[Evento] Arquería en Sacrestic Ville
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[Evento] Arquería en Sacrestic Ville
Las disposiciones ya habían sido hechas, los organizadores que habían llegado exclusivamente desde Lunargenta llevaban semanas trabajando en aquél proyecto y es que, en Sacrestic Ville, donde todo es penumbra y sangre, es difícil que la gente de verdad crea y se interese en algo similar a la diversión, pero una vez que comenzaron a tener algo de ilusión los chismes y rumores comenzaron a esparcirse por todos lados como ratas por los tirantes.
Con la llegada del Carnaval, Lunargenta se vestiría de fiesta y aquel que ganase el primer puesto en las competiciones tendría pase libre para ir a visitar la ciudad humana, eso para comenzar. Se respiraba un ambiente relativamente distendido en un remanso al costado de la urbe, donde se había armado una feria y se disponían elocuentemente los arreglos importados.
Una serie de trompetas anunciaron el comienzo del evento y sin más las festividades comenzaron en aquella sombría ciudad. El evento se centraría en competiciones de arquería. Habría una categoría de novatos y otra de experimentados en cada uno de los juegos. Los primeros en participar serían aquellos que dispararían a blancos fijos de diferentes tamaños y formas, los siguientes en blancos en movimiento y los que tenían mayor dificultad eran los que competían sobre sus bestias. Hombres y/o mujeres que montados sobre sus animales tendrían que hacer lo mismo que sus contrapartes de a pie, pero con iguales o mejores resultados. Claro está, que ellos recibirían las mejores recompensas.
Con la llegada del Carnaval, Lunargenta se vestiría de fiesta y aquel que ganase el primer puesto en las competiciones tendría pase libre para ir a visitar la ciudad humana, eso para comenzar. Se respiraba un ambiente relativamente distendido en un remanso al costado de la urbe, donde se había armado una feria y se disponían elocuentemente los arreglos importados.
Una serie de trompetas anunciaron el comienzo del evento y sin más las festividades comenzaron en aquella sombría ciudad. El evento se centraría en competiciones de arquería. Habría una categoría de novatos y otra de experimentados en cada uno de los juegos. Los primeros en participar serían aquellos que dispararían a blancos fijos de diferentes tamaños y formas, los siguientes en blancos en movimiento y los que tenían mayor dificultad eran los que competían sobre sus bestias. Hombres y/o mujeres que montados sobre sus animales tendrían que hacer lo mismo que sus contrapartes de a pie, pero con iguales o mejores resultados. Claro está, que ellos recibirían las mejores recompensas.
- competidores:
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- competidores a caballo:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
-Para participar en este evento deberás tener como mínimo diez post son rol.
-Deberás justificar tu llegada al lugar además de describir la ambientación.
- Pueden participar cuantas personas quieran, en el momento que deseen y en el orden que deseen.
-No importa la raza.
- Para conocer el resultado de sus acciones deberán esperar a que yo postee, por lo que, si les va bien deberán de escribir al menos dos posts en este hilo.
-Pueden poner la cantidad de complicaciones que deseen, es necesario al menos dos.
- Al final de su primer post, lanzarán la voluntad de los dioses para conocer su suerte en el transcurso de la trama
Thorn
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Re: [Evento] Arquería en Sacrestic Ville
Por fin había llegado, tras varias semanas de viaje desde el bosque de Midgar por fin se encontraba en Sacrestic Ville, desde donde intentaría cruzar el Tymer hacia los bosques del este, que eran su destino. Faltaban un par de horas para el mediodía, pero a juzgar por lo desiertas que estaban las calles, bien podría haber sido medianoche. Sin duda el lugar tenía un aspecto de lo más tétrico, pero esto probablemente no sorprendía a sus visitantes, teniendo en cuenta de que estaba en territorio de vampiros.
Espoleó a su yegua y avanzó por la adoquinada calle principal, torciendo el gesto al ver lo que parecía ser una gran mancha de sangre sobre los escalones que llevaban a uno de los locales cercanos. Eärwen sabía que aquel lugar no sería seguro, mucho menos para alguien que no conocía la zona, pero esperaba no pasar más de un día allí. Con suerte esa tarde encontraría a alguien que pudiese ayudarla a cruzar a la otra orilla del río, ahorrándose el pasar la noche en aquella ciudad en que la verían simplemente como comida.
Avanzó hasta la plaza central del pueblo, donde un extraño y colorido cartel llamó su atención desde un tablón cercano. - Uhmm un torneo de arquería, podría estar bien. - la pequeña lehtiä, que había salido de la bandolera al notar que se detenían, se frotó el hocico y miró a su compañera con curiosidad. - ¿Qué dices Ness, debería presentarme? - preguntó la de ojos azules con una leve sonrisa en el rostro. Su pequeña amiga peluda observó el cartel mientras olisqueaba el ambiente, se giró hacia la joven y emitió un agudo sonidito antes de volver a meterse en la bandolera de cuero.
- Me lo tomaré como un sí. - musitó la elfa, antes de tirar de las riendas y guiar a Lluvia hacia el lugar que indicaba el cartel. Llegó pronto, con lo que aún no había mucha gente congregada, pero al menos la feria parecía algo animada, cosa que agradecía después del viaje que llevaba. Bajó de su montura y se acercó a la mesa en que inscribían los participantes, donde un simpático caballero de mediana edad la informó sobre las diferentes modalidades en que se podía competir.
Tras pensárselo durante unos instantes, decidió apuntarse como competidora a caballo, acarició las crines de Lluvia y le susurró palabras tranquilizadoras, esperando que su fiel compañera estuviese a la altura del evento. Conocía a su yegua, que tendía a ponerse algo nerviosa cuando se encontraba en un lugar desconocido o rodeada de extraños, pero confiaba en ella y en que pudiese soportar la presencia del público.
Se dirigió a la zona que habían preparado expresamente para los competidores a caballo y tomó posición, irguiéndose en la silla. La de cabellos negros gozaba de buen equilibrio, pero se enganchó las riendas al cinturón por si acaso, antes de tomar su arco y preparar la primera de las flechas, esperando que le diesen la salida. Uno de los organizadores le hizo el gesto que esperaba, espoleó a la yegua y ésta comenzó a galopar con rapidez, manteniendo una dirección fija.
