La sangre nunca llega al río. [Interpretativo-Libre] [BIO] CERRADO
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La sangre nunca llega al río. [Interpretativo-Libre] [BIO] CERRADO
El sol se posó tras el horizonte y supe que era hora de salir.
El frío se empezaba a notar, y más aún por las noches, y por desgracia no contaba prácticamente con ninguna ropa de abrigo, al menos no ninguna que fuese cómoda. Aún guardaba alguno de los vestidos repipis y algunos abrigos coloridos que había tenido en mi anterior vida como humana, pero me negaba a ponérmelos, por lo que decidí que ya era hora de ir a la ciudad en busca de algo cómodo que me quedase bien y que le abrigara para prepararme para el invierno que estaba por llegar.
Miré mi apariencia. Llevaba puestos mis pantalones negros y mi camisa ancha y oscura de siempre. Pensé también en la posibilidad de comprar algún vestido negro sencillo ya que después de todo seguía siendo una chica y tampoco era plan de vestir como un hombre todos los días. Alguna vez necesitaría llevar algo más femenino.
Cogí una bolsita con dinero y salí al bosque dirección a la ciudad. 1 hora después más o menos llegue a la abarrotada ciudad central. Allí había cientos de puestos de diferentes cosas, algunos de comida, otros de baratijas, otros de objetos místicos... Por fin encontré un puesto de ropa y vi una capa negra con capucha perfecta.
- Me gustaría comprar la capa negra.
El vendedor me miró con desconfianza al ver mis pintas de pobretona, pero en cuanto saqué la bolsita con dinero su cara cambió por completo y aceptó mis monedas. De pronto en un puesto cercano vi un precioso vestido negro de manga larga, tal como quería. Estaba casi decidida a comprarlo cuando algo me paró en seco. Aún no estaba preparada para volver a llevar algo así, me traía demasiados recuerdos desagradables de una vida llena de mentiras y falsedades.
Mientras me debatía con mis pensamientos vi como un hombre encargado del puesto de quesos gritaba con enfado y repugnancia a una niña. Cuando me acerqué pude comprobar que el disgusto del hombre se debía a que la niña le había pedido un poco de queso para comer. Aquellas situaciones me horrorizaban, no entendía cómo había gente tan poco amable como para negarle comida a otro ser que la necesitaba. La niña nerviosa y desesperada en medio de la discusión cogió un trozo de queso e intentó salir corriendo pero el hombre la agarró de la muñeca corriendo e intentó cortarle la mano como castigo por robar. Al ver aquello me acerqué corriendo.
- No espere, tenga - Saqué un par de monedas de la bolsita y se las ofrecí al hombre- Es mi hermana, por favor no le haga daño. Le pedí que comprara el queso pero se me olvidó darle el dinero,lo siento mucho. - Miré a la niña y le guiñé un ojo- Ahora vuelve a casa, que en breves me reuniré con vosotros. En cuanto a usted - Miré al hombre con una sonrisa picarona- ¿Podríamos hablar un momento detrás de su tienda?
El hombre reaccionó como esperaba y aceptó encantado. Una vez estuvimos donde nadie podía vernos me lancé sobre él y le mordí el cuello bebiendo su sangre hasta saciarme. Miré con asco por última vez aquel cuerpo y lo dejé tirado pudriéndose.
Al terminar me di cuenta que tenía la camisa con manchas de sangre del hombre, por lo que me puse la capa que acababa de comprar encima para no llamar la atención. Me coloqué la capucha y salí a las afueras. La gente me confundía con un chico debido a las ropas de hombre y el color negro que me envolvía con ellas. Una vez fuera de las murallas me dirigí al linde que hay antes de entrar al bosque. Saqué mi Chakram y decidí que era un buen momento para practicar con él, pero estaba muy despistada pensando en aquel vestido negro que me recordaba al pasado, y ese despiste me pasó factura porque me acabé cortando la mano con el arma dejando que recorriera un chorro de sangre por mi muñeca y mi antebrazo.
- ¡Joder, mierda!
Me quité una de las calcetas que llevaba en el pie y me la até con fuerza a la mano intentando cortar la hemorragia mientras la calceta que antes era blanca se iba tornando de un color rojizo. Me tumbé en el suelo mirando al cielo estrellado intentando no pensar en nada hasta que sin saber cómo ni porqué me vino una vieja nana a la cabeza y comencé a cantar bajito aquella armonía que algún día significó algo para mí.
- Flores de Abril dilly dilly rayos de luz, que más puedo pedir dilly dilly si me amas tú....
El frío se empezaba a notar, y más aún por las noches, y por desgracia no contaba prácticamente con ninguna ropa de abrigo, al menos no ninguna que fuese cómoda. Aún guardaba alguno de los vestidos repipis y algunos abrigos coloridos que había tenido en mi anterior vida como humana, pero me negaba a ponérmelos, por lo que decidí que ya era hora de ir a la ciudad en busca de algo cómodo que me quedase bien y que le abrigara para prepararme para el invierno que estaba por llegar.
Miré mi apariencia. Llevaba puestos mis pantalones negros y mi camisa ancha y oscura de siempre. Pensé también en la posibilidad de comprar algún vestido negro sencillo ya que después de todo seguía siendo una chica y tampoco era plan de vestir como un hombre todos los días. Alguna vez necesitaría llevar algo más femenino.
Cogí una bolsita con dinero y salí al bosque dirección a la ciudad. 1 hora después más o menos llegue a la abarrotada ciudad central. Allí había cientos de puestos de diferentes cosas, algunos de comida, otros de baratijas, otros de objetos místicos... Por fin encontré un puesto de ropa y vi una capa negra con capucha perfecta.
- Me gustaría comprar la capa negra.
El vendedor me miró con desconfianza al ver mis pintas de pobretona, pero en cuanto saqué la bolsita con dinero su cara cambió por completo y aceptó mis monedas. De pronto en un puesto cercano vi un precioso vestido negro de manga larga, tal como quería. Estaba casi decidida a comprarlo cuando algo me paró en seco. Aún no estaba preparada para volver a llevar algo así, me traía demasiados recuerdos desagradables de una vida llena de mentiras y falsedades.
Mientras me debatía con mis pensamientos vi como un hombre encargado del puesto de quesos gritaba con enfado y repugnancia a una niña. Cuando me acerqué pude comprobar que el disgusto del hombre se debía a que la niña le había pedido un poco de queso para comer. Aquellas situaciones me horrorizaban, no entendía cómo había gente tan poco amable como para negarle comida a otro ser que la necesitaba. La niña nerviosa y desesperada en medio de la discusión cogió un trozo de queso e intentó salir corriendo pero el hombre la agarró de la muñeca corriendo e intentó cortarle la mano como castigo por robar. Al ver aquello me acerqué corriendo.
- No espere, tenga - Saqué un par de monedas de la bolsita y se las ofrecí al hombre- Es mi hermana, por favor no le haga daño. Le pedí que comprara el queso pero se me olvidó darle el dinero,lo siento mucho. - Miré a la niña y le guiñé un ojo- Ahora vuelve a casa, que en breves me reuniré con vosotros. En cuanto a usted - Miré al hombre con una sonrisa picarona- ¿Podríamos hablar un momento detrás de su tienda?
El hombre reaccionó como esperaba y aceptó encantado. Una vez estuvimos donde nadie podía vernos me lancé sobre él y le mordí el cuello bebiendo su sangre hasta saciarme. Miré con asco por última vez aquel cuerpo y lo dejé tirado pudriéndose.
Al terminar me di cuenta que tenía la camisa con manchas de sangre del hombre, por lo que me puse la capa que acababa de comprar encima para no llamar la atención. Me coloqué la capucha y salí a las afueras. La gente me confundía con un chico debido a las ropas de hombre y el color negro que me envolvía con ellas. Una vez fuera de las murallas me dirigí al linde que hay antes de entrar al bosque. Saqué mi Chakram y decidí que era un buen momento para practicar con él, pero estaba muy despistada pensando en aquel vestido negro que me recordaba al pasado, y ese despiste me pasó factura porque me acabé cortando la mano con el arma dejando que recorriera un chorro de sangre por mi muñeca y mi antebrazo.
- ¡Joder, mierda!
Me quité una de las calcetas que llevaba en el pie y me la até con fuerza a la mano intentando cortar la hemorragia mientras la calceta que antes era blanca se iba tornando de un color rojizo. Me tumbé en el suelo mirando al cielo estrellado intentando no pensar en nada hasta que sin saber cómo ni porqué me vino una vieja nana a la cabeza y comencé a cantar bajito aquella armonía que algún día significó algo para mí.
- Flores de Abril dilly dilly rayos de luz, que más puedo pedir dilly dilly si me amas tú....
Última edición por Dahlia Lockhart el Jue Feb 11 2016, 23:41, editado 2 veces
Dahlia Lockhart
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Re: La sangre nunca llega al río. [Interpretativo-Libre] [BIO] CERRADO
Tras separarme de mis compañeros de viaje debía partir de camino a la ciudad de Lunargenta, en primer lugar, bajé al sótano de aquella vieja y roída cabaña en busca de mis dagas que se habían caído durante la batalla, luego de un rato luchando conseguí trepar el muro y salir de nuevo, no había sido fácil pero lo había logrado, caminé durante algunos minutos hasta que por fin sentí que comenzaba a llegar a los terrenos de las afueras de la principal ciudad de los humanos donde, como de costumbre, debería pasar de prisa y llegar al puerto sin llamar la atención.
Sin embargo antes había que abrirse paso a través de las afueras, caminos solitarios de indómitos parajes conde cualquier cantidad de peligros podían aparecer sin aviso ni advertencias, caminaba con los ojos bien abiertos cuando de pronto escuché unos caballos acercarse, por lo que me lancé a un lado del camino para esconderme tras unos arbustos -Sí,ya lo confirmaron, fue asesinado por un vampiro- Dijo un soldado de la Guardia Real que cruzaba el camino con rumbo hacía Lunargenta -Hay que matarlos a todos, son una plaga- Dijo su acompañante antes de que sus palabras fueran menos que un simple eco a causa de la distancia que se hacía cada vez más grande desde mi posición hasta donde se alejaban aquellos hombres.
Respiré profundo antes de levantarme o volver al camino -Vampiros, siempre causando problemas- Pensé mientras comenzaba a calcular las consecuencias que el desafortunado incidente podría causar en mi viaje, con una investigación por la alarma de un posible vampiro asesino mermando a la población humana, seguramente habría muchos ojos en la ciudad y me resultaría difícil pasar desapercibido, así que lo mejor sería permanecer sin entrar a la ciudad al menos hasta el otro día.
Caminé despacio apartando matorrales al caminar hasta que un suave canto consiguió llamar mi atención y atraer mis pasos en su dirección -Quiero soñar dili dili quiero volar, quiereme a mi dili dili yo te amo a ti- Canté para completar la canción que entonaba la pequeña chica y me acerqué con silenciosos pasos hasta sentarme junto a ella bajo la luz de la luna; había algo en ella que me parecía extraño, su voz no era normal, era suave, atrayente, envolvente, hipnótica, mágica; no estaba seguro de nada, pero algo en su voz dejaba ver algunos rastros de una magia similar a la mía ¿Sería acaso magia de voz? -Deja que los pájaros canten dili dili, deja que los corderos jueguen, estaremos a salvo dili dili fuera de peligro- Finalicé haciendo que mi voz fuera más relajante para no asustarla.
Sin embargo antes había que abrirse paso a través de las afueras, caminos solitarios de indómitos parajes conde cualquier cantidad de peligros podían aparecer sin aviso ni advertencias, caminaba con los ojos bien abiertos cuando de pronto escuché unos caballos acercarse, por lo que me lancé a un lado del camino para esconderme tras unos arbustos -Sí,ya lo confirmaron, fue asesinado por un vampiro- Dijo un soldado de la Guardia Real que cruzaba el camino con rumbo hacía Lunargenta -Hay que matarlos a todos, son una plaga- Dijo su acompañante antes de que sus palabras fueran menos que un simple eco a causa de la distancia que se hacía cada vez más grande desde mi posición hasta donde se alejaban aquellos hombres.
Respiré profundo antes de levantarme o volver al camino -Vampiros, siempre causando problemas- Pensé mientras comenzaba a calcular las consecuencias que el desafortunado incidente podría causar en mi viaje, con una investigación por la alarma de un posible vampiro asesino mermando a la población humana, seguramente habría muchos ojos en la ciudad y me resultaría difícil pasar desapercibido, así que lo mejor sería permanecer sin entrar a la ciudad al menos hasta el otro día.
Caminé despacio apartando matorrales al caminar hasta que un suave canto consiguió llamar mi atención y atraer mis pasos en su dirección -Quiero soñar dili dili quiero volar, quiereme a mi dili dili yo te amo a ti- Canté para completar la canción que entonaba la pequeña chica y me acerqué con silenciosos pasos hasta sentarme junto a ella bajo la luz de la luna; había algo en ella que me parecía extraño, su voz no era normal, era suave, atrayente, envolvente, hipnótica, mágica; no estaba seguro de nada, pero algo en su voz dejaba ver algunos rastros de una magia similar a la mía ¿Sería acaso magia de voz? -Deja que los pájaros canten dili dili, deja que los corderos jueguen, estaremos a salvo dili dili fuera de peligro- Finalicé haciendo que mi voz fuera más relajante para no asustarla.
