Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
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Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
Hacía una semana que Trébol había vuelto a Ulmer y ya ansiaba marcharse. A causa de una larga ausencia, se había obligado a permanecer allí junto a su familia. Su padre le había enseñado nuevas técnicas de carpintería que agradeció; su madre pretendía alimentarle, cebándole con exquisitos platos, cómo si tuviera cinco años; y sus hermanos habían formado sus propias familias. La ciudad licántropa parecía más viva que nunca.
La vida en Ulmer era tranquila, apacible… salvo que las sirenas y los hombres pulpo decidieran atacar de nuevo sus costas. Pero Trébol miraba los altos árboles del bosque que circundaba la ciudad, deseando marchar.
El contacto con la naturaleza para él era imprescindible y lo había añorado tanto en las últimas semanas que no podía resistirlo más.
Tras haber decidido que aquella sería la última noche que pasaría en la ciudad, se dirigió hacia la taberna de Wassel. En aquel lugar, las cervezas y las [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] llegaban hasta casi el amanecer.
Al entrar en la taberna, Wassel le sirvió una jarra de la mejor cerveza negra de Ulmer, que enseguida Trébol llevó hasta sus labios. Tras un largo trago, intentó sumarse a alguna de las partidas de Lopuno, pero todas las plazas de juego estaban ocupadas.
Observó una de las partidas hasta que la puerta principal se abrió, dando paso a un desconocido. Varios fueron los hombres que le dirigieron una corta y breve mirada, pero tras esa leve observación, continuaron con sus juegos, quizás temerosos de que el contrario les hiciera trampas.
—¿Alguien sabe quién es? — preguntó Trébol, recibiendo solo negativas.
Vio cómo el joven comenzaba a hablar con Wassel y mientras daba un nuevo trago a la cerveza, continuó observando la partida mientras miraba de reojo al extraño con curiosidad.
La vida en Ulmer era tranquila, apacible… salvo que las sirenas y los hombres pulpo decidieran atacar de nuevo sus costas. Pero Trébol miraba los altos árboles del bosque que circundaba la ciudad, deseando marchar.
El contacto con la naturaleza para él era imprescindible y lo había añorado tanto en las últimas semanas que no podía resistirlo más.
Tras haber decidido que aquella sería la última noche que pasaría en la ciudad, se dirigió hacia la taberna de Wassel. En aquel lugar, las cervezas y las [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] llegaban hasta casi el amanecer.
Al entrar en la taberna, Wassel le sirvió una jarra de la mejor cerveza negra de Ulmer, que enseguida Trébol llevó hasta sus labios. Tras un largo trago, intentó sumarse a alguna de las partidas de Lopuno, pero todas las plazas de juego estaban ocupadas.
Observó una de las partidas hasta que la puerta principal se abrió, dando paso a un desconocido. Varios fueron los hombres que le dirigieron una corta y breve mirada, pero tras esa leve observación, continuaron con sus juegos, quizás temerosos de que el contrario les hiciera trampas.
—¿Alguien sabe quién es? — preguntó Trébol, recibiendo solo negativas.
Vio cómo el joven comenzaba a hablar con Wassel y mientras daba un nuevo trago a la cerveza, continuó observando la partida mientras miraba de reojo al extraño con curiosidad.
Trébol
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Re: Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
El rubio estaba maravillado con la ciudad de los licántropos, Ulmer. Y aunque se notaba que era extranjero, forastero, y de vez en cuando le miraban con ojos llenos de desconfianza y poca hospitalidad, algún que otro habitante supo indicarle el lugar en el que se encontraba la taberna. Por otra parte, no dejaba de tener la sensación de sentirse cómo un cordero entre lobos, y... era totalmente normal. Al menos llevaba por encima una capa gris oscura con capucha para cubrirse un poco el rostro. ¿Así pasaba más desapercibido? Podría ser... Y la camisa de lino que portaba ya estaba algo vieja y roída por el viaje y los días, por lo que llevaba bajo el brazo una que había comprado en el mercado, que milagrosamente, le entraba bien a su talla. "Es de niños", le dijo la mujer, por la talla seguramente, y él muerto de vergüenza se la compró igualmente. ¿Aquí los niños miden más que los brujos?
Le apetecía echarse una buena cabezada y una buena dormilona en su destartalada habitación de taberna, pero primero lo haría con el estómago lleno de comida y puede que cerveza. Así que volvió al lugar, levantando, de nuevo, la vista de la mayoría de personas. "CREO que no están acostumbrados a las visitas...", pensó para sus adentros, retirándose la capucha y abriéndose camino entre hombros, espaldas, culos, barrigas y malas caras. - Una cerveza y algo para cenar. Lo que sea...- Le pidió a Wassel mientras se giraba sobre si mismo para analizar la partida de Lopuno. No es que le sobrase el dinero, pero le tentaba echar una, a ver qué tal se le daba.
Le apetecía echarse una buena cabezada y una buena dormilona en su destartalada habitación de taberna, pero primero lo haría con el estómago lleno de comida y puede que cerveza. Así que volvió al lugar, levantando, de nuevo, la vista de la mayoría de personas. "CREO que no están acostumbrados a las visitas...", pensó para sus adentros, retirándose la capucha y abriéndose camino entre hombros, espaldas, culos, barrigas y malas caras. - Una cerveza y algo para cenar. Lo que sea...- Le pidió a Wassel mientras se giraba sobre si mismo para analizar la partida de Lopuno. No es que le sobrase el dinero, pero le tentaba echar una, a ver qué tal se le daba.
Última edición por Av'lyn el Lun Mayo 15 2023, 02:25, editado 1 vez
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Re: Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
A pesar de que su mirada estaba clavada en la partida de Lopuno, su agudizado oído licántropo estaba pendiente de todo lo que el desconocido pronunciaba. Quería una cerveza y algo que llevarse a la boca.
Al volver a mirar al extraño, vio que se había retirado su capucha. Era un joven muy atractivo, de pelo dorado y ojos claros. No parecía un licántropo y sin duda, parecía más un sureño que un norteño.
Decidido a meter las narices dónde no le llamaban, se acercó hacia su posición.
―¿Buscas alojamiento para esta noche, forastero? Wassel también tiene habitaciones arriba… Además, estás de suerte: aquí tienes la mejor cerveza negra de Ulmer, de la que posiblemente no has oído hablar, pero que no podrás olvidar a partir de esta noche…
Wassel comenzó a informar del precio de las habitaciones de la planta superior. Un precio muy reducido, pero apropiado para una ciudad que apenas recibía visitantes.
Luego, el tabernero le puso un poco de carne de oso, guisada con verduras del huerto de Ulmer, situado al otro extremo de la pequeña ciudad, humeante y de un olor intenso.
―Wassel, ponme otra jarra cuándo puedas… y si puedes ponerme otra ración...
Luego, miró cómo el desconocido miraba aquel exquisito manjar.
― Por cierto, soy Trébol. ¿Tú eres? ― le preguntó extendiendo la mano en forma de saludo, para luego añadir― Luego puedo enseñarte a jugar al Lopuno...
Al volver a mirar al extraño, vio que se había retirado su capucha. Era un joven muy atractivo, de pelo dorado y ojos claros. No parecía un licántropo y sin duda, parecía más un sureño que un norteño.
