El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
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El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
-“¡Largo de aquí!” – La áspera voz del guarda resonó en el interior su cabeza como si se la estuvieran cincelando con un martillo mientras dos de sus ayudantes le lanzaban contra el suelo.
Estaba de mal humor, había pasado varios días en una fría mazmorra donde la ley de Lunargenta encerraba a toda la chusma de la ciudad y se había visto forzado a responder a muchas preguntas tras el incidente del carnaval, y con cada respuesta que daba, su libertad parecía más y más distante, principalmente porque nadie terminaba de creerse que alguien fuese tan sumamente irresponsable como para pelearse con una fugitiva por una máscara barata y después intentase plantar cara a la guardia por motivos, francamente, cuestionables.
Pero el mercenario no era alguien a tener en cuenta, lo sabía el tipo grande que le había golpeado, el pequeñajo que había hecho las preguntas y hasta el crío que le había llevado la comida en una bandeja, por lo que tras contestar educadamente y sin muchos improperios la mayoría de las preguntas, le dejaron libre.
Nunca había sentido mucho apego a la guardia, salvo por aquella vez que quiso ingresar en sus filas, parecía ser un buen trabajo y eran respetados, pero la cosa no salió como esperaba. Por supuesto también le tenía cariño a Alanna, no sabía si andaba por la ciudad, pero no podía dejar que la guarda supiese que había estado en prisión, aunque solo fuese por unos días.
El problema que tenía con la justicia era, que la mayoría de sus integrantes estaban curtidos y tenían años de experiencia, de tal modo que eran capaces de reconocer lo que él era a simple vista, un mercenario, uno pobre además; caballeros que como bien sabía toda persona residente en Lunargenta, no eran precisamente dignos de confianza.
–“¡Perfecto! ¡De todas formas me había cansado de vuestra hospitalidad!” – Gritó Eltrant desde húmedo suelo – “¡Y llévate esta lata contigo!” – A su lado el característico sonido de un metal chocando contra el suelo desveló que habían decidido devolverle su espada. –“No vale la pena ni fundirla” – dijo uno de los guardias que le habían empujado entre risas antes de entrar de nuevo en el edificio del cual le habían sacado a rastras – “Yo también os quiero” – Contestó Eltrant, ya solo, tras levantarse y sacudirse el polvo que cubría sus ropajes.
Después de unos cuantos días de cautiverio, ya estaba libre, ¿Qué iba a hacer ahora? Había informado a su último cliente de lo sucedido en la tierra de los vampiros antes de ir al carnaval, y aunque no había recibido un pago por el trabajo, admitió que la muerte del sujeto a quien perseguía no era un mal destino para él y ahora no tenía nada que hacer.
Recogió su espada del suelo y tras atársela al cinto como de costumbre sopesó sus opciones, lo más sensato sería encontrar trabajo, sí que le hacía falta el dinero, pero por otro lado también podría viajar hacia el norte una vez más, con un poco de suerte se encontraría con Demian y Eärwen de nuevo, probablemente estarían en aquel instante en Dundarak, sí, aquella no era una mala idea, les echaba de menos y siempre podría hacer algún trabajillo que otro mientras viajaba, siempre se necesita a gente para hacer cosas que nadie quiere hacer en algún lugar. Aparte con Morh’akdu de su parte y su especial nerviosismo, llegarían a la ciudad de los dragones en la mitad de tiempo.
Después de varios minutos cavilando se decantó por la opción de buscar de nuevo a la elfa y al pequeño brujo, nunca había visto la ciudad de los dragones y aquella parecía la excusa perfecta, el sol estaba aún lo suficientemente alto, si salía en aquel momento podría pasar la noche en uno de los pueblos de la periferia.
Mientras caminaba hacia la salida de la ciudad dónde estaba el pequeño establo en el cual había dejado a Morh no pudo evitar fijarse en unos individuos que parecían estar teniendo una discusión a un lado de la calle.
La efusividad de las dos personas no pasaba desapercibida y es que, no había sido el único en percatarse de la discusión, sin embargo sí que había sido el primero en pararse a curiosear. Fue en ese instante, cuando ambos, hombre y mujer, pararon de gritarse el uno al otro y miraron al mercenario. –“¡¿Y tú que miras?!” – Gritó la mujer de cabellos dorados, Eltrant abrió un poco la boca, sin saber muy bien que decir, lo cierto era que se había parado por simple inercia, no sabía muy bien porqué lo había hecho – “Por los dioses Eliza dale un respiro, es evidente que estamos formando un escándalo aquí” – Dijo el hombre con voz severa.
Eltrant se quedó ahí plantado, totalmente callado, por el aspecto de ambos parecían ser nobles, o al menos adinerados. La mujer solo se podía describir como bella, no obstante a pesar de poseer facciones suaves y expresivos ojos azules su cara ahora estaba contraída en una mueca de ira. El hombre, al contrario era alto, de mentón anguloso y con una barba poblada de color rojizo que hacia juego con su cabello, parecía más relajado con la presencia del mercenario, aunque hacia escasos segundos estaba tan furioso como la mujer.
-“¡Cállate Kenneth! ¡Cállate y haz algo de una vez!” – Dijo Eliza volviéndose hacia el hombre con el ceño fruncido –“Has-perdido-a-nuestro-hijo” – Cada palabra que salía de su boca desvelaba un profundo odio hacia el hombre que tenía delante –“¡No lo he perdido!” – Se defendió el hombre – “¡Tenia a los mejores mercenarios que me he podido permitir protegiendolo!” – Gritó de vuelta a su esposa –“¡Una panda de borrachos con espadas!” – La mujer se giró entonces hacia Eltrant quien estaba tratando de irse de allí –“¿Todavía aquí?” – Dijo alzando una ceja en el momento exacto en el cual Eltrant se hubo dado la vuelta –“¿Es que acaso te interesan los problemas de los demás? Entrometido”
Eltrant se giró lentamente y miró de nuevo a la pareja de nobles, que le observaban con el ceño fruncido. –“¿Y bien?” – Preguntó ahora el hombre cruzándose de brazos –“Miren… no quería molestar, simplemente seguiré mi camino y…” – “¿Eso es una espada?” – Preguntó la mujer a su marido –“Sí, eso parece Eliza, eso parece.” – Contestó el hombre –“¿Tú crees que…?” – Prosiguió Eliza – “Sí, creo que sí” – Afirmó Kenneth – “Caballero…” – Dijeron los dos al unísono.
A Eltrant le recorrió un escalofrió por la espalda, algo le decía que acaba de meterse en un lio.
–“¿Es por casualidad usted una espada a sueldo?” – Eltrant apretó los dientes, siempre podía negarse a lo que suponía que le estaban a punto de pedir, pero por otro lado... –“Nuestro hijo, nuestro pequeño Thomas, se lo han llevado y...” – “¡Por tú culpa!” – “Eliza…” –“Nos gustaría que le encontraras… por favor” – Eltrant se atusó la barba y suspiró, la pareja pareció interpretar esto como una afirmación porque después de abrazarse entre ellos le enseñaron un papel mugriento a Eltrant.
“pra los novles qenez y elisa : tenmos a vuestro igo i kerems haeros komo 400 ho 1000 hestaria bien ho lo matamos no havizeis a la gardia ho lo pajareis ”
El mercenario leyó la nota en voz alta, para justo después mirar confuso a los padres y tras eso releer la nota de nuevo para tratar de figurarse quién en su sano juicio podría escribir así.
–“¿Qué…?” – Empezó a preguntar justo cuando Kenneth le volvió a interrumpir acongojado –“¡Y encima son analfabetos!” – “¡¿De verdad crees que eso es lo más destacable de la nota Kenneth?! ¿¡De verdad!?” – Preguntó la mujer a su marido otra vez furiosa –“Solo digo que…” –No pudo acabar la explicación pues esta vez fue el mercenario quien intervino –“Miren, les...les ayudaré, pero aparte de este…trozo de papel, ¿Tienen alguna pista más?” – Eltrant suspiró mientras los padres le entregaban un pequeño relicario con un dibujo del muchacho –“Ojala Demian estuviese aquí, a él se le dan mejor estas cosas” – Pensó mientras memorizaba la foto, con un poco de suerte, el no sería el único a quien habían decidido contratar.
Estaba de mal humor, había pasado varios días en una fría mazmorra donde la ley de Lunargenta encerraba a toda la chusma de la ciudad y se había visto forzado a responder a muchas preguntas tras el incidente del carnaval, y con cada respuesta que daba, su libertad parecía más y más distante, principalmente porque nadie terminaba de creerse que alguien fuese tan sumamente irresponsable como para pelearse con una fugitiva por una máscara barata y después intentase plantar cara a la guardia por motivos, francamente, cuestionables.
Pero el mercenario no era alguien a tener en cuenta, lo sabía el tipo grande que le había golpeado, el pequeñajo que había hecho las preguntas y hasta el crío que le había llevado la comida en una bandeja, por lo que tras contestar educadamente y sin muchos improperios la mayoría de las preguntas, le dejaron libre.
Nunca había sentido mucho apego a la guardia, salvo por aquella vez que quiso ingresar en sus filas, parecía ser un buen trabajo y eran respetados, pero la cosa no salió como esperaba. Por supuesto también le tenía cariño a Alanna, no sabía si andaba por la ciudad, pero no podía dejar que la guarda supiese que había estado en prisión, aunque solo fuese por unos días.
El problema que tenía con la justicia era, que la mayoría de sus integrantes estaban curtidos y tenían años de experiencia, de tal modo que eran capaces de reconocer lo que él era a simple vista, un mercenario, uno pobre además; caballeros que como bien sabía toda persona residente en Lunargenta, no eran precisamente dignos de confianza.
–“¡Perfecto! ¡De todas formas me había cansado de vuestra hospitalidad!” – Gritó Eltrant desde húmedo suelo – “¡Y llévate esta lata contigo!” – A su lado el característico sonido de un metal chocando contra el suelo desveló que habían decidido devolverle su espada. –“No vale la pena ni fundirla” – dijo uno de los guardias que le habían empujado entre risas antes de entrar de nuevo en el edificio del cual le habían sacado a rastras – “Yo también os quiero” – Contestó Eltrant, ya solo, tras levantarse y sacudirse el polvo que cubría sus ropajes.
Después de unos cuantos días de cautiverio, ya estaba libre, ¿Qué iba a hacer ahora? Había informado a su último cliente de lo sucedido en la tierra de los vampiros antes de ir al carnaval, y aunque no había recibido un pago por el trabajo, admitió que la muerte del sujeto a quien perseguía no era un mal destino para él y ahora no tenía nada que hacer.
Recogió su espada del suelo y tras atársela al cinto como de costumbre sopesó sus opciones, lo más sensato sería encontrar trabajo, sí que le hacía falta el dinero, pero por otro lado también podría viajar hacia el norte una vez más, con un poco de suerte se encontraría con Demian y Eärwen de nuevo, probablemente estarían en aquel instante en Dundarak, sí, aquella no era una mala idea, les echaba de menos y siempre podría hacer algún trabajillo que otro mientras viajaba, siempre se necesita a gente para hacer cosas que nadie quiere hacer en algún lugar. Aparte con Morh’akdu de su parte y su especial nerviosismo, llegarían a la ciudad de los dragones en la mitad de tiempo.
Después de varios minutos cavilando se decantó por la opción de buscar de nuevo a la elfa y al pequeño brujo, nunca había visto la ciudad de los dragones y aquella parecía la excusa perfecta, el sol estaba aún lo suficientemente alto, si salía en aquel momento podría pasar la noche en uno de los pueblos de la periferia.
Mientras caminaba hacia la salida de la ciudad dónde estaba el pequeño establo en el cual había dejado a Morh no pudo evitar fijarse en unos individuos que parecían estar teniendo una discusión a un lado de la calle.
La efusividad de las dos personas no pasaba desapercibida y es que, no había sido el único en percatarse de la discusión, sin embargo sí que había sido el primero en pararse a curiosear. Fue en ese instante, cuando ambos, hombre y mujer, pararon de gritarse el uno al otro y miraron al mercenario. –“¡¿Y tú que miras?!” – Gritó la mujer de cabellos dorados, Eltrant abrió un poco la boca, sin saber muy bien que decir, lo cierto era que se había parado por simple inercia, no sabía muy bien porqué lo había hecho – “Por los dioses Eliza dale un respiro, es evidente que estamos formando un escándalo aquí” – Dijo el hombre con voz severa.
Eltrant se quedó ahí plantado, totalmente callado, por el aspecto de ambos parecían ser nobles, o al menos adinerados. La mujer solo se podía describir como bella, no obstante a pesar de poseer facciones suaves y expresivos ojos azules su cara ahora estaba contraída en una mueca de ira. El hombre, al contrario era alto, de mentón anguloso y con una barba poblada de color rojizo que hacia juego con su cabello, parecía más relajado con la presencia del mercenario, aunque hacia escasos segundos estaba tan furioso como la mujer.
-“¡Cállate Kenneth! ¡Cállate y haz algo de una vez!” – Dijo Eliza volviéndose hacia el hombre con el ceño fruncido –“Has-perdido-a-nuestro-hijo” – Cada palabra que salía de su boca desvelaba un profundo odio hacia el hombre que tenía delante –“¡No lo he perdido!” – Se defendió el hombre – “¡Tenia a los mejores mercenarios que me he podido permitir protegiendolo!” – Gritó de vuelta a su esposa –“¡Una panda de borrachos con espadas!” – La mujer se giró entonces hacia Eltrant quien estaba tratando de irse de allí –“¿Todavía aquí?” – Dijo alzando una ceja en el momento exacto en el cual Eltrant se hubo dado la vuelta –“¿Es que acaso te interesan los problemas de los demás? Entrometido”
Eltrant se giró lentamente y miró de nuevo a la pareja de nobles, que le observaban con el ceño fruncido. –“¿Y bien?” – Preguntó ahora el hombre cruzándose de brazos –“Miren… no quería molestar, simplemente seguiré mi camino y…” – “¿Eso es una espada?” – Preguntó la mujer a su marido –“Sí, eso parece Eliza, eso parece.” – Contestó el hombre –“¿Tú crees que…?” – Prosiguió Eliza – “Sí, creo que sí” – Afirmó Kenneth – “Caballero…” – Dijeron los dos al unísono.
A Eltrant le recorrió un escalofrió por la espalda, algo le decía que acaba de meterse en un lio.
–“¿Es por casualidad usted una espada a sueldo?” – Eltrant apretó los dientes, siempre podía negarse a lo que suponía que le estaban a punto de pedir, pero por otro lado... –“Nuestro hijo, nuestro pequeño Thomas, se lo han llevado y...” – “¡Por tú culpa!” – “Eliza…” –“Nos gustaría que le encontraras… por favor” – Eltrant se atusó la barba y suspiró, la pareja pareció interpretar esto como una afirmación porque después de abrazarse entre ellos le enseñaron un papel mugriento a Eltrant.
“pra los novles qenez y elisa : tenmos a vuestro igo i kerems haeros komo 400 ho 1000 hestaria bien ho lo matamos no havizeis a la gardia ho lo pajareis ”
El mercenario leyó la nota en voz alta, para justo después mirar confuso a los padres y tras eso releer la nota de nuevo para tratar de figurarse quién en su sano juicio podría escribir así.
–“¿Qué…?” – Empezó a preguntar justo cuando Kenneth le volvió a interrumpir acongojado –“¡Y encima son analfabetos!” – “¡¿De verdad crees que eso es lo más destacable de la nota Kenneth?! ¿¡De verdad!?” – Preguntó la mujer a su marido otra vez furiosa –“Solo digo que…” –No pudo acabar la explicación pues esta vez fue el mercenario quien intervino –“Miren, les...les ayudaré, pero aparte de este…trozo de papel, ¿Tienen alguna pista más?” – Eltrant suspiró mientras los padres le entregaban un pequeño relicario con un dibujo del muchacho –“Ojala Demian estuviese aquí, a él se le dan mejor estas cosas” – Pensó mientras memorizaba la foto, con un poco de suerte, el no sería el único a quien habían decidido contratar.
Última edición por Eltrant Tale el Mar Mayo 12 2015, 15:57, editado 1 vez
Eltrant Tale
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Dejó escapar un fuerte suspiro mientras contemplaba el pequeño relicario que, junto con la nota, le habían entregado. –“¿En qué te has metido Eltrant?” – susurró para sí mientras cerraba el puño en torno al objeto. –“¿Decías algo?” – Preguntó Kenneth con el ceño fruncido, Eltrant negó con la cabeza y miró la casa frente a la que se encontraba la pareja.
La casa era desde luego ostentosa, era la típica vivienda que decía “Aquí vive gente con dinero”, un hogar imponente de tres plantas de alto, le recordó en cierto modo a la mansión de Sacrestic, aunque sin ese toque tétrico que caracterizaba el hogar de los vampiros.
Hacia escasos minutos que había salido de aquella vivienda, la pareja, quienes habían resultado apellidarse Elroy, le habían forzado a que buscase alguna posible pista del paradero de su hijo en su casa, dónde había permanecido el pequeño Thomas custodiado hasta el momento de su secuestro.
Al final, a regañadientes accedió a buscar algo en la vivienda, pero no encontró nada interesante solo trozos de armadura, Jarrones rotos, muebles destrozados e incluso un enorme mandoble manchado de sangre clavado en mitad de una pared, pero nada que dijese dónde estaba el niño.
Lo único que sacó en claro de aquella fugaz visita es que no había sido una única persona la que se había llevado al muchacho, por otro lado, si un único individuo había sido capaz de acabar con el pequeño regimiento de mercenarios que habían contratado los padres de Thomas con tal de llevarse al chico, había aceptado el trabajo equivocado.
Una vez fuera volvió a releer la nota que habían dejado los supuestos secuestradores. –“¿Se puede saber a qué esperas?” – Le preguntó Eliza cruzada de brazos. –"Tengo un par… de teorías” – Mintió. La mujer pareció detectarlo, porque sin decir nada torció el gesto y se fue junto a su marido a quien le susurró algo al oído. Eltrant obvió aquello y se acercó a ambos –“Curiosamente la nota no dice nada de donde debéis depositar el pago…” – Dijo leyéndola en voz alta para los padres –“En cualquier caso, encontrare a vuestro hijo” – les dijo tratando de tranquilizarles. –“Más te vale” – respondió la rubia al momento con el mismo semblante.
Antes de marcharse el mercenario les devolvió la nota y el relicario, estaba bastante seguro de que no era el único mercenario que habían contratado para buscar a Thomas y muchos menos iba a ser el último. Una vez terminadas todas las preguntas y acordado el lugar a dónde se tenía que dirigir en caso de encontrar al muchacho se encaminó a uno de los pocos lugares de la ciudad en el que podría enterarse de algo sobre un secuestro.
Según se alejaba Eltrant pudo oír como la excéntrica pareja comenzaba a discutir de nuevo en cuanto este se hubo apartado un poco de ellos, de cualquier forma, achacó todo al hecho de que habían perdido a su hijo, por lo que siguió avanzando sin decir nada, principalmente para ahorrarse de nuevo las miradas acusadoras de la pareja.
Por una parte se arrepentía de haber aceptado el trabajo, de no haberlo hecho ya estaría de camino hacia el norte a lomos de Morh, no obstante el dinero que sacase de aquel extraño secuestro le iba a facilitar mucho las cosas de camino hacia la ciudad de los dragones.
