Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
Aerandir :: Península de Verisar. :: Lunargenta :: Negocios
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Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
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Podrán participar los dos primeros que lleguen
Era la tarde noche.
El conocido artesano de la ciudad, un hechicero llamado Grisham Engeruc, se encontraba en una de los sillones leyendo frente al fuego de la chimenea en una de las salas de la biblioteca. El libro en las manos [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Amos, el bibliotecario, ingresó por la puerta a paso lento, como la edad le permitía.
-Señor...-empieza y Grisham detiene su lectura pasivamente, bajando el libro a su regazo y alzando la vista hacia el hombre. Sonríe para indicarle que tiene permiso de hablarle-Es casi la hora de cerrar. Ya lleva varios días acá leyendo el mismo libro...-
-Pasaré la noche acá para terminar la última leída Amos. No puedo dejar la lectura a medias y como no puedo llevármelo, me quedaré-su tono parecería amable pero el anciano pareció sentirse intimidado y se limitó a asentir nomas. Optó por regresar a la mañana siguiente, confiando que el brujo mantendría el orden en el lugar.
A la mañana siguiente, el anciano regresa y puede ver a Grisham cerrar el libro apenas entra. La chimenea continuaba encendida. Negó con la cabeza, algo disgustado. No le agradaba que se mantuviera el fuego con magia en su biblioteca.
-¿Aún no ha resuelto lo que tenga que resolver en ese libro, señor Grisham?-preguntaría el anciano y el brujo lo miraría con decepción, negando con la cabeza.
-Regresaré esta tarde...-decidió el mago.
Podrán participar los dos primeros que lleguen
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- Grisham Engeruc:
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- Amos:
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Era la tarde noche.
El conocido artesano de la ciudad, un hechicero llamado Grisham Engeruc, se encontraba en una de los sillones leyendo frente al fuego de la chimenea en una de las salas de la biblioteca. El libro en las manos [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Amos, el bibliotecario, ingresó por la puerta a paso lento, como la edad le permitía.
-Señor...-empieza y Grisham detiene su lectura pasivamente, bajando el libro a su regazo y alzando la vista hacia el hombre. Sonríe para indicarle que tiene permiso de hablarle-Es casi la hora de cerrar. Ya lleva varios días acá leyendo el mismo libro...-
-Pasaré la noche acá para terminar la última leída Amos. No puedo dejar la lectura a medias y como no puedo llevármelo, me quedaré-su tono parecería amable pero el anciano pareció sentirse intimidado y se limitó a asentir nomas. Optó por regresar a la mañana siguiente, confiando que el brujo mantendría el orden en el lugar.
A la mañana siguiente, el anciano regresa y puede ver a Grisham cerrar el libro apenas entra. La chimenea continuaba encendida. Negó con la cabeza, algo disgustado. No le agradaba que se mantuviera el fuego con magia en su biblioteca.
-¿Aún no ha resuelto lo que tenga que resolver en ese libro, señor Grisham?-preguntaría el anciano y el brujo lo miraría con decepción, negando con la cabeza.
-Regresaré esta tarde...-decidió el mago.
Última edición por Master2 el Miér 21 Mayo - 18:34, editado 1 vez
Ansur
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
La luz intensa incomodaba mi ser incluso bajo aquel abrigo con gorro y tapa boca que prácticamente cubría todo mi rostro a excepción de uno de los dos ojos, el derecho, el que no estaba cubierto por el parche negro. Parecía un hombre misterioso caminando por senderos empedrados en la Lunargenta que siempre me traía recuerdos agrios y otros dulces como aquellos paseos por el puerto que siempre terminaban con hombres botados en el suelo luego de haberlo bebido todo. O aquellas mujeres corriendo por sus vidas al pasar de los vampiros y los lycans. Pero pareciera que esos tiempos han pasado... ahora todos eran unos inofensivos hijos de su madre, cargando con el peso del ayer e inmiscuidos en novelas de ficción y drama.
El camino se hacía dificultoso con el pasar de las horas mientras la luz tintineaba en mis pupilas, debía de encontrar refugio pronto por lo que decidí buscar un lugar que me pudiera albergar hasta que anocheciera, a mis alrededores habían casas que parecían de buen pasar, no lo encontré extraño por el barrio en el que me encontraba. Crucé en la esquina para encontrarme con un gran edificio que en la puerta ponía biblioteca, abierto desde temprano en la mañana hasta tarde. Mi mente hilvanó solo una palabra para sentirme calmado, esta fue la palabra "perfecto".
Al ingresar noté un lugar enorme, lleno de libros en los escaparates y estantes enormes con conocimiento variado, pensé que sería una buena idea leer algo para hacer tiempo. El suelo crujía mientras caminaba a través de los estantes hacia un hombre sentado en un mesón, antes de llegar allí imaginé un poco los mundos que podían existir en esta biblioteca, fue así como recordé lo mucho que me gustaban las historias, demonios, cuando fui humano me dedicaba a crear algunas y luego de convertido en vampiro me dediqué a participar en otras... Me preguntaba si habían libros aquí que contasen las hazañas de los incautos que perecieron en tantas guerras, o de los que sobrevivieron como yo. Sin dudarlo me había convertido en parte de la historia de esta ciudad y de este mundo, perdido en una dimensión que ni ellos mismos conocen. Lo que no saben es que de alguna manera, yo sigo en contacto con otros mundos, parecen alucinaciones y puede que lo sean, pero yo no quiero creer eso, puedo imaginar un mundo diferente del otro lado, un mundo al que puedo ir, en algún momento.
Cuando llegué cerca del mostrador pensé que realmente no tenía nada que decir, así que rogué porque aquel hombre me hablase primero, que me encontrase aquí en esta biblioteca era solo producto del azar y lo que siguiera pues, también lo sería.
________
off rol: Master, no estaba muy seguro como entrar al rol, así que no puse ni hablé nada del otro hombre, tú dime si sigue en el lugar o si ya se marchó para luego yo acotarme a las reglas que vayan apareciendo.
El camino se hacía dificultoso con el pasar de las horas mientras la luz tintineaba en mis pupilas, debía de encontrar refugio pronto por lo que decidí buscar un lugar que me pudiera albergar hasta que anocheciera, a mis alrededores habían casas que parecían de buen pasar, no lo encontré extraño por el barrio en el que me encontraba. Crucé en la esquina para encontrarme con un gran edificio que en la puerta ponía biblioteca, abierto desde temprano en la mañana hasta tarde. Mi mente hilvanó solo una palabra para sentirme calmado, esta fue la palabra "perfecto".
Al ingresar noté un lugar enorme, lleno de libros en los escaparates y estantes enormes con conocimiento variado, pensé que sería una buena idea leer algo para hacer tiempo. El suelo crujía mientras caminaba a través de los estantes hacia un hombre sentado en un mesón, antes de llegar allí imaginé un poco los mundos que podían existir en esta biblioteca, fue así como recordé lo mucho que me gustaban las historias, demonios, cuando fui humano me dedicaba a crear algunas y luego de convertido en vampiro me dediqué a participar en otras... Me preguntaba si habían libros aquí que contasen las hazañas de los incautos que perecieron en tantas guerras, o de los que sobrevivieron como yo. Sin dudarlo me había convertido en parte de la historia de esta ciudad y de este mundo, perdido en una dimensión que ni ellos mismos conocen. Lo que no saben es que de alguna manera, yo sigo en contacto con otros mundos, parecen alucinaciones y puede que lo sean, pero yo no quiero creer eso, puedo imaginar un mundo diferente del otro lado, un mundo al que puedo ir, en algún momento.
Cuando llegué cerca del mostrador pensé que realmente no tenía nada que decir, así que rogué porque aquel hombre me hablase primero, que me encontrase aquí en esta biblioteca era solo producto del azar y lo que siguiera pues, también lo sería.
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off rol: Master, no estaba muy seguro como entrar al rol, así que no puse ni hablé nada del otro hombre, tú dime si sigue en el lugar o si ya se marchó para luego yo acotarme a las reglas que vayan apareciendo.
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
- ¿¡Qué has dicho?! - gritó el insolente ante mi insinuación. - Pequeña, no deberías de decir tonterías... Para empezar, es imposible comprar este edificio, y menos todos los libro que residen en él... Y aunque tuvieses el dinero, el propietario no lo permitiría. Este lugar es su pasión. Deberías de regresar con tus padres. -
Mi rostro se arrugó levemente, algo que una dama nunca debería de permitir. Pero la situación no podía ser más molesta aún. No solo me trataron como a cualquier otra criatura humana, sino que además se habían burlado de mi apariencia infantil, lo cual, irónicamente, era lo que más me dolía.
Di un paso hacia el descarado trabajador de la biblioteca, pero Sebastian me detuvo colocando una de sus manos en mi hombro con suavidad. Intercambiamos miradas y sin palabra alguna supe que no quería que me manchase las manos con este individuo, además de no querer llamar la atención. Suspiré, resignada.
- Insolente, llévame ante la persona de mayor poder en este lugar. No pienso perder más tiempo con la basura de la ciudad. - Desde luego que no le sentó bien mi forma de hablar, pero él mismo se lo había buscado. Aseveré mi mirada y, por muy infantil que resultase, no había duda del poder que ocultaba en sus profundidades.
Aquel hombre tragó saliva y levantó su dedo, mostrándome la dirección que debía tomar. A un par de pasos del lugar se encontraba una enorme mesa de madera robusta y, tras ella, otro simple humano al que al parecer me debía de dirigir.
Hice hondear mi vestido y al llegar ignoré por completo al desconocido vampiro que estaba ahí parado. ¿Acaso quería adelantárseme? Lo obsequié con una atenta mirada, la cual duro menos que un suspiro, y centré mi atención en la escoria frente a mí, con Sebastian pegado a mi retaguardia, observando de reojo al que ahora estaba a mi lado. - He venido a comprar este lugar. - afirmé con altanería. Ya estaba cansada de esperar.
(Off rol: Me adapté al escrito de Drake. Encantada, por cierto. Espero que nuestros personajes se lleven bien, aunque se que es difícil hacerlo con esta cría mimada. ^^)
Mi rostro se arrugó levemente, algo que una dama nunca debería de permitir. Pero la situación no podía ser más molesta aún. No solo me trataron como a cualquier otra criatura humana, sino que además se habían burlado de mi apariencia infantil, lo cual, irónicamente, era lo que más me dolía.
Di un paso hacia el descarado trabajador de la biblioteca, pero Sebastian me detuvo colocando una de sus manos en mi hombro con suavidad. Intercambiamos miradas y sin palabra alguna supe que no quería que me manchase las manos con este individuo, además de no querer llamar la atención. Suspiré, resignada.
- Insolente, llévame ante la persona de mayor poder en este lugar. No pienso perder más tiempo con la basura de la ciudad. - Desde luego que no le sentó bien mi forma de hablar, pero él mismo se lo había buscado. Aseveré mi mirada y, por muy infantil que resultase, no había duda del poder que ocultaba en sus profundidades.
Aquel hombre tragó saliva y levantó su dedo, mostrándome la dirección que debía tomar. A un par de pasos del lugar se encontraba una enorme mesa de madera robusta y, tras ella, otro simple humano al que al parecer me debía de dirigir.
Hice hondear mi vestido y al llegar ignoré por completo al desconocido vampiro que estaba ahí parado. ¿Acaso quería adelantárseme? Lo obsequié con una atenta mirada, la cual duro menos que un suspiro, y centré mi atención en la escoria frente a mí, con Sebastian pegado a mi retaguardia, observando de reojo al que ahora estaba a mi lado. - He venido a comprar este lugar. - afirmé con altanería. Ya estaba cansada de esperar.
- vestuario:
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(Off rol: Me adapté al escrito de Drake. Encantada, por cierto. Espero que nuestros personajes se lleven bien, aunque se que es difícil hacerlo con esta cría mimada. ^^)
Alexandra Adelia
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
Amos estuvo a punto de saludar con un buenas tardes al hombre de piel pálida, más normal de la que de un humano debería ser, y detrás a una niña acompañada por su padre, por lo que él piensa. Era la sala principal. Un tercero llega a paso tranquilo y un bastón negro, con ropas elegantes. Era Grisham, que saluda con un leve gesto al bibliotecario y se dirige a las escaleras que bajan a un piso inferior hacia la derecha. A ambos lados de esta escalera, pueden verse dos que suben y a ambos de estas, dos pasillos a otros sectores.
Hay un ambiente cálido, cómodo para pasar la tarde noche leyendo. El lugar era acogedor, comparado con el frío que hacía en el exterior. Amos lleva unos lentes, se acerca al mostrador que es demasiado alto y debe asomarse por arriba para observar con el ceño fruncido a la niña. A un costado hay un libro, un candelabro y una vasija con dulces. Dibuja una sonrisa amable en sus labios, y toma uno de ellos para luego tendérselo a la pequeña.
-Buenas tardes señores-habla por fin y mira al acompañante de la niña-Que linda es su hija, y es agradable ver tanto entusiasmo por la lectura-habla y mira a la pequeña-No puedo venderte el lugar, sino quedaría sin trabajo. Es un patrimonio cultural de la ciudad. Muchos trabajadores y nobles y amantes de la sabiduría deben seguir aprendiendo entre los callejones de letra que este edificio puede ofrecer-extiende sus manos al lugar sin dejar de sonreír amable-Pero puedes venir y quedarte cuanto desees para leer lo que quieras. -Mira al vampiro-¿Qué se le ofrece mi buen hombre?-pregunta y viendo que está demorando en el padre y la niña, se dirige a los tres-Sólo deben firmar acá y pasar al sector de libros-señala al lado izquierdo. Mira a los dos adultos, señalando el libro de firmas y el tintero a un costado para que puedan pasar finalmente.
