Un viejo lobo en apuros [Libre] [5/5]
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Un viejo lobo en apuros [Libre] [5/5]
El viento aullaba a través de las hojas, el río hacia honor de su presencia golpeando las orillas y las rocas que se atrevían a emerger, el sol alumbraba con orgullo todo el paisaje; un paisaje que podría haber sido el ideal, de no ser por la mala fortuna del hombre que ahí se encontraba.
Un cuerpo que gozaba de estabilidad con medio cuerpo en la orilla del río a pesar de la otra mitad, que el río parecía insistir en arrastrarlo hacia su terreno de nuevo. No estaba muerto ni inconsciente, pero sí parecía suficientemente herido como para decidir no levantarse a pesar de, aparentemente, disimular cierto nerviosismo.
La sangre empezaba a teñir una pequeña superficie del río, que rápidamente se disipaba por las fuertes corrientes y el hombre, con aparente voluntad de impedir la hemorragia, con dificultades empezó a retirar las piernas que aún descansaban en el agua.
Poco a poco, dándose la vuelta para posicionarse bocabajo, se arrastró hasta el árbol más cercano donde apoyarse incorporado y así tener cierta cobertura de la misma dirección que provenía la corriente del río. A juzgar por su comportamiento y su estado, era muy fácil deducir que algo que no había terminado estaba sucediendo. El hombre vestía ropajes simples, alguna pieza de cuero que había pasado a formar parte de la decoración, pues con un breve análisis podría deducirse que hace unos instantes disponía de mayores protecciones que habría perdido un en supuesto enfrentamiento.
En la parte superior de su brazo izquierdo disponía de un corte, que a pesar de desconocer cuán grave era, sí sangraba de manera alarmante, precipitándose a lo largo de la extremidad hasta formar una gotera al nivel de los dedos. A su vez, en el mismo lado a lo largo del costillar, se asomaba otro corte más superficial y menos alarmante, pero que parecía resentir al hombre vestía tales heridas. De esta manera sus ropajes quedaban principalmente teñidos de rojo, con tiras de cuero por encima de la ropa fracturadas y rotas, que probablemente se sacrificaron previniendo más heridas. Moratones y completamente empapado, de un accidentado viaje a través de la corriente del río, quizá fue la única vía de escape que tuvo.
Tras recuperar el aliento en el árbol y tratar de apañar unas vendas con su propio ropaje, con mucha torpeza pero suficientemente eficiente, se levantó apoyando la diestra en el árbol mientras el otro brazo colgaba herido. Comprobó durante unos instantes su alrededor.
El viento aulló, los árboles que decoraban la vegetación que le rodeaba compusieron una armonía de choque entre sus propias hojas, instantes después se añadieron los arbustos que formaban la espesura. El viejo herido, apartó su diestra del árbol para atrapar la empuñadura de su espada bastarda, enfundada en su cinto que no habría perdido por fortuna. Desconocía si se estaba aproximando un peligro, un aliado, o era una confusa orquesta provocada por el viento de todo aquello que componía su alrededor. Apretó con fuerza la empuñadura haciendo crujir ligeramente el cuero que lo vestía. Su mandíbula se empezó a comprimir haciendo temblar ligeramente los dientes al colisionar entre ellos con fuerza, y su ceño se frunció ligeramente, temiendose lo peor. Se sentía vulnerable al estar herido y no disponer de ninguna ventaja estratégica.
Cuando el viento se detuvo pudo distinguir que no estaba equivocado, alguien estaba cerca, desconocía si se acercaba hacia él o solo estaba pasando cerca, pudo diferenciar con claridad las ramas rompiéndose bajo el calzado de aquel ser y como algunas hojas le rozaban. Empezó a desenfundar la bastarda poco a poco, replanteándose si aquellos que le habían agredido anteriormente seguían en su búsqueda y habían conseguido rastrearle. Cuando la empuñadura se separó ligeramente de la funda, el filo se mostró mediante un ligero destello, que rápidamente sería corregido al vislumbrar con claridad la enigmática figura.
Un cuerpo que gozaba de estabilidad con medio cuerpo en la orilla del río a pesar de la otra mitad, que el río parecía insistir en arrastrarlo hacia su terreno de nuevo. No estaba muerto ni inconsciente, pero sí parecía suficientemente herido como para decidir no levantarse a pesar de, aparentemente, disimular cierto nerviosismo.
La sangre empezaba a teñir una pequeña superficie del río, que rápidamente se disipaba por las fuertes corrientes y el hombre, con aparente voluntad de impedir la hemorragia, con dificultades empezó a retirar las piernas que aún descansaban en el agua.
Poco a poco, dándose la vuelta para posicionarse bocabajo, se arrastró hasta el árbol más cercano donde apoyarse incorporado y así tener cierta cobertura de la misma dirección que provenía la corriente del río. A juzgar por su comportamiento y su estado, era muy fácil deducir que algo que no había terminado estaba sucediendo. El hombre vestía ropajes simples, alguna pieza de cuero que había pasado a formar parte de la decoración, pues con un breve análisis podría deducirse que hace unos instantes disponía de mayores protecciones que habría perdido un en supuesto enfrentamiento.
En la parte superior de su brazo izquierdo disponía de un corte, que a pesar de desconocer cuán grave era, sí sangraba de manera alarmante, precipitándose a lo largo de la extremidad hasta formar una gotera al nivel de los dedos. A su vez, en el mismo lado a lo largo del costillar, se asomaba otro corte más superficial y menos alarmante, pero que parecía resentir al hombre vestía tales heridas. De esta manera sus ropajes quedaban principalmente teñidos de rojo, con tiras de cuero por encima de la ropa fracturadas y rotas, que probablemente se sacrificaron previniendo más heridas. Moratones y completamente empapado, de un accidentado viaje a través de la corriente del río, quizá fue la única vía de escape que tuvo.
Tras recuperar el aliento en el árbol y tratar de apañar unas vendas con su propio ropaje, con mucha torpeza pero suficientemente eficiente, se levantó apoyando la diestra en el árbol mientras el otro brazo colgaba herido. Comprobó durante unos instantes su alrededor.
El viento aulló, los árboles que decoraban la vegetación que le rodeaba compusieron una armonía de choque entre sus propias hojas, instantes después se añadieron los arbustos que formaban la espesura. El viejo herido, apartó su diestra del árbol para atrapar la empuñadura de su espada bastarda, enfundada en su cinto que no habría perdido por fortuna. Desconocía si se estaba aproximando un peligro, un aliado, o era una confusa orquesta provocada por el viento de todo aquello que componía su alrededor. Apretó con fuerza la empuñadura haciendo crujir ligeramente el cuero que lo vestía. Su mandíbula se empezó a comprimir haciendo temblar ligeramente los dientes al colisionar entre ellos con fuerza, y su ceño se frunció ligeramente, temiendose lo peor. Se sentía vulnerable al estar herido y no disponer de ninguna ventaja estratégica.
Cuando el viento se detuvo pudo distinguir que no estaba equivocado, alguien estaba cerca, desconocía si se acercaba hacia él o solo estaba pasando cerca, pudo diferenciar con claridad las ramas rompiéndose bajo el calzado de aquel ser y como algunas hojas le rozaban. Empezó a desenfundar la bastarda poco a poco, replanteándose si aquellos que le habían agredido anteriormente seguían en su búsqueda y habían conseguido rastrearle. Cuando la empuñadura se separó ligeramente de la funda, el filo se mostró mediante un ligero destello, que rápidamente sería corregido al vislumbrar con claridad la enigmática figura.
Última edición por Caín Blackwell el Jue Abr 02 2020, 11:50, editado 1 vez
Caín Blackwell
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Re: Un viejo lobo en apuros [Libre] [5/5]
‘¿Estoy siendo tonta?’ me pregunté por enésima vez en lo que iba de la semana. En los últimos meses me había abnegado a Amanda, pero evidentemente eso no había sido suficiente. ¿Era una tonta por aspirar a ser su otra mitad cuando sabía que no era la otra parte de mi alma? Tal vez, pero la diosa Luna, Freya, o como demonios sea que le quieran llamar, me habían olvidado, incluso mi querido Fenrir se había ido apartando poco a poco de mi camino. Mis celos cada vez eran más difíciles de controlar y poco a poco sentía que mi yo más salvaje y oscuro se apoderaba de mí. Necesitaba un descanso. De la vida en el condado. De mi mujer. De mi misma. De la interminable lucha con los vampiros. Y heme aquí… en medio de…
Me detuve en seco cuando me di cuenta del lugar a donde me habían llevado mis patas. Levanté el hocico al aire y pude sentir la familiar esencia de la sangre. Un escalofrío recorrió mis nervios y sacudí mi pelambre. Inconscientemente había dejado Sacrestic Ville ¿para qué? ¿para meterme en más problemas? Los bosques del este ya no eran mi hogar. Tal vez en algún momento de mi vida, pero ahora todo era distinto. Me volví sobre mis patas traseras cuando un gruñido me detuvo. ¡Cual fue mi sorpresa cuando me di cuenta que había sido mi propia garganta! ‘¡Ja!’ si pudiera reír en esa forma, probablemente ya lo hubiese hecho. Evidentemente una parte de mí se rehusaba a volver por donde vinimos. ¿Debería de echar un vistazo? ¿Cuánto hacía que no veía a uno de los míos fuera de mi pequeña manada que dejé atrás sin explicaciones? Dejé escapar el aire nuevamente y sacudí mi cabeza. No perdería nada con sólo echar un vistazo ¿verdad? Es decir, siempre podía poner patitas en polvorosa y desvincularme de los problemas…¿no?
Nha.
La curiosidad mató al gato.
‘O a la licántropo’ me corregí con una sonrisa canina.
Pese a todo, aún recordaba lo que se sentía estar en un clan –y fuera de uno- y aunque no quisiera aceptarlo. Había cambiado en esos meses. ¿De qué forma? Aún no estaba segura, pero pronto lo averiguaría.
Disminuí mi marcha a medida que me acercaba al río, sentí que mi entrecejo se fruncía. El maldito olor a sangre escocía en mi nariz* no pude concentrarme en mucho más cuando me percaté de que había un viejo herido bajo un árbol. ‘Maldición’ pensé dejando escapar un gruñido que probablemente podría haber sido escuchado por un licántropo con su oído mejorado… aunque ese se veía tan viejo que tal vez estuviese medio sordo. Los viejos de cualquier raza tendían a hacerme sentir nerviosa, era un ciclo sin fin: nervios, miedo por romperlos, momento incómodo en donde encontraban esa debilidad en mí, momentos de explotación. Dejé escapar un soplido dándome la vuelta para volver a mi forma humana, no sabía si se había percatado de mi presencia pues aún me encontraba tras algunos arbustos, pero tampoco había intentado esconderme precisamente.
Me eché un vestido simple de cuero encima, la capa en la que había envuelto mis petates, y me calcé mis hachas, siendo ese todo el equipaje que había llevado conmigo. Salí de las sombras y lo ojee con un poco más de detenimiento. Realmente estaba herido, se le veía demacrado… -¿o eran así todos los viejos? Tch- Eh eh, no quiero problemas anciano dije poniendo en alto mis manos a medida que intentaba acercarme a él. No es necesario que uses eso contra mí continué soltándole una tímida sonrisa. Soy W… Wood hacía tanto tiempo que no usaba mi nombre de guerra que se sintió raro volver a usarlo con naturalidad. Pertenezco a Colmillo de Hierro. Confío en que pueda ayudarle? de alguna forma mi afirmación terminó como una pregunta. Seguro que llegado el caso probablemente podría dejarlo inconsciente e intentar curarle -o buscar ayuda- aunque era alto y tenía aún mucho músculo. Un guerrero quizás.Pobablemente era más prudente seguir usando las palabras. Nota mental: gracias chupa sangres.
Volví a levantar mi nariz al aire ¿Tienes compañía anciano? pregunté con tono serio. Había aprendido a desconfiar de las sorpresas. La piel de mi espalda se erizó mientras esperaba alguna confirmación del viejo licántropo herido.
_______________________Me detuve en seco cuando me di cuenta del lugar a donde me habían llevado mis patas. Levanté el hocico al aire y pude sentir la familiar esencia de la sangre. Un escalofrío recorrió mis nervios y sacudí mi pelambre. Inconscientemente había dejado Sacrestic Ville ¿para qué? ¿para meterme en más problemas? Los bosques del este ya no eran mi hogar. Tal vez en algún momento de mi vida, pero ahora todo era distinto. Me volví sobre mis patas traseras cuando un gruñido me detuvo. ¡Cual fue mi sorpresa cuando me di cuenta que había sido mi propia garganta! ‘¡Ja!’ si pudiera reír en esa forma, probablemente ya lo hubiese hecho. Evidentemente una parte de mí se rehusaba a volver por donde vinimos. ¿Debería de echar un vistazo? ¿Cuánto hacía que no veía a uno de los míos fuera de mi pequeña manada que dejé atrás sin explicaciones? Dejé escapar el aire nuevamente y sacudí mi cabeza. No perdería nada con sólo echar un vistazo ¿verdad? Es decir, siempre podía poner patitas en polvorosa y desvincularme de los problemas…¿no?
Nha.
La curiosidad mató al gato.
‘O a la licántropo’ me corregí con una sonrisa canina.
Pese a todo, aún recordaba lo que se sentía estar en un clan –y fuera de uno- y aunque no quisiera aceptarlo. Había cambiado en esos meses. ¿De qué forma? Aún no estaba segura, pero pronto lo averiguaría.