Eärwen tensó el arco, llevando la cuerda hasta su mejilla y colocando la flecha en su posición. Respiró hondo y contuvo el aire, vigilando la primera diana por la que pasaría. Espiró muy despacio justo antes de soltar la flecha, que cortó el aire y acertó en el blanco. Echó la mano hacia atrás y sacó del carcaj una segunda, que preparó del mismo modo para la siguiente diana. Repitió la acción y soltó la flecha en el momento preciso para que ésta alcanzase su objetivo, pero al intentar extraer la tercera del carcaj algo salió mal. La punta de la flecha se había enganchado con otra, haciendo que fuese imposible sacarla sin que la otra saliese disparada de forma descontrolada.
La de ojos azules se puso nerviosa, observó la última diana e intentó tirar de otra de las flechas, que salió justo a tiempo para que pudiese prepararla. Pero ni entonces le resultaría fácil, Lluvia había notado el nerviosismo de su jinete y ahora la presencia del público la estaba alterando. Se detuvo bruscamente, obligando a la elfa a rodearle el cuello con el brazo en que llevaba el arco para no caerse. - Vamos Lluvia, no me falles ahora. - le susurró, antes de volver a erguirse en la silla.
Preparó la flecha y la colocó en el arco, luego espoleó a su yegua y ésta pareció responder bien, volviendo a galopar como había hecho antes. La elfa lanzó el último proyectil y con un ágil movimiento se colocó el arco a la espalda, tomó las riendas con la diestra y acarició el cuello de su montura con la otra mano, guiándola hasta el final de la larga línea para dar por terminada su ronda.
Espoleó a su yegua y avanzó por la adoquinada calle principal, torciendo el gesto al ver lo que parecía ser una gran mancha de sangre sobre los escalones que llevaban a uno de los locales cercanos. Eärwen sabía que aquel lugar no sería seguro, mucho menos para alguien que no conocía la zona, pero esperaba no pasar más de un día allí. Con suerte esa tarde encontraría a alguien que pudiese ayudarla a cruzar a la otra orilla del río, ahorrándose el pasar la noche en aquella ciudad en que la verían simplemente como comida.
Avanzó hasta la plaza central del pueblo, donde un extraño y colorido cartel llamó su atención desde un tablón cercano. - Uhmm un torneo de arquería, podría estar bien. - la pequeña lehtiä, que había salido de la bandolera al notar que se detenían, se frotó el hocico y miró a su compañera con curiosidad. - ¿Qué dices Ness, debería presentarme? - preguntó la de ojos azules con una leve sonrisa en el rostro. Su pequeña amiga peluda observó el cartel mientras olisqueaba el ambiente, se giró hacia la joven y emitió un agudo sonidito antes de volver a meterse en la bandolera de cuero.
- Me lo tomaré como un sí. - musitó la elfa, antes de tirar de las riendas y guiar a Lluvia hacia el lugar que indicaba el cartel. Llegó pronto, con lo que aún no había mucha gente congregada, pero al menos la feria parecía algo animada, cosa que agradecía después del viaje que llevaba. Bajó de su montura y se acercó a la mesa en que inscribían los participantes, donde un simpático caballero de mediana edad la informó sobre las diferentes modalidades en que se podía competir.
Tras pensárselo durante unos instantes, decidió apuntarse como competidora a caballo, acarició las crines de Lluvia y le susurró palabras tranquilizadoras, esperando que su fiel compañera estuviese a la altura del evento. Conocía a su yegua, que tendía a ponerse algo nerviosa cuando se encontraba en un lugar desconocido o rodeada de extraños, pero confiaba en ella y en que pudiese soportar la presencia del público.
Se dirigió a la zona que habían preparado expresamente para los competidores a caballo y tomó posición, irguiéndose en la silla. La de cabellos negros gozaba de buen equilibrio, pero se enganchó las riendas al cinturón por si acaso, antes de tomar su arco y preparar la primera de las flechas, esperando que le diesen la salida. Uno de los organizadores le hizo el gesto que esperaba, espoleó a la yegua y ésta comenzó a galopar con rapidez, manteniendo una dirección fija.
Eärwen tensó el arco, llevando la cuerda hasta su mejilla y colocando la flecha en su posición. Respiró hondo y contuvo el aire, vigilando la primera diana por la que pasaría. Espiró muy despacio justo antes de soltar la flecha, que cortó el aire y acertó en el blanco. Echó la mano hacia atrás y sacó del carcaj una segunda, que preparó del mismo modo para la siguiente diana. Repitió la acción y soltó la flecha en el momento preciso para que ésta alcanzase su objetivo, pero al intentar extraer la tercera del carcaj algo salió mal. La punta de la flecha se había enganchado con otra, haciendo que fuese imposible sacarla sin que la otra saliese disparada de forma descontrolada.
La de ojos azules se puso nerviosa, observó la última diana e intentó tirar de otra de las flechas, que salió justo a tiempo para que pudiese prepararla. Pero ni entonces le resultaría fácil, Lluvia había notado el nerviosismo de su jinete y ahora la presencia del público la estaba alterando. Se detuvo bruscamente, obligando a la elfa a rodearle el cuello con el brazo en que llevaba el arco para no caerse. - Vamos Lluvia, no me falles ahora. - le susurró, antes de volver a erguirse en la silla.
Preparó la flecha y la colocó en el arco, luego espoleó a su yegua y ésta pareció responder bien, volviendo a galopar como había hecho antes. La elfa lanzó el último proyectil y con un ágil movimiento se colocó el arco a la espalda, tomó las riendas con la diestra y acarició el cuello de su montura con la otra mano, guiándola hasta el final de la larga línea para dar por terminada su ronda.
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Re: [Evento] Arquería en Sacrestic Ville
El miembro 'Eärwen' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: [Evento] Arquería en Sacrestic Ville
No sabía a qué parte ir. Todas las ciudades que estaban llevando a acabo algún evento estaban un tanto lejos. Pero más que eso, todos parecían tan aburridos. En Ulmer había una especie de justa. Tanto peor en Beltrexus, que auspiciaba una feria de magia. ¿En Sandorai? Una tontería con aves. Finalmente en Sacrestic Ville había torneo de arquería... Sin duda parecía ser mi fuerte, pero no significaba que me interesara. Sin embargo, a algún lugar debía ir, ¿no? Sería aún más aburrido quedarme con estos trabajos monótonos. ¿Pero a dónde? Sólo había una manera sensata para elegir la mejor opción.
Coloqué una piedra atrás de mí, una hoja a mi izquierda, una botella de vacía de vino a mi derecha y enfrente una gota de sangre. Ulmer, Beltrexus, Sandorai y Sacrestic Ville respectivamente. Dependiendo de dónde cayera, ahí iría. ¿Dónde cayera qué? ¡Pues yo! Comencé a girar sobre mi propio eje, con los ojos cerrados, lo más rápido que pude, dando hasta tres vueltas por segundo —o algo así. Me detuve, dejándome caer al suelo, completamente mareada y a punto de... ¡No! Estaba totalmente bajo control, no estaba distorsionada y definitivamente sin náuseas.