Grisham aun no había bajado por el lado de la derecha, pero se queda con una mirada sonriente al ver la situación de la entrada a la espera de que Amos termine el tramite. Se encuentra apoyando un hombro el comienzo de la barandilla, de brazos cruzados y jugueteando con el bastón en una de sus manos enguantadas en cuero negro.
-Mi querido amigo Amos, ¿Sería infortunio pedirte una nueva noche para descubrir los mitos del libro que he estado leyendo durante los últimos días?-mira a los nuevos en busca de apoyo, algo inconscientemente casi-Creo que estoy a punto de entenderlo, solo que necesito un tiempo más. ¿No te molestará?-pregunta el hombre de cabello rubio, con unos claros y una sonrisa que marca las facciones de adultez en su rostro.
Amos mueve la mano y chasquea con la lengua.
-Casi es tuya la biblioteca por el tiempo que pasas acá. Debería cobrarte Grisham por esto, ¡pero ve, ve antes de que me arrepienta!-responde el bibliotecario. Grisham hace una leve reverencia irguiéndose y mira nuevamente a los dos adultos y la niña. El hombre se voltea y empieza a bajar la escalera con paciencia.
Hay un ambiente cálido, cómodo para pasar la tarde noche leyendo. El lugar era acogedor, comparado con el frío que hacía en el exterior. Amos lleva unos lentes, se acerca al mostrador que es demasiado alto y debe asomarse por arriba para observar con el ceño fruncido a la niña. A un costado hay un libro, un candelabro y una vasija con dulces. Dibuja una sonrisa amable en sus labios, y toma uno de ellos para luego tendérselo a la pequeña.
-Buenas tardes señores-habla por fin y mira al acompañante de la niña-Que linda es su hija, y es agradable ver tanto entusiasmo por la lectura-habla y mira a la pequeña-No puedo venderte el lugar, sino quedaría sin trabajo. Es un patrimonio cultural de la ciudad. Muchos trabajadores y nobles y amantes de la sabiduría deben seguir aprendiendo entre los callejones de letra que este edificio puede ofrecer-extiende sus manos al lugar sin dejar de sonreír amable-Pero puedes venir y quedarte cuanto desees para leer lo que quieras. -Mira al vampiro-¿Qué se le ofrece mi buen hombre?-pregunta y viendo que está demorando en el padre y la niña, se dirige a los tres-Sólo deben firmar acá y pasar al sector de libros-señala al lado izquierdo. Mira a los dos adultos, señalando el libro de firmas y el tintero a un costado para que puedan pasar finalmente.
Grisham aun no había bajado por el lado de la derecha, pero se queda con una mirada sonriente al ver la situación de la entrada a la espera de que Amos termine el tramite. Se encuentra apoyando un hombro el comienzo de la barandilla, de brazos cruzados y jugueteando con el bastón en una de sus manos enguantadas en cuero negro.
-Mi querido amigo Amos, ¿Sería infortunio pedirte una nueva noche para descubrir los mitos del libro que he estado leyendo durante los últimos días?-mira a los nuevos en busca de apoyo, algo inconscientemente casi-Creo que estoy a punto de entenderlo, solo que necesito un tiempo más. ¿No te molestará?-pregunta el hombre de cabello rubio, con unos claros y una sonrisa que marca las facciones de adultez en su rostro.
Amos mueve la mano y chasquea con la lengua.
-Casi es tuya la biblioteca por el tiempo que pasas acá. Debería cobrarte Grisham por esto, ¡pero ve, ve antes de que me arrepienta!-responde el bibliotecario. Grisham hace una leve reverencia irguiéndose y mira nuevamente a los dos adultos y la niña. El hombre se voltea y empieza a bajar la escalera con paciencia.
Ansur
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
La grandilocuencia de los momentos que me ponía la vida en mi camino eran de lo más variopinto, o eso se me ocurrió cuando vi cruzar por mis oídos una voz como si nada. Aquella voz era de lo más extraña para el lugar. Escuché su entonación ante de dirigirme a la persona en el mostrador. Una voz aguda penetró mis tímpanos y me hizo desviar la atención. Me volteé para ver quién era aquella mujer que desorbitaba mis infinitos pensares con su interruptora frecuencia emanada desde sus labios. Al parecer venía discutiendo con un hombre mayor y ella tan sólo era una niña o eso parecía. No escuché bien su conversación pero se acercaron caminando hacia el mostrador en el que me encontraba, la niña me miró pero prácticamente me ignoró y con insolencia habló ante el sujeto frente a mí, creo que se refirió a comprar el lugar pero no me importó, lo que me pareció curioso fue aquel otro hombre que saludó a la distancia al dependiente y se quedó por un momento para observarnos a nosotros. No parecía un sujeto común y corriente.
La niña al lado mío siguió gritando por unos segundos más, pero yo seguía absorto en aquel hombre del bastón que miraba desde más lejos, pero mi atención volvió a los demás y noté que el hombre que acompañaba a la niña me miraba ¿lo conocía acaso? Me quedé pensando un segundo en la infinidad de rostros que había percibido en mi larga vida por este mundo y llegué a la conclusión de que en efecto no le conocía o al menos no lo recordaba para nada.
-Buenas tardes señores-dijo por fin aquel hombre que estaba siendo insultado o eso fue lo que me pareció sin prestar demasiada atención al asunto. Siguió por unos segundos más hablando con la malcriada y luego se dirigió hacia mi -¿Qué se le ofrece mi buen hombre?-
-Sólo deben firmar acá y pasar al sector de libros-
Esas fueron las frases que dijo y no me dio el tiempo de responder su pregunta, aunque para decir verdad no tenía un motivo en especial así que solo me acerqué a lo señalado por el sujeto y firmé el libro, firmé como Santiago, uno de los nombres que había usurpado en mi largo recorrido.
Cuando levanté la vista observé que el otro hombre no se había ido, es más, parecía acercarse o tal vez solo era efecto del movimiento de su bastón, pero desde donde está habla lo suficientemente claro para entender.
-Mi querido amigo Amos, ¿Sería infortunio pedirte una nueva noche para descubrir los mitos del libro que he estado leyendo durante los últimos días?--Creo que estoy a punto de entenderlo, solo que necesito un tiempo más. ¿No te molestará?-
El otro hombre le responde, ahora podía conocer su nombre, era Amos.
-Casi es tuya la biblioteca por el tiempo que pasas acá. Debería cobrarte Grisham por esto, ¡pero ve, ve antes de que me arrepienta!- Miré a mi alrededor luego de eso, ¿libro? ¿Mitos? Mi curiosidad había picado y como éste siempre me llevaba a interesantes dominios tuve que interpelar a alguien para conocer la respuesta -Amos- Dije al bibliotecario a quien ya le sabía el nombre, me acerqué a él y le hablé al oído para que nadie más pudiera oírnos -Con el debido respeto Amos, podría saber a qué se refiere con aquel libro de mitos? - Por alguna razón mi instinto me decía que debía de moverme con cuidado.
La niña al lado mío siguió gritando por unos segundos más, pero yo seguía absorto en aquel hombre del bastón que miraba desde más lejos, pero mi atención volvió a los demás y noté que el hombre que acompañaba a la niña me miraba ¿lo conocía acaso? Me quedé pensando un segundo en la infinidad de rostros que había percibido en mi larga vida por este mundo y llegué a la conclusión de que en efecto no le conocía o al menos no lo recordaba para nada.
-Buenas tardes señores-dijo por fin aquel hombre que estaba siendo insultado o eso fue lo que me pareció sin prestar demasiada atención al asunto. Siguió por unos segundos más hablando con la malcriada y luego se dirigió hacia mi -¿Qué se le ofrece mi buen hombre?-
-Sólo deben firmar acá y pasar al sector de libros-
Esas fueron las frases que dijo y no me dio el tiempo de responder su pregunta, aunque para decir verdad no tenía un motivo en especial así que solo me acerqué a lo señalado por el sujeto y firmé el libro, firmé como Santiago, uno de los nombres que había usurpado en mi largo recorrido.
Cuando levanté la vista observé que el otro hombre no se había ido, es más, parecía acercarse o tal vez solo era efecto del movimiento de su bastón, pero desde donde está habla lo suficientemente claro para entender.
-Mi querido amigo Amos, ¿Sería infortunio pedirte una nueva noche para descubrir los mitos del libro que he estado leyendo durante los últimos días?--Creo que estoy a punto de entenderlo, solo que necesito un tiempo más. ¿No te molestará?-
El otro hombre le responde, ahora podía conocer su nombre, era Amos.
-Casi es tuya la biblioteca por el tiempo que pasas acá. Debería cobrarte Grisham por esto, ¡pero ve, ve antes de que me arrepienta!- Miré a mi alrededor luego de eso, ¿libro? ¿Mitos? Mi curiosidad había picado y como éste siempre me llevaba a interesantes dominios tuve que interpelar a alguien para conocer la respuesta -Amos- Dije al bibliotecario a quien ya le sabía el nombre, me acerqué a él y le hablé al oído para que nadie más pudiera oírnos -Con el debido respeto Amos, podría saber a qué se refiere con aquel libro de mitos? - Por alguna razón mi instinto me decía que debía de moverme con cuidado.
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off: Encantado alexandra n_n
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
¿Que si me molestó? No, esa es una palabra demasiado dulce en comparación a lo que realmente sentía. Lo cierto es que debería de haberme acostumbrado, pues eran muchos los años que había pasado en este cuerpo inútil, pero no. Seguiría siendo un aniña de por vida y los demás reaccionarían a mi persona regalándome caramelos de los que siquiera podía disfrutar. ¡Desde luego que lo rechacé!
Me calmé. No era de buen ver que alguien de mi nivel mostrase su faceta más oscura, y aunque me disgustase su respuesta, lo vi lógico. No sería tan fácil que se deshiciesen de un edificio como aquel, por muy elevada que fuese mi oferta. O al menos no aún. Así que debería de conformarme con pasar algún tiempo entre sus paredes hasta saciar mi sed de lectura, o hasta que se terminasen los libros. Tenía mucho tiempo...
Estrujé mi vestido entre los dedos, mirando fijamente frente a mí, con cara de pocos amigos. Se me había planteado un problema y es que... ¡Aquella mesa era treméndamente alta! Noté la leve, casi imperceptible risita de Sebastian, y me giré hacia él. "Bueno, ¿qué?" transmitía mi mirada, y de inmediato me aupó entre sus brazos para poder firmar aquel dichoso libro. Un padre levantando a su hija... Aquello era lo que parecíamos, y ello no hizo más que enfadarme más aún.
Firmé con una caligrafía perfecta y elegante bajo mi nombre completo y al fin mis pies pudieron volver a tocar el suelo. Ahora era el turno de Sebastian, el cual lo hizo con el nombre que le di, y mientras tanto escuché la conversación que ambos hombres mantenían. El de la escalera, vestido con ropa elegante, había captado mi atención. No parecía ser un humano estúpido incapaz de comprender cualquier clase de escrito, por lo que si mi intuición no erraba, era en aquella dirección en la cual se hallarían los libros más interesantes.
Me fijé en que el vampiro, el cual no tuvo la decencia de saludar a una dama de su propia especie, sangre de su sangre, había empezado a cuchichear con el tal Amos, y salté descaradamente en su conversación. - Así que se puede pasar noche y día en este lugar, ¿cierto? Así lo haré. Vamos "padre". - finalicé de forma graciosa, con las mejillas algo sonrojadas. A mi Sebastian se le escapó una risilla juguetona y me siguió, tan servicial como siempre.
Inicié una marcha rápida, pues quería alcanzar al hombre de las escaleras, y por supuesto que lo hice, a paso humano, por supuesto. - Alexandra Adelia Taryn Raziel, encantada. - pronuncié sin detenerme o mirarle siquiera, ejecutando una leve reverencia a pesar de estar caminando escaleras abajo. Al fin lo miré, de reojo, y dejé escapar una leve sonrisa amigable. - No me equivoco al pensar que usted me guiará a libros interesantes, ¿verdad, señor...? - esperé a que se presentase y repetí tras él de forma cortés y educada. Después de todo, ese era uno de mis puntos fuertes. - Es mi primera visita a este lugar y espero no le importe el que me aproveche ligeramente de sus conocimientos, pues al parecer es como su segundo hogar. O eso he oído. -
(Off rol: Ya que cada uno interpreta las razas a su manera, quería aclarar esto para que no haya malentendidos. Al ser vampiro, puedo identificar a humanos y no humanos por el olfato. Eso era todo ;)) )
Me calmé. No era de buen ver que alguien de mi nivel mostrase su faceta más oscura, y aunque me disgustase su respuesta, lo vi lógico. No sería tan fácil que se deshiciesen de un edificio como aquel, por muy elevada que fuese mi oferta. O al menos no aún. Así que debería de conformarme con pasar algún tiempo entre sus paredes hasta saciar mi sed de lectura, o hasta que se terminasen los libros. Tenía mucho tiempo...
Estrujé mi vestido entre los dedos, mirando fijamente frente a mí, con cara de pocos amigos. Se me había planteado un problema y es que... ¡Aquella mesa era treméndamente alta! Noté la leve, casi imperceptible risita de Sebastian, y me giré hacia él. "Bueno, ¿qué?" transmitía mi mirada, y de inmediato me aupó entre sus brazos para poder firmar aquel dichoso libro. Un padre levantando a su hija... Aquello era lo que parecíamos, y ello no hizo más que enfadarme más aún.