Siguió avanzando por las calles de la ciudad, con aquella sensación de pequeñez que le gustaba, habituado a toda una vida en una granja junto a un pequeño pueblo en el que todos se conocen, en aquel lugar no era sino un punto más entre la multitud cosa que a diferencia de muchos, le tranquilizaba
Mientras caminaba vio un par de guardas de la ciudad de patrulla y estuvo tentado de hablarles de lo sucedido, dejando a un lado el hecho de que hacia unas pocas horas miembros de la guarda le habían tratado como si fuera menos que una persona, la mayoría de sus integrantes usualmente eran bastante serios con su trabajo. Los lexicalmente pobres secuestradores, sin embargo, habían advertido a la pareja sobre buscar ayuda y a diferencia de contratar mercenarios, la guardia de la ciudad movilizaría a los suficientes hombres como para hacerse notar. Cuanto menos llamase la atención, mejor.
Llegó entonces a una pequeña taberna en los bajos fondos de la ciudad, tras mirar el cartelón durante unos instantes se adentró en el interior del local. Había estado en aquel sitio más de una vez, era normalmente uno de los puntos de encuentro de la ciudad para gente como él, pobremente iluminado y con un nivel de higiene aún más pobre, trabajos como el de Sacrestic los había aceptado en aquel lugar.
Los numerosos hombres y mujeres que bebían y conversaban en la taberna se giraron para mirar quien era el sujeto que se atrevía a entrar en aquel lugar, sin embargo, tras comprobar que no era nadie interesante, volvieron todos a sus asuntos.
Dejando descansar una de sus manos sobre el pomo de su espada Eltrant se dirigió hacia la barra esquivando una pareja de hombres quienes al parecer, habían decidido que un combate a cuchillo era la mejor distracción posible bajo los efectos del alcohol.
Una vez estuvo sentado junto a la barra una corpulenta mujer que probablemente le doblaría en edad se acercó al mercenario. –“Bienvenido muchacho” – Dijo sonriendo al recién llegado. De fondo un grito de dolor seguido de unas risas desvelaron que el combate a cuchillo había finalizado –“¡Como me volváis a manchar de sangre las mesas os mato!” – Gritó la mujer dando un fuerte manotazo sobre la mesa, seguidamente, volvió a girarse hacia Eltrant –“¿Quieres algo de beber chico? Espero que esta vez traigas dinero… lo traes ¿Verdad?” – Eltrant rió un poco y negó con la cabeza –“En realidad estoy buscando otra cosa…”
La casa era desde luego ostentosa, era la típica vivienda que decía “Aquí vive gente con dinero”, un hogar imponente de tres plantas de alto, le recordó en cierto modo a la mansión de Sacrestic, aunque sin ese toque tétrico que caracterizaba el hogar de los vampiros.
Hacia escasos minutos que había salido de aquella vivienda, la pareja, quienes habían resultado apellidarse Elroy, le habían forzado a que buscase alguna posible pista del paradero de su hijo en su casa, dónde había permanecido el pequeño Thomas custodiado hasta el momento de su secuestro.
Al final, a regañadientes accedió a buscar algo en la vivienda, pero no encontró nada interesante solo trozos de armadura, Jarrones rotos, muebles destrozados e incluso un enorme mandoble manchado de sangre clavado en mitad de una pared, pero nada que dijese dónde estaba el niño.
Lo único que sacó en claro de aquella fugaz visita es que no había sido una única persona la que se había llevado al muchacho, por otro lado, si un único individuo había sido capaz de acabar con el pequeño regimiento de mercenarios que habían contratado los padres de Thomas con tal de llevarse al chico, había aceptado el trabajo equivocado.
Una vez fuera volvió a releer la nota que habían dejado los supuestos secuestradores. –“¿Se puede saber a qué esperas?” – Le preguntó Eliza cruzada de brazos. –"Tengo un par… de teorías” – Mintió. La mujer pareció detectarlo, porque sin decir nada torció el gesto y se fue junto a su marido a quien le susurró algo al oído. Eltrant obvió aquello y se acercó a ambos –“Curiosamente la nota no dice nada de donde debéis depositar el pago…” – Dijo leyéndola en voz alta para los padres –“En cualquier caso, encontrare a vuestro hijo” – les dijo tratando de tranquilizarles. –“Más te vale” – respondió la rubia al momento con el mismo semblante.
Antes de marcharse el mercenario les devolvió la nota y el relicario, estaba bastante seguro de que no era el único mercenario que habían contratado para buscar a Thomas y muchos menos iba a ser el último. Una vez terminadas todas las preguntas y acordado el lugar a dónde se tenía que dirigir en caso de encontrar al muchacho se encaminó a uno de los pocos lugares de la ciudad en el que podría enterarse de algo sobre un secuestro.
Según se alejaba Eltrant pudo oír como la excéntrica pareja comenzaba a discutir de nuevo en cuanto este se hubo apartado un poco de ellos, de cualquier forma, achacó todo al hecho de que habían perdido a su hijo, por lo que siguió avanzando sin decir nada, principalmente para ahorrarse de nuevo las miradas acusadoras de la pareja.
Por una parte se arrepentía de haber aceptado el trabajo, de no haberlo hecho ya estaría de camino hacia el norte a lomos de Morh, no obstante el dinero que sacase de aquel extraño secuestro le iba a facilitar mucho las cosas de camino hacia la ciudad de los dragones.
Siguió avanzando por las calles de la ciudad, con aquella sensación de pequeñez que le gustaba, habituado a toda una vida en una granja junto a un pequeño pueblo en el que todos se conocen, en aquel lugar no era sino un punto más entre la multitud cosa que a diferencia de muchos, le tranquilizaba
Mientras caminaba vio un par de guardas de la ciudad de patrulla y estuvo tentado de hablarles de lo sucedido, dejando a un lado el hecho de que hacia unas pocas horas miembros de la guarda le habían tratado como si fuera menos que una persona, la mayoría de sus integrantes usualmente eran bastante serios con su trabajo. Los lexicalmente pobres secuestradores, sin embargo, habían advertido a la pareja sobre buscar ayuda y a diferencia de contratar mercenarios, la guardia de la ciudad movilizaría a los suficientes hombres como para hacerse notar. Cuanto menos llamase la atención, mejor.
Llegó entonces a una pequeña taberna en los bajos fondos de la ciudad, tras mirar el cartelón durante unos instantes se adentró en el interior del local. Había estado en aquel sitio más de una vez, era normalmente uno de los puntos de encuentro de la ciudad para gente como él, pobremente iluminado y con un nivel de higiene aún más pobre, trabajos como el de Sacrestic los había aceptado en aquel lugar.
Los numerosos hombres y mujeres que bebían y conversaban en la taberna se giraron para mirar quien era el sujeto que se atrevía a entrar en aquel lugar, sin embargo, tras comprobar que no era nadie interesante, volvieron todos a sus asuntos.
Dejando descansar una de sus manos sobre el pomo de su espada Eltrant se dirigió hacia la barra esquivando una pareja de hombres quienes al parecer, habían decidido que un combate a cuchillo era la mejor distracción posible bajo los efectos del alcohol.
Una vez estuvo sentado junto a la barra una corpulenta mujer que probablemente le doblaría en edad se acercó al mercenario. –“Bienvenido muchacho” – Dijo sonriendo al recién llegado. De fondo un grito de dolor seguido de unas risas desvelaron que el combate a cuchillo había finalizado –“¡Como me volváis a manchar de sangre las mesas os mato!” – Gritó la mujer dando un fuerte manotazo sobre la mesa, seguidamente, volvió a girarse hacia Eltrant –“¿Quieres algo de beber chico? Espero que esta vez traigas dinero… lo traes ¿Verdad?” – Eltrant rió un poco y negó con la cabeza –“En realidad estoy buscando otra cosa…”
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
-Ey tío, ¿me prestas unos aeros? te juro que te los devuelvo- le pregunté al tipo de mi izquierda con una tímida sonrisa en la cara.
-Cállate bastardo, no vale p…pedir prestado, te voy a matar- Me gritó el borracho de mi derecha para luego soltarme un puñetazo en toda la cara que me tiró de la silla al suelo.
Y allí me quedé unos instantes, sobre el sucio y húmedo suelo del bar, preguntándome como había acabado otra vez así, sangrando profusamente por la nariz, tirado en el suelo de un antro de mala muerte y sin un solo aero en los bolsillos, la triste historia de mi vida.
No hace falta remontarse demasiado, había vuelto después de un tiempo a Lunargenta por negocios, dicho así sonaba muy bien, pero sería más correcto decir que buscaba cualquier cosa para ganarme unos dineros, cualquier cosa honrada por supuesto, y por caprichos del destino, tras dar tumbos sin demasiado éxito, había acabado aquí, en uno de los peores sitios de toda la ciudad, rodeado de chusma, peleas y alcohol, fui un idiota al pensar que sería fácil y divertido entrar a tomar una pinta de lo que fuera y marcharme sin mayor problema, error.
No entraré en detalles de cómo el bruto de al lado juró partirme las piernas si no le pagaba la ronda, digamos que el fulano tenía muchísima suerte apostando, que no le gustaban los chistes y que una de las horrorosas mujeres que había por el bar era su hermana.
Un tipo acababa de entrar a la taberna, no cuadraba demasiado con la mugre del lugar, al menos no olía a alcohol barato, aun, así que supuse que tendría algo suelto, y decidí girarme y pedirle algo prestado, le miré nuevamente desde el suelo, tampoco tenía nada de especial, ropa gastada, aspecto descuidado, no sé, me daba buena impresión, parecía un buen tipo, además tenía una espada, aunque desde aquí se la veía bastante cutrona, solo esperaba que hoy, en este sucio antro, pudiera salvarme el culo.
-Te voy a matar gu..gusano de mierda- Oí decir al descerebrado borracho mientras se ponía de pie, seguro que para zurrarme, desde aquí parecía bastante más grande de lo que ya era.
-Ey ti..tío, ¿me...me echas un cable?- dije sin dejar de sangrar tendiéndole la mano al nuevo desconocido con una sincera sonrisa.
-Cállate bastardo, no vale p…pedir prestado, te voy a matar- Me gritó el borracho de mi derecha para luego soltarme un puñetazo en toda la cara que me tiró de la silla al suelo.
Y allí me quedé unos instantes, sobre el sucio y húmedo suelo del bar, preguntándome como había acabado otra vez así, sangrando profusamente por la nariz, tirado en el suelo de un antro de mala muerte y sin un solo aero en los bolsillos, la triste historia de mi vida.
No hace falta remontarse demasiado, había vuelto después de un tiempo a Lunargenta por negocios, dicho así sonaba muy bien, pero sería más correcto decir que buscaba cualquier cosa para ganarme unos dineros, cualquier cosa honrada por supuesto, y por caprichos del destino, tras dar tumbos sin demasiado éxito, había acabado aquí, en uno de los peores sitios de toda la ciudad, rodeado de chusma, peleas y alcohol, fui un idiota al pensar que sería fácil y divertido entrar a tomar una pinta de lo que fuera y marcharme sin mayor problema, error.
No entraré en detalles de cómo el bruto de al lado juró partirme las piernas si no le pagaba la ronda, digamos que el fulano tenía muchísima suerte apostando, que no le gustaban los chistes y que una de las horrorosas mujeres que había por el bar era su hermana.
Un tipo acababa de entrar a la taberna, no cuadraba demasiado con la mugre del lugar, al menos no olía a alcohol barato, aun, así que supuse que tendría algo suelto, y decidí girarme y pedirle algo prestado, le miré nuevamente desde el suelo, tampoco tenía nada de especial, ropa gastada, aspecto descuidado, no sé, me daba buena impresión, parecía un buen tipo, además tenía una espada, aunque desde aquí se la veía bastante cutrona, solo esperaba que hoy, en este sucio antro, pudiera salvarme el culo.
-Te voy a matar gu..gusano de mierda- Oí decir al descerebrado borracho mientras se ponía de pie, seguro que para zurrarme, desde aquí parecía bastante más grande de lo que ya era.
-Ey ti..tío, ¿me...me echas un cable?- dije sin dejar de sangrar tendiéndole la mano al nuevo desconocido con una sincera sonrisa.
Schott
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Las peleas eran algo usual en aquel antro, ya fuesen a causa de una apuesta, por un malentendido o simplemente porque no tenían nada mejor que hacer que intentar abrirse la cabeza los unos a los otros, lo cierto es que no era extraño ver como dos desconocidos trataban de dejarse fuera de combate en aquel lugar.
Eltrant solía evitar lo mejor que podía estas situaciones, su plan de acción cada vez que entraba en aquel lugar consistía en sentarse junto a la barra, pedir de beber algo que fuese preferiblemente potable y esperar que alguien le ofreciese trabajo, un sistema lento pero con el cual se ahorraba peleas innecesarias. Por eso se sorprendió cuando, dejando momentáneamente de lado el tema del secuestro, accedió a ayudar a un muchacho de aproximadamente su edad que, al parecer, estaba teniendo problemas con uno de los entrañables alcohólicos del lugar.
Tras pedirle a la camarera que esperase, quien simplemente frunció el ceño ante la actitud del mercenario y volvió de nuevo a sus quehaceres, Eltrant se acercó al muchacho que acababa de pedir ayuda y tendiéndole la mano le ayudó a levantarse. –“¿Un mal día?” – Eltrant sonrió al muchacho tratando de quitarle tensión al incidente.
Estudió al individuó al que había accedido a ayudar, poseedor con gruesas ropas de trabajo con numerosos bolsillos su aspecto no pasaba del típico joven trabajador que tras llegar a la ciudad acaba sin percatarse en un lugar en el cual no debería estar. En cierto modo le recordaba mucho a él mismo cuando llegó hace cuatro años.
El tipo que estaba atosigando al joven se giró hacia él y tras apoyarse en una de las mesas para no caerse le señaló con el dedo –“¿A… acaso me vas a pagar tú las deudas de este re….renacuajo Tale? ¡Si eres más pobre que las ratas!” – Balbuceó para luego reirse de su propio chiste, Eltrant se cruzó de brazos y alzó una ceja– "Espera ¿Me conoces?” – El hombre, quien mediría fácilmente más de dos metros se acercó de varias zancadas hasta estar a menos de un palmo del mercenario, quien instintivamente llevó su mano derecha hasta la empuñadura de su espada anticipando el ataque de aquel tipo. – “Sí” – dijo - “Te conozco… Tale” – Dicho esto y sin previo aviso lanzó un derechazo con todas sus fuerzas hacia la cara del susodicho, quien sin tiempo a reaccionar no pudo sino sentir como el puño de aquel gigante cincelaba su cara y le lanzaba contra una de las mesas.
Eltrant se llevó una de sus manos a la cara solo para comprobar que le sangraba la nariz, por otro lado, aquel tipo se acercaba a una velocidad ridículamente rápida para alguien de ese tamaño y con tal estado de embriaguez –“Espera…” – comenzó a decir Eltrant –“Podemos hablarlo, tomarnos unas copas…" – dijo limpiándose la sangre de la nariz con la manga de la camisa, pero aquella bestia siguió andando sin decir nada dispuesto a aplastar al mercenario entre sus manos, fue entonces cuando frunciendo el ceño y con ligero movimiento de brazo desenvainó su espada.
El local enmudeció, fue extraño porque aproximadamente el noventa por cierto de los individuos en aquel lugar iban armados, todos se quedaron mirando al mercenario que acaba de desenvainar la espada hasta que el borracho alzó ligeramente las manos –“No hace falta ponerse tan serio, ¡Son solo unos aeros de nada!” – Gritó para después retroceder hasta su mesa mientras balbuceaba algo, tras dejarse caer junto a su mesa dirigió una última mirada de odio hacia el joven a quien acababa de ayudar y volvió a sus asuntos.
Eltrant se giró hacia el muchacho y tras envainar de nuevo su espada se acercó a él. –“¿Estas bien?” – Le preguntó tras lo cual le indicó que se sentase con él junto en la barra, su padre le había enseñado que no era oportuno y que solo traía problemas ayudar a desconocidos, pero sus propias experiencias le habían dicho que el viejo Ivan Tale se equivocaba al menos en parte, además, el pelirrojo no parecía ser mala persona. - "No te preocupes, este sitio es así la mayor parte del tiempo, en media hora se han olvidado de todo" - Dijo limpiándose la sangre de la nariz con un pañuelo que llevaba en el bolsillo, después buscó uno ligeramente limpio que llevaba en la bolsa de viaje y se lo tendió al desconocido - "Toma, límpiate la sangre anda " - Llamó a la camarera con la mano - "Me llamo Eltrant por cierto, creo que no lo había dicho" - Se presentó.
Ahora que se había encargado del asunto del borracho podría volver al secuestro, no obstante el borracho lanzaba miradas hacia el lugar donde se encontraba de vez en cuando, por lo que no descartaba que podría llegar a ser un problema más adelante.
Eltrant solía evitar lo mejor que podía estas situaciones, su plan de acción cada vez que entraba en aquel lugar consistía en sentarse junto a la barra, pedir de beber algo que fuese preferiblemente potable y esperar que alguien le ofreciese trabajo, un sistema lento pero con el cual se ahorraba peleas innecesarias. Por eso se sorprendió cuando, dejando momentáneamente de lado el tema del secuestro, accedió a ayudar a un muchacho de aproximadamente su edad que, al parecer, estaba teniendo problemas con uno de los entrañables alcohólicos del lugar.
Tras pedirle a la camarera que esperase, quien simplemente frunció el ceño ante la actitud del mercenario y volvió de nuevo a sus quehaceres, Eltrant se acercó al muchacho que acababa de pedir ayuda y tendiéndole la mano le ayudó a levantarse. –“¿Un mal día?” – Eltrant sonrió al muchacho tratando de quitarle tensión al incidente.
Estudió al individuó al que había accedido a ayudar, poseedor con gruesas ropas de trabajo con numerosos bolsillos su aspecto no pasaba del típico joven trabajador que tras llegar a la ciudad acaba sin percatarse en un lugar en el cual no debería estar. En cierto modo le recordaba mucho a él mismo cuando llegó hace cuatro años.
El tipo que estaba atosigando al joven se giró hacia él y tras apoyarse en una de las mesas para no caerse le señaló con el dedo –“¿A… acaso me vas a pagar tú las deudas de este re….renacuajo Tale? ¡Si eres más pobre que las ratas!” – Balbuceó para luego reirse de su propio chiste, Eltrant se cruzó de brazos y alzó una ceja– "Espera ¿Me conoces?” – El hombre, quien mediría fácilmente más de dos metros se acercó de varias zancadas hasta estar a menos de un palmo del mercenario, quien instintivamente llevó su mano derecha hasta la empuñadura de su espada anticipando el ataque de aquel tipo. – “Sí” – dijo - “Te conozco… Tale” – Dicho esto y sin previo aviso lanzó un derechazo con todas sus fuerzas hacia la cara del susodicho, quien sin tiempo a reaccionar no pudo sino sentir como el puño de aquel gigante cincelaba su cara y le lanzaba contra una de las mesas.
Eltrant se llevó una de sus manos a la cara solo para comprobar que le sangraba la nariz, por otro lado, aquel tipo se acercaba a una velocidad ridículamente rápida para alguien de ese tamaño y con tal estado de embriaguez –“Espera…” – comenzó a decir Eltrant –“Podemos hablarlo, tomarnos unas copas…" – dijo limpiándose la sangre de la nariz con la manga de la camisa, pero aquella bestia siguió andando sin decir nada dispuesto a aplastar al mercenario entre sus manos, fue entonces cuando frunciendo el ceño y con ligero movimiento de brazo desenvainó su espada.
