Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. [Libre]
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Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. [Libre]
Andaba agarrada a Frio, le dolía aun el cuerpo, no se sentía con muchas fuerzas. Ni si quiera pronunció palabra en la hora que habían estado andando en dirección a la aldea. Les había indicado todo el rato el camino, no era muy cómodo para ella; tuvieron que bajar por un pequeño barranco, aunque no fuese grande, para ella era un mundo -descansemos- Su voz no sonó más fuerte que la brisa que recorría el lugar. Se separó de Frio, para sentarse en el suelo, mirando hacia atrás, donde se veía aún el humo que emanaba de su taberna. Se abrazó a sus piernas cerrando los ojos.
Mientras, en la cabeza de Ocelote; -No hemos podido hacer nada- Luna miró a Luci, su mirada expresaba todo el dolor que sentía por ser una ‘’inutil’’ -La hemos dejado sola- Luci no quería ni mirar a Sol. Apretaba el puño evitando llorar, evitando mostrar dolor; era la ‘’madre’’ era la que debía de cuidar de ambas, era quien había hecho menos -Sol- Dijo finalmente, le costaba mucho, en su garganta tenía un enorme nudo -Voy a…- Iba a seguir hablando con Sol, pero esta desapareció -¿Luna?- Le preguntó al ver su cabello negro como el carbón, estaba hecha una bola en el suelo, dándole la espalda.
Ocel se levantó girándose al grupo, le dolía el cuerpo a rabiar, pero debía ser fuerte -¿Seguimos?- Dijo sonriendo, había cambiado por completo, se la veía más llena de vida, más alegre, aún con lágrimas bajando por sus mejillas, se podría decir que no le había afectado tanto lo de la taberna, aunque en el fondo se moría. Intentó andar, le costaba mucho, pero se mantenía en pie -Aún queda un poco para llegar a la aldea, no es mucho…- Miró a Kay, se había quemado en la taberna, no se fijó si al final hizo algo el elfo o no.
Se acercó a ella -Espero que tengas bien la herida, perdona que os metiera en este lio, no quería que os dañasen- Miró al resto -Perdonadme… tuve que haber salido antes… no tuve que haber dejado a Luna sola en estos momentos- Los miró a todos a los ojos -Soy Sol, por aclarar; mi hermana ya estaba muy mal y he decidido salir un poco, para que descanse y se encuentre mejor- Se acercó al Elfo y se abrazó a su brazo -¿Po...Podrias ayudarme?- Estaba algo roja, aunque esperaba que la noche ocultase aquello -Me duele aun el cuerpo- Se abrazó muy fuerte al brazo de él, tanto que sus senos se apretaban en el brazo de él.
Mientras tanto, en la cabeza de Ocel; Luna y Luci se miraban, ambas levantaron una ceja -Creo que lo hace sin darse cuenta- Dijo finalmente Luna. Luci estaba acariciando su cabello, mientras ella tenía su cabeza en las piernas de Luci -Espero que le vaya bien- Suspiró Luna y se hizo una bola de nuevo.
Estuvieron andando de nuevo por un buen rato, hasta que llegaron a un camino, a pocos metros de este, una casa. De su chimenea salía humo -Son amigos mios…- Al llegar a la puerta, llamó un par de veces y le abrió una mujer de mediana edad; estaba medio dormida -Hija mía… ¿pero que te a pasado?- La cogió del brazo sentandola en una silla -Pasad pasad- Dijo haciendo una seña y bajó un hombre, algo más grande que Frio, no mas de dos dedos -¿Que a pasado?- Preguntó acercándose a ellos, tenía el torso al descubierto, era bien fuerte, pero se notaba que la edad ya le pasaba factura -¿Sol, Luna, Luci?- Preguntó acercándose a ella.
-Sol- Respondió, rezaba por que se acercarse a ella el Elfo, para tener fuerzas para contar todo lo que tenía que contar. Entrelazo sus propios dedos -Denles algo de agua y un sitio en donde dormir, mañana nos iremos…- La familia les debía una desde hace años, así que ese sería el pago.
Mientras, en la cabeza de Ocelote; -No hemos podido hacer nada- Luna miró a Luci, su mirada expresaba todo el dolor que sentía por ser una ‘’inutil’’ -La hemos dejado sola- Luci no quería ni mirar a Sol. Apretaba el puño evitando llorar, evitando mostrar dolor; era la ‘’madre’’ era la que debía de cuidar de ambas, era quien había hecho menos -Sol- Dijo finalmente, le costaba mucho, en su garganta tenía un enorme nudo -Voy a…- Iba a seguir hablando con Sol, pero esta desapareció -¿Luna?- Le preguntó al ver su cabello negro como el carbón, estaba hecha una bola en el suelo, dándole la espalda.
Ocel se levantó girándose al grupo, le dolía el cuerpo a rabiar, pero debía ser fuerte -¿Seguimos?- Dijo sonriendo, había cambiado por completo, se la veía más llena de vida, más alegre, aún con lágrimas bajando por sus mejillas, se podría decir que no le había afectado tanto lo de la taberna, aunque en el fondo se moría. Intentó andar, le costaba mucho, pero se mantenía en pie -Aún queda un poco para llegar a la aldea, no es mucho…- Miró a Kay, se había quemado en la taberna, no se fijó si al final hizo algo el elfo o no.
