Al aldea enferma-Misión- [Quest]

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Quest reservada- Ithil/Elen-Zarknoss-Saintus
Reglas:
*No estar participando en otra quest.
*Tenes un mínimo de 10 post en rol.
*En caso de ausencia sobre las 24hs enviar un mp para evitar consecuencias que afectan al personaje.
*Quien no responda por 72hs sin aviso alguno de ausencia, será sancionado y no podrá continuar la quest.

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Río:

Existe una aldea en un bosque de Aerandir, cercana a la montañas, lo cruza un río, y normalmente la gente se ve animada, solidaria y muy servicial, pero en los últimos días solo se puede ver devastación, muerte, y sufrimiento.

Una muchacha de cabello negro, Meidelia, ha viajado hasta Lunargenta a pedir que le ayuden a salvar su aldea.

Meidelia:

Desanimada, Meidelia, al no encontrar a nadie quien pudiera ayudarle, regresó a Sandorai, a su aldea, una de las pocas que estaba en ese bosque. Pero había dejado un mensaje en la ciudad de Lunargenta por si había alguna esperanza. Ella vivía sobre una colina, en uno de los claros que formaba la vegetación. Bajo la colina, y alrededor, habían al menos unas treinta casas. Parecía un lugar abandonado, sólo en su casa se podía ver que de su chimenea brotaba un pequeño humo.

Habían pasado varias horas andando. Era realmente un fastidio pero al menos estaban acostumbradas a ello. Elen había oído algo interesante, las niñas se habían informado y habían dado con un mensaje de una mujer llamada Meidelia. En principio no les habían dejado ver el mensaje por ser unas niñas, pero se las habían arreglado para ver lo más interesante.

Se aburrían y no tenían nada mejor que hacer, quizás con eso ganarían algo interesante, aparte de ocupar el tiempo muerto.

Conocían un poco Sandorai, por lo que no se perdieron y pudieron llegar a la ubicación indicada en el mensaje. Aunque una vez cerca no era complicado, pues no parecía haber mucho movimiento en la zona precisamente.

Llegaron a la puerta de la casa con humo y golpearon la puerta con los nudillos.

-¿Hay alguieeeeen? - Ithil habló en alto alargando alguna vocal - buscamos a...Mei...de..lia. Que nombre más complicado.

-No es complicado Ithil, y de todos modos sé más educada, podrías ofender a alguien.

-Pero es un nombre difícil de decir.

-Todos los nombres te son difíciles, así que no vale.

... Mmmmm... Conque hay una aldea en problemas... - meditaba para mi mismo, tras leer durante un minuto la nota que tenia entre manos. Era una nota que habia encontrado en Lunargenta, de parte de una chica llamada "Meidelia". Parecia una nota interesante, por lo que acudi en ayuda de esa dama, para averiguar cual es el problema real que amenaza con destruir su aldea.

Vestia con mi armadura de cuero ligera tradicional, la vestimenta que siempre suelo llevar. A ambos lados del cinturon, en sus respectivas empuñaduras, descansaban mis espadas, y justo al lado de estas, una bolsita con varios Aeros dentro. No queria llevarmelos todos encima, pero llevar unos cuantos me vendria bien. Elise ya me comento en su momento que estas monedas de cobre eran muy usadas por los humanos, u otra raza civilizada, para adquirir bienes y servicios de muchos tipos. En un hueco del cinturon, residia la daga que en su tiempo habia conseguido de Artharos. Aquellas tres niñas podrian serme de utilidad, quizas, o al menos servirian como compañia en ausencia de mi amada Elise, si es que se dignaban a aparecer.

Una vez llegue a la aldea, frente a la puerta donde se hallaba Meidelia, habitaban un hombre solitario acompañado de unas niñas. Ninguno de los dos me fueron reconocibles, tanto en la distancia como cara a cara, o bueno, lo poco que llegue a ver de ellos, puesto que lo unico que hice fue acercarme a la puerta y esperar con los brazos cruzados. Espere paciente frente a la puerta, las niñas y el hombre que estaban a mi lado solo escucharian mi respiracion y algun que otro leve rugido proferir de mi. No sabia quienes eran, ni si habian venido hasta aqui con el fin de ayudar a esta mujer en apuros, o simplemente eran paisanos de esta aldea.

