Banderas de guerra [Trabajo / Destino-Magazubi]
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Banderas de guerra [Trabajo / Destino-Magazubi]
Si era contratado por dos personas a la vez ¿podría cobrar doble? Aquella pregunta rondaba la mente del elfo mientras intentaba reconocer a aquel sujeto que, entre las sombras, le ofrecía una buena cantidad de dinero por infiltrarse en un equipo de peleadores y eliminar a una de ellas para evitar que ganara. De momento parecía un trabajo fácil, aunque muchas cosas podían cambiar durante el viaje.
Horas más tarde, el elfo llegó a las catacumbas al lugar pactado, le habían pedido que se detuviera en la esquina de “La Manzana Rancia”, una supuesta tienda de frutas que, a juzgar por el estado de la mercancía, seguramente era solo la fachada de otro negocio más turbio, sobre la cabeza del elfo, enredado en su cabello lucía un bonito prendedor con forma de patito amarillo, esto era una solicitud especial de la que lo estaba contratando.
Recostado contra el muro de la esquina, fue sorprendido por una voz siseante que le entregó desde atrás una máscara de conejo desde su espalda -No voltees, sé que eres tú- Dijo la chica a la que el élfo aún no lograba ver -¿Lo sabes por el estúpido prendedor de patito?- Preguntó el elfo claramente molesto por el detalle -No, lo sé porque te conozco, me han hablado de ti, el prendedor fue solo un detalle gracioso- Respondió tranquila aunque al pelinegro no le había hecho nada de gracia.
Usarás esta máscara, así nos reconoceremos sin ver nuestros rostros- Explicó la chica -He hecho enojar a personas poderosas que tal vez quieran… ya sabes, cobrar venganza- Le dio un par de palmadas en el hombro -Pero para eso estarás tú y la otra chica que ya debe estar por llegar, nos veremos en 15 minutos en la zona acordada- Con aquellas palabras le pasó un pequeño folleto con un mapa que le indicaba el lugar al que debía ir.
Cuando el elfo miró hacia atrás, ya la chica se había ido, intentó de inmediato quitarse el prendedor de patito del cabello, pero estaba demasiado enredado y cortar el sagrado mechón de cabello no parecía una buena opción. De momento se quedaría ahí, colgando del mechón de cabello que caía al lado izquierdo de la máscara.
El elfo avanzó por los tétricos callejones de las catacumbas muy atento de todo pues parecía que todo lo que veía podría matarlo. Más adelante llegó a una especie de pequeño domo con varias habitaciones, se dirigió de inmediato a la que estaba marcada en el mapa siendo aparentemente el primero de su equipo en llegar, aunque los otros equipos parecían estar mejor organizados y llegaban en grupos completos.
Entre los presentes había personajes bastante peculiares, algunos se veían realmente peligrosos y amenazantes, otros se veían más bien muy fuera de lugar y sin ninguna posibilidad de sobrevivir a aquella dura competencia, aunque quizá no debería juzgar los libros por su portada. De cualquier manera, el pelinegro tomó asiento para esperar a la chica que lo había contratado para aquella tarea y también a quien sería su otro acompañante.
[Progreso] ▓▒▒▒▒▒▒▒▒▒ Horas más tarde, el elfo llegó a las catacumbas al lugar pactado, le habían pedido que se detuviera en la esquina de “La Manzana Rancia”, una supuesta tienda de frutas que, a juzgar por el estado de la mercancía, seguramente era solo la fachada de otro negocio más turbio, sobre la cabeza del elfo, enredado en su cabello lucía un bonito prendedor con forma de patito amarillo, esto era una solicitud especial de la que lo estaba contratando.
Recostado contra el muro de la esquina, fue sorprendido por una voz siseante que le entregó desde atrás una máscara de conejo desde su espalda -No voltees, sé que eres tú- Dijo la chica a la que el élfo aún no lograba ver -¿Lo sabes por el estúpido prendedor de patito?- Preguntó el elfo claramente molesto por el detalle -No, lo sé porque te conozco, me han hablado de ti, el prendedor fue solo un detalle gracioso- Respondió tranquila aunque al pelinegro no le había hecho nada de gracia.
Usarás esta máscara, así nos reconoceremos sin ver nuestros rostros- Explicó la chica -He hecho enojar a personas poderosas que tal vez quieran… ya sabes, cobrar venganza- Le dio un par de palmadas en el hombro -Pero para eso estarás tú y la otra chica que ya debe estar por llegar, nos veremos en 15 minutos en la zona acordada- Con aquellas palabras le pasó un pequeño folleto con un mapa que le indicaba el lugar al que debía ir.
Cuando el elfo miró hacia atrás, ya la chica se había ido, intentó de inmediato quitarse el prendedor de patito del cabello, pero estaba demasiado enredado y cortar el sagrado mechón de cabello no parecía una buena opción. De momento se quedaría ahí, colgando del mechón de cabello que caía al lado izquierdo de la máscara.
El elfo avanzó por los tétricos callejones de las catacumbas muy atento de todo pues parecía que todo lo que veía podría matarlo. Más adelante llegó a una especie de pequeño domo con varias habitaciones, se dirigió de inmediato a la que estaba marcada en el mapa siendo aparentemente el primero de su equipo en llegar, aunque los otros equipos parecían estar mejor organizados y llegaban en grupos completos.
Entre los presentes había personajes bastante peculiares, algunos se veían realmente peligrosos y amenazantes, otros se veían más bien muy fuera de lugar y sin ninguna posibilidad de sobrevivir a aquella dura competencia, aunque quizá no debería juzgar los libros por su portada. De cualquier manera, el pelinegro tomó asiento para esperar a la chica que lo había contratado para aquella tarea y también a quien sería su otro acompañante.
Última edición por Destino el Sáb Ago 21 2021, 13:02, editado 1 vez
Destino
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Re: Banderas de guerra [Trabajo / Destino-Magazubi]
Las últimas semanas he estado entrenando con Pelusa y he estado involucrándome con él en situaciones un poco peligrosas para llevar un poco al límite mis habilidades de lucha. Antes me pasaba que me consideraba muy débil; ahora no siento que sea tan así pero falta demostrarlo.
Pelusa y yo aceptamos el trabajo de participar en una recolección de banderas en las catacumbas y nos preparamos para ello. Lo más difícil fue elegir la vestimenta porque me encantaba la idea del vestido pero podía ser muy contraproducente en las catacumbas. Estaba bien que me subestimaran, me hacía ganar más rápido pero si me veían como una niñita con mucho dinero iba a ser un problema así que me fuí por un estilo intermedio.
Me monté sobre Pelusa y cabalgamos hasta encontrarnos con la chica que nos contrató. Le colocó un polvo rojo a Pelusa sobre el rostro y a mí me dió una máscara de conejo; nos dió las últimas instrucciones y de ahí partimos al lugar de encuentro con los demás participantes.
Me tomé mi tiempo para observarlos un poco, eso me dió una pista de a qué me estaba enfrentando, y a pesar de que muchos se veían muy profesionales en lo suyo me preocupaba eran los ataques en conjunto y el hecho de tener que depender de mis compañeros en algún momento.
Pelusa avanzó con cautela hasta que este se percató de la presencia de David, un conocido del gremio de ladrones, estratégico, tramposo y con muchas sorpresas; no nos molestaba ni alegraba su presencia pero lamentablemente estaba en uno de los equipos que había que tratar de superar sí o sí.
Seguimos el camino y llegamos al punto de encuentro con el equipo. Nos dieron una breve presentación y nos contó algunos detalles sobre su experiencia previa en este tipo de competencias, nos comentó sobre los peligros más grandes y nos recordó el objetivo principal de esta participación: eliminar al equipo que fue campeón la oportunidad pasada.
-¿Hay alguna estrategia concreta?- pregunté a la chica.
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Pelusa y yo aceptamos el trabajo de participar en una recolección de banderas en las catacumbas y nos preparamos para ello. Lo más difícil fue elegir la vestimenta porque me encantaba la idea del vestido pero podía ser muy contraproducente en las catacumbas. Estaba bien que me subestimaran, me hacía ganar más rápido pero si me veían como una niñita con mucho dinero iba a ser un problema así que me fuí por un estilo intermedio.
- vestido:
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Me monté sobre Pelusa y cabalgamos hasta encontrarnos con la chica que nos contrató. Le colocó un polvo rojo a Pelusa sobre el rostro y a mí me dió una máscara de conejo; nos dió las últimas instrucciones y de ahí partimos al lugar de encuentro con los demás participantes.
Me tomé mi tiempo para observarlos un poco, eso me dió una pista de a qué me estaba enfrentando, y a pesar de que muchos se veían muy profesionales en lo suyo me preocupaba eran los ataques en conjunto y el hecho de tener que depender de mis compañeros en algún momento.
Pelusa avanzó con cautela hasta que este se percató de la presencia de David, un conocido del gremio de ladrones, estratégico, tramposo y con muchas sorpresas; no nos molestaba ni alegraba su presencia pero lamentablemente estaba en uno de los equipos que había que tratar de superar sí o sí.