Se acercó a ella -Espero que tengas bien la herida, perdona que os metiera en este lio, no quería que os dañasen- Miró al resto -Perdonadme… tuve que haber salido antes… no tuve que haber dejado a Luna sola en estos momentos- Los miró a todos a los ojos -Soy Sol, por aclarar; mi hermana ya estaba muy mal y he decidido salir un poco, para que descanse y se encuentre mejor- Se acercó al Elfo y se abrazó a su brazo -¿Po...Podrias ayudarme?- Estaba algo roja, aunque esperaba que la noche ocultase aquello -Me duele aun el cuerpo- Se abrazó muy fuerte al brazo de él, tanto que sus senos se apretaban en el brazo de él.
Mientras tanto, en la cabeza de Ocel; Luna y Luci se miraban, ambas levantaron una ceja -Creo que lo hace sin darse cuenta- Dijo finalmente Luna. Luci estaba acariciando su cabello, mientras ella tenía su cabeza en las piernas de Luci -Espero que le vaya bien- Suspiró Luna y se hizo una bola de nuevo.
Estuvieron andando de nuevo por un buen rato, hasta que llegaron a un camino, a pocos metros de este, una casa. De su chimenea salía humo -Son amigos mios…- Al llegar a la puerta, llamó un par de veces y le abrió una mujer de mediana edad; estaba medio dormida -Hija mía… ¿pero que te a pasado?- La cogió del brazo sentandola en una silla -Pasad pasad- Dijo haciendo una seña y bajó un hombre, algo más grande que Frio, no mas de dos dedos -¿Que a pasado?- Preguntó acercándose a ellos, tenía el torso al descubierto, era bien fuerte, pero se notaba que la edad ya le pasaba factura -¿Sol, Luna, Luci?- Preguntó acercándose a ella.
-Sol- Respondió, rezaba por que se acercarse a ella el Elfo, para tener fuerzas para contar todo lo que tenía que contar. Entrelazo sus propios dedos -Denles algo de agua y un sitio en donde dormir, mañana nos iremos…- La familia les debía una desde hace años, así que ese sería el pago.
Ocelote
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Re: Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. [Libre]
Iredio estaba paseando tranquilamente, dejándose guiar por la joven ex tabernera. El hecho de que estuvieran en el bosque era para ella un consuelo, pues alejada de las llamas y de estar entre cuatro paredes, se sentía viva y feliz. La naturaleza siempre sería un lugar de descanso para ella.
No había conseguido apenas atender a los demás de sus heridas, pues la muchacha herida de gravedad había acaparado casi toda su atención. No estaba cansada tampoco, así que decidió tomar la iniciativa y dirigirse hacia la chica que había tirado el aceite hirviendo por la ventana.
-Perdona... -carraspeó, no sabía su nombre- Puedo tratarte eso, si estás conforme.
Coincidió justo con el momento en el que la ex tabernera decidió pararse y sentarse en el suelo. Suspiró. Las lágrimas en los ojos y aquella mirada le bastaban para atisbar ligeramente el sufrimiento que albergaba en lo más profundo de su alma.
Reanudaron entonces la marcha para llegar a una casa, de la que salió un hombretón considerablemente grande y una mujer. Los invitaron amablemente a pasar al interior y el elfo/elfa aprovechó la situación.
-Está herida -comentó con cierta urgencia- . Si me dejan, puedo hacer un emplaste para sus heridas y una infusión para reconfortar el corazón. -sin querer, le quedó muy tierno ese último comentario.
<<Y ya de paso, estaría genial volver a ser mujer>>, pensó con más amargura.
No había conseguido apenas atender a los demás de sus heridas, pues la muchacha herida de gravedad había acaparado casi toda su atención. No estaba cansada tampoco, así que decidió tomar la iniciativa y dirigirse hacia la chica que había tirado el aceite hirviendo por la ventana.
-Perdona... -carraspeó, no sabía su nombre- Puedo tratarte eso, si estás conforme.
Coincidió justo con el momento en el que la ex tabernera decidió pararse y sentarse en el suelo. Suspiró. Las lágrimas en los ojos y aquella mirada le bastaban para atisbar ligeramente el sufrimiento que albergaba en lo más profundo de su alma.
Reanudaron entonces la marcha para llegar a una casa, de la que salió un hombretón considerablemente grande y una mujer. Los invitaron amablemente a pasar al interior y el elfo/elfa aprovechó la situación.
-Está herida -comentó con cierta urgencia- . Si me dejan, puedo hacer un emplaste para sus heridas y una infusión para reconfortar el corazón. -sin querer, le quedó muy tierno ese último comentario.
<<Y ya de paso, estaría genial volver a ser mujer>>, pensó con más amargura.