Firmé con una caligrafía perfecta y elegante bajo mi nombre completo y al fin mis pies pudieron volver a tocar el suelo. Ahora era el turno de Sebastian, el cual lo hizo con el nombre que le di, y mientras tanto escuché la conversación que ambos hombres mantenían. El de la escalera, vestido con ropa elegante, había captado mi atención. No parecía ser un humano estúpido incapaz de comprender cualquier clase de escrito, por lo que si mi intuición no erraba, era en aquella dirección en la cual se hallarían los libros más interesantes.
Me fijé en que el vampiro, el cual no tuvo la decencia de saludar a una dama de su propia especie, sangre de su sangre, había empezado a cuchichear con el tal Amos, y salté descaradamente en su conversación. - Así que se puede pasar noche y día en este lugar, ¿cierto? Así lo haré. Vamos "padre". - finalicé de forma graciosa, con las mejillas algo sonrojadas. A mi Sebastian se le escapó una risilla juguetona y me siguió, tan servicial como siempre.
Inicié una marcha rápida, pues quería alcanzar al hombre de las escaleras, y por supuesto que lo hice, a paso humano, por supuesto. - Alexandra Adelia Taryn Raziel, encantada. - pronuncié sin detenerme o mirarle siquiera, ejecutando una leve reverencia a pesar de estar caminando escaleras abajo. Al fin lo miré, de reojo, y dejé escapar una leve sonrisa amigable. - No me equivoco al pensar que usted me guiará a libros interesantes, ¿verdad, señor...? - esperé a que se presentase y repetí tras él de forma cortés y educada. Después de todo, ese era uno de mis puntos fuertes. - Es mi primera visita a este lugar y espero no le importe el que me aproveche ligeramente de sus conocimientos, pues al parecer es como su segundo hogar. O eso he oído. -
(Off rol: Ya que cada uno interpreta las razas a su manera, quería aclarar esto para que no haya malentendidos. Al ser vampiro, puedo identificar a humanos y no humanos por el olfato. Eso era todo ;)) )
Alexandra Adelia
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
-Con el debido respeto Amos, podría saber a qué se refiere con aquel libro de mitos?- habló el hombre de piel pálida mientras volvía a poner el dulce en la pequeña canasta.
-Así que se puede pasar noche y día en este lugar, ¿cierto? Así lo haré. Vamos "padre"-habló nuevamente la niña. Amos negó con la cabeza, lanzando una mirada de reproche hacia Grisham.La niña se dirigió rápida y curiosa a las escaleras por donde bajaba el hombre de traje elegante. El bibliotecario no era descortés, y si bien se sintió incómodo con los susurros del curioso vampiro por los mitos, respondió una vez que la pequeña se alejó.
-Verás...-empezó pero pareció ocurrírsele una idea y con una sonrisa, prosiguió-Este hombre, Grisham, es un mago reconocido en Lunargenta. Va y viene, es artesano también. Hace días que viene a la biblioteca a leer libros y pasa noches enteras a leer. Como es alguien confiable, paga una buena cantidad de aeros para quedarse. Cuando debo retirarme a mi hogar, se quedan un par de guardias de la ciudad a custodiar, y él ya parecer haberse convertido en uno de estos guardias nocturnos, solo que no debe cumplir órdenes de nadie. Y cuando regreso a la mañana, lo encuentro dormitando en uno de los sofá que hay debajo. Te agradecería cualquier ayuda que pudieras darle, porque aunque es un buen hombre, me deja intranquilo que venga todos los días...-explicó el anciano y señaló-Si ellos pueden ayudar, mejor. Podréis quedaros gratis esta noche-
Grisham se volteó al pié de la escalera, dando unos pasos hacia atrás. Observó con una leve sonrisa a la niña. Él tenía mejor vista que Amos, y notó que no era una niña común, sino un vampiresa.
-Un placer, lady Alexandra-respondió la reverencia el hombre. -No ha oído mal-sonrió levemente y señaló hacia los sillones que estaban junto a la chimenea. La sala era grande, circular. Habían varias estatuas de diversas razas allí, los estantes estaban pegados a la pared, y unos cuantos ubicados paralelamente al extremo opuesto de la comodidad.
Habian un par de mesas y mullidas sillas para relajarse a leer, con candelabros y pergaminos y tinteros para tomar apuntes. Grisham tenía una mesa especial, y el lugar más cómodo junto al fuego. Allí tenía varios pergaminos, tapados con el libro que leía. Habían un par de tazones y botellas de bebidas, además de una bandeja con pastelillos.
Extendió la mano hacia los sillones y dijo. Miró hacia arriba de las escaleras para ver si alguien más vendría pero notó cierta atracción en la mirada del vampiro y tuvo la vaga idea de que aparecería en algún momento, por lo que decidió no cerrar la puerta aún.
-Adelante, os guiaré a donde desees señorita Alexandra. Soy Grisham Engeruc, extrañado de que no me conozcas-habló y se dirigió a sentarse a uno de lo sillones. Saludó con la mirada al hombre que acompañaba a la vampiresa y le señaló un asiento tambíen. Una vez que se acomodó, cruzando sus piernas y apoyando los codos en los apoyabrazos del sillón donde estaba, previamente dejando los pergaminos y libro sobre su regazo, dijo-Respecto a lo que has dicho antes. Puedo darte una interesante experiencia...- empezó, pero alguien le interrumpió cuando escuchó ruido en la escalera. Esperaba que se tratara del vampiro.
-Así que se puede pasar noche y día en este lugar, ¿cierto? Así lo haré. Vamos "padre"-habló nuevamente la niña. Amos negó con la cabeza, lanzando una mirada de reproche hacia Grisham.La niña se dirigió rápida y curiosa a las escaleras por donde bajaba el hombre de traje elegante. El bibliotecario no era descortés, y si bien se sintió incómodo con los susurros del curioso vampiro por los mitos, respondió una vez que la pequeña se alejó.
-Verás...-empezó pero pareció ocurrírsele una idea y con una sonrisa, prosiguió-Este hombre, Grisham, es un mago reconocido en Lunargenta. Va y viene, es artesano también. Hace días que viene a la biblioteca a leer libros y pasa noches enteras a leer. Como es alguien confiable, paga una buena cantidad de aeros para quedarse. Cuando debo retirarme a mi hogar, se quedan un par de guardias de la ciudad a custodiar, y él ya parecer haberse convertido en uno de estos guardias nocturnos, solo que no debe cumplir órdenes de nadie. Y cuando regreso a la mañana, lo encuentro dormitando en uno de los sofá que hay debajo. Te agradecería cualquier ayuda que pudieras darle, porque aunque es un buen hombre, me deja intranquilo que venga todos los días...-explicó el anciano y señaló-Si ellos pueden ayudar, mejor. Podréis quedaros gratis esta noche-
Grisham se volteó al pié de la escalera, dando unos pasos hacia atrás. Observó con una leve sonrisa a la niña. Él tenía mejor vista que Amos, y notó que no era una niña común, sino un vampiresa.
- Habitación de los mitos :
- Biblioteca:
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- Sillones y chimenea:
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-Un placer, lady Alexandra-respondió la reverencia el hombre. -No ha oído mal-sonrió levemente y señaló hacia los sillones que estaban junto a la chimenea. La sala era grande, circular. Habían varias estatuas de diversas razas allí, los estantes estaban pegados a la pared, y unos cuantos ubicados paralelamente al extremo opuesto de la comodidad.
Habian un par de mesas y mullidas sillas para relajarse a leer, con candelabros y pergaminos y tinteros para tomar apuntes. Grisham tenía una mesa especial, y el lugar más cómodo junto al fuego. Allí tenía varios pergaminos, tapados con el libro que leía. Habían un par de tazones y botellas de bebidas, además de una bandeja con pastelillos.
Extendió la mano hacia los sillones y dijo. Miró hacia arriba de las escaleras para ver si alguien más vendría pero notó cierta atracción en la mirada del vampiro y tuvo la vaga idea de que aparecería en algún momento, por lo que decidió no cerrar la puerta aún.
-Adelante, os guiaré a donde desees señorita Alexandra. Soy Grisham Engeruc, extrañado de que no me conozcas-habló y se dirigió a sentarse a uno de lo sillones. Saludó con la mirada al hombre que acompañaba a la vampiresa y le señaló un asiento tambíen. Una vez que se acomodó, cruzando sus piernas y apoyando los codos en los apoyabrazos del sillón donde estaba, previamente dejando los pergaminos y libro sobre su regazo, dijo-Respecto a lo que has dicho antes. Puedo darte una interesante experiencia...- empezó, pero alguien le interrumpió cuando escuchó ruido en la escalera. Esperaba que se tratara del vampiro.
Ansur
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
-Verás...--Este hombre, Grisham, es un mago reconocido en Lunargenta. Va y viene, es artesano también. Hace días que viene a la biblioteca a leer libros y pasa noches enteras a leer. Como es alguien confiable, paga una buena cantidad de aeros para quedarse. Cuando debo retirarme a mi hogar, se quedan un par de guardias de la ciudad a custodiar, y él ya parecer haberse convertido en uno de estos guardias nocturnos, solo que no debe cumplir órdenes de nadie. Y cuando regreso a la mañana, lo encuentro dormitando en uno de los sofás que hay debajo. Te agradecería cualquier ayuda que pudieras darle, porque aunque es un buen hombre, me deja intranquilo que venga todos los días...--Si ellos pueden ayudar, mejor. Podréis quedaros gratis esta noche-
Solo bastó un par de segundos para darme cuenta de que me había metido en un callejón sin salida y como víctima de la curiosidad de un pequeño felino había sucumbido ante la tentación de una bocanada de leche, suave leche de color sanguinolento. Solo le hice un gesto a aquel hombre y fui tras la pequeña niña que ya había dejado de sentirse producto de haber bajado las escaleras. Al llegar al pie de ella miré hacia abajo y comencé a caminar, cada peldaño se hacía más jugoso y la emoción de una entretenida tarde de cuenta cuentos y movimientos de historias se alzaba en mi cerebro como manjar de finas frutas dulces.
Al llegar abajo y notar el panorama cerré la puerta tras de mí y percibí lo hermoso que era el lugar, pero cuando me di cuenta todos estaban reunidos y pasando junto a las personas ubicadas allí abajo me senté en uno de los asientos libres y pronuncié con suavidad sin sonar prepotente -No empiecen sin sus mayores.
Aquella frase la dije mirando a cualquier lado, sin un punto en específico, pero eso cambió cuando terminé la frase e inmediatamente me posicioné en el viejo mago a mi derecha, volví a ignorar a la pequeña vampiresa y su mayordomo curioso para centrarme netamente en lo que aquel hombre tenía que decir y si no hablaba pronto iría tras él y le abriría una segunda boca para que comenzara a hablar. Lo siento pensé, pero la curiosidad de este felino negro podía aún más que mi insana cordura.
Solo bastó un par de segundos para darme cuenta de que me había metido en un callejón sin salida y como víctima de la curiosidad de un pequeño felino había sucumbido ante la tentación de una bocanada de leche, suave leche de color sanguinolento. Solo le hice un gesto a aquel hombre y fui tras la pequeña niña que ya había dejado de sentirse producto de haber bajado las escaleras. Al llegar al pie de ella miré hacia abajo y comencé a caminar, cada peldaño se hacía más jugoso y la emoción de una entretenida tarde de cuenta cuentos y movimientos de historias se alzaba en mi cerebro como manjar de finas frutas dulces.
Al llegar abajo y notar el panorama cerré la puerta tras de mí y percibí lo hermoso que era el lugar, pero cuando me di cuenta todos estaban reunidos y pasando junto a las personas ubicadas allí abajo me senté en uno de los asientos libres y pronuncié con suavidad sin sonar prepotente -No empiecen sin sus mayores.
Aquella frase la dije mirando a cualquier lado, sin un punto en específico, pero eso cambió cuando terminé la frase e inmediatamente me posicioné en el viejo mago a mi derecha, volví a ignorar a la pequeña vampiresa y su mayordomo curioso para centrarme netamente en lo que aquel hombre tenía que decir y si no hablaba pronto iría tras él y le abriría una segunda boca para que comenzara a hablar. Lo siento pensé, pero la curiosidad de este felino negro podía aún más que mi insana cordura.
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off: supongo que ya podemos escribir más corto para agilizar el rol
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
No pude evitar sentirme algo maravillada al entrar en la sala al bajar las escaleras, con exquisitos detalles, los cuales decoraban un interior bien distribuido de madera oscura encerada. A parte de libros, pergaminos y objetos de todo tipo, en el centro se encontraba una esfera levitante por medio de algún conjuro mágico y, sobre ella, un lustre de delicados acabados.
Me encontré a mi misma observando con asombro y fingí que ello nunca había pasado, notando cómo las mejillas se sonrosaban poco a poco. Agarré un libro de la estantería más cercana, el primero que más llamase mi atención, y con elegancia me senté en uno de los asientos cuales Grisham Engeruc me ofrecía. Sebastian, como siempre, adoptó una posición de guardaespaldas al lado derecho de mi espalda, teniendo presente la entrada como un posible acceso a enemigos que él mismo imaginaba y de los cuales debía de protegerme.
