Quest: Como el perro y el... ¿Gato? [Wernack]
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Re: Quest: Como el perro y el... ¿Gato? [Wernack]
Y de nuevo usó su maldito truquito. Con lo que me gustaba a mi arrojarle cosas a la gente, para que apareciese ese capullo y decidiese que todo tenía más gravedad de repente. -Ah, que tienes a un cretino por encima de ti...- ¿A cuanta gente iba a tener que matar? Tenía que denunciarlo a la escuela de brujos o algo. Antes de que pudiese añadir nada más, el león saltó sobre el brujo. Ya me caía bien ese animal, a pesar de la herida del brazo.
El asalto no tuvo más éxito que los míos, pues con otro golpecito de ese bastón, el león salió despedido. Iba a romperle ese maldito palo en la cabeza, pero se fue huyendo cual rata mágica sombría. Dí un respiro, viendo que no había más amenaza en la cueva por unos instantes, aparte del felino gigante que me podía arrancar la cabeza. Me llevé la mano izquierda al brazo, estaba sangrando bastante. La herida escocía y quemaba... hacía mucho que no sufría un buen corte como ese. Sería mejor que no usase ese brazo durante unos días, y buscase un elfo o algo para curarme. Recogí mi espada, que enfundé, y el cuchillo envenenado del suelo.
Sin embargo, cuando parecía haber tranquilidad, la sangre en las paredes se iluminó, y toda la cueva empezó a resquebrajarse. -Odio la magia...- me quejé mientras caminaba hacia la entrada de la habitación. El león seguía ahí, herido. ¿Iba a dejar que muriese ahí? La sangre resbalando por mi brazo hacía que me lo plantease, pero... se lo debía. Más o menos. Suspiré y busqué algo con la mirada que pudiese servirme para atraerlo, de ninguna manera me acercaba a un metro si seguía alterado. Vi el cuerpo del semioso ahí, en el suelo, a solo unos metros...
Rodeé mi gancho en torno a su cuello y lo clavé firmemente en su piel para que no se desenrollase. Y empecé a correr, arrastrando el cadáver detrás de mi, usando solo mi brazo izquierdo para tirar, con la esperanza de que el león lo siguiese viendo como una amenaza e intentase "cazarlo" y perseguirlo para rematarlo. En medio del trayecto, el brazo que había inutilizado acabó desprendiéndose, lo cual aligeró un poco el peso del cadáver. La cueva empezaba a derrumbarse, y eso no me hacía ninguna gracia, pero sirvió para meterme más prisa y que la adrenalina mitigase el dolor. Ya casi estaba, podía ver la entrada en el túnel...
El asalto no tuvo más éxito que los míos, pues con otro golpecito de ese bastón, el león salió despedido. Iba a romperle ese maldito palo en la cabeza, pero se fue huyendo cual rata mágica sombría. Dí un respiro, viendo que no había más amenaza en la cueva por unos instantes, aparte del felino gigante que me podía arrancar la cabeza. Me llevé la mano izquierda al brazo, estaba sangrando bastante. La herida escocía y quemaba... hacía mucho que no sufría un buen corte como ese. Sería mejor que no usase ese brazo durante unos días, y buscase un elfo o algo para curarme. Recogí mi espada, que enfundé, y el cuchillo envenenado del suelo.
Sin embargo, cuando parecía haber tranquilidad, la sangre en las paredes se iluminó, y toda la cueva empezó a resquebrajarse. -Odio la magia...- me quejé mientras caminaba hacia la entrada de la habitación. El león seguía ahí, herido. ¿Iba a dejar que muriese ahí? La sangre resbalando por mi brazo hacía que me lo plantease, pero... se lo debía. Más o menos. Suspiré y busqué algo con la mirada que pudiese servirme para atraerlo, de ninguna manera me acercaba a un metro si seguía alterado. Vi el cuerpo del semioso ahí, en el suelo, a solo unos metros...
Rodeé mi gancho en torno a su cuello y lo clavé firmemente en su piel para que no se desenrollase. Y empecé a correr, arrastrando el cadáver detrás de mi, usando solo mi brazo izquierdo para tirar, con la esperanza de que el león lo siguiese viendo como una amenaza e intentase "cazarlo" y perseguirlo para rematarlo. En medio del trayecto, el brazo que había inutilizado acabó desprendiéndose, lo cual aligeró un poco el peso del cadáver. La cueva empezaba a derrumbarse, y eso no me hacía ninguna gracia, pero sirvió para meterme más prisa y que la adrenalina mitigase el dolor. Ya casi estaba, podía ver la entrada en el túnel...