Iredia
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Re: Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. [Libre]
La tabernera de una taberna que ya no existía, que había pasado por las llamas, ahora pedía disculpa Sa Kaytlyn, y también a mi y a los presentes de lo que había sucedido. Un lio, en el que según ella nos había metido. Sin embargo, la más perjudicada allí había sido ella, quien había perdido lo que probablemente era su hogar. Al fin y al cabo, por lo menos yo había dado por hecho que no debía tener familia. ¿Qué clase de familiares dejarían vivir esa clase de vida a una joven como aquella? Teniendo que pasar por el mal trato de unos clientes que se comportaban mas como gorrinos rabiosos que como hombres de verdad.
— Si, podemos seguir —asentí tras su pregunta.
Continuamos caminando, un poco rezagados, pero lo suficientemente rápido como para poder llegar con relativa rapidez a aquella aldea.
Entonces se presentó, ahora como sol. La mire sin saber muy bien como reaccionar. Todavía me costaba demasiado acostumbrarme a aquellas personalidades, a aquel diablo que debía tener dentro manipulando sus pensamientos, o lo que fuera que la inducia a comportarse de un modo tan extremadamente diferente de un momento a otro.
— Si, claro. Debes descansar —dije únicamente.
Mi hermana me diario una mirada enigmática, aunque pensé que lo único que habría querido decirme era que debía ser mas respetuoso con la joven.
Continuamos caminando durante bastante tiempo hasta que conseguimos aproximarnos a un camino. Mas allá, había una casa, hacia la que avanzamos siguiendo en todo momento a ocelote. En cuanto llegamos, nos atendió un individuo, en apariencia amistoso. Era enorme, algo mas grande que yo. Imagine que debía dedicarse a algún trabajo laborioso, como la herrería o maderería.
Nos ofreció entrar a la casa, tras reconocer a ocelote. También parecía que sabia acerca de sus problemas personalidad, dado que al recibirla se aventuro a averiguar con “que” ocelote estaba hablando.
En cuanto entramos en la cálida estancia, me dirigí directamente al hombre.
— Estamos cansados, como puede comprender —le dije. El me miro con curiosidad, esperando alguna clase de petición. Estaba acercado—. ¿Tiene algo de cerveza? Ha pasado todo tan rápido que no he podido ni terminarme la que tenia a medias. Usted sabe lo terrible que es cuando a uno le interrumpen su cerveza. ¿Cierto?
— Cierto —asintió el hombre—. Creo que todavía me queda una garrafa —luego se dirigió hacia el elfo—. Si, haz lo que haga falta. Puedes tomar lo que veas que es de utilidad de mi hogar. Y si te sobra tiempo, también haz una segunda infusión de esas para reconfortar el corazón, que siempre es buena forma de agradecerle a un hombre solitario su ayuda.
Dicho esto, se alejo de nosotros, buscando posiblemente la garrafa y lo que pudiera ser de utilidad para el elfo.
— Si, podemos seguir —asentí tras su pregunta.
Continuamos caminando, un poco rezagados, pero lo suficientemente rápido como para poder llegar con relativa rapidez a aquella aldea.
Entonces se presentó, ahora como sol. La mire sin saber muy bien como reaccionar. Todavía me costaba demasiado acostumbrarme a aquellas personalidades, a aquel diablo que debía tener dentro manipulando sus pensamientos, o lo que fuera que la inducia a comportarse de un modo tan extremadamente diferente de un momento a otro.
— Si, claro. Debes descansar —dije únicamente.
Mi hermana me diario una mirada enigmática, aunque pensé que lo único que habría querido decirme era que debía ser mas respetuoso con la joven.
Continuamos caminando durante bastante tiempo hasta que conseguimos aproximarnos a un camino. Mas allá, había una casa, hacia la que avanzamos siguiendo en todo momento a ocelote. En cuanto llegamos, nos atendió un individuo, en apariencia amistoso. Era enorme, algo mas grande que yo. Imagine que debía dedicarse a algún trabajo laborioso, como la herrería o maderería.
Nos ofreció entrar a la casa, tras reconocer a ocelote. También parecía que sabia acerca de sus problemas personalidad, dado que al recibirla se aventuro a averiguar con “que” ocelote estaba hablando.
En cuanto entramos en la cálida estancia, me dirigí directamente al hombre.
— Estamos cansados, como puede comprender —le dije. El me miro con curiosidad, esperando alguna clase de petición. Estaba acercado—. ¿Tiene algo de cerveza? Ha pasado todo tan rápido que no he podido ni terminarme la que tenia a medias. Usted sabe lo terrible que es cuando a uno le interrumpen su cerveza. ¿Cierto?
— Cierto —asintió el hombre—. Creo que todavía me queda una garrafa —luego se dirigió hacia el elfo—. Si, haz lo que haga falta. Puedes tomar lo que veas que es de utilidad de mi hogar. Y si te sobra tiempo, también haz una segunda infusión de esas para reconfortar el corazón, que siempre es buena forma de agradecerle a un hombre solitario su ayuda.
Dicho esto, se alejo de nosotros, buscando posiblemente la garrafa y lo que pudiera ser de utilidad para el elfo.
