[CERRADO] El pasado y la Luna Negra /Mastereado/
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[CERRADO] El pasado y la Luna Negra /Mastereado/
Markus condujo a Kaala por el bosque cogida de la mano y siempre charlando sobre las cosas buenas de La Manada, intentando convencerla de que era su sitio y allí encontraría la familia que siempre había parecido anhelar. Tardarían medio día en llegar a la base, pero aprovecharía bien ese tiempo metiendo en su cabeza ideas maravillosas sobre el clan.
Cuando llegó la hora del almuerzo el cansancio empezaba a pesar sobre sus hombros pues no había dormido ni comido en toda la noche, y no estaba muy acostumbrado a ello, y la joven parecía bastante más fatigada, y él en verdad era un caballero y tendría mucha mejor impresión de él si le proporcionaba alimento y descanso durante el trayecto.
La condujo a una de las muchas cuevas que él conocía en aquel lugar y la ayudó gentilmente a sentarse en una de las rocas.
- Descansa, duerme si quieres, yo iré a por alimento para los dos, las mejores piezas que pueda encontrar, pues no te mereces otra cosa. - Salió de la cueva dejándola allí pero ninguna bestia se acercó pues el olor de Markus aún perduraba en aquél lugar, y pocas bestias se atrevían a enfrentarse con él.
Al salir de allí lo primero que hizo fue alejarse donde la muchacha ya no pudiese verlo y quitarse la ropa. Él, con lo puro que era, no iba a ponerse a cazar donde lo hacían otros licántropos. Quizá debiera hablarle de abrir un coto de caza de la manada en Arboleda, solo para los más puros, seguro que le gustaría la idea.
En un abrir y cerrar de ojos su cuerpo empezó a cambiar, a transformarse y surgió de donde estaba él un gran lobo, mayor que la media, mucho más grande, y entonces miró al cielo y aulló, como si de una llamada se tratase, pero era demasiado orgulloso para ser un auxilio, y es que era pues un reclamo para que otros licántropos de menor pureza acudiesen a él. Cuatro fueron los que llegaron.
Con su voz mental se comunicó con los otros lobos, enanos, insectos en comparación con él, y se podía tomar pues por un gran señor, cuando en verdad era el segundo, pero de todos modos era un gran rango después de todo.
Dos de vosotros os avanzareis hasta la base de La Manada, sabéis de sobras donde está. Aseguraos de que Thorbald, vuestro señor, se entere de que Markus está de vuelta. Los otros dos - miró a los de izquierda - cazaréis cualquier animalejo para mí y mi invitada, su presa puede ser cualquier cosa, pero espero lo mejor para mí. Ya sabéis que en La Manada siempre ayudamos lo que podemos, así pues, ayudadme vosotros ahora. - El gran lobo dedicó lo que parecía ser una agradable sonrisa y los otros asintieron con la cabeza y salieron a la carrera. Markus volvió a ser hombre entonces y se vistió de nuevo mientras esperaba a que regresasen con su comida.
No tardaron mucho, diez minutos aproximadamente, y las piezas, las dos, eran excelentes. Habían hecho un buen trabajo y Markus asió los dos venados por los cuernos. - Muchas gracias amigos, ya sabéis que La Manada estará para lo que necesitéis. - Sonrió y se marchó hacia la cueva.
Cuando Kaala lo vio regresar con los dos venados no lo vio nada cansado, ni siquiera sudaba, y a pesar de que llevaba dos grandes animales a su espalda, había tenido que cazarlos.
Markus tendió en el suelo los animales.
- Come lo que gustes, es todo para ti. - Hizo una breve pausa y continuó. - Pronto llegaremos a la base, pero prefería que tuviésemos una comida a solas, pues sinceramente tu belleza me ilumina el día de hoy, tan lleno de cansancios, me da fuerzas. - Hizo otra pausa, pero reanudó enseguida. - Por cierto, no nos hemos presentado debidamente, yo, por mi parte, soy el segundo de La Manada, mano derecha de Thorbald, Markus Adawolf. He escuchado que te llamaban Kaala, pero ahora estás con un hermano, así pues, me harías feliz si te presentases.
Esta vez se estaba tomando más molestias de lo habitual, pero no era porque realmente le gustase la compañía de la nueva loba sino que su pasado, la Luna Negra, le interesaba en sobremanera, pues fueron una poderosa estirpe de sangre pura después de todo, y quizá ella, como única superviviente, tuviese algunos secretos ocultos o cualquier cosa de interés. No lo sabía aún, pero intentaría descubrirlo.
Cuando llegó la hora del almuerzo el cansancio empezaba a pesar sobre sus hombros pues no había dormido ni comido en toda la noche, y no estaba muy acostumbrado a ello, y la joven parecía bastante más fatigada, y él en verdad era un caballero y tendría mucha mejor impresión de él si le proporcionaba alimento y descanso durante el trayecto.
La condujo a una de las muchas cuevas que él conocía en aquel lugar y la ayudó gentilmente a sentarse en una de las rocas.
- Descansa, duerme si quieres, yo iré a por alimento para los dos, las mejores piezas que pueda encontrar, pues no te mereces otra cosa. - Salió de la cueva dejándola allí pero ninguna bestia se acercó pues el olor de Markus aún perduraba en aquél lugar, y pocas bestias se atrevían a enfrentarse con él.
Al salir de allí lo primero que hizo fue alejarse donde la muchacha ya no pudiese verlo y quitarse la ropa. Él, con lo puro que era, no iba a ponerse a cazar donde lo hacían otros licántropos. Quizá debiera hablarle de abrir un coto de caza de la manada en Arboleda, solo para los más puros, seguro que le gustaría la idea.
En un abrir y cerrar de ojos su cuerpo empezó a cambiar, a transformarse y surgió de donde estaba él un gran lobo, mayor que la media, mucho más grande, y entonces miró al cielo y aulló, como si de una llamada se tratase, pero era demasiado orgulloso para ser un auxilio, y es que era pues un reclamo para que otros licántropos de menor pureza acudiesen a él. Cuatro fueron los que llegaron.
Con su voz mental se comunicó con los otros lobos, enanos, insectos en comparación con él, y se podía tomar pues por un gran señor, cuando en verdad era el segundo, pero de todos modos era un gran rango después de todo.
Dos de vosotros os avanzareis hasta la base de La Manada, sabéis de sobras donde está. Aseguraos de que Thorbald, vuestro señor, se entere de que Markus está de vuelta. Los otros dos - miró a los de izquierda - cazaréis cualquier animalejo para mí y mi invitada, su presa puede ser cualquier cosa, pero espero lo mejor para mí. Ya sabéis que en La Manada siempre ayudamos lo que podemos, así pues, ayudadme vosotros ahora. - El gran lobo dedicó lo que parecía ser una agradable sonrisa y los otros asintieron con la cabeza y salieron a la carrera. Markus volvió a ser hombre entonces y se vistió de nuevo mientras esperaba a que regresasen con su comida.
No tardaron mucho, diez minutos aproximadamente, y las piezas, las dos, eran excelentes. Habían hecho un buen trabajo y Markus asió los dos venados por los cuernos. - Muchas gracias amigos, ya sabéis que La Manada estará para lo que necesitéis. - Sonrió y se marchó hacia la cueva.
Cuando Kaala lo vio regresar con los dos venados no lo vio nada cansado, ni siquiera sudaba, y a pesar de que llevaba dos grandes animales a su espalda, había tenido que cazarlos.
Markus tendió en el suelo los animales.
- Come lo que gustes, es todo para ti. - Hizo una breve pausa y continuó. - Pronto llegaremos a la base, pero prefería que tuviésemos una comida a solas, pues sinceramente tu belleza me ilumina el día de hoy, tan lleno de cansancios, me da fuerzas. - Hizo otra pausa, pero reanudó enseguida. - Por cierto, no nos hemos presentado debidamente, yo, por mi parte, soy el segundo de La Manada, mano derecha de Thorbald, Markus Adawolf. He escuchado que te llamaban Kaala, pero ahora estás con un hermano, así pues, me harías feliz si te presentases.
Esta vez se estaba tomando más molestias de lo habitual, pero no era porque realmente le gustase la compañía de la nueva loba sino que su pasado, la Luna Negra, le interesaba en sobremanera, pues fueron una poderosa estirpe de sangre pura después de todo, y quizá ella, como única superviviente, tuviese algunos secretos ocultos o cualquier cosa de interés. No lo sabía aún, pero intentaría descubrirlo.
Fehu
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Re: [CERRADO] El pasado y la Luna Negra /Mastereado/
Caminamos durante un buen rato y durante el recorrido me tenía cogida de la mano. Primero pensé que era para que no escapase pero al final resulto ser bastante amable y caballeroso. Pensé que sería una forma en la que los licántropos se trataban entre si y la cercanía me permitió observarle un poco más. Sus rasgos, su apariencia, su forma de moverse... Durante todo el camino, Markus, como lo llamó la loba negra, no paraba de contarme maravillas sobre la manada y aunque yo solía estar callada la mayor parte del tiempo no pareció molestarle. En verdad era interesante y las historias que me narró eran bastante menos sangrientas y horripilantes de como me las había imaginado por lo que dijo Nana Black.
Por la posición del sol que se filtraba entre los árboles ya debía de ser medio día. Me fijé en su postura algo cansada y eso me hizo dar cuenta de mi propia condición, pues yo misma debía verme mucho más cansada y hambrienta que él, ya que era así como me sentía. Markus debió darse cuenta y decidió hacer un descanso para comer algo. Él mismo se ofreció para ir a cazar algo mientras yo descansaba en una pequeña cueva, así que lo dejé ir.
Empecé a juntar ramas secas para hacer un fuego para cocinar los animales que trajera y al poco rato oí un fuerte aullido, seguramente de Markus. Aún seguía sin bajar la guardia en su presencia, pues la loba negra me dijo que tuviese cuidado con él y la manada pero empezó a simpatizarme. No parecía ser tan malo como todos creían y eso me alegró un poco. El único inconveniente de aquello es que en cuanto mi subconsciente dejase de considerarle un peligro mi personalidad torpe saldría a la luz.
Cuando él llegó yo ya había hecho una gran fogata e hice bien, pues a sus espaldas cargaba dos grandes venados. ¡Sorprendente! ¿Cómo pudo cazar dos presas como aquellas en su estado y aún así no verse más cansado que antes? De seguro debía ser muy fuerte y ágil, eso me maravilló bastante. Me ofreció los dos galante y agradeció mi presencia, eso me hizo sonrojar un poco, pues no estaba acostumbrada a la compañía y mucho menos a que me tratasen así. Cada uno comería el suyo, eso era lo justo y aunque mi apetito siempre fue voraz no podría comerme los dos animales yo sola.
