Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
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Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
Llegar a tierra firme tras casi una semana a bordo de aquel barco era todo un alivio. La bruja se estiró, terminó de recoger sus pertenencias y se reunió con su hermano en cubierta para desembarcar. Estaba nerviosa y emocionada, habían salido desde Beltrexus para empezar la búsqueda de sus desaparecidos padres. Pero antes de partir tendrían que pasar una temporada en Lunargenta. El viaje hasta el poblado abandonado en las tierras de los dragones era largo, necesitaban ganar algo de dinero y equiparse adecuadamente. Tras bajar, se encaminaron hacia una de las puertas de la ciudad y se mezclaron con la multitud.
Pronto encontraron una posada en la que podrían alojarse. A pesar de la hora, que no llegaba a mediodía, ambos estaban exhaustos por la travesía. Subieron las escaleras y enfilaron el pasillo hasta las habitaciones. Se despidió de Vincent al llegar a la puerta y entró cerrando tras de sí, colocó las alforjas sobre la mesa y se quitó el cinturón que le cruzaba el pecho, en que llevaba la espada. Hizo lo mismo con el segundo y se dejó caer sobre la cama, rendida al cansancio.
Despertó horas después, cuando el anaranjado tono de los rayos que se colaban por la ventana indicó que empezaba a atardecer. Se incorporó y se frotó los ojos, sin duda el sueño había sido reparador. Comprobó la correa de cuero en que llevaba su daga y se la abrochó por encima de la cadera. Salió al pasillo y tocó en la puerta del rubio, pero éste parecía seguir dormido así que decidió ir a dar una vuelta por la ciudad, quizá encontrase algo interesante.
Se dirigió a la zona de negocios y echó un vistazo a las mercancías que ofrecían. Había acertado al pensar que hallaría algo que llamara su atención, pero con los aeros de que disponían no podía permitirse gastar a la ligera. - Tiene que haber algún trabajo por aquí…- musitó mientras recorría con la mirada los alrededores. Por suerte, un anuncio clavado en un poste de un cercano establo llamó su atención.
- ¡Justo lo que necesitaba!- exclamó y se dirigió hacia la puerta, llamó golpeando suavemente con los nudillos y esperó respuesta. El joven de cabellos castaños no tardó en aparecer. - Buenas tardes, he visto su anuncio y vengo a solicitar los puestos de trabajo si aún están libres.- el muchacho la examinó antes de hablar.- Nadie ha respondido aún, pero necesito a otra persona más para cubrir las labores.- su voz sonaba amable - Mi hermano ocupará la otra plaza.- contestó con tono suave. - En ese caso estad aquí a primera hora de la mañana, las tareas que tendréis que realizar están en el aviso, llévatelo.- La hechicera asintió con la cabeza y dio las gracias antes de retirarse, tomó el cartel y volvió a la posada para contárselo a Vince.
Off: Aclaro que nos ponemos de acuerdo sobre las acciones antes de postear.Pronto encontraron una posada en la que podrían alojarse. A pesar de la hora, que no llegaba a mediodía, ambos estaban exhaustos por la travesía. Subieron las escaleras y enfilaron el pasillo hasta las habitaciones. Se despidió de Vincent al llegar a la puerta y entró cerrando tras de sí, colocó las alforjas sobre la mesa y se quitó el cinturón que le cruzaba el pecho, en que llevaba la espada. Hizo lo mismo con el segundo y se dejó caer sobre la cama, rendida al cansancio.
Despertó horas después, cuando el anaranjado tono de los rayos que se colaban por la ventana indicó que empezaba a atardecer. Se incorporó y se frotó los ojos, sin duda el sueño había sido reparador. Comprobó la correa de cuero en que llevaba su daga y se la abrochó por encima de la cadera. Salió al pasillo y tocó en la puerta del rubio, pero éste parecía seguir dormido así que decidió ir a dar una vuelta por la ciudad, quizá encontrase algo interesante.
Se dirigió a la zona de negocios y echó un vistazo a las mercancías que ofrecían. Había acertado al pensar que hallaría algo que llamara su atención, pero con los aeros de que disponían no podía permitirse gastar a la ligera. - Tiene que haber algún trabajo por aquí…- musitó mientras recorría con la mirada los alrededores. Por suerte, un anuncio clavado en un poste de un cercano establo llamó su atención.
Erick Meibadeb está dispuesto a pagar 450 aeros por dos personas que le ayuden desde tempranas horas de la mañana hasta el atardecer. Necesita que:
-Alimenten a los animales.
-Limpien los establos.
-Hay una pequeña casa para los peones, donde disponen almacén para el almuerzo, cena o meriendas.
- ¡Justo lo que necesitaba!- exclamó y se dirigió hacia la puerta, llamó golpeando suavemente con los nudillos y esperó respuesta. El joven de cabellos castaños no tardó en aparecer. - Buenas tardes, he visto su anuncio y vengo a solicitar los puestos de trabajo si aún están libres.- el muchacho la examinó antes de hablar.- Nadie ha respondido aún, pero necesito a otra persona más para cubrir las labores.- su voz sonaba amable - Mi hermano ocupará la otra plaza.- contestó con tono suave. - En ese caso estad aquí a primera hora de la mañana, las tareas que tendréis que realizar están en el aviso, llévatelo.- La hechicera asintió con la cabeza y dio las gracias antes de retirarse, tomó el cartel y volvió a la posada para contárselo a Vince.
Última edición por Elen Calhoun el Lun Nov 10 2014, 15:37, editado 1 vez
Elen Calhoun
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Re: Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
El brujo, recostado en su cama, leía un libro de conjuros cuando sintió que alguien tocaba la puerta. Solo era un grumete para avisarle de que pronto llegarían a Lunargenta. Ahhh la bella capital de los humanos pensó Vinc. Había leído mucho sobre ella pero nunca había estado allí, así que estaba especialmente contento por poder visitarla.
Rápidamente se colocó la camisa y se la arregló debidamente. Luego metió todas sus pertenencias en sus bolsas de viaje y salió de su camarote. Lo inundaron los olores del mar y el bullicio de los pescadores nada más salir a cubierta. Inhaló con fuerza y el salitre despejó sus fosas nasales - Ahhhh, que clima tan bueno,- dijo para sí mismo el rubio. Se acercó a la barandilla del barco y desde allí apreció como se acercaban a la ciudad.
Lunargenta era una estampa mucho más bella de lo que los libros y cuadros podían mostrar. En ellos no se podía apreciar los olores y sensaciones que inspiraban al visitante al llegar. En lo que el navío hacía las maniobras necesarias para atracar en el puerto su hermana se reunió con él en cubierta. Le dedicó una sonrisa y le confesó la grata sensación que le daba la ciudad humana.
En cuanto bajaron del barco apreció algo que por todos era sabido. La zona portuaria era una zona multicultural. Allí se codeaban miembros de todas las razas habidas y por haber. Eso le fascinaba. Beltrexus era la joya isleña del sur pero la fama que tenían los brujos por su pasado bélico la hacía una ciudad mucho menos abierta. Muchos brujos habían cambiado con el tiempo, comprendiendo que su forma de centrarse en la vida, solo pensando en el poder y la superioridad racial era un error. Aún existían recelos para muchos de las demás razas hacia ellos, algo normal por otra parte, ya que no era posible quitarse ese estigma tan pronto. Aunque todavía pocos se animaban a ir tierra de brujos en el puerto de Lunargenta todo era distinto. Allí era mucho más sencillo encontrar a personas sociales de cada raza.
Tan ensimismado estaba en la contemplación de todo lo que veía que su hermana le tuvo que agarrar el hombro cuando él seguía andando por la calle. Elen se había parado frente a una posada y decía que era mejor descansar antes de ver la ciudad. Lo cierto es que era una buena idea, así que mientras ella pagaba al posadero por dos habitaciones; él pasó por el patio lateral y condujo a los caballos a un establo. Compró comida y agua para los animales al mozo y los dejó a su cuidado. - Seguro que los cuidarás muy bien chico,- le comentó sonriente mientras le daba una propina.
En cuanto entró a la posada vio a Elen junto a la barra. El comedor estaba medio lleno y una chica pelirroja de turgentes atributos atendía a los parroquianos. Le dedicó una sonrisa mientras le guiñaba un ojo y esta sonrió gratamente. Se reunió con su hermanita, subieron juntos a sus habitaciones y en cuanto cerró la puerta de su habitación tras de sí soltó el equipaje. Abrió la ventana para que entrara el fresco y observó un rato desde ella el panorama. La ventana daba al patio de la caballeriza y desde allí vio al muchacho encargarse de los caballos, al cual saludó.
Sí, Lunargenta era un buen sitio para vivir pensó Vinc, justo antes de encaminarse a la cama para descansar.
Rápidamente se colocó la camisa y se la arregló debidamente. Luego metió todas sus pertenencias en sus bolsas de viaje y salió de su camarote. Lo inundaron los olores del mar y el bullicio de los pescadores nada más salir a cubierta. Inhaló con fuerza y el salitre despejó sus fosas nasales - Ahhhh, que clima tan bueno,- dijo para sí mismo el rubio. Se acercó a la barandilla del barco y desde allí apreció como se acercaban a la ciudad.
Lunargenta era una estampa mucho más bella de lo que los libros y cuadros podían mostrar. En ellos no se podía apreciar los olores y sensaciones que inspiraban al visitante al llegar. En lo que el navío hacía las maniobras necesarias para atracar en el puerto su hermana se reunió con él en cubierta. Le dedicó una sonrisa y le confesó la grata sensación que le daba la ciudad humana.
En cuanto bajaron del barco apreció algo que por todos era sabido. La zona portuaria era una zona multicultural. Allí se codeaban miembros de todas las razas habidas y por haber. Eso le fascinaba. Beltrexus era la joya isleña del sur pero la fama que tenían los brujos por su pasado bélico la hacía una ciudad mucho menos abierta. Muchos brujos habían cambiado con el tiempo, comprendiendo que su forma de centrarse en la vida, solo pensando en el poder y la superioridad racial era un error. Aún existían recelos para muchos de las demás razas hacia ellos, algo normal por otra parte, ya que no era posible quitarse ese estigma tan pronto. Aunque todavía pocos se animaban a ir tierra de brujos en el puerto de Lunargenta todo era distinto. Allí era mucho más sencillo encontrar a personas sociales de cada raza.
Tan ensimismado estaba en la contemplación de todo lo que veía que su hermana le tuvo que agarrar el hombro cuando él seguía andando por la calle. Elen se había parado frente a una posada y decía que era mejor descansar antes de ver la ciudad. Lo cierto es que era una buena idea, así que mientras ella pagaba al posadero por dos habitaciones; él pasó por el patio lateral y condujo a los caballos a un establo. Compró comida y agua para los animales al mozo y los dejó a su cuidado. - Seguro que los cuidarás muy bien chico,- le comentó sonriente mientras le daba una propina.
En cuanto entró a la posada vio a Elen junto a la barra. El comedor estaba medio lleno y una chica pelirroja de turgentes atributos atendía a los parroquianos. Le dedicó una sonrisa mientras le guiñaba un ojo y esta sonrió gratamente. Se reunió con su hermanita, subieron juntos a sus habitaciones y en cuanto cerró la puerta de su habitación tras de sí soltó el equipaje. Abrió la ventana para que entrara el fresco y observó un rato desde ella el panorama. La ventana daba al patio de la caballeriza y desde allí vio al muchacho encargarse de los caballos, al cual saludó.
Sí, Lunargenta era un buen sitio para vivir pensó Vinc, justo antes de encaminarse a la cama para descansar.
Vincent Calhoun
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Re: Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
Recorrió las calles a paso ligero, animada por la buena noticia que llevaba. Aquel dinero les serviría para comprar algunas de las cosas que necesitarían para el viaje, además de mantener sus monturas con unos buenos cuidados. Quizá con un par de trabajos más como aquel consiguieran prepararse del todo.
Pronto la posada apareció ante su vista, tendría que buscar a su hermano que seguramente ya se había despertado. Cruzó el umbral de la puerta y echó un leve vistazo a la sala, aún no había demasiada gente. Reconoció al rubio sentado en una de las mesas, se acercó y tomó asiento frente a él. - Buenas noticias, ya tenemos trabajo para mañana y la paga es muy buena. - Sacó el cartel de la pequeña bolsa de cuero que colgaba de su cinturón y se lo pasó para que lo viese.
