¡Dios salve a la reina! [Quest][CERRADO]
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Re: ¡Dios salve a la reina! [Quest][CERRADO]
La hermosa pelinegra se acercó mientras aplaudía con irónicamente para luego confesar sus crímenes justificados en un supuesto destino, escuché con atención su relato esperando entender sus motivos pero al parecer su obsesión la había llevado a la locura -Te mientes a ti misma- Respondí mientras veía las imágenes de la historia que contaba, reproducidas entre ilusiones que danzaban en aquella misteriosa esfera mágica -Si realmente lo amaras, desearías su felicidad antes que cualquier otra cosa, amar es desear la felicidad del otro, pero si lo que deseas es tenerlo para ser feliz tú misma, eso se llama obsesión- Dije con tono severo aunque luego entendí mi error, comenzaba a hacerla enojar y tras amenazarme con no dejar que se lo dijera a James, arrojó contra mí una extraña bola de luz negra que casi se estrella contra mi rostro; me moví hacia un lado para esquivarla y la seguí con la vista hasta ver que a cierta distancia se desvanecía -Aleja a los niños- Le dije a Mathew mientras llamaba la atención de la pelinegra para darles la oportunidad de alejarse, necesitaba sacar a los niños para no asustarlo al ver de lo que era capaz esa mujer en la que tanto habían confiado.
El doctor se alejó de prisa con los niños pero antes de poder salir, una esfera de luz fue arrojada hacia él, aunque al igual que la otra, desapareció a cierta distancia; si ese era su alcance al menos sabía que estarían a salvo, aunque yo no correría la misma suerte, y pronto la bella Elise desencadenaría sobre mí toda su ira, las esferas aparecían junto a sus manos y sin mucho esfuerzo las lanzaba hacia mí con tal potencia que apenas lograba esquivarlas.
Ante la imposibilidad de huir llevé mis manos a la espalda donde guardaba mis dagas y las saqué para atacarla de alguna manera, no parecía muy resistente físicamente, así que un ataque directo, fuerte y devastador podría acabar con ella o al menos neutralizarla, sin embargo, decirlo era más fácil que hacerlo; a cierta distancia podía esquivar sus lanzamientos, pero al acercarme, mis reflejos eran puestos a prueba reaccionado para no ser alcanzado por aquellas bolas; un ataque frontal resultaba imposible, así que intentaría rodearla y acercarme lentamente, sin embargo la bruja resultó ser más lista de lo que esperaba y en lugar de lanzar las esferas hacia mí, las lanzó justo a donde yo me dirigía; a mi velocidad me resultaba imposible detenerme así que mi única opción fue acelerar el paso y tratar de ser más rápido, sin embargo no llegué a lograrlo y mi brazo izquierdo fue alcanzada por la misteriosa bola en el momento que no tuve más opción que intentar cubrirme, aunque giré mi cuerpo para disminuir la fuerza del golpe y hacer que la esfera de luz continuara su camino, tan solo ligeramente desviada tras rozar mi brazo, una mancha negra apareció sobre la zona que había sido golpeada, luego perdí el equilibrio de la carrera y rodé por el suelo hasta que conseguí detenerme, en unos instantes, el lugar donde había sido impactado comenzó a arder como si me quemaran desde adentro.
La batalla se hacía cada vez más difícil mientras la pelinegra, más enojada lanzaba las bolas de luz negra con más precisión y fuerza, haciéndome retroceder a cada instante, esta vez el plan sencillo de “pegar y no dejar que te peguen” no representaba una buena opción para asegurar la victoria, necesitaba algo mejor y fue entonces cuando pensé en confundirla o enojarla, lo que saliera primero -También te equivocas en eso de las rubias- Dije mientras giraba por el suelo esquivando una más de sus lanzamientos para luego levantarme poniendo mi mano derecha sobre mi brazo herido -No todos las prefieren rubias- La mujer se detuvo intentando comprender lo que intentaba decirle -Yo las prefiero de piel blanca y suave como la seda- Me levanté mientras la miraba de la forma más seductora posible -De cabello oscuro como el manto de la noche- Di algunos pasos para acercarme hasta que a cierta distancia comenzó a ponerse en guardia, formando dos pequeñas esferas de luz que crecían lentamente -De labios rojos que despertarían la pasión de cualquier hombre- La esferas de luz crecían más a cada instante pero al menos había conseguido acercarme lo suficiente para llegar a ella, extendí los brazos hacia los lados, el izquierdo tanto como pude debido a la herida, y solté ambas dagas dejándolas caer al piso -Yo puedo ser tu destino- Dije mientras me lanzaba contra ella esperando alcanzar a confundirla más con un apasionado beso, esperando que con ello bajara la guardia para, finalmente, deslizar mis labios lentamente por su mejilla y acabar enterrando mis colmillos en su cuello para sedarla con el efecto de mi mordida.
Esperaba poder detenerla sin tener que matarla, de ese modo evitaría crearle un trauma a los pobres niños que seguramente no entendían mucho de lo que pasaba y al estar encariñados con Elise, podrían creer que yo era el malo por tratar de hacerle daño, de este modo pensarían que era solo un romántico y dulce beso, aunque en realidad estaba neutralizando sus movimientos hasta dejarla completamente sedada por la mordida.
El doctor se alejó de prisa con los niños pero antes de poder salir, una esfera de luz fue arrojada hacia él, aunque al igual que la otra, desapareció a cierta distancia; si ese era su alcance al menos sabía que estarían a salvo, aunque yo no correría la misma suerte, y pronto la bella Elise desencadenaría sobre mí toda su ira, las esferas aparecían junto a sus manos y sin mucho esfuerzo las lanzaba hacia mí con tal potencia que apenas lograba esquivarlas.
