Engaños en el burdel. (QUEST +18)
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Engaños en el burdel. (QUEST +18)
En una de las callejuelas de la gran ciudad de Lunargenta se encuentra una pequeña entrada con el cartel de "El gato verde" en lo alto. Es una puerta de madera oscura, vigilada desde dentro por un hombre calvo y forzudo, el cual mira por una pequeña rejilla de metal. No es un secreto bien guardado, pues muchos saben que este burdel se encuentra allí, pero nadie hacía nada. Ni los guardias ni el rey podían evitar que aquel lugar existiese. Y todo por Berno. El poderoso e influyente Berno. Sus manos estaban implicadas en comercio legal, en el mercado negro, e incluso en los asuntos de los más ricos nobles de distintas razas de todo Aerandir.
Hacía poco, uno de los enviados de Berno, fue a colocar una nota en la taberna de la Estrella, para que así, algún viajero llegase a él.
No ponía nada más que eso. Pero aún con tan pocos detalles, las habladurías de los habitantes saldrían disparadas al instante, haciendo mucho más fácil que alguien viniese. Pero no iba a dejar que "alguien" sin más llegase a hacer estupideces. No. Quería a alguien competente y sabía que el miedo que imponía su nombre le ayudarían en ese propósito. Pues nadie jugaba con Berno y salía con vida para contarlo.
Hacía poco, uno de los enviados de Berno, fue a colocar una nota en la taberna de la Estrella, para que así, algún viajero llegase a él.
"Hay un pequeño problemilla en el Gato Verde. El que venga y lo resuelva, se ganará mi favor, además de un apetitoso tesoro."
No ponía nada más que eso. Pero aún con tan pocos detalles, las habladurías de los habitantes saldrían disparadas al instante, haciendo mucho más fácil que alguien viniese. Pero no iba a dejar que "alguien" sin más llegase a hacer estupideces. No. Quería a alguien competente y sabía que el miedo que imponía su nombre le ayudarían en ese propósito. Pues nadie jugaba con Berno y salía con vida para contarlo.
Última edición por Master4 el Sáb Dic 14 2013, 22:02, editado 2 veces
Othel
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
Hacía ya tiempo que el joven semielfo llegado desde Sandorai cruzara las tierras para conocer mundo, sin embargo, su bolsillo cada vez era más cercano a su mano en cuanto a aeros se refería y aquella noche en la taberna de la estrella tan sólo una copa de vino tibio sería su cena. Si bien era cierto que aún tenía dinero de sobra para pasar varias noches allí, tampoco estaba de más lograr algún dinero para comprar equipo o algún menester similar.
La noche en la taberna transcurría lenta y tranquilamente, los pocos parroquianos asiduos a la cerveza tibia y el vino caliente de la posada parecían meros adornos en el salón de la posada mientras que la camarera, hija del posadero cómo no, se movía ente las mesas limpiando por doquier para adelantar algo con respecto al cierre. El joven Tarken miró su copa casi vacía mientras que alzaba su mano izquierda para acariciar a Noctis, su halcón que permanecía tranquilo a su lado devorando de vez en cuando algún trozo de carne seca con el que le obsequiaba su hermano semielfo. Sin embargo, algo turbó toda aquella tranquilidad y quietud en "LaEstrella", las puertas de la entrada se abrieron dejando entrar una ráfaga de aire frío del exterior y haciendo bailar las llamas de los candiles y velas que alumbraban la estancia. Lo que parecía ser un hombre joven, se acercó al posadero a susurrarle algo tras lo cual se dirigió a la pared principal de la sala y apuntaló allí una nota que parecía cuando menos importante. Tras despedirse del dueño del local, el joven se marchó tal y como había llegado:
-Qué piensas Nocis, ¿me acerco a leerla?-
Tras el chillido ahogado del magnífico ave, el joven Tarken se levantó y, tras dejar la copa vacía en la barra y pagar al posadero, se acercó a la nota para comprobar de qué se trataba:
-Hummm, podría ser interesante...Noctis.-
El halcón de Tarken planeo suavemente hasta posarse en el brazo izquierdo y, una vez habiéndose despedido de la camarera, el joven cazador salió de la posada dirección al más que conocido burdel de Lunargenta.
Tarken no dejaba de sorprenderse en la ciudad humana de cuán era la miseria que había por algunos lares sombríos. A medida que se adentraba en las zonas más escondidas de Lunargenta, el joven semielfo se percataba con más crudeza de la precariedad de algunos humanos que allí habitaban. Sin un techo bajo el que cobijarse más que el cielo abierto ni comida que llevarse a la boca o dinero para comprar viandas, algunos mendigos subsistían rebuscando en los desechos ajenos. Tras una incómoda travesía, Tarken llegó a la puerta del "Gato verde", a la cual tocó con energía a la espera de que le abrieran.
El rostro recio y furibundo de un humano tan grande como un armario se asomó por una pequeña reja preguntando quién iba. El semielfo hizo referencia a la nota de la posada reclamando entrevistarse con Berno, nombre conocido en Lunargenta tanto por nobles como por criminales. Ahora sólo quedaba aguardar en la puerta a que le dieran audiencia y ofrecer sus servicios para aquella empresa de sospechosa nobleza.
La noche en la taberna transcurría lenta y tranquilamente, los pocos parroquianos asiduos a la cerveza tibia y el vino caliente de la posada parecían meros adornos en el salón de la posada mientras que la camarera, hija del posadero cómo no, se movía ente las mesas limpiando por doquier para adelantar algo con respecto al cierre. El joven Tarken miró su copa casi vacía mientras que alzaba su mano izquierda para acariciar a Noctis, su halcón que permanecía tranquilo a su lado devorando de vez en cuando algún trozo de carne seca con el que le obsequiaba su hermano semielfo. Sin embargo, algo turbó toda aquella tranquilidad y quietud en "LaEstrella", las puertas de la entrada se abrieron dejando entrar una ráfaga de aire frío del exterior y haciendo bailar las llamas de los candiles y velas que alumbraban la estancia. Lo que parecía ser un hombre joven, se acercó al posadero a susurrarle algo tras lo cual se dirigió a la pared principal de la sala y apuntaló allí una nota que parecía cuando menos importante. Tras despedirse del dueño del local, el joven se marchó tal y como había llegado:
-Qué piensas Nocis, ¿me acerco a leerla?-
Tras el chillido ahogado del magnífico ave, el joven Tarken se levantó y, tras dejar la copa vacía en la barra y pagar al posadero, se acercó a la nota para comprobar de qué se trataba:
-Hummm, podría ser interesante...Noctis.-
El halcón de Tarken planeo suavemente hasta posarse en el brazo izquierdo y, una vez habiéndose despedido de la camarera, el joven cazador salió de la posada dirección al más que conocido burdel de Lunargenta.
Tarken no dejaba de sorprenderse en la ciudad humana de cuán era la miseria que había por algunos lares sombríos. A medida que se adentraba en las zonas más escondidas de Lunargenta, el joven semielfo se percataba con más crudeza de la precariedad de algunos humanos que allí habitaban. Sin un techo bajo el que cobijarse más que el cielo abierto ni comida que llevarse a la boca o dinero para comprar viandas, algunos mendigos subsistían rebuscando en los desechos ajenos. Tras una incómoda travesía, Tarken llegó a la puerta del "Gato verde", a la cual tocó con energía a la espera de que le abrieran.
El rostro recio y furibundo de un humano tan grande como un armario se asomó por una pequeña reja preguntando quién iba. El semielfo hizo referencia a la nota de la posada reclamando entrevistarse con Berno, nombre conocido en Lunargenta tanto por nobles como por criminales. Ahora sólo quedaba aguardar en la puerta a que le dieran audiencia y ofrecer sus servicios para aquella empresa de sospechosa nobleza.
Tarken
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
Luego de ayudar a una buena amiga que se encontraba prisionera, el ladrón decidió pasar unos días mas en la ciudad de Lunargenta, pues antes de salir de la ciudad necesitaba algo de dinero, y que mejor que apostando en uno de los bares de la ciudad, por lo que pronto dirigió sus pasos a las zonas mas marginales de la ciudad, donde las apuestas, los robos y los malos tratos eran cosa normal, aquello le hacia sentir algo de nostalgia, pues le recordaba su infancia en los sectores pobres de la ciudad, donde había aprendido como robar y mas tarde como asesinar, aquello le hizo sonreír un poco pues para Karel eran como buenas memorias, pues aquello demostraba lo que había cambiado en el, había dejado las matanzas por dinero y el robo en interiores por simple robo ocasional y trampa en apuestas, aquello sin dudas era algo bueno para alguien que intentaba dejar atrás sus errores.
Finalmente, cuando el humano llego a una taberna, se unió a un grupo de jugadores de dados pues la apuesta era bastante suculenta, y aquello estaba prácticamente regalado para un tramposo como el pues con sus dados cargados ese premio ya era suyo, o al menos eso creyó, pues apenas intento cambiar los dados, un dolor comparable a una puñalada le asalto en el pecho, directamente en la marca que delataba una maldición, el dolor le hizo soltar los dados cargados y los auténticos lo que le hizo quedar en una situación bastante problemática, en especial cuando los demás jugadores sacaron sus cuchillas en contra del tramposo, el cual termino pagando por su vida al verse en una gran desventaja numérica, para luego terminar siendo echado de la taberna.
Al salir de la taberna escucho la platina de dos desconocidos, los cuales conversaban sobre una nota dejada en la "taberna de la estrella", la cual solicitaba a viajeros para solucionar un problema en uno de los mas conocidos burdeles de la ciudad, "El gato verde", aquello le sonó algo familiar, pues si no recordaba mal, aquel lugar no pertenecía a alguien común, sino a Berno, alguien con mucho poder, quien había contactado con los suyos para encargarse de uno que otro enemigo que tenia hace años atrás, aunque Karel nunca había sido seleccionado como ejecutor de los objetivos.
Guiándose por su memoria, Karel consiguió llegar a la puerta de "El gato verde", la cual toco un total de dos veces hasta que un hombre calvo y grande abrió la pequeña rendija de la puerta preguntando los asuntos que el hombre frente a el tenia, Karel contesto rápidamente que venia por un cartel en la taberna de la estrella y que solicitaba ver a Berno para saber los detalles de la tarea a realizar. Dicho aquello, el hombre cerro la rendija y se escucharon los pasos que este dio dentro del burdel; solo quedaba esperar al influyente señor Berno.
Finalmente, cuando el humano llego a una taberna, se unió a un grupo de jugadores de dados pues la apuesta era bastante suculenta, y aquello estaba prácticamente regalado para un tramposo como el pues con sus dados cargados ese premio ya era suyo, o al menos eso creyó, pues apenas intento cambiar los dados, un dolor comparable a una puñalada le asalto en el pecho, directamente en la marca que delataba una maldición, el dolor le hizo soltar los dados cargados y los auténticos lo que le hizo quedar en una situación bastante problemática, en especial cuando los demás jugadores sacaron sus cuchillas en contra del tramposo, el cual termino pagando por su vida al verse en una gran desventaja numérica, para luego terminar siendo echado de la taberna.
Al salir de la taberna escucho la platina de dos desconocidos, los cuales conversaban sobre una nota dejada en la "taberna de la estrella", la cual solicitaba a viajeros para solucionar un problema en uno de los mas conocidos burdeles de la ciudad, "El gato verde", aquello le sonó algo familiar, pues si no recordaba mal, aquel lugar no pertenecía a alguien común, sino a Berno, alguien con mucho poder, quien había contactado con los suyos para encargarse de uno que otro enemigo que tenia hace años atrás, aunque Karel nunca había sido seleccionado como ejecutor de los objetivos.
Vaya, así que Berno busca a alguien para solucionar un problema, pues vaya suerte, y yo justo que me quede sin dinero alguno Dijo para si Karel con optimismo, dirigiéndose hacia "El gato verde"
Guiándose por su memoria, Karel consiguió llegar a la puerta de "El gato verde", la cual toco un total de dos veces hasta que un hombre calvo y grande abrió la pequeña rendija de la puerta preguntando los asuntos que el hombre frente a el tenia, Karel contesto rápidamente que venia por un cartel en la taberna de la estrella y que solicitaba ver a Berno para saber los detalles de la tarea a realizar. Dicho aquello, el hombre cerro la rendija y se escucharon los pasos que este dio dentro del burdel; solo quedaba esperar al influyente señor Berno.
Karel Frainz
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
El hombre calvo y forzudo hizo entrar al hombre de orejas puntiagudas, sin decir palabra alguna. Entonces, al dar poco más de tres pasos, dos golpes resonaron en la pequeña entrada. El hombre detuvo al elfo con la mano, con un fuerte apretón en su hombro, para después dirigirse a la puerta una vez más, encontrándose con un hombre encapuchado. También le indicó que lo siguiese.
Cruzaron un largo y, algo estrecho camino, con paredes de madera oscura e iluminado con velas a cada costado. Después, les hizo entrar en una habitación, pequeña y sencilla. - Las armas. - exigió el matón de la entrada y por el camino que seguía antes de entrar en la habitación llegaron otros dos hombres voluminosos.
Si eran obedientes y entregaban sus armas sin muchos reproches, estas serían llevadas por uno de los dos recién llegados, mientras que el hombre calvo se quedaría mirando el animal que traía consigo el habitante de los bosques. - Hmm... - Pareció más bien un gruñido que un sonido humano. Seguramente efecto del tabaco, pues este tenía los dientes putrefactos. - Tienes dos opciones. O le cortas el pico y las garras o lo dejas al cuidado de nuestro cuidador de animales. - su tono de voz y sus palabras eran indiscutibles. Si aceptaba, el otro hombre restante se lo llevaría, o le proporcionaría los alicates para la primera opción.
