Misión descubre al asesino [Quest]

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Orden de posteo:
1:Marah
2: Kaymi



Se ha cometido un asesinato y te ha llegado una carta para que asistas. Debes ponerte un traje fino para asistir, y presentar la tarjeta de invitados. Se te espera tres horas antes de la media en la entrada del catillo donde te espera un carromato y debes hablar con la Condesa. Ella te dará más pistas estará vestida de celeste y un paño verde en la cabeza. No faltes, contamos contigo. Es posible que se cometa un asesinato de nuevo, no pierdas detalles.

Cuando llegaron a su destino, el dragón se encontró con una mujer que parecía estar esperando a alguien. – La condesa les estaba esperando, si esperan un momento, por favor – Dijo el guardia antes de volver a su puesto. Kaymi le hizo una reverencia a la dama allí presente, en silencio y esperó la llegada de la condesa.

guardia de confianza:

Isaura,dama de compañía de Isemay:

Una puerta de madera blanca se abrió en par, cerca del hall de entrada. Caminó con paso elegante, una mujer de cabellos rubios, con el pelo semirecogido en finas y delicadas trenzas. Detrás de ella salieron el guardia de confianza, y su dama de compañía, con trajes elegantes también.
-¿Sus nombres?-preguntó con un tono seguro y dibujó una leve sonrisa, conforme con el aspecto de sus nuevos investigadores. Una vez que dijeran sus nombres, ella indicó que la siguieran y procurando que solo sus confidentes y ellos la oyeran, dijo.
-Hace seis días por la mañana mi guardia de confianza fue encontrado muerto en la puerta de mi habitación, y en su frente tenía clavado un cuchillo con una nota que amenazaba mi vida y la de mi esposo Dracoth. ¿No me he presentado?-se volteó y extendió la mano a ambos-Isemay de Dracoth. Pronto nos encontraremos con el Conde-volvió a girarse haciendo ondear el caballo que caía sobre los cordones dorados que cruzaban sobre su espalda. Los condujo hasta la entrada del salón de fiesta, pero desviaron por una puerta al jardín que se extendía a un lado y solo podía verse los grandes ventanales abiertos de la fiesta.

El jardín tenía estatuas de mármol, plantas de rosas, enredaderas y una fuente en el centro. Hasta allí los llevó sin pronunciar una palabra. Su dama y el guardia siempre procuraban estar a un paso detrás de ella a cada costado, con el rostro imperturbable. A decir verdad, la chica no podía evitar alguna que otra sonrisa amable para acompañar a su Condesa en las palabras y gestos.
-Las tarjetas no les ha llegado de casualidad, las cartas los eligieron a ustedes. Se organizó esta fiesta con la intensión de hallar al asesino, puesto que dijo que en la noche de luna llena, moriría el próximo. Sospecho que tendrá intensión de debilitar mi moral primero, por lo que puede atacar a cualquiera. Cada noche hay un nuevo asesinato y cada vez con relación más cercana a mí y mi esposo. Cuento con vuestra ayuda para que resuelvan. El asesino está entre los invitados o guardias. Estoy segura que asistirá, así que espero que estén a atentos a los detalles. Me retiro ya, ustedes trabajen a gusto, si desean como pareja, o cada uno por su cuenta. Pueden separarse e ir por el castillo también, a vuestro gusto mientras evitéis el próximo asesinato. Yo ingresaré por la puerta que me corresponde… -sonrió en agradecimiento y se alejó con los guardias detrás.

Dentro del salón de fiesta.
Mesas por doquier, sirvientes que ofrecían comida, música, una mesa al final como si de reyes se tratara y una puerta grande detrás, pero había una cortina dorada de seda. El Conde estaba sentado allí, observando la fiesta, esperando a Isemay. Ella llegó rato después, confiando en que los dos viajeros se pusieran pronto en marcha. Él se levantó con su llegada y tendió una mano para recibirla cuando apareció abriendo la cortina desde el medio, produciendo un silencio absoluto con su aparición.

Ambos condes se posicionaron sobre sus respectivos lugares en la mesa y la dama de compañía y el guardia detrás de ambos. Recorrieron con la mirada todo el lugar y él habló primero.
-Disfrutad la fiesta, esta noche es celebración por la vida y alegría, ¡mi querida Isemay tendrá un hijo!-exclamó con alegría y esperó que los aplausos terminaran para tomar asiento. La condesa sonrió y tomó asiento también. La fiesta comenzó.