Ante la imposibilidad de huir llevé mis manos a la espalda donde guardaba mis dagas y las saqué para atacarla de alguna manera, no parecía muy resistente físicamente, así que un ataque directo, fuerte y devastador podría acabar con ella o al menos neutralizarla, sin embargo, decirlo era más fácil que hacerlo; a cierta distancia podía esquivar sus lanzamientos, pero al acercarme, mis reflejos eran puestos a prueba reaccionado para no ser alcanzado por aquellas bolas; un ataque frontal resultaba imposible, así que intentaría rodearla y acercarme lentamente, sin embargo la bruja resultó ser más lista de lo que esperaba y en lugar de lanzar las esferas hacia mí, las lanzó justo a donde yo me dirigía; a mi velocidad me resultaba imposible detenerme así que mi única opción fue acelerar el paso y tratar de ser más rápido, sin embargo no llegué a lograrlo y mi brazo izquierdo fue alcanzada por la misteriosa bola en el momento que no tuve más opción que intentar cubrirme, aunque giré mi cuerpo para disminuir la fuerza del golpe y hacer que la esfera de luz continuara su camino, tan solo ligeramente desviada tras rozar mi brazo, una mancha negra apareció sobre la zona que había sido golpeada, luego perdí el equilibrio de la carrera y rodé por el suelo hasta que conseguí detenerme, en unos instantes, el lugar donde había sido impactado comenzó a arder como si me quemaran desde adentro.
La batalla se hacía cada vez más difícil mientras la pelinegra, más enojada lanzaba las bolas de luz negra con más precisión y fuerza, haciéndome retroceder a cada instante, esta vez el plan sencillo de “pegar y no dejar que te peguen” no representaba una buena opción para asegurar la victoria, necesitaba algo mejor y fue entonces cuando pensé en confundirla o enojarla, lo que saliera primero -También te equivocas en eso de las rubias- Dije mientras giraba por el suelo esquivando una más de sus lanzamientos para luego levantarme poniendo mi mano derecha sobre mi brazo herido -No todos las prefieren rubias- La mujer se detuvo intentando comprender lo que intentaba decirle -Yo las prefiero de piel blanca y suave como la seda- Me levanté mientras la miraba de la forma más seductora posible -De cabello oscuro como el manto de la noche- Di algunos pasos para acercarme hasta que a cierta distancia comenzó a ponerse en guardia, formando dos pequeñas esferas de luz que crecían lentamente -De labios rojos que despertarían la pasión de cualquier hombre- La esferas de luz crecían más a cada instante pero al menos había conseguido acercarme lo suficiente para llegar a ella, extendí los brazos hacia los lados, el izquierdo tanto como pude debido a la herida, y solté ambas dagas dejándolas caer al piso -Yo puedo ser tu destino- Dije mientras me lanzaba contra ella esperando alcanzar a confundirla más con un apasionado beso, esperando que con ello bajara la guardia para, finalmente, deslizar mis labios lentamente por su mejilla y acabar enterrando mis colmillos en su cuello para sedarla con el efecto de mi mordida.
Esperaba poder detenerla sin tener que matarla, de ese modo evitaría crearle un trauma a los pobres niños que seguramente no entendían mucho de lo que pasaba y al estar encariñados con Elise, podrían creer que yo era el malo por tratar de hacerle daño, de este modo pensarían que era solo un romántico y dulce beso, aunque en realidad estaba neutralizando sus movimientos hasta dejarla completamente sedada por la mordida.
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Re: ¡Dios salve a la reina! [Quest][CERRADO]
Tras una seguida de ataques, que la mujer había lanzado contra el tipo de pelo oscuro, y un incesante intento del doctor de proteger a los pequeños incuso a costa de su propio cuerpo, las palabras del moreno se hicieron oír por el prado.
La luna brillaba incesante reflejándose en un pequeño lago a espaldas de la dama de cabellos de ébano, la mujer, dudo por un instante, ¿estaría el tipo diciéndole la verdad? ¿Podría ser posible? La pausa se hizo eterna, el tiempo pareció detenerse y el doctor aprovechó el momento para alejarse, sacar de allí a los pequeños, dejando solo al hombre moreno. Sin embargo, pronto la situación dio un giro.
La joven, enfurecida, sin llegar a creerse las palabras del hombre, comenzó a elevarse en el aire, siendo envuelta en un aura negruzca tiñendo sus ojos del mismo color de su pelo -"¿Quién se va a creer que nadie va a enamorarse de otra persona en una sola noche? Si no es James, no me sirve"-
Su ataque no se hizo esperar, rodeando el lugar en la misma luz negra que la envolvía a ella, hizo desaparecer el espacio bajo los pies del hombre, la completa oscuridad envolvió al joven que solo podría verse a si mismo, los ataques de la bruja comenzaron a ser blancos, un rayo que rozaba la izquierda, otro su cabeza, su derecha, estaba claro que la puntería no era el punto fuerte de la mujer, no había más remedio, si Víctor quería salir de ese lugar, debía acabar con la joven de pelo negro.
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Puedes acabar con ella en un solo turno, pero el post debe finalizar dándole el golpe de gracia.
La luna brillaba incesante reflejándose en un pequeño lago a espaldas de la dama de cabellos de ébano, la mujer, dudo por un instante, ¿estaría el tipo diciéndole la verdad? ¿Podría ser posible? La pausa se hizo eterna, el tiempo pareció detenerse y el doctor aprovechó el momento para alejarse, sacar de allí a los pequeños, dejando solo al hombre moreno. Sin embargo, pronto la situación dio un giro.
