Runnin' With the Devil [Solitario][Cerrado]
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Runnin' With the Devil [Solitario][Cerrado]
Beltrexus, un par de días atrás....
Finalmente, el día había llegado, Zelas arribaba a Beltrexus en respuesta a una de las tantas peticiones de trabajo ridículas que ofrecían sumas de aeros exorbitantes, en esta ocasión el blanco era una organización criminal conocida como la Dark Order, lo poco y nada que sabía sobre ellos lo había descubierto gracias a su amigo Rauko en el tiempo en el que su coterráneo era feo, y la información era que no tenían información, apenas se sabía que llevaban un tatuaje y que por algún extraño motivo sus pocos miembros cambiaban constantemente, sin embargo, la cantidad de miembros siempre era 13, ninguno más, ninguno menos. Con aquella información Zelas se dirigió al único lugar donde suponía, encontraría una pista que lo guiara en la dirección correcta de su objetivo. La Estrella Azul en Beltrexus era el lugar ideal para cualquiera que se moviera en los círculos sociales del mundo clandestino, curiosamente también era un lugar ideal para el elfo y su forma de vivir el cual lamentaba que solo se encontrara ahí por motivos relacionados al trabajo, sin lugar a dudas se quedaría en ese lugar por un tiempo después de haber terminado el asunto por el cual se encontraba ahí. Zelas entro a una de las sucursales universales donde transitaba todo tipo de información a la cual podía acceder si pagaba el precio correspondiente, ese lugar era, en efecto, una cantina.
Sin perder mucho tiempo el elfo se acercó a la barra y pidió un vaso de licor de cactus, un brebaje exótico del cual había escuchado hablar hace tiempo y que no había encontrado en ninguna parte.
- ¿Estás seguro que eso es lo que quieres? - exclamo el hombre detrás de la barra.
- ¿Qué, lo he dicho mal o qué? - replico el elfo mientras levantaba una ceja.
- De acuerdo, pero que conste que te he preguntado - termino de responder el cantinero mientras iba por el trago.
Al mismo tiempo una bella joven humana con ropas demasiado coloridas y, sin embargo, cómodas para ese lugar se hacía presente en la cantina justo al momento que el cantinero le traía su trago a Zelas, el cual quedo embobado ante lo que veía, pago su trago de forma ausente y se llevó el vaso a la boca, fallando 2 veces en encontrarla antes de, en efecto, beber lo que había pedido.
La joven se acercó a la barra, sentándose al lado del elfo al cual ignoro por completo, hizo unas señas al cantinero y dijo en voz baja, pero audible para el individuo de orejas largas - Dime todo lo que sepas sobre la organización llamada Dark Order - a la vez que deslizaba una bolsa de aeros sutilmente. Todo lo contrario a Zelas el cual escupió de hacia el piso su trago, en parte por el sabor y en parte por la sorpresa de que alguien más iba por el mismo objetivo que él. Tanto el cantinero como la chica lo miraron por unos segundos.
- Le pregunte si estaba seguro de tomar eso, es licor de cactus- explico el cantinero, el cual esperaba que el elfo reaccionara de esa forma y de paso le restaba importancia al porque había reaccionado así Zelas, tomo la bolsa de aeros y la guardo detrás de la barra. - En cuanto a tu pedido, solo sé que son peligrosos y que no te quieres relacionar con ellos, ahora habiendo dicho eso, supe que 2 de ellos estarán en la casa del oráculo que se encuentra en el acantilado de la muerte, eso en aproximadamente 1 semana. -
- Eso fue extrañamente especifico y detallado de tu parte - comento la joven un tanto desconfiada por los datos proporcionados por el cantinero, el cual alzo sus hombros en señal de que no tenía dobles intenciones ni nada, sin llamar la atención apunto a una mesa donde había un tipo solo y con muchas botellas vacías.
- Ese sujeto hace un mes encontró un extraño libro, incapaz de ponerle un valor fue hacia la casa del oráculo, la cual le dijo que si seguía con ese libro solo encontraría la muerte, el sujeto pidió más detalles y el oráculo respondió que 2 miembros de la Dark Order estaban en búsqueda del libro, acto seguido le dio detalles de lo que le ocurriría si se apegaba a él y como en encontrarían, sea lo que sea que le haya dicho, fue suficiente para que le dejara el libro al oráculo y se fuera de ahí, apenas llego ayer y está bebiendo desde entonces, ayer decía que había esquivado la peor muerte posible y que si se hubiera aferrado al libro, la próxima semana habría muerto... Ahora no soy un oráculo ni nada, pero basta con unir un par de puntos y te darás cuenta que le habrían quitado el libro la próxima semana, si el libro se quedó con el oráculo, entonces lo que buscas estará allá en una semana- termino por explicar el cantinero, siendo bastante elocuente.
- Bueno me convenciste, ¿serias tan amable de servirme un poco de licor de cactus? - pidió la joven ante la mirada incrédula del cantinero y antes de que tuviera replica alguna la joven añadió - Si, estoy segura de lo que acabo de pedir - sentencio.
El cantinero en silencio saco un vaso y sirvió un poco del brebaje solicitado, acerco el trago a la joven sin decir palabra alguna y se quedó expectante, ella en cambio bebió el contenido de un solo golpe y solo emitió un -Ahhh- como si aquello hubiese sido refrescante, tanto el cantinero como Zelas sintieron como sus mandíbulas se caían y se veían en la obligación de cerrarlas con sus manos.
-Entonces planeas decir algo o solo seguirás viéndome embobado- comento la joven sin tapujos mientras miraba al elfo con curiosidad, Zelas por su parte se encontraba en uno de esos extraños momentos donde no sabía que decir, sin embargo, su capacidad para aparentar era tan grande que incluso él se sorprendía.
-Supongo que un gracias es más que suficiente, buscaba información y la obtuve sin tener que pagar nada a cambio, así que gracias bebedora de licores extraños- dijo el elfo mientras dudaba de seguir bebiendo su trago, el cual acerco a la joven que parecía disfrutarlo, esta abrió sus ojos más curiosa que antes.
-El nombre es Eve... Eve Valtanders- dijo mientras aceptaba lo que quedaba del trago.
-Zelas del Viento- dijo el elfo mientras pedía una cerveza.
- ¿Del Viento?, ustedes elfos sí que son raros- comento la joven entretenida.
-Ese no es mi apellido, obviamente- exclamo Zelas un poco avergonzado.
- ¿Por qué te habrías de presentar así entonces?, oh espera quieres jugar al misterioso - comento Eve con una sonrisa maliciosa en el rostro.
-Zelas Hazelmere... Feliz- comento el elfo sintiéndose como un niño atrapado en medio de una travesura.
- Si, la verdad es que si... Un poco al menos- comento Eve entretenida al ver al elfo sonrojarse de a poco.
Ese fue el primer encuentro entre Eve y Zelas, los cuales siguieron conversando conforme iba pasando el día, ambos acordaron viajar juntos una vez vieron que sus intereses no interferían entre sí, ambos tenían motivos diferentes para ir tras la Dark Order, así que acordaron viajar juntos hacia la casa del oráculo, lo cual estaba a una distancia de 4 días, tiempo más que suficiente para encontrarse con sus objetivos.
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Acantilado de la muerte, Cerca de la casa del oráculo 4 días después del encuentro entre Eve y Zelas.
-Ya veo, asi que todo esto tiene que ver con una venganza personal, pero cuales son las posibilidades de que encuentres a tu ex-amiga se supone que son 13, acá solo encontraremos a dos- comento el elfo mientras caminaba junto a su nueva acompañante, la cual le había contado los motivos por los que iba detrás de la Dark Order.
- Es mejor que nada, llevo 3 años entrando a cantinas y esta es la primera vez que no desperdicio mis aeros- comento la bella Eve mientras se acomodaba sus guanteletes con un peculiar diseño, - mi motivo sigue siendo mejor que hacer algo tan loco solo por un puñado de aeros- sentencio levantando sus hombros.
-Hey!, no hables así del dinero, además tampoco es un puñado, son los suficientes como para que no me preocupe más de trabajar por un buen tiempo, o hasta que lo gaste, cualquier cosa que pase primero está bien por mi- comento Zelas en su tono bromista, aquel ambiente agradable se desvanecería rápidamente cuando una niña, cubierta de polvo y sangre.
- El... Señor, el señor me dijo que no parara de correr, por favor, ayúdennos- comento la niña, al momento que Eve la recibía en sus brazos.
