Re: ¿Pero es que nadie va a pensar en los niños? [Desafío Comunitario Exprés]

**Zelas Hazelmere** Vie Ago 25 2023, 04:00

Zelas y Yako iban en camino hacia la parte tomada por los no-niños cuando de la nada el rubio quien iba guiando el camino, desapareció -¿Pero que rayos ha pasado?- diría Yako sin tiempo para pedir explicaciones.

Fidelma por su parte estaba comenzando a estresarse cada vez mas al no poder abrir la puerta, y viendo como Sango hablaba y no hacia mucho tiro la piedra en un acto de frustración haciendo que Zelas apareciera por arte de magia(1)

-Oh cielos ¿Cómo es posible?- preguntaría Fidelma
-Ya te dije antes, es magia, Estaba llevando a una alquimista que conozco a crear una posible cura para el veneno, ¿Qué paso?- preguntaría el rubio al ver como la no-niña trataba de mantener su temple.
-Los mas niños están atrapados allá adentro! y sale humo! y no podemos abrir!- diría señalando la puerta de la cabaña humeante.
-Si hay alguien consiente del otro lado, ALEJENSE DE LA PUERTA!- diría el no-elfo sacando su orbe nuevamente y acercando su mano para sacar la misma espada ridículamente grande(2) con la que había asesinado al líder de los enemigos antes.

El rubio potencio su cuerpo y su espada ridículamente grande con éter para darle una potente estocada a la puerta bloqueada(3), rompiendo la misma y empujando todo lo demás que obstruía el paso, incluyendo una cosa humeante que salió despedida hacia el fondo de la habitación "Espero no haber acabado con algún niño en el proceso" pensó para si mismo, por suerte, la mayoría de los niños estaban fuera de la trayectoria, por desgracia, la mayoría yacía revolcándose en piso a un lado de una bandeja de pastelitos, aquella visual se quedaría en su cabeza por algunos días, pero no había tiempo para lamentarse, era hora de actuar.

-Necesitamos brazos rápido!- señalo al momento que se colgaba la espada gigante al arnés de su espalda y procedía a tomar a un par de niños y señalaba a Fidelma y a Sango para que hicieran lo mismo. El rubio observo el lugar donde estaban reuniendo a los enfermos y se embarco en esa dirección, un par de sirvientas le ayudaron recibiendo a los niños que traía -Necesito al menos a dos de ustedes para traerlos a todos- señalaría el rubio al momento que 2 sirvientas llegaban a prestar ayuda, siguiendo al rubio hacia la cabaña y se dispusieron a terminar de transportar a los mas niños.

-Esto esta mas allá de lo que cualquiera pueda controlar- señalo el rubio viendo como todo parecía irse al carajo.

-Esto... Solo nos querían reunidos para acabar con nosotros!- señalaría Fidelma al borde de las lagrimas debido a la impotencia.

-Si, algunos claramente querían eso... Ven ayúdame con esa no-niña que esta ahí- señalaría el rubio viendo en la condición que la capitana se encontraba.

-¿Qué quieres que haga?, No servirá de nada- preguntaría siguiendo al rubio, hasta donde había una no-niña convulsionando.

-No digas eso, yo no entrene a gente que se rinde, mantenla sentada con la cabeza hacia abajo y sujétala firmemente- señalaría el rubio al momento que ponía sus manos en su espalda y recitaba una plegaria élfica(4)

-Eres uno de ellos, pero no te ves como ellos- diría sorprendida la capitana Fidelma.

-Lo fui alguna vez, ahora ya no se lo que soy, pero incluso cuando era uno de ellos, jamás me comporte como se esperaba, la vida es así, ni los malos son tan malos, ni los buenos son tan buenos... y si esto funciona como debería, podría comprarle unas horas mas a esta no-niña- diría el no-elfo, al momento que la no-niña a la que estaba curando con su magia comenzaba a vomitar.

-Entonces eres como nosotros...- Señalaría una Fidelma en estado de catarsis.

-Escúchame, se que no quieres oír esto, pero este lugar ha dejado de ser seguro hace bastante tiempo, ¿has considerado opciones?- preguntaría el no-elfo dándole palmaditas a la no-niña.

-Sango quiere tomar el mando, pero no lo se, dejo a los elfos entrar y no hicieron nada de provecho, no creo que sea buena idea- respondería Fidelma tratando de pensar en otra opción.

-Quedarse no es una buena opción, todo el mundo sabe donde están... Escuche que las Sirvientas venían a adoptar a las que mas pudieran- sugirió el rubio.

-No creo que nos lleven a todos, además...- La capitana no quiso terminar la frase, porque sabia lo que eso significaba.

-Ya, pero no pierdes nada con preguntar... No se mucho de Azaril, pero conozco a parte de su servidumbre y el alcance que pueden tener, a veces es mejor tener a un buen patrocinador antes que a ninguno, piénsalo, trata de hablar con alguna de las sirvientas y entenderás lo que te digo.- señalaria el rubio, cuando la otra no-niña finalmente termino de vomitar.