Friðþjófur Rögnvaldsson
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Re: Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. [Libre]
En la cabeza de Ocelote: Luna estaba abriendo una puerta que había aparecido en la sala -Tendremos que investigar algo, si nos quedamos aquí por siempre, no llegaremos a descubrir quién es… la ‘’voz maestra’’- Luci se levantó andando hacía ella -Ni siquiera descansas unos minutos… eres un caso perdido- Negó y la echó atrás cogiéndola del hombro -Voy yo primera- Dijo firme mirándola, y luna no se lo discutió, la siguió tras pasar la puerta. Era otro pasillo oscuro, sin nada, solo una luz al final de este.
Sol miró a su grupo, pensaba en todo lo que habían pasado, sabía que para ella eso solo era el comienzo -Habéis visto a TwinBlade, creo que lo he dicho ya, pero… he de deciros una cosa- Llegó el tabernero con la garrafa llena de cerveza y se la dio a Frio junto a una jarra, aunque no sabía si la llegaría a usar -¿Ya les estas hablando de él? Exageras sobre él, Sol, ningún hombre es tan grande- Ella lo miró a los ojos algo molesta -A roto con su mano, su mano desnuda, gran parte de la entrada principal- Decir aquello no le sentó muy bien, pues no era lo único roto, estaba su taberna hecha cenizas.
El leñador miró a Frio, era el que mejor le había caído de los que habían llegado, inspiraba confianza -¿Es eso cierto?- Aunque Sol no quiso dejar tiempo para que contestase -No puedo permitir que haga eso…- Miró sus manos, con restos de sangre -Aunque me cueste… ten… tengo....- No se veía con valor de seguir, sabía que ella no podría, que ella lo pasaría mal, que se retiraría antes de empezar. Aunque algo en el fondo le dio ánimos, quizás fuese Luci o Luna -Tengo que detenerlo… Quizás si aquella vez me hubiera quedado con él… quizás… no estaría como ahora- Aunque en el fondo sabía que hubiera muerto violada por esa bestia, pero en el fondo hubiera preferido morir, para no verse ahora involucrada en lo que iba a suceder.
Sol cerró los ojos por un segundo, luego sonrió y los abrió feliz -Tengo que dejar de pensar en eso, se supone que soy la feliz de mi interior- Se levantó, aunque le dolían los pies y el cuerpo, se acercó a Frio y le robó la garrafa, llenando una jarra de cerveza -Pienso celebrar que hemos sobrevivido; al fuego, a viles asesinos y a mi- Le dio un largo trago -Saca el vino que me ‘’guardabas’’ vamos a celebrar la vida, vamos a celebrar que mañana el sol saldrá, que viviremos eternamente- El leñador se rió y se fue, trayendo dos pequeños barriles de vino -Venga ¿Porque no?- Estaba acostumbrado a esos alti-bajos de Sol, miró a su esposa que estaba con Kay -Celebrémoslo, pero no muy alto, los niños duermen, vosotros podéis repartiros en las dos habitaciones y eso- Señaló un montículo de paja -Cada habitación tiene una cama bien grande, antes viviamos mas personas aqui, pero fue cambiando la cosa con el tiempo- Dijo sonriendo, aunque se preguntaba quién dormiría en el montículo de paja.
Sol se llenó una jarra de vino, le pesaban los brazos, pero aun así se esforzó, a la jarra le echó unas especias, que había en la mesa en donde dejó el leñador los barriles. Se acercó a Iredio, ignorando si al final hizo o no la infusión -Toma, esta bueno, celebremos nuestra vida con estas bebidas- Le dijo sonriendo -Quizas no tenga yo una oportunidad así en años- Dijo sonriendo.
Mientras tanto, en la cabeza de Ocel: Luna miró por encima del hombro de Luci -¿Ves algo?- le preguntó curiosa -Nada, solo a nosotras- Estaba Ocelote sentada en un suelo de madera, en una cabaña, se escuchaban a sus padres hablar -No podemos mantenerla, hay que dársela, él se encargará de ella- Decía la madre -No quiero que se muera de hambre- De pronto, todo se tornó oscuro.
Sol miró a su grupo, pensaba en todo lo que habían pasado, sabía que para ella eso solo era el comienzo -Habéis visto a TwinBlade, creo que lo he dicho ya, pero… he de deciros una cosa- Llegó el tabernero con la garrafa llena de cerveza y se la dio a Frio junto a una jarra, aunque no sabía si la llegaría a usar -¿Ya les estas hablando de él? Exageras sobre él, Sol, ningún hombre es tan grande- Ella lo miró a los ojos algo molesta -A roto con su mano, su mano desnuda, gran parte de la entrada principal- Decir aquello no le sentó muy bien, pues no era lo único roto, estaba su taberna hecha cenizas.
