El renacimiento del clan Blizzard [Interpretativo][Libre][Cerrado]
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El renacimiento del clan Blizzard [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Tras seguir los pasos del malvado brujo y lograr sonsacarle información importante, Ryomaru regresa a la aldea para avisar de lo que, sin llegar a saberlo con certeza, estaba proximo a suceder. Xenzor atacaría la aldea y no sabían lo contundente que podría llegar a ser por lo que, en esos instantes, su mayor enemigo era el tiempo, un tiempo que tal vez no tenían pero debían de hacer todo lo posible.
Nada mas llegar a la aldea, verían a muchos hechiceros siguiendo su vida cotidiana, algunos les saludarian porque allí no era precisamente dificil conocerse a no ser que se estuviera siempre viajando aunque como Ryomaru trabajaba en la biblioteca y era un lugar frecuentado por los brujos, muchos eran los que le saludaban al verlo.
- Hombre, Ryomaru, me alegro de verte. ¿Ya has vuelto de tu permiso? - le pregunto un joven hechicero, equipado con una ligera armadura, cuando se le acerco con otro vestido igual. La pareja de brujos eran guardias de la ciudad, patrullaban y se aseguraban de que todo iba bien - Elen, ¿no? Hace mucho que no te veíamos, ¿Que te trae por aqui? -
- Hola Steven, Edgar. Traemos malas noticias - esas palabras llamaron la atención de los dos guardias y, acto seguido, Ryomaru decidió continuar - Es posible que un brujo oscuro ataque la aldea con un poderoso ejercito. ¿Recordais al hechicero que hace un par de semanas estuvo aqui, acabo con un par de los nuestros después de haber mandando a los suyos robar cosas para ganar dinero? -
- Si, lo recordamos. Le estabamos tratando de seguir la pista y hemos enviado a algun brujo pues debe pagar por su crimen pero... ¿¡¡Ataque!!... ¡¡Ejercito!!? - pregunto Steven sorprendido
- Así es, después de lo ocurrido aqui, me lo encontre en los pantanos de los reinos del este encantando muchas armas. El dinero lo quería para comparlas sin llamar la atención. Tiene trasgos trabajando con el y guerreros humanos incluso y muchos, muchos, brujos. Dice que pronto su nombre estara en la memoria de los brujos. No creo que sus intenciones sean precisamente inocentes ni que busque nuestro bien -
- Eso es terrible pero, ¿Estais seguros de eso? En esta aldea tenemos brujos muy poderosos, si quiere atacarnos, necesitara algo mas que un puñazo de orcos y guerreros. ¿Estais seguros? - pregunto Edgar mirando fijamente a los dos - Elen, ¿Es cierto? Ryomaru es un novato y puede asustarse enseguida -
Nada mas llegar a la aldea, verían a muchos hechiceros siguiendo su vida cotidiana, algunos les saludarian porque allí no era precisamente dificil conocerse a no ser que se estuviera siempre viajando aunque como Ryomaru trabajaba en la biblioteca y era un lugar frecuentado por los brujos, muchos eran los que le saludaban al verlo.
- Hombre, Ryomaru, me alegro de verte. ¿Ya has vuelto de tu permiso? - le pregunto un joven hechicero, equipado con una ligera armadura, cuando se le acerco con otro vestido igual. La pareja de brujos eran guardias de la ciudad, patrullaban y se aseguraban de que todo iba bien - Elen, ¿no? Hace mucho que no te veíamos, ¿Que te trae por aqui? -
- Hola Steven, Edgar. Traemos malas noticias - esas palabras llamaron la atención de los dos guardias y, acto seguido, Ryomaru decidió continuar - Es posible que un brujo oscuro ataque la aldea con un poderoso ejercito. ¿Recordais al hechicero que hace un par de semanas estuvo aqui, acabo con un par de los nuestros después de haber mandando a los suyos robar cosas para ganar dinero? -
- Si, lo recordamos. Le estabamos tratando de seguir la pista y hemos enviado a algun brujo pues debe pagar por su crimen pero... ¿¡¡Ataque!!... ¡¡Ejercito!!? - pregunto Steven sorprendido
- Así es, después de lo ocurrido aqui, me lo encontre en los pantanos de los reinos del este encantando muchas armas. El dinero lo quería para comparlas sin llamar la atención. Tiene trasgos trabajando con el y guerreros humanos incluso y muchos, muchos, brujos. Dice que pronto su nombre estara en la memoria de los brujos. No creo que sus intenciones sean precisamente inocentes ni que busque nuestro bien -
- Eso es terrible pero, ¿Estais seguros de eso? En esta aldea tenemos brujos muy poderosos, si quiere atacarnos, necesitara algo mas que un puñazo de orcos y guerreros. ¿Estais seguros? - pregunto Edgar mirando fijamente a los dos - Elen, ¿Es cierto? Ryomaru es un novato y puede asustarse enseguida -
Última edición por Ryomaru Baransu el Sáb Jun 13 2015, 15:15, editado 1 vez
Logan Allen
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Re: El renacimiento del clan Blizzard [Interpretativo][Libre][Cerrado]
La joven no tardó mucho en recoger sus pertenencias de la posada y visitar a su madre, aprovechando el momento para informarla de su inminente viaje a las islas y pedirle que avisara a su hermano, para que el rubio no se preocupase por ella. Una vez hecho esto se dirigió al puerto, donde no le costó mucho encontrar a un par de capitanes con los que ya había viajado en alguna ocasión, así que no tuvieron problema para embarcarse de inmediato.
Volver a su tierra natal siempre le sentaba bien, y aquella no sería una excepción a pesar del motivo que la llevaba hasta allí, así que esbozó una leve sonrisa en cuanto estuvieron lo suficientemente cerca como para atisbar las islas desde el barco. Solo un rato después ya estaban en el puerto, donde pudo saludar a algunos viejos conocidos antes de ponerse en marcha hacia Beltrexus, tratando de ir lo más rápido posible.
El mensaje que traían podía ser extraño e incluso difícil de creer, pero debían hacer todo cuanto estuviese en sus manos por convencer a la guardia y a tantos magos como pudiesen, para que se preparasen debidamente y se mantuviesen alerta, Xenzor no tardaría en hacer su aparición por allí. Puede que incluso ya tuviese hombres en las islas infiltrados, vigilando a los habitantes y buscando las mejores zonas para el ataque, aquellas en las que las defensas fuesen escasas.
Por ello tendrían que tener cuidado al hablar del tema con alguien, ya que si llegaba a oídos de uno de esos espías el hechicero se enteraría y podría cambiar de estrategia u objetivo, lo cual les perjudicaría. Siguieron su camino hasta llegar a la aldea, donde todo parecía seguir con la misma tranquilidad de siempre, los mercaderes en sus puestos tratando de captar la atención de los transeúntes y varios magos cargados de libros dirigiéndose a la academia para estudiar.
Beltrexus no solía cambiar mucho, ni tampoco sus habitantes, así que para la joven era casi como si no se hubiese llegado a ir nunca. Un par de miembros de la guardia se les acercaron para saludar a Ryomaru, y aunque la de ojos verdes los conocía de vista y poco más, optó por mantenerse en silencio mientras su compañero les explicaba lo que ocurría. Las palabras del mago de hielo sorprendieron a uno de ellos, que a pesar de conocer a Xenzor y haber tenido ya con él un percance, no podía creer que estuviese planeando atacar la aldea.
Ryomaru continuó hablando, acerca de lo que habían visto en los pantanos y la frase que les había dicho antes de marcharse de Lunargenta, con lo que poco a poco la historia tomaba forma y se volvía más creíble. Edgar decidió preguntar a la de cabellos cenicientos, alegando que su compañero era un novato y podía haberse asustado con poco, a lo que la joven Calhoun respondió negando con la cabeza.
- Todo lo que dice es cierto, Xenzor prepara algún tipo de ejército y piensa traerlo aquí, se ha hecho con más armas y no tardará en venir, estoy casi segura de ello. - respondió con tono firme, para que no dudaran de su palabra. - Debéis prepararos y rápido, las islas cuentan con magos muy poderosos y deben ser alertados de lo que se avecina, con su ayuda quizá podamos detenerlo antes de que llegue a la aldea y cause daños a los habitantes. - continuó, al tiempo que se cruzaba de brazos, para luego esperar a que los guardias tomasen la palabra.
Volver a su tierra natal siempre le sentaba bien, y aquella no sería una excepción a pesar del motivo que la llevaba hasta allí, así que esbozó una leve sonrisa en cuanto estuvieron lo suficientemente cerca como para atisbar las islas desde el barco. Solo un rato después ya estaban en el puerto, donde pudo saludar a algunos viejos conocidos antes de ponerse en marcha hacia Beltrexus, tratando de ir lo más rápido posible.
El mensaje que traían podía ser extraño e incluso difícil de creer, pero debían hacer todo cuanto estuviese en sus manos por convencer a la guardia y a tantos magos como pudiesen, para que se preparasen debidamente y se mantuviesen alerta, Xenzor no tardaría en hacer su aparición por allí. Puede que incluso ya tuviese hombres en las islas infiltrados, vigilando a los habitantes y buscando las mejores zonas para el ataque, aquellas en las que las defensas fuesen escasas.
Por ello tendrían que tener cuidado al hablar del tema con alguien, ya que si llegaba a oídos de uno de esos espías el hechicero se enteraría y podría cambiar de estrategia u objetivo, lo cual les perjudicaría. Siguieron su camino hasta llegar a la aldea, donde todo parecía seguir con la misma tranquilidad de siempre, los mercaderes en sus puestos tratando de captar la atención de los transeúntes y varios magos cargados de libros dirigiéndose a la academia para estudiar.
Beltrexus no solía cambiar mucho, ni tampoco sus habitantes, así que para la joven era casi como si no se hubiese llegado a ir nunca. Un par de miembros de la guardia se les acercaron para saludar a Ryomaru, y aunque la de ojos verdes los conocía de vista y poco más, optó por mantenerse en silencio mientras su compañero les explicaba lo que ocurría. Las palabras del mago de hielo sorprendieron a uno de ellos, que a pesar de conocer a Xenzor y haber tenido ya con él un percance, no podía creer que estuviese planeando atacar la aldea.
Ryomaru continuó hablando, acerca de lo que habían visto en los pantanos y la frase que les había dicho antes de marcharse de Lunargenta, con lo que poco a poco la historia tomaba forma y se volvía más creíble. Edgar decidió preguntar a la de cabellos cenicientos, alegando que su compañero era un novato y podía haberse asustado con poco, a lo que la joven Calhoun respondió negando con la cabeza.
- Todo lo que dice es cierto, Xenzor prepara algún tipo de ejército y piensa traerlo aquí, se ha hecho con más armas y no tardará en venir, estoy casi segura de ello. - respondió con tono firme, para que no dudaran de su palabra. - Debéis prepararos y rápido, las islas cuentan con magos muy poderosos y deben ser alertados de lo que se avecina, con su ayuda quizá podamos detenerlo antes de que llegue a la aldea y cause daños a los habitantes. - continuó, al tiempo que se cruzaba de brazos, para luego esperar a que los guardias tomasen la palabra.
Elen Calhoun
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Re: El renacimiento del clan Blizzard [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Al ver que Elen reafirmaba lo que el joven brujo acababa de revelar, los dos guardias se miraron con cara de precupación, haciendose conscientes de lo que acababan de saber. La aldea estaba en peligro y debían de comenzar los preparativos para la batalla que podría suceder en cualquier momento.
- En ese caso, debemos de informar. Edgar, ve e informa a los superiores. Yo debo quedarme a vigilar - dijo Steven a su compañero haciend que este asintiera y se fuera a paso ligero - Seguramente enviemos a alguien con nuestras aves particulares para recoger mas información y vigilaremos los accesos a la isla. Si vienen, cuanto antes sepamos cuando llegaran, mejor -
- Bien, excelente idea. ¿En que podemos ayudar? - pregunto Ryomaru
- De momento no haz falta nada. Esperaremos instrucciones - El guardia hizo una pausa - Sin embargo, he de anunciarte que el viejo Velgios quería verte. Me pregunto por ti pocas horas después de que te marcharas -
- ¿Ah si?, ¿Donde le puedo encontrar? -
- Seguramente este en la taberna del pony pisador. Le vi entrar haz muy poco -
- Bien, pues Elen, si te parece bien, vayamos a topar algo - Ryomaru hizo un saludo a Steven y empezo a caminar esperandoq ue Elen le acompañara
Mientras avanzaban hacia la pequeña taberna que tenían casi delante, se podía contemplar como los habitantes disfrutaban del dia a dia, ajenos a lo que estaba por suceder. Algo que Ryomaru lamentaba estropear con su noticia pero no tenía otra pción pues el tiempo apremiaba.
- ¿Sabes Elen? Antiguamente existía un clan, llamado el clan Blizzard, igual oiste hablar de el - Ryomaru hizo una pequeña pausa antes de continuar - Estaba formado por brujos alquimistas del agua y el vieno, en otras palabras, brujos del hielo como yo. Formaron el clan para ayudarse entre sí a volverse mejores brujos del hielo y a alcanzar los limites jamas imaginados dentro del mund de la magia. El liderazgo se pasaba de padres a hijos y mis padres fueron los ultimos. Un día, localizaron un objeto que les ayudaría a potenciar sus poderes pero, al poco de conseguirlo, sufrieron un ataque en su guarida. Yo era un simple bebe y ordenaron que las mujeres sacaran a todos los niños. Ningun hombre sobrevivió salvo uno, el viejo Velgios. El me ha ayudado a controlar un poco mi poder y, tras el asesinato posterior de mi madre por un brujo del fuego, me apoyo. Es un gran hombre -
Tras contarle la historia a Elen, Ryomaru llego hasta la puerta de la taberna y la abrió. Al abrirla se podía ver mucha gente, de edades entre 22 y 70 años, sentados en butacas alrededor de barriles que hacian las veces de mesa o ante la barra detrás de la cual había un hombre barrigón, con larga barba y que estaba recogiendo vasos. A parte de eso, se podía oler la riquisima cerveza qu allí se servía, un brebaje que no podía faltar en un lugar así.
