Momento decisivo [Mastereado][Libre]
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
Un silbido del viento a sus espaldas, un aullido que provenía de las profundidades, hizo que el brujo se pusiera en tensión cuando daba la espalda al agujero a sus espaldas, dándose cuenta que aunque el velo de la oscuridad le cubriera, nada impedía que cualquier mal le arrinconara entre aquellas cuatro paredes. Con mayor prisa, deshizo el nudo de una de las bolsas para palpar el frasco que esta contenía. Apoyado en su bastón, se percataba de que ese agujero que a su parecer era abismal, podía representar una amenaza ahora para él, que tanteaba con los objetos de la habitación poniéndose en riesgo.
No había pues, tiempo para más distracciones, por lo que se dispuso a abandonar aquella sala sin dudar y, a medida que se dirigía a la habitación contigua bañada por la luz de las antorchas, las sombras que instantes antes se habían posado sobre su cuerpo, se desvanecían ante la luz, quedando tan solo su mano izquierda ennegrecida cuando daba en la otra sala y se permitía el lujo de examinar lo que había encontrado entre los cadáveres descuartizados que bañaban el suelo a sus pies. Pudo identificar el contenido como una clásica poción curativa y si no se trataba de un engaño, aquél podía acabar siendo un bien preciado. Guardó el frasco en el interior de su túnica y volvió al pasillo por el que se había adentrado a la sala de los muertos.
De nuevo, el largo pasillo de piedra iluminado por el fuego incesante se extendía frente al brujo, el cual cerraba la puerta a sus espaldas en una banal sensación de seguridad. Si alguien más husmeaba la cueva, podía cometer el error de ser más ruidoso que él. Con esa idea, se aventuró hacia el lado inexplorado del pasillo respetando de forma casi venerable el silencio que reinaba, no había nada más que ver a sus espaldas y huir ya no era una opción. Otra puerta se plantó en su camino, aunque ahora Neros avanzaría decidido para abrirla, lo haría no obstante con delicadeza, con tal de no hacer demasiado ruido. Debía ser precavido.
No había pues, tiempo para más distracciones, por lo que se dispuso a abandonar aquella sala sin dudar y, a medida que se dirigía a la habitación contigua bañada por la luz de las antorchas, las sombras que instantes antes se habían posado sobre su cuerpo, se desvanecían ante la luz, quedando tan solo su mano izquierda ennegrecida cuando daba en la otra sala y se permitía el lujo de examinar lo que había encontrado entre los cadáveres descuartizados que bañaban el suelo a sus pies. Pudo identificar el contenido como una clásica poción curativa y si no se trataba de un engaño, aquél podía acabar siendo un bien preciado. Guardó el frasco en el interior de su túnica y volvió al pasillo por el que se había adentrado a la sala de los muertos.
De nuevo, el largo pasillo de piedra iluminado por el fuego incesante se extendía frente al brujo, el cual cerraba la puerta a sus espaldas en una banal sensación de seguridad. Si alguien más husmeaba la cueva, podía cometer el error de ser más ruidoso que él. Con esa idea, se aventuró hacia el lado inexplorado del pasillo respetando de forma casi venerable el silencio que reinaba, no había nada más que ver a sus espaldas y huir ya no era una opción. Otra puerta se plantó en su camino, aunque ahora Neros avanzaría decidido para abrirla, lo haría no obstante con delicadeza, con tal de no hacer demasiado ruido. Debía ser precavido.
Neros Alseth
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
- MAZMORRA:
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La sangre, tan roja como cuando se desprendió de los cuerpos que ahora reposaban inertes en el suelo. La oscuridad daba paso a la luz… todo seguía igual.
Las mismas antorchas, los mismos muros de piedra, aquella leve brisa que parecía acompañarle todo el camino… ¿estarían solo?
Neros, rehaciendo el pasillo para ir hacia la zona inexplorada, pudo ver las escaleras por la que anteriormente había entrado… pero aquello no estaba igual que hacia unas horas. ¿Horas? ¿Cuánto había pasado desde que entró?
Ahora, una puerta grande, de piedra, con un pájaro con las alas extendidas grabado en el material, obstruía la única salida… al menos la única que conocía el brujo… parecía que por más que quisiera, no había marcha atrás, no podía hacer más que seguir adelante.
El final el pasillo le brindaba nuevamente una puerta a Neros, nuevamente una puerta de madera, simple…
En el interior una sala grande. Lo primero que se veía era la luz, una antorcha servía para iluminar prácticamente toda la sala, esta estaba entre dos estanterías, contra la pared que quedaba a la derecha del brujo. Enfrente de los libros, un cómodo sillón y una mesita baja, sin nada sobre ella. En la pared contraria, un escritorio estaba empotrado contra la piedra, con un pequeño candil, prácticamente muerto, y papeles, muchos papeles, libros, plumas y tinteros. Parecía una zona de “despacho”. A unos pasos del escritorio había un cofre, muy llamativo, ya que era del color de la plata, con adornos azabache y un extraño dibujo en la tapa. Una gran alfombra marrón cubría el suelo de la zona del cobre, aunque estaba rota en algunas partes… parecía que había algo abajo… ¿Qué será? El final de la sala conducía a un pequeño pasillo, con una puesta al final.
Aquella sala parecía tranquila… al menos lo parecía.
Las mismas antorchas, los mismos muros de piedra, aquella leve brisa que parecía acompañarle todo el camino… ¿estarían solo?
Neros, rehaciendo el pasillo para ir hacia la zona inexplorada, pudo ver las escaleras por la que anteriormente había entrado… pero aquello no estaba igual que hacia unas horas. ¿Horas? ¿Cuánto había pasado desde que entró?
Ahora, una puerta grande, de piedra, con un pájaro con las alas extendidas grabado en el material, obstruía la única salida… al menos la única que conocía el brujo… parecía que por más que quisiera, no había marcha atrás, no podía hacer más que seguir adelante.
El final el pasillo le brindaba nuevamente una puerta a Neros, nuevamente una puerta de madera, simple…
En el interior una sala grande. Lo primero que se veía era la luz, una antorcha servía para iluminar prácticamente toda la sala, esta estaba entre dos estanterías, contra la pared que quedaba a la derecha del brujo. Enfrente de los libros, un cómodo sillón y una mesita baja, sin nada sobre ella. En la pared contraria, un escritorio estaba empotrado contra la piedra, con un pequeño candil, prácticamente muerto, y papeles, muchos papeles, libros, plumas y tinteros. Parecía una zona de “despacho”. A unos pasos del escritorio había un cofre, muy llamativo, ya que era del color de la plata, con adornos azabache y un extraño dibujo en la tapa. Una gran alfombra marrón cubría el suelo de la zona del cobre, aunque estaba rota en algunas partes… parecía que había algo abajo… ¿Qué será? El final de la sala conducía a un pequeño pasillo, con una puesta al final.
Aquella sala parecía tranquila… al menos lo parecía.
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• Bueno de nuevo te encuentras en una sala…”tranquila”. Puedes hacer lo que quieras con lo que tienes en el entorno, pero cuidado.
• Por si te quieres ir, la puerta del final esta abierta.
Wyn
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
La puerta estaba frente a él pero una extraña sensación le recorría el espinazo. Todo le parecía cambiado desde que había dejado atrás las otras habitaciones.- (¿Estoy perdiendo la noción del espacio y el tiempo?). - Se preguntaría en sus interiores ya que ciertamente se sentía desorientado, mas aquél pensamiento fue quedando atrás a medida que avistaba la nueva habitación que le ofrecía ese extraño lugar. Una luz tenue brindaba una buena visión de la sala y le permitía ver las estanterías y posteriormente, al entrar dentro, la podría examinar con la tranquilidad recíproca que había establecido por ahora con la cueva.
Una mesa pequeña hizo despertar cuestiones en el brujo, que llevaría su vista hasta el escritorio de un tamaño más estándar, cerca del cual había un cofre muy llamativo y a la vista. Consciente de que se trataría de otra jugarreta de quién se estuviese divirtiendo a su costa, el mago decidió dejar para otro instante ese cofre para mirar el título de los libros en las estanterías y hojear los posibles escritos que había en la mesa en busca de algo que le pudiera ser de utilidad, o que le ayudara a comprender dónde se había metido. Cuando se dirigía al escritorio para hacer volar las hojas de papel mediante la telequinesis mientras observaba expectante, un bulto en la alfombra le llamó la atención y puso en tensión al brujo.
Neros hizo que las llamas cubrieran su bastón una vez más para levantar la alfombra con un golpe de este, preparado para cualquier sorpresa que le quisieran brindar...
Una mesa pequeña hizo despertar cuestiones en el brujo, que llevaría su vista hasta el escritorio de un tamaño más estándar, cerca del cual había un cofre muy llamativo y a la vista. Consciente de que se trataría de otra jugarreta de quién se estuviese divirtiendo a su costa, el mago decidió dejar para otro instante ese cofre para mirar el título de los libros en las estanterías y hojear los posibles escritos que había en la mesa en busca de algo que le pudiera ser de utilidad, o que le ayudara a comprender dónde se había metido. Cuando se dirigía al escritorio para hacer volar las hojas de papel mediante la telequinesis mientras observaba expectante, un bulto en la alfombra le llamó la atención y puso en tensión al brujo.
Neros hizo que las llamas cubrieran su bastón una vez más para levantar la alfombra con un golpe de este, preparado para cualquier sorpresa que le quisieran brindar...
Neros Alseth
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
La estantería contenía libros un tanto más específicos que la anterior que había podido ver el brujo. En algunas hablaba de como poder fundir la plata para después ser refinada y crear una maravillosa espada, otro libros explicaba donde se pueden encontrar distintas plantas curativas… pero había un libro que a Neros posiblemente le llamase más la atención, este estaba relacionado con la magia arcana.
En el escritorio había papeles parecidos al del libro de bestias que había estado ojeando anteriormente el brujo. Pero estas hojas estaban a medias: había un dibujo, de una araña, pero no la descripción, solo el nombre [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo].
La alfombra pareció resistirse a los hechizo de Neros, pero al final cedió. La tela se movió de manera violenta hacia un lado, dejando ver un gran agujero en el suelo. Este estaba hecho a consciencia, ya que los bordes eran iguales y estaban pulidos. A través de este, oscuridad y frio, al igual que en la sala de los dos saquitos. Tampoco se podía divisar nada tras la penumbra… aunque esta vez se podía llegar a escuchar algo… como un gruñido… no se podía identificar del todo bien, ya que el sonido era muy tenue.
- GRIMORIO:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Neros ha encontrado un grimorio de elemento fuego de nivel 1. Este libros le confiere la habilidad arcana de hechizar un arma de nivel 0-1 con el elemento del fuego. Dicho hechizo cuando es utilizado durará tres turnos (mastereado)
En el escritorio había papeles parecidos al del libro de bestias que había estado ojeando anteriormente el brujo. Pero estas hojas estaban a medias: había un dibujo, de una araña, pero no la descripción, solo el nombre [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo].
La alfombra pareció resistirse a los hechizo de Neros, pero al final cedió. La tela se movió de manera violenta hacia un lado, dejando ver un gran agujero en el suelo. Este estaba hecho a consciencia, ya que los bordes eran iguales y estaban pulidos. A través de este, oscuridad y frio, al igual que en la sala de los dos saquitos. Tampoco se podía divisar nada tras la penumbra… aunque esta vez se podía llegar a escuchar algo… como un gruñido… no se podía identificar del todo bien, ya que el sonido era muy tenue.
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Cuando se finalice el tema te serán dados los puntos de habilidad como los de experiencia.
Deberás registrar el grimorio en el aparatado de objetos.