Seguimos el camino y llegamos al punto de encuentro con el equipo. Nos dieron una breve presentación y nos contó algunos detalles sobre su experiencia previa en este tipo de competencias, nos comentó sobre los peligros más grandes y nos recordó el objetivo principal de esta participación: eliminar al equipo que fue campeón la oportunidad pasada.
-¿Hay alguna estrategia concreta?- pregunté a la chica.
- David:
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Magazubi
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Re: Banderas de guerra [Trabajo / Destino-Magazubi]
Destino había sido el primero en llegar, y había detallado algunos de los equipos rivales que no parecían nada fáciles de vencer, todo apuntaba a que aquello iba a ser una jornada larga. Un poco más tarde llegó la chica que lo había contratado, acompañada por una enana que parecía conocida -Muy bien, equipo, les advierto que no es mi primera vez en esta competencia y me he vuelto realmente buena- Presumió la chica mientras observaba con atención las siluetas sombrías de los otros competidores, en algunos equipos se distinguían mejor que en otros los integrantes -Los he investigado y tengo buenas referencias de ustedes, espero que me puedan seguir el paso o que al menos no me decepcionen- Señaló con severidad.
Algunos de los otros equipos, quizás por confiados o tal vez muy descuidados, se dejaban ver sin precaución alguna, otros en cambio permanecían bajo el manto de sombras que les ofrecían sus cubículos. En ese momento apareció caminando muy despacio la figura de un hombre bestia bastante particular, una larga cola y una cabeza de reptil le daban un aire amenazante, pero a la vez, su postura y el báculo que llevaba encima le daban un toque intimidante y misterioso.
Caminó de manera pausada hasta quedar en el centro del punto de reunión, rodeado por todos los diferentes equipos que observaban expectantes a que dijera una palabra, pero el hombre lagarto, cuya larga cola se arrastraba por el suelo se limitaba a avanzar apoyado por su bastón, mientras dedicaba miradas exploradoras hacia los diferentes grupos, deteniéndose un largo rato en la dirección del grupo donde se encontraba el elfo y sus compañeras.
Mis queridos cazadores- Dijo con voz vieja y gastada que a ratos se perdía en in mero susurro -Bienvenidos a una nueva cacería de banderas, una muy especial- Se detuvo tras hacer énfasis en esa última palabra -Pues dos de los presentes han ganado la competencia anteriormente… ¿podrán repetir la hazaña?- Tras aquellas palabras los otros grupos gritaron fuerte que no lo permitirían, y desde luego, todos querían ganar, pero podía percibirse algo de mala intención en las palabras del lagarto.
Cada uno de los 9 equipos será transportado al punto de inicio, el líder de cada equipo llevará consigo una bandera y una brújula de cacería- Explicó detalladamente el viejo reptil -La bandera debe estar siempre visible, y la brújula les indicará la dirección de la bandera más cercana, pero también le revelará su ubicación a otro equipo, cada brújula solo apunta hacia una bandera a la vez- Hizo una pausa y golpeó el piso tres veces con su bastón -El primero equipo en volver con 5 banderas, habrá ganado la competencia.
Con un último golpe, el lagarto activó un sendero de runas que se dirigieron a los diferentes equipos, formando un círculo alrededor de cada uno -¿Pero esto qué es?- Dijo Destino confundido mientras el piso comenzaba a brillar -Tranquilo muchachón- Dijo Ingrid muy calmada, claramente acostumbrada al proceso por haber participado antes. Un aro de luz envolvió al trío de participantes y en apenas un instante los hizo desaparecer para llevarlos a otro punto.
Hasta ese punto, todo parecía normal, pero la expresión de calma en el rostro de Ingrid cambió drásticamente al ver el lugar en el que se encontraban -Presten atención al entorno, algo anda mal- Dijo Ingrid sacando un pequeño mapa de su bolsillo -No sé qué ha pasado, pero no deberíamos estar aquí- De igual modo, Destino no entendía muy bien la situación, miró a la pequeña que les acompañaba pero no pudo decir nada más -La brújula no señala ningún equipo cerca, pero sé que hay alguien cerca que intentará sacarnos de la competencia- Dijo la chica con total certeza -¿Lo sabes porque puedes sentir el éter en ellos?- Dijo el elfo con curiosidad -No, lo sé porque veo que nos está apuntando justo ahora ¡Al suelo!- Advirtió mientras se dejaba caer y se arrastraba hasta detrás de algunos muros desgastados que otrora, habían experimentado mejores años.
No se escondan, perdedores- Dijo alguien con voz gruesa que Destino no alcanzaba a ver, pues se había refugiado al igual que Ingrid -Es una trampa- Señaló la chica -Malditos cobardes... Imaginé que harían algo sucio, pero no lo esperaba tan pronto- Dijo reflexiva -Pues bien, es momento de justificar su paga- Hizo señas con las manos para que Destino y Magazubi salieran en direcciones diferentes mientras ella embestía por el centro, con algo de suerte, todo iba a salir bien.
[1] Primera complicación, la competencia parece estar trampeada y nos han tendido una emboscada Algunos de los otros equipos, quizás por confiados o tal vez muy descuidados, se dejaban ver sin precaución alguna, otros en cambio permanecían bajo el manto de sombras que les ofrecían sus cubículos. En ese momento apareció caminando muy despacio la figura de un hombre bestia bastante particular, una larga cola y una cabeza de reptil le daban un aire amenazante, pero a la vez, su postura y el báculo que llevaba encima le daban un toque intimidante y misterioso.
- Don Lagartijo:
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Caminó de manera pausada hasta quedar en el centro del punto de reunión, rodeado por todos los diferentes equipos que observaban expectantes a que dijera una palabra, pero el hombre lagarto, cuya larga cola se arrastraba por el suelo se limitaba a avanzar apoyado por su bastón, mientras dedicaba miradas exploradoras hacia los diferentes grupos, deteniéndose un largo rato en la dirección del grupo donde se encontraba el elfo y sus compañeras.
Mis queridos cazadores- Dijo con voz vieja y gastada que a ratos se perdía en in mero susurro -Bienvenidos a una nueva cacería de banderas, una muy especial- Se detuvo tras hacer énfasis en esa última palabra -Pues dos de los presentes han ganado la competencia anteriormente… ¿podrán repetir la hazaña?- Tras aquellas palabras los otros grupos gritaron fuerte que no lo permitirían, y desde luego, todos querían ganar, pero podía percibirse algo de mala intención en las palabras del lagarto.
Cada uno de los 9 equipos será transportado al punto de inicio, el líder de cada equipo llevará consigo una bandera y una brújula de cacería- Explicó detalladamente el viejo reptil -La bandera debe estar siempre visible, y la brújula les indicará la dirección de la bandera más cercana, pero también le revelará su ubicación a otro equipo, cada brújula solo apunta hacia una bandera a la vez- Hizo una pausa y golpeó el piso tres veces con su bastón -El primero equipo en volver con 5 banderas, habrá ganado la competencia.
Con un último golpe, el lagarto activó un sendero de runas que se dirigieron a los diferentes equipos, formando un círculo alrededor de cada uno -¿Pero esto qué es?- Dijo Destino confundido mientras el piso comenzaba a brillar -Tranquilo muchachón- Dijo Ingrid muy calmada, claramente acostumbrada al proceso por haber participado antes. Un aro de luz envolvió al trío de participantes y en apenas un instante los hizo desaparecer para llevarlos a otro punto.
Hasta ese punto, todo parecía normal, pero la expresión de calma en el rostro de Ingrid cambió drásticamente al ver el lugar en el que se encontraban -Presten atención al entorno, algo anda mal- Dijo Ingrid sacando un pequeño mapa de su bolsillo -No sé qué ha pasado, pero no deberíamos estar aquí- De igual modo, Destino no entendía muy bien la situación, miró a la pequeña que les acompañaba pero no pudo decir nada más -La brújula no señala ningún equipo cerca, pero sé que hay alguien cerca que intentará sacarnos de la competencia- Dijo la chica con total certeza -¿Lo sabes porque puedes sentir el éter en ellos?- Dijo el elfo con curiosidad -No, lo sé porque veo que nos está apuntando justo ahora ¡Al suelo!- Advirtió mientras se dejaba caer y se arrastraba hasta detrás de algunos muros desgastados que otrora, habían experimentado mejores años.
No se escondan, perdedores- Dijo alguien con voz gruesa que Destino no alcanzaba a ver, pues se había refugiado al igual que Ingrid -Es una trampa- Señaló la chica -Malditos cobardes... Imaginé que harían algo sucio, pero no lo esperaba tan pronto- Dijo reflexiva -Pues bien, es momento de justificar su paga- Hizo señas con las manos para que Destino y Magazubi salieran en direcciones diferentes mientras ella embestía por el centro, con algo de suerte, todo iba a salir bien.
