La llorona [Trabajo][Alanna Delteria][Cerrado]
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La llorona [Trabajo][Alanna Delteria][Cerrado]
Era un día nublado en Lunargenta, las calles, vacías por la posibilidad de lluvias, resultaban un remanso de paz, era agradable pasear así, esa mañana Alanna estaba bastante contenta, el profesor de la escuela había tenido que salir durante medio día para unos asuntos privados y ella misma se había ofrecido voluntaria para ir a dar clases, adoraba a los niños, y seguro que se lo pasaría bien con ellos.
Por lo que sabía, las clases serían a chiquillos de unos 11 años, era una buena edad para aprender, tenían ya bases asentadas, sabían relacionarse y eran capaces de atender, con una buena motivación y enseñando con respeto y afecto, sin dejar que se subieran a la chepa, podrían conseguirse maravillas con niños de esa edad, la gata no estaba preocupada, pensaba que, habiendo cuidado de los pequeños en el orfanato, se le daría bien dar clase a los peques. Con una risilla y un par de saltos, dejando claro su buen humor, a pesar del tiempo, avanzó hasta la escuela.
Entró en el recinto ajardinado y miró los columpios, que se balanceaban aun sin nadie que los empujase más que la brisa, pero el movimiento era demasiado fuerte para ser obra de ese suba viento, la campana acababa de sonar y los niños se apresuraban a entrar, posiblemente alguno se hubiera estado columpiando poco antes. Alanna los siguió entusiasmada, era agradable el cambio, por fin un trabajo tranquilo, nada de asaltos al teatro ni vampiros asesinos. Se quitó la capa mientras entraba en la única aula de la escuela, según sabía tenía la lección apuntada en una hoja de papel sobre el escritorio del profesor.
Era una sala grande, amplia y bien iluminada, bastante fresca, pero no llegaba a hacer frío, las mesas de madera clara y baja, las sillas pequeñas, resultaban adorables en comparación a lo que acostumbraba a ver, era un alivio tener ese ambiente tan relajado en comparación a la soberbia del trabajo que había tenido que tomar la última vez. Aun tenía la marca de la daga envenenada en el muslo, daba gracias a que le hubieran extraído el veneno y curado, o dudaba de, a esas alturas, seguir con vida.
En el interior, los niños, inquietos, saltaban sobre los pupitres ignorando la presencia de la mujer, lanzaban cosas por los aires, bolas de papel, plumas, y tinteros cerrados volaban por el aire. La guardia se puso frente al aula y comenzó a leer la única hoja suelta que había en la mesa, escondida tras una barrera de libros, extraño, ¿era necesaria la barrera? al parecer, si, pues en la oja de papel, el profesor únicamente había escrito "historia. Buena suerte, la necesitarás" Con ceño fruncido, Alanna apartó los libros a un lado y, de pie, empezó a hablar, con voz amable, suponiendo que, cuando empezase la clase, habría silencio.
- Buenos días niños.- intentó decir por encima del barullo, sin resultados.- Buenos días niños- dijo con voz algo más alta.- He dicho... ¡BUENOS DÍAS NIÑOS!- gritó finalmente, logrando, por fin silencio.- Gracias.- respondió al lograr la atención.- Bueno, mi nombre es Alanna, y hoy seré vuestra maestra. Espero que lo pasemos...- un libro voló a su cabeza, golpeándola sin fuerza- bien....- murmuró finalizando la frase mientras el alboroto volvía a hacerse patente, vaya, el día sería largo, pensó con un suspiro, mientras se agachaba a recoger un libro, "historias de ayer y hoy".
Por lo que sabía, las clases serían a chiquillos de unos 11 años, era una buena edad para aprender, tenían ya bases asentadas, sabían relacionarse y eran capaces de atender, con una buena motivación y enseñando con respeto y afecto, sin dejar que se subieran a la chepa, podrían conseguirse maravillas con niños de esa edad, la gata no estaba preocupada, pensaba que, habiendo cuidado de los pequeños en el orfanato, se le daría bien dar clase a los peques. Con una risilla y un par de saltos, dejando claro su buen humor, a pesar del tiempo, avanzó hasta la escuela.
Entró en el recinto ajardinado y miró los columpios, que se balanceaban aun sin nadie que los empujase más que la brisa, pero el movimiento era demasiado fuerte para ser obra de ese suba viento, la campana acababa de sonar y los niños se apresuraban a entrar, posiblemente alguno se hubiera estado columpiando poco antes. Alanna los siguió entusiasmada, era agradable el cambio, por fin un trabajo tranquilo, nada de asaltos al teatro ni vampiros asesinos. Se quitó la capa mientras entraba en la única aula de la escuela, según sabía tenía la lección apuntada en una hoja de papel sobre el escritorio del profesor.
Era una sala grande, amplia y bien iluminada, bastante fresca, pero no llegaba a hacer frío, las mesas de madera clara y baja, las sillas pequeñas, resultaban adorables en comparación a lo que acostumbraba a ver, era un alivio tener ese ambiente tan relajado en comparación a la soberbia del trabajo que había tenido que tomar la última vez. Aun tenía la marca de la daga envenenada en el muslo, daba gracias a que le hubieran extraído el veneno y curado, o dudaba de, a esas alturas, seguir con vida.
En el interior, los niños, inquietos, saltaban sobre los pupitres ignorando la presencia de la mujer, lanzaban cosas por los aires, bolas de papel, plumas, y tinteros cerrados volaban por el aire. La guardia se puso frente al aula y comenzó a leer la única hoja suelta que había en la mesa, escondida tras una barrera de libros, extraño, ¿era necesaria la barrera? al parecer, si, pues en la oja de papel, el profesor únicamente había escrito "historia. Buena suerte, la necesitarás" Con ceño fruncido, Alanna apartó los libros a un lado y, de pie, empezó a hablar, con voz amable, suponiendo que, cuando empezase la clase, habría silencio.
- Buenos días niños.- intentó decir por encima del barullo, sin resultados.- Buenos días niños- dijo con voz algo más alta.- He dicho... ¡BUENOS DÍAS NIÑOS!- gritó finalmente, logrando, por fin silencio.- Gracias.- respondió al lograr la atención.- Bueno, mi nombre es Alanna, y hoy seré vuestra maestra. Espero que lo pasemos...- un libro voló a su cabeza, golpeándola sin fuerza- bien....- murmuró finalizando la frase mientras el alboroto volvía a hacerse patente, vaya, el día sería largo, pensó con un suspiro, mientras se agachaba a recoger un libro, "historias de ayer y hoy".
Última edición por Alanna Delteria el Dom Jul 05 2015, 13:07, editado 2 veces
Alanna Delteria
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Re: La llorona [Trabajo][Alanna Delteria][Cerrado]
Aun agachada, con el libro entre las manos, se planteó si, tal vez, una historieta podría calmar sus ánimos, y, además, no sería un mal modo de empezar la clase, una moraleja siempre es bien recibida, si se da como debe. Alzándose del suelo con una sonrisa, pidió atención sin conseguirla, lo único que había en esa clase era ruido, ruido, ruido y más ruido, los niños no paraban de lanzarse cosas, lo único sereno del aula parecía ser un cuadro que colgaba al final de esta, donde una mujer de tez olivácea y ojos negros, parecía llorar en silencio con claras lágrimas correr por su rostro. Era increíble la serenidad del cuadro, contrastada con la energía de esos niños.
La joven guardia, cansada del barullo, comenzó a leer en voz tenue, si alguien quería escucharla, sería declamada en ese tono bajo, introspectivo, que llamaba a la calma y a la atención. A medida que la chica hablaba, la clase fue guardando silencio, así que les gustaban las historia. No era algo complicado, ni poco conocido, una mera historia sobre unos jóvenes que, dormidos en el bosque, eran contagiados por la magia de unas hadas, y soñaban miles de cosas extrañas, el joven que se enamoraba de quien no era su amor, la dama, que caía rendida ante un joven con cabeza de asno, y al despertar, pensaban estar aun dentro del sueño, la pequeña narración finalizaba con unos versos del joven que aclamaban:
- "Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me ví.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son."- Finalizó Alanna con la lectura del pequeño cuento.
