Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
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Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
No era difícil encontrar el lugar indicado. La casona en las afueras de Roilkat se alzaba desafiante en el horizonte, como si fuese el último bastión humano antes de que el año nuevo llegara a esas tierras. La estructura era cuadrada, nada especial en aquellos tiempos, ni siquiera las pequeñas ventanas. Muchos podrían preguntase si aquél era realmente el lugar al que la misteriosa “Lady A” les había invitado, pero no podían haber dudas, la interminable fila para accesar a ella era la mejor referencia.
-Esto es maravilloso
-Finalmente conoceremos el interior de la casona
-¿Qué encontraremos?
-Eso no importa, dicen que este año la fiesta la delegó a estos parajes el mismo Rey…
Mencionar al rey de la familia Carsten era algo tan superior que los nativos de Roilkat se quedaron sin palabras por unos minutos.
Una vez dentro, la opulencia sería clara, aunque no abundante; aunque nadie tenía tiempo de maravillarse por pequeñeces hermosas, ya que el suelo estaba congelado, haciendo que quienes entraban resbalasen sobre el mismo. También notarían que la temperatura estaba en cero, incluso algunos copos de nieve se derretían segundos antes de tocar sus abrigos.
Uno de los siguientes servidores, tomaría su abrigo a cambio de un brazalete y anunciaría su nombre.
Seguido de lo cual, se recibiría su regalo y se le ofrecería comenzar a recorrer el lugar por una de las siguientes salas: recreativa, lúdica, o la de la limpieza (también llamada de los misterios). Cada participante tendrá un máximo de una hora en cada una de ellas, momento en el que serán escoltados a la sala principal. Una vez hecha la decisión, serían escoltados por un estrecho pasillo iluminado por faroles de cristal con luces de colores.
Reglas:
Todos pueden participar con una sola cuenta.
Los primeros tres en llegar deberán traer una receta de un plato del lugar de origen de su personaje (deberán crearla ustedes mismos desde el bestiario y herbolario), los siguientes tres, una bebida bajo la misma premisa. Los siguientes, una de las dos elecciones. La receta deberá ser puesta en un spoiler. Y deberán envíame un mp con dos posibles efectos secundarios si su plato fuese hechizado.
El orden de posteo no importa mientras que no se haga doble post entre mis respuestas.
Las armas no están permitidas, de llevarlas deberán dejarse junto a los abrigos. La magia tampoco está permitida, será bloqueada.
Los brazaletes impedirán que sientan frío.
Pueden describir lo que gusten mientras no se contradigan, de ser así, se respetará la antigüedad del post, es decir, el que contradijo al anterior deberá editar. Las tres salas serán descritas por mí, ustedes solo pueden llegar hasta la puerta.
-Esto es maravilloso
-Finalmente conoceremos el interior de la casona
-¿Qué encontraremos?
-Eso no importa, dicen que este año la fiesta la delegó a estos parajes el mismo Rey…
Mencionar al rey de la familia Carsten era algo tan superior que los nativos de Roilkat se quedaron sin palabras por unos minutos.
Una vez dentro, la opulencia sería clara, aunque no abundante; aunque nadie tenía tiempo de maravillarse por pequeñeces hermosas, ya que el suelo estaba congelado, haciendo que quienes entraban resbalasen sobre el mismo. También notarían que la temperatura estaba en cero, incluso algunos copos de nieve se derretían segundos antes de tocar sus abrigos.
Uno de los siguientes servidores, tomaría su abrigo a cambio de un brazalete y anunciaría su nombre.
- hombre:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
- dama1:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
- dama2:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
- brazalete dama:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
- brazalete caballero:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Seguido de lo cual, se recibiría su regalo y se le ofrecería comenzar a recorrer el lugar por una de las siguientes salas: recreativa, lúdica, o la de la limpieza (también llamada de los misterios). Cada participante tendrá un máximo de una hora en cada una de ellas, momento en el que serán escoltados a la sala principal. Una vez hecha la decisión, serían escoltados por un estrecho pasillo iluminado por faroles de cristal con luces de colores.
* * *
Reglas:
Todos pueden participar con una sola cuenta.
Los primeros tres en llegar deberán traer una receta de un plato del lugar de origen de su personaje (deberán crearla ustedes mismos desde el bestiario y herbolario), los siguientes tres, una bebida bajo la misma premisa. Los siguientes, una de las dos elecciones. La receta deberá ser puesta en un spoiler. Y deberán envíame un mp con dos posibles efectos secundarios si su plato fuese hechizado.
El orden de posteo no importa mientras que no se haga doble post entre mis respuestas.
Las armas no están permitidas, de llevarlas deberán dejarse junto a los abrigos. La magia tampoco está permitida, será bloqueada.
Los brazaletes impedirán que sientan frío.
Pueden describir lo que gusten mientras no se contradigan, de ser así, se respetará la antigüedad del post, es decir, el que contradijo al anterior deberá editar. Las tres salas serán descritas por mí, ustedes solo pueden llegar hasta la puerta.