-Capitana...- señalaría la no-niña algo mareada aun, pero ya mas consiente que como estaba antes.

-No te fuerces, pero si es posible, trata de decirnos que paso- preguntaría la capitana.

-cofcof La mujer extraña cofcof.. recibio unos pastelitos de un señor muy feo... cofcof- respondería la niña.

-Necesitaremos algo mas, eso aplica a casi la mitad del campamento- diría Zelas con ese tono que la mayora no sabia si hablaba enserio o era broma.

-Se hizo llamar alfredito, iba despeinado, sucio, le faltaban dientes y tenia ojos de loco depredador- señalaría la pequeña con aquella detallada descripción.

-Gracias, te prometo que lo atraparemos- diría la capitana mientras llevaba a la no niña a otro lugar menos vomitado.

-Iré a buscarlo, tu piensa en lo que hablamos- señalaría el no-elfo mientras se movía alrededor del campamento, buscando a quien cumpliera con la descripción de la niñita a la que había ayudado.

OFF1: interacciones

-Desaparezco de la vista de Yako porque Fidelma tira la runa para invocarme en modo de ataque(?) dando paso para que Bio la encuentre sin problemas.
-Rompo la puerta, lo que queda de Golosina y su cama, porque nunca entendí del todo como estaba ordenado eso.
-Evacuo con la ayuda de algunas sirvientas la cabaña donde estaban los niños que enveneno Golosina, logrando que les den cuidados médicos.
-Converso con Fidelma sobre el futuro del campamento, al momento que ayudo a aliviar los síntomas de una niña que estaba agonizando, además de sugerir que se vayan con las sirvientas de Azaril, porque el campamento esta maldito(?).
-La niña que estaba agonizando da una descripción del tipo de los pasteles, alfredito, a lo cual procedo a darle caza.

OFF2: Cosas y habilidades usadas

1_ Fidelma activa la runa de teleportación que le di en mi post anterior al ver que Sango no hace nada para abrir la puerta de la cabaña XDD
2_ uso de nuevo la Vaina infinita para sacar la Zumbanana Alfa(espada ridículamente grande)
3_ Stinger: Intensifica su éter y lo usa para propulsarse hacia cualquier dirección y recorrer algunos metros en línea recta a la vez que propicia una brutal estocada. [Lo uso para romper la puerta y destruir lo que quedaba de Golosina y su cama que evitaban que se abriera]
4_Imposición de Manos: [Mágica, 1 uso] Puedo imponer mis manos sobre mí o alguien más y realizar una breve plegaria. La Luz sanará la herida más grave del beneficiado y le otorgará un escudo que absorbe daño moderado por una ronda.

**Meraxes** Sáb Ago 26 2023, 23:06

Me hubiera gustado tener un poco más de contexto del porqué ese sujeto se había vuelto un niño. Era cierto que había sido aliado en esta lucha, cosa que le agradecí, pero había algo más, enfrentarlo ahora a sabiendas del alcance de ese grito me dejaba en desventaja, sin contar el hecho que parecía conocer al albino ahora verde.

Rechazó la oferta de usar mi capa, no le di importancia. Ambos se marcharon y eso me permitió relajarme un poco. Me dejé caer rodillas al suelo exhalando un suspiro. - ¡Qué día! - Exclamé en la medida que miraba a Meleis y le esbozaba una cálida sonrisa. - Gracias. - Dije sin dejar de observarlo, se le notaba agotado, seguramente él tampoco la había tenido fácil. Fue entonces que volvió a su forma humana y se sentó un momento en el suelo, cansado.

- Ha sido una dura jornada ¿no? - Reí levemente.

- Y qué lo digas, es la primera vez que lucho por tanto tiempo. No siento los brazos... - Respondió entre risa. Por suerte me aliviaba saber que se encontraba bien, tal vez algo magullado pero bien. - Esos chicos son sorprendentes, aprendieron muy rápido y pudimos repeler a los atacantes. ¿Ustedes? ¿Cómo fue qué?

- La verdad no sé cómo acabaron las cosas allá. Las trampas ayudaron eso sí, y luego un viejo conocido llegó y avivó la moral. Ya lo conocerás, creo que está a cargo, es todo un papi, se llama Sango.

- ¿Eh?

- Quiero decir, sí es visualmente bello pero tiene un aura paternal e inspiradora. - Agregué entre carcajadas. Segundos después tomé un aire más serio. - Fue un ataque muy coordinado. Y sé que suena absurdo pero el hecho de que ese sujeto llamado Nikolas estuviese como niño me lleva a pensar que cualquiera pudo infiltrarse. Los niños no están seguros.

- ¿Por qué lo dejaste ir? - Preguntó con cierto aire de curiosidad.