- Por cierto, no nos hemos presentado debidamente, yo, por mi parte, soy el segundo de La Manada, mano derecha de Thorbald, Markus Adawolf. He escuchado que te llamaban Kaala, pero ahora estás con un hermano, así pues, me harías feliz si te presentases. -
Aún me costaba hablar de forma normal con él y mis dos personalidades empezaron a mezclarse... Empecé a preparar los animales para ponerlos al fuego y mientra tanto respondí algo nerviosa; - Encantada de conocerte... Mi nombre es Kaala, Hija de la Luna. Así me puso mi madre, la humana que me adoptó como a su propia hija. Vivimos alejadas del mundo por lo que hay muchas cosas que desconozco... Y menos sé aún sobre los de mi propia raza y mi pasado... - No sabía si era lo correcto contárselo, pues nunca se lo confesé a nadie, pero sentí que debía hacerlo si quería que él o el tal Thorbald me revelaran algo sobre mis antepasado y lo que les había pasado. La Luna Negra.... ¿Esa era mi familia? ¿Qué les habrá pasado? El lobo dijo antes que yo era la única sobreviviente... Debía averiguar todo eso pero a la vez no podía permitirme no ser cuidadosa... -¿Quiénes son la Luna Negra? - pregunté mirando a Markus a los ojos.
Por la posición del sol que se filtraba entre los árboles ya debía de ser medio día. Me fijé en su postura algo cansada y eso me hizo dar cuenta de mi propia condición, pues yo misma debía verme mucho más cansada y hambrienta que él, ya que era así como me sentía. Markus debió darse cuenta y decidió hacer un descanso para comer algo. Él mismo se ofreció para ir a cazar algo mientras yo descansaba en una pequeña cueva, así que lo dejé ir.
Empecé a juntar ramas secas para hacer un fuego para cocinar los animales que trajera y al poco rato oí un fuerte aullido, seguramente de Markus. Aún seguía sin bajar la guardia en su presencia, pues la loba negra me dijo que tuviese cuidado con él y la manada pero empezó a simpatizarme. No parecía ser tan malo como todos creían y eso me alegró un poco. El único inconveniente de aquello es que en cuanto mi subconsciente dejase de considerarle un peligro mi personalidad torpe saldría a la luz.
Cuando él llegó yo ya había hecho una gran fogata e hice bien, pues a sus espaldas cargaba dos grandes venados. ¡Sorprendente! ¿Cómo pudo cazar dos presas como aquellas en su estado y aún así no verse más cansado que antes? De seguro debía ser muy fuerte y ágil, eso me maravilló bastante. Me ofreció los dos galante y agradeció mi presencia, eso me hizo sonrojar un poco, pues no estaba acostumbrada a la compañía y mucho menos a que me tratasen así. Cada uno comería el suyo, eso era lo justo y aunque mi apetito siempre fue voraz no podría comerme los dos animales yo sola.
- Por cierto, no nos hemos presentado debidamente, yo, por mi parte, soy el segundo de La Manada, mano derecha de Thorbald, Markus Adawolf. He escuchado que te llamaban Kaala, pero ahora estás con un hermano, así pues, me harías feliz si te presentases. -
Aún me costaba hablar de forma normal con él y mis dos personalidades empezaron a mezclarse... Empecé a preparar los animales para ponerlos al fuego y mientra tanto respondí algo nerviosa; - Encantada de conocerte... Mi nombre es Kaala, Hija de la Luna. Así me puso mi madre, la humana que me adoptó como a su propia hija. Vivimos alejadas del mundo por lo que hay muchas cosas que desconozco... Y menos sé aún sobre los de mi propia raza y mi pasado... - No sabía si era lo correcto contárselo, pues nunca se lo confesé a nadie, pero sentí que debía hacerlo si quería que él o el tal Thorbald me revelaran algo sobre mis antepasado y lo que les había pasado. La Luna Negra.... ¿Esa era mi familia? ¿Qué les habrá pasado? El lobo dijo antes que yo era la única sobreviviente... Debía averiguar todo eso pero a la vez no podía permitirme no ser cuidadosa... -¿Quiénes son la Luna Negra? - pregunté mirando a Markus a los ojos.
Kaala
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Re: [CERRADO] El pasado y la Luna Negra /Mastereado/
Él prefería comer la carne cruda, a la antigua usanza como habían hecho los lobos desde tiempos inmemoriales pero al llegar se encontró con la hoguera y no pudo hacer más que dedicar una sonrisa irónica, pues tendría que comerse la carne cocinada, cosa de inferiores. No le gustaba nada.
Mientras la muchacha preparaba a los animales, pues muy grande tenía que ser la fogata para hacer dos venados a la vez, empezó a preguntarle cosas, sobre la raza, sobre su clan. Poco sabía él y tendría que inventarse algunas cosas, tenía que ser cuidadoso en ese momento, no podía fallar en sus palabras que habían sido tan buenas armas desde siempre.
- Kaala, precioso nombre. - ¿Se lo puso un humano? Repugnante, ya solo el hábito por cocinar la carne me huele demasiado a persona que vive entre muros... esta será una moza difícil.. - Es un placer conocerte y si no te importa, te llamaré por él a partir de ahora. - Sonrió enseñando un poco los dientes, de una forma muy amistosa. - Yo no soy quién para hablarte de tu familia, sé algunas cosas pero sueltas y hazme caso, no me gustaría que vivieses engañada aunque fuese por un corto período de tiempo, sin embargo sé que fueron amigos de La Manada, por tanto tú deberías serlo también. - Empezaba bien, seguro que si le decía que su familia, hubiese sido o no, amiga de su clan, eso la haría sentir mejor y más tranquila. - Pero Thorbald, el primer licántropo, el señor de los pura sangre sabrá todo lo que quieras saber y estoy seguro que una vez te hayas unido a nosotros te contará todo cuanto quieras.
La carne estaba ya preparada y no le dio opción a la muchacha a replicar, sino que él cogió la carne ya preparada y la colocó en el fuego. Empezó a hacerse poco a poco, y es que solo habían puesto algunas de las patas, hacerlo todo sería demasiado, y la verdad es que con las cosas que le había contado se le había cerrado un poco el estómago. Una pura sangre criada por humanos...
Una vez estuvo hecha la carne comieron sin contratiempo alguno. Markus observó que seguía estando bastante buena, pero perdía mucho sabor igualmente. Nada como la carne cruda de un venado, un par de piezas bien desperdiciadas pero lo mejor para la nueva recluta. Tendría que enseñarla a cazar y a relacionarse con los lobos de su especie, qué poco le gustaba, pero estaba seguro de que el señor Thorbald le ordenaría que lo hiciese y entonces no le quedaría más remedio... a no ser qué... Por su mente empezaron a pasar algunas ideas pero de ellas no compartió ninguna, pues sus conspiraciones siempre se las guardaba para sí.
Al acabar de comer Markus apagó la hoguera y se puso de pie. - No hay tiempo para descansar, por mucho que me gustaría seguir charlando contigo, sin embargo hay que continuar el camino hasta la guarida. - Le ofreció la mano para ayudarla a levantarse y ésta la aceptó no sin antes, como siempre, resignarse un poco. Una vez los dos de pie se pusieron en marcha y no tardaron más de un par de horas de preguntas y respuestas en llegar a lo que era una gran cueva, un gran orificio en una montaña con muchas más cuevas más pequeñas en los alrededores, y Kaala aún no lo sabía, pero todas estaban conectadas ente sí, y en lo más profundo de todo, la Última Sala, como la llamaban ellos, se encontraba el refugio de Thorbald, y era hacia allí a dónde se dirigirían ahora.
- Hemos llegado pero aún queda un pequeño camino que recorrer por el interior. Pronto empezarás a conocer a la familia, y a su vez, los pasillos e intrigas de la montaña, pero por ahora tendrás que seguirme. - Había bastantes licántropos por las cercanías y además todos los miraban curiosos, pues no solía Markus salir a buscar una hembra y traerla al refugio, pero aquella olía a lobo. Por donde pasaban los miraban pero la imperiosa mirada del segundo los obligaba a seguir con sus labores.
Mientras la muchacha preparaba a los animales, pues muy grande tenía que ser la fogata para hacer dos venados a la vez, empezó a preguntarle cosas, sobre la raza, sobre su clan. Poco sabía él y tendría que inventarse algunas cosas, tenía que ser cuidadoso en ese momento, no podía fallar en sus palabras que habían sido tan buenas armas desde siempre.
- Kaala, precioso nombre. - ¿Se lo puso un humano? Repugnante, ya solo el hábito por cocinar la carne me huele demasiado a persona que vive entre muros... esta será una moza difícil.. - Es un placer conocerte y si no te importa, te llamaré por él a partir de ahora. - Sonrió enseñando un poco los dientes, de una forma muy amistosa. - Yo no soy quién para hablarte de tu familia, sé algunas cosas pero sueltas y hazme caso, no me gustaría que vivieses engañada aunque fuese por un corto período de tiempo, sin embargo sé que fueron amigos de La Manada, por tanto tú deberías serlo también. - Empezaba bien, seguro que si le decía que su familia, hubiese sido o no, amiga de su clan, eso la haría sentir mejor y más tranquila. - Pero Thorbald, el primer licántropo, el señor de los pura sangre sabrá todo lo que quieras saber y estoy seguro que una vez te hayas unido a nosotros te contará todo cuanto quieras.
La carne estaba ya preparada y no le dio opción a la muchacha a replicar, sino que él cogió la carne ya preparada y la colocó en el fuego. Empezó a hacerse poco a poco, y es que solo habían puesto algunas de las patas, hacerlo todo sería demasiado, y la verdad es que con las cosas que le había contado se le había cerrado un poco el estómago. Una pura sangre criada por humanos...
Una vez estuvo hecha la carne comieron sin contratiempo alguno. Markus observó que seguía estando bastante buena, pero perdía mucho sabor igualmente. Nada como la carne cruda de un venado, un par de piezas bien desperdiciadas pero lo mejor para la nueva recluta. Tendría que enseñarla a cazar y a relacionarse con los lobos de su especie, qué poco le gustaba, pero estaba seguro de que el señor Thorbald le ordenaría que lo hiciese y entonces no le quedaría más remedio... a no ser qué... Por su mente empezaron a pasar algunas ideas pero de ellas no compartió ninguna, pues sus conspiraciones siempre se las guardaba para sí.
