El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
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El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
El sol ya salía casi sobre las montañas, pero ese ambiente rojizo del alba le ponía nerviosa, le recordaba que hacía dos días que no dormía, que caminaba buscándose a si misma, buscando el camino de vuelta hacia ninguna parte. Acababa de dejar a Marth allí, tirado, pero él le había dejado bien claro que no iba a ser nada como antes, a lo que ella respondió con marcharse. Debía de encontrarse primero con él mismo para luego volver a su clan, a sus raíces.
Marchaba por el bosque, tapada con lo único que tenía, una manta fina. El ambiente húmedo y el frío de la mañana, mezclado con el dolor de sus pies y las heridas en sus piernas por los matojos, le hacían un viaje insufrible. Tenía frío y estaba débil, el camino no le estaba siendo nada fácil y volverse a su forma de lobo no era buena idea en su situación, acabaría matando a alguien.
Paró a sacarse las espinas de los pies, se sentó en una roca cojeando con una mueca de molestia. No estaba de mal humor, se sentía mal, se sentía como un cachorrito abandonado, Marth, Kurono, Aleki, Nordica... Todos iban desapareciendo de su lado, uno a uno, Siegfried ahora estaba demasiado ocupado para atender sus problemas personales, y ella estaba sola.
Se sacó tres, cuatro espinas de los pies, se miró la planta, magullada, y las piernas, raspadas por los matojos. La manta seguía mojada, no había sol para que se secase. Odiaba el frío con toda su alma. Recordó las palabras de Marth y se sintió impotente, y triste, demasiado triste. Se mordió el labio con fuerza y se acurrucó abrazándose las piernas con las manos tapada con la manta a modo de capucha. No quería llorar, ella no podía permitirse llorar, ella era la única persona en la que podía confiar, y si se derrumbaba... Todo su mundo se venía abajo. Una lágrima de impotencia resbaló por una de sus mejillas, oculta tras el flequillo que le tapaba la cara. Se mordió la lengua hasta el punto de hacerse una herida, pero nada iba a calmar aquella frustración.
No escuchaba nada, ni olía nada, indefensa en su propio territorio esperaba desatando toda su rabia entre lágrimas y sollozos, destrozada.
Marchaba por el bosque, tapada con lo único que tenía, una manta fina. El ambiente húmedo y el frío de la mañana, mezclado con el dolor de sus pies y las heridas en sus piernas por los matojos, le hacían un viaje insufrible. Tenía frío y estaba débil, el camino no le estaba siendo nada fácil y volverse a su forma de lobo no era buena idea en su situación, acabaría matando a alguien.
Paró a sacarse las espinas de los pies, se sentó en una roca cojeando con una mueca de molestia. No estaba de mal humor, se sentía mal, se sentía como un cachorrito abandonado, Marth, Kurono, Aleki, Nordica... Todos iban desapareciendo de su lado, uno a uno, Siegfried ahora estaba demasiado ocupado para atender sus problemas personales, y ella estaba sola.
Se sacó tres, cuatro espinas de los pies, se miró la planta, magullada, y las piernas, raspadas por los matojos. La manta seguía mojada, no había sol para que se secase. Odiaba el frío con toda su alma. Recordó las palabras de Marth y se sintió impotente, y triste, demasiado triste. Se mordió el labio con fuerza y se acurrucó abrazándose las piernas con las manos tapada con la manta a modo de capucha. No quería llorar, ella no podía permitirse llorar, ella era la única persona en la que podía confiar, y si se derrumbaba... Todo su mundo se venía abajo. Una lágrima de impotencia resbaló por una de sus mejillas, oculta tras el flequillo que le tapaba la cara. Se mordió la lengua hasta el punto de hacerse una herida, pero nada iba a calmar aquella frustración.
No escuchaba nada, ni olía nada, indefensa en su propio territorio esperaba desatando toda su rabia entre lágrimas y sollozos, destrozada.
Nana
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
Kaymi llevaba en ese bosque ya no sabia cuanto tiempo, se había perdido, ni siquiera podía encontrar un claro por el que salir volando sin que sus alas resultaran dañadas por las ramas de ese frondoso bosque. Esa mañana había conseguido cazar un cervatillo, no era muy grande, pero podría servirle de almuerzo. Aquel fresco ambiente mañaneo le resultaba muy agradable.
Después de desollar al animal y empezar a asarlo en una pequeña hoguera con la ayuda de un soporte que había improvisado con unas ramas.
Antes de que se empezara a asar oyó unos sollozos varios metro detrás de dónde se encontraba. Sacó el cervatillo del fugo, apoyándolo a un árbol, y se dirigió lentamente al lugar donde oía aquellos llantos con la mano en la empuñadura de su arma. Cuando llegó al lugar del que venían esos sonidos se encontró con que había una figura con forma humana envuelta en una fina manta. Al parecer aquella criatura no se percató de su presencia.
- Mmm ..., hola - Kaymi no sabía exactamente que hacer - ¿Te encuentras bien? - Era evidente que no, pero aún así ¿que iba a preguntar sino? - Estoy asando un poco de comida, tengo la hoguera a unos pocos pasos de aquí -
Señaló el lugar de dónde venía, habiendo soltado ya su arma. - Si te apetece puedo ofrecerte un poco -
Se fijó un poco mas en aquella figura, al parecer era una mujer, y aunque tenía apariencia humana nunca se podía saber del cierto si lo era hasta que ella lo confirmara, las lagrimas caían por su rostro y llevaba los pies ensangrentados.
- Si te cuesta andar puedes apoyarte en mi - Le dijo pensando que ella aceptaría su oferta, pues la comida gratuita y la compañía de alguien cuando se esta solo son cosas difíciles de rechazar. Aunque las mujeres son muy extrañas y nunca se sabe lo que pueden pensar.
Última edición por Kaymi el Sáb Jun 29 2013, 23:34, editado 1 vez
Kaymi
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
No entendía qué le pasaba, no quería que nadie la viese llorar, pero necesitaba compañía, llevaba demasiado tiempo vagando sola por allí, necesitaba entablar una conversación normal con alguien, o aquel animal la consumiría poco a poco hasta hacerse con ella.
Escuchó algo entre los arbustos altos que no dejaban ver nada, y levantó la cabeza ligeramente al oler a humo, si se estaba incendiando algo sería mejor salir corriendo antes de que se propagase el fuego. Pero entonces algo la pilló de imprevisto, escuchó una voz, de un hombre, más o menos de su edad, y giró la cabeza bruscamente, confundida.
Se limpió las lágrimas toscamente mientras intentaba respirar con tranquilidad y calmar sus sollozos. Lo miró confusa, no se esperaba ver a alguien allí a esas horas intempestivas. Menuda imagen se habría llevado de ella aquel desconocido, nada que ver con lo que en realidad era. No tenía fuerzas ni ganas de articular palabra alguna, pero tenía hambre y frío. Se levantó como pudo de la piedra, podría desconfiar de aquel chico, pero no ganaba nada, si no era de fiar, ella solo debía de dejar salir al animal, y él se encargaría de todo.
-... Nana, encantada. -Dijo como pudo en voz baja, destapándose la cabeza y tapándose de nuevo el cuerpo con la manta. Se acercó a él y clavó sus cristalinos ojos amarillos, irritados de llorar en los suyos. Le daba vergüenza que alguien la hubiese visto llorar, pero no tenía por qué enterarse nadie más. -Gracias... Puedo andar sola. -Le dijo con una pequeña sonrisa forzada, arropándose con la manta y caminando lentamente, cojeando, y poniendo mala cara cada vez que apoyaba los pies en el suelo. Le rugía horrores la barriga y tenía tanto frío.
Escuchó algo entre los arbustos altos que no dejaban ver nada, y levantó la cabeza ligeramente al oler a humo, si se estaba incendiando algo sería mejor salir corriendo antes de que se propagase el fuego. Pero entonces algo la pilló de imprevisto, escuchó una voz, de un hombre, más o menos de su edad, y giró la cabeza bruscamente, confundida.