Disminuí mi marcha a medida que me acercaba al río, sentí que mi entrecejo se fruncía. El maldito olor a sangre escocía en mi nariz* no pude concentrarme en mucho más cuando me percaté de que había un viejo herido bajo un árbol. ‘Maldición’ pensé dejando escapar un gruñido que probablemente podría haber sido escuchado por un licántropo con su oído mejorado… aunque ese se veía tan viejo que tal vez estuviese medio sordo. Los viejos de cualquier raza tendían a hacerme sentir nerviosa, era un ciclo sin fin: nervios, miedo por romperlos, momento incómodo en donde encontraban esa debilidad en mí, momentos de explotación. Dejé escapar un soplido dándome la vuelta para volver a mi forma humana, no sabía si se había percatado de mi presencia pues aún me encontraba tras algunos arbustos, pero tampoco había intentado esconderme precisamente.
Me eché un vestido simple de cuero encima, la capa en la que había envuelto mis petates, y me calcé mis hachas, siendo ese todo el equipaje que había llevado conmigo. Salí de las sombras y lo ojee con un poco más de detenimiento. Realmente estaba herido, se le veía demacrado… -¿o eran así todos los viejos? Tch- Eh eh, no quiero problemas anciano dije poniendo en alto mis manos a medida que intentaba acercarme a él. No es necesario que uses eso contra mí continué soltándole una tímida sonrisa. Soy W… Wood hacía tanto tiempo que no usaba mi nombre de guerra que se sintió raro volver a usarlo con naturalidad. Pertenezco a Colmillo de Hierro. Confío en que pueda ayudarle? de alguna forma mi afirmación terminó como una pregunta. Seguro que llegado el caso probablemente podría dejarlo inconsciente e intentar curarle -o buscar ayuda- aunque era alto y tenía aún mucho músculo. Un guerrero quizás.Pobablemente era más prudente seguir usando las palabras. Nota mental: gracias chupa sangres.
Volví a levantar mi nariz al aire ¿Tienes compañía anciano? pregunté con tono serio. Había aprendido a desconfiar de las sorpresas. La piel de mi espalda se erizó mientras esperaba alguna confirmación del viejo licántropo herido.
Off: *hago alusión al olfato mejorado en la ficha de habilidades
Woodpecker
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Re: Un viejo lobo en apuros [Libre] [5/5]
Después de un tiempo en la capital humana la ursina finalmente se volvió a poner de viaje, antes de que la estadía finalmente le empezara a provocar echar raíces junto a los gorriones, pues, ahora sentía que la compañía de esos pequeños rufianes se había vuelto un ancla a la cual regresar en este mundo como la aldea de hombres bestia que la vio nacer.
Decidió que antes de volver a visitar su hogar natal, se pasearía por las tierras natales de la pequeña Luna, con la cual había formado un fuerte lazo, mas que con el resto de los gorriones, pues la pequeña licántropa podía comprender lo que se sentía vivir en el punto medio entre una persona y un animal.
En cierto modo sentía añoranza de esos pequeños, pero, por otro lado, se sentía alegre de abandonar los estrechos pasadizos de la gran ciudad y aventurarse de nuevo en los bosques indómitos que eran mas su territorio natural.
El clima era agradable, el viento soplaba gentilmente entre los arboles y el sol brillaba en el cielo, un leve aroma a flores silvestres se sentía en el aire, el corazón de Bruna estaba tan alegre que empezó a cantar una de las tonadas que su madre le cantaba para ir a dormir.
Su suave, pero, poderosa voz, comenzó a resonar por el bosque al son de esa canción de cuna, su alegre canto se vio interrumpido por un leve olor metálico en el aire, que resulto demasiado familiar a la nariz de la osa para su gusto, el aroma de sangre.
Bruna sujeto con fuerza su martillo en su zarpa diestra y avanzo con cuidado, pero convicción al frente, temiendo que alguien mas pudiese estar en peligro, marcho con paso decidido hasta llegar a las orillas de un rio donde dos personas se encontraban mirándose cara a cara desde una prudente distancia.
Uno era un hombre de avanzada edad, se notaba por su rostro arrugado y su cabello canoso, aun así, su estatura y masa eran considerables, pues se trataba del hombre humanoide mas alto que la ursina hubiese visto hasta ese momento, parecía ser casi tan alto como ella, tal vez lo era.
Encarándolo una mujer de cabello plateado, mucho mas joven, tal ves la mitad en años que aquel hombre le intentaba hablar de forma tranquila para evitar violencia.
Bruna emergió de los arbustos a escasos metros de la espalda de aquel hombre, la ursina se percató rápidamente de que el estaba herido, cansado, y peor, armado, por el aroma se dio cuenta que ninguna de las dos personas que acababa de encontrar eran humanos, pues olían similar a la pequeña Luna.
Bruna miro al hombre primero, pues estaba mas cerca de ella, no quería empezar su travesía en las tierras de los hombres lobo empezando una pelea con un viejo licántropo herido, eso sería de mala educación, en un signo de paso se dio la vuelta encarando al anciano, soltando el mango de su gran martillo de madera provocando que este cayera al suelo.
La asta del martillo era tan larga que la cabeza, gruesa como cuatro fornidos brazos humanos, llegaban al pecho de la ursina cuando el otro extremo tocaba el piso, este se estrello contra el suelo provocando un sonido de un fuerte “THUMP” cuando impacto contra el húmedo pavimento de la orilla del rio.
Con su, ahora, libre zarpa diestra, la ursina empezó a saludar al viejo hombre lobo frente a ella mientras le sonreía amablemente al inclinar su cabeza un poco al costado.
Decidió que antes de volver a visitar su hogar natal, se pasearía por las tierras natales de la pequeña Luna, con la cual había formado un fuerte lazo, mas que con el resto de los gorriones, pues la pequeña licántropa podía comprender lo que se sentía vivir en el punto medio entre una persona y un animal.
En cierto modo sentía añoranza de esos pequeños, pero, por otro lado, se sentía alegre de abandonar los estrechos pasadizos de la gran ciudad y aventurarse de nuevo en los bosques indómitos que eran mas su territorio natural.
El clima era agradable, el viento soplaba gentilmente entre los arboles y el sol brillaba en el cielo, un leve aroma a flores silvestres se sentía en el aire, el corazón de Bruna estaba tan alegre que empezó a cantar una de las tonadas que su madre le cantaba para ir a dormir.
- Música de referencia:
Su suave, pero, poderosa voz, comenzó a resonar por el bosque al son de esa canción de cuna, su alegre canto se vio interrumpido por un leve olor metálico en el aire, que resulto demasiado familiar a la nariz de la osa para su gusto, el aroma de sangre.
Bruna sujeto con fuerza su martillo en su zarpa diestra y avanzo con cuidado, pero convicción al frente, temiendo que alguien mas pudiese estar en peligro, marcho con paso decidido hasta llegar a las orillas de un rio donde dos personas se encontraban mirándose cara a cara desde una prudente distancia.
Uno era un hombre de avanzada edad, se notaba por su rostro arrugado y su cabello canoso, aun así, su estatura y masa eran considerables, pues se trataba del hombre humanoide mas alto que la ursina hubiese visto hasta ese momento, parecía ser casi tan alto como ella, tal vez lo era.
Encarándolo una mujer de cabello plateado, mucho mas joven, tal ves la mitad en años que aquel hombre le intentaba hablar de forma tranquila para evitar violencia.
Bruna emergió de los arbustos a escasos metros de la espalda de aquel hombre, la ursina se percató rápidamente de que el estaba herido, cansado, y peor, armado, por el aroma se dio cuenta que ninguna de las dos personas que acababa de encontrar eran humanos, pues olían similar a la pequeña Luna.
Bruna miro al hombre primero, pues estaba mas cerca de ella, no quería empezar su travesía en las tierras de los hombres lobo empezando una pelea con un viejo licántropo herido, eso sería de mala educación, en un signo de paso se dio la vuelta encarando al anciano, soltando el mango de su gran martillo de madera provocando que este cayera al suelo.
La asta del martillo era tan larga que la cabeza, gruesa como cuatro fornidos brazos humanos, llegaban al pecho de la ursina cuando el otro extremo tocaba el piso, este se estrello contra el suelo provocando un sonido de un fuerte “THUMP” cuando impacto contra el húmedo pavimento de la orilla del rio.
Con su, ahora, libre zarpa diestra, la ursina empezó a saludar al viejo hombre lobo frente a ella mientras le sonreía amablemente al inclinar su cabeza un poco al costado.
Bruna
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Re: Un viejo lobo en apuros [Libre] [5/5]
No somos cobardes, y no nos escondemos del combate, pero incluso los dragones pueden esperar su momento para pillar a su presa desprevenida.
Las palabras retumbaban en la cabeza del joven dragón, inspirado de cumplir los objetivos principales. Aquellos cuales harían que toda su vida cambiara por completo, ser el rey de los dragones, una raza superior a mucho de las demás que existían en Aerandir, sintiendo dentro de él una furia y deseo de lograr sus ideales.
Los bosques del este era una zona muy poca conocida para el dragón, tenía tiempo que no pasaba por estos lares aunque era un buen lugar para comer y descansar de un largo viaje. Un rugido salió espontáneamente recorriendo todo el bosque gracia al efecto acústico, quienes estuvieran en la cercanía de él, lo habrán escuchado.
Una sonrisa propia de un depredador decoró el rostro del dragón, al percatarse de unas hullas de animal, aunque esta portaba un tamaño mayor, podría tratarse de un lobo, oso o algo más grande que los otros dos anteriores. Desenvaino su gran espada con un simple jalón hacia arriba de la mano al empuñar el mango, la misma deslumbro con los rayos del sol por toda la hoja negra que brillaba caótica mente por el sol.
Siguió precavidamente las hullas alrededor de los árboles para poder enfrentar una emboscada sorpresa, el camino lo llevo hacía la orilla de un rio, visualizando primeramente a un gran oso, más adelante un viejo donde su cuerpo brotaba sangre de alguna zonas, además de notarle con cansancio y deshidratante. Poseía una espada elevada al aire que apuntaba hacia el oso que lo estaba encarando, o más atrás del oso, dónde estaba una mujer con cabello plateado planteada con una tranquilidad muy extraña.
Podría tratarse de una pelea sobre un bandido y una humana defendida por un oso que sería un hombre bestia o mujer, ya no tenía más información al no estar tan cerca de ellos, ya que había un martillo de gran tamaño con la espada del dragón, clavado en el suelo a metros del vagabundo y el oso.
Proseguí a pensar con cautela, ingeniando ágilmente un plan para poderse enfrentar a varios escenarios de aquel momento que estaba presenciado. El cuerpo de Sajin se preparó, tensándose, y pronto se movió con la brisa en dirección al martillo. Ni los segundos consiguieron atraparlo, rompiendo con una rapidez sobrenatural la distancia entre el mazo y el.
Poso el pie en el martillo si de esto fuera posible, ejerciendo fuerza para hundir este más en el blando pavimento del rió, por si el oso quisiera utilizar el mismo ahora por la aparición del dragón le costaría un poco más de trabajo. Ya que la fuerza del dragón era superior a la de un simple humano y diferencia algunas otras razas, no fue problema alguno realizar esa acción.
Dio leves pasos hacia el otro lado para ponerse detrás del anciano, tomando cautela ante todos los presentes que se encontraban en la orilla del rio. Exclamo un rugido para imponer vigor delante del desconocido. Sajin con una voz ronca, sedosa y que ronroneaba con el crujido de huesos al fin hablo.
Bueno, viendo la situación estamos en un problema o incluso alguna equivocación, dos personas robándole a un viejo o un ladrón intentando robarle a una chica y como todo héroe el oso la salvaría o algún otro escenario, así que, díganme ustedes, que está pasando acá – Levantando la espada en forma de guardia por cautela.
Las palabras retumbaban en la cabeza del joven dragón, inspirado de cumplir los objetivos principales. Aquellos cuales harían que toda su vida cambiara por completo, ser el rey de los dragones, una raza superior a mucho de las demás que existían en Aerandir, sintiendo dentro de él una furia y deseo de lograr sus ideales.
Los bosques del este era una zona muy poca conocida para el dragón, tenía tiempo que no pasaba por estos lares aunque era un buen lugar para comer y descansar de un largo viaje. Un rugido salió espontáneamente recorriendo todo el bosque gracia al efecto acústico, quienes estuvieran en la cercanía de él, lo habrán escuchado.
Una sonrisa propia de un depredador decoró el rostro del dragón, al percatarse de unas hullas de animal, aunque esta portaba un tamaño mayor, podría tratarse de un lobo, oso o algo más grande que los otros dos anteriores. Desenvaino su gran espada con un simple jalón hacia arriba de la mano al empuñar el mango, la misma deslumbro con los rayos del sol por toda la hoja negra que brillaba caótica mente por el sol.
Siguió precavidamente las hullas alrededor de los árboles para poder enfrentar una emboscada sorpresa, el camino lo llevo hacía la orilla de un rio, visualizando primeramente a un gran oso, más adelante un viejo donde su cuerpo brotaba sangre de alguna zonas, además de notarle con cansancio y deshidratante. Poseía una espada elevada al aire que apuntaba hacia el oso que lo estaba encarando, o más atrás del oso, dónde estaba una mujer con cabello plateado planteada con una tranquilidad muy extraña.
Podría tratarse de una pelea sobre un bandido y una humana defendida por un oso que sería un hombre bestia o mujer, ya no tenía más información al no estar tan cerca de ellos, ya que había un martillo de gran tamaño con la espada del dragón, clavado en el suelo a metros del vagabundo y el oso.
