Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
Página 1 de 1. • Comparte
Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
La luz mañanera que entra a través de la ventana me da directamente en la cara y me hace despertar. Refunfuñando me levanto de la cama y comienzo a vestirme mareado por la resaca. - ¿Que demonios me bebí ayer? -
Al otro lado del colchón un bulto se mueve bajo las sabanas. Me acerco para descubrir lo que seguramente fuera la mujer mas fea que pude haber encontrado en la taberna. - Argh... ¡Otra vez no! - Busco desesperadamente mis botas por toda la habitación, me cuelgo mi instrumento y mi espada y trato de salir lo mas sigilosamente posible de aquella habitación. Bajo las escaleras a trompicones. El comedor de la posada ya esta a rebosar de actividad, desayunos de aquí para allá ¡Perfecto! Corro disimuladamente hacia la salida. Me las había apañado para no pagar la habitación por adelantado, y desde luego no iba a pagarla a posteriori.
Una vez en la calle, inhalo una profunda bocanada de aire fresco que me ayuda a reconfortarme del mareo. Miro de lado a lado sin saber bien que rumbo tomar y comienzo a caminar aleatoriamente por las calles de la ciudad hasta que encuentro una bonita plaza con una fuente en el centro. Parece un buen lugar donde comenzar el espectáculo diario. ''Desenfundo'' mi mandola y comienzo a toquetear los primeros acordes, las vibraciones vuelan por todo el lugar, llenando el ambiente de alegres ritmos y sonidos que hacen olvidar a quienes los escuchan lo rutinarias y aburridas que son sus vidas. En pocos minutos me encuentro rodeado de gente animada y alegre. Les dedico a todos mi mejor sonrisa aguantándome las ganas de vomitar. Tras la primera canción, caen los primeros aplausos y monedas del día. Y así es como comienza una jornada mas en la vida de este pobre músico callejero... esperando a que algo emocionante suceda y le de algo de sentido a esta vida tan vacía.
Al otro lado del colchón un bulto se mueve bajo las sabanas. Me acerco para descubrir lo que seguramente fuera la mujer mas fea que pude haber encontrado en la taberna. - Argh... ¡Otra vez no! - Busco desesperadamente mis botas por toda la habitación, me cuelgo mi instrumento y mi espada y trato de salir lo mas sigilosamente posible de aquella habitación. Bajo las escaleras a trompicones. El comedor de la posada ya esta a rebosar de actividad, desayunos de aquí para allá ¡Perfecto! Corro disimuladamente hacia la salida. Me las había apañado para no pagar la habitación por adelantado, y desde luego no iba a pagarla a posteriori.
Una vez en la calle, inhalo una profunda bocanada de aire fresco que me ayuda a reconfortarme del mareo. Miro de lado a lado sin saber bien que rumbo tomar y comienzo a caminar aleatoriamente por las calles de la ciudad hasta que encuentro una bonita plaza con una fuente en el centro. Parece un buen lugar donde comenzar el espectáculo diario. ''Desenfundo'' mi mandola y comienzo a toquetear los primeros acordes, las vibraciones vuelan por todo el lugar, llenando el ambiente de alegres ritmos y sonidos que hacen olvidar a quienes los escuchan lo rutinarias y aburridas que son sus vidas. En pocos minutos me encuentro rodeado de gente animada y alegre. Les dedico a todos mi mejor sonrisa aguantándome las ganas de vomitar. Tras la primera canción, caen los primeros aplausos y monedas del día. Y así es como comienza una jornada mas en la vida de este pobre músico callejero... esperando a que algo emocionante suceda y le de algo de sentido a esta vida tan vacía.
Aramis el Bardo
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 33
Nivel de PJ : : 0
Re: Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
¡Wiii! Esta es la mejor posada del mundo, lo digo yo. No tendrá el mejor vino, no tendrá la mejor comida y ciertamente no tendrá a la gente más agradable del mundo, pero tiene estos bancos giratorios que son lo más. Muy ingenioso y sumamente entretenido girar mientras aún estoy sentada. Definitivamente el responsable de esto merecía una buena recompensa. Si llego a encontrarlo, lo ahorco al instante, así disfrutará el resto de su vida en el paraíso. Es lo que toda persona quiere, ¿no? Ah, ese sujeto —o sujeta— estará más agradecido —o agradecida— conmigo que yo con él —o ella— A veces creo que soy demasiado amable.
Uy, mejor me detengo. Ocasionalmente olvidaba que girar por mucho tiempo provocaba náuseas. Qué aburrido. ¿Habrá un alquimista que tenga una poción para evitar eso? Definitivamente yo...
—Hey. —La voz de un tipo, que probablemente quiere morir, me sacó de mis pensamientos—. ¿Vas a ordenar algo o te quedarás ahí girando? —Inquirió enojado, muy severo. Qué escandáloso. Ni que le estuviera quitando el lugar a alguien...*
—Yo... —Levanté con firmeza dedo índice sin dejar de rotar. Había calculado el movimiento para detenerme justo enfrente del posadero. Pero fallé. Me faltaron algunos cuantos ángulos para estar justo enfrente de él, así que moví mis caderas para poder alcanzar la posición deseada—. Quiero harina.
—¿Harina? —Me cuestionó perplejo. ¡Cómo osa dudar de mi decisión!
—Sí. Harina. Doscientos gramos de harina. Ya. Y de la mejor calidad. —Golpeé la tabla, demandando que me trajera mi harina.
—Está... bien. —Se veía inseguro, confundido. Pero a fin de cuentas aceptó mi petición, así que perdonaría su insolencia.
Mientras que ese tarado buscaba la forma de traerme mi encargo, reanudé mi vital actividad matutina. Viré. Circulé. Torneé. Redondeé. Vueltas y vueltas. Era curioso. Entre más lo hacía, menos me mareaba. Casi podía estar haciendo esto toda la mañana. Sí... Hasta que repentinamente sentí, o mejor dicho, des-sentí el espacio. Me dio la sensación de que mi cuerpo abandonaba la realidad, mis pensamientos se desconectaban del mundo físico y algo en mi interior definitivamente trataba de desprenderse de mí. Era la indudable sensación de vómito, sólo que sin el vómito. Estaba en ayunas, así que no había algo que vomitar.
—Aquí está.
Ah, buen posadero. Primero me saca de mis fantasías y luego me devuelve a la realidad. Era más o menos lo mismo, pero con resultados diferentes. Era un buen sujeto, no podía hacerle la broma que estaba planeando. Qué injusticia. Qué descaro. No. Yo soy incapaz.
—Gracias. —Tomé el pequeño saco, ahogando una risa, con movimientos torpes de mis manos. Dejé sobre la mesa monedas a discreción, sin preocuparme por la cantidad. Daba igual. Sólo quería estabilizar mi cabeza, que no dejaba de darme vueltas. Cielos. No sabía que los ojos podían mirar de esta forma. Esto está de locos. Mas el efecto se me pasó en medio minuto, o uno completo. Ya no quería dar vueltas. No por ahora. Lástima.
Decidí irme. Alejarme de ese diabólico asiento antes de que provocara mi propia muerte. Abracé mi saquito, buscando una sensación terrenal, sentir que no flotaba de nuevo. Luego quizá volvería para acabar lo que empecé. Bah, realmente no lo empecé. Es sólo un sencillo paso el que debo hacer. Pf. Conociéndome, terminaría olvidándolo o descartándolo.
Me encaminé en una dirección no concreta, aferrándome a la tierra, esforzándome en mis pasos. La idea era que al salir al aire libre, pudiera retomar cierto control. Tenía mucha lógica mi plan, ¿no? Era sencillo. Sin embargo, existía un pequeño y minúsculo detalle. La aleatoriedad del Universo. Y es que, éste a veces pone enfrente de nosotros cosas que simplemente nos hacen perder la calma. En mi caso, me hizo perder la poca cordura que me quedaba.
Escuché una melodía. Una canción. Era sumamente ridícula y obtusa, y precisamente por esa razón entró en mi cabeza, apoderándose de mi psiquis. No pude moderarme. Aquella tonada se introdujo en mí como un demonio que toma posesión de su víctima para obligarlo a hacer su voluntad. Fue así como caí inevitablemente en... eso. Rompí un pedazo del costal con mis dientes y, al son del sonido 'artístico', comencé a girar. A rotar. A revolucionar. Conforme lo hacía, harina salía esparcida, rodeándome en una cortina blanca que paulatinamente se hacía densa y luego tenue. Para cuando acabé, caí aturdida, descompuesta, mareada y, más notorio, cubierta en polvo blanco.
Me lleva la...
_________Uy, mejor me detengo. Ocasionalmente olvidaba que girar por mucho tiempo provocaba náuseas. Qué aburrido. ¿Habrá un alquimista que tenga una poción para evitar eso? Definitivamente yo...
—Hey. —La voz de un tipo, que probablemente quiere morir, me sacó de mis pensamientos—. ¿Vas a ordenar algo o te quedarás ahí girando? —Inquirió enojado, muy severo. Qué escandáloso. Ni que le estuviera quitando el lugar a alguien...*
—Yo... —Levanté con firmeza dedo índice sin dejar de rotar. Había calculado el movimiento para detenerme justo enfrente del posadero. Pero fallé. Me faltaron algunos cuantos ángulos para estar justo enfrente de él, así que moví mis caderas para poder alcanzar la posición deseada—. Quiero harina.
—¿Harina? —Me cuestionó perplejo. ¡Cómo osa dudar de mi decisión!
—Sí. Harina. Doscientos gramos de harina. Ya. Y de la mejor calidad. —Golpeé la tabla, demandando que me trajera mi harina.
—Está... bien. —Se veía inseguro, confundido. Pero a fin de cuentas aceptó mi petición, así que perdonaría su insolencia.
Mientras que ese tarado buscaba la forma de traerme mi encargo, reanudé mi vital actividad matutina. Viré. Circulé. Torneé. Redondeé. Vueltas y vueltas. Era curioso. Entre más lo hacía, menos me mareaba. Casi podía estar haciendo esto toda la mañana. Sí... Hasta que repentinamente sentí, o mejor dicho, des-sentí el espacio. Me dio la sensación de que mi cuerpo abandonaba la realidad, mis pensamientos se desconectaban del mundo físico y algo en mi interior definitivamente trataba de desprenderse de mí. Era la indudable sensación de vómito, sólo que sin el vómito. Estaba en ayunas, así que no había algo que vomitar.
—Aquí está.
Ah, buen posadero. Primero me saca de mis fantasías y luego me devuelve a la realidad. Era más o menos lo mismo, pero con resultados diferentes. Era un buen sujeto, no podía hacerle la broma que estaba planeando. Qué injusticia. Qué descaro. No. Yo soy incapaz.
—Gracias. —Tomé el pequeño saco, ahogando una risa, con movimientos torpes de mis manos. Dejé sobre la mesa monedas a discreción, sin preocuparme por la cantidad. Daba igual. Sólo quería estabilizar mi cabeza, que no dejaba de darme vueltas. Cielos. No sabía que los ojos podían mirar de esta forma. Esto está de locos. Mas el efecto se me pasó en medio minuto, o uno completo. Ya no quería dar vueltas. No por ahora. Lástima.
Decidí irme. Alejarme de ese diabólico asiento antes de que provocara mi propia muerte. Abracé mi saquito, buscando una sensación terrenal, sentir que no flotaba de nuevo. Luego quizá volvería para acabar lo que empecé. Bah, realmente no lo empecé. Es sólo un sencillo paso el que debo hacer. Pf. Conociéndome, terminaría olvidándolo o descartándolo.
Me encaminé en una dirección no concreta, aferrándome a la tierra, esforzándome en mis pasos. La idea era que al salir al aire libre, pudiera retomar cierto control. Tenía mucha lógica mi plan, ¿no? Era sencillo. Sin embargo, existía un pequeño y minúsculo detalle. La aleatoriedad del Universo. Y es que, éste a veces pone enfrente de nosotros cosas que simplemente nos hacen perder la calma. En mi caso, me hizo perder la poca cordura que me quedaba.
Escuché una melodía. Una canción. Era sumamente ridícula y obtusa, y precisamente por esa razón entró en mi cabeza, apoderándose de mi psiquis. No pude moderarme. Aquella tonada se introdujo en mí como un demonio que toma posesión de su víctima para obligarlo a hacer su voluntad. Fue así como caí inevitablemente en... eso. Rompí un pedazo del costal con mis dientes y, al son del sonido 'artístico', comencé a girar. A rotar. A revolucionar. Conforme lo hacía, harina salía esparcida, rodeándome en una cortina blanca que paulatinamente se hacía densa y luego tenue. Para cuando acabé, caí aturdida, descompuesta, mareada y, más notorio, cubierta en polvo blanco.
Me lleva la...
*La gracia está en que Aramis describió que el lugar estaba 'rebosando de actividad', así que sí le está quitando el lugar a alguien...
Geist
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 76
Re: Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
Es asombroso el efecto que tiene la música en mi ser... cuando cierro los ojos y dejo que cada vibración entre en mi interior. Siento una inmensa paz en mi interior, la gente alrededor, con sus palmas y bailes, me alegran la existencia. El incesante caer de monedas sobre mi monedero me hace saber que el espectáculo esta gustando a todo el mund.... ( ! )
Detengo súbitamente mi canción, todos los presentes se giran y se abren en corro para ver que es lo que sucede.Una nube de harina cubre por completo a una joven mujer que yace en el suelo mareada.
En un principio maldigo a la muchacha por interrumpir mi sesión musical, haciéndome perder el embrujo al que había sometido a los adinerados espectadores... pero me recompongo inmediatamente.
- Hay mas de una manera de encantar al gentío... y una dama desfallecida es una buena oportunidad. -
Me cuelgo el instrumento a la espalda, desenvaino mi sonrisa mas seductora, camino con aires de seguridad hacia la joven y la tiendo la mano para ayudarla a levantarse acompañada de una ligera reverencia.
- ¿Se encuentra usted bien, señorita? -
Detengo súbitamente mi canción, todos los presentes se giran y se abren en corro para ver que es lo que sucede.Una nube de harina cubre por completo a una joven mujer que yace en el suelo mareada.
En un principio maldigo a la muchacha por interrumpir mi sesión musical, haciéndome perder el embrujo al que había sometido a los adinerados espectadores... pero me recompongo inmediatamente.
- Hay mas de una manera de encantar al gentío... y una dama desfallecida es una buena oportunidad. -
Me cuelgo el instrumento a la espalda, desenvaino mi sonrisa mas seductora, camino con aires de seguridad hacia la joven y la tiendo la mano para ayudarla a levantarse acompañada de una ligera reverencia.
- ¿Se encuentra usted bien, señorita? -
Aramis el Bardo
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 33
Nivel de PJ : : 0
Re: Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
Revolucionar es un acto poderoso, más si es efectuado por una criatura tan intensa como yo. Después de todo, ya no era yo quien estaba girando, ¡sino todo el mundo! Había rotado con tal potencia que ahora Aerandir no podía evitar ser afectada por mi momentum. Podía sentirlo. El suelo se agitaba, el viento temblaba, el cielo se trasladaba. Todo estaba en estado cinético. Qué interesante. La verdad no sabía que tenía tanta fuerza, mas tampoco me siento sorprendida. Ya hablando en serio, es bueno que esté en ayunas, de otra forma ya hubiera devuelto todo. Afortunadamente tenía harina, así hago un curioso pastel de... asco.
