Misión de Gremio Luchadores

La noche era calurosa y Naiten se encontraba caminando guiado por los haces de luces que emitía aquella luna llena. Naiten se encontraba nuevamente en una de sus travesías por el gran mundo de aerandir y esta vez ha llegado a la península de Verisar. Sitio que cuenta como capital la aclamada ciudad lunargenta, ciudad conocida porque en su historia siempre ha predominado las guerras, pero que ahora había una tregua en sus naciones y que es gobernado por un rey.

Naiten había llegado a la península a través del barco y entró al majestuoso puerto de lugargenta, conocido como el más grande de todo el continente, tantos barcos comerciales y de guerras se veían en el puerto, sin contar con las magnánimas murallas que cubrían todo a la ciudad. Naiten nunca había visto algo así en su vida, el caballero dragón notaba que había muchos lugares por conocer aún después de estar aislado en terrenos llenos de tundra acompañado del frío en su entrenamiento para ser un caballero.

Sin embargo, sucedió lo de siempre, Naiten aún seguía siendo muy malo para el sentido de orientación en las ciudades, ya que este estaba acostumbrado al mundo selvático y campo abierto, para él la ciudad era una selva de cemento en la que todo parecía igual y las calles no eran la excepción. Por lo que después de dar tantas vueltas terminó a las afueras de la ciudad perdido y tan solo la luna lo acompañaba en ese lúgubre camino.

En esas mientras Naiten caminaba, el cual llevaba su kimono negro puesto y en su espalda cargaba una pequeña mochila donde guardaba sus accesorios personales y tenía sus pieles de lobo y su sombrero de paja y en su cintura su compañera de viaje, su katana. De repente a lo lejos escucha un sonido, era como de un cascabel, por lo que empezó a mirar a su alrededor guiado por el sonido que se emitía hasta que por fin divisa una sombra, no lograba ver bien su estructura y su cara por la oscuridad, Naiten quería preguntar como podía devolverse a la ciudad ya que se había extraviado y por lo tanto continuó su trayectoria hacia la enigmática sombra.

Cuando Naiten se acercó lo suficiente hacia aquella sombra se notó que aquella sombra se trataba de un hombre fornido y alto de tez negra, no tenía cabello, sus ropas estaban desgastadas y rotas, sin contar que se notaba que estaba lleno de varías cicatrices y  en sus manos estaban adornadas por unas pesadas cadenas que hizo dudar al dragón a lo que pensó inmediatamente -¿Será esto lo que le llaman los humanos esclavos? Naiten había escuchado de sus maestros y monjes del reino del norte que aún existía dicha miseria en el mundo, un humano privando a otro. -¿Quizás necesitará ayuda? pensó el dragón y este después de un largo análisis en unos breves segundo le dirigió la palabra de una forma tranquila y seria -¿Disculpe señor, usted esta bien con esas cadenas?

En las afuera de lunargenta, se encontraba Naiten caminando perdido por el pastoso camino guiado por los haces de luz de la luna. Sin embargo, en su caminata se ha topado con un hombre misterioso de tez oscura, ropa rasgadas y además encadenado. Llamaba mucho la atención fue como de repente este emite en su rostro una gran sonrisa mostrando su blanca pero desgastada dentadura, además logró responder sus preguntas pero de forma tosca y poco sutil. La forma en que se expresaba impresionaba que no supiera expresarse bien.

-Korth-, esa fueron el nombre que mencionó el hombre de pocas palabras y prosiguió -Las cadenas son un regalo y un recordatorio de que pertenezco a alguien. Para Naiten era la primera vez que escuchaba que unas cadenas eran regalos hacia una persona y peor aún que pertenecía a alguien. Al parecer el mismo respondía a las preguntas que se hacía en su mente y este en su mente expresó -no hay duda, esta persona es un esclavo..., entonces el dragón empezó a mirar sutilmente a su alrededor por si se trataba de una emboscada, pero, la noche era oscura y no podía observar nada, la luna no alcanzaba iluminar bien muchos espacios, por lo que Naiten empezó a inquietarse, pero no lo demostró y trató de seguir la corriente, quizás simplemente era alguien que se había escapado...

Empezaba a tonarse tenso el ambiente en el sitio donde se encontraban aquellos dos personajes, al parecer en estos tiempos que se vive, la delincuencia y la violencia predomina, pero aquel de las cadenas no se movía, parecía tranquilo sonriendo y se tomó el atrevimiento a pregunta -¿Puedo conocer vuestro nombre?-. Al mismo momento que hace esto, los cascabeles empiezan a sonar más y este empieza a encorvar su columna y a flexionar las rodillas hasta que hace una reverencia y acto seguido toma la mano del dragón e hizo una nueva pregunta a Naiten.