Había caído sobre... ¡¿Justo entre la sangre y la botella?! Al Diablo con esto. Iría a la tontería de arquería. Tomé mi arco, algunas flechas y partí. Ah, también necesitaría algunos aeros y provisiones. Y un caballo. Uno simple, no tenía mucha prisa por llegar. Aunque también debía ser resistente, no quería que se me cansara a cada hora o que sacara espuma de la boca justo cuando lo reventara. No salió exactamente barato, pero bah. Luego lo vendería, sólo era para llegar en buen estado al evento.
Estaba a punto de llegar. ¡Ya era hora! Este inútil caballo me había hecho parar bastantes veces. ¡Maldito el vendedor que me recomendó este potro! Claramente era un ignorante. Lo mataría al volver, sino es que alguien más no lo hizo. Me dijo que sólo necesitaría hacer tres paradas, y ya llevaba cuatro. ¡Cuatro! ¿Qué se creía al intentar engañarme de esa manera? Tonto granjero. Sólo por eso reventaría al caballo, igual ya estaba por llegar y no lo necesitaría más.
Le exigí hasta la última gota de energía, obligándolo a ir más y más rápido. Podía sentir su respiración pesada, veía su saliva viscosa y blanca irse por los lados. A este ritmo quizá moriría. Qué divertido—. ¡Más rápido, bestia! —Y justo en ese instante, tropezó, provocando la caída de ambos. Sólo dejé escapar un gruñido, no de dolor, sino de rabia, coraje y odio. ¡Sabandija inútil! Al reincorporarme, observé fúrica al animal, con todas las intenciones de comenzar a patearlo hasta matarlo, mas no fue necesario.
—Te lo mereces. —Me crucé de brazos frente a él, sonriendo detrás de mi máscara. Se había torcido el pie, o la pata o lo que fuera—. Perdedor desafortunado. Yo, por el otro lado, estoy intacta. Y me marcharé. Dejándote aquí, solo, cansado y sin ilusiones. ¡Adiós! Oh, ni intentes mirarme con esos ojos. Ni que fueras un perro, ¡y aunque lo fueras! Me voy, dejándote a tu suerte. Serás arrastrado al frío abismo de la muerte y el fin.
No dejaba de verme, como si pudiera convencerme con la pura mirada. Qué patético intento. Tal vez si sólo hubiésemos parado tres veces, pero fueron cuatro. Así que no lo ayudaría. Además, estaba siendo bastante generosa, ya que alguien lo encontraría, ¿no? O los vampiros se lo comería, una de dos. Pero dudaba que muriera así de repente, y menos por un hueso fracturado. Tenía esperanzas, así que no debería estar quejándose o pidiéndome más. ¡Al torneo!
Había varios participantes, mas no eran muchos. No me sorprendía del todo, la mayoría eran unos cobardes que no se atrevían a pisar este territorio, y los ciudadanos de la zona eran tan torpes con el arco. No obstante, vi a un par de elfos participando, eso me sorprendía en cierta medida, eran tan miedosos que no los imaginaba en esta región, aun sí eran expertos con el arco.
Momento. ¡Momentito! ¿Caballos? ¿Se podía participar con caballos? ¿Y había una mayor recompensa por ello? ¡Diantres! ¿Por qué nadie me dijo? Esto era un complot. No podía conseguir un nuevo caballo, ¿dónde, cuál? Debía estar bien entrenado y acostumbrado a mí, de otra forma me estorbaría. Y el que había dejado atrás estaba lesionado, sería peor. ¿O no? Pardiez. Sería ridículo participar en la categoría menor, ¡un insulto!
Ay de mí. En qué horrible situación había caído. Pues nada. Encontraría la forma de sacarle provecho a esta humillación. Haría una presentación tan espectacular, tan perfecta, ¡tan sobresaliente!, que me darían un premio aún mayor. Ya lo verán. Primero me registraría, obviamente. Sería ridículo hacer un tiro sin antes estar registrada. ¡Alguien podría llevarse mi premio! Y no lo permitiría, el primer lugar sería mío. ¡Sólo mío!
Era mi turno. Mi momento de gloria. El instante en el que dejaría a todos impactados de la impresión. Cosa irónica, ya que yo solía pasar desapercibida, puesto que era un fantasma, pero en esta ocasión, mi espectro haría una excelsa aparición, no de terror, sino de majestuosidad y habilidad. Los objetivos estaban frente a mí, el aire a mi favor, y mis manos listas para actuar.
Tres dianas en total. La primera era ordinaria, a treinta metros; inmediatamente detrás, a sesenta metros yacía un blanco que era imposible acertar con un tiro directo. Más lejos, a noventa metros, había otro objetivo con forma de molino que giraba y giraba según el viento. Vamos, ¿eso es todo? Qué aburrido.
Primera diana... Hm. Sería muy simple sólo lanzar la fecha. Cualquiera podía hacer eso. Mejor, haría una pirueta. Dejé el carcaj a un lado, sujetando únicamente el arco y la flecha, pues necesitaría comodidad para poder moverme con comodidad. Ejecuté una vuelta de carro para tomar velocidad y posteriormente salté, girando hacia atrás en el aire y lanzando la flecha a una gran velocidad.
Para el segundo blanco, no tenía muchas opciones para hacer algo espectacular visualmente, pero sí podía acertar en el blanco con un tiro parabólico.oblicuo. Apunté directamente, visualizándolo imaginariamente, pues no podía verlo desde mi ángulo. Inhalé, me concentré y lentamente comencé a elevar el arco hasta que consideré estar en la posición perfecta para disparar la flecha, aunque sin tensar totalmente la cuerda, pues no quería que saliera con rapidez, ya que debía irse hacia abajo en cierto punto.
Para el último tiro... Parecía cuestión de sincronizar el tiro, pura concentración. Sin duda no era lo más fácil del mundo, pero yo no quería simplemente dar en el blanco, necesitaba algo más llamativo. ¿Qué hacer? No saltaría de nuevo, ya lo había hecho, debía ser algo diferente. ¡Ya sé! Tiro con giro. No haría que la flecha girara, aunque eso sería sin duda fantástico, pero fuera de mis habilidades. No. Yo sería quien giraría.