Reposé un instante. Ya no escuchaba la sonata, lo cual era bueno, aquello era un fastidio. Tampoco era necesario cerrar los ojos, no sé quién me había dado ese consejo, pero era uno terrible. Tal vez la difunta de mi madre. En primer lugar, suprimir mi vista me quitaba el gusto de ver las cosas tambalearse, al mismo tiempo incrementaba la sensación de vértigo, sin mencionar que me dejaba vulnerable, aún más. Definitivamente no la reacción más brillante del mundo.
¿Eh? ¿Y esas manos? ¡Mano! Sólo una mano se extendía frente a mí. Pensé que eran dos. No era importante. Lo que sí es importante es, ¿qué está haciendo y por qué? Se me dificultaba enfocar su rostro, aunque no parecía que lo conociera. No, no. Espera. Lo conozco. Yo sé quién es ése individuo. Sí. No hay duda. Es el imbécil con el laúd que provocó mi tumulto. ¿Qué diantres quiere conmigo? ¿Acaso viene a terminar el trabajo?
—Ahógate. —Traté de golpear su palma con la mía, aunque no me pareció sentir algo. ¿Habré fallado debido a mi desequilibrio? Probablemente—. Todo esto es tu culpa. —Lo señalé irritada, al menos a una de sus tres cabezas. Ahora sólo veo dos—. Tú y tu tonta... —Traté de ponerme de pie por mi cuenta, con un método un poco torpe y que recordaba a un ebrio tratando de reincorporarse. Pero que no haya equivocación, llevaba ocho horas sobria, lo juro—. Cosa esa con cuerdas. —Mientras me levantaba, eché un vistazo a su guitarra, no parecía exactamente una. Su diseño no me parecía familiar, debía estar personalizada o algo así—. ¡Pero si quieres podemos pelear! —Levanté bruscamente mis brazos, provocando que unas partículas de harina se dispersaran, aún así era difícil reconocer que llevaba un traje negro, hasta mi capucha estaba casi blanca.
Perdí ligeramente el equilibrio, dando un medio paso hacia atrás para recuperarlo. No volveré a caer, sería muy torpe. En fin. ¿Este muchachito aceptaría el duelo? La verdad es que, aunque no lo acepte, lucharía. No le saldría gratis el agravio que acaba de cometer.
__________
OFF: No te preocupes, Geist no peleará a menos de que se le provoque. Y como ves, no es una persona convencional. Si aceptas su reto, te toparás con una sorpresa. No digo que aceptes, eso depende de tu personaje, sólo aviso para que te sientas fuera de peligro... Al menos, peligro físico.
Reposé un instante. Ya no escuchaba la sonata, lo cual era bueno, aquello era un fastidio. Tampoco era necesario cerrar los ojos, no sé quién me había dado ese consejo, pero era uno terrible. Tal vez la difunta de mi madre. En primer lugar, suprimir mi vista me quitaba el gusto de ver las cosas tambalearse, al mismo tiempo incrementaba la sensación de vértigo, sin mencionar que me dejaba vulnerable, aún más. Definitivamente no la reacción más brillante del mundo.
¿Eh? ¿Y esas manos? ¡Mano! Sólo una mano se extendía frente a mí. Pensé que eran dos. No era importante. Lo que sí es importante es, ¿qué está haciendo y por qué? Se me dificultaba enfocar su rostro, aunque no parecía que lo conociera. No, no. Espera. Lo conozco. Yo sé quién es ése individuo. Sí. No hay duda. Es el imbécil con el laúd que provocó mi tumulto. ¿Qué diantres quiere conmigo? ¿Acaso viene a terminar el trabajo?
—Ahógate. —Traté de golpear su palma con la mía, aunque no me pareció sentir algo. ¿Habré fallado debido a mi desequilibrio? Probablemente—. Todo esto es tu culpa. —Lo señalé irritada, al menos a una de sus tres cabezas. Ahora sólo veo dos—. Tú y tu tonta... —Traté de ponerme de pie por mi cuenta, con un método un poco torpe y que recordaba a un ebrio tratando de reincorporarse. Pero que no haya equivocación, llevaba ocho horas sobria, lo juro—. Cosa esa con cuerdas. —Mientras me levantaba, eché un vistazo a su guitarra, no parecía exactamente una. Su diseño no me parecía familiar, debía estar personalizada o algo así—. ¡Pero si quieres podemos pelear! —Levanté bruscamente mis brazos, provocando que unas partículas de harina se dispersaran, aún así era difícil reconocer que llevaba un traje negro, hasta mi capucha estaba casi blanca.
Perdí ligeramente el equilibrio, dando un medio paso hacia atrás para recuperarlo. No volveré a caer, sería muy torpe. En fin. ¿Este muchachito aceptaría el duelo? La verdad es que, aunque no lo acepte, lucharía. No le saldría gratis el agravio que acaba de cometer.
__________
OFF: No te preocupes, Geist no peleará a menos de que se le provoque. Y como ves, no es una persona convencional. Si aceptas su reto, te toparás con una sorpresa. No digo que aceptes, eso depende de tu personaje, sólo aviso para que te sientas fuera de peligro... Al menos, peligro físico.
Geist
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 76
Re: Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
- ¡Ahógate! - Esa fue la primera respuesta que obtuve de aquella ''damisela en apuros''. Mi reacción simplemente es quedarme boquiabierto mientras intenta golpear con rabia la mano que tan gentilmente le ofrecí. - ¡Todo esto es tu culpa! - Me incrimina. En un principio supongo que mi canción la cautivo hasta tal punto que no miró por donde camina y se tropezó... pero pronto descubro lo que le ocurre en realidad: (Va mas borracha que yo ayer por la noche)
- Tu y tu tonta cosa esa con cuerdas... - Se levanta torpemente y tambaleándose. (¿Tonta cosa con cuerdas? ¿Como osa? Mi mas preciado efecto personal... ) Retiro rápidamente mi mano auxiliadora ante tal insulto. Esta embriagada mujer esta resultando una molestia matutina de lo mas indeseable. Primero interrumpe mi espectáculo musical, y ahora me deja en ridículo ante todo el publico, mas vale que lleve una bolsa bien llena de dinero en ese cinturón suyo... (¡Espera!) Con toda la harina en el ambiente no me había percatado antes, lleva una espada enfundada.
-¡Pero si quieres podemos pelear!-
Esta no es una dama en apuros, desde luego. Levanta sus puños y se pone en guardia para provocarme. Debe de tratarse de alguna caza-recompensas o algo así. Podría ser mas peligrosa de lo que aparenta.
Resulta bastante ridícula luchando por mantenerse en pie y cubierta de harina hasta las cejas. De todos modos, no la subestimo (Si ha conseguido sobrevivir todo este tiempo con esa actitud... debe ser por una buena razón) De todos modos, debo mantener la compostura. Hay mucha gente mirando, y yo me gano el pan diario dando una buena imagen a todos estos pardillos. No puedo liarme a puñetazos con una mujer borracha en medio de una plaza repleta de gente sin que eso manche mi dudosa reputación.
- Baja tus puños, amiga. Periferia no ensuciar mis ropajes con harina. - Digo mientras doy unos prudenciales pasos hacia atrás.
- ¿No crees que es demasiado temprano para beber? - La digo con una conciliadora sonrisa. Lo ultimo que quiero ahora es provocarla... Se me ocurre que quizás podría sacar algo de provecho de esta encapuchada enharinada. Si pretendo hacer un viaje tan largo y peligroso, lo mejor es que aprenda a manejar mi espada contra enemigos mas peligrosos que ladrones y guardias. Y esta joven tiene toda la pinta de querer cruzar nuestras armas. (Quizás pueda convencerla para un entrenamiento de combate cuando este menos bebida)
- Dime, ¿acaso no gustas de escuchar buena música? Estaría encantado de tocar mis mejores melodías solo para ti... -
- Tu y tu tonta cosa esa con cuerdas... - Se levanta torpemente y tambaleándose. (¿Tonta cosa con cuerdas? ¿Como osa? Mi mas preciado efecto personal... ) Retiro rápidamente mi mano auxiliadora ante tal insulto. Esta embriagada mujer esta resultando una molestia matutina de lo mas indeseable. Primero interrumpe mi espectáculo musical, y ahora me deja en ridículo ante todo el publico, mas vale que lleve una bolsa bien llena de dinero en ese cinturón suyo... (¡Espera!) Con toda la harina en el ambiente no me había percatado antes, lleva una espada enfundada.
-¡Pero si quieres podemos pelear!-
Esta no es una dama en apuros, desde luego. Levanta sus puños y se pone en guardia para provocarme. Debe de tratarse de alguna caza-recompensas o algo así. Podría ser mas peligrosa de lo que aparenta.
Resulta bastante ridícula luchando por mantenerse en pie y cubierta de harina hasta las cejas. De todos modos, no la subestimo (Si ha conseguido sobrevivir todo este tiempo con esa actitud... debe ser por una buena razón) De todos modos, debo mantener la compostura. Hay mucha gente mirando, y yo me gano el pan diario dando una buena imagen a todos estos pardillos. No puedo liarme a puñetazos con una mujer borracha en medio de una plaza repleta de gente sin que eso manche mi dudosa reputación.
- Baja tus puños, amiga. Periferia no ensuciar mis ropajes con harina. - Digo mientras doy unos prudenciales pasos hacia atrás.
- ¿No crees que es demasiado temprano para beber? - La digo con una conciliadora sonrisa. Lo ultimo que quiero ahora es provocarla... Se me ocurre que quizás podría sacar algo de provecho de esta encapuchada enharinada. Si pretendo hacer un viaje tan largo y peligroso, lo mejor es que aprenda a manejar mi espada contra enemigos mas peligrosos que ladrones y guardias. Y esta joven tiene toda la pinta de querer cruzar nuestras armas. (Quizás pueda convencerla para un entrenamiento de combate cuando este menos bebida)
- Dime, ¿acaso no gustas de escuchar buena música? Estaría encantado de tocar mis mejores melodías solo para ti... -
Off Roll
Aun espero el momento en el que empieces a usar Dementación, !!!Maldita Malkavian!!! XD
Aun espero el momento en el que empieces a usar Dementación, !!!Maldita Malkavian!!! XD
Aramis el Bardo
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 33
Nivel de PJ : : 0
Re: Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
Otro día mas, la luz del sol me despierta... -¿Por qué sol?, yo no te he hecho nada malo- dije con gracia, me levanté con esfuerzo... Busqué en la casa y mi madre no estaba, supuse que habría ido a comprar algunas cosas. Me aburro, pensé, cogí una manzana y salí a la ciudad de Lunargenta, El sol me relajaba, mas de lo que ya estaba, podría sentarme en cualquier lugar y seguir durmiendo, así de relajado el camino se me hacía eterno.
Nada más llegar me dirigí a la posada, la manzana a penas me había saciado. Aun tenía sueño, un café me despertaría un poco.
Nada mas sentarme me extrañó una cosa: ¿Las sillas giran?, que raro, pensé.
- ¿Algún problema? Me dijo el hombre que atendía el lugar al verme con cara de que me extrañaba algo.
- No, no pasa nada. Dije mientras seguía inspeccionando la silla.
- Dime, ¿qué quieres? Me dijo un poco enfadado al ver que seguía mirando la silla.
- Ah, si. Quiero un café. Le dije inseguro.
- Ahora, se lo traigo. Me aseguró.
Me trajo el café, estaba muy caliente, miraba las expresiones de las personas del lugar queriendo saber que opinaban sobre las sillas, ¿cómo pueden estar cómodos así? Me es imposible estar quieto, ¡¿cómo lo hacen?!. El café se enfrió un poco, comencé a bebérmelo lentamente. Cuando me quedaba aproximadamente la mitad, las personas del lugar comenzaron a salir, curioso, salí a ver que pasaba.
Las personas rodeaban, por lo que podía ver, a 2 personas, una en el suelo y otra tendiéndole la mano. me acerqué para ver mejor. En el momento que llegué al lugar, una chica encapuchada llena de harina estaba en posición de pelea, y un hombre en frente de ella con una guitarra y una espada, parecen estar discutiendo. Por lo que se ve los 2 saben luchar, quiero medir fuerzas con alguno,a si que lo que podía hacer era meterme en sus vidas, pensé contento e interesado. A si que sin mas ni menos dije:
- ¿Tienen algún problema?
Nada más llegar me dirigí a la posada, la manzana a penas me había saciado. Aun tenía sueño, un café me despertaría un poco.
Nada mas sentarme me extrañó una cosa: ¿Las sillas giran?, que raro, pensé.
- ¿Algún problema? Me dijo el hombre que atendía el lugar al verme con cara de que me extrañaba algo.
- No, no pasa nada. Dije mientras seguía inspeccionando la silla.
- Dime, ¿qué quieres? Me dijo un poco enfadado al ver que seguía mirando la silla.
- Ah, si. Quiero un café. Le dije inseguro.
- Ahora, se lo traigo. Me aseguró.
Me trajo el café, estaba muy caliente, miraba las expresiones de las personas del lugar queriendo saber que opinaban sobre las sillas, ¿cómo pueden estar cómodos así? Me es imposible estar quieto, ¡¿cómo lo hacen?!. El café se enfrió un poco, comencé a bebérmelo lentamente. Cuando me quedaba aproximadamente la mitad, las personas del lugar comenzaron a salir, curioso, salí a ver que pasaba.
Las personas rodeaban, por lo que podía ver, a 2 personas, una en el suelo y otra tendiéndole la mano. me acerqué para ver mejor. En el momento que llegué al lugar, una chica encapuchada llena de harina estaba en posición de pelea, y un hombre en frente de ella con una guitarra y una espada, parecen estar discutiendo. Por lo que se ve los 2 saben luchar, quiero medir fuerzas con alguno,a si que lo que podía hacer era meterme en sus vidas, pensé contento e interesado. A si que sin mas ni menos dije:
- ¿Tienen algún problema?
Dax Irken
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 10
Re: Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
¿Amiga? Sentí cómo un par de neuronas en mi interior se aceleraban salvajemente y un tic en mi ojo se presentó brevemente. ¡¿Amiga?! Este cara de kiwi estaba menos lúcido que yo. ¿En qué momento yo...? No, no. Simplemente, ¿quién en su sano juicio considera a una persona que le acaba de insultar su amiga? Es ridículo. Lógica igual a cero. Quizá peor. El nivel de sentido que este subnormal alcanzaba era tan pequeño e insignificante que podía ser medido con números negativos. Básicamente su cerebro había implotado, y quizá manifestado en todo ese pelo.
Para colmo, no paró ahí. Se le ocurrió arrojar un segundo hierro, digo, yerro. Bah. Era tan denso el error que podía considerarse un lingote. Al menos, podía justificar su imprecisión, hasta yo diría que estoy bajo la influencia del alcohol. Seguramente en un minuto o dos esa impresión desaparecería. Ya comenzaba a estabilizar mi centro de gravedad y el efecto de imagen dual se disolvía. Aún tenía un poco de náuseas, no deberían prolongarse por más tiempo.