- Bueno Elen. Te invito a una caña - dijo Ryomaru mientras se acercaba a la barra - Hola Tom -
- Hombre, Ryomaru, me alegro de verte chaval. ¿Sabes que Velgios quiere hablar contigo? - Era increible la euforia con la que se lo preguntaba, parecía mas interesado el en que Ryo hablase con el viejo mago que el propio brujo
- Si, lo se. Me dijeron que estaría aqui -
- Así es jovencito. Ha ido a lavabo. No creo que tarde. Entre tanto, ¿Que te pongo? - le pregunto antes de observar a la bruja que tenía a su lado - Su cara me suena, debes de ser la gran Elen Calhoun, gran hechicera del rayo. Como has crecido - decía Tom sonriente mientras Ryomaru le pedía las dos cañas - Vienes muy poco por el pueblo, seguro que te has vuelto mas poderosa. No esperaba menos de ti jeje -
Tom cogió dos copas de una estanteria y echo cerveza a partir de un grifo algo escondidito para luego servir las dos cañas y, posteriormente, servir un bol de cristal con patatas fritas.
- ¿Has conocido a este joven, eh? Es uno de los descendientes del viejo clan Blizzard, ¿sabes?. Le dije muchas veces que el sería un gran sucesor pero no me ha querido escuchar -
- Por favor Tom. Ya hemos hablado de eso, no son tan poderoso como era mi padre y no quiero formar algo que acabo tan mal. El clan de mi padre era demasiado solitario, paso lo que paso porque estaban solos en su egocentrismo -
- No deberias de hablar así de tu padre, hijo - dijo una voz por detras de Ryomaru
Al girarse, Ryomaru vio a un hombre mayor y con baston, llevaba un pequeño gorro morado y larga barba blanca además de unas delicadas gafas de media luna.
- Velgios, me alegro de verte - El joven no pudo evitar abalanzarse sobre el anciano para darle un abrazo
- En ese caso, debemos de informar. Edgar, ve e informa a los superiores. Yo debo quedarme a vigilar - dijo Steven a su compañero haciend que este asintiera y se fuera a paso ligero - Seguramente enviemos a alguien con nuestras aves particulares para recoger mas información y vigilaremos los accesos a la isla. Si vienen, cuanto antes sepamos cuando llegaran, mejor -
- Bien, excelente idea. ¿En que podemos ayudar? - pregunto Ryomaru
- De momento no haz falta nada. Esperaremos instrucciones - El guardia hizo una pausa - Sin embargo, he de anunciarte que el viejo Velgios quería verte. Me pregunto por ti pocas horas después de que te marcharas -
- ¿Ah si?, ¿Donde le puedo encontrar? -
- Seguramente este en la taberna del pony pisador. Le vi entrar haz muy poco -
- Bien, pues Elen, si te parece bien, vayamos a topar algo - Ryomaru hizo un saludo a Steven y empezo a caminar esperandoq ue Elen le acompañara
Mientras avanzaban hacia la pequeña taberna que tenían casi delante, se podía contemplar como los habitantes disfrutaban del dia a dia, ajenos a lo que estaba por suceder. Algo que Ryomaru lamentaba estropear con su noticia pero no tenía otra pción pues el tiempo apremiaba.
- ¿Sabes Elen? Antiguamente existía un clan, llamado el clan Blizzard, igual oiste hablar de el - Ryomaru hizo una pequeña pausa antes de continuar - Estaba formado por brujos alquimistas del agua y el vieno, en otras palabras, brujos del hielo como yo. Formaron el clan para ayudarse entre sí a volverse mejores brujos del hielo y a alcanzar los limites jamas imaginados dentro del mund de la magia. El liderazgo se pasaba de padres a hijos y mis padres fueron los ultimos. Un día, localizaron un objeto que les ayudaría a potenciar sus poderes pero, al poco de conseguirlo, sufrieron un ataque en su guarida. Yo era un simple bebe y ordenaron que las mujeres sacaran a todos los niños. Ningun hombre sobrevivió salvo uno, el viejo Velgios. El me ha ayudado a controlar un poco mi poder y, tras el asesinato posterior de mi madre por un brujo del fuego, me apoyo. Es un gran hombre -
Tras contarle la historia a Elen, Ryomaru llego hasta la puerta de la taberna y la abrió. Al abrirla se podía ver mucha gente, de edades entre 22 y 70 años, sentados en butacas alrededor de barriles que hacian las veces de mesa o ante la barra detrás de la cual había un hombre barrigón, con larga barba y que estaba recogiendo vasos. A parte de eso, se podía oler la riquisima cerveza qu allí se servía, un brebaje que no podía faltar en un lugar así.
- Bueno Elen. Te invito a una caña - dijo Ryomaru mientras se acercaba a la barra - Hola Tom -
- Hombre, Ryomaru, me alegro de verte chaval. ¿Sabes que Velgios quiere hablar contigo? - Era increible la euforia con la que se lo preguntaba, parecía mas interesado el en que Ryo hablase con el viejo mago que el propio brujo
- Si, lo se. Me dijeron que estaría aqui -
- Así es jovencito. Ha ido a lavabo. No creo que tarde. Entre tanto, ¿Que te pongo? - le pregunto antes de observar a la bruja que tenía a su lado - Su cara me suena, debes de ser la gran Elen Calhoun, gran hechicera del rayo. Como has crecido - decía Tom sonriente mientras Ryomaru le pedía las dos cañas - Vienes muy poco por el pueblo, seguro que te has vuelto mas poderosa. No esperaba menos de ti jeje -
Tom cogió dos copas de una estanteria y echo cerveza a partir de un grifo algo escondidito para luego servir las dos cañas y, posteriormente, servir un bol de cristal con patatas fritas.
- ¿Has conocido a este joven, eh? Es uno de los descendientes del viejo clan Blizzard, ¿sabes?. Le dije muchas veces que el sería un gran sucesor pero no me ha querido escuchar -
- Por favor Tom. Ya hemos hablado de eso, no son tan poderoso como era mi padre y no quiero formar algo que acabo tan mal. El clan de mi padre era demasiado solitario, paso lo que paso porque estaban solos en su egocentrismo -
- No deberias de hablar así de tu padre, hijo - dijo una voz por detras de Ryomaru
Al girarse, Ryomaru vio a un hombre mayor y con baston, llevaba un pequeño gorro morado y larga barba blanca además de unas delicadas gafas de media luna.
- Velgios, me alegro de verte - El joven no pudo evitar abalanzarse sobre el anciano para darle un abrazo
Logan Allen
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Re: El renacimiento del clan Blizzard [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Al escuchar las palabras de la bruja, los guardias se miraron con preocupación durante unos instantes, tras lo cual Steven tomó la iniciativa y envió a su compañero a informar a sus superiores, quedando él al cargo de la vigilancia, tarea que sería crucial para determinar de forma exacta el momento en que Xenzor y los suyos llegasen a las islas. Ya tenían la información necesaria para preparar las defensas lo mejor posible, y sin duda aprovecharían esa ventaja al máximo.
Viendo que por el momento no podían hacer nada más, y que a Ryomaru lo estaba buscando un tal Velgios, que al parecer se encontraba en una taberna cercana, ambos se encaminaron en dirección al local, para que el joven pudiese encontrarse con aquel hombre y enterarse del motivo por el que lo andaba buscando. Elen seguía a su compañero de cerca, pero se permitió desviar la vista hacia la tienda de la amable anciana a la que solía ayudar cuando pasaba por allí, a tiempo de verla subir los escalones con cierta lentitud, debido a su avanzada edad.
Se dijo interiormente que en cuanto Ryomaru hubiese arreglado sus asuntos con aquel extraño iría a ofrecerle nuevamente su ayuda, ellos ya habían cumplido su parte viajando hasta las islas y avisando a la guardia, así que solo les quedaba esperar a que Xenzor hiciera acto de presencia. Y como probablemente eso no se diese de inmediato, la maga tendría ocasión de regresar a su casa en las afueras y pasar unos tranquilos días en su tierra natal, cosa que sin duda le sentaría muy bien.
Volvió a centrar su atención en el brujo de hielo y escuchó lo que decía acerca de un antiguo clan, cuyo nombre solo le sonaba vagamente, ya que durante los años que había estado en la academia se había centrado más en el estudio de sus poderes que en la historia. Según lo que contaba, su familia había formado parte de ese clan hasta que sufrieron un ataque, al que solo sobrevivieron las mujeres y niños, junto con aquel hombre que lo estaba buscando.
Entraron a la taberna y se dirigieron a la barra para pedir un par de cervezas, aunque la de ojos verdes no estaba demasiado acostumbrada a aquel tipo de bebida, a decir verdad trataba de evitar cualquier líquido que tuviese alcohol, no le gustaba perder sus facultades. El propietario del local los recibió animadamente, antes de indicar a Ryomaru que Velgios se encontraba en el baño, pero que no tardaría en volver.
La de cabellos cenicientos se sorprendió un poco al escuchar cómo se refería a ella el tabernero, pero por educación le devolvió la sonrisa. Si bien era cierto que su elemento no era tan común como podía ser el fuego, del que había muchos alquimistas y tensais, la maga no se veía tan poderosa como decía el hombre, aún tenía mucho que trabajar para desarrollar su dominio de la electricidad, más aún para conseguir crear y manipular el aire.
- Me gusta más la tranquilidad de las afueras, pero visito el pueblo cuando tengo ocasión para ayudar a Elanoor en su tienda de pociones, seguro que se alegrará de que haya vuelto. - dijo con amabilidad antes de acordarse del alquimista Crowley, al que también iría a ver en cuanto pudiese, quizá incluso volviese a trabajar para él por unos días, utilizando sus recién adquiridos conocimientos sobre plantas y fórmulas para fabricar nuevas pociones y ungüentos. De paso podría preguntarle acerca de las propiedades que tenía la piel de lamia, ya que no recordaba con exactitud lo que había leído en un libro sobre tales criaturas.
Velgios apareció en escena y Ryomaru no pudo evitar abalanzarse sobre él para saludarlo con un abrazo, así que la joven se mantuvo al margen y aprovechó el momento para medir con la mirada al hombre, fijándose en su apariencia e ignorando la jarra de cerveza que el tabernero había dejado para ella.
Viendo que por el momento no podían hacer nada más, y que a Ryomaru lo estaba buscando un tal Velgios, que al parecer se encontraba en una taberna cercana, ambos se encaminaron en dirección al local, para que el joven pudiese encontrarse con aquel hombre y enterarse del motivo por el que lo andaba buscando. Elen seguía a su compañero de cerca, pero se permitió desviar la vista hacia la tienda de la amable anciana a la que solía ayudar cuando pasaba por allí, a tiempo de verla subir los escalones con cierta lentitud, debido a su avanzada edad.
Se dijo interiormente que en cuanto Ryomaru hubiese arreglado sus asuntos con aquel extraño iría a ofrecerle nuevamente su ayuda, ellos ya habían cumplido su parte viajando hasta las islas y avisando a la guardia, así que solo les quedaba esperar a que Xenzor hiciera acto de presencia. Y como probablemente eso no se diese de inmediato, la maga tendría ocasión de regresar a su casa en las afueras y pasar unos tranquilos días en su tierra natal, cosa que sin duda le sentaría muy bien.
Volvió a centrar su atención en el brujo de hielo y escuchó lo que decía acerca de un antiguo clan, cuyo nombre solo le sonaba vagamente, ya que durante los años que había estado en la academia se había centrado más en el estudio de sus poderes que en la historia. Según lo que contaba, su familia había formado parte de ese clan hasta que sufrieron un ataque, al que solo sobrevivieron las mujeres y niños, junto con aquel hombre que lo estaba buscando.
Entraron a la taberna y se dirigieron a la barra para pedir un par de cervezas, aunque la de ojos verdes no estaba demasiado acostumbrada a aquel tipo de bebida, a decir verdad trataba de evitar cualquier líquido que tuviese alcohol, no le gustaba perder sus facultades. El propietario del local los recibió animadamente, antes de indicar a Ryomaru que Velgios se encontraba en el baño, pero que no tardaría en volver.
La de cabellos cenicientos se sorprendió un poco al escuchar cómo se refería a ella el tabernero, pero por educación le devolvió la sonrisa. Si bien era cierto que su elemento no era tan común como podía ser el fuego, del que había muchos alquimistas y tensais, la maga no se veía tan poderosa como decía el hombre, aún tenía mucho que trabajar para desarrollar su dominio de la electricidad, más aún para conseguir crear y manipular el aire.
- Me gusta más la tranquilidad de las afueras, pero visito el pueblo cuando tengo ocasión para ayudar a Elanoor en su tienda de pociones, seguro que se alegrará de que haya vuelto. - dijo con amabilidad antes de acordarse del alquimista Crowley, al que también iría a ver en cuanto pudiese, quizá incluso volviese a trabajar para él por unos días, utilizando sus recién adquiridos conocimientos sobre plantas y fórmulas para fabricar nuevas pociones y ungüentos. De paso podría preguntarle acerca de las propiedades que tenía la piel de lamia, ya que no recordaba con exactitud lo que había leído en un libro sobre tales criaturas.
Velgios apareció en escena y Ryomaru no pudo evitar abalanzarse sobre él para saludarlo con un abrazo, así que la joven se mantuvo al margen y aprovechó el momento para medir con la mirada al hombre, fijándose en su apariencia e ignorando la jarra de cerveza que el tabernero había dejado para ella.
