Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
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Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
Cada nuevo sitio que pisaba era una nueva experiencia. Todo era nuevo para mí. Caminaba por las calles de Baslodia maravillada por la arquitectura del lugar, girando sobre mí misma. Observando cada paisaje, cada persona. Lo más grande que había visto en mi nueva vida había sido la habitación en la que fui entrenada para labores de espionaje y combate. Pero ahora allí me paraba a mirar cualquier tontería, incluso me detuve delante del puesto de antigüedades en el barrio de mercaderes de la ciudad.
“No hay tiempo para contemplaciones, Rachel”. Me dijo NIA mientras tocaba un pequeño jarrón de un material que no conocía con un material. “Tenemos una misión por cumplir y hay un 80% de probabilidad de lluvia para dentro de dos horas”.
-Tan sólo será un minuto. – pedí en voz baja. La voz era mi modo de comunicarme con la inteligencia artificial, y debía hacerlo en voz baja para que nadie me oyera y pensase que hablaba sola. Por lo visto, hablar solo era de mala educación.
“Activando sensores de percepción” – me dijo con su ya conocida voz robótica. “ Jarrón élfico de porcelana sandoraití. Fecha estimada de fabricación: Mil años”.
-¿Un jarrón de Sandorái de mil años? – pregunté extrañada, en voz más alta - ¡Eso es fascinante! Es mucho tiempo.
Llevaba como quien decía, tres meses en el mundo. Cualquier cosa me sorprendía. Se supone que en el pasado había sido otra persona, pero NIA decía que no debía preocuparme de eso ahora. Tal vez, saber quiénes somos no fuera importante. Según NIA, el pasado era irrelevante, pues nunca podríamos regresar a él. Tan sólo había que preocuparse por lo que vivíamos hoy y, si acaso, lo que viviríamos mañana.
Cuando todavía estaba tocando el jarrón maravillada, el encargado, un tipo ancho, se percató de que observaba su preciado y antiguo objeto y no dudó en dirigirse a mí, que en aquel momento era la única “cliente” del local.
-Veo que sabes de reliquias, jovencita – el tipo, por lo visto, me había escuchado. Mentalmente tenía la edad. Sonreí y me alejé para atrás - ¿Estás interesada en comprarlo?
-Eh… yo… ah… Claro… su… ¿pongo? – contesté trabándome constantemente. Nunca había hablado con nadie prácticamente. Sería algo a lo que debería acostumbrarme.
“No tenemos dinero para comprarlo. Tranquila, respira y responde con calma. No pasa nada. Sólo es un vendedor. Dile que no estás interesada en el objeto”. La inteligencia trataba de tranquilizarme, pero era incapaz de concentrarme, y me quedé petrificada ante el tipo, que me miraba de brazos cruzados sorprendido. Todo aquello era nuevo para mí. “Reduciendo pulsaciones cardiacas”, aplicó NIA sobre mi cuerpo.
-No… puedo llevármelo. Lo lamento muchísimo. – dije ya más tranquila. Y me di la vuelta con rapidez con los hombres abatidos y tratando de hacer el menor ruido posible. Por mi vestimenta llamaba la atención. Además, estaba muy nerviosa.
-Ay… dios mío. No voy a poder hacerlo – declaré caminando apresurada por las calles, mirando hacia el suelo.
“Claro que puedes, Rachel. Para eso has recibido el entrenamiento pertinente y estoy aquí”. Comentó. “Tan sólo tienes que ir a la herrería y tomar el libro del contacto. Es una misión muy sencilla”. Sus palabras no terminaban de tranquilizarme. Hice varias negaciones con la cabeza, en un claro gesto de resignación. Estaba en un entorno desconocido y hostil, y no quería exponerme al peligro. Pero, no obstante, continuaría con mi deber.
-¿Puedes enviarme las coordenadas? – pregunté en voz baja, en un tono de enfado, sin dejar de mirar al suelo.
“Cargando sistema de coordenadas. Por favor, espere”… seguí avanzando mientras un pitido retumbaba en mi cabeza. No tardó demasiado. Tal vez diez segundos, durante los que yo avancé a paso rápido. “Registro de coordenadas actualizado”.
-Gracias. – NIA era increíble, por arte de magia y sin haber estado nunca en el sitio. Ya sabía perfectamente al lugar al que me tenía que dirigir como si hubiese vivido allí toda mi vida.
“No hay tiempo para contemplaciones, Rachel”. Me dijo NIA mientras tocaba un pequeño jarrón de un material que no conocía con un material. “Tenemos una misión por cumplir y hay un 80% de probabilidad de lluvia para dentro de dos horas”.
-Tan sólo será un minuto. – pedí en voz baja. La voz era mi modo de comunicarme con la inteligencia artificial, y debía hacerlo en voz baja para que nadie me oyera y pensase que hablaba sola. Por lo visto, hablar solo era de mala educación.
“Activando sensores de percepción” – me dijo con su ya conocida voz robótica. “ Jarrón élfico de porcelana sandoraití. Fecha estimada de fabricación: Mil años”.
-¿Un jarrón de Sandorái de mil años? – pregunté extrañada, en voz más alta - ¡Eso es fascinante! Es mucho tiempo.
Llevaba como quien decía, tres meses en el mundo. Cualquier cosa me sorprendía. Se supone que en el pasado había sido otra persona, pero NIA decía que no debía preocuparme de eso ahora. Tal vez, saber quiénes somos no fuera importante. Según NIA, el pasado era irrelevante, pues nunca podríamos regresar a él. Tan sólo había que preocuparse por lo que vivíamos hoy y, si acaso, lo que viviríamos mañana.
Cuando todavía estaba tocando el jarrón maravillada, el encargado, un tipo ancho, se percató de que observaba su preciado y antiguo objeto y no dudó en dirigirse a mí, que en aquel momento era la única “cliente” del local.
-Veo que sabes de reliquias, jovencita – el tipo, por lo visto, me había escuchado. Mentalmente tenía la edad. Sonreí y me alejé para atrás - ¿Estás interesada en comprarlo?
-Eh… yo… ah… Claro… su… ¿pongo? – contesté trabándome constantemente. Nunca había hablado con nadie prácticamente. Sería algo a lo que debería acostumbrarme.
“No tenemos dinero para comprarlo. Tranquila, respira y responde con calma. No pasa nada. Sólo es un vendedor. Dile que no estás interesada en el objeto”. La inteligencia trataba de tranquilizarme, pero era incapaz de concentrarme, y me quedé petrificada ante el tipo, que me miraba de brazos cruzados sorprendido. Todo aquello era nuevo para mí. “Reduciendo pulsaciones cardiacas”, aplicó NIA sobre mi cuerpo.
-No… puedo llevármelo. Lo lamento muchísimo. – dije ya más tranquila. Y me di la vuelta con rapidez con los hombres abatidos y tratando de hacer el menor ruido posible. Por mi vestimenta llamaba la atención. Además, estaba muy nerviosa.
-Ay… dios mío. No voy a poder hacerlo – declaré caminando apresurada por las calles, mirando hacia el suelo.
“Claro que puedes, Rachel. Para eso has recibido el entrenamiento pertinente y estoy aquí”. Comentó. “Tan sólo tienes que ir a la herrería y tomar el libro del contacto. Es una misión muy sencilla”. Sus palabras no terminaban de tranquilizarme. Hice varias negaciones con la cabeza, en un claro gesto de resignación. Estaba en un entorno desconocido y hostil, y no quería exponerme al peligro. Pero, no obstante, continuaría con mi deber.
-¿Puedes enviarme las coordenadas? – pregunté en voz baja, en un tono de enfado, sin dejar de mirar al suelo.
“Cargando sistema de coordenadas. Por favor, espere”… seguí avanzando mientras un pitido retumbaba en mi cabeza. No tardó demasiado. Tal vez diez segundos, durante los que yo avancé a paso rápido. “Registro de coordenadas actualizado”.
-Gracias. – NIA era increíble, por arte de magia y sin haber estado nunca en el sitio. Ya sabía perfectamente al lugar al que me tenía que dirigir como si hubiese vivido allí toda mi vida.
Última edición por Rachel Roche el Lun Feb 15 2016, 20:11, editado 1 vez
Rachel Roche
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Re: Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
Tenía una misión que cumplir, lo ideal habría sido evitar las ciudades, pero antes tenía un pequeño encargo que cumplir en Baslodia, no era nada del otro mundo, simplemente llevar un libro antiguo a una herrería, sin preguntas y sin curiosos, custodiar al libro, dejarlo en el sitio a la persona indicada y desaparecer entre la noche para seguir mi camino, no era nada que no pudiera hacer, pero si algo había aprendido recientemente es que nunca se sabía cómo, cuándo o de qué manera cambiarían los acontecimientos o las circunstancias para hacer que un plan fracasara, era entonces cuando surgía la creatividad y la astucia para sobreponerse a las complicaciones y hacer lo necesario para cumplir la misión.
Apenas llegar a la ciudad de Baslodia quedé impresionado por sus mercados, podía ver cosas que solo en sueños podría imaginar que alguien lograra usarlas, armas tan extrañas que parecían sacadas de un sueño, y finalmente personas con prisa, demasiada prisa para ser una ciudad en la que por las noches no había nada qué hacer, o al menos era lo que pensaba.
Debido a la hora, la mayoría de las tiendas estaban cerradas o en proceso, así que sin más remedio me apresuré hasta llegar al lugar indicado, una herrería de aspecto gastado, con una puerta roja que se veía increíblemente resistente; intenté tocar la puerta pero al hacerlo ya estaba abierta, se escuchaba una conversación dentro del local, así que traté de hacer ruido con los pies para que supieran que alguien se acercaba -Buenas noches- Dije mientras detallaba a los presentes hasta ver que ninguno parecía ser una amenaza, al menos por el momento, así que saqué finalmente el misterioso libro que venía cubierto con una manta de color azul y que sin querer se cayó antes que pudiera ponerla en las manos del encargado dejando ver claramente la portada y el título, cosas que por desgracia no alcancé a ver pero me habían puesto un poco nervioso, solo al ver la expresión de pánico en el rostro del tipo ancho que custodiaba la tienda -Solo he venido a entregar eso- Alcancé a decir mientras el hombre nervioso tomaba la manta del suelo para volver a envolver el libro con cuidado sin quitarme los ojos de encima a mí ni a la otra persona que se encontraba en la sala, que por su aspecto parecía ser una biocibernética -¿Qué podría andar haciendo una biocibernética en aquella alejada ciudad?- Pensé durante unos instantes.
Apenas llegar a la ciudad de Baslodia quedé impresionado por sus mercados, podía ver cosas que solo en sueños podría imaginar que alguien lograra usarlas, armas tan extrañas que parecían sacadas de un sueño, y finalmente personas con prisa, demasiada prisa para ser una ciudad en la que por las noches no había nada qué hacer, o al menos era lo que pensaba.
Debido a la hora, la mayoría de las tiendas estaban cerradas o en proceso, así que sin más remedio me apresuré hasta llegar al lugar indicado, una herrería de aspecto gastado, con una puerta roja que se veía increíblemente resistente; intenté tocar la puerta pero al hacerlo ya estaba abierta, se escuchaba una conversación dentro del local, así que traté de hacer ruido con los pies para que supieran que alguien se acercaba -Buenas noches- Dije mientras detallaba a los presentes hasta ver que ninguno parecía ser una amenaza, al menos por el momento, así que saqué finalmente el misterioso libro que venía cubierto con una manta de color azul y que sin querer se cayó antes que pudiera ponerla en las manos del encargado dejando ver claramente la portada y el título, cosas que por desgracia no alcancé a ver pero me habían puesto un poco nervioso, solo al ver la expresión de pánico en el rostro del tipo ancho que custodiaba la tienda -Solo he venido a entregar eso- Alcancé a decir mientras el hombre nervioso tomaba la manta del suelo para volver a envolver el libro con cuidado sin quitarme los ojos de encima a mí ni a la otra persona que se encontraba en la sala, que por su aspecto parecía ser una biocibernética -¿Qué podría andar haciendo una biocibernética en aquella alejada ciudad?- Pensé durante unos instantes.
Última edición por Bio el Lun Mar 07 2016, 06:45, editado 1 vez
Bio
Aerandiano de honor
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Re: Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
Blasodia, era la primera vez que pisaba ese lugar, pro ahora me había centrado principalmente ne la cuidad de Lunargenta, pero la península de Verissar era mucho mas grande y rica que solo su capita.
Había aterrizado a poco de la ciudad, y tras adoptar mi inconveniente forma humana, había cruzado sus imponentes y gran murallas, a las cuales habia dedicado varios minutos de contemplación.
La gente era distinto, los comercios, pese a estar relativamente cerca de la otra ciudad, tenía una cantidad de matices abisalmente distintos.
El mercado estaba lleno de toda clase de artículos de metales que jamás había visto. Antes de pisar esas tiendas, no se me habría ocurrido la cantidad de formas que se le pueden dar al metal, ni su infinidad de usos, y gasté mas tiempo del que hubiera considerado optimo mirando de tienda en tienda toda clase de piezas de orfebrería. Incluso me encontré a mi misma delante de alguna herreria preguntándome como sería llevar alguna pieza de armadura en mi forma dracónida para proteger las partes mas blandas de mi anatomía.
Entonce,s entre la multitud me pareció reconocer a alguien, inconscientemente lo seguí, intentando verlo mejor, juraba conocer ese perfil, y me parecía sumamente familiar y hasta amigable. Tropecé con varias personas, y creí perderlo un par de veces. Siempre era difícil caminar por los mercados. Y finalmente, tras un ultimo traspiés, se esfumo en el aire.
Suspiré con pesadez, al no ver mi curiosidad satisfecha, y volvi a mi exploración de las tiendas, buscando alguna que permaneciera abierta a estas horas aun, entrando en la primera que tenia cerca para distraer mi volatil atención, y al entrar, sin mirar apenas por donde iba, choque abruptamente con alguien.
El impacto de mi cuerpo en el suelo no me sorprendió, seria la sexta u séptima vez ese dia, que mis faldones saludaban de cerca el suelo, así que me levanté apuradamente sacando el polvo de mis ropas, y alce la mirada para ver varias personas mirándome con desconcierto, incluido un espécimen humano de gran tamaño. Todos transmitían la misma sensación, la de que yo no debería estar allí. Pero antes de salir corriendo, reconocí la figura con la que acababa de golpearme.
-¿Bio?.-incliné el rostro hacia un costado, para seguidamente esbozar una sonrisa, probablemente esa fuera, al silueta a la que había estado siguiendo por los mercados. Siempre me topaba con ese vampiro, y ya fuera el deseo de los seis, o pura suerte, me alegraba de encontrarlo.
Había aterrizado a poco de la ciudad, y tras adoptar mi inconveniente forma humana, había cruzado sus imponentes y gran murallas, a las cuales habia dedicado varios minutos de contemplación.
La gente era distinto, los comercios, pese a estar relativamente cerca de la otra ciudad, tenía una cantidad de matices abisalmente distintos.
El mercado estaba lleno de toda clase de artículos de metales que jamás había visto. Antes de pisar esas tiendas, no se me habría ocurrido la cantidad de formas que se le pueden dar al metal, ni su infinidad de usos, y gasté mas tiempo del que hubiera considerado optimo mirando de tienda en tienda toda clase de piezas de orfebrería. Incluso me encontré a mi misma delante de alguna herreria preguntándome como sería llevar alguna pieza de armadura en mi forma dracónida para proteger las partes mas blandas de mi anatomía.
Entonce,s entre la multitud me pareció reconocer a alguien, inconscientemente lo seguí, intentando verlo mejor, juraba conocer ese perfil, y me parecía sumamente familiar y hasta amigable. Tropecé con varias personas, y creí perderlo un par de veces. Siempre era difícil caminar por los mercados. Y finalmente, tras un ultimo traspiés, se esfumo en el aire.
Suspiré con pesadez, al no ver mi curiosidad satisfecha, y volvi a mi exploración de las tiendas, buscando alguna que permaneciera abierta a estas horas aun, entrando en la primera que tenia cerca para distraer mi volatil atención, y al entrar, sin mirar apenas por donde iba, choque abruptamente con alguien.
El impacto de mi cuerpo en el suelo no me sorprendió, seria la sexta u séptima vez ese dia, que mis faldones saludaban de cerca el suelo, así que me levanté apuradamente sacando el polvo de mis ropas, y alce la mirada para ver varias personas mirándome con desconcierto, incluido un espécimen humano de gran tamaño. Todos transmitían la misma sensación, la de que yo no debería estar allí. Pero antes de salir corriendo, reconocí la figura con la que acababa de golpearme.
-¿Bio?.-incliné el rostro hacia un costado, para seguidamente esbozar una sonrisa, probablemente esa fuera, al silueta a la que había estado siguiendo por los mercados. Siempre me topaba con ese vampiro, y ya fuera el deseo de los seis, o pura suerte, me alegraba de encontrarlo.