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Destino
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Re: Banderas de guerra [Trabajo / Destino-Magazubi]
Al parecer no había un plan muy concreto más que conseguir banderas. Pronto le quité importancia al grandiosísimo plan que no teníamos para enfocarme en una figura imponente que se acercaba al centro de atención y es que por alguna razón era fácil seguirlo con la mirada.
El lagarto empezó su discurso y estuve atenta a lo que decía pero aproveché de pasar una miradita por los presentes. Maga tienes que dejarte de tonterías y tomarte esto en serio, aquí nadie se ve amigable, tienes que ser un poco menos amable e ingenua, you can do it.
Respiré profundo y traté de concentrarme. Okey son 5 banderas, 9 equipos, no está demasiado difícil; no hay que vencerlos sólo inmovilizarlos o distraerlos lo suficiente para obtener las banderas.
Me aferré un poco a Pelusa al ver unas luces encenderse a nuestro alrededor y pensando en que esto tenía que salir bien.
Aparecimos en un callejón abandonado, era de noche pero no era una oscuridad negra sino una más bien azul y gris que nos envolvía. Unas cuantas casitas a nuestros costados, más callejones y dos casas que quedaron sin construir desde hace mucho.
En cuanto Pelusa oyó a la chica salió corriendo detrás de uno de los muros de la casa sin construir. Las cosas habían empezado más rápido de lo esperado. Mi corazón empezó a acelerarse y era momento de una posible batalla.
Okey Maga recuerda, sólo importan las banderas.
A los pocos segundos llegaron mis compañeros al escondite y nos tocaba volver a salir, aunque yo más que por la paga lo hacía para llevarme al límite. Me preocupaba era que estaba exponiendo mucho a Pelusa y tal vez no estaba tan preparado para un enfrentamiento así.
Sin pensarlo más de lo necesario me bajé de Pelusa y le dí una palmadita al costado -Cúbreme, veamos qué hay por aquí-.
Salí corriendo hasta una pared cercana para tratar de ver a qué nos enfrentamos. Por un momento se me ocurrió usar mi ternura y diplomacia como habilidad pero esta gente había ido por nosotros a primeras, aquello no funcionaría con ellos.
No hizo falta que me acercara más para ver a alguien que definitivamente no estaba en nuestro equipo. Un hombre con cuerpo de serpiente salió de unas escaleras y no se veía muy amistoso que se diga. Corrí con todo, me daban terror las serpientes, y aunque me tranquilizaba un poco que fuese mitad hombre no quería morir a manos de una serpiente. Este hombre empezó a escupir bolas que podrían ser venenosas y me tocó usar un poco de telekinesis para repeler las primeras. Tuve que voltearme y correr hacia atrás mientras esquivaba sus secreciones pero mi velocidad era considerablemente menor y me alcanzó muy rápido.
El hombre se detuvo confundido y lanzó un leve alarido. Mi corazón que amenazaba con salirse se tranquilizó un poco y agradecí con toda mi alma la ayuda oportuna de mi aion, quién había interceptado el costado de la serpiente con los cuernos contra una pared.
Bien Pelusa, pensé celebrando en mis adentros. Todo parecía controlado hasta que la cola de la serpiente empezó a moverse y a tratar de estrangular a mi aion.
-Mmm, conmigo puedes meterte, con Pelusa no- le dije al hombre antes de abrir un pergamino y de lanzar una bola roja contra el suelo muy cerca del chico y crear una gran explosión que me tiró fuerte hacia atrás.
Aún aturdida sentí que Pelusa trataba de arrastrarme fuera de ahí.
El lagarto empezó su discurso y estuve atenta a lo que decía pero aproveché de pasar una miradita por los presentes. Maga tienes que dejarte de tonterías y tomarte esto en serio, aquí nadie se ve amigable, tienes que ser un poco menos amable e ingenua, you can do it.
Respiré profundo y traté de concentrarme. Okey son 5 banderas, 9 equipos, no está demasiado difícil; no hay que vencerlos sólo inmovilizarlos o distraerlos lo suficiente para obtener las banderas.
Me aferré un poco a Pelusa al ver unas luces encenderse a nuestro alrededor y pensando en que esto tenía que salir bien.
Aparecimos en un callejón abandonado, era de noche pero no era una oscuridad negra sino una más bien azul y gris que nos envolvía. Unas cuantas casitas a nuestros costados, más callejones y dos casas que quedaron sin construir desde hace mucho.
En cuanto Pelusa oyó a la chica salió corriendo detrás de uno de los muros de la casa sin construir. Las cosas habían empezado más rápido de lo esperado. Mi corazón empezó a acelerarse y era momento de una posible batalla.
Okey Maga recuerda, sólo importan las banderas.
A los pocos segundos llegaron mis compañeros al escondite y nos tocaba volver a salir, aunque yo más que por la paga lo hacía para llevarme al límite. Me preocupaba era que estaba exponiendo mucho a Pelusa y tal vez no estaba tan preparado para un enfrentamiento así.
Sin pensarlo más de lo necesario me bajé de Pelusa y le dí una palmadita al costado -Cúbreme, veamos qué hay por aquí-.
Salí corriendo hasta una pared cercana para tratar de ver a qué nos enfrentamos. Por un momento se me ocurrió usar mi ternura y diplomacia como habilidad pero esta gente había ido por nosotros a primeras, aquello no funcionaría con ellos.
No hizo falta que me acercara más para ver a alguien que definitivamente no estaba en nuestro equipo. Un hombre con cuerpo de serpiente salió de unas escaleras y no se veía muy amistoso que se diga. Corrí con todo, me daban terror las serpientes, y aunque me tranquilizaba un poco que fuese mitad hombre no quería morir a manos de una serpiente. Este hombre empezó a escupir bolas que podrían ser venenosas y me tocó usar un poco de telekinesis para repeler las primeras. Tuve que voltearme y correr hacia atrás mientras esquivaba sus secreciones pero mi velocidad era considerablemente menor y me alcanzó muy rápido.
- serpiente:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
El hombre se detuvo confundido y lanzó un leve alarido. Mi corazón que amenazaba con salirse se tranquilizó un poco y agradecí con toda mi alma la ayuda oportuna de mi aion, quién había interceptado el costado de la serpiente con los cuernos contra una pared.
Bien Pelusa, pensé celebrando en mis adentros. Todo parecía controlado hasta que la cola de la serpiente empezó a moverse y a tratar de estrangular a mi aion.
-Mmm, conmigo puedes meterte, con Pelusa no- le dije al hombre antes de abrir un pergamino y de lanzar una bola roja contra el suelo muy cerca del chico y crear una gran explosión que me tiró fuerte hacia atrás.
Aún aturdida sentí que Pelusa trataba de arrastrarme fuera de ahí.
_________
Off
Uso pergamino de admiración[Consumible] que me equipa con un cinturon con 3 bolas:
- Fumis (blanca): Desprende un denso vapor de agua, inerte, pero útil para camuflarse y desaparecer.
- Crépitus (roja): Un potente ingrediente alquímico que explota cuando impacta con fuerza contra el suelo. Dispone de seguro, por fortuna. Causa gran devastación y daño.
- Lux scintilla (amarilla): Un potente destello que ciega a sus enemigos y los aturde por unos instantes.
Usé la rojita
Magazubi
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Re: Banderas de guerra [Trabajo / Destino-Magazubi]
De alguna manera, el equipo de Ingrid había sido transportado a un lugar que parecía estar muy lejos de ser el correcto, ni siquiera parecía estar dentro de las caracumbas, la noche estrellada y las casas lejanas recordaban un poco a las afueras de la ciudad, pero ¿Cómo habían llegado ahí? Seguramente alguien quería dejarlos fuera de la competencia y por eso los habían enviado al lugar equivocado, pero en ese caso, tal vez los organizadores tendrían que haber condicionado aquella primera transportación.
Por si fuera poco, no solo los habían mandado a otro lugar, sino que también parecían estarlos esperando para eliminarlos desde el inicio -Parece que alguien hizo enojar a gente importante- Dijo Destino en tono serio mientras se ponía a resguardo -Ya saben qué hacer- Dijo Ingrid como si realmente Destino tuviera idea de qué hacer, incluso la niña salió a la carga como si de verdad hubiera un plan ¿será que Destino se lo había perdido?
La chiquilla comenzó una pelea con un hombre serpiente que se veía bastante peligroso, Destino por su parte fijó su atención en un misterioso sujeto que se escondía entre las sombras, aunque no era difícil seguir el rastro de su voz, parecía bastante frágil y considerando que el hombre bestia estaba bien ocupado, no sería difícil eliminar a este objetivo.
Destino tomó su espada MoonBlade y avanzó de prisa buscando rodear el escenario pero al alejarse mucho se estrelló con un muro invisible que lo envió directamente al piso -¿Pero qué rayos?- Se preguntó el elfo mientras se acercaba despacio a tocar la estructura frente a él, podía mirar varias casas a lo lejos, pero su mano no podía atravesar ese punto, así que comenzó a sospechar que todo aquello no era más que una ilusión.
