El paciente Ulmerino [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
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El paciente Ulmerino [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
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Aún recordaba el rostro de preocupación de aquel pequeño, su padre había sido picado por algún insecto venenoso, afortunadamente no parecía un veneno muy fuerte, sin embargo, iba empeorando lentamente, por lo cual debía darme prisa, dados mis pocos conocimientos en primeros auxilios, sumados a mi falta de interés en aprender acerca de ello, solo sabía algunas cosas que había leído en libros, ahora solo me venía a la cabeza aquella planta llamada [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] y que parecía ajustarse perfectamente a estas circunstancias, según podía recordar, podían encontrarse en la llanura nevada, así que con la prisa que tenía, ir al lugar más seguro era la primera opción.
había tardado más de un día en llegar acá, cada instante que pasaba era un desperdicio de tiempo, había muy poco margen para errar, sin embargo, un error de cálculo, o una mala decisión, podrían hacerme perder el doble de tiempo, tal vez lo mejor sería buscar un poco de asesoría acerca de la famosa planta, o recordar al menos sus características para poder identificarla fácilmente, no iba a ser una tarea fácil, nada fácil, sin embargo, no podía fallar, alguna extraña razón interna me empujaba a ayudar a aquel pequeño y desagradable niño mocoso y llorón, tal vez me parecía graciosa su torpe valentía al defender a su padre pensando que yo era el espectro de la misma muerte, o tal vez, en el fondo, pero muy en el fondo, intentaba hacer por él, lo que nadie hizo por mí mientras mi esposa moría, tal vez quería evitar que padeciera ese mismo sufrimiento.
El frío era casi insoportable, resultaría muy difícil encontrar ayuda por acá, sin embargo, no me quedaba tiempo de ir a otro lugar, si debía ir solo, pues lo haría, no había más opción, mis pasos se hundían en la frágil nieve, sin embargo, a medida que iba entrando, la nieve se había más fuerte hasta que al cabo de unos minutos caminaba sobre hielo, el viento soplaba imparable mientras me perdía entre las espesas cortinas de viento helado.
Offrol:Aún recordaba el rostro de preocupación de aquel pequeño, su padre había sido picado por algún insecto venenoso, afortunadamente no parecía un veneno muy fuerte, sin embargo, iba empeorando lentamente, por lo cual debía darme prisa, dados mis pocos conocimientos en primeros auxilios, sumados a mi falta de interés en aprender acerca de ello, solo sabía algunas cosas que había leído en libros, ahora solo me venía a la cabeza aquella planta llamada [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] y que parecía ajustarse perfectamente a estas circunstancias, según podía recordar, podían encontrarse en la llanura nevada, así que con la prisa que tenía, ir al lugar más seguro era la primera opción.
había tardado más de un día en llegar acá, cada instante que pasaba era un desperdicio de tiempo, había muy poco margen para errar, sin embargo, un error de cálculo, o una mala decisión, podrían hacerme perder el doble de tiempo, tal vez lo mejor sería buscar un poco de asesoría acerca de la famosa planta, o recordar al menos sus características para poder identificarla fácilmente, no iba a ser una tarea fácil, nada fácil, sin embargo, no podía fallar, alguna extraña razón interna me empujaba a ayudar a aquel pequeño y desagradable niño mocoso y llorón, tal vez me parecía graciosa su torpe valentía al defender a su padre pensando que yo era el espectro de la misma muerte, o tal vez, en el fondo, pero muy en el fondo, intentaba hacer por él, lo que nadie hizo por mí mientras mi esposa moría, tal vez quería evitar que padeciera ese mismo sufrimiento.
El frío era casi insoportable, resultaría muy difícil encontrar ayuda por acá, sin embargo, no me quedaba tiempo de ir a otro lugar, si debía ir solo, pues lo haría, no había más opción, mis pasos se hundían en la frágil nieve, sin embargo, a medida que iba entrando, la nieve se había más fuerte hasta que al cabo de unos minutos caminaba sobre hielo, el viento soplaba imparable mientras me perdía entre las espesas cortinas de viento helado.
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Última edición por Bio el Dom 22 Mar 2015 - 20:45, editado 1 vez
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Re: El paciente Ulmerino [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
No era suficiente tener que aceptar aquél chantaje emocional… no. Tenía que aceptar eso de que me acompañara como pena por haber perdido en aquél estúpido torneo. Al menos esta vez había tenido tiempo de prepararme mejor que en otras ocasiones en las que salgo con lo puesto. siendo capaz de buscar buenos ropajes para ambos. El mocoso parecía una bola de estambre a lomos de una Furia envuelta en capas de lana y algodón. Habíamos dejado la montura y a sus lados colgaba una única maleta con algunas provisiones como carne salada, pan duro y unos pocos restos de queso de aion, junto con una buena medida de vino.
Un día, tuve un día entero para prepararlo todo con no solo el niño rompiéndome todos los esquemas, sino también sus hermanos y al final sus padres. En breve Blackuart cumpliría los ocho años y querían hacerle una especie de celebración ¿Qué no es más fácil llevarlo de acampada o de caza? pregunté pasada de enojo y cansada de negar de una y otra forma el tener que llevarlo conmigo, no solo era eso tedioso, sino que estaba preocupada; era mucho menos peligrosa una caza y una acampada que mandarlo sólo con el fin de distraerle a un lugar de los que pocos adultos salían vivos. Y la respuesta que me dieron fue un rotundo “no” silencioso; lleno de miradas entre ultrajadas y con odio y luego una lluvia de ocho personas –más mascotas en sus respectivos "idiomas"- dándome sus puntos de vista. Finalmente terminé accediendo a tomar al mocoso conmigo y ser su maldita nana para acallar todo aquél alboroto que pronto se extendería por todo el pueblo. Pero ¿Por qué la llanura nevada? Simple: se me había encomendado ir a buscar unas pieles de animales que se habían comercializado durante el evento celebrado el día anterior.
Lo suficientemente tonto como para que lo pueda hacer con un niño, lo suficientemente aburrido como para que no quisiera hacerlo pero lo suficientemente difícil como para mandar a otro cualquiera en mi nombre.
Feliz de su primera misión, el pequeño de pelo negro casi no se había quejado de que le tratara como el crío que era, ni de las excesivas horas galopando a lomos de Furia. De hecho estaba comenzando a sentirme bastante orgullosa del crío que era menos problemático y más portable que un adulto, hasta que llegó el momento que tanto había estado temiendo, el de la humedad y éste vino cuando vio la nieve de la Llanura Nevada, luego de pasar la Gran Estera, Parecía estar deslumbrado y para cuando me di cuenta tenía el brazo medio húmedo. ¿Pero qué estás…? ¿Te estás babeando? pregunté con tono rudo y lleno de coraje. Detuve la yegua y lo giré fácilmente sobre su tronco para verle mejor grente a mí, entonces me di cuenta de que estaba llorando. ¿Qué te ocurre?¿Te duele la barriga, te quema el frío o quieres de pipí? me apresuré a preguntar, bajando la bufanda blanca que me cubría la boca para articular mejor. Es tan hermoso mawood, cuando sea grande quiero vivir aquí aseguró con total convicción lleno de paz y en ese momento pensé que el chico comenzaba a desvariar, pero tenía que terminar lo que había ido a hacer o no serviría de nada todo el tiempo perdido. Le seguí la corriente hasta que se quedó dormido en mis brazos.
Era media tarde, pero con un frío que calaba los huesos cuando llegamos a la cabaña en medio de la nada. Rodeada de altas montañas de arena, pinos cubiertos de nieve y con una estela de humo bien negro estaba nuestro destino. Se nos ofreció quedarnos a dormir, más no me gustaba nada estar en ese lugar que parecía querer volarse con el azote del viento. Alimenté a Furia, acomodé al mocoso, comimos una sopa bien caliente y dormí unas tres o cuatro horas mientras Blackuart jugaba con los niños de la casa. Entrando la noche partimos con la luz de la luna velando por nosotros en nuestro camino a casa.
Mawood ¿por qué no nos quedamos? preguntó con inocencia, su voz se apagaba por las capas de ropa que llevaba puestas Lo que está hecho no está para hacerse. No había motivo por el que quedarnos ¿o si? le pregunté, muy consciente de que había cierta niña que se le había metido entre ceja y ceja al chicuelo. Silencio. Sonreí bien pagada hasta que una figura recortada en la distancia llamó nuestra atención. Mawood, ¿no nos acercaremos? volvió a abrir su boca para preguntar cuando no di señales de ir a su encuentro... y suspiré. Si le decía que "no" tendría que dar una larga explicación, por lo que simplemente talonee a Furia y nos dirigimos lentamente hacia aquella extraña aparición.
Saludos dije en voz alta entrecerrando los ojos en un esfuerzo para discernir su rostro. Blackuart fue a decir algo, más le apreté la barriga tan fuerte que solo fue capaz de soltar el aire de sus pequeños pulmones como un pollo sin voz. Es tarde ya, ¿necesita algo? me apresuré a preguntar no por cortesía o por ser una buena samaritana, sino porque se dirigía hacia la casa de la mujer del cazador y si le pasaba algo cuando se suponía nosotros la estábamos visitando acarrearía serios problemas y mu engorrosos de solucionar.
Un día, tuve un día entero para prepararlo todo con no solo el niño rompiéndome todos los esquemas, sino también sus hermanos y al final sus padres. En breve Blackuart cumpliría los ocho años y querían hacerle una especie de celebración ¿Qué no es más fácil llevarlo de acampada o de caza? pregunté pasada de enojo y cansada de negar de una y otra forma el tener que llevarlo conmigo, no solo era eso tedioso, sino que estaba preocupada; era mucho menos peligrosa una caza y una acampada que mandarlo sólo con el fin de distraerle a un lugar de los que pocos adultos salían vivos. Y la respuesta que me dieron fue un rotundo “no” silencioso; lleno de miradas entre ultrajadas y con odio y luego una lluvia de ocho personas –más mascotas en sus respectivos "idiomas"- dándome sus puntos de vista. Finalmente terminé accediendo a tomar al mocoso conmigo y ser su maldita nana para acallar todo aquél alboroto que pronto se extendería por todo el pueblo. Pero ¿Por qué la llanura nevada? Simple: se me había encomendado ir a buscar unas pieles de animales que se habían comercializado durante el evento celebrado el día anterior.
Lo suficientemente tonto como para que lo pueda hacer con un niño, lo suficientemente aburrido como para que no quisiera hacerlo pero lo suficientemente difícil como para mandar a otro cualquiera en mi nombre.
Feliz de su primera misión, el pequeño de pelo negro casi no se había quejado de que le tratara como el crío que era, ni de las excesivas horas galopando a lomos de Furia. De hecho estaba comenzando a sentirme bastante orgullosa del crío que era menos problemático y más portable que un adulto, hasta que llegó el momento que tanto había estado temiendo, el de la humedad y éste vino cuando vio la nieve de la Llanura Nevada, luego de pasar la Gran Estera, Parecía estar deslumbrado y para cuando me di cuenta tenía el brazo medio húmedo. ¿Pero qué estás…? ¿Te estás babeando? pregunté con tono rudo y lleno de coraje. Detuve la yegua y lo giré fácilmente sobre su tronco para verle mejor grente a mí, entonces me di cuenta de que estaba llorando. ¿Qué te ocurre?¿Te duele la barriga, te quema el frío o quieres de pipí? me apresuré a preguntar, bajando la bufanda blanca que me cubría la boca para articular mejor. Es tan hermoso mawood, cuando sea grande quiero vivir aquí aseguró con total convicción lleno de paz y en ese momento pensé que el chico comenzaba a desvariar, pero tenía que terminar lo que había ido a hacer o no serviría de nada todo el tiempo perdido. Le seguí la corriente hasta que se quedó dormido en mis brazos.
Era media tarde, pero con un frío que calaba los huesos cuando llegamos a la cabaña en medio de la nada. Rodeada de altas montañas de arena, pinos cubiertos de nieve y con una estela de humo bien negro estaba nuestro destino. Se nos ofreció quedarnos a dormir, más no me gustaba nada estar en ese lugar que parecía querer volarse con el azote del viento. Alimenté a Furia, acomodé al mocoso, comimos una sopa bien caliente y dormí unas tres o cuatro horas mientras Blackuart jugaba con los niños de la casa. Entrando la noche partimos con la luz de la luna velando por nosotros en nuestro camino a casa.
Mawood ¿por qué no nos quedamos? preguntó con inocencia, su voz se apagaba por las capas de ropa que llevaba puestas Lo que está hecho no está para hacerse. No había motivo por el que quedarnos ¿o si? le pregunté, muy consciente de que había cierta niña que se le había metido entre ceja y ceja al chicuelo. Silencio. Sonreí bien pagada hasta que una figura recortada en la distancia llamó nuestra atención. Mawood, ¿no nos acercaremos? volvió a abrir su boca para preguntar cuando no di señales de ir a su encuentro... y suspiré. Si le decía que "no" tendría que dar una larga explicación, por lo que simplemente talonee a Furia y nos dirigimos lentamente hacia aquella extraña aparición.
Saludos dije en voz alta entrecerrando los ojos en un esfuerzo para discernir su rostro. Blackuart fue a decir algo, más le apreté la barriga tan fuerte que solo fue capaz de soltar el aire de sus pequeños pulmones como un pollo sin voz. Es tarde ya, ¿necesita algo? me apresuré a preguntar no por cortesía o por ser una buena samaritana, sino porque se dirigía hacia la casa de la mujer del cazador y si le pasaba algo cuando se suponía nosotros la estábamos visitando acarrearía serios problemas y mu engorrosos de solucionar.
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Off: Dado que eres vampiro, he definido que es de noche, si hay algo que editar ya que he hecho varios presupuestos, mp ^^
Mi compañerito por ahora es una bola pequeña de 7 años llena de ropa a la que le podrías ver solo los ojos. Trabajo en su ficha aún ^^’’
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Re: El paciente Ulmerino [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
Caminaba casi perdido, guiándome solo por la obligación y el deber de algo que no era ni remotamente parte de mis responsabilidades, no había nada que me impusiera la obligación o el deber de estar ahí, sin embargo, lo estaba, batallando contra el inclemente frío, el aire que respiraba me helaba todo el cuerpo por dentro, sentía como si filosos y diminutos cristales se incrustaran en el interior de mis pulmones - Soy un vampiro - me decía con sarcasmo - podré resistir el frío - continuaba hablándome para enojarme a mí mismo hasta que el sonido de un corcel sobre la nieve me hizo detener mi camino, llevé una de mis manos a mi frente para enfocar mi vista y tratar de ver quién o qué cosa se acercaba, sobre el caballo se movían un par de figuras, una mujer con aspecto bastante rudo y hostil, y una pequeña bolsa con rostro, supuse que era su comida, y preferí no decir nada al respecto - Saludos - me dijo en voz alta, tras ella, la bolsa con rostro intentó decir algo pero solo escupió aire, supuse que la golpiza que le había dado al capturarlo había sido épica - Saludos... Mujer - contesté su saludo para no parecer hostil, aunque mantenía mis manos cerca de mis dagas en caso de alguna eventualidad, no quería terminar también convertido en una bolsa parlante - Es tarde ya ¿Necesita algo? - Me dijo en tono de esperar que no necesitara nada, y aunque mi orgullo era fuerte, era más fuerte el frío que me helaba los huesos - Una manta, tal vez - Dije en tono bajo, pero luego continué elevando un poco la voz para que pudiera oírme bien - Busco una planta para ayudar a un hombre enfermo, pero a este paso, creo que moriré antes que él - al decir eso llevé mis manos a la altura de mi pecho y crucé los brazos para darme un poco de calor - ¿Sabrás algo de plantas medicinales? o también sirve, si conoces de alguien que sepa, y que me pueda ayudar con esta búsqueda - en otras circunstancias no pediría ayuda, sin embargo, era una carrera contra el reloj, aquel hombre seguramente no tenía mucho tiempo, incluso, yo mismo, a este paso, con tanto frío y tan poco abrigado, tampoco duraría mucho tiempo.
La pequeña bolsa con ojos que llevaba con ella no paraba de mirarme, lo que me despertaba una gran curiosidad, al cabo de varias miradas intentando en vano ver algo más, acabé por preguntar - ¿Qué llevas ahí? ¿así calientas tu cena? - la forma de preguntarlo podría resultar graciosa, pero la respuesta que esperaba era algo bastante serio, pues esa cosa realmente había despertado mi curiosidad, y por otra parte, esa mujer, me parecía haberla visto en otra parte, sin embargo no llegaba a mi mente el momento o lugar exacto, giré mi cuerpo 180 grados para darme cuenta, de nuevo, que estaba completamente perdido, volví a girar en dirección hacia aquella mujer esperando sus respuestas, intentaba que los espasmos que me causaba el frío no me hicieran parecer débil y vulnerable, y aunque mi cuerpo temblaba de forma casi incontrolable, yo disimulaba dando pasos hacia los lados o girando el cuerpo para mantenerme siempre en movimiento.