Una vez solucionado el problema del pequeño animal alado, otro hombre, esta vez uno más bien bajito, llegaría para inspeccionar a los invitados y asegurarse de que no escondían ningún cuchillo ni nada parecido. No se le escaparía nada. Después dejarían a ambos en la sala por un largo rato, solos. Ellos no lo sabrían, pero aquellos hombres se dirigieron a informar a Berno de su llegada.
Otra cosa de la cual me gustaría que tuvieseis en cuenta es que para que la quest sea fluida, contestéis en menos de 24 h desde el post anterior a vuestro turno. Si tenéis algún problema, el que os impida cumplir con ello, bastará con enviarme un MP y se alargaría el plazo o se buscaría otra solución.
Eso es todo y disfrutad de la quest. Suerte a ambos.)
Cruzaron un largo y, algo estrecho camino, con paredes de madera oscura e iluminado con velas a cada costado. Después, les hizo entrar en una habitación, pequeña y sencilla. - Las armas. - exigió el matón de la entrada y por el camino que seguía antes de entrar en la habitación llegaron otros dos hombres voluminosos.
Si eran obedientes y entregaban sus armas sin muchos reproches, estas serían llevadas por uno de los dos recién llegados, mientras que el hombre calvo se quedaría mirando el animal que traía consigo el habitante de los bosques. - Hmm... - Pareció más bien un gruñido que un sonido humano. Seguramente efecto del tabaco, pues este tenía los dientes putrefactos. - Tienes dos opciones. O le cortas el pico y las garras o lo dejas al cuidado de nuestro cuidador de animales. - su tono de voz y sus palabras eran indiscutibles. Si aceptaba, el otro hombre restante se lo llevaría, o le proporcionaría los alicates para la primera opción.
Una vez solucionado el problema del pequeño animal alado, otro hombre, esta vez uno más bien bajito, llegaría para inspeccionar a los invitados y asegurarse de que no escondían ningún cuchillo ni nada parecido. No se le escaparía nada. Después dejarían a ambos en la sala por un largo rato, solos. Ellos no lo sabrían, pero aquellos hombres se dirigieron a informar a Berno de su llegada.
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(Off Rol: Sois libres de no seguir las indicaciones que se os dan, pero siempre habrá unas consecuencias, las cuales tendríais que afrontar, así que elegid con cuidado vuestras acciones. Otra cosa de la cual me gustaría que tuvieseis en cuenta es que para que la quest sea fluida, contestéis en menos de 24 h desde el post anterior a vuestro turno. Si tenéis algún problema, el que os impida cumplir con ello, bastará con enviarme un MP y se alargaría el plazo o se buscaría otra solución.
Eso es todo y disfrutad de la quest. Suerte a ambos.)
Othel
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
Finalmente aquel gigantesco humano le permitió la entrada al joven semielfo, mas, cuando apenas habían caminado un par de pasos, la recia mano del hombretón detuvo el paso de Tarken para atender una nueva llamada. Para sorpresa del cazador, lo que parecía ser otro interesado por la nota llegó tras de él con el mismo propósito. Sin duda alguna, Berno era un nombre conocido sobradamente y la promesa de su favor era más que suficiente para atraer oídos curiosos y voluntades volubles por un módico precio.
Una vez cerrada la puerta, no hubo palabras, Tarken se limitó a seguir el paso del guarda por un angosto pasillo del burdel hasta una pequeña habitación. La petición fue sencilla y clara, estaba claro que no tenía mucha elección y el joven semielfo se despojó de sus cuchillos mientras no quitaba ojo a los dos nuevos invitados a la comitiva. Sin embargo, ante semejante planteamiento a tenor de su halcón, Tarken miró iracundo al hombretón para luego acercar a su hermano alado:
-Noctis...laitäle...- ,exclamó en un susurro.
El halcón de Tarken batió las alas algo inquieto mas no chilló ni tampoco se puso nervioso cuando el joven cazador, extendió su brazo izquierdo para que aquel roñoso cuidador se hiciera cargo de él. El semielfo optó por la prudencia de confiar en que, si realmente Berno había solicitado de manos hábiles para un encargo, no le sucediera nada a su hermano alado. El ritual para asegurarse de que ambos invitados quedaban desarmados continuó y otro hombre registró al cazador en busca de algún arma oculta. Una vez percatados de que lo habían despojado de toda amenaza, la habitación quedó vacía a excepción de Tarken y el que llegara tras él. Obviamente el siguiente paso era entrevistarse con Berno mas, ¿acaso debía llevar a cabo el encargo que pudiera proponerle junto con aquel encapuchado? Sea como fuere, tan sólo su distinguido anfitrión tendría la respuesta.
El silencio se hizo en la pequeña estancia y Tarken se limitó a apoyarse en una pared donde la luz titilante de las velas apenas iluminaban. Allí, sumido entre las sombras, el joven cazador aguardó paciente la llegada de Berno en espera de oír de qué se trataba el problema al que hacía mención la nota.
Una vez cerrada la puerta, no hubo palabras, Tarken se limitó a seguir el paso del guarda por un angosto pasillo del burdel hasta una pequeña habitación. La petición fue sencilla y clara, estaba claro que no tenía mucha elección y el joven semielfo se despojó de sus cuchillos mientras no quitaba ojo a los dos nuevos invitados a la comitiva. Sin embargo, ante semejante planteamiento a tenor de su halcón, Tarken miró iracundo al hombretón para luego acercar a su hermano alado:
-Noctis...laitäle...- ,exclamó en un susurro.
El halcón de Tarken batió las alas algo inquieto mas no chilló ni tampoco se puso nervioso cuando el joven cazador, extendió su brazo izquierdo para que aquel roñoso cuidador se hiciera cargo de él. El semielfo optó por la prudencia de confiar en que, si realmente Berno había solicitado de manos hábiles para un encargo, no le sucediera nada a su hermano alado. El ritual para asegurarse de que ambos invitados quedaban desarmados continuó y otro hombre registró al cazador en busca de algún arma oculta. Una vez percatados de que lo habían despojado de toda amenaza, la habitación quedó vacía a excepción de Tarken y el que llegara tras él. Obviamente el siguiente paso era entrevistarse con Berno mas, ¿acaso debía llevar a cabo el encargo que pudiera proponerle junto con aquel encapuchado? Sea como fuere, tan sólo su distinguido anfitrión tendría la respuesta.
El silencio se hizo en la pequeña estancia y Tarken se limitó a apoyarse en una pared donde la luz titilante de las velas apenas iluminaban. Allí, sumido entre las sombras, el joven cazador aguardó paciente la llegada de Berno en espera de oír de qué se trataba el problema al que hacía mención la nota.
Tarken
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
El hombre alto dejo entrar al encapuchado, para que este se diera cuenta que no había sido el único que acudió ante el aviso de Berno pues había alguien mas junto al gran guardia, bueno, aquello era razonable, pues el nombre de Berno era bastante importante en Lunargenta, y tener su favor era algo que cualquiera quisiera, aunque aquello no era la motivación de Karel, no, lo suyo era el dinero, el favor no era algo que necesitase pues aquello no le ayudaría a sobrevivir, sin mencionar que ser conocido no era lo suyo.
El calvo guardia indico al ladrón que este le siguiera, para luego cerrar la puerta y comenzar a caminar por un largo y estrecho pasillo hasta llegar a una habitación, donde el hombre fornido pidió las armas de los presentes, aquello no era un problema alguno para el humano por lo que procedió a quitarse la daga con su vaina y luego el pequeño cinturón que tenia en su pierna derecha equipado con dardos.
Aquello en si era verdad, pues le habían costado bastante si se compara el precio con el dinero que llevaba encima el día de la compra; cuando se despojo de sus armas, Karel sintió un fuerte punzón en el corazón, el dolor había vuelto a el, pero este era diferente al que sintió cuando apostaba, pues cada vez parecía incrementar su intensidad para luego desaparecer por unos minutos, no había duda, aquello era la maldición que el brujo arrojo sobre el, pero a pesa del dolor, intento disimular su dolor, pues aquello podría costarle la obtención del trabajo; luego, cuando el hombre de estatura baja comenzó a registrarle en búsqueda de algún arma oculta, la cual no encontró por lo que dejo que este pasara a la siguiente habitación.
En la siguiente habitación se encontró con el joven que se encontró con el, en la puerta principal, aunque no dijo nada, prefirió quedarse recostado en la pared en silencio, disfrutándolo, pues no había motivo alguno para relacionarse con otra persona en ese momento.
El calvo guardia indico al ladrón que este le siguiera, para luego cerrar la puerta y comenzar a caminar por un largo y estrecho pasillo hasta llegar a una habitación, donde el hombre fornido pidió las armas de los presentes, aquello no era un problema alguno para el humano por lo que procedió a quitarse la daga con su vaina y luego el pequeño cinturón que tenia en su pierna derecha equipado con dardos.
- Tengan cuidado con los dardos, son costosos - Dijo en un tono despreocupado
Aquello en si era verdad, pues le habían costado bastante si se compara el precio con el dinero que llevaba encima el día de la compra; cuando se despojo de sus armas, Karel sintió un fuerte punzón en el corazón, el dolor había vuelto a el, pero este era diferente al que sintió cuando apostaba, pues cada vez parecía incrementar su intensidad para luego desaparecer por unos minutos, no había duda, aquello era la maldición que el brujo arrojo sobre el, pero a pesa del dolor, intento disimular su dolor, pues aquello podría costarle la obtención del trabajo; luego, cuando el hombre de estatura baja comenzó a registrarle en búsqueda de algún arma oculta, la cual no encontró por lo que dejo que este pasara a la siguiente habitación.
En la siguiente habitación se encontró con el joven que se encontró con el, en la puerta principal, aunque no dijo nada, prefirió quedarse recostado en la pared en silencio, disfrutándolo, pues no había motivo alguno para relacionarse con otra persona en ese momento.
Karel Frainz
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
Infinito, inmortal, eterno. El hombre que fui conocía el uso de estas palabras… pero solo ahora comprende su verdadero significado. Caminando a tientas por entre las calles de Lunargenta con nada más que mi propia persona y lejos del peligro del día a día. Todo parecía tranquilo…pero sabía que el tiempo se me terminaba.
No cualquiera regresa de la vida como si nada, siempre se paga cara la osadía de romper con la natura, regocijarse con la dama de la muerte, follarla y luego dejarla no era algo que cualquiera podía hacer pero yo lo había logrado, sucumbí ante ella y como el rey sin corona que soy regresé de las tinieblas, para una odisea más…una odisea más.
Me encontraba débil, ya no era el tipo que solía ser antes, ya no era rey ni mucho menos tenía el poder de aquel entonces, por lo que tendría que empezar de cero, tan de cero que sentí la necesidad de pisar el polvo con mis zapatos negros y sacudir de mi abrigo del mismo color la sangre seca de mis enemigos mortales. Sabía que tenía que trabajar sucio para recuperar mi poder, debía de practicar y recordar cómo se sentía antes de morir, sino mis días estaban contados, por esa razón puse a un par de agentes a que me consiguieran trabajo fácil para un novato, si había que trabajar para reconstruir mi poder había que empezar desde abajo, la labor sucia de los perros que necesitan una oportunidad…ahora yo mismo necesitaba una.
Llegó uno de mis agentes, algo ansioso, como si deseara que le dijeran que había hecho bien su trabajo. Le dije que comenzara y este no vaciló, llegó con un pequeño mensaje que decía que se necesitaba a alguien para ayudar en el Gato Verde, un burdel bastante conocido de Lunargenta, probablemente era Berno quien solicitaba los servicios de viajeros errantes, supe de él cuando apenas era un adolescente, me pregunto en que estará ahora.
Mi agente mencionó algo sobre un tesoro, pero no me importó, la idea era más bien ganar la experiencia en trabajos pequeños para poder recuperarme del beso de la muerte, ese era el verdadero plan y debía de trabajar duro para conseguirlo. Me levanté de aquella banca en el puerto de Lunargenta luego de que mi agente se había marchado, acomodé mi espada y mi parche en el ojo izquierdo para luego seguir una ruta que no me imaginaba seguir. Caminé hacia el Gato Verde y una sonrisa surgió de mi boca, me pregunté qué de interesante habrá en todo esto, aunque no me esperaba tanto, pero sería divertido.
Los escaparates de algunas tiendas comerciales ya habían cerrado y las luces tintineaban fuertemente al compás de aquellos pasos en falso que hacía perdido entre mis pensamientos, entre mis análisis lógicos y no tan lógicos, mientras azarosos recuerdos palpitaban en mi cerebro como agujas punzantes en una intervención médica, pero todo aquello sin perder la sonrisa de media luna que me caracterizaba bajo toda aquella aura de color grisácea que me acompañaba, la oscuridad misma hacía acto de presencia mientras caminaba hacía mi destino.
Golpeé la puerta y esperé un rato, hasta que un hombre de mirada penetrante abrió un rendija y me examinó con ligereza, era calvo y corpulento, algo similar al vampiro acompañante que tuve hace poco y al cual le rompí el cuello por estúpido. Aquel sujeto calvo esperó alguna señal de mi persona hasta que la consiguió, Solo pude mencionar que venía por la nota que había dejado alguien en alguna posada y aquel “problemilla” de Berno que necesitaba con urgencia solucionar.
No cualquiera regresa de la vida como si nada, siempre se paga cara la osadía de romper con la natura, regocijarse con la dama de la muerte, follarla y luego dejarla no era algo que cualquiera podía hacer pero yo lo había logrado, sucumbí ante ella y como el rey sin corona que soy regresé de las tinieblas, para una odisea más…una odisea más.