El pelinegro dio un vistazo alrededor para contemplar los detalles y analizar algunas curiosidades que delataban la ilusión en la que se hallaban atrapados… Fue entonces cuando se escuchó la voz de un hombre que transitaba por la calle. La voz de un cantante, si es que se le podía llamar así, que se escuchaba cada vez mejor mientras más se acercaba -Mi niña bonita, mi dulce princesa, me siento en las nubes, cuando tú me besas- tarareaba en alto -Algo aquí resulta sospechoso- Dijo el pelinegro con un tic en el ojo ante aquella extraña escena.
Destino cerró sus ojos y se concentró por un instante para olfatear el éter del causante de aquella ilusión, algo que desde luego no tenía ningún sentido y no podía hacerlo, pero al menos tenía que intentarlo, abrió los ojos para enfocarse en aquel sujeto que se movía entre las sombras y se dispuso a embestirlo, inició la carrera un con salto pero al cabo de unos metros volvió a estrellarse con otro muro casi igual de fuerte, aunque esta vez parecía ser una persona.
Retrocedió un par de pasos sin poder ver a lo que se estaba enfrentando, meneó su espada hacia el frente hasta que tropezó contra una superficie dura, había alguien ahí, alguien invisible ¿Cómo podía enfrentar a alguien invisible? ¿sería aquello parte de la misma ilusión?
El elfo se encontraba en un predicamento, necesitaba atacar al que creaba la ilusión, para poder enfrentar al que lo protegía, pero necesitaba pasar al protector para llegar al causante de la ilusión. Entonces sonrió con malicia al pensar en una estrategia seria, tomó su espada con fuerza y corrió en dirección al primer muro invisible con el que se había estrellado, los pesados pasos delataban que aquel sujeto invisible le seguía para bloquearlo, pero en un sorpresivo momento Destino saltó, posó sus pies en el muro invisible para impulsarse de vuelta y arrojó su espada al sujeto sombrío, haciendo que, al moverse bruscamente para evitar el impacto, la ilusión se desvaneciera por un instante.
Todo el escenario cambió drásticamente, las casas y callejones desaparecieron dando lugar al tétrico paisaje de las catacumbas, frente al elfo, se acercaba el sujeto antes invisible, aparentemente un semidragón capaz de endurecer la piel a tal punto que las espadas rebotaban como palitos de dientes, algo que el elfo comprobó amargamente al atraer su espada con sus hilos de éter y ver cómo se estrellaba contra la espalda del sujeto sin causarle ningún daño.
Destino recuperó su espada en el aire y se dispuso atacar frenéticamente al hombre que detenía los espadazos con sus brazos, aparentemente no sufría daños, pero al cabo de unos instantes aquella coraza comenzaba a agrietarse, tras una batalla extendida tal vez podría romper aquella coraza, pero lentamente el cuerpo del sujeto comenzaba a desvanecerse de nuevo envuelto por la ilusión así que el pelinegro recurrió a medidas desesperadas, avanzó hacia el guerrero con una predecible estocada al pecho que el hombre consiguió bloquear con una sonrisa burlona.
Destino aprovechó aquella distracción para patear con todas sus fuerzas la entrepierna del coloso, cuando el hombre abrió la boca para soltar un grito de dolor y espanto, Destino dirigió una potente estocada hacia la boca del sujeto -Rebótame ésta- dijo el elfo satisfecho mientras la espada salía por la parte de atrás del cuello.
Destino retrocedió un instante solo para ver cómo el ilusionista escapaba desilusionado a toda prisa y todo volvía a la normalidad, o casi todo, pues el extraño sujeto que cantaba seguía ahí, cantando y bailando -¡Se escapa!- Gritó Destino al notar que el ilusionista se les estaba fugando, aunque alguien aparecería para cortarle el paso…
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Por si fuera poco, no solo los habían mandado a otro lugar, sino que también parecían estarlos esperando para eliminarlos desde el inicio -Parece que alguien hizo enojar a gente importante- Dijo Destino en tono serio mientras se ponía a resguardo -Ya saben qué hacer- Dijo Ingrid como si realmente Destino tuviera idea de qué hacer, incluso la niña salió a la carga como si de verdad hubiera un plan ¿será que Destino se lo había perdido?
La chiquilla comenzó una pelea con un hombre serpiente que se veía bastante peligroso, Destino por su parte fijó su atención en un misterioso sujeto que se escondía entre las sombras, aunque no era difícil seguir el rastro de su voz, parecía bastante frágil y considerando que el hombre bestia estaba bien ocupado, no sería difícil eliminar a este objetivo.
Destino tomó su espada MoonBlade y avanzó de prisa buscando rodear el escenario pero al alejarse mucho se estrelló con un muro invisible que lo envió directamente al piso -¿Pero qué rayos?- Se preguntó el elfo mientras se acercaba despacio a tocar la estructura frente a él, podía mirar varias casas a lo lejos, pero su mano no podía atravesar ese punto, así que comenzó a sospechar que todo aquello no era más que una ilusión.
El pelinegro dio un vistazo alrededor para contemplar los detalles y analizar algunas curiosidades que delataban la ilusión en la que se hallaban atrapados… Fue entonces cuando se escuchó la voz de un hombre que transitaba por la calle. La voz de un cantante, si es que se le podía llamar así, que se escuchaba cada vez mejor mientras más se acercaba -Mi niña bonita, mi dulce princesa, me siento en las nubes, cuando tú me besas- tarareaba en alto -Algo aquí resulta sospechoso- Dijo el pelinegro con un tic en el ojo ante aquella extraña escena.
Destino cerró sus ojos y se concentró por un instante para olfatear el éter del causante de aquella ilusión, algo que desde luego no tenía ningún sentido y no podía hacerlo, pero al menos tenía que intentarlo, abrió los ojos para enfocarse en aquel sujeto que se movía entre las sombras y se dispuso a embestirlo, inició la carrera un con salto pero al cabo de unos metros volvió a estrellarse con otro muro casi igual de fuerte, aunque esta vez parecía ser una persona.
Retrocedió un par de pasos sin poder ver a lo que se estaba enfrentando, meneó su espada hacia el frente hasta que tropezó contra una superficie dura, había alguien ahí, alguien invisible ¿Cómo podía enfrentar a alguien invisible? ¿sería aquello parte de la misma ilusión?
El elfo se encontraba en un predicamento, necesitaba atacar al que creaba la ilusión, para poder enfrentar al que lo protegía, pero necesitaba pasar al protector para llegar al causante de la ilusión. Entonces sonrió con malicia al pensar en una estrategia seria, tomó su espada con fuerza y corrió en dirección al primer muro invisible con el que se había estrellado, los pesados pasos delataban que aquel sujeto invisible le seguía para bloquearlo, pero en un sorpresivo momento Destino saltó, posó sus pies en el muro invisible para impulsarse de vuelta y arrojó su espada al sujeto sombrío, haciendo que, al moverse bruscamente para evitar el impacto, la ilusión se desvaneciera por un instante.
Todo el escenario cambió drásticamente, las casas y callejones desaparecieron dando lugar al tétrico paisaje de las catacumbas, frente al elfo, se acercaba el sujeto antes invisible, aparentemente un semidragón capaz de endurecer la piel a tal punto que las espadas rebotaban como palitos de dientes, algo que el elfo comprobó amargamente al atraer su espada con sus hilos de éter y ver cómo se estrellaba contra la espalda del sujeto sin causarle ningún daño.
Destino recuperó su espada en el aire y se dispuso atacar frenéticamente al hombre que detenía los espadazos con sus brazos, aparentemente no sufría daños, pero al cabo de unos instantes aquella coraza comenzaba a agrietarse, tras una batalla extendida tal vez podría romper aquella coraza, pero lentamente el cuerpo del sujeto comenzaba a desvanecerse de nuevo envuelto por la ilusión así que el pelinegro recurrió a medidas desesperadas, avanzó hacia el guerrero con una predecible estocada al pecho que el hombre consiguió bloquear con una sonrisa burlona.
Destino aprovechó aquella distracción para patear con todas sus fuerzas la entrepierna del coloso, cuando el hombre abrió la boca para soltar un grito de dolor y espanto, Destino dirigió una potente estocada hacia la boca del sujeto -Rebótame ésta- dijo el elfo satisfecho mientras la espada salía por la parte de atrás del cuello.
Destino retrocedió un instante solo para ver cómo el ilusionista escapaba desilusionado a toda prisa y todo volvía a la normalidad, o casi todo, pues el extraño sujeto que cantaba seguía ahí, cantando y bailando -¡Se escapa!- Gritó Destino al notar que el ilusionista se les estaba fugando, aunque alguien aparecería para cortarle el paso…
.
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- Dragón acorazado:
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Destino
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Re: Banderas de guerra [Trabajo / Destino-Magazubi]
-¿Qué haces? ¡Déjala!-
-Es una niña herida-
-Puede ser una trampa, aquí las personas vienen a hacer daño a otras-
-El daño es solo consecuencia… nosotros solo tenemos que ser astutos-
-Es cuestión de supervivencia; nos retrasará-
-Ayudar a otros casi siempre los obliga a querer ayudarnos… sobreviviremos más con una alianza-
-Lo de la alianza suena lindo- dije un poco confundida mientras buscaba a Pelusa con la mirada.
