Un juego peligroso CERRADO[Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren y Senketsu]
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Un juego peligroso CERRADO[Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren y Senketsu]
Bueno, ya había llegado a Lunargenta, La joven caminaba por las calles enfundada en su capa negra, ocultando su rostro y cualquier rasgo de ella. Aunque fuese la ciudad con mas razas, no quería decir que todos fuesen amigables con los de la suya. La noche era cerrada, oscura y fría, podía ver el bao de su aliento frente a su rostro, mientras caminaba por las calles húmedas, seguramente de una tormenta reciente, seguida únicamente por el sonido de sus paso contra la piedra.
Sabía que el siguiente día no sería soleado, por lo que dispondría de mas tiempo de buscar un lugar donde descansar. Por el momento, necesitaba un trago, El viaje había sido largo, se había alimentado, había descansado, pero no había podido disfrutar de ninguno de los lujos de la civilización.
No tardó en ver lo que buscaba. Una luz tenue escapaba entre os mugrientos cristales de un pequeño bar. La luz no le era muy molesta, y asomándose el interior estaba vacío. Solo el camarero, que casi podría quedarse dormido detrás de la barra. Ssería un buen lugar, podría relajarse, sin gente alrededor.
Una media sonrisa se dibujó en su rostro mientras pasaba al interior y se retiraba su capa para estar mas cómoda. Se acercó a la barra, donde el camarero la recibió con una extraña sonrisa y tomó asiento. Mientras lo observaba confusa y desconfiada.
-Pongame una jarra de hidromiel...- Su tono de voz neutro no hizo que el camarero borrase aquella sonrisa, y preparando su bebida, logró echar en su jarra, acción que paso desapercibida para la joven que suspiró cansada por el viaje. La jarra no tardó en aparecer deante de sus narices, acompañada de unas palabras amables.
- Invita la casa jovencita- La amabilidad de aquel hombre la sorprendía, pero por una vez, el cansancio superó a su desconfianza.
Sabía que el siguiente día no sería soleado, por lo que dispondría de mas tiempo de buscar un lugar donde descansar. Por el momento, necesitaba un trago, El viaje había sido largo, se había alimentado, había descansado, pero no había podido disfrutar de ninguno de los lujos de la civilización.
No tardó en ver lo que buscaba. Una luz tenue escapaba entre os mugrientos cristales de un pequeño bar. La luz no le era muy molesta, y asomándose el interior estaba vacío. Solo el camarero, que casi podría quedarse dormido detrás de la barra. Ssería un buen lugar, podría relajarse, sin gente alrededor.
Una media sonrisa se dibujó en su rostro mientras pasaba al interior y se retiraba su capa para estar mas cómoda. Se acercó a la barra, donde el camarero la recibió con una extraña sonrisa y tomó asiento. Mientras lo observaba confusa y desconfiada.
-Pongame una jarra de hidromiel...- Su tono de voz neutro no hizo que el camarero borrase aquella sonrisa, y preparando su bebida, logró echar en su jarra, acción que paso desapercibida para la joven que suspiró cansada por el viaje. La jarra no tardó en aparecer deante de sus narices, acompañada de unas palabras amables.
- Invita la casa jovencita- La amabilidad de aquel hombre la sorprendía, pero por una vez, el cansancio superó a su desconfianza.
Última edición por Lyemin el Miér Jun 10 2015, 20:04, editado 2 veces
Lyemin
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Re: Un juego peligroso CERRADO[Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren y Senketsu]
Lunargenta la ciudad que según tenía entendido era donde mas razas habitaban ¿un lugar donde podría sentirme cómodo? No lo pensaba ni lo mas mínimo. Nunca estaba cómodo en ningún lugar al que iba, todos me miraban por mi vestimenta y por mi caracter. Si aquel caracter que de normal era de lo mas malo y que solía hacer que la mayoría de las personas me cogiera cierto cariño en el mal sentido. El sentido en el que me querían amtar o dar una paliza pero esas tonterías me daban igual ahora estaba en aquella ciudad desconocida para mi y lo primero que quería hacer era ir a una taberna para... "-¿Para que demonios quiero ir a una taberna?-" pensé de repente pero simplemente me encogí de hombros y continue caminando.
El ambiente del lugar era frío y húmedo perfecto para cualquier ser que aquellas condiciones le hicieran estar cómodo como para establecerse lo cual no era mi caso en absoluto. Estaba allí de paso buscando a aquel que me había convertido. Si estaba allí hablaría con él y puede que ajustara cuentas sino lo estaba pues me quedaría un día para descansar, pues había viajado mucho, y luego me marcharía sin mas. Ese era mi plan y pensaba llevarlo acabo con total convicción y si alguien intentaba torcerlo... mejor hubiera deseado no hacerlo.
Bueno mis pasos por aquella ciudad eran de lo mas tranquilos y los únicos que se escuchaban. Silencio y soledad las dos cosas que me acompañaban mientras caminaba por aquellas calles. No me era muy extraño aquello pensando que aquella ciudad era grande. Sería extraño ver a quien fuera correr por las calles como si nada. Lo normal es que con aquel día que había salido todos se hubieran quedado en sus casas y por so no había nadie en la calle, que poco me importaba eso.
Por fin encontré la taberna y ni dos segundos dude en entrar en ella. Al hacerlo vi que estaba bien desierta a excepción de alguien estaba sentado en la barra, tampoco me fije en aquella persona. y el camarero del local. Caminé con tranquilidad hasta la barra y mire al camarero desde debajo de mis gafas. -Una cerveza.- -En seguida.- Nada mas me la miré con cierta asquedad. No era sangre pero tampoco me apetecía beberla ahora así que aquello era lo mejor que había, así pues le dí un trago a la cerveza y me quedé mirando el vaso.
Lars Hale
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Re: Un juego peligroso CERRADO[Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren y Senketsu]
Debía llegar a sacrestic Ville, se suponía que tenía un trabajo contratado por el ayuntamiento para el próximo día de mercado, pero eso sería mañana, de momento debía encontrar un lugar donde hospedarse. su barco tardaría en salir. Con la única compañía de fire y su pandereta, empezó a caminar por la ciudad, en busca de algún sitio donde pasar un par de noches.
Sus andares, a pesar del cansancio, seguían siendo... interesantes... Tras pasar varias calles, con el frío de la noche entrando por entre la avertura que dejaba su capa con el vaiven de las caderas de la chica, y las estrellas y la luna observando su avance, logró encontrar una taberna, algo vieja, roñosa y con no muy buen aspecto, pero Fire no reaccionó ante ella, así que ella entró con pausa.
Cuando la luz de la taberna iluminó su cara bajó su capucha y se quitó la capa para colgarsela en el brazo y sentarse en una mesa a la espera de que alguien le tomase nota. No tardó en llegar una chica rubia con el pelo recogido que le pregunto por su pedido.
- Un ron caliente- pidió con voz suave.
La joven se marchó con un asentimiento de cabeza y Keira contempló a quienes se encontraban allí, una joven en la barra, con vestido descocado, y un hombre moreno, lanzó un suspiro aburrido, y esperó su ron, que no tardó en llegar, entonces, dió un sorbo, delicioso.
Sus andares, a pesar del cansancio, seguían siendo... interesantes... Tras pasar varias calles, con el frío de la noche entrando por entre la avertura que dejaba su capa con el vaiven de las caderas de la chica, y las estrellas y la luna observando su avance, logró encontrar una taberna, algo vieja, roñosa y con no muy buen aspecto, pero Fire no reaccionó ante ella, así que ella entró con pausa.
Cuando la luz de la taberna iluminó su cara bajó su capucha y se quitó la capa para colgarsela en el brazo y sentarse en una mesa a la espera de que alguien le tomase nota. No tardó en llegar una chica rubia con el pelo recogido que le pregunto por su pedido.
- Un ron caliente- pidió con voz suave.
La joven se marchó con un asentimiento de cabeza y Keira contempló a quienes se encontraban allí, una joven en la barra, con vestido descocado, y un hombre moreno, lanzó un suspiro aburrido, y esperó su ron, que no tardó en llegar, entonces, dió un sorbo, delicioso.
Keira Brabery
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Re: Un juego peligroso [Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren]
Una noche increíble se cernía sobre el bosque una bonita luna reflejaba mis preciosos ojos de lobo me gustaba ir transformado de noche me hacia sentirme mas libre y poderoso.Esta noche me apetecía hacer algo diferente me sentía aventurero quería probar algo diferente.
Decido adentrarme en Lunargenta por la noche por primera vez realmente no se porque nunca había hecho esto antes juntar la increíble noche con una paz absoluta en un lugar tan interesante,tal vez temiese estar desprotegido entre esos muros no debía transformarme,si lo hacía nadie debía verme de momento yo era la única persona viva que conoce mi doble identidad y porque no debía seguir siendo así.
Recorro las calles dejándome llevar simplemente ando corro entre esos edificios, tras una hora me encuentro cansado y la verdad ya que había decidido salir y me encontraba tan bien porque iba a abandonar tan rápido esta aventura.Algo me llama la atención ¿una taberna abierta a estas horas? decido entrar por pura curiosidad.
Al entrar veo 3 personas sentadas y un tabernero con rasgos amables,rápidamente mis instintos me advierten respiro algo que me hace crisparme sentirme hostigado sin razón ninguna.Tranquilízate pienso no son mas que 3 personas en una taberna a altas horas de la noche.
-Cuanto trabajo tengo esta noche-Dice el tabernero,la verdad no se a que se refiere y prefiero simplemente decir -Una cerveza que no este muy fuerte-
Decido adentrarme en Lunargenta por la noche por primera vez realmente no se porque nunca había hecho esto antes juntar la increíble noche con una paz absoluta en un lugar tan interesante,tal vez temiese estar desprotegido entre esos muros no debía transformarme,si lo hacía nadie debía verme de momento yo era la única persona viva que conoce mi doble identidad y porque no debía seguir siendo así.
Recorro las calles dejándome llevar simplemente ando corro entre esos edificios, tras una hora me encuentro cansado y la verdad ya que había decidido salir y me encontraba tan bien porque iba a abandonar tan rápido esta aventura.Algo me llama la atención ¿una taberna abierta a estas horas? decido entrar por pura curiosidad.
Al entrar veo 3 personas sentadas y un tabernero con rasgos amables,rápidamente mis instintos me advierten respiro algo que me hace crisparme sentirme hostigado sin razón ninguna.Tranquilízate pienso no son mas que 3 personas en una taberna a altas horas de la noche.
-Cuanto trabajo tengo esta noche-Dice el tabernero,la verdad no se a que se refiere y prefiero simplemente decir -Una cerveza que no este muy fuerte-
Daren
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Re: Un juego peligroso CERRADO[Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren y Senketsu]
Era de noche en Lunargenta, Senketsu acababa de terminar uno de sus trabajos, y estaba cansada, deseaba tomar un trago de su botella la cual la tentaba a cada paso que daba por culpa de su balanceo, aunque pensó No hace mucho me dijeron que la sangre humana esta deliciosa cuando se mezcla con sidra, tendré que probarlo, buscare una taberna, la mas cutre que encuentre, no quiero que el tabernero haga muchas preguntas... tras decir esto siguió vagando por los tejados de la ciudad, buscando una taberna que no estuviese muy concurrida, algo que a simple vista podía parecer fácil, aunque en esta ciudad vivía mucha gente, y las tabernas se encontraban hasta arriba a todas horas.
Al final se canso de buscar, con la tentación de la botella aun colgando de su cuello, decidió entrar en la primera taberna que viera, y así lo hizo, era un lugar no muy confortable, tampoco destacaba por su cantidad de luz, algo que Senketsu agradecía, no quería que nadie viese que es lo que ocultaba en esa botella, en la taberna no había mucha gente, 4 personas, la primera que vio fue a una pelirroja la cual tenia un águila al hombro y estaba bebiendo plácidamente, tras ella, un hombre rubio, al otro lado, otro hombre, este moreno y con una vestimenta un tanto extraña, y tras el otra chica se encontraba -Vaya, parece que animado el sitio... he- dijo con un tono sarcástico.
-Tabernero, una sidra, que este fría- el hombre tardo mucho en servirla, algo extraño pasaba, aunque Senketsu no lo percato, y en cuanto le entregaron su sidra, y creía que nadie la estaba observando vació el contenido de su botellita en la sidra, tiñéndola de un color rojo intenso, y pego un trago -Delicioso...- exclamo Senketsu mientras se relamía el labio inferior y dándose cuenta de que el tabernero la miraba con una cara un tanto extraña -Sin preguntas...- dijo antes de tomar un segundo trago.