Asher Daregan
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Re: Quest: Como el perro y el... ¿Gato? [Wernack]
La amenaza del brujo acababa, pero el valiente Wernack no estaba precisamente pronto a poder descansar tranquilo, ni siquiera por el hecho de tener una herida sangrante que requería de cuidado. Se las ingenió para atraer la atención del león, pero el estado del pobre animal no era el mejor y avanzaba lento, aún cuando parecía querer acabar con ese cadáver que se seguía moviendo.
El estado de la cueva iba empeorando y pronto algunas piedras comenzaron a caer. La situación se hacía compleja, debían salir de allí con premura, pero el león iba a cada momento más lento.
Más adelante una figura pequeña se escabullía hasta pararse sobre una palanca. Su peso fue suficiente para accionar el mecanismo, lo que puso en movimiento un sistema activado por unas runas mágicas. Con esto, la reja que antes había atravesado Wernack sin problemas se activaba y con un chirrido se cerraba.
En ese momento llegaba el hombre-perro hasta el punto, sólo para pillarse con que estaba encerrado. A la distancia, contra la luz proveniente de la salida, pudo divisar por un instante la silueta de un pequeño animal, una ardilla que se giraba apenas un momento a mirarle. Contra la luz costaba estar seguro, pero parecía como si levantara un pequeño puño. Rápidamente el animal se escabulló, perdiéndose hacia la salida. Había cobrado su venganza, ese día las bellotas sabrían más deliciosas.
Imposibilitado de avanzar, una piedra cayó sobre el maltrecho león, una con el suficiente tamaño para hacer que el animal finalmente se desmayara del cansancio y el daño recibido.
Las piedras del techo caían con más frecuencia, incluso una de ellas lastimó a Wernack en su hombro derecho. Una piedra del tamaño de una manzana. Nada grave, pero le avisaba al guerrero que debía salir de allí cuanto antes o pronto trozos más grandes caerían sobre él.
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Instrucciones:- La palanca del mecanismo que controla la reja está a unos 5 metros, al otro lado de la reja.
- Como dato, un león pesa entre 150 y 250 kilos si es macho, 120 a 180 en hembras, aproximadamente. No he dicho de qué sexo es el animal (salvo un genérico "león").
- Te dejo escoger el sexo.
- Diremos que la distancia a la salida es de unos 30 metros.
Rad
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Re: Quest: Como el perro y el... ¿Gato? [Wernack]
La cueva empezaba a derrumbarse de verdad, algunos fragmentos de roca empezaron a caer, y el animal no dejaba que las cosas fueran más fáciles: cada vez tenia menos energía, amenazando con tirarse a echarse una siesta cuanto más tiempo pasaba. Una silueta se posó sobre una palanca, y la reja que había atravesado antes se cerró, bloqueandome el paso. -¿Que demo...?- la figura era, inconfundiblemente, la de una ardilla. Rápidamente, coloqué mi brazo entre las rejas y lancé mi gancho hacia la palanca, accionandola sin problemas.
Sin embargo, tardé lo suficiente como para que roca cayese sobre el león, dejandole sin conocimiento. -Maldita sea.- ¿Ahora que? No iba a poder salir por si mismo... no tenía elección ni tiempo para improvisar. Si no cargaba con él, moriría. Gruñí, acercandome a él y colocando mi brazo izquierdo bajo su torso. En ese momento una última piedra cayó sobre mi hombro derecho, aún con el brazo ya dolorida.
Eso era la gota que colmaba el vaso.
Estaba harto. Los jodidos inútiles sin más entretenimiento que exagerar historias. El imbécil del lord, menospreciando al que pagaba. La humillación de postrarme ante una ilusión. La abominación que había creado un capullo que quería jugar con la naturaleza. ESE JODIDO BRUJO CON SU ESTÚPIDA MAGIA. Y LA PUTA ARDILLA. A pesar del peso, me levanté. El león era obviamente macho, por su melena, y pesaría unos buenos 200 kilos. Pero yo no podía pensar en ello ahora mismo, claro que no... en ese momento, estaba tan frustrado y cabreado con todos los inutiles que me rodeaban que no podía pensar racionalmente. Así que hice lo único que mi instinto me decía que hiciera, mi último pensamiento mientras entraba en frenesí. Abandonar la cueva.