Mientras Kaymi y Amelia se organizaban para buscar al asesino y evitar la séptima muerte en esta noche de luna llena, los invitados empezaron a bailar y divertirse. Había varios grupos de caballeros, o mujeres de la alta clase bebiendo, contando historias, riendo, comiendo… Ambos condes observaban con una sonrisa todo el evento. Un par de veces hablaron entre ellos mientras una sirvienta que se abría paso entre el guardia de confianza y la dama de compañía para dejarles la comida con una sonrisa. Una vez que se retiró, la dama la siguió por la puerta que había detrás mientras empezaban a comer. El guardia esperó unos momentos para luego informar que se retiraba también y bajó la escalinata para perderse entre los invitados un momento, aunque se lo podría ver ir hasta una puerta del costado del lugar, cruzar el jardín hasta el otro lado donde podía verse una gran escalera que subía a las habitaciones.

La música sonaba alegre y divertida, los pasos danzaban a su compás. A cada costado, junto a los ventanales que daban a los jardines, el agua que caía de las fuentes de los jardines se hacía escuchar suave y hermosa. En medio de los ventanales, donde las cortinas de seda roja, habían mesas con bocadillos de todo tipo, y copas con bebidas. Incluso sirvientes que caminaban con bandejas ofreciendo la comida. En el medio, una gran araña de techo cubría la fiesta. Durante la tarde se había trabajado mucho para encenderla. Sobre las paredes también, las lámparas de aceite estaban fantásticamente talladas con simboles de dragones de plata y oro. Todo era un mar de lujo.


Off rol: Lamento la tardanza.

Guardia de confianza Christopher:

Dama de compañóa Maeve:

[Marah]

Christopher llegó al piso superior, donde aminoró el paso apresurado para llegar a la torre de primavera. Aparentemente no deseaba estar entre la multitud durante mucho tiempo. Allí lo esperaba una joven, observando pro el balcón hacia la noche, las estrellas y la enorme luna llena. Las siluetas de las montañas apenas se distinguían en la oscuridad, apenas bañadas por la luz nocturna.
Se acercó por detrás de la joven, pasando una mano por su cintura y la otra por el cuello. La puerta de la torre tenia decoraciones con flores, rosas margaritas, enredaderas…

Joven amante del guardia:

-Chris-musitó la mujer que llevaba un velo consigo que cubría su cabello, mostrándose indiferente al guardia-Quiero una de esas joyas, estoy aburrida de las mías… Parece que las he usado por años. ¿Lo harás ahora?-preguntó ambiciosa.

El guardia acercó a la mujer contra él suavemente, y colocó su mentón en el hombro derecho de ella, y aspiró como oliendo su piel. Acarició su mejilla con la mano que había llevado al cuello, pero ella se volteó con brusquedad apartándose para mirarlo con ojos asesinos. Él devolvió la mirada con congoja.

-¡¿No me has oído?!-chilló pero el hizo una leve sonrisa falsa y se volteó en dirección a la torre de invierno, decorado con estatuas de hielo mágico, puesto que no se derretía nunca, pero allí dobló por un recodo del edificio hasta el pasillo que estaba entre los baños de los Condes y el baño. Abrió la puerta con cuidado, pero se detuvo cuando vio pasar a unos guardias pro el otro pasillo, y entró seguro de que no lo habían visto. Había una fantástica sala de estar, y una cama matrimonial. También el balcón y dos ventanales gigantescos, que llegaban hasta lo alto de las torres. Recorrió su mirada por el cuarto, y miró el armario donde estaban las pertenencias de sus condes. Abrió la puerta en par y subió la vista hasta un estante con una caja de oro. La tomó con sus manos, y salió apresurado sin mirar a los costados. Su expresión era fría como el hielo. Cruzó hasta el baño pero se arrepintió y se dirigió por el pasillo hasta la torre de verano, donde la decoraban árboles de frutas que nunca se marchitaban.

Rato más tarde estaba en medio del puente Norte, subido al parapeto con la vista en el vacío.