Decidido a meter las narices dónde no le llamaban, se acercó hacia su posición.
―¿Buscas alojamiento para esta noche, forastero? Wassel también tiene habitaciones arriba… Además, estás de suerte: aquí tienes la mejor cerveza negra de Ulmer, de la que posiblemente no has oído hablar, pero que no podrás olvidar a partir de esta noche…
Wassel comenzó a informar del precio de las habitaciones de la planta superior. Un precio muy reducido, pero apropiado para una ciudad que apenas recibía visitantes.
Luego, el tabernero le puso un poco de carne de oso, guisada con verduras del huerto de Ulmer, situado al otro extremo de la pequeña ciudad, humeante y de un olor intenso.
―Wassel, ponme otra jarra cuándo puedas… y si puedes ponerme otra ración...
Luego, miró cómo el desconocido miraba aquel exquisito manjar.
― Por cierto, soy Trébol. ¿Tú eres? ― le preguntó extendiendo la mano en forma de saludo, para luego añadir― Luego puedo enseñarte a jugar al Lopuno...
Trébol
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Re: Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
Aunque el tabernero, y la mayoría de la gente en general parecía mostrarse seca, fue un hombre moreno, de ojos verdes, el que se acercó mostrando bastante amabilidad. Parecía ser abierto de mente o tener un gran sentido de la hospitalidad. Eso o está tratando de bailarle el agua al rubio para conseguir algo. "¿Estará intentando robarme?", es por eso que de forma instintiva se llevó la mano a la cadera, asegurándose de que su bolsa de cuero se mantenía ahí atada junto con sus monedas. - ¿También te estás alojando aquí? Bueno...- La verdad es que tenía pinta de ser de aquí, todo un autóctono. Quizá por sus rasgos faciales o su corpulencia, pero Av'lyn no sería capaz de jurarlo o demostrarlo, no es que fuese una ciencia exacta. Tampoco pudo preguntar más porque se quedó a su lado, pidiendo cosas al tabernero con toda la confianza de mundo. Si, tenía que ser un lugareño.
- Uuhh. ¿Cerveza negra de Ulmer? Por fin alguien empieza a enseñarme cuáles son las mejores cosas típicas de la ciudad, o de la región. Está bien, Wassel, ponme lo que está diciendo... ¿Trevor? Trébol, Trébol, vale. ¿Te llamas así por algo en especial? Es tu nombre de verdad o un mote o apodo?- ¿Alguien podía creer de verdad que realmente había echado de menos alguien con quien poder hablar de forma despreocupada? - Me encantaría jugar Lopuno, pero por lo que veo están apostando con monedas y mi bolsa está ya medio vacía. Debería racionarme mejor...- Chasqueó la lengua y respiró un poco el vapor que salía de su plato de comida. - ¿De qué es esta carne? Huele muy fuerte.- Agarró el tenedor y el cuchillo, arrancando una porción para llevárselo a los labios y degustar los primeros sabores. - Soy Av'lyn de Beltrexus.- Se presentó en voz baja, pero con tranquilidad. Quizá había dado demasiada información, ¿no? - Te importa si nos vamos a esa mesa que acaba de quedar vacía. Me duelen los pies.- Y comer de pie no era lo más apetecible en esos momentos. Tampoco esperó a que respondiera porque con una mano cargando el plato, y con la otra la jarra de cerveza se acercó hasta el sitio ocupando una de las sillas.
- Uuhh. ¿Cerveza negra de Ulmer? Por fin alguien empieza a enseñarme cuáles son las mejores cosas típicas de la ciudad, o de la región. Está bien, Wassel, ponme lo que está diciendo... ¿Trevor? Trébol, Trébol, vale. ¿Te llamas así por algo en especial? Es tu nombre de verdad o un mote o apodo?- ¿Alguien podía creer de verdad que realmente había echado de menos alguien con quien poder hablar de forma despreocupada? - Me encantaría jugar Lopuno, pero por lo que veo están apostando con monedas y mi bolsa está ya medio vacía. Debería racionarme mejor...- Chasqueó la lengua y respiró un poco el vapor que salía de su plato de comida. - ¿De qué es esta carne? Huele muy fuerte.- Agarró el tenedor y el cuchillo, arrancando una porción para llevárselo a los labios y degustar los primeros sabores. - Soy Av'lyn de Beltrexus.- Se presentó en voz baja, pero con tranquilidad. Quizá había dado demasiada información, ¿no? - Te importa si nos vamos a esa mesa que acaba de quedar vacía. Me duelen los pies.- Y comer de pie no era lo más apetecible en esos momentos. Tampoco esperó a que respondiera porque con una mano cargando el plato, y con la otra la jarra de cerveza se acercó hasta el sitio ocupando una de las sillas.
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Re: Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
El chico le preguntó sobre el origen de su nombre.
―Toda mi familia tiene nombres relacionado con la naturaleza. Soy el tercer hijo, por lo que Trébol quizás era un nombre apropiado para mí.
El chico se presentó como Av’lyn, originario de Beltrexus. La verdad era que le sorprendió. Jamás había visto a ningún brujo que midiera casi tanto cómo él. Normalmente, los sobrepasaba con más de 10 centímetros. En cambio, Av’lyn sólo era un par de centímetros más bajo que él, a lo sumo…
Se sentaron en una mesa libre a cenar. Algunos de los vecinos de Ulmer miraron en dirección a sus platos. Seguramente llevaban jugando al Lopuno durante parte de la noche y seguramente, el olor de la carne les había abierto el apetito.
―¿Qué te trae por aquí? Perdona mi indiscreción, pero normalmente, no tenemos muchos forasteros en esta ciudad. Y mucho menos, brujos… Y no creo que hayas venido hasta aquí a jugar al Lopuno…
Se llevó un trozo de carne de oso a la boca, masticándola con energía, antes de dar un nuevo trago a su jarra de cerveza. Sentía interés por los extraños… desde pequeño había sido así. Y cuándo alguien nuevo llegaba a la ciudad, Trébol se sentía atraído cómo una abeja a una flor.
―Puedo enseñarte a jugar… La apuesta normal son 50 aeros, 10 por ronda, pero sería injusto pedirte que apostaras sin conocer las reglas, salvo que seas un temerario apostador…
El licántropo se quedó analizando al chico, apenas unos años más joven que él. No parecía de los que se jugaban el dinero en juegos de azar… aunque nunca se sabía…
―Toda mi familia tiene nombres relacionado con la naturaleza. Soy el tercer hijo, por lo que Trébol quizás era un nombre apropiado para mí.
El chico se presentó como Av’lyn, originario de Beltrexus. La verdad era que le sorprendió. Jamás había visto a ningún brujo que midiera casi tanto cómo él. Normalmente, los sobrepasaba con más de 10 centímetros. En cambio, Av’lyn sólo era un par de centímetros más bajo que él, a lo sumo…
Se sentaron en una mesa libre a cenar. Algunos de los vecinos de Ulmer miraron en dirección a sus platos. Seguramente llevaban jugando al Lopuno durante parte de la noche y seguramente, el olor de la carne les había abierto el apetito.