Proseguí a pensar con cautela, ingeniando ágilmente un plan para poderse enfrentar a varios escenarios de aquel momento que estaba presenciado. El cuerpo de Sajin se preparó, tensándose, y pronto se movió con la brisa en dirección al martillo. Ni los segundos consiguieron atraparlo, rompiendo con una rapidez sobrenatural la distancia entre el mazo y el.
Poso el pie en el martillo si de esto fuera posible, ejerciendo fuerza para hundir este más en el blando pavimento del rió, por si el oso quisiera utilizar el mismo ahora por la aparición del dragón le costaría un poco más de trabajo. Ya que la fuerza del dragón era superior a la de un simple humano y diferencia algunas otras razas, no fue problema alguno realizar esa acción.
Dio leves pasos hacia el otro lado para ponerse detrás del anciano, tomando cautela ante todos los presentes que se encontraban en la orilla del rio. Exclamo un rugido para imponer vigor delante del desconocido. Sajin con una voz ronca, sedosa y que ronroneaba con el crujido de huesos al fin hablo.
Bueno, viendo la situación estamos en un problema o incluso alguna equivocación, dos personas robándole a un viejo o un ladrón intentando robarle a una chica y como todo héroe el oso la salvaría o algún otro escenario, así que, díganme ustedes, que está pasando acá – Levantando la espada en forma de guardia por cautela.
Sajin W
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Re: Un viejo lobo en apuros [Libre] [5/5]
Aradia trataba de recordar que había pasado pero el dolor de cabeza que le resultaba la hacía llorar y retorcerse. Solo tenía bien marcada la sensación de arrepentimiento por el haberse alejado de Nousis. ¿Se había alejado? No podía recordar. Las pesadillas se volvía una constante y aunque trataba de concentrase, sus sanaciones eran pobres por lo que aun veía varias cicatrices que escocían. ¿Qué demonios había pasado? Se frotaba la sien constantemente en la búsqueda de calmar el dolor que sentía tanto dentro de su ser como en el exterior.
Caminaba con la mirada perdida, bamboleándose como si de un momento a otro fuera a desfallecer, pero nada más alejado de esto, su corazón bombeaba con empujándola a alejarse. Perdió la noción del tiempo pero sabía que ya debía estar muy lejos de esa ciudad infernal, por si las dudas hacia días que evitaba cualquier contacto y sus ojos estaban hinchados y enrojecidos por el llanto. No sabía ni siquiera a donde iba, solo sabía que se estaba alejando lo más posible de ese hormiguero. En algún punto se sentiría tranquila y tal vez volvería a algún camino para llegar a algún poblado.
No se dio cuenta que sus pasos la guiaban hacia el río, muchas cosas pasaron por su mente. Tal vez la más calcada el dejarse caer en él y dejar que sus aguas decidieran su destino, pero, solo se hinco y remojo el rostro en las frescas aguas, lo cual le hizo espabilar y notar que no estaba sola, aunque sí bastante alejada de un variopinto grupo entre los que destacaba un mayor que por la postura estaba bastante herido, eso y las manchas de sangre que se corrían hasta el suelo.
Tal vez por su experiencia pasada sentía empatía por el hombre, pues aunque parecía que estaba todo en relativa calma, un movimiento en falso y seguro se haría ahí un zafarrancho. Tomo un par de guijarros de la orilla, pero le tembló tanto la mano que los guardo en los bolsillos de su maltrecha falda. Tampoco era la visión de la sanidad, las botas sucias, la falda hecha jirones, y manchas sanguinolentas en casi toda la ropa, el cabello lo tenía trenzado, mal trenzado y cubriendo su ojo derecho. Bueno, sería interesante ver la reacción de otros. Si las cosas no iban bien siempre podía lanzarse al rio y buscar salvaguardarse llegando a otra orilla. Y escucho algunos residuos de lo que parecía medianamente una conversación, pillo la última frase del grandullón y miro sorprendida a la osezna.
-O tal vez ninguna. –Respiro superficial, su voz sonó carrasposa y se sujetó el costado derecho, maldijo en silencio no había notado que no podía llenar los pulmones de aire.-Aunque no lo crean, un puñado de solitarios pueden toparse –volvió a respirar medianamente hondo.-Y solo acompañarse para no morir, mientras se sale de un apuro.
Cuando termino de hablar la elfa exhalo y suspiro poniéndose lo más erguida posible.-Pero si no se tiene esa civilidad, siempre se puede arreglar un problema a golpes.
Caminaba con la mirada perdida, bamboleándose como si de un momento a otro fuera a desfallecer, pero nada más alejado de esto, su corazón bombeaba con empujándola a alejarse. Perdió la noción del tiempo pero sabía que ya debía estar muy lejos de esa ciudad infernal, por si las dudas hacia días que evitaba cualquier contacto y sus ojos estaban hinchados y enrojecidos por el llanto. No sabía ni siquiera a donde iba, solo sabía que se estaba alejando lo más posible de ese hormiguero. En algún punto se sentiría tranquila y tal vez volvería a algún camino para llegar a algún poblado.
No se dio cuenta que sus pasos la guiaban hacia el río, muchas cosas pasaron por su mente. Tal vez la más calcada el dejarse caer en él y dejar que sus aguas decidieran su destino, pero, solo se hinco y remojo el rostro en las frescas aguas, lo cual le hizo espabilar y notar que no estaba sola, aunque sí bastante alejada de un variopinto grupo entre los que destacaba un mayor que por la postura estaba bastante herido, eso y las manchas de sangre que se corrían hasta el suelo.
Tal vez por su experiencia pasada sentía empatía por el hombre, pues aunque parecía que estaba todo en relativa calma, un movimiento en falso y seguro se haría ahí un zafarrancho. Tomo un par de guijarros de la orilla, pero le tembló tanto la mano que los guardo en los bolsillos de su maltrecha falda. Tampoco era la visión de la sanidad, las botas sucias, la falda hecha jirones, y manchas sanguinolentas en casi toda la ropa, el cabello lo tenía trenzado, mal trenzado y cubriendo su ojo derecho. Bueno, sería interesante ver la reacción de otros. Si las cosas no iban bien siempre podía lanzarse al rio y buscar salvaguardarse llegando a otra orilla. Y escucho algunos residuos de lo que parecía medianamente una conversación, pillo la última frase del grandullón y miro sorprendida a la osezna.
-O tal vez ninguna. –Respiro superficial, su voz sonó carrasposa y se sujetó el costado derecho, maldijo en silencio no había notado que no podía llenar los pulmones de aire.-Aunque no lo crean, un puñado de solitarios pueden toparse –volvió a respirar medianamente hondo.-Y solo acompañarse para no morir, mientras se sale de un apuro.
Cuando termino de hablar la elfa exhalo y suspiro poniéndose lo más erguida posible.-Pero si no se tiene esa civilidad, siempre se puede arreglar un problema a golpes.
- Por si las dudas:
Por historia y hubicación queda mejor Ari en este tema espero no sea molestia
Aradia Hazelmere
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Re: Un viejo lobo en apuros [Libre] [5/5]
- Propuesta de Música:
Contuvo la respiración a lo largo de la aparición de la primera figura que se manifestó delante suya, asomando centímetro por centímetro el filo de la espada, desenfundándola cautelosamente. Sin embargo al vislumbrar el rostro de la chica y no identificarla en el grupo que anteriormente le perseguía, a la vez de no percibir ningún comportamiento o señal que temer respecto ella, dejó caer la espada de nuevo, enfundándose por su propio peso y llevándose esa mano que apretaba la empuñadura, ahora al costillar para seguir conteniendo el dolor. Lo último que le interesaba era mostrarse hostil hacia nuevos contrincantes en el precario estado que se encontraba. Gruñió ligeramente mientras le escuchaba, pero no como respuesta a sus palabras, si no a su cuerpo mermando por el dolor.
Su ceño se relajó progresivamente mientras atendía a la presentación de la recién llegada. En cualquier situación se habría mostrado más desconfiado, pero en esta situación era de vital importancia poder confiar y acertar. - Tampoco quiero más problemas de los que tengo, muchacha. - Respondió como señal, segundos después de haber ocultado el filo de la espada en su propia funda. Cuando escuchó que pertenecía al Colmillo de Hierro alzó discretamente una ceja prestando más de su atención y por unos segundos olvidándose de sus dolores mientras susurraba - Ulmer . . . - Rápidamente asintió pausadamente para proseguir su respuesta. - Por desgracia tengo compañía, una mala compañía, esos desgraciados . . . - Arrugó discretamente la nariz mostrando claro desprecio hacia ellos, refiriéndose a los agresores.
Justo cuando iba a proseguir, Caín se sobresaltó por el impacto del martillo contra el suelo de una presencia que aún no se había percatado previamente. Su reflejo fue un deje de interponer el brazo entre la mujer oso y su rostro como si fuera a ser golpeado. Por un momento pensó que Wood le estuvo entreteniendo mientras otra despejó la zona para asegurar un atraco a su favor, y en cooperación entre ellas. Sin querer optar por esa idea tardó unos segundos en mediar palabra alguna observando la reacción de Wood ante la aparición de la osa. Antes de que Caín pudiera si quiera devolverle un saludo desconfiado a la osa, una figura apareció a gran velocidad irrumpiendo de una forma más agresiva, a lo que el viejo lobo volvió a sobresaltarse pero esta vez la confusión no dejó siquiera hacer gesto alguno de defenderse.
Observó cómo trató de hundir el martillo de Bruna en el suelo, para después seguirle con la mirada. A medida que Sajin se colocaba en su espalda, Caín se iba haciendo al lado para tener una perspectiva de todos los presentes. La adrenalina volvió a disiparse en su sangre, en un bombeó acelerado del corazón y una falsa revitalización que sencillamente le impedía sentir un dolor tan intenso, a pesar de que la gravedad de su situación no hubiera mejorado. - No estoy robando a nadie, y por ahora nadie me estaba robando, bajad vuestra arma. - Extendió una mano hacia delante, marcando distancia a la vez que tratando de señalizar cierta paz en el ambiente.
Finalmente, observó acercarse a una última figura de manera más apaciguada y que parecía volver a equilibrar la balanza para eliminar, o intentar eliminar tensiones con su comportamiento; a pesar de que la elfa no parecía estar en sus mejores condiciones mostró un porte que Caín interpretó como orgulloso y respetuoso a su vez. En cualquier caso habría recomendado que guardara el aliento a la última llegada, debido a que parecía tener dificultades al respirar; sin embargo no quería callar a alguien que trataba de unificar al grupo.
- Tiene razón, tiene razón. - Afirmó un par de veces con un filo de voz, que poco a poco alzó hasta tratar de hablarle a todo el grupo. - Sé que no tenéis nada que ver, pero no sé cómo actuarán los que me buscan cuando os vean conmigo. Os recomiendo que si no queréis problemas, os vayáis. Me las arreglaré, como siempre he hecho. - Intentó poner cierta prisa con un ligero tono de nerviosismo, invitando a los presentes a tomar una retirada del lugar para evitar futuros problemas. Problemas, que no dieron tiempo a ningún presente a replantearselo.
A unos cuantos metros, entre la espesura, empezaron a mostrarse varias figuras. Un total de seis, aparentemente humanos, con las armas desenfundadas. Dos de ellos alzaron sus ballestas apuntando tímidamente al grupo, sin atreverse a apuntar a nadie en particular pero como señal de advertencia y para marcar distancias. Los otros cuatro empuñaban espadas y tres de ellos, se colocaron ligeramente más adelante del primero que empezó a hablar.
- ¡Caín! O quizá os gusta más que os llame, “tío”. - Refiriéndose claramente al significado familiar, y no informal. Zarandeó la espada con un comportamiento ansioso y claramente lleno de rabia, caminando de lado a lado. Observó al grupo varias veces antes de proseguir hablando, obviamente confuso por la repentina aparición de tanta gente. - No sé quienes sois, pero si cogéis a este decrépito anciano, mi familia . . . quizá debería decir, ¡nuestra familia! - Señaló con la espada a Caín mientras la otra mano se señalaba a sí mismo. - . . . os lo recompensará en gran medida. Tenéis delante a un asesino, al peor de los traidores. - Por ahora el grupo de gente armada, parecía mantener distancias sin tener intenciones de avanzar, hasta al menos clarificar qué bandos se iban a marcar, o cómo iban a actuar todos los presentes. - . . . ese hombre mató a su propio padre. ¿Quién sería tan necio y capaz de llevar a cabo tal asesinato?
Caín suspiró sin responder a ninguna de las palabras de su aparente sobrino, pero sí volvió a llevar una mano hacia la empuñadura de su espada bastarda. El odio en los ojos del viejo lobo fue incrementando progresivamente, capaz de explotar en cualquiera de los segundos. Se olvidó de los presentes, ahora sí, dándoles la espalda descuidadamente. La pérdida de sangre de Caín, la rabia que empezó a recorrer sus venas y su impulsividad le empezaron a volver poco prudente. Se sentía acorralado, y como cualquier lobo cuando se siente acorralado, enseña los dientes.
Probablemente quienes tenían más poder para decidir cómo se iba a desarrollar la situación eran sus acompañantes, mientras el viejo se adentraba en un trance de ira que podría terminar en una opción que no le beneficiaría. Pero las palabras de esos hombres armados, afirmaban que Caín era un asesino, incluso que había matado a su propio padre; quien no parecía haberlo desmentido, siquiera respondido a nada de ello.