[Kaymi]

Maeve se dirigió a la cocina y tras comer unos bocadillos dulces, marchó por la escalera secreta de los condes que solo ella como Christopher conocía. Salió a la escalera y rodeó por el pasillo hasta la torre de verano, donde empezó a buscar fresas que comió gustosa un momento. No parecía tener mucho apuro, pero luego de engullir esas frutas, volvió al cuarto de baño.

cuarto de baño:

Allí había una joven bañándose, de cabello negro, apoyada a un costado del baño.
-¿Quieres ir al calabozo zorra?-preguntó en tono frio cambiando de pronto su expresión de niña buena. La muchacha que estaba dentro soltó una carcajada melancólica y dijo.
-Tengo planes, no me interrumpas y vete por dónde has venido. Dracoth me debe mucho, y no me importa si viene Isemay. No me callaré la boca-
Maeve resopló y gruño cruzándose de brazos.

-Zorra puta, serás la destrucción de ellos. Es mi asunto, y no te entrometas. Hazme el favor de irte, yo me encargo, o sino… que te jodan mejor y te dejen podrir en las celdas del subsuelo… o mejor, te hagan su esclava-arqueó las cejas y avanzó unos pasos. La muchacha de pelo negro desprendió sus ropas con la que había ingresado al agua, se sumergió hasta el fondo ante la vista de la rubia, y emergió para ponerse de pié, dejando un charco de agua con sus pasos. No le importaba mostrar su desnudez. De su piel brotaba el vapor, producto del agua caliente. En su mano tenía agarrada una daga. Ambas mujeres se miraron antes de volver a hablar.

-Apártate…-advirtió y Maeve se corrió a un lado. La chica salió por el cuarto, donde dos guardias que pasaban hablando entre ellos no se percataron hasta que ella les dio un empujón a ambos y pasó por el medio.
-Estoy seguro que hará el trabajo como debe…-dijo uno cuando sintió el empujón y observó estupefacto a la joven y su compañero miraba su desnudez embobado, como desaparecía por el camino a la torre de otoño.

La joven rubia salió del cuarto suspirando con el rostro que denotaba una clara amargura después de ese encuentro. Pero presionó en su cinturón y metió su mano, y rodeó la mano, hasta sacar una botellita pequeña. Solo quedaban unas gotas de una sustancia de color azul. Sonrió satisfecha con algo y cerrándola en su puño, volvió a caminar esta vez a la torre de verano, donde volvió a buscar unas fresas.

[Marah]

- Bien... no creo que además de robarles intentes matarlos-dijo la joven caminando hacia él despacio- ¿No? No diré nada de lo que has hecho si lo devuelves y me ayudas a encontrar al asesino... Pero no deberías ser tan ingenuo como para creerle a esa muchacha... arriesgas tu cuello querido con eso en tu mano...-

El hombre se mantuvo en silencio, apretando entre sus manos el pequeño cofre con la vista en el vacío, pensando cosas que solo estaban en su mente. Pero se volteó en el lugar, sin considerar mucho el peso de su armadura y lo estrecho que era ese parapeto. Miró a quien le había hablado a los ojos.

-Tú no puedes entenderlo... -respondió despacio pero dijo-¿Asesino? También lo he buscado, pero mis señores tienen varios enemigos, y pueden ser varios...-quedó en silencio un momento y continuó-Pero jamás haría algo semejante. Ella... Es una mentira, ha acabado con mi felicidad, pero no puedo dejar de quererla... Es una estupidez, pero...-no era un hombre de los que hablaban de sus sentimientos, por lo que se detuvo allí y bajó al puente. Se había sentido mejor de haber hablado con la muchacha. Sonrió levemente, algo abochornado, y se acercó un poco.

-¿No crees que el asesino puede estar dentro del salón de fiesta?-preguntó y se volteó camino a la torre de Invierno, donde vería a la mujer desmayada. Quizá procuraba que la joven fuera con él y decidió presentarse.
-Christopher, encantado de ayudarla. Lady Isemay me informó que tendría ayudantes esta noche..-hablaba con entusiasmo y confianza.