El dragón tan solo soltó la mano de aquel hombre encadenado y le dijo -tranquilo... por un momento no recordaba el nombre y prosiguió -tranquilo Korth, no soy un rey o persona a la que se le deba hacer reverencia, a tu pregunta tan solo soy un simple humano errante que viaja por el mundo, pero me he perdido.. Naiten ha decidido no revelar su naturaleza, de por si parecía un humano y nunca ha usado su aspecto dragón por su pacto con los caballeros dragones y los dragones del norte.

Su expresión era difícil de definir, no quería meterse en problemas el dragón por lo que deseo agilizar el encuentro con él, por lo que se refirió al encadenado -hey Korth, mucho gusto mi nombre es Naiten, ¿podrías indicarme el camino a lunargenta?, me he perdido.., Naiten no quería saber más nada de aquel hombre y esperaba las indicaciones del hombre encadenado para poder irse.

Había llegado finalmente la oscuridad mejor apodada como "Noche". El frío ya estaba abundando y la neblina aparecía junto con los inagotables sonidos de los grillos. El escaso pastizal apenas se agitaba de un lado a otro como una melena corta, el viento se notaba muy agresivo en el día. Desde lejos también se escuchaban los bruscos movimientos de los árboles y las hojas volando de manera circular, parecido a un tornado. Allí, desde lejos se veía un cuerpo corpulento apenas saliendo por la puerta principal de la ciudad. Parecía cojear pero todo lo contrario, estaba muy bien y aún tenía ganas de aventura, así como ha sido toda su vida. Los guardias no le quitaban el ojo y agarraban bien su lanza... No confiaban mucho en ese tipo. -Buena noche caballeros...-Habló Sakun alzando perezosamente la mano y con el reverso, moviendo de manera horizontal. Los armados simplemente trataron de forzar una sonrisa completamente desconfiada. -Buen viaje señor...-Hicieron una pequeña venia para luego recostar su espalda en las murallas, murmurando cosas a las espaldas del pobre musculoso.

Al fin desapareció y dio un pequeño recorrido por las afueras, sabiendo que sería la última vez que volvería a menos que el destino lo vuelva a traer de nuevo. Apenas la luz de la luna podía mostrarle su camino y por dónde pisaba, le era bastante arduo ir casi a ciegas. Su fuerza se recuperaba mientras pasaba aún más el tiempo. Era un momento ya peligroso dado que podrían aparecer vampiros buscando presa o simplemente animales feroces. Sakun no le daba importancia a ello y estaba seguro en sus armas, sabiendo que podría derrotar a cualquier amenaza. La ciudad ya apagaba sus velas, siendo ya la hora de dormir... Pocos guardias pasaban por las afueras... Tenían miedo de ser atacados por algo, se notaba en sus temblorosas piernas.

Las veredas y algunas cercas de madera estaban un poco destruidas... Algo que lo hacía desconfiar demasiado haciendo que llevase su mano cerca de la cintura, casi llegando a la funda de la nueva espada por si algo sucedía. -*Tengo ganas de luchar...*-Se dijo hacia si mismo... Recordó que debía tener su cuerpo en forma así que se dispuso a dar pasos, haciendo cuclillas y algunos abdominales... Estar varios días en un hospital lo dejó muy cansado y con los músculos bastante relajado.

El sudor ya recorría su frente... Esperaba encontrarse algún problema al que participar y un poco lejos, alcanzó a escuchar unos murmullos de personas, parece que dialogaban en plena noche. Los pocos árboles que se encontraban, tapaban las siluetas... Apenas se veían una especie de cadenas. El joven dragón caminó con pasos firmes hacia allí, sin ser sigiloso ni nada... Hizo escuchar sus pasos y finalmente los encontró a todos. un corpulento tipo encadenado, parecía muy agotado... Cerca de él, un hombre delgado que no pasaba desapercibido del lugar viendo que este apretaba la mano de otro hombre con más apariencia a un aventurero o guerrero.

Sakun quedó como estatua por unos segundos y caminó hacia ellos, apretando bien sus puños, mostrando las hinchadas venas que allí aparecían. El ceñó parecía exageradamente fruncido y las ganas de "dialogar" con ellos eran irresistibles... Parecía que quería dejar claro algo. Había malintencionado la escena... Según el grandullón vio que lo que sucedía era lo siguiente. El corpulento hombre era un esclavo y los que apretaban la mano hacían una especie de trato, como vendiendo al pobre tipo de piel oscura... Él merecía libertad y Sakun se la iba a dar a pesar de todo, odiaba a las personas que privan el libertinaje a las personas.

-Siento entrometerme en sus asuntos...-Llamó la atención el morocho, hablando de manera grave y muy decidida. -Pero no me agrada que ese tipo parezca un prisionero.-Sakun pasó por el lado de todos, rodeándolos con sus brazos cruzados. La tensión de repente apareció y lo único que se esperaba era una lucha, sea con espada o sin armas.