Estaba siendo ayudada por una chica que desprendía un vapor oscuro de su cuerpo, y a su lado se encontraba una joven de ropas de cuero que no parecía muy contenta y un monje que mostraba un poco de indiferencia ante la situación pero se mantenía cerca de mi aion.
-Deberías volver a casa, estas actividades no son lo más seguras-
-Vale, gracias por preocuparte- le dije más tranquila a la chica mientras usaba mis manos para levantarme del suelo -No me iré, pero …- estaba a punto de proponerles a ellos que se fueran y siguieran su camino, al final no sabía si ellos ya tenían la alianza con el chico culebra, sin embargo me contuve porque en el fondo sí sabía, pudieron hacerme daño por venganza, a parte son un grupo de tres así que ellos deben ser un escuadrón, y la idea de la supervivencia con alianza no parecía tan descabellada -podemos hacer la alianza si quieren- propuse, realmente se veían un equipo diverso pero bastante fuerte ¿y por qué querrían aliarse con nosotros? Tendría que prepararme a responder eso pronto.
-Ya hemos conseguido otra bandera- dije muy sincera y tranquila. Era una media mentira porque de verdad no sabía si habíamos logrado otra bandera con Ingrid, pero las mejores mentiras son las que son en parte verdad.
Los tres se quedaron un poco perplejos ya que había pasado muy poco desde que empezó el juego, pero mi tranquilidad no indicaba ni locura ni mentira.
-Mi condición de hace un momento… fue un pequeño sacrificio. Pero todo bien, sólo me aturdí, ni siquiera necesito analgésicos- sonreí divertida -Gracias por preocuparse, no tenían que hacerlo pero me siento un poco en deuda con ustedes. Podemos unir fuerzas-
Al inicio no parecían demasiado convencidos pero luego aceptaron por insistencia de la joven y neutralidad del monje.
-¿Y tu equipo?-
-Deben estar cumpliendo su parte de la misión- contesté sin dar demasiado detalle y sin saber mucho cómo reaccionarían mis compañeros ante la idea de alianza.
En eso lo que parecía ser un pueblo con casas y un hermoso cielo oscuro se desvaneció para mostrar que efectivamente seguíamos en las catacumbas. ¿Una ilusión? Seguramente debió ser un brujo bastante aceptable para hacer aquel escenario tan realista y detallado.
-Bueno, ¡vamos!- les comenté, para de un salto montarme sobre Pelusa y empezar la búsqueda de mi equipo.(1)
…
-¡Chicos les presento a mi equipo! Equipo… seis guerreros es mejor que tres, y considero que con nuestro potencial podríamos dividirnos nuestras ganancias como equipo dependiendo de nuestro rendimiento- (2)
-Bueno, hay que avanzar, necesitamos más banderas y tenemos que dejar de reaccionar y ser nosotros quienes actúen. ¡Démosle uso a la brújula!-
A pesar de que en todo momento mostré ánimo por seguir el juego, me empezaba a preocupar un poco la cantidad de equipos y banderas que necesitábamos recuperar, tarde o temprano habría traición.
_____________
Off
(1) Nivel 2 - Grandes Saltos [Pasiva][Telekinesis] El control de telekinesis le permite al personaje dar grandes saltos acrobáticos y caer sin problemas, usando su telekinesis en si mismo para controlar levemente su estado en el aire.
(2) Nivel 1 - Tierno Encantamiento [1 usos][Influencia] Se usa un tono de voz muy dulce para implantar una sugestión en la mente, durante el siguiente turno la víctima sentirá la necesidad de cumplirla como si se tratara de su propio deseo. (Nota: no debe estar en contra de la naturaleza de la víctima)
(Para convencer a Ingrid o a Destino si se les ocurre no estar muy de acuerdo)
-Es una niña herida-
-Puede ser una trampa, aquí las personas vienen a hacer daño a otras-
-El daño es solo consecuencia… nosotros solo tenemos que ser astutos-
-Es cuestión de supervivencia; nos retrasará-
-Ayudar a otros casi siempre los obliga a querer ayudarnos… sobreviviremos más con una alianza-
-Lo de la alianza suena lindo- dije un poco confundida mientras buscaba a Pelusa con la mirada.
Estaba siendo ayudada por una chica que desprendía un vapor oscuro de su cuerpo, y a su lado se encontraba una joven de ropas de cuero que no parecía muy contenta y un monje que mostraba un poco de indiferencia ante la situación pero se mantenía cerca de mi aion.
-Deberías volver a casa, estas actividades no son lo más seguras-
-Vale, gracias por preocuparte- le dije más tranquila a la chica mientras usaba mis manos para levantarme del suelo -No me iré, pero …- estaba a punto de proponerles a ellos que se fueran y siguieran su camino, al final no sabía si ellos ya tenían la alianza con el chico culebra, sin embargo me contuve porque en el fondo sí sabía, pudieron hacerme daño por venganza, a parte son un grupo de tres así que ellos deben ser un escuadrón, y la idea de la supervivencia con alianza no parecía tan descabellada -podemos hacer la alianza si quieren- propuse, realmente se veían un equipo diverso pero bastante fuerte ¿y por qué querrían aliarse con nosotros? Tendría que prepararme a responder eso pronto.
-Ya hemos conseguido otra bandera- dije muy sincera y tranquila. Era una media mentira porque de verdad no sabía si habíamos logrado otra bandera con Ingrid, pero las mejores mentiras son las que son en parte verdad.
Los tres se quedaron un poco perplejos ya que había pasado muy poco desde que empezó el juego, pero mi tranquilidad no indicaba ni locura ni mentira.
-Mi condición de hace un momento… fue un pequeño sacrificio. Pero todo bien, sólo me aturdí, ni siquiera necesito analgésicos- sonreí divertida -Gracias por preocuparse, no tenían que hacerlo pero me siento un poco en deuda con ustedes. Podemos unir fuerzas-
Al inicio no parecían demasiado convencidos pero luego aceptaron por insistencia de la joven y neutralidad del monje.
-¿Y tu equipo?-
-Deben estar cumpliendo su parte de la misión- contesté sin dar demasiado detalle y sin saber mucho cómo reaccionarían mis compañeros ante la idea de alianza.
En eso lo que parecía ser un pueblo con casas y un hermoso cielo oscuro se desvaneció para mostrar que efectivamente seguíamos en las catacumbas. ¿Una ilusión? Seguramente debió ser un brujo bastante aceptable para hacer aquel escenario tan realista y detallado.
-Bueno, ¡vamos!- les comenté, para de un salto montarme sobre Pelusa y empezar la búsqueda de mi equipo.(1)
…
-¡Chicos les presento a mi equipo! Equipo… seis guerreros es mejor que tres, y considero que con nuestro potencial podríamos dividirnos nuestras ganancias como equipo dependiendo de nuestro rendimiento- (2)
-Bueno, hay que avanzar, necesitamos más banderas y tenemos que dejar de reaccionar y ser nosotros quienes actúen. ¡Démosle uso a la brújula!-
A pesar de que en todo momento mostré ánimo por seguir el juego, me empezaba a preocupar un poco la cantidad de equipos y banderas que necesitábamos recuperar, tarde o temprano habría traición.
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Off
(1) Nivel 2 - Grandes Saltos [Pasiva][Telekinesis] El control de telekinesis le permite al personaje dar grandes saltos acrobáticos y caer sin problemas, usando su telekinesis en si mismo para controlar levemente su estado en el aire.
(2) Nivel 1 - Tierno Encantamiento [1 usos][Influencia] Se usa un tono de voz muy dulce para implantar una sugestión en la mente, durante el siguiente turno la víctima sentirá la necesidad de cumplirla como si se tratara de su propio deseo. (Nota: no debe estar en contra de la naturaleza de la víctima)
(Para convencer a Ingrid o a Destino si se les ocurre no estar muy de acuerdo)
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Re: Banderas de guerra [Trabajo / Destino-Magazubi]
El ilusionista derribó algunos objetos en su camino y corrió de prisa para perderse entre algunos callejones, sonrió satisfecho al llegar a la esquina pero antes de girar para cambiar de rumbo y escapar, una rápida sucesión de pisadas lo tomó por sorpresa desde la dirección contraria a donde iba -¿Pero cómo?- Alcanzó a preguntar sin oportunidad de evitar ser embestido salvajemente por Ingrid, quien le dejó ambos pies estampados en la cara antes de estamparlo contra la pared y dejarlo fuera de combate.
Destino por su parte, luego de dejar fuera de combate a su adversario, partió en busca de la jovencita que les acompañaba y la encontró rodeada por nuevas amenazas -¡Atrás! Insensatos… ¡Dejen de… ¿ayudar? A nuestra… compañera…- Dijo un poco confundido al tiempo que Ingrid también se hacía presente, mostrando orgullosa la bandera que acababa de obtener, junto con la que ya teníamos desde el inicio, al contrario del otro equipo que contaba con una sola. La recién llegada miró a Destino ante la propuesta, Destino le regresó la mirada con evidente desconfianza y ella le miró con aprobación, dando a entender que coincidía completamente con su negativo punto de vista -Yo me encargo- Dijo al elfo mientras se acercaba al grupo.
