Luz entre tinieblas [Interpretativo][Libre][3/3] [Cerrado]
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Re: Luz entre tinieblas [Interpretativo][Libre][3/3] [Cerrado]
El plan de Huracán, pese a que podía parecer simple y precipitado fue rápidamente aceptado por todos a falta otro mejor y de otras opciones. Realmente con el factor sorpresa con el que parecían contar de su lado y la posición ventajosa de aquella posición elevada el grupo podría anular la ventaja numérica de los enemigos de un plumazo si todo salía bien. Si lograban además mantener la iniciativa y empuje quizá incluso pudieran obtener una victoria rápida sin muchas complicaciones a pesar de estar enfrentándose a vampiros. Precisamente pensando en dar un poco más de empuje al grupo la elfa supo cómo podía ayudar, abrió su bolsa y tomó una cajita de madera con pequeños viales llenos de líquidos de diferentes colores y tonos perfectamente ordenados, llamando la atención de los demás para que aún no pusieran en marcha el plan.
-Soy alquimista, compro o recolecto ingredientes y materiales y realizo pociones beneficiosas que luego vendo a particulares, al hospital de Lunargenta o a tiendas de alquimia. Con el dinero que gano compro más ingredientes y materiales y así puedo permitirme algunos experimentos propios...Bueno, no vendo todo lo que preparo, algunas cosas las guardo para situaciones como esta. Veamos...Para Laurent y Huracán tengo poción de ojo nocturno, con ella podréis ver mucho mejor en la oscuridad y la penumbra y así vuestros disparos serán más certeros, esta en concreto durará unos cinco minutos. -Dijo tendiéndoles una par de pequeños frasquitos de color negro. - Para Vincent y Keira...Os daré poción de hongo Warell que aumentará vuestras capacidades mágicas un tiempo, es bastante fuerte y en exceso es una poción peligrosa así que solo hay una dosis para cada uno, tomadla solo si os veis obligados. También os daré una poción de curación a cada uno, la bebéis de un trago y enseguida notaréis sus efectos, no hace milagros, así que tened cuidado.-
Tras ultimar los preparativos Níniel siguió a Vincent tal y como el brujo le había pedido, pensando en que participaría del combate de algún modo u otro, pero a la hora de la verdad parecía que eso no estaba en los planes del rubio. Tras entregarle una daga la instó a quedarse escondida y a salvo mientras él y Keira hacían el trabajo. La antigua Níniel, acostumbrada a pasar el tiempo leyendo y estudiando, protegida por un ejército de elfos y bajo la falda de algo mucho más peligroso que un ejercito, su madre, hubiese aceptado aquella imposición con sumo gusto, pero la Níniel que había vivido y participado de decenas de aventuras y peligros, la que tenía la medalla del heroísmo por Terpoli no. Esa Níniel se sintió ofendida por ser tratada como una niña indefensa a pesar de que seguramente Vincent no había tenido la intención de ofenderla. Aún así obedeció, mirando a aquella daga y pensando hasta qué punto parecía una inútil en combate como para que tuvieran que entragarle una daga.
-Alguien tiene que vigilar el túnel supongo- Dijo en voz baja. Sin embargo cuando los ruidos de lucha comenzaron, no pudo quedarse allí sujetando la pared y se asomó para ver qué estaba pasando y cómo iban las cosas.
Vio como algunos de los enemigos ardían, vio como una flecha alcanzaba a otro en la espalda arrancándole un grito agónico de dolor. Y vio como Vincent se libraba de otro más a espada...Pero entonces las cosas comenzaron a torcerse. Una vampiresa agarró al brujo por la espalda poniéndolo en peligro y cuando Keira logró liberarlo con una precisa llamarada fue ella la que estuvo en serios problemas ante un enemigo con la suficiente fuerza como para levantarla del suelo sin esfuerzo aparente. Vincent sin duda la ayudaría rápidamente y le devolvería el favor por haberle librado de aquella vampira, pero antes de que pudiera siquiera intentarlo, un brazo en carne viva, quemado y grotesco, se alargó hasta su pierna y dio un tirón con toda la intención de tirarlo al suelo. Aquel brazo pertenecía a uno de los hombres a los que había envuelto en llamas y que a pesar de las quemaduras no estaba muerto. Se arrastraba por el suelo bajo una de las mesas y parecía querer llevar hasta allí al brujo, fuera de sí por el dolor y la ira mostraba en su quemada cara de ojos sin párpados unos fieros y peligrosos colmillos. Era fuerte, estaba rabioso como un animal herido y necesitaba sangre.