En un principio no murmure palabra alguna. No habia nada que decir, solo vine a atender las necesidades de aquella dama, nada mas en especial.

Una joven de cabello negro abrió la puerta de su casa y miró a los tres recién llegados. No sonrió, su expresión era de una clara preocupación.

-Parece que mi mensaje ha llegado a los tres. Nos ponemos en marcha, hay algo que está afectando esta aldea y necesito que puedan descubrir de qué se trata. Pueden recorrer las casas para orientarse un poco, y cuando tengan alguna idea sobre lo que sucede, acudid a mí. Mi nombre es Meidelia, una de las guardianas de esta aldea élfica, que ahora está muriéndose-dijo de forma cortante y cerró la puerta con un golpe seco.

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Pista: investigar la aldea en busca de información.

Orden de posteo:
*Ithil-Elen
*Saintus
*Zarknoss
Nota: mirar las reglas en el post 1.

Las niñas miraron a los dos varones adultos, pero no hicieron comentario alguno. El primero se había comportado groseramente pues ni siquiera les había mirado o pedido que se apartaran de delante la puerta para golpearla, siendo que estaban ellas delante. El otro adulto parecía un felino, pero no dijo nada.

Cuando salió la mujer y dijo que eran tres las niñas me miraron ofendidas. Ya habían mirado a los dos hombres, así que ellas sabían contar correctamente y tenían muy claro que eran cuatro.

-Eh eh, que somos cuatro. No nos confundamos, vale que el señor gato puede ser feo, pero debes contarlo también.

-Oh.. Ithil, no digas eso que él se puede ofender - Elen se giró a Rengar inclinándose un poco a modo de disculpa - Perdona a mi hermana por la grosería.

Luego siguieron escuchando a la mujer ignorando a ambos varones. Quería que fueran por las casas y buscaran algún indicio que pudiera llevarles a conocer la causa del estado del pueblo.
Esa era una tarea divertida, o al menos que iba a ocuparles algo de tiempo. Aunque la mujer termino cerrando la puerta de golpe, algo que molesto a las niñas

-Vaya educación, es peor que yo.

-Ihitl no seas así, quizás se comporta de este modo porque esta triste por lo que ha pasado.

-Si esta triste que ayude a buscar en vez de quedarse encerrada en casa - dijo Ithil en un tono burlón - no es guardiana ni nada si se queda en un rincón sin ayudar o buscar que ha pasado.

Elen se encogió de hombros ante los argumentos de su hermana, tenía razón. Luego ambas se giraron y miraron a los varones adultos con poca confianza. No les dijeron nada, pasaron cerca de ellos mirándolos y cuando estuvieron detrás de ellos echaron a correr hacia la casa más cercana.

En la casa empezaron a golpear la puerta, al ver que nadie abría buscaron una ventana por la que poder colarse. La intención era registrar la casa entera por si encontraban algo extraño. No les importaba si alguno de los adultos las seguían, ellas seguirían con su misión ya que se sentían tan capaces de hacerlo como cualquier adulto.

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Offrol: No sabia que los masters podrían saltarse la normativa del foro :S

-No es un foro de roleo fácil, a todo el mundo le gusta saber dónde, con quién y por qué rolea con esa persona, un foro de rol no es un chat para llevar una conversación donde no puedes ver al otro, así que se obligan por lo menos 10 lineas por post. (descripcion del lugar, del aspecto del personaje, etc.)

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Off: Disculpen la tardanza,

Una de aquellas niñas empezaba a mostrarse molesta. Sus comentarios no eran muy agradables que se diga, aunque no consideraba necesario quejarse por ello, al fin y al cabo solo eran palabrerias de una niña. La otra joven parecia mostrarse mas agradable, mucho mas, puesto que quiso disculparse por las fanfarradas que soltaba su hermana.

