[Misión Gremio de Ladrones] Segundas intenciones

Bien, era cierto que Matthew se había ofrecido, y hasta había insistido, para poder entrar de nuevo al Gremio de Ladrones, pero en realidad no se esperaba que le dieran alguna tarea de importancia, había contado con que su figura de novato fuera suficiente como para descartarlo de cualquier misión que pudiera ser potencialmente mortal. Pero claro, se había olvidado de que siempre se necesitaba alguien para el sacrificio ¿A cuántos había utilizado él mismo en su momento?

Como fuere, Owens tenía bien en claro que no sería la carnada en todo eso, de ser necesario empujaría a otro al centro mismo de una trampa “Hay que ser un verdadero genio para mandar a un grupo de ladrones a hacer un trabajo en equipo”, pensó con sarcasmo el estafador en el mismo instante que un informante le había comunicado la tarea que le habían asignado. Su primera reacción había sido tomarse unos días para relajarse… ¿Ocultarse? No, de ninguna manera, solo se había olvidado de avisarle al Gremio donde iba a estar.

Pero, finalmente, había terminado participando, y allí estaban, apretados dentro de una caja rogando para que a ningún Bio- cibernético se le ocurriera registrar el cargamento. Claro que Matt se las arreglo para al menos estar más cerca de la seria Kathy que de los demás, no por estar en una misión posiblemente mortal iba a dejar pasar la oportunidad. El estafador salió de la caja y se quito el polvo de la ropa mientras escuchaba las quejas de sus compañeros, como era un asunto importante había dejado su vestimenta habitual y había optado por algo más profesional.

Ejemplo de la ropa de Owens:

El estafador miro el sitio donde habían terminado, estaban en un depósito, un espantoso y sucio deposito. Owens suspiro y puso gesto de hastío, en cambio Chimar parecía estar en el cielo.

-Mira que eres extraño – Estaba más emocionado que virgen en cabaret, eso no podía ser normal. Agarró un pedazo de brazo roto que había en el piso, era escalofriante, parecía que estaban como en un cementerio de autómatas. Dejo el pedazo de robot en donde lo había encontrado y se acercó a la puerta cerrada – Me parece bien, dejemos que el pequeño abra la puerta – Owens también sabia abrir cerraduras, cualquier ladrón que se precie sabía hacerlo, pero ¿Para que esforzarse si el niño estaba tan ilusionado en hacerlo él?

No tenía interés en demostrarle nada a nadie, aunque lo de rescatar al gran líder podía ser beneficioso a largo plazo. Miro con algo de curiosidad el otro camino, era la opción más sencilla, si, pero las cosas importantes solían guardarse tras cerraduras, por lo que de cualquier manera el estafador compartía la opinión de Chimar.

Mientras esperaba a que el niño abriera la puerta, Matt se entretuvo observo de modo disimulado a Kathy, se veía bastante bien, aunque estaba demasiado ensimismada con eso de cumplir con la tarea. Sin embargo, por momentos parecía distraerse, resultaba sospechoso ¿Es que tenía alguna otra orden? ¿Una misión secreta dentro de otra misión secreta? ¿O tal vez pensaba traicionarlos y quedarse con todo el merito? En cualquier caso, parecía un buen motivo para vigilarla “de cerca”, mantendría su bonito trasero siempre a la vista.

El modo en que Kathy los subestimaba, sus constantes maltratos verbales… Solo lograban sacar una sonrisa en Matthew, era encantadora, daban ganas de quitarla de ese acartonado personaje y verla desnuda, despeinada con un gesto de placer en su rostro. El estafador estaba muy entretenido con este tipo de pensamientos mientras Chimar intentaba resolver el acertijo de la puerta.

Owens peinaba su pequeña y prolija barba mientras consideraba las posibilidades, pero muy a su pesar tuvo que salir de tan hermosas fantasías para enfrentarse a la realidad: Dos bio- cibernéticos se acercaban. Su misión era distraerlos pero claro, sin que notaran que estaban allí, era un bonito dilema ya que Matt se manejaba con las palabras más que con las trampas.

-Ya lo creo – Respondió cuando Chimar comentó algo sobre el sentido del humor de los dioses, ambos estaban atorados en sus respectivas tareas, así que la opción más lógica era...- Aquí el chofer se encargará de todo, no te preocupes – Dijo Owens mientras hacía una reverencia a modo de burla.

Al pasar junto al niño le revolvió el pelo y le guiño un ojo, en verdad consideraba que hacían un buen equipo, aunque probablemente Maquiavelo jamás lo admitiría. El estafador se paró frente a la puerta y contemplo con detenimiento el acertijo, no debería ser algo tan difícil, los autómatas carecían por completo de imaginación, así que debía haber algún tipo de patrón con el cual guiarse.