El leñador miró a Frio, era el que mejor le había caído de los que habían llegado, inspiraba confianza -¿Es eso cierto?- Aunque Sol no quiso dejar tiempo para que contestase -No puedo permitir que haga eso…- Miró sus manos, con restos de sangre -Aunque me cueste… ten… tengo....- No se veía con valor de seguir, sabía que ella no podría, que ella lo pasaría mal, que se retiraría antes de empezar. Aunque algo en el fondo le dio ánimos, quizás fuese Luci o Luna -Tengo que detenerlo… Quizás si aquella vez me hubiera quedado con él… quizás… no estaría como ahora- Aunque en el fondo sabía que hubiera muerto violada por esa bestia, pero en el fondo hubiera preferido morir, para no verse ahora involucrada en lo que iba a suceder.
Sol cerró los ojos por un segundo, luego sonrió y los abrió feliz -Tengo que dejar de pensar en eso, se supone que soy la feliz de mi interior- Se levantó, aunque le dolían los pies y el cuerpo, se acercó a Frio y le robó la garrafa, llenando una jarra de cerveza -Pienso celebrar que hemos sobrevivido; al fuego, a viles asesinos y a mi- Le dio un largo trago -Saca el vino que me ‘’guardabas’’ vamos a celebrar la vida, vamos a celebrar que mañana el sol saldrá, que viviremos eternamente- El leñador se rió y se fue, trayendo dos pequeños barriles de vino -Venga ¿Porque no?- Estaba acostumbrado a esos alti-bajos de Sol, miró a su esposa que estaba con Kay -Celebrémoslo, pero no muy alto, los niños duermen, vosotros podéis repartiros en las dos habitaciones y eso- Señaló un montículo de paja -Cada habitación tiene una cama bien grande, antes viviamos mas personas aqui, pero fue cambiando la cosa con el tiempo- Dijo sonriendo, aunque se preguntaba quién dormiría en el montículo de paja.
Sol se llenó una jarra de vino, le pesaban los brazos, pero aun así se esforzó, a la jarra le echó unas especias, que había en la mesa en donde dejó el leñador los barriles. Se acercó a Iredio, ignorando si al final hizo o no la infusión -Toma, esta bueno, celebremos nuestra vida con estas bebidas- Le dijo sonriendo -Quizas no tenga yo una oportunidad así en años- Dijo sonriendo.
Mientras tanto, en la cabeza de Ocel: Luna miró por encima del hombro de Luci -¿Ves algo?- le preguntó curiosa -Nada, solo a nosotras- Estaba Ocelote sentada en un suelo de madera, en una cabaña, se escuchaban a sus padres hablar -No podemos mantenerla, hay que dársela, él se encargará de ella- Decía la madre -No quiero que se muera de hambre- De pronto, todo se tornó oscuro.
Ocelote
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Re: Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. [Libre]
Parece que de golpe todo el mundo empezó a moverse. El hombretón, muy amablemente, dejó que ella/él entrase y hurgase a placer para conseguir hacer la infusión y el emplasto para la joven. Realmente, lo que tenía intención de hacerles era una infusión de "malava", se decía que tenía poderes alucinógenos y relajaba tanto que durante dos o tres horas todo te hacía gracia. Rebuscó por los cajones y, pese a que le faltaba un ingrediente, más o menos tenía lo fundamental para conseguir hacerla.
El tabernero entró una o dos veces para llevarse consigo un barril y varias jarras. Tenía toda la intención de sacar su mejor arsenal de bebidas para todos. Eso era bueno, significaba que al menos tenían ánimo para beber. Una vez consiguió unas tazas y calentó el agua, hizo la mezcla de hierbas correspondiente, la dejó haciéndose unos minutos y después repartió el contenido en las tazas. Las fue llevando poco a poco a donde estaban todos reunidos, dejándolas enfrente de todos para que pudiera coger cada uno la suya.
-Bebedla despacio, que es un poco fuerte. -advirtió con una leve sonrisa.
Mientras tanto, un gatito moteado se puso a husmear en la parte posterior de la casa. Había estado en el hombro de Iredio todo el camino, pero debido al aburrimiento había saltado de su hombro al entrar en el hogar. Ya arreglaría cuentas con ese asski más adelante.
-¡Rushi! ¡bai-halën! -le echó la bronca en élfico.
Con las orejitas caídas, la cría colorida volvió a los pies del elfo, quien lo cogió justo a tiempo para ver cómo la ex tabernera le ofrecía vino. Con una mano, la cogió y le asintió con una sonrisa.
-La vida, sin duda, es algo digno de celebrar -y alzó la copa en señal de brindis hacia ella.
Con el asski en una mano y la jarra en la otra se acercó a los demás.
-¿Os gusta la infusión?
Igual les sabía un poco fuerte, pero dentro de un rato estarían todos tan contentos que les daría igual.
El tabernero entró una o dos veces para llevarse consigo un barril y varias jarras. Tenía toda la intención de sacar su mejor arsenal de bebidas para todos. Eso era bueno, significaba que al menos tenían ánimo para beber. Una vez consiguió unas tazas y calentó el agua, hizo la mezcla de hierbas correspondiente, la dejó haciéndose unos minutos y después repartió el contenido en las tazas. Las fue llevando poco a poco a donde estaban todos reunidos, dejándolas enfrente de todos para que pudiera coger cada uno la suya.