La Gata alzó la cabeza para observar el silencio reverencial que parecía cubrir la clase, era increíble como los niños se habían ensimismado con la narración y ahora incluso levantaban las manos respetando el turno de palabra. La clase por fin empezó a avanzar con calma, hablando tranquilamente sobre la moraleja de cuento, un pequeño pero interesante debate había iniciado.
Tal vez esos niños no eran tan malos como le habían parecido al principio, tal vez, el profesor había exagerado en la nota y los pequeños solo necesitaban ser estimulados de otro modo. Al fin y al cabo, la educación debía dar, no solo conocimientos generales, si no también el estimulo de que los pequeños se animaran a perseguir sus sueños, que descubrieran sus talentos y se atrevieran a sacarlos a la luz. Alanna por fin podía sonreír con calma observando la discusión, mucho más respetuosa de lo que ella misma podría haber imaginado.
Llevaban poco más de cinco minutos con la conversación cuando un grito cruzó el aire, mirando por todos lados lo niños murmuraron acerca de la procedencia, un segundo grito se escuchó desde el final de la clase. Alanna se acercó y un tercer grito le ensordeció una oreja, provenía del cuadro. La mujer de retrato comenzó a moverse dentro de la pintura, y la miró llorando:
- Vienen hacia aquí, escóndame, me quieren a mi, me quieren a mi, proteja a los niños- pidió la obra, ¿qué era todo eso? ¿Una broma de mal gusto? Alanna, perpleja observó a la dama en llanto, no entendía nada.
- ¿Es esto una broma?- Preguntó molesta.
- No Miss Alanna, lo juramos, no tenemos nada que ver.- prometió una niña a su lado, la cara de temor decía que era sincera.
Desde cuando os cuadros cobran vida, desde cuando son capaces de hablar, desde cuando pueden pedir ayuda o saber que los buscan, era todo demasiado increíble y fantasioso, aunque después de todo a lo que se había enfrentado, la chica ya se esperaba cualquier cosa. ¿Tal vez la obra hubiera sido creación de un mago? ¿O de algún elfo que, con su magia, había decidido dar vida a su creación? ¿Podría ser una mera ilusión o un ente del pasado encerrado en el lienzo? No lo sabía, pero antes de actuar necesitaba explicaciones. Pero, ¿Por dónde podía empezar a preguntar? ¿Qué narices se le preguntaba a un cuadro? Un cuadro escandaloso, que no paraba de protestar.
-----------------------------------------------
off: referencias a "Sueño de una noche de verano" y el monologo, tal cual, de Segismundo, en "La vida es Sueño"
Uso de habilidad pasiva: conocimiento antiguo: lenguas
Aparición del problema que se irá desarrollando en todo el tema.
La joven guardia, cansada del barullo, comenzó a leer en voz tenue, si alguien quería escucharla, sería declamada en ese tono bajo, introspectivo, que llamaba a la calma y a la atención. A medida que la chica hablaba, la clase fue guardando silencio, así que les gustaban las historia. No era algo complicado, ni poco conocido, una mera historia sobre unos jóvenes que, dormidos en el bosque, eran contagiados por la magia de unas hadas, y soñaban miles de cosas extrañas, el joven que se enamoraba de quien no era su amor, la dama, que caía rendida ante un joven con cabeza de asno, y al despertar, pensaban estar aun dentro del sueño, la pequeña narración finalizaba con unos versos del joven que aclamaban:
- "Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me ví.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son."- Finalizó Alanna con la lectura del pequeño cuento.
La Gata alzó la cabeza para observar el silencio reverencial que parecía cubrir la clase, era increíble como los niños se habían ensimismado con la narración y ahora incluso levantaban las manos respetando el turno de palabra. La clase por fin empezó a avanzar con calma, hablando tranquilamente sobre la moraleja de cuento, un pequeño pero interesante debate había iniciado.
Tal vez esos niños no eran tan malos como le habían parecido al principio, tal vez, el profesor había exagerado en la nota y los pequeños solo necesitaban ser estimulados de otro modo. Al fin y al cabo, la educación debía dar, no solo conocimientos generales, si no también el estimulo de que los pequeños se animaran a perseguir sus sueños, que descubrieran sus talentos y se atrevieran a sacarlos a la luz. Alanna por fin podía sonreír con calma observando la discusión, mucho más respetuosa de lo que ella misma podría haber imaginado.
Llevaban poco más de cinco minutos con la conversación cuando un grito cruzó el aire, mirando por todos lados lo niños murmuraron acerca de la procedencia, un segundo grito se escuchó desde el final de la clase. Alanna se acercó y un tercer grito le ensordeció una oreja, provenía del cuadro. La mujer de retrato comenzó a moverse dentro de la pintura, y la miró llorando:
- Vienen hacia aquí, escóndame, me quieren a mi, me quieren a mi, proteja a los niños- pidió la obra, ¿qué era todo eso? ¿Una broma de mal gusto? Alanna, perpleja observó a la dama en llanto, no entendía nada.
- ¿Es esto una broma?- Preguntó molesta.
- No Miss Alanna, lo juramos, no tenemos nada que ver.- prometió una niña a su lado, la cara de temor decía que era sincera.
Desde cuando os cuadros cobran vida, desde cuando son capaces de hablar, desde cuando pueden pedir ayuda o saber que los buscan, era todo demasiado increíble y fantasioso, aunque después de todo a lo que se había enfrentado, la chica ya se esperaba cualquier cosa. ¿Tal vez la obra hubiera sido creación de un mago? ¿O de algún elfo que, con su magia, había decidido dar vida a su creación? ¿Podría ser una mera ilusión o un ente del pasado encerrado en el lienzo? No lo sabía, pero antes de actuar necesitaba explicaciones. Pero, ¿Por dónde podía empezar a preguntar? ¿Qué narices se le preguntaba a un cuadro? Un cuadro escandaloso, que no paraba de protestar.
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off: referencias a "Sueño de una noche de verano" y el monologo, tal cual, de Segismundo, en "La vida es Sueño"
Uso de habilidad pasiva: conocimiento antiguo: lenguas
Aparición del problema que se irá desarrollando en todo el tema.
Última edición por Alanna Delteria el Dom Jul 05 2015, 13:31, editado 4 veces
Alanna Delteria
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Re: La llorona [Trabajo][Alanna Delteria][Cerrado]
- Rápido, escóndame, escóndamme, proteja a los niños.- repitió la dama una vez más, haciendo desaparecer las lágrimas de su lienzo.
- ¿Cómo ha...?- preguntó Alanna, siendo cortada por la dama.
- No hay tiempo no hay tiempo, ha de esconderme.- repitió.
- Mire, señora, no voy a hacer nada hasta que me expliqué qué está sucediendo aquí, porque no es muy normal ver a un cuadro parlante que modifica su imagen a placer.- respondió Alanna cruzandose de brazos
- Querida, si estuviera viva no se atrevería a hablarme así, niños atentos, lección de historia.- dijo moviéndose para asomar la cabeza por un costado del lienzo.- yo era una famosa adivina, y hermosa, como veréis.- eso de "hermosa" era, claramente, discutible, antes deberían quitarle el bigote y el entrecejo- También me dedicaba a pintar, tuve una amante, era bruja.- siguió explicando.- pero mi amor no podía encerrarse en una sola flor, y claro, mi adorada me descubrió mientras repartía amor al mundo.- Alanna, incrédula escuchó pensando como callarla, al menos lo suavizaba y los niños tal vez no entendieran...- el caso es que se enfadó. Era una persona muy pasional igual que yo, y acabó matándome- ¿cómo podía decirlo de manera tan frívola?- y, arrepentida, me encerró en este cuadro para siempre, las lágrimas son rastros de su tristeza, y la mía.
- ¿Y qué tiene que ver que usted fuera una...- se detuvo y susurró- suelta de cascos- volvió a su tono normal- para que vengan a por usted?
- Le he dicho que era adivina, la historia se hizo famosa, incluso me compusieron odas, mucha gente me busca, pensé que en esta escuela nadie me encontraría, pero me equivocaba, y ahora he visto que vienen a por mi, no me extraña, pero claro, no quiero que me destrocen o hagan copias, ¡mi destino es ser una leyenda, una ser eterno y etéreo!