- ¿Qué ha sucedido?, ¿de dónde vienes? - pregunto el elfo, sin embargo, su pregunta fue aclarada conforme avanzo un poco más, a la distancia, bordeando uno de los cerros antes de llegar al acantilado de la muerte, se encontraban los remanentes de lo que parecía ser una caravana, todo estaba destruido y los miembros de esta se encontraban muertos.
-Nosotros te ayudaremos, puedes... - una empática Eve se quedaba con la frase a medio terminar, ya que de la pobre pequeña sin nombre emergían unos tentáculos que obligaron a la joven apartar el cuerpo de la pequeña con brusquedad, viendo impactada como los tentáculos se aferraban a las extremidades de la pequeña, rompiendo sus huesos y reintroduciéndolos por el agujero del abdomen del cual habían emergido, el sonido de los crujidos de sus pequeños huesos solo eran ahogados por los gritos de la pequeña cuyo dolor agonizante podía horrorizar incluso al ser más valiente, Zelas el cual había quedado paralizado por unos segundos debido a los gritos, desenvaino rápidamente su cimitarra, realizando el acto más bondadoso en una situación como esa, matándola de un golpe limpio y rápido, lamentando el hecho que la pequeña hubiera tenido que sufrir tanto en un periodo tan corto de tiempo, los tentáculos por su parte siguieron haciendo lo suyo, y lo antes era una niñita, ahora había sido reducido a una masa de carne con espasmos que se seguía comprimiendo cada vez más.
- ¿Quién sería tan maldito para hacer algo así? - comento Eve visiblemente afectada por lo sucedido, Zelas por su parte mantenía la compostura, su semblante de bromista estaba ahora reemplazada por un rostro serio el cual observaba fijamente a las únicas 2 figuras que se alzaban por sobre los cadáveres de la gente de la caravana, -No soy un oráculo, pero apostaría todo lo que tengo a que esos dos de allá tienen algo que ver, ¿alguno de ellos es a quien buscabas? - pregunto el elfo mientras apuntaba con su cimitarra a los individuos que a todas luces apuntaban ser parte de la Dark Order. -No importa, ahora ambos son mis objetivos - señalo una determinada Eve, quien se sacudía de aquella sensación de melancolía e impacto, dando paso a una furia contenida que incluso el mismo Zelas llego a respetar.
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A lo lejos, los dos individuos parecían discutir algo entre ellos.
-Esos gritos... Entonces si le hiciste algo a la niña antes de mandarla a correr- comento uno de los hombres, el cual utilizaba una capucha la cual solo cubría parte de su cabeza y hombros, un emblema de una calavera con una estaca relucía por sobre su armadura.
-Claro que sí, y como vez ha funcionado a la perfección- comento el otro ser encapuchado, vestía una túnica negra, el cual tenía 2 orbes blancos por ojos, carentes de pupila, y cuyo rostro parecía estar cayéndose a pedazos, la piel estaba ausente de color y a diferencia del otro este tenía 2 emblemas de calaveras
-Pero dijiste que la dejarías vivir... Vaal Hazak tu personalidad no le hace justicia a tus palabras... por suerte estas feo como tu alma- aquella última parte la susurro puesto que incluso él tenía miedo de lo que su compañero podría hacer.
-Y eso precisamente fue lo que hice, por eso no murió acá y murió por allá- exclamo Vaal Hazak en un tono completamente carente de odio o malicia, algunos incluso dirían que era inocente. -Ademas, todo lo que hago tiene un propósito, a diferencia de ti Hazama, yo me uní a esta organización por voluntad propia, no porque maté a alguien que no debía- dijo en un tono bromista a su compañero.
-Me llamo Kentaro, no digas mi apellido de esa forma que me asustas, además una mujer y un elfo vienen a nuestro encuentro- comento Kentaro mientras observaba como Zelas y Eve se acercaban.
-De acuerdo Kentaro, eres muy gracioso, en fin, ese era el propósito de mandar a la niñita, al momento de entrar en contacto con otro ser vivo, sus gritos servirían para darnos a conocer si había alguien más cerca, en el mejor de los casos se llevó a alguien consigo, pero considerando que los gritos no duraron mucho, creo que ese no fue el caso, mala suerte para mi jajaja- comento mientras hacia una pose graciosa, completamente forzada para un personaje y una situación para nada graciosas.
-Ya tenemos el libro que querías, ¿nos vamos o los matamos? - pregunto solo por respeto a quien le llevaba más tiempo en la organización, de paso desenfundaba 2 dagas ante la inminente carga de Eve y Zelas quienes se acercaban a toda velocidad.
-Supongo que ya sabes la respuesta a eso jaja- exclamo Vaal en un intento de sonar tierno, -ya que esta técnicamente es tu primera asignación con nosotros, porque no me muestras que puedes hacer, encárgate de la chica y el elfo mientras yo le doy un vistazo a este libro, si te sientes superado no dudes en pedir ayuda, somos compañeros ahora no seas tímido - sentencio con una sonrisa que parecía de todo menos amistosa.
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-Tu lidiaras con el de las dagas, la cosa fea será mi presa- dijo Zelas como pactando un acuerdo con Eve la cual asintió, en apariencia el humano Kentaro se veía menos peligroso que aquella otra cosa con apariencia humanoide, cargaron al mismo tiempo que Kentaro cargaba en contra de ellos, Zelas salto y concentro su éter en la planta de sus pies, generando una breve y contenida explosión que le ayudo a impulsarse por sobre Kentaro el cual quedo un poco sorprendido observando aquello, sorpresa que pagaría caro ya que al mismo tiempo Eve bajo centro de gravedad, deslizándose y agarrando más velocidad, aprovechando ese momento angular para levantarse de golpe y usando su pierna derecha de apoyo, lanzo un brutal izquierdazo que empujo a kentaro varios metros hacia atrás.
Zelas por su parte intento asesinarlo con la cimitarra que había terminado el sufrimiento de la niñita, sin embargo, su primer ataque fallo por unos leves milímetros, rápidamente se giró para seguir con su ataque, pero no contaba con que el individuo feo al cual trataba de matar, se moviera de forma tan ágil, lo que le enervaba a Zelas era el hecho que además de esquivar sus ataques, Vaal Hazak no había despegado sus blancos orbes de aquel libro, el elfo, furioso ante aquello, lanzo su cimitarra en la dirección de su enemigo al momento que desenvainaba las demás y las iba arrojando conforme Vaal iba esquivando en movimientos cortos y fluidos, la sorpresa vino cuando Zelas realizo el gesto con sus manos estando cerca de su enemigo, intentando herirlo con el retorno de su arma, sin embargo, aquello también fue en vano. -Jijiji, que elfo más ansioso, déjame terminar de leer esto y ya juego contigo... mientras tanto, que ellos te hagan compañía, por favor trátalos con cuidado- exclamo Vaal Hazak en lo que intentaba guiñar un ojo, sin embargo, aquellos ojos carecían de parpados. - 'ai-nyth 'bthnk n'gha - exclamo en un idioma incomprendido para el elfo, en aquel momento los cadáveres de los integrantes de la caravana se levantaron justo a tiempo para recibir los ataques de las cimitarras que Zelas seguía lanzando.
Kentaro por su lado se había recompuesto del primer golpe de Eve, la cual seguía cargando sin piedad, combinaciones de golpes de pies y puños ejecutadas con una fluidez que mi intento de narración no le haría justicia, una artista marcial completa la cual desataba su furia sobre su rival, el cual había recibido un par de golpes al comienzo, sin embargo, Kentaro de una manera casi imperceptible comenzó interceptar los golpes de los guanteletes con sus dagas, pronto el intercambio unilateral comenzó a volverse parejo, lo cual termino con un potente choque de canillas que resonó en el lugar, llamando la atención de Zelas, ya que Vaal Hazak solo tenía atención para aquel libro. -Vaya así que al fin decidiste pelear- comento Eve viendo las marcas de las dagas en sus guanteletes, Kentaro por su parte miro de reojo a Vaal y Zelas, estando un poco más tranquilo al ver que su compañero seguía siendo tan pragmático como siempre, -Lamento eso Vaal, acabare con ella y te quitare a ese estorbo de encima- comento mientras volvía a cargar contra Eve. -Haz tu mejor esfuerzo Kentaro, yo entretendré al elfo hasta que puedas encargarte de él, tú puedes hacerlo! - exclamo de manera enérgica Vaal sin dejar de leer su libro.