-Bebedla despacio, que es un poco fuerte. -advirtió con una leve sonrisa.
Mientras tanto, un gatito moteado se puso a husmear en la parte posterior de la casa. Había estado en el hombro de Iredio todo el camino, pero debido al aburrimiento había saltado de su hombro al entrar en el hogar. Ya arreglaría cuentas con ese asski más adelante.
-¡Rushi! ¡bai-halën! -le echó la bronca en élfico.
Con las orejitas caídas, la cría colorida volvió a los pies del elfo, quien lo cogió justo a tiempo para ver cómo la ex tabernera le ofrecía vino. Con una mano, la cogió y le asintió con una sonrisa.
-La vida, sin duda, es algo digno de celebrar -y alzó la copa en señal de brindis hacia ella.
Con el asski en una mano y la jarra en la otra se acercó a los demás.
-¿Os gusta la infusión?
Igual les sabía un poco fuerte, pero dentro de un rato estarían todos tan contentos que les daría igual.
Iredia
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Re: Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. [Libre]
Asentí al tabernero, para después dirigir mi mirada hacia el elfo. Remedios élficos, remedios élficos, seguía tan convencido de su inutilidad como siempre. Por lo general solía pensar que eran un montón de muerdehojas que no hacían más que generar falsas pócimas e infusiones sin sentido, que se beneficiaban del efecto placebo que provocaba el prejuicio de la gente sobre los elfos, sobre que estos eran unos sanadores innatos. Aun así, traté de no comerme mucho la cabeza con eso y volví la mirada hacia el tabernero nuevamente.
— Sí, es cierto —le respondí entonces, pese a que con mi asentimiento ya le había respondido inicialmente. Ocelote me quitó la jarra de cerveza, y propuso celebrar que habíamos sobrevivido. Continué mirando al tabernero—. Me gustaría saber en qué momento se originó esta especie de persecución hacia la muchacha. Sé que es un poco especial —verifiqué que Ocelote no me estaba mirando, y al ver que no lo estaba haciendo, hice un pequeño gesto con mi dedo dirigido a mi sien, en un gesto que decía “está un poco loca”—, pero… ¿por qué eso iba a mover a los bandidos a atacarla? ¿No es más fácil ocuparse de otros asuntos que generen más dinero? Son un poco idiotas. Ni siquiera yo cuando era un mercenario caía en tonterías así.
Alcé el puño contento cuando Ocelote propuso la celebración con vino. Beber vino era algo que se escapaba de mis posibilidades, se alejaba de lo que mi economía personal podía permitirme, así que cualquier oportunidad mínima para tomarlo, era digna de tener en cuenta. De hecho, pensé que más que celebrar “la vida”, celebraría el hecho de poder probar un poco de vino. Vino de buena calidad, esperaba, dado que la última ocasión que había probado vino, este había sido mezclado con sangre de dragón; aquel vino hecho con oscuros propósitos.
Para mi sorpresa, aquella infusión no era únicamente para ocelote, sino que también había sido realizada por el elfo para que los demás presentes también la probáramos. En cuanto tome una taza, la mire con desconfianza. La olí un poco, todavía mirándola con el ceño fruncido, y luego dirigí una fugaz mirada hacia el elfo. Dudaba que pudiera hacer daño a ocelote, pero sabia que los elfos añadían substancias extrañas a sus brebajes en ocasiones. En realidad, no sabia absolutamente nada de los elfos, lo poco que sabia era cosas que me habían contado, Ingvar u otros compañeros de la compañía de mercenarios. Por lo general acertaban con la mayoría de cosas que me habían enseñado y era por esa misma razón por las que prefería mantener presentes todos sus consejos y conocimientos compartidos. Tome un pequeño sorbo. No estaba mal, no tenia un mal sabor.
— Gracias, elfo —le dije, mientras tomaba otro sorbo—. No soy muy fanático de las infusiones, pero esto esta bien —luego me quede mirando al vació durante algunos segundos, con varias cuestiones en mi mente—. Cuales son los planes próximos? Sabiendo lo que ha pasado, no podemos quedarnos aquí tomando te y descansando, y pensando en que bonita es la vida. No me gustaría que esos tipos estuvieran persiguiendo a la peliblanco indefinidamente.
— Sí, es cierto —le respondí entonces, pese a que con mi asentimiento ya le había respondido inicialmente. Ocelote me quitó la jarra de cerveza, y propuso celebrar que habíamos sobrevivido. Continué mirando al tabernero—. Me gustaría saber en qué momento se originó esta especie de persecución hacia la muchacha. Sé que es un poco especial —verifiqué que Ocelote no me estaba mirando, y al ver que no lo estaba haciendo, hice un pequeño gesto con mi dedo dirigido a mi sien, en un gesto que decía “está un poco loca”—, pero… ¿por qué eso iba a mover a los bandidos a atacarla? ¿No es más fácil ocuparse de otros asuntos que generen más dinero? Son un poco idiotas. Ni siquiera yo cuando era un mercenario caía en tonterías así.
