La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
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Había ya pasado un tiempo desde que tuve mi primera misión del gremio, aquella en la cuál tuve el placer de trabajar con tres miembros muy agradables, pero aunque logramos el objetivo dejamos atrás a un gran miembro del gremio, Pelusa, en realidad no era miembro oficial pero para mí significó mucho su apoyo en todas mi últimas aventuras. Desde que mi papá se fue podría decirse que me volví insensible a ciertas cosas, no tenía miedo a que me hicieran daño o preocupaciones por algo que no fuese yo misma, pero esa pequeña bola de pelos me daba aquello que me estuvo faltando por tanto tiempo, un motivo por el cuál luchar. A lo mejor me lo tomé de una manera muy dramática, pero eso era lo que realmente significaba para mí, además de la felicidad de tener un amiguito y muñeco en ciertas ocasiones de ocio. Perderlo había causado en mí un estado de luto, no había salido mucho ni hecho grandes cosas, mi forma de ver el mundo era un poco más fría y mi entrenamiento se intensifico, ya había perdido a dos seres queridos y no estaba segura si podía aguantar a un tercero. No había hablado mucho desde que volví de aquella misión, sólo me limitaba a abrir la boca para maldecir o criticar mis métodos y habilidades para proceder en mis asuntos. Pero la esperanza se abrió ante mis ojos cuando recibí una carta del gremio asignándome una nueva misión, una en donde involucraba directamente a mi peludo amigo y otro objeto en vigilancia. La carta explicaba muy explícitamente que en el pueblo de Vulwulfar, en la parte oriental me encontraría con una mansión con estandarte azul y una rosa roja, ahí estaría todo lo que buscaba.
A pesar de que fuera una misión de gremio e incluso me hayan asignado un compañero aquello iba mucho más allá, realmente era un asunto muy personal y esperaba que mis sentimientos no se vieran cegados a la hora de tomar decisiones dentro de la mansión, así que acepté con receptividad el hecho de tener a alguien que me pudiese mantener controlada. Me comuniqué en cuanto pude con mi compañero y nos pusimos de acuerdo para encontrarnos en un pequeño establo del pueblo en la tarde, cuadrar con cuidado los movimientos que realizaríamos y prepararnos para un asalto nocturno, pero como sería de esperarse mis intenciones no estaban en sólo entrar, simplemente no podía fallar, tenía una ambición muy grande por esa mansión.
Llegué al pueblo lo más rápido que pude, es decir, a penas me llegó la carta y armé mis herramientas; me dirigí al pueblo para ambientarme un poco, quería pasear de vez en cuando por casualidad en las zonas orientales y siempre manteniéndome al margen del sigilo, no me resultaba muy conveniente que sospecharan y no pretendía darles alguna razón. Mi equipaje llevaba dos franelas de distinto color, dos pantalones, dos suéteres y un par de botas, jugaría haciendo combinaciones para no crear sospechas, de armas mantenía mis agujas en mi cinturón, un cuchillo en mi bota, mi arco con 25 flechas y el guante que me había obsequiado Eco, eso sería suficiente para derribar lo que se me pusiera al frente, tenía un muy buen motivo.
El día del encuentro con Zack había llegado, así que me dispuse con una franela sencilla y llevaba de arma sólo mi cuchillo en la bota, no quería crear mala imagen, porque antes de verme con el ladrón quería pasar descaradamente a la mansión sólo para ver si la habitaba alguien y rogar por tener la oportunidad de adentrarme, para así poder estudiar su estructura interna, sólo necesitaría mis habilidades diplomáticas, mi ternura de niña y el ambiente lluvioso que me había generado un pequeño “resfriado”.
A pesar de que fuera una misión de gremio e incluso me hayan asignado un compañero aquello iba mucho más allá, realmente era un asunto muy personal y esperaba que mis sentimientos no se vieran cegados a la hora de tomar decisiones dentro de la mansión, así que acepté con receptividad el hecho de tener a alguien que me pudiese mantener controlada. Me comuniqué en cuanto pude con mi compañero y nos pusimos de acuerdo para encontrarnos en un pequeño establo del pueblo en la tarde, cuadrar con cuidado los movimientos que realizaríamos y prepararnos para un asalto nocturno, pero como sería de esperarse mis intenciones no estaban en sólo entrar, simplemente no podía fallar, tenía una ambición muy grande por esa mansión.
Llegué al pueblo lo más rápido que pude, es decir, a penas me llegó la carta y armé mis herramientas; me dirigí al pueblo para ambientarme un poco, quería pasear de vez en cuando por casualidad en las zonas orientales y siempre manteniéndome al margen del sigilo, no me resultaba muy conveniente que sospecharan y no pretendía darles alguna razón. Mi equipaje llevaba dos franelas de distinto color, dos pantalones, dos suéteres y un par de botas, jugaría haciendo combinaciones para no crear sospechas, de armas mantenía mis agujas en mi cinturón, un cuchillo en mi bota, mi arco con 25 flechas y el guante que me había obsequiado Eco, eso sería suficiente para derribar lo que se me pusiera al frente, tenía un muy buen motivo.
El día del encuentro con Zack había llegado, así que me dispuse con una franela sencilla y llevaba de arma sólo mi cuchillo en la bota, no quería crear mala imagen, porque antes de verme con el ladrón quería pasar descaradamente a la mansión sólo para ver si la habitaba alguien y rogar por tener la oportunidad de adentrarme, para así poder estudiar su estructura interna, sólo necesitaría mis habilidades diplomáticas, mi ternura de niña y el ambiente lluvioso que me había generado un pequeño “resfriado”.
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OffRol
Es una misión libre, sería interesante que alguien participara pero siempre que pueda contestar cada 48h max, pero advierto que es supervisada por un master roba Pelusas y que para Maguita es un tema muy personal como para andar con jueguitos. Si crees tener lo necesario para esto... Bienvenido.
OffRol
- Carta con indicaciones:
- Saludos pequeña ladrona.
Varios de tus compañeros de las sombras han localizado dónde tienen retenida a tu mascota, este tipo de situaciones no suelen ser una prioridad para el gremio pero sabemos lo mucho que te preocupa el destino del animal que siempre te acompaña y, de paso, podrías conseguir otro objeto que sabemos que vigilan allí.
Dirígete a Vulwulfar, una vez allí busca, en la parte oriental de la ciudad, una mansión en la que ondea un estandarte azul con una rosa roja. Por lo que sabemos, tu mascota se encuentra en el sótano. El objeto que pretendemos que encuentres, está en el ático.
Recibirás apoyo de un compañero del gremio, responde al nombre de Zack.
Suerte
Es una misión libre, sería interesante que alguien participara pero siempre que pueda contestar cada 48h max, pero advierto que es supervisada por un master roba Pelusas y que para Maguita es un tema muy personal como para andar con jueguitos. Si crees tener lo necesario para esto... Bienvenido.
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
Acercarme a la casa iba a complicarse bastante, los dueños eran una familia con mucho dinero y más seguridad de la que realmente pudiese cruzar con facilidad. La idea de niña llorona y enferma para entrar a investigar la casa no iba a funcionar muy bien, pedir un baño tampoco era una opción creíble -¡Piensa, Piensa, Piensa!- me repetía para forzar alguna idea. La extraña pero interesante opción de ser una niña vendedora de galletas se me cruzó por la cabeza, sin embargo no sabía en donde conseguir galletas en ese poblado, por unos minutos estuve meditando en donde buscar algunas pero al final me rendí.
-¡Soy yo!- dije dirigiéndome a la mansión -A improvisar se ha dicho-
La mansión tenía tres pisos, ornamentadas escaleras blancas y con diseño bastante estilizado, estructuras puntiagudas por todos lados, poseía puertas y ventanas hechas con diseños de cristal y madera, pero la decoración más interesante eran los guardias de seguridad, ya que dentro del recinto habían muchos objetos de valor, o por lo menos esa era la explicación que daba la gente del pueblo. Había averiguado que antes tenían muchos problemas por robos, pero desde que pusieron guardias de distintas razas bien pagadas en la entrada son muy pocos los que intentan adentrarse y tomar lo que no es suyo -Que lastima que sean ellos los que tienen algo mio- pensé con un poco de rabia.
Me acerqué a las escaleras con mucha seguridad y naturalidad, saludé al primer guardia con una sonrisa y seguí de largo, pero no logré subir el segundo escalón ya que su brazo me detuvo. -¿A dónde cree que va señorita?- preguntó el joven de forma amable pero sin ser muy flexible.
-Voy a mi casa, pero por aquí hay un atajo- dije como si fuese una escusa realmente convincente y le piqué el ojo al hombre.
-Creo que es la peor escusa que he escuchado en mi vida- dijo en tono serio y haciendo que retrocediera bajando el primer escalón.
-¿Por intentarlo no me dan un premio de consolación?- sonreí con aire infantil, pero la cara del hombre se arrugo, no tuvo que decir mucho para entender que no habría ningún premio para mí, así que necesitaba otra estrategia -¿Cuanto le pagan? Hace usted un muy buen trabajo por aquí- adulé al guardia, aunque enseguida hizo un carraspeo con su garganta de clara desaprobación. Terminé por posicionarme totalmente fuera de la casa, el señor había conseguido que mis atrevidos pies se separaran de la propiedad y fue cuando la expresión de mi rostro se vio frustrada. Suspiré el aire de la derrota, hasta los momentos la casa estaba ganando uno a cero a su favor, pero no soy de rendirme tan fácil -¿A qué hora sales lindura?- le pregunté de forma picarona como última instancia y la reacción del guardia fue bastante buena desde mi punto de vista, al menos mi comentario le había dado gracia pero terminó por llevarme halada por el brazo lejos de la mansión.
-Eres agradable pero no eres mi tipo- dijo de forma seria -Si te vuelvo a ver aunque sea cerca de la mansión no seré tan amable- me amenazó mostrándome sus garras retráctiles, yo asentí con la cabeza sin demostrar mucho miedo, porque en realidad no me sentía amenazada por él y me despedí de forma amigable y sonriente con la mano.
-¡Soy yo!- dije dirigiéndome a la mansión -A improvisar se ha dicho-
La mansión tenía tres pisos, ornamentadas escaleras blancas y con diseño bastante estilizado, estructuras puntiagudas por todos lados, poseía puertas y ventanas hechas con diseños de cristal y madera, pero la decoración más interesante eran los guardias de seguridad, ya que dentro del recinto habían muchos objetos de valor, o por lo menos esa era la explicación que daba la gente del pueblo. Había averiguado que antes tenían muchos problemas por robos, pero desde que pusieron guardias de distintas razas bien pagadas en la entrada son muy pocos los que intentan adentrarse y tomar lo que no es suyo -Que lastima que sean ellos los que tienen algo mio- pensé con un poco de rabia.
Me acerqué a las escaleras con mucha seguridad y naturalidad, saludé al primer guardia con una sonrisa y seguí de largo, pero no logré subir el segundo escalón ya que su brazo me detuvo. -¿A dónde cree que va señorita?- preguntó el joven de forma amable pero sin ser muy flexible.
-Voy a mi casa, pero por aquí hay un atajo- dije como si fuese una escusa realmente convincente y le piqué el ojo al hombre.
-Creo que es la peor escusa que he escuchado en mi vida- dijo en tono serio y haciendo que retrocediera bajando el primer escalón.
-¿Por intentarlo no me dan un premio de consolación?- sonreí con aire infantil, pero la cara del hombre se arrugo, no tuvo que decir mucho para entender que no habría ningún premio para mí, así que necesitaba otra estrategia -¿Cuanto le pagan? Hace usted un muy buen trabajo por aquí- adulé al guardia, aunque enseguida hizo un carraspeo con su garganta de clara desaprobación. Terminé por posicionarme totalmente fuera de la casa, el señor había conseguido que mis atrevidos pies se separaran de la propiedad y fue cuando la expresión de mi rostro se vio frustrada. Suspiré el aire de la derrota, hasta los momentos la casa estaba ganando uno a cero a su favor, pero no soy de rendirme tan fácil -¿A qué hora sales lindura?- le pregunté de forma picarona como última instancia y la reacción del guardia fue bastante buena desde mi punto de vista, al menos mi comentario le había dado gracia pero terminó por llevarme halada por el brazo lejos de la mansión.
-Eres agradable pero no eres mi tipo- dijo de forma seria -Si te vuelvo a ver aunque sea cerca de la mansión no seré tan amable- me amenazó mostrándome sus garras retráctiles, yo asentí con la cabeza sin demostrar mucho miedo, porque en realidad no me sentía amenazada por él y me despedí de forma amigable y sonriente con la mano.
- Mansión:
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- Mansión con el súper Photoshop de Maguita:
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Magazubi
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
Ya no podía seguir perdiendo el tiempo, era la hora de encontrarme con Zack, uno de los integrantes del gremio que tenía ya varias experiencias en el mismo y por sus rasgos faciales no parecía un hombre fácil, de esos que se rinden a la primera(1). Primera vez que lo veía, así que quise portarme de la mejor manera frente a él para crear una buena primera impresión.
Al llegar al establo que sería nuestro punto de encuentro me percaté de que nadie me estuviese siguiendo o estuviese muy cerca, íbamos a entrar en una casa de suma importancia y eso era un tema que no se podía hablar a la ligera gritándolo por un parque.
-Buenas tardesitas casi noches- le dije a un hombre estirando mi mano -¿Listo para el ataque y el pum pow kpush?- sonreí amablemente aunque no recibí la misma señal del señor y fue que me di cuenta de que era la persona equivocada -Ups- apreté mis dientes y forcé una sonrisa -... me refería a la guerra de agua que voy a tener con unos amigos- dije dando media vuelta y mirando hacía el horizonte -¿En serio? ¿Guerra de agua?- pensé caminando hacia otra dirección para buscar al verdadero Zack, pero no logré visualizar a otra persona cerca del establo.
-Me encanta tu sigilo, no sé cómo perteneces al gremio siendo tan discreta- dijo una voz que provenía de las sombras de una de las casillas para caballos.
-Eso es lo que todos piensan. Nadie se imaginaría que pertenezco a un grupo como este- volteé para buscar la silueta del hombre entre la oscuridad aunque no fue tan difícil cuando salió de la casilla.
Al parecer mi respuesta había complacido la curiosidad del hombre porque no preguntó más nada al respecto y se dejó ver por completo, yo acepté de buena forma su acto de confianza y estiré mi mano para presentarme.
-Magazubi, bruja y escandalosa, ¿hice bien mi tarea?- preguntó en tono serio para luego agregar -Zack, humano y si llegas a hacer ruido en la mansión de los Kambrigh te cortaré la garganta-
-Eres una ternura ¿te lo habían dicho antes?- le dije con mucho sarcasmo, pero él lo ignoró por completo y empezó a poner términos, reglas y plantear su estrategia. Me aconsejó usar ropa oscura ya que iríamos por la noche, me advirtió de que no prendiera ninguna luz, que obligara a mis ojos a trabajar un poco más de la cuenta y me dio los objetivos que tenía que interceptar. -La casa está rodeada de guardias y según mis cálculos hay dos formas de entrar, pero imagino que no eres muy buena escalando así que tendrás que entrar por al frente y tienes que prepararte para deshacerte de cinco guardias, no serán mucho problema para una bruja, pero el guardia de arriba es brujo, es probable que se anticipe a tus jugadas y yo no podré deshacerme de él. Necesito que me cubras las espaldas con ese guardia en particular.- Tragó saliva y siguió -En el primer piso está tu animal y en el de arriba está el collar tentum(2) ¿alguna duda?- preguntó, pero sin esperar respuesta finalizó -Te veo aquí en una hora-.