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Re: El renacimiento del clan Blizzard [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Después del fuerte abrazo, el joven brujo se aparto un poco y dejo espacio entre el y el anciano mientras este cogía asiento justo al lado de donde el se encontraba saludando a Elen mientras lo hacía.
- Tu padre hizo mucho por los nuestros. Puede que estuviera equivocado pero... bueno... eran otros tiempos - afirmo Velgios mirando fijamente al joven - Me han dicho que te habias ido de viaje, creí que no volverías hasta dentro de dos dias, ¿Que ocurrió? -
- Un malvado hechicero quiere atacar la aldea. Es el mismo que acabo con los dos guardias haz un par de semanas y me lo he vuelto a cruzar. Elen y yo le hemos seguido y hemos descubierto que esta formando un ejercito para atacarnos, No se porque pero parece como si quiera conquistarnos - el joven hablo en voz baja para evitar que lo oyera nadie mas aparte de Velgios y Elen pues el tabernero estaba ocupado en ese momento
- ¿Como? Eso es terrible... Debemos de avisar - decía el anciano con el mismo tono de voz que Ryomaru
- Tranquilo, ya lo hemos hecho. Uno de los guardias de la entrada ha ido a avisar a sus superiores. Pronto daran instrucciones -
- Bien - El anciano hizo una pausa para meditar sobre una idea - Ryomaru, creo que ahora seria un buen momento para... -
- No Velgios. Ya sabes que no quiero resucitar ese clan. No comparto esa idea de formar un clan con solo brujos del hielo -
- Joven, yo no te estoy diciendo que hagas eso. Como te he dicho, los tiempos cambian y que tu padre formara el clan blizzard de esa forma no significa que tu tengas que hacerlo igual. En tus genes esta hacerlo resurgir pero no tiene porque ser igual. Eres un gran muchacho, inteligente y poco a poco mas poderoso. Eres protector de los brujos y no conozco a nadie mejor para ser capaz de formar un clan de guerreros brujos encargados de la protección de Belltrexus -
- Eso suena muy bien - confeso el joven tras meditar unos instantes en las palabras de Velgios - Pero no se, creo que me quedaría grande. No creo que valga para eso -
El anciano comenzó a sonreir e intercambio miradas con el tabernero, quien le devolvio la sonrisa y se metio en el almacen de donde regreso con una gran caja. El tabernero dejo la caja delante de Velgios y este la recogió con las dos manos para darsela al joven colocandosela sobre las manos.
- Sostenla - pidio el anciano con una sonrisa
- ¿Que es? - pregunto el brujo justo antes de que Velgios destapara la caja
Dentro de la caja, había un uniforme de cuero compuesto por unos pantalones, un chaleco sin mangas y chanclas, todo de color azul marino.
- Este uniforme te lo hizo tu madre antes de morir. Cuando sufrimos el ataque a la guarida, yo presencia como el enemigo llegaba a la sala del artefacto. Tu padre y yo estabamos solos en la sala y justo antes de que llegase el enemigo, me hizo prometer que te ayudaria a retomar su labor corrigiendo sus errores del pasado. Decía que a tu generación le tocaria hacer renacer el clan corrigiendo sus defectos y que tu debias de ser el que lo hiciera - Ryomaru sonrio al escuchar eso - Parece que tu padre sabía muy bien lo que pensarías. Tu madre te hizo esto para cuando te decidieras hacerlo. Algunos de los brujos de hielo, hijos de antiguos miembros del clan como tu, esperan a que llames a la puerta de sus casas. Un clan no pero podrias formar un pequeño grupo y, poco a poco, convertirlo en algo mas -
- Es increible -
- Entonces, ¿lo haras? -
- Creo que si. Belltrexus necesita ayuda y puede que así pueda ayudar. Hare todo lo posible para que este grupo se convierta en un gran clan -
Al escuchar la pequeña historia, el joven se dio cuenta de que no era algo tan descabellado y que podía hacer cosas grandes si se lo proponía. Su padre lo creía, Velgios tambien y tenía amigos que deseaban formar grupo con el.
- ¿Que te parece, Elen? ¿Te parece buena idea que reuna a esos jovenes y forme un grupo de brujos? Podría ser una gran idea contra Xenzor - esas ultimas palabras las susurro en voz baja para que solo Elen las escuchara
- Ryo, ¿Porque no te cambias? - sugirio Velgios con una sonrisa - Deja que la gente te vea -
Ryomaru sonrió al anciano y se fue al baño con la caja donde se cambió. Tras entrar, el joven se entretuvo de lo lindo pues paso casi un cuarto de hora antes de que saliera. Al salir, lo hizo con un aspecto diferente y mientras lo mostraba al publico, dejo la caja sobre la barra.
El brujo llevaba puesto un uniforme de cuero compuesto por unos pantalones que llegaban hasta las rodillas, un chaleco sin mangas y chanclas, todo de color azul marino. Estas vestimentas estaban pensadas porque no necesitaban grandes ropajes y, por sus poderes, necesitaban llevar cosas agiles y cuanto menos trapo llevaran mejor. Además, el frio no les afectaba por motivos evidentes y si hacia calor lo que menos les beneficiaba era darse mas calor con ropa.
Además, llevaba un cinturon dorado con un tapon en forma de estrella justo en el centro que, al hacerla girar, se podía sonsacar un poco mostrando estar conectado a un pequeño conducto por el que introducir agua pudiendo así llenar el interior del cinturon de agua. Resultaba una forma comoda de llevar agua consigo sin necesidad de llevar un incomodo odre.
Con respecto a la vieja vestimenta, el cambio era notable teniendo en cuenta que ahora mostraba su delgado cuerpo aunque con brazos y abdominales ligeramente marcados. En su diestra, el mago seguía portando su preciado báculo.
- ¿Y bien? ¿Como me queda? - pregunto el joven a Elen
- Tu padre hizo mucho por los nuestros. Puede que estuviera equivocado pero... bueno... eran otros tiempos - afirmo Velgios mirando fijamente al joven - Me han dicho que te habias ido de viaje, creí que no volverías hasta dentro de dos dias, ¿Que ocurrió? -
- Un malvado hechicero quiere atacar la aldea. Es el mismo que acabo con los dos guardias haz un par de semanas y me lo he vuelto a cruzar. Elen y yo le hemos seguido y hemos descubierto que esta formando un ejercito para atacarnos, No se porque pero parece como si quiera conquistarnos - el joven hablo en voz baja para evitar que lo oyera nadie mas aparte de Velgios y Elen pues el tabernero estaba ocupado en ese momento
- ¿Como? Eso es terrible... Debemos de avisar - decía el anciano con el mismo tono de voz que Ryomaru
- Tranquilo, ya lo hemos hecho. Uno de los guardias de la entrada ha ido a avisar a sus superiores. Pronto daran instrucciones -
- Bien - El anciano hizo una pausa para meditar sobre una idea - Ryomaru, creo que ahora seria un buen momento para... -
- No Velgios. Ya sabes que no quiero resucitar ese clan. No comparto esa idea de formar un clan con solo brujos del hielo -
- Joven, yo no te estoy diciendo que hagas eso. Como te he dicho, los tiempos cambian y que tu padre formara el clan blizzard de esa forma no significa que tu tengas que hacerlo igual. En tus genes esta hacerlo resurgir pero no tiene porque ser igual. Eres un gran muchacho, inteligente y poco a poco mas poderoso. Eres protector de los brujos y no conozco a nadie mejor para ser capaz de formar un clan de guerreros brujos encargados de la protección de Belltrexus -
- Eso suena muy bien - confeso el joven tras meditar unos instantes en las palabras de Velgios - Pero no se, creo que me quedaría grande. No creo que valga para eso -
El anciano comenzó a sonreir e intercambio miradas con el tabernero, quien le devolvio la sonrisa y se metio en el almacen de donde regreso con una gran caja. El tabernero dejo la caja delante de Velgios y este la recogió con las dos manos para darsela al joven colocandosela sobre las manos.
- Sostenla - pidio el anciano con una sonrisa
- ¿Que es? - pregunto el brujo justo antes de que Velgios destapara la caja
Dentro de la caja, había un uniforme de cuero compuesto por unos pantalones, un chaleco sin mangas y chanclas, todo de color azul marino.
- Este uniforme te lo hizo tu madre antes de morir. Cuando sufrimos el ataque a la guarida, yo presencia como el enemigo llegaba a la sala del artefacto. Tu padre y yo estabamos solos en la sala y justo antes de que llegase el enemigo, me hizo prometer que te ayudaria a retomar su labor corrigiendo sus errores del pasado. Decía que a tu generación le tocaria hacer renacer el clan corrigiendo sus defectos y que tu debias de ser el que lo hiciera - Ryomaru sonrio al escuchar eso - Parece que tu padre sabía muy bien lo que pensarías. Tu madre te hizo esto para cuando te decidieras hacerlo. Algunos de los brujos de hielo, hijos de antiguos miembros del clan como tu, esperan a que llames a la puerta de sus casas. Un clan no pero podrias formar un pequeño grupo y, poco a poco, convertirlo en algo mas -
- Es increible -
- Entonces, ¿lo haras? -
- Creo que si. Belltrexus necesita ayuda y puede que así pueda ayudar. Hare todo lo posible para que este grupo se convierta en un gran clan -
Al escuchar la pequeña historia, el joven se dio cuenta de que no era algo tan descabellado y que podía hacer cosas grandes si se lo proponía. Su padre lo creía, Velgios tambien y tenía amigos que deseaban formar grupo con el.
- ¿Que te parece, Elen? ¿Te parece buena idea que reuna a esos jovenes y forme un grupo de brujos? Podría ser una gran idea contra Xenzor - esas ultimas palabras las susurro en voz baja para que solo Elen las escuchara
- Ryo, ¿Porque no te cambias? - sugirio Velgios con una sonrisa - Deja que la gente te vea -
Ryomaru sonrió al anciano y se fue al baño con la caja donde se cambió. Tras entrar, el joven se entretuvo de lo lindo pues paso casi un cuarto de hora antes de que saliera. Al salir, lo hizo con un aspecto diferente y mientras lo mostraba al publico, dejo la caja sobre la barra.
El brujo llevaba puesto un uniforme de cuero compuesto por unos pantalones que llegaban hasta las rodillas, un chaleco sin mangas y chanclas, todo de color azul marino. Estas vestimentas estaban pensadas porque no necesitaban grandes ropajes y, por sus poderes, necesitaban llevar cosas agiles y cuanto menos trapo llevaran mejor. Además, el frio no les afectaba por motivos evidentes y si hacia calor lo que menos les beneficiaba era darse mas calor con ropa.
Además, llevaba un cinturon dorado con un tapon en forma de estrella justo en el centro que, al hacerla girar, se podía sonsacar un poco mostrando estar conectado a un pequeño conducto por el que introducir agua pudiendo así llenar el interior del cinturon de agua. Resultaba una forma comoda de llevar agua consigo sin necesidad de llevar un incomodo odre.
Con respecto a la vieja vestimenta, el cambio era notable teniendo en cuenta que ahora mostraba su delgado cuerpo aunque con brazos y abdominales ligeramente marcados. En su diestra, el mago seguía portando su preciado báculo.
- ¿Y bien? ¿Como me queda? - pregunto el joven a Elen
Logan Allen
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Re: El renacimiento del clan Blizzard [Interpretativo][Libre][Cerrado]
La de cabellos cenicientos saludó cordialmente al recién llegado en cuanto tomó asiento, para luego quedar en silencio y atender al intercambio de palabras que se daba entre los magos. Ryomaru no tardó en revelarle el motivo que lo había traído hasta allí antes de lo previsto, y Velgios no dudó de lo que decía como habían hecho los guardias, sino que de inmediato sugirió avisar a las autoridades, cosa que ya habían hecho.
Con ese asunto ya aclarado, el anciano se tomó algo de tiempo para meditar sobre otra cuestión, que pronto puso sobre la mesa. Velgios intentaba convencer al brujo de hielo para que hiciese resurgir el clan al que su familia había pertenecido años atrás, tomando el liderazgo del mismo, pero Ryomaru tenía sus dudas acerca del tema. Las miradas del anciano y el tabernero se cruzaron, e instantes después el segundo volvía del almacén con una caja en las manos.
Velgios la sostuvo y luego la entregó al muchacho, retiró la tapa y comenzó a hablar sobre el uniforme que había en su interior. Elen no podía verlo con claridad desde su posición, pero prefirió quedarse donde estaba para no interrumpir la charla de aquellos dos, se limitaba a escuchar y echar algún que otro vistazo a los clientes de la taberna, en busca de rostros conocidos o de individuos sospechosos, debían tener muy presente que Xenzor probablemente ya tenía gente allí.
Finalmente el anciano consiguió convencer a Ryomaru, que se giró hacia ella para preguntarle su opinión en un susurro. - Toda ayuda se agradecerá, Xenzor ya tiene a los suyos y no le importa mostrarse en público, no tardará en actuar. - respondió en voz baja para que solo la escuchasen ellos dos. - Y si hemos acertado y pretende atacar la aldea, Beltrexus necesitará toda la protección que pueda reunir para mantenerlo fuera, si llegase a entrar con su ejército sería un desastre para los habitantes… habría muchas muertes…- continuó, mientras su tono se iba apagando.
Las islas eran su hogar y no deseaba verlas bajo el ataque de un hombre como ese, tenían que prepararse para la lucha y hacer todo cuanto estuviese en sus manos para evitar que llegase a la aldea. Si conseguían averiguar el punto por el que accedería a aquellas tierras con suficiente antelación quizá pudiesen situarse allí y no dejarlo pasar, pero si no podían detenerlo en ese momento lo mejor sería que la batalla tuviese lugar en los bosques, lejos de los habitantes de Beltrexus.