Gire la cabeza para mirarlas a ambas, sin ni siquiera hacer atisbo alguno de enfado, me sentia practicamente igual. No me moleste ni en dirigirles palabra, no lo encontre necesario.

La mujer que habia abierto la puerta tampoco se habia esmerado en darnos mucha informacion respecto al pedido de su propia nota. Algo esta afectando la aldea y tenemos que descubrir que es... como si fuera tan facil. Un poco de ayuda por parte de la joven que habia puesto la nota no nos vendria mal, pero nada. Habra que descubrir el problema por nosotros mismos.

Las niñas fueron por voluntad propia a "investigar" una de las casas, el hombre del grupo fue por su bando tambien. Me habia quedado solo, asi que tendria que ponerme con ello en solitario.

Cerca de la casa grande que fue a inspeccionar aquel hombre del trapo marron, a la izquierda de esta se hallaba otra casa mas pequeña. No queria comportarme de manera conflictiva en un principio, asi que descarte toda idea de colarme dentro sin mas, o tumbar abajo la puerta o la ventana para entrar. Tan solo llame a la puerta, golpeando esta con los nudillos, esperando a ver si alguien se dignaba a abrir...

Mire de reojo mientras tanto a la casa donde aquellas niñas se habian metido sin ni siquiera molestarse en tocar a la puerta. No me vendria mal localizar en que casa estan metidas por si necesitan ayuda. Yo no tendria paciencia suficiente para aguantarlas todo el rato, pero hay alguien que si la tiene. Fue en ese momento cuando recorde el efecto de la daga de Artharos, si ellas o el otro individuo estaban en peligro, siempre podia recurrir a su efecto.

[Ithil-Elen]

Las niñas ingresaron dentro de un cuarto, abriendo la ventana que se había tratado de mantener cerrada. El lugar estaba sombrío, con tonos oscuros, tristes. Los muebles deteriorados, mucho polvo en todo. Alguien reposaba en la cama, un elfo, que parecía estar agonizando. ¿Quién sabe cuánto días sin atención tenia? Su cabeza ardía en fiebre, y de vez en cuando parpadeaba y se retorcía de dolor con un fuerte alarido. Había sangre en su almohada y frazadas, y tenía un olor putrefacto que salía de su boca.
La puerta de la habitación estaba entreabierta, y se respiraba un olor nauseabundo. Sí ingresaban dentro, verían el cuerpo tendido de una elfa, y varias moscas dentro. Algunas que volarían siendo ahuyentadas pro los pasos de ellas.

[Saintus]

Percibiría una vibra extraña en la tierra, una que no era buena para nada. Cuando volviera a levantar la mano y observara la palma, podría notar que se le habrían prendido unos cuantos gusanos, y un olor a podrido se le adheriría a la piel.

[Zarknoss]

A lo pies de la puerta, unas hojas de una extraña planta, que parecían estar recién cortadas, sin embargo ¿Quien pudo haberlas dejado allí?

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Centenares de hojas eclipsaron la visión de Rengar y de Saintus. Hojas negras que cayeron de pronto de todos los árboles cercanos y hasta donde les llegaba la vista. Los troncos de los árboles parecieron consumirse, pero solo se resecaron, y murieron, al igual que toda flor y planta. Lo único que parecía vivo en ese lugar, era un rio cercano detrás de la colina de Meidelia.




Off rol: no es necesario que un máster cumpla con las 10 líneas, a quienes solo se les requiere a los personajes y su desarrollo en roles. Mi intensión era dar algo corto, pero lo necesario para el próximo paso de la Quest.