Vince leyó con atención el papel y dio un sorbo a la jarra que tenía ante sí. La de ojos verdes hizo un gesto a la tabernera, que se acercó a la mesa en que ambos estaban y le pidió otra, junto con algo para cenar. El paseo le había abierto el apetito y por suerte las comidas iban incluidas en el precio de la habitación. - Vaya parece una buena oportunidad de sacar unos aeros hermanita.- dio su visto bueno y esbozó una leve sonrisa.
La posadera volvió al poco con el pedido, lo dejó en la mesa y preguntó al brujo si quería algo más. Elen se cubrió la boca con una mano para ocultar una risilla al ver cómo la miraba su hermano, lo conocía bien y sabía lo que estaba pasando por su cabeza. En cuanto la mujer se retiró, la hechicera dio un trago a su bebida y volvió a centrarse en el tema que los concernía. - No parece complicado, sólo tendremos que madrugar. - tras el reparador sueño que ambos habían tenido aquello no debería ser un problema.
Cenaron tranquilamente mientras la posada se iba llenando, había gente de todo tipo. Un par de borrachos contaban historias en una de las esquinas a todo aquel que los invitase a una ronda más, otros apartados bebían en silencio para ahogar recuerdos o penas. Se oían las risas de otro grupo, que algo contentos por la cerveza habían empezado a contar chistes e intentaban llamar la atención de la guapa tabernera.
- Hora de descansar…- musitó la de cabellos cenicientos mientras se levantaba. El rubio hizo lo mismo y se dirigieron a las habitaciones. Se despidió en el pasillo y cerró tras de sí, se despojó de sus cosas y tras echar un vistazo por la ventana se acostó.
Despertó cuando el sol apenas había empezado a asomar, se aseó en el pequeño baño de la habitación y se cambió de ropa. Salió al pasillo y tocó en la puerta del brujo, que apareció poco después listo para acudir al trabajo. La posadera ya estaba despierta, o quizá aún no había terminado de recoger el lío de la noche anterior. Les dio algo de comida para el camino y se dirigieron al establo.
Llegaron pronto, llamaron a la puerta y una mujer de mediana edad les recibió. - Buenos días señora, Erick nos contrató para realizar las tareas del establo.- les hizo un gesto para que pasaran. - Si si, me contó que vendrían dos personas así que debéis ser vosotros. Mi hijo ha salido de viaje hoy así que yo me ocuparé de pagaros cuando acabe la jornada.- dijo mientras los acompañaba hasta el establo. - Las tareas estaban en el anuncio así que ya podéis empezar…- se disponía a irse cuando se acordó de algo más, se giró hacia ellos de nuevo. - Se me olvidaba, la casa de los peones es aquella del fondo, si necesitáis comer algo acudid allí.- se despidió cordialmente y volvió a la casa.
- Será mejor que empecemos por limpiar los establos, así luego podremos llevar los animales dentro y acicalarlos. - Vince asintió con la cabeza así que se pusieron manos a la obra.
Pronto la posada apareció ante su vista, tendría que buscar a su hermano que seguramente ya se había despertado. Cruzó el umbral de la puerta y echó un leve vistazo a la sala, aún no había demasiada gente. Reconoció al rubio sentado en una de las mesas, se acercó y tomó asiento frente a él. - Buenas noticias, ya tenemos trabajo para mañana y la paga es muy buena. - Sacó el cartel de la pequeña bolsa de cuero que colgaba de su cinturón y se lo pasó para que lo viese.
Vince leyó con atención el papel y dio un sorbo a la jarra que tenía ante sí. La de ojos verdes hizo un gesto a la tabernera, que se acercó a la mesa en que ambos estaban y le pidió otra, junto con algo para cenar. El paseo le había abierto el apetito y por suerte las comidas iban incluidas en el precio de la habitación. - Vaya parece una buena oportunidad de sacar unos aeros hermanita.- dio su visto bueno y esbozó una leve sonrisa.
La posadera volvió al poco con el pedido, lo dejó en la mesa y preguntó al brujo si quería algo más. Elen se cubrió la boca con una mano para ocultar una risilla al ver cómo la miraba su hermano, lo conocía bien y sabía lo que estaba pasando por su cabeza. En cuanto la mujer se retiró, la hechicera dio un trago a su bebida y volvió a centrarse en el tema que los concernía. - No parece complicado, sólo tendremos que madrugar. - tras el reparador sueño que ambos habían tenido aquello no debería ser un problema.
Cenaron tranquilamente mientras la posada se iba llenando, había gente de todo tipo. Un par de borrachos contaban historias en una de las esquinas a todo aquel que los invitase a una ronda más, otros apartados bebían en silencio para ahogar recuerdos o penas. Se oían las risas de otro grupo, que algo contentos por la cerveza habían empezado a contar chistes e intentaban llamar la atención de la guapa tabernera.
- Hora de descansar…- musitó la de cabellos cenicientos mientras se levantaba. El rubio hizo lo mismo y se dirigieron a las habitaciones. Se despidió en el pasillo y cerró tras de sí, se despojó de sus cosas y tras echar un vistazo por la ventana se acostó.
Despertó cuando el sol apenas había empezado a asomar, se aseó en el pequeño baño de la habitación y se cambió de ropa. Salió al pasillo y tocó en la puerta del brujo, que apareció poco después listo para acudir al trabajo. La posadera ya estaba despierta, o quizá aún no había terminado de recoger el lío de la noche anterior. Les dio algo de comida para el camino y se dirigieron al establo.
Llegaron pronto, llamaron a la puerta y una mujer de mediana edad les recibió. - Buenos días señora, Erick nos contrató para realizar las tareas del establo.- les hizo un gesto para que pasaran. - Si si, me contó que vendrían dos personas así que debéis ser vosotros. Mi hijo ha salido de viaje hoy así que yo me ocuparé de pagaros cuando acabe la jornada.- dijo mientras los acompañaba hasta el establo. - Las tareas estaban en el anuncio así que ya podéis empezar…- se disponía a irse cuando se acordó de algo más, se giró hacia ellos de nuevo. - Se me olvidaba, la casa de los peones es aquella del fondo, si necesitáis comer algo acudid allí.- se despidió cordialmente y volvió a la casa.
- Será mejor que empecemos por limpiar los establos, así luego podremos llevar los animales dentro y acicalarlos. - Vince asintió con la cabeza así que se pusieron manos a la obra.
Elen Calhoun
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Re: Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
Vinc se despertó casi de noche. - Vaya se me han pegado un poco las sábanas,- se dijo. No era extraño ya que en el viaje no había dormido casi nada. Entre su curiosidad para ver el trabajo de la tripulación y que nunca había realizado un viaje tan largo en barco su descanso no fue bueno. No importa pensó ya que por un día no pasaba nada.
Se vistió y en cuanto salió de su cuarto fue a ver a Elen. Tocó en su puerta pero nadie contestó. - Mmmm, debe de haber salido,- musitó. Bajó al comedor que estaba concurrido y pensó que debía irle bien el negocio al dueño. Se acercó a este que se encontraba despachando en la barra y le preguntó por su hermana. Hizo un gesto negativo con la cabeza y le contestó que no sabía. Vinc se sumió en sus pensamientos apoyado en la barra. ¿Dónde andaría? ¿Habrá ido al mercado?
- ¿En qué piensas?,- una pregunta lo sacó de sus cavilaciones y cuando estuvo de vuelta en el mundo terrenal, no estuvo seguro de si de verdad había vuelto. - Pensaba en donde andará mi hermana,- contestó. - Ahh ¿la chica con la que viniste? - Preguntó la tabernera de dulce mirada a lo que Vinc asintió - Pensaba que era tu novia jaja, salió hace un rato ¿quieres que te sirva algo mientras la esperas o tienes pensado otra cosa? - le dijo con una sonrisa. - Bueno, sírvame una cerveza, me sentaré en aquella mesa,- dijo devolviéndole la sonrisa.
Al poco rato varios comensales salieron del local y llegó Elen. - Buenas noticias, ya tenemos trabajo para mañana y la paga es muy buena.- dijo su hermana nadas más sentarse. Hola, yo también me alegro de verte pensó el rubio y cogió el papel que le daba. 450 aeros para dos personas por un trabajo de mozo de cuadra. - Vaya parece una buena oportunidad de sacar unos aeros hermanita.- dijo con una sonrisa. La posadera volvió con un pedido que su hermana le había hecho y le preguntó a él si quería algo más. Le hizo un pedido para cenar y notó la risita de su hermana. La miró con el rabillo del ojo - No parece complicado, sólo tendremos que madrugar.- Pensó que madrugar no parecía algo sencillo pero no compartió su pensamiento con su hermana. Cuando terminaron de cenar se fueron cada uno a sus aposentos.
Se levantó temprano como le había dicho su hermana. Se preparó y al poco rato de estar listo notó como tocaban la puerta. - ¿Ya te vas? - Al oír su pregunta se acercó a la cama y arropó a la pelirroja en la manta - ¿Te he despertado? Espero que no, tengo que ir a currar un poco,- le contestó dulcemente y le dio un beso en el cuello antes de salir.
Llegaron pronto y una mujer de mediana edad salió a recibirles. Elen la saludó y la mujer contestó bla bla bla. La verdad es que era muy temprano para estar escuchando nada así que solo asintió a todo mientras su hermana conversaba con ella.
- Será mejor que empecemos por limpiar los establos, así luego podremos llevar los animales dentro y acicalarlos.- le dijo su hermana. Se metió en el establo, cogió un cepillo y una pala y empezó a limpiar los habitáculos de los caballos. - Mierda de caballo, que gran hazaña para empezar la mañana.- se dijo Vinc pensando en que debería haberle dado mejor propina al mozo de su posada.
Se vistió y en cuanto salió de su cuarto fue a ver a Elen. Tocó en su puerta pero nadie contestó. - Mmmm, debe de haber salido,- musitó. Bajó al comedor que estaba concurrido y pensó que debía irle bien el negocio al dueño. Se acercó a este que se encontraba despachando en la barra y le preguntó por su hermana. Hizo un gesto negativo con la cabeza y le contestó que no sabía. Vinc se sumió en sus pensamientos apoyado en la barra. ¿Dónde andaría? ¿Habrá ido al mercado?
- ¿En qué piensas?,- una pregunta lo sacó de sus cavilaciones y cuando estuvo de vuelta en el mundo terrenal, no estuvo seguro de si de verdad había vuelto. - Pensaba en donde andará mi hermana,- contestó. - Ahh ¿la chica con la que viniste? - Preguntó la tabernera de dulce mirada a lo que Vinc asintió - Pensaba que era tu novia jaja, salió hace un rato ¿quieres que te sirva algo mientras la esperas o tienes pensado otra cosa? - le dijo con una sonrisa. - Bueno, sírvame una cerveza, me sentaré en aquella mesa,- dijo devolviéndole la sonrisa.
Al poco rato varios comensales salieron del local y llegó Elen. - Buenas noticias, ya tenemos trabajo para mañana y la paga es muy buena.- dijo su hermana nadas más sentarse. Hola, yo también me alegro de verte pensó el rubio y cogió el papel que le daba. 450 aeros para dos personas por un trabajo de mozo de cuadra. - Vaya parece una buena oportunidad de sacar unos aeros hermanita.- dijo con una sonrisa. La posadera volvió con un pedido que su hermana le había hecho y le preguntó a él si quería algo más. Le hizo un pedido para cenar y notó la risita de su hermana. La miró con el rabillo del ojo - No parece complicado, sólo tendremos que madrugar.- Pensó que madrugar no parecía algo sencillo pero no compartió su pensamiento con su hermana. Cuando terminaron de cenar se fueron cada uno a sus aposentos.
Se levantó temprano como le había dicho su hermana. Se preparó y al poco rato de estar listo notó como tocaban la puerta. - ¿Ya te vas? - Al oír su pregunta se acercó a la cama y arropó a la pelirroja en la manta - ¿Te he despertado? Espero que no, tengo que ir a currar un poco,- le contestó dulcemente y le dio un beso en el cuello antes de salir.
Llegaron pronto y una mujer de mediana edad salió a recibirles. Elen la saludó y la mujer contestó bla bla bla. La verdad es que era muy temprano para estar escuchando nada así que solo asintió a todo mientras su hermana conversaba con ella.