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Re: La sangre nunca llega al río. [Interpretativo-Libre] [BIO] CERRADO
La noche era oscura y placentera. A pesar de que hacía frío no corría ni una chispa de viento y las estrellas estaban en el lugar donde se suponía que debían estar, solo que no había luna. La verdad es que ser vampiro para mi fue en cierto modo una bendición, ya que de seguir como humana seguiría siendo una esclava de la perfección que el mundo buscaba en mí.
Mientras cantaba acariciaba la hierba con los dedos de mi mano herida, y con la derecha jugueteaba con el Chakram causante de la leve lesión. Miré mi arma sonreí. Era un objeto, pero había estado conmigo en todas mis aventuras desde que me quedé sola y de vez en cano no podía evitar hablarle.
- ¿Te parecerá bonito lo que me has hecho en la mano no? - Sonreí imaginando su posible respuesta- No te preocupes, se que la culpa fue mía por estar despistada. Me ha venido bien este pequeño "castigo" por descuidarme.
Pero aquella noche no iba a ser el primer descuido que me encontraría.
Volví a mirar al cielo y al horizonte y seguí cantando. Me gustaba ese lugar, aquel claro que era el lugar que estaba entre el bosque y la ciudad era como el equilibrio entre mi pasado y mi presente, como si en ese prado de repente yo ya no fuese yo, y la propia música que yo generaba me envolvía en una serie de imágenes fantasiosas que no quería dejar escapar. Pero de pronto alguien a mi lado continuó cantando la canción. Al escucharlo me puse en pie en menos de un segundo a la defensiva con el Chakram en la mano. Me di cuenta de que al tener la mano buena herida tendría que utilizarlo con la derecha. "Mierda... ya me podría haber cortado la otra". La buena noticia es que aquel ser que me acompañaba no lo sabía.
- ¿Quién eres?... ¿Qué quieres?
Le observé de arriba a abajo. A pesar del frío vestía con ropas muy ligeras y oscuras como yo. Ambos parecíamos dos sombras en medio de la oscuridad de la noche. Tenía el pelo oscuro hasta los hombros y unos ojos igual de oscuros que la ropa. A mirarle a los ojos me alejé un par de pasos pues no quería que él pudiera ver los míos y me avergonzase como los demás. Decidí que era un buen momento para intentar decir algo sombrío que pudiese asustarle pero no se me ocurría nada.
- Eh... te... aseguro que no te gustaría nada estar aquí. - Le mostré el Chakram- Tienes suerte de seguir con vida, así que te aconsejo que te levantes y desaparezcas de mi vista.
Al escucharme decir esas palabras ni yo me las creía. Diciendo eso parecía una mala de cuento muy patética. Quizás si no hubiese titubeado...
Mientras cantaba acariciaba la hierba con los dedos de mi mano herida, y con la derecha jugueteaba con el Chakram causante de la leve lesión. Miré mi arma sonreí. Era un objeto, pero había estado conmigo en todas mis aventuras desde que me quedé sola y de vez en cano no podía evitar hablarle.
- ¿Te parecerá bonito lo que me has hecho en la mano no? - Sonreí imaginando su posible respuesta- No te preocupes, se que la culpa fue mía por estar despistada. Me ha venido bien este pequeño "castigo" por descuidarme.
Pero aquella noche no iba a ser el primer descuido que me encontraría.
Volví a mirar al cielo y al horizonte y seguí cantando. Me gustaba ese lugar, aquel claro que era el lugar que estaba entre el bosque y la ciudad era como el equilibrio entre mi pasado y mi presente, como si en ese prado de repente yo ya no fuese yo, y la propia música que yo generaba me envolvía en una serie de imágenes fantasiosas que no quería dejar escapar. Pero de pronto alguien a mi lado continuó cantando la canción. Al escucharlo me puse en pie en menos de un segundo a la defensiva con el Chakram en la mano. Me di cuenta de que al tener la mano buena herida tendría que utilizarlo con la derecha. "Mierda... ya me podría haber cortado la otra". La buena noticia es que aquel ser que me acompañaba no lo sabía.
- ¿Quién eres?... ¿Qué quieres?
Le observé de arriba a abajo. A pesar del frío vestía con ropas muy ligeras y oscuras como yo. Ambos parecíamos dos sombras en medio de la oscuridad de la noche. Tenía el pelo oscuro hasta los hombros y unos ojos igual de oscuros que la ropa. A mirarle a los ojos me alejé un par de pasos pues no quería que él pudiera ver los míos y me avergonzase como los demás. Decidí que era un buen momento para intentar decir algo sombrío que pudiese asustarle pero no se me ocurría nada.
- Eh... te... aseguro que no te gustaría nada estar aquí. - Le mostré el Chakram- Tienes suerte de seguir con vida, así que te aconsejo que te levantes y desaparezcas de mi vista.
Al escucharme decir esas palabras ni yo me las creía. Diciendo eso parecía una mala de cuento muy patética. Quizás si no hubiese titubeado...
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Re: La sangre nunca llega al río. [Interpretativo-Libre] [BIO] CERRADO
Al parecer mi llegada no había sido bien vista por la niña que se levantó como un resorte y se puso a la defensiva -Cálmate, guarda eso o te lastimarás tú misma- Le dije en tono calmado sin voltear a mirarla directamente pero sí muy atento a su posición en caso de que finalmente decidiera atacarme sin razón alguna -Yo... Solo soy un caminante- Dije con voz calmada mientras volteaba a verla con una ligera sonrisa -Digamos que soy un caballero, y no puedo permitir que una chica tan hermosa esté sola en este lugar, podría ser peligroso- Aclaré con un tono que no terminaba de ser serio pero que tampoco sonaba como una broma, lo cual podría ser algo confuso de interpretar, si decía la verdad o mentía era un riesgo que debía saber si tomar o dejar.
Por alguna razón que no entendía, la chica no me dejaba ver sus ojos, aunque no lograba entender por qué actuaba de esa forma, tal vez estaba enojada o asustada, pero la verdad era que no podía dejarla ahí sabiendo que los humanos estaban tras la pista de un vampiro asesino, seguro tomarían a cualquiera como culpable solo para parecer una justicia eficaz.
Finalmente la joven pasó a una actitud más amenazante, usaba un extraño y afilado disco que a juzgar por el olor a sangre en su otra mano, tenía un filo bastante efectivo -Levantarme y desaparecer- [1] Repetí con cierta malicia para luego retroceder un par de pasos y dejar que mi cuerpo de envolviera entre sombras hasta desaparecer de su vista dejando tan solo el eco de mi voz susurrante en el lugar -No te haré daño- Dije desde su espalda para luego saltar sobre ella para llevarla al piso y tratar de cerrar su boca, mi acción hostil definitivamente acabaría con el velo de sombras que me escondía, haciéndome aparecer ante sus ojos -Pero ellos sí te lo harán- Susurré mientras permanecía en el piso mientras un carruaje con algunos soldados de la Guardia Real pasaban a prisa a un lado del camino -Vendrán más, toda la noche- Dije en voz baja mientras me levantaba del suelo -Algún vampiro asesinó a algún humano importante, ahora buscarán y encontrarán o fabricarán un culpable- Dije mientras sacudía mi ropa con las manos -Disculpa si te he asustado, pero aunque quieras, no te dejaré sola, no hasta que estés a salvo- La magia que había percibido en su voz no era algo que cualquiera pudiera tener, sabía que ese potencial mágico solo podía pertenecer a alguien como yo, un vampiro, señor de la voz -No somos muy diferentes- Le dije mientras detallaba sus labios en busca de un par de colmillos largos para confirmar mis sospechas acerca de su condición nocturna
Por alguna razón que no entendía, la chica no me dejaba ver sus ojos, aunque no lograba entender por qué actuaba de esa forma, tal vez estaba enojada o asustada, pero la verdad era que no podía dejarla ahí sabiendo que los humanos estaban tras la pista de un vampiro asesino, seguro tomarían a cualquiera como culpable solo para parecer una justicia eficaz.
Finalmente la joven pasó a una actitud más amenazante, usaba un extraño y afilado disco que a juzgar por el olor a sangre en su otra mano, tenía un filo bastante efectivo -Levantarme y desaparecer- [1] Repetí con cierta malicia para luego retroceder un par de pasos y dejar que mi cuerpo de envolviera entre sombras hasta desaparecer de su vista dejando tan solo el eco de mi voz susurrante en el lugar -No te haré daño- Dije desde su espalda para luego saltar sobre ella para llevarla al piso y tratar de cerrar su boca, mi acción hostil definitivamente acabaría con el velo de sombras que me escondía, haciéndome aparecer ante sus ojos -Pero ellos sí te lo harán- Susurré mientras permanecía en el piso mientras un carruaje con algunos soldados de la Guardia Real pasaban a prisa a un lado del camino -Vendrán más, toda la noche- Dije en voz baja mientras me levantaba del suelo -Algún vampiro asesinó a algún humano importante, ahora buscarán y encontrarán o fabricarán un culpable- Dije mientras sacudía mi ropa con las manos -Disculpa si te he asustado, pero aunque quieras, no te dejaré sola, no hasta que estés a salvo- La magia que había percibido en su voz no era algo que cualquiera pudiera tener, sabía que ese potencial mágico solo podía pertenecer a alguien como yo, un vampiro, señor de la voz -No somos muy diferentes- Le dije mientras detallaba sus labios en busca de un par de colmillos largos para confirmar mis sospechas acerca de su condición nocturna
Offrol [1] Uso de habilidad de nivel 4: Espíritus de la noche.
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Re: La sangre nunca llega al río. [Interpretativo-Libre] [BIO] CERRADO
El joven de forma calmada me explicó su situación de caminante y terminó dicha explicación con una frase cuanto menos alentadora. Dijo algo como que no podía dejar que a una chica como yo le ocurriese nada y aquello me hizo ponerme aún más a la defensiva, pues no estaba segura de si aquello era un piropo o un intento de dejar que ocurriese algo.
De pronto desapareció entre la oscuridad. Mis ojos estaban acostumbrados a ver de noche, pero su cuerpo se desintegró entre las sombras aunque aún podía presentir que seguía ahí. Entonces escuché su voz entre el viento diciendo que no tuviese miedo, y acto seguido su mano apareció por mi espalda tapándome la boca y tirándome al suelo. Acabamos los dos tumbados boca abajo, solo que él me aferraba con fuerza tapándome la boca mientras yo me retorcía. Sus siguientes palabras fueron las que me hicieron parar en seco: "No te haré daño, pero ellos si"
De pronto frente a nosotros observé a unos guardias reales rastreando la zona en busca de un vampiro al que dar caza, juicio y muerte. Me di cuenta de que esa situación la había provocado yo al matar a aquel mercader detrás del puesto. Aquel hombre que tenía a mi lado me había salvado pues con lo distraía que estaba posiblemente aquellos guardias me hubiesen capturado.
Una vez desaparecieron los guardias de mi vista el hombre se levantó y yo hice lo propio retrocediendo unos pasos. Aunque me había salvado su actitud había sido demasiado lanzada y sospechosa como para confiar en él. De pronto dijo que no me dejaría sola allí y yo me aguanté la risa ante aquel comentario.
- Vivo en el bosque donde habitan miles de criaturas peligrosas, así que no creo que vaya tener problema en sobrevivir. Llevo mucho tiempo haciéndolo.
Al decir aquella información le estaba dando ventaja a aquel hombre para que supiese qué clase de criatura era yo, pero me daba igual. De hecho en el mejor de los casos conseguiría que me dejase tranquila y se fuera. Comencé a andar dirección al bosque hasta que sus palabras me pararon en seco. Dijo que no éramos muy diferentes y aquello me hizo girarme volviendo a cruzarme con su mirada oscura como la noche.
- Mira, no te ofendas, pero ni yo te conozco, ni tú a mí me conoces. Por no hablar de que es muy tétrico por tu parte aparecer de la nada sentándote a mi lado y a continuación taparme la boca para luego tirarme al suelo. Agradezco que me salvases de la visión de aquellos guardias, pero ese era mi problema, por no hablar de que efectivamente me estaban buscando a mí - sonreí con cierta soberbia, algo poco común en mí misma- Solo que se equivocan, yo no soy vampiresa, solo soy una humana que estaba impartiendo justicia, así que lo que de verdad tendrías que haber hecho era entregarme a ellos como asesina que soy. Deberías saber que las apariencias engañan y una chica joven con cara de niña no es siempre lo que parece ser.
Preferí mentirle sobre mi raza. No conocía de nada a aquel tipo y estaba claro que todo el mundo odiaba a los vampiros. Aunque sospechaba que aquel tipo también podría ser un vampiro prefería no arriesgarme, además que no sabía siquiera su nombre y nunca le había visto en el bosque, lugar donde suelen habitar los vampiros.
De pronto desapareció entre la oscuridad. Mis ojos estaban acostumbrados a ver de noche, pero su cuerpo se desintegró entre las sombras aunque aún podía presentir que seguía ahí. Entonces escuché su voz entre el viento diciendo que no tuviese miedo, y acto seguido su mano apareció por mi espalda tapándome la boca y tirándome al suelo. Acabamos los dos tumbados boca abajo, solo que él me aferraba con fuerza tapándome la boca mientras yo me retorcía. Sus siguientes palabras fueron las que me hicieron parar en seco: "No te haré daño, pero ellos si"
De pronto frente a nosotros observé a unos guardias reales rastreando la zona en busca de un vampiro al que dar caza, juicio y muerte. Me di cuenta de que esa situación la había provocado yo al matar a aquel mercader detrás del puesto. Aquel hombre que tenía a mi lado me había salvado pues con lo distraía que estaba posiblemente aquellos guardias me hubiesen capturado.