Parecía que ambos brujos estaban en apuros y Vincent tampoco había errado tanto su juicio al querer dejarla fuera de la lucha, pero lo que el brujo no sabía era que el fuerte de Níniel no era matar cosas pero tampoco simplemente esperar a que las luchas acabaran para remendar a los heridos, también estaba allí para hacer que en la propia lucha sus compañeros fueran mucho más eficaces. La peliblanca señaló a ambos brujos con su bastón y tras pronunciar unas palabras entre susurros recubrió a ambos, gracias a su magia, de una barrera protectora que funcionaba a modo de armadura, una que no molestaba ni dejaba zonas desprotegidas, una que los colmillos de los vampiros no atravesarían.(1)
Subrayado el uso de la pasiva alquimia. Entregadas pociones fabricadas con anterioridad para mejorar las opciones del grupo.-Soy alquimista, compro o recolecto ingredientes y materiales y realizo pociones beneficiosas que luego vendo a particulares, al hospital de Lunargenta o a tiendas de alquimia. Con el dinero que gano compro más ingredientes y materiales y así puedo permitirme algunos experimentos propios...Bueno, no vendo todo lo que preparo, algunas cosas las guardo para situaciones como esta. Veamos...Para Laurent y Huracán tengo poción de ojo nocturno, con ella podréis ver mucho mejor en la oscuridad y la penumbra y así vuestros disparos serán más certeros, esta en concreto durará unos cinco minutos. -Dijo tendiéndoles una par de pequeños frasquitos de color negro. - Para Vincent y Keira...Os daré poción de hongo Warell que aumentará vuestras capacidades mágicas un tiempo, es bastante fuerte y en exceso es una poción peligrosa así que solo hay una dosis para cada uno, tomadla solo si os veis obligados. También os daré una poción de curación a cada uno, la bebéis de un trago y enseguida notaréis sus efectos, no hace milagros, así que tened cuidado.-
Tras ultimar los preparativos Níniel siguió a Vincent tal y como el brujo le había pedido, pensando en que participaría del combate de algún modo u otro, pero a la hora de la verdad parecía que eso no estaba en los planes del rubio. Tras entregarle una daga la instó a quedarse escondida y a salvo mientras él y Keira hacían el trabajo. La antigua Níniel, acostumbrada a pasar el tiempo leyendo y estudiando, protegida por un ejército de elfos y bajo la falda de algo mucho más peligroso que un ejercito, su madre, hubiese aceptado aquella imposición con sumo gusto, pero la Níniel que había vivido y participado de decenas de aventuras y peligros, la que tenía la medalla del heroísmo por Terpoli no. Esa Níniel se sintió ofendida por ser tratada como una niña indefensa a pesar de que seguramente Vincent no había tenido la intención de ofenderla. Aún así obedeció, mirando a aquella daga y pensando hasta qué punto parecía una inútil en combate como para que tuvieran que entragarle una daga.
-Alguien tiene que vigilar el túnel supongo- Dijo en voz baja. Sin embargo cuando los ruidos de lucha comenzaron, no pudo quedarse allí sujetando la pared y se asomó para ver qué estaba pasando y cómo iban las cosas.
Vio como algunos de los enemigos ardían, vio como una flecha alcanzaba a otro en la espalda arrancándole un grito agónico de dolor. Y vio como Vincent se libraba de otro más a espada...Pero entonces las cosas comenzaron a torcerse. Una vampiresa agarró al brujo por la espalda poniéndolo en peligro y cuando Keira logró liberarlo con una precisa llamarada fue ella la que estuvo en serios problemas ante un enemigo con la suficiente fuerza como para levantarla del suelo sin esfuerzo aparente. Vincent sin duda la ayudaría rápidamente y le devolvería el favor por haberle librado de aquella vampira, pero antes de que pudiera siquiera intentarlo, un brazo en carne viva, quemado y grotesco, se alargó hasta su pierna y dio un tirón con toda la intención de tirarlo al suelo. Aquel brazo pertenecía a uno de los hombres a los que había envuelto en llamas y que a pesar de las quemaduras no estaba muerto. Se arrastraba por el suelo bajo una de las mesas y parecía querer llevar hasta allí al brujo, fuera de sí por el dolor y la ira mostraba en su quemada cara de ojos sin párpados unos fieros y peligrosos colmillos. Era fuerte, estaba rabioso como un animal herido y necesitaba sangre.
Parecía que ambos brujos estaban en apuros y Vincent tampoco había errado tanto su juicio al querer dejarla fuera de la lucha, pero lo que el brujo no sabía era que el fuerte de Níniel no era matar cosas pero tampoco simplemente esperar a que las luchas acabaran para remendar a los heridos, también estaba allí para hacer que en la propia lucha sus compañeros fueran mucho más eficaces. La peliblanca señaló a ambos brujos con su bastón y tras pronunciar unas palabras entre susurros recubrió a ambos, gracias a su magia, de una barrera protectora que funcionaba a modo de armadura, una que no molestaba ni dejaba zonas desprotegidas, una que los colmillos de los vampiros no atravesarían.(1)
(1) Usada la habilidad de nivel 2 Abrazo de isil.
Níniel Thenidiel
Aerandiano de honor
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Re: Luz entre tinieblas [Interpretativo][Libre][3/3] [Cerrado]
Todos parecieron aceptar mi plan ante la ausencia de ideas mejores. Keira pareció mostrarse más fría al respecto, pero sin duda se trataba de su carácter. Niniel me dio una poción justo cuando ya me dirigía. Dio otra al sargento. Se lo agradecí con un gesto de afirmación. Aunque no me fiaba de las pociones. Muchos tensai tomaban “drogas” para vitaminar su fuerza y reflejos. Esto era algo que el maestro Dorian me recomendaba a no utilizar, y yo me negaba por mí misma generalmente, pues terminaba causando un “acomodo” de tus reflejos y creando una dependencia. Yo prefería hacerlo todo por mis propias habilidades.
Cuando estábamos arriba, observamos que no hubiese nadie. Afortunadamente, por el momento no haber ningún vampiro presente. Así que, agachados, avanzamos hacia los bordes del mismo, sobre los que se encontraban un improvisada valla de madera opaca. Suficiente para que no nos vieran desde arriba.
Aunque al poco comenzamos a sentir fuego y llamaradas por todas partes. Parece que los brujos ya estaban haciendo de los jefes, le hice un gesto de comenzar el ataque al sargento y nos erguimos a la vez. Él a la derecha, y yo a la izquierda, más cercana al camino.
Nada más salir, ya vi a un hombre acercarse hacia los dos brujos. Le disparé una primera flecha que tenía cargada, pero fallé. Aunque había luz, estaba demasiado oscuro.
-Mierda – dije a cubierto cargando un nuevo virote. Tomé del bolso el mejunje aquel raro de Níniel. No tenía una pinta muy apetecible. No obstante, decidí darle un trago. Automáticamente comencé a ver mucho mejor. Ya había probado alguna otra ocasión aquella pócima. Era lo que los brujos llamábamos “Poción de Gato”.