La joven, enfurecida, sin llegar a creerse las palabras del hombre, comenzó a elevarse en el aire, siendo envuelta en un aura negruzca tiñendo sus ojos del mismo color de su pelo -"¿Quién se va a creer que nadie va a enamorarse de otra persona en una sola noche? Si no es James, no me sirve"-
Su ataque no se hizo esperar, rodeando el lugar en la misma luz negra que la envolvía a ella, hizo desaparecer el espacio bajo los pies del hombre, la completa oscuridad envolvió al joven que solo podría verse a si mismo, los ataques de la bruja comenzaron a ser blancos, un rayo que rozaba la izquierda, otro su cabeza, su derecha, estaba claro que la puntería no era el punto fuerte de la mujer, no había más remedio, si Víctor quería salir de ese lugar, debía acabar con la joven de pelo negro.
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Puedes acabar con ella en un solo turno, pero el post debe finalizar dándole el golpe de gracia.
Othel
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Re: ¡Dios salve a la reina! [Quest][CERRADO]
Caminaba despacio hacia la misteriosa mujer, completamente convencido de que mis palabras habían logrado cuando menos confundirla; estuvo inmóvil por un corto periodo de tiempo que sirvió al menos para que Mathew lograra sacar a los niños del lugar; pero cuando estaba más cerca, a punto de alcanzarla, reaccionó violentamente resistiéndose a caer en mis mentiras -¡Oh, Oh!- Exclamé mientras la veía envolverse en un aura oscura que además la levantaba levemente en el aire mientras yo daba un par de volteretas hacia atrás hasta alcanzar las dagas que antes había dejado caer al suelo.
La situación había dado un giro inesperado, de manera repentina todo comenzaba a llenarse de una abrumadora oscuridad que al final no me permitía ver nada más allá de mis manos, incluso el suelo parecía haber desaparecido, y lo habría pensado de esa forma de no ser porque mis sentidos me indicaban que lo seguía pisando, no era solo atraparme en la oscuridad, sino además hacerme dudar de la realidad que percibían mis ojos; por si fuera poco los ataques de la mujer cambiaron a algo más letal, unos delgados y veloces rayos de luz blanca que aunque no llegaban a impactarme, sentía que bastaría solo con uno en el lugar indicado para acabar conmigo, así que retrocedí para al menos tener tiempo de reaccionar en caso que la mujer mejorara su puntería.
La mujer parecía convencida de que ganaría fácilmente de esa manera, pero la verdad es que estaba cambiando el juego para ponerlo todo a mi favor -Ese ha sido un gran error- Susurré con malicia -Yo soy oscuridad- El lugar era amplio y plano, un llano campo de flores multicolores que no supondría ningún problema para deslizarme por él incluso en medio de tal oscuridad, sonreí con malicia mientras cerraba mis ojos un instante para concentrarme y agudizar temporalmente mi sentido del oído [1] Corrí alrededor del último lugar donde había logrado verla, aunque al estar en el aire podría moverse sin que yo sintiera sus pasos, lo que me hacía bastante difícil ubicarla al menos hasta que lanzaba sus letales halos de luz.
Luego de evadir algunas de sus ráfagas me familiaricé con el casi imperceptible silbido que emitía cada vez que disparaba, y más aún, el leve sonido que producía al comenzar a generar cada rayo, ahora solo sería cuestión de acercarme y estar preparado para saltar hacia ella justo en el momento indicado, aunque pensarlo era más fácil que hacerlo; las ráfagas blancas pasaban cada vez más cerca, sin duda su puntería iba mejorando a cada rato, de seguir así se convertiría en una asesina precisa o yo acabaría por cansarme, necesitaba distraerla de alguna manera, mis pasos sobre el misterioso jardín le daban una idea de dónde me encontraba, pues claramente ella tampoco debería poder ver nada, así que en una astuta jugada lancé una de mis dagas hacia la izquierda de modo que el ruido que haría al caer simularía mis pasos llamando la atención de la bruja mientras yo por mi parte, me movería hacia el lado contrario.
Las dagas cayeron, una detrás de otra, ante lo cual la pelinegra reaccionó lanzando un par de ráfagas pero sin encontrar nada en esa dirección -¿Dónde te metiste?- Dijo la mujer mientras yo aprovechaba su momento de duda para acercarme a toda velocidad y tras un salto que la había tomado desprevenida dirigí la daga que quedaba en mis manos hasta incrustarla en un lado de su abdomen donde seguro le causaría una fuerte hemorragia, un grito ahogado de dolor me delató la posición exacta de su cabeza, así que dirigí un nuevo ataque con mi daga hacia su cuello con tal fuerza que la punta del arma saldría por el lado contrario dejando en el camino un desgarrador sonido de huesos rotos; solté entonces mi daga mientras me preparaba para caer de nuevo al piso -Fin del juego- Murmuré mientras esperaba haber acabado con ella ahora que me encontraba completamente desarmado.
La situación había dado un giro inesperado, de manera repentina todo comenzaba a llenarse de una abrumadora oscuridad que al final no me permitía ver nada más allá de mis manos, incluso el suelo parecía haber desaparecido, y lo habría pensado de esa forma de no ser porque mis sentidos me indicaban que lo seguía pisando, no era solo atraparme en la oscuridad, sino además hacerme dudar de la realidad que percibían mis ojos; por si fuera poco los ataques de la mujer cambiaron a algo más letal, unos delgados y veloces rayos de luz blanca que aunque no llegaban a impactarme, sentía que bastaría solo con uno en el lugar indicado para acabar conmigo, así que retrocedí para al menos tener tiempo de reaccionar en caso que la mujer mejorara su puntería.