Me encontraba débil, ya no era el tipo que solía ser antes, ya no era rey ni mucho menos tenía el poder de aquel entonces, por lo que tendría que empezar de cero, tan de cero que sentí la necesidad de pisar el polvo con mis zapatos negros y sacudir de mi abrigo del mismo color la sangre seca de mis enemigos mortales. Sabía que tenía que trabajar sucio para recuperar mi poder, debía de practicar y recordar cómo se sentía antes de morir, sino mis días estaban contados, por esa razón puse a un par de agentes a que me consiguieran trabajo fácil para un novato, si había que trabajar para reconstruir mi poder había que empezar desde abajo, la labor sucia de los perros que necesitan una oportunidad…ahora yo mismo necesitaba una.
Llegó uno de mis agentes, algo ansioso, como si deseara que le dijeran que había hecho bien su trabajo. Le dije que comenzara y este no vaciló, llegó con un pequeño mensaje que decía que se necesitaba a alguien para ayudar en el Gato Verde, un burdel bastante conocido de Lunargenta, probablemente era Berno quien solicitaba los servicios de viajeros errantes, supe de él cuando apenas era un adolescente, me pregunto en que estará ahora.
Mi agente mencionó algo sobre un tesoro, pero no me importó, la idea era más bien ganar la experiencia en trabajos pequeños para poder recuperarme del beso de la muerte, ese era el verdadero plan y debía de trabajar duro para conseguirlo. Me levanté de aquella banca en el puerto de Lunargenta luego de que mi agente se había marchado, acomodé mi espada y mi parche en el ojo izquierdo para luego seguir una ruta que no me imaginaba seguir. Caminé hacia el Gato Verde y una sonrisa surgió de mi boca, me pregunté qué de interesante habrá en todo esto, aunque no me esperaba tanto, pero sería divertido.
Los escaparates de algunas tiendas comerciales ya habían cerrado y las luces tintineaban fuertemente al compás de aquellos pasos en falso que hacía perdido entre mis pensamientos, entre mis análisis lógicos y no tan lógicos, mientras azarosos recuerdos palpitaban en mi cerebro como agujas punzantes en una intervención médica, pero todo aquello sin perder la sonrisa de media luna que me caracterizaba bajo toda aquella aura de color grisácea que me acompañaba, la oscuridad misma hacía acto de presencia mientras caminaba hacía mi destino.
Golpeé la puerta y esperé un rato, hasta que un hombre de mirada penetrante abrió un rendija y me examinó con ligereza, era calvo y corpulento, algo similar al vampiro acompañante que tuve hace poco y al cual le rompí el cuello por estúpido. Aquel sujeto calvo esperó alguna señal de mi persona hasta que la consiguió, Solo pude mencionar que venía por la nota que había dejado alguien en alguna posada y aquel “problemilla” de Berno que necesitaba con urgencia solucionar.
SP Drak3 ONI
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
El hombre calvo de la entrada dejó pasar al hombre, al igual que lo hizo con los dos anteriores a él. Lo guió sin conversación alguna por un estrecho pasillo y lo hizo entrar en una habitación sencilla. - Armas. - Le mostró con una mano que las depositara en la mesa y si este lo hacía sin provocar mucho escándalo, poco después vendría otro hombre para llevárselas, acompañado de uno más que le registraría cuidadosamente.
Una vez completado el ritual, siempre y cuando si no opuso resistencia alguna, lo llevó a una habitación contigua, donde habían otros dos hombres apoyados contra la pared, el elfo y el humano. Sin más palabras se retiró.
Después de casi media hora esperando, al fin otro hombre diferente regresó a por los presentes, indicándoles que debían seguirle en silencio. Pasearon entre los estrechos pasillos, pues en realidad aquel lugar era mucho más grande de lo que parecía desde afuera, y un par de bifurcaciones más adelante se detuvieron al fin delante de una puerta de madera de buena calidad. El forzudo hombre con la nariz torcida la abrió y se quedó en la entrada, dejando que pasasen ellos primero. Una vez después de eso, cerró desde dentro, colocándose de espaldas a la puerta.
Al fondo de una lujosa sala, decorada en rojos candentes y olores exóticos, el apuesto propietario del burdel parecía ocupado con un par de mujeres hermosas vestidas con trajes atrevidos. Una de ellas le metía la mano por dentro de la camisa mientras que él observaba el insinuante escote de la segunda. Ni las mujeres ni el propio Berno se molestaron en mirar a los recién llegados en un buen rato, pero después de que una pasara la pierna por encima suyo y la otra le besara despreocupada de forma lujuriosa, este les indicó con la mano que se retiraran al fondo de la habitación.
- Acercaos. - dijo arreglando un poco el cuello entreabierto de su camisa. - Bien. ¿Qué tenemos aquí? - observó a los tres de arriba abajo, aún sentado en la costosa silla. Una mujer se acercó a él, contoneando las caderas, y al menos dos de los viajeros pudieron reconocer que no era una mujer humana normal y corriente. Era una licántropa con el rostro cubierto por una delicada máscara, vestida con un largo pero medio transparente vestido sin mangas, negro y brillante como una noche estrellada. Le susurró algo al oído y Berno asintió, sin darle mucha importancia. La muchacha, pues no aparentaba los veinticinco ni de lejos, se colocó detrás de la silla, colocando una mano en el cabezal del asiento.
- Un vampiro fisgón, un mestizo medio elfo medio humano y un asesino con mala suerte... Decidme, ¿por qué debería elegiros a vosotros? A muchos otros he rechazado antes de vuestra llegada, de los cuales sus historias contaban cosas mejores que las vuestras. - Los miró con una sonrisa burlona. Era evidente que, a pesar de ser un hombre con mucho poder, ello no le impedía tomarse las cosas con tranquilidad y sobre todo sentido del humor. - ¿Y bien? -
Una vez completado el ritual, siempre y cuando si no opuso resistencia alguna, lo llevó a una habitación contigua, donde habían otros dos hombres apoyados contra la pared, el elfo y el humano. Sin más palabras se retiró.
Después de casi media hora esperando, al fin otro hombre diferente regresó a por los presentes, indicándoles que debían seguirle en silencio. Pasearon entre los estrechos pasillos, pues en realidad aquel lugar era mucho más grande de lo que parecía desde afuera, y un par de bifurcaciones más adelante se detuvieron al fin delante de una puerta de madera de buena calidad. El forzudo hombre con la nariz torcida la abrió y se quedó en la entrada, dejando que pasasen ellos primero. Una vez después de eso, cerró desde dentro, colocándose de espaldas a la puerta.
- Berno:
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Al fondo de una lujosa sala, decorada en rojos candentes y olores exóticos, el apuesto propietario del burdel parecía ocupado con un par de mujeres hermosas vestidas con trajes atrevidos. Una de ellas le metía la mano por dentro de la camisa mientras que él observaba el insinuante escote de la segunda. Ni las mujeres ni el propio Berno se molestaron en mirar a los recién llegados en un buen rato, pero después de que una pasara la pierna por encima suyo y la otra le besara despreocupada de forma lujuriosa, este les indicó con la mano que se retiraran al fondo de la habitación.
- Acercaos. - dijo arreglando un poco el cuello entreabierto de su camisa. - Bien. ¿Qué tenemos aquí? - observó a los tres de arriba abajo, aún sentado en la costosa silla. Una mujer se acercó a él, contoneando las caderas, y al menos dos de los viajeros pudieron reconocer que no era una mujer humana normal y corriente. Era una licántropa con el rostro cubierto por una delicada máscara, vestida con un largo pero medio transparente vestido sin mangas, negro y brillante como una noche estrellada. Le susurró algo al oído y Berno asintió, sin darle mucha importancia. La muchacha, pues no aparentaba los veinticinco ni de lejos, se colocó detrás de la silla, colocando una mano en el cabezal del asiento.
- licántropa:
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- Un vampiro fisgón, un mestizo medio elfo medio humano y un asesino con mala suerte... Decidme, ¿por qué debería elegiros a vosotros? A muchos otros he rechazado antes de vuestra llegada, de los cuales sus historias contaban cosas mejores que las vuestras. - Los miró con una sonrisa burlona. Era evidente que, a pesar de ser un hombre con mucho poder, ello no le impedía tomarse las cosas con tranquilidad y sobre todo sentido del humor. - ¿Y bien? -
Othel
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
Mientras aguardaba en aquella habitación con su nuevo acompañante humano, el joven semielfo sopesaba en su cabeza si aquella habría sido realmente una buena idea, lo cierto era que el nombre de Berno y la promesa de su favor y una suculenta recompensa inclinaban la balanza a aventurarse en aquellos lares de dudosa reputación, mas no dejaba de pensar si eso no le llevaría por un camino que no deseaba tomar. Antes de poder seguir con sus cábalas, el joven cazador contempló como se les unió un tercer viajero en discordia, lo que parecía a todas luces un vampiro pues, a pesar de ser un elfo relativamente joven, Tarken era capaz de captar un vampiro cuando lo tenía frente a sí. Todo aquello comenzaba a ser demasiado oscuro como para sacar algo en claro, sin embargo, su lado humano le pedía a gritos seguir en aquella habitación y adentrarse en sus fueros más siniestros.
Al cabo de unos minutos, el forzudo guarda los condujo hasta lo que parecía ser la sala donde discutirían los términos del encargo con el mismísimo Berno. Nada más entrar, los ojos esmeralda de Tarken analizaron en un rápido vistazo toda la estancia así como los presentes allí. El espectáculo libidinoso que tenía frente a él no le escandalizó lo más mínimo pues era lo menos que esperaba en un lugar semejante, sin embargo, ante la espera, el cazador se cruzó de brazos aguardando a que el anfitrión diera por finalizados sus juegos con aquellas dos mujeres.
Cuando al fin les prestó atención dándoles audiencia, Tarken observó cuidadosamente a Berno y sus palabras así como la mujer lobo que apareció para situarse tras él y observar a los tres viajeros atraídos por el reclamo de lo que parecía ser su amo o, cuando menos, su socio en toda aquella cuestión. Ante la cuestión que les planteó, Tarken se adelantó quizá a sus compañeros algo impaciente por saber de qué se trataba todo el asunto:
-Como veo que estáis más que bien informado, habré de obviar presentación alguno y alegar en mi favor que tanto mi historia como mi condición no son relevantes en esta lid, ¿no creéis?- ,al decir esto, realizó una leve reverencia con la cabeza descruzando ambos brazos y entrelazando sus manos a la espalda al tiempo que mantenía una expresión imperturbable en su rostro, -Vos necesitáis manos ágiles y discreción para el "problema" que tenéis entre manos....no encontraréis mayor habilidad que la de un elfo así como dudo que pudiereis contratar a otro de mi raza, sea cual fuere el encargo, maese Berno.- ,con estas palabras, los ojos esmeralda se posaron un instante en la bella mujer que se mantenía en silencio tras su anfitrión para volver a los de Berno, -Además, si hubierais necesitado de manos más experimentadas no habríais buscado suerte en una simple posada de Lunargenta. Bajo mi punto de vista la cuestión es simple, vos demandáis forasteros capaces de resolver un problema de forma rápida y sin armar revuelo, contad con mis habilidades para tal menester y bien valdrá vuestro favor y cada moneda que paguéis por ellas.-
Tras su alegación, el joven elfo volvió a realizar un leve gesto con la cabeza en espera del juicio quizá de ambos, pues tenía la sospecha de que aquella mujer no estaba allí por azar.
Al cabo de unos minutos, el forzudo guarda los condujo hasta lo que parecía ser la sala donde discutirían los términos del encargo con el mismísimo Berno. Nada más entrar, los ojos esmeralda de Tarken analizaron en un rápido vistazo toda la estancia así como los presentes allí. El espectáculo libidinoso que tenía frente a él no le escandalizó lo más mínimo pues era lo menos que esperaba en un lugar semejante, sin embargo, ante la espera, el cazador se cruzó de brazos aguardando a que el anfitrión diera por finalizados sus juegos con aquellas dos mujeres.
Cuando al fin les prestó atención dándoles audiencia, Tarken observó cuidadosamente a Berno y sus palabras así como la mujer lobo que apareció para situarse tras él y observar a los tres viajeros atraídos por el reclamo de lo que parecía ser su amo o, cuando menos, su socio en toda aquella cuestión. Ante la cuestión que les planteó, Tarken se adelantó quizá a sus compañeros algo impaciente por saber de qué se trataba todo el asunto:
-Como veo que estáis más que bien informado, habré de obviar presentación alguno y alegar en mi favor que tanto mi historia como mi condición no son relevantes en esta lid, ¿no creéis?- ,al decir esto, realizó una leve reverencia con la cabeza descruzando ambos brazos y entrelazando sus manos a la espalda al tiempo que mantenía una expresión imperturbable en su rostro, -Vos necesitáis manos ágiles y discreción para el "problema" que tenéis entre manos....no encontraréis mayor habilidad que la de un elfo así como dudo que pudiereis contratar a otro de mi raza, sea cual fuere el encargo, maese Berno.- ,con estas palabras, los ojos esmeralda se posaron un instante en la bella mujer que se mantenía en silencio tras su anfitrión para volver a los de Berno, -Además, si hubierais necesitado de manos más experimentadas no habríais buscado suerte en una simple posada de Lunargenta. Bajo mi punto de vista la cuestión es simple, vos demandáis forasteros capaces de resolver un problema de forma rápida y sin armar revuelo, contad con mis habilidades para tal menester y bien valdrá vuestro favor y cada moneda que paguéis por ellas.-
Tras su alegación, el joven elfo volvió a realizar un leve gesto con la cabeza en espera del juicio quizá de ambos, pues tenía la sospecha de que aquella mujer no estaba allí por azar.