- Me apena, pero no, no le conozco, señor Gricham. Aunque sí he de admitir que despertó mi curiosidad el tema que me propone, el de una experiencia interesante... Después de todo, las experiencias que logren entretenerme son la fuente de mi existencia. - traté de ser elocuente, pero de la nada fuimos interrumpidos.
El vampiro mal educado, el cual no es capaz de un simple saludo por primitivo que fuese, se unió descaradamente a nuestra conversación, haciendo parecer aquello más una competición que una charla civilizada. Le dediqué una mirada entrecerrada y elevé más aún mi barbilla. No sabría explicarlo, pero a pesar de su arrogancia no parecía ser un vampiro con varias décadas a su paso... - Los "mayores" ya estaban presentes antes de que usted viniese. -
Me encontré a mi misma observando con asombro y fingí que ello nunca había pasado, notando cómo las mejillas se sonrosaban poco a poco. Agarré un libro de la estantería más cercana, el primero que más llamase mi atención, y con elegancia me senté en uno de los asientos cuales Grisham Engeruc me ofrecía. Sebastian, como siempre, adoptó una posición de guardaespaldas al lado derecho de mi espalda, teniendo presente la entrada como un posible acceso a enemigos que él mismo imaginaba y de los cuales debía de protegerme.
- Me apena, pero no, no le conozco, señor Gricham. Aunque sí he de admitir que despertó mi curiosidad el tema que me propone, el de una experiencia interesante... Después de todo, las experiencias que logren entretenerme son la fuente de mi existencia. - traté de ser elocuente, pero de la nada fuimos interrumpidos.
El vampiro mal educado, el cual no es capaz de un simple saludo por primitivo que fuese, se unió descaradamente a nuestra conversación, haciendo parecer aquello más una competición que una charla civilizada. Le dediqué una mirada entrecerrada y elevé más aún mi barbilla. No sabría explicarlo, pero a pesar de su arrogancia no parecía ser un vampiro con varias décadas a su paso... - Los "mayores" ya estaban presentes antes de que usted viniese. -
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
A pesar de la penumbra, el vampiro que bajaba las escaleras pudo ver que Grisham alzaba la vista sonriente. Pero frunció el ceño cuando la pequeña vampiresa hizo el comentario. Arqueó las cejas y miró al padre.
-Tu hija no sabe mucho de respecto hacia los mayores, ¿cierto?-no permitió que respondiera y esperó a que el recién llegado tomara asiento en un lugar que indicó.
Antes de retomar la conversación, se levantó de su asiento dejando los pergaminos y libro en su asiento. Se pudo ver que la tapa del libro no tenía título alguno. El hombre se dirigió a un estante cercano, donde había una caja, y allí tomó tres copas y una botella que posteriormente acercó a la mesita entre los sillones y sirvió una sustancia líquida incolora. Tardó un rato, pero finalmente dejó una de las copas cerca de él y las otras dos las tendió, a la niña y al vampiro que aún no se presentaba.
-Grisham Engeruc, guía de vuestro recorrido por los mitos más curiosos de la historia de Aerandir...-comentó con gracia y olió la bebida que tenía. Se tornó de un color verdoso-Temo que para tu padre, no habrá bebida. A menos que no quieras que la niña aprenda...-dijo al hombre con seriedad-Solo quedaba para tres, y no creo que quieran despreciarme la bebida. Es sangre-dijo. El sabor de la bebida, tendría sabor a quien apreciaban más en la vida, claramente de quienes hubieran bebido. El contenido de las copas de la los vampiros, se tornaría de agua a sangre, con un apetitoso aroma para ellos. El brujo sonríe a la espera de que beban, sin dar importancia a la expresión del mayordomo de la vampiresa-Os mostraré un camino del que llevo noches recorriendo en busca de respuestas-explicó y bebió de su copa. Tomó su libro sobre los pergaminos en el regazo y lo abrió en la primera página, que estaba en blanco, pero éste dijo alzando la vista-Pero hasta que no bebáis el elixir del conocimiento... No podré mostraros nada. Confiad en mí-dijo. Su mirada era sincera y de entusiasmo por enseñar a ambos vampiros un camino que prometía bastante.
-Tu hija no sabe mucho de respecto hacia los mayores, ¿cierto?-no permitió que respondiera y esperó a que el recién llegado tomara asiento en un lugar que indicó.
Antes de retomar la conversación, se levantó de su asiento dejando los pergaminos y libro en su asiento. Se pudo ver que la tapa del libro no tenía título alguno. El hombre se dirigió a un estante cercano, donde había una caja, y allí tomó tres copas y una botella que posteriormente acercó a la mesita entre los sillones y sirvió una sustancia líquida incolora. Tardó un rato, pero finalmente dejó una de las copas cerca de él y las otras dos las tendió, a la niña y al vampiro que aún no se presentaba.
-Grisham Engeruc, guía de vuestro recorrido por los mitos más curiosos de la historia de Aerandir...-comentó con gracia y olió la bebida que tenía. Se tornó de un color verdoso-Temo que para tu padre, no habrá bebida. A menos que no quieras que la niña aprenda...-dijo al hombre con seriedad-Solo quedaba para tres, y no creo que quieran despreciarme la bebida. Es sangre-dijo. El sabor de la bebida, tendría sabor a quien apreciaban más en la vida, claramente de quienes hubieran bebido. El contenido de las copas de la los vampiros, se tornaría de agua a sangre, con un apetitoso aroma para ellos. El brujo sonríe a la espera de que beban, sin dar importancia a la expresión del mayordomo de la vampiresa-Os mostraré un camino del que llevo noches recorriendo en busca de respuestas-explicó y bebió de su copa. Tomó su libro sobre los pergaminos en el regazo y lo abrió en la primera página, que estaba en blanco, pero éste dijo alzando la vista-Pero hasta que no bebáis el elixir del conocimiento... No podré mostraros nada. Confiad en mí-dijo. Su mirada era sincera y de entusiasmo por enseñar a ambos vampiros un camino que prometía bastante.
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
Al llegar al lugar oí las palabras de la muchacha, no pude evitar reírme, un par de segundos más tardes el propio mago respondió y reprendió a la jovencita. --Tu hija no sabe mucho de respeto hacia los mayores, ¿cierto?- Me senté y le hablé a ambos dos frases, cortas pero precisas, primero con el viejo y luego con la pequeña. -No te preocupes mago, estoy acostumbrado con los vampiros más jóvenes, muchos de ellos no conocen de mis historias - Hice una pausa para lanzar una pregunta o un comentario con el tono y el rostro mucho más serio luego de la risa que me produjo la muchacha - Aunque parece que tú si me conocieras -
Finalmente y luego de una pausa mayor me dirigí a la muchacha - Probablemente podría triplicar la edad de los tres juntos - Le sonreí y luego me dirigí a lo preciso, no quería más ahondar en aquello. Vi como el mago Grisham se puso de pie dejando lo que llevaba en el asiento y se dirigió hacia un estante y trajo consigo tres copas y una botella para beber, se dejó una copa para él y otras dos para la muchacha y para mí, para el otro hombre no había nada.
-Grisham Engeruc, guía de vuestro recorrido por los mitos más curiosos de la historia de Aerandir...-Comentó aquel hombre... por alguna razón su voz no me agradaba pero su elocuencia era de lo más curiosa. Aunque más curioso fue lo que sucedió después, la bebida incolora se tornó verde y éste bebió, al parecer era un objeto mágico-Temo que para tu padre, no habrá bebida. A menos que no quieras que la niña aprenda...-
-Solo quedaba para tres, y no creo que quieran despreciarme la bebida. Es sangre- El líquido en el interior de la copa de cada uno de nosotros cambió de color a la sangre, pensé para mis adentros que me gustaría tener uno de esos. Bebí de la copa y noté la diferencia, era la sangre de mi mujer, deprisa me levanté del asiento para hacerle saber que eso me había sorprendido, estaba algo molesto. Por un momento se me pasó por la cabeza que había conseguido su sangre de alguna manera, pero eso no podía ser posible, no había ninguna relación aquí más que el azar... o eso creía. Pero el brujo continuó hablando, al parecer ignoró mi exabrupto y me volví a sentar. Seguí bebiendo de la copa.
-Os mostraré un camino del que llevo noches recorriendo en busca de respuestas--Pero hasta que no bebáis el elixir del conocimiento... No podré mostraros nada. Confiad en mí-
Admito que su frase me dio curiosidad, tanta que me apresuré a seguir bebiendo, por alguna razón sentí nostalgia de mi humana, había pasado algunos días de viaje preparando algo, de seguro le molestaba que me moviera tanto de un lugar al otro, pero siempre me recibía cálidamente entre sus brazos en nuestra cama, con su sangre en mi poder podía sentir hasta su olor, pero mi rostro no mostraba el más mínimo registro de emocionalidad, había logrado entrenarme por siglos para eso. Decidí que guardaría mi identidad por un tiempo, al parecer el hombre sabía más que yo y eso no me agradaba, probablemente más tarde le diría quien era, por ahora pasaría por alto que no me he presentado, a no ser que el sujeto me pregunte quien soy. Finalmente me bebí la sangre y esperé
Finalmente y luego de una pausa mayor me dirigí a la muchacha - Probablemente podría triplicar la edad de los tres juntos - Le sonreí y luego me dirigí a lo preciso, no quería más ahondar en aquello. Vi como el mago Grisham se puso de pie dejando lo que llevaba en el asiento y se dirigió hacia un estante y trajo consigo tres copas y una botella para beber, se dejó una copa para él y otras dos para la muchacha y para mí, para el otro hombre no había nada.
-Grisham Engeruc, guía de vuestro recorrido por los mitos más curiosos de la historia de Aerandir...-Comentó aquel hombre... por alguna razón su voz no me agradaba pero su elocuencia era de lo más curiosa. Aunque más curioso fue lo que sucedió después, la bebida incolora se tornó verde y éste bebió, al parecer era un objeto mágico-Temo que para tu padre, no habrá bebida. A menos que no quieras que la niña aprenda...-
-Solo quedaba para tres, y no creo que quieran despreciarme la bebida. Es sangre- El líquido en el interior de la copa de cada uno de nosotros cambió de color a la sangre, pensé para mis adentros que me gustaría tener uno de esos. Bebí de la copa y noté la diferencia, era la sangre de mi mujer, deprisa me levanté del asiento para hacerle saber que eso me había sorprendido, estaba algo molesto. Por un momento se me pasó por la cabeza que había conseguido su sangre de alguna manera, pero eso no podía ser posible, no había ninguna relación aquí más que el azar... o eso creía. Pero el brujo continuó hablando, al parecer ignoró mi exabrupto y me volví a sentar. Seguí bebiendo de la copa.
-Os mostraré un camino del que llevo noches recorriendo en busca de respuestas--Pero hasta que no bebáis el elixir del conocimiento... No podré mostraros nada. Confiad en mí-
Admito que su frase me dio curiosidad, tanta que me apresuré a seguir bebiendo, por alguna razón sentí nostalgia de mi humana, había pasado algunos días de viaje preparando algo, de seguro le molestaba que me moviera tanto de un lugar al otro, pero siempre me recibía cálidamente entre sus brazos en nuestra cama, con su sangre en mi poder podía sentir hasta su olor, pero mi rostro no mostraba el más mínimo registro de emocionalidad, había logrado entrenarme por siglos para eso. Decidí que guardaría mi identidad por un tiempo, al parecer el hombre sabía más que yo y eso no me agradaba, probablemente más tarde le diría quien era, por ahora pasaría por alto que no me he presentado, a no ser que el sujeto me pregunte quien soy. Finalmente me bebí la sangre y esperé
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off rol: Perdón la tardanza, no había visto que ya habían respondido D:
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
Al final resultó que yo era la mala de la historia, y no el entrometido que sin presentación alguna se había inmiscuido en nuestra conversación. ¿Acaso el mundo se había puesto del revés? Y no solo eso, sino que decidió burlarse de mi persona... Si no fuese por la atenta mirada de Sebastian ya habría dejado libre mi cólera, la cual supe ocultar como una dama ha de hacer. Y encima ahora querían desprotegerse dejando de lado al único ser que impedía una catástrofe... Pero por mí bien. - Ignoraré las ofensas y aceptaré la copa. - respondí con voz monótona.
A pesar de que se dirigiesen al dragón, de poco les serviría, pues no contestaría a no ser que lo viese necesario y, lo cierto, es que no lo era. Observó con severidad las copas y prestó atención a las palabras del anciano. Entonces, desconfiado, me lanzó una mirada preocupada a la cual respondí con una leve sonrisa y un casi imperceptible asentimiento de cabeza. Él se ocuparía de vigilar mi cuerpo.
Acerqué la copa a mi nariz y absorbí su aroma con delicadeza en el preciso momento en el cual el agua se teñía de carmesí. Disfruté de la sensación con los ojos cerrados, notando el leve pero perceptible toque dulce de sangre de dragón. Tomé un sorbo y lo reconocí de inmediato: el sabor de Sebastian. A la vez, el hombre de al lado mío se levantó sorprendido. Ese mismo que se comportaba de forma tan extraña a mi parecer, y al cual tenía la sensación de que debía conocer. El tipo impertinente...
Como supuse que debía de hacer, terminé por completo el líquido rojizo, sin perder mi toque delicado y personal. Para entonces, el vampiro sin nombre también había ya terminado con su bebida y parecíamos estar esperando a que ella surgiese su efecto. - Es de buen ver presentarse ante las personas con las cuales se comparte un momento tan íntimo. - solté con un sonrisa educada, pero sin olvidarme de un diminuto toque de acidez. Después de todo, ese era el mayor don de los seres de la noche.