Ryomaru se retiró al lavabo para cambiarse y ponerse en uniforme, con el que regresó un rato después. Ahora la bruja si tuvo ocasión de fijarse en las prendas, que estaban pensadas para ser prácticas y ligeras, de modo que no estorbasen al portador ni le restasen agilidad. Era un buen atuendo para un mago, ya que por lo general solían ser delgados y no muy fuertes, pero la joven ya había aprendido que no siempre se podía evitar el cuerpo a cuerpo en un enfrentamiento, y se sentía mucho más a gusto con su armadura que con cualquier otra ropa.
En aquel momento no la llevaba puesta por no considerarlo necesario, prefería dejarla para momentos en que pudiese estar en peligro, así que vestía una de las mudas que solía llevar para días normales, camisa de manga larga blanca sujetada por un corsé a la altura del vientre, guantes y pantalones de cuero marrones, que le ofrecían bastante protección ante arañazos o cortes leves. Las altas botas le permitían meterse en casi cualquier tipo de terreno sin tener demasiados problemas, así que el conjunto no afectaba a su rapidez y además brindaba algo de protección, lo cual para ella era lo ideal.
El detalle que más llamaba la atención del uniforme era el cinturón, que parecía tener una especie de tapón, así que debía servir para portar agua u otros líquidos. - Sin duda se nota el cambio, te permitirá ser más ágil cuando llegue el combate pero deberás tener cuidado, por las zonas que quedan expuestas. - respondió tratando de sonar amable, seguramente a Ryo le hacía mucha ilusión ponerse lo que su madre había hecho para él y no quería estropear el momento.
Con ese asunto ya aclarado, el anciano se tomó algo de tiempo para meditar sobre otra cuestión, que pronto puso sobre la mesa. Velgios intentaba convencer al brujo de hielo para que hiciese resurgir el clan al que su familia había pertenecido años atrás, tomando el liderazgo del mismo, pero Ryomaru tenía sus dudas acerca del tema. Las miradas del anciano y el tabernero se cruzaron, e instantes después el segundo volvía del almacén con una caja en las manos.
Velgios la sostuvo y luego la entregó al muchacho, retiró la tapa y comenzó a hablar sobre el uniforme que había en su interior. Elen no podía verlo con claridad desde su posición, pero prefirió quedarse donde estaba para no interrumpir la charla de aquellos dos, se limitaba a escuchar y echar algún que otro vistazo a los clientes de la taberna, en busca de rostros conocidos o de individuos sospechosos, debían tener muy presente que Xenzor probablemente ya tenía gente allí.
Finalmente el anciano consiguió convencer a Ryomaru, que se giró hacia ella para preguntarle su opinión en un susurro. - Toda ayuda se agradecerá, Xenzor ya tiene a los suyos y no le importa mostrarse en público, no tardará en actuar. - respondió en voz baja para que solo la escuchasen ellos dos. - Y si hemos acertado y pretende atacar la aldea, Beltrexus necesitará toda la protección que pueda reunir para mantenerlo fuera, si llegase a entrar con su ejército sería un desastre para los habitantes… habría muchas muertes…- continuó, mientras su tono se iba apagando.
Las islas eran su hogar y no deseaba verlas bajo el ataque de un hombre como ese, tenían que prepararse para la lucha y hacer todo cuanto estuviese en sus manos para evitar que llegase a la aldea. Si conseguían averiguar el punto por el que accedería a aquellas tierras con suficiente antelación quizá pudiesen situarse allí y no dejarlo pasar, pero si no podían detenerlo en ese momento lo mejor sería que la batalla tuviese lugar en los bosques, lejos de los habitantes de Beltrexus.
Ryomaru se retiró al lavabo para cambiarse y ponerse en uniforme, con el que regresó un rato después. Ahora la bruja si tuvo ocasión de fijarse en las prendas, que estaban pensadas para ser prácticas y ligeras, de modo que no estorbasen al portador ni le restasen agilidad. Era un buen atuendo para un mago, ya que por lo general solían ser delgados y no muy fuertes, pero la joven ya había aprendido que no siempre se podía evitar el cuerpo a cuerpo en un enfrentamiento, y se sentía mucho más a gusto con su armadura que con cualquier otra ropa.
En aquel momento no la llevaba puesta por no considerarlo necesario, prefería dejarla para momentos en que pudiese estar en peligro, así que vestía una de las mudas que solía llevar para días normales, camisa de manga larga blanca sujetada por un corsé a la altura del vientre, guantes y pantalones de cuero marrones, que le ofrecían bastante protección ante arañazos o cortes leves. Las altas botas le permitían meterse en casi cualquier tipo de terreno sin tener demasiados problemas, así que el conjunto no afectaba a su rapidez y además brindaba algo de protección, lo cual para ella era lo ideal.
El detalle que más llamaba la atención del uniforme era el cinturón, que parecía tener una especie de tapón, así que debía servir para portar agua u otros líquidos. - Sin duda se nota el cambio, te permitirá ser más ágil cuando llegue el combate pero deberás tener cuidado, por las zonas que quedan expuestas. - respondió tratando de sonar amable, seguramente a Ryo le hacía mucha ilusión ponerse lo que su madre había hecho para él y no quería estropear el momento.
Elen Calhoun
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Re: El renacimiento del clan Blizzard [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Cuando Elen expresó su opinión acerca del nuevo atuento, el joven entendió perfectamente lo que quería decir por lo que su expresión se volvio algo seria. Al mismo tiempo que su expresión cambiaba, Ryomaru empezó a recordar lo que le había ocurrido en el pantano pocas horas antes del encuentro con la bruja...
En ese instante, algo hizo que Ryomaru recuperara la noción de tiempo y es que el viejo Velgios había comenzado a lanzar agua, por su mano, al torso del joven. El agua cubrió el cuerpo del joven mientras se congelaba dejando finalmente al brujo cubierto por una gruesa y ceñida capa de hielo entorno a todo su cuerpo. Sin embargo, no fue el único cambio sino que, fisicamente, se podía apreciar que sus musculos estaban mucho mas tonificados que antes dejando a un lado su anterior aspecto de chico delgado y de poco musculo.
- ¡¡Guau!! - Ryomaru estaba totalmente sorprendido mientras se miraba - Me siento mucho mas fuerte, ¿Que ha sido eso? -
- Es una habilidad ancestral que solo cuando mejores seras capaz de hacer por tu cuenta. Con el poder de hielo, he hecho que tu cuerpo se cubra de hielo formando una especie de armadura exterior sin afetar el interior de tu cuerpo pues no lo resistirias a pesar de ser brujo del hielo - Velgios uso su telekinesis para lanzar una flecha, de decoración que había en la pared contra el pecho del joven pero la flecha se rompio al tocar el duro hielo - Tu propio hielo podra hacer las veces de armadura -
Tras la demostración, Velgios descongelo el agua y aprovecho que alguien abría la puerta de la calle para lanzarla al suelo de fuera chiscando a los que había cerca.
- Ahora no tienes tanto poder para formar algo tan grueso pero con el tiempo, lo haras - sonrio Velgios - Ahh por cierto, esto no es lo único que te tengo que dar - El anciano saco algo de un bolsillo y se lo entrego al joven - Esta llave me la dio tu padre justo antes de morir. No se si lo sabes pero los miembros del clan tenían la costumbre de que, cada vez que nadia un hijo suyo, sus padres se encargaban de construir sus propias armas para, llegado el momento, entregarselas. Tus padres sospechaban sobre el inminente ataque y, para asegurarse, de que tus armas y las de los otros niños no se perdieran fueron ocultadas debajo de esta ciudad en una cripta secreta. En la cripta, hay una camara con cofres y, cada uno, es para uno de vosotros, los descendientes del clan. Zeomer, tu padre, temía que ese lugar fuera hallado por quien no debía por lo que decidio dejar las llaves de los cofres allí mismo salvo esta que estaría a buen recaudo. Toma, ve a la cripta, coge tus armas y empieza a reunir a los tuyos -
- Muchas gracias Velgios - agradeció el joven mientras cogía la llave - ¿Donde esta la cripta? -
- ¿Nunca te has preguntado porque siempre ha estado seco el "Gran Pozo"? Tened mucho cuidado, ese sitio no se visita desde haz años y puede haber terrible criaturas - le advirtió el viejo en voz baja para que solo el y Elen escucharan - Bueno jovenes, he de irme. Imagino que necesitaran mi ayuda para preparar las defensas, nos vemos -
Accidentalmente, el anciano dijo esas ultimas palabras en voz alta y se entero todo el bar aunque la mayoría opto muy pronto en creer que no tenía nada que ver con un inminente ataque a la gran aldea. Sin embargo, no todos opinaban igual y si había algún espia en el bar ya se había enterado de que los preparativos iban a comenzar.
- Bien Elen, ¿me ayudaras a atravesar la cripta? Parece un sitio peligroso. Si mis padres querían asegurarse de que no acabasen en malas manos, no creo que las defensas sean débiles. Esto podría venirnos bien para entrenar -
En ese instante, algo hizo que Ryomaru recuperara la noción de tiempo y es que el viejo Velgios había comenzado a lanzar agua, por su mano, al torso del joven. El agua cubrió el cuerpo del joven mientras se congelaba dejando finalmente al brujo cubierto por una gruesa y ceñida capa de hielo entorno a todo su cuerpo. Sin embargo, no fue el único cambio sino que, fisicamente, se podía apreciar que sus musculos estaban mucho mas tonificados que antes dejando a un lado su anterior aspecto de chico delgado y de poco musculo.
- ¡¡Guau!! - Ryomaru estaba totalmente sorprendido mientras se miraba - Me siento mucho mas fuerte, ¿Que ha sido eso? -
- Es una habilidad ancestral que solo cuando mejores seras capaz de hacer por tu cuenta. Con el poder de hielo, he hecho que tu cuerpo se cubra de hielo formando una especie de armadura exterior sin afetar el interior de tu cuerpo pues no lo resistirias a pesar de ser brujo del hielo - Velgios uso su telekinesis para lanzar una flecha, de decoración que había en la pared contra el pecho del joven pero la flecha se rompio al tocar el duro hielo - Tu propio hielo podra hacer las veces de armadura -
Tras la demostración, Velgios descongelo el agua y aprovecho que alguien abría la puerta de la calle para lanzarla al suelo de fuera chiscando a los que había cerca.
- Ahora no tienes tanto poder para formar algo tan grueso pero con el tiempo, lo haras - sonrio Velgios - Ahh por cierto, esto no es lo único que te tengo que dar - El anciano saco algo de un bolsillo y se lo entrego al joven - Esta llave me la dio tu padre justo antes de morir. No se si lo sabes pero los miembros del clan tenían la costumbre de que, cada vez que nadia un hijo suyo, sus padres se encargaban de construir sus propias armas para, llegado el momento, entregarselas. Tus padres sospechaban sobre el inminente ataque y, para asegurarse, de que tus armas y las de los otros niños no se perdieran fueron ocultadas debajo de esta ciudad en una cripta secreta. En la cripta, hay una camara con cofres y, cada uno, es para uno de vosotros, los descendientes del clan. Zeomer, tu padre, temía que ese lugar fuera hallado por quien no debía por lo que decidio dejar las llaves de los cofres allí mismo salvo esta que estaría a buen recaudo. Toma, ve a la cripta, coge tus armas y empieza a reunir a los tuyos -
- Muchas gracias Velgios - agradeció el joven mientras cogía la llave - ¿Donde esta la cripta? -
- ¿Nunca te has preguntado porque siempre ha estado seco el "Gran Pozo"? Tened mucho cuidado, ese sitio no se visita desde haz años y puede haber terrible criaturas - le advirtió el viejo en voz baja para que solo el y Elen escucharan - Bueno jovenes, he de irme. Imagino que necesitaran mi ayuda para preparar las defensas, nos vemos -
Accidentalmente, el anciano dijo esas ultimas palabras en voz alta y se entero todo el bar aunque la mayoría opto muy pronto en creer que no tenía nada que ver con un inminente ataque a la gran aldea. Sin embargo, no todos opinaban igual y si había algún espia en el bar ya se había enterado de que los preparativos iban a comenzar.
- Bien Elen, ¿me ayudaras a atravesar la cripta? Parece un sitio peligroso. Si mis padres querían asegurarse de que no acabasen en malas manos, no creo que las defensas sean débiles. Esto podría venirnos bien para entrenar -
Última edición por Ryomaru Baransu el Vie Jun 12 2015, 10:05, editado 1 vez
Logan Allen
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Re: El renacimiento del clan Blizzard [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Ryomaru escuchó las palabras de la joven y su expresión se tornó seria, quizá porque entendía los riesgos a los que se expondría llevando aquel atuendo o porque el comentario le hubiese sentado mal, justo lo que la maga intentaba evitar. A fin de cuentas lo había hecho su madre, y probablemente fuese uno de los pocos recuerdos que tuviese de ella, detalle que le daba mayor importancia aún y que justificaba que quisiera llevarlo.
El mago quedó pensativo durante unos instantes, antes de que Velgios lo sacase de sus pensamientos de forma bastante repentina, lanzando agua hacia su torso. El líquido elemento lo rodeó y se fue congelando alrededor de sus ropas, ante la atónita mirada de la hechicera, que no había visto nada semejante hasta el momento, lo cual resultaba comprensible ya que no solía cruzarse con brujos de hielo.
Velgios explicó a su compañero que aquella habilidad podría estar a su alcance cuando mejorase sus poderes, y que se trataba de algo semejante a una armadura, que puso a prueba instantes después al lanzarle una flecha con telequinesis. El proyectil no consiguió perforar la defensa, demostrando de ese modo lo efectiva que podía llegar a ser frente a cierto tipo de armas, sobre todo las ligeras, que apenas conseguirían arañar la helada superficie.