Thorn
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
La fila de gente serpenteaba hasta la lejana silueta de la casa, como si fuera una hilera de hormigas trabajadoras, avanzando, lenta pero inexorablemente mientras los asistentes al baile hablaban entre si, pocos parecían los que habían acudido solos a ese evento, y varios de los asistentes que recorrían el sendero hacia la fiesta, portaban también, entre sus brazos, botellas o fuentes cubiertas como obsequio.
Solté un suspiro de alivio al corroborar aquello, había sido informada de llevar una botella, pero la comida, había sido una sugerencia de último minuto de la muchacha que me había atendido en la tienda de ropa cuando me preparaba para la fiesta. La verdad es que había estado a punto de no llevar nada de comer, "Lleva algún plato de tu tierra" había dicho la muchacha, y en ese momento no me había dado el coraje para admitir que yo no cocinaba mi comida, nunca. Pero parecía tan entusiasmada con la idea, que termine cediendo en ello y yendo a la biblioteca y al mercado para conseguir, tanto una receta, como los ingredientes necesarios.
Tenía que agradecer lo poco que solía gastar el poder haber comprado todo lo necesario, pese haber tenido que tratar con comerciantes bastante turbulentos de las zonas menos agradables de la ciudad.
Entre mis cavilaciones ya había recorrido la mitad de la hilera de personas en dirección a la mansión, pese que el vestido largo no era lo más cómodo para caminar, y que llevaba un paso sumamente lento, para no tropezar y estropear mi tibia carga, o romper la botella.
Finalmente, llegué a la puerta nada más abrirse una brisa helada acarició mi rostro. Cerré los ojos y respire profundamente unos minutos disfrutando de esa familiar sensación, ahsa que la gente que tenía atrás empezó a quejarse.
Suerte la mía, al observar el suelo antes de poner un pie sobre el hielo, así que me aparté hacia un costado y empece a pensar una forma de entrar sin patinar y estrolarme contra el primer invitado que se cruzara en mi camino.
Mi mirada topó entonces con la joven cantarina que me había entregado mi invitación, iba recogiendo los abrigos de los invitados, y tendiendoles algo brillante que no llegue a registrar hasta que me acerqué lo suficiente. Un hermoso brazalete plateado para las damas, y otro con una especie de cuentas para los varones. ¿Era esa otra costumbre de los humanos en los bailes?
Como no poseía abrigo alguno, cuando me extendió las manos le coloqué encima la fuente con la comida y la botella de vino, tomando, cuidadosamente el brazalete que me había extendido en primera instancia para acomodarlo en mi muñeca. La sensación de frío se desvaneció y frunci el ceño con desagrado. Después del tiempo que había pasado en las islas illidienses, lo echaba de menos, aguardaría a más tarde y quizás me lo sacaría cuando nadie lo viera.
Tan centrada en mi propia cabeza, y la sobreexcitación sensorial por los sonidos, al temperatura, al gente, los vestidos de gala, los colores y los extraños lujos de ese lugar, apenas llegue a oir algo de una sala de los misterios a la joven. Asentí ante eso último, pese no saber que había ofrecido antes, la palabra misterio, era una poderosa debilidad para mi mente curiosa.
Me hizo un gesto para que la acompañase, y empecé a seguirla, con sumo cuidado avance por el suelo de hielo, sosteniéndome tan disimuladamente como pude en el mobiliario, y agradeciendo mil veces en mi mente, haber elegido un vestido largo para que no se notara mi falta de calzado, de ir con zapatos, ya me veia mas aprte de la velada tirada en el suelo, que en pie.
El camino nos condujo por un pasillo lleno de color, farolillos con luces arcoiris alumbraban ese estrecho lugar. No podía dejar de observar todo maravillada, era como entrar en una dimensión desconocida, y debido a mi ensimismamiento, choqué con la guía cuando se detuvo delante de una puerta.
-Disculpe.- Me apure en decir, tras comprobar que apenas la había movido del sitio, luego mi mirada se clavó sobre el pórtico con una ansia y curiosidad que podía percibirse com si lo exhalara mi propio cuerpo. ¿Que entrañaba ese lugar?
Solté un suspiro de alivio al corroborar aquello, había sido informada de llevar una botella, pero la comida, había sido una sugerencia de último minuto de la muchacha que me había atendido en la tienda de ropa cuando me preparaba para la fiesta. La verdad es que había estado a punto de no llevar nada de comer, "Lleva algún plato de tu tierra" había dicho la muchacha, y en ese momento no me había dado el coraje para admitir que yo no cocinaba mi comida, nunca. Pero parecía tan entusiasmada con la idea, que termine cediendo en ello y yendo a la biblioteca y al mercado para conseguir, tanto una receta, como los ingredientes necesarios.
Tenía que agradecer lo poco que solía gastar el poder haber comprado todo lo necesario, pese haber tenido que tratar con comerciantes bastante turbulentos de las zonas menos agradables de la ciudad.
Entre mis cavilaciones ya había recorrido la mitad de la hilera de personas en dirección a la mansión, pese que el vestido largo no era lo más cómodo para caminar, y que llevaba un paso sumamente lento, para no tropezar y estropear mi tibia carga, o romper la botella.
Finalmente, llegué a la puerta nada más abrirse una brisa helada acarició mi rostro. Cerré los ojos y respire profundamente unos minutos disfrutando de esa familiar sensación, ahsa que la gente que tenía atrás empezó a quejarse.