Quedé impactada por todo lo que sabía ese hombre, seguramente había investigado la zona y el terreno mucho antes de que yo llegara o supiera su existencia, estaba muy preparado para ese allanamiento y yo estaba muy feliz de que alguien con sus habilidades me ayudara a rescatar a mi bebé, aunque me asustaba un poco lo mucho que sabía de todo, incluso sabía de mí más de lo que me hubiese gustado que supiese.
Al llegar al establo que sería nuestro punto de encuentro me percaté de que nadie me estuviese siguiendo o estuviese muy cerca, íbamos a entrar en una casa de suma importancia y eso era un tema que no se podía hablar a la ligera gritándolo por un parque.
-Buenas tardesitas casi noches- le dije a un hombre estirando mi mano -¿Listo para el ataque y el pum pow kpush?- sonreí amablemente aunque no recibí la misma señal del señor y fue que me di cuenta de que era la persona equivocada -Ups- apreté mis dientes y forcé una sonrisa -... me refería a la guerra de agua que voy a tener con unos amigos- dije dando media vuelta y mirando hacía el horizonte -¿En serio? ¿Guerra de agua?- pensé caminando hacia otra dirección para buscar al verdadero Zack, pero no logré visualizar a otra persona cerca del establo.
-Me encanta tu sigilo, no sé cómo perteneces al gremio siendo tan discreta- dijo una voz que provenía de las sombras de una de las casillas para caballos.
-Eso es lo que todos piensan. Nadie se imaginaría que pertenezco a un grupo como este- volteé para buscar la silueta del hombre entre la oscuridad aunque no fue tan difícil cuando salió de la casilla.
Al parecer mi respuesta había complacido la curiosidad del hombre porque no preguntó más nada al respecto y se dejó ver por completo, yo acepté de buena forma su acto de confianza y estiré mi mano para presentarme.
-Magazubi, bruja y escandalosa, ¿hice bien mi tarea?- preguntó en tono serio para luego agregar -Zack, humano y si llegas a hacer ruido en la mansión de los Kambrigh te cortaré la garganta-
-Eres una ternura ¿te lo habían dicho antes?- le dije con mucho sarcasmo, pero él lo ignoró por completo y empezó a poner términos, reglas y plantear su estrategia. Me aconsejó usar ropa oscura ya que iríamos por la noche, me advirtió de que no prendiera ninguna luz, que obligara a mis ojos a trabajar un poco más de la cuenta y me dio los objetivos que tenía que interceptar. -La casa está rodeada de guardias y según mis cálculos hay dos formas de entrar, pero imagino que no eres muy buena escalando así que tendrás que entrar por al frente y tienes que prepararte para deshacerte de cinco guardias, no serán mucho problema para una bruja, pero el guardia de arriba es brujo, es probable que se anticipe a tus jugadas y yo no podré deshacerme de él. Necesito que me cubras las espaldas con ese guardia en particular.- Tragó saliva y siguió -En el primer piso está tu animal y en el de arriba está el collar tentum(2) ¿alguna duda?- preguntó, pero sin esperar respuesta finalizó -Te veo aquí en una hora-.
Quedé impactada por todo lo que sabía ese hombre, seguramente había investigado la zona y el terreno mucho antes de que yo llegara o supiera su existencia, estaba muy preparado para ese allanamiento y yo estaba muy feliz de que alguien con sus habilidades me ayudara a rescatar a mi bebé, aunque me asustaba un poco lo mucho que sabía de todo, incluso sabía de mí más de lo que me hubiese gustado que supiese.
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(1) Las expresiones faciales que Maguita describe no son de Zack, sino del otro señor que ella pensó que era Zack.
- Collar Tentum:
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Dicen que el Tentum es un collar creado por antiguas elfas, es una especie de intensificador de la conexión entre el portador y la naturaleza. La conexión que se crea no siempre es buena, pero esta prenda tiene mucho valor en aeros por su rareza. (puede ser usada por cualquier raza)
Magazubi
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
Zack había desaparecido entre las sombras del establo y yo aproveché para jugar un rato a ser una ladrona sigilosa dando vueltas y maniobras en el suelo, aquello tenía un toqué burlón a las habilidades que pudiese tener mi compañero de gremio pero mi intención no estaba en reírme de él, de hecho ese hombre se veía muy capaz de hacer lo que se propusiera, lo que me daba gracia era lo que todos esperaría que yo hiciera. Escalar la pared, abrir la puerta de la ventana con algún accesorio escondido, recorrer las habitaciones arrastrada por el piso, dando vueltas o saltando como un gato, para luego tomar la “joya” y salir tal cuál como había entrado. No decía que esa estrategia estuviese mal, pero consideraba que todo no podía ser igual, ni las situaciones siempre serían las mismas como para aplicar la misma técnica en cada salida, yo por mi parte siempre había preferido la acción, algo de saborsito en la misión no podía faltar si se trataba de trabajar conmigo, ¿salir y entrar sin hacer algún ruido? Eso no era lo mio.
Luego de mi “práctica” para ser el estereotipo de ladrona sigilosa, burlarme, fui a mi refugio en donde tenía todas mis herramientas para la operación. Decidí prestarle atención y seguir los consejos de mi compañero al preferir la ropa más oscura, le agregué un suéter negro a mi conjunto y ahora venía escoger la parte divertida, el armamento: un cuchillo escondido en mi bota derecha, un cinturón en mi cadera en donde llevaba mis agujas, el guante que me había obsequiado Eco (en mi mano izquierda) y el arco en mi espalda. Cuando por fin estuve lista me recogí el cabello y me dirigí al punto de encuentro, esta vez no dejaría que el ladrón de cabello negro me sorprendiera. Nuestra reunión no fue la más experimentada de todas, simplemente me dijo suerte y colocó en mi muñeca derecha unos hilos amarrados para que guindara de ellos una especie de gema verde oscuro.
-Si la gema se pone roja significa que estoy en peligro... y así yo también sabré si te encuentras bien o no- dijo en tono serio mientras él me enseñaba su gema que portaba en el cuello -Será sólo para la misión-
A pesar de ser un hombre de pocas sonrisas aquel acto de preocupación y de compañerismo me había parecido enternecedor, no pude evitar sonreír y preocuparme ahora yo por él -¡Créeme que tendrás suerte!- dije muy complacida y segura de lo que hacía. Me acerqué a Zack y estiré mi manito para llegar a tocar su gema -Calí Tíchi (1)- dije cerrando mis ojos, dejé que toda la energía necesaria pasara a través de mi cuerpo para que se depositara en la prenda del hombre y le diera una especie de bonificación en su suerte.(2) El proceso de hechizar no duró mucho así que unos instantes después ya estaba lista, con los ojos bien abiertos para ir a la mansión.
Nos acercamos a la zona y nos separamos, él iría por detrás y yo entraría por el frente; antes de seguir aproximándome al ataque revisé mi mano derecha para ver el color de la gema y respirar profundo, no dudaba de mis virtudes pero debía admitir que estaba un poco nerviosa. Empezaron a caer pequeñas gotas de agua, el clima estaba como para que lloviera, aunque no le di mucha importancia,me oculté entre los arbustos y saqué mi arco -Papi, protégeme- le pedí al cielo antes de tensar la cuerda para disparar, respiré muy lentamente para que mis sentidos entraran en armonía y le di gracias al feo vampiro desde mi cabeza por haberme enseñado a usar el arco de pequeña en la oscuridad (3). Las primeras flechas salieron volando para clavarse en el pecho de los tres guardias que se encontraban adelante, no era raro que acertara las tres pero no contaba con que una de mis flechas no se enterrara por completo al hombre, ya que logró romper la flecha con furia y se transformó en lobo. -Oh ouw- pensé mientras me preparaba para intentar otra cosa. Se acercaba con gran velocidad, seguramente ya su olfato me había identificado por completo y mi tiempo se estaba acabando, así que opté por lanzarle unas de mis agujas con telequinesis justo detrás de su oreja para detenerlo con la punzada adecuada. -Ten cuidado lobito-
Luego de mi “práctica” para ser el estereotipo de ladrona sigilosa, burlarme, fui a mi refugio en donde tenía todas mis herramientas para la operación. Decidí prestarle atención y seguir los consejos de mi compañero al preferir la ropa más oscura, le agregué un suéter negro a mi conjunto y ahora venía escoger la parte divertida, el armamento: un cuchillo escondido en mi bota derecha, un cinturón en mi cadera en donde llevaba mis agujas, el guante que me había obsequiado Eco (en mi mano izquierda) y el arco en mi espalda. Cuando por fin estuve lista me recogí el cabello y me dirigí al punto de encuentro, esta vez no dejaría que el ladrón de cabello negro me sorprendiera. Nuestra reunión no fue la más experimentada de todas, simplemente me dijo suerte y colocó en mi muñeca derecha unos hilos amarrados para que guindara de ellos una especie de gema verde oscuro.
-Si la gema se pone roja significa que estoy en peligro... y así yo también sabré si te encuentras bien o no- dijo en tono serio mientras él me enseñaba su gema que portaba en el cuello -Será sólo para la misión-
A pesar de ser un hombre de pocas sonrisas aquel acto de preocupación y de compañerismo me había parecido enternecedor, no pude evitar sonreír y preocuparme ahora yo por él -¡Créeme que tendrás suerte!- dije muy complacida y segura de lo que hacía. Me acerqué a Zack y estiré mi manito para llegar a tocar su gema -Calí Tíchi (1)- dije cerrando mis ojos, dejé que toda la energía necesaria pasara a través de mi cuerpo para que se depositara en la prenda del hombre y le diera una especie de bonificación en su suerte.(2) El proceso de hechizar no duró mucho así que unos instantes después ya estaba lista, con los ojos bien abiertos para ir a la mansión.
Nos acercamos a la zona y nos separamos, él iría por detrás y yo entraría por el frente; antes de seguir aproximándome al ataque revisé mi mano derecha para ver el color de la gema y respirar profundo, no dudaba de mis virtudes pero debía admitir que estaba un poco nerviosa. Empezaron a caer pequeñas gotas de agua, el clima estaba como para que lloviera, aunque no le di mucha importancia,me oculté entre los arbustos y saqué mi arco -Papi, protégeme- le pedí al cielo antes de tensar la cuerda para disparar, respiré muy lentamente para que mis sentidos entraran en armonía y le di gracias al feo vampiro desde mi cabeza por haberme enseñado a usar el arco de pequeña en la oscuridad (3). Las primeras flechas salieron volando para clavarse en el pecho de los tres guardias que se encontraban adelante, no era raro que acertara las tres pero no contaba con que una de mis flechas no se enterrara por completo al hombre, ya que logró romper la flecha con furia y se transformó en lobo. -Oh ouw- pensé mientras me preparaba para intentar otra cosa. Se acercaba con gran velocidad, seguramente ya su olfato me había identificado por completo y mi tiempo se estaba acabando, así que opté por lanzarle unas de mis agujas con telequinesis justo detrás de su oreja para detenerlo con la punzada adecuada. -Ten cuidado lobito-
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(1) καλή τύχη, se pronuncia como lo dijo Maguita, significa buena suerte en griego.
(2) Uso de mi habilidad pasiva de arcanos.
(3) Uso de mi habilidad nivel 1 (Tirador), en el link del desarrollo de la habilidad aclaro en el primer post que Bio fue el primero en ponerme a practicar con el arco, por ende tengo buena puntería en la noche.
Dato extra: El guante que me dio Eco es un objeto master, aún no le he planeado un uso en la misión pero para que sepas.
Otro dato extra: Hay una pequeña llovizna de ambientación y las gemas que cargan Maguita y Zack son un amuleto de unión (Disponible en el comercio)
Más datos: chismoso...(mentira, te quiero sólo por estar leyendo esto)
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(1) καλή τύχη, se pronuncia como lo dijo Maguita, significa buena suerte en griego.
(2) Uso de mi habilidad pasiva de arcanos.
(3) Uso de mi habilidad nivel 1 (Tirador), en el link del desarrollo de la habilidad aclaro en el primer post que Bio fue el primero en ponerme a practicar con el arco, por ende tengo buena puntería en la noche.
Dato extra: El guante que me dio Eco es un objeto master, aún no le he planeado un uso en la misión pero para que sepas.
Otro dato extra: Hay una pequeña llovizna de ambientación y las gemas que cargan Maguita y Zack son un amuleto de unión (Disponible en el comercio)
Más datos: chismoso...
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
Las prioridades en mi cabeza estaban bien marcadas, tenía que conseguir a Pelusa a toda costa, no podía desperdiciar esa importante oportunidad de recuperarlo y darle de nuevo todo el cariño que no había recibido durante las últimas semanas. Disparar a los guardias solo había sido el comienzo, realmente la palabra “piedad” no existía en mi cabeza en esos momentos; tampoco es que pretendiera vengarme, pero sí rescatar a mi chiquitico peludo.
Al resolver mi pequeño percance con los guardias de la entrada me aseguré de que no existiera otra persona o cosa que me impidiera entrar, exclusivamente tenía que ir en busca de Pelusa y salir. Corrí a la entrada y las gotas de lluvia eran cada vez más, así que al llegar a la parte techada me quité mi suéter negro que ya estaba mojado para dejarlo tirado en la puerta principal de la casa. Me sentía más liviana, con mucha adrenalina y lista para entrar por mi misión. Saqué de mi cinturón unas agujas y las introduje con cuidado en el pomo de la puerta para usarlas como llave, las moví con cuidado hasta que escuché la cerradura ceder, truco que había practicado en el gremio al darme cuenta de la importancia que eso tenía.
La mansión se encontraba totalmente a oscuras y tenía unas ganas enormes de hacer un hechizo leve para darle iluminación al interior, pero me acordé de las instrucciones que me había dado Zack así que contuve mis ganas y emprendí la búsqueda de Pelusa en las condiciones que el ambiente me daba. Como no había usado ningún tipo de artefacto que me diese luz durante un tiempo mi vista estaba parcialmente acostumbrada a la baja iluminación, por lo que me permitió identificar con facilidad algunos muebles y mesas para no tropezarlos; cerré la puerta a mis espaldas y me dirigí al interior para adentrarme en la búsqueda del paradero de mi mascotica. Me aseguré de inspeccionar con mucho cuidado y sigilo las habitaciones que en el piso de abajo se encontraban pero en las primeras que busqué no había conseguido nada más que adornos, estantes y más cuartos llenos de cosas -¿Para qué tantos cuartos si no hay nada?- pensé -¡Que forma de malgastar espacio!- seguí en mi búsqueda desesperada.
Al resolver mi pequeño percance con los guardias de la entrada me aseguré de que no existiera otra persona o cosa que me impidiera entrar, exclusivamente tenía que ir en busca de Pelusa y salir. Corrí a la entrada y las gotas de lluvia eran cada vez más, así que al llegar a la parte techada me quité mi suéter negro que ya estaba mojado para dejarlo tirado en la puerta principal de la casa. Me sentía más liviana, con mucha adrenalina y lista para entrar por mi misión. Saqué de mi cinturón unas agujas y las introduje con cuidado en el pomo de la puerta para usarlas como llave, las moví con cuidado hasta que escuché la cerradura ceder, truco que había practicado en el gremio al darme cuenta de la importancia que eso tenía.