[Kaymi]

En tanto, detrás de ellos, de Amelia y Christopher, se escuchó un grito lejano proveniente del pasillo entre la torre de Verano y Otoño.
-¡Vas a morir! ¡Y voy por tí!-la voz de la mujer desquiciada de cabello negro, desnuda, era la que había gritado a los cuatro vientos, pasando por el pasillo que se dirigía a la biblioteca y llegar a la torre de invierno hasta donde estaba la escalera.

Los dos guardias a los que Kaymi les había hablado, continuaron el camino sin mirar mucho o prestar atención. Pero la conversación que tenían acalló. Se habían puesto algo nerviosos y marcharon de regreso por donde habían venido, como si los hubieran descubierto en algo que no debían. Se dirigían a la torre primavera. No les hicieron caso al grito de la mujer.

En tanto, Maeve, la chica del cabello rubio, dejó de comer las fresas y volvió a la escalera secreta, pasando al primer piso, donde cruzó la cocina dejando en una mesada el frasquito vacio de la sustancia azul, y cruzó la cortina que separaba del salón de la fiesta, donde bordeó la mesa por detrás de los Condes que charlaban animadamente y bajó una escalinata para meterse dentro del baile. Empezó a buscar a alguien con la mirada y notó que la araña de techo se movía un poco.

El lugar, sobre la entrada, dos escaleras a cada lado subían a unas galerías-balcones internos que rodeaban el lugar y permitían una mejor vista del salón, y solo había decoraciones con estatuas o cuadros. También tenían vista hacia los jardines.

- Entiendo lo que veo y no tiene muchas más interpretaciones a decir verdad - le miraba con gesto aburrido. Me apoyé cómodamente en la columna para continuar. - Claro que es un estupidez... ¿Crees que no noté el vacío en tus ojos al mirar hacia abajo? Nadie vale lo suficiente como para arriesgar nuestras vidas por ello - Al menos así era para mí, estaba sola...No tenía a nadie por quien asumir alguna vez algún riesgo, nadie a quien proteger tampoco.. ¿Quien estaba peor? ¿El estúpido guardia que al menos tenía alguien por quien morir, o yo que no tenía nada de eso? Mis preguntas se exteriorizaron con un largo silencio que corté resoplando por tantas preguntas que la situación me habían generado.

Cuando reaccioné él había bajado del parapeto y me miraba, tardé un segundo en recordar la pregunta que hizo y aún estado perdida en mis pensamientos sí había escuchado. - Sí lo creo y tú también deberías.. pues si pasa algo y te descubren con eso en tus manos, no sólo serán ellos los muertos aquí. Esconde eso... vamos a la fiesta, cumple tu rol de guardia y cuídalos... Esta misma noche caerá el asesino. Para eso hemos venido. - Con el plural recordé que en algún lugar del castillo estaba Kaymi buscando lo mismo que yo, me pregunté si habría encontrado algo o si de casualidad estaba él en peligro. No le había visto arma alguna y no sabía si como en mi caso no necesitaba realmente ninguna. Recordé el color de sus ojos rápidamente "Sea lo que fuera no es humano... ¿Pero qué es?" me pregunté. No le conocía lo suficiente como para que me importara que estuviera a salvo en realidad, pero si eramos dos los que buscaban y considerando que no había ganador en esto, me era por lejos, mucho más útil vivo.

- Puede llamarme Amelie, Cristopher.. Vayamos a la fiesta.. si me ayudas, nadie nunca sabrá lo que aquí a sucedido, después de todo, no es asunto mío..- "Puedes suicidarte luego.. " finalicé mentalmente mientras me dirigía al salón para volver al la fiesta. Llegaban a mis oídos el sonido de la música y voces a medida que me acercaba, caminaba por delante de él procurando una buena distancia entre ambos y el sonido de sus pisadas y su pesada armadura me daban la pauta.

En el salón, la araña de techo comenzó a vibrar un poco más. Seguramente había cuerdas que la sujetaban del techo hacia los balcones internos. La luz de las velas y lámparas de aceite resplandecían demasiado como para percibir los movimientos, pero había que estar muy atento.


[Marah]

Christopher avanzó sin dar importancia al grito de la mujer desnuda, aunque quizá el ruido del viento lo había hecho pasar por desapercibido para Amelie. Se dejó convencer por las palabras de la joven y ahora parecía más entusiasmado en su rol de guardia.