Suerte la mía, al observar el suelo antes de poner un pie sobre el hielo, así que me aparté hacia un costado y empece a pensar una forma de entrar sin patinar y estrolarme contra el primer invitado que se cruzara en mi camino.
Mi mirada topó entonces con la joven cantarina que me había entregado mi invitación, iba recogiendo los abrigos de los invitados, y tendiendoles algo brillante que no llegue a registrar hasta que me acerqué lo suficiente. Un hermoso brazalete plateado para las damas, y otro con una especie de cuentas para los varones. ¿Era esa otra costumbre de los humanos en los bailes?
Como no poseía abrigo alguno, cuando me extendió las manos le coloqué encima la fuente con la comida y la botella de vino, tomando, cuidadosamente el brazalete que me había extendido en primera instancia para acomodarlo en mi muñeca. La sensación de frío se desvaneció y frunci el ceño con desagrado. Después del tiempo que había pasado en las islas illidienses, lo echaba de menos, aguardaría a más tarde y quizás me lo sacaría cuando nadie lo viera.
Tan centrada en mi propia cabeza, y la sobreexcitación sensorial por los sonidos, al temperatura, al gente, los vestidos de gala, los colores y los extraños lujos de ese lugar, apenas llegue a oir algo de una sala de los misterios a la joven. Asentí ante eso último, pese no saber que había ofrecido antes, la palabra misterio, era una poderosa debilidad para mi mente curiosa.
Me hizo un gesto para que la acompañase, y empecé a seguirla, con sumo cuidado avance por el suelo de hielo, sosteniéndome tan disimuladamente como pude en el mobiliario, y agradeciendo mil veces en mi mente, haber elegido un vestido largo para que no se notara mi falta de calzado, de ir con zapatos, ya me veia mas aprte de la velada tirada en el suelo, que en pie.
El camino nos condujo por un pasillo lleno de color, farolillos con luces arcoiris alumbraban ese estrecho lugar. No podía dejar de observar todo maravillada, era como entrar en una dimensión desconocida, y debido a mi ensimismamiento, choqué con la guía cuando se detuvo delante de una puerta.
-Disculpe.- Me apure en decir, tras comprobar que apenas la había movido del sitio, luego mi mirada se clavó sobre el pórtico con una ansia y curiosidad que podía percibirse com si lo exhalara mi propio cuerpo. ¿Que entrañaba ese lugar?
- Aspecto de mi personaje:
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- Receta:
Carne de Asaki a la naranja con skaghrones
INGREDIENTES:
◆1kg de carne de Asaki.
◆Sal
◆2 Naranjas rojas
◆4 cucharadas soperas de aceite
◆1 cucharadita de harina de maiz
◆Una pizca de nuez moscada
◆una pizca pimienta blanca
◆150 gramos de Skaghrones.
◆50g de aria en polvo
PREPARACION:
Macerado:
◆Se corta la carne de Asaki en filetes de no mas de unc entimetro de frosor, retirando los nervios. Si tiene mucha aprte grasa, reducir hasta que quede una pequeña capa de la misma. (No retirar del todo).
◆Exprimir una de las Naranjas rojas en un recipiente, hechar una pizca de sal, la mitad de la aria en polvo y revolver hasta que las especias y la sal se diluyan.
◆Pelar los Skaghrones y reservar. Colocar la piel en la mezcla anterior.
◆Añadir la carne de Asaki cortada a la mezcla anterior y dejar reposar un par de horas en un lugar lo mas fresco posible.
Coccion:
◆Cortar la naranja restante en rodajas finas. (Si las naranajs son muy epqueñas, se ppodria requerir mas de una).
◆Aceitar la cacerola, y colocar Los filetes de Asakki, con las rodajas entre los mismos. (Una buena forma de ver si la carne ya esta bien macerada es fijarse si al carne ha adoptado el color oscuro del jugo de Naranja en el que estaba sumergido.) Espolvoreando cada filete con la nuez moscada y un poco de sal.
◆Tapar, y cocinar a fuego lento, evitando destapar la cacerola lo maximo posible hasta que la carne este bien occida y tierna.
Salsa:
◆Picar los Skaghrones y reservar.
b) En una cacerola mas pequeña verter el jugo que quedo de la cocion de la carne en su totalidad, y mantener en fuego bajo.
◆Meclar una cucharadita de maicena en un vaso con 2 o 3 dedos de agua, hasta que quede compeltamente disuelta.
◆Echar en la cacerola, el resto del aria en polvo.
◆Cuando rompa a herbor, hechar en la cacerola, sin dejar de revolver, la maicena disuelta hasta que la salsa espese.
Presentacion:
◆En una cuente, colocar los filetes de Asaki, y retirar las naranjas con als que se cocinaron. Regar por encima con la salsa, y espolvorear la superficie con los Skaghrones picados y la pimienta blanca.
◆Servir.