Desconocía si el sargento la había tomado o a cuantos había herido, pues no me había fijado. Aunque sí lo notaba todo motivado disparando flechas hacia su lado, aunque por sus gestos de nerviosismo parecía más fallar que acertar.
No había tiempo que perder. Volví a salir con un virote cargado. Fue entonces cuando vi cómo vampiro sujetaba a Keira y una especie de tipo quemado agarraba por la pierna a Vincent. Parecían desbordados. Sólo tenía un tiro por aquel momento. De manera que el otro tendría que liberarse. La decisión tenía que ser rápida y no podía fallar. La bruja de fuego parecía tener más cerca a su enemigo, por lo que tenía que ayudarla a ella.
Apunté a la cabeza del que la sujetaba y disparé. Con tan buena suerte de atravesarle el cuello al vampiro. Estaba relativamente cerca de ella y podía haberle volado la cabeza a Keira de desviarme 30 cm a la derecha, pero afortunadamente la poción de Níniel era efectiva y yo era una buena tiradora.
Volví a agacharme para recargar. Tenía que decirle a Mortdecai que inventase algún método para recargar más rápidamente, aquello no terminaba de ser efectivo en batallas con múltiples enemigos. Cuando todavía estaba tensando la cuerda con la palanca, sentí un grito desgarrador a mi lado, y levanté la cabeza. Un vampiro había venido por nuestra espalda y había mordido a Laurent en el cuello sin que éste se diera cuenta de su presencia, debido a los ruidos de la batalla.
-¡Laurent! – grité lanzándome a por el vampiro con fiereza y mi daga - ¡Ash tu cá! – Impulsé mi mano hacia delante cuando estaba cerca del vampiro, lanzando mi hechizo básico de mis todavía por desarrollar habilidades del viento. La corriente era lo suficientemente fuerte como para empujar ligeramente. En este caso, tenía la suficiente fuerza como para que el enemigo cayese del balcón abajo, pues se encontraba muy cerca del precipicio.
Corrí rápidamente a detener la hemorragia del hombre. Conocía el destino que sufría la gente por las mordeduras del vampiro. No sé si en un elfo será igual de rápido. Pero tenía que atender al hombre. La mordedura no fue en el centro del cuello, como originalmente pensé, sino en la unión entre este y el omóplato.
Le quité la chaqueta que llevaba y traté de apretar su herida. Pero ésta se me tiñó rápidamente de rojo. Me levanté un segundo al balcón para llamar a la única que parecía saber medicina en aquel grupo.
-¡Níniel, por lo que más quieras, ven!
Cuando estábamos arriba, observamos que no hubiese nadie. Afortunadamente, por el momento no haber ningún vampiro presente. Así que, agachados, avanzamos hacia los bordes del mismo, sobre los que se encontraban un improvisada valla de madera opaca. Suficiente para que no nos vieran desde arriba.
Aunque al poco comenzamos a sentir fuego y llamaradas por todas partes. Parece que los brujos ya estaban haciendo de los jefes, le hice un gesto de comenzar el ataque al sargento y nos erguimos a la vez. Él a la derecha, y yo a la izquierda, más cercana al camino.
Nada más salir, ya vi a un hombre acercarse hacia los dos brujos. Le disparé una primera flecha que tenía cargada, pero fallé. Aunque había luz, estaba demasiado oscuro.
-Mierda – dije a cubierto cargando un nuevo virote. Tomé del bolso el mejunje aquel raro de Níniel. No tenía una pinta muy apetecible. No obstante, decidí darle un trago. Automáticamente comencé a ver mucho mejor. Ya había probado alguna otra ocasión aquella pócima. Era lo que los brujos llamábamos “Poción de Gato”.
Desconocía si el sargento la había tomado o a cuantos había herido, pues no me había fijado. Aunque sí lo notaba todo motivado disparando flechas hacia su lado, aunque por sus gestos de nerviosismo parecía más fallar que acertar.
No había tiempo que perder. Volví a salir con un virote cargado. Fue entonces cuando vi cómo vampiro sujetaba a Keira y una especie de tipo quemado agarraba por la pierna a Vincent. Parecían desbordados. Sólo tenía un tiro por aquel momento. De manera que el otro tendría que liberarse. La decisión tenía que ser rápida y no podía fallar. La bruja de fuego parecía tener más cerca a su enemigo, por lo que tenía que ayudarla a ella.
Apunté a la cabeza del que la sujetaba y disparé. Con tan buena suerte de atravesarle el cuello al vampiro. Estaba relativamente cerca de ella y podía haberle volado la cabeza a Keira de desviarme 30 cm a la derecha, pero afortunadamente la poción de Níniel era efectiva y yo era una buena tiradora.
Volví a agacharme para recargar. Tenía que decirle a Mortdecai que inventase algún método para recargar más rápidamente, aquello no terminaba de ser efectivo en batallas con múltiples enemigos. Cuando todavía estaba tensando la cuerda con la palanca, sentí un grito desgarrador a mi lado, y levanté la cabeza. Un vampiro había venido por nuestra espalda y había mordido a Laurent en el cuello sin que éste se diera cuenta de su presencia, debido a los ruidos de la batalla.
-¡Laurent! – grité lanzándome a por el vampiro con fiereza y mi daga - ¡Ash tu cá! – Impulsé mi mano hacia delante cuando estaba cerca del vampiro, lanzando mi hechizo básico de mis todavía por desarrollar habilidades del viento. La corriente era lo suficientemente fuerte como para empujar ligeramente. En este caso, tenía la suficiente fuerza como para que el enemigo cayese del balcón abajo, pues se encontraba muy cerca del precipicio.