Se limpió las lágrimas toscamente mientras intentaba respirar con tranquilidad y calmar sus sollozos. Lo miró confusa, no se esperaba ver a alguien allí a esas horas intempestivas. Menuda imagen se habría llevado de ella aquel desconocido, nada que ver con lo que en realidad era. No tenía fuerzas ni ganas de articular palabra alguna, pero tenía hambre y frío. Se levantó como pudo de la piedra, podría desconfiar de aquel chico, pero no ganaba nada, si no era de fiar, ella solo debía de dejar salir al animal, y él se encargaría de todo.
-... Nana, encantada. -Dijo como pudo en voz baja, destapándose la cabeza y tapándose de nuevo el cuerpo con la manta. Se acercó a él y clavó sus cristalinos ojos amarillos, irritados de llorar en los suyos. Le daba vergüenza que alguien la hubiese visto llorar, pero no tenía por qué enterarse nadie más. -Gracias... Puedo andar sola. -Le dijo con una pequeña sonrisa forzada, arropándose con la manta y caminando lentamente, cojeando, y poniendo mala cara cada vez que apoyaba los pies en el suelo. Le rugía horrores la barriga y tenía tanto frío.
Nana
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
La mujer se levantó y se arropó mas con esa manta, se presentó, su nombre era Nana. Kaymi se fijo mejor en ella, tenía unos ojos extraños, eran amarillos, seguramente no era humana, pero eso no le importaba demasiado en ese momento. -Yo me llamo Kaymi - Se presentó.
Aunque accedió a acompañarle donde tenía la hoguera rechazó su ayuda a la hora de andar, aunque por sus muecas era evidente que le dolían los pies. Al ver como se agarraba a la manta Kaymi, pensó en dejarle su gabardina, aunque Nana había rechazado su ayuda y tal vez rechazara también su abrigo; aún estando en esa situación parecía bastante orgullosa.
Aun así Kaymi se quito la chaqueta y se la ofreció a nana - Parece que tienes frío, a mi me gusta este ambiente fresco, si quieres puedo dejártela hasta que entres en calor - Debajo de la chaqueta Kaymi llevaba una camiseta gris bastante ajustada, de manga corta, que se metía por dentro de unos pantalones largos de color negro. Alrededor de los pantalones llevaba un cinturón donde estaba sujeta la vaina de su pequeña arma, con el shoto dentro de la vaina.
Esperó a ver si cogía o no la gabardina y guió a Nana hasta la hoguera. Donde esperaba poder ponerse a asar el cervatillo y disfrutar de un buen desayuno.
Durante el camino Kaymi le comento la situación en la que se encontraba para sacar un tema y alejarla de los pensamientos que habían llevado a Nana a esa situación. - Bueno no se cómo has llegado aquí, pero no te preocupes, no te preguntare por eso. Yo llevo un tiempo perdido en este bosque, así que te agradecería que me ayudaras a orientarme -
Última edición por Kaymi el Sáb Jun 29 2013, 23:34, editado 1 vez
Kaymi
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
Sentía como sus pies se resentían cada vez que andaba, y le flojeaban las piernas del frío. Escuchó a Kaymi ofrecerle su chaqueta y frunció el ceño levemente. Estaba confusa, no sabía si aceptar la oferta, pero tenía demasiado frío para rechazarla. Agarró la gabardina y se la puso, aún estaba caliente, cosa que agradeció enormemente. Caminaba con la cabeza agachada, mirando el suelo, pensando en las palabras de Marth, repitiéndose una y otra vez.
-Gracias.. -Dijo en un susurro agradeciendo por la chaqueta.
Alzó la vista, al parecer Kaymi intentaba entablar una conversación con ella, se había perdido, Nana sonrió levemente, la verdad es que se encontraban casi a los límites del bosque.
Llegaron a la hoguera, y Nana se sentó en la primera roca que encontró cerca de la hoguera. Se volvió a mirar la planta de los pies, y comenzó a sacarse de nuevo las espinas, tenía los pies tan rasgados y magullados que ya no sentía nada.
-Todo recto, hacia allá, se sale del bosque... -Dijo con la poca voz que le quedaba y Nana señaló hacia su derecha.
Tenía los ojos hinchados de llorar, aún le costaba quitarse a Marth de la cabeza, la última vez que lo vio, y el lago... Tantos recuerdos que la confundían. Se echó el flequillo hacia atrás y miró de nuevo a Kaymi. El silencio del bosque solo lo rompían las chispas de la hoguera y un rugido que provenía del estómago de Nana. Se llevó la mano a la barriga avergonzada y desvió la mirada.
-Tampoco sé muy bien como he acabado aquí. -Se encogió de hombros y volvió a abrazarse las rodillas hundiendo la barbilla en ellas. - Gracias, Kaymi... -Le volvió a agradecer, por no preguntar qué hacía allí, ni por qué lloraba, y por prestarle su tiempo. Era orgullosa, pero sabía cuándo tenía que agradecer las cosas. Agachó la cabeza, mirando al fuego, triste y melancólica. Sentía que estaba en una pesadilla de la que quería despertar.
-Gracias.. -Dijo en un susurro agradeciendo por la chaqueta.
Alzó la vista, al parecer Kaymi intentaba entablar una conversación con ella, se había perdido, Nana sonrió levemente, la verdad es que se encontraban casi a los límites del bosque.
Llegaron a la hoguera, y Nana se sentó en la primera roca que encontró cerca de la hoguera. Se volvió a mirar la planta de los pies, y comenzó a sacarse de nuevo las espinas, tenía los pies tan rasgados y magullados que ya no sentía nada.
-Todo recto, hacia allá, se sale del bosque... -Dijo con la poca voz que le quedaba y Nana señaló hacia su derecha.
Tenía los ojos hinchados de llorar, aún le costaba quitarse a Marth de la cabeza, la última vez que lo vio, y el lago... Tantos recuerdos que la confundían. Se echó el flequillo hacia atrás y miró de nuevo a Kaymi. El silencio del bosque solo lo rompían las chispas de la hoguera y un rugido que provenía del estómago de Nana. Se llevó la mano a la barriga avergonzada y desvió la mirada.
-Tampoco sé muy bien como he acabado aquí. -Se encogió de hombros y volvió a abrazarse las rodillas hundiendo la barbilla en ellas. - Gracias, Kaymi... -Le volvió a agradecer, por no preguntar qué hacía allí, ni por qué lloraba, y por prestarle su tiempo. Era orgullosa, pero sabía cuándo tenía que agradecer las cosas. Agachó la cabeza, mirando al fuego, triste y melancólica. Sentía que estaba en una pesadilla de la que quería despertar.
Nana
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
Nana le agradeció el abrigo - No es nada, como he dicho me gusta la temperatura ambiente -.Al llegar a la hoguera Nana se sentó encima de una roca, mientas tanto Kaymi cogió el cervatillo que había atado a un palo y lo puso sobre el soporte improvisado para que se fuera dorando.
Nana le indicó como salir del bosque, por fin podría seguir con su viaje. No sabría muy bien que haría después pero ahora sentía que debía ayudar a aquella mujer, ni que fuera un poco.
Ella le dio las gracias de nuevo, Kaymi supuso que se refería a todo esta vez, no al abrigo, así que le respondió. - Es difícil quedarse de brazos cruzados mientras ves a otros sufrir - . Pensó en su hermano, a él le haría sufrir más si le encontraba en una situación así, como había dicho no se quedaría de brazos cruzados.
Espero hasta que el cervatillo empezó a desprender un agradable olor - Ya que cocino para vos y no solo para mi, decidme, ¿Como os gusta la carne? - Le dijo con un tono amable.
Kaymi había comido carne de muchas maneras, al ser un dragón había comido desde carne cruda (cuando cazaba en su forma de dragón acostumbraba a comer sin volver a la forma humana) hasta carne prácticamente hecha cenizas (a veces sus relámpagos chamuscaban bastante algunas de sus victimas) pero en forma humana la carne le gustaba al punto, dorada por fuera y rosada por dentro, aún jugosa.