- Será mejor que empecemos por limpiar los establos, así luego podremos llevar los animales dentro y acicalarlos.- le dijo su hermana. Se metió en el establo, cogió un cepillo y una pala y empezó a limpiar los habitáculos de los caballos. - Mierda de caballo, que gran hazaña para empezar la mañana.- se dijo Vinc pensando en que debería haberle dado mejor propina al mozo de su posada.
Vincent Calhoun
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Re: Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
Los hermanos no perdieron el tiempo, tomaron las herramientas que se encontraban a la entrada del establo y se pusieron manos a la obra de inmediato. Empezaron por limpiar los habitáculos, sacando la paja que estuviera sucia o húmeda. Aquella parte del trabajo no resultaba agradable, pero el dinero les ayudaría a prepararse para el viaje que les esperaba.
Estaba claro que no sería suficiente, pero ya se preocuparían por buscar otros empleos más adelante. Ambos habían coincidido en que pasar una temporada en la ciudad les vendría bien, no sólo económicamente. Lunargenta les brindaba un sinfín de oportunidades de todo tipo.
La bruja agradeció que fuera tan temprano, al menos no hacía demasiado calor. Terminó de limpiar el primer habitáculo y se dirigió al siguiente, habían acordado dividirse para avanzar con mayor rapidez. Si mantenían el buen ritmo podrían meter a los caballos antes del mediodía, luego se ocuparían de alimentarlos y acicalarlos.
En cuanto acabó con el segundo, echó un vistazo para ver qué tal le iba a su hermano. Elen ya empezaba a notar el cansancio y trabajaba un poco más lento, pero su hermano mantenía el tipo. A pesar de que ambos estaban más acostumbrados a estudiar que a hacer uso de sus capacidades físicas, el rubio se mantenía en forma. Debía seguir su ejemplo y mejorar sus aptitudes, que seguro le serían útiles en algún momento. Volvió a su tarea, intentando no retrasarse mucho con respecto a él.
Las horas pasaban y pronto el sol se situaría sobre ellos, haciendo que las labores resultaran más pesadas por la subida de temperatura. Como era de esperar, Vincent acabó primero con su parte, se acercó y le ofreció su ayuda. La de ojos verdes negó con la cabeza y le aseguró que terminaría enseguida, así que el brujo optó por empezar a traer las carretas de paja limpia.
- Ya he terminado.- dijo mientras lo veía acercarse con la segunda. Sacó el cubo en que había depositado los sucios restos del habitáculo, colocándolo a un lado para que no estorbase. Tomó la pala y el rastrillo que había utilizado y los dejó junto al recipiente. Tras dejar todo en orden acompañó a su hermano para traer el resto de carretas. Sólo hicieron falta un par de viajes más para que tuvieran suficiente.
Estaba claro que no sería suficiente, pero ya se preocuparían por buscar otros empleos más adelante. Ambos habían coincidido en que pasar una temporada en la ciudad les vendría bien, no sólo económicamente. Lunargenta les brindaba un sinfín de oportunidades de todo tipo.
La bruja agradeció que fuera tan temprano, al menos no hacía demasiado calor. Terminó de limpiar el primer habitáculo y se dirigió al siguiente, habían acordado dividirse para avanzar con mayor rapidez. Si mantenían el buen ritmo podrían meter a los caballos antes del mediodía, luego se ocuparían de alimentarlos y acicalarlos.
En cuanto acabó con el segundo, echó un vistazo para ver qué tal le iba a su hermano. Elen ya empezaba a notar el cansancio y trabajaba un poco más lento, pero su hermano mantenía el tipo. A pesar de que ambos estaban más acostumbrados a estudiar que a hacer uso de sus capacidades físicas, el rubio se mantenía en forma. Debía seguir su ejemplo y mejorar sus aptitudes, que seguro le serían útiles en algún momento. Volvió a su tarea, intentando no retrasarse mucho con respecto a él.
Las horas pasaban y pronto el sol se situaría sobre ellos, haciendo que las labores resultaran más pesadas por la subida de temperatura. Como era de esperar, Vincent acabó primero con su parte, se acercó y le ofreció su ayuda. La de ojos verdes negó con la cabeza y le aseguró que terminaría enseguida, así que el brujo optó por empezar a traer las carretas de paja limpia.
- Ya he terminado.- dijo mientras lo veía acercarse con la segunda. Sacó el cubo en que había depositado los sucios restos del habitáculo, colocándolo a un lado para que no estorbase. Tomó la pala y el rastrillo que había utilizado y los dejó junto al recipiente. Tras dejar todo en orden acompañó a su hermano para traer el resto de carretas. Sólo hicieron falta un par de viajes más para que tuvieran suficiente.
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Re: Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
Bueno, era lo que había pensó Vinc. Un poco de ejercicio no le vendría nada mal después de tanto tiempo en un barco metido. Arrinconó la paja con un cepillo y con una pala la fue metiendo en unos sacos. Cada vez que llenaba un saco lo cerraba con una soga y cogía otro. Así una y otra vez hasta que se dio cuenta que había terminado con el primer habitáculo. Que rápido pasaba el tiempo cuando uno estaba entretenido aunque fuese en estos menesteres.
Como iba con buen ritmo se permitió echarle un ojo a Elen. No iba tan rápido como él pero se defendía bien. Ella no estaba tan acostumbrada como él a entrenar físicamente, aunque lo cierto es que pocos brujos lo estaban. La mayoría solo se preocupaba de mejorar si nivel arcano pero él siempre había creído que era importante tener un cuerpo saludable. Su hermana seguía sus pasos desde jovencita y por tanto no tenía un mal físico. Vinc siempre había supuesto que para Elen era como el padre que no tuvo. Era por esto que su hermana siempre intentaba que estuviera orgulloso de ella pero se le olvidaba que para él ella ya era un orgullo por sí sola.
Cuando hubo descansado un rato el brujo volvió a la rutina de ese día. Se pasó al siguiente habitáculo y volvió a repetir el proceso. El sol hacía rato que había salido y al paso del día las sombras se movían en su danza diaria. Terminado el segundo habitáculo se echó por la cabeza un cubo de agua fresca del pozo. Elen parecía algo exhausta así que le trajo otro cubo para que saciara su sed.
Siguió con su labor hasta que el sol casi estaba en el punto más alto. Casi era mediodía cuando terminó su labor y se acercó a su hermanita. - ¿Quieres que te ayude?,- le preguntó pero ella rechazó su ayuda. Jaja que cabezota era. Le recordaba a él cuando era más joven.
Como Elen aún tardaría un poco se acercó al pajal y empezó a meter sacos de paja limpia en un carro para que fuese más cómodo llevarla a las caballerizas. Llevó un viaje de sacos y volvió con la carreta al pajal. ¡Vaya! Esto del pajal le traía algunos recuerdos de su más pronta juventud. Ya había sido mozo en su adolescencia en las cercanías del puerto de Beltrexus. Parecía que había pasado una eternidad desde entonces.
- Ya he terminado.- le dijo su hermana cuando se acercaba con el segundo carro. En cuanto terminó de guardar las herramientas le ayudó a descargar el carro y traer el resto de la paja necesaria para que los animales tuvieran un suelo mullido donde descansar. Ya casi era mediodía pero habían terminado la parte más asquerosa del trabajo. Ahora solo quedaba limpiar y alimentar a los animales.
Como iba con buen ritmo se permitió echarle un ojo a Elen. No iba tan rápido como él pero se defendía bien. Ella no estaba tan acostumbrada como él a entrenar físicamente, aunque lo cierto es que pocos brujos lo estaban. La mayoría solo se preocupaba de mejorar si nivel arcano pero él siempre había creído que era importante tener un cuerpo saludable. Su hermana seguía sus pasos desde jovencita y por tanto no tenía un mal físico. Vinc siempre había supuesto que para Elen era como el padre que no tuvo. Era por esto que su hermana siempre intentaba que estuviera orgulloso de ella pero se le olvidaba que para él ella ya era un orgullo por sí sola.
Cuando hubo descansado un rato el brujo volvió a la rutina de ese día. Se pasó al siguiente habitáculo y volvió a repetir el proceso. El sol hacía rato que había salido y al paso del día las sombras se movían en su danza diaria. Terminado el segundo habitáculo se echó por la cabeza un cubo de agua fresca del pozo. Elen parecía algo exhausta así que le trajo otro cubo para que saciara su sed.
Siguió con su labor hasta que el sol casi estaba en el punto más alto. Casi era mediodía cuando terminó su labor y se acercó a su hermanita. - ¿Quieres que te ayude?,- le preguntó pero ella rechazó su ayuda. Jaja que cabezota era. Le recordaba a él cuando era más joven.
Como Elen aún tardaría un poco se acercó al pajal y empezó a meter sacos de paja limpia en un carro para que fuese más cómodo llevarla a las caballerizas. Llevó un viaje de sacos y volvió con la carreta al pajal. ¡Vaya! Esto del pajal le traía algunos recuerdos de su más pronta juventud. Ya había sido mozo en su adolescencia en las cercanías del puerto de Beltrexus. Parecía que había pasado una eternidad desde entonces.
- Ya he terminado.- le dijo su hermana cuando se acercaba con el segundo carro. En cuanto terminó de guardar las herramientas le ayudó a descargar el carro y traer el resto de la paja necesaria para que los animales tuvieran un suelo mullido donde descansar. Ya casi era mediodía pero habían terminado la parte más asquerosa del trabajo. Ahora solo quedaba limpiar y alimentar a los animales.
Vincent Calhoun
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Re: Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
Tomó uno de los sacos de paja nueva de la carreta más cercana y se dirigió al primer habitáculo que había despejado. Con ayuda de un rastrillo limpio comenzó a esparcirla de forma uniforme, creando una mullida capa sobre el suelo. Al terminar, echó un leve vistazo para comprobar que no hubiera ningún hueco, salió y se acercó a la puerta de la cabina siguiente.
Se detuvo un momento y alzó la vista al cielo, el sol ya se encontraba en su punto más alto. La subida de temperatura empezaba a notarse, había hecho bien en recogerse los cabellos en una coleta. Se arremangó la camisa y recordó el cubo de agua que su hermano había traído, lo buscó con la mirada y se acercó para refrescarse un poco el rostro y el cuello.
Aprovechó la pequeña pausa para ver qué tal le iba a Vince. Como era de esperar, el brujo avanzaba más rápido que ella en la tarea. Le ofreció algo de agua y regresó a su labor, dejando el saco vacío en la carreta y llevándose otro consigo. Repitió el proceso con los habitáculos restantes, de forma concienzuda.
Aquel era el primer trabajo de los hermanos fuera de Beltrexus, debían hacerlo lo mejor posible. Quizá la propietaria los contratase en otra ocasión si quedaba satisfecha con el resultado, lo que les ayudaría a conseguir más rápidamente los aeros para preparar su viaje hacia el norte.
Para cuando terminó, el rubio ya había cargado un par de carretas con la paja húmeda que habían retirado. Lo ayudó con los que quedaban y se deshicieron de los sacos antes de devolver los carros al lugar donde los habían encontrado. Miró a su hermano y luego la posición del sol, empezaba a tener algo de hambre.
- ¿Qué te parece si dejamos que el nuevo suelo se vaya aireando y vamos a comer algo? – desvió la vista hacia la casa de los peones, que no estaba lejos. - Luego podremos meter los caballos y darles de comer.- después de eso sólo quedaría la tarea de acicalarlos, que sería lo último que harían.
Se detuvo un momento y alzó la vista al cielo, el sol ya se encontraba en su punto más alto. La subida de temperatura empezaba a notarse, había hecho bien en recogerse los cabellos en una coleta. Se arremangó la camisa y recordó el cubo de agua que su hermano había traído, lo buscó con la mirada y se acercó para refrescarse un poco el rostro y el cuello.
Aprovechó la pequeña pausa para ver qué tal le iba a Vince. Como era de esperar, el brujo avanzaba más rápido que ella en la tarea. Le ofreció algo de agua y regresó a su labor, dejando el saco vacío en la carreta y llevándose otro consigo. Repitió el proceso con los habitáculos restantes, de forma concienzuda.