Al final se canso de buscar, con la tentación de la botella aun colgando de su cuello, decidió entrar en la primera taberna que viera, y así lo hizo, era un lugar no muy confortable, tampoco destacaba por su cantidad de luz, algo que Senketsu agradecía, no quería que nadie viese que es lo que ocultaba en esa botella, en la taberna no había mucha gente, 4 personas, la primera que vio fue a una pelirroja la cual tenia un águila al hombro y estaba bebiendo plácidamente, tras ella, un hombre rubio, al otro lado, otro hombre, este moreno y con una vestimenta un tanto extraña, y tras el otra chica se encontraba -Vaya, parece que animado el sitio... he- dijo con un tono sarcástico.
-Tabernero, una sidra, que este fría- el hombre tardo mucho en servirla, algo extraño pasaba, aunque Senketsu no lo percato, y en cuanto le entregaron su sidra, y creía que nadie la estaba observando vació el contenido de su botellita en la sidra, tiñéndola de un color rojo intenso, y pego un trago -Delicioso...- exclamo Senketsu mientras se relamía el labio inferior y dándose cuenta de que el tabernero la miraba con una cara un tanto extraña -Sin preguntas...- dijo antes de tomar un segundo trago.
Senketsu Hanekawa
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Re: Un juego peligroso CERRADO[Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren y Senketsu]
Había pasado bastante tiempo tratando de evitar la ciudad. En parte le aterraba la idea de exponerse ante tanta gente, sabía que no tendría donde esconderse, ni siquiera entre la muchedumbre, especialmente no entre la muchedumbre. Aunque en general ya se había acostumbrado a las miradas, la idea de moverse entre un mar de ellas no le seducía lo más mínimo. Al final se había decidido, aprovecharía para visitar a su hermano, el plan era verle antes de continuar con sus andanzas.
Lo cierto es que su primera visita a Lunargenta fue todo lo que había temido, y a la vez no. Cierto, en el bullicioso día de mercado que llegó a la ciudad, la calle principal estaba abarrotada. La gente la miraba, algunos incluso se apartaban de su paso, otros se apresuraban a coger a sus niños. Nada a lo que la mujer bestia no estuviera acostumbrada. Pero también, encontró una variedad increíble de personas. Incluso juraría que algunos le habían dedicado sonrisas corteses al cruzar las miradas. En una tienda un elfo procuraba pociones sanadoras, en otro lugar un brujo jugaba con fuego, más de un hombre bestia se paseaba por las calles. Vael observó fascinada aquella multitud heterogénea. De pronto la ciudad no parecía tan terrible.
El tiempo pasó rápidamente mientras la mujer bestia descubría y se perdía en la ciudad, literalmente. El sol no tardó en ponerse y la calma se apoderó poco a poco de las calles. Un ráfaga de aire frío hizo que el pelaje de su nuca se erizara, no se auguraba una noche cálida. Le quedaban algunos aeros (le habían engatusado para comprar alguna que otra baratija inútil), sería conveniente buscar un lugar donde dormir. Su estómago emitió un quejido. Pero primero lo primero.
Vagó un tiempo por las calles antes de encontrar lo que parecía una taberna. Vael titubeó un momento en la puerta, luego tomó aire antes de pasar. O intentarlo porque la tarea de entrar en el local fue ardua. El primer intento resultó en fracaso, la puerta no era lo bastante ancha. Con torpeza debido a la vergüenza, pues probablemente había atraído algunas miradas, Vael se colocó de lado pero sus cuernos arañaron el marco de la puerta. -P-perdón...- Murmuró con un gruñido, agachándose para, esta ves sí, entrar en el local. Sin embargo al girarse su cola tiró una de las bebidas. El sonido de cristales rotos llenó el ambiente. -Oh, v-vaya, lo siento...-
-¡Pero qué haces! - No tardó en increparle el mesero, entre enfadado y temeroso del destrozo que la mujer-bestia podría provocar en su local si seguía así.
-L-lo siento. Yo pagaré la bebida. - Respondió mientras retrocedía tropezando con una mesa. -Ah, perdón.- Se disculpó con el mueble. Entonces la mujer recuperó el resuello y se acercó a la barra. Intentando recuperar la poca dignidad que le quedaba. - ¿Tiene algo de comida? - Preguntó como si no hubiera pasado nada.
-A estas horas no.- Respondió el hombre con cierta sequedad.
-Un vaso de leche entonces.-
-... ¿perdón? -
-Quiero decir... la bebida más fuerte que tenga.- Se le escapó algo entre un gruñido y un suspiro.
Aquello había sido una pésima idea. Igual debería escribir un libro, como destruir tu reputación en unos pocos minutos. Con todo el barullo ni si quiera se había fijado en a quién le había tirado la bebida. No se había fijado tampoco en el resto de clientes, que probablemente ahora debían estarlo pasarlo en grande. Vael decidió que el suelo era particularmente interesante y optó por no levantar la cabeza.
Lo cierto es que su primera visita a Lunargenta fue todo lo que había temido, y a la vez no. Cierto, en el bullicioso día de mercado que llegó a la ciudad, la calle principal estaba abarrotada. La gente la miraba, algunos incluso se apartaban de su paso, otros se apresuraban a coger a sus niños. Nada a lo que la mujer bestia no estuviera acostumbrada. Pero también, encontró una variedad increíble de personas. Incluso juraría que algunos le habían dedicado sonrisas corteses al cruzar las miradas. En una tienda un elfo procuraba pociones sanadoras, en otro lugar un brujo jugaba con fuego, más de un hombre bestia se paseaba por las calles. Vael observó fascinada aquella multitud heterogénea. De pronto la ciudad no parecía tan terrible.
El tiempo pasó rápidamente mientras la mujer bestia descubría y se perdía en la ciudad, literalmente. El sol no tardó en ponerse y la calma se apoderó poco a poco de las calles. Un ráfaga de aire frío hizo que el pelaje de su nuca se erizara, no se auguraba una noche cálida. Le quedaban algunos aeros (le habían engatusado para comprar alguna que otra baratija inútil), sería conveniente buscar un lugar donde dormir. Su estómago emitió un quejido. Pero primero lo primero.
Vagó un tiempo por las calles antes de encontrar lo que parecía una taberna. Vael titubeó un momento en la puerta, luego tomó aire antes de pasar. O intentarlo porque la tarea de entrar en el local fue ardua. El primer intento resultó en fracaso, la puerta no era lo bastante ancha. Con torpeza debido a la vergüenza, pues probablemente había atraído algunas miradas, Vael se colocó de lado pero sus cuernos arañaron el marco de la puerta. -P-perdón...- Murmuró con un gruñido, agachándose para, esta ves sí, entrar en el local. Sin embargo al girarse su cola tiró una de las bebidas. El sonido de cristales rotos llenó el ambiente. -Oh, v-vaya, lo siento...-
-¡Pero qué haces! - No tardó en increparle el mesero, entre enfadado y temeroso del destrozo que la mujer-bestia podría provocar en su local si seguía así.
-L-lo siento. Yo pagaré la bebida. - Respondió mientras retrocedía tropezando con una mesa. -Ah, perdón.- Se disculpó con el mueble. Entonces la mujer recuperó el resuello y se acercó a la barra. Intentando recuperar la poca dignidad que le quedaba. - ¿Tiene algo de comida? - Preguntó como si no hubiera pasado nada.
-A estas horas no.- Respondió el hombre con cierta sequedad.
-Un vaso de leche entonces.-
-... ¿perdón? -
-Quiero decir... la bebida más fuerte que tenga.- Se le escapó algo entre un gruñido y un suspiro.
Aquello había sido una pésima idea. Igual debería escribir un libro, como destruir tu reputación en unos pocos minutos. Con todo el barullo ni si quiera se había fijado en a quién le había tirado la bebida. No se había fijado tampoco en el resto de clientes, que probablemente ahora debían estarlo pasarlo en grande. Vael decidió que el suelo era particularmente interesante y optó por no levantar la cabeza.
Vael
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Re: Un juego peligroso CERRADO[Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren y Senketsu]
Era una noche como otra cualquiera para el brujo, salvo por el peletazo que hacía. Parecía que un dragón hubiera decidido trasladar la ciudad entera a un lugar en las montañas del norte; o que a un brujo de agua se le fuera de las manos un hechizo de hielo. Lo cierto es que para Vinc hacía mucho tiempo que no notaba tanto frío estando tan al sur.
- Para pelarme el culo de frío me hubiese quedado en el norte-, musitó con resignación.
Por las calles no deambulaba ni una maldita alma en pena. El brujo los entendía perfectamente. Era una noche para salir solo si había algo importante que hacer. Sin nada que hacer más valía quedarse en casa con una mantita calienta y un buen licor. Y eso estaría haciendo si no se hubiera retrasado. Le gustaba pasear por los bosques y las afueras de la ciudad, y como de costumbre se había tomado el viaje con demasiada relajación. Se le había echado la noche encima por ello, cosa que no le importaba, pero esta noche era demasiado fría para su gusto.
El rubio se tapó mejor el cuello con su capa y siguió avanzando por la calle desierta, solo acompañado por el sonido de sus propios pasos. Iba evitando pisar un charco aquí y allá para evitar embarrar sus botas de caña alta cuando vio luz saliendo por un portal. Alguien había entrado en la casa y la luz del interior iluminó la calle momentáneamente. Cuando estuvo cerca pudo comprobar por la ventana que era una taberna. Cierto que parecía una taberna de mala muerte, pero estaba cansado del frío, y habían al menos seis personas más el propietario. Poder charlar un rato le animó a entrar al local.
Menudo antro pensó el brujo. Desde dentro no tenía mejor pinta que fuera. Las paredes estaban desconchadas y el techo tenía pinta de caerse en cualquier momento. El suelo era lo único que parecía no caerse a pedazos aunque igualmente parecía haber vivido tiempos mejores. Pero qué coño, ya había entrado y si los demás le habían dado el visto bueno al local, para él era un buen sitio para morir como cualquier otro.
- Ponme el ron más fuerte que tengas-, pidió al mesero nada más llegar hasta la barra.
Tamborileó con los dedos sobre la barra mientras esperaba el pedido, y en cuanto el propietario le dio la taza le guiñó un ojo amistosamente. Tomó un trago que le supo a gloria que casi le hace gemir de placer, antes de echar una ojeada a los parroquianos. Todos estaban en la barra menos una chica con un loro en el hombro. Bueno un loro no, era un pájaro pensó Vinc. Lo cierto es que no se fijó demasiado en el pájaro ya que la joven tenía dos preciosos atrib… ojos. El hilo de sus pensamientos fue cortado por la mirada que le echó la chica, a la cual le dedicó una sonrisa y un guiño como gesto de paz.
- Joder, es un maldito milagro que haya visto el pájaro con ese cuerpo-, se dijo en bajo. - Seguro que con mi guiño no viviré demasiado.
Aunque cuando se me caiga encima esta mierda de sitio no tendré que preocuparme por ello pensó. Siguió ojeando a los clientes. Un chico con gafas, que por su tez seguramente fuera un vampiro, era el más alejado de todos por su derecha. Solía calar a los de su raza porque estaba acostumbrado a lidiar con ellos. Al menos con féminas de su raza. Su estilo encuerado era inconfundible. Justo a la izquierda del brujo había un tipo rubio. Era atractivo pero estaba un tanto tenso. O eso le pareció. Puede que solo estuviera cansado por el frío como los demás. A su lado estaba una mujer bestia, pues sus orejitas de gata eran inconfundibles.
Pero que cojones pensó el brujo casi escupiendo la bebida. Se recompuso en seguida y disimuló como pudo para que no se percatara. Había visto hombres bestias en su vida aunque nunca uno tan alto. Tan ancho. Y tan todo. Parecía un felino y no dudaba que le mandaría a las estrellas de un puñetazo si quisiera. Le hizo un gesto amigable alzando su copa para no preocuparlo.
- Eso Vincent. Tú sigue haciendo amigos de esa manera y casi será mejor que te tires tú mismo el techo encima de la cabeza-, comentó para sí mismo de nuevo.
El brujo se apoyó de lado en la barra y observó a la mujer que tenía más cerca. Piel blanca, cuerpo esbelto y apretado en su ropaje, y por qué no decirlo, una buena delantera. Ya había visto ese cuerpo antes.
