Desorientación (Libre)

- No muchacha, hasta dentro de unas dos semanas no tendré lo que me pides - Le habia dicho la costurera de Lunargenta. Aquello suponia un retraso en su viaje de exploración... bueno, visto por el lado positivo eso le daria tiempo para convencer a los Fulham pues ellos se negaban a dejarla ir tan pronto. Lo cierto es, que aunque eran muy mandones y exigentes tambien eran muy protectores con ella... aunque a veces era un poco desesperante sentirse demasiado sobre protegida.

Desde su llegada a aquellas tierras, tan solo habia salido de la granja de los Fulham en una ocasión y fue acompañada. Aquella tarde iba sola y sudores le habia costado convencer a Jon y Alissya de ello.

Debia llevar un par de horas caminando, habia perdido la noción del tiempo... estaba segura de una cosa: Se habia perdido, no tenia ni idea de donde estaba. Seguro que le caeria una buena reprimenda por aquello; Era absurdo, a su edad sintiendose como una adolescente cada vez que le caia una riña.

Apoyó su espalda en un arbol mientras intentaba centrarse, muy probablemente habria estado caminando en circulos - Necesitaré un mapa - Pensó en voz alta mientras fruncia el labio.

Su larga melena blanquecina caia libremente a su espalda, iba vestida con un sencillo y desgastado vestido de campesina en tonos marrones.

Off: Con permiso que me meta sin avisar, si no deseas mi presencia me lo dices redondamente ^^
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On:

One mischievous little woodpecker
Another day, pecking your holes
Ruining the woods, tree wrecker
The angry old forest god turned your poor beak into a poison knife

Entonar la canción y verme de nuevo en esta parte de los reinos de aerandir se sentía extremadamente bien. Tanto que vagué revolcándome por el suelo y restregándome contra los árboles y el pasto. Iba descalza de de rato en rato cambiaba mi forma para recibir mejor los tibios rayos del sol.

Estaba algo cansada por las transformaciones, pero en realidad incluso el cansancio se sentía bien. Los colores vivos y alegres en contraste con la blancura de la nieve y los últimos sucesos en los Reinos del Norte se sentían como una caricia en el alma. Incluso tenía ganas de sonreír, cosa muy distinta a mi risa desparpajante de siempre.

Chupé una bocanada de aire y grité a todo pulmón, respiré profundamente y esperé ansiosa escuchar el eco en los árboles de la zona; éste no tardó en regresar a mí. Quedé embelezada por el sonido y la paz reinantes. El viento era cálido, y se sentía a la temperatura perfecta. De pronto mi olfato me alertó de algo nuevo, más bien de una presencia.

Suspiré, la primera idea fue alejarme más que rápido del lugar, lo menos que quería era socializar de nuevo, aunque el día invitaba y la curiosidad me ganó. Traté de ser sigilosa, pero creo que no lo logré a juzgar por el comportamiento de la joven. Ella no era de más porte que yo, aunque si bella. Cabellos claros, un rasgo extraño para una humano. Olisquee el aire y decidí acercarme.

Off: Buenas, deje aviso de que me quería unir al rol, pero si molesto tu solo dime,no hay drama ^^

A pesar de haber un clima agradable, con un bello sol y viento tibio, para Karel no era un buen día, su dinero se agotaba y estaba bastante lejos de un pueblo, lo único que le quedaba eran un puñado de monedas de oro y eso era bastante poco para alguien que gustaba de dormir en buenos lugares y comer buena comida; de comida de las mejores posadas paso a cazar su propio alimento y vender algunas pieles de los animales que mataba, aunque no era mucho lo que ganaba. Aburrido de buscar un animal de pieles valiosas en medio del bosque decidió que seria mejor robar el botín de otro cazador y para su suerte, no muy a lo lejos de donde estaba logro ver una pequeña cabaña de tinte rustico.

Camino en dirección a la guarida de algún cazador de la zona e ingreso silenciosamente en búsqueda de algo bueno, aunque para su decepción solo habían artesanías de segunda mano adornando el lugar, aunque hubo algo que llamo su atención, un pequeño saco, Karel se acerco a ver que había dentro pero solo encontró una pierna de venado, viendo lo pobre del lugar decidió hacerse con la carne, pues era una molestia para el darse el trabajo de cazar animales sin un arco.

Aunque para su mala fortuna, el cazador, dueño de la cabaña y la carne robada estaba a solo unos metros de su vivienda logrando ver al ladrón cuando este apenas salio, furioso al ver como le quitaban lo suyo, tomo su arco y apunto en dirección a Karel, disparando una flecha, la cual choco en un árbol frente a Karel.


Al ver como el ladrón huía con rapidez, el cazador tomo su arco y comenzó a perseguirle, aunque a pesar de lo mucho que corriera, no lograba alcanzarle, por lo que comenzó a disparar sus flechas en dirección a Karel, quien pudo evadirlas gracias a los arboles del lugar aunque no contaba con que una ultima flecha llegara correctamente en su dirección; por lo que el ladrón se vio forzado a tirarse al suelo para evadirla, debido a su decisión apresurada, no se había dado cuenta de que se había lanzado en dirección a una pequeña bajada, rodando una pequeña distancia para acabar de espaldas de lleno en unos matorrales.