- Si, si, entiendo, deje de gritar.- dijo Alanna girándose a mirar a la clase- niños, ¿dónde podemos meterla?- preguntó a los niños
Era una situación demasiado extraña, no conseguía aclarar su mente, ¿cómo demonios una obra famosa había acabado escondida en esa diminuta escuela en lugar de los salones de palacio? No, definitivamente faltaban piezas, esa mujer no le daba buenas sensaciones, tal vez fuera mejor deshacerse de ella, incluso podría llevarla a la guardia a que la investigasen.
Estaba claro que los niños se sentían tensos, ya no gritaban, solo observaban a la mujer con caras contraídas, antes de esconder la pintura, necesitaba asegurar a los niños, si era cierto que se acercaba gente peligrosa debía proteger, ante todo, a sus alumnos, que se llevaran la pintura si querían, pero no iban a tocar un pelo a los pequeños.
- Oh, querida, aunque sea un cuadro tengo poderes, estoy segura que el rey estaría interesado en mi y llenaría de honores a tu cuartel, tal vez, incluso te apoyase en tu búsqueda...
- No me va a convencer de esos modos, nunca traicionaría mis principios.- dijo mientras seguía rumiando.
No le importaba la fama pero tal vez si fuera buena idea que se donase a alguna institución publica, tal vez un ayuntamiento pequeño, donde todos pudieran disfrutar del arte... decidió esconderla, de momento, el problema seguía siendo... ¿Dónde? Empezó a mirar al rededor de la sala, sin ver nada realmente, sus pensamientos derivaban hacia otro lado, cómo demonios se metía en esos líos, como si encontrarse con asesinos no fuera bastante raro, ahora tenía delante, bueno, detrás, un maldito espiritu, y nunca mejor dicho, encerrado en un cuadro, y no podía ser un espíritu simpático, ¿para qué? era una quejica y una ligera de cascos, ¿por qué puñetas tenía tan mala suerte?
- ¿Cómo ha...?- preguntó Alanna, siendo cortada por la dama.
- No hay tiempo no hay tiempo, ha de esconderme.- repitió.
- Mire, señora, no voy a hacer nada hasta que me expliqué qué está sucediendo aquí, porque no es muy normal ver a un cuadro parlante que modifica su imagen a placer.- respondió Alanna cruzandose de brazos
- Querida, si estuviera viva no se atrevería a hablarme así, niños atentos, lección de historia.- dijo moviéndose para asomar la cabeza por un costado del lienzo.- yo era una famosa adivina, y hermosa, como veréis.- eso de "hermosa" era, claramente, discutible, antes deberían quitarle el bigote y el entrecejo- También me dedicaba a pintar, tuve una amante, era bruja.- siguió explicando.- pero mi amor no podía encerrarse en una sola flor, y claro, mi adorada me descubrió mientras repartía amor al mundo.- Alanna, incrédula escuchó pensando como callarla, al menos lo suavizaba y los niños tal vez no entendieran...- el caso es que se enfadó. Era una persona muy pasional igual que yo, y acabó matándome- ¿cómo podía decirlo de manera tan frívola?- y, arrepentida, me encerró en este cuadro para siempre, las lágrimas son rastros de su tristeza, y la mía.
- ¿Y qué tiene que ver que usted fuera una...- se detuvo y susurró- suelta de cascos- volvió a su tono normal- para que vengan a por usted?
- Le he dicho que era adivina, la historia se hizo famosa, incluso me compusieron odas, mucha gente me busca, pensé que en esta escuela nadie me encontraría, pero me equivocaba, y ahora he visto que vienen a por mi, no me extraña, pero claro, no quiero que me destrocen o hagan copias, ¡mi destino es ser una leyenda, una ser eterno y etéreo!
- Si, si, entiendo, deje de gritar.- dijo Alanna girándose a mirar a la clase- niños, ¿dónde podemos meterla?- preguntó a los niños
Era una situación demasiado extraña, no conseguía aclarar su mente, ¿cómo demonios una obra famosa había acabado escondida en esa diminuta escuela en lugar de los salones de palacio? No, definitivamente faltaban piezas, esa mujer no le daba buenas sensaciones, tal vez fuera mejor deshacerse de ella, incluso podría llevarla a la guardia a que la investigasen.
Estaba claro que los niños se sentían tensos, ya no gritaban, solo observaban a la mujer con caras contraídas, antes de esconder la pintura, necesitaba asegurar a los niños, si era cierto que se acercaba gente peligrosa debía proteger, ante todo, a sus alumnos, que se llevaran la pintura si querían, pero no iban a tocar un pelo a los pequeños.
- Oh, querida, aunque sea un cuadro tengo poderes, estoy segura que el rey estaría interesado en mi y llenaría de honores a tu cuartel, tal vez, incluso te apoyase en tu búsqueda...
- No me va a convencer de esos modos, nunca traicionaría mis principios.- dijo mientras seguía rumiando.
No le importaba la fama pero tal vez si fuera buena idea que se donase a alguna institución publica, tal vez un ayuntamiento pequeño, donde todos pudieran disfrutar del arte... decidió esconderla, de momento, el problema seguía siendo... ¿Dónde? Empezó a mirar al rededor de la sala, sin ver nada realmente, sus pensamientos derivaban hacia otro lado, cómo demonios se metía en esos líos, como si encontrarse con asesinos no fuera bastante raro, ahora tenía delante, bueno, detrás, un maldito espiritu, y nunca mejor dicho, encerrado en un cuadro, y no podía ser un espíritu simpático, ¿para qué? era una quejica y una ligera de cascos, ¿por qué puñetas tenía tan mala suerte?
Última edición por Alanna Delteria el Vie Jul 03 2015, 22:28, editado 1 vez
Alanna Delteria
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Re: La llorona [Trabajo][Alanna Delteria][Cerrado]
Tras un rato buscando, los niños le dijeron como bajar a un pequeño sótano que solía usarse para emergencias, estaba bastante oculto, debían mover una pesada estantería pero, antes de eso deberían quitar los libros y apartar las mesas.
Tras darles las gracias, comenzó a apartar lo que cubría la entrada con la ayuda de los pequeños, que, al contrario de la impresión que le habían dado al entrar, eran buenos chicos, ayudaban, atendían, aunque solo si la lección les interesaba, pero era lógico, todos muestran mayor interés cuando se habla de algo que interesa, y cualquiera es más amable si ve amabilidad, o algún tipo de conexión con quien tienen en frente. A Alanna le daba la impresión de que, de algún modo, había logrado conectar con ellos con la historia, el debate, y quedándose tan incrédula como ellos ante la visión de la mujer con bigote. Por todos los... ¿cómo se metía en esos fregados?
Empezaron a mover libros, dejándolos en el suelo con cura. La chica adoraba leer, aunque lo practicase poco, por falta de tiempo más que por otra cosa, además, pensaba que la cultura era algo imprescindible, no iba a tratar mal un libro que podía dar conocimientos a quien lo leyera. Vaciaron las estanterías con cuidado, para que nadie se hiciera daño, incluso tuvieron que mover mesas y sillas, como Alanna había previsto que necesitarían hacer, lo cierto es que la clase terminó hecha una autentica leonera, pero al fin se vio la puerta al sótano.
La Gata, con un suspiro, bajó con cuidado las escaleras, estaba a oscuras. De pronto, se encendieron unas antorchas. La muchacha, sorprendida, dio un respingo, no acababa de acostumbrarse a la magia, prefería, por mucho, no tener ese tipo de capacidades, sería todo demasiado complicado.
- Tranquila, yo me ocupo.- dijo la mujer del retrato con altanería mal disimulada.
Las antorchas de las paredes, ahora encendidas, mostraban una especie de almacén viejo lleno de libros, sillas y mesas apiladas y llenas de polvo, las esquinas, llenas de telarañas, y la gruesa capa marronacea que cubría los muebles daban a entender que hacía mucho que nadie pisaba el lugar. Una estantería, tapada con una tela blanca, era lo único que aun parecía ser útil del lugar, eso, y un pedestal blanco, como de mármol. La dama, como Alanna supuso, se quejó enormemente por el lugar. Lo cierto es que la guardia no soportaba a ese tipo de gente altanera que protestaba por el mero hecho de protestar, era uno de los pocos tipos de persona que la superaban, y necesitaba morderse la lengua para no soltar cuatro frescas.
Dejandola allí con sus quejas, para subir a dejar la clase como debía estar, no vio la sonrisa oscura que cubrió el rosto de la modelo, los tonos del cuadro cambiaron volviéndose grises, fríos, una sombra cubrió la frente y los ojos de la dama mientras los labios se estiraban mostrando unos dientes blancos...