Negué levemente. - Conozco mis límites, y tú estabas agotado. Lo noté en tu vuelo y la potencia del agua... Y su aliado era fuerte.- Acoté. De pronto no tardó en aparecer un sujeto, parecía malhumorado cosa que denotó en su tono de voz.

- ¡Aquí estás! ¡Por qué demonios no está en su lugar de trabajo! - Reclamó aquel guardia.

Mi expresión serena ahora fue un poco más hostil en la medida que arqueaba mi ceja - ¿Disculpe? No sé si ha dado cuenta que estábamos en medio de un ataque y había asesinos por doquier. ¿Dónde estaban ustedes cuando uno tuvo que lidiar contra eso? - Señalé los cadáveres cercanos en la medida que me levantaba - al igual que Meleis - para imponerme con mi altura.

- Ella tiene razón, luche cerca a la entrada y sus hombres no fueron de utilidad. - Agregó el dragón.

Al sujeto no pareció gustarle aquella respuesta, pero, al verse intimidado por dos sujetos más altos que él, bajó un poco los humos.

- Necesitamos de sus servicios. Algunas de las trampas no funcionaron. ¿Es la arcanista de las trampas invisibles no? Quizás pueda ayudar. El sujeto que las hizo no fue de mucha ayuda.

Volví a arquear mis cejas, esto cada vez se complicaba más y la idea de infiltrados crecía. ¿En quién se suponía que debía confiar en esta situación? Miré a Meleis quien estaba tan serio - o más que yo - a diferencia de mí, él le había tomado más apego a los niños.

Lo primero que hice antes de responder al sujeto fue sacar el pergamino entre mis pechos y desactivar el encantamiento que lo rodeaba. - Meleis, lleva esto a Zelas. Cuando lo abra sabrá qué es. No confíes en alguien que no sea de los nuestros.^(*) - Enfaticé. Meleis, tomó el pergamino y lo sostuvo con firmeza. - ¿Tú estarás bien? - Preguntó preocupado a lo que asentí. - Descuida, tengo esto. - Toqué la medalla de mi pecho guiñándole el ojo.- Anda, no pierdas más tiempo. - Meleis asintió y fue a trote lento al lugar donde había visto por última vez al elfo, comenzaría a buscarlo desde allí suponiendo que este se hubiese movido.

-Lléveme al lugar dónde se presentaron las fallas. - Ordené al sujeto quien no tenía más opción que hacerlo.

***

En el trayecto, consideré varias veces usar la medalla que emitía una ligera vibración, pero sabía que esta era una de esas situaciones de pensar antes de actuar, tomando en cuenta que ya me había lanzado a lo loco varias veces durante el día.

- Es aquí. - Dijo el guardia.

- Bien, si es tan amable siga buscando a los demás arcanista, cuantos más seamos, mejor. - Sonreí con sarcasmo, después de todo no quería que ese fantoche me estuviera vigilando mientras trataba de hacer mi trabajo.

Lo primero que debía hacer era buscar las runas y saber de qué tipo eran, saqué uno de los pergaminos de mi bolsa y algo de pluma y tinta. No iba a negar que estaba agotada física y mentalmente, pero la situación era tan tensa que me obligaba a seguir. Sin más comencé en esta labor de investigación y ver si lograba llegar a una respuesta coherente entre tantas preguntas que me abrumaban.

Off:

Inventario:

Inventario Meleis:

Oromë Vánadóttir Dom Ago 27 2023, 00:16

"¿En qué me metí?” se dijo a sí misma.

Todo era medianamente calmo, simplemente se había dedicado a crear su receta anti chinches para las camas de todas las cabañas ▬que no eran pocas▬ y continuaba haciendo de más para tener en reserva, porque no era confiable que tantos “niños” se mantuvieran limpios a ellos mismos ni a las camas para evitar un rebrote.

Prácticamente se había olvidado de dormir, sumida en su trabajo para que luego y de repente, como si nada, el caos inundara todo el lugar.

Paso de ser una trabajadora más para mejorar las condiciones de todos los no- niños, a convertirse en la enfermera de turno, correteando de lado a lado. Golpes de cabeza por ahí, algunos rasguños por allá... Un par de huesos rotos y porque no también coser un par de extremidades abiertas a la mitad.

No diría que era divertido, aunque ahora entendía mejor a su primo y porque había elegido este trabajo... Pero Oromë prefería los venenos y las drogas que causaban terribles reacciones físicas. El aprender los elixires para resolver esas reacciones era nada más que un defecto circunstancial. Había sido arrastrada en parte porque aún seguía viéndolos a todos como niños pequeños, pero también porque era interesante descubrir todo lo que la tierra podía ofrecer. Era como tener el cielo al alcance de la mano, sin final, cientos de posibilidades y nada que la detuviera.