Espero pacientemente la respuesta de Nana mientras pensaba en lo bien que le iba a sentar aquella comida, lastima que no tuviera algo de aderezo para darle un mejor sabor.
Kaymi
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
Estaba a punto de llorar pero las palabras amables de Kaymi la reconfortaron, aquel sentimiento de soledad y apatía del mundo la estaba carcomiendo desde dentro hasta tal punto de ni reconocerse. Pero aquel chico le hizo volver al mundo, y entender que había gente diferente a ella, que hacía las cosas por el bien común, y no por el propio. Aquello le devolvió un poco la fé en la humanidad, por así decirlo.
Nana sonrió sincera a las palabras de su acompañante, "Carne..." Pensaba mientras miraba como se doraba aquel cervatillo, llevaba dos días sin comer, no podía cazar porque no podía usar su forma de lobo, pero tampoco podía cazar en su forma humana. Casi podía caérsele la baba incluso crudo. Agitó la cabeza y abrió más los ojos desconcertada, se había quedado embobada mirando arder aquel animal.
-Eh.. Me es igual, gracias. -Le volvió a decir con una sonrisa y se acarició las piernas para ver cuán profundas eran las heridas. Suspiró hondo, debía de quitarse aquella imagen de Marth de la cabeza, hacer como si todo hubiese sido un sueño, o una pesadilla que le perseguía. -Trátame de tú, por favor. -No le molestaban los tratos corteses, pero ella no era una lady, ni nada de eso, ella era tan solo una loba más. Hundió de nuevo la cabeza entre sus rodillas, clavándose las uñas un poco más arriba de las rodillas mientras pensaba; Pensaba en su egoísmo, en su, quizá erronea, forma de ver las cosas. Apretó los dientes con fuerza, al igual que sus uñas en la carne.
-Nunca has tenido esa sensación... De que a veces, das más de lo que recibes, y poco a poco te sientes solo y vacío, como una carga para el mundo... -Dijo en voz alta, y luego movió la cabeza, desconcertada; Estaba pensando en voz alta. Cerró los ojos y soltó una pequeña carcajada. -... Pensaba en voz alta. -Dijo y abrió los ojos para dedicarle una pequeña sonrisa forzada.
Nana sonrió sincera a las palabras de su acompañante, "Carne..." Pensaba mientras miraba como se doraba aquel cervatillo, llevaba dos días sin comer, no podía cazar porque no podía usar su forma de lobo, pero tampoco podía cazar en su forma humana. Casi podía caérsele la baba incluso crudo. Agitó la cabeza y abrió más los ojos desconcertada, se había quedado embobada mirando arder aquel animal.
-Eh.. Me es igual, gracias. -Le volvió a decir con una sonrisa y se acarició las piernas para ver cuán profundas eran las heridas. Suspiró hondo, debía de quitarse aquella imagen de Marth de la cabeza, hacer como si todo hubiese sido un sueño, o una pesadilla que le perseguía. -Trátame de tú, por favor. -No le molestaban los tratos corteses, pero ella no era una lady, ni nada de eso, ella era tan solo una loba más. Hundió de nuevo la cabeza entre sus rodillas, clavándose las uñas un poco más arriba de las rodillas mientras pensaba; Pensaba en su egoísmo, en su, quizá erronea, forma de ver las cosas. Apretó los dientes con fuerza, al igual que sus uñas en la carne.
-Nunca has tenido esa sensación... De que a veces, das más de lo que recibes, y poco a poco te sientes solo y vacío, como una carga para el mundo... -Dijo en voz alta, y luego movió la cabeza, desconcertada; Estaba pensando en voz alta. Cerró los ojos y soltó una pequeña carcajada. -... Pensaba en voz alta. -Dijo y abrió los ojos para dedicarle una pequeña sonrisa forzada.
Nana
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
Escuchaba a Nana hablar mientras se concentraba en cocinar la carne, ella se puso a pensar en voz alta, o al menos eso fue lo que dijo.
Él había viajado mucho tiempo, al principio había viajado por placer y la compañía le gustaba siempre, pero después de encontrarse con su casa hecha añicos, al igual que todo el pueblo y a sus padres muertos dejó de viajar en compañía de la gente siempre que podía, a no ser que alguien necesitara ayuda. Pues no quería que nadie averiguara que era su deseo matar a su hermano, y aunque no le conocía, se sentía responsable de las vidas que había quitado, tal vez si no hubiese dejado su pueblo su gente seguiría con vida; así que siempre intentaba ayudar a los demás.
Así que entendía de que hablaba Nana, él había pasado por soledad y dolor.
- Tal vez puedas sentirte mal en algún momento, e incluso pensar que nadie puede pasar peor destino, pero estoy seguro de que siempre habrá alguien que lo pueda estar pasando peor que uno mismo, y es por eso que intento ayudar a todos aquellos que creo que lo están pasando mal -
Aunque intentaba animar a la mujer que le acompañaba, se le escapó una lagrima por aquellos dolorosos recuerdos. Cuando notó que es lagrima empezaba escaparse de su ojo se levantó a coger su cuchillo y su tenedor de la mochila y sacó también un plato de madera. Mientras aún estaba de espaldas aprovecho para secarse la mejilla.
Volvió junto a la hoguera y fue cortando la carne y dejándola en el plato. Cuando terminó de cortar toda la carne aprovechable dejó los restos del cervatillo a un lado y se acercó al lado de Nana. - Lo siento, solo tengo un plato y este juego de cubiertos - Dijo sonriendo, aquella sonrisa que sale cuando se siente dolor. - Si no te importa me sentaré a tu lado para compartir la comida - Esperó a que le dejara un hueco en esa roca antes de empezar a cortar la carne en trozos mas pequeños.
Kaymi
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
Pese a los ahogados sollozos de la loba entre sus rodillas, volvió a alzar la cabeza secándose toscamente las lágrimas mientras miraba a Kaymi, le escuchaba curiosa, e interesada, algo que no era muy regular en ella. No quería decir nada, notaba que Kaymi se sentía un poco incómodo con esa conversación, así que prefirió dejar el tema de lado. Al parecer no solo ella se sentía mal aquel día.
Nana suspiró hondo, era difícil para ella asimilar que Marth ya no recordaba nada, una persona con la que había compartido momentos tan íntimos. Sacudió la cabeza, ahora estaba allí, con ese chico que se llamaba Kaymi, compartiendo un cervatillo después de tantos días sin comer. Le siguió con la mirada mientras él sacaba unos cubiertos y un plato de una especie de mochila, y luego se acercaba a ella.
Asintió con la cabeza al escuchar las palabras y le hizo un lado en la roca en la que estaba sentada. No era muy grande, pero los dos podían caber si se acurrucaban un poco. Se sentó en el borde de la piedra y miró el plato con ansia, sus tripas volvieron a escucharse. Se tomó el estómago, seguro que él había escuchado el salvaje rugir de una fiera hambrienta como era su estómago. Sonrió avergonzada por aquel estruendo.
Iba a decir algo, pero estornudó, había recorrido medio bosque mojada y de noche, seguro que había cogido un resfriado. Notó como todo su cuerpo se estremecía en un escalofrío y se abrazó por los hombros.
-El tiempo... -Negó con la cabeza y se giró para mirar el plato. El cervatillo no estaba ni muy tostado, ni muy crudo, estaba en su punto. O bueno, eso le parecía a ella, porque claro cuando tienes hambre, todo parece el mejor manjar del mundo. En otra ocasión se habría lanzado sobre el plato y habría salido corriendo, pero se reprimió, y esperó a que Kaymi lo partiese.
Aunque estaba cerca de la hoguera y llevaba aquella gabardina, seguía teniendo frío, cómo odiaba el frío, sobre todo el frío húmedo del bosque, que se le metía en los huesos y no la dejaba ni moverse. Instintivamente se acercaba a Kaymi para tener más calor.
-... ¿Y, a dónde te diriges? Si se puede saber, claro... -Le preguntó curiosa, y un poco más animada frunciendo el ceño, quería sacar un tema de conversación que no disgustara a ninguno de los dos, ni que les pusiera tristes, tan solo quería pasar un tranquilo rato de conversación.