Para cuando abrió los ojos se encontró a una bella mujer frente a el, la cual parecía estar perdida.

OffRol: No hace falta aviso, cualquiera es libre de meterse ^-^

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Como no sabia hacia donde tirar y la zona no parecía ser demasiado transitada, continuó apoyada en el árbol y se decidió a disfrutar de lo que quedaba de la tarde rememorando en su mente algún que otro párrafo de su diario, leído recientemente. Aún con el paso de los años, continuaba siendo extraño tener que leer sus propios recuerdos para recordar los sucesos de su vida... era como leer un libro o la historia de otra persona.

Escuchó un sonido a su espalda, hacia el interior de la espesura. Su espalda abandonó el tronco del arbol y se giró en el sentido de donde algo habia sonado... a cierta distancia se encontraba una mujer joven. La obervó durante unos segundos tanteando la idea de pedirle ayuda o no. Suspiró, hasta que conociera a fondo aquellas tierras tendria que servirse de la experiencia de los demás.  

- ¡ Disculpa !- Alzó la voz para que la muchacha pudiera oírle, dio un par de pasos en su dirección mientras continuó hablándole - ¿Podrías ayudarme? Me he perd... - No terminó la frase, algo sonó a su espalda y volvió a girarse para ver de que se trataba.

Un hombre había aparecido entre unos matorrales, estaba segura de que había caído de algún sitio pero ¿De donde? Algo confundida, caminó en su dirección quedando a una distancia prudente - ¿Te has hecho daño? - Preguntó cuando el desconocido abrió los ojos.

Se trataba de una… algo. Estaba segura de que no era humana. Un mal presentimiento cruzó mi mente al escucharla hablar y tenerla en la cercanía. Ella hizo ademán de acercarse a mí y explicarme la situación. ¿En realidad se encontraba perdida? Mi atención estaba tan enfocada en ella que no me di cuenta de la aproximación de un tercero en la escena.

Al principio reaccioné dando un salto hacia atrás y atascando un sonido de desaprobación en mi garganta. Casi me ponía de mal humor ser sorprendida de esa forma, pero más al ver al causante de tanto alboroto. Se trataba de un humano, estaba más entrado en años que yo, alto, rasgos cuasi nobles de no ser por la situación.

Él tenía una rara mezcla de esencias. Me contenté con esperar la respuesta que le diera a la joven. Saqué descaradamente mis hachas de la bolsa en la que las tenía guardadas. Si el día era bello de por sí, con un poco de sangre y carne humana sería mejor. Luego una larga siesta sobre la hierba y la vida sería el cielo. Se me hizo agua la boca con la idea y me relamí los labios, aunque no me moví de mi lugar.

Una sonrisa expectante se dibujó en mi rostro mientras paseaba mi peso de una pierna hacia la otra.

Apenas oyó la voz de la extraña pensó en que tenia la oportunidad de hacerse con dinero ajeno, pero apenas la examino y vio que sus ropas no eran precisamente de alguien que llevara mucho dinero perdió su esperanza en una buena oportunidad. La mujer que traía ropas desgastadas de campesina parecía ser una buena persona y tal vez algo confiada, pues para el sentido común de Karel, quedarse con la guardia baja al ver a un extraño aparecer de la nada es algo bastante despreocupado.


En fin, mi nombre es Karel soy un... digamos... aventurero Dijo mintiendo sobre su verdadera profesión

La mujer no parecía ser de peligro para Karel por lo que le rebelo su nombre aunque no su profesión, después de todo, nadie suele tratar de buena forma a los ladrones.

-Vaya, ninguna espada en el cuello o apunto de arrojar algún hechizo, debes ser alguien de buen corazón o alguien bastante despreocupada- Le dijo el hombre, mientras se levantaba, y ella no pudo evitar la sonrisa ladina que apareció en sus labios, mientras le observaba ladeó levemente su rostro . Aquel simple mortal parecia creer que tenia un "corderito" ante el; Bien, aquello era bueno pues su intención era parecer una humana común y hasta la fecha con los Fulham lo habia logrado... Siempre y cuando mantuviera las apariencias su interior seguiria en equilibrio.

El recien llegado se presentó como "Karel" y a su presentación añadió que era "Aventurero". Hasta el momento se habia mantenido en silencio, observandole, evaluando la posibilidad de demostrarle que no era la muchacha ingenua e indefensa que el parecia creer - Mi nombre es Melwyn- Se presentó omitiendo el tipico "encantada de conocerle" pues aún era pronto para saber si estaba encantada de conocerlo o no. Seguidamente añadió -Una simple granjera y despreocupada por naturaleza - Y entonces recordó que no estaban solos, se habia olvidado completamente de la chica.