Es verdad, le causaba cierta felicidad esa sensación de fortaleza. Pero como todo lo bueno, dura poco y ahora estaba hasta las narices de trabajo.

- ¡QUE NO HAY SUFICIENTE MEDICINA PARA TODOS HASTA QUE TRAIGAN MAS, MALDITA SEA! - Gritó a medio pulmón. Sena estaba en una esquina de una de las cabañas, mostrando sus dibujos y contando historias, usando su hipnosis natural para mantener la calma de aquellos que sufrían de mucho dolor o simplemente parecían poco alegres de tener una aguja y un hilo clavados en su carne.

- ¡Mas agua caliente! ¡Tú!, sostén fuerte aquí, y más vale que tu allá tengas las manos limpias antes de tocar esa aguja. ¡SI TU! - Tenía un pedazo de madera en la mano que había usado como torniquete y lo arrojó con increíble puntería hacia la cabeza de un hombre. Había tanto adultos como “no adultos” ayudando a los heridos que no dejaban de llegar. Hastiada sería una palabra cercana a como se sentía, abrumada también.

El tiempo seguía pasando y el trabajo aumentaba, los insumos decaían más rápido de lo que llegaban. - ¡Dicen que hay niños envenenados y alguien está trayendo un elixir para multiplicar la receta! ¿Ustedes es alquimista no? - Un niño lleno de granos en su rostro semi adolescente había entrado corriendo a la cabaña que funcionaba de enfermería, prácticamente sin aire. -No, soy aprendiz, pero con un poco de ayuda podría intentarlo- La sensación de fortaleza ahora estaba más que desaparecida, ahogada en lo más profundo de su ser.

Ella no era más que una novata en el tema y ahora esperaban que replicara un elixir... Por todos los Dioses. Con tantas miradas puestas en ella, no podía decir que no, ni mucho menos mostrar debilidad... -De acuerdo, necesitaré ayuda, no puedo descuidar al resto...- Repartió tareas a todos aquellos dispuestos a darle una mano y se dispuso a tratar de replicar aquel elixir especial, no sin antes por lo menos, hacer algo para los que ya estaban heridos y no mortalmente envenenados.

•Bueno en esta ~~mierda de~~ post, me dispongo a tratar de duplicar la pocima de Rauko [alguien que venga a buscar los resultados para distribuirlo gracias(?]
•Uso mi profesion de Alquimia para crear Poción de Salud Diluida, y darselas a los menos hechos pupas que haya a mi alrededor(? ~~Que los Dioses os bendiga si sale decente(?~~

**Zelas Hazelmere** Dom Ago 27 2023, 02:46

Algo en el rostro del rubio había cambiado, una mueca seria que trataba de contener la ira que sentía en ese momento, Zelas buscaba cualquier indicio de algún adulto con las descripciones que la no-niña de antes le había dado, tenia que dar con ese maldito antes siguiera haciendo mas daño o peor aun se escapara.

Su tren de pensamiento comenzaba a realizar diferentes conjeturas cuando en el piso noto un poco de crema, la misma que los famosos pasteles tenían, así que se decidió seguir el rastro en busca del ser mas repugnante de ese campamento.
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Yako con ayuda de mucha gente finalmente había dado con el lugar donde estaban tratando a los niños, cuando se le informo sobre una alquimista que trataba de replicar un elixir para tratar el veneno se dirigió rápidamente hacia ella.

-¿Entonces replicaras el elixir?- Le preguntaría Yako al momento de acercarse a la Joven.

-De acuerdo, necesitaré ayuda, no puedo descuidar al resto...- diría la joven algo preocupada mientras solicitaba la ayuda correspondiente.

-De acuerdo, déjale a mis hermanas el cuidado de los niños, nosotras buscaremos una cura para esto- señalaría Yako mientras comenzaba a trabajar con su kit al lado de quien después reconocería como Oromë, entre ambas alquimistas tratarían de replicar el elixir y después de un arduo trabajo, lograrían crear una replica de menor calidad la cual comenzarían a distribuir a la mayor cantidad de niños posibles.

-Oro que sepas que si esto resulta, valdrás Oro- diría Yako mientras comenzaban a repartir botellas del elixir creado a la mayoría de de niños posibles con la ayuda de las sirvientas.
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Meleis aparecería cerca de donde Zelas estaba siguiendo el rastro de crema, cerca de uno de los bordes del campamento.

-¿Señor Zelas?, necesito entregarle algo- indicaría el joven Meleis al notar la seriedad con la que el no-elfo se movía.
-Estoy ocupado en estos momentos... ¿No habrás visto a un tipo feo, sin dientes y sucio pasar por acá?- preguntaría por si acaso.
-Ehm... No, pero mi hermana dijo que solo se lo entregara a usted, que sabría lo que era cuando lo viera- respondería el joven Meleis haciéndole entrega del pergamino y omitiendo la parte del cuerpo de donde su hermana lo había sacado.