Arygos Valnor
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Re: Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
Cuando llegué a la herrería ya estaba todo prácticamente cerrado, pero no había nadie, tan solo el herrero que, al igual que el de la primera tienda en la que me detuve era un tipo ancho. No me atreví a mirar al tipo a los ojos, y simplemente me quedé apoyada en la pared tímidamente. Se acercó a mí e intenté alejarme, disimuladamente, de su lado.
-Hola, jovencita, ¿eres el contacto, verdad? – me preguntó el tipo. Miré de reojo rápidamente con una sonrisa tímida y cambié la vista. Por favor, que no me pregunten.
“Responde al hombre sin timidez. Debes sentirte orgullosa del grupo al que perteneces”. Qué fácil era decir eso para NIA, como ella no era la que tenía que vérselas con gente que no conocía… Todo era nuevo para mí, y el trato entre personas también. Apenas me atrevía a decir nada, pero debía responder para no parecer estúpida. Tras unos instantes me dirigí al hombre.
-S… Sí – titubeé intentando pronunciar la palabra, sin mirar de nuevo al tipo.
Fue en ese momento cuando vi mi salvación, un tipo de negro y una ligera melenilla morena entró por la puerta y el herrero se fue hacia él. “Obsérvalo”. Y lo miré fijamente durante unos instantes. “Realizando reconocimiento facial.” Esperé unos segundos. “Usuario registrado en la base de datos”. NIA tenía su propia base de datos distinta a la que tenía yo. Yo recordaba a las personas como hacía todo el mundo, pero ella podía almacenar información de manera permanente que probablemente a mí se me olvidaría. Además, algunos usuarios y enemigos de la Hermandad ya venían de serie instalados y los reconocería aunque yo no los hubiese visto nunca. Por lo visto no era el caso del tipo que estaba allí, ni tampoco de la nueva mujer que entró por la puerta y que tropezó con el hombre. Para la que NIA repitió la operación para volver a registrar tras una intensa observación mía. Parecían conocerse.
“El usuario 317. Sin nombre. Tiene un 80% posibilidades de ser un vampiro. El usuario 318. Sin nombre. Tiene un 60% de posibilidades de ser una dragona.” Algún día le preguntaría que parámetros utilizaba ella para asignar las probabilidades y distinguir a las razas. No sé como lo hacía, pero solía acertar.
El herrero se acercó al grupo y con cara de temor, tomó el libro del joven y me lo trajo hasta mí, envuelto en una manta azul, que se había caído al suelo. Algo importante debía contener aquel libro por las prisas que se tomó el tipo. A continuación me lo entregó con rapidez.
-Por favor, no diré esto a nadie, lo único que te pido es que la Hermandad deje de perseguir a nuestra pequeña hija. – me preguntó el tipo, casi rogándome. No estaba al tanto de esa información. Parecía ese ser el motivo por el que nos ayudaba. ¿Así que mi grupo perseguía la familia de ese buen hombre? Perseguir a una inocente… ¿era correcto?. ¿Qué debía hacer en aquel caso? ¿Prometerle que hablaría con ellos?
“No tienes permisos para asegurar esa petición”. Me repitió NIA en la cabeza, anteponiéndose a mis pensamientos. Parece que la Hermandad no dejaría de perseguir al hombre.
-Lo… Lo lamento… Eso no depende de mí. – dije mirando al suelo, con voz tímida. “Bien respondido”. Definitivamente, la respuesta habría sido correcta si NIA lo aseguraba.
-Pero por favor… díselo. Te lo suplico. – me rogó el tipo, de nuevo, con una voz lastimosa. Estaba confusa y perdida. No sabía cómo actuar. “Rachel. Vete. Ahora”. Me ordenó de nuevo el robot. Así que, sin decir nada, pasé entre los dos tipos que estaban allí con rapidez y con el libro bien sujeto bajo mi brazo derecho.
-Hola, jovencita, ¿eres el contacto, verdad? – me preguntó el tipo. Miré de reojo rápidamente con una sonrisa tímida y cambié la vista. Por favor, que no me pregunten.
“Responde al hombre sin timidez. Debes sentirte orgullosa del grupo al que perteneces”. Qué fácil era decir eso para NIA, como ella no era la que tenía que vérselas con gente que no conocía… Todo era nuevo para mí, y el trato entre personas también. Apenas me atrevía a decir nada, pero debía responder para no parecer estúpida. Tras unos instantes me dirigí al hombre.
-S… Sí – titubeé intentando pronunciar la palabra, sin mirar de nuevo al tipo.
Fue en ese momento cuando vi mi salvación, un tipo de negro y una ligera melenilla morena entró por la puerta y el herrero se fue hacia él. “Obsérvalo”. Y lo miré fijamente durante unos instantes. “Realizando reconocimiento facial.” Esperé unos segundos. “Usuario registrado en la base de datos”. NIA tenía su propia base de datos distinta a la que tenía yo. Yo recordaba a las personas como hacía todo el mundo, pero ella podía almacenar información de manera permanente que probablemente a mí se me olvidaría. Además, algunos usuarios y enemigos de la Hermandad ya venían de serie instalados y los reconocería aunque yo no los hubiese visto nunca. Por lo visto no era el caso del tipo que estaba allí, ni tampoco de la nueva mujer que entró por la puerta y que tropezó con el hombre. Para la que NIA repitió la operación para volver a registrar tras una intensa observación mía. Parecían conocerse.
“El usuario 317. Sin nombre. Tiene un 80% posibilidades de ser un vampiro. El usuario 318. Sin nombre. Tiene un 60% de posibilidades de ser una dragona.” Algún día le preguntaría que parámetros utilizaba ella para asignar las probabilidades y distinguir a las razas. No sé como lo hacía, pero solía acertar.
El herrero se acercó al grupo y con cara de temor, tomó el libro del joven y me lo trajo hasta mí, envuelto en una manta azul, que se había caído al suelo. Algo importante debía contener aquel libro por las prisas que se tomó el tipo. A continuación me lo entregó con rapidez.
-Por favor, no diré esto a nadie, lo único que te pido es que la Hermandad deje de perseguir a nuestra pequeña hija. – me preguntó el tipo, casi rogándome. No estaba al tanto de esa información. Parecía ese ser el motivo por el que nos ayudaba. ¿Así que mi grupo perseguía la familia de ese buen hombre? Perseguir a una inocente… ¿era correcto?. ¿Qué debía hacer en aquel caso? ¿Prometerle que hablaría con ellos?
“No tienes permisos para asegurar esa petición”. Me repitió NIA en la cabeza, anteponiéndose a mis pensamientos. Parece que la Hermandad no dejaría de perseguir al hombre.
-Lo… Lo lamento… Eso no depende de mí. – dije mirando al suelo, con voz tímida. “Bien respondido”. Definitivamente, la respuesta habría sido correcta si NIA lo aseguraba.
-Pero por favor… díselo. Te lo suplico. – me rogó el tipo, de nuevo, con una voz lastimosa. Estaba confusa y perdida. No sabía cómo actuar. “Rachel. Vete. Ahora”. Me ordenó de nuevo el robot. Así que, sin decir nada, pasé entre los dos tipos que estaban allí con rapidez y con el libro bien sujeto bajo mi brazo derecho.
Rachel Roche
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Re: Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
El local era bastante pequeño, sí, sin duda, pero no a tal grado como para ser tropezado por aquella enana que tras pisarme y tropezarme cayó al piso aparatosamente -¿Qué no sabes usar las piernas?- Pregunté con algo de molestia pero ese cabello me resultaba conocido de algún lado, fue extraño verla levantarse, realmente parecía que no estaba acostumbrada a usar sus piernas, y no fue hasta que habló cuando finalmente se descubrió su rostro -¡¡Ary!!- Exclamé mientras saltaba sobre ella para darle un abrazo, aunque al final me contuve para evitar que con sus problemas de equilibrio, ambos acabáramos en el piso.
Nuestro momento de cariñosidad fue interrumpido por la llegada del sujeto que casi me arrancó el libro de las manos, tenía mucha prisa al parecer, y tras arrebatarme el libro sin más que una mirada se lo entregó a la misteriosa mujer que tampoco parecía tener mucha certeza de lo que estaba sucediendo; el hombre parecía algo asustado, como si implorara algo a la mujer, pero hablaban en tono tan bajo que desde mi posición no era capaz de entender lo que decían.
Volví la vista hasta donde se encontraba Arygos y le regalé una sonrisa, últimamente nos encontrábamos con demasiada frecuencia, pero tampoco era que aquello me molestara, después de Maguita, la dragona me parecía la criatura más adorable de todo Aerandir, a pesar de que había pasado tanto tiempo pensando que era un dragón en vez de una dragona, lo que había resultado ser una gran sorpresa -¿Al parecer te has tomado la tarea de recorrer cada rincón del reino de los humanos, no?- Pregunté en tono medio gracioso aunque sin apartar la vista de la misteriosa mujer que ahora era la portadora del libro -¿Estás lista para un nuevo peligro?- Le pregunté a la peliblanca mientras estiraba la mano hasta su cabeza para revolver su cabello; tenía un mal presentimiento acerca de ese libro, pues mientras venía de camino, había notado que algunos sujetos me seguían discretamente, al principio pensaba que eran simples cazadores, otros más, pero tal vez solo venían esperando el momento indicado para hacerse con el libro que ahora llevaría la chica, no es que me interesara mucho lo que pudiera sucederle a ella, pero ese libro parecía muy importante o incluso, peligroso, por ello, en caso de problemas debía recuperarlo a cualquier precio.
Nuestro momento de cariñosidad fue interrumpido por la llegada del sujeto que casi me arrancó el libro de las manos, tenía mucha prisa al parecer, y tras arrebatarme el libro sin más que una mirada se lo entregó a la misteriosa mujer que tampoco parecía tener mucha certeza de lo que estaba sucediendo; el hombre parecía algo asustado, como si implorara algo a la mujer, pero hablaban en tono tan bajo que desde mi posición no era capaz de entender lo que decían.
Volví la vista hasta donde se encontraba Arygos y le regalé una sonrisa, últimamente nos encontrábamos con demasiada frecuencia, pero tampoco era que aquello me molestara, después de Maguita, la dragona me parecía la criatura más adorable de todo Aerandir, a pesar de que había pasado tanto tiempo pensando que era un dragón en vez de una dragona, lo que había resultado ser una gran sorpresa -¿Al parecer te has tomado la tarea de recorrer cada rincón del reino de los humanos, no?- Pregunté en tono medio gracioso aunque sin apartar la vista de la misteriosa mujer que ahora era la portadora del libro -¿Estás lista para un nuevo peligro?- Le pregunté a la peliblanca mientras estiraba la mano hasta su cabeza para revolver su cabello; tenía un mal presentimiento acerca de ese libro, pues mientras venía de camino, había notado que algunos sujetos me seguían discretamente, al principio pensaba que eran simples cazadores, otros más, pero tal vez solo venían esperando el momento indicado para hacerse con el libro que ahora llevaría la chica, no es que me interesara mucho lo que pudiera sucederle a ella, pero ese libro parecía muy importante o incluso, peligroso, por ello, en caso de problemas debía recuperarlo a cualquier precio.
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Re: Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
-Perdoné, perdoné.- Me apuré en disculparme cuando el vampiro me reprendió por mi torpeza, sorprendida del consiguiente gestos de euforia que le granjeó el reconocerme en estas formas.
El extraño intercambio no me paso desapercibido, y pese no comprender dle todo que hacían, y porque ocultaban un tomo de esa forma apurada y asustada, el diñe de importancia y misterio era palpable en el ambiente, al igual que la sensación de que algo no estaba bien. Los secretismos, por mi escasa experiencia, nunca presagiaban nada bueno, y estar cerca de bio, era casi un llamamiento a los problemas.
El hombre que parecía suplicar algo que no llega a oir a la muchacha que había recibido la carga, pero no llegaba a oír el que. Dediqué unos instantes en examinar la muchacha, tenía algo que me resultaba familiar, como si estuviera fuera de contexto, y ese no fuera su sitio, como si transmitiera tal y como me sentía yo cuando empecé a viajar en la mirada. O puede que solo estuviera nostálgica de mi misma y proyectara en otros lo que había sentido meses atrás. Sacudí la cabeza y volví a centrarme en el vampiro que me hablaba.
-De hecho, voy a explorar todo Aerandir entero.- sonreí amplia mente al recordar mi objetivo.-Pero el reino de los humanos me pareció el punto de partida mas lógico y conveniente.-Añadí mientras me acomodaba el morral cruzado sobre el pecho.-Pesé a que no me guste pasearme de esta guisa... ojalá los dragones estuvieran mas normalizados en estas tierras.- Resoplé por las narinas un poco, tal cual lo había hecho innumerables veces en presencia del vampiro, pero mucho mas leve, tal y como me permitía esta forma.
-¿Mas problemas Bio? ¿Es que te metes en esos embrollos a drede?.- Encaré una ceja, con un tono leve de reprimenda mientras negaba con la cabeza.-¿Que ocurre ahora?.- Miré alrededor en busca de esa posible problemática a la que iba a tener que enfrentarse mi amigo, que ya lo consideraba de ese modo tras todas nuestras peripecias juntos, pero no fui capaz de encontrar nada dentro de ese local, mas que el libro que habían intercambiado.
-¿Que es ese libro? ¿Porque lo ocultan de ese modo?¿Porque el dueño del local esta tan nervioso?¿Es ese el problema del que me estabas hablando?.. Parecen nerviosos, seguro que contiene algo importante. ¿De que habla?.- Pronuncie de seguidilla, pero en el mismo tono lento y pausado, ya que no podía articular palabras de otro modo. Mientras miraba Fijamente a Bio sin parpadear y con una chispa de curiosidad brillando en mi mirada.
El extraño intercambio no me paso desapercibido, y pese no comprender dle todo que hacían, y porque ocultaban un tomo de esa forma apurada y asustada, el diñe de importancia y misterio era palpable en el ambiente, al igual que la sensación de que algo no estaba bien. Los secretismos, por mi escasa experiencia, nunca presagiaban nada bueno, y estar cerca de bio, era casi un llamamiento a los problemas.
El hombre que parecía suplicar algo que no llega a oir a la muchacha que había recibido la carga, pero no llegaba a oír el que. Dediqué unos instantes en examinar la muchacha, tenía algo que me resultaba familiar, como si estuviera fuera de contexto, y ese no fuera su sitio, como si transmitiera tal y como me sentía yo cuando empecé a viajar en la mirada. O puede que solo estuviera nostálgica de mi misma y proyectara en otros lo que había sentido meses atrás. Sacudí la cabeza y volví a centrarme en el vampiro que me hablaba.
-De hecho, voy a explorar todo Aerandir entero.- sonreí amplia mente al recordar mi objetivo.-Pero el reino de los humanos me pareció el punto de partida mas lógico y conveniente.-Añadí mientras me acomodaba el morral cruzado sobre el pecho.-Pesé a que no me guste pasearme de esta guisa... ojalá los dragones estuvieran mas normalizados en estas tierras.- Resoplé por las narinas un poco, tal cual lo había hecho innumerables veces en presencia del vampiro, pero mucho mas leve, tal y como me permitía esta forma.
-¿Mas problemas Bio? ¿Es que te metes en esos embrollos a drede?.- Encaré una ceja, con un tono leve de reprimenda mientras negaba con la cabeza.-¿Que ocurre ahora?.- Miré alrededor en busca de esa posible problemática a la que iba a tener que enfrentarse mi amigo, que ya lo consideraba de ese modo tras todas nuestras peripecias juntos, pero no fui capaz de encontrar nada dentro de ese local, mas que el libro que habían intercambiado.
-¿Que es ese libro? ¿Porque lo ocultan de ese modo?¿Porque el dueño del local esta tan nervioso?¿Es ese el problema del que me estabas hablando?.. Parecen nerviosos, seguro que contiene algo importante. ¿De que habla?.- Pronuncie de seguidilla, pero en el mismo tono lento y pausado, ya que no podía articular palabras de otro modo. Mientras miraba Fijamente a Bio sin parpadear y con una chispa de curiosidad brillando en mi mirada.
Arygos Valnor
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Re: Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
Pasé entre la pareja sin escuchar lo que conversaban, con un incómodo gesto de prisa. Con un poco de suerte me ignorarían y seguirían conversando. Estaba nerviosa, todo aquello me hacía sentir ligeramente mal, pero tenía que cumplir con mi deber. Si no, la Hermandad me castigaría. El libro tenía que llegar como fuera a manos de mis jefes. A fin de cuentas se supone que les estaba en deuda, ellos me habían dado la vida.
En cuanto salí por la puerta de la herrería, tomé un paso acelerado, lo cual era todo menos discreto, y menos aún discreta era aún con los haces lumínicos de mi traje. Todo un detalle ponerle a una espía un traje con luces de colores, en aquel momento blancos, que indicaban un buen estado de salud y una actitud de mi organismo sintético pasiva.
-Llévame hasta la salida de Baslodia más cercana. – pedí a la inteligencia artificial.