Se giró para comprobar si aún seguia allí, para su sorpresa no solo estaba en el mismo lugar si no que parecia impaciente, y extrañamente deseosa, por atacar. Chasqueó la lengua disguntada, no con ninguno de ellos dos... si no con la idea de haberse metido en problemas en su primera salida en solitario -  Se me disculpas, antes de tu extraña aparición intentaba encontrar el camino a mi casa - Y sin esperar respuesta empezó a caminar hacia ella. Bien podria haberle preguntado a Karel si sabia donde se encontraba la granja pero le parecia de mala educación haber dejado a medias la conversación iniciada con la chica de las hachas. Aunque otra opción hubiera sido retomar el camino aún sin saber hacia donde tirar y que se matasen entre ellos...

- Como te iba diciendo... ¿Sabes por casualidad donde se encuentra la granja de los Fulham? -   Dejo a media distancia entre Karel y Woodpecker. Aunque el humano en su comentario le habia tachado indirectamente de ser demasiado confiada, realmente no lo era y obviamente ante la actitud de la desconocida, y sus armas, prefirió mantener las distancias.

Al ver el desarrollo de la situación simplemente se me fue la intriga y las ganas de nada. Suspiré y relajé mi postura, creo que no estaba dando una buena impresión a los pasantes; aunque aún no pasaba por mi mente evaluar la posibilidad de guardar las hachas. Di un paso premeditado hacia la joven y el humano, si él no se había percatado de mi presencia o me había ignorado me daba igual. Aun no me tragaba del todo la blanca piel del dulce corderito, las personas así son escalofriantes, aunque muy raras y escasas, un material cuasi exótico.

Con una malgastada reverencia en forma de saludo tomé la palabra con la mayor cordialidad posible, modulando para que ambos me escucharan claramente.Karel, Melwyn, siempre es un placer encontrar en las afueras de una ciudad a personas con cierto nivel de civilización me detuve vacilante por unos segundos, el cansancio de días anteriores comenzaban a mostrar los efectos sobre mí y de pronto sentí que el peso del mundo estaba sobre mis espaldas.

Un bostezo inesperado brotó de mis entrañas y al ser tarde para reprimirlo lo disimulé lo máximo posible. No soy de estas tierras querida, sólo estoy de paso y aún no he encontrado ninguna granja, qué más querría yo que tomar una jarra de leche tibia a la sombra de un frondoso árbol….

Las palabras estaban dichas, ¿porqué le habría volcado el contenido de mi corazón a esta desconocida? Una memoria gastada de mi temprana y cálida niñez afloró a mi conciencia y una catarata de sentimientos encontrados comenzaron a debatirse en mí. Redoblé mis esfuerzos para permanecer en mi forma humana y suprimir cualquier ataque carnicero. Me costó un poco de trabajo y de bastante concentración, al menos el cansancio físico ayudó un poco.

Evitando las miradas de los desconocidos –ya que muy probablemente se habían dado cuenta del “episodio”- continué hablándole, aunque mi tono ahora era ligeramente seco y entrecortado, aunque no había perdido su cordialidad Perdida… vivir perdido es una buena forma de usar tu tiempo, conoces muchas cosas sonreí mostrando la mayoría de mis dientes.

Pero si lo deseas puedo intentar ayudaros a palear la pena de la soledad mientras buscais vuestro hogar. ¿Teneis alguna seña del lugar? ¿Recordais como es la esencia que le rodea?.... El dolor dio paso a la curiosidad ¿cuánto hacía que no estaba en una granja? Esperé con gran expectativa su respuesta.

La extraña se presento al ladrón bajo el nombre de Melwyn diciendo ser nada mas que una simple granjera y despreocupada por naturaleza, aunque algo no fue muy convincente, su tono de voz al decir eso, parecía de algún modo una mentira pues un mentiroso sabe cuando alguien miente, aunque a pesar de eso no podía saberlo con seguridad, por lo que solo dejo ese pensamiento de lado por el momento, pues de pronto, la mujer tomo cierta distancia para luego hablarle a otra persona.

Al ver que Melwyn comenzó a hablar con otra persona, Karel, comenzó a examinar sus bolsillos para ver si durante la caída no se le había caído nada, sorpresa se llevo al ver que su bolsa de oro no estaba, todo indicaba a que esta se le había caído. Convencido de que aquello no seria un buen día, vio como de pronto salio una mujer, la cual puso en alerta al joven ladrón, pues apenas vio sus ojos pudo saber lo que era, una licántropo, lo cual no era muy bueno pues son bastante temperamentales y llevados por sus emociones hacia la agresividad.

Luego de salir comenzó a hablar de forma cordial, lo cual de algún modo llamo la atención de Karel, pues aquello le pareció demasiado forzado, ¿quería dar alguna buena impresión? tal vez, no podía estar seguro de las intenciones tras esa forzada modulación, la extraña continuo hablando, contestando la pregunta de Melwyn, aunque tras su respuesta hubo una pequeña pausa en su voz, parecía esforzarse mentalmente, como si intentara impedir algo, ¿un deseo? ¿un instinto? no se podía saber con seguridad.