(Off rol: Trataré de no repetirme demasiado, al ser la última, así que no entraré en detalles muy rebuscados si no hay problema ^^)
A pesar de que se dirigiesen al dragón, de poco les serviría, pues no contestaría a no ser que lo viese necesario y, lo cierto, es que no lo era. Observó con severidad las copas y prestó atención a las palabras del anciano. Entonces, desconfiado, me lanzó una mirada preocupada a la cual respondí con una leve sonrisa y un casi imperceptible asentimiento de cabeza. Él se ocuparía de vigilar mi cuerpo.
Acerqué la copa a mi nariz y absorbí su aroma con delicadeza en el preciso momento en el cual el agua se teñía de carmesí. Disfruté de la sensación con los ojos cerrados, notando el leve pero perceptible toque dulce de sangre de dragón. Tomé un sorbo y lo reconocí de inmediato: el sabor de Sebastian. A la vez, el hombre de al lado mío se levantó sorprendido. Ese mismo que se comportaba de forma tan extraña a mi parecer, y al cual tenía la sensación de que debía conocer. El tipo impertinente...
Como supuse que debía de hacer, terminé por completo el líquido rojizo, sin perder mi toque delicado y personal. Para entonces, el vampiro sin nombre también había ya terminado con su bebida y parecíamos estar esperando a que ella surgiese su efecto. - Es de buen ver presentarse ante las personas con las cuales se comparte un momento tan íntimo. - solté con un sonrisa educada, pero sin olvidarme de un diminuto toque de acidez. Después de todo, ese era el mayor don de los seres de la noche.
(Off rol: Trataré de no repetirme demasiado, al ser la última, así que no entraré en detalles muy rebuscados si no hay problema ^^)
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
El hechicero miró extrañado a la vampira y lanzó una mirada de recelo a su mayordomo. Abrió la boca para decir algo, pero prefirió callar y proseguir después de verlos beber el contenido de la copa. Al terminar, miró al vampiro:
-Es verdad que no te has presentado. Tal vez pueda surgir algún peligro si no sé quien eres...-habló Grisham con un tono bromista y rió de si mismo, pero sus ojos indicaban que hablaba en serio. Una vez que se presentara, abriría el libro que tenía en su regazo a la primer página.
Las llamas de las lamparas de aceite y candelabros del lugar titilaron hasta dejar casi en penumbras a la sala, y todos pudieron sentir dos ráfagas de viento leve, que pudo hacerles estremecer la piel a los vampiros. El brujo miró hacia las débiles motas de luces frunciendo el entrecejo, extrañado.
-Vaya, si se apagan, habrá que encenderlas porque dificultaría el viaje a estas magníficas letras....-habló sonriendo pero se notaba que tenía piel de gallina.
Pero las luces volvieron a la normalidad a los pocos segundos, después de que la sala hubiera quedado casi a completa oscuridad.
-Ahora que todo está normal nuevamente... tendremos que seguir unos pasos. Este libro-dice Grisham mirando la primera página, que no tenía título, pero si un texto con runas a los márgenes y que parecían soltar débiles brillos-A ambos lados de esta chimenea, donde las lamparas de aceite, hay dos palancas. Solo hay que bajarlas y daría lugar a una entrada. A la primera del edificio. ¿Será verdad?. Dicen que hay que bajarlas a ambas a la vez. Aun con mi telekinesis, no lo he logrado. Por ello, no he podido seguir siquiera el primer paso para descubrir estos misterios-explicaría el brujo. Miraría al acompañante de Alexandra y diría.
-Temo que solo iremos los tres, tú puedes quedarte-diría y se levantaría de su asiento con el libro en las manos, y dejaría los pergaminos en un estante y miraría a amos vampiros a espera de que llevaran a cabo el primer movimiento.
-Es verdad que no te has presentado. Tal vez pueda surgir algún peligro si no sé quien eres...-habló Grisham con un tono bromista y rió de si mismo, pero sus ojos indicaban que hablaba en serio. Una vez que se presentara, abriría el libro que tenía en su regazo a la primer página.
Las llamas de las lamparas de aceite y candelabros del lugar titilaron hasta dejar casi en penumbras a la sala, y todos pudieron sentir dos ráfagas de viento leve, que pudo hacerles estremecer la piel a los vampiros. El brujo miró hacia las débiles motas de luces frunciendo el entrecejo, extrañado.
-Vaya, si se apagan, habrá que encenderlas porque dificultaría el viaje a estas magníficas letras....-habló sonriendo pero se notaba que tenía piel de gallina.
Pero las luces volvieron a la normalidad a los pocos segundos, después de que la sala hubiera quedado casi a completa oscuridad.
-Ahora que todo está normal nuevamente... tendremos que seguir unos pasos. Este libro-dice Grisham mirando la primera página, que no tenía título, pero si un texto con runas a los márgenes y que parecían soltar débiles brillos-A ambos lados de esta chimenea, donde las lamparas de aceite, hay dos palancas. Solo hay que bajarlas y daría lugar a una entrada. A la primera del edificio. ¿Será verdad?. Dicen que hay que bajarlas a ambas a la vez. Aun con mi telekinesis, no lo he logrado. Por ello, no he podido seguir siquiera el primer paso para descubrir estos misterios-explicaría el brujo. Miraría al acompañante de Alexandra y diría.
-Temo que solo iremos los tres, tú puedes quedarte-diría y se levantaría de su asiento con el libro en las manos, y dejaría los pergaminos en un estante y miraría a amos vampiros a espera de que llevaran a cabo el primer movimiento.
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
-Es verdad que no te has presentado. Tal vez pueda surgir algún peligro si no sé quién eres...-
Tanto la vampiresa como el brujo me pidieron mi nombre y no estaba seguro de si entregárselos o mentirles. Pues un nombre puede significar mucho, el temor de algunos o la idolatría de otros, por eso usualmente usaba el nombre de aquellas victimas mías o de otros que no pudieron seguir adelante, porque todo el mundo buscar ser un nombre, todos quieren ser alguien. Me detuve un par de segundos mirando la nada luego de haber bebido aquella copa hasta que decidí decirles mi nombre -Lo siento, tienen razón. Mi nombre es Drake, mucho gusto - Desconocía el hecho de si sabían mi nombre o de mis hazañas, si conocían la historia de la guerra contra los dragones y su posterior "casi" extinción, o de la lucha contra los humanos acompañados de los bios que casi aniquilaron la civilización en Aerandir. Sin duda alguna yo había participado en eso hace tantos siglos y estaba casi seguro de que en esta gran biblioteca había escritos sobre los sujetos o los nombres que usé a lo largo de mi camino. Santiago, Drake, Eckard, Dennis y tantos otros nombres que emulé para esconderme en las sombras y poder mover y contar las historias, pero eso ya había sido el pasado y la gente que vivió aquello o estaba muerta o había bebido de los dragones primigenios.
Una vez que me presenté el Brujo abrió el libro y las flamas de todos los aparatos incandescentes titilaron al punto casi de la aniquilación, entonces un viento cruzó el salón y pude sentirlo en mis huesos, como la corriente efímera de los problemas que pronto sucederían, no pude evitar estremecerme por aquello, pero mantuve la seriedad desde el inicio y esta no se iría hasta que algo preocupante sucediera.-Vaya, si se apagan, habrá que encenderlas porque dificultaría el viaje a estas magníficas letras....- Su sonrisa fue marcada en su boca pero por alguna razón sentí que nos escondía algo importante.
Unos segundos más tarde las luces volvieron y el hombre volvió a hablar -Ahora que todo está normal nuevamente... tendremos que seguir unos pasos. Este libro.A ambos lados de esta chimenea, donde las lámparas de aceite, hay dos palancas. Solo hay que bajarlas y daría lugar a una entrada. A la primera del edificio. ¿Será verdad? Dicen que hay que bajarlas a ambas a la vez. Aun con mi telekinesis, no lo he logrado. Por ello, no he podido seguir siquiera el primer paso para descubrir estos misterios- luego se dirigió al acompañante de la muchacha el cual tampoco se ha presentado y se dirigió a él con algunas palabras -Temo que solo iremos los tres, tú puedes quedarte-
Grisham se puso de pie y nos observó. No entendí muy bien que quería pero me puse de pie y me moví a la chimenea para buscar una especie de palanca y cuando la encontré tan solo dije - Bueno, dinos que hay que hacer y pongámonos manos a la obra.
Tanto la vampiresa como el brujo me pidieron mi nombre y no estaba seguro de si entregárselos o mentirles. Pues un nombre puede significar mucho, el temor de algunos o la idolatría de otros, por eso usualmente usaba el nombre de aquellas victimas mías o de otros que no pudieron seguir adelante, porque todo el mundo buscar ser un nombre, todos quieren ser alguien. Me detuve un par de segundos mirando la nada luego de haber bebido aquella copa hasta que decidí decirles mi nombre -Lo siento, tienen razón. Mi nombre es Drake, mucho gusto - Desconocía el hecho de si sabían mi nombre o de mis hazañas, si conocían la historia de la guerra contra los dragones y su posterior "casi" extinción, o de la lucha contra los humanos acompañados de los bios que casi aniquilaron la civilización en Aerandir. Sin duda alguna yo había participado en eso hace tantos siglos y estaba casi seguro de que en esta gran biblioteca había escritos sobre los sujetos o los nombres que usé a lo largo de mi camino. Santiago, Drake, Eckard, Dennis y tantos otros nombres que emulé para esconderme en las sombras y poder mover y contar las historias, pero eso ya había sido el pasado y la gente que vivió aquello o estaba muerta o había bebido de los dragones primigenios.
Una vez que me presenté el Brujo abrió el libro y las flamas de todos los aparatos incandescentes titilaron al punto casi de la aniquilación, entonces un viento cruzó el salón y pude sentirlo en mis huesos, como la corriente efímera de los problemas que pronto sucederían, no pude evitar estremecerme por aquello, pero mantuve la seriedad desde el inicio y esta no se iría hasta que algo preocupante sucediera.-Vaya, si se apagan, habrá que encenderlas porque dificultaría el viaje a estas magníficas letras....- Su sonrisa fue marcada en su boca pero por alguna razón sentí que nos escondía algo importante.
Unos segundos más tarde las luces volvieron y el hombre volvió a hablar -Ahora que todo está normal nuevamente... tendremos que seguir unos pasos. Este libro.A ambos lados de esta chimenea, donde las lámparas de aceite, hay dos palancas. Solo hay que bajarlas y daría lugar a una entrada. A la primera del edificio. ¿Será verdad? Dicen que hay que bajarlas a ambas a la vez. Aun con mi telekinesis, no lo he logrado. Por ello, no he podido seguir siquiera el primer paso para descubrir estos misterios- luego se dirigió al acompañante de la muchacha el cual tampoco se ha presentado y se dirigió a él con algunas palabras -Temo que solo iremos los tres, tú puedes quedarte-
Grisham se puso de pie y nos observó. No entendí muy bien que quería pero me puse de pie y me moví a la chimenea para buscar una especie de palanca y cuando la encontré tan solo dije - Bueno, dinos que hay que hacer y pongámonos manos a la obra.
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
Hombre, al fin habíamos coincidido en algo, y ese algo fue el nombre del que iba a ser mi "compañero". Y al fin, aunque dudase de que fuese por mi petición, se presentó. Y bueno, lo que pasó después... Bastará con decir que fue algo, cuanto menos, repentino...
Al ser abierto el libro, una extraña ráfaga recorrió no solo la habitación, sino mi cuerpo también, haciendo que las velas perdiesen las llamas que iluminaban el rincón. Sí, ¡la brisa recorrió mi cuerpo! ¿Hacía cuantos años que no notaba esa sensación? Demasiados para ser contados tal vez, y es que el viento no era algo que pudiese afectarme desde... Bueno, desde que renací. Se me pusieron los pelos de punta, y Sebastian pudo notarlo pero que muy bien.
Después de unos instantes todo volvió a la normalidad, al igual que la luz volvió a iluminar nuestras miradas. Ignorando lo pasado, como si aquello no fuese más que el inicio de algo mayor, el hombre nos ofreció una corta explicación de lo que hacer a continuación, aunque no continuó explicando sobre el destino de esta aventura, lo cual más me interesaba. Di un paso hacia adelante, levantándome del sillón.
- Lady Alexandra, no permitiré que vaya sin mi protección. Y menos aún sin saber a dónde lleva ese lugar... - Mi mirada reposó en nuestras manos, ahora unidas, y coloqué la que quedó libre sobre el apretón. - Sebastian, una vez más, te equivocas. - respondí con una dulce sonrisa. - Olvidas que, a pesar de no parecerlo, puedo cuidar de mí misma. Iré y esta es mi última palabra. - Entonces levanté nuestras manos y besé el dorso de la de mi dragón, antes de soltarla con delicadeza, para dirigirme hacia la chimenea. Lo cierto es que pensé que, después de beber tan extraña poción, sería capaz de abandonar mi cuerpo para viajar a un mundo de ensueños o algo parecido, pero si ese no era su efecto y debía de caminar, qué se le iba a hacer.