Tarken
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
La espera era silenciosa y tranquila, por momentos parecía que nada perturbaría aquella tranquilidad hasta que un nuevo invitado llego a ver a Berno, aquel individuo resultaba ser nada mas y nada menos que un vampiro, cosa que obviamente no agradaría a Karel, si es que este llegara a saber su raza, pues siempre había tenido una que otra rencilla con los de esa especie,al ver al nuevo integrante de los "empleados", este no hizo mas que apartar la mirada de aquel hombre pues no tenia interés en entablar relación alguna con el, tal y como con el otro personaje cerca de el; pronto llegaría el guardia de la entrada, en búsqueda de aquellos que alegaban una visita para con Berno y que habían estado aguardando en forma silenciosa una cita con el. El fortachón indico a los tres sujetos que estos le siguieran hasta la habitación en la que se encontraba uno de los hombres mas importantes e influyentes de Lunargenta.
Al llegar a la habitación, el guardia abrió la puerta para dejar a la vista de los tres invitados una lujosa sala, en la cual se encontraba un hombre rodeado de bellas mujeres, aquello no podía ser mas evidente, se trataba de Berno y las que parecían ser las mujeres mas caras del Burdel de inmensa belleza y a las cuales Karel observo de pies a cabeza y sin quitar vista hasta que Berno indico a estas que le dejaran de momento. Berno les indico a los tres sujetos frente a el que se le acercaran para luego examinarlos de pies a cabeza hasta que una sensual mujer apareció por atrás de Berno para hablarle al oído al gran dueño del burdel.
Karel en un momento pensó que aquella seria una especie de consejera, aunque su opinión cambio, una vez vistos sus ojos, pues aquellos no parecían humanos, aunque en realidad no tenia prueba alguna como para estar seguro. cuando Berno hablo sobre los tres hombres frente a el de un forma algo despectiva y a la vez humorística, el elfo, al ver que su tal vez futuro empleador dejo de hablar, abrió su boca y comenzó a dar su defensa ante las palabras de el importante hombre frente a el. Cuando su alegato finalizo, le siguió el turno al humano, Karel.
Karel parecía estar jugando con fuego, pues aquellas "bromas" pintadas con ironía podrían no ser de gusto de Berno, aunque el joven humano se lo tomaba con humor y tranquilidad pues tenia confianza en sus habilidades las cuales defendería para obtener el trabajo.
Cuando el ladrón finalizo sus palabras, espero el juicio que aquel influyente hombre diera.
Al llegar a la habitación, el guardia abrió la puerta para dejar a la vista de los tres invitados una lujosa sala, en la cual se encontraba un hombre rodeado de bellas mujeres, aquello no podía ser mas evidente, se trataba de Berno y las que parecían ser las mujeres mas caras del Burdel de inmensa belleza y a las cuales Karel observo de pies a cabeza y sin quitar vista hasta que Berno indico a estas que le dejaran de momento. Berno les indico a los tres sujetos frente a el que se le acercaran para luego examinarlos de pies a cabeza hasta que una sensual mujer apareció por atrás de Berno para hablarle al oído al gran dueño del burdel.
Karel en un momento pensó que aquella seria una especie de consejera, aunque su opinión cambio, una vez vistos sus ojos, pues aquellos no parecían humanos, aunque en realidad no tenia prueba alguna como para estar seguro. cuando Berno hablo sobre los tres hombres frente a el de un forma algo despectiva y a la vez humorística, el elfo, al ver que su tal vez futuro empleador dejo de hablar, abrió su boca y comenzó a dar su defensa ante las palabras de el importante hombre frente a el. Cuando su alegato finalizo, le siguió el turno al humano, Karel.
- Vaya, me impresiona como este burdel a crecido, pensar que hace unos años este lugar tenia competencia... supongo que los favores que te hizo el viejo debió dejar a tu competencia "bajo tierra" -Dijo con algo de ironía- Por cierto, tu informante debería investigar mejor, deje el negocio del asesinato hace bastante tiempo, ahora solo soy un simple ladrón y estafador en juegos de azar, aunque también vendo información en mis ratos libres, de algo debo vivir ¿no? -Palabreo con tranquilidad y algo de humor
Karel parecía estar jugando con fuego, pues aquellas "bromas" pintadas con ironía podrían no ser de gusto de Berno, aunque el joven humano se lo tomaba con humor y tranquilidad pues tenia confianza en sus habilidades las cuales defendería para obtener el trabajo.
- Y bueno, supongo que a la dama fortuna le gusta jugar conmigo, me a dejado mas de una vez en las puertas de la muerte pero siempre se arrepiente y regresa a mis brazos, en cierta forma es como la amante que nunca tuve, ademas, que ya no sea asesino no significa que no este dispuesto a matar a sangre fría, ni que haya olvidado mas de un método para matar sin dejar huella, claro, siempre y cuando el trabajo que quieras sea de esa índole, pues si es algo como recobrar algo robado o quieres quitar un objeto a alguien, pues déjame decirte que tienes al mejor ladrón de Lunargenta frente a ti, digo, eh estado robando desde mi infancia, no creo que nadie pueda compararse a mi, mientras tenga una mano libre puedo abrir cualquier cosa, no dejes que mi afamada suerte sea un impedimento para confiarme un trabajo. -Dijo con gran confianza en si mismo
- Por cierto, descuida, nunca rebelaría información sobre aquellos pobres seres que se atrevieron a ser tu competencia alguna vez, no me gustaría tener al gran Berno tras mi cabeza, después de todo, ya es suficiente tener que cuidar mi espalda por ser un traidor a mi gremio. -Finalizo, mirando a los ojos a Berno
Cuando el ladrón finalizo sus palabras, espero el juicio que aquel influyente hombre diera.
Última edición por Karel Frainz el Miér Dic 25 2013, 17:14, editado 1 vez
Karel Frainz
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
Todo se tornaba aburrido, me hicieron caminar por un largo pasillo con luminosidad precisa y ambiente ostentoso, allí en una nueva habitación me pidieron mis armas, pero solo llevaba a Urd, aquella espada sin filo de hoja negra. -Cuidado con tomar la espada, tómala con la funda, sino te quemarás la mano - Le dije tranquilamente como si nada sucediera, pero era cierto, esa reliquia solo podía ser tomada por mí, no servía para el combate, pero nadie más podía tomarla.
En otra habitación luego de la anterior habían dos personas más, un elfo y un humano, parecían impertérritos o inamovibles, sin emitir alguna señal, quietos en su lugar como si fueran estatuas de incomodas posiciones. Ambos se quedaban como mirando el horizonte y solo un leve movimiento de sus ojos basto para analizarme completamente, probablemente hasta podrían incluso saber mi edad.
Pasó algo de tiempo y nadie dijo nada, probablemente de todos yo era el más expresivo jugueteando con mis dedos o incluso rasquetearme y acomodarme el parche en mi ojo izquierdo, pero por fin alguien me sacó de mi suplicio y con una leve frase nos pidió que lo siguiéramos en silencio. Y así fue, caminamos por pasillos estrechos de igual decoración al anterior, con velas y colores fuertes, como lo que uno imaginaría por burdel, pero las impresiones seguirían sucediendo, de eso no quedaba alguna duda.
Llegamos a una gran y lujosa sala donde el susodicho Berno nos esperaba, pero antes el olor de allí me hacía vomitar, sin embargo la vista era bastante disfrutable por decirlo menos, una mujer se acercó a él y le susurró algo al oído, Antes de aquello nos había dicho que nos acercáramos y nos evaluó con sus palabras, supuse que la mujer allí presente le diría lo que éramos, yo también sabía lo que ella era, una mujer lobo, los podía percibir por su fuerte aroma.
Acto seguido la mujer se posicionó detrás de él. Pero Berno continúo con su palabrería - Un vampiro fisgón, un mestizo medio elfo medio humano y un asesino con mala suerte... Decidme, ¿por qué debería elegiros a vosotros? A muchos otros he rechazado antes de vuestra llegada, de los cuales sus historias contaban cosas mejores que las vuestras.-
Los otros dos hombres hablaron de sus agallas y de cómo eran perfectos para el trabajo, yo simplemente me senté en un respaldo de uno de los sillones cercanos para acomodarme y esperar a que todos hablaran, ciertamente nada me interesó, entonces pensé en mi alegato, pero recordé sus palabras y pensé para mis adentros, que es lo que buscaba él - No te sirven nuestras palabras, si ya rechazaste a otros por lo que dijeron, entonces no sirve de nada lo que digamos. Lo que tú quieres son pruebas y ahora mismo ninguno de nosotros tiene una más que la labia que pueda salir de nuestras pequeñas bocas, así que tendrás que confiar, si las palabras no te convencen lo harán nuestros actos, la mejor manera de saber si haremos bien el trabajo o no, es haciéndolo, sino nos dejas pues, ya vendrán otros-
Dije todo aquello mirando el suelo, como siempre cuando los pensamientos me hacían llegar a parajes recónditos en el interior de mi corroída cabeza, pero había algo con lo que quería finalizar esta plática, dejé de mirar el suelo para mirarlo a los ojos, aún en aquella posición sentado sobre el respaldo del sofá -Ya pusimos nuestras cartas sobre la mesa, ahora tienes en tus manos la elección que necesites -
En otra habitación luego de la anterior habían dos personas más, un elfo y un humano, parecían impertérritos o inamovibles, sin emitir alguna señal, quietos en su lugar como si fueran estatuas de incomodas posiciones. Ambos se quedaban como mirando el horizonte y solo un leve movimiento de sus ojos basto para analizarme completamente, probablemente hasta podrían incluso saber mi edad.
Pasó algo de tiempo y nadie dijo nada, probablemente de todos yo era el más expresivo jugueteando con mis dedos o incluso rasquetearme y acomodarme el parche en mi ojo izquierdo, pero por fin alguien me sacó de mi suplicio y con una leve frase nos pidió que lo siguiéramos en silencio. Y así fue, caminamos por pasillos estrechos de igual decoración al anterior, con velas y colores fuertes, como lo que uno imaginaría por burdel, pero las impresiones seguirían sucediendo, de eso no quedaba alguna duda.
Llegamos a una gran y lujosa sala donde el susodicho Berno nos esperaba, pero antes el olor de allí me hacía vomitar, sin embargo la vista era bastante disfrutable por decirlo menos, una mujer se acercó a él y le susurró algo al oído, Antes de aquello nos había dicho que nos acercáramos y nos evaluó con sus palabras, supuse que la mujer allí presente le diría lo que éramos, yo también sabía lo que ella era, una mujer lobo, los podía percibir por su fuerte aroma.
Acto seguido la mujer se posicionó detrás de él. Pero Berno continúo con su palabrería - Un vampiro fisgón, un mestizo medio elfo medio humano y un asesino con mala suerte... Decidme, ¿por qué debería elegiros a vosotros? A muchos otros he rechazado antes de vuestra llegada, de los cuales sus historias contaban cosas mejores que las vuestras.-
Los otros dos hombres hablaron de sus agallas y de cómo eran perfectos para el trabajo, yo simplemente me senté en un respaldo de uno de los sillones cercanos para acomodarme y esperar a que todos hablaran, ciertamente nada me interesó, entonces pensé en mi alegato, pero recordé sus palabras y pensé para mis adentros, que es lo que buscaba él - No te sirven nuestras palabras, si ya rechazaste a otros por lo que dijeron, entonces no sirve de nada lo que digamos. Lo que tú quieres son pruebas y ahora mismo ninguno de nosotros tiene una más que la labia que pueda salir de nuestras pequeñas bocas, así que tendrás que confiar, si las palabras no te convencen lo harán nuestros actos, la mejor manera de saber si haremos bien el trabajo o no, es haciéndolo, sino nos dejas pues, ya vendrán otros-
Dije todo aquello mirando el suelo, como siempre cuando los pensamientos me hacían llegar a parajes recónditos en el interior de mi corroída cabeza, pero había algo con lo que quería finalizar esta plática, dejé de mirar el suelo para mirarlo a los ojos, aún en aquella posición sentado sobre el respaldo del sofá -Ya pusimos nuestras cartas sobre la mesa, ahora tienes en tus manos la elección que necesites -
_______________________
Off: Espero no molestar por el metaroleo que hice, mi intención no era llegar y decir la raza de cada uno, pero viendo que todos adivinaron por arte de magia mi raza supongo que también puedo hacer lo mismo con los demás, espero no importunar, pues a mi me molestó un poco que tanto el pnj como los demás supieran las razas de casi todos los presentes.
SP Drak3 ONI
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
Una vez que todos habían hablado lo suyo para convencer a Berno, este se quedó un buen rato mirando el vacío en silencio, para acabar soltando una sonrisa. La mujer del vestido negro volvió a acercarse a su oreja y susurró de tal forma para que ni los oídos de un elfo o vampiro la oyesen. Berno asintió con tranquilidad y esta volvió a ocupar su puesto.
- He de admitir que sois bastante astutos. Cada uno de forma diferente, lo cual hasta podrían significar buenas noticias para mí. Pero... - Permaneció sentado en la confortable silla, completamente relajado y con las manos en los extravagantes brazos de esta. - Las palabras estafador y traidor no son las mejores que pudiste elegir, - hizo una pequeña pausa para recordar el nombre. - Karel. -
Disfrutó un poco haciéndolo sufrir con un frío silencio y después continuó. - Tienes suerte de que me has hecho gracia. Al parecer compartimos el mismo sentido del humor. Pero al igual que tu sabes mucho de mí, yo lo se todo de ti. No te quitaré el ojo de encima. Para la próxima vez, si la hay, cuidado con esa lengua suelta tuya. - Varias cosas le habían molestado de aquel asesino charlatán, pero le daría el visto bueno de momento, al igual que a los otros.