La pequeña bolsa con ojos que llevaba con ella no paraba de mirarme, lo que me despertaba una gran curiosidad, al cabo de varias miradas intentando en vano ver algo más, acabé por preguntar - ¿Qué llevas ahí? ¿así calientas tu cena? - la forma de preguntarlo podría resultar graciosa, pero la respuesta que esperaba era algo bastante serio, pues esa cosa realmente había despertado mi curiosidad, y por otra parte, esa mujer, me parecía haberla visto en otra parte, sin embargo no llegaba a mi mente el momento o lugar exacto, giré mi cuerpo 180 grados para darme cuenta, de nuevo, que estaba completamente perdido, volví a girar en dirección hacia aquella mujer esperando sus respuestas, intentaba que los espasmos que me causaba el frío no me hicieran parecer débil y vulnerable, y aunque mi cuerpo temblaba de forma casi incontrolable, yo disimulaba dando pasos hacia los lados o girando el cuerpo para mantenerme siempre en movimiento.
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Re: El paciente Ulmerino [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
“Uuuurrrrgggghhh” gritó mi mente cuando me di cuenta que se trataba de un macho y para colmo vampiro. Blackuart se retorció entre mis brazos por unos instantes al darse cuenta por su olfato de lo evidente, hasta que le volví a apretar contra mí para reasegurarle que había percibido la naturaleza de aquél ser que se estaba congelando allí frente a nosotros. Al menos parecía ser cauteloso… algo que no me llamaba la atención de su actitud, aunque no estaba segura de que se hubiera percatado de que éramos sus “enemigos naturales” probablemente no o quizás no tenía la fuerza para hacérnoslo saber. Esas criaturas eran extremadamente inteligentes y aunque no tenía nada contra ellos o él en particular, no era malo estar en guardia. Definitivamente no podía dejarlo solo o trataría de saciar su sed con aquella familia entera.
Se de plantas que no son venenosas le respondí no muy crédula de sus palabras, en realidad sabía de plantas venenosas, pero todo lo que no fuera venenoso debía ser bueno o al menos neutral… ¿no? “¿Un vampiro bueno?” no daba crédito a lo que pasaba por mi mente. Realmente ese tipo debía estar loco para aventurarse hasta esos lares sin nada de abrigo o algo realmente le impelía para ayudar a ese tal enfermo. No eran cuestiones que me importaran, mis procesos mentales iban más lento con el frío, por lo que me costaba reaccionar o darle respuestas claras y rápidas. Por el momento debería ayudarle si no quería que siguiera avanzando, o al menos estar cerca de él hasta asegurarme que no era un peligro. Con todas esas preguntas que él formulaba seguro no era del Norte, debería de devolverle hacia el sur para que encontrara en otro ser el sustento.
¿Cena? repetí buscando la dirección de su mirar, dando de lleno con mi pequeño Blackuart que parecía estremecerse bajo aquellas montañas de ropa, no supe si de temor o de coraje, pero no quise averiguarlo en el momento. Solamente un ser de naturaleza tan vil podría pensar eso. Fruncí el ceño y me mordí el labio inferior masticando una respuesta Mi cachorro le respondí apeándome de Furia. Quizás lo más derecho sería rematarle ahí y seguir nuestro camino más no era algo que pudiera hacer frente al niño. Si tienes hambre, podrás comer al terminar tu tarea espeté buscando entre las pieles una que le sirviera de abrigo, aunque sin dejar de tener un ojo sobre él.
Ten le dije mientras le tiraba un cuero bien curtido de oso para que se cubriera con él. Hacia el Este hay algunos árboles que sobresalen de la nieve, ¿quizás allí haya alguna planta? pero el tipo parecía algo desorientado por lo que señalé la dirección. Mawood, él no me gusta diría el pequeño con su voz inocente ladeándose lentamente del lomo de Furia. No lo culpaba, probablemente tendría las piernas acalambradas de andar en la yegua. Lo atrapé entre mis brazos y lo eché al hombro como una bolsa de papas. Es lo que hay Black[/b] le respondí mirando de reojo al hombre para ver si había tomado la piel.
Se de plantas que no son venenosas le respondí no muy crédula de sus palabras, en realidad sabía de plantas venenosas, pero todo lo que no fuera venenoso debía ser bueno o al menos neutral… ¿no? “¿Un vampiro bueno?” no daba crédito a lo que pasaba por mi mente. Realmente ese tipo debía estar loco para aventurarse hasta esos lares sin nada de abrigo o algo realmente le impelía para ayudar a ese tal enfermo. No eran cuestiones que me importaran, mis procesos mentales iban más lento con el frío, por lo que me costaba reaccionar o darle respuestas claras y rápidas. Por el momento debería ayudarle si no quería que siguiera avanzando, o al menos estar cerca de él hasta asegurarme que no era un peligro. Con todas esas preguntas que él formulaba seguro no era del Norte, debería de devolverle hacia el sur para que encontrara en otro ser el sustento.
¿Cena? repetí buscando la dirección de su mirar, dando de lleno con mi pequeño Blackuart que parecía estremecerse bajo aquellas montañas de ropa, no supe si de temor o de coraje, pero no quise averiguarlo en el momento. Solamente un ser de naturaleza tan vil podría pensar eso. Fruncí el ceño y me mordí el labio inferior masticando una respuesta Mi cachorro le respondí apeándome de Furia. Quizás lo más derecho sería rematarle ahí y seguir nuestro camino más no era algo que pudiera hacer frente al niño. Si tienes hambre, podrás comer al terminar tu tarea espeté buscando entre las pieles una que le sirviera de abrigo, aunque sin dejar de tener un ojo sobre él.
Ten le dije mientras le tiraba un cuero bien curtido de oso para que se cubriera con él. Hacia el Este hay algunos árboles que sobresalen de la nieve, ¿quizás allí haya alguna planta? pero el tipo parecía algo desorientado por lo que señalé la dirección. Mawood, él no me gusta diría el pequeño con su voz inocente ladeándose lentamente del lomo de Furia. No lo culpaba, probablemente tendría las piernas acalambradas de andar en la yegua. Lo atrapé entre mis brazos y lo eché al hombro como una bolsa de papas. Es lo que hay Black[/b] le respondí mirando de reojo al hombre para ver si había tomado la piel.
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Re: El paciente Ulmerino [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
Comenzaba a darme un poco de dificultad hablar, pero trataba de mantener mi voz áspera y ruda para no parecer vulnerable, pero usando un lenguaje sutil y cauteloso para no parecer una amenaza - ¿Cena? - respondió mientras seguía la dirección de mi mirada hasta llegar a esa cosa que llevaba ahí arropada. Con un evidente gesto de desagrado respondió - Mi cachorro - al parecer la pregunta no le había hecho nada de gracia, eso significaba que mis esperanzas de alimentarme de algo se alejaban drásticamente.
Me miraba de forma bastante hostil, aunque no lograba entender la razón, aunque esa mirada llena de agresiva sobervia la recordaba de algún lado, no recordaba en lo más mínimo haber cruzado palabras alguna vez. - Si tienes hambre, podrás comer al terminar tu tarea - argumentó mientras volteaba a buscar entre sus cosas, aunque sin quitarme la vista de encima, al parecer, no le agradaban para nada los vampiros, y había notado que yo era uno, ahora mi supervivencia estaba menos garantizada, si no me mataba el inclemente frío, tal vez intentaría matarme ella.
Registraba entre sus cosas buscando al parecer la que menos le sirviera hasta que finalmente logró conseguir algo - Ten - me dijo al arrojar un cuero de oso con el que podría cubrirme, mis reflejos me habían abandonado, por lo que no logré tomar el cuero sin que cayera primero al piso, di un par de pasos y me agaché para alcanzarlo. Apenas pude tomarlo me lo eché encima, y mientras comenzaba a levantarme continuó diciendo - Hacia el Este hay algunos árboles que sobresalen de la nieve, ¿quizás allí haya alguna planta? - dijo mientras me señaló la dirección. Miraba fijamente en la dirección que me había señalado cuando una voz muy tenue y tranquila llegó a mis oídos de forma casi imperceptible - Mawood, él no me gusta - Intenté no demostrar que había escuchado eso y seguí mirando nada en el blanco y helado horizonte. Al volver la vista hacia la mujer, se había lanzado al pequeño encima para cargarlo de otra forma, si a mí, adulto y fuerte, me estaba matando este agobiante viaje, no imaginaba lo agotado que debía estar el pobre niño - (Es apenas un niño) - Pensé, agitado luego por el recuerdo - ¡¡El niño!! - Exclamé exaltado, por unos instantes había olvidado mi propósito, volví la vista hacia la mujer y le pregunté un tanto exaltado - Las plantas que mencionaste, ¿Puedes llevarme a ellas? solo necesito un poco de una en especial, y no me queda mucho tiempo - la observé con ojos de angustia esperando que aceptara ayudarme, a pesar de su rudeza, no parecía una mala persona y su sentido de protección hacia el niño me había recordado mi razón de estar acá, pero además, me había recordado la ternura con que yo había cuidado a mi pequeña Magazubi cuando estábamos juntos...
Me miraba de forma bastante hostil, aunque no lograba entender la razón, aunque esa mirada llena de agresiva sobervia la recordaba de algún lado, no recordaba en lo más mínimo haber cruzado palabras alguna vez. - Si tienes hambre, podrás comer al terminar tu tarea - argumentó mientras volteaba a buscar entre sus cosas, aunque sin quitarme la vista de encima, al parecer, no le agradaban para nada los vampiros, y había notado que yo era uno, ahora mi supervivencia estaba menos garantizada, si no me mataba el inclemente frío, tal vez intentaría matarme ella.
Registraba entre sus cosas buscando al parecer la que menos le sirviera hasta que finalmente logró conseguir algo - Ten - me dijo al arrojar un cuero de oso con el que podría cubrirme, mis reflejos me habían abandonado, por lo que no logré tomar el cuero sin que cayera primero al piso, di un par de pasos y me agaché para alcanzarlo. Apenas pude tomarlo me lo eché encima, y mientras comenzaba a levantarme continuó diciendo - Hacia el Este hay algunos árboles que sobresalen de la nieve, ¿quizás allí haya alguna planta? - dijo mientras me señaló la dirección. Miraba fijamente en la dirección que me había señalado cuando una voz muy tenue y tranquila llegó a mis oídos de forma casi imperceptible - Mawood, él no me gusta - Intenté no demostrar que había escuchado eso y seguí mirando nada en el blanco y helado horizonte. Al volver la vista hacia la mujer, se había lanzado al pequeño encima para cargarlo de otra forma, si a mí, adulto y fuerte, me estaba matando este agobiante viaje, no imaginaba lo agotado que debía estar el pobre niño - (Es apenas un niño) - Pensé, agitado luego por el recuerdo - ¡¡El niño!! - Exclamé exaltado, por unos instantes había olvidado mi propósito, volví la vista hacia la mujer y le pregunté un tanto exaltado - Las plantas que mencionaste, ¿Puedes llevarme a ellas? solo necesito un poco de una en especial, y no me queda mucho tiempo - la observé con ojos de angustia esperando que aceptara ayudarme, a pesar de su rudeza, no parecía una mala persona y su sentido de protección hacia el niño me había recordado mi razón de estar acá, pero además, me había recordado la ternura con que yo había cuidado a mi pequeña Magazubi cuando estábamos juntos...
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Re: El paciente Ulmerino [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
“Al menos no es orgulloso” pensé al ver que había recogido la piel, quise pensar que comenzaba a tomar más color bajo aquel cuero y me sentí ligeramente bien por mi acto de caridad. Ya no necesitaba ayudar a más nadie en el resto de mi vi… del año. Comencé a dar unos pasos trabajosamente entre la espesa nieve que parecía querer chuparnos hacia el centro de la tierra. Miré a Furia con cierta simpatía, era un animal muy poderoso que había hecho un largo camino y ahora que se había librado de nuestra carga parecía volar sobre aquél manto blanco, como un insecto sobre el agua.
Recordaba que en mi forma lupina estaba mucho mejor que con aquella figura humana imposibilitada de muchas cosas, pero también pensé que si me transformaba algo en el equilibrio momentáneo que había con la relación entre el vampiro y nosotros podría romperse y acabaríamos trabados en una lucha sin sentido, agotados y con uno de los dos muertos -probablemente-. De pronto escuché sus palabras casi a gritos y tuve que concentrarme para comprender lo que estaba diciendo. “¿Un niño?” no sabía que los vampiros fueran padres, pero habían muchas cosas de las que no estaba enterada… Asentí con la cabeza, guardando el aliento para respuestas más importantes. No te rezagues le respondí mientras emprendía marcha hacia la última dirección a la que había señalado.
El camino era largo, la nieve dificultaba el movimiento y hacía un buen de frío. Acomodé el bulto Blackuart y luego de varios minutos lo bajé para que se moviera para hacer circular la sangre. ¿Desde cuándo un suci…- me aclaré la garganta, tratando de corregirme ¿Desde cuándo un vampiro va en busca de ayuda para alguien que no sea él mismo? pregunté recordando la última despedida con Daracan. Ese hombre me intrigaba, tenía ojos de bueno y eso no me gustaba nada. Los vampiros eran retorcidos desde su propia existencia y un tipo tan atípico solo podría traer problemas. Sólo quería saber de qué lado del problema quería estar.
Entrecerré los ojos y cambié mi vista desde él hacia el pequeño monte que se abría a unos metros frente a nosotros. Falta poco informé, tanteando con mi mano la respuesta de la del pequeño que se agarraba fuertemente de mí.
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[b]Off:[/ b] Como lo dije por privado, siento mucho la demora >o<
Recordaba que en mi forma lupina estaba mucho mejor que con aquella figura humana imposibilitada de muchas cosas, pero también pensé que si me transformaba algo en el equilibrio momentáneo que había con la relación entre el vampiro y nosotros podría romperse y acabaríamos trabados en una lucha sin sentido, agotados y con uno de los dos muertos -probablemente-. De pronto escuché sus palabras casi a gritos y tuve que concentrarme para comprender lo que estaba diciendo. “¿Un niño?” no sabía que los vampiros fueran padres, pero habían muchas cosas de las que no estaba enterada… Asentí con la cabeza, guardando el aliento para respuestas más importantes. No te rezagues le respondí mientras emprendía marcha hacia la última dirección a la que había señalado.
El camino era largo, la nieve dificultaba el movimiento y hacía un buen de frío. Acomodé el bulto Blackuart y luego de varios minutos lo bajé para que se moviera para hacer circular la sangre. ¿Desde cuándo un suci…- me aclaré la garganta, tratando de corregirme ¿Desde cuándo un vampiro va en busca de ayuda para alguien que no sea él mismo? pregunté recordando la última despedida con Daracan. Ese hombre me intrigaba, tenía ojos de bueno y eso no me gustaba nada. Los vampiros eran retorcidos desde su propia existencia y un tipo tan atípico solo podría traer problemas. Sólo quería saber de qué lado del problema quería estar.
Entrecerré los ojos y cambié mi vista desde él hacia el pequeño monte que se abría a unos metros frente a nosotros. Falta poco informé, tanteando con mi mano la respuesta de la del pequeño que se agarraba fuertemente de mí.
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Re: El paciente Ulmerino [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
La manta caliente me había hecho bastante bien, ya no sentía el cuerpo tan entumecido por el inclemente frío, la seguí cuando comenzó a moverse, habría querido poder moverme más rápido pero mi destreza habría sido drásticamente menguada por semejante temperatura - No te rezagues - La escuché decir, claro, es fácil decirlo cuando se ha descansado todo el camino a caballo, ahora dar unos cuantos pasos no le resultará más que un entretenido ejercicio mientras yo estoy al borde de un desgarro muscular; preferí no responder nada y guardar mis energías para seguir caminando, a fin de cuentas, nuestra cordialidad era bastante tensa, y cualquier malentendido podría hacer estallar una sangrienta batalla.
Aceleré un poco el paso para intentar llevarle el ritmo, ya mi cuerpo iba tomando más calor y aunque la manta era algo pesada, podía moverme con mayor libertad, entonces la escuché murmurar - ¿Desde cuándo un suci…- alcé una ceja esperando a que terminara la oración pero finalmente se interrumpió a sí misma diciendo - ¿Desde cuándo un vampiro va en busca de ayuda para alguien que no sea él mismo? - me tomé unos instantes para pensar, la verdad, no estaba seguro de por qué lo estaba haciendo, no me interesaba el niño ni su padre, pero algo dentro me impulsaba a ayudarlo - Hay ocasiones - dije en tono serio - En que los humanos olvidan su "Humanidad" - acabé la oración resaltando ese término - es entonces cuando los monstruos debemos recordarles el significado de esa palabra - froté mis manos para calentarme - No lo hago porque quiera hacerlo, lo hago porque no hay nadie más que lo haga - tomé aire, respiré profundo y finalicé diciendo - Todos somos instrumentos del destino, así como yo ayudo a ese desconocido, alguien ayudará a mi pequeña Magazubi, donde quiera que esté - dejé de hablar sintiendo que había dado demasiada información, debía ser más cauteoso con lo que fuera a revelar más adelante, sin embargo, esa mujer me había ofrecido ayuda, no estaba e más darle un poco de confianza, aunque no demasiada.
Intentaba seguir sus pasos tan rápido como alcanzaba a mover mis piernas para no quedarme atrás - Falta poco - la escuché decir, realmente me alegraba saberlo, ese helado lugar era realmente aterrador, de no ser por la manta, ya estaría convertido en cubo de hielo, mis fuerzas se renovaron y avancé un poco más de prisa al ver que nos acercábamos a un pequeño lugar con algunas plantas muy parecidas a la que andaba buscando, pero a fin de cuentas, todas me parecían iguales, y podría estarme ilusionando en vano, aún estábamos lejos para poder identificarlas con seguridad, era mejor esperar a estar más cerca, aún quedaba un rato de camino y aproveché de preguntar - ¿Qué hace una mujer con un niño, en este espantoso lugar? - La verdad, saber de donde o hacia donde iba me habría generado un poco más de confianza, aunque luego pensé que podría decir cualquier mentira y yo tendría que creerle, fuera cierto o no, el niño empaquetado, aunque se veía tierno, podía percibir cierta hostilidad, incluso más que en la mujer, por lo tanto preferí no hacer ningún comentario respecto a él, aunque parecía bastante apetecible...