Zelas por su parte ahora debía lidiar con los cadáveres que rondaban las 17 personas, hombres mujeres y niños convertidos ahora en marionetas con las que el elfo debía lidiar, primero recupero otra cimitarra la cual unió con la que ya tenía volviéndola una espada doble, la cual usaba diestramente con una mano, mientras con la otra mantenía un ataque constante, lanzando las cimitarras y recuperándolas, moviéndose constantemente y creando una zona “segura” a su alrededor donde nada se le podía acercar sin ser cercenado, el problema era que ya estaban muertos, por lo que no era mucho lo que podía hacer además de volverlos un poco más lentos al desmembrarlos y lanzar ocasionalmente una que otra cimitarra al ávido lector el cual las esquivaba sin mucho esfuerzo.
-Asi que crees que puedes deshacerte rápido de mi porque soy mujer- exclamo Eve molesta, -No, me desharé de ti rápido por...- Kentaro dejo la frase incompleta ya que una inesperada patada en el rostro le mandaba a volar, Eve nuevamente hacia muestra de sus habilidades marciales con golpes que se colaban a través de la guardia de su rival, Kentaro escupió un poco de sangre acompañado de un diente, - como decía, ya me he encargado de ti- exclamo mientras se acercaba a la joven, la cual se acercaba violentamente de nuevo, pero, antes de empezar había perdido todas sus fuerzas, - ¿Qué... Demonios? - Eve no tenía fuerzas ni para hablar, noto los leves cortes en sus piernas, eran prácticamente rasguños. -Lo mismo ocurrió con el antiguo número 1, se confió demasiado porque logro conectar unos cuantos golpes, pensaba que golpeándome y luego tomando distancia con su espada podría acabar rápido conmigo, nadie ve venir el veneno- Kentaro se preparaba para acabar con la joven cuando una cimitarra le cerceno el brazo.
Kentaro grito, Vaal se rio y Zelas se acercó rápidamente a Eve sacándola de aquel lugar a toda prisa, gracias a una nueva habilidad descubierta hace un tiempo podía abarcar largos tramos en poco tiempo, el elfo puso a salvo a la joven humana y puso sus manos en el busto de ella.
-Hey... no te aproveches- protesto Eve sin muchas fuerzas para hacer algo al respecto.
- Te vi desplomarte, te enveneno de seguro... ¿o me equivoco? - pregunto el elfo sin escuchar replica de la humana, quien ahora era la que se sonrojaba -Merciful gods restore what now is impure- exclamo Zelas al momento que la luz comenzaba a emanar de sus manos. -Tengo que limpiar tu sangre, tu corazón es el medio más rápido y seguro para hacerlo- termino de explicar el elfo mientras continuaba curándola por un minuto completo, el cual se hizo más largo de lo habitual, una vez hubo terminado Zelas se levantó para volver a luchar, Eve por su parte hacia lo mismo.
-Nononono, tú te quedas aca- protesto el elfo.
-Claro que no, voy por esos bastardos que mataron a la niña- replico Eve un tanto molesta.
-Yo fui el bastardo que asesino a esa niña- exclamo Zelas con seriedad.
-No me refería a eso, tú la ayudaste- dijo Eve ahora un poco arrepentida.
-Y lo único que pude hacer para ayudarla fue darle una muerte rápida, ¿esperas que haga lo mismo contigo?, ya me arriesgué bastante al salvarte y no suelo hacer ese tipo de cosas, querías vengarte de Azalie ¿no?, déjame esos dos a mí- sentencio Zelas mientras se preparaba para irse.
-Aun así, no puedes pretender que no haga... nada- dijo lo último con dificultad, ya que aún no estaba del todo bien, sin embargo, rehusaba quedarse atrás y dejar al elfo pelear solo.
-Recuperate acá, que piensen que no pude salvarte, serás el factor sorpresa en caso que algo malo ocurra- dijo cediendo finalmente ante la humana, y marchándose de vuelta al campo de batalla.
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-El bastardo me arranco un brazo! - grito Kentaro molesto, mientras se amarraba el muñón con fuerza para parar la hemorragia.
-Jajajaja, debo reconocer que tampoco imagine que eso sucedería, pero ha sido bastante gracioso Kentaro, déjame hacer algo por ti, puede que te duela un poco, pero aguántalo ¿sí? - Exclamo Vaal mientras buscaba algo que había leído hace poco en aquel extraño libro. -gotha -or –oth ph'- profirió en aquel extraño idioma y del muñón de Kentaro emergió una letal hoja huesuda, el humano si bien se sacudía y tenía espasmos de dolor, no emano grito o sonido alguno.
Las armas que estaban cavadas en el piso se levantaron violentamente volviendo a su dueño, Zelas, el cual envaino 2 cimitarras justo a tiempo para atrapar la espada de doble hoja, la cual giro violentamente para asestar un golpe a quien algunos minutos atrás le hubiera cercenado el brazo, grande fue su sorpresa cuando la hoja huesuda que le salía del muñón fue lo suficientemente resistente para soportar el ataque del elfo.
Zelas quien había invertido mucho en sus armas, podía jactarse de que sus hojas eran capaces de cortar los caparazones de los Kags más resistentes, rápidamente Zigzagueó en el aire con ayuda de su habilidad propulsora y asesto un par de golpes mas que, al igual que el ataque anterior fueron detenidos por la protuberancia huesuda, -Vaya mira quien volvió, pelea tranquilo Kentaro, aquella nueva arma será más que suficiente para sus hojas encantadas- exclamo el mago, quien volvía a retomar su lectura. Si Zelas se había sorprendido no lo demostró, solo debía seguir atacando hasta que su enemigo cayera, Kentaro por su parte estaba embriagado por el poder que su nueva arma le brindaba.
-Me encargare de reunirte con tu amiga en solo unos momentos- profirió el humano confiado mientras se lanzaba al ataque, el elfo por su parte esquivaba y para ataques con su espada doble, el cual hacía gala un estilo de pelea elegante que contrastaba en gran medida con los bruscos y poderosos ataques que realizaba el humano, Zelas se vio presionado por momentos ya que su enemigo daba breves destellos de una fuerza cada vez más inhumana, el elfo obligado a superar sus límites recurrió a una extraña estrategia, libero parte del seguro que mantenía unidas sus espadas sujeto con una mano un extremo de esa unión mientras que con la palma abierta de su otra mano golpeaba el otro extremo de la misma unión, separando sus armas pero atacando a la protuberancia de Kentaro emulando una mandíbula que se cerraba, Zelas rápidamente salto, propulsándose de un lado hacia otro, cercenando la protuberancia y generando un muñón en el brazo del humano... Otra vez.
-Hijo de perra, me cortaste el brazo de nuevo- exclamo Kentaro adolorido, mientras Vaal salía de su lectura solo para volver a reír a carcajadas, Zelas alzo una ceja y rápidamente le corto el otro brazo, preparándose para asestar el golpe de gracia, dejándolo gritar un poco antes de terminarlo -Jajajaja, tranquilo elfito, no vayas a cometer un error como el inocente Kentaro, ahora sin brazos gracias a ti- Zelas lo observo un momento, observo al humano, volvió a observar al brujo. -Vaal Hazak ayud...- la voz de Kentaro se extinguió al momento que Zelas le daba el golpe de gracia. -Soy Zelas del Viento, nadie me dice que hacer, no tengo arrepentimientos- sentencio el elfo mientras limpiaba su cimitarra golpeando al aire y deteniéndose abruptamente.
Vaal Hazak observaba con una tenebrosa sonrisa y aplaudía la determinación con la que Zelas había actuado, -Maravilloso, déjame entonces darte la bienvenida a la Dark Order, al asesinar al ex número 1, Kentaro Hazama, ahora tu Zelas del Viento has adquirido su lugar... Oh por cierto ese es el rango más bajo, pero siempre puedes competir con otros miembros para subir tu rango y tu número... Si es que esas cosas te interesan obviamente. - exclamo un entretenido Vaal Hazak, mientras le daba una calurosa bienvenida a su nuevo compañero, Zelas quedo suspendido en sus pensamientos, no entendía lo que estaba pasando y decidió no darle importancia a la vez que le lanzaba con violencia una cimitarra, la cual nuevamente fue esquivada sin esfuerzo. -Supongamos que no quiero participar de su club- respondió desafiantemente.