La mansión se encontraba totalmente a oscuras y tenía unas ganas enormes de hacer un hechizo leve para darle iluminación al interior, pero me acordé de las instrucciones que me había dado Zack así que contuve mis ganas y emprendí la búsqueda de Pelusa en las condiciones que el ambiente me daba. Como no había usado ningún tipo de artefacto que me diese luz durante un tiempo mi vista estaba parcialmente acostumbrada a la baja iluminación, por lo que me permitió identificar con facilidad algunos muebles y mesas para no tropezarlos; cerré la puerta a mis espaldas y me dirigí al interior para adentrarme en la búsqueda del paradero de mi mascotica. Me aseguré de inspeccionar con mucho cuidado y sigilo las habitaciones que en el piso de abajo se encontraban pero en las primeras que busqué no había conseguido nada más que adornos, estantes y más cuartos llenos de cosas -¿Para qué tantos cuartos si no hay nada?- pensé -¡Que forma de malgastar espacio!- seguí en mi búsqueda desesperada.
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
Volteé de forma brusca al escuchar un leve ruido en la parte de arriba y pasé de inmediato a revisar la gema en mi muñeca, esta había pasado de ser verde a tomar tonalidades rojas, un color vino tinto -Zack necesita mi ayuda- dije entre dientes dejando todo lo que hacia para subir por las escaleras internas para llegar al último piso, habían muchos cuartos, pero necesitaba alguno que me dejase ayudar a mi compañero. Dejé que mi oído me guiara, hasta que me llevó a una gran puerta que daba a la habitación de los dueños de la casa, la pareja -Mald”#¿!- pensé en cuanto me agachaba para arrastrarme por la alfombra de la habitación. Algunos movimientos de la pareja, leves sonidos de la cama y unas cuantas respiraciones de ambos me ponían extremadamente nerviosa, sí los dueños se despertaban estaríamos en graves apuros.
Seguí arrastrándome como una iguana por el piso de la forma más silenciosa que podía hasta que mi pie tuvo la inteligencia de chocar suavemente contra la peinadora. Cuando escuché el leve sonido de algunas gavetas moverse me estaba por dar un infarto, pero lo peor fue el balbuceo que hizo la señora justo después, pensé que con tan feo sonido haría que el esposo se despertara. Apresuré mi paso, estar ahí no era parte del plan y no era nada seguro, me levanté del suelo y corrí a esconderme entre las cortinas mientras abría una puerta grande de vidrio que llevaba a un balcón que rodeaba la casa, por ahí había sido donde Zack se había adentrado, pero al parecer tuvo grandes inconvenientes: el brujo.
Cerré la puerta de vidrio al salir, no quería que entrara frío o agua dentro de la casa, eso podría despertar a los dueños; luego salí corriendo en busca de Zack y el brujo, estos se encontraban en una dura pelea en donde mi compañero llevaba la desventaja. Me incorporé a la lucha lanzando con telequinesis el cuchillo que llevaba en mi bota directo hasta su garganta, pero con facilidad el brujo hizo que se dirigiera a la mía; mi cara de frustración y enojo se dejó ver e hice que mi cuchillo se posicionara en mi mano. -Grrr- gruñí un tanto molesta. Todas mis armas eran arrojadizas y todas podría redirigirlas hasta otro lugar, aquello no me estaba gustando. Con respecto a Zack el tenía la ventaja de que no soltaba sus dagas y así el guardia no podía controlar esas armas, pero por su naturaleza estábamos luchando contra un ser muy inteligente. Me despisté unos cuantos segundos, necesitaba pensar en una forma de deshacernos de él ya que no había una forma fácil para eso.
Las cosas se complicaban cada vez más, y ya no me quedaba mucho tiempo para pensar. Lo primero que hice fue implantarle a todas mis armas un sello con la intención de que durara siempre en mis herramientas, el símbolo eran dos círculos, uno dentro del otro y estos significaría propiedad -Mío- dije con mucha concentración, incrustarle a mis armas aquel signo era para que solo pudiesen ser manipuladas mágicamente por mí. Lo segundo que hice fue una locura, pero consideraba que era la única forma que tenía para combatir contra un brujo: combate cuerpo a cuerpo, nuestra gran debilidad, aquello consistía en una competencia por ver quién era el menos malo en ese arte, así que me le lancé encima al brujo y este por reacción empujó a Zack por el balcón.
Seguí arrastrándome como una iguana por el piso de la forma más silenciosa que podía hasta que mi pie tuvo la inteligencia de chocar suavemente contra la peinadora. Cuando escuché el leve sonido de algunas gavetas moverse me estaba por dar un infarto, pero lo peor fue el balbuceo que hizo la señora justo después, pensé que con tan feo sonido haría que el esposo se despertara. Apresuré mi paso, estar ahí no era parte del plan y no era nada seguro, me levanté del suelo y corrí a esconderme entre las cortinas mientras abría una puerta grande de vidrio que llevaba a un balcón que rodeaba la casa, por ahí había sido donde Zack se había adentrado, pero al parecer tuvo grandes inconvenientes: el brujo.
Cerré la puerta de vidrio al salir, no quería que entrara frío o agua dentro de la casa, eso podría despertar a los dueños; luego salí corriendo en busca de Zack y el brujo, estos se encontraban en una dura pelea en donde mi compañero llevaba la desventaja. Me incorporé a la lucha lanzando con telequinesis el cuchillo que llevaba en mi bota directo hasta su garganta, pero con facilidad el brujo hizo que se dirigiera a la mía; mi cara de frustración y enojo se dejó ver e hice que mi cuchillo se posicionara en mi mano. -Grrr- gruñí un tanto molesta. Todas mis armas eran arrojadizas y todas podría redirigirlas hasta otro lugar, aquello no me estaba gustando. Con respecto a Zack el tenía la ventaja de que no soltaba sus dagas y así el guardia no podía controlar esas armas, pero por su naturaleza estábamos luchando contra un ser muy inteligente. Me despisté unos cuantos segundos, necesitaba pensar en una forma de deshacernos de él ya que no había una forma fácil para eso.
Las cosas se complicaban cada vez más, y ya no me quedaba mucho tiempo para pensar. Lo primero que hice fue implantarle a todas mis armas un sello con la intención de que durara siempre en mis herramientas, el símbolo eran dos círculos, uno dentro del otro y estos significaría propiedad -Mío- dije con mucha concentración, incrustarle a mis armas aquel signo era para que solo pudiesen ser manipuladas mágicamente por mí. Lo segundo que hice fue una locura, pero consideraba que era la única forma que tenía para combatir contra un brujo: combate cuerpo a cuerpo, nuestra gran debilidad, aquello consistía en una competencia por ver quién era el menos malo en ese arte, así que me le lancé encima al brujo y este por reacción empujó a Zack por el balcón.
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Uso de habilidad pasiva arcanos subrayada, pero como es un hechizo que Maguita no había hecho dejaré que las runas se encarguen de mi destino.
IMPORTANTE Y NO EDITABLE: Lanzaré dos dados, el primero es para la habilidad pasiva (si funciona o no el hechizo) y el segundo dado es para ver la suerte de Maguita con su combate cuerpo a cuerpo.
Para asegurar de que no sea editable: el orden de los dados va en el orden que lleva los hechos en la historia.
Aquí va la primera complicación y/o dificultad
(que son muchas pero puedes elegir la que más te guste):
Los dueños de la mansión durmiendo cerquita de la pelea.
Está lloviendo.
Lucho contra un brujo que contrarresta mi telequinesis.
A mi compañero lo lanzaron del balcón.
Debo tener una pelea cuerpo a cuerpo.
Y por si fuera poco estoy dejando que la suerte sea quién decida cosas importantes en mi rol.
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Uso de habilidad pasiva arcanos subrayada, pero como es un hechizo que Maguita no había hecho dejaré que las runas se encarguen de mi destino.
IMPORTANTE Y NO EDITABLE: Lanzaré dos dados, el primero es para la habilidad pasiva (si funciona o no el hechizo) y el segundo dado es para ver la suerte de Maguita con su combate cuerpo a cuerpo.
Para asegurar de que no sea editable: el orden de los dados va en el orden que lleva los hechos en la historia.
Aquí va la primera complicación y/o dificultad
(que son muchas pero puedes elegir la que más te guste):
Los dueños de la mansión durmiendo cerquita de la pelea.
Está lloviendo.
Lucho contra un brujo que contrarresta mi telequinesis.
A mi compañero lo lanzaron del balcón.
Debo tener una pelea cuerpo a cuerpo.
Y por si fuera poco estoy dejando que la suerte sea quién decida cosas importantes en mi rol.
Magazubi
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
El miembro 'Magazubi' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
Nicolás había llegado a Vulwulfar hacía una semana. La ciudad, más húmeda y fría de lo que le gustaría, contaba con construcciones robustas de piedra, dada la impracticalidad de otros materiales en la zona.
Unas cuantas tiendas y hogares formaban el núcleo de la población, mientras que una gran mansión llamaba la atención desde lo alto de una colinita. Era el hogar de los Kambrigh, quienes le habían contratado recientemente como seguridad para su hogar, que durante estos últimos meses había tenido problemas severos de ladrones.
Su cometido era simple: esperar en la cámara acorazada del piso más alto, en la cual se encontraban la mayor parte de las riquezas de la familia, y por lo que había oído comentar a los guardias, también un animal al que tenían por exótico.
La verdad es que el resto de la guardia dejaba bastante que desear, exceptuando el brujo, quien probablemente sería su jefe.
Los otros tenían cara de saber que el lado correcto para coger la espada es el que tiene el filo hacia fuera, pero poco más.
Seguramente serían novatos de alguna compañía de mercenarios de medio pelo, y muy más que probablemente no pasarían de su primer contrato.
Todos ellos complementarían la labor de vigilancia, con el brujo vigilándolo todo desde el piso de arriba, en el pasillo cubierto que daba al ala en la que se encontraba la cámara acorazada.
Nicolás decidió acomodarse al plano del edificio, de tal manera que en unos días conoció de sobra cómo llegar desde qué zona a qué zona y qué caminos eran esenciales.
Escalar el muro que rodeaba el edificio sería bastante difícil y no demasiado gratificante, ya que no permitía ninguna ventaja táctica una vez en el patio, por lo que solo quedaba el camino directo desde la entrada.
Aún así, los ladrones seguramente entrarían desde dentro de la casa, y no trepándola por fuera, ya que la estructura no facilitaba tampoco el ascenso por muescas, ventanales o rejas.
Si el brujo defendía bien su pasillo no habría nada que temer. Además, quien llegase a la cámara tendría que volver a hacer el camino de vuelta por el pasillo y por delante del dormitorio de los dueños, así que alertar a la seguridad de la ciudad no sería nada difícil, en caso de que la privada no fuese suficiente.
El día finalmente llegó. Preparado desde hacía ya unas cuantas horas, Nicolás aguardaba dentro de la cámara, escudo en alza y lanza en punta, listo para ensartar al primer desprecavido que entrase por la puerta sin su permiso.
Desde fuera se oían ruídos de un enfrentamiento, probablemente del brujo por la distancia de estos.
No era buena idea acudir en su ayuda, ya que echaría a perder todo el plan.
Si todo salía mal siempre podría hacer sonar la campana de la señal y la guardia se le echaría encima a los intrusos.
Ahora solo había que esperar pacientemente escondido como hasta ahora.
Unas cuantas tiendas y hogares formaban el núcleo de la población, mientras que una gran mansión llamaba la atención desde lo alto de una colinita. Era el hogar de los Kambrigh, quienes le habían contratado recientemente como seguridad para su hogar, que durante estos últimos meses había tenido problemas severos de ladrones.
Su cometido era simple: esperar en la cámara acorazada del piso más alto, en la cual se encontraban la mayor parte de las riquezas de la familia, y por lo que había oído comentar a los guardias, también un animal al que tenían por exótico.
La verdad es que el resto de la guardia dejaba bastante que desear, exceptuando el brujo, quien probablemente sería su jefe.
Los otros tenían cara de saber que el lado correcto para coger la espada es el que tiene el filo hacia fuera, pero poco más.
Seguramente serían novatos de alguna compañía de mercenarios de medio pelo, y muy más que probablemente no pasarían de su primer contrato.
Todos ellos complementarían la labor de vigilancia, con el brujo vigilándolo todo desde el piso de arriba, en el pasillo cubierto que daba al ala en la que se encontraba la cámara acorazada.
Nicolás decidió acomodarse al plano del edificio, de tal manera que en unos días conoció de sobra cómo llegar desde qué zona a qué zona y qué caminos eran esenciales.
Escalar el muro que rodeaba el edificio sería bastante difícil y no demasiado gratificante, ya que no permitía ninguna ventaja táctica una vez en el patio, por lo que solo quedaba el camino directo desde la entrada.
Aún así, los ladrones seguramente entrarían desde dentro de la casa, y no trepándola por fuera, ya que la estructura no facilitaba tampoco el ascenso por muescas, ventanales o rejas.
Si el brujo defendía bien su pasillo no habría nada que temer. Además, quien llegase a la cámara tendría que volver a hacer el camino de vuelta por el pasillo y por delante del dormitorio de los dueños, así que alertar a la seguridad de la ciudad no sería nada difícil, en caso de que la privada no fuese suficiente.
El día finalmente llegó. Preparado desde hacía ya unas cuantas horas, Nicolás aguardaba dentro de la cámara, escudo en alza y lanza en punta, listo para ensartar al primer desprecavido que entrase por la puerta sin su permiso.
Desde fuera se oían ruídos de un enfrentamiento, probablemente del brujo por la distancia de estos.
No era buena idea acudir en su ayuda, ya que echaría a perder todo el plan.
Si todo salía mal siempre podría hacer sonar la campana de la señal y la guardia se le echaría encima a los intrusos.
Ahora solo había que esperar pacientemente escondido como hasta ahora.
Nicolás Barbacero
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
El ver que el brujo empujó a Zack me generó un vacío estomacal muy grande, el corazón se me detuvo y quedé impactada por el susto que me dejó. Por suerte, aunque fuese manipulada, la fortuna estaba del lado de mi compañero, el hechizo que había dejado sobre su collar estaba realizando su función. Zack no se terminó de caer del balcón, sino que quedo colgando en una de las mini columnas que tenia la mansión de baranda, se mantuvo sujetado fuerte y luego con cuidado se dejo caer al balcón de abajo con bastante agilidad. Cuando volteé a ver que mi compañero estaba “bien”, por lo menos no se había partido en diez pedasitos, sentí un fuerte golpe en el hombro, se trataba del brujo el cuál había pasado a atacarme cuerpo a cuerpo tal como lo tenía “planificado”, pero en mis análisis no tomé en cuenta la dificultad del asunto. Me mantuve esquivando como podía los ataques del guardia, no me dejaba tiempo como para yo intentar lastimarlo y el estar en constante movimiento con lluvia me estaba empezando a cansar. Recibí unos cuantos golpes, no lo podía evitar, me había metido en una situación peligrosa y no podía salir como una princesa de ahí, pero tampoco quería perder alguna extremidad. -Tengo que huir de aquí y pronto- pensé preocupada por los resultados que estaba dando mi decisión suicida. Traté de aumentar mi concentración y enfocarme en una huida viable, activar todos mis sentidos para identificar cualquier oportunidad de escape y respirar lo suficientemente profundo como para no perder el control y el foco que debía mantener en la misión.