La casa no tenía buen aspecto y olía considerablemente mal, por lo que las niñas se cubrieron la nariz con unos pañuelos.
Avanzaron con cuidado entre la deprimente imagen del hogar hasta que dieron con un elfo que parecía delirar, agonizar y estar sufriendo todos los males existentes. Elen se acercó con cierta curiosidad pero se aparto lo antes posible por el hedor que desprendía. Seguía vivo pero juraría que estaba podrido por dentro

-Hay sangre por todas partes,- Elen no parecía nada asustada o algo por ver tanta sangre, es como si ya huiera visto muchas veces espectaculos similares - Por dentro debe estar muy mal, a saber cuanto lleva en este estado.

-Y la casa está muy mal. ¿Puede ser por falta de limpieza?

-No creo.. son elfos, y los elfos son muy limpios.. . yo creo que han enfermado y no han podido cuidar de la casa.

Ithil siguió dando vueltas hasta encontrar el cadáver de una mujer. No se acercó mucho al ver que habían moscas de todas partes, incluso parecían salir de ella. Era una imagen dantesca, no le hacía falta acercarse para confirmar que estaba muerta, así que volvió con su hermana a informar.

-Hay una mujer llena de moscas, creo que salen de ella.

-Deberíamos mirar si hay comida extraña, plantas venenosas o algo así.. pero no toquemos nada directamente, sería un problema que nos pasase como a ellos.

Ithil asintió y empezó a buscar, si tocaba algún tarro era usando un trozo de manga de su ropa. Tras registrar toda la casa las niñas salieron.

-¿Los dos hombres esos habrán encontrado lo mismo?

-A saber, vamos a preguntarles. A parte quizás saben más sobre enfermedades que yo.

-Eso lo dudo Elen, tu eres la más lista del mundo - dijo Ithil riendo mientras las niñas iban buscando a Rengar y Saintus.
Al primero que encontraran le explicarían que habían encontrado y le pedirían saber que había visto él, así podrían ver si en todas partes habían las mismas señales de muerte.


[Offrol: Ya veo, gracias por la explicación ^^]

Mi llamada paso inadvertida para oidos de quien estuviese adentro, si es que habia alguien. Por un momento fije mi mirada sobre mis pies, habia una extraña planta cerca de la puerta, una planta que jamas habia visto antes. Ligeramente intrigado, me agache para recoger el utensilio - Que son estos hierbajos? - pense en voz alta.

Antes de poder hacer nada mas, una leve rafaga de viento se cruzo delante de mi. Un centenar de hojas caidas se posaron sobre mis ojos, provocando que los cerrara por inercia. Empezaba a sentirme extraño...

Cuando quise abrir los ojos de nuevo, los arboles de mi alrededor mas cercanos se estaban marchitando. Mi vista empezaba a nublarse, aunque tratara de mirar a mi alrededor, no encontraba rastro alguno de las niñas o del individuo de antes. Confuso, mis pies empezaron a moverse en direccion a la casa de Meidelia. Durante el camino, a pocos metros de la casa que habia tratado de inspeccionar, entre el suelo y la escasa hierba del lugar se hallaba la planta que habia recogido antes. La habia desechado ahi mismo, victima de mi propia indecision.

Dos figuras se interpusieron en mi camino a la casa de la joven (Ithil y Elen). Su aspecto fisico me era irreconocible en ese momento, solo podia diferenciarlas por las voces. Eran aquellas niñas que estaban en la entrada de aquella casa. Pare en seco al oirlas - No veo... bien... los arboles... - susurraba, intentando encontrar las palabras exactas. Mi mirada se posaba en una direccion aleatoria, me habia llevado las manos a la cara para rascarme los ojos, intentando averiguar que era lo que me pasaba, pero nada...

Por un momento pense en la posibilidad de que fuera algun efecto relacionado con la magia. El problema era que tipo de magia estaba intentando poseer mi vista...

El polvillo de los árboles causó  malestar en los ojos de Rengar, pero era un efecto pasajero, si parpadeaban un par de veces ya no tendrían molestias. Pero la vista del paisaje daba pena, todo muerto y olor putrefacto por todos lados. Habían muchos aldeanos elfos muertos aparentemente, y muchos que iban por el mismo camino. ¿Habría posibilidad de salvar o interrogar a alguno?
La planta que Rengar había tomado, se marchitó de un momento a otro en su mano, pero al morir, desprendió una sustancia líquida con un olor desagradable.