•Debes explicar como tu pj absorbe el poder del grimorio, piensa que es mucho poder dentro de pocas páginas y la sensación será “increíble”.
Wyn
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
El mago se sorprendió de como aquella sencilla alfombra se resistía a su voluntad hasta que se apartó finalmente para dejar ver el agujero que estaba cubriendo. - (Hubiera sido una muerte de lo más estúpida). - Pensó entonces Neros, dándose cuenta de lo fácil que habría sido caer en el oscuro abismo, del que ahora escuchaba el rugir de algún ser vivo. Cuando las llamas se desvanecían en su bastón, comprendía que podría haber sido fácilmente alimento de lo que fuese que estaba resguardado en la oscuridad. Sin duda, los distintos escritos y dibujos sobre seres abominables no ayudaban a tranquilizar al brujo, que no obstante parecía haber encontrado algo de valor en las estanterías.
Nada menos que un grimorio arcano, el primero que tenía el honor de tener en sus manos y que haría que sus pupilas se dilatasen al verlo entre los demás libros. Podía sentir la presencia de la magia en la portada cuando la acariciaba con su mano izquierda, de la que el libro no se había despegado en ningún momento. Ahora, con algo de seguridad por saber de donde vendría su posible enemigo, Neros se hizo espacio entre el montón de papeles y desorden del escritorio con brusquedad para poder apoyar en este el grimorio escrito por algún poderoso mago tiempo atrás, consciente de que, como con todo artilugio mágico, corría cierto peligro de que se escapara a su control. Con un gesto de su mano sobre el libro, la portada se abrió para él, las letras de color rojo le hicieron ver que no se trataba de mera tinta, recordaba al verlo el color del fuego, y aunque se tratase de un dialecto Illidense arcaico, conseguía entender lo que los antiguos quisieran transmitirle. - (Tan obvio...). -Pensaría el brujo con gran impotencia a medida que las paginas pasaban por si solas a medida que las leía, pues una vez empezó, no podía apartar los ojos del manuscrito, su corazón se aceleraba ante el colapso de información que se registraba en su memoria incluso a contra voluntad, un brillo extraño se empezó a apoderar del libro a medida que avanzaba en la lectura y, aunque no sabía cuanto tiempo pasó leyendo, al terminar le parecía perder el control sobre su cuerpo, una profunda sensación de calor le embriagó, los ojos se le quedaron en blanco y tubo que luchar para mantenerse de pie y consciente mientras el libro desaparecía ante él convirtiéndose en cenizas.
Las evidencias que sus maestros no quisieron o no supieron enseñarle se describían en apenas las primeras páginas, y pronto comprendía que había perdido el tiempo creando fuego de la nada para transmitirlo a su bastón, cuando en realidad podía imbuir de una forma relativamente lógica el fuego en este durante un periodo de tiempo sin malgastar sus energías en hacer fuego por medios mágicos constantemente. Se apoyó en su bastón al recuperar la cordura y darse cuenta que seguía en aquella oscura cueva. Su cuerpo temblaba inconscientemente por la experiencia, mas no pasaron los segundos que el brujo dispuso a practicar lo aprendido en su bastón ígneo, con la esperanza de que la única herencia familiar que poseía no se convirtiera en polvo. Sabía lo que tenía que hacer, posó su mano derecha sobre el bastón que había tendido sobre el escritorio, y, ante sus ojos, las llamas de su mano derecha desaparecieron para iluminar las pequeñas quiebras del bastón, hasta que finalmente las llamas lo cubrieron sin necesidad de un contacto directo.- Magnífico. - Dijo en voz alta, asombrado por lo que había conseguido.
Blandiendo de nuevo su única defensa, se acercaría ahora al cofre, consciente de que era muy probable de que estuviera protegido por algún medio, procuró abrirlo mediante la telequinesis, algo paranoico con todo lo que le rodeaba, desde el agujero a los simples papeles.
Nada menos que un grimorio arcano, el primero que tenía el honor de tener en sus manos y que haría que sus pupilas se dilatasen al verlo entre los demás libros. Podía sentir la presencia de la magia en la portada cuando la acariciaba con su mano izquierda, de la que el libro no se había despegado en ningún momento. Ahora, con algo de seguridad por saber de donde vendría su posible enemigo, Neros se hizo espacio entre el montón de papeles y desorden del escritorio con brusquedad para poder apoyar en este el grimorio escrito por algún poderoso mago tiempo atrás, consciente de que, como con todo artilugio mágico, corría cierto peligro de que se escapara a su control. Con un gesto de su mano sobre el libro, la portada se abrió para él, las letras de color rojo le hicieron ver que no se trataba de mera tinta, recordaba al verlo el color del fuego, y aunque se tratase de un dialecto Illidense arcaico, conseguía entender lo que los antiguos quisieran transmitirle. - (Tan obvio...). -Pensaría el brujo con gran impotencia a medida que las paginas pasaban por si solas a medida que las leía, pues una vez empezó, no podía apartar los ojos del manuscrito, su corazón se aceleraba ante el colapso de información que se registraba en su memoria incluso a contra voluntad, un brillo extraño se empezó a apoderar del libro a medida que avanzaba en la lectura y, aunque no sabía cuanto tiempo pasó leyendo, al terminar le parecía perder el control sobre su cuerpo, una profunda sensación de calor le embriagó, los ojos se le quedaron en blanco y tubo que luchar para mantenerse de pie y consciente mientras el libro desaparecía ante él convirtiéndose en cenizas.
Las evidencias que sus maestros no quisieron o no supieron enseñarle se describían en apenas las primeras páginas, y pronto comprendía que había perdido el tiempo creando fuego de la nada para transmitirlo a su bastón, cuando en realidad podía imbuir de una forma relativamente lógica el fuego en este durante un periodo de tiempo sin malgastar sus energías en hacer fuego por medios mágicos constantemente. Se apoyó en su bastón al recuperar la cordura y darse cuenta que seguía en aquella oscura cueva. Su cuerpo temblaba inconscientemente por la experiencia, mas no pasaron los segundos que el brujo dispuso a practicar lo aprendido en su bastón ígneo, con la esperanza de que la única herencia familiar que poseía no se convirtiera en polvo. Sabía lo que tenía que hacer, posó su mano derecha sobre el bastón que había tendido sobre el escritorio, y, ante sus ojos, las llamas de su mano derecha desaparecieron para iluminar las pequeñas quiebras del bastón, hasta que finalmente las llamas lo cubrieron sin necesidad de un contacto directo.- Magnífico. - Dijo en voz alta, asombrado por lo que había conseguido.
Blandiendo de nuevo su única defensa, se acercaría ahora al cofre, consciente de que era muy probable de que estuviera protegido por algún medio, procuró abrirlo mediante la telequinesis, algo paranoico con todo lo que le rodeaba, desde el agujero a los simples papeles.
Neros Alseth
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
El cofre se abrió sin ofrecer mucha resistencia. Su tapa no emitió suido alguno, todo y que el silencio seguía siendo perturbado por aquel incesante gruñido, proveniente del agujero situado al lado del plateado cofre.
En el interior, una especie de paja de color negra acomodaba un frasco de color azul, alargado, con dos pequeñas asas. No era más grande que la palma de la mano.
Pero no pasó nada más. Parecía que Neros estaba solo en aquella sala… y nada interrumpía su soledad.
Los ruidos que subían por el gran punto de color negro parecían haber cesado, al menos lo hicieron algunos minutos.
En el interior, una especie de paja de color negra acomodaba un frasco de color azul, alargado, con dos pequeñas asas. No era más grande que la palma de la mano.
Pero no pasó nada más. Parecía que Neros estaba solo en aquella sala… y nada interrumpía su soledad.
Los ruidos que subían por el gran punto de color negro parecían haber cesado, al menos lo hicieron algunos minutos.
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- P.CONGELANTE:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Esta poción puede ser utilizada de dos maneras:
-Puede ser ingerida, haciendo que el sujeto empiece a sentir que su cuerpo se entumece, perdiendo la movilidad, quedando congelado como si de una fría estalactita se tratase.
-Puede verterse sobre un arma, provocando la primera reacción al entrar en contacto con un oponente*.
*el contacto no puede ser exterior, debe penetrar en una herida, mucosas…
•Neros ha encontrado una poción de congelación.
•Ten cuidado Neros, ya que usar la magia tiene sus consecuencias: Empiezas a sentirte cansado, y si abusas de tu poder, puede que este empiece a tener efectos mas débiles.
Wyn
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
Las llamas en el bastón cortando el viento con los movimientos del mago eran el único ruido perturbador que le acompañaba ahora que los extraños rugidos en el fondo del negro agujero habían cesado cuando Neros daba mano al frasco que contenía el cofre. El azul del líquido que contenía junto a la sensación de frío que transmitía al tocarlo le hicieron pensar en las pociones de congelación de los alquimistas, algo que podía resultarle útil más adelante al cada vez más cansado mago.
Inconsciente de cuanto tiempo había pasado, notaba el cansancio cada vez más evidente en su cuerpo y su mente de los cuales el brujo parecía haber estado abusando durante horas. La cueva en si parecía querer agotarle y él con sus acciones amedrentadas por los artilugios mágicos del lugar, no parecía querer ayudarse a si mismo. Mas eran aquellos artilugios, la inmensa curiosidad que le invadía, lo que harían que una vez más Neros siguiera su paso por la cueva ignorando que las pestañas empezaban a pesarle, dirigiéndose a un estrecho pasillo que se plantaba frente de él iluminado por una de aquellas antorchas iluminadas que parecían no perder brillo por mucho tiempo que el brujo hubiera pasado entre aquellas paredes.
Sintiendo que solo su presencia perturbaba la paz del lugar, se dirigiría en el mayor de los silencios a la siguiente puerta, deteniéndose un instante frente a esta.- (¿Estás realmente dispuesto a morir?). - Pensaría el mago cuando su mano rozaba el picaporte, mas negó con su cabeza para evadir aquellos pensamientos para abrirse paso a la siguiente sala, no quería temer más; el miedo cegaba su raciocinio y lo necesitaba para salir con vida.
Inconsciente de cuanto tiempo había pasado, notaba el cansancio cada vez más evidente en su cuerpo y su mente de los cuales el brujo parecía haber estado abusando durante horas. La cueva en si parecía querer agotarle y él con sus acciones amedrentadas por los artilugios mágicos del lugar, no parecía querer ayudarse a si mismo. Mas eran aquellos artilugios, la inmensa curiosidad que le invadía, lo que harían que una vez más Neros siguiera su paso por la cueva ignorando que las pestañas empezaban a pesarle, dirigiéndose a un estrecho pasillo que se plantaba frente de él iluminado por una de aquellas antorchas iluminadas que parecían no perder brillo por mucho tiempo que el brujo hubiera pasado entre aquellas paredes.
Sintiendo que solo su presencia perturbaba la paz del lugar, se dirigiría en el mayor de los silencios a la siguiente puerta, deteniéndose un instante frente a esta.- (¿Estás realmente dispuesto a morir?). - Pensaría el mago cuando su mano rozaba el picaporte, mas negó con su cabeza para evadir aquellos pensamientos para abrirse paso a la siguiente sala, no quería temer más; el miedo cegaba su raciocinio y lo necesitaba para salir con vida.
Neros Alseth
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
- MAZMORRA:
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La puerta se abrió, dejando escapar un aire frio, que impacto contra la cara del bujo, haciendo que su capucha por poco descubriese su rostro.