La armadura comenzó a descongelarse y el anciano pasó a tratar otro tema, al tiempo que extraía una llave de su bolsillo y la entregaba al mago. Los padres de Ryomaru se habían encargado de fabricar algunas armas para su hijo, tal como solían hacer por costumbre en el clan cada vez que nacía un nuevo miembro, con la idea de entregárselas en el momento adecuado, que por desgracia para ellos no llegó.
Sin embargo, Zeomer tenía algunas sospechas, y antes de que aquel terrible suceso ocurriese escondió las armas de todos los descendientes de miembros en una cripta, entregando una única llave a Velgios para que la mantuviese a salvo hasta que pudiese dársela a Ryomaru, cuando hubiese crecido lo suficiente. Y el momento había llegado, el joven mago ya tenía edad para tomar las riendas de la situación y comenzar a reunir a los que aún estuviesen interesados en formar parte del clan.
Pero antes tendría que hallar la cripta y hacerse con las armas, cosa que no resultaría fácil, y mucho menos después de escuchar dónde se encontraba la entrada, ya que estaba en una zona algo abandonada, en la que podrían haberse asentado desde bandidos y maleantes hasta criaturas peligrosas. Velgios se despidió de ambos y añadió en voz algo más alta que seguramente las defensas de la aldea lo necesitasen, dato que llegó a oídos de todos los presentes cercanos, y que podría alertar a cualquier infiltrado de Xenzor si es que había alguno.
Elen escrutó con la mirada a los presentes para ver sus reacciones, pero la mayoría estaban más interesados en el contenido de sus jarras que en escuchar lo que hablaban a su alrededor. Desvió la vista hacia Ryomaru y prestó atención a lo que decía sobre la cripta, lugar al que sería mejor que no fuese solo, por si acaso. - Busquemos la entrada de la que hablo Velgios, si tenemos cuidado podremos apañárnoslas con las defensas. - musitó de modo que solo él pudiese escucharla, antes de encaminarse hacia la salida para dirigirse al gran pozo que había mencionado el anciano.
En cuanto encontrasen el lugar tendrían que estar muy atentos, teniendo presente que si Zeomer había protegido la cripta a conciencia, podrían encontrar a su paso cualquier cosa.
El mago quedó pensativo durante unos instantes, antes de que Velgios lo sacase de sus pensamientos de forma bastante repentina, lanzando agua hacia su torso. El líquido elemento lo rodeó y se fue congelando alrededor de sus ropas, ante la atónita mirada de la hechicera, que no había visto nada semejante hasta el momento, lo cual resultaba comprensible ya que no solía cruzarse con brujos de hielo.
Velgios explicó a su compañero que aquella habilidad podría estar a su alcance cuando mejorase sus poderes, y que se trataba de algo semejante a una armadura, que puso a prueba instantes después al lanzarle una flecha con telequinesis. El proyectil no consiguió perforar la defensa, demostrando de ese modo lo efectiva que podía llegar a ser frente a cierto tipo de armas, sobre todo las ligeras, que apenas conseguirían arañar la helada superficie.
La armadura comenzó a descongelarse y el anciano pasó a tratar otro tema, al tiempo que extraía una llave de su bolsillo y la entregaba al mago. Los padres de Ryomaru se habían encargado de fabricar algunas armas para su hijo, tal como solían hacer por costumbre en el clan cada vez que nacía un nuevo miembro, con la idea de entregárselas en el momento adecuado, que por desgracia para ellos no llegó.
Sin embargo, Zeomer tenía algunas sospechas, y antes de que aquel terrible suceso ocurriese escondió las armas de todos los descendientes de miembros en una cripta, entregando una única llave a Velgios para que la mantuviese a salvo hasta que pudiese dársela a Ryomaru, cuando hubiese crecido lo suficiente. Y el momento había llegado, el joven mago ya tenía edad para tomar las riendas de la situación y comenzar a reunir a los que aún estuviesen interesados en formar parte del clan.
Pero antes tendría que hallar la cripta y hacerse con las armas, cosa que no resultaría fácil, y mucho menos después de escuchar dónde se encontraba la entrada, ya que estaba en una zona algo abandonada, en la que podrían haberse asentado desde bandidos y maleantes hasta criaturas peligrosas. Velgios se despidió de ambos y añadió en voz algo más alta que seguramente las defensas de la aldea lo necesitasen, dato que llegó a oídos de todos los presentes cercanos, y que podría alertar a cualquier infiltrado de Xenzor si es que había alguno.
Elen escrutó con la mirada a los presentes para ver sus reacciones, pero la mayoría estaban más interesados en el contenido de sus jarras que en escuchar lo que hablaban a su alrededor. Desvió la vista hacia Ryomaru y prestó atención a lo que decía sobre la cripta, lugar al que sería mejor que no fuese solo, por si acaso. - Busquemos la entrada de la que hablo Velgios, si tenemos cuidado podremos apañárnoslas con las defensas. - musitó de modo que solo él pudiese escucharla, antes de encaminarse hacia la salida para dirigirse al gran pozo que había mencionado el anciano.
En cuanto encontrasen el lugar tendrían que estar muy atentos, teniendo presente que si Zeomer había protegido la cripta a conciencia, podrían encontrar a su paso cualquier cosa.
Elen Calhoun
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Re: El renacimiento del clan Blizzard [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Tras la interesante charla con el viejo amigo de Zeomer y al ver que Elen le acompañaría en esa pequeña tarea, el joven brujo emprendió la marcha saliendo del local y dejando la puerta abierta para que su compañera saliera tambien. Tan pronto como estuvieran fuera del local, Ryomaru guiaría sus pasos hacia localización del pozo que estaba justo al otro lado de la aldea, al final de la misma.
- Espero que mi padre no se haya pasado. Ya estaba bastante escondido. ¿Porque poner tales defensas? ¿No se supone que debía de encontrarlo yo? - preguntaba el joven pues no entendía como su padre esperaba que, con su nivel, pudiera hacer frente a grandes bestias aunque nadie había dicho que fuera a ser así - Tendría tanto miedo a que se llevasen esas armas, que no penso en que tal vez yo no pudiera vencer a sus guardianes -
Mientras caminaban, se iban cruzando con algunos conocidos a los que Ryomaru saludaba pero, a parte de eso, no parecía que de momento hubiera gran movimiento. Parecía que las fuerzas de Belltrexus aun estaban tomando una decisión. Finalmente, sus pasos llevarían a los dos brujos hasta lo que parecía ser un pozo pero, tal y como dijo Velgios, seguía tan seco como siempre.
- Parece profundo - afirmo Ryomaru al asomarse para tratar de ver el fondo
Entonces, el brujo se fijo en que había una cuerda colgada que estaba enroscada al soporte que la mantendría suspendida sobre el gran hueco. El joven desenrosco la cuerda y dejo que esta se alargara hacia el fondo sin poder ver el final de la cuerda por lo que era señal de que era lo suficientemente grande como para, seguramente, poder usarla para bajar.
- Ire primero mejor -
Ryomaru se agarro a la cuerda y, con sumo cuidado, comenzó a bajar apoyandose con los pies en la pared hasta que finalmente sus pies llegaron al fondo donde seguía sin haber agua. A causa de la profundidad, la oscuridad era bastante considerable por lo que no se podía ver nada.
- Elen, esto esta demasiado oscuro, si puedes usa tu poder para iluminar un poco esto -
De iluminar un poco el fondo del pozo, ambos se verían rodeados de piedra pero si miraban con atención verían que una de las piedras estaba mas desgastada que las otras. Sin duda, esa piedra era la clave para encontrar la entrada secreta.
- Espero que mi padre no se haya pasado. Ya estaba bastante escondido. ¿Porque poner tales defensas? ¿No se supone que debía de encontrarlo yo? - preguntaba el joven pues no entendía como su padre esperaba que, con su nivel, pudiera hacer frente a grandes bestias aunque nadie había dicho que fuera a ser así - Tendría tanto miedo a que se llevasen esas armas, que no penso en que tal vez yo no pudiera vencer a sus guardianes -
Mientras caminaban, se iban cruzando con algunos conocidos a los que Ryomaru saludaba pero, a parte de eso, no parecía que de momento hubiera gran movimiento. Parecía que las fuerzas de Belltrexus aun estaban tomando una decisión. Finalmente, sus pasos llevarían a los dos brujos hasta lo que parecía ser un pozo pero, tal y como dijo Velgios, seguía tan seco como siempre.
- Parece profundo - afirmo Ryomaru al asomarse para tratar de ver el fondo
Entonces, el brujo se fijo en que había una cuerda colgada que estaba enroscada al soporte que la mantendría suspendida sobre el gran hueco. El joven desenrosco la cuerda y dejo que esta se alargara hacia el fondo sin poder ver el final de la cuerda por lo que era señal de que era lo suficientemente grande como para, seguramente, poder usarla para bajar.
- Ire primero mejor -
Ryomaru se agarro a la cuerda y, con sumo cuidado, comenzó a bajar apoyandose con los pies en la pared hasta que finalmente sus pies llegaron al fondo donde seguía sin haber agua. A causa de la profundidad, la oscuridad era bastante considerable por lo que no se podía ver nada.
- Elen, esto esta demasiado oscuro, si puedes usa tu poder para iluminar un poco esto -
De iluminar un poco el fondo del pozo, ambos se verían rodeados de piedra pero si miraban con atención verían que una de las piedras estaba mas desgastada que las otras. Sin duda, esa piedra era la clave para encontrar la entrada secreta.
Logan Allen
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Re: El renacimiento del clan Blizzard [Interpretativo][Libre][Cerrado]
La bruja abandonó el local y siguió a su compañero, volviéndose un par de veces para asegurarse de que ninguno de los clientes de la taberna saliese de forma apresurada, lo que podría indicar la presencia de algún infiltrado de Xenzor. También estaba atenta por si alguien decidía seguirlos, habían tenido cuidado para que nadie los escuchase, pero de todos modos era mejor prevenir, y sin duda no quería guiar a nadie hacia la cripta para que pudiese atacarlos allí por la espalda.
- Puede que quisiera ponerte a prueba, pero tranquilo, si Velgios te ha dado la llave será porque está seguro de que puedes conseguirlo. Además no vas solo, solo tendremos que movernos con cuidado para intentar no activar esas defensas. - intervino la joven tras escuchar las palabras del mago, tratando de darle ánimos para que se sintiese capaz de lograrlo. Zeomer podría haber puesto trampas de todo tipo para mantener a raya a los indeseables, pero si avanzaban mirando bien lo que les rodeaba, quizá consiguieran esquivarlas.
Prosiguieron el camino hasta llegar al pozo, que se encontraba al final de la aldea, en una zona a la que poca gente se acercaba. Eso les ayudaría a pasar inadvertidos, solo tendrían que valerse de la cuerda para llegar al fondo y a partir de ahí buscar la entrada, que con suerte no estaría demasiado oculta. Ryomaru decidió ir primero y comenzó a descender, mientras la bruja vigilaba los alrededores para cerciorarse de que nadie los viese entrar allí, no quería sorpresas.
En cuanto el mago de hielo llegó al fondo, su voz llegó acompañada de un eco, el lugar era demasiado oscuro para que pudiese ver nada, pero ella podía arreglar eso. Concentró la energía y creó con ella una esfera brillante, que manipuló hasta enviarla junto a su compañero, para que éste pudiese ver dónde se encontraba y al mismo tiempo para que le sirviese de punto de referencia en cuanto a la profundidad, ya que ahora le tocaba bajar a ella.
Se sujetó a la cuerda y echó un último vistazo, no había nadie cerca así que todo iba bien de momento. Descendió apoyando la espalda en un lado del pozo y las piernas en el otro, método que no era muy rápido pero al menos si seguro, con lo que no tuvo problemas para llegar al fondo. Subir ya sería otra historia, Elen había recibido algo de entrenamiento y quizá pudiese intentar trepar por la cuerda, pero sin duda sería mejor que encontrasen otra salida, los brujos no estaban hechos para esfuerzos físicos tan grandes.
La intensidad de la esfera aumentó para ayudarles a ver con mayor claridad lo que les rodeaba, pero no hallarían mucho, solo piedra igual a la que se había usado en la construcción del pozo. Pero debía haber algo allí, algo que se les estuviese pasando por alto, la hechicera deslizó su enguantada mano por la fría superficie, prestando atención a cualquier posible detalle que les sirviese de pista para hallar la entrada.
Y tras unos instantes algo captó su atención, una piedra cuyo aspecto destacaba sobre las demás por el desgaste que tenía, acercó la luz a ella y miró a Ryomaru. - Fíjate en esta, parece diferente a las otras, casi como la hubiesen estado manipulando durante algún tiempo. - musitó, mientras en su mente se creaba la idea de que al trasladar las armas de un sitio a otro pudiesen haber hecho varios viajes hasta allí, lo que explicaría en cierto modo su desgaste.
- Puede que quisiera ponerte a prueba, pero tranquilo, si Velgios te ha dado la llave será porque está seguro de que puedes conseguirlo. Además no vas solo, solo tendremos que movernos con cuidado para intentar no activar esas defensas. - intervino la joven tras escuchar las palabras del mago, tratando de darle ánimos para que se sintiese capaz de lograrlo. Zeomer podría haber puesto trampas de todo tipo para mantener a raya a los indeseables, pero si avanzaban mirando bien lo que les rodeaba, quizá consiguieran esquivarlas.
Prosiguieron el camino hasta llegar al pozo, que se encontraba al final de la aldea, en una zona a la que poca gente se acercaba. Eso les ayudaría a pasar inadvertidos, solo tendrían que valerse de la cuerda para llegar al fondo y a partir de ahí buscar la entrada, que con suerte no estaría demasiado oculta. Ryomaru decidió ir primero y comenzó a descender, mientras la bruja vigilaba los alrededores para cerciorarse de que nadie los viese entrar allí, no quería sorpresas.