Aquel era el primer trabajo de los hermanos fuera de Beltrexus, debían hacerlo lo mejor posible. Quizá la propietaria los contratase en otra ocasión si quedaba satisfecha con el resultado, lo que les ayudaría a conseguir más rápidamente los aeros para preparar su viaje hacia el norte.
Para cuando terminó, el rubio ya había cargado un par de carretas con la paja húmeda que habían retirado. Lo ayudó con los que quedaban y se deshicieron de los sacos antes de devolver los carros al lugar donde los habían encontrado. Miró a su hermano y luego la posición del sol, empezaba a tener algo de hambre.
- ¿Qué te parece si dejamos que el nuevo suelo se vaya aireando y vamos a comer algo? – desvió la vista hacia la casa de los peones, que no estaba lejos. - Luego podremos meter los caballos y darles de comer.- después de eso sólo quedaría la tarea de acicalarlos, que sería lo último que harían.
Elen Calhoun
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Re: Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
Ya era mediodía. El tiempo había pasado volando pensó. Lo cierto es que siempre le pasaba cuando estaba concentrado en alguna actividad. Se abstraía tanto del mundo que no sentía hambre ni sueño salvo que pasaran muchas horas.
- ¿Qué te parece si dejamos que el nuevo suelo se vaya aireando y vamos a comer algo? - le preguntó su hermana mirando la casa de los peones. - Luego podremos meter los caballos y darles de comer- continuó. Tenía pensado seguir con la labor pero era normal que su hermana tuviera hambre. El también sentía los picotazos del hambre en su vientre ya que se habían levantado muy temprano y casi no habían desayunado. Si Elen no se lo hubiese comentado hubiera seguido trabajando hasta que fuera el propio hambre, cuando fuera muy acuciante, el que lo sacara de su concentración.
- Me parece buena idea,- le contestó y se encaminó hacia la casa. Mientras se acercaba notó que había personas dentro de ella así que tocó con suavidad la puerta. Una chica un poco menor que Elen abrió la puerta. - ¿Qué desean? - preguntó pero antes que pudiera contestarle la chica prosiguió - Ahh, que cabeza la mía jaja, sois los chicos contratados para el cuidado de los caballos.
- Así es señorita, el contrato decía que podíamos almorzar en la casa de peones, pero si vos está ocupada aquí podemos comer en otro lado,- le contestó. La chica sonrió - Por favor, no sois ninguna molestia. Aquí somos pocos sirvientes y para nosotros será grato tener alguien nuevo con quien conversar,- dijo a la vez que se hacía a un lado para dejar el vano de la puerta libre para que pudieran pasar. Entraron con recato en la casa y pudieron comprobar que había otras dos personas en la casa. Se trataba de un chico y una chica que tendrían una edad aproximada a ellos. Se quitó el guante y le tendió la mano al mozo - Hola, me llamo Vincent Calhoun y esta es mi hermana Elen.
- ¿Qué te parece si dejamos que el nuevo suelo se vaya aireando y vamos a comer algo? - le preguntó su hermana mirando la casa de los peones. - Luego podremos meter los caballos y darles de comer- continuó. Tenía pensado seguir con la labor pero era normal que su hermana tuviera hambre. El también sentía los picotazos del hambre en su vientre ya que se habían levantado muy temprano y casi no habían desayunado. Si Elen no se lo hubiese comentado hubiera seguido trabajando hasta que fuera el propio hambre, cuando fuera muy acuciante, el que lo sacara de su concentración.
- Me parece buena idea,- le contestó y se encaminó hacia la casa. Mientras se acercaba notó que había personas dentro de ella así que tocó con suavidad la puerta. Una chica un poco menor que Elen abrió la puerta. - ¿Qué desean? - preguntó pero antes que pudiera contestarle la chica prosiguió - Ahh, que cabeza la mía jaja, sois los chicos contratados para el cuidado de los caballos.
- Así es señorita, el contrato decía que podíamos almorzar en la casa de peones, pero si vos está ocupada aquí podemos comer en otro lado,- le contestó. La chica sonrió - Por favor, no sois ninguna molestia. Aquí somos pocos sirvientes y para nosotros será grato tener alguien nuevo con quien conversar,- dijo a la vez que se hacía a un lado para dejar el vano de la puerta libre para que pudieran pasar. Entraron con recato en la casa y pudieron comprobar que había otras dos personas en la casa. Se trataba de un chico y una chica que tendrían una edad aproximada a ellos. Se quitó el guante y le tendió la mano al mozo - Hola, me llamo Vincent Calhoun y esta es mi hermana Elen.
Vincent Calhoun
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Re: Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
Vincent escuchó su idea y se mostró de acuerdo, así que dejaron las herramientas y se encaminaron hacia la casa de los peones. Poco después ya se encontraban ante la puerta, el rubio llamó golpeándola suavemente con los nudillos. Una muchacha, de aspecto algo más joven que ella, abrió para recibirlos.
- ¿Qué desean? - preguntó, se llevó la mano a la frente como si acabase de recordar algo y volvió a hablar. - Ahh, que cabeza la mía jaja, sois los chicos contratados para el cuidado de los caballos.- Seguramente Erick los habría avisado de su llegada. El brujo cruzó unas palabras con la joven y ésta se apartó para dejarles entrar.
En el interior se encontraban otro par de jóvenes, que parecían rondar la misma edad que los hermanos. Vince se apresuró a presentarse y Elen hizo lo mismo. - Bienvenidos chicos, mi nombre es Lorien y éste es Alan, trabajamos aquí desde hace un par de años. - la muchacha parecía amable. Les hizo un gesto para que se acercasen a la mesa y tomaran asiento.
Elen bordeó la mesa y se sentó en uno de los extremos, se deshizo de los guantes y los dejó a un lado del banco. Se llevó una mano a la sien, el cansancio y el hambre habían hecho mella su estado. La chica que los recibió hizo acto de presencia, trayendo consigo algo de comida y bebida para ellos. La peliblanca dio las gracias y dio un trago a su jarra, el calor también se hacía notar.
- Creo que no os he visto antes por la ciudad, ¿de dónde venís? - preguntó la joven, que tras servir al resto se sentó también a la mesa. La maga desvió la mirada hacia ella al tiempo que se apartaba los cabellos del rostro. - Acabamos de llegar de Beltrexus. - respondió, esperando que el hecho de que fueran brujos no tuviera importancia para los presentes.
- ¡Vaya! Debéis estar cansados después de un viaje así. - siguió la muchacha, que parecía interesada. Seguramente no había tenido oportunidad de salir de Lunargenta en su vida, por eso la idea de un viaje le parecía emocionante.
- ¿Qué desean? - preguntó, se llevó la mano a la frente como si acabase de recordar algo y volvió a hablar. - Ahh, que cabeza la mía jaja, sois los chicos contratados para el cuidado de los caballos.- Seguramente Erick los habría avisado de su llegada. El brujo cruzó unas palabras con la joven y ésta se apartó para dejarles entrar.
En el interior se encontraban otro par de jóvenes, que parecían rondar la misma edad que los hermanos. Vince se apresuró a presentarse y Elen hizo lo mismo. - Bienvenidos chicos, mi nombre es Lorien y éste es Alan, trabajamos aquí desde hace un par de años. - la muchacha parecía amable. Les hizo un gesto para que se acercasen a la mesa y tomaran asiento.
Elen bordeó la mesa y se sentó en uno de los extremos, se deshizo de los guantes y los dejó a un lado del banco. Se llevó una mano a la sien, el cansancio y el hambre habían hecho mella su estado. La chica que los recibió hizo acto de presencia, trayendo consigo algo de comida y bebida para ellos. La peliblanca dio las gracias y dio un trago a su jarra, el calor también se hacía notar.
- Creo que no os he visto antes por la ciudad, ¿de dónde venís? - preguntó la joven, que tras servir al resto se sentó también a la mesa. La maga desvió la mirada hacia ella al tiempo que se apartaba los cabellos del rostro. - Acabamos de llegar de Beltrexus. - respondió, esperando que el hecho de que fueran brujos no tuviera importancia para los presentes.
- ¡Vaya! Debéis estar cansados después de un viaje así. - siguió la muchacha, que parecía interesada. Seguramente no había tenido oportunidad de salir de Lunargenta en su vida, por eso la idea de un viaje le parecía emocionante.
Elen Calhoun
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Re: Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
Después de que se presentase Elen hizo lo propio. La otra chica que se encontraba en la sala dijo llamarse Lorien y que el chico se llamaba Alan. Le estrechó la mano amigablemente mientras su hermana se sentaba a la mesa. El trabajo había sido algo duro para ella, así que suponía que tendría mucha hambre.
En cuanto se sentó en la esquina al lado de su hermana, la chica que los recibió apareció trayendo comida para los comensales. Les dieron las gracias por su amabilidad y en cuanto la chica se sentó les preguntó de dónde veníamos. Elen se apresuró a decirle que éramos de Beltrexus.
Normalmente era mejor no decir a nadie que se era brujo por las guerras que habían provocado estos en el pasado. Pero Lunargenta era un lugar abierto así que no creyó que su hermana hiciera mal al decirles que eran brujos. No se equivocó. A la chica pareció encantarle la idea de que fueran de un sitio lejano.
- Beltrexus es un sitio genial. Un sitio mucho más abierto que antaño a los extranjeros.- dijo Vinc - Eso es genial, Alan y yo pensamos viajar algún día al extranjero para conocer mundo,- respondió Lorien cogiendo de la mano al chico. Mmm debían ser pareja pensó - Pues si algún día tenéis pensado ir a Beltrexus os podemos dar referencias,- contestó sonriente.
Esto pareció agradar a los chicos que no dejaron de hacer preguntas mientras comían. Eran chicos muy majos y deseosos de conocer mundo. En poco tiempo les había cogido estima y seguro que tendrían la oportunidad de conocerse mejor el tiempo que estarían en la ciudad.
- ¿Tenéis pensado quedaros mucho tiempo en la ciudad? - preguntó Alan. Era una buena pregunta. Cuando iniciaron el viaje en Beltrexus pensaban estar poco tiempo en cada lugar que visitaran para que el viaje no se alargase demasiado. El viaje consistía en llegar al Poblado abandonado de los dragones en la otra punta del continente, así que incluso parando poco tiempo en cada lugar tardarían mucho. Pero el dinero que habían ahorrado en su ciudad natal había disminuido en los preparativos del viaje. Sobre todo en la compra de sus monturas y de los pasajes de barco. Así que debían quedarse una temporada en Lunargenta ganando dinero antes de partir. No había muchos lugares como este en su camino. Sitios tranquilos donde se respetaran a los brujos para poder trabajar.
- Pues yo creo que nos quedaremos una temporada en la ciudad ¿Tú qué opinas hermanita?
En cuanto se sentó en la esquina al lado de su hermana, la chica que los recibió apareció trayendo comida para los comensales. Les dieron las gracias por su amabilidad y en cuanto la chica se sentó les preguntó de dónde veníamos. Elen se apresuró a decirle que éramos de Beltrexus.
Normalmente era mejor no decir a nadie que se era brujo por las guerras que habían provocado estos en el pasado. Pero Lunargenta era un lugar abierto así que no creyó que su hermana hiciera mal al decirles que eran brujos. No se equivocó. A la chica pareció encantarle la idea de que fueran de un sitio lejano.
- Beltrexus es un sitio genial. Un sitio mucho más abierto que antaño a los extranjeros.- dijo Vinc - Eso es genial, Alan y yo pensamos viajar algún día al extranjero para conocer mundo,- respondió Lorien cogiendo de la mano al chico. Mmm debían ser pareja pensó - Pues si algún día tenéis pensado ir a Beltrexus os podemos dar referencias,- contestó sonriente.
Esto pareció agradar a los chicos que no dejaron de hacer preguntas mientras comían. Eran chicos muy majos y deseosos de conocer mundo. En poco tiempo les había cogido estima y seguro que tendrían la oportunidad de conocerse mejor el tiempo que estarían en la ciudad.