- Vaya vaya vaya. Mira lo que ha traído la lluvia hasta aquí-, dijo sonriente a la vampiresa. - Sin duda el mundo es un pañuelo. Vienes por negocio o echabas de menos a tu amigo pirómano.
- Para pelarme el culo de frío me hubiese quedado en el norte-, musitó con resignación.
Por las calles no deambulaba ni una maldita alma en pena. El brujo los entendía perfectamente. Era una noche para salir solo si había algo importante que hacer. Sin nada que hacer más valía quedarse en casa con una mantita calienta y un buen licor. Y eso estaría haciendo si no se hubiera retrasado. Le gustaba pasear por los bosques y las afueras de la ciudad, y como de costumbre se había tomado el viaje con demasiada relajación. Se le había echado la noche encima por ello, cosa que no le importaba, pero esta noche era demasiado fría para su gusto.
El rubio se tapó mejor el cuello con su capa y siguió avanzando por la calle desierta, solo acompañado por el sonido de sus propios pasos. Iba evitando pisar un charco aquí y allá para evitar embarrar sus botas de caña alta cuando vio luz saliendo por un portal. Alguien había entrado en la casa y la luz del interior iluminó la calle momentáneamente. Cuando estuvo cerca pudo comprobar por la ventana que era una taberna. Cierto que parecía una taberna de mala muerte, pero estaba cansado del frío, y habían al menos seis personas más el propietario. Poder charlar un rato le animó a entrar al local.
Menudo antro pensó el brujo. Desde dentro no tenía mejor pinta que fuera. Las paredes estaban desconchadas y el techo tenía pinta de caerse en cualquier momento. El suelo era lo único que parecía no caerse a pedazos aunque igualmente parecía haber vivido tiempos mejores. Pero qué coño, ya había entrado y si los demás le habían dado el visto bueno al local, para él era un buen sitio para morir como cualquier otro.
- Ponme el ron más fuerte que tengas-, pidió al mesero nada más llegar hasta la barra.
Tamborileó con los dedos sobre la barra mientras esperaba el pedido, y en cuanto el propietario le dio la taza le guiñó un ojo amistosamente. Tomó un trago que le supo a gloria que casi le hace gemir de placer, antes de echar una ojeada a los parroquianos. Todos estaban en la barra menos una chica con un loro en el hombro. Bueno un loro no, era un pájaro pensó Vinc. Lo cierto es que no se fijó demasiado en el pájaro ya que la joven tenía dos preciosos atrib… ojos. El hilo de sus pensamientos fue cortado por la mirada que le echó la chica, a la cual le dedicó una sonrisa y un guiño como gesto de paz.
- Joder, es un maldito milagro que haya visto el pájaro con ese cuerpo-, se dijo en bajo. - Seguro que con mi guiño no viviré demasiado.
Aunque cuando se me caiga encima esta mierda de sitio no tendré que preocuparme por ello pensó. Siguió ojeando a los clientes. Un chico con gafas, que por su tez seguramente fuera un vampiro, era el más alejado de todos por su derecha. Solía calar a los de su raza porque estaba acostumbrado a lidiar con ellos. Al menos con féminas de su raza. Su estilo encuerado era inconfundible. Justo a la izquierda del brujo había un tipo rubio. Era atractivo pero estaba un tanto tenso. O eso le pareció. Puede que solo estuviera cansado por el frío como los demás. A su lado estaba una mujer bestia, pues sus orejitas de gata eran inconfundibles.
Pero que cojones pensó el brujo casi escupiendo la bebida. Se recompuso en seguida y disimuló como pudo para que no se percatara. Había visto hombres bestias en su vida aunque nunca uno tan alto. Tan ancho. Y tan todo. Parecía un felino y no dudaba que le mandaría a las estrellas de un puñetazo si quisiera. Le hizo un gesto amigable alzando su copa para no preocuparlo.
- Eso Vincent. Tú sigue haciendo amigos de esa manera y casi será mejor que te tires tú mismo el techo encima de la cabeza-, comentó para sí mismo de nuevo.
El brujo se apoyó de lado en la barra y observó a la mujer que tenía más cerca. Piel blanca, cuerpo esbelto y apretado en su ropaje, y por qué no decirlo, una buena delantera. Ya había visto ese cuerpo antes.
- Vaya vaya vaya. Mira lo que ha traído la lluvia hasta aquí-, dijo sonriente a la vampiresa. - Sin duda el mundo es un pañuelo. Vienes por negocio o echabas de menos a tu amigo pirómano.
Vincent Calhoun
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Re: Un juego peligroso CERRADO[Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren y Senketsu]
La vampira solo quería una noche tranquila, pero parecía que últimamente tenía un imán para los problemas, pues nada mas llegar al establecimiento vacio, este comenzó a llenarse de seres variopintos, una muestra de la "riqueza cultural" de la ciudad. Podía olerlos, la sangre de cada uno sabia que eran sin necesidad de levantar la vista de su jarra para mirarlos.
El primero en llegar era otro vampiro, que tomó asiento junto a ella en la barra. No sabía nada de aquel tipo, no sabía si al igual que ella seguía una ética o si se dedicaba a matar sin ton ni son, pero desde luego, no se dedicaría a descubrirlo, al menos no esa noche. A este le siguió una maga, se tensó un poco, pero no se giró para observarla, no le gustaban demasiado los magos, solo uno o dos que había conocido habían resultado de su agrado. El camarero no salió de detrás de la barra, en su lugar una joven rubia la atendió, que tan pronto como apareció desapareció. Otro chico tomó asiento en la barra tras esto, la joven arrugó la nariz. Su sangre le sonaba, y tenía sus sospechas sobre su raza, pero podía ser problemático preguntar, así que debía aguantar un poco mas callada. Realmente su lengua tendía a meterla en problemas. Con un nuevo trago de su jarra, la joven escuchó un ruido en la puerta, y el olor de una nueva raza.
La variedad en aquel lugar no paraba. Una mujer gato se sumó al grupo de la barra, haciendo que Lye sonriera ante su comentario sobre lo animado que se encontraba el local, pero lo que hizo reaccionar a la vampira, fue un frasco que la gata estrajo, era sangre. La vampira se relamió al olerla, pero trato de conternerse mientras observaba la copa de esta con las pupilas dilatadas por el hambre. El ruido de la puerta logró distraerla, ¿que hacía una gata bebiendo sangre? se giró sacudiendo la cabeza, necesitaba distraerse de aquel tentador bocado, aunque, ahora todos en aquel bar eran tentadores bocados.
El pequeño espectáculo que proporcionó la mujer-bestia le sacó a la vampira una pequeña sonrisa entre divertida y compasiva, se notaba que la pobre estaba pasando vergüenza, parecía tener una actitud tranquila en comparación con los hombres-bestia que ella había conocido, bastante mas brutos. Al contrario, ella parecía apurada por llamar tanto la atención, o esa era la impresión que en ella causaba. La observaba sin disimulo, desde luego la curiosidad que sentía por ella la distraía bastante bien del hambre. Todo parecía calma, la noche aún podía salvarse, hasta que Lyemin olió llegar algo.
- Oh, mierda...- Se lamentó en voz alta divertida al saber quien entraba en la puerta, y volvió a girarse hacia su jarra, ¿cuanto tardaría en darse cuenta? El licor comenzaba a hacer que el calor se agolpase en las mejillas de la joven, que no pudo evitar reirse al escuchar lo que el mago dijo por lo bajo con respecto a la otra maga. La reacción de este con la mujer bestia también tubo gracia, la vampira asumió, que la calma que uscaba ya no la encontraría, por eso cuando escuchó a Vincent dirigirse a ella, esta se volvió con la jarra en la mano.
- Ni lo uno ni lo otro, lo hice por este brebaje de la última vez- Su tono despreocupado la sorprendía, ¿desde cuando había tomado tanta confianza con el mago? Bueno, de hecho podía considerar que así era después de todo lo vivido, y el alcohol también ayudaba.
- Y por la calma, pero tengo un imán para entrar en un local vacío y que acto seguido se llene- se había puesto en pie fuera de su taburete y ahora si, ya de perdidos al río, observaba todo el bar sin pudor ni disimulo, ahora que el mago estaba allí, tenía la certeza de que se metería en algún problema.
Y como de costumbre, sus palabras se confirmaron, ya que por la puerta entró otro grupo de unos cinco individuos, grandes, sudorosos y grasientos, que apestaban a alcohol y hablaban a gritos.
- Vamos! hoy toca beber! anirmar este local!- gritó uno según entro por la puerta, seguido de los otros cuatro. Dirigieron una mirada rápida al local y el que parecía el mas asqueroso, y por ende parecía ser el cabecilla, hizo unos extraños gestos que todos parecieron entender.
Dos se apostaron en la mesa de la maga, con unas turbas sonrisas y dirigiendo la mirada a su cuerpo sin pudor alguno.
- Buenas noches preciosa- su tono de voz baboso delataba sus intenciones - permitenos acompañarte y animarte en esta fría noche.-
Otro se apostó entre la gata y el joven rubio, pasando una mano por el hombro a cada uno gritando - Camarero! Un trago aquí, con mi amigo y esta deliciosa gatita-
Otro insensato, se situó junto a Lye, la cual le dirigió una mirada de asco y después sonrió con malicia al mago, y por último, el cabecilla, se quedó en medio de la entrada, y a un gesto suyo, todos los hombres sacaron sus cuchillos de forma amenazadora.
-muy bien imbeciles! daznos todo lo que lleveis encima y no habrá problemas!- Estaba claro que estaban borrachos y no sabían donde se metían. La vampira con un gesto rápido, le quitó el cuchillo de la mano al que tenía al lado y se lo puso en el cuello de el, apretando por si se le ocurría moverse.
El primero en llegar era otro vampiro, que tomó asiento junto a ella en la barra. No sabía nada de aquel tipo, no sabía si al igual que ella seguía una ética o si se dedicaba a matar sin ton ni son, pero desde luego, no se dedicaría a descubrirlo, al menos no esa noche. A este le siguió una maga, se tensó un poco, pero no se giró para observarla, no le gustaban demasiado los magos, solo uno o dos que había conocido habían resultado de su agrado. El camarero no salió de detrás de la barra, en su lugar una joven rubia la atendió, que tan pronto como apareció desapareció. Otro chico tomó asiento en la barra tras esto, la joven arrugó la nariz. Su sangre le sonaba, y tenía sus sospechas sobre su raza, pero podía ser problemático preguntar, así que debía aguantar un poco mas callada. Realmente su lengua tendía a meterla en problemas. Con un nuevo trago de su jarra, la joven escuchó un ruido en la puerta, y el olor de una nueva raza.
La variedad en aquel lugar no paraba. Una mujer gato se sumó al grupo de la barra, haciendo que Lye sonriera ante su comentario sobre lo animado que se encontraba el local, pero lo que hizo reaccionar a la vampira, fue un frasco que la gata estrajo, era sangre. La vampira se relamió al olerla, pero trato de conternerse mientras observaba la copa de esta con las pupilas dilatadas por el hambre. El ruido de la puerta logró distraerla, ¿que hacía una gata bebiendo sangre? se giró sacudiendo la cabeza, necesitaba distraerse de aquel tentador bocado, aunque, ahora todos en aquel bar eran tentadores bocados.
El pequeño espectáculo que proporcionó la mujer-bestia le sacó a la vampira una pequeña sonrisa entre divertida y compasiva, se notaba que la pobre estaba pasando vergüenza, parecía tener una actitud tranquila en comparación con los hombres-bestia que ella había conocido, bastante mas brutos. Al contrario, ella parecía apurada por llamar tanto la atención, o esa era la impresión que en ella causaba. La observaba sin disimulo, desde luego la curiosidad que sentía por ella la distraía bastante bien del hambre. Todo parecía calma, la noche aún podía salvarse, hasta que Lyemin olió llegar algo.
- Oh, mierda...- Se lamentó en voz alta divertida al saber quien entraba en la puerta, y volvió a girarse hacia su jarra, ¿cuanto tardaría en darse cuenta? El licor comenzaba a hacer que el calor se agolpase en las mejillas de la joven, que no pudo evitar reirse al escuchar lo que el mago dijo por lo bajo con respecto a la otra maga. La reacción de este con la mujer bestia también tubo gracia, la vampira asumió, que la calma que uscaba ya no la encontraría, por eso cuando escuchó a Vincent dirigirse a ella, esta se volvió con la jarra en la mano.