-Muy bien Amelie, tenemos que regresar a la fiesta… daré esto a los guardias para lo que regresen a donde debe estar…-cuando llegaron a la entrada de la torre dejó el cofre a uno de los dos custodios y les indicó donde debían dejarlo.
Condujo a la joven escalera abajo por la torre de invierno camino a la escalera  por donde ella lo había visto subir y ni bien bajó, puso la vista en la araña de techo y en los invitados. Allí se quedó de pié tratando de averiguar si había alguien a quienes los Condes estimaran mucho. Pero había mucha gente, y ellos habían tratado con todos y tenían buenas relaciones y por ello habían sido invitados a la fiesta.

Había una cuerda del lado de afuera de unos ventanales de ese edifico, del lado del jardín izquierdo. En la parte externa, a un costado del ventanal, había una cuerda bien sujetada. Quizá el asesino estuviera muy visible.


[Kaymi]

La chica sonrió al joven dragón y se volteó regresando sobre sus pasos. Caminó desnuda y procuró que él la siguiera por la torre Otoño. Corría y empezó a canturrear agitada. No le importaba la brisa fría en su piel desnuda. Su cabello estaba suelto y salpicaba agua por todos lados. Llegó hasta el puente sur, entre las torres Primavera-Otoño, y se paró en el medio, para voltearse y sonreír a Kaymi una vez más, tomarlo de la pechera de su camisa y darle un beso en la boca, para luego darle un empujón y apartarlo sin darle tiempo a nada.  Le lanzó el cuchillo a las manos y de pronto empezó a gritar como si estuviera aterrada pero en las comisuras de sus labios había una sonrisa macabra, y en sus ojos brotaron unas lágrimas.

-¡Auxilio! ¡Alguien que me ayude!-gritó con todas sus fuerzas.

Se subió al parapeto, extendió los brazos y se tiró al vacío. Cayó en el jardín externo del palacio y bajo ella empezó a correr la sangre en el suelo.

[Marah]

La condesa Isemay miró con atención a la araña y se levantó, llevando una mano al hombro de su esposo para que la imitara y tuviera cuidado también. Amelie dio aviso para que salieran del lugar. La mujer, se acercó y miró hacia el lado donde suponía que estaba el asesino intentando tirar la araña de techo.
-Ve allí con Christopher e investiga. El cuidará tu espalda, haceos pasar por una pareja escurridiza-sugirió se volteó a Dracoth para informarle. Volvieron a tomar asiento y la sonrisa de alegría por la fiesta se vio forzada, concentrándose en detectar al asesino.



Un hombre, entre las sombras, estaba tironeando de la cuerda, a la sombra de ese pasillo donde casualmente no había luz. Cuando oyera unos pasos hacia él, acercándose, se levantaría y trataría de escabullirse de forma tranquila.

[Kaymi]

Maeve se había perdido por la cocina una vez más y traía dos jarrones de hidromiel para los Condes, y los dejó momentos después de que la joven Amelie se hubiera retirado.
Kaymi encontraría un guardia que venía a custodiar la habitación de sus señores, pero antes de que abriera la boca, dos guardias de atrás gritaron al unísono.

-¡Atrapadlo! ¡Es el asesino! ¡Ha matado a una joven! ¡La ha tirado desde el puente sur!-el guardia que estuvo por escucharlo, lo tomó rápidamente de la pechera y tiró del dragón hacia la pared, llevando luego sus manos hacia atrás.
-No intentes nada, asesino-advirtió y era lo que le convenía. Otro guardia lo revisó y le encontró la espada y el cuchillo que se los pasó al otro guardia.

-¡Te entregaremos ahora mismo!-habló y empezaron a conducir al joven hasta la entrada del salón de fiesta.
Momentos después abrían la puerta de par en par del salón, deteniendo toda música y baile. Los invitados se abrieron paso y Amelie ni Christopher pudieron llegar a subir la escalera para ir a la galería del balcón interno.


