medio.
- ¿Ha recordado algo importante? ¿Algún detalle que se le olvidara preguntar al prisionero? - contestó a Níniel preguntando con algunas de las posibilidades para que el elfo se marchara tan rápido y sin mediar palabra. Y no, al baño no iba. - Vamos, será mejor ver de qué se trata-, dijo finalmente, después de que la sacerdotisa arrastrara a Cath de la mano y el cruce miradas.
Era evidente que algo importante se estaba cociendo y, bueno, lo cierto es que pensar que se tratara de un cortejo no dejaba de ser cómico, pese a que Cath estaba otra vez imaginando algo del todo incorrecto.
- Esa ha sido buena, Cath. Lo reconozco. Pero si está hablando con esa chica debe ser por algo. No por un simple lio de faldas-, comentó, poniéndose más serio según iba hablando. - Iré a ver qué pasa.
En el trayecto de camino hacia ellos, el brujo vio aparecer a Bio de la sala dónde retenían al prisionero, y por su cara de alarma, ya dedujo que nada bueno estaba pasando.
Sin embargo, el mercenario a duras penas tuvo tiempo de llevar la mano de su empuñadura cuando el caos se desató. Y por mucho que no quisiera reconocerlo, la joven había realizado una jugada maestra, ya que sus palabras no podían ser de lo más acertadas. Podían perseguirla y dejar a esas gentes a su suerte, o salvarlos y permitir que huyera..
Dadas las circunstancias, la elección para un brujo con su carácter era obvia.
- ¡Apártense de esa zona! - gritó, pero no a las personas más cercanas en dónde se expandía el gas, sino a los comensales que había por otra de las zonas del comedor.
Lo cierto es que tampoco había en incentivar a nadie con gritos para que se marcharan. Ya estuvieran en las mesas, en las barras, o en cualquiera de las esquinas, todo el mundo comenzó a correr hacia la salida.
En cambio, Vinc corrió hacia donde el humo se dispersaba y con su encantamiento de vórtice de aire logró que lo rodeara para que no se expandiera más. Ya había calculado mentalmente su siguiente movimiento y los pasos que debía que realizar para lograrlo. Por ello, con ese mapa mental que se había hecho en la cabeza se dirigió unos pasos hacia la zona de la chimenea, allí donde antes había gritado a la gente que se fuera y lanzó el aire contaminado hacia el fuego.
- Esperemos que no sea inflamable-, comentó a sus compañeros.
Y sí, esa era la razón por la cual no había quemado la nubosa sustancia directamente con sus poderes. No sabía si en vez de ayudar provocaría una explosión que los matasen a todos allí dentro o un incendio que los entretuviera más tiempo. La joven ya había demostrado ser inteligente y buena con las trampas, no podía confiarse.
La chimenea de piedra resistiría mejor la explosión o inflamación del gas de darse el caso, y reteniendo el humo unos instantes alrededor de su cuerpo, había permitido a las personas ganar distancia en el caso de que se produjera la temida explosión.
Por suerte, nada de ello ocurrió. El gas simplemente se fue quemando mientras iba llegando al fuego de la chimenea gracias a la magia de Vincent.
- Joder, ha funcionado-, dijo, después de suspirar. En ningún momento había estado seguro de las consecuencias de su elección, simplemente había improvisado como buenamente había podido. - ¿Alguien ha podido ver hacia donde ha huido esa maldita? - preguntó, una vez que el primer problema había sido resuelto y solo quedaba la asesina suelta.
Vincent Calhoun
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Re: Fiesta de la victoria. [Libre] [4/4]
-Oh.. ¿ocurre algo?...- Dijo aquella joven, la cual estaba sobresaltada cuando el caballero esmeralda la agarro del hombro para obligarle a mirarle de frente, aquella no era la mujer con la que se había cruzado antes.
-Disculpe... me he confundido...- Dijo Al'theas claramente alterado, y justo en ese momento... alguien comenzó a gritar alarmado, avisando del extraño humo que salia de las bodegas, provocando que la gente se asustara frente a la idea de otro incendio, haciendo cundir el pánico y que la gente comenzara a empujarse entre si por salir con vida de la taberna.
-Maldición...- Expreso el elfo, intentando mantener la compostura ante los empujones de la gente, intentando fijar la mirada para intentar interceptar a la sospechosa mujer... pero era imposible, así que a su pesar, cambio sus prioridades por la de averiguar que demonios había ocurrido en la bodega y comprobar que los demás allí estuvieran bien.
A medida que se acercaba a la entrada de la bodega, pudo saber por el olor que aquello no era humo de fuego, si no algún tipo de gas probablemente peligroso, y que tanto Bio como el prisionero estaban allí expuestos a este. Al'theas se subió parte del cuello de la su capa a modo de cubrebocas, y corrió al interior de la bodega procurando respirar lo menos posible. Sabia que tenia que ser rápido en encontrar el origen de aquel gas e intentar apagarlo si era posible.