Hacer alianza es una pésima idea, podrían traicionarnos en cualquier momento, o nosotros a ustedes, es una terrible idea, así que, sí, está bien, de acuerdo- Dijo la chica. Destino había estado afirmando con la cabeza hasta la sorpresa final -¿De acuerdo qué?- Dijo indignado apretando los puños con evidente frustración -No, de ninguna manera- Contrastó en un terrible descuido que les costaría muy caro. Una pequeña esfera cayó a los pies del grupo y comenzó a desprender una gran cantidad de humo que los puso en alerta.
Destino dio un salto atrás y sacó sus espadas aunque no lograba ver con claridad lo que sucedía dentro de la nube de humo, en unos instantes, tanto Ingrid como los otros personajes consiguieron salir de la nube de humo mientras una silueta sombría se formaba entre los restos de sombras hasta que revelaron a una chica en cuyas manos sostenía 3 banderas mientras mostraba una sonrisa burlesca.
Ingrid llevó la vista a sus propias manos para descubrirlas vacías, mientras que la chica del otro equipo también había perdido la suya -¡Maldita!- Gritó Ingrid mientras avanzaba hacia la nueva amenaza pero esta lanzó al piso una nueva granada de humo que la cubrió y le dio tiempo para escabullirse en unos instantes. Una rápida sucesión de pisadas delataron la dirección en la que había escapado aquella misteriosa amenaza -¡Allá, de prisa, que no escape!- Alertó Destino -Creo que trabajar en equipo ya no es una elección, sino una necesidad- Dijo Ingrid en tono muy serio.
Justo antes de comenzar la persecución de la ladrona, otros 4 sujetos aparecieron para bloquearnos el paso -Temo que no somos los primeros en pensar en alianzas- Dijo el calvo del otro equipo -Aura, de prisa, ve tras la ladrona con la enana del peluche- Señaló a Magazubi -Nosotros nos encargaremos del resto- Sin más extendió el pergamino que llevaba en su espalda y tras murmurar unas palabras inentendibles se abrió un portal que las llevaría detrás de los recién aparecidos para comenzar la persecución.
Una nueva batalla estaba por comenzar, Ingrid y Destino deberían confiar en sus nuevos aliados temporales, pero ¿por cuánto tiempo? -Niña… ten cuidado- Dijo Ingrid a Magazubi antes de enviarla a recuperar las banderas robadas -No te confíes, Pelolindo- Le dijo a Destino, indicándole que debía cuidarse tanto de los enemigos, como de los aliados situacionales.
Maten a todos, pero a ella la quiero viva- Dijo un hombre con poco aspecto de guerrero mientras señalaba a Ingrid -¿Crees que esa máscara te salvará de nosotros? Sabemos que eres tú- Comenzó a acercarse mientras chocaba sus puños de manera intimidante. Al contrario de éste, los otros sí tenían todo el aspecto de ser rivales difíciles, incluyendo un mercenario de largos cabellos, un conejo espadachín y una pelirroja cuyas manos se prendieron en fuego tras unos instantes.
Destino por su parte, luego de dejar fuera de combate a su adversario, partió en busca de la jovencita que les acompañaba y la encontró rodeada por nuevas amenazas -¡Atrás! Insensatos… ¡Dejen de… ¿ayudar? A nuestra… compañera…- Dijo un poco confundido al tiempo que Ingrid también se hacía presente, mostrando orgullosa la bandera que acababa de obtener, junto con la que ya teníamos desde el inicio, al contrario del otro equipo que contaba con una sola. La recién llegada miró a Destino ante la propuesta, Destino le regresó la mirada con evidente desconfianza y ella le miró con aprobación, dando a entender que coincidía completamente con su negativo punto de vista -Yo me encargo- Dijo al elfo mientras se acercaba al grupo.
Hacer alianza es una pésima idea, podrían traicionarnos en cualquier momento, o nosotros a ustedes, es una terrible idea, así que, sí, está bien, de acuerdo- Dijo la chica. Destino había estado afirmando con la cabeza hasta la sorpresa final -¿De acuerdo qué?- Dijo indignado apretando los puños con evidente frustración -No, de ninguna manera- Contrastó en un terrible descuido que les costaría muy caro. Una pequeña esfera cayó a los pies del grupo y comenzó a desprender una gran cantidad de humo que los puso en alerta.
Destino dio un salto atrás y sacó sus espadas aunque no lograba ver con claridad lo que sucedía dentro de la nube de humo, en unos instantes, tanto Ingrid como los otros personajes consiguieron salir de la nube de humo mientras una silueta sombría se formaba entre los restos de sombras hasta que revelaron a una chica en cuyas manos sostenía 3 banderas mientras mostraba una sonrisa burlesca.
Ingrid llevó la vista a sus propias manos para descubrirlas vacías, mientras que la chica del otro equipo también había perdido la suya -¡Maldita!- Gritó Ingrid mientras avanzaba hacia la nueva amenaza pero esta lanzó al piso una nueva granada de humo que la cubrió y le dio tiempo para escabullirse en unos instantes. Una rápida sucesión de pisadas delataron la dirección en la que había escapado aquella misteriosa amenaza -¡Allá, de prisa, que no escape!- Alertó Destino -Creo que trabajar en equipo ya no es una elección, sino una necesidad- Dijo Ingrid en tono muy serio.
Justo antes de comenzar la persecución de la ladrona, otros 4 sujetos aparecieron para bloquearnos el paso -Temo que no somos los primeros en pensar en alianzas- Dijo el calvo del otro equipo -Aura, de prisa, ve tras la ladrona con la enana del peluche- Señaló a Magazubi -Nosotros nos encargaremos del resto- Sin más extendió el pergamino que llevaba en su espalda y tras murmurar unas palabras inentendibles se abrió un portal que las llevaría detrás de los recién aparecidos para comenzar la persecución.
Una nueva batalla estaba por comenzar, Ingrid y Destino deberían confiar en sus nuevos aliados temporales, pero ¿por cuánto tiempo? -Niña… ten cuidado- Dijo Ingrid a Magazubi antes de enviarla a recuperar las banderas robadas -No te confíes, Pelolindo- Le dijo a Destino, indicándole que debía cuidarse tanto de los enemigos, como de los aliados situacionales.
Maten a todos, pero a ella la quiero viva- Dijo un hombre con poco aspecto de guerrero mientras señalaba a Ingrid -¿Crees que esa máscara te salvará de nosotros? Sabemos que eres tú- Comenzó a acercarse mientras chocaba sus puños de manera intimidante. Al contrario de éste, los otros sí tenían todo el aspecto de ser rivales difíciles, incluyendo un mercenario de largos cabellos, un conejo espadachín y una pelirroja cuyas manos se prendieron en fuego tras unos instantes.
- Ladrona de banderas:
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- Gordito intimidante:
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- Conejito espadachín:
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- Manitas calientes:
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Última edición por Destino el Miér Feb 08 2023, 05:09, editado 2 veces
Destino
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Re: Banderas de guerra [Trabajo / Destino-Magazubi]
El grupo se dividió en un parpadeo, y aunque recuperar las banderas era algo fundamental, no quedaba más remedio que confiar en que los otros integrantes del grupo iban a recuperarlas, pues de momento, un equipo de cuatro sujetos llenos de ira, cerraban el paso a Ingrid y Destino -¿Cuál es el plan, intrépida líder?- Preguntó Destino mientras tomaba sus espadas, una en cada mano, porque ni modo que tomara las dos con la misma, es decir, se puede, pero sería bastante incómodo.
Volviendo al tema, uno de los enemigos dio un par de pasos al frente, tomando con una mano la espada que llevaba en su espalda y la hizo girar en un extraordinario despliegue de destreza y maestría, para finalizar aclarando su garganta -Consideraos afortunados, pues hoy, perecerán por mi espada- Terminó en una pose heroica mientras una inexplicable ventisca le agitaba el cabello -Regocijaos ante el honor que tendrán de ser asesinados por…- El gordito lo interrumpió iracundo -¡Ya cállate y mátalos! Pero la chica es mía- El mercenario volteó a ver a su mecenas con cara de autosuficiencia.
Habéis desperdiciado el dinero en estos zoquetes, pues mi espada es más que suficiente para… auch…- Y voltear hacia su jefe, dando la espalda a sus adversarios era algo que Destino no iba a perdonar. El mercenario bajó la mirada lentamente para ver dónde emergía el filo de la espada que acababa de entrar por su espalda -Deshonra, deshonor, para ustedes y sus vacas- Dijo el hombre mientras caía de rodillas al piso escupiendo chorros de sangre.