Corrí, con el león cargado a mi hombro a pesar de que me igualaba en tamaño. Dejé atrás la reja y el cruce de caminos, esquivando trozos de cueva derrumbándose, cayéndose a trozos cada vez más grande que me habrían intimidado si algo hubiese podido en ese momento. Y finalmente, llegué a la salida y arrojé al león al suelo como si fuese un saco de patatas. La ardilla aún estaba ahí, tranquila, comiéndose su maldita bellota. -QUE TE JODAN.- Con todas mis fuerzas y energía restante, di la mayor patada que pude dar, y la ardilla salió volando hasta perderse entre los árboles.
Agotado, herido, y sin más energías, me derrumbé en el suelo, cerca del león.
Sin embargo, tardé lo suficiente como para que roca cayese sobre el león, dejandole sin conocimiento. -Maldita sea.- ¿Ahora que? No iba a poder salir por si mismo... no tenía elección ni tiempo para improvisar. Si no cargaba con él, moriría. Gruñí, acercandome a él y colocando mi brazo izquierdo bajo su torso. En ese momento una última piedra cayó sobre mi hombro derecho, aún con el brazo ya dolorida.
Eso era la gota que colmaba el vaso.
Estaba harto. Los jodidos inútiles sin más entretenimiento que exagerar historias. El imbécil del lord, menospreciando al que pagaba. La humillación de postrarme ante una ilusión. La abominación que había creado un capullo que quería jugar con la naturaleza. ESE JODIDO BRUJO CON SU ESTÚPIDA MAGIA. Y LA PUTA ARDILLA. A pesar del peso, me levanté. El león era obviamente macho, por su melena, y pesaría unos buenos 200 kilos. Pero yo no podía pensar en ello ahora mismo, claro que no... en ese momento, estaba tan frustrado y cabreado con todos los inutiles que me rodeaban que no podía pensar racionalmente. Así que hice lo único que mi instinto me decía que hiciera, mi último pensamiento mientras entraba en frenesí. Abandonar la cueva.
Corrí, con el león cargado a mi hombro a pesar de que me igualaba en tamaño. Dejé atrás la reja y el cruce de caminos, esquivando trozos de cueva derrumbándose, cayéndose a trozos cada vez más grande que me habrían intimidado si algo hubiese podido en ese momento. Y finalmente, llegué a la salida y arrojé al león al suelo como si fuese un saco de patatas. La ardilla aún estaba ahí, tranquila, comiéndose su maldita bellota. -QUE TE JODAN.- Con todas mis fuerzas y energía restante, di la mayor patada que pude dar, y la ardilla salió volando hasta perderse entre los árboles.
Agotado, herido, y sin más energías, me derrumbé en el suelo, cerca del león.
Asher Daregan
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Re: Quest: Como el perro y el... ¿Gato? [Wernack]
El hombre-perro no tenía ya más tiempo, todo el lugar colapsaría en cualquier momento y lo más sensato era correr. El león pesaba una enormidad y ahora que era peso muerto no era más que una complicación. Y sin embargo, en aquel momento de desesperación, una bestia, como le llamaban los humanos, sintió algún tipo de conexión con la otra. Quizás fue el sentido de supervivencia, una luz de compasión o la empatía de alguien de un pueblo de corazones fuertes, pero Wernack entró en ese estado de frenesí propio de su gente y logró dar su último esfuerzo.
Afuera de la cueva esperaba en primera fila el pequeño y traicionero animal, contemplando con orgullo la obra de su venganza. Es increíble la pasión que se puede encontrar hasta en seres tan insignificantes.
El sonido de unos cascos de caballo se oyó en las cercanías, lo que atrajo momentáneamente la atención del pequeño animal, lo suficiente para que no viera venir al desenfrenado Wernack, quien le conectaba una patada para hacer que se perdiera entre los árboles antes de finalmente caer.