Una vez desaparecieron los guardias de mi vista el hombre se levantó y yo hice lo propio retrocediendo unos pasos. Aunque me había salvado su actitud había sido demasiado lanzada y sospechosa como para confiar en él. De pronto dijo que no me dejaría sola allí y yo me aguanté la risa ante aquel comentario.
- Vivo en el bosque donde habitan miles de criaturas peligrosas, así que no creo que vaya tener problema en sobrevivir. Llevo mucho tiempo haciéndolo.
Al decir aquella información le estaba dando ventaja a aquel hombre para que supiese qué clase de criatura era yo, pero me daba igual. De hecho en el mejor de los casos conseguiría que me dejase tranquila y se fuera. Comencé a andar dirección al bosque hasta que sus palabras me pararon en seco. Dijo que no éramos muy diferentes y aquello me hizo girarme volviendo a cruzarme con su mirada oscura como la noche.
- Mira, no te ofendas, pero ni yo te conozco, ni tú a mí me conoces. Por no hablar de que es muy tétrico por tu parte aparecer de la nada sentándote a mi lado y a continuación taparme la boca para luego tirarme al suelo. Agradezco que me salvases de la visión de aquellos guardias, pero ese era mi problema, por no hablar de que efectivamente me estaban buscando a mí - sonreí con cierta soberbia, algo poco común en mí misma- Solo que se equivocan, yo no soy vampiresa, solo soy una humana que estaba impartiendo justicia, así que lo que de verdad tendrías que haber hecho era entregarme a ellos como asesina que soy. Deberías saber que las apariencias engañan y una chica joven con cara de niña no es siempre lo que parece ser.
Preferí mentirle sobre mi raza. No conocía de nada a aquel tipo y estaba claro que todo el mundo odiaba a los vampiros. Aunque sospechaba que aquel tipo también podría ser un vampiro prefería no arriesgarme, además que no sabía siquiera su nombre y nunca le había visto en el bosque, lugar donde suelen habitar los vampiros.
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Re: La sangre nunca llega al río. [Interpretativo-Libre] [BIO] CERRADO
De nada, señorita superviviente- Dije en tono chocante mientras me quedaba parado observando cómo se alejaba la pequeña guerrera, ya no pensaba seguir insistiendo en quedarme con ella, siempre y cuando caminara en dirección contraria a la ciudad, así al menos sabía que la mocosa estaría a salvo -Soy una princesa del bosque- Dije con tono chocante y una voz aguda para hacer una jocosa parodia de su forma de hablar -Puedo sobrevivir a cualquier peligro- Continué con el mismo tono mientras avanzaba hacia Lunargenta dejando atrás a la chica -Soy una feroz asesina... Y soy humana- Dije finalmente deteniendo mis pasos -Oh oh- Murmuré al escuchar en principio el gruñido de un animal muy cerca de mí, y luego otro que sin darme tiempo a reaccionar comenzaron a ladrar, alertando con ello a los guardias que les venían siguiendo a cierta distancia -Encontraron algo, vayan, de prisa- Se escucharon las órdenes de los sujetos que no tardarían en divisarme, no podía volver a desvanecerme sin dejar pasar un rato para recuperar la energía que eso consumía, pero aún si lo hiciera, el olfato de los sabuesos cazadores era algo difícil de engañar, así que no tenía más remedio que huir o luchar.
Tal como esperaba, los guardias no tardaron en llegar, con mi velocidad podría dejarlos atrás, salvo porque uno iba a caballo, eso sin mencionar que los sabuesos me seguirían hasta el fin de los tiempos, y aún si lograba perderlos, seguro hallarían el rastro de la molesta chica, por otro lado, solo cumplían su deber, y por más molestos que me parecieran en ese momento, no deseaba matarlos porque eso solo iba a empeorar la situación -Hey, tomémoslo con calma- Dije fingiendo un tono de amabilidad hacia los sujetos que por un instante me miraron con algo de confusión hasta que los canes comenzaron a ladrar de nuevo; en total me encontraba ante dos perros de gran tamaño, dos guardias con lanzas y uno a caballo que parecía de alto rango -Al suelo, criatura- Me gritó completamente convencido de que yo era el asesino que buscaban, y si no lo era entonces pasaría a serlo para que todos pudieran irse a sus casas -Esto solo es una confusión- Intenté aclarar la situación fingiendo como de costumbre, pasar por humano pero esta vez sería completamente inútil -Esos perros están entrenados para oler a las mugres criaturas de la noche como tú, bastardo, no puedes engañarnos- Dijo mientras se acercaba confiado en su caballo -Estoy desarmado- Dije mientras alzaba mis manos para rendirme y evitar que el conflicto pasara a peores pero solo conseguí recibir un golpe en el estómago con el lado no filoso de una lanza -Pagarás por lo que hiciste, al amanecer haremos barbacoa de vampiro- Dijo el hombre de a caballo mientras los otros comenzaban a reír acariciando a los perros por el buen trabajo realizado; caí al piso de rodillas adolorido por el fuerte golpe pero respiré profundo hasta reponerme.
A estas alturas, la chica tendría que haber escuchado los ladridos y si era lista, ya estaría lejos de este lugar, lo que significaría menos problemas para escapar, ya le había dado suficiente tiempo o al menos eso pensaba, en este momento solo necesitaba alguna distracción y un poco de descanso, entonces cuando menos lo esperaran podría desvanecerme y escapar, aunque antes debía eliminar a los perros de alguna manera.
Tal como esperaba, los guardias no tardaron en llegar, con mi velocidad podría dejarlos atrás, salvo porque uno iba a caballo, eso sin mencionar que los sabuesos me seguirían hasta el fin de los tiempos, y aún si lograba perderlos, seguro hallarían el rastro de la molesta chica, por otro lado, solo cumplían su deber, y por más molestos que me parecieran en ese momento, no deseaba matarlos porque eso solo iba a empeorar la situación -Hey, tomémoslo con calma- Dije fingiendo un tono de amabilidad hacia los sujetos que por un instante me miraron con algo de confusión hasta que los canes comenzaron a ladrar de nuevo; en total me encontraba ante dos perros de gran tamaño, dos guardias con lanzas y uno a caballo que parecía de alto rango -Al suelo, criatura- Me gritó completamente convencido de que yo era el asesino que buscaban, y si no lo era entonces pasaría a serlo para que todos pudieran irse a sus casas -Esto solo es una confusión- Intenté aclarar la situación fingiendo como de costumbre, pasar por humano pero esta vez sería completamente inútil -Esos perros están entrenados para oler a las mugres criaturas de la noche como tú, bastardo, no puedes engañarnos- Dijo mientras se acercaba confiado en su caballo -Estoy desarmado- Dije mientras alzaba mis manos para rendirme y evitar que el conflicto pasara a peores pero solo conseguí recibir un golpe en el estómago con el lado no filoso de una lanza -Pagarás por lo que hiciste, al amanecer haremos barbacoa de vampiro- Dijo el hombre de a caballo mientras los otros comenzaban a reír acariciando a los perros por el buen trabajo realizado; caí al piso de rodillas adolorido por el fuerte golpe pero respiré profundo hasta reponerme.
A estas alturas, la chica tendría que haber escuchado los ladridos y si era lista, ya estaría lejos de este lugar, lo que significaría menos problemas para escapar, ya le había dado suficiente tiempo o al menos eso pensaba, en este momento solo necesitaba alguna distracción y un poco de descanso, entonces cuando menos lo esperaran podría desvanecerme y escapar, aunque antes debía eliminar a los perros de alguna manera.
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Re: La sangre nunca llega al río. [Interpretativo-Libre] [BIO] CERRADO
En cuanto me di la vuelta y me alejé del hombre este comenzó a hacerme burla hablando con un tono agudo y repipi. Rodé los ojos pasando de él y continué mi camino hacía el bosque. Ya estaba suficientemente lejos como para no escuchar sus burlas, pero entonces escuché otra voz más grave y fuerte. Me di la vuelta en busca de aquella voz y pude ver en la lejanía a los guardias acercarse al comerciante. Nada más ver la situación me agaché entre la hierba esperando que no me viesen y fui reptando hasta llegar al inicio del bosque.
Escondida tras un árbol me puse en pie decidida a volver a casa, pero entonces una serie de pensamientos asaltaron mi mente. "Dahlia, no puedes dejarle solo a su suerte.... no hagas caso, vete, ese hombre no es asunto tuyo... pero él te salvó hace unos minutos de esos guardias, y sabes que te habrían capturado casi seguro si no hubiese aparecido.... pero tú no le pediste que te salvara por lo tanto no es tu problema lo que le ocurra... Dahlia, sabes lo que está bien y lo que está mal.
Asqueada por las voces de mi cabeza me decidí a hacer lo correcto y a avanzar dirección a los guardias y al caminante. No sabía muy bien que podía hacer exactamente pero ya improvisaría algo, lo que estaba claro era que no sería buena idea matarlos ni a los guardias ni a los perros ya que después de todo ellos solo cumplían órdenes y hacían su trabajo, aunque por lo que les había escuchado decir el hecho de ir por ahí a la caza de vampiros les encantaba.
Decidí que igual sería buena idea relajar el ambiente y me puse a tararear un poco una canción popular. Una vez escucharon mi voz los guardias se extrañaron del sonido y miraron a mi dirección. Nada más hacerlo me quité la capucha y por obra de mi embrujo mi imagen les pareció terriblemente atractiva por lo que se quedaron embobados a la vez que los perros dejaban de ladrar sin dejar de mirarme.
Los guardias se quedaron varios segundos mirándome embobados hasta que uno al fin se atrevió a hablarme con voz tímida y entrecortada: - Se.. señorita, alguien como usted no debería estar aquí. Esto es peligroso.
Miré al guardia sonriendo y eché un pequeño vistazo al caminante, el cual no sabía al 100% si también estaba embrujado o no. Devolví la mirada a los guardias y me acordé del corte que tenía en la mano.
- Perdone señor, necesito ayuda. Una criatura me atacó en el bosque y me hizo daño en la mano, conseguí escapar pero me duele mucho. ¿Podrían ayudarme?
Los hombres se lanzaron hacia mí olvidándose del caminante que tenían delante. En cuanto se pusieron frente a mí me cogieron la mano quitándo la improvisada venda que me había hecho y dejando entrever el largo corte que la atravesaba. Les levanté la cabeza a ambos mirándolos fijamente con mis rojizos ojos.
- Dolor.
De pronto los guardias empezaron a gritar agarrandose con fuerza la cabeza hasta caer al suelo, donde siguieron retorciéndose. Miré al caminante y le cogí de la mano echando a correr hacia el bosque ya que el efecto de aquella habilidad no duraría mucho.
Una vez dentro del bosque me apoyé sobre un árbol jadeando por la carrera que nos habíamos pegado para escapar y le miré. Sonreí sin saber muy bien por qué. En realidad aquella situación me había parecido muy divertida y me había subido la adrenalina, algo que realmente me encantaba.
- Antes de que digas nada quiero que sepas que no hace falta que me des las gracias - Continué sonriendo mientras me llevaba una mano al corazón por el cansancio- Ahora estamos en paz. Pero lo que sí me gustaría saber es quién eres, aunque ya hemos dejado claro que los dos somos vampiros.
Él se había delatado al esconderse entre las sombras y yo al utilizar el poder de la voz así que básicamente las cartas estaban sobre la mesa. Pero tenía curiosidad en saber por qué un vampiro como él tenía tanto interés en mí, aunque quien sabe, quizá solo quería comerme.
- Y una cosa más ¿Por qué te empeñabas tanto en protegerme? ¿Tu intención real era comerme?
Escondida tras un árbol me puse en pie decidida a volver a casa, pero entonces una serie de pensamientos asaltaron mi mente. "Dahlia, no puedes dejarle solo a su suerte.... no hagas caso, vete, ese hombre no es asunto tuyo... pero él te salvó hace unos minutos de esos guardias, y sabes que te habrían capturado casi seguro si no hubiese aparecido.... pero tú no le pediste que te salvara por lo tanto no es tu problema lo que le ocurra... Dahlia, sabes lo que está bien y lo que está mal.
Asqueada por las voces de mi cabeza me decidí a hacer lo correcto y a avanzar dirección a los guardias y al caminante. No sabía muy bien que podía hacer exactamente pero ya improvisaría algo, lo que estaba claro era que no sería buena idea matarlos ni a los guardias ni a los perros ya que después de todo ellos solo cumplían órdenes y hacían su trabajo, aunque por lo que les había escuchado decir el hecho de ir por ahí a la caza de vampiros les encantaba.
Decidí que igual sería buena idea relajar el ambiente y me puse a tararear un poco una canción popular. Una vez escucharon mi voz los guardias se extrañaron del sonido y miraron a mi dirección. Nada más hacerlo me quité la capucha y por obra de mi embrujo mi imagen les pareció terriblemente atractiva por lo que se quedaron embobados a la vez que los perros dejaban de ladrar sin dejar de mirarme.
Los guardias se quedaron varios segundos mirándome embobados hasta que uno al fin se atrevió a hablarme con voz tímida y entrecortada: - Se.. señorita, alguien como usted no debería estar aquí. Esto es peligroso.
Miré al guardia sonriendo y eché un pequeño vistazo al caminante, el cual no sabía al 100% si también estaba embrujado o no. Devolví la mirada a los guardias y me acordé del corte que tenía en la mano.