La habitación que estaba frente a Neros no era una de las más bonitas, ya que entre aquellas pareces descansaban seis lapidas, de las cuales dos, las que estaban más al fondo, tenían las tapas un poco abiertas, aunque no se llegaba a ver nada desde la misma puerta. Cuatro antorchas, dos a cada lado de la sala, adornaban las paredes. Y digo adornaban porque solo una de ella realizaba su función, que era iluminar la estancia.
Junto a las antorchas que quedaban frente al brujo, había un pozo de agua, parecido al anterior que se había encontrado el joven en la habitación de la cama, con la diferencia que este tenía unas especies de tribales grabados en la roca. Dos saquitos, de color negro, y de ropa aparentemente nueva, reposaban al lado del agua. En la pared del norte, una puerta, cerrada, aunque no había indicios de que tuviese cerradura ni pestillo alguno.
Aquella sala era un poco distinta a las demás: en las paredes de piedra, ya algo monótono en aquella cueva, habían unos grabados, aunque con la tenue luz que había era algo difícil descifrar lo que era.
En aquella habitación también reinaba el silencio, aunque aquel silencio era incómodo y molesto.
La habitación que estaba frente a Neros no era una de las más bonitas, ya que entre aquellas pareces descansaban seis lapidas, de las cuales dos, las que estaban más al fondo, tenían las tapas un poco abiertas, aunque no se llegaba a ver nada desde la misma puerta. Cuatro antorchas, dos a cada lado de la sala, adornaban las paredes. Y digo adornaban porque solo una de ella realizaba su función, que era iluminar la estancia.
Junto a las antorchas que quedaban frente al brujo, había un pozo de agua, parecido al anterior que se había encontrado el joven en la habitación de la cama, con la diferencia que este tenía unas especies de tribales grabados en la roca. Dos saquitos, de color negro, y de ropa aparentemente nueva, reposaban al lado del agua. En la pared del norte, una puerta, cerrada, aunque no había indicios de que tuviese cerradura ni pestillo alguno.
Aquella sala era un poco distinta a las demás: en las paredes de piedra, ya algo monótono en aquella cueva, habían unos grabados, aunque con la tenue luz que había era algo difícil descifrar lo que era.
En aquella habitación también reinaba el silencio, aunque aquel silencio era incómodo y molesto.
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El director estaba fumando de su larga pipa, mientras acariciaba su canosa barba. Miraba por la ventana, estaba lloviendo. Los cristales estaban empañados por la diferencia de temperatura de fuer y de la habitación.
En el escritorio ya casi no había papeles, lo había ordenado todo, algo raro en él. Pero estaba nervioso, había tanto en juego… debía ocupar sus horas con actividades que no dejaran lugar a los pensamientos, no como estaba haciendo ahora, ya que no paraba de darle vueltas a una cosa, que por el momento, no estaba en sus manos.
Debía dejar pasar las horas, y esperar que todo saliese bien.
En el escritorio ya casi no había papeles, lo había ordenado todo, algo raro en él. Pero estaba nervioso, había tanto en juego… debía ocupar sus horas con actividades que no dejaran lugar a los pensamientos, no como estaba haciendo ahora, ya que no paraba de darle vueltas a una cosa, que por el momento, no estaba en sus manos.
Debía dejar pasar las horas, y esperar que todo saliese bien.
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•Bueno, tienes ante ti de nuevo dos saquitos, esta vez puedes mirar los dos.
•Puedes quedarte un tiempo en esta sala, o puedes irte. Pero ten cuidado de no tropezarte ni nada.
•Si no utilizas alguna poción o algo por el estilo, los poderes y fuerzas de Neros irán menguando a medida que avance por la cueva.
Wyn
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
Una ráfaga de aire frío avivaba la atención del brujo mientras toda su túnica ondeaba ante esa corriente de aire de las profundidades que además avivaba las llamas de su bastón mientras seguía plantado en la entrada de la siguiente sala. De nuevo una sala de piedra esta vez algo menos iluminada le ofrecía la espeluznante visión de varias tumbas a los lados de sala, algunas de ellas a medio abrir. Había sido víctima de esas criaturas no muertas antes y le parecían algo digno como para despertar la inseguridad suficiente en el brujo que observaba todo con detenimiento antes de adentrarse.
Como había pasado anteriormente, una especie de pozo reinaba en la sala. Aunque no pudiera verlo con claridad, dos pequeñas bolsas reposaban al lado de este frente a las tumbas entreabiertas en una especie de señuelo que más tarde se vería obligado a forzar el cada vez más agotado mago, el cual sentía que empezaba a sucumbir ante el encantamiento del que estuviera dotado la cueva, que ahora dejaba vislumbrar en sus paredes unas letras que Neros no llegaría a descifrar a primera vista. Intentando respetar el silencio de la sala, pisaría una de las primeras lápidas a su izquierda, esperando que la piedra bajo sus pies fuera suficiente para al engendro que daba por hecho se guarecía en el interior.
Extendiendo el brazo en el que portaba el bastón ígneo aun cubierto por las llamas de su recién aprendido encantamiento, intentaría descifrar lo que el mensaje de las paredes contenía, en busca de alguna respuesta a sus tantas preguntas...
Como había pasado anteriormente, una especie de pozo reinaba en la sala. Aunque no pudiera verlo con claridad, dos pequeñas bolsas reposaban al lado de este frente a las tumbas entreabiertas en una especie de señuelo que más tarde se vería obligado a forzar el cada vez más agotado mago, el cual sentía que empezaba a sucumbir ante el encantamiento del que estuviera dotado la cueva, que ahora dejaba vislumbrar en sus paredes unas letras que Neros no llegaría a descifrar a primera vista. Intentando respetar el silencio de la sala, pisaría una de las primeras lápidas a su izquierda, esperando que la piedra bajo sus pies fuera suficiente para al engendro que daba por hecho se guarecía en el interior.
Extendiendo el brazo en el que portaba el bastón ígneo aun cubierto por las llamas de su recién aprendido encantamiento, intentaría descifrar lo que el mensaje de las paredes contenía, en busca de alguna respuesta a sus tantas preguntas...
Neros Alseth
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
Con las leves llamas del bastón, Neros podría advertir que en la lápida que tenía en frente no había más que algunos huesos y polvo, lo que años, incluso siglos atrás podría haber sido un cuerpo humano.
Silencio, silencio incómodo.
Las marcas de las paredes parecían moverse, ondulándose como si el cuerpo de una serpiente se tratase. Aunque si al brujo le daba por iluminar las paredes rocosas para poder ver más, los grabados no serían más que eso, simples grabados en una vieja pared.
Ya casi estaba, aprovechando la distracción de Neros, solo un poco más, pero el hueso de la tibia se quebró, haciéndole caer al suelo haciendo, ahora sí, un esturando imposible de pasar desapercibido.
Un cuerpo humano, humano por decir algo, ya que tenía músculos en algunas de sus extremidades y el porte era el mismo, pero el torso carecía de tejidos en algunas de sus partes, dejando así los huesos a la vista.
Aun en el suelo, el torso agarró su perna recientemente rota y se la arranco, sujetándola en la mano como si de un arma se tratase.
Apoyándose en el pozo, se levantó, moviendo la cabeza a la derecha, después a la izquierda. Era ciego, por lo que estaba esperando que el brujo hiciese algún ruido para poder atacar.
Las tapas de algunas de las lapidas que estaban cerradas empezaron a moverse. Sus prisioneros trataban de salir, imitando al que ya estaba fuera, intentando buscar al brujo.
Gruñidos y el sonido de los tejidos rasgados empezaban a llenar la sala.
Silencio, silencio incómodo.
Las marcas de las paredes parecían moverse, ondulándose como si el cuerpo de una serpiente se tratase. Aunque si al brujo le daba por iluminar las paredes rocosas para poder ver más, los grabados no serían más que eso, simples grabados en una vieja pared.
Ya casi estaba, aprovechando la distracción de Neros, solo un poco más, pero el hueso de la tibia se quebró, haciéndole caer al suelo haciendo, ahora sí, un esturando imposible de pasar desapercibido.
Un cuerpo humano, humano por decir algo, ya que tenía músculos en algunas de sus extremidades y el porte era el mismo, pero el torso carecía de tejidos en algunas de sus partes, dejando así los huesos a la vista.
Aun en el suelo, el torso agarró su perna recientemente rota y se la arranco, sujetándola en la mano como si de un arma se tratase.
Apoyándose en el pozo, se levantó, moviendo la cabeza a la derecha, después a la izquierda. Era ciego, por lo que estaba esperando que el brujo hiciese algún ruido para poder atacar.
Las tapas de algunas de las lapidas que estaban cerradas empezaron a moverse. Sus prisioneros trataban de salir, imitando al que ya estaba fuera, intentando buscar al brujo.
Gruñidos y el sonido de los tejidos rasgados empezaban a llenar la sala.
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• Bueno Neros, de nuevo parece que te quieren atacar.
-El torso que esta buecandote.
-3 intentando salir de las tumbas
=4 oponentes
Wyn
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
Los arenosos restos que pisaba hicieron que por un breve instante, un momento que pasó inadvertido, el brujo se sintiera seguro.- (¿Será realmente un cementerio... Y nada más?).- Pensaría entonces para él, que se veía incapaz de concentrarse ante las letras que había conseguido distinguir en la pared, un dialecto demasiado antiguo, quizás unos grabados, y nada más. Un terrible crujido a sus espaldas haría al brujo estremecerse, voltearse sobre si para vislumbrar al que podría haber sido su silencioso enemigo.
Un cuerpo muerto dotado de vida de nuevo, aunque al contrario que en la anterior sala este parecía falto de ojos y esperaba que Neros cometiera el fatal error de llamar su atención mientras se arrancaba su miembro inservible y lo blandía como un arma. Pronto las tres lápidas frente sí dieron paso a nuevos movimientos de aquellos seres, que luchaban por levantarse y unirse al violento acto al que les invitaba su congénere aun de pie. El torso empezaba a reaccionar ante la mera respiración del brujo y empezó su avance como su constitución buenamente le permitía, Neros tenía que hacer algo, tenía que huir, pero dónde iba a estar seguro en la oscura caverna que quería hacerle de tumba.
Con los movimientos de la mano que tenía libre, pretendía hacer caer el pozo, mas carecía de fuerzas suficientes, el cada vez más cercano enemigo le inspiraba miedo y el miedo le impedía concentrarse. El primero de aquellos seres buscaba desesperadamente al brujo que intentaría incluso contener la respiración, aunque fue en vano, pronto le encontraría y sus hermanos parecían empezar a mantenerse erguidos para ayudarlo. El pozo tan solo se movió levemente, aunque ese ruido repentino pareció captar la atención de su cada vez más cercano agresor, que con una de sus manos extendidas casi podía palpar al brujo. Le dio la espalda un breve instante, el suficiente para que un impulso homicida fuera quien controlase aquél movimiento de su brazo que llevaría al bastón ígneo a introducirse entre los recovecos del cuello de ese saco de carne que le quería dar muerte, y ahora yacía en el suelo.
Las llamas de su bastón empezaron a desvanecerse por si solas tras el tiempo que el brujo había calculado, aunque maldecía que aquello llegara en tan inoportuno momento. Ante la caída seca del torso, sus compañeros se girarían ahora sin dudar dónde estaba el intruso, y avanzarían con fuerzas renovadas hacia Neros. Solo había ira en los ojos de aquellos seres, un trabajo de nigromancia sin igual que había anulado cualquier voluntad de los cadáveres andantes, mas no había tiempo para ese tipo de reflexiones ahora que el sudor frío volvía a cubrir su piel.