Corrí rápidamente a detener la hemorragia del hombre. Conocía el destino que sufría la gente por las mordeduras del vampiro. No sé si en un elfo será igual de rápido. Pero tenía que atender al hombre. La mordedura no fue en el centro del cuello, como originalmente pensé, sino en la unión entre este y el omóplato.
Le quité la chaqueta que llevaba y traté de apretar su herida. Pero ésta se me tiñó rápidamente de rojo. Me levanté un segundo al balcón para llamar a la única que parecía saber medicina en aquel grupo.
-¡Níniel, por lo que más quieras, ven!
Anastasia Boisson
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Re: Luz entre tinieblas [Interpretativo][Libre][3/3] [Cerrado]
La hija de la noche estaba ansiosa por acercar el rostro a su cuello, y el rubio no es que fuera un tipo muy receloso. Si una chica quería darle un beso, ¿quién era él para decirle que no? , pero algo en su interior le decía que esta vez no era una buena idea. Seguramente esos colmillos afilados como cuchillas fuera lo que le daba malas vibraciones.
De todas maneras la chica no era de las que aceptaban un no por respuesta, y quemarle la cara solo había provocado un retraso en su insistencia. Se estaba quedando sin aire, y solo pensaba que quizás hubiera sido mejor haberse tomado la poción que le había dado la elfa. Así se hubiera recuperado antes de su ataque inicial, pudiendo convertir en cenizas a su maldito oponente. Sentía que solo tenía que aguantar un poco más para poder usar de nuevo todo su potencial, aunque de repente sintió una liberación en el pecho, haciendo que pudiera volver a respirar con normalidad.
De un codazo se quitó a la mujer de encima, y de un rápido vistazo pudo ver como empezaba a arder en llamas. Buscó con la mirada a Keira, sabedor de que ella era su salvadora, mas solo pudo verla un instante antes de caer al suelo, dándose con la cabeza contra suelo justo donde estaba su anterior herida en la frente. El brujo hubiese sentido el líquido caliente bajando por un lado de su rostro, si un inmenso dolor en la pierna no lo hubiese distraído de ello.
De costado en el suelo observó su pierna dolorida, y desde allí pudo seguir el rastro de un brazo en llamas hasta el origen de su ataque. Maldito vampiro, ¿no podía morirse sin andar jodiendo? Inmediatamente la fuerza sobrehumana del enajenado ser lo empezó a arrastrar hacia él. Demasiado cerca de las llamas, demasiado cerca de esos colmillos. Vincent se agarró con todas sus fuerzas sobre el rocoso suelo, haciendo saltar chipas de las puntas metálicas de su guante, sin conseguir nada más que retrasar su avance levemente. Con la mirada buscó desesperadamente algo a lo que agarrar, consiguiendo ver algo que le valdría.
El rubio hizo que su espada perdida en combate volviera hasta la palma de su mano con su telekinesis, atacando con todas su fuerzas el brazo de su oponente en cuanto sintió el contacto del mango con el cuero de su guante. Golpeó justo en el codo, partiendo la articulación con un sonoro chasquido. El grito del vampiro resonó en sus oídos, para luego sustituir su mirada de dolor por otra de rabia enloquecida. El vampiro no quería morir solo, eso estaba claro. Se abalanzó hacia el brujo con los colmillos por delante, provocando que Vinc tuviera que cubrirse como podía desde su mala posición, pero por fortuna para él, no sintió la mordedura como esperaba inicialmente, sino que en su defecto el señor de la noche se topó con una barrera invisible. El mago no se lo pensó dos veces y volvió a golpear con su espada, esta vez directo al cuello, separando la cabeza de su enemigo del resto del cuerpo. Luego quitó de su pierna la ardiente mano que aún lo agarraba con su abrazo de fuego, provocándole mucho dolor.
Había tenido suerte, bueno, suerte no, realmente había tenido ayuda ajena. Él era un brujo y sabía cuando había que diferenciar entre la fortuna y la magia. Alguien había creado una barrera para protegerlo. Keira no podía hacer tal cosa, y evidentemente él tampoco. Miró la chica a los ojos con una mirada sincera de agradecimiento. No tenía ni idea de que los elfos pudieran hacer algo así, pero sin duda había sido ella. Debía ser cosa de su condición de sacerdotisa. Sacerdotisa del dragón la había llamado Laurent si mal no recordaba.
La voz pidiendo auxilio resonó en la gruta antes de que el brujo pudiera decirle nada la dama del bosque.
- ¡Vamos Níniel, corre! Aquí abajo lo terminaremos Keira y yo. Suerte-, gritó a la elfa desde el suelo.
Suspiró aliviado un instante, echado sobre la cueva para recuperar el aliento después de tanto momento de tensión, sintiendo que esa mujer de profundos ojos marinos le estaba gustando demasiado. El profundo dolor en su pierna le hizo zozobrar al levantarse, cayendo de rodillas sobre el suelo con rostro lastimero. El rubio echó mano de su bolsillo y cogió la poción de curación que le había otorgado Níniel. Se la bebió de un trago, sintiéndose mejor al cabo de unos segundos. Necesitaría una mejor curación más tarde, pero al menos ahora podía volver a caminar con relativa normalidad.
Vinc se acercó hasta Keira, a la vez que se fijaba en el vampiro con la saeta en la cabeza que estaba cerca de ella.
- Parece que ser un cojo es una moda ahora-, bromeó cuando estuvo a su altura. - Como yo ya he tenido bastante papel como capullo que casi se mata, te cedo el turno de ir en primera línea miladi. Yo abriré la celda mientras me cubres-, antes de seguir andando se lo pensó mejor. - Espera, no pienses que intento meterte mano-, comentó a la vez que cogía sangre de su cabeza con los dedos. Luego los acercó a la protección de la bruja para dibujarle un glifo de suerte. Esto le daría un plus de fortuna durante un rato. - Ya se sabe, mejor afortunado que bueno-, le sonrió. - Ten cuidado.