Me di la media vuelta, dándole la espalda al objetivo y preparé mi arco. El truco estaba en sentir el viento e imaginar en qué posición estaba aproximadamente la diana, y al instante en que me diera la vuelta, visualizar rápidamente su posición exacta. Juego de niños. Esperé una brisa tranquila, sólo entonces garantizaría un tiro seguro, y al instante en que sentí a los vientos calmarse, giré, busqué a mi blanco y solté la cuerda, liberando a la flecha y haciéndola viajar casi los cien metros, con la misión de dar en el centro.
Coloqué una piedra atrás de mí, una hoja a mi izquierda, una botella de vacía de vino a mi derecha y enfrente una gota de sangre. Ulmer, Beltrexus, Sandorai y Sacrestic Ville respectivamente. Dependiendo de dónde cayera, ahí iría. ¿Dónde cayera qué? ¡Pues yo! Comencé a girar sobre mi propio eje, con los ojos cerrados, lo más rápido que pude, dando hasta tres vueltas por segundo —o algo así. Me detuve, dejándome caer al suelo, completamente mareada y a punto de... ¡No! Estaba totalmente bajo control, no estaba distorsionada y definitivamente sin náuseas.
Había caído sobre... ¡¿Justo entre la sangre y la botella?! Al Diablo con esto. Iría a la tontería de arquería. Tomé mi arco, algunas flechas y partí. Ah, también necesitaría algunos aeros y provisiones. Y un caballo. Uno simple, no tenía mucha prisa por llegar. Aunque también debía ser resistente, no quería que se me cansara a cada hora o que sacara espuma de la boca justo cuando lo reventara. No salió exactamente barato, pero bah. Luego lo vendería, sólo era para llegar en buen estado al evento.
Estaba a punto de llegar. ¡Ya era hora! Este inútil caballo me había hecho parar bastantes veces. ¡Maldito el vendedor que me recomendó este potro! Claramente era un ignorante. Lo mataría al volver, sino es que alguien más no lo hizo. Me dijo que sólo necesitaría hacer tres paradas, y ya llevaba cuatro. ¡Cuatro! ¿Qué se creía al intentar engañarme de esa manera? Tonto granjero. Sólo por eso reventaría al caballo, igual ya estaba por llegar y no lo necesitaría más.
Le exigí hasta la última gota de energía, obligándolo a ir más y más rápido. Podía sentir su respiración pesada, veía su saliva viscosa y blanca irse por los lados. A este ritmo quizá moriría. Qué divertido—. ¡Más rápido, bestia! —Y justo en ese instante, tropezó, provocando la caída de ambos. Sólo dejé escapar un gruñido, no de dolor, sino de rabia, coraje y odio. ¡Sabandija inútil! Al reincorporarme, observé fúrica al animal, con todas las intenciones de comenzar a patearlo hasta matarlo, mas no fue necesario.
—Te lo mereces. —Me crucé de brazos frente a él, sonriendo detrás de mi máscara. Se había torcido el pie, o la pata o lo que fuera—. Perdedor desafortunado. Yo, por el otro lado, estoy intacta. Y me marcharé. Dejándote aquí, solo, cansado y sin ilusiones. ¡Adiós! Oh, ni intentes mirarme con esos ojos. Ni que fueras un perro, ¡y aunque lo fueras! Me voy, dejándote a tu suerte. Serás arrastrado al frío abismo de la muerte y el fin.
No dejaba de verme, como si pudiera convencerme con la pura mirada. Qué patético intento. Tal vez si sólo hubiésemos parado tres veces, pero fueron cuatro. Así que no lo ayudaría. Además, estaba siendo bastante generosa, ya que alguien lo encontraría, ¿no? O los vampiros se lo comería, una de dos. Pero dudaba que muriera así de repente, y menos por un hueso fracturado. Tenía esperanzas, así que no debería estar quejándose o pidiéndome más. ¡Al torneo!
Había varios participantes, mas no eran muchos. No me sorprendía del todo, la mayoría eran unos cobardes que no se atrevían a pisar este territorio, y los ciudadanos de la zona eran tan torpes con el arco. No obstante, vi a un par de elfos participando, eso me sorprendía en cierta medida, eran tan miedosos que no los imaginaba en esta región, aun sí eran expertos con el arco.
Momento. ¡Momentito! ¿Caballos? ¿Se podía participar con caballos? ¿Y había una mayor recompensa por ello? ¡Diantres! ¿Por qué nadie me dijo? Esto era un complot. No podía conseguir un nuevo caballo, ¿dónde, cuál? Debía estar bien entrenado y acostumbrado a mí, de otra forma me estorbaría. Y el que había dejado atrás estaba lesionado, sería peor. ¿O no? Pardiez. Sería ridículo participar en la categoría menor, ¡un insulto!
Ay de mí. En qué horrible situación había caído. Pues nada. Encontraría la forma de sacarle provecho a esta humillación. Haría una presentación tan espectacular, tan perfecta, ¡tan sobresaliente!, que me darían un premio aún mayor. Ya lo verán. Primero me registraría, obviamente. Sería ridículo hacer un tiro sin antes estar registrada. ¡Alguien podría llevarse mi premio! Y no lo permitiría, el primer lugar sería mío. ¡Sólo mío!
Era mi turno. Mi momento de gloria. El instante en el que dejaría a todos impactados de la impresión. Cosa irónica, ya que yo solía pasar desapercibida, puesto que era un fantasma, pero en esta ocasión, mi espectro haría una excelsa aparición, no de terror, sino de majestuosidad y habilidad. Los objetivos estaban frente a mí, el aire a mi favor, y mis manos listas para actuar.
Tres dianas en total. La primera era ordinaria, a treinta metros; inmediatamente detrás, a sesenta metros yacía un blanco que era imposible acertar con un tiro directo. Más lejos, a noventa metros, había otro objetivo con forma de molino que giraba y giraba según el viento. Vamos, ¿eso es todo? Qué aburrido.
Primera diana... Hm. Sería muy simple sólo lanzar la fecha. Cualquiera podía hacer eso. Mejor, haría una pirueta. Dejé el carcaj a un lado, sujetando únicamente el arco y la flecha, pues necesitaría comodidad para poder moverme con comodidad. Ejecuté una vuelta de carro para tomar velocidad y posteriormente salté, girando hacia atrás en el aire y lanzando la flecha a una gran velocidad.
Para el segundo blanco, no tenía muchas opciones para hacer algo espectacular visualmente, pero sí podía acertar en el blanco con un tiro parabólico.oblicuo. Apunté directamente, visualizándolo imaginariamente, pues no podía verlo desde mi ángulo. Inhalé, me concentré y lentamente comencé a elevar el arco hasta que consideré estar en la posición perfecta para disparar la flecha, aunque sin tensar totalmente la cuerda, pues no quería que saliera con rapidez, ya que debía irse hacia abajo en cierto punto.