-Oh no querrás hacer eso Zelitas, sería un desperdicio de talento, veo que el nombre de la Dark Order no te ha sorprendido ya que no preguntaste, deberías saber nuestro lema, “Aceptaremos todo lo que tengan, pero no se atrevan a tomar nada de nosotros” tomar la vida del joven Kentaro cuenta como tomar algo de nosotros ya que todos somos propiedad de la organización, te unes a nosotros, o te mueres Zelitas, esas son tus únicas opciones- exclamo el brujo sonando condescendiente, e indulgencia, al fin y al cabo debía reclutar al nuevo prospecto, de lo contrario Wolfgang el líder, se molestaría con el brujo por perder otro compañero. -No me llames así, además tengo un severo problema con las órdenes y mis “superiores” creo que esto no funcionara entre nosotros, no eres tú, soy yo- dijo Zelas de manera sarcástica, el brujo por otro lado no pudo ocultar una mueca de tristeza, ya que le había agradado la idea de tener al elfo por compañero, -Vamos Zelitas, piensa racionalmente- insistió al momento que esquivaba la cimitarra que el elfo había retraído para sí mismo en un intento de ataque sorpresa, -uff, supongo que tendré que darte un correctivo como tu superior, insertare un poco de racionalidad en esa cabecita testaruda jijiji- nunca alguien se había esforzado tanto en sonar tierno y, sin embargo, verse tan tétrico y tenebroso en el intento, además de fallar completamente, en vez de provocar simpatía, Zelas cada vez se sentía más asqueado, en especial al escuchar como le decía Zelitas... iugh.
-nyth shogg uln uaaah - balbuceo Vaal Hazak, al momento que el sonido de carne desgarrándose y huesos que se quebraban resonó en el lugar, la carne y huesos de todos los cadáveres, incluyendo a Kentaro, se separaban de sus antiguos dueños y comenzaban a reunirse en una especie de orbe grotesca y abominable -esto es algo que encontré en este libro, tuvimos una amena charla con el oráculo, quien entendiendo su posición, retuvo esto especialmente para dármelo, ella fue quien sugirió que atacara a la caravana si quería divertirme, y tu Zelitas me has hecho reír bastante este día, así que recapacita un poco ¿quieres?- dijo el brujo en un último intento de convencer al elfo de unírsele, -iugh- fue la escueta pero clara respuesta de Zelas quien se lanzó al ataque contra aquella abominación. Vaal Hazak suspiro resignado y decepcionado a la vez.
Zelas se propulsaba por los aires de un lado a otro, cortando tentáculos y apuñalando ojos y cualquier otra cosa que intentara dañarle, la creatura por su parte intentaba, en vano, atrapar al elfo el cual no dejaba de moverse de un lado a otro, cortes por arriba, abajo, izquierda, derecha, en diagonal, vertical, horizontal, cualquier sentido de dirección que Zelas hubiera tenido, yacía ahora en el olvido puesto que lo único que tenía en mente era cortar aquella masa redonda de carne, ojos, tentáculos y dientes, los cuales parecían no tener fin, -tanto potencial tirado a la basura, jamás podrás ganarle Zelitas, ríndete de una vez- vociferaba el brujo desde alguna dirección que Zelas ignoraba, ya que su sentido de orientación había desaparecido completamente, aquellas palabras le enfurecieron al punto que supero una vez más sus capacidades, atacando con todas sus armas a la vez y sin misericordia, sin embargo, aquella arremetida caótica venía a cobrar factura, basto con que perdiera el ritmo de su respiración por un momento para ser golpeado por un tentáculo que no alcanzo a cortar, todo fue cuesta abajo desde ese momento, Zelas habiendo perdido su centro, se encontraba completamente expuesto y desorientado, la abominación que había perdido un poco más de la mitad de su masa corporal necesito solo un par de golpes para desarmar al elfo, acto seguido uno de los tentáculos con dientes de aferro y mordió una de sus piernas, para luego azotarlo violentamente de un lado a otro, antes de perder el conocimiento alcanzo a vislumbrar como los trozos de carne que había cortado se iban reintegrando lentamente de vuelta a la abominación.
Todo parecía perdido, Zelas ya inconsciente seguía siendo azotado hasta que el sonido de un golpe sordo rompió el letal agarre, Eve que se había acercado furtivamente aparecía ahora para rescatar al elfo, devolviendo el favor que Zelas le había hecho anteriormente, arrancando los trozos de tentáculo que todavía estaban aferrados a la pierna de Zelas y alejándose de ahí con toda prisa. -Oh la chica seguía con vida! que maravillosa sorpresa, este Zelitas sin dudas es pragmático, bueno supongo que con eso sería suficiente para acabar con el- exclamo el brujo, mientras la abominación se acercaba a él y extendía sus tentáculos para atrapar al brujo, el cual observo sorprendido como su invocación intentaba atacarle - ¿huh?, ¿qué crees que haces?, aprende tu lugar carnita molida, “Hior’eley jih jhu” - exclamo el brujo al momento que la abominación implosionaba y tentáculos similares a los que habían emergido de la niñita anteriormente, salían del interior de la abominación para terminar de comprimirla hasta volverla un diminuto trozo de carne espasmódica. -Wolfgang me va a regañar por esto, será mejor que encuentre un pronto reemplazo para ocupar el número 1, rayos, supongo que V y Trowa disfrutarán escuchando de cómo casi se unía otro elfo a la organización, Zelitas era un buen prospecto, ¿me pregunto si su apellido realmente era del Viento?... Estos elfos son tan raros jijiji- comento Vaal Hazak para sí mismo, emprendiendo camino hacia un rumbo desconocido...
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Afortunado y adolorido, esas fueron las primeras sensaciones que Zelas pudo identificar al abrir sus ojos, vendado de pies a cabeza, con solo unos leves orificios para ver, respirar y hablar si es que así sentía que lo necesitaba, sentía como estaba siendo trasladado en lo que asumió era una carreta.
-Hey, mira quien ha decidido despertar, por un momento pensamos que ya habías pasado a mejor vida- comento Eve quien estaba sentada a un lado del elfo.
-Auch, esstass veendass esstan muy aprefjtadass- protesto el elfo que ahora se sentía más adolorido que antes.
-Hicimos lo que pudimos, fuiste afortunado de que encontráramos a un viajero mercante, el cual parece iba a visitar al oráculo, cuando le explique lo que había pasado, se ofreció a ayudar, así fue como te curamos como podíamos, tienes demasiados huesos rotos y si no hacemos algo capaz que mueras de sangrado interno- sentencio aquel bello ángel de las malas noticias.
Zelas intento mover su cuerpo en vano, apenas si respiraba y hablaba, -Intenta llevarme a algún mercado, no hay nada que esos curanderos no puedan hacer- comento con las vendas de su rostro ya un poco más sueltas.
-Supongo que ese será nuestro punto de separación, ya tuviste suficiente de esos monstruos, ya has hecho suficiente, por muchos aeros que sean, no deberías meterte en esta pelea- comento Eve con un cierto atisbo de tristeza mientras tomaba con suavidad la mano de elfo, quien no podía gesticular mucho.
-Te equivocas, esto ya no tiene que ver con aeros, no te ofendas, pero tampoco tiene que ver con tu venganza personal, alguien tiene que detenerlos, envidio la libertad que poseen para hacer lo quieran hacer, incluso me han invitado a su grupito, pero los rechace... Tss... Esta cacería se ha vuelto personal, tarde o temprano interferirán con lo que sea que quiera hacer, de una u otra forma... Si no hago nada, tendré que vivir como un elfo inútil que ni siquiera fue capaz de ayudar a una niñita.... - comento el elfo antes de perder la conciencia nuevamente, aquellas palabras las sentía, estaba determinado a cazarlos, sin embargo, su cuerpo no se encontraba en condiciones y ahora todo dependía de la suerte.
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Pasaron los días y el elfo se recuperaba bien, Eve había logrado llevarlo a un lugar donde habían curanderos que trataron sus heridas.
- ¿Cuál será tu siguiente movimiento? - pregunto la joven con curiosidad.
- No lo sé, escuche a alguien hablar sobre un festival en Roilkat, creo inventaron una comida nueva, quiero saber de qué va eso, ¿qué hay de ti?, ya tienes decidido que hacer- pregunto el elfo mientras mordía una manzana.
- Eso suena interesante, yo creo que volveré a mi pueblo, debo entrenar si quiero luchar contra esos sujetos de nuevo - exclamo determinada.
-Supongo que acá separaremos nuestros caminos, fue divertido Eve, la próxima vez que nos veamos, intentemos que no nos sobrepase una cosa fea como la que me pateo el trasero- dijo el elfo burlándose de lo ocurrido.
- Quizás la próxima vez podrás beber licor como corresponde, mantente raro, pero no te conviertas en un extraño, hasta la próxima Zelas del Viento- dijo antes de acercarse al elfo sugerentemente y amagar un beso en la mejilla - JA, te la creíste- exclamo para luego irse del lugar sonriente, el Zelas por su parte se sonrojo al haber caído como los mejores.