-Bien… Veamos… - Matt se daba ligeros golpecitos con el dedo índice en los labios mientras pensaba – Si cada número fuera una letra… S-M-C… No, eso no tiene ningún sentido – Para entonces ya tenía a Kathy mirando con gesto de desaprobación.

-Lo necesitamos para hoy, novato – Dijo con ese tono de reproche que se había vuelto su marca registrada desde que llegaron al lugar.

-Sin duda el que me respires en la nuca es de gran ayuda, por favor continua – Respondió con ironía Matt, sin desviar la mirada del acertijo ni un segundo – Los números se repiten… Uno en el primero, uno en el segundo, tres en el segundo y tres en el tercero, cero en el tercero y en el cuarto, luego el siete… Pero luego no – El tiempo se le acababa.

La distracción de Chimar parecía haber funcionado, pero eso no significaba que pudiera relajarse. ¡De pronto! la solución parecía sumamente clara para Matthew, sin embargo no se apuro en ponerla pues le parecía divertido el estar en una situación tan arriesgada.

-No tienes la menor idea ¿Cierto? Eres un inútil, déjamelo a mí – La mujer aparto a Owens y amago con apretar una de las letras, pero el hombre le sujeto la mano.

-¿Estas segura de querer hacer eso? – Le pregunto mientras levantaba una ceja de forma inquisitiva.

-Creo que ya lo tengo ¿Acaso tu sabes de qué se trata, novato?

-Oh bueno, es que solo digo, sería una pena que comenzara a sonar la alarma, ya sabes… - Se encogió de hombros y apoyó la espalda contra el marco de la puerta, sonriendo burlón.

-Si sabes la respuesta escríbela de una vez, idiota – La mirada de la mujer manifestaba claramente el profundo odio que sentía en ese momento.

-Ya, ya, está bien – Marco en el teclado con velocidad “C-I-E-N-C-I-A” – Y… ¡Voilá!- Exclamo el estafador haciendo un gesto grandilocuente y socarrón, los pasos de los bio- cibernéticos se escuchaban a casi nada de distancia, no tendrían siquiera un minuto para escapar.

Matthew no iba a ser insistente, el primer round había sido suyo, pero si continuaba intentando corría el riesgo de volverse un pesado, y nada bueno podía suceder si se metía en ese terreno. Se sonrió la misma cantidad de segundos que la dama y luego puso toda su atención en lo que tenían por delante, como si se hubiese olvidado por completo de todo el asunto de coquetear.

La habitación que tenían por delante era de bastante mal gusto, el estafador estuvo tentado de echarle la culpa a la falta de humanidad de los Bio- cibernéticos, pero si se ponía a pensarlo había humanos que tenían prácticas similares. De todos modos no pudo evitar arrugar un poco la nariz y con el estómago algo revuelto prefirió no poner un solo dedo sobre todos esos miembros orgánicos.

Con la repulsión y todo que sentía no pudo evitar prestar atención a las palabras de Kathy “Necesit-amos” eso prácticamente era un “Necesito”, lo cual tenía bastante sentido considerando que se había mostrado muy poco dispuesta a trabajar en grupo. Pero Owens presentía que había algo más, que eran prescindibles era obvio ¿Pero qué otro dato importante les estaba ocultando?

-Solo tú podrías pensar en pollo frito estando rodeado de toda esta porquería – Le responde Matt mientras observa con atención el orbe azul. Cierto, era una trampa, pero tampoco era como si pudieran regresar por donde vinieron, no a menos que estuvieran pensando en luchar y al estafador no se le daban nada bien ese tipo de cosas – Vamos niño genio, es tu turno de lucirte.

Dejó que Chimar investigara el mecanismo mientras evaluaba otras posibilidades por las dudas de que el enano no lo lograra a tiempo. Podría arrojar algo para que el orbe rodara fuera de la plataforma y así no tener que acercarse, lo que no podía asegurar es que no se rompiera con el impacto. Tal vez podrían usar alguno de los miembros que había por ahí para agarrarlo desde lejos… Sería asqueroso, pero podría funcionar.

Por suerte el niño se había salido con la suya.

-Oh claro, la carne de cañón por delante – Aun así, y por más apurados que estuvieran, Matthew no iba a arriesgar su bienestar, así que se acercó con precaución y antes de poner siquiera un pie en el círculo rojo saco su pequeña daga y la acercó a la zona. Lo hizo un par de veces y… Nada, parecía que había funcionado.

Para entonces ya los autómatas los habían visto y solo esperaban a que terminara de abrirse la puerta, porque ellos eran así, prolijos hasta el final, para ir a por los intrusos. El estafador corrió hasta el orbe y estuvo a un segundo de agarrarlo con las manos, pero se lo pensó mejor, agarró una de las bolsas que llevaba en el cinturón, envolvió la esfera y la saco del pedestal sin ponerle un solo dedo encima.