En cuanto el mago de hielo llegó al fondo, su voz llegó acompañada de un eco, el lugar era demasiado oscuro para que pudiese ver nada, pero ella podía arreglar eso. Concentró la energía y creó con ella una esfera brillante, que manipuló hasta enviarla junto a su compañero, para que éste pudiese ver dónde se encontraba y al mismo tiempo para que le sirviese de punto de referencia en cuanto a la profundidad, ya que ahora le tocaba bajar a ella.
Se sujetó a la cuerda y echó un último vistazo, no había nadie cerca así que todo iba bien de momento. Descendió apoyando la espalda en un lado del pozo y las piernas en el otro, método que no era muy rápido pero al menos si seguro, con lo que no tuvo problemas para llegar al fondo. Subir ya sería otra historia, Elen había recibido algo de entrenamiento y quizá pudiese intentar trepar por la cuerda, pero sin duda sería mejor que encontrasen otra salida, los brujos no estaban hechos para esfuerzos físicos tan grandes.
La intensidad de la esfera aumentó para ayudarles a ver con mayor claridad lo que les rodeaba, pero no hallarían mucho, solo piedra igual a la que se había usado en la construcción del pozo. Pero debía haber algo allí, algo que se les estuviese pasando por alto, la hechicera deslizó su enguantada mano por la fría superficie, prestando atención a cualquier posible detalle que les sirviese de pista para hallar la entrada.
Y tras unos instantes algo captó su atención, una piedra cuyo aspecto destacaba sobre las demás por el desgaste que tenía, acercó la luz a ella y miró a Ryomaru. - Fíjate en esta, parece diferente a las otras, casi como la hubiesen estado manipulando durante algún tiempo. - musitó, mientras en su mente se creaba la idea de que al trasladar las armas de un sitio a otro pudiesen haber hecho varios viajes hasta allí, lo que explicaría en cierto modo su desgaste.
Elen Calhoun
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Re: El renacimiento del clan Blizzard [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Gracias a la luz artificial creada por Elen, pudieron encontrar esa desgastada piedra que bien podría estar justificado por el continuo traslado de armas de la guardia del clan a la cripta. Lo primero que el joven hizo fue acariciar la piedra y pudo notar que era tan dura como las demas por lo que no sabía si seria capaz de moverla.
No obstante, cuando el joven se decidió a tratar de empujarla pudo notar como si quisiera ceder asique se animo a usar todas sus fuerzas hasta que al final ese trozo de muro se abrió como si se tratara de una puerta de piedra. Al abrirse la puerta, se encontraron ante la oscuridad pues no se veía nada mas que lo que alcanzaba a iluminar la esfera de luz. Lo que se veía eran unos largos escalones de piedra que bajaban a lo que debía de ser un estrecho pasillo.
Junto a la entrada, colocada sobre un muro, había una antorcha apagada y el brujo la agarro. Al hacerlo, la antorcha se ilumino sola apareciendo una llama azul que ayudaría a iluminar el camino.
- Parece que estaba todo preparado - Al instante de decir eso, empezó a iluminarse el largo pasillo gracias a que las antorchas que había en las paredes se encendieron solas - Vaya - Ryomaru penso en una teoría y decidio probarla dejando la antorcha donde estaba para después soltarla. Al hacerlo, todas las antorchas se apagaron - Inteligente, supongo que esta era la primera de las defensas -
Ryomaru agarro la antorcha para poder iluminar de nuevo toda la sala y empezó a bajar los escalones mientras pensaba en los motivos de crear ese conjuro. Tan pronto como Elen entrase, su bola de energía desaparecería por lo que el joven Ryomaru empezo a desconfiar de la naturaleza de ese sitio.
- Elen, debemos de tener cuidado. Algo me dice que estas antorchas son la clave para salvarse de algo. Estaba pensado para que si un intruso entrase, no pudiera ver algo a tiempo. No podremos usar magia en este pasillo y solo podremos iluminar el camino con estas antorchas -
Al terminar de bajar los escalones, Ryomaru se tuvo que parar en seco porque vio que el suelo del pasillo estaba formado por baldosas pero no todas eran iguales ya que algunas estaban bastante agrietadas.
- Elen, hay baldosas trampa. Debemos de tener cuidado donde pisamos -
La primera prueba sería esa, cruzar el pasillo con cuidado de ver donde pisaban. Claramente, con las antorchas era una prueba muy sencilla pero, sin las antorchas, era imposible salir vivo. Si Elen cogía una de las antorchas, estas se volverían a apagar salvo la que Ryomaru llevara en la mano por lo que quedaba evidente que estaba pensado para que solo los brujos del hielo pudieran usarlas.
No obstante, cuando el joven se decidió a tratar de empujarla pudo notar como si quisiera ceder asique se animo a usar todas sus fuerzas hasta que al final ese trozo de muro se abrió como si se tratara de una puerta de piedra. Al abrirse la puerta, se encontraron ante la oscuridad pues no se veía nada mas que lo que alcanzaba a iluminar la esfera de luz. Lo que se veía eran unos largos escalones de piedra que bajaban a lo que debía de ser un estrecho pasillo.
Junto a la entrada, colocada sobre un muro, había una antorcha apagada y el brujo la agarro. Al hacerlo, la antorcha se ilumino sola apareciendo una llama azul que ayudaría a iluminar el camino.
- Parece que estaba todo preparado - Al instante de decir eso, empezó a iluminarse el largo pasillo gracias a que las antorchas que había en las paredes se encendieron solas - Vaya - Ryomaru penso en una teoría y decidio probarla dejando la antorcha donde estaba para después soltarla. Al hacerlo, todas las antorchas se apagaron - Inteligente, supongo que esta era la primera de las defensas -
Ryomaru agarro la antorcha para poder iluminar de nuevo toda la sala y empezó a bajar los escalones mientras pensaba en los motivos de crear ese conjuro. Tan pronto como Elen entrase, su bola de energía desaparecería por lo que el joven Ryomaru empezo a desconfiar de la naturaleza de ese sitio.
- Elen, debemos de tener cuidado. Algo me dice que estas antorchas son la clave para salvarse de algo. Estaba pensado para que si un intruso entrase, no pudiera ver algo a tiempo. No podremos usar magia en este pasillo y solo podremos iluminar el camino con estas antorchas -
Al terminar de bajar los escalones, Ryomaru se tuvo que parar en seco porque vio que el suelo del pasillo estaba formado por baldosas pero no todas eran iguales ya que algunas estaban bastante agrietadas.
- Elen, hay baldosas trampa. Debemos de tener cuidado donde pisamos -
La primera prueba sería esa, cruzar el pasillo con cuidado de ver donde pisaban. Claramente, con las antorchas era una prueba muy sencilla pero, sin las antorchas, era imposible salir vivo. Si Elen cogía una de las antorchas, estas se volverían a apagar salvo la que Ryomaru llevara en la mano por lo que quedaba evidente que estaba pensado para que solo los brujos del hielo pudieran usarlas.
Logan Allen
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Re: El renacimiento del clan Blizzard [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Ryomaru acercó la mano a la piedra que le había señalado y comenzó a empujarla, haciendo acopio de todas sus fuerzas para conseguir que cediese y se abriese ante ellos la entrada a la cripta. No pudieron ver lo que había dentro, ya que la oscuridad era profunda y la iluminación de la esfera creada por la bruja solo abarcaba unos metros, pero al menos pudieron percatarse de la presencia de unos escalones que descendían, mostrándoles el camino a seguir.
Su compañero echó mano a una antorcha que colgaba de la pared y ésta se encendió por arte de magia, con una vibrante llama azul que se fue extendiendo a lo largo del pasillo, ya que el resto de antorchas comenzaban a encenderse del mismo modo para iluminar el lugar. Sin duda era algo curioso, pero el joven fue algo más allá, volvió a dejarla en el lugar del que la había tomado y todas se apagaron de inmediato.
Aquella debía ser la primera defensa, permitiendo solo a los magos con el elemento hielo activar la luz, o eso al menos pensó la de ojos verdes, que tras comenzar a bajar los escalones vio desaparecer su esfera brillante sin razón aparente. Frunció el ceño y trató de volver a crearla, pero tal como ya le había ocurrido en la mansión Redstone, sus poderes estaban anulados por alguna clase de protección. - Estupendo. - pensó para sí con ironía, mientras soltaba un suspiro de resignación.
No le gustaba perder el control de su elemento, pues cuando le pasaba se sentía débil y vulnerable, así que aquello no le hacía ninguna gracia. Por suerte había entrenado un poco su cuerpo y era capaz de defenderse en combate, pero la electricidad siempre era muy práctica, esperaba recuperarla pronto. Echó mano a la daga del cinturón y siguió bajando los escalones hasta llegar al final, donde les esperaba un pasillo de baldosas del mismo material que ya habían visto en el pozo.
Ryomaru se percató de que algunas estaban en peor estado y otras totalmente impolutas, lo que indicaba que también era una trampa, tendrían que tener cuidado. - Es lógico pensar que las seguras sean las agrietadas, por aquí tuvieron que pasar varias veces y bastante cargados, el peso debió dañarlas mientras trasladaban las armas. - dijo con bastante seguridad, antes de debatirse entre tomar una antorcha o no tocarlas, ya que de algún modo debían estar vinculadas con los magos de hielo.
Finalmente optó por no acercarse a ellas, ya iluminaban el pasillo y sería más fácil avanzar con las manos lo más libres posibles. - Voy delante, soy ligera y bastante ágil, pero estate atento por si ocurre cualquier cosa. - musitó, antes de adelantar un pie y colocarlo cuidadosamente en la primera baldosa agrietada. Viendo que no ocurría nada decidió avanzar, siempre fijándose en lo que tenía delante y en los lugares que pisaba, para no cometer un error.
- Ayúdate de la antorcha para iluminar bien el suelo, no quiero averiguar qué prepararon para el que fallase. - añadió, al tiempo que observaba a su compañero por encima del hombro para ver si había empezado a cruzar el pasillo, luego desvió la vista nuevamente hacia lo que tenía delante y siguió avanzando hasta llegar al otro extremo, donde por fin se sintió mucho más tranquila.
Su compañero echó mano a una antorcha que colgaba de la pared y ésta se encendió por arte de magia, con una vibrante llama azul que se fue extendiendo a lo largo del pasillo, ya que el resto de antorchas comenzaban a encenderse del mismo modo para iluminar el lugar. Sin duda era algo curioso, pero el joven fue algo más allá, volvió a dejarla en el lugar del que la había tomado y todas se apagaron de inmediato.
Aquella debía ser la primera defensa, permitiendo solo a los magos con el elemento hielo activar la luz, o eso al menos pensó la de ojos verdes, que tras comenzar a bajar los escalones vio desaparecer su esfera brillante sin razón aparente. Frunció el ceño y trató de volver a crearla, pero tal como ya le había ocurrido en la mansión Redstone, sus poderes estaban anulados por alguna clase de protección. - Estupendo. - pensó para sí con ironía, mientras soltaba un suspiro de resignación.
No le gustaba perder el control de su elemento, pues cuando le pasaba se sentía débil y vulnerable, así que aquello no le hacía ninguna gracia. Por suerte había entrenado un poco su cuerpo y era capaz de defenderse en combate, pero la electricidad siempre era muy práctica, esperaba recuperarla pronto. Echó mano a la daga del cinturón y siguió bajando los escalones hasta llegar al final, donde les esperaba un pasillo de baldosas del mismo material que ya habían visto en el pozo.
Ryomaru se percató de que algunas estaban en peor estado y otras totalmente impolutas, lo que indicaba que también era una trampa, tendrían que tener cuidado. - Es lógico pensar que las seguras sean las agrietadas, por aquí tuvieron que pasar varias veces y bastante cargados, el peso debió dañarlas mientras trasladaban las armas. - dijo con bastante seguridad, antes de debatirse entre tomar una antorcha o no tocarlas, ya que de algún modo debían estar vinculadas con los magos de hielo.
Finalmente optó por no acercarse a ellas, ya iluminaban el pasillo y sería más fácil avanzar con las manos lo más libres posibles. - Voy delante, soy ligera y bastante ágil, pero estate atento por si ocurre cualquier cosa. - musitó, antes de adelantar un pie y colocarlo cuidadosamente en la primera baldosa agrietada. Viendo que no ocurría nada decidió avanzar, siempre fijándose en lo que tenía delante y en los lugares que pisaba, para no cometer un error.
- Ayúdate de la antorcha para iluminar bien el suelo, no quiero averiguar qué prepararon para el que fallase. - añadió, al tiempo que observaba a su compañero por encima del hombro para ver si había empezado a cruzar el pasillo, luego desvió la vista nuevamente hacia lo que tenía delante y siguió avanzando hasta llegar al otro extremo, donde por fin se sintió mucho más tranquila.
Elen Calhoun
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Re: El renacimiento del clan Blizzard [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Detrás de Elen, Ryomaru camino por las baldosas adecuadas mientras sostenía la antorcha para mantener la iluminación de la sala. Con cuidado, iba pisando en cada una de las baldosas hasta lograr llegar al otro lado donde suspiro. Al final, los dos habían logrado sobrevivir a la primera defensa pero lo que ahora le preocupaba al joven era lo que le podría tener preparado su padre.
Al final del pasillo, había una entrada que hacía esquina hacia la izquierda por lo que no se podía ver mucho pero el joven prefería no arriesgar a soltar la antorcha.
- Sera mejor continuar con cuidado - Ryomaru se adelanto y, tras pasar el umbral de esa entrada, giro hacia la izquierda para ver una nueva escalera descendente con mas antorchas iluminadas
Al terminar de bajar las escaleras, se encontrarian con una enorme caverna subterranea y, al fondo, una especie de portón dorado con una enorme estatua justo delante. Tan pronto como el joven piso el suelo de la caverna, que no era mas que tierra natural, unas antorchas que había alrededor de la sala se iluminaron y, a la vez, la estatua revento apareciendo un ejemplar de la criatura que la estatua simulaba.