Registró el cadáver del vampiro que había matado a espada, él que estaba próximo a las celdas, y no tardó en encontrar las llaves de estas. O al menos eso esperaba. El sonido de la cerradura abriéndose le indicó que efectivamente eran de las jaulas.
- Bien, ante todo, tranquilidad. Gritos y correr como locas no os servirá de nada, así que os aconsejo que me sigáis. Nos iremos por ese túnel de ahí-, comentó señalando el túnel por donde habían venido.
Caminó con una cojera considerable hacia la salida, espada en mano, y con seis mujeres detrás de él. Al final habían cuatro humanas y dos elfas, todo un festín para los demonios de la noche, que tuvieron que conformarse con cenar fuego y flechas.
- Aquí, detrás de mí-, dijo en cuanto alcanzó la bocana del pasadizo por donde habían llegado. - Esperaremos en este sitio mientras todo termina-, avisó a la ves que vigilaba desde la esquina.
Las chicas estaban muy nerviosas y preferían irse que quedarse, pero aún así aceptaron a regañadientes no entrar en el túnel. Vinc debía esperar a sus compañeros, puede que aún necesitaran su ayuda, y no iba a abandonarlos.
De todas maneras la chica no era de las que aceptaban un no por respuesta, y quemarle la cara solo había provocado un retraso en su insistencia. Se estaba quedando sin aire, y solo pensaba que quizás hubiera sido mejor haberse tomado la poción que le había dado la elfa. Así se hubiera recuperado antes de su ataque inicial, pudiendo convertir en cenizas a su maldito oponente. Sentía que solo tenía que aguantar un poco más para poder usar de nuevo todo su potencial, aunque de repente sintió una liberación en el pecho, haciendo que pudiera volver a respirar con normalidad.
De un codazo se quitó a la mujer de encima, y de un rápido vistazo pudo ver como empezaba a arder en llamas. Buscó con la mirada a Keira, sabedor de que ella era su salvadora, mas solo pudo verla un instante antes de caer al suelo, dándose con la cabeza contra suelo justo donde estaba su anterior herida en la frente. El brujo hubiese sentido el líquido caliente bajando por un lado de su rostro, si un inmenso dolor en la pierna no lo hubiese distraído de ello.
De costado en el suelo observó su pierna dolorida, y desde allí pudo seguir el rastro de un brazo en llamas hasta el origen de su ataque. Maldito vampiro, ¿no podía morirse sin andar jodiendo? Inmediatamente la fuerza sobrehumana del enajenado ser lo empezó a arrastrar hacia él. Demasiado cerca de las llamas, demasiado cerca de esos colmillos. Vincent se agarró con todas sus fuerzas sobre el rocoso suelo, haciendo saltar chipas de las puntas metálicas de su guante, sin conseguir nada más que retrasar su avance levemente. Con la mirada buscó desesperadamente algo a lo que agarrar, consiguiendo ver algo que le valdría.
El rubio hizo que su espada perdida en combate volviera hasta la palma de su mano con su telekinesis, atacando con todas su fuerzas el brazo de su oponente en cuanto sintió el contacto del mango con el cuero de su guante. Golpeó justo en el codo, partiendo la articulación con un sonoro chasquido. El grito del vampiro resonó en sus oídos, para luego sustituir su mirada de dolor por otra de rabia enloquecida. El vampiro no quería morir solo, eso estaba claro. Se abalanzó hacia el brujo con los colmillos por delante, provocando que Vinc tuviera que cubrirse como podía desde su mala posición, pero por fortuna para él, no sintió la mordedura como esperaba inicialmente, sino que en su defecto el señor de la noche se topó con una barrera invisible. El mago no se lo pensó dos veces y volvió a golpear con su espada, esta vez directo al cuello, separando la cabeza de su enemigo del resto del cuerpo. Luego quitó de su pierna la ardiente mano que aún lo agarraba con su abrazo de fuego, provocándole mucho dolor.
Había tenido suerte, bueno, suerte no, realmente había tenido ayuda ajena. Él era un brujo y sabía cuando había que diferenciar entre la fortuna y la magia. Alguien había creado una barrera para protegerlo. Keira no podía hacer tal cosa, y evidentemente él tampoco. Miró la chica a los ojos con una mirada sincera de agradecimiento. No tenía ni idea de que los elfos pudieran hacer algo así, pero sin duda había sido ella. Debía ser cosa de su condición de sacerdotisa. Sacerdotisa del dragón la había llamado Laurent si mal no recordaba.
La voz pidiendo auxilio resonó en la gruta antes de que el brujo pudiera decirle nada la dama del bosque.
- ¡Vamos Níniel, corre! Aquí abajo lo terminaremos Keira y yo. Suerte-, gritó a la elfa desde el suelo.
Suspiró aliviado un instante, echado sobre la cueva para recuperar el aliento después de tanto momento de tensión, sintiendo que esa mujer de profundos ojos marinos le estaba gustando demasiado. El profundo dolor en su pierna le hizo zozobrar al levantarse, cayendo de rodillas sobre el suelo con rostro lastimero. El rubio echó mano de su bolsillo y cogió la poción de curación que le había otorgado Níniel. Se la bebió de un trago, sintiéndose mejor al cabo de unos segundos. Necesitaría una mejor curación más tarde, pero al menos ahora podía volver a caminar con relativa normalidad.
Vinc se acercó hasta Keira, a la vez que se fijaba en el vampiro con la saeta en la cabeza que estaba cerca de ella.