- ¿Tenéis pensado quedaros mucho tiempo en la ciudad? - preguntó Alan. Era una buena pregunta. Cuando iniciaron el viaje en Beltrexus pensaban estar poco tiempo en cada lugar que visitaran para que el viaje no se alargase demasiado. El viaje consistía en llegar al Poblado abandonado de los dragones en la otra punta del continente, así que incluso parando poco tiempo en cada lugar tardarían mucho. Pero el dinero que habían ahorrado en su ciudad natal había disminuido en los preparativos del viaje. Sobre todo en la compra de sus monturas y de los pasajes de barco. Así que debían quedarse una temporada en Lunargenta ganando dinero antes de partir. No había muchos lugares como este en su camino. Sitios tranquilos donde se respetaran a los brujos para poder trabajar.
- Pues yo creo que nos quedaremos una temporada en la ciudad ¿Tú qué opinas hermanita?
Vincent Calhoun
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Re: Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
Pronto el resto de los presentes se unieron a la conversación. Una sutil muestra de afecto dejo claro que Lorien y Alan eran pareja. Vince les habló de Beltrexus y el cambio que la ciudad había sufrido con respecto al pasado, por suerte a mejor. Algunos brujos seguían sintiendo una profunda animadversión por los elfos, pero con el tiempo éstos iban disminuyendo.
En cuanto a esto, Lunargenta era un lugar más avanzado. Había gente de muchas razas y todos habían aprendido a convivir de forma cordial, lo que era esperanzador. La peliblanca probó la comida mientras el resto seguía con la amena charla, se sentía a gusto con aquella gente.
- ¿Tenéis pensado quedaros mucho tiempo en la ciudad? - La pregunta de Alan hizo que se detuviera. Los hermanos habían esperado muchos años para emprender el viaje, hasta que ella cumplió la mayoría de edad. Puede que después de tanto no debiesen entretenerse en el camino, pero necesitaban ganar algo de dinero y prepararse, no sabían a qué tendrían que enfrentarse por el camino.
Otra idea empezó a rondar su mente, ¿y si después de tanto tiempo no encontraban nada? No le gustaba pensar en esa idea pero era una posibilidad. Aunque la búsqueda de la biblioteca les llevase años, ya deberían haber vuelto. O al menos tendrían que haber dado señales de vida.
- Pues yo creo que nos quedaremos una temporada en la ciudad ¿Tú qué opinas hermanita? - la voz del brujo la sacó de sus pensamientos, alzó la vista al resto y asintió con la cabeza.- Estoy de acuerdo, la estancia en la ciudad nos vendrá bien.- la muchacha más joven, que se había despistado y aún no había dicho su nombre seguía la conversación con interés.
- ¡Estupendo! Seguro que os veremos otro día por aquí o en el mercado. - La de ojos verdes esbozó una leve sonrisa en respuesta, parecían gente muy amable, con la que se podrían llevar muy bien sin esfuerzo. La charla se alargó algo más, mientras terminaban la comida. Lorien les recomendó algunos de los mejores sitios de la ciudad, que visitarían si tenían algo de tiempo libre.
A pesar del buen rato que estaban pasando, aún tenían tareas pendientes. Se despidieron cordialmente, agradeciendo la comida y la compañía, para volver a sus labores.
En cuanto a esto, Lunargenta era un lugar más avanzado. Había gente de muchas razas y todos habían aprendido a convivir de forma cordial, lo que era esperanzador. La peliblanca probó la comida mientras el resto seguía con la amena charla, se sentía a gusto con aquella gente.
- ¿Tenéis pensado quedaros mucho tiempo en la ciudad? - La pregunta de Alan hizo que se detuviera. Los hermanos habían esperado muchos años para emprender el viaje, hasta que ella cumplió la mayoría de edad. Puede que después de tanto no debiesen entretenerse en el camino, pero necesitaban ganar algo de dinero y prepararse, no sabían a qué tendrían que enfrentarse por el camino.
Otra idea empezó a rondar su mente, ¿y si después de tanto tiempo no encontraban nada? No le gustaba pensar en esa idea pero era una posibilidad. Aunque la búsqueda de la biblioteca les llevase años, ya deberían haber vuelto. O al menos tendrían que haber dado señales de vida.
- Pues yo creo que nos quedaremos una temporada en la ciudad ¿Tú qué opinas hermanita? - la voz del brujo la sacó de sus pensamientos, alzó la vista al resto y asintió con la cabeza.- Estoy de acuerdo, la estancia en la ciudad nos vendrá bien.- la muchacha más joven, que se había despistado y aún no había dicho su nombre seguía la conversación con interés.
- ¡Estupendo! Seguro que os veremos otro día por aquí o en el mercado. - La de ojos verdes esbozó una leve sonrisa en respuesta, parecían gente muy amable, con la que se podrían llevar muy bien sin esfuerzo. La charla se alargó algo más, mientras terminaban la comida. Lorien les recomendó algunos de los mejores sitios de la ciudad, que visitarían si tenían algo de tiempo libre.
A pesar del buen rato que estaban pasando, aún tenían tareas pendientes. Se despidieron cordialmente, agradeciendo la comida y la compañía, para volver a sus labores.
Elen Calhoun
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Re: Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
Después de despedirse de tan grata compañía volvieron a las labores. Se acercaron a la zona donde habían dejado a los caballos amarrados y Vinc empezó a mirar las pezuñas de estos para ver si estaban bien. - Elen, ¿puedes traer cubos de agua? Creo que es buena idea que los limpiemos un poco,- le preguntó a su hermana.
Esta asintió y poco a poco fue trayendo varios cubos para la limpieza. Mientras, Vinc seguía la revisión de las pezuñas pero no encontró nada relevante. Estaban en muy buen estado y sus herraduras igual. Fue hasta el establo y encontró varias esponjas en el cuarto de las herramientas. También divisó cepillos para peinar caballos. Les servirían para después pensó.
Cuando salió vio que su hermana ya había traído muchos cubos y le pasó una esponja. Luego cogió un cubo y se lo echó por encima del lomo al primer caballo. Cogió otro cubo y con este fue humedeciendo la esponja y luego pasándola por las zonas más sensibles del animal. Limpió con ella la cabeza de este y por detrás de las orejas, luego aprovechó para limpiarle el cuello por debajo y las patas. Poco a poco acabó con el primer animal y lo llevó a su habitáculo correspondiente.
Aprovechó para tomarse un respiro y observar que tal le iba a su hermana. Casi había acabado con su primer animal y se le veía muy animada. A ella siempre le habían gustado los animales desde pequeña. Le gustaba convertir a cualquier animal en parte de la familia si podía. Así que estaba encantada de poder tratar con los animales de cerca.
- Estas tan adorable con los caballos que casi no pareces malvada,- le dijo con tono burlesco y le sacó la lengua. Le gustaba chincharla de vez en cuando porque eso la animaba también. Siempre habían estado jugando desde niños y se conocían bien. Le había dicho esto mientras ella entraba al caballo que limpiaba y no había podido observar que reacción había tenido ella. Estaba seguro de que se la devolvería, pero no había tiempo que perder así que pasó al siguiente caballo esperando la contestación de su hermana.
Esta asintió y poco a poco fue trayendo varios cubos para la limpieza. Mientras, Vinc seguía la revisión de las pezuñas pero no encontró nada relevante. Estaban en muy buen estado y sus herraduras igual. Fue hasta el establo y encontró varias esponjas en el cuarto de las herramientas. También divisó cepillos para peinar caballos. Les servirían para después pensó.
Cuando salió vio que su hermana ya había traído muchos cubos y le pasó una esponja. Luego cogió un cubo y se lo echó por encima del lomo al primer caballo. Cogió otro cubo y con este fue humedeciendo la esponja y luego pasándola por las zonas más sensibles del animal. Limpió con ella la cabeza de este y por detrás de las orejas, luego aprovechó para limpiarle el cuello por debajo y las patas. Poco a poco acabó con el primer animal y lo llevó a su habitáculo correspondiente.
Aprovechó para tomarse un respiro y observar que tal le iba a su hermana. Casi había acabado con su primer animal y se le veía muy animada. A ella siempre le habían gustado los animales desde pequeña. Le gustaba convertir a cualquier animal en parte de la familia si podía. Así que estaba encantada de poder tratar con los animales de cerca.
- Estas tan adorable con los caballos que casi no pareces malvada,- le dijo con tono burlesco y le sacó la lengua. Le gustaba chincharla de vez en cuando porque eso la animaba también. Siempre habían estado jugando desde niños y se conocían bien. Le había dicho esto mientras ella entraba al caballo que limpiaba y no había podido observar que reacción había tenido ella. Estaba seguro de que se la devolvería, pero no había tiempo que perder así que pasó al siguiente caballo esperando la contestación de su hermana.
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Re: Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
El sol había bajado un poco durante el almuerzo, cosa que la de cabellos cenicientos agradeció. Ya no hacía tanto calor, lo que facilitaría el resto de tareas que quedaban pendientes. Se encaminaron a donde aguardaban los caballos, para asearlos y revisarlos antes de meterlos en los habitáculos.
- Elen, ¿puedes traer cubos de agua? Creo que es buena idea que los limpiemos un poco.- preguntó el rubio mientras revisaba las pezuñas del animal más cercano. La bruja asintió con la cabeza y se acercó a una especie de pozo, poco profundo. Llenó un par de cubos y los llevó junto a su hermano, luego volvió y repitió la operación varias veces. Cuando ya había reunido bastantes, tomó la esponja que Vince le tendía y se acercó a uno de los caballos.
Era un hermoso ejemplar blanco, alto y con un porte elegante. Seguramente lo tenían acostumbrado a los mejores cuidados, por lo que vertió el agua sobre su lomo con delicadeza y luego frotó con la esponja húmeda las zonas más sensibles. Siempre le habían gustado los animales y sabía apreciar la belleza de los mismos.
Terminó con el primer caballo y lo condujo hacia el habitáculo correspondiente, escuchando de fondo la voz de su hermano. - Estás tan adorable con los caballos que casi no pareces malvada.- dijo con tono burlón. Desde pequeños, el rubio siempre se había divertido pinchándola. Puso los ojos en blanco al tiempo que esbozaba una leve sonrisa, ya estaba acostumbrada y además le traía buenos recuerdos de la infancia.
Dejó al caballo en su lugar y salió a por el siguiente, aún quedaban varios más. - Vamos Vince no me quieras dar tus méritos, todos saben que la buena de los dos soy yo. - dijo echando un ojo al brujo con una sonrisa en los labios, mientras se acercaba al siguiente corcel. Esta vez se trataba de una yegua castaña, algo más baja que el anterior pero también muy bonita. Parecía intranquila por la presencia de los extraños así que le acarició el cuello para que se relajase antes de echar mano a otro de los cubos de agua.
Repitió el proceso que había seguido con el primer animal, tratándola con cuidado para que se sintiese a gusto. Cuando terminasen con los que estaban aseando ya sólo quedaría un par y una vez estuviesen todos en los habitáculos, procederían a darles la comida y cepillarlos.
- Elen, ¿puedes traer cubos de agua? Creo que es buena idea que los limpiemos un poco.- preguntó el rubio mientras revisaba las pezuñas del animal más cercano. La bruja asintió con la cabeza y se acercó a una especie de pozo, poco profundo. Llenó un par de cubos y los llevó junto a su hermano, luego volvió y repitió la operación varias veces. Cuando ya había reunido bastantes, tomó la esponja que Vince le tendía y se acercó a uno de los caballos.
Era un hermoso ejemplar blanco, alto y con un porte elegante. Seguramente lo tenían acostumbrado a los mejores cuidados, por lo que vertió el agua sobre su lomo con delicadeza y luego frotó con la esponja húmeda las zonas más sensibles. Siempre le habían gustado los animales y sabía apreciar la belleza de los mismos.
Terminó con el primer caballo y lo condujo hacia el habitáculo correspondiente, escuchando de fondo la voz de su hermano. - Estás tan adorable con los caballos que casi no pareces malvada.- dijo con tono burlón. Desde pequeños, el rubio siempre se había divertido pinchándola. Puso los ojos en blanco al tiempo que esbozaba una leve sonrisa, ya estaba acostumbrada y además le traía buenos recuerdos de la infancia.
Dejó al caballo en su lugar y salió a por el siguiente, aún quedaban varios más. - Vamos Vince no me quieras dar tus méritos, todos saben que la buena de los dos soy yo. - dijo echando un ojo al brujo con una sonrisa en los labios, mientras se acercaba al siguiente corcel. Esta vez se trataba de una yegua castaña, algo más baja que el anterior pero también muy bonita. Parecía intranquila por la presencia de los extraños así que le acarició el cuello para que se relajase antes de echar mano a otro de los cubos de agua.