Se levantó con calma y se fue sin decir nada hacia la esquina más alejada, donde había una lujosa cama con cortinas, en la cual las bellas mujeres de antes le esperaban. Entonces la loba habló. - Seguidme. -
Esta los llevó por otra serie de pasillos. Se desplazaba con elegancia, nunca hacía un solo movimiento de más. Siempre con la postura recta y adecuada. - Os contaré los detalles ahora. Hace exactamente una semana un cuadro fue robado de una de las habitaciones más lujosas del edificio. No hace falta que sepáis más sobre el objeto. - dijo cortante. - Sabemos que ninguno de los clientes lo robaría, por lo que debe de haber sido una de nuestras acompañantes. Seréis libres de interrogarlas o usar cualquier otro método para descubrir al ladrón, pero sed discretos ante los clientes. No hace falta decir qué pasaría si sus identidades son reveladas ahora o en el futuro, pues iréis a la sección de los nobles, ahí estárán todas las sospechosas. Vuestro trabajo será infiltraros entre ellos y delatar a la ladrona. - Suspiró molesta pero continuó caminando. - Os preguntaréis por qué no nos encargamos nosotros... Berno decidió convertirlo en un juego, así que tomároslo como tal si queréis. Pero si falláis perderéis más de lo que pensáis. -
Al fin se detuvieron ante una puerta. La loba los miró de arriba a abajo, resignada, y sin palabra alguna los dejó junto a los dos hombres que los habían acompañado hasta ahí. Uno de los matones abrió la puerta y les incitó a entrar. Sus destinos dependerían de sus acciones entre las paredes de ese lugar.
- He de admitir que sois bastante astutos. Cada uno de forma diferente, lo cual hasta podrían significar buenas noticias para mí. Pero... - Permaneció sentado en la confortable silla, completamente relajado y con las manos en los extravagantes brazos de esta. - Las palabras estafador y traidor no son las mejores que pudiste elegir, - hizo una pequeña pausa para recordar el nombre. - Karel. -
Disfrutó un poco haciéndolo sufrir con un frío silencio y después continuó. - Tienes suerte de que me has hecho gracia. Al parecer compartimos el mismo sentido del humor. Pero al igual que tu sabes mucho de mí, yo lo se todo de ti. No te quitaré el ojo de encima. Para la próxima vez, si la hay, cuidado con esa lengua suelta tuya. - Varias cosas le habían molestado de aquel asesino charlatán, pero le daría el visto bueno de momento, al igual que a los otros.
Se levantó con calma y se fue sin decir nada hacia la esquina más alejada, donde había una lujosa cama con cortinas, en la cual las bellas mujeres de antes le esperaban. Entonces la loba habló. - Seguidme. -
Esta los llevó por otra serie de pasillos. Se desplazaba con elegancia, nunca hacía un solo movimiento de más. Siempre con la postura recta y adecuada. - Os contaré los detalles ahora. Hace exactamente una semana un cuadro fue robado de una de las habitaciones más lujosas del edificio. No hace falta que sepáis más sobre el objeto. - dijo cortante. - Sabemos que ninguno de los clientes lo robaría, por lo que debe de haber sido una de nuestras acompañantes. Seréis libres de interrogarlas o usar cualquier otro método para descubrir al ladrón, pero sed discretos ante los clientes. No hace falta decir qué pasaría si sus identidades son reveladas ahora o en el futuro, pues iréis a la sección de los nobles, ahí estárán todas las sospechosas. Vuestro trabajo será infiltraros entre ellos y delatar a la ladrona. - Suspiró molesta pero continuó caminando. - Os preguntaréis por qué no nos encargamos nosotros... Berno decidió convertirlo en un juego, así que tomároslo como tal si queréis. Pero si falláis perderéis más de lo que pensáis. -
Al fin se detuvieron ante una puerta. La loba los miró de arriba a abajo, resignada, y sin palabra alguna los dejó junto a los dos hombres que los habían acompañado hasta ahí. Uno de los matones abrió la puerta y les incitó a entrar. Sus destinos dependerían de sus acciones entre las paredes de ese lugar.
- Spoiler:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
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Off Rol: Podéis trabajar en equipo o por vuestra cuenta. Vuestro objetivo es recolectar información, pues las pistas irán saliendo de esta. Podéis crear/describir personajes, pero la información que estos os den a vuestras preguntas será dada por el master. La astucia y la originalidad tienen mucho que ver aquí, pues en cuanto alguien use las palabras clave predeterminadas, ya sea por casualidad o de forma intencionada, haré saber que el fin está por llegar. Suerte y disfrutad.Othel
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
El humano y el vampiro hablaron al igual que hiciere el joven semielfo, sin duda parecían conformar el más peculiar de los grupos de acción que Berno pudiera haber logrado para su "encargo", mas quizá el tercero en hablar había dado en el clavo pues, si de sus palabras hubiera dependido su elección, quizá ninguno de los tres permanecería en el meollo de la cuestión.
El adinerado contratante se sonrió para después alabar a su manera la astucia de los tres candidatos que tenía frente a sí. Finalmente ellos tres serían los que llevarían a cabo el trabajo sucio, al menos por el momento así sería. Cuando por fin tenían la certeza de que ellos se ocuparían de solventar el problema por el cual habían acudido al burdel, Berno los despachó dejándolos en manos de la mujer lobo que había aparecido en escena a última hora. La hermosa dama les indicó que la siguieran y comenzó a guiarles por una serie de pasillos al tiempo que aprovechó para detallarles qué era lo que debían hacer para realizar con éxito el trabajo y dar por zanjado el asunto. Sin embargo, para sorpresa de Tarken, no se trataba de algo que hubiera podido siquiera imaginar antes de aventurarse en aquel lugar, cuando la exuberante mujer les habló del robo y de sus sospechas hacia una de las chicas de compañía, el semielfo supo en seguida qué era lo que se esperaba de ellos, siendo así, sus sospechas se vieron confirmadas pues el vampiro había dado en el clavo, si Berno hubiera tenido en cuenta sus palabras, Tarken quizá no habría sido elegido para semejante empresa pues no había hecho sino ensalzar sus habilidades físicas más que otra cosa, pese a todo, el cazador tenía la seguridad de que podría pasar por un caballero humano, al menos su barba de unos días le hacía parecer tal cosa aunque, antes de que la dama los abandonara frente a la puerta, Tarken alzó su mano derecha y exclamó en voz baja, como queriendo evitar que lo oyeran tras la madera:
-Disculpadme pero....las ropas de un cazador del bosque no son las más adecuadas para pasar por noble, si tuviera la amabilidad a bien dejarme a préstamo algo más decente, le estaría muy agradecido.-
Sin esperar al menos de momento una respuesta por parte de la mujer, Tarken se giró hacia sus dos "compañeros" en aquel encargo y les dijo sopesando la situación:
-Bueno, quizá en otro momento habrá tiempo para presentaciones más adecuada que en este instante, ahora nos compete un rompecabezas que debemos resolver y yo por mi parte preferiría ir por mi cuenta, además, mi condición de elfo que quizá pueda pasar desapercibida por mis cabellos y mi barba, no es algo que juegue en favor del grupo y del propósito que nos trae aquí.- ,al decir esto, Tarken se cruzó de brazos en espera de alguna impresión por parte de sus dos nuevos y momentáneos compañeros, -A parte de este punto, ¿alguna idea de como abordar el asunto?-
El joven semielfo aguardó cruzado de brazos antes de empezar con aquel "juego" en el que se había embarcado.
El adinerado contratante se sonrió para después alabar a su manera la astucia de los tres candidatos que tenía frente a sí. Finalmente ellos tres serían los que llevarían a cabo el trabajo sucio, al menos por el momento así sería. Cuando por fin tenían la certeza de que ellos se ocuparían de solventar el problema por el cual habían acudido al burdel, Berno los despachó dejándolos en manos de la mujer lobo que había aparecido en escena a última hora. La hermosa dama les indicó que la siguieran y comenzó a guiarles por una serie de pasillos al tiempo que aprovechó para detallarles qué era lo que debían hacer para realizar con éxito el trabajo y dar por zanjado el asunto. Sin embargo, para sorpresa de Tarken, no se trataba de algo que hubiera podido siquiera imaginar antes de aventurarse en aquel lugar, cuando la exuberante mujer les habló del robo y de sus sospechas hacia una de las chicas de compañía, el semielfo supo en seguida qué era lo que se esperaba de ellos, siendo así, sus sospechas se vieron confirmadas pues el vampiro había dado en el clavo, si Berno hubiera tenido en cuenta sus palabras, Tarken quizá no habría sido elegido para semejante empresa pues no había hecho sino ensalzar sus habilidades físicas más que otra cosa, pese a todo, el cazador tenía la seguridad de que podría pasar por un caballero humano, al menos su barba de unos días le hacía parecer tal cosa aunque, antes de que la dama los abandonara frente a la puerta, Tarken alzó su mano derecha y exclamó en voz baja, como queriendo evitar que lo oyeran tras la madera:
-Disculpadme pero....las ropas de un cazador del bosque no son las más adecuadas para pasar por noble, si tuviera la amabilidad a bien dejarme a préstamo algo más decente, le estaría muy agradecido.-
Sin esperar al menos de momento una respuesta por parte de la mujer, Tarken se giró hacia sus dos "compañeros" en aquel encargo y les dijo sopesando la situación:
-Bueno, quizá en otro momento habrá tiempo para presentaciones más adecuada que en este instante, ahora nos compete un rompecabezas que debemos resolver y yo por mi parte preferiría ir por mi cuenta, además, mi condición de elfo que quizá pueda pasar desapercibida por mis cabellos y mi barba, no es algo que juegue en favor del grupo y del propósito que nos trae aquí.- ,al decir esto, Tarken se cruzó de brazos en espera de alguna impresión por parte de sus dos nuevos y momentáneos compañeros, -A parte de este punto, ¿alguna idea de como abordar el asunto?-
El joven semielfo aguardó cruzado de brazos antes de empezar con aquel "juego" en el que se había embarcado.
Tarken
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
Los alegatos terminaron y con ello, las palabras de Berno surgieron para dar unos pocos elogios a aquellos frente a el, salvo al ladrón, a quien dirigió unas filosas palabras que a la vez tenían un toque del extraño sentido del humor que el señor del burdel poseía, aquello de alguna forma agradaba al humano, pues le gustaba sentirse en peligro o amenazado, pues sin aquellas sensaciones su vida no seria interesante o divertida. Cuando Berno finalizo sus palabras, se levanto de su asiento para ir a dirigirse al lugar donde estaban sus mujeres, pronto la loba hablo para indicar a los tres sujetos que le siguieran, llevando al grupo por una serie de pasillos mientras explicaba la situación.
Aquel lió solo se trataba de un robo, pero para alguien como Berno eso era mas que un simple lió, pues parecía que el articulo robado debía tener algo importante pues no dieron descripción alguna salvo que se trataba de un cuadro; cuando el grupo llego al final del trayecto guiado, la loba les miro para luego dejarles con dos matones de Berno, pero antes de que esta se fuera, aquel indicado como un semielfo le dirigió la palabra pues parecía necesitar algo, aquello lo aprovecho Karel para preguntar algo que el parecía necesitar.
Mientras esperaba a que la mujer contestase su petición, el pensamiento de participar en aquel juego le parecía interesante y a la vez un desafió, aunque claro, sabia que habían dos participantes mas, de los cuales no sabia nada pero de alguna forma necesitaría para dar con el resultado del puzzle, pues si llegaba a un buen trato con ellos, como el de dividir la recompensa en dinero estaría mas que conforme de aliarse con alguno de ellos, pues a el solo le interesaba el dinero.
Cuando el semielfo se dirigió al humano y al vampiro, este dejo en claro que prefería actuar solo ademas de preguntar como deberían abordar la tarea encargada.
Aquel "juego" le hacia pensar a Karel que era una especie de guardia de la ciudad investigando un crimen sin respuesta por el momento, sin duda aquello le emocionaba al resultar ser algo bastante nuevo para el.
Aquel lió solo se trataba de un robo, pero para alguien como Berno eso era mas que un simple lió, pues parecía que el articulo robado debía tener algo importante pues no dieron descripción alguna salvo que se trataba de un cuadro; cuando el grupo llego al final del trayecto guiado, la loba les miro para luego dejarles con dos matones de Berno, pero antes de que esta se fuera, aquel indicado como un semielfo le dirigió la palabra pues parecía necesitar algo, aquello lo aprovecho Karel para preguntar algo que el parecía necesitar.
Disculpen la interrupción pero quisiera saber si nos deja echar un vistazo al lugar donde el robo ocurrió, tal vez podría haber algo que nos ayudase en esta tarea y si pudiera, me gustaría saber la hora exacta cuando el cuadro fue robado -Pidio a la loba con aparente formalidad-
Mientras esperaba a que la mujer contestase su petición, el pensamiento de participar en aquel juego le parecía interesante y a la vez un desafió, aunque claro, sabia que habían dos participantes mas, de los cuales no sabia nada pero de alguna forma necesitaría para dar con el resultado del puzzle, pues si llegaba a un buen trato con ellos, como el de dividir la recompensa en dinero estaría mas que conforme de aliarse con alguno de ellos, pues a el solo le interesaba el dinero.