Finalmente, el día había llegado, Zelas arribaba a Beltrexus en respuesta a una de las tantas peticiones de trabajo ridículas que ofrecían sumas de aeros exorbitantes, en esta ocasión el blanco era una organización criminal conocida como la Dark Order, lo poco y nada que sabía sobre ellos lo había descubierto gracias a su amigo Rauko en el tiempo en el que su coterráneo era feo, y la información era que no tenían información, apenas se sabía que llevaban un tatuaje y que por algún extraño motivo sus pocos miembros cambiaban constantemente, sin embargo, la cantidad de miembros siempre era 13, ninguno más, ninguno menos. Con aquella información Zelas se dirigió al único lugar donde suponía, encontraría una pista que lo guiara en la dirección correcta de su objetivo. La Estrella Azul en Beltrexus era el lugar ideal para cualquiera que se moviera en los círculos sociales del mundo clandestino, curiosamente también era un lugar ideal para el elfo y su forma de vivir el cual lamentaba que solo se encontrara ahí por motivos relacionados al trabajo, sin lugar a dudas se quedaría en ese lugar por un tiempo después de haber terminado el asunto por el cual se encontraba ahí. Zelas entro a una de las sucursales universales donde transitaba todo tipo de información a la cual podía acceder si pagaba el precio correspondiente, ese lugar era, en efecto, una cantina.
Sin perder mucho tiempo el elfo se acercó a la barra y pidió un vaso de licor de cactus, un brebaje exótico del cual había escuchado hablar hace tiempo y que no había encontrado en ninguna parte.
- ¿Estás seguro que eso es lo que quieres? - exclamo el hombre detrás de la barra.
- ¿Qué, lo he dicho mal o qué? - replico el elfo mientras levantaba una ceja.
- De acuerdo, pero que conste que te he preguntado - termino de responder el cantinero mientras iba por el trago.
Al mismo tiempo una bella joven humana con ropas demasiado coloridas y, sin embargo, cómodas para ese lugar se hacía presente en la cantina justo al momento que el cantinero le traía su trago a Zelas, el cual quedo embobado ante lo que veía, pago su trago de forma ausente y se llevó el vaso a la boca, fallando 2 veces en encontrarla antes de, en efecto, beber lo que había pedido.
La joven se acercó a la barra, sentándose al lado del elfo al cual ignoro por completo, hizo unas señas al cantinero y dijo en voz baja, pero audible para el individuo de orejas largas - Dime todo lo que sepas sobre la organización llamada Dark Order - a la vez que deslizaba una bolsa de aeros sutilmente. Todo lo contrario a Zelas el cual escupió de hacia el piso su trago, en parte por el sabor y en parte por la sorpresa de que alguien más iba por el mismo objetivo que él. Tanto el cantinero como la chica lo miraron por unos segundos.
- Le pregunte si estaba seguro de tomar eso, es licor de cactus- explico el cantinero, el cual esperaba que el elfo reaccionara de esa forma y de paso le restaba importancia al porque había reaccionado así Zelas, tomo la bolsa de aeros y la guardo detrás de la barra. - En cuanto a tu pedido, solo sé que son peligrosos y que no te quieres relacionar con ellos, ahora habiendo dicho eso, supe que 2 de ellos estarán en la casa del oráculo que se encuentra en el acantilado de la muerte, eso en aproximadamente 1 semana. -
- Eso fue extrañamente especifico y detallado de tu parte - comento la joven un tanto desconfiada por los datos proporcionados por el cantinero, el cual alzo sus hombros en señal de que no tenía dobles intenciones ni nada, sin llamar la atención apunto a una mesa donde había un tipo solo y con muchas botellas vacías.
- Ese sujeto hace un mes encontró un extraño libro, incapaz de ponerle un valor fue hacia la casa del oráculo, la cual le dijo que si seguía con ese libro solo encontraría la muerte, el sujeto pidió más detalles y el oráculo respondió que 2 miembros de la Dark Order estaban en búsqueda del libro, acto seguido le dio detalles de lo que le ocurriría si se apegaba a él y como en encontrarían, sea lo que sea que le haya dicho, fue suficiente para que le dejara el libro al oráculo y se fuera de ahí, apenas llego ayer y está bebiendo desde entonces, ayer decía que había esquivado la peor muerte posible y que si se hubiera aferrado al libro, la próxima semana habría muerto... Ahora no soy un oráculo ni nada, pero basta con unir un par de puntos y te darás cuenta que le habrían quitado el libro la próxima semana, si el libro se quedó con el oráculo, entonces lo que buscas estará allá en una semana- termino por explicar el cantinero, siendo bastante elocuente.
- Bueno me convenciste, ¿serias tan amable de servirme un poco de licor de cactus? - pidió la joven ante la mirada incrédula del cantinero y antes de que tuviera replica alguna la joven añadió - Si, estoy segura de lo que acabo de pedir - sentencio.
El cantinero en silencio saco un vaso y sirvió un poco del brebaje solicitado, acerco el trago a la joven sin decir palabra alguna y se quedó expectante, ella en cambio bebió el contenido de un solo golpe y solo emitió un -Ahhh- como si aquello hubiese sido refrescante, tanto el cantinero como Zelas sintieron como sus mandíbulas se caían y se veían en la obligación de cerrarlas con sus manos.
-Entonces planeas decir algo o solo seguirás viéndome embobado- comento la joven sin tapujos mientras miraba al elfo con curiosidad, Zelas por su parte se encontraba en uno de esos extraños momentos donde no sabía que decir, sin embargo, su capacidad para aparentar era tan grande que incluso él se sorprendía.
-Supongo que un gracias es más que suficiente, buscaba información y la obtuve sin tener que pagar nada a cambio, así que gracias bebedora de licores extraños- dijo el elfo mientras dudaba de seguir bebiendo su trago, el cual acerco a la joven que parecía disfrutarlo, esta abrió sus ojos más curiosa que antes.
-El nombre es Eve... Eve Valtanders- dijo mientras aceptaba lo que quedaba del trago.
-Zelas del Viento- dijo el elfo mientras pedía una cerveza.
- ¿Del Viento?, ustedes elfos sí que son raros- comento la joven entretenida.
-Ese no es mi apellido, obviamente- exclamo Zelas un poco avergonzado.
- ¿Por qué te habrías de presentar así entonces?, oh espera quieres jugar al misterioso - comento Eve con una sonrisa maliciosa en el rostro.
-Zelas Hazelmere... Feliz- comento el elfo sintiéndose como un niño atrapado en medio de una travesura.
- Si, la verdad es que si... Un poco al menos- comento Eve entretenida al ver al elfo sonrojarse de a poco.
Ese fue el primer encuentro entre Eve y Zelas, los cuales siguieron conversando conforme iba pasando el día, ambos acordaron viajar juntos una vez vieron que sus intereses no interferían entre sí, ambos tenían motivos diferentes para ir tras la Dark Order, así que acordaron viajar juntos hacia la casa del oráculo, lo cual estaba a una distancia de 4 días, tiempo más que suficiente para encontrarse con sus objetivos.
- Eve Valtanders:
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Acantilado de la muerte, Cerca de la casa del oráculo 4 días después del encuentro entre Eve y Zelas.
-Ya veo, asi que todo esto tiene que ver con una venganza personal, pero cuales son las posibilidades de que encuentres a tu ex-amiga se supone que son 13, acá solo encontraremos a dos- comento el elfo mientras caminaba junto a su nueva acompañante, la cual le había contado los motivos por los que iba detrás de la Dark Order.
- Es mejor que nada, llevo 3 años entrando a cantinas y esta es la primera vez que no desperdicio mis aeros- comento la bella Eve mientras se acomodaba sus guanteletes con un peculiar diseño, - mi motivo sigue siendo mejor que hacer algo tan loco solo por un puñado de aeros- sentencio levantando sus hombros.
-Hey!, no hables así del dinero, además tampoco es un puñado, son los suficientes como para que no me preocupe más de trabajar por un buen tiempo, o hasta que lo gaste, cualquier cosa que pase primero está bien por mi- comento Zelas en su tono bromista, aquel ambiente agradable se desvanecería rápidamente cuando una niña, cubierta de polvo y sangre.
- El... Señor, el señor me dijo que no parara de correr, por favor, ayúdennos- comento la niña, al momento que Eve la recibía en sus brazos.
- ¿Qué ha sucedido?, ¿de dónde vienes? - pregunto el elfo, sin embargo, su pregunta fue aclarada conforme avanzo un poco más, a la distancia, bordeando uno de los cerros antes de llegar al acantilado de la muerte, se encontraban los remanentes de lo que parecía ser una caravana, todo estaba destruido y los miembros de esta se encontraban muertos.