- No me agradan los hombres sin iniciativa... - comenté con acidez, pero con una sonrisa en los labios. Busqué la palanca de la que debía hacerme cargo y, una vez encontrada, la inspeccioné con los dedos. - Drake... - tuteé, pues el lo hacía desde el inicio, ignorando si sería de buena o mala educación. Al parecer se creía más que los demás por algún motivo, pero eso lo aclararía después. - Si lo que hemos de hacer es accionarlas al mismo tiempo, esta es la tarea indicada para "nosotros". - dejé relucir de forma sutil la naturaleza de nuestra raza. Al hacerlo, le dediqué un rápido vistazo al anciano. De todas formas parecía saber más de lo que él mismo indicaba, así que dudaba que ello fuese una sorpresa para él. - Puede oír el tik tak del reloj, ¿verdad? - dije refiriéndome al reloj de madera oscura que reposaba a la izquierda de la habitación. - Al décimo sonido accionaremos el mecanismo. Espero que no le suceda nada a su oído, pues debemos ser precisos. - Después de todo, el buen oído de los vampiros nos resultaría como una gran ventaja en esta ocasión. - Desde... Ahora. - Esperé, y al décimo movimiento de las agujas del reloj bajé la palanca, esperando que ello surgiese efecto, además de que el "descarado" siguiese el plan.
(Off rol: Espero no haberme equivocado al pensar que debíamos buscar un modo de proceder ante el problema que nos fue presentado. Cualquier cosa bastará con avisarme para que lo edite. ^^ Y enserio Drake, no te tomes a mal la forma de pensar de Alex xDD Lo siento xDD)
Al ser abierto el libro, una extraña ráfaga recorrió no solo la habitación, sino mi cuerpo también, haciendo que las velas perdiesen las llamas que iluminaban el rincón. Sí, ¡la brisa recorrió mi cuerpo! ¿Hacía cuantos años que no notaba esa sensación? Demasiados para ser contados tal vez, y es que el viento no era algo que pudiese afectarme desde... Bueno, desde que renací. Se me pusieron los pelos de punta, y Sebastian pudo notarlo pero que muy bien.
Después de unos instantes todo volvió a la normalidad, al igual que la luz volvió a iluminar nuestras miradas. Ignorando lo pasado, como si aquello no fuese más que el inicio de algo mayor, el hombre nos ofreció una corta explicación de lo que hacer a continuación, aunque no continuó explicando sobre el destino de esta aventura, lo cual más me interesaba. Di un paso hacia adelante, levantándome del sillón.
- Lady Alexandra, no permitiré que vaya sin mi protección. Y menos aún sin saber a dónde lleva ese lugar... - Mi mirada reposó en nuestras manos, ahora unidas, y coloqué la que quedó libre sobre el apretón. - Sebastian, una vez más, te equivocas. - respondí con una dulce sonrisa. - Olvidas que, a pesar de no parecerlo, puedo cuidar de mí misma. Iré y esta es mi última palabra. - Entonces levanté nuestras manos y besé el dorso de la de mi dragón, antes de soltarla con delicadeza, para dirigirme hacia la chimenea. Lo cierto es que pensé que, después de beber tan extraña poción, sería capaz de abandonar mi cuerpo para viajar a un mundo de ensueños o algo parecido, pero si ese no era su efecto y debía de caminar, qué se le iba a hacer.
- No me agradan los hombres sin iniciativa... - comenté con acidez, pero con una sonrisa en los labios. Busqué la palanca de la que debía hacerme cargo y, una vez encontrada, la inspeccioné con los dedos. - Drake... - tuteé, pues el lo hacía desde el inicio, ignorando si sería de buena o mala educación. Al parecer se creía más que los demás por algún motivo, pero eso lo aclararía después. - Si lo que hemos de hacer es accionarlas al mismo tiempo, esta es la tarea indicada para "nosotros". - dejé relucir de forma sutil la naturaleza de nuestra raza. Al hacerlo, le dediqué un rápido vistazo al anciano. De todas formas parecía saber más de lo que él mismo indicaba, así que dudaba que ello fuese una sorpresa para él. - Puede oír el tik tak del reloj, ¿verdad? - dije refiriéndome al reloj de madera oscura que reposaba a la izquierda de la habitación. - Al décimo sonido accionaremos el mecanismo. Espero que no le suceda nada a su oído, pues debemos ser precisos. - Después de todo, el buen oído de los vampiros nos resultaría como una gran ventaja en esta ocasión. - Desde... Ahora. - Esperé, y al décimo movimiento de las agujas del reloj bajé la palanca, esperando que ello surgiese efecto, además de que el "descarado" siguiese el plan.
- Con las palancas se abren puertas y se destapan secretos olvidados... Esto se está poniendo interesante. -
(Off rol: Espero no haberme equivocado al pensar que debíamos buscar un modo de proceder ante el problema que nos fue presentado. Cualquier cosa bastará con avisarme para que lo edite. ^^ Y enserio Drake, no te tomes a mal la forma de pensar de Alex xDD Lo siento xDD)
Alexandra Adelia
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
Accionaron la palanca ambos.
Debajo de la chinmena se escuchó un ruido y ésta cedió lentamente, dejando veruna entrada de su tamaño a medida que bajaba.Grisham no dijo nada hasta que la chimenea bajó por completo e hizo señas para que entraran. Él avanzó detrás de ellos.
Adentro no se veía nada, más que una densa oscuridad.
-Adelante, yo cuidaré sus espaldas detras. Dudo que haya criatura capaz de mordernos-rió el brujo avanzando detrás de ellos.
Una vez que traspasaran la entrada en plena oscuridad, dejarian de oir el sonido de sus compañeros. Si intentaban retroceder, no habría salida. La chimenea había regresado a su lugar sin siquiera hacer ruido como cuando bajó. Se encontrarían solos.
[Drake]
Estarás solo.
Hasta que oyes el sonido de un gemido cercano. Sentirás curiosidad, ya que es el único sonido que puedes oir. Delante de tí se extiende un pasillo. La oscuridad dismninuye poco a poco. No es largo el techo de ese lugar y al final hay una puerta. De donde oyes el gemido de alguna joven asustada. "No tienes mas que abrirla y entrar" diría una voz interior.
[Alexandra]
Estarás sola.
Estarás en la misma situación que Drake, solo no oirás ningun gemido, sino una respiración de un muchacho asustado.
Debajo de la chinmena se escuchó un ruido y ésta cedió lentamente, dejando veruna entrada de su tamaño a medida que bajaba.Grisham no dijo nada hasta que la chimenea bajó por completo e hizo señas para que entraran. Él avanzó detrás de ellos.
Adentro no se veía nada, más que una densa oscuridad.
-Adelante, yo cuidaré sus espaldas detras. Dudo que haya criatura capaz de mordernos-rió el brujo avanzando detrás de ellos.
Una vez que traspasaran la entrada en plena oscuridad, dejarian de oir el sonido de sus compañeros. Si intentaban retroceder, no habría salida. La chimenea había regresado a su lugar sin siquiera hacer ruido como cuando bajó. Se encontrarían solos.
[Drake]
Estarás solo.
Hasta que oyes el sonido de un gemido cercano. Sentirás curiosidad, ya que es el único sonido que puedes oir. Delante de tí se extiende un pasillo. La oscuridad dismninuye poco a poco. No es largo el techo de ese lugar y al final hay una puerta. De donde oyes el gemido de alguna joven asustada. "No tienes mas que abrirla y entrar" diría una voz interior.
[Alexandra]
Estarás sola.
Estarás en la misma situación que Drake, solo no oirás ningun gemido, sino una respiración de un muchacho asustado.
Ansur
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
Cuando la joven y yo accionamos las palancas se escuchó un ruido bajo la chimenea la cual comenzó a moverse dejando un camino para avanzar. Grisham nos señaló con su mano que siguiéramos adelante y algo me hizo estremecer, por alguna razón supuse que no era una buena idea, pero como no podía hacer más caminé primero delante de la niña quien me siguió detrás
Ya bien adentro nada pudo observarse, ni siquiera con nuestros ojos. Dennis y yo estábamos a oscuras y aunque eso era nuestro hábitat natural, algo me hacía pensar que era una trampa. Sin más escuché la voz de Grisham que mencionó-Adelante, yo cuidaré sus espaldas detrás. Dudo que haya criatura capaz de mordernos- seguido de su risa la cual no me agradó.
Avanzamos un poco más por aquel camino pero algo me incomodó, por alguna razón dejé de escuchar los pasos de Grisham y de Alexandra tras de mi a la cual intenté llamar por su nombre -¿Alexandra? - Pensé para mis adentros que Grisham se la había llevado, levanté mi mano como si tocara al aire para sentir a Alexandra que venía tras de mí, pero no sentí nada. Estaba solo en la oscuridad o eso pensé hasta que el gemido de una mujer resonó entre mis oídos ¿De dónde provenía? al parecer lo único que quedaba era seguir adelante y eso fue lo que hice.
El ruido de la mujer se acercaba más y más y la oscuridad a mi alrededor comenzó a disminuir, me encontré con un pasillo y de frente na puerta la cual abrí lentamente luego de escuchar el sonido de la mujer. Una vez abierta la puerta percibí todo el panorama a mi alrededor.
Ya bien adentro nada pudo observarse, ni siquiera con nuestros ojos. Dennis y yo estábamos a oscuras y aunque eso era nuestro hábitat natural, algo me hacía pensar que era una trampa. Sin más escuché la voz de Grisham que mencionó-Adelante, yo cuidaré sus espaldas detrás. Dudo que haya criatura capaz de mordernos- seguido de su risa la cual no me agradó.
Avanzamos un poco más por aquel camino pero algo me incomodó, por alguna razón dejé de escuchar los pasos de Grisham y de Alexandra tras de mi a la cual intenté llamar por su nombre -¿Alexandra? - Pensé para mis adentros que Grisham se la había llevado, levanté mi mano como si tocara al aire para sentir a Alexandra que venía tras de mí, pero no sentí nada. Estaba solo en la oscuridad o eso pensé hasta que el gemido de una mujer resonó entre mis oídos ¿De dónde provenía? al parecer lo único que quedaba era seguir adelante y eso fue lo que hice.
El ruido de la mujer se acercaba más y más y la oscuridad a mi alrededor comenzó a disminuir, me encontré con un pasillo y de frente na puerta la cual abrí lentamente luego de escuchar el sonido de la mujer. Una vez abierta la puerta percibí todo el panorama a mi alrededor.
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off rol: Perdonen lo poco pero no me quería adelantar a nada.
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
Un crujido fue la señal perfecta de que habíamos superado nuestra primera "dificultad", y poco después una entrada secreta se abrió ante nosotros. - Lady Alexandra... - resonó la preocupada voz de Sebastian a mis espaldas. Le dirigí una mirada, ni dulce ni seria, algo entre estas dos más bien. No iba a dar mi mano a torcer. - Estaré bien. Tu quédate aquí a vigilar que nada ni nadie nos ataque por detrás. -
No me gustaba demasiado alejarme de mi amado dragón, pero el otro vampiro ya se me había adelantado y no entraba en mis planes perder contra alguien como él. Por ello agarré una de las lámparas de aceite de al lado de la chimenea y me adentré tras sus pasos, con el señor Grisham pisándome los talones. "No dejaría mis espaldas en sus manos... Aún habiéndome unido a su aventura, ello no significa que deba fiarme de él del todo." Dicho pensamiento sería un orgullo para Sebastian si hubiese sido testigo de él, pero solo yo y mis pensamientos lo disfrutaron. Una pena.
El estrecho camino parecía alargarse cada vez más, como si creciese a pesar de permanecer inmóvil. Como si no tuviese fin. Pero algo andaba mal... Me detuve. Me giré hacia atrás y al igual que no veía más al vampiro frente a mí el humano también había desaparecido. Por mi cabeza pasó la idea de volver hacia la entrada, pero, a pesar de la distancia, me parecía raro el no ver la luz que, ciertamente, debería de estar en su final, o inicio más bien. No había salida. - ¿Será este el efecto de la bebida...? - susurré para mí misma, empezando a especular sobre la posibilidad de estar sufriendo alucinaciones, pero algo irrumpió en mi concentración.
Traté de alumbrar el pasillo que se extendía ante mí, pero con ello la llama de su interior parpadeó y se apagó. - Maldición... - me quejé por lo bajo aprovechando mi soledad. Pero ese no era el caso, lo que más me molestaba era aquella atosigante respiración. No sabía qué era peor, si el silencio sepulcral o aquel sonido desgarrante, como si alguien tratase de inspirar un aire inexistente...
Me acerqué y abrí la puerta que me separaba del origen de mi desconcierto.
(Off: Mi intención no es contradecir, sino enfrentar el desafío que la quest nos propone, espero que todo esté en orden ^^)
No me gustaba demasiado alejarme de mi amado dragón, pero el otro vampiro ya se me había adelantado y no entraba en mis planes perder contra alguien como él. Por ello agarré una de las lámparas de aceite de al lado de la chimenea y me adentré tras sus pasos, con el señor Grisham pisándome los talones. "No dejaría mis espaldas en sus manos... Aún habiéndome unido a su aventura, ello no significa que deba fiarme de él del todo." Dicho pensamiento sería un orgullo para Sebastian si hubiese sido testigo de él, pero solo yo y mis pensamientos lo disfrutaron. Una pena.
El estrecho camino parecía alargarse cada vez más, como si creciese a pesar de permanecer inmóvil. Como si no tuviese fin. Pero algo andaba mal... Me detuve. Me giré hacia atrás y al igual que no veía más al vampiro frente a mí el humano también había desaparecido. Por mi cabeza pasó la idea de volver hacia la entrada, pero, a pesar de la distancia, me parecía raro el no ver la luz que, ciertamente, debería de estar en su final, o inicio más bien. No había salida. - ¿Será este el efecto de la bebida...? - susurré para mí misma, empezando a especular sobre la posibilidad de estar sufriendo alucinaciones, pero algo irrumpió en mi concentración.