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Si… es como están pensado, tendrán que enfrentarse *wink*
Sakun, excelente entrada. Sólo una acotación: libertad distinto de libertinaje

Mientras estaban charlando Naiten junto a Korth y Ben, en la espesa noche aparece una silueta iluminada por las pocas luces que ya emitía aquella luna. Esta silueta interrumpe aquella pequeña charla dirigiéndose a estos de forma tosca y amenazante, a lo cuál, el de apariencia débil y de melena plateada dijo unas palabras inquietantes - No parece un prisionero, es un buen esclavo-. Naiten rápidamente pensó -entonces lo que pensaba acerca del fornido de tez oscura era cierto, se trata de un esclavo...-.

Pero después de afirmar lo que era Korth, el hombre de melena de plata, Ben, como respondía prosiguió con sus inquietantes y delatadoras palabras -Naiten, digamos que hay un buen puesto en cierto gremio clandestino que podría llegar a interesarte. El requerimiento para entrar es que seas capaz de defenderte y defender a alguien más. ¿Qué me dices? ¿Estás dispuesto a derribar a ese hombre?-. Aquellas palabras hicieron dudar mucho la voluntad del caballero dragón, entendió muchas palabras como clandestinidad y defender, a que se refería exactamente, el dragón no podía pensar en eso ahora ya que Ben señalaba que debía detener a aquella persona que ha llegado.

-Vaya problemas en los que me he metido..., pensó el caballero dragón. Inmediatamente Naiten observó a aquel que estaba al frente de él, se trataba de una persona de características físicas totalmente diferente al caballero dragón, este era un individuo de cuerpo fornido, se lograban visualizar músculos en todo su cuerpo, al parecer, era alguien bastante entrenado y hábil, a diferencia de Naiten que apesar de no tener una complexión delgada, no poseía esa clase de músculos, sus ropas eran algo llamativas, muy vistosas pensaba el caballero dragón, poseía una melena extraña y la forma en que la usaba no era peculiar, sin embargo, lo que más le llamó la atención fue su gran determinación.

Naiten sabía que este nuevo personaje que llegó no iba a desistir fácilmente, estaba determinado a llegar hasta las últimas consecuencias y al parecer todos eramos sus enemigos. Naiten empezó a quitarse su gran sombrero de paja, en el que por fin se podía visualizar su tez blanca junto a su melena castaña larga y bajó su mochila en donde guardaba sus artículos como las pieles de lobo que tenía desde que salió del norte, fácilmente al caballero dragón se le podía observar una armadura liviana que solo cubría pecheras y ciertos puntos vitales, esta armadura estaba hecha solo para cubrirse de sus puntos vitales sin perder movilidad. En su espalda colgaba una elegante vaina en donde se guardaba una espada, su forma larga y delicada podía deducirse que se trataba de una katana que rápidamente la cambió de posición y la colocó en su cadera.

-¿Puedo saber el nombre de mi oponente?-, dijo el dragón, mientras lo veía directamente a sus ojos sin ninguna vacilación y tenía su mano derecha sobre su cadera izquierda donde se encontraba el mango de su katana. Y de esta forma el viento empezaba a tonarse más fuerte mientras se formaba el preludio de un duelo.

Aquel intento de llamarles la atención funcionó... Logró lo que quería, así que giraron sus rostro mirando al nuevo oponente que se encontraba allí, si es que se le consideraba así. Al fin desapareció la tensión y aquel tipo que parecía un hombre altos cargos gracias a su piel blanca y su percibida presentación. Sakun lo miraba con detenimiento de arriba abajo por si elegía combatir, no podía confiar en nadie en ese momento... No se veía débil y lo que más se le caracterizaba a él era su mirada tan segura, más su comportamiento tan elegante. Noté que él caminó hacia el tipo que parecía un esclavo para dialogar con este... Dejándolo algo desconcertado y no tuvo más opción que acariciar bien la funda de su espada pasada de generaciones a generaciones. Sus ojos asiáticos recorrían el lugar y una especie de paz se creó gracias a esa tranquilidad que otorgaba las afueras de la ciudad.

Pequeñas ráfagas de viento pasaban al acontecer algunos segundos. La mirada del dragón era penetrante... Como si supiera de cada movimiento que fuesen a hacer. Su intención no era intimidar si no simplemente analizar lo que sucedía allí, parecía un complot hecho solamente para el pobre morocho. Con cortesía, el tipo saludó a Sakun, llamándolo "Joven Guerrero". Lo miró, como si quisiera hacerle creer que es un tipo fácil de derrotar... No parecía, el asiático consideraba que su actitud intimidaba un poco. El muchacho juntó sus manos y haciendo una pequeña venia, saludó al tipo fino para luego volver a su estado normal y seguir acariciando la parte de la empuñadura de su espada.

"No parece un prisionero, es un buen esclavo"... Esas palabras hicieron fruncir aún más el ceño del musculoso, haciendo notar más sus venas y mostrando un rostro demasiado agresivo o salvaje, similar al de un león rugiendo. -Peor aún...-Dijo con bastante decisión, notándose casi un pequeño gutural de sus entrañas... Había algo que caracterizaba a nuestro héroe y era su paciencia tan pequeña, fácil de perder. Las uñas de sus manos se vieron mejor.