Me sacrifiqué recibiendo un golpe en seco en las costillas, eso me había dejado muy desestabilizada pero me abrió espacio bajo su brazo para salir corriendo del brujo. Corrí a toda velocidad y aunque mi recorrido era irregular por el golpe pude salir de la zona de peligro. Aún aturdida sabía que tenia que volver a entrar a la casa a buscar las reliquias que se me habían encomendado robar, pero pasar por la habitación otra vez no era una opción, era muy arriesgado correr al frente de los dueños, así que busqué desesperadamente otra entrada a la casa desde el piso más alto. Me dirigí hacia otro pasillo con el corazón acelerado porque el brujo no tardaría en alcanzarme, pero no contaba con encontrarme otro obstáculo, era un hombre que estaba dentro de la cámara armado con escudo y lanza, entre por la puerta sin importarme mucho este nuevo obstáculo y me arriesgué a lo que viniese. Las últimas decisiones que había tomado habían sido muy arriesgadas, pero irme por lo "seguro" iba a ser sinónimo de rendirme, estaba consiente que todo aquello me iba a generar consecuencias para la misión pero algo en mi interior me decía que aquellas acciones estaban bien justificadas. Esta vez no me iba a arriesgar a usar mi combate cuerpo a cuerpo con aquel individuo, descubrí que soy peor de lo que pensaba, así que me preparé mentalmente para un enfrentamiento con magia o una huida bastante elegante.
-¡Hola!- le dije al nuevo obstáculo para luego sonreír de forma inocente y dulce, incluso me tambaleé un poco para verme aún más tierna.
Me sacrifiqué recibiendo un golpe en seco en las costillas, eso me había dejado muy desestabilizada pero me abrió espacio bajo su brazo para salir corriendo del brujo. Corrí a toda velocidad y aunque mi recorrido era irregular por el golpe pude salir de la zona de peligro. Aún aturdida sabía que tenia que volver a entrar a la casa a buscar las reliquias que se me habían encomendado robar, pero pasar por la habitación otra vez no era una opción, era muy arriesgado correr al frente de los dueños, así que busqué desesperadamente otra entrada a la casa desde el piso más alto. Me dirigí hacia otro pasillo con el corazón acelerado porque el brujo no tardaría en alcanzarme, pero no contaba con encontrarme otro obstáculo, era un hombre que estaba dentro de la cámara armado con escudo y lanza, entre por la puerta sin importarme mucho este nuevo obstáculo y me arriesgué a lo que viniese. Las últimas decisiones que había tomado habían sido muy arriesgadas, pero irme por lo "seguro" iba a ser sinónimo de rendirme, estaba consiente que todo aquello me iba a generar consecuencias para la misión pero algo en mi interior me decía que aquellas acciones estaban bien justificadas. Esta vez no me iba a arriesgar a usar mi combate cuerpo a cuerpo con aquel individuo, descubrí que soy peor de lo que pensaba, así que me preparé mentalmente para un enfrentamiento con magia o una huida bastante elegante.
-¡Hola!- le dije al nuevo obstáculo para luego sonreír de forma inocente y dulce, incluso me tambaleé un poco para verme aún más tierna.
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Magazubi
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
Una niña. Una jodida y maldita niña se había escabullido de los guardias y había llegado aquí.
Como quiera que fuese, no podía ser coincidencia: no debía de ser tan indefensa como parecía.
Pequeña y aparentemente desarmada, sin rasgos de ser un hombre bestia ni un bio, solo quedaban las opciones de bruja o dragona, y ninguna de las dos era especialmente divertida como oponente.
Los primeros daban muchos dolores de cabeza, mientras que los segundos daban muchos dolores de huesos.
Sin dudar un segundo, Nicolás profirió un bramido alarmantemente alto.
¡GUARDIAS! ¡INTRUSO EN LA CÁMARA ACORAZADA!
Al tiempo que terminaba de decir esta frase apuntó a la joven con la lanza firmemente.
¡Alto! ¡No pretendo acabar contigo, pero no dudaré en actuar si no abandonas inmediatamente la estancia y te rindes a los cuerpos de seguridad!
Una vez dicho esto, activó el mecanismo de alarma, el cual hizo sonar la campana.
Probablemente los guardias de la ciudad habrían oído ya el estropicio y se dirigirían a la mansión, como se esperaba de ellos.
Sea como sea no puedo permitir que se lleve nada de esta habitación, pensó el guerrero.
Como quiera que fuese, no podía ser coincidencia: no debía de ser tan indefensa como parecía.
Pequeña y aparentemente desarmada, sin rasgos de ser un hombre bestia ni un bio, solo quedaban las opciones de bruja o dragona, y ninguna de las dos era especialmente divertida como oponente.
Los primeros daban muchos dolores de cabeza, mientras que los segundos daban muchos dolores de huesos.
Sin dudar un segundo, Nicolás profirió un bramido alarmantemente alto.
¡GUARDIAS! ¡INTRUSO EN LA CÁMARA ACORAZADA!
Al tiempo que terminaba de decir esta frase apuntó a la joven con la lanza firmemente.
¡Alto! ¡No pretendo acabar contigo, pero no dudaré en actuar si no abandonas inmediatamente la estancia y te rindes a los cuerpos de seguridad!
Una vez dicho esto, activó el mecanismo de alarma, el cual hizo sonar la campana.
Probablemente los guardias de la ciudad habrían oído ya el estropicio y se dirigirían a la mansión, como se esperaba de ellos.
Sea como sea no puedo permitir que se lleve nada de esta habitación, pensó el guerrero.
Nicolás Barbacero
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
El hombre no pareció tomar muy bien mi presencia, yo que lo estaba saludando amablemente con la mano y con cariño, mientras él me recibía con amenazas. -Si hubiese sabido que estaba ahí desde un principio no tendría la suerte de seguir con vida, seguro una flecha hubiese atravesado su espalda ¿Y así era como me lo agradecía?- pensé mientras miraba la lanza cerca de mí con aquel filo interesante, aunque más que su arma me preocupaba el escandalo que estaba haciendo para deshacerse de mí.
Los guardias en la mansión no les contestarían, todos con excepción al brujo estaban con flechas en el cuerpo, pero cuando hizo sonar una campana ruidosa destrozó por completo el sigilo que quería mantener en la misión. Suspiré con algo de preocupación en mi rostro porque las cosas no estaban nada fáciles para mí, así que traté de calmarme y concentrarme en buscar una salida rápida y un rescate de Pelusa lo más eficiente posible -Pretendo abandonar la “estancia” de inmediato, pero no sin la mascota que tus jefes me robaron- le contesté de forma firme y calmada para ver si escuchar las razones de mi ataque lo hacían cambiar de opinión al interponerse en mi camino -Me quitaron a mi bebé y no se los dejaré- comenté decidida mientras me escabullía a un lado del guardia para colocarme a sus espaldas.
El brujo ya había llegado hasta donde nos encontrábamos y tener a un guerrero como escudo no me venía nada mal, mi tamaño me había ayudado bastante ya que gracias a eso logré pasar de estar entre ellos a que el guardia de la lanza quedara entre el brujo y yo, lo que me daba una pequeña ventaja porque ahora el brujo tenía que pasar sobre su compañero para atraparme. No estaba muy segura si este guardia me defendería o no, tampoco tenía muchas esperanzas de eso pero el brujo no parecía querer detenerse en cuanto a deshacerse de mí se trataba, su expresión de molestia no denotaba piedad ante nada ni nadie, así que trató de empujar con fuerza al otro guardia para apartarlo de su camino y sacarme de ahí o inhabilitarme, lo que sucediera primero. Aquel brujo había llegado a mí, me cargo con bastante fuerza y rabia para llevarme fuera de la mansión y entregarme a las autoridades, pero en vez de eso yo aproveché la cercanía que tenía para ponerle mi mano en la cara y dejar que saliera de mi guante un olor somnífero de uno de mis dedos, mientras que con otro le rasguñe un poco la mejilla -¡Espero que te acuerdes de esto!- pensé de manera macabra en cuanto el brujo me soltó y calló en el suelo dormido. Me sobé un poco la costilla porque aquella cargada me había lastimado las heridas del combate y miré al otro guardia unos instante para esperar su movimiento, solo quería que no tardase mucho en hacer algo ya que los dueños de la casa se habían despertado y yo necesitaba huir en ese momento.
Los guardias en la mansión no les contestarían, todos con excepción al brujo estaban con flechas en el cuerpo, pero cuando hizo sonar una campana ruidosa destrozó por completo el sigilo que quería mantener en la misión. Suspiré con algo de preocupación en mi rostro porque las cosas no estaban nada fáciles para mí, así que traté de calmarme y concentrarme en buscar una salida rápida y un rescate de Pelusa lo más eficiente posible -Pretendo abandonar la “estancia” de inmediato, pero no sin la mascota que tus jefes me robaron- le contesté de forma firme y calmada para ver si escuchar las razones de mi ataque lo hacían cambiar de opinión al interponerse en mi camino -Me quitaron a mi bebé y no se los dejaré- comenté decidida mientras me escabullía a un lado del guardia para colocarme a sus espaldas.
El brujo ya había llegado hasta donde nos encontrábamos y tener a un guerrero como escudo no me venía nada mal, mi tamaño me había ayudado bastante ya que gracias a eso logré pasar de estar entre ellos a que el guardia de la lanza quedara entre el brujo y yo, lo que me daba una pequeña ventaja porque ahora el brujo tenía que pasar sobre su compañero para atraparme. No estaba muy segura si este guardia me defendería o no, tampoco tenía muchas esperanzas de eso pero el brujo no parecía querer detenerse en cuanto a deshacerse de mí se trataba, su expresión de molestia no denotaba piedad ante nada ni nadie, así que trató de empujar con fuerza al otro guardia para apartarlo de su camino y sacarme de ahí o inhabilitarme, lo que sucediera primero. Aquel brujo había llegado a mí, me cargo con bastante fuerza y rabia para llevarme fuera de la mansión y entregarme a las autoridades, pero en vez de eso yo aproveché la cercanía que tenía para ponerle mi mano en la cara y dejar que saliera de mi guante un olor somnífero de uno de mis dedos, mientras que con otro le rasguñe un poco la mejilla -¡Espero que te acuerdes de esto!- pensé de manera macabra en cuanto el brujo me soltó y calló en el suelo dormido. Me sobé un poco la costilla porque aquella cargada me había lastimado las heridas del combate y miré al otro guardia unos instante para esperar su movimiento, solo quería que no tardase mucho en hacer algo ya que los dueños de la casa se habían despertado y yo necesitaba huir en ese momento.
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Segunda dificultad, Nicolás activo una alarma para avisar a la guardia local y despertó a los dueños de la casa.
Dato importante: Uso una vez el guante que me regalo Eco [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Los links del spoiler no son links, tienen que verlos desde mi lista de tareas(el link que puse antes) o en el registro de objetos master.
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Segunda dificultad, Nicolás activo una alarma para avisar a la guardia local y despertó a los dueños de la casa.
Dato importante: Uso una vez el guante que me regalo Eco [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
- Guantes de cuero:
- - Guantes de Cuero
- Propiedades mágicas:Los guantes son impermeables del lado interno, pero por el lado externo apenas tienen una sustancia poco húmeda, con olor en uno de los dedos somnífero, líquido paralizante, y un filo en otro que sirve de arma.
- Enlace de entrega: Ansur a Eco (Link). Eco a Magazubi (Link)
- Usos: Eco [1/3] Uso
- Enlace de usos: [1/3] Eco, [0/2] Magazubi.
Los links del spoiler no son links, tienen que verlos desde mi lista de tareas(el link que puse antes) o en el registro de objetos master.
Magazubi
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
¡Maldita cría!
De alguna manera había logrado posicionarse a su espalda mientras activaba la alarma.
Su compañero brujo había entrado en la habitación, pero apenas había resultado de utilidad, ya que parecía haber quedado totalmente neutralizado por un extraño artefacto.
Por suerte, la chiquilla parecía tener heridas y magulladuras de algún combate reciente, lo cual podría dificultarle la huída.
Nicolás tenía que actuar rápido o probablemente la niña tendría tiempo de escapar.
Echó un vistazo al panorama: ella se encontraba entre una jaula con un animal que apenas cabía dentro y el escudo de Nicolás, y la estrechez de la habitación no le podría permitir escabullirse por los dados, no con la jaula al menos.
Perfecto, está acorralada, esta es mi ocasión.
Sin previo aviso cargó contra la chica, escudo en alza, con el fin de empotrarla contra la pared y evitar su huída.
Esta vez no lo iba a tener tan fácil para escurrírsele, y saltar por encima de él desde luego no era una opción.
Fuera, un pequeño destacamento de tres guardias entraban en el patio de la mansión, mientras que otros dos vigilaban la entrada.
De alguna manera había logrado posicionarse a su espalda mientras activaba la alarma.
Su compañero brujo había entrado en la habitación, pero apenas había resultado de utilidad, ya que parecía haber quedado totalmente neutralizado por un extraño artefacto.
Por suerte, la chiquilla parecía tener heridas y magulladuras de algún combate reciente, lo cual podría dificultarle la huída.
- Explicación.:
- Creo que es lógico detectar si tiene heridas superficiales importantes con Primeros auxilios.
Nicolás tenía que actuar rápido o probablemente la niña tendría tiempo de escapar.
Echó un vistazo al panorama: ella se encontraba entre una jaula con un animal que apenas cabía dentro y el escudo de Nicolás, y la estrechez de la habitación no le podría permitir escabullirse por los dados, no con la jaula al menos.
Perfecto, está acorralada, esta es mi ocasión.
Sin previo aviso cargó contra la chica, escudo en alza, con el fin de empotrarla contra la pared y evitar su huída.
Esta vez no lo iba a tener tan fácil para escurrírsele, y saltar por encima de él desde luego no era una opción.
Fuera, un pequeño destacamento de tres guardias entraban en el patio de la mansión, mientras que otros dos vigilaban la entrada.
Nicolás Barbacero
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
Debido al ajetreo de la situación, la alarma suena en todo el lugar y los guardias están más alerta que nunca. No solo eso, el dueño de la mansión viendo lo que sucede ordena que trasladen todos los objetos de valor y se protejan de los infames ladrones que tratan de arrebatarles sus preciosos objetos.
- Como dictan los protocolos del Gremio de ladrones, Zack abandona el lugar en cuanto la alarma salta, dispuesto a mantener su identidad a salvo y por tanto, los intereses del gremio. Su presencia en la ciudad es demasiado importante como para arriesgarla.
- En tres turnos el objeto que Magazubi quería robar desaparecerá en una de las cámaras acorazadas mejor custodiadas de Vulwurfar, no obstante aun tienes tiempo para hacerte con ella, tiempo que no tendrás para recuperar a pelusa. La decisión es tuya, Pelusa o cumplir con tu deber.
- La confusión reina en el lugar y muchos guardias no saben exactamente que hacer ante tan repentina alerta, Nicolás se encontrará solo con tres guardias de su lado durante cinco turnos.