Caminó sobre sus pasos con brío, solo quería abandonar aquella sala, aunque la rapidez de su andar solo hizo que incrementar las prisas de sus enemigos restantes para acabar con su existencia. Cerró la puerta tras de si y apoyó su espalda en esta cerrando los ojos. Todo él temblaba consciente de que no había sitio donde huir y que, si sabían armase, una puerta no iba a ser un obstáculo para los no muertos. Si no podía evadir el miedo, tenía que usarlo a su favor, nada iba a detener a las criaturas y no parecía que le quedasen muchas opciones. Tras introducir la mano en su túnica daría utilidad a la pócima azul, a la espera que produjese el efecto que había esperado encima de su bastón, sobre los recovecos en los que anteriormente había podido haber llamas, ahora recorrería el líquido azul de la punta hasta llegar al suelo, podía tratarse de su única esperanza y arma contra el mal que se avecinaba, pues antes que se diera cuenta un estruendo resonaba tras la puerta.
Un cuerpo muerto dotado de vida de nuevo, aunque al contrario que en la anterior sala este parecía falto de ojos y esperaba que Neros cometiera el fatal error de llamar su atención mientras se arrancaba su miembro inservible y lo blandía como un arma. Pronto las tres lápidas frente sí dieron paso a nuevos movimientos de aquellos seres, que luchaban por levantarse y unirse al violento acto al que les invitaba su congénere aun de pie. El torso empezaba a reaccionar ante la mera respiración del brujo y empezó su avance como su constitución buenamente le permitía, Neros tenía que hacer algo, tenía que huir, pero dónde iba a estar seguro en la oscura caverna que quería hacerle de tumba.
Con los movimientos de la mano que tenía libre, pretendía hacer caer el pozo, mas carecía de fuerzas suficientes, el cada vez más cercano enemigo le inspiraba miedo y el miedo le impedía concentrarse. El primero de aquellos seres buscaba desesperadamente al brujo que intentaría incluso contener la respiración, aunque fue en vano, pronto le encontraría y sus hermanos parecían empezar a mantenerse erguidos para ayudarlo. El pozo tan solo se movió levemente, aunque ese ruido repentino pareció captar la atención de su cada vez más cercano agresor, que con una de sus manos extendidas casi podía palpar al brujo. Le dio la espalda un breve instante, el suficiente para que un impulso homicida fuera quien controlase aquél movimiento de su brazo que llevaría al bastón ígneo a introducirse entre los recovecos del cuello de ese saco de carne que le quería dar muerte, y ahora yacía en el suelo.
Las llamas de su bastón empezaron a desvanecerse por si solas tras el tiempo que el brujo había calculado, aunque maldecía que aquello llegara en tan inoportuno momento. Ante la caída seca del torso, sus compañeros se girarían ahora sin dudar dónde estaba el intruso, y avanzarían con fuerzas renovadas hacia Neros. Solo había ira en los ojos de aquellos seres, un trabajo de nigromancia sin igual que había anulado cualquier voluntad de los cadáveres andantes, mas no había tiempo para ese tipo de reflexiones ahora que el sudor frío volvía a cubrir su piel.
Caminó sobre sus pasos con brío, solo quería abandonar aquella sala, aunque la rapidez de su andar solo hizo que incrementar las prisas de sus enemigos restantes para acabar con su existencia. Cerró la puerta tras de si y apoyó su espalda en esta cerrando los ojos. Todo él temblaba consciente de que no había sitio donde huir y que, si sabían armase, una puerta no iba a ser un obstáculo para los no muertos. Si no podía evadir el miedo, tenía que usarlo a su favor, nada iba a detener a las criaturas y no parecía que le quedasen muchas opciones. Tras introducir la mano en su túnica daría utilidad a la pócima azul, a la espera que produjese el efecto que había esperado encima de su bastón, sobre los recovecos en los que anteriormente había podido haber llamas, ahora recorrería el líquido azul de la punta hasta llegar al suelo, podía tratarse de su única esperanza y arma contra el mal que se avecinaba, pues antes que se diera cuenta un estruendo resonaba tras la puerta.
Neros Alseth
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
- MAZMORRA:
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El líquido azul bajaba por el bastón rápido, envolviéndolo todo con un extraño humo de color azul. El líquido parecía volverse más intenso a medida que avanzaba.
El bastón, en su extremo superior cubierto de llamas empezó a cambiar. Las llamas de fuego empezaron a volverse azules, en distintas tonalidades. Poco a poco, las lenguas se hacían más sólidas, duras, frías.
Hielo.
El hielo se hizo paso en aquel bastón, tomándolo como suyo. Ahora el bastan de Neros no quemaba, sino que congelaba a sus oponentes. En mayor o menor grado, eso dependía de quien empuñara el “arma”.
Puerta se abrió, creando un fuerte estruendo, que empujaría a Neros unos pasos hacia adelante. Pero tras la puerta no había nada, ni nadie. Parecía simplemente que había sido abierta por una fuerte brisa. La misma que hizo mecer con algo de fuerza la túnica de Neros.
Los no muertos hicieron un ruido raro… ¿Risas? ¿Se estaban riendo? No odia ser…
Avanzaron hacia el brujo pasando por encima de su compañero, tirado en el suelo, inerte. Aprovechando su descanso, uno cogió su pierna, para usarla se arma, otra alzó las manos, creyendo que con sus largas y sucias uñas bastaría para dar muerte a aquel intruso encapuchado. El tercero fue el que más tardó, ya que tuvo que emplear un poco de fuerza para arrancarle la cabeza al semi-esqueleto que yacía en el suelo.
Su cuerpo se ladeo, cogiendo impulso, antes de lanzar la cabeza huesuda hacia el brujo, como si de una granada de tratase, pero en vez de pólvora y fragmentación, su ataque constaba de puntiagudos y afilados huesos.
Se movían rápidos hacia la puerta, por la que había escuchado y visto que huía el brujo, sin saber que estaba pasando. No les importaba. No le teman a la muerte, pues ya carecían de vida. No les importaba caer en el intento, siempre que el intruso cayera con ellos.
La habitación en la que se encontraba Neros era un tanto inusual, sabiendo lo que había justo al lado.
Una habitación sencilla, con barriles apilados a un lado, reposando sobre una alfombra. Al otro extremo, un solo barril, sobre alguna cosa de madera… aunque con el barril puesto sobre lo que quisiera que fuese no se podía distinguir. No muy lejos, al este, una puerta.
El bastón, en su extremo superior cubierto de llamas empezó a cambiar. Las llamas de fuego empezaron a volverse azules, en distintas tonalidades. Poco a poco, las lenguas se hacían más sólidas, duras, frías.
Hielo.
El hielo se hizo paso en aquel bastón, tomándolo como suyo. Ahora el bastan de Neros no quemaba, sino que congelaba a sus oponentes. En mayor o menor grado, eso dependía de quien empuñara el “arma”.
Puerta se abrió, creando un fuerte estruendo, que empujaría a Neros unos pasos hacia adelante. Pero tras la puerta no había nada, ni nadie. Parecía simplemente que había sido abierta por una fuerte brisa. La misma que hizo mecer con algo de fuerza la túnica de Neros.
Los no muertos hicieron un ruido raro… ¿Risas? ¿Se estaban riendo? No odia ser…
Avanzaron hacia el brujo pasando por encima de su compañero, tirado en el suelo, inerte. Aprovechando su descanso, uno cogió su pierna, para usarla se arma, otra alzó las manos, creyendo que con sus largas y sucias uñas bastaría para dar muerte a aquel intruso encapuchado. El tercero fue el que más tardó, ya que tuvo que emplear un poco de fuerza para arrancarle la cabeza al semi-esqueleto que yacía en el suelo.
Su cuerpo se ladeo, cogiendo impulso, antes de lanzar la cabeza huesuda hacia el brujo, como si de una granada de tratase, pero en vez de pólvora y fragmentación, su ataque constaba de puntiagudos y afilados huesos.
Se movían rápidos hacia la puerta, por la que había escuchado y visto que huía el brujo, sin saber que estaba pasando. No les importaba. No le teman a la muerte, pues ya carecían de vida. No les importaba caer en el intento, siempre que el intruso cayera con ellos.
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La habitación en la que se encontraba Neros era un tanto inusual, sabiendo lo que había justo al lado.
Una habitación sencilla, con barriles apilados a un lado, reposando sobre una alfombra. Al otro extremo, un solo barril, sobre alguna cosa de madera… aunque con el barril puesto sobre lo que quisiera que fuese no se podía distinguir. No muy lejos, al este, una puerta.
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•Bueno, parece que el elemento de tu bastón ha cambiado. La duración de esta poción durará tres turnos. Desapareciendo por completo en tu tercer post. La poción no puede volver a ser utilizada.
•La puerta que hay en la sala de los barriles está abierta, aunque quizás sea mejor ocuparse primero de los… no muertos.
Wyn
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
Ante sus sorprendidos ojos la poción cumplía con el cometido que había pensado que haría, aunque desconocía el posible resultado. El líquido petrificó lo que anteriormente habían sido llamas volviéndolas afiladas puntas de hielo con una aura azulada que enfriaba el ambiente. Había conseguido domar su miedo por un instante hasta que un golpe a sus espaldas abrió la puerta de par en par, empujándole con violencia hacia delante. El brujo rodaría en la habitación y el bastón se despegaría de su mano derecha, reposando en el suelo. - (Estás perdido).- Se dijo cuando se vio desarmado y en el suelo, mas no habían sido los nomuertos los que abrieron, sino esa misteriosa corriente subterránea, ellos tan solo se jactaban, mostrando que sabían hacer una risa de lo más maliciosa. Se levantó entonces tambaleándose, dando mano a su bastón sin dudar un instante cuando veía que finalmente dos de ellos entraban en la sala que se encontraba el brujo, los detalles de la cual le pasaron por alto por la situación de adrenalina que estaba viviendo.
Se puso erguido y observó a los enemigos que querían matarlo sin miramientos. Había doblegado el miedo a su favor, dispuesto a luchar con uñas y dientes.- (De débiles están llenas las tumbas del cementerio...).- Pensaría expectante a los movimientos de sus enemigos. Tenía claro lo que quería y lo mantenía rodando en su mente. Aquellos seres habían sido dotados de una fuerza claramente superior a la del mago, que estaría atento al avance del primero de los acometedores, que iba armado con la pierna que había blandido el no muerto anterior.- (Ataca sin dudar).- Pensar era un problema cuando tenía que actuar, todas las ideas que abrumaban su mente intentando sobrevivir le suponían ahora cadenas de las que debía deshacerse.
Si lo único cierto que había obtenido en su vida era que la muerte le esperaba en cada esquina, se convenció de que tenía que hacer lo que fuera mientras siguiera viviendo, lo que había hecho durante toda su vida. Ese impulso hizo que el mago se abalanzara contra el primero de los enemigos, deduciendo que acometería con su arma, Neros intentaría desviar el ataque gesticulando con la mano que tenía libre mientras introducía el bastón en el torso de su contrincante, al que aun no había matado y le observaba de muy cerca. - ¡WAAAGH! - Rugía, estaba eufórico y su corazón no dejaba de bombear a toda velocidad como si le fuera a salir del pecho. El muerto al que había ensartado levantaría su arma una vez más sin que Neros pudiese retirar el bastón, mas pareció quedarse entumecido por el contacto del frío en sus entrañas.