- Ni lo uno ni lo otro, lo hice por este brebaje de la última vez- Su tono despreocupado la sorprendía, ¿desde cuando había tomado tanta confianza con el mago? Bueno, de hecho podía considerar que así era después de todo lo vivido, y el alcohol también ayudaba.
- Y por la calma, pero tengo un imán para entrar en un local vacío y que acto seguido se llene- se había puesto en pie fuera de su taburete y ahora si, ya de perdidos al río, observaba todo el bar sin pudor ni disimulo, ahora que el mago estaba allí, tenía la certeza de que se metería en algún problema.
Y como de costumbre, sus palabras se confirmaron, ya que por la puerta entró otro grupo de unos cinco individuos, grandes, sudorosos y grasientos, que apestaban a alcohol y hablaban a gritos.
- Vamos! hoy toca beber! anirmar este local!- gritó uno según entro por la puerta, seguido de los otros cuatro. Dirigieron una mirada rápida al local y el que parecía el mas asqueroso, y por ende parecía ser el cabecilla, hizo unos extraños gestos que todos parecieron entender.
Dos se apostaron en la mesa de la maga, con unas turbas sonrisas y dirigiendo la mirada a su cuerpo sin pudor alguno.
- Buenas noches preciosa- su tono de voz baboso delataba sus intenciones - permitenos acompañarte y animarte en esta fría noche.-
Otro se apostó entre la gata y el joven rubio, pasando una mano por el hombro a cada uno gritando - Camarero! Un trago aquí, con mi amigo y esta deliciosa gatita-
Otro insensato, se situó junto a Lye, la cual le dirigió una mirada de asco y después sonrió con malicia al mago, y por último, el cabecilla, se quedó en medio de la entrada, y a un gesto suyo, todos los hombres sacaron sus cuchillos de forma amenazadora.
-muy bien imbeciles! daznos todo lo que lleveis encima y no habrá problemas!- Estaba claro que estaban borrachos y no sabían donde se metían. La vampira con un gesto rápido, le quitó el cuchillo de la mano al que tenía al lado y se lo puso en el cuello de el, apretando por si se le ocurría moverse.
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Re: Un juego peligroso CERRADO[Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren y Senketsu]
Decididamente aquel antro era una mierda en palabras mayores o era que yo no apreciaba estar nunca en ninguna taberna fuera de la clase que fuera. ¿Por que decia aquello? La cerveza que había pedido me sabía a rayos y sinceramente el ambiente del lugar, auqnue era tranquilo, me parecía una autentica porqueria. No, no creaís que era porque yo era un refinado de los que se ven por las altas esferas del mundo, pero tal y como había vivido mi cida todos aquellos lugares me eran de lo mas incómodos pero por diferentes circunstancias siempre debía entrar en ellos para calmar mi sed normal, no la de sangre, o por cualquier otro motivo que no me apetecía recordar en aquel momento.
De un momento a otro alguien entro a la taberna y por el olor de su sangre no era humana aunque posiblemente podía ser una bruja pues el olor tampoco era tan diferente al de los humanos solo estaba esa sensación de que tenía algo especial en su interior. Ya era raro que otro vampiro, la chica que estaba sentada en la barra, estuviera aquí pero también una maga algo debía tener este local para atraer a tanta gente cuando solamente estábamos dos vampiros en ella hará bien poco. Tsss tampoco me importaba que viniera quien quisiera mientras no me molestara lo mas mínimo me daba igual. Claramente se ve que alguien debía haberme oido pues enseguida entro otra persona cuya sangre no me gustaba para nada pero al cual ignore como había hecho con las dos personas que habían en la taberna.
Nueva gente entro en el local, dos mujeres-bestias por lo que pude comprobar y luego otro brujo. Ese día parecia que nadie conseguía encontrar un rato de tranquilidad aunque de todo esto solo una cosa me llamo la atención. Una de las mujeres-bestia había echado sangre a su bebida y aquello me había despertado un poco mi propia sed. Dejé de mala gana la cerveza sobre la barra y cerré momentaniamente los ojos para intentar calmarme y no lanzarme a por el camarero en aquellos mismos instantes en los que mi sed de sangre despertaba.
"-Calmate Lars.-" Me dije mentalmente y justamente cuando estaba consiguiendo calmarme llego el momento cuspide de la noche. Un grupo de humanos borrachos entraron en el local dando voces y dispersandose en diversos puntos del local. Dos con la bruja de la mesa. Otro entre la mujer-bestia y el chico raro, y el último donde la vampiresa. Bueno ese no era el último pues uno seguía de pie en medio del local. Ignoré a todos hasta que los del grupo sacarón cuchillos y amenazaron a todos. Hasta ahí llego mi paciencia con todo esto, ahora me iba a divertir.
La vampiresa se ocupo del suyo y yo por mi parte, que no tenía a nadie solo me separe de la barra y me di la vuelta para mirar al único hombre que estaba en medio del local. Sin aviso alguno desenvaine mi espada a la vez que corría hacia donde el hombre y cuando estuve delante suya le lancé un golpe diagonal ha su pecho. La espada abrío la piel del hombre de la cual empezó a surgir ese liquido rojo que tanto me gustaba beber. El hombre cayó al suelo estrepitosamente y yo lami la sangre de mi espada limpiadola así para luego enfundarla. -Tsss patético.- Dije y me quedé allí de pie mirando el cadaver que había a mis pies.
Lars Hale
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Re: Un juego peligroso CERRADO[Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren y Senketsu]
Había ido en busca de refugio, pensando que estaía tranquila, que no habría problemas y se encontró con una taberna roñosa en la que solo había dos personas, eso le pareció bien, además, ellos estaban en la barra, ella, en una mesa, podría estar tranquila, o eso pensaba el Hada. De repente, comenzó a entrar gente al local. El primero. un joven rubio de aspecto algo asustado se dirigió a la barra, después una mujer gato, que, muy extraña ella, exigió poner un contenido especifico dentro de su bebida. Ignorando a los presentes, Keira acarició las plumas de Fire, que se encontraba en su hombro hasta la aparición de una enorme mujer bestia que no dejaba de tropezar con todo, no es solo que le costara entrar, es que, para colmo, le tiró la bebida al suelo.
Keira le dedicó una mirada aburrida alzando una ceja, ella que pensaba que alejada de la barra tendría calma... Lanzó un suspiro cuando la mujer enorme se disculpó, ya no podía hacer nada, y con lo nerviosa que parecía de poco le serviría gritar o enfadarse, parecía aergonzada y arrepentida, ante eso, no iba a montar un escandalo. Pidió otra bebida igual que no tardó en traer la chica rubia de antes para, tras limpiar lo caido, volver a meterse dentro de la cocina.
Dió un sorbo del ron mientras fire saltaba de silla a silla para volver a su hombro justo cuando un hombre barbudo entró al local. Otro que iba a la barra, en serio, con todo el maldito recinto vacío ¿y se juntaban todos en la barra? ¿Se conocerían? intentando pasar de todo, notó la mirada del recién llegado sobre ella, no, no sobre ella, sobre Fire, bien, alguien que no la miraba, pensó eso hasta que escuchó el comentario del hombre,y vió su guiño. "Oh, por el amor de..." Pensó rodando los ojos y apartando su atención del hombre.
No pasó mucho tiempo hasta que la uerta volvió a abrirse una vez más dando paso a varios tipos, borrachos. Dos se sentaron al lado de la tensai intentando ligar con ella. Se habían metido en un terreno que no podían manejar, Keira les regaló una sonrisa, iban a pasarlo mal...
- Claro..., ¿por qué no?- comentó bajando las manos hasta tocar las sillas que habían tomado como asientos y empezando a calnetar la madera.
Pasaron unos segundos hasta que el que se había quedado de pie grito que les dieran sus pertenencias, pero era tarde para los que habían ido a por keira. El sitio ya iba a empezar a arder:
-Fire.... -susurró haciendo que su aguila se pusiera atenta.
Los dos tipos saltaron de la silla con el culo quemado al tiempo que el ave arañaba la cara de uno y Keira encendía una pequeña llama en el pelo del otro. La joven de vestido vaporoso se agachó y dió una patada semicircular tirando al suelo a los individuos, uno quedó noqueado con el golpe, la chica tomó el arma del dormido y la lanzó rozando la cara del otro hasta que la daga se calvó en la pared.
- ¿Estás seguro de querer jugar conmigo?- susurró acercandose al que le quedaba en pie al frente, ahora el estaba más en guardia y furioso, debería golpearlo por detrás, pero le sería dificil.
Se quedó quieta y alzó el brazo para que Fire volviese a su lugar, no podía encender un fuego grande, o el local ardería, y un fuego frío no serviría de nada, su tonalidad, que pasaba de rojo a azul, lo delataba. Mientras ella se defendía, comprobó que la mujer que había al principio en la taberna, amenazaba a su propio atacante, y que el caballero que se había sentado al lado de esta, había acabado con el cabecilla, vaya, parecía que los asaltantes estaban en problemas.
Keira le dedicó una mirada aburrida alzando una ceja, ella que pensaba que alejada de la barra tendría calma... Lanzó un suspiro cuando la mujer enorme se disculpó, ya no podía hacer nada, y con lo nerviosa que parecía de poco le serviría gritar o enfadarse, parecía aergonzada y arrepentida, ante eso, no iba a montar un escandalo. Pidió otra bebida igual que no tardó en traer la chica rubia de antes para, tras limpiar lo caido, volver a meterse dentro de la cocina.
Dió un sorbo del ron mientras fire saltaba de silla a silla para volver a su hombro justo cuando un hombre barbudo entró al local. Otro que iba a la barra, en serio, con todo el maldito recinto vacío ¿y se juntaban todos en la barra? ¿Se conocerían? intentando pasar de todo, notó la mirada del recién llegado sobre ella, no, no sobre ella, sobre Fire, bien, alguien que no la miraba, pensó eso hasta que escuchó el comentario del hombre,y vió su guiño. "Oh, por el amor de..." Pensó rodando los ojos y apartando su atención del hombre.
No pasó mucho tiempo hasta que la uerta volvió a abrirse una vez más dando paso a varios tipos, borrachos. Dos se sentaron al lado de la tensai intentando ligar con ella. Se habían metido en un terreno que no podían manejar, Keira les regaló una sonrisa, iban a pasarlo mal...
- Claro..., ¿por qué no?- comentó bajando las manos hasta tocar las sillas que habían tomado como asientos y empezando a calnetar la madera.
Pasaron unos segundos hasta que el que se había quedado de pie grito que les dieran sus pertenencias, pero era tarde para los que habían ido a por keira. El sitio ya iba a empezar a arder:
-Fire.... -susurró haciendo que su aguila se pusiera atenta.
Los dos tipos saltaron de la silla con el culo quemado al tiempo que el ave arañaba la cara de uno y Keira encendía una pequeña llama en el pelo del otro. La joven de vestido vaporoso se agachó y dió una patada semicircular tirando al suelo a los individuos, uno quedó noqueado con el golpe, la chica tomó el arma del dormido y la lanzó rozando la cara del otro hasta que la daga se calvó en la pared.
- ¿Estás seguro de querer jugar conmigo?- susurró acercandose al que le quedaba en pie al frente, ahora el estaba más en guardia y furioso, debería golpearlo por detrás, pero le sería dificil.
Se quedó quieta y alzó el brazo para que Fire volviese a su lugar, no podía encender un fuego grande, o el local ardería, y un fuego frío no serviría de nada, su tonalidad, que pasaba de rojo a azul, lo delataba. Mientras ella se defendía, comprobó que la mujer que había al principio en la taberna, amenazaba a su propio atacante, y que el caballero que se había sentado al lado de esta, había acabado con el cabecilla, vaya, parecía que los asaltantes estaban en problemas.
Keira Brabery
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Re: Un juego peligroso CERRADO[Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren y Senketsu]
Estaba ya probando esa cerveza que me acababa de servir el camarero,con calma la verdad el sabor era horrible,pero ya que la había pagado debía acabársela -''De un trago''- pensé.Fue realmente horrible, nunca había probado una cerveza tan mala.