―¿Qué te trae por aquí? Perdona mi indiscreción, pero normalmente, no tenemos muchos forasteros en esta ciudad. Y mucho menos, brujos… Y no creo que hayas venido hasta aquí a jugar al Lopuno…
Se llevó un trozo de carne de oso a la boca, masticándola con energía, antes de dar un nuevo trago a su jarra de cerveza. Sentía interés por los extraños… desde pequeño había sido así. Y cuándo alguien nuevo llegaba a la ciudad, Trébol se sentía atraído cómo una abeja a una flor.
―Puedo enseñarte a jugar… La apuesta normal son 50 aeros, 10 por ronda, pero sería injusto pedirte que apostaras sin conocer las reglas, salvo que seas un temerario apostador…
El licántropo se quedó analizando al chico, apenas unos años más joven que él. No parecía de los que se jugaban el dinero en juegos de azar… aunque nunca se sabía…
Trébol
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Re: Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
- Trébol...- Se supone que los que dan buena suerte son los que tienen cuatro hojas, y él es el tercero, pero cómo el rubio no quería ser un bocazas o un aguafiestas asintió ante la explicación. ¿Y porqué no Roble? ¿O Cedro? ¿Abedul? Que son árboles grandes, fuertes, firmes... cómo el hombre que tenía delante. Al menos, ahora podían comer sentados, y de hecho Av'lyn suspiró de alivio cuando su culo se colocó en la silla, cómo si se acabase de convertir en un anciano de edad avanzada.
Eso si, seguía sorprendido por las preguntas que le estaba haciendo Trébol. Se notaba que era curioso, cómo el propio brujo. Sonrió ladino y se encogió de hombros. - Es fácil de explicar pero es difícil de entender. Quería embarcarme en lo desconocido, conocer el mundo y hacerme valer por mi mismo. Acumular méritos, aventuras, experiencia y regresar a casa con algo de lo que presumir. Sigo siendo un brujo, al fin y al cabo.- Permanecer toda su vida en las Islas Illidenses sólo le iba a ayudar a acumular infinidad de conocimientos en su cerebro, pero era adquirir práctica y habilidad en situaciones de necesidad real a lo que aspiraba.
- ¿Y toda esta curiosidad hacia mi? - Preguntó de buen humor y de buen rollo, para que entendiese que no le estaba echando nada en cara y que no se sentía incómodo ni mucho menos. - Vale, de acuerdo. Enséñame a jugar Lopuno, pero primero podemos apostar con "monedas falsas". ¿Quizá con piedrecitas? ¿O queda muy mal y si se juega tiene que hacerse con dinero si o si? No estoy puesto al día con vuestras costumbres.- Sólo esperaba que no le considerasen alguna especie de blasfemo o algo así.
Eso si, seguía sorprendido por las preguntas que le estaba haciendo Trébol. Se notaba que era curioso, cómo el propio brujo. Sonrió ladino y se encogió de hombros. - Es fácil de explicar pero es difícil de entender. Quería embarcarme en lo desconocido, conocer el mundo y hacerme valer por mi mismo. Acumular méritos, aventuras, experiencia y regresar a casa con algo de lo que presumir. Sigo siendo un brujo, al fin y al cabo.- Permanecer toda su vida en las Islas Illidenses sólo le iba a ayudar a acumular infinidad de conocimientos en su cerebro, pero era adquirir práctica y habilidad en situaciones de necesidad real a lo que aspiraba.
- ¿Y toda esta curiosidad hacia mi? - Preguntó de buen humor y de buen rollo, para que entendiese que no le estaba echando nada en cara y que no se sentía incómodo ni mucho menos. - Vale, de acuerdo. Enséñame a jugar Lopuno, pero primero podemos apostar con "monedas falsas". ¿Quizá con piedrecitas? ¿O queda muy mal y si se juega tiene que hacerse con dinero si o si? No estoy puesto al día con vuestras costumbres.- Sólo esperaba que no le considerasen alguna especie de blasfemo o algo así.
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Re: Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
Las palabras del chico sobre su búsqueda de aventuras le recordaron sus últimos viajes en el barco pirata del Capitán Hidalgo. Cómo el entusiasmo de vivir nuevas aventuras y conocer nuevos lugares habían desaparecido pronto en él. Él necesitaba aquellos bosques… y el mar no le había gustado demasiado.
Aunque comprendía la inquietud y la curiosidad de Av’lyn y enseguida sintió simpatía por él. Sobre la pregunta de su curiosidad, Trébol sonrió mientras el último trago a la cerveza negra de Ulmer bajaba por su garganta.
―Ulmer no es un lugar demasiado popular. Si es verdad que durante el día vienen muchos comerciantes al puerto. Bajan mercancías, suben otras… pero al caer la noche, rara vez hay extraños en la ciudad. Cualquier recién llegado es todo un acontecimiento… razón por la que algunos de ellos no te quitan ojo…
Trébol ladeó rápidamente su cabeza hacia los hombres que quedaban en la taberna que desviaron su mirada en cuánto vieron que sus ojos coincidían con los del licántropo.
―Normalmente, se juega con monedas, aunque teniendo en cuenta de que no habrás jugado jamás, podremos jugar con piedras… Es cómo enseñamos a los niños…
Mientras terminaban de cenar, le enseñó las reglas del Lopuno. La apuesta, la cantidad en bolsa, los números y las tiradas… Respondió la única duda que el brujo hizo, que comprendió enseguida que se trataba de un juego de lo más sencillo.
Al terminar la cena, Trébol apartó los platos al otro extremo de la mesa y cogió una de las dos bolsas que estaban sobre la mesa. La de color negro. Dejó la blanca para Av’lyn. Estaban con las 50 piedras que usarían cómo monedas.
―Sacas 10 piedras y las colocas en mesa…
Trébol cogió 10 de aquellas piedrecitas y las llevó al centro. Luego, alargó la mano derecha hacia los dos dados del Lopuno, uno blanco y otro negro. Tras cogerlos, los zarandeó en el interior de su mano.
―Diecinueve es el número mágico…
Mientras lanzaba una sonrisa al brujo, lanzó los dados que rodaron por la superficie de la mesa…
Aunque comprendía la inquietud y la curiosidad de Av’lyn y enseguida sintió simpatía por él. Sobre la pregunta de su curiosidad, Trébol sonrió mientras el último trago a la cerveza negra de Ulmer bajaba por su garganta.
―Ulmer no es un lugar demasiado popular. Si es verdad que durante el día vienen muchos comerciantes al puerto. Bajan mercancías, suben otras… pero al caer la noche, rara vez hay extraños en la ciudad. Cualquier recién llegado es todo un acontecimiento… razón por la que algunos de ellos no te quitan ojo…
Trébol ladeó rápidamente su cabeza hacia los hombres que quedaban en la taberna que desviaron su mirada en cuánto vieron que sus ojos coincidían con los del licántropo.
―Normalmente, se juega con monedas, aunque teniendo en cuenta de que no habrás jugado jamás, podremos jugar con piedras… Es cómo enseñamos a los niños…
Mientras terminaban de cenar, le enseñó las reglas del Lopuno. La apuesta, la cantidad en bolsa, los números y las tiradas… Respondió la única duda que el brujo hizo, que comprendió enseguida que se trataba de un juego de lo más sencillo.