- ¡Apartaos, o ayudadnos a cogerle! Ese hombre ha vivido demasiado. No somos bandidos, no queremos robar a nadie, ni hemos venido aquí a herir a nadie más. Solo queremos impartir la justicia que nuestra familia lleva exigiendo desde años; y que corre riesgo de ser olvidada con su muerte natural, si alcanza a vivir. - El hombre no se mostró hostil hacia los acompañantes de Caín, solo autoritario. Era obvio que tenían un solo objetivo.
Su ceño se relajó progresivamente mientras atendía a la presentación de la recién llegada. En cualquier situación se habría mostrado más desconfiado, pero en esta situación era de vital importancia poder confiar y acertar. - Tampoco quiero más problemas de los que tengo, muchacha. - Respondió como señal, segundos después de haber ocultado el filo de la espada en su propia funda. Cuando escuchó que pertenecía al Colmillo de Hierro alzó discretamente una ceja prestando más de su atención y por unos segundos olvidándose de sus dolores mientras susurraba - Ulmer . . . - Rápidamente asintió pausadamente para proseguir su respuesta. - Por desgracia tengo compañía, una mala compañía, esos desgraciados . . . - Arrugó discretamente la nariz mostrando claro desprecio hacia ellos, refiriéndose a los agresores.
Justo cuando iba a proseguir, Caín se sobresaltó por el impacto del martillo contra el suelo de una presencia que aún no se había percatado previamente. Su reflejo fue un deje de interponer el brazo entre la mujer oso y su rostro como si fuera a ser golpeado. Por un momento pensó que Wood le estuvo entreteniendo mientras otra despejó la zona para asegurar un atraco a su favor, y en cooperación entre ellas. Sin querer optar por esa idea tardó unos segundos en mediar palabra alguna observando la reacción de Wood ante la aparición de la osa. Antes de que Caín pudiera si quiera devolverle un saludo desconfiado a la osa, una figura apareció a gran velocidad irrumpiendo de una forma más agresiva, a lo que el viejo lobo volvió a sobresaltarse pero esta vez la confusión no dejó siquiera hacer gesto alguno de defenderse.
Observó cómo trató de hundir el martillo de Bruna en el suelo, para después seguirle con la mirada. A medida que Sajin se colocaba en su espalda, Caín se iba haciendo al lado para tener una perspectiva de todos los presentes. La adrenalina volvió a disiparse en su sangre, en un bombeó acelerado del corazón y una falsa revitalización que sencillamente le impedía sentir un dolor tan intenso, a pesar de que la gravedad de su situación no hubiera mejorado. - No estoy robando a nadie, y por ahora nadie me estaba robando, bajad vuestra arma. - Extendió una mano hacia delante, marcando distancia a la vez que tratando de señalizar cierta paz en el ambiente.
Finalmente, observó acercarse a una última figura de manera más apaciguada y que parecía volver a equilibrar la balanza para eliminar, o intentar eliminar tensiones con su comportamiento; a pesar de que la elfa no parecía estar en sus mejores condiciones mostró un porte que Caín interpretó como orgulloso y respetuoso a su vez. En cualquier caso habría recomendado que guardara el aliento a la última llegada, debido a que parecía tener dificultades al respirar; sin embargo no quería callar a alguien que trataba de unificar al grupo.
- Tiene razón, tiene razón. - Afirmó un par de veces con un filo de voz, que poco a poco alzó hasta tratar de hablarle a todo el grupo. - Sé que no tenéis nada que ver, pero no sé cómo actuarán los que me buscan cuando os vean conmigo. Os recomiendo que si no queréis problemas, os vayáis. Me las arreglaré, como siempre he hecho. - Intentó poner cierta prisa con un ligero tono de nerviosismo, invitando a los presentes a tomar una retirada del lugar para evitar futuros problemas. Problemas, que no dieron tiempo a ningún presente a replantearselo.
A unos cuantos metros, entre la espesura, empezaron a mostrarse varias figuras. Un total de seis, aparentemente humanos, con las armas desenfundadas. Dos de ellos alzaron sus ballestas apuntando tímidamente al grupo, sin atreverse a apuntar a nadie en particular pero como señal de advertencia y para marcar distancias. Los otros cuatro empuñaban espadas y tres de ellos, se colocaron ligeramente más adelante del primero que empezó a hablar.
- ¡Caín! O quizá os gusta más que os llame, “tío”. - Refiriéndose claramente al significado familiar, y no informal. Zarandeó la espada con un comportamiento ansioso y claramente lleno de rabia, caminando de lado a lado. Observó al grupo varias veces antes de proseguir hablando, obviamente confuso por la repentina aparición de tanta gente. - No sé quienes sois, pero si cogéis a este decrépito anciano, mi familia . . . quizá debería decir, ¡nuestra familia! - Señaló con la espada a Caín mientras la otra mano se señalaba a sí mismo. - . . . os lo recompensará en gran medida. Tenéis delante a un asesino, al peor de los traidores. - Por ahora el grupo de gente armada, parecía mantener distancias sin tener intenciones de avanzar, hasta al menos clarificar qué bandos se iban a marcar, o cómo iban a actuar todos los presentes. - . . . ese hombre mató a su propio padre. ¿Quién sería tan necio y capaz de llevar a cabo tal asesinato?
Caín suspiró sin responder a ninguna de las palabras de su aparente sobrino, pero sí volvió a llevar una mano hacia la empuñadura de su espada bastarda. El odio en los ojos del viejo lobo fue incrementando progresivamente, capaz de explotar en cualquiera de los segundos. Se olvidó de los presentes, ahora sí, dándoles la espalda descuidadamente. La pérdida de sangre de Caín, la rabia que empezó a recorrer sus venas y su impulsividad le empezaron a volver poco prudente. Se sentía acorralado, y como cualquier lobo cuando se siente acorralado, enseña los dientes.
Probablemente quienes tenían más poder para decidir cómo se iba a desarrollar la situación eran sus acompañantes, mientras el viejo se adentraba en un trance de ira que podría terminar en una opción que no le beneficiaría. Pero las palabras de esos hombres armados, afirmaban que Caín era un asesino, incluso que había matado a su propio padre; quien no parecía haberlo desmentido, siquiera respondido a nada de ello.
- ¡Apartaos, o ayudadnos a cogerle! Ese hombre ha vivido demasiado. No somos bandidos, no queremos robar a nadie, ni hemos venido aquí a herir a nadie más. Solo queremos impartir la justicia que nuestra familia lleva exigiendo desde años; y que corre riesgo de ser olvidada con su muerte natural, si alcanza a vivir. - El hombre no se mostró hostil hacia los acompañantes de Caín, solo autoritario. Era obvio que tenían un solo objetivo.
Caín Blackwell
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Re: Un viejo lobo en apuros [Libre] [5/5]
Supongo que me relajé cuando vi que el viejo lentamente bajaba un poco la guardia y dejé escapar el aliento que no recordaba haber mantenido. Sonreí fugazmente ante el término que usó para referirse a mí, había dejado de ser muchacha cuando perdí una por una mis inocencias, pero lo dejaría pasar. El viejo era un viejo y a los viejos se les protege: son la memoria de los clanes, los pilares de las viejas generaciones. Tch tch tch, realmente sentía el cambio por mis venas. Ni bien habló de la mala compañía volví a tensarme y comencé a olfatear el aire a nuestro alrededor. Estábamos en PELIGRO. Ahora no sólo tenía la piel de la nuca erizada, era una reacción en cadena.
Mi corazón comenzó a trabajar peligrosamente cuando el viento trajo varias esencias a mi nariz. Podía sentir que las manos me temblaban cuando tras el viejo apareció una bestia con forma de oso. ‘Demasiado cerca’ pensé inmediatamente, dando un paso para acortar distancias. Sin embargo me detuve cuando vi que la osa se desarmaba y saludaba respetuosamente al viejo. Estaba confundida. Me arriesgaría a decir que el viejo también por su primera reacción, pero no pasó mucho tiempo antes de que otro evento me volviera a sobresaltar.
Una segunda figura desconocida, pero que emanaba peligro. Su actitud corporal era totalmente diferente a la de la recién llegada. Dejé escapar un gruñido bajo, totalmente inhumano, como respuesta al rugido de eso que apestaba a dragón, ventajas de tener alto rango, estar en territorio licántropo y estar comenzando a enojarme. NINGUN ASQUEROSO DRAGON RUGE EN MI PRESENCIA. El viejo era un licántropo y por derecho estaba bajo mi custodia, en nuestras tierras. Apreté mis puños y mis mandíbulas, suprimiendo a la bestia que comenzaba a emerger de mis entrañas.‘ Espera que te apartes del viejo’ pensé entrecerrando los ojos y dejando ver una sonrisa placentera mientras me imaginaba arrancándole la garganta con mis propias garras.
No podía creer lo que estaba escuchando del muy insolente. Negué con la cabeza, nunca me había gustado dar explicaciones, pero desde que me había casado con Amanda me había vuelto bastante soberbia. Estaba sopesando mis posibilidades de un ataque sorpresa y luego dejar salir a la bestia, cuando la voz relajante del viejo se esparció por el pequeño claro donde nos encontrábamos. Me concentré en respirar profundamente y liberar al aire las intenciones asesinas. Los viejos eran sabios, no tenía qué ir poniéndome en modo territorial. Me recordé que debía mantener mi perfil bajo, era mejor no ser reconocida por nadie.
Cuando creía que las cosas no podían ponerse más raras, apareció esa cosa. ¡Una elfa! Sentí un tic en mi ojo izquierdo. Después de conocer a Willow mi poco afecto por esas criaturas había escalado desde poco aprecio-casi-desdén a una complicada amalgama de emociones que estaba muy lejos de ser considerada algo amistoso. Punto positivo: se la veía bastante rota, por lo que asumí que podían venir juntos con el viejo. No le puse mucho cuidado cuando se acercó, aunque me resultó imposible ignorar sus *tosmental* sabias *tosmental* palabras. Yo estaba muy de acuerdo en arreglar los problemas a golpes, no le veía el problema a ese método. Eso de la civilidad podían envolverlo en hojitas y hacerlo una ensalada. Estúpidos elfos pacifistas. Una de dos opciones: o amaban la paz o eran unos maniáticos enfermos de la mente. Suspiré mientras escuchaba los intercambios e intentaba acercarme al viejo sin parecer sospechosa.
Decir que me sentí ofendida cuando el viejo implicó un posible enfrentamiento es usar términos suaves. Cuando apareció otro grupo de personas ya no sabía qué pensar, pero mis nervios no necesitaban mucho más para llegar a su límite. Di varios pasos largos, posicionándome defensivamente al lado del viejo. Podía sentir la otra piel esperando la oportunidad para deslizarse a la superficie. Aunque mi atención estaba en los recién llegados, no dejé de prestar atención a los movimientos del dragón. Aún lo tenía entre ceja y ceja.
¿Familia? Miré entre el viejo y los aparecidos, intentando ver alguna semejanza. ¿Traidor? Apreté los dientes. Ja. No me hablen de traiciones. Seis contra un viejo tampoco parecía exactamente justo ¿verdad? ¡ABSURDO! rugí lo suficientemente fuerte como para que todos me escuchasen, tenía tan apretados mis nudillos que mis huesos sonaban de una forma antinatural. ¡Era un viejo! Si tal asesinato hubiese existido tuvo que haber sido muchos años atrás.
Me puse al lado del viejo, quien parecía bastante parco. No afirmó ni refutó nada. Este hombre Caín, está bajo la protección de Colmillo de Hierro. Todo aquél que intente usar la violencia contra él tendrá que pasar primero por mí aseguré usando cada gramo de tono autoritario que había recibido del desconocido. Si es cierto lo que dicen y los consejos de nuestros clanes así lo dictan, yo misma lo entregaré. Pero mientras haya un arma apuntada en su dirección, este hombre estará bajo mi cuidado. Aseguré mirando a todos, para finalmente poner mis ojos en el viejo. No sería la primera en tirar la primera piedra, pero vaya que disfrutaría de una buena pelea. Lo único que me perturbaba en ese momento, eran las heridas del viejo. Demonios... ¿cuánto tiempo tendríamos?
Mi corazón comenzó a trabajar peligrosamente cuando el viento trajo varias esencias a mi nariz. Podía sentir que las manos me temblaban cuando tras el viejo apareció una bestia con forma de oso. ‘Demasiado cerca’ pensé inmediatamente, dando un paso para acortar distancias. Sin embargo me detuve cuando vi que la osa se desarmaba y saludaba respetuosamente al viejo. Estaba confundida. Me arriesgaría a decir que el viejo también por su primera reacción, pero no pasó mucho tiempo antes de que otro evento me volviera a sobresaltar.
Una segunda figura desconocida, pero que emanaba peligro. Su actitud corporal era totalmente diferente a la de la recién llegada. Dejé escapar un gruñido bajo, totalmente inhumano, como respuesta al rugido de eso que apestaba a dragón, ventajas de tener alto rango, estar en territorio licántropo y estar comenzando a enojarme. NINGUN ASQUEROSO DRAGON RUGE EN MI PRESENCIA. El viejo era un licántropo y por derecho estaba bajo mi custodia, en nuestras tierras. Apreté mis puños y mis mandíbulas, suprimiendo a la bestia que comenzaba a emerger de mis entrañas.‘ Espera que te apartes del viejo’ pensé entrecerrando los ojos y dejando ver una sonrisa placentera mientras me imaginaba arrancándole la garganta con mis propias garras.