- Parece que ser un cojo es una moda ahora-, bromeó cuando estuvo a su altura. - Como yo ya he tenido bastante papel como capullo que casi se mata, te cedo el turno de ir en primera línea miladi. Yo abriré la celda mientras me cubres-, antes de seguir andando se lo pensó mejor. - Espera, no pienses que intento meterte mano-, comentó a la vez que cogía sangre de su cabeza con los dedos. Luego los acercó a la protección de la bruja para dibujarle un glifo de suerte. Esto le daría un plus de fortuna durante un rato. - Ya se sabe, mejor afortunado que bueno-, le sonrió. - Ten cuidado.
Registró el cadáver del vampiro que había matado a espada, él que estaba próximo a las celdas, y no tardó en encontrar las llaves de estas. O al menos eso esperaba. El sonido de la cerradura abriéndose le indicó que efectivamente eran de las jaulas.
- Bien, ante todo, tranquilidad. Gritos y correr como locas no os servirá de nada, así que os aconsejo que me sigáis. Nos iremos por ese túnel de ahí-, comentó señalando el túnel por donde habían venido.
Caminó con una cojera considerable hacia la salida, espada en mano, y con seis mujeres detrás de él. Al final habían cuatro humanas y dos elfas, todo un festín para los demonios de la noche, que tuvieron que conformarse con cenar fuego y flechas.
- Aquí, detrás de mí-, dijo en cuanto alcanzó la bocana del pasadizo por donde habían llegado. - Esperaremos en este sitio mientras todo termina-, avisó a la ves que vigilaba desde la esquina.
Las chicas estaban muy nerviosas y preferían irse que quedarse, pero aún así aceptaron a regañadientes no entrar en el túnel. Vinc debía esperar a sus compañeros, puede que aún necesitaran su ayuda, y no iba a abandonarlos.
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Offrol: Tienen permiso para metarolearme y sacarme de la cueva, por si deciden salir con las prisioneras y echarle el cierre al tema. Así no tendrán que esperarme.
Offrol: Tienen permiso para metarolearme y sacarme de la cueva, por si deciden salir con las prisioneras y echarle el cierre al tema. Así no tendrán que esperarme.
Vincent Calhoun
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Re: Luz entre tinieblas [Interpretativo][Libre][3/3] [Cerrado]
Cuando los colmillos del tipo estaban por rozar su piel, que ardía sobre las llamas que corrían sus venas, notó un tenue brillo que se reflejaba en la pálida piel del vampiro sin embargo, parecía provenir de otro lado, si se fijaba bien, notaría que ra de si misma, al tiempo que el cálido brillo se extendía por su piel, una flecha impacto en el cráneo del chupasangres, que calló con la cabeza totalmente destrozada mientras ella caía al suelo intentando apoyar únicamente el pie sano.
Suspiró aliviada con aspecto serio, si no hubiera estado herida, no habrían podido cogerla, mientras miraba sus manos tenuemente iluminadas notó acercarse a alguien y se puso en guardia, hasta ver que era Vincent que, cojeando como ella, dibujo sobre su clavícula una marca, una marca de suerte, según dijo, la chica dio una media sonrisa y salió tras él, cubriéndole las espaldas, tal vez era hora de usar lo que les había prestado la elfa.
- No te acostumbres, no siempre te dejaré tocarme con tanta libertad.- advirtió con una sonrisa ladeada, sacando los brebaje.
Tomó primero la de curación, que tras unos instantes en su interior, hicieron descender la hinchazón del tobillo y descendió totalmente el dolor, luego, decidió tomar una pequeña dosis de la otra, esa que elevaba el poder mágico, un solo trago, y sintió subir el calor por su cuello, notaba que su temperatura había aumentado y, sin perder tiempo, mientras Vincent sacaba a las secuestradas de sus celdas, se giró a mantenerse firme contra los enemigos aun presentes, no había a penas ningún vampiro muerto, y pronto los heridos se recuperarían y volverían a las andadas.
Notando arder las palmas, lanzó unas enormes llamaradas que se empezaron a elevar hasta el techo, era hora de salir, y de hacerlo rápido, al haber tomado poca cantidad, los posibles efectos secundarios no podían actuar y únicamente sentía cierto cansancio, nada que no pudiera tolerar, corrió a forzar las dos últimas cerraduras, liberando al resto de cautivas, y salió corriendo mirando atrás.
- Vamos.- intentó acelerar a Vincent y a las secuestradas mientras los gritos de los vampiros se escuchaban a sus espaldas.
Mientras se apresuraba, intentando asegurarse de que todos los que habían ido en el grupo estuvieran presentes, no pudo evitar pensar que jamás habría esperado que aquello que le enseñaron en su infancia y que tanto odiaba, pudiera ser tan útil a la hora de ayudar a alguien o, simplemente, salir de los problemas por si misma.
Suspiró aliviada con aspecto serio, si no hubiera estado herida, no habrían podido cogerla, mientras miraba sus manos tenuemente iluminadas notó acercarse a alguien y se puso en guardia, hasta ver que era Vincent que, cojeando como ella, dibujo sobre su clavícula una marca, una marca de suerte, según dijo, la chica dio una media sonrisa y salió tras él, cubriéndole las espaldas, tal vez era hora de usar lo que les había prestado la elfa.
- No te acostumbres, no siempre te dejaré tocarme con tanta libertad.- advirtió con una sonrisa ladeada, sacando los brebaje.
Tomó primero la de curación, que tras unos instantes en su interior, hicieron descender la hinchazón del tobillo y descendió totalmente el dolor, luego, decidió tomar una pequeña dosis de la otra, esa que elevaba el poder mágico, un solo trago, y sintió subir el calor por su cuello, notaba que su temperatura había aumentado y, sin perder tiempo, mientras Vincent sacaba a las secuestradas de sus celdas, se giró a mantenerse firme contra los enemigos aun presentes, no había a penas ningún vampiro muerto, y pronto los heridos se recuperarían y volverían a las andadas.