Al terminar la cena, Trébol apartó los platos al otro extremo de la mesa y cogió una de las dos bolsas que estaban sobre la mesa. La de color negro. Dejó la blanca para Av’lyn. Estaban con las 50 piedras que usarían cómo monedas.
―Sacas 10 piedras y las colocas en mesa…
Trébol cogió 10 de aquellas piedrecitas y las llevó al centro. Luego, alargó la mano derecha hacia los dos dados del Lopuno, uno blanco y otro negro. Tras cogerlos, los zarandeó en el interior de su mano.
―Diecinueve es el número mágico…
Mientras lanzaba una sonrisa al brujo, lanzó los dados que rodaron por la superficie de la mesa…
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Re: Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
El miembro 'Trébol' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
"No te quitan ojo", frase que a Av'lyn le provocó un calambrazo que le recorrió la columna vertebral dándole así una sensación de frío gélido recorriendo todo su cuerpo. El rubio se giró un momento de un lado a otro sólo con el cuello, oteando las mesas que rodeaban la suya sólo para comprobar la veracidad de esas palabras. - Seguramente sea así..., cómo bien dices. no estáis acostumbrados a las visitas.- Los hombres lobo tenían mejor vista, mejor olfato, mejor oído, así que no les debía estar costando mucho prestar atención a lo que decía o hacía el rubio. De momento, tampoco se iba a emparanoyar mucho, pues llevaba ya dos días aproximadamente y seguía vivito y coleando.
- ¿Me acabas de llamar niño pequeño?- Preguntó con evidente buen humor y al mismo tiempo con un pequeño pellizco de orgullo herido. Ahora mismo el brujo debía ser cómo un niño a ojos de la mayoría que estaba ahí. Eso de afeitarse la pica barba de tres pelos que le salía no le ayudaba a tener una apariencia demasiado madura. Pero es que la barba le picaba horrores.
Lo más sorprendente había sido que realmente tuvieran preparadas dos bolsas con piedras. ¿Las usaban para enseñar a los extranjeros y niños a jugar o tenían alguna clase de otra finalidad? Las instrucciones del juego eran muy fáciles, de hecho hasta podría jurar que había jugado a algo parecido en la Academia Hekshold, pero tampoco las tenía todas consigo. - Pues que gane el más suertudo...- Murmuró observando cómo los dados de Trébol iban rodando por ahí hasta marcar un limpio quince entre ambos dados. Ahora, debía sacar más de 15 pero sin sobrepasar el 19, y en caso de hacerlo, que no fuera por mucho. Suspiró, cogió los dados y los dejó rodar sobre el tablero. - En vez de dinero, podríamos apostar cualquier otra cosa. ¿Qué opinas?-
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Re: Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
El miembro 'Av'lyn' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
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Re: Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
Trébol sonrió cuándo vio el primer resultado. Quince estaba muy bien. La posibilidad de que Av’lyn sacara un número superior sin traspasar el diecinueve era bastante limitada, así que esperó a que el joven brujo lanzara los dados, mientras daba un nuevo sorbo a su jarra de cerveza.
Escuchó su propuesta de hacer algún tipo de apuesta mientras lanzaba los dados, pero al ver que acabó obteniendo un dieciséis, Trébol se lamentó mientras alargaba su mano hacia la cantidad de piedras puestas en mesa, acercando la mitad al brujo, dejando en la mesa la otra mitad de ellas.
―Son cinco rondas, has ganado una. ¿El que obtenga más piedras al final de la partida invita a cervezas al otro? ¿Paga la cena? ¿El perdedor ayuda a Wassel el resto de la noche? ¡Cualquiera me sirve! De todas formas, pienso remontar ahora… No te creas vencedor, porque hayas tenido la suerte del principiante…
Al mirar hacia otra de las mesas vio cómo sus ocupantes observaban la partida entre su vecino y el extraño, con curiosidad.
―¿Creéis que el forastero va a vencerme? ¡Pueden apostar a que no!
Las risas de los hombres me hicieron dudar por unos instantes, haciendo que clavara los ojos en mi oponente…
―Bueno, forastero, segunda tirada… Recuerda, 19 para llevarte todo. El que más cerca de 19 sin pasarse se lleva la mitad. Si superas el 19, pierdes.
Trébol llevó otras diez piedras hasta la cantidad acumulada en mesa. Si en la ronda anterior estaban en juego 20 piedras, en esa, estarían 30…
―Tiro y cuándo veas mi resultado, tú decides la apuesta…
Primera Ronda de Cinco:
Trébol pone 10 piedras.
Av’lyn pone 10 piedras.
Cantidad en mesa: 20 piedras.
Av’lyn gana la ronda con 16 puntos, por lo que se lleva la mitad, por aproximarse más a 19, sin pasarse.
Acumulado:
Trébol: 0 piedras.
Av’lyn: 10 piedras.
Segunda ronda de cinco: se pone en juego 30 piedras.
ADVERTENCIA: Cometí un error publicando el anterior post con la cuenta de Cohen. La puntuación obtenida ha sido de 10 puntos.
Escuchó su propuesta de hacer algún tipo de apuesta mientras lanzaba los dados, pero al ver que acabó obteniendo un dieciséis, Trébol se lamentó mientras alargaba su mano hacia la cantidad de piedras puestas en mesa, acercando la mitad al brujo, dejando en la mesa la otra mitad de ellas.
―Son cinco rondas, has ganado una. ¿El que obtenga más piedras al final de la partida invita a cervezas al otro? ¿Paga la cena? ¿El perdedor ayuda a Wassel el resto de la noche? ¡Cualquiera me sirve! De todas formas, pienso remontar ahora… No te creas vencedor, porque hayas tenido la suerte del principiante…
Al mirar hacia otra de las mesas vio cómo sus ocupantes observaban la partida entre su vecino y el extraño, con curiosidad.
―¿Creéis que el forastero va a vencerme? ¡Pueden apostar a que no!
Las risas de los hombres me hicieron dudar por unos instantes, haciendo que clavara los ojos en mi oponente…
―Bueno, forastero, segunda tirada… Recuerda, 19 para llevarte todo. El que más cerca de 19 sin pasarse se lleva la mitad. Si superas el 19, pierdes.
Trébol llevó otras diez piedras hasta la cantidad acumulada en mesa. Si en la ronda anterior estaban en juego 20 piedras, en esa, estarían 30…
―Tiro y cuándo veas mi resultado, tú decides la apuesta…
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Primera Ronda de Cinco:
Trébol pone 10 piedras.
Av’lyn pone 10 piedras.
Cantidad en mesa: 20 piedras.
Av’lyn gana la ronda con 16 puntos, por lo que se lleva la mitad, por aproximarse más a 19, sin pasarse.
Acumulado:
Trébol: 0 piedras.
Av’lyn: 10 piedras.
Segunda ronda de cinco: se pone en juego 30 piedras.
ADVERTENCIA: Cometí un error publicando el anterior post con la cuenta de Cohen. La puntuación obtenida ha sido de 10 puntos.