Repitió el proceso que había seguido con el primer animal, tratándola con cuidado para que se sintiese a gusto. Cuando terminasen con los que estaban aseando ya sólo quedaría un par y una vez estuviesen todos en los habitáculos, procederían a darles la comida y cepillarlos.
Elen Calhoun
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Re: Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
No perdió el tiempo y se acercó al siguiente animal. Era un caballo castaño muy bonito al que le acarició el hocico. Al animal pareció agradarle las caricias ya que relinchó con un sonido de agradecimiento. Le echó un cubo de agua por encima como a los anteriores y luego limpió en profundidad las zonas más sensibles. Todo era muy rutinario como en cualquier trabajo.
Le echó un ojo a su hermana que parecía encontrarse mejor por la bajada de temperatura. Iba con mucho mejor ritmo que por la mañana y su felicidad por tratar con animales era palpable.
- Pues si que te ha sentido bien la comida,- dijo a la vez que le sacaba la lengua.
Ella hizo lo propio y fue por más cubos de agua. - Que guay es trabajar cuando tienes a tu hermana cargando cubos de agua, ¿ehhh Elen?- dijo socarrón. Su hermana negó con la cabeza queriendo decir que su hermano no tenía remedio. Lo cierto es que no lo tenía pensó Vinc.
Todo iba a buen ritmo. Ya solo quedaban dos animales por lavar y cada uno cogió a uno. Él decidió coger a una yegua negra bastante ancha. No era para menos estaba preñada y tenía pinta de llevar la gestación avanzada. Le echó un cubo y luego limpió las zonas sensibles como hizo con lo demás.
La llevó a su habitáculo y pudo observar como de sus tetas salía una secreción espesa y clara. Qué raro pensó. Cualquiera diría que va a ponerse a parir ahora mismo pero lo normal es que lo hiciera de noche. Se disponía a salir sin darle mayor importancia cuando de repente la yegua se puso nerviosa. - Tranquila, tranquila, no pasa nada,- intentaba calmarla el brujo, pero la yegua solo se tranquilizó solo un poco. Estaba intentado calmar al animal cuando de repente sintió la caída de agua por detrás de ella. - Ohhh mierda, ¡Elen termina lo que estés haciendo que tenemos trabajo extra! – gritó Vinc a su hermana.
No los habían contratado para un parto pero esta yegua no había pensado lo mismo. No iba a ser un día del todo rutinario después de todo.
Le echó un ojo a su hermana que parecía encontrarse mejor por la bajada de temperatura. Iba con mucho mejor ritmo que por la mañana y su felicidad por tratar con animales era palpable.
- Pues si que te ha sentido bien la comida,- dijo a la vez que le sacaba la lengua.
Ella hizo lo propio y fue por más cubos de agua. - Que guay es trabajar cuando tienes a tu hermana cargando cubos de agua, ¿ehhh Elen?- dijo socarrón. Su hermana negó con la cabeza queriendo decir que su hermano no tenía remedio. Lo cierto es que no lo tenía pensó Vinc.
Todo iba a buen ritmo. Ya solo quedaban dos animales por lavar y cada uno cogió a uno. Él decidió coger a una yegua negra bastante ancha. No era para menos estaba preñada y tenía pinta de llevar la gestación avanzada. Le echó un cubo y luego limpió las zonas sensibles como hizo con lo demás.
La llevó a su habitáculo y pudo observar como de sus tetas salía una secreción espesa y clara. Qué raro pensó. Cualquiera diría que va a ponerse a parir ahora mismo pero lo normal es que lo hiciera de noche. Se disponía a salir sin darle mayor importancia cuando de repente la yegua se puso nerviosa. - Tranquila, tranquila, no pasa nada,- intentaba calmarla el brujo, pero la yegua solo se tranquilizó solo un poco. Estaba intentado calmar al animal cuando de repente sintió la caída de agua por detrás de ella. - Ohhh mierda, ¡Elen termina lo que estés haciendo que tenemos trabajo extra! – gritó Vinc a su hermana.
No los habían contratado para un parto pero esta yegua no había pensado lo mismo. No iba a ser un día del todo rutinario después de todo.
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Re: Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
La delicadeza de la bruja hizo que la yegua castaña se tranquilizase, facilitándole la tarea. Terminó de asearla con cuidado y la condujo hasta su habitáculo para que descansara. Ahora sólo quedaban los dos últimos animales, pero el agua que quedaba no sería suficiente, por lo que recogió algunos de los baldes y se dirigió al pozo nuevamente. - Que guay es trabajar cuando tienes a tu hermana cargando cubos de agua, ¿ehhh Elen?- la voz de Vince sonaba burlona a su espalda. La de ojos verdes negó con la cabeza al tiempo que esbozaba una leve sonrisa, el rubio no tenía remedio.
Siguió su camino hacia el pozo y aprovechó para refrescarse el rostro y el cuello antes de llenar los cubos. Con el paso de las horas el calor ya no era tan notable, pero la hechicera no estaba acostumbrada a los trabajos físicos. La naturaleza de los brujos no se basaba en la fuerza sino en la sabiduría, por lo que se concentraban más en estudiar y desarrollar las habilidades mágicas relacionadas con los elementos que dominaban.
Sin embargo, Vince veía importante lo de mantenerse en forma, por lo que la maga tendría que practicar y mejorar bastante. Regresó junto a los caballos, dejando los baldes llenos cerca del rubio. Necesitó otro viaje para tener el agua suficiente, pero ya estaban a punto de terminar. Se acercó a su último caballo, un ejemplar totalmente negro, alto y robusto. Palmeó el cuello del corcel, que se parecía bastante a su querido Sombra. Repitió el proceso una vez más, para luego guiarlo al interior.
- Ohhh mierda, ¡Elen termina lo que estés haciendo que tenemos trabajo extra! - el grito del brujo la sobresaltó, dejó al animal y salió a su encuentro. Vince se encontraba en el habitáculo contiguo, intentando calmar a una yegua, que por lo que se podía apreciar estaba de parto. La de cabellos cenicientos abrió los ojos sorprendida, el día no iba a ser tan tranquilo como esperaba.
- No puede ser… - musitó, mientras la preñada flexionaba las patas para echarse sobre la paja nueva que cubría el suelo. Tenía la respiración agitada, los esfuerzos por dar a luz ya habían empezado. Se acercó a ella y prestó atención, el potrillo no tardaría en asomar. Con suerte el parto sería rápido y fácil, sino les tocaría ayudarla, tirando de la cría. - Vince, necesitaremos agua y algún trapo limpio.
Siguió su camino hacia el pozo y aprovechó para refrescarse el rostro y el cuello antes de llenar los cubos. Con el paso de las horas el calor ya no era tan notable, pero la hechicera no estaba acostumbrada a los trabajos físicos. La naturaleza de los brujos no se basaba en la fuerza sino en la sabiduría, por lo que se concentraban más en estudiar y desarrollar las habilidades mágicas relacionadas con los elementos que dominaban.
Sin embargo, Vince veía importante lo de mantenerse en forma, por lo que la maga tendría que practicar y mejorar bastante. Regresó junto a los caballos, dejando los baldes llenos cerca del rubio. Necesitó otro viaje para tener el agua suficiente, pero ya estaban a punto de terminar. Se acercó a su último caballo, un ejemplar totalmente negro, alto y robusto. Palmeó el cuello del corcel, que se parecía bastante a su querido Sombra. Repitió el proceso una vez más, para luego guiarlo al interior.
- Ohhh mierda, ¡Elen termina lo que estés haciendo que tenemos trabajo extra! - el grito del brujo la sobresaltó, dejó al animal y salió a su encuentro. Vince se encontraba en el habitáculo contiguo, intentando calmar a una yegua, que por lo que se podía apreciar estaba de parto. La de cabellos cenicientos abrió los ojos sorprendida, el día no iba a ser tan tranquilo como esperaba.
- No puede ser… - musitó, mientras la preñada flexionaba las patas para echarse sobre la paja nueva que cubría el suelo. Tenía la respiración agitada, los esfuerzos por dar a luz ya habían empezado. Se acercó a ella y prestó atención, el potrillo no tardaría en asomar. Con suerte el parto sería rápido y fácil, sino les tocaría ayudarla, tirando de la cría. - Vince, necesitaremos agua y algún trapo limpio.
Elen Calhoun
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Re: Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
Su hermana llegó tan pronto como pudo y se quedó realmente sorprendida. Le pidió un trapo y agua limpia así que salió presto a por ellos. No tardó demasiado en ir a buscar las cosas pero lo del parto sería otro cantar. Los partos de yegua podían durar. - Ahora que quedaba tan poco para terminar…- musitó.
Se reunió de nuevo con su hermana para auxiliar en lo posible a la yegua con el parto. Por ahora poco podían hacer. Solo esperar y esperar y esperar. - Esta es la parte más divertida ehh, hermanita. Jaja,- le dijo a Elen de forma animada.
Con el tiempo una pata fue asomándose a través de la vagina, y luego la otra. Estaba saliendo como debía, con las patas delanteras primero. Pronto empezaría a asomar el hocico o al menos era lo que debería ocurrir. - Espero que no haya complicaciones. Si esto pasara deberemos buscar el problema en su vagina con las manos y luego tirar del potrillo,- le expuso a su hermana.
Ya habían pasado varios minutos cuando ya asomaba toda la cabeza fuera de su madre. Lo cierto es que todo esto era un espectáculo. Una de las maravillas de este mundo. El inicio de una nueva vida. El brujo estaba nervioso y a la vez expectante pero su hermana no era menos. Con lo que le chiflaba los animales debería estar super-emocionada. Solo había que mirarle a la cara para saberlo, no había que ser ningún experto.
Parte de su espalda había asomado ya. - Es hora de limpiarle la mucosidad del hocico Elen,- le dijo a su hermana a la vez que le pasaba un paño húmedo. Podría hacerlo él mismo pero prefería que ella disfrutara de la experiencia. Hasta donde él sabía era el primer parto de potro que presenciaba.
Su hermana se acercó y cogió el paño. Se puso a limpiar suavemente al nacido que estaba asustado como era natural. Hasta ahora siempre había estado seguro en el útero de su madre y ahora tenía que salir a este mundo. Todo esto era algo nuevo para Elen pero también para nuestro nuevo huésped en Aerandir. El brujo solo esperaba que no hubiera complicaciones para que la experiencia fuese lo más gratificante posible para ambos.
Se reunió de nuevo con su hermana para auxiliar en lo posible a la yegua con el parto. Por ahora poco podían hacer. Solo esperar y esperar y esperar. - Esta es la parte más divertida ehh, hermanita. Jaja,- le dijo a Elen de forma animada.
Con el tiempo una pata fue asomándose a través de la vagina, y luego la otra. Estaba saliendo como debía, con las patas delanteras primero. Pronto empezaría a asomar el hocico o al menos era lo que debería ocurrir. - Espero que no haya complicaciones. Si esto pasara deberemos buscar el problema en su vagina con las manos y luego tirar del potrillo,- le expuso a su hermana.
Ya habían pasado varios minutos cuando ya asomaba toda la cabeza fuera de su madre. Lo cierto es que todo esto era un espectáculo. Una de las maravillas de este mundo. El inicio de una nueva vida. El brujo estaba nervioso y a la vez expectante pero su hermana no era menos. Con lo que le chiflaba los animales debería estar super-emocionada. Solo había que mirarle a la cara para saberlo, no había que ser ningún experto.
Parte de su espalda había asomado ya. - Es hora de limpiarle la mucosidad del hocico Elen,- le dijo a su hermana a la vez que le pasaba un paño húmedo. Podría hacerlo él mismo pero prefería que ella disfrutara de la experiencia. Hasta donde él sabía era el primer parto de potro que presenciaba.
Su hermana se acercó y cogió el paño. Se puso a limpiar suavemente al nacido que estaba asustado como era natural. Hasta ahora siempre había estado seguro en el útero de su madre y ahora tenía que salir a este mundo. Todo esto era algo nuevo para Elen pero también para nuestro nuevo huésped en Aerandir. El brujo solo esperaba que no hubiera complicaciones para que la experiencia fuese lo más gratificante posible para ambos.