Aceleré un poco el paso para intentar llevarle el ritmo, ya mi cuerpo iba tomando más calor y aunque la manta era algo pesada, podía moverme con mayor libertad, entonces la escuché murmurar - ¿Desde cuándo un suci…- alcé una ceja esperando a que terminara la oración pero finalmente se interrumpió a sí misma diciendo - ¿Desde cuándo un vampiro va en busca de ayuda para alguien que no sea él mismo? - me tomé unos instantes para pensar, la verdad, no estaba seguro de por qué lo estaba haciendo, no me interesaba el niño ni su padre, pero algo dentro me impulsaba a ayudarlo - Hay ocasiones - dije en tono serio - En que los humanos olvidan su "Humanidad" - acabé la oración resaltando ese término - es entonces cuando los monstruos debemos recordarles el significado de esa palabra - froté mis manos para calentarme - No lo hago porque quiera hacerlo, lo hago porque no hay nadie más que lo haga - tomé aire, respiré profundo y finalicé diciendo - Todos somos instrumentos del destino, así como yo ayudo a ese desconocido, alguien ayudará a mi pequeña Magazubi, donde quiera que esté - dejé de hablar sintiendo que había dado demasiada información, debía ser más cauteoso con lo que fuera a revelar más adelante, sin embargo, esa mujer me había ofrecido ayuda, no estaba e más darle un poco de confianza, aunque no demasiada.
Intentaba seguir sus pasos tan rápido como alcanzaba a mover mis piernas para no quedarme atrás - Falta poco - la escuché decir, realmente me alegraba saberlo, ese helado lugar era realmente aterrador, de no ser por la manta, ya estaría convertido en cubo de hielo, mis fuerzas se renovaron y avancé un poco más de prisa al ver que nos acercábamos a un pequeño lugar con algunas plantas muy parecidas a la que andaba buscando, pero a fin de cuentas, todas me parecían iguales, y podría estarme ilusionando en vano, aún estábamos lejos para poder identificarlas con seguridad, era mejor esperar a estar más cerca, aún quedaba un rato de camino y aproveché de preguntar - ¿Qué hace una mujer con un niño, en este espantoso lugar? - La verdad, saber de donde o hacia donde iba me habría generado un poco más de confianza, aunque luego pensé que podría decir cualquier mentira y yo tendría que creerle, fuera cierto o no, el niño empaquetado, aunque se veía tierno, podía percibir cierta hostilidad, incluso más que en la mujer, por lo tanto preferí no hacer ningún comentario respecto a él, aunque parecía bastante apetecible...
Última edición por Bio el Miér 11 Mar 2015 - 5:22, editado 1 vez
Bio
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Re: El paciente Ulmerino [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
Justas palabras susurré cuando escuché lo de la humanidad más el hombre continuó hablando, al parecer mis palabras solo habían llegado a los oídos del pequeño Blackuart que solo tuvo energías para levantar la cabeza en forma de cuestionamiento. Me encogí de hombros y negué con la cabeza, restándole importancia a mi comentario; después de todo él era muy pequeño para comprender toda una vida de sangre y pecado. Escuché el nombre que salía de los labios del vampiro más fue una especie de golpe que no esperaba; esa pequeña era una devorahombres y lo peor de todo era que siempre se cogía a los vampiros, aunque mirando con segundas intenciones a este, no le encontraba nada interesante por lo que tuviera que desvivirme… más que se corazón blandengue, claro, si eres de esas chicas que se conmueve con ese tipo de detalles.
Con la obviedad que tenían mis palabras, nunca esperé que fueran tan recibidas y es que, cuando terminé de decir “poco” él ya parecía más vivo y apurando el paso no que nos pasara, pero al menos parecía menos una carga y más un vil ser de la noche. ¿Espantoso? repitió a modo de pregunta el chico, ahora subiendo el tono casi pareciendo una mujer en sus días, ultrajado se dio la vuelta, “tal y como lo haría un barril si tuviera patas” pensé tentada de reírme mientras le veía actuar. Pocas veces el joven Saldemon dejaba conocer sus demonios internos y cuando eso sucedía era un espectáculo digno. Más cuando encaró a nuestro enemigo natural volvió a darse la vuelta y caminar al frente sin mediar más palabra, pero susurró Es tuyo mawood.
Sonreí de lado y por algún motivo me sentí orgullosa aunque realmente no sabía el por qué, vamos, el mocoso era un pollo desplumado sin valor que no servía ni para defender sus palabras, pero confiaba en mí y me ocuparía de verle crecer hasta que le cerrara la boca a cualquiera con esas pequeñas manos que ahora se aferraban fuertemente de mi brazo. Miré al vampiro y le esperé a que se acercara a nosotros. No es tan…espantoso me costó recordar el término que él mismo había empleado. Vinimos aquí a comerciar, en el pueblo de donde venimos se celebró un evento ecuestre que convocó a personas de muchos lugares. No es un secreto que me tomaran de mandadera y niñera informé no queriendo revelar demasiado, pero tampoco tenía nada que ocultar. Estúpidos todos murmuré aunque quizás demasiado alto.
Verás vampiro, me robé a este mocoso para… comencé a mentir más me vi interrumpida por el niño Eso no es cierto, ¡no es cierto! Mawood no me robó. Yo quería venir a esta misión y me ha traído. Yo soy un niño grande después de todo intervino y no me pude contener más. Le di un zape por la cabeza que le enterró de nariz en la nieve. Ah pues, ahí tienes. le dije al hombre encogiéndome nuevamente de hombros mientras dejaba que el niño y la yegua se entendieran. Nombraste a una Magazubi más temprano y no pude dejar de notarlo. Ese nombre no es muy común. ¿Se trata de una princesa bruja? pregunté con una ceja alzada y tono desafiante. Si me decía que sí, sería el colmo de los colmos, es decir… “¿su sangre sería tan buena o qué?”
Eché un vistazo alrededor, ya se podían divisar un mejunje de plantas alrededor de árboles medio secos, medio tapados por la nieve y medio medio de todo.
Con la obviedad que tenían mis palabras, nunca esperé que fueran tan recibidas y es que, cuando terminé de decir “poco” él ya parecía más vivo y apurando el paso no que nos pasara, pero al menos parecía menos una carga y más un vil ser de la noche. ¿Espantoso? repitió a modo de pregunta el chico, ahora subiendo el tono casi pareciendo una mujer en sus días, ultrajado se dio la vuelta, “tal y como lo haría un barril si tuviera patas” pensé tentada de reírme mientras le veía actuar. Pocas veces el joven Saldemon dejaba conocer sus demonios internos y cuando eso sucedía era un espectáculo digno. Más cuando encaró a nuestro enemigo natural volvió a darse la vuelta y caminar al frente sin mediar más palabra, pero susurró Es tuyo mawood.
Sonreí de lado y por algún motivo me sentí orgullosa aunque realmente no sabía el por qué, vamos, el mocoso era un pollo desplumado sin valor que no servía ni para defender sus palabras, pero confiaba en mí y me ocuparía de verle crecer hasta que le cerrara la boca a cualquiera con esas pequeñas manos que ahora se aferraban fuertemente de mi brazo. Miré al vampiro y le esperé a que se acercara a nosotros. No es tan…espantoso me costó recordar el término que él mismo había empleado. Vinimos aquí a comerciar, en el pueblo de donde venimos se celebró un evento ecuestre que convocó a personas de muchos lugares. No es un secreto que me tomaran de mandadera y niñera informé no queriendo revelar demasiado, pero tampoco tenía nada que ocultar. Estúpidos todos murmuré aunque quizás demasiado alto.
Verás vampiro, me robé a este mocoso para… comencé a mentir más me vi interrumpida por el niño Eso no es cierto, ¡no es cierto! Mawood no me robó. Yo quería venir a esta misión y me ha traído. Yo soy un niño grande después de todo intervino y no me pude contener más. Le di un zape por la cabeza que le enterró de nariz en la nieve. Ah pues, ahí tienes. le dije al hombre encogiéndome nuevamente de hombros mientras dejaba que el niño y la yegua se entendieran. Nombraste a una Magazubi más temprano y no pude dejar de notarlo. Ese nombre no es muy común. ¿Se trata de una princesa bruja? pregunté con una ceja alzada y tono desafiante. Si me decía que sí, sería el colmo de los colmos, es decir… “¿su sangre sería tan buena o qué?”
Eché un vistazo alrededor, ya se podían divisar un mejunje de plantas alrededor de árboles medio secos, medio tapados por la nieve y medio medio de todo.
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Re: El paciente Ulmerino [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
Cada paso que daba arropado por aquella cálida manta me ayudaba a ignorar un poco la baja temperatura, aunque igual me costaba un poco mantener los ojos bien abiertos, esporádicamente, se deslizaban hacia nosotros delicadas corrientes de viento como cortinas de seda que gradualmente se iban haciendo más fuertes hasta parecer filosos hilos que me obligaban a cerrar mis ojos, a pesar de todo, me esforzaba por mantener una postura muy defensiva, la sorprendente hostilidad de aquella mujer había delatado cierto rencor hacia mí, tal vez, algún odio heredado y asignado a todos los vampiros como grupo, a fin de cuentas, había notado lo que soy, aunque, evidentemente un humano normal no andaría caminando por este helado infierno, sentía las corrientes de viento que a veces se metían bajo la manta y se elevaban con malicia bajo mi ropa helándome los huesos por segundos.
Realmente era espantoso, de hecho, decir espantoso no era suficiente, debía haber otra palabra, sin embargo, el comentario no había caído bien al pequeño saco con patas que tras voltear hacia mí dijo en tono de enfado - ¿Espantoso? - detuve mis pasos y bajo la manta, coloqué la mano derecha en la parte baja de mi espalda tomando una de mis dagas mientras con la otra mano sostenía la manta cerrada para evitar que vieran lo que hacía, en caso de hostilidad, mi inferioridad numérica y su adaptación a este lugar podrían darme muchos problemas, sin embargo, eso, que por su voz ya dudaba si era niño o niña, volvió a marchar tras la mujer susurrándole algo que no alcancé a escuchar.
La mujer volteó a mirarme y dijo - No es tan…espantoso - tras unos instantes de silencio continuó - Vinimos aquí a comerciar, en el pueblo de donde venimos se celebró un evento ecuestre que convocó a personas de muchos lugares. No es un secreto que me tomaran de mandadera y niñera - Mis ojos se abrieron completamente, sabía que recordaba esa voz y esa mirada, era uno de los participantes en la carrera de Ulmer, sin embargo, preferí guardar silencio hasta que ella murmuró - Estúpidos todos - Sonreí levemente por el parecido entre su frase, y la que yo siempre usaba de odiar a todos, sin embargo, antes que terminara de reaccionar, continuó su modesta explicación - Verás vampiro, me robé a este mocoso para… - No había terminado de hablar cuando el coso embolsado saltó a desmentirla - Eso no es cierto, ¡no es cierto! Mawood no me robó. Yo quería venir a esta misión y me ha traído. Yo soy un niño grande después de todo - Tras un fuerte zape que llevó al niño al piso, acabó por confirmar ella misma lo que había argumentado el pequeño - Ah pues, ahí tienes - Al parecer, yo no era el único que estaba a la defensiva, bajé un poco la guardia aunque sin quitarles la vista de encima en ningún momento hasta que volvió a preguntarme algo totalmente inesperado - Nombraste a una Magazubi más temprano y no pude dejar de notarlo. Ese nombre no es muy común. ¿Se trata de una princesa bruja? - Su pregunta me había dejado totalmente neutro, no sabía exactamente cómo reaccionar, mi mirada se quedó fija en ella olvidando por completo la existencia del niño, la yegua, el hielo, el frío, incluso caminé unos pasos hacia ella olvidando que debía sostener mi manta y esta resbaló de mí hasta tenderse en el suelo - Magazubi... - Dije intentando mantener mi aliento - ¿La has visto? ¿Cuándo fue? ¿Dónde está? ¿Está bien? ¿Alguien la cuida? ¿Está sola? ¿Es feliz? - Por un momento, mis emociones me habían invadido de forma descontrolada, al darme cuenta volví un par de pasos para tomar de nuevo la manta y volver a abrigarme del inclemente frío que ya volvía a sacudirme - Magazubi es un nombre único, como ella - Me tomé un par de segundos para soltar un leve suspiro y continuar - Es una pequeña hija de brujos, mi princesa, debería estarla cuidando - Apreté fuerte los puños mientras bajaba mi vista al suelo -Pero por ahora, está más segura si se mantiene lejos de mí... por ahora - Volví la vista hacia nuestro destino y caminé, esta vez iba adelante, como si conociera perfectamente el camino, por alguna razón, ya no tenía la idea de que ella pensaba descuartizarme al primer descuido, y caminé con más tranquilidad...
Realmente era espantoso, de hecho, decir espantoso no era suficiente, debía haber otra palabra, sin embargo, el comentario no había caído bien al pequeño saco con patas que tras voltear hacia mí dijo en tono de enfado - ¿Espantoso? - detuve mis pasos y bajo la manta, coloqué la mano derecha en la parte baja de mi espalda tomando una de mis dagas mientras con la otra mano sostenía la manta cerrada para evitar que vieran lo que hacía, en caso de hostilidad, mi inferioridad numérica y su adaptación a este lugar podrían darme muchos problemas, sin embargo, eso, que por su voz ya dudaba si era niño o niña, volvió a marchar tras la mujer susurrándole algo que no alcancé a escuchar.
La mujer volteó a mirarme y dijo - No es tan…espantoso - tras unos instantes de silencio continuó - Vinimos aquí a comerciar, en el pueblo de donde venimos se celebró un evento ecuestre que convocó a personas de muchos lugares. No es un secreto que me tomaran de mandadera y niñera - Mis ojos se abrieron completamente, sabía que recordaba esa voz y esa mirada, era uno de los participantes en la carrera de Ulmer, sin embargo, preferí guardar silencio hasta que ella murmuró - Estúpidos todos - Sonreí levemente por el parecido entre su frase, y la que yo siempre usaba de odiar a todos, sin embargo, antes que terminara de reaccionar, continuó su modesta explicación - Verás vampiro, me robé a este mocoso para… - No había terminado de hablar cuando el coso embolsado saltó a desmentirla - Eso no es cierto, ¡no es cierto! Mawood no me robó. Yo quería venir a esta misión y me ha traído. Yo soy un niño grande después de todo - Tras un fuerte zape que llevó al niño al piso, acabó por confirmar ella misma lo que había argumentado el pequeño - Ah pues, ahí tienes - Al parecer, yo no era el único que estaba a la defensiva, bajé un poco la guardia aunque sin quitarles la vista de encima en ningún momento hasta que volvió a preguntarme algo totalmente inesperado - Nombraste a una Magazubi más temprano y no pude dejar de notarlo. Ese nombre no es muy común. ¿Se trata de una princesa bruja? - Su pregunta me había dejado totalmente neutro, no sabía exactamente cómo reaccionar, mi mirada se quedó fija en ella olvidando por completo la existencia del niño, la yegua, el hielo, el frío, incluso caminé unos pasos hacia ella olvidando que debía sostener mi manta y esta resbaló de mí hasta tenderse en el suelo - Magazubi... - Dije intentando mantener mi aliento - ¿La has visto? ¿Cuándo fue? ¿Dónde está? ¿Está bien? ¿Alguien la cuida? ¿Está sola? ¿Es feliz? - Por un momento, mis emociones me habían invadido de forma descontrolada, al darme cuenta volví un par de pasos para tomar de nuevo la manta y volver a abrigarme del inclemente frío que ya volvía a sacudirme - Magazubi es un nombre único, como ella - Me tomé un par de segundos para soltar un leve suspiro y continuar - Es una pequeña hija de brujos, mi princesa, debería estarla cuidando - Apreté fuerte los puños mientras bajaba mi vista al suelo -Pero por ahora, está más segura si se mantiene lejos de mí... por ahora - Volví la vista hacia nuestro destino y caminé, esta vez iba adelante, como si conociera perfectamente el camino, por alguna razón, ya no tenía la idea de que ella pensaba descuartizarme al primer descuido, y caminé con más tranquilidad...
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Re: El paciente Ulmerino [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
Off:Gosh, siento mis descomunales y desacostumbradas tardanzas, de seguir asi creeras que soy una novata sin ley u.u pero he estado con varias cosas personales, mas las clases y un extraordinariamente estúpido toque de queda ._. me he leído este post tuyo como 5 veces ya como para contestarlo xD la sexta es la vencida (¿)
Off2: no quise agregar más nada para no cerrarte acciones <_>
_____________________________
El actuar del vampiro me hubiera parecido extraño de no ser porque era de noche y prácticamente nos estábamos congelando a la luz de la luna, algo sin dudas muy digno de algún poema de esos que se dicen llamar trovadores, más yo lo encontraba malditamente incómodo y una situación completamente injustificada. Pasé por alto algunos cambios en su semblante, después de todo, mi vista periférica no era del todo buena y mucho menos con aquella escasa luz y la maldita nieve blanca que me tenía la vista a rayas. Lo único que me mantenía tibia por dentro era aquél pequeño rollo de carne y telas movibles llamado Blackuart y la respiración en mi cuello de Bravía.