Trébol
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Re: Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
¿Estaba aceptando la apuesta? Parecía que si, a pesar de que ahora iban 1-0 a favor del rubio. Esto era sólo la suerte del principiante, aunque Av'lyn ya tenía muy claro que es lo que iba a pedir en cuanto acabasen la partida de Lopuno si la buena fortuna era lo que le sonreía. - Es decir... Que si yo gano, te tengo que pedir algo, y si tu ganas, me pides algo, ¿no? ¿Y quieres saberlo ahora o prefieres esperar a cuando pierdas?- Preguntó entonces alzando las cejas con algo de recochineo. De hecho, se rió un poco al ver cómo Trébol hablaba con los hombres de la mesa de al lado, que parecían estar poniendo en duda su capacidad de jugar al Lopuno perdiendo contra un extranjero. - Claro que puedo vencerte. Y voy a vencerte.- Recalcó jocoso. Le hacía gracia esta especie de ambiente competitivo que se había formado, sin olvidar también que igual no era demasiado buena idea enfadar a un hombre lobo al que no conoces de nada.
Si su mente no le fallaba, todo era puro azar y destino, por lo que no tenía mucho que ver la habilidad de nadie para ganar a este sencillo juego. Así que agarró los dados después de que el licántropo sacase un diez, y respiró hondo rascándose la punta de la nariz con el pulgar de la mano que tenía libre. - Si gano, viajarás conmigo y me enseñarás los lugares más espectaculares que conozcas. ¿Qué te parece?- Al final si se lo acabó soltando porque no sabía - o no quería - quedarse callado. Así que sopló sobre su propio puño y luego dejó caer los dados. - Vamos, vamos vamos...- Le pidió a los dioses, al universo, a cualquier ser superior que pudiera estar escuchando para ayudarle.
Si su mente no le fallaba, todo era puro azar y destino, por lo que no tenía mucho que ver la habilidad de nadie para ganar a este sencillo juego. Así que agarró los dados después de que el licántropo sacase un diez, y respiró hondo rascándose la punta de la nariz con el pulgar de la mano que tenía libre. - Si gano, viajarás conmigo y me enseñarás los lugares más espectaculares que conozcas. ¿Qué te parece?- Al final si se lo acabó soltando porque no sabía - o no quería - quedarse callado. Así que sopló sobre su propio puño y luego dejó caer los dados. - Vamos, vamos vamos...- Le pidió a los dioses, al universo, a cualquier ser superior que pudiera estar escuchando para ayudarle.
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Re: Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
Trébol no quedó satisfecho con el resultado de su tirada, pero tenía esperanzas de que el resultado ajeno fuese peor que el suyo.
La propuesta del joven le pilló desprevenido. El extraño quería alguien con quién viajar por la zona. La excusa parecía ser que quería alguien que le enseñara las maravillas y secretos de los lugares más próximos, aunque a Trébol se le cruzó por la cabeza que quizás Av’lyn tenía otras intenciones… o a lo mejor, adentrarse en el bosque solo le imponía algo de temor.
―Una propuesta insólita. De todas formas, ya tenía la idea de salir mañana a los bosques… Si consigues más piedras que yo, dejaré que me acompañes si ese es tu deseo…
La verdad era que Trébol sólo deseaba pasar unos meses viviendo en los bosques, hasta la llegada del próximo invierno, dónde volvería a refugiarse en Ulmer durante los meses de frío.
El resultado de los dados del brujo fue 21, sobrepasando los 19 puntos, por lo que la mitad de las piedrecillas en mesa en ese turno, fueron a parar al licántropo.
―Te saco cinco piedras de ventaja… ¿los Dioses han dejado de sonreírte? Vale, si ganas, te vienes conmigo… Si pierdes, te pasarás el resto de la noche fregando jarras y platos. A Wassel le vendría bien la ayuda…
El licántropo le sonrió pícaramente, mientras miraba a su oponente de forma directa, aunque posando su mirada brevemente en sus labios, durante apenas un segundo.
―Tercera ronda…
Colocó diez nuevas piedras en mesa, que sumadas a las del brujo que aportaba en ese turno, serían 35.
―Veamos…
Segunda ronda de cinco:
Cantidad acumulada en mesa en el turno anterior: 10.
Trébol pone 10 piedras. Avl’yn otras 10.
Cantidad en juego en el turno 2: 30.
Trébol gana la mitad, al acercarse más a 19, sin sobrepasarse, llevándose 15.
En mesa: quedan acumuladas las otras 15.
Piedras ganadas:
Av’lyn: 10 (Primera Tirada)
Trébol: 15 (Segunda Tirada)
Va ganando Trébol por 5 piedras.
En esta ronda, se ponen en juego 35 piedras (15 acumuladas en mesa de la tirada anterior más 10 nuevas por jugador en esta ronda).
La propuesta del joven le pilló desprevenido. El extraño quería alguien con quién viajar por la zona. La excusa parecía ser que quería alguien que le enseñara las maravillas y secretos de los lugares más próximos, aunque a Trébol se le cruzó por la cabeza que quizás Av’lyn tenía otras intenciones… o a lo mejor, adentrarse en el bosque solo le imponía algo de temor.
―Una propuesta insólita. De todas formas, ya tenía la idea de salir mañana a los bosques… Si consigues más piedras que yo, dejaré que me acompañes si ese es tu deseo…
La verdad era que Trébol sólo deseaba pasar unos meses viviendo en los bosques, hasta la llegada del próximo invierno, dónde volvería a refugiarse en Ulmer durante los meses de frío.
El resultado de los dados del brujo fue 21, sobrepasando los 19 puntos, por lo que la mitad de las piedrecillas en mesa en ese turno, fueron a parar al licántropo.
―Te saco cinco piedras de ventaja… ¿los Dioses han dejado de sonreírte? Vale, si ganas, te vienes conmigo… Si pierdes, te pasarás el resto de la noche fregando jarras y platos. A Wassel le vendría bien la ayuda…
El licántropo le sonrió pícaramente, mientras miraba a su oponente de forma directa, aunque posando su mirada brevemente en sus labios, durante apenas un segundo.
―Tercera ronda…
Colocó diez nuevas piedras en mesa, que sumadas a las del brujo que aportaba en ese turno, serían 35.
―Veamos…
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Segunda ronda de cinco:
Cantidad acumulada en mesa en el turno anterior: 10.
Trébol pone 10 piedras. Avl’yn otras 10.
Cantidad en juego en el turno 2: 30.
Trébol gana la mitad, al acercarse más a 19, sin sobrepasarse, llevándose 15.
En mesa: quedan acumuladas las otras 15.
Piedras ganadas:
Av’lyn: 10 (Primera Tirada)
Trébol: 15 (Segunda Tirada)
Va ganando Trébol por 5 piedras.
En esta ronda, se ponen en juego 35 piedras (15 acumuladas en mesa de la tirada anterior más 10 nuevas por jugador en esta ronda).