Alcé el puño contento cuando Ocelote propuso la celebración con vino. Beber vino era algo que se escapaba de mis posibilidades, se alejaba de lo que mi economía personal podía permitirme, así que cualquier oportunidad mínima para tomarlo, era digna de tener en cuenta. De hecho, pensé que más que celebrar “la vida”, celebraría el hecho de poder probar un poco de vino. Vino de buena calidad, esperaba, dado que la última ocasión que había probado vino, este había sido mezclado con sangre de dragón; aquel vino hecho con oscuros propósitos.
Para mi sorpresa, aquella infusión no era únicamente para ocelote, sino que también había sido realizada por el elfo para que los demás presentes también la probáramos. En cuanto tome una taza, la mire con desconfianza. La olí un poco, todavía mirándola con el ceño fruncido, y luego dirigí una fugaz mirada hacia el elfo. Dudaba que pudiera hacer daño a ocelote, pero sabia que los elfos añadían substancias extrañas a sus brebajes en ocasiones. En realidad, no sabia absolutamente nada de los elfos, lo poco que sabia era cosas que me habían contado, Ingvar u otros compañeros de la compañía de mercenarios. Por lo general acertaban con la mayoría de cosas que me habían enseñado y era por esa misma razón por las que prefería mantener presentes todos sus consejos y conocimientos compartidos. Tome un pequeño sorbo. No estaba mal, no tenia un mal sabor.
— Gracias, elfo —le dije, mientras tomaba otro sorbo—. No soy muy fanático de las infusiones, pero esto esta bien —luego me quede mirando al vació durante algunos segundos, con varias cuestiones en mi mente—. Cuales son los planes próximos? Sabiendo lo que ha pasado, no podemos quedarnos aquí tomando te y descansando, y pensando en que bonita es la vida. No me gustaría que esos tipos estuvieran persiguiendo a la peliblanco indefinidamente.
Friðþjófur Rögnvaldsson
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Re: Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. [Libre]
El leñador se acercó a Frio y le empujó con suavidad en el hombro para llevarlo a la cocina, iba a contarle todo. Se quedaron en el marco de la entrada a esta, para poder mirar a Ocelote, y que no se enterase de nada. Cuando el Leñador la miró, sonrió, estaba feliz de que no estuviese sola, siempre pensó que lo estaría, que se quedaría sola, pero al verla así, se alegró.
-Lo que te voy a contar se queda entre tu y yo- Miró a Frio a los ojos, serio, intimidante, apretando el puño fuera de la vista de él; solo quería dejar claro que Ocelote no debía enterarse de nada.
Se relajó suspirando, mirando de reojo a Ocelote -Ella… a tenido una dura infancia; sus padres la vendieron de pequeña a un nigromante o cientifico, o algo raro… aun no lo sé- Se calló por un breve segundo, pensando bien sus palabras -Ese hombre, mató a sus padres delante de ella, tras la venta. Se la llevó a su casa en donde la encerró en un…- Ocelote se acercó a ellos sonriendo con la jarra en mano.
-¿De qué habláis chicos?- Le preguntó dándole un buen buche a la jarra -De sexo- De golpe, Ocelote casi se atraganta con la bebida -Os cof-cof os dejo- Dijo tosiendo mientras se alejaba de ellos. El leñador se rió un poco -Es muy inocente ¿No crees?- Miró de reojo a Frio.
-Bueno, como te comentaba, en un sótano, en un sótano la encerró ese ser…- Lo miró a los ojos -¿Es sitio para una niña? Tendría un año o dos…- Negó con la cabeza -No es lugar, no, y allí vivió por varios años, por lago tiempo, sufriendo, llorando, sola, maltratada, golpeada…- El leñador le dio un boche a su jarra, era tan pequeña que su mano la tapaba casi entera, difícil era decir que tenía una jarra en la mano.
Miró a Ocelote -Si te fijas, su cuerpo está cubierto de cicatrices, su blanca piel hace que no se note mucho, pero tiene infinitas cicatrices… ¿Sabes por que apenas enferma? vivió entre cerdos, alimentada con comida en mal estado, agua residual… o casi, aun me pregunto; ¿Cómo pudo sobrevivir una niña como ella en un entorno como ese?- Negó nuevamente -Ella dice que es gracias a sus personalidades, esas personalidades que la salvaron siempre…- Lo miró fijamente a los ojos -Digo ella, pero aun no he conocido a Ocelote, solo Sol, Luna, Luci y Elenna, pero se que tiene mas… algunas, ni las conoce- le avisó con aquello ultimo -Twinblade- Prosiguió -Quiso violarla el dia que se escapó. Él la cogió del cuello, y se la iba a llevar… vistes al monstruo, así que imagina como hubiera quedado- Se acercó Iredio con la bebid. Él leñador cogió esta y se la bebió de un trago sin seguir las indicaciones del elfo.