Algo distrajo mi atención, otra persona entrando por la puerta parecía un humano, pero claramente no lo era era algo... diferente, creo que mi madre me habló de estas criaturas, hombres-bestias creo que era como las llamaban,sinceramente me daba igual averiguarlo,el caso era que tenía entendido que esta taberna no era normalmente muy transitada,cosa que corroboró al ver la cara del tabernero en parte asombrado en otra divertido,como si no fuese normal la aparición de tanta gente,normal,si daban a todos esta cerveza tan asquerosa.
Ya estaba un poco harto que hacía allí pudiendo estar en su maravilloso bosque durmiendo en un árbol disfrutando de la naturaleza porque si,había mucha gente pero... no estaba hablando con nadie,su parte animal le pedía salir,no lo entendía,era como un instinto primordial que debía reprimir con mas fuerza de la que esperaba,justo cuando iba a levantarse para irse de aquel ambiente tan tenso y aburrido apareció una bestia por la puerta o eso parecía era curioso que llamase así a alguien tan parecido a el físicamente en su forma lobezna,montó un espectáculo entre penoso y divertido el cual animó un poco el ambiente,me quedaría un rato mas.
La noche avanzaba,cuando otro hombre,esta vez humano apareció por la puerta,menos mal que la cosa no solo va de bichos pensé un poco divertido por esta situación, de bestias en una taberna.Este hombre al parecer conocía a una de las personas de la barra,parece que llevaban mucho sin verse aunque no parecía que buscasen su reencuentro.Esto cada vez es mas divertido,sin duda me quedare toda la noche por si hay alguna sorpresa mas.
Acto seguido parecía que mis pensamientos se habían hecho realidad unos cuantos hombres cinco creo,casi ni me gire a mirarlos,para que,no suponían ningún peligro iban borrachos,se situaron cerca de algunos de los presentes incluso uno se atrevió a sentarse a mi lado,luego llego la parte divertida,nos amenazaron de que les diésemos nuestras cosas,casi me entro la risa.Decidí que simplemente charlaría con ellos para divertirme un rato mas antes de defenderme si era necesario.
Escuche un gran jaleo a mi espalda y cuando me gire me quede bastante sorprendido dos de los ''asaltantes'' estaban en llamas no por completo,por suerte.Otro yacía muerto aparentemente en el suelo con un hombre anteriormente sentado en la barra chupando la sangre de su víctima que impregnaba su espada.Me resulto muy extraño este gesto y esa cara de disfrute,un momento,no podía ser un vampiro,ya entendía esa crispación ese instinto de lanzarse a el lo reprimí rápidamente no me había hecho nada mas que quitarme problemas.Y el otro victima de su víctima que blandía su arma en su propia contra.
Que espectáculo y sin tener que hacer nada,ya no podría divertirse,aunque mas que con esta situación,lo dudaba mucho,desde luego no tenía ganas de pelear con esa gente.
Algo distrajo mi atención, otra persona entrando por la puerta parecía un humano, pero claramente no lo era era algo... diferente, creo que mi madre me habló de estas criaturas, hombres-bestias creo que era como las llamaban,sinceramente me daba igual averiguarlo,el caso era que tenía entendido que esta taberna no era normalmente muy transitada,cosa que corroboró al ver la cara del tabernero en parte asombrado en otra divertido,como si no fuese normal la aparición de tanta gente,normal,si daban a todos esta cerveza tan asquerosa.
Ya estaba un poco harto que hacía allí pudiendo estar en su maravilloso bosque durmiendo en un árbol disfrutando de la naturaleza porque si,había mucha gente pero... no estaba hablando con nadie,su parte animal le pedía salir,no lo entendía,era como un instinto primordial que debía reprimir con mas fuerza de la que esperaba,justo cuando iba a levantarse para irse de aquel ambiente tan tenso y aburrido apareció una bestia por la puerta o eso parecía era curioso que llamase así a alguien tan parecido a el físicamente en su forma lobezna,montó un espectáculo entre penoso y divertido el cual animó un poco el ambiente,me quedaría un rato mas.
La noche avanzaba,cuando otro hombre,esta vez humano apareció por la puerta,menos mal que la cosa no solo va de bichos pensé un poco divertido por esta situación, de bestias en una taberna.Este hombre al parecer conocía a una de las personas de la barra,parece que llevaban mucho sin verse aunque no parecía que buscasen su reencuentro.Esto cada vez es mas divertido,sin duda me quedare toda la noche por si hay alguna sorpresa mas.
Acto seguido parecía que mis pensamientos se habían hecho realidad unos cuantos hombres cinco creo,casi ni me gire a mirarlos,para que,no suponían ningún peligro iban borrachos,se situaron cerca de algunos de los presentes incluso uno se atrevió a sentarse a mi lado,luego llego la parte divertida,nos amenazaron de que les diésemos nuestras cosas,casi me entro la risa.Decidí que simplemente charlaría con ellos para divertirme un rato mas antes de defenderme si era necesario.
Escuche un gran jaleo a mi espalda y cuando me gire me quede bastante sorprendido dos de los ''asaltantes'' estaban en llamas no por completo,por suerte.Otro yacía muerto aparentemente en el suelo con un hombre anteriormente sentado en la barra chupando la sangre de su víctima que impregnaba su espada.Me resulto muy extraño este gesto y esa cara de disfrute,un momento,no podía ser un vampiro,ya entendía esa crispación ese instinto de lanzarse a el lo reprimí rápidamente no me había hecho nada mas que quitarme problemas.Y el otro victima de su víctima que blandía su arma en su propia contra.
Que espectáculo y sin tener que hacer nada,ya no podría divertirse,aunque mas que con esta situación,lo dudaba mucho,desde luego no tenía ganas de pelear con esa gente.
Daren
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Re: Un juego peligroso CERRADO[Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren y Senketsu]
Nada mas abrir la botella, noto las miradas de dos de los presentes, un extraño hombre completamente vestido de rojo y una damisela, aunque no le dio mucha importancia, pues prefería seguir disfrutando de su deliciosa bebida, mientras que, por la puerta entro otro individuo, este era mucho mas alto, con rabo y orejas, aparte de una cantidad desorbitada de pelo en comparación con cualquiera de los presentes, Senketsu se sintió un poco mas cómoda ahora que sabia que no era la única mujer-bestia que era gato, a la chica le parecía muy gracioso el nuevo individuo, entro como un elefante en una cacharreria, tirando la bebida de una de las presentes, aunque esta no hizo nada al respecto.
Poco después entro otro desconocido, este parecía humano, y empezó a piropear de forma descarada a la mujer que había sentada en una de las mesas cercanas a la puerta, y después entablando conversación con la otra chica la cual se encontraba también sentada en la barra.
Tras esto, un grupo de hombres entro en el bar, todos parecían borrachos y su olor lo confirmaba, todos se fueron en direcciones distintas, uno colocándose entre Senketsu y el chico rubio, otro se fue a hablar con la chica de la barra, mientras otros dos se sentaban junto a la pelirroja, acto seguido, el que no se había movido de lugar, exigió las pertenencias de todos los presentes, y sus hombres ahora amenazaban a los presentes a punta de sable.
Todo lo que ocurrió a continuación paso muy rápido, el hombre vestido de rojo atravesaba con su espada al "cabecilla" y después se deleitaba lamiendo la sangre de su espada, la chica que se encontraba en la barra desarmaba a su contrincante y se la colocaba en el cuello, la pelirroja prendía fuego a sus dos contrincantes, dejando a uno completamente KO, dejando solo dos bandidos mas en escena.
-¿¡Como te atreves a tocarme, sucio humanucho!?- dijo Senketsu mientras que con un fuerte zarpazo atravesaba el cuello de su rival, matándolo en el acto, momentos después se volvía a sentar en la barra a seguir disfrutando de su bebida como si nada de lo anterior hubiera ocurrido, cada vez se encontraba mas cansada.
Poco después entro otro desconocido, este parecía humano, y empezó a piropear de forma descarada a la mujer que había sentada en una de las mesas cercanas a la puerta, y después entablando conversación con la otra chica la cual se encontraba también sentada en la barra.
Tras esto, un grupo de hombres entro en el bar, todos parecían borrachos y su olor lo confirmaba, todos se fueron en direcciones distintas, uno colocándose entre Senketsu y el chico rubio, otro se fue a hablar con la chica de la barra, mientras otros dos se sentaban junto a la pelirroja, acto seguido, el que no se había movido de lugar, exigió las pertenencias de todos los presentes, y sus hombres ahora amenazaban a los presentes a punta de sable.
Todo lo que ocurrió a continuación paso muy rápido, el hombre vestido de rojo atravesaba con su espada al "cabecilla" y después se deleitaba lamiendo la sangre de su espada, la chica que se encontraba en la barra desarmaba a su contrincante y se la colocaba en el cuello, la pelirroja prendía fuego a sus dos contrincantes, dejando a uno completamente KO, dejando solo dos bandidos mas en escena.
-¿¡Como te atreves a tocarme, sucio humanucho!?- dijo Senketsu mientras que con un fuerte zarpazo atravesaba el cuello de su rival, matándolo en el acto, momentos después se volvía a sentar en la barra a seguir disfrutando de su bebida como si nada de lo anterior hubiera ocurrido, cada vez se encontraba mas cansada.
Senketsu Hanekawa
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Re: Un juego peligroso CERRADO[Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren y Senketsu]
Finalmente con su bebida delante, Vael la olfateó disimuladamente con curiosidad. No tardó en regañar el gesto y arrugar la nariz, enseñando los dientes. El alcohol le había quemado momentáneamente las fosas nasales. Ya no le llegaba si quiera el olor a humedad del tugurio. La mujer bestia se frotó el hocico y levantó la mirada para echar un breve vistazo. Un hombre le hizo un gesto amigable, Vael miró hacia atrás pensando que se dirigía a otra persona, pero al ver que sólo estaba ella, hizo un gesto torpe con la cabeza en señal de reconocimiento. Luego, sus ojos se desplazaron hasta el resto de los presentes. Desde luego se trataba de un grupo variopinto.
Por todos los dioses.
Al parecer se había metido en un bar lleno de gente atractiva, tal era su suerte. ¿Dónde estaban los hombres feos y con barriga cervecera de los que su hermano siempre hablaba y que al parecer plagaban las tabernas? La mujer bestia se sintió especialmente consciente de su aspecto en ese momento.
Justo en el momento en el que le parecía reconocer a uno de los presentes, sus deseos de hombres sudorosos y feos se hicieron realidad. Un grupo de borrachos entró en la taberna. Vael maldijo para sus adentros, volvía a recuperar la capacidad olfativa, y sinceramente no era agradable. La mujer bestia volvió a interesarse por su copa, no quería problemas y aquellos tipos tenían la palabra "problemas" pintada en la frente.
Oh, pero las complicaciones aún ni siquiera habían empezado. Los hombres se posicionaron "estratégicamente" cerca de las mujeres. Bueno, las mujeres que no eran bestias peludas. Por una vez su aspecto le ofrecía una cierta ventaja. Asco era lo que le daban aquellos individuos. Las cosas cambiaron de tono rápidamente cuando los hombres sacaron sus cuchillos. Aquello tomó a Vael completamente por sorpresa. Se limitó a mirar, estupefacta, como se desarrollaba la situación.
En un abrir y cerrar de ojos la mayoría de los "atracadores" habían sido neutralizados o... asesinados. Una de las mujeres se había hecho con el cuchillo de su asaltante y lo amenazaba con él.
-¡Qué demon...!- Vael soltó la exclamación ahogada, dando un pequeño respingo al ver al cabecilla caer muerto al suelo, en medio de la taberna. El olor a sangre le provocó náuseas por un momento, pero pudo controlarse. Un poco más allá la mujer gato destrozaba el cuello de otro de los borrachos. ¿Qué clase de asesinos se habían reunido en aquella taberna?
Una de las mujeres, la que tenía un águila, había manejado a dos de los matones a la vez. Uno yacía en el suelo, inconsciente. La chica parecía ser lo bastante capaz como para ocuparse del asunto ella sola, pero la mujer bestia tenía la ventaja de poder atacar por detrás. Sin pensarlo mucho, Vael tomó al individuo por sorpresa, agarrándolo de la ropa y alzándolo con una mano. Los pies del hombre se agitaron en el aire. Se puso pálido al darse cuenta de su situación. La mujer bestia soltó un rugido a pocos centímetros de la cara del hombre. El tipo se desmayó y la mujer bestia lo dejó caer al suelo con cierto cuidado. - Bah. No tengo tan mal aliento.- Murmuró para sí misma con sorna. Satisfecha con el resultado de sus acciones. Eso sí, esperaba que los vecinos no se quejaran por el escándalo...