Alzó la vista al cielo, pese a que la mañana avanzaba poco a poco, no notaba el sol, ni el calor del sol, ni luz, ni nada parecido. Se extrañó, pero solo podía significar una cosa.
-Va a llover... -Dijo en voz baja mirando al cielo, o bueno, lo que podía ver entre el follaje de los árboles. Tan solo rezaba por que aquella lluvia no fuese tormenta.
Nana suspiró hondo, era difícil para ella asimilar que Marth ya no recordaba nada, una persona con la que había compartido momentos tan íntimos. Sacudió la cabeza, ahora estaba allí, con ese chico que se llamaba Kaymi, compartiendo un cervatillo después de tantos días sin comer. Le siguió con la mirada mientras él sacaba unos cubiertos y un plato de una especie de mochila, y luego se acercaba a ella.
Asintió con la cabeza al escuchar las palabras y le hizo un lado en la roca en la que estaba sentada. No era muy grande, pero los dos podían caber si se acurrucaban un poco. Se sentó en el borde de la piedra y miró el plato con ansia, sus tripas volvieron a escucharse. Se tomó el estómago, seguro que él había escuchado el salvaje rugir de una fiera hambrienta como era su estómago. Sonrió avergonzada por aquel estruendo.
Iba a decir algo, pero estornudó, había recorrido medio bosque mojada y de noche, seguro que había cogido un resfriado. Notó como todo su cuerpo se estremecía en un escalofrío y se abrazó por los hombros.
-El tiempo... -Negó con la cabeza y se giró para mirar el plato. El cervatillo no estaba ni muy tostado, ni muy crudo, estaba en su punto. O bueno, eso le parecía a ella, porque claro cuando tienes hambre, todo parece el mejor manjar del mundo. En otra ocasión se habría lanzado sobre el plato y habría salido corriendo, pero se reprimió, y esperó a que Kaymi lo partiese.
Aunque estaba cerca de la hoguera y llevaba aquella gabardina, seguía teniendo frío, cómo odiaba el frío, sobre todo el frío húmedo del bosque, que se le metía en los huesos y no la dejaba ni moverse. Instintivamente se acercaba a Kaymi para tener más calor.
-... ¿Y, a dónde te diriges? Si se puede saber, claro... -Le preguntó curiosa, y un poco más animada frunciendo el ceño, quería sacar un tema de conversación que no disgustara a ninguno de los dos, ni que les pusiera tristes, tan solo quería pasar un tranquilo rato de conversación.
Alzó la vista al cielo, pese a que la mañana avanzaba poco a poco, no notaba el sol, ni el calor del sol, ni luz, ni nada parecido. Se extrañó, pero solo podía significar una cosa.
-Va a llover... -Dijo en voz baja mirando al cielo, o bueno, lo que podía ver entre el follaje de los árboles. Tan solo rezaba por que aquella lluvia no fuese tormenta.
Nana
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
Nana le hizo un hueco en aquella roca y Kaymi se sentó a su lado. Se puso el plato sobre su regazo y empezó a cortar la carne en pedazos mas pequeños mientras una cuestión quedaba en el aire ¿Dónde se dirigía?
- He oído que en uno de los pueblos de por aquí cerca podrían tener información sobre semidragones y me interesa el tema - Era cierto, aunque la información que quería encontrar era únicamente sobre uno en particular.
Nana se acurrucó a Kaymi, cosa que le puso un poco nervioso, sus encuentros a solas con mujeres solían acabar con problemas, ¿porque iba aquel encuentro a ser una excepción? Pese aquello Kaymi no dijo nada tal vez Nana seguía teniendo frío y era lo mas normal del mundo buscar calor "humano" cuando se tiene frío.
Cuando hubo terminado de cortar la carne le ofreció el tenedor a Nana mientras con la otra mano usaba el cuchillo para pinchar un pedazo de carne y llevárselo a la boca.
"Mmm, no ha quedado mal pese a no tener especias" Pensó Kaymi, pues la carne había quedado bastante tierna, y, aunque no era ni de lejos la mejor que había probado, en aquel ambiente frío la carne aún caliente y jugosa era muy apetecible.
Entonces fue cuando Nana hablo del tiempo, Kaymi miró al cielo, aunque este no se veía muy bien a través de los arboles era evidente que tenía razón. Un dragón al que le gustaba volar tenía que conocer bien el cielo para saber cuando podía hacerlo, y, aunque Kaymi no era muy fuerte, si tenía algo de cabeza; con lo que pudo decir con cierta seguridad las siguientes palabras: -Tienes razón, y parece que va a llover bastante, aunque creo que tenemos suficiente tiempo para comer y con un poco de suerte llegar a salir del bosque, si es cierto que no estamos muy lejos del límite - Habló mostrando un poco, solo un poco, de superioridad; le gustaba mostrar sus conocimientos de vez en cuando.
Kaymi
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
Tomó el tenedor aún rezando por que no hubiese tormenta, si escuchaba algún rayo en su situación la cosa acabaría demasiado mal para ambos. Empezó a comer del cervatillo aquel, tanto tiempo sin comer que le sabía a gloria. Se rascó los ojos hinchados, de llorar y de no dormir, llevaba más de dos días sin dormir, ni descansar. Ya llevaban un rato comiendo, solo quedaba un trozo de carne.
-No sé si... -Iba a decir algo pero algo le calló en la punta de la nariz, algo mojado. Se llevó la mano a la nariz y alzó la mirada al cielo. Empezaron a caerle gotas de agua sobre la frente y las mejillas. -Ni terminar comer tranquilos .. -Murmuró y se comió el último trozo de carne. A lo lejos escuchó aquello que más temía, un trueno, un gran estruendo que se clavó en su cabeza, se agarró las sienes y apretó los dientes hasta hacerlos chirriar. Qué ganas de salir corriendo o esconderse le había entrado de repente.
Corrió sin mediar palabra a recoger la manta que ya estaba seca, la había dejado tendida sobre una rama, se la echó por encima de la cabeza y se sentó en un rincón, tapada entera, abrazándose de nuevo las rodillas con la espalda apoyada en uno de los grandes árboles. Sentía como su cuerpo se estremecía cada vez que escuchaba aquel infernoso estruendo. Tenía los ojos cerrados, apretándolos con todas sus fuerzas, ocultándose detrás de su pelo. Cada vez se pegaba más al tronco del árbol, no se sentía nada segura.
-No sé si... -Iba a decir algo pero algo le calló en la punta de la nariz, algo mojado. Se llevó la mano a la nariz y alzó la mirada al cielo. Empezaron a caerle gotas de agua sobre la frente y las mejillas. -Ni terminar comer tranquilos .. -Murmuró y se comió el último trozo de carne. A lo lejos escuchó aquello que más temía, un trueno, un gran estruendo que se clavó en su cabeza, se agarró las sienes y apretó los dientes hasta hacerlos chirriar. Qué ganas de salir corriendo o esconderse le había entrado de repente.
Corrió sin mediar palabra a recoger la manta que ya estaba seca, la había dejado tendida sobre una rama, se la echó por encima de la cabeza y se sentó en un rincón, tapada entera, abrazándose de nuevo las rodillas con la espalda apoyada en uno de los grandes árboles. Sentía como su cuerpo se estremecía cada vez que escuchaba aquel infernoso estruendo. Tenía los ojos cerrados, apretándolos con todas sus fuerzas, ocultándose detrás de su pelo. Cada vez se pegaba más al tronco del árbol, no se sentía nada segura.
Nana
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
Justo cuando se acabaron la comida empezaron a caer las primeras gotas de agua. Kaymi cogió el plato y los cubiertos y se los guardó en la mochila. Se oyó un trueno a lo lejos, pero aunque había sonado bastante lejos Nana se fue corriendo por la manta con la que la había encontrado y se sentó en un rincón. Parecía que le tuviera miedo a los relámpagos.