El extraño hombre de melena plateada se acercó al otro tipo de sombrero de paja... Le llamó como "Naiten", nombre que el grandullón recordará por siempre. Le habló sobre un tal gremio... Le pareció algo interesante a Sakun también pero no quiso nombrar nada, solamente vio despectivamente la escena. Su sangre hervió cuando le preguntó si era capaz de derribar al musculoso. -*¿Eh?. Vencerme... ¿Por qué?*-Trató de resolver sus dudas en la mente mientras que se alistaba y de una buena vez agarraba la empuñadura.

Luego de que terminaran de intercambiar palabras, el joven dragón miró a su futuro contrincante. Parecía más maduro y su aspecto no pasaba desapercibido, a decir verdad, se parecía a las descripciones de las leyendas, así es, esos héroes que alguna vez salvaron una doncella y triunfaban de alguna forma. Se notaba que iba a tomar unas horas para ganarle... Un duelo estaba a punto de comenzar.

El guerrero al ver que él se quitó su característico sombrero, llevó la mano a sus bolsillos buscando algo. -Sakun Fairsteur... Mi clan tristemente ha sido eliminado.-Habló con suma tranquilidad mientras aún hurgaba sus bolsillos hasta que encontró esa pequeño retrato de un dragón... Representando su religión en la que había sido criado por su madre y su difunto clan. El héroe fue cerca de un árbol y dejó aquel figura posando para comenzar a rezar unas palabras en tono bajo. Pegó sus manos de nuevo y cerró sus ojos, parecía orar... Duró aproximadamente 5 minutos así para luego levantarse y volver al "campo de batalla".

-Que el dragón de fuego nos cuide y nos permita tener su sabiduría.-Dio una pequeña venia y dirigió la palma de su mano hacia su empuñadura, para suavemente desenvainar, escuchándose resonar el filo y creando una brisa por allí. Iba a comenzar una disputa.

-Cuando quieras...-Mantuvo su espada al frente, tomándola con demasiada seguridad, mirando a su contrincante.

Los dos dragones empezaban con sus respectivos rituales mientras el fornido encadenado de tez oscura y el pálido flaco de melenas plateadas estaban observando cada movimiento de estos dos guerreros a los que iban a iniciar la danza de la guerra. El caballero dragón por su parte pidió saber el nombre de su oponente a lo cual este sin vacilar dió su nombre. -Fairsteur... susurró mientras en su mente recordaba que ese clan lo había escuchado en algún sitio, era un clan del reino norte, sin embargo, a su imagen no llegaba, al fin y al cabo seguro era uno de los clanes extinto de los que Naiten pertenecía, el Brunestood.

Sin más de igual forma, pero no tan cortes como su homólogo le dijo de forma tranquila -mucho gusto Sakun Fairsteur, me llamo Naiten, pero mi apodan Brood..., mientras se presentaba observaba detalladamente como este personaje desenvainaba su espada y mientras lo hacía solo esta palabra se pronunció -Que el dragón de fuego nos cuide y nos permita tener su sabiduría.-, al decir estas palabras de la cara de Naiten brotó su tenue sonrisa y tan solo pensó -mi devoción solo pertenece al dragón del trueno...

Naiten aún no había desenvainado su espada pero empezó a moverse lentamente, observó la espada de su rival emitía un pequeño destello, quizás era el gran filo que tenía, sin contar que era algo larga y que tenía tatuado un logotipo de dragón en ella -que espada tan interesante- pensó el dragón, pero cuando terminó de inspeccionar la espada este se puso en posición y Sakun inicio el duelo diciendo -Cuando quieras...-. Naiten y Sakun se encontraban a distancias considerables, no estaban cerca todavía para iniciar el duelo, además que este dió la iniciativa al caballero dragón para que empezara el combate.

Aquel personaje de melena rizada de color castaño se agachó un poco y tocó el terreno, quería analizar el terreno en el que se encontraba y que en algún momento podía servirle de ayuda, tocó un poco de grama y agarró algo de grama mezclada con tierra que lo guardó en en el bolsillo de su kimono, al parecer la luz era muy baja por lo que la visibilidad estaría afectado, haciendo que un mal movimiento por la poco luz definiera un combate rápido, el suelo por las gramas puede hacer que uno se resbale por lo liso que estaba, quizás era la época medio lluviosa en la que se encontraba.

Después de aquel ritual Naiten dijo mientras este desenvainaba su katana -siento los pocos segundos que me he tomado, pero la espera ha terminado... El caballero dragón empezó a moverse hacia la dirección de aquel guerrero de rasgos orientales sin quitarle la mirada a su rostro y sus movimientos, después de unos segundos, el corazón de Naiten empezó a palpitar más fuerte, al parecer la adrenalina empezaba a recorrer a través de sus arterias a los distintos órganos y el éxtasis por la batalla empezaba a embriagarlo. Cuando el caballero dragón estuvo lo suficientemente cerca lanzó sus primeras estocadas hacia el oponente de forma verticales y horizontales muy suaves, sin mucha velocidad pero con gran precisión, esto con el objetivo de ir midiendo la habilidad y destreza de aquel personaje y con base a esto tener una idea de como ganarle dependiendo de las reacciones que tenga con su ataque.