- Aspecto de la comida:
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Arygos Valnor
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
Todo habría sido más fácil si ese sujeto me hubiese dado la información completa ¿Quién iba a imaginar que necesitaría traer una receta? En el último momento me había tocado recurrir a los más oscuros y usureros comerciantes para poder conseguir lo que deseaba, sin embargo, cobraría venganza en el momento en que lo probaran, había necesitado comprar leche de aion, flor de la felicidad y un poco de Tagnopita, siendo ésta la más difícil de conseguir, habría podido buscarlas y recogerlas yo mismo en Sacrestic si este molesto sujeto me lo hubiese dicho desde un principio, finalmente y tras detenerme varias veces en el camino para improvisar lo que necesitaba para prepararlo, acabé por tener una bandeja entera de ese delicioso dulce de leche de aión con algunas “sorpresas” para quienes ingenuos lo probaran, Niniel no estaría muy contenta con mis acciones, pero afortunadamente no tendría que enterarse.
Una vez con el inesperado requisito me dirigí al lugar del baile, el cual ciertamente no era nada difícil de encontrar, caminé directo hacia la enorme casona cuadrada, esperé por unos instantes a Niniel, pues no tenía la certeza de que le hubiese llegado mi carta de invitación a este evento, sin embargo el tiempo pasó y no había señales de la elfa por ningún lado, tal vez no vendría, o tal vez llegaría más tarde, así que decidí avanzar hasta llegar a la entrada donde apenas abrir la puerta un frío me heló hasta los huesos haciendo que casi soltara la bandeja con el dulce; cerré los ojos en un esfuerzo por soportar el violento cambio de temperatura y apenas abrirlo estaba ahí, ese desgraciado que me había dado la información incompleta y me había hecho perder tanto tiempo en la preparación de una comida que ni siquiera pensaba probar, la ira del momento me hizo soportar el frío hasta haberle dado la bandeja, Al no llevar abrigo, poco tendría que entregar en la entrada -Hay una elfa que viene conmigo, hermosa, cabellos blancos, ojos de cielo, fácil de reconocer- Dejé avisado en la entrada esperando que me notificaran de alguna manera si ella llegaba y sin más me decidí a entrar sin el debido cuidado y en consecuencia patiné sobre el frío suelo hasta casi caerme, tras recuperar el equilibrio avancé muy MUY despacio para asegurarme de no hacer el ridículo estrellándome contra el piso, entonces con una molesta sonrisa me entregó un pequeño brazalete que pensé en lanzar al piso, pero como si leyera mi mente, su alarmante mirada me hizo recapacitar y ponerme la pequeña pieza que al instante hizo desaparecer el frío abrumador, haciéndome sentir una temperatura que no llegaba a ser ni fría ni cálida, sino algo que estaba en el punto exacto para hacerme sentir a gusto.
Me habían nombrado tres salas para escoger por dónde ir, y al no tener idea de lo que pudiera haber en las dos primeras, lúdica y entretenimiento, decidí ir por la tercera opción, a fin de cuentas estaba acá por resolver un misterio, así que lo más lógico sería continuar el camino al que mis acciones me habían llevado; así pues avancé lentamente por un ostentoso e impecable pasillo lleno faroles con luces multicolores -Demasiados colores juntos para mi gusto- Murmuré para mí mismo mientras llegaba finalmente a una puerta que me llevaría a la “misteriosa” sala de los misterios donde ya un par de damas parecían estar esperando algo.
Una vez con el inesperado requisito me dirigí al lugar del baile, el cual ciertamente no era nada difícil de encontrar, caminé directo hacia la enorme casona cuadrada, esperé por unos instantes a Niniel, pues no tenía la certeza de que le hubiese llegado mi carta de invitación a este evento, sin embargo el tiempo pasó y no había señales de la elfa por ningún lado, tal vez no vendría, o tal vez llegaría más tarde, así que decidí avanzar hasta llegar a la entrada donde apenas abrir la puerta un frío me heló hasta los huesos haciendo que casi soltara la bandeja con el dulce; cerré los ojos en un esfuerzo por soportar el violento cambio de temperatura y apenas abrirlo estaba ahí, ese desgraciado que me había dado la información incompleta y me había hecho perder tanto tiempo en la preparación de una comida que ni siquiera pensaba probar, la ira del momento me hizo soportar el frío hasta haberle dado la bandeja, Al no llevar abrigo, poco tendría que entregar en la entrada -Hay una elfa que viene conmigo, hermosa, cabellos blancos, ojos de cielo, fácil de reconocer- Dejé avisado en la entrada esperando que me notificaran de alguna manera si ella llegaba y sin más me decidí a entrar sin el debido cuidado y en consecuencia patiné sobre el frío suelo hasta casi caerme, tras recuperar el equilibrio avancé muy MUY despacio para asegurarme de no hacer el ridículo estrellándome contra el piso, entonces con una molesta sonrisa me entregó un pequeño brazalete que pensé en lanzar al piso, pero como si leyera mi mente, su alarmante mirada me hizo recapacitar y ponerme la pequeña pieza que al instante hizo desaparecer el frío abrumador, haciéndome sentir una temperatura que no llegaba a ser ni fría ni cálida, sino algo que estaba en el punto exacto para hacerme sentir a gusto.