Lord William bajó de su montura y a su señal también lo hicieron sus acompañantes. El más delgado no era soldado, sino que vestía una túnica sencilla color marrón. Sacó un bolso y fue con ello a arrodillarse junto al héroe caído. De una cantimplora sacó agua limpia, hervida, con la que limpió su herida más importante, la del brazo. Tenía múltiples golpes, probablemente piedras en su huída final, pero nada que un par de semanas de descanso no acabara por borrar, mas la herida del brazo necesitaba de cuidados. Continuó con las curaciones, mientras los soldados preparaban un pequeño fuego, donde puso un cuchillo a calentar. Lavó la herida muy bien y finalmente extrajo el acero de las brasas y lo usó para cerrar el orificio dejado por los colmillos del animal, cauterizando la herida. Era una suerte que se encontrara inconsciente, pues eso debía doler de una manera horrenda. A los pocos minutos, Wernack despertaría.
"Mi sanador se ha encargado de tu herida, bestia, que es más de lo que estaba en el contrato, has tenido la suerte de ser atendido por uno de los mejores, aunque no sea uno de esos de orejas puntiagudas que abrazan árboles" dijo con un tono severo el señor de esas tierras "Eso es más que lo que muchos de tu... raza pueden decir. Que no se diga que Lord William es un mal agradecido". Acto seguido hizo un gesto a uno de sus acompañantes, quien depositó una bolsa de dinero junto a Wernack. Algo que cabía notar es que no lo hizo directamente en sus manos, esos hombres no conocían mucho del respeto a la diversidad racial.
"Eres libre de decidir el destino de esa bestia que has sacado de allí, pero no la quiero volver a ver por mis tierras...", dijo mirando al león, para luego girarse hacia el hombre-perro, "Ni a ti tampoco, tus servicios se agradecen y han sido pagados, ya no tienes más que hacer aquí".
Momentos más tarde el señor se retiraba, dejando a Wernack atrás. Una dura lección había aprendido ese día sobre la gratitud de las personas. ¿Pasaría lo mismo con los animales?
Lejos de allí, adolorida y cojeando, una ardilla prometía que su venganza aún no había acabado.
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Instrucciones:- La quest ha terminado. Puedes poner un post final para cerrar la historia, considérate con libertad para ello, pero no intervengas sobre Lord William o sus hombres, ya que mi siguiente post sólo será para otorgar la recompensa.
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Re: Quest: Como el perro y el... ¿Gato? [Wernack]
Me desperté en el suelo, con una increíble sensación de calor en el brazo. ¿Que había pasado? Inspeccioné mi estado y noté que mis heridas estaban cauterizadas. Parecía haber sido hecho por alguien bastante decente en su trabajo. Me di cuenta de que no estaba solo, el Lord Cretino estaba ahí, hablando, soltando desprecio y otras cosas que no escuchaba. Giré la cabeza para mirar la cueva... ¿como había salido?
Fuera como fuese, ahora tenía una bolsa de monedas, y tendría que pensar que hacer con el león. Cuando el hombre se fue, me levanté y examiné el león. Aún estaba inconsciente y tenia algunas heridas en el vientre y el lomo, pero seguía vivo. Me levanté y busqué el cadáver del guardia que había matado antes. Aún seguía ahí, entre la maleza. Lo arrastré más cerca del león y le quité la armadura de cuero, buscando su camisa. Se la arranqué y me puse a cortarla a tiras de manera tosca, improvisando unas vendas algo cutres, pero servirían. Até la venda en torno a su herida, esperando que no se la sacase a la menos oportunidad, y suspiré. De ninguna manera iba a matarlo, eso estaba claro, pero, ¿que hacía? No podía quedarme con él... ¿no?
Mientras me planteaba lo que iba a hacer, el animal se despertó y miró alrededor, algo confuso, como si buscase algo. Después, me echó un largo vistazo, y caminó hacia mi con cautela. No me moví, procurando no alarmarlo, pero dio un profundo olisqueo y pareció perder el interés, había algo que quería más. El cadáver del guardia en el suelo, con el torso desnudo. Lo olisqueó y empezó a devorarlo mientras le observaba. De vez en cuando, me devolvía la mirada, tal vez comprobando que seguía sin hacer nada raro. El espectáculo era algo sangriento, pero de alguna forma, me parecía bien. Aquel hombre había sido una presa, era justo que fuese devorado, aunque por otro depredador. Parecía tan complacido con su festín que hasta me dio algo de hambre... me levanté y caminé hacia el cuerpo, aún a medio comer. El león me dedicó otra mirada y gruñó ligeramente, pero se apartó y se sentó algo alejado, como si me diese permiso. Supuse que sabía que lo había "cazado" yo. Extendí la mano y saqué algunos trozos de entraña, aún frescos y llenos de sangre. -Hmm...- me lo llevé a la boca y di un bocado, solo para poner una mueca de asco casi al instante. -Ugh... crudo sabe horrible.- por supuesto, eso ya me lo había imaginado. Por suerte, los soldados de antes habían preparado un fuego para cauterizar mi herida, que ya no me quemaba tanto...