Levanto el dedo índice para enfatizar mis siguientes palabras, inevitablemente levantando más harina al aire—. Ni soy tu amiga y ni estoy ebria. —Doy un paso adelante, no permitiéndole que cambie la distancia entre nosotros. Milagrosamente, o habilidosamente, no me cuesta efectuar tal avance.
Casi de inmediato, el muy listillo trata de cambiarme el tema, eludiendo mi desafío. Debería castigarlo. Y no por lo que hizo, sino por lo que dijo. ¿De verdad creía que con ese pobre intento lograría someterme, confundirme, doblegarme? Sinceramente, lo último que quería era volver a escuchar sus putrefactas melodías. Carecía de potencia, velocidad, ¡infernalidad! Bah. Ni le había puesto atención la primera vez, sólo sé que provocó mi rotación harinosa.
Maaas... ¿quería yo pelear contra él? Lo había dicho para intimidarlo, creo, o quizá había sido un reflejo natural. Pero no sentía querer partirlo en dos, o en tres, ni en cuatro. Tal vez en cinco, aunque eso requería de tiempo y preparación. No podía asesinarlo aquí en medio de todos, atraería demasiada atención. Todo un desastre. La violencia, por ahora, estaba descartada. Ah, pero mi repertorio es extenso. Hay más de una manera para subyugar a un hombre.
—Muy bien, hombrecillo. —Cuando hablo, me gusta hacerlo de una manera fluida, permitir que los vocablos emanen con libertad y, sobre todo, sin interrupción o contaminación. Justo cuando estaba por continuar, un entrometido hizo lo que un entrometido hace: entrometerse.
—¡Pardiez! ¿Y tú quién diantres eres? —Enfoco su presencia, mirándole con sutil desprecio. No se merecía mi odio, pero definitivamente me abacoraba su intromisión—. No. Mejor ni respondas. Te lo advierto, mantente fuera de esto. —Hice como si lo empujara, dándole una excelente oportunidad para marcharse, volviendo a tornar mi vista al guitarrista. Nadie lo había invitado y, últimadamente, ¿qué hace aquí? ¿Por qué no se había quedado como espectador al igual que los demás? A ver, esto está raro.
—¿Pero qué rábano crees ser tú? —Furiosa, un tanto histérica, me giro hacia él de nuevo, haciendo un ademán con los dedos para que respondiera rápidamente— No. —Vuelvo a ignorarlo—. Te conviene mejor estar callado. —En boca cerrada, no entra espada. Am I right? Sin embargo, ¿qué le había impulsado a entrar justo cuando el pique se ponía interesante? ¿Acaso un bicho de divergencia se le había metido por esa enorme bocaza que tiene? Este sujeto no se irá de aquí sin darme respuestas.
—No, no, no. —Agitó con velocidad mi dedo en negación, poniendo una mano en mi cintura, cerca de mi espada, otra vez quedando frente del entrometido—. Ahora mismo me aclaras tus intenciones, tus razones, tu justificación y de paso anuncia tu nombre, rango o título, raza, lugar de origen y tipo de sangre. —Era el cuestionario rutinario que hacía cuando estaba en la milicia, excepto eso último, no recuerdo muy bien cómo acababa, pero estoy muy segura que había algo después de 'lugar de origen'. ¿Forma de combate? No, eso se deducía. ¿Nivel socioeconómico? Tal vez—. ¡Hable! —Hmm, ¿por qué dejé de tutearlo ahí? Meh. Para lo que importa. Quizá otra reacción involuntaria, tendía a tratar como 'usted' a la hora de interrogar.
Ahora que lo pienso, yo procuro influir miedo o alguna sensación tenebrosa en los demás, o al menos de misterio, por eso el traje negro y la espada —que realmente está de adorno. Sin embargo, ¿qué tan amenazante podía lucir con harina sobre mi cuerpo? Probablemente debí haber empleado un enfoque distinto para esta ocasión. En fin.
Para colmo, no paró ahí. Se le ocurrió arrojar un segundo hierro, digo, yerro. Bah. Era tan denso el error que podía considerarse un lingote. Al menos, podía justificar su imprecisión, hasta yo diría que estoy bajo la influencia del alcohol. Seguramente en un minuto o dos esa impresión desaparecería. Ya comenzaba a estabilizar mi centro de gravedad y el efecto de imagen dual se disolvía. Aún tenía un poco de náuseas, no deberían prolongarse por más tiempo.
Levanto el dedo índice para enfatizar mis siguientes palabras, inevitablemente levantando más harina al aire—. Ni soy tu amiga y ni estoy ebria. —Doy un paso adelante, no permitiéndole que cambie la distancia entre nosotros. Milagrosamente, o habilidosamente, no me cuesta efectuar tal avance.
Casi de inmediato, el muy listillo trata de cambiarme el tema, eludiendo mi desafío. Debería castigarlo. Y no por lo que hizo, sino por lo que dijo. ¿De verdad creía que con ese pobre intento lograría someterme, confundirme, doblegarme? Sinceramente, lo último que quería era volver a escuchar sus putrefactas melodías. Carecía de potencia, velocidad, ¡infernalidad! Bah. Ni le había puesto atención la primera vez, sólo sé que provocó mi rotación harinosa.
Maaas... ¿quería yo pelear contra él? Lo había dicho para intimidarlo, creo, o quizá había sido un reflejo natural. Pero no sentía querer partirlo en dos, o en tres, ni en cuatro. Tal vez en cinco, aunque eso requería de tiempo y preparación. No podía asesinarlo aquí en medio de todos, atraería demasiada atención. Todo un desastre. La violencia, por ahora, estaba descartada. Ah, pero mi repertorio es extenso. Hay más de una manera para subyugar a un hombre.
—Muy bien, hombrecillo. —Cuando hablo, me gusta hacerlo de una manera fluida, permitir que los vocablos emanen con libertad y, sobre todo, sin interrupción o contaminación. Justo cuando estaba por continuar, un entrometido hizo lo que un entrometido hace: entrometerse.
—¡Pardiez! ¿Y tú quién diantres eres? —Enfoco su presencia, mirándole con sutil desprecio. No se merecía mi odio, pero definitivamente me abacoraba su intromisión—. No. Mejor ni respondas. Te lo advierto, mantente fuera de esto. —Hice como si lo empujara, dándole una excelente oportunidad para marcharse, volviendo a tornar mi vista al guitarrista. Nadie lo había invitado y, últimadamente, ¿qué hace aquí? ¿Por qué no se había quedado como espectador al igual que los demás? A ver, esto está raro.
—¿Pero qué rábano crees ser tú? —Furiosa, un tanto histérica, me giro hacia él de nuevo, haciendo un ademán con los dedos para que respondiera rápidamente— No. —Vuelvo a ignorarlo—. Te conviene mejor estar callado. —En boca cerrada, no entra espada. Am I right? Sin embargo, ¿qué le había impulsado a entrar justo cuando el pique se ponía interesante? ¿Acaso un bicho de divergencia se le había metido por esa enorme bocaza que tiene? Este sujeto no se irá de aquí sin darme respuestas.
—No, no, no. —Agitó con velocidad mi dedo en negación, poniendo una mano en mi cintura, cerca de mi espada, otra vez quedando frente del entrometido—. Ahora mismo me aclaras tus intenciones, tus razones, tu justificación y de paso anuncia tu nombre, rango o título, raza, lugar de origen y tipo de sangre. —Era el cuestionario rutinario que hacía cuando estaba en la milicia, excepto eso último, no recuerdo muy bien cómo acababa, pero estoy muy segura que había algo después de 'lugar de origen'. ¿Forma de combate? No, eso se deducía. ¿Nivel socioeconómico? Tal vez—. ¡Hable! —Hmm, ¿por qué dejé de tutearlo ahí? Meh. Para lo que importa. Quizá otra reacción involuntaria, tendía a tratar como 'usted' a la hora de interrogar.
Ahora que lo pienso, yo procuro influir miedo o alguna sensación tenebrosa en los demás, o al menos de misterio, por eso el traje negro y la espada —que realmente está de adorno. Sin embargo, ¿qué tan amenazante podía lucir con harina sobre mi cuerpo? Probablemente debí haber empleado un enfoque distinto para esta ocasión. En fin.
Geist
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 76
Re: Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
Un dedo se agita amenazante ante mis narices - Ni soy tu amiga ni estoy ebria - me esputa, claramente ofendida. Su mirada es fría y penetrante, y noto en su ojo un inestable parpadeo. Al parecer no me encontraba ante una damisela en apuros, ni ante una juerguista ebria. Simplemente se trataba de una trastornada histérica. Y hay pocas personas con los pies en la tierra que quieran tratar con dementes armados.
- Muy bien, hombrecillo... - Me dice mirandome fijamente a los ojos - ¿Tienen algún problema? -
Cuando parece que la mujer iba a continuar increpandome, aparece un curioso de entre la multitud y la interrumpe. (Por fortuna para mi, por desgracia para el...)
En este momento, mi desquiciada ''amiga'' comienza un baile de miradas de lo mas extraño. Se gira amenazando al inesperado invitado y le advierte que no se inmiscuya en nuestro pequeño encuentro y le aparta con la mano. En ese momento aprovecho para dar un paso hacia atrás y alejarme disimuladamente de la escena. Vuelve a girarse hacia mi, quedo paralizado en el sitio sonriendo inocentemente, parece que quiera asesinarme pero antes de decirme una sola palabra vuelve a girarse hacia el desconocido antes de que este pueda abrir tan siquiera la boca para mandarle callar. Vuelvo a retroceder un paso mas, no quiero tener nada que ver con lo que pueda suceder a continuación. La encapuchada enharinada le suelta un extraño interrogatorio con un montón de preguntas sin sentido. Ahora que ha captado totalmente su atención es el momento de recoger mis ganancias y desaparecer de la plaza. Me doy media vuelta y camino despacio hacia el lugar donde me encontraba tocando en un principio.
- Ya encontrare a alguien con quien entrenar en otro momento - Digo para mi mismo, muy bajito.
- Muy bien, hombrecillo... - Me dice mirandome fijamente a los ojos - ¿Tienen algún problema? -
Cuando parece que la mujer iba a continuar increpandome, aparece un curioso de entre la multitud y la interrumpe. (Por fortuna para mi, por desgracia para el...)
En este momento, mi desquiciada ''amiga'' comienza un baile de miradas de lo mas extraño. Se gira amenazando al inesperado invitado y le advierte que no se inmiscuya en nuestro pequeño encuentro y le aparta con la mano. En ese momento aprovecho para dar un paso hacia atrás y alejarme disimuladamente de la escena. Vuelve a girarse hacia mi, quedo paralizado en el sitio sonriendo inocentemente, parece que quiera asesinarme pero antes de decirme una sola palabra vuelve a girarse hacia el desconocido antes de que este pueda abrir tan siquiera la boca para mandarle callar. Vuelvo a retroceder un paso mas, no quiero tener nada que ver con lo que pueda suceder a continuación. La encapuchada enharinada le suelta un extraño interrogatorio con un montón de preguntas sin sentido. Ahora que ha captado totalmente su atención es el momento de recoger mis ganancias y desaparecer de la plaza. Me doy media vuelta y camino despacio hacia el lugar donde me encontraba tocando en un principio.
- Ya encontrare a alguien con quien entrenar en otro momento - Digo para mi mismo, muy bajito.
Última edición por Aramis el Bardo el Jue Ago 13 2015, 02:57, editado 1 vez
Aramis el Bardo
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 33
Nivel de PJ : : 0
Re: Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
-¿Y tú quien diantres eres?- Me dijo con absoluto desprecio, retrocedí un paso, a punto de responder dijo -No. Mejor ni respondas. Te lo advierto, mantente fuera de esto.- En ese momento estaba confuso, pero al ver que volvió a dirigirse hacia al hombre de la guitarra, suspiré. Con esas palabras me dio a entender que yo no era capaz de tratar con ella. Pero antes de decirle una palabra al bardo, volvió a dirigirse a mí,¿Pero qué rábano crees ser tú? Cuando por fin me dejó responder volvió a hacer lo mismo. -No. Te conviene mejor estar callado.- Intentando apartarme con la mano, volví a retroceder, no quería que me manchara de harina. Yo la miré totalmente confuso, obviamente pareció que le molesto que la interrumpiese pero ella misma ni me deja hablar. Lo único que se me ocurrió fue sonreír sarcásticamente mientras la ignoraba.
Yo seguía confuso, esperando a que deje de hablar. Como podía ser así, esa mujer si quisiera hasta me mete miedo, pero así llena de harina a cualquiera lo que causa es gracia. De su boca salió un cuestionario de cual modo yo no me enteré de nada, estaba histérica, a penas la entendí, hablaba demasiado rápido. -¡Hable!- Gritó. Espera, espera, ¿tipo de sangre? ¿Para que ella querría saber eso?. Después de eso por fin se calló pero yo no sabía ni que hacer ni que decir, a si que miré a todos lados en busca de alguna solución cuando me doy cuenta el bardo estaba recogiendo para irse sin que nos demos cuenta. ¿Como pudo hacer eso? Yo me entrometí en la discusión con tal de que paren no para que se vaya y tenga que soportar a la mujer enharinada. Tss, ya verá.
-Antes de responderte a esas preguntas, ¿no crees que tienes algo que resolver con ese hombre?- Dije señalando al bardo con tal de no tener que responderla...
Yo seguía confuso, esperando a que deje de hablar. Como podía ser así, esa mujer si quisiera hasta me mete miedo, pero así llena de harina a cualquiera lo que causa es gracia. De su boca salió un cuestionario de cual modo yo no me enteré de nada, estaba histérica, a penas la entendí, hablaba demasiado rápido. -¡Hable!- Gritó. Espera, espera, ¿tipo de sangre? ¿Para que ella querría saber eso?. Después de eso por fin se calló pero yo no sabía ni que hacer ni que decir, a si que miré a todos lados en busca de alguna solución cuando me doy cuenta el bardo estaba recogiendo para irse sin que nos demos cuenta. ¿Como pudo hacer eso? Yo me entrometí en la discusión con tal de que paren no para que se vaya y tenga que soportar a la mujer enharinada. Tss, ya verá.
-Antes de responderte a esas preguntas, ¿no crees que tienes algo que resolver con ese hombre?- Dije señalando al bardo con tal de no tener que responderla...
Dax Irken
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 10
Re: Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
¿Cuál es tu problema? ¡Qué desesperante! ¿Por qué demoraba tanto en responder unas simples preguntas? Al principio había entrado a escena con mucho entusiasmo, plantando presencia sin temor, pero ahora no podía ni decir pío. Menudo mequetrefe que resultó ser. Debo admitir que esperaba más de alguien tan atrevido, al menos pudo empuñar el mango de su espada o algo por el estilo. Sólo se quedó ahí parado. Mal inicio, rubio.