Al acabar de comer Markus apagó la hoguera y se puso de pie. - No hay tiempo para descansar, por mucho que me gustaría seguir charlando contigo, sin embargo hay que continuar el camino hasta la guarida. - Le ofreció la mano para ayudarla a levantarse y ésta la aceptó no sin antes, como siempre, resignarse un poco. Una vez los dos de pie se pusieron en marcha y no tardaron más de un par de horas de preguntas y respuestas en llegar a lo que era una gran cueva, un gran orificio en una montaña con muchas más cuevas más pequeñas en los alrededores, y Kaala aún no lo sabía, pero todas estaban conectadas ente sí, y en lo más profundo de todo, la Última Sala, como la llamaban ellos, se encontraba el refugio de Thorbald, y era hacia allí a dónde se dirigirían ahora.
- Hemos llegado pero aún queda un pequeño camino que recorrer por el interior. Pronto empezarás a conocer a la familia, y a su vez, los pasillos e intrigas de la montaña, pero por ahora tendrás que seguirme. - Había bastantes licántropos por las cercanías y además todos los miraban curiosos, pues no solía Markus salir a buscar una hembra y traerla al refugio, pero aquella olía a lobo. Por donde pasaban los miraban pero la imperiosa mirada del segundo los obligaba a seguir con sus labores.
Fehu
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Re: [CERRADO] El pasado y la Luna Negra /Mastereado/
Amablemente, como siempre, respondió a mis palabras con educación. Al parecer no era mucho lo que Markus sabía sobre la Luna Negra pero el líder de la manada sí podría responder a mis preguntas. ¿La Luna Negra eran aliados de La Manada? Quería saber más, pero tuve que contener mis ansias de saber pues era poco lo que el lobo iba a decirme de momento. Pero había algo que dijo Markus que no me gustó demasiado... ¿Tendría que unirme a La Manada para que me revelasen mi pasado? No es como si las cosas que me contó sobre el clan me disgustaran, parecía un lugar muy interesante y de seguro podría aprender mucho de los licántropos que se encuentran ahí, pues nunca estuve entre los de mi raza, pero... ¿Por qué quería un clan tan poderoso como aquel a alguien como yo? Además de que nunca me planteé pertenecer a una manada y mucho menos aún a la que parece ser la más importante entre los licántropos...
De momento me quedé callada y durante la comida no hablé mucho. Vi como Markus se comía su parte pero... ¿Cómo podría decirlo? ¿No se veía del todo satisfecho? Más tarde le preguntaría sobre aquello. Madre me contó que la mayoría de los de mi raza solía comer la carne recién cazada, es decir, cruda, pero no pensaba que se lo tomasen tan enserio... Yo desde pequeña como la carne al fuego...
Después de comer Markus decidió que era hora de marchar. Me tendió la mano. Otra vez esa rara costumbre de los licántropos... De pequeña solía coger la mano de mi madre a menudo pero no pensaba que era algo tan común para los lobos... Acepté un poco nerviosa y me guió por el bosque hasta nuestro lugar de destino.
Los olores de diferentes licántropos se fueron concentrando cada vez más. Justo por esa razón nunca me acercaba a esta zona del bosque, pero esta vez me dirigía de lleno al lugar con la mayor cantidad de lobos que podría haber.... No muy lejos pude ver una gran montaña de piedra con un montón de orificios, uno grande y el resto algo más pequeños. Por el camino nos encontramos a un par de líacantropos, algunos en su forma humana, otros en su forma animal. Parecía que se nos comieran con la mirada, pues de alguna forma llamábamos la atención... Eso me asustó un poco, pues me sentía en gran desventaja en ese lugar. Fue entonces cuando agradecí la presencia de Markus y su manos agarrando la mía. Apreté con algo más de fuerza.
- Hemos llegado pero aún queda un pequeño camino que recorrer por el interior. Pronto empezarás a conocer a la familia, y a su vez, los pasillos e intrigas de la montaña, pero por ahora tendrás que seguirme. - Acepté en seguirle sin vacilar, pues no era tan imprudente de alejarme de él en un lugar desconocido, y a mi vista peligroso, como aquél. Entramos en la cueva y la gran cantidad de olores me desconcertó bastante. A pesar de ser un lugar con tantos individuos era un lugar bastante silencioso, lo agradecí, pues si además de mi nariz empezaban a sufrir también mis oídos estaría del todo perdida. Aproveché la soledad que se nos presentó y le pregunté en voz baja;
- Nunca me planteé antes unirme a una manada de los de mi especie, por lo que no sé aún si lo quiero o no, pero... ¿Es necesario que me una a La Manada para averiguar mi pasado? - No quería ofenderle pero no estaba segura de querer quedarme en aquel sitio. Estaba acostumbrada a mi vida solitaria y libre. Me gustaba viajar y aprender cosas nuevas cada día. Y sobre todo aún tenía preguntas por responder y dudaba que mucho me podrían decir los lobos sobre mi madre humana...
De momento me quedé callada y durante la comida no hablé mucho. Vi como Markus se comía su parte pero... ¿Cómo podría decirlo? ¿No se veía del todo satisfecho? Más tarde le preguntaría sobre aquello. Madre me contó que la mayoría de los de mi raza solía comer la carne recién cazada, es decir, cruda, pero no pensaba que se lo tomasen tan enserio... Yo desde pequeña como la carne al fuego...
Después de comer Markus decidió que era hora de marchar. Me tendió la mano. Otra vez esa rara costumbre de los licántropos... De pequeña solía coger la mano de mi madre a menudo pero no pensaba que era algo tan común para los lobos... Acepté un poco nerviosa y me guió por el bosque hasta nuestro lugar de destino.
Los olores de diferentes licántropos se fueron concentrando cada vez más. Justo por esa razón nunca me acercaba a esta zona del bosque, pero esta vez me dirigía de lleno al lugar con la mayor cantidad de lobos que podría haber.... No muy lejos pude ver una gran montaña de piedra con un montón de orificios, uno grande y el resto algo más pequeños. Por el camino nos encontramos a un par de líacantropos, algunos en su forma humana, otros en su forma animal. Parecía que se nos comieran con la mirada, pues de alguna forma llamábamos la atención... Eso me asustó un poco, pues me sentía en gran desventaja en ese lugar. Fue entonces cuando agradecí la presencia de Markus y su manos agarrando la mía. Apreté con algo más de fuerza.
- Hemos llegado pero aún queda un pequeño camino que recorrer por el interior. Pronto empezarás a conocer a la familia, y a su vez, los pasillos e intrigas de la montaña, pero por ahora tendrás que seguirme. - Acepté en seguirle sin vacilar, pues no era tan imprudente de alejarme de él en un lugar desconocido, y a mi vista peligroso, como aquél. Entramos en la cueva y la gran cantidad de olores me desconcertó bastante. A pesar de ser un lugar con tantos individuos era un lugar bastante silencioso, lo agradecí, pues si además de mi nariz empezaban a sufrir también mis oídos estaría del todo perdida. Aproveché la soledad que se nos presentó y le pregunté en voz baja;
- Nunca me planteé antes unirme a una manada de los de mi especie, por lo que no sé aún si lo quiero o no, pero... ¿Es necesario que me una a La Manada para averiguar mi pasado? - No quería ofenderle pero no estaba segura de querer quedarme en aquel sitio. Estaba acostumbrada a mi vida solitaria y libre. Me gustaba viajar y aprender cosas nuevas cada día. Y sobre todo aún tenía preguntas por responder y dudaba que mucho me podrían decir los lobos sobre mi madre humana...
Kaala
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Re: [CERRADO] El pasado y la Luna Negra /Mastereado/
Cuando apretó su mano Markus supo que ya la tenía, ahora se sentía segura con él y eso era lo que buscaba pues empezaba a confiar en su palabra, y si Thorbald la unía a La Manada tendría otra adepta para su causa, a pesar de que siempre sería fiel a su líder, le gustaba tener un grupo de gente que fuese fiel a él, pues si algún día los necesitaba podría contar con ellos, simplemente como soporte.
No le gustó, sin embargo, la pregunta que le hizo, pues no había contemplado la posibilidad de que no quisiese unirse tan deseosa que estaba de conseguir información, pero eso ya no correspondía a él, sino al primero, pero se lo comentaría para que él decidiese, siempre tenía unas ideas bastante buenas. Aquella vez que ordenó a un licántropo a matar a un niño en el regazo de su madre... aquella vez se lució, sí. - Tranquila por eso, no sé realmente lo que estará pensando el señor de la manada pero quizá no te veas obligada, pues él es bastante agradable con quien le es fiel, aunque al principio es hosco, lo que sí te recomiendo es que no te niegues a nada y solo le hables cuando te hable, pues tiene algo de... - se le acercó al oído y le susurró para que nadie más lo escuchase, fue como una voz muda que hablaba se podría decir - ...mal genio. - Sonrió y continuó andando.
El silencio llenó las cuevas, ninguno de los dos hablaba, uno conducía y la otra seguía, y así continuó hasta que llegaron a una puerta bien adornada y con un pomo de hierro, y es que era la única puerta que había en todo el lugar y eso se debía a que La Manada tenía por norma que todos eran familia y al único que se le debía intimidad en sus tareas era al Líder y su consejo.
Markus soltó la mano de Kaala y se avanzó un poco, alzó la mano y golpeó suavemente la puerta dos veces con los nudillos. No sonó muy fuerte pero tardó poco en abrirse y un hombre de aspecto un poco anciano por su larga barba pero con una jovialidad latente apareció tras la que antes había estado cerrada. - ¿Markus? Veo que has vuelto. - Miró detrás suyo y vio a la muchacha. - Esa debe ser la loba, la nueva sangre. Bien, pasa tú primero, Markus, tengo cosas que hablar contigo.
Markus le hizo un gesto para que esperase y a la licántropo no le quedó más remedio que hacer lo que él le decía, pues no tenía lugar al que ir. El hombre parecía amable, su voz era tranquila, paciente, no parecía un monstruo realmente como lo habían pintado en algunas ocasiones, si no más bien un hombre sabio que sabía lo que hacía.
Kaala no supo cuanto tiempo estuvo esperando, pero mientras ella estuvo fuera, Markus le explicó todo lo ocurrido muy detalladamente a su Líder.
La puerta se abrió y apareció Markus de nuevo, su guía. - Puedes pasar. - Sonrió y la dejó entrar. La sala estaba compuesta por una gran mesa redonda, una silla en la que sentaba Thorbald, a su lado, sentado ahora a su derecha, Markus.