Me habían nombrado tres salas para escoger por dónde ir, y al no tener idea de lo que pudiera haber en las dos primeras, lúdica y entretenimiento, decidí ir por la tercera opción, a fin de cuentas estaba acá por resolver un misterio, así que lo más lógico sería continuar el camino al que mis acciones me habían llevado; así pues avancé lentamente por un ostentoso e impecable pasillo lleno faroles con luces multicolores -Demasiados colores juntos para mi gusto- Murmuré para mí mismo mientras llegaba finalmente a una puerta que me llevaría a la “misteriosa” sala de los misterios donde ya un par de damas parecían estar esperando algo.
- Comida típica... O casi:
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Ingredientes:
1 Litro de leche de aion
4 Cucharaditas de tagnópita pulverizada
2 tazas de la pasta formada al machacar la Flor de la felicidad
Preparación:
Colocar en una olla grande y llana todos los ingredientes.
Revolver de cuando en cuando con una paleta de madera para que no se queme y tome olor a ahumado.
Cuando hierva bajar el fuego a mínimo y cuidar que no suba y se derrame, seguir revolviendo intermitentemente.
Cuando cambie del color claro de la leche por un tono mas oscuro hay que comenzar a remover constantemente hasta cuando revolvamos se pueda ver el fondo del envace.
Si se va a colocar en uno o en varios moldes ese es el momento, dejar reposar hasta que esté listo.
El resultado es una pasta semi dura que debe comerse en pequeñas mordidas, pues si se exagera intentando comer pedazos muy grandes, los efectos se verían peligrosamente aumentados.
- Atuendo de Bio:
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Última edición por Bio el Lun Feb 08 2016, 19:15, editado 3 veces
Bio
Aerandiano de honor
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
Los Hirsts parecían muy felices por las novedades en mi vida. Aquellos muchachos parecían crecer como hongos. Juraría que hacía décadas que no los veía y sin embargo al hablar con ellos era como si nuestros corazones no hubiesen estado separados más de dos días. Tantas cosas por compartir… tan poco tiempo. Al cabo de un par de días en su morada supe que tenía que volver a mis deberes, pero no por ello dejaría de acudir a la fiesta de año nuevo que se celebraría en Roilkat. No es como si me importase eso de la pomposidad o de estar en la última movida… lo mío era un poco más profundo, quería encontrar a algunos conocidos que probablemente se reunirían en ese lugar. Una noche de tortura no era nada en comparación con las amistades que esperaba encontrar.
Lo que me descolocó completamente fue enterarme que como requisito de entrada era necesario un regalo. Entonces creí pertinente presentarme con algo que nos representara en los bosques del Este y ¿qué mejor que un Ciervo rojo a la makala? Dadas mis nulas capacidades culinarias, me vi en la necesidad de escribir un par de cartas para que el paquete me fuera entregado a la brevedad y cuál fue mi sorpresa al darme cuenta que el paquete tenía piernas y hablaba. Lo peor de todo: también daba órdenes. La vieja Saumé era diestra en el arte de la cocina, la habían enviado mis camaradas con los ingredientes frescos, además de un vestido bastante pomposo Para que esta vez nos representes bien decía la nota que acompañaba todo aquello. No era como si realmente me importase cómo iba vestida, pero el año anterior en el castillo del rey me pillaron de hombre (y eso que iba bien engalanada, conste) y me convirtieron en uno. Una experiencia inolvidable que preferiría no repetir si fuese posible esta vez.
La fila en el dichoso baile era realmente larga, de esas cosas que uno se pregunta el porqué de su existencia y por qué nadie se había abierto paso ya a los hachazos o algo por el estilo. El plato hacía que se me hiciera agua la boca y el vestido pesado me cansaba. No se en qué había gastado más tiempo aquella mujer, si arreglándome o cocinando. El plato estaba ricamente decorado y era digno de un festín. No solamente tenía el ciervo que había pedido sino que además un acompañamiento excelente, y lo pensaba yo, que odiaba las cosas sacadas del agua casi tanto como al propio elemento. En cuanto al vestido, era de color negro y azul con gráciles estampados en forma de flores y una capucha para “esconder ese pelo horrible y con pinchos” meh… ¿a quién le importaba todo aquello? Aunque al parecer los trucos de la anciana valían por dos como decía el dicho “más sabe el diablo por viejo que por diablo” al menos así no desentonaba. Tanto.
Al fin era mi turno. En la puerta una chica que parecía haber salido de un lugar para locos, toda manchada de colores y con un aire elfoso que hacía que se me pusiera la piel de gallina me recibió. No podía negarlo, ella era todo lo grácil que yo no, y tenía maneras que ciertamente parecían haber nacido junto con ella. Recibió mi plato y me tendió un brazalete que me puse de una forma bastante incómoda dada mi inexperiencia con eso de ponerme femenina y todas esas cosas. Extrañaba mis armas, pero al parecer Saumé nuevamente había estado en lo correcto, aquello de portarlas solo era para dejarlas al cuidado de un extraño como muchos antes que yo, por lo que podía ver.