- Perdone señor, necesito ayuda. Una criatura me atacó en el bosque y me hizo daño en la mano, conseguí escapar pero me duele mucho. ¿Podrían ayudarme?
Los hombres se lanzaron hacia mí olvidándose del caminante que tenían delante. En cuanto se pusieron frente a mí me cogieron la mano quitándo la improvisada venda que me había hecho y dejando entrever el largo corte que la atravesaba. Les levanté la cabeza a ambos mirándolos fijamente con mis rojizos ojos.
- Dolor.
De pronto los guardias empezaron a gritar agarrandose con fuerza la cabeza hasta caer al suelo, donde siguieron retorciéndose. Miré al caminante y le cogí de la mano echando a correr hacia el bosque ya que el efecto de aquella habilidad no duraría mucho.
Una vez dentro del bosque me apoyé sobre un árbol jadeando por la carrera que nos habíamos pegado para escapar y le miré. Sonreí sin saber muy bien por qué. En realidad aquella situación me había parecido muy divertida y me había subido la adrenalina, algo que realmente me encantaba.
- Antes de que digas nada quiero que sepas que no hace falta que me des las gracias - Continué sonriendo mientras me llevaba una mano al corazón por el cansancio- Ahora estamos en paz. Pero lo que sí me gustaría saber es quién eres, aunque ya hemos dejado claro que los dos somos vampiros.
Él se había delatado al esconderse entre las sombras y yo al utilizar el poder de la voz así que básicamente las cartas estaban sobre la mesa. Pero tenía curiosidad en saber por qué un vampiro como él tenía tanto interés en mí, aunque quien sabe, quizá solo quería comerme.
- Y una cosa más ¿Por qué te empeñabas tanto en protegerme? ¿Tu intención real era comerme?
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Re: La sangre nunca llega al río. [Interpretativo-Libre] [BIO] CERRADO
Un breve silencio invadió el lugar durante algunos segundos mientras me levantaba del suelo, alzando la vista lentamente para analizar la posición de cada uno de los guardias y sus perros, sin lugar a dudas la mejor opción era esperar un descuido, sin embargo me llené de sorpresa al escuchar sus palabras -¿Señorita?- Pensé mientras giraba la vista hacia atrás esperando que no fuera ella -¿Qué haces aquí? Deberías ya estar lejos- Pensé sin decir nada para no descubrirla ante los guardias ya que parecía tener un plan, y vaya que buen plan; quedé deslumbrado con su repentina belleza y no pude más que abrir la boca completamente estupidizado por su infinita hermosura -¿Era tan hermosa antes?- Pensé con detenimiento al recordar que no había tenido ese efecto sobre mi mente la primera vez que la vi; al escucharla hablar, ya no era solo su imagen, sino que sus palabras tenían una increíble capacidad de persuasión al punto que incluso llegué a dudar si lo que decía era cierto o no -¿Una criatura? ¿No tenía ya ese corte?- Sus palabras me confundían aunque estaban más dirigidas a los guardias que avanzaron hacia ella como idiotas; cerré los ojos y sacudí mi cabeza para reaccionar hasta que un leve escalofrío recorrió mi cuerpo, era como un presentimiento de que algo vendría y más por reflejo que por conocimiento real, tapé mis oídos con las manos al ver que abría su boca para liberar una palabra cargada con una magia que me resultaba bastante conocida.
Los guardias ante ella cayeron al piso adoloridos y al mirar hacia atrás pude notar que el del caballo también estaba en el suelo escupiendo algunos quejidos de dolor mientras tomaba su cabeza con las manos hasta casi aplastarla, quedé bastante impresionado con la potente magia de la chica pues para su corta edad, no imaginaba que pudiera dominarla tan bien; aún me encontraba un poco confundido por todo lo que había logrado hacer en apenas unos instantes, por lo que al sentir que tomaba mi mano no pude más que seguirla, mi corazón se había acelerado ligeramente al contacto con su suave piel blanca, en ese momento la seguiría hasta el fin del mundo si me lo pedía, lo cual era bastante malo, debía estar bajo algún tipo de ilusión que afectaba mis emociones y mi percepción, aunque de momento lo más importante era correr y alejarnos; los perros habían quedado junto a los guardias y por alguna razón no nos siguieron, tal vez también habían sido alcanzados por el efecto masivo de aquella palabra de dolor que liberó a chica y no fue sino hasta que logramos internarnos en el bosque cuando volvió a dirigirme la palabra.
Ella parecía estar bastante emocionada, como si hubiese disfrutado todo aquello, sacudí mi cabeza con fuerza intentando romper la manera como me hacía verla y lentamente fui logrando controlar mis emociones y todo lo que me había hecho sentir -Gracias- Dije con una sonrisa solo para molestarla -No nos conocemos, pero me pareció que podrías estar en peligro y decidí acompañarte, aunque ya veo que sabes muy bien cómo defenderte, tal vez hasta mejor que yo- Dije mientras llevaba una mano a la parte trasera de mi cabeza para rascarme -Haz aprendido a usar muy bien tus cualidades vampíricas- Dije a modo de halago ante el despliegue de habilidades que había mostrado en ese corto periodo de tiempo aunque al final sus preguntas me tomaron por sorpresa y terminé explotando en un ataque de risa, me recosté a un árbol para recuperar el aliento de la carrera y terminar de reírme de su acusación -Tranquila, no voy a comerte- Expliqué aún entre risas -La verdad, solo fui atraído por una ligera sospecha, tu canción, tu voz, percibí un poco de magia en ella y decidí acercarme por curiosidad- No había una explicación más allá de eso, su canción había conseguido atraerme por mera curiosidad -Y sobre protegerte, ya creo que eres tú quien me ha protegido a mí, aunque lo que has hecho es algo temporal, debemos alejarnos antes que vengas más- Dije un poco preocupado con un tono serio que luego cambié a uno más bromista -Aunque claro, vives en el bosque con miles de criaturas peligrosas, no tienes problemas para sobrevivir, ésta noche debe ser solo un paseo tranquilo para ti- Finalicé en modo chocante pero a la vez amistoso.
Los guardias ante ella cayeron al piso adoloridos y al mirar hacia atrás pude notar que el del caballo también estaba en el suelo escupiendo algunos quejidos de dolor mientras tomaba su cabeza con las manos hasta casi aplastarla, quedé bastante impresionado con la potente magia de la chica pues para su corta edad, no imaginaba que pudiera dominarla tan bien; aún me encontraba un poco confundido por todo lo que había logrado hacer en apenas unos instantes, por lo que al sentir que tomaba mi mano no pude más que seguirla, mi corazón se había acelerado ligeramente al contacto con su suave piel blanca, en ese momento la seguiría hasta el fin del mundo si me lo pedía, lo cual era bastante malo, debía estar bajo algún tipo de ilusión que afectaba mis emociones y mi percepción, aunque de momento lo más importante era correr y alejarnos; los perros habían quedado junto a los guardias y por alguna razón no nos siguieron, tal vez también habían sido alcanzados por el efecto masivo de aquella palabra de dolor que liberó a chica y no fue sino hasta que logramos internarnos en el bosque cuando volvió a dirigirme la palabra.
Ella parecía estar bastante emocionada, como si hubiese disfrutado todo aquello, sacudí mi cabeza con fuerza intentando romper la manera como me hacía verla y lentamente fui logrando controlar mis emociones y todo lo que me había hecho sentir -Gracias- Dije con una sonrisa solo para molestarla -No nos conocemos, pero me pareció que podrías estar en peligro y decidí acompañarte, aunque ya veo que sabes muy bien cómo defenderte, tal vez hasta mejor que yo- Dije mientras llevaba una mano a la parte trasera de mi cabeza para rascarme -Haz aprendido a usar muy bien tus cualidades vampíricas- Dije a modo de halago ante el despliegue de habilidades que había mostrado en ese corto periodo de tiempo aunque al final sus preguntas me tomaron por sorpresa y terminé explotando en un ataque de risa, me recosté a un árbol para recuperar el aliento de la carrera y terminar de reírme de su acusación -Tranquila, no voy a comerte- Expliqué aún entre risas -La verdad, solo fui atraído por una ligera sospecha, tu canción, tu voz, percibí un poco de magia en ella y decidí acercarme por curiosidad- No había una explicación más allá de eso, su canción había conseguido atraerme por mera curiosidad -Y sobre protegerte, ya creo que eres tú quien me ha protegido a mí, aunque lo que has hecho es algo temporal, debemos alejarnos antes que vengas más- Dije un poco preocupado con un tono serio que luego cambié a uno más bromista -Aunque claro, vives en el bosque con miles de criaturas peligrosas, no tienes problemas para sobrevivir, ésta noche debe ser solo un paseo tranquilo para ti- Finalicé en modo chocante pero a la vez amistoso.
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Re: La sangre nunca llega al río. [Interpretativo-Libre] [BIO] CERRADO
Escuché con atención cada una de sus palabras. En verdad aquel chico no parecía tener pinta de mala persona y hablaba de forma amigable, como si nos conociésemos desde hace tiempo. Le sonreí cuando alagó mi forma de defenderle y sacarle del aprieto, aunque tampoco pude evitar sonrojarme un poco ya que realmente en ningún momento estaba segura de lo que hacía.
- Pues en realidad... creo que es la 2º vez en mi vida que utilizo este poder, al menos haciéndolo a posta. Normalmente no me funciona, y de hecho nunca lo había conseguido utilizar con más de una persona, así que podría decirse que es un milagro que los dos sigamos vivos jajaja - sonreí- Además ya te he dicho que no me des la gracias. Si no fuese por ti posiblemente me hubiesen matado a mí hace algunos minutos ya que admito que antes de que aparecieses no estaba muy concentrada, así que estamos en paz.
Respondió a mi pregunta con normalidad alegando que se había acercado a mí por mi voz, por una especie de magia que le llamó la atención lo cual me extrañó bastante ya que en aquel primer momento no estaba usando mi poder, al menos no intencionadamente.
- En realidad no estaba utilizando mi magia, al menos eso creo. Solo cantaba sin más. - Luego continuó explicando el porqué de sus ansias de protegerme y dijo con cierta burla que de todas daba igual porque yo me podía defender solita. Solté una carcajada tras aquello sin dejar de mirarle.- En verdad admito que en ese momento me porté como una imbécil, así que pido disculpas. Aunque admite que lo raro sería que aceptase tu ayuda. Después de todo ni siquiera te conozco ni se tu nombre.
Caí en la cuenta de que efectivamente no sabía nada de él, solo que ambos nos habíamos salvado la vida mutuamente. No nos debíamos nada pero aquel vampiro me estaba tratando bien después de todo. No era como los otros, no parecía que su intención fuera ir por ahí asesinando a la gente, de haberlo sido se hubiese lanzado sobre mí cuando tuvo ocasión, o sobre los guardias y los perros.
- Supongo que después de este encontronazo lo mejor sería presentarme. - Alcé la mano con intención de que me la estrechara- Me llamo Dahlia Lockhart, tengo 18 años, vivo en una pequeña cabaña en medio del bosque y soy vampiresa desde hace casi 3 años. ¿Y tú caminante? ¿Por qué razón estabas a estar horas tan cerca de la ciudad?
- Pues en realidad... creo que es la 2º vez en mi vida que utilizo este poder, al menos haciéndolo a posta. Normalmente no me funciona, y de hecho nunca lo había conseguido utilizar con más de una persona, así que podría decirse que es un milagro que los dos sigamos vivos jajaja - sonreí- Además ya te he dicho que no me des la gracias. Si no fuese por ti posiblemente me hubiesen matado a mí hace algunos minutos ya que admito que antes de que aparecieses no estaba muy concentrada, así que estamos en paz.
Respondió a mi pregunta con normalidad alegando que se había acercado a mí por mi voz, por una especie de magia que le llamó la atención lo cual me extrañó bastante ya que en aquel primer momento no estaba usando mi poder, al menos no intencionadamente.
- En realidad no estaba utilizando mi magia, al menos eso creo. Solo cantaba sin más. - Luego continuó explicando el porqué de sus ansias de protegerme y dijo con cierta burla que de todas daba igual porque yo me podía defender solita. Solté una carcajada tras aquello sin dejar de mirarle.- En verdad admito que en ese momento me porté como una imbécil, así que pido disculpas. Aunque admite que lo raro sería que aceptase tu ayuda. Después de todo ni siquiera te conozco ni se tu nombre.
Caí en la cuenta de que efectivamente no sabía nada de él, solo que ambos nos habíamos salvado la vida mutuamente. No nos debíamos nada pero aquel vampiro me estaba tratando bien después de todo. No era como los otros, no parecía que su intención fuera ir por ahí asesinando a la gente, de haberlo sido se hubiese lanzado sobre mí cuando tuvo ocasión, o sobre los guardias y los perros.
- Supongo que después de este encontronazo lo mejor sería presentarme. - Alcé la mano con intención de que me la estrechara- Me llamo Dahlia Lockhart, tengo 18 años, vivo en una pequeña cabaña en medio del bosque y soy vampiresa desde hace casi 3 años. ¿Y tú caminante? ¿Por qué razón estabas a estar horas tan cerca de la ciudad?