En el piso de arriba, Alanna había logrado que los niños la ayudasen a recolocar la clase, dejando la puerta al sótano descubierta, era momento de disimular. La Gata pidió a los niños que se sentasen, si no había pruebas de lo dicho por el cuadro no tenían por que cambiar la rutina de clase. Tras todo lo sucedido, los chiquillos estaban tan ensimismados que accedieron sin rechiste alguno y la clase siguió su ritmo mientras Alanna observaba de vez en cuando las ventanas entreabiertas para asegurarse de que no se acercase nadie.
No muy lejos de allí, un pequeño grupo armado se acercaba en pos de una obra de arte que nada tenía de normal.
Tras darles las gracias, comenzó a apartar lo que cubría la entrada con la ayuda de los pequeños, que, al contrario de la impresión que le habían dado al entrar, eran buenos chicos, ayudaban, atendían, aunque solo si la lección les interesaba, pero era lógico, todos muestran mayor interés cuando se habla de algo que interesa, y cualquiera es más amable si ve amabilidad, o algún tipo de conexión con quien tienen en frente. A Alanna le daba la impresión de que, de algún modo, había logrado conectar con ellos con la historia, el debate, y quedándose tan incrédula como ellos ante la visión de la mujer con bigote. Por todos los... ¿cómo se metía en esos fregados?
Empezaron a mover libros, dejándolos en el suelo con cura. La chica adoraba leer, aunque lo practicase poco, por falta de tiempo más que por otra cosa, además, pensaba que la cultura era algo imprescindible, no iba a tratar mal un libro que podía dar conocimientos a quien lo leyera. Vaciaron las estanterías con cuidado, para que nadie se hiciera daño, incluso tuvieron que mover mesas y sillas, como Alanna había previsto que necesitarían hacer, lo cierto es que la clase terminó hecha una autentica leonera, pero al fin se vio la puerta al sótano.
La Gata, con un suspiro, bajó con cuidado las escaleras, estaba a oscuras. De pronto, se encendieron unas antorchas. La muchacha, sorprendida, dio un respingo, no acababa de acostumbrarse a la magia, prefería, por mucho, no tener ese tipo de capacidades, sería todo demasiado complicado.
- Tranquila, yo me ocupo.- dijo la mujer del retrato con altanería mal disimulada.
Las antorchas de las paredes, ahora encendidas, mostraban una especie de almacén viejo lleno de libros, sillas y mesas apiladas y llenas de polvo, las esquinas, llenas de telarañas, y la gruesa capa marronacea que cubría los muebles daban a entender que hacía mucho que nadie pisaba el lugar. Una estantería, tapada con una tela blanca, era lo único que aun parecía ser útil del lugar, eso, y un pedestal blanco, como de mármol. La dama, como Alanna supuso, se quejó enormemente por el lugar. Lo cierto es que la guardia no soportaba a ese tipo de gente altanera que protestaba por el mero hecho de protestar, era uno de los pocos tipos de persona que la superaban, y necesitaba morderse la lengua para no soltar cuatro frescas.
Dejandola allí con sus quejas, para subir a dejar la clase como debía estar, no vio la sonrisa oscura que cubrió el rosto de la modelo, los tonos del cuadro cambiaron volviéndose grises, fríos, una sombra cubrió la frente y los ojos de la dama mientras los labios se estiraban mostrando unos dientes blancos...
En el piso de arriba, Alanna había logrado que los niños la ayudasen a recolocar la clase, dejando la puerta al sótano descubierta, era momento de disimular. La Gata pidió a los niños que se sentasen, si no había pruebas de lo dicho por el cuadro no tenían por que cambiar la rutina de clase. Tras todo lo sucedido, los chiquillos estaban tan ensimismados que accedieron sin rechiste alguno y la clase siguió su ritmo mientras Alanna observaba de vez en cuando las ventanas entreabiertas para asegurarse de que no se acercase nadie.
No muy lejos de allí, un pequeño grupo armado se acercaba en pos de una obra de arte que nada tenía de normal.
Última edición por Alanna Delteria el Dom Jul 05 2015, 13:36, editado 2 veces
Alanna Delteria
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Re: La llorona [Trabajo][Alanna Delteria][Cerrado]
Pasados unos minutos de "clase" casi media hora de reloj, unos sonidos de galopes comenzaron escucharse. Alanna, nerviosa, miró al exterior. Una nube de polvo precedía a unos hombres que, montados en unos caballos, con las alforjas llenas de lo que parecían armas, se acercaban al galope, se detuvieron frente a la puerta y, mirando a su alrededor, asegurándose de que nadie podría molestarlos, descendieron de sus monturas.
No parecía que fuera algo de lo que debieran preocuparse demasiado, el aire de lluvia que se respiraba, y las primeras gotas, que no tardarían en empezar a caer, aseguraban que era improbable que nadie se acercase, no hasta la hora de recoger a los niños, si es que los recogían y no se marchaban solos a casa. Tal vez debería haberlos hecho volver, pero podría haber sido peligroso, ¿y si los niños se hubieran encontrado con estos tipos en el camino de vuelta? No, estaban más seguros allí, con ella, intentaría echar a esos tipos sin necesidad de armas.
- Niños, escondeos en el sótano, si escucháis sonidos fuertes y no me veis, entregad el cuadro y corred.- dijo antes de iniciar su marcha hasta el exterior.- ¿Buscan algo?- preguntó con una sonrisa fingida a quienes se hallaban a su frente.
- ¿Es usted la maestra?- preguntó uno con aire de preocupación.
- Si, podríamos decirlo de ese modo.- respondió Alanna aun sin dejar de sonreír.
- Estamos buscando algo que sabemos con seguridad, se haya en esta escuela, ¿podemos echar un vistazo?
El chico alto parecía hablar con amabilidad, y no daba la impresión de ser una persona malvada, la guardia casi diría que se fiaba más de esos tipos que de la mujer del cuadro. Girándose hacia el edificio, pudo comprobar que ya no quedaba rastro alguno de los niños, debían haberse escondido ya en el sótano, allí estarían seguros.
- Claro, síganme.- pidió con voz falsamente alegre, mientras mostraba una cara seria a la nada.
Entró al aula y se quedó de pie en el centro, dejando que los tipos buscasen tanto como quisieran, de todos modos, no encontrarían nada. Eran tres en total, el que había hablado, un tipo joven, no especialmente alto y no demasiado fornido, con pelo corto y rubio, que portaba una espada al cinto, otro, mucho mas alto y grande, un mandoble, y, finalmente uno espigado, que llevaba un arco a la espalda. Los tres buscaron concienzudamente sin encontrar nada.
- Disculpe, ¿ha habido aquí alguna vez un cuadro?- preguntó el que había hablado antes
- No se de que habla, lo cierto es que solo estoy aquí sustituyendo, no soy más que una suplente, siento decir.- respondió Alanna sentandose sobre una mesa, dejando colgar sus piernas y balanceándolas aprovechando su aire de inocencia.
- Aquí había algo hace poco.- comentó el tipo del arco- esta zona de pared es mucho más clara que las otras, y parece del tamaño que buscamos.- la mirada azul del hombre se clavó en Alanna, sospechaba de ella.
No parecía que fuera algo de lo que debieran preocuparse demasiado, el aire de lluvia que se respiraba, y las primeras gotas, que no tardarían en empezar a caer, aseguraban que era improbable que nadie se acercase, no hasta la hora de recoger a los niños, si es que los recogían y no se marchaban solos a casa. Tal vez debería haberlos hecho volver, pero podría haber sido peligroso, ¿y si los niños se hubieran encontrado con estos tipos en el camino de vuelta? No, estaban más seguros allí, con ella, intentaría echar a esos tipos sin necesidad de armas.
- Niños, escondeos en el sótano, si escucháis sonidos fuertes y no me veis, entregad el cuadro y corred.- dijo antes de iniciar su marcha hasta el exterior.- ¿Buscan algo?- preguntó con una sonrisa fingida a quienes se hallaban a su frente.
- ¿Es usted la maestra?- preguntó uno con aire de preocupación.
- Si, podríamos decirlo de ese modo.- respondió Alanna aun sin dejar de sonreír.