La mujer miró en derredor para comprobar la situación actual. ¿Así era una noche normal en la ciudad? ¿Dónde demonios se había metido? ¿Qué pasaba con esta gente?
Sinceramente, algunos de ellos parecían una amenaza mayor que los bandidos... y definitivamente eran más peligrosos.
Por todos los dioses.
Al parecer se había metido en un bar lleno de gente atractiva, tal era su suerte. ¿Dónde estaban los hombres feos y con barriga cervecera de los que su hermano siempre hablaba y que al parecer plagaban las tabernas? La mujer bestia se sintió especialmente consciente de su aspecto en ese momento.
Justo en el momento en el que le parecía reconocer a uno de los presentes, sus deseos de hombres sudorosos y feos se hicieron realidad. Un grupo de borrachos entró en la taberna. Vael maldijo para sus adentros, volvía a recuperar la capacidad olfativa, y sinceramente no era agradable. La mujer bestia volvió a interesarse por su copa, no quería problemas y aquellos tipos tenían la palabra "problemas" pintada en la frente.
Oh, pero las complicaciones aún ni siquiera habían empezado. Los hombres se posicionaron "estratégicamente" cerca de las mujeres. Bueno, las mujeres que no eran bestias peludas. Por una vez su aspecto le ofrecía una cierta ventaja. Asco era lo que le daban aquellos individuos. Las cosas cambiaron de tono rápidamente cuando los hombres sacaron sus cuchillos. Aquello tomó a Vael completamente por sorpresa. Se limitó a mirar, estupefacta, como se desarrollaba la situación.
En un abrir y cerrar de ojos la mayoría de los "atracadores" habían sido neutralizados o... asesinados. Una de las mujeres se había hecho con el cuchillo de su asaltante y lo amenazaba con él.
-¡Qué demon...!- Vael soltó la exclamación ahogada, dando un pequeño respingo al ver al cabecilla caer muerto al suelo, en medio de la taberna. El olor a sangre le provocó náuseas por un momento, pero pudo controlarse. Un poco más allá la mujer gato destrozaba el cuello de otro de los borrachos. ¿Qué clase de asesinos se habían reunido en aquella taberna?
Una de las mujeres, la que tenía un águila, había manejado a dos de los matones a la vez. Uno yacía en el suelo, inconsciente. La chica parecía ser lo bastante capaz como para ocuparse del asunto ella sola, pero la mujer bestia tenía la ventaja de poder atacar por detrás. Sin pensarlo mucho, Vael tomó al individuo por sorpresa, agarrándolo de la ropa y alzándolo con una mano. Los pies del hombre se agitaron en el aire. Se puso pálido al darse cuenta de su situación. La mujer bestia soltó un rugido a pocos centímetros de la cara del hombre. El tipo se desmayó y la mujer bestia lo dejó caer al suelo con cierto cuidado. - Bah. No tengo tan mal aliento.- Murmuró para sí misma con sorna. Satisfecha con el resultado de sus acciones. Eso sí, esperaba que los vecinos no se quejaran por el escándalo...
La mujer miró en derredor para comprobar la situación actual. ¿Así era una noche normal en la ciudad? ¿Dónde demonios se había metido? ¿Qué pasaba con esta gente?
Sinceramente, algunos de ellos parecían una amenaza mayor que los bandidos... y definitivamente eran más peligrosos.
Vael
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Re: Un juego peligroso CERRADO[Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren y Senketsu]
Lye le contestó que había venido por tomar una copa y por la calma. Y en cuanto entraron cinco brutos al local estaba claro que calma no iba a encontrar.
- Me refería a que haces por la ciudad. Ya imaginaba que habías venido a tomar una copa a esta taberna-, dijo pasando por alto los comentarios de los nuevos.
Se desplegaron por la sala con intenciones claramente ofensivas y el brujo tuvo cuidado de prepararse para el combate. No se habían acercado a él aunque, evidentemente, pronto harían algún movimiento, y no se quedaría de brazos cruzados si la cosa se ponía realmente fea.
Vinc preparó mentalmente algún conjuro por si lo necesitaba y soltó el amarre de su espada al cinto. Siguió tomándose su ron disimulando no enterarse de nada hasta que por fin el cabecilla dijo las palabras mágicas. Desgraciadamente para él murió casi al instante de soltarlas. El movimiento del supuesto vampiro había sido impresionante hasta para él. Y eso que el brujo había visto vampiresas realmente poderosas pero ese chico no medió ni media palabra. Sublime pensó mientras el chico lamía su espada ensangrentada.
A los demás no les fue especialmente mejor. Los que se sentaron con la chica del pájaro acabaron quemados y luego noqueados. Uno por ella misma y otro por el hombre bestia que rugió en la cara del adversario. Casi le rompe los tímpanos diablos. El que estaba con la mujer gato acabó muerto como su líder aunque este de un zarpazo en el cuello, y el que se acercó a Lye acabó con su propia arma en el cuello. Menudos paquetes pensó negando con la cabeza antes de tomar otro trago.
Vinc se giró y puso su taza sobre la mesa y luego le dio un golpe amistoso en el hombro al chico rubio que estaba a su lado.
- Has visto chico. Somos espectaculares. Sin mover un dedo hemos acabado con todos-, bromeó ante de reír. - Estoy que me salgo Lye. Ya sin sacarme las manos de los bolsillos acabo con todos-, siguió bromeando mirando ahora a su amiga. - Bueno. ¿Qué piensas hacer con el tipo ese? No sé si tendrá información que valga teniendo en cuenta que eran unos bandidos de poca monta-, dijo con un talante mucho más serio.
Le agarró el rostro al tipo y calentó su mano lo suficiente para que sintiera quemazón.
- Si tienes algo importante que decir, te aconsejo que lo hagas ahora. Porque si piensas que estas personas son peligrosas, es que no me has visto a mí cabreado-, comentó calentando aún más la mano para que sintiera más dolor.
- Me refería a que haces por la ciudad. Ya imaginaba que habías venido a tomar una copa a esta taberna-, dijo pasando por alto los comentarios de los nuevos.
Se desplegaron por la sala con intenciones claramente ofensivas y el brujo tuvo cuidado de prepararse para el combate. No se habían acercado a él aunque, evidentemente, pronto harían algún movimiento, y no se quedaría de brazos cruzados si la cosa se ponía realmente fea.
Vinc preparó mentalmente algún conjuro por si lo necesitaba y soltó el amarre de su espada al cinto. Siguió tomándose su ron disimulando no enterarse de nada hasta que por fin el cabecilla dijo las palabras mágicas. Desgraciadamente para él murió casi al instante de soltarlas. El movimiento del supuesto vampiro había sido impresionante hasta para él. Y eso que el brujo había visto vampiresas realmente poderosas pero ese chico no medió ni media palabra. Sublime pensó mientras el chico lamía su espada ensangrentada.
A los demás no les fue especialmente mejor. Los que se sentaron con la chica del pájaro acabaron quemados y luego noqueados. Uno por ella misma y otro por el hombre bestia que rugió en la cara del adversario. Casi le rompe los tímpanos diablos. El que estaba con la mujer gato acabó muerto como su líder aunque este de un zarpazo en el cuello, y el que se acercó a Lye acabó con su propia arma en el cuello. Menudos paquetes pensó negando con la cabeza antes de tomar otro trago.
Vinc se giró y puso su taza sobre la mesa y luego le dio un golpe amistoso en el hombro al chico rubio que estaba a su lado.
- Has visto chico. Somos espectaculares. Sin mover un dedo hemos acabado con todos-, bromeó ante de reír. - Estoy que me salgo Lye. Ya sin sacarme las manos de los bolsillos acabo con todos-, siguió bromeando mirando ahora a su amiga. - Bueno. ¿Qué piensas hacer con el tipo ese? No sé si tendrá información que valga teniendo en cuenta que eran unos bandidos de poca monta-, dijo con un talante mucho más serio.
Le agarró el rostro al tipo y calentó su mano lo suficiente para que sintiera quemazón.
- Si tienes algo importante que decir, te aconsejo que lo hagas ahora. Porque si piensas que estas personas son peligrosas, es que no me has visto a mí cabreado-, comentó calentando aún más la mano para que sintiera más dolor.
Vincent Calhoun
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Re: Un juego peligroso CERRADO[Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren y Senketsu]
La joven mantenía su daga contra el cuello de aquel tipo, y con un rápido vistazo, pudo comprobar que los demás no habían tenido mayores problemas para acabar con los demás. Le sorprendió la forma de actuar de la gata y el vampiro, una muerte rápida sin mediar palabra, ese no era su estilo. Por otro lado, ahora sabía el poder de la maga, el fuego, y aquello le gustaba aún menos que matar a sangre fría.
La incomodidad por el fuego fue palpable en su rostro lo que este duró, pero pareció ser, que el gran rugido de la mujer-bestia puso fin a todo. El mago bromeaba con el otro chico de la barra, sus palabras hicieron que la joven pusiese los ojos en blanco tratado de disimular su diversión.
- Por que será que siempre que me junto contigo acabo metida en peleas así...- Su tono no era de reproche, era una pequeña burla al recordar los incidentes anteriores pasados junto al mago en aquella misma ciudad. Cuando este se acercó para tomar el rostro del ladrón, la joven se retiró para observar a su alrededor con mas detenimiento. Sus pasos mientras observaba el escenario distraída la llevaron junto a la mujer-bestia, con la que chocó suavemente antes de levantar la mirada y disculparse.
- A sido un buen rugido- le dedico una leve sonrisa antes de volver a la barra con su jarra y el mago.
- No creo que te cuente nada importante Vincent, así que déjalo vivo, me vendrá bien mas tarde. - Antes de que pudiese añadir nada mas, el camarero salió de detrás de la barra, lugar en el que se había ocultado tras el percance, y con los ojos como platos mientras veía los cuerpos y la sangre, y la cara roja de rabia, comenzó a gritar.
-¡ESTAIS TODOS LOCOS! ¿QUE LE HABÉIS HECHO A MI LOCAL?- se llevó las manos al rostro mirando entre las rendijas de los dedos - Largaos de aquí! Antes de que llame a la guardia por lo que habéis hecho!
El hombre estaba fuera de si, pero la camarera que antes había atendido a la maga, también habló, pero con tono tímido asustada por el estado de su jefe. - E-en realidad...deberíamos agradecerles...impidieron que robasen el bar jefe....-
La incomodidad por el fuego fue palpable en su rostro lo que este duró, pero pareció ser, que el gran rugido de la mujer-bestia puso fin a todo. El mago bromeaba con el otro chico de la barra, sus palabras hicieron que la joven pusiese los ojos en blanco tratado de disimular su diversión.
- Por que será que siempre que me junto contigo acabo metida en peleas así...- Su tono no era de reproche, era una pequeña burla al recordar los incidentes anteriores pasados junto al mago en aquella misma ciudad. Cuando este se acercó para tomar el rostro del ladrón, la joven se retiró para observar a su alrededor con mas detenimiento. Sus pasos mientras observaba el escenario distraída la llevaron junto a la mujer-bestia, con la que chocó suavemente antes de levantar la mirada y disculparse.
- A sido un buen rugido- le dedico una leve sonrisa antes de volver a la barra con su jarra y el mago.
- No creo que te cuente nada importante Vincent, así que déjalo vivo, me vendrá bien mas tarde. - Antes de que pudiese añadir nada mas, el camarero salió de detrás de la barra, lugar en el que se había ocultado tras el percance, y con los ojos como platos mientras veía los cuerpos y la sangre, y la cara roja de rabia, comenzó a gritar.
-¡ESTAIS TODOS LOCOS! ¿QUE LE HABÉIS HECHO A MI LOCAL?- se llevó las manos al rostro mirando entre las rendijas de los dedos - Largaos de aquí! Antes de que llame a la guardia por lo que habéis hecho!
El hombre estaba fuera de si, pero la camarera que antes había atendido a la maga, también habló, pero con tono tímido asustada por el estado de su jefe. - E-en realidad...deberíamos agradecerles...impidieron que robasen el bar jefe....-
Lyemin
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Re: Un juego peligroso CERRADO[Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren y Senketsu]
Mis ojos observaban detenidamente el cuerpo del hombre al que había matado y que estaba tendido a mis pies. Su roja sangre bañaba el suelo de madera del local y se filtraba por pequeñas grietas que en él habían. Era desperdiciar la sangre pero no me apetecía nada sangre de un borracho inepto como aquel. Atacar un lugar con personas como todos los presentes era de imbéciles y por ello había muerto y sus compañeros también a excepción del que tenía la vampiresa amenazado. El único testigo de toda aquella matanza junto al camarero que estaría oculto en algún lugar esperando a que todo hubiera pasado.