Fehu
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
Sinceramente quería hacer las cosas bien, no toparme con nadie, tomar lo necesario y salir de ahí sin mucho problema, pero al parecer las cosas no pueden ser simples y sencillas, es como una ley que cada vez que voy a una misión del gremio se haga el mayor estruendo posible. Toda aquella situación me estaba haciendo perder la paciencia y las ganas de seguir lanzándole flores a este guardia también estaban desapareciendo, ya que lo único que había hecho era molestar y seguir molestando mientras yo buscaba esquivarlo a toda costa, pero ahora no podía huir de él tan fácilmente. Su gigantesco escudo estaba tapándome la salida, estaba totalmente arrinconada y como si fuera poco él estaba tratando de presionarme más para quedar aplastada contra la pared. Mis cejas se torcieron y mi paciencia se había esfumado, pero eso no implicaba una perdida de control, sólo significaba que esta vez no tendría piedad y buscaría a toda costa hacer lo que me propuse a cumplir: Recuperar a Pelusa y robar el collar.
No dejaría de intentar conseguir mi cometido, incluso si eso me traía graves consecuencias, pero debía seguir luchando por lo que quiero y por lo que debo.
Establecí una tabla de prioridades en donde lo más importante era recuperar a mi aionsito, luego se posicionaba conseguir el collar y por último estaba el mantenerme a salvo y con vida. A la misión que fui con el Capitán deje a mi pequeño solo y eso no iba a volver a suceder, costara lo que costara tenía que recuperarlo.
El tiempo que me quedaba para salir de mi pequeña prisión se reducía a segundos y mis posibilidades eran pocas, pero debía por el bien de Pelusa lograrlo y no había en ese momento una mejor motivación que esa(1). -Aaaahhh- hice un pequeño grito de guerra mientras cerraba los ojos y posicionaba ambas manos sobre el escudo del guardia para evitar que me aplastara por completo, pero lo que realmente estaban haciendo mis manos ahí eran hechizar su escudo, se dibujó un símbolo interesante sobre la superficie del mismo para que funcionara como runa que hiciera brillar de forma intensa aquel arma por unos pequeños segundos, (2) y como el escenario en donde nos encontrábamos era bastante oscuro esperaba que el guardia se encandilara por el intenso brillo que produciría su escudo, aquello me daría unos pequeños minutos más en donde pasaría a poner en acción mi plan de rescate.
Abrí un poquitico mis ojos para apuntar(3) y así empujar con mis manos el escudo en el lugar preciso como para que se volteara, me había basado para ese ataque en el hecho de que su escudo circular y aparentemente simétrico tendría un único punto de apoyo: su mano/brazo, lo cuál debería tener una reacción similar a una palanca, por lo que sí empujaba con suficiente fuerza y precisión un punto alto en el escudo, lo más lógico sería que la parte baja se elevara queriendo hacer un movimiento de rotación, lo que me permitiría agacharme bajo el escudo y tratar de escapar o entre sus piernas o arrastrada por un lado, en donde contaba con el apoyo de mi cuchillo para tratar de abrirme paso y crear una salida; pero cualquier cosa que pasara necesitaba apurarme ya que se estaban por unir a él unos cuantos guardias más.
No dejaría de intentar conseguir mi cometido, incluso si eso me traía graves consecuencias, pero debía seguir luchando por lo que quiero y por lo que debo.
Establecí una tabla de prioridades en donde lo más importante era recuperar a mi aionsito, luego se posicionaba conseguir el collar y por último estaba el mantenerme a salvo y con vida. A la misión que fui con el Capitán deje a mi pequeño solo y eso no iba a volver a suceder, costara lo que costara tenía que recuperarlo.
El tiempo que me quedaba para salir de mi pequeña prisión se reducía a segundos y mis posibilidades eran pocas, pero debía por el bien de Pelusa lograrlo y no había en ese momento una mejor motivación que esa(1). -Aaaahhh- hice un pequeño grito de guerra mientras cerraba los ojos y posicionaba ambas manos sobre el escudo del guardia para evitar que me aplastara por completo, pero lo que realmente estaban haciendo mis manos ahí eran hechizar su escudo, se dibujó un símbolo interesante sobre la superficie del mismo para que funcionara como runa que hiciera brillar de forma intensa aquel arma por unos pequeños segundos, (2) y como el escenario en donde nos encontrábamos era bastante oscuro esperaba que el guardia se encandilara por el intenso brillo que produciría su escudo, aquello me daría unos pequeños minutos más en donde pasaría a poner en acción mi plan de rescate.
Abrí un poquitico mis ojos para apuntar(3) y así empujar con mis manos el escudo en el lugar preciso como para que se volteara, me había basado para ese ataque en el hecho de que su escudo circular y aparentemente simétrico tendría un único punto de apoyo: su mano/brazo, lo cuál debería tener una reacción similar a una palanca, por lo que sí empujaba con suficiente fuerza y precisión un punto alto en el escudo, lo más lógico sería que la parte baja se elevara queriendo hacer un movimiento de rotación, lo que me permitiría agacharme bajo el escudo y tratar de escapar o entre sus piernas o arrastrada por un lado, en donde contaba con el apoyo de mi cuchillo para tratar de abrirme paso y crear una salida; pero cualquier cosa que pasara necesitaba apurarme ya que se estaban por unir a él unos cuantos guardias más.
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(1) Habilidad nivel 2
(2) Pasiva Arcanos
(3) Puntería de tirador.
Lo que narro en el último párrafo no está concretado, ya que depende de lo que haga el otro usuario para contrarrestar.
Nico me caes bien, aunque no te conozco, pero de alguna forma u otra Maguita va a salir de ahí, espero.
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(2) Pasiva Arcanos
(3) Puntería de tirador.
Lo que narro en el último párrafo no está concretado, ya que depende de lo que haga el otro usuario para contrarrestar.
Nico me caes bien, aunque no te conozco, pero de alguna forma u otra Maguita va a salir de ahí, espero.
Magazubi
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
¿Pero qué coño estaba haciendo esa pequeñaja, empujando su escudo? Aún se iba a acabar tropezando y haciendo daño, maldita sea. Ojalá no fuese la hija mimada de algún ricachón que se cree demasiado rebelde como para obedecer a la ley.
Notó cómo hacía más presión en uno de los lados del escudo, buscando apartarlo o algo.
¡Aún te quedan muchos caldos que tomar para desarmarme, jovenzuela!, dijo mientras se intentaba librar de ella.
Durante el forcejeo logró hacer que la chica retrocediese algo más, pero de repente un estallido de luz brotó de la parte frontal del escudo.
¡Hija de tu madre!, profirió Barbacero mientras se intentaba cubrir de la luz cegadora tras el escudo.
Con un brillo tan semejante y estando tan cerca ella también estaría deslumbrada seguramente.
Dio unos pasos hacia atrás prudencialmente, no fuese a intentar alguna jugarreta sucia aprovechando la ocasión, aunque el resplandor no debía de dejar mucho campo de visión en esa situación.
Cuando por fin cesó el fulgor, Nicolás escudriñó de nuevo la habitación. ¿Dónde se encontraba aquella sabandija tramposa?
En el exterior, dos de los tres guardias se encontraban ya muy cerca de la sala, mientras que el tercero había ido a comprobar la seguridad de los dueños de la mansión.
Notó cómo hacía más presión en uno de los lados del escudo, buscando apartarlo o algo.
¡Aún te quedan muchos caldos que tomar para desarmarme, jovenzuela!, dijo mientras se intentaba librar de ella.
Durante el forcejeo logró hacer que la chica retrocediese algo más, pero de repente un estallido de luz brotó de la parte frontal del escudo.
¡Hija de tu madre!, profirió Barbacero mientras se intentaba cubrir de la luz cegadora tras el escudo.
Con un brillo tan semejante y estando tan cerca ella también estaría deslumbrada seguramente.
Dio unos pasos hacia atrás prudencialmente, no fuese a intentar alguna jugarreta sucia aprovechando la ocasión, aunque el resplandor no debía de dejar mucho campo de visión en esa situación.
Cuando por fin cesó el fulgor, Nicolás escudriñó de nuevo la habitación. ¿Dónde se encontraba aquella sabandija tramposa?
En el exterior, dos de los tres guardias se encontraban ya muy cerca de la sala, mientras que el tercero había ido a comprobar la seguridad de los dueños de la mansión.
- Off-topic:
- Ea, que se vea que no soy tan malvado, ahí tienes un nuevo curso de acción disponible.
Nicolás Barbacero
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
Mi truco con el brillante escudo había funcionado de maravilla, aquella runa me había dado un espacio de tiempo suficiente como para escabullirme de la prisión que me generaba ese guardia. Mi concentración era plena y por lo tanto cuidaba mucho mis movimientos; sabía lo que haría mi runa, por lo que me preparé con los ojos cerrados para recibir la intensa iluminación que ocasionaría. Debía mantener mis movimientos controlados y siempre en un margen que me beneficien, no podía perder el control y debía enfocarme en mis prioridades.
Haber escapado de aquel hombre había sido un 50% habilidad y el resto de suerte, no podía permitir que nada saliera mal en esa misión, así que no podía seguir contando con la fortuna. Mis dientes mordieron mis labios para evitar hacer más ruido del necesario, mi respiración estaba un poco acelerada y los golpes estaban doliéndome un poco pero debía seguir huyendo del peligro -El dolor siempre está pero el sufrimiento es mental- me repetía constantemente para seguir enfocada y no perder de vista mi objetivo.
Los refuerzos de los guardias habían llegado, incluso estaban acercándose a la mansión un grupo de personas que se veían destinadas a custodiar todos los objetos de valor en la casa, por lo que tenía que moverme con velocidad para robar el collar y recuperar a mi Pelusa. Salí corriendo por el pasillo más ancho de la azotea, justo en donde estaba peleando antes con el brujo, para así escabullirme otra vez en la habitación de los dueños.
Desde una pequeña columna al lado de la entrada de la habitación me encontraba expectante y a la espera del momento preciso para entrar por la pequeña abertura que había en aquella puerta cuadrada de cristal transparente, aquella que me ayudaba a ver la oportunidad para entrar al dormitorio, pero también significaba que si me mantenía mucho tiempo ahí sería más fácil atraparme a mí que pelar mandarinas.(1)
En mi posición estaba algo acelerada, moví como unas cuatro veces mi cuerpo y mi cabeza para pasar un ojito por encima de la escena, necesitaba entrar de carácter urgente, esa sería mi última oportunidad de salir de ahí sin ser vista por las mayores autoridades del pueblo. Las veces que me giré a mirar la situación se encontraba una señora mayor junto a su pareja alarmados y en pijama atendiendo a las personas de seguridad que ya habían llegado a su casa para retirar todos los objetos de valor en su habitación. Cuando la mujer se dio la espalda a la puerta de la azotea para atender de forma educada a los funcionarios fue el momento preciso para yo entrar con cuidado, lanzarme al piso para no ser vista y dar vueltas como un tronquito para ocultarme bajo la cama de los dueños. Al llegar al lugar “seguro” me mordí con cierta fuerza la muñeca y dejé mis dientes haciendo presión sobre mi piel.
Haber sido criada por un vampiro me había dejado algunas malas costumbres de morder todo, mi costumbre era especifica: morder algo para evitar que mi boca hiciera ruido. Era una técnica bastante buena ya que me habían enseñado a no hablar con la boca llena, a demás de que se me imposibilitaba gritar con mi brazo entre los dientes. Precisamente eso era lo que quería hacer, el haber girado como tronquito por el suelo para no ser vista me había lastimado los golpes que el feo brujo me dejó de recuerdo, por lo que mi reacción más próxima fue querer chillar de dolor -¡A morderme se ha dicho!-.
Ya debajo de la cama aproveché para darme un pequeño respiro, a pesar de todo... me lo merecía, aunque tuviese que ser estrictamente pequeño. Instantes después de que me había ocultado pasaron unos pies grandotes, con botas negras corriendo para salir al exterior -Deben ser los refuerzos- pensé mientras maldecía mentalmente al guardia con el escudo por haber soltado la alarma.
Los pies que aparentaban ser de guardias ya habían salido de la habitación, ahora sólo quedaban las babuchas rojas, las pantuflas azules y un grupo de zapatos que suponía que serían de los encargados de proteger los objetos preciados de los señores.
-¡Aquí hay cosas importantes! ¡Llévense mis joyeros!- dijo una voz femenina en tono preocupado -...Y abajo tengo unos cuadros y esculturas de gran valor- se oyó la misma voz pero un poco más lejos.
En cuanto escuché que la voz se alejaba un poco aproveché de levantar unos centímetros la sabana que caía de la cama para darme mayor visualización y buscar mis oportunidades de robar el collar antes de que se lo llevaran, pero gracias a las circunstancias de la vida ya quedaban eran 3 funcionarios en la habitación buscando todos los joyeros de la señora. -¡Una peinadora!- pensé mientras usaba toda mi concentración para atraer con telequinesis hasta debajo de la cama una pintura de labios; no estaba muy segura si alguien de los que custodiaban las joyas vería el estuché pequeño levitar hasta la parte interior de la cama, pero lo vieran o no yo necesitaba hacer ese movimiento, así que a penas obtuve el maquillaje en mis manos lo utilicé para echármelo con velocidad por la cara, me pinté los labios, cosa que no había practicado nunca, así que no esperaba que si alguien me viera no se haría pis(2) de la risa; me eché un poco en los ojos y me hice figuritas en la frente y en las mejillas. Aquel toque de sensualidad no había sido por capricho propiamente, o por glamour, sino que a mí me funcionaba como mascara de escape y como un medio para soltar un poco la adrenalina que mi cuerpo generaba.
Haber escapado de aquel hombre había sido un 50% habilidad y el resto de suerte, no podía permitir que nada saliera mal en esa misión, así que no podía seguir contando con la fortuna. Mis dientes mordieron mis labios para evitar hacer más ruido del necesario, mi respiración estaba un poco acelerada y los golpes estaban doliéndome un poco pero debía seguir huyendo del peligro -El dolor siempre está pero el sufrimiento es mental- me repetía constantemente para seguir enfocada y no perder de vista mi objetivo.
Los refuerzos de los guardias habían llegado, incluso estaban acercándose a la mansión un grupo de personas que se veían destinadas a custodiar todos los objetos de valor en la casa, por lo que tenía que moverme con velocidad para robar el collar y recuperar a mi Pelusa. Salí corriendo por el pasillo más ancho de la azotea, justo en donde estaba peleando antes con el brujo, para así escabullirme otra vez en la habitación de los dueños.
Desde una pequeña columna al lado de la entrada de la habitación me encontraba expectante y a la espera del momento preciso para entrar por la pequeña abertura que había en aquella puerta cuadrada de cristal transparente, aquella que me ayudaba a ver la oportunidad para entrar al dormitorio, pero también significaba que si me mantenía mucho tiempo ahí sería más fácil atraparme a mí que pelar mandarinas.(1)
En mi posición estaba algo acelerada, moví como unas cuatro veces mi cuerpo y mi cabeza para pasar un ojito por encima de la escena, necesitaba entrar de carácter urgente, esa sería mi última oportunidad de salir de ahí sin ser vista por las mayores autoridades del pueblo. Las veces que me giré a mirar la situación se encontraba una señora mayor junto a su pareja alarmados y en pijama atendiendo a las personas de seguridad que ya habían llegado a su casa para retirar todos los objetos de valor en su habitación. Cuando la mujer se dio la espalda a la puerta de la azotea para atender de forma educada a los funcionarios fue el momento preciso para yo entrar con cuidado, lanzarme al piso para no ser vista y dar vueltas como un tronquito para ocultarme bajo la cama de los dueños. Al llegar al lugar “seguro” me mordí con cierta fuerza la muñeca y dejé mis dientes haciendo presión sobre mi piel.