Al llegar, lo primero que vio el elfo, fue el cuerpo del prisionero yacente sobre un charco de su propia sangre, y seguidamente a Bio, arrastrándose débilmente por el suelo.
Sin duda la chica misteriosa había estado aquí, y a juzgar por el extraño recipiente roto de cristal del suelo... había usado otro de sus trucos, lugar de procedencia del gas, el cual parecía ser algún tipo de compuesto químico de color oscuro. Al'theas no se atrevió a tocarlo, y tras comprobar que las constantes vitales del prisionero eran nulas... sentencio como prioridad ayudar a Bio a salir de allí. Lo levanto y le cubrió la boca con parte de su capa y lo saco de allí arrastras esperando que no fuera demasiado tarde, casi podía palpar el desagradable sabor del gas en su propia lengua a medida que salían de la bodega.
Por fortuna, el brujo Vincent había logrado desviar el gas con sus poderes para evitar que se extendiera por toda la taberna, lo cual fue un respiro para los dos que habían estado expuestos.
-Ha... estado aquí... ha sido ella... ha matado al prisionero... y ha sido... la causante del gas...- Balbuceaba Al'theas a medida que recuperaba el aliento y dejaba a Bio posado en el suelo para dejar que se recuperase.
La fiesta se había ensuciado con una serie de tragedias y el anuncio de una nueva amenaza, pero como ya habían hecho antes, el grupo había salvado la situación y los civiles no habían resultado heridos. La situación volvería a la normalidad eventualmente, aunque Al'theas quedo con la intriga de quien era aquella persona y que buscaba realmente, intriga que seguramente compartiría con los demás... pero todo indicaba que por ahora quedaría en el misterio.
-Disculpe... me he confundido...- Dijo Al'theas claramente alterado, y justo en ese momento... alguien comenzó a gritar alarmado, avisando del extraño humo que salia de las bodegas, provocando que la gente se asustara frente a la idea de otro incendio, haciendo cundir el pánico y que la gente comenzara a empujarse entre si por salir con vida de la taberna.
-Maldición...- Expreso el elfo, intentando mantener la compostura ante los empujones de la gente, intentando fijar la mirada para intentar interceptar a la sospechosa mujer... pero era imposible, así que a su pesar, cambio sus prioridades por la de averiguar que demonios había ocurrido en la bodega y comprobar que los demás allí estuvieran bien.
A medida que se acercaba a la entrada de la bodega, pudo saber por el olor que aquello no era humo de fuego, si no algún tipo de gas probablemente peligroso, y que tanto Bio como el prisionero estaban allí expuestos a este. Al'theas se subió parte del cuello de la su capa a modo de cubrebocas, y corrió al interior de la bodega procurando respirar lo menos posible. Sabia que tenia que ser rápido en encontrar el origen de aquel gas e intentar apagarlo si era posible.
Al llegar, lo primero que vio el elfo, fue el cuerpo del prisionero yacente sobre un charco de su propia sangre, y seguidamente a Bio, arrastrándose débilmente por el suelo.
Sin duda la chica misteriosa había estado aquí, y a juzgar por el extraño recipiente roto de cristal del suelo... había usado otro de sus trucos, lugar de procedencia del gas, el cual parecía ser algún tipo de compuesto químico de color oscuro. Al'theas no se atrevió a tocarlo, y tras comprobar que las constantes vitales del prisionero eran nulas... sentencio como prioridad ayudar a Bio a salir de allí. Lo levanto y le cubrió la boca con parte de su capa y lo saco de allí arrastras esperando que no fuera demasiado tarde, casi podía palpar el desagradable sabor del gas en su propia lengua a medida que salían de la bodega.
Por fortuna, el brujo Vincent había logrado desviar el gas con sus poderes para evitar que se extendiera por toda la taberna, lo cual fue un respiro para los dos que habían estado expuestos.
-Ha... estado aquí... ha sido ella... ha matado al prisionero... y ha sido... la causante del gas...- Balbuceaba Al'theas a medida que recuperaba el aliento y dejaba a Bio posado en el suelo para dejar que se recuperase.
La fiesta se había ensuciado con una serie de tragedias y el anuncio de una nueva amenaza, pero como ya habían hecho antes, el grupo había salvado la situación y los civiles no habían resultado heridos. La situación volvería a la normalidad eventualmente, aunque Al'theas quedo con la intriga de quien era aquella persona y que buscaba realmente, intriga que seguramente compartiría con los demás... pero todo indicaba que por ahora quedaría en el misterio.
Al'theas Tinarandel
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