Al parecer había dado en el clavo, aunque no me esperaba tal respuesta. La mocosa parecía tener un muy buen arrastre sí que sí, siempre hacía bailar a todos a su propio ritmo y este vampiro parecía loquillo por ella. Me obligué a respirar profundamente para calmarme y no darle un zape al enésimo vampiro pervertido que me encontraba… y eso que había parecido muy reservado todo ese tiempo… Exhalé y vi una columna de vapor disiparse frente a mis ojos, asi como esos malditos prejuicios que siempre me acompañaban, el desconocido se refería a la princesa de una forma muy distinta a la de una amante.
Entrecerré los ojos ante aquel acoso de preguntas y esa proximidad a la que me había sometido. Todo muy bien con él, pero de lejos, como todos. Arquee una ceja antes de pensar en lo que debería de contestarle, no era como si yo hubiese sido su nana o algo. Hija de brujos sí, pero parece que hubiera salido de tus mismas entrañas por la forma en la que te preocupas por ella. ¿Adoptada? pregunté, aunque no esperé una respuesta para continuar. Ya habíamos llegado al lugar deseado y ahora caminaba lenta y cuidadosamente para no pisar algo indebido. No parecía triste ¿debería de estarlo? sonreí de lado y me mordí la lengua, siempre estaba yo con aquello incorregible de querer herir a todos.
La has criado bien, es muy independiente le aseguré, recordando como se movía de un lado hacia otro sola y la forma en que celaba lo que creía importante para ella Y sabe cuidarse creo que ese era mi mejor halago, palabras mayores para una niña perteneciente a la segunda raza más sucia de Aerandir, antecedidos sólo por los vampiros y precedidos únicamente por los inútiles biocibernéticos buenos-pa-ra-na-da.
¡Cuidado! espeté, más para mi misma primero que para el resto. Frente a nosotros una trampa bien escondida entre la nieve. Parece que tenemos compañía y no está muy lejos informé, mirando a los alrededores con interés. Aunque su olor no le delatase podría jurar que estábamos en el territorio de un cazador.
Off2: no quise agregar más nada para no cerrarte acciones <_>
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El actuar del vampiro me hubiera parecido extraño de no ser porque era de noche y prácticamente nos estábamos congelando a la luz de la luna, algo sin dudas muy digno de algún poema de esos que se dicen llamar trovadores, más yo lo encontraba malditamente incómodo y una situación completamente injustificada. Pasé por alto algunos cambios en su semblante, después de todo, mi vista periférica no era del todo buena y mucho menos con aquella escasa luz y la maldita nieve blanca que me tenía la vista a rayas. Lo único que me mantenía tibia por dentro era aquél pequeño rollo de carne y telas movibles llamado Blackuart y la respiración en mi cuello de Bravía.
Al parecer había dado en el clavo, aunque no me esperaba tal respuesta. La mocosa parecía tener un muy buen arrastre sí que sí, siempre hacía bailar a todos a su propio ritmo y este vampiro parecía loquillo por ella. Me obligué a respirar profundamente para calmarme y no darle un zape al enésimo vampiro pervertido que me encontraba… y eso que había parecido muy reservado todo ese tiempo… Exhalé y vi una columna de vapor disiparse frente a mis ojos, asi como esos malditos prejuicios que siempre me acompañaban, el desconocido se refería a la princesa de una forma muy distinta a la de una amante.
Entrecerré los ojos ante aquel acoso de preguntas y esa proximidad a la que me había sometido. Todo muy bien con él, pero de lejos, como todos. Arquee una ceja antes de pensar en lo que debería de contestarle, no era como si yo hubiese sido su nana o algo. Hija de brujos sí, pero parece que hubiera salido de tus mismas entrañas por la forma en la que te preocupas por ella. ¿Adoptada? pregunté, aunque no esperé una respuesta para continuar. Ya habíamos llegado al lugar deseado y ahora caminaba lenta y cuidadosamente para no pisar algo indebido. No parecía triste ¿debería de estarlo? sonreí de lado y me mordí la lengua, siempre estaba yo con aquello incorregible de querer herir a todos.
La has criado bien, es muy independiente le aseguré, recordando como se movía de un lado hacia otro sola y la forma en que celaba lo que creía importante para ella Y sabe cuidarse creo que ese era mi mejor halago, palabras mayores para una niña perteneciente a la segunda raza más sucia de Aerandir, antecedidos sólo por los vampiros y precedidos únicamente por los inútiles biocibernéticos buenos-pa-ra-na-da.
¡Cuidado! espeté, más para mi misma primero que para el resto. Frente a nosotros una trampa bien escondida entre la nieve. Parece que tenemos compañía y no está muy lejos informé, mirando a los alrededores con interés. Aunque su olor no le delatase podría jurar que estábamos en el territorio de un cazador.
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Re: El paciente Ulmerino [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
Deseaba, necesitaba, anhelaba sus respuestas, hacía mucho que no tenía noticias de Maguita, y cualquier cosa sería un bálsamo para mis angustiados oídos, sin embargo, intentaba mantener la compostura - Hija de brujos sí, pero parece que hubiera salido de tus mismas entrañas por la forma en la que te preocupas por ella. ¿Adoptada? - Su pregunta nuevamente resultaba brutalmente certera y comenzaba a sentirme emocionalmente vulnerable, así que respondería tan solo lo necesario - Adoptada, sus padres fueron asesinados cuando era ella muy pequeña - Hice una pequeña pausa para respirar, y a la vez, para interrumpirme, no quería decir que había sido yo el asesino de los padres, finalmente volví a tomar aire apenas para terminar de responder - Desde entonces, me hice cargo de ella - intentaba mantener un tono de voz fuerte y rudo, aunque el tema me destruía por dentro, las respuestas siguieron llegando, acompañadas de preguntas, y aunque aquella mujer hablaba con un poco de malicia, no parecía tener una mala impresión de la pequeña, al menos me había dado a entender que estaba bien, y que sabía cuidarse sola, lo cual me sirvió para tranquilizarme un poco, esbocé una ligera sonrisa aprovechando que iba adelante y ella no vería mi rostro.
Delante de nosotros alcancé a ver lo que parecía ser un pequeño vivero, plantas de diversos tipos reposaban ahí dentro, estaba por acercarme cuando un leve aviso llegó a mis oídos, dudé de que fuera realmente un aviso así que dirigí mi vista hacia a la mujer que acabó diciendo - Frente a nosotros una trampa bien escondida entre la nieve. Parece que tenemos compañía y no está muy lejos - Observé el suelo y en efecto, parecía ser una trampa, y junto a una trampa generalmente hay cazadores, era lo último que quería encontrar en aquel momento, enfrentar cazadores resultaría una pérdida de tiempo, la trampa parecía ser un agujero cubierto, camuflado, lo cual daba a entender que querían atrapar a un animal, no matarlo, me agaché cerca de la rampa para examinarla cuando de pronto fui bruscamente interrumpido - ¡¡Detente, asqueroso ser de la noche!! - Un personaje con aspecto fuerte y rostro velludo me dirigió la palabra mientras otro más joven apareció por un lado, se acercaba desprevenidamente apuntándome con una lanza de madera de unos dos metros que acababa en una filosa hoja adornada con algunas plumas de colores, bastante llamativa, pero poco efectiva contra enemigos veloces a corta distancia, me levanté despacio, lentamente con las manos en alto y cuando el joven estuvo o suficientemente cerca ataqué velozmente tomando su lanza y empujándola hacia él para golpearlo con el otro extremo del arma en la boca del estómago, el fuerte golpe lo hizo soltar la lanza, lo que me permitió quitársela y tras girarla con destreza un par de veces acabé dejando el filo en el cuello del chico que miraba asustado al hombre que parecía ser su maestro - No queremos problemas - Dije con voz firme y dejé caer la lanza a los pies del chico en señal de que no pretendía hacerles daño, sin embargo, mi primera acción había sido interpretada como una grave ofensa, por lo que ahora no solo el chico me apuntaba de nuevo con su lanza, sino que además, otro joven, un poco más grande y fuerte, apuntaba a la mujer con un arco a una distancia prudente - (¿De donde rayos están saliendo?) - Pensé mientras finalmente decidí levantar las manos - Solo necesitamos la maldita planta, puedo pagar por ella, pero no lastimen a la mujer, ni a nadie más - Tal vez ella en condiciones normales podría defenderse incluso mejor de lo que yo lo haría, sin embargo, en estas condiciones y con visibilidad reducida, resultaría difícil para cualquiera - ¿A qué planta te refieres? sucia criatura - Su manía de agregar adjetivos calificativos denigrantes en cada expresión comenzaba a parecerme bastante irritante, sin embargo, no estaba en condiciones de ponerme exigente - Y tú - continuó hablando mientras señalaba a la mujer - Siendo de los nuestros andas aliada con un sucio vampiro, pude sentir su inmundo olor a muerte desde que dio sus primeros pasos en el hielo, sabiendo lo que es, te has aliado a uno de ellos, vergüenza debería darte - Observé a ambos hasta que pude interrumpir - Busco un poco de una planta llamada Barrimorth, una vez que lo tenga, me iré - ¡No te irás tan fácil! Insensato, deberás hacer algo a cambio, si lo haces, podrás irte, con tu planta, pero si fallas, tú y la traidora que te acompaña tendrán que perecer, y también el pequeño que traen - Terminó de decir mientras señalaba al pequeño niño.
Tras mirarme de arriba hasta abajo, anunció la tarea - Hace unas horas, Garuff desapareció, pensamos salir a buscarlo pero yo... - Tomó su pierna derecha con ambas manos - Yo ya no soy tan rápido, y este chico - Señaló al joven que me había atacado primero - Apenas puede sostener la lanza sin hacerse daño a sí mismo, tan solo Darff tiene una buena vista para salir durante la noche, pero carece de velocidad para alcanzar lo que puede ver - Dijo mientras señalaba al arquero que apuntaba a mi gruñona acompañante - Garuff es un Ghargaos de color azul muy claro, si pueden traerlo a salvo antes del amanecer, te entregaremos la planta, pero si fallan, o tratan de escapar, al llegar el resto de cazadores, iremos por ustedes, por ambos, incluyéndote a ti - Dijo señalando de nuevo a la mujer que me acompañaba - Amiga de vampiros - Escupió al piso con rabia al terminar esa frase.
Al parecer, esto se había convertido en una tarea de nunca acabar, cada objetivo involucraba el cumplimiento previo de otro, la situación era bastante incómoda, no solo por tener esta nueva obligación, sino por haber metido a la mujer en esto, seguramente ahora sí me odiaba, y aunque seguramente ella podría salir de la situación y acabar con todos, poner en peligro al pequeño seguramente la había mantenido controlada, todo era mi culpa, yo la había metido en esto, y aunque me llamaba la atención la forma como el sujeto la acusaba por andar conmigo, me despertaba un poco de curiosidad, éste no era el momento para hacer esas preguntas - Está bien - Dije al sujeto - Traeremos a tu animal, me darás la planta y me iré, mas la mujer y el chico nada tienen que ver conmigo, todas las consecuencias las debes aplicar solo hacia mí - Estaba por ponerme en marcha de nuevo cuando el hombre me dio las últimas instrucciones - Búscalo hacia el sur suele ir a esos lugares - Si solo esa pista podía darme, sería una tarea difícil, caminé hasta estar a un lado de la mujer y sin mirarla a la cara le dije en voz baja - Lamento haberte metido en esto, entenderé si huyes a la primera oportunidad, debes cuidar del chico, pero yo necesito esa planta - continué mis pasos hacia donde me había indicado aquel hombre...
Delante de nosotros alcancé a ver lo que parecía ser un pequeño vivero, plantas de diversos tipos reposaban ahí dentro, estaba por acercarme cuando un leve aviso llegó a mis oídos, dudé de que fuera realmente un aviso así que dirigí mi vista hacia a la mujer que acabó diciendo - Frente a nosotros una trampa bien escondida entre la nieve. Parece que tenemos compañía y no está muy lejos - Observé el suelo y en efecto, parecía ser una trampa, y junto a una trampa generalmente hay cazadores, era lo último que quería encontrar en aquel momento, enfrentar cazadores resultaría una pérdida de tiempo, la trampa parecía ser un agujero cubierto, camuflado, lo cual daba a entender que querían atrapar a un animal, no matarlo, me agaché cerca de la rampa para examinarla cuando de pronto fui bruscamente interrumpido - ¡¡Detente, asqueroso ser de la noche!! - Un personaje con aspecto fuerte y rostro velludo me dirigió la palabra mientras otro más joven apareció por un lado, se acercaba desprevenidamente apuntándome con una lanza de madera de unos dos metros que acababa en una filosa hoja adornada con algunas plumas de colores, bastante llamativa, pero poco efectiva contra enemigos veloces a corta distancia, me levanté despacio, lentamente con las manos en alto y cuando el joven estuvo o suficientemente cerca ataqué velozmente tomando su lanza y empujándola hacia él para golpearlo con el otro extremo del arma en la boca del estómago, el fuerte golpe lo hizo soltar la lanza, lo que me permitió quitársela y tras girarla con destreza un par de veces acabé dejando el filo en el cuello del chico que miraba asustado al hombre que parecía ser su maestro - No queremos problemas - Dije con voz firme y dejé caer la lanza a los pies del chico en señal de que no pretendía hacerles daño, sin embargo, mi primera acción había sido interpretada como una grave ofensa, por lo que ahora no solo el chico me apuntaba de nuevo con su lanza, sino que además, otro joven, un poco más grande y fuerte, apuntaba a la mujer con un arco a una distancia prudente - (¿De donde rayos están saliendo?) - Pensé mientras finalmente decidí levantar las manos - Solo necesitamos la maldita planta, puedo pagar por ella, pero no lastimen a la mujer, ni a nadie más - Tal vez ella en condiciones normales podría defenderse incluso mejor de lo que yo lo haría, sin embargo, en estas condiciones y con visibilidad reducida, resultaría difícil para cualquiera - ¿A qué planta te refieres? sucia criatura - Su manía de agregar adjetivos calificativos denigrantes en cada expresión comenzaba a parecerme bastante irritante, sin embargo, no estaba en condiciones de ponerme exigente - Y tú - continuó hablando mientras señalaba a la mujer - Siendo de los nuestros andas aliada con un sucio vampiro, pude sentir su inmundo olor a muerte desde que dio sus primeros pasos en el hielo, sabiendo lo que es, te has aliado a uno de ellos, vergüenza debería darte - Observé a ambos hasta que pude interrumpir - Busco un poco de una planta llamada Barrimorth, una vez que lo tenga, me iré - ¡No te irás tan fácil! Insensato, deberás hacer algo a cambio, si lo haces, podrás irte, con tu planta, pero si fallas, tú y la traidora que te acompaña tendrán que perecer, y también el pequeño que traen - Terminó de decir mientras señalaba al pequeño niño.
Tras mirarme de arriba hasta abajo, anunció la tarea - Hace unas horas, Garuff desapareció, pensamos salir a buscarlo pero yo... - Tomó su pierna derecha con ambas manos - Yo ya no soy tan rápido, y este chico - Señaló al joven que me había atacado primero - Apenas puede sostener la lanza sin hacerse daño a sí mismo, tan solo Darff tiene una buena vista para salir durante la noche, pero carece de velocidad para alcanzar lo que puede ver - Dijo mientras señalaba al arquero que apuntaba a mi gruñona acompañante - Garuff es un Ghargaos de color azul muy claro, si pueden traerlo a salvo antes del amanecer, te entregaremos la planta, pero si fallan, o tratan de escapar, al llegar el resto de cazadores, iremos por ustedes, por ambos, incluyéndote a ti - Dijo señalando de nuevo a la mujer que me acompañaba - Amiga de vampiros - Escupió al piso con rabia al terminar esa frase.
Al parecer, esto se había convertido en una tarea de nunca acabar, cada objetivo involucraba el cumplimiento previo de otro, la situación era bastante incómoda, no solo por tener esta nueva obligación, sino por haber metido a la mujer en esto, seguramente ahora sí me odiaba, y aunque seguramente ella podría salir de la situación y acabar con todos, poner en peligro al pequeño seguramente la había mantenido controlada, todo era mi culpa, yo la había metido en esto, y aunque me llamaba la atención la forma como el sujeto la acusaba por andar conmigo, me despertaba un poco de curiosidad, éste no era el momento para hacer esas preguntas - Está bien - Dije al sujeto - Traeremos a tu animal, me darás la planta y me iré, mas la mujer y el chico nada tienen que ver conmigo, todas las consecuencias las debes aplicar solo hacia mí - Estaba por ponerme en marcha de nuevo cuando el hombre me dio las últimas instrucciones - Búscalo hacia el sur suele ir a esos lugares - Si solo esa pista podía darme, sería una tarea difícil, caminé hasta estar a un lado de la mujer y sin mirarla a la cara le dije en voz baja - Lamento haberte metido en esto, entenderé si huyes a la primera oportunidad, debes cuidar del chico, pero yo necesito esa planta - continué mis pasos hacia donde me había indicado aquel hombre...