Kaymi se acercó a Nana y se puso de cuclillas a su lado. - Oye, ¿estas bien? Deberíamos encontrar algún sitio dónde resguardarnos de la lluvia -
La lluvia caía cada vez más fuerte y el sonido de los truenos era cada vez mas cercanos, si no salían rápido de allí iban a acabar llenos de lodo.
Se puso a observar a los alrededores, a ver si encontraba algún sitio en el que pudieran resguardarse. - Conocías el camino al pueblo, ¿Sabes si por aquí podemos resguardarnos de la lluvia en algún lugar? - Dije con la voz algo acelerada. - ¿No querrás que cojamos un resfriado? -
Siguió mirando a sus alrededores mientras Nana seguía allí, estaba empezado a ponerse nerviosa, allí había algo mas que árboles y lluvia, y su instinto le decía que se alejaran del lugar. - Vamos, hay algo raro rondando por aquí y no quiero que ni tu ni yo acabemos por encontrárnoslo -
Última edición por Kaymi el Sáb Jun 29 2013, 23:35, editado 1 vez
Kaymi
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
Nana seguía tirada en el suelo, estremeciéndose cada vez que escuchaba ese estruendo, luchaba con su parte animal para no dejarla salir, debía de mantenerse consciente, o acabaría haciéndole daño a Kaymi, o a cualquier ser viviente que apareciese por ahí.
Alzó la cabeza para mirar a Kaymi mientras hablaba, el pitido volvía a su cabeza, no la dejaba pensar ni hacer absolutamente nada. El mundo iba demasiado lento y solo escuchaba los truenos. Sus ojos ahora brillaban más amarillos que nunca, resplandecientes a la poca luz que quedaba de la hoguera.
Apretaba los dientes con fuerza, chirriando, y clavaba sus uñas contra sus rodillas haciéndose leves heridas. Total, unos rasguñones más no iban a importarle mucho. Se mordió el labio impotente, sus colmillos empezaban a asomar, el pitido estaba haciendo que perdiese los papeles más rápido.
-Corre.. Corre Kaymi.. -Le dijo en voz baja clavando las uñas más en sus rodillas, y mordiéndose con los colmillos el labio.
Cerró los ojos con fuerza, intentando relajarse, tan solo escuchando el silbido del viento, y el pitido paró, pero no tenía mucho tiempo. Se levantó y se quitó la gabardina de su compañero, dolorida y aturdida le devolvió la chaqueta para luego taparse con la manta, que era lo único que tenía.
-Corre.. -Insistió asintiendo con la cabeza. Tuvo que pararse un momento antes de decir nada, para apoyarse en un árbol, todo le empezaba a dar vueltas, estaba muy mareada y sentía que iba a perder el conocimiento en cualquier momento. Pero no podía permitírselo.
Alzó la cabeza para mirar a Kaymi mientras hablaba, el pitido volvía a su cabeza, no la dejaba pensar ni hacer absolutamente nada. El mundo iba demasiado lento y solo escuchaba los truenos. Sus ojos ahora brillaban más amarillos que nunca, resplandecientes a la poca luz que quedaba de la hoguera.
Apretaba los dientes con fuerza, chirriando, y clavaba sus uñas contra sus rodillas haciéndose leves heridas. Total, unos rasguñones más no iban a importarle mucho. Se mordió el labio impotente, sus colmillos empezaban a asomar, el pitido estaba haciendo que perdiese los papeles más rápido.
-Corre.. Corre Kaymi.. -Le dijo en voz baja clavando las uñas más en sus rodillas, y mordiéndose con los colmillos el labio.
Cerró los ojos con fuerza, intentando relajarse, tan solo escuchando el silbido del viento, y el pitido paró, pero no tenía mucho tiempo. Se levantó y se quitó la gabardina de su compañero, dolorida y aturdida le devolvió la chaqueta para luego taparse con la manta, que era lo único que tenía.
-Corre.. -Insistió asintiendo con la cabeza. Tuvo que pararse un momento antes de decir nada, para apoyarse en un árbol, todo le empezaba a dar vueltas, estaba muy mareada y sentía que iba a perder el conocimiento en cualquier momento. Pero no podía permitírselo.
Nana
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
Vio como Nana empezaba a perder el control y le devolvió su gabardina. Parecía que algo la estaba volviendo loca y quería que él se alejara de allí. Aquello que estaba molestando a nana tenía relación con los relámpagos. - No pienso dejarte aquí sola, así es como te encontré y no podría dejar que todo siguiese igual - Kaymi escucho un par de estruendos de relámpagos de nuevo.
- ¿Que te pasa, tienes miedo de unos cuantos rayos? - A Kaymi le gustaba ver caer los relámpagos, pues su organismo estaba hecho para generarlos y soportarlos. eso mientras estaba en su forma de dragón. - No tienes que asustarte por eso mientras yo esté aquí, los relámpagos no son nada para mi - Dijo mientras le guiñaba el ojo. - Así que ya mismo estas viniendo conmigo -
Estaba dispuesto a demostrar sus palabras si era necesario, recibir un par de relámpagos mientras se encontraba en su forma de dragón no era nada para él, durante las tormentas había entrenado recibiendo algunos mas de una vez.
Se acerco a Nana y la cogió por e brazo para hacer que se lo pasara por encima después de meter la gabardina en la mochila. - Vamos, los dos saldremos de aquí - Dijo Kaymi mientras intentaba cargar con ella.
Su instinto le decía que algo malo estaba a punto de ocurrir "Que sorpresa" pensó con ironía, "mujeres y problemas juntos de nuevo" -Yo te llevaré y tu me dirás por donde ir - dijo mientras empezaba a andar. - Y si no te crees que yo vaya a poder contra la tormenta dímelo, que te lo demostraré. Creo que nos parecemos bastante en una cuestión en particular -
A Kaymi le daba la sensación de que Nana debía ser al guíen capaz de transformarse, igual que él, aunque no era un dragón, lo habría notado mucho antes.
Kaymi
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
Estaba aturdida, mareada y a punto de desfallecerse, cuando notó que alguien, algo, la agarraba del brazo y la ayudaba a andar. Caminaba como drogada, ausente, y todo sucedía demasiado lento para su gusto. Los estruendos resonaban en su cabeza durante más tiempo de lo que en realidad sonaban, era un eco infernal. Se mordió el labio con el colmillo y se hizo sangre.
Entornaba los ojos intentando ver por dónde andaba, tropezaba continuamente, casi cayendo al suelo de rodillas. No le quedaban fuerzas ni para sostener aquella manta que al final cedió al arrastrarla por el suelo, enganchándose en un matorral y haciendo caer a Nana al suelo de rodillas, se tambaleaba de un lado a otro, el mundo se le venía encima.
Se puso en pie, dejando la manta rasgada allí y se alejó de Kaymi, estaba a punto de transformarse, aquella bestia se alimentaba del miedo. Volvió a caer al suelo y alzó el brazo en señal de que Kaymi no se acercase. Se puso de rodillas agarrándose la cara con las manos, luchando con esa fiera interna que gritaba por salir. La respiración empezó a agitarse, sentía como se le iba a salir el corazón por la boca, pero no se daría por vencida, no iba a dejarse vencer tan fácilmente.
Gritó con todas sus fuerzas pero aquella bestia se apoderó de ella. Nana ya no era Nana. Se levantó, como si nada, con el semblante serio, como si nunca hubiese sucedido aquello, como si no tuviese miedo a las tormentas. Sus ojos brillaban más amarillos que nunca. Esbozó media sonrisa y se acercó a Kaymi.
-Vaya, vaya... Una lagartija.. -Dijo sonriendo mientras enseñaba los puntiagudos colmillos y agarrándole con la mano por la barbilla. La pupila estaba más dilatada, no se le veía el blanco de los ojos.
Entornaba los ojos intentando ver por dónde andaba, tropezaba continuamente, casi cayendo al suelo de rodillas. No le quedaban fuerzas ni para sostener aquella manta que al final cedió al arrastrarla por el suelo, enganchándose en un matorral y haciendo caer a Nana al suelo de rodillas, se tambaleaba de un lado a otro, el mundo se le venía encima.