La segunda de aquellas criaturas se abalanzó sobre él arañando el brazo derecho del brujo, aunque no le rajó la túnica, le produjo una herida en el brazo que empezaría a sangrar levemente. El calor de su propia sangre le dio la fuerza necesaria para retirar el bastón del primer enemigo, que parecía congelarse por cada momento que el bastón estaba dentro de él y que al retirarse, lo destripaba. Miró de frente a aquella criatura desposeída de voluntad mientras el bastón congelaba los restos que había arrancado a su congénere, la criatura le pretendía arañar entonces en el rostro, y aunque el brujo intentara torpemente esquivarlo ahora le arrancaría unas tiras a la parte delantera de su túnica, levantando la piel de su pecho haciéndole gritar de dolor. Lleno de cólera asesina introdujo el bastón por la mandíbula del no muerto, los tejidos del cual no supondrían ningún obstáculo para su bastón y pronto le daría muerte.
Le pareció que había resultado victorioso, pero entonces vio que olvidaba a uno de los contrincantes que se había mantenido en la sombra. Su presencia fue recordada por un cráneo que al estallar por la fuerza del que lo lanzaba, hizo saltar varias astillas, que se clavarían por el costado derecho de Neros, quedándose estas clavadas en sus costillas, su oreja, sobre las heridas del brazo derecho, haciendo que el encapuchado se estremeciera, por un momento vacilara a punto de derrumbarse. Sabía lo que tenía que hacer y aunque su cuerpo se doblegara no dejó ir su bastón. Tosió y su saliva le sabía a sangre, se arrodilló, pudiendo ver tan solo a la criatura acercarse hacia él, con una expresión que reflejaba cierto placer en la agonía que le había provocado su jugada.
El no muerto agarró de la capucha al brujo arrodillado y le haría ver las garras con la que le rebanaría el cuello. Le levantaría del suelo sin la menor dificultad mediante la fuerza bruta, un gesto brusco. No quería morir ahí, y aunque no le quedaran fuerzas en el maltrecho brazo su puño sostenía el bastón, su mente sería el impulso suficiente para acometer contra aquella criatura una, dos, tres y hasta cuatro veces. Dejando el bastón clavado en última instancia, se vería torpemente erguido, necesitando apoyo de los barriles. Escuchaba agonizar al último de los engendros mientras se congelaba lentamente y aquello le llenó de un placer indescriptible.
Empezó a toser sangre repetidas veces por el esfuerzo, se palpaba las astillas con impresión y las arrancaba de su cuerpo con la mano izquierda, haciendo que la sangre tintara cada vez más su túnica después de cada grito sofocado. Aun le quedaba alguna esperanza si usaba bien los recursos de la caverna que no dejaba de ponerle a prueba. Abrió el frasco rojo que contenía el interior de su túnica y tragó intentando no toser, pues el líquido contenido podía ser su única posibilidad de sobrevivir.
Se puso erguido y observó a los enemigos que querían matarlo sin miramientos. Había doblegado el miedo a su favor, dispuesto a luchar con uñas y dientes.- (De débiles están llenas las tumbas del cementerio...).- Pensaría expectante a los movimientos de sus enemigos. Tenía claro lo que quería y lo mantenía rodando en su mente. Aquellos seres habían sido dotados de una fuerza claramente superior a la del mago, que estaría atento al avance del primero de los acometedores, que iba armado con la pierna que había blandido el no muerto anterior.- (Ataca sin dudar).- Pensar era un problema cuando tenía que actuar, todas las ideas que abrumaban su mente intentando sobrevivir le suponían ahora cadenas de las que debía deshacerse.
Si lo único cierto que había obtenido en su vida era que la muerte le esperaba en cada esquina, se convenció de que tenía que hacer lo que fuera mientras siguiera viviendo, lo que había hecho durante toda su vida. Ese impulso hizo que el mago se abalanzara contra el primero de los enemigos, deduciendo que acometería con su arma, Neros intentaría desviar el ataque gesticulando con la mano que tenía libre mientras introducía el bastón en el torso de su contrincante, al que aun no había matado y le observaba de muy cerca. - ¡WAAAGH! - Rugía, estaba eufórico y su corazón no dejaba de bombear a toda velocidad como si le fuera a salir del pecho. El muerto al que había ensartado levantaría su arma una vez más sin que Neros pudiese retirar el bastón, mas pareció quedarse entumecido por el contacto del frío en sus entrañas.
La segunda de aquellas criaturas se abalanzó sobre él arañando el brazo derecho del brujo, aunque no le rajó la túnica, le produjo una herida en el brazo que empezaría a sangrar levemente. El calor de su propia sangre le dio la fuerza necesaria para retirar el bastón del primer enemigo, que parecía congelarse por cada momento que el bastón estaba dentro de él y que al retirarse, lo destripaba. Miró de frente a aquella criatura desposeída de voluntad mientras el bastón congelaba los restos que había arrancado a su congénere, la criatura le pretendía arañar entonces en el rostro, y aunque el brujo intentara torpemente esquivarlo ahora le arrancaría unas tiras a la parte delantera de su túnica, levantando la piel de su pecho haciéndole gritar de dolor. Lleno de cólera asesina introdujo el bastón por la mandíbula del no muerto, los tejidos del cual no supondrían ningún obstáculo para su bastón y pronto le daría muerte.
Le pareció que había resultado victorioso, pero entonces vio que olvidaba a uno de los contrincantes que se había mantenido en la sombra. Su presencia fue recordada por un cráneo que al estallar por la fuerza del que lo lanzaba, hizo saltar varias astillas, que se clavarían por el costado derecho de Neros, quedándose estas clavadas en sus costillas, su oreja, sobre las heridas del brazo derecho, haciendo que el encapuchado se estremeciera, por un momento vacilara a punto de derrumbarse. Sabía lo que tenía que hacer y aunque su cuerpo se doblegara no dejó ir su bastón. Tosió y su saliva le sabía a sangre, se arrodilló, pudiendo ver tan solo a la criatura acercarse hacia él, con una expresión que reflejaba cierto placer en la agonía que le había provocado su jugada.
El no muerto agarró de la capucha al brujo arrodillado y le haría ver las garras con la que le rebanaría el cuello. Le levantaría del suelo sin la menor dificultad mediante la fuerza bruta, un gesto brusco. No quería morir ahí, y aunque no le quedaran fuerzas en el maltrecho brazo su puño sostenía el bastón, su mente sería el impulso suficiente para acometer contra aquella criatura una, dos, tres y hasta cuatro veces. Dejando el bastón clavado en última instancia, se vería torpemente erguido, necesitando apoyo de los barriles. Escuchaba agonizar al último de los engendros mientras se congelaba lentamente y aquello le llenó de un placer indescriptible.
Empezó a toser sangre repetidas veces por el esfuerzo, se palpaba las astillas con impresión y las arrancaba de su cuerpo con la mano izquierda, haciendo que la sangre tintara cada vez más su túnica después de cada grito sofocado. Aun le quedaba alguna esperanza si usaba bien los recursos de la caverna que no dejaba de ponerle a prueba. Abrió el frasco rojo que contenía el interior de su túnica y tragó intentando no toser, pues el líquido contenido podía ser su única posibilidad de sobrevivir.
Neros Alseth
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
Intentando alzar el arma, el primer no muerto, se fue enfriando, convirtiéndose todo él en hielo y frio. Entumecido, duro pero frágil. Había perdido por completo sus capacidades motoras, parecía que apenas podía respirar, aunque si alguna vez lograba deshacerse aquel hielo, posiblemente atacase de nuevo con ansia de sangre. Aunque aquel hilo mágico sería difícil de morir, y más en las bajas temperaturas de la cueva.
Cuando el brujo extrajo con fuerza el bastón, todo su cuerpo pareció destrozarse como si una figura de cristal se tratase, haciendo caer por partes huesos y órganos.
El segundo oponente había logrado dañar el brujo de Neros, haciendo que este sangrase con un precioso color carmesí. Aquello animó a la criatura, queriendo ahora llevarse de un arañazo su rostro, con ojos y nariz incluidos. Pero su golpe no fue tan certero como hubiese querido, pero le valía, aun podía seguir, aquel ser no se cansaba nunca. Una sonrisa asquerosa enmarcó sus labios, dejando ver unos pocos dientes ennegrecidos y rotos en su mayoría.
La pies y músculos de su cuerpo crujieron cuando le bastón se introdujo en su mandíbula, borrando aquella expresión, convirtiendo su cara en un horror. Aquello produjo un sonido algo molesto, ya que el bastón había arañado los huesos de la zona. Sus ojos se apagaron, mientras su cuerpo se volvía escarcha.
El tercer torso que se acercaba al joven no apartaba su ojo de él. Ojo, ya que carecía de uno de ellos, mostrando parte del interior de la zona y del cráneo.
Cuando Neros tosió, y aparentemente parecía abatido, el no muerto se estiró, con aires de superioridad, esperando que cayese al suelo. Entonces cayó de rodillas, y acercándose a él, buscaba algo con lo que darle muerte, al fin. ¿Pero para que matar con un arma, cuando puedes hacerlo con tus propias manos? Siempre producía un extraño placer el quitarle la vida a alguien, ni aquella sensación aumentaba cuando podías hacerlo con tus propias manos, manchándote de la sangre del que en unos momentos adornara el suelo.
Fuerza, tuvo que emplear bastante fuerza para alzar al brujo. Arañaría su rostro, para después arrancarle los órganos de la visión. Un frio golpe fue acompañado por el segundo… el tercero.. Ya no sintió el último, ya que estaba a punto de caer desplomado en el suelo.
El líquido que contenía el frasco estaba ligeramente caliente, algo que no era muy agradable al principio. La sangre parecía no dejar de brotar de las heridas del brujo, haciendo que brillase le suelo. El calor de la poción parecía llegar a todos los rincones de su puerto, sin dejarse ninguno. Las heridas producidas por las astillas empezaban a quemar, pero era un ardor agradable más que doloroso, mientras la piel se iba estirando, cerrándose. El arañazo del brazo cesó de sangrar, expulsando al final un leve liquido negro, antes de que la piel se recompusiera como por arte de magia. Las cicatrices de las heridas producidas por la granada de hueso tardarían unos días en desaparecer, por otra parte, los arañazos eran algo profundos, y nunca podrían borrarse del todo.
El dolor se resistiría un poco en irse, pero en menos de unos minutos abandonaría al brujo, dejándole con una sensación de bien estar, de curación, de limpieza.
Los cuerpos seguían en el suelo, sin movimiento, sin respiración, sin atacar. Y así seguirán, el brujo había logrado darles la muerte que tantos años llevaban ansiando.
Cuando el brujo extrajo con fuerza el bastón, todo su cuerpo pareció destrozarse como si una figura de cristal se tratase, haciendo caer por partes huesos y órganos.
El segundo oponente había logrado dañar el brujo de Neros, haciendo que este sangrase con un precioso color carmesí. Aquello animó a la criatura, queriendo ahora llevarse de un arañazo su rostro, con ojos y nariz incluidos. Pero su golpe no fue tan certero como hubiese querido, pero le valía, aun podía seguir, aquel ser no se cansaba nunca. Una sonrisa asquerosa enmarcó sus labios, dejando ver unos pocos dientes ennegrecidos y rotos en su mayoría.
La pies y músculos de su cuerpo crujieron cuando le bastón se introdujo en su mandíbula, borrando aquella expresión, convirtiendo su cara en un horror. Aquello produjo un sonido algo molesto, ya que el bastón había arañado los huesos de la zona. Sus ojos se apagaron, mientras su cuerpo se volvía escarcha.
El tercer torso que se acercaba al joven no apartaba su ojo de él. Ojo, ya que carecía de uno de ellos, mostrando parte del interior de la zona y del cráneo.
Cuando Neros tosió, y aparentemente parecía abatido, el no muerto se estiró, con aires de superioridad, esperando que cayese al suelo. Entonces cayó de rodillas, y acercándose a él, buscaba algo con lo que darle muerte, al fin. ¿Pero para que matar con un arma, cuando puedes hacerlo con tus propias manos? Siempre producía un extraño placer el quitarle la vida a alguien, ni aquella sensación aumentaba cuando podías hacerlo con tus propias manos, manchándote de la sangre del que en unos momentos adornara el suelo.