Cuando el semielfo se dirigió al humano y al vampiro, este dejo en claro que prefería actuar solo ademas de preguntar como deberían abordar la tarea encargada.
En efecto, es un puzzle muy bueno el que nos han dejado, personalmente no me da lo mismo ir por mi cuenta o no, solo quiero una parte del botín nada mas, ustedes pueden llevarle el crédito y el favor de Berno, como dije, yo solo quiero dinero. -Dijo aclarando sus intenciones y la forma en que pudiese actuar- Y bueno, creo que para encontrar al ladrón deberíamos intentar seducir a alguna de las mujeres pues necesitamos información sobre el día del robo y obviamente no sacar a relucir que investigamos el robo, pues siempre existe la posibilidad de que el ladrón no haya actuado en forma solitaria, también debemos saber cuando nos mienten pues puede que alguna palabra que digamos les ponga en estado de alerta, aquello significara que ocultan algo y evidentemente deben de saber algo; personalmente puedo decir que para reconocer a un mentiroso debemos tener en cuenta una cuantas cosas, como el desvió de la mirada, la rigidez del cuerpo al responder, el desvió de la pregunta con el uso del humor o el sarcasmo, la representación de emociones solo por medio de la boca y obviamente cuando se toma la postura de estar a la defensiva. -Sugirió algunas ideas y puntos a tener en cuenta-
Aquel "juego" le hacia pensar a Karel que era una especie de guardia de la ciudad investigando un crimen sin respuesta por el momento, sin duda aquello le emocionaba al resultar ser algo bastante nuevo para el.
Karel Frainz
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
No pude evitar reír por todo lo escuchado, estaba en lo cierto con lo que dije anteriormente, daba igual lo que dijéramos, ellos nos probarían en el acto, por ende si hubo anteriores ellos fallaron, ahora nos tocaba a nosotros.
A la gente le gustaba hablar de más, pero no al elfo, tan solo pidió ropa para pasar desapercibido, pero algo más hacía falta -denle además un sombrero, puede que le haga falta- propuse para ayudarle aunque no sabía si me tomarían en cuenta. Aparte de aquello el muchacho continuó tranquilamente, como un elfo lo haría, de partida expuso su raza ante el humano y habló con inteligencia, sus orejas e identidad podrían ser un problema, lo mejor era mantenerlo alejado, pero más me preocupaba el otro muchacho, era inteligente, pero gustaba de hablar de más, dijo algo cierto, pues pidió ver la habitación, como buen detective quería ver la escena del crimen, pero habían cosas que decir antes de que eso ocurriera -Muchacho, ¿no crees que tú también necesitas mejor traje? recuerda que iremos a parar con nobles y de los tres, el único que viste parecido a esa casta social soy yo-
El muchacho siguió con su palabrería, hablaba mucho, casi tanto como yo, preste la atención suficiente pero luego le di la espalda a ambos para pensar. -Para pasar desapercibidos claramente tenemos que actuar como hombres de la nobleza, yo no tengo problemas con eso, pero no sé cómo les irá a ustedes, propongo que el muchacho - Indiqué al humano luego de que me di la vuelta - interprete el papel de virgen, al joven al que intentan iniciar sus amigos mayores, osea yo - me indiqué a mí - la idea es simple, yo seré el conocedor de estos ambientes y tú el nuevecito, ¿podrás hacer eso? esa será nuestra coartada, la tuya no sé elfo, tendrás que buscártela tú mismo, tu motivo para venir a este lugar y pasar desapercibido.
Me aleje un poco de ellos para seguir pensando, habían otras pistas con las que contábamos -¿por qué alguien robaría un cuadro lujoso? - pregunté en voz alta pero claramente no dejaría responder a los otros -Por lo mismo por lo que este muchacho aceptó el trabajo, por dinero... si les hacemos creer a estas mujeres que tenemos el suficiente dinero podría caer-
miré a la loba antes de irme, disfrutaría esto, incluso si no me lo concedían, la hermosa mujer tenía una expresión vivaz tras el antifaz, me preguntaba que expresión tendría ante mi propuesta -Una cosa más, como debemos actuar de nobles, lo lógico es que gastemos mucho dinero en esto, así que me imagino que lo que pidamos correrá por cuenta de la casa...no? digo, si Berno está tan preocupado por un cuadro, supongo que no estará en desacuerdo en que ocupemos todos los medios posibles para conseguir la información necesaria - Sonreí de media luna, como siempre lo hacía, esperando una respuesta complaciente, pero incluso aunque me la denegaran, el placer de pedir aquello y ver su rostro era suficiente, aunque sería muy útil para cumplir con la misión, podríamos así pagarle a las chicas y los licores que les haríamos beber.
Por último me quedaba aun una idea más, algo necesario -Necesitamos nombres para llamarnos entre nosotros, sobre todo si tú y yo nos conocemos - le dije al humano, eso solo si aceptaba mi propuesta- Yo usaré el Alias de Santiago, ese será mi nombre clave, ustedes deberían de tener otro - Tragué saliva y acomodé mi parche en el ojo izquierdo, para continuar con lo más importante -Si necesitamos ayudarnos entre nosotros tendremos que usar una frase código además, para auxiliarnos en caso de algún problema, la mía será: Los negocios no han tenido las suficientes ganancias. Si digo aquello, ustedes deberán de hacer algo para ayudarme, por ejemplo con alguna distracción o lo que les ocurra, porque creo que más gente ha hecho este trabajo, como dijo Berno, al final las palabras nunca importaron, creo que él ha dejado pasar a todos los que han querido el trabajo para probar si podían solucionarlo, pero si nosotros seguimos aquí entonces nadie lo ha solucionado, así que tendremos que protegernos porque no sé qué nos sucedería si fallásemos, así que habrá que tener cuidado de lo que hagamos, incluso ensuciarnos las manos con alguna de estas mujeres, lo ideal es que nos ayudemos, aunque todo lo que he dicho es nada más que una sugerencia.
Ya había hablado demasiado, creo que ya era hora de hacer el trabajo sucio.
A la gente le gustaba hablar de más, pero no al elfo, tan solo pidió ropa para pasar desapercibido, pero algo más hacía falta -denle además un sombrero, puede que le haga falta- propuse para ayudarle aunque no sabía si me tomarían en cuenta. Aparte de aquello el muchacho continuó tranquilamente, como un elfo lo haría, de partida expuso su raza ante el humano y habló con inteligencia, sus orejas e identidad podrían ser un problema, lo mejor era mantenerlo alejado, pero más me preocupaba el otro muchacho, era inteligente, pero gustaba de hablar de más, dijo algo cierto, pues pidió ver la habitación, como buen detective quería ver la escena del crimen, pero habían cosas que decir antes de que eso ocurriera -Muchacho, ¿no crees que tú también necesitas mejor traje? recuerda que iremos a parar con nobles y de los tres, el único que viste parecido a esa casta social soy yo-
El muchacho siguió con su palabrería, hablaba mucho, casi tanto como yo, preste la atención suficiente pero luego le di la espalda a ambos para pensar. -Para pasar desapercibidos claramente tenemos que actuar como hombres de la nobleza, yo no tengo problemas con eso, pero no sé cómo les irá a ustedes, propongo que el muchacho - Indiqué al humano luego de que me di la vuelta - interprete el papel de virgen, al joven al que intentan iniciar sus amigos mayores, osea yo - me indiqué a mí - la idea es simple, yo seré el conocedor de estos ambientes y tú el nuevecito, ¿podrás hacer eso? esa será nuestra coartada, la tuya no sé elfo, tendrás que buscártela tú mismo, tu motivo para venir a este lugar y pasar desapercibido.
Me aleje un poco de ellos para seguir pensando, habían otras pistas con las que contábamos -¿por qué alguien robaría un cuadro lujoso? - pregunté en voz alta pero claramente no dejaría responder a los otros -Por lo mismo por lo que este muchacho aceptó el trabajo, por dinero... si les hacemos creer a estas mujeres que tenemos el suficiente dinero podría caer-
miré a la loba antes de irme, disfrutaría esto, incluso si no me lo concedían, la hermosa mujer tenía una expresión vivaz tras el antifaz, me preguntaba que expresión tendría ante mi propuesta -Una cosa más, como debemos actuar de nobles, lo lógico es que gastemos mucho dinero en esto, así que me imagino que lo que pidamos correrá por cuenta de la casa...no? digo, si Berno está tan preocupado por un cuadro, supongo que no estará en desacuerdo en que ocupemos todos los medios posibles para conseguir la información necesaria - Sonreí de media luna, como siempre lo hacía, esperando una respuesta complaciente, pero incluso aunque me la denegaran, el placer de pedir aquello y ver su rostro era suficiente, aunque sería muy útil para cumplir con la misión, podríamos así pagarle a las chicas y los licores que les haríamos beber.
Por último me quedaba aun una idea más, algo necesario -Necesitamos nombres para llamarnos entre nosotros, sobre todo si tú y yo nos conocemos - le dije al humano, eso solo si aceptaba mi propuesta- Yo usaré el Alias de Santiago, ese será mi nombre clave, ustedes deberían de tener otro - Tragué saliva y acomodé mi parche en el ojo izquierdo, para continuar con lo más importante -Si necesitamos ayudarnos entre nosotros tendremos que usar una frase código además, para auxiliarnos en caso de algún problema, la mía será: Los negocios no han tenido las suficientes ganancias. Si digo aquello, ustedes deberán de hacer algo para ayudarme, por ejemplo con alguna distracción o lo que les ocurra, porque creo que más gente ha hecho este trabajo, como dijo Berno, al final las palabras nunca importaron, creo que él ha dejado pasar a todos los que han querido el trabajo para probar si podían solucionarlo, pero si nosotros seguimos aquí entonces nadie lo ha solucionado, así que tendremos que protegernos porque no sé qué nos sucedería si fallásemos, así que habrá que tener cuidado de lo que hagamos, incluso ensuciarnos las manos con alguna de estas mujeres, lo ideal es que nos ayudemos, aunque todo lo que he dicho es nada más que una sugerencia.
Ya había hablado demasiado, creo que ya era hora de hacer el trabajo sucio.
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
La mujer enmascarada sonrió entretenida. - En verdad son chicos espabilados los de esta vez. - Hizo que uno de los matones se acercara y le indicó que trajesen lo que necesitaban. Entonces decidió responder en orden a cada uno de ellos. - Os proporcionaremos la ropa necesaria a los que decidan usarla, recordad que es vuestra elección. Tratándose de un juego, no me está permitido dar pistas o consejos de más. - Hizo una pequeña pausa, endureciendo un poco el tono de su voz. - Respecto al lugar del crimen, no es importante... Es una de nuestras mejores habitaciones y muchos tuvieron acceso a ella, pero nadie recuerda nada. Por ello no sabemos la hora, solo sabemos que exactamente hace una semana, al inicio de la noche, el cuadro ya no estaba. No hay más pistas en ese lugar, es decir, no os está permitido examinarlo. Tendréis que apañároslas con la información que logréis obtener. Y... - sin querer se le escapó una sonrisa. - Como el caballero de aquí dijo, las consumiciones estarán a cargo de la casa. Además de que nuestras acompañantes no cobran directamente tras su servicio, somos nosotros los que nos encargamos del asunto financiero, por lo que no habrá problemas en que uséis lo que sea necesario. Ahora, si me disculpáis. Si necesitáis algo más, solo decidle al guarda de la puerta que deseáis hablar con Melia. -
Al poco rato de marcharse la loba un hombre llegó con toda clase de vestimentas, todo de primera calidad y de apariencia lujosa. Ahora lo único que quedaba era que entrasen una vez que se hubiesen puesto de acuerdo.
Al poco rato de marcharse la loba un hombre llegó con toda clase de vestimentas, todo de primera calidad y de apariencia lujosa. Ahora lo único que quedaba era que entrasen una vez que se hubiesen puesto de acuerdo.
Última edición por Master4 el Sáb Ene 04 2014, 22:58, editado 1 vez
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
Con paciencia, el joven semielfo escuchó atentamente a sus dos compañeros en la investigación del robo, sin duda ambos tenían mucho que decir aunque, a decir verdad, quizá el vampiro fue el más elocuente de los tres a lo que Tarken asintió cuando hubo terminado:
-Tenéis razón, maese Santiago.- ,exclamó reforzando su plan de acción, -Siendo así, me haré llamar Dastan Devries, noble de las tierras del sur a lo que, si precisase vuestra ayuda, habré de reclamarla diciendo "mas los vientos nunca soplan a gusto de todos".- ,con estas palabras, Tarken suspiró sopesando el plan de acción que podrían seguir, -Después de todo creo que lo más adecuado será intentar seducir a las "damas" de la sala realizando grandes dispendios al menos en bebidas y servicios, sin duda la clave debe ser el dinero, aquella o aquellas que robasen el cuadro se sentirán atraídas por el dinero que aparentemos tener por lo que cuanto más real sea nuestro papel más fácil será nuestro cometido.-
Casi antes de terminar de hablar, las ropas nobles llegaron para satisfacción de Tarken, el cual comenzó a buscar entre ellas y seleccionar las adecuadas para pasar por noble de tierras sureñas. Mientras se cambiaba, escuchó como la mujer les advertía de los anteriores fracasos y de como podrían solicitar su ayuda si así lo necesitaban, asimismo, les comentó que podrían pedir cualquier cosa sin tener que preocuparse de los gastos, algo sin duda de gran ayuda para seguir con el ardid de pasar por nobles. Una vez vestido con ropas nobles, el semielfo cogió un lazo de seda con el cual sujetó su pelo en una coleta haciendo que sus orejas quedaran ocultas tras sus cabellos, además, cogió igualmente un sombrero mas sabía que no sería de mucha ayuda pues en algún momento debería deshacerse de él. Antes de entrar a la sala para comenzar a resolver el "juego", Tarken se giró una vez más hacia sus compañeros y, con tono cordial, exclamó:
-Comienza el juego señores.- ,concluyó realizando una pomposa reverencia a modo de teatral saludo.