- ¿Así que Kaala, hija de la luna? - El hombre tenía una voz imperiosa, denotaba poder y mando, que no le gustaba ser contradecido. - Pura sangre que busca conocer los detalles de su pasado, la Luna Negra... interesante.- Cogió algunos papeles que tenía por la mesa y les pasó la vista. Kaala no lo sabía, pero a Thorbald le gustaba controlar a todo licántropo existente y allí, en sus manos, tenía datos sobre lo que ella buscaba. - Bien. Según me ha dicho Markus, has venido en busca de tu pasado, eso está bien, todos queremos conocer a nuestra familia, pero la tuya ya no existe, por eso te ofrezco unirte a una nueva, pero no por ser pura sangre te será más fácil unirte. - Hizo una larga pausa, pensando cuidadosamente su siguiente paso, pues por lo que le había contado Markus, le gustaba hacer lazos de amistad interraciales e incluso había tenido contacto con esa separatista que iba a llevar a su especie a la ruina. - Pero si sigues sin querer unirte, tengo dos opciones para ti. Si te unes, te será más fácil conseguir la información que si no lo haces, pero debes tratar con cuidado mis dos ofertas. - Dio unos golpecitos con las hojas para ponerlas todas en orden y las dejó a un lado, después miró directamente a los ojos, totalmente serio a la muchacha, era una mirada que helaba la sangre, que podía resucitar a un muerto, era la mirada más orgullosa, imperiosa y señorial que había visto en su vida. - Para conseguir esto - puso el dedo índice sobre los papeles que acababa de ordenar. - tendrás que o matar al dragón o la elfa y unirte a La Manada, o matarlos a los dos y continuar tu camino sin nosotros. Tú decides, Kaala, hija de la luna. Deberás traerme una muestra, una prenda, algo para autentificar su muerte.
No le gustó, sin embargo, la pregunta que le hizo, pues no había contemplado la posibilidad de que no quisiese unirse tan deseosa que estaba de conseguir información, pero eso ya no correspondía a él, sino al primero, pero se lo comentaría para que él decidiese, siempre tenía unas ideas bastante buenas. Aquella vez que ordenó a un licántropo a matar a un niño en el regazo de su madre... aquella vez se lució, sí. - Tranquila por eso, no sé realmente lo que estará pensando el señor de la manada pero quizá no te veas obligada, pues él es bastante agradable con quien le es fiel, aunque al principio es hosco, lo que sí te recomiendo es que no te niegues a nada y solo le hables cuando te hable, pues tiene algo de... - se le acercó al oído y le susurró para que nadie más lo escuchase, fue como una voz muda que hablaba se podría decir - ...mal genio. - Sonrió y continuó andando.
El silencio llenó las cuevas, ninguno de los dos hablaba, uno conducía y la otra seguía, y así continuó hasta que llegaron a una puerta bien adornada y con un pomo de hierro, y es que era la única puerta que había en todo el lugar y eso se debía a que La Manada tenía por norma que todos eran familia y al único que se le debía intimidad en sus tareas era al Líder y su consejo.
Markus soltó la mano de Kaala y se avanzó un poco, alzó la mano y golpeó suavemente la puerta dos veces con los nudillos. No sonó muy fuerte pero tardó poco en abrirse y un hombre de aspecto un poco anciano por su larga barba pero con una jovialidad latente apareció tras la que antes había estado cerrada. - ¿Markus? Veo que has vuelto. - Miró detrás suyo y vio a la muchacha. - Esa debe ser la loba, la nueva sangre. Bien, pasa tú primero, Markus, tengo cosas que hablar contigo.
Markus le hizo un gesto para que esperase y a la licántropo no le quedó más remedio que hacer lo que él le decía, pues no tenía lugar al que ir. El hombre parecía amable, su voz era tranquila, paciente, no parecía un monstruo realmente como lo habían pintado en algunas ocasiones, si no más bien un hombre sabio que sabía lo que hacía.
Kaala no supo cuanto tiempo estuvo esperando, pero mientras ella estuvo fuera, Markus le explicó todo lo ocurrido muy detalladamente a su Líder.
La puerta se abrió y apareció Markus de nuevo, su guía. - Puedes pasar. - Sonrió y la dejó entrar. La sala estaba compuesta por una gran mesa redonda, una silla en la que sentaba Thorbald, a su lado, sentado ahora a su derecha, Markus.
- ¿Así que Kaala, hija de la luna? - El hombre tenía una voz imperiosa, denotaba poder y mando, que no le gustaba ser contradecido. - Pura sangre que busca conocer los detalles de su pasado, la Luna Negra... interesante.- Cogió algunos papeles que tenía por la mesa y les pasó la vista. Kaala no lo sabía, pero a Thorbald le gustaba controlar a todo licántropo existente y allí, en sus manos, tenía datos sobre lo que ella buscaba. - Bien. Según me ha dicho Markus, has venido en busca de tu pasado, eso está bien, todos queremos conocer a nuestra familia, pero la tuya ya no existe, por eso te ofrezco unirte a una nueva, pero no por ser pura sangre te será más fácil unirte. - Hizo una larga pausa, pensando cuidadosamente su siguiente paso, pues por lo que le había contado Markus, le gustaba hacer lazos de amistad interraciales e incluso había tenido contacto con esa separatista que iba a llevar a su especie a la ruina. - Pero si sigues sin querer unirte, tengo dos opciones para ti. Si te unes, te será más fácil conseguir la información que si no lo haces, pero debes tratar con cuidado mis dos ofertas. - Dio unos golpecitos con las hojas para ponerlas todas en orden y las dejó a un lado, después miró directamente a los ojos, totalmente serio a la muchacha, era una mirada que helaba la sangre, que podía resucitar a un muerto, era la mirada más orgullosa, imperiosa y señorial que había visto en su vida. - Para conseguir esto - puso el dedo índice sobre los papeles que acababa de ordenar. - tendrás que o matar al dragón o la elfa y unirte a La Manada, o matarlos a los dos y continuar tu camino sin nosotros. Tú decides, Kaala, hija de la luna. Deberás traerme una muestra, una prenda, algo para autentificar su muerte.
Fehu
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Re: [CERRADO] El pasado y la Luna Negra /Mastereado/
Markus me tranquilizó diciendo que Thorbald decidiría sobre lo de unirme o no a la Manada. Me avisó que puede parecer brusco y malhumorado, pero que no es una mala persona. Eso me asustó y me tranquilizó a la vez, pues tendría que hablar con él, pero si es agradable como dice Markus no debería de haber problema alguno. Pero seguía resonando algo en mi cabeza... "Lo que sí te recomiendo es que no te niegues a nada y solo le hables cuando te hable"
Llegamos a una especie de puerta de metal, la primera que vi en todo el recorrido. El lobo se alejó de mí y llamó a la puerta. Al poco abrió el que parecía ser Thorbald, pues Markus me lo describió por el camino. Se veía que había vivido mucho, ahora sabía que los pura sangre tienen una larga vida, por no decir eterna. Me preguntaba cuantos años viviría yo... Su aspecto era serio, pero no terrorífico. En su largo pelo y barba se veían algunas canas, pero por su apariencia nadie diría que tiene más de 40 años. Me miró e hizo entrar a Markus.
Esperé un buen rato afuera. Por suerte no pasó nadie por esa zona durante mi espera así que tuve tiempo de pensarme las cosas con tranquilidad. Realmente no era mi intención unirme a La Manada aún, por lo que esperaba que no tuviese que hacerlo para saber sobre la Luna Negra y el por qué de su desaparición. No los conocí en persona, pero después de todo eran mi familia, sangre de mi sangre. Tenía que descubrir sobre ellos...
Oí unos sonidos y Markus abrió la puerta. - Puedes pasar. - dijo con su típica sonrisa amable. Llegó el momento. Entré en la sala nerviosa, aún siendo alguien agradable en el fondo, Thorbald era alguien realmente importante y era poco lo que yo sabía sobre mi propia raza. Estaba algo asustada.
En la sala había una gran mesa redonda y dos sillas, las cuales ocuparon los dos licántropos. Yo me quedé de pié. El líder de La Manada me nombró y miró unos papeles que tenía delante. Comenzó diciendo que era normal que buscase información sobre mi familia de sangre pero al estar ya muerta me ofreció unirme a la suya, a La Manada... ¿Por qué? ¿Acaso quería ofrecerme un hogar en el que quedarme? ¿O había alguna razón oculta? Continuó explicándome que para unirme a su clan debía cumplir una prueba y que si lograba superarla podría obtener lo que buscaba. Mis respuestas. Mi pasado. No perecía darme la opción de descubrir lo que quiero saber sin ofrecer nada a cambio...
- Tendrás que o matar al dragón o la elfa y unirte a La Manada, o matarlos a los dos y continuar tu camino sin nosotros. Tú decides, Kaala, hija de la luna. Deberás traerme una muestra, una prenda, algo para autentificar su muerte. -
Lo dijo sin vacilar, mirándome directo a los ojos y con una voz escalofriante... No podía creerlo, me quedé sin habla, quieta, sin poder mover un solo dedo. Mi corazón iba a estallar. ¿Realmente me pedía matar a los viajeros a los que acompañé hace poco? ¿Matar a Lys y a Alandor? Era imposible para mí abrir aún más los ojos, estaba horrorizada... Permanecí un par de segundos así, sin moverme ni hablar.
No podía seguir ahí parada sin hacer nada. Cerré los ojos un momento, inspiré hondo y hablé:
- Yo... No puedo... Señor, no es mi intención ofenderle o faltarle al respeto... - intenté ser lo más educada que pude... - Pero no puedo hacer lo que me pedís. No puedo exterminar una vida solo por información, por mucho que la desee... - tragué saliva para prepararme para lo que iba a decir... - También agradezco de corazón el que me ofrezcáis unirme a vuestra familia... Pero tengo aún cosas que debo hacer por mi misma... Si hay alguna otra opción, cualquiera, que me diese la oportunidad de que me revelaseis mi pasado estaría eternamente agradecida, pero no puedo matar a los que no han hecho nada para merecérselo. Lo siento. - Desobedecí el consejo de Markus... Me negué a las palabras Thorbald.
Llegamos a una especie de puerta de metal, la primera que vi en todo el recorrido. El lobo se alejó de mí y llamó a la puerta. Al poco abrió el que parecía ser Thorbald, pues Markus me lo describió por el camino. Se veía que había vivido mucho, ahora sabía que los pura sangre tienen una larga vida, por no decir eterna. Me preguntaba cuantos años viviría yo... Su aspecto era serio, pero no terrorífico. En su largo pelo y barba se veían algunas canas, pero por su apariencia nadie diría que tiene más de 40 años. Me miró e hizo entrar a Markus.
Esperé un buen rato afuera. Por suerte no pasó nadie por esa zona durante mi espera así que tuve tiempo de pensarme las cosas con tranquilidad. Realmente no era mi intención unirme a La Manada aún, por lo que esperaba que no tuviese que hacerlo para saber sobre la Luna Negra y el por qué de su desaparición. No los conocí en persona, pero después de todo eran mi familia, sangre de mi sangre. Tenía que descubrir sobre ellos...