Me di la vuelta para ver como la vampiresa ahora esta junto a una de las bestias, el camarero gritaba como un loco y la camarera le intentaba convencer de que habíamos hecho bien. Tsss no me importaba si habíamos hecho bien o mal en matarlos, ellos me habían molestado y por lo tanto los había mato... bueno había matado a su lider, los otros habían muerto a manos de los demás que los habían matado a su modo. En conclusión me importaba bien poco como había acabado todo. Yo cuando mataba lo hacía y ya esta no me importaba nada mas que la muerte de mi presa y la satesfacción de haberla matado.
Camine hasta la barra y cogí la cerveza que me habían servido. Con ella en la mano camine con tranquilidad hasta una mesa apartada de las demás y me senté en ella. Mis manos estaban cruzadas sobre mi pecho y mis pies reposaban sobre una silla vacía que había cerca. Desde allí observaba a todos con atención aunque mis gafas no dejaran ver esto. Había sido algo entretenido matar al ladrón pero ahora ya se había acabado todo y volvía la tranquilidad por lo que ahora solo quería tranquilidad y aunque no iba a beber de mi cerveza, pues estaba asquerosa, la había cogido para no empeorar las cosas con el camarero pues ya estaba bastante enfadado y a él no me apetecía matarlo por molestarme.
Lars Hale
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Re: Un juego peligroso CERRADO[Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren y Senketsu]
Ya estaba, la cosa había acabado con relativa facilidad, la mujer bestia que había tirado su copa había acabado con el otro contrincante, la mujer gato mató a otro y la vampiresa de la barra aun amenazaba a uno cuando el hombre que había iniciado una conversación con ella se levantó y tocando el rostro del que quedaba lo hixo salir corriendo con, juraría la chica, quemaduras, vaya, otro mago de fuego, la cosa empezaba a ser interesante.
- Gracias por la ayuda.- le dijo a la mujer peluda mientras Fire se posaba en su brazo.- soy Keira y está de aquí, Fire.
La vampiresa se acercó a hablar con la chica del rugido, de repente todos se empezaban a comunicar, y el silencio había desaparecido de la estancia. Keira dejó a Fire en la espalda de la silla y se acercó a la barra, quería otro trago, el primero no lo había ni catado...
Tomó sitio libre junto a un chico rubio a quien, el que ella pensaba, era mago, le daba palmadas en la espalda bromeando y esperó a ver aparecer al tabernero que, sin más, les comenzó a gritar por haber perturbado la calma del lugar. Keira simplemente alzó una ceja, ¿sería idiota? acababan de salvalo de un robo, si era idiota de verdad non debería reirse, le recordaba a lo que le decían de la gente deforme que llegaba a las carabanas cuando era pequeña, "no te rías de ese señor, que no están bien"
La chica que la había atendido habó dandole la eplicación de lo sucedido, haciendo que el hombre se relajase. Y tras un momento de duda, una sonrisa cuantomenos, curiosa, apareció en la cara del señor.
- Si eso es cierto, disculpad mi rudeza, estais invitados a lo que querais tomar durante dos rondas. Clarisse- señaló a la rubia- los atenderá, yo he de ir a denunciar el intento de robo.
Cuando el hombre salió por la puerta la chica se puso tras la barra y por fin, el Hada pudo pedir su copa.
- Que raro es todo...- comentó haciendo referencia al comportamiento del hombre.
En las afueras de la taberna, el tabernero, alejado ya del lugar, abría una alcantarilla que llevaba al infierno, las catacumbas de lunargenta. Adentrandose por pasillos reconditos y solitarios llegó a un apuerta de madera tronchada y llamó en secuencia. La entrada se abrió permitiendole el paso. Con cabeza gacha, hincó la rodilla en el suelo y pronunció con voz cabernosa:
- Los he encontrado, como usted quería, son valientes, rápidos, fuertes... hay dos brujos, ambos usan fuego, dos mujeres bestia, dos vampiros, y, por la reacción de los vampiros, un licántropo.
- Perfecto...- susurró de forma grave, que parecía más un eco que un sonido claro, una voz desde el fondo, completamente oscuro de la sala.
- Gracias por la ayuda.- le dijo a la mujer peluda mientras Fire se posaba en su brazo.- soy Keira y está de aquí, Fire.
La vampiresa se acercó a hablar con la chica del rugido, de repente todos se empezaban a comunicar, y el silencio había desaparecido de la estancia. Keira dejó a Fire en la espalda de la silla y se acercó a la barra, quería otro trago, el primero no lo había ni catado...
Tomó sitio libre junto a un chico rubio a quien, el que ella pensaba, era mago, le daba palmadas en la espalda bromeando y esperó a ver aparecer al tabernero que, sin más, les comenzó a gritar por haber perturbado la calma del lugar. Keira simplemente alzó una ceja, ¿sería idiota? acababan de salvalo de un robo, si era idiota de verdad non debería reirse, le recordaba a lo que le decían de la gente deforme que llegaba a las carabanas cuando era pequeña, "no te rías de ese señor, que no están bien"
La chica que la había atendido habó dandole la eplicación de lo sucedido, haciendo que el hombre se relajase. Y tras un momento de duda, una sonrisa cuantomenos, curiosa, apareció en la cara del señor.
- Si eso es cierto, disculpad mi rudeza, estais invitados a lo que querais tomar durante dos rondas. Clarisse- señaló a la rubia- los atenderá, yo he de ir a denunciar el intento de robo.
Cuando el hombre salió por la puerta la chica se puso tras la barra y por fin, el Hada pudo pedir su copa.
- Que raro es todo...- comentó haciendo referencia al comportamiento del hombre.
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En las afueras de la taberna, el tabernero, alejado ya del lugar, abría una alcantarilla que llevaba al infierno, las catacumbas de lunargenta. Adentrandose por pasillos reconditos y solitarios llegó a un apuerta de madera tronchada y llamó en secuencia. La entrada se abrió permitiendole el paso. Con cabeza gacha, hincó la rodilla en el suelo y pronunció con voz cabernosa:
- Los he encontrado, como usted quería, son valientes, rápidos, fuertes... hay dos brujos, ambos usan fuego, dos mujeres bestia, dos vampiros, y, por la reacción de los vampiros, un licántropo.
- Perfecto...- susurró de forma grave, que parecía más un eco que un sonido claro, una voz desde el fondo, completamente oscuro de la sala.
Keira Brabery
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Re: Un juego peligroso CERRADO[Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren y Senketsu]
Se acabo la diversión,el espectáculo había acabado, parece que a todos menos al camarero les hizo algo de gracia la situación,incluso un hombre se puso a bromear conmigo -parece que tenemos unos buenos guarda espaldas-
dije con un poco de humor.
El camarero se tranquilizó un poco, gracias a su ayudante y se fue.Mientras nos invitaban a dos rondas,como desperdiciar una cerveza gratis.Esta tenia un sutil sabor algo que era extraño, pero que podía tener, un poco de suciedad,la verdad me daba igual.
La gente parecía estar congeniando,este hombre me inspiraba confianza, se le veía alguien amable,porque no hacer amigos pensé,me vendría bien conocer a esta gente y mas después de lo que habían hecho a estos hombres.-Me llamo Daren-.-¿Como te llamas tu?-Dije poniendo mi mejor sonrisa.
Volví a echar un vistazo a la sala y parecía que al igual que yo,el resto se encontraban un poco mareados,que extraño no había bebido tanto, no debería sentirme así,la vista se me empezaba a nublar,sería causa del sueño,no podía mas se me cerraban los ojos,-¿alguien mas?-pude articular mientras caía desmayado.
dije con un poco de humor.
El camarero se tranquilizó un poco, gracias a su ayudante y se fue.Mientras nos invitaban a dos rondas,como desperdiciar una cerveza gratis.Esta tenia un sutil sabor algo que era extraño, pero que podía tener, un poco de suciedad,la verdad me daba igual.
La gente parecía estar congeniando,este hombre me inspiraba confianza, se le veía alguien amable,porque no hacer amigos pensé,me vendría bien conocer a esta gente y mas después de lo que habían hecho a estos hombres.-Me llamo Daren-.-¿Como te llamas tu?-Dije poniendo mi mejor sonrisa.
Volví a echar un vistazo a la sala y parecía que al igual que yo,el resto se encontraban un poco mareados,que extraño no había bebido tanto, no debería sentirme así,la vista se me empezaba a nublar,sería causa del sueño,no podía mas se me cerraban los ojos,-¿alguien mas?-pude articular mientras caía desmayado.
Daren
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Re: Un juego peligroso CERRADO[Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren y Senketsu]
Todo había acabado, casi todos los enemigos yacían en el suelo 2 muertos y el resto desmayados, excepto uno el cual estaba siendo interrogado por el chico que había ligado con la bruja, aunque eso ahora no tenia mucha importancia, después de ver lo que le había hecho a los 2 que se sentaron junto a ella, Senketsu no creía que se repitiese.
Tras todo esto, el camarero salio de cualquier parte donde estuviera escondido cual alimaña, y empezó a gritarles, recriminándoles sus acciones, y amenazando con llamar a la guardia si no se marchaban -Llámalos, venga, ¿Por que no los has llamado ya?, estúpido, acabamos de salvarte a ti y a tu camarera la vida- tras decir esto, nada ocurrió, pero la camarera hablo a su jefe, contándole lo que había pasado, y que era cierto que su local y ellos habían sobrevivido gracias a la ayuda de los presentes.
El tabernero se disculpo, para invitarles a dos rondas, y luego marcharse por la puerta, algo sospechoso, ¿Seria cierto que iría a por la guardia?, Senketsu lo dudaba, aunque mejor no fiarse, y vio como el vampiro, cogió su cerveza y se sentaba en una mesa, tras lo cual, Senketsu agarro su vaso de sidra con sangre, el cual no se había terminado, y la cerveza, y se sentó frente a él -B...Buenas, soy... Senketsu, e-encantada...- Senketsu se encontraba nerviosa, le solía pasar estando en presencia de un vampiro, aunque intento superar su nerviosismo, aunque solo consiguió quedar mas en ridículo cuando se puso en pie para darle la mano, tirando la silla en la que se encontraba, calleándose de bruces contra el suelo Que estúpida soy... maldito el día en el que conocí a Rave... se dijo la chica a si misma mientras se levantaba del suelo, y pedía disculpas por el estropicio.
Tras esto se mantuvo callada, se acabo el vaso de sidra, relamiéndose los labios, los cuales se empaparon en sangre dándoles un tono rojizo vivo, y empezó a darle sorbos a la cerveza, encontrándose cada vez mas cansada -Si que esta fuerte la cerveza, creo que me va a dar al...- Senketsu no pudo terminar la frase, pues tras decir esto, se encontraba dormida, con la cabeza encima de la mesa, y la mano agarrando la jarra de cerveza.
Tras todo esto, el camarero salio de cualquier parte donde estuviera escondido cual alimaña, y empezó a gritarles, recriminándoles sus acciones, y amenazando con llamar a la guardia si no se marchaban -Llámalos, venga, ¿Por que no los has llamado ya?, estúpido, acabamos de salvarte a ti y a tu camarera la vida- tras decir esto, nada ocurrió, pero la camarera hablo a su jefe, contándole lo que había pasado, y que era cierto que su local y ellos habían sobrevivido gracias a la ayuda de los presentes.
El tabernero se disculpo, para invitarles a dos rondas, y luego marcharse por la puerta, algo sospechoso, ¿Seria cierto que iría a por la guardia?, Senketsu lo dudaba, aunque mejor no fiarse, y vio como el vampiro, cogió su cerveza y se sentaba en una mesa, tras lo cual, Senketsu agarro su vaso de sidra con sangre, el cual no se había terminado, y la cerveza, y se sentó frente a él -B...Buenas, soy... Senketsu, e-encantada...- Senketsu se encontraba nerviosa, le solía pasar estando en presencia de un vampiro, aunque intento superar su nerviosismo, aunque solo consiguió quedar mas en ridículo cuando se puso en pie para darle la mano, tirando la silla en la que se encontraba, calleándose de bruces contra el suelo Que estúpida soy... maldito el día en el que conocí a Rave... se dijo la chica a si misma mientras se levantaba del suelo, y pedía disculpas por el estropicio.