Detrás de la asistente podía percibirse un olor familiar, pero dadas las circunstancias no supe a qué atribuirlo. Di un paso hacia adelante para terminar de ingresar a la sala y ¡pack! Ahí iba yo, resbalando por el suelo como si fuese una estrella fugaz. La chica que me atendía me alcanzó a varios metros de la entrada cuando estaba a punto de darme contra una mesa ricamente ornamentada. ¿Pero qué demonios? ¿Hielo? pregunté. Ahora las piezas encajaban perfectamente, ese era el olor tan familiar que podía sentir desde la entrada. Aferrada con todas mis fuerzas de la joven, ni siquiera me movía, ella hacía todo el trabajo llevándome a rastras hacia mi elección: la sala de recreación. Era lo que necesitaba en ese momento, mi corazón se sentía como si fuese a explotar. De estar en mis ropas normales al menos podría haber hecho un poco menos el ridículo. Podía ver con la vista periférica como varias personas cubrían sus bocas para reír hipócritamente de mi… bueno, de toda yo.
Lo que me descolocó completamente fue enterarme que como requisito de entrada era necesario un regalo. Entonces creí pertinente presentarme con algo que nos representara en los bosques del Este y ¿qué mejor que un Ciervo rojo a la makala? Dadas mis nulas capacidades culinarias, me vi en la necesidad de escribir un par de cartas para que el paquete me fuera entregado a la brevedad y cuál fue mi sorpresa al darme cuenta que el paquete tenía piernas y hablaba. Lo peor de todo: también daba órdenes. La vieja Saumé era diestra en el arte de la cocina, la habían enviado mis camaradas con los ingredientes frescos, además de un vestido bastante pomposo Para que esta vez nos representes bien decía la nota que acompañaba todo aquello. No era como si realmente me importase cómo iba vestida, pero el año anterior en el castillo del rey me pillaron de hombre (y eso que iba bien engalanada, conste) y me convirtieron en uno. Una experiencia inolvidable que preferiría no repetir si fuese posible esta vez.
La fila en el dichoso baile era realmente larga, de esas cosas que uno se pregunta el porqué de su existencia y por qué nadie se había abierto paso ya a los hachazos o algo por el estilo. El plato hacía que se me hiciera agua la boca y el vestido pesado me cansaba. No se en qué había gastado más tiempo aquella mujer, si arreglándome o cocinando. El plato estaba ricamente decorado y era digno de un festín. No solamente tenía el ciervo que había pedido sino que además un acompañamiento excelente, y lo pensaba yo, que odiaba las cosas sacadas del agua casi tanto como al propio elemento. En cuanto al vestido, era de color negro y azul con gráciles estampados en forma de flores y una capucha para “esconder ese pelo horrible y con pinchos” meh… ¿a quién le importaba todo aquello? Aunque al parecer los trucos de la anciana valían por dos como decía el dicho “más sabe el diablo por viejo que por diablo” al menos así no desentonaba. Tanto.
Al fin era mi turno. En la puerta una chica que parecía haber salido de un lugar para locos, toda manchada de colores y con un aire elfoso que hacía que se me pusiera la piel de gallina me recibió. No podía negarlo, ella era todo lo grácil que yo no, y tenía maneras que ciertamente parecían haber nacido junto con ella. Recibió mi plato y me tendió un brazalete que me puse de una forma bastante incómoda dada mi inexperiencia con eso de ponerme femenina y todas esas cosas. Extrañaba mis armas, pero al parecer Saumé nuevamente había estado en lo correcto, aquello de portarlas solo era para dejarlas al cuidado de un extraño como muchos antes que yo, por lo que podía ver.
Detrás de la asistente podía percibirse un olor familiar, pero dadas las circunstancias no supe a qué atribuirlo. Di un paso hacia adelante para terminar de ingresar a la sala y ¡pack! Ahí iba yo, resbalando por el suelo como si fuese una estrella fugaz. La chica que me atendía me alcanzó a varios metros de la entrada cuando estaba a punto de darme contra una mesa ricamente ornamentada. ¿Pero qué demonios? ¿Hielo? pregunté. Ahora las piezas encajaban perfectamente, ese era el olor tan familiar que podía sentir desde la entrada. Aferrada con todas mis fuerzas de la joven, ni siquiera me movía, ella hacía todo el trabajo llevándome a rastras hacia mi elección: la sala de recreación. Era lo que necesitaba en ese momento, mi corazón se sentía como si fuese a explotar. De estar en mis ropas normales al menos podría haber hecho un poco menos el ridículo. Podía ver con la vista periférica como varias personas cubrían sus bocas para reír hipócritamente de mi… bueno, de toda yo.
- Ciervo rojo a la makala:
Ingredientes:
-Tela de vacío de ciervo rojo
- 4 huevos duros al dente (en base al tamaño de gallina)
-una cabeza de ajo
- un atado de perejil
-sal
- cinco ascuas de dragón
- ojos del bosque
- tres cebollas
- tres zanahorias grandes
- verduras verdes (puerro/acelga/brócoli…)
-dos tomates grandes aplastados
Acompañamiento:
- Una Makala
- ojos del bosque
- Rayun a gusto
- Caramelo de Lastia (50 ml)
- tres caparazones de quirijin
Preparación:
Se remoja la carne del ciervo en leche desde la noche anterior.
Se corta la cebolla en aros y se salta en la sangre del venado, se le agregan las ascuas de dragón cortadas en cubos en el último momento para darles una primera cocción. Se deja en reposo.