Oí unos sonidos y Markus abrió la puerta. - Puedes pasar. - dijo con su típica sonrisa amable. Llegó el momento. Entré en la sala nerviosa, aún siendo alguien agradable en el fondo, Thorbald era alguien realmente importante y era poco lo que yo sabía sobre mi propia raza. Estaba algo asustada.
En la sala había una gran mesa redonda y dos sillas, las cuales ocuparon los dos licántropos. Yo me quedé de pié. El líder de La Manada me nombró y miró unos papeles que tenía delante. Comenzó diciendo que era normal que buscase información sobre mi familia de sangre pero al estar ya muerta me ofreció unirme a la suya, a La Manada... ¿Por qué? ¿Acaso quería ofrecerme un hogar en el que quedarme? ¿O había alguna razón oculta? Continuó explicándome que para unirme a su clan debía cumplir una prueba y que si lograba superarla podría obtener lo que buscaba. Mis respuestas. Mi pasado. No perecía darme la opción de descubrir lo que quiero saber sin ofrecer nada a cambio...
- Tendrás que o matar al dragón o la elfa y unirte a La Manada, o matarlos a los dos y continuar tu camino sin nosotros. Tú decides, Kaala, hija de la luna. Deberás traerme una muestra, una prenda, algo para autentificar su muerte. -
Lo dijo sin vacilar, mirándome directo a los ojos y con una voz escalofriante... No podía creerlo, me quedé sin habla, quieta, sin poder mover un solo dedo. Mi corazón iba a estallar. ¿Realmente me pedía matar a los viajeros a los que acompañé hace poco? ¿Matar a Lys y a Alandor? Era imposible para mí abrir aún más los ojos, estaba horrorizada... Permanecí un par de segundos así, sin moverme ni hablar.
No podía seguir ahí parada sin hacer nada. Cerré los ojos un momento, inspiré hondo y hablé:
- Yo... No puedo... Señor, no es mi intención ofenderle o faltarle al respeto... - intenté ser lo más educada que pude... - Pero no puedo hacer lo que me pedís. No puedo exterminar una vida solo por información, por mucho que la desee... - tragué saliva para prepararme para lo que iba a decir... - También agradezco de corazón el que me ofrezcáis unirme a vuestra familia... Pero tengo aún cosas que debo hacer por mi misma... Si hay alguna otra opción, cualquiera, que me diese la oportunidad de que me revelaseis mi pasado estaría eternamente agradecida, pero no puedo matar a los que no han hecho nada para merecérselo. Lo siento. - Desobedecí el consejo de Markus... Me negué a las palabras Thorbald.
Kaala
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Re: [CERRADO] El pasado y la Luna Negra /Mastereado/
A medida que escuchaba las palabras de Kaala, Thorbald iba frunciendo el ceño hasta que acabó negándose en rotundo a acceder a su petición. Ningún licántropo desobedecía las órdenes del Líder, y menos una que no sabía nada de la vida. Se había metido en la boca del lobo y no saldría impune de ello. Le hizo un gesto a Markus para que se acercase y le susurró algo al oído que la loba por mucho que lo intentare no podría escuchar. Rápidamente el segundo se dirigió hacia la puerta y le dedicó una rápida sonrisa a la loba, una sonrisa irónica. Salió de la estancia y se quedaron a solas los dos.
Thorbald puso su mano delante de él y con el dedo índice ordenó a Kaala que se acercase a él. Ella tuvo que hacerlo aunque su presencia fuese terrible y mucho más aún con el ceño fruncido, pero no podía negarse a eso también si no quería acabar repartida en cien partes rojizas por el suelo.
Al aproximarse él cogió y le enseñó los papeles que tenía a su lado.
- Aquí. - Dijo señalando con un dedo que parecía más una garra. - Lee.
La Luna Negra. Integrantes, jerarquía, territorio de caza.
- Esto es el título del informe, toda la historia de tu clan está en estas hojas, todo lo que quieres saber, incluso tu verdadero nombre, pues todo lo acontecido a todos los licántropos lo tengo almacenado en mis archivos, y he sacado estas hojas especialmente para ti. - Cogió con la mano y las apretó, arrugándolas. - Tienes dos opciones, y esta vez serán la última vez que te plantee dos, pues soy benévolo - La miró directamente a los ojos como hizo la vez anterior - o acabas tú con esos dos y te unes a La Manada, o mando a cazarlos, destruyo estos papeles y te encierro para siempre en una jaula.
Lo que Kaala no sabía es que había hecho una copia por si acaso se negaba destrozarla emocionalmente rompiéndolos y si aceptaba, bueno, seguramente los licántropos que le había ordenado mandar a Markus habrían llegado antes que ella, sin embargo era probable que el dragón y la elfa fuesen acompañados por Nana Black. Si conseguían matarla... bueno, no había sido él, sin un licántropo renegado después de todo.
Esa muchacha en verdad le era útil, todo licántropo tenía su utilidad última al final, ser pasto de suicidio en una misión o una cacería, pero para ella tenía reservada otra cosa. Si no aceptaba, tampoco perdía gran cosa, pero no quería débiles entre los suyos.
Thorbald puso su mano delante de él y con el dedo índice ordenó a Kaala que se acercase a él. Ella tuvo que hacerlo aunque su presencia fuese terrible y mucho más aún con el ceño fruncido, pero no podía negarse a eso también si no quería acabar repartida en cien partes rojizas por el suelo.
Al aproximarse él cogió y le enseñó los papeles que tenía a su lado.
- Aquí. - Dijo señalando con un dedo que parecía más una garra. - Lee.
La Luna Negra. Integrantes, jerarquía, territorio de caza.
- Esto es el título del informe, toda la historia de tu clan está en estas hojas, todo lo que quieres saber, incluso tu verdadero nombre, pues todo lo acontecido a todos los licántropos lo tengo almacenado en mis archivos, y he sacado estas hojas especialmente para ti. - Cogió con la mano y las apretó, arrugándolas. - Tienes dos opciones, y esta vez serán la última vez que te plantee dos, pues soy benévolo - La miró directamente a los ojos como hizo la vez anterior - o acabas tú con esos dos y te unes a La Manada, o mando a cazarlos, destruyo estos papeles y te encierro para siempre en una jaula.
Lo que Kaala no sabía es que había hecho una copia por si acaso se negaba destrozarla emocionalmente rompiéndolos y si aceptaba, bueno, seguramente los licántropos que le había ordenado mandar a Markus habrían llegado antes que ella, sin embargo era probable que el dragón y la elfa fuesen acompañados por Nana Black. Si conseguían matarla... bueno, no había sido él, sin un licántropo renegado después de todo.
Esa muchacha en verdad le era útil, todo licántropo tenía su utilidad última al final, ser pasto de suicidio en una misión o una cacería, pero para ella tenía reservada otra cosa. Si no aceptaba, tampoco perdía gran cosa, pero no quería débiles entre los suyos.
Fehu
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Re: [CERRADO] El pasado y la Luna Negra /Mastereado/
La cara de Thorbal fue cambiando hasta convertirse en una llena de furia y enfado. Esa no era una buena señal, no, era la peor señal de todas, lo peor que podría haber pasado... Le indicó a Markus que se acercara, no pude oír qué fue lo que le dijo... El segundo al mando asintió y se fue directo a la puerta. Antes de salir me sonrió, pero no fue como siempre lo hacía, había algo diferente, algo escalofriante...
Thorbald me ordenó acercarme. Obedecí asustada... Me mostró unos papeles... "La Luna Negra. Integrantes, jerarquía, territorio de caza." En ese papel se encontraba todo lo que yo quería saber y delante de mí lo arrugó como si de basura se tratase... Estaba realmente aterrada, el hombre delante de mí no era el mismo al que conocí segundos antes. ¿Pasará lo mismo con Markus? ¿Cambiará su actitud delante de mis ojos? Pensé en Alandor y en Lys... En Nana Black que me advirtió sobre La Manada...
- Tienes dos opciones, y esta vez serán la última vez que te plantee dos, pues soy benévolo. O acabas tú con esos dos y te unes a La Manada, o mando a cazarlos, destruyo estos papeles y te encierro para siempre en una jaula. -
Me miraba con su mirada absoluta. ¿Dónde me había metido? Miré hacia los papeles arrugados... Ya no eran tan importantes como lo eran hace no mucho. Ahora lo más importante era mi vida. Sobrevivir... Lys y Alandor... Corren peligro por mi culpa... ¡Todo se estropeó por mi culpa! ¡Por mis ansias de conocer mi pasado! No tenía tiempo... El mundo y la gente era algo desconocido para mí, pero no podía ser débil para siempre... Miré al líder de la Manada a los ojos. Mi segunda personalidad, la que lucha por sobrevivir cueste lo que cueste, salió a la luz. Mis ojos eran fríos y sin sentimiento alguno.
- Si van a morir de todas formas, lo haré yo misma, si así consigo descubrir quien soy. - me incliné para mostrar respeto, bajando mi mirada al suelo - Estoy a sus ordenes, mi señor. -
Thorbald me ordenó acercarme. Obedecí asustada... Me mostró unos papeles... "La Luna Negra. Integrantes, jerarquía, territorio de caza." En ese papel se encontraba todo lo que yo quería saber y delante de mí lo arrugó como si de basura se tratase... Estaba realmente aterrada, el hombre delante de mí no era el mismo al que conocí segundos antes. ¿Pasará lo mismo con Markus? ¿Cambiará su actitud delante de mis ojos? Pensé en Alandor y en Lys... En Nana Black que me advirtió sobre La Manada...
- Tienes dos opciones, y esta vez serán la última vez que te plantee dos, pues soy benévolo. O acabas tú con esos dos y te unes a La Manada, o mando a cazarlos, destruyo estos papeles y te encierro para siempre en una jaula. -
Me miraba con su mirada absoluta. ¿Dónde me había metido? Miré hacia los papeles arrugados... Ya no eran tan importantes como lo eran hace no mucho. Ahora lo más importante era mi vida. Sobrevivir... Lys y Alandor... Corren peligro por mi culpa... ¡Todo se estropeó por mi culpa! ¡Por mis ansias de conocer mi pasado! No tenía tiempo... El mundo y la gente era algo desconocido para mí, pero no podía ser débil para siempre... Miré al líder de la Manada a los ojos. Mi segunda personalidad, la que lucha por sobrevivir cueste lo que cueste, salió a la luz. Mis ojos eran fríos y sin sentimiento alguno.
- Si van a morir de todas formas, lo haré yo misma, si así consigo descubrir quien soy. - me incliné para mostrar respeto, bajando mi mirada al suelo - Estoy a sus ordenes, mi señor. -
Kaala
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Re: [CERRADO] El pasado y la Luna Negra /Mastereado/
Lo notó claramente. Algo había cambiado en su personalidad y no era bueno, las palabras que le había dicho tenían un tono diferente, algo frío, algo que no tenía sentimiento alguno, era como fuese otra persona la que hablaba con él. Esa persona empezaba a caerle mejor. Dejó de apretar el papel y lo dejó sobre la mesa, lo aplastó un poco con las manos para quitarle las arrugas y luego la miró de nuevo. Realmente su voz no lo engañaba, así como su oído decía que su palabras eran verídicas, así pues asintió satisfecho.