Notando arder las palmas, lanzó unas enormes llamaradas que se empezaron a elevar hasta el techo, era hora de salir, y de hacerlo rápido, al haber tomado poca cantidad, los posibles efectos secundarios no podían actuar y únicamente sentía cierto cansancio, nada que no pudiera tolerar, corrió a forzar las dos últimas cerraduras, liberando al resto de cautivas, y salió corriendo mirando atrás.
- Vamos.- intentó acelerar a Vincent y a las secuestradas mientras los gritos de los vampiros se escuchaban a sus espaldas.
Mientras se apresuraba, intentando asegurarse de que todos los que habían ido en el grupo estuvieran presentes, no pudo evitar pensar que jamás habría esperado que aquello que le enseñaron en su infancia y que tanto odiaba, pudiera ser tan útil a la hora de ayudar a alguien o, simplemente, salir de los problemas por si misma.
Keira Brabery
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Re: Luz entre tinieblas [Interpretativo][Libre][3/3] [Cerrado]
El grito de Huracán sonó con fuerza por la gruta y el túnel, elevándose por encima incluso de las voces cargadas de agonía de los enemigos heridos por el fuego de los brujos y las súplicas de ayuda de las mujeres cautivas que veían en los recién llegados la esperanza que consideraban perdida. El tono de urgencia no dejaba lugar a dudas, no llamaba a la peliblanca por ninguna nimiedad y la elfa debería acudir junto a ella tan veloz como sus piernas se lo permitieran. No quería dejar allí a los brujos solos pues aún quedaban enemigos pero Vincent la instó a ir diciendo que él y Keira se ocuparían del resto allí...No tenía más opción que creer en él. De todos modos no les dejaba desprotegidos, la defensa extra no se iría por qué la sacerdotisa se alejara así que se podría decir que era como estar ayudando en todas partes en cierto modo.
Corrió por el túnel y subió por aquel camino ascendente que llegaba hasta la balconada para encontrarse con la cazadora de vampiros junto al elfo que sangraba abundantemente por una herida que tenía cerca del cuello aunque más sobre el hombro. No hizo falta explicación ninguna para que la peliblanca entendiera la situación, uno de los chupasangres se las había apañado para subir hasta allí arriba a pesar del ataque y le había mordido. Por la cantidad de sangre no había sido un mordisco con la intención de alimentarse, era un bocado salvaje y feroz con toda la intención de causar la muerte, muy posiblemente si Huracán no hubiese taponado la herida Laurent hubiese muerto antes de que la ayuda hubiese podido llegar a pesar de estar tan cerca.
-Yo me ocupo, cuento contigo para protegernos las espadas mientras le curo.- Dijo relevando a la cazadora y comenzando a observar la gravedad de la herida, aquel chupasangre había arrancado un trozo considerable de carne pero por suerte ningún vaso sanguíneo vital se había visto afectado. -Todo saldrá bien, ya te dije que te alegrarías de tenerme cerca incluso aunque no sepa seguir rastros.- Laurent asintió y trató de esbozar una sonrisa sin conseguirlo. Con un rápido gesto Níniel apartó la prenda con la que comprimía la herida y colocó sobre la misma ambas manos para inmediatamente comenzar a sanarla, evitando que continuara sangrando y comenzando a cerrar la herida y a regenerar el tejido, proceso que duraría unos minutos dada la gravedad de la herida aunque al menos dejaría de ser una amenaza para su vida mucho antes.
Una suerte porque no tenían esos minutos, Keira y vincent habían logrado liberar a las chicas y ya avanzaban con ellas por el túnel rumbo al lugar por el que habían descendido hasta los túneles. Parecía que la idea de buscar otra salida había sido descartada tras juzgar la situación. Níniel y los demás en la balconada no podían quedarse allí o quedarían aislados lo cual sería muy malo debido a que la elfa no sabía apenas luchar y Laurent apenas estaba consciente. -Ayúdame a llevarlo a rastras Huracán, entre las dos podremos.- Sugirió la peliblanca echándose debilitado elfo al hombro y comenzando a avanzar por el pasadizo dispuesta a ir tras Vincent y compañía.
Laurent no era muy pesado y su equipo también era ligero, gracias a ello pudieron reunirse con los demás sin quedar demasiado rezagados aunque al llegar hasta allí las rehenes ya estaban subiendo por el empinado túnel hasta la superficie gracias a la cuerda. Para Níniel resultaba extraño haber dejado de escuchar sonidos provenientes del final del túnel y más aún que nadie les hubiera seguido pues por lo que ella sabía aún quedaban. Se había hecho un extraño silencio solo interrumpido por las frases de ánimo y prisa dadas a la gente que trepaba. No era nada normal y por alguna razón Níniel sentía que la piel se le ponía de gallina, como si notara que se trataba de la calma que precedía a la tempestad.
-Vamos rápido, esto no me gusta ni un pelo, es como si se hubieran rendido...Salvo que no creo que sean de la clase de criaturas que se rinden o que pongan la otra mejilla tras ser atacados.-
Como si sus palabras hubiesen llamado a los problemas, comenzó a escucharse desde el fondo del túnel un estruendo de multitud de pasos. Pasos que enseguida fueron acompañados por guturales y amenazantes sonidos así como sibilantes amenazas que reverberaban por las paredes de piedra creando la sensación de que era la propia mina quien reclamaba la sangre de los intrusos. Se estaban acercando rápidamente y parecían ser decenas.