El local enmudeció, fue extraño porque aproximadamente el noventa por cierto de los individuos en aquel lugar iban armados, todos se quedaron mirando al mercenario que acaba de desenvainar la espada hasta que el borracho alzó ligeramente las manos –“No hace falta ponerse tan serio, ¡Son solo unos aeros de nada!” – Gritó para después retroceder hasta su mesa mientras balbuceaba algo, tras dejarse caer junto a su mesa dirigió una última mirada de odio hacia el joven a quien acababa de ayudar y volvió a sus asuntos.
Eltrant se giró hacia el muchacho y tras envainar de nuevo su espada se acercó a él. –“¿Estas bien?” – Le preguntó tras lo cual le indicó que se sentase con él junto en la barra, su padre le había enseñado que no era oportuno y que solo traía problemas ayudar a desconocidos, pero sus propias experiencias le habían dicho que el viejo Ivan Tale se equivocaba al menos en parte, además, el pelirrojo no parecía ser mala persona. - "No te preocupes, este sitio es así la mayor parte del tiempo, en media hora se han olvidado de todo" - Dijo limpiándose la sangre de la nariz con un pañuelo que llevaba en el bolsillo, después buscó uno ligeramente limpio que llevaba en la bolsa de viaje y se lo tendió al desconocido - "Toma, límpiate la sangre anda " - Llamó a la camarera con la mano - "Me llamo Eltrant por cierto, creo que no lo había dicho" - Se presentó.
Ahora que se había encargado del asunto del borracho podría volver al secuestro, no obstante el borracho lanzaba miradas hacia el lugar donde se encontraba de vez en cuando, por lo que no descartaba que podría llegar a ser un problema más adelante.
Eltrant Tale
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
-Eee..si, podría decirse que sí, pero he tenido días peores- dije sonriendo al desconocido que amablemente me había tendido la mano para levantarme.
-Gra..gracias- dije mientras trataba limpiarme la sangre de la cara, dejándomela más sucia que antes.
Mientras estaba ocupado el borracho peligroso se le encaró y dudó de su solvencia, por lo visto le conocía, aunque a juzgar por la expresión de mi salvador, un tal Tale, él al borracho no.
Iba a decir algo cuando el bruto le reventó la cara de un derechazo y le lanzó a un lado, como antes había hecho conmigo, el tal Tale trató de hacerle entrar en razón mientras el enorme borracho se dirigía peligrosamente hacia él.
-No lo intentes…aggg….que éste no atiende a razones- dije mientras trataba de detenerle agarrándole por detrás como si fuese una mochila, aunque solo conseguí que me arrastrase con él, era como una montaña inamovible.
Parecía que le iba a soltar otro tremendo puñetazo cuando Tale desenvainó su espada.
Apreté los dientes y contuve la respiración mientras en el local se hacía silencio.
-nooooooooo- susurré mirando hacia todas direcciones , la chusma del bar nos miraba fijamente y se acariciaban las empuñaduras, seguro que en este antro iba armado hasta el apuntador.
La tensión de podía cortar con una daga, si el borracho tenía amigos en este bar, cosa segura, estábamos muertos.
Por suerte y sorprendentemente, el enorme borracho desistió en su intento de machacarnos y volvió a su mesa, no sin antes lanzarme una mirada de odio que me heló la sangre.
-Ehhh, si estoy bien, muchas gracias- sonreí amablemente a mi nuevo salvador mientras aceptaba su invitación y me sentaba a su lado.
Le miré ahora detenidamente, parecía un simple campesino, aunque la espada y esa coraza raída de cuero que llevaba indicaban que no había venido solo a la cuidad a comprar heno.
-Ehh amm si, si, gracias, gracias- dije aceptando el pañuelo moderadamente limpio que me tendía y limpiándome con él la sangre de la cara, nos había dejado a los dos hechos un cuadro.
-Encantado Eltrant, yo soy Schott- dije amistosamente -En serio, gracias por salvarme el cuello, no las tenía todas conmigo ahí atrás jajá- le sonreí.
-Permíteme invitarte a una jar….oh mierda, estoy pelado, pero te juro que en cuanto tenga nos vamos a tomar una buena- sonreí tratando de disimular la vergüenza que tenía.
Noté otro pinchazo en la nuca, me giré y vi que el borracho me lanzaba miradas de vez en cuando, no parecía haberle sentado demasiado bien mi milagroso rescate.
Me acomodé en la silla, tratando de reordenar los huesos que me había zumbado el gigante.
-Bueno y…Eltrant ....emm...¿Qué te ha traído por aquí?, me imagino que el buen ambiente y la cálida compañía no eh? Jajaja- sonreí bromeando a mi salvador, sabiendo que una buena conversación podía despreocuparme del tarado homicida que me miraba desde la otra mesa, ademas le debía una buena al tal Eltrant.
-Gra..gracias- dije mientras trataba limpiarme la sangre de la cara, dejándomela más sucia que antes.
Mientras estaba ocupado el borracho peligroso se le encaró y dudó de su solvencia, por lo visto le conocía, aunque a juzgar por la expresión de mi salvador, un tal Tale, él al borracho no.
Iba a decir algo cuando el bruto le reventó la cara de un derechazo y le lanzó a un lado, como antes había hecho conmigo, el tal Tale trató de hacerle entrar en razón mientras el enorme borracho se dirigía peligrosamente hacia él.
-No lo intentes…aggg….que éste no atiende a razones- dije mientras trataba de detenerle agarrándole por detrás como si fuese una mochila, aunque solo conseguí que me arrastrase con él, era como una montaña inamovible.
Parecía que le iba a soltar otro tremendo puñetazo cuando Tale desenvainó su espada.
Apreté los dientes y contuve la respiración mientras en el local se hacía silencio.
-nooooooooo- susurré mirando hacia todas direcciones , la chusma del bar nos miraba fijamente y se acariciaban las empuñaduras, seguro que en este antro iba armado hasta el apuntador.
La tensión de podía cortar con una daga, si el borracho tenía amigos en este bar, cosa segura, estábamos muertos.
Por suerte y sorprendentemente, el enorme borracho desistió en su intento de machacarnos y volvió a su mesa, no sin antes lanzarme una mirada de odio que me heló la sangre.
-Ehhh, si estoy bien, muchas gracias- sonreí amablemente a mi nuevo salvador mientras aceptaba su invitación y me sentaba a su lado.
Le miré ahora detenidamente, parecía un simple campesino, aunque la espada y esa coraza raída de cuero que llevaba indicaban que no había venido solo a la cuidad a comprar heno.
-Ehh amm si, si, gracias, gracias- dije aceptando el pañuelo moderadamente limpio que me tendía y limpiándome con él la sangre de la cara, nos había dejado a los dos hechos un cuadro.
-Encantado Eltrant, yo soy Schott- dije amistosamente -En serio, gracias por salvarme el cuello, no las tenía todas conmigo ahí atrás jajá- le sonreí.
-Permíteme invitarte a una jar….oh mierda, estoy pelado, pero te juro que en cuanto tenga nos vamos a tomar una buena- sonreí tratando de disimular la vergüenza que tenía.
Noté otro pinchazo en la nuca, me giré y vi que el borracho me lanzaba miradas de vez en cuando, no parecía haberle sentado demasiado bien mi milagroso rescate.
Me acomodé en la silla, tratando de reordenar los huesos que me había zumbado el gigante.
-Bueno y…Eltrant ....emm...¿Qué te ha traído por aquí?, me imagino que el buen ambiente y la cálida compañía no eh? Jajaja- sonreí bromeando a mi salvador, sabiendo que una buena conversación podía despreocuparme del tarado homicida que me miraba desde la otra mesa, ademas le debía una buena al tal Eltrant.
Schott
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
-“Encantado Schott”- Le dijo al pelirrojo amistosamente, Eltrant miró divertido como el muchacho rebuscaba entre sus bolsillos buscando algún aero para invitarle a una copa, aquella escena le era ridículamente familiar, pues la había vivido muchas veces en sus propias carnes y algo le decía que iba a seguir viviéndola durante bastante tiempo.
–“No te preocupes por la copa” – Le dijo quitándole importancia al asunto –“De todas formas y aunque te sorprenda la mayoría de lo que se sirve aquí es toxico” - Bromeó, para ser agarrado momentos después por el cuello de su camisa por el gigante que era la camarera del local quien, después de que Eltrant la llamase, se había acercado –“¿Decías algo Tale?” – Le preguntó con el ceño fruncido –“Otro espectáculo como el de antes y no entras más” – Soltó al mercenario con un empujón quien se arregló la ropa rápidamente y sonrió a la mujer –“Lo siento Katia, pero…” - La mujer se encogió de hombros y no dejó acabar a Eltrant –“Lo se muchacho, entonces ¿Os pongo algo?”
A pesar de su carácter le tenía mucho cariño a Katia, solía pasar muchas horas muertas hablando con ella hasta que alguien le contrataba, la mujer era hosca, grande y podía partirte el cuello con sus manos desnudas, pero si tenía que controlar a la muchedumbre borracha que se congregaba en aquel local todas las noches no podía ser de otra forma. Llevaba sin verla desde el último trabajo que aceptó, el de seguir al vampiro que le llevó hasta Sacrestic Ville, bastante más tiempo del que a él le gustaría, pero la mujer no parecía muy dada a las palabras amables así que no dijo nada.
Se giró hacia su nuevo amigo quien le acababa de preguntar que hacía en aquel lugar, una pregunta lógica dentro de lo que cabe, no sabía si desentonaba mucho en aquel lugar, pero sí que se había empezado a sentir cómodo allí con los años.
-“Buscar trabajo, ¿Me equivoco Tale?” – Dijo la mujer riendo y dándole un fuerte palmetazo en la espalda al mercenario, quien no dijo nada y simplemente se rió un poco. –“No han entrado muchos ricachones hoy por aquí y los que lo han hecho ya han encontrado a quien contratar” – Se volvió esta vez hacia Schott a quien le puso una jarra de cerveza delante –“Siento los modales de mis habituales muchacho, invita la casa” – Al decir esto último se oyeron algunas voces de queja de fondo –“¡A callar escoria, que me debéis vuestro peso en aeros!”- gritó golpeando la barra.
Eltrant miró a Schott de arriba abajo, no parecía mala gente, dudaba que supiese algo del secuestro y muchos menos haber participado en él, finalmente y sin terminar de pensarlo sonrió a ambos –“En realidad Katia he venido por otra cosa…” – Empezó a decir mirando a su alrededor asegurándose de que nadie les observaba o escuchaba lo que estaba a punto de decir –“Estoy buscando a un niño, unos diez años, pelo castaño, bien vestido, se llama Thomas Elroy” – Se dirigió hacia Katia simplemente –“Sus padres me han contratado para encontrarle, ¿Te has enterado de algo?”
–“No te preocupes por la copa” – Le dijo quitándole importancia al asunto –“De todas formas y aunque te sorprenda la mayoría de lo que se sirve aquí es toxico” - Bromeó, para ser agarrado momentos después por el cuello de su camisa por el gigante que era la camarera del local quien, después de que Eltrant la llamase, se había acercado –“¿Decías algo Tale?” – Le preguntó con el ceño fruncido –“Otro espectáculo como el de antes y no entras más” – Soltó al mercenario con un empujón quien se arregló la ropa rápidamente y sonrió a la mujer –“Lo siento Katia, pero…” - La mujer se encogió de hombros y no dejó acabar a Eltrant –“Lo se muchacho, entonces ¿Os pongo algo?”
A pesar de su carácter le tenía mucho cariño a Katia, solía pasar muchas horas muertas hablando con ella hasta que alguien le contrataba, la mujer era hosca, grande y podía partirte el cuello con sus manos desnudas, pero si tenía que controlar a la muchedumbre borracha que se congregaba en aquel local todas las noches no podía ser de otra forma. Llevaba sin verla desde el último trabajo que aceptó, el de seguir al vampiro que le llevó hasta Sacrestic Ville, bastante más tiempo del que a él le gustaría, pero la mujer no parecía muy dada a las palabras amables así que no dijo nada.
Se giró hacia su nuevo amigo quien le acababa de preguntar que hacía en aquel lugar, una pregunta lógica dentro de lo que cabe, no sabía si desentonaba mucho en aquel lugar, pero sí que se había empezado a sentir cómodo allí con los años.
-“Buscar trabajo, ¿Me equivoco Tale?” – Dijo la mujer riendo y dándole un fuerte palmetazo en la espalda al mercenario, quien no dijo nada y simplemente se rió un poco. –“No han entrado muchos ricachones hoy por aquí y los que lo han hecho ya han encontrado a quien contratar” – Se volvió esta vez hacia Schott a quien le puso una jarra de cerveza delante –“Siento los modales de mis habituales muchacho, invita la casa” – Al decir esto último se oyeron algunas voces de queja de fondo –“¡A callar escoria, que me debéis vuestro peso en aeros!”- gritó golpeando la barra.
Eltrant miró a Schott de arriba abajo, no parecía mala gente, dudaba que supiese algo del secuestro y muchos menos haber participado en él, finalmente y sin terminar de pensarlo sonrió a ambos –“En realidad Katia he venido por otra cosa…” – Empezó a decir mirando a su alrededor asegurándose de que nadie les observaba o escuchaba lo que estaba a punto de decir –“Estoy buscando a un niño, unos diez años, pelo castaño, bien vestido, se llama Thomas Elroy” – Se dirigió hacia Katia simplemente –“Sus padres me han contratado para encontrarle, ¿Te has enterado de algo?”
Eltrant Tale
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Estúpido resfrío mascullé por enésima vez mientras me arrebujaba como una anciana bajo la gruesa capa del gremio. Desde aquella noche de carnaval en la que escapé un poco “desprovista” me había agarrado un resfrío de esos que matan a un caballo o bueno… una lycan. Dado que tenía algunos asuntos pendientes encomendados expresamente por el mismísimo Igor, me había tenido que quedar, siempre bajo las sombras, tras el velo del anonimato y bajo el calor que esa capa me brindaba, mi único consuelo y compañía ya que ambos animales fueron llevados a la base para pasar más desapercibida y ¿por qué no aceptarlo? Para facilitarme las cosas porque incluso llegué a alucinar por la fiebre.
Pero ¿qué importan los días pasados? La cuestión era que estaba mejor… mucho mejor, tanto así que en la madrugada de ese día me encontraba tirada en el suelo como una vagabunda pordiosera, metida en la capa como si fuera alguna especie de gusano en su capullo, tosiendo y sudando como un cerdo, pero esa no es la cuestión, sino lo que sucedió luego: un tipo imbécil parecía discutir con una mujer con voz de pito por algo que me tenía sin cuidado, algo como la custodia de un mocoso estúpido; pero eso no era todo no… nunca es todo ¿verdad?. Debido a la poca visibilidad y el estado de la situación el hombre de rojos cabellos tropezó con mis piernas y cayó pesadamente al suelo. Mi primera reacción fue la de partirle al medio por haberme golpeado, pero luego me sentí altruista, buena y magnánima –no mentiras, me pesaban los huesos, tenía chuchos y frío y estaba cansada- y decidí perdonarle.
Lo que no tuve en cuenta era que el muy imbécil pretendió ajusticiarme por ser una vagabunda en aquél lugar, salió con un discurso de que “todo le llegaba junto” “que las mujeres éramos todas iguales” y que “habría que terminar con la plaga de la pobreza asesinando a los pobres”, pero no fue hasta que desenfundó aquella espada que sólo servía para lucir su brillo que reaccioné. En menos de un respiro estaba sobre el tipo en mi forma lupina, respirando pesadamente por el esfuerzo, aunque eso fue malinterpretado de alguna forma ya que la vieja peliamarilla comenzó a llorar diciendo cosas como “no me pueden arrebatar a mis dos hombres” “perdonadle la vida” y esas estupideces. “Mujeres… ¿quién las entiende? ” pensé para mí, decantándome por simplemente haber dejado todo babeado y magullado al tipo. La decisión más sabia que pude haber tomado ya que sin haberme dado cuenta, un asesino había deslizado su espada de tal modo que si hubiera pensado en hacer algo chistoso algo distinto de pelos lobunos hubieran salido volando.
Sin dudas, si ese pinche resfrío no me mataba, lo haría alguien fácilmente ya que mis sentidos estaban mermados y mi nariz tapada por lo que mi mejor sentido estaba completamente inservible. Moriría. Indudablemente terminaría hecha un fiambre, acabada, fría, erradicada como una peste, aniquilada, suprimida, arruinada, óbita, finada, extinta… “Bha ” pensé, dejando que las cosas fluyeran, pero una cosa trae a la otra y la otra a otra terminé trabajando para el fulano Kenneth y su mujer Liza, Lizzie, Eli… bueno, quién sabe el nombre de aquella vieja histérica. El caso es que luego de asignarme la misión –aunque creo que me pusieron como carnada o algo así- y darme todos los detalles del mocoso, incluyendo una prenda de ropa para poder rastrearle, decidí quedarme cerca de los susodichos porque Wood no se cocina en un hervor y la vieja la llevaba entre ceja y ceja, había algo en su acto que no me gustaba nada.
Fue así que el destino hizo que ese tal Tale número dieciocho y yo nos volviéramos a encontrar. Patrañas! dije sentándome a su lado en la barra, pero mis palabras fueron absorbidas por el ruido del lugar y mi presencia brutalmente ignorada. Le pedí a la voluminosa tabernera lo más fuerte que tenía mientras miraba lo que acontecía entre todos esos tipos llenos de testosterona. ¿Esto es lo mas fuerte? pregunté con voz nasal después de dar un trago al asunto. Ella me miró con cara de pocos amigos y yo le quité la botella Trae para acá dije, volviendo a mi cascarón-capa y haciéndome bolita alrededor de la botella que abrazaba como a una criatura débil y frágil. Le di otro besito y sentí como lentamente mi nariz se descongestionaba pero en su lugar un fuerte dolor de cabeza comenzaba a arreciar.
Maldito resfrío, malditos humanos que lo pegan volví a mascullar enjuagando mi boca en aquél claro elixir. Me paré y caminé hacia el par de jovenzuelos que acababan de llamar la atención, escuhé parte de su conversación y la intervención de la gran mujer que caminaba a la velocidad del rayo. Mis pasos eran levemente erráticos, la tolerancia al alcohol tampoco había mejorado en los últimos tiempos y sentía como mi lengua comenzaba a adormecerse. Veo que llego justo para las presentaciones dije, aunque bastante desfasada con los tiempos y arrastrando las “erres”, por algún motivo no podía controlar del todo bien mi cuerpo. ¿Eltrant? ¿Mohr? dije con tono acusatorio y sin mucha coherencia En fin, ¿no tienes trabajo? pregunté sintiendo que el suelo comenzaba a moverse y dándome una patada mental por estar diciendo obviedades. Me tambalee un poco pero encontré sosiego y volví a empinarme la botella. Si no nos movemos pronto ese mocoso va a morir agregué, ahorra arrastrando todo con la voz rasposa y chupándome los mocos. Por cierto, me dicen Wood acto seguido las piernas me flaquearon y me senté en el suelo. Miré a los costados y me quedé allí plácidamente esperando respuestas.
___________________________
Con su permiso caballeros ^^. Wood ha venido a hacer desastres literalmente òwó
Por cierto, escribí mi post antes de que Eltran escribiese, por lo que tuve que editar algunas cosas, asi que si encuentran incoherencias me dicen xD. No aporté nada, solo hice la intro D= realmente toy resfriada y mi cerebro ta friiiito ._.
Pero ¿qué importan los días pasados? La cuestión era que estaba mejor… mucho mejor, tanto así que en la madrugada de ese día me encontraba tirada en el suelo como una vagabunda pordiosera, metida en la capa como si fuera alguna especie de gusano en su capullo, tosiendo y sudando como un cerdo, pero esa no es la cuestión, sino lo que sucedió luego: un tipo imbécil parecía discutir con una mujer con voz de pito por algo que me tenía sin cuidado, algo como la custodia de un mocoso estúpido; pero eso no era todo no… nunca es todo ¿verdad?. Debido a la poca visibilidad y el estado de la situación el hombre de rojos cabellos tropezó con mis piernas y cayó pesadamente al suelo. Mi primera reacción fue la de partirle al medio por haberme golpeado, pero luego me sentí altruista, buena y magnánima –no mentiras, me pesaban los huesos, tenía chuchos y frío y estaba cansada- y decidí perdonarle.
Lo que no tuve en cuenta era que el muy imbécil pretendió ajusticiarme por ser una vagabunda en aquél lugar, salió con un discurso de que “todo le llegaba junto” “que las mujeres éramos todas iguales” y que “habría que terminar con la plaga de la pobreza asesinando a los pobres”, pero no fue hasta que desenfundó aquella espada que sólo servía para lucir su brillo que reaccioné. En menos de un respiro estaba sobre el tipo en mi forma lupina, respirando pesadamente por el esfuerzo, aunque eso fue malinterpretado de alguna forma ya que la vieja peliamarilla comenzó a llorar diciendo cosas como “no me pueden arrebatar a mis dos hombres” “perdonadle la vida” y esas estupideces. “Mujeres… ¿quién las entiende? ” pensé para mí, decantándome por simplemente haber dejado todo babeado y magullado al tipo. La decisión más sabia que pude haber tomado ya que sin haberme dado cuenta, un asesino había deslizado su espada de tal modo que si hubiera pensado en hacer algo chistoso algo distinto de pelos lobunos hubieran salido volando.
Sin dudas, si ese pinche resfrío no me mataba, lo haría alguien fácilmente ya que mis sentidos estaban mermados y mi nariz tapada por lo que mi mejor sentido estaba completamente inservible. Moriría. Indudablemente terminaría hecha un fiambre, acabada, fría, erradicada como una peste, aniquilada, suprimida, arruinada, óbita, finada, extinta… “Bha ” pensé, dejando que las cosas fluyeran, pero una cosa trae a la otra y la otra a otra terminé trabajando para el fulano Kenneth y su mujer Liza, Lizzie, Eli… bueno, quién sabe el nombre de aquella vieja histérica. El caso es que luego de asignarme la misión –aunque creo que me pusieron como carnada o algo así- y darme todos los detalles del mocoso, incluyendo una prenda de ropa para poder rastrearle, decidí quedarme cerca de los susodichos porque Wood no se cocina en un hervor y la vieja la llevaba entre ceja y ceja, había algo en su acto que no me gustaba nada.
Fue así que el destino hizo que ese tal Tale número dieciocho y yo nos volviéramos a encontrar. Patrañas! dije sentándome a su lado en la barra, pero mis palabras fueron absorbidas por el ruido del lugar y mi presencia brutalmente ignorada. Le pedí a la voluminosa tabernera lo más fuerte que tenía mientras miraba lo que acontecía entre todos esos tipos llenos de testosterona. ¿Esto es lo mas fuerte? pregunté con voz nasal después de dar un trago al asunto. Ella me miró con cara de pocos amigos y yo le quité la botella Trae para acá dije, volviendo a mi cascarón-capa y haciéndome bolita alrededor de la botella que abrazaba como a una criatura débil y frágil. Le di otro besito y sentí como lentamente mi nariz se descongestionaba pero en su lugar un fuerte dolor de cabeza comenzaba a arreciar.
Maldito resfrío, malditos humanos que lo pegan volví a mascullar enjuagando mi boca en aquél claro elixir. Me paré y caminé hacia el par de jovenzuelos que acababan de llamar la atención, escuhé parte de su conversación y la intervención de la gran mujer que caminaba a la velocidad del rayo. Mis pasos eran levemente erráticos, la tolerancia al alcohol tampoco había mejorado en los últimos tiempos y sentía como mi lengua comenzaba a adormecerse. Veo que llego justo para las presentaciones dije, aunque bastante desfasada con los tiempos y arrastrando las “erres”, por algún motivo no podía controlar del todo bien mi cuerpo. ¿Eltrant? ¿Mohr? dije con tono acusatorio y sin mucha coherencia En fin, ¿no tienes trabajo? pregunté sintiendo que el suelo comenzaba a moverse y dándome una patada mental por estar diciendo obviedades. Me tambalee un poco pero encontré sosiego y volví a empinarme la botella. Si no nos movemos pronto ese mocoso va a morir agregué, ahorra arrastrando todo con la voz rasposa y chupándome los mocos. Por cierto, me dicen Wood acto seguido las piernas me flaquearon y me senté en el suelo. Miré a los costados y me quedé allí plácidamente esperando respuestas.
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Con su permiso caballeros ^^. Wood ha venido a hacer desastres literalmente òwó
Por cierto, escribí mi post antes de que Eltran escribiese, por lo que tuve que editar algunas cosas, asi que si encuentran incoherencias me dicen xD. No aporté nada, solo hice la intro D= realmente toy resfriada y mi cerebro ta friiiito ._.
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Asentí ante las amables palabras de Eltrant –Si, lo cierto es que la copa que me tomé antes no me ha sentado demasiado bien jajá- sonreí amablemente -Y la siguiente tampoco jaja- lo cierto era que llevaba en este antro más tiempo del que me gustaría y digamos que mis últimas horas eran algo borrosas.
A la voluminosa camarera no pareció hacerle demasiada gracia el comentario de Eltrant, pero por suerte parecía que él era cliente habitual y lo dejó pasar.
Me pregunté a que podría dedicarse visitando sitios así, tal vez fuera algún tipo de mercenario, aunque no tenía mucha pinta de eso, tal vez fuera solamente un trotamundos como yo, que sabe que es en los sitios más oscuros donde se escuchan las mejores historias.
Parecía que iba a responder a mi pregunta cuando la camarera intervino, tal vez estuviera en lo cierto con mis elucubraciones.
-Ah, gracias, muchas gracias- dije aceptando amablemente la jarra que nos tendía –Muy amable, si por casualidad necesita que un buen herrero le eche un vistazo a algo avíseme- la sonreí.
No era la primera vez que hacía chapucillas a cambio de comida o techo, y la verdad era lo más cómodo y que traía menos problemas.
Tras esto Eltrant reveló en que estaba metido ese día, por lo visto estaba buscando un chaval, un tal Thomas Elroy, que había desaparecido, no me sonaba de nada, y preguntó a la camarera si ella había oído algo.
Pero antes de que nadie pudiera intervenir, una joven claramente borracha entró en escena, su aspecto era bastante malo, tenía un curioso peinado, iba envuelta en una gruesa capa y andaba bebiendo y haciendo eses botella en mano, bueno, bien pensado, tampoco era tan diferente al resto de personas del local.
Según se acercó vi que había bebido algo fuerte, además no se la veía demasiado bien, parecía haber dormido mal o algo, y eso que yo tampoco estaba en mis mejores días.
Sin embargo, a juzgar por sus incoherentes comentarios parecía que conocía a Eltrant, le miré alzando la ceja ante esta revelación, y lo que era más inaudito parecía que también estaba tras la pista del chaval, seguro que sus padres habían ofrecido recompensa a todos los medianamente capaces que pasaban por su puerta.
Finalmente y en lo que parecía un increíble esfuerzo antes de caerse dijo llamarse Wood.
-¿La conoces?- le pregunté con un sonriendo en broma ante el aspecto que presentaba, por lo visto el tal Eltrant era bastante popular en la zona.
-Por favor, siéntate- dije tendiéndola una silla de nuestra mesa ante el aspecto que ofrecía –Tenemos cerveza en abundancia, aunque no se si sería lo más recomendable en tu estado, pero que demonios, yo no soy quien para juzgar jejeje- bromeé sonriendo tendiéndola la mano para que se subiese a la silla. -¿Wood eh?, encantado, yo soy Schott-
A la voluminosa camarera no pareció hacerle demasiada gracia el comentario de Eltrant, pero por suerte parecía que él era cliente habitual y lo dejó pasar.
Me pregunté a que podría dedicarse visitando sitios así, tal vez fuera algún tipo de mercenario, aunque no tenía mucha pinta de eso, tal vez fuera solamente un trotamundos como yo, que sabe que es en los sitios más oscuros donde se escuchan las mejores historias.
Parecía que iba a responder a mi pregunta cuando la camarera intervino, tal vez estuviera en lo cierto con mis elucubraciones.
-Ah, gracias, muchas gracias- dije aceptando amablemente la jarra que nos tendía –Muy amable, si por casualidad necesita que un buen herrero le eche un vistazo a algo avíseme- la sonreí.
No era la primera vez que hacía chapucillas a cambio de comida o techo, y la verdad era lo más cómodo y que traía menos problemas.
Tras esto Eltrant reveló en que estaba metido ese día, por lo visto estaba buscando un chaval, un tal Thomas Elroy, que había desaparecido, no me sonaba de nada, y preguntó a la camarera si ella había oído algo.
Pero antes de que nadie pudiera intervenir, una joven claramente borracha entró en escena, su aspecto era bastante malo, tenía un curioso peinado, iba envuelta en una gruesa capa y andaba bebiendo y haciendo eses botella en mano, bueno, bien pensado, tampoco era tan diferente al resto de personas del local.
Según se acercó vi que había bebido algo fuerte, además no se la veía demasiado bien, parecía haber dormido mal o algo, y eso que yo tampoco estaba en mis mejores días.
Sin embargo, a juzgar por sus incoherentes comentarios parecía que conocía a Eltrant, le miré alzando la ceja ante esta revelación, y lo que era más inaudito parecía que también estaba tras la pista del chaval, seguro que sus padres habían ofrecido recompensa a todos los medianamente capaces que pasaban por su puerta.
Finalmente y en lo que parecía un increíble esfuerzo antes de caerse dijo llamarse Wood.
-¿La conoces?- le pregunté con un sonriendo en broma ante el aspecto que presentaba, por lo visto el tal Eltrant era bastante popular en la zona.
-Por favor, siéntate- dije tendiéndola una silla de nuestra mesa ante el aspecto que ofrecía –Tenemos cerveza en abundancia, aunque no se si sería lo más recomendable en tu estado, pero que demonios, yo no soy quien para juzgar jejeje- bromeé sonriendo tendiéndola la mano para que se subiese a la silla. -¿Wood eh?, encantado, yo soy Schott-
Schott
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Eltrant dejó escapar una exclamación ahogada cuando escuchó aquella voz que le resultaba tan familiar girándose casi instantáneamente para ver el origen de la misma. Una mujer, envuelta en gruesas capas balbuceaba algo sobre Morh.
-“Tu eres la… Ulmer…” – La reconoció, la voz, ese peinado, todo encajaba. Lo sucedido en el carnaval pareció entonces cobrar un poco de sentido, la jinete de Ulmer, la misma mujer que se había encargado de tirarle del caballo y romperle el brazo y ayudarle a ganar en la misma carrera, estaba allí, frente a él, completamente borracha y decía llamarse Wood.
Por algún extraño giro del destino Wood también trabajaba para los Elroy y estaba buscando al crio, sin embargo, lejos de tomarse la molestia de ser cauta y tratar de pasar desapercibida como él estaba haciendo, el estado de embriaguez en el que se encontraba no dejaba mucho lugar a la discreción.
Eltrant frunció el ceño y le arrebató la botella que tenía entre las manos de un fuerte tirón, si de verdad estaba buscando a Thomas que estuviese borracha no iba a ser de ninguna ayuda, y la dejó sobre la barra a una distancia prudencial de sus manos –“¡Dame eso!” – Le dijo para después volverse hacia Schott –“Sí, podría decirse que si la conozco” – suspiró mientras haciendo caso omiso al deseo de la mujer de quedarse sentada en el suelo agarró uno de sus brazos y le ayudó a incorporarse y a sentarse en la silla que le había ofrecido Schott.
-“Por los dioses, estas ardiendo” – Dijo al tocar el brazo de Wood –“¿Se puede saber que le has dado Katia?” – La camarera se encogió de brazos –“Lo más fuerte que tengo” – Eltrant maldijo por lo bajo y chasqueó los dedos frente a la cara de la mujer para ver si esta reaccionaba o no, no solo estaba borracha si no que por su forma de hablar estaba, como mínimo, enferma. La combinación ideal para enfrentarse a unos secuestradores.
–“Siento meterte en todo esto Schott” – Se disculpó con el muchacho, quien lejos de parecer incomodo parecía entretenido con la escena, no podía culparle, si él estuviese en su lugar también reaccionaria de esa manera.
Lo cierto era que, dejando a un lado el estado de la mujer, ahora tenían más posibilidades de encontrar al niño. –“Entonces… Wood ¿Tienes alguna pista que nos pueda conducir hasta él?” – Le preguntó, esperando que ahora que había apartado la botella de su alcance empezase, como mínimo, a decir cosas coherentes.
-“Tu eres la… Ulmer…” – La reconoció, la voz, ese peinado, todo encajaba. Lo sucedido en el carnaval pareció entonces cobrar un poco de sentido, la jinete de Ulmer, la misma mujer que se había encargado de tirarle del caballo y romperle el brazo y ayudarle a ganar en la misma carrera, estaba allí, frente a él, completamente borracha y decía llamarse Wood.
Por algún extraño giro del destino Wood también trabajaba para los Elroy y estaba buscando al crio, sin embargo, lejos de tomarse la molestia de ser cauta y tratar de pasar desapercibida como él estaba haciendo, el estado de embriaguez en el que se encontraba no dejaba mucho lugar a la discreción.
Eltrant frunció el ceño y le arrebató la botella que tenía entre las manos de un fuerte tirón, si de verdad estaba buscando a Thomas que estuviese borracha no iba a ser de ninguna ayuda, y la dejó sobre la barra a una distancia prudencial de sus manos –“¡Dame eso!” – Le dijo para después volverse hacia Schott –“Sí, podría decirse que si la conozco” – suspiró mientras haciendo caso omiso al deseo de la mujer de quedarse sentada en el suelo agarró uno de sus brazos y le ayudó a incorporarse y a sentarse en la silla que le había ofrecido Schott.
-“Por los dioses, estas ardiendo” – Dijo al tocar el brazo de Wood –“¿Se puede saber que le has dado Katia?” – La camarera se encogió de brazos –“Lo más fuerte que tengo” – Eltrant maldijo por lo bajo y chasqueó los dedos frente a la cara de la mujer para ver si esta reaccionaba o no, no solo estaba borracha si no que por su forma de hablar estaba, como mínimo, enferma. La combinación ideal para enfrentarse a unos secuestradores.
–“Siento meterte en todo esto Schott” – Se disculpó con el muchacho, quien lejos de parecer incomodo parecía entretenido con la escena, no podía culparle, si él estuviese en su lugar también reaccionaria de esa manera.
Lo cierto era que, dejando a un lado el estado de la mujer, ahora tenían más posibilidades de encontrar al niño. –“Entonces… Wood ¿Tienes alguna pista que nos pueda conducir hasta él?” – Le preguntó, esperando que ahora que había apartado la botella de su alcance empezase, como mínimo, a decir cosas coherentes.
Eltrant Tale
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Eh… ¡Ey ey ey! dije levantando la cabeza en un ángulo bastante molesto para ver cómo ese Tale me quitaba mi preciosa botella y me jalaba hacia sí como un amante enojado. Saqué mi labio inferior como queriendo hacer un puchero, restándole importancia al asunto. Candente dije con una media sonrisa dejando todo el peso de mi cuerpo ser dirigido por él. Le dediqué una mirada a ese risueño de Schott y le miré de pies a cabeza. El muchacho tenía muchos chuches y no estaba del todo limpio y por alguna razón vi en él a mi viejo amante: Philip.
Sonreí y me limpié los mocos en una punta de la capa mientras medio me acomodaba en la silla. Ssshhhhooot dile que me de…vuelva mi botella, guapillo pedí con ojitos de perro moribundo y un guiño que intentó ser coqueto. De pronto escuché más que vi unos dedos frentes a mí que eran como cien. Los seguí con cierta simpatía por un buen momento, pero luego percibí que la mesa se movía y decidí aquietarla dándole con todo el poder de mi frente en la mitad de su superficie al no tener a mano un martillo o maceta. La operación dolió, pero al menos se mantuvo quieta por un buen rato. Sin despegar mi cabeza del mueble por temor a que quisiera volver a rebelarse, respondí a la pregunta del humano uno. Primero algo para comer, luego trabajo dije golpeando la mesa con el puño cerrado al tiempo que juntaba toda mi voluntad para oponerme a la gravedad y sentarme erguida como una riquilla malcriada y egoísta.
…Lo cual fue una mala decisión ya que ni bien me enderecé descargué lo poco que tenía en el estómago a un lado de la silla. Luego de varias arcadas sentí como el peso del mundo caía sobre mis hombros y de pronto un barullo ensordecedor que hacía que se me partiera la cabeza. Malditos ruidosos espeté luchando para ponerme en pie. Siento lo del piso linda y olvida la comida agregué aún mareada viendo sin ver a la gran mujer, pero con un poco más de dominio sobre la lengua. Salgamos de aquí requerí, sentía que volvería a vomitar de seguir en aquél encierro. Busqué al tal Schott pero solo vi varios de sus hermanos, por lo que me giré hacia ese tal Tale que no parecía ni un ápice de contento. Te ayudaré dije intentando convencerle aunque la que más ayuda necesitaba allí era yo.
Saqué un par de aeros y los dejé sobre la mesa mientras encaminaba hacia afuera, o más bien tropezaba con mis propios pies en un intento de caminar. Ni bien sentí el fresco del exterior respiré profundamente y escupí al suelo una buena mezcla de flema, bilis y mocos. Se siente mejor suspiré y me agaché abrazando mis rodillas.
Sonreí y me limpié los mocos en una punta de la capa mientras medio me acomodaba en la silla. Ssshhhhooot dile que me de…vuelva mi botella, guapillo pedí con ojitos de perro moribundo y un guiño que intentó ser coqueto. De pronto escuché más que vi unos dedos frentes a mí que eran como cien. Los seguí con cierta simpatía por un buen momento, pero luego percibí que la mesa se movía y decidí aquietarla dándole con todo el poder de mi frente en la mitad de su superficie al no tener a mano un martillo o maceta. La operación dolió, pero al menos se mantuvo quieta por un buen rato. Sin despegar mi cabeza del mueble por temor a que quisiera volver a rebelarse, respondí a la pregunta del humano uno. Primero algo para comer, luego trabajo dije golpeando la mesa con el puño cerrado al tiempo que juntaba toda mi voluntad para oponerme a la gravedad y sentarme erguida como una riquilla malcriada y egoísta.