- Bien, Kaala, te daré un aliciente más para que completes tu misión. No eres la única superviviente de la Luna Negra, pero solo yo puedo ayudarte a encontrar a tu familia. No es ninguna argucia, es así.
El Líder se levantó de su silla y se puso en frente de ella, era bastante más alto y su sola presencia imponía terror, pero su ceño ya no se fruncía y tenía el mismo gesto sabio que cuando lo conoció. Acercó su mano a la barbilla de la loba y tras ponérsela le alzó la cabeza. Sus ojos eran asesinos, eso le gustaba, quizá se había equivocado con ella, pero había habido un cambio radical dentro de ella, lo olía, lo veía, algo no iba bien con esa chica... era como si una autodefensa saliese al verse acorralada, un instinto asesino, un secuaz infalible en la sombra de su personalidad, justo lo que él buscaba. - Bonitos ojos. - Comentó mientras alzaba la otra mano y le propinaba un manotazo en la mejilla izquierda. - No vuelvas a contradecir mis órdenes, la próxima vez no seré benévolo. - Se le quedó una gran marca roja en la cara por el guantazo. - Irás con algunos hermanos para que te acostumbres a La Manada. Entre ellos habrá alguien que pudo haber pertenecido a tu clan por linaje, quizá descubras cuál. Quizá no.
Le ordenó que se retirase y que esperase ante los licántropos que él le mandaría delante de la cueva, realmente a Thorbald le hacía falta una pura de Luna Negra, pues podía ser muy útil, y si conseguía avivar ese espíritu de lucha, ¿quién sabe? podría llegar incluso a superar a Markus... pero a él jamás, eso estaba claro.
Una vez fuera de la cueva, cuando consiguió encontrar la salida, se encontró con un escuadrón de cinco licántropos en la entrada que parecían listos para ir a cazar. Uno de ellos, el que parecía el líder se acercó a Kaala Era un hombre desnudo, muy robusto y con una larga pelambrera morena, tenía una cicatriz en el ojo derecho y por eso solo veía con uno. - Debes de ser la Pura Sangre, nosotros somos tu manada de caza en este día, aprenderás a vivir en manada con nosotros y a cazar, y ya sabes quienes son nuestras primeras presas. Ponte en tu forma lupina y marchemos, pues el tiempo apremia. - Se dio la vuelta e hizo un además de volver con los cuatro lobos pero paró en seco y habló. - Puedes referirte a mí como Hermano u Ojo Rojo, pues somos familia.
- Bien, Kaala, te daré un aliciente más para que completes tu misión. No eres la única superviviente de la Luna Negra, pero solo yo puedo ayudarte a encontrar a tu familia. No es ninguna argucia, es así.
El Líder se levantó de su silla y se puso en frente de ella, era bastante más alto y su sola presencia imponía terror, pero su ceño ya no se fruncía y tenía el mismo gesto sabio que cuando lo conoció. Acercó su mano a la barbilla de la loba y tras ponérsela le alzó la cabeza. Sus ojos eran asesinos, eso le gustaba, quizá se había equivocado con ella, pero había habido un cambio radical dentro de ella, lo olía, lo veía, algo no iba bien con esa chica... era como si una autodefensa saliese al verse acorralada, un instinto asesino, un secuaz infalible en la sombra de su personalidad, justo lo que él buscaba. - Bonitos ojos. - Comentó mientras alzaba la otra mano y le propinaba un manotazo en la mejilla izquierda. - No vuelvas a contradecir mis órdenes, la próxima vez no seré benévolo. - Se le quedó una gran marca roja en la cara por el guantazo. - Irás con algunos hermanos para que te acostumbres a La Manada. Entre ellos habrá alguien que pudo haber pertenecido a tu clan por linaje, quizá descubras cuál. Quizá no.
Le ordenó que se retirase y que esperase ante los licántropos que él le mandaría delante de la cueva, realmente a Thorbald le hacía falta una pura de Luna Negra, pues podía ser muy útil, y si conseguía avivar ese espíritu de lucha, ¿quién sabe? podría llegar incluso a superar a Markus... pero a él jamás, eso estaba claro.
Una vez fuera de la cueva, cuando consiguió encontrar la salida, se encontró con un escuadrón de cinco licántropos en la entrada que parecían listos para ir a cazar. Uno de ellos, el que parecía el líder se acercó a Kaala Era un hombre desnudo, muy robusto y con una larga pelambrera morena, tenía una cicatriz en el ojo derecho y por eso solo veía con uno. - Debes de ser la Pura Sangre, nosotros somos tu manada de caza en este día, aprenderás a vivir en manada con nosotros y a cazar, y ya sabes quienes son nuestras primeras presas. Ponte en tu forma lupina y marchemos, pues el tiempo apremia. - Se dio la vuelta e hizo un además de volver con los cuatro lobos pero paró en seco y habló. - Puedes referirte a mí como Hermano u Ojo Rojo, pues somos familia.
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Re: [CERRADO] El pasado y la Luna Negra /Mastereado/
- Bien, Kaala, te daré un aliciente más para que completes tu misión. No eres la única superviviente de la Luna Negra, pero solo yo puedo ayudarte a encontrar a tu familia. No es ninguna argucia, es así. - Yo... ¿Tengo familia viva aún? ¿No soy la única? Este nuevo conocimiento me pasó por todo el cuerpo como un escalofrío.
Oí el ruido de los papeles... La silla arrastrada por el suelo... Thorbald se había acercado a mí... Me colocó una mano en la barbilla y subió mi cabeza para mirarme a los ojos. No aparté la mirada. Su semblante volvía a ser el de un hombre sabio y agradable, pero ya no era como antes, pues sabía las cosas de las que era capaz... Me dio un manotazo de improvisto. Mi cara salió disparada pero no me quejé ni emití sonido alguno, volví a mirarle a los ojos.
- No vuelvas a contradecir mis órdenes, la próxima vez no seré benévolo. Irás con algunos hermanos para que te acostumbres a La Manada. Entre ellos habrá alguien que pudo haber pertenecido a tu clan por linaje, quizá descubras cuál. Quizá no. - Me ordenó que me retirase. Me incliné una vez más y salí de la habitación sin decir palabra alguna.
Tenía que llegar hasta la entrada, no sería tan difícil pues recordaba el camino y notaba mi olor por donde llegué. Tenía un poco de tiempo para pensar... Me toqué la mejilla pues quemaba como el fuego. Era evidente que me metí en una situación realmente peligrosa, y no solo para mí si no que involucré a gente inocente en ello. Los viajeros... No tenía muchas opciones y Thorbald decidió que los matara... Y no solo eso, habrá más lobos que me acompañarían... Y entre ellos... ¡No! No podía... Yo... ¿Qué debía hacer? Ya estaría llorando en un rincón si no fuese porque mi personalidad fría y asesina seguía guiando mis acciones...
Llegué a la salida de la cueva donde había un grupo de 5 licántropos esperándome. Uno de ellos en su forma humana desnuda y el resto en su forma lobuna. Markus no estaba entre ellos... ¿Ya no lo vería antes de partir? No estaba segura de si eso era una buena o mala señal... El que se me acercó, en forma humana, tenía un largo cabello negro y un ojo herido. Me explicó que los acompañaría en la cacería y yo bien sabía quienes eran las presas. Ellos me enseñarían a como comportarme y a cazar... Me sentí como un bebé, pues sabía caza y muy bien por cierto, pero era cierto que siempre lo hice sola. Cazar... A Lys y Alandor... Otro escalofrío. Ya estaba volviendo con su grupo cuando de pronto se giró.
- Puedes referirte a mí como Hermano u Ojo Rojo, pues somos familia. -
Sus palabras me tomaron por sorpresa y me entristecí un poco... Una familia.... Sería agradable tener una pero no era esto lo que yo me imaginaba por familia. Ojalá pudiese ser realmente parte de una familia... Y al parecer había licántropos con sangre de Luna Negra... Mi familia... No era el momento de pensar en ello ahora... Teníamos una cacería que emprender, una que marcaría mi destino...
Me quité la capa y la metí como pude en mi bolsa, mi látigo ya no cabría y eso me entristeció... Pero no podía sacar nada de ella para hacer sitio, pues lo que llevaba ahí era muy importante, además de cosas necesarias para sobrevivir tenía la daga de la luz de Luna ahí. Hice bien en no hablar sobre ella, o eso creí en ese momento... Me quité la ropa como si no fuese nada raro, pues en verdad no lo era para mí y me coloqué mi bolsa al cuello de tal manera que en mi forma de lobo no se cayera. - Siempre lo llevo encima, estoy acostumbrada a hacerlo así... - dije cuando noté que Ojo Rojo me miraba fijamente. Pude hablar tranquilamente pues mi personalidad fría y segura de si misma no se había disipado aún, pero empezaba a relajarse un poco, eso no me gustaba pues la necesitaría más adelante... Dejé mi ropa y el látigo en el suelo. Era posible que ya no los volviera a ver...
Me transformé ante las miradas de los curiosos. Mi pelaje, mis garras, mis colmillos, mis sentidos, mis instintos... Mi forma de lobo despertó de su sueño y estaba lista para partir en la cacería.
Oí el ruido de los papeles... La silla arrastrada por el suelo... Thorbald se había acercado a mí... Me colocó una mano en la barbilla y subió mi cabeza para mirarme a los ojos. No aparté la mirada. Su semblante volvía a ser el de un hombre sabio y agradable, pero ya no era como antes, pues sabía las cosas de las que era capaz... Me dio un manotazo de improvisto. Mi cara salió disparada pero no me quejé ni emití sonido alguno, volví a mirarle a los ojos.
- No vuelvas a contradecir mis órdenes, la próxima vez no seré benévolo. Irás con algunos hermanos para que te acostumbres a La Manada. Entre ellos habrá alguien que pudo haber pertenecido a tu clan por linaje, quizá descubras cuál. Quizá no. - Me ordenó que me retirase. Me incliné una vez más y salí de la habitación sin decir palabra alguna.
Tenía que llegar hasta la entrada, no sería tan difícil pues recordaba el camino y notaba mi olor por donde llegué. Tenía un poco de tiempo para pensar... Me toqué la mejilla pues quemaba como el fuego. Era evidente que me metí en una situación realmente peligrosa, y no solo para mí si no que involucré a gente inocente en ello. Los viajeros... No tenía muchas opciones y Thorbald decidió que los matara... Y no solo eso, habrá más lobos que me acompañarían... Y entre ellos... ¡No! No podía... Yo... ¿Qué debía hacer? Ya estaría llorando en un rincón si no fuese porque mi personalidad fría y asesina seguía guiando mis acciones...