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Offrol: Animal a buscar: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Offrol2: Creo que se me pasó la mano con lo largo del post u.u
Offrol3: Que bueno que volviste, te estábamos esperando =)
Última edición por Bio el Jue 19 Mar 2015 - 6:16, editado 1 vez
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Re: El paciente Ulmerino [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
Lo de la historia de la pequeña bruja no había sido una sorpresa para mí; en los tiempos que corrían eran pocos los niños que tenían el privilegio – o desgracia- de criarse con sus progenitores; aunque era algo inesperado sí, que un vampiro la adoptara… aunque pensándolo mejor, esas bestias en su forma animal hacían lo mismo ¿por qué no entonces con una mocosa poco menos que encantadora? Claro que no sabía dónde era encantadora, pero por la forma en la que todos se comportaban alrededor de ella –incluida yo- algo debía tener…
El vampiro tenía una espalda ancha, no lo había notado antes y estuve a punto de hacer un comentario cuando aparecieron mis hermanos de sangre. Alcé las manos cuando uno de ellos me apuntó con su flecha e intenté poner cara de nada mientras intercambiaba una rápida mirada reaseguradora con el niño. El que parecía el más viejo, el mismo líder tal cual se interpretaba de la situación, avanzaba hacia el vampiro amenazadoramente mientras otro le apuntaba con una lanza. Entrecerré los ojos y me mantuve en mi lugar, quería ver qué querían para dejarnos en paz o qué debía de pasar. Cerré mis puños y apreté los dientes tratando de matar el tiempo antes de transformarme, casi podía sentir mi lado salvaje aflorar por mi piel, el exceso de saliva, la adrenalina, los temblores…
“No queremos problemas, no queremos problemas… ” había dicho, pero se había comportado como todo un patán, esa era la manera exactamente contraria de no querer problemas con un estúpido y testosterosnoso licántropo de las malditas montañas nevadas o sus alrededores “estamos fregados” pensé echándole un ojo a Blackuart para ver a donde tirarlo en caso de una transformación apurada. Más no me vi obligada a tomar ninguna resolución porque el señor-vampiro-no-queremos-problemas- pareció darse cuenta de los humores y levantó las manos. “Tarado” pensé dejando escapar un bufido por lo bajo mientras levantaba mi cabeza cuando hicieron alusión a mí.
No tenía la sensación de estar viviendo un deja vú, era toda la misma maldita situación yo, un chupa sangre, una manada que me señala por mi compañía, prefiriendo la comodidad de juzgar las acciones de otros sin intentar averiguar los motivos. Pero esta vez ellos no tenían la autoridad ni el poder para hacerme nada. No que yo fuera intocable, pero no era la misma Wood tonta de más de un año atrás, ahora era una tonta vieja, que tenía las agallas para cargarse a esos imbéciles y más, solo restaba saber qué hacer con el pequeñajo mientras me bañaba en su sangre caliente. Apreté mis dientes ante la idea, mi cabeza no era de las más brillantes y ahora eso estaba en evidencia. Le sonreí con malicia sin dejarme amilanar por su discursillo ni por las acciones de sus estúpidos seguidores. Si abría la boca probablemente sería para tragármelos, morderlos, despellejarlos y beber su sangre.
Bien, ahora que somos una familia feliz, ¿qué nos impedirá largarnos con tu bestia? pregunté, dando un paso al frente y enarcando una ceja, como señalando lo evidente, aunque quizás fue una mala idea. El de la lanza se convulsionó un par de veces como para transformarse pero el líder la detuvo poniendo una mano firme sobre su hombro. Claro que yo no hubiera hecho eso, pero allá él, al parecer esa pequeña manada se entendía bien. La mercancía se queda con nosotros respondió sereno, invitándome a entrar a su jueguito. Sonreí de lado, realmente esos imbéciles no sabían con quién se estaban metiendo y cómo probablemente en el futuro terminarían ciegos, sordos, mudos o peor… viendo su corazón antes de exhalar su último aliento. Sólo de pensar en esa escena hizo que me estremeciera de la emoción y apostara un elemento más. La mercancía y mi hijo dije con tono seguro, la voz baja, grave y de total autoridad, ignorando el comentario que me acababa de hacer el cazador nocturno.
Amiga o no de los vampiros, si le pasa algo a la yegua, la mercancía o al niño me encargaré no solo de que corran en tres patas durante toda su vida, sino de que teman a sus mismas sombras. El clan se ocupará de ello espeté, mirando a los ojos de cada uno cuando les hice saber que no estaba sola y aquél orgullo de pertenecer a un par de organizaciones de peso pareció inundar mis palabras que no sonaron solo como charlatanería barata. Si por algún motivo el clan se oponía a ayudarme, el gremio me mostraría el camino. Sonreí una última vez, le di un par de palmadas en la cabeza al pequeño que había quedado mudo y me volví hacia el sur. Esto les costará caro y esta vez, metí al vampiro en el saco. Momentos más tarde mi ropa se esparció por los helados vientos dejando relucir a la luz de la luna la armadura que cubría mi cuerpo de bestia.
El vampiro tenía una espalda ancha, no lo había notado antes y estuve a punto de hacer un comentario cuando aparecieron mis hermanos de sangre. Alcé las manos cuando uno de ellos me apuntó con su flecha e intenté poner cara de nada mientras intercambiaba una rápida mirada reaseguradora con el niño. El que parecía el más viejo, el mismo líder tal cual se interpretaba de la situación, avanzaba hacia el vampiro amenazadoramente mientras otro le apuntaba con una lanza. Entrecerré los ojos y me mantuve en mi lugar, quería ver qué querían para dejarnos en paz o qué debía de pasar. Cerré mis puños y apreté los dientes tratando de matar el tiempo antes de transformarme, casi podía sentir mi lado salvaje aflorar por mi piel, el exceso de saliva, la adrenalina, los temblores…
“No queremos problemas, no queremos problemas… ” había dicho, pero se había comportado como todo un patán, esa era la manera exactamente contraria de no querer problemas con un estúpido y testosterosnoso licántropo de las malditas montañas nevadas o sus alrededores “estamos fregados” pensé echándole un ojo a Blackuart para ver a donde tirarlo en caso de una transformación apurada. Más no me vi obligada a tomar ninguna resolución porque el señor-vampiro-no-queremos-problemas- pareció darse cuenta de los humores y levantó las manos. “Tarado” pensé dejando escapar un bufido por lo bajo mientras levantaba mi cabeza cuando hicieron alusión a mí.
No tenía la sensación de estar viviendo un deja vú, era toda la misma maldita situación yo, un chupa sangre, una manada que me señala por mi compañía, prefiriendo la comodidad de juzgar las acciones de otros sin intentar averiguar los motivos. Pero esta vez ellos no tenían la autoridad ni el poder para hacerme nada. No que yo fuera intocable, pero no era la misma Wood tonta de más de un año atrás, ahora era una tonta vieja, que tenía las agallas para cargarse a esos imbéciles y más, solo restaba saber qué hacer con el pequeñajo mientras me bañaba en su sangre caliente. Apreté mis dientes ante la idea, mi cabeza no era de las más brillantes y ahora eso estaba en evidencia. Le sonreí con malicia sin dejarme amilanar por su discursillo ni por las acciones de sus estúpidos seguidores. Si abría la boca probablemente sería para tragármelos, morderlos, despellejarlos y beber su sangre.
Bien, ahora que somos una familia feliz, ¿qué nos impedirá largarnos con tu bestia? pregunté, dando un paso al frente y enarcando una ceja, como señalando lo evidente, aunque quizás fue una mala idea. El de la lanza se convulsionó un par de veces como para transformarse pero el líder la detuvo poniendo una mano firme sobre su hombro. Claro que yo no hubiera hecho eso, pero allá él, al parecer esa pequeña manada se entendía bien. La mercancía se queda con nosotros respondió sereno, invitándome a entrar a su jueguito. Sonreí de lado, realmente esos imbéciles no sabían con quién se estaban metiendo y cómo probablemente en el futuro terminarían ciegos, sordos, mudos o peor… viendo su corazón antes de exhalar su último aliento. Sólo de pensar en esa escena hizo que me estremeciera de la emoción y apostara un elemento más. La mercancía y mi hijo dije con tono seguro, la voz baja, grave y de total autoridad, ignorando el comentario que me acababa de hacer el cazador nocturno.
Amiga o no de los vampiros, si le pasa algo a la yegua, la mercancía o al niño me encargaré no solo de que corran en tres patas durante toda su vida, sino de que teman a sus mismas sombras. El clan se ocupará de ello espeté, mirando a los ojos de cada uno cuando les hice saber que no estaba sola y aquél orgullo de pertenecer a un par de organizaciones de peso pareció inundar mis palabras que no sonaron solo como charlatanería barata. Si por algún motivo el clan se oponía a ayudarme, el gremio me mostraría el camino. Sonreí una última vez, le di un par de palmadas en la cabeza al pequeño que había quedado mudo y me volví hacia el sur. Esto les costará caro y esta vez, metí al vampiro en el saco. Momentos más tarde mi ropa se esparció por los helados vientos dejando relucir a la luz de la luna la armadura que cubría mi cuerpo de bestia.
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Re: El paciente Ulmerino [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
Aquella mujer no dejaba de parecerme impresionante, si bien antes se había mantenido bastante controlada, no hacía falta mucho para encender su espíritu de pelea, y por esa misma capacidad imaginé que en cualquier momento saltaría sobre nosotros y nos mataría a todos por igual, sin embargo, pareció controlarse, o al menos aguantar las ganas de desgarrar a aquellos pobres incautos, una de mis preocupaciones era el chico, pero acortó dejarlo con esos sujetos, lo cual no terminaba de parecerme seguro pero al ser de la misma raza, seguro respetarían su palabra, además, nadie en perfecto uso de sus facultades mentales querría hacer enojar a aquella guerrera.
Pasaron unos instantes y vi sus ropas esparcidas por el lugar, a pesar de su fiereza mantenía una elegante majestuosidad que logró distraerme un par de segundos, apenas pude reaccionar, apresuré el paso para no quedarme atrás, a fin de cuentas, yo jamás fui buen rastreador, y he oído que estos lobos tienen un muy buen olfato, sin duda, ella sería clave para finalizar de prisa este nuevo encargo, caminé un rato sin decir una palabra, no quería decir algo que explotara su evidente estado de furia, y siempre he pensado que cuando no se tiene nada bueno que decir, lo mejor es no decir nada, al fin y al cabo, soy un eterno amante del silencio, tras nosotros, habían quedado las figuras de aquellos hombres, y el chico que no dejaba de gritar cosas a esta mujer, aunque por la distancia, ya no resultaba sencillo descifrar el mensaje que trataba de enviar.
Caminábamos de prisa, ella más que yo, mientras por mi parte, intentaba seguir el ritmo, apresuré más el paso para estar a la par con ella, el cuero de oso lo había dejado atrás junto con el chico y la yegua, el frío embestía con rudeza pero la adrenalina del momento comenzaba a calentarme, llevaba demasiado tiempo inactivo y al menos la idea de tener que perseguir a ese animal me daría un poco de actividad física para acabar de calentarme, sin embargo, en este lugar tan grande y en la oscuridad de la noche, no resultaría nada fácil encontrarlo, me aburría profundamente, así que decidí romper el silencio decorado hasta ahora solamente por el rítmico sonido de nuestros pasos - Imagino que tienes un nombre - dije en tono bastante serio - me gustaría saberlo - concluí sin esperar respuesta alguna, dadas las circunstancias preferí que fuera una sugerencia y no la imposición moral que significaría la pregunta.
No pasó mucho tiempo cuando vimos al fondo una pequeña fogata, al rededor, algunos sujetos, con el aspecto más ruin y miserable, bebían sin cuidado al rededor de una fogata, no eran muchos de ellos, ni tampoco eran ellos lo que finalmente llamaba mi atención, sino, tras ellos, ese afeminado animal que debíamos encontrar, atado a una cadena que a su vez, terminaba enganchada enganchada al piso, el pobre animal intentaba moverse, pero no alcanzaba a hacerlo con efectividad, seguramente estaba herido, o algo peor, sin embargo, aquellos sujetos no parecían querer ayudar o entregar al animal a sus dueños, me acerqué a mi compañera y apoyé mi mano en su hombro izquierdo para detenerla, aunque luego pensé que era una pésima idea, por lo que la solté de prisa, sin embargo, había logrado detener su andar, señalé un terreno hondo por donde podríamos acercarnos y pensar en algún plan, aunque con su actitud, seguro avanzaba sin cuidado y masacraba a todos, pero era más sensato conocer al enemigo antes de atacar, si siquiera estaba seguro de que hubiera tal necesidad, sin embargo, era la posibilidad que se mostraba como la más obvia, observé a los sujetos, apenas 3 en la fogata, aparentemente ebrios, y otro más allá,ese típico sujeto con mal carácter que nunca se divierte durante el trabajo, no obstante, ninguno de ellos tenía imagen de genio, y el plan no podría ser tan simple como robar un animal, debía ser parte de un plan más grande y para ello hacía falta una mente más grande, posiblemente habría otro, uno que no habíamos visto, y si estaba ausente, debíamos entrar y salir de prisa, tomar al animal y regresar, con lo distraídos que estaban, podríamos acabarlos a todos y ni sabrían qué les pasó, aunque el otro sujeto, podría dar problemas, sin embargo, había pasado mucho tiempo pensando y planeando, seguro al darme cuenta ella ya estaría acabando con todos y yo sin empezar - Que sea rápido y en silencio - Le dije casi susurrando - Intenta no matar a todos - agregué para finalmente levantarme, dejé caer al piso la piel de oso mientras tomaba las dagas que llevaba en la parte baja de mi espalda, el momento era ahora...
Pasaron unos instantes y vi sus ropas esparcidas por el lugar, a pesar de su fiereza mantenía una elegante majestuosidad que logró distraerme un par de segundos, apenas pude reaccionar, apresuré el paso para no quedarme atrás, a fin de cuentas, yo jamás fui buen rastreador, y he oído que estos lobos tienen un muy buen olfato, sin duda, ella sería clave para finalizar de prisa este nuevo encargo, caminé un rato sin decir una palabra, no quería decir algo que explotara su evidente estado de furia, y siempre he pensado que cuando no se tiene nada bueno que decir, lo mejor es no decir nada, al fin y al cabo, soy un eterno amante del silencio, tras nosotros, habían quedado las figuras de aquellos hombres, y el chico que no dejaba de gritar cosas a esta mujer, aunque por la distancia, ya no resultaba sencillo descifrar el mensaje que trataba de enviar.
Caminábamos de prisa, ella más que yo, mientras por mi parte, intentaba seguir el ritmo, apresuré más el paso para estar a la par con ella, el cuero de oso lo había dejado atrás junto con el chico y la yegua, el frío embestía con rudeza pero la adrenalina del momento comenzaba a calentarme, llevaba demasiado tiempo inactivo y al menos la idea de tener que perseguir a ese animal me daría un poco de actividad física para acabar de calentarme, sin embargo, en este lugar tan grande y en la oscuridad de la noche, no resultaría nada fácil encontrarlo, me aburría profundamente, así que decidí romper el silencio decorado hasta ahora solamente por el rítmico sonido de nuestros pasos - Imagino que tienes un nombre - dije en tono bastante serio - me gustaría saberlo - concluí sin esperar respuesta alguna, dadas las circunstancias preferí que fuera una sugerencia y no la imposición moral que significaría la pregunta.
No pasó mucho tiempo cuando vimos al fondo una pequeña fogata, al rededor, algunos sujetos, con el aspecto más ruin y miserable, bebían sin cuidado al rededor de una fogata, no eran muchos de ellos, ni tampoco eran ellos lo que finalmente llamaba mi atención, sino, tras ellos, ese afeminado animal que debíamos encontrar, atado a una cadena que a su vez, terminaba enganchada enganchada al piso, el pobre animal intentaba moverse, pero no alcanzaba a hacerlo con efectividad, seguramente estaba herido, o algo peor, sin embargo, aquellos sujetos no parecían querer ayudar o entregar al animal a sus dueños, me acerqué a mi compañera y apoyé mi mano en su hombro izquierdo para detenerla, aunque luego pensé que era una pésima idea, por lo que la solté de prisa, sin embargo, había logrado detener su andar, señalé un terreno hondo por donde podríamos acercarnos y pensar en algún plan, aunque con su actitud, seguro avanzaba sin cuidado y masacraba a todos, pero era más sensato conocer al enemigo antes de atacar, si siquiera estaba seguro de que hubiera tal necesidad, sin embargo, era la posibilidad que se mostraba como la más obvia, observé a los sujetos, apenas 3 en la fogata, aparentemente ebrios, y otro más allá,ese típico sujeto con mal carácter que nunca se divierte durante el trabajo, no obstante, ninguno de ellos tenía imagen de genio, y el plan no podría ser tan simple como robar un animal, debía ser parte de un plan más grande y para ello hacía falta una mente más grande, posiblemente habría otro, uno que no habíamos visto, y si estaba ausente, debíamos entrar y salir de prisa, tomar al animal y regresar, con lo distraídos que estaban, podríamos acabarlos a todos y ni sabrían qué les pasó, aunque el otro sujeto, podría dar problemas, sin embargo, había pasado mucho tiempo pensando y planeando, seguro al darme cuenta ella ya estaría acabando con todos y yo sin empezar - Que sea rápido y en silencio - Le dije casi susurrando - Intenta no matar a todos - agregué para finalmente levantarme, dejé caer al piso la piel de oso mientras tomaba las dagas que llevaba en la parte baja de mi espalda, el momento era ahora...