…Lo cual fue una mala decisión ya que ni bien me enderecé descargué lo poco que tenía en el estómago a un lado de la silla. Luego de varias arcadas sentí como el peso del mundo caía sobre mis hombros y de pronto un barullo ensordecedor que hacía que se me partiera la cabeza. Malditos ruidosos espeté luchando para ponerme en pie. Siento lo del piso linda y olvida la comida agregué aún mareada viendo sin ver a la gran mujer, pero con un poco más de dominio sobre la lengua. Salgamos de aquí requerí, sentía que volvería a vomitar de seguir en aquél encierro. Busqué al tal Schott pero solo vi varios de sus hermanos, por lo que me giré hacia ese tal Tale que no parecía ni un ápice de contento. Te ayudaré dije intentando convencerle aunque la que más ayuda necesitaba allí era yo.
Saqué un par de aeros y los dejé sobre la mesa mientras encaminaba hacia afuera, o más bien tropezaba con mis propios pies en un intento de caminar. Ni bien sentí el fresco del exterior respiré profundamente y escupí al suelo una buena mezcla de flema, bilis y mocos. Se siente mejor suspiré y me agaché abrazando mis rodillas.
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Vi como el Eltrant le alejaba la botella ante sus balbuceantes palabras de descontento y la ponía sobre la mesa, noté como la joven borracha me miraba de arriba abajo, esbocé una sonrisa, mi aspecto no era del todo bueno, pero el suyo de seguro que no era mejor.
-Lo siento Wood, se acabó el bebercio por hoy- dije sonriéndola alejando un poco más la botella, lo cierto es que la chica era muy guapa, además imagino que en estado de sobriedad mejoraría increíblemente.
Sonreí cuando Eltrant dijo que la conocía, no quería ser cruel ni mucho menos, pero la situación me hacía bastante gracia.
Finalmente logramos subirla, no sin ciertas dificultades a la silla, definitivamente la chica estaba fatal, y antes de que pudiéramos detenerla, dejó caer fuertemente la cabeza sobre la mesa con un sonoro coscorrón.
-Uf, me se de alguien que va a estar hecha polvo mañana Jajaja- bromeé a Eltrant.
Me quedé unos instantes mirando la botella y alargando la mano cuando la camarera dijo que era lo más fuerte del local, hasta que una vocecilla en mi interior dijo “no Schott, no, no debes” y retire la mano.
-No, no, no– dije sonriendo –no te preocupes Eltrant, si me dieran un aero cada vez que estoy en situaciones así- dije bromeando ante la disculpa de Eltrant, además el plan de parar puñetazos de borracho gigante con la cara en el suelo era bastante peor.
Eltrant la preguntó si sabía algo más del niño, aunque a juzgar por su estado, me sorprendería que supiese siquiera su nombre.
Sin embrago, y en un increíble gesto desafiando las leyes de la gravedad, Wood se sentó derecha y dijo que primero comer y luego trabajo.
-¿Vas a comer ahora?- me sobraron palabras para que la joven se echase a un lado y... digamos... liberase todo el mal que había tomado.
Alejé los pies para evitar salpicaduras y trague saliva tratando de imaginar la reacción de la enorme camarera ante tan desagradable presente.
Tras esto, y pareciendo haber recobrado algo de humanidad, Wood logró ponerse en pie y se dirigió dando tumbos a la salida. Sonreí cuando ofreció a Eltrant su ayuda, aunque no sabría decir quien estaba más necesitado de los dos, bueno en realidad estaba bastante claro, sonreí.
-Eltrant, permíteme ayudarte yo también- me ofrecí seriamente –Es lo menos que puedo hacer después de que me ayudases ahí detrás- dije decidido, el tal Eltrant parecía un buen tipo, y aunque mi ayuda pareciera algo escasa, siempre es mejor contar con otro par de ojos.
Finalmente salimos de local, pero antes dirigí una triste mirada a los aeros que había dejado la borracha en pago, aquí todo el mundo estaba más solvente que yo.
-Uy, casi se me olvida- dije volviendo sobre mis pasos, recogiendo la botella de fuerte licor y dándosela al borracho que había intentado matarnos.
-Toma, ey, y todos contentos, pasenlo bien - me despedí sonriendo, aunque en el fondo confiaba en que tuviera el mismo efecto en ese bruto que el que había tenido en la joven.
Salí rápidamente, no me apetecía nada quedarme a ver las reacciones de la camarera o del borracho al ver como habíamos dejado la mesa.
Inspiré una intensa bocanada de aire fresco en el exterior, aunque tuve que hacerme rápidamente a un lado para esquivar un pegote en el suelo de dudosa composición.
-Ahhh, aire puro- sonreí –Ey espera, creo que tengo algo de agua- dije rebuscando en mis bolsillos tras ver el deplorable estado de la joven –Si mira, ten un poco- dije sonriendo tendiendo mi abollada cantimplora a lo que quedaba de la joven.
-Lo siento Wood, se acabó el bebercio por hoy- dije sonriéndola alejando un poco más la botella, lo cierto es que la chica era muy guapa, además imagino que en estado de sobriedad mejoraría increíblemente.
Sonreí cuando Eltrant dijo que la conocía, no quería ser cruel ni mucho menos, pero la situación me hacía bastante gracia.
Finalmente logramos subirla, no sin ciertas dificultades a la silla, definitivamente la chica estaba fatal, y antes de que pudiéramos detenerla, dejó caer fuertemente la cabeza sobre la mesa con un sonoro coscorrón.
-Uf, me se de alguien que va a estar hecha polvo mañana Jajaja- bromeé a Eltrant.
Me quedé unos instantes mirando la botella y alargando la mano cuando la camarera dijo que era lo más fuerte del local, hasta que una vocecilla en mi interior dijo “no Schott, no, no debes” y retire la mano.
-No, no, no– dije sonriendo –no te preocupes Eltrant, si me dieran un aero cada vez que estoy en situaciones así- dije bromeando ante la disculpa de Eltrant, además el plan de parar puñetazos de borracho gigante con la cara en el suelo era bastante peor.
Eltrant la preguntó si sabía algo más del niño, aunque a juzgar por su estado, me sorprendería que supiese siquiera su nombre.
Sin embrago, y en un increíble gesto desafiando las leyes de la gravedad, Wood se sentó derecha y dijo que primero comer y luego trabajo.
-¿Vas a comer ahora?- me sobraron palabras para que la joven se echase a un lado y... digamos... liberase todo el mal que había tomado.
Alejé los pies para evitar salpicaduras y trague saliva tratando de imaginar la reacción de la enorme camarera ante tan desagradable presente.
Tras esto, y pareciendo haber recobrado algo de humanidad, Wood logró ponerse en pie y se dirigió dando tumbos a la salida. Sonreí cuando ofreció a Eltrant su ayuda, aunque no sabría decir quien estaba más necesitado de los dos, bueno en realidad estaba bastante claro, sonreí.
-Eltrant, permíteme ayudarte yo también- me ofrecí seriamente –Es lo menos que puedo hacer después de que me ayudases ahí detrás- dije decidido, el tal Eltrant parecía un buen tipo, y aunque mi ayuda pareciera algo escasa, siempre es mejor contar con otro par de ojos.
Finalmente salimos de local, pero antes dirigí una triste mirada a los aeros que había dejado la borracha en pago, aquí todo el mundo estaba más solvente que yo.
-Uy, casi se me olvida- dije volviendo sobre mis pasos, recogiendo la botella de fuerte licor y dándosela al borracho que había intentado matarnos.
-Toma, ey, y todos contentos, pasenlo bien - me despedí sonriendo, aunque en el fondo confiaba en que tuviera el mismo efecto en ese bruto que el que había tenido en la joven.
Salí rápidamente, no me apetecía nada quedarme a ver las reacciones de la camarera o del borracho al ver como habíamos dejado la mesa.
Inspiré una intensa bocanada de aire fresco en el exterior, aunque tuve que hacerme rápidamente a un lado para esquivar un pegote en el suelo de dudosa composición.
-Ahhh, aire puro- sonreí –Ey espera, creo que tengo algo de agua- dije rebuscando en mis bolsillos tras ver el deplorable estado de la joven –Si mira, ten un poco- dije sonriendo tendiendo mi abollada cantimplora a lo que quedaba de la joven.
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Dejando a un lado el extraño cabezazo que Wood consideró oportuno darle a la mesa esta se negó momentos después a responder la pregunta del mercenario, no trabajaría sin comer algo antes.
-“Eso si conseguimos que no se abra la cabeza antes…” – contestó Eltrant a Schott, quien predijo sin mucho margen de error el futuro de Wood.
Eltrant suspiró y se giró hacia la camarera para pedir algo de comer para la mujer, quien se estaba comportando como una noble consentida justo cuando se encargó de vaciar su estomagó junto a la silla. Katia, al ver esto, dirigió una mirada de desaprobación hacia el mercenario quien simplemente se encogió de hombros, aquel era el pan de cada día de la mujer, estaba seguro de que aquello no iba a ser lo único que se iba a ver obligada a limpiar aquel día, sin embargo sabía que la próxima vez que entrara en aquel antro tendría que pagar todas sus cuentas pendientes, como mínimo.
Después de aquel breve espectáculo, Wood, quien tras el pequeño incidente parecía más consciente de sí misma simplemente afirmó que necesitaba irse de allí ofreciendo de paso su ayuda al mercenario. –“Sí, sí, está bien, muchas gracias, pero vamos afuera” – Contestó este temiendo que la mujer dejara escapar otra descarga como la anterior en mitad del local, Schott que había observado esto se ofreció también para ayudar, Eltrant sonrió al joven y asintió –“Gracias Schott, lo cierto es que no me vendría mal un poco más de ayuda”
Una vez fuera el pelirrojo rápidamente se volvió y, según pudo vislumbrar Eltrant desde la puerta agarró la botella que había dejado a Wood en ese curioso estado y se la entregó al tipo que había estado a punto de aplastarle, Eltrant arqueó una ceja, no estaba seguro de si era una sutil venganza o una propuesta de paz, pero el enorme tipo agarró la botella con una de sus manazas y se rió a carcajadas.
Una vez todos en el exterior Eltrant contempló como Wood escupía los pocos fluidos que aún tenía en su interior y se agachaba para recobrar su compostura –“Encantador” – Dijo Eltrant cruzándose de brazos.
Al menos la mujer estaba empezando a decir cosas con sentido, cosa que les ayudaría a encontrar al chico, mientras Eltrant esperaba a que la mujer volviera a ser plenamente funcional Schott le ofreció un trago de agua de una cantimplora que lleaba en uno de sus numerosos bolsillos.
Ahora, a la luz del día, examinó mejor la vestimenta del pelirrojo, cargando un montón de herramientas lo único que podía apreciar que estaba hecho para el combate era el escudo que portaba a su espalda ¿Seria algún tipo de mercader?
Se agachó junto a Wood y le ayudó de nuevo a levantarse –“¿Te encuentras mejor?” – Preguntó.
-“Eso si conseguimos que no se abra la cabeza antes…” – contestó Eltrant a Schott, quien predijo sin mucho margen de error el futuro de Wood.
Eltrant suspiró y se giró hacia la camarera para pedir algo de comer para la mujer, quien se estaba comportando como una noble consentida justo cuando se encargó de vaciar su estomagó junto a la silla. Katia, al ver esto, dirigió una mirada de desaprobación hacia el mercenario quien simplemente se encogió de hombros, aquel era el pan de cada día de la mujer, estaba seguro de que aquello no iba a ser lo único que se iba a ver obligada a limpiar aquel día, sin embargo sabía que la próxima vez que entrara en aquel antro tendría que pagar todas sus cuentas pendientes, como mínimo.
Después de aquel breve espectáculo, Wood, quien tras el pequeño incidente parecía más consciente de sí misma simplemente afirmó que necesitaba irse de allí ofreciendo de paso su ayuda al mercenario. –“Sí, sí, está bien, muchas gracias, pero vamos afuera” – Contestó este temiendo que la mujer dejara escapar otra descarga como la anterior en mitad del local, Schott que había observado esto se ofreció también para ayudar, Eltrant sonrió al joven y asintió –“Gracias Schott, lo cierto es que no me vendría mal un poco más de ayuda”
Una vez fuera el pelirrojo rápidamente se volvió y, según pudo vislumbrar Eltrant desde la puerta agarró la botella que había dejado a Wood en ese curioso estado y se la entregó al tipo que había estado a punto de aplastarle, Eltrant arqueó una ceja, no estaba seguro de si era una sutil venganza o una propuesta de paz, pero el enorme tipo agarró la botella con una de sus manazas y se rió a carcajadas.
Una vez todos en el exterior Eltrant contempló como Wood escupía los pocos fluidos que aún tenía en su interior y se agachaba para recobrar su compostura –“Encantador” – Dijo Eltrant cruzándose de brazos.
Al menos la mujer estaba empezando a decir cosas con sentido, cosa que les ayudaría a encontrar al chico, mientras Eltrant esperaba a que la mujer volviera a ser plenamente funcional Schott le ofreció un trago de agua de una cantimplora que lleaba en uno de sus numerosos bolsillos.
Ahora, a la luz del día, examinó mejor la vestimenta del pelirrojo, cargando un montón de herramientas lo único que podía apreciar que estaba hecho para el combate era el escudo que portaba a su espalda ¿Seria algún tipo de mercader?
Se agachó junto a Wood y le ayudó de nuevo a levantarse –“¿Te encuentras mejor?” – Preguntó.
Eltrant Tale
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Le di un sorbo al agua que me había tendido el joven, parpadee un par de veces y volví a tomar otro trago. Sentía que la vida me volvía al cuerpo y que un escalofrío me bajaba por la espina. Ambrosía dije en voz baja, testeando mi capacidad auditiva y de paso aclarando algunas ideas de la nube que tenía en la cabeza. Si consigues más de esto Schotty serás mi hombre, si que si dije más animada para luego largar las carcajadas abiertas que tanto me gustaba dejar escapar cuando me salía con las mías. Tomé a ese Tale por el cuello y me afirmé en él para ponerme en pie; aún me tambaleaba un poco, pero estaba segura de que el suelo pronto dejaría esa persistente manía de moverse. Siempre lo hacía.
Musho mejor carraspee y volví a repetir en voz alta con la garganta más clara y la voz menos nasal, al parecer el agua era mejor remedio que el alcohol. Mucho mejor Tale. Entrecerré los ojos y posé mi vista en ese par a la luz del sol. Ese Schott no pasaba de un trabajador mal pago, quizás y no se pinchara los ojos con las espadas porque probablemente las forjaría, pero lejos de eso parecía más del tipo de los que son más ágiles con los labios… aunque la mugre que le recubría iba en total oposición a esa idea. Fruncí el ceño, pensar me empeoraba la migraña, pero ese dolor me recordaba lo viva que estaba. Alisé la piel con una mano mientras masajeaba mi frente y me volví hacia ese número dieciocho. Al principio me había acercado a él para usarle y de paso ver qué destino tenía su caballo, pero ahora comenzaba a caerme un poco menos gacho, aunque su apariencia seguía igual de simplona.
Miren, de no ser por este resfrío ya hubiera dado con el paradero de ese mocoso. Apunté a mi nariz con muy poco disimulo y al percatarme que estaba cargada tapé uno de los orificios e hice otra majestuosa y muy profesional descarga. …Por lo que habrá que hacerlo de la manera antigua. La madre esconde algo, podría apostar tu martillo en eso Schotty lindo esta vez mi sonrisa era abierta. Hay mucho dinero de por medio y esa nota… esa bendita nota. Esos tipos trabajan para alguien cercano a ellos. Repasé mentalmente nombres y caras en mi mente, pero aún no estaba muy bien del resfrío y la resaca no tardaba en carme encima.
Ah, y no se si lo habrás notado, pero fuera de la casa habían huellas de un carruaje o alguno de esos transportes que usan los humanos… pero no llevaron al muchacho en eso, no, fue en un caballo. en ese momento no se me ocurría más nada para agregar. Apoyé cada brazo en uno de los hombros de cada joven ¿Tú qué tienes? pregunté curiosa, quizás sus fachas eran así para despistar y tras aquella barba estaba un gran genio escondido.
Musho mejor carraspee y volví a repetir en voz alta con la garganta más clara y la voz menos nasal, al parecer el agua era mejor remedio que el alcohol. Mucho mejor Tale. Entrecerré los ojos y posé mi vista en ese par a la luz del sol. Ese Schott no pasaba de un trabajador mal pago, quizás y no se pinchara los ojos con las espadas porque probablemente las forjaría, pero lejos de eso parecía más del tipo de los que son más ágiles con los labios… aunque la mugre que le recubría iba en total oposición a esa idea. Fruncí el ceño, pensar me empeoraba la migraña, pero ese dolor me recordaba lo viva que estaba. Alisé la piel con una mano mientras masajeaba mi frente y me volví hacia ese número dieciocho. Al principio me había acercado a él para usarle y de paso ver qué destino tenía su caballo, pero ahora comenzaba a caerme un poco menos gacho, aunque su apariencia seguía igual de simplona.
Miren, de no ser por este resfrío ya hubiera dado con el paradero de ese mocoso. Apunté a mi nariz con muy poco disimulo y al percatarme que estaba cargada tapé uno de los orificios e hice otra majestuosa y muy profesional descarga. …Por lo que habrá que hacerlo de la manera antigua. La madre esconde algo, podría apostar tu martillo en eso Schotty lindo esta vez mi sonrisa era abierta. Hay mucho dinero de por medio y esa nota… esa bendita nota. Esos tipos trabajan para alguien cercano a ellos. Repasé mentalmente nombres y caras en mi mente, pero aún no estaba muy bien del resfrío y la resaca no tardaba en carme encima.
Ah, y no se si lo habrás notado, pero fuera de la casa habían huellas de un carruaje o alguno de esos transportes que usan los humanos… pero no llevaron al muchacho en eso, no, fue en un caballo. en ese momento no se me ocurría más nada para agregar. Apoyé cada brazo en uno de los hombros de cada joven ¿Tú qué tienes? pregunté curiosa, quizás sus fachas eran así para despistar y tras aquella barba estaba un gran genio escondido.
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Sonreí mientras la joven disfrutaba del agua de mi cantimplora, no era más que agua de una fuente a dos manzanas de aquí, pero en su estado debía saberle a gloria.
-Ajaja, un placer- dije recogiendo la cantimplora, ya vacía, y volviendomela a guardar, daba gusto ver como se sentía de bien alguien con algo tan simple en el momento oportuno.
Con mucha dificultad Wood logró ponerse de pie, parecía recobrarse por momentos, aunque tenía pinta de que aún le quedaba fiesta para rato, tras estirarse un poco nos dijo que de no ser por su constipado, ya habría encontrado al chaval, aunque a mi parecer el alcohol tampoco la había ayudado demasiado en esa tarea, tras liberar más “males internos”, Wood afirmó que la madre del chico ocultaba algo. Arqueé una ceja y esbocé una sonrisa ante las deducciones de Wood, parecía de verdad segura de lo que decía, miré a Eltrant para ver su reacción, al fin y al cabo, él era el único que también había visto a la madre.
Sin embrago Wood no se quedó ahí, sino que afirmó qué había pasado por la casa y en qué se habían llevado al chico, no pude evitar asentir con respeto y sorpresa ante sus afirmaciones, de verdad sabía lo que se decía, seguramente se dedicase a ello, ¿Sería mercenaria? ¿Cazarrecompensas?, era dificil de saber, aunque creo que llevaba algo grande bajo esa capa, seguramente un arma, o una gran herramienta, pero me quedé pensativo unos instantes, un momento… ¿Ha dicho transportes que usan los humanos?, ¿A qué se refiere con eso de humanos? ¿Ella es humana no?, me froté la cabeza con un gesto de dolor debido al alcohol, no debí haber bebido esa última jarra, no me dejaba pensar con claridad.