Se cortan los agregados verdes (en este caso la acelga) en bastones y la zanahoria en cubos, se hierven por diez minutos. Se deja aparte.
Se pican juntos el ajo, el perejil y las piedras de sal. Se juntan todos los ingredientes y se ponen sobre una mitad de la carne, la otra se le pone encima y se atan fuertemente, luego se prensan y se bañan con una mezcla de aceite de oliva rebajado con algo de agua. Se hornea.
Para el acompañamiento:
Se hierve la makala hasta que esté lista para comer, se le quita la piel y las glándulas venenosas. Se deja enfriar. Se pica el rayun en cubos. Cuando la Makala esté fría se corta en pequeños cubos y se mezclan con el rayun. Se reparten entre las tres caparazones y se le agrega ojos del bosque y el caramelo líquido de lastia.
El ciervo rojo se sirve en una fuente redonda, adornado con los ojos del bosque alrededor y las tres caparazones.
- vestido:
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Última edición por Woodpecker el Lun Ene 04 2016, 23:06, editado 1 vez
Woodpecker
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
-¿Quién es Bio?.- Preguntó Alliara, una joven elfa de cabello tan blanco como el de la propia Níniel al leer aquel nombre escrito en la lengua común en el dorso de la carta que acababan de entregarle a su amiga y que había logrado que en el rostro de la sacerdotisa apareciera una expresión de sorpresa y de incredulidad que no hizo si no aumentar su curiosidad. -Es un nombre muy extraño...Bio...Deben de ser iniciales. Balor Iarconte Operón.- Comentó al azar sin poder evitar reír mientras lo pronunciaba y observaba las reacciones de Níniel, que leía el contenido de la carta sin hacerle mucho caso. -¿Qué clase de apellido es Operón?, ni un humano tendría un apellido tan ridículo.- Respondió Eldry, otra joven elfa que se encontraba subida en la rama de un árbol, sobre las cabezas de las otras dos hijas del bosque. -Deberías dejar de ser tan cotilla, si quisiera decírnoslo ya nos lo hubiera dicho, al fin y al cabo somos amigas y las amigas se cuentan estas cosas.- Y es que por mucho que tratara de mostrar seriedad y madurez también se moría de ganas por saber quién se había molestado en hacerle llegar una carta a Sandorai. Alguien que se las había apañado para encontrar a un elfo que se dirigiera de vuelta al bosque y se tomara la molestia de desviarse hasta el hogar del clan Thenidiel sabiendo que Níniel se encontraba allí.
-Las dos sois igual de cotillas...Bio es un...Buen amigo. Uno que parece saber cómo encontrarme incluso aquí.- En seguida se arrepintió de haberles contado la verdad pues en las caras de sus amigas de la infancia aparecieron sendas sonrisas con las que lo decían todo sin decir nada. -Buen amigo, no penséis cosas raras.- Las sonrisas de sus amigas se ampliaron y al final las tres comenzaron a reír poniendo punto y final a la broma. -¿Es guapo?- Preguntó Alliara haciendo que Níniel se quedara un momento pensativa, como si se tomara en serio la pregunta aunque en realidad no tenía que pensar la respuesta para ello, era solo por seguirle el juego a su amiga y familiar. -Ummm, ¿Por qué, quieres que te lo presente?. ¿Qué diría tu madre?.- Sin querer dejar a un lado aún aquel juego Alliara se puso en pie y frunciendo el ceño de manera exagerada se dispuso a imitar a su madre esperpénticamente. -Los orejas redondas mienten más que hablan y son bárbaros enemigos de la higiene personal, incluso aunque uno pareciera merecer tu atención su peste te echaría para atrás.- Las tres volvieron a reír pues aunque estaba exagerando la verdad es que era algo muy extendido entre los elfos el pensar que los humanos no se llevaban tan bien como deberían con el agua y el jabón, casi tanto como que los elfos eran salvajes que iban con taparrabos por la espesura de los bosques entre los humanos. Níniel prefirió que ya que sus amigas pensaban que Bio era humano mejor sería no sacarlas de su error, si dijera que ese amigo era en realidad un vampiro...
La carta era no obstante sin duda del pelinegro, que como siempre parecía que prefería decir lo justo y ni eso cuando escribía y solo decía un simple "Me gustaría que vinieses, trae contigo una receta de bebida típica de tu tierra" en un papel acompañando a una de esas invitaciones tan elegantes que tanto gustaba repartir a la nobleza en lo que Níniel consideraba un afán de demostrar ser mejor que los demás incluso a la hora de repartir papeles, aunque había que reconocer que cuando se lo proponían podían hacer que sus fiestas y espectáculos fueran dignas de recordar. La cuestión era...¿Por qué quería el vampiro que fuera a esa fiesta?. La última vez que había recibido una carta suya fue para un plan de todo menos divertido, y las veces que había acudido a un baile noble las cosas...No habían salido del todo bien, especialmente para sus vestidos. Seguro que Aquella lady A. era una malvada bruja o algo así...Seguramente peor si Bio estaba metido.