Zelas alzaría una ceja y recibiría el pergamino, en el se veía un bosquejo simple del campamento junto a unas cuantas marcas alrededor señalando las trampas que rodeaban al campamento, -Hey, esto será de utilidad para alguien que conozco- señalaría el rubio mientras trataba de ubicarse a si mismo en el mapa, sabia que debía encontrar al infiltrado antes del amanecer si quería tener una chance de atraparlo, y como no hay mal que dure cien años, un destello de esperanza se ilumino cerca de uno de los muros.

-Eso fue una trampa- diría el rubio entusiasmado corriendo hacia ese lugar rápidamente junto a Meleis y como si de un regalo se tratara, un tipo feo, sucio, despeinado y a quien le faltaban un par de dientes, además de estar lleno de manchas de repostería, se encontraba encerrado en una jaula, tratando de forzarla sin éxito, trataría de llevarse algo extraño a la boca cuando la hoja de una espada ridículamente grande le cortaría los brazos, primero separando las manos de los antebrazos y después lo que quedaba de los bíceps, destruyendo la jaula en el proceso.

Los gritos de dolor del famoso Alfredito comenzaron a llenar esa parte del campamento mientras el no-elfo hacia un intercambio rápido de espadas(1), sacando la Banana Breaker y utilizando rápidamente su habilidad para ralentizar el tiempo(2) quedando el, afredito y Meleis en un domo traslucido, acto seguido activo la runa de fuego(3) que puso su hoja al rojo vivo y procedió a cauterizar los muñones para evitar que el malnacido se desangrara. Habiendo cumplido eso, clavo la espada en el piso y comenzó a darle golpes de puño y patadas en todo el cuerpo, asegurándose de golpear lo suficientemente fuerte para que le doliera, pero no lo necesario para matarle.

Para cuando el domo se desactivo, Meleis no entendería que pasaba pero vería como Zelas parecía moverse a una velocidad sobrehumana, además de después apreciar que los muñones de alfredito no sangraban, y en cambio su cuerpo se iba llenando de moretones mientras sus gritos parecían variar en intensidad, alfredito por su parte sentiría como con cada segundo algo nuevo le dolía, Zelas por su parte desactivaría la runa de fuego y esperaría un momento antes de colgar la espada en su espalda, acto seguido procedería a tomar a alfredito desde los pocos pelos que tenia y empezaría a arrastrarlo de vuelta hacia el interior del campamento.

La visual del rubio trayendo a un individuo todo golpeado y sin brazos desde los pelos generaría un impacto algo fuerte en mas de algún niño, sin embargo, Zelas tenia un encargo que cumplir.

-Fidelma, he traído al individuo que mas se asemeja a la descripción dada por la no-niña, ha intentado meterse algo a la boca al verse atrapado por una de las trampas así que he tenido que tomar acciones, puedes elegir interrogarlo, matarlo en el acto, o si quieres puedo abrir un portal hacia la cima del macizo nevado y abandonarlo a su suerte allí... La decisión es tuya- diría el rubio mientras dejaba caer al tipo frente a la capitana.

Fidelma observo la situación mientras una ola de emociones encontradas comenzaban a inundarle, quería matarle ahí mismo, pero aquello era muy sencillo, sin mediar palabra alguna se acerco al tipo y recogió del piso un puñado de tierra la cual tenia restos de sangre, pasteles, vomito y todo el sufrimiento que habían tenido que pasar esa noche y la forzó por la garganta del maldito que les había hecho eso, el cual lloraba sin capacidad de hacer algo al respecto.

-Tráiganme uno de esos malditos pasteles- indicaría una enrabiada Fidelma mientras una de las sirvientas le traía uno de los tantos pastelitos que habían tirados en el piso al ya saber que eran venenosos. -Ya que tanto te ha gustado repartir estas cosas... Pastelero a tus pasteles!- al igual que con la tierra, Fidelma forzó el pastel envenenado por la garganta del tipo y le cerro la boca para evitar que vomitara. Las miradas de odio y desprecio inundaron al maltrecho alfredito quien sabia tenia los minutos contados.

-Haz eso ultimo que dijiste, no quiero que nadie mas vea a ese miserable- solicitaría Fidelma quien ya no ponía en duda lo que el rubio era capaz o no de hacer, Zelas por su parte sacaría una pequeña llave la cual fusionaría con su espada y procedería a cortar el espacio-tiempo para lanzar al moribundo a través del portal(4) quien vería como atravesaba la luz para dar paso a un lugar sumamente frio y oscuro, donde el viento comenzaría a cortar su rostro siendo lo ultimo que vería seria el brillo del portal el cual luego se cerraría.

Sin embargo, aquello aun no terminaba para quienes seguían en el campamento, mientras algunos esperaban los resultados de la pócima creada, otros se preguntaban cual seria la mejor decisión a tomar, -Esto delimita todas las trampas que hay alrededor, ve como ocupas eso- diría Zelas entregándole el pergamino a Fidelma,

-¿Y ahora?- preguntaría algo confundida, puesto que si bien había saciado parte de su sed de venganza, aun quedaba mucho por hacer.
-Ahora toca esperar a que esto haya servido de algo... Después, tendrás que tomar decisiones- indicaría el no-elfo, quien al igual que todos, ahora solo podía esperar.

OFF: Interacciones
-Encuentro un rastro de crema y lo sigo.
-Yako con la ayuda de todos llega con Oromë y tratan de replicar el elixir que dono Rauko pero de menor calidad, una vez lo logran comienzan a repartirlo en los niños del campamento.
-Meleis aparece para entregar el pergamino con las trampas.
-Una de las trampas se detona y se viene el momento mortal kombat(?)
-Llevo a alfredito sin brazos al campamento para que Fidelma le haga la fatality
-Pastelero a tus pasteles.
-Me deshago de la evidencia contaminando el medio ambiente.
-Le entrego el pergamino a Fidelma.

OFF: cosas y habilidades usadas:

1_Vaina infinita y saco la Banana Breaker
2_Banana Breaker [Arma, se liga al éter, 1 uso] De calidad épica. Puede ser cualquier arma de cuerpo a cuerpo. Otorga la habilidad ->"Fuck you dome" Gasto 1 uso: Crea un domo traslúcido y estático de dos metros de radio que ralentiza el tiempo en su interior para todos, excepto el usuario del arma, durante un turno. Para quien se encuentre en el área de efecto, parecerá que el exterior del domo, así como el personaje, se movieran con una rapidez extraordinaria.
Encantada con : Arma de Fuego
3_[Encantamiento de Arma] El arma se rodeará de una capa del elemento elegido, el que aplicará un leve daño extra al impactar. Este efecto se activa o desactiva cuando el dueño toca la runa. -> lo ocupo para cauterizar muñones
4_Llave Tetradimensional: [Limitado, 1 uso] La llave tetradimensional se puede fusionar con una espada, concediendo al arma una nueva habilidad y separándose después de usar. Con un tajo crea un portal hacia un sitio que conozca. Si no tiene ese sitio a la vista, necesitará concentrarse por varios minutos sin distracciones ni peligros para lograr la incisión mágica. El portal dura unos pocos instantes y se cierra después de que alguna persona lo atraviese.

**Rauko** Dom Ago 27 2023, 06:33

　Una vez entregado el antídoto que, hasta ese día, creí que jamás necesitaría porque nunca antes me habían envenenado, excepto por un par de ocasiones en las que no faltaron las risas, continué ayudando en lo que podía junto con Xana. No es que pudiéramos hacer mucho para sanar a esos mocosos, pero por lo menos nos veíamos bonitos y podía hacerles conocer el maravilloso placer de comer biusas.

　Pero aquella ardua tarea fue interrumpida cuando un sujeto vino solicitando arcanistas para reparar cosas de arcanos con runas arcanas que no arcanizaban como correspondía. Comprendiendo exactamente a lo que no se refería, me ofrecí para ayudar, dejando a Xana ayudando a Maia.

　Me llevó a los barracones, sitio que yo desconocía que existía en el campamento, como si desde el inicio me hubiera desatendido de todo hasta que me pidieron ayuda. Por suerte, hubo una cara conocida en el lugar que sabría explicarme lo que pasaba.

　–Meraxes, discípula mía –le saludé agitando una mano–. Sabía que estarías aquí, lista para otra clase de arcanos con tu maestro ganso. ¿Te apetece una biusa? –pregunté, pero no esperé respuesta para generar la fruta y entregársela, pues ¿quién rechazaría una biusa?^[1]

　–Iré a buscar más arcanistas –dijo el sujeto que me había traído, quien me miraba extrañado tras la mención de mi honorable título.

　–Está bien, puede irse. Le doy permiso –concedí, sacudiendo una mano como si espantara palomas.

　Algún gruñido e improperio después, se marchó aquel sujeto.

　Examiné con la mirada las runas que debíamos enmendar. Asentí cada pocos segundos, con los labios y el ceño fruncido.

　–Ya veo, así que de eso se trata –murmuré–. ¿Ya lo notaste? –le pregunté a mi compañera, esperando que ella pudiera revelar algo de aquellas runas de las que, en realidad, lo único que noté fue que yo no las entendía ni un poco.

　Pero, entonces, tuve una idea. No tenía relación alguna con las runas, pero me la guardé para el futuro en que sí me serviría.

　–Efectivamente, es justo como dices –dije al salir de mis cavilaciones–. Nadie las entiende. Será demasiado trabajo intentar averiguar qué se supone que dicen y mucho más saber dónde está el fallo en ellas. Sería mejor eliminarlas y empezar de nuevo. –Me encogí de hombros–. Pero, claro, no podemos solo borrarlas así sin más: podríamos activar algo por accidente.