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Al final del pasillo, había una entrada que hacía esquina hacia la izquierda por lo que no se podía ver mucho pero el joven prefería no arriesgar a soltar la antorcha.
- Sera mejor continuar con cuidado - Ryomaru se adelanto y, tras pasar el umbral de esa entrada, giro hacia la izquierda para ver una nueva escalera descendente con mas antorchas iluminadas
Al terminar de bajar las escaleras, se encontrarian con una enorme caverna subterranea y, al fondo, una especie de portón dorado con una enorme estatua justo delante. Tan pronto como el joven piso el suelo de la caverna, que no era mas que tierra natural, unas antorchas que había alrededor de la sala se iluminaron y, a la vez, la estatua revento apareciendo un ejemplar de la criatura que la estatua simulaba.
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Logan Allen
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Re: El renacimiento del clan Blizzard [Interpretativo][Libre][Cerrado]
En cuanto cruzaron el peligroso pasillo ambos se sintieron mucho más relajados, habían pasado la segunda defensa sin problemas y eso ayudaba a tener esperanza, puede que llegasen a los cofres sin incidentes después de todo, pero la bruja prefería con confiarse hasta ver con sus propios ojos que lo habían logrado. Ryomaru se adelantó con la antorcha para iluminar el camino y la joven avanzó tras él, hacia una entrada que hacía esquina, lo que les imposibilitaba el ver qué había más allá.
Cruzaron la puerta y volvieron a girar, quedando ante otro tramo de escaleras descendentes, ¿cómo de profundo podía ser aquel lugar? Pronto lo descubrirían. En cuanto comenzaron a bajar la maga reparó en un llamativo portón dorado, situado al fondo de lo que parecía ser una caverna, relajó los hombros y se alegró de que hubiesen llegado, pues quedaba claro que detrás debían encontrarse las armas que habían venido a buscar.
Sin embargo algo estaba a punto de salirles al paso, justo en el momento en que el mago de hielo puso un pie el en suelo de la caverna, todas las antorchas de la sala se encendieron de forma repentina y la estatua que se encontraba delante del portón estalló, liberando de ese modo al guardián que había en su interior. La bruja observó con asombro al ser, que parecía ser un hombre pero tenía el cuerpo recubierto del frío elemento.
Su intensa mirada celeste se clavó en los intrusos, mientras la de cabellos grises maldecía interiormente, ¿cómo se suponía que iban a enfrentarse a él? En el pasillo anterior se había visto despojada de sus poderes y entrar en un combate cuerpo a cuerpo con semejante rival eran cuanto menos una locura. Envainó la daga y echó la mano hacia atrás, rodeando con firmeza la empuñadura de su espada antes de sacarla de la funda y colocarla por delante de su cuerpo.
- ¿Habías visto algo como esto antes? - preguntó con cierto nerviosismo a su compañero, mientras se preparaba para cualquier cosa. - Por favor, dime que es capaz de reconocerte…- añadió segundos después, mientras su cuerpo se tensaba. Zeomer se había reservado lo mejor para el final, la prueba más complicada para que ningún extraño pudiese llegar hasta lo que tan celosamente guardaban tras el dorado portón.
Cruzaron la puerta y volvieron a girar, quedando ante otro tramo de escaleras descendentes, ¿cómo de profundo podía ser aquel lugar? Pronto lo descubrirían. En cuanto comenzaron a bajar la maga reparó en un llamativo portón dorado, situado al fondo de lo que parecía ser una caverna, relajó los hombros y se alegró de que hubiesen llegado, pues quedaba claro que detrás debían encontrarse las armas que habían venido a buscar.
Sin embargo algo estaba a punto de salirles al paso, justo en el momento en que el mago de hielo puso un pie el en suelo de la caverna, todas las antorchas de la sala se encendieron de forma repentina y la estatua que se encontraba delante del portón estalló, liberando de ese modo al guardián que había en su interior. La bruja observó con asombro al ser, que parecía ser un hombre pero tenía el cuerpo recubierto del frío elemento.
Su intensa mirada celeste se clavó en los intrusos, mientras la de cabellos grises maldecía interiormente, ¿cómo se suponía que iban a enfrentarse a él? En el pasillo anterior se había visto despojada de sus poderes y entrar en un combate cuerpo a cuerpo con semejante rival eran cuanto menos una locura. Envainó la daga y echó la mano hacia atrás, rodeando con firmeza la empuñadura de su espada antes de sacarla de la funda y colocarla por delante de su cuerpo.
- ¿Habías visto algo como esto antes? - preguntó con cierto nerviosismo a su compañero, mientras se preparaba para cualquier cosa. - Por favor, dime que es capaz de reconocerte…- añadió segundos después, mientras su cuerpo se tensaba. Zeomer se había reservado lo mejor para el final, la prueba más complicada para que ningún extraño pudiese llegar hasta lo que tan celosamente guardaban tras el dorado portón.
Elen Calhoun
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Re: El renacimiento del clan Blizzard [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Cuando aquella criatura revivió, Ryomaru se percato de que su compañera se había quedado bastante preocupada. La verdad, es que la bestia imponía bastante y parecía que ella no podría usar su magia.
- Bienvenido heredero, has demostrado ser digno de llegar hasta aqui al ser capaz de encender esa antrocha con tu tacto. Soy el guardían de la cripta, antiguo guardian de la guarida del clan Blizzard. El ultimo lider me encargo instalarme aqui para proteger este lugar y asegurarme de que ningún otro pudiera entrar a la cripta ya que cualquier ser no magico hubiera podido llegar hasta aqui sin usar las antorchas mágicas -
El brujo comprendió entonces que, el haber cogido esa antorcha, le había otorgado desde el principio la resolución de todas las pruebas que su padre le había puesto.
- Traigo esto - se aventuro a decir el joven mientras mostraba la llave de la cripta al guardían
- ¡¡La llave de la cripta!! Mi creador se la llevo con la esperanza de que, algún día, su hijo viniera y abriera este lugar para devolverle la vida al viejo clan. En ese caso, tu debes de ser su hijo, ¿no? -
- Así es -
- ¿Y tu acompañante? -
- Es una amiga capaz de controlar el rayo, ha venido para acompañarme -
- Los aliados de los mios son mis amigos. Bienvenida - tras darle la bienvenida a la muchacha, la criatura empezó a dar grandes zancadas para acercarse a Ryomaru - Te pareces tanto a tu padre, sera un placer servirte y seguir protegiendo las armas que yacen en este lugar. Puedes pasar y recoger lo que es tuyo - La bestia, tras acercarse únicamente para contemplar la cara del brujo, regreso a su puesto y, poco a poco, su cuerpo empezo a petrificarse hasta recuperar el aspecto de la estatua de piedra
Ryomaru miro a Elen, asintió y empezó a caminar hacia el gran portón donde pudo ver una ranura, junto al portón donde meter la llave. Al introducir la llave y girarla, el portón se abrió de par en par mostrando una gran sala circular. Tras recuperar la llave y entrar, verían que la era una especie de torre subterranea con unas seis plantas y cuya escalera de caracol se encontraba justo al lado de la entrada y empotrada. Ambos hechiceros podían ver que, en cada planta, había varios cofres empotrados en unos enomes huecos de la pared y, esos cofres, llevaban grabados unos nombres. Justo ante ellos, había un cofre con el nombre de Ryomaru y era el único que no llevaba una llave colocada en el grueso candado que lo encerraba.
- Veamos que hay aqui - Ryomaru se acerco a su cofre y abrio el candado para luego abrir el gran cofre pudiendo contemplar así lo que había en su interior
Dentro del cofre, había unas espadas muy curiosas. Las empuñaduras estaban realizadas con puro material dorado y las hojas forjadas con un cristal muy resistente semejante al diamante que parecía haber sido hecho con sumo cariño por sus padres y en cuyo interior había agua que podría congelarse a voluntad de su amo tal y como podía hacer con las esferas de su báculo.
- Supongo que me tocara a mi, asegurarme de que estas armas acaben en buenas manos. Es una locura coger todas estas llaves y buscar a sus dueños. Lo mejor es dar un aviso y ya vendre a por ellas personalmente - decía Ryomaru mientras envainaba sus espadas en las dos "ranuras" que el joven llevaba curiosamente situadas a cada lado de su cinturón - Sera mejor que regresemos -
Cuando salieran, el joven volvería a cerrar la cripta con su llave y, con ayuda de la antorcha, desharían el camino hasta la salida donde dejaría la antorcha donde estaba y se las tendrían que arreglar para subir por el pozo, no sin antes cerrar la puerta secreta.
- Bienvenido heredero, has demostrado ser digno de llegar hasta aqui al ser capaz de encender esa antrocha con tu tacto. Soy el guardían de la cripta, antiguo guardian de la guarida del clan Blizzard. El ultimo lider me encargo instalarme aqui para proteger este lugar y asegurarme de que ningún otro pudiera entrar a la cripta ya que cualquier ser no magico hubiera podido llegar hasta aqui sin usar las antorchas mágicas -
El brujo comprendió entonces que, el haber cogido esa antorcha, le había otorgado desde el principio la resolución de todas las pruebas que su padre le había puesto.
- Traigo esto - se aventuro a decir el joven mientras mostraba la llave de la cripta al guardían
- ¡¡La llave de la cripta!! Mi creador se la llevo con la esperanza de que, algún día, su hijo viniera y abriera este lugar para devolverle la vida al viejo clan. En ese caso, tu debes de ser su hijo, ¿no? -
- Así es -
- ¿Y tu acompañante? -
- Es una amiga capaz de controlar el rayo, ha venido para acompañarme -
- Los aliados de los mios son mis amigos. Bienvenida - tras darle la bienvenida a la muchacha, la criatura empezó a dar grandes zancadas para acercarse a Ryomaru - Te pareces tanto a tu padre, sera un placer servirte y seguir protegiendo las armas que yacen en este lugar. Puedes pasar y recoger lo que es tuyo - La bestia, tras acercarse únicamente para contemplar la cara del brujo, regreso a su puesto y, poco a poco, su cuerpo empezo a petrificarse hasta recuperar el aspecto de la estatua de piedra
Ryomaru miro a Elen, asintió y empezó a caminar hacia el gran portón donde pudo ver una ranura, junto al portón donde meter la llave. Al introducir la llave y girarla, el portón se abrió de par en par mostrando una gran sala circular. Tras recuperar la llave y entrar, verían que la era una especie de torre subterranea con unas seis plantas y cuya escalera de caracol se encontraba justo al lado de la entrada y empotrada. Ambos hechiceros podían ver que, en cada planta, había varios cofres empotrados en unos enomes huecos de la pared y, esos cofres, llevaban grabados unos nombres. Justo ante ellos, había un cofre con el nombre de Ryomaru y era el único que no llevaba una llave colocada en el grueso candado que lo encerraba.
- Veamos que hay aqui - Ryomaru se acerco a su cofre y abrio el candado para luego abrir el gran cofre pudiendo contemplar así lo que había en su interior
Dentro del cofre, había unas espadas muy curiosas. Las empuñaduras estaban realizadas con puro material dorado y las hojas forjadas con un cristal muy resistente semejante al diamante que parecía haber sido hecho con sumo cariño por sus padres y en cuyo interior había agua que podría congelarse a voluntad de su amo tal y como podía hacer con las esferas de su báculo.
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- Supongo que me tocara a mi, asegurarme de que estas armas acaben en buenas manos. Es una locura coger todas estas llaves y buscar a sus dueños. Lo mejor es dar un aviso y ya vendre a por ellas personalmente - decía Ryomaru mientras envainaba sus espadas en las dos "ranuras" que el joven llevaba curiosamente situadas a cada lado de su cinturón - Sera mejor que regresemos -
Cuando salieran, el joven volvería a cerrar la cripta con su llave y, con ayuda de la antorcha, desharían el camino hasta la salida donde dejaría la antorcha donde estaba y se las tendrían que arreglar para subir por el pozo, no sin antes cerrar la puerta secreta.
Logan Allen
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Re: El renacimiento del clan Blizzard [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Para tranquilidad de la bruja el guardián no los atacó, sino que se limitó a hablar con el heredero de Zeomer para darle la bienvenida a la cripta, de cuya seguridad se había encargado durante años. El último líder del clan lo había dejado allí para que protegiese el legado que dejaban a sus descendientes, en forma de armas con las que defenderse de cualquier amenaza.
Elen respiró aliviada y devolvió la afilada hoja a su vaina, mientras Ryomaru mostraba al guardián la llave que Velgios le había entregado, y que debía ser la que abría el enorme portón. Al verla, la criatura preguntó al joven si era el hijo de su creador, y tras recibir la afirmativa respuesta centró momentáneamente su atención sobre ella, para averiguar quién era. El mago de hielo respondió al ser instantes después, refiriéndose a ella como una amiga que había decidido acompañarlo, lo que de inmediato la puso fuera de peligro.
El guardián dio la bienvenida a la de ojos verdes y luego se acercó a Ryomaru para verlo mejor, tras esto le indicó que podía pasar y tomar lo que era suyo, para acto seguido regresar a su puesto y volver al estado en que se encontraba hasta que ellos llegaron, convirtiéndose de nuevo en estatua de piedra. La hechicera se mantuvo cerca de su compañero, desviando la vista de vez en cuando hacia el guardián, que a pesar de mostrarse amistoso la ponía algo nerviosa.
Siguió al mago hasta la sala de los cofres y se mantuvo en silencio mientras recuperaba lo que sus padres habían dejado allí para él, mientras se preguntaba mentalmente cuánto tiempo podían haber tardado en construir y preparar todo aquello. Supuso que les llevó bastante, pues no solo tuvieron que hacer la cripta sino todo lo que ellos habían tenido que cruzar para llegar hasta ella, y eso tratando de ser lo más discretos posibles para no atraer la atención de curiosos.