Fuerza, tuvo que emplear bastante fuerza para alzar al brujo. Arañaría su rostro, para después arrancarle los órganos de la visión. Un frio golpe fue acompañado por el segundo… el tercero.. Ya no sintió el último, ya que estaba a punto de caer desplomado en el suelo.
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El líquido que contenía el frasco estaba ligeramente caliente, algo que no era muy agradable al principio. La sangre parecía no dejar de brotar de las heridas del brujo, haciendo que brillase le suelo. El calor de la poción parecía llegar a todos los rincones de su puerto, sin dejarse ninguno. Las heridas producidas por las astillas empezaban a quemar, pero era un ardor agradable más que doloroso, mientras la piel se iba estirando, cerrándose. El arañazo del brazo cesó de sangrar, expulsando al final un leve liquido negro, antes de que la piel se recompusiera como por arte de magia. Las cicatrices de las heridas producidas por la granada de hueso tardarían unos días en desaparecer, por otra parte, los arañazos eran algo profundos, y nunca podrían borrarse del todo.
El dolor se resistiría un poco en irse, pero en menos de unos minutos abandonaría al brujo, dejándole con una sensación de bien estar, de curación, de limpieza.
Los cuerpos seguían en el suelo, sin movimiento, sin respiración, sin atacar. Y así seguirán, el brujo había logrado darles la muerte que tantos años llevaban ansiando.
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•Espero que estés lo suficientemente bien como para seguir, brujo.
•Ya sabes, puedes inspeccionar lo que quieras, avanzar o retroceder.
•Ya has utilizado la poción de vida y la de congelación, recuerda que no pueden ser usadas más veces.
Siento haberte tirado a la nueva sala e contra de tu voluntad.
Wyn
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
El líquido rojo estaba caliente, podía sentirlo al tragar, llevándose la mano que le seguía dándole servicio a la boca con tal de tragarse el vómito de ser necesario. Una sensación de calor le llenó por dentro, una temperatura agradable le rodeaba junto a una sensación de pronto bienestar en comparación a cómo se había sentido instantes antes por las heridas causadas por sus contrincantes. Sentía el quemor de sus heridas cicatrizándose a una velocidad admirable, y pronto el brujo recuperaba la completa motricidad de su cuerpo, levantándose para observar el escenario en el que había sido partícipe, dándose cuenta entonces que todo aquello había acontecido en una especie de bodega.
Depositó su mano encima del bastón para que se despegara de los trozos de hielo que habían sido su adversario momentos antes. Aunque el contenido de aquellos barriles pudiese tener alguna importancia, sabía del cierto que los muertos protegían alguna cosa en la anterior sala, por lo que dirigió ahora sus pasos hacia ella, dándose cuenta al andar que la poción aun no había cumplido del todo su efecto, teniendo que caminar apoyado en el bastón y con más lentitud con tal de no hacer un sobreesfuerzo. Atravesó la puerta de la sala con cautela, las tumbas seguían en un silencio sepulcral, que ahora solo era disturbado por los pasos del brujo hacia el pozo en el que se había plantado la primera de las criaturas, había en este unas runas inscritas que intentaría descifrar, consciente ahora que este pozo similar al de la sala anterior tenía alguna razón de ser.
Pasó su mano izquierda por encima del pozo, haciendo que el agua contenida hiciera pequeñas ondulaciones por la leve telequinesia que practicaba el brujo encima de esta, a la espera de que algún efecto le revelara los secretos que había tras aquello tan bien protegido, quizás las bolsas que había a su lado esclarecerían sus sospechas...
___
Off: Nada, yo tampoco fui todo lo específico que pude haber sido respecto a las puertas y las salas ;D.
Depositó su mano encima del bastón para que se despegara de los trozos de hielo que habían sido su adversario momentos antes. Aunque el contenido de aquellos barriles pudiese tener alguna importancia, sabía del cierto que los muertos protegían alguna cosa en la anterior sala, por lo que dirigió ahora sus pasos hacia ella, dándose cuenta al andar que la poción aun no había cumplido del todo su efecto, teniendo que caminar apoyado en el bastón y con más lentitud con tal de no hacer un sobreesfuerzo. Atravesó la puerta de la sala con cautela, las tumbas seguían en un silencio sepulcral, que ahora solo era disturbado por los pasos del brujo hacia el pozo en el que se había plantado la primera de las criaturas, había en este unas runas inscritas que intentaría descifrar, consciente ahora que este pozo similar al de la sala anterior tenía alguna razón de ser.
Pasó su mano izquierda por encima del pozo, haciendo que el agua contenida hiciera pequeñas ondulaciones por la leve telequinesia que practicaba el brujo encima de esta, a la espera de que algún efecto le revelara los secretos que había tras aquello tan bien protegido, quizás las bolsas que había a su lado esclarecerían sus sospechas...
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Off: Nada, yo tampoco fui todo lo específico que pude haber sido respecto a las puertas y las salas ;D.
Neros Alseth
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
La poción poco a poco iba curando sus heridas, sanando su dolor, reanimando sus músculos. Pero con el paso del tiempo. Los segundos parecían largos, parecía que las magulladuras se resistían a abandonar al joven brujo.
Los cuerpos yacían en el suelo, fríos, inertes, sin vida. Costaba imaginarlos atacando, caminando, corriendo en busca de la muerte del hombre que les había despertado de su sueño prácticamente eterno. Sus ojos, carentes de luz, no miraban a ningún sitio, a nada ni nadie. No había señales de odio ni empatía, parecía que aquellos seres formaban parte del decorado.
La primera bolsa que miraría el rujo con contendría más que polvo, nada que pudiese ser de importancia… una pérdida de tiempo después de todo.
Pero la segunda contenía un frasco que el joven había visto antes. El mismo que ahora aun trabajaba en su interior, sanando sus heridas. Parecía que la suerte le había brindado otra oportunidad si el destino pensaba jugar de nuevo con él.
Las aguas del pozo se movían de manera lenta, prácticamente indetectable. Las runas dibujadas en la roca estaban envueltas en la penumbra que bañaba aquella sala, por lo que eran imposibles de ser descifradas por una persona sin los conocimientos avanzados en aquel tema.
Las runas quizás se le escapaban de las manos y del entendimiento, pero lo que era algo más claro, al llevar un tiempo ya en esa sala, era una leve luz que provenía del pozo, del interior del agua.
Quizás no era nada…
Los cuerpos yacían en el suelo, fríos, inertes, sin vida. Costaba imaginarlos atacando, caminando, corriendo en busca de la muerte del hombre que les había despertado de su sueño prácticamente eterno. Sus ojos, carentes de luz, no miraban a ningún sitio, a nada ni nadie. No había señales de odio ni empatía, parecía que aquellos seres formaban parte del decorado.
La primera bolsa que miraría el rujo con contendría más que polvo, nada que pudiese ser de importancia… una pérdida de tiempo después de todo.
Pero la segunda contenía un frasco que el joven había visto antes. El mismo que ahora aun trabajaba en su interior, sanando sus heridas. Parecía que la suerte le había brindado otra oportunidad si el destino pensaba jugar de nuevo con él.
Las aguas del pozo se movían de manera lenta, prácticamente indetectable. Las runas dibujadas en la roca estaban envueltas en la penumbra que bañaba aquella sala, por lo que eran imposibles de ser descifradas por una persona sin los conocimientos avanzados en aquel tema.
Las runas quizás se le escapaban de las manos y del entendimiento, pero lo que era algo más claro, al llevar un tiempo ya en esa sala, era una leve luz que provenía del pozo, del interior del agua.
Quizás no era nada…
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•Has obtenido una poción de vida. Esta funcionara prácticamente igual que la anterior. Utilízala con la cabeza.
Wyn
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
Nada en las inscripciones o las ondulaciones del agua le brindarían al brujo ninguna información sobre el pozo o el brillo que desprendía. Buscó entonces en las bolsas, encontró un polvo que no supo identificar por lo que su atención se dispuso en la segunda de las bolsas, encontrando un alivio en esta, algo más de esperanza para seguir adelante. Guardó la poción en el interior de su túnica, mas nada le revelería sobre aquél pozo y su contenido, quizás lo que realmente protegían los guardianes de aquél sitio.
Aunque no sabía con seguridad cuanto tiempo había pasado en la cueva, le parecía que habían transcurrido varias horas, algo con lo que no contaba en ningún momento cuando visitaba la biblioteca de la Academia, y ahora la sed hacía merma en él entre las demás angustias que sufría. Cada vez el pozo le parecía más tentador, por mucho que su mente lo rechazara, hundió la mano izquierda en este, el agua estaba fría como la propia cueva, era pronto el centro y la captación de todos sus sentidos.
Recogió el agua que le fue posible en la palma de su mano, acercó la cabeza y pronto el líquido saciaba la voluntad de su seco paladar. - (Has cometido un grave error). - Se reprocharía cuando tragaba, consciente que de muy seguro había caído en una trampa, intentaría tranquilizarse pensando que había cedido anteriormente ante otras tentaciones de ese misterioso lugar.
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Off: Disculpa la brevedad, post descriptivo de Neros bebiendo XD.
Aunque no sabía con seguridad cuanto tiempo había pasado en la cueva, le parecía que habían transcurrido varias horas, algo con lo que no contaba en ningún momento cuando visitaba la biblioteca de la Academia, y ahora la sed hacía merma en él entre las demás angustias que sufría. Cada vez el pozo le parecía más tentador, por mucho que su mente lo rechazara, hundió la mano izquierda en este, el agua estaba fría como la propia cueva, era pronto el centro y la captación de todos sus sentidos.
Recogió el agua que le fue posible en la palma de su mano, acercó la cabeza y pronto el líquido saciaba la voluntad de su seco paladar. - (Has cometido un grave error). - Se reprocharía cuando tragaba, consciente que de muy seguro había caído en una trampa, intentaría tranquilizarse pensando que había cedido anteriormente ante otras tentaciones de ese misterioso lugar.
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Off: Disculpa la brevedad, post descriptivo de Neros bebiendo XD.
Neros Alseth
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
El agua del pozo no estaba envenenada, por tenía un sabor raro. Un sabor… algo metalizado, no muy agradable, aunque como todas las fuentes de agua… quitaba y aliviaba las ansias de sed, y en el brujo no sería diferente.
Las frías gotas de agua goteaban de su mano, cayendo de nuevo en el pozo, creando ondulaciones redondas, que se iban haciendo mayores a cada segundo, para después morir como si nunca hubiesen existido.
Estando ahora más cerca del agua, si el brujo se fijaba bien, podía ver que el fondo el pozo estaba algo fondo, pero parecía distinto en el lado derecho… de donde provenía el pequeño hilo de luz, prácticamente invisible.
Los cadáveres, las tumbas, el silencio, el frio… todo parecía calmado, sin cambios. La sala ahora estaba algo más iluminada, ya que la luz de la sala de los barriles se colaba por la puerta entreabierta. Se odian ver algo más nítidos los nichos que no se habían abierto.
Parecían de piedra, sencillos, aunque con algunos tribales dibujados en la tapa. Sin nombres, ni fechas… ni nada.
Parecía que todo estaba en calma, a la espera de que el brujo se distrajese, diese un paso en falso… algo para poder atacarle de nuevo. Aquel lugar olía a peligro y muerte. Un lugar hostil en el que era mejor no bajar la guardia. Aunque por el momento, el brujo tuvo un tiempo de tranquilidad.