Llegué a la salida de la cueva donde había un grupo de 5 licántropos esperándome. Uno de ellos en su forma humana desnuda y el resto en su forma lobuna. Markus no estaba entre ellos... ¿Ya no lo vería antes de partir? No estaba segura de si eso era una buena o mala señal... El que se me acercó, en forma humana, tenía un largo cabello negro y un ojo herido. Me explicó que los acompañaría en la cacería y yo bien sabía quienes eran las presas. Ellos me enseñarían a como comportarme y a cazar... Me sentí como un bebé, pues sabía caza y muy bien por cierto, pero era cierto que siempre lo hice sola. Cazar... A Lys y Alandor... Otro escalofrío. Ya estaba volviendo con su grupo cuando de pronto se giró.
- Puedes referirte a mí como Hermano u Ojo Rojo, pues somos familia. -
Sus palabras me tomaron por sorpresa y me entristecí un poco... Una familia.... Sería agradable tener una pero no era esto lo que yo me imaginaba por familia. Ojalá pudiese ser realmente parte de una familia... Y al parecer había licántropos con sangre de Luna Negra... Mi familia... No era el momento de pensar en ello ahora... Teníamos una cacería que emprender, una que marcaría mi destino...
Me quité la capa y la metí como pude en mi bolsa, mi látigo ya no cabría y eso me entristeció... Pero no podía sacar nada de ella para hacer sitio, pues lo que llevaba ahí era muy importante, además de cosas necesarias para sobrevivir tenía la daga de la luz de Luna ahí. Hice bien en no hablar sobre ella, o eso creí en ese momento... Me quité la ropa como si no fuese nada raro, pues en verdad no lo era para mí y me coloqué mi bolsa al cuello de tal manera que en mi forma de lobo no se cayera. - Siempre lo llevo encima, estoy acostumbrada a hacerlo así... - dije cuando noté que Ojo Rojo me miraba fijamente. Pude hablar tranquilamente pues mi personalidad fría y segura de si misma no se había disipado aún, pero empezaba a relajarse un poco, eso no me gustaba pues la necesitaría más adelante... Dejé mi ropa y el látigo en el suelo. Era posible que ya no los volviera a ver...
Me transformé ante las miradas de los curiosos. Mi pelaje, mis garras, mis colmillos, mis sentidos, mis instintos... Mi forma de lobo despertó de su sueño y estaba lista para partir en la cacería.
Kaala
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Re: [CERRADO] El pasado y la Luna Negra /Mastereado/
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Ojo Rojo asintió con la cabeza cuando le explicó que era una costumbre, no le gustaba, pues le recordaba demasiado a un humano con sus bienes terrenales, pero no importaba demasiado en aquel momento. Se transformó en lobo, era de un tamaño considerable, muy parecido al de los pura sangre, pues era uno. Se puso delante de los cinco lobos, incluida Kaala. Gruñó.
- Hermanos, quizá tengamos que ir muy al norte, no lo sé bien. Hermana Pura Sangre, tú irás detrás mío, pues tu rango de pureza lo marca así, los demás iréis detrás y nos serviréis de apoyo. Ya sabéis como es la formación, rodeamos y atacamos.
Miró al cielo con su único ojo, y por aquél se había ganado el nombre, pues en la oscuridad se veía completamente rojo, un gran ojo que atemorizaba a sus enemigos. Ojo Rojo era un licántropo de pelaje blanco curtido en cien batallas y cacerías, un hueso duro de roer, como habría dicho cualquier lupino.
Aulló fuertemente anunciando que la manada salía de caza y echó a correr, los otros lobos lo siguieron de cerca aunque al ser más grande tenía que correr más despacio para que los otros pudiesen seguirlo. A su velocidad tardarían un cuarto de día en llegar a donde Markus se había encontrado con la loba y los viajeros y medio día hasta la frontera en el norte, que era a donde se dirigían.
De vez en cuando iba gruñendo órdenes a sus camaradas, su voz era imperiosa pero mucho menos severa que la de Thorbald, en su compañía podía estarse a gusto. - Derecha. - Y torcía hacia ese lado. - Izquierda. - Volvía a girar. Así los guiaba por los bosques que había recorrido miles de veces. Incansables no dejaban de mover las cuatro patas y si notaba que alguno flaqueaba gruñía más fuerte. - ¡Que no se diga que dos patas pueden más que cuatro, vamos!
La tarde empezaba a caer sobre ellos y el sol se escondía tras algunas nubes. Pronto empezaría a llover, y eso haría el camino más dificultoso para correr. Ojo Rojo era todo maldiciones cuando se dio cuenta de ello. - No los alcanzaremos si llueve. Tendremos que entrar en territorio de dragones. - Los lobos se quejaron todos, sin ninguna excepción, pero con un gruñido sin significado alguno, simplemente de enfado, se callaron todos. Era un líder de manada respetado.
- Por la noche llegaremos al linde del bosque, de momento hemos corrido mucho y es hora de descansar un poco. Huelo a agua, estamos cerca del río. Bebamos un poco y continuaremos la marcha. - Se acercaron al río y los pura sangre, por su condición, fueron los primeros en beber.
- Hermanos, quizá tengamos que ir muy al norte, no lo sé bien. Hermana Pura Sangre, tú irás detrás mío, pues tu rango de pureza lo marca así, los demás iréis detrás y nos serviréis de apoyo. Ya sabéis como es la formación, rodeamos y atacamos.
Miró al cielo con su único ojo, y por aquél se había ganado el nombre, pues en la oscuridad se veía completamente rojo, un gran ojo que atemorizaba a sus enemigos. Ojo Rojo era un licántropo de pelaje blanco curtido en cien batallas y cacerías, un hueso duro de roer, como habría dicho cualquier lupino.
Aulló fuertemente anunciando que la manada salía de caza y echó a correr, los otros lobos lo siguieron de cerca aunque al ser más grande tenía que correr más despacio para que los otros pudiesen seguirlo. A su velocidad tardarían un cuarto de día en llegar a donde Markus se había encontrado con la loba y los viajeros y medio día hasta la frontera en el norte, que era a donde se dirigían.
De vez en cuando iba gruñendo órdenes a sus camaradas, su voz era imperiosa pero mucho menos severa que la de Thorbald, en su compañía podía estarse a gusto. - Derecha. - Y torcía hacia ese lado. - Izquierda. - Volvía a girar. Así los guiaba por los bosques que había recorrido miles de veces. Incansables no dejaban de mover las cuatro patas y si notaba que alguno flaqueaba gruñía más fuerte. - ¡Que no se diga que dos patas pueden más que cuatro, vamos!
La tarde empezaba a caer sobre ellos y el sol se escondía tras algunas nubes. Pronto empezaría a llover, y eso haría el camino más dificultoso para correr. Ojo Rojo era todo maldiciones cuando se dio cuenta de ello. - No los alcanzaremos si llueve. Tendremos que entrar en territorio de dragones. - Los lobos se quejaron todos, sin ninguna excepción, pero con un gruñido sin significado alguno, simplemente de enfado, se callaron todos. Era un líder de manada respetado.
- Por la noche llegaremos al linde del bosque, de momento hemos corrido mucho y es hora de descansar un poco. Huelo a agua, estamos cerca del río. Bebamos un poco y continuaremos la marcha. - Se acercaron al río y los pura sangre, por su condición, fueron los primeros en beber.
Fehu
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Re: [CERRADO] El pasado y la Luna Negra /Mastereado/
Corrimos durante muchas horas sin descanso. Ojo Rojo, en el frente de la formación, guiaba y daba ordenes. Sin duda alguna se veía grande, ágil y fuerte. Si luchaba contra él no creía tener posibilidades. Pero ese era mi plan... Ciertamente un plan suicida... Él era pura sangre. ¿Podría tener sangre de la Luna Negra? Si eso era así entonces tendríamos la misma sangre. Algo como un hermano. Familia... No... Recordé sus palabras... "Ya sabéis como es la formación, rodeamos y atacamos." Eso me preocupaba... No podía dejar morir a mis recientes amigos.
Durante todo el camino estuve pensando en alguna solución... Una que salvase la vida de Lys y Alandor y si fuese posible la mía también. ¿Qué podía hacer? Todas las ideas que se me ocurrían no funcionarían... Podría enfrentarme a mis acompañantes en un momento de sorpresa pero moriría antes de si quiera acercarme a herir a uno de ellos... Podría intentar escapar y llegar antes donde los viajeros para avisarles, pero con lo ágiles y rápidos que son estos lobos sería imposible... No encontraba ninguna forma que no implicase forzar a los viajeros a ayudarme a vencer a los lobos, pero, aunque esta opción no era tan suicida como el resto, no aseguraba que Lys y Alandor no saliesen heridos, por no decir muertos... ¿Qué debía hacer? ¿¡Qué era lo correcto!?
El líder de la manada decidió parar a descansar y tomar agua. Él y yo bebimos primero, como sangres pura que eramos... No lo veía como algo necesario o correcto, pero no era yo quien decidía. Ojo Rojo realmente se veía fuerte y me daba algo de miedo hablarle si quiera, por no decir batirme con el en una pelea a vida o muerte... Pero debía hacer algo y aproveché la oportunidad para hablar con él. Mi doble personalidad apoyó mi decisión y mi mirada era segura y peligrosa, pero no como para querer enfrentarme a él.
- Antes... Dijiste que debíamos rodear y atacar. No quiero contradecirte, pero si esto es una prueba que he de superar preferiría hacerlo yo misma, o al menos estar en el frente cuando llegue el momento. Quiero mostrar mi fuerza y valor y sé que puedo hacerlo. -
No quería tener que llegar tan lejos como para encontrar a Lys y Alandor, pero si los atacaba por mi cuenta no conseguiría mucho y después de acabar conmigo irían a matarlos sin duda alguna. Con esto al menos conseguiría algo más de tiempo hasta que se me ocurriese qué hacer. ¡Debía de haber una solución!
Durante todo el camino estuve pensando en alguna solución... Una que salvase la vida de Lys y Alandor y si fuese posible la mía también. ¿Qué podía hacer? Todas las ideas que se me ocurrían no funcionarían... Podría enfrentarme a mis acompañantes en un momento de sorpresa pero moriría antes de si quiera acercarme a herir a uno de ellos... Podría intentar escapar y llegar antes donde los viajeros para avisarles, pero con lo ágiles y rápidos que son estos lobos sería imposible... No encontraba ninguna forma que no implicase forzar a los viajeros a ayudarme a vencer a los lobos, pero, aunque esta opción no era tan suicida como el resto, no aseguraba que Lys y Alandor no saliesen heridos, por no decir muertos... ¿Qué debía hacer? ¿¡Qué era lo correcto!?