Para el último tiro... Parecía cuestión de sincronizar el tiro, pura concentración. Sin duda no era lo más fácil del mundo, pero yo no quería simplemente dar en el blanco, necesitaba algo más llamativo. ¿Qué hacer? No saltaría de nuevo, ya lo había hecho, debía ser algo diferente. ¡Ya sé! Tiro con giro. No haría que la flecha girara, aunque eso sería sin duda fantástico, pero fuera de mis habilidades. No. Yo sería quien giraría.
Me di la media vuelta, dándole la espalda al objetivo y preparé mi arco. El truco estaba en sentir el viento e imaginar en qué posición estaba aproximadamente la diana, y al instante en que me diera la vuelta, visualizar rápidamente su posición exacta. Juego de niños. Esperé una brisa tranquila, sólo entonces garantizaría un tiro seguro, y al instante en que sentí a los vientos calmarse, giré, busqué a mi blanco y solté la cuerda, liberando a la flecha y haciéndola viajar casi los cien metros, con la misión de dar en el centro.
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Re: [Evento] Arquería en Sacrestic Ville
El miembro 'Geist' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: [Evento] Arquería en Sacrestic Ville
-¡Diana!- gritaban los testigos desde el costado de los objetivos. El público aplaudía entretenido a la función que estaban dando la elfa con su montura y contuvieron el aliento cuando vieron que el animal se detuvo nervioso tras un incidente con las flechas. Algunos rumores se escucharon dentro del gran gentío, preguntándose qué estaba sucediendo en la arena hasta que sorpresivamente, aquella dupla volvió a la carga con velocidad y destreza.
-El público os adora Earwen- le diría un hombre en la mitad de sus treinta a la dama desde su mismo caballo. -Al parecer otra de las concursantes ha parecido igual de popular que vos en su demostración, ¿sería acaso posible que vuestra merced aceptara un desempate con ella?- se desmontó y con mucha delicadeza se acercó a lluvia, extendiéndole un saco de cuero a la dama -Esto es parte de vuestra recompensa, habrá más una vez que el evento finalice- y con esas palabras y una dulce sonrisa partió sin esperar su respuesta.
-¡Diana!- se escuchó gritar a uno de los testigos con voz de gallo, se trataba de un chico joven que parecía temer que una de las flechas atravesara su garganta llena de espinillas. La misma voz se escuchó con el mismo resultado dos veces más. Las personas parecían estar encantadas con aquella sombría mujer misteriosa. Y es que para muchos, ella representaba a la que podría ser su salvadora, la siguiente exterminadora de plagas y vampiros de la ciudad, claro, si podían poner una mano sobre ella. Poco a poco, su figura se fue convirtiendo en el prototipo de la salvadora deseada. ¿Sería eso algo que ella aceptaría? por lo pronto, al terminar su vistosa función un hombre gigante, ataviado con el traje de un guerrero se acercó a ella.
-Geist, ¿cierto?. Es usted la ganadora de su nivel, pero queremos ver de qué más es capaz. Si se atreve, por supuesto- le lanzó una mirada acusadora y comprometedora, observando los pliegues de su armadura como si fuese de fina seda. -Puede que nos interesen sus servicios si realmente lo hace bien- y sin mediar más palabra le tiró un saco de cuero negro.
-El público os adora Earwen- le diría un hombre en la mitad de sus treinta a la dama desde su mismo caballo. -Al parecer otra de las concursantes ha parecido igual de popular que vos en su demostración, ¿sería acaso posible que vuestra merced aceptara un desempate con ella?- se desmontó y con mucha delicadeza se acercó a lluvia, extendiéndole un saco de cuero a la dama -Esto es parte de vuestra recompensa, habrá más una vez que el evento finalice- y con esas palabras y una dulce sonrisa partió sin esperar su respuesta.
* * *
-¡Diana!- se escuchó gritar a uno de los testigos con voz de gallo, se trataba de un chico joven que parecía temer que una de las flechas atravesara su garganta llena de espinillas. La misma voz se escuchó con el mismo resultado dos veces más. Las personas parecían estar encantadas con aquella sombría mujer misteriosa. Y es que para muchos, ella representaba a la que podría ser su salvadora, la siguiente exterminadora de plagas y vampiros de la ciudad, claro, si podían poner una mano sobre ella. Poco a poco, su figura se fue convirtiendo en el prototipo de la salvadora deseada. ¿Sería eso algo que ella aceptaría? por lo pronto, al terminar su vistosa función un hombre gigante, ataviado con el traje de un guerrero se acercó a ella.
-Geist, ¿cierto?. Es usted la ganadora de su nivel, pero queremos ver de qué más es capaz. Si se atreve, por supuesto- le lanzó una mirada acusadora y comprometedora, observando los pliegues de su armadura como si fuese de fina seda. -Puede que nos interesen sus servicios si realmente lo hace bien- y sin mediar más palabra le tiró un saco de cuero negro.
Si aceptan el desafío deberán disparar a blancos que serán lanzados al aire con el nivel de dificultad que deseen. Nuevamente, deberán lanzar la voluntad de los dioses ¡y que ellos les sonrían!
En el saco de cuero encontrarán 150 aeros, claro que, independientemente de que acepten el nuevo desafío tendrán la recompensa completa.
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Re: [Evento] Arquería en Sacrestic Ville
La ronda había terminado, y con esto Lluvia empezaba a relajarse notablemente, concentrándose en las palabras que la elfa le decía con voz suave para que se calmase. Los testigos habían gritado durante su carrera, con lo que supo que sus flechas habían dado en las dianas. Un hombre, que debía rondar la treintena, se le acercó a caballo, para comentarle que el público había disfrutado con su actuación y hablarle de otra de las concursantes, que parecía haber despertado mucho interés entre los asistentes.
El hombre le preguntó si estaría dispuesta a desempatar con ella en otra ronda, le tendió un saco de cuero, en el que tintineaba una cantidad considerable de aeros y sin esperar respuesta, comenzó a alejarse de la de cabellos negros. Eärwen dudó por unos instantes, sopesando si sería buena idea volver a exponer a la yegua al público, pero pronto decidió que aquel desempate sería interesante y que al menos debía intentarlo.
Al no haber visto la actuación de la que sería su oponente no podía saber qué tan diestra era con el arco, solo le quedaba dar lo mejor de sí y esperar que eso fuera suficiente. Guió a la yegua hasta el lugar donde estaba la mesa de inscripciones, y tras anunciar que aceptaba participar en otra ronda para desempatar con la otra concursante, escuchó con atención las reglas de la nueva prueba.
Ésta vez sería algo más difícil, los blancos serían lanzados al aire y tendría que tener en cuenta el movimiento de los mismos, al igual que el viento para que sus flechas no se desviasen de su trayectoria. Bajó de su montura y ató a Lluvia a un poste cercano, considerando que para una prueba como aquella sería mejor tirar desde el suelo. Echó mano al carcaj y sacó la primera flecha, al tiempo que colocaba nuevamente el arco en posición de tiro y tensaba la cuerda hasta llevarla a la altura de su mejilla.
Respiró hondo y contuvo el aire, asintiendo levemente con la cabeza a uno de los representantes del evento, que dio la señal para que empezaran a lanzar los blancos. El primero se alzó en el aire, a unos treinta metros de donde se encontraba, siguió el movimiento que describía y lanzó la flecha, que corto el aire con rapidez en su dirección. Sacó la siguiente y volvió a prepararse de inmediato, ya que el segundo iba a ser lanzado de un momento a otro.
Repitió el mismo procedimiento, manteniendo la calma en todo momento, confiaba en sus habilidades y en que el entrenamiento que durante décadas había recibido diera sus frutos. Pero cuando el último blanco se alzó en el aire la cosa se complicó un poco, se encontraba casi a cien metros, con lo que resultaba más difícil calcular la posible desviación a causa del viento. La flecha salió disparada, pero no acertó como debía, pasó rozando el borde del blanco con las plumas de su parte trasera.
La elfa no perdió tiempo, sacó otra de inmediato y volvió a tirar con decisión, esperando que la segunda alcanzase su objetivo. Bajó el arco y quedó expectante, siguiendo con la mirada la trayectoria que el proyectil había tomado. - Vamos, vamos acierta. - musitaría de forma casi inaudible, mientras volvía a respirar de forma normal.
El hombre le preguntó si estaría dispuesta a desempatar con ella en otra ronda, le tendió un saco de cuero, en el que tintineaba una cantidad considerable de aeros y sin esperar respuesta, comenzó a alejarse de la de cabellos negros. Eärwen dudó por unos instantes, sopesando si sería buena idea volver a exponer a la yegua al público, pero pronto decidió que aquel desempate sería interesante y que al menos debía intentarlo.
Al no haber visto la actuación de la que sería su oponente no podía saber qué tan diestra era con el arco, solo le quedaba dar lo mejor de sí y esperar que eso fuera suficiente. Guió a la yegua hasta el lugar donde estaba la mesa de inscripciones, y tras anunciar que aceptaba participar en otra ronda para desempatar con la otra concursante, escuchó con atención las reglas de la nueva prueba.
Ésta vez sería algo más difícil, los blancos serían lanzados al aire y tendría que tener en cuenta el movimiento de los mismos, al igual que el viento para que sus flechas no se desviasen de su trayectoria. Bajó de su montura y ató a Lluvia a un poste cercano, considerando que para una prueba como aquella sería mejor tirar desde el suelo. Echó mano al carcaj y sacó la primera flecha, al tiempo que colocaba nuevamente el arco en posición de tiro y tensaba la cuerda hasta llevarla a la altura de su mejilla.
Respiró hondo y contuvo el aire, asintiendo levemente con la cabeza a uno de los representantes del evento, que dio la señal para que empezaran a lanzar los blancos. El primero se alzó en el aire, a unos treinta metros de donde se encontraba, siguió el movimiento que describía y lanzó la flecha, que corto el aire con rapidez en su dirección. Sacó la siguiente y volvió a prepararse de inmediato, ya que el segundo iba a ser lanzado de un momento a otro.
Repitió el mismo procedimiento, manteniendo la calma en todo momento, confiaba en sus habilidades y en que el entrenamiento que durante décadas había recibido diera sus frutos. Pero cuando el último blanco se alzó en el aire la cosa se complicó un poco, se encontraba casi a cien metros, con lo que resultaba más difícil calcular la posible desviación a causa del viento. La flecha salió disparada, pero no acertó como debía, pasó rozando el borde del blanco con las plumas de su parte trasera.
La elfa no perdió tiempo, sacó otra de inmediato y volvió a tirar con decisión, esperando que la segunda alcanzase su objetivo. Bajó el arco y quedó expectante, siguiendo con la mirada la trayectoria que el proyectil había tomado. - Vamos, vamos acierta. - musitaría de forma casi inaudible, mientras volvía a respirar de forma normal.
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Re: [Evento] Arquería en Sacrestic Ville
El miembro 'Eärwen' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: [Evento] Arquería en Sacrestic Ville
¡Silencio, mandriles!
Qué exasperante que estuvieran haciendo todo ese escándalo. Era como si intentaran desconcentrarme, hacerme perder. Oh, pero no lo lograrían. Superaría a cualquier concursante, aun si todos los dioses estaban en mi contra. No había fuerza lo suficientemente grande que pudiera pararme. Yo soy la mayor potencia, yo soy capaz de tapar el Sol y mover las montañas. Soy la manifestación física de las sombras, y ninguna alineación planetaria me pondría alto, mucho menos una bola de monos ruidosos.
Culminé sin errores, con una ejecución perfecta de movimiento, velocidad y precisión. Bah, quizá la flecha pudo quedar un poco más en el centro, pero fue culpa del viento voluble que cambia de dirección cuando quiere a donde quiera. Pero como decía, ni la naturaleza era tan grande como para limitarme. Había terminado la prueba con resultados insuperables. Ni en un millón de años alguien lograría hacerlo mejor.
De hecho, seguramente a ningún individuo se le pasaba por la cabeza las maravillas que se podía hacer con un arco. Aunque no era mi arma favorita, sí era mi segunda elección, y la había estudiado por mucho tiempo, pero a mi manera. La mayoría de los arqueros son diestros, pero yo, que soy zurda, tuve que aprender desde una perspectiva personal, lo que me permitió romper con las técnicas tradicionales y desarrollar formas únicas de ejecución. Soy la mente más brillante que ha habido en Aerandir, es más que natural que pueda concebir genialidades.
Me retiré del área de tiro, ansiosa por reclamar mi premio. Ya no era necesario que siguieran compitiendo, no había forma lógica o fantástica de superarme. Así que vamos. ¡Denme mi trofeo! O lo que sea que dieran en este concurso… Mientras no sea algo feo. Si resultaba ser alfo inmundo, les escupiría en la cara y después les clavaría, no una, ni dos, ¡sino tres flechas!