-¡Mi señora Isemay, mi señor Dracoth!-saludó el guardia que iba delante de Kaymi, y él siendo llevado por uno detrás y otro al lado, impidiéndole cualquier movimiento. Llegaron hasta el centro, posicionándose justo debajo de la araña de techo, mientras los condes se ponían de pié.
-Éste es el asesino, acaba de matar a una joven en el puente sur-informó.
Mientras tanto, la araña de techo comenzó a moverse nuevamente

Maeve vio como se levantaban ambos condes para escuchar no muy contentos de la destapadura de la fiesta, pero tomó la el vaso de su señora de la mesa y le volvió a ofrecer la bebida que tomó ella casi inconscientemente por escuchar a Kaymi. Estuvo a punto de llevarse la bebida a la boca cuando Dracoth habló en respuesta.

-Es una buena estrategia la de acudir a los guardias para informar del crimen para no levantar sospechas, señor-las palabras del conde fueron calmas pero alzó su mirada y dijo cuando Amelie y Christopher detuvieron a hombre contra la pared. Dirigió la vista a ellos desde su lugar-Ese hombre es inocente. Está encargado de acomodar la araña de techo, pero tenía órdenes de no interferir entre invitados para pasar por desapercibido que la firmeza de esa decoración está malograda. Cualquier ruido que oyera, se dirigiría como si nada de regreso a la fiesta. No deseamos que se muestre que el castillo va deteriorándose de a poco...-a pesar de sus palabras, sonrió con amabilidad y ordenó-Suelen a ese hombre, y a Kaymi también-la condesa había informado su nombre al conde-Isemay, no tenía conocimiento de él-señaló al que tenían prisionero el guardia de confianza con la hechicera. Él lo soltó y apartándose se disculpó para voltear. El hombre carraspeó y asintió aceptando la disculpa. Era comprensible la confusión.

Un hombre salió de entre los invitados cerca de la entrada tratando de pasar desapercibido y llevando su mano a la chaqueta, y Amelie y Kaymi lo reconocerían porque era el mismo que los había esperado antes de presentarle a la Condesa. Nadie pondría atención en él hasta que tomó una daga y la lanzó directo a ellos para luego salir por la puerta y correr hacia la salida. Maeve fue herida en el pecho y el conde la sujetó para que no cayera. Ésta llevó sus manos a la herida y comenzó a desvanecer. Algunas mujeres soltaron un grito histéricas y la condesa Isemay, gritó señalando al asesino.

-¡Atrápenlo! ¡Christopher, ve con Amelie y Kaymi!-ordenó.

El asesino empezó a correr por la galería y el hall de entrada, para salir luego al gran camino que bajaba la colina del castillo, en dirección al carruaje y huir en él. Al primero que apareciera, trataría de matarlo cortándole la garganta o apuñalando su abdomen con una daga. Quizá ir los tres juntos, podrían reducirlo. El hombre era mudo, por lo que no gritaría ni hablaría. No tenía lengua.

Christopher llegaría poco despues que Amelie y Kaymi, para ayudar si la situación se ponía fea, pero confiaba en que lograrían reducirlo. El sujeto no iba a ser facil de atrapar, pondría mucha resistencia.


Off rol: en sus póximos post, contará el desarrollo. Cuanto más dificil hagan la situación, mucho mejor para ustedes. Llevarán puntos de experiencia extra. Traten de trabajar juntos. Saludos.

Si las miradas mataran, la que le dediqué al conde lo tendría que haber hecho caer al instante. Cristopher resopló y noté como sus hombros bajaron de repente mientras soltaba al hombre, sentía la misma frustración que yo. Me mantuve en silencio, no tenía sentido decir nada a pesar de todas las posibles formas en que por mi mente pasaron cómo aconsejar al asesino para matar a su conde. El hombre se acomodó su traje y pasó una mano por su garganta aliviando el dolor que el guardia le habría infligido y haciendo un gesto con la cabeza se alejó. Cristopher miró de costado un segundo con ojos vacíos y me acerqué un paso a él.

- Si... ambos lo detestamos en este momento – susurré y me devolvió media sonrisa en los labios, ladee la cabeza – Vamos...- se enderezó y asintió bajando suavemente la cabeza,  levantó su brazo elegantemente para que lo tomara. Bajamos así las escaleras mientras el conde hablaba al resto. Vi que de alguna forma estaban soltando a Kaymi, ¿En qué momento lo habían apresado? Mientras llegábamos abajo Cristopher se dirigió hacia donde se encontraba aquél cuyos objetivos compartíamos y, mientras sonreía y lo soltaba, pude notar el movimiento de un hombre que buscaba alejarse de los demás. Si no fuera porque era el único que no estaba atento a las palabras del conde hubiese pasado desapercibido para mí, pero mirándolo pude ver que sacaba una especie de cuchilla.