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Offrol: No me vayas a matar a mí, es de noche, está oscuro, así pasan los accidentes xD- El bandido serio:
Para los otros no coloco imagen porque no van a durar mucho
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Re: El paciente Ulmerino [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
El vampiro pareció sorprendido de mi transformación, o era muy novato o nunca había visto a un lobo imperfecto como yo… también cabía la posibilidad de que fuera tan denso que con su congelamiento se le hubieran muerto algunas neuronas y no se hubiera dado cuenta de que a su lado tenía a su peor enemiga natural. Aunque no creía nada de eso plausible… aún no sabía en qué saco meter al vampiro “¿ignorables, no ignorables o lista negra/prescindibles?” me preguntaba mientras seguía un rastro animal no conocido. “Apresúrate” pensé y dejé salir un bufido mientras echaba las orejas para atrás. Ese vampiro parecía haber perdido velocidad en lo que dejó la piel que le había prestado. “Vampiro inútil” agregué a mi pensamiento mientras un montón de recuerdos de Darakan me invadían. “Nada de esto sucedería si fueses como él” entrecerré los ojos y miré al piso cerrando mis puños sin saber qué más hacer; me sentía impotente “¿por qué ayudarle?”. La pregunta fugaz se apagó cuando él rompió el silencio que mediaba entre los dos y pareció acercarse a mí con algo más de velocidad.
Pidió por un nombre, me volví hacia él enarcando una ceja. “¿Es que has visto muchos lobos hablar?” pensé no sin poca ironía pero luego recordé que tenía la poción que había conseguido con Athos hacía ya un tiempo atrás. Quizás no fuera un mal momento para hacer uso de ella. Llevé una mano hacia el cinturón donde tenía todos los cachivaches guardados, pero en ese momento creí ver unas huellas en la nieve. Levanté la vista y la intercambié entre lo que vi y el vampiro. Paré las orejas y olfatee el aire, sin dudas había humo y varios seres de dudosa raza. Cuando nos acercamos se pudo apreciar al bichajo ese que nos habían ordenado rescatar. “Mentados estúpidos cobardes, seguro no tuvieron los cojones para venir ellos mismos” pensé con acidez mientras sentía como se me erizaba el pelo de la espalda. Estaba por dar un paso al frente cuando el vampiro me puso una mano en el hombro con aquella gelidez de muerto. Sentí que un escalofrío bajaba por mi columna y no pude dejar de sacudirme y mirarle con cara de pocos amigos. En ese momento me di cuenta que solo estaba dejando salir el impulso de la bestia por sobre nuestros intereses.
Di un paso hacia atrás y miré al hombre, buscando respuestas en su rostro. Parecía que estaba en mi mente “¿Seré tan estúpidamente predecible?” me pregunté mientras veía como me señalaba con un lenguaje muy reducido algunas cosas “Mira que puedo escucharte y comprenderte tarugo” le dije en mi mente. Lástima que no pudiera leer mis pensamientos, así sabría que me caía como una patada en el hígado y se refrenaría de tocarme otra vez con esas manos tan heladas. Sí, odiaba lo frío, odiaba la nieve desde que casi muero una vez en ella, lo odiaba todo, ¿por qué no aceptarlo?. Pero ese vampiro era una cosa extraña y especial y ya que el tema de catalogarlo se había pospuesto, también se pospondría cualquier intento de hacer sociales con él. Estaba preocupada por Blackuart, por Bravía y por las malditas pieles y quería comenzar a descargar tanto coraje en esos imbéciles que habían tenido la desgracia de cruzarse en mi camino en un mal momento.
Sin dudas el vampiro vio en mi la sed de sangre, porque sin necesidad de que hiciera o dijera nada me liberó del momento de estrategias para pasar a la acción con apenas unas restricciones. Le mostré todos mis dientes en una sonrisa lobuna, ahora sí nos estábamos entendiendo y vaya que me sentía libre. Un delgado hilo de baba corrió por entre mis colmillos debido a la expectativa. Quería ir a atacar, romper, deshuesar… más cuando me acerqué lo suficiente como para lanzarme en una carrera, el bendito animal delató mi presencia y por el susto que tenía amenazaba con romper la cadena con la que estaba atado. “No se quién es más maldito” pensé con desdén mientras veía todo mi plan irse por la borda.
Busqué con la mirada al vampiro, pero con la oscuridad me fue imposible revelarle lo que pasaba y lo que pensaba. Quizás fuera un momento para un ataque sorpresa a lo Wood. Respiré profundamente para calmarme, algo que me tomó demasiada concentración y bastante tiempo, pero una vez que logré el estado que deseaba, comencé a comprimirme y sentir que volvía a ser una humana frágil y enclenque. Sonreí de lado con cierta expectativa.
Ayuda grité, pero no fue necesario repetirme porque el estúpido animal ya había mostrado mi presencia a esos estúpidos cazadores que se habían abierto en abanico para vigilar el lugar. Me tiré al suelo y fingí estar congelándome cuando en realidad esperaba que el calor que había generado en mi forma bestial no me delatara. He sido atacada dije cuando uno de los sujetos llegó a mi y al darse cuenta de que se trataba de una mujer puso cara de imbécil y seguidamente de deseo. Me esforcé por no partirle la cara en ese momento, deseaba atraerlos hacia mí para luego bañarme en su sangre aún caliente. Sólo esperaba que el vampiro no fuese un inútil y pudiese contra uno de los que parecía más centradito. La idea era deshacerme de las escorias y que él se enfrentara al solitario que había señalado anteriormente o bien que se robara al bichejo fuente de toda la maldita disputa.
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Off:Cualquier señalación despectiva es puramente producto de la visión maltrecha de Wood xD e hice un pequeño meta con lo del tipejo ese, espero no te importe.
Pidió por un nombre, me volví hacia él enarcando una ceja. “¿Es que has visto muchos lobos hablar?” pensé no sin poca ironía pero luego recordé que tenía la poción que había conseguido con Athos hacía ya un tiempo atrás. Quizás no fuera un mal momento para hacer uso de ella. Llevé una mano hacia el cinturón donde tenía todos los cachivaches guardados, pero en ese momento creí ver unas huellas en la nieve. Levanté la vista y la intercambié entre lo que vi y el vampiro. Paré las orejas y olfatee el aire, sin dudas había humo y varios seres de dudosa raza. Cuando nos acercamos se pudo apreciar al bichajo ese que nos habían ordenado rescatar. “Mentados estúpidos cobardes, seguro no tuvieron los cojones para venir ellos mismos” pensé con acidez mientras sentía como se me erizaba el pelo de la espalda. Estaba por dar un paso al frente cuando el vampiro me puso una mano en el hombro con aquella gelidez de muerto. Sentí que un escalofrío bajaba por mi columna y no pude dejar de sacudirme y mirarle con cara de pocos amigos. En ese momento me di cuenta que solo estaba dejando salir el impulso de la bestia por sobre nuestros intereses.
Di un paso hacia atrás y miré al hombre, buscando respuestas en su rostro. Parecía que estaba en mi mente “¿Seré tan estúpidamente predecible?” me pregunté mientras veía como me señalaba con un lenguaje muy reducido algunas cosas “Mira que puedo escucharte y comprenderte tarugo” le dije en mi mente. Lástima que no pudiera leer mis pensamientos, así sabría que me caía como una patada en el hígado y se refrenaría de tocarme otra vez con esas manos tan heladas. Sí, odiaba lo frío, odiaba la nieve desde que casi muero una vez en ella, lo odiaba todo, ¿por qué no aceptarlo?. Pero ese vampiro era una cosa extraña y especial y ya que el tema de catalogarlo se había pospuesto, también se pospondría cualquier intento de hacer sociales con él. Estaba preocupada por Blackuart, por Bravía y por las malditas pieles y quería comenzar a descargar tanto coraje en esos imbéciles que habían tenido la desgracia de cruzarse en mi camino en un mal momento.
Sin dudas el vampiro vio en mi la sed de sangre, porque sin necesidad de que hiciera o dijera nada me liberó del momento de estrategias para pasar a la acción con apenas unas restricciones. Le mostré todos mis dientes en una sonrisa lobuna, ahora sí nos estábamos entendiendo y vaya que me sentía libre. Un delgado hilo de baba corrió por entre mis colmillos debido a la expectativa. Quería ir a atacar, romper, deshuesar… más cuando me acerqué lo suficiente como para lanzarme en una carrera, el bendito animal delató mi presencia y por el susto que tenía amenazaba con romper la cadena con la que estaba atado. “No se quién es más maldito” pensé con desdén mientras veía todo mi plan irse por la borda.
Busqué con la mirada al vampiro, pero con la oscuridad me fue imposible revelarle lo que pasaba y lo que pensaba. Quizás fuera un momento para un ataque sorpresa a lo Wood. Respiré profundamente para calmarme, algo que me tomó demasiada concentración y bastante tiempo, pero una vez que logré el estado que deseaba, comencé a comprimirme y sentir que volvía a ser una humana frágil y enclenque. Sonreí de lado con cierta expectativa.
Ayuda grité, pero no fue necesario repetirme porque el estúpido animal ya había mostrado mi presencia a esos estúpidos cazadores que se habían abierto en abanico para vigilar el lugar. Me tiré al suelo y fingí estar congelándome cuando en realidad esperaba que el calor que había generado en mi forma bestial no me delatara. He sido atacada dije cuando uno de los sujetos llegó a mi y al darse cuenta de que se trataba de una mujer puso cara de imbécil y seguidamente de deseo. Me esforcé por no partirle la cara en ese momento, deseaba atraerlos hacia mí para luego bañarme en su sangre aún caliente. Sólo esperaba que el vampiro no fuese un inútil y pudiese contra uno de los que parecía más centradito. La idea era deshacerme de las escorias y que él se enfrentara al solitario que había señalado anteriormente o bien que se robara al bichejo fuente de toda la maldita disputa.
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Off:Cualquier señalación despectiva es puramente producto de la visión maltrecha de Wood xD e hice un pequeño meta con lo del tipejo ese, espero no te importe.
Woodpecker
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Re: El paciente Ulmerino [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
No habían pasado ni dos minutos cuando la chica se lanzó a la acción, al parecer, necesitaba destripar, morder y romper algo o a alguien y mejor que fueran ellos y no yo, se acercó al grupo caminando con cierto encanto sobre sus cuatro patas, me distrajo un poco verla pero luego volví a reaccionar, realmente no deseaba obstruir su camino y acabar despedazado por accidente, así que preferí dar un rodeo para llegar por el otro lado, me movía en completo sigilo cuando el animal empezó a hacer ruido, me agaché rápidamente para evitar ser visto, sin embargo, el animal no me había delatado a mí, lo cual dejaba una sola posibilidad, habían visto a la chica, sin embargo, no era del todo malo, a fin de cuentas, no lograrían hacerle mucho antes de estar muertos, el sigilo no era para preservar nuestras vidas, sino las suyas, continué rodeando hasta estar en el lado opuesto a donde señalaba el estúpido animal, la chica había logrado atraer la atención de los tres babosos hombres que habían ido a su encuentro emocionados pensando que sería una presa fácil para divertir y satisfacer sus deseos, casi sentí pena por ellos, el tercero, más fuerte y reservado, se acercó lo suficiente para no perderlos de vista, pero sin alejarse del sitio donde se encontraba el preciado animal.
Observaba a los otros esperando descifrar lo que sucedía mientras yo por mi parte, aprovecharía la ocasión para liberar al animal y escapar de prisa, sin embargo, el mugroso animal decidió delatarme a mí también, mi primera reacción fue quedarme fijo, aquel sujeto volteó y con mucha calma caminó hacia mí, no mostraba estar molesto, simplemente cumpliría con su deber como yo estaba cumpliendo con el mío, caminaba tranquilamente como si no pensara hacerme nada, sin embargo, al estar lo suficientemente cerca levantó su hacha y arremetió contra mí con una brutalidad inesperada, afortunadamente logré reaccionar saltando hacia un lado y rodando un par de veces sobre la nieve, apenas me estaba recuperando cuando lo vi venir corriendo con el hacha levantada y lista para dejarla caer sobre mí, nuevamente opté por la opción de saltar hacia un lado, aunque el tipo no solo era fuerza bruta, levantó su hacha tan solo un poco y la giró de lado hacia donde estaba, con algo de esfuerzo logré saltar hacia atrás para esquivar y luego otro para quedar de pie y en guardia, saqué las dagas que llevaba en la parte baja de mi espalda, si bien aquel fortachón me ganaba en fuerza, yo lo superaba ampliamente en velocidad, la batalla me resultaba completamente innecesaria, ese sujeto no era del mismo tipo que los otros, debía tener alguna razón especial para estar ahí, ganando dinero de esa forma, porque su rostro expresaba que realmente no era eso lo que deseaba.
La batalla se alargaba demasiado, ignoraba lo que había sucedido con la chica y aquellos hombres, pero seguramente ya se habría librado de ellos, y yo aquí, padeciendo para eliminar a uno solo, era realmente vergonzoso, así que era tiempo de ponerme serio, aunque no me gustara la tarea, era tiempo de neutralizar al oponente o eliminarlo en el peor de los casos, respiré profundamente y observé la situación con frialdad, su única arma era un hacha, y necesitaba las manos para usarla, ambas manos al parecer, por lo pesada del hacha, así que inmovilizar sus manos bastaría, me agaché y tomé un poco de nieve del suelo, luego esperé a que se acercara lo suficiente y levantara su hacha, justo en ese momento, antes que acabara de subirla, arrojé la nieve a sus ojos intentando cegarlos, no lo conseguí porque cerró sus ojos, pero al menos me dio tiempo suficiente para levantarme de prisa y cortar los músculos de sus antebrazos, retrocedí un poco hasta ver como, sin poder sostener el hacha, la dejó caer al piso - Es el fin de la batalla, he ganado - Le dije en tono serio aunque no estaba orgulloso de haber vencido de esa forma, intentó levantarse para seguir peleando, esta vez con sus puños, pero era muy lento y me resultaba fácil evadirlo, tras varios intentos acabó por caer de rodillas completamente agotado, estaba a punto de decirme algo cuando una flecha le atravezó la espalda saliendo luego por su estómago, tras él, un extraña mujer había aparecido, sus ojos delataban una evidente maldad y su actitud de desprecio hacia todo lo hacía ver realmente temible - Grandes o pequeños, fuertes o débiles, rápidos o lentos, al final los hombres sois todos una pila de inútiles - Preparaba otra flecha que lanzó al terminar esa frase y atravesó el cuello de aquel pobre hombre, por un momento imaginé que ayudaría, pero luego entendí que ella era quien había ideado semejante plan, ella era la mente detrás de todo.
Su actitud era realmente intimidante, incluso más que la mujer que me acompañaba, y además estaba furiosa, cerró sus ojos un par de segundos y tras decir - Un vampiro... - Tomó una flecha de su espalda e hizo que se prendiera en fuego, esto ya no pintaba nada bien, no solo era agresiva y con puntería, sino que además, era una bruja, dí unos pasos hacia atrás para generar un poco más de distancia entre nosotros hasta que finalmente su flecha vino en mi búsqueda, un rápido inclinamiento hacia atrás me ayudó a evitar ser alcanzado pero apenas pude reaccionar, otra flecha venía en mi dirección, apenas pude moverme para evitarla y acabó atravesando mi brazo izquierdo, afortunadamente, necesitaba tiempo para encender la flecha, y esta última la había lanzado rápidamente, por lo que no había tenido tiempo de darle ningún efecto adicional, dejé escapar un pequeño quejido al sacar la flecha y arrojarla al piso, ella por su parte, tomó otra flecha y comenzó a concentrarse hasta que logró encenderla - Tendré tu cabeza vampiro - Dijo mientras tensaba el arco al máximo y yo por mi parte me preparaba para intentar evadir, de este modo, me resultaría muy difícil acercarme...
Observaba a los otros esperando descifrar lo que sucedía mientras yo por mi parte, aprovecharía la ocasión para liberar al animal y escapar de prisa, sin embargo, el mugroso animal decidió delatarme a mí también, mi primera reacción fue quedarme fijo, aquel sujeto volteó y con mucha calma caminó hacia mí, no mostraba estar molesto, simplemente cumpliría con su deber como yo estaba cumpliendo con el mío, caminaba tranquilamente como si no pensara hacerme nada, sin embargo, al estar lo suficientemente cerca levantó su hacha y arremetió contra mí con una brutalidad inesperada, afortunadamente logré reaccionar saltando hacia un lado y rodando un par de veces sobre la nieve, apenas me estaba recuperando cuando lo vi venir corriendo con el hacha levantada y lista para dejarla caer sobre mí, nuevamente opté por la opción de saltar hacia un lado, aunque el tipo no solo era fuerza bruta, levantó su hacha tan solo un poco y la giró de lado hacia donde estaba, con algo de esfuerzo logré saltar hacia atrás para esquivar y luego otro para quedar de pie y en guardia, saqué las dagas que llevaba en la parte baja de mi espalda, si bien aquel fortachón me ganaba en fuerza, yo lo superaba ampliamente en velocidad, la batalla me resultaba completamente innecesaria, ese sujeto no era del mismo tipo que los otros, debía tener alguna razón especial para estar ahí, ganando dinero de esa forma, porque su rostro expresaba que realmente no era eso lo que deseaba.