Trébol
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Re: Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
El miembro 'Trébol' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
A estas alturas de la partida era muy pronto declarar un vencedor, pero por alguna razón le estaba apeteciendo ganar. ¿Qué Trébol le estaba invitando a acompañarlo a los bosques? La verdad es que, visto un bosque, vistos todos, o eso se supone. ¿Qué clase de aventuras o vivencias, experiencias podía llegar a sacar de algo así? Frunció el ceño cuando su desorbitado dado le trastocó la buena puntuación y el moreno acababa con más piedras que él mismo. - Los dioses han dejado de sonreírme cuando han escuchado tu apuesta. ¿Pudiendo sacar cualquier cosa de mi eliges que friegue los platos?- Av'lyn era un brujo relacionado íntimamente con el elemento agua, ya que de los cuatro elementos, era con el que más afinidad sentía. Le costaba estar mucho tiempo sin tener un lago, un río o el océano cerca. Terminaría de fregar en dos segundos. - Acepto.-
Murmuró recogiendo los dedos con la mano, empezando a agitarlos, cómo si aquel gesto fuese a mejorar sus resultados de alguna manera. - ¿Y qué es lo que sueles hacer en los bosques? ¿Recoger palos y piñas?- Respondió entonces con algo de recochineo, quizá haciendo un poco de burla al compararlo con un perro casero, pero al menos fue sutil cómo para no gritarlo a los cuatro vientos en una posada llena de hombres lobo, que seguro que se lo comen. - Aunque empiezo a pensar que estás jugando contra mi al Lopuno porque eres el peor de Ulmer y los autóctonos de tan auténticas palizas.- Dicho eso dejó caer los dados sobre la mesa, a ver si esta vez la fortuna le sonreía.
Murmuró recogiendo los dedos con la mano, empezando a agitarlos, cómo si aquel gesto fuese a mejorar sus resultados de alguna manera. - ¿Y qué es lo que sueles hacer en los bosques? ¿Recoger palos y piñas?- Respondió entonces con algo de recochineo, quizá haciendo un poco de burla al compararlo con un perro casero, pero al menos fue sutil cómo para no gritarlo a los cuatro vientos en una posada llena de hombres lobo, que seguro que se lo comen. - Aunque empiezo a pensar que estás jugando contra mi al Lopuno porque eres el peor de Ulmer y los autóctonos de tan auténticas palizas.- Dicho eso dejó caer los dados sobre la mesa, a ver si esta vez la fortuna le sonreía.
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Re: Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
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Re: Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
Trébol rió al ver que su oponente volvía a pasarse de 19, obteniendo para sí la mitad de las piedras que estaban en juego. Alzó la vista hacia el brujo, pícaro, mientras hacía un leve gesto de victoria:
―Eso te pasa por infravalorar mi juego. El Lopuno es un juego de azar. Solamente que los dioses quieren a unos más que a otros…
Trébol miró hacia la mesa conjunta, dónde los dos vecinos de Ulmer allí sentados, contemplaban la jugada, ya sin ningún tipo de disimulos…
―Aún quedan dos rondas. No cantes victoria… ―dijo el más anciano de los hombres, mientras observaba las piedras sobrantes aún en juego.
―Sí… en la primera tirada le fue bien…
Trébol contó que ya tenía 33 piedras en su botín. Añadió las diez nuevas de aquella ronda, la cuarta. Si la ganaba, ya habría conseguido más de la mitad… siendo suya la victoria.
Mientras se preparaba, comenzó a explicarle lo que solía hacer en los bosques:
―Me crié en los bosques y vivía allí todo el año, incluso en invierno. Cuándo mis padres se hicieron algo más mayores, decidieron asentarse aquí. En invierno, vengo a verlos, pasando con ellos los meses más fríos… En cambio, en cuanto llega el frescor de la primavera, mi instinto me dice que vaya a los bosques… allí cazo, construyo un refugio, coloco trampas y hago trabajos de carpintería… voy de poblado en poblado, manada a manada, viendo si puedo ser útil con mi trabajo…
Antes de continuar hablando, Trébol se acercó ligeramente al brujo, para añadir en un tono de voz algo más baja:
―Además, ir de aquí para allá tiene sus ventajas… se conoce a mucha gente… ya sabes…
Tras ladear la cabeza, cogió los dados y los volcó sobre la mesa, esperando que el diecinueve hiciera acto de presencia.
Cantidad acumulada en mesa en el turno anterior: 15.
Trébol pone 10 piedras. Avl’yn otras 10.
Cantidad en juego en el turno 3: 35.
Trébol gana la mitad, al acercarse más a 19, sin sobrepasarse, llevándose 18 (al ser número impar, la mitad sería 17,5, se redondea siempre en favor del jugador).
En mesa: quedan acumuladas las otras 17 para la cuarta ronda
Piedras ganadas:
Av’lyn: 10 (Primera Tirada)
Trébol: 15 (Segunda Tirada) + 18 (Tercera Ronda) = 33
―Eso te pasa por infravalorar mi juego. El Lopuno es un juego de azar. Solamente que los dioses quieren a unos más que a otros…
Trébol miró hacia la mesa conjunta, dónde los dos vecinos de Ulmer allí sentados, contemplaban la jugada, ya sin ningún tipo de disimulos…
―Aún quedan dos rondas. No cantes victoria… ―dijo el más anciano de los hombres, mientras observaba las piedras sobrantes aún en juego.
―Sí… en la primera tirada le fue bien…
Trébol contó que ya tenía 33 piedras en su botín. Añadió las diez nuevas de aquella ronda, la cuarta. Si la ganaba, ya habría conseguido más de la mitad… siendo suya la victoria.
Mientras se preparaba, comenzó a explicarle lo que solía hacer en los bosques:
―Me crié en los bosques y vivía allí todo el año, incluso en invierno. Cuándo mis padres se hicieron algo más mayores, decidieron asentarse aquí. En invierno, vengo a verlos, pasando con ellos los meses más fríos… En cambio, en cuanto llega el frescor de la primavera, mi instinto me dice que vaya a los bosques… allí cazo, construyo un refugio, coloco trampas y hago trabajos de carpintería… voy de poblado en poblado, manada a manada, viendo si puedo ser útil con mi trabajo…
Antes de continuar hablando, Trébol se acercó ligeramente al brujo, para añadir en un tono de voz algo más baja:
―Además, ir de aquí para allá tiene sus ventajas… se conoce a mucha gente… ya sabes…
Tras ladear la cabeza, cogió los dados y los volcó sobre la mesa, esperando que el diecinueve hiciera acto de presencia.
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Cantidad acumulada en mesa en el turno anterior: 15.
Trébol pone 10 piedras. Avl’yn otras 10.
Cantidad en juego en el turno 3: 35.
Trébol gana la mitad, al acercarse más a 19, sin sobrepasarse, llevándose 18 (al ser número impar, la mitad sería 17,5, se redondea siempre en favor del jugador).
En mesa: quedan acumuladas las otras 17 para la cuarta ronda
Piedras ganadas:
Av’lyn: 10 (Primera Tirada)
Trébol: 15 (Segunda Tirada) + 18 (Tercera Ronda) = 33
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Re: Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
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Re: Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
- Los dioses a mi no me quieren. Ni si quiera sé si quieren a los de mi raza después de nuestro pasado.- Le murmuró riéndose entre dientes mientras veía un poco mejor el funcionamiento de todo este juego nuevo. La verdad es que era divertido, y al final todo dependía de la suerte y del destino. No hacía falta fuerza física, agudeza mental, reflejos... tan sólo tener una pizca de suerte.