La voz del brujo de hielo la sacó de sus pensamientos, habían encontrado lo que buscaba y tocaba regresar, así que sería mejor ponerse en marcha cuanto antes. Abandonó la sala y esperó a que Ryomaru la cerrase para iniciar el camino de vuelta, que deberían hacer con el mismo cuidado para no llevarse ningún susto. Lo peor sin duda sería salir del pozo, ella era ligera y se había entrenado un poco, cosa que la ayudaría, pero no conocía el estado físico en que se encontraba su compañero, ni si podría trepar hasta la salida.
Tomó la cuerda con fuerza y tiró de ella para asegurarse de que aguantase, luego comenzó el ascenso del mismo modo que había bajado, con la espalda y piernas apoyadas en la piedra para ayudarse. Costó bastante, pero la joven no era de las que se rendían fácilmente, así que con calma y voluntad consiguió salir del pozo, luego esperaría a que Ryomaru hiciera lo mismo, y en cuando el mago hubiese llegado hasta donde se encontraba tomaría la palabra.
- Parece que tienes una misión, reunir a esos chicos y prepararlos para que puedan hacer frente a Xenzor cuando decida atacar, tendrás trabajo. - comenzó a decir, al tiempo que desviaba la mirada hacia la aldea. - Yo buscaré otros apoyos, no solo se necesitaran defensores, también habrá que preparar otras cosas, estrategias, trampas y pociones para atender a los que resulten heridos durante la pelea. - continuó, segura de que Elanoor y Crowley estarían dispuestos a prestarle ayuda en cuanto a la tarea relacionada con la alquimia. - Supongo que ya nos veremos más adelante, cuando el hechicero se decida a venir con su ejército, hasta entonces, que tengas mucha suerte. - dijo a modo de despedida, y en cuanto Ryomaru respondiese, la joven emprendería el camino hacia su casa en las afueras, donde descansaría unas horas antes de visitar a sus conocidos en Beltrexus.
Elen respiró aliviada y devolvió la afilada hoja a su vaina, mientras Ryomaru mostraba al guardián la llave que Velgios le había entregado, y que debía ser la que abría el enorme portón. Al verla, la criatura preguntó al joven si era el hijo de su creador, y tras recibir la afirmativa respuesta centró momentáneamente su atención sobre ella, para averiguar quién era. El mago de hielo respondió al ser instantes después, refiriéndose a ella como una amiga que había decidido acompañarlo, lo que de inmediato la puso fuera de peligro.
El guardián dio la bienvenida a la de ojos verdes y luego se acercó a Ryomaru para verlo mejor, tras esto le indicó que podía pasar y tomar lo que era suyo, para acto seguido regresar a su puesto y volver al estado en que se encontraba hasta que ellos llegaron, convirtiéndose de nuevo en estatua de piedra. La hechicera se mantuvo cerca de su compañero, desviando la vista de vez en cuando hacia el guardián, que a pesar de mostrarse amistoso la ponía algo nerviosa.
Siguió al mago hasta la sala de los cofres y se mantuvo en silencio mientras recuperaba lo que sus padres habían dejado allí para él, mientras se preguntaba mentalmente cuánto tiempo podían haber tardado en construir y preparar todo aquello. Supuso que les llevó bastante, pues no solo tuvieron que hacer la cripta sino todo lo que ellos habían tenido que cruzar para llegar hasta ella, y eso tratando de ser lo más discretos posibles para no atraer la atención de curiosos.
La voz del brujo de hielo la sacó de sus pensamientos, habían encontrado lo que buscaba y tocaba regresar, así que sería mejor ponerse en marcha cuanto antes. Abandonó la sala y esperó a que Ryomaru la cerrase para iniciar el camino de vuelta, que deberían hacer con el mismo cuidado para no llevarse ningún susto. Lo peor sin duda sería salir del pozo, ella era ligera y se había entrenado un poco, cosa que la ayudaría, pero no conocía el estado físico en que se encontraba su compañero, ni si podría trepar hasta la salida.
Tomó la cuerda con fuerza y tiró de ella para asegurarse de que aguantase, luego comenzó el ascenso del mismo modo que había bajado, con la espalda y piernas apoyadas en la piedra para ayudarse. Costó bastante, pero la joven no era de las que se rendían fácilmente, así que con calma y voluntad consiguió salir del pozo, luego esperaría a que Ryomaru hiciera lo mismo, y en cuando el mago hubiese llegado hasta donde se encontraba tomaría la palabra.
- Parece que tienes una misión, reunir a esos chicos y prepararlos para que puedan hacer frente a Xenzor cuando decida atacar, tendrás trabajo. - comenzó a decir, al tiempo que desviaba la mirada hacia la aldea. - Yo buscaré otros apoyos, no solo se necesitaran defensores, también habrá que preparar otras cosas, estrategias, trampas y pociones para atender a los que resulten heridos durante la pelea. - continuó, segura de que Elanoor y Crowley estarían dispuestos a prestarle ayuda en cuanto a la tarea relacionada con la alquimia. - Supongo que ya nos veremos más adelante, cuando el hechicero se decida a venir con su ejército, hasta entonces, que tengas mucha suerte. - dijo a modo de despedida, y en cuanto Ryomaru respondiese, la joven emprendería el camino hacia su casa en las afueras, donde descansaría unas horas antes de visitar a sus conocidos en Beltrexus.
Elen Calhoun
Aerandiano de honor
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Re: El renacimiento del clan Blizzard [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Cuando Elen subió por la cuerda, Ryomaru decidió atarse la cuerda a la cintura pues no confiaba en subir trepando por ella ya que pesaba demasiado como para confiar en que la cuerda aguantase. A pesar de no ser muy fuerte, tenía el suficiente musculo en su cuerpo como para que la cuerda cediera por lo que decidió usarla a modo de seguridad por si se caía intentando trepar por las rocas. Como entre roca y roca, había hueco suficiente para apoyar pie o mano, Ryomaru se aprovecho de ese recurso para ir trepando poco a poco hasta que al final logro llegar a arriba del todo.
Una vez arriba, Elen decidió despedirse de el para dejarle realizar sus labores y aprovechar ella para irse a realizar algunas tareas que, sin duda, ayudarían a salvar a Belltrexus del terrible Xenzor, el mago que podría atacar en cualquier momento.
- Ha sido un placer realizar este viaje contigo. Me encargare de buscar a alguno de esos chavales que desean unirse a mi y espero que seamos una ayuda para proteger la ciudad. Deseo verte pronto, buena suerte -
Tras despedirse de Elen, el joven no tardaría en reencontrarse con el viejo Velgios que le esperaba en la entrada de la biblioteca con un pergamino en la mano.
- Veo que lo has conseguido, excelente trabajo - felicito el anciano antes de entregarle el pergamino - Aquí tienes las direcciones de los brujos, como ves, solo algunos viven en Belltrexus y no es conveniente que te pongas a viajar por todo Aerandir buscando a cada uno de los magos pues el tiempo apremia pero, esos tres de Belltrexus, deberías de ir a verlos -
Ryomaru asintió a Velgios y decidió hacerle caso e ir a visitar a esos tres brujos. Esos brujos resultaron ser dos chicos y una chica, los tres de edades similares como cabría esperar y accedieron gustosamente a formar ese grupin de brujos del hielo a quienes sus madres les había preparado sus uniformes que eran similares al de Ryomaru aunque con algunas diferencias como que uno, llamado Heliax, llevaba una camiseta sin mangas en lugar de chaleco, otro, llamado Xander, llevaba el torso al desnudo mientras que los pantalones eran pantalones largos y la única femina de los tres, llamada Sandra, llevaba un peto de cuero con escote. Uniformados, Ryomaru les llevo a la cripta donde, tras saludar nuevamente al Guardían y este dejarles pasar, vería como los tres jovenes reclamaban sus armas que no eran las mismas que las de Ryomaru aunque si estaban fabricadas con el mismo material.
Heliax llevaba una increible hacha de empuñadura dorada y la hoja de ese especial cristal con agua en su interior que, gracias a sus brazos bastante musculosos, siendo de los pocos magos con tal fuerza en sus brazos, era capaz de dominar ese arma como quería.
Por otro lado, Xander se hizo con un par de guantes que, al ponerselos, llegaban casi hasta los codos haciendo las veces de brazaletes. Esos guante-brazaletes eran dorados por la parte de los antebrazos pero la parte que cubría el puño era del mismo material cristalino que el resto de armas. Si lo deseaba, podría moldear puntas de hielo en torno a sus puños y así poder asestar mortiferos puñetazos.
Finalmente, Sandra llevaba una increible katana con la empuñadura dorada y la peligrosa hoja hecha de ese misterioso material forjado por brujos.
Los días siguientes, Ryomaru se dedico a entrenar con ellos, aprovechand la propia caverna del guardían para que no les viese nadie pues les había contado lo que estaba a punto de suceder, lo de los posibles espias y que esperaba que ellos fueran un gran fuerte defensivo para la ciudad.
Finalmente, Ryomaru decidió la petición de ir a investigar los bosques del este donde se creía que podría estar el enemigo. Algunos espias de Belltrexus se habían percatado de la presencia de trasgos, mas de lo normal y tambien de algun hechicero con túnicas por lo que las probabilidades de ser esa la guarida eran bastante elevadas.
El joven les conto su inminente viaje a sus nuevos amigos y les pidió que entrenasen así como avisarles de que las fuerzas de Belltrexus sabían ya lo de ese pequeño grupo y que si les necesitaban les avisarian. Con la promesa de que enviarian algun mensajero, Ryomaru nombro a Xander como su sustituto y su mano derecha para, a partir de ahora, ayudarle a dirigir al grupo y, tras darle la llave de la cripta y la lista de magos que quedaban por encontrar, dejandole la tarea de tratar de reclutarlos si les localizaba por las islas, emprendió la marcha hacia los bosques del este, donde trataría de encontrar alguna pista sobre Xenzor.
Una vez arriba, Elen decidió despedirse de el para dejarle realizar sus labores y aprovechar ella para irse a realizar algunas tareas que, sin duda, ayudarían a salvar a Belltrexus del terrible Xenzor, el mago que podría atacar en cualquier momento.
- Ha sido un placer realizar este viaje contigo. Me encargare de buscar a alguno de esos chavales que desean unirse a mi y espero que seamos una ayuda para proteger la ciudad. Deseo verte pronto, buena suerte -
Tras despedirse de Elen, el joven no tardaría en reencontrarse con el viejo Velgios que le esperaba en la entrada de la biblioteca con un pergamino en la mano.
- Veo que lo has conseguido, excelente trabajo - felicito el anciano antes de entregarle el pergamino - Aquí tienes las direcciones de los brujos, como ves, solo algunos viven en Belltrexus y no es conveniente que te pongas a viajar por todo Aerandir buscando a cada uno de los magos pues el tiempo apremia pero, esos tres de Belltrexus, deberías de ir a verlos -
Ryomaru asintió a Velgios y decidió hacerle caso e ir a visitar a esos tres brujos. Esos brujos resultaron ser dos chicos y una chica, los tres de edades similares como cabría esperar y accedieron gustosamente a formar ese grupin de brujos del hielo a quienes sus madres les había preparado sus uniformes que eran similares al de Ryomaru aunque con algunas diferencias como que uno, llamado Heliax, llevaba una camiseta sin mangas en lugar de chaleco, otro, llamado Xander, llevaba el torso al desnudo mientras que los pantalones eran pantalones largos y la única femina de los tres, llamada Sandra, llevaba un peto de cuero con escote. Uniformados, Ryomaru les llevo a la cripta donde, tras saludar nuevamente al Guardían y este dejarles pasar, vería como los tres jovenes reclamaban sus armas que no eran las mismas que las de Ryomaru aunque si estaban fabricadas con el mismo material.
Heliax llevaba una increible hacha de empuñadura dorada y la hoja de ese especial cristal con agua en su interior que, gracias a sus brazos bastante musculosos, siendo de los pocos magos con tal fuerza en sus brazos, era capaz de dominar ese arma como quería.
Por otro lado, Xander se hizo con un par de guantes que, al ponerselos, llegaban casi hasta los codos haciendo las veces de brazaletes. Esos guante-brazaletes eran dorados por la parte de los antebrazos pero la parte que cubría el puño era del mismo material cristalino que el resto de armas. Si lo deseaba, podría moldear puntas de hielo en torno a sus puños y así poder asestar mortiferos puñetazos.
Finalmente, Sandra llevaba una increible katana con la empuñadura dorada y la peligrosa hoja hecha de ese misterioso material forjado por brujos.
Los días siguientes, Ryomaru se dedico a entrenar con ellos, aprovechand la propia caverna del guardían para que no les viese nadie pues les había contado lo que estaba a punto de suceder, lo de los posibles espias y que esperaba que ellos fueran un gran fuerte defensivo para la ciudad.
Finalmente, Ryomaru decidió la petición de ir a investigar los bosques del este donde se creía que podría estar el enemigo. Algunos espias de Belltrexus se habían percatado de la presencia de trasgos, mas de lo normal y tambien de algun hechicero con túnicas por lo que las probabilidades de ser esa la guarida eran bastante elevadas.
El joven les conto su inminente viaje a sus nuevos amigos y les pidió que entrenasen así como avisarles de que las fuerzas de Belltrexus sabían ya lo de ese pequeño grupo y que si les necesitaban les avisarian. Con la promesa de que enviarian algun mensajero, Ryomaru nombro a Xander como su sustituto y su mano derecha para, a partir de ahora, ayudarle a dirigir al grupo y, tras darle la llave de la cripta y la lista de magos que quedaban por encontrar, dejandole la tarea de tratar de reclutarlos si les localizaba por las islas, emprendió la marcha hacia los bosques del este, donde trataría de encontrar alguna pista sobre Xenzor.
Logan Allen
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