La batalla se alargaba demasiado, ignoraba lo que había sucedido con la chica y aquellos hombres, pero seguramente ya se habría librado de ellos, y yo aquí, padeciendo para eliminar a uno solo, era realmente vergonzoso, así que era tiempo de ponerme serio, aunque no me gustara la tarea, era tiempo de neutralizar al oponente o eliminarlo en el peor de los casos, respiré profundamente y observé la situación con frialdad, su única arma era un hacha, y necesitaba las manos para usarla, ambas manos al parecer, por lo pesada del hacha, así que inmovilizar sus manos bastaría, me agaché y tomé un poco de nieve del suelo, luego esperé a que se acercara lo suficiente y levantara su hacha, justo en ese momento, antes que acabara de subirla, arrojé la nieve a sus ojos intentando cegarlos, no lo conseguí porque cerró sus ojos, pero al menos me dio tiempo suficiente para levantarme de prisa y cortar los músculos de sus antebrazos, retrocedí un poco hasta ver como, sin poder sostener el hacha, la dejó caer al piso - Es el fin de la batalla, he ganado - Le dije en tono serio aunque no estaba orgulloso de haber vencido de esa forma, intentó levantarse para seguir peleando, esta vez con sus puños, pero era muy lento y me resultaba fácil evadirlo, tras varios intentos acabó por caer de rodillas completamente agotado, estaba a punto de decirme algo cuando una flecha le atravezó la espalda saliendo luego por su estómago, tras él, un extraña mujer había aparecido, sus ojos delataban una evidente maldad y su actitud de desprecio hacia todo lo hacía ver realmente temible - Grandes o pequeños, fuertes o débiles, rápidos o lentos, al final los hombres sois todos una pila de inútiles - Preparaba otra flecha que lanzó al terminar esa frase y atravesó el cuello de aquel pobre hombre, por un momento imaginé que ayudaría, pero luego entendí que ella era quien había ideado semejante plan, ella era la mente detrás de todo.
Su actitud era realmente intimidante, incluso más que la mujer que me acompañaba, y además estaba furiosa, cerró sus ojos un par de segundos y tras decir - Un vampiro... - Tomó una flecha de su espalda e hizo que se prendiera en fuego, esto ya no pintaba nada bien, no solo era agresiva y con puntería, sino que además, era una bruja, dí unos pasos hacia atrás para generar un poco más de distancia entre nosotros hasta que finalmente su flecha vino en mi búsqueda, un rápido inclinamiento hacia atrás me ayudó a evitar ser alcanzado pero apenas pude reaccionar, otra flecha venía en mi dirección, apenas pude moverme para evitarla y acabó atravesando mi brazo izquierdo, afortunadamente, necesitaba tiempo para encender la flecha, y esta última la había lanzado rápidamente, por lo que no había tenido tiempo de darle ningún efecto adicional, dejé escapar un pequeño quejido al sacar la flecha y arrojarla al piso, ella por su parte, tomó otra flecha y comenzó a concentrarse hasta que logró encenderla - Tendré tu cabeza vampiro - Dijo mientras tensaba el arco al máximo y yo por mi parte me preparaba para intentar evadir, de este modo, me resultaría muy difícil acercarme...
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- La sexy bruja arquera:
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Re: El paciente Ulmerino [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
El hombre poco menos que se babeaba al verme y eso que yo aún vestía mi armadura. Si ese tipejo me hubiera visto en otras pintas probablemente ya hubiera intentado abusar de mí “malditos enfermos” pensé generalizando a todo lo que fuera del sexo opuesto. Piedad pedí, tratando de alisar mi ceño al recordar las palabras de mis víctimas pasadas antes de perecer. Estiré una mano hacia el hombre al que pronto se le unirían los otros dos para rodearme. Estaba uno que era bajo y gordo, medio calvo, el segundo era flaco y alto y el tercero mi muy muy ni tan tan, con entradas importantes en el cuero cabelludo, como si lo hubiera atacado algún animal molesto; bastante apuesto sí, pero demasiado viejo para mi. Se miraron entre ellos, convidándose. Dejé que se acercaran, tal y como lo haría un animal herido, por mi mente corrían los recuerdos de mi tío Francis y de mis días de verdugo.
Me costó contenerme para no transformarme y hacerles daño. Debía sacarlos de allí, de la vista del animal estúpido y asustadizo, debía alejarlos de cualquier testigo… atraerlos más hacia atrás y lo hice. Puse cara de mártir, y me arrastré detrás de unos montones altos de nieve mientras ellos parecían divertirse y pedirse turnos para compartir, como hienas por su carroña. Me mordí la lengua, tratando de mantener la compostura. El odio que en un momento había sentido por los hombres ahora renacía renovado, el temblor era evidente, pero al parecer ellos lo interpretaban como miedo y no una batalla por no transformarme. Intenté levantarme, pero resbalé y caí, momento en el que ellos se acercaron, cerrándome el paso, uno por la espalda, otro por un costado y el gordito por el frente, bajándose los pantalones.
Enarqué una ceja al ver al amiguito y sonreí, algo que me duró poco porque el de en medio me desarmó y tiró las armas lejos de mi alcance. Cuando me levantaron del suelo para que aquél imbécil abusara de mí me transformé, tomándoles por sorpresa y tirándoles al suelo con la brusquedad del acto. El primero en sufrir fue el bajito, al que le apagué la voz que intentaba elevarse para pedir ayuda, simplemente mordí su garganta y le arranqué parte de la laringe. Su sangre no tardó en bañar mis labios resecos y sedientos, pero no podía quedarme a darme el gusto de revolcarme en el vapor de su sangre, debía ocuparme de los otros dos que con cara de profundo terror intentaban en vano escapar del monstruo en el que me había convertido.
Una suave brisa se levantó y sus balbuceos se perdieron en la nada. Mis huellas quedaban marcadas de carmesí en la nieve mientras avanzaba lenta e inexorablemente hacia mi siguiente víctima. El que me había desarmado y ahora desenvainaba una espada larga. Desvié mi camino hasta alcanzar mis armas diseminadas y luego me volví hacia los objetivos que torpemente intentaban perderse de mi vista. Desafortunadamente, tuve que dejar al de la espada en último lugar ya que el flaco, que resultó ser un brujo comenzó a atacarme con piedras y bolas de nieve usando su telequinesis. Esquivé algunos tiros, los que se veían más peligrosos mientras que dejé el resto a la armadura. Gruñí una vez, luego otra y otra para finalmente lanzarme a la carrera, momento en el cual el tipo se amedrentó e intentó huir pero eso me excitaba más, lo que me permitió darle alcance rápidamente. Taclee al muy imbécil al suelo, pero no me había percatado que tenía un objeto punzocortante en su poder, por lo que fui golpeada como una total novata sobre un ojo, exactamente para abrirme una vieja cicatriz.
Graaaawl rezongué para apartarme de él y cegada por la furia y el enojo atacarlo con el hacha hasta que la parte superior de su cuerpo quedó irreconocible. Me volví hacia atrás, limpiando los restos del difunto de la armadura y parte de la sangre de mi rostro para mejorar un poco la visión. El golpe se sentía hinchado y caliente, no me preocupaba, pero me molestaba demasiado como para ignorarlo. Faltaba el tercero al que rastree sin mucha dificultad. Ese me había ahorrado el trabajo y sin ceremonias se había quitado la vida con su propia arma. “Cobarde” pensé mientras me daba la media vuelta volviendo a limpiar el ojo con el revés de mi brazo.
Busqué el rastro del vampiro y olfatee un desastre que no era mío. Impasible, limpié las armas y me dirigí hacia el bichejo ese que ahora parecía estar petrificado del miedo. La sangre siempre había sido un elemento que ponía en alerta a cualquiera, pero mucho más a los cobardes como ese. Estiré una mano, más intentó escaparse, tensando la cadena. “Maldito” espeté en mis adentros, salir de mi transformación estaba fuera de discusión, solamente podría intentar llamarle y hablarle y en última, y más plausible instancia, llevarle a la fuerza. Saqué del cinturón una de las medidas de la poción para hablar y me la eché garganta abajo sin pensarlo demasiado. Tenía un gusto amargo asqueroso, como a bicho revuelto con verduras y medio me entumeció la lengua por algunos segundos, pero pronto los sonidos que salían de mi garganta parecían tener un tenor distinto.
Ruf… grrr… gruf… solo me salían ruidos ferales pero con mi voz de humana “demonios, se me contagió lo estúpida” pensé dándome cuenta que era yo misma intentando recordar el nombre de la estúpida bestia. Garuff dije finalmente mientras extendía la mano más limpia para que me reconociera. Hecha todas las formalidades con ese zorro deforme y de color extraño y mutante que parecía querer huir en la primer oportunidad, arranqué la estaca de la cadena y lo llevé atado conmigo mientras buscaba al vampiro, no por nada en especial, pero me intrigaba saber si tendría que irme sola, si tendría que cuidarme las espaldas o si finalmente podríamos restregarles en la cara a esos imbéciles a su estúpido animal y su estúpida estupidez.
¡Vampiro! grité una y otra vez sin mucho resultado. Decidí entonces seguir mi olfato y buscarle por ese medio mientras batallaba para que el animalejo ese me siguiera sin protestar.
Me costó contenerme para no transformarme y hacerles daño. Debía sacarlos de allí, de la vista del animal estúpido y asustadizo, debía alejarlos de cualquier testigo… atraerlos más hacia atrás y lo hice. Puse cara de mártir, y me arrastré detrás de unos montones altos de nieve mientras ellos parecían divertirse y pedirse turnos para compartir, como hienas por su carroña. Me mordí la lengua, tratando de mantener la compostura. El odio que en un momento había sentido por los hombres ahora renacía renovado, el temblor era evidente, pero al parecer ellos lo interpretaban como miedo y no una batalla por no transformarme. Intenté levantarme, pero resbalé y caí, momento en el que ellos se acercaron, cerrándome el paso, uno por la espalda, otro por un costado y el gordito por el frente, bajándose los pantalones.
Enarqué una ceja al ver al amiguito y sonreí, algo que me duró poco porque el de en medio me desarmó y tiró las armas lejos de mi alcance. Cuando me levantaron del suelo para que aquél imbécil abusara de mí me transformé, tomándoles por sorpresa y tirándoles al suelo con la brusquedad del acto. El primero en sufrir fue el bajito, al que le apagué la voz que intentaba elevarse para pedir ayuda, simplemente mordí su garganta y le arranqué parte de la laringe. Su sangre no tardó en bañar mis labios resecos y sedientos, pero no podía quedarme a darme el gusto de revolcarme en el vapor de su sangre, debía ocuparme de los otros dos que con cara de profundo terror intentaban en vano escapar del monstruo en el que me había convertido.
Una suave brisa se levantó y sus balbuceos se perdieron en la nada. Mis huellas quedaban marcadas de carmesí en la nieve mientras avanzaba lenta e inexorablemente hacia mi siguiente víctima. El que me había desarmado y ahora desenvainaba una espada larga. Desvié mi camino hasta alcanzar mis armas diseminadas y luego me volví hacia los objetivos que torpemente intentaban perderse de mi vista. Desafortunadamente, tuve que dejar al de la espada en último lugar ya que el flaco, que resultó ser un brujo comenzó a atacarme con piedras y bolas de nieve usando su telequinesis. Esquivé algunos tiros, los que se veían más peligrosos mientras que dejé el resto a la armadura. Gruñí una vez, luego otra y otra para finalmente lanzarme a la carrera, momento en el cual el tipo se amedrentó e intentó huir pero eso me excitaba más, lo que me permitió darle alcance rápidamente. Taclee al muy imbécil al suelo, pero no me había percatado que tenía un objeto punzocortante en su poder, por lo que fui golpeada como una total novata sobre un ojo, exactamente para abrirme una vieja cicatriz.
Graaaawl rezongué para apartarme de él y cegada por la furia y el enojo atacarlo con el hacha hasta que la parte superior de su cuerpo quedó irreconocible. Me volví hacia atrás, limpiando los restos del difunto de la armadura y parte de la sangre de mi rostro para mejorar un poco la visión. El golpe se sentía hinchado y caliente, no me preocupaba, pero me molestaba demasiado como para ignorarlo. Faltaba el tercero al que rastree sin mucha dificultad. Ese me había ahorrado el trabajo y sin ceremonias se había quitado la vida con su propia arma. “Cobarde” pensé mientras me daba la media vuelta volviendo a limpiar el ojo con el revés de mi brazo.
Busqué el rastro del vampiro y olfatee un desastre que no era mío. Impasible, limpié las armas y me dirigí hacia el bichejo ese que ahora parecía estar petrificado del miedo. La sangre siempre había sido un elemento que ponía en alerta a cualquiera, pero mucho más a los cobardes como ese. Estiré una mano, más intentó escaparse, tensando la cadena. “Maldito” espeté en mis adentros, salir de mi transformación estaba fuera de discusión, solamente podría intentar llamarle y hablarle y en última, y más plausible instancia, llevarle a la fuerza. Saqué del cinturón una de las medidas de la poción para hablar y me la eché garganta abajo sin pensarlo demasiado. Tenía un gusto amargo asqueroso, como a bicho revuelto con verduras y medio me entumeció la lengua por algunos segundos, pero pronto los sonidos que salían de mi garganta parecían tener un tenor distinto.
Ruf… grrr… gruf… solo me salían ruidos ferales pero con mi voz de humana “demonios, se me contagió lo estúpida” pensé dándome cuenta que era yo misma intentando recordar el nombre de la estúpida bestia. Garuff dije finalmente mientras extendía la mano más limpia para que me reconociera. Hecha todas las formalidades con ese zorro deforme y de color extraño y mutante que parecía querer huir en la primer oportunidad, arranqué la estaca de la cadena y lo llevé atado conmigo mientras buscaba al vampiro, no por nada en especial, pero me intrigaba saber si tendría que irme sola, si tendría que cuidarme las espaldas o si finalmente podríamos restregarles en la cara a esos imbéciles a su estúpido animal y su estúpida estupidez.
¡Vampiro! grité una y otra vez sin mucho resultado. Decidí entonces seguir mi olfato y buscarle por ese medio mientras batallaba para que el animalejo ese me siguiera sin protestar.
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Re: El paciente Ulmerino [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
De nuevo la bruja tomó una flecha y se concentró unos segundos hasta encender en fuego la punta de la flecha, luego el fuego se extendía rápidamente por toda la flecha, no pasó mucho tiempo para que la soltara de nuevo contra mí, al ser de fuego, podía verla con claridad y aunque lo hacía con mucha dificultad, alcanzaba a esquivarlas, el problema era que luego venía una o dos flechas sin fuego que apenas podía oír zumbar hasta incrustarse en mi cuerpo, hasta ahora había asestado una en mi brazo izquierdo y otra en rozando mi costado derecho, las flechas de fuego eran fulminantes pero podía al menos evadirlas, las otras flechas, eran más sigilosas y precisas, mi única oportunidad sería un ataque directo, pero ¿Cómo acercarme sin ser atravesado? esperar a que se terminaran sus flechas no era una opción, acertaba más de lo que fallaba y para cuando se acabaran, estarían la mayoría de las flechas incrustadas en mí.
De pronto - (Lo tengo) - Pensé por fin en un plan, y sin pensarlo dos veces arrojé una de mis dagas directamente a su pecho, al ser dagas algo grandes y pesadas, no eran óptimas para ser lanzadas, sin embargo mi objetivo no era darle con la daga, un movimiento con su arco fue suficiente para desviar la daga, pero para cuando su vista me encontró de nuevo ya había avanzado velozmente hacia ella, preparó una flecha y trató de encenderla, fue entonces cuando arrojé la otra daga con el mismo fin, esta vez no la bloqueó con el arco sino que la evadió con un rápido movimiento, sin embargo no logró encender la flecha, ya no quedaba suficiente tiempo, la lanzó y sentí como se incrustó en mi muslo izquierdo, el dolor me bajó un poco la velocidad, sin embargo ya estaba muy cerca, podría seguir avanzando, otra flecha fue a parar a mi hombro derecho - aaaaaarrrggggg - Grité finalmente al estar más cerca de ella y sin dudarlo salté sobre ella llevándola al piso, arranqué el arco de sus manos dejándola desarmada, o al menos eso pensaba, colocó sus manos en mi pecho y cerró sus ojos, al cabo de unos segundos un fuerte choque eléctrico sacudió todos mis órganos, sentía todos los músculos entumecidos y mis dedos amenazaban con explotar, sin embargo evité soltarla, apreté sus hombros con una fuerza descomunal, muy superior a mi normal fuerza de vampiro, tal vez debido a la dosis de adrenalina que estaba experimentando gracias a la descarga eléctrica, finalmente sus hombros cedieron y un fuerte crujido de huesos retumbó por el lugar, sus brazos cayeron lentamente al suelo pero yo no me sentía satisfecho, estaba completamente furioso, llevé mis colmillos a su cuello y la mordí hasta desprenderle un pedazo de carne y comenzar una fuerte hemorragia que seguramente la acabaría matando, podría haber bebido su sangre, pero realmente la sangre de brujos me producía mucho asco, por lo que preferí dejarla a su suerte y dejarme caer hacia un lado, pegué mi pecho a la nieve para enfriar las quemaduras que me había causado la descarga eléctrica, aunque seguramente tendría un poco de quemaduras internas, luego volví a girar y acabé acostado mirando al cielo, casi completamente exhausto.