De la puerta donde Rengar había golpeado, no salió nadie...


Lo mismo que a Rengar, solo polvillo en los ojos que molestaba, y cuando parpadeara, ese malestar se le iría. Su magia élfica no pudo sanar nada en el lugar.


Un grito resonó en toda la aldea, uno de dolor, en medio de una de las calles. Se trataba de una elfa no muy joven, de un aspecto muy descuidado, desnutrida y que parecía delirar. Quedó tendida en el suelo, boca abajo. Pero cuando alguien se le acercara, miraría en dirección al río, y pediría agua.

Las niñas dieron con el hombre felino. Pero se le quedaron mirando con curiosidad en vez de explicarle lo que habían visto, pues este parecía no ver bien, aunque el primer pensamiento de ellas no fuera este, sino que pensaron que estaba borracho o alguna cosa más desagradable, pues sus experiencias con adultos no habían sido muy buenas.

-Elen.. creo que habría sido mejor encontrar al otro - dijo Ithil susurrando sin dejar de mirar a Rengar- Este está muy raro.

Rengar dijo algo de los ojos y Elen sonrió afablemente.

-Debe tener algún problema en los ojos.

-¿Y si ahora está enfermo como los elfos? Le saldrán moscas de dentro, yo no quiero ver eso, no es bonito.

-Si está enfermo habrá que tratarle, y rápido.

-Pero no sabemos qué enfermedad es.

-Entonces esperemos que no sea lo mismo que con los elfos, o habrá otro muerto pronto.

Mientras comentaban entre ellas lo que habían visto y lo que quizás le pasaba a Rengar escucharon el grito y se giraron de golpe. En aquel momento se dieron cuenta de que todo a su alrededor tenía un aspecto considerablemente pésimo, antes no se habían en eso. Se miraron entre ellas y luego Ithil, usando un trozo de manga como guante, cogió a Rengar de la mano y tiro de él para que fuera con ellas hasta el lugar del grito. No quería tocarlo directamente por si había contraído la enfermedad.

-Te vienes con nosotras, así veremos si se te pasa o te salen moscas de dentro.

No tardaron en llegar, el grito procedía de una elfa, su aspecto era tan deprimente como el de los elfos que ya habían visto, pero esta parecía bastante más viva. Ithil soltó a Rengar, parecía haberse olvidado de él, pues fue al lado de su hermana y las dos se acercaron levemente a la elfa, pero no lo suficiente como para que esta pudiera cogerlas o toserles encima. La pobre moribunda pidió agua mirando al rio.

- ¿Crees que el rio debe estar bien con todo lo que hay aquí?

-Es imposible, si las plantas están muertas es porque no les llega agua buena. ¿Te acuerdas del campesino ese?, el señor Murray. Siempre decía que los ríos son importantes para toda planta.

-Pues la elfa quiere agua del rio, deberíamos ir a verlo.

Al parecer aquel efecto habia desaparecido de mi vista. Despues de rascarme ligeramente los ojos, parpadee repetidas veces hasta que se paso el efecto. Seria algo temporal, pero que demonios me habia provocado ese problema ocular? Solo se que un par de hojas negras se cruzaron en mi cara antes de que todo pasase. Podrian estar relacionados la perdida de vista con las hojas de los arboles? Su aspecto era nefasto, y el olor del ambiente tampoco era algo que agradecer, asi que no descarte esa posibilidad.

La conversacion de aquellas crias habia pasado desapercibida para mis oidos. Solo el grito que se habia escuchado a la lejania me hizo volver en mi mismo. Las niñas querian arrastrarme al lugar del hecho, por lo cual quise seguirlas por voluntad propia. Se me hacia algo extraño que una cria humana me obligase a seguirla, y lo mas curioso, que yo obedeciese. En fin, cosas que pasan...