El líder de la manada decidió parar a descansar y tomar agua. Él y yo bebimos primero, como sangres pura que eramos... No lo veía como algo necesario o correcto, pero no era yo quien decidía. Ojo Rojo realmente se veía fuerte y me daba algo de miedo hablarle si quiera, por no decir batirme con el en una pelea a vida o muerte... Pero debía hacer algo y aproveché la oportunidad para hablar con él. Mi doble personalidad apoyó mi decisión y mi mirada era segura y peligrosa, pero no como para querer enfrentarme a él.
- Antes... Dijiste que debíamos rodear y atacar. No quiero contradecirte, pero si esto es una prueba que he de superar preferiría hacerlo yo misma, o al menos estar en el frente cuando llegue el momento. Quiero mostrar mi fuerza y valor y sé que puedo hacerlo. -
No quería tener que llegar tan lejos como para encontrar a Lys y Alandor, pero si los atacaba por mi cuenta no conseguiría mucho y después de acabar conmigo irían a matarlos sin duda alguna. Con esto al menos conseguiría algo más de tiempo hasta que se me ocurriese qué hacer. ¡Debía de haber una solución!
Kaala
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Re: [CERRADO] El pasado y la Luna Negra /Mastereado/
Ojo Rojo no pudo hacer otra cosa que fruncir su lupino ceño al escuchar las palabras de la muchacha. Demasiado humana, llevada por sus instintos solitarios quería salir primero. Aquella pregunta no le gustaba, sus ojos, tampoco. Quizá debería deshacerse de ella pues sería un estorbo... pero el Líder había dicho que debía guiarla, así lo haría.
- ¿Bromeas? - Gruñó, incrédulo. No, lo decía de verdad. - Yo ordeno quien va delante y quien detrás, dije que la formación sería rodear y atacar, nadie saldrá primero. Somos una manada y actuaremos como tal.
No le dijo nada más pero parecía un tanto enfadado.
Cuando Kaala se retiró del bebedero llegaron entonces los otros cuatro lobos y empezaron a beber. ¿Cuál de todos ellos sería su familiar? ¿O quizá sería Ojo Rojo? Ni siquiera conocía el nombre de sus camaradas.
Pronto iniciaron el viaje hacia el norte, empezaba a entrar la noche hasta que la oscuridad los rodeó completamente, entonces lo olieron. Sangre, y no era poca, no, olía a lobo y a dragón, y a elfo también. Todos lo notaron y empezaron a caminar por orden de Ojo Rojo, más lento, acechando el lugar de donde provenía el olor, pero faltaba un olor y no sabían decir cual. Más cerca. Llegaron a un pequeño claro donde vieron tres lobos tendidos en el suelo y había sangre por los alrededores, pero no sabían decir de quién era. Entonces comprendieron qué olor faltaba, a muerte.
Ojo Rojo se convirtió en hombre y se aproximó y les tomó el pulso a sus compañeros lupinos. - Aún respiran, solo están inconscientes. Esto debe ser obra de la loba negra, pues no están muertos. - Miró al camino que se dirigía al norte. - Han entrado en territorio dragón. A partir de ahí no es territorio lupino. Mierda.
Se transformó de nuevo en lobo y aulló, pero esta vez no era una señal, ni una orden, sino que una retirada para los cuatro que habían venido con ellos. Los otros aullaron con él y momentos después se dieron la vuelta y se marcharon. Solo quedaban ellos dos, Kaala y Ojo Rojo, pues los licántropos desaparecieron entre los arbustos. - Iremos al norte, les daremos caza.
- ¿Bromeas? - Gruñó, incrédulo. No, lo decía de verdad. - Yo ordeno quien va delante y quien detrás, dije que la formación sería rodear y atacar, nadie saldrá primero. Somos una manada y actuaremos como tal.
No le dijo nada más pero parecía un tanto enfadado.
Cuando Kaala se retiró del bebedero llegaron entonces los otros cuatro lobos y empezaron a beber. ¿Cuál de todos ellos sería su familiar? ¿O quizá sería Ojo Rojo? Ni siquiera conocía el nombre de sus camaradas.
Pronto iniciaron el viaje hacia el norte, empezaba a entrar la noche hasta que la oscuridad los rodeó completamente, entonces lo olieron. Sangre, y no era poca, no, olía a lobo y a dragón, y a elfo también. Todos lo notaron y empezaron a caminar por orden de Ojo Rojo, más lento, acechando el lugar de donde provenía el olor, pero faltaba un olor y no sabían decir cual. Más cerca. Llegaron a un pequeño claro donde vieron tres lobos tendidos en el suelo y había sangre por los alrededores, pero no sabían decir de quién era. Entonces comprendieron qué olor faltaba, a muerte.
Ojo Rojo se convirtió en hombre y se aproximó y les tomó el pulso a sus compañeros lupinos. - Aún respiran, solo están inconscientes. Esto debe ser obra de la loba negra, pues no están muertos. - Miró al camino que se dirigía al norte. - Han entrado en territorio dragón. A partir de ahí no es territorio lupino. Mierda.
Se transformó de nuevo en lobo y aulló, pero esta vez no era una señal, ni una orden, sino que una retirada para los cuatro que habían venido con ellos. Los otros aullaron con él y momentos después se dieron la vuelta y se marcharon. Solo quedaban ellos dos, Kaala y Ojo Rojo, pues los licántropos desaparecieron entre los arbustos. - Iremos al norte, les daremos caza.
Fehu
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Re: [CERRADO] El pasado y la Luna Negra /Mastereado/
Ojo rojo rechazó rotundamente mi idea de adelantarme un poco. Se veía enfadado por mis palabra así que no volví a hablar de ello, ni de nada más en verdad... Emprendimos la cacería en silencio, escuchando las indicaciones del líder. Aunque Ojo Rojo sería un gran problema sería imposible para mí enfrentarme a todos o intentar escapar... Mientras corríamos mi cerebro trabajaba a cien por hora buscando alguna solución a esta situación... Nada.
Ya era de noche cuando un fuerte olor chocó contra nosotros. Era el olor de la sangre, mezclado con el de Lys y Alandor, lobos y... ¿Nana Black? No me esperaba su olor... ¿Qué hacía ahí? En nuestro anterior encuentro no parecía ser agresiva, ni con migo ni con los viajeros... ¿Estaría acompañándolos? Esa podría ser la primera buena señal del día, o al menos esperaba que realmente fuese así... ¡No! ¿¡En qué estaba pensando?! ¡No había tiempo de sorprenderme! Nos estábamos acercando al olor de nuestras presas... ¡Presas que no quería cazar! ¿Qué podía hacer? ¿Saltar encima de Ojo rojo en un intento de detenerlo en la cacería? Eso no tendría efecto alguno... Estaba perdida... No sabía qué hacer...
Llegamos al lugar del que provenían los olores. Tres lobos, pero por el olor no estaban muertos y Ojo Rojo nos lo confirmó acercándose a ellos en su forma humana. Después, en su forma lobuna una vez más, aulló con fuerza, tanta que casi doy un salto hacia atrás como un cachorro asustado... Los cuatro lobos que nos acompañaban se dieron la vuelta y empezaron a correr, el líder les ordenó hacerlo... ¿Qué significaba eso?...
- Iremos al norte, les daremos caza. -
¿Como? ¿Iríamos nosotros dos solos a territorio de dragones? No sabía como fue que llego a esto, pero podría significar una oportunidad... Seguimos el olor de nuestras presas por los bosques del norte. La temperatura era más baja y hacía más frío pero con nuestros pelajes no era nada que no pudiésemos aguantar. Recibí una oportunidad divina, solo hacía falta encontrar el momento justo, un pequeño descuido y saltaría sobre su garganta. No quería matarlo, solo detenerle, pero de todas formas no creía posible el que yo le ganara en un combate uno a uno. Aún así esa era mi mejor opción. Si yo moría no lo haría en vano, tal vez podría herirlo al menos de tal forma que no pudiese seguir con la cacería. Para cuando se recuperase Lys y Alandor ya estarían lo bastante lejos y si además Nana Black les acompañaba sus oportunidades de sobrevivir eran mayores. Tal vez funcionara... Solo debía esperar el momento de un pequeño descuido...
Ya era de noche cuando un fuerte olor chocó contra nosotros. Era el olor de la sangre, mezclado con el de Lys y Alandor, lobos y... ¿Nana Black? No me esperaba su olor... ¿Qué hacía ahí? En nuestro anterior encuentro no parecía ser agresiva, ni con migo ni con los viajeros... ¿Estaría acompañándolos? Esa podría ser la primera buena señal del día, o al menos esperaba que realmente fuese así... ¡No! ¿¡En qué estaba pensando?! ¡No había tiempo de sorprenderme! Nos estábamos acercando al olor de nuestras presas... ¡Presas que no quería cazar! ¿Qué podía hacer? ¿Saltar encima de Ojo rojo en un intento de detenerlo en la cacería? Eso no tendría efecto alguno... Estaba perdida... No sabía qué hacer...
Llegamos al lugar del que provenían los olores. Tres lobos, pero por el olor no estaban muertos y Ojo Rojo nos lo confirmó acercándose a ellos en su forma humana. Después, en su forma lobuna una vez más, aulló con fuerza, tanta que casi doy un salto hacia atrás como un cachorro asustado... Los cuatro lobos que nos acompañaban se dieron la vuelta y empezaron a correr, el líder les ordenó hacerlo... ¿Qué significaba eso?...
- Iremos al norte, les daremos caza. -
¿Como? ¿Iríamos nosotros dos solos a territorio de dragones? No sabía como fue que llego a esto, pero podría significar una oportunidad... Seguimos el olor de nuestras presas por los bosques del norte. La temperatura era más baja y hacía más frío pero con nuestros pelajes no era nada que no pudiésemos aguantar. Recibí una oportunidad divina, solo hacía falta encontrar el momento justo, un pequeño descuido y saltaría sobre su garganta. No quería matarlo, solo detenerle, pero de todas formas no creía posible el que yo le ganara en un combate uno a uno. Aún así esa era mi mejor opción. Si yo moría no lo haría en vano, tal vez podría herirlo al menos de tal forma que no pudiese seguir con la cacería. Para cuando se recuperase Lys y Alandor ya estarían lo bastante lejos y si además Nana Black les acompañaba sus oportunidades de sobrevivir eran mayores. Tal vez funcionara... Solo debía esperar el momento de un pequeño descuido...
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Re: [CERRADO] El pasado y la Luna Negra /Mastereado/
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Fehu
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