[evento] El Pastor

Llevábamos bastante tiempo caminando por Sacrectic Ville. Revisábamos que los cuerpos de turistas asesinados por vampiros o animales, fueran escondidos así no causar conmoción y seguir atrayendo a los extranjeros por así decirlo. Nos encontrábamos allí por la simple razón de visitar el lugar donde se formó la alianza y el agrupamiento. El poder nos había consumido y el orgullo también, es más, nos sentíamos casi invencibles. Talia, la asexual de ojos azules que tiene descendencia licántropa. Andy, el humano con garras de acero en sus manos que sabe combatir y le llaman el rubio afilado. Por último, Máyic, el mago oscuro que es muy sabio y viejo... Pero aún sabe usar el arco y es más, puede combatir... En total eramos cuatro contándome a mi. Teníamos muchos problemas... Varias organizaciones querían acabar con nosotros, lo único que podíamos hacer era cuidarnos la espalda. No teníamos más opción que esa. -Atentos... No quiero que luego lloren por sus cabezas... ¿De acuerdo?.-Dije con seriedad, ese día estaba bastante molesto con el equipo y más con Talia... Casi nos hace matar por unos humanos.

La noche estaba a punto de aparecer... Teníamos que devolvernos finalmente a la Villa para dormir en algún aposento... Pero de repente, Andy captó una voz no muy lejos de allí. -¿Escuchas eso?...-Me preguntó para luego yo asentir... Me encontraba bajo la sombra de un árbol... La luz me podría hacer daño. -Debe ser un tipo pidiendo ayuda... Vayámonos.-Dijo Talia bastante seria como siempre. Me quedé callado y fruncí el ceño, mirando a la despreciable licántropa que siempre hacía lo que quiere. -Vamos a ayudar...-Pronuncié, haciendo sorprender a absolutamente todos. Ellos siempre me habían visto como una persona cruel.

-Bah, Máyic y yo nos vamos a Sacrestic. Ustedes ayuden a ese señor, nos vemos.-Habló ella, despareciendo del lugar junto con el arquero que también era brujo. Andy y yo nos quedamos y sin más preámbulo, caminamos hacia donde provenían los sonidos. Al llegar, vimos una escena algo triste... Era un pastor preocupado por su oveja perdida. Nos hicimos en frente del hombre que creía en los dioses, diciéndonos que éste nos había puesto en su camino. Alcé una ceja sin decir nada.

Dado que la noche se acercaba y era muy peligrosa, nos pidió que le salváramos a su oveja perdida del nombre Dorotea... Su lana es negra y nos pidió que le ayudáramos a encontrarla. Sonreí y miré a Andy... Él asintió y dirigí la palabra al preocupado hombre. -No se preocupe... Le ayudaremos.-Vimos que el hombre se relajó y estaba agradecido. Nosotros comenzamos a rodear el lugar con tranquilidad, buscando a la oveja sin más preámbulo.

La noche al fin había llegado y todo se había oscurecido... Salí de la sombra y esta vez ya no necesitaba preocuparme por la luz del sol. -Al fin Andy... Ahora puedo usar mis fuerzas.-Hice tronar los huesos de mi cuello y de mis manos para luego comenzar a buscar con seguridad.

Llevábamos algunos minutos y nada... Recorríamos el lago buscándola hasta que de repente oí lo que parecía ser un ruido emitido por una oveja... Era nada más y nada menos que ella caminando por el lago y bebiendo un poco de agua en los charcos. Sonreí de manera ladina y caminé hacia ella pero algo estaba mal... Un arbusto se movía y de éste salió un vampiro sediento para morderla. Yo me adelanté con rapidez, usando la velocidad otorgada de mi vampirismo para empujarlo con fiereza. -No la toques...-Fruncí el ceño y desenvainé mi espada.

-Oh... Qué sorpresa. Pero si es el estúpido casanovas. ¿Sabes cuánto pagan por tu cabeza?, sería una bendición matarte.-Habló ese ser de aspecto horrible. -Uh, pues qué infortunado... Yo tendré que quitarle la cabeza a alguien que ni siquiera le ponen recompensa.-Dije de manera cómica, demostrando que soy aún más sarcástico. El vampiro se enfureció y comenzó a atacarme con rapidez mientras que yo esquivaba sus ataques pero sin esperarlo, recibí un puñetazo en el rostro de él.

-Maldito...-Desenvainé mi espada y le hice un corte horizontal en el pecho. Andy mientras tanto recuperó la oveja pero fue sorprendido por un majestuoso oso. -Diablos... ¡Jefe!, también tengo problemas por aquí.-Dijo mi secuaz, atacando de manera salvaje al animal que estaba delante suyo.

Yo seguía bloqueando los ataques del vampiro pero no lo esperé y alcanzó a clavar una daga en mi brazo. Pegué un alarido y con enojo, la desenterré para luego tirarla al suelo. -Uhhh.. Herí al pobre chupasangre.-Dijo riendo a carcajadas de manera maligna.

Apenas sonreí ladinamente y tomé con fuerza mi espada. -Usa la cabeza...-Pronuncié para luego decapitar a mi enemigo, desprendiendo su cabeza del cuello con mi arma filosa. -¡Cierto!, no tienes.-Dije finalmente para caminar hacia Andy que peleaba contra un oso.

El rubio con destreza, saltó hacia la cabeza y le enterró sus armas en los ojos, dejándolo ciego al instante y haciéndolo caer al suelo. Sin remordimiento ni nada, me acerqué y enterré mi espada en el corazón del pobre animal que chilló antes de morir. -Vamos... No tenemos tiempo que perder con oseznos como éste.-Dije, ganándome la mirada atónita de Andy.

Nos devolvimos rápidamente y vimos que el dueño estaba bastante ansioso y a punto de llorar. Andy llevaba alzada a Dorotea en sus brazos y al llegar, la dejó cerca del pastor. -Aquí tiene señor... Por favor, tenga más cuidado a la próxima.-Habló mi secuaz.

Yo me quedé cruzado de brazos, viendo el dueño completamente feliz. Al fin en mi vida de vampiro, había hecho algo bueno y bondadoso... Era un avance.