Puf. Contigo ocuparé seis flechas, gordito. No era gordito, bueno, sí lo era, pero era más fornido y grande que gordo. Era más como un mastodonte con mucho músculo en reposo. Seguramente por eso vestía de armadura, para ocultar su grotesco cuerpo. ¿Y qué truenos quiere? ¿Él me dará mi premio? Traía un saco, sí, pero eso no podía ser mi recompensa, ¿verdad? ¡Qué ridículo sería! Ya sé, tendría que matarlo a él para ser la ganadora absoluta del torneo. Habían cometido un grave error al subestimarme y al creer que sólo porque me superaba en masa podría derrotarme, ¡al contrario! Los grandotes son mi especialidad.
Adelante, gordito, dame tu mejor golpe. Aguardé quieta, lista para contraatacar, observando analítica cada movimiento, esperando su primera envestida. Aquí viene… Comenzó a hablar. Y justo como pronostiqué, al pie de la letra, yo era la que había salido victoriosa y debía afrontar una última prueba, ¡matarlo! ¿No? ¿Eh? ¿Qué? Ah, claro, claro. Ahí no, debería ser en otra parte. Lo más probable es que me llevaría a un terreno donde él tuviera ventaja. Era lo de menos…
Recogí mi saco con aeros, haciéndola sonar para asegurarme que no fuera una especie de trampa. Efectivamente eran aeros, alrededor de cien. Qué generosos… Era sarcasmo, yo esperaba más. Tal vez luego recibiría el premio gordo… ¡por parte del gordo! Jajaja.
¿Te arrepientes, cobarde? A fin de cuentas, esto no se resolvería como duelo a muerte, sino que sería otra competencia de arquería, en la cual me mediría contra otra concursante que al parecer había tenido el mayor rendimiento en la categoría de animales. Qué afortunada había sido. No yo, sino ella, pues de haber traído un caballo, se hubiera quedado fuera de la final. Pero ahora nos encontrábamos en la misma actividad, momento oportuno para recordarle lo inferior que era.
La prueba era simple, acertar a tres objetivos en el aire de manera consecuti… ¿No? ¿No serían consecutivos? ¡Aburriiiidooo! De ninguna manera participaría de esa forma tan cutre. Si no había un verdadero reto, ¿cuál era el punto de jugar? Esto tenía que ser arreglado. Llamé la atención del encargado de lanzar los objetivos y le dije cómo quería que lo hiciera.
—¿Está segura, madame?
—¡Claro que estoy segura! —Casi le reventaba la boca de una cachetada por cuestionar mi criterio. Me contuve sólo porque necesitaba que lanzara las dianas al aire, y sería muy tedioso conseguir a alguien más que lo haga, sin mencionar que tendría que explicarle al nuevo cómo hacerlo… Un fastidio.
En fin. Me puse en posición, sacudí mis hombros y brazos, flexioné mi cuello e inhalé profundamente. Debía estar en mi elemento si quería dar en el blanco, en el blanco central, claro. Un músculo tenso bastaría para chafarme el truco. Ahora mismo las piernas no serían tan importantes, más allá de brindarme estabilidad, poco harían. No, no, no. Lo importante aquí era mi parte superior, sobre todo mis dedos, pues jugarían un papel importante para ser veloz.
Saqué tres flechas de mi carcaj, sosteniéndolas al mismo tiempo entre mis dedos de la mano izquierda. La dinámica era simple. Con el dedo índice y pulgar sujetaría la flecha que sería lanzada, mientras que los otros tres sostenían las que no utilizaba, y al instante en que una saliera disparada, con destreza llevaría una de las flechas en reposo hacia la cuerda, repitiendo el proceso. ¿Y por qué así? ¡Pues para hacerlo más rápido!
Asentí con la cabeza, señalando que estaba lista. El sujeto lanzó un objetivo al aire, luego otro y finalmente el tercero. Lanzó los tres casi simultáneamente, listos para ser atravesados por la mitad. La primera punta voló solitaria, con cierto ángulo de elevación, pues buscaría a la primera diana, la que estaría más elevada. Luego lancé una segunda flecha en un dirección casi recta, pues al ir descendiendo los objetivos, sería alcanzado justo en el centro. Finalmente, mi último ataque iba dirigido más abajo, casi sobre el nivel de la tierra. A penas lo alcanzaría, me había demorado demasiado y ahora tendría que agregarle velocidad si quería que diera en el centro a tiempo. Convenientemente, era la última diana y la última flecha, por lo que me sentí más cómoda a la hora de tensar la cuerda. Allá iba, con la rapidez de un asesino, con la belleza de la luna.
____
OFF: Cuando narro con Geist, lo hago desde su perspectiva, así que todo lo que lean está en base a la percepción de ella, así que alguien “gordo” no necesariamente tiene que estar gordo. Lo mismo con su desempeño, el cual ella considera inmejorable, pero obviamente no es así~
Qué exasperante que estuvieran haciendo todo ese escándalo. Era como si intentaran desconcentrarme, hacerme perder. Oh, pero no lo lograrían. Superaría a cualquier concursante, aun si todos los dioses estaban en mi contra. No había fuerza lo suficientemente grande que pudiera pararme. Yo soy la mayor potencia, yo soy capaz de tapar el Sol y mover las montañas. Soy la manifestación física de las sombras, y ninguna alineación planetaria me pondría alto, mucho menos una bola de monos ruidosos.
Culminé sin errores, con una ejecución perfecta de movimiento, velocidad y precisión. Bah, quizá la flecha pudo quedar un poco más en el centro, pero fue culpa del viento voluble que cambia de dirección cuando quiere a donde quiera. Pero como decía, ni la naturaleza era tan grande como para limitarme. Había terminado la prueba con resultados insuperables. Ni en un millón de años alguien lograría hacerlo mejor.
De hecho, seguramente a ningún individuo se le pasaba por la cabeza las maravillas que se podía hacer con un arco. Aunque no era mi arma favorita, sí era mi segunda elección, y la había estudiado por mucho tiempo, pero a mi manera. La mayoría de los arqueros son diestros, pero yo, que soy zurda, tuve que aprender desde una perspectiva personal, lo que me permitió romper con las técnicas tradicionales y desarrollar formas únicas de ejecución. Soy la mente más brillante que ha habido en Aerandir, es más que natural que pueda concebir genialidades.
Me retiré del área de tiro, ansiosa por reclamar mi premio. Ya no era necesario que siguieran compitiendo, no había forma lógica o fantástica de superarme. Así que vamos. ¡Denme mi trofeo! O lo que sea que dieran en este concurso… Mientras no sea algo feo. Si resultaba ser alfo inmundo, les escupiría en la cara y después les clavaría, no una, ni dos, ¡sino tres flechas!