No podía creer lo que estaba escuchando del muy insolente. Negué con la cabeza, nunca me había gustado dar explicaciones, pero desde que me había casado con Amanda me había vuelto bastante soberbia. Estaba sopesando mis posibilidades de un ataque sorpresa y luego dejar salir a la bestia, cuando la voz relajante del viejo se esparció por el pequeño claro donde nos encontrábamos. Me concentré en respirar profundamente y liberar al aire las intenciones asesinas. Los viejos eran sabios, no tenía qué ir poniéndome en modo territorial. Me recordé que debía mantener mi perfil bajo, era mejor no ser reconocida por nadie.
Cuando creía que las cosas no podían ponerse más raras, apareció esa cosa. ¡Una elfa! Sentí un tic en mi ojo izquierdo. Después de conocer a Willow mi poco afecto por esas criaturas había escalado desde poco aprecio-casi-desdén a una complicada amalgama de emociones que estaba muy lejos de ser considerada algo amistoso. Punto positivo: se la veía bastante rota, por lo que asumí que podían venir juntos con el viejo. No le puse mucho cuidado cuando se acercó, aunque me resultó imposible ignorar sus *tosmental* sabias *tosmental* palabras. Yo estaba muy de acuerdo en arreglar los problemas a golpes, no le veía el problema a ese método. Eso de la civilidad podían envolverlo en hojitas y hacerlo una ensalada. Estúpidos elfos pacifistas. Una de dos opciones: o amaban la paz o eran unos maniáticos enfermos de la mente. Suspiré mientras escuchaba los intercambios e intentaba acercarme al viejo sin parecer sospechosa.
Decir que me sentí ofendida cuando el viejo implicó un posible enfrentamiento es usar términos suaves. Cuando apareció otro grupo de personas ya no sabía qué pensar, pero mis nervios no necesitaban mucho más para llegar a su límite. Di varios pasos largos, posicionándome defensivamente al lado del viejo. Podía sentir la otra piel esperando la oportunidad para deslizarse a la superficie. Aunque mi atención estaba en los recién llegados, no dejé de prestar atención a los movimientos del dragón. Aún lo tenía entre ceja y ceja.
¿Familia? Miré entre el viejo y los aparecidos, intentando ver alguna semejanza. ¿Traidor? Apreté los dientes. Ja. No me hablen de traiciones. Seis contra un viejo tampoco parecía exactamente justo ¿verdad? ¡ABSURDO! rugí lo suficientemente fuerte como para que todos me escuchasen, tenía tan apretados mis nudillos que mis huesos sonaban de una forma antinatural. ¡Era un viejo! Si tal asesinato hubiese existido tuvo que haber sido muchos años atrás.
Me puse al lado del viejo, quien parecía bastante parco. No afirmó ni refutó nada. Este hombre Caín, está bajo la protección de Colmillo de Hierro. Todo aquél que intente usar la violencia contra él tendrá que pasar primero por mí aseguré usando cada gramo de tono autoritario que había recibido del desconocido. Si es cierto lo que dicen y los consejos de nuestros clanes así lo dictan, yo misma lo entregaré. Pero mientras haya un arma apuntada en su dirección, este hombre estará bajo mi cuidado. Aseguré mirando a todos, para finalmente poner mis ojos en el viejo. No sería la primera en tirar la primera piedra, pero vaya que disfrutaría de una buena pelea. Lo único que me perturbaba en ese momento, eran las heridas del viejo. Demonios... ¿cuánto tiempo tendríamos?
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Off: Lo siento chicos, fue largo... espero que no les haya resultado tedioso. Por otro lado, no se tomen a pecho los términos despectivos, Wood es grosera por naturaleza ewe, irá mejorando a medida que los conozca. Tal vez. Tal vez no ewe
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Re: Un viejo lobo en apuros [Libre] [5/5]
Todo parecía estar calmándose cuando, de la nada, apareció un lunático blandiendo una espada, le dio un pisotón al martillo de Bruna, el muy grosero, soltó lo que, en su raza, pasaba por un rugido para imponer respeto, y empezó a hablar tonterías como si fuera el dueño del lugar.
Bruna puso los ojos en blanco mientras una elfa aparecía también, aparentemente el rio atraía a mucha gente, pensó la ursina mientras ignoraba lo que ocurría a su alrededor, en especial el peliblanco de malos modales, para volver a recoger su martillo de madera.
La mujer elfo parecía haber clamado un poco la tensa situación para cuando la ursina consiguió levantar su martillo de un tirón, provocando que un poco de tierra se salpicara a todos lados, se disponía a limpiar la tierra que quedo en el martillo mientras escuchaba hablar al viejo hombre lobo.
De pronto un grupo de extraños, por si los que ya estuviesen en el lugar no fueran suficientes aparecieron en el lugar con ganas de empezar problemas.
A Bruna no le gustaba exactamente lo que estaba escuchando, los recién llegados hablaban de una vieja ofensa cometida por el anciano, un patricidio aparentemente, un asunto bastante feo, como son todas las rencillas familiares, en especial cuando una muerte esta involucrada en el asunto.
La mujer lobo de cabello blanco se interpuso entre el viejo y los hombres que lo querían capturar, hablando de que estaría bajo su protección, por como hablaba, sonaba que era alguien importante en las jerarquías locales, Caín se mostraba listo a empezar una pelea, pero en su estado no conseguiría nada mas que dejarse matar, y con un loco como el otro peliblanco cerca, no era buena idea empezar violencia, aunque, nunca se sabía con esa gente.
La mujer bestia se acerco con calma al anciano, poniendo su peluda zarpa sobre su hombro de manera gentil, en un intento de tranquilizarlo, Bruna cruzo la mirada con la otra mujer lobo, con sus ojos daba a entender de una forma taciturna que, si se daba el cazo de violencia, ella la apoyaría.
No entendía el sistema de leyes de los licántropos, pero, por lo que podía notar, no contaba como “justicia” que seis individuos mataran a un anciano en el bosque sin más, cualquiera que fuera su crimen, y, desde la perspectiva de la ursina, tampoco a sus ojos se le hacia correcta esta forma de proceder.
La mujer bestia recargo si martillo sobre su hombro derecho, se levanto la cuerda que pasa por cinto con su mano libre, mientras se colocaba frente a Caín, al lado de su otra defensora, encarando a sus perseguidores, resoplo desafiante por la nariz mientras los fulminaba con la mirada, su lenguaje corporal y gestos no dejaba duda a ninguno de los presentes, no dejaría que se llevarían al viejo sin pelear, y una Steel claw no se dejaba intimidar por nadie, en especial por un grupo de buscapleitos que hacían habito de amedrentar a los ancianos.
Bruna puso los ojos en blanco mientras una elfa aparecía también, aparentemente el rio atraía a mucha gente, pensó la ursina mientras ignoraba lo que ocurría a su alrededor, en especial el peliblanco de malos modales, para volver a recoger su martillo de madera.
La mujer elfo parecía haber clamado un poco la tensa situación para cuando la ursina consiguió levantar su martillo de un tirón, provocando que un poco de tierra se salpicara a todos lados, se disponía a limpiar la tierra que quedo en el martillo mientras escuchaba hablar al viejo hombre lobo.
De pronto un grupo de extraños, por si los que ya estuviesen en el lugar no fueran suficientes aparecieron en el lugar con ganas de empezar problemas.
A Bruna no le gustaba exactamente lo que estaba escuchando, los recién llegados hablaban de una vieja ofensa cometida por el anciano, un patricidio aparentemente, un asunto bastante feo, como son todas las rencillas familiares, en especial cuando una muerte esta involucrada en el asunto.
La mujer lobo de cabello blanco se interpuso entre el viejo y los hombres que lo querían capturar, hablando de que estaría bajo su protección, por como hablaba, sonaba que era alguien importante en las jerarquías locales, Caín se mostraba listo a empezar una pelea, pero en su estado no conseguiría nada mas que dejarse matar, y con un loco como el otro peliblanco cerca, no era buena idea empezar violencia, aunque, nunca se sabía con esa gente.
La mujer bestia se acerco con calma al anciano, poniendo su peluda zarpa sobre su hombro de manera gentil, en un intento de tranquilizarlo, Bruna cruzo la mirada con la otra mujer lobo, con sus ojos daba a entender de una forma taciturna que, si se daba el cazo de violencia, ella la apoyaría.
No entendía el sistema de leyes de los licántropos, pero, por lo que podía notar, no contaba como “justicia” que seis individuos mataran a un anciano en el bosque sin más, cualquiera que fuera su crimen, y, desde la perspectiva de la ursina, tampoco a sus ojos se le hacia correcta esta forma de proceder.
La mujer bestia recargo si martillo sobre su hombro derecho, se levanto la cuerda que pasa por cinto con su mano libre, mientras se colocaba frente a Caín, al lado de su otra defensora, encarando a sus perseguidores, resoplo desafiante por la nariz mientras los fulminaba con la mirada, su lenguaje corporal y gestos no dejaba duda a ninguno de los presentes, no dejaría que se llevarían al viejo sin pelear, y una Steel claw no se dejaba intimidar por nadie, en especial por un grupo de buscapleitos que hacían habito de amedrentar a los ancianos.
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Re: Un viejo lobo en apuros [Libre] [5/5]
El rió seguía fluyendo, como igual hizo al dejar una nueva presencia a mitad de camino, una elfa se había acentuado en la orilla del rió, exclamando algunas palabras contradictorias sobre la situación donde nos encontrábamos todos. Se percató del viejo lobo que estaba sangrando y había intentado calmar la situación entre todos los presentes, era obvio que todo estaban algo tenso, el gruñido de la mujer de cabellos blanco que ahora dándome cuenta era una licántropo, El oso que paso a ser una Osa, era obvio estamos superados en números por las mujeres, incluso podría pensar que en fuerza por la licántropo.
Si todos hemos venido a parar acá por cosas del destino, este Lobo que había hecho para terminar en tal estado, apena puede sostener su arma, y las heridas pasando el tiempo van a sangrar más, debilitado, incluso su vida puede guindar de un hilo en cuestión de minutos – Pensaba Sajin en su cabeza, intentando encontrar una explicación a todo esto.
Pero eso fue poco, cuando aparecieron varios forasteros armados a un poco pasos de distancia de donde nos encontrábamos, uno en particular que era el líder seguramente del grupo estaba explicando la situación sobre el viejo que estaba delante de mí, era acusado de haber asesinado a su padre. ¿Oh? Sí, que gracioso, encontré alguien que también mato a su padre, debe ser placentero ser su amigo. Volviendo de sus pensamientos, escuchaba las objeciones que estaba dando el desconocido, quería la cabeza del lobo sin duda alguna. Y quien se atreviera a entrometerse seguramente pagaría las consecuencias, o eso pensé al ver la reacción de los demás.
La mujer se había puesto al lado del vejestorio exclamando que para llegar a él tendría que pasar sobre ella, dijo el nombre de un clan muy nombrado en todas las tierras de Aerandir, no había duda, esta mujer seguramente sobrepasaba la fuerza de todos los presentes incluso la del dragón. Nadie era contrincante para la mujer, pensó Sajin. La osa había tomado también parte en el asunto al sujetar su mazo nuevamente y ponerse enfrente del viejo para protegerle igualmente que la loba.
¿Acaso debo involucrarme o unirme a los forastero? Creo que moriré en el otro bando si se van a un enfrentamiento, por lo momento me quedare del lado del Viejo, y si se torna la situación al favor de ellos, tomare al viejo como rehén para poder negociar o salvar mi propia vida, así que es hora de actuar.
Salió de lo profundo de su sub consiente, volviendo a la situación que estaba enfrentando, tomo el lugar vacío que faltaba al lado izquierdo del viejo, coloco su espada al otro lado por un momento, elevo ambas manos hacia los lados ante todos los presentes.
Soy Klaus (No quería revelar su verdadero nombre delante tantas personas). El futuro rey de los dragones, es afortunado que seguramente ustedes van a morir acá y ahora mismo si siguen insistiendo en llevarse al vejestorio. – Exclamo con virtud y fervor hacia los forasteros
¡Le tenderé mi mano porque yo también asesine a mi padre, muy pocas personas tenemos eso en común ¡ - Guiño el ojo hacia el lobo como forma de coqueteo, aunque no era momento de bromas, supongo. – Ahora bien, como un futuro rey no puedo dejar que asesinen al que puede ser un aliado futuro, sino en su lugar, ustedes deben morir por intentar asesinar en grupo a uno solo, eso es de cobarde y da asco también. – Tomo nuevamente su arma por la empuñadura, para apuntarla hacia el Líder de los forastero y viéndole ahora con una mirada diferente.
El aura del dragón había cambiado drástica mente, seguramente la única que podría notar esto sería la licántropo, ya no era el mismo que estaba echando broma anteriormente, clavo la espada con una tenacidad en el suelo. Empezó a mover ambos brazos hacia los alrededores, elevo sus manos para pasarlas alrededor de todo su rostro, ya era incierto si el dragón había perdido la cordura o solo estaba actuando ante los forasteros, estaba fuera de lo normal.
HUGS, TA IKKJE MEIR ENN DU ORKAR A BERE - Grito para luego soltar un rugido hacia los forastero, una sonrisa salía del rostro del dragón y sus ojos marrones empezaban a brillar intensamente, pronuncio palabras antiguas, aunque lo que dijo fue algo cierto hacia los forastero, en el idioma universal significaba: Recuerda, no tomes más de lo que puedas llevar. Cualquiera entendería la antiguas lenguas de los presente si la hablaban igual que Sajin
Retiro la túnica de un jalón, dejando ver el voluminoso cuerpo del guerrero, tomo nuevamente su arma para caminar hacia adelante, entrándose a la orilla del rió, y sin quitarle la mirada al Líder del grupo enemigo, la sed de sangre corría por las venas del Dragón, quería la cabeza de ese sujeto.
