[evento] Santa Claus de los bio

La navidad estaba comenzando su apogeo, las luces y otras decoraciones lo cubrían todo, llenando cada espacio de animo renovado y caras sonrientes, incluso algunas personas fingían estar felices; parecía que esta época del año contagiaba a la gente de algún espíritu raro que por motivos desconocidos para la bruja blanquecina los hacía a todos parecer más amables y amigables de lo que eran usualmente. Aprovechando la fecha, la bruja decidió pasar por la Península de Verisar, a la que solo se acerba para beber algo o pasar la noche en la posada estrella, pero esta vez iba por un motivo distinto... Regatear!. Cuanto más animosa y generosa era la gente, más sencillo se hacía regatear, luchar por la reducción de precios al comprar algo, pero después de recorrer Lunargenta sin conseguir nada que atrajera su atención, decidió seguir caminando, recorrería la península entera si era necesario.

Llevaba unas cuantas horas de caminata, deteniéndose solo para beber algo o preguntar por negocios con precios económicos, esperaba encontrar tal vez algún negocio escondido en alguna calle o callejón, pero en vez de eso solo conseguía alejarse cada vez más de Lunargenta y adentrarse en lugares desconocidos para la Marvsky, mientras más caminaba más ajeno le parecía todo, rígido y de aspecto frío y metálico, con unas luces que jamás había visto, debían ser los adornos navideños más extraños que había visto en su vida. Leinil estaba de cierta manera fascinada, le gustaba ver cosas nuevas, implicaba nuevas oportunidades o tal vez más posibilidades de hacer Vandalismo.

Estaba por preguntarle a un caballero la dirección de algún sitio cercano donde pudiera beber algo, cuando una mujer sumamente llamativa llegó a la bruja con palabras que ella no entendía en lo absoluto "-¡Necesito un Santa! Y tú serás mi Santa!-" escuchó mientras detallaba a la mujer que era como mínimo escandalosa... Su voz, su vestimenta, hasta los colorines que llevaba en su cara, por no hablar de la maraña de cabellos de un color muy poco común que se elevaba sobre su cabeza. No daba lugar a dudas, se trataba de una payasa. - Me estás tomando el pelo?- Preguntó la bruja sorprendida ante las palabras de la payasa, quien evidentemente no cambiaría de opinión con facilidad. -Te convertiré en el mejor santa para los huérfanos de la ciudad y los pequeños de la comunidad- Agregó enseguida la payasa, cada vez más entusiasmada a la vez que sacaba un enorme saco lleno y un llamativo y enorme también traje rojo con algunos bordes blancos.

Leinil no comprendía de que se trataba aquello - ¿Santa?, Pero si de santa tengo muy poco... -Pensó mientras rememoraba en su mente cada robo y acto fugitivo que había rememorado en su vida. Definitivamente aquella mujer estaba equivocada, pero antes de poder protestar la extraña ya había extendido un paraban cilíndrico de tela que le impedía ver a cualquier otra persona que no fuese la payasa que ya le estaba poniendo el traje, incluso se atrevió a enrollar la falda para hacer una fingida barriga, mientras la bruja trataba de comprender de qué iba todo, la payasa ya había comenzado a mover su cabellera blanca de un lado a otro, con extraños y veloces movimientos de manos, si la bruja hubiese querido detenerla ya hubiese sido tarde, porque se hallaba disfrazada de gordinflón y con su propio cabello cubriéndole parte de la cara como si fuese una barba real, Leinil estaba aturdida, no entendía absolutamente nada.

Cualquier intento de deshacerse de aquél disfraz hubiese sido insensato, pues enseguida la payasa recogió el paraban y aplaudió entusiasmada... -¿Qué dem... ?- Sus pensamientos se vieron interrumpidos por una multitud que se arremolinaba a su alrededor a una velocidad impresionante, los niños parecían multiplicarse, todos corrían hacia ella, algunos la abrazaban, otros solo la miraban incrédulos, no parecían notar que en realidad era una bruja quien se ocultaba bajo aquel traje. -¿Me puedes explicar que es todo esto?- Le preguntó a la payasa en un tono lo suficientemente bajo para que nadie más escuchara, pero la payasa en vez de darle una explicación le dio el enorme saco y sacó un regalo de allí a la vez que señalaba con discreción a los niños que miraban expectantes...

La nueva Santa se dirigió hacia el niño más cercano, un chico de cabello castaño que tendría alrededor de unos 5 años y le dio el regalo en las manos, el pequeño enseguida la abrazó agradecido, sin controlar su creciente emoción. De esta manera la Marvsky entendió de lo que se trataba, tenía un largo trabajo de entrega por delante, pero contrario a lo que esperaba no le molestaba en lo absoluto, por el contrario, comenzaba a comprender aquél "espíritu raro" que invadía a la gente en navidad, pues ahora lo sentía en ella misma, se sorprendió al notar que se alegraba al ver niños felices...

Continúo repartiendo regalos por toda la comunidad, siguiendo a la payasa hasta que el saco quedó vacío ante la mirada de tres niñas que la miraban tristemente, la felicidad de las pequeñas se había visto abatida con la extinción de los regalos... La bruja se había dado cuenta un poco tarde, ya no habían más regalos, pero se sintió conmovida por las chiquillas y no iba a dejarlas sin regalos.

Se dedicó a buscar vidrio de cualquier tipo: Botellas, cristales rotos, vasos.... Recolectó todo lo que pudo en un par de calles, pidiendo a algunos habitantes y recogiendo un par de botellas que habían en el suelo y comenzó el espectáculo... Colocó todos los cristales en el suelo y con una pequeña, constante y potente llamarada hizo que las piezas de vidrio se ablandaran y fuesen amoldables, rápidamente sacó un par de cuchillos de una de sus botas y los usó a modo de pinzas, para dar nueva forma a los cristales, variando entre fuego y uso de cuchillos logró formar unas lindas figuras que pronto regaló a las niñas, acto que acompañó con una risa victoriosa.  - Jojojojojo - Segura de haber culminado su labor extendió una mano a la payasa a modo de despedida antes de tomar prestado su paraban y volver a sus atuendos usuales escondida dentro del mismo.

Figuras moldeadas en vidrio:

La mujer payaso se deleitó con su obra de arte y volvió a poner una cara triste cuando la bruja volvió a sus habituales ropajes. Antes de que ella se perdiera de vista le detuvo para entregarle algunos objetos como recompensa por su ardua labor en esos días tan complicados. -Sabía que serías un buen Santa- finalizaría a modo de despedida, entregándole:

♫ una esfera roja de navidad.
♫ una esfera verde de navidad.
♫una bola de nieve .
♫dos estrellas doradas
♫una figura tallada en madera con forma de carnero.
♫una campana.

recompensas: