[Cerrado] Perseguidos [Interpretativo-Libre-Noche]
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Tras un espantoso grito se escuchó caer por las escaleras el cuerpo sin vida del señor Elver D’Cito, las niñas que jugaban en la entrada de la casa llegaron alarmadas por el violento sonido del cuerpo que cual orquesta venía acompañado de todos los objetos de vidrio que había tropezado el cadáver en su descenso, de las ornamentadas repisas dispuestas a lo largo de la escalera de caracol, en la cima de la escalera, un hombre de cabello largo y un misterioso ser metálico con una espada en la mano, parecían contemplar orgullosos el asesinato de su objetivo.
Los gritos de las niñas alarmaron a todos los presentes en la casa, aunque al llegar, ya los asesinos habían salido de la casa saltando por una de las ventanas; sin embargo los sirvientes y guardias de la casa no quedarían contentos con la muerte de su señor, así que se organizaron de inmediato para dar caza a los asesinos; con la ayuda de un dibujo hecho por una de las niñas, partieron todos en busca de los asesinos -Haré pagar a esos malditos- Dijo un joven que recién se asomaba por la puerta de la cocina, llevaba uniforme de la guardia real, tal vez un soldado, aunque no tenía todo el porte de un verdadero miembro de la Guardia Real -Yo, Elmo Cover D’Cito, no descansaré hasta que mi espada se pose sobre los cuerpos sin vida de esos miserables- Dijo el chico antes de salir de la casa seguido por un improvisado ejército de unos 20 hombres, entre sirvientes armados con palos y antorchas, hasta mercenarios contratados para la seguridad de la casa y que nada habían podido hacer ante el sigilo de los asesinos.
Un rato caminando había sido suficiente para descansar del esfuerzo físico que había significado luchar con semejantes monstruos, los largos ratos de silencio eran compensados por el sonido de pasos derivados de las carreras del pequeño canino, al ver a sajin no podía evitar pensar en mi amiga Seek, debíamos encontrarnos en... Pues, pensándolo bien, no habíamos acordado el lugar del encuentro, y sólo se me ocurría ir a la base de los bios, pues de ahí nos habíamos separado, mi única opción era ir allá y esperar una señal.
Nuestros pasos fueron cortados por un bullicio, desde lejos se veían venir unas antorchas, perros y personas que gritaban agitados y furiosos; no tardaron mucho en alcanzarnos, pues caminábamos con bastante calma -Ahí están- Dijo el hombre obeso que llevaba en sus manos el dibujo -Yo creo que no son ellos- Dijo otro mientras colocaba su mano en su frente para tratar de distinguirnos bien -Claro que son ellos, idénticos a los del dibujo- La conversación fue cortada bruscamente por el joven Elmo -Si son ellos, los asesinos de mi padre pagarán ahora mismo el precio de su osadía, el oprobio que han cometido les ha dejado proscritos de toda misericordia- Señaló hacia nosotros con su espada al tiempo que ordenaba nuestra ejecución -¡¡Ataquen!!- Retrocedí hasta estar cerca de Sajín -Son demasiados- Le comenté a mi compañero -Será mejor una retirada táctica- No quedaba mucho tiempo para pensar, había que decidir de inmediato si escapar, o quedarnos a ser arrollados por la multitud histérica.
Los gritos de las niñas alarmaron a todos los presentes en la casa, aunque al llegar, ya los asesinos habían salido de la casa saltando por una de las ventanas; sin embargo los sirvientes y guardias de la casa no quedarían contentos con la muerte de su señor, así que se organizaron de inmediato para dar caza a los asesinos; con la ayuda de un dibujo hecho por una de las niñas, partieron todos en busca de los asesinos -Haré pagar a esos malditos- Dijo un joven que recién se asomaba por la puerta de la cocina, llevaba uniforme de la guardia real, tal vez un soldado, aunque no tenía todo el porte de un verdadero miembro de la Guardia Real -Yo, Elmo Cover D’Cito, no descansaré hasta que mi espada se pose sobre los cuerpos sin vida de esos miserables- Dijo el chico antes de salir de la casa seguido por un improvisado ejército de unos 20 hombres, entre sirvientes armados con palos y antorchas, hasta mercenarios contratados para la seguridad de la casa y que nada habían podido hacer ante el sigilo de los asesinos.
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Un rato caminando había sido suficiente para descansar del esfuerzo físico que había significado luchar con semejantes monstruos, los largos ratos de silencio eran compensados por el sonido de pasos derivados de las carreras del pequeño canino, al ver a sajin no podía evitar pensar en mi amiga Seek, debíamos encontrarnos en... Pues, pensándolo bien, no habíamos acordado el lugar del encuentro, y sólo se me ocurría ir a la base de los bios, pues de ahí nos habíamos separado, mi única opción era ir allá y esperar una señal.
Nuestros pasos fueron cortados por un bullicio, desde lejos se veían venir unas antorchas, perros y personas que gritaban agitados y furiosos; no tardaron mucho en alcanzarnos, pues caminábamos con bastante calma -Ahí están- Dijo el hombre obeso que llevaba en sus manos el dibujo -Yo creo que no son ellos- Dijo otro mientras colocaba su mano en su frente para tratar de distinguirnos bien -Claro que son ellos, idénticos a los del dibujo- La conversación fue cortada bruscamente por el joven Elmo -Si son ellos, los asesinos de mi padre pagarán ahora mismo el precio de su osadía, el oprobio que han cometido les ha dejado proscritos de toda misericordia- Señaló hacia nosotros con su espada al tiempo que ordenaba nuestra ejecución -¡¡Ataquen!!- Retrocedí hasta estar cerca de Sajín -Son demasiados- Le comenté a mi compañero -Será mejor una retirada táctica- No quedaba mucho tiempo para pensar, había que decidir de inmediato si escapar, o quedarnos a ser arrollados por la multitud histérica.
- Dibujo de las niñas:
Última edición por Bio el Jue Nov 12 2015, 04:33, editado 3 veces
Bio
Aerandiano de honor
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Re: [Cerrado] Perseguidos [Interpretativo-Libre-Noche]
Explorar el territorio con un viejo compañero y su perro había hecho al cibernético más calmado de lo que ya estaba, su naturaleza intrínseca de protector no había alertado algún peligro que pudiese poner a prueba la supervivencia de estos. Con el presentimiento de que el vampiro estuviese orientado exactamente del camino a la base de los bio-cibernéticos, Sajin había emprendido otro viaje nómada más. Tras aquella lucha forzada contra bestias oscuras ocultas bajo la piel de árboles, el dúo de compañeros había estado vagando paso a paso por senderos de los que no prometían mas que kilómetros que parecían no tener un fin o quizás, otra desventura que no resultaría prometedora para ambos como había resultado ser la primera.
La naturaleza se había hecho desde tétrica y ruin tras el asesinato a sangre fría en la noche a una cálida y amistosa vegetación rellena de herbáceas y arbustos por doquier, su naturaleza era mucho más confiable. Parecía ser que la temporada de lluvias había prometido mucho para las plantas y como una consecuencia respecto a eso, un buena prospera economía para los granjeros. Al menos en el fondo sabía que a pesar de sus fallos la gente pudiese descansar de una forma cómoda y feliz en sus vidas, era una perspectiva muy altruista por parte de la máquina para poder sellar su mirada pesimista para ver la vida como un sin-sentido. Sardinas correteaba entre los arbustos al tanto de lo que sucedía por delante de los pies del vampiro y la máquina, indiferentes al respecto del ambiente y la situación que, pese a la comodidad que les causaba la pacífica naturaleza, lucían abatidos tras los escalofriantes sucesos que no podían sacarse de la cabeza. Ver cadáveres colgando de un árbol viviente no era algo que se veía día a día, mucho menos cuando este trataba de hacerte uno más entre sus ramas.
Ambos, cooperando el uno al otro pero callados, no se habían atrevido a hablar tras los acontecimientos. Solo sus pisadas eran capaces de llenar el vacío que provocaba el peso del silencio sobre el sendero, del que el perro hacía bien con sus confiados ladridos a la nada. Su cara de idiota era bastante notoria con esa vaga sonrisa de la que resaltaba su larga lengua rosada que dejaba caer sus babas al suelo, no era nada bonito de ver pero el perro se divertía haciendo su labor como explorador. A pesar de que gracias a él habían acabado en una trampa, el perro aún era útil por su olfato y era fiel a su dueño. En días como esos, la lealtad es lo más importante en un aliado. Eso radiaban entre ambos, una lealtad de compañeros cooperando para sobrevivir y bajo el mismo interés de cumplir la travesía hacia la base de los bio-cibernéticos. No tardaría mucho, pero temía de que su compañero se le dificultase los amaneceres, pero por suerte, la noche estaba siendo perseverante al enlazarlos entre su oscuridad y los males que acechaban en ella. Dudaba de que el árbol fuese el único que se topasen durante el camino.
Entre el largo viaje, el perro logró avistar a base de ladridos señales de que había encontrado algo tras su vigía por el bosque, pese a que no era un perro entrenado tenía la astucia de uno. La máquina notó un pequeño pueblo del que salían un gran número de personas que tan solo eran notables en la noche a base de una gran aglomeración de antorchas y astas, de los que varios destacaban por sus pinchos. entre los cuales también llego a escuchar los ladridos al unísono de los sabuesos con los deseos de cazar, Sardinas se acobardo en el cumulo de aquellos ladridos salvajes y bastante altos. Tras los caminos de los nómadas y el de la horda de campesinos toparse, el vampiro se había encargado por Sajin de resolver el conflicto, pero no funcionaba como se tenía predispuesto.
Lo más notorio de todo, fue que a la luz del fuego y las antorchas, entre los granjeros repletos de furia por razones desconocidos y los perros sedientos de sangre, un hombre de armadura puso su espada al frente del dúo de compañeros. Con una mirada que denotaba furia, lidero en contra de la máquina y el vampiro una horda armada contra ellos. Muchos tal vez solo eran gente inocente, sus ropas eran más de un campesino que el de un guerrero. Podía tratarse de un soldado de la guardia corrupto o, tal vez, habían roto la ley de una forma que de seguro el vampiro desconocería. Luego de que el cibernético ganase un poco del crédito de los guardias de Lunargenta por lidiar con un asesino serial, no se esperaba tal atrevimiento a su persona y menos a las de sus compañeros.
— Creo que se han confundido, Bio. —Comentó a su compañero, una lanza voló de largo por un costado de su sien que amenazo con chocar contra su cráneo tras aquel momento como una irrespetuosa y descortés amenaza, de la que parecía indicar una falta de experiencia en armas por parte de los granjeros. Sin embargo, el número era extenso y si bien no habían quebrantado la ley, atacando a unos granjeros no sería una buena forma para recobrar su honor. — No están lo suficientemente cuerdos como para razonar en estos mismos instantes, esto sucede también en ciertas bestias al entrar en estados de frenesí.
— ¿¡Cómo ha dicho!? —Respondió una voz de la horda furiosa.— ¡Nos ha llamado bestias el coloso gris, a la carga!
Había pecado como muchas veces sucedía de ser un erudito frente a los campesinos y como era de esperarse, su ignorancia no era muy útil para que estos pudiesen entender el ejemplo que se refería el cibernético. Sus pinchos se pusieron contra delante como si tuviesen una sincronización militar, probablemente por el supuesto guardia. Su perro, del que había estado desinteresado en el tras la turba furiosa que hacía peligrar sus cuellos, había ladrado al vampiro y a Sajin sobre un pequeño barranco del que podrían, si llegaban sin rapaduras o cortes, libres de cualquier daño.
— Mire. —Señaló la posición del perro al borde del pequeño barranco; susurro su plan a su compañero por la seguridad que prescindía un momento tan delicado como el que experimentaban.— Podremos saltar hacia aquella localización y escapar de la turba, si tenemos suerte nos ayude a dar la vuelta al pueblo. Calculando nuestras probabilidades, es lo más práctico..
La naturaleza se había hecho desde tétrica y ruin tras el asesinato a sangre fría en la noche a una cálida y amistosa vegetación rellena de herbáceas y arbustos por doquier, su naturaleza era mucho más confiable. Parecía ser que la temporada de lluvias había prometido mucho para las plantas y como una consecuencia respecto a eso, un buena prospera economía para los granjeros. Al menos en el fondo sabía que a pesar de sus fallos la gente pudiese descansar de una forma cómoda y feliz en sus vidas, era una perspectiva muy altruista por parte de la máquina para poder sellar su mirada pesimista para ver la vida como un sin-sentido. Sardinas correteaba entre los arbustos al tanto de lo que sucedía por delante de los pies del vampiro y la máquina, indiferentes al respecto del ambiente y la situación que, pese a la comodidad que les causaba la pacífica naturaleza, lucían abatidos tras los escalofriantes sucesos que no podían sacarse de la cabeza. Ver cadáveres colgando de un árbol viviente no era algo que se veía día a día, mucho menos cuando este trataba de hacerte uno más entre sus ramas.
Ambos, cooperando el uno al otro pero callados, no se habían atrevido a hablar tras los acontecimientos. Solo sus pisadas eran capaces de llenar el vacío que provocaba el peso del silencio sobre el sendero, del que el perro hacía bien con sus confiados ladridos a la nada. Su cara de idiota era bastante notoria con esa vaga sonrisa de la que resaltaba su larga lengua rosada que dejaba caer sus babas al suelo, no era nada bonito de ver pero el perro se divertía haciendo su labor como explorador. A pesar de que gracias a él habían acabado en una trampa, el perro aún era útil por su olfato y era fiel a su dueño. En días como esos, la lealtad es lo más importante en un aliado. Eso radiaban entre ambos, una lealtad de compañeros cooperando para sobrevivir y bajo el mismo interés de cumplir la travesía hacia la base de los bio-cibernéticos. No tardaría mucho, pero temía de que su compañero se le dificultase los amaneceres, pero por suerte, la noche estaba siendo perseverante al enlazarlos entre su oscuridad y los males que acechaban en ella. Dudaba de que el árbol fuese el único que se topasen durante el camino.
Entre el largo viaje, el perro logró avistar a base de ladridos señales de que había encontrado algo tras su vigía por el bosque, pese a que no era un perro entrenado tenía la astucia de uno. La máquina notó un pequeño pueblo del que salían un gran número de personas que tan solo eran notables en la noche a base de una gran aglomeración de antorchas y astas, de los que varios destacaban por sus pinchos. entre los cuales también llego a escuchar los ladridos al unísono de los sabuesos con los deseos de cazar, Sardinas se acobardo en el cumulo de aquellos ladridos salvajes y bastante altos. Tras los caminos de los nómadas y el de la horda de campesinos toparse, el vampiro se había encargado por Sajin de resolver el conflicto, pero no funcionaba como se tenía predispuesto.
Lo más notorio de todo, fue que a la luz del fuego y las antorchas, entre los granjeros repletos de furia por razones desconocidos y los perros sedientos de sangre, un hombre de armadura puso su espada al frente del dúo de compañeros. Con una mirada que denotaba furia, lidero en contra de la máquina y el vampiro una horda armada contra ellos. Muchos tal vez solo eran gente inocente, sus ropas eran más de un campesino que el de un guerrero. Podía tratarse de un soldado de la guardia corrupto o, tal vez, habían roto la ley de una forma que de seguro el vampiro desconocería. Luego de que el cibernético ganase un poco del crédito de los guardias de Lunargenta por lidiar con un asesino serial, no se esperaba tal atrevimiento a su persona y menos a las de sus compañeros.
— Creo que se han confundido, Bio. —Comentó a su compañero, una lanza voló de largo por un costado de su sien que amenazo con chocar contra su cráneo tras aquel momento como una irrespetuosa y descortés amenaza, de la que parecía indicar una falta de experiencia en armas por parte de los granjeros. Sin embargo, el número era extenso y si bien no habían quebrantado la ley, atacando a unos granjeros no sería una buena forma para recobrar su honor. — No están lo suficientemente cuerdos como para razonar en estos mismos instantes, esto sucede también en ciertas bestias al entrar en estados de frenesí.
— ¿¡Cómo ha dicho!? —Respondió una voz de la horda furiosa.— ¡Nos ha llamado bestias el coloso gris, a la carga!
Había pecado como muchas veces sucedía de ser un erudito frente a los campesinos y como era de esperarse, su ignorancia no era muy útil para que estos pudiesen entender el ejemplo que se refería el cibernético. Sus pinchos se pusieron contra delante como si tuviesen una sincronización militar, probablemente por el supuesto guardia. Su perro, del que había estado desinteresado en el tras la turba furiosa que hacía peligrar sus cuellos, había ladrado al vampiro y a Sajin sobre un pequeño barranco del que podrían, si llegaban sin rapaduras o cortes, libres de cualquier daño.
— Mire. —Señaló la posición del perro al borde del pequeño barranco; susurro su plan a su compañero por la seguridad que prescindía un momento tan delicado como el que experimentaban.— Podremos saltar hacia aquella localización y escapar de la turba, si tenemos suerte nos ayude a dar la vuelta al pueblo. Calculando nuestras probabilidades, es lo más práctico..
Sajin
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Re: [Cerrado] Perseguidos [Interpretativo-Libre-Noche]
La multitud avanzó hasta casi habernos rodeado por completo, gritaban mientras agitaban sus armas aunque la mayoría de ellos no tenían la más mínima intención de atacar; simplemente esperaban a que su líder, el hijo del señor D’Cito, los guiara hacia la victoria, todos le respetaban por su reciente ingreso a la guardia real, pero siendo sinceros era solo un soldado novato sin rango importante dentro del ejército, aunque para su padre y los de su casa en general, era algo digno de orgullo.
La retórica expresión de Sajin no hizo más que alterar aún más a los agresivos atacantes que sin dudarlo comenzaron a arrojar cosas en nuestra dirección, afortunadamente su puntería era un desastre, pues de otro modo ya tendríamos alguna de las lanzas atravesándonos el pecho, o al menos yo, ya que Sajin llevaba una fuerte coraza que aunque estuviera algo maltratada de momento, le permitiría resistir mucho más que yo.
El joven Elver comenzó a caminar hacia nosotros mientras sus hombres se quejaban de que mi compañero los había llamado bestias, aunque no había nada de falso en eso, pues se comportaban como tales, uno tras otro comenzaron a lanzarse hacia nosotros con la idea de herirnos, aunque aún manteníamos una distancia que sería bueno aprovechar; observé en la dirección a donde Sajin me indicaba y no lo pensé dos veces antes de correr hacia allá -Toma al perro y saltemos- Le dije a Sajin mientras avanzaba de prisa hacia el barranco y saltaba sin mirar atrás; los gritos de furia se escuchaban cada vez más lejos mientras iba cayendo en la empinada pendiente, mi gran habilidad con los saltos me permitía saltar cada vez que mis pies tocaban el suelo, de ese modo podía mantenerme en equilibrio hasta que un árbol se interpuso en el camino haciéndose imposible de evadir, me estrellé contra el árbol y aunque fue doloroso me había servido para detenerme.
Continué descendiendo con un leve trote tratando de mantener una velocidad moderada ahora que me sentía lejos de aquella turba, aunque al llegar abajo y mirar atrás, observé con espanto como se lanzaban los más ágiles mientras los menos preparados se quedaban atrás, conscientes de que no lograrían llegar debajo de buena manera, algunos lo intentaron, pero su desenlace sirvió para confirmar a los demás que no era una buena idea, sin embargo, los mercenarios que se encargaban de la seguridad de la casa sí se lanzaron y venían tras nosotros, aunque eran apenas 8 hombres, seguían siendo demasiados contra nosotros.
El joven Elver, lideró a su pequeña tropa en busca de otro camino por donde pudieran alcanzarnos o tal vez cortarnos el paso más adelante, de los 8 mercenarios que se lanzaron, solo 5 pudieron llegar bien abajo y alcanzarnos, los otros acabaron estrellados contra árboles en el camino, o arrastrados por una parte del descenso -Hasta aclarar el asunto, será mejor no matarlos- Dije al biocibernético para asegurar su precaución, guardé mis dagas dispuesto a neutralizar a los sujetos sin cortarles alguna extremidad -No nos odien por esto, no es nada personal, solo negocios- Dijo uno de los mercenarios mientras se acercaba sacando una espada de su cinto y la giraba con mucha gracia -Creo que neutralizarlos será más difícil de lo que yo pensaba- Dije al robot mientras buscaba por dónde continuar el escape, aunque rápidamente habían hecho una formación circular que nos dejaba acorralados, tendríamos que vencer a algunos para poder salir de su trampa, así que me puse en guardia esperando al primer ataque.
La retórica expresión de Sajin no hizo más que alterar aún más a los agresivos atacantes que sin dudarlo comenzaron a arrojar cosas en nuestra dirección, afortunadamente su puntería era un desastre, pues de otro modo ya tendríamos alguna de las lanzas atravesándonos el pecho, o al menos yo, ya que Sajin llevaba una fuerte coraza que aunque estuviera algo maltratada de momento, le permitiría resistir mucho más que yo.
El joven Elver comenzó a caminar hacia nosotros mientras sus hombres se quejaban de que mi compañero los había llamado bestias, aunque no había nada de falso en eso, pues se comportaban como tales, uno tras otro comenzaron a lanzarse hacia nosotros con la idea de herirnos, aunque aún manteníamos una distancia que sería bueno aprovechar; observé en la dirección a donde Sajin me indicaba y no lo pensé dos veces antes de correr hacia allá -Toma al perro y saltemos- Le dije a Sajin mientras avanzaba de prisa hacia el barranco y saltaba sin mirar atrás; los gritos de furia se escuchaban cada vez más lejos mientras iba cayendo en la empinada pendiente, mi gran habilidad con los saltos me permitía saltar cada vez que mis pies tocaban el suelo, de ese modo podía mantenerme en equilibrio hasta que un árbol se interpuso en el camino haciéndose imposible de evadir, me estrellé contra el árbol y aunque fue doloroso me había servido para detenerme.
Continué descendiendo con un leve trote tratando de mantener una velocidad moderada ahora que me sentía lejos de aquella turba, aunque al llegar abajo y mirar atrás, observé con espanto como se lanzaban los más ágiles mientras los menos preparados se quedaban atrás, conscientes de que no lograrían llegar debajo de buena manera, algunos lo intentaron, pero su desenlace sirvió para confirmar a los demás que no era una buena idea, sin embargo, los mercenarios que se encargaban de la seguridad de la casa sí se lanzaron y venían tras nosotros, aunque eran apenas 8 hombres, seguían siendo demasiados contra nosotros.
El joven Elver, lideró a su pequeña tropa en busca de otro camino por donde pudieran alcanzarnos o tal vez cortarnos el paso más adelante, de los 8 mercenarios que se lanzaron, solo 5 pudieron llegar bien abajo y alcanzarnos, los otros acabaron estrellados contra árboles en el camino, o arrastrados por una parte del descenso -Hasta aclarar el asunto, será mejor no matarlos- Dije al biocibernético para asegurar su precaución, guardé mis dagas dispuesto a neutralizar a los sujetos sin cortarles alguna extremidad -No nos odien por esto, no es nada personal, solo negocios- Dijo uno de los mercenarios mientras se acercaba sacando una espada de su cinto y la giraba con mucha gracia -Creo que neutralizarlos será más difícil de lo que yo pensaba- Dije al robot mientras buscaba por dónde continuar el escape, aunque rápidamente habían hecho una formación circular que nos dejaba acorralados, tendríamos que vencer a algunos para poder salir de su trampa, así que me puse en guardia esperando al primer ataque.
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Re: [Cerrado] Perseguidos [Interpretativo-Libre-Noche]
Ignoraba realmente cuanto tiempo llevaba viajando, cuanto hacia que había dejado la montaña atrás. Se habían sucedido varias lunas des de entonces, y muchos soles también bajo los que había sobrevolado los reinos del este, las copas de los arboles de verdes intensos como grandes praderas alzadas se emborronaban muchos metros bajo mis garras, esos ríos que cruzaban el verde perenne de esa región, llamaban al descenso y a explorar sus caudales y la vegetación que los rodeaban, pero había decidido el destino al que quería dirigirme durante los primeros días de arduo vuelo, cuando las corrientes de viento habían empezado a ser mas templadas, y la emoción inicial de la nueva vida que esperaba de ahora en mas remitía para permitir a la mente pensar con mas claridad.
Al fin de cuentas, los hombres dragón, antaño habíamos sido hombres, empezar a conocer al mundo desde los cimientos, el origen de los míos, y de muchos otros, la base, en definitiva, del mundo en el que ahora vivíamos, y a aquellos, que provenían de la raza que había inspirado confianza y cuidado a los dragones por primera vez, me había parecido una buena idea, aunque eso implicaba, que mi primer viaje seria largo. Aun así, no era motivo para desistir, no esperaba una travesía corta, ni sencilla.
Pese las múltiples veces en las que la tentación llamaba a desviarme del camino para explorar, y las cuales, no ignore en su totalidad, finalmente logré llegar a sus afueras, desde lejos podía ver las siluetas de la gran ciudad que marcaba como objetivo, las ondulantes banderas, y los brillantes colores reluciendo bajo los últimos rayos del sol.
Exhausta por el vuelo, y con el corazón palpitante a mil, decidí tomar un descanso y dejar las emociones fuertes para cuando tuviese la mente, y el cuerpo mas descansado, ya que probablemente, tendría que usar el que no tenia costumbre. La idea no me agradaba en especial, pero necesitaría, no solo de poder comunicarme si no de evitar un alboroto, no me era necesario conocer para imaginar, que no era el pan de todos los días ver un leviatan discurriendo por las callejuelas de la metrópolis.
Un barranco cerca de una población capto mi atención mientras volaba bajo, invitaba al reposo, y prometía la intimidad y el aislamiento propicios para el sueño, y pese que hubiese preferido mil veces una oscura cueva para conciliar el sueño, los músculos palpitantes y ardiendo por el cansancio y el esfuerzo, inclinaban la balanza favorablemente hacia ese remanso de tranquilidad bajo el cielo del crepúsculo.
Aterrice en el borde mismo del barranco, y arañando las rocas con las garras, con las alas semi-extendidas para poder planear en pequeños saltos sin comerme de frente ninguno de los arboles que lo surcaban, llegue al final de la formación terrosa. Me aleje moderadamente del lugar, para poder usarlo como referente en cuanto la vigilia me asolara de nuevo, y no confundirme en el momento de despertar sobre que dirección debía tomar, me acurruque, tras las rocas y la maleza, haciéndome un ovillo y acomodando mis escasas pertenencias bajo mis zarpas, cubriéndome, finalmente con las alas, y enrollando la cola entorno al cuerpo, hasta reducir notoriamente mi tamaño para poder descansar, cayendo, con premura, en un profundo sueño.
Unos ruidos extraños llegaron a mi, tenues y lejanos, como si los escuchase a través de una bruma, resistiéndome a abandonar el sueño, presione los parpados, y me acurruque aun mas en el lugar, conteniendo un bostezo y tratando de ignorarlos, olvidando, por un momento, que no me encontraba en la confortable caverna de la montaña, si no en un lugar extraño. Pero los ruidos no cesaron, impidiéndome olvidar esa molesta realidad, junto con algunas voces que no logre descifrar en ese instante.
Estire las patas hacia delante de mi cuerpo, y el cuello arriba, desperezándome, tensando todas mis extremidades en un largo bostezo, mientras parpadeaba, esperando encontrarme con una cegadora luz, pero la penumbra de la noche cerrada me desconcertó profundamente. Había atribuido las voces, a los primeros albores del día, algún leñador, o campesino, o comerciante próximo a la ciudad, sin embargo, a esas horas, dudaba mucho que fuese ese su origen, lo cual resultaba inquietante y desconcertante.
La posibilidad de salir volando hacia cualquier lugar de inmediato, fue mas que un planteamiento fugaz, pero la curiosidad, maldita y acuciante, termino, como de costumbre, decantando la balanza del actuar, y conduciendo mis pisadas hacia el origen del alboroto nocturno que me había desvelado.
Salí de entre la maleza buscando el barranco con la mirada, paseando los ojos en su pendiente, de la cual, los arboles que la cruzaban , pendían algunos hombres accidentados, un escalofrió recorrió todo mi cuerpo, erizando las pulidas espinas blancas de mi espalda, sacudí la cabeza corneada, y entonces, al bajar la misma, lo vi, lo habría observado antes de no encontrarme tan adormecida. Varios hombres rodeando a otro de los suyos y un bio-cibernetico.
Me centre en examinar detalladamente ese ultimo, el primero en mi corta existencia, como si se tratase de alguna clase de ser mitológico, u animal extraño, abriendo las fauces en un gutural sonido de sorpresa involuntario, mi propio rugido me saco nuevamente de la ensoñación.
Volviéndome consciente de que me encontraba ante una disputa entre los sujetos a los que observaba.
Quizás, si hubiese sido de un color mas oscuro, mas mate, habría podido pasar desapercibida ante cualquier mirada casual de cualquiera de los hombres que protagonizaban esa escena, pero en esta ocasión, y al contrario que en las montañas, donde las escamas de un blanco cristalino , que reflejaban la escasa luz sobre su superficie pulida, y constituían el camuflaje perfecto en la nieve, aquí resaltaba tanto como un farol.
Y aun así, no pude hacer nada mas, que mirar, mientras en mi mente pasaban mil opciones y hacia balance sobre mi actuar, ignorando descaradamente la voz acuciante que decía "Huye".
Lunargenta.
Al fin de cuentas, los hombres dragón, antaño habíamos sido hombres, empezar a conocer al mundo desde los cimientos, el origen de los míos, y de muchos otros, la base, en definitiva, del mundo en el que ahora vivíamos, y a aquellos, que provenían de la raza que había inspirado confianza y cuidado a los dragones por primera vez, me había parecido una buena idea, aunque eso implicaba, que mi primer viaje seria largo. Aun así, no era motivo para desistir, no esperaba una travesía corta, ni sencilla.
Pese las múltiples veces en las que la tentación llamaba a desviarme del camino para explorar, y las cuales, no ignore en su totalidad, finalmente logré llegar a sus afueras, desde lejos podía ver las siluetas de la gran ciudad que marcaba como objetivo, las ondulantes banderas, y los brillantes colores reluciendo bajo los últimos rayos del sol.
Exhausta por el vuelo, y con el corazón palpitante a mil, decidí tomar un descanso y dejar las emociones fuertes para cuando tuviese la mente, y el cuerpo mas descansado, ya que probablemente, tendría que usar el que no tenia costumbre. La idea no me agradaba en especial, pero necesitaría, no solo de poder comunicarme si no de evitar un alboroto, no me era necesario conocer para imaginar, que no era el pan de todos los días ver un leviatan discurriendo por las callejuelas de la metrópolis.
Un barranco cerca de una población capto mi atención mientras volaba bajo, invitaba al reposo, y prometía la intimidad y el aislamiento propicios para el sueño, y pese que hubiese preferido mil veces una oscura cueva para conciliar el sueño, los músculos palpitantes y ardiendo por el cansancio y el esfuerzo, inclinaban la balanza favorablemente hacia ese remanso de tranquilidad bajo el cielo del crepúsculo.
Aterrice en el borde mismo del barranco, y arañando las rocas con las garras, con las alas semi-extendidas para poder planear en pequeños saltos sin comerme de frente ninguno de los arboles que lo surcaban, llegue al final de la formación terrosa. Me aleje moderadamente del lugar, para poder usarlo como referente en cuanto la vigilia me asolara de nuevo, y no confundirme en el momento de despertar sobre que dirección debía tomar, me acurruque, tras las rocas y la maleza, haciéndome un ovillo y acomodando mis escasas pertenencias bajo mis zarpas, cubriéndome, finalmente con las alas, y enrollando la cola entorno al cuerpo, hasta reducir notoriamente mi tamaño para poder descansar, cayendo, con premura, en un profundo sueño.
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Unos ruidos extraños llegaron a mi, tenues y lejanos, como si los escuchase a través de una bruma, resistiéndome a abandonar el sueño, presione los parpados, y me acurruque aun mas en el lugar, conteniendo un bostezo y tratando de ignorarlos, olvidando, por un momento, que no me encontraba en la confortable caverna de la montaña, si no en un lugar extraño. Pero los ruidos no cesaron, impidiéndome olvidar esa molesta realidad, junto con algunas voces que no logre descifrar en ese instante.
Estire las patas hacia delante de mi cuerpo, y el cuello arriba, desperezándome, tensando todas mis extremidades en un largo bostezo, mientras parpadeaba, esperando encontrarme con una cegadora luz, pero la penumbra de la noche cerrada me desconcertó profundamente. Había atribuido las voces, a los primeros albores del día, algún leñador, o campesino, o comerciante próximo a la ciudad, sin embargo, a esas horas, dudaba mucho que fuese ese su origen, lo cual resultaba inquietante y desconcertante.
La posibilidad de salir volando hacia cualquier lugar de inmediato, fue mas que un planteamiento fugaz, pero la curiosidad, maldita y acuciante, termino, como de costumbre, decantando la balanza del actuar, y conduciendo mis pisadas hacia el origen del alboroto nocturno que me había desvelado.
Salí de entre la maleza buscando el barranco con la mirada, paseando los ojos en su pendiente, de la cual, los arboles que la cruzaban , pendían algunos hombres accidentados, un escalofrió recorrió todo mi cuerpo, erizando las pulidas espinas blancas de mi espalda, sacudí la cabeza corneada, y entonces, al bajar la misma, lo vi, lo habría observado antes de no encontrarme tan adormecida. Varios hombres rodeando a otro de los suyos y un bio-cibernetico.
Me centre en examinar detalladamente ese ultimo, el primero en mi corta existencia, como si se tratase de alguna clase de ser mitológico, u animal extraño, abriendo las fauces en un gutural sonido de sorpresa involuntario, mi propio rugido me saco nuevamente de la ensoñación.
Volviéndome consciente de que me encontraba ante una disputa entre los sujetos a los que observaba.
Quizás, si hubiese sido de un color mas oscuro, mas mate, habría podido pasar desapercibida ante cualquier mirada casual de cualquiera de los hombres que protagonizaban esa escena, pero en esta ocasión, y al contrario que en las montañas, donde las escamas de un blanco cristalino , que reflejaban la escasa luz sobre su superficie pulida, y constituían el camuflaje perfecto en la nieve, aquí resaltaba tanto como un farol.
Y aun así, no pude hacer nada mas, que mirar, mientras en mi mente pasaban mil opciones y hacia balance sobre mi actuar, ignorando descaradamente la voz acuciante que decía "Huye".
Arygos Valnor
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El odio era sincero, pero las razones eran desconocidas. Algo que los separaba para poder explicarse, era la intolerancia del público y el hecho de que sus cuellos dependiesen del hilo que los acortaba del camino entre la vida y la muerte. Era claro que no serían fácilmente derrotados por una muchedumbre enojada e ignorante, es más, tenían la madera como para poder encargarse por si solos. Sin embargo, aquella no era una tarea que en el camino de la espada pudiese considerarse un acto de honor el hecho de acabar con una multitud entera de la que, a pesar de su rabia frente al dúo de empedernidos aventureros, no eran culpables de ningún mal. O eso era lo que quería pensar, porque aquella turba estaba dispuesta a matarlos. No podía irse sin descubrir el porque, pero notó que no solamente la lanza que voló sobre su costado era una amenaza clara de que estaban en peligro, si no la tormenta de pinchos que lanzaron contra ellos bajo una pobre y mala estratagema para hacerlos caer de esa forma tan sencilla.
El vampiro lo tenía ya claro, no era como las máquinas que dedicaban su vida conforme a los dogmas de sus programaciones y que vivían en un escepticismo que analizaba cada forma que componía su ambiente. Una vida de números y lógica no era lo que vivían los seres como los vampiros, ni los humanos, ni los mismos licántropos. Podía temer, así como podía sentir emociones, su compañero Bio no era nada parecido a la máquina. Por tal razón, era bastante evidente que se encaminase por la opción mas burocrática y miserable en todo ser vivo: su supervivencia. Pero no sólo era eso, la cooperación entre ambos era lo que todavía mantenía en pie a cada uno con la sincronización de sus estrategias para ir y venir contra cada mal que tuviesen en el camino. La cruzada de ambos estaba decidida ir a por la base bio-cibernética, siendo o no perseguidos, era inevitable.
— Analizando esto. —Comentó sobre la nueva estrategia dentro del plan por el vampiro.— La huida es mucho más honor de lo que tendría en derramar la sangre de campesinos y perros. Contando con el guardia.
— ¿Estáis escuchando? —El guardia se colocó a la cabeza de la horda, con su espada elevada.— Se atreven a quitarle la vida a nuestro señor y no a nosotros. Tiene miedo de nuestra unión, somos más que ellos y no podrán evitar ser derrotados por el pueblo de nuestro difunto señor D'Cito. Una vez más, ¡muestren sus armas contra ellos! ¡Ataquen una vez por todas!
Tras escuchar aquellas palabras del guardia aparentemente corrupto, el cibernético agarró a su pequeño perro desde su lomo al punto de que su pellejo pareciese despejarse de su espalda. El perro chilló un poco en el momento del brusco agarre, pero tras acomodarse colgando entre los dedos metálicos de su amo parecía haberse olvidado absolutamente de ello. Tras saltar en aquel barranco, salto bocabajo de una manera que parecía un suicidio contando con la altura a la que iba. Agarró de forma precavida su espada de la que hizo escapar de su vaina, eran seguidos por unos cuantos mercenarios que se ofrecieron a saltar en su búsqueda. Definitivamente estaban en una muy mala racha como para ofrecerse a aquella radical persecución.
— Bio debe de haber caído mucho antes, espabilo mucho antes que yo. La distancia no debería habernos distanciado bastante, pero los árboles parecen dificultar mi caída con la posibilidad de caer de cabeza contra estos. —Pensó en voz baja.
Su esclerótica artificial había percibido a base de una mira telescópica, que recopilo los datos de cada aspecto relevante en su entorno, desde el espacio que le permitía su rango de visión. Surcó el aire como una lanza escapando del alcance de las ramas, pero no pudo escapar de como una de ellas llegó a surcar su costado, arremetiendo con un golpe en el estomago. La resistencia en su coraza así como en su sentido del dolor por parte de su naturaleza artificial fueron beneficiosas, pero la caída no lo sería a la velocidad que iba viajando en la pendiente de aquella forma. El objetivo era simple; una estocada en la corteza de un árbol para frenar la caída suicida que experimentaba en esos mismos instantes, pero los mercenarios volando por todas las partes y chocando entre sí y con las ramas dificultaban mucho las cosas.
— No puedo atarme a todo, mi espada no estaría libre y podría provocar mi muerte. Si me dejo atrapar con los cuerpos, no veré las ramas y si las veo, probablemente no vea los árboles. Viéndolos, tampoco vería la pendiente. Atender tiene significados muy ambiguos, pero el verdadero significado es atenderlo todo. —Pensó en voz baja una vez más, vio el filo de su espada reflejando su rostro, del que brillaban sus ojos azules de sus cuencas.
Lanzó una estocada contra una rama de los árboles bajos más ligeros de los que habitaban cerca de la pendiente, el sable atravesó parcialmente el robusto roble pero clavó la espada tras la velocidad de la caída. Aquello no hubiese sido tan sencillo si no hubiese contado con una inteligencia mucho más rápida a la de un ser humano común y corriente. Colgando de la rama mientras que su compañero ya estaba de pie en espera de la máquina; Torció su muñeca en varios intentos para descolgarse de la rama, cayendo al suelo bruscamente con su espada y su perro, pero con trozos de roble volando contra su coraza. Arrojó al perro de una forma un tanto brusca pero cuidadosa, en un intento de no arrojarlo a una distancia que lo llevase cara a cara con los mercenarios, de los que algunos habían tenido la suficiente destreza como para caer en aquella noche sin la necesidad de bonificaciones de modificaciones, solo su sencilla suerte.
Había caído de una forma un poco torpe para poder zafar su espada del árbol, algo simple que podía perdonarse. De lo que no podía perdonarse tras recobrar su postura firme y de pie, fue el hecho de ser acorralado en círculos como le había pasado en varios infortunios. Solo que esta vez se conformaba por la cooperación de un compañero que podría resultarle útil y su perro, del que no dudo a ir a esconderse hacia uno de los árboles que tenían colgando entre sus ramas a los mercenarios inconscientes tras la caída, gracias a los choques y golpes que tuvieron entre sí o contra los árboles.
— Suicidas. —Amortiguó uno de los mercenarios a base de un escupitajo contra el suelo.— ¿Quién esta como para perder la cabeza y saltar de aquella pendiente? ¡Uff! que suerte que teníamos un camino más seguro, pero largo. Pero somos mucho más atléticos que esos patanes y por eso, somos más fuertes. Vengan y no derramaremos sangre, así de simple.
— Su forma de verse superior a base de su mayor número de aliados es patética desde el punto de vista del código de honor. Debido a que, analizando esto me hace pensar que teme a morir y los usará de escudos, tras esto seguramente piense que así tendrá el oro para usted solo y los otros mercenarios, no requerirán mas que tu al tu ser su líder.
— ¡Me hiciste enojar con tus mierdas! —Contestó, ahora indiferente a sus intentos de carisma.— Nosotros odiamos a los listos como tu y a ti también, idiota. —Señaló a Bio, ofreciéndole una mirada de odio.— Garret, encárgate.
Un hombre de dos metros de altura, que superaba con tan solo cinco centímetros de ventaja al robot, se había presentado mostrando una hacha de leñador que pese a ello mostraba un gran tamaño, con un filo pulido lado a lado. Tuerto, uno de sus ojos presentaba una cicatriz que denotaba sus años de pelea y mientras, el pelo en su pecho pese a que encima era grotesco, trataba de remarcar más su vigor como guerrero. Parecía una forma trillada de seguir los antiguos estándares vikingos. Con su aborrecible sonrisa amarilla dedicada a los aventureros, daba una carcajada grave y grotesca.
— Espera. —Uno de los mercenarios frenó al verdugo, atento a la pendiente.— Hay una... cosa extraña, parece un reptil. ¿Qué haremos con esa criatura, Grooves?
— No es una cosa. —El mercenario examinó a la criatura recién llegada, con su mano en la barbilla.— Es un dragón. Pero es tan solo esas copias falsas de los verdaderos monstruos de los cuentos. Pensé que se morían de frío en sus estúpidas tierras y mira, hay uno por aquí y sus escamas lucen muy bien... podríamos venderlas al Mercado Negro, no veo porque no y aparte, si hay que derramar sangre, no habrá testigos. ¡Prepara la lanza, Wylhar!
Un hombre mayor con una calvicie notable que portaba una jabalina entre sus manos se encamino en dirección hacia el dragón, ignorando que había dejado un hueco abierto al círculo que entre él y los cuatros mercenarios bloqueaban el paso a ambos. El cibernético se dedicó a mirar desde el rabillo del ojo a su compañero y darle un susurrante aviso.
— Tiene una salida, pero temporal. Aproveche, yo cubriré sus espaldas.
El mercenario que preparaba su jabalina miró a los dos, inseguro, fue hacía ellos mientras lanzó un escupitajo al suelo desde su boca repleta de bello facial. Sea de donde viniesen aquellos mercenarios, no tenían muchos modales. Aprovechando la llegada de este, el cibernético dedicó un corte inesperado en diagonal sobre el asta del arma; el efecto provocó su división y justamente la caída de su portador, tras el pavor de haber sido casi alcanzado por la muerte de parte de Sajin.
— Ahora.
El vampiro lo tenía ya claro, no era como las máquinas que dedicaban su vida conforme a los dogmas de sus programaciones y que vivían en un escepticismo que analizaba cada forma que componía su ambiente. Una vida de números y lógica no era lo que vivían los seres como los vampiros, ni los humanos, ni los mismos licántropos. Podía temer, así como podía sentir emociones, su compañero Bio no era nada parecido a la máquina. Por tal razón, era bastante evidente que se encaminase por la opción mas burocrática y miserable en todo ser vivo: su supervivencia. Pero no sólo era eso, la cooperación entre ambos era lo que todavía mantenía en pie a cada uno con la sincronización de sus estrategias para ir y venir contra cada mal que tuviesen en el camino. La cruzada de ambos estaba decidida ir a por la base bio-cibernética, siendo o no perseguidos, era inevitable.
— Analizando esto. —Comentó sobre la nueva estrategia dentro del plan por el vampiro.— La huida es mucho más honor de lo que tendría en derramar la sangre de campesinos y perros. Contando con el guardia.
— ¿Estáis escuchando? —El guardia se colocó a la cabeza de la horda, con su espada elevada.— Se atreven a quitarle la vida a nuestro señor y no a nosotros. Tiene miedo de nuestra unión, somos más que ellos y no podrán evitar ser derrotados por el pueblo de nuestro difunto señor D'Cito. Una vez más, ¡muestren sus armas contra ellos! ¡Ataquen una vez por todas!
Tras escuchar aquellas palabras del guardia aparentemente corrupto, el cibernético agarró a su pequeño perro desde su lomo al punto de que su pellejo pareciese despejarse de su espalda. El perro chilló un poco en el momento del brusco agarre, pero tras acomodarse colgando entre los dedos metálicos de su amo parecía haberse olvidado absolutamente de ello. Tras saltar en aquel barranco, salto bocabajo de una manera que parecía un suicidio contando con la altura a la que iba. Agarró de forma precavida su espada de la que hizo escapar de su vaina, eran seguidos por unos cuantos mercenarios que se ofrecieron a saltar en su búsqueda. Definitivamente estaban en una muy mala racha como para ofrecerse a aquella radical persecución.
— Bio debe de haber caído mucho antes, espabilo mucho antes que yo. La distancia no debería habernos distanciado bastante, pero los árboles parecen dificultar mi caída con la posibilidad de caer de cabeza contra estos. —Pensó en voz baja.
Su esclerótica artificial había percibido a base de una mira telescópica, que recopilo los datos de cada aspecto relevante en su entorno, desde el espacio que le permitía su rango de visión. Surcó el aire como una lanza escapando del alcance de las ramas, pero no pudo escapar de como una de ellas llegó a surcar su costado, arremetiendo con un golpe en el estomago. La resistencia en su coraza así como en su sentido del dolor por parte de su naturaleza artificial fueron beneficiosas, pero la caída no lo sería a la velocidad que iba viajando en la pendiente de aquella forma. El objetivo era simple; una estocada en la corteza de un árbol para frenar la caída suicida que experimentaba en esos mismos instantes, pero los mercenarios volando por todas las partes y chocando entre sí y con las ramas dificultaban mucho las cosas.
— No puedo atarme a todo, mi espada no estaría libre y podría provocar mi muerte. Si me dejo atrapar con los cuerpos, no veré las ramas y si las veo, probablemente no vea los árboles. Viéndolos, tampoco vería la pendiente. Atender tiene significados muy ambiguos, pero el verdadero significado es atenderlo todo. —Pensó en voz baja una vez más, vio el filo de su espada reflejando su rostro, del que brillaban sus ojos azules de sus cuencas.
Lanzó una estocada contra una rama de los árboles bajos más ligeros de los que habitaban cerca de la pendiente, el sable atravesó parcialmente el robusto roble pero clavó la espada tras la velocidad de la caída. Aquello no hubiese sido tan sencillo si no hubiese contado con una inteligencia mucho más rápida a la de un ser humano común y corriente. Colgando de la rama mientras que su compañero ya estaba de pie en espera de la máquina; Torció su muñeca en varios intentos para descolgarse de la rama, cayendo al suelo bruscamente con su espada y su perro, pero con trozos de roble volando contra su coraza. Arrojó al perro de una forma un tanto brusca pero cuidadosa, en un intento de no arrojarlo a una distancia que lo llevase cara a cara con los mercenarios, de los que algunos habían tenido la suficiente destreza como para caer en aquella noche sin la necesidad de bonificaciones de modificaciones, solo su sencilla suerte.
Había caído de una forma un poco torpe para poder zafar su espada del árbol, algo simple que podía perdonarse. De lo que no podía perdonarse tras recobrar su postura firme y de pie, fue el hecho de ser acorralado en círculos como le había pasado en varios infortunios. Solo que esta vez se conformaba por la cooperación de un compañero que podría resultarle útil y su perro, del que no dudo a ir a esconderse hacia uno de los árboles que tenían colgando entre sus ramas a los mercenarios inconscientes tras la caída, gracias a los choques y golpes que tuvieron entre sí o contra los árboles.
— Suicidas. —Amortiguó uno de los mercenarios a base de un escupitajo contra el suelo.— ¿Quién esta como para perder la cabeza y saltar de aquella pendiente? ¡Uff! que suerte que teníamos un camino más seguro, pero largo. Pero somos mucho más atléticos que esos patanes y por eso, somos más fuertes. Vengan y no derramaremos sangre, así de simple.
— Su forma de verse superior a base de su mayor número de aliados es patética desde el punto de vista del código de honor. Debido a que, analizando esto me hace pensar que teme a morir y los usará de escudos, tras esto seguramente piense que así tendrá el oro para usted solo y los otros mercenarios, no requerirán mas que tu al tu ser su líder.
— ¡Me hiciste enojar con tus mierdas! —Contestó, ahora indiferente a sus intentos de carisma.— Nosotros odiamos a los listos como tu y a ti también, idiota. —Señaló a Bio, ofreciéndole una mirada de odio.— Garret, encárgate.
Un hombre de dos metros de altura, que superaba con tan solo cinco centímetros de ventaja al robot, se había presentado mostrando una hacha de leñador que pese a ello mostraba un gran tamaño, con un filo pulido lado a lado. Tuerto, uno de sus ojos presentaba una cicatriz que denotaba sus años de pelea y mientras, el pelo en su pecho pese a que encima era grotesco, trataba de remarcar más su vigor como guerrero. Parecía una forma trillada de seguir los antiguos estándares vikingos. Con su aborrecible sonrisa amarilla dedicada a los aventureros, daba una carcajada grave y grotesca.
— Espera. —Uno de los mercenarios frenó al verdugo, atento a la pendiente.— Hay una... cosa extraña, parece un reptil. ¿Qué haremos con esa criatura, Grooves?
— No es una cosa. —El mercenario examinó a la criatura recién llegada, con su mano en la barbilla.— Es un dragón. Pero es tan solo esas copias falsas de los verdaderos monstruos de los cuentos. Pensé que se morían de frío en sus estúpidas tierras y mira, hay uno por aquí y sus escamas lucen muy bien... podríamos venderlas al Mercado Negro, no veo porque no y aparte, si hay que derramar sangre, no habrá testigos. ¡Prepara la lanza, Wylhar!
Un hombre mayor con una calvicie notable que portaba una jabalina entre sus manos se encamino en dirección hacia el dragón, ignorando que había dejado un hueco abierto al círculo que entre él y los cuatros mercenarios bloqueaban el paso a ambos. El cibernético se dedicó a mirar desde el rabillo del ojo a su compañero y darle un susurrante aviso.
— Tiene una salida, pero temporal. Aproveche, yo cubriré sus espaldas.
El mercenario que preparaba su jabalina miró a los dos, inseguro, fue hacía ellos mientras lanzó un escupitajo al suelo desde su boca repleta de bello facial. Sea de donde viniesen aquellos mercenarios, no tenían muchos modales. Aprovechando la llegada de este, el cibernético dedicó un corte inesperado en diagonal sobre el asta del arma; el efecto provocó su división y justamente la caída de su portador, tras el pavor de haber sido casi alcanzado por la muerte de parte de Sajin.
— Ahora.
Última edición por Sajin el Vie Nov 06 2015, 23:20, editado 1 vez
Sajin
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Re: [Cerrado] Perseguidos [Interpretativo-Libre-Noche]
Aparentemente, cada palabra que Sajin decía, servía como catalizador del inefable e inexplicable odio que destilaban aquellos hombres que por alguna misteriosa razón parecían estar completamente convencidos de que éramos los culpables que buscaban, y no parecía que fueran a detenerse por nada, pues incluso no habían dudado en lanzarse tras nosotros por el barranco, tal vez por respeto a la memoria de su señor, o tal vez esperando alguna recompensa de parte del nuevo amo; fuera como fuera, el fanatismo que sentían me hacía pensar que con razonamientos no conseguiríamos solventar la situación.
Una vez abajo, al haber sobrevivido a la inclinada pendiente, quedamos completamente rodeado por aquellos sujetos llenos de ira sin razón aparente -¿Asesinos?- Pensaba mientras intentaba recordar a quién había matado recientemente, a todos los que podía recordar, se lo merecían, por lo que no sentía remordimiento alguno ante la idea de haber asesinado a alguno de ellos.
Tras el nuevo discurso de Sajin los hombres parecían ponerse aún más furiosos, y ahora había aparecido de entre los sujetos uno con un tamaño descomunal, o al menos así me lo parecía, aunque apenas era un poco más alto que el biocibernético, sentía que era capaz de convertirme en sopa de vampiro si me dejaba caer uno de sus brazos sobre mi cabeza -¿Qué rayos les pasa a ustedes?- Pregunté por fin con una mezcla de rabia y preocupación, causando incluso que el tal Garret se detuviera como esperando alguna respuesta de quienes le habían ordenado atacar, dirigí la mirada hacia donde señalaban y observé la silueta de un llamativo dragón que nos observaba desde unos arbustos cercanos.
El biocibernético, sin dejar un espacio para impresionarse, calculó rápidamente la manera de ofrecerme una salida del engorroso momento, sin embargo, no podría irme y dejarlo en ese lugar, así que ante su ofrecimiento preferí acercarme a él -Somos compañeros de viaje, saldremos de esta ambos o moriremos juntos- Di unos pasos de nuevo hacia los sujetos que parecían dividirse pensando en atacarnos o tratar de hacer algo con el dragón -¿Ven esa criatura allá?- Señalé de manera muy convincente -Es nuestro jefe, y si no nos dejan en paz, bajará y los convertirá en cenizas con una ineludible lluvia de fuego- Esperaba que me creyeran, a fin de cuentas, los dragones escupen fuego y no podría ser de otro modo, la mentira no era del todo increíble y mientras el dragón se mantuviera alejado y no hiciera nada, mi mentira se mantendría a salvo.
Aunque al final aquellos hombres no quedaron del todo convencidos, o su codicia pudo ser más fuerte que su instinto de supervivencia -Ustedes tres, vayan por la cabeza del dragón- Dijo uno de aquellos hombres que parecía haber tomado el mando del grupo de mercenarios -Los demás, vamos contra los asesinos- Cada vez resultaba más difícil no matarlos a todos, aunque aún nos quedaba una esperanza -¿Sabes usar los puños?- Dije a mi compañero mientras miraba a los miembros del círculo que nos rodeaban, buscaba al que por su aspecto pareciera ser el más débil, y puesto que de un lado estaba ese tal Gerrit, lo mejor sería ir al lado contrario -Podemos neutralizarlos sin matarlos- Dirigí la mirada hacia los que parecían más débiles e inseguros con el fin de aumentar su inseguridad, usé uno de mis trucos mentales para inducir un gran miedo en sus corazones con mi presencia, lo que les haría casi imposible atacarnos al menos durante un rato, [1] eso nos permitiría deshacernos de algunos mediante golpes, me acerqué hacia uno de ellos y le di un rápido pero potente golpe en la boca del estómago para dejarlo sin aire, luego lo tomé por una pierna y tras un par de giros lo arrojé hacia el grandote Gerrit para al menos distraerlo un rato y medir su velocidad.
Una vez abajo, al haber sobrevivido a la inclinada pendiente, quedamos completamente rodeado por aquellos sujetos llenos de ira sin razón aparente -¿Asesinos?- Pensaba mientras intentaba recordar a quién había matado recientemente, a todos los que podía recordar, se lo merecían, por lo que no sentía remordimiento alguno ante la idea de haber asesinado a alguno de ellos.
Tras el nuevo discurso de Sajin los hombres parecían ponerse aún más furiosos, y ahora había aparecido de entre los sujetos uno con un tamaño descomunal, o al menos así me lo parecía, aunque apenas era un poco más alto que el biocibernético, sentía que era capaz de convertirme en sopa de vampiro si me dejaba caer uno de sus brazos sobre mi cabeza -¿Qué rayos les pasa a ustedes?- Pregunté por fin con una mezcla de rabia y preocupación, causando incluso que el tal Garret se detuviera como esperando alguna respuesta de quienes le habían ordenado atacar, dirigí la mirada hacia donde señalaban y observé la silueta de un llamativo dragón que nos observaba desde unos arbustos cercanos.
El biocibernético, sin dejar un espacio para impresionarse, calculó rápidamente la manera de ofrecerme una salida del engorroso momento, sin embargo, no podría irme y dejarlo en ese lugar, así que ante su ofrecimiento preferí acercarme a él -Somos compañeros de viaje, saldremos de esta ambos o moriremos juntos- Di unos pasos de nuevo hacia los sujetos que parecían dividirse pensando en atacarnos o tratar de hacer algo con el dragón -¿Ven esa criatura allá?- Señalé de manera muy convincente -Es nuestro jefe, y si no nos dejan en paz, bajará y los convertirá en cenizas con una ineludible lluvia de fuego- Esperaba que me creyeran, a fin de cuentas, los dragones escupen fuego y no podría ser de otro modo, la mentira no era del todo increíble y mientras el dragón se mantuviera alejado y no hiciera nada, mi mentira se mantendría a salvo.
Aunque al final aquellos hombres no quedaron del todo convencidos, o su codicia pudo ser más fuerte que su instinto de supervivencia -Ustedes tres, vayan por la cabeza del dragón- Dijo uno de aquellos hombres que parecía haber tomado el mando del grupo de mercenarios -Los demás, vamos contra los asesinos- Cada vez resultaba más difícil no matarlos a todos, aunque aún nos quedaba una esperanza -¿Sabes usar los puños?- Dije a mi compañero mientras miraba a los miembros del círculo que nos rodeaban, buscaba al que por su aspecto pareciera ser el más débil, y puesto que de un lado estaba ese tal Gerrit, lo mejor sería ir al lado contrario -Podemos neutralizarlos sin matarlos- Dirigí la mirada hacia los que parecían más débiles e inseguros con el fin de aumentar su inseguridad, usé uno de mis trucos mentales para inducir un gran miedo en sus corazones con mi presencia, lo que les haría casi imposible atacarnos al menos durante un rato, [1] eso nos permitiría deshacernos de algunos mediante golpes, me acerqué hacia uno de ellos y le di un rápido pero potente golpe en la boca del estómago para dejarlo sin aire, luego lo tomé por una pierna y tras un par de giros lo arrojé hacia el grandote Gerrit para al menos distraerlo un rato y medir su velocidad.
Offrol: Uso mi habilidad de nivel 3 para intimidar a algunos oponentes e impedir que ataquen
Última edición por Bio el Vie Nov 06 2015, 00:05, editado 1 vez
Bio
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Re: [Cerrado] Perseguidos [Interpretativo-Libre-Noche]
Tal y como era de esperarse, en mi inmovilidad había llamado la atención de los mercenarios, los rezos silenciosos para que ignorasen mi figura fueron completamente fútiles. Pero si había llegado a esperar, únicamente algún comentario incomodo u reacción de sorpresa, estaba muy equivocada, por contra, se les había ocurrido la sorpresiva idea de despellejarme y venderme por piezas como si fuera una carreta. Idea, que esperaba, no se repitiera con mis posteriores encuentros. Si es que salia de ese embrollo.
Busque, rápidamente con la mirada hasta localizar al hombre al que le habían encargado hacerse con mi piel, encorvando la espalda, en un intento de ganar mas volumen del que poseía para resultar mas intimidante, abriendo las fauces de par en par, y erizando las púas y los cuernos, solté un rugido siseante para advertirle que no se acercase. Y si bien por ahora, no podía predecir con total certeza si mi táctica había surtido efecto en su totalidad, si logre que diera un respingo ante mi repentino gesto, probablemente mas de sorpresa que de miedo, pero, por algo se empezaba.
Y después de esa fanfarronada de frutos escasos, dudaba nuevamente de mi actuar, gracias a las descargas de miedo y nerviosismo que recorrían mi cuerpo dificultando cualquier acción que quisiera emprender.
Por lo menos, mi mente, perfectamente funcional, seguía respondiendo a mis necesidades, volar, había quedado completamente descartado, a no ser que quisiera terminar con las alas agujereadas por alguna arma de hasta u arrojadiza que tuviesen en bien usar contra mi persona, y correr al bosque me dejaría sola con mis perseguidores, al menos, en esa posición eramos 3 contra los mercenarios, y las dos figuras que se enfrentaban a ellos, parecían saber un poco mejor como actuar, se veían mucho mas confiadas de lo que yo me sentía. Correr y abandonar mi forma dracónida para perderles la pista, tampoco me parecía la mejor de las opciones, era, de aquellos de los míos, que compartían ciertas similitudes con su forma reptiliana, y además, una muchacha sola por el bosque cuando acababan de perder a un dragón de vista, tampoco parecía la mejor de las opciones, el pelo blanco, y los ojos del mismo color, no contribuirían a que no me asociaran con el leviatán que perseguían. Quizás debería confiar en que, me encontrase del lado bueno, al fin de cuentas, los perseguidores de esos dos sujetos querían despellejarme, no eran buenas personas.
Note entonces, por el rabillo del jo como el hombre de pelo negro y lacio que acompañaba al bio-cibernetico me señalaba con el dedo, y me nombraba como líder de algo que ni especifico ni conocía, me entraron ganas de replicar, y de decir que no tenia nada que ver con esa gente y me dejaran tranquila, pero mi forma no tenia la facultad de pronunciar, ni tampoco, ya que estábamos, de esputar fuego como clamaba mi supuesto subordinado, de hecho todo lo contrario, pero soltar un chorrito de agua entre las fauces no parecía muy amenazador, pro mucho que fuera agua hirviendo que pudiera generar quemaduras. Con suerte ese comentario ayudara a que no me tomaran de punto, quizás los haría huir, rugí de nuevo apoyando la proclama del muchacho. Craso error.
Al identificarme como enemigo potencialmente peligroso mandaron a tres de esos hombros en mi dirección, mientras el resto iba a abalanzarse sobre la dupla a la que llamaban asesinos, los cuales pretendían neutralizaros sin matarlos.
Alguien tenia un problema con los conceptos muy grande, y eran esos hombres que intentaban darnos muerte a los tres. Pero pronto ya no tendría tiempo de seguir divagando, los mercenarios se acercaban a la posición, y si no quería que mi cabeza terminase sobre la chimenea de algún hogar, debía actuar con premura. Por suerte, esos sujetos parecían no estar muy familiarizados con los dragones, y si se salían con la suya, cual seria su decepción al encontrarse que, una vez degollado mi cuerpo, volvería a su forma humanoide, y en vez de un trofeo de caza tendrían entre sus manos, la cabeza de uno de sus semejantes.
Alce mi cuerpo sobre las patas traseras para tomar impulso, y parecer mas grande de lo que era a cuatro patas. Cuando el primero de ellos se acerco lo suficiente, me deje caer contra el, precedida por mis filosas garras, que contenían la fuerza del impulso, y el peso de mi figura sobre el golpe, deseando, lograr atinarle lo suficiente como para disuadirle a el y sus compañeros de cualquier intento de cumplir con sus ordenes. Matarle o no, no era algo que en ese momento realmente me preocupase, la clase de gente que hace esas proclamas no son un preciado bien al que tuviese la misericordia de cuidar, si mis golpes resultaban mortales, serian las merecidas consecuencias de sus acciones, y no podía, con mi escasa experiencia en combate contra humanoides, permitirme el lujo de entorpecer aun mas mis golpes, o medir mi fuerza, por el bien de esos asesinos, si quería salir de una pieza.
Busque, rápidamente con la mirada hasta localizar al hombre al que le habían encargado hacerse con mi piel, encorvando la espalda, en un intento de ganar mas volumen del que poseía para resultar mas intimidante, abriendo las fauces de par en par, y erizando las púas y los cuernos, solté un rugido siseante para advertirle que no se acercase. Y si bien por ahora, no podía predecir con total certeza si mi táctica había surtido efecto en su totalidad, si logre que diera un respingo ante mi repentino gesto, probablemente mas de sorpresa que de miedo, pero, por algo se empezaba.
Y después de esa fanfarronada de frutos escasos, dudaba nuevamente de mi actuar, gracias a las descargas de miedo y nerviosismo que recorrían mi cuerpo dificultando cualquier acción que quisiera emprender.
Por lo menos, mi mente, perfectamente funcional, seguía respondiendo a mis necesidades, volar, había quedado completamente descartado, a no ser que quisiera terminar con las alas agujereadas por alguna arma de hasta u arrojadiza que tuviesen en bien usar contra mi persona, y correr al bosque me dejaría sola con mis perseguidores, al menos, en esa posición eramos 3 contra los mercenarios, y las dos figuras que se enfrentaban a ellos, parecían saber un poco mejor como actuar, se veían mucho mas confiadas de lo que yo me sentía. Correr y abandonar mi forma dracónida para perderles la pista, tampoco me parecía la mejor de las opciones, era, de aquellos de los míos, que compartían ciertas similitudes con su forma reptiliana, y además, una muchacha sola por el bosque cuando acababan de perder a un dragón de vista, tampoco parecía la mejor de las opciones, el pelo blanco, y los ojos del mismo color, no contribuirían a que no me asociaran con el leviatán que perseguían. Quizás debería confiar en que, me encontrase del lado bueno, al fin de cuentas, los perseguidores de esos dos sujetos querían despellejarme, no eran buenas personas.
Note entonces, por el rabillo del jo como el hombre de pelo negro y lacio que acompañaba al bio-cibernetico me señalaba con el dedo, y me nombraba como líder de algo que ni especifico ni conocía, me entraron ganas de replicar, y de decir que no tenia nada que ver con esa gente y me dejaran tranquila, pero mi forma no tenia la facultad de pronunciar, ni tampoco, ya que estábamos, de esputar fuego como clamaba mi supuesto subordinado, de hecho todo lo contrario, pero soltar un chorrito de agua entre las fauces no parecía muy amenazador, pro mucho que fuera agua hirviendo que pudiera generar quemaduras. Con suerte ese comentario ayudara a que no me tomaran de punto, quizás los haría huir, rugí de nuevo apoyando la proclama del muchacho. Craso error.
Al identificarme como enemigo potencialmente peligroso mandaron a tres de esos hombros en mi dirección, mientras el resto iba a abalanzarse sobre la dupla a la que llamaban asesinos, los cuales pretendían neutralizaros sin matarlos.
Alguien tenia un problema con los conceptos muy grande, y eran esos hombres que intentaban darnos muerte a los tres. Pero pronto ya no tendría tiempo de seguir divagando, los mercenarios se acercaban a la posición, y si no quería que mi cabeza terminase sobre la chimenea de algún hogar, debía actuar con premura. Por suerte, esos sujetos parecían no estar muy familiarizados con los dragones, y si se salían con la suya, cual seria su decepción al encontrarse que, una vez degollado mi cuerpo, volvería a su forma humanoide, y en vez de un trofeo de caza tendrían entre sus manos, la cabeza de uno de sus semejantes.
Alce mi cuerpo sobre las patas traseras para tomar impulso, y parecer mas grande de lo que era a cuatro patas. Cuando el primero de ellos se acerco lo suficiente, me deje caer contra el, precedida por mis filosas garras, que contenían la fuerza del impulso, y el peso de mi figura sobre el golpe, deseando, lograr atinarle lo suficiente como para disuadirle a el y sus compañeros de cualquier intento de cumplir con sus ordenes. Matarle o no, no era algo que en ese momento realmente me preocupase, la clase de gente que hace esas proclamas no son un preciado bien al que tuviese la misericordia de cuidar, si mis golpes resultaban mortales, serian las merecidas consecuencias de sus acciones, y no podía, con mi escasa experiencia en combate contra humanoides, permitirme el lujo de entorpecer aun mas mis golpes, o medir mi fuerza, por el bien de esos asesinos, si quería salir de una pieza.
Arygos Valnor
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Cuando dio inicio a su estrategia, su compañero no le siguió el juego que tenía previsto. Trataba de tener honor como él, pero para una máquina no podía identificarlo como una especie de valentía o una acción estúpida. Sajin tenía claro que no moriría a manos de hombres como esos y menos aún cuando se trataba de un hombre de honor dedicado a la espada como él. Gente que no conocía a su espada como una parte de su cuerpo para el no eran dignos para derrotarlo, no tenían la voluntad en sus venas como las tenía el cibernético para, aún con infortunios y dilemas morales a lo largo de su vida, había sabido enfrentarlas. Aquella era una más, una anécdota que pronto sería olvidada como los rostros de aquellos mercenarios que no producían mínima estimación por parte de la cortés y disciplinada naturaleza del cibernético. La mira telescópica del cibernético pudo detectar los cuerpos de unos tres enemigos girar entorno a la criatura que habían decidido eliminar para hacerse con sus escamas y por si acaso, eliminar testigos por si su misión los hacía tener que derramar sangre en medio de ese lugar desolado.
El compañerismo del vampiro en sus palabras parecían tan admirables como extremistas. No se sentía cómodo frente a esa perspectiva, viéndolo desde aquel ángulo, su compañero sacrificaba la oferta de salvación por parte del cibernético solo para poder cooperar con neutralizar a los mercenarios. Era una muestra de amistad, tal vez, pero era una muestra que distorsionaba la misión del cibernético, el hecho de que intentase ser protegido le hacía infravalorarse así mismo. No quería ser salvado, estaba condenado a redimir los actos de sus amos a base de justicia, ya tenía previsto que algún día su camino terminaría. Deseaba una muerte extraordinaria para salir de la simplicidad de la consciencia colectiva. El extremista compañerismo acompañado de esperanza del vampiro lo había hecho llegar al borde de incriminar a la criatura inocente de ello bajo una descarada mentira por sobrevivir que el cibernético sintió como un acto de deshonor. Pero ahora no tenía suficiente tiempo para pensar en ello, dos de los hombres se habían encaminado hacia ellos y los tres prosiguieron hacia la criatura de aspecto benevolente.
— Usted me da pena. —Comentó, su mirada se clavó sobre el vampiro.— Mire lo que ha hecho. Una criatura inocente es involucrada en conflictos bélicos, todo por su necesidad de sobrevivir y mantenerme tanto a mi como a ti vivo... no esconderé mi honor en fachadas como vuestras mentiras, de usted y de nadie.
El gran hombre de nombre Garret se encaminaba mientras torcía su dedo dentro de su nariz de manera poco educada mientras su hacha yacía acostada sobre su hombro, a su lado había llegado el líder del grupo haciendo danzar sus dagas entre sus dedos. El hombre, que anteriormente había sido arrojado al suelo y desarmado completamente, no le importo ir contra el dragón ahora con una lanza dividida en dos. Los hombres veían con una sonrisa molesta como si sonase divertido escuchar como parecía empezar a perderse el aire de cooperación entre la máquina y el vampiro. Pero el vampiro, de una artimaña extraña que por su afabilidad y amistosa forma de relacionarse parecía ser imposible luego del trato recibido de ellos, había solamente visto a los escuálidos y enclenques lacayos de los mercenarios que tenían por delante y los había hecho temblar como niños asustados.
El vampiro reaccionó tras el momento de aquella artimaña extraña que había salido como un as bajo la manga de su parte con una serie de golpes que aventaron al líder contra el gran verdugo del hacha, que había logrado parar a su líder con su mano. Lo colocó de nuevo de pie, habían quedado perplejos tras aquel momento. La artimaña no sólo había resultado al parecer en los débiles, aquellos hombres con más experiencia que las de los desdichados que habían ido contra el reptil se habían sorprendido del control del compañero de Sajin.
— Hijo de puta... —Comentó el líder, quitándose una gota de sangre que caía de sus labios.— ¿¡Quién te crees!? ¡Voy hacer que ruedes en este lugar desolado como hiciste rodar al señor D'Cito con tu estúpido amigo con armadura!
— Ya me aburrí. —El gigantesco acompañante dejó caer su hacha contra una piedra, dejando la marca del arma en ella. Como si solo fuese una simple astilla fue como extirpo el acero del hacha de la piedra, cuyas grietas empezaban a rodear su robustez. Su sonrisa carente de algunos dientes de aspecto de bobalicón hacía aún mas molesto a aquel hombre como enemigo.
A espaldas del dúo de mercenarios por enfrente de ellos, uno de los hombres que trataban de domar al gran reptil de escamas blanquecidas que yacían con un toque místico bajo la luz de la luna, fue pronto abatido por la criatura. Los hombres habían puesto sus lanzas en el reptil por el pavor que les producía, no querían caer bajo las fauces de una bestia y menos el vampiro y el cibernético. Su perro trató de ir hacia la criatura en su rescate, pero el grandullón lanzó a volar a su perro de una patada que apenas tenía algo de su fuerza en ella. Su perro cayó entre sus pies, revolcándose por el dolor a base de chillidos frente a su amo. Acariciando el suave pelo blanco de su viejo compañero, el cibernético se agachó para dedicar un momento de compasión a su amigo, del que nadie parecía atender a los asuntos de agonía que el animal experimenta por sí mismo.
— Yo en cambio estoy cansado de vuestros abusos. —El cibernético se reincorporó, viendo fijamente al verdugo.— Por eso ya no habrá alguna muestra de mi contención por mantenerlos sanos y salvos, por tal razón, es por la que voy a ser directo con usted: quítese del camino.
— ¡Quítate de mi puto camino tu sin soltar tanta mierda! —El verdugo gritó con emoción, su sonrisa de bobalicón seguía persistente incluso en aquel momento en donde su hacha iba directamente hacia el cibernético. A su suerte, la mira telescópica aún tenía bajo la mira a los enemigos y más aún, al gigante enemigo que tenía por caerse contra él. Analizo de una manera precavida y veloz a base de su naturaleza artificial las partes con mayor índice de eficacia y en un inesperado movimiento, giro a vía contraría su espada, golpeando tras ello el estomago del hachero con su pomo. Su brazo se extendió completamente y había provocado apenas un leve retroceso del gran y gigantesco sujeto, que se agachó mientras apretaba su estomago agonizando.
— Duele... ¡Voy a hacerte comer mierda por eso!—El hombre comenzó a toser su saliva hacia el suelo, su rostro enrojecido hacía denotar su furia más de lo normal, al punto de que sus ojos parecían salirse de órbita. Tras aquel momento, el cibernético lanzó una patada contra el rostro del sujeto y arrojo su cuerpo de espaldas, permitiéndose pasar una vez por todas hacia el rescate de la inocente criatura que estaba a manos de aquellos hombres debido a la deshonrosa mentira de su compañero. Para eso, paso por encima del cuerpo acostado y aturdido del verdugo tras recibir aquel golpe de un pie de acero contra su cara. Los dos hombres que estaban contra el dragón habían tornado sus ojos hacia un nuevo objetivo, mientras que inesperadamente el dragón se las había arreglado para dejar a uno de ellos en el suelo, cara a cara consigo.
El compañerismo del vampiro en sus palabras parecían tan admirables como extremistas. No se sentía cómodo frente a esa perspectiva, viéndolo desde aquel ángulo, su compañero sacrificaba la oferta de salvación por parte del cibernético solo para poder cooperar con neutralizar a los mercenarios. Era una muestra de amistad, tal vez, pero era una muestra que distorsionaba la misión del cibernético, el hecho de que intentase ser protegido le hacía infravalorarse así mismo. No quería ser salvado, estaba condenado a redimir los actos de sus amos a base de justicia, ya tenía previsto que algún día su camino terminaría. Deseaba una muerte extraordinaria para salir de la simplicidad de la consciencia colectiva. El extremista compañerismo acompañado de esperanza del vampiro lo había hecho llegar al borde de incriminar a la criatura inocente de ello bajo una descarada mentira por sobrevivir que el cibernético sintió como un acto de deshonor. Pero ahora no tenía suficiente tiempo para pensar en ello, dos de los hombres se habían encaminado hacia ellos y los tres prosiguieron hacia la criatura de aspecto benevolente.
— Usted me da pena. —Comentó, su mirada se clavó sobre el vampiro.— Mire lo que ha hecho. Una criatura inocente es involucrada en conflictos bélicos, todo por su necesidad de sobrevivir y mantenerme tanto a mi como a ti vivo... no esconderé mi honor en fachadas como vuestras mentiras, de usted y de nadie.
El gran hombre de nombre Garret se encaminaba mientras torcía su dedo dentro de su nariz de manera poco educada mientras su hacha yacía acostada sobre su hombro, a su lado había llegado el líder del grupo haciendo danzar sus dagas entre sus dedos. El hombre, que anteriormente había sido arrojado al suelo y desarmado completamente, no le importo ir contra el dragón ahora con una lanza dividida en dos. Los hombres veían con una sonrisa molesta como si sonase divertido escuchar como parecía empezar a perderse el aire de cooperación entre la máquina y el vampiro. Pero el vampiro, de una artimaña extraña que por su afabilidad y amistosa forma de relacionarse parecía ser imposible luego del trato recibido de ellos, había solamente visto a los escuálidos y enclenques lacayos de los mercenarios que tenían por delante y los había hecho temblar como niños asustados.
El vampiro reaccionó tras el momento de aquella artimaña extraña que había salido como un as bajo la manga de su parte con una serie de golpes que aventaron al líder contra el gran verdugo del hacha, que había logrado parar a su líder con su mano. Lo colocó de nuevo de pie, habían quedado perplejos tras aquel momento. La artimaña no sólo había resultado al parecer en los débiles, aquellos hombres con más experiencia que las de los desdichados que habían ido contra el reptil se habían sorprendido del control del compañero de Sajin.
— Hijo de puta... —Comentó el líder, quitándose una gota de sangre que caía de sus labios.— ¿¡Quién te crees!? ¡Voy hacer que ruedes en este lugar desolado como hiciste rodar al señor D'Cito con tu estúpido amigo con armadura!
— Ya me aburrí. —El gigantesco acompañante dejó caer su hacha contra una piedra, dejando la marca del arma en ella. Como si solo fuese una simple astilla fue como extirpo el acero del hacha de la piedra, cuyas grietas empezaban a rodear su robustez. Su sonrisa carente de algunos dientes de aspecto de bobalicón hacía aún mas molesto a aquel hombre como enemigo.
A espaldas del dúo de mercenarios por enfrente de ellos, uno de los hombres que trataban de domar al gran reptil de escamas blanquecidas que yacían con un toque místico bajo la luz de la luna, fue pronto abatido por la criatura. Los hombres habían puesto sus lanzas en el reptil por el pavor que les producía, no querían caer bajo las fauces de una bestia y menos el vampiro y el cibernético. Su perro trató de ir hacia la criatura en su rescate, pero el grandullón lanzó a volar a su perro de una patada que apenas tenía algo de su fuerza en ella. Su perro cayó entre sus pies, revolcándose por el dolor a base de chillidos frente a su amo. Acariciando el suave pelo blanco de su viejo compañero, el cibernético se agachó para dedicar un momento de compasión a su amigo, del que nadie parecía atender a los asuntos de agonía que el animal experimenta por sí mismo.
— Yo en cambio estoy cansado de vuestros abusos. —El cibernético se reincorporó, viendo fijamente al verdugo.— Por eso ya no habrá alguna muestra de mi contención por mantenerlos sanos y salvos, por tal razón, es por la que voy a ser directo con usted: quítese del camino.
— ¡Quítate de mi puto camino tu sin soltar tanta mierda! —El verdugo gritó con emoción, su sonrisa de bobalicón seguía persistente incluso en aquel momento en donde su hacha iba directamente hacia el cibernético. A su suerte, la mira telescópica aún tenía bajo la mira a los enemigos y más aún, al gigante enemigo que tenía por caerse contra él. Analizo de una manera precavida y veloz a base de su naturaleza artificial las partes con mayor índice de eficacia y en un inesperado movimiento, giro a vía contraría su espada, golpeando tras ello el estomago del hachero con su pomo. Su brazo se extendió completamente y había provocado apenas un leve retroceso del gran y gigantesco sujeto, que se agachó mientras apretaba su estomago agonizando.
— Duele... ¡Voy a hacerte comer mierda por eso!—El hombre comenzó a toser su saliva hacia el suelo, su rostro enrojecido hacía denotar su furia más de lo normal, al punto de que sus ojos parecían salirse de órbita. Tras aquel momento, el cibernético lanzó una patada contra el rostro del sujeto y arrojo su cuerpo de espaldas, permitiéndose pasar una vez por todas hacia el rescate de la inocente criatura que estaba a manos de aquellos hombres debido a la deshonrosa mentira de su compañero. Para eso, paso por encima del cuerpo acostado y aturdido del verdugo tras recibir aquel golpe de un pie de acero contra su cara. Los dos hombres que estaban contra el dragón habían tornado sus ojos hacia un nuevo objetivo, mientras que inesperadamente el dragón se las había arreglado para dejar a uno de ellos en el suelo, cara a cara consigo.
Sajin
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Re: [Cerrado] Perseguidos [Interpretativo-Libre-Noche]
Al parecer el plan no había resultado según lo esperado, en lugar de asustarse, los sujetos habían encontrado en la blanca criatura una fuente de dinero, o al menos era lo que esperaban lograr, aunque esperaba que la intimidante criatura fuera capaz de defenderse y de ser posible, alejar a todos los oponentes con un poderoso aliento de fuego, sin embargo, a Sajin no le había gustado la idea, incluso, tenía algo de razón, era moralmente incorrecto mentir para salir de un aprieto poniendo en riesgo a alguien más, pero ¿Qué podría poner en peligro a tan enorme dragón? Seguramente podría defenderse de todos o convertirlos en ceniza con su fuego, porque los dragones lanzan fuego, aunque de momento la bestia parecía más interesada en intimidar; el hombre que se acercaba a ella se detuvo y dio un paso atrás al verla erizar su cuerpo, incluso yo me di la vuelta ante su fuerte rugido que casi hizo vibrar el piso bajo mis pies, sus esporádicos rugidos acompañaban a mis amenazas, aunque los hombres parecían no intimidarse ante eso -Nuestro jefe es un ser piadoso, si se van, los dejará vivir, pero si se quedan arderán en llamas- Grité mientras me acercaba levemente para susurrarle a Sajin -Saldremos todos de esta, incluyendo al dragón- Los hombres se miraron unos a otros por unos instantes pero luego su codicia pudo más que su instinto de supervivencia y siguieron avanzando hacia el dragón.
De pronto el dragón hizo una pequeña muestra de su poder levantándose en sus patas traseras para luego caer sobre uno de los sujetos y dejarlo convertido en sopa de vísceras y sangre adornadas por un espantoso grito de dolor que salió del hombre como último aliento, debía aprovechar el momento de confusión y duda generado por la escalofriante escena, además mi idea de contenerme cambió drásticamente al ver como uno de los mercenarios pateaba al perro de Sajin y lo hacía volar hasta dejarlo en el suelo adolorido -No tengo idea de lo que nos acusan, o quién sea el señor D’Cito, pero no perdonaré que lastimen al indefenso cachorro- Saqué de nuevo mis dagas y avancé directo hacia el agresor del perro, el grandulón parecía tener una gran fuerza, pero su tamaño lo hacía ser lento, planeaba despedazarlo con mis dagas pero al final Sajin había conseguido llamar su atención, lo que me dejaba el camino libre hacia el líder de los mercenarios, si lo eliminaba seguramente se dispersarían los demás, emprendí una carrera para un ataque frontal pero otros dos sujetos se acercaban con lanzas que no me dejarían acercarme como para neutralizarlos, poco a poco me iban haciendo perder la paciencia; arrojé una de mis dagas hacia el pecho de uno de los sujetos haciéndole una herida y causando que soltara su lanza, la cual le terminé de arrancar de las manos y la usé para enterrarla en el pecho del otro aunque luego la saqué para arrojarla al pecho del otro, sin embargo fui interrumpido de nuevo, al fin venía llegando el verdadero conductor de esta locura, ese que se hacía llamar Elmo Cover D’Cito, el cual parecía no haber tenido mucha suerte durante el descenso pues traía evidentes golpes y rasgaduras por su cuerpo -No permitiré que maten a mis hombres sin castigo alguno- Dijo el joven para luego quedarse boquiabierto al contemplar al enorme dragón blanco -¡¡Esa cosa nos matará a todos!!- Dijo a gritos como niña asustada, el par de sirvientes que le acompañaban, al no ser guerreros como los otros mercenarios, huyeron despavoridos aunque a Elmo parecían fallarle las piernas, pues se había quedado inmovilizado -Así es, los convertirá en cenizas- Dije con seguridad para luego apartarme del camino y hablarle al dragón -Sé que puedes entenderme, envuélvelos en llamas, a todos- A la distancia que estábamos, seguramente lograrían reaccionar y huir para no ser incinerados, los mercenarios se miraron unos a otros hasta que su líder tomó el mando de todo -Eres un maldito cobarde Elmo- Reprochó con rabia -Si esa cosa pudiera quemarnos ya lo habría hecho, ni siquiera creo que anden juntos los tres- El hombre parecía demasiado listo, había acabado el tiempo de las intimidaciones, era hora de hacer algo real -Escupe tu fuego- Le repetí al dragón una vez más esperando al menos una chispa que me diera la razón.
Sajin por su parte había conseguido deshacerse del grandulón, ahora si el dragón lograba asustarlos con una llamarada, no quedarían muchos, al parecer solo el nuevo líder era tan valiente como para enfrentarnos sin miedo a la criatura, pero sin el apoyo de los suyos no llegaría muy lejos.
De pronto el dragón hizo una pequeña muestra de su poder levantándose en sus patas traseras para luego caer sobre uno de los sujetos y dejarlo convertido en sopa de vísceras y sangre adornadas por un espantoso grito de dolor que salió del hombre como último aliento, debía aprovechar el momento de confusión y duda generado por la escalofriante escena, además mi idea de contenerme cambió drásticamente al ver como uno de los mercenarios pateaba al perro de Sajin y lo hacía volar hasta dejarlo en el suelo adolorido -No tengo idea de lo que nos acusan, o quién sea el señor D’Cito, pero no perdonaré que lastimen al indefenso cachorro- Saqué de nuevo mis dagas y avancé directo hacia el agresor del perro, el grandulón parecía tener una gran fuerza, pero su tamaño lo hacía ser lento, planeaba despedazarlo con mis dagas pero al final Sajin había conseguido llamar su atención, lo que me dejaba el camino libre hacia el líder de los mercenarios, si lo eliminaba seguramente se dispersarían los demás, emprendí una carrera para un ataque frontal pero otros dos sujetos se acercaban con lanzas que no me dejarían acercarme como para neutralizarlos, poco a poco me iban haciendo perder la paciencia; arrojé una de mis dagas hacia el pecho de uno de los sujetos haciéndole una herida y causando que soltara su lanza, la cual le terminé de arrancar de las manos y la usé para enterrarla en el pecho del otro aunque luego la saqué para arrojarla al pecho del otro, sin embargo fui interrumpido de nuevo, al fin venía llegando el verdadero conductor de esta locura, ese que se hacía llamar Elmo Cover D’Cito, el cual parecía no haber tenido mucha suerte durante el descenso pues traía evidentes golpes y rasgaduras por su cuerpo -No permitiré que maten a mis hombres sin castigo alguno- Dijo el joven para luego quedarse boquiabierto al contemplar al enorme dragón blanco -¡¡Esa cosa nos matará a todos!!- Dijo a gritos como niña asustada, el par de sirvientes que le acompañaban, al no ser guerreros como los otros mercenarios, huyeron despavoridos aunque a Elmo parecían fallarle las piernas, pues se había quedado inmovilizado -Así es, los convertirá en cenizas- Dije con seguridad para luego apartarme del camino y hablarle al dragón -Sé que puedes entenderme, envuélvelos en llamas, a todos- A la distancia que estábamos, seguramente lograrían reaccionar y huir para no ser incinerados, los mercenarios se miraron unos a otros hasta que su líder tomó el mando de todo -Eres un maldito cobarde Elmo- Reprochó con rabia -Si esa cosa pudiera quemarnos ya lo habría hecho, ni siquiera creo que anden juntos los tres- El hombre parecía demasiado listo, había acabado el tiempo de las intimidaciones, era hora de hacer algo real -Escupe tu fuego- Le repetí al dragón una vez más esperando al menos una chispa que me diera la razón.
Sajin por su parte había conseguido deshacerse del grandulón, ahora si el dragón lograba asustarlos con una llamarada, no quedarían muchos, al parecer solo el nuevo líder era tan valiente como para enfrentarnos sin miedo a la criatura, pero sin el apoyo de los suyos no llegaría muy lejos.
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Re: [Cerrado] Perseguidos [Interpretativo-Libre-Noche]
Por suerte, mi tentativa de apresar a uno de los hombres que pretendían descuartizarme como a un ternero dio sus frutos, abrí los ojos al sentir, como mis garras se hundían en la carne como si fuera mantequilla, y quede congelada por un instante. Una cosa era cazar animales para comer, pero eso era un humano, nunca había formado parte de mi dieta, y, aun que no tubiera la costumbre de ver humanoides, siendo casi criaturas agenas a mi misma, pese que formaran parte de mi naturaleza, en cieto modo me producía mas rechazo que con un ciervo o un zorrillo.
Aun así, ese estupor no duro mas que unos instantes, y seguí hundiendo mis garras en el cuerpo del hombre apresado bajo mi peso, y desgarrando su carne con uñas y dientes con una furia bestial, mas en comunión con mis instintos que con cualquier principio moral, de forma premeditada, ignorando a la criatura y focalizando, tanto el sabor metálico de su sangre, como en la función de defenderme y preservar mi propia vida.
Unos pasos desviaron mi mirada hacia los otros dos hombres que pretendian evitar el sino de su compañero caído y hacerse con el botín al mismo tiempo, pero no eran refuerzos de su grupo como cabria esperar, si no el hombre metálico al que también se enfrentaban con una clara intención de ayudarme. Le agradecí con la mirada su gesto de cuidado, pese que probablemente lo llegara a comprender.
Mientras, la escena seguía su curso, uno de los mercenarios se había percatado de que en efecto, yo no podía expulsar llamarada alguna, y el hombre que me había metido en semejante embrollo me insistía a voces para que demostrase lo contrario. Cual seria su decepción al ver que ni podía hacer llamas, ni mucho menos tenia el poder suficiente como para de un aliento deshacerme de toda esa turba enfurecida, pero tras tanta insistencia, y ver que lo poco amenazante que había podido lograr empezaba a difuminarse, deje a mi actual presa que poco podía lograr ya por si misma si es que seguía respirando, y me adelante hacia la dupla atrapada entre el bio-cibernetico y yo.
Rezé, en mi fuero interno, todo lo que sabia, para que el poco poder del que poseía fuese la mitad de intimidante que una llamarada, y finalmente solté con todo el aire de mis pulmones, un rugido para llamar la atención de mi objetivo, que se volteo al percatarse de mi proximidad. Abrí mis fauces en dirección a uno de esos sujetos, soltando contra el mismo, un chorro de agua hirviendo, a una buena velocidad, pero de cantidad moderada, que por lo menos le causaría algunas quemaduras, como si le hubieran tirado una cacerola en ebullición encima.
El hombre soltó un grito, aun que la piel había quedado protegida por la ropa en muchos lados, allá donde estaba expuesta quedo enrojecida, y pronto empezarían a aparecer pequeñas ampollas, y aun que no era algo grave, las quemaduras lo habían dejado distraído y vulnerable, y seguiría así durante unos instantes, que el bio-cibernetico podría aprovechar con creces para deshacerse de el sin problemas.
Mi mirada se desvió automáticamente hacia el fanfarrón de la lengua viperina, en parte buscando cierta aprobación por el desempeño de mis poderes, por otro lado, curiosa de saber tanto su reacción, como la del resto, que pese, serian conscientes de que poco conocía sobre mis poderes el sujeto, quizás, habría logrado sembrar algo de miedo ante la expectativa de quedar cocidos, u escocidos mejor dicho.
Aun así, ese estupor no duro mas que unos instantes, y seguí hundiendo mis garras en el cuerpo del hombre apresado bajo mi peso, y desgarrando su carne con uñas y dientes con una furia bestial, mas en comunión con mis instintos que con cualquier principio moral, de forma premeditada, ignorando a la criatura y focalizando, tanto el sabor metálico de su sangre, como en la función de defenderme y preservar mi propia vida.
Unos pasos desviaron mi mirada hacia los otros dos hombres que pretendian evitar el sino de su compañero caído y hacerse con el botín al mismo tiempo, pero no eran refuerzos de su grupo como cabria esperar, si no el hombre metálico al que también se enfrentaban con una clara intención de ayudarme. Le agradecí con la mirada su gesto de cuidado, pese que probablemente lo llegara a comprender.
Mientras, la escena seguía su curso, uno de los mercenarios se había percatado de que en efecto, yo no podía expulsar llamarada alguna, y el hombre que me había metido en semejante embrollo me insistía a voces para que demostrase lo contrario. Cual seria su decepción al ver que ni podía hacer llamas, ni mucho menos tenia el poder suficiente como para de un aliento deshacerme de toda esa turba enfurecida, pero tras tanta insistencia, y ver que lo poco amenazante que había podido lograr empezaba a difuminarse, deje a mi actual presa que poco podía lograr ya por si misma si es que seguía respirando, y me adelante hacia la dupla atrapada entre el bio-cibernetico y yo.
Rezé, en mi fuero interno, todo lo que sabia, para que el poco poder del que poseía fuese la mitad de intimidante que una llamarada, y finalmente solté con todo el aire de mis pulmones, un rugido para llamar la atención de mi objetivo, que se volteo al percatarse de mi proximidad. Abrí mis fauces en dirección a uno de esos sujetos, soltando contra el mismo, un chorro de agua hirviendo, a una buena velocidad, pero de cantidad moderada, que por lo menos le causaría algunas quemaduras, como si le hubieran tirado una cacerola en ebullición encima.
El hombre soltó un grito, aun que la piel había quedado protegida por la ropa en muchos lados, allá donde estaba expuesta quedo enrojecida, y pronto empezarían a aparecer pequeñas ampollas, y aun que no era algo grave, las quemaduras lo habían dejado distraído y vulnerable, y seguiría así durante unos instantes, que el bio-cibernetico podría aprovechar con creces para deshacerse de el sin problemas.
Mi mirada se desvió automáticamente hacia el fanfarrón de la lengua viperina, en parte buscando cierta aprobación por el desempeño de mis poderes, por otro lado, curiosa de saber tanto su reacción, como la del resto, que pese, serian conscientes de que poco conocía sobre mis poderes el sujeto, quizás, habría logrado sembrar algo de miedo ante la expectativa de quedar cocidos, u escocidos mejor dicho.
Arygos Valnor
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Re: [Cerrado] Perseguidos [Interpretativo-Libre-Noche]
Si el cibernético apenas había llegado a contenerse con no dejar muerto al sujeto por su naturaleza artificial, nada detendría la voluntad de un hombre y en ese caso, era el del vampiro. Sin obstáculos que lo impidiesen atravesó los pechos de cada uno de los sujetos que intentaron oponerse, entre ellos uno de los lacayos del supuesto guardia que había enviado a esa penosa escolta de mercenarios en contra de tan solo dos sujetos que, contando con el dragón, ya eran suficientes como para pararlos de una forma tan sencilla. El dragón se contenía con el ser que tenía debajo de si, como si estuviese atado a aquella criatura sin ponerse a pensar sobre los dos hombres en pie que aún tenía enfrente como para poder frenarlo. Pero la sorpresa todavía fue más de lo que en aquel desfile de caos y combate podía esperarse; El guardia de nombre Elmo había llegado con una nueva escolta de sirvientes que no duraron siquiera un minuto al ver la sangre emanar de los rivales caídos del vampiro.
Pero aquel hombre, Elmo, aún seguía en pie. No por valor o por honor, sus piernas temblaban sin permitir al sujeto espabilar fuera de ahí. El miedo lo devoraba tan lentamente que había quedado pavorido por el miedo demasiado pronto como podría esperarse de un hombre que inspiro a una horda de granjeros contra ellos. El ánimo con el que elevo su espada a los cuatro vientos para detener al vampiro y a la máquina se había desvanecido en un aire de horror que contemplaban sus ojos, probablemente siendo su primera visión de como eran los combates en verdad, la muerte a sangre fría de sus seguidores. Pero seguidores no eran nada cuando el que lideraba a aquellos mozos que se hacían llamar mercenarios tomo el control de las riendas del plan.
Todos ponían presión a la criatura inocente que había entrado en el conflicto con obligar al dragón a escupir sus llamas, era una forma suicida de pedir su muerte a manos de la fuerza elemental que emanase del dragón o tal vez solo una forma para amedrentarlo y quizás descubrir que nada de lo que dijo su compañero era cierto. Sea cualquiera de ambas, Sajin no se permitiría que se aprovecharán del débil y eso su programación como protector se lo había dejado muy claro cuando cuidaba en sus días de oro a la pequeña hija de su señor. — Vuestra suerte es prometedora pero no lo será del todo si os confiáis de mi falta de emociones. —Dijo el cibernético haciendo alusión de que, pese a su chip, podría caer ante impulsos primitivos como cualquier otra especie. Lo había aprendido a lo largo de su viaje, como las cosas sean lo que fuesen tenían sus imperfecciones e inexactitudes.
El dragón dio una sorpresa inesperada, pese a que pedían a gritos una muestra de su fuego, el reptil les entregó lo contrario. Una muestra de agua hirviendo llenó el rostro y las manos de uno de los mercenarios que amenazaban al dragón, cuyas manos rojizas cubrieron su rostro del que emanaba el vapor provocado por el agua. De entre sus dedos lágrimas salían de sus ojos, vulnerables a aquel calor que emano del agua del dragón albino. El mercenario ileso acompañando al de aquel rostro hirviendo medía menos de setenta centímetros, era un completo enano frente al robot que poco a poco se acercaba al rescate de la criatura vinculada a los problemas del vampiro y el cibernético.
— Largo. —Dijo de manera seca, indicando apenas una corta y breve sugerencia que en aquel caso, podía ser tomada tanto de amenaza como de advertencia para aquellos desdichados hombres que pese a su oficio no parecían ser expertos en aquel cargo. Jaló del pelo al sujeto cuyo rostro era cubierto por sus manos del que empezaban a notarse los efectos de las ampollas en su piel y tras ello, dio un rodillazo contra la nuca del desdichado que había atraído. Vasto lo suficiente como para que aquella rodilla fuese como el golpe de una placa de acero en una zona tan vulnerable como lo era la nuca para un hombre, dejando tan aturdido como para poder seguir en el combate a aquel hombre.
El cibernético mostró el rostro rojizo y con quemaduras leves gracias al agua ardiente que provocó ello en la piel del miserable mercenario. El cibernético puso la punta de la hoja de su espada girando sobre la mejilla del compañero del mercenario que aún se mantenía en pie pese a la diferencia importante entre la altura de ambos y posiblemente en experiencia por igual. La sangre que emanaba de la mejilla que lenta y suavemente taladraba su espada puso los pelos de punta para él por segunda vez, gracias a la intimidación que había provocado el vampiro anteriormente. El mercenario espabilo de la escena como un reverendo cobarde y Sajin solo respondió lanzando al suelo a aquel bandido dañado por el agua del dragón.
— Bio. —Comentó a su compañero, parecía como si aquello se tratase de una orden.— Vaya a por el joven Elmo y el líder de esta pandilla de mozos, me encargaré de que la criatura no se sienta amenazada por nuestra presencia y no represente algún peligro para los presentes.
— ¿¡Mozos!? —El líder gritó como una respuesta a ese comentario, molesto.— ¡Voy a cortarte la lengua, no me importa como pero lo voy a hacer y se la daré de comer a ese maldito dragón! ¡Los mataré a todos ustedes y este cobarde no me detendrá, me importa un carajo el dinero! —Señaló a Elmo con desprecio a base de una de sus dagas.— ¡Esto es personal!
Ignorando a aquel líder que no tenía nada de liderazgo en sí como pudo notar el robot en la vaga estrategia que formo con los inexpertos mercenarios, presuponía con intuición que su compañero se encargaría del mercenario, en un combate de dagas entre ambos o tal vez resolvería a base de su elocuencia que, no siempre resultaba como esperaba Sajin. El cibernético clavó su espada al suelo, cara a cara del dragón y se arrodillo ante la criatura celeste. Sus palabras al reptil no eran lo que se esperaba tras ir en su rescate.
— Criatura, necesito que te alejes del mercenario. Es suficiente, habéis luchado por tu supervivencia y es apreciado. Pero ahora, si estás bajo el mero capricho de eliminar a todos por tu defensa, entonces te eliminaré a ti también. —Sus ojos azules vieron cara a cara al dragón albino, inertes y sin empatía alguna, denotaban puramente una naturaleza artificial.
Pero aquel hombre, Elmo, aún seguía en pie. No por valor o por honor, sus piernas temblaban sin permitir al sujeto espabilar fuera de ahí. El miedo lo devoraba tan lentamente que había quedado pavorido por el miedo demasiado pronto como podría esperarse de un hombre que inspiro a una horda de granjeros contra ellos. El ánimo con el que elevo su espada a los cuatro vientos para detener al vampiro y a la máquina se había desvanecido en un aire de horror que contemplaban sus ojos, probablemente siendo su primera visión de como eran los combates en verdad, la muerte a sangre fría de sus seguidores. Pero seguidores no eran nada cuando el que lideraba a aquellos mozos que se hacían llamar mercenarios tomo el control de las riendas del plan.
Todos ponían presión a la criatura inocente que había entrado en el conflicto con obligar al dragón a escupir sus llamas, era una forma suicida de pedir su muerte a manos de la fuerza elemental que emanase del dragón o tal vez solo una forma para amedrentarlo y quizás descubrir que nada de lo que dijo su compañero era cierto. Sea cualquiera de ambas, Sajin no se permitiría que se aprovecharán del débil y eso su programación como protector se lo había dejado muy claro cuando cuidaba en sus días de oro a la pequeña hija de su señor. — Vuestra suerte es prometedora pero no lo será del todo si os confiáis de mi falta de emociones. —Dijo el cibernético haciendo alusión de que, pese a su chip, podría caer ante impulsos primitivos como cualquier otra especie. Lo había aprendido a lo largo de su viaje, como las cosas sean lo que fuesen tenían sus imperfecciones e inexactitudes.
El dragón dio una sorpresa inesperada, pese a que pedían a gritos una muestra de su fuego, el reptil les entregó lo contrario. Una muestra de agua hirviendo llenó el rostro y las manos de uno de los mercenarios que amenazaban al dragón, cuyas manos rojizas cubrieron su rostro del que emanaba el vapor provocado por el agua. De entre sus dedos lágrimas salían de sus ojos, vulnerables a aquel calor que emano del agua del dragón albino. El mercenario ileso acompañando al de aquel rostro hirviendo medía menos de setenta centímetros, era un completo enano frente al robot que poco a poco se acercaba al rescate de la criatura vinculada a los problemas del vampiro y el cibernético.
— Largo. —Dijo de manera seca, indicando apenas una corta y breve sugerencia que en aquel caso, podía ser tomada tanto de amenaza como de advertencia para aquellos desdichados hombres que pese a su oficio no parecían ser expertos en aquel cargo. Jaló del pelo al sujeto cuyo rostro era cubierto por sus manos del que empezaban a notarse los efectos de las ampollas en su piel y tras ello, dio un rodillazo contra la nuca del desdichado que había atraído. Vasto lo suficiente como para que aquella rodilla fuese como el golpe de una placa de acero en una zona tan vulnerable como lo era la nuca para un hombre, dejando tan aturdido como para poder seguir en el combate a aquel hombre.
El cibernético mostró el rostro rojizo y con quemaduras leves gracias al agua ardiente que provocó ello en la piel del miserable mercenario. El cibernético puso la punta de la hoja de su espada girando sobre la mejilla del compañero del mercenario que aún se mantenía en pie pese a la diferencia importante entre la altura de ambos y posiblemente en experiencia por igual. La sangre que emanaba de la mejilla que lenta y suavemente taladraba su espada puso los pelos de punta para él por segunda vez, gracias a la intimidación que había provocado el vampiro anteriormente. El mercenario espabilo de la escena como un reverendo cobarde y Sajin solo respondió lanzando al suelo a aquel bandido dañado por el agua del dragón.
— Bio. —Comentó a su compañero, parecía como si aquello se tratase de una orden.— Vaya a por el joven Elmo y el líder de esta pandilla de mozos, me encargaré de que la criatura no se sienta amenazada por nuestra presencia y no represente algún peligro para los presentes.
— ¿¡Mozos!? —El líder gritó como una respuesta a ese comentario, molesto.— ¡Voy a cortarte la lengua, no me importa como pero lo voy a hacer y se la daré de comer a ese maldito dragón! ¡Los mataré a todos ustedes y este cobarde no me detendrá, me importa un carajo el dinero! —Señaló a Elmo con desprecio a base de una de sus dagas.— ¡Esto es personal!
Ignorando a aquel líder que no tenía nada de liderazgo en sí como pudo notar el robot en la vaga estrategia que formo con los inexpertos mercenarios, presuponía con intuición que su compañero se encargaría del mercenario, en un combate de dagas entre ambos o tal vez resolvería a base de su elocuencia que, no siempre resultaba como esperaba Sajin. El cibernético clavó su espada al suelo, cara a cara del dragón y se arrodillo ante la criatura celeste. Sus palabras al reptil no eran lo que se esperaba tras ir en su rescate.
— Criatura, necesito que te alejes del mercenario. Es suficiente, habéis luchado por tu supervivencia y es apreciado. Pero ahora, si estás bajo el mero capricho de eliminar a todos por tu defensa, entonces te eliminaré a ti también. —Sus ojos azules vieron cara a cara al dragón albino, inertes y sin empatía alguna, denotaban puramente una naturaleza artificial.
Sajin
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Re: [Cerrado] Perseguidos [Interpretativo-Libre-Noche]
Observé expectante como el poderoso dragón se acercaba, parecía ya decidido a dejar salir una muestra de su gran poder, eso tendría que bastar para alejar a los que quedaban acompañando al líder de ese grupo cuyo líder dudaba de que mis palabras acerca del dragón fueran ciertas, aunque de hecho, yo también dudaba de mis palabras, pero ¿Cómo iba a no lanzar fuego? Si es lo que mejor hacen los dragones, un fuerte rugido preparó el camino a lo que venía, un infierno saldría de sus fauces y arrasaría con todo, tal vez hasta yo mismo tendría que correr para evitar perecer ante su inefable poderío, esperé a que llegara el momento mientras daba algunos pasos para alejarme de lo que vendría.
Definitivamente esperaba algo más poderoso, un torrente de fuego ineludible, una llamarada que quemara el aire hasta dentro de los pulmones de los enemigos, al menos una chispita de fuego, algo con qué asustar a aquellos hombres, sin embargo, solo les vomitó encima un chorrito de ¿Agua? -Oh, genial, solo escupe saliva caliente- Pensé un poco decepcionado, sin embargo, para mi gran sorpresa y la de los otros, no era simplemente agua, sino que su temperatura era lo suficientemente alta como para generar fuertes quemaduras, y aunque no me gustaría comprobarlo de primera mano, aquel pobre sujeto que había sido la víctima lo había dejado muy claro entre gritos de dolor hasta que cayó al suelo con las manos en la cara intentando calmar el dolor pero que apenas conseguía desprenderse del rostro pedazos de piel blanda y quemada; uno de sus compañeros acudió en su ayuda para sacarlo del peligro aunque fueron interceptados por Sajin que sin piedad alguna terminó de aturdir al pobre hombre quemado, para luego asustar magistralmente al que intentaba ayudarlo, el cual huyó gritando como niña asustada; yo mientras tanto crucé la mirada con el dragón que pese a sus acciones recientes, mostraba una mirada bastante adorable, dulce e ingenua, tal vez no era el tipo de dragón que yo esperaba que fuera y tal vez le había exigido más de la cuenta, pero con su ayuda esto estaba por llegar a su final.
La idea de Sajin me parecía correcta esta vez, si lograba eliminar al líder de los mercenarios y al hombre que les daba un salario, seguramente se dispersarían, quedaba poco para el final, sin embargo, antes de poder intentar algo, una silueta blanca entró en escena a una velocidad tan impresionante que hasta podría admirarlo -Debí matarlos a todos antes de salir de esa casa- Dijo en un tono frío y calmado mientras que con mucha gracia efectuaba unos giros en el aire desde la espalda del líder de los mercenarios quien fue literalmente rebanado por la filosa espada de aquel sujeto que tenía un gran parecido a mí -Es tiempo de corregir ese error- Dijo manteniendo su tono calmado, a pesar de haber descuartizado a un hombre, lucía sin emociones -Ven R15, Asegúrate de que el dragón no huya- Dijo aparentemente hacia la nada pero un brillo tenue comenzó a moverse entre los árboles hasta que por fin apareció un misterioso biocibernético que al igual que Sajin también llevaba una espada -Mata a quien se interponga- Dijo el sujeto que lo controlaba al tiempo que sacudía su espada para limpiarle la sangre que se le había quedado pegada.
El misterioso ser metálico parecía tanto o más raro que el mismo Sajin, su cuerpo parecía querer resistirse a lo que su señor le ordenaba, su cabeza se sacudía de maneras extrañas hasta que el otro sujeto intervino de nuevo con una extraña orden -Protocolo 4678, supresión de chip, 180 segundos- Tras esas palabras los ojos del robot se volvieron rojos y brillantes -Ataduras eliminadas, objetivo asignado, uso de fuerza letal admitido- Dijo el robot mientras se acercaba al dragón aunque antes tendría que quitar del medio a Sajin.
Yo por mi parte permanecía intrigado con aquel sujeto que se parecía a mí, al inicio de todo parecía que los sujetos nos habían confundido con unos asesinos, tal vez por el parecido podrían ser estos los verdaderos -Débiles escorias, no merecen el honor de ser exterminados por el gran Lucio- Murmuró mientras giraba su espada sobre un par de sujetos que se fueron al piso sin heridas aparentes, aunque mientras caían, comenzaron a dividirse dejando salir sangre a borbotones, lentamente exterminaba a los oponentes con mucha tranquilidad, sus movimientos hacían parecer que danzara en vez de pelear hasta que solo quedó el joven Elmo mientras del otro lado, el robot hacía lo mismo de camino hacia Sajin y el dragón, eliminando a quien se interpusiera aunque de una manera más brutal y no tan elegante como la del otro espadachín.
Definitivamente esperaba algo más poderoso, un torrente de fuego ineludible, una llamarada que quemara el aire hasta dentro de los pulmones de los enemigos, al menos una chispita de fuego, algo con qué asustar a aquellos hombres, sin embargo, solo les vomitó encima un chorrito de ¿Agua? -Oh, genial, solo escupe saliva caliente- Pensé un poco decepcionado, sin embargo, para mi gran sorpresa y la de los otros, no era simplemente agua, sino que su temperatura era lo suficientemente alta como para generar fuertes quemaduras, y aunque no me gustaría comprobarlo de primera mano, aquel pobre sujeto que había sido la víctima lo había dejado muy claro entre gritos de dolor hasta que cayó al suelo con las manos en la cara intentando calmar el dolor pero que apenas conseguía desprenderse del rostro pedazos de piel blanda y quemada; uno de sus compañeros acudió en su ayuda para sacarlo del peligro aunque fueron interceptados por Sajin que sin piedad alguna terminó de aturdir al pobre hombre quemado, para luego asustar magistralmente al que intentaba ayudarlo, el cual huyó gritando como niña asustada; yo mientras tanto crucé la mirada con el dragón que pese a sus acciones recientes, mostraba una mirada bastante adorable, dulce e ingenua, tal vez no era el tipo de dragón que yo esperaba que fuera y tal vez le había exigido más de la cuenta, pero con su ayuda esto estaba por llegar a su final.
La idea de Sajin me parecía correcta esta vez, si lograba eliminar al líder de los mercenarios y al hombre que les daba un salario, seguramente se dispersarían, quedaba poco para el final, sin embargo, antes de poder intentar algo, una silueta blanca entró en escena a una velocidad tan impresionante que hasta podría admirarlo -Debí matarlos a todos antes de salir de esa casa- Dijo en un tono frío y calmado mientras que con mucha gracia efectuaba unos giros en el aire desde la espalda del líder de los mercenarios quien fue literalmente rebanado por la filosa espada de aquel sujeto que tenía un gran parecido a mí -Es tiempo de corregir ese error- Dijo manteniendo su tono calmado, a pesar de haber descuartizado a un hombre, lucía sin emociones -Ven R15, Asegúrate de que el dragón no huya- Dijo aparentemente hacia la nada pero un brillo tenue comenzó a moverse entre los árboles hasta que por fin apareció un misterioso biocibernético que al igual que Sajin también llevaba una espada -Mata a quien se interponga- Dijo el sujeto que lo controlaba al tiempo que sacudía su espada para limpiarle la sangre que se le había quedado pegada.
El misterioso ser metálico parecía tanto o más raro que el mismo Sajin, su cuerpo parecía querer resistirse a lo que su señor le ordenaba, su cabeza se sacudía de maneras extrañas hasta que el otro sujeto intervino de nuevo con una extraña orden -Protocolo 4678, supresión de chip, 180 segundos- Tras esas palabras los ojos del robot se volvieron rojos y brillantes -Ataduras eliminadas, objetivo asignado, uso de fuerza letal admitido- Dijo el robot mientras se acercaba al dragón aunque antes tendría que quitar del medio a Sajin.
Yo por mi parte permanecía intrigado con aquel sujeto que se parecía a mí, al inicio de todo parecía que los sujetos nos habían confundido con unos asesinos, tal vez por el parecido podrían ser estos los verdaderos -Débiles escorias, no merecen el honor de ser exterminados por el gran Lucio- Murmuró mientras giraba su espada sobre un par de sujetos que se fueron al piso sin heridas aparentes, aunque mientras caían, comenzaron a dividirse dejando salir sangre a borbotones, lentamente exterminaba a los oponentes con mucha tranquilidad, sus movimientos hacían parecer que danzara en vez de pelear hasta que solo quedó el joven Elmo mientras del otro lado, el robot hacía lo mismo de camino hacia Sajin y el dragón, eliminando a quien se interpusiera aunque de una manera más brutal y no tan elegante como la del otro espadachín.
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Lucio
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R15
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Re: [Cerrado] Perseguidos [Interpretativo-Libre-Noche]
No supe interpretar muy bien que efecto causó mi intento de aporte para neutralizar a nuestros agresores, y no dedique el tiempo suficiente a interpretar las miradas de los presentes, aun quedaba el otro hombre, al que centrar mi atención antes de poder tomarme un respiro, o intentar salir corriendo.
Pero para cuando volví a observar al hombre escaldado y a su compañero, el bio-cibernetico ya habia tomado el control de la situación, y el varón indemne huía despavorido mientras el otro caía inerte en el suelo, inconsciente u muerto, poca relevancia tenia ahora.
Al mismo tiempo que el cuerpo caía en la tierra con un ruido sordo, levantando polvo, un profundo suspiro salio expedido de mis narinas, y hasta las púas erizadas de mi cuerpo descendieron levemente, en una clara señal de alivio. Sensación que se acrecentó cuando el bio-cibernético y su compañero intercambiaron unas cuantas palabras repartiéndose a los agresores restantes, lo cual, me liberaba de cualquier otro tipo de intervención, y mi corazón desbocado agradecía ese receso.
Luego el bio-cibernético se acerco, el gesto de clavar la espada en el suelo me hizo dar un breve respingó, pero cualquier alerta que eso hubiese podido generar se vio menguada cuando hinco la rodilla en el piso.
Sin duda, no eran exactamente las palabras que esperaba escuchar, y ladeé la cabeza hacia un costado con desconcierto ante la petición de que me alegrase del mercenario, no me había ensañado con ninguno de ambos, o no nada que yo pudiera considerar de ese modo, tras comprobar que estaban fuera de combate o que otro podía tomar el control de la situación me había alejado de ellos, noté incluso como se me fruncía las escamas alrededor del ceñó ante la insinuación de que podía tener el capricho de matar de semejante forma. Asentí y recule alejándome del hombre metálico, tanto como para confirmarle que no tenia intencion de agredir a nadie, como por el sentimiento de agravio que había inspirado en mi persona. A fin de cuentas pronto todo habría terminado, y podría irme volando por donde había venido.
O no, entonces apareció en escena otro sujeto extraño con gran manejo de armas. ¿Es que todo el mundo sabia combatir menos yo?..si me hubiera imaginado que mi viaje seria tan peligroso habría aprendido algunos cuantos trucos de los caballeros dragón, o por lo menos practicado con mis hermanos. Pero lamentarse ahora no servia para nada.
El recién llegado me marco, de nuevo, como objetivo prioritario, a lo cual respondí con un gruñido quejoso, ¿porque tanto interés en atrapar al dragón?¿no podían dejar al dragón tranquilo? Esperaba, que por lo menos el bio-cibernético que había tenido en bien amenazarme si no me alejaba de mis agresores tuviese la intención de neutralizarlos el mismo.
El otro hombre de metal nos miro con unos ojos que relucían en un color rojo, y de algún modo eso no me inspiraba confianza, ademas, al coraza metálica lo haria mucho mas duro que los mercenarios. ¿Servirían mis esputos de agua hirviendo contra esa criatura? Fuere como fuere, prefería no tener que comprobarlo, por lo cual me acerque al bio-cibernético de mi propio bando y le di un par de golpecitos con el hocico apuntando posteriormente con este al recién llegado, tanto llamándolo a que se pusiera manos a la obra, como esperando que se desdijera de su amenaza.
Pero para cuando volví a observar al hombre escaldado y a su compañero, el bio-cibernetico ya habia tomado el control de la situación, y el varón indemne huía despavorido mientras el otro caía inerte en el suelo, inconsciente u muerto, poca relevancia tenia ahora.
Al mismo tiempo que el cuerpo caía en la tierra con un ruido sordo, levantando polvo, un profundo suspiro salio expedido de mis narinas, y hasta las púas erizadas de mi cuerpo descendieron levemente, en una clara señal de alivio. Sensación que se acrecentó cuando el bio-cibernético y su compañero intercambiaron unas cuantas palabras repartiéndose a los agresores restantes, lo cual, me liberaba de cualquier otro tipo de intervención, y mi corazón desbocado agradecía ese receso.
Luego el bio-cibernético se acerco, el gesto de clavar la espada en el suelo me hizo dar un breve respingó, pero cualquier alerta que eso hubiese podido generar se vio menguada cuando hinco la rodilla en el piso.
Sin duda, no eran exactamente las palabras que esperaba escuchar, y ladeé la cabeza hacia un costado con desconcierto ante la petición de que me alegrase del mercenario, no me había ensañado con ninguno de ambos, o no nada que yo pudiera considerar de ese modo, tras comprobar que estaban fuera de combate o que otro podía tomar el control de la situación me había alejado de ellos, noté incluso como se me fruncía las escamas alrededor del ceñó ante la insinuación de que podía tener el capricho de matar de semejante forma. Asentí y recule alejándome del hombre metálico, tanto como para confirmarle que no tenia intencion de agredir a nadie, como por el sentimiento de agravio que había inspirado en mi persona. A fin de cuentas pronto todo habría terminado, y podría irme volando por donde había venido.
O no, entonces apareció en escena otro sujeto extraño con gran manejo de armas. ¿Es que todo el mundo sabia combatir menos yo?..si me hubiera imaginado que mi viaje seria tan peligroso habría aprendido algunos cuantos trucos de los caballeros dragón, o por lo menos practicado con mis hermanos. Pero lamentarse ahora no servia para nada.
El recién llegado me marco, de nuevo, como objetivo prioritario, a lo cual respondí con un gruñido quejoso, ¿porque tanto interés en atrapar al dragón?¿no podían dejar al dragón tranquilo? Esperaba, que por lo menos el bio-cibernético que había tenido en bien amenazarme si no me alejaba de mis agresores tuviese la intención de neutralizarlos el mismo.
El otro hombre de metal nos miro con unos ojos que relucían en un color rojo, y de algún modo eso no me inspiraba confianza, ademas, al coraza metálica lo haria mucho mas duro que los mercenarios. ¿Servirían mis esputos de agua hirviendo contra esa criatura? Fuere como fuere, prefería no tener que comprobarlo, por lo cual me acerque al bio-cibernético de mi propio bando y le di un par de golpecitos con el hocico apuntando posteriormente con este al recién llegado, tanto llamándolo a que se pusiera manos a la obra, como esperando que se desdijera de su amenaza.
Arygos Valnor
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Re: [Cerrado] Perseguidos [Interpretativo-Libre-Noche]
Comprobar que el dragón no era peligroso había surtido efectividad gracias a aquel comentario que pretendía ser una amenaza, aunque la naturaleza robótica de Sajin no pudiese percatarse de ello por lo directa que era. A pesar de ello, la criatura no se había hecho muy inocente al hacer aquellos daños con su propia voluntad a algunos de los que estaban presentes, trataban de dañar al reptil y este solo había llegado a responder con ataques que yacían bajo su supervivencia. La criatura solo tuvo la dicha de asentir y alejarse, el cibernético tanto como cortesía como algo que indicaba que la criatura estaba fuera de combate contra él y su compañero, si es que como parecían indicar sus acciones anteriores, no trataban de dañar al reptil.
Sardinas había comenzado a ladrar tras reincorporarse de la patada del mercenario, el cibernético ignoraba aquellos ladridos con la creencia de que ladraba a las palabras llenas de descortesía y soberbia del líder de los mercenarios, pero pronto sintió un toque contra su pierna y vio desde el rabillo del ojo lo que había chocado con el. La cabeza del arrogante mercenario había rodado hasta el y chocado tras el contacto con la pierna del cibernético, el cual se había dignado a recoger la cabeza con ambas manos del suelo, que había ensuciado su pelo de tierra. Su mirada de furia se había convertido en una mirada inerte y adversa a todo lo que le rodeaba. Como si se tratase de algo del pan de cada día, Sajin mostró la cabeza del desdichado mercenario al dragón, sin algún sentimiento por la muerte del mercenario que tanto trataba de anunciar su muerte.
El dragón, sin embargo, había dedicado al robot una serie de pequeños golpes con su hocico, a su vez que señalaba lo que parecía ser una amenaza más para la cruzada de Sajin con su compañero. Unos pasos duros de los que el sonido de engranajes delataban con facilidad gracias a cada paso que daba comenzaba a escucharse cada vez más por el cibernético, así como también el desenvaine de una espada. Arrancando su sable de la tierra tras un tirón, el cibernético se reincorporó y dio la vuelta para dedicar ahora su tiempo al nuevo enemigo en el camino. Tan alto como él pero mucho más corpulento, una especie de máquina que se asemejaba tanto a él que se sentía familiarizado. Nunca había visto a alguien de su especie y menos aún, tener que enfrentarse cara a cara con un prójimo que compartía la misma programación del manejo de la espada como él.
Una máquina contra la otra dedicaban un duelo de miradas, inertes cada uno en la misma posición seguían viéndose al uno al otro como si viesen su reflejo por delante de estos. El robótico enemigo había alzado su espada hacia delante, de la que presionó una botón de su pomo con su otra mano; la espada giraba sobre su eje como un taladro y poco después, su portador comenzó a acercarse lentamente para demostrar un poco del poder de su hoja modificada, algo que Sajin no tenía. Pero el contacto entre los dos daba tanto interés tanto para Sajin como para el robot presente en el área, que había sido anteriormente llamado R15 por un hombre que si no fuese por las travesías que había tenido con el vampiro, probablemente se hubiese confundido con él.
— Autómata detectado. —El robot no parecía haber sido tan humanizado como Sajin al hablar.— Prototipo nº266 en la mira, 80% de organismos orgánicos y 20% de partes robóticas en el autómata han sido analizadas. Misión: Asesinar al prójimo.
— Vuestra espada da un aire de misterio. —Sajin miraba inseguro la espada que giraba como un taladro.— Y vuestro blindaje, sobretodo debo destacar éste como una prueba que podría dejarme mal parado. Habéis adivinado mi número de creación, eso me sorprende. El negativo destino lamentablemente me ha dado la tarea de que tenga que quitarlo del camino para la protección de mis compañeros, pese a que usted es el primero de mi especie que veo. Soy Sajin.
— R15 acepta los halagos del cibernético hostil, prototipo nº266, autodenominado ''Sajin''. Como prototipo de bio-cibernético actualizado, el prototipo nº266 ''Sajin'' carece de mejoras superiores a las del mecanismo de defensa de R15. El cálculo de daño hacia el prototipo nº266 supera el 20% que se estimaba, amenaza actual: leve, raya casi en lo medio.
La naturaleza artificial de aquella máquina era arrogancia, soberbia y ello era algo que ponía a prueba la calma y piedad de Sajin. Un combate entre espadachines y dos máquinas, de la que Sajin ya no se sentía tan familiarizado. No era como él, era una especie de esclavo que había sido regido completamente por la programación colectiva de cada bio-cibernético, ello era el ejemplo más claro de que la dependencia de las máquinas en sus amos provocaba una esclavitud intensiva del sistema a la voluntad de aquellos que alguna vez fueron humanos. Si no hubiese sido por su renacer tras la muerte de sus amos, Sajin probablemente fuese así.
— R15. —Contestó Sajin.— Mi misión cambió de planes. No lo neutralizaré, voy a matarlo.
El mercenario que había sido aturdido por Sajin en su camino para rescatar al dragón había vuelto de su estado de inconsciencia, abriendo lentamente sus ojos mientras que lanzaba al aire maldiciones con una voz débil tras despertar. El robot R15 dio una respuesta rápida al mercenario con su espada, taladrándole el pecho con la hoja giratoria de su sable y esparciendo la sangre a montones a lo largo del suelo. Lentamente, se escuchaban los gritos desgarradores de agonía que soltaba el mercenario antes de que su corazón quedase mutilado. Justamente tras esa muestra de su poder, la máquina R15 se abalanzó de una manera que paso casi inadvertido por el sistema del cibernético... el resultado: un brazo cercenado.
R15 retrocedió para asegurar la seguridad de su mecanismo, pese a su exoesqueleto. El brazo cercenado denotaba una apariencia puramente mecánica y artificial, mientras que aquella zona donde había colgado parecía la aglomeración de cables sobre un engranaje que daba la apariencia de un objeto que de un ser. Elmo quedó perplejo, sus piernas temblaban tanto que cayó al suelo. Seguramente no era normal en pueblos así el hecho de ver tecnología tan complicada como aquella que conformaba a ambos cibernéticos.
— Pensé que eran hombres con armadura. —Elmo se arrastraba, retrocediendo del lugar que se había llenado de sangre de sus hombres y que ahora era el campo de batalla de las máquinas y que pronto, aquel hombre acompañante de R15 actuaría sea eliminándolo o encargándose de Bio.— Son unos monstruos, quiero irme a casa. No puedo más, déjenme ir. ¡Un dragón y ahora esto, déjenme en paz! —Su voz explotó en miedo.
Indiferente, Sajin se había reincorporado para envainar de vuelta la espada a su vaina. Con su única mano por fin libre tomó de regreso su brazo artificial cercenado y lo reajusto de vuelta a su lugar como si fuese una especie de tornillo, a su vez golpeó su hombro tras reajustar el brazo en la posición en la que estaba antes del ataque. Sajin se paró de regreso con su espada desenvainada una vez más, viendo cara a cara a su enemigo.
— Eso fue inesperado por un cibernético tan blindado.
— Prototipo nº266 ''Sajin'' ha sobrevivido. —Contestó, su arrogancia era persistente.— R15 ha fallado en su tarea, el autómata obsoleto se ha reconstruido. R15 prepara próxima jugada. —Agarró su espada con ambas manos y señaló a Sajin con ella.
— Me temo que ahora es mi turno.
Sardinas había comenzado a ladrar tras reincorporarse de la patada del mercenario, el cibernético ignoraba aquellos ladridos con la creencia de que ladraba a las palabras llenas de descortesía y soberbia del líder de los mercenarios, pero pronto sintió un toque contra su pierna y vio desde el rabillo del ojo lo que había chocado con el. La cabeza del arrogante mercenario había rodado hasta el y chocado tras el contacto con la pierna del cibernético, el cual se había dignado a recoger la cabeza con ambas manos del suelo, que había ensuciado su pelo de tierra. Su mirada de furia se había convertido en una mirada inerte y adversa a todo lo que le rodeaba. Como si se tratase de algo del pan de cada día, Sajin mostró la cabeza del desdichado mercenario al dragón, sin algún sentimiento por la muerte del mercenario que tanto trataba de anunciar su muerte.
El dragón, sin embargo, había dedicado al robot una serie de pequeños golpes con su hocico, a su vez que señalaba lo que parecía ser una amenaza más para la cruzada de Sajin con su compañero. Unos pasos duros de los que el sonido de engranajes delataban con facilidad gracias a cada paso que daba comenzaba a escucharse cada vez más por el cibernético, así como también el desenvaine de una espada. Arrancando su sable de la tierra tras un tirón, el cibernético se reincorporó y dio la vuelta para dedicar ahora su tiempo al nuevo enemigo en el camino. Tan alto como él pero mucho más corpulento, una especie de máquina que se asemejaba tanto a él que se sentía familiarizado. Nunca había visto a alguien de su especie y menos aún, tener que enfrentarse cara a cara con un prójimo que compartía la misma programación del manejo de la espada como él.
Una máquina contra la otra dedicaban un duelo de miradas, inertes cada uno en la misma posición seguían viéndose al uno al otro como si viesen su reflejo por delante de estos. El robótico enemigo había alzado su espada hacia delante, de la que presionó una botón de su pomo con su otra mano; la espada giraba sobre su eje como un taladro y poco después, su portador comenzó a acercarse lentamente para demostrar un poco del poder de su hoja modificada, algo que Sajin no tenía. Pero el contacto entre los dos daba tanto interés tanto para Sajin como para el robot presente en el área, que había sido anteriormente llamado R15 por un hombre que si no fuese por las travesías que había tenido con el vampiro, probablemente se hubiese confundido con él.
— Autómata detectado. —El robot no parecía haber sido tan humanizado como Sajin al hablar.— Prototipo nº266 en la mira, 80% de organismos orgánicos y 20% de partes robóticas en el autómata han sido analizadas. Misión: Asesinar al prójimo.
— Vuestra espada da un aire de misterio. —Sajin miraba inseguro la espada que giraba como un taladro.— Y vuestro blindaje, sobretodo debo destacar éste como una prueba que podría dejarme mal parado. Habéis adivinado mi número de creación, eso me sorprende. El negativo destino lamentablemente me ha dado la tarea de que tenga que quitarlo del camino para la protección de mis compañeros, pese a que usted es el primero de mi especie que veo. Soy Sajin.
— R15 acepta los halagos del cibernético hostil, prototipo nº266, autodenominado ''Sajin''. Como prototipo de bio-cibernético actualizado, el prototipo nº266 ''Sajin'' carece de mejoras superiores a las del mecanismo de defensa de R15. El cálculo de daño hacia el prototipo nº266 supera el 20% que se estimaba, amenaza actual: leve, raya casi en lo medio.
La naturaleza artificial de aquella máquina era arrogancia, soberbia y ello era algo que ponía a prueba la calma y piedad de Sajin. Un combate entre espadachines y dos máquinas, de la que Sajin ya no se sentía tan familiarizado. No era como él, era una especie de esclavo que había sido regido completamente por la programación colectiva de cada bio-cibernético, ello era el ejemplo más claro de que la dependencia de las máquinas en sus amos provocaba una esclavitud intensiva del sistema a la voluntad de aquellos que alguna vez fueron humanos. Si no hubiese sido por su renacer tras la muerte de sus amos, Sajin probablemente fuese así.
— R15. —Contestó Sajin.— Mi misión cambió de planes. No lo neutralizaré, voy a matarlo.
El mercenario que había sido aturdido por Sajin en su camino para rescatar al dragón había vuelto de su estado de inconsciencia, abriendo lentamente sus ojos mientras que lanzaba al aire maldiciones con una voz débil tras despertar. El robot R15 dio una respuesta rápida al mercenario con su espada, taladrándole el pecho con la hoja giratoria de su sable y esparciendo la sangre a montones a lo largo del suelo. Lentamente, se escuchaban los gritos desgarradores de agonía que soltaba el mercenario antes de que su corazón quedase mutilado. Justamente tras esa muestra de su poder, la máquina R15 se abalanzó de una manera que paso casi inadvertido por el sistema del cibernético... el resultado: un brazo cercenado.
R15 retrocedió para asegurar la seguridad de su mecanismo, pese a su exoesqueleto. El brazo cercenado denotaba una apariencia puramente mecánica y artificial, mientras que aquella zona donde había colgado parecía la aglomeración de cables sobre un engranaje que daba la apariencia de un objeto que de un ser. Elmo quedó perplejo, sus piernas temblaban tanto que cayó al suelo. Seguramente no era normal en pueblos así el hecho de ver tecnología tan complicada como aquella que conformaba a ambos cibernéticos.
— Pensé que eran hombres con armadura. —Elmo se arrastraba, retrocediendo del lugar que se había llenado de sangre de sus hombres y que ahora era el campo de batalla de las máquinas y que pronto, aquel hombre acompañante de R15 actuaría sea eliminándolo o encargándose de Bio.— Son unos monstruos, quiero irme a casa. No puedo más, déjenme ir. ¡Un dragón y ahora esto, déjenme en paz! —Su voz explotó en miedo.
Indiferente, Sajin se había reincorporado para envainar de vuelta la espada a su vaina. Con su única mano por fin libre tomó de regreso su brazo artificial cercenado y lo reajusto de vuelta a su lugar como si fuese una especie de tornillo, a su vez golpeó su hombro tras reajustar el brazo en la posición en la que estaba antes del ataque. Sajin se paró de regreso con su espada desenvainada una vez más, viendo cara a cara a su enemigo.
— Eso fue inesperado por un cibernético tan blindado.
— Prototipo nº266 ''Sajin'' ha sobrevivido. —Contestó, su arrogancia era persistente.— R15 ha fallado en su tarea, el autómata obsoleto se ha reconstruido. R15 prepara próxima jugada. —Agarró su espada con ambas manos y señaló a Sajin con ella.
— Me temo que ahora es mi turno.
Sajin
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Re: [Cerrado] Perseguidos [Interpretativo-Libre-Noche]
El viento comenzaba a soplar con más fuerza mientras algunos destellos brillantes en el cielo preparaban una nueva dosis de lluvia -Ella tiene sed, quiere más- Dijo el hombre de cabellos largos que se había hecho llamar Lucio mientras miraba su espada como si estuviera enamorado de ella, tal devoción resultaba un tanto extraña pero sin lugar a dudas, el sujeto parecía ser todo un experto en el uso de su arma, tal como si más que eso fuera una extensión de su propio cuerpo -No hay placer alguno en matar a un ser tan cobarde- Dijo mientras pasaba junto al pobre elmo que había caído al piso y trataba de arrastrarse hacia atrás con sus manos temblorosas y sus piernas casi gelatinosas mientras su entrepierna comenzaba a mojarse como muestra de una evidente pérdida de control de esfínteres -Tal vez el dragón resulte ser un oponente digno, pero antes, me conformaré contigo- Dijo mientras me señalaba con su enigmática espada -Solo intenta no morir tan pronto- Tras esas palabras inició una vertiginosa carrera en mi dirección y antes que pudiera darme cuenta su espada venía en mi dirección con un rápido corte vertical ascendente que apenas logré bloquear con mis dagas al costo de ser empujado hacia atrás por la fuerza del golpe y caer al suelo.
El sujeto avanzaba hacia mí mientras movía su cabeza a los lados de manera que expresaba una clara decepción -Eres débil como todos, que decepción- Me levanté de prisa al ver que se acercaba con una veloz estocada directamente a mi pecho y poniendo a prueba mi destreza salté tan alto como pude para tratar de pasar sobre él pero en una rápida reacción alzó su mano hasta mi pierna izquierda y usando su propio peso me hizo descender hasta estrellarme de cara al piso -Cuánto lo lamento querida- Dijo hablando a su espada -Esta noche no te he conseguido un oponente digno- Puso sus ojos de nuevo en el dragón que por su tamaño seguramente representaría algún tipo de desafío -¿Qué dices? ¿Quieres probar la sangre de un dragón?- Preguntó a la espada en una clara demostración de locura -Claro querida, dejaré que le atravieses el corazón- Al decir eso sus ojos se abrieron como platos y la baba se le salía de la boca de manera enfermiza.
Había comenzado a correr en dirección al dragón cuando alcancé a detenerlo -¡¡Espera!!- Grité furioso ante la paliza que había recibido, si bien había querido usar al dragón para intimidar a la masa de perseguidores, dejar que lo asesinaran no era una opción, y si algo había dejado claro el blanco reptil era que no tenía el poder necesario para defenderse solo, Sajin por su parte estaba teniendo muchos problemas con el otro coso que parecía superarle tanto como este espadachín me superaba a mí, a pesar de ser simplemente un humano, su manejo de la espada podría resultar admirable para Sajin -Yo soy tu oponente, deja al dragón- Alegué mientras me ponía en pie y limpiaba con mi antebrazo la sangre que ahora iba saliendo de mi nariz debido al fuerte golpe que me había dado contra el suelo -Insensato- Dijo el hombre para luego soltar una risa burlona -Tus palabras carecen del respaldo de tus acciones- Se puso de nuevo en guardia apuntándome con su espada y dándole la espalda al dragón -Esto terminará justo ahora- Dije mientras tomaba con fuerza mis dagas y me preparaba para lo peor...
El sujeto avanzaba hacia mí mientras movía su cabeza a los lados de manera que expresaba una clara decepción -Eres débil como todos, que decepción- Me levanté de prisa al ver que se acercaba con una veloz estocada directamente a mi pecho y poniendo a prueba mi destreza salté tan alto como pude para tratar de pasar sobre él pero en una rápida reacción alzó su mano hasta mi pierna izquierda y usando su propio peso me hizo descender hasta estrellarme de cara al piso -Cuánto lo lamento querida- Dijo hablando a su espada -Esta noche no te he conseguido un oponente digno- Puso sus ojos de nuevo en el dragón que por su tamaño seguramente representaría algún tipo de desafío -¿Qué dices? ¿Quieres probar la sangre de un dragón?- Preguntó a la espada en una clara demostración de locura -Claro querida, dejaré que le atravieses el corazón- Al decir eso sus ojos se abrieron como platos y la baba se le salía de la boca de manera enfermiza.
Había comenzado a correr en dirección al dragón cuando alcancé a detenerlo -¡¡Espera!!- Grité furioso ante la paliza que había recibido, si bien había querido usar al dragón para intimidar a la masa de perseguidores, dejar que lo asesinaran no era una opción, y si algo había dejado claro el blanco reptil era que no tenía el poder necesario para defenderse solo, Sajin por su parte estaba teniendo muchos problemas con el otro coso que parecía superarle tanto como este espadachín me superaba a mí, a pesar de ser simplemente un humano, su manejo de la espada podría resultar admirable para Sajin -Yo soy tu oponente, deja al dragón- Alegué mientras me ponía en pie y limpiaba con mi antebrazo la sangre que ahora iba saliendo de mi nariz debido al fuerte golpe que me había dado contra el suelo -Insensato- Dijo el hombre para luego soltar una risa burlona -Tus palabras carecen del respaldo de tus acciones- Se puso de nuevo en guardia apuntándome con su espada y dándole la espalda al dragón -Esto terminará justo ahora- Dije mientras tomaba con fuerza mis dagas y me preparaba para lo peor...
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Aerandiano de honor
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Re: [Cerrado] Perseguidos [Interpretativo-Libre-Noche]
En cuestión de segundos el panorama había dado un giro brusco y completo, de casi solucionar el atolladero en el que me había visto envuelta, y todo sea dicho, me habian tanto metido como sacado los dos desconocidos, a una situación mucho mas crítica que la anterior.
El cibernético que había acudido a pelear contra el otro de su especie estaba pasando apuros y su brazo fue cercenado apenas comentado el enfrentamiento, aun que pudo recolocarlo a los pocos segundos y seguir dando guerra a su oponente. Por otro lado, su compañero humano lo estaba pasando muchísimo peor, y en cuanto ese tal Lucio ignoro por completo al hombre asustado que poco mas se estaba haciendo sus deposiciones encima, lo paso por el piso como un trapo, y de nuevo pareció tener un interés en mi. ¡¿Porque?! ¡Por los seis! ¿Porque cojones todo el mundo quería golpear al dragón? el dragón era inofensivo casi todo el tiempo y solo había ido allí a dormir.
Pro de nada servia lamentarse, y aun que antes mi intervención había sido la justa y necesaria para defenderme, en gran parte porque ayudar a quienes me habían metido en el conflicto no me hacia ilusión, ahora, no podía permitirme ese lujo, ya que, aun que los nuevos atacantes no poseían armas arrojadizas visibles que me impidieran huir, aquel pobre humano estaba dejándose apalear para que no me atacaran. No podía dejarlos a su suerte.
Por ahora el bio-cibernetico era el que mejor se las estaba arreglando, y aun que tenia todas las de perder, podía permitirse que ayudase a su compañero en primera instancia. Aproveche que hacia de muro entre mi posición y la de los nuevos agresores para recular, tomar aire, y desplegar mis alas, instantes después, ya estaba a varios metros del suelo con una amplia perspectiva del combate, y fuera del alcance de los espadachines. Si querían atacarme, tendrían que arrojar sus armas, lo que los dejaría vulnerables al dúo de tierra, y si se defendían de sus actuales oponentes, permanecerían vulnerables a mis ataques aéreos.
Volé rauda y de forma aparentemente errática para que no pudieran prever de donde podría asestar un golpe, ya que seguramente habían notificado mi despegue, siempre por encima de los dos humanos, buscando el momento propicio, y vire bruscamente para quedar de espaldas al mortífero espadachín, esputando encima de el otro chorro de agua hirviendo, haciéndolo pasar entre mis dientes para que cayese como un rocío abrasador y abarcase mas rango por si intentaba evadirlo, habiendo cuidado el momento, para no lastimar con mi aliento de agua al humano que intentaba protegerme.
Y volvía a virar en el aire recargando energías y buscando su próxima flaqueza, mientras observaba tanto si mi estrategia había dado frutos, como el estado del combare de los dos ciberneticos.
El cibernético que había acudido a pelear contra el otro de su especie estaba pasando apuros y su brazo fue cercenado apenas comentado el enfrentamiento, aun que pudo recolocarlo a los pocos segundos y seguir dando guerra a su oponente. Por otro lado, su compañero humano lo estaba pasando muchísimo peor, y en cuanto ese tal Lucio ignoro por completo al hombre asustado que poco mas se estaba haciendo sus deposiciones encima, lo paso por el piso como un trapo, y de nuevo pareció tener un interés en mi. ¡¿Porque?! ¡Por los seis! ¿Porque cojones todo el mundo quería golpear al dragón? el dragón era inofensivo casi todo el tiempo y solo había ido allí a dormir.
Pro de nada servia lamentarse, y aun que antes mi intervención había sido la justa y necesaria para defenderme, en gran parte porque ayudar a quienes me habían metido en el conflicto no me hacia ilusión, ahora, no podía permitirme ese lujo, ya que, aun que los nuevos atacantes no poseían armas arrojadizas visibles que me impidieran huir, aquel pobre humano estaba dejándose apalear para que no me atacaran. No podía dejarlos a su suerte.
Por ahora el bio-cibernetico era el que mejor se las estaba arreglando, y aun que tenia todas las de perder, podía permitirse que ayudase a su compañero en primera instancia. Aproveche que hacia de muro entre mi posición y la de los nuevos agresores para recular, tomar aire, y desplegar mis alas, instantes después, ya estaba a varios metros del suelo con una amplia perspectiva del combate, y fuera del alcance de los espadachines. Si querían atacarme, tendrían que arrojar sus armas, lo que los dejaría vulnerables al dúo de tierra, y si se defendían de sus actuales oponentes, permanecerían vulnerables a mis ataques aéreos.
Volé rauda y de forma aparentemente errática para que no pudieran prever de donde podría asestar un golpe, ya que seguramente habían notificado mi despegue, siempre por encima de los dos humanos, buscando el momento propicio, y vire bruscamente para quedar de espaldas al mortífero espadachín, esputando encima de el otro chorro de agua hirviendo, haciéndolo pasar entre mis dientes para que cayese como un rocío abrasador y abarcase mas rango por si intentaba evadirlo, habiendo cuidado el momento, para no lastimar con mi aliento de agua al humano que intentaba protegerme.
Y volvía a virar en el aire recargando energías y buscando su próxima flaqueza, mientras observaba tanto si mi estrategia había dado frutos, como el estado del combare de los dos ciberneticos.
Arygos Valnor
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Re: [Cerrado] Perseguidos [Interpretativo-Libre-Noche]
Había sentido la brisa caer sobre sus espaldas y tras ello, denoto como la figura ensombrecida del dragón tapaba la luna tras pleno vuelo. Ahora estaba solo, no necesitaba contenerse más en medio de la batalla y menos asegurarse de proteger a la criatura de la que había confirmado su inocencia y falta de hostilidad hacia él y su compañero. Ahora solo estaba él entre un combate con su prójimo, del que tal vez si las cosas no hubiesen sucedido tal como no esperaba el cibernético, hubiesen podido ser compañeros alguna vez. Sin embargo, aquellas palabras del robot pese a su programación, sonaban con una sutil arrogancia sobre su superioridad al ser parte de una nueva generación. Sajin no lo comprendía, había sido entrenado para moverse entre la sociedad como un protector y sobretodo, como un espadachín. Los números y la analítica extenuante no era lo suyo, su vocabulario había sido estructurado para un nivel de mayor dominio entre la especie humana.
— Prototipo nº266 ''Sajin'' usa una advertencia como respuesta. R15 activa la maniobra ofensiva secreta del mecanismo de control, exoesqueleto ampliado. —Los omóplatos del robot dejaron una apertura, permitiendo a sus compartimientos expulsar dos extremidades de la posición anterior en la que habían estado. No eran brazos bio-cibernéticos, eran totalmente robóticos como indicaban las palabras llenas de lógica y vocabulario programado en R15.
Aferrando ambas manos al mango de su sable, R15 pronto movilizó sus nuevas extremidades hacia uno de sus compartimientos, expulsando esta vez una espada segmentada en numerosos filos en una cadena dentada como una sierra. Así como su primera hoja contenía una especie de tecnología que hacía girar sobre su eje a la hoja, la segunda espada del enemigo comenzaba a girar a su vez rugía el motor eléctrico del mecanismo de aquella espada editada tecnológicamente. Dos extremidades más, otra espada mejorada tecnológicamente en su camino. La soberbia de R15 podía entenderse gracias a aquellas mejoras, de las que daba por seguro que ningún espadachín con los que el cibernético se había enfrentado eran tan imponentes como aquel. Había algo en R15 de lo que Sajin no lo hacía ver como un espadachín, si no, como un monstruo.
— Prototipo nº266 ''Sajin'' sigue en modo básico. Probabilidades de efectividad aumentadas.
— Tenéis una dependencia al sistema colectivo artificial de nuestro programa. Sin embargo, dependéis también de vuestras mejoras artificiales, por ende, calificó a su mecanismo como obsoleto y dependiente. —El cibernético miró desde el rabillo del ojo en uno de los costados de su ancho enemigo, notó al espadachín que dejaba malparado a su compañero.— Ahora entiendo, vuestra programación ha sido estructurada a base del dominio de la espada de vuestro acompañante. Vuestro estilo de combate es una copia, una parodia tal como tu y yo somos una parodia de lo humano... solo que vuestra conexión con ello se perdió.
Como si se tratase de un humano, las provocaciones del cibernético contra la moral programada del robot lo inclinaron a la predecible estrategia de atacar a Sajin mientras comentaba con cortesía el mecanismo de R15. A su suerte, aquellos comentarios solo sirvieron para que el cibernético localizara a la anomalía robótica con su mira telescópica, que, tras el ataque anterior, su segundo ataque se había hecho predecible. Bloqueo el ataque del robot colocando ambas de sus manos en el mango de su sable para ejercer una mayor defensa, pero pronto la sierra fue en camino contra él a medida que su espada vibraba con el contacto de la espada giratoria de R15. Empezaba a arrodillarse lentamente con la fuerza que iba imponiendo poco a poco la máquina mucho más avanzada de lo que esperaba, sus mejoras si que empezaban a infundir bastante en el campo de batalla.
La sierra poco a poco se acercaba y mientras, el taladro dificultaba el movimiento de su espada mientras aún continuasen en un choque continuo. Sin embargo, había algo que dificultaba la posición en R15, pese a su programación y a su fiereza, R15 le faltaba experiencia propia que no fuese de su base de datos. Sus piernas estaban abiertas, más de lo que se esperaba de un ser tan blindado como R15 que superaba un mayor volumen que el cibernético. Una debilidad en su estratagema de combate y un punto que sería aprovechado ya sea a diestra y siniestra por Sajin. Haber peleado, vivido y sufrido como para caer ante aquel ser que no tenía una razón propia por sí misma. Sajin alejó su cuello de su espada y a último momento, detuvo el contacto entre ambas hojas tras percatarse de la estocada de la sierra contra su rostro. Pudo derrapar antes de ser alcanzado por la cadena de dientes afilados de aquella espada modificada, quedando a espaldas de R15 y burlando su defensa.
— Vuestras mejoras son inferiores como su voluntad. —Saltó contra la espalda de R15, ocasionando un tajo contra las extremidades sobre el lomo blindado de su enemigo. Cortándolas con eficacia, no tuvo el sigilo que se esperaba del ataque sorpresa tras el repentino giro de R15 al percatarse de ello. La máquina enemiga lanzó una de sus manos contra el cuello de Sajin, tomándolo de manera brusca y arremetiendo con su cuerpo al suelo, la fuerza de R15 lo había levantado como si fuese tan solo una pluma. Poco a poco podía escuchar el desenfrenado giro del taladro acercarse a su cráneo y si no tenía suerte, pronto sería lobotomizado por aquel cibernético mucho más avanzado.
— R15 ha surtido al efecto de un ataque sorpresa. R15 prepara su maniobra ofensiva contra prototipo nº266 ''Sajin''. Misión actual: exterminar a prototipo nº266 ''Sajin''.
— Prototipo nº266 ''Sajin'' usa una advertencia como respuesta. R15 activa la maniobra ofensiva secreta del mecanismo de control, exoesqueleto ampliado. —Los omóplatos del robot dejaron una apertura, permitiendo a sus compartimientos expulsar dos extremidades de la posición anterior en la que habían estado. No eran brazos bio-cibernéticos, eran totalmente robóticos como indicaban las palabras llenas de lógica y vocabulario programado en R15.
Aferrando ambas manos al mango de su sable, R15 pronto movilizó sus nuevas extremidades hacia uno de sus compartimientos, expulsando esta vez una espada segmentada en numerosos filos en una cadena dentada como una sierra. Así como su primera hoja contenía una especie de tecnología que hacía girar sobre su eje a la hoja, la segunda espada del enemigo comenzaba a girar a su vez rugía el motor eléctrico del mecanismo de aquella espada editada tecnológicamente. Dos extremidades más, otra espada mejorada tecnológicamente en su camino. La soberbia de R15 podía entenderse gracias a aquellas mejoras, de las que daba por seguro que ningún espadachín con los que el cibernético se había enfrentado eran tan imponentes como aquel. Había algo en R15 de lo que Sajin no lo hacía ver como un espadachín, si no, como un monstruo.
— Prototipo nº266 ''Sajin'' sigue en modo básico. Probabilidades de efectividad aumentadas.
— Tenéis una dependencia al sistema colectivo artificial de nuestro programa. Sin embargo, dependéis también de vuestras mejoras artificiales, por ende, calificó a su mecanismo como obsoleto y dependiente. —El cibernético miró desde el rabillo del ojo en uno de los costados de su ancho enemigo, notó al espadachín que dejaba malparado a su compañero.— Ahora entiendo, vuestra programación ha sido estructurada a base del dominio de la espada de vuestro acompañante. Vuestro estilo de combate es una copia, una parodia tal como tu y yo somos una parodia de lo humano... solo que vuestra conexión con ello se perdió.
Como si se tratase de un humano, las provocaciones del cibernético contra la moral programada del robot lo inclinaron a la predecible estrategia de atacar a Sajin mientras comentaba con cortesía el mecanismo de R15. A su suerte, aquellos comentarios solo sirvieron para que el cibernético localizara a la anomalía robótica con su mira telescópica, que, tras el ataque anterior, su segundo ataque se había hecho predecible. Bloqueo el ataque del robot colocando ambas de sus manos en el mango de su sable para ejercer una mayor defensa, pero pronto la sierra fue en camino contra él a medida que su espada vibraba con el contacto de la espada giratoria de R15. Empezaba a arrodillarse lentamente con la fuerza que iba imponiendo poco a poco la máquina mucho más avanzada de lo que esperaba, sus mejoras si que empezaban a infundir bastante en el campo de batalla.
La sierra poco a poco se acercaba y mientras, el taladro dificultaba el movimiento de su espada mientras aún continuasen en un choque continuo. Sin embargo, había algo que dificultaba la posición en R15, pese a su programación y a su fiereza, R15 le faltaba experiencia propia que no fuese de su base de datos. Sus piernas estaban abiertas, más de lo que se esperaba de un ser tan blindado como R15 que superaba un mayor volumen que el cibernético. Una debilidad en su estratagema de combate y un punto que sería aprovechado ya sea a diestra y siniestra por Sajin. Haber peleado, vivido y sufrido como para caer ante aquel ser que no tenía una razón propia por sí misma. Sajin alejó su cuello de su espada y a último momento, detuvo el contacto entre ambas hojas tras percatarse de la estocada de la sierra contra su rostro. Pudo derrapar antes de ser alcanzado por la cadena de dientes afilados de aquella espada modificada, quedando a espaldas de R15 y burlando su defensa.
— Vuestras mejoras son inferiores como su voluntad. —Saltó contra la espalda de R15, ocasionando un tajo contra las extremidades sobre el lomo blindado de su enemigo. Cortándolas con eficacia, no tuvo el sigilo que se esperaba del ataque sorpresa tras el repentino giro de R15 al percatarse de ello. La máquina enemiga lanzó una de sus manos contra el cuello de Sajin, tomándolo de manera brusca y arremetiendo con su cuerpo al suelo, la fuerza de R15 lo había levantado como si fuese tan solo una pluma. Poco a poco podía escuchar el desenfrenado giro del taladro acercarse a su cráneo y si no tenía suerte, pronto sería lobotomizado por aquel cibernético mucho más avanzado.
— R15 ha surtido al efecto de un ataque sorpresa. R15 prepara su maniobra ofensiva contra prototipo nº266 ''Sajin''. Misión actual: exterminar a prototipo nº266 ''Sajin''.
Sajin
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Re: [Cerrado] Perseguidos [Interpretativo-Libre-Noche]
Finalmente había conseguido llamar la atención de Lucio, sin embargo me quedaba otro problema, ciertamente mis palabras eran más grandes que mis acciones y difícilmente lograría vencer por mis propios medios a un oponente tan formidable, tras dejar atrás al dragón se lanzó contra mí con su espada, la cual apenas podía bloquear con mis dagas que debía sujetar con mucha fuerza para evitar ser despojado de ellas entre los brutales golpes de la espada de aquel sujeto.
Aprovechando la distracción de los oponentes el dragón se echó a volar, imaginé que saldría del lugar a la primera oportunidad, lo que me tranquilizaba un poco pues al menos ya no estaría en peligro, sin embargo, parecía estar vigilando la situación a la espera del mejor momento para atacar, tal vez con su ayuda sí lograría vencer a aquel misterioso sujeto que me superaba en muchos sentidos, pero también debía asegurarme de darle una buena oportunidad de atacar, pues el oponente contaba con una buena velocidad y sería bastante difícil que el dragón alcanzara a vomitarle encima como había hecho con el otro sujeto -Solo retrasas lo inevitable- Dijo el sujeto con exceso de confianza mientras yo apenas podía interponer mis dagas en el camino de su espada para tratar de defenderme a duras penas, fue entonces cuando el honor me importó un comino y decidí usar algún truco sucio -El fin justifica los medios- Murmuré mientras me acercaba a él para luego lanzarme al suelo y tras rodar un par de veces tomé un poco del lodo que había formado la lluvia y lo lancé directo a su rostro dejándolo sin posibilidad de ver nada.
Al mismo tiempo el dragón había sabido aprovechar el momento indicado para dejar caer sus vómitos sobre el sujeto, abrió sus fauces dejando salir una buena cantidad de... Pues, de lo que sea que vomitaba, observé embelesado el gracioso momento del vómito hasta que me vi dentro del alcance del líquido -¡¡Rayos, no!!- Grité agitado mientras daba un salto hacia atrás para salir del alcance del ataque aéreo, y aunque Lucio consiguió recuperar su visión, ya era demasiado tarde para tratar de escapar y fue envuelto por un monstruoso y poderoso... Chorrito de agua caliente que aunque parecía inofensivo, tenía suficiente temperatura como para despellejar a cualquier ser vivo -¡¿Qué es esto?!- Gritó el hombre mientras retrocedía con una mano en su rostro aunque sin soltar su espada que llevaba en la otra mano.
Era el momento indicado y sin pensarlo dos veces aproveché el momento para lanzarme contra él, mis pasos sobre el suelo mojado lo alertaron e hicieron que levantara su espada en una posición defensiva, lo cual me hizo detenerme y desviar mi curso en una mejor dirección y tras esquivar algunos giros de su espada que aún sin su visión, casi lograba atinarme, logré por fin incrustar una de mis dagas en su pecho y sin pensarlo incrusté la otra casi en el mismo sitio para luego separar mis brazos sin soltar las dagas para abrirle el pecho en dos, y aunque no parecía cierto, debí retroceder para evitar ser rebanado por nuevos ataques que daba con más fuerza aunque sin razonamiento alguno, eran solo reflejos en su agonía que al cabo de unos instantes cesaron en el momento en que cayó de bruces rodeado de un lago de sangre -Gracias dragón vomitador- Dije a la criatura que me había salvado de una derrota aplastante, pero esto aún no había terminado, al mirar a mi compañero noté que su batalla era mucho más difícil que la mía, y tal vez se pondría peor después del momento en que R15 vio a su amo morir -¿Qué pasa con un biocibernético cuando su amo perece?- Murmuré para mí mismo -Si intenta vengarse esto se va a poner más feo- Preparé mis dagas y me puse atento en caso que Sajin necesitara algo de apoyo, aunque poco podría hacer yo contra semejante coloso de metal...
Aprovechando la distracción de los oponentes el dragón se echó a volar, imaginé que saldría del lugar a la primera oportunidad, lo que me tranquilizaba un poco pues al menos ya no estaría en peligro, sin embargo, parecía estar vigilando la situación a la espera del mejor momento para atacar, tal vez con su ayuda sí lograría vencer a aquel misterioso sujeto que me superaba en muchos sentidos, pero también debía asegurarme de darle una buena oportunidad de atacar, pues el oponente contaba con una buena velocidad y sería bastante difícil que el dragón alcanzara a vomitarle encima como había hecho con el otro sujeto -Solo retrasas lo inevitable- Dijo el sujeto con exceso de confianza mientras yo apenas podía interponer mis dagas en el camino de su espada para tratar de defenderme a duras penas, fue entonces cuando el honor me importó un comino y decidí usar algún truco sucio -El fin justifica los medios- Murmuré mientras me acercaba a él para luego lanzarme al suelo y tras rodar un par de veces tomé un poco del lodo que había formado la lluvia y lo lancé directo a su rostro dejándolo sin posibilidad de ver nada.
Al mismo tiempo el dragón había sabido aprovechar el momento indicado para dejar caer sus vómitos sobre el sujeto, abrió sus fauces dejando salir una buena cantidad de... Pues, de lo que sea que vomitaba, observé embelesado el gracioso momento del vómito hasta que me vi dentro del alcance del líquido -¡¡Rayos, no!!- Grité agitado mientras daba un salto hacia atrás para salir del alcance del ataque aéreo, y aunque Lucio consiguió recuperar su visión, ya era demasiado tarde para tratar de escapar y fue envuelto por un monstruoso y poderoso... Chorrito de agua caliente que aunque parecía inofensivo, tenía suficiente temperatura como para despellejar a cualquier ser vivo -¡¿Qué es esto?!- Gritó el hombre mientras retrocedía con una mano en su rostro aunque sin soltar su espada que llevaba en la otra mano.
Era el momento indicado y sin pensarlo dos veces aproveché el momento para lanzarme contra él, mis pasos sobre el suelo mojado lo alertaron e hicieron que levantara su espada en una posición defensiva, lo cual me hizo detenerme y desviar mi curso en una mejor dirección y tras esquivar algunos giros de su espada que aún sin su visión, casi lograba atinarme, logré por fin incrustar una de mis dagas en su pecho y sin pensarlo incrusté la otra casi en el mismo sitio para luego separar mis brazos sin soltar las dagas para abrirle el pecho en dos, y aunque no parecía cierto, debí retroceder para evitar ser rebanado por nuevos ataques que daba con más fuerza aunque sin razonamiento alguno, eran solo reflejos en su agonía que al cabo de unos instantes cesaron en el momento en que cayó de bruces rodeado de un lago de sangre -Gracias dragón vomitador- Dije a la criatura que me había salvado de una derrota aplastante, pero esto aún no había terminado, al mirar a mi compañero noté que su batalla era mucho más difícil que la mía, y tal vez se pondría peor después del momento en que R15 vio a su amo morir -¿Qué pasa con un biocibernético cuando su amo perece?- Murmuré para mí mismo -Si intenta vengarse esto se va a poner más feo- Preparé mis dagas y me puse atento en caso que Sajin necesitara algo de apoyo, aunque poco podría hacer yo contra semejante coloso de metal...
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Los seis habían sido piadosos con mis suplicas, y pude contemplar con mas alivio que horror como el agua hirviendo achicharraba la carne de ese habilidosos y despiadado espadachín, dándole al humano en desventaja la oportunidad que necesitaba para..abrirle el pecho salvaje mente. No era lo que esperaba, pero servia, y el cuerpo de Lucio cayo inerte sobre el suelo dejando de suponer una amenaza para nadie mas pronto de lo que había llegado a pensar en un primer momento.
El humano lucía agradecido...aun que tenia un modo peculiar de demostrarlo, y el termino "vomitador" no me parecía precisamente halagador, aun que por mucho que calificara mis poderes con el agua de comida indigesta, haba sido mucho mas útil de lo que habría sido una llamarada, ya que el alcance de estas era mucho mas corto, y bueno, no hay gravedad que valga, no habría podido volar tan alto ni maniobrar a tiempo, aun que sin su distracción, capaz tampoco lo habría logrado, tenia que reconocérselo. Le dedique un instante para asentir con la cabeza aceptando su peculiar cumplido y volví mi mirada hacia el cibernetico.
El hombre de metal estaba en unas condiciones mucho peores, aun que en primera instancia aprecia mucho mas capaz de enfrentarse a su oponente, R15 había revelado algunos trucos que su homologo no parecía poseer. Lo tenia agarrado del cuello y en una desventajosa posición. Demasiado cerca como para escupirle, y con su arma a apenas unos centímetros del cibernetico que me había protegido de los humanos no tenia tiempo de maniobrar buscando un punto flaco, o una distracción.
Tenia muy pocas opciones, y todas pésimas, pero cualquiera de ellas mucho mejor que quedarse de zarpas cruzadas dejando al hombre metálico a su destino. Haciendo de tripas corazón, ya armandome de todo el valor que pude reunir, me lancé en picado hacia aquella criatura, con las garras por delante.
Baje a toa la velocidad que fui capaz, plegando mis alas, extendiendo las patas, sabia que no iba a poder alzarlo, y rezaba que mi peso y el impulso de la caída fueran suficientes como para mover a ese pedazo de metal gigantesco antes de que fuera demasiado tarde.
El golpe fue contundente, brusco, el metal chirrió al ser arañado por mis zarpas, pero estas nos e hundieron en la presa como era costumbre, y mi cuerpo se comprimió contra el agresor empujándolo lejos del cibernetico y haciendo que lo soltase. Sin embargo, tras el brusco choque no fue únicamente mi victima la que cayo al suelo, terminé rodando por la tierra de un modo poco elegante y algo doloroso, no solo por el golpe, si no por algunos rasguños en mi cuerpo de las armas giratorias, que habían raspado mis escamas y atravesado poco mas allá de las mismas, haciéndome proferir rugidos de verdadero dolor pro primera vez en mi vida.
Sentía los cortes arder, palpitar, la carne quemar al contacto con la tierra y el aire, el calor de la sangre que se acumulaba en las rendijas de la carne y supuraba lentamente sobre mis placas cristalinas tiñéndolas de un espeso e intenso escarlata. El cuerpo me dolía mientras me reincorporaba, y tuve que hacer grandes esfuerzos para que no me dominase el miedo, aun que sentía como si este se reflejase claramente en mi mirada.
"Al menos ahora somos tres contra uno" repetí como un salmo en mi mente.
El humano lucía agradecido...aun que tenia un modo peculiar de demostrarlo, y el termino "vomitador" no me parecía precisamente halagador, aun que por mucho que calificara mis poderes con el agua de comida indigesta, haba sido mucho mas útil de lo que habría sido una llamarada, ya que el alcance de estas era mucho mas corto, y bueno, no hay gravedad que valga, no habría podido volar tan alto ni maniobrar a tiempo, aun que sin su distracción, capaz tampoco lo habría logrado, tenia que reconocérselo. Le dedique un instante para asentir con la cabeza aceptando su peculiar cumplido y volví mi mirada hacia el cibernetico.
El hombre de metal estaba en unas condiciones mucho peores, aun que en primera instancia aprecia mucho mas capaz de enfrentarse a su oponente, R15 había revelado algunos trucos que su homologo no parecía poseer. Lo tenia agarrado del cuello y en una desventajosa posición. Demasiado cerca como para escupirle, y con su arma a apenas unos centímetros del cibernetico que me había protegido de los humanos no tenia tiempo de maniobrar buscando un punto flaco, o una distracción.
Tenia muy pocas opciones, y todas pésimas, pero cualquiera de ellas mucho mejor que quedarse de zarpas cruzadas dejando al hombre metálico a su destino. Haciendo de tripas corazón, ya armandome de todo el valor que pude reunir, me lancé en picado hacia aquella criatura, con las garras por delante.
Baje a toa la velocidad que fui capaz, plegando mis alas, extendiendo las patas, sabia que no iba a poder alzarlo, y rezaba que mi peso y el impulso de la caída fueran suficientes como para mover a ese pedazo de metal gigantesco antes de que fuera demasiado tarde.
El golpe fue contundente, brusco, el metal chirrió al ser arañado por mis zarpas, pero estas nos e hundieron en la presa como era costumbre, y mi cuerpo se comprimió contra el agresor empujándolo lejos del cibernetico y haciendo que lo soltase. Sin embargo, tras el brusco choque no fue únicamente mi victima la que cayo al suelo, terminé rodando por la tierra de un modo poco elegante y algo doloroso, no solo por el golpe, si no por algunos rasguños en mi cuerpo de las armas giratorias, que habían raspado mis escamas y atravesado poco mas allá de las mismas, haciéndome proferir rugidos de verdadero dolor pro primera vez en mi vida.
Sentía los cortes arder, palpitar, la carne quemar al contacto con la tierra y el aire, el calor de la sangre que se acumulaba en las rendijas de la carne y supuraba lentamente sobre mis placas cristalinas tiñéndolas de un espeso e intenso escarlata. El cuerpo me dolía mientras me reincorporaba, y tuve que hacer grandes esfuerzos para que no me dominase el miedo, aun que sentía como si este se reflejase claramente en mi mirada.
"Al menos ahora somos tres contra uno" repetí como un salmo en mi mente.
Arygos Valnor
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Re: [Cerrado] Perseguidos [Interpretativo-Libre-Noche]
La espada iba lentamente acercándose mientras giraba a base del mecanismo que había activado dentro de la hoja. Aquellas artimañas para poder compensar su falta de práctica eran patéticas, pero aún así, R15 se conformaba con tal de cumplir su tarea ya sea de la manera más rastrera de todas. Había sido programado como podía notarse por aquel espadachín del que Sajin apenas había fijado anteriormente sus ojos en él, con un enemigo tan contundente y pesado como el que tenía, verlo una sola vez ya era mucha distracción en el campo de batalla.
— R15. —Sajin trataba de zafarse de golpes inútiles contra el gigantesco brazo blindado de su antítesis superior.— Soy parte de su especie, analizando la situación en la que estamos no deberíamos combatir. Si peleamos es por nuestra supervivencia, para el honor y el deber que implica la protección y la defensa de la moral.
— Todo esta justificado. —Contestó, raramente de una forma mucho menos analítica de lo que esperaba el cibernético. R15 clavaba una mirada deslumbrante de tono violeta que no parecía en lo absoluto a los ojos de Sajin, que eran mucho más humanos que los de él. R15 apretó con todas sus fuerzas en el cuello del cibernético, sus dedos parecían clavarse en su cuello pese a su armadura, como si se tratase más de un monstruo que una máquina como él. — Prototipo nº266 ''Sajin'' tiene la mejora ''Voluntad'', pero los analísis indican que la mejora ''Voluntad'' esta pereciendo al sistema de R15. Peligro: Mínimo.
R15 escuchó de pronto los gritos de sorpresa de su amo, el cual había caído en una engañosa trampa hecha por el vampiro y el dragón, en el que el primero aprovechó de la forma mas rastrera para dar consigo la muerte de su enemigo. La cabeza de R15 se giró a su costado, denotando como su amo caía muerto al suelo; su espada yacía a fin de cuentas liberada de entre sus dedos, pero una mirada inerte y sin vida se clavaba contra R15. La máquina por extraña razón suavizó su ahorque, como si hubiese sentido lo mismo que su amo tras aquella despedida del mundo de los vivos.
— R15 ha fallado su misión. —El ahorque se suavizaba cada vez más, distraído tras aquella caída. Había algo en aquel momento que hacía que Sajin se sintiese identificado con su enemigo. No era por los caminos de la espada que ambos habían tomado, o por raza, era por el mismo acontecimiento que había chocado en sus vidas: perder a un ser querido. Querido o no, aquellas personas que protegían tan solo eran su motivo por vivir y ahora, parecía que R15 empezaba a experimentar una crisis existencial como había sucedido en Sajin, mirando a su amo y maestro muerto de aquella forma tan sencilla.— R15... R15 va exterminarte.
Había regresado de vuelta con una fuerza bruta en su ahorque mientras esta vez movía con mayor motivación el taladro contra su cráneo, el chip que dominaba la mente de R15 ya no podía seguir conteniendo ahora lo que sentía el robot tras la muerte de su amo. Pero como si se tratase de un ángel caído del cielo, la figura celeste y benigna del dragón que Sajin pese a sus amenazas había salvado, lanzó a R15 con una fuerza bruta que no se esperaba con un dragón de tal porte tan místico como lo eran sus escamas albinas a la luz de la noche.
R15 había caído al suelo como el dragón por igual, pero el segundo comenzaba a agonizar del dolor producido por un roce con la espada giratoria a base de rugidos que a simple vista lucían como una agonía para la criatura. Sajin aprovechó para reincorporase, aquella criatura merecía ser protegida tras haberlo salvado, era una deuda que debía de hacer al dragón por su ayuda, aunque mínima, fue lo suficientemente útil para salvar su cráneo de una lobotomía.
Se abalanzó de una manera poco precavida y brusca contra R15, así como dijo su compañero, el fin justificaba los medios para dar consigo la victoria contra el robot mucho más avanzado. Un puñetazo voló contra el rostro de R15 mientras seguía en el suelo, seguido de varios más que impedían un análisis rápido de la situación. Los cristales que rellenaban sus cuencas vacías con aquel intenso brillo morado desaparecían como cristales agrietados y rotos, los nudillos de acero de Sajin comenzaban a desfigurar el rostro de su prójimo de una manera que ya rayaba en una especie de odio.
— R15 analiza daño crítico en su sistema, el nivel de peligro incremen.... —La espada de Sajin aplastó su rostro con una estocada para acabar con la lamentable vida de R15, interrumpiendo su breve análisis de la situación.
Se había cansado, sus pulmones comenzaban a inhalar y exhalar aire más de lo normal. Elevó su pecho hacia arriba, viendo como R15 había sido asesinado por sus propias manos. El cibernético caminaba de una forma mucho más lenta con su espada en mano, revisando con sus dedos su cuello estrujado por el ahorque de R15. Yendo directo hacia el dragón en el suelo, desplomándose cerca de este con su espada en mano. Era el aliado más cercano que podía llegar a alcanzar y al final, si pudo considerarlo como un compañero más...
— Espero que R15 vea un Dios sea donde este... así podrá decirle que me deje tranquilo.
— R15. —Sajin trataba de zafarse de golpes inútiles contra el gigantesco brazo blindado de su antítesis superior.— Soy parte de su especie, analizando la situación en la que estamos no deberíamos combatir. Si peleamos es por nuestra supervivencia, para el honor y el deber que implica la protección y la defensa de la moral.
— Todo esta justificado. —Contestó, raramente de una forma mucho menos analítica de lo que esperaba el cibernético. R15 clavaba una mirada deslumbrante de tono violeta que no parecía en lo absoluto a los ojos de Sajin, que eran mucho más humanos que los de él. R15 apretó con todas sus fuerzas en el cuello del cibernético, sus dedos parecían clavarse en su cuello pese a su armadura, como si se tratase más de un monstruo que una máquina como él. — Prototipo nº266 ''Sajin'' tiene la mejora ''Voluntad'', pero los analísis indican que la mejora ''Voluntad'' esta pereciendo al sistema de R15. Peligro: Mínimo.
R15 escuchó de pronto los gritos de sorpresa de su amo, el cual había caído en una engañosa trampa hecha por el vampiro y el dragón, en el que el primero aprovechó de la forma mas rastrera para dar consigo la muerte de su enemigo. La cabeza de R15 se giró a su costado, denotando como su amo caía muerto al suelo; su espada yacía a fin de cuentas liberada de entre sus dedos, pero una mirada inerte y sin vida se clavaba contra R15. La máquina por extraña razón suavizó su ahorque, como si hubiese sentido lo mismo que su amo tras aquella despedida del mundo de los vivos.
— R15 ha fallado su misión. —El ahorque se suavizaba cada vez más, distraído tras aquella caída. Había algo en aquel momento que hacía que Sajin se sintiese identificado con su enemigo. No era por los caminos de la espada que ambos habían tomado, o por raza, era por el mismo acontecimiento que había chocado en sus vidas: perder a un ser querido. Querido o no, aquellas personas que protegían tan solo eran su motivo por vivir y ahora, parecía que R15 empezaba a experimentar una crisis existencial como había sucedido en Sajin, mirando a su amo y maestro muerto de aquella forma tan sencilla.— R15... R15 va exterminarte.
Había regresado de vuelta con una fuerza bruta en su ahorque mientras esta vez movía con mayor motivación el taladro contra su cráneo, el chip que dominaba la mente de R15 ya no podía seguir conteniendo ahora lo que sentía el robot tras la muerte de su amo. Pero como si se tratase de un ángel caído del cielo, la figura celeste y benigna del dragón que Sajin pese a sus amenazas había salvado, lanzó a R15 con una fuerza bruta que no se esperaba con un dragón de tal porte tan místico como lo eran sus escamas albinas a la luz de la noche.
R15 había caído al suelo como el dragón por igual, pero el segundo comenzaba a agonizar del dolor producido por un roce con la espada giratoria a base de rugidos que a simple vista lucían como una agonía para la criatura. Sajin aprovechó para reincorporase, aquella criatura merecía ser protegida tras haberlo salvado, era una deuda que debía de hacer al dragón por su ayuda, aunque mínima, fue lo suficientemente útil para salvar su cráneo de una lobotomía.
Se abalanzó de una manera poco precavida y brusca contra R15, así como dijo su compañero, el fin justificaba los medios para dar consigo la victoria contra el robot mucho más avanzado. Un puñetazo voló contra el rostro de R15 mientras seguía en el suelo, seguido de varios más que impedían un análisis rápido de la situación. Los cristales que rellenaban sus cuencas vacías con aquel intenso brillo morado desaparecían como cristales agrietados y rotos, los nudillos de acero de Sajin comenzaban a desfigurar el rostro de su prójimo de una manera que ya rayaba en una especie de odio.
— R15 analiza daño crítico en su sistema, el nivel de peligro incremen.... —La espada de Sajin aplastó su rostro con una estocada para acabar con la lamentable vida de R15, interrumpiendo su breve análisis de la situación.
Se había cansado, sus pulmones comenzaban a inhalar y exhalar aire más de lo normal. Elevó su pecho hacia arriba, viendo como R15 había sido asesinado por sus propias manos. El cibernético caminaba de una forma mucho más lenta con su espada en mano, revisando con sus dedos su cuello estrujado por el ahorque de R15. Yendo directo hacia el dragón en el suelo, desplomándose cerca de este con su espada en mano. Era el aliado más cercano que podía llegar a alcanzar y al final, si pudo considerarlo como un compañero más...
— Espero que R15 vea un Dios sea donde este... así podrá decirle que me deje tranquilo.
Sajin
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Re: [Cerrado] Perseguidos [Interpretativo-Libre-Noche]
El misterioso enemigo metálico parecía decidido a exterminar al pobre Sajin a cualquier costo, intenté acercarme mientras lo sujetaba del cuello pero su coraza parecía realmente fuerte, poco podría hacer con mis dagas contra esa impenetrable masa metálica, lo más sensato parecía ser encontrar alguna manera de empujarlo, tal vez lanzarme sobre él podría ser una buena opción, así que guardé mis dagas y comencé a correr en su dirección para ayudar a mi compañero aunque antes de llegar, el estruendoso e imponente sonido de las alas del dragón pasaron sobre mí mientras viajaba directamente hacia la amenaza blindada que intentaba acabar con Sajin.
Ambos cayeron al piso, y el pobre dragón acabó sufriendo algunas heridas hechas por las armas giratorias del biocibernético -Estás demente, dragón- Pensé con una mezcla de sorpresa y admiración hacia la criatura que había resultado ser más valiente de lo que habría imaginado, corrí de prisa hacia el rival para tratar de darle el golpe de gracia, sin embargo Sajin logró reponerse y lanzarse luego sobre su antagonista acabando con él de una manera tan brutal como solo lo había visto actuar una vez cuando dijo que su nombre era Jinsa ¿Estaría teniendo otro de sus episodios? A fin de cuentas eso era lo de menos, al menos ninguna de las personalidades de Sajin estaría en nuestra contra, toda fuerza aliada era beneficiosa en estos momentos.
Corrí hacia el dragón que había sufrido sus buenas heridas, aunque su piel era bastante fuerte, en algunos puntos sus escamas habían sido abiertas y un poco de sangre comenzaba a salir de ellas, quité mi camisa y la rompí en varias tiras con el fin de hacer algunos torniquetes en las partes más heridas -Necesitaré una camisa más grande- Dije al notar que me faltaría más tela, sin embargo al menos intentaría detener la hemorragia en las partes más dañadas; levanté una ceja al ver que las heridas no eran tan graves como había pensado, parecía como si fuera la primera vez que recibía algún daño; estiré mi mano hacia la frente del dragón de manera amable a la vez que precavida para retirarla de prisa en caso de que intentara morderme en medio del descontrol que le causaba el dolor -Tranquilo- Dije con una voz tan suave que produciría, o al menos trataría de causar un poco de calma en su desordenado estado mental, en muchos casos había usado mis habilidades mentales para infundir miedo y espanto, pero esta vez intentaría usarlo a la inversa, cerré los ojos mientras llevaba mi mano izquierda lo más cerca posible de su frente mientras llenaba mi mente de calma y tranquilidad para transmitirle ese tipo de emociones y tratar de calmarlos, jamás había usado mis habilidades a la inversa pero por alguna razón tenía el presentimiento de que podría funcionar -Todo va a estar bien- Dije aun manteniendo los ojos cerrados esperando que mi intento de calmar a la criatura tuviera algún buen fruto.
La voz de Sajin me despertó del momento de concentración en que había quedado atrapado y abrí los ojos para levantarme y dirigirme a él -Siempre que coincidimos termino molido a golpes- Dije en tono gracioso -Comienzo a creer que puedes invocar a los problemas- Volví la vista hacia el dragón esperando que estuviera más calmado y pensando que me había quedado sin camisa y sin dinero para comprar otra, esperaba que hubiera al menos un robot médico en la base -Ahora es más urgente llegar a la base de los bios, ahora no eres el único que necesita reparaciones y mantenimiento- Tras decir esto caí al piso de rodillas, la sangre que bajaba de mi nariz comenzaba a meterse en la comisura de mis labios y además de mi rostro que se había estrellado contra el suelo, comenzaba a dolerme el resto del cuerpo -Tal vez ya estoy viejo para este tipo de cosas- Murmuré casi para mí mismo mientras cerraba mis ojos para tratar de recuperar fuerzas.
Ambos cayeron al piso, y el pobre dragón acabó sufriendo algunas heridas hechas por las armas giratorias del biocibernético -Estás demente, dragón- Pensé con una mezcla de sorpresa y admiración hacia la criatura que había resultado ser más valiente de lo que habría imaginado, corrí de prisa hacia el rival para tratar de darle el golpe de gracia, sin embargo Sajin logró reponerse y lanzarse luego sobre su antagonista acabando con él de una manera tan brutal como solo lo había visto actuar una vez cuando dijo que su nombre era Jinsa ¿Estaría teniendo otro de sus episodios? A fin de cuentas eso era lo de menos, al menos ninguna de las personalidades de Sajin estaría en nuestra contra, toda fuerza aliada era beneficiosa en estos momentos.
Corrí hacia el dragón que había sufrido sus buenas heridas, aunque su piel era bastante fuerte, en algunos puntos sus escamas habían sido abiertas y un poco de sangre comenzaba a salir de ellas, quité mi camisa y la rompí en varias tiras con el fin de hacer algunos torniquetes en las partes más heridas -Necesitaré una camisa más grande- Dije al notar que me faltaría más tela, sin embargo al menos intentaría detener la hemorragia en las partes más dañadas; levanté una ceja al ver que las heridas no eran tan graves como había pensado, parecía como si fuera la primera vez que recibía algún daño; estiré mi mano hacia la frente del dragón de manera amable a la vez que precavida para retirarla de prisa en caso de que intentara morderme en medio del descontrol que le causaba el dolor -Tranquilo- Dije con una voz tan suave que produciría, o al menos trataría de causar un poco de calma en su desordenado estado mental, en muchos casos había usado mis habilidades mentales para infundir miedo y espanto, pero esta vez intentaría usarlo a la inversa, cerré los ojos mientras llevaba mi mano izquierda lo más cerca posible de su frente mientras llenaba mi mente de calma y tranquilidad para transmitirle ese tipo de emociones y tratar de calmarlos, jamás había usado mis habilidades a la inversa pero por alguna razón tenía el presentimiento de que podría funcionar -Todo va a estar bien- Dije aun manteniendo los ojos cerrados esperando que mi intento de calmar a la criatura tuviera algún buen fruto.
La voz de Sajin me despertó del momento de concentración en que había quedado atrapado y abrí los ojos para levantarme y dirigirme a él -Siempre que coincidimos termino molido a golpes- Dije en tono gracioso -Comienzo a creer que puedes invocar a los problemas- Volví la vista hacia el dragón esperando que estuviera más calmado y pensando que me había quedado sin camisa y sin dinero para comprar otra, esperaba que hubiera al menos un robot médico en la base -Ahora es más urgente llegar a la base de los bios, ahora no eres el único que necesita reparaciones y mantenimiento- Tras decir esto caí al piso de rodillas, la sangre que bajaba de mi nariz comenzaba a meterse en la comisura de mis labios y además de mi rostro que se había estrellado contra el suelo, comenzaba a dolerme el resto del cuerpo -Tal vez ya estoy viejo para este tipo de cosas- Murmuré casi para mí mismo mientras cerraba mis ojos para tratar de recuperar fuerzas.
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Re: [Cerrado] Perseguidos [Interpretativo-Libre-Noche]
Entre los ojos anegados en lagrimas por el dolor, pude observar el fin de la criatura que nos amenazaba, esa pesadilla había llegado a su fin. El bio-cibernetico se acercó, y se dejo caer a mi lado, compartiendo una pequeña reflexión conmigo, y aun que no pude darle toda la atención que me hubiera gustado a sus palabras, fue un gesto que me transmitió cierta confianza.
Unos apurados pasos hicieron que volteara la cabeza en otra dirección, el magullado humano se acercaba rápidamente a nuestro encuentro, pero en vez de revisar a su compañero metálico, fue a mi a quien prestó atenciones. Mis quejidos fueron mas fuertes cuando presiono las heridas, y finalmente una lagrima solitaria surco mi escamada mejilla. Destrozó una de sus prenda sy se lamentó de su tamaño, le hubiera dicho que había una capa en mi morral, debía haber quedado entre los arbustos, pero no podía hablar, y creo que ni de haber estado en mi forma humanoide, habría podido emitir algo entendible, por los nervios, la excitación del combate y el dolor.
Ví con sorpresa como acercaba su mano, y hablaba en un tono calmo, transmitía cierta paz, como el gorgojeo de un río, los nervios se calmaron levemente, e incluso las heridas me alarmaban un poco menos, pude dejar de soltar rugidos, aun que no acallara del todo al principio los lastimeros quejidos entre dientes, acerque la cabeza con cuidado apoyando la frente en la palma de su mano, buscando el foco de esa sensación calmante, y cerrando los parpados.
Poco a poco, mi pulso acelerado disminuyo, relaje los músculos, las espinas del dorso de mi espalda se plegaron , incluso mis alas reposaban lacias sobre mi figura.
El cibernético rompió ese momento de calma y de paz, aun que ya me sentía mucho mejor, y al menos, ya no tan asustada.
Ambos compañeros intercambiaron unas palabras, momento que aproveche para ponerme lentamente en pie e ir a los arbustos de los que había salido por primera vez, segundos después emergía de los mismos con el morral entre mis fauces y lo depositaba delante del humano, con el hocico empuje la tela que hacia de tapa, y enterré el hocico en en la bolsa hasta que saque de la misma una capa de viaje, azul marina pero desgastada, para que pudiera cubrirse. Al ver que tenia los ojos cerrados, le golpee suavemente en el primer lugar del abdomen que vi que no tenia magulladuras, intentando, devolverle el amable gesto que había tenido conmigo.
Luego me deje caer en el suelo para descansar, ya no dormir, dudaba que pudiera hacerlo después de ese infortunio, pero si reposar mi cuerpo todo lo posible, aprovechando la presencia de mis bienhechores...aun que todo el embrollo hubiera empezado por su causa, y mi malditamente endemoniada curiosidad.
Unos apurados pasos hicieron que volteara la cabeza en otra dirección, el magullado humano se acercaba rápidamente a nuestro encuentro, pero en vez de revisar a su compañero metálico, fue a mi a quien prestó atenciones. Mis quejidos fueron mas fuertes cuando presiono las heridas, y finalmente una lagrima solitaria surco mi escamada mejilla. Destrozó una de sus prenda sy se lamentó de su tamaño, le hubiera dicho que había una capa en mi morral, debía haber quedado entre los arbustos, pero no podía hablar, y creo que ni de haber estado en mi forma humanoide, habría podido emitir algo entendible, por los nervios, la excitación del combate y el dolor.
Ví con sorpresa como acercaba su mano, y hablaba en un tono calmo, transmitía cierta paz, como el gorgojeo de un río, los nervios se calmaron levemente, e incluso las heridas me alarmaban un poco menos, pude dejar de soltar rugidos, aun que no acallara del todo al principio los lastimeros quejidos entre dientes, acerque la cabeza con cuidado apoyando la frente en la palma de su mano, buscando el foco de esa sensación calmante, y cerrando los parpados.
Poco a poco, mi pulso acelerado disminuyo, relaje los músculos, las espinas del dorso de mi espalda se plegaron , incluso mis alas reposaban lacias sobre mi figura.
El cibernético rompió ese momento de calma y de paz, aun que ya me sentía mucho mejor, y al menos, ya no tan asustada.
Ambos compañeros intercambiaron unas palabras, momento que aproveche para ponerme lentamente en pie e ir a los arbustos de los que había salido por primera vez, segundos después emergía de los mismos con el morral entre mis fauces y lo depositaba delante del humano, con el hocico empuje la tela que hacia de tapa, y enterré el hocico en en la bolsa hasta que saque de la misma una capa de viaje, azul marina pero desgastada, para que pudiera cubrirse. Al ver que tenia los ojos cerrados, le golpee suavemente en el primer lugar del abdomen que vi que no tenia magulladuras, intentando, devolverle el amable gesto que había tenido conmigo.
Luego me deje caer en el suelo para descansar, ya no dormir, dudaba que pudiera hacerlo después de ese infortunio, pero si reposar mi cuerpo todo lo posible, aprovechando la presencia de mis bienhechores...aun que todo el embrollo hubiera empezado por su causa, y mi malditamente endemoniada curiosidad.
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