¡Y miren qué elegante! También evadiendo preguntas. ¿Dónde quedó la caballerosidad? ¿Acaso una dama ya no tiene el derecho de recibir respuestas de un hombre? Qué triste y trágico el futuro en el que vivimos. O tal vez tenían demasiado miedo como para contestar. ¡A lo mejor sí estaba siendo lo suficientemente intimidante! Qué alegría. Viva yo, mueran ellos, la noche añora. Al menos hizo un buen intento, tratando de devolver mi atención al bardo, pero él no iría a ningún lado.
—Negativo. —Amagué un paso al frente y elevé mi barbilla en orgullo—. Me darás toda la información que pedí o yo dejo de llamarme... —Estaba por levantar mi brazo con altivez, pero en la preparación del movimiento me percato que el disque artista estaba huyendo. Pero qué pedazo de cobarde tan grande. ¿No le daba pena? Dejando a una señorita hablando sola, sin duda eran tiempos turbulentos.
—¡Hey! ¿A dónde vas? —Exclamé sorprendida, irritada. No se escaparía de mis garras. Aceleré con velocidad, dejando un rastro deharina detrás. En paralelo, pegué un agudo chillido, algo como un grito de guerra, o más como un grito espectral. Un perturbador y corto 'ñee'—. ¡Detente!, sombra de mi bien esquivo. —Proclamé al ponerme frente a él, levantando una mano para frenar cualquier intento de huida—. ¿Dónde quedaron vuestras promesas, lisonjero? ¿Acaso el imán de su arte se ha desvanecido? Levanta cimientos de tiranía, luego blasona plantando escapada. —Empleaba un tono solemne, sencillo de hacer con el efecto del mareo desaparecido, pero la agitación de la corrida complicaba un tanto la matiz, no sería capaz de sostener la entonación.
—Poco importa burlar cuerda y espada, —ocasionalmente ejecuto ademanes elocuentes, para acompañar el ritmo de las oraciones—, si te labra prisión mi inventivo. —Me acerco dos pasos, fulminándolo con la mirada. No más espera, no más demora. Era hora de anunciar formalmente el duelo—. Ahora, en guardia artista paradisíaco. —Retrocedí velozmente, amagando el desenvaine de mi espada—. Toque. Lo reto a producir sonido sublime... —En esta ocasión, desenfundo mi hoja y coloco la punta en el piso—. Siguiendo el compás del metal. —Con mis afiladas uñas comienzo a golpear el sable lenta pero continuamente. Marco un ritmo de un toque por segundo, y después del tercer impacto, al hacer el cuarto, éste es acompañado rápidamente por un segundo toque. Quería imponer una cadencia ordinaria al principio, permitirle adecuarse a las reglas, posteriormente pasaríamos a algo realmente emocionante.
¿Y si no acepta? Si no acepta nos lo comemos entero.
¡Y miren qué elegante! También evadiendo preguntas. ¿Dónde quedó la caballerosidad? ¿Acaso una dama ya no tiene el derecho de recibir respuestas de un hombre? Qué triste y trágico el futuro en el que vivimos. O tal vez tenían demasiado miedo como para contestar. ¡A lo mejor sí estaba siendo lo suficientemente intimidante! Qué alegría. Viva yo, mueran ellos, la noche añora. Al menos hizo un buen intento, tratando de devolver mi atención al bardo, pero él no iría a ningún lado.
—Negativo. —Amagué un paso al frente y elevé mi barbilla en orgullo—. Me darás toda la información que pedí o yo dejo de llamarme... —Estaba por levantar mi brazo con altivez, pero en la preparación del movimiento me percato que el disque artista estaba huyendo. Pero qué pedazo de cobarde tan grande. ¿No le daba pena? Dejando a una señorita hablando sola, sin duda eran tiempos turbulentos.
—¡Hey! ¿A dónde vas? —Exclamé sorprendida, irritada. No se escaparía de mis garras. Aceleré con velocidad, dejando un rastro deharina detrás. En paralelo, pegué un agudo chillido, algo como un grito de guerra, o más como un grito espectral. Un perturbador y corto 'ñee'—. ¡Detente!, sombra de mi bien esquivo. —Proclamé al ponerme frente a él, levantando una mano para frenar cualquier intento de huida—. ¿Dónde quedaron vuestras promesas, lisonjero? ¿Acaso el imán de su arte se ha desvanecido? Levanta cimientos de tiranía, luego blasona plantando escapada. —Empleaba un tono solemne, sencillo de hacer con el efecto del mareo desaparecido, pero la agitación de la corrida complicaba un tanto la matiz, no sería capaz de sostener la entonación.
—Poco importa burlar cuerda y espada, —ocasionalmente ejecuto ademanes elocuentes, para acompañar el ritmo de las oraciones—, si te labra prisión mi inventivo. —Me acerco dos pasos, fulminándolo con la mirada. No más espera, no más demora. Era hora de anunciar formalmente el duelo—. Ahora, en guardia artista paradisíaco. —Retrocedí velozmente, amagando el desenvaine de mi espada—. Toque. Lo reto a producir sonido sublime... —En esta ocasión, desenfundo mi hoja y coloco la punta en el piso—. Siguiendo el compás del metal. —Con mis afiladas uñas comienzo a golpear el sable lenta pero continuamente. Marco un ritmo de un toque por segundo, y después del tercer impacto, al hacer el cuarto, éste es acompañado rápidamente por un segundo toque. Quería imponer una cadencia ordinaria al principio, permitirle adecuarse a las reglas, posteriormente pasaríamos a algo realmente emocionante.
¿Y si no acepta? Si no acepta nos lo comemos entero.
Geist
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 76
Re: Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
Mi idea ha funcionado... esta tan entretenida vociferando a ese pobre incauto que ni se ha percatado de que yo ya no estoy a su lado. Cojo mi fardo repleto de monedas del suelo y me dispongo a marcharme de ahí de inmediato...
- ¿No crees que tienes algo que resolver con ese hombre? -
( ¡¡¡Bastardo traidor!!! ) En un abrir y cerrar de ojos tengo a la dichosa arpía enfrente de mis narices, parloteando un montón de extrañas metáforas sin sentido.
- Ahora, en guardia artista paradisíaco. Toque. Lo reto a producir sonido sublime... Siguiendo el compás del metal. -
( ¡Malditos sean todos los dioses! ¿Porque a mi? ) Se suponía que esta seria una mañana como otra cualquiera, pero esta mujer se ha propuesto amargarme la resaca. Veo como saca su espada y la apoya en el suelo, esta vez no hay marcha atrás, no hay modo de evitar el enfrentamiento. Me reconforta la idea de pensar que la plaza esta llena de testigos, todos han visto como trate de ayudarla, ademas ella ha desenvainado su arma primero y sin provocación. Si alguien acaba en los calabozos esta noche... ¡No seré yo!
Dejo mi fardo y mi mandola en el suelo junto a la fuente de agua, agarro con firmeza el mango de mi espada y me alejo unos pasos sin dejar de mirar a la mujer fijamente a los ojos. Por primera vez en mucho tiempo mi rostro se muestra serio. La mujer comienza a toquetear el filo de su espada. Me esta marcando un tempo... ( Tin...Tin...Tin... TinTin... Tin...Tin...Tin... TinTin...) 3 negras, 2 corcheas, 3 negras, 2 corcheas... Me da la impresión de que quiere que ''bailemos''. Me adapto al ritmo establecido, desenfundo mi espada y me pongo en posición defensiva, ( No tengo intención de herirla, pero voy a asegurarme de que su arma no se acerque a mas de diez centímetros de mi preciosa piel ) con el cuerpo de lado, la pierna derecha bastante adelantada a la izquierda, el brazo izquierdo levantado hacia atrás cual cola de escorpión para mantener el equilibrio, y la punta de la espada apuntando directamente al pecho de mi contrincante.
Cuando siento que su mirada, mi mirada y el tintineo de su espada son uno, le doy la señal para hacerla saber que estoy listo.
- ¡Bailemos! -
- ¿No crees que tienes algo que resolver con ese hombre? -
( ¡¡¡Bastardo traidor!!! ) En un abrir y cerrar de ojos tengo a la dichosa arpía enfrente de mis narices, parloteando un montón de extrañas metáforas sin sentido.
- Ahora, en guardia artista paradisíaco. Toque. Lo reto a producir sonido sublime... Siguiendo el compás del metal. -
( ¡Malditos sean todos los dioses! ¿Porque a mi? ) Se suponía que esta seria una mañana como otra cualquiera, pero esta mujer se ha propuesto amargarme la resaca. Veo como saca su espada y la apoya en el suelo, esta vez no hay marcha atrás, no hay modo de evitar el enfrentamiento. Me reconforta la idea de pensar que la plaza esta llena de testigos, todos han visto como trate de ayudarla, ademas ella ha desenvainado su arma primero y sin provocación. Si alguien acaba en los calabozos esta noche... ¡No seré yo!
Dejo mi fardo y mi mandola en el suelo junto a la fuente de agua, agarro con firmeza el mango de mi espada y me alejo unos pasos sin dejar de mirar a la mujer fijamente a los ojos. Por primera vez en mucho tiempo mi rostro se muestra serio. La mujer comienza a toquetear el filo de su espada. Me esta marcando un tempo... ( Tin...Tin...Tin... TinTin... Tin...Tin...Tin... TinTin...) 3 negras, 2 corcheas, 3 negras, 2 corcheas... Me da la impresión de que quiere que ''bailemos''. Me adapto al ritmo establecido, desenfundo mi espada y me pongo en posición defensiva, ( No tengo intención de herirla, pero voy a asegurarme de que su arma no se acerque a mas de diez centímetros de mi preciosa piel ) con el cuerpo de lado, la pierna derecha bastante adelantada a la izquierda, el brazo izquierdo levantado hacia atrás cual cola de escorpión para mantener el equilibrio, y la punta de la espada apuntando directamente al pecho de mi contrincante.
Cuando siento que su mirada, mi mirada y el tintineo de su espada son uno, le doy la señal para hacerla saber que estoy listo.
- ¡Bailemos! -
Aramis el Bardo
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 33
Nivel de PJ : : 0
Re: Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
Fue lo único que se me ocurrió, en ese momento no sabía que hacer, nunca supe que esta mujer podía ser de esa manera, si lo llego a saber ni me habría entrometido.
Estaba con toda la ilusión del mundo de que me dejaría en paz pero unas palabras destruyeron tales ilusiones. -Negativo. Me darás toda la información que pedí o yo dejo de llamarme...- Dejó de hablar en ese momento. (¿En serio? ¿Por qué me tiene que pasar esto a mi?) -¿Te llamas?- Dije, pero se dirigió al guitarrista sin escucharme. Suspiré aliviado.
Se ha olvidado por completo de mí, ni yo mismo me lo creía, a saber que era lo que tenía esa mujer en la cabeza. La vi demasiado amenazante, buscando problemas, mejor aseguro mi hacha... ¡Mi hacha!, No la tenía, ¿dónde se me pudo quedar? De camino a Lunargenta recuerdo que la llevaba, a si que el único lugar donde podía estar era la posada. La mujer se olvido completamente de mí a si que aproveché esa oportunidad para ir a buscarla.
Me dirigí a la posada, no había nadie, todos estaban fuera mirando la situación menos el dueño que estaba en la puerta mirando de lejos, como fui uno de los últimos en salir, con mucha suerte, no me robaron el hacha, la cogí y a punto de salir cuando me acordé, no me había terminado el café, a si que me lo bebí rápido ya que se había enfriado y volví donde estaban todos.
Llego al lugar, intenté atravesar a toda la multitud pero cuando llegué a ver todo paré antes de entrometerme de nuevo. La mujer enharinada estaba marcando un compás golpeando sus uñas contra su espada y el guitarrista había desenfundado su espada en posición de defensa cuando dijo -¡Bailemos!-. (Mejor no entrometerme, esto quiero verlo.) Pensé entusiasmado. Si algo grave pasa intentaré parar la pelea, pero mientras no haya heridas... A si que me dispuse a mirar entre la multitud.
Estaba con toda la ilusión del mundo de que me dejaría en paz pero unas palabras destruyeron tales ilusiones. -Negativo. Me darás toda la información que pedí o yo dejo de llamarme...- Dejó de hablar en ese momento. (¿En serio? ¿Por qué me tiene que pasar esto a mi?) -¿Te llamas?- Dije, pero se dirigió al guitarrista sin escucharme. Suspiré aliviado.
Se ha olvidado por completo de mí, ni yo mismo me lo creía, a saber que era lo que tenía esa mujer en la cabeza. La vi demasiado amenazante, buscando problemas, mejor aseguro mi hacha... ¡Mi hacha!, No la tenía, ¿dónde se me pudo quedar? De camino a Lunargenta recuerdo que la llevaba, a si que el único lugar donde podía estar era la posada. La mujer se olvido completamente de mí a si que aproveché esa oportunidad para ir a buscarla.
Me dirigí a la posada, no había nadie, todos estaban fuera mirando la situación menos el dueño que estaba en la puerta mirando de lejos, como fui uno de los últimos en salir, con mucha suerte, no me robaron el hacha, la cogí y a punto de salir cuando me acordé, no me había terminado el café, a si que me lo bebí rápido ya que se había enfriado y volví donde estaban todos.
Llego al lugar, intenté atravesar a toda la multitud pero cuando llegué a ver todo paré antes de entrometerme de nuevo. La mujer enharinada estaba marcando un compás golpeando sus uñas contra su espada y el guitarrista había desenfundado su espada en posición de defensa cuando dijo -¡Bailemos!-. (Mejor no entrometerme, esto quiero verlo.) Pensé entusiasmado. Si algo grave pasa intentaré parar la pelea, pero mientras no haya heridas... A si que me dispuse a mirar entre la multitud.
Dax Irken
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 10
Re: Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
¿Pero qué carajos está haciendo? ¿Está...? No, no. Esto debe ser alguna especie de broma, no estará pensando en trabar espadas, ¿o sí? Quizá... sólo desenfunda para estar más cómodo. Sí, eso debe ser. No tendría ningún sentido que quiera combatir estrictamente contra mí, aquí enfrente de todos. Un momento. Está... Está adoptando una posición de pelea. Sí, definitivamente se está preparando para atacar. Se puso en garde. Conocía esa postura, una muy clásica y balanceada. Debía ser un esgrimista muy ortodoxo. Pero... Pero... ¡Peeerooo!
Solté una carcajada, aunque breve, bastante estruendosa—. Yo no... —Negué con la cabeza. Ya no importaba. Si quería forcejear conmigo, adelante. Sin embargo, yo lo que pretendía era que él tocara su laúd ese al ritmo que yo le marcara, no que me enfrentara en el estricto sentido de la palabra. ¿Quizá había usado demasiada retórica? Vaya tarado el que me había tocado. Pues nada. Admitiré, con dolor y pena, que tuve cierto grado de culpa. Debí reconocer su déficit intelectual.
—Como tú quieras. —De hecho, no teníamos que saltar a la ofensiva. Tampoco creo que se haya saltado mis palabras por el arco del triunfo, ¿verdad? Quizá creía que el sonido debía hacerse con las hojas. Eso es algo ingenioso, suena divertido. Música de espadachín. Esto puede tornar ser algo entretenido. Intentémoslo. Siempre podemos parar si resulta aburrido, en cuyo caso tendré que matarlo, por supuesto, nadie me aburre sin sufrir las consecuencias.