Traté de alumbrar el pasillo que se extendía ante mí, pero con ello la llama de su interior parpadeó y se apagó. - Maldición... - me quejé por lo bajo aprovechando mi soledad. Pero ese no era el caso, lo que más me molestaba era aquella atosigante respiración. No sabía qué era peor, si el silencio sepulcral o aquel sonido desgarrante, como si alguien tratase de inspirar un aire inexistente...
Me acerqué y abrí la puerta que me separaba del origen de mi desconcierto.
(Off: Mi intención no es contradecir, sino enfrentar el desafío que la quest nos propone, espero que todo esté en orden ^^)
Alexandra Adelia
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
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Habitación donde ingresan después de abrir la puerta.
[Alexandra]
- Joven:
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Un hombre joven estaba a un rincón de la habitación, donde había una chimenea, una mesa y un sillón destartalado. Él estaba con las piernas encogidas, rodeando sus piernas con los brazos y cubriéndose el rostro entre ellos. A la vista parecía estar sufriendo un gran dolor. Delante de sus pies descalzos, había una daga con un rastro de sangre que iba hacia las muñecas de él. Sus rodillas y mangas estaban con sangre, pero no demasiada, como si no se hubiera atrevido a realizarse gran daño.
Si Alexandra se acercara, podría escuchar entre sus gemidos palabras de culpa y verguenza. Él tenía un rostro que parecía increíble que estuviera sufriendo. En sus ojos se vería el dolor que sentía, y un deseo que no admitiría, el de hablar con alguien. Apenas alzaría su cabeza para ver a quien abrió la puerta.
-Déjame... solo-susurraría pero como si fuera una lucha con su propia inconsciencia, diría mientras escondía de nuevo la cabeza entre sus brazos-Ayúdame...¿O vienes a matarme?-
El joven tiritaba, de frío y por el dolor que sentía desde que se produjera el corte. Quería soltar su dolor, expresarlo.
[Drake]
- Mujer:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Drake se encontraría en una habitación igual que a la de Alexandra. Solo que en el medio, habría una muchacha sentada de espalda a la puerta, en medio del cuarto, con un cabello rubio ondulado y un vestido azul en el cual una de sus mangas estaba desgarrada y tenía un rasguño en su hombro descubierto. Al sentir la puerta, dejó de llorar para dejar que solo las lágrimas salieran en silencio, recorriendo sus mejillas y caer sobre su regazo. Tenía las piernas encogidas hacia un costado y sus manos entrelazadas adelante.
-¿Vienes a matarme...?-preguntó con voz temblorosa la joven al oír los pasos del vampiro.
El rostro de ambos jóvenes asustados en una habitación de la cuales podrían abrir la puerta e irse, parecía haber sufrido algo intenso los últimos días... semanas o quién sabe cuanto tiempo. Era claro que necesitaban ayuda o alguien que los comprendiera.
Ansur
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
La luz golpeó la humilde y oscurecida pupila descubierta y por un momento me obnubilé, llevé mi mano sobre los ojos al sentir la diferencia lumínica entre este lugar y el anterior. Entrecerré los ojos y cuando me acostumbré a la vista pude percibir una mujer en la mitad del salón, su espalda estaba descubierta y al parecer estaba herida, tenía un ropaje azul y su cabello era tan rubio como la luz que me cegó anteriormente.
La joven paró de llorar y me miró con sus llorosos ojos, a la distancia que estábamos pude percibir lo hermosa que era y toda la situación me parecía de lo más... ¿extraña? ¿qué hacía ella aquí? la pude ver y cuando lo hice dejó de sollozar pero sus lágrimas seguían corriendo por sus mejillas. Me miró por unos segundos y con la voz quebrada me habló suavemente
-¿Vienes a matarme...?-
Por qué habría yo de matarla me preguntaba en mi cabeza, algo me incomodaba, me acerqué lentamente a ella y me quité el abrigo -Tranquila, no te haré daño - Me acerqué suavemente y le puse mi abrigo sobre sus hombros con mucho cuidado para no lastimar más su hombre, sus ropajes estaban desgarrados por lo que pensé que se sentiría más cómoda con mi abrigo puesto. -¿Que sucedió? ¿Qué haces aquí? -Le dije mientras le limpié las lágrimas con mi pañuelo, hice lo propio con la herida sobre su hombro.
Todo me parecía tan extraño, primero el haber perdido a mis acompañantes y luego el haber encontrado a esta damisela en peligro, todo parecía finamente preparado, mi inteligencia me decía que algo no andaba bien, pero incluso así no sabía si era bueno desconfiar de esta mujer frente a mí pero sin embargo lo hacía, lo hacía como con todas las personas vivas en este mundo, lo hacía como si no hubiere fin y como si mi vida dependía de ello y en esta oportunidad, demonios, en esta oportunidad probablemente aquella duda me salvaría la vida, así que decidí que lo mejor que podía hacer era dudar.
_________________
off rol: Perdón la demora, había avisado a master que no podría responder hasta el fin de semana pero no pude avisarte a ti Alexandra, pero ya respondí.
La joven paró de llorar y me miró con sus llorosos ojos, a la distancia que estábamos pude percibir lo hermosa que era y toda la situación me parecía de lo más... ¿extraña? ¿qué hacía ella aquí? la pude ver y cuando lo hice dejó de sollozar pero sus lágrimas seguían corriendo por sus mejillas. Me miró por unos segundos y con la voz quebrada me habló suavemente
-¿Vienes a matarme...?-
Por qué habría yo de matarla me preguntaba en mi cabeza, algo me incomodaba, me acerqué lentamente a ella y me quité el abrigo -Tranquila, no te haré daño - Me acerqué suavemente y le puse mi abrigo sobre sus hombros con mucho cuidado para no lastimar más su hombre, sus ropajes estaban desgarrados por lo que pensé que se sentiría más cómoda con mi abrigo puesto. -¿Que sucedió? ¿Qué haces aquí? -Le dije mientras le limpié las lágrimas con mi pañuelo, hice lo propio con la herida sobre su hombro.
Todo me parecía tan extraño, primero el haber perdido a mis acompañantes y luego el haber encontrado a esta damisela en peligro, todo parecía finamente preparado, mi inteligencia me decía que algo no andaba bien, pero incluso así no sabía si era bueno desconfiar de esta mujer frente a mí pero sin embargo lo hacía, lo hacía como con todas las personas vivas en este mundo, lo hacía como si no hubiere fin y como si mi vida dependía de ello y en esta oportunidad, demonios, en esta oportunidad probablemente aquella duda me salvaría la vida, así que decidí que lo mejor que podía hacer era dudar.
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
Una cálida luz iluminaba la pequeña habitación. La puerta, la chimenea, los muebles... Todo tenía en si un aire antiguo, con capas y capas de polvo que podrían contar miles de historias, pero poco pude apreciar esa sencilla sensación, pues en el preciso momento de entrar me vi obligada a taparme la nariz. "Sangre..."
De inmediato mi mirada se vio forzada a dirigirse hacia la esquina derecha, donde un hombre, aparentemente humano, se mecía rodeado de sangre. Di un paso hacia adelante y mi tacón produjo un sonido resonante, el cual acalló por unos segundos la alterada respiración de mi anfitrión. Perezosamente levantó la cabeza y la dirigió hacia mí, pausando al fin sus molestas lamentaciones. Era una imagen de lo más... Patética.
- Ayúdame... ¿O vienes a matarme? - mencionó escondiendo una vez más su rostro entre las rodillas. Di otro paso. El escenario que tenía frente a mí era más claro que el agua, o para concretar un poco más, más rojo que la sangre del fino camino que llevaba hacia la daga del suelo. Al parecer, este ser siquiera era capaz de quitarse la vida, por no decir capaz de cumplir aquello que lo empujó a tal final. Al fin estaba frente a él, frente a la débil alma en pena tirada frente a mí. Le di una patada al cuchillo, para alejarlo de mí. Que vergüenza. - ¿Quitarte la vida? Claro, podría hacerlo, ¿pero de qué serviría? ¿No solo eres incapaz de hacerlo por ti mismo sino que hasta le pides a una dama que se encargue del trabajo sucio? Dime... ¿Acaso no ves lo patético que eres? -
Crucé los brazos sobre mi pecho, de forma autoritativa. Mira que tener que encargarme de darle lecciones a personas como esta... Pero más vergonzoso era tener que seguir viéndole en ese estado. Aparté la mirada, con las mejillas algo sonrojadas. Nunca admitiría el echo de que, fuese cual fuese la situación, me vi forzada a ayudar a alguien. - ¿Acaso no eres un hombre? - dije elevando la voz. - ¡No te arrastres por el suelo como las ratas! No solo te avergüenzas a ti mismo, sino a las personas que han de tenerte frente a ellos. ¡Si realmente eres un hombre levántate! ¡Deja de lloriquear y afronta tus obligaciones con orgullo! Todo lo que no hagas en vida lo lamentarás desde el otro lado. No digas que no te avisé. - Tener que ser yo quien le diese un empujón a este individuo... ¿Qué le hice a quién para acabar en esta situación? Sebastian también se encontró en el fondo del pozo, pero no lloriqueó como un niño herido. No, aceptó su destino con orgullo de hombre, y ello fue lo que me atrajo a él. Así era como debías ser.
De inmediato mi mirada se vio forzada a dirigirse hacia la esquina derecha, donde un hombre, aparentemente humano, se mecía rodeado de sangre. Di un paso hacia adelante y mi tacón produjo un sonido resonante, el cual acalló por unos segundos la alterada respiración de mi anfitrión. Perezosamente levantó la cabeza y la dirigió hacia mí, pausando al fin sus molestas lamentaciones. Era una imagen de lo más... Patética.
- Ayúdame... ¿O vienes a matarme? - mencionó escondiendo una vez más su rostro entre las rodillas. Di otro paso. El escenario que tenía frente a mí era más claro que el agua, o para concretar un poco más, más rojo que la sangre del fino camino que llevaba hacia la daga del suelo. Al parecer, este ser siquiera era capaz de quitarse la vida, por no decir capaz de cumplir aquello que lo empujó a tal final. Al fin estaba frente a él, frente a la débil alma en pena tirada frente a mí. Le di una patada al cuchillo, para alejarlo de mí. Que vergüenza. - ¿Quitarte la vida? Claro, podría hacerlo, ¿pero de qué serviría? ¿No solo eres incapaz de hacerlo por ti mismo sino que hasta le pides a una dama que se encargue del trabajo sucio? Dime... ¿Acaso no ves lo patético que eres? -
Crucé los brazos sobre mi pecho, de forma autoritativa. Mira que tener que encargarme de darle lecciones a personas como esta... Pero más vergonzoso era tener que seguir viéndole en ese estado. Aparté la mirada, con las mejillas algo sonrojadas. Nunca admitiría el echo de que, fuese cual fuese la situación, me vi forzada a ayudar a alguien. - ¿Acaso no eres un hombre? - dije elevando la voz. - ¡No te arrastres por el suelo como las ratas! No solo te avergüenzas a ti mismo, sino a las personas que han de tenerte frente a ellos. ¡Si realmente eres un hombre levántate! ¡Deja de lloriquear y afronta tus obligaciones con orgullo! Todo lo que no hagas en vida lo lamentarás desde el otro lado. No digas que no te avisé. - Tener que ser yo quien le diese un empujón a este individuo... ¿Qué le hice a quién para acabar en esta situación? Sebastian también se encontró en el fondo del pozo, pero no lloriqueó como un niño herido. No, aceptó su destino con orgullo de hombre, y ello fue lo que me atrajo a él. Así era como debías ser.
Alexandra Adelia
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
[Drake]
La muchacha se sentó de rodillas y observó el abrigo que el vampiro colocó sobre sus hombros, acariciando la tela suavemente, como apreciando cada instante que pasaba con él. Después de un rato, miró a los ojos al joven, con una leve sonrisa que se transformó en un sollozo luego e inclinó su cabeza.
-Pe..perdón...-susurró. Tomó aire y volvió a mirarlo, secando sus lágrimas con la manga de su vestido-En la mañana, el brujo me dijo que al atardecer moriría. Nadie vendría a esta torre a ayudarme... Soy su sobrina. Desapareció a mi familia y me ha maltratado de entonces, y porque intenté escapar, dijo que moriría...-explicó la joven. Se levantó. Drake pudo notar que el lugar era circular, con ventanales de madera cerradas. Había una cama y muebles lujosos.
-No puedo escapar porque todo está sellado con magia. Él sólo sabe como entrar, pero yo no puedo salir de acá... ¿Cómo has entrado tú? No pude verte porque estaba de espaldas...-se levantó del suelo y dirigió a sentarse a una de las dos sillas que habían junto a una mesa. Sobre esta había un juego de té, más una bandeja con masitas.
La mujer se inclinó contra la mesa, apoyando sus brazos en ella y recostando su cabeza, dejando que el cabello cubriera su rostro.
-No sé cómo puedo escapar de este lugar...-murmuró.
[Alexandra]
El muchacho oyó las palabras de la joven, alzando su mirada a ella. Alternó entre el cuchillo y la sangre posteriormente para terminar balbuceando con la voz ronca.