De pronto, la extraña paso su anterior estado a uno de interés o curiosidad, pues preguntaba bastante sobre la granja de Melwyn.


En efecto, Karel, quien había pasado los últimos días en el bosque y sus alrededores, recordó de pronto haber visto una granja al salir de cacería, aunque no había manera de saber si aquella granja seria la de Melwyn, aunque de todas formas decidió decirle.


Era claro que alguien como el no daría información alguna gratuitamente, el esperaba que la granja sea la correcta y que al ayudarla esta le diera algo de oro, podía conformarse con cualquier cantidad pues habia perdido lo ultimo de su oro, despues de todo, peor es nada.

- Karel, Melwyn, siempre es un placer encontrar en las afueras de una ciudad a personas con cierto nivel de civilización- Dijo de forma cordial la muchacha, aunque en su saludo Melwyn notó la ausencia de su propia presentación. Si se habia olvidado de presentarse posiblemente fuese a causa del cansancio que parecia tener.

Suspiró al escuchar que la muchacha no era de la zona y que hasta el momento no se habia encontrado con ninguna granja. Observó extrañada las reaciones de cansancio y nerviosismo sin entender el porque de aquellas reaciones; pero pronto se olvidó de aquello pues hubo un comentario que le hizo gracia, incluso le recordó el porque estaba allí. - Perdida… vivir perdido es una buena forma de usar tu tiempo, conoces muchas cosas- Habia dicho la desconocida con una amplia sonrisa, ella le devolvió la sonrisa mientras pensaba en que muy pronto daria sentido a aquella frase con el viaje que tenia previsto en breve... porque pensaba hacerlo aún con la desaprovación de los ancianos. No hizo mención alguna pues la muchacha se acababa de ofrecer a acompañarla en su busqueda.

- Gracias por tu ayuda - Sonrió agradecida - Lo cierto es... - Dijo algo avergonzada, a su edad y sin saber volver a casa - Poco se de su entorno - Se encogió de hombros - Solo he salido de alli en dos ocasiones, y esta es la primera vez que salgo sola - Sonrió ante la absurda situación. Si aquello llegase a oidos de su hijo, seguro que se jactaria de ello durante semanas - Dejame pensar...- Dijo pensativa mientras se cruzaba de brazos - Entre la granja y Lunargenta debe haber una hora mas o menos.  EL camino está lleno de baches bastante pronunciados, la vegetación fuera del camino es espesa y bastante molesta si caminas campo através - Y entonces Karel habló asegurando conocer una granja.

Ladeó su rostro para mirarlo e incluso sonrió - ¿Podrías indicarme el camino? - Preguntó ilusamente, ajena a las intenciones del humano.

Mordí mi labio inferior por la espera y la impaciencia, el humano parecía bastante perceptivo… demasiado alerta para mi gusto; en cambio ella seguía en el papel de la blanca paloma. ¿Alguna vez alguien habría vivido de esa manera, encerrado y querría volver al mismo lugar?

Definitivamente sus intenciones no me cuajaban, aquél desinterés y su sonrisa…¿traviesa?. Di un paso atrás, ella me recordaba bastante al tonto del elfo masoquista. Momentáneamente desvié mi atención en un recuerdo y me pregunté que podría ser de él en esos momentos… Tras un par de pestaneos volví a la fresca realidad, al parecer la pareja que se había formado podría llevarse muy bien y yo estaba haciendo del tercero en sobra.

Por el rabillo del ojo me pareció ver cierta reacción hacia mi persona por parte del humano “Karel”. Cuando se ofreció para guiar a Melwyn, di un paso tentativo en su dirección, guardando las hachas y buscando sus ojos, ojos escurridizos… suspiré con desánimo al darme cuenta que podría no tener nada de especial.Le olfatee desde la cercanía y me recordó a Olver… las dudas que breves instantes antes había albergado sobre acompañar a esta extraña pareja se disipó, siempre había tiempo de correr para esconderse, pero nunca para terminar de aprender. Melwyn, aunque peligrosa, parecía una rara flor invernal, llena de espinas y rodeada por un velo de misticismo.

Con la frente en alto tomé un poco de aire, mientras avanzaba hacia un árbol cercano para apoyarme en él. Ah… si las cosas serán de este modo, tendré que darles alguna referencia sobre mi ¿no es cierto? Reí para mis adentros, dejando que un brillo obscuro iluminara mi vista mientras volvía a enseñar mi dentadura en adelanto de lo que pasaría.

Soy una convertida sin nada que perder y mucho que ganar… seguro habreis de comprenderme… los vivos suelen llamarme Wood y en este momento he decidido acompañaros.

Tomé un pequeño pedazo de la corteza del árbol y la llevé a mi boca para masticarla mientras esperaba cualquier respuesta, la decisión estaba tomada, pero me interesaba de sobremanera la forma en que ambos contestarían. Crucé los brazos frente a mi pecho y elevé una pierna sobre mi resistencia.