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Re: La sangre nunca llega al río. [Interpretativo-Libre] [BIO] CERRADO
Levanté una ceja al escuchar que había sido más un golpe de suerte que una demostración de habilidad; reí junto a ella un rato ante lo gracioso de la situación para luego volver a la calma -Usamos magia de voz cuando planteamos hacerlo, pero ella siempre está ahí, viaja a través de nosotros incluso sin darnos cuenta, solo hay que saber sentirla- Expliqué con detenimiento a la joven chica -Al menos los vampiros, estamos muy ligados al tipo de magia que podemos usar, los de sangre generalmente huelen la sangre y la perciben fácilmente, los de sombras pueden hacerse uno con ella, incluso más del truco que yo usé antes- Expliqué en detalle lo que conocía de lo que había visto antes -Nosotros en cambio, podemos percibir vibraciones y sonidos, más aún si tienen magia, es como cuando ves a alguien que lleva una espada, sabes que puede usarla aunque no lo haga en ese momento- Di el primer ejemplo que se me ocurrió esperando que me entendiera, si había usado pocas veces la magia entonces debía ser tan joven como aparentaba su imagen.
Su explicación había sonado como una más que aceptable disculpa -Tranquila, todos somos imbéciles en algún momento, y siendo vampiro estoy acostumbrado a que se rechace mi ayuda- Dije de manera un tanto melancólica intentando no parecer demasiado depresivo. Con una leve sonrisa estreché su mano con algo de temor al principio aunque esta vez no había producido el mismo efecto seductor de antes, lo que me hizo apretarla con más confianza -Mi nombre es Víctor Noctis, aunque suelen llamarme Bio, larga historia, aunque no soy un bio, odio que me confundan con ellos- Expliqué tal vez hablando demasiado, ciertamente su edad me había dejado bastante sorprendido, no había conocido vampiros tan jóvenes y me recordaba un poco a mí mismo en mis primeros días de convertido, aunque a su edad, tal vez yo no habría soportado los cambios físicos y emocionales ligados a la conversión; pasé unos instantes pensando en todo aquello hasta que finalmente agité la cabeza a los lados para volver al momento actual -Vivo errante, caminando de acá para allá sin un lugar fijo- Aquello no era del todo cierto, estaba la torre del clan y la base del gremio, a donde podía refugiarme tranquilamente, pero al no conocerla tampoco deseaba dar demasiados datos -Y tengo unos... A ver...- Conté con los dedos de manera graciosa -Ciento... veinte... años...- Dije con una sonrisa temerosa mientras me encogía de hombros ante la abismal diferencia de edades.
Giré la vista hasta la ciudad con algo de preocupación -Me dirigía al Puerto de Lunargenta para llegar a Beltrexus, pero creo que ahora no es un buen momento para ir- Miré en dirección a donde habíamos dejado a los guardias -Tampoco es buen momento para quedarnos aquí, vendrán los guardias, tal vez más, y mientras tengan perros podrán olfatearnos- Señalé hacia un lado del camino con algo de prisa -Podemos ir al río, si lo cruzamos los sabuesos no podrán seguir el rastro ¿Qué te parece? Luego ya te dejaré en paz, una vez que estés a salvo- Inconscientemente me seguía sintiendo en la necesidad de protegerla aunque no terminaba de entender por qué lo hacía.
Su explicación había sonado como una más que aceptable disculpa -Tranquila, todos somos imbéciles en algún momento, y siendo vampiro estoy acostumbrado a que se rechace mi ayuda- Dije de manera un tanto melancólica intentando no parecer demasiado depresivo. Con una leve sonrisa estreché su mano con algo de temor al principio aunque esta vez no había producido el mismo efecto seductor de antes, lo que me hizo apretarla con más confianza -Mi nombre es Víctor Noctis, aunque suelen llamarme Bio, larga historia, aunque no soy un bio, odio que me confundan con ellos- Expliqué tal vez hablando demasiado, ciertamente su edad me había dejado bastante sorprendido, no había conocido vampiros tan jóvenes y me recordaba un poco a mí mismo en mis primeros días de convertido, aunque a su edad, tal vez yo no habría soportado los cambios físicos y emocionales ligados a la conversión; pasé unos instantes pensando en todo aquello hasta que finalmente agité la cabeza a los lados para volver al momento actual -Vivo errante, caminando de acá para allá sin un lugar fijo- Aquello no era del todo cierto, estaba la torre del clan y la base del gremio, a donde podía refugiarme tranquilamente, pero al no conocerla tampoco deseaba dar demasiados datos -Y tengo unos... A ver...- Conté con los dedos de manera graciosa -Ciento... veinte... años...- Dije con una sonrisa temerosa mientras me encogía de hombros ante la abismal diferencia de edades.
Giré la vista hasta la ciudad con algo de preocupación -Me dirigía al Puerto de Lunargenta para llegar a Beltrexus, pero creo que ahora no es un buen momento para ir- Miré en dirección a donde habíamos dejado a los guardias -Tampoco es buen momento para quedarnos aquí, vendrán los guardias, tal vez más, y mientras tengan perros podrán olfatearnos- Señalé hacia un lado del camino con algo de prisa -Podemos ir al río, si lo cruzamos los sabuesos no podrán seguir el rastro ¿Qué te parece? Luego ya te dejaré en paz, una vez que estés a salvo- Inconscientemente me seguía sintiendo en la necesidad de protegerla aunque no terminaba de entender por qué lo hacía.
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Re: La sangre nunca llega al río. [Interpretativo-Libre] [BIO] CERRADO
Grabé su nombre en mi memoria. En realidad era malísima para recordar nombres, pero suponía que por aprenderme uno tampoco supondría una gran colapso para mi cabeza. Victor Noctis, alias Bio. Supuse que si no me había contado la historia de su nombre sería por alguna razón que tal vez en algún futuro consiguiera averiguar. El chico a pesar de todo parecía más bien nervioso y algo tenso. Cuando dijo su edad me quedé emocionada. Ya había conocido antes a vampiros tan mayores como él, pero la verdad es que me sorprendía muchísimo ser consciente que pertenecía a una raza tan longeva como aquella y que si todo iba bien yo misma podría llegar a cumplir aquella edad.
- En verdad, es increíble que seamos capaces de vivir tanto tiempo sin prácticamente envejecer.
Me explicó a donde se dirigía aunque en aquel momento era difícil ya que si salía del bosque le pillarían de pleno. Comentó que tampoco era buena idea quedarse allí ya que los guardias volverían así que me dio la idea de que fuésemos al río, alegando que quería mantenerme a salvo por lo que rodé los ojos de nuevo.
- Sinceramente, los guardias no entran nunca en el bosque básicamente porque les da mucho miedo y saben que en cuanto pongan un pie dentro posiblemente no vuelvan a salir. Además, ya has visto que se defenderme solita. - Sonreí- Aunque, si tanto interés tienes está bien, iré contigo al río un rato, pero a cambio tendrás que ser un buen acompañante y no hacerme pasar una velada aburrida, que sino podría irme a mi casa que está a pocos minutos de aquí.
En verdad aquello era una locura. No era recomendable para nada ir por ahí con extraños, y menos aún con vampiros, pero aquel tipo me daba curiosidad, y desde luego no era para nada un vampiro corriente, así que pensé ¿Por qué no?, nunca está de más ir por ahí haciendo alguna que otra locura ¿no?
- En verdad, es increíble que seamos capaces de vivir tanto tiempo sin prácticamente envejecer.
Me explicó a donde se dirigía aunque en aquel momento era difícil ya que si salía del bosque le pillarían de pleno. Comentó que tampoco era buena idea quedarse allí ya que los guardias volverían así que me dio la idea de que fuésemos al río, alegando que quería mantenerme a salvo por lo que rodé los ojos de nuevo.
- Sinceramente, los guardias no entran nunca en el bosque básicamente porque les da mucho miedo y saben que en cuanto pongan un pie dentro posiblemente no vuelvan a salir. Además, ya has visto que se defenderme solita. - Sonreí- Aunque, si tanto interés tienes está bien, iré contigo al río un rato, pero a cambio tendrás que ser un buen acompañante y no hacerme pasar una velada aburrida, que sino podría irme a mi casa que está a pocos minutos de aquí.
En verdad aquello era una locura. No era recomendable para nada ir por ahí con extraños, y menos aún con vampiros, pero aquel tipo me daba curiosidad, y desde luego no era para nada un vampiro corriente, así que pensé ¿Por qué no?, nunca está de más ir por ahí haciendo alguna que otra locura ¿no?
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Re: La sangre nunca llega al río. [Interpretativo-Libre] [BIO] CERRADO
Lamento decepcionarte, doncella guerrera que se sabe cuidar solita- Hablé de nuevo de manera un poco chocante ante su exagerada y aún no demostrada confianza en sus habilidades -Esos guardias no suelen entrar al bosque, ni siquiera se atreven a salir a buscar a un asesino- Hasta ese punto tenía razón, sin embargo no todo era tan sencillo -A menos que la víctima del asesinato sea alguien importante- habían aún algunas cosas que la arrogante chica debía aprender, y trataría de que al menos sobreviviera al aprendizaje -La noticia se ha esparcido muy rápido, esos guardias nos han visto, enviarán reportes y pedirán apoyo, se pondrá más difícil, porque si algo tiene la guardia real son recursos- Había algo en su sonrisa que me detenía el mundo, hasta ahora había enfrentado cualquier cantidad de vampiros malvados y tenebrosos, pero jamás uno con tales capacidades de seducción que incluso de manera inconsciente conseguía desorientarme -Claro doncella guerrera, si se aburre durante el viaje le regreso su dinero- Usé de nuevo el tono chocante con que hacía mofa de sus alardes de autosuficiencia, por alguna razón me resultaba gracioso molestarla de esa forma, ante mis ojos no parecía una vampira guerrera, pero más de una vez las apariencias me habían engañado.
Mis sospechas fueron confirmadas en menos tiempo del que esperaba -Rayos, ya vienen- Dije al escuchar algunos ladridos que ya no parecían ser tan solo de dos sabuesos sino tal vez el doble de eso -De prisa, princesa salvaje- Le señalé el camino para luego ponerme en marcha esperando que me siguiera -Veamos qué tan rápido puedes correr- Dije de una manera que más que una invitación parecía ser un desafío -Si quieres llegar a vivir muchos años debes aprender cuándo luchar y cuándo escapar- Indiqué a modo de sabio consejo, un consejo que realmente le sería útil durante el resto de lo que durara su vida.
Los ladridos se escuchaban cada vez más cerca y junto a ellos, las voces de los guardias que a veces gritaban alarmados y asustados al caer en cualquier cosa que les pareciera peligrosa -No falta mucho- Indiqué mientras seguía corriendo hacia donde comenzaba a escucharse el sonido de una corriente de agua, aunque todavía no se podía ver nada, no sería difícil darse cuenta que el río estaba muy cerca de nosotros.
Mis sospechas fueron confirmadas en menos tiempo del que esperaba -Rayos, ya vienen- Dije al escuchar algunos ladridos que ya no parecían ser tan solo de dos sabuesos sino tal vez el doble de eso -De prisa, princesa salvaje- Le señalé el camino para luego ponerme en marcha esperando que me siguiera -Veamos qué tan rápido puedes correr- Dije de una manera que más que una invitación parecía ser un desafío -Si quieres llegar a vivir muchos años debes aprender cuándo luchar y cuándo escapar- Indiqué a modo de sabio consejo, un consejo que realmente le sería útil durante el resto de lo que durara su vida.
Los ladridos se escuchaban cada vez más cerca y junto a ellos, las voces de los guardias que a veces gritaban alarmados y asustados al caer en cualquier cosa que les pareciera peligrosa -No falta mucho- Indiqué mientras seguía corriendo hacia donde comenzaba a escucharse el sonido de una corriente de agua, aunque todavía no se podía ver nada, no sería difícil darse cuenta que el río estaba muy cerca de nosotros.
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Re: La sangre nunca llega al río. [Interpretativo-Libre] [BIO] CERRADO
El vampiro continuó mofándose de mí y seguía convencido de que en le bosque estaríamos en peligro, información la cual yo no compartía en absoluto ya que rara vez nadie conseguía atravesar aquel bosque infestado de criaturas salvajes y peligrosas, pero con tal de que me dejase tranquila decidí seguirle al río.
- Te seguiré si dejas de meterte conmigo y de tratarme como a una niña...
A pesar de mi comentario Bio continuaba hablándome con ese tono burlón y refiriéndose a mí como "doncella guerrera". o "princesa salvaje" lo cual me tocaba muchísimo la verdad, sobretodo la parte de "princesa". Le miré mal a punto de contestarle pero de pronto escuché pisadas provenientes del exterior del bosque que seguramente serían guardias en nuestra busca y captura. Bio me miró y me tentó a que corriese junto a él dirección al río. En verdad lo había dicho de tal forma que parecía estar poniéndome a prueba y yo siempre he sido un persona muy "picada" cuando alguien me reta a hacer algo por lo que e dediqué a sonreír y echar a correr junto a él dirección al río.
Odiaba correr, siempre lo había odiado. En realidad dependiendo de la situación claro, si estaba un día (o en mi caso noche) y de repente tenía la necesidad de echar a correr me encantaba, pero cuando había que correr porque alguien me lo decía o simplemente porque la situación lo requería solía ponerme de mal humor, aunque aquella vez en verdad no me resultó desagradable. Quizás fuese porque al estar acompañada y tener el reto de adelantar a otro vampiro me estuviese motivando y aquello me hiciese subir la adrenalina y estar contenta. La cosa es que en cuanto comenzamos a escuchar el sonido del agua caer eché el turbo y aceleré hasta llegar al claro del río pocos segundos antes que Bio. Le miré sonriente.