- Estamos buscando algo que sabemos con seguridad, se haya en esta escuela, ¿podemos echar un vistazo?
El chico alto parecía hablar con amabilidad, y no daba la impresión de ser una persona malvada, la guardia casi diría que se fiaba más de esos tipos que de la mujer del cuadro. Girándose hacia el edificio, pudo comprobar que ya no quedaba rastro alguno de los niños, debían haberse escondido ya en el sótano, allí estarían seguros.
- Claro, síganme.- pidió con voz falsamente alegre, mientras mostraba una cara seria a la nada.
Entró al aula y se quedó de pie en el centro, dejando que los tipos buscasen tanto como quisieran, de todos modos, no encontrarían nada. Eran tres en total, el que había hablado, un tipo joven, no especialmente alto y no demasiado fornido, con pelo corto y rubio, que portaba una espada al cinto, otro, mucho mas alto y grande, un mandoble, y, finalmente uno espigado, que llevaba un arco a la espalda. Los tres buscaron concienzudamente sin encontrar nada.
- Disculpe, ¿ha habido aquí alguna vez un cuadro?- preguntó el que había hablado antes
- No se de que habla, lo cierto es que solo estoy aquí sustituyendo, no soy más que una suplente, siento decir.- respondió Alanna sentandose sobre una mesa, dejando colgar sus piernas y balanceándolas aprovechando su aire de inocencia.
- Aquí había algo hace poco.- comentó el tipo del arco- esta zona de pared es mucho más clara que las otras, y parece del tamaño que buscamos.- la mirada azul del hombre se clavó en Alanna, sospechaba de ella.
Alanna Delteria
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Re: La llorona [Trabajo][Alanna Delteria][Cerrado]
- Señorita.- llamó el espadachín- Por favor, si ha visto aquí el cuadro de una mujer llorando, díganos dónde está, parecerá una tontería, pero es peligroso.
- ¿Peligroso?- preguntó Alanna, tensándose, ¿estarían mintiendo? lo cierto es que no parecían malvados, al contrario.
- Mire, no podemos explicarle, pero debemos encontrar ese cuadro.- volvió a decir el mismo de antes.
- ¿Dónde están los niños?- preguntó, hablando por primera vez, el más grande de todos.
- Primero explíquenme porque puede ser peligroso un cuadro, y luego les diré todo lo que necesiten.- dijo Alanna poniéndose seria, el aspecto de esos hombres, a pesar de dar la imagen de mercenarios, le transmitía mayor confianza que esa mujer del cuadro.
Los hombres intercambiaron una mirada y, tras un suspiro, el más parlanchín comenzó a hablar. Contó con calma, la versión que él conocía de la historia de la dama bigotuda, al parecer, era cierto lo de que había sido una famosa adivina, y también las historias sobre sus numerosos amantes, entre ellos, una mujer que, a parte de ser una afamada bardo, era una maga excepcional. Esta última, sintiéndose traicionada, decidió abandonar a la adivina, que, sin querer aceptarlo, decidió asesinarla. La bardo, con su último soplo de vida, decidió usar el poder que había dentro de ella para encerrar a la dama en una pintura, de la que no podría escapar jamás.
Al principio, el poder de la cantante había sido bastante fuerte para evitar movimientos en el espíritu encerrado, pero, por desgracia, los años pasaban, la muerte se olvidaba y el único recuerdo que quedaba de las amantes era una canción que empezaba también a caer en el olvido. Los años habían pasado, y la adivina, había mantenido su ira fría encerrada, esperando el momento de dejarla salir. Durante el paso del tiempo, las desgracias habían acontecido los lugares que habían visto el paso de la pintura, y, "La llorona", como había terminado por conocerse la obra, había comenzado a secar sus lágrimas.
El rostro de la joven se había vuelto pálido, "La llorona" juraría haber oído ese nombre antes, pero jamás pensó que se encontraría con la pintura de las desgracias, si no recordaba mal, había escuchado decir que, las lágrimas de la llorona, no eran las de la modelo, si no, las de las victimas de las desgracias que la rodeaban. Con un nudo en la garganta, Alanna respiró hondo.
- Está en el sótano, junto a los niños...- Al ver que iniciaban el movimiento, la chica los detuvo- dejen que saque a los pequeños, luego, es toda suya.- pidió con seriedad, no podía arriesgar a los alumnos.
Los hombres salieron del edificio a petición suya, mientras Alanna suspiraba, si era cierto que el cuadro aun tenía poderes de adivinación, debía estar viéndola en ese momento, sería mejor que actuase como si hubiera solucionado el problema. Respirando hondo, intentó relajar el rictus de la cara, relajándose, con una diminuta sonrisilla, abrió la puerta del sotano:
- ¡Niños podemos salir!- dijo bajando los peldaños con una cara alegre y un nudo en el pecho.
- ¿Peligroso?- preguntó Alanna, tensándose, ¿estarían mintiendo? lo cierto es que no parecían malvados, al contrario.
- Mire, no podemos explicarle, pero debemos encontrar ese cuadro.- volvió a decir el mismo de antes.
- ¿Dónde están los niños?- preguntó, hablando por primera vez, el más grande de todos.
- Primero explíquenme porque puede ser peligroso un cuadro, y luego les diré todo lo que necesiten.- dijo Alanna poniéndose seria, el aspecto de esos hombres, a pesar de dar la imagen de mercenarios, le transmitía mayor confianza que esa mujer del cuadro.
Los hombres intercambiaron una mirada y, tras un suspiro, el más parlanchín comenzó a hablar. Contó con calma, la versión que él conocía de la historia de la dama bigotuda, al parecer, era cierto lo de que había sido una famosa adivina, y también las historias sobre sus numerosos amantes, entre ellos, una mujer que, a parte de ser una afamada bardo, era una maga excepcional. Esta última, sintiéndose traicionada, decidió abandonar a la adivina, que, sin querer aceptarlo, decidió asesinarla. La bardo, con su último soplo de vida, decidió usar el poder que había dentro de ella para encerrar a la dama en una pintura, de la que no podría escapar jamás.
Al principio, el poder de la cantante había sido bastante fuerte para evitar movimientos en el espíritu encerrado, pero, por desgracia, los años pasaban, la muerte se olvidaba y el único recuerdo que quedaba de las amantes era una canción que empezaba también a caer en el olvido. Los años habían pasado, y la adivina, había mantenido su ira fría encerrada, esperando el momento de dejarla salir. Durante el paso del tiempo, las desgracias habían acontecido los lugares que habían visto el paso de la pintura, y, "La llorona", como había terminado por conocerse la obra, había comenzado a secar sus lágrimas.
El rostro de la joven se había vuelto pálido, "La llorona" juraría haber oído ese nombre antes, pero jamás pensó que se encontraría con la pintura de las desgracias, si no recordaba mal, había escuchado decir que, las lágrimas de la llorona, no eran las de la modelo, si no, las de las victimas de las desgracias que la rodeaban. Con un nudo en la garganta, Alanna respiró hondo.
- Está en el sótano, junto a los niños...- Al ver que iniciaban el movimiento, la chica los detuvo- dejen que saque a los pequeños, luego, es toda suya.- pidió con seriedad, no podía arriesgar a los alumnos.
Los hombres salieron del edificio a petición suya, mientras Alanna suspiraba, si era cierto que el cuadro aun tenía poderes de adivinación, debía estar viéndola en ese momento, sería mejor que actuase como si hubiera solucionado el problema. Respirando hondo, intentó relajar el rictus de la cara, relajándose, con una diminuta sonrisilla, abrió la puerta del sotano:
- ¡Niños podemos salir!- dijo bajando los peldaños con una cara alegre y un nudo en el pecho.
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Re: La llorona [Trabajo][Alanna Delteria][Cerrado]
Al llegar bajo, los pequeños se amontonaban en un rincón, con ojos vacíos. La cara de la joven perdió la sonrisa, y el color, el polvo del lugar había desaparecido y el viento soplaba desde ninguna parte. ¿Qué había sucedido? ¿Les habría hecho algo el cuadro? La chica miró a su alrededor buscando la obra, y la encontró en el pedestal donde la había dejado, con una ligera diferencia, la mujer de la pintura, había desaparecido.
- Niños, ¿Dónde está?- regunto sosteniendo a uno de ellos por los hombros.