La mujer parecía convencida de que ganaría fácilmente de esa manera, pero la verdad es que estaba cambiando el juego para ponerlo todo a mi favor -Ese ha sido un gran error- Susurré con malicia -Yo soy oscuridad- El lugar era amplio y plano, un llano campo de flores multicolores que no supondría ningún problema para deslizarme por él incluso en medio de tal oscuridad, sonreí con malicia mientras cerraba mis ojos un instante para concentrarme y agudizar temporalmente mi sentido del oído [1] Corrí alrededor del último lugar donde había logrado verla, aunque al estar en el aire podría moverse sin que yo sintiera sus pasos, lo que me hacía bastante difícil ubicarla al menos hasta que lanzaba sus letales halos de luz.
Luego de evadir algunas de sus ráfagas me familiaricé con el casi imperceptible silbido que emitía cada vez que disparaba, y más aún, el leve sonido que producía al comenzar a generar cada rayo, ahora solo sería cuestión de acercarme y estar preparado para saltar hacia ella justo en el momento indicado, aunque pensarlo era más fácil que hacerlo; las ráfagas blancas pasaban cada vez más cerca, sin duda su puntería iba mejorando a cada rato, de seguir así se convertiría en una asesina precisa o yo acabaría por cansarme, necesitaba distraerla de alguna manera, mis pasos sobre el misterioso jardín le daban una idea de dónde me encontraba, pues claramente ella tampoco debería poder ver nada, así que en una astuta jugada lancé una de mis dagas hacia la izquierda de modo que el ruido que haría al caer simularía mis pasos llamando la atención de la bruja mientras yo por mi parte, me movería hacia el lado contrario.
Las dagas cayeron, una detrás de otra, ante lo cual la pelinegra reaccionó lanzando un par de ráfagas pero sin encontrar nada en esa dirección -¿Dónde te metiste?- Dijo la mujer mientras yo aprovechaba su momento de duda para acercarme a toda velocidad y tras un salto que la había tomado desprevenida dirigí la daga que quedaba en mis manos hasta incrustarla en un lado de su abdomen donde seguro le causaría una fuerte hemorragia, un grito ahogado de dolor me delató la posición exacta de su cabeza, así que dirigí un nuevo ataque con mi daga hacia su cuello con tal fuerza que la punta del arma saldría por el lado contrario dejando en el camino un desgarrador sonido de huesos rotos; solté entonces mi daga mientras me preparaba para caer de nuevo al piso -Fin del juego- Murmuré mientras esperaba haber acabado con ella ahora que me encontraba completamente desarmado.
Off: [1] Uso mi habilidad de nivel 1: Silencio. Para ayudarme a combatir en la oscuridad ayudado por mi sentido del oído.
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Re: ¡Dios salve a la reina! [Quest][CERRADO]
La lucha se desarrolló de modo encarnizado, desde fuera, la burbuja de oscuridad que cubría a los contrincantes no era si no una cúpula negra, de la nada, un grito, y una luz estalló, dentro de esta burbuja de cristal negruzco.
Cuando la dama de pelo oscuro recibió el golpe de gracia, una tremenda luz blanca convirtió la cúpula en luz pura, y, como si de cristal se tratase, se rompió con un crujido fino, titilante, eso que había envuelto a los dos contrincantes se convirtió en un polvo brillante de miles de colores que parecían llover, cubriendo de luz colorada a los allí presentes, y, en el lugar donde había estado la bruja, se encontraba ahora una hermosa flor, un brote de pétalos entre rosados y blancos, que brillaban de modo tenue.
Con el polvo brillante que había bañado el prado transportado por el viento, el dragón desapareció, y el cancerbero, que tan aterrador había resultado, se transformó en un cachorro diminuto de orejas largas que esperaba fuera a que la persona a quien había tomado como amo apareciera para seguirle a saltitos, pisándose las orejitas, esperando que lo llevasen en brazos.
Por fin había acabado, ya solo quedaba que alguien preparase el antídoto y todo habría acabado.
El doctor, con los niños en brazos, a punto de llorar, se asomó a comprobar que ya no había dragón alguno, y, sacó de allí a los pequeños, que, al ver al perrito, perdieron las lágrimas, y preguntaron por su madre.
*
- Felicidades, has derrotado a la bruja, como pediste en mp, te concedo un remedio para que la maldición de Dalorian disminuya, pero será necesario fabricar el antídoto, recoge la flor, es lo que necesitas.
- El cachorrito es tuyo, cuídalo bien, no tiene propiedades mágicas, pero es adorable.
Cuando la dama de pelo oscuro recibió el golpe de gracia, una tremenda luz blanca convirtió la cúpula en luz pura, y, como si de cristal se tratase, se rompió con un crujido fino, titilante, eso que había envuelto a los dos contrincantes se convirtió en un polvo brillante de miles de colores que parecían llover, cubriendo de luz colorada a los allí presentes, y, en el lugar donde había estado la bruja, se encontraba ahora una hermosa flor, un brote de pétalos entre rosados y blancos, que brillaban de modo tenue.
Con el polvo brillante que había bañado el prado transportado por el viento, el dragón desapareció, y el cancerbero, que tan aterrador había resultado, se transformó en un cachorro diminuto de orejas largas que esperaba fuera a que la persona a quien había tomado como amo apareciera para seguirle a saltitos, pisándose las orejitas, esperando que lo llevasen en brazos.
Por fin había acabado, ya solo quedaba que alguien preparase el antídoto y todo habría acabado.