Se puso en pie, dejando la manta rasgada allí y se alejó de Kaymi, estaba a punto de transformarse, aquella bestia se alimentaba del miedo. Volvió a caer al suelo y alzó el brazo en señal de que Kaymi no se acercase. Se puso de rodillas agarrándose la cara con las manos, luchando con esa fiera interna que gritaba por salir. La respiración empezó a agitarse, sentía como se le iba a salir el corazón por la boca, pero no se daría por vencida, no iba a dejarse vencer tan fácilmente.
Gritó con todas sus fuerzas pero aquella bestia se apoderó de ella. Nana ya no era Nana. Se levantó, como si nada, con el semblante serio, como si nunca hubiese sucedido aquello, como si no tuviese miedo a las tormentas. Sus ojos brillaban más amarillos que nunca. Esbozó media sonrisa y se acercó a Kaymi.
-Vaya, vaya... Una lagartija.. -Dijo sonriendo mientras enseñaba los puntiagudos colmillos y agarrándole con la mano por la barbilla. La pupila estaba más dilatada, no se le veía el blanco de los ojos.
Nana
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
Poco después de caminar notó como Nana tropezaba continuamente y acabó cayendo al suelo de rodillas. Kaymi intentó sujetarla pero la la lluvia hizo que le resbalara entre los dedos. La manta que llevaba ella, que eran sus únicos ropajes hasta el momento se enganchó en un matorral y ella se quedo allí desnuda bajo la lluvia.
Mientras Kaymi fue a sacar la gabardina de la mochila para que ella se la volviera a poner algo de ropa por encima notó como ella se levantaba. Cuando acabó de girar la cabeza se encontró con que ella estaba de pié y se estaba alejando de él. Volvió a caer al suelo y le hizo un gesto para que no se acercase. Kaymi hizo un paso hacia adelante - ¿Oye, que te pasa? Deberíamos salir de aquí, no pienso dejarte atrás - Era evidente que después de intentar ayudar a alguien no podía dejarla peor de como se la había encontrado, pues eso parecía.
De repente Kaymi oyó un grito que salía de la boca de Nana y casi se cayó al suelo del sobresalto, tuvo que apoyarse en un árbol para lograrlo, y su gabardina acabó encima de un arbusto, uno de estos que están llenos de frutos rojos.
Cuando Kaymi recuperó el equilibrio ella estaba andando hacia él con una extraña sonrisa en su rostro. Él fue a apartar la mirada cuando notó nomo le cogían la barbilla. Ella la miro a los ojos. - Deberías tratar ... - Empezó a decir, pero entonces se fijó en que algo de ella había cambiado, hacía un momento ella estaba asustada como una rata en un rincón, en cambio ahora se encontraba allí de pie como si nada mostrándose mucho mas segura. Y mas importante aún, le acababa de llamar ¿lagartija?
- Creo que estaría bien que me soltaras, te taparas un poco, y me contaras que esta pasando aquí - Dijo bastante nervioso - A, y no soy ninguna lagartija - Acabó con algo mas de ímpetu.
Kaymi
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
El modo "bersek" la estaba consumiendo hasta niveles insospechados, aquella bestia no se había convertido en bestia, sino que se había apropiado de su propio cuerpo y ahora estaba causando estragos. En su interior la lucha interna era más violenta aún que los rayos que caían sobre Aerandir, y más violenta que el golpeteo de la lluvia contra el suelo.
Se acercó más a él, clavando sus pupilas dilatadas en las del dragón, aquel monstruo haría lo que fuese para torturarla, tenía sed de venganza por todas aquellas veces que quiso salir y lo reprimió. Se pasó la lengua por los labios y se acercó aún más a él quedando a centímetros de su rostro oído.
-Anda.. ¿No quieres jugar..? -Le preguntó en un susurro y le miró a los ojos de nuevo acercándose a sus labios.
Abrió la boca, con una sonrisa de oreja a oreja, maliciosa, oscura, con aquellos ojos que tenían luz propia. Entonces se hizo unos pasos hacia atrás, agachándose mientras se agarraba la cabeza con violencia. Cerrando la boca, apretando los dientes ahogando chillidos de dolor, aquello solo le sucedía cuando estaba tan débil que no tenía fuerzas para poder reprimir todo aquello.
Aún así, hoy no era un buen día para ella, más bien todo lo contrario. Finalmente pudo desgastarse a sí misma lo suficiente para caer inconsciente al suelo. Con suerte, cuando despertase no estaría allí, y todo habría sido un mal sueño del que despertaría. Con suerte...
Se acercó más a él, clavando sus pupilas dilatadas en las del dragón, aquel monstruo haría lo que fuese para torturarla, tenía sed de venganza por todas aquellas veces que quiso salir y lo reprimió. Se pasó la lengua por los labios y se acercó aún más a él quedando a centímetros de su rostro oído.
-Anda.. ¿No quieres jugar..? -Le preguntó en un susurro y le miró a los ojos de nuevo acercándose a sus labios.
Abrió la boca, con una sonrisa de oreja a oreja, maliciosa, oscura, con aquellos ojos que tenían luz propia. Entonces se hizo unos pasos hacia atrás, agachándose mientras se agarraba la cabeza con violencia. Cerrando la boca, apretando los dientes ahogando chillidos de dolor, aquello solo le sucedía cuando estaba tan débil que no tenía fuerzas para poder reprimir todo aquello.
Aún así, hoy no era un buen día para ella, más bien todo lo contrario. Finalmente pudo desgastarse a sí misma lo suficiente para caer inconsciente al suelo. Con suerte, cuando despertase no estaría allí, y todo habría sido un mal sueño del que despertaría. Con suerte...
Nana
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
Aquella mujer le estaba empezando a poner nervioso, era evidente que algo raro le ocurría. Después de que ella le sonriera maliciosamente, y a ojos de Kaymi, se le insinuara, ella se desmayó. "¿Porque siempre pasan cosas raras cuando hay mujeres cerca?" Se pregunto Kaymi, bueno, no siempre pasaban este tipo de cosas pero si que le pasaban bastante a menudo.
Buscó el lugar dónde estaba la manta rasgada con la mirada. En cuanto la localizó fue a por ella, cogiendo también la gabardina por el camino. Con cierta dificultad Kaymi envolvió a Nana con la manta y luego le puso la gabardina. Una vez vestida se la cargó en el hombro y empezó a andar en dirección a la salida del bosque.
Después de caminar durante un tiempo Kaymi vio una pequeña gruta en la que podían ponerse a cubierto. Dejó a Nana en la entrada de ésta, ya a cubierto de la lluvia u se adentró un poco. era un lugar bastante pequeño y al parecer no había nada. El semidragón acabó por decidir quedarse en la gruta. Había unos arbustos en ella, los arrancó y los puso en el centro para encender una pequeña hoguera con su pedernal. Era una hoguera bastante pequeña, pero les serviría para secarse un poco. Cogió a Nana para dejarla cerca del fuego, tendida en el duelo.
Bueno ahora solo cabía esperar a que terminase de llover, y a que la chica despertase. ¿Pero quién despertaría? ¿Aquella mujer que parecía indefensa? ¿O la que había acabado por desmayarse? Kaymi procuró tener bien a mano su arma, y se puso alerta, esperando cualquier cosa. Quién sabe, incluso podría llegar algo peor desde el bosque.
Kaymi
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
Había quedado totalmente inconsciente, sin fuerzas para continuar, sin fuerzas para nada. Por otra parte, había conseguido a base de agotamiento calmar a aquella bestia indomable que dormía ahora profundamente al igual que ella. No sabía si Kaymi la iba a recoger, o si amanecería sola en mitad del bosque, pero no le importaba. Lo único que le importaba era que no le había hecho daño a nadie.
No soñó, tan solo negro, un abismo, ni un ápice de luz, ni recuerdos, simplemente negro. Cuando empezó a recuperar la consciencia no sabía dónde estaba, pero aquel techo le era familiar, rezaba por estar en su cueva, después de un día de caza. Abrió levemente los ojos, veía todo borroso y deformado, las formas se movían en un sin sentido, pero tenía que irse de allí.
