જMagna Operaજ {Arcanos y Herrería*}

જArcanos y Herrería*જ

*Los servicios de Herrería tan solo están disponibles bajo cita previa.Las entregas de todos los pedidos tan solo se realizan durante la noche.

La calle de las hilanderas en Beltrexus tenía su pico de actividad pasada la media noche.

Los comercios que se acumulaban en aquella zona en particular de Beltrexus, a menudo tenían la peculiaridad de sentirse ineludibles cuando caía la noche y sus clientes, aunque de manera discreta, llenaban de trajín los vencidos adoquines grisáceos que recorrían aquella callejuela de apenas 100 metros.

Para Caoimhe, la ilegalidad de aquellos comercios que rodeaban el suyo propio nunca había supuesto una falla en la localización de su taller. De hecho, la vampiresa se beneficiaba en cierto modo de una fama algo cuestionable que le venía sobre impuesta por ser hija de una de las madames más conocidas en aquel lugar.


Era la primera vez, sin embargo, que abría las puertas de su taller de manera tan publica a aquellos que se decidiesen a aventurarse por aquellos landes. Por supuesto, su clientela ya establecida, no se conformaba tan solo de personas que viniesen a buscar tal o cual glifo, o tal o cual espada. El transfondo de las paredes de aquel establecimiento era, por supuesto y como todo lo relacionado a la vampiresa, bastante más complejo.


Un letrero central en la fachada algo envejecida pero bien conservada indicaba el nombre del establecimiento.

La sala principal, se componía de una habitación circular con suelo de mármol rojizo con vetas blanquecinas todas posicionadas en la misma curiosa posición que ayudaba a la visión principal de quien quiera que se adentrase en aquel taller a enfocar su mirada en  el único mobiliario que ocupaba la sala: Un mostrador circular enorme, cuyo centro solía ocupar Caoimhe o su secuaz Hugo, siendo ambos los principales artesanos que regentaban aquel lugar.

Sobre el mostrador circular principal, la principal fuente de luz del establecimiento era una vidriera que ocupaba la totalidad del techo de la sala y cuyo centro mostraba el emblema del taller compuesto por colores dispares que formaban la forma de una libélula.


El caos aparente que suscitaba centro se esparcía de manera minuciosa por toda la superficie de la mesa central ocupando casi la totalidad de la sala y tan solo cuando el cliente, u observador se acercaba lo suficiente al centro, podía este entender que de hecho, el aparente caos estaba compuesto de minucioso orden en forma de segmentos casi gemelares que partían la mesa en secciones diagonales.  Cada una de las cuales ofrecía una visión precisa y ordenada de aquellos objetos y armas que ofrecía Hugo. Además de muestras simbólicas de las runas, glifos y demás productos en los que se especializaba Caoimhe.


Las paredes estaban en su totalidad curtidas con estanterías del mismo mármol rojizo que presentaba el suelo y las inundaban libros, objetos de colección, pedidos acabados y esperando colección y utensilios necesarios para el trabajo de ambos.

A su vez, la sala tan solo estaba interrumpida por dos puertas:

Hacia la derecha, una habitación más rudimentaria donde Hugo realizaba los trabajos toscos para fundir y domar el metal.

Hacia la izquierda, el link de unión con aquello que Caoimhe era y verdaderamente ocupaba la mayor parte de su tiempo, esfuerzo e interés: La sala de préstamos, contratos y... convicciones, como la chica solía llamarlo.

Tan solo aquellos que acudían a Magna Opera por las razones inadecuadas conocían la existencia de aquella sala. En ella, la vampiresa acumulaba un sinfin de libros de cuentas, contratos y lista de tareas en apariencia relacionadas con su función principal de Arcanista. La ética de la apariencia de aquellos papeles, sin embargo, era tan solo una muestra más de los préstamos y transacciones ilícitas para las que aquel taller actuaba como tapadera.

Otra puerta algo más oculta situaba aquella pequeña sala con un pasillo largo y subterráneo. Uniendo su propia casa a través de un pasadizo secreto con su taller en el centro de Beltrexus.

ntes. En todos los sentidos de la palabra Su taller arcano tan solo añadía una dimensión más a la red vinculante que la unía a aquellos que se acercaban a firmar un contrato con ella.

Caoimhe ofrecía la posibilidad de personalización única, certera e incuestionable de todas las creaciones que tocaba con sus manos. Sus runas, glifos y encantamientos estaban diseñados de manera individualizada e intransferible a la persona que realizase la compra.

El rumor de la personalización con tecnología ‘Antirrobo:copyright: ’ como lo habían llamado sus primeros clientes hizo que la popularidad de la tienda de la vampiresa se extendiese como la pólvora en las primeras semanas desde su apertura.

Y por supuesto, con ello, su colección personal tan solo al otro lado del pasadizo que conectaba su casa con su tienda