Melwyn pregunto a Karel para que le indique el camino, lo cual acepto sin dudar pues existía una posibilidad de tener algo de oro, lo cual no dejaría escapar.


Poco antes de disponerse a caminar, el ladrón se vio interrumpido por las palabras de la licántropo, quien se presento a el y a Melwyn como una humana convertida a la cual llamaban Wood, dando ademas el aviso de su decisión de acompañarles a la granja.


Mientras se esperaba la respuesta de Melwyn, Karel examino de pies a cabeza a la licántropo, pudo darse cuenta de que llevaba dos armas, y que ademas paresia tener una personalidad algo cambiante, como si fuera algo bipolar, aquello era sin duda un problema para el, pues no sabría cuando demostraría la violencia que caracteriza a los de su tipo.

Karel aceptó hacer de guia, y afirmó que el camino estaba mal trecho y que habia bastante vegetación. Aquello fue un alivio, pues con esas señas era muy probable que se tratase de la misma granja; Unicamente le dio tiempo a asentir pues la muchacha de las hachas habia tomado la palabra, la miró en silencio mientras hablaba.

Wood, así decia que le llamaban y tambien decia ser una licantropo. Lo cierto es que algo extraño habia notado en ella... pero a causa de su esfuerzo por mantener su interior en equilibro sus sentidos parecian estar atrofiandose. Entonces aquel lugar no estaba habitado solo de humanos. Licantropos... sin duda debia investigar que mas clases de seres habitaban Aerandir.


- En compañia el camino se hará menos monotomo - Le dijo a Wood sonriendo agradecida por su ofrecimiento. Durante unos segundos, que pudieron resultarle incomodos a la licantropa, la mujer de ojos negros y melena blanquecina la observó en silencio... Wood era el segundo licantropo con el que se cruzaba a lo largo de su extensa y olvidadiza vida. Por suerte, en su diario tenia un extraño inventario con toda la clase de serés con los que se habia topado. A menos los que le llamaban la atención, y los humanos no entraban en aquel inventario...

Al fin volvió a prestar atención al humano, hizo un gesto con su mano indicandole que podian empezar a andar - Con gusto te seguiremos - Dijo acompañando el gesto y segundos después volvió a prestar atención a la loba - ¿Podrias hablarme de tu especie? Allá de donde vengo aunque se habla de vosotros no suelen verse - Humanos en abundancia, faes dando por saco, algún vampiro... pero lobos no, al menos no que ella hubiera visto en la zona donde habia estado - No soy de Aerandir - Les informó con el unico fin de que empezasen a entender que no era lela, simplemente no conocia aquel entorno, estaba segura que Wood ya habia notado que no era humana pero delante del humano no hablaria acerca de lo que era en realidad, de echo... no lo haria con nadie en quien no confiase.

La dupla estuvo de acuerdo con mis palabras, sus reacciones no fueron tales como las esperaba, pero continuaría analizándolos. Aparentemente él sería nuestro guía; un espasmo de sarcasmo golpeó mi cuerpo como una onda y no pude evitar sacudir el esqueleto para quitarme la sensación de encima.

Pronto emprendimos el camino, “un camino difícil difícil para aquellos que necesitan comer todos los días…”[/i] mis pensamientos se interrumpieron con las palabras de la joven. Al parecer deseaba que le hablara acerca de nuestra especie, cosa que no era extraña; muchos tenían aquél deseo insatisfecho llamado “curiosidad” aunque lo que me inquietaba eran los motivos por los que quería tal información: ¿simple investigación o secretos ocultos?.

Lo siguiente que llamó mi atención fue su afirmación “Yo no soy de Aerandir”eso podría explicar muchas cosas, aunque abría muchas interrogantes… de nuevo no pude evitar cuestionarme acerca de si realmente hablaba con la verdad… también podría tener alguna chaveta floja en su cabeza. Los humanos solían ser casi tan impredecibles como nosotros. O más.

Enarqué mi ceja derecha cuando solía tener algún tipo de pensamiento negativo y aflojé la presión que había estado acumulando en mis labios sin haberme dado cuenta. Me hice una note mental antes de tomar la palabra “Discreción hasta tener más información, datos básicos para no levantar sospechas”.

Me aclaré la garganta, mientras me ponía a la par de la fémina.

Hablar de una raza es demasiado vago y general, sería como si me preguntases sobre los humanos, hay demasiadas cosas para tener en cuenta, incluso la versatilidad de cada individuo. Cada quién es único y especial…

Los licántropos nos dividimos básicamente en dos grupos, los que nacieron con el gen –que según cuenta la historia fueron creados para la guerra- y aquellos que hemos sido infectados por éstos.

Esquivé un par de ramas que obstaculizaban mi paso, no tenía ganas de poner carteles avisando por donde estábamos pasando; en otras palabras, no quería utilizar mis armas por alguna eventual persecución. Los rastros serían demasiado obvios. Las preguntas que formularan mis compañeros en ese tiempo serían respondidas luego. Por el momento dejé que las palabras continuaran con su flujo.