Haber sido criada por un vampiro me había dejado algunas malas costumbres de morder todo, mi costumbre era especifica: morder algo para evitar que mi boca hiciera ruido. Era una técnica bastante buena ya que me habían enseñado a no hablar con la boca llena, a demás de que se me imposibilitaba gritar con mi brazo entre los dientes. Precisamente eso era lo que quería hacer, el haber girado como tronquito por el suelo para no ser vista me había lastimado los golpes que el feo brujo me dejó de recuerdo, por lo que mi reacción más próxima fue querer chillar de dolor -¡A morderme se ha dicho!-.
Ya debajo de la cama aproveché para darme un pequeño respiro, a pesar de todo... me lo merecía, aunque tuviese que ser estrictamente pequeño. Instantes después de que me había ocultado pasaron unos pies grandotes, con botas negras corriendo para salir al exterior -Deben ser los refuerzos- pensé mientras maldecía mentalmente al guardia con el escudo por haber soltado la alarma.
Los pies que aparentaban ser de guardias ya habían salido de la habitación, ahora sólo quedaban las babuchas rojas, las pantuflas azules y un grupo de zapatos que suponía que serían de los encargados de proteger los objetos preciados de los señores.
-¡Aquí hay cosas importantes! ¡Llévense mis joyeros!- dijo una voz femenina en tono preocupado -...Y abajo tengo unos cuadros y esculturas de gran valor- se oyó la misma voz pero un poco más lejos.
En cuanto escuché que la voz se alejaba un poco aproveché de levantar unos centímetros la sabana que caía de la cama para darme mayor visualización y buscar mis oportunidades de robar el collar antes de que se lo llevaran, pero gracias a las circunstancias de la vida ya quedaban eran 3 funcionarios en la habitación buscando todos los joyeros de la señora. -¡Una peinadora!- pensé mientras usaba toda mi concentración para atraer con telequinesis hasta debajo de la cama una pintura de labios; no estaba muy segura si alguien de los que custodiaban las joyas vería el estuché pequeño levitar hasta la parte interior de la cama, pero lo vieran o no yo necesitaba hacer ese movimiento, así que a penas obtuve el maquillaje en mis manos lo utilicé para echármelo con velocidad por la cara, me pinté los labios, cosa que no había practicado nunca, así que no esperaba que si alguien me viera no se haría pis(2) de la risa; me eché un poco en los ojos y me hice figuritas en la frente y en las mejillas. Aquel toque de sensualidad no había sido por capricho propiamente, o por glamour, sino que a mí me funcionaba como mascara de escape y como un medio para soltar un poco la adrenalina que mi cuerpo generaba.
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Lista con mi maquillaje de guerra en la cara me encontraba preparada para actuar sin ser reconocida y lograr mi cometido, mi misión ahora era más clara que nunca: Robar el collar y recuperar a Pelusa. Iba a lograr ambas y nada ni nadie me iba a detener en aquella decisión.
Fruncí mi cara y dejé que mis cejas se doblaran creando en mí una expresión decidida, por lo que salí con mi cara pintada a empujar al funcionario que se encontraba en mi camino, no con la intención de lastimarlo o agredirlo, sino con la intención de que soltara el joyero para que este pudiera levitar con todas las prendas que pudiesen encontrarse en su interior, ya que así sería más fácil localizar el collar que estaba buscando.
Fruncí mi cara y dejé que mis cejas se doblaran creando en mí una expresión decidida, por lo que salí con mi cara pintada a empujar al funcionario que se encontraba en mi camino, no con la intención de lastimarlo o agredirlo, sino con la intención de que soltara el joyero para que este pudiera levitar con todas las prendas que pudiesen encontrarse en su interior, ya que así sería más fácil localizar el collar que estaba buscando.
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A partir de hoy vuelvo a mi actividad de 48h
Disculpen lo largo, pero no quería desaprovechar la oportunidad que me dio Nicolás de salir de su radar.
(1) Es una comparación que hice entre atraparme y pelar mandarinas, pero lo que significa es que sería fácil atraparme.
(2) Hacerse pis, con eso me refiero a tener ganas de orinar por lo graciosa que me debo ver maquillada como loca.
- Nunca se puede perder el glamour:
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En mi defensa yo no tenía espejo
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
Maldita sea la estirpe de la puta de la niña y la madre que la parió..., farfullaba Nicolás entre dientes.
Era increíble, de alguna manera había logrado evadirse de un bloqueo casi total, y los guardias no estaban haciendo muchos progresos en encontrar a los malditos ladrones.
El mercenario se encontraba a punto de abandonar la habitación cuando recordó una cosa: la chica venía en busca de una mascota, y si no recordaba mal en la habitación de enfrente había un animalito enjaulado, así que muy probablemente fuese ese, ya que los dueños no tenían mascota hasta hace poco, y era solo una.
Corriendo todo lo rápido que pudo, Nicolás entró en la sala. Efectivamente, allí estaba aún la jaula con el animal, peludito y con sus pequeños cuernos intactos.
¿Todo este lío era por una maldita cría de cabra?
No me pagan lo suficiente por estas mierdas.
Tranquila, bola de pelo, no te va a pasar nada mientras yo esté aquí, espero.
Esta vez sí que no lo iba a lograr, no señor, ese animal no iba a abandonar el recinto por nada del mundo mientras Nicolás estuviese en pie.
Cerró rápidamente la habitación con pestillo, y tras comprobar que la ventana tenía barrotes lo suficientemente gruesos como para que no entrase nada mayor que una culebra entre ellos, escondió la caja de la criatura en una esquina, debajo de una gran pila de cajas, de manera que no se podía ver diferencia alguna entre ellas, y el sonido del animalito quedaba sepultado entre la madera.
Finalmente, se sentó encima de una de las cajas en la esquina defensiva que había formado y se limitó a mantenerse alerta para tomar a cabo cualquier tipo de acción.
Ahora sí que estaba jodida la chiquilla: ¿qué iba a hacer, tirar abajo la puerta, que era la única entrada viable a la sala?
Y aún así, ¿cómo iba a saber cuál de todas las cajas contenía a la mascota, en semejante caos, si siquiera se le pasaba por alto registrarlas?
Ya se encargarían los otros guardias del resto de riquezas, que él protegería a esa cabra tan rara.
Era increíble, de alguna manera había logrado evadirse de un bloqueo casi total, y los guardias no estaban haciendo muchos progresos en encontrar a los malditos ladrones.
El mercenario se encontraba a punto de abandonar la habitación cuando recordó una cosa: la chica venía en busca de una mascota, y si no recordaba mal en la habitación de enfrente había un animalito enjaulado, así que muy probablemente fuese ese, ya que los dueños no tenían mascota hasta hace poco, y era solo una.
Corriendo todo lo rápido que pudo, Nicolás entró en la sala. Efectivamente, allí estaba aún la jaula con el animal, peludito y con sus pequeños cuernos intactos.
¿Todo este lío era por una maldita cría de cabra?
No me pagan lo suficiente por estas mierdas.
Tranquila, bola de pelo, no te va a pasar nada mientras yo esté aquí, espero.
Esta vez sí que no lo iba a lograr, no señor, ese animal no iba a abandonar el recinto por nada del mundo mientras Nicolás estuviese en pie.
Cerró rápidamente la habitación con pestillo, y tras comprobar que la ventana tenía barrotes lo suficientemente gruesos como para que no entrase nada mayor que una culebra entre ellos, escondió la caja de la criatura en una esquina, debajo de una gran pila de cajas, de manera que no se podía ver diferencia alguna entre ellas, y el sonido del animalito quedaba sepultado entre la madera.
Finalmente, se sentó encima de una de las cajas en la esquina defensiva que había formado y se limitó a mantenerse alerta para tomar a cabo cualquier tipo de acción.
Ahora sí que estaba jodida la chiquilla: ¿qué iba a hacer, tirar abajo la puerta, que era la única entrada viable a la sala?
Y aún así, ¿cómo iba a saber cuál de todas las cajas contenía a la mascota, en semejante caos, si siquiera se le pasaba por alto registrarlas?
Ya se encargarían los otros guardias del resto de riquezas, que él protegería a esa cabra tan rara.
- Off-topic:
- Muajajajaja, pienso quedarme con Pelusa como mascota, que te den, Maga.
Nicolás Barbacero
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
Al parecer nadie se había percatado del movimiento con el maquillaje, seguramente los que se encontraban en la sala estaban tan ocupados buscando y protegiendo aquellos objetos de más valor que habían ignorado por completo todo lo demás.
Cuando salí de mi escondite empujando a un hombre de los que allí se encontraba era que empezaba el verdadero juego de velocidad. Los funcionarios que estaban con él se pusieron alertas y con preocupación buscaron minimizar el efecto que mi intento de hurto podría causarles. Yo por mi parte no quería riquezas, sólo necesitaba el collar que venía a buscar y a mi aionsito consentido, así que cuando salieron volando las prendas que se encontraban dentro del cofre, aproveché de separar las joyas con telekinesis para así seleccionar la que necesitaba, la atraje hasta mí y con el mismo poder mental que usé para separar las prendas me coloqué el hermoso collar alrededor de mi cuello, consideraba que aquella sería la forma más fácil de transportar la mercancía e incluso dejaría mis manos y bolsillos libres para guardárselos a mi pequeño.
Una parte de la misión ya estaba hecha, tenía el objeto y podría ya huir tranquilamente hasta mi gremio para cumplir con lo que tenía en mente el grupo, sin embargo mi misión iba mucho más allá de un simple objeto, tenía el objetivo personal de recuperar a mi mascota, aquella bolita de pelos que recibía mi constante atención y cariño todos los días. Lo extrañaba y no podía dejarlo solo otra vez.
Haberme puesto el collar me hacía sentir diferente, no estaba muy segura si era bueno o malo, pero mi respiración era más pausada, controlada y el aire se sentía más puro. En cuanto inhalé de forma profunda después de ponerme aquella prenda me acordé de sus propiedades mágicas, al principio sonreí con un poco de malicia pero al final decidí que no la usaría porque no sabía que efectos negativos podía causar en mí. Seguiría con el Tentum puesto, pero no intentaría aprovecharme de sus propiedades.
Según los informes de el gremio Pelusa debería encontrarse en alguna habitación del primer piso, por lo que debía buscar la forma de salir de la habitación y correr hasta abajo sin que me atraparan, pero tenía un fuerte presentimiento de que abajo no se encontraba mi chiquito. Sinceramente no quería arriesgar mi misión por un simple presentimiento, pero era mucho más intenso que un presentimiento, era como si supiera que no encontraría a mi Pelusa y realmente no tenía ni la menor idea de en dónde podía empezar a buscar.
Otro de los inconvenientes que tenía era el tiempo y la cantidad de guardias y personas que estarían revisando la casa y custodiando todo, no podía dejar que me atraparan, pero mi corazón insistía en no permitir que me alejara de alguien a quien quiero.
Instantes después de haberme colocado el collar hice como un intento para salir corriendo a través de los que allí se encontraban para bajar por mi aion, pero mi acción definitiva fue correr en sentido contrario para devolverme, regresar otra vez hacía el balcón para huir de los funcionarios de la habitación, para luego saltar, y sin pensarlo dos veces lo hice desde la baranda con la intención de agarrarme del árbol más cercano.
Cuando salí de mi escondite empujando a un hombre de los que allí se encontraba era que empezaba el verdadero juego de velocidad. Los funcionarios que estaban con él se pusieron alertas y con preocupación buscaron minimizar el efecto que mi intento de hurto podría causarles. Yo por mi parte no quería riquezas, sólo necesitaba el collar que venía a buscar y a mi aionsito consentido, así que cuando salieron volando las prendas que se encontraban dentro del cofre, aproveché de separar las joyas con telekinesis para así seleccionar la que necesitaba, la atraje hasta mí y con el mismo poder mental que usé para separar las prendas me coloqué el hermoso collar alrededor de mi cuello, consideraba que aquella sería la forma más fácil de transportar la mercancía e incluso dejaría mis manos y bolsillos libres para guardárselos a mi pequeño.
Una parte de la misión ya estaba hecha, tenía el objeto y podría ya huir tranquilamente hasta mi gremio para cumplir con lo que tenía en mente el grupo, sin embargo mi misión iba mucho más allá de un simple objeto, tenía el objetivo personal de recuperar a mi mascota, aquella bolita de pelos que recibía mi constante atención y cariño todos los días. Lo extrañaba y no podía dejarlo solo otra vez.
Haberme puesto el collar me hacía sentir diferente, no estaba muy segura si era bueno o malo, pero mi respiración era más pausada, controlada y el aire se sentía más puro. En cuanto inhalé de forma profunda después de ponerme aquella prenda me acordé de sus propiedades mágicas, al principio sonreí con un poco de malicia pero al final decidí que no la usaría porque no sabía que efectos negativos podía causar en mí. Seguiría con el Tentum puesto, pero no intentaría aprovecharme de sus propiedades.
Según los informes de el gremio Pelusa debería encontrarse en alguna habitación del primer piso, por lo que debía buscar la forma de salir de la habitación y correr hasta abajo sin que me atraparan, pero tenía un fuerte presentimiento de que abajo no se encontraba mi chiquito. Sinceramente no quería arriesgar mi misión por un simple presentimiento, pero era mucho más intenso que un presentimiento, era como si supiera que no encontraría a mi Pelusa y realmente no tenía ni la menor idea de en dónde podía empezar a buscar.
Otro de los inconvenientes que tenía era el tiempo y la cantidad de guardias y personas que estarían revisando la casa y custodiando todo, no podía dejar que me atraparan, pero mi corazón insistía en no permitir que me alejara de alguien a quien quiero.
Instantes después de haberme colocado el collar hice como un intento para salir corriendo a través de los que allí se encontraban para bajar por mi aion, pero mi acción definitiva fue correr en sentido contrario para devolverme, regresar otra vez hacía el balcón para huir de los funcionarios de la habitación, para luego saltar, y sin pensarlo dos veces lo hice desde la baranda con la intención de agarrarme del árbol más cercano.
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
Condenada cría, debe de estar escondiéndose por la finca o algo.
Si pretende que salga lo tiene bien claro, pensaba para sí mismo.
La verdad es que no era un asiento tan incómodo aquella caja, podría hasta valerle mientras.
Mientras no vengan el resto de guardias asegurando que he cumplido con mi trabajo no pienso despegarme de esa bola de pelo.
Además, si tanto la quiere que venga a por ella, no voy a ser yo quien se la lleve.
Afuera seguía oyéndose el bullicio de la seguridad, probablemente aún a la busca de los intrusos.
Oyó un grito alto. Según entendió acababan de encontrar los cuerpos de otros vigilantes.
Pobrecillos, nunca estuvieron preparados para la acción en verdad.
Nicolás tenía claro su cometido: no ceder un centímetro de su posición protectora.
La mascota se iba a quedar allí.
De repente, reparó en algo de suma importancia que no había visto anteriormente: en una de las esquinas opuestas de la habitación se podía distinguir lo que parecía la boca de una trampilla hacia abajo.