Al fin comenzaría aquel combate... Sakun se notaba demasiado listo, incluso más relajado que antes, era su forma de combatir... No tenía adrenalina ni nada... Quería probar si aún su cuerpo podía moverse rápido. Sus músculos parecían responder bien y se relajaban por cada segundo que pasaba. La brisa aún seguía allí, acechándoles con bastante fuerza, era ese mismo aire de presentimiento que se suele sentir cuando va a suceder algo... Como una lucha o alguna muerte en si, se esperaba a que no sucediera lo último... El joven dragón sabía que tenía que pelear con todas sus fuerzas pero además de eso, tampoco podía acabar con la vida de su oponente o no recibiría la bendición del dragón del fuego, quién humildemente le entregó la fuerza y su nacimiento. Aún no desarrollaba bien sus llamaradas así que aunque rindiera culto a su dios, tampoco podría liberar de sus entrañas quemaduras. Ha sido fiel a su jefe por la simple razón de que le otorgue lo último para ser un dragón de verdad... Tener el fuego en sus venas.

El tipo anteriormente también se había presentado como Naiten aunque mejor apodado como Brood... Nuestro héroe había pasado un dedo por su mentón recordando algo que tenía que ver su apodo... No sé, algún clan o algo que leyó dentro del hospital recuperando sus heridas. En fin... Sakun aún esperaba el ataque de su contrincante... Prefería esperar a que atacasen primero... Era su forma de otorgar respeto. En sus tiempos de entrenamiento, siempre le enseñaron a defenderse antes que atacar. Tomó bien la empuñadura y miró desafiante al tipo... Con ansias esperaba que iniciara la lucha... Ojeó a sus lados y notó que los otros dos hombres miraban esa pequeña disputa que iba a suceder... Ese individuo de cabellos plateados se veía demasiado sospechoso... Ocultaba algo, nadie sabía qué era... Quizá ni siquiera él.

El dragón vio que aquel muchacho comenzó a reconocer el terreno... Como una forma de socializarse con lo que había a su alrededor. -*Vaya... Creo que no será tan fácil pelear con alguien que comenzó a reconocer el campo de batalla...*-Pensó hacia si mismo, Moviendo la espada a los lados, aún esperando a su oponente hasta que se levantó y cuando menos creía que sucedería, él pidió perdón por demorar el ataque y sacó rápidamente su katana, dejando al asiático completamente perplejo, sin habla y viendo la rapidez en la que se movía... No tardó tanto tiempo para quedar cerca del musculoso.

-Demonios...-Sakun se precipitó y comenzó a bloquear sus estocadas con bastante maestría, haciendo salir una pequeña chispa al contacto de las armas... La fuerza del tipo le sorprendió un poco y comenzó a retroceder, aún impidiendo un corte, así sea diminuto. Lo bueno de ello es que alcanzaba a adivinar donde iría la agresión. Así duró algunos minutos hasta que se decidió usar fuerza en sus brazos para cerrar el ataque, para luego empujar con fuerza su arma y bajarla hasta el punto de dejar descubierto su cuerpo. Con decisión, comenzó a aumentar lentamente la velocidad, esta vez siendo el emisor.

El combate ya había dado inicio y el despejado cielo con aquella luna llena era testigo de aquella danza adornada de sonidos de metal. Naiten el caballero dragón después de haber realizado su ritual es invitado por el misterioso hombre de rasgos orientales a que lo atacara, sin embargo, Naiten obtuvo confianza y sin ser precipitado dio su primera estocada al oponente, el cuál este empezó a desviar y esquivar con su lujosa espada cada uno de los movimientos del caballero dragón que empezó a darlo de forma lenta hasta tornarse rápido.

Sin embargo, después de esquivar varios el guerrero de rasgos orientales de forma brillante y sin mucho esfuerzo de la nada incremento su fuerza originando que se cerrara el ataque del caballero dragón mostrándose la cara de ambos de forma cercana por tan solo unos breves segundos, en ese período logró observar su mirada y la convicción del oponente, pero, además de esto con unos movimientos finos y elegantes hizo que cambiara Naiten de ser el atacante a tomar una posición defensiva, recibiendo en esos momentos un ciclón de estocadas que gracias a la experiencia y entrenamiento en sus largos años ha hecho que pudiera recibir estos ataques.

Entonces, Naiten mientras esquivaba los ataques de su oponente con su delgada pero resistente katana, junto con mucha fuerza el brazo donde sostenía su katana y cuando iba a recibir uno de esos ataques de gran velocidad golpeó tan duro la espada del rival que se formó una pequeña chispa y que ocasionó un fuerte sonido de rival. Pero el objetivo había sido cumplido y era detener la ráfaga de estocadas que aquel oponente le estaba haciendo con gran velocidad al caballero dragón. Gracias a que usó gran fuerza esto hace que se desestabilice el atacante dando oportunidad de reacomodarse, por lo que Naiten se detuvo por unos segundos y no quiso seguir atacando.