Vincent Calhoun
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Re: Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
Vincent abandonó el habitáculo con rapidez, para buscar las cosas que la bruja le había pedido. Poco después ya estaba de vuelta, con uno de los cubos de agua que habían utilizado antes y un trapo limpio. Por el momento no podían hacer mucho, sólo quedaba esperar e intentar mantener a la yegua calmada. Elen conocía el procedimiento en teoría, pero no había presenciado en persona algo semejante, por lo que no sabía muy bien cómo actuar. Palmeó el vientre de la parturienta con delicadeza…- Tranquila, todo irá bien…- musitó con voz suave, mientras el cuerpo del animal temblaba ligeramente por los esfuerzos.
- Esta es la parte más divertida ehh, hermanita. Jaja,- dijo el rubio, intentando relajar el ambiente. La de ojos verdes estaba algo tensa, esperaba que no se diera ninguna complicación durante el parto. Esbozó una leve sonrisa en respuesta y se acomodó de forma que pudiese controlar la salida del potrillo.
Pasó un rato antes de que una de las patas delanteras asomase, luego la siguió la otra. - Espero que no haya complicaciones. Si esto pasara deberemos buscar el problema en su vagina con las manos y luego tirar del potrillo.- Por suerte Vincent sabía del tema, la bruja asintió con la cabeza y centró su atención el en potro. Minutos después, la cabeza del pequeño ya estaba fuera del cuerpo de su madre.
Hasta el momento, el parto se había desarrollado con facilidad. - Es hora de limpiarle la mucosidad del hocico Elen.- La de cabellos cenicientos tomó el trapo húmedo que le tendía y se acercó a la cría, para limpiarle con cuidado los orificios y que pudiese respirar. El pequeño se movía algo nervioso ante su tacto, todo era nuevo para él. La yegua seguía esforzándose, con lo que pronto gran parte del lomo también estuvo fuera.
Cuando ya sólo faltaba la parte posterior y las patas traseras, la parturienta resopló agotada. Probablemente era primeriza, lo cual dificultaría la situación. La maga esperó un par de minutos, observando con atención el vientre de la madre. La yegua temblaba, pero ya no hacía esfuerzos por dar a luz. - No, no, no… ¡ha dejado de empujar! - diría alterada, al tiempo que sujetaba al potrillo por detrás de las patas delanteras y comenzaba a tirar de él.
Debía tener cuidado de no pasarse con la fuerza o dañaría a la yegua. Adelantó una pierna y apoyó la rodilla de la otra en el suelo de paja, con lo que ganó el impulso necesario para sacar lo que quedaba del pequeño.
- Esta es la parte más divertida ehh, hermanita. Jaja,- dijo el rubio, intentando relajar el ambiente. La de ojos verdes estaba algo tensa, esperaba que no se diera ninguna complicación durante el parto. Esbozó una leve sonrisa en respuesta y se acomodó de forma que pudiese controlar la salida del potrillo.
Pasó un rato antes de que una de las patas delanteras asomase, luego la siguió la otra. - Espero que no haya complicaciones. Si esto pasara deberemos buscar el problema en su vagina con las manos y luego tirar del potrillo.- Por suerte Vincent sabía del tema, la bruja asintió con la cabeza y centró su atención el en potro. Minutos después, la cabeza del pequeño ya estaba fuera del cuerpo de su madre.
Hasta el momento, el parto se había desarrollado con facilidad. - Es hora de limpiarle la mucosidad del hocico Elen.- La de cabellos cenicientos tomó el trapo húmedo que le tendía y se acercó a la cría, para limpiarle con cuidado los orificios y que pudiese respirar. El pequeño se movía algo nervioso ante su tacto, todo era nuevo para él. La yegua seguía esforzándose, con lo que pronto gran parte del lomo también estuvo fuera.
Cuando ya sólo faltaba la parte posterior y las patas traseras, la parturienta resopló agotada. Probablemente era primeriza, lo cual dificultaría la situación. La maga esperó un par de minutos, observando con atención el vientre de la madre. La yegua temblaba, pero ya no hacía esfuerzos por dar a luz. - No, no, no… ¡ha dejado de empujar! - diría alterada, al tiempo que sujetaba al potrillo por detrás de las patas delanteras y comenzaba a tirar de él.
Debía tener cuidado de no pasarse con la fuerza o dañaría a la yegua. Adelantó una pierna y apoyó la rodilla de la otra en el suelo de paja, con lo que ganó el impulso necesario para sacar lo que quedaba del pequeño.
Elen Calhoun
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Re: Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
El parto iba bien. El potro parecía sano y Elen le limpiaba la mucosidad para que respirase mejor. Estaba un poco alterado como era normal pero aparte de eso no había mayor complicación.
Bueno, así era hasta que Elen dijo que había dejado de empujar con voz alterada. No podía ser todo sencillo suponía el brujo. - Tranquila Elen,- le dijo al ver que tiraba suavemente de las patas del potro para ayudar a la yegua. - Mejor es que comprobemos si hay algún problema en el útero que no deje salir al potro. Seguramente las patas traseras estén mal colocadas.
Salió al pozo y se lavó bien las manos para no provocar infecciones. Volvió listo para la operación, aunque no era algo que le gustara demasiado. Dejó un cubo con agua limpia en el suelo y salió de nuevo. Necesitaba aceite recordó Vinc, así que se encaminó hacia la casa de peones. En su cocina seguro que habría. Aunque tuvo que buscar un poco no tardó demasiado en encontrar lo que necesitaba y volvió al establo.
Elen se había puesto un poco nerviosa pero era normal. Era la primera vez que veía un parto y sin complicaciones ya era algo impactante. No era momento de perder el tiempo. Antes lo hiciera antes acabaría. Se embadurnó un brazo con aceite. - No me gusta mucho esta parte,- dijo mirando la vulva. Metió el brazo que había rociado de aceite y fue palpando a lo largo del potro hasta encontrar las patas traseras. Como suponía estaban mal colocadas para el parto, así que las recolocó en la forma apropiada.
En cuanto sacó el brazo la yegua empezó a empujar sitiándose cómoda de nuevo. En poco tiempo estaría el potro del todo fuera. No creía que hubieran más complicaciones así que decidió salir para limpiarse un poco. - Elen voy a limpiarme, te dejo al cargo matrona,- dijo sacándole la lengua.
Bueno, así era hasta que Elen dijo que había dejado de empujar con voz alterada. No podía ser todo sencillo suponía el brujo. - Tranquila Elen,- le dijo al ver que tiraba suavemente de las patas del potro para ayudar a la yegua. - Mejor es que comprobemos si hay algún problema en el útero que no deje salir al potro. Seguramente las patas traseras estén mal colocadas.
Salió al pozo y se lavó bien las manos para no provocar infecciones. Volvió listo para la operación, aunque no era algo que le gustara demasiado. Dejó un cubo con agua limpia en el suelo y salió de nuevo. Necesitaba aceite recordó Vinc, así que se encaminó hacia la casa de peones. En su cocina seguro que habría. Aunque tuvo que buscar un poco no tardó demasiado en encontrar lo que necesitaba y volvió al establo.
Elen se había puesto un poco nerviosa pero era normal. Era la primera vez que veía un parto y sin complicaciones ya era algo impactante. No era momento de perder el tiempo. Antes lo hiciera antes acabaría. Se embadurnó un brazo con aceite. - No me gusta mucho esta parte,- dijo mirando la vulva. Metió el brazo que había rociado de aceite y fue palpando a lo largo del potro hasta encontrar las patas traseras. Como suponía estaban mal colocadas para el parto, así que las recolocó en la forma apropiada.
En cuanto sacó el brazo la yegua empezó a empujar sitiándose cómoda de nuevo. En poco tiempo estaría el potro del todo fuera. No creía que hubieran más complicaciones así que decidió salir para limpiarse un poco. - Elen voy a limpiarme, te dejo al cargo matrona,- dijo sacándole la lengua.
Vincent Calhoun
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Re: Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
Vincent detuvo a la bruja, que había comenzado a tirar para sacar lo que quedaba del potro. La de ojos verdes estaba algo nerviosa, no sabía bien cómo actuar ante aquella complicación que se les había presentado repentinamente. - Tranquila Elen. - dijo el rubio, intentando calmarla. - Mejor es que comprobemos si hay algún problema en el útero que no deje salir al potro. Seguramente las patas traseras estén mal colocadas.
Acto seguido, el mago salió del habitáculo para volver con un cubo de agua limpia y las manos recién lavadas. La hechicera lo seguía con la mirada, mientras éste volvía a salir y se encaminaba hacia la casa de los peones. Elen confiaba en que su hermano supiera qué hacer para ayudar a que el parto terminase sin dañar a la yegua ni a la cría. Momentos después, Vincent volvía al establo con un poco de aceite, que usó para embadurnarse el brazo sin perder tiempo.
El rubio introdujo el brazo con cuidado en el interior de la parturienta, siguiendo el cuerpo del potro hasta dar con las patas traseras. Como había supuesto, estaban mal colocadas y eran la razón de la complicación. Con un poco de esfuerzo, las recolocó en la postura adecuada para salir y sacó el brazo. La yegua comenzó a empujar de nuevo casi de inmediato, con lo que pronto el potrillo se encontraría completamente fuera.
- Elen voy a limpiarme, te dejo al cargo matrona.- dijo el brujo con gesto burlón, antes de salir del habitáculo. La de cabellos cenicientos asintió con la cabeza en respuesta, aún algo nerviosa. No estaría del todo tranquila hasta que la cría saliese del todo, así que centró su atención en el parto, que ahora avanzaba con fluidez.
Tras unos minutos, la parturienta terminó de dar a luz con un último esfuerzo, dejando al potrillo sobre la cama de paja nueva que cubría el suelo. El pequeño estaba algo asustado y temblaba ligeramente, al tiempo que recorría con una mirada curiosa lo que le rodeaba. Al mirarlo, la hechicera pensó que era idéntico a su madre, completamente negro y con los ojos marrones. Aliviada, Elen esbozó una sonrisa al verlos a ambos juntos por fin. - Vaya mal rato me has dado…- musitó, mientras la yegua acercaba el hocico para ver a su cría.
Acto seguido, el mago salió del habitáculo para volver con un cubo de agua limpia y las manos recién lavadas. La hechicera lo seguía con la mirada, mientras éste volvía a salir y se encaminaba hacia la casa de los peones. Elen confiaba en que su hermano supiera qué hacer para ayudar a que el parto terminase sin dañar a la yegua ni a la cría. Momentos después, Vincent volvía al establo con un poco de aceite, que usó para embadurnarse el brazo sin perder tiempo.
El rubio introdujo el brazo con cuidado en el interior de la parturienta, siguiendo el cuerpo del potro hasta dar con las patas traseras. Como había supuesto, estaban mal colocadas y eran la razón de la complicación. Con un poco de esfuerzo, las recolocó en la postura adecuada para salir y sacó el brazo. La yegua comenzó a empujar de nuevo casi de inmediato, con lo que pronto el potrillo se encontraría completamente fuera.
- Elen voy a limpiarme, te dejo al cargo matrona.- dijo el brujo con gesto burlón, antes de salir del habitáculo. La de cabellos cenicientos asintió con la cabeza en respuesta, aún algo nerviosa. No estaría del todo tranquila hasta que la cría saliese del todo, así que centró su atención en el parto, que ahora avanzaba con fluidez.
Tras unos minutos, la parturienta terminó de dar a luz con un último esfuerzo, dejando al potrillo sobre la cama de paja nueva que cubría el suelo. El pequeño estaba algo asustado y temblaba ligeramente, al tiempo que recorría con una mirada curiosa lo que le rodeaba. Al mirarlo, la hechicera pensó que era idéntico a su madre, completamente negro y con los ojos marrones. Aliviada, Elen esbozó una sonrisa al verlos a ambos juntos por fin. - Vaya mal rato me has dado…- musitó, mientras la yegua acercaba el hocico para ver a su cría.
Elen Calhoun
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Re: Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
El brujo se tomó un poco de tiempo para limpiarse. Aprovechó dicho momento para relajarse un poco del duro trabajo. - Hoy nos hemos ganado la paga,- musitó para sí mismo mientras miraba el cielo.