Tras esto se mantuvo callada, se acabo el vaso de sidra, relamiéndose los labios, los cuales se empaparon en sangre dándoles un tono rojizo vivo, y empezó a darle sorbos a la cerveza, encontrándose cada vez mas cansada -Si que esta fuerte la cerveza, creo que me va a dar al...- Senketsu no pudo terminar la frase, pues tras decir esto, se encontraba dormida, con la cabeza encima de la mesa, y la mano agarrando la jarra de cerveza.
Última edición por Senketsu Hanekawa el Lun Jun 08 2015, 15:11, editado 1 vez
Senketsu Hanekawa
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Re: Un juego peligroso CERRADO[Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren y Senketsu]
-P-perdón.- Se disculpó instintivamente al sentir el golpecito, sin pensar. Lo hizo al tiempo que lo hacía la mujer que había chocado ligeramente con ella. En ocasiones, el pelaje que cubría su piel era de agradecer, ahora por ejemplo, podía ocultar el sonrojo producido por el halago. Y la sonrisa, ¡le había sonreído levemente! Ya era la segunda vez ese día. No era el trato que solía recibir. Quizás la ciudad no estaba tan mal después de todo.
- Ah... -Vael bajó la mirada por vergüenza.- ...Gracias.- Se frotó el cuello con cierto nerviosismo. No estaba acostumbrada a que los desconocidos la elogiaran.
La mujer bestia se puso aún más nerviosa cuando la bruja se acercó. No porque fuera una bruja, no. Su padre era brujo, su hermana era bruja. Pero aquella mujer desprendía una exuberante sensualidad y Vael no sabía cómo lidiar con eso. Así que apartó la mirada. -N-no es nada... Mi nombre es Vael.- Respondió dirigiendo entonces su mirada al ave. Le hizo un gesto de deferencia al animal, puesto que Keira les había presentado.
El dueño del local empezó a dar voces, Vael que estaba cerca, hizo un gesto y se encogió ligeramente ante los gritos. Resultaba desagradable para su fino oído. Pese a todo, la mujer bestia entendía su punto de vista. Acababan de poner patas arriba su local y habían dejado dos cadáveres. Por otra parte, la camarera habló en defensa de los clientes. Alegaba que el grupo acababa de salvar al dueño de que le hubieran robado. Tenía razón desde luego, pero Vael consideraba que había gente peligrosa entre los presentes, sobre todo la mujer gato y el vampiro. A él lo conocía, habían coincidido antes, no recordaba si había llegado a decir su nombre. Su sed de sangre le había causado bastantes problemas en cierta ocasión.*
Al parecer el razonamiento de la camarera calmó al hombre. Y la mujer bestia no le dio más vueltas, aunque lo de la invitación le extrañó un poco, supuso que, después de todo, el tipo habría perdido más dinero si los rufianes le hubieran robado.
Puede que la torpeza viniera de raza, un ruido de sillas y un golpe seco, la mujer gato había dado de bruces contra el suelo. Vael no estaba segura de qué había pasado, pensó en preguntarle si estaba bien, pero decidió que probablemente eso avergonzaría a la gata. Bueno, en su caso habría sido así.
La mujer bestia volvió a dirigir su atención a su vaso. Usando su lengua como cuchara tal y como haría un felino, dio un un pequeño lengüetazo a la bebida. No pudo evitar arrugar el gesto, como si acabara de lamer un limón agrio. Esperando que nadie se hubiera fijado mucho, decidió apurar el resto del licor llevándose el vaso a los labios. Quizás fue debido a que se lo tomó todo de golpe, el mesero parecía que realmente le había servido algo bastante fuerte, no tardó en sentirse algo adormilada. Su tronco cayó en peso sobre la barra y comenzó a roncar sonoramente.
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- Ah... -Vael bajó la mirada por vergüenza.- ...Gracias.- Se frotó el cuello con cierto nerviosismo. No estaba acostumbrada a que los desconocidos la elogiaran.
La mujer bestia se puso aún más nerviosa cuando la bruja se acercó. No porque fuera una bruja, no. Su padre era brujo, su hermana era bruja. Pero aquella mujer desprendía una exuberante sensualidad y Vael no sabía cómo lidiar con eso. Así que apartó la mirada. -N-no es nada... Mi nombre es Vael.- Respondió dirigiendo entonces su mirada al ave. Le hizo un gesto de deferencia al animal, puesto que Keira les había presentado.
El dueño del local empezó a dar voces, Vael que estaba cerca, hizo un gesto y se encogió ligeramente ante los gritos. Resultaba desagradable para su fino oído. Pese a todo, la mujer bestia entendía su punto de vista. Acababan de poner patas arriba su local y habían dejado dos cadáveres. Por otra parte, la camarera habló en defensa de los clientes. Alegaba que el grupo acababa de salvar al dueño de que le hubieran robado. Tenía razón desde luego, pero Vael consideraba que había gente peligrosa entre los presentes, sobre todo la mujer gato y el vampiro. A él lo conocía, habían coincidido antes, no recordaba si había llegado a decir su nombre. Su sed de sangre le había causado bastantes problemas en cierta ocasión.*
Al parecer el razonamiento de la camarera calmó al hombre. Y la mujer bestia no le dio más vueltas, aunque lo de la invitación le extrañó un poco, supuso que, después de todo, el tipo habría perdido más dinero si los rufianes le hubieran robado.
Puede que la torpeza viniera de raza, un ruido de sillas y un golpe seco, la mujer gato había dado de bruces contra el suelo. Vael no estaba segura de qué había pasado, pensó en preguntarle si estaba bien, pero decidió que probablemente eso avergonzaría a la gata. Bueno, en su caso habría sido así.
La mujer bestia volvió a dirigir su atención a su vaso. Usando su lengua como cuchara tal y como haría un felino, dio un un pequeño lengüetazo a la bebida. No pudo evitar arrugar el gesto, como si acabara de lamer un limón agrio. Esperando que nadie se hubiera fijado mucho, decidió apurar el resto del licor llevándose el vaso a los labios. Quizás fue debido a que se lo tomó todo de golpe, el mesero parecía que realmente le había servido algo bastante fuerte, no tardó en sentirse algo adormilada. Su tronco cayó en peso sobre la barra y comenzó a roncar sonoramente.
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Vael
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Re: Un juego peligroso CERRADO[Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren y Senketsu]
- Eso debería decirlo yo ¿no crees? - contestó en broma a Lye.
Lo cierto es que no le faltaba razón. Desde que se conocían solo habían pasado juntos dos noches contando la actual, y ya llevaban tres peleas. Aunque el brujo no había tenido la culpa en ninguna ocasión. La primera habían sido unos cazadores de vampiros que la perseguían a ella. La segunda horas después de la primera en una taberna como hoy, salvo que aquella vez solo eran unos borrachos atraídos por el físico de Lyemin y no acabó nadie muerto. Esta vez eran unos asaltantes.
- Siempre he dicho que una chica guapa puede traer muchos problemas-, dijo sonriente a la vampiresa, para seguidamente echar una mirada a la tensai y la mujer gata. - Y aquí hay demasiada belleza femenina como para no ocurriera algo.
El brujo tomó otro trago de su ron con la mano izquierda y le echó un ojo al prisionero pensando en las palabras de la vampiresa. Seguramente tuviera razón pero ¿y si era alguien más peligroso? Podía tener más compinches en algún lado que los podrían atacar si los avisaba. Tendría que correr el riesgo. No era alguien que matara sin que la vida de alguien peligrara. Solo esperaba no tener que arrepentirse.
- Vamos. Largo. Espero que seas lo suficientemente listo para desaparecer de la ciudad. No tendré piedad si vuelvo a ver tu hocico otra vez-, comentó al hombre que salió corriendo de la taberna. Luego volvió a su sitio junto al rubio, que se presentó.
- Daren. He de decir que al menos eres el chico más tranquilo de esta sala-, dijo antes de guiñarle un ojo y reír. - Yo me llamo Vincent. Y te puedo asegurar que a mi lado nunca te faltará una aventura-, comentó mientras llevaba la mirada hacia la parte de atrás de la barra, como si de un espejo mágico se tratara. - Ya puedo ver los tesoros, y las miradas de las mujeres atraídas por dos seductores guapos como nosotros-, bromeó mientras alzaba las cejas en intervalos.
De repente el brujo empezó a encontrarse mal. Ese ron era muy peleón o malo de cojones. Aún así era extraño. No había sido creada bebida alcohólica que pudiera tumbarlo y esa lo estaba consiguiendo. Algo iba mal. Mientras su mente embotada se acercaba al suelo en caída libre, no podía dejar de pensar que tenía que haber interrogado al maldito capullo que había soltado.
Lo cierto es que no le faltaba razón. Desde que se conocían solo habían pasado juntos dos noches contando la actual, y ya llevaban tres peleas. Aunque el brujo no había tenido la culpa en ninguna ocasión. La primera habían sido unos cazadores de vampiros que la perseguían a ella. La segunda horas después de la primera en una taberna como hoy, salvo que aquella vez solo eran unos borrachos atraídos por el físico de Lyemin y no acabó nadie muerto. Esta vez eran unos asaltantes.
- Siempre he dicho que una chica guapa puede traer muchos problemas-, dijo sonriente a la vampiresa, para seguidamente echar una mirada a la tensai y la mujer gata. - Y aquí hay demasiada belleza femenina como para no ocurriera algo.
El brujo tomó otro trago de su ron con la mano izquierda y le echó un ojo al prisionero pensando en las palabras de la vampiresa. Seguramente tuviera razón pero ¿y si era alguien más peligroso? Podía tener más compinches en algún lado que los podrían atacar si los avisaba. Tendría que correr el riesgo. No era alguien que matara sin que la vida de alguien peligrara. Solo esperaba no tener que arrepentirse.
- Vamos. Largo. Espero que seas lo suficientemente listo para desaparecer de la ciudad. No tendré piedad si vuelvo a ver tu hocico otra vez-, comentó al hombre que salió corriendo de la taberna. Luego volvió a su sitio junto al rubio, que se presentó.
- Daren. He de decir que al menos eres el chico más tranquilo de esta sala-, dijo antes de guiñarle un ojo y reír. - Yo me llamo Vincent. Y te puedo asegurar que a mi lado nunca te faltará una aventura-, comentó mientras llevaba la mirada hacia la parte de atrás de la barra, como si de un espejo mágico se tratara. - Ya puedo ver los tesoros, y las miradas de las mujeres atraídas por dos seductores guapos como nosotros-, bromeó mientras alzaba las cejas en intervalos.
De repente el brujo empezó a encontrarse mal. Ese ron era muy peleón o malo de cojones. Aún así era extraño. No había sido creada bebida alcohólica que pudiera tumbarlo y esa lo estaba consiguiendo. Algo iba mal. Mientras su mente embotada se acercaba al suelo en caída libre, no podía dejar de pensar que tenía que haber interrogado al maldito capullo que había soltado.
Vincent Calhoun
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Re: Un juego peligroso CERRADO[Lyemin, Vincent, Lars, Keira, Vael, Daren y Senketsu]
Bueno, la solución no se había resuelto mal. Todos parecían mas animados y se habían presentado. Todos menos el vampiro. Aquello había pasado de un grupo de desconocidos cada uno a su bola en un bar, a un grupo de conocidos que comentaban juntos lo ocurrido y bebían y reían... Se le había ido de las manos, socializar tanto no la hacía sentir cómoda.
Al final tenían cerveza gratis, tal vez aquello la ayudara, por lo que no tardó en tomar la jarra de una vez, pero el sabor extraño de esta la hizo toser y poner cara de asco.
-Vaya porquería, normal que sea gratis- dijo para sí. Pero no tardó en notarse extraña.
El bar comenzó a moverse, la imagen se desenfocaba, y pronto, todo fue negro.
Sigue aquíAl final tenían cerveza gratis, tal vez aquello la ayudara, por lo que no tardó en tomar la jarra de una vez, pero el sabor extraño de esta la hizo toser y poner cara de asco.
-Vaya porquería, normal que sea gratis- dijo para sí. Pero no tardó en notarse extraña.
El bar comenzó a moverse, la imagen se desenfocaba, y pronto, todo fue negro.
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Lyemin
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