En la cara del caballero dragón no se veía emociones, estaba muy enfocado en los movimientos del rival ya que sabía que un movimiento en falso y estaría en peligro su vida. La adrenalina y noradrenalina empezaba a brotar por su cuerpo, esto era vital en el combate ya que mejoraba su fuerza y percepción, pero mal utilizada podría precipitarlo a ataques erróneos por lo que gracias a su entrenamiento como caballero dragón esto lo había controlado.

Ahora lo que rondaba por la cabeza del caballero dragón era -"¿Cómo atacar a este rival?". En definitiva dedujo por los pocos minutos de acción que tuvieron que era una persona experimentada en el uso de armas y combate, esto ocasionaba que maniobras normales lo leería con mucha facilidad y por lo tanto Naiten gastaría energía en esos movimientos, eran energías que no podía malgastar y se le ocurrió una de las técnicas que podría usar contra este guerrero podría funcionar y bajar la guardia.

Entonces Naiten que se encontraba a unos pocos kilómetros de su oponente, guarda su katana dentro de su vaina y una tenue sonrisa emerge en su rostro a lo que Naiten le dice al corpulento de rasgos orientales "-Espero que te encuentres listo para el segundo round" y con eso inmediatamente Naiten flexiona sus rodillas y a gran velocidad se dirige a aquel oponente que se encontraba con su espada en guardia, mientras iba corriendo a gran velocidad agarra el mango de su katana mientras grita "- Sou ryu sen!!!", al gritar desenfunda su katana para lanzar un zarpaso a gran velocidad tomando una dirección de abajo hacia arriba, sin embargo, Naiten tenía algo planeado y era que mientras lanzaba ese zarpaso en esa dirección a su rival con su mano derecha, rápidamente yacon su mano izquierda tomaba su vaina y se la iba sacando de su cintura, Naiten estaba seguro que la velocidad que iba dirigido su katana sería distracción suficiente para que este se enfocara en el metal y de seguro cuando chocaran las dos espadas ya Naiten estaría introduciendo su vaina de plástico hacia la dirección de su estómago y de esta forma bajaría su guardia cosa que el caballero dragón de seguro aprovecharía si salía como tenía pensado.

Ya habían sido varios ataques que había recibido, era momento de contraatacar y salió como esperaba. La fuerza comenzó a dominar la lucha, el que la usaba, de alguna forma era el que podría llegar a ganar... Aunque también la velocidad se necesitaba en aquella ocasión. Las espadas se chocaban constantemente, creando pequeñas brisas y chispas sin más. Los dos parecían querer vencer, se notaba en sus gestos y su ceño fruncido. Parecía que esto no iba a terminar muy bien... De ninguna forma se sabría lo que deparaba el destino. Aún Sakun sabía perfectamente que en su ser, guardaba su "arma secreta". Así es, su forma dragón. -*Este tipo se resiste, no puedo cortarlo... Debo hacer algo al respecto.*-Pensó bastante agitado, mirándolo de manera molesta, cualquier intento siempre lo bloqueaba. Con su rabillo del ojo alcanzó a notar que el musculoso que se encontraba allí parecía querer unirse a la pelea. El hombre que estaba al lado suyo de aspecto fuerte no le dejaba, es más, agarraba bien sus cadenas y no quería que intercediera. El dragón notó que algo estaban planeando dado que desde el principio no parecían tan confiables.

El morocho después de haber chocado varias veces su arma con la de él, pegó un salto hacia atrás y liberó un fuerte suspiro... Su frente comenzaba a humedecerse y una pequeña gota casi invisible, pasaba por su nariz hasta caer al pasto que se movía de izquierda a derecha. Quizá había tomado un descanso. -Está muy atento... Será aún más difícil.-Volvió a tener un nudo en su mente. Con rapidez, Sakun corrió hasta el tipo y estrelló bien su arma con la de él, ocasionando un fuerte ruido que se expandió por todo el lugar. Naiten había bloqueado su ataque y es más, había ejercido bastante fuerza en su brazo donde tenía aquella katana. El morocho sintió que su arma tembló bastante y tuvo que alejarse un poco, dándole la oportunidad de reacomodarse.

El temperamento del hombre comenzó a agotarse y su rostro se enrojecía aún más. Las respiraciones se tornaban rápidas y cortas, parecía un toro enojado literalmente. Su pecho se tonificó más y también su cuerpo se expandió un poco, viéndose cada músculo. -No... Tengo mucho... Tiempo...-Habló, pronunciando cada palabra en un fragmento de tiempo, después de cada respiración tan forzada. Sakun ya comenzaba a enfurecerse como siempre... Su mirada había cambiado y ahora se tornaba más fría.