Uno menos, quedan tres- Dijo Destino mientras un delgado hilo de éter le ayudaba a arrancar la espada del cuerpo desplomado de aquel sujeto -¡Desgraciado!- Dijo una mujer pelirroja que se encendió al instante, literalmente, un par de bolas de fuego aparecieron en sus manos mientras miraba a Destino con ira, arrojó una esfera y luego otra más, pero ambas se estrellaron con un escudo mágico que logró crear el monje calvito.
Es una igualdad, será una batalla equilibrada de tres contra tres- Dijo Destino aunque al buscar con la mirada a Ingrid, ésta ya no estaba presente -Desgraciada…- Balbuceó el elfo mientras se ponía en guardia, al parecer solo quedaban el monje y él, y ambos debían ser suficientes para salir de aquella situación -Peleando juntos, habrá posibilidad de vencerlos- Dijo el elfo pero el monje tenía otros planes -Te apoyaré desde atrás- Dijo mientras daba algunos pasos alejándose de la batalla.
No había nada más que hacer, Destino debía encargarse de su propio destino, y con espadas en mano adoptó una pose defensiva, quizá moriría peleando, pero estaba seguro que no se iría solo -Te mataré, desgraciado- Dijo la mujer, pero el brazo del conejo la detuvo. El hombre bestia se mostraba calmado y sereno, aunque ambas palabras son lo mismo, pero se lee más impactante.
El conejito tomó su espada con ambas manos y corrió de frente hacia el elfo, aquello más que una estrategia parecía un ataque suicida, Destino se puso en guardia, retrocedió con un pequeño salto y luego hizo un corte hacia adelante que cercenó la cabeza del conejo y lo partió en dos ¿o no? La imagen del conejo se evaporó y no quedó rastro de él hasta que apareció desde un lado del pelinegro con un veloz corte que de no sé por el guante de hierro le habría dejado sin brazo.
El conejo retrocedió de un salto suave y sutil, como si fuera una caricia en el viento, y aterrizó sin hacer apenas ruido, sus patitas suaves y esponjosas le permitían moverse a gran velocidad sin hacer ruido, y era algo que había aprendido a usar muy bien en batalla. Destino sonrió y quitó su guante de la mano izquierda, que ahora abollado como estaba, no haría más que limitar su movilidad.
El conejito dio algunos saltitos, aunque que su imagen hiciera un pequeño parpadeo y se dividiera en dos diferentes conejos, cada uno acercándose por un lado diferente, dos peligrosas amenazas y aunque solo una era real, habría muy poco tiempo para contrarrestar a ambos. Incapaz de reaccionar, el elfo juntó sus espadas y canalizó su magia para generar una burbuja que le envolvió por completo, [1] repeliendo al conejo antes que llegara a alcanzarlo.
La imagen de la izquierda se desvaneció, mientras el de la derecha salió despedido hacia atrás, cayó al piso de bruces y de inmediato con un salto se puso en pie, apenas con tiempo de contorsionarse hacia atrás evitando un corte horizontal de la hoja de Destino. Ahora que lo tenía a la vista y dentro de su alcanza, el elfo no pensaba dejarlo escapar y con una sucesión de cortes rápidos lo mantuvo bajo control un rato hasta que con un salto el peludo espadachín se puso fuera del rango, o al menos eso pensaba.
El conejo dejó escapar una sonrisa mientras Destino mostraba otra llena de malicia, el conejito dio un pequeño salto preparándose para realizar su técnica de duplicación, pero antes de un segundo salto, la espada de Destino se extendió en su forma de látigo para enredarse en la pierna del conejo, éste reaccionó por instinto retrocediendo con todas sus fuerzas, y esa misma fuerza ayudó a que la espada cortara la pata del conejo.
El animal cayó al piso en shock, no se creía que justo su capacidad de reacción y su velocidad, habían sido las causas de su destrucción, actuar por instinto antes de pensar había sido una terrible estrategia en esta ocasión, mientras que Destino, sabiéndose más lento y más débil, lo había hecho confiarse con la ilusión de estar fuera de rango.
No obstante, era muy pronto para celebrar, pues una bola de fuego viajó rauda hasta la cabeza del elfo, estrellándose con un escudo a unos pocos centímetros que dejaron la melena del elfo con olor a quemado. Y aunque se había salvado por los pelos de esa, pronto una lluvia de bolas de fuego comenzaría a caer en su dirección. El monje hizo un escudo tan fuerte como pudo, pero las bolas comenzaban a romperlo, creando fisuras cada vez más grandes en la barrera mágica.
Estaba muy lejos para que destino pudiera alcanzarla, pero quizá con un rayo de luz bajo sus pies podría al menos interrumpirla, tristemente Destino necesitaba concentrarse para ello, y las bolas de fuego comenzaban a hacer retroceder el escudo y con él, al elfo. La bruja de fuego estaba perdida en su ira, por lo que no se percató que Ingrid la había estado acechando, y ahora en una veloz carrera había logrado llegar hasta ella y hacerle un rápido pero certero corte en el cuello.
[1] Habilidad de Nivel 0: Esperanzas Perdidas. Volviendo al tema, uno de los enemigos dio un par de pasos al frente, tomando con una mano la espada que llevaba en su espalda y la hizo girar en un extraordinario despliegue de destreza y maestría, para finalizar aclarando su garganta -Consideraos afortunados, pues hoy, perecerán por mi espada- Terminó en una pose heroica mientras una inexplicable ventisca le agitaba el cabello -Regocijaos ante el honor que tendrán de ser asesinados por…- El gordito lo interrumpió iracundo -¡Ya cállate y mátalos! Pero la chica es mía- El mercenario volteó a ver a su mecenas con cara de autosuficiencia.
Habéis desperdiciado el dinero en estos zoquetes, pues mi espada es más que suficiente para… auch…- Y voltear hacia su jefe, dando la espalda a sus adversarios era algo que Destino no iba a perdonar. El mercenario bajó la mirada lentamente para ver dónde emergía el filo de la espada que acababa de entrar por su espalda -Deshonra, deshonor, para ustedes y sus vacas- Dijo el hombre mientras caía de rodillas al piso escupiendo chorros de sangre.
Uno menos, quedan tres- Dijo Destino mientras un delgado hilo de éter le ayudaba a arrancar la espada del cuerpo desplomado de aquel sujeto -¡Desgraciado!- Dijo una mujer pelirroja que se encendió al instante, literalmente, un par de bolas de fuego aparecieron en sus manos mientras miraba a Destino con ira, arrojó una esfera y luego otra más, pero ambas se estrellaron con un escudo mágico que logró crear el monje calvito.
Es una igualdad, será una batalla equilibrada de tres contra tres- Dijo Destino aunque al buscar con la mirada a Ingrid, ésta ya no estaba presente -Desgraciada…- Balbuceó el elfo mientras se ponía en guardia, al parecer solo quedaban el monje y él, y ambos debían ser suficientes para salir de aquella situación -Peleando juntos, habrá posibilidad de vencerlos- Dijo el elfo pero el monje tenía otros planes -Te apoyaré desde atrás- Dijo mientras daba algunos pasos alejándose de la batalla.
No había nada más que hacer, Destino debía encargarse de su propio destino, y con espadas en mano adoptó una pose defensiva, quizá moriría peleando, pero estaba seguro que no se iría solo -Te mataré, desgraciado- Dijo la mujer, pero el brazo del conejo la detuvo. El hombre bestia se mostraba calmado y sereno, aunque ambas palabras son lo mismo, pero se lee más impactante.
El conejito tomó su espada con ambas manos y corrió de frente hacia el elfo, aquello más que una estrategia parecía un ataque suicida, Destino se puso en guardia, retrocedió con un pequeño salto y luego hizo un corte hacia adelante que cercenó la cabeza del conejo y lo partió en dos ¿o no? La imagen del conejo se evaporó y no quedó rastro de él hasta que apareció desde un lado del pelinegro con un veloz corte que de no sé por el guante de hierro le habría dejado sin brazo.
El conejo retrocedió de un salto suave y sutil, como si fuera una caricia en el viento, y aterrizó sin hacer apenas ruido, sus patitas suaves y esponjosas le permitían moverse a gran velocidad sin hacer ruido, y era algo que había aprendido a usar muy bien en batalla. Destino sonrió y quitó su guante de la mano izquierda, que ahora abollado como estaba, no haría más que limitar su movilidad.
El conejito dio algunos saltitos, aunque que su imagen hiciera un pequeño parpadeo y se dividiera en dos diferentes conejos, cada uno acercándose por un lado diferente, dos peligrosas amenazas y aunque solo una era real, habría muy poco tiempo para contrarrestar a ambos. Incapaz de reaccionar, el elfo juntó sus espadas y canalizó su magia para generar una burbuja que le envolvió por completo, [1] repeliendo al conejo antes que llegara a alcanzarlo.
La imagen de la izquierda se desvaneció, mientras el de la derecha salió despedido hacia atrás, cayó al piso de bruces y de inmediato con un salto se puso en pie, apenas con tiempo de contorsionarse hacia atrás evitando un corte horizontal de la hoja de Destino. Ahora que lo tenía a la vista y dentro de su alcanza, el elfo no pensaba dejarlo escapar y con una sucesión de cortes rápidos lo mantuvo bajo control un rato hasta que con un salto el peludo espadachín se puso fuera del rango, o al menos eso pensaba.