A diferencia de él, yo no poseo una postura de combate, no formalmente. Mi es único, misterioso, flexible. Yo comprendo la esencia de la batalla y adapto mi guardia según las necesidades, posteriormente moldeo el campo a mis necesidades, manipulando mi alrededor para que se adapte a mí. Bastante simple, la verdad. En cualquier caso, éste no era el caso, creo. Confieso que este caballero me ha tomado por sorpresa.
Doy un largo paso hacia enfrente empuñando la espada con mi diestra, lanzando un largo sablazo horizontal, manteniendo mi zurda cerca de mi pecho, tanto para equilibrarme como para defenderme en caso de ser necesario. Los aceros chocan, produciendo una punzante vibración en el aire. La danza no se detiene ahí, sino que vuelvo a repetir la acción dos veces más, con los intervalos de tiempo de un segundo. Bah, por un instante había olvidado estar cubierta de harina, pero los bruscos movimientos provocaban que las partículas blancas salieran disparadas por todos lados, al menos terminaría limpia después de esto.
Este sujeto tenía una fuerza decente, parecía tener manos frágiles, mas no era el caso. Justo cuando nuestros sables hicieron el tercer contacto, inmediatamente volví a impactar el metal y fugazmente cambié de posición mi estoque al flanco izquierdo dando un segundo golpe consecutivo.
Ahí estaba el ritmo. Uno. Uno. Uno. Uno, dos. Uno. Uno. Uno. Uno, dos... Repetimos la secuencia algunas veces, intercambiando los roles de atacante y defensor. Esto tenía su gracia, comenzaba a ser divertido. Pero no podíamos sólo usar un compás, sería tedioso. Era menester fabricar uno nuevo. Después de varias secuencias, retrocedo súbitamente, volviendo a poner la punta de mi espada en el suelo. Era momento de imponer una nueva métrica, y si mi oponente se portaba bien, tal vez hasta lo dejaría crear uno él solito.
Mis uñas volvieron a hacer la marca. Aumenté la velocidad. Esta vez comenzaríamos con dos sucesiones rápidas, seguidas de una pausa de un segundo, un toque, pausa, dos toques, pausa, toque, pausa, dos toques, pausa, etcétera. Bastante simple, ¿no? Reanudamos el son, con la diferencia de que ahora empuñaba con mi mano izquierda, mi lado dominante, de hecho. ¿Reaccionaría diferente? Ojalá tome la iniciativa para establecer su propio ritmo, no quería ser la única que estuviera llevando las riendas de este juego, ¡eso no era divertido...! Eh, ¿y cuál es el nombre de este individuo?
Hablando de individuos, ¿qué pasó con el rubio? Lo busqué rápidamente, sin perder concentración de lo que hacía. Lo detecté... ¿portando una hacha? Uh, ya veo. Es un mago o algo así. Qué interesante. ¿Querrá jugar también con nosotros? Aún me debe algunas respuestas, confío en que no se aleje mucho o se las verá conmigo cuando lo vuelva a encontrar.
Solté una carcajada, aunque breve, bastante estruendosa—. Yo no... —Negué con la cabeza. Ya no importaba. Si quería forcejear conmigo, adelante. Sin embargo, yo lo que pretendía era que él tocara su laúd ese al ritmo que yo le marcara, no que me enfrentara en el estricto sentido de la palabra. ¿Quizá había usado demasiada retórica? Vaya tarado el que me había tocado. Pues nada. Admitiré, con dolor y pena, que tuve cierto grado de culpa. Debí reconocer su déficit intelectual.
—Como tú quieras. —De hecho, no teníamos que saltar a la ofensiva. Tampoco creo que se haya saltado mis palabras por el arco del triunfo, ¿verdad? Quizá creía que el sonido debía hacerse con las hojas. Eso es algo ingenioso, suena divertido. Música de espadachín. Esto puede tornar ser algo entretenido. Intentémoslo. Siempre podemos parar si resulta aburrido, en cuyo caso tendré que matarlo, por supuesto, nadie me aburre sin sufrir las consecuencias.
A diferencia de él, yo no poseo una postura de combate, no formalmente. Mi es único, misterioso, flexible. Yo comprendo la esencia de la batalla y adapto mi guardia según las necesidades, posteriormente moldeo el campo a mis necesidades, manipulando mi alrededor para que se adapte a mí. Bastante simple, la verdad. En cualquier caso, éste no era el caso, creo. Confieso que este caballero me ha tomado por sorpresa.
Doy un largo paso hacia enfrente empuñando la espada con mi diestra, lanzando un largo sablazo horizontal, manteniendo mi zurda cerca de mi pecho, tanto para equilibrarme como para defenderme en caso de ser necesario. Los aceros chocan, produciendo una punzante vibración en el aire. La danza no se detiene ahí, sino que vuelvo a repetir la acción dos veces más, con los intervalos de tiempo de un segundo. Bah, por un instante había olvidado estar cubierta de harina, pero los bruscos movimientos provocaban que las partículas blancas salieran disparadas por todos lados, al menos terminaría limpia después de esto.
Este sujeto tenía una fuerza decente, parecía tener manos frágiles, mas no era el caso. Justo cuando nuestros sables hicieron el tercer contacto, inmediatamente volví a impactar el metal y fugazmente cambié de posición mi estoque al flanco izquierdo dando un segundo golpe consecutivo.
Ahí estaba el ritmo. Uno. Uno. Uno. Uno, dos. Uno. Uno. Uno. Uno, dos... Repetimos la secuencia algunas veces, intercambiando los roles de atacante y defensor. Esto tenía su gracia, comenzaba a ser divertido. Pero no podíamos sólo usar un compás, sería tedioso. Era menester fabricar uno nuevo. Después de varias secuencias, retrocedo súbitamente, volviendo a poner la punta de mi espada en el suelo. Era momento de imponer una nueva métrica, y si mi oponente se portaba bien, tal vez hasta lo dejaría crear uno él solito.
Mis uñas volvieron a hacer la marca. Aumenté la velocidad. Esta vez comenzaríamos con dos sucesiones rápidas, seguidas de una pausa de un segundo, un toque, pausa, dos toques, pausa, toque, pausa, dos toques, pausa, etcétera. Bastante simple, ¿no? Reanudamos el son, con la diferencia de que ahora empuñaba con mi mano izquierda, mi lado dominante, de hecho. ¿Reaccionaría diferente? Ojalá tome la iniciativa para establecer su propio ritmo, no quería ser la única que estuviera llevando las riendas de este juego, ¡eso no era divertido...! Eh, ¿y cuál es el nombre de este individuo?
Hablando de individuos, ¿qué pasó con el rubio? Lo busqué rápidamente, sin perder concentración de lo que hacía. Lo detecté... ¿portando una hacha? Uh, ya veo. Es un mago o algo así. Qué interesante. ¿Querrá jugar también con nosotros? Aún me debe algunas respuestas, confío en que no se aleje mucho o se las verá conmigo cuando lo vuelva a encontrar.
Geist
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 76
Re: Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
Una sonora pero corta carcajada sale de la garganta de mi agresora.
- Como tu quieras - Me mira como si el loco fuera yo...
Se abalanza sobre mi con una gran zancada y comienza su ataque. Las chispas vuelan por los aires cuando nuestros aceros se juntan. Una y otra vez el ambiente se inunda con el sonido metálico del chocar de nuestras espadas, y así es como comienza nuestra danza, siguiendo el tempo pre establecido, a un ritmo y sincronía perfectos. Las gentes a nuestro alrededor arman un gran revuelo al ver nuestro duelo comenzar. Seguramente alguien haya ido a avisar a la guardia, pero no me preocupa eso ahora. Mientras bailamos, entro en un trance místico, parecido a cuando toco mi música. La mujer y yo giramos de un lado a otro de la plaza, chocando una y otra vez nuestras armas, cruzando nuestros pasos, adelante y atrás, ataque, bloqueo, ataque, bloqueo... hasta que ella decide dar un paso atrás y detener brevemente la ''música'' únicamente para cambiar el ritmo al que seguiremos bailando.
Ahora el ritmo es distinto, mas acelerado, pero igualmente embriagador, Esta vez tomo yo la iniciativa y lanzo mi primer ataque, una rápida estocada que es inevitablemente bloqueada por un movimiento de su arma, la cual ha decido cambiar de mano. Me da la impresión de que su técnica ha mejorado con este cambio, debe de tratarse de su mano dominante. ¿Quizás haya estado luchando con la diestra todo este tiempo por menospreciame? El baile continua, es un placer para la vista ver su estilizado cuerpo moverse en combate, sus ágiles movimientos son acrobáticos a la par que seductores. Su contoneo realmente me estaba hipnotizando ¡Y no podía dejar que eso pasara! A fin de cuentas, aquí el músico seductor soy yo.
Detengo el combate dando una voltereta hacia atrás, alejándome de mi compañera de baile unos metros. Adopto una posición formal y presento una pronunciada y elegante reverencia con mi mano izquierda sobre el pecho y la espada inclinada hacia delante.
- Me preguntaba cual seria el nombre de tan misteriosa dama... aunque claro, seria muy descortes por parte de un caballero de mi estatus ( ¿Estatus, yo? ¡Ja! ) preguntároslo sin antes presentarme. Mi nombre es Aramis, y realmente es un placer ''bailar'' con vos -
Según termino mi frase, con una sonrisa especialmente provocativa dedicada a mi combatiente, comienzo a mover mi estoque como si fuera una batuta. Marco un sencillo compás de tres por negra, haciendo que el bufido del filo suene bien fuerte, poniendo acento en la tercera nota.
Un, dos, TRES. Un, dos, TRES. Un, dos, TRES... ( Veamos que tal se le da bailar el Vals a esta ''damisela'' )
- Como tu quieras - Me mira como si el loco fuera yo...
Se abalanza sobre mi con una gran zancada y comienza su ataque. Las chispas vuelan por los aires cuando nuestros aceros se juntan. Una y otra vez el ambiente se inunda con el sonido metálico del chocar de nuestras espadas, y así es como comienza nuestra danza, siguiendo el tempo pre establecido, a un ritmo y sincronía perfectos. Las gentes a nuestro alrededor arman un gran revuelo al ver nuestro duelo comenzar. Seguramente alguien haya ido a avisar a la guardia, pero no me preocupa eso ahora. Mientras bailamos, entro en un trance místico, parecido a cuando toco mi música. La mujer y yo giramos de un lado a otro de la plaza, chocando una y otra vez nuestras armas, cruzando nuestros pasos, adelante y atrás, ataque, bloqueo, ataque, bloqueo... hasta que ella decide dar un paso atrás y detener brevemente la ''música'' únicamente para cambiar el ritmo al que seguiremos bailando.
Ahora el ritmo es distinto, mas acelerado, pero igualmente embriagador, Esta vez tomo yo la iniciativa y lanzo mi primer ataque, una rápida estocada que es inevitablemente bloqueada por un movimiento de su arma, la cual ha decido cambiar de mano. Me da la impresión de que su técnica ha mejorado con este cambio, debe de tratarse de su mano dominante. ¿Quizás haya estado luchando con la diestra todo este tiempo por menospreciame? El baile continua, es un placer para la vista ver su estilizado cuerpo moverse en combate, sus ágiles movimientos son acrobáticos a la par que seductores. Su contoneo realmente me estaba hipnotizando ¡Y no podía dejar que eso pasara! A fin de cuentas, aquí el músico seductor soy yo.
Detengo el combate dando una voltereta hacia atrás, alejándome de mi compañera de baile unos metros. Adopto una posición formal y presento una pronunciada y elegante reverencia con mi mano izquierda sobre el pecho y la espada inclinada hacia delante.
- Me preguntaba cual seria el nombre de tan misteriosa dama... aunque claro, seria muy descortes por parte de un caballero de mi estatus ( ¿Estatus, yo? ¡Ja! ) preguntároslo sin antes presentarme. Mi nombre es Aramis, y realmente es un placer ''bailar'' con vos -
Según termino mi frase, con una sonrisa especialmente provocativa dedicada a mi combatiente, comienzo a mover mi estoque como si fuera una batuta. Marco un sencillo compás de tres por negra, haciendo que el bufido del filo suene bien fuerte, poniendo acento en la tercera nota.
Un, dos, TRES. Un, dos, TRES. Un, dos, TRES... ( Veamos que tal se le da bailar el Vals a esta ''damisela'' )
Aramis el Bardo
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 33
Nivel de PJ : : 0
Re: Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo. Doble, sencillo...
¡Ya fue suficiente, ¿no?! ¿Cuándo vamos a cambiar? Necesito algo nuevo. Sí, esto es rápido y si no me concentro lo suficiente puede que pierda el ritmo, pero ya lo hemos hecho tantas veces que simplemente mi brazo se mueve solo. En cualquier momento yo podía detenerme, dar la media vuelta y largarme, ya que no planeaba ni en sueños volvería a plantar un compás. Este juego es para dos o más jugadores, no para un jugador y medio. De ser así, mejor me pongo a golpear a un árbol. Definitivamente si este mequetrefe no hacía algo, cambiaría de velocidad súbitamente y lo atravesaría con mi hoja. Ah, pero no con mi espada. No, no. Este hereje merecía ser asesinado con mi hoja oculta, sólo para añadirle un toque de sorpresa.
Estaba a punto de hacerlo, de verdad que sí, pero me tomó desprevenida su movimiento hacia atrás. Tanto, que lancé una estocada al aire. Por esto odio entrar en modo automático. A veces uno hace movimientos involuntarios. Debí verme muy mal con esa maniobra. Menos un punto a la estética para mí. Bien jugado, ricitos, bien jugado. Me encogí de hombros, restándole importancia y me recargué sobre mi espada mientras el desconocido se ponía a crear la secuencia siguiente. Era aburrido esperar, pero con suerte valdría la pena. Adelante, muchacho, haz lo... ¿Ahora qué?
Este mequetrefe era una caja de babosadas. ¿Creía que esto era una ceremonia formal? Te odio, no comprendes lo que te digo, llevo una capucha, dejaste de trabajar, estoy cubierta de harina, comenzamos a hacer algo sin sentido y tienes bigote. ¿Cómo esto merece una maldita formalidad?
Rodé mis ojos y negué con la cabeza. Aburrimiento y pena ajena. Eso es lo que comenzaba a transmitirme este caballero de segunda. Este 'Aramis'. El nombre me parecía familiar, y sin embargo me era desconocido. ¿Dónde lo habré escuchado antes? Con esta memoria mía, jamás lo sabré hasta que el dato aparezca ante mí. Recuerdo cuando esa incapacidad me desesperaba, ahora me es indiferente. Como Aramis aquí adelante.
—El gusto es sólo tuyo. Y para que tengas más gusto, te diré mi no-nombre. —No me había percatado, pero eso sonó como si hubiese tartamudeado. Otro punto menos a la estética. Qué vergüenza—. Geist. —Imité su reverencia teatral—. Para mataros. —Jaja. ¿Entiendes? Para serviros. Para mataros. Es un juego de palabras. Bah. Suficiente de eso. Reanudemos, ¿vale? Vale.