- ¡He ganado! - Mi voz sonó infantil y aniñada, más de lo que me hubiera gustado. Pensé que igual aquel tipo pensaría que estaba delante de una cría tras mi reacción, pero me daba igual la verdad. Desde luego no iba a cambiar por nada ni por nadie. Presa del calor de la carrera me quité la capa y la coloqué doblada en la hierba que recorría nuestros pies. De pronto me di cuenta de que él desde el principio llevaba unas ropas muy sueltas y escasas - Oye Bio, ¿Tú nunca tienes frío? Es decir, entiendo que ahora después de estar huyendo tengas calor, pero desde el primer momento llevas muy poca ropa y la verdad es que hace una noche fría y con mucha humedad.
Tras decir aquello miré el río cristalino y se me ocurrió una idea genial. En verdad no era genial, pero me apetecía hacerle rabiar al vampiro igual que él me había hecho rabiar a mí durante prácticamente toda la noche, por lo que hice como que admiraba el paisaje, el cual ciertamente resultaba muy bonito de noche, y el sonido del río cayendo muy relajante. En un momento dado me coloqué detrás de Bio y le empujé al río.
[Dejo el final así de abierto para que seas tú el que decide si caes o no :P]
- Te seguiré si dejas de meterte conmigo y de tratarme como a una niña...
A pesar de mi comentario Bio continuaba hablándome con ese tono burlón y refiriéndose a mí como "doncella guerrera". o "princesa salvaje" lo cual me tocaba muchísimo la verdad, sobretodo la parte de "princesa". Le miré mal a punto de contestarle pero de pronto escuché pisadas provenientes del exterior del bosque que seguramente serían guardias en nuestra busca y captura. Bio me miró y me tentó a que corriese junto a él dirección al río. En verdad lo había dicho de tal forma que parecía estar poniéndome a prueba y yo siempre he sido un persona muy "picada" cuando alguien me reta a hacer algo por lo que e dediqué a sonreír y echar a correr junto a él dirección al río.
Odiaba correr, siempre lo había odiado. En realidad dependiendo de la situación claro, si estaba un día (o en mi caso noche) y de repente tenía la necesidad de echar a correr me encantaba, pero cuando había que correr porque alguien me lo decía o simplemente porque la situación lo requería solía ponerme de mal humor, aunque aquella vez en verdad no me resultó desagradable. Quizás fuese porque al estar acompañada y tener el reto de adelantar a otro vampiro me estuviese motivando y aquello me hiciese subir la adrenalina y estar contenta. La cosa es que en cuanto comenzamos a escuchar el sonido del agua caer eché el turbo y aceleré hasta llegar al claro del río pocos segundos antes que Bio. Le miré sonriente.
- ¡He ganado! - Mi voz sonó infantil y aniñada, más de lo que me hubiera gustado. Pensé que igual aquel tipo pensaría que estaba delante de una cría tras mi reacción, pero me daba igual la verdad. Desde luego no iba a cambiar por nada ni por nadie. Presa del calor de la carrera me quité la capa y la coloqué doblada en la hierba que recorría nuestros pies. De pronto me di cuenta de que él desde el principio llevaba unas ropas muy sueltas y escasas - Oye Bio, ¿Tú nunca tienes frío? Es decir, entiendo que ahora después de estar huyendo tengas calor, pero desde el primer momento llevas muy poca ropa y la verdad es que hace una noche fría y con mucha humedad.
Tras decir aquello miré el río cristalino y se me ocurrió una idea genial. En verdad no era genial, pero me apetecía hacerle rabiar al vampiro igual que él me había hecho rabiar a mí durante prácticamente toda la noche, por lo que hice como que admiraba el paisaje, el cual ciertamente resultaba muy bonito de noche, y el sonido del río cayendo muy relajante. En un momento dado me coloqué detrás de Bio y le empujé al río.
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Dahlia Lockhart
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Re: La sangre nunca llega al río. [Interpretativo-Libre] [BIO] CERRADO
Ver los gestos de desagrado cada vez que la llamada guerrera de maneras sarcásticas realmente no tenía precio y lo estaba disfrutando mucho, tal vez en otras circunstancias podría volverse algo más divertido, pero actualmente el momento no daba para eso, la invitación a huir le había parecido un completo desafío, en mis muchos años de experiencia huyendo como niña asustada de diversas amenazas había aprendido a correr muy rápido, sin embargo la chica parecía ser bastante veloz, al punto que por más que aceleraba el paso no conseguía dejarla atrás.
Al principio corríamos para escapar de los perseguidores, pero en un momento todo eso fue olvidado al menos de manera temporal, era un desafío por demostrar que era más rápido que la mocosa presumida, aunque para mi sorpresa mis pies comenzaron a pegarse en alguna extraña sustancia en el piso que me hizo ir más lento y dio la ventaja a la pequeña que llegó al riachuelo antes que yo y lo celebró como si hubiese ganado el premio de su vida.
No solo que me hubiese ganado, sino su celebración me pareció irritante, tal vez porque yo también era, a fin de cuentas, un malcriado y mal perdedor -Claro, te dejé ganar- Dije para justificar mi derrota -No quería que te sintieras mal por ser una lenteja- Presumí aunque era obvio que no me había gustado nada la idea de haber llegado al último, afortunadamente su curiosidad se fue hacia otro sitio y terminamos hablando de otra cosa, esta vez de mi holgada vestimenta -Es que soy muy pobre- Respondí a modo de broma -Tenía más ropa pero se la comió un oso, apenas pude salvar lo que traigo puesto- Intenté inventar una historia fantástica e increíble para cuando menos hacerla reír y no tener que responder en serio a la pregunta -Era un oso enorme de 20 metros, me atrapó con una de sus 4 manos y me metió en su boca, mi ropa, que era mucha, comenzó a atorarse entre sus grandes y afilados colmillos e impidieron que pudiera cerrar la boca conmigo adentro- Hice una pausa para respirar y recuperar el aliento, había hablado tal vez muy rápido sin darme cuenta pero la historia me había resultado graciosa y entretenida, aunque tal vez no a ella así que finalmente acabé por responder la verdad -Realmente no tengo nada más, me da pereza comprar más ropa, pero la lavo cada tiempo, lo juro- Levanté la mano derecha ante esta última afirmación.
Mientras contaba toda aquella rara historia, no me di cuenta que discretamente y como si solo admirara el paisaje, la chica se había estado moviendo hasta colocarse a mi espalda y en el momento menos pensado me tomó descuidado y me empujó al río -¡¡Hey!!- Dije mientras intentaba mantener el equilibrio pero todo fue en vano, irremediablemente iría a parar al río aunque antes hice todo cuanto pude para girarme y sujetar alguna parte de su ropa, lo que alcanzara primero si es que llegaba a hacerlo, para halarla conmigo al agua -Si caigo tú caes- Pensé sin llegar a decirlo por si acaso no tenía éxito en mi maliciosa artimaña, al caer puse cara de enojado, aunque de igual modo acabé riendo a carcajadas en el río sin poder evitarlo...
Al principio corríamos para escapar de los perseguidores, pero en un momento todo eso fue olvidado al menos de manera temporal, era un desafío por demostrar que era más rápido que la mocosa presumida, aunque para mi sorpresa mis pies comenzaron a pegarse en alguna extraña sustancia en el piso que me hizo ir más lento y dio la ventaja a la pequeña que llegó al riachuelo antes que yo y lo celebró como si hubiese ganado el premio de su vida.
No solo que me hubiese ganado, sino su celebración me pareció irritante, tal vez porque yo también era, a fin de cuentas, un malcriado y mal perdedor -Claro, te dejé ganar- Dije para justificar mi derrota -No quería que te sintieras mal por ser una lenteja- Presumí aunque era obvio que no me había gustado nada la idea de haber llegado al último, afortunadamente su curiosidad se fue hacia otro sitio y terminamos hablando de otra cosa, esta vez de mi holgada vestimenta -Es que soy muy pobre- Respondí a modo de broma -Tenía más ropa pero se la comió un oso, apenas pude salvar lo que traigo puesto- Intenté inventar una historia fantástica e increíble para cuando menos hacerla reír y no tener que responder en serio a la pregunta -Era un oso enorme de 20 metros, me atrapó con una de sus 4 manos y me metió en su boca, mi ropa, que era mucha, comenzó a atorarse entre sus grandes y afilados colmillos e impidieron que pudiera cerrar la boca conmigo adentro- Hice una pausa para respirar y recuperar el aliento, había hablado tal vez muy rápido sin darme cuenta pero la historia me había resultado graciosa y entretenida, aunque tal vez no a ella así que finalmente acabé por responder la verdad -Realmente no tengo nada más, me da pereza comprar más ropa, pero la lavo cada tiempo, lo juro- Levanté la mano derecha ante esta última afirmación.
Mientras contaba toda aquella rara historia, no me di cuenta que discretamente y como si solo admirara el paisaje, la chica se había estado moviendo hasta colocarse a mi espalda y en el momento menos pensado me tomó descuidado y me empujó al río -¡¡Hey!!- Dije mientras intentaba mantener el equilibrio pero todo fue en vano, irremediablemente iría a parar al río aunque antes hice todo cuanto pude para girarme y sujetar alguna parte de su ropa, lo que alcanzara primero si es que llegaba a hacerlo, para halarla conmigo al agua -Si caigo tú caes- Pensé sin llegar a decirlo por si acaso no tenía éxito en mi maliciosa artimaña, al caer puse cara de enojado, aunque de igual modo acabé riendo a carcajadas en el río sin poder evitarlo...
Bio
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Re: La sangre nunca llega al río. [Interpretativo-Libre] [BIO] CERRADO
No le hice caso a su comentario de ·"te dejé ganar", ya sabía que me iba a decir algo así porque estaba claro que los dos nos divertíamos haciendo rabiar al otro, y por supuesto, cuando está clara la pérdida de una de las partes la otra no está dispuesta a aceptarlo. Después me contó su historia de la ropa, o al menos su historia inventada claro. Al principio me lo creía, pero claramente aquel relato comenzó a desfasar convirtiéndose en un sin sentido y no pude evitar reírme imaginando aquella imposible situación.
Mientras escuchaba su historia y su posterior justificación de que lavaba la ropa, yo iba paseando de forma distraída e inocente hasta empujarle al río. El empujón no salió tan certero como pensaba y solo le hizo perder un poco el equilibrio. Al final cayó al río pero le dio tiempo a cogerme de la camiseta y tirarme con él. Nada más entrar sentí el frío golpe del agua del río que estaría a menos de 5 grados. En cuando choqué con aquella helada sensación nadé hacia la superficie hasta sacar la cabeza.
- Dios.... que... que fría está.
Sonreí a la vez que tiritaba y me temblaban los labios hasta castañear mis dientes. No podía enfadarme porque en verdad me lo merecía ya que había sido yo la primera en empujar a Bio al agua, pero mi cuerpo se estaba empezando a congelar.
- No... no se tú, pe... pero yo estoy congelada.... así que vo..voy a nadar un ratito.
El frío apenas me dejaba hablar bien, y de hecho aunque pareciese una locura tenía la impresión de que mi piel se había vuelto incluso un poco más pálida de lo normal. Comencé a nada por el río y me sorprendí bastante ya que era resultó ser muy profundo y no hacía pie. En una de las veces que bajé la cabeza para bucear intenté tocar el rocoso suelo y calculé que mediría unos 5 metros de hondo. Una vez estuve buceando unos minutos mi cuerpo se acostumbró al agua y me quedé disfrutando de aquella maravillosa situación de nadar en medio de la tranquilidad de la noche.
Me volví hacia Bio y empecé a lanzarle agua a la cara con intención de fastidiarle, cuando me empecé a alejar de él temiendo que intentase vengarse de pronto sentí una fuerte punzada de dolor en el cuello, por lo cual instintivamente solté una leve queja.
- Auch...
Fui a colocar una de mis manos en la zona del dolor y me topé con la cabeza de una serpiente acuática camuflada entre la oscuridad de la noche que estaba mordiéndome. Al verla me quedé un par de segundos sin saber que hacer hasta que al final por puro instinto la cogí con la mano de la cabeza y separé sus dientes de mi cuello lanzándola lejos río abajo. Mantuve la mirada hacia Bio sin saber muy bien que hacer o como reaccionar ante algo así. De pronto, sin entender cómo ni por qué se me empezó a nublar la vista sintiendo como las extremidades de mi cuerpo iban también flaqueando y fallándome a la hora de nadar.
Mientras escuchaba su historia y su posterior justificación de que lavaba la ropa, yo iba paseando de forma distraída e inocente hasta empujarle al río. El empujón no salió tan certero como pensaba y solo le hizo perder un poco el equilibrio. Al final cayó al río pero le dio tiempo a cogerme de la camiseta y tirarme con él. Nada más entrar sentí el frío golpe del agua del río que estaría a menos de 5 grados. En cuando choqué con aquella helada sensación nadé hacia la superficie hasta sacar la cabeza.
- Dios.... que... que fría está.
Sonreí a la vez que tiritaba y me temblaban los labios hasta castañear mis dientes. No podía enfadarme porque en verdad me lo merecía ya que había sido yo la primera en empujar a Bio al agua, pero mi cuerpo se estaba empezando a congelar.
- No... no se tú, pe... pero yo estoy congelada.... así que vo..voy a nadar un ratito.