Ya era la tarde y el sol ya estaba bajando en su viaje diario. Deberían haber terminado ya pero el parto los había retrasado. Cogió un poco de agua y se refrescó la frente pensando que era momento de volver para terminar con la labor.
Cuando llegó al habitáculo de la parturienta, esta estaba lamiendo a su hijo mientras Elen los observaba. Parecía que ya se le habían pasado los nervios. - ¿Estás mejor? Tenemos que terminar con el trabajo para que no se nos eche la hora encima,- dijo sonriente antes de encaminarse al almacén.
Esperaba encontrar paja para alimento pero, además, había hierba fresca. El propietario debía de haberse molestado en enviar gente a la pradera exterior para que les recogiera. No era lo mismo que los caballos pastaran directamente en la pradera que la comieran así. Evidentemente la hierba perdía algo de sus propiedades al no estar tan fresca como lo estaría sin cortar, pero era mejor que nada.
Alcanzó un par de fardos de paja al establo y luego trajo la hierba. Fue cogiendo partes de los fardos y tirándolos en los comederos de los animales. Luego cogía un poco de hierba y hacía lo propio. Tenía que asegurarse de ser justo y equitativo con los caballos. Era lo mínimo pensó Vinc. Solo hizo una excepción con la nueva madre. A parte de la parte suya y de su potrillo le puso un poco más para que recuperara fuerzas con prontitud.
Terminada esta parte solo quedaba hacer lo propio con el agua. Había que llenar sus bebederos para que no les faltara este elemento tan vital. - Elen, ¿no te importa llenar sus bebederos con el agua que te vaya trayendo del pozo? - le preguntó a su hermana mientras se encaminaba a traer los cubos.
Ya era la tarde y el sol ya estaba bajando en su viaje diario. Deberían haber terminado ya pero el parto los había retrasado. Cogió un poco de agua y se refrescó la frente pensando que era momento de volver para terminar con la labor.
Cuando llegó al habitáculo de la parturienta, esta estaba lamiendo a su hijo mientras Elen los observaba. Parecía que ya se le habían pasado los nervios. - ¿Estás mejor? Tenemos que terminar con el trabajo para que no se nos eche la hora encima,- dijo sonriente antes de encaminarse al almacén.
Esperaba encontrar paja para alimento pero, además, había hierba fresca. El propietario debía de haberse molestado en enviar gente a la pradera exterior para que les recogiera. No era lo mismo que los caballos pastaran directamente en la pradera que la comieran así. Evidentemente la hierba perdía algo de sus propiedades al no estar tan fresca como lo estaría sin cortar, pero era mejor que nada.
Alcanzó un par de fardos de paja al establo y luego trajo la hierba. Fue cogiendo partes de los fardos y tirándolos en los comederos de los animales. Luego cogía un poco de hierba y hacía lo propio. Tenía que asegurarse de ser justo y equitativo con los caballos. Era lo mínimo pensó Vinc. Solo hizo una excepción con la nueva madre. A parte de la parte suya y de su potrillo le puso un poco más para que recuperara fuerzas con prontitud.
Terminada esta parte solo quedaba hacer lo propio con el agua. Había que llenar sus bebederos para que no les faltara este elemento tan vital. - Elen, ¿no te importa llenar sus bebederos con el agua que te vaya trayendo del pozo? - le preguntó a su hermana mientras se encaminaba a traer los cubos.
Vincent Calhoun
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Re: Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
Elen se encontraba notablemente más tranquila para cuando su hermano volvió al habitáculo. Todo había salido bien, y aunque la parturienta estuviese algo cansada, ambos estaban en perfecto estado. Escuchó las palabras de Vincent mientras se examinaba las manos, también necesitaba limpiarse antes de seguir con la última tarea que les quedaba. Salió del establo y se dirigió al pozo, aprovechando que el rubio había ido al almacén. Llenó uno de los cubos que habían utilizado antes y se lavó las manos, luego se refrescó el cuello y volvió junto al brujo.
Vincent ya había traído los fardos de paja y algo de hierba, así que la de ojos verdes se puso manos a la obra, repartiendo lo que había traído en los comederos de los caballos. - Elen, ¿no te importa llenar sus bebederos con el agua que te vaya trayendo del pozo? - preguntó en cuanto terminaron de repartir la comida. La joven asintió con la cabeza y lo siguió hasta el pozo para traerse los primeros consigo, luego iría tomando los que su hermano le acercase.
Distribuyó el agua entre todos, poniendo algo más en el bebedero que se encontraba más cercano a la recién estrenada madre. La yegua tenía que reponerse de los esfuerzos del parto y probablemente consumiese más que el resto. Al terminar se llevó la mano a la frente, la tarde caía y el imprevisto los había retrasado un poco, pero por fin habían terminado todas las tareas.
- Y con esto ya hemos acabado…- musitó a su hermano. - La madre de Erick dijo que se encargaría de pagarnos cuando terminase la jornada, será mejor que la busquemos. - prosiguió, antes de acudir por última vez al pozo. Después de un largo día de trabajo su aspecto no era el mejor, se refrescó la cara y recogió los cabellos que se habían escapado de la cinta. Sabía que tenía que acostumbrarse a ese tipo de trabajos, pero en aquel momento la maga solo podía pensar en volver a su habitación en la posada, darse un baño y descansar un poco.
La hechicera se encaminó hacia la entrada principal del establo, donde esperaba encontrar a la señora para dar por terminada la jornada de trabajo.
Vincent ya había traído los fardos de paja y algo de hierba, así que la de ojos verdes se puso manos a la obra, repartiendo lo que había traído en los comederos de los caballos. - Elen, ¿no te importa llenar sus bebederos con el agua que te vaya trayendo del pozo? - preguntó en cuanto terminaron de repartir la comida. La joven asintió con la cabeza y lo siguió hasta el pozo para traerse los primeros consigo, luego iría tomando los que su hermano le acercase.
Distribuyó el agua entre todos, poniendo algo más en el bebedero que se encontraba más cercano a la recién estrenada madre. La yegua tenía que reponerse de los esfuerzos del parto y probablemente consumiese más que el resto. Al terminar se llevó la mano a la frente, la tarde caía y el imprevisto los había retrasado un poco, pero por fin habían terminado todas las tareas.
- Y con esto ya hemos acabado…- musitó a su hermano. - La madre de Erick dijo que se encargaría de pagarnos cuando terminase la jornada, será mejor que la busquemos. - prosiguió, antes de acudir por última vez al pozo. Después de un largo día de trabajo su aspecto no era el mejor, se refrescó la cara y recogió los cabellos que se habían escapado de la cinta. Sabía que tenía que acostumbrarse a ese tipo de trabajos, pero en aquel momento la maga solo podía pensar en volver a su habitación en la posada, darse un baño y descansar un poco.
La hechicera se encaminó hacia la entrada principal del establo, donde esperaba encontrar a la señora para dar por terminada la jornada de trabajo.
Elen Calhoun
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Re: Un alto en el camino [Trabajo][Libre-Vincent]
Cuando la noche comenzaba a caer sobre el prado y los empleados empezaban a encender las lámparas de los establos, llegó la madre del joven Erick en una calesa con dos de sus amigas. Sus risas sonaban claras como campanas de alegría cuando bajaron del transporte tirado por un solo caballo. Un bayo robusto y con aires de gran señor que apenas tenía una fina capa de sudor, probablemente por sus nervios indómitos dentro de los muros de la ciudad.
-Señoras, adelántense a la casa. Les alcanzaré en cuanto haya solucionado mis asuntos por aquí- diría la mujer adulta con una fina reverencia hacia sus acompañantes. Las observó retirarse y quitándose los guantes palmeó al caballo que le había servido durante el día. Un buen mozo se estaba ocupando de retirarle los arneses.
-Me han dicho que ayudaron a Nochebuena a tener a su cría y sin dudas los establos huelen a heno fresco- la señora no necesitó recorrer el trabajo, sino que se contentó con aspirar profundamente una bocanada de aire con sus ojos cerrados en una mueca de placer. Exhaló y con una sonrisa sacó su monedero para pagar al dúo. -Por las molestias- finalizó, cerrando entre las manos de Elen cien aeros más.
Un consejo para que tengan en cuenta –o no- cuando realizan roles en pareja y han acordado las acciones de antemano, primero, deben establecerlo aunque sea una vez en un off al principio del tema y segundo, no es necesario que repitan las acciones. Si uno dice “hice tal cosa y x hizo otra” no es necesario que repitan a no ser que aporten algo nuevo, algo original. Sino uno se pierde entre avances y retrocesos en la historia y dicho sea de paso, ésta pierde calidad. A veces menos es más, no teman en avanzar siempre que sea dentro de la lógica.
Además, cuando les leo tengo la sensación de que Vicent simplemente sigue a Elen, hombre, que si acuerdan las cosas de antemano, también puedes definir algunas acciones, que si bien se nota una clara personalidad de tu personaje, pareces resignado a seguir el camino de su hermana y nada más. Hacia la mitad-final del hilo vi un tímido intento de resarcirte Vincent y me gustó, intenta mantenerlo en el futuro.
Ahora a lo del trabajo en sí mismo. Muchachos, no subrayaron las complicaciones o las tareas, si bien no estaba expresamente puesto en el post del trabajo, es lo que se suele hacer. Traten de recordarlo para el futuro, eso nos da a los masters la facilidad de, una vez leído el post, recontar lo sucedido para hacer una evaluación general.
Además, entreveraron dos trabajos. Por si no lo notaron, ambos están en posts distintos y tienen pagas distintas. Por lo mismo, subiré la paga a 500 aeros para cada uno, ya que se tomaron la molestia de agregar una complicación.
Fuera de eso, me gustó leerlos, es refrescante ver a un par de hermanos en un trabajo. Bien hecho.
P.D: moví el tema ya que no estaba ubicado de acuerdo a lo previsto.
Recompensa
500 aeros además de 16 puntos de experiencia para cada uno.
-Señoras, adelántense a la casa. Les alcanzaré en cuanto haya solucionado mis asuntos por aquí- diría la mujer adulta con una fina reverencia hacia sus acompañantes. Las observó retirarse y quitándose los guantes palmeó al caballo que le había servido durante el día. Un buen mozo se estaba ocupando de retirarle los arneses.
-Me han dicho que ayudaron a Nochebuena a tener a su cría y sin dudas los establos huelen a heno fresco- la señora no necesitó recorrer el trabajo, sino que se contentó con aspirar profundamente una bocanada de aire con sus ojos cerrados en una mueca de placer. Exhaló y con una sonrisa sacó su monedero para pagar al dúo. -Por las molestias- finalizó, cerrando entre las manos de Elen cien aeros más.
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Un consejo para que tengan en cuenta –o no- cuando realizan roles en pareja y han acordado las acciones de antemano, primero, deben establecerlo aunque sea una vez en un off al principio del tema y segundo, no es necesario que repitan las acciones. Si uno dice “hice tal cosa y x hizo otra” no es necesario que repitan a no ser que aporten algo nuevo, algo original. Sino uno se pierde entre avances y retrocesos en la historia y dicho sea de paso, ésta pierde calidad. A veces menos es más, no teman en avanzar siempre que sea dentro de la lógica.
Además, cuando les leo tengo la sensación de que Vicent simplemente sigue a Elen, hombre, que si acuerdan las cosas de antemano, también puedes definir algunas acciones, que si bien se nota una clara personalidad de tu personaje, pareces resignado a seguir el camino de su hermana y nada más. Hacia la mitad-final del hilo vi un tímido intento de resarcirte Vincent y me gustó, intenta mantenerlo en el futuro.
Ahora a lo del trabajo en sí mismo. Muchachos, no subrayaron las complicaciones o las tareas, si bien no estaba expresamente puesto en el post del trabajo, es lo que se suele hacer. Traten de recordarlo para el futuro, eso nos da a los masters la facilidad de, una vez leído el post, recontar lo sucedido para hacer una evaluación general.
Además, entreveraron dos trabajos. Por si no lo notaron, ambos están en posts distintos y tienen pagas distintas. Por lo mismo, subiré la paga a 500 aeros para cada uno, ya que se tomaron la molestia de agregar una complicación.
Fuera de eso, me gustó leerlos, es refrescante ver a un par de hermanos en un trabajo. Bien hecho.
P.D: moví el tema ya que no estaba ubicado de acuerdo a lo previsto.
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