-Yo... no usé esa daga-la miró a los ojos un rato antes de seguirle respondiendo-La usó él. Me encerró en esta torre y esta mañana,cuando intenté escapar, cortó en mis brazos y dejó el cuchillo para terminar con el trabajo, porque sino en la tarde moriría. Pensé que venías por orden de el, a matarme. Desapareció a mi familia. Soy su sobrino... y quiere la herencia de mi padre y no la puede obtener hasta que yo muera. Nadie quiere que sepa que fue por sus manos. Quiere hacerlo parecer un suicidio. Me acosa...-habló con angustia en la voz el muchacho.
El lugar tenía las mismas descripciones que la habitación de la chica. No había puerta trampa alguna en el suelo. Chimenea, dos sillas, un sillón, la cama, dos mesas de luz con una lámpara de aceite cada una, alfombra, ropero y un espejo. Sobre la mesita había un juego de té y una bandeja con pastelillos. Lo más extraño, era que no habían puertas.
-¿Por donde entraste? Quizá podamos escapar...-sugirió el muchacho levantándose entre tambaleos. Se apoyó contra el respaldar de la silla para no perder el equilibrio y tomó asiento en ella, para luego apoyar sus codos sobre la mesa y dejar descansar su mentón en ambas manos, con la mirada perdida, esperando respuesta de la joven.
La muchacha se sentó de rodillas y observó el abrigo que el vampiro colocó sobre sus hombros, acariciando la tela suavemente, como apreciando cada instante que pasaba con él. Después de un rato, miró a los ojos al joven, con una leve sonrisa que se transformó en un sollozo luego e inclinó su cabeza.
-Pe..perdón...-susurró. Tomó aire y volvió a mirarlo, secando sus lágrimas con la manga de su vestido-En la mañana, el brujo me dijo que al atardecer moriría. Nadie vendría a esta torre a ayudarme... Soy su sobrina. Desapareció a mi familia y me ha maltratado de entonces, y porque intenté escapar, dijo que moriría...-explicó la joven. Se levantó. Drake pudo notar que el lugar era circular, con ventanales de madera cerradas. Había una cama y muebles lujosos.
-No puedo escapar porque todo está sellado con magia. Él sólo sabe como entrar, pero yo no puedo salir de acá... ¿Cómo has entrado tú? No pude verte porque estaba de espaldas...-se levantó del suelo y dirigió a sentarse a una de las dos sillas que habían junto a una mesa. Sobre esta había un juego de té, más una bandeja con masitas.
La mujer se inclinó contra la mesa, apoyando sus brazos en ella y recostando su cabeza, dejando que el cabello cubriera su rostro.
-No sé cómo puedo escapar de este lugar...-murmuró.
[Alexandra]
El muchacho oyó las palabras de la joven, alzando su mirada a ella. Alternó entre el cuchillo y la sangre posteriormente para terminar balbuceando con la voz ronca.
-Yo... no usé esa daga-la miró a los ojos un rato antes de seguirle respondiendo-La usó él. Me encerró en esta torre y esta mañana,cuando intenté escapar, cortó en mis brazos y dejó el cuchillo para terminar con el trabajo, porque sino en la tarde moriría. Pensé que venías por orden de el, a matarme. Desapareció a mi familia. Soy su sobrino... y quiere la herencia de mi padre y no la puede obtener hasta que yo muera. Nadie quiere que sepa que fue por sus manos. Quiere hacerlo parecer un suicidio. Me acosa...-habló con angustia en la voz el muchacho.
El lugar tenía las mismas descripciones que la habitación de la chica. No había puerta trampa alguna en el suelo. Chimenea, dos sillas, un sillón, la cama, dos mesas de luz con una lámpara de aceite cada una, alfombra, ropero y un espejo. Sobre la mesita había un juego de té y una bandeja con pastelillos. Lo más extraño, era que no habían puertas.
-¿Por donde entraste? Quizá podamos escapar...-sugirió el muchacho levantándose entre tambaleos. Se apoyó contra el respaldar de la silla para no perder el equilibrio y tomó asiento en ella, para luego apoyar sus codos sobre la mesa y dejar descansar su mentón en ambas manos, con la mirada perdida, esperando respuesta de la joven.
Ansur
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
Ví como la jovencita apretaba mi abrigo con sus manos, o lo acariciaba entonces me miró, vi sus ojos lejos de lágrimas, era realmente hermosa, era extraño, no me gustaban las rubias pero podía percibir su belleza calar mis huesos, con su mirada estúpida perdida en el abismo de la tristeza, sonrió pero las lágrimas salieron al mismo tiempo y solo pudo mirar al piso, aún podía escuchar sus sollozos y tuve la necesidad de frotar mi lámpara para ver donde se encontraba mi amada, pero me contuve, tenía algo que hacer antes, ella probablemente estaría preocupada, este viaje se ha tardado más de lo habitual.
-Pe..perdón...- Susurró levemente con su pequeña boca y luego volvió a mirarme, parecía más decidida que antes, secó sus lagrimas con aquel vestido azul desgarrado y continuó hablando-En la mañana, el brujo me dijo que al atardecer moriría. Nadie vendría a esta torre a ayudarme... Soy su sobrina. Desapareció a mi familia y me ha maltratado de entonces, y porque intenté escapar, dijo que moriría...-
La mujer se puso de pie y prosiguió -No puedo escapar porque todo está sellado con magia. Él sólo sabe como entrar, pero yo no puedo salir de acá... ¿Cómo has entrado tú? No pude verte porque estaba de espaldas...-
Caminó hasta sentarse en una silla junto a una mesa de madera, arriba de ella el juego de té y masas para comer parecían peculiares, como si se esperara una visita, esto me daba cada vez más mal espina que antes, ahora más que nunca comencé a dudar de esta mujer frente a mi -¿Cual es tu nombre muchacha? - Le pregunté, como si eso cambiar algo, la verdad nada lo haría -Entré por esa puerta de ahí - Fijándome bien la puerta parecía haberse cerrado...¿era que yo también estaba atrapado ahora?
Ella continuó hablando desde su posición en aquella mesa
-No sé cómo puedo escapar de este lugar...-
-Tiene que haber una manera, y descubriré cual.
-Pe..perdón...- Susurró levemente con su pequeña boca y luego volvió a mirarme, parecía más decidida que antes, secó sus lagrimas con aquel vestido azul desgarrado y continuó hablando-En la mañana, el brujo me dijo que al atardecer moriría. Nadie vendría a esta torre a ayudarme... Soy su sobrina. Desapareció a mi familia y me ha maltratado de entonces, y porque intenté escapar, dijo que moriría...-
La mujer se puso de pie y prosiguió -No puedo escapar porque todo está sellado con magia. Él sólo sabe como entrar, pero yo no puedo salir de acá... ¿Cómo has entrado tú? No pude verte porque estaba de espaldas...-
Caminó hasta sentarse en una silla junto a una mesa de madera, arriba de ella el juego de té y masas para comer parecían peculiares, como si se esperara una visita, esto me daba cada vez más mal espina que antes, ahora más que nunca comencé a dudar de esta mujer frente a mi -¿Cual es tu nombre muchacha? - Le pregunté, como si eso cambiar algo, la verdad nada lo haría -Entré por esa puerta de ahí - Fijándome bien la puerta parecía haberse cerrado...¿era que yo también estaba atrapado ahora?
Ella continuó hablando desde su posición en aquella mesa
-No sé cómo puedo escapar de este lugar...-
-Tiene que haber una manera, y descubriré cual.
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
- Yo... No usé esa daga. - Tras esas palabras, y a medida que su respuesta iba avanzando, mayor era el rojo de mis mejillas. Al parecer era yo la que se había equivocado y había caído en vergüenza ajena. Mira que darle discursos y lecciones innecesarios... Pero aún así debería de dejar de llorar acurrucado en una esquina y enfrentar fuesen cuales fuesen sus problemas como hombre que aparentaba ser. Pero... La historia que me contaba era desde luego extraña... ¿Se refería al señor Griham? Si fuese así lo había juzgado mal en un inicio, pues parecía ser lo suficientemente astuto como para mantener este pequeño juego pero... Si así era, ¿qué tenía que ver yo en todo este embrollo? Tanto Drake como yo misma nos vimos involucrados en esta extraña situación... ¿O sería el vampiro otro cómplice? Me faltaba información... Y la verdad, lo único que podía asumir era que todo lo que oyese del hombre que me trajo y del hombre frente a mí podrían no ser más que mentiras. No podía afirmar nada hasta comprobarlo por mí misma.
- ¿Cómo que por dónde he entrado? Por la puerta, por supues... - me giré y enmudecí, pues la puerta había desaparecido. Fruncí abiertamente el entrecejo. - Había una puerta aquí hace tan solo unos instantes... - Cuando volví a girarme hacia el joven este estaba recuperando fuerzas apollado contra la mesita del te, sentado en una de las dos sillas que hacían juego entre si. Me quedé plantada donde estaba. - ¿Realmente eres el nieto del señor Griham? Lo cierto es que lo conocí hace poco y ya me parecía extraño que nos aceptase tan a la ligera para unirnos a su pequeña "aventura"... Pero entenderás que no puedo creer en tus palabras así sin más. No podré saber cual de los dos me engaña hasta que yo misma no lo averigue. -
Volví a echarle una ojeada a la habitación, buscando cualquier vía de escape, pero parecía esta completamente sellada. - Ese hombre... El señor Griham me dió de beber una pócima misteriosa... ¿Sabes de qué se trata? -
- ¿Cómo que por dónde he entrado? Por la puerta, por supues... - me giré y enmudecí, pues la puerta había desaparecido. Fruncí abiertamente el entrecejo. - Había una puerta aquí hace tan solo unos instantes... - Cuando volví a girarme hacia el joven este estaba recuperando fuerzas apollado contra la mesita del te, sentado en una de las dos sillas que hacían juego entre si. Me quedé plantada donde estaba. - ¿Realmente eres el nieto del señor Griham? Lo cierto es que lo conocí hace poco y ya me parecía extraño que nos aceptase tan a la ligera para unirnos a su pequeña "aventura"... Pero entenderás que no puedo creer en tus palabras así sin más. No podré saber cual de los dos me engaña hasta que yo misma no lo averigue. -
Volví a echarle una ojeada a la habitación, buscando cualquier vía de escape, pero parecía esta completamente sellada. - Ese hombre... El señor Griham me dió de beber una pócima misteriosa... ¿Sabes de qué se trata? -
Alexandra Adelia
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Re: Descubriendo mitos en la biblioteca +18 [Quest]
[Alexandra]
-No sé quien es el señor Grisham...-dijo el joven algo más tranquilo y se extrañó de que la vampira no recordara por donde hubiera entrado.Pero se levantó de la silla, y se dirigió al ropero, donde con fuerza lo corrió un poco, dejando ver detrás un mensaje grabado en sangre seca.
-No se si será útil, pero tal vez sirva. He intentado descifrarlo, sin éxito-dijo el hombre. Tenía ojos celestes. Su mirada parecía ser especial, y llamaba a ser salvado de la situación donde estuviera-Pronto vendrá la neblina que hará que caigamos en un profundo sueño.... No creo que tenga que ver con la pócima. Tal vez fuiste teletransportada a ayudarme-el muchacho se apartó del ropero y dirigió a sentarse en la cama. Parecía sentirse mas aliviado con la presencia de alguien.
[Drake]
La muchacha se levantó al oír al vampiro de nuevo y se dirigió al ropero, apresurada y lo corrió para dejar al descubierto un mensaje. Después se aparto y dijo mirando al joven a los ojos.
-Fíjate si este mensaje será de ayuda... -señaló a la pared detrás del ropero, ahora corrido-Supongo que hoy no me matará, pero pronto caeremos en un sueño profundo. Me obliga a dormir y dormir sola es un infierno-la joven se sonrojó al oirse sus propias palabras y aclaró rápido-Me refiero, a que ingresa una neblina con una especie de droga, y para quien duerme en solitario, es capaz de tener pesadillas de terror que pueden llegar a matarte. Si fuera que dormis tomado de la mano con alguien más, la lucha es de ambos...y ambos tienen mas probabilidad de salir con vida-
Mensaje en la pared:
-No sé quien es el señor Grisham...-dijo el joven algo más tranquilo y se extrañó de que la vampira no recordara por donde hubiera entrado.Pero se levantó de la silla, y se dirigió al ropero, donde con fuerza lo corrió un poco, dejando ver detrás un mensaje grabado en sangre seca.
-No se si será útil, pero tal vez sirva. He intentado descifrarlo, sin éxito-dijo el hombre. Tenía ojos celestes. Su mirada parecía ser especial, y llamaba a ser salvado de la situación donde estuviera-Pronto vendrá la neblina que hará que caigamos en un profundo sueño.... No creo que tenga que ver con la pócima. Tal vez fuiste teletransportada a ayudarme-el muchacho se apartó del ropero y dirigió a sentarse en la cama. Parecía sentirse mas aliviado con la presencia de alguien.
[Drake]
La muchacha se levantó al oír al vampiro de nuevo y se dirigió al ropero, apresurada y lo corrió para dejar al descubierto un mensaje. Después se aparto y dijo mirando al joven a los ojos.
-Fíjate si este mensaje será de ayuda... -señaló a la pared detrás del ropero, ahora corrido-Supongo que hoy no me matará, pero pronto caeremos en un sueño profundo. Me obliga a dormir y dormir sola es un infierno-la joven se sonrojó al oirse sus propias palabras y aclaró rápido-Me refiero, a que ingresa una neblina con una especie de droga, y para quien duerme en solitario, es capaz de tener pesadillas de terror que pueden llegar a matarte. Si fuera que dormis tomado de la mano con alguien más, la lucha es de ambos...y ambos tienen mas probabilidad de salir con vida-
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