El dragón tendría conocimiento sobre los Elfos y que tenía un don para sanar heridas, así que apunto con su mano hacia la elfa y la volvió a dirigir apuntado al lobo dándole una orden con su mano. Debes curar al lobo, utiliza tu magia para curarle, ante que se siga desangrando y no está en condiciones para pelear, así que mantenlo con vida Elfa mientras nosotros arreglamos este asunto. – Exclamo con seriedad ante los supuestos aliado ante la batalla.
Si todos hemos venido a parar acá por cosas del destino, este Lobo que había hecho para terminar en tal estado, apena puede sostener su arma, y las heridas pasando el tiempo van a sangrar más, debilitado, incluso su vida puede guindar de un hilo en cuestión de minutos – Pensaba Sajin en su cabeza, intentando encontrar una explicación a todo esto.
Pero eso fue poco, cuando aparecieron varios forasteros armados a un poco pasos de distancia de donde nos encontrábamos, uno en particular que era el líder seguramente del grupo estaba explicando la situación sobre el viejo que estaba delante de mí, era acusado de haber asesinado a su padre. ¿Oh? Sí, que gracioso, encontré alguien que también mato a su padre, debe ser placentero ser su amigo. Volviendo de sus pensamientos, escuchaba las objeciones que estaba dando el desconocido, quería la cabeza del lobo sin duda alguna. Y quien se atreviera a entrometerse seguramente pagaría las consecuencias, o eso pensé al ver la reacción de los demás.
La mujer se había puesto al lado del vejestorio exclamando que para llegar a él tendría que pasar sobre ella, dijo el nombre de un clan muy nombrado en todas las tierras de Aerandir, no había duda, esta mujer seguramente sobrepasaba la fuerza de todos los presentes incluso la del dragón. Nadie era contrincante para la mujer, pensó Sajin. La osa había tomado también parte en el asunto al sujetar su mazo nuevamente y ponerse enfrente del viejo para protegerle igualmente que la loba.
¿Acaso debo involucrarme o unirme a los forastero? Creo que moriré en el otro bando si se van a un enfrentamiento, por lo momento me quedare del lado del Viejo, y si se torna la situación al favor de ellos, tomare al viejo como rehén para poder negociar o salvar mi propia vida, así que es hora de actuar.
Salió de lo profundo de su sub consiente, volviendo a la situación que estaba enfrentando, tomo el lugar vacío que faltaba al lado izquierdo del viejo, coloco su espada al otro lado por un momento, elevo ambas manos hacia los lados ante todos los presentes.
Soy Klaus (No quería revelar su verdadero nombre delante tantas personas). El futuro rey de los dragones, es afortunado que seguramente ustedes van a morir acá y ahora mismo si siguen insistiendo en llevarse al vejestorio. – Exclamo con virtud y fervor hacia los forasteros
¡Le tenderé mi mano porque yo también asesine a mi padre, muy pocas personas tenemos eso en común ¡ - Guiño el ojo hacia el lobo como forma de coqueteo, aunque no era momento de bromas, supongo. – Ahora bien, como un futuro rey no puedo dejar que asesinen al que puede ser un aliado futuro, sino en su lugar, ustedes deben morir por intentar asesinar en grupo a uno solo, eso es de cobarde y da asco también. – Tomo nuevamente su arma por la empuñadura, para apuntarla hacia el Líder de los forastero y viéndole ahora con una mirada diferente.
El aura del dragón había cambiado drástica mente, seguramente la única que podría notar esto sería la licántropo, ya no era el mismo que estaba echando broma anteriormente, clavo la espada con una tenacidad en el suelo. Empezó a mover ambos brazos hacia los alrededores, elevo sus manos para pasarlas alrededor de todo su rostro, ya era incierto si el dragón había perdido la cordura o solo estaba actuando ante los forasteros, estaba fuera de lo normal.
HUGS, TA IKKJE MEIR ENN DU ORKAR A BERE - Grito para luego soltar un rugido hacia los forastero, una sonrisa salía del rostro del dragón y sus ojos marrones empezaban a brillar intensamente, pronuncio palabras antiguas, aunque lo que dijo fue algo cierto hacia los forastero, en el idioma universal significaba: Recuerda, no tomes más de lo que puedas llevar. Cualquiera entendería la antiguas lenguas de los presente si la hablaban igual que Sajin
Retiro la túnica de un jalón, dejando ver el voluminoso cuerpo del guerrero, tomo nuevamente su arma para caminar hacia adelante, entrándose a la orilla del rió, y sin quitarle la mirada al Líder del grupo enemigo, la sed de sangre corría por las venas del Dragón, quería la cabeza de ese sujeto.
El dragón tendría conocimiento sobre los Elfos y que tenía un don para sanar heridas, así que apunto con su mano hacia la elfa y la volvió a dirigir apuntado al lobo dándole una orden con su mano. Debes curar al lobo, utiliza tu magia para curarle, ante que se siga desangrando y no está en condiciones para pelear, así que mantenlo con vida Elfa mientras nosotros arreglamos este asunto. – Exclamo con seriedad ante los supuestos aliado ante la batalla.
Sajin W
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Re: Un viejo lobo en apuros [Libre] [5/5]
Bien al parecer cada quien iba por su lado, eso no le importaba mucho a la elfa. Respiraba de forma suave y profunda para no causar dolor en su cuerpo. Maldijo, no entendía como había salido tan mal parada pero tocaba apañar y se mordía la lengua para no apretar los dientes cuando una parvada de desconocidos salía del bosque y giro los ojos, muy bien, por lo oído, el anciano y la peliblanca eran licántropos al igual que los armados recién salidos. La osa, bueno era una mujer bestia eso no tenía desperdicio, pero la presentación del violento casi la hizo reír, si no fuera porque sus costillas tronaron y se inclinó para reír un poco y apretarlas como si con eso las fuera a acomodar seguro se hubieran oído sus carcajadas hasta el mismo árbolMadre en Sandorai..
Mientras se acercaba al anciano y los demás le rodeaban a modo de muralla sonrió de lado y despectivo, algo que reconoció de sus congéneres. Hablo en un común burdo seseando como para molestar al aludido.-Ya hay un rey de dragones, y tiene una hermana. ¿En serio crees que puedas ganarle en ego al niño rey?
Entonces la mirada de la elfa se volvió gélida, claro, ¿qué se pensaba esa lagartija parada? Podría ser un tocado por la divinidad de los dragones, y ni siquiera directamente, era un hijo más de esos lugares norteños, ¿cómo se podía el siquiera dar la idea que podían ningunearla y mangonearla?-¿Crees que si pudiera sanar, estaría yo en estas condiciones? So imberbe, me vuelves a dar una orden y…-Apretó los puños conteniendo en estos su ira, se mantuvo tras la mujer oso, aunque mejor dicho a un metro casi exacto sin dejar de ver a los armados, no es que no le pasara la idea de sanar al anciano pero necesitaba tiempo y en su condición, muchísima concentración que un campo de batalla no daba.- Además so listo, necesito tiempo para canalizarla.
Apretó la mandíbula, saco del bolsillo una pequeña ramita verde que mordió sintiendo como adormecía ligeramente sus labios y tocaba el hombro del licántropo anciano. Si veía la cosa ponerse más difícil, tenía mejores trucos que lanzar bajo la manga.
Mientras se acercaba al anciano y los demás le rodeaban a modo de muralla sonrió de lado y despectivo, algo que reconoció de sus congéneres. Hablo en un común burdo seseando como para molestar al aludido.-Ya hay un rey de dragones, y tiene una hermana. ¿En serio crees que puedas ganarle en ego al niño rey?
Entonces la mirada de la elfa se volvió gélida, claro, ¿qué se pensaba esa lagartija parada? Podría ser un tocado por la divinidad de los dragones, y ni siquiera directamente, era un hijo más de esos lugares norteños, ¿cómo se podía el siquiera dar la idea que podían ningunearla y mangonearla?-¿Crees que si pudiera sanar, estaría yo en estas condiciones? So imberbe, me vuelves a dar una orden y…-Apretó los puños conteniendo en estos su ira, se mantuvo tras la mujer oso, aunque mejor dicho a un metro casi exacto sin dejar de ver a los armados, no es que no le pasara la idea de sanar al anciano pero necesitaba tiempo y en su condición, muchísima concentración que un campo de batalla no daba.- Además so listo, necesito tiempo para canalizarla.
Apretó la mandíbula, saco del bolsillo una pequeña ramita verde que mordió sintiendo como adormecía ligeramente sus labios y tocaba el hombro del licántropo anciano. Si veía la cosa ponerse más difícil, tenía mejores trucos que lanzar bajo la manga.
Aradia Hazelmere
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Re: Un viejo lobo en apuros [Libre] [5/5]
La situación pretendía poner a prueba el carácter y temple de todos los presentes, pues habían sido imbuidos en una escena caótica y confusa. El río parecía animar la ferocidad haciendo gala del imponente ruido que representaba la fuerza de la naturaleza, una rafaga de viento volvió a presentarse alertando a los presentes ensimismados de la situación, las miradas se cruzaban entre sí interminablemente. Aquellos hombres parecían estar esperando una respuesta sin aceptar flexibilidad alguna, con dos ballestas alzadas para el primero que se atreviera a insinuar una amenaza. Las ballestas disponen de una velocidad y penetración de proyectil mucho mayor al de un arco, sin embargo tardan mucho más en poder recargar el siguiente virote. Una auténtica amenaza teniendo en cuenta que era imposible de esquivar o desviar a esa distancia a no ser que se tratara del mejor de los guerreros. Y parecía ser que el mayor guerrero era la que recién afirmaba ser un cargo importante en aquellas tierras.
Caín observó de reojo a Wood, despidiéndose a su vez de aquel trance de furia en el que estaba entrando. Realmente se sintió respaldado por los suyos; no obstante no estaba acostumbrado a recibir ayuda tan súbita de alguien que aún no había conocido. Sin embargo, Caín sabía que sí era culpable de tal crimen; y si ahora escalaba a manos de gente más influyente sería un importante problema.
El grupo armado pareció escuchar atentamente las palabras de Wood, por unos segundos parecía que la duda implantada en el comportamiento de los presentes; mirándose entre sí con rostros serios, sin hacer burla y comportándose de la manera que esperaría quien pronunciase esas palabras. Acto seguido la mujer bestia hizo gala del apoyo hacia las palabras de Wood, colocándose en frente de Caín y al lado de Wood. Caín pudo intuir que todo aquello estaba teniendo un efecto positivo sobre la situación, como mínimo retrasando las tensiones y llevándolo a un ámbito más diplomático; justo lo que necesitaba el viejo lobo para poder recuperarse de sus heridas.
De repente otra voz, esta vez masculina irrumpió justo después del discurso de la licántropo. Afirmaba ser el futuro Rey de los Dragones y amenazó de muerte al otro grupo. Se dibujó poco a poco una sonrisa en el rostro del que parecía el cabecilla de ese grupo. Quizá dos argumentos de tanto peso, sin ninguna garantía de que fuesen ciertos, habían chocado dando una imagen de necesidad, de lanzar una batería de mentiras improvisadas; de estar acorralados.
- Primero Caín, ese viejo solitario y demacrado, está bajo la protección del Colmillo de Hierro. Y después tenemos al . . . ¿Cómo lo ha dicho? - Miró de reojo a sus compañeros, entre tanto alguno se encogía de hombros, otros reían por lo bajo sintiéndose confiados. - ¡Klaus! El futuro Rey de los Dragones. - Hizo gala de una floritura mientras parecía alzar el mentón con superioridad. - Pero cuántos aliados tan poderosos has hecho con este tiempo; Caín. - Mencionó con ironía.
Cuando Sajin empezó a avanzar con el arma desenfundada hacia la cuadrilla, Caín negó para sí. Hasta ahora sólo disponían de superioridad numérica. Ahora también ganarían en iniciativa y organización. Entonces notó la mano de Aradia en el hombro, volteando el rostro para observarle. - Os agradezco vuestras intenciones, joven . - La voz del viejo se manifestaba débil debido a la pérdida de sangre que estaba sufriendo. - Pero en breves, según las decisiones que se tomen, quizá otros requerirán más de esa capacidad curativa. - Esbozó media sonrisa para después volver su atención sobre el inminente choque.
- Disparad. - Susurró el líder mirando con indiferencia al hombre que se acercaba hacia el grupo. Dos virotes, de manera instantánea salieron proyectados hacia el torso del joven dragón. La velocidad de estos, sería técnicamente imposible de evadir para las capacidades de Sajin, y la perforación de un virote, capaz de penetrar una placa metálica, podrían tener graves consecuencias. - Recargad. - Volvió a susurrar con la mirada completamente fría y fijada sobre el grupo. Ambos ballesteros empezaron a recargar sus ballestas, apoyándose contra el suelo y tensando la cuerda con la ayuda del pie. Instantáneamente, los guerreros que portaban espadas se colocaron en frente de los ballesteros cubriéndolos estratégicamente durante el acto de recargar.