El conejo dejó escapar una sonrisa mientras Destino mostraba otra llena de malicia, el conejito dio un pequeño salto preparándose para realizar su técnica de duplicación, pero antes de un segundo salto, la espada de Destino se extendió en su forma de látigo para enredarse en la pierna del conejo, éste reaccionó por instinto retrocediendo con todas sus fuerzas, y esa misma fuerza ayudó a que la espada cortara la pata del conejo.
El animal cayó al piso en shock, no se creía que justo su capacidad de reacción y su velocidad, habían sido las causas de su destrucción, actuar por instinto antes de pensar había sido una terrible estrategia en esta ocasión, mientras que Destino, sabiéndose más lento y más débil, lo había hecho confiarse con la ilusión de estar fuera de rango.
No obstante, era muy pronto para celebrar, pues una bola de fuego viajó rauda hasta la cabeza del elfo, estrellándose con un escudo a unos pocos centímetros que dejaron la melena del elfo con olor a quemado. Y aunque se había salvado por los pelos de esa, pronto una lluvia de bolas de fuego comenzaría a caer en su dirección. El monje hizo un escudo tan fuerte como pudo, pero las bolas comenzaban a romperlo, creando fisuras cada vez más grandes en la barrera mágica.
Estaba muy lejos para que destino pudiera alcanzarla, pero quizá con un rayo de luz bajo sus pies podría al menos interrumpirla, tristemente Destino necesitaba concentrarse para ello, y las bolas de fuego comenzaban a hacer retroceder el escudo y con él, al elfo. La bruja de fuego estaba perdida en su ira, por lo que no se percató que Ingrid la había estado acechando, y ahora en una veloz carrera había logrado llegar hasta ella y hacerle un rápido pero certero corte en el cuello.
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Re: Banderas de guerra [Trabajo / Destino-Magazubi]
El viejo y ahora solitario Roger Nudillos de Hueso, como le llamaban todos, retrocedió un par de pasos al verse superado en números. Tanto el mercenario guapetón como la bruja de fuego habían sido asesinados, y el conejo ya no contaba con su rapidez ni con una de sus patas, por lo que no le resultaría de ayuda en la batalla por venir. Aquello pintaba muy mal para aquel grandulón que ya parecía planear su retirada, o al menos eso imaginaba Destino.
Pero no podía estar más equivocado, aquello era tan solo un truco de aquel vil sujeto para atraer al pelinegro a que lo atacara y así lo consiguió -Espera, no lo ataques de frente o vas a- Las advertencias de Ingrid no surtieron efecto en el pelinegro que se lanzó hacia el sujeto en una embestida frontal que terminó con un fuerte corte de su espada contra el cuello del viejo.
Desafortunadamente, antes de que el asesino lograra su objetivo, la mano izquierda del adversario se posó con tranquilidad y sin esfuerzo frente a la espada para detenerla antes que impactara, la espada se frenó en seco, tal como si el movimiento anterior, el impulso y la inercia jamás hubieran existido, y en apenas unos instantes, la mano derecha del viejo emitió un brillo tenue y fugaz antes de impactar un golpe contra el costado del elfo.
El golpe fue rápido y corto, sin mayor esfuerzo, pero impactó en el elfo con una fuerza de empuje inexplicable, como si hubiera tenido un impulso y una inercia inexplicables para hacer que Destino saliera despedido hacia atrás en una aparatosa caída -Te lo dije- Señaló Ingrid -El maldito Roger Nudillos de Hueso, lleva un encantamiento arcano que le permite anular golpes con su mano izquierda y regresarlos con más potencia al usar su mano derecha- La explicación de la chica llegaba un poco tarde, pero al menos ahora que entendía el funcionamiento de aquella magia podría pensar en un plan.
Destino apoyó sus manos en el piso para levantarse, aunque no sin antes escupir un poco de sangre, acto seguido se puso de pie, usó sus hilos de luz para atraer su espada que había caído a varios metros y preparó su nuevo plan de ataque -Será tu fin, Roger Nudillos de Hueso, Destino tiene un plan- Dijo el elfo con la mirada llena de determinación.
Y es que si algo desconocía Roger Puños de Hueso, es que Destino no solo era ágil con la espada, sino que además era un ingenioso estratega que no se lanzaría de frente dos veces para caer en la misma… hey, espera, no -A ver si puedes hacerlo de nuevo- Dijo el pelinegro mientras se lanzaba de frente por segunda vez para caer en la misma ¡No! ¡Ya entiendo! Aunque el espadazo del elfo fue detenido en el acto igual que la vez anterior, y Roger lanzó un poderoso puñetazo al costado del elfo como la vez anterior, y le pegó como la vez anterior… a ver, esto pinta mal, creo que al final sí fue todo como la vez anterior.
A este punto, ya no entiendo lo que está haciendo este elfo idiota, pero igual debo seguir escribiendo. Aunque el puño derecho de Roger logró impactar contra el elfo, no lo hizo directamente, sino que la segunda espada del elfo quedó en medio del puño del atacante y el costado de Destino, dejando en el proceso un brillante regalo para Roger… ok, creo que ahora sí entiendo.
Destino había impregnado su espada con magia de luz [1] que al impactar contra el puño se traspasó a éste y comenzó a brillar intensamente hasta que una pequeña pero potente explosión inutilizó la mano del grandulón -Estás perdido, Roger Nudillos de Hueso… y además necesitas un nombre más corto- Dijo el elfo seguro de tener la batalla resuelta, y no está demás añadir que estoy completamente de acuerdo en que este sujeto necesita un nombre más corto.
[1] Habilidad de Nivel 3: Gula Destructiva. Pero no podía estar más equivocado, aquello era tan solo un truco de aquel vil sujeto para atraer al pelinegro a que lo atacara y así lo consiguió -Espera, no lo ataques de frente o vas a- Las advertencias de Ingrid no surtieron efecto en el pelinegro que se lanzó hacia el sujeto en una embestida frontal que terminó con un fuerte corte de su espada contra el cuello del viejo.
Desafortunadamente, antes de que el asesino lograra su objetivo, la mano izquierda del adversario se posó con tranquilidad y sin esfuerzo frente a la espada para detenerla antes que impactara, la espada se frenó en seco, tal como si el movimiento anterior, el impulso y la inercia jamás hubieran existido, y en apenas unos instantes, la mano derecha del viejo emitió un brillo tenue y fugaz antes de impactar un golpe contra el costado del elfo.
El golpe fue rápido y corto, sin mayor esfuerzo, pero impactó en el elfo con una fuerza de empuje inexplicable, como si hubiera tenido un impulso y una inercia inexplicables para hacer que Destino saliera despedido hacia atrás en una aparatosa caída -Te lo dije- Señaló Ingrid -El maldito Roger Nudillos de Hueso, lleva un encantamiento arcano que le permite anular golpes con su mano izquierda y regresarlos con más potencia al usar su mano derecha- La explicación de la chica llegaba un poco tarde, pero al menos ahora que entendía el funcionamiento de aquella magia podría pensar en un plan.
Destino apoyó sus manos en el piso para levantarse, aunque no sin antes escupir un poco de sangre, acto seguido se puso de pie, usó sus hilos de luz para atraer su espada que había caído a varios metros y preparó su nuevo plan de ataque -Será tu fin, Roger Nudillos de Hueso, Destino tiene un plan- Dijo el elfo con la mirada llena de determinación.
Y es que si algo desconocía Roger Puños de Hueso, es que Destino no solo era ágil con la espada, sino que además era un ingenioso estratega que no se lanzaría de frente dos veces para caer en la misma… hey, espera, no -A ver si puedes hacerlo de nuevo- Dijo el pelinegro mientras se lanzaba de frente por segunda vez para caer en la misma ¡No! ¡Ya entiendo! Aunque el espadazo del elfo fue detenido en el acto igual que la vez anterior, y Roger lanzó un poderoso puñetazo al costado del elfo como la vez anterior, y le pegó como la vez anterior… a ver, esto pinta mal, creo que al final sí fue todo como la vez anterior.
A este punto, ya no entiendo lo que está haciendo este elfo idiota, pero igual debo seguir escribiendo. Aunque el puño derecho de Roger logró impactar contra el elfo, no lo hizo directamente, sino que la segunda espada del elfo quedó en medio del puño del atacante y el costado de Destino, dejando en el proceso un brillante regalo para Roger… ok, creo que ahora sí entiendo.
Destino había impregnado su espada con magia de luz [1] que al impactar contra el puño se traspasó a éste y comenzó a brillar intensamente hasta que una pequeña pero potente explosión inutilizó la mano del grandulón -Estás perdido, Roger Nudillos de Hueso… y además necesitas un nombre más corto- Dijo el elfo seguro de tener la batalla resuelta, y no está demás añadir que estoy completamente de acuerdo en que este sujeto necesita un nombre más corto.
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Destino
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