El doctor, con los niños en brazos, a punto de llorar, se asomó a comprobar que ya no había dragón alguno, y, sacó de allí a los pequeños, que, al ver al perrito, perdieron las lágrimas, y preguntaron por su madre.
- Flor y cachorro:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
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- Felicidades, has derrotado a la bruja, como pediste en mp, te concedo un remedio para que la maldición de Dalorian disminuya, pero será necesario fabricar el antídoto, recoge la flor, es lo que necesitas.
- El cachorrito es tuyo, cuídalo bien, no tiene propiedades mágicas, pero es adorable.
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Re: ¡Dios salve a la reina! [Quest][CERRADO]
Tras asestar la letal puñalada caí al piso rodando un par de veces en el piso que apareció repentinamente al ser bañado en una gran luz que casi me deja ciego, me cubrí los ojos con ambas manos y al abrirlos de nuevo, una lluvia de destellos multicolor caía desde todos lados, al mirar atrás en busca del cuerpo de la pelinegra no encontré nada más que una hermosa flor, diferente incluso a todas las que me rodeaban, me agaché con cuidado para tomar la hermosa flor y salir de ese lugar, pero no sin antes tomar mi daga del suelo y algunas otras flores que me parecieron intrigantes.
Al salir hacia el túnel que llevaba a la entrada de la cueva contemplé con asombro que el enorme dragón había desaparecido; avancé de prisa hasta la salida donde estaban esperándome los niños junto al doctor y un pequeño cachorro que corría hacia mí con ternura tropezándose con las orejas a cada instante, caminé hacia los niños ignorando por completo al cachorro que se estrellaba contra mi pierna izquierda a cada rato -¿Qué pasó con el enorme perro de tres cabezas?- Pregunté con rostro de duda, a lo que el doctor me respondió lanzando una mirada al orejón que correteaba entre mis piernas -El dragón desapareció y el gran perro pues...- Se encogió de hombros mientras yo tomaba al pequeño perrito por una pata y lo levantaba para verlo mejor; dejé salir una espontánea risa al ver en lo que se había convertido el animal, luego lo dejé en el piso a su suerte mientras me iba con los niños que ya comenzaban a preguntar por su madre.
Nos alejamos hasta que los dulces gemidos del perrito me detuvieron a causa de un poderoso remordimiento, no podía dejar al cachorro solo en ese lugar, pero si lo hacía venir tardaríamos mucho, así que lo tomé con una mano y lo llevé cargado hasta nuestro destino, la casa de James en el pequeño poblado.
Al llegar, los gritos de alegría de los niños sacaron algunas lágrimas de felicidad de la anciana, sin embargo, aún no habíamos terminado, tras dejar al cachorro en el piso de la casa, me acerqué a la anciana para darle las flores que había conseguido traer, entre ellas la que había quedado al desaparecer la pelinegra -Con esto, tal vez se podría preparar un antídoto para despertar a los dormidos- Dije mientras colocaba las flores sobre la mesa, dejando en el centro a la más especial que seguro llamaría la atención de la anciana -Me han dicho que usted sabe algo de pociones y venenos, tal vez pueda crear algo para despertar a Trice, pero hay más personas afectadas en la aldea- La miré con ojos suplicantes -¿Sería posible preparar más de una poción?- Pregunté mientras apoyaba mis manos en la mesa esperando su respuesta...
Al salir hacia el túnel que llevaba a la entrada de la cueva contemplé con asombro que el enorme dragón había desaparecido; avancé de prisa hasta la salida donde estaban esperándome los niños junto al doctor y un pequeño cachorro que corría hacia mí con ternura tropezándose con las orejas a cada instante, caminé hacia los niños ignorando por completo al cachorro que se estrellaba contra mi pierna izquierda a cada rato -¿Qué pasó con el enorme perro de tres cabezas?- Pregunté con rostro de duda, a lo que el doctor me respondió lanzando una mirada al orejón que correteaba entre mis piernas -El dragón desapareció y el gran perro pues...- Se encogió de hombros mientras yo tomaba al pequeño perrito por una pata y lo levantaba para verlo mejor; dejé salir una espontánea risa al ver en lo que se había convertido el animal, luego lo dejé en el piso a su suerte mientras me iba con los niños que ya comenzaban a preguntar por su madre.
Nos alejamos hasta que los dulces gemidos del perrito me detuvieron a causa de un poderoso remordimiento, no podía dejar al cachorro solo en ese lugar, pero si lo hacía venir tardaríamos mucho, así que lo tomé con una mano y lo llevé cargado hasta nuestro destino, la casa de James en el pequeño poblado.
Al llegar, los gritos de alegría de los niños sacaron algunas lágrimas de felicidad de la anciana, sin embargo, aún no habíamos terminado, tras dejar al cachorro en el piso de la casa, me acerqué a la anciana para darle las flores que había conseguido traer, entre ellas la que había quedado al desaparecer la pelinegra -Con esto, tal vez se podría preparar un antídoto para despertar a los dormidos- Dije mientras colocaba las flores sobre la mesa, dejando en el centro a la más especial que seguro llamaría la atención de la anciana -Me han dicho que usted sabe algo de pociones y venenos, tal vez pueda crear algo para despertar a Trice, pero hay más personas afectadas en la aldea- La miré con ojos suplicantes -¿Sería posible preparar más de una poción?- Pregunté mientras apoyaba mis manos en la mesa esperando su respuesta...
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Re: ¡Dios salve a la reina! [Quest][CERRADO]
La llegada de los dos hombres con los pequeños supuso una inmensa alegría para los allí presentes, la anciana, de carácter arisco, soltó una lagrimilla y abrazó a sus nietos, que, con unas sonrisas dulcisimas, corrieron a abrazar a su abuela. Que, en cuanto los tuvo cerca, ya más tranquila, asintió ante las palabras del joven que había conseguido la cura para su muchacha.