Quizás era una vía de escape de emergencia por si se daba un incendio en el edificio o algo, y por la localización seguramente desembocaba en las cuadras que había dos pisos más abajo, a ras de suelo.
Por suerte una pequeña caja aportaba algo de peso adicional a la trampilla, pero nunca se sabe, igual un golpe extremadamente fuerte o bien propinado podría levantarla igualmente.
Si pretende que salga lo tiene bien claro, pensaba para sí mismo.
La verdad es que no era un asiento tan incómodo aquella caja, podría hasta valerle mientras.
Mientras no vengan el resto de guardias asegurando que he cumplido con mi trabajo no pienso despegarme de esa bola de pelo.
Además, si tanto la quiere que venga a por ella, no voy a ser yo quien se la lleve.
Afuera seguía oyéndose el bullicio de la seguridad, probablemente aún a la busca de los intrusos.
Oyó un grito alto. Según entendió acababan de encontrar los cuerpos de otros vigilantes.
Pobrecillos, nunca estuvieron preparados para la acción en verdad.
Nicolás tenía claro su cometido: no ceder un centímetro de su posición protectora.
La mascota se iba a quedar allí.
De repente, reparó en algo de suma importancia que no había visto anteriormente: en una de las esquinas opuestas de la habitación se podía distinguir lo que parecía la boca de una trampilla hacia abajo.
Quizás era una vía de escape de emergencia por si se daba un incendio en el edificio o algo, y por la localización seguramente desembocaba en las cuadras que había dos pisos más abajo, a ras de suelo.
Por suerte una pequeña caja aportaba algo de peso adicional a la trampilla, pero nunca se sabe, igual un golpe extremadamente fuerte o bien propinado podría levantarla igualmente.
Última edición por Nicolás Barbacero el Dom 6 Dic - 22:44, editado 1 vez (Razón : Corregida la descripción de la sala para no hacerla totalmente impenetrable.)
Nicolás Barbacero
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
No estaba muy segura si se trataba de la famosa suerte o fue un reflejo mágico del collar que rodeaba mi cuello, pero lo había logrado. Salté del balcón y caí en la rama del árbol más cercano, una rama resistente, gruesa y fuerte que aumentaba mi tranquilidad y dejaba que mis sentidos se enfocaran en crear un plan de ataque.
De momento esperé sentada con la espalda apoyada al robusto tronco, necesitaba descansar, recuperar mi aliento y mis energías, aproveché de observarme las heridas que tenía en mi cuerpo y de pensar en mi siguiente jugada.
Sabía que era muy arriesgado un doble asalto, primero porque mis condiciones iniciales ya no eran las mismas y segundo porque no estaba muy segura de como había sido la reacción de todos en la mansión después de que no encontraran rastros de absolutamente nada en la casa, tenían solo las flechas que les había lanzado a los primeros guardias pero no conseguían culpables -¿Los dueños sentirían un alivio de que ya haya pasado todo y se descuidarían o por le contrario estarían más alertas por el temor de otro ataque?-. No tenía muchas intenciones de averiguarlo, pero necesitaba prepararme para lo peor, tenía que general un plan de ataque que me funcionase para volver a entrar y recuperar a mi Pelusa. La parte buena de todo este asunto es que como ya me había infiltrado en aquella casa antes conocía ciertas técnicas y lugares que me permitían moverme con mayor fluidez y velocidad en el interior.
No iba a volver a dejar a Pelusa en manos de nadie, él era mi responsabilidad y ya era hora de que empezara a asumirla como lo que es. Esta oportunidad no la iba a abandonar, pero tampoco iba a permitir que mis sentimientos nublaran mi juicio, lo primero que necesitaba hacer era un análisis de la situación para conocer mis limites y recordarme qué habilidades podrían estar a mi favor. Un blanco y feo elfo llamado Destino un día me dijo que si conocía a los demás y me conocía a mí misma, ni en cien batallas correrías peligro; pero si no conocía a los demás, pero me conocía a mí misma, perdería una batalla y ganaría otra. Aquella frase, a pesar de haber salido de un abraza arboles realmente eran muy sabias y confiaba en que eso era cierto. -¡Perdí la primera batalla, eso no va a volver a suceder!- pensé mientras analizaba mis capacidades.
Esperé un tiempo prudente, quería asegurarme de que no seguían buscando a los ladrones y que el embrollo que había ahí se tranquilizara un poco, sin embargo estuve muy pendiente por si alguien llegaba a sacar una jaulita con mi mascota, pero no fue así, Pelusa seguía dentro de la casa. Desde mi posición no podía ver muy bien lo que sucedía en la mansión, ni siquiera en el cuarto de los dueños, pero si podía observar qué salía y entraba en el piso de abajo. Entraron varias cajas y salieron otras tantas, entraron unos guardias y algunos salieron, a los dueños los sacaron y si mi vista no me fallaba no los vi entrar de nuevo; era un juego básico de suma y resta.
Se estaba haciendo más tarde y en mi cabeza estaba estrangulando a Zack por haberme dejado sola cuando yo fui a socorrerlo con el brujo, incluso recibí varios golpes por su culpa y el desagradecido se había ido. Suspiré un tanto decepcionada y me preparé para el segundo asalto.
Salté de nuevo al balcón, me agarré de las barandas y con un poco de dificultad me preparé para acomodarme en mi posición, primero necesitaba estar segura de cuales eran las circunstancias en la casa por lo que me quede acostada boca abajo en el balcón, en silencio, regulando mi respiración y concentrándome para afinar mi oído, ese sería mi primer aliado para conocer mi territorio. Podía oír ciertas voces a lo lejos, nada en concreto pero por lo menos la mansión no contaba con tanta gente dentro del lugar.
La puerta hacia la habitación de los dueños estaba cerrada, por lo que no podría entrar a la casa por allí, sino que tenía que dirigirme a otra entrada para intentarlo, pero no tuve mucha suerte así que empecé a probar con las ventanas.
De momento esperé sentada con la espalda apoyada al robusto tronco, necesitaba descansar, recuperar mi aliento y mis energías, aproveché de observarme las heridas que tenía en mi cuerpo y de pensar en mi siguiente jugada.
Sabía que era muy arriesgado un doble asalto, primero porque mis condiciones iniciales ya no eran las mismas y segundo porque no estaba muy segura de como había sido la reacción de todos en la mansión después de que no encontraran rastros de absolutamente nada en la casa, tenían solo las flechas que les había lanzado a los primeros guardias pero no conseguían culpables -¿Los dueños sentirían un alivio de que ya haya pasado todo y se descuidarían o por le contrario estarían más alertas por el temor de otro ataque?-. No tenía muchas intenciones de averiguarlo, pero necesitaba prepararme para lo peor, tenía que general un plan de ataque que me funcionase para volver a entrar y recuperar a mi Pelusa. La parte buena de todo este asunto es que como ya me había infiltrado en aquella casa antes conocía ciertas técnicas y lugares que me permitían moverme con mayor fluidez y velocidad en el interior.
No iba a volver a dejar a Pelusa en manos de nadie, él era mi responsabilidad y ya era hora de que empezara a asumirla como lo que es. Esta oportunidad no la iba a abandonar, pero tampoco iba a permitir que mis sentimientos nublaran mi juicio, lo primero que necesitaba hacer era un análisis de la situación para conocer mis limites y recordarme qué habilidades podrían estar a mi favor. Un blanco y feo elfo llamado Destino un día me dijo que si conocía a los demás y me conocía a mí misma, ni en cien batallas correrías peligro; pero si no conocía a los demás, pero me conocía a mí misma, perdería una batalla y ganaría otra. Aquella frase, a pesar de haber salido de un abraza arboles realmente eran muy sabias y confiaba en que eso era cierto. -¡Perdí la primera batalla, eso no va a volver a suceder!- pensé mientras analizaba mis capacidades.
Esperé un tiempo prudente, quería asegurarme de que no seguían buscando a los ladrones y que el embrollo que había ahí se tranquilizara un poco, sin embargo estuve muy pendiente por si alguien llegaba a sacar una jaulita con mi mascota, pero no fue así, Pelusa seguía dentro de la casa. Desde mi posición no podía ver muy bien lo que sucedía en la mansión, ni siquiera en el cuarto de los dueños, pero si podía observar qué salía y entraba en el piso de abajo. Entraron varias cajas y salieron otras tantas, entraron unos guardias y algunos salieron, a los dueños los sacaron y si mi vista no me fallaba no los vi entrar de nuevo; era un juego básico de suma y resta.
Se estaba haciendo más tarde y en mi cabeza estaba estrangulando a Zack por haberme dejado sola cuando yo fui a socorrerlo con el brujo, incluso recibí varios golpes por su culpa y el desagradecido se había ido. Suspiré un tanto decepcionada y me preparé para el segundo asalto.
Salté de nuevo al balcón, me agarré de las barandas y con un poco de dificultad me preparé para acomodarme en mi posición, primero necesitaba estar segura de cuales eran las circunstancias en la casa por lo que me quede acostada boca abajo en el balcón, en silencio, regulando mi respiración y concentrándome para afinar mi oído, ese sería mi primer aliado para conocer mi territorio. Podía oír ciertas voces a lo lejos, nada en concreto pero por lo menos la mansión no contaba con tanta gente dentro del lugar.
La puerta hacia la habitación de los dueños estaba cerrada, por lo que no podría entrar a la casa por allí, sino que tenía que dirigirme a otra entrada para intentarlo, pero no tuve mucha suerte así que empecé a probar con las ventanas.
Magazubi
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
Off: Debido a que me he percatado de una violación de las instrucciones dadas bastante evidente, los tres post mas recientes han sido borrados; la nueva situación es la siguiente, todo lo anterior se mantiene.
----------
El señor de la casa se abanicó vigorosamente en su habitación con el pequeño abanico de seda, estaba preocupado, mucho, y no era para menos; Dos ladrones habían entrado en su propiedad, los gritos que reinaban los pasillos parecían alzarse y ninguno de sus confiables guardias parecía saber exactamente dónde estaba el intruso, lo único que sabían es que uno de ellos era una cría que no superaría la quincena de edad.
Suspiró amargamente y, tras dejar el abanico a un lado, tamborileó nervioso los dedos sobre la mesa cuidadosamente tallada que tenía frente a él, no solo lo habían hecho el día en el que iba a dar la gran y ostentosa cena con los mercaderes de metales de Baslodia, sino que, además, ¡Iban tras el regalo de aniversario de su bella y encantadora esposa!
Aquella maldita bola de pelos iba a pagar muy caro lo que aquellos ladrones estaban haciendo por recuperarla, no había pagado aquella suma de dinero para entregársela a los ladrones en bandeja de plata, no.
Negó con la cabeza y comprobó que efectivamente, todo el lugar estaba sellado, una cosa era perder algunos objetos valiosos y otra, la vida.
Refunfuñando una amalgama incomprensible de insultos con la campanilla llamó al jefe de la guardia de su hogar, al parecer ya era demasiado tarde y no había dado tiempo ocultar la reliquia antes de que la pequeña ladrona de manos rápidas se hiciese con ella.
Sonrió sin embargo, aquella cría tendría suerte si salía de allí con vida.
_________________________________________
Instrucciones:
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El señor de la casa se abanicó vigorosamente en su habitación con el pequeño abanico de seda, estaba preocupado, mucho, y no era para menos; Dos ladrones habían entrado en su propiedad, los gritos que reinaban los pasillos parecían alzarse y ninguno de sus confiables guardias parecía saber exactamente dónde estaba el intruso, lo único que sabían es que uno de ellos era una cría que no superaría la quincena de edad.
Suspiró amargamente y, tras dejar el abanico a un lado, tamborileó nervioso los dedos sobre la mesa cuidadosamente tallada que tenía frente a él, no solo lo habían hecho el día en el que iba a dar la gran y ostentosa cena con los mercaderes de metales de Baslodia, sino que, además, ¡Iban tras el regalo de aniversario de su bella y encantadora esposa!
Aquella maldita bola de pelos iba a pagar muy caro lo que aquellos ladrones estaban haciendo por recuperarla, no había pagado aquella suma de dinero para entregársela a los ladrones en bandeja de plata, no.
Negó con la cabeza y comprobó que efectivamente, todo el lugar estaba sellado, una cosa era perder algunos objetos valiosos y otra, la vida.
Refunfuñando una amalgama incomprensible de insultos con la campanilla llamó al jefe de la guardia de su hogar, al parecer ya era demasiado tarde y no había dado tiempo ocultar la reliquia antes de que la pequeña ladrona de manos rápidas se hiciese con ella.
Sonrió sin embargo, aquella cría tendría suerte si salía de allí con vida.
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Instrucciones:
- Magazubi, has obtenido el collar, no obstante, debido a la enorme sucesión de acontecimientos te ves rodeada de guardias, les has dado el tiempo suficiente para organizarse por tratar de obtener tanto la reliquia como tu mascota. Estas en grave peligro. Zack, a riesgo de ser él el capturado, o peor, el que acabe muerto enastado en las armas de los guardias,vuelve para ayudarte; pero tendrás que ser rápida, pues los guardias están cerrando una a una todas las salidas del recinto. Deberás lanzar la voluntad de los dioses.
- Nicolás, tu presencia en la cámara donde esta Pelusa ya no es necesaria, numerosos soldados acuden en tu ayuda, así que tu capitán te ordena patrullar el edificio en busca de la joven para capturarla.
- Leerse las instrucciones es indispensable.
Fehu
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
Salga, Barbacero, traemos refuerzos.
Era el capitán de la guardia que venía acompañado.
Sí, señor, deme un minuto.
El mercenario desatranco la puerta tras comprobar que la jaula seguía igual de bien escondida y salió de la habitación.
Efectivamente, allí se encontraban tres soldados bien pertrechados junto al capitán, fácilmente reconocible por su insignia.
Encárguese de patrullar la zona y encuentre a la intrusa antes de que haya más problemas, Barbacero.
Sí, señor, contestó Nicolás como era esperado.
Las órdenes eran bien claras. Un buen número de guardias que habían llegado en el transcurso de los últimos minutos recorrían el patio y los pasillos de la vivienda en busca de la sabandija aquella que se había atrevido a entrar en propiedad privada.
Protejan bien la mercancía en mi ausencia, matizó antes de marcharse del lugar.
El ex-gladiador retomó las órdenes que se le habían encomendado, patrullando la planta intermedia de la mansión en busca de alguna pista, pero no había rastro alguno de la niña.
¿Dónde podría esconderse esa canija?
¿Quizás debajo de un mueble? No, demasiado obvio.
Igual está por el exterior, ya que dentro no da señales de vida.
En un pequeño arrebato de lucidez decidió probar un truco nuevo. Cogió una caja agujereada, dentro de la cual no había nada, de una de las habitaciones, y salió al patio con ella, fingiendo que estaba desplazando algo de sumo valor.
Con suerte la bribona aquella mordería el anzuelo y pensaría que su mascota estaba en la jaula, o algo por el estilo.
Era el capitán de la guardia que venía acompañado.
Sí, señor, deme un minuto.
El mercenario desatranco la puerta tras comprobar que la jaula seguía igual de bien escondida y salió de la habitación.
Efectivamente, allí se encontraban tres soldados bien pertrechados junto al capitán, fácilmente reconocible por su insignia.
Encárguese de patrullar la zona y encuentre a la intrusa antes de que haya más problemas, Barbacero.