-Hay que salir de aquí ya-
Níniel fue la última en comenzar a subir y notó como tras ella, los vampiros, sus sirvientes o lo que fueran sus perseguidores, trepaban tras ella, tan cerca que temía que en cualquier momento una mano la agarraría y tiraría de ella hacia una muerte segura, pero aún así, o quizá precisamente por ello, no se atrevía a mirar abajo, solo arriba, hacia la luz brillante del cielo abierto, poco importaba que estuviese encapotado o que comenzara a volver a llover a cantaros...Cuando por fin notó la tierra húmeda en sus manos se arrastró por el suelo unos centímetros y gritó:
-!Cortad la cuerda!-
Lo habían logrado, estaban vivos y habían salvado a las mujeres secuestradas que aún estaban en estado de shock. Allí abajo, en aquellos túneles había mucho más de lo que nadie había podido siquiera imaginar. No era una base de unos cuantos vampiros y bandidos...Allí abajo, había todo un nido de criaturas de la oscuridad. Debían informar rápidamente a la ciudad...
Corrió por el túnel y subió por aquel camino ascendente que llegaba hasta la balconada para encontrarse con la cazadora de vampiros junto al elfo que sangraba abundantemente por una herida que tenía cerca del cuello aunque más sobre el hombro. No hizo falta explicación ninguna para que la peliblanca entendiera la situación, uno de los chupasangres se las había apañado para subir hasta allí arriba a pesar del ataque y le había mordido. Por la cantidad de sangre no había sido un mordisco con la intención de alimentarse, era un bocado salvaje y feroz con toda la intención de causar la muerte, muy posiblemente si Huracán no hubiese taponado la herida Laurent hubiese muerto antes de que la ayuda hubiese podido llegar a pesar de estar tan cerca.
-Yo me ocupo, cuento contigo para protegernos las espadas mientras le curo.- Dijo relevando a la cazadora y comenzando a observar la gravedad de la herida, aquel chupasangre había arrancado un trozo considerable de carne pero por suerte ningún vaso sanguíneo vital se había visto afectado. -Todo saldrá bien, ya te dije que te alegrarías de tenerme cerca incluso aunque no sepa seguir rastros.- Laurent asintió y trató de esbozar una sonrisa sin conseguirlo. Con un rápido gesto Níniel apartó la prenda con la que comprimía la herida y colocó sobre la misma ambas manos para inmediatamente comenzar a sanarla, evitando que continuara sangrando y comenzando a cerrar la herida y a regenerar el tejido, proceso que duraría unos minutos dada la gravedad de la herida aunque al menos dejaría de ser una amenaza para su vida mucho antes.
Una suerte porque no tenían esos minutos, Keira y vincent habían logrado liberar a las chicas y ya avanzaban con ellas por el túnel rumbo al lugar por el que habían descendido hasta los túneles. Parecía que la idea de buscar otra salida había sido descartada tras juzgar la situación. Níniel y los demás en la balconada no podían quedarse allí o quedarían aislados lo cual sería muy malo debido a que la elfa no sabía apenas luchar y Laurent apenas estaba consciente. -Ayúdame a llevarlo a rastras Huracán, entre las dos podremos.- Sugirió la peliblanca echándose debilitado elfo al hombro y comenzando a avanzar por el pasadizo dispuesta a ir tras Vincent y compañía.
Laurent no era muy pesado y su equipo también era ligero, gracias a ello pudieron reunirse con los demás sin quedar demasiado rezagados aunque al llegar hasta allí las rehenes ya estaban subiendo por el empinado túnel hasta la superficie gracias a la cuerda. Para Níniel resultaba extraño haber dejado de escuchar sonidos provenientes del final del túnel y más aún que nadie les hubiera seguido pues por lo que ella sabía aún quedaban. Se había hecho un extraño silencio solo interrumpido por las frases de ánimo y prisa dadas a la gente que trepaba. No era nada normal y por alguna razón Níniel sentía que la piel se le ponía de gallina, como si notara que se trataba de la calma que precedía a la tempestad.
-Vamos rápido, esto no me gusta ni un pelo, es como si se hubieran rendido...Salvo que no creo que sean de la clase de criaturas que se rinden o que pongan la otra mejilla tras ser atacados.-
Como si sus palabras hubiesen llamado a los problemas, comenzó a escucharse desde el fondo del túnel un estruendo de multitud de pasos. Pasos que enseguida fueron acompañados por guturales y amenazantes sonidos así como sibilantes amenazas que reverberaban por las paredes de piedra creando la sensación de que era la propia mina quien reclamaba la sangre de los intrusos. Se estaban acercando rápidamente y parecían ser decenas.
-Hay que salir de aquí ya-
Níniel fue la última en comenzar a subir y notó como tras ella, los vampiros, sus sirvientes o lo que fueran sus perseguidores, trepaban tras ella, tan cerca que temía que en cualquier momento una mano la agarraría y tiraría de ella hacia una muerte segura, pero aún así, o quizá precisamente por ello, no se atrevía a mirar abajo, solo arriba, hacia la luz brillante del cielo abierto, poco importaba que estuviese encapotado o que comenzara a volver a llover a cantaros...Cuando por fin notó la tierra húmeda en sus manos se arrastró por el suelo unos centímetros y gritó:
-!Cortad la cuerda!-
Lo habían logrado, estaban vivos y habían salvado a las mujeres secuestradas que aún estaban en estado de shock. Allí abajo, en aquellos túneles había mucho más de lo que nadie había podido siquiera imaginar. No era una base de unos cuantos vampiros y bandidos...Allí abajo, había todo un nido de criaturas de la oscuridad. Debían informar rápidamente a la ciudad...
Níniel Thenidiel
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Re: Luz entre tinieblas [Interpretativo][Libre][3/3] [Cerrado]
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Othel
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