Escuchar la historia de Trébol era interesante. ¿Un licántropo errante que se dedica a cazar y a ser carpintero de vez en cuando? ¿Vivir en los bosques en los meses buenos y con sus padres en los meses malos dentro de un hogar con techo y hoguera? - ¿Y te aceptan bien las otras manadas? Pregunto desde mi desconocimiento más absoluto. No sé cómo son las relaciones entre licántropos de distintas manadas.- De hecho le gustaría saber mucho más de ellos. Es más interesante que ellos te cuenten su propio punto de vista a simplemente leer de libros y manuscritos cosas que a saber quién las escribió y de donde sacó esa información. - Pues si me gustaría que me llevases de viaje contigo, independientemente de lo que salga en las últimas tiradas de Lopuno...- Le explicó sabiendo que podía llegar a sonar pesado, pero le podían mucho las ganas y el entusiasmo.
Fue entonces cuando Trébol tiró, sacando un 19 perfecto en sus dados. ¿Estaba de broma? - Qué poco e gustan los juegos de azar. Son demasiado aleatorios.- Chasqueó la lengua y analizó los dados en cuanto los cogió con la mano, observando cómo se movían entre sus dedos a medida que los mecía de arriba abajo suavemente. - Vamos, daditos, vamos...- "No me jodáis más."
Escuchar la historia de Trébol era interesante. ¿Un licántropo errante que se dedica a cazar y a ser carpintero de vez en cuando? ¿Vivir en los bosques en los meses buenos y con sus padres en los meses malos dentro de un hogar con techo y hoguera? - ¿Y te aceptan bien las otras manadas? Pregunto desde mi desconocimiento más absoluto. No sé cómo son las relaciones entre licántropos de distintas manadas.- De hecho le gustaría saber mucho más de ellos. Es más interesante que ellos te cuenten su propio punto de vista a simplemente leer de libros y manuscritos cosas que a saber quién las escribió y de donde sacó esa información. - Pues si me gustaría que me llevases de viaje contigo, independientemente de lo que salga en las últimas tiradas de Lopuno...- Le explicó sabiendo que podía llegar a sonar pesado, pero le podían mucho las ganas y el entusiasmo.
Fue entonces cuando Trébol tiró, sacando un 19 perfecto en sus dados. ¿Estaba de broma? - Qué poco e gustan los juegos de azar. Son demasiado aleatorios.- Chasqueó la lengua y analizó los dados en cuanto los cogió con la mano, observando cómo se movían entre sus dedos a medida que los mecía de arriba abajo suavemente. - Vamos, daditos, vamos...- "No me jodáis más."
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Re: Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
Cuándo Trébol vio que sus dados marcaron 19, supo que la victoria sería suya, aunque Av’lyn lograra empatar, ya que superaría la mitad de las piedras de todas las formas.
Tras ceder los dados a su contrincante, para que realizara la última tirada, pasó a comentarle sus dudas sobre la pregunta sobre las distintas poblaciones de licántropos y las relaciones entre ellos.
―Bueno, algunas comunidades licántropas son más amigables que otras. La mayoría de los asentamientos que visito están en lugares transitados, próximos a los caminos, ya que normalmente en los bosques del interior, siempre hay trabajadores de la madera, que utilizan para hacer algunas cabañas, construcciones…
Vio como los dados del rubio se movían por la superficie de la mesa, decantándose por un ajustado 20. La verdad era que el visitante había tenido demasiada mala suerte. El brujo había tenido suerte de no haber apostado dinero…
Los vecinos de Ulmer, sentados en la mesa próxima, miraron al visitante con compasión y tras ver el resultado, volvieron a concentrarse en la conversación que mantenían hasta entonces…
―Lo siento, pero me temo que vas a pasarte la noche…
Antes de que lograra terminar la frase, la puerta de la taberna se abrió bruscamente, haciendo que tres personas entraran rápidamente en la taberna de Wassel. Las dos mujeres del grupo sostenían a un hombre herido, que enseguida dejaron caer sobre una de las mesas vacías.
―Supuse que estabas aquí ―dijo mirando a Trébol, mientras le hacía un gesto para que el licántropo se acercara― Trae tu colgante. Lo necesita.
En un rápido movimiento, el licántropo abandonó su asiento y caminó unos pasos para colocarse junto al herido. El licántropo vio que tenía una herida moderada en el vientre que no paraba de sangrar, a pesar de tener ajustadas vendas pegadas a su cuerpo.
Luego miró su rostro, para descubrir que el hombre se trataba de uno de los hermanos de Ostöl, una familia que vivía a medio día de viaje en dirección sur, sobre uno de los acantilados del fiordo.
―¿Sabéis que le ha ocurrido? ― preguntó, antes de comenzar con el ritual de sanación.
Llevó su mano izquierda hacia su cuello y estirando de una fina cuerda, sacó el talismán azulado que portaba, camuflado entre sus ropas. Dirigió la derecha hacia la herida, manteniéndola abierta a unos centímetros de la misma.
Tardó unos segundos en sentir cómo el talismán comenzaba a vibrar en su puño cerrado, emitiendo una débil luz azul, iluminando levemente su alrededor. [1]
―En unos momentos, la herida estará cerrada…
Fue entonces cuándo una de las mujeres decidió hablar.
―Lo hemos encontrado en las afueras. Dice que algo le ha atacado, aunque no lograba decir el qué… Jamás había visto heridas cómo ésta...
La verdad era que la herida estaba formada por profundos arañazos que habían atravesado su piel, cómo si de una gran garra se tratase. Además, las heridas desprendían un fuerte olor nauseabundo.
― ¡Brujo! ¿No querías acompañarme a vivir una aventura?
Todos los vecinos de Ulmer llevaron su mirada en dirección al visitante. Las dos mujeres se percataban ahora de la presencia del extraño y le miraron con desconfianza.
Mientras tanto, la herida continuaba sanando.
[1] Uso de mi Habilidad: Alivio Presto [Magia] [2 usos]
El colgante de Trébol brilla sanando una herida moderada o un par de heridas leves de su portador o de personas próximas a él. Primer Uso.
Fin del juego de Lopuno:
Piedras acumuladas de los turnos anteriores: 17.
Se ponen en juego 10 más por jugador, suman 37.
Al sacar Trébol un 19 exacto, Trébol obtiene las 37 piedras.
Recuento:
Trébol: 15 + 18 + 37 = 70 piedras.
Av’lyn: 10 piedras.
Al quedar sólo en juego 20 piedras, aunque Av’lyn las ganara, no superaría a Trébol. Al no apostar aeros y la victoria estar vinculada a la mayoría de pruebas, la última ronda se hace innecesaria.
Tras ceder los dados a su contrincante, para que realizara la última tirada, pasó a comentarle sus dudas sobre la pregunta sobre las distintas poblaciones de licántropos y las relaciones entre ellos.