Puf. Contigo ocuparé seis flechas, gordito. No era gordito, bueno, sí lo era, pero era más fornido y grande que gordo. Era más como un mastodonte con mucho músculo en reposo. Seguramente por eso vestía de armadura, para ocultar su grotesco cuerpo. ¿Y qué truenos quiere? ¿Él me dará mi premio? Traía un saco, sí, pero eso no podía ser mi recompensa, ¿verdad? ¡Qué ridículo sería! Ya sé, tendría que matarlo a él para ser la ganadora absoluta del torneo. Habían cometido un grave error al subestimarme y al creer que sólo porque me superaba en masa podría derrotarme, ¡al contrario! Los grandotes son mi especialidad.
Adelante, gordito, dame tu mejor golpe. Aguardé quieta, lista para contraatacar, observando analítica cada movimiento, esperando su primera envestida. Aquí viene… Comenzó a hablar. Y justo como pronostiqué, al pie de la letra, yo era la que había salido victoriosa y debía afrontar una última prueba, ¡matarlo! ¿No? ¿Eh? ¿Qué? Ah, claro, claro. Ahí no, debería ser en otra parte. Lo más probable es que me llevaría a un terreno donde él tuviera ventaja. Era lo de menos…
Recogí mi saco con aeros, haciéndola sonar para asegurarme que no fuera una especie de trampa. Efectivamente eran aeros, alrededor de cien. Qué generosos… Era sarcasmo, yo esperaba más. Tal vez luego recibiría el premio gordo… ¡por parte del gordo! Jajaja.
¿Te arrepientes, cobarde? A fin de cuentas, esto no se resolvería como duelo a muerte, sino que sería otra competencia de arquería, en la cual me mediría contra otra concursante que al parecer había tenido el mayor rendimiento en la categoría de animales. Qué afortunada había sido. No yo, sino ella, pues de haber traído un caballo, se hubiera quedado fuera de la final. Pero ahora nos encontrábamos en la misma actividad, momento oportuno para recordarle lo inferior que era.
La prueba era simple, acertar a tres objetivos en el aire de manera consecuti… ¿No? ¿No serían consecutivos? ¡Aburriiiidooo! De ninguna manera participaría de esa forma tan cutre. Si no había un verdadero reto, ¿cuál era el punto de jugar? Esto tenía que ser arreglado. Llamé la atención del encargado de lanzar los objetivos y le dije cómo quería que lo hiciera.
—¿Está segura, madame?
—¡Claro que estoy segura! —Casi le reventaba la boca de una cachetada por cuestionar mi criterio. Me contuve sólo porque necesitaba que lanzara las dianas al aire, y sería muy tedioso conseguir a alguien más que lo haga, sin mencionar que tendría que explicarle al nuevo cómo hacerlo… Un fastidio.
En fin. Me puse en posición, sacudí mis hombros y brazos, flexioné mi cuello e inhalé profundamente. Debía estar en mi elemento si quería dar en el blanco, en el blanco central, claro. Un músculo tenso bastaría para chafarme el truco. Ahora mismo las piernas no serían tan importantes, más allá de brindarme estabilidad, poco harían. No, no, no. Lo importante aquí era mi parte superior, sobre todo mis dedos, pues jugarían un papel importante para ser veloz.
Saqué tres flechas de mi carcaj, sosteniéndolas al mismo tiempo entre mis dedos de la mano izquierda. La dinámica era simple. Con el dedo índice y pulgar sujetaría la flecha que sería lanzada, mientras que los otros tres sostenían las que no utilizaba, y al instante en que una saliera disparada, con destreza llevaría una de las flechas en reposo hacia la cuerda, repitiendo el proceso. ¿Y por qué así? ¡Pues para hacerlo más rápido!
Asentí con la cabeza, señalando que estaba lista. El sujeto lanzó un objetivo al aire, luego otro y finalmente el tercero. Lanzó los tres casi simultáneamente, listos para ser atravesados por la mitad. La primera punta voló solitaria, con cierto ángulo de elevación, pues buscaría a la primera diana, la que estaría más elevada. Luego lancé una segunda flecha en un dirección casi recta, pues al ir descendiendo los objetivos, sería alcanzado justo en el centro. Finalmente, mi último ataque iba dirigido más abajo, casi sobre el nivel de la tierra. A penas lo alcanzaría, me había demorado demasiado y ahora tendría que agregarle velocidad si quería que diera en el centro a tiempo. Convenientemente, era la última diana y la última flecha, por lo que me sentí más cómoda a la hora de tensar la cuerda. Allá iba, con la rapidez de un asesino, con la belleza de la luna.
____
OFF: Cuando narro con Geist, lo hago desde su perspectiva, así que todo lo que lean está en base a la percepción de ella, así que alguien “gordo” no necesariamente tiene que estar gordo. Lo mismo con su desempeño, el cual ella considera inmejorable, pero obviamente no es así~
Geist
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Re: [Evento] Arquería en Sacrestic Ville
El miembro 'Geist' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: [Evento] Arquería en Sacrestic Ville
Los dioses habían favorecido a la dama de los negros cabellos con tres dianas consecutivas, perfectas. La elfa, aunque había sido certera con sus armas, no tuvo un disparo completo con el último objetivo, por lo que la ganadora declarada fue aquella que se hacía llamar Geist. Las ovaciones no se detuvieron por un buen rato, hasta que los presentadores se vieron obligados a llamar al silencio. Sacrestic no solamente había hallado a la que podía ser su protectora, sino que había demostrado ser la mejor en su campo.
-Enhorabuena a las damas que han ganado este torneo. Como representantes de Lunargenta me veo en el deber de invitarles cortésmente a que participen de los eventos principales en el Puerto de la gran ciudad que se celebrará de aquí a una semana. Sin más, reciban estos humildes obsequios-
-Enhorabuena a las damas que han ganado este torneo. Como representantes de Lunargenta me veo en el deber de invitarles cortésmente a que participen de los eventos principales en el Puerto de la gran ciudad que se celebrará de aquí a una semana. Sin más, reciban estos humildes obsequios-
Recompensas
Ambas reciben:
+5 puntos de experiencia –que deberán pedir en el sector de peticiones [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
+ Guantes para arquería
- Guantes:
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+ 250 aeros totales
Geist
Recibes un brebaje de camuflaje. Agregándole a la poción un ingrediente más a tú gusto, al tomarla tu cuerpo sufrirá transformaciones convirtiéndote en una mujer bestia que nadie asociará con la asesina Geist. Tiene tres usos y el efecto del brebaje es de 10 a 20 minutos por vez.
- brebaje:
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