Propuso algo poco imaginativo, creo. Es decir, tomaba la misma idea que lo hecho anteriormente, sólo que le añadió un estruendo al final. ¿Acaso quería restregarme en la cara que él es hombre ergo posee más fuerza que yo? Debe ser muy triste recurrir a primitivos atributos con tal de sentirse mejor. Pero lo comprendo, la velocidad no es lo suyo. Debí esperarlo de un músico sin talento.
Ti tin, ¡tan! Ti tin, ¡tan! Qué peculiar sonido. Lo admito, Aramis, esto tiene potencial. Disfruté por un minuto aquella danza, mas ya era suficiente. Debía subir de nivel este baile o moriría aquí mismo de aburrimiento. Inmediatamente cuando di mi último golpe, al cual le agregué fuerza adicional, di un paso hacia atrás, girando al mismo tiempo. Debía recuperar mi calificación estética y creo que aquello había sido una buena idea. Y hablando de ideas, ¿por qué no le añadimos algo más?
Yo sabía que no me veía detrás de mi máscara, y aun así no sé qué me dio por sonreír. No fue un gesto amistoso, sino uno satisfecho. Como el de una leona que ha elegido la presa perfecta. También sentía como mis ojos involuntariamente se afinaban en expresión sagaz. En paralelo, con mi diestra, subí la punta de mi espada hacia mi capucha y lentamente la retiré, permitiendo a mi negro cabello salir a la luz. Esto era un acontecimiento inédito, no suelo destaparme en pleno día. La acción terminó colocando el metal sobre mi hombro, y fingiendo que tenía un violín, presenté la nueva armonía.
Uno. Pausa. Uno, dos. Pausa. Uno, dos, tres. Pausa. Uno, dos, tres, cuatro. Pausa. Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Pausa. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis. Y así sucesivamente. Estoy ya no era una simple métrica, era una serie que iba aumentando lenta y deliciosamente hasta el infinito. Esto sería espectacular. Al principio podría verse simple y cutre, pero paulatinamente el número de sablazos aumentaría y exigiría de nosotros los artistas una concentración suprema, tanto para contar como para mantener en algo la velocidad. Las chispas saldrían disparando y el brazo menos resistente flanquearía primero, o la mente más torpe. ¡Adelante, hombre cuya nombradía había escuchado en otro lugar que no logro ubicar! Muéstreme su destreza, ésta es su oportunidad de brillar.
________
OFF: ¿Te sientes con suerte? Lanza una runa, tal como yo. El usuario con mejor runa gana. Y el personaje del usuario perdedor será el que se equivoque primero. Si ambos obtenemos el mismo tipo de runa, se decidirá el ganador según la posición de la runa en el tema oficial, siendo la de la izquierda de mayor valor. Y si ambos obtenemos exactamente la misma runa, ambos personajes se detendrán al mismo tiempo, claramente exhaustos. Si no lo expliqué con suficiente claridad, envíame un mensaje privado. Y también me gustaría saber si deseas hacer una ronda más o procedemos a otra cosa.
¡Ya fue suficiente, ¿no?! ¿Cuándo vamos a cambiar? Necesito algo nuevo. Sí, esto es rápido y si no me concentro lo suficiente puede que pierda el ritmo, pero ya lo hemos hecho tantas veces que simplemente mi brazo se mueve solo. En cualquier momento yo podía detenerme, dar la media vuelta y largarme, ya que no planeaba ni en sueños volvería a plantar un compás. Este juego es para dos o más jugadores, no para un jugador y medio. De ser así, mejor me pongo a golpear a un árbol. Definitivamente si este mequetrefe no hacía algo, cambiaría de velocidad súbitamente y lo atravesaría con mi hoja. Ah, pero no con mi espada. No, no. Este hereje merecía ser asesinado con mi hoja oculta, sólo para añadirle un toque de sorpresa.
Estaba a punto de hacerlo, de verdad que sí, pero me tomó desprevenida su movimiento hacia atrás. Tanto, que lancé una estocada al aire. Por esto odio entrar en modo automático. A veces uno hace movimientos involuntarios. Debí verme muy mal con esa maniobra. Menos un punto a la estética para mí. Bien jugado, ricitos, bien jugado. Me encogí de hombros, restándole importancia y me recargué sobre mi espada mientras el desconocido se ponía a crear la secuencia siguiente. Era aburrido esperar, pero con suerte valdría la pena. Adelante, muchacho, haz lo... ¿Ahora qué?
Este mequetrefe era una caja de babosadas. ¿Creía que esto era una ceremonia formal? Te odio, no comprendes lo que te digo, llevo una capucha, dejaste de trabajar, estoy cubierta de harina, comenzamos a hacer algo sin sentido y tienes bigote. ¿Cómo esto merece una maldita formalidad?
Rodé mis ojos y negué con la cabeza. Aburrimiento y pena ajena. Eso es lo que comenzaba a transmitirme este caballero de segunda. Este 'Aramis'. El nombre me parecía familiar, y sin embargo me era desconocido. ¿Dónde lo habré escuchado antes? Con esta memoria mía, jamás lo sabré hasta que el dato aparezca ante mí. Recuerdo cuando esa incapacidad me desesperaba, ahora me es indiferente. Como Aramis aquí adelante.
—El gusto es sólo tuyo. Y para que tengas más gusto, te diré mi no-nombre. —No me había percatado, pero eso sonó como si hubiese tartamudeado. Otro punto menos a la estética. Qué vergüenza—. Geist. —Imité su reverencia teatral—. Para mataros. —Jaja. ¿Entiendes? Para serviros. Para mataros. Es un juego de palabras. Bah. Suficiente de eso. Reanudemos, ¿vale? Vale.
Propuso algo poco imaginativo, creo. Es decir, tomaba la misma idea que lo hecho anteriormente, sólo que le añadió un estruendo al final. ¿Acaso quería restregarme en la cara que él es hombre ergo posee más fuerza que yo? Debe ser muy triste recurrir a primitivos atributos con tal de sentirse mejor. Pero lo comprendo, la velocidad no es lo suyo. Debí esperarlo de un músico sin talento.
Ti tin, ¡tan! Ti tin, ¡tan! Qué peculiar sonido. Lo admito, Aramis, esto tiene potencial. Disfruté por un minuto aquella danza, mas ya era suficiente. Debía subir de nivel este baile o moriría aquí mismo de aburrimiento. Inmediatamente cuando di mi último golpe, al cual le agregué fuerza adicional, di un paso hacia atrás, girando al mismo tiempo. Debía recuperar mi calificación estética y creo que aquello había sido una buena idea. Y hablando de ideas, ¿por qué no le añadimos algo más?
Yo sabía que no me veía detrás de mi máscara, y aun así no sé qué me dio por sonreír. No fue un gesto amistoso, sino uno satisfecho. Como el de una leona que ha elegido la presa perfecta. También sentía como mis ojos involuntariamente se afinaban en expresión sagaz. En paralelo, con mi diestra, subí la punta de mi espada hacia mi capucha y lentamente la retiré, permitiendo a mi negro cabello salir a la luz. Esto era un acontecimiento inédito, no suelo destaparme en pleno día. La acción terminó colocando el metal sobre mi hombro, y fingiendo que tenía un violín, presenté la nueva armonía.
Uno. Pausa. Uno, dos. Pausa. Uno, dos, tres. Pausa. Uno, dos, tres, cuatro. Pausa. Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Pausa. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis. Y así sucesivamente. Estoy ya no era una simple métrica, era una serie que iba aumentando lenta y deliciosamente hasta el infinito. Esto sería espectacular. Al principio podría verse simple y cutre, pero paulatinamente el número de sablazos aumentaría y exigiría de nosotros los artistas una concentración suprema, tanto para contar como para mantener en algo la velocidad. Las chispas saldrían disparando y el brazo menos resistente flanquearía primero, o la mente más torpe. ¡Adelante, hombre cuya nombradía había escuchado en otro lugar que no logro ubicar! Muéstreme su destreza, ésta es su oportunidad de brillar.
________
OFF: ¿Te sientes con suerte? Lanza una runa, tal como yo. El usuario con mejor runa gana. Y el personaje del usuario perdedor será el que se equivoque primero. Si ambos obtenemos el mismo tipo de runa, se decidirá el ganador según la posición de la runa en el tema oficial, siendo la de la izquierda de mayor valor. Y si ambos obtenemos exactamente la misma runa, ambos personajes se detendrán al mismo tiempo, claramente exhaustos. Si no lo expliqué con suficiente claridad, envíame un mensaje privado. Y también me gustaría saber si deseas hacer una ronda más o procedemos a otra cosa.
Geist
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 76
Re: Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
El miembro 'Geist' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2234
Nivel de PJ : : 0
Re: Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
Este nuevo ritmo es divertido. Cada vez mas golpes, cada vez mas rápido... no solo hay que concentrarse en detener el golpe del adversario, si no que también tienes que llevar la cuenta de la secuencia que toca. Después de un rato se vuelve mas complicado. Comienzo a sudar y mi brazo se siente débil, pero no voy a rendirme, esta mujer necesita una pequeña lección de humildad.
Mis ataques cada vez mas mas rápido, buscando puntos débiles en su defensa, intentando buscar un hueco por donde alcanzarla. Giro, salto, trato de marearla o distraerla con mis movimientos, sin dejar de acelerar el ritmo con cada nueva ronda de ataques, a la larga acabara fallando y caerá ante mi espada. Se ve que es ágil y rápida, pero mi manejo de la espada es superior, es imposible que me gane en este juego.
De repente, en mitad de nuestro juego, aparecen de entre los espectadores 3 guardias armados, dispuestos a interrumpir nuestro peligroso baile, pero yo no me detengo, llegare hasta el fin de este duelo cueste lo que cueste. Miro a los ojos de mi contrincante junto a una sonrisa sarcástica, espero que ella también desee seguir jugando pese a la intervención de estos gorilas.
Mis ataques cada vez mas mas rápido, buscando puntos débiles en su defensa, intentando buscar un hueco por donde alcanzarla. Giro, salto, trato de marearla o distraerla con mis movimientos, sin dejar de acelerar el ritmo con cada nueva ronda de ataques, a la larga acabara fallando y caerá ante mi espada. Se ve que es ágil y rápida, pero mi manejo de la espada es superior, es imposible que me gane en este juego.
De repente, en mitad de nuestro juego, aparecen de entre los espectadores 3 guardias armados, dispuestos a interrumpir nuestro peligroso baile, pero yo no me detengo, llegare hasta el fin de este duelo cueste lo que cueste. Miro a los ojos de mi contrincante junto a una sonrisa sarcástica, espero que ella también desee seguir jugando pese a la intervención de estos gorilas.
Aramis el Bardo
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 33
Nivel de PJ : : 0
Re: Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
El miembro 'Aramis el Bardo' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2234
Nivel de PJ : : 0
Re: Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
Antes que nada, me gustaría hacer una confesión. Me siento sorprendida y parcialmente confundida. Pero no de la manera más agradable del mundo. Recapitulemos. Este sujeto tiene un nivel relativamente alto de autoconfianza, le gusta hablar y es suficientemente expresivo. Parece tener un comentario para todo. Sin embargo... ¿no tiene opinión sobre lo que acabo de hacer? Literalmente lo amenacé de muerte, le dije un seudónimo, le mostré que no tengo sentimientos positivos hacia él... ¡y le mostré la mitad de mi rostro! Se siente raro. Uno pensaría que al menos diría algo, pero nada. Creo que hizo una pequeña expresión, mas no me parece suficiente. Como sea. Cierro paréntesis.
Aquí no hay suerte. No dioses que nos apoyen, no reyes que nos respalden. Sólo nosotros y nuestras habilidades. ¡Y rayos que soy hábil! Vale, somos hábiles. En realidad, este sujeto es bastante hábil. Mierda. Creo que realmente es un espadachín entrenado. Eso explicaría su postura inicial. Inició con técnicas ortodoxas, pero ahora está siendo explosivo, aleatorio, dinámico. Cambia de posición, intenta rodearme, aplica fuerza adicional, está igualando mi velocidad. Este bobo... creo que quiere matarme. Realmente me estoy esforzando por defenderme. Cierto que llevo siempre luciendo una espada, mas no significa que sea experta con ella, de hecho es sólo una fachada; mi talento es esquivar, el sigilo, el uso de mi hoja oculta. A este ritmo, creo que perderé.
Trato de concentrarme. Ignoro todo lo que hay a mi alrededor. Sólo estoy yo y este mequetrefe. Ya dejamos los números de una cifra atrás, ahora estamos luchando en cantidades de veinte. Las dejamos atrás, acercándonos al número cuarenta. Llegamos al sesenta y siete. Más de mil quinientos choques consecutivos con una miserable pausa de un segundo. No. Carajo. ¿Es sesenta y siete o sesenta y ocho? No. No lo recuerdo. Me distraje tratando de calcular cuántos llevábamos en total y ahora he olvidado por completo nuestro objetivo. Tendré que valerme de mis reflejos. En el instante en el que él se detenga, yo también deberé hacerlo. Tal vez... ¿sí necesitaré un poquito de suerte?
Al averno todo. Yo seguiré agitando mi sable, se defienda o no. Tal vez pierda, pero él morirá. Me gustaría acelerar, pero estoy drenada. Mi brazo. Siento que se desvanecerá. No responde. Puedo sentir la falta de sensación. Estoy cansada. ¿Es esto un calambre? ¿De verdad voy a...?
No. Él se distrajo. Se ha distraído. ¡No está prestando atención! No sé qué pasó. O cómo. O por qué. Pero noté cómo desvió su mirada. Noté que por un instante dejó de verme. No me importa que intente disimularlo con su sonrisita boba, está perdido. Tengo la ventaja de enfoque. Y se ha equivocado. No sé a qué número debíamos llegar, pero sí llevaba la cuenta y era sesenta y dos cuando se detuvo. Paró antes de tiempo. Yo gané. Él perdió. Qué suerte. Si hubiera continuado yo sería la derrotada. Qué. Graciosa. Es. La. Vida. ¡Ja!
Bajé la espada rápidamente, tratando de mantener la compostura—. ¿Te cansaste tan pronto, niño? —Irónico que pregunté aquello con un tono agitado. Yo soy la atareada, él es el distraído. Pero qué importa. He ganado y tengo el derecho de mofar todo lo que desee. Me falta energía. Quizá me modere un poco con tal de no cansarme más—. Qué lástima. —Niego con la cabeza, fingiendo integridad. Durante ese movimiento, me percato de la presencia de un guardia. Dirijo la mirada hacia él, no divisando uno, sino tres guardias. ¿Vienen aquí a... supervisar?
—Guardias, llévenselo. —Ordeno con pesadez. En otra situación me hubiera salido muy natural y autoritario. Sí que es una lástima. Puedo sentir sus miradas fulminantes sobre mí. Han ignorado del todo lo que dije. ¿Qué harán ahora, entonces? Sé que gané, ¿pero entonces por qué esto no se siente como una victoria? Maldición.