-Tenéis razón, maese Santiago.- ,exclamó reforzando su plan de acción, -Siendo así, me haré llamar Dastan Devries, noble de las tierras del sur a lo que, si precisase vuestra ayuda, habré de reclamarla diciendo "mas los vientos nunca soplan a gusto de todos".- ,con estas palabras, Tarken suspiró sopesando el plan de acción que podrían seguir, -Después de todo creo que lo más adecuado será intentar seducir a las "damas" de la sala realizando grandes dispendios al menos en bebidas y servicios, sin duda la clave debe ser el dinero, aquella o aquellas que robasen el cuadro se sentirán atraídas por el dinero que aparentemos tener por lo que cuanto más real sea nuestro papel más fácil será nuestro cometido.-
Casi antes de terminar de hablar, las ropas nobles llegaron para satisfacción de Tarken, el cual comenzó a buscar entre ellas y seleccionar las adecuadas para pasar por noble de tierras sureñas. Mientras se cambiaba, escuchó como la mujer les advertía de los anteriores fracasos y de como podrían solicitar su ayuda si así lo necesitaban, asimismo, les comentó que podrían pedir cualquier cosa sin tener que preocuparse de los gastos, algo sin duda de gran ayuda para seguir con el ardid de pasar por nobles. Una vez vestido con ropas nobles, el semielfo cogió un lazo de seda con el cual sujetó su pelo en una coleta haciendo que sus orejas quedaran ocultas tras sus cabellos, además, cogió igualmente un sombrero mas sabía que no sería de mucha ayuda pues en algún momento debería deshacerse de él. Antes de entrar a la sala para comenzar a resolver el "juego", Tarken se giró una vez más hacia sus compañeros y, con tono cordial, exclamó:
-Comienza el juego señores.- ,concluyó realizando una pomposa reverencia a modo de teatral saludo.
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
- Muchacho, ¿no crees que tú también necesitas mejor traje? recuerda que iremos a parar con nobles y de los tres, el único que viste parecido a esa casta social soy yo -Pregunto hombre de apariencia noble a Karel.
¿Eh? la verdad era algo que quisiera evitar pero no me gusta vestir como noble, no me sienta para nada... pero supongo que para obtener el dinero debería vestirme como uno... -Contesto rápidamente a la pregunta.-
¿Eh? la verdad era algo que quisiera evitar pero no me gusta vestir como noble, no me sienta para nada... pero supongo que para obtener el dinero debería vestirme como uno... -Contesto rápidamente a la pregunta.-
Pronto las preguntas hechas hacia la loba serian contestadas completamente, aunque la hecha por Karel le dejo a este insatisfecho pues solo le habían dado una pista muy vaga, por lo que la única información que podría conseguir sobre el cuadro debía obtenerla de una de las probables ladronas, y para peor debería actuar como si fuese un noble, cosa que estaba inmensamente alejada de su realidad, pues modales claramente no tenia.
Cuando su compañero de apariencia noble sugirió un plan para actuar juntos, ademas de una gran idea para ayudarse entre ellos si es que alguno se metía en algún problema.
Es una buena idea, no tengo problema alguno con actuar como un joven virgen, mi alias sera Edward y si me veo en problemas diré "La dama fortuna me sonríe", espero que salgamos airosos de este juego señores. -Dijo antes de que llegaran las ropas nobles para cambiarse.-
Al ver que las ropas habían llegado, Karel se apresuro para buscar algo que pueda ir con su peculiar estilo, mientras pensaba en las situaciones que podría crear bajo el papel que se le había encargado, ademas de intentar ejecutarlo a la perfección, para ello debía crear su "perfil" del personaje a actuar, y sobre que psicología este tendría, la cual termino por ser la de un joven algo tímido, nervioso y a la vez ansioso al verse por primera vez en un burdel. Al decidirse sobre como actuaria el papel, algo vino a su mente.
¿Tendrá Berno algún enemigo? pues ahora que lo pienso, si el cuadro fue robado en el cuarto mas caro, la prostituta debería de haber ido con alguien a robarlo para no levantar sospechas al estar sola en un cuarto como ese... si aquello se ve desde aquella lógica, no debería un noble ser cómplice en el robo... aunque aun así, ¿como es que nadie se dio cuenta del robo? ¿acaso es posible que algún guardia sea cómplice del robo? muchas preguntas y pocas respuestas... por ahora. -Fueron las suposiciones esparcidas en su cabeza, las cuales tomaría muy en cuenta hasta dar con el ladrón.-
Al finalizar su cambio de ropas, se dirigió a sus compañeros para finaliza con el preludio del juego.
Esperemos terminar con el enigma, ¿no? Santiago, Dastan -Dijo metiéndose en su nuevo rol-
Karel Frainz
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
¿Eh? la verdad era algo que quisiera evitar pero no me gusta vestir como noble, no me sienta para nada... pero supongo que para obtener el dinero debería vestirme como uno... -Me respondió el humano a regañadientes, supongo que su actitud era normal, así que no dije absolutamente nada.
Ambos habían aceptado mi propuesta, el elfo se llamó así mismo Dastan y su frase sería: "más los vientos nunca soplan a gusto de todos". Era una frase extraña, pues no parecía alguna frase normal que alguien diría en un lugar como este, pero era cosa suya. El segundo fue el humano, se puso de nombre Edward y su frase sería: "La dama fortuna me sonríe". Esa podía ser una frase que pasara desapercibida en aquel lugar, ahora solo restaban los preparativos finales.
Luego cada cual se vistió para parecer noble, yo simplemente tomé un pañuelo rojo y lo até a mi cuello, pues ya llevaba mi abrigo y mi camisa de color blanco con unos pantalones negros, lo único raro de mi vestimenta era mi parche en el ojo izquierdo, pero esas cosas eran algo común en aerandir así que no me preocupé.
Estaban ya todos listos pero el humano quería continuar hablando, o eso pensé pero tan solo se quedó mirando al vacío...
Ya se terminaba el tiempo de los preparativos, pero aún tenía una idea en la cabeza que no lograba quitármela... ¿por qué Berno hizo esto tan secreto? ¿Sería por los nobles que aquí se presentan? algo me hacía dudar del motivo de esta cacería, pero supongo que las respuestas saldrán posteriormente, ahora solo daba el tiempo para actuar.
Esperemos terminar con el enigma, ¿no? Santiago, Dastan -
Ahí estaba de nuevo el joven muchacho, no pude evitar sonreír y mirar al suelo -Recuerda que Dastan viene por su cuenta, así que nosotros dos no lo conocemos.
Hice una pausa para masticar el placer y simplemente finalicé, era el último en hablar así que di pie para el siguiente movimiento. - Ya es hora -y caminé hacia la zona donde nos encontraríamos con las muchachas..
Última edición por SP Drak3 ONI el Dom Ene 12 2014, 18:09, editado 1 vez
SP Drak3 ONI
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
- Spoiler:
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Solo para recordar: Podéis trabajar en equipo o por vuestra cuenta. Vuestro objetivo es recolectar información, pues las pistas irán saliendo de esta. Podéis crear/describir personajes y tener conversaciones superficiales, pero la información que estos os den a vuestras preguntas será dada por el master. La astucia y la originalidad tienen mucho que ver aquí, pues en cuanto alguien use las palabras clave predeterminadas, ya sea por casualidad o de forma intencionada, haré saber que el fin está por llegar.
Ahora sobre el procedimiento: Al tratar básicamente de conversaciones, los posts podrán ser más cortos de lo habitual para que haya cierta fluidez. Sobre el período de posteo, espero que todos estén de acuerdo con que cada uno postee antes de las 48 horas del post anterior. Si esto no es cumplido, personalmente avisaré al siguiente de que podrá saltar el turno de su compañero y este pasará a ser el último en postear. Si aún así el susodicho no postea será expulsado de la quest. Si hay algún impedimento que no os permita responder en 48 horas, si es posible, avisad por MP.
Eso es todo, mucha suerte.
Othel
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
Los tres se pusieron más o menos de acuerdo en el plan de acción que seguirían para dar con el autor del robo del cuadro de Berno. Siendo así, Tarken, una vez ataviado con ropas nobles y bien tapadas sus orejas de elfo, entró en la sala donde se encontraban varios clientes, que se le antojaron en un primer vistazo de altas alcurnias, además de las chicas de compañía. El joven semielfo entró en la sala caminando con delicadeza, observando tan sólo a las doncellas con una media sonrisa en el rostro, dando la impresión de estar seleccionando entre ellas la que se quedaría para sí. Deteniéndose en el centro de la estancia, Tarken alzó su mano derecha hacia una joven de pelo oscuro que vestía con ropas de seda blanca enseñando más de lo que debería:
-Venid aquí joven doncella...-
La chica se acercó con una sonrisa de lascivia en su rostro, intentando seducir al cazador disfrazado tan sólo con su expresión. Una vez que estuvo a su lado ella acarició los hombros de Tarken y exclamó con voz aterciopelada:
-Qué desea mi buen señor.-
Tarken, devolviéndole la sonrisa, exclamó:
-Comenzaremos con una copa del mejor champagne para todos los presentes.- ,dijo mientras acariciaba el rostro de aquella hermosa mujer con delicadeza, luego respiró profundamente y le hizo otra seña a una chica de pelo dorado que igualmente había escuchado la petición de Tarken, -Hoy me siento generoso.-
El joven cazador pretendía rodearse de varias chicas y dar la impresión de tener tanto dinero como para que la autora del robo se acercara por la atención que podía generarle tal cosa. La chica rubia llegó hasta él a lo que Tarken, con ambas mujeres del brazo tomó asiento en un diván cercano y aguardó a que llegase la cara bebida mientras comprobaba como aquellas doncellas se ganaban el salario acariciando su pecho y su cara. Mientras sentía el tacto de ambas mujeres, el joven semielfo observó por un instante lo que hacían sus dos compañeros que habían entrado tras de sí.
-Venid aquí joven doncella...-
La chica se acercó con una sonrisa de lascivia en su rostro, intentando seducir al cazador disfrazado tan sólo con su expresión. Una vez que estuvo a su lado ella acarició los hombros de Tarken y exclamó con voz aterciopelada:
-Qué desea mi buen señor.-
Tarken, devolviéndole la sonrisa, exclamó:
-Comenzaremos con una copa del mejor champagne para todos los presentes.- ,dijo mientras acariciaba el rostro de aquella hermosa mujer con delicadeza, luego respiró profundamente y le hizo otra seña a una chica de pelo dorado que igualmente había escuchado la petición de Tarken, -Hoy me siento generoso.-
El joven cazador pretendía rodearse de varias chicas y dar la impresión de tener tanto dinero como para que la autora del robo se acercara por la atención que podía generarle tal cosa. La chica rubia llegó hasta él a lo que Tarken, con ambas mujeres del brazo tomó asiento en un diván cercano y aguardó a que llegase la cara bebida mientras comprobaba como aquellas doncellas se ganaban el salario acariciando su pecho y su cara. Mientras sentía el tacto de ambas mujeres, el joven semielfo observó por un instante lo que hacían sus dos compañeros que habían entrado tras de sí.
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
Una gran sonrisa de media luna inundó mi cara al entrar en aquel salón con hermosas mujeres intentando devorarme, la situación me causaba algo de gracia, prácticamente recordé el pasado, Cuando Dennis era el dueño de este callejón mugroso llamado Drake, cuando este cuerpo le pertenecía al demonio rojo que habita en el corazón inhóspito de un inmóvil muerto viviente, Sentí como las miradas de las mujeres se posaban en mí y en la de mi compañero, quien asumí me seguía detrás, pero volví en cuenta cuando una de las mujeres me habló -Usted señor, ¿desea algo en especial?- Una mujer de cabello negro liso y ojos verdosos cubierta tan solo por una túnica semi transparente del tono de sus ojos se acercó cautelosa y coquetamente hacia mí, le guiñé un ojo y le susurré en el oído -Trae a unas amiguitas más, una para mi amigo aquí detrás mío, es un poco tímido y quiero ayudarle a superar sus problemas-Terminé respirando en su oído para ver si la mujer tenía alguna reacción interesante.
Vi como el elfo se apartó y pronunció algo desde lejos, algo sobre bebidas, no oí bien pero sí oí la palabra generoso, por lo que no pude evitar sonreír, de los tres era al que le tenía menos fe para la actuación, pero al parecer lo haría bien. Luego me di la vuelta y rodeé por el cuello a mi "amigo" -Ven Edward, amigo mío, te tengo una sorpresa - Luego lo dejé y caminé hacia unos divanes grandes, grupales y sin preocupaciones miré de reojo al Elfo que se había reunido más allá.
Me senté y esperé a ver que amiguitas nos traía la mujer que se me había acercado, Miré al humano y le dije fuerte para que se oyera - No te preocupes Ed, yo pago todo, escoge y sírvete lo que quieras -reí con ligereza y esperé el accionar de mi compañero de actuación.
Vi como el elfo se apartó y pronunció algo desde lejos, algo sobre bebidas, no oí bien pero sí oí la palabra generoso, por lo que no pude evitar sonreír, de los tres era al que le tenía menos fe para la actuación, pero al parecer lo haría bien. Luego me di la vuelta y rodeé por el cuello a mi "amigo" -Ven Edward, amigo mío, te tengo una sorpresa - Luego lo dejé y caminé hacia unos divanes grandes, grupales y sin preocupaciones miré de reojo al Elfo que se había reunido más allá.