El frío apenas me dejaba hablar bien, y de hecho aunque pareciese una locura tenía la impresión de que mi piel se había vuelto incluso un poco más pálida de lo normal. Comencé a nada por el río y me sorprendí bastante ya que era resultó ser muy profundo y no hacía pie. En una de las veces que bajé la cabeza para bucear intenté tocar el rocoso suelo y calculé que mediría unos 5 metros de hondo. Una vez estuve buceando unos minutos mi cuerpo se acostumbró al agua y me quedé disfrutando de aquella maravillosa situación de nadar en medio de la tranquilidad de la noche.
Me volví hacia Bio y empecé a lanzarle agua a la cara con intención de fastidiarle, cuando me empecé a alejar de él temiendo que intentase vengarse de pronto sentí una fuerte punzada de dolor en el cuello, por lo cual instintivamente solté una leve queja.
- Auch...
Fui a colocar una de mis manos en la zona del dolor y me topé con la cabeza de una serpiente acuática camuflada entre la oscuridad de la noche que estaba mordiéndome. Al verla me quedé un par de segundos sin saber que hacer hasta que al final por puro instinto la cogí con la mano de la cabeza y separé sus dientes de mi cuello lanzándola lejos río abajo. Mantuve la mirada hacia Bio sin saber muy bien que hacer o como reaccionar ante algo así. De pronto, sin entender cómo ni por qué se me empezó a nublar la vista sintiendo como las extremidades de mi cuerpo iban también flaqueando y fallándome a la hora de nadar.
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Re: La sangre nunca llega al río. [Interpretativo-Libre] [BIO] CERRADO
Aquellos instantes transcurrieron como si el tiempo mismo se detuviera para observarnos, mis pasos torpes y desequilibrados me llevaban irremediablemente a precipitarme al río pero no sin antes lograr mi cometido -Espero que sea un material resistente- Pensé al sentir como mis dedos rozaban levemente la tela de su camiseta, lo cual me sirvió de señal para, aún con los ojos cerrados, apretar fuerte para asegurarme de que se vendría conmigo al agua: apenas logré halarla hasta sentir que su caída ya era irremediable, desde entonces ya no supe más de ella por unos instantes, segundos apenas pero que ante mis ojos habían parecido toda una eternidad, me sentía caer al vacío hasta que mi espalda comenzó a hundirse en el agua fría; en principio me recibió como un golpe, pero luego el líquido comenzó a abrirle paso a mi cuerpo que acabó sumergido; cerré los ojos más por reflejos que por voluntad propia al momento de sumergir la cabeza y por lo repentino que había sido todo acabé tragando un poco de agua por la nariz; abrí los ojos bajo el agua y agité los brazos hasta salir a la superficie y tras escupir agua y tomar aire, unos instantes de enojo acabaron en una divertida risa al notar que ella también había caído y ahora tiritaba de frío.
El agua estaba helada, sentía que me helaba hasta los huesos, sin embargo mi orgullo me impedía admitirlo, hacerlo sería como perder ante ella por segunda vez, así que con los labios temblorosos y moviéndome con ligeros espasmos involuntarios por todo el cuerpo aparenté ser fuerte -¿Fría? Pero que poco agu-gu-antas- Dije intentando molestarla de nuevo aunque mi voz había intentado abandonarme en el último momento ante la incapacidad de soportar tal nivel de frío.
Sumergí mi cabeza y la saqué de prisa, aquella aventura donde había visitado el fondo del mar junto a una sirena, me había ayudado a adaptarme a ciertas características del agua, sin embargo no era tan sencillo como parecía y en aquel momento tenía ganas de gritar y salir corriendo a buscar unas mantas calientes pero hacerlo significaba aceptar mi derrota, mi orgullo no me permitía hacer eso y prefería mil veces morir de hipotermia; comencé a flotar moviendo brazos y piernas constantemente para irme calentando poco a poco y aunque al principio no surtía ningún efecto, pronto sí se hicieron presentes los resultados.
Ya me sentía más adaptado cuando la vi acercarse con malas intenciones; sonreí con malicia esperando que se acercara para hacerle algo peor y terminar en una guerra de agua, me sentía como un niño jugando con ella, hacía mucho que no pasaba un rato tan agradable y tranquilo junto a alguien, a pesar de lo chocante y malcriada que podía parecer, no era una mala chica, sin embargo algo interrumpió el momento, algo frío rozó contra mi pierna izquierda dejándome paralizado pensando en lo que podría ser, me dispuse a advertirle que saliéramos del agua pero ya era demasiado tarde; la queja, su mano, la serpiente, elementos encadenados de una alarmante situación -¡¡Dahlia!!- Grité alarmado mientras me lanzaba nadando hacia ella sin pensar en nada más que ayudarle aunque antes que llegara ella misma consiguió quitarse la serpiente y lanzarla río abajo; su mirada me hizo preocuparme y nadé más de prisa hasta estar tan cerca como para sujetarla y evitar que se hundiera.
Intenté tomarla por la cadera mientras parecía que comenzaba a desmayarse, mi plan era nadar con ella hasta la orilla, sacarla del agua y tratar se chuparle el veneno que la serpiente le había inoculado para luego escupirlo y evitar que entrara a mi organismo, a fin de cuentas, nadie más experto en sacar líquidos del cuerpo que un vampiro de más de cien años ¿Lo conseguiría a tiempo?
El agua estaba helada, sentía que me helaba hasta los huesos, sin embargo mi orgullo me impedía admitirlo, hacerlo sería como perder ante ella por segunda vez, así que con los labios temblorosos y moviéndome con ligeros espasmos involuntarios por todo el cuerpo aparenté ser fuerte -¿Fría? Pero que poco agu-gu-antas- Dije intentando molestarla de nuevo aunque mi voz había intentado abandonarme en el último momento ante la incapacidad de soportar tal nivel de frío.
Sumergí mi cabeza y la saqué de prisa, aquella aventura donde había visitado el fondo del mar junto a una sirena, me había ayudado a adaptarme a ciertas características del agua, sin embargo no era tan sencillo como parecía y en aquel momento tenía ganas de gritar y salir corriendo a buscar unas mantas calientes pero hacerlo significaba aceptar mi derrota, mi orgullo no me permitía hacer eso y prefería mil veces morir de hipotermia; comencé a flotar moviendo brazos y piernas constantemente para irme calentando poco a poco y aunque al principio no surtía ningún efecto, pronto sí se hicieron presentes los resultados.
Ya me sentía más adaptado cuando la vi acercarse con malas intenciones; sonreí con malicia esperando que se acercara para hacerle algo peor y terminar en una guerra de agua, me sentía como un niño jugando con ella, hacía mucho que no pasaba un rato tan agradable y tranquilo junto a alguien, a pesar de lo chocante y malcriada que podía parecer, no era una mala chica, sin embargo algo interrumpió el momento, algo frío rozó contra mi pierna izquierda dejándome paralizado pensando en lo que podría ser, me dispuse a advertirle que saliéramos del agua pero ya era demasiado tarde; la queja, su mano, la serpiente, elementos encadenados de una alarmante situación -¡¡Dahlia!!- Grité alarmado mientras me lanzaba nadando hacia ella sin pensar en nada más que ayudarle aunque antes que llegara ella misma consiguió quitarse la serpiente y lanzarla río abajo; su mirada me hizo preocuparme y nadé más de prisa hasta estar tan cerca como para sujetarla y evitar que se hundiera.
Intenté tomarla por la cadera mientras parecía que comenzaba a desmayarse, mi plan era nadar con ella hasta la orilla, sacarla del agua y tratar se chuparle el veneno que la serpiente le había inoculado para luego escupirlo y evitar que entrara a mi organismo, a fin de cuentas, nadie más experto en sacar líquidos del cuerpo que un vampiro de más de cien años ¿Lo conseguiría a tiempo?
Bio
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Re: La sangre nunca llega al río. [Interpretativo-Libre] [BIO] CERRADO
Estaba cantado que no podía salir nada bueno y pacífico de entre nosotros dos ya que éramos básicamente igual de cabezotas, y por descontado eso me gustaba. No había nada como jugar con otra persona al perro y al gato y a ver quién es mejor que quién. En cuanto estuvimos en el agua Bio se tragó su orgullo intentando convencerme de que no tenía frío, aunque estaba claro que estaba tan congelado como yo.
Cuando me acerqué a él para lanzarle agua noté en su mirada cierta picardía para seguirme el juego. Hacía mucho que no me lo pasaba así de bien... de hecho hacía mucho que con compartía mas de 5 minutos con una persona así que exprimí ese pequeño momento de felicidad al máximo. Cuando me dispuse a huir fue cuando la serpiente atacó mi cuello y se desvaneció la sonrisa que abarcaba mi rostro.
Cuando sucedió el mordisco no sabía que hacer, se me nublaba la vista, aunque claro, era tan cabezota y orgullosa que no iba a dejarme desvanecer por solo una mordedura, por lo que aguanté el tipo manteniéndome despierta a pesar de no ver prácticamente nada. Me quedé con la mirada puesta en el vampiro sin saber qué hacer ni como reaccionar mientras que su reflejo en mi mirada se iba emborronando poco a poco. Escuché un sonido proveniente de su boca gritando mi nombre y sentí que aquella mancha borrosa se acercaba a mí agarrándome por la cintura. No quería aceptarlo pero en verdad me había ayudado a no ahogarme. Intenté centrarme tratando de controlar mi vista e intentando dar forma a las borrosidades hasta que conseguí agarrarme al borde del río y salir de ahí.
Un golpe aún más frío que el del agua chocó contra mi cuerpo. El viento era muy frío, por lo que estaba completamente congelada y en la zona derecha de mi cuello, justo rodeando la mordedura mi piel se estaba empezando a ennegrecer, como si me hubiera salido un moratón. Tenía mucho frío y notaba que apenas podía moverme. De pronto a pocos metros vi una mancha negra que deduje sería mi capa y la alcancé colocándomela por encima del cuerpo. El cansancio se iba apoderando e mí y me dejé caer sobe la hierba húmeda tumbándome en posición fetal. El sueño me abarrotaba pero intenté por todos los medios no dormirme así que me obligué a mantener los ojos abiertos. No quería montar un numerito por aquella situación, y por supuesto tampoco quería dejar que una mordedura me afectase tanto, aunque admito que pasé miedo ya que no sabía hasta qué punto podía dañarme aquel veneno o si podría regresar a casa antes de que saliese el sol, o incluso si podría siquiera aguantar sin dormirme para siempre.
Cuando me acerqué a él para lanzarle agua noté en su mirada cierta picardía para seguirme el juego. Hacía mucho que no me lo pasaba así de bien... de hecho hacía mucho que con compartía mas de 5 minutos con una persona así que exprimí ese pequeño momento de felicidad al máximo. Cuando me dispuse a huir fue cuando la serpiente atacó mi cuello y se desvaneció la sonrisa que abarcaba mi rostro.
Cuando sucedió el mordisco no sabía que hacer, se me nublaba la vista, aunque claro, era tan cabezota y orgullosa que no iba a dejarme desvanecer por solo una mordedura, por lo que aguanté el tipo manteniéndome despierta a pesar de no ver prácticamente nada. Me quedé con la mirada puesta en el vampiro sin saber qué hacer ni como reaccionar mientras que su reflejo en mi mirada se iba emborronando poco a poco. Escuché un sonido proveniente de su boca gritando mi nombre y sentí que aquella mancha borrosa se acercaba a mí agarrándome por la cintura. No quería aceptarlo pero en verdad me había ayudado a no ahogarme. Intenté centrarme tratando de controlar mi vista e intentando dar forma a las borrosidades hasta que conseguí agarrarme al borde del río y salir de ahí.
Un golpe aún más frío que el del agua chocó contra mi cuerpo. El viento era muy frío, por lo que estaba completamente congelada y en la zona derecha de mi cuello, justo rodeando la mordedura mi piel se estaba empezando a ennegrecer, como si me hubiera salido un moratón. Tenía mucho frío y notaba que apenas podía moverme. De pronto a pocos metros vi una mancha negra que deduje sería mi capa y la alcancé colocándomela por encima del cuerpo. El cansancio se iba apoderando e mí y me dejé caer sobe la hierba húmeda tumbándome en posición fetal. El sueño me abarrotaba pero intenté por todos los medios no dormirme así que me obligué a mantener los ojos abiertos. No quería montar un numerito por aquella situación, y por supuesto tampoco quería dejar que una mordedura me afectase tanto, aunque admito que pasé miedo ya que no sabía hasta qué punto podía dañarme aquel veneno o si podría regresar a casa antes de que saliese el sol, o incluso si podría siquiera aguantar sin dormirme para siempre.
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Re: La sangre nunca llega al río. [Interpretativo-Libre] [BIO] CERRADO
Con lo presumida que era la chica, habría evitado tocarla bajo cualquier otra circunstancia, sin embargo en ese momento me había olvidado de todo y no pensaba en nada más que en ponerla a salvo, a fin de cuentas todo era mi culpa por haberla llevado al río, había sido muy descuidado y si algo caracteriza a los vampiros que sobreviven muchos años, es que deben estar atentos y preparados en todo momento, aquello había sido un error de novato, ni en mis años de humano había sido tan distraído en lugares peligrosos, y ahora había puesto en riesgo la vida de aquella desconocida.