- Arriba...- murmuraron a coro, ¿Qué les había hecho esa bruja?
- Quedaos aquí.- ordenó tomando el lienzo y corriendo de nuevo al exterior.
En el aula no había nada que delatase la presencia de la mujer, por lo que, la Gata supuso, estaría fuera. Salió apresurada dando un portazo al abrir la puerta. En el exterior, una mujer de largo pelo negro parecía flotar en el aire a una considerable altura. Su vestido largo ondeaba bajo sus pies inexistentes , su piel grisácea parecía ser humo y fundirse con las nubes que amenazaban tormenta. sus ojos negros, se clavaban con ira en los hombres que tenía a su frente, la tensión era sumamente palpable, el aire, a pesar de todo, parecía oler a menta. La risa de la mujer del bigote resonó, alta, aguda y fría por el lugar.
- Idiota, Cha fue una idiota, pensar que con su tonta música podría atraparme en mi propia pintura. Ilusa.- río la mujer subiendo aun más arriba en espiral mientras su risa seguía aumentando de cadencia
Los hombres, tras escuchar esa perorata, sacaron sus armas con premura e intentaron atacar el humo que era la mujer, sin embargo, atravesaban la figura incorpórea, como quien anda entre la niebla. A pesar de todos los espadazos, poco conseguían. La dama, entre risas estruendosas, empezó a alzar su humareda negra y las toses comenzaron a escucharse. estaban ahogándose.
Alanna, que había contemplado la escena rezagada, aun sin soltar la obra, intentó entrar en la nube negra sin lograrlo del todo, lo único que consiguió fue introducir la mano en el humo y tirar de uno de ellos. El arquero salió de entre esa polvareda oscura tosiendo, la mujer seguía riéndose y Alanna sintió la primera gota de agua caer sobre su frente.
- ¿Estás bien?- preguntó al hombre.
- Si, pero no podemos vencerla mientras esté ahí fuera, hay que atraparla en el cuadro.- comentó entre toses
- ¿Cómo?-
- Se supone que está escrito en el lienzo, Eirick lo sabía descifrar,- comentó refiriendose al espadachín charlatán- pero ahora está ahí encerrado en esa niebla.
- ¿En el...?- Alanna miró el lienzo y le dio dos vueltas antes de ver que había una pequeña nota escrita en el reverso de la tela, escrita en un idioma diferente, Alanna estaba segura de que no era la primera vez que lo leía, pero ¿qué significaba?- "Pingere abscondit vera , Rapere solve falsum certitudo"- leyó en voz alta
- ¿Sabes lo que significa?- preguntó el arquero nervioso, mientras intentaba volver dentro de la niebla.
- No lo se, me suena pero...- lo releyó una, dos, tres veces más, nerviosa, hasta que recordó un libro con palabras de terminaciones similares- La pintura... oculta la... ¿verdad?, deshaz lo falso... para... ¿atrapar la certeza?- preguntó intentando captar el significado- Hay que borrarlo, hay que lograr que el lienzo quede en blanco.- dijo mientras la lluvia aumentaba su fuerza.
- Rápido alza el lienzo, que el agua lo borre.- ordenó el arquero.
***********************************
off: Uso de la pasiva: Conocimiento antiguo: lenguas.
- Niños, ¿Dónde está?- regunto sosteniendo a uno de ellos por los hombros.
- Arriba...- murmuraron a coro, ¿Qué les había hecho esa bruja?
- Quedaos aquí.- ordenó tomando el lienzo y corriendo de nuevo al exterior.
En el aula no había nada que delatase la presencia de la mujer, por lo que, la Gata supuso, estaría fuera. Salió apresurada dando un portazo al abrir la puerta. En el exterior, una mujer de largo pelo negro parecía flotar en el aire a una considerable altura. Su vestido largo ondeaba bajo sus pies inexistentes , su piel grisácea parecía ser humo y fundirse con las nubes que amenazaban tormenta. sus ojos negros, se clavaban con ira en los hombres que tenía a su frente, la tensión era sumamente palpable, el aire, a pesar de todo, parecía oler a menta. La risa de la mujer del bigote resonó, alta, aguda y fría por el lugar.
- Idiota, Cha fue una idiota, pensar que con su tonta música podría atraparme en mi propia pintura. Ilusa.- río la mujer subiendo aun más arriba en espiral mientras su risa seguía aumentando de cadencia
Los hombres, tras escuchar esa perorata, sacaron sus armas con premura e intentaron atacar el humo que era la mujer, sin embargo, atravesaban la figura incorpórea, como quien anda entre la niebla. A pesar de todos los espadazos, poco conseguían. La dama, entre risas estruendosas, empezó a alzar su humareda negra y las toses comenzaron a escucharse. estaban ahogándose.
Alanna, que había contemplado la escena rezagada, aun sin soltar la obra, intentó entrar en la nube negra sin lograrlo del todo, lo único que consiguió fue introducir la mano en el humo y tirar de uno de ellos. El arquero salió de entre esa polvareda oscura tosiendo, la mujer seguía riéndose y Alanna sintió la primera gota de agua caer sobre su frente.
- ¿Estás bien?- preguntó al hombre.
- Si, pero no podemos vencerla mientras esté ahí fuera, hay que atraparla en el cuadro.- comentó entre toses
- ¿Cómo?-
- Se supone que está escrito en el lienzo, Eirick lo sabía descifrar,- comentó refiriendose al espadachín charlatán- pero ahora está ahí encerrado en esa niebla.
- ¿En el...?- Alanna miró el lienzo y le dio dos vueltas antes de ver que había una pequeña nota escrita en el reverso de la tela, escrita en un idioma diferente, Alanna estaba segura de que no era la primera vez que lo leía, pero ¿qué significaba?- "Pingere abscondit vera , Rapere solve falsum certitudo"- leyó en voz alta
- ¿Sabes lo que significa?- preguntó el arquero nervioso, mientras intentaba volver dentro de la niebla.
- No lo se, me suena pero...- lo releyó una, dos, tres veces más, nerviosa, hasta que recordó un libro con palabras de terminaciones similares- La pintura... oculta la... ¿verdad?, deshaz lo falso... para... ¿atrapar la certeza?- preguntó intentando captar el significado- Hay que borrarlo, hay que lograr que el lienzo quede en blanco.- dijo mientras la lluvia aumentaba su fuerza.
- Rápido alza el lienzo, que el agua lo borre.- ordenó el arquero.
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Re: La llorona [Trabajo][Alanna Delteria][Cerrado]
Alanna, haciendo caso de lo que había dicho el arquero, alzó el lienzo dejando que la lluvia lo empapara, a cada gota que mojaba la pintura, una pequeña parte de la humareda se desvanecía, a pesar de que la mujer había desaparecido del cuadro, seguía distinguiéndose la silueta, que aguardaba el regreso de quien pertenecía a la obra y nunca debió salir de ella.
El extraño poder de la mujer comenzaba a menguar, la niebla oscura, desaparecía, dejando ver a los dos hombres que se habían quedado allí encerrados. Confusa, la dama negra miró buscando la razón de su debilidad, y fijó la vista en la guardia, que con el cuadro en alto, observaba la escena, incrédula. El grito de la mujer cortó el viento, su cuerpo de nubes negras, sinuosas e intangibles, se dirigió hacia la chica que, sin saber que más hacer, empezó a correr.
El suelo, de barro resbaladizo, la entorpecía, la mujer le ganaba terreno. Dando vueltas casi en zigzag, esquivando como podía las luces negras que la mujer lanzaba, contempló como los hombres, ya recuperados, se acercaban a ella con rapidez y rodeaban a la mujer. Sus caras mostraban una decisión que sorprendió a la chica, ¿Es que esos no iban a asustarse? Tenían un maldito fantasma corriendo tras ellos, un fantasma que, para colmo, parecía usar magia.
El barro, finalmente, hizo resbalar a la chica, que calló al suelo manchando de barro el lienzo. Alzó la cabeza con ojos abiertos, la mujer de negro, estaba teñida de manchas marrones, espacios en blanco y chorretones, parecía deshacerse. La rabia que tenía el fantasma impedía que se diera cuenta de lo que le estaba sucediendo, estaba obcecada en un extraño plan que la Gata no llegaba a entender.