Aquí no hay suerte. No dioses que nos apoyen, no reyes que nos respalden. Sólo nosotros y nuestras habilidades. ¡Y rayos que soy hábil! Vale, somos hábiles. En realidad, este sujeto es bastante hábil. Mierda. Creo que realmente es un espadachín entrenado. Eso explicaría su postura inicial. Inició con técnicas ortodoxas, pero ahora está siendo explosivo, aleatorio, dinámico. Cambia de posición, intenta rodearme, aplica fuerza adicional, está igualando mi velocidad. Este bobo... creo que quiere matarme. Realmente me estoy esforzando por defenderme. Cierto que llevo siempre luciendo una espada, mas no significa que sea experta con ella, de hecho es sólo una fachada; mi talento es esquivar, el sigilo, el uso de mi hoja oculta. A este ritmo, creo que perderé.
Trato de concentrarme. Ignoro todo lo que hay a mi alrededor. Sólo estoy yo y este mequetrefe. Ya dejamos los números de una cifra atrás, ahora estamos luchando en cantidades de veinte. Las dejamos atrás, acercándonos al número cuarenta. Llegamos al sesenta y siete. Más de mil quinientos choques consecutivos con una miserable pausa de un segundo. No. Carajo. ¿Es sesenta y siete o sesenta y ocho? No. No lo recuerdo. Me distraje tratando de calcular cuántos llevábamos en total y ahora he olvidado por completo nuestro objetivo. Tendré que valerme de mis reflejos. En el instante en el que él se detenga, yo también deberé hacerlo. Tal vez... ¿sí necesitaré un poquito de suerte?
Al averno todo. Yo seguiré agitando mi sable, se defienda o no. Tal vez pierda, pero él morirá. Me gustaría acelerar, pero estoy drenada. Mi brazo. Siento que se desvanecerá. No responde. Puedo sentir la falta de sensación. Estoy cansada. ¿Es esto un calambre? ¿De verdad voy a...?
No. Él se distrajo. Se ha distraído. ¡No está prestando atención! No sé qué pasó. O cómo. O por qué. Pero noté cómo desvió su mirada. Noté que por un instante dejó de verme. No me importa que intente disimularlo con su sonrisita boba, está perdido. Tengo la ventaja de enfoque. Y se ha equivocado. No sé a qué número debíamos llegar, pero sí llevaba la cuenta y era sesenta y dos cuando se detuvo. Paró antes de tiempo. Yo gané. Él perdió. Qué suerte. Si hubiera continuado yo sería la derrotada. Qué. Graciosa. Es. La. Vida. ¡Ja!
Bajé la espada rápidamente, tratando de mantener la compostura—. ¿Te cansaste tan pronto, niño? —Irónico que pregunté aquello con un tono agitado. Yo soy la atareada, él es el distraído. Pero qué importa. He ganado y tengo el derecho de mofar todo lo que desee. Me falta energía. Quizá me modere un poco con tal de no cansarme más—. Qué lástima. —Niego con la cabeza, fingiendo integridad. Durante ese movimiento, me percato de la presencia de un guardia. Dirijo la mirada hacia él, no divisando uno, sino tres guardias. ¿Vienen aquí a... supervisar?
—Guardias, llévenselo. —Ordeno con pesadez. En otra situación me hubiera salido muy natural y autoritario. Sí que es una lástima. Puedo sentir sus miradas fulminantes sobre mí. Han ignorado del todo lo que dije. ¿Qué harán ahora, entonces? Sé que gané, ¿pero entonces por qué esto no se siente como una victoria? Maldición.
Geist
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 76
Re: Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
( ¡Por los siete! Esta mujer ni se ha percatado de que nos están rodeando tres guardias... ¿Que demonios? Espera... ¿Cincuenta y ocho? ¿Sesenta? ¿Sesenta y tres? ¿Sesenta y...? ¡Mierda! ) Me distraje con los guardias y esa fue mi perdición... ahora la tía se pavonea con elegancia delante de mi, hinchada de orgullo. - ¿Te cansaste tan pronto, niño? Lastima... - Debería quitarla esa arrogancia de un sablazo, pero tengo problemas mas serios que un orgullo herido en estos momentos. Esos tres payasos de uniforme nos rodean a la par que sacan sus espadas.
- Guardias, llévenselo - ¿De que habla esta tarada? ¿De verdad piensa que...?
- Muy bien, se acabó la función. Vosotros dos os venís conmigo ahora mismo. ¡Tirad las armas inmediatamente! - Dice el que parece ser el de mayor rango de los tres capullos.
Antes de que nadie pueda hacer un movimiento analizo la situación, el entorno que me rodea y la posición de todos los que estamos en la escena. En pocos segundos tengo pensado todo mi plan de huida. ( ¿Tirar las armas? Parece una buena idea... ) Estoy demasiado cansado para combatir contra estos inútiles. Enfundo mi espada en mi cintura, aprovecho la distracción para dar una rápida patada a la espada de Geist haciendo que esta caiga al suelo para cogerla después yo con una ágil voltereta. ( No tengo intención de robársela, pero quiero asegurarme de que me sigue. Este asunto no va a quedarse así ) Corro hasta mis pertenencias, y en dos rápidos movimientos felinos y un salto me hallo sobre la fuente con mi mandola a la espalda y el dinero recaudado en mi macuto. Les dedico una gran reverencia y una amplia sonrisa sarcastica a todos los presentes, al publico y a los guardias especialmente.
- ¡Gracias a todos ustedes por su colaboración monetaria! ¡Espero que hayan disfrutado del espectáculo! Pero lamento comunicarles que se termino por hoy, por lo que siento decir, con gran pesar en mi corazón, que yo me voy con la música a otra parte. - Parece que mi acción a fijado la atención de los tres guardias en mi e ignoran totalmente la presencia de Geist. Bien... cuando los tengo a pocos metros de mi aprovecho mi posición elevada para saltar sobre el hombro de uno de ellos para volver a saltar por encima de Geist. No me giro para ver la resolución de mis actos, pero el sonido de la pesada armadura de ese imbécil contra el suelo y su grito de dolor me notifica que ese no sera problema por un rato.
Corro a toda velocidad y me escabullo a empujones entre la gente, rápidamente me cuelo por el callejón mas estrecho que encuentro y no me detengo. Por suerte lo mas sofocado que tengo es el brazo derecho, las piernas me funcionan perfectamente. Esquivo unas cajas de fruta por los pelos, salto por encima de unos barriles, corro por encima de una carreta rompiendo bastantes de los objetos que contenía, bajo de un salto aterrizando con gracilidad. Continuo mi estrepitosa huida sin mirar atrás, doy por sentado que esa psicópata está a pocos metros detrás mía, al menos eso espero. Esquivo todo tipo de obstáculos hasta llegar al final de un callejón sin salida. Sin salida al menos para alguien que lleve una pesada armadura, y no sepa despegar los pies del suelo, claro. Salto contra la pared y doy hasta tres pasos verticales ascendiendo por el muro hasta agarrarme con una única mano libre que me queda en la cornisa de una ventana del primer piso del edificio. Es difícil subir todo el peso del cuerpo con un único brazo, pero con esfuerzo consigo subirme del todo. Salto al balcón del edificio de al lado y me ayudo de las barandillas para llegar en pocos movimientos a la azotea del edificio. Estoy seguro de que los guardias no podrán seguirme hasta aquí. Me giro y dejo la espada de mi nueva ''amiga'' en el suelo a mis pies, y espero expectante por ver si había logrado seguirme el paso.
- Guardias, llévenselo - ¿De que habla esta tarada? ¿De verdad piensa que...?
- Muy bien, se acabó la función. Vosotros dos os venís conmigo ahora mismo. ¡Tirad las armas inmediatamente! - Dice el que parece ser el de mayor rango de los tres capullos.
Antes de que nadie pueda hacer un movimiento analizo la situación, el entorno que me rodea y la posición de todos los que estamos en la escena. En pocos segundos tengo pensado todo mi plan de huida. ( ¿Tirar las armas? Parece una buena idea... ) Estoy demasiado cansado para combatir contra estos inútiles. Enfundo mi espada en mi cintura, aprovecho la distracción para dar una rápida patada a la espada de Geist haciendo que esta caiga al suelo para cogerla después yo con una ágil voltereta. ( No tengo intención de robársela, pero quiero asegurarme de que me sigue. Este asunto no va a quedarse así ) Corro hasta mis pertenencias, y en dos rápidos movimientos felinos y un salto me hallo sobre la fuente con mi mandola a la espalda y el dinero recaudado en mi macuto. Les dedico una gran reverencia y una amplia sonrisa sarcastica a todos los presentes, al publico y a los guardias especialmente.
- ¡Gracias a todos ustedes por su colaboración monetaria! ¡Espero que hayan disfrutado del espectáculo! Pero lamento comunicarles que se termino por hoy, por lo que siento decir, con gran pesar en mi corazón, que yo me voy con la música a otra parte. - Parece que mi acción a fijado la atención de los tres guardias en mi e ignoran totalmente la presencia de Geist. Bien... cuando los tengo a pocos metros de mi aprovecho mi posición elevada para saltar sobre el hombro de uno de ellos para volver a saltar por encima de Geist. No me giro para ver la resolución de mis actos, pero el sonido de la pesada armadura de ese imbécil contra el suelo y su grito de dolor me notifica que ese no sera problema por un rato.
Corro a toda velocidad y me escabullo a empujones entre la gente, rápidamente me cuelo por el callejón mas estrecho que encuentro y no me detengo. Por suerte lo mas sofocado que tengo es el brazo derecho, las piernas me funcionan perfectamente. Esquivo unas cajas de fruta por los pelos, salto por encima de unos barriles, corro por encima de una carreta rompiendo bastantes de los objetos que contenía, bajo de un salto aterrizando con gracilidad. Continuo mi estrepitosa huida sin mirar atrás, doy por sentado que esa psicópata está a pocos metros detrás mía, al menos eso espero. Esquivo todo tipo de obstáculos hasta llegar al final de un callejón sin salida. Sin salida al menos para alguien que lleve una pesada armadura, y no sepa despegar los pies del suelo, claro. Salto contra la pared y doy hasta tres pasos verticales ascendiendo por el muro hasta agarrarme con una única mano libre que me queda en la cornisa de una ventana del primer piso del edificio. Es difícil subir todo el peso del cuerpo con un único brazo, pero con esfuerzo consigo subirme del todo. Salto al balcón del edificio de al lado y me ayudo de las barandillas para llegar en pocos movimientos a la azotea del edificio. Estoy seguro de que los guardias no podrán seguirme hasta aquí. Me giro y dejo la espada de mi nueva ''amiga'' en el suelo a mis pies, y espero expectante por ver si había logrado seguirme el paso.
Aramis el Bardo
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 33
Nivel de PJ : : 0
Re: Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
La culpa la tiene esta máscara. Este traje no está diseñado para seguir ritmos acelerados, ya que dificulta la respiración. Si tan sólo pudiera respirar con mayor facilidad... Ya no importa. Coloriín colorado, este cuento se ha acabado. Da igual si estoy agitada o relajada, o revuelta o descansada, la suerte se había decidido. Con mis brazos en esta condición de ninguna manera sería capaz de soportar un combate abierto contra tres guardias, y sin ningún artefacto en mi bolsillo simplemente estaba vencida incluso antes de que la pelea comenzara. Mi mejor opción tal vez era permitir que me arrestaran y una vez en prisión fugarme o algo por el estilo. En momentos así, lamento un poco haber abandonado el ejército.
Cojo con suavidad el pomo de mi espada, columpiándola ligeramente entre mis dedos para así tirarla lejos. No quería que se pusieran demasiado nerviosos, así que era mejor ponerla en una posición distante, aunque tampoco podía sólo arrojarla. Antes de que ésta se desprendiera de mis deditos, sentí una fuerza ajena a mí interactuar contra mi acero, provocando que la soltara mucho antes de lo que tenía esperado. Había venido completamente de la nada, de verdad que en ningún momento me había esperado esto. Recién había conocido a este Aramis, pero estaba completamente convencida de que no sería capaz de hacer algo como esto, algo tan descabellado. Aunque tiene sentido tomando en cuenta que él tiene mucho cabello.
Pues adelante. Te sigo, loquito—. ¡A por él! —Exclamé ahogando una risa, dando un paso hacia atrás para darles comodidad a los tres chiflados. Uno, muy estúpidamente, cayó al suelo debido a su papel como plataforma para Aramis, los otros dos trataron de correr hacia él, mas antes de que dieran una buena cantidad de pasos, puse mi pie enfrente de ellos provocando una cómica caída—. No se preocupen, yo se los devolveré enterito. —No era mala idea atraparlo y regresarlo con estos sujetos. Sería como los viejos tiempos cuando recién me inicié como recluta en el ejército.
Había olvidado lo divertido que eran las persecuciones. Y es que no sólo es correr en la misma dirección que tu presa, es también calcular si hay mejores senderos para acortar distancia, hay que tener cuidado con no desacelerar debido al caos que provoca en la huida, sin mencionar que debo estar atenta a cualquier trampa que pueda activar. Es un trabajo paralelo del cuerpo veloz y mente perspicaz. Un error y podría perderlo para siempre. Ah, y también me gustaría tener devuelta mi espada. Aunque dudo que la quiera, no es exactamente la mejor espada del mundo, a menos que sea un coleccionista.
Fue curioso. Logré acercarme lo suficiente al bardo al tomar un atajo improvisado a través de una casa, pero inmediatamente después nos volvimos al separar cuando traté de hacer lo mismo en otra cosa. ¡Pero cómo iba a saber yo que habría una pareja teniendo una pelea doméstica! Me pregunto por qué estaban discutiendo, lástima, moriré con la duda. A fin de cuentas, es como si nunca me hubiera acercado a él.
Yo no iré por ahí. Lo vi trepar ese muro con cierto fastidio y pereza. Mis brazos no soportarían tal maniobra, no ahora, debía ingeniar una aproximación diferente. Tomé suficiente impulso y corrí hacia una pared manteniendo la posición horizontal sobre ésta por un instante, luego brinqué hacia el otro lado y mantuve la velocidad, ganando además altura con cada salto que daba hasta que finalmente logré llegar al borde de la ventana. Ésa era la primera fase, ahora debía llegar a ese tejado. Imitó a mi antecesor en hacer un salto al balcón, con la diferencia de que reboto sobre la baranda para ascender aún más, dando un giro en el aire y quedar con mis pies arriba, los cuales empleo para sostenerme de una orilla. Segunda fase completada. Ahora sólo debo flexionarme y estaré totalmente arriba.
—¿No sabías que es de mala educación dejar el arma de una dama en el suelo? —Inquirí tratando de controlar mi respiración, reincorporándome conforme subo al techo—. Aunque técnicamente esto no es propiamente un piso. —Me encojo de hombros, restándole importancia—. Pero creo que entiendes a qué me refiero. Ahora, sé un buen chico y regrésame lo que me quitaste. —Extiendo un poco la mano, no queriendo esforzarme demasiado—. Co. Rrec. Ta. Men. Te. —Si no estuviera batallando con mesurar mi aliento hubiera sido capaz de expresarme intimidante, no siendo capaz, hablo como se pueda.