No nos llevamos bien con los vampiros -volví a enarcar una ceja, recordando mis experiencias pasadas y me encogí de hombros previendo la pregunta de Melwyn- y obviamente, nos transformamos en lobos, o como es mi caso, podemos sufrir transformaciones imperfectas quedando en un estado entre ambas especies.

mmm… no se qué más decirte…

Continué caminando sin grandes dificultades, este tipo de terreno era como mi segundo hogar.

Mientras el grupo comenzaba a caminar Melwyn presto atención a la licántropo, preguntándole sobre su especie, lo cual era bastante raro pues no podía existir persona que no supiera sobre ellos, aunque aquella duda se resolvió de inmediato cuando dijo - No soy de Aerandir - el ladrón pensó bastante aquella confesión mientras caminaba en frente de las dos mujeres, y comenzó a atar cada una de sus anteriores dudas con lo que Melwyn había revelado.


Mientras caminaban, el terreno comenzaba a hacerse cada vez mas difícil de recorrer, rocas, hierva alta y terreno irregular eran bastante incómodos, pero para alguien ágil como lo era Karel, no había problema alguno, tampoco parecía molestarle mucho a Wood, aunque aquello no era de sorprender, pues los licántropos son seres ágiles y fuertes, podrían pasar por cualquier terreno sin molestia alguna.

Algo curioso paso por la mente de Karel mientras escuchaba a Wood dar su descripción de los licántropos, no decía mucho sobre ellos, mas bien, solo lo básico que alguien sabría de ellos, ¿tendría alguna sospecha sobre Melwyn? quizás, eso explicaría por que no describe a los suyos con mas detalle. Cuando las mujeres terminaron de hablar, Karel dijo sus sospechas sobre Melwyn en voz alta.

Mientras emprendian el camino Wood le habló sobre su raza, todo lo que iba diciendo eran cosas que ella misma habia podido deducir por logica, pero... ¿Medias transformaciones? ¡Woh! Aquello le parecia increible, No se imaginaba a Drey o a Dageus convirtiendose en medio dragón - Eso de la transformación imperfecta si que no me lo habria imaginado en la vida  - En sus palabras era bastante notable el asombro por aquel dato.

El caminno era, espeso y molesto... muy molesto, sobre todo porque no  iba con ropa adecuada, de vez en cuando iba lanzando alguna que otra mirada a Karel mentalmente llegó a regañarse por no fiarse plenamente de el, a pesar de su ofrecimiento a guiarle habia algo en el que... no sabia describirlo, simplemente a pesar de haber aceptado ser "guiada por el" no terminaba de fiarse.

El bajo del vestido se le iba enganchando con las ramas, frunció el labio en señal de disgunto... Maldita costurera que no habia tenido su ropa a tiempo.


- Asi que... no eres humana... ¿verdad? - Acababa de soltar el humano, frenó en seco y lo fulminó con la mirada... de echo, de haber tenido el poder de desintegrarle solo con mirarlo lo habria hecho; por suerte para el no tenia tal poder. Si Wood se encontraba a su lado al mirarle podria haber visto un brillo irisdiscente atravesar su oscura mirada. Fue visto y no visto, unos segundos nada mas.  

El hecho de que el pudiera seguir hablando fue solo a causa de la sorpresa por aquella dedución a la que habia llegado el solito. Enarcó una ceja y retomó el paso - ¿Has oido hablar de la brecha? puede atravesarla cualquiera - Le informó - Solo necesitas alguien que te acerque a ella y la ropa adecuada para poder pasar - No iba a explicarle que era un  traje de buzo y unas botellas de oxigeno, al igual que no pensaba afirmar ni negar si era o no humana...

Karel le habia preguntado porque queria regresar a la granja, porque no emprendia una aventura... ¿Porque no te metes en tus asuntos? le hubiera preguntado ella. Habia una razón obvia y de peso, pero no estaba dispuesta a explicarle que su memoria tenia fecha de caducidad y la mayoria de sus recuerdos se encontraban en un libro y su piedra oscura escondidos en aquella sencilla y pobre granja - No seria de buena educación desaparecer de pronto, los ancianos que viven allí me han mantenido y enseñado vuestro idioma durante estos casi dos años. Además, necesito ropa nueva y comoda para viajar - Alzó su dedo indice - ¡Y un mapa! - Esperaba haber desviado el tema de la "humanidad"...

Muy interesantePensé al ver la forma en que estaban transcurriendo los hechos. El humano confirmó mi teoría, era astuto y para nada lento. Ella también dejó ver que no era humana, en realidad estaba segura que no lo era después de haber presenciado el cambio en su mirada por unos segundos. Fingí restarle importancia y tomé la palabra.