Uno de los guerreros que quedó más apartado empezó a convulsionar. Su mirada se empezó a distorsionar, su cuerpo empezó a deformarse entre un conjunto de crujidos de huesos y músculos recolocarse en su interior, un gruñido que cada vez se iba tornando más animal. Un pelaje completamente negro empezó a esconder la piel, la mirada ahora describía la real ferocidad de la naturaleza, entre sus largos colmillos empezó a babear entre gruñidos y pequeños espasmos de los últimos instantes de la transformación. Ahora delante se alzaba un lobo bípedo, considerablemente corpulento y grande. Este parecía estar exclusivamente centrado en Sajin, por si algún milagro le dejase seguir avanzando tras esos dos virotes.
Ahora la situación dibujaba a dos ballesteros recargando, tres guerreros cubriéndolos y un licántropo que espumeaba por abalanzarse sobre Sajin si este se movía.
- Entregadme al asesino, no quiero ningún problema con ninguno de vosotros. Avanzad y no dudaremos en acabar con quien haga falta. - Habló con frialdad el líder, ladeando el rostro mientras les observaba con gesto serio ahora que se habían cometido actos mayores incrementando en gran medida las tensiones.
Caín observó de reojo a Wood, despidiéndose a su vez de aquel trance de furia en el que estaba entrando. Realmente se sintió respaldado por los suyos; no obstante no estaba acostumbrado a recibir ayuda tan súbita de alguien que aún no había conocido. Sin embargo, Caín sabía que sí era culpable de tal crimen; y si ahora escalaba a manos de gente más influyente sería un importante problema.
El grupo armado pareció escuchar atentamente las palabras de Wood, por unos segundos parecía que la duda implantada en el comportamiento de los presentes; mirándose entre sí con rostros serios, sin hacer burla y comportándose de la manera que esperaría quien pronunciase esas palabras. Acto seguido la mujer bestia hizo gala del apoyo hacia las palabras de Wood, colocándose en frente de Caín y al lado de Wood. Caín pudo intuir que todo aquello estaba teniendo un efecto positivo sobre la situación, como mínimo retrasando las tensiones y llevándolo a un ámbito más diplomático; justo lo que necesitaba el viejo lobo para poder recuperarse de sus heridas.
De repente otra voz, esta vez masculina irrumpió justo después del discurso de la licántropo. Afirmaba ser el futuro Rey de los Dragones y amenazó de muerte al otro grupo. Se dibujó poco a poco una sonrisa en el rostro del que parecía el cabecilla de ese grupo. Quizá dos argumentos de tanto peso, sin ninguna garantía de que fuesen ciertos, habían chocado dando una imagen de necesidad, de lanzar una batería de mentiras improvisadas; de estar acorralados.
- Primero Caín, ese viejo solitario y demacrado, está bajo la protección del Colmillo de Hierro. Y después tenemos al . . . ¿Cómo lo ha dicho? - Miró de reojo a sus compañeros, entre tanto alguno se encogía de hombros, otros reían por lo bajo sintiéndose confiados. - ¡Klaus! El futuro Rey de los Dragones. - Hizo gala de una floritura mientras parecía alzar el mentón con superioridad. - Pero cuántos aliados tan poderosos has hecho con este tiempo; Caín. - Mencionó con ironía.
Cuando Sajin empezó a avanzar con el arma desenfundada hacia la cuadrilla, Caín negó para sí. Hasta ahora sólo disponían de superioridad numérica. Ahora también ganarían en iniciativa y organización. Entonces notó la mano de Aradia en el hombro, volteando el rostro para observarle. - Os agradezco vuestras intenciones, joven . - La voz del viejo se manifestaba débil debido a la pérdida de sangre que estaba sufriendo. - Pero en breves, según las decisiones que se tomen, quizá otros requerirán más de esa capacidad curativa. - Esbozó media sonrisa para después volver su atención sobre el inminente choque.
- Disparad. - Susurró el líder mirando con indiferencia al hombre que se acercaba hacia el grupo. Dos virotes, de manera instantánea salieron proyectados hacia el torso del joven dragón. La velocidad de estos, sería técnicamente imposible de evadir para las capacidades de Sajin, y la perforación de un virote, capaz de penetrar una placa metálica, podrían tener graves consecuencias. - Recargad. - Volvió a susurrar con la mirada completamente fría y fijada sobre el grupo. Ambos ballesteros empezaron a recargar sus ballestas, apoyándose contra el suelo y tensando la cuerda con la ayuda del pie. Instantáneamente, los guerreros que portaban espadas se colocaron en frente de los ballesteros cubriéndolos estratégicamente durante el acto de recargar.
Uno de los guerreros que quedó más apartado empezó a convulsionar. Su mirada se empezó a distorsionar, su cuerpo empezó a deformarse entre un conjunto de crujidos de huesos y músculos recolocarse en su interior, un gruñido que cada vez se iba tornando más animal. Un pelaje completamente negro empezó a esconder la piel, la mirada ahora describía la real ferocidad de la naturaleza, entre sus largos colmillos empezó a babear entre gruñidos y pequeños espasmos de los últimos instantes de la transformación. Ahora delante se alzaba un lobo bípedo, considerablemente corpulento y grande. Este parecía estar exclusivamente centrado en Sajin, por si algún milagro le dejase seguir avanzando tras esos dos virotes.
Ahora la situación dibujaba a dos ballesteros recargando, tres guerreros cubriéndolos y un licántropo que espumeaba por abalanzarse sobre Sajin si este se movía.
- Entregadme al asesino, no quiero ningún problema con ninguno de vosotros. Avanzad y no dudaremos en acabar con quien haga falta. - Habló con frialdad el líder, ladeando el rostro mientras les observaba con gesto serio ahora que se habían cometido actos mayores incrementando en gran medida las tensiones.
Caín Blackwell
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Re: Un viejo lobo en apuros [Libre] [5/5]
*Punto de vista de Willow: acompañante de Wood*
*Estornudo* *huesos tronando* *estornudo*
- Eide, ¿puedes explicarme de nuevo por qué estamos tras esa loca? ¡Oh! Sí, porque solo tiene una sola cosa en la mente: peleas. ¿Es posible que alguien pueda ser tan simple?
-…
-Gracias por tu respuesta. Me parece tan iluminadora. Es.toda.una.revelación
Le iba a dar una buena palmada en esos cuartos al alce del mal, cuando salió corriendo, dejándome literalmente de a pie. Sólo había una razón por la que ese traidor podría correr de esa forma y tenía un nombre y un título: Feith Greenwood. Suspiré abruptamente. Al menos estábamos en su rastro. Era más fácil seguirle el rastro a un alce en medio del bosque que a un lobo. ¿De verdad? ¿Dónde estaba el chiste en correr en cuatro patas, babearse y llenarse de lodo? Ni siquiera intenté buscarle una respuesta a una actitud inexplicable. Le di un puntapié a un tronco pero pronto me arrepentí. -Es-tú-pi-do-tron-co- mascullé mientras saltaba en un pie sobándome el otro.
De todas formas ¿Dónde estaba ese par? Fue muy extraña la partida de Wood, pero más fuera de contexto que la misma Amanda le pidiese que fuese tras ella. Suspiré. Esas mujeres iban a ser mi muerte. ¿Por qué siempre mujeres? Me senté en el tronco maldito, imponiendo mi peso sobre su ser. Puse una mano sobre la arcilla, concentrándome. -Búscalos – ordené a la pequeña bestia voladora de arcilla que invoqué. No era más que del tamaño de un puño cerrado. Sonreí de lado. Feith odiaba que usara “mis trucos” cerca de ella.
*** Punto de Vista de Wood ***
El dragón era chistoso, casi me había caído bien su presentación. Casi. No era nada humilde y tenía grandes aspiraciones… hasta se había ofrecido a ayudar. Pero aún estaba lejos de su meta. Todo había ido bastante bien hasta que abrió esa gran boca que su mamá le dio. Maldije por lo bajo cuando me di cuenta como las cosas estaban distorsionándose. La ayuda era grata, pero evidentemente me habían metido en el mismo saco que a él. Demonios no quería que las cosas escalasen de ese modo. Miré a la elfa como si pudiese hacer alguna especie de milagro ¿dónde estaba ese poder de la civilidad? Le pregunté con mi mente. Tch tch tch.
Las palabras de la elfa me tomaron desprevenida. ¿Había un niño rey dragón ahora? Un golpe de preocupación alborotó mi corazón. ¿Qué habría pasado con Siria? Mis cavilaciones se interrumpieron por el sonido inconfundible de las flechas rasgando el aire. Mierda me puse frente al viejo para parar con mi propio cuerpo cualquier proyectil en su dirección y poco después se escuchó como si algo se hubiese quebrado. Di un salto al ver cómo una de las flechas se clavaba a centímetros de mi pie. Me llevé una mano al corazón, eso me había sorprendido. Caín… esos parientes suyos han aprendido bastante mal me crucé de brazos con una ceja alzada, había algo que no estaba bien. Ese virote había sido interceptado. Levanté la vista en busca de una nueva persona, alguien que probablemente me sacaría de mis casillas pero que en una situación así estaría alegre de ver.
Ono… dije por lo bajo queriendo dar un paso atrás cuando vi la figura de Eide abrirse paso hacia nosotros. Debemos buscar refugio de los virotes. Aunque no quisiera aceptarlo estábamos en desventaja. Un viejo herido y desangrándose, una elfa rota y un dragón que parecía estar atrayendo toda la violencia y mala fortuna hacia él. Las únicas dos que realmente podríamos pelear éramos la osa y yo. Y no pensaba apartarme del viejo. Además no sabía cuánto autocontrol podría ejercer… no quería matar a nadie, sería problemático.
Eh Elfa ¿vas a necesitar mucho tiempo? le pregunté recordando sus propias palabras y señalé a Eide que, como siempre venía directo hacia mi. ¿Qué le habría hecho a los dioses para que me maldijeran con una bestia lamedora gigante? Caín, elfa, están heridos. Pueden usar el alce como montura. Su dueño no debe estar lejos sugerí. El dragón era secundario en mi lista de prioridades; necesitaba que alguien le hiciera entrar sensatez a golpes, tal vez un lobo negro furioso fuese una buena forma. ¿Cuento contigo osa? Pregunté dándole una ojeada. Iba a tener que ponerme seria si quería terminar las cosas rápido y con la menor cantidad de sangre posible. Realmente no tenía mucha esperanza de que aceptasen mi oferta, pero eso nos daría la mejor ventaja real para ganar. Y así, otras dos flechas se dirigieron hacia nosotros, una me rozó un hombro y la otra se hubiese alojado en mi corazón si una criatura maciza más baja que yo por ya cabeza no se hubiese interpuesto. Sonreí.
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-Eide es un alce normal y silvestre. Solía tener una ficha... que pediré la saquen del pozo xD básicamente funciona como un caballo. Mientras no lo maten, pueden usarlo como quieran :=) o no usarlo en lo absoluto
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Re: Un viejo lobo en apuros [Libre] [5/5]
La situación parecía calmarse, pero ese dragón tenia que abrir la bocotá, “rey de los tontos seguro es” pensó Bruna, antes de ver como dos virotes de ballesta iban derechitos en su contra, tal ves quedar herido le enseñe a ese torpe a no empezar peleas sin sentido.
De pronto recordó las viejas historias de su padre, muchas veces mencionaba a locos que empezaban a gritar sandeces en medio de una batalla y se dejaban matar, “eso le pasa a un tonto cuando habla en el momento que tiene que pelear” era lo que su padre siempre decía al terminar esas historias.
De pronto, de la nada salió un enorme alce, lo bastante grande como para cargar a una persona y empezó a ojear a la mujer lobo como una cría que mira a su madre, la mujer lobo le hablo a Bruna y esta respondió -hare lo que pueda- agarrando su martillo en ambas manos y sonriéndole con confianza, vio como dos virotes mas salieron disparados en dirección a la mujer lobo, uno le rozo el brazo, el otro fue interceptado por… un enano de piedra?
Bruna sacudió la cabeza, sabia que los ballesteros tardarían en recargar, esta era su mejor oportunidad, sostuvo su martillo del extremo del mango con ambas manos y le hizo dar un par de vueltas por encima de su cabeza -¡los voy a distraer!- anuncio antes de arrojar su arma con todas sus fuerzas en dirección de los dos con las ballestas.
El martillo voló con gran velocidad, ambos ballesteros lograron evadir el objeto por escasos instantes, uno se hecho al frente, el otro se tiro de espaldas al piso, ambos soltando sus ballestas.
La mujer bestia tomo la oportunidad, apretó los puños con fuerza, inhalo una buena cantidad de aire y soltó lo que realmente había intentado hacer el dragón todo este tiempo, soltar un auténtico rugido de guerra.
El grito de batalla de un guerrero oso era algo temible, que resonaba en el aire por kilómetros, especialmente terrorífico para los descendientes del linaje lupino, pues inspiraba en ellos un miedo ancestral.
En su hábitat natural el lobo no es el depredador mas fuerte, un lobo solo es débil, por eso van en manadas, aun así, existe un depredador que solo puede significar una amenaza incluso para una manada de lobos, un oso.
El líder de los licántropos parecía estar presa de ese miedo, pues dirigió toda su atención a la mujer bestia que ahora cargaba contra ellos valiéndose solo de sus zarpas y dientes -¡mátenla!- grito el líder, sin poder ocultar una nota de pánico en su voz.
Sus dos compañeros aun de pie reaccionaron lentamente, debido al shock de todo lo que estaba ocurriendo, con el alce, el golem, y ahora esa osa que se les venía encima.