Terminó de abrir los ojos y giró la cabeza hacia un lado, allí estaba una figura vestida de negro, y una hoguera, era lo único que podía distinguir. Entrecerró los ojos y suspiró con la poca fuerza que tenía. Se intentó incorporar apoyando todo su peso sobre su brazo, pero cayó al suelo.
-Buenos días... -Dijo en voz baja, como podía. Le parecía extraño que aquel chico la hubiese recogido después de aquello, le había torturado y utilizado después de darle de su comida. Se sentía horrible. Estaba avergonzada de ella misma, bueno, de su otra ella. Desvió la mirada, seguía sin ver bien, pero veía lo suficiente para ver que Kaymi tenía agarrada su espada. Sonrió para si misma ¿Habría llegado la hora de acabar con aquel martirio a lo que los humanos llamaban vida? -Mátame, lo estás deseando.. -Le dijo con una sonrisa irónica, y cerró los ojos, esperando a que pasase todo, acabar con aquello lo antes posible.
No soñó, tan solo negro, un abismo, ni un ápice de luz, ni recuerdos, simplemente negro. Cuando empezó a recuperar la consciencia no sabía dónde estaba, pero aquel techo le era familiar, rezaba por estar en su cueva, después de un día de caza. Abrió levemente los ojos, veía todo borroso y deformado, las formas se movían en un sin sentido, pero tenía que irse de allí.
Terminó de abrir los ojos y giró la cabeza hacia un lado, allí estaba una figura vestida de negro, y una hoguera, era lo único que podía distinguir. Entrecerró los ojos y suspiró con la poca fuerza que tenía. Se intentó incorporar apoyando todo su peso sobre su brazo, pero cayó al suelo.
-Buenos días... -Dijo en voz baja, como podía. Le parecía extraño que aquel chico la hubiese recogido después de aquello, le había torturado y utilizado después de darle de su comida. Se sentía horrible. Estaba avergonzada de ella misma, bueno, de su otra ella. Desvió la mirada, seguía sin ver bien, pero veía lo suficiente para ver que Kaymi tenía agarrada su espada. Sonrió para si misma ¿Habría llegado la hora de acabar con aquel martirio a lo que los humanos llamaban vida? -Mátame, lo estás deseando.. -Le dijo con una sonrisa irónica, y cerró los ojos, esperando a que pasase todo, acabar con aquello lo antes posible.
Nana
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
Nana empezó a abrir los ojos, mientras que la lluvia seguía cayendo fuera de la cueva. Había estado inconsciente poco rato, lo que él había tardado en encontrar aquella pequeña cueva y encender el fuego. Kaymi ignoró las palabras de Nana, no parecía que tuviera fuerzas para atacarle, así que el semidragón se relajo y soltó la empuñadura de su arma.
- ¿Cómo te encuentras? - Dijo algo nervioso - Creo que mi gabardina te sienta bien - Bromeo con la intención de relajar el ambiente. Se oían algunos truenos de fondo, pero parecía que estaban mas lejos que antes y cada vez eran más débiles.
- Parece que va a parar de aquí a un rato - Dijo, no sabía sobre que hablar exactamente, hasta que se le ocurrió que tal vez ella necesitara alguien que la acompañara, al menos hasta que obtuviera algo de ropa.
- Si quieres puedo acompañarte hasta el pueblo, mientras puedes llevar mi chaqueta, no creo que sea muy agradable ir caminando desnudo por todas partes - En realidad no es que lo creyera, sino que estaba seguro, pues él había acabado en situaciones algo parecidas por culpa de sus transformaciones en dragón.
Kaymi fue escuchando los truenos, que caían en la lejanía, le gustaba aquel sonido, le recordaba los días de su entrenamiento.
Kaymi
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
Nana se miró el cuerpo después de la broma de Kaymi, estaba tan helada que no sentía nada, pensaba que seguía desnuda. Se relajó, al parecer el dragón no tenía ninguna intención en hacerle daño pese a aquel momento incómodo hacía minutos atrás.
Rió al escucharle hablar sobre la ropa, sobre ir desnuda a todas partes, y se puso a toser, no tenía fuerzas ni para reírse. Volvió a cerrar los ojos fruto del cansancio y luego giró la cabeza hacia Kaymi, el fuego que había encendido el dragón a penas la calentaba, intentaba disimular el tembleque de sus piernas intentando incorporarse.
-Con lo incómoda que es la ropa.. -Dijo en tono de broma, aunque lo decía en serio, odiaba tener que vestirse, la ropa era un impedimento para moverse en cualquier ámbito, en peleas, a la hora de correr, de cazar.. Se incorporó como pudo, sentándose contra la pared de la cueva, tenía mucho frío y le temblaba hasta la mandíbula.
Se abrazó los hombros y apartó la mirada avergonzada, en menos de tres horas aquel chico la había recogido de en mitad del bosque mientras ella había intentado matarla, le había dado de comer y ahora compartía hoguera con ella.
-..Gracias de nuevo. -Le agradeció sin mirarle a los ojos, se sentía mal por lo que había ocurrido antes, por las intenciones de su otra mitad. -.. Aquella no era yo. -Añadió alzando levemente la mirada del suelo, triste. -No tiene sentido contártelo, ya sabes qué soy. Al fin y al cabo no somos tan diferentes, ¿no, Kaymi? -Le miró a los ojos por un momento y luego apartó la mirada hacia la hoguera. Seguía tiritado, aquel frío húmedo le calaba hasta los huesos.
Rió al escucharle hablar sobre la ropa, sobre ir desnuda a todas partes, y se puso a toser, no tenía fuerzas ni para reírse. Volvió a cerrar los ojos fruto del cansancio y luego giró la cabeza hacia Kaymi, el fuego que había encendido el dragón a penas la calentaba, intentaba disimular el tembleque de sus piernas intentando incorporarse.
-Con lo incómoda que es la ropa.. -Dijo en tono de broma, aunque lo decía en serio, odiaba tener que vestirse, la ropa era un impedimento para moverse en cualquier ámbito, en peleas, a la hora de correr, de cazar.. Se incorporó como pudo, sentándose contra la pared de la cueva, tenía mucho frío y le temblaba hasta la mandíbula.
Se abrazó los hombros y apartó la mirada avergonzada, en menos de tres horas aquel chico la había recogido de en mitad del bosque mientras ella había intentado matarla, le había dado de comer y ahora compartía hoguera con ella.
-..Gracias de nuevo. -Le agradeció sin mirarle a los ojos, se sentía mal por lo que había ocurrido antes, por las intenciones de su otra mitad. -.. Aquella no era yo. -Añadió alzando levemente la mirada del suelo, triste. -No tiene sentido contártelo, ya sabes qué soy. Al fin y al cabo no somos tan diferentes, ¿no, Kaymi? -Le miró a los ojos por un momento y luego apartó la mirada hacia la hoguera. Seguía tiritado, aquel frío húmedo le calaba hasta los huesos.
Nana
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
Vio como Nana empezaba a toser, parecía estar helada, Kaymi buscó en su mochila, debería tener alguna pequeña manta, que no usaba normalmente, ya que no acostumbraba a tener frío y si lo tenía se tiraba la gabardina a modo de manta. Al fin la encontró, estaba bastante seca aunque no cubría mucho.
- Toma - Le ofreció la manta a Nana - No creo que te sirva de mucho pero al menos esta seca -
Esperó a ver si le comentaba algo sobre que tenía pensado hacer, pero ella no comento nada.
Kaymi escucho el eco de un trueno, parecía que la tormenta se estaba alejando, aunque aún llovía un poco, deberían secarse las ropas antes de seguir, aunque si había algún pueblo cerca podrían buscar una posada para pasar la noche y recuperar fuerzas.