Sin perder un solo instante, dejó que los niños corrieran hasta el cuarto donde su padre aun seguía guardando a la mujer de cabellos dorados, y que, al ver a los niños, vio disminuir el enorme peso que tenía en el pecho, intentando no llorar, abrazó a sus hijos y les hizo guardar silencio, mientras esperaban la cura.
La mujer, a quien sendas arrugas surcaban su rostro, ya había empezado a preparar la cura. Sin embargo, advirtió al hombre que solo parte de las curas sería total, ya que los pétalos interiores eran los más efectivos, aquellos que se alejaban del centro de la flor, tenían siempre menor efecto.
Con rapidez, mediante hervidores y mezclas extrañas que soltaban humo de mil colores, creó tres botes, uno rosado, que sería para su hija, uno más grande, que serviría para el resto del pueblo dormido y, finalmente, uno azul, que sería una reserva por si alguien a quien no había visto o no conocía también había sido presa del sueño.
Cuando todo estuvo listo, lo dejó enfriar y corrió al cuarto de su hija, en cuanto la medicina llegó a su garganta, la joven pestañeó abriendo, por fin, los ojos, niños y marido se lanzaron a abrazarla, una familia había vuelto a unirse.
Dejando atrás la idílica escena, la mujer salió y dio un trago de la botella grande a todo el que se encontraba, hasta dejarla, finalmente, seca, el pueblo empezaba a despertar del profundo sueño en el que la habían sumergido. Sin embargo, cuando se acercó al lugar donde solía instalarse el mercado, vio a alguien tumbado junto al pozo, el maleducado del principio de la noche.
- Toma, la azul es para tu amigo, aunque no tendrá el mismo efecto que las ya usadas.- previno- ¿qué ha sido de Elise? Esa chica...- murmuró intuyendo lo que podían decirle.
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· Llega el final, explícale a la mujer lo sucedido, y dale el antídoto a Dalorian.
· Como dije, los sintomas se atenuarán, pero sigue teniendo la maldición.
· Dalorian, debes hacer un último post tras Bio narrando tu despertar y tu partida.
Sin perder un solo instante, dejó que los niños corrieran hasta el cuarto donde su padre aun seguía guardando a la mujer de cabellos dorados, y que, al ver a los niños, vio disminuir el enorme peso que tenía en el pecho, intentando no llorar, abrazó a sus hijos y les hizo guardar silencio, mientras esperaban la cura.
La mujer, a quien sendas arrugas surcaban su rostro, ya había empezado a preparar la cura. Sin embargo, advirtió al hombre que solo parte de las curas sería total, ya que los pétalos interiores eran los más efectivos, aquellos que se alejaban del centro de la flor, tenían siempre menor efecto.
Con rapidez, mediante hervidores y mezclas extrañas que soltaban humo de mil colores, creó tres botes, uno rosado, que sería para su hija, uno más grande, que serviría para el resto del pueblo dormido y, finalmente, uno azul, que sería una reserva por si alguien a quien no había visto o no conocía también había sido presa del sueño.
Cuando todo estuvo listo, lo dejó enfriar y corrió al cuarto de su hija, en cuanto la medicina llegó a su garganta, la joven pestañeó abriendo, por fin, los ojos, niños y marido se lanzaron a abrazarla, una familia había vuelto a unirse.
Dejando atrás la idílica escena, la mujer salió y dio un trago de la botella grande a todo el que se encontraba, hasta dejarla, finalmente, seca, el pueblo empezaba a despertar del profundo sueño en el que la habían sumergido. Sin embargo, cuando se acercó al lugar donde solía instalarse el mercado, vio a alguien tumbado junto al pozo, el maleducado del principio de la noche.
- Toma, la azul es para tu amigo, aunque no tendrá el mismo efecto que las ya usadas.- previno- ¿qué ha sido de Elise? Esa chica...- murmuró intuyendo lo que podían decirle.
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· Llega el final, explícale a la mujer lo sucedido, y dale el antídoto a Dalorian.
· Como dije, los sintomas se atenuarán, pero sigue teniendo la maldición.
· Dalorian, debes hacer un último post tras Bio narrando tu despertar y tu partida.
Última edición por Othel el Dom Nov 01 2015, 09:42, editado 2 veces
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Re: ¡Dios salve a la reina! [Quest][CERRADO]
La llegada de los niños a la casa había sido digna del final de un cuento, los pequeños hicieron cambiar el rostro de la anciana pero más aún, el de su padre quien rebosó de alegría a pesar de que su esposa aún dormía, sin embargo su felicidad estaría completa muy pronto, pues la anciana aceptó preparar la poción para despertar no solo a la bella durmiente sino también a otras personas que habían caído bajo el efecto de aquella misteriosa niebla, aunque bajo la advertencia de que tal vez no alcanzaría para todos, o no tendría el mismo efecto.
Esperamos durante un rato hasta que por fin estuvo todo listo. Tres botes de diferentes colores fueron preparados por la anciana, el más concentrado sería para su hija, mientras que una parte más básica serviría para el resto de la aldea, y finalmente una dosis pequeña que me podría llevar para cualquier caso de emergencia. La primera en tomarlo fue la hermosa Trice, quien lentamente comenzó a abrir los ojos haciendo que los pequeños gritaran eufóricos de alegría ante las lágrimas de felicidad que dejaba escapar James; sin embargo, no todo había terminado, era necesario ayudar a las personas de la aldea, la anciana se dispuso a salir ella misma con las pociones que quedaban para eliminar todo efecto de sueño.