　Busqué en mi bolso un artilugio que serviría temporalmente. Lo saqué y lo clavé en un sitio estratégico. Se encendió y eliminó la magia en el área circundante.^[2] Con ello, mi cuerpo se me hizo más pesado y lento, al haber perdido los efectos que obtenía del éter.

　–Bien –suspiré, con menos vigor–, esto afectará a suficientes runas como para que el encantamiento no pueda activarse –expliqué. «O eso espero», omití decir–. Démonos prisa, joven aprendiz. Hay que ser el éxito.

(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)

En pocas palabras, intento ayudar a Meraxes a solucionar lo de las runas locas en lo barracones =)

^[1] Habi extra: Protobiusa, para crear una bonita y suculenta biusa.
^[2] Objeto Limitado: Campo de disrupción de éter, para anular la magia.

**Fehu** Dom Ago 27 2023, 19:13

¿Pero es que nadie va a pensar en los niños?

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Rechazados, incomprendidos, temidos pero, quizá para su desgracia, no olvidados. Así estaban los antiguos soldados que lo habían arriesgado todo para servir una vez más a su patria en la batalla de Edén. Demasiada gente quería verlos muertos, la suficiente para contratar toda una compañía de mercenarios, pasteles envenenados y hasta volver su propio campamento contra ellos.

El pastelero había sido ajusticiado, pero Fidelma no tardaría en arrepentirse de aquella precipitada decisión. Si no se hubiera dejado llevar por la ira, si lo hubiera interrogado primero, tal vez habrían averiguado la naturaleza del veneno. Tal vez habrían podido salvar a más de los suyos. Sí, el antídoto llegó al final, pero para entonces, muchos de sus amigos y compañeros ya estaban más allá de cualquier posible sanación.

No cometió el mismo error con los mercenarios capturados: primero el interrogatorio, luego el ajusticiamiento. Aunque aquella justicia no resultó muy satisfactoria sabiendo que tantas de las aldeas circundantes se habían puesto de acuerdo para financiar el ataque.

De quien no llegaron a averiguar nada fue del autor de la barrera arcana en torno al campamento, ni tampoco de quienquiera que envenenase una de sus principales fuentes de agua poco después. Fidelma sospechaba de los elfos, por supuesto. Resultaba demasiado conveniente que hubiesen desaparecido tan pronto tras el ataque. Pero no tenía pruebas y Sango confiaba en su líder.

Porque sí, ahora tenía que convivir con Sango. El hombre se mostraba debidamente respetuoso para con su cargo de capitana pero, a la hora de la verdad, se guiaba más por su propio criterio que por la cadena de mando. No es que se lo reprochase, era evidente que su deseo de ayudarlos y protegerlos era genuino. A los que quedaban en pie, al menos.

Incluso con las bajas sufridas con el ataque, el incendio del barracón y el veneno, podrían haber sido suficientes para formar un pequeño regimiento, si no fuera porque al menos un tercio de ellos se comportaban como los niños que parecían. A Fidelma no le gustaba admitirlo, pero necesitaban a Sango y sus hombres, así como a los voluntarios que habían decidido quedarse a ayudar durante un tiempo.

Fidelma aplazó todo lo posible la decisión sugerida por Zelas. Era cierto que todo el mundo sabía cómo localizarlos en Zelirica, pero ahora conocían la ubicación de las trampas arcanas, habían sido localizados y temporalmente neutralizados los barracones con runas defectuosas y, en medio de todo el caos, alguien había continuado con la construcción de la empalizada, por alguna razón. Podrían defenderse durante un tiempo. Mientras se despedían de sus compañeros caídos, mientras sanaban las heridas, mientras llegaban las respuestas a las cartas de Sango. Eran guardias de Verisar, después de todo. Marcharse de Zelirica sin autorización real sería tomado como un acto de rebeldía.

Sin embargo, Fidelma estaba dispuesta a mirar hacia otro lado si algunos de los niños más niños conseguían un hogar. Aquellas sirvientas de Azaril parecían buena gente y habían ayudado mucho con los heridos.

En las semanas siguientes al ataque, se designó un área (demasiado grande) para servir de cementerio, se trasladó a todos los niños que no requerían atención médica al barracón que había dejado libre la compañía de Eleandris y se enviaron los restos mortales de Golosina a la Base de los Bio-cibernéticos. Como agradecimiento a eso último, la Base les prestó ayuda con su problemilla de contaminación del agua. No recibieron otro ataque en ese tiempo, ni las aldeas colindantes tuvieron motivo de queja, pues nadie estaba para travesuras.