Cojo con suavidad el pomo de mi espada, columpiándola ligeramente entre mis dedos para así tirarla lejos. No quería que se pusieran demasiado nerviosos, así que era mejor ponerla en una posición distante, aunque tampoco podía sólo arrojarla. Antes de que ésta se desprendiera de mis deditos, sentí una fuerza ajena a mí interactuar contra mi acero, provocando que la soltara mucho antes de lo que tenía esperado. Había venido completamente de la nada, de verdad que en ningún momento me había esperado esto. Recién había conocido a este Aramis, pero estaba completamente convencida de que no sería capaz de hacer algo como esto, algo tan descabellado. Aunque tiene sentido tomando en cuenta que él tiene mucho cabello.
Pues adelante. Te sigo, loquito—. ¡A por él! —Exclamé ahogando una risa, dando un paso hacia atrás para darles comodidad a los tres chiflados. Uno, muy estúpidamente, cayó al suelo debido a su papel como plataforma para Aramis, los otros dos trataron de correr hacia él, mas antes de que dieran una buena cantidad de pasos, puse mi pie enfrente de ellos provocando una cómica caída—. No se preocupen, yo se los devolveré enterito. —No era mala idea atraparlo y regresarlo con estos sujetos. Sería como los viejos tiempos cuando recién me inicié como recluta en el ejército.
Había olvidado lo divertido que eran las persecuciones. Y es que no sólo es correr en la misma dirección que tu presa, es también calcular si hay mejores senderos para acortar distancia, hay que tener cuidado con no desacelerar debido al caos que provoca en la huida, sin mencionar que debo estar atenta a cualquier trampa que pueda activar. Es un trabajo paralelo del cuerpo veloz y mente perspicaz. Un error y podría perderlo para siempre. Ah, y también me gustaría tener devuelta mi espada. Aunque dudo que la quiera, no es exactamente la mejor espada del mundo, a menos que sea un coleccionista.
Fue curioso. Logré acercarme lo suficiente al bardo al tomar un atajo improvisado a través de una casa, pero inmediatamente después nos volvimos al separar cuando traté de hacer lo mismo en otra cosa. ¡Pero cómo iba a saber yo que habría una pareja teniendo una pelea doméstica! Me pregunto por qué estaban discutiendo, lástima, moriré con la duda. A fin de cuentas, es como si nunca me hubiera acercado a él.
Yo no iré por ahí. Lo vi trepar ese muro con cierto fastidio y pereza. Mis brazos no soportarían tal maniobra, no ahora, debía ingeniar una aproximación diferente. Tomé suficiente impulso y corrí hacia una pared manteniendo la posición horizontal sobre ésta por un instante, luego brinqué hacia el otro lado y mantuve la velocidad, ganando además altura con cada salto que daba hasta que finalmente logré llegar al borde de la ventana. Ésa era la primera fase, ahora debía llegar a ese tejado. Imitó a mi antecesor en hacer un salto al balcón, con la diferencia de que reboto sobre la baranda para ascender aún más, dando un giro en el aire y quedar con mis pies arriba, los cuales empleo para sostenerme de una orilla. Segunda fase completada. Ahora sólo debo flexionarme y estaré totalmente arriba.
—¿No sabías que es de mala educación dejar el arma de una dama en el suelo? —Inquirí tratando de controlar mi respiración, reincorporándome conforme subo al techo—. Aunque técnicamente esto no es propiamente un piso. —Me encojo de hombros, restándole importancia—. Pero creo que entiendes a qué me refiero. Ahora, sé un buen chico y regrésame lo que me quitaste. —Extiendo un poco la mano, no queriendo esforzarme demasiado—. Co. Rrec. Ta. Men. Te. —Si no estuviera batallando con mesurar mi aliento hubiera sido capaz de expresarme intimidante, no siendo capaz, hablo como se pueda.
Geist
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 76
Re: Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
Mi persecutora aparece segundos después haciendo gala de una elegante destreza y agilidad.
-¿No sabías que es de mala educación dejar el arma de una dama en el suelo? Aunque técnicamente esto no es propiamente un piso. Pero creo que entiendes a qué me refiero. Ahora, sé un buen chico y regrésame lo que me quitaste Co. Rrec. Ta. Men. Te. -
Sonrio sarcásticamente, se que eso la molesta. Sin decir ninguna palabra saco mi bota de vino tinto y doy un gran trago. Después del combate y de la huida realmente necesitaba hidratarme. Observo detenidamente a Geist. Parece tan agotada como yo, aunque trate de ocultarlo.
- Pareces cansada... Ten, echa un trago - Le lanzo la bota por los aires y antes de que pueda cogerla me arrodillo, recojo su espada del suelo, y se la tiendo con la empuñadura apuntando hacia ella, sosteniendo el arma por el filo con una pose respetuosa.
- Espero que sepas disculpar mi grosería... pero temía que perdieras el interés en mi si simplemente desaparecía entre la gente. - Ahora que tengo la ocasión de poder observar de cerca a esta mujer sin miedo a que me atraviese de lado a lado, me percato de su belleza. Es realmente hermosa...
- No tenia ninguna intención de robar tu espada. Tan solo pretendía asegurarme de que me siguieras para poder seguir conversando en un lugar menos transitado. ¿Que fue de nuestros queridos amigos uniformados? -
Espero en esta posición a que mi acompañante beba si así lo desea, y a que recupere su arma. Confió en que no me intente degollar en el mismo momento en que me la arrebate de las manos, pero por si acaso, permanezco alerta ante lo que pueda pasar.
-¿No sabías que es de mala educación dejar el arma de una dama en el suelo? Aunque técnicamente esto no es propiamente un piso. Pero creo que entiendes a qué me refiero. Ahora, sé un buen chico y regrésame lo que me quitaste Co. Rrec. Ta. Men. Te. -
Sonrio sarcásticamente, se que eso la molesta. Sin decir ninguna palabra saco mi bota de vino tinto y doy un gran trago. Después del combate y de la huida realmente necesitaba hidratarme. Observo detenidamente a Geist. Parece tan agotada como yo, aunque trate de ocultarlo.
- Pareces cansada... Ten, echa un trago - Le lanzo la bota por los aires y antes de que pueda cogerla me arrodillo, recojo su espada del suelo, y se la tiendo con la empuñadura apuntando hacia ella, sosteniendo el arma por el filo con una pose respetuosa.
- Espero que sepas disculpar mi grosería... pero temía que perdieras el interés en mi si simplemente desaparecía entre la gente. - Ahora que tengo la ocasión de poder observar de cerca a esta mujer sin miedo a que me atraviese de lado a lado, me percato de su belleza. Es realmente hermosa...
- No tenia ninguna intención de robar tu espada. Tan solo pretendía asegurarme de que me siguieras para poder seguir conversando en un lugar menos transitado. ¿Que fue de nuestros queridos amigos uniformados? -
Espero en esta posición a que mi acompañante beba si así lo desea, y a que recupere su arma. Confió en que no me intente degollar en el mismo momento en que me la arrebate de las manos, pero por si acaso, permanezco alerta ante lo que pueda pasar.
Aramis el Bardo
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 33
Nivel de PJ : : 0
Re: Un nuevo día, la misma canción... [Interpretativo - Libre] [CERRADO]
Muy maleducado este niño es. Arroja mi espada al piso/techo y para colmo no invita de su bebida, ¡peor aún!, bebe justo enfrente de mí. Pues vale. Bebe, esperpento de natura, yo beberé de ti una vez que arranque esa cabezota tuya. Iba a dar un paso agresivo, mas su lanzamiento hizo que me detuviera y tomara la cantimplora en el aire poco antes de que me golpeara. Normalmente esto sería juego de niños para mí, pero mis brazos... Al menos no tengo problemas para llevar la boquilla a... pues mi boca, claro está. Tomo unas gotas. Luego dos. Luego cuatro. Ocho. Dieciséis. Exponencialmente voy drenando el contenido de la bota hasta que queda casi nada o nada en absoluto. En condiciones normales lo hubiera hecho con elegancia, disfrutando cada sorbo, pero ahora no me importaba eso.
Nada mal. Me dejó una buena sensación, aunque realmente es difícil dar un comentario objetivo—. En el desierto, cualquier gota es un oasis. ¿No tienes más? —Cojo mi espada al mismo tiempo que le devuelvo su recipiente vacío, creo—. ¿Disculparte? —Musitó pensando, moviendo mi mirada de un lado a otro, imaginando una buena respuesta para eso. Tal vez es el cansancio, pero no logro hacer una buena combinación de palabras. Sólo me encojo de hombros y sigo escuchando.
—Torpe, esas personas no son nuestros amigos. —Sé a qué se refería, sólo quería llevarle la contraria, romper con su esquema—. Aunque tal vez los conocía. —Me pregunto cómo reaccionaría si le digo que estuve en el ejército. Mejor aún, ¿qué pasaría si le digo que soy una agente en cubierto o algo así? ¿Demasiado increíble? Supongo—. Pero si tanto quieres saber, se los comió la tierra. Pero hey, ¿qué hay del sujeto con el hacha? ¿Se quedó atrás, no nos siguió, murió? Tenía pinta de que la muerte lo estaba siguiendo. —Vuelvo a subir y bajar los hombros, restándole importancia. Aún no he olvidado que entre mis planes había barajado atrapar a este tipo y entregarlo a las autoridades. Sin embargo, ¿bajo qué crímenes? Uhhh. ¿No sería entretenido estar con él un tiempo, obligar que me muestre sus fechorías y entonces delatarlo? Qué lista soy.
—Momento. ¿Dijiste seguir conversando? No recuerdo ningún diálogo entre nosotros. —Cierto que mi memoria no es de fiar, pero estoy bastante segura que no hablamos. Obviamente le dije algo y él me respondió, pero no es como si realmente hubiera un tema a retomar. Sólo estábamos jugando—. Y en cualquier caso, ¿de qué hablaríamos? ¿Planeas invitarme a tu gremio de ladrones? ¿Quieres que me una a tu grupo de asesinos para matar al Rey? —¿Muy directa? A veces es la mejor aproximación. Además, él no sabe lo que traigo entre manos, para él todo esto son preguntas aleatorias. Y de alguna forma lo son—. No me digas que genuinamente deseas platicar sobre algo casual. —Desvió la mirada con desdén ante la ridícula idea, guardando mi espada.
En cualquier caso, algo hay que hacer. Ya invertí mucho tiempo como para permitir que todo se vuelva un desperdicio. De alguna manera sacaré provecho de él. Al menos que me dé más vino.
Nada mal. Me dejó una buena sensación, aunque realmente es difícil dar un comentario objetivo—. En el desierto, cualquier gota es un oasis. ¿No tienes más? —Cojo mi espada al mismo tiempo que le devuelvo su recipiente vacío, creo—. ¿Disculparte? —Musitó pensando, moviendo mi mirada de un lado a otro, imaginando una buena respuesta para eso. Tal vez es el cansancio, pero no logro hacer una buena combinación de palabras. Sólo me encojo de hombros y sigo escuchando.
—Torpe, esas personas no son nuestros amigos. —Sé a qué se refería, sólo quería llevarle la contraria, romper con su esquema—. Aunque tal vez los conocía. —Me pregunto cómo reaccionaría si le digo que estuve en el ejército. Mejor aún, ¿qué pasaría si le digo que soy una agente en cubierto o algo así? ¿Demasiado increíble? Supongo—. Pero si tanto quieres saber, se los comió la tierra. Pero hey, ¿qué hay del sujeto con el hacha? ¿Se quedó atrás, no nos siguió, murió? Tenía pinta de que la muerte lo estaba siguiendo. —Vuelvo a subir y bajar los hombros, restándole importancia. Aún no he olvidado que entre mis planes había barajado atrapar a este tipo y entregarlo a las autoridades. Sin embargo, ¿bajo qué crímenes? Uhhh. ¿No sería entretenido estar con él un tiempo, obligar que me muestre sus fechorías y entonces delatarlo? Qué lista soy.
—Momento. ¿Dijiste seguir conversando? No recuerdo ningún diálogo entre nosotros. —Cierto que mi memoria no es de fiar, pero estoy bastante segura que no hablamos. Obviamente le dije algo y él me respondió, pero no es como si realmente hubiera un tema a retomar. Sólo estábamos jugando—. Y en cualquier caso, ¿de qué hablaríamos? ¿Planeas invitarme a tu gremio de ladrones? ¿Quieres que me una a tu grupo de asesinos para matar al Rey? —¿Muy directa? A veces es la mejor aproximación. Además, él no sabe lo que traigo entre manos, para él todo esto son preguntas aleatorias. Y de alguna forma lo son—. No me digas que genuinamente deseas platicar sobre algo casual. —Desvió la mirada con desdén ante la ridícula idea, guardando mi espada.
En cualquier caso, algo hay que hacer. Ya invertí mucho tiempo como para permitir que todo se vuelva un desperdicio. De alguna manera sacaré provecho de él. Al menos que me dé más vino.
Geist
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 76
Temas similares
» Yo no fui [Libre][Interpretativo][CERRADO]
» El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
» Una vez más en la ciudad [Interpretativo - Libre][Cerrado]
» El contrato [interpretativo] [Libre][CERRADO]
» La reliquia [Interpretativo][Libre][Cerrado]
» El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
» Una vez más en la ciudad [Interpretativo - Libre][Cerrado]
» El contrato [interpretativo] [Libre][CERRADO]
» La reliquia [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Hoy a las 02:15 por Zagreus
» El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]
Ayer a las 19:07 por Gaegel
» El retorno del vampiro [Evento Sacrestic]
Ayer a las 12:39 por Merié Stiffen
» Una sombra sobre Lunargenta: 2ª parte. [Privado]
Ayer a las 04:03 por Níniel Thenidiel
» Ecos De Guerra [Evento Sacrestic] [Noche]
Jue Nov 21 2024, 21:35 por Cohen
» Entre Sombras y Acero [LIBRE][NOCHE]
Jue Nov 21 2024, 20:16 por Seraphine Valaryon
» Días de tormenta + 18 [Privado]
Jue Nov 21 2024, 16:30 por Iori Li
» Laboratorio Harker [Alquimia+Ingeniería]
Miér Nov 20 2024, 19:13 por Zelas Hazelmere
» Pócimas y Tragos: La Guerra de la Calle Burbuja [Interpretativo] [Libre]
Miér Nov 20 2024, 16:18 por Mina Harker
» La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]
Mar Nov 19 2024, 22:49 por Eltrant Tale
» [Zona de culto] Altar de las Runas de los Baldíos
Lun Nov 18 2024, 12:29 por Tyr
» Susurros desde el pasado | Amice H.
Lun Nov 18 2024, 04:12 por Amice M. Hidalgo
» [Zona de culto] Iglesia del único Dios
Sáb Nov 16 2024, 21:38 por Tyr
» Enjoy the Silence 4.0 {Élite]
Miér Nov 13 2024, 20:01 por Nana
» Vampiros, Gomejos, piernas para qué las tengo. [Privado]
Mar Nov 12 2024, 04:51 por Tyr