Se rió al beberlo -He tomado venenos más fuertes- dejó la jarra a un lado, con la bebida del elfo ya acabada -Si os la llevais, cuidarla…- Se alejó de Frio y cogió a Ocelote en brazos -Mi pequeña renacuaja, que solo se mete en líos- Ella se rió y bebió algo de la jarra.
Cuando la bajó, y le dió la bebida el elfo, ella sonrió, se le estaba subiendo el vino -Gracias, apuesto caballero- Le dio un beso en la mejilla riendo y se empezó a beber la bebida del elfo -Me encanta cuando hablas elfo, ¿me puedes decir una frase en elfo?- Le había escuchado reñir a su gatito.
Mientrastanto, en la cabeza de Ocelote:
Estaban ahora en un carro, miraban a Ocelote pequeña, que esta miraba a la cabaña. Salía Gordon de esta, dejando que entrase… TwinBlade de joven, era fuerte y apuesto, un hombre sexi, hubiera tenido a cualquier mujer, aunque ahora solo tendría a cualquiera que obligase.
-Esto está mal…- Dijo Luna mirando a Luci -Tenemos que hacer algo…- Luci negó mirandola.
-Son solo recuerdos, no podemos hacer nada… Solo podemos olvidarlos- Se giró haciendo que se girase Luna. De pronto estaban en un sótano.
-Lo que te voy a contar se queda entre tu y yo- Miró a Frio a los ojos, serio, intimidante, apretando el puño fuera de la vista de él; solo quería dejar claro que Ocelote no debía enterarse de nada.
Se relajó suspirando, mirando de reojo a Ocelote -Ella… a tenido una dura infancia; sus padres la vendieron de pequeña a un nigromante o cientifico, o algo raro… aun no lo sé- Se calló por un breve segundo, pensando bien sus palabras -Ese hombre, mató a sus padres delante de ella, tras la venta. Se la llevó a su casa en donde la encerró en un…- Ocelote se acercó a ellos sonriendo con la jarra en mano.
-¿De qué habláis chicos?- Le preguntó dándole un buen buche a la jarra -De sexo- De golpe, Ocelote casi se atraganta con la bebida -Os cof-cof os dejo- Dijo tosiendo mientras se alejaba de ellos. El leñador se rió un poco -Es muy inocente ¿No crees?- Miró de reojo a Frio.
-Bueno, como te comentaba, en un sótano, en un sótano la encerró ese ser…- Lo miró a los ojos -¿Es sitio para una niña? Tendría un año o dos…- Negó con la cabeza -No es lugar, no, y allí vivió por varios años, por lago tiempo, sufriendo, llorando, sola, maltratada, golpeada…- El leñador le dio un boche a su jarra, era tan pequeña que su mano la tapaba casi entera, difícil era decir que tenía una jarra en la mano.
Miró a Ocelote -Si te fijas, su cuerpo está cubierto de cicatrices, su blanca piel hace que no se note mucho, pero tiene infinitas cicatrices… ¿Sabes por que apenas enferma? vivió entre cerdos, alimentada con comida en mal estado, agua residual… o casi, aun me pregunto; ¿Cómo pudo sobrevivir una niña como ella en un entorno como ese?- Negó nuevamente -Ella dice que es gracias a sus personalidades, esas personalidades que la salvaron siempre…- Lo miró fijamente a los ojos -Digo ella, pero aun no he conocido a Ocelote, solo Sol, Luna, Luci y Elenna, pero se que tiene mas… algunas, ni las conoce- le avisó con aquello ultimo -Twinblade- Prosiguió -Quiso violarla el dia que se escapó. Él la cogió del cuello, y se la iba a llevar… vistes al monstruo, así que imagina como hubiera quedado- Se acercó Iredio con la bebid. Él leñador cogió esta y se la bebió de un trago sin seguir las indicaciones del elfo.
Se rió al beberlo -He tomado venenos más fuertes- dejó la jarra a un lado, con la bebida del elfo ya acabada -Si os la llevais, cuidarla…- Se alejó de Frio y cogió a Ocelote en brazos -Mi pequeña renacuaja, que solo se mete en líos- Ella se rió y bebió algo de la jarra.
Cuando la bajó, y le dió la bebida el elfo, ella sonrió, se le estaba subiendo el vino -Gracias, apuesto caballero- Le dio un beso en la mejilla riendo y se empezó a beber la bebida del elfo -Me encanta cuando hablas elfo, ¿me puedes decir una frase en elfo?- Le había escuchado reñir a su gatito.
Mientrastanto, en la cabeza de Ocelote:
Estaban ahora en un carro, miraban a Ocelote pequeña, que esta miraba a la cabaña. Salía Gordon de esta, dejando que entrase… TwinBlade de joven, era fuerte y apuesto, un hombre sexi, hubiera tenido a cualquier mujer, aunque ahora solo tendría a cualquiera que obligase.
-Esto está mal…- Dijo Luna mirando a Luci -Tenemos que hacer algo…- Luci negó mirandola.
-Son solo recuerdos, no podemos hacer nada… Solo podemos olvidarlos- Se giró haciendo que se girase Luna. De pronto estaban en un sótano.
Ocelote
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