Asique… eres como los brujos de Aerandir… suena muy interesante… algún día me gustaría saber más sobre el lugar al que perteneces si no te importa… Creo que Karel podría asentir a lo que diré… eres muy especial por llegar aquí por tus propios medios y eso te convierte en una rival digna

Me detuve frente a ella y en un par de segundos había roto el ruedo de su vestido. Si tienes tantos problemas con tu ropa… permíteme me di cuenta que había sido muy sorpresiva en mis movimientos, por lo que procuré ser más lenta y moverme con cautela lamento… lo de tu vestido dije ondeando el pedazo de ropa que le había rasgado y partiéndolo al medio si no te molesta, ataré estos pedazos de tela en tus piernas para que no te lastimes, y ese largo en el vestido te va muy bien… será más cómodo al menos. Me encogí de hombros aún en el suelo.

Si no te gusta la idea, prometo conseguirte un nuevo vestido o cargarte sobre mi lomo.

Mientras aguardaba la respuesta de la mujer, observé al humano, tenía muchas cosas que quería preguntarle… o más bien averiguar sobre él, sólo buscaba el momento oportuno…

Melwyn parecía molesta por las preguntas del ladrón, ¿demasiada curiosidad por parte de el? tal vez, pues nunca antes había encontrado a alguien que no sea de Aerandir, sin mencionar que el simple hecho de desviar el tema de su humanidad dejaba en claro que no lo era, aunque algo estaba mal, para el personalmente, si ella no era del lugar significaba que no tenia dinero alguno, y por ende no podría cobrar nada por hacer de guía.


Melwyn terminaba de hablar mostrando en su mirada cierto disgusto por Karel, aunque aquello no podía decirse que el no se lo esperara, sus preguntas habían sido demasiado directas, aunque no se podía evitar, esa era su forma de ser y a esas alturas no se podía cambiar nada de el, tal vez su adicción por el robo o su nuevo fanatismo por el juego, pero esos eran temas aparte


Wood comenzó a hablar y dijo algo a lo que Karel estuvo parcialmente de acuerdo -eres muy especial por llegar aquí por tus propios medios y eso te convierte en una rival digna-, el no sabia si seria un rival digno, pues no le gustaba luchar demasiado, gustaba de hacer las cosas de otra forma, como todo ladrón o asesino, terminar al enemigo de un solo golpe, aunque a pesar de aquello solo asintió ante las palabras de Wood.

De pronto las dos mujeres parecieron detenerse, la licántropo ayudaba con su vestido a Melwyn pues parecía tener grandes molestias al caminar, por lo que Karel aprovecho de mirar mas detenidamente el terreno, la hierva parecía ser cada vez mas espesa pero las rocas parecían desaparecer al igual que el terreno irregular, aquello podría ser bueno, si no se contaba el lodo que había en algunos lugares húmedos.

Cuando volvieron a caminar, Karel volvió a soltar su lengua, aunque esta vez no para decir sus sospechas sobre Melwyn, pues todas ya estaban aclaradas, esta vez era para avisar sobre la locación de la granja.

Karel hizo referencia a que necesitaria dinero para conseguir un mapa, al parecer eran caros... luego le habló de la destreza de los elfos para dibujar y que quizás alguno podria hacerselo. Bueno, todo se andaria. Centró su atención en las palabras de Wood mientras los tres continuaban el camino - supongo que habrá una similitud - Contestó refiriendose a lo de los brujos de Aerandir.

Algún día me gustaría saber más sobre el lugar al que perteneces si no te importa - Dijo la licantropa - Claro, algún dia quizás - Contestó y luego continuó hablando, intentando no perder el ritmo del grupo a causa de las constantes enganchadas del vestido - Bueno, no veo porque debamos convertirnos en rivales... - Dijo con desgana, de Aerandir esperaba "Paz y tranquilidad" por muy hippie que pudiera parecer.

Tuvo que frenar en seco ya que Wood se habia colocado frente a ella frenandole el paso, y sin darle tiempo a reacción rasgó el vestido. Lo unico que Melwyn pudo hacer al respecto fue echar mano a su muslo... donde, sujeta con una cinta de cuero, llevaba una pequeña daga - No te preocupes por el vestido - Dijo aún perpleja por la inesperada reacción de la licantropa.

Después de que Wood terminase el "apaño" de su vestido, ambas mujeres retomaron su camino...-discípula de la magia- Se habia dirigido a ella de aquella manera para informarle que casi habian llegado. Después se disculpó por las preguntas - No lo vuelvas a hacer o tendré que convertirte en conejo, dijo en tono burlón parandose a su lado mientras observaba la estela de humo.

Un ligero alivio sentí sobre mi cuerpo cuando la dama no hizo una cosa ni la otra, es decir, si bien no me hizo daño físicamente, creo que en sus adentros debía ya yo estar muy maldita. Esbocé una sonrisa al aire, si lograba que ella me odiara, sería una seguidilla y estaría comprobado que no soy capaz de interactuar con nadie. Respiré hondo y exhalé ruidosamente, realmente me causaba un poco de gracia en mi humor torcido.