Sí, señor, contestó Nicolás como era esperado.
Las órdenes eran bien claras. Un buen número de guardias que habían llegado en el transcurso de los últimos minutos recorrían el patio y los pasillos de la vivienda en busca de la sabandija aquella que se había atrevido a entrar en propiedad privada.
Protejan bien la mercancía en mi ausencia, matizó antes de marcharse del lugar.
El ex-gladiador retomó las órdenes que se le habían encomendado, patrullando la planta intermedia de la mansión en busca de alguna pista, pero no había rastro alguno de la niña.
¿Dónde podría esconderse esa canija?
¿Quizás debajo de un mueble? No, demasiado obvio.
Igual está por el exterior, ya que dentro no da señales de vida.
En un pequeño arrebato de lucidez decidió probar un truco nuevo. Cogió una caja agujereada, dentro de la cual no había nada, de una de las habitaciones, y salió al patio con ella, fingiendo que estaba desplazando algo de sumo valor.
Con suerte la bribona aquella mordería el anzuelo y pensaría que su mascota estaba en la jaula, o algo por el estilo.
Nicolás Barbacero
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
Había pasado bastante tiempo y no encontraba una forma sencilla de entrar a la mansión. Un señor se encontraba en el cuarto principal, las otras puertas y las ventanas estaban cerradas y las ideas se me estaban acabando, así que volví a la parte central del balcón en donde por las peores suertes del mundo me había encontrado con un grupo de guardias que no parecían estar muy contentos con mi presencia, me tenían rodeada y por alguna razón pensaban que yo había sido la causante de tanto alboroto -¡Estoy en problemas!- pensé mientras miraba a mi alrededor en mi búsqueda desesperada por salir de esa situación.
Me sentía atrapada y con opciones limitadas, por lo que pasé a ser una chiquilla obediente y con cuidado llevé mis dos brazos al aire en donde los guardias pudiesen ver que me estaba rindiendo; pero cuando estaba por arrodillarme y dejarme tomar por alguno de ellos empezó a inundarnos a todos una especie de niebla espesa, un humo que hizo que de mis ojos salieran unas cuantas lágrimas, pasé a toser un poco y por lo que pude escuchar no era la única que estaba afectada por aquel ataque inesperado. Oí luego unas cuantas quejas de los guardias (4) y después sentí un brazo jalarme con fuerza arrastrándome hasta alguna esquina en donde el humo ya se había disipado. Todo estaba pasando muy rápido y no estaba muy segura de lo que realmente significaba todo ese ataque, pero me sentí mucho más tranquila cuando pude entre abrir(1) mis ojos y ver una silueta parecida a la de Zack. Al principio quería insultarlo y decirle de lo que se iba a morir por haberme dejado sola, pero tenía que aceptar que ya había saldado su deuda al sacarme de ese aprieto en el que me encontraba, por lo que me limité a escucharlo.
-¡Eres una …..!- se contuvo a decir lo que pensaba de mí –Tengo que venir a rescatarte y ni la joya pudimos robar-.
Con los sentidos un poco atontados por el humo señalé mi cuello en donde estaba guindando el collar, lo agarré con cuidado y lo guarde debajo de mis prendas para mantenerlo más seguro, luego me detuve a mirar la expresión de asombro del ladrón, realmente no esperaba que “la carga” con la que tenía que lidiar en esta misión hubiese cumplido su cometido, sus ojos parecían brillarle ya que ahora sí podíamos huir con algo seguro.
-¡No me iré sin Pelusa!- le dije en un tono muy fuerte a Zack mientras estaba preparándose para cargarme y llevarme con él -Tampoco podrás cumplir tu misión... yo tengo el collar y no me iré de aquí sin mi mascotica- le expliqué esperando que entendiera el nivel de seriedad con el que le comentaba mi objetivo. Mi gran héroe y salvador seguía intentando convencerme y arrastrarme hasta la salida, claramente sus intereses estaban en mantenerme a salvo y a la mercancía robada, pero yo estaba decidida a no dejar perder esta oportunidad de recuperar un pedasito de mi vida. Al final el muy comprensivo entendió que nada me iba a hacer cambiar de opinión y que con una niña terca no podía discutir, por lo que él me propuso que escapara, corriera a la base del gremio o algún lugar seguro fuera de la mansión mientras él iba en busca de Pelusa, y por la forma en la que me miró cuando lo dijo le creí fielmente, sentía que lo decía muy en serio.
Me levanté del suelo aún con mis ojos aguados y me preparé para buscar una vía de escape efectiva para mi siguiente movimiento, gracias a Zack ya estaba un poco más tranquila y con más control, el efecto del humo se me estaba pasando y por supuesto había tomado en cuenta que ninguno de los guardias se había detenido a esperar que charlara plácidamente con mi compañero, ellos seguramente habían escuchado otra voz a parte de la mía, pero dudaba que hayan visto la figura de mi acompañante ya que él había desaparecido entre las sombras después de decirme que me ayudaría.
Ninguno de nosotros, a excepción de Zack, estábamos preparados para ese humo, así que mientras ellos seguramente estarían buscándome con dificultad en aquel espeso aire yo no tenía interrupciones en la charla con mi compañero. Aproveché esa pequeña ventaja de fragmentos de tiempo para intentar escapar, pero al parecer la bulla me seguía a todas partes. Pasé otra vez por la zona del humo y en vez de usarlo como cortina de invisibilidad me estaba funcionando como letrero de “Atrápame”, tropecé varias cajas, tosí inevitablemente y alerté a todos sobre mi posición -¿En serio tengo que ser tan ruidosa?- me pregunté a mí misma con cierta frustración mientras llevaba mi mano a la cara.(2)
Volví a quedar en la situación peligrosa, todos me buscaban y yo estaba ahí, en otras condiciones pero seguía con un ejercito de locos que vivían de atrapar a gente como nosotros; la única diferencia era que yo ahora tenía más control que ellos ya que no había pasado tanto tiempo bajo los efectos de aquel gas extraño que utilizó Zack -¡Es un genio!-.
Mientras trataba de escapar de aquella niebla tóxica como todos pude ver a alguien o algo borroso, tenía forma de humano y llevaba un paquete, algo que seguramente llevaría al exterior de la casa por ser algún objeto de valor que habría quedado dentro del recinto, así que me guié por aquella figura para escabullirme del humo y lo seguí desde lejos(3) con la intención de saber en dónde estaban colocando aquellos tesoros, a lo mejor podría encontrarme con mi peludo amigo. Cuando por fin pude ver con claridad me di cuenta de que era el guardia del escudo, con el que me había encontrado antes y resultaba que este llevaba consigo una caja agujerada. No había duda, él se notaba que era tan terco como yo, por lo que seguramente sería el primero en tratar de evitar que cumpla con mi propósito, era lógico que se llevara a mi bebé, yo le había comentado algo sobre mi objetivo aquí.
Me sentía atrapada y con opciones limitadas, por lo que pasé a ser una chiquilla obediente y con cuidado llevé mis dos brazos al aire en donde los guardias pudiesen ver que me estaba rindiendo; pero cuando estaba por arrodillarme y dejarme tomar por alguno de ellos empezó a inundarnos a todos una especie de niebla espesa, un humo que hizo que de mis ojos salieran unas cuantas lágrimas, pasé a toser un poco y por lo que pude escuchar no era la única que estaba afectada por aquel ataque inesperado. Oí luego unas cuantas quejas de los guardias (4) y después sentí un brazo jalarme con fuerza arrastrándome hasta alguna esquina en donde el humo ya se había disipado. Todo estaba pasando muy rápido y no estaba muy segura de lo que realmente significaba todo ese ataque, pero me sentí mucho más tranquila cuando pude entre abrir(1) mis ojos y ver una silueta parecida a la de Zack. Al principio quería insultarlo y decirle de lo que se iba a morir por haberme dejado sola, pero tenía que aceptar que ya había saldado su deuda al sacarme de ese aprieto en el que me encontraba, por lo que me limité a escucharlo.
-¡Eres una …..!- se contuvo a decir lo que pensaba de mí –Tengo que venir a rescatarte y ni la joya pudimos robar-.
Con los sentidos un poco atontados por el humo señalé mi cuello en donde estaba guindando el collar, lo agarré con cuidado y lo guarde debajo de mis prendas para mantenerlo más seguro, luego me detuve a mirar la expresión de asombro del ladrón, realmente no esperaba que “la carga” con la que tenía que lidiar en esta misión hubiese cumplido su cometido, sus ojos parecían brillarle ya que ahora sí podíamos huir con algo seguro.
-¡No me iré sin Pelusa!- le dije en un tono muy fuerte a Zack mientras estaba preparándose para cargarme y llevarme con él -Tampoco podrás cumplir tu misión... yo tengo el collar y no me iré de aquí sin mi mascotica- le expliqué esperando que entendiera el nivel de seriedad con el que le comentaba mi objetivo. Mi gran héroe y salvador seguía intentando convencerme y arrastrarme hasta la salida, claramente sus intereses estaban en mantenerme a salvo y a la mercancía robada, pero yo estaba decidida a no dejar perder esta oportunidad de recuperar un pedasito de mi vida. Al final el muy comprensivo entendió que nada me iba a hacer cambiar de opinión y que con una niña terca no podía discutir, por lo que él me propuso que escapara, corriera a la base del gremio o algún lugar seguro fuera de la mansión mientras él iba en busca de Pelusa, y por la forma en la que me miró cuando lo dijo le creí fielmente, sentía que lo decía muy en serio.
Me levanté del suelo aún con mis ojos aguados y me preparé para buscar una vía de escape efectiva para mi siguiente movimiento, gracias a Zack ya estaba un poco más tranquila y con más control, el efecto del humo se me estaba pasando y por supuesto había tomado en cuenta que ninguno de los guardias se había detenido a esperar que charlara plácidamente con mi compañero, ellos seguramente habían escuchado otra voz a parte de la mía, pero dudaba que hayan visto la figura de mi acompañante ya que él había desaparecido entre las sombras después de decirme que me ayudaría.
Ninguno de nosotros, a excepción de Zack, estábamos preparados para ese humo, así que mientras ellos seguramente estarían buscándome con dificultad en aquel espeso aire yo no tenía interrupciones en la charla con mi compañero. Aproveché esa pequeña ventaja de fragmentos de tiempo para intentar escapar, pero al parecer la bulla me seguía a todas partes. Pasé otra vez por la zona del humo y en vez de usarlo como cortina de invisibilidad me estaba funcionando como letrero de “Atrápame”, tropecé varias cajas, tosí inevitablemente y alerté a todos sobre mi posición -¿En serio tengo que ser tan ruidosa?- me pregunté a mí misma con cierta frustración mientras llevaba mi mano a la cara.(2)
Volví a quedar en la situación peligrosa, todos me buscaban y yo estaba ahí, en otras condiciones pero seguía con un ejercito de locos que vivían de atrapar a gente como nosotros; la única diferencia era que yo ahora tenía más control que ellos ya que no había pasado tanto tiempo bajo los efectos de aquel gas extraño que utilizó Zack -¡Es un genio!-.
Mientras trataba de escapar de aquella niebla tóxica como todos pude ver a alguien o algo borroso, tenía forma de humano y llevaba un paquete, algo que seguramente llevaría al exterior de la casa por ser algún objeto de valor que habría quedado dentro del recinto, así que me guié por aquella figura para escabullirme del humo y lo seguí desde lejos(3) con la intención de saber en dónde estaban colocando aquellos tesoros, a lo mejor podría encontrarme con mi peludo amigo. Cuando por fin pude ver con claridad me di cuenta de que era el guardia del escudo, con el que me había encontrado antes y resultaba que este llevaba consigo una caja agujerada. No había duda, él se notaba que era tan terco como yo, por lo que seguramente sería el primero en tratar de evitar que cumpla con mi propósito, era lógico que se llevara a mi bebé, yo le había comentado algo sobre mi objetivo aquí.
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OffRol
(1) Entre abrir los ojos = con los ojos a medio abrir (por la mitad)
(2) Hice una facepalm. Palmadita en la cara por un poco de frustración. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
(3) No es que siguiera a Nico desde lejos como espiándolo, Maga está en constante movimiento y está actuando rápido, pero por la distancia que hay entre la escena de heroísmo y Nico... Maga lo ve de lejitos.
(4) Zack hirió a los guardias con armas mientras estaba la capa de humo en su mayor espesor, sin embargo no los dejé a todos inválidos, ni siquiera especifiqué lo mucho o poco que Zack los hirió, mantuve el hecho de que Maguita siguiera en grave peligro para que el resultado con los guardias lo determine la runa.
Que sea la voluntad de los dioses.
Magazubi
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
El miembro 'Magazubi' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: La bandera azul y la rosa roja [Gremio de Ladrones][Libre]
Al poco tiempo de iniciar su señuelo pudo darse cuenta de que algo había pasado a unos cuantos metros de allí, ya que escuchó un barullo muy alto y la caída de varias cajas de madera de donde fuese que estaban apiladas.
Varios de los guardias tosían a lo lejos, asfixiados por una nube extraña que había invadido su localización.
Nicolás interpretó el reciente accidente como una nueva acción de aquella pequeñaja odiosa, que habría vuelto a por su dichosa bola de pelo.
Continuando con su plan, recorrió el patio pegado a los muros del edificio, dirigiéndose a una pequeña bodega que había en el piso más bajo de todos.
Tras mirar a los lados y detrás de él unas cuantas veces, las suficientes para que se notase que cargaba con algo importante, abrió la puerta de la habitación y se metió dentro de ella, buscando un lugar seguro donde dejar su carga.
La puerta se encontraba en la esquina derecha de la habitación, de manera que había que entrar en la sala para poder ver su interior, o de otro modo lo único a la vista sería un tabique desconchado.
Tras cruzar la puerta la arrimó de nuevo a su posición original, cerrándola.
Unos candiles protegidos por cristales iluminaban la estancia a modo de apliques.
La luz dejaba ver varios barriles y tinas de destilería, detrás de las cuales podría ocultar fácilmente la caja y su propio cuerpo.
Allí esperó pacientemente, oculto por la desigual iluminación y los engañosos ángulos que formaba el mobiliario.
Varios de los guardias tosían a lo lejos, asfixiados por una nube extraña que había invadido su localización.
Nicolás interpretó el reciente accidente como una nueva acción de aquella pequeñaja odiosa, que habría vuelto a por su dichosa bola de pelo.
Continuando con su plan, recorrió el patio pegado a los muros del edificio, dirigiéndose a una pequeña bodega que había en el piso más bajo de todos.
Tras mirar a los lados y detrás de él unas cuantas veces, las suficientes para que se notase que cargaba con algo importante, abrió la puerta de la habitación y se metió dentro de ella, buscando un lugar seguro donde dejar su carga.
La puerta se encontraba en la esquina derecha de la habitación, de manera que había que entrar en la sala para poder ver su interior, o de otro modo lo único a la vista sería un tabique desconchado.
Tras cruzar la puerta la arrimó de nuevo a su posición original, cerrándola.
Unos candiles protegidos por cristales iluminaban la estancia a modo de apliques.
La luz dejaba ver varios barriles y tinas de destilería, detrás de las cuales podría ocultar fácilmente la caja y su propio cuerpo.
Allí esperó pacientemente, oculto por la desigual iluminación y los engañosos ángulos que formaba el mobiliario.
Nicolás Barbacero
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