Tras su alegato inicial se apoyó en nosotros y preguntó por nuestras conclusiones, sonreí y miré a Eltrant encogiéndome de hombros. –Tú sabrás jaja, yo solo sé decirte que seguro que eran mala gente Jajaja- reí para disimular que, en efecto, no tenía ni idea del caso, más allá que el nombre del chaval, que por cierto ya había olvidado ¿Thomas? ¿Johnnas? ¿Ronnas? ufff... en verdad estaba espeso hoy.
-Ajaja, un placer- dije recogiendo la cantimplora, ya vacía, y volviendomela a guardar, daba gusto ver como se sentía de bien alguien con algo tan simple en el momento oportuno.
Con mucha dificultad Wood logró ponerse de pie, parecía recobrarse por momentos, aunque tenía pinta de que aún le quedaba fiesta para rato, tras estirarse un poco nos dijo que de no ser por su constipado, ya habría encontrado al chaval, aunque a mi parecer el alcohol tampoco la había ayudado demasiado en esa tarea, tras liberar más “males internos”, Wood afirmó que la madre del chico ocultaba algo. Arqueé una ceja y esbocé una sonrisa ante las deducciones de Wood, parecía de verdad segura de lo que decía, miré a Eltrant para ver su reacción, al fin y al cabo, él era el único que también había visto a la madre.
Sin embrago Wood no se quedó ahí, sino que afirmó qué había pasado por la casa y en qué se habían llevado al chico, no pude evitar asentir con respeto y sorpresa ante sus afirmaciones, de verdad sabía lo que se decía, seguramente se dedicase a ello, ¿Sería mercenaria? ¿Cazarrecompensas?, era dificil de saber, aunque creo que llevaba algo grande bajo esa capa, seguramente un arma, o una gran herramienta, pero me quedé pensativo unos instantes, un momento… ¿Ha dicho transportes que usan los humanos?, ¿A qué se refiere con eso de humanos? ¿Ella es humana no?, me froté la cabeza con un gesto de dolor debido al alcohol, no debí haber bebido esa última jarra, no me dejaba pensar con claridad.
Tras su alegato inicial se apoyó en nosotros y preguntó por nuestras conclusiones, sonreí y miré a Eltrant encogiéndome de hombros. –Tú sabrás jaja, yo solo sé decirte que seguro que eran mala gente Jajaja- reí para disimular que, en efecto, no tenía ni idea del caso, más allá que el nombre del chaval, que por cierto ya había olvidado ¿Thomas? ¿Johnnas? ¿Ronnas? ufff... en verdad estaba espeso hoy.
Schott
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Después de dar un largo trago a la cantimplora que le había ofrecido Schott, el estado Wood pareció mejorar notablemente, parecía seguir teniendo problemas de equilibrio, los cuales poco a poco fueron disminuyendo. Eltrant esperó en silencio a que la mujer, ahora más lucida, terminara de exponer sus descubrimientos.
Wood sospechaba de la madre del chico y estaba bastante segura de que el secuestrador había sido alguien cercano a la familia, no le sorprendió, el comportamiento de Eliza no había sido normal desde un principio, pero claro, ¿Qué madre no se comportaría de ese modo si su hijo estuviese en manos de unos secuestradores?
Eltrant se pasó la mano por el pelo y continuó escuchando, tras eso afirmó que se habían llevado al muchacho de su casa a caballo y que, también, había extrañas marcas de ruedas de carruaje en frente de la casa de los nobles.
El mercenario entrecerró los ojos cuando escuchó esto, aquel tipo de marcas las había por todas partes, no era extraño ver carretas yendo de un lado para otro en mitad de la ciudad, pero también era cierto que aquella calle era más bien estrecha por lo que probablemente los dueños de estos vehículos evitarían pasar por allí.
-“¿Tú qué tienes?” – Pregunto Wood al acabar, Eltrant alzó una ceja, se esperaba aquella pregunta, sin embargo no estaba preparado para responderla. Pensó por unos segundos lo que él había descubierto, no tenía nada comparable a lo que le había dicho la mujer.
Schott por otra parte se rió y como la mujer esperó a que el mercenario dijese lo que sabía, estaba claro de que el pelirrojo acababa de llegar a la ciudad, parecía ser una persona de mente ágil, sin embargo, bastante más que la suya al menos.
Hizo memoria tratando de recordar algo, él había entrado dentro de la vivienda, pero no había nada interesante, mucho caos… muebles rotos… -“La carreta que dices que se paró frente a la casa…” – Dijo atusándose la barba –“¿Crees que podría transportar mercenarios, o algo por el estilo? El interior de la mansión de los Elroy estaba destrozado, una sola persona no puede hacer eso”
Dicho esto volvió a hacer memoria, tratando de discernir entre aquel cumulo de detalles sin importancia algo medianamente útil, lo único que había llamado remotamente su atención era el enorme mandoble manchado de sangre clavado en mitad de la pared, el cual dejando a un lado un pequeño símbolo en la empuñadura del mismo no tenía nada de especial, ni era de oro, ni tenía nada grabado en su hoja, ni siquiera parecía un arma especialmente cara cuando la vio, pero pensó que sería buena idea sacarlo a relucir.
Sin mediar palabra extrajo uno de los libros que llevaba en su bolsa de viaje y arrancó una de las últimas hojas, las que se encontraban en blanco, suspiró mientras volvía a guardar el manuscrito, a ese ritmo se iba a quedar sin nada que leer. Después usando un carboncillo que guardaba en la misma bolsa garabateó el símbolo que había en la espada como mejor recordaba, por suerte eran trazos más bien simples, algo que incluso para alguien tan negado para el arte como él era capaz de imitar.
Una vez acabado el dibujo se los enseñó a la Wood y Schott, no era más que un círculo con un palo en mitad de él que Eltrant identificaba como una espada, aunque no podía estar totalmente seguro de ello –“… Esto estaba grabado en una de las armas que había allí tiradas ¿A alguno os suena de algo?”
Realmente sus descubrimientos palidecían en comparación a los de la mujer, pero tampoco había tenido oportunidad de hallar nada más, por lo que esperó a ver si alguno de sus compañeros reconocía el dibujo.
Wood sospechaba de la madre del chico y estaba bastante segura de que el secuestrador había sido alguien cercano a la familia, no le sorprendió, el comportamiento de Eliza no había sido normal desde un principio, pero claro, ¿Qué madre no se comportaría de ese modo si su hijo estuviese en manos de unos secuestradores?
Eltrant se pasó la mano por el pelo y continuó escuchando, tras eso afirmó que se habían llevado al muchacho de su casa a caballo y que, también, había extrañas marcas de ruedas de carruaje en frente de la casa de los nobles.
El mercenario entrecerró los ojos cuando escuchó esto, aquel tipo de marcas las había por todas partes, no era extraño ver carretas yendo de un lado para otro en mitad de la ciudad, pero también era cierto que aquella calle era más bien estrecha por lo que probablemente los dueños de estos vehículos evitarían pasar por allí.
-“¿Tú qué tienes?” – Pregunto Wood al acabar, Eltrant alzó una ceja, se esperaba aquella pregunta, sin embargo no estaba preparado para responderla. Pensó por unos segundos lo que él había descubierto, no tenía nada comparable a lo que le había dicho la mujer.
Schott por otra parte se rió y como la mujer esperó a que el mercenario dijese lo que sabía, estaba claro de que el pelirrojo acababa de llegar a la ciudad, parecía ser una persona de mente ágil, sin embargo, bastante más que la suya al menos.
Hizo memoria tratando de recordar algo, él había entrado dentro de la vivienda, pero no había nada interesante, mucho caos… muebles rotos… -“La carreta que dices que se paró frente a la casa…” – Dijo atusándose la barba –“¿Crees que podría transportar mercenarios, o algo por el estilo? El interior de la mansión de los Elroy estaba destrozado, una sola persona no puede hacer eso”
Dicho esto volvió a hacer memoria, tratando de discernir entre aquel cumulo de detalles sin importancia algo medianamente útil, lo único que había llamado remotamente su atención era el enorme mandoble manchado de sangre clavado en mitad de la pared, el cual dejando a un lado un pequeño símbolo en la empuñadura del mismo no tenía nada de especial, ni era de oro, ni tenía nada grabado en su hoja, ni siquiera parecía un arma especialmente cara cuando la vio, pero pensó que sería buena idea sacarlo a relucir.
Sin mediar palabra extrajo uno de los libros que llevaba en su bolsa de viaje y arrancó una de las últimas hojas, las que se encontraban en blanco, suspiró mientras volvía a guardar el manuscrito, a ese ritmo se iba a quedar sin nada que leer. Después usando un carboncillo que guardaba en la misma bolsa garabateó el símbolo que había en la espada como mejor recordaba, por suerte eran trazos más bien simples, algo que incluso para alguien tan negado para el arte como él era capaz de imitar.
Una vez acabado el dibujo se los enseñó a la Wood y Schott, no era más que un círculo con un palo en mitad de él que Eltrant identificaba como una espada, aunque no podía estar totalmente seguro de ello –“… Esto estaba grabado en una de las armas que había allí tiradas ¿A alguno os suena de algo?”
Realmente sus descubrimientos palidecían en comparación a los de la mujer, pero tampoco había tenido oportunidad de hallar nada más, por lo que esperó a ver si alguno de sus compañeros reconocía el dibujo.
Eltrant Tale
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Aproveché un momento de claridad nasal para inspirar profundamente y llenar mis pulmones. Sentí que el aire limpio acabaría de un solo golpe con mi cabeza, pero sobreviví. mmm… me quedé pensativa durante unos instantes. A mi no me habían siquiera ofrecido entrar a la casa para ver qué había pasado, lo cual en sí era algo sospechoso. Si tienes un perro cazador con buen olfato estarías deseoso de usarlo en tu beneficio a no ser que tuvieras algo que esconder. Eso es sospechoso dije mientras veía al joven comenzar a hacer su dibujo. Parecía estar un poco incómodo con su pose, más para mí era una especie de artista bastante bueno. Vaya que son versátiles aseveré pensando en los beneficios de ser humano y sacándome unas mechas de los ojos para poder ver mejor.
Probablemente pudieron haber movido mercenarios en ella… aunque es raro. Quizás habían más cosas por las que luchar. Si quieres secuestrar un mocoso no haces tanto pamento, te cuelas, le ofreces un dulce y nadie se entera ¿no? pregunté, mirando varias veces aquél símbolo dibujado con carboncillo sobre aquella humilde hoja de papel. Seguí pensando un poco más, llevando al límite mis ya reducidas facultades mentales. ¿Habían tantas armas? le pregunté a Tale, me giré demasiado rápido y tuve que sostenerme de la pared más próxima para no caer. Podía sentir cada músculo de mi cuerpo por más pequeño que fuese. Solo deseaba tener la excusa para transformarme, quemar el alcohol y deshacerme de la incipiente resaca.
Caballeros, creo que tenemos tres opciones…quizás cuatro dije descartando mentalmente y con una sonrisa lo que estaba pasando por mi mente. Volvemos con la madre desamparada la última palabra agregada irónicamente como un anexo a la descripción de la fémina dos, comenzamos a buscar mercenarios heridos, probablemente en tabernas, para lo que estoy más que presta, unas copitas más no me vendrían mal agregué llevándome inconscientemente una mano al cuello y masajeando tres, seguir buscando e investigando o… ¡armar riña! agregué de lo más divertida la última opción. Si buscamos al hombre correcto podríamos encontrar algún filtro de información rápido y barato.
Me relamí los labios y me adelanté unos pasos. Desde que no puedo usar esto dije señalándome toda y arrebujándome de nuevo en la capa Seré su espada caballeros finalicé mi discurso y me crucé de brazos esperando sus comentarios. Nunca había sido buena para la planeación, lo mío era el combate y la sangre… aquél elixir tan misterioso como delicado.
________________________________
Sumimaseeeeeen >o< surgieron algunas cosas que me quitaron tiempo, además tengo toque de queda a la noche y una gripe que recién ahora comienza a receder u.u. Trataré de que no vuelva a ocurrir ._.
Probablemente pudieron haber movido mercenarios en ella… aunque es raro. Quizás habían más cosas por las que luchar. Si quieres secuestrar un mocoso no haces tanto pamento, te cuelas, le ofreces un dulce y nadie se entera ¿no? pregunté, mirando varias veces aquél símbolo dibujado con carboncillo sobre aquella humilde hoja de papel. Seguí pensando un poco más, llevando al límite mis ya reducidas facultades mentales. ¿Habían tantas armas? le pregunté a Tale, me giré demasiado rápido y tuve que sostenerme de la pared más próxima para no caer. Podía sentir cada músculo de mi cuerpo por más pequeño que fuese. Solo deseaba tener la excusa para transformarme, quemar el alcohol y deshacerme de la incipiente resaca.
Caballeros, creo que tenemos tres opciones…quizás cuatro dije descartando mentalmente y con una sonrisa lo que estaba pasando por mi mente. Volvemos con la madre desamparada la última palabra agregada irónicamente como un anexo a la descripción de la fémina dos, comenzamos a buscar mercenarios heridos, probablemente en tabernas, para lo que estoy más que presta, unas copitas más no me vendrían mal agregué llevándome inconscientemente una mano al cuello y masajeando tres, seguir buscando e investigando o… ¡armar riña! agregué de lo más divertida la última opción. Si buscamos al hombre correcto podríamos encontrar algún filtro de información rápido y barato.
Me relamí los labios y me adelanté unos pasos. Desde que no puedo usar esto dije señalándome toda y arrebujándome de nuevo en la capa Seré su espada caballeros finalicé mi discurso y me crucé de brazos esperando sus comentarios. Nunca había sido buena para la planeación, lo mío era el combate y la sangre… aquél elixir tan misterioso como delicado.
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Escuché atentamente las exposiciones de mis compañeros, no se cuánto había bebido Eltrant, pero Wood debía de tener un aguante espectacular para seguir en pie después de tanto, creo que si yo hubiera tomado la mitad me tendrían que llevar en carretilla.
-Sí, creo que Wood tiene razón, no hace falta todo un carruaje de mercenarios para llevarse a un niño, tal vez hubiera algo más si- asentí, entonces Eltrant sacó rápidamente un libro de su bolsa y ante mi horror le arrancó una página, por suerte en blanco, y comenzó a garabatear algo, era un simple circulo con una línea en medio, no me sonaba de nada.
-Pu...pues no, me temo que no me suena- dije con la mueca torcida al ver el símbolo, puede que lo hubiera visto antes, pero en este momento no me sonaba.
-Si estaba en un arma, puede ser el símbolo de algún grupo de su dueño o de un fabricante, podríamos ir a preguntar, conozco a un par de tipos del gremio de herreros que podrían ayudarnos- expuse, si encuentras el origen, encontraras el dueño.
Entonces me di cuenta de otro detalle -Espera, es verdad, ¿has dicho que dejaron armas ahí tiradas? ¿Para qué?, ¿querían mandar un mensaje, eran muy descuidados o es que volvieron menos manos de las que iban?- expuse en voz alta, tal vez alguno hubiera resultado herido y se hubiera olvidado su espada.
Miré a Wood que acababa de apoyarse en una pared, aun distaba mucho de estar en plenas facultades, sin embrago y de manera increíble logro exponernos cuatro posibles planes.
La idea de volver con la madre me pareció muy buena, por lo que decían su historia parecía algo confusa, además yo aún no había visto la escena del crimen y era posible, aunque poco probable, que pudiera aportar algo, lo hacer una ruta de tabernas no sonaba mal, aunque por la cara que puso Wood, iba a ser difícil separar el placer del trabajo.
Respecto a la opción de seguir investigando, la verdad no teníamos mucho por donde seguir, ¿las huellas? ¿el símbolo?, no que qué instintos rastreadores tendrían estos dos, pero yo era que una vez se perdió en su propio trastero.
O bueno, también estaba la última opción, que parecía la favorita de la joven, buscar al tipo adecuado y hacerle hablar, solo que yo no tenía ni idea de quien era por aquí el tipo adecuado, tras exponer sus ideas, se adelantó y afirmó que sería nuestra espada, sonreí, no podía estar más contento con ese ofrecimiento.
-Estupendo, en ese caso, amigos, yo seré vuestro escudo- dije dando unos golpes en mi escudo parafraseando a Wood, no quería ser una carga, ni mucho menos, pero el combate directo…digamos que no era mis especialidad.
-Sí, creo que Wood tiene razón, no hace falta todo un carruaje de mercenarios para llevarse a un niño, tal vez hubiera algo más si- asentí, entonces Eltrant sacó rápidamente un libro de su bolsa y ante mi horror le arrancó una página, por suerte en blanco, y comenzó a garabatear algo, era un simple circulo con una línea en medio, no me sonaba de nada.
-Pu...pues no, me temo que no me suena- dije con la mueca torcida al ver el símbolo, puede que lo hubiera visto antes, pero en este momento no me sonaba.
-Si estaba en un arma, puede ser el símbolo de algún grupo de su dueño o de un fabricante, podríamos ir a preguntar, conozco a un par de tipos del gremio de herreros que podrían ayudarnos- expuse, si encuentras el origen, encontraras el dueño.
Entonces me di cuenta de otro detalle -Espera, es verdad, ¿has dicho que dejaron armas ahí tiradas? ¿Para qué?, ¿querían mandar un mensaje, eran muy descuidados o es que volvieron menos manos de las que iban?- expuse en voz alta, tal vez alguno hubiera resultado herido y se hubiera olvidado su espada.
Miré a Wood que acababa de apoyarse en una pared, aun distaba mucho de estar en plenas facultades, sin embrago y de manera increíble logro exponernos cuatro posibles planes.
La idea de volver con la madre me pareció muy buena, por lo que decían su historia parecía algo confusa, además yo aún no había visto la escena del crimen y era posible, aunque poco probable, que pudiera aportar algo, lo hacer una ruta de tabernas no sonaba mal, aunque por la cara que puso Wood, iba a ser difícil separar el placer del trabajo.
Respecto a la opción de seguir investigando, la verdad no teníamos mucho por donde seguir, ¿las huellas? ¿el símbolo?, no que qué instintos rastreadores tendrían estos dos, pero yo era que una vez se perdió en su propio trastero.
O bueno, también estaba la última opción, que parecía la favorita de la joven, buscar al tipo adecuado y hacerle hablar, solo que yo no tenía ni idea de quien era por aquí el tipo adecuado, tras exponer sus ideas, se adelantó y afirmó que sería nuestra espada, sonreí, no podía estar más contento con ese ofrecimiento.
-Estupendo, en ese caso, amigos, yo seré vuestro escudo- dije dando unos golpes en mi escudo parafraseando a Wood, no quería ser una carga, ni mucho menos, pero el combate directo…digamos que no era mis especialidad.
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Eltrant se cruzó de brazos mientras Wood exponía las posibilidades que tenían, no reconocieron el símbolo por lo que simplemente se guardó el papel en el bolsillo, quizás más tarde le seria útil.
Con todo lo que sabían, podían o bien ir de nuevo a la mansión de los Elroy y hablar de nuevo con la madre, quien todos estaban empezando a tener bastante claro que escondía algo, también estaba la posibilidad de buscar por todas las tabernas, que era básicamente lo que él había pensado en un principio, seguir investigando de la misma manera que lo habían hecho hasta ahora o bien, en última instancia, buscar al tipo equivocado y sacarle respuestas… a golpes.