-Nosotros te ayudaremos, puedes... - una empática Eve se quedaba con la frase a medio terminar, ya que de la pobre pequeña sin nombre emergían unos tentáculos que obligaron a la joven apartar el cuerpo de la pequeña con brusquedad, viendo impactada como los tentáculos se aferraban a las extremidades de la pequeña, rompiendo sus huesos y reintroduciéndolos por el agujero del abdomen del cual habían emergido, el sonido de los crujidos de sus pequeños huesos solo eran ahogados por los gritos de la pequeña cuyo dolor agonizante podía horrorizar incluso al ser más valiente, Zelas el cual había quedado paralizado por unos segundos debido a los gritos, desenvaino rápidamente su cimitarra, realizando el acto más bondadoso en una situación como esa, matándola de un golpe limpio y rápido, lamentando el hecho que la pequeña hubiera tenido que sufrir tanto en un periodo tan corto de tiempo, los tentáculos por su parte siguieron haciendo lo suyo, y lo antes era una niñita, ahora había sido reducido a una masa de carne con espasmos que se seguía comprimiendo cada vez más.
- ¿Quién sería tan maldito para hacer algo así? - comento Eve visiblemente afectada por lo sucedido, Zelas por su parte mantenía la compostura, su semblante de bromista estaba ahora reemplazada por un rostro serio el cual observaba fijamente a las únicas 2 figuras que se alzaban por sobre los cadáveres de la gente de la caravana, -No soy un oráculo, pero apostaría todo lo que tengo a que esos dos de allá tienen algo que ver, ¿alguno de ellos es a quien buscabas? - pregunto el elfo mientras apuntaba con su cimitarra a los individuos que a todas luces apuntaban ser parte de la Dark Order. -No importa, ahora ambos son mis objetivos - señalo una determinada Eve, quien se sacudía de aquella sensación de melancolía e impacto, dando paso a una furia contenida que incluso el mismo Zelas llego a respetar.
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A lo lejos, los dos individuos parecían discutir algo entre ellos.
-Esos gritos... Entonces si le hiciste algo a la niña antes de mandarla a correr- comento uno de los hombres, el cual utilizaba una capucha la cual solo cubría parte de su cabeza y hombros, un emblema de una calavera con una estaca relucía por sobre su armadura.
-Claro que sí, y como vez ha funcionado a la perfección- comento el otro ser encapuchado, vestía una túnica negra, el cual tenía 2 orbes blancos por ojos, carentes de pupila, y cuyo rostro parecía estar cayéndose a pedazos, la piel estaba ausente de color y a diferencia del otro este tenía 2 emblemas de calaveras
-Pero dijiste que la dejarías vivir... Vaal Hazak tu personalidad no le hace justicia a tus palabras... por suerte estas feo como tu alma- aquella última parte la susurro puesto que incluso él tenía miedo de lo que su compañero podría hacer.
-Y eso precisamente fue lo que hice, por eso no murió acá y murió por allá- exclamo Vaal Hazak en un tono completamente carente de odio o malicia, algunos incluso dirían que era inocente. -Ademas, todo lo que hago tiene un propósito, a diferencia de ti Hazama, yo me uní a esta organización por voluntad propia, no porque maté a alguien que no debía- dijo en un tono bromista a su compañero.
-Me llamo Kentaro, no digas mi apellido de esa forma que me asustas, además una mujer y un elfo vienen a nuestro encuentro- comento Kentaro mientras observaba como Zelas y Eve se acercaban.
-De acuerdo Kentaro, eres muy gracioso, en fin, ese era el propósito de mandar a la niñita, al momento de entrar en contacto con otro ser vivo, sus gritos servirían para darnos a conocer si había alguien más cerca, en el mejor de los casos se llevó a alguien consigo, pero considerando que los gritos no duraron mucho, creo que ese no fue el caso, mala suerte para mi jajaja- comento mientras hacia una pose graciosa, completamente forzada para un personaje y una situación para nada graciosas.
-Ya tenemos el libro que querías, ¿nos vamos o los matamos? - pregunto solo por respeto a quien le llevaba más tiempo en la organización, de paso desenfundaba 2 dagas ante la inminente carga de Eve y Zelas quienes se acercaban a toda velocidad.
-Supongo que ya sabes la respuesta a eso jaja- exclamo Vaal en un intento de sonar tierno, -ya que esta técnicamente es tu primera asignación con nosotros, porque no me muestras que puedes hacer, encárgate de la chica y el elfo mientras yo le doy un vistazo a este libro, si te sientes superado no dudes en pedir ayuda, somos compañeros ahora no seas tímido - sentencio con una sonrisa que parecía de todo menos amistosa.
- Vaal Hazak nº 10 en la Dark Order:
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- Kentaro Hazama nº 1 en la Dark Order:
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-Tu lidiaras con el de las dagas, la cosa fea será mi presa- dijo Zelas como pactando un acuerdo con Eve la cual asintió, en apariencia el humano Kentaro se veía menos peligroso que aquella otra cosa con apariencia humanoide, cargaron al mismo tiempo que Kentaro cargaba en contra de ellos, Zelas salto y concentro su éter en la planta de sus pies, generando una breve y contenida explosión que le ayudo a impulsarse por sobre Kentaro el cual quedo un poco sorprendido observando aquello, sorpresa que pagaría caro ya que al mismo tiempo Eve bajo centro de gravedad, deslizándose y agarrando más velocidad, aprovechando ese momento angular para levantarse de golpe y usando su pierna derecha de apoyo, lanzo un brutal izquierdazo que empujo a kentaro varios metros hacia atrás.
Zelas por su parte intento asesinarlo con la cimitarra que había terminado el sufrimiento de la niñita, sin embargo, su primer ataque fallo por unos leves milímetros, rápidamente se giró para seguir con su ataque, pero no contaba con que el individuo feo al cual trataba de matar, se moviera de forma tan ágil, lo que le enervaba a Zelas era el hecho que además de esquivar sus ataques, Vaal Hazak no había despegado sus blancos orbes de aquel libro, el elfo, furioso ante aquello, lanzo su cimitarra en la dirección de su enemigo al momento que desenvainaba las demás y las iba arrojando conforme Vaal iba esquivando en movimientos cortos y fluidos, la sorpresa vino cuando Zelas realizo el gesto con sus manos estando cerca de su enemigo, intentando herirlo con el retorno de su arma, sin embargo, aquello también fue en vano. -Jijiji, que elfo más ansioso, déjame terminar de leer esto y ya juego contigo... mientras tanto, que ellos te hagan compañía, por favor trátalos con cuidado- exclamo Vaal Hazak en lo que intentaba guiñar un ojo, sin embargo, aquellos ojos carecían de parpados. - 'ai-nyth 'bthnk n'gha - exclamo en un idioma incomprendido para el elfo, en aquel momento los cadáveres de los integrantes de la caravana se levantaron justo a tiempo para recibir los ataques de las cimitarras que Zelas seguía lanzando.
Kentaro por su lado se había recompuesto del primer golpe de Eve, la cual seguía cargando sin piedad, combinaciones de golpes de pies y puños ejecutadas con una fluidez que mi intento de narración no le haría justicia, una artista marcial completa la cual desataba su furia sobre su rival, el cual había recibido un par de golpes al comienzo, sin embargo, Kentaro de una manera casi imperceptible comenzó interceptar los golpes de los guanteletes con sus dagas, pronto el intercambio unilateral comenzó a volverse parejo, lo cual termino con un potente choque de canillas que resonó en el lugar, llamando la atención de Zelas, ya que Vaal Hazak solo tenía atención para aquel libro. -Vaya así que al fin decidiste pelear- comento Eve viendo las marcas de las dagas en sus guanteletes, Kentaro por su parte miro de reojo a Vaal y Zelas, estando un poco más tranquilo al ver que su compañero seguía siendo tan pragmático como siempre, -Lamento eso Vaal, acabare con ella y te quitare a ese estorbo de encima- comento mientras volvía a cargar contra Eve. -Haz tu mejor esfuerzo Kentaro, yo entretendré al elfo hasta que puedas encargarte de él, tú puedes hacerlo! - exclamo de manera enérgica Vaal sin dejar de leer su libro.