Las frías gotas de agua goteaban de su mano, cayendo de nuevo en el pozo, creando ondulaciones redondas, que se iban haciendo mayores a cada segundo, para después morir como si nunca hubiesen existido.
Estando ahora más cerca del agua, si el brujo se fijaba bien, podía ver que el fondo el pozo estaba algo fondo, pero parecía distinto en el lado derecho… de donde provenía el pequeño hilo de luz, prácticamente invisible.
Los cadáveres, las tumbas, el silencio, el frio… todo parecía calmado, sin cambios. La sala ahora estaba algo más iluminada, ya que la luz de la sala de los barriles se colaba por la puerta entreabierta. Se odian ver algo más nítidos los nichos que no se habían abierto.
Parecían de piedra, sencillos, aunque con algunos tribales dibujados en la tapa. Sin nombres, ni fechas… ni nada.
Parecía que todo estaba en calma, a la espera de que el brujo se distrajese, diese un paso en falso… algo para poder atacarle de nuevo. Aquel lugar olía a peligro y muerte. Un lugar hostil en el que era mejor no bajar la guardia. Aunque por el momento, el brujo tuvo un tiempo de tranquilidad.
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•Bueno Neros, puedes seguir inspeccionando. Si crees que ya está todo, puedes seguir hacia adelante.
Wyn
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
Pese a sus preocupaciones, el agua saciaba su sed, tan solo un sabor metalizado que atribuía al pozo que contenía el líquido, ningún efecto inoportuno.- (A corto plazo al menos...). - Se diría para sí cuando una vez más llevaba su mano al interior para volver a beber hasta calmar del todo su sed. Un hilo de luz reinaba en el fondo del pozo, el cual parecía dotarlo de ese brillo azul. Sumergiría su mano en busca del origen de este, algo que perturbaba la curiosidad de su mente, que parecía relajarse pese encontrarse en aquél cementerio del subsuelo.
La tranquilidad y el silencio reconfortaban al brujo, que encontrase o no algo en el interior del pozo debería seguir con su cometido, aquella sala no parecía albergar ya nada más que le pudiese ser de interés. Sus pasos acompasados por su bastón devolverían al brujo a la sala donde había transcurrido su anterior combate con las criaturas que poblaban el lugar. Apartaba los restos en su caminar sin hacer demasiados ascos, las manchas de sangre no eran algo que le pudiese llegar a preocupar en el sitio en el que se encontraba.
Una antorcha que alumbraba la sala le permitía ver con claridad los barriles manchados de su propia sangre y la de los que habían sido sus enemigos, haciendo que al mirarlos Neros se preguntara qué macabro contenido habría dispuesto quien moviese los hilos en aquél oscuro lugar. Con su andar tranquilo dispondría la mano que tenía libre encima del frío grifo de uno de los barriles en pos de ver lo que pudiese contener, repetiría la misma acción con todos, presuponiendo que en aquél momento por la calma que le rodeaba que no corría peligro alguno.
La tranquilidad y el silencio reconfortaban al brujo, que encontrase o no algo en el interior del pozo debería seguir con su cometido, aquella sala no parecía albergar ya nada más que le pudiese ser de interés. Sus pasos acompasados por su bastón devolverían al brujo a la sala donde había transcurrido su anterior combate con las criaturas que poblaban el lugar. Apartaba los restos en su caminar sin hacer demasiados ascos, las manchas de sangre no eran algo que le pudiese llegar a preocupar en el sitio en el que se encontraba.
Una antorcha que alumbraba la sala le permitía ver con claridad los barriles manchados de su propia sangre y la de los que habían sido sus enemigos, haciendo que al mirarlos Neros se preguntara qué macabro contenido habría dispuesto quien moviese los hilos en aquél oscuro lugar. Con su andar tranquilo dispondría la mano que tenía libre encima del frío grifo de uno de los barriles en pos de ver lo que pudiese contener, repetiría la misma acción con todos, presuponiendo que en aquél momento por la calma que le rodeaba que no corría peligro alguno.
Neros Alseth
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
Incluso con la mano, el brujo pudo advertir que bajo el pozo, a unos metros, había un túnel. La luz se filtraba desde el otro extremo del pasadizo submarino.
Barriles. Barriles apilados unos encima de otros, de madera oscurecida por el tiempo la humedad. Los grifos parecían intactos, aunque el paso del tiempo no se había olvidado de ellos.
Cuando el brujo abrió, el contenido del interior del cilindro empezó a gotear, para después caer a chorro, cubriendo todo el suelo de color rojo intenso. Olía a fruta, algo dulce, quizás miel o canela, hiervas… parecía vino, aunque el color era algo más oscuro, y el olor algo distinto… ¿Quizás una especie de vino de la otra punta de Aerandir? El suelo carmesí parecía brillar bajo la luz de la antorcha, una antorcha pequeña que parecía incansable, inmortal, infinita… distintas tonalidades de rojo y dorada le daban al ambiente algo más de claridad y calor, algo totalmente distinto a la habitación contigua, de colores fríos y oscuros.
Parecía que el líquido del interior de los barriles no cesaba. Litros y litros de aquel líquido rojo caía al suelo. El ruido del goteo inundaba la sala, apenas imperceptible, solo cuando este desapareció, dejándolo todo en un silencio absoluto. El mar rojo se fue calmando poco a poco, desapareciendo de él las ondas y remolinos.
La trampilla, bien sellada, parecía no filtrar el líquido, impidiendo que este se deslizase hasta las salas que parecían haber más abajo.
La puerta que había al final de la sala se cerró con la fuerza del fluido, impidiendo que este se escapase por cualquier rincón.
Barriles. Barriles apilados unos encima de otros, de madera oscurecida por el tiempo la humedad. Los grifos parecían intactos, aunque el paso del tiempo no se había olvidado de ellos.
Cuando el brujo abrió, el contenido del interior del cilindro empezó a gotear, para después caer a chorro, cubriendo todo el suelo de color rojo intenso. Olía a fruta, algo dulce, quizás miel o canela, hiervas… parecía vino, aunque el color era algo más oscuro, y el olor algo distinto… ¿Quizás una especie de vino de la otra punta de Aerandir? El suelo carmesí parecía brillar bajo la luz de la antorcha, una antorcha pequeña que parecía incansable, inmortal, infinita… distintas tonalidades de rojo y dorada le daban al ambiente algo más de claridad y calor, algo totalmente distinto a la habitación contigua, de colores fríos y oscuros.
Parecía que el líquido del interior de los barriles no cesaba. Litros y litros de aquel líquido rojo caía al suelo. El ruido del goteo inundaba la sala, apenas imperceptible, solo cuando este desapareció, dejándolo todo en un silencio absoluto. El mar rojo se fue calmando poco a poco, desapareciendo de él las ondas y remolinos.
La trampilla, bien sellada, parecía no filtrar el líquido, impidiendo que este se deslizase hasta las salas que parecían haber más abajo.
La puerta que había al final de la sala se cerró con la fuerza del fluido, impidiendo que este se escapase por cualquier rincón.
Wyn
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
Al parecer la luz del pozo estaba provista de luz por algún lugar que comunicaba mediante un túnel con este, no iba a ser su mano quién lo investigara con profundidad, pues pronto la había sacado del pozo para centrar sus quehaceres en la sala de al lado. El brujo, que había accionado varios de los barriles de la sala contigua, comprobaría que había provocado una pequeña inundación en el lugar, haciendo que los restos de sus enemigos flotaran en aquella especie de brebaje rojizo, que aunque rojo, no parecía en ninguno de los sentidos el pozo de sangre que él estaba buscando.
Chapoteando entre los barriles hundiría sus pies en las aguas para abrir la puerta en la sala que proseguía la ruta subterránea, ya nada retendría ahí su presencia, su camino debía proseguir ahora que sentía en su interior cómo la poción roja ingerida anteriormente había hecho exitosamente su función rejuvenecedora. No obstante, aunque se sentía con fuerzas, el brujo miraría dubitativo la puerta siguiente, consciente de lo lejos que había llegado ya en pos de lo que el director le había encomendado, ya no había vuelta atrás posible para él, tan solo un propósito.
Abriría con lentitud la puerta a la siguiente sala con precaución, no pudiendo impedir que el líquido desbordara levemente hacia esta cuando el brujo hacía acto de aparecer en la habitación contigua observante por los posibles males que esta escondería a su vista.
Chapoteando entre los barriles hundiría sus pies en las aguas para abrir la puerta en la sala que proseguía la ruta subterránea, ya nada retendría ahí su presencia, su camino debía proseguir ahora que sentía en su interior cómo la poción roja ingerida anteriormente había hecho exitosamente su función rejuvenecedora. No obstante, aunque se sentía con fuerzas, el brujo miraría dubitativo la puerta siguiente, consciente de lo lejos que había llegado ya en pos de lo que el director le había encomendado, ya no había vuelta atrás posible para él, tan solo un propósito.
Abriría con lentitud la puerta a la siguiente sala con precaución, no pudiendo impedir que el líquido desbordara levemente hacia esta cuando el brujo hacía acto de aparecer en la habitación contigua observante por los posibles males que esta escondería a su vista.
Neros Alseth
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
Ante el brujo se encontraba ante una bifurcación, el camino se dividía en dos pasillos, ambos idénticos: las paredes de piedra conducción algunos metros hasta que al final volvían a girar en dirección este. En las ambas esquinas había una especie de recipiente dorada, en el que vivía un fuerte fuego que le daba calor y luz a los pasillos. No había adornos ni objetos, personas o seres.
No había nada, el brujo estaba solo.
Reinaba el silencio, aunque no completo, ya que se podía escuchar, si se ponía mucha atención, un leve rudo bajo sus pies, un repicar, unas patas… era algo extraño, pero parecía que en aquel lugar no podía alcanzarle ningún mal.
Al final de estos pasillos, en ambos residían unas grandes armaduras, aunque más bien parecían estatuas, guardianes.
Cuando Neros se aproximase a uno de ellos, este, sin apenas moverse ni un centímetro empezaría a hablar.
- ¿Cuánta tierra habrá en un agujero de treinta puños de largo por treinta de ancho y treinta de profundidad?- dijo una voz metálica y grave.
Nada más, parecía que el gran armazón esperaba una respuesta.
No había nada, el brujo estaba solo.
Reinaba el silencio, aunque no completo, ya que se podía escuchar, si se ponía mucha atención, un leve rudo bajo sus pies, un repicar, unas patas… era algo extraño, pero parecía que en aquel lugar no podía alcanzarle ningún mal.
Al final de estos pasillos, en ambos residían unas grandes armaduras, aunque más bien parecían estatuas, guardianes.
Cuando Neros se aproximase a uno de ellos, este, sin apenas moverse ni un centímetro empezaría a hablar.
- ¿Cuánta tierra habrá en un agujero de treinta puños de largo por treinta de ancho y treinta de profundidad?- dijo una voz metálica y grave.
Nada más, parecía que el gran armazón esperaba una respuesta.
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•Si Neros contesta correctamente al enigma, ambos guardianes cederán el paso a la siguiente sala. Si por el contrario te equivocas… estos te atacaran sin piedad.
Última edición por Wyn el Mar 03 Feb 2015, 23:51, editado 1 vez
Wyn
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
Una salida iluminada por una generosa fuente de fuego le permitiría ver a la perfección un largo pasillo de piedra tallada que iba a izquierda y derecha, en el fondo de donde alcanzaba su vista, dos grandes armaduras permanecerían intactas, una nueva trampa, una de la que no sabría como huir o combatir, pues avanzara donde avanzara, una estatua le haría frente y otra le cortaría la salida. Así, detenido en medio del lugar, meditaría en silencio el camino a tomar, concienciándose de que atrás nada le aguardaba.