Eltrant se agarró el brazo derecho instintivamente, tanto la segunda como la cuarta opción estaban descartadas, tenía que mantener a Wood alejada de la bebida al menos por el momento y lo otro… simplemente no le terminaba de parecer correcto, “el tipo indicado” podía no resultar serlo, no estaba dispuesto a pasar más días en la prisión por haber dejado fuera de combate a la persona equivocada.
-“Sí que había armas… aunque todas bastante corrientes, el símbolo lo tenía un espadón clavado en mitad de la pared” – Contestó Eltrant a sus compañeros haciendo memoria –“Inexplicablemente, aunque algunas estaban cubiertas de sangre no había ningún cadáver”
Se movió de un lado para otro tratando de ordenar sus ideas, todo lo que había dicho Wood hasta el momento tenia sentido, no era lógico lanzar un ataque a gran escala para secuestrar al niño, por muy bien custodiado que estuviese es mucho más sencillo infiltrarse y sacarlo a hurtadillas. Aun con el centenar de mercenarios que habían contratado Kenneth no era imposible, había visto a Demian desvanecerse frente a sus ojos como si nada.
Eltrant se volvió entonces hacia sus compañeros, listo para proponer que hacer, cuando Wood alegó ser la espada de los dos hombres presentes, lo que hizo que el mercenario sonriese, aquel era un cambio agradable, teniendo en cuenta que hasta el momento había sido bastante áspera con él, no estaba de más aquel ofrecimiento. Momentos después Schott contestó a la mujer identificándose a él mismo como el escudo del grupo mientras daba unos leves golpecitos en el desgastado broquel que cargaba a su espalda.
Lo cierto es que aquella extraña muestra de confianza por parte de sus compañeros le estaba poniendo de buen humor, sin tiempo que perder sonrió a sus compañeros -“Muy bien en ese caso yo supongo que seré…”- Suspiró a mitad de la frase y se encogió de hombros –“… Qué más da, mejor vamos a ver que tiene que decir la madre del niño, Wood tiene razón, hay algo que no termina de tener sentido en todo esto”
Puede que visitar a la madre y culpabilizarla del secuestro no fuese lo más sensato, pero ir taberna por taberna buscando a algún mercenario herido iba a hacerles perder mucho tiempo, por no hablar de lo que pasaría si uno de los secuestradores se enteraban de que estaban buscando a Thomas.
-"Es una sugerencia al fin y al cabo, si creéis que vamos a tener mas posibilidades con alguna de las otras opciones..." - Añadió el mercenario -"Aunque en el caso de que vayamos, creo que lo mejor seria que Schott hablase con ella, no le conoce, seria raro que nos viese merodear de nuevo por su casa"
Con todo lo que sabían, podían o bien ir de nuevo a la mansión de los Elroy y hablar de nuevo con la madre, quien todos estaban empezando a tener bastante claro que escondía algo, también estaba la posibilidad de buscar por todas las tabernas, que era básicamente lo que él había pensado en un principio, seguir investigando de la misma manera que lo habían hecho hasta ahora o bien, en última instancia, buscar al tipo equivocado y sacarle respuestas… a golpes.
Eltrant se agarró el brazo derecho instintivamente, tanto la segunda como la cuarta opción estaban descartadas, tenía que mantener a Wood alejada de la bebida al menos por el momento y lo otro… simplemente no le terminaba de parecer correcto, “el tipo indicado” podía no resultar serlo, no estaba dispuesto a pasar más días en la prisión por haber dejado fuera de combate a la persona equivocada.
-“Sí que había armas… aunque todas bastante corrientes, el símbolo lo tenía un espadón clavado en mitad de la pared” – Contestó Eltrant a sus compañeros haciendo memoria –“Inexplicablemente, aunque algunas estaban cubiertas de sangre no había ningún cadáver”
Se movió de un lado para otro tratando de ordenar sus ideas, todo lo que había dicho Wood hasta el momento tenia sentido, no era lógico lanzar un ataque a gran escala para secuestrar al niño, por muy bien custodiado que estuviese es mucho más sencillo infiltrarse y sacarlo a hurtadillas. Aun con el centenar de mercenarios que habían contratado Kenneth no era imposible, había visto a Demian desvanecerse frente a sus ojos como si nada.
Eltrant se volvió entonces hacia sus compañeros, listo para proponer que hacer, cuando Wood alegó ser la espada de los dos hombres presentes, lo que hizo que el mercenario sonriese, aquel era un cambio agradable, teniendo en cuenta que hasta el momento había sido bastante áspera con él, no estaba de más aquel ofrecimiento. Momentos después Schott contestó a la mujer identificándose a él mismo como el escudo del grupo mientras daba unos leves golpecitos en el desgastado broquel que cargaba a su espalda.
Lo cierto es que aquella extraña muestra de confianza por parte de sus compañeros le estaba poniendo de buen humor, sin tiempo que perder sonrió a sus compañeros -“Muy bien en ese caso yo supongo que seré…”- Suspiró a mitad de la frase y se encogió de hombros –“… Qué más da, mejor vamos a ver que tiene que decir la madre del niño, Wood tiene razón, hay algo que no termina de tener sentido en todo esto”
Puede que visitar a la madre y culpabilizarla del secuestro no fuese lo más sensato, pero ir taberna por taberna buscando a algún mercenario herido iba a hacerles perder mucho tiempo, por no hablar de lo que pasaría si uno de los secuestradores se enteraban de que estaban buscando a Thomas.
-"Es una sugerencia al fin y al cabo, si creéis que vamos a tener mas posibilidades con alguna de las otras opciones..." - Añadió el mercenario -"Aunque en el caso de que vayamos, creo que lo mejor seria que Schott hablase con ella, no le conoce, seria raro que nos viese merodear de nuevo por su casa"
Eltrant Tale
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Debo confesar que no sabía si estar sorprendida de la habilidad de ese sonrisal o si no sorprenderme porque la primera impresión que me dio había sido la correcta. En todo caso le devolví airosamente una de sus sonrisas mientras exponía sus ideas. Nunca había pensado lo de las herrerías, aunque no me gustaba mucho tener que acercarme a esos hombres, probablemente tenía mala fama por ese gremio dado mi pasado y la vulnerabilidad del corazón en los hombres…
Espada y escudo agregué tras Schott sin poder controlar aún del todo mi lengua y mucho menos lo que soltaba mi boca. Torcí el gesto y me reí ante el gesto dubitativo de ese Tale cuando quiso autodesignarse algo. Humano está bien aseveré con un guiño sin pensar demasiado en nada. La idea de volver donde esa Lisbeth… Lizzete… bha, “esa” me había gustado mucho y mejor había sido eso de ir encubiertos. La idea de andar disfrazada o a hurtadillas siempre me había parecido fascinante. Las presas no saben qué se les viene encima hasta que ya no pueden defenderse. Reí maléficamente en mi interior dado que no podía hacerlo garganta para afuera.
Tosí un par de veces y tropecé con mis pies más de lo que podría contarlo. Afortunadamente estaba bien rodeada y no había forma de extraviar el camino ¿o si? De todas formas, fuere cual fuere la situación real que estábamos enfrentando yo era feliz porque habíamos dejado atrás a la mesa retobada y porque el piso había decidido dejar de moverse. Les había ganado a pura fuerza lobuna; de haber estado mejor probablemente ahora andaría con la lengua de afuera como una buena can feliz, pero eso no era posible por el momento…
¿No habían cadáveres? pregunté al rato de estar caminando. Sin dudas debía ser el efecto retardado más retardado de todos. ¿Se los habrán llevado o comido? pregunté sin saber si estaba en una de mis pesadillas o en la vida real. ¿Salir apurados? ¿no dejarías tu arma… o si? pregunté justo antes de llegar a un recodo en una calle que me parecía familiar. En fin... concluí aún con la cabeza un poco en las nubes. Habían muchas cosas que no me cerraban, pero me daba pereza ponerme a pensar. Quería saber un poco más sobre ellos y cotillear un buen rato “jojojo”.
________________________
Espero que me permitan la venia de haber metarroleado que no me caía, asumí que eran buenitos y no dejarían que me golpee x)
Espada y escudo agregué tras Schott sin poder controlar aún del todo mi lengua y mucho menos lo que soltaba mi boca. Torcí el gesto y me reí ante el gesto dubitativo de ese Tale cuando quiso autodesignarse algo. Humano está bien aseveré con un guiño sin pensar demasiado en nada. La idea de volver donde esa Lisbeth… Lizzete… bha, “esa” me había gustado mucho y mejor había sido eso de ir encubiertos. La idea de andar disfrazada o a hurtadillas siempre me había parecido fascinante. Las presas no saben qué se les viene encima hasta que ya no pueden defenderse. Reí maléficamente en mi interior dado que no podía hacerlo garganta para afuera.
Tosí un par de veces y tropecé con mis pies más de lo que podría contarlo. Afortunadamente estaba bien rodeada y no había forma de extraviar el camino ¿o si? De todas formas, fuere cual fuere la situación real que estábamos enfrentando yo era feliz porque habíamos dejado atrás a la mesa retobada y porque el piso había decidido dejar de moverse. Les había ganado a pura fuerza lobuna; de haber estado mejor probablemente ahora andaría con la lengua de afuera como una buena can feliz, pero eso no era posible por el momento…
¿No habían cadáveres? pregunté al rato de estar caminando. Sin dudas debía ser el efecto retardado más retardado de todos. ¿Se los habrán llevado o comido? pregunté sin saber si estaba en una de mis pesadillas o en la vida real. ¿Salir apurados? ¿no dejarías tu arma… o si? pregunté justo antes de llegar a un recodo en una calle que me parecía familiar. En fin... concluí aún con la cabeza un poco en las nubes. Habían muchas cosas que no me cerraban, pero me daba pereza ponerme a pensar. Quería saber un poco más sobre ellos y cotillear un buen rato “jojojo”.
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Espero que me permitan la venia de haber metarroleado que no me caía, asumí que eran buenitos y no dejarían que me golpee x)
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Me rasqué la cabeza dándole vueltas al asunto, lo cierto es que la historia no me cuadraba nada, ¿mercenarios irrumpen en casa, se llevan a niño, matan entre ellos y se van de allí? Nah, sonaba muy estúpido.
Lo cierto es que ahora que me paraba a pensar, ni siquiera había mencionado nadie nada de una recompensa, aunque lo cierto era que me daba igual, si la madre tenía razon y habían secuestrado a su hijo, ya bastante tendría con lo suyo, ademas no estaba haciendo esto por el dinero, sino por la compañía y la aventura, reí para mi mismo, lo cierto es que no me explicaba como podía seguir vivo, volví a sonreir.
Finalmente decidimos ir a hablar con la madre del chaval, que por lo visto sabís más de lo que decía, Eltrant sugirió que fuera yo quien hablase con ella dado que a mí no me había visto.
-Si, está bien, me parece estupendo- sonreí –Pero estad por ahí cubriéndome la espalda eh Jajaja- bromeé, no sin cierto temor, aunque visto como se estaba retorciendo la historia puede que esa no fuera una idea tan descabellada.
Nos pusimos en marcha, a paso no demasiado rápido, dado que uno de nosotros andaba algo escaso de facultades, me situé a un lado de Wood, preparado para sujetarla en cuanto trastabillase, cosa que no tardó demasiado en hacer.
-Ueeeee, que te caes jaja- sonreí –Tranquila, en un rato estarás como nueva, ….o muchísimo peor, según como se te den a ti las resacas Jajaja- reí, lo cierto es que la joven era bien dura, yo creo que en su estado me habría quedado tirado en el suelo bajo la mesa luchando por respirar.
Seguimos avanzando, yo les seguía a ellos, bueno más bien a Eltrant, con tantos giros creo que ya me había despistado y dudo que lograse volver a la taberna, no me conocía bien esta zona de la ciudad.
Como no íbamos demasiado deprisa, y tampoco quería preguntar si faltaba mucho como un crio, aunque me moría de ganas de hacerlo, el viaje se me estaba haciendo muy largo, así que decidí entablar algo de conversación.
-Bueno…y vosotros…aa… ¿a qué os dedicáis?, comooo, ¿Cómo os ganáis la vida?- pregunte sonriente para alegrar un poco el trayecto mientras seguíamos nuestro camino hacia la búsqueda del chaval.
Lo cierto es que ahora que me paraba a pensar, ni siquiera había mencionado nadie nada de una recompensa, aunque lo cierto era que me daba igual, si la madre tenía razon y habían secuestrado a su hijo, ya bastante tendría con lo suyo, ademas no estaba haciendo esto por el dinero, sino por la compañía y la aventura, reí para mi mismo, lo cierto es que no me explicaba como podía seguir vivo, volví a sonreir.
Finalmente decidimos ir a hablar con la madre del chaval, que por lo visto sabís más de lo que decía, Eltrant sugirió que fuera yo quien hablase con ella dado que a mí no me había visto.
-Si, está bien, me parece estupendo- sonreí –Pero estad por ahí cubriéndome la espalda eh Jajaja- bromeé, no sin cierto temor, aunque visto como se estaba retorciendo la historia puede que esa no fuera una idea tan descabellada.
Nos pusimos en marcha, a paso no demasiado rápido, dado que uno de nosotros andaba algo escaso de facultades, me situé a un lado de Wood, preparado para sujetarla en cuanto trastabillase, cosa que no tardó demasiado en hacer.
-Ueeeee, que te caes jaja- sonreí –Tranquila, en un rato estarás como nueva, ….o muchísimo peor, según como se te den a ti las resacas Jajaja- reí, lo cierto es que la joven era bien dura, yo creo que en su estado me habría quedado tirado en el suelo bajo la mesa luchando por respirar.
Seguimos avanzando, yo les seguía a ellos, bueno más bien a Eltrant, con tantos giros creo que ya me había despistado y dudo que lograse volver a la taberna, no me conocía bien esta zona de la ciudad.
Como no íbamos demasiado deprisa, y tampoco quería preguntar si faltaba mucho como un crio, aunque me moría de ganas de hacerlo, el viaje se me estaba haciendo muy largo, así que decidí entablar algo de conversación.
-Bueno…y vosotros…aa… ¿a qué os dedicáis?, comooo, ¿Cómo os ganáis la vida?- pregunte sonriente para alegrar un poco el trayecto mientras seguíamos nuestro camino hacia la búsqueda del chaval.
Schott
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Sus compañeros accedieron inmediatamente a ir de nuevo a ver a Eliza, todos los presentes estaban de acuerdo en que la mujer escondía algo, a fuese un oscuro secreto o algo sin importancia, tenían que averiguar de qué se trataba, estaba la posibilidad, aun remota, de que les guiara en el camino correcto para encontrar al niño.
Poco después de comenzar a caminar Wood se tambaleó un poco y estuvo a punto de caerse, Eltrant alargó el brazo para sujetarla pero Schott, quien se había colocado al lado de la mujer, se adelantó al mercenario y riendo evitó que se diera un buen golpe contra el suelo. Eltrant alzó una ceja y miró a la pareja, lo cierto es que habían hecho buenas migas.
Tras aquel pequeño incidente continuaron avanzando hacia la vivienda de los Elroy como si nada hubiese pasado, las calles de la ciudad seguían tan concurridas como siempre y a aunque a simple vista podían parecer un grupo bastante pintoresco, lo cierto es que la mayoría de los transeúntes no se fijaban en ellos. –“¿Comido?” – Preguntó un poco incrédulo a Wood –“Solo estaban manchadas de sangre las armas… así que lo dudo” – Negó con la cabeza,no estaba seguro de si la mujer de verdad pretendía que respondiese a esa pregunta – “Veo más factible eso… que hayan huido por algo…” – Añadió cuando la mujer hizo la siguiente pregunta.
El camino se le estaba haciendo más largo de lo que había recordado, quizás por el hecho de que ahora estaba empezando a anochecer o porque aunque Wood se encontraba mucho mejor, seguía asegurándose de ir a un ritmo con el cual ella pudiese ir recuperándose poco a poco. Eltrant se giró hacia Schott cuando este le preguntó a que se dedicaba y sonrió. –“Bueno… “– Se cruzó de brazos mientras andaba – “…Mercenario sería un buen término para describir lo que hago” – Se atusó la barba y se paró en medio de la calle –“Todo el mundo tiene problemas, pero casi nadie tiene la iniciativa para resolverlos, ahí es dónde entro yo” – Dijo sonriendo a la vez que comenzaba a caminar de nuevo.
No mencionó el hecho de que dedicarse a eso era una simple excusa para poder ir de aquí para allá sin ningún tipo de atadura, pero tampoco lo creyó necesario. –“No da mucho dinero, eso puedo asegurártelo” – Completó riendo.
Volvió a mirar al muchacho de arriba abajo, tratando de discernir a que se dedicaba, por su aspecto tenia pinta de ser algún tipo de trabajador, también había mencionado en la taberna que podía arreglar cosas a cambio de la jarra que le había servido Katia por lo que parecía ser correcta su suposición, tras esto se volvió hacia Wood, pensándolo bien, tampoco sabía cómo se ganaba la vida la mujer que le había partido un brazo semanas atrás.
–“Yo ya he hablado, ahora os toca a vosotros” –Aun quedaba un poco de camino hasta la calle en la que se encontraba la vivienda de los Elroy y conocer los puntos fuertes de sus compañeros de equipo nunca venia mal.
Poco después de comenzar a caminar Wood se tambaleó un poco y estuvo a punto de caerse, Eltrant alargó el brazo para sujetarla pero Schott, quien se había colocado al lado de la mujer, se adelantó al mercenario y riendo evitó que se diera un buen golpe contra el suelo. Eltrant alzó una ceja y miró a la pareja, lo cierto es que habían hecho buenas migas.
Tras aquel pequeño incidente continuaron avanzando hacia la vivienda de los Elroy como si nada hubiese pasado, las calles de la ciudad seguían tan concurridas como siempre y a aunque a simple vista podían parecer un grupo bastante pintoresco, lo cierto es que la mayoría de los transeúntes no se fijaban en ellos. –“¿Comido?” – Preguntó un poco incrédulo a Wood –“Solo estaban manchadas de sangre las armas… así que lo dudo” – Negó con la cabeza,no estaba seguro de si la mujer de verdad pretendía que respondiese a esa pregunta – “Veo más factible eso… que hayan huido por algo…” – Añadió cuando la mujer hizo la siguiente pregunta.
El camino se le estaba haciendo más largo de lo que había recordado, quizás por el hecho de que ahora estaba empezando a anochecer o porque aunque Wood se encontraba mucho mejor, seguía asegurándose de ir a un ritmo con el cual ella pudiese ir recuperándose poco a poco. Eltrant se giró hacia Schott cuando este le preguntó a que se dedicaba y sonrió. –“Bueno… “– Se cruzó de brazos mientras andaba – “…Mercenario sería un buen término para describir lo que hago” – Se atusó la barba y se paró en medio de la calle –“Todo el mundo tiene problemas, pero casi nadie tiene la iniciativa para resolverlos, ahí es dónde entro yo” – Dijo sonriendo a la vez que comenzaba a caminar de nuevo.
No mencionó el hecho de que dedicarse a eso era una simple excusa para poder ir de aquí para allá sin ningún tipo de atadura, pero tampoco lo creyó necesario. –“No da mucho dinero, eso puedo asegurártelo” – Completó riendo.