Al tomarla por la cintura la acerqué a mi cuerpo para atenazarla y evitar que la corriente del río me la arrancara, ya no pensaba ser descuidado de nuevo, usé mi mano libre para nadar hasta estar en la orilla donde algo cansado, la empujé suavemente hasta que pudo alcanzar la tierra; no tenía buen aspecto, su piel se veía mucho más blanca que antes por lo que comenzaba a preocuparme, deslicé mi mano por su mejilla hasta apartar su cabello y ver la herida mientras la pobre tiritaba de frío hasta que finalmente logró alcanzar su capa y cubrirse casi por completo, no dudé ni un instante y sin pensar en consecuencias llevé mi boca hasta la herida intentando no clavar los colmillos y chupé la sangre contaminada por el oscuro veneno que de pronto comenzaba a reconocer, hicieron falta varios intentos repetidos y constantes para extraer suficiente veneno y hacer que la piel comenzara a recuperar su color habitual en lugar de ese oscuro y tétrico tono negro.
No lo había notado, pero varios minutos transcurrieron durante mis intentos de extraerle el veneno, finalmente al sentir que ya estaba cuando menos, fuera de peligro, me acerqué al río metiendo mi cabeza al agua para lavarme la boca y luego escupir cualquier rastro del veneno que hubiera quedado dentro; tomé con mis manos un poco de agua y la llevé hasta su herida para lavarle, si era fuerte se recuperaría en poco tiempo, el veneno no parecía ser letal, las serpientes de río solían ser en su mayoría grandes y fuertes, por lo que sus venenos eran solo con el objetivo de paralizar a sus víctimas y no para matarlas, mareos y desmayos eran los máximos síntomas en la mayoría de los casos -Todo va a estar bien- Dije con una voz muy suave mientras la arropaba con su propia capa, generalmente usaba mi voz para causar confusión y miedo, pero esta vez la usaría como con Arygos, para calmarla y eliminar de ella el miedo que pudiera sentir si fuera el caso -Vas a estar bien- Repetí en el mismo tono suave mientras me sentaba junto a ella esperando que pronto reaccionara, no sin antes romper un pedazo de mi camisa para limpiar la herida y luego hacer una especie de vendaje y evitarle una hemorragia -Y por esto cada vez tengo menos ropa- Dije en voz baja y tono bromista aunque tal vez en su estado no me escucharía eso último.
Al tomarla por la cintura la acerqué a mi cuerpo para atenazarla y evitar que la corriente del río me la arrancara, ya no pensaba ser descuidado de nuevo, usé mi mano libre para nadar hasta estar en la orilla donde algo cansado, la empujé suavemente hasta que pudo alcanzar la tierra; no tenía buen aspecto, su piel se veía mucho más blanca que antes por lo que comenzaba a preocuparme, deslicé mi mano por su mejilla hasta apartar su cabello y ver la herida mientras la pobre tiritaba de frío hasta que finalmente logró alcanzar su capa y cubrirse casi por completo, no dudé ni un instante y sin pensar en consecuencias llevé mi boca hasta la herida intentando no clavar los colmillos y chupé la sangre contaminada por el oscuro veneno que de pronto comenzaba a reconocer, hicieron falta varios intentos repetidos y constantes para extraer suficiente veneno y hacer que la piel comenzara a recuperar su color habitual en lugar de ese oscuro y tétrico tono negro.
No lo había notado, pero varios minutos transcurrieron durante mis intentos de extraerle el veneno, finalmente al sentir que ya estaba cuando menos, fuera de peligro, me acerqué al río metiendo mi cabeza al agua para lavarme la boca y luego escupir cualquier rastro del veneno que hubiera quedado dentro; tomé con mis manos un poco de agua y la llevé hasta su herida para lavarle, si era fuerte se recuperaría en poco tiempo, el veneno no parecía ser letal, las serpientes de río solían ser en su mayoría grandes y fuertes, por lo que sus venenos eran solo con el objetivo de paralizar a sus víctimas y no para matarlas, mareos y desmayos eran los máximos síntomas en la mayoría de los casos -Todo va a estar bien- Dije con una voz muy suave mientras la arropaba con su propia capa, generalmente usaba mi voz para causar confusión y miedo, pero esta vez la usaría como con Arygos, para calmarla y eliminar de ella el miedo que pudiera sentir si fuera el caso -Vas a estar bien- Repetí en el mismo tono suave mientras me sentaba junto a ella esperando que pronto reaccionara, no sin antes romper un pedazo de mi camisa para limpiar la herida y luego hacer una especie de vendaje y evitarle una hemorragia -Y por esto cada vez tengo menos ropa- Dije en voz baja y tono bromista aunque tal vez en su estado no me escucharía eso último.
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Re: La sangre nunca llega al río. [Interpretativo-Libre] [BIO] CERRADO
Nada mas tomar tierra y echarme por encima la capa sentí como Bio acercaba sus labios a mi cuello, Antes de que hiciese nada ya conocía sus intenciones y aunque apenas clavaba sus colmillos no podía evitar sentir cierto dolor por cada sorbo que pegaba al veneno que recorría mi sangre. Debido a la angustia que sentía en aquel momento sin querer y de forma instintiva me aferré a su camiseta apretando la tela con fuerza, esperando así que aquella sensación incómoda pasase más rápido. Cuando al fin terminó le solté la camiseta y sentí que la vista volvía a ser más nítida y que apenas me encontraba un poco mareada por la perdida de sangre.
Miré a Bio sonriendo por su amabilidad. Pocos vampiros se comportarían como él, y de hecho solo los Dioses sabían si yo seguiría viva si él no hubiese aparecido. Cuando volvió a acercarse a mí tras haberse quitado el veneno de la boca se arrancó un pedazo de tela y me la enrolló en el cuello para parar la hemorragia a la vez que hacía un chisto sobre su escasa ropa tras lo cual solté una pequeña carcajada.
Se acercó a mí arropándome entre la capa mientras con su voz iba relajándome. Sonreí ya que aquella sensación me hacía sentir segura, y sus palabras se clavaban en mi cerebro provocando que me quedase en una especie de estado de ensoñación. Miraba el cielo mientras me dejaba llevar por aquel momento hasta que me di cuenta de que ya no estaba oscuro. El cielo había pasado de color oscuro a un azul algo más claro por lo que me alteré de golpe y le miré.
- El sol.... va a salir el sol...
O nos íbamos ya de allí o acabaríamos abrasados. Habían pasado tantas cosas aquella noche que ni siquiera había sido consciente de la hora,y por la claridad del cielo suponía que serían aproximadamente las 7 y media de la mañana. Me fui a levantar alterada y una vez estuve de pie mis piernas fallaron y caí de bruces al suelo con bastante torpeza. Al verme en el suelo de nuevo sin saber por qué me empecé a reír por la caída tan patética.
- Bueno... está claro que hoy no es mi día - Me seguí riendo hasta que al fin recobré la compostura- Bueno, vale, ya me pongo seria - respiré mirando a Bio. No sabía si tenía un lugar a donde ir y apenas faltaría una media hora para que saliera el sol por completo.- Escucha, no se si tienes algo pensado o algún sitio donde ir pero yo vivo a unos 10 minutos de aquí en una pequeña casa. Si quieres puedes pasar el día en mi casa hasta que el sol vuelva a ponerse. Te lo debo por haberme salvado.
Le sonreí de nuevo volviendo a ponerme de pie, esta vez con éxito y empecé a caminar por la zona para asegurarme de que el cuerpo me volvía a funcionar correctamente a pesar del dolor del cuello.
- Por cierto, muchas gracias por ayudarme.
Miré a Bio sonriendo por su amabilidad. Pocos vampiros se comportarían como él, y de hecho solo los Dioses sabían si yo seguiría viva si él no hubiese aparecido. Cuando volvió a acercarse a mí tras haberse quitado el veneno de la boca se arrancó un pedazo de tela y me la enrolló en el cuello para parar la hemorragia a la vez que hacía un chisto sobre su escasa ropa tras lo cual solté una pequeña carcajada.
Se acercó a mí arropándome entre la capa mientras con su voz iba relajándome. Sonreí ya que aquella sensación me hacía sentir segura, y sus palabras se clavaban en mi cerebro provocando que me quedase en una especie de estado de ensoñación. Miraba el cielo mientras me dejaba llevar por aquel momento hasta que me di cuenta de que ya no estaba oscuro. El cielo había pasado de color oscuro a un azul algo más claro por lo que me alteré de golpe y le miré.
- El sol.... va a salir el sol...
O nos íbamos ya de allí o acabaríamos abrasados. Habían pasado tantas cosas aquella noche que ni siquiera había sido consciente de la hora,y por la claridad del cielo suponía que serían aproximadamente las 7 y media de la mañana. Me fui a levantar alterada y una vez estuve de pie mis piernas fallaron y caí de bruces al suelo con bastante torpeza. Al verme en el suelo de nuevo sin saber por qué me empecé a reír por la caída tan patética.
- Bueno... está claro que hoy no es mi día - Me seguí riendo hasta que al fin recobré la compostura- Bueno, vale, ya me pongo seria - respiré mirando a Bio. No sabía si tenía un lugar a donde ir y apenas faltaría una media hora para que saliera el sol por completo.- Escucha, no se si tienes algo pensado o algún sitio donde ir pero yo vivo a unos 10 minutos de aquí en una pequeña casa. Si quieres puedes pasar el día en mi casa hasta que el sol vuelva a ponerse. Te lo debo por haberme salvado.
Le sonreí de nuevo volviendo a ponerme de pie, esta vez con éxito y empecé a caminar por la zona para asegurarme de que el cuerpo me volvía a funcionar correctamente a pesar del dolor del cuello.
- Por cierto, muchas gracias por ayudarme.
Dahlia Lockhart
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Re: La sangre nunca llega al río. [Interpretativo-Libre] [BIO] CERRADO
Después de todo aquello me encontraba bastante agotado, además de mojado y congelado, moría de frío, pero no lo demostraría, ante el estado de la chica debía por lo menos parecer fuerte para que se sintiera segura, había sido una noche como pocas y realmente me alegraba de haber podido pasar aquellos momentos a pesar de los dos sustos que habíamos pasado, se veía muy hermosa mirando al cielo hasta que de pronto reaccionó alarmada y ante sus palabras, también me alarmé, ahora me tocaría salir corriendo en busca de un refugio... De nuevo, como tantas veces.
Mientras pensaba en sermonearme a mí mismo por mis constantes descuidos al amanecer la chica se levantó para luego dejarse caer al piso aparatosamente; intenté estirar la mano para sostenerla en el aire pero jamás vi caer un cuerpo con tal velocidad y antes que pudiera alcanzarla ya se encontraba adornando el piso de la manera menos elegante posible -Siempre había pensado que yo era el vampiro más aparatoso, pero francamente me has superado- Le dije a modo de broma mientras le ofrecía mi mano para ayudarla a levantarse -Yo, pues- Respondí un poco intimidado ante su oferta -Puedo acompañarte, pero solo para asegurarme de que estés bien- Yo tan orgulloso siempre, no podía aceptar que ahora era ella quien me estaba salvando de la posible incineración por luz solar.
Caminé tras ella primero muy despacio, aunque al ver que el día estaba muy próximo a llegar le ofrecí mi brazo caballerosamente para que se sujetara al menos mientras recuperaba sus fuerzas y pudiera andar más de prisa -No tienes nada que agradecerme, hubieras hecho lo mismo por mí- Dije con la total certeza de mis palabras -Tú y yo no somos tan diferentes- Dije aquello último sin atreverme a mirarla a la cara, no porque fuera falso, sino porque me asustaba un poco lo cierto que me parecía -Eres peligrosamente adictiva- Dije en tono gracioso para cambiar un poco la dirección del momento sentimental -Si no fueras tan presumida serías casi tan agradable como yo- Dije de manera jocosa sabiendo que la misma afirmación en sí, me hacía sonar mucho más presumido que ella, seguí avanzando en la dirección que ella marcaba esperando que su casa no estuviera muy lejos de ese lugar.
Mientras pensaba en sermonearme a mí mismo por mis constantes descuidos al amanecer la chica se levantó para luego dejarse caer al piso aparatosamente; intenté estirar la mano para sostenerla en el aire pero jamás vi caer un cuerpo con tal velocidad y antes que pudiera alcanzarla ya se encontraba adornando el piso de la manera menos elegante posible -Siempre había pensado que yo era el vampiro más aparatoso, pero francamente me has superado- Le dije a modo de broma mientras le ofrecía mi mano para ayudarla a levantarse -Yo, pues- Respondí un poco intimidado ante su oferta -Puedo acompañarte, pero solo para asegurarme de que estés bien- Yo tan orgulloso siempre, no podía aceptar que ahora era ella quien me estaba salvando de la posible incineración por luz solar.
Caminé tras ella primero muy despacio, aunque al ver que el día estaba muy próximo a llegar le ofrecí mi brazo caballerosamente para que se sujetara al menos mientras recuperaba sus fuerzas y pudiera andar más de prisa -No tienes nada que agradecerme, hubieras hecho lo mismo por mí- Dije con la total certeza de mis palabras -Tú y yo no somos tan diferentes- Dije aquello último sin atreverme a mirarla a la cara, no porque fuera falso, sino porque me asustaba un poco lo cierto que me parecía -Eres peligrosamente adictiva- Dije en tono gracioso para cambiar un poco la dirección del momento sentimental -Si no fueras tan presumida serías casi tan agradable como yo- Dije de manera jocosa sabiendo que la misma afirmación en sí, me hacía sonar mucho más presumido que ella, seguí avanzando en la dirección que ella marcaba esperando que su casa no estuviera muy lejos de ese lugar.
Bio
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