Finalmente, recibieron respuesta del rey. Junto a la carta de Sango, le habían llegado noticias del ataque de mercenarios, la defensa de los niños soldado y el amotinamiento y debió pillarle en un buen día, porque le conmovió que se hubiesen declarado fieles a la autoridad de Su Majestad después de todo lo vivido. Eso, o se dio finalmente cuenta de lo útiles que podían llegar a ser unos niños soldado.

El rey había decidido crear una división de élite en Palacio, formada por aquellos héroes que habían ofrecido dos veces su vida por Verisar. Al conocerse tal decisión, por supuesto, todas las casas nobles de Verisar deseaban tener su propio paje (o grupo de pajes para las casas más grandes) procedente del regimiento de Zelirica. De repente, los niños soldados se habían puesto de moda.

Y así fue como el campamento de Zelirica fue abandonado de nuevo. Fidelma permitió que cada uno de sus compañeros eligiera su destino. Por su parte, ella se quedó en el campamento hasta que todos los demás hubieron partido. Después, viajaría a Lunargenta con aquellos que habían luchado a su lado en el campamento, a servir a su rey una vez más. Mientras se despedía de Sango, poco antes de emprender el camino, sintió unos calambres familiares en el vientre. En fin, al menos eso respondía una de las preguntas acerca de su futuro.

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Las acciones de los personajes han provocado un gran número de bajas entre los niños soldado. Sin embargo, han sido muchos los que se han esforzado en protegerlos, por lo que no podían morir todos.

En esta ocasión, el objetivo humanitario ha superado con mucho a aquellos que optaron por acciones más oportunistas (45 puntos frente a 13), mientras que el objetivo Recurso ha obtenido 32 puntos en contraposición a los 15 que han logrado sumar aquellos que buscaban purgar a los engendros. Debido a esto, los niños soldados permanecerán fieles a Verisar y los supervivientes entrarán al servicio del rey y las casas nobles que han decidido aceptarlos. Pequeñas fuerzas meramente decorativas, por el momento, pero experimentadas unidades de élite cuando vuelvan a crecer, cosa que harán normalmente ahora que la Fuente de la Juventud ha sido destruida.

Cohen: Tu empleadora te recibe con gesto insatisfecho cuando le presentas los impersonales frascos de sangre, pero agradece la advertencia y decide actuar con cautela.

Meraxes: La guardiana del tesoro. Interprétalo como gustes.

Corlys: Admiro tu compromiso con tu trabajo. Lástima que a nadie más le importe.

Zelas: ¿Quién iba a pensar que eras un hombre tan paternal? La próxima vez que veas un grupo de niños en un tema, te asaltarán los recuerdos de ~~Vietnam~~ Zelirica. No podrás emplear ninguna acción en ese turno.

Bio: Solo por quitarte (dos veces) la camisa ya mereces una ovación (chúpate esa, Thorn).

Zagreus: Dadas las circunstancias, tu empleador está más que satisfecho con haber salvado el pellejo. Las muestras recogidas tendrán que valer, por el momento.

Golosina: Sit tibi terra levis

Sango: Tu fidelidad a tus compañeros, veteranos de guerra, es más que loable, oh tú, héroe de Aerandir, guardián del sol

Oromë: El sobreesfuerzo te pasa factura. En tu siguiente tema, el cansancio reducirá la efectividad de tus habilidades a la mitad. Alternativamente, puedes estrenar tu nuevo y flamante taller creándote un reconstituyente (el que quieras, no se te cobrarán los materiales, pero lo consumirás en el mismo post) para asegurarte de emprender tu nueva aventura en plena forma.

Tarek y Eleandris: Muy bien jugado. ¿Quién iba a pensar que un par de nobles elfos podían ser tan rastreros y manipuladores? Me encanta.

Rauko: Parece que las sirvientes de Azaril van a poder adoptar al final, pero solo de entre los niños (o niñas) que actúan como tales.

Nousis: Tu nobleza y generosidad hacen honor a tu raza. Nadie podrá decir que tienes la culpa de lo que ha ocurrido en Zelirica.

Pero vamos a lo importante, las recompensas:

De mi parte, todos los participantes en el evento reciben los prometidos 5 puntos de experiencia. Además, de entre los restos atestados de trampas arcanas, fumigados con humo, ceniza y repelente de chinches esparcido por magia arcana y aderezados con fisuras espacio-temporales, obtendrán el siguiente obsequio:

~~Escombros~~ Recuerdo de Zelirica: [Material raro] Puede ser canjeado por un objeto de nivel experto o inferior en el mercado, o combinado con otro material raro para crear un material épico.

De parte de Ansur, los siguientes PJs reciben otros 5 puntos de experiencia por su participación en el combate tras el asalto de los mercenarios: Zelas, Corlys, Cohen, Sango, Eywas, Meraxes, Zagreus, Eleandris, Bio y Tarek.

Por último, Cohen recibe 1 punto de profesión en Alquimia por su uso de la misma en la ronda final (el resto de PJs ya los recibieron en la ronda anterior).

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