- ¡Usa esto!- gritó el grandullón tirando un trapo empapado- ¡rápido, bórralo, te cubrimos! -ordenó
Alanna olió el trapo, olía a aguarrás, "¡Claro!" pensó la chica, comenzando a limpiar el lienzo, quitando con el paño la pintura y el barro. Rayos negros comenzaban a despedirse de las manos del ente, que intentaba alcanzar a la joven, pero sin lograrlo. concentrada como estaba en borrar el lienzo, no escuchaba las puyas que los tres hombres lanzaban a la mujer enfureciéndola, y, logrando así, desviar los ataques hacia ellos.
Minutos después, el linezo estaba impoluto. La chica se giró a observar que era lo que sucedía, las risas habían cesado, los gritos ya no se oían y, lo único que quedaba de la carismática mujer del bigote y el entrecejo, era un cuerpo incorpóreo, poco más alto que Alanna, que ni fuerzas para flotar parecía tener. Ahí estaba esa gran adivina que tanto pavor le había causado, débil, endeble, podría lanzarla lejos con un simple soplido.
El extraño poder de la mujer comenzaba a menguar, la niebla oscura, desaparecía, dejando ver a los dos hombres que se habían quedado allí encerrados. Confusa, la dama negra miró buscando la razón de su debilidad, y fijó la vista en la guardia, que con el cuadro en alto, observaba la escena, incrédula. El grito de la mujer cortó el viento, su cuerpo de nubes negras, sinuosas e intangibles, se dirigió hacia la chica que, sin saber que más hacer, empezó a correr.
El suelo, de barro resbaladizo, la entorpecía, la mujer le ganaba terreno. Dando vueltas casi en zigzag, esquivando como podía las luces negras que la mujer lanzaba, contempló como los hombres, ya recuperados, se acercaban a ella con rapidez y rodeaban a la mujer. Sus caras mostraban una decisión que sorprendió a la chica, ¿Es que esos no iban a asustarse? Tenían un maldito fantasma corriendo tras ellos, un fantasma que, para colmo, parecía usar magia.
El barro, finalmente, hizo resbalar a la chica, que calló al suelo manchando de barro el lienzo. Alzó la cabeza con ojos abiertos, la mujer de negro, estaba teñida de manchas marrones, espacios en blanco y chorretones, parecía deshacerse. La rabia que tenía el fantasma impedía que se diera cuenta de lo que le estaba sucediendo, estaba obcecada en un extraño plan que la Gata no llegaba a entender.
- ¡Usa esto!- gritó el grandullón tirando un trapo empapado- ¡rápido, bórralo, te cubrimos! -ordenó
Alanna olió el trapo, olía a aguarrás, "¡Claro!" pensó la chica, comenzando a limpiar el lienzo, quitando con el paño la pintura y el barro. Rayos negros comenzaban a despedirse de las manos del ente, que intentaba alcanzar a la joven, pero sin lograrlo. concentrada como estaba en borrar el lienzo, no escuchaba las puyas que los tres hombres lanzaban a la mujer enfureciéndola, y, logrando así, desviar los ataques hacia ellos.
Minutos después, el linezo estaba impoluto. La chica se giró a observar que era lo que sucedía, las risas habían cesado, los gritos ya no se oían y, lo único que quedaba de la carismática mujer del bigote y el entrecejo, era un cuerpo incorpóreo, poco más alto que Alanna, que ni fuerzas para flotar parecía tener. Ahí estaba esa gran adivina que tanto pavor le había causado, débil, endeble, podría lanzarla lejos con un simple soplido.
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Re: La llorona [Trabajo][Alanna Delteria][Cerrado]
Alanna se levantó del suelo, desde donde había estado limpiando el cuadro, y se acercó a los hombres, lienzo en mano, mientras no dejaba de observar a la mujer que se encontraba delante. Esa presencia tan altiva, había dejado de existir para mostrar a una persona débil, con ojos negros, empañados en sombras y llanto. Una ira fría brillaba en el fondo de esos pozos oscuros y sus ropajes, que deberían ser de los colores fuertes que tenían en el cuadro, o del negro noche de minutos antes, se habían vuelto grisáceos, azulados, tristes.
Parecía que había perdido todo su poder, sin la pintura, no era más que una silueta que gracias podía dar de seguir viéndose. Las cuatro personas que contemplaban la escena, puestas en fila como quien espera a dar una sentencia, miraban esperando que algo sucediera. Los hombres, aun alzaban sus armas contra el fantasma. ¿Es que no entendían que de poco o nada les servirían esas cosas ante algo que no tiene cuerpo?
Tras ese momento de paz que había parecido darles la mujer gris, la cabeza se alzó dejando atrás una onda de pelo negro, la furia seguía dándole fuerza. Alzando una mano transparente, apuntó a una ventana, rompiéndola en pedazos, y tomó uno de los cristales que se habían resquebrajado, ¿aun podía usar la telequinesis de los magos? parecía que si, pues el cristal flotaba frente a ellos, avanzando a una velocidad de vértigo. Iba a golpear al grandullón, pero el hombre desvió el ataque, haciendo que la esquirla se dirigiera hacia Alanna, que intentó interponer el lienzo entre ella y el cristal.
El vidrió atravesó en lienzo con suavidad, y se clavó en el hombro de la chica. Dos gritos se escucharon en ese momento, el de la joven, por la herida, el de la adivina, por la muerte. Era el lienzo lo que, durante todo momento, había dado la posibilidad de regresar a la mujer.
Mientras la sangre corría por el hombro de la chica, la dama gris empezó a evaporarse, mientras una cantinela sonaba de fondo "No se que tienen la flores, llorona/ las flores del camposanto/ No se que tienen las flores, llorona/ las flores del campo santo" El viento, que comenzaba a llevarse las nubes de tormenta, arrastró también el humo sin forma, sin rostro y sin alma que se había vuelto la dama. Y el lienzo, en el suelo, se deshizo volviéndose polvo, elevándose en el aire mientras seguía la sonata.
"Me quitaran de quererte, llorona,/ pero de olvidarte nunca./ Me quitaran de quererte, llorona,/ pero de olvidarte nunca."
Alanna, sosteniendose el hombro ensangrentado, miraba como el viento y la lluvia se llevaban consigo el recuerdo de un amor bañado en sangre.
Parecía que había perdido todo su poder, sin la pintura, no era más que una silueta que gracias podía dar de seguir viéndose. Las cuatro personas que contemplaban la escena, puestas en fila como quien espera a dar una sentencia, miraban esperando que algo sucediera. Los hombres, aun alzaban sus armas contra el fantasma. ¿Es que no entendían que de poco o nada les servirían esas cosas ante algo que no tiene cuerpo?
Tras ese momento de paz que había parecido darles la mujer gris, la cabeza se alzó dejando atrás una onda de pelo negro, la furia seguía dándole fuerza. Alzando una mano transparente, apuntó a una ventana, rompiéndola en pedazos, y tomó uno de los cristales que se habían resquebrajado, ¿aun podía usar la telequinesis de los magos? parecía que si, pues el cristal flotaba frente a ellos, avanzando a una velocidad de vértigo. Iba a golpear al grandullón, pero el hombre desvió el ataque, haciendo que la esquirla se dirigiera hacia Alanna, que intentó interponer el lienzo entre ella y el cristal.
El vidrió atravesó en lienzo con suavidad, y se clavó en el hombro de la chica. Dos gritos se escucharon en ese momento, el de la joven, por la herida, el de la adivina, por la muerte. Era el lienzo lo que, durante todo momento, había dado la posibilidad de regresar a la mujer.
Mientras la sangre corría por el hombro de la chica, la dama gris empezó a evaporarse, mientras una cantinela sonaba de fondo "No se que tienen la flores, llorona/ las flores del camposanto/ No se que tienen las flores, llorona/ las flores del campo santo" El viento, que comenzaba a llevarse las nubes de tormenta, arrastró también el humo sin forma, sin rostro y sin alma que se había vuelto la dama. Y el lienzo, en el suelo, se deshizo volviéndose polvo, elevándose en el aire mientras seguía la sonata.
"Me quitaran de quererte, llorona,/ pero de olvidarte nunca./ Me quitaran de quererte, llorona,/ pero de olvidarte nunca."
Alanna, sosteniendose el hombro ensangrentado, miraba como el viento y la lluvia se llevaban consigo el recuerdo de un amor bañado en sangre.