-Parece estar todo en orden – Comentó mientras cerraba la bolsa. Los bio que estaban ya cruzando el umbral de la puerta se quedaron congelados de golpe, no era necesario ser un genio para darse cuenta de lo que estaba pasando – Parece que podremos estar tranquilos, al menos por un tiempo – No podían estar seguros si había afectado a todos los autómatas de la base o si solo a esos.

El estafador miró a Kathy, ella había sido la más interesada en agarrar el orbe, probablemente sabía lo que pasaría, nuevamente todo apuntaba a que tenía mucha más información que cualquiera de ellos. Mientras los demás decidían hacia donde ir, Matt busco la forma de hablarle en voz baja a la mujer.

-Querida, no tenía intenciones de meterme en tus asuntos, pero debes entender que no me causa mucha gracia el meterme a un sitio potencialmente mortal sin tener toda la información – Mientras hablaba jugaba con la esfera dentro de la bolsa – Si hay algo que deba saber este es un momento excelente para decírmelo.

“Nunca confíes es una cara bonita”, era una recomendación que Matthew tenía grabada a fuego en la mente, era aplicable a prácticamente todas las damas que había conocido en su vida, “Yo mismo soy un buen ejemplo”. El estafador intentó agarrar a Kathy pero resulto ser muy escurridiza, vio un virote volar hacia ella aunque eso tampoco la detuvo, para cuando quisieron seguirla ya había desaparecido.

-“Buen disparo”– Le dice con sarcasmo el estafador a Chimar mientras se cruza de brazos. No puede seguir discutiéndole porque de pronto una de las puertas comenzó a sacudirse, en un primer momento Owens pensó que, después de todo, no habían logrado desactivar a todos los guardias del lugar pero lo que entró a la sala resultó ser algo mucho peor.

Una inmensa bestia, parte araña mecánica, parte humano ingresó a la habitación con torpeza. Matthew la observó con miedo pero por sobre todo con profundo asco, no solo era una aberración mitad metal, mitad ser vivo, sino que además su creador tenía un sentido estético de lo más cuestionable. Owens siempre supo que existía la posibilidad de terminar luchando contra algo, pero jamás imagino que sería con algo como eso.

-¡¡Voy!! ¡¡Voy!! ¡¡Voy!! – Tardó unos segundos en reaccionar, salió corriendo en dirección al altar de donde había sacado la esfera y con algo de torpeza, producto de los nervios, la volvió a dejar en su lugar…. Nada pasaba, los guardias no revivían – ¡No sé si funcionó o si es que van a tardar en prenderse! – Le grito a Chimar que se encontraba en ese momento disparándole al bicho de metal.

El extraño ser se movía de forma torpe, parecía que las patas no le obedecían bien, o que lo hacían pero cada una seguía una orden diferente, Owens no sabía nada de maquinas, pero suponía que no era así como debía funcionar. Se fue alejando hacia la salida por la que había ido Gross.

-Vamos enano, no podes hacer nada aquí – En cuanto vio que Chimar lo seguía comenzó a correr por el pasillo. Para ser una misión secreta lo estaban haciendo bastante mal, no hacía ni diez minutos que estaban allí y ya habían sido vistos por un par de guardias, accionado una alarma, despertado a un monstruos-araña y habían sido traicionados por uno del grupo – Ciertamente como agentes secretos somos muy buenos ladrones – Viejo dicho que solían decir en el pueblo de Matt.

Detrás suyo podían escuchar el escándalo que hacían las patas de la araña mecánica, al parecer ya había comenzado a entender cómo funcionaban ¡Y los estaba siguiendo!

-Nunca pensé que diría esto pero ¿Dónde están los guardias? – Grito Matthew mientras seguía corriendo.

Nada funcionaba, nada les salía bien a los aventureros, quien sea que había pensado en ese jodido plan, y que había supuesto que este grupo de cuatro era el más idóneo para la tarea, sufría de un retraso mental importante. Matthew maldecía a todo el gremio de ladrones, maldecía a Chimar por ocurrírsele tirar un virote incendiado a la horrible araña y maldecía al bonito trasero de Kathy que lo había distraído.

-Y yo voto por Chimar, sus piernas cortas nos retrasan en la huída - Cualquiera diría que empujar a un niño hacia una muerte segura era algo muy poco honorable, y a esas personas Matt les diría que tenían razón, y que por eso mismo se consideraba de lo más ruín “Una detestable y vil basura, pero vivo” - Además, es el genio que prendió fuego a la araña monstruo.