Me senté y esperé a ver que amiguitas nos traía la mujer que se me había acercado, Miré al humano y le dije fuerte para que se oyera - No te preocupes Ed, yo pago todo, escoge y sírvete lo que quieras -reí con ligereza y esperé el accionar de mi compañero de actuación.
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Off rol: me pidieron que saltara a Karel D:
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
Al estar listos, los jugadores de Berno ingresaron al cuarto donde nobles y prostitutas bebían, mientras otros, en los cuartos hacían de las suyas, Karel, ahora Edward, camino junto a su compañero de "equipo" para buscar la verdad tras el robo; pronto, el vampiro entablaría una conversación con una de las tantas prostitutas del lugar lo que daría inicio el intento de investigación.
Al ingresar al lugar, Edward siguió lentamente los pasos de Santiago mientras miraba a su alrededor con gran nerviosismo y un leve sonrojo, cuando finalmente alcanzo a su compañero, el tímido joven se dio cuenta de que su "amigo" se había dado media vuelta para dirigirse a el y llamarle.
El tímido muchacho vio como su compañero se sentaba y se acomodaba, lo cual imito con algo de torpeza debido a su nerviosismo, y al pasar unos segundos del ofrecimiento de su compañero, el joven dijo en voz baja.
Aquella parecía ser una camarera pues en una de sus manos tenia una bandeja y algunas copas, ademas de un gran escote para el deguste de los clientes.
La mujer se dirigió hacia Edward y le ofreció una copa de vino mientras esta se inclinaba para dejar a la luz el escote que cualquiera se quedaría mirando un buen tiempo, Edward, sumido en su papel de joven tímido, miro a Santiago como diciendo si tomar aquella copa de vino estaba bien, para luego pasar a ver con sonrojo el escote de la mujer mientras intentaba tomar la copa de licor.
OffRol: Lo se, yo pedi que me saltaran el turno xD, tengo una semana ocupada con tramites universitarios xD
Al ingresar al lugar, Edward siguió lentamente los pasos de Santiago mientras miraba a su alrededor con gran nerviosismo y un leve sonrojo, cuando finalmente alcanzo a su compañero, el tímido joven se dio cuenta de que su "amigo" se había dado media vuelta para dirigirse a el y llamarle.
S-Santiago... no creo que este sea un buen lugar en el que estar... mi boda esta pronta a realizarse y como el hijo de un conde no debería estar aquí... -Dijo con una pequeña elevación de voz para enfatizar su "linaje" de noble- Yo... no estoy seguro de esto... -Palabreo en voz baja-
El tímido muchacho vio como su compañero se sentaba y se acomodaba, lo cual imito con algo de torpeza debido a su nerviosismo, y al pasar unos segundos del ofrecimiento de su compañero, el joven dijo en voz baja.
B-Bien... entonces... quisiera una copa de vino... -Dijo con una tenue voz, que no evito que una mujer se le acercase-
Aquella parecía ser una camarera pues en una de sus manos tenia una bandeja y algunas copas, ademas de un gran escote para el deguste de los clientes.
La mujer se dirigió hacia Edward y le ofreció una copa de vino mientras esta se inclinaba para dejar a la luz el escote que cualquiera se quedaría mirando un buen tiempo, Edward, sumido en su papel de joven tímido, miro a Santiago como diciendo si tomar aquella copa de vino estaba bien, para luego pasar a ver con sonrojo el escote de la mujer mientras intentaba tomar la copa de licor.
... no debí venir a este lugar... que diría Aliase si se enterase de esto... -Dijo con un suspiro mientras las mujeres llamadas por Santiago llegaban habiendo escuchado lo que el joven había dicho con un suspiro.-
OffRol: Lo se, yo pedi que me saltaran el turno xD, tengo una semana ocupada con tramites universitarios xD
Karel Frainz
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
(Tarken)
Pronto una mujer con un amplio escote trajo copas de champán no solo para el semielfo, sino también para el vampiro, el humano y el resto de los clientes presentes. Ambas mujeres tomaron también sus copas, sin dejar de rozar sus cuerpos con el de su posible presa de la noche. - Sois muy alto, ¿cual es vuestro nombre? - comentó la mujer de cabello castaño mientras apoyaba su cabeza contra el hombro del hombre. .
- Me extraña que estéis aquí, pues no creo que tengáis problemas en conseguir compañía. Aunque me alegro. - continuó la rubia con tono seductor mientras lo miraba con picardía y lucía sus jugosos labios bebiendo de la fina copa.
La de cabello más claro, la que llevaba puesto un sensual vestido rojo a juego con el tono de sus labios, volteó la cabeza al pasar el vampiro y el humano a su lado. Sin despedirse del elfo se levantó y se dirigió en su dirección. Al pasar esto, la de cabello más oscuro se arrimó con más ímpetu y empezó a acariciar su cuello.
- Yo me quedaré, así que no temáis. Seguro que encontraremos un modo de divertirnos... - susurró.
- Mujer castaña:
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- mujer rubia:
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(Drake)
La joven de largo cabello negro y ojos verdes se sentó al lado del vampiro, habiendo traído consigo a una acompañante también para su amigo. Pronto les trajeron una copa de champán, a petición de un caballero generoso, y la mujer decidió rechazarla. - Prefiero tener las manos libres... - comentó con un tono juguetón, mientras jugueteaba con un mechón de pelo.
Su conversación no duró mucho, pues una bella mujer rubia con vestido rojo se plantó frente a ambos y la de cabello negro se la quedó mirando con leve rivalidad. El vampiro pudo notar que esta no era una simple humana, sino una vampira, al igual que ella lo había notado por su olor.
- Yo me ocuparé de ahora en adelante. - dijo sin más. La de ojos verdes tardo un momento, pero vencida por la que acababa de llegar se levantó y se fue en busca de otro caballero adinerado.
La mujer rubia de ojos verdes no perdió el tiempo y se estiró encima de su compañero de raza, sin llegar a rozar sus cuerpos, pues apoyó las manos contra el diván, uno a cada lado del cuerpo del hombre.
- Vaya... Un apuesto caballero como vos en este lugar... No debería de ser difícil para vos conseguir lo que buscáis en cualquier otro lado, pero estáis aquí... ¿Será el destino el que nos ha unido? - pronunció muy cerca de su rostro, con una sonrisa seductora.
- mujer morena:
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- mujer rubia:
- Mira en la parte de Tarken, pues es la que se te acerca.
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(Karel)
Una mujer de cabello casi blanco y ojos delicados se acercó a donde el llamado Edward se sentaba, con una copa de vino, y se sentó a su lado acomodando el escotado vestido morado. Acercó el vidrio al caballero, como si se lo fuese a dar, pero en el último momento cambió el rumbo de su mano y acercó el borde a sus labios, para darle de beber ella misma. Al terminar, acercó su dedo índice a una gota traviesa que bajaba por el labio del ladrón y lo lamió. - Me gustan los hombres tímidos. Se puede ver al instante que saben como tratar a una mujer. Pero, a la vez, sé que los más tímidos pueden llegar a ser los más salvajes, ¿no creéis? -
- mujer rubia:
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Off rol: Os aconsejo que aunque el post esté dividido por personajes, lo leáis completo. Suerte.
- Spoiler:
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Othel
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Re: Engaños en el burdel. (QUEST +18)
Sin duda alguna, el juego no había hecho más que empezar. Nuestra entrada fue de lo más llamativa siendo el objetivo de las miradas de varias de las doncellas de la sala lo cual hizo que nuestro plan comenzara al menos con buen pie. La joven castaña con la que Tarken se hizo en primer lugar, apoyó su cabeza sobre su hombreo al tiempo que lo adulaba de forma aterciopelada y preguntaba por su nombre:
-Señoritas, tienen el honor de estar en compañía de Dastan Devries.- ,contestó sonriendo ampliamente con semblante conquistador.
Sin embargo, el joven Tarken observó como la mujer rubia que en un primer momento tenía consigo se apartaba y se encaminaba a su "compañero" vampiro, haciendo que una hermosa joven de ojos verdes le dejara su sitio casi a regañadientes debido a la proyección tan tajante que tenía la de pelo áureo. Ante tal acción, el semielfo se sonrió y centró su atención a la mujer que se asentaba sobre su cuerpo ahora ambos en un diván y, sonriéndole, contestó a sus palabras:
-Creo que sí, creo que podré divertirme con vos.- ,al decir esto el semielfo paseó sus dedos por el delicado rostro de la joven acariciando su piel y sus labios con sensualidad, -Aunque habréis de saber que un Devries no suele saciarse con facilidad...-
Sin mediar más palabras, el semielfo sujetó la cabeza de la mujer con fuerza, enredando su mano entre sus cabellos amaderados y la besó lascivo, no había sentimiento alguno, sólo un beso lujurioso que pretendía ser anuncio de sus falsas intenciones pero que debía ser puente para seguir con su papel. Al separar sus labios de los de aquella mujer exclamó con una sonrisa maliciosa:
-Mmmmm deliciosa...Quizá deba comprar este lugar sólo para que ningún otro hombre vuelva a tocar esos labios, no me desagradaría teneros sólo para mí siempre que mis negocios me traigan de vuelta a Lunargenta.- ,Tarken la miraba fijamente como si deseara poseerla allí mismo, -Mas espero que no sólo vuestros labios sean tan cálidos.- ,al decir esto la miró entrecerrando los ojos para luego ladear la cabeza y exclamar, -Pero antes tengo ganas de beber, hoy quiero que corra el vino como si de un río se tratara ¿quién demonios sirve aquí?-
Ante la petición del semielfo, se acercó una joven que parecía encargarse del servicio de los clientes en la sala mientras las "doncellas" hacían su trabajo. Tarken, devolviendo su mirada a la mujer que tenía casi encima suya y sonriéndole mostrando así un total desprecio por la camarera, exclamó:
-Traednos vino, el mejor que tengáis, mas traednos una botella o mejor traed media docena de ellas...- ,la chica menuda asintió ante la demanda del semielfo aunque este preguntó , -¿O preferís otra cosa? Pedid lo que deseéis.-
Mientras aguardaba la respuesta de la joven castaña o a que la camarera trajera el vino, Tarken apuró su copa sabiendo que su condición de elfo lo mantendría más que sobrio. La idea que tenía en mente era simple y, al menos de momento, seguiría con su papel derrochador e incluso le guiñó un ojo a la mujer de ojos verdes que había abandonado a "Santiago" dando la impresión de que tenía suficiente para probar de ambas mujeres o incluso de todas las presentes si así lo requería.
-Señoritas, tienen el honor de estar en compañía de Dastan Devries.- ,contestó sonriendo ampliamente con semblante conquistador.
Sin embargo, el joven Tarken observó como la mujer rubia que en un primer momento tenía consigo se apartaba y se encaminaba a su "compañero" vampiro, haciendo que una hermosa joven de ojos verdes le dejara su sitio casi a regañadientes debido a la proyección tan tajante que tenía la de pelo áureo. Ante tal acción, el semielfo se sonrió y centró su atención a la mujer que se asentaba sobre su cuerpo ahora ambos en un diván y, sonriéndole, contestó a sus palabras:
-Creo que sí, creo que podré divertirme con vos.- ,al decir esto el semielfo paseó sus dedos por el delicado rostro de la joven acariciando su piel y sus labios con sensualidad, -Aunque habréis de saber que un Devries no suele saciarse con facilidad...-
Sin mediar más palabras, el semielfo sujetó la cabeza de la mujer con fuerza, enredando su mano entre sus cabellos amaderados y la besó lascivo, no había sentimiento alguno, sólo un beso lujurioso que pretendía ser anuncio de sus falsas intenciones pero que debía ser puente para seguir con su papel. Al separar sus labios de los de aquella mujer exclamó con una sonrisa maliciosa:
-Mmmmm deliciosa...Quizá deba comprar este lugar sólo para que ningún otro hombre vuelva a tocar esos labios, no me desagradaría teneros sólo para mí siempre que mis negocios me traigan de vuelta a Lunargenta.- ,Tarken la miraba fijamente como si deseara poseerla allí mismo, -Mas espero que no sólo vuestros labios sean tan cálidos.- ,al decir esto la miró entrecerrando los ojos para luego ladear la cabeza y exclamar, -Pero antes tengo ganas de beber, hoy quiero que corra el vino como si de un río se tratara ¿quién demonios sirve aquí?-
Ante la petición del semielfo, se acercó una joven que parecía encargarse del servicio de los clientes en la sala mientras las "doncellas" hacían su trabajo. Tarken, devolviendo su mirada a la mujer que tenía casi encima suya y sonriéndole mostrando así un total desprecio por la camarera, exclamó:
-Traednos vino, el mejor que tengáis, mas traednos una botella o mejor traed media docena de ellas...- ,la chica menuda asintió ante la demanda del semielfo aunque este preguntó , -¿O preferís otra cosa? Pedid lo que deseéis.-
Mientras aguardaba la respuesta de la joven castaña o a que la camarera trajera el vino, Tarken apuró su copa sabiendo que su condición de elfo lo mantendría más que sobrio. La idea que tenía en mente era simple y, al menos de momento, seguiría con su papel derrochador e incluso le guiñó un ojo a la mujer de ojos verdes que había abandonado a "Santiago" dando la impresión de que tenía suficiente para probar de ambas mujeres o incluso de todas las presentes si así lo requería.
Tarken
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