Zelas por su parte ahora debía lidiar con los cadáveres que rondaban las 17 personas, hombres mujeres y niños convertidos ahora en marionetas con las que el elfo debía lidiar, primero recupero otra cimitarra la cual unió con la que ya tenía volviéndola una espada doble, la cual usaba diestramente con una mano, mientras con la otra mantenía un ataque constante, lanzando las cimitarras y recuperándolas, moviéndose constantemente y creando una zona “segura” a su alrededor donde nada se le podía acercar sin ser cercenado, el problema era que ya estaban muertos, por lo que no era mucho lo que podía hacer además de volverlos un poco más lentos al desmembrarlos y lanzar ocasionalmente una que otra cimitarra al ávido lector el cual las esquivaba sin mucho esfuerzo.
-Asi que crees que puedes deshacerte rápido de mi porque soy mujer- exclamo Eve molesta, -No, me desharé de ti rápido por...- Kentaro dejo la frase incompleta ya que una inesperada patada en el rostro le mandaba a volar, Eve nuevamente hacia muestra de sus habilidades marciales con golpes que se colaban a través de la guardia de su rival, Kentaro escupió un poco de sangre acompañado de un diente, - como decía, ya me he encargado de ti- exclamo mientras se acercaba a la joven, la cual se acercaba violentamente de nuevo, pero, antes de empezar había perdido todas sus fuerzas, - ¿Qué... Demonios? - Eve no tenía fuerzas ni para hablar, noto los leves cortes en sus piernas, eran prácticamente rasguños. -Lo mismo ocurrió con el antiguo número 1, se confió demasiado porque logro conectar unos cuantos golpes, pensaba que golpeándome y luego tomando distancia con su espada podría acabar rápido conmigo, nadie ve venir el veneno- Kentaro se preparaba para acabar con la joven cuando una cimitarra le cerceno el brazo.
Kentaro grito, Vaal se rio y Zelas se acercó rápidamente a Eve sacándola de aquel lugar a toda prisa, gracias a una nueva habilidad descubierta hace un tiempo podía abarcar largos tramos en poco tiempo, el elfo puso a salvo a la joven humana y puso sus manos en el busto de ella.
-Hey... no te aproveches- protesto Eve sin muchas fuerzas para hacer algo al respecto.
- Te vi desplomarte, te enveneno de seguro... ¿o me equivoco? - pregunto el elfo sin escuchar replica de la humana, quien ahora era la que se sonrojaba -Merciful gods restore what now is impure- exclamo Zelas al momento que la luz comenzaba a emanar de sus manos. -Tengo que limpiar tu sangre, tu corazón es el medio más rápido y seguro para hacerlo- termino de explicar el elfo mientras continuaba curándola por un minuto completo, el cual se hizo más largo de lo habitual, una vez hubo terminado Zelas se levantó para volver a luchar, Eve por su parte hacia lo mismo.
-Nononono, tú te quedas aca- protesto el elfo.
-Claro que no, voy por esos bastardos que mataron a la niña- replico Eve un tanto molesta.
-Yo fui el bastardo que asesino a esa niña- exclamo Zelas con seriedad.
-No me refería a eso, tú la ayudaste- dijo Eve ahora un poco arrepentida.
-Y lo único que pude hacer para ayudarla fue darle una muerte rápida, ¿esperas que haga lo mismo contigo?, ya me arriesgué bastante al salvarte y no suelo hacer ese tipo de cosas, querías vengarte de Azalie ¿no?, déjame esos dos a mí- sentencio Zelas mientras se preparaba para irse.
-Aun así, no puedes pretender que no haga... nada- dijo lo último con dificultad, ya que aún no estaba del todo bien, sin embargo, rehusaba quedarse atrás y dejar al elfo pelear solo.
-Recuperate acá, que piensen que no pude salvarte, serás el factor sorpresa en caso que algo malo ocurra- dijo cediendo finalmente ante la humana, y marchándose de vuelta al campo de batalla.
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-El bastardo me arranco un brazo! - grito Kentaro molesto, mientras se amarraba el muñón con fuerza para parar la hemorragia.
-Jajajaja, debo reconocer que tampoco imagine que eso sucedería, pero ha sido bastante gracioso Kentaro, déjame hacer algo por ti, puede que te duela un poco, pero aguántalo ¿sí? - Exclamo Vaal mientras buscaba algo que había leído hace poco en aquel extraño libro. -gotha -or –oth ph'- profirió en aquel extraño idioma y del muñón de Kentaro emergió una letal hoja huesuda, el humano si bien se sacudía y tenía espasmos de dolor, no emano grito o sonido alguno.
Las armas que estaban cavadas en el piso se levantaron violentamente volviendo a su dueño, Zelas, el cual envaino 2 cimitarras justo a tiempo para atrapar la espada de doble hoja, la cual giro violentamente para asestar un golpe a quien algunos minutos atrás le hubiera cercenado el brazo, grande fue su sorpresa cuando la hoja huesuda que le salía del muñón fue lo suficientemente resistente para soportar el ataque del elfo.
Zelas quien había invertido mucho en sus armas, podía jactarse de que sus hojas eran capaces de cortar los caparazones de los Kags más resistentes, rápidamente Zigzagueó en el aire con ayuda de su habilidad propulsora y asesto un par de golpes mas que, al igual que el ataque anterior fueron detenidos por la protuberancia huesuda, -Vaya mira quien volvió, pelea tranquilo Kentaro, aquella nueva arma será más que suficiente para sus hojas encantadas- exclamo el mago, quien volvía a retomar su lectura. Si Zelas se había sorprendido no lo demostró, solo debía seguir atacando hasta que su enemigo cayera, Kentaro por su parte estaba embriagado por el poder que su nueva arma le brindaba.
-Me encargare de reunirte con tu amiga en solo unos momentos- profirió el humano confiado mientras se lanzaba al ataque, el elfo por su parte esquivaba y para ataques con su espada doble, el cual hacía gala un estilo de pelea elegante que contrastaba en gran medida con los bruscos y poderosos ataques que realizaba el humano, Zelas se vio presionado por momentos ya que su enemigo daba breves destellos de una fuerza cada vez más inhumana, el elfo obligado a superar sus límites recurrió a una extraña estrategia, libero parte del seguro que mantenía unidas sus espadas sujeto con una mano un extremo de esa unión mientras que con la palma abierta de su otra mano golpeaba el otro extremo de la misma unión, separando sus armas pero atacando a la protuberancia de Kentaro emulando una mandíbula que se cerraba, Zelas rápidamente salto, propulsándose de un lado hacia otro, cercenando la protuberancia y generando un muñón en el brazo del humano... Otra vez.
-Hijo de perra, me cortaste el brazo de nuevo- exclamo Kentaro adolorido, mientras Vaal salía de su lectura solo para volver a reír a carcajadas, Zelas alzo una ceja y rápidamente le corto el otro brazo, preparándose para asestar el golpe de gracia, dejándolo gritar un poco antes de terminarlo -Jajajaja, tranquilo elfito, no vayas a cometer un error como el inocente Kentaro, ahora sin brazos gracias a ti- Zelas lo observo un momento, observo al humano, volvió a observar al brujo. -Vaal Hazak ayud...- la voz de Kentaro se extinguió al momento que Zelas le daba el golpe de gracia. -Soy Zelas del Viento, nadie me dice que hacer, no tengo arrepentimientos- sentencio el elfo mientras limpiaba su cimitarra golpeando al aire y deteniéndose abruptamente.
Vaal Hazak observaba con una tenebrosa sonrisa y aplaudía la determinación con la que Zelas había actuado, -Maravilloso, déjame entonces darte la bienvenida a la Dark Order, al asesinar al ex número 1, Kentaro Hazama, ahora tu Zelas del Viento has adquirido su lugar... Oh por cierto ese es el rango más bajo, pero siempre puedes competir con otros miembros para subir tu rango y tu número... Si es que esas cosas te interesan obviamente. - exclamo un entretenido Vaal Hazak, mientras le daba una calurosa bienvenida a su nuevo compañero, Zelas quedo suspendido en sus pensamientos, no entendía lo que estaba pasando y decidió no darle importancia a la vez que le lanzaba con violencia una cimitarra, la cual nuevamente fue esquivada sin esfuerzo. -Supongamos que no quiero participar de su club- respondió desafiantemente.