Juzgué a Melwyn y consideradamente me alejé de ella para acompañar al humano…en realidad me dio un poco de miedo, supongo que el vestido era bastante importante para ella y temía que se cabreara mucho, en verdad necesitaba un buen descanso…

Asi que Karel… ¿eres de por acá?, a juzgar por tus palabras parece que sabes una o dos cosas interesantes, ¿eres viajero o te dedicas a otros negocios? dije mirando hacia el mismo lugar que la fémina viendo un borrón de humo. La última pregunta iba en doble sentido, de alguna forma el tipo no me caía tan mal como al principio, supongo que teníamos un par de cosas en común…

El paisaje comenzaba a tornarse cada vez más difícil, miré a los alrededores en busca de amenazas, pero no detecté ninguna, aunque hacer eso o no en este punto era completamente inútil. Los ojos se me cerraban de a poco. Si no hacía algo pronto seguro que me dormía caminando. En un intento desesperado, use una de mis hachas para hacerme un tajo de unos quince centímetros sobre mi antebrazo izquierdo. El olor a sangre me despabiló, entonces la lamí gustosa y seguí el viaje tarareando mi canción y degustando mi propio elixir.

De la nada Melwyn soltó una broma - No lo vuelvas a hacer o tendré que convertirte en conejo -, la cual no se esperaba Karel, pues aquella mujer parecía demasiado seria, aunque aquello demostró que estaba equivocado.


El grupo continuo caminando en dirección a la estela de humo, de una mejor manera pues solo la hierva y el lodo eran los factores que dificultaban el camino, aunque a pesar de aquello, el paso parecía hacerse un poco mas difícil por cada paso que daban, no había presencia alguna de animales salvajes por los lugares por lo que el viaje era mas fácil, mientras habían comenzado a caminar, Wood se acerco al ladrón para preguntar sobre el, parecía tener un poco de curiosidad, aunque como es de esperarse de Karel, no se sinceraría con nadie, solo daría vagas respuestas


Cuando termino de hablar vio como Wood sacaba una de sus armas, un hacha, y cortaba un poco de su propia carne para luego beber su sangre, aquello a decir verdad no le incomodo, pues era mejor que saboreara su propia sangre en vez de la de otros, como lo hacían los vampiros, los cuales les disgustaban mas que cualquier cosa.

Cada paso que daban eran unos centímetros mas cerca de la granja, en cosa de pocos minutos ya se podía divisar las cercas de la granja, estaban a unos metros de su destino.

Notó unas extrañas reaciones en Wood que decidió ignorar... Esta se distanció y empezó a hablar con Karel, Melwyn por su parte decidió seguir caminando detrás de ellos sumida en sus pensamientos, pero lo suficientemente cerca como para escuchar sus comentarios. A medida que el grupo habia ido avanzando, la tarde tambien lo habia echo... faltaba poco para el inicio del anochecer.

Habia escuchado las preguntas de la licantropa y las respuestas del humano, de todo el dialogo se quedó con la ultima frase de el... aquello de que viajaba por diferentes lugares intentando hacer dinero. A espaldas de la pareja, la mujer frunció las cejas ¿ Como podria ganar dinero yendo de aqui para allí? Al otro lado de la brecha ella habia hecho dinero... pero no habia sido viajando de un lado a otro, si no expandiendo su empresa a varias ciudades del mundo. Así si que se hacia dinero, pero viajando de aqui para allá ¿sin alojamiento y sin empleo? - No creo que...  - LA frase se apagó antes de terminar, mucho antes tanto que quizás ni ellos se percatarón de que habia abierto la boca. Iba a decirle lo creia ella acerca de como hacerse con una pequeña fortuna pero entonces Wood sacó un hacha y... y...

Frotó sus ojos sin dar credito a lo que veia ¿Se habia herido y chupado su sangre? ¿ Y ahora canturreaba lo que parecia una canción?  Aquello era increiblemente extraño.

Con forme se acercaban, la granja tomaba forma... no era una gran granja, de grandes campos cultivados, ni con grandiosos campos llenos de animales. Aquella, a excepción de donde habia criado a su hijo hacia ya muchisimos años, era una granja sencilla y pobre, muy muy sencilla. Unas fragiles vayas de madera rodeaban el terreno, a un lado los campos de cultivo, pequeños y escasos. Al otro lado, un pequeño campo donde durante el dia campaban las dos vacas lecheras que tenian y algún que otro animal. El granero y el gallinero... al fondo, una pequeña casa, tan pequeña que solo disponia de una habitación. A aquellas horas, los animales estaban recogidos.


- Fin del trayecto - Dijo a sus espaldas cuando solo quedaban unos pasos por llegar. Estaba ansiosa por perder de vista aquella granja, le hacia echar de menos su antiguo hogar aquella enorme granja donde tantos años vivió, incluso preferia volver a su lujoso atico... pero dormir en aquella diminuta casa, rodeada de animales. Si, Los Fulham metian a sus animales en casa... según ellos para evitar que las alimañas se los coman por las noches. Por aquella misma razón preferia pasar las noches en el granero.