Acompañé a la anciana a recorrer una parte del pueblo, la ayuda del pequeño y molesto niño de antes, resultó ser muy útil, pues sabía de todos los que habían sido afectados por la niebla y nos guió rápidamente aunque al llegar a donde se encontraba Dalorian, ya se había terminado la poción grande y solo quedaba la dosis pequeña que resultaría menos efectiva -Elise...- Dije para luego hacer una pausa mientras me agachaba para llevar la poción hasta la boca de Dalorian y dejarla caer esperando a que en su estado pudiera tragarla; la poción casi se esfumó de inmediato, tal vez era menos de la que parecía, pero aunque algunas pequeñas gotas se habían derramado, la mayoría del líquido parecía viajar por su garganta, o al menos me daba esa impresión -Elise es toda una historia- Dije mientras me levantaba -El deseo que sentía hacia James, no desapareció, solo lo escondió un tiempo...- Intenté buscar una manera de que sus actos no sonaran tan horribles pero no existía esa manera -No podía soportar que James fuera feliz con alguien más y trató de romperlo todo, pero ahora se ha ido y no volverá a molestar- Suspiré tras decir eso, pues era uno de los oponentes más formidables que había tenido, además de hermosa, pero el destino es un amo caprichoso.
No alcancé a esperar a que Dalorian despertara, no sabría qué tan bien le haría efecto la poción, pues la luz del día no demoraría mucho y debía buscar un refugio -Gracias por todo- Le dije a la anciana dispuesto a marcharme -Despídame de James y los niños- Le pedí con una sonrisa pero antes de marcharme escuché el sonido que me acompañaría por un largo rato, el pequeño cachorro venía a toda prisa seguido por los niños que deseaban despedirme, tomé al perrito en mis brazos y tras despedirme de los pequeños agitando mi mano hacia los lados, me di media vuelta dispuesto a marcharme del lugar.
Esperamos durante un rato hasta que por fin estuvo todo listo. Tres botes de diferentes colores fueron preparados por la anciana, el más concentrado sería para su hija, mientras que una parte más básica serviría para el resto de la aldea, y finalmente una dosis pequeña que me podría llevar para cualquier caso de emergencia. La primera en tomarlo fue la hermosa Trice, quien lentamente comenzó a abrir los ojos haciendo que los pequeños gritaran eufóricos de alegría ante las lágrimas de felicidad que dejaba escapar James; sin embargo, no todo había terminado, era necesario ayudar a las personas de la aldea, la anciana se dispuso a salir ella misma con las pociones que quedaban para eliminar todo efecto de sueño.
Acompañé a la anciana a recorrer una parte del pueblo, la ayuda del pequeño y molesto niño de antes, resultó ser muy útil, pues sabía de todos los que habían sido afectados por la niebla y nos guió rápidamente aunque al llegar a donde se encontraba Dalorian, ya se había terminado la poción grande y solo quedaba la dosis pequeña que resultaría menos efectiva -Elise...- Dije para luego hacer una pausa mientras me agachaba para llevar la poción hasta la boca de Dalorian y dejarla caer esperando a que en su estado pudiera tragarla; la poción casi se esfumó de inmediato, tal vez era menos de la que parecía, pero aunque algunas pequeñas gotas se habían derramado, la mayoría del líquido parecía viajar por su garganta, o al menos me daba esa impresión -Elise es toda una historia- Dije mientras me levantaba -El deseo que sentía hacia James, no desapareció, solo lo escondió un tiempo...- Intenté buscar una manera de que sus actos no sonaran tan horribles pero no existía esa manera -No podía soportar que James fuera feliz con alguien más y trató de romperlo todo, pero ahora se ha ido y no volverá a molestar- Suspiré tras decir eso, pues era uno de los oponentes más formidables que había tenido, además de hermosa, pero el destino es un amo caprichoso.
No alcancé a esperar a que Dalorian despertara, no sabría qué tan bien le haría efecto la poción, pues la luz del día no demoraría mucho y debía buscar un refugio -Gracias por todo- Le dije a la anciana dispuesto a marcharme -Despídame de James y los niños- Le pedí con una sonrisa pero antes de marcharme escuché el sonido que me acompañaría por un largo rato, el pequeño cachorro venía a toda prisa seguido por los niños que deseaban despedirme, tomé al perrito en mis brazos y tras despedirme de los pequeños agitando mi mano hacia los lados, me di media vuelta dispuesto a marcharme del lugar.
Bio
Aerandiano de honor
Aerandiano de honor
Cantidad de envíos : : 2016
Nivel de PJ : : 10
Re: ¡Dios salve a la reina! [Quest][CERRADO]
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*El guerrero observa una marea verde que lo cubre todo, que le rodea y aparece de la nada, sin embargo, no puede hacer nada, de pronto... todo es de un color, luego... la oscuridad*.
...
Dal' abre sus ojos lentamente y lo primero que ve es el cielo un poco claro, casi iba a amanecer, sentía una gran fatiga, ademas de una gran sed, estaba debilitado y... un sabor extraño en su boca, como esas aguas con hierbas.
Se levantó con un dolor de cabeza, sacudió su armadura, miro a su alrededor y no veía a un ser afuera, todo era confuso, "¿Me habré dormido?, ¿Me habrán golpeado?" era lo que se cuestionaba, pero estaba bien, y vivo.
Caminó por el lugar y pasó por fuera de la casa de la que le habían sacado, miró su puerta, se sentía diferente, y en ella, sentía...paz. No quiso entrar, aquella familia había tomado su decisión, el la suya, quería preguntar que había pasado, quería buscar a los niños, pero decidió preguntar a otras personas de las cercanías.