Volvió a mirar al muchacho de arriba abajo, tratando de discernir a que se dedicaba, por su aspecto tenia pinta de ser algún tipo de trabajador, también había mencionado en la taberna que podía arreglar cosas a cambio de la jarra que le había servido Katia por lo que parecía ser correcta su suposición, tras esto se volvió hacia Wood, pensándolo bien, tampoco sabía cómo se ganaba la vida la mujer que le había partido un brazo semanas atrás.
–“Yo ya he hablado, ahora os toca a vosotros” –Aun quedaba un poco de camino hasta la calle en la que se encontraba la vivienda de los Elroy y conocer los puntos fuertes de sus compañeros de equipo nunca venia mal.
Eltrant Tale
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
“
Tarareaba en mi cabeza una y otra vez aquella canción mientras hacíamos el recorrido hasta la casa. Ya no faltaba casi nada para llegar más la monotonía de mi composición mental se acalló por la conversación que comenzó a llevarse. Escuché a Tale, “Mercenario” repetí en mi cabeza jugando con el término, miré a Schott como diciendo “Es tu turno” aunque era bastante aparente lo que era, claro, mientras no fuera un disfraz. Por algún motivo últimamente tenía una manía con los disfraces. Ya se ve dije con una sonrisa ladina al ver sus fachas.
Ases… comencé a procurar mi respuesta, no mentían cuando decían que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad, más el aire fresco o más bien, el sereno de la tarde, ya estaban haciendo una buena mella en mi ahogo etílico. Tosí para disimular y arrastré las siguientes palabras adrede General, general en Ulmer dije dándome un ligero golpecito en el pecho. …Entre otras cosas agregué desviando la vista convenientemente hacia un vagabundo que también estaba convenientemente cerca de la casa. Sí, ahora comenzaba a recordar los entornos. Ya casi estamos puntualicé mirando con otros ojos los alrededores.
Definitivamente esa borrachera estaba recediendo y estaba más alerta, mucho más alerta. Atendí el intercambio de los hombres y me despedí con un ligero golpecito en el hombro del humano sonriente. Confío en tus orejas y tus ojos agregué, la claridad mental era tan grande que se sentía como una bofetada en la nariz; si es que son comparables… ¿Y bien Tale? pregunté respirando profundamente por mis recientemente destapadas narinas. Varias cosas que no había percibido en la cercanía de la casa comenzaron a hacerse presentes.
Inquieta comencé a husmear y mover mi nariz de aquí para allá. Espero que le vaya bien comenté en un terriblemente mal intento por hacer conversación. Eso de ser comunicativa no se me daba para nada bien y era consciente que particularmente ese humano podría temer que le hiciera algo raro. Sonreí de lado ante pensamiento y con algo de ironía agregué ¿Cómo está tu hombro?. Enarqué una ceja y por primera vez me mantuve estática en mi lugar, observando directamente al hombre.
Ruining the woods, tree wrecker
The angry old forest god turned your poor beak into a poison knife
” The angry old forest god turned your poor beak into a poison knife
Tarareaba en mi cabeza una y otra vez aquella canción mientras hacíamos el recorrido hasta la casa. Ya no faltaba casi nada para llegar más la monotonía de mi composición mental se acalló por la conversación que comenzó a llevarse. Escuché a Tale, “Mercenario” repetí en mi cabeza jugando con el término, miré a Schott como diciendo “Es tu turno” aunque era bastante aparente lo que era, claro, mientras no fuera un disfraz. Por algún motivo últimamente tenía una manía con los disfraces. Ya se ve dije con una sonrisa ladina al ver sus fachas.
Ases… comencé a procurar mi respuesta, no mentían cuando decían que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad, más el aire fresco o más bien, el sereno de la tarde, ya estaban haciendo una buena mella en mi ahogo etílico. Tosí para disimular y arrastré las siguientes palabras adrede General, general en Ulmer dije dándome un ligero golpecito en el pecho. …Entre otras cosas agregué desviando la vista convenientemente hacia un vagabundo que también estaba convenientemente cerca de la casa. Sí, ahora comenzaba a recordar los entornos. Ya casi estamos puntualicé mirando con otros ojos los alrededores.
Definitivamente esa borrachera estaba recediendo y estaba más alerta, mucho más alerta. Atendí el intercambio de los hombres y me despedí con un ligero golpecito en el hombro del humano sonriente. Confío en tus orejas y tus ojos agregué, la claridad mental era tan grande que se sentía como una bofetada en la nariz; si es que son comparables… ¿Y bien Tale? pregunté respirando profundamente por mis recientemente destapadas narinas. Varias cosas que no había percibido en la cercanía de la casa comenzaron a hacerse presentes.
Inquieta comencé a husmear y mover mi nariz de aquí para allá. Espero que le vaya bien comenté en un terriblemente mal intento por hacer conversación. Eso de ser comunicativa no se me daba para nada bien y era consciente que particularmente ese humano podría temer que le hiciera algo raro. Sonreí de lado ante pensamiento y con algo de ironía agregué ¿Cómo está tu hombro?. Enarqué una ceja y por primera vez me mantuve estática en mi lugar, observando directamente al hombre.
Woodpecker
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Seguimos avanzando por el tranquilo camino, a nuestro alrededor el bullicio de la ciudad no se fijaba en nosotros, para un tercero no éramos más que unos tipos regresando de fiesta, y en cierto modo era lo que éramos, sonreí.
Estaba anocheciendo, y eso no me gustaba, no es que tuviera miedo, claro que no, era que seguro nos resultaría más difícil seguir rastros sin luz.
Ante mi alegría, mis compañero dieron algo de coba y comentaron a que se dedicaban, Eltrant afirmó ser mercenario, sonreí, no pretendía ser descortés, pero a no ser que hiciera maravillas con la espada, no tenía mucha pinta de mercenario, por lo visto resolvía problemas, me alegré, ahora encajaba, cualquier bruto cabeza hueca puede ser mercenario y golpear con una maza, pero siempre hace falta algo más para conseguir buenos resultados, y eso lo sabía yo bien.
-Ajaja, perfecto- sonreí –En el turbio mundo e hoy en día, lo que sobran son los problemas sin resolver-agregué.
También añadió que aquello no daba mucho dinero. –Jajajajá- reí –Y yo que pensaba que los mercenarios vivan aventuras en lustrosos caballos, suculentas cenas y hermosas doncellas- bromeé irónico.
Miramos entonces a Wood, lo cierto era que me intrigaba bastante, en ese estado no sabía bien en que profesión la asentaría, aparte de catadora de licores.
Masculló algo, pero no la pude entender, y luego algo de general de Ulmer, ¿general? ¿Ulmer?, no pude evitar sonreír, estaba claro que iba completamente ebria, general...Jajaja, ¿y que narices era Ulmer?, decidí sonreírla y seguirla la corriente. –Ah pues encantado mi señora Jajaja- bromeé.
Tras esto murmuró que ya estábamos llegando, elevé la cabeza y agucé la vista, no era más que una calle de la cuidad normal y corriente, pero estaría alerta.
-Pues yo...- me estiré los brazos debido al cansancio –Soy herrero- sonreí –Y tambien hago chapuzillas y reparaciones, voy de acá para alla, podría decirse... que soy un herrero ambulante jajá- reí, lo cierto es que el termino sonaba gracioso, aunque era cierto, había muchas aldeas y pueblos que no contaban con su propio herrero, y que un tipo pase por allí a repararles las herramientas podía salvarles una cosecha, además así podía viajar por ahí, que era lo que mas me gustaba.
-Y no- sonreí –Tampoco gano demasiado como ya has podido comprobar Jajaja-reí ampliamente, en la mayoría de los casos, no podían más que ofrecerme comida o techo, que yo gustosamente aceptaba.
Wood entonces preguntó a Eltrant, es verdad, que ya se conocían, lo había olvidado, y le preguntó por su hombro, le miré yo entonces, ¿estaba herido?, yo no había notado nada raro antes, callé para atender a la respuesta mientras continuabamos avanzando por la calle.
Estaba anocheciendo, y eso no me gustaba, no es que tuviera miedo, claro que no, era que seguro nos resultaría más difícil seguir rastros sin luz.
Ante mi alegría, mis compañero dieron algo de coba y comentaron a que se dedicaban, Eltrant afirmó ser mercenario, sonreí, no pretendía ser descortés, pero a no ser que hiciera maravillas con la espada, no tenía mucha pinta de mercenario, por lo visto resolvía problemas, me alegré, ahora encajaba, cualquier bruto cabeza hueca puede ser mercenario y golpear con una maza, pero siempre hace falta algo más para conseguir buenos resultados, y eso lo sabía yo bien.
-Ajaja, perfecto- sonreí –En el turbio mundo e hoy en día, lo que sobran son los problemas sin resolver-agregué.
También añadió que aquello no daba mucho dinero. –Jajajajá- reí –Y yo que pensaba que los mercenarios vivan aventuras en lustrosos caballos, suculentas cenas y hermosas doncellas- bromeé irónico.
Miramos entonces a Wood, lo cierto era que me intrigaba bastante, en ese estado no sabía bien en que profesión la asentaría, aparte de catadora de licores.
Masculló algo, pero no la pude entender, y luego algo de general de Ulmer, ¿general? ¿Ulmer?, no pude evitar sonreír, estaba claro que iba completamente ebria, general...Jajaja, ¿y que narices era Ulmer?, decidí sonreírla y seguirla la corriente. –Ah pues encantado mi señora Jajaja- bromeé.
Tras esto murmuró que ya estábamos llegando, elevé la cabeza y agucé la vista, no era más que una calle de la cuidad normal y corriente, pero estaría alerta.
-Pues yo...- me estiré los brazos debido al cansancio –Soy herrero- sonreí –Y tambien hago chapuzillas y reparaciones, voy de acá para alla, podría decirse... que soy un herrero ambulante jajá- reí, lo cierto es que el termino sonaba gracioso, aunque era cierto, había muchas aldeas y pueblos que no contaban con su propio herrero, y que un tipo pase por allí a repararles las herramientas podía salvarles una cosecha, además así podía viajar por ahí, que era lo que mas me gustaba.
-Y no- sonreí –Tampoco gano demasiado como ya has podido comprobar Jajaja-reí ampliamente, en la mayoría de los casos, no podían más que ofrecerme comida o techo, que yo gustosamente aceptaba.
Wood entonces preguntó a Eltrant, es verdad, que ya se conocían, lo había olvidado, y le preguntó por su hombro, le miré yo entonces, ¿estaba herido?, yo no había notado nada raro antes, callé para atender a la respuesta mientras continuabamos avanzando por la calle.
Schott
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
-“Sí, ya veo, general en Ulmer… entre otras cosas” – Contestó Eltrant riendo –“En ese caso nosotros somos sus fieles lugartenientes, mi señora” – Lo cierto es que parte de él creía a la mujer, Wood parecía lo suficiente sobria como para estar diciendo la verdad, aunque en cualquier caso, también estaba lo suficiente ebria como para seguir diciendo sandeces.
Como había supuesto en un principio, Schott era herrero, nada menos que uno ambulante, el montón de cachivaches, bolsillos no dejaba mucho lugar a la duda. Conocía aquella profesión bastante bien, dado lo remoto de la granja en la que se había criado su padre solía contratarlos muy a menudo, puesto que nadie por aquellos lares sabía como forjar en condiciones, era la mejor manera de tener las herramientas a punto.
Estaban cerca, reconocía la calle en la que estaban el mismo vagabundo que rondaba por allí , la mansión de los Elroy se alzaba sobre todas las demás majestuosamente, ahora solo tenían que esperar a que la mujer abandonase la vivienda o en su defecto mandar a Schott a hablar con ella.
Eltrant arqueó una ceja y miró hacia Wood, quien extrañamente parecía interesada en el estado de su brazo, lo cual era un detalle teniendo en cuenta que fue ella quien se encargó de partírselo en Ulmer, a pesar de todo según pasaba el tiempo empezó a creer que había sido un accidente, la mujer que tenía en frente podía ser un poco áspera y brusca, pero no parecía ser el tipo de persona que lo anteponía todo por una victoria, además, muchos de los presentes mencionaron que fue ella quien transportó al mercenario hasta la línea de meta, otorgándole la victoria.
–“Realmente fue el codo lo que me partí aquel día, no el hombro” – Contestó Eltrant moviendo el brazo derecho indicando que ya lo tenía bien –“Prácticamente no me duele” - Dejó escapar un leve suspiro cuando dijo esto para segundos después sonreír a los presentes para no parecer sombrío, los combates que había tenido hasta momento le habían pasado factura en aquella extremidad, y a pesar de que en la mayoría de los casos había recibido atención medica justo después, la realidad era que, seguía sintiendo dolores en aquella extremidad, sobre todo cuando peleaba.
–“Por cierto, gracias por lo de Ulmer” – Dijo al final, si no fuese por Wood jamás habría tenido a Morh, era lo mínimo que podía decir.
Entonces una mujer salió de la residencia, Eltrant inmediatamente se agachó tras unos setos que había en aquella calle, tratando de pasar desapercibido e indicó a sus compañeros que le imitasen, la mujer miro hacia los lados vigilando que no le siguieran y comenzó a andar alejándose de la vivienda. No podía estar seguro de quien era la mujer, pues se ocultaba bajo una capa de color amarillo, pero lo más lógico es que fuese Eliza.
Se giró hacia Schott y le dio un pequeño golpe en el hombro –“Tú turno” – Dijo sonriéndole.
Como había supuesto en un principio, Schott era herrero, nada menos que uno ambulante, el montón de cachivaches, bolsillos no dejaba mucho lugar a la duda. Conocía aquella profesión bastante bien, dado lo remoto de la granja en la que se había criado su padre solía contratarlos muy a menudo, puesto que nadie por aquellos lares sabía como forjar en condiciones, era la mejor manera de tener las herramientas a punto.
Estaban cerca, reconocía la calle en la que estaban el mismo vagabundo que rondaba por allí , la mansión de los Elroy se alzaba sobre todas las demás majestuosamente, ahora solo tenían que esperar a que la mujer abandonase la vivienda o en su defecto mandar a Schott a hablar con ella.
Eltrant arqueó una ceja y miró hacia Wood, quien extrañamente parecía interesada en el estado de su brazo, lo cual era un detalle teniendo en cuenta que fue ella quien se encargó de partírselo en Ulmer, a pesar de todo según pasaba el tiempo empezó a creer que había sido un accidente, la mujer que tenía en frente podía ser un poco áspera y brusca, pero no parecía ser el tipo de persona que lo anteponía todo por una victoria, además, muchos de los presentes mencionaron que fue ella quien transportó al mercenario hasta la línea de meta, otorgándole la victoria.
–“Realmente fue el codo lo que me partí aquel día, no el hombro” – Contestó Eltrant moviendo el brazo derecho indicando que ya lo tenía bien –“Prácticamente no me duele” - Dejó escapar un leve suspiro cuando dijo esto para segundos después sonreír a los presentes para no parecer sombrío, los combates que había tenido hasta momento le habían pasado factura en aquella extremidad, y a pesar de que en la mayoría de los casos había recibido atención medica justo después, la realidad era que, seguía sintiendo dolores en aquella extremidad, sobre todo cuando peleaba.
–“Por cierto, gracias por lo de Ulmer” – Dijo al final, si no fuese por Wood jamás habría tenido a Morh, era lo mínimo que podía decir.
Entonces una mujer salió de la residencia, Eltrant inmediatamente se agachó tras unos setos que había en aquella calle, tratando de pasar desapercibido e indicó a sus compañeros que le imitasen, la mujer miro hacia los lados vigilando que no le siguieran y comenzó a andar alejándose de la vivienda. No podía estar seguro de quien era la mujer, pues se ocultaba bajo una capa de color amarillo, pero lo más lógico es que fuese Eliza.
Se giró hacia Schott y le dio un pequeño golpe en el hombro –“Tú turno” – Dijo sonriéndole.
Eltrant Tale
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Enarqué una ceja, por algún motivo sentí que ese par no me creyó cuando dije a lo que me dedicaba. Me preguntaba si les dijera algo como “meretriz” me hubieran creído. Les seguí el juego y sonreí ante su elocuencia, aunque no me gustara aceptarlo, andar cerca de humanos algunas veces era una buena forma de matar el tiempo –y los bichos- Bha, como sea dije en tono bajo, dejando pasar los comentarios. Herrero repetí algo ausente. Sin dudas había algo que hacía que ellos y yo nos acercáramos y probablemente hasta que no lo descubriera no podría deshacerme de sus presencias tan fácilmente. Pensé en agregar alguna cosa más, pero las palabras de Tale me hicieron volver a la realidad. Fruncí el ceño tratando de recordar.
Bueno, no es que se pudiera ver muy bien, estabas envuelto en sangre y tenía más ganas de lamerte y morderte que de ayudarte dije en un burdo intento de disculpa mal ejecutado y sin tomar en cuenta su agradecimiento. Como sea… agregué encogiéndome de hombros y viendo cómo se escondía cuando salía aquella mujer. El viento no estaba a favor, por lo que no pude percibir si se trataba efectivamente de esa… “mujer”. Al contrario del humano, no tenía ningún seto tras el cual esconderme, por lo que rápidamente me quité la capa, dejando la armadura a la vista y me puse de espaldas para que no me reconociese. Con suerte pasaría desapercibida dado que los humanos no suelen ser muy buenos fisonomistas, menos aún cuando están mal dormidos, además me había visto una sola vez como vagabunda y en plena oscuridad, las posibilidades eran ínfimas.
Cuando escuché a Tale mandar al otro, asumí que era seguro darme la vuelta. Le di una palmada en el hombro y dije Si sucede algo solo grita, estaré ahí para descuartizar lo que sea. Una ola de emoción embriagó mi cuerpo y sentí que una lágrima traicionera me empañaba la vista derecha. Engatúsala agregué levantando un pulgar. Me volví luego hacia el humano restante ¿Qué haremos nosotros? pregunté, saqué un pañuelo relativamente limpio y me soné bien fuerte luego de estornudar un par de veces. Necesitaba la nariz limpia para seguir cualquier rastro.
Bueno, no es que se pudiera ver muy bien, estabas envuelto en sangre y tenía más ganas de lamerte y morderte que de ayudarte dije en un burdo intento de disculpa mal ejecutado y sin tomar en cuenta su agradecimiento. Como sea… agregué encogiéndome de hombros y viendo cómo se escondía cuando salía aquella mujer. El viento no estaba a favor, por lo que no pude percibir si se trataba efectivamente de esa… “mujer”. Al contrario del humano, no tenía ningún seto tras el cual esconderme, por lo que rápidamente me quité la capa, dejando la armadura a la vista y me puse de espaldas para que no me reconociese. Con suerte pasaría desapercibida dado que los humanos no suelen ser muy buenos fisonomistas, menos aún cuando están mal dormidos, además me había visto una sola vez como vagabunda y en plena oscuridad, las posibilidades eran ínfimas.
Cuando escuché a Tale mandar al otro, asumí que era seguro darme la vuelta. Le di una palmada en el hombro y dije Si sucede algo solo grita, estaré ahí para descuartizar lo que sea. Una ola de emoción embriagó mi cuerpo y sentí que una lágrima traicionera me empañaba la vista derecha. Engatúsala agregué levantando un pulgar. Me volví luego hacia el humano restante ¿Qué haremos nosotros? pregunté, saqué un pañuelo relativamente limpio y me soné bien fuerte luego de estornudar un par de veces. Necesitaba la nariz limpia para seguir cualquier rastro.
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