Acostado en la nieve, arrancaba las flechas que ahora decoraban mi cuerpo, al parecer el trabajo no había resultado tan sencillo, y pasado el efecto de la adrenalina comenzaban a aparecer síntomas de agotamiento y dolor - Vampiro - Escuché a lo lejos, seguramente era ella, que había logrado deshacerse de todos, no podría haber esperado menos, me puse en pie tan pronto como pude, fingiendo que no estaba gravemente herido - ¡¡Aquí!! - Grité mientras me levantaba evitando expresar cualquier síntoma de dolor, había sangre saliendo de mi brazo izquierdo, hombro derecho, muslo izquierdo, muslo derecho, costado izquierdo, y en mi pecho, quemaduras de tercer grado con forma de manos, cerré mi camisa para evitar mostrar todo el daño que había recibido y tras tomar mis dagas del piso, caminé hacia el lugar de donde venía la voz de mi compañera - No te fue tan mal - Le dije mirando su ojo - Odio a ese maldito animal - Le dije señalando al pequeño Garuff - Ahora, volvamos a entregarlo y podré largarme de este lugar - Tras un par de pasos, el dolor en los muslos casi me hizo caer, pero me sostuve en pie y apresuré el paso, necesitaba descansar y sanar, pero no frente a ella, solo pensaba en terminar este viaje, aunque, debía reconocer que su presencia había sido determinante y de gran ayuda con mi tarea pero además, había disfrutado mucho su compañía, caminamos al rededor de una hora y pudimos volver a donde estaban los dueños del molesto animal, esta vez, no tenía suficientes fuerzas para hablar, hacerlo evidenciaría mi debilidad del momento y podrían aprovechar de eliminarme, a fin de cuentas, éramos enemigos naturales, por lo tanto al llegar reduje un poco el paso para dejar que la mujer se adelantara y terminara el negocio...
De pronto - (Lo tengo) - Pensé por fin en un plan, y sin pensarlo dos veces arrojé una de mis dagas directamente a su pecho, al ser dagas algo grandes y pesadas, no eran óptimas para ser lanzadas, sin embargo mi objetivo no era darle con la daga, un movimiento con su arco fue suficiente para desviar la daga, pero para cuando su vista me encontró de nuevo ya había avanzado velozmente hacia ella, preparó una flecha y trató de encenderla, fue entonces cuando arrojé la otra daga con el mismo fin, esta vez no la bloqueó con el arco sino que la evadió con un rápido movimiento, sin embargo no logró encender la flecha, ya no quedaba suficiente tiempo, la lanzó y sentí como se incrustó en mi muslo izquierdo, el dolor me bajó un poco la velocidad, sin embargo ya estaba muy cerca, podría seguir avanzando, otra flecha fue a parar a mi hombro derecho - aaaaaarrrggggg - Grité finalmente al estar más cerca de ella y sin dudarlo salté sobre ella llevándola al piso, arranqué el arco de sus manos dejándola desarmada, o al menos eso pensaba, colocó sus manos en mi pecho y cerró sus ojos, al cabo de unos segundos un fuerte choque eléctrico sacudió todos mis órganos, sentía todos los músculos entumecidos y mis dedos amenazaban con explotar, sin embargo evité soltarla, apreté sus hombros con una fuerza descomunal, muy superior a mi normal fuerza de vampiro, tal vez debido a la dosis de adrenalina que estaba experimentando gracias a la descarga eléctrica, finalmente sus hombros cedieron y un fuerte crujido de huesos retumbó por el lugar, sus brazos cayeron lentamente al suelo pero yo no me sentía satisfecho, estaba completamente furioso, llevé mis colmillos a su cuello y la mordí hasta desprenderle un pedazo de carne y comenzar una fuerte hemorragia que seguramente la acabaría matando, podría haber bebido su sangre, pero realmente la sangre de brujos me producía mucho asco, por lo que preferí dejarla a su suerte y dejarme caer hacia un lado, pegué mi pecho a la nieve para enfriar las quemaduras que me había causado la descarga eléctrica, aunque seguramente tendría un poco de quemaduras internas, luego volví a girar y acabé acostado mirando al cielo, casi completamente exhausto.
Acostado en la nieve, arrancaba las flechas que ahora decoraban mi cuerpo, al parecer el trabajo no había resultado tan sencillo, y pasado el efecto de la adrenalina comenzaban a aparecer síntomas de agotamiento y dolor - Vampiro - Escuché a lo lejos, seguramente era ella, que había logrado deshacerse de todos, no podría haber esperado menos, me puse en pie tan pronto como pude, fingiendo que no estaba gravemente herido - ¡¡Aquí!! - Grité mientras me levantaba evitando expresar cualquier síntoma de dolor, había sangre saliendo de mi brazo izquierdo, hombro derecho, muslo izquierdo, muslo derecho, costado izquierdo, y en mi pecho, quemaduras de tercer grado con forma de manos, cerré mi camisa para evitar mostrar todo el daño que había recibido y tras tomar mis dagas del piso, caminé hacia el lugar de donde venía la voz de mi compañera - No te fue tan mal - Le dije mirando su ojo - Odio a ese maldito animal - Le dije señalando al pequeño Garuff - Ahora, volvamos a entregarlo y podré largarme de este lugar - Tras un par de pasos, el dolor en los muslos casi me hizo caer, pero me sostuve en pie y apresuré el paso, necesitaba descansar y sanar, pero no frente a ella, solo pensaba en terminar este viaje, aunque, debía reconocer que su presencia había sido determinante y de gran ayuda con mi tarea pero además, había disfrutado mucho su compañía, caminamos al rededor de una hora y pudimos volver a donde estaban los dueños del molesto animal, esta vez, no tenía suficientes fuerzas para hablar, hacerlo evidenciaría mi debilidad del momento y podrían aprovechar de eliminarme, a fin de cuentas, éramos enemigos naturales, por lo tanto al llegar reduje un poco el paso para dejar que la mujer se adelantara y terminara el negocio...
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Re: El paciente Ulmerino [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
Cuando el tonto animal quiso retroceder me di cuenta que estábamos cerca del vampiro. Estas vivo… comenté en voz alta y para mi sorpresa a ese comentario le siguió un suspiro de alivio. Quizás después de todo, sí era una amiga de esos colmilludos chupasangre que tanto odiaban mis congéneres. Enarqué una ceja al ver a la mujer hecha un montón de basura a un lado, allí en la nieve, llena de sangre; me sorprendió precisamente eso, ver sangre. “El animalito estaba sin apetito” pensé mientras le echaba un segundo vistazo. Mi compañero parecía una especie de saco lleno de agujeros por los que se filtraba su propia sangre; por unos momentos me vi tentada a ir a lamerle y degustar su sabor, más lo pensé mejor y di un paso hacia atrás cuando hizo su comentario acerca del bichejo ese que yo llevaba a rastras de la cadena.
También yo agregué, pero no pude decir nada más ya que comencé a toser y sentí que se me cerraba la garganta. Al parecer ya había pasado el tiempo de uso de aquella poción realizada por el elfo Ul’rien, al menos era algo decente que podría ser usado en el futuro en casos de necesidad como esta. Estornudé un par de veces y asentí a su comando, totalmente de acuerdo con que ya era hora de ir terminando con todas esas vueltas fútiles. El vampiro –ya me estaba cansando de pensar y referirme a él de esa forma- parecía bastante dolorido. Sacudí mi cabeza para quitarme la sangre que volvía a correr del ojo, aunque ahora se estaba coagulando allí, iba a limpiarme con el revés de mi brazo, pero estaba demasiado enchastrado como para ser de alguna utilizad, asique me eché al suelo y usé mi cola en una poción completamente antinatural y contracturante. El rabo estaba frío y la nieve en él se sentía bien sobre la herida.
Me preguntaba si mi compañero no necesitaría algo más de ayuda que la perfecta omisión de asistencia que le estaba dando, aunque no teníamos la confianza suficiente como para acercarnos tanto… Entrecerré los ojos sopesando pros y contras de acercarme a él e intentar comunicarme y llegué a la conclusión que con la bestia que llevaba casi de a rastro era más que suficiente y en caso de que el vampiro se desplomara siempre podía arrastrarle hasta el bendito campamento. El viaje de regreso fue monótono, con muy pocos altibajos. El Garuff ese pareció habituarse a nosotros o al menos perdió la esperanza de escapar porque hizo más de la mitad del camino en total sumisión.
Al llegar al lugar en donde había partido caminos con Furia y Blackuart, el zorro super desarrollado pareció reconocer a su dueño y corrió hacia él en algo que juraría era una especie de llanto guarango. Negué con la cabeza mientras el trío parecía una familia feliz de su reencuentro. Bravía estaba a la vista y sobre su lomo un pequeño bulto que se movía y respiraba, dejé salir el aire que estuve reteniendo y una densa nube de vapor escaló por los aires. Volví a mi forma humana y me senté en el suelo, demasiado cansada como para hacer nada más. Oigan ustedes, manada feliz y estúpida. Sí ustedes. Queremos la maldita planta ahora o no nos temblará el pulso para llevarnos cuatro almas más aseveré con total seguridad, aunque si llegábamos a eso probablemente los que saldríamos perdiendo éramos nosotros. Afortunadamente, ellos estaban muy lejos para ver el estado deplorable del vampiro.
Lo que ellos sí pudieron comprobar por sus asquerosas narices –si es que no se les habían congelado- era que teníamos rastros de sangre de sus enemigos y eso era un buen elemento disuasorio. Les miré por encina de las pestañas, apenas si podía mantener mi cabeza erguida en aquella posición. ¿Qué esperan? pregunté, tomando el papel de histérica apurada. Ellos ya se habían detenido en sus abrazos de reencuentro de pareja feliz y ahora cuchicheaban por lo bajo. Finalmente, el de la lanza se acercó a mi tomando a Furia de las Riendas y un paquete en su mano libre. -Agradecimiento- dijo agachando la cabeza; cuando recibí ambas cosas de él salió corriendo para reunirse con su grupo.
Me enderecé lo más posible y revisé que todo estuviera en respectivo orden y lugar. El niño dormía plácidamente y la yegua no parecía haber pasado mal. Hice un gesto de reconocimiento y fui al lado del vampiro Parece que no lo hemos hecho tan mal. ¿Era eso lo que buscabas vampiro? pregunté y sin esperar respuesta monté sobre la yegua. Por cierto, me dicen Wood agregué respondiendo a una de sus primeras preguntas y completamente consciente del lugar que su presencia ocupaba en mis listas.
También yo agregué, pero no pude decir nada más ya que comencé a toser y sentí que se me cerraba la garganta. Al parecer ya había pasado el tiempo de uso de aquella poción realizada por el elfo Ul’rien, al menos era algo decente que podría ser usado en el futuro en casos de necesidad como esta. Estornudé un par de veces y asentí a su comando, totalmente de acuerdo con que ya era hora de ir terminando con todas esas vueltas fútiles. El vampiro –ya me estaba cansando de pensar y referirme a él de esa forma- parecía bastante dolorido. Sacudí mi cabeza para quitarme la sangre que volvía a correr del ojo, aunque ahora se estaba coagulando allí, iba a limpiarme con el revés de mi brazo, pero estaba demasiado enchastrado como para ser de alguna utilizad, asique me eché al suelo y usé mi cola en una poción completamente antinatural y contracturante. El rabo estaba frío y la nieve en él se sentía bien sobre la herida.
Me preguntaba si mi compañero no necesitaría algo más de ayuda que la perfecta omisión de asistencia que le estaba dando, aunque no teníamos la confianza suficiente como para acercarnos tanto… Entrecerré los ojos sopesando pros y contras de acercarme a él e intentar comunicarme y llegué a la conclusión que con la bestia que llevaba casi de a rastro era más que suficiente y en caso de que el vampiro se desplomara siempre podía arrastrarle hasta el bendito campamento. El viaje de regreso fue monótono, con muy pocos altibajos. El Garuff ese pareció habituarse a nosotros o al menos perdió la esperanza de escapar porque hizo más de la mitad del camino en total sumisión.
Al llegar al lugar en donde había partido caminos con Furia y Blackuart, el zorro super desarrollado pareció reconocer a su dueño y corrió hacia él en algo que juraría era una especie de llanto guarango. Negué con la cabeza mientras el trío parecía una familia feliz de su reencuentro. Bravía estaba a la vista y sobre su lomo un pequeño bulto que se movía y respiraba, dejé salir el aire que estuve reteniendo y una densa nube de vapor escaló por los aires. Volví a mi forma humana y me senté en el suelo, demasiado cansada como para hacer nada más. Oigan ustedes, manada feliz y estúpida. Sí ustedes. Queremos la maldita planta ahora o no nos temblará el pulso para llevarnos cuatro almas más aseveré con total seguridad, aunque si llegábamos a eso probablemente los que saldríamos perdiendo éramos nosotros. Afortunadamente, ellos estaban muy lejos para ver el estado deplorable del vampiro.
Lo que ellos sí pudieron comprobar por sus asquerosas narices –si es que no se les habían congelado- era que teníamos rastros de sangre de sus enemigos y eso era un buen elemento disuasorio. Les miré por encina de las pestañas, apenas si podía mantener mi cabeza erguida en aquella posición. ¿Qué esperan? pregunté, tomando el papel de histérica apurada. Ellos ya se habían detenido en sus abrazos de reencuentro de pareja feliz y ahora cuchicheaban por lo bajo. Finalmente, el de la lanza se acercó a mi tomando a Furia de las Riendas y un paquete en su mano libre. -Agradecimiento- dijo agachando la cabeza; cuando recibí ambas cosas de él salió corriendo para reunirse con su grupo.
Me enderecé lo más posible y revisé que todo estuviera en respectivo orden y lugar. El niño dormía plácidamente y la yegua no parecía haber pasado mal. Hice un gesto de reconocimiento y fui al lado del vampiro Parece que no lo hemos hecho tan mal. ¿Era eso lo que buscabas vampiro? pregunté y sin esperar respuesta monté sobre la yegua. Por cierto, me dicen Wood agregué respondiendo a una de sus primeras preguntas y completamente consciente del lugar que su presencia ocupaba en mis listas.
Woodpecker
Honorable
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Re: El paciente Ulmerino [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
Me había mantenido en constante silencio durante el camino, aunque las heridas no eran del todo graves, el conjunto de ellas era bastante molesto, había llegado casi sin fuerzas, afortunadamente la chica tomó la iniciativa de completar la transacción con aquellos sujetos, me crucé de brazos para disimular un poco el frío que ya estaba volviendo a hacer su parte dentro del orquestado conjunto de cosas que me molestaba, sin embargo, tanto frío había servido para omitir un poco el dolor de las heridas, observé la transacción en silencio hasta que la mujer se acercó a mí con la famosa planta - Parece que no lo hemos hecho tan mal - Me dijo de manera que pude considerar un poco amigable - ¿Era eso lo que buscabas vampiro? – Observé en detalle la planta y aunque jamás la había visto realmente, era al menos parecida a la forma como la dibujaban en los libros que había leído – Era justo lo que buscaba – Dije soltando una leve sonrisa.
Pensaba que eso sería el final cuando de pronto terminó regalándome su nombre – Wood – Repetí con agrado – Estoy en deuda contigo Wood, si alguna vez puedo hacer algo por ti, me sentiría honrado en ofrecerte mi ayuda – Intentaba no hablar más de la cuenta para no acabar escupiendo buchados de sangre así que concluí dándole mi nombre, o lo más parecido a un nombre que tenía – Me llaman Bio, aunque no soy un bio, siempre me asocian con esas cosas – Tras un breve silencio concluí diciendo – Gracias… Wood – La observé mientras se preparaba para continuar su camino mientras yo, me quedaba parado, con la planta en mis manos, observando el largo camino de regreso a Ulmer, respiré profundamente y emprendí mi camino, no sin antes dar un último vistazo hacia atrás para ver cómo se alejaba la figura de la mujer y su pequeño acompañante, caminé casi por inercia hasta desplomarme a la salida de la llanura nevada, descansé unos minutos y luego continué mi camino, pronto llegaría el amanecer y necesitaría refugio, era un largo camino hasta Ulmer…
Pensaba que eso sería el final cuando de pronto terminó regalándome su nombre – Wood – Repetí con agrado – Estoy en deuda contigo Wood, si alguna vez puedo hacer algo por ti, me sentiría honrado en ofrecerte mi ayuda – Intentaba no hablar más de la cuenta para no acabar escupiendo buchados de sangre así que concluí dándole mi nombre, o lo más parecido a un nombre que tenía – Me llaman Bio, aunque no soy un bio, siempre me asocian con esas cosas – Tras un breve silencio concluí diciendo – Gracias… Wood – La observé mientras se preparaba para continuar su camino mientras yo, me quedaba parado, con la planta en mis manos, observando el largo camino de regreso a Ulmer, respiré profundamente y emprendí mi camino, no sin antes dar un último vistazo hacia atrás para ver cómo se alejaba la figura de la mujer y su pequeño acompañante, caminé casi por inercia hasta desplomarme a la salida de la llanura nevada, descansé unos minutos y luego continué mi camino, pronto llegaría el amanecer y necesitaría refugio, era un largo camino hasta Ulmer…
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Offrol: Gracias por todo, no lo habría logrado sin ti, ya me iban a encontrar luego congelado como el Capitán América, puedes postear algo más si gustas, o despedirnos así, por mí ya está bien, iré a cerrar el tema entregando la fulana planta en Ulmer y luego a reclamar los puntitos =) Seguro haremos algo divertido en el carnaval, mi personaje se alegrará al verte por ahí n.nBio
Aerandiano de honor
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