El mas cercano intento cercenarla con su espada, pero Bruna estaba encima suyo antes de que pudiera hacer nada, con su mano izquierda agarro la mano dominante del guerrero y luego le propino un fuerte puñetazo de derecha en el hombro izquierdo, posiblemente dislocándolo y mandándolo al piso sobre su costado derecho sin aire.
Bruna le quito la espada al guerrero caído y la arrojo a un lado, lanzo otro rugido hacia el otro guerrero, esta ves mas como un desafío que una amenaza, en medio de todo el caos el miedo del guerrero fue reemplazado por furia, este arrojo su espada y se transformo en su forma bípeda para entrar en una pelea cuerpo a cuerpo contra la mujer bestia, sin armas mas que las que la naturaleza les dio.
Los dos se enfrascaron en una feroz pelea mano a mano en frente a los ojos del estupefacto líder de la partida de caza, al principio parecía que el licántropo ganaba la ventaja gracias a su sorpresiva ferocidad y furia, pero la guerrera osa no cedió terreno, bloqueando con sus gruesos brazos las garras del licántropo, su piel era resistente, permitiéndole recibir daños reducidos.
El licántropo se frustro y lanzo un mordisco a la yugular de la osa, dejándose descubierto, Bruna aprovecho, antes de que los dientes de su enemigo tocasen su garganta, ella ya estaba sosteniendo el cuello del licántropo con su mano, de un tirón lo alzo por los aires y lo estrello de espaldas contra el piso, luego se sentó encima de él y una lluvia de constantes puñetazos se abatían contra el hombre lobo, quien no podía hacer mas que cubrirse con sus brazos los cuales parecían que se romperían en cualquier segundo bajo la inmensa presión de los golpes de la ursina.
De pronto recordó las viejas historias de su padre, muchas veces mencionaba a locos que empezaban a gritar sandeces en medio de una batalla y se dejaban matar, “eso le pasa a un tonto cuando habla en el momento que tiene que pelear” era lo que su padre siempre decía al terminar esas historias.
De pronto, de la nada salió un enorme alce, lo bastante grande como para cargar a una persona y empezó a ojear a la mujer lobo como una cría que mira a su madre, la mujer lobo le hablo a Bruna y esta respondió -hare lo que pueda- agarrando su martillo en ambas manos y sonriéndole con confianza, vio como dos virotes mas salieron disparados en dirección a la mujer lobo, uno le rozo el brazo, el otro fue interceptado por… un enano de piedra?
Bruna sacudió la cabeza, sabia que los ballesteros tardarían en recargar, esta era su mejor oportunidad, sostuvo su martillo del extremo del mango con ambas manos y le hizo dar un par de vueltas por encima de su cabeza -¡los voy a distraer!- anuncio antes de arrojar su arma con todas sus fuerzas en dirección de los dos con las ballestas.
El martillo voló con gran velocidad, ambos ballesteros lograron evadir el objeto por escasos instantes, uno se hecho al frente, el otro se tiro de espaldas al piso, ambos soltando sus ballestas.
La mujer bestia tomo la oportunidad, apretó los puños con fuerza, inhalo una buena cantidad de aire y soltó lo que realmente había intentado hacer el dragón todo este tiempo, soltar un auténtico rugido de guerra.
El grito de batalla de un guerrero oso era algo temible, que resonaba en el aire por kilómetros, especialmente terrorífico para los descendientes del linaje lupino, pues inspiraba en ellos un miedo ancestral.
En su hábitat natural el lobo no es el depredador mas fuerte, un lobo solo es débil, por eso van en manadas, aun así, existe un depredador que solo puede significar una amenaza incluso para una manada de lobos, un oso.
El líder de los licántropos parecía estar presa de ese miedo, pues dirigió toda su atención a la mujer bestia que ahora cargaba contra ellos valiéndose solo de sus zarpas y dientes -¡mátenla!- grito el líder, sin poder ocultar una nota de pánico en su voz.
Sus dos compañeros aun de pie reaccionaron lentamente, debido al shock de todo lo que estaba ocurriendo, con el alce, el golem, y ahora esa osa que se les venía encima.
El mas cercano intento cercenarla con su espada, pero Bruna estaba encima suyo antes de que pudiera hacer nada, con su mano izquierda agarro la mano dominante del guerrero y luego le propino un fuerte puñetazo de derecha en el hombro izquierdo, posiblemente dislocándolo y mandándolo al piso sobre su costado derecho sin aire.
Bruna le quito la espada al guerrero caído y la arrojo a un lado, lanzo otro rugido hacia el otro guerrero, esta ves mas como un desafío que una amenaza, en medio de todo el caos el miedo del guerrero fue reemplazado por furia, este arrojo su espada y se transformo en su forma bípeda para entrar en una pelea cuerpo a cuerpo contra la mujer bestia, sin armas mas que las que la naturaleza les dio.
Los dos se enfrascaron en una feroz pelea mano a mano en frente a los ojos del estupefacto líder de la partida de caza, al principio parecía que el licántropo ganaba la ventaja gracias a su sorpresiva ferocidad y furia, pero la guerrera osa no cedió terreno, bloqueando con sus gruesos brazos las garras del licántropo, su piel era resistente, permitiéndole recibir daños reducidos.
El licántropo se frustro y lanzo un mordisco a la yugular de la osa, dejándose descubierto, Bruna aprovecho, antes de que los dientes de su enemigo tocasen su garganta, ella ya estaba sosteniendo el cuello del licántropo con su mano, de un tirón lo alzo por los aires y lo estrello de espaldas contra el piso, luego se sentó encima de él y una lluvia de constantes puñetazos se abatían contra el hombre lobo, quien no podía hacer mas que cubrirse con sus brazos los cuales parecían que se romperían en cualquier segundo bajo la inmensa presión de los golpes de la ursina.
Bruna
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Re: Un viejo lobo en apuros [Libre] [5/5]
El ego nos hace vivir respaldado a la luz , a la vida de Thor qué triste cuando nuestras propias oscuridad es el candil para nuestro caminar
Es lo que estaba pensando el dragón ,cuando visualizo todo el escenario donde está sucediendo un combate, pudo notar que todos sus aliados no estaban muy contento con la presencia de Klaus. Pero no era de importancia no necesitaba que creyeran en el para demostrar lo que vale como guerrero en un campo de batalla.
Pero era pocos los segundos cuando observó que habían disparado birrotes en dirrección hacia él y a esa distancia era poco los segundos para interponerse su arma o moverse hacia otros lugar, pero estos fueron dispersados al haber chocado con algo más duro que el metal, fueron las escamas que rodeaban todo el cuerpo del dragón en unos pocos segundos antes del impacto.
Había susurrado la palabras Rey antes que los barrotes le causarán un daño crítico en el cuerpos,solos las personas con una audición mejorada podían haber escuchado el nombre de la técnica utilizado por Klaus ante del impacto.
Observó cómo la osa estaba moliendo a golpe y lanzándo a todos por los aires, sin duda era una gran guerrera y tenía una fuerza igualmente a la de él,mientras la otra licántropo planeaba un escape de la elfa y el vesjestorio con un alce para que se fueran del campo de batalla.
Armare mi propio reino y cuando lo logré seguro será bueno tenerme cómo aliado — Fue lo que exclamó con vos alta y seriedad hacía sus aliados. Al estar centímetros del gran lobo, empezó a lanzar cortes a diestra y siniestra, pero era de esperarse que el líder del equipo enemigo esquivara los cortes sin ningún problema.
Lo había acostumbrado a siempre esquivar al lado derechos y en un instante lanzón un amague hacia la derecha con el arma pero el corte fue hacía él lado izquiedo, logrando acertarle un corte en lado de las costillas pero lastimosamente no fue muy profundo.
El lobo arrojó una feroz mordida hacia el brazo del dragón pero se sorprendió cuando no le causó daño sino que más bien los dientes habían chocado con algo más duro que el metal,y aprovecho esta oportunidad para acertarle un rodillazo en todo la boca del estómago del lobo y enviarlo contra los árboles.
Pero como guerrero y futuro Rey, no deben poner mi valor en duda, en un campo de batalla solo sobreviven los mejores. — Con una voz muy seca y continuado con un rugido de guerra hacia sus enemigos.
Dio saltos hacia atrás para posicionarse al lado de la licantropo,un poco exhausto y ya su piel había vuelto a la normalidad, seguía tomando la espada en forma de guardia por cualquier otro ataque sorpresa de sus enemigos, y sé encontraban esperando que partieran la elfa y el lobo del lugar de combate.
–·–
Off: Rey: Transforma la piel en escamas de dragón para evitar o reducir daño de golpe y armas.
Es lo que estaba pensando el dragón ,cuando visualizo todo el escenario donde está sucediendo un combate, pudo notar que todos sus aliados no estaban muy contento con la presencia de Klaus. Pero no era de importancia no necesitaba que creyeran en el para demostrar lo que vale como guerrero en un campo de batalla.
Pero era pocos los segundos cuando observó que habían disparado birrotes en dirrección hacia él y a esa distancia era poco los segundos para interponerse su arma o moverse hacia otros lugar, pero estos fueron dispersados al haber chocado con algo más duro que el metal, fueron las escamas que rodeaban todo el cuerpo del dragón en unos pocos segundos antes del impacto.
Había susurrado la palabras Rey antes que los barrotes le causarán un daño crítico en el cuerpos,solos las personas con una audición mejorada podían haber escuchado el nombre de la técnica utilizado por Klaus ante del impacto.
Observó cómo la osa estaba moliendo a golpe y lanzándo a todos por los aires, sin duda era una gran guerrera y tenía una fuerza igualmente a la de él,mientras la otra licántropo planeaba un escape de la elfa y el vesjestorio con un alce para que se fueran del campo de batalla.
Armare mi propio reino y cuando lo logré seguro será bueno tenerme cómo aliado — Fue lo que exclamó con vos alta y seriedad hacía sus aliados. Al estar centímetros del gran lobo, empezó a lanzar cortes a diestra y siniestra, pero era de esperarse que el líder del equipo enemigo esquivara los cortes sin ningún problema.
Lo había acostumbrado a siempre esquivar al lado derechos y en un instante lanzón un amague hacia la derecha con el arma pero el corte fue hacía él lado izquiedo, logrando acertarle un corte en lado de las costillas pero lastimosamente no fue muy profundo.
El lobo arrojó una feroz mordida hacia el brazo del dragón pero se sorprendió cuando no le causó daño sino que más bien los dientes habían chocado con algo más duro que el metal,y aprovecho esta oportunidad para acertarle un rodillazo en todo la boca del estómago del lobo y enviarlo contra los árboles.
Pero como guerrero y futuro Rey, no deben poner mi valor en duda, en un campo de batalla solo sobreviven los mejores. — Con una voz muy seca y continuado con un rugido de guerra hacia sus enemigos.
Dio saltos hacia atrás para posicionarse al lado de la licantropo,un poco exhausto y ya su piel había vuelto a la normalidad, seguía tomando la espada en forma de guardia por cualquier otro ataque sorpresa de sus enemigos, y sé encontraban esperando que partieran la elfa y el lobo del lugar de combate.
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Off: Rey: Transforma la piel en escamas de dragón para evitar o reducir daño de golpe y armas.
Sajin W
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Re: Un viejo lobo en apuros [Libre] [5/5]
Bueno el zafarrancho seguía en pie pero al.menos no era entre el grupo de desconocidos al que de momento adoptó como su grupo. Veía luces por haber dejado que en ese arranque pasional hablo sin más y ahora le costaba mantener el aire en los pulmones. Aunque mantuvo la frente en alto y la espalda bien recta en lo que parecía una trifulca familiar. En otros momentos tal vez hubiera apoyado la moción de entregar al anciano, pero la forma de los recién llegados y sus señalamientos no le convencían y le recordó la forma en que un propio consanguíneo había sido exiliado sin un verdadero motivo de peso.- Si alguno de los dos se queda inconsciente seremos una carga.
Respondió la elfa a Caín y miro a la peli blanca mientras veía con asombro como un alce así sin más y aferró el hombro del anciano -Diez quince minutos para algo superficial, depende de la gravedad. - Parecía que la joven se había perdido la primera ola de birotes y cuando menos se dió cuenta ya tenían encima a un lobo transformándose y algo que le hizo dudar frío y treparse al animal, se daba una idea del plan y jalo al anciano para que le acompañara. - Nos vemos entonces ahí donde esté su dueño yo me encargo de este -tras sus palabras y apretar los dientes para respirar suave miro al animal y lo aprobado cuando se hubo subido el anciano. Miraba por sobre su hombro con la zurda pegada al pecho concentrándose en esta y manteniéndose alerta. -¿Cuántos mas podrían interceptar la Caín?
Respondió la elfa a Caín y miro a la peli blanca mientras veía con asombro como un alce así sin más y aferró el hombro del anciano -Diez quince minutos para algo superficial, depende de la gravedad. - Parecía que la joven se había perdido la primera ola de birotes y cuando menos se dió cuenta ya tenían encima a un lobo transformándose y algo que le hizo dudar frío y treparse al animal, se daba una idea del plan y jalo al anciano para que le acompañara. - Nos vemos entonces ahí donde esté su dueño yo me encargo de este -tras sus palabras y apretar los dientes para respirar suave miro al animal y lo aprobado cuando se hubo subido el anciano. Miraba por sobre su hombro con la zurda pegada al pecho concentrándose en esta y manteniéndose alerta. -¿Cuántos mas podrían interceptar la Caín?
Aradia Hazelmere
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Re: Un viejo lobo en apuros [Libre] [5/5]
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Reike
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