Un largo rato después, tras quedar tanto el felino como yo satisfechos, me levanté y me acerqué al león. -¿Que te parece? ¿Viajamos juntos?- el animal me observó con sus enormes ojos amarillentos, y le acaricié la melena. Parecía pasar de mi, pero no parecía molesto con el contacto, eso ya era un comienzo. -Tu nombre será Kayr.- murmuré. -Vamos, tenemos que buscar algo de agua.
Fuera como fuese, ahora tenía una bolsa de monedas, y tendría que pensar que hacer con el león. Cuando el hombre se fue, me levanté y examiné el león. Aún estaba inconsciente y tenia algunas heridas en el vientre y el lomo, pero seguía vivo. Me levanté y busqué el cadáver del guardia que había matado antes. Aún seguía ahí, entre la maleza. Lo arrastré más cerca del león y le quité la armadura de cuero, buscando su camisa. Se la arranqué y me puse a cortarla a tiras de manera tosca, improvisando unas vendas algo cutres, pero servirían. Até la venda en torno a su herida, esperando que no se la sacase a la menos oportunidad, y suspiré. De ninguna manera iba a matarlo, eso estaba claro, pero, ¿que hacía? No podía quedarme con él... ¿no?
Mientras me planteaba lo que iba a hacer, el animal se despertó y miró alrededor, algo confuso, como si buscase algo. Después, me echó un largo vistazo, y caminó hacia mi con cautela. No me moví, procurando no alarmarlo, pero dio un profundo olisqueo y pareció perder el interés, había algo que quería más. El cadáver del guardia en el suelo, con el torso desnudo. Lo olisqueó y empezó a devorarlo mientras le observaba. De vez en cuando, me devolvía la mirada, tal vez comprobando que seguía sin hacer nada raro. El espectáculo era algo sangriento, pero de alguna forma, me parecía bien. Aquel hombre había sido una presa, era justo que fuese devorado, aunque por otro depredador. Parecía tan complacido con su festín que hasta me dio algo de hambre... me levanté y caminé hacia el cuerpo, aún a medio comer. El león me dedicó otra mirada y gruñó ligeramente, pero se apartó y se sentó algo alejado, como si me diese permiso. Supuse que sabía que lo había "cazado" yo. Extendí la mano y saqué algunos trozos de entraña, aún frescos y llenos de sangre. -Hmm...- me lo llevé a la boca y di un bocado, solo para poner una mueca de asco casi al instante. -Ugh... crudo sabe horrible.- por supuesto, eso ya me lo había imaginado. Por suerte, los soldados de antes habían preparado un fuego para cauterizar mi herida, que ya no me quemaba tanto...
Un largo rato después, tras quedar tanto el felino como yo satisfechos, me levanté y me acerqué al león. -¿Que te parece? ¿Viajamos juntos?- el animal me observó con sus enormes ojos amarillentos, y le acaricié la melena. Parecía pasar de mi, pero no parecía molesto con el contacto, eso ya era un comienzo. -Tu nombre será Kayr.- murmuré. -Vamos, tenemos que buscar algo de agua.
Asher Daregan
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Re: Quest: Como el perro y el... ¿Gato? [Wernack]
QUEST FINALIZADA |
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RECOMPENSAS:- Obtienes al león, que es considerado de tu propiedad para todos los efectos, sin embargo no esperes que un animal salvaje sea leal a ti sin un arduo entrenamiento. Por el momento no te obedecerá en combate. Si quieres usarlo en combate deberás considerarlo como una habilidad a aprender por nivel, que será tratada con el mismo rigor que cualquier otra habilidad.
- Obtienes 200 aeros.
- Obtienes 19 puntos de experiencia.
Rad
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