El grito resulto provenir de los labios de una bella elfa, no poseia una apariencia tan joven como la de mi amada, pero para mi todas las elfas eran hermosas a la vista. Estaba tendida en el suelo y tenia un aspecto lamentable, pedia ayuda al mismo tiempo que miraba el rio, lo cual hizo entender que estaba deshidratada. Intente agacharme para cogerla de la cabeza y de su cintura, con el objetivo de llevarla hasta el rio.

Sin embargo, el hombre de antes se habia adelantado, sacando una cantimplora mientras realizaba una accion algo extraña con ella. Simplemente, la alzo al cielo para despues, arrojar parte del contenido de la cantimplora a la boca de la elfa. Algo extraño para mi, siendo el un humano, o al menos eso creia de momento.

Tan solo me limite a ayudar al hombre a saciar el hambre y la sed de la elfa, para despues preguntarle acerca de esta aldea, si es que la joven se dignaba a ayudarnos...

La joven se ahogó con el agua que el elfo dejaba caer a su boca y escupió gran parte, pero cuando Rengar la tomó en brazos, volvió a señalar el río, indicando que necesitaba beber más. Estaba con mucha fiebre y muy debilitada. Era dudoso si podría resistir por mucho más tiempo.

¿Cuál será el origen de la peste? Tal vez podría quedar alguna esperanza para la joven moribunda.

Se oyeron gritos de pronto y una humareda que provenía del otro lado del río, en dirección a la aldea. Eran humanos que venían con antorchas encendidas, dispuestos a quemar a la aldea élfica. Tenían el rostro cubierto y toda precaución posible para evitar posible contagios. Habría que actuar rápido. Consigo llevaban armas también.


Off rol: la respuesta es corta, pero tienen los elementos necesarios para empezar a descubrir las incógnitas.

Era extraño, parecía que el agua que le ofrecía Saintus no era del gusto de la elfa, pues parecía ahogarse y luego la escupio, era como si no quisiera tragarla. Aunque quizás era por tener alguna infección en la garganta. De todos modos las niñas tenían claro que querían ir al rio y así fue, no estaban seguras de que esa agua estuviera realmente en buenas condiciones.

Se alejaron de la elfa y los dos hombres, no sabían si iban a seguirles pero tampoco se preocuparon mucho de ello al momento, no hasta que se dieron cuenta de lo que se acercaba por el otro lado del rio. Elen miro a su hermana con rostro asustado e Ithil al verlo se giro y corrio hacía los dos hombres.

-¡Tenemos problemas! viene mucha gente enfada.

No sabía con exactitud que podían hacer aquellos humanos con las antorchas y demás pero nada bueno, de eso estaba segura.
Mientras, Elen examinaba el rio, que curiosamente era lo único que estaba en buen estado. No sabía encontrar nada extraño, pero tenía una corazonada. Tenía que ver con el agua, estaba convencida de ello.

Ithil volvió con su hermana y le pregunto si había encontrado algo, pero la respuesta fue negativa y los humanos seguían acercandose.

-Maldita sea, llegarán y a saber que harán, los adultos estan todos locos.

-Quizas el hombre gato y el otro pueden ver algo que yo no... no se me ocurre que puede ser.. la hierba parece marchita, como si no tuviera suficientes nutrientes, pero el rio a simple vista se ve bien.. y luego esta la elfa que quiere agua del rio..

La elfa habia señalado al rio nuevamente. A decir verdad, resultaba extraño el simple hecho de que todo el ambiente a mi alrededor estuviese deteriorado, muerto, pobre... todo menos el rio. Las aguas de este se veian limpias y puras, sea lo que sea lo que este pasando aqui, parece que el rio no fue afectado por ello. O al menos, el agua no parecia estar tan afectada como el resto del paisaje, la elfa habia escupido el agua que el indviduo encapuchado le habia ofrecido. Una de dos, o esa agua no es muy pura, o su deshidratacion y su debilitacion son muy graves.

De no ser por la molesta compañia de humanos armados con armas y antorchas, habria llevado en brazos a la elfa hasta el rio sin pensarmelo dos veces. Sin embargo, el hombre que iba con nosotros se nos adelanto. Se apresuro a avanzar hacia el rio con suma agilidad, trayendo tras de si un par de hojas que contenian agua del propio rio. Uso el agua de una hoja para darle de beber, la otra la uso para intentar hidratar un poco la anatomia moribunda de la elfa.

Vosotras dos... - les dije a las niñas, con la elfa aun entre mis brazos - Movamonos, hay alguien a quien quiero ver ahora mismo...

Con el cuerpo de la elfa entre mis brazos, me dirigi a la casa de Meidelia. Esa mujer nos debe muchas respuestas, y no encuetro normal que ella, teniendo en cuenta que vive aqui, desconozca muchos de los peligros que asolan su propio pueblo - A la casa de Meidelia, vamos! - les dije a las niñas mientras me dirigia a mi destino, a paso algo lento por transportar el cuerpo de la muchacha. Lo normal seria que las niñas se me adelantaran.

Una vez en la puerta, les dije a aquellas crias que tocasen a la puerta - Meidelia, somos nosotros. Si valoras tu vida, sal de esa casa - pronuncie estando situado detras de la puerta. Si alzaba demasiado la voz, esos humanos alborotadores nos pillarian...

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Off: Disculpad el retraso, ya habia informado de esto a Master2, pero aun asi quiero pedir disculpar por tardar dos dias en contestar

La joven que Rengar traía en brazos, cando volvió a fijar la vista en ella, notaría que había muerto. En tanto, Meidelia salió de la casa, apoyándose contra el marco de la puerta, sin levantar la vista para mirarlos y respiraba con dificultad. No escuchó lo que le dijeron, pero dijo con la voz debilitada.
-Yo no sé nada, nadie sabe porqué el pueblo está muriendo, no puedo atenderlos, sólo regresad cuando hayan descubierto qué es lo que nos está matando. -

La muchacha llevó una mano a su cabeza, pero apoyó su hombro contra el marco, tambaleándose un poco, y sacó algo del bolsillo de su chaqueta y se lo entregó al que estaba más cerca, sin mirar.
-Tal vez eso ayude....-musitó-pero primero deberán descubrir que nos ocurre. - Miró la cantimplora que una de las niñas llevaba, y que Saintus le había dado y dijo mirándola con el rostro desencajado.
-Tengo sed-su boca quedó abierta marcando la ultima letra que pronunció y tendió su mano hacia la cantimplora para que la niña se la pasara.


El pergamino que ella les había pasado rezaba en tinta negra.

Robert, el mercader, donde los namarie

El hombre bestia dijo de ir a ver a Meidelia, Ithil tenía la cantimplora en mano llena de agua, no pensaba devolverla, pues el hombre no lo había pedido con amabilidad, pero si la había llenado cuidándose de no tocar ella misma el agua.

Al ir a casa de la mujer pidieron que saliera y esta lo hizo, pero su aspecto no era muy bueno. Ithil pensó que ya había enfermado como los demás.
Nos dio una carta, uno de los hombres la cogió, las niñas con cierto fastidio ya vieron que iban a tener que colaborar con ellos.

Luego Meidelia pido agua y tendió la mano, Ithil miro al dueño de la misma, pero termino tendiendo la cantimplora, sería interesante ver si Meidelia termina empeorando por beber aquella agua. No es que le deseará algún mal, solo quería ver la reacción. Elen le miro con cierto reproche, no debería ofrecer un agua que no saben si es sana. Luego ambas niñas miraron a los hombres.

-Bien, los humanos enfadados se acercan, ¿donde crees que podemos ir? Aquí está todo muerto, y el rio lleno de vida, las pistas son muy raras.

No sabían por donde seguir, la cosa estaba considerablemente complicada y Elen empezaba a pensar que ellos mismo podrían caer ante la enfermedad si pasaban mucho tiempo ahí. Habían visto ya la carta, por lo que lo ideal quizás sería ir a preguntarle al comerciante, con suerte tendría información.Aunque las niñas no sabían que era eso de "namarie" les quedaba muchas cosas por estudiar.