El asiático quedó desconcertado al ver que sonrió su contrincante. Alcanzó a arquear la ceja y entró en una parálisis... Comenzó a sentir inseguridad... Algo que no había experimentado antes. ¿Qué rayos trama ese tipo?... Esa pregunta comenzó a recorrer su cabeza. Empuñó con más ganas su arma hasta que el tipo de la katana preludió a Sakun, diciéndole que esperaba que estuviese preparado para el "segundo round".... Apenas la mente de nuestro héroe quedó en blanco y solamente vio cómo se acercaba su enemigo a una velocidad bastante sorprendente.

"- Sou ryu sen!!!"... El tipo lanzó un zarpazo... Sakun retrocedió dando un salto hacia atrás y con mucha brusquedad, usó su espada para bloquear el ataque, tratando de empujarle hacia atrás. Al retroceder el cuerpo de Naiten, vio que algo iba dirigido a su estómago. El morocho quedó atónito y con rapidez, dio un paso hacia la izquierda, tratando de esquivar su vaina... En ese momento pensó que era otra espada, por eso evitó dejarse "tocar" de aquella funda.

En ese instante, vio que el contrincante estaba cerca... Así que con su hombro, corrió unos metros hacia él y lo empujó con el cuerpo, tratando de desestabilizarlo. En ese momento, agarró con fuerza su espada y lanzó un ataque, flexionando primero sus brazos y luego estirándolos, tratando de atravesar el abdomen del hombre o bueno, al menos tratar de cortarlo. -¡AAAAAARGH!...-Gritó varonilmente mientras hacía el ataque... Se notaba bastante furioso... Parecía un animal.

El combate empezaba a llegar al pico más alto de la pelea, ambos combatientes estaban demostrando su valía, cada uno con distintas formas de pelear con sus armas, pero ambos guerreros dejaban su vida y espíritu en cada uno de los temerarios movimientos. Naiten no podía creer lo que sucedía, su técnica es infalible, hacer lo que hizo su rival es algo inesperado y difícil de asimilar. El caballero dragón sabía que si su oponente esquivó un brillante ataque como el que hizo, tenía unos reflejos por encima de lo normal, -¿cómo podía enfocarse en dos objetivos al mismo tiempo?, eso era lo que pensaba una y otra vez en un breve período de tiempo...

Sin embargo, las cosas no iban a quedar así, ya que el oponente una vez esquivó su movimiento, este joven de gran corpulencia muy agilmente parecía decidido a contraatacar su ataque y no fue solo una suposición, sino que con gran velocidad mientras agarraba la empuñadura de su espada con gran fuerza, flexionó primero sus brazos y luego los estiró.

Naiten estaba un poco perplejo lo como había aquel joven había esquivado su mortífero golpe, pero más aún la forma tan rápida en que deseaba ganar que ocasiona este movimiento. Naiten en breves segundos logra moverse hacia un lado, ya que el oponente se dirigía a él con una estocada frontal. Entonces en ese momento se origina una chispa..., Naiten no combatía sin nada encima, gracias a su liviana armadura, lo cubrió de un corte mortal, sin embargo, al moverse laceró un poco de su flanco izquierdo, originando que no solo dañara la ropa que lleva debajo de su armadura sino que un hilo de sangre empezara a brotar del cuerpo del caballero dragón.

A pesar de ser lacerado, la adrenalina del momento había invadido el cuerpo del caballero dragón y dicha herida pequeña ni logró sentirla. Luego del asedio de ambos luchadores, la respiración del caballero dragón empezaba a ser más fuerte, la fatiga empezaba a consumir su cuerpo. El combate había sido a un ritmo muy intenso, no solo se estaba generando un desgaste físico, sino que lo mental empezaba a influir, cualquier movimiento erróneo significaría la muerte de uno de los dos combatientes, por lo que una vez más después del golpe que intentó hacer el misterioso combatiente, Naiten se apartó unos metros para pensar en un nuevo ataque hacia aquel rival.

Por su cabeza gotas de sudor pasaban en su frente tratando de opacar su visión cada vez que una de estas gotas pasaba por sus ojos. Naiten respiraba tranquilo, trataba de tranquilizarse para encontrar el punto débil de este temible oponente. Era difícil por más que tratara de pensar como lo atacaría en esos breves segundos, su mente no se iluminaba, su oponente poseía gran fuerza y destreza, sin olvidar sus grandes reflejos, movimientos corrientes no ayudarían para nada, sino que malgastar sus energías, sin embargo, se le ocurrió algo para atacar. Nuevamente y como si fuera una envestida, el caballero dragón se dirigió hacia su oponente, en la mano derecha llevaba su katana y en su mano izquierda llevaba la vaina.