Neros finalmente empezaría andar hacia el pasillo a su derecha, el silencio de la sala tan solo era perturbado por los zapatos mojados del brujo y el resonar de su bastón cuando daba en el suelo a medida que andaba, este había perdido ante sus ojos las propiedades del hielo a medida que avanzaba. Otra de las cosas que perturbaban su paz.- (Ningún lugar es seguro). - Se convencería a si mismo pese a la calma que reinaba, pues pronto estaría cerca de una de las armaduras con el bastón por delante. Nada, ningún movimiento, no había expresión de amenaza en el ser metálico, mas cuando se dispuso a seguir hacia la puerta y el foco de fuego que les iluminaba, una voz resonó en la estatua, lo cual hizo que el brujo retrocediera y escuchara paralizado.
- ¿Cuánta tierra habrá en un agujero de treinta puños de largo por treinta de ancho y treinta de profundidad? - Planteó la estatua, algo que dejaría al brujo bastante chocado. No le era conocida una medida tan precisa de volumen para referirse a la tierra.- (¿Barriles de tierra, fardos de tierra?). - Pensaría con rapidez y nerviosismo, pues no era consciente de cuanto tiempo esperaría la estatua y aunque pudiese idealizarlo, el cálculo era difícil, entonces lo vio.- En un agujero no hay tierra. - Respondería con seguridad mirando a la estatua pensando que había entendido el acertijo del guardián de la puerta.
Neros finalmente empezaría andar hacia el pasillo a su derecha, el silencio de la sala tan solo era perturbado por los zapatos mojados del brujo y el resonar de su bastón cuando daba en el suelo a medida que andaba, este había perdido ante sus ojos las propiedades del hielo a medida que avanzaba. Otra de las cosas que perturbaban su paz.- (Ningún lugar es seguro). - Se convencería a si mismo pese a la calma que reinaba, pues pronto estaría cerca de una de las armaduras con el bastón por delante. Nada, ningún movimiento, no había expresión de amenaza en el ser metálico, mas cuando se dispuso a seguir hacia la puerta y el foco de fuego que les iluminaba, una voz resonó en la estatua, lo cual hizo que el brujo retrocediera y escuchara paralizado.
- ¿Cuánta tierra habrá en un agujero de treinta puños de largo por treinta de ancho y treinta de profundidad? - Planteó la estatua, algo que dejaría al brujo bastante chocado. No le era conocida una medida tan precisa de volumen para referirse a la tierra.- (¿Barriles de tierra, fardos de tierra?). - Pensaría con rapidez y nerviosismo, pues no era consciente de cuanto tiempo esperaría la estatua y aunque pudiese idealizarlo, el cálculo era difícil, entonces lo vio.- En un agujero no hay tierra. - Respondería con seguridad mirando a la estatua pensando que había entendido el acertijo del guardián de la puerta.
Neros Alseth
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
Durante unos largos segundos, las estatuas parecieron no inmutarse de las palabras del brujo. Todo estaba en silencio, apenas corría el aire, no había excesivo frio, pero los pies mojados de Neros empezarían a enfriarse debido a su inmovilidad.
El guardián apretó los dedos contra la empuñadura de la larga espada, antes de retirarse a un lado, dejando ver un marco sin puerta, que le conduciría hacia la gran sala.
-Correcto, puedes pasar.- dijo la misma voz metálica, saliendo del interior del casco de armadura, tras la cual parecía no haber nadie.
En cuanto el brujo pasase a la siguiente sala, ambos guardianes de nuevo cerrarían la entrada, o en este caso la salida. No se moverían, tampoco atacarían, pero sería imposible de salir por allí, incluso con ayuda de la magia.
Una sala enorme se presentaba ante el brujo, aparentemente sin salida, puesto que las entradas estaban tapadas.
La mayor parte de la pared que daba al oeste estaba repleta de estatuas: unos seres humanoides, con alas, sujetaban entre sus largas y afiladas garras unos cuencos, en los que no parecía morir nunca el fuego. Todas estas se repetían, la misma expresión de enfado y/o dolor, el mismo ceño fruncido, las mismas largas y fuertes piernas del tamaño de una columna. Todas eran prácticamente iguales, solo una se diferenciaba, no por ser arquitectónicamente diferente, sino por la base. A los pies de la estatua había un agujero en el suelo, repleto de arena.
La misma arena ocupaba gran parte de la esquina de la pared que quedaba justo en frente, aunque en esta ocasión con mayor extensión.
Esta misma pared contenía dos estatuas más de fuego, y en el centro, junto a un par de cofres, aparentemente e oro o algún similar, había una especie de panteón. Una tumba bastante grande con dos velas sobre la tapa. Un pájaro envolvía la construcción con sus alas, como si la protegiese.
Para lo grande que era la sala se podía ver algo vacía, ya que no había nada más, a excepción de un pozo. Un pozo de un líquido rojizo. Bajo el pozo había unos dibujos grabados en la misma piedra. Todo lo demás era roca y losas, nada más. En la sala uno podía moverse sin preocupaciones, ya que había mucho espacio.
Las paredes esta vez no contenían dibujos ni nada que podría haber visto Neros anteriormente.
Dentro de esta sala, el leve ruido que se había escuchado en los pasillos era algo más intenso, aunque no llamaba tanto la atención como la sala en sí misma.
El director de la academia de alquimia estaba sentado frente a su escritorio. Había pasado algunas horas caminando por la habitación, sin saber qué hacer. El tiempo le estaba comiendo por dentro, quería saber y conocer, lo necesitaba, necesitaba que Neros acabase ya su trabajo.
Sabía que quedaba bien poco, lo podía sentir… llevo sus cansados ojos hacia su propia cama, de manera lenta. Tardo unos segundos en volver en sí.
El guardián apretó los dedos contra la empuñadura de la larga espada, antes de retirarse a un lado, dejando ver un marco sin puerta, que le conduciría hacia la gran sala.
-Correcto, puedes pasar.- dijo la misma voz metálica, saliendo del interior del casco de armadura, tras la cual parecía no haber nadie.
En cuanto el brujo pasase a la siguiente sala, ambos guardianes de nuevo cerrarían la entrada, o en este caso la salida. No se moverían, tampoco atacarían, pero sería imposible de salir por allí, incluso con ayuda de la magia.
Una sala enorme se presentaba ante el brujo, aparentemente sin salida, puesto que las entradas estaban tapadas.
La mayor parte de la pared que daba al oeste estaba repleta de estatuas: unos seres humanoides, con alas, sujetaban entre sus largas y afiladas garras unos cuencos, en los que no parecía morir nunca el fuego. Todas estas se repetían, la misma expresión de enfado y/o dolor, el mismo ceño fruncido, las mismas largas y fuertes piernas del tamaño de una columna. Todas eran prácticamente iguales, solo una se diferenciaba, no por ser arquitectónicamente diferente, sino por la base. A los pies de la estatua había un agujero en el suelo, repleto de arena.
La misma arena ocupaba gran parte de la esquina de la pared que quedaba justo en frente, aunque en esta ocasión con mayor extensión.
Esta misma pared contenía dos estatuas más de fuego, y en el centro, junto a un par de cofres, aparentemente e oro o algún similar, había una especie de panteón. Una tumba bastante grande con dos velas sobre la tapa. Un pájaro envolvía la construcción con sus alas, como si la protegiese.
Para lo grande que era la sala se podía ver algo vacía, ya que no había nada más, a excepción de un pozo. Un pozo de un líquido rojizo. Bajo el pozo había unos dibujos grabados en la misma piedra. Todo lo demás era roca y losas, nada más. En la sala uno podía moverse sin preocupaciones, ya que había mucho espacio.
Las paredes esta vez no contenían dibujos ni nada que podría haber visto Neros anteriormente.
Dentro de esta sala, el leve ruido que se había escuchado en los pasillos era algo más intenso, aunque no llamaba tanto la atención como la sala en sí misma.
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El director de la academia de alquimia estaba sentado frente a su escritorio. Había pasado algunas horas caminando por la habitación, sin saber qué hacer. El tiempo le estaba comiendo por dentro, quería saber y conocer, lo necesitaba, necesitaba que Neros acabase ya su trabajo.
Sabía que quedaba bien poco, lo podía sentir… llevo sus cansados ojos hacia su propia cama, de manera lenta. Tardo unos segundos en volver en sí.
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•Tienes tiempo de poder mirarlo todo, sin prisas. Cuando te acercas a la zona de arena, a tus pies aparecen arañas, estas te empiezan a perseguir.
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Re: Momento decisivo [Mastereado][Libre]
Desde la más intensa de las desconfianzas, el brujo retrocedería un paso sobre si cuando la estatua pareció no responder, mas no hizo sino un gesto de defenderse cuando el primer movimiento del guardián fuera apretar el arma que blandía. - Correcto, puedes pasar.- Resonó la voz metálica en el interior de la armadura cuando se hacía a un lado, permitiendo el paso del brujo sin más. Aunque hubiese salteado aquella trampa, estaba a punto de caer en otra. Al poner un pie en la siguiente sala las estatuas volverían respectivos lugares, cortando cualquier escapatoria que pudiese plantearse el mago en la sala más grande que había visto hasta el momento.
El fuego, aquél fuego incesante a manos de las estatuas que le observaban impasibles iluminaría la gran habitación en la que se encontraba. Apoyado en su bastón, observaría que al fin había encontrado algo que parecía coincidir con la descripción del director respecto a su objetivo final. Un pozo con un rojo contenido, unas runas que no podía distinguir. - (¿Sin protección?) - Pensaría amargamente el brujo para si guardando una distancia respecto al pozo, clavando su vista ahora en las horribles expresiones y las desafiantes garras de las estatuas que le rodeaban por completo en ese lugar sin salida, quizás un elemento intimidatorio, seguramente una magia desconocida para el brujo que le revelaría una desagradable sorpresa.
Dejó atrás el pozo para dirigir sus pasos a uno de los cofres a su derecha, protegido por una de aquellas estatuas que sostenía fuego en sus manos. Gesticularía con su bastón tejiendo el fuego en un hilo ígneo que se escaparía dentre los dedos del ser pétreo para rodear ahora con llamas el bastón y el antebrazo del brujo, el cual sentía que el silencio era perturbado por algo más que sus pasos y el crujir de las llamas. Abrió el primero de los cofres rodeado por un momentáneo silencio incómodo...
El fuego, aquél fuego incesante a manos de las estatuas que le observaban impasibles iluminaría la gran habitación en la que se encontraba. Apoyado en su bastón, observaría que al fin había encontrado algo que parecía coincidir con la descripción del director respecto a su objetivo final. Un pozo con un rojo contenido, unas runas que no podía distinguir. - (¿Sin protección?) - Pensaría amargamente el brujo para si guardando una distancia respecto al pozo, clavando su vista ahora en las horribles expresiones y las desafiantes garras de las estatuas que le rodeaban por completo en ese lugar sin salida, quizás un elemento intimidatorio, seguramente una magia desconocida para el brujo que le revelaría una desagradable sorpresa.
Dejó atrás el pozo para dirigir sus pasos a uno de los cofres a su derecha, protegido por una de aquellas estatuas que sostenía fuego en sus manos. Gesticularía con su bastón tejiendo el fuego en un hilo ígneo que se escaparía dentre los dedos del ser pétreo para rodear ahora con llamas el bastón y el antebrazo del brujo, el cual sentía que el silencio era perturbado por algo más que sus pasos y el crujir de las llamas. Abrió el primero de los cofres rodeado por un momentáneo silencio incómodo...
Neros Alseth
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