- off:
- la "sonata" que Chavela Vargas "la bardo" dedica a Frida Kahlo "la llorona" y a la que me refiero en el post
Alanna Delteria
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Re: La llorona [Trabajo][Alanna Delteria][Cerrado]
Desde el suelo, la chica observó como "La Llorona" y la canción de desvanecían con el viento y la tormenta. La lluvia empezó a amainar, dejando entrever los primeros rayos de sol. lienzo, A sus pies, el lienzo, se había vuelto polvo, que se balanceó junto a la neblina y el sonido hacia el horizonte.
Pasados unos minutos, como asegurándose de que realmente no iba a suceder nada más, Alanna miró su herida, que sangraba y dolía, el corte daba la impresión de ser profundo. Con miedo, pero decisión, extrajo el trozo de cristal de su hombro, y lo dejó caer en el barro. Con cara de dolor, obviando si la herida era o no grave, corrió sosteniéndose el brazo hacia el sótano. Bajó las escaleras y vio a los niños, en un rincón, asustados, parecía que, con la muerte de la dama gris, los niños habían vuelto a ser ellos mismos.
Su caritas se giraron al escuchar pasos, y Alanna sonrió con dulzura, a pesar de la quemazón de la herida. Los niños ya habían pasado bastante, debía conseguir calmarlos, ante todo. Bajó unos cuantos peldaños más, comenzando a notar la perdida de sangre.
- Niños, ya ha pasado todo, podéis salir.- los pequeños se levantaron, con duda en sus ojos- de verdad, volved a casa por hoy, ya no hay peligro.
Los alumnos salieron en tropel, corriendo hacia el exterior y se apresuraron en salir del recinto. Alanna, mientras tanto, subió los escalones que había descendido y se sentó, a descansar en una silla de la clase. Los hombres, entraron en ese momento, ya sin sus armas, sonriendo, y con un enorme botiquín en los brazos, debían estar acostumbrados a las heridas.
- Gracias por la ayuda.- dijo el parlanchín mientras el arquero se agachaba a romper la manga de la chica y a limpiar la herida.
- Es mi trabajo.- respondió Alanna, haciendo una mueca de dolor.
El que la estaba curando no tardó en vendarla, la herida dolía pero, por lo que le dijo, no era especialmente grave, si no movía el brazo, sanaría pronto. Tras ponerle un cabestrillo para que llevase el brazo en alto durante un par de días. Los hombres se marcharon coreando a voz en gritó "Ding Dong, la bruja ha muerto" Alanna, con una risilla, sabiendo que ella cantaba igual de mal que ellos, se levantó de la silla y cerró la puerta del sótano, rompiendo la cerradura con una patada fuerte, como la puerta era antigua. no fue difícil. Nadie volvería a entrar en ese sótano que tan malos recuerdos traería a los niños, ya se escamparían leyendas que evitasen la curiosidad de futuros alumnos.
Tomó su capa y, tras colocársela, salió a la calle cerrando la puerta a sus espaldas. Parecía que nunca se libraba de salir ilesa, o sucia, o ambas, en ese momento, la chica solo quería volver a casa y tomarse un buen baño, lo cierto es que "La Llorona" le daba bastante pena, posiblemente no siempre fue tan malvada, los celos, la furia y el tiempo, que había acrecentado el rencor, debían haberla vuelto así, aunque eso ya poco importaba.
Lo único claro de toda la situación para Alanna era que,sin duda, jamás volvería a ver los cuadros del mismo modo.
Pasados unos minutos, como asegurándose de que realmente no iba a suceder nada más, Alanna miró su herida, que sangraba y dolía, el corte daba la impresión de ser profundo. Con miedo, pero decisión, extrajo el trozo de cristal de su hombro, y lo dejó caer en el barro. Con cara de dolor, obviando si la herida era o no grave, corrió sosteniéndose el brazo hacia el sótano. Bajó las escaleras y vio a los niños, en un rincón, asustados, parecía que, con la muerte de la dama gris, los niños habían vuelto a ser ellos mismos.
Su caritas se giraron al escuchar pasos, y Alanna sonrió con dulzura, a pesar de la quemazón de la herida. Los niños ya habían pasado bastante, debía conseguir calmarlos, ante todo. Bajó unos cuantos peldaños más, comenzando a notar la perdida de sangre.
- Niños, ya ha pasado todo, podéis salir.- los pequeños se levantaron, con duda en sus ojos- de verdad, volved a casa por hoy, ya no hay peligro.
Los alumnos salieron en tropel, corriendo hacia el exterior y se apresuraron en salir del recinto. Alanna, mientras tanto, subió los escalones que había descendido y se sentó, a descansar en una silla de la clase. Los hombres, entraron en ese momento, ya sin sus armas, sonriendo, y con un enorme botiquín en los brazos, debían estar acostumbrados a las heridas.
- Gracias por la ayuda.- dijo el parlanchín mientras el arquero se agachaba a romper la manga de la chica y a limpiar la herida.
- Es mi trabajo.- respondió Alanna, haciendo una mueca de dolor.
El que la estaba curando no tardó en vendarla, la herida dolía pero, por lo que le dijo, no era especialmente grave, si no movía el brazo, sanaría pronto. Tras ponerle un cabestrillo para que llevase el brazo en alto durante un par de días. Los hombres se marcharon coreando a voz en gritó "Ding Dong, la bruja ha muerto" Alanna, con una risilla, sabiendo que ella cantaba igual de mal que ellos, se levantó de la silla y cerró la puerta del sótano, rompiendo la cerradura con una patada fuerte, como la puerta era antigua. no fue difícil. Nadie volvería a entrar en ese sótano que tan malos recuerdos traería a los niños, ya se escamparían leyendas que evitasen la curiosidad de futuros alumnos.
Tomó su capa y, tras colocársela, salió a la calle cerrando la puerta a sus espaldas. Parecía que nunca se libraba de salir ilesa, o sucia, o ambas, en ese momento, la chica solo quería volver a casa y tomarse un buen baño, lo cierto es que "La Llorona" le daba bastante pena, posiblemente no siempre fue tan malvada, los celos, la furia y el tiempo, que había acrecentado el rencor, debían haberla vuelto así, aunque eso ya poco importaba.
Lo único claro de toda la situación para Alanna era que,sin duda, jamás volvería a ver los cuadros del mismo modo.
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Re: La llorona [Trabajo][Alanna Delteria][Cerrado]
Vaya... el trabajo como obra literaria es excelente Alanna, es una idea original y bien ejecutada. El problema es que está fuera de ambientación. Totalmente.
Los fantasmas como tales no existen en Aerandir y de existir solamente son utilizados por los Masters al igual que nigromantes, brujos con poderes de oscuridad, etc. Por lo tanto, la parte de "fantasma" vas a tener que editarla y se que hablamos de gran parte del trabajo, sobre todo el nudo y el desenlace, pero normas son normas y no puedo pasar por sobre ellas. Espero mp con el aviso de la edición.
Saludos
Los fantasmas como tales no existen en Aerandir y de existir solamente son utilizados por los Masters al igual que nigromantes, brujos con poderes de oscuridad, etc. Por lo tanto, la parte de "fantasma" vas a tener que editarla y se que hablamos de gran parte del trabajo, sobre todo el nudo y el desenlace, pero normas son normas y no puedo pasar por sobre ellas. Espero mp con el aviso de la edición.
Saludos
Thorn
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Re: La llorona [Trabajo][Alanna Delteria][Cerrado]
Doble post. Luego de una discusión con sector mod-admin y la aprobación por ellos esta trama, se decidió que se harán algunos cambios a la normativa ya que no todos los usuarios tienen un recuento de las noticias del foro en la sección noticias. Más adelante, se hará público.
Como ya dije, es un trabajo perfecto. Quizás me hubiera gustado un poco más de niños, pero de todas formas está bien ejecutado. Tienes menos errores que con la otra cuenta, aunque se te fue el dedo un par de veces. Las aportaciones extra enriquecieron en rol.
Excelente y gracias.
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Como ya dije, es un trabajo perfecto. Quizás me hubiera gustado un poco más de niños, pero de todas formas está bien ejecutado. Tienes menos errores que con la otra cuenta, aunque se te fue el dedo un par de veces. Las aportaciones extra enriquecieron en rol.
Excelente y gracias.
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Thorn
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