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Dando paso a un cruce, salió un tipo de la iglesia, este le miró y le dijo — Oh!, así que te levantaste.—, Dalorian quedo sorprendido, —Hola, ¿me viste tirado en el suelo? —,— Si, eeh...— ,dudo el hombre en que decir y Dal' le pregunto, — ¿Y por qué nadie ayudó?, ¿Qué me pasó? —,el otro tipo le miró nervioso. — Fue la niebla amigo...pensé, que era contagiosa, no quería tocarte ni a las personas que quedaron dormidas —, — ¿Una niebla? —, — Si, me dijeron que era verde, yo solo sentí al señor entrar y que me dijo que sellase toda la iglesia, así que corrí y lo hice, nunca la vi, pero durmió a varios, una señora que vive junto a la plaza me dijo que le dieron el antídoto a la mayoría, y lo mejor de todo es que la reina esta bien y también sus hijos jeh. — dijo el hombre contento. Dalo' sintió un alivio, ya estaba todo resuelto, seguro el otro tipo había hecho el trabajo o alguien mas, esta vez Dal' no tuvo suerte, pero estaban todos bien. — Gracias por contármelo, que bueno saber que esta todo bien, he de marcharme, un gusto. —, — Si!, pásate por aquí si es que estas de camino, nuestra cosecha es la mejor! —, el hombre se despidió alegre y Dal' asintió sonriendo con su cabeza, camino entre las granjas que destellaban entre el amanecer, divisó un gran molino de madera, era una hermosa vista, el guerrero seguía su senda y retornaba a lunargenta.
*El guerrero observa una marea verde que lo cubre todo, que le rodea y aparece de la nada, sin embargo, no puede hacer nada, de pronto... todo es de un color, luego... la oscuridad*.
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Dal' abre sus ojos lentamente y lo primero que ve es el cielo un poco claro, casi iba a amanecer, sentía una gran fatiga, ademas de una gran sed, estaba debilitado y... un sabor extraño en su boca, como esas aguas con hierbas.
Se levantó con un dolor de cabeza, sacudió su armadura, miro a su alrededor y no veía a un ser afuera, todo era confuso, "¿Me habré dormido?, ¿Me habrán golpeado?" era lo que se cuestionaba, pero estaba bien, y vivo.
Caminó por el lugar y pasó por fuera de la casa de la que le habían sacado, miró su puerta, se sentía diferente, y en ella, sentía...paz. No quiso entrar, aquella familia había tomado su decisión, el la suya, quería preguntar que había pasado, quería buscar a los niños, pero decidió preguntar a otras personas de las cercanías.
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Dando paso a un cruce, salió un tipo de la iglesia, este le miró y le dijo — Oh!, así que te levantaste.—, Dalorian quedo sorprendido, —Hola, ¿me viste tirado en el suelo? —,— Si, eeh...— ,dudo el hombre en que decir y Dal' le pregunto, — ¿Y por qué nadie ayudó?, ¿Qué me pasó? —,el otro tipo le miró nervioso. — Fue la niebla amigo...pensé, que era contagiosa, no quería tocarte ni a las personas que quedaron dormidas —, — ¿Una niebla? —, — Si, me dijeron que era verde, yo solo sentí al señor entrar y que me dijo que sellase toda la iglesia, así que corrí y lo hice, nunca la vi, pero durmió a varios, una señora que vive junto a la plaza me dijo que le dieron el antídoto a la mayoría, y lo mejor de todo es que la reina esta bien y también sus hijos jeh. — dijo el hombre contento. Dalo' sintió un alivio, ya estaba todo resuelto, seguro el otro tipo había hecho el trabajo o alguien mas, esta vez Dal' no tuvo suerte, pero estaban todos bien. — Gracias por contármelo, que bueno saber que esta todo bien, he de marcharme, un gusto. —, — Si!, pásate por aquí si es que estas de camino, nuestra cosecha es la mejor! —, el hombre se despidió alegre y Dal' asintió sonriendo con su cabeza, camino entre las granjas que destellaban entre el amanecer, divisó un gran molino de madera, era una hermosa vista, el guerrero seguía su senda y retornaba a lunargenta.
Dalorian
Honorable
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Nivel de PJ : : 0
Re: ¡Dios salve a la reina! [Quest][CERRADO]
Felicidades, habéis acabado la quest con éxito.
Como indicó Bio, he cambiado mi fallo de los 4 tarros, despiste master, siento si llevó a confusión.
Por otro lado.
3 puntos de experiencia a Dalorian
21 puntos de experiencia para Bio
3 puntos de habilidad pasiva para Bio en Conocimiento antiguo
* Bio obtiene los 550 aeros.
* Dalorian, tu maldición se ha reducido, ya no afectará todos tus temas, unicamente 1 de cada 3.
*No olvideis pedir los puntos en los apartados correspondientes y registrar los objetos. En tu caso, Bio, con el perro, te recomiendo hacer una ficha de npj.
Como indicó Bio, he cambiado mi fallo de los 4 tarros, despiste master, siento si llevó a confusión.
Por otro lado.
3 puntos de experiencia a Dalorian
21 puntos de experiencia para Bio
3 puntos de habilidad pasiva para Bio en Conocimiento antiguo
* Bio obtiene los 550 aeros.
* Dalorian, tu maldición se ha reducido, ya no afectará todos tus temas, unicamente 1 de cada 3.
*No olvideis pedir los puntos en los apartados correspondientes y registrar los objetos. En tu caso, Bio, con el perro, te recomiendo hacer una ficha de npj.
Othel
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