―Bueno, algunas comunidades licántropas son más amigables que otras. La mayoría de los asentamientos que visito están en lugares transitados, próximos a los caminos, ya que normalmente en los bosques del interior, siempre hay trabajadores de la madera, que utilizan para hacer algunas cabañas, construcciones…
Vio como los dados del rubio se movían por la superficie de la mesa, decantándose por un ajustado 20. La verdad era que el visitante había tenido demasiada mala suerte. El brujo había tenido suerte de no haber apostado dinero…
Los vecinos de Ulmer, sentados en la mesa próxima, miraron al visitante con compasión y tras ver el resultado, volvieron a concentrarse en la conversación que mantenían hasta entonces…
―Lo siento, pero me temo que vas a pasarte la noche…
Antes de que lograra terminar la frase, la puerta de la taberna se abrió bruscamente, haciendo que tres personas entraran rápidamente en la taberna de Wassel. Las dos mujeres del grupo sostenían a un hombre herido, que enseguida dejaron caer sobre una de las mesas vacías.
―Supuse que estabas aquí ―dijo mirando a Trébol, mientras le hacía un gesto para que el licántropo se acercara― Trae tu colgante. Lo necesita.
En un rápido movimiento, el licántropo abandonó su asiento y caminó unos pasos para colocarse junto al herido. El licántropo vio que tenía una herida moderada en el vientre que no paraba de sangrar, a pesar de tener ajustadas vendas pegadas a su cuerpo.
Luego miró su rostro, para descubrir que el hombre se trataba de uno de los hermanos de Ostöl, una familia que vivía a medio día de viaje en dirección sur, sobre uno de los acantilados del fiordo.
―¿Sabéis que le ha ocurrido? ― preguntó, antes de comenzar con el ritual de sanación.
Llevó su mano izquierda hacia su cuello y estirando de una fina cuerda, sacó el talismán azulado que portaba, camuflado entre sus ropas. Dirigió la derecha hacia la herida, manteniéndola abierta a unos centímetros de la misma.
Tardó unos segundos en sentir cómo el talismán comenzaba a vibrar en su puño cerrado, emitiendo una débil luz azul, iluminando levemente su alrededor. [1]
―En unos momentos, la herida estará cerrada…
Fue entonces cuándo una de las mujeres decidió hablar.
―Lo hemos encontrado en las afueras. Dice que algo le ha atacado, aunque no lograba decir el qué… Jamás había visto heridas cómo ésta...
La verdad era que la herida estaba formada por profundos arañazos que habían atravesado su piel, cómo si de una gran garra se tratase. Además, las heridas desprendían un fuerte olor nauseabundo.
― ¡Brujo! ¿No querías acompañarme a vivir una aventura?
Todos los vecinos de Ulmer llevaron su mirada en dirección al visitante. Las dos mujeres se percataban ahora de la presencia del extraño y le miraron con desconfianza.
Mientras tanto, la herida continuaba sanando.
_____________________________________________
[1] Uso de mi Habilidad: Alivio Presto [Magia] [2 usos]
El colgante de Trébol brilla sanando una herida moderada o un par de heridas leves de su portador o de personas próximas a él. Primer Uso.
Fin del juego de Lopuno:
Piedras acumuladas de los turnos anteriores: 17.
Se ponen en juego 10 más por jugador, suman 37.
Al sacar Trébol un 19 exacto, Trébol obtiene las 37 piedras.
Recuento:
Trébol: 15 + 18 + 37 = 70 piedras.
Av’lyn: 10 piedras.
Al quedar sólo en juego 20 piedras, aunque Av’lyn las ganara, no superaría a Trébol. Al no apostar aeros y la victoria estar vinculada a la mayoría de pruebas, la última ronda se hace innecesaria.
Trébol
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Re: Cervezas con un extraño [Privado] [Noche]
Había perdido. Había perdido estrepitosamente, pero tampoco suponía una gran desgracia. Había sido su primera vez y habían apostado piedras, por lo que los dioses le habían favorecido en cierta manera a la hora de tomar la decisión de no apostar lo poco que se había traído en su bolsa de cuero y que le servía de sustento. También, estaba claro, que a Trébol le había sentado bien en su orgullo lobuno que los otros de la aldea no se burlasen de que hubiera perdido contra un forastero. Doble felicidad para él. Hasta parecía que le iba a mandar a limpiar realmente los platos cuando hubo una interrupción en mitad de la taberna.
Dos mujeres portaban a un hombre herido. La primera reacción instintiva del rubio fue llevarse la mano hacia su bota de cuero, llena de agua, la cual siempre llevaba consigo encima para tener un pequeño aporte de ayuda. Frunció las cejas al darse cuenta de que era un pobre desgraciado herido, y por otra parte, era a Trébol a quien buscaban. ¿Era una especie de curandero? ¿Sanador? ¿Chamán? Fue el talismán de su cuello lo que respondió algunas de las dudas internas de Av'lyn.
- ¿De dónde has sacado algo así?- Un talismán tan poderoso sólo podía ser obra de brujos, ¿quizá de dragones hace mucho tiempo? ¿Quizá druidas? Se decantaba más por lo primero porque seguía teniendo el orgullo racial de los brujos en sus venas. Aunque el moreno respondió con otra pregunta provocando que todos le mirasen. - Claro que voy. No podrías hacer esto tú solito. Te matarían.- Aseguró recogiendo sus cosas de encima de la mesa. - Puedo tratar de seguir el flujo del éter que desprende sus heridas en busca de su origen principal. No aseguro que vaya a funcionar, pero si falla siempre tendremos tu hocico para seguir el rastro, ¿Qué te parece?- Se burló jocoso mientras se encaminaba hacia la puerta, más no la abrió, si no que se quedó esperando a que el moreno terminase su ritual curativo con el pobre desgraciado herido. La empatía tampoco era un punto fuerte de Av´lyn.
Dos mujeres portaban a un hombre herido. La primera reacción instintiva del rubio fue llevarse la mano hacia su bota de cuero, llena de agua, la cual siempre llevaba consigo encima para tener un pequeño aporte de ayuda. Frunció las cejas al darse cuenta de que era un pobre desgraciado herido, y por otra parte, era a Trébol a quien buscaban. ¿Era una especie de curandero? ¿Sanador? ¿Chamán? Fue el talismán de su cuello lo que respondió algunas de las dudas internas de Av'lyn.
- ¿De dónde has sacado algo así?- Un talismán tan poderoso sólo podía ser obra de brujos, ¿quizá de dragones hace mucho tiempo? ¿Quizá druidas? Se decantaba más por lo primero porque seguía teniendo el orgullo racial de los brujos en sus venas. Aunque el moreno respondió con otra pregunta provocando que todos le mirasen. - Claro que voy. No podrías hacer esto tú solito. Te matarían.- Aseguró recogiendo sus cosas de encima de la mesa. - Puedo tratar de seguir el flujo del éter que desprende sus heridas en busca de su origen principal. No aseguro que vaya a funcionar, pero si falla siempre tendremos tu hocico para seguir el rastro, ¿Qué te parece?- Se burló jocoso mientras se encaminaba hacia la puerta, más no la abrió, si no que se quedó esperando a que el moreno terminase su ritual curativo con el pobre desgraciado herido. La empatía tampoco era un punto fuerte de Av´lyn.
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