“Desarrollando ruta de escape de Baslodia. Por favor, espere.” Momentos en los cuales me dirigí hacia ninguna parte. Caminaba tratando de alejarme de aquella maldita herrería. “Ruta activada”. Y, de nuevo, ya sabía a donde tenía que dirigirme para evacuar la ciudad. Hacia allí fui, con velocidad.
Sin embargo, sin saber por qué, tenía la sensación de sentirme perseguida, pero no me atrevía a mirar hacia atrás, era demasiado tímida y cobarde como para ello. Tampoco me atreví a preguntar a NIA si mis presentimientos eran ciertos, pues de serlo, me asustaría todavía más. Prefería salir cuanto antes de la ciudad. Además ya era de noche cerrado y aquella situación me atemorizaba mucho más. Tenía otra pregunta para la IA que me resultaba en aquel momento mucho más interesante.
-¿Por qué este libro es tan importante? – pregunté sin detenerme, curiosa de saber qué es lo que buscaba la Hermandad en él. Sin embargo, su respuesta no se hizo de rogar: “Lo siento Rachel. No estoy autorizada para proporcionar esa información”. Era de esperar, la Hermandad había seleccionado cuidadosamente lo que NIA podía contarme y no.
Tras un rato caminando, la ruta en mi cabeza me incitaba a ir por un callejón un tanto oscuro y estrecho, aunque era bastante corto, así que decidí pasarlo casi corriendo, aprovechando que nadie me vería. Sin embargo, no estaba sola como creía. Un tipo sucio y con ropajes harapientos me sorprendió al fondo del callejón, interponiéndose entre mí y la salida de éste. Traté de darme la vuelta, pero por donde había venido apareció otro con aspecto similar. Me habían rodeado, e iban con armas de filo. No venían con buenas intenciones. “Actitud hostil. Ten cuidado Rachel”. Gracias por la información, si no me lo dice no me doy cuenta. Comencé a acelerarme y estuve por chillar. Se acercaron a mí.
-Hola, jovencita. – me dijo el primero de ellos, haciéndome girar rápidamente y dándome un buen susto. – Ese traje de luces que llevas es muy bonito, ¿eres un robot de esos?
-Ay… Yo… Yo… No… - si ya era tímida de por mí, aquello me superaba. Esperaba que la inteligencia hiciera algo, pero ella no podía controlar mi cuerpo.
-¿Sabes cuánto nos darán por tus piezas metálicas cuando te descuarticemos en el mercado negro? – dijo el compañero, clavándome una pequeña navaja en el abdomen, que era una parte orgánica, aquella frase me hizo poner cara asustada. NIA al sentir el contacto reaccionó "Apagando sensores de dolor".
Durante el entrenamiento en los tres escasos meses que llevaba en el mundo, había practicado el combate, pero nunca lo había luchado en la vida real. No conocía mis posibilidades reales contra aquellos tipos. Cerré los ojos. Asustada. Pero era incapaz de hacer nada en aquel momento. Por suerte, NIA iría preparándome por si nadie me ayudaba y tenía que combatir, “Activando actitud de combate ofensiva... ... ... Todas las partes del bio han sido activadas con éxito. Aro de luz operativo.”
En cuanto salí por la puerta de la herrería, tomé un paso acelerado, lo cual era todo menos discreto, y menos aún discreta era aún con los haces lumínicos de mi traje. Todo un detalle ponerle a una espía un traje con luces de colores, en aquel momento blancos, que indicaban un buen estado de salud y una actitud de mi organismo sintético pasiva.
-Llévame hasta la salida de Baslodia más cercana. – pedí a la inteligencia artificial.
“Desarrollando ruta de escape de Baslodia. Por favor, espere.” Momentos en los cuales me dirigí hacia ninguna parte. Caminaba tratando de alejarme de aquella maldita herrería. “Ruta activada”. Y, de nuevo, ya sabía a donde tenía que dirigirme para evacuar la ciudad. Hacia allí fui, con velocidad.
Sin embargo, sin saber por qué, tenía la sensación de sentirme perseguida, pero no me atrevía a mirar hacia atrás, era demasiado tímida y cobarde como para ello. Tampoco me atreví a preguntar a NIA si mis presentimientos eran ciertos, pues de serlo, me asustaría todavía más. Prefería salir cuanto antes de la ciudad. Además ya era de noche cerrado y aquella situación me atemorizaba mucho más. Tenía otra pregunta para la IA que me resultaba en aquel momento mucho más interesante.
-¿Por qué este libro es tan importante? – pregunté sin detenerme, curiosa de saber qué es lo que buscaba la Hermandad en él. Sin embargo, su respuesta no se hizo de rogar: “Lo siento Rachel. No estoy autorizada para proporcionar esa información”. Era de esperar, la Hermandad había seleccionado cuidadosamente lo que NIA podía contarme y no.
Tras un rato caminando, la ruta en mi cabeza me incitaba a ir por un callejón un tanto oscuro y estrecho, aunque era bastante corto, así que decidí pasarlo casi corriendo, aprovechando que nadie me vería. Sin embargo, no estaba sola como creía. Un tipo sucio y con ropajes harapientos me sorprendió al fondo del callejón, interponiéndose entre mí y la salida de éste. Traté de darme la vuelta, pero por donde había venido apareció otro con aspecto similar. Me habían rodeado, e iban con armas de filo. No venían con buenas intenciones. “Actitud hostil. Ten cuidado Rachel”. Gracias por la información, si no me lo dice no me doy cuenta. Comencé a acelerarme y estuve por chillar. Se acercaron a mí.
-Hola, jovencita. – me dijo el primero de ellos, haciéndome girar rápidamente y dándome un buen susto. – Ese traje de luces que llevas es muy bonito, ¿eres un robot de esos?
-Ay… Yo… Yo… No… - si ya era tímida de por mí, aquello me superaba. Esperaba que la inteligencia hiciera algo, pero ella no podía controlar mi cuerpo.
-¿Sabes cuánto nos darán por tus piezas metálicas cuando te descuarticemos en el mercado negro? – dijo el compañero, clavándome una pequeña navaja en el abdomen, que era una parte orgánica, aquella frase me hizo poner cara asustada. NIA al sentir el contacto reaccionó "Apagando sensores de dolor".
Durante el entrenamiento en los tres escasos meses que llevaba en el mundo, había practicado el combate, pero nunca lo había luchado en la vida real. No conocía mis posibilidades reales contra aquellos tipos. Cerré los ojos. Asustada. Pero era incapaz de hacer nada en aquel momento. Por suerte, NIA iría preparándome por si nadie me ayudaba y tenía que combatir, “Activando actitud de combate ofensiva... ... ... Todas las partes del bio han sido activadas con éxito. Aro de luz operativo.”
Rachel Roche
Experto
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Re: Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
La voz de la joven dragona era algo a lo que aún no terminaba de acostumbrarme -Que ambiciosa- Le dije mientras reía junto a ella -Es un buen punto para comenzar, aunque debes tener cuidado cuando andes en esta forma- Hice una pequeña pausa pensativo -Y en tu otra forma también- Murmuré finalmente pues evidentemente cualquiera de sus formas resultaba llamativa. Una serie de preguntas comenzaron a ser disparadas por Arygos pero la portadora del libro ya se acercaba a pasar junto a nosotros, por lo que preferí al menos de momento, guardar silencio hasta que la mujer salió de la tienda -Me meto en problemas cuando sé que estarás para salvarme- Le dije con una sonrisa pícara mientras me preparaba para salir -No sé lo que tenga ese libro, pero tal vez podamos averiguarlo- Dije mientras levantaba una ceja con cierta malicia -Estoy seguro que alguien intentará hacerse con ese libro, por eso tantos nervios- Dije mientras le señalaba la salida y la invitaba a seguirme -Le sugiero que cierre la tienda por unos días- Le grité al sujeto mientras abandonaba el lugar para ir en busca de la mensajera.
Al salir casi la habíamos perdido de vista, decenas de transeúntes abarrotaban las calles a pesar de la hora y en cualquier otro caso habría resultado difícil encontrar al objetivo, pero no esta vez, pues la mujer llevaba unas convenientes luces distribuidas por casi todo su cuerpo, lo que prácticamente la hacía brillar en la oscuridad -Mantente cerca por si necesito ser salvado- Le dije a la dragona mientras avanzaba hasta una distancia suficiente como para seguir a la mensajera sin que pudiera notarlo, o al menos evitar que lo notara, cosa que además de seguirla me permitía estar atento por si alguien más pensaba llevar a cabo la misma tarea.
Al cabo de un rato comenzó a andar más de prisa, tal vez había notado que la seguía, pero su prisa la llevó a un callejón sin salida donde fue acorralada por un par de sujetos, aunque estos no parecían querer el libro, sino a ella, debía mantenerme aún en sigilo mientras le ofrecía alguna distracción para salir del apuro; a un lado del callejón, muy cerca de la salida habían algunas cajas apiladas unas sobre otras, si lograba tirarlas seguramente podría causar una distracción como para darle a la chica la posibilidad de escapar, me empujé contra las cajas tan fuerte como podía aunque no sabía si mi fuerza sería suficiente para derribarlas todas y lograr la meta planteada.
Al salir casi la habíamos perdido de vista, decenas de transeúntes abarrotaban las calles a pesar de la hora y en cualquier otro caso habría resultado difícil encontrar al objetivo, pero no esta vez, pues la mujer llevaba unas convenientes luces distribuidas por casi todo su cuerpo, lo que prácticamente la hacía brillar en la oscuridad -Mantente cerca por si necesito ser salvado- Le dije a la dragona mientras avanzaba hasta una distancia suficiente como para seguir a la mensajera sin que pudiera notarlo, o al menos evitar que lo notara, cosa que además de seguirla me permitía estar atento por si alguien más pensaba llevar a cabo la misma tarea.
Al cabo de un rato comenzó a andar más de prisa, tal vez había notado que la seguía, pero su prisa la llevó a un callejón sin salida donde fue acorralada por un par de sujetos, aunque estos no parecían querer el libro, sino a ella, debía mantenerme aún en sigilo mientras le ofrecía alguna distracción para salir del apuro; a un lado del callejón, muy cerca de la salida habían algunas cajas apiladas unas sobre otras, si lograba tirarlas seguramente podría causar una distracción como para darle a la chica la posibilidad de escapar, me empujé contra las cajas tan fuerte como podía aunque no sabía si mi fuerza sería suficiente para derribarlas todas y lograr la meta planteada.
Bio
Aerandiano de honor
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Re: Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
-No sé lo que tenga ese libro, pero tal vez podamos averiguarlo- Bio acababa de pronunciar las palabras mágicas, asentí varias veces con entusiasmo, acompañando la ligera sonrisa de su broma hacia la mala suerte, y cuando la joven e fue del local, la seguimos para no poderla de vista.
No me había dado cuenta en el interior, qui{as por las luces de la forja, pero brillaba, como alguna clase de luciérnaga parada, tenia segmentos que emitían luz y hacían que la pudiera ver sin tener que ponerme de puntillas entre la multitud.
Me sorprendió que la calle fuera tan animada a estas horas, y siguiera haciendo tanta gente, lo bueno era que si chocaba contra ellos, pero no llegaba a caerme al suelo, porque tenia en donde sostenerme, aunque me llevara varios insultos de regalo.
-Bio, no deberías contar con ello. Recuerda como reaccionan los aldeanos a mi cuando trato de protegerte.- Lo que siempre era mejor que decir drago y empezar a causa una histeria colectiva sin sentido, o a llamar de entrada la atención sobre si misma mas de lo que ya hacia.
La muchacha empezó a caminar mas rápido, y deje de hablar para centrarme completamente en poder seguirle el ritmo y no perderla, ni a ella ni a Bio.
Se metió en un callejón, seguida de otras dos personas que no eramos nosotros, y se pusieron hablar, asome la cabeza por el callejón sin disimulo a tiempo para oir lo que decía uno de ellos.
-¿Sabes cuánto nos darán por tus piezas metálicas cuando te descuarticemos en el mercado negro?
Ya había vivido esa situación, la primera ve queme había cruzado con el vampiro habían intentado hacerme lo mismo que pretendian con la muchacha, descuartizarme y repartir mis trozos por Aerandir al mejor postor. Recordé cuan ofendida, desorientada y asustada me metí en ese momento, y quizás por esa sensación que emanaba la muchacha, o puede que porque nadie merezca ser tratado así, me llene de enfado.
Me agache recogiendo varias piedras del suelo y empecé a arrojarse las a los sujetos. No tenia demasiada puntería, pero esperaba que de las varias que lanzaba,, algunas dieran en el blanco.
-¡Malnacidos!¡Que pensarían sus madres si los vieran decirle eso a una muchacha!¡¡Por eso se deslomaron trabajando?¿¡Para criar a dos zatrapas que ven en otra criatura el negocio de su muerte?!.- Les grité entre rugidos, los mejores que podía emitir con una garganta no preparada para ello.
Al mismo tiempo que empezaba a armar mi numerito, unas cajas cayeron a un costado del callejón. Di un paso atrás temiendo que fueran mas de ellos, pero no me alejé mas de eso para no abandonar a la muchacha a su suerte con esa clase de gente.
No me había dado cuenta en el interior, qui{as por las luces de la forja, pero brillaba, como alguna clase de luciérnaga parada, tenia segmentos que emitían luz y hacían que la pudiera ver sin tener que ponerme de puntillas entre la multitud.
Me sorprendió que la calle fuera tan animada a estas horas, y siguiera haciendo tanta gente, lo bueno era que si chocaba contra ellos, pero no llegaba a caerme al suelo, porque tenia en donde sostenerme, aunque me llevara varios insultos de regalo.
-Bio, no deberías contar con ello. Recuerda como reaccionan los aldeanos a mi cuando trato de protegerte.- Lo que siempre era mejor que decir drago y empezar a causa una histeria colectiva sin sentido, o a llamar de entrada la atención sobre si misma mas de lo que ya hacia.
La muchacha empezó a caminar mas rápido, y deje de hablar para centrarme completamente en poder seguirle el ritmo y no perderla, ni a ella ni a Bio.
Se metió en un callejón, seguida de otras dos personas que no eramos nosotros, y se pusieron hablar, asome la cabeza por el callejón sin disimulo a tiempo para oir lo que decía uno de ellos.
-¿Sabes cuánto nos darán por tus piezas metálicas cuando te descuarticemos en el mercado negro?
Ya había vivido esa situación, la primera ve queme había cruzado con el vampiro habían intentado hacerme lo mismo que pretendian con la muchacha, descuartizarme y repartir mis trozos por Aerandir al mejor postor. Recordé cuan ofendida, desorientada y asustada me metí en ese momento, y quizás por esa sensación que emanaba la muchacha, o puede que porque nadie merezca ser tratado así, me llene de enfado.
Me agache recogiendo varias piedras del suelo y empecé a arrojarse las a los sujetos. No tenia demasiada puntería, pero esperaba que de las varias que lanzaba,, algunas dieran en el blanco.
-¡Malnacidos!¡Que pensarían sus madres si los vieran decirle eso a una muchacha!¡¡Por eso se deslomaron trabajando?¿¡Para criar a dos zatrapas que ven en otra criatura el negocio de su muerte?!.- Les grité entre rugidos, los mejores que podía emitir con una garganta no preparada para ello.
Al mismo tiempo que empezaba a armar mi numerito, unas cajas cayeron a un costado del callejón. Di un paso atrás temiendo que fueran mas de ellos, pero no me alejé mas de eso para no abandonar a la muchacha a su suerte con esa clase de gente.
Arygos Valnor
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Re: Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
Me encontraba dispuesta para poner en práctica la actitud ofensiva por primera vez, pero alguien les llamó la atención. Era una mujer de pelo blanco y bastante menuda. Sí. Es la mujer de la herrería. Por lo visto había aparecido en aquel remoto callejón, y suerte que lo hizo, porque de no haberlo hecho no creo que hubiese terminado muy bien para mí aquel embrollo. Les disparó piedras y maljuró contra ellos. “Sujeto aliado”. Indicó NIA cuando enfoqué hacia ella. Sin duda estaba en lo cierto.
Al ser la mujer más pequeña que yo, los tipos no parecieron amedentrarse tampoco, pero el hecho de que a continuación cayeran unas cajas a nuestra espalda los asustó aún más. No sabían muy bien si centrarse en mí, en la otra mujer, o en quien quiera que hubiese sido el que movió las cajas. La cuestión es que salieron por pies corriendo del callejón, entre gritos. Aquellos no eran más que unos cobardes que huían en cuanto se sentían atrapados.
Me acerqué a la mujer para agradecerle su gesto, pero me detuve a medio camino. “¡Alerta! Intenciones del sujeto desconocidas. Protege el libro.” Muy cierto, y es que si aquella mujer me había perseguido desde la herrería, bien podría estar interesada en el libro, ¿qué otro motivo podría tener para haberme seguido si no? Tras detenerme unos instantes, protegí el libro apoyándolo con mis dos brazos contra mi pecho y me dirigí a la mujer mirándola fijamente a los ojos durante el corto trayecto, tal vez NIA me diese algún detalle más. “Rachel, habla con determinación”. Fue todo lo que me ordenó. Y así lo haría, a fin de cuentas me había ayudado y tenía el modo ofensivo aún activado por sus intenciones eran similares a las de los hombres que acababan de partir.
-Hola. Rachel Roche, encantada. – saludé, mientras sujetaba el libro con la izquierda, prestándome mi mano derecha para que la estrechara, tal y como me habían enseñado. Ese por lo visto era el saludo común. Aunque aún no lo tengo muy entrenado, de manera que si decidía darme la mano seguramente le apretaría un poco con mis brazos metálicos. Hice una pausa por si deseaba presentarse. – Mi inteligencia artificial y yo estamos muy agradecidas por tu colaboración. Sin embargo, he advertido que eres la joven que se encontraba en la herrería. Así que estadísticamente hay un 98’9% de posibilidades de que hayas estado siguiéndome, y tan solo un 1,1% de que pasaras por casualidad por aquí. – Estos datos estadísticos no me los inventaba, NIA los calculaba a saber como y me los iba enviando al cerebro, yo simplemente los reproducía. – Así pues, me gustaría saber qué te lleva a perseguirme.
Aguardando su respuesta, miré hacia atrás, hacia donde habían caído las cajas. No había viento suficientemente fuerte como para derribarlas por sí solas. Así que lo más probable es que quien quiera que fuera la persona que las había tirado, intentara sorprenderme. Y eso era algo que no iba a permitir. "Mantente alerta. Desconocemos sus verdaderas intenciones". Fue lo que me advirtió NIA.
Al ser la mujer más pequeña que yo, los tipos no parecieron amedentrarse tampoco, pero el hecho de que a continuación cayeran unas cajas a nuestra espalda los asustó aún más. No sabían muy bien si centrarse en mí, en la otra mujer, o en quien quiera que hubiese sido el que movió las cajas. La cuestión es que salieron por pies corriendo del callejón, entre gritos. Aquellos no eran más que unos cobardes que huían en cuanto se sentían atrapados.
Me acerqué a la mujer para agradecerle su gesto, pero me detuve a medio camino. “¡Alerta! Intenciones del sujeto desconocidas. Protege el libro.” Muy cierto, y es que si aquella mujer me había perseguido desde la herrería, bien podría estar interesada en el libro, ¿qué otro motivo podría tener para haberme seguido si no? Tras detenerme unos instantes, protegí el libro apoyándolo con mis dos brazos contra mi pecho y me dirigí a la mujer mirándola fijamente a los ojos durante el corto trayecto, tal vez NIA me diese algún detalle más. “Rachel, habla con determinación”. Fue todo lo que me ordenó. Y así lo haría, a fin de cuentas me había ayudado y tenía el modo ofensivo aún activado por sus intenciones eran similares a las de los hombres que acababan de partir.
-Hola. Rachel Roche, encantada. – saludé, mientras sujetaba el libro con la izquierda, prestándome mi mano derecha para que la estrechara, tal y como me habían enseñado. Ese por lo visto era el saludo común. Aunque aún no lo tengo muy entrenado, de manera que si decidía darme la mano seguramente le apretaría un poco con mis brazos metálicos. Hice una pausa por si deseaba presentarse. – Mi inteligencia artificial y yo estamos muy agradecidas por tu colaboración. Sin embargo, he advertido que eres la joven que se encontraba en la herrería. Así que estadísticamente hay un 98’9% de posibilidades de que hayas estado siguiéndome, y tan solo un 1,1% de que pasaras por casualidad por aquí. – Estos datos estadísticos no me los inventaba, NIA los calculaba a saber como y me los iba enviando al cerebro, yo simplemente los reproducía. – Así pues, me gustaría saber qué te lleva a perseguirme.
Aguardando su respuesta, miré hacia atrás, hacia donde habían caído las cajas. No había viento suficientemente fuerte como para derribarlas por sí solas. Así que lo más probable es que quien quiera que fuera la persona que las había tirado, intentara sorprenderme. Y eso era algo que no iba a permitir. "Mantente alerta. Desconocemos sus verdaderas intenciones". Fue lo que me advirtió NIA.
Rachel Roche
Experto
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Re: Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
Empujaba las cajas con cada vez menos esperanzas de derrumbarlas, estaban demasiado pesadas o mis escasas fuerzas poco estaban logrando, estaba ya decidido a rendirme y desistir de ese triste intento cuando noté que Arygos, no sabría decir si valiente o tontamente decidió enfrentar a los sujetos arrojándoles piedras -Harás que te maten, pequeña- Dije mientras comenzaba a pensar con desesperación, los sujetos avanzarían hacia ella a menos que hiciera algo para ayudarle, en el peor de los casos sabía que podía convertirse y babearlos pero entonces recordé sus palabras anteriores, muchas veces no era bien vista en su forma de dragón así que convertirse en medio de la ciudad podría ser tal vez problemático para todos; di un rápido vistazo y encontré una barra de metal entre la basura del callejón, así que la usé como palanca para poder levantar una de las cajas logrando con ello y algo de esfuerzo, que finalmente la pila callera hacia donde estaban los sujetos los cuales, tras mirarse entre ellos no tardaron mucho en correr asustados; afortunadamente para todos no había pasado a mayores, y en cierto modo me alegraba aunque a la vez sabía que si alguien había sido enviado a quitarle el libro, no resultaría tan fácil vencerlo.
Observé con cuidado como la mujer brillante se acercaba Arygos, la peliblanca no tenía la más mínima pinta de ser una amenaza para nadie, así que poco tendría que sospechar nada la portadora del libro; aproveché que ambas chicas se encontraban distraídas para rodar por el suelo escondiéndome tras las cajas caídas para acercarme hasta donde pudiera escuchar algo aún sin ser visto -Rachel Roche...- Repetí en mi mente -¿Había escuchado ese nombre antes?- Pensé haciendo memoria pero todo esfuerzo fue en vano y no logré encontrar nada en mi memoria, los biocibernéticos rara vez andaban por su cuenta, generalmente seguían órdenes de alguien más, generalmente humanos, pero ¿Por qué un humano estaría interesado en semejante libro? Hasta ahora nada de eso tenía mucho sentido, pensaba seguir sacando conclusiones cuando escuché la amenazante pregunta de la llamativa pelinegra, ciertamente no estaba equivocada, la habíamos estado siguiendo; no sabía que tan buenas eran las habilidades de improvisación de la dragona y cómo podría responder sin empeorar la situación, pero por otro lado salir y revelarme sería más que sospechoso pues no solo sería una sino dos coincidencias, lo cual podría ser ya demasiado sospechoso.
Fue necesario esconderme de prisa cuando la chica comenzó a mirar en dirección a las cajas, sin embargo, debía pensar rápido, no conocía sus capacidades ofensivas y tal vez Arygos podría estar en peligro si no hacía algo, así que finalmente levanté las manos y salí caminando hacia la mujer -Ella viene conmigo, tenemos la tarea de protegerte y asegurar que el libro llegue a su destino- Dije en un tono tan convincente que difícilmente se podría dudar de mi mentira -Seguro me reconoces, traía el libro hasta este lugar, nos han pagado para asegurar que el libro no se pierda en mitad del camino, por eso te hemos seguido- Continué explicando -No somos una amenaza, pero sabemos que hay una esperando en algún lugar, más de una persona quiere hacerse con ese libro- La verdad no tenía ni la más remota idea de lo que fuera el fulano libro, pero tenía la actitud de ser un experto y hablaba con tal determinación que difícilmente podría dudar, a menos que supiera más que yo y me hiciera alguna pregunta que de seguro no podría responder -Debemos irnos, de prisa- Dije con premura para tratar de evitar que me hiciera alguna pregunta comprometedora o que hablara en general, no sabía hasta donde dudaba de mis respuestas y ponernos en movimiento era la mejor opción para distraerla y también para mantenernos a salvo.
Observé con cuidado como la mujer brillante se acercaba Arygos, la peliblanca no tenía la más mínima pinta de ser una amenaza para nadie, así que poco tendría que sospechar nada la portadora del libro; aproveché que ambas chicas se encontraban distraídas para rodar por el suelo escondiéndome tras las cajas caídas para acercarme hasta donde pudiera escuchar algo aún sin ser visto -Rachel Roche...- Repetí en mi mente -¿Había escuchado ese nombre antes?- Pensé haciendo memoria pero todo esfuerzo fue en vano y no logré encontrar nada en mi memoria, los biocibernéticos rara vez andaban por su cuenta, generalmente seguían órdenes de alguien más, generalmente humanos, pero ¿Por qué un humano estaría interesado en semejante libro? Hasta ahora nada de eso tenía mucho sentido, pensaba seguir sacando conclusiones cuando escuché la amenazante pregunta de la llamativa pelinegra, ciertamente no estaba equivocada, la habíamos estado siguiendo; no sabía que tan buenas eran las habilidades de improvisación de la dragona y cómo podría responder sin empeorar la situación, pero por otro lado salir y revelarme sería más que sospechoso pues no solo sería una sino dos coincidencias, lo cual podría ser ya demasiado sospechoso.
Fue necesario esconderme de prisa cuando la chica comenzó a mirar en dirección a las cajas, sin embargo, debía pensar rápido, no conocía sus capacidades ofensivas y tal vez Arygos podría estar en peligro si no hacía algo, así que finalmente levanté las manos y salí caminando hacia la mujer -Ella viene conmigo, tenemos la tarea de protegerte y asegurar que el libro llegue a su destino- Dije en un tono tan convincente que difícilmente se podría dudar de mi mentira -Seguro me reconoces, traía el libro hasta este lugar, nos han pagado para asegurar que el libro no se pierda en mitad del camino, por eso te hemos seguido- Continué explicando -No somos una amenaza, pero sabemos que hay una esperando en algún lugar, más de una persona quiere hacerse con ese libro- La verdad no tenía ni la más remota idea de lo que fuera el fulano libro, pero tenía la actitud de ser un experto y hablaba con tal determinación que difícilmente podría dudar, a menos que supiera más que yo y me hiciera alguna pregunta que de seguro no podría responder -Debemos irnos, de prisa- Dije con premura para tratar de evitar que me hiciera alguna pregunta comprometedora o que hablara en general, no sabía hasta donde dudaba de mis respuestas y ponernos en movimiento era la mejor opción para distraerla y también para mantenernos a salvo.
Bio
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Re: Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
-Hola. Arygos Valnor, igualmente- Respondí cuando la joven se presento en el mismo tono que ella mientras la observaba con suma curiosidad. Me gustaban sus lucecitas, eran brillantes, finas, y seguro que tenían alguna utilidad ademas de permitir que se viera donde estaba a grandes distancias, ya que eso lucía mas como un inconveniente que como una ventaja.
La palabra inteligencia artificial no la entendí demasiado bien, pero interprete que había otra entidad con ella- Encantada de conocerte a ti también Inteligencia artificial.- Respondí en el mismo tono con el que había saludado a la biocibernética.
Miré su manos largos segundos sin entender el gesto en un primer momento, llevaba bastante tiempo lejos de las ciudades humanas, y sus convencionalismos extraños se habían atrofiado un poco, pero finalmente le aprete la mano como pude intentando imitar los pocos apretones que había recibido en mi vida, y contorsionando el gesto en una mueca de dolor fugaz cuando me apretó de mas, o de mas para lo que era mi escaso umbral del dolor para ciertas cosas.
-Si, te estaba siguiendo.- Respondí simple y llanamente, no pensé que fuera un secreto.-Te sigo porque Bio lo está haciendo también.- Me encogí de hombros.- Dijo que habría problemas y necesitaría mi ayuda, así que le ayudo.- No era una idea demasiado compleja, aun que no podía responder a porque bío seguía a la muchacha, si solo era la curiosidad, o había algo mas, sobre todo después de que sus temores fueran confirmados y hubieran problemas.
En ese momento Bio salio de entre las cajas y lo aclaro todo, aguarde tranquilamente a que terminase de hablar para señalarle.
- Ese es Bio.- Algo simple y acotado, pero tampoco tenía nada mas que poder aportar al tema.
Cuando el Vampiro nos apuro a darnos prisa lo miré fijamente.
-No puedo ir deprisa en esta forma.´- Le aclaré por si no se había dado cuenta de mi mas que notable torpeza e incompetencia a la hora de realizar tareas teóricamente sencillas como caminar, y mucho menos de correr o saltar.-Tampoco cambiar de forma en medio de la ciudad.- añadí, pesé a fuer algo obvio, por si se le ocurria proponer esa alternativa.-¿Tienes un palito?- Miré alrededor en busca de algo que pudiera usar como bastón, eso me permitiría evitar la mitad de las caídas, y caminar el doble de rápido de lo que normalmente hacía. Quizás debiera añadir un bastón a mi equipaje de viaje.
La palabra inteligencia artificial no la entendí demasiado bien, pero interprete que había otra entidad con ella- Encantada de conocerte a ti también Inteligencia artificial.- Respondí en el mismo tono con el que había saludado a la biocibernética.
Miré su manos largos segundos sin entender el gesto en un primer momento, llevaba bastante tiempo lejos de las ciudades humanas, y sus convencionalismos extraños se habían atrofiado un poco, pero finalmente le aprete la mano como pude intentando imitar los pocos apretones que había recibido en mi vida, y contorsionando el gesto en una mueca de dolor fugaz cuando me apretó de mas, o de mas para lo que era mi escaso umbral del dolor para ciertas cosas.
-Si, te estaba siguiendo.- Respondí simple y llanamente, no pensé que fuera un secreto.-Te sigo porque Bio lo está haciendo también.- Me encogí de hombros.- Dijo que habría problemas y necesitaría mi ayuda, así que le ayudo.- No era una idea demasiado compleja, aun que no podía responder a porque bío seguía a la muchacha, si solo era la curiosidad, o había algo mas, sobre todo después de que sus temores fueran confirmados y hubieran problemas.
En ese momento Bio salio de entre las cajas y lo aclaro todo, aguarde tranquilamente a que terminase de hablar para señalarle.
- Ese es Bio.- Algo simple y acotado, pero tampoco tenía nada mas que poder aportar al tema.
Cuando el Vampiro nos apuro a darnos prisa lo miré fijamente.
-No puedo ir deprisa en esta forma.´- Le aclaré por si no se había dado cuenta de mi mas que notable torpeza e incompetencia a la hora de realizar tareas teóricamente sencillas como caminar, y mucho menos de correr o saltar.-Tampoco cambiar de forma en medio de la ciudad.- añadí, pesé a fuer algo obvio, por si se le ocurria proponer esa alternativa.-¿Tienes un palito?- Miré alrededor en busca de algo que pudiera usar como bastón, eso me permitiría evitar la mitad de las caídas, y caminar el doble de rápido de lo que normalmente hacía. Quizás debiera añadir un bastón a mi equipaje de viaje.
Arygos Valnor
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Re: Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
La peliblanca parecía llamarse Arygos Valnor, y saludó también a NIA. Aunque no hubiese sido necesario, ella oye absolutamente todo lo que escucho yo, aunque entiendo que para un ser orgánico pueda ser algo extraño. Lo sorprendente fue que reconoció con tranquilidad que me estaba siguiendo, así como un tipo llamado Bio.
¿Quién era el tal Bio? No tardaría en saberlo, pues detrás de mí, con las manos levantadas, salió el hombre que había llevado el libro. “Actitud pacífica” indicaba NIA, seguramente fuese cierto. Ella evaluaba varios parámetros para saber si alguien era agresivo o no.
Decía haber recibido la misión, junto a Arygos, de protegerme y asegurar que el libro llegara a su destino. Hablaba con sinceridad y verdaderamente lo que decía parecía cierto, sin embargo NIA opinaba distinto: “No se me ha notificado ningún tipo de escolta. Si la Hermandad hubiese delegado en alguien para la escolta, yo lo sabría”. Declaró ante su afirmación. Por lo visto la inteligencia artificial no contaba con que la Hermandad hubiese puesto a nadie a nuestro cargo para proteger el libro. “Tan sólo se ha subcontratado el robo del libro. El resto depende de ti, Rachel”. De hecho, la Hermandad actúa en absoluto secretismo y si aquellos tipos querían venir conmigo tenían que ser gente de la Hermandad, algo imposible pues NIA no los había reconocido y tenía ficha de todos los miembros del grupo.
“No te fíes. Pueden tratar de robarnos el libro cuando menos lo esperes”. NIA seguía dándome argumentos en contra de la compañía de estos tipos. Durante estos instantes que escuchaba su historia me había quedado pensativa. Sin embargo, yo era totalmente novata, y no creo que la escolta de aquellos dos, que parecían buena gente, fuera a ser algo malo.
Iba a responder al tipo, pero no me dio tiempo ni siquiera a preguntarle nada pues nos instó a salir de allí con rapidez. Salimos del callejón a un ritmo acelerado. La mujer tenía que caminar con un palo, lo hacía de manera extraña. “La probabilidad de que Arygos sea dragón aumenta al 100%”. Sí, a mí también me parecía algo lógico.
Yo no dejaba de andar tras ellos, que no parecían interesados en escuchar lo que tenía que decir, miré a Bio a su espalda, que era el que lideraba el grupo sin mirar atrás, me dirigí a éste desde su espalda sin detener el ritmo acelerado que llevábamos.
-No se me ha notificado ninguna escolta. – declaré, con el libro en mi pecho. – Si lo que decís es cierto, tendréis un contrato que os cualifique a realizar la escolta. – Y es que así era como actuaba la Hermandad a la hora de contratar, aunque no utilizaba nunca su nombre auténtico, sino que iba cambiando, para evitar que nos engañaran. – También me vale con que me mostréis la marca del grupo al que pertenezco. – Esa era otra posibilidad, pues tal vez NIA no estuviese actualizada y aquellos tipos perteneciesen a la Hermandad. Un colmillo tatuado bajo el omóplato sería la señal de que aquellos tipos pertenecían al gremio. – Y en cualquier caso, estimado Bio, vamos en dirección incorrecta. – Y señalé justamente con el pulgar en dirección contraria, en una calle ya más ancha y bastante repleta de gente para las horas de la noche que eran.
Esperaba alguna respuesta de algunos de los dos. Tal vez me interesara, por lo menos, salir de la ciudad con ellos, así si alguien intentaba hacerme algo probablemente actuasen. Una vez fuera de ésta y ya sin visos de que nadie me siguiera, podría tratar de escapar de ellos.
-Solicito evaluación de las condiciones físicas de los sujetos – susurré a NIA, si tenían un oído fino podrían haberme oído. Aunque probablemente no tuviesen ni idea de por qué lo preguntaba.
"Petición recibida". Confirmó la inteligencia. NIA, podía realizar durante el trayecto de salida de la ciudad una evaluación de ciertos parámetros que me permitiría tener alguna idea ligera de las condiciones físicas de ambos, evaluar si tenían algún tipo de problema físico o debilidad, como si mostraba cojera de un pie, el armamento que llevaba visible y en función de eso el tipo de combate que emplearía, el ritmo con el que caminaba, entre otros muchos. Se trataba de obtener pistas para luego informarme en un hipotético combate o simplemente si podría ganarles en velocidad o no en el caso de que decidiera escapar. Había que estar preparada en caso de necesidad.
¿Quién era el tal Bio? No tardaría en saberlo, pues detrás de mí, con las manos levantadas, salió el hombre que había llevado el libro. “Actitud pacífica” indicaba NIA, seguramente fuese cierto. Ella evaluaba varios parámetros para saber si alguien era agresivo o no.
Decía haber recibido la misión, junto a Arygos, de protegerme y asegurar que el libro llegara a su destino. Hablaba con sinceridad y verdaderamente lo que decía parecía cierto, sin embargo NIA opinaba distinto: “No se me ha notificado ningún tipo de escolta. Si la Hermandad hubiese delegado en alguien para la escolta, yo lo sabría”. Declaró ante su afirmación. Por lo visto la inteligencia artificial no contaba con que la Hermandad hubiese puesto a nadie a nuestro cargo para proteger el libro. “Tan sólo se ha subcontratado el robo del libro. El resto depende de ti, Rachel”. De hecho, la Hermandad actúa en absoluto secretismo y si aquellos tipos querían venir conmigo tenían que ser gente de la Hermandad, algo imposible pues NIA no los había reconocido y tenía ficha de todos los miembros del grupo.
“No te fíes. Pueden tratar de robarnos el libro cuando menos lo esperes”. NIA seguía dándome argumentos en contra de la compañía de estos tipos. Durante estos instantes que escuchaba su historia me había quedado pensativa. Sin embargo, yo era totalmente novata, y no creo que la escolta de aquellos dos, que parecían buena gente, fuera a ser algo malo.
Iba a responder al tipo, pero no me dio tiempo ni siquiera a preguntarle nada pues nos instó a salir de allí con rapidez. Salimos del callejón a un ritmo acelerado. La mujer tenía que caminar con un palo, lo hacía de manera extraña. “La probabilidad de que Arygos sea dragón aumenta al 100%”. Sí, a mí también me parecía algo lógico.
Yo no dejaba de andar tras ellos, que no parecían interesados en escuchar lo que tenía que decir, miré a Bio a su espalda, que era el que lideraba el grupo sin mirar atrás, me dirigí a éste desde su espalda sin detener el ritmo acelerado que llevábamos.
-No se me ha notificado ninguna escolta. – declaré, con el libro en mi pecho. – Si lo que decís es cierto, tendréis un contrato que os cualifique a realizar la escolta. – Y es que así era como actuaba la Hermandad a la hora de contratar, aunque no utilizaba nunca su nombre auténtico, sino que iba cambiando, para evitar que nos engañaran. – También me vale con que me mostréis la marca del grupo al que pertenezco. – Esa era otra posibilidad, pues tal vez NIA no estuviese actualizada y aquellos tipos perteneciesen a la Hermandad. Un colmillo tatuado bajo el omóplato sería la señal de que aquellos tipos pertenecían al gremio. – Y en cualquier caso, estimado Bio, vamos en dirección incorrecta. – Y señalé justamente con el pulgar en dirección contraria, en una calle ya más ancha y bastante repleta de gente para las horas de la noche que eran.
Esperaba alguna respuesta de algunos de los dos. Tal vez me interesara, por lo menos, salir de la ciudad con ellos, así si alguien intentaba hacerme algo probablemente actuasen. Una vez fuera de ésta y ya sin visos de que nadie me siguiera, podría tratar de escapar de ellos.
-Solicito evaluación de las condiciones físicas de los sujetos – susurré a NIA, si tenían un oído fino podrían haberme oído. Aunque probablemente no tuviesen ni idea de por qué lo preguntaba.
"Petición recibida". Confirmó la inteligencia. NIA, podía realizar durante el trayecto de salida de la ciudad una evaluación de ciertos parámetros que me permitiría tener alguna idea ligera de las condiciones físicas de ambos, evaluar si tenían algún tipo de problema físico o debilidad, como si mostraba cojera de un pie, el armamento que llevaba visible y en función de eso el tipo de combate que emplearía, el ritmo con el que caminaba, entre otros muchos. Se trataba de obtener pistas para luego informarme en un hipotético combate o simplemente si podría ganarles en velocidad o no en el caso de que decidiera escapar. Había que estar preparada en caso de necesidad.
Rachel Roche
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Re: Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
No pude evitar llevar mi mano a la frente al escuchar la respuesta de Arygos, me daba mucha ternura su adorable sinceridad, pero al mismo tiempo pensaba que eso podría meterla en problemas en algún momento, incluso me la llegué a imaginar siendo espía “Oh sí, lo estaba espiando señor, es que me dijeron que lo espiara y lo estoy haciendo”. Reí internamente ante la extraña situación hipotética aunque lo que pasaba tampoco era su culpa, yo no le había dado suficiente información así que si le pasaba algo sería mi completa responsabilidad.
Abrí la boca y alcé una ceja al ver como la ingenua dragona me señalaba revelando mi identidad a la desconocida, en cierto modo y hasta cierto punto me resultaba demasiado gracioso y en otras circunstancias no habría dudado en explotar de la risa, sin embargo de momento debía controlarme y parecer serio, aunque esa sin duda sería una buena historia para contar luego.
Después de dar las respectivas explicaciones a la mujer brillante corrí al callejón en busca de la palanca que había usado para derribar las cajas, a pesar de ser metal, y resistente, no era pesada, por lo que podría llevarla con relativa facilidad; Rachel por su parte, se mantenía pensativa como si dentro de su cabeza discutiera consigo misma -Vaya que son raros estos bios- Pensé sin llegar a decir nada mientras me apresuraba a dejar ese lugar lo más pronto posible.
Detuve mi camino ante la acusación de la mensajera, ignoraba qué podría darle para que me creyera que pertenecía a quienes la habían contratado, tal vez ni siquiera estaba contratada como yo lo... Bueno, yo tampoco lo estaba, pero una verdad a medias podía convertirse en dos medias verdades -No sé quiénes te han pedido recuperar ese libro, pero me han contratado para traerlo a tus manos, tus contratantes no son los míos y no trabajamos para la misma gente- Era tan sincero que hasta yo comenzaba a creérmelo, aunque no era del todo falso, me habían contratado para dejar el libro en sus manos, hablaba con la verdad, por lo que mi corazón se mantenía calmado y sin sobresaltos -Pero mi misión no ha sido solo entregarte el libro, sino también asegurarme de que llegue a los clientes que han pagado por él- Esa era la parte falsa, así que rápidamente complementé con una parte que fuera cierta para cuando menos confundir cualquier análisis que estuviera haciendo de mis respuestas -La entrega está comprometida, unos sujetos me estuvieron siguiendo y ahora te seguirán a ti, lo más conveniente es buscar una ruta alterna para perderlos o simplemente eliminarlos- Esa parte sí era cierta, sabía que me habían seguido, aunque no tenía claro con qué intenciones lo hacían, podían venir tras de mí o tras el libro, pero de cualquier modo la excusa me servía -Claro que vamos en dirección opuesta, lo sé- Mentí de nuevo y miré rápidamente el entorno en busca de una excusa que me salvara de quedar como idiota -Ese hombre de la esquina- Dije mientras señalaba con la vista a un gordito que comía con desespero una manzana -¡¡No lo mires!!- Alerté para asustarla un poco -Voltea despacio... Es un centinela, está esperando que vayamos en su dirección para atraparnos, debemos encontrar otra salida- El gordito levantó la mano llamando a otro sujeto y le dio unas monedas mientras señalaba casi en dirección hacia nosotros -Rayos, nos ha delatado, hay que movernos, pero con naturalidad, que no sepa que sabemos que sabe que estamos aquí- Dije con voz de alarma aunque el hombre solo estaría pagando y diciendo que le faltaba dinero pero iría a buscarlo a su casa.
Antes de continuar me aseguré de que Arygos no estuviera cansada, a su paso sería algo lento abandonar la ciudad y además debía evitar que dijera otra cosa indebida a causa de su adorable ingenuidad -¿Estás bien?- Le pregunté en tono protector mientras le ofrecía mi brazo por si quería apoyarse en él para ayudarse a caminar más de prisa.
Abrí la boca y alcé una ceja al ver como la ingenua dragona me señalaba revelando mi identidad a la desconocida, en cierto modo y hasta cierto punto me resultaba demasiado gracioso y en otras circunstancias no habría dudado en explotar de la risa, sin embargo de momento debía controlarme y parecer serio, aunque esa sin duda sería una buena historia para contar luego.
Después de dar las respectivas explicaciones a la mujer brillante corrí al callejón en busca de la palanca que había usado para derribar las cajas, a pesar de ser metal, y resistente, no era pesada, por lo que podría llevarla con relativa facilidad; Rachel por su parte, se mantenía pensativa como si dentro de su cabeza discutiera consigo misma -Vaya que son raros estos bios- Pensé sin llegar a decir nada mientras me apresuraba a dejar ese lugar lo más pronto posible.
Detuve mi camino ante la acusación de la mensajera, ignoraba qué podría darle para que me creyera que pertenecía a quienes la habían contratado, tal vez ni siquiera estaba contratada como yo lo... Bueno, yo tampoco lo estaba, pero una verdad a medias podía convertirse en dos medias verdades -No sé quiénes te han pedido recuperar ese libro, pero me han contratado para traerlo a tus manos, tus contratantes no son los míos y no trabajamos para la misma gente- Era tan sincero que hasta yo comenzaba a creérmelo, aunque no era del todo falso, me habían contratado para dejar el libro en sus manos, hablaba con la verdad, por lo que mi corazón se mantenía calmado y sin sobresaltos -Pero mi misión no ha sido solo entregarte el libro, sino también asegurarme de que llegue a los clientes que han pagado por él- Esa era la parte falsa, así que rápidamente complementé con una parte que fuera cierta para cuando menos confundir cualquier análisis que estuviera haciendo de mis respuestas -La entrega está comprometida, unos sujetos me estuvieron siguiendo y ahora te seguirán a ti, lo más conveniente es buscar una ruta alterna para perderlos o simplemente eliminarlos- Esa parte sí era cierta, sabía que me habían seguido, aunque no tenía claro con qué intenciones lo hacían, podían venir tras de mí o tras el libro, pero de cualquier modo la excusa me servía -Claro que vamos en dirección opuesta, lo sé- Mentí de nuevo y miré rápidamente el entorno en busca de una excusa que me salvara de quedar como idiota -Ese hombre de la esquina- Dije mientras señalaba con la vista a un gordito que comía con desespero una manzana -¡¡No lo mires!!- Alerté para asustarla un poco -Voltea despacio... Es un centinela, está esperando que vayamos en su dirección para atraparnos, debemos encontrar otra salida- El gordito levantó la mano llamando a otro sujeto y le dio unas monedas mientras señalaba casi en dirección hacia nosotros -Rayos, nos ha delatado, hay que movernos, pero con naturalidad, que no sepa que sabemos que sabe que estamos aquí- Dije con voz de alarma aunque el hombre solo estaría pagando y diciendo que le faltaba dinero pero iría a buscarlo a su casa.
Antes de continuar me aseguré de que Arygos no estuviera cansada, a su paso sería algo lento abandonar la ciudad y además debía evitar que dijera otra cosa indebida a causa de su adorable ingenuidad -¿Estás bien?- Le pregunté en tono protector mientras le ofrecía mi brazo por si quería apoyarse en él para ayudarse a caminar más de prisa.
Bio
Aerandiano de honor
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Re: Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
Me mantuve en silencio porque Bio, mucho mas rápido, audaz y siendo poseedor de mas iinformación que yo podía contestar a las preguntas de Rachel con mas detalle de lo que yo podría haberlo hecho, solo cuando pregunto por una marca me miré de arriba abajo y negué con la cabeza.
-No tengo marcas... aunque una vez me alcanzo una espada y debo de tener alguna cicatriz por algún lado.-murmure mas para mi misma que para la Biocibernetica. La verdad es que no e había fijado, y des de que tenía las ropas que cambiaban de forma con mi cuerpo, no me había visto desnuda en esa forma.
Cuando bio señalo al hombre rechoncho lo miré descaradamente, y di un bote al ser corregida por el mismo, asomándome de nuevo con mas cautela para ver la sospechosa transacción monetaria que estaba llevando a cabo.
Apuré el paso todo lo que me permitía la palanca que ejercía de improvisado bastón alcanzando a mi compañero vampiro, ya que en esta forma, era el único de los tres del que tenía constancia de que fuere capaz de defenderse, y a quien había visto en acción con anterioridad.
-Srta. Rachel...¿Puedo hacerle preguntas de índole personal?.-La miré de reojo, deseando escuchar una respuesta afirmativa por su parte. Me moría de ganas por preguntar por esas luces extrañas que emitía su cuerpo, así como otras cuestiones culturales de su especie que había pasado por alto cuando viajaba con Sajin, y al ser una raza escasa, serían pocas las ocasiones que se me presentarían para preguntar y aprender sobre ellos.
Bio me cedió el brazo, y lo tomé con al mano libre, siendo, a partir de entonces notablemente mas sencillo para mi la tarea de caminar para salir de la ciudad. Rocé la sien contra su brazo unas pocas veces en señal de gratitud por su ayuda, emitiendo un gorgojeo similar a los que el ya había oído antes, pero mucho mas bajo y agudo de lo que tendían a ser. Aun que conocía que eso no era un gesto compartido por su especie para mostrar gratitud o afecto, conociendo el mi condición, y considerándolo ya un amigo, consideraba que debía poder expresarme con naturalidad aun que eso supusiera que tuviera que acostumbrarse a las convenciones de los míos del mismo modo en el que yo acepte durante largo tiempo el mote de Babitas sin morderle.
-Estoy bien.-sonreí.- Casi no puedo creerme que haya caminado tanto sin caerme. Debería llevar un palo conmigo siempre.-mire la palanca asintiendo para mi misma.- Creo que me lo voy a quedar...después pensare como lo traslado conmigo, quizás le haga una asa y le ponga unas correas como con el morral... o pida hacer un arnés que cambie de forma como las ropas.-Empecé a divagar al respecto. ¿Harían de esas cosas en lunargenta? ¿O tendría que volver a las islas de los brujos? No me apetecía volver alli.. ¿Sería suficiente el dinero que poseía?Quizás sería bueno si buscaba algún otro empleo por una jornada o dos... podría probar algo nuevo.
-No tengo marcas... aunque una vez me alcanzo una espada y debo de tener alguna cicatriz por algún lado.-murmure mas para mi misma que para la Biocibernetica. La verdad es que no e había fijado, y des de que tenía las ropas que cambiaban de forma con mi cuerpo, no me había visto desnuda en esa forma.
Cuando bio señalo al hombre rechoncho lo miré descaradamente, y di un bote al ser corregida por el mismo, asomándome de nuevo con mas cautela para ver la sospechosa transacción monetaria que estaba llevando a cabo.
Apuré el paso todo lo que me permitía la palanca que ejercía de improvisado bastón alcanzando a mi compañero vampiro, ya que en esta forma, era el único de los tres del que tenía constancia de que fuere capaz de defenderse, y a quien había visto en acción con anterioridad.
-Srta. Rachel...¿Puedo hacerle preguntas de índole personal?.-La miré de reojo, deseando escuchar una respuesta afirmativa por su parte. Me moría de ganas por preguntar por esas luces extrañas que emitía su cuerpo, así como otras cuestiones culturales de su especie que había pasado por alto cuando viajaba con Sajin, y al ser una raza escasa, serían pocas las ocasiones que se me presentarían para preguntar y aprender sobre ellos.
Bio me cedió el brazo, y lo tomé con al mano libre, siendo, a partir de entonces notablemente mas sencillo para mi la tarea de caminar para salir de la ciudad. Rocé la sien contra su brazo unas pocas veces en señal de gratitud por su ayuda, emitiendo un gorgojeo similar a los que el ya había oído antes, pero mucho mas bajo y agudo de lo que tendían a ser. Aun que conocía que eso no era un gesto compartido por su especie para mostrar gratitud o afecto, conociendo el mi condición, y considerándolo ya un amigo, consideraba que debía poder expresarme con naturalidad aun que eso supusiera que tuviera que acostumbrarse a las convenciones de los míos del mismo modo en el que yo acepte durante largo tiempo el mote de Babitas sin morderle.
-Estoy bien.-sonreí.- Casi no puedo creerme que haya caminado tanto sin caerme. Debería llevar un palo conmigo siempre.-mire la palanca asintiendo para mi misma.- Creo que me lo voy a quedar...después pensare como lo traslado conmigo, quizás le haga una asa y le ponga unas correas como con el morral... o pida hacer un arnés que cambie de forma como las ropas.-Empecé a divagar al respecto. ¿Harían de esas cosas en lunargenta? ¿O tendría que volver a las islas de los brujos? No me apetecía volver alli.. ¿Sería suficiente el dinero que poseía?Quizás sería bueno si buscaba algún otro empleo por una jornada o dos... podría probar algo nuevo.
Arygos Valnor
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Re: Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
Bio aseguraba que los contratantes le habían ordenado escoltar el libro hasta el lugar en el que yo tenía que entregarlo. NIA no terminaba de fiarse de esa afirmación. A la vez que aseguraba saber que íbamos en la dirección correcta, eso por lo visto era para evitar a la gente que, según él, nos perseguía.
-¿Nos siguen? ¿Quién? – pregunté asustada y aligerando un poco el ritmo de mis piernas metálicas. Lo que menos me gustaban a mí eran los enfrentamientos directos.
A su vez, Arygos, que parecía una criatura curiosa, sentía curiosidad por preguntarme algo. Avanzaba de manera un poco lenta y torpe. – Claro, pregunta lo que quieras. – le dije con una sonrisa. “Cuidado con la información que das, Rachel.”. Me advirtió NIA. Y es que si las preguntas tenían que ver con algo relativo a la misión o a la Hermandad no podría responderlas.
Bio se detuvo tras una esquina y nos hizo parar tanto a mí como a Arygos. Miramos de reojo para ver como… ¿un tipo gordo se comía una manzana tras una esquina? Miré a Bio para ver si se estaba quedando conmigo. Luego miré fijamente al tipo para que NIA hiciese su análisis pertinente. “Sujeto 319. Sexo masculino. Edad estimada: 35 años. Condición física: Mala. Arma: Estoque de una mano. 100% de probabilidades de ser un humano. Presenta un estado de embriaguez”.
-Ese tipo está borracho. – dije para tratar de tranquilizar a Bio, que parecía alterado y asustado por un tipo al que hasta yo me atrevería a hacerle frente.
La sorpresa llegó cuando entregó unas monedas a otro más ágil y señaló nuestra posición. Rápidamente, el vampiro dio la voz de alarma y nos sacó de allí por el sitio por el que habíamos venido, corriendo. A Arygos le costaba avanzar y su amigo se paró junto a ella para comprobar cómo le iba. La dragona empezó a divagar sobre posibles mejoras para su organismo. “Rachel. No es momento de disertar. Tienes que irte ya.” me apremiaba NIA. Me estaba poniendo de los nervios.
-Te… tenemos que irnos. – dije nerviosa, apresurada por la situación de sentirme perseguida y por la prisa que me metía NIA, mientras Arygos todavía divagaba. No esperé más e impulsivamente abandoné el grupo para echar a correr por el camino por el que habíamos venido. Era una calle relativamente poblada para la hora que era, pero mi traje de luces cantaba demasiado y cualquiera podría seguirme con facilidad.
Entre toda la gente que había en aquella misma calle, tropecé con un hombre, llevaba un traje similar al tipo que acabábamos de ver saliendo a por nosotros. Caí al suelo sentada pero todavía cogiendo el libro. Y retrocedí arrastrándome hacia atrás. El tipo llevaba una gabardina larga y un sombrero y no tenía pinta de ser un buen hombre. “Cuidado. Alerta.” Advertía NIA, lo que no hacía sino ponerme más nerviosa.
-No… no… no puedo entregar el libro. – me repetía a mí misma, sentada en el suelo, sin quitar un ojo al tipo que avanzaba hacia mí, riéndose.
-Tu libro me importa una mierda, luciérnaga. – me dijo el hombre. – Estabas con ese chupasangre. Así que eres la misma escoria que él. – miré aterrorizada al hombre por su amenaza.
“Entrada del sujeto actualizada. Actitud agresiva. Profesión: Cazarrecompensas.”. Sentenció NIA tras su habitual análisis.
-Oh… mi… mierda – ahora sí que, sin comerlo ni beberlo, estaba metida en líos, y es que aquellos tipos no venían a por mí, sino que iban a por Bio. El tipo me tomó por la pierna, solté un gemido y a continuación le propiné una patada en el estómago que le dolió probablemente el doble que el de una persona normal dada mi extremidad de metal. Me levanté y corrí buscando a mis ahora compañeros por necesidad. -¡Bio! ¡Arygos! ¿Dónde estáis? ¡Cazarrecompensas! ¡Socorro! – grité buscándolos con la mirada. Sin soltar el libro. Esperando a que alguno de los dos me tomara y tuviera algún plan para salir de allí.“Imposible identificar individuos a esta velocidad”. Pero ya era tarde para dejar de correr. Mis nervios habían desatado el caos.
-¿Nos siguen? ¿Quién? – pregunté asustada y aligerando un poco el ritmo de mis piernas metálicas. Lo que menos me gustaban a mí eran los enfrentamientos directos.
A su vez, Arygos, que parecía una criatura curiosa, sentía curiosidad por preguntarme algo. Avanzaba de manera un poco lenta y torpe. – Claro, pregunta lo que quieras. – le dije con una sonrisa. “Cuidado con la información que das, Rachel.”. Me advirtió NIA. Y es que si las preguntas tenían que ver con algo relativo a la misión o a la Hermandad no podría responderlas.
Bio se detuvo tras una esquina y nos hizo parar tanto a mí como a Arygos. Miramos de reojo para ver como… ¿un tipo gordo se comía una manzana tras una esquina? Miré a Bio para ver si se estaba quedando conmigo. Luego miré fijamente al tipo para que NIA hiciese su análisis pertinente. “Sujeto 319. Sexo masculino. Edad estimada: 35 años. Condición física: Mala. Arma: Estoque de una mano. 100% de probabilidades de ser un humano. Presenta un estado de embriaguez”.
-Ese tipo está borracho. – dije para tratar de tranquilizar a Bio, que parecía alterado y asustado por un tipo al que hasta yo me atrevería a hacerle frente.
La sorpresa llegó cuando entregó unas monedas a otro más ágil y señaló nuestra posición. Rápidamente, el vampiro dio la voz de alarma y nos sacó de allí por el sitio por el que habíamos venido, corriendo. A Arygos le costaba avanzar y su amigo se paró junto a ella para comprobar cómo le iba. La dragona empezó a divagar sobre posibles mejoras para su organismo. “Rachel. No es momento de disertar. Tienes que irte ya.” me apremiaba NIA. Me estaba poniendo de los nervios.
-Te… tenemos que irnos. – dije nerviosa, apresurada por la situación de sentirme perseguida y por la prisa que me metía NIA, mientras Arygos todavía divagaba. No esperé más e impulsivamente abandoné el grupo para echar a correr por el camino por el que habíamos venido. Era una calle relativamente poblada para la hora que era, pero mi traje de luces cantaba demasiado y cualquiera podría seguirme con facilidad.
Entre toda la gente que había en aquella misma calle, tropecé con un hombre, llevaba un traje similar al tipo que acabábamos de ver saliendo a por nosotros. Caí al suelo sentada pero todavía cogiendo el libro. Y retrocedí arrastrándome hacia atrás. El tipo llevaba una gabardina larga y un sombrero y no tenía pinta de ser un buen hombre. “Cuidado. Alerta.” Advertía NIA, lo que no hacía sino ponerme más nerviosa.
-No… no… no puedo entregar el libro. – me repetía a mí misma, sentada en el suelo, sin quitar un ojo al tipo que avanzaba hacia mí, riéndose.
-Tu libro me importa una mierda, luciérnaga. – me dijo el hombre. – Estabas con ese chupasangre. Así que eres la misma escoria que él. – miré aterrorizada al hombre por su amenaza.
“Entrada del sujeto actualizada. Actitud agresiva. Profesión: Cazarrecompensas.”. Sentenció NIA tras su habitual análisis.
-Oh… mi… mierda – ahora sí que, sin comerlo ni beberlo, estaba metida en líos, y es que aquellos tipos no venían a por mí, sino que iban a por Bio. El tipo me tomó por la pierna, solté un gemido y a continuación le propiné una patada en el estómago que le dolió probablemente el doble que el de una persona normal dada mi extremidad de metal. Me levanté y corrí buscando a mis ahora compañeros por necesidad. -¡Bio! ¡Arygos! ¿Dónde estáis? ¡Cazarrecompensas! ¡Socorro! – grité buscándolos con la mirada. Sin soltar el libro. Esperando a que alguno de los dos me tomara y tuviera algún plan para salir de allí.“Imposible identificar individuos a esta velocidad”. Pero ya era tarde para dejar de correr. Mis nervios habían desatado el caos.
Rachel Roche
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Re: Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
Mis palabras funcionaban con la chica brillante, lo sabía, pero inmediatamente cambiaba de parecer, como si algo dentro de ella la intentara convencer de que yo mentía, según recordaba, mi amigo Sajin tenía una especie de doble personalidad, alguien más que iba dentro de él y que tenía una manera de actuar muy distinta a la de nuestro amigo, sin embargo nunca actuaban los dos a la vez, en cambio esta chica parecía no solo tener otra personalidad, sino que además lograba comunicarse con ella, no podía ser tan ingenua y a la vez tan desconfiada, estaba seguro de que me creía, lo veía en sus ojos, pero luego, nada; era un personaje bastante confuso y difícil de entender, mientras pensaba en todo aquello, Arygos que había aceptado mi brazo como apoyo, me mató con su gesto de ternura rozando su frente contra mi brazo, hasta el momento, ella y mi pequeña Magazubi eran las cositas más adorables que conocía y no dudaría ni por un instante en acabar con cualquiera que intentara hacerles daño.
Por otra parte, las respuestas de Arygos me mataban de risa aunque lo disimulaba manteniendo un perfecto tono de seriedad, sonreí ante su gesto y escuché sus divagaciones acerca de su hazaña de caminar y la necesidad de un bastón -Yo puedo enseñarte a caminar y a correr- Murmuré cariñosamente aunque en voz baja -Aunque no te guste, es necesario que puedas hacerlo- Intentaba que mis palabras no parecieran un sermón de padre, pero a fin de cuentas a ella también la veía como a una chiquilla a la que deseaba proteger de cualquier peligro, pero que también debía aprender a defenderse por sí sola cuando yo no estuviera cerca.
Unos instantes distraído con la adorable peliblanca bastaron para perder de vista a la luminiscente chica que sin aviso ni advertencia echó a correr huyendo de nosotros -Tal vez exageré con lo del gordito- Le dije a Arygos mientras buscaba con la mirada a la fugitiva que en apenas instantes había conseguido esfumarse -¿Viste a dónde se fue?- Pregunté a la dragona para luego levantarme de puntas con los pies en busca de una mejor visibilidad y aunque lo que vi no fue a Rachel, algo importante había aparecido; uno de esos cazadores que me habían estado buscando en Roilkat, había llegado también hasta acá, esto era mucho más serio de lo que habría esperado -Vamos a descansar acá- Dije a la tierna peliblanca mientras le señalaba un pequeño callejón donde podríamos escondernos un rato; no esperaba asustarla pero tampoco pensaba quedarme en ese lugar donde fácilmente podrían vernos; una vez a cubierto en el callejón esperaríamos a que los sujetos se fueran o... Algo peor.
No pasó mucho rato antes que unos gritos se hicieran eco entre las calles, las personas se apartaban al ver venir a una chica brillante gritando pero luego se quedaban parados en su sitio extrañados, sin darse cuenta de que estorbaban al cazarecompensas que la seguía, el cual terminaba empujando molesto a las personas para tratar de seguir a su metálica presa; me alejé un poco de Arygos para no ponerla en riesgo y me acerqué al borde del callejón y justo cuando sentí que Rachel venía cerca estiré una mano hacia ella para tomarla por donde pudiera y halarla hacia el callejón que también la podría resguardar a ella al menos hasta encontrar una manera de salir de ese lugar -Haces demasiado ruido- Le susurré mientras llevaba un dedo a mis labios en señal de silencio.
La poca gente que quedaba en la calles iba menguando poco a poco y al cabo de unos minutos eran muy pocos los que quedaban, mientras tanto, no uno sino dos caza recompensas, se habían anidado en ambos extremos de la calle impidiendo que cualquiera saliera del rango sin ser detectado, no parecían tener prisa, pero lo que sí tenían era la seguridad de que estábamos ahí, por lo que una vez despejada la calle de personas, comenzaron a acercarse uno por cada lado, no tardarían mucho en llegar al callejón y entonces, habría que actuar.
Por otra parte, las respuestas de Arygos me mataban de risa aunque lo disimulaba manteniendo un perfecto tono de seriedad, sonreí ante su gesto y escuché sus divagaciones acerca de su hazaña de caminar y la necesidad de un bastón -Yo puedo enseñarte a caminar y a correr- Murmuré cariñosamente aunque en voz baja -Aunque no te guste, es necesario que puedas hacerlo- Intentaba que mis palabras no parecieran un sermón de padre, pero a fin de cuentas a ella también la veía como a una chiquilla a la que deseaba proteger de cualquier peligro, pero que también debía aprender a defenderse por sí sola cuando yo no estuviera cerca.
Unos instantes distraído con la adorable peliblanca bastaron para perder de vista a la luminiscente chica que sin aviso ni advertencia echó a correr huyendo de nosotros -Tal vez exageré con lo del gordito- Le dije a Arygos mientras buscaba con la mirada a la fugitiva que en apenas instantes había conseguido esfumarse -¿Viste a dónde se fue?- Pregunté a la dragona para luego levantarme de puntas con los pies en busca de una mejor visibilidad y aunque lo que vi no fue a Rachel, algo importante había aparecido; uno de esos cazadores que me habían estado buscando en Roilkat, había llegado también hasta acá, esto era mucho más serio de lo que habría esperado -Vamos a descansar acá- Dije a la tierna peliblanca mientras le señalaba un pequeño callejón donde podríamos escondernos un rato; no esperaba asustarla pero tampoco pensaba quedarme en ese lugar donde fácilmente podrían vernos; una vez a cubierto en el callejón esperaríamos a que los sujetos se fueran o... Algo peor.
No pasó mucho rato antes que unos gritos se hicieran eco entre las calles, las personas se apartaban al ver venir a una chica brillante gritando pero luego se quedaban parados en su sitio extrañados, sin darse cuenta de que estorbaban al cazarecompensas que la seguía, el cual terminaba empujando molesto a las personas para tratar de seguir a su metálica presa; me alejé un poco de Arygos para no ponerla en riesgo y me acerqué al borde del callejón y justo cuando sentí que Rachel venía cerca estiré una mano hacia ella para tomarla por donde pudiera y halarla hacia el callejón que también la podría resguardar a ella al menos hasta encontrar una manera de salir de ese lugar -Haces demasiado ruido- Le susurré mientras llevaba un dedo a mis labios en señal de silencio.
La poca gente que quedaba en la calles iba menguando poco a poco y al cabo de unos minutos eran muy pocos los que quedaban, mientras tanto, no uno sino dos caza recompensas, se habían anidado en ambos extremos de la calle impidiendo que cualquiera saliera del rango sin ser detectado, no parecían tener prisa, pero lo que sí tenían era la seguridad de que estábamos ahí, por lo que una vez despejada la calle de personas, comenzaron a acercarse uno por cada lado, no tardarían mucho en llegar al callejón y entonces, habría que actuar.
Bio
Aerandiano de honor
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Re: Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
-Supongo que tienes razón.- Respondí a la oferta de Bio al ver que la cibernética no gustaba de responder a mis preguntas, centrando toda mi atención en el vampiro.- La verdad es que no creí que fuera tan necesario, no tiendo a caminar ni correr mucho... Pero lo estoy haciendo ¿No? No muy bien pero por algo se empieza. Cuando tengas tiempo me agradará aceptar tu oferta.
Suspiré con alivio cuando mencionó lo del borracho, sintiéndome mas a salvo, quizás tuviéramos suerte, y nadie persiguiera a la muchacha, Bio hubiera estado paranoico con eso de creer que la seguían y tuviéramos un agradable viaje a donde quiera que fueran ese par, en el que poder descubrir el misterioso contenido de ese manuscrito. Quizás hasta convenciéramos a la joven de que me dejara leerlo durante el camino, bajo su supervisión claro para que estuviera segura de que no lo perdía ni sufría ningún incidente fruto de mi torpeza. O pudiera leerlo ella para nosotros en voz alta.
Entonces mire alrededor y no vi a la chica luminosa, Bio parecía que tampoco la había visto irse, que pésima escolta eramos realmente, como para perder así a la persona que debíamos proteger. Iba a sugerir sobrevolar la ciudad cuando Bio nos condujo a un callejón, y me señaló el panorama.
-Tienes una suerte pésima.- Le susurre, poniendo sobre la mesa la evidente atracción magnética del vampiro por cualquier clase de problemas.
Por la calle pasaba alguna gente mencionando cosas sobre el incidente, chismorreando sobre una acontecimiento cercano, las tres palabras que pude sacar entre el tumulto de ruidos eran "Vampiro" "Caza recompensas" y "Cibernética" lo cual me dejaba bien en claro de que teníamos problemas, problemas gordos, y que no iban a ser fáciles de arreglar. Ni por las buenas, ni por las malas.
Del mismo modo en el que se encontraba con los problemas, Bio los solucionaba, por suerte la biocibernetica paso corriendo cerca nuestro, y fue lo suficientemente rápido como para tomarla y meterla con nosotros. Rebusque frenéticamente en el morral hasta sacar una capa de viaje, y se la coloque por encima a la muchacha para ocultar sus brillantes luces, que la hacian una presa fácil de seguir, si no, el perseguidor, nos encontraría con la misma facilidad con la que acabábamos de darle esquinazo.
-Tápate bien.- le susurre a la muchacha, para que terminase de vestirsela bien ella sola.
La gente iba yéndose, pero los perseguidores seguían allí, y no parecía que tuvieran la intención de irse. No podía evitar sentirme encerrada y acorralada, había que encontrar un modo de sacar a bio, la joven y el libro de allí. Me faltaba un poco el aire, y volvía a sentir mi corazón palpitando hasta ne los oídos, como si algún percusionista estuviera en el panel de mi oreja ensayando un ritmo frenético y constante.
-¿Tienen una cuerda? Quizás pueda reptar por la pared hasta el techo, y luego podemos huir por allí...no creo que nos busquen tan arriba.- susurre apuradamente a ambos, esperando que o se les ocurriera algo mejor, o tuvieran lo que estaba pidiendo, porque no me apetecía para nada enzarzarme en una pelea en un espacio tan angosto.
-No podemos pelearnos en medio de una ciudad... la guardia nos va a detener.- Y no tenia las mas mínimas ganas de volver a quedar encerrada en una celda, tampoco de que mi rostro estuviera en esos carteles de pergamino barato y desvaído pegado por toda la ciudad con alguna cifra debajo que incitara mas a los caza recompensas o cazadores a ir a por mi persona.
Suspiré con alivio cuando mencionó lo del borracho, sintiéndome mas a salvo, quizás tuviéramos suerte, y nadie persiguiera a la muchacha, Bio hubiera estado paranoico con eso de creer que la seguían y tuviéramos un agradable viaje a donde quiera que fueran ese par, en el que poder descubrir el misterioso contenido de ese manuscrito. Quizás hasta convenciéramos a la joven de que me dejara leerlo durante el camino, bajo su supervisión claro para que estuviera segura de que no lo perdía ni sufría ningún incidente fruto de mi torpeza. O pudiera leerlo ella para nosotros en voz alta.
Entonces mire alrededor y no vi a la chica luminosa, Bio parecía que tampoco la había visto irse, que pésima escolta eramos realmente, como para perder así a la persona que debíamos proteger. Iba a sugerir sobrevolar la ciudad cuando Bio nos condujo a un callejón, y me señaló el panorama.
-Tienes una suerte pésima.- Le susurre, poniendo sobre la mesa la evidente atracción magnética del vampiro por cualquier clase de problemas.
Por la calle pasaba alguna gente mencionando cosas sobre el incidente, chismorreando sobre una acontecimiento cercano, las tres palabras que pude sacar entre el tumulto de ruidos eran "Vampiro" "Caza recompensas" y "Cibernética" lo cual me dejaba bien en claro de que teníamos problemas, problemas gordos, y que no iban a ser fáciles de arreglar. Ni por las buenas, ni por las malas.
Del mismo modo en el que se encontraba con los problemas, Bio los solucionaba, por suerte la biocibernetica paso corriendo cerca nuestro, y fue lo suficientemente rápido como para tomarla y meterla con nosotros. Rebusque frenéticamente en el morral hasta sacar una capa de viaje, y se la coloque por encima a la muchacha para ocultar sus brillantes luces, que la hacian una presa fácil de seguir, si no, el perseguidor, nos encontraría con la misma facilidad con la que acabábamos de darle esquinazo.
-Tápate bien.- le susurre a la muchacha, para que terminase de vestirsela bien ella sola.
La gente iba yéndose, pero los perseguidores seguían allí, y no parecía que tuvieran la intención de irse. No podía evitar sentirme encerrada y acorralada, había que encontrar un modo de sacar a bio, la joven y el libro de allí. Me faltaba un poco el aire, y volvía a sentir mi corazón palpitando hasta ne los oídos, como si algún percusionista estuviera en el panel de mi oreja ensayando un ritmo frenético y constante.
-¿Tienen una cuerda? Quizás pueda reptar por la pared hasta el techo, y luego podemos huir por allí...no creo que nos busquen tan arriba.- susurre apuradamente a ambos, esperando que o se les ocurriera algo mejor, o tuvieran lo que estaba pidiendo, porque no me apetecía para nada enzarzarme en una pelea en un espacio tan angosto.
-No podemos pelearnos en medio de una ciudad... la guardia nos va a detener.- Y no tenia las mas mínimas ganas de volver a quedar encerrada en una celda, tampoco de que mi rostro estuviera en esos carteles de pergamino barato y desvaído pegado por toda la ciudad con alguna cifra debajo que incitara mas a los caza recompensas o cazadores a ir a por mi persona.
Arygos Valnor
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Re: Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
Corría como pollo sin cabeza. Perseguida por aquellos cazadores. Estaba muy asustada y lo cierto es que no sabía muy bien a donde iba. De repente, un brazo salió de las sombras de un callejón, me tomó fuertemente de la parte orgánica de mi brazo y me introdujo hacia dentro. Por un momento creí que alguien me iba a dar una paliza. Pero ni mucho menos, fue reconfortante ver que quien me había cogido era Bio. Instándome a que no hiciera tanto ruido. No respondí por miedo, simplemente asentí con la cabeza. Con una mezcla de temor y obediencia. El vampiro sin duda imponía.
Por su parte, Arygos me entrego una capa para ocultar mi luminoso traje. Lo cierto es que NIA podía reducir algo la intensidad de la luz, que no era sino mi líquido vital. Pero creo que la capa sería algo más práctico. Así que me la puse por encima sin saber muy bien como.
-Sí… Gracias. – agradecí con una ligera sonrisilla por su detalle. No me iría mal algo así.
La calle cada vez estaba menos transitada. Había que salir de allí. La dragona planteó ascender hasta los tejados… No era mala idea. Difícilmente nos encontrarían en las alturas. Pero, subir tan arriba… ¿En serio? Miré asustada hacia la parte más alta del tejado. Habría unos cinco metros de desnivel y no había ninguna cuerda que nos permitiera subir al tejado, o al menos no a simple vista. “Buscando rutas de acceso al tejado. Por favor, espere. Polea disponible en dirección izquierda”. Me acerqué a donde me había indicado NIA En aquel pequeño callejón había una cuerda que ascendía por el muro hasta una polea en lo alto del tejado que sujetaba unas cajas. “Adelante, Rachel”.
-¡No! No subiré por ahí. Me niego – repliqué a la inteligencia artificial. Eran un flan ahora mismo.
-¡Se ha ido por aquí! Buscadlos y descuartizadlos. – gritó uno de los tipos que nos estaban persiguiendo, seguramente a alguno de sus secuaces. Pasaba corriendo por la calle principal, al lado del callejón en el que nos encontrábamos, pero sin percatarse de donde estábamos. Esa fue la “motivación” que me hacía falta para subir.
-Está bien. Allá voy. – concluí con cara de temor. Para sujetarme a la cuerda e ir trepando hacia arriba como buenamente podía. “No mires abajo” – Gracias NIA, no pensaba hacerlo. – Le repliqué con sátira cuando estaba a media altura.
Tardé mi tiempo en llegar, no era muy ágil y me costaba vencer la gravedad con lo pesadas que eran mis extremidades. Cuando llegué a la parte más alta, miré abajo. Había un mundo de caída para mí. Por suerte, el tejado era bastante plano. Así que podría mantenerme sin problemas allí arriba.
-Podéis subir si queréis. Aquí no hay nadie. – Dije mirando hacia abajo. Tal vez ellos prefirieran ir por la parte inferior de las calles o subir conmigo. Pero eso seguramente les obligaría a pelearse con los cazarrecompensas.
“Estableciendo ruta de escape. Salida de Baslodia localizada.”. E instintivamente miré hacia la dirección que mi cabeza ordenaba, aunque estaba oscuro, se podían divisar dos altas torres situadas relativamente cerca de donde me encontraba. A cuatro o cinco tejados. “Torreones de puerta de escape localizados”. Sí. Ahí estaba el lugar al que tenía que llegar. Sonreí de una manera muy robótica.
-¡He encontrado la salida! – les grité a Arygos y a Bio. Y esperé para ver si subían o si decidían ir por abajo. Todos juntos llegaríamos más fácilmente. Aunque ahora, gracias a la capa que me había cedido Arygos podía evitar que me vieran sin mayores problemas. Tendría que pedir yo una así cuando volviera al cuartel.
Por su parte, Arygos me entrego una capa para ocultar mi luminoso traje. Lo cierto es que NIA podía reducir algo la intensidad de la luz, que no era sino mi líquido vital. Pero creo que la capa sería algo más práctico. Así que me la puse por encima sin saber muy bien como.
-Sí… Gracias. – agradecí con una ligera sonrisilla por su detalle. No me iría mal algo así.
La calle cada vez estaba menos transitada. Había que salir de allí. La dragona planteó ascender hasta los tejados… No era mala idea. Difícilmente nos encontrarían en las alturas. Pero, subir tan arriba… ¿En serio? Miré asustada hacia la parte más alta del tejado. Habría unos cinco metros de desnivel y no había ninguna cuerda que nos permitiera subir al tejado, o al menos no a simple vista. “Buscando rutas de acceso al tejado. Por favor, espere. Polea disponible en dirección izquierda”. Me acerqué a donde me había indicado NIA En aquel pequeño callejón había una cuerda que ascendía por el muro hasta una polea en lo alto del tejado que sujetaba unas cajas. “Adelante, Rachel”.
-¡No! No subiré por ahí. Me niego – repliqué a la inteligencia artificial. Eran un flan ahora mismo.
-¡Se ha ido por aquí! Buscadlos y descuartizadlos. – gritó uno de los tipos que nos estaban persiguiendo, seguramente a alguno de sus secuaces. Pasaba corriendo por la calle principal, al lado del callejón en el que nos encontrábamos, pero sin percatarse de donde estábamos. Esa fue la “motivación” que me hacía falta para subir.
-Está bien. Allá voy. – concluí con cara de temor. Para sujetarme a la cuerda e ir trepando hacia arriba como buenamente podía. “No mires abajo” – Gracias NIA, no pensaba hacerlo. – Le repliqué con sátira cuando estaba a media altura.
Tardé mi tiempo en llegar, no era muy ágil y me costaba vencer la gravedad con lo pesadas que eran mis extremidades. Cuando llegué a la parte más alta, miré abajo. Había un mundo de caída para mí. Por suerte, el tejado era bastante plano. Así que podría mantenerme sin problemas allí arriba.
-Podéis subir si queréis. Aquí no hay nadie. – Dije mirando hacia abajo. Tal vez ellos prefirieran ir por la parte inferior de las calles o subir conmigo. Pero eso seguramente les obligaría a pelearse con los cazarrecompensas.
“Estableciendo ruta de escape. Salida de Baslodia localizada.”. E instintivamente miré hacia la dirección que mi cabeza ordenaba, aunque estaba oscuro, se podían divisar dos altas torres situadas relativamente cerca de donde me encontraba. A cuatro o cinco tejados. “Torreones de puerta de escape localizados”. Sí. Ahí estaba el lugar al que tenía que llegar. Sonreí de una manera muy robótica.
-¡He encontrado la salida! – les grité a Arygos y a Bio. Y esperé para ver si subían o si decidían ir por abajo. Todos juntos llegaríamos más fácilmente. Aunque ahora, gracias a la capa que me había cedido Arygos podía evitar que me vieran sin mayores problemas. Tendría que pedir yo una así cuando volviera al cuartel.
Rachel Roche
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Re: Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
Con una sonrisa estiré la mano hacia la cabeza de Arygos para sacudirle el cabello, símbolo de cariño en la sociedad de los humanos -Será agradable enseñarte, porque a veces debes ser muy rápida, no todo se resuelve con babitas- Le dije en tono cariñoso recordando la forma como solía llamarla antes de buscar con la vista a la fugitiva luminiscente.
Una vez atrapada Rachel, Arygos reaccionó de prisa con mucha astucia y le ofreció la conocida capa azul de viaje, sin embargo la solución solo era temporal, pues los sujetos de acercaban desde ambos lados; la dragona que no dejaba de sorprenderme, sugirió subir al techo para escapar por ahí, no parecía ser una mala idea, pero ¿Cómo podríamos subir? Aunque la solución llegaría poco después de parte de Rachel quien logró ver una cuerda con la que no sería difícil llegar al techo -Claro que vas a subir- Objeté a la bio con carácter -Y no solo eso, una vez arriba te asegurarás de que mi amiga suba- Dije señalando a la joven dragona cuyas palabras habían hecho eco en mi mente -La guardia nos detendrá...- Repetí susurrante para luego tener una gran idea -Eres una pequeña genio- Le dije a la peliblanca mientras les señalaba el camino a la cuerda -Vayan, rápido, yo los detendré- Dije con una sonrisa maléfica -O la guardia lo hará- Susurré para mí mismo maquinando la idea que me había dado la pequeña y adorable chica dragón.
Avancé hasta la salida del callejón y me dejé ver por los cazadores que de inmediato se pusieron en guardia -Mira qué tenemos aquí, ha aparecido el vampiro cobarde- Dijo uno de los cazadores en tono agresivo y burlista -Hoy no es un buen día para cazar vampiros- Dije en un tono muy serio como casi nunca solía ser, no podía permitir que mis seres queridos se vieran involucrados en mis problemas, pero tampoco sabía si podría asesinar a ambos en poco tiempo, lo mejor sería una rápida fuga, pero no sin antes deshacerme de ellos, uno de los cazadores traía una ballesta y se quedó a lo lejos mientras el otro con una espada se acercaba con determinación pero también atento a mis movimientos, fingiendo solo evitarlo me acerqué al de la ballesta que ya comenzaba a ponerse en guardia -Dispara si te atreves- Le dije al sujeto que sin pensarlo dos veces disparó un par de virotes en poco tiempo y aunque uno se incrustó en mi hombro izquierdo, el otro pasó de largo incrustándose en un costado del otro cazador, entonces emití un fuerte grito cargado de magia que generaría un poco de caos en sus mentes, [1] sumado al ya ocasionado por la herida que se habían causado uno al otro; además de eso el grito tendría otro propósito, y con algo se magia se extendería más allá de lo que normalmente alcanzaría, aunque sin el efecto de confusión, solo un grito de dolor expandido hacia el horizonte donde seguramente algún guardia lo escucharía y se presentarían en el lugar para atender la posible emergencia.
Mientras me arrancaba el pequeño virote del hombro el efecto de la magia no se hizo esperar -¿Acaso quieres matarme? Idiota- Dijo molesto el cazador mientras arrancaba el virote descubriendo una constante hemorragia -Tú eres el idiota, me estorbas- Dijo el de la ballesta mientras le apuntaba a la cabeza de forma amenazante -Yo solo soy suficiente para acabar al vampiro, la recompensa será solo mía- Argumentó dejando en evidencia que había diferencias entre ellos que no se habían atrevido a decirse antes -Sabía que lo intentarías, y vine preparado- Respondió el otro mientras sacaba una pequeña daga y se la lanzaba al pecho a su propio compañero -Hora de irse- Susurré mientras me movía rápidamente hacia las sombras del callejón para desvanecerme entre ellas y desaparecer de la vista de los cazadores; [2] en unos instantes se escucharía la voz de algunos guardias que llegaron corriendo al lugar, pero no serían los únicos, si algo tenía la Guardia Real era una gran cantidad de efectivos y aunque su velocidad de respuesta no era la más rápida, sí resultaba muy efectiva.
No tenía tiempo para ver lo que pasaría con los sujetos, pero si se mataban entre ellos o los atrapaba la guardia, ya no me parecía importante, avancé hacia la cuerda de la polea y sin apenas prepararme salté para alcanzarla y usando mis pies para apoyarme en la pared subí tan rápido como pude hasta llegar a la cima donde imaginaba que me estarían esperando, una vez arriba caí de bruces para tomar aire y recuperar el aliento -¿Están bien?- Pregunté a ambas con un poco de preocupación sabiendo que Arygos no parecía ser muy fuerte en su forma humana, aunque no había mucho tiempo para descansar, la voz de Rachel nos alertó de una salida por lo que me puse en pie para seguirla hacia las torres que marcaban la salida de la ciudad.
Una vez atrapada Rachel, Arygos reaccionó de prisa con mucha astucia y le ofreció la conocida capa azul de viaje, sin embargo la solución solo era temporal, pues los sujetos de acercaban desde ambos lados; la dragona que no dejaba de sorprenderme, sugirió subir al techo para escapar por ahí, no parecía ser una mala idea, pero ¿Cómo podríamos subir? Aunque la solución llegaría poco después de parte de Rachel quien logró ver una cuerda con la que no sería difícil llegar al techo -Claro que vas a subir- Objeté a la bio con carácter -Y no solo eso, una vez arriba te asegurarás de que mi amiga suba- Dije señalando a la joven dragona cuyas palabras habían hecho eco en mi mente -La guardia nos detendrá...- Repetí susurrante para luego tener una gran idea -Eres una pequeña genio- Le dije a la peliblanca mientras les señalaba el camino a la cuerda -Vayan, rápido, yo los detendré- Dije con una sonrisa maléfica -O la guardia lo hará- Susurré para mí mismo maquinando la idea que me había dado la pequeña y adorable chica dragón.
Avancé hasta la salida del callejón y me dejé ver por los cazadores que de inmediato se pusieron en guardia -Mira qué tenemos aquí, ha aparecido el vampiro cobarde- Dijo uno de los cazadores en tono agresivo y burlista -Hoy no es un buen día para cazar vampiros- Dije en un tono muy serio como casi nunca solía ser, no podía permitir que mis seres queridos se vieran involucrados en mis problemas, pero tampoco sabía si podría asesinar a ambos en poco tiempo, lo mejor sería una rápida fuga, pero no sin antes deshacerme de ellos, uno de los cazadores traía una ballesta y se quedó a lo lejos mientras el otro con una espada se acercaba con determinación pero también atento a mis movimientos, fingiendo solo evitarlo me acerqué al de la ballesta que ya comenzaba a ponerse en guardia -Dispara si te atreves- Le dije al sujeto que sin pensarlo dos veces disparó un par de virotes en poco tiempo y aunque uno se incrustó en mi hombro izquierdo, el otro pasó de largo incrustándose en un costado del otro cazador, entonces emití un fuerte grito cargado de magia que generaría un poco de caos en sus mentes, [1] sumado al ya ocasionado por la herida que se habían causado uno al otro; además de eso el grito tendría otro propósito, y con algo se magia se extendería más allá de lo que normalmente alcanzaría, aunque sin el efecto de confusión, solo un grito de dolor expandido hacia el horizonte donde seguramente algún guardia lo escucharía y se presentarían en el lugar para atender la posible emergencia.
Mientras me arrancaba el pequeño virote del hombro el efecto de la magia no se hizo esperar -¿Acaso quieres matarme? Idiota- Dijo molesto el cazador mientras arrancaba el virote descubriendo una constante hemorragia -Tú eres el idiota, me estorbas- Dijo el de la ballesta mientras le apuntaba a la cabeza de forma amenazante -Yo solo soy suficiente para acabar al vampiro, la recompensa será solo mía- Argumentó dejando en evidencia que había diferencias entre ellos que no se habían atrevido a decirse antes -Sabía que lo intentarías, y vine preparado- Respondió el otro mientras sacaba una pequeña daga y se la lanzaba al pecho a su propio compañero -Hora de irse- Susurré mientras me movía rápidamente hacia las sombras del callejón para desvanecerme entre ellas y desaparecer de la vista de los cazadores; [2] en unos instantes se escucharía la voz de algunos guardias que llegaron corriendo al lugar, pero no serían los únicos, si algo tenía la Guardia Real era una gran cantidad de efectivos y aunque su velocidad de respuesta no era la más rápida, sí resultaba muy efectiva.
No tenía tiempo para ver lo que pasaría con los sujetos, pero si se mataban entre ellos o los atrapaba la guardia, ya no me parecía importante, avancé hacia la cuerda de la polea y sin apenas prepararme salté para alcanzarla y usando mis pies para apoyarme en la pared subí tan rápido como pude hasta llegar a la cima donde imaginaba que me estarían esperando, una vez arriba caí de bruces para tomar aire y recuperar el aliento -¿Están bien?- Pregunté a ambas con un poco de preocupación sabiendo que Arygos no parecía ser muy fuerte en su forma humana, aunque no había mucho tiempo para descansar, la voz de Rachel nos alertó de una salida por lo que me puse en pie para seguirla hacia las torres que marcaban la salida de la ciudad.
Offrol [1]: Uso de mi habilidad de nivel 5: El Valle de la Inquietud.
Offrol [2]: Uso de mi habilidad de nivel 4: Espíritus de la Noche.
Bio
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Re: Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
La cibernética encontró justo lo que pedía, incluso mejor, de ese modo bio y ella serían capaces de alcanzar, el techo, yo, tenia un modo mucho mas cómodo y rápido, y yendo por los tejados, no tendría que preocuparme de alertar a los transeúntes, asi que tomé mi forma draconida, y empece a reptar por la pared, clavando las garras en la roca y dándome impulso con un par de fuertes aleteos.
Llegue sin demasiados problemas al techo del edificio, y estire mi alargado cuello para asomarme al no ver a bio al lado de la cibernetica. Este parecía herido, pero de golpe, se desvaneció. El ruido de la guardia acercándose y su voz a un costado me sacaron de mi alarma inicial y me indicaron que era hora de irse.
De este modo podía, saltar de techo en techo, o planear sobre los mismos sin problemas, y mientras ellos cruzaban por debajo las puertas de la ciudad, yo solo tenía que volar lo suficientemente alto por encima de las murallas como para que no me vieran y aterrizar en el otro lado. De lo contrario, difícilmente podría seguirles el ritmo.
Sin embargo, la herida de bio no me paso desapercibida, apoyé mi frente en al de el y me arqueé haciendo que la correa de mi morral que colgaba de mi cuello pasara a colgar del suyo, dentro había un pequeño vial de alcohol y vendas entre mis otras pertenencias, con las cuales podría atender momentáneamente su herida mientras llegábamos al otro lado.
¿Servirían esa clase de cuidados para los de su especie?¿O requeriría de otro tipo de atenciones? Entre eso y lo del libro empezaba a desestimar la idea de mantener mi forma draconiana durante el grueso de mi viaje, ya que por muy conveniente que fuera en base a la movilidad, las limitaciones de lenguaje empezaban a ser demasiado incomodas, y si otros nos perseguían, dejar mensajes en la tierra no sería prudente.
De cualquier forma, podría pensar en ello mientras salíamos de la ciudad, así que me fije en mis dos compañeros dispuesta a seguirlos por el camino que trazaran.
Llegue sin demasiados problemas al techo del edificio, y estire mi alargado cuello para asomarme al no ver a bio al lado de la cibernetica. Este parecía herido, pero de golpe, se desvaneció. El ruido de la guardia acercándose y su voz a un costado me sacaron de mi alarma inicial y me indicaron que era hora de irse.
De este modo podía, saltar de techo en techo, o planear sobre los mismos sin problemas, y mientras ellos cruzaban por debajo las puertas de la ciudad, yo solo tenía que volar lo suficientemente alto por encima de las murallas como para que no me vieran y aterrizar en el otro lado. De lo contrario, difícilmente podría seguirles el ritmo.
Sin embargo, la herida de bio no me paso desapercibida, apoyé mi frente en al de el y me arqueé haciendo que la correa de mi morral que colgaba de mi cuello pasara a colgar del suyo, dentro había un pequeño vial de alcohol y vendas entre mis otras pertenencias, con las cuales podría atender momentáneamente su herida mientras llegábamos al otro lado.
¿Servirían esa clase de cuidados para los de su especie?¿O requeriría de otro tipo de atenciones? Entre eso y lo del libro empezaba a desestimar la idea de mantener mi forma draconiana durante el grueso de mi viaje, ya que por muy conveniente que fuera en base a la movilidad, las limitaciones de lenguaje empezaban a ser demasiado incomodas, y si otros nos perseguían, dejar mensajes en la tierra no sería prudente.
De cualquier forma, podría pensar en ello mientras salíamos de la ciudad, así que me fije en mis dos compañeros dispuesta a seguirlos por el camino que trazaran.
Arygos Valnor
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Re: Primera captura: Antiguo libro [Libre 3/3] [Cerrado]
Arygos no tardó en subir convertida en un dragón. Apoyándose en las paredes. Era una criatura bella, incluso más que en su forma humana. Aunque tampoco era tan grande como me la imaginaba. Tenía imágenes de dragones mucho más grandes que aquel de allí.
Miramos hacia abajo y vimos a Bio peleándose contra unos cazadores. Me llevé las manos a la boca asustada. “No hay nada que puedas hacer, Rachel.” Me advertía NIA. Di un grito cuando vi cómo un virote se clavaba en su hombro. No estaba acostumbrada a ver peleas en la vida real. Y los entrenamientos tenían lugar con un palo inofensivo.
Pero Bio era fuerte y rápidamente pudo deshacerse de sus enemigos y de la flecha. Para desvanecerse entre las sombras.
-¿Dónde ha ido? – pregunté a Arygos, esperando que me diera una respuesta, pero no. Iba a ser NIA la que lo hiciera. “Habilidad utilizada: Mimetización con las sombras”. La inteligencia apostaba porque hubiese utilizado algún tipo de habilidad que le permitiese mezclarse con la noche. - ¿En serio? Eso es increíble – dije sorprendida. Aún a expensas de que Arygos no sabría a qué me referiría con la pregunta.
De repente, Bio apareció a nuestro lado. Estaba exhausto. Lógico. Se había deshecho de dos cazadores que lo perseguían y aún así había derrotado a sus enemigos. No creo que yo fuera capaz de hacer algo similar. Y si lo hacía sería con bastante sufrimiento o con la ayuda de NIA.
-S… sí – respondí con timidez a la pregunta del vampiro. Mientras agarraba los libros. Desde luego que los dos podían ser una buena escolta. El vampiro ya había demostrado sus habilidades de combate, y tener a un dragón de tu lado podía ser un factor determinante. El principal problema sería conocer las verdaderas intenciones de aquellos tipos. ¿Y si querían robarme el libro?. - ¿Podría fiarme de vosotros? – les pregunté en el tejado. Pero la pregunta no iba dirigida a ellos. Sino más bien a NIA, de quien esperaba entendiera que lo que quería era un análisis de aquellos dos sujetos.
“Desconocemos sus intenciones. Pero pueden ser útiles para atravesar Sandorái”. Dijo la inteligencia artificial. Sí. Se supone que allí vivían peligrosos clanes de elfos que rara vez dejaban pasar a alguien a través de sus árboles. Seguramente fuera una buena idea que vinieran conmigo por si había algún tipo de enfrentamiento.
-Está bien. Venid conmigo. Vamos a salir de la ciudad – les dije. Y me dispuse a saltar de tejado en tejado. Con el fin de llegar hasta el muro de salida a la ciudad. Afortunadamente, no había demasiada distancia entre los tejados, que eran bastante estrechos, por lo que no me costaría llegar hasta allí gracias a los saltos especialmente largos que daba con mis piernas metálicas.
Una vez en lo que era la muralla. Saltar hasta abajo sin duda sería un suicidio. “Escalera enrollable localizada. Es utilizada por la guardia para descender en caso de emergencia”. Por la guardia, pero también ahora por mí. Gracias a la visión nocturna de NIA pude identificar la escalera con rapidez, sujetarla a unas estacas de acero que había para sujetar la parte superior de la escalera y lanzarla rodando hacia abajo para descender por ahí. Arygos era demasiado grande, al menos en su forma de dragón. Tal vez sería más sencillo si desciende por el muro, del mismo modo que trepó hasta aquel techo.
Era de noche. Pero gracias al sistema de orientación de NIA llegaríamos sin problema a Sandorái y, de ahí, a los bosques del oeste, cerca de donde se encontraba la guarida de la Hermandad. Lugar donde debía entregar el libro.
Miramos hacia abajo y vimos a Bio peleándose contra unos cazadores. Me llevé las manos a la boca asustada. “No hay nada que puedas hacer, Rachel.” Me advertía NIA. Di un grito cuando vi cómo un virote se clavaba en su hombro. No estaba acostumbrada a ver peleas en la vida real. Y los entrenamientos tenían lugar con un palo inofensivo.
Pero Bio era fuerte y rápidamente pudo deshacerse de sus enemigos y de la flecha. Para desvanecerse entre las sombras.
-¿Dónde ha ido? – pregunté a Arygos, esperando que me diera una respuesta, pero no. Iba a ser NIA la que lo hiciera. “Habilidad utilizada: Mimetización con las sombras”. La inteligencia apostaba porque hubiese utilizado algún tipo de habilidad que le permitiese mezclarse con la noche. - ¿En serio? Eso es increíble – dije sorprendida. Aún a expensas de que Arygos no sabría a qué me referiría con la pregunta.
De repente, Bio apareció a nuestro lado. Estaba exhausto. Lógico. Se había deshecho de dos cazadores que lo perseguían y aún así había derrotado a sus enemigos. No creo que yo fuera capaz de hacer algo similar. Y si lo hacía sería con bastante sufrimiento o con la ayuda de NIA.
-S… sí – respondí con timidez a la pregunta del vampiro. Mientras agarraba los libros. Desde luego que los dos podían ser una buena escolta. El vampiro ya había demostrado sus habilidades de combate, y tener a un dragón de tu lado podía ser un factor determinante. El principal problema sería conocer las verdaderas intenciones de aquellos tipos. ¿Y si querían robarme el libro?. - ¿Podría fiarme de vosotros? – les pregunté en el tejado. Pero la pregunta no iba dirigida a ellos. Sino más bien a NIA, de quien esperaba entendiera que lo que quería era un análisis de aquellos dos sujetos.
“Desconocemos sus intenciones. Pero pueden ser útiles para atravesar Sandorái”. Dijo la inteligencia artificial. Sí. Se supone que allí vivían peligrosos clanes de elfos que rara vez dejaban pasar a alguien a través de sus árboles. Seguramente fuera una buena idea que vinieran conmigo por si había algún tipo de enfrentamiento.
-Está bien. Venid conmigo. Vamos a salir de la ciudad – les dije. Y me dispuse a saltar de tejado en tejado. Con el fin de llegar hasta el muro de salida a la ciudad. Afortunadamente, no había demasiada distancia entre los tejados, que eran bastante estrechos, por lo que no me costaría llegar hasta allí gracias a los saltos especialmente largos que daba con mis piernas metálicas.
Una vez en lo que era la muralla. Saltar hasta abajo sin duda sería un suicidio. “Escalera enrollable localizada. Es utilizada por la guardia para descender en caso de emergencia”. Por la guardia, pero también ahora por mí. Gracias a la visión nocturna de NIA pude identificar la escalera con rapidez, sujetarla a unas estacas de acero que había para sujetar la parte superior de la escalera y lanzarla rodando hacia abajo para descender por ahí. Arygos era demasiado grande, al menos en su forma de dragón. Tal vez sería más sencillo si desciende por el muro, del mismo modo que trepó hasta aquel techo.
Era de noche. Pero gracias al sistema de orientación de NIA llegaríamos sin problema a Sandorái y, de ahí, a los bosques del oeste, cerca de donde se encontraba la guarida de la Hermandad. Lugar donde debía entregar el libro.
Rachel Roche
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