No fue necesario seguir con la votación porque los autómatas prefirieron ir a por el enemigo más problemático primero “¡Buena elección!” pensó el estafador, aunque su alegría duró poco, una de la cabeza de los bio salió volando y chocó a pocos metros de donde estaba.

-Ya no los fabrican como antes - Otra vez estaban corriendo por su vida, la siguiente vez podrían ahorrarse todo el problema de la caja y entrar directamente tocando a la puerta principal, sí al final el resultado parecía ser el mismo. Cada vez que abrían una nueva puerta, mas y mas bio- ciberneticos aparecían, los ignoraban como si no estuvieran allí y cargaban contra la araña monstruo - A por ella muchachos - Se burlaba Matthew mientras dejaba pasar a otro grupo de autómatas.

Cuando llegan a una de las intersecciones Owens ve un trasero conocido, al subir la mirada se da cuenta de que es Kathy, le sonríe porqué entre personas despreciables no tienen que haber discusiones. Eso no impediría que le clave una daga por la espalda en cuanto tuviera alguna oportunidad.

-Salvemos al maldito Gabret entonces, espero que nos recompense como corresponde luego de esto - Mientras siguen a la mujer llegan a las celdas de los prisioneros y por décima vez en el día Matt piensa que algo de todo eso no tenía sentido - ¿Por qué nos traicionó sí iba a venir al mismo lugar? - “Sería que quería toda la gloria para ella sola”, pensó por un momento Matt, era una posibilidad sin duda, pero sí se trataba de eso la muchacha era más ambiciosa de lo que el estafador había calculado.

-Comienzo a pensar que la salida será algo difícil- Comentó Owens mientras miraba los pasillos por los que habían llegado y pensaba en todos los seres que habían dejado atrás.

Sumidos en el completo caos, con trozos de Bio- cibernéticos volando por los aires, sonidos de explosiones, y, para más, se sumaban a la batalla reclusos que de alguna forma se habían escapado ¡No faltaba nadie en la reunión! En una situación así Matthew no podía más que reírse, estaba envuelto en una completa locura, y pensar que su único deseo era tener un lupanar donde pasar sus últimos años de vida tranquilo.

Subieron por unas escaleras, aunque Owens tenía la sensación de que caminaban al azar, llegaron a un pequeño pasillo y en el fondo habían algunas escotillas y... Mas Bio- cibernéticos. Muy confiado el pequeño Chimar fue hacía allí para encargarse de la situación, Matt se encogió de hombros.

-Claro, quédate con la tarea sencilla, yo buscare a Gabret - Buscar a alguien a quien no conocía en persona, sin la más remota idea de dónde podía estar y en medio de una batalla a muerte entre varios bandos distintos, debía ser una de las tareas más peligrosas y difíciles que había tenido en su vida.

Matthew regresó corriendo por donde habían venido y contempló la pelea, evaluando las posibilidades. Entre todo el gentío el estafador localizo a Kathy, se sonrió “¿Y ahora quien es la que está en problemas?”, las ironías de la vida eran maravillosas. Pero estando la muchacha allí su última esperanza por averiguar donde estaba Gabret se desvanecía.

-¿Qué haremos ahora?- Preguntó Gross mirando a Matt con gesto de preocupación.

-Bueno, soy de la idea de que si no puedes solucionar algo, al menos puedes empeorarlo - Revisó en su bolsillo y sacó una pequeña piedra. Por lo que él sabía tenían tres problemas urgentes: No sabían donde estaba el Líder que habían venido a rescatar, no tenían idea de como salir de allí y había un grupo de horribles autómatas que pronto recordarían que estaban allí. No podía hacer nada con las dos primeras, pero al menos podía hacer algo con lo último - Lo siento tanto, Querida, nos podríamos haber llevado muy bien - Dijo Matt, sonriendo con algo de malicia mientras veía a Kathy abajo luchando - Y allá va...

Lanzó la piedra en medio de la pelea y casi de inmediato comenzó a desatarse una tormenta eléctrica... ¡Dentro de un edificio!

El estafador regresó corriendo a donde estaba Chimar, efectivamente el niño se las había arreglado para derrotar a los dos guardias. Matthew le hizo un gesto de respeto ante la hazaña, luego miró la escotilla que había abierto e inmediatamente alejó la nariz con los ojos llenos de lágrimas.

-¡¡Pero qué peste!! - Exclamó con horror - De ninguna manera entraremos allí - Sí bien Owens no era un hombre delicado, esa salida superaba por mucho su máxima tolerancia a la suciedad - Intentemos con está otra - Dijo mientras ponía las manos sobre la siguiente escotilla - Mmm creo que se escucha algo del otro lado - Giro la manivela.

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Subrayado: Uso de Objeto Master, Piedra ambiental.