Una vez nuevamente se encontraba cerca a su oponente Naiten quería distraerlo con el objetivo de que dejara una apertura a su defensa y penetrarla, por lo que ya casi a lo que parecía lanzar una estocada horizontal, primero con su mano izquierda lanza por los aires su vaina con gran fuerza y precisión que iba dirigido hacia la cabeza, la idea era que mientras su oponente esquivaba su vaina ya fuera con su espada o moviendo el cuerpo, el oponente perdería de vista al caballero dragón y en ese momento atacarlo con una zanjada. Naiten esperaba que esta vez las cosas funcionaran... Naiten una vez lanzó su vaina por los aires se acercó a gran velocidad y de esta forma lanzó su ataque con el objetivo de por fin acertar y terminar este combate.

Los movimientos de cada uno de ellos eran impecables... Parecían preparados para el combate, como si fuera lo único en su vida que les importase. La destreza de Sakun ganó ante el ataque de Brood, el dragón que había ideado un plan bastante inteligente al que el dragón tuvo suerte solo porque la rapidez siempre le había acompañado al igual que la fuerza... Siempre se había dedicado a entrenar eso, por lo que tiene más músculos que inteligencia. No importaba cual sea el resultado a estas alturas... Los dos llevaban una buena racha de ataques y el día comenzaba a terminarse... Quedaban solo unas pocas horas para que eso sucediera. La concentración que tenían era bastante sorprendente... Los dos podían leer los ataques, era fascinante la forma en la que combatían... Usando diferentes estilos que estaban funcionado demasiado. -*Espero hacerle daño...*-pensaba Sakun lanzando una estocada frontal con bastante fuerza, frunciendo muchísimo el ceño y olvidando su alrededor más cualquier distracción... Solamente le importaba ganar... Aunque con el rabillo del ojo, vio al jefe del pobre esclavo que estaba a su lado... Podía verse esa furia en la que lo miraba, como si quisiera matarlo. Si algo no puede perdonar el dragón, es un hombre destinado a no tener libertad... Por eso se había enfurecido al ver encadenado a ese hombre de color.

-¡¡AAH!!-Pegó un varonil grito de combate, esperando atravesar el cuerpo de Naiten con su espada. No funcionó pero al menos notó que alcanzó a propinarle una herida... Eso era bastante bueno dado que comenzar ganando la lucha era algo que funcionaba demasiado. -Vaya...-Apenas dijo Sakun, mirando el brote de sangre que había ocasionado. Se quedó inmóvil para luego ver su espada y notar que tenía una pequeña gota bastante carmesí. -Hmmm...-Removió ésta con sus dedos y se arrodilló, limpiando la sangre en el pasto. Al levantarse, se quedó mirándole con seriedad, notando el rostro cansado de su oponente y no ignorando que el joven dragón también estaba muy agitado con todo esto... Su frente estaba húmeda y de allí escurrían bastantes "ríos" de sudor que hacían brillante su rostro y moreneaban más su piel.

Las miradas se cruzaban cada milisegundo y todo parecía como a una historia... Los relámpagos caían fuera de su eje y se escuchaba el resplandor al suceder aquello. Al menos el día ofrecía el viento muy cálido que no sólo relajaba los músculos de nuestro héroe, si no también secaba el sudor y le ofrecía tranquilidad. -*Ese muchacho va en serio... Quiere ganar.*-Quedó paralizado, viéndolo con mucha serenidad, sus ojos asiáticos captaban hasta el movimiento de los árboles al ser movidos por la brisa tan brusca.

El descanso que tomaban los contrincantes no duro más de 5 minutos cuando Brood se preparó para su siguiente ataque. Sin moverse, el dragón se quedó viendo cada movimiento que llevaría a cabo ese tipo... Tomó con una fuerza incomparable la empuñadura de su espada para luego quedarse viéndole con mucha seriedad y no sólo eso, si no una seguridad de que todo saldría bien. Todo parecía bastante fácil hasta que el hombre lanzó algo hacia arriba que luego caería en dirección mía... Me quedé viéndola y una gota de sudor pasó por mi cabeza.. Me sentí muy nervioso, el combate se había puesto muy arduo. -¡Maldición!...-Esquivó la vaina con rapidez pero cuando menos lo pensó, ya la katana le despojaba la ropa. No tenía tiempo de pensar, así que haciendo un rostro serio... Agarró la arma del oponente con la mano derecha... No teniendo más opción que esa.

-Argh...-Pegó un alarido y la agarró con toda la fuerza que tenía, con cada músculo de su brazo. La sangre le empezó a brotar de allí dado que la agarró de donde había filo... Se aseguró de no perder los dedos... El líquido carmesí comenzaba a colorear aquella arma. -Qué estúpido soy...- Dijo mientras que agarraba la katana de su oponente con fuerza, forcejeando con su mano derecha... Con su mano izquierda tomó la espada e hizo un ataque horizontal en el brazo donde Naiten tenía la katana y actualmente forcejeaba.

-O sueltas el arma... O pierdes el brazo...-Habló con seriedad y mostrando una mirada maliciosa más algo psicópata.

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Off: Espero que se haya entendido el ataque xD, si no fue así, pueden mandarme un MP.

Recompensas:

-ingreso al gremio de luchadores
-capa del gremio
-400 aeros