- ¡No! - Llegué a gritar pero ya era demasiado tarde, la daga que lanzó se detuvo en el pecho de la dama de compañía de Isemay. No me detuve a mirarla, los condes estaban a salvo y el que intentaba que dejara de ser así, escaparía si lo dejábamos ir. Me abrí paso entre la multitud y noté a mi izquierda que Kaymi hacía lo mismo. Salimos del lugar, me saqué los zapatos y los llevé en la manos para poder llegar más rápido a él. Escuchaba a Cristopher que gritaba se detuviera en vano porque el hombre lo ignoró completamente. “Maldición si sabía que tendría que correr hubiese pedido más aeros..” pensaba mientras esquivaba unas ancianas que me miraron con reproche por casi tumbarlas al piso.

- Córrase señora córrase- me limité a contestarle mientras continuaba mi carrera. El hombre se acercó a un carruaje.. - Ah no no..no creas que te irás así como así. - Detuve el paso y le tiré un zapato que dio de lleno en su nuca, el segundo que se llevó la mano al golpe me valió para concentrarme en la puerta por la que pensaba pasar  y cerrarla de golpe. Kaymi estaba prácticamente cerca de él y cuando el hombre se giró para ver quién lo había ocasionado mi otro zapato le dió de lleno en la nariz. Kaymi junto a Cristopher lo redujeron y me acerqué a ellos.

- ¿Le preguntamos si es el asesino? - bromee mientras jadeaba un poco de tanta corrida. Busqué mis zapatos y me los coloqué de nuevo. - Llevémoslo con los condes. - terminé mientras me acomodaba el cabello.
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Off: el hecho de que Kaymi lo redujera lo acordamos previamente, no aclaré como para no predeterminar sus movimientos, pero al tener el primer turno no podía dejarlo inconcluso tampoco.

Mas tarde...
En el salón de fiesta, con sólo Kaymi, Amelie, Christopher y la condesa Isemay en el centro.

Isemay comentaba tranquilamente mientras hacía seña a su guardia de confianza a que se retiraba a buscar algo, y cuando se alejó, ella dijo.
-Pido mil disculpas por las confusiones, no estaba enterada de lo que habló Dracoth con el hombre que acomodaba el adorno del techo, pero aún así, pudimos dar con el asesino y que fortuna no mató a Maeve. Su precisión, después de todo, no era muy brillante con las dagas-sonrió. Una joven sirvienta pareció y les trajo una copa de hidromiel a ambos, y para la condesa también, quien recibió y la alzó a modo de brindis.
-Por su exito-y llevó su copa a los labios para beber un par de tragos, algo sedienta.

La chimenea y pocas lámparas de aceite hacían, de ese salón, un lugar acogedor del cual no invitaba a salir a la noche fría en el exterior.
-Pueden pasar la noche en la habitación de huéspedes. Seréis bien recibido cuando quieran venir y si quieren algún trabajo, no dudéis en acudir a mí-miró a un costado pensativa con el ceño fruncido-Requerimos camareros, cocineros, guardias... damos buen sueldo por ello-Maeve no trabajará por un buen tiempo...-

Los pasos de Christopher llegaron lejanos, y la condesa se giró para verlo. "Ha, acá estas" susurró alegre viendo como el joven traía dos cajas de madera tallada con dragones y dibujos relacionados a la riqueza. El guardia llegó a ellos y le entregó con una sonrisa la caja de arriba a Amelie y la segunda a Kaymi y retrocedió con una leve reverencia se su cabeza hasta al costado de su señora.
-Espero que les sea muy útil la recompensa-sonrió.


¡Misión exitosa!
Recompensa:
20 pts de Exp.
400 aeros.

Armadura de cuero de dragón tranformable para Kaimi:

Dura dos temas de rol, se adapata a la tranformación del cuerpo de dragón-humano y viceversa. En el tercer tema que te tranformes, la armadura habrá vencido. [Proximamente en los mercados]

Pócima del amor:

Enamorarás perdidamente al chico que beba esta pócima.

+5 de experiencia por desarrollo c/u