Entonces Nana le agradeció su ayuda, parecía que su mitad animal tenía otra personalidad, según lo que ella contaba. - Si bien es cierto que no somos tan distintos, yo puedo controlar mis actos - Después de decirlo pensó en lo que acababa de decir, tal vez fuera algo ofensivo. - Quiero decir, ¿eso les pasa a todos los de tu especie? -
Kaymi no recordaba haber conocido a muchos como ella, la mayoría de los que había conocido durante sus viajes eran elfos o humanos, así que no estaba seguro de aquello, y su curiosidad le hizo preguntar sobre algo que tal vez ella no querría contar.
- Bueno, no tienes porque contármelo si no quieres - Dijo mientras observaba el fuego.
Kaymi
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
Miraba caer la lluvia fuera de aquella gruta, y se preguntaba dónde estarían, no había sol para orientarse, y no podría salir del bosque sin saber hacia donde ir, podría acabar en terrenos peligrosos, o perdida, quién sabe. Si hubiese sido por ella habría salido corriendo en el momento en el que se había despertado.
-¿Eh..? -Negó con la cabeza, despertando de sus cavilaciones, de aquellos pensamientos en los que se había sumido. Agarró la manta dubitativa y se la echó por encima, después estornudó. Volvió a quedarse embelesada mirando arder el fuego, y luego miró a Kaymi mientras éste hablaba sobre su especie y demás. Nana rió con la poca fuerza que le quedaba.
-No es mi especie.. -Comenzó a explicar acurrucándose más contra la pared. -Es la maldición. -Miró a los ojos a Kaymi, seria y después apartó la vista. -Dicen que una vez cada cien años nace un lobo negro. -Volvió a reír, irónica, no creía en aquellas leyendas estúpidas. -Y después de novecientos noventa y nueve años, me tocó a mi. -Se encogió de hombros, sarcástica, como de costumbre.
La tormenta empezaba a amainar, giró la cabeza hacia el exterior, ya no se escuchaban estruendos de rayos, y las gotas de lluvia caían debilmente sobre las rocas y sobre el suelo, haciendo pequeños halos en los charcos. Suspiró e intentó levantarse apoyándose sobre la pared, como pudo se sostuvo en pie. Debía de irse, no quería ser un estorbo para el dragón. Las piernas le flojeaban aún, y sin poder evitarlo se resbaló por la pared hasta quedar sentada de nuevo en el suelo.
-¿Eh..? -Negó con la cabeza, despertando de sus cavilaciones, de aquellos pensamientos en los que se había sumido. Agarró la manta dubitativa y se la echó por encima, después estornudó. Volvió a quedarse embelesada mirando arder el fuego, y luego miró a Kaymi mientras éste hablaba sobre su especie y demás. Nana rió con la poca fuerza que le quedaba.
-No es mi especie.. -Comenzó a explicar acurrucándose más contra la pared. -Es la maldición. -Miró a los ojos a Kaymi, seria y después apartó la vista. -Dicen que una vez cada cien años nace un lobo negro. -Volvió a reír, irónica, no creía en aquellas leyendas estúpidas. -Y después de novecientos noventa y nueve años, me tocó a mi. -Se encogió de hombros, sarcástica, como de costumbre.
La tormenta empezaba a amainar, giró la cabeza hacia el exterior, ya no se escuchaban estruendos de rayos, y las gotas de lluvia caían debilmente sobre las rocas y sobre el suelo, haciendo pequeños halos en los charcos. Suspiró e intentó levantarse apoyándose sobre la pared, como pudo se sostuvo en pie. Debía de irse, no quería ser un estorbo para el dragón. Las piernas le flojeaban aún, y sin poder evitarlo se resbaló por la pared hasta quedar sentada de nuevo en el suelo.
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
La respuesta de Nana le extrañó un poco, al parecer ella era una licántropo única, aunque se pararecía mas a él de lo que ella imaginaba. "¿Loba negra?" Kaymi sonrió por la ironía. - Creo que nos parecemos mas de lo que piensas - Aunque él no tenía ningún problema de personalidad, al menos que el conociera.
Vio cómo prácticamente dejaban de caer gotas fuera de la cueva y empezaba a asomar el sol después de la tormenta. Nana hizo un intento de levantarse ayudándose en la pared. Aguantó de pié unos segundos antes de resbalar y acabar sentada de nuevo.
- Si sigues sin aceptar mi ayuda para caminar, deberíamos esperarnos aquí un rato hasta que recuperes fuerzas - Tal como estaba ella parecía que no podría avanzar demasiado sin caer, y los bosques escondían peligros. En ese estado poco duraría si se encontraba con alguna bestia o simplemente con mala gente. - Déjame al menos acompañarte hasta una posada donde puedas estar tranquila -
Miró el fuego, no duraría muco mas, aquellos arbustos estaban a punto de ser consumidos completamente por las llamas. Kaymi miró por la cueva para ver si encontraba alguna cosa mas que pudiera alimentar el fuego pero no vio nada.
- Si estas de acuerdo puedo intentar salir un momento a por algunas ramas para alimentar mejor el fuego - Podía confiar en que no saldría de la cueva aunque lo intentara, y si lo conseguía no sería demasiado difícil seguir su rastro. - Espero que no intentes irte con mi gabardina mientras estoy fuera un momento - Bromeó.
Kaymi
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Re: El camino de vuelta siempre es más largo (Libre, interpretativo)
Le avergonzaba sentirse como una niña pequeña de la que tienen que cuidar constantemente, odiaba sentirse tan inútil. Se frotó la cara con las manos y apoyó la cabeza en la pared, cerrando los ojos, escuchando las palabras de Kaymi, que rebotaban en su cabeza como si fuese un eco infernal. Se sentía mucho peor que en los peores días de resaca.
-No voy a dejar que cargues conmigo, no soy ningún saco. -Le dijo abriendo un ojo con una media sonrisa, de broma, y se incorporó levemente sosteniéndose la cabeza algo mareada. Entonces miró hacia fuera, miró el cielo, empezaba a clarear, pero parecía que el cielo les iba a dar una tregua bastante corta, ¿Qué hora sería? medio día quizá, no estaba segura.
-Tranquilo, si pudiese salir corriendo ya lo habría hecho. -Le respondió a su broma con otra broma e hizo un intento de sonrisa, pero le dolían las mandíbulas, le dolía hasta respirar. -Kaymi, date prisa, no estamos en un sitio muy seguro. -Le dijo clavando la mirada en el fuego, que poco a poco iba apagándose.
Realmente su plan era esperar a que Kaymi fuese a buscar ramas para quitarse las mantas, su gabardina, e irse; pero luego recordó que aquel dragón no sabía salir de allí, y además la licántropa carecía de fuerzas siquiera para mover las manos, a penas para parpadear. La falta de sueño y el desgaste físico la habían dejado al borde de un desfallecimiento. Volvió a estornudar, la humedad del bosque le helaba los huesos, aunque disimulaba el temblequeo debajo de las mantas y la gabardina de Kaymi.
-No voy a dejar que cargues conmigo, no soy ningún saco. -Le dijo abriendo un ojo con una media sonrisa, de broma, y se incorporó levemente sosteniéndose la cabeza algo mareada. Entonces miró hacia fuera, miró el cielo, empezaba a clarear, pero parecía que el cielo les iba a dar una tregua bastante corta, ¿Qué hora sería? medio día quizá, no estaba segura.
-Tranquilo, si pudiese salir corriendo ya lo habría hecho. -Le respondió a su broma con otra broma e hizo un intento de sonrisa, pero le dolían las mandíbulas, le dolía hasta respirar. -Kaymi, date prisa, no estamos en un sitio muy seguro. -Le dijo clavando la mirada en el fuego, que poco a poco iba apagándose.
Realmente su plan era esperar a que Kaymi fuese a buscar ramas para quitarse las mantas, su gabardina, e irse; pero luego recordó que aquel dragón no sabía salir de allí, y además la licántropa carecía de fuerzas siquiera para mover las manos, a penas para parpadear. La falta de sueño y el desgaste físico la habían dejado al borde de un desfallecimiento. Volvió a estornudar, la humedad del bosque le helaba los huesos, aunque disimulaba el temblequeo debajo de las mantas y la gabardina de Kaymi.
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