La joven Meidelia permanecia ajena a todo lo que sucedia a su alrededor. Acaso no habia pensado en mudarse a Lunargenta o algo por el estilo? Tanto aprecia esta aldea que es capaz de quedarse en ella, pese a la contaminacion que esta sufriendo? Era algo que no entendia muy bien, pero finalmente termine por aceptar el pergamino que nos habia ofrecido.

Baje mi mirada para dejar a la elfa en el suelo y leer el pergamino. Desgraciadamente, ella ya habia fallecido. Sus ojos no se movian, no hacia atisbo u accion alguna cuando la deje en el suelo con la cabeza apoyada en la pared de la casa. Apoye una mano en su pecho y su corazon no latia... que rabia... ni siquiera hemos podido salvarla...

Suspire de agobio y abri el pergamino. El contenido de este decia asi:

"Robert, el mercader, donde los namarie"

Namarie? Que demonios era eso? Alguna palabra elfica? Oh, genial, un buen momento para que nos pasen este tipo de cosas. Esta joven no ofrecia mucha ayuda que digamos.

Alertado, por un momento habia girado la cabeza en direccion al otro individuo que nos habia acompañado en la mision. Estaba tratando de deshacerse de la molesta compañia de hombres, ojala le hagan caso, necesitamos tiempo, mucho tiempo, si queremos averiguar el origen de todo esto.

Las niñas por su parte se habian encargado de darle agua a la joven Meidelia. Ellas desconocerian que era la palabra "Namarie", pero queria intentarlo de todos modos - Vosotras dos, no sabreis que es un "namarie", verdad? - ni siquiera espere a su respuesta, mi mente estaba concentrada en analizar los hechos pasados para comprobar si podia sacar algo en claro.

Espera! Quizas lo haya visto antes? Esa extraña planta frente a la puerta, la cual se habia disuelto al poco tiempo de caer bajo los efectos de aquella ceguera... esa planta era un "namarie"? - Meidelia... que es un "namarie"? - pregunte de primeras, puesto que ella lo sabria mejor que yo, y si no, me encargaria yo mismo de preguntarle lo siguiente - Antes, en esa puerta de ahi... - (señala hacia la puerta que habia tocado antes, en el momento donde los cuatro nos habiamos separado) - He visto una extraña planta a los pies de la puerta. No sabria darte los detalles, pero parecia ser una planta propia de estas tierras. Dime una cosa, en esa casa vive Robert, el mercader?

A ninguno de los hombres le importó lo que Saintus decía, pero bordeaban el río hasta un puente que se perdía detrás de una colina. El plan que tuvieran a mano los viajeros, deberían ejecutarlo cuanto antes. Meidelia negó con la cabeza y dijo.
-Seguro en casa del mercader de Lunargenta tiene alguna información de eso, si es que no está muerto. Pero no reconozco nada en cómo me siento ahora-la joven se llevó las manos a la cara, mareada. Parecía que caería inconsciente en cualquier momento, pero se sentó en la escalinata metiendo su cabeza entre los brazos, y apoyándose de costado contra el marco.

Dentro de la casa que Rengar decía, había una nota sobre una mesa destartalada, que rezaba.
"He ido donde las Namaries, buscadme allí sino estoy en casa Dulcinea. Esperaré a mi hermano por la medicina"

Aunque para entrar deberían forzar la puerta. Había muchos estantes y cajones llenos de cosas, pero ninguna planta ni nada a lo que se le llamaba Namarie. Pero había un par de pergaminos con anotaciones. En uno de ellos encontrarían la información que necesitaban. Quizá el lugar donde debían ir, no estuviera demasiado lejos, pero deberían apresurarse antes que los aldeanos humanos arrasaran con todo a su paso.



Pista: Buscar información de Namarie y hacer el post en el debido lugar.