-Oh no querrás hacer eso Zelitas, sería un desperdicio de talento, veo que el nombre de la Dark Order no te ha sorprendido ya que no preguntaste, deberías saber nuestro lema, “Aceptaremos todo lo que tengan, pero no se atrevan a tomar nada de nosotros” tomar la vida del joven Kentaro cuenta como tomar algo de nosotros ya que todos somos propiedad de la organización, te unes a nosotros, o te mueres Zelitas, esas son tus únicas opciones- exclamo el brujo sonando condescendiente, e indulgencia, al fin y al cabo debía reclutar al nuevo prospecto, de lo contrario Wolfgang el líder, se molestaría con el brujo por perder otro compañero. -No me llames así, además tengo un severo problema con las órdenes y mis “superiores” creo que esto no funcionara entre nosotros, no eres tú, soy yo- dijo Zelas de manera sarcástica, el brujo por otro lado no pudo ocultar una mueca de tristeza, ya que le había agradado la idea de tener al elfo por compañero, -Vamos Zelitas, piensa racionalmente- insistió al momento que esquivaba la cimitarra que el elfo había retraído para sí mismo en un intento de ataque sorpresa, -uff, supongo que tendré que darte un correctivo como tu superior, insertare un poco de racionalidad en esa cabecita testaruda jijiji- nunca alguien se había esforzado tanto en sonar tierno y, sin embargo, verse tan tétrico y tenebroso en el intento, además de fallar completamente, en vez de provocar simpatía, Zelas cada vez se sentía más asqueado, en especial al escuchar como le decía Zelitas... iugh.
-nyth shogg uln uaaah - balbuceo Vaal Hazak, al momento que el sonido de carne desgarrándose y huesos que se quebraban resonó en el lugar, la carne y huesos de todos los cadáveres, incluyendo a Kentaro, se separaban de sus antiguos dueños y comenzaban a reunirse en una especie de orbe grotesca y abominable -esto es algo que encontré en este libro, tuvimos una amena charla con el oráculo, quien entendiendo su posición, retuvo esto especialmente para dármelo, ella fue quien sugirió que atacara a la caravana si quería divertirme, y tu Zelitas me has hecho reír bastante este día, así que recapacita un poco ¿quieres?- dijo el brujo en un último intento de convencer al elfo de unírsele, -iugh- fue la escueta pero clara respuesta de Zelas quien se lanzó al ataque contra aquella abominación. Vaal Hazak suspiro resignado y decepcionado a la vez.
- Abominacion invocada por Vaal Hazak:
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Zelas se propulsaba por los aires de un lado a otro, cortando tentáculos y apuñalando ojos y cualquier otra cosa que intentara dañarle, la creatura por su parte intentaba, en vano, atrapar al elfo el cual no dejaba de moverse de un lado a otro, cortes por arriba, abajo, izquierda, derecha, en diagonal, vertical, horizontal, cualquier sentido de dirección que Zelas hubiera tenido, yacía ahora en el olvido puesto que lo único que tenía en mente era cortar aquella masa redonda de carne, ojos, tentáculos y dientes, los cuales parecían no tener fin, -tanto potencial tirado a la basura, jamás podrás ganarle Zelitas, ríndete de una vez- vociferaba el brujo desde alguna dirección que Zelas ignoraba, ya que su sentido de orientación había desaparecido completamente, aquellas palabras le enfurecieron al punto que supero una vez más sus capacidades, atacando con todas sus armas a la vez y sin misericordia, sin embargo, aquella arremetida caótica venía a cobrar factura, basto con que perdiera el ritmo de su respiración por un momento para ser golpeado por un tentáculo que no alcanzo a cortar, todo fue cuesta abajo desde ese momento, Zelas habiendo perdido su centro, se encontraba completamente expuesto y desorientado, la abominación que había perdido un poco más de la mitad de su masa corporal necesito solo un par de golpes para desarmar al elfo, acto seguido uno de los tentáculos con dientes de aferro y mordió una de sus piernas, para luego azotarlo violentamente de un lado a otro, antes de perder el conocimiento alcanzo a vislumbrar como los trozos de carne que había cortado se iban reintegrando lentamente de vuelta a la abominación.
Todo parecía perdido, Zelas ya inconsciente seguía siendo azotado hasta que el sonido de un golpe sordo rompió el letal agarre, Eve que se había acercado furtivamente aparecía ahora para rescatar al elfo, devolviendo el favor que Zelas le había hecho anteriormente, arrancando los trozos de tentáculo que todavía estaban aferrados a la pierna de Zelas y alejándose de ahí con toda prisa. -Oh la chica seguía con vida! que maravillosa sorpresa, este Zelitas sin dudas es pragmático, bueno supongo que con eso sería suficiente para acabar con el- exclamo el brujo, mientras la abominación se acercaba a él y extendía sus tentáculos para atrapar al brujo, el cual observo sorprendido como su invocación intentaba atacarle - ¿huh?, ¿qué crees que haces?, aprende tu lugar carnita molida, “Hior’eley jih jhu” - exclamo el brujo al momento que la abominación implosionaba y tentáculos similares a los que habían emergido de la niñita anteriormente, salían del interior de la abominación para terminar de comprimirla hasta volverla un diminuto trozo de carne espasmódica. -Wolfgang me va a regañar por esto, será mejor que encuentre un pronto reemplazo para ocupar el número 1, rayos, supongo que V y Trowa disfrutarán escuchando de cómo casi se unía otro elfo a la organización, Zelitas era un buen prospecto, ¿me pregunto si su apellido realmente era del Viento?... Estos elfos son tan raros jijiji- comento Vaal Hazak para sí mismo, emprendiendo camino hacia un rumbo desconocido...
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Afortunado y adolorido, esas fueron las primeras sensaciones que Zelas pudo identificar al abrir sus ojos, vendado de pies a cabeza, con solo unos leves orificios para ver, respirar y hablar si es que así sentía que lo necesitaba, sentía como estaba siendo trasladado en lo que asumió era una carreta.
-Hey, mira quien ha decidido despertar, por un momento pensamos que ya habías pasado a mejor vida- comento Eve quien estaba sentada a un lado del elfo.
-Auch, esstass veendass esstan muy aprefjtadass- protesto el elfo que ahora se sentía más adolorido que antes.
-Hicimos lo que pudimos, fuiste afortunado de que encontráramos a un viajero mercante, el cual parece iba a visitar al oráculo, cuando le explique lo que había pasado, se ofreció a ayudar, así fue como te curamos como podíamos, tienes demasiados huesos rotos y si no hacemos algo capaz que mueras de sangrado interno- sentencio aquel bello ángel de las malas noticias.
Zelas intento mover su cuerpo en vano, apenas si respiraba y hablaba, -Intenta llevarme a algún mercado, no hay nada que esos curanderos no puedan hacer- comento con las vendas de su rostro ya un poco más sueltas.
-Supongo que ese será nuestro punto de separación, ya tuviste suficiente de esos monstruos, ya has hecho suficiente, por muchos aeros que sean, no deberías meterte en esta pelea- comento Eve con un cierto atisbo de tristeza mientras tomaba con suavidad la mano de elfo, quien no podía gesticular mucho.
-Te equivocas, esto ya no tiene que ver con aeros, no te ofendas, pero tampoco tiene que ver con tu venganza personal, alguien tiene que detenerlos, envidio la libertad que poseen para hacer lo quieran hacer, incluso me han invitado a su grupito, pero los rechace... Tss... Esta cacería se ha vuelto personal, tarde o temprano interferirán con lo que sea que quiera hacer, de una u otra forma... Si no hago nada, tendré que vivir como un elfo inútil que ni siquiera fue capaz de ayudar a una niñita.... - comento el elfo antes de perder la conciencia nuevamente, aquellas palabras las sentía, estaba determinado a cazarlos, sin embargo, su cuerpo no se encontraba en condiciones y ahora todo dependía de la suerte.
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Pasaron los días y el elfo se recuperaba bien, Eve había logrado llevarlo a un lugar donde habían curanderos que trataron sus heridas.
- ¿Cuál será tu siguiente movimiento? - pregunto la joven con curiosidad.
- No lo sé, escuche a alguien hablar sobre un festival en Roilkat, creo inventaron una comida nueva, quiero saber de qué va eso, ¿qué hay de ti?, ya tienes decidido que hacer- pregunto el elfo mientras mordía una manzana.
- Eso suena interesante, yo creo que volveré a mi pueblo, debo entrenar si quiero luchar contra esos sujetos de nuevo - exclamo determinada.
-Supongo que acá separaremos nuestros caminos, fue divertido Eve, la próxima vez que nos veamos, intentemos que no nos sobrepase una cosa fea como la que me pateo el trasero- dijo el elfo burlándose de lo ocurrido.
- Quizás la próxima vez podrás beber licor como corresponde, mantente raro, pero no te conviertas en un extraño, hasta la próxima Zelas del Viento- dijo antes de acercarse al elfo sugerentemente y amagar un beso en la mejilla - JA, te la creíste- exclamo para luego irse del lugar sonriente, el Zelas por su parte se sonrojo al haber caído como los mejores.
Zelas Hazelmere
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