-Es una invitación y conociendo a Bio no puedo negarme...Será mejor que me prepare para el viaje cuanto antes.- Dijo con cierta amargura, su estancia en casa había sido especialmente corta aquella vez pero el pelinegro era un imán para los problemas y no podía ignorarlo.
El camino hasta Roilkat transcurrió sin incidentes y en todo momento los dioses la bendijeron con buen clima lo cual permitió a la peliblanca llegar a la ciudad con tiempo más que suficiente para asistir al baile a pesar de que la invitación había llegado con escaso margen para imprevistos, tanto que la peliblanca temió que un camino cortado o demasiado tiempo detenida en el camino por culpa de un hipotético mal tiempo la hubiese impedido llegar para la noche señalada. De hecho su viaje fue tan bien que llegó a la ciudad el día anterior, pero sin ninguna pista sobre por dónde buscar al vampiro lo pasó en su habitación de la posada, descansado del viaje y haciendo los últimos preparativos a su vestido y a aquella receta de bebida que debía llevar y que había decidido sería un combinado dulce sin alcohol, asegurándose de paso que al menos se sirviera una bebida que no perjudicara a quien la bebiera. Por supuesto, los ingredientes los había conseguido en su hogar,¿Dónde mejor podían conseguirse los ingredientes para una bebida de Sandorai que que en Sandorai?, y para asegurarse su máxima frescura y con ello su sabor había preparado una fórmula alquímica para su conservación durante el viaje. Ni en el mejor mercado de la ciudad podría encontrar productos de Sandorai de mejor calidad y mejor conservados...Y eso si es que los había.
Llegada la noche, con su largo cabello recogido para la ocasión y su rostro maquillado para realzar sus ojos y labios, ataviada con su largo vestido y una capa negra para el frío, Níniel se dirigió en carruaje hasta el lugar indicado en la invitación. Era poco amiga de esos lujos, de hecho no era un coche ostentoso en absoluto, pero con un vestido así resultaba prácticamente imposible montar a caballo por una misma y de hacerlo sería el pobre vestido el que podría estropearse, si no hay más remedio poco puede hacerse. Una vez en el lugar, debió guardar la larga cola para entrar en la mansión sujetando entre sus manos enguantadas la bandeja con las bebidas pensando en que debería haber escogido un calzado mucho más cómodo. Durante la espera la peliblanca se fijo en que aunque sin duda aquella mansión era un lugar grande al alcance muy pocos bolsillos, no era tan ostentosa como solían serlo las casas de los nobles de altaciudad en lunargenta, podría decirse que era bastante sobria, incluso demasiado. En la cola alguno más de los invitados verbalizaba con sus compañeros de tormento ese hecho aunque Níniel no participó de dichas conversaciones, quizá tampoco la hubiesen dejado de querer hacerlo pues la peliblanca no ocultaba sus puntiagudas orejas.
Cuando por fin llegó a la entrada y un camarero tomó su bandeja de bebidas con una inclinación de cabeza Níniel se quedó unos instantes allí parada por culpa de la repentina sensación de frió extremo. De su boca al exhalar salía un vaho cláramente visible y no es que fuese cosa suya, aquello impactaba a todos los invitados que no dudaban de mostrar su extrañeza sobre aquel frío antinatural y no solo es que hiciera frió y el suelo estuviese helado, la elfa notaba que había algo más que no era como debía ser...Un extraño hombre con sombrero de copa se ofreció a tomar su capa y Níniel no pudo evitar mirarlo pensando que estaba loco. Si ya con ella estaba congelada cómo iba a atreverse a quitársela, debía de ser una broma, más que pedirle que se quitara prendas debería darle una manta o algo. Sin embargo sus dudas estaban ralentizando aún más la ya de por sí lenta cola y, viendo como los demás a su alrededor con mayor o menor reticencia dejaban sus capas y armas la elfa hizo lo mismo tras lo cual le entregaron un bonito brazalete que, inmediatamente tras colocárselo sustituyó la sensación de frío por una de temperatura agradable. El extraño sujeto asintió con la cabeza y le indicó que el pelinegro ya se encontraba en el interior, lo cual calmó mucho los nervios que sentía por lo raro que era todo aquello. Así que tras saber que podía escoger entre tres salas que visitar y teniendo bastante claro que Bio habría escogido la del misterio sin lugar a dudas se dirigió en aquella dirección...O más bien lo intentó pues solo tras dos pasos en el hielo acabó perdiendo el equilibrio y si no la hubiese ayudado un amable caballero hubiese acabado de culo sobre el mismo. Aquel hombre se ofreció a acompañarla pues había tomado la misma decisión que la elfa y gracias a él llegó y atravesó aquel largo pasillo iluminado de farolillos hasta el final sin resbalarse, apenas, más. Al final de aquel pasillo estaba Bio al cual saludó con cortesía y añadiendo:
-Sabía que no podrías resistirte a lo del misterio...-
-Las dos sois igual de cotillas...Bio es un...Buen amigo. Uno que parece saber cómo encontrarme incluso aquí.- En seguida se arrepintió de haberles contado la verdad pues en las caras de sus amigas de la infancia aparecieron sendas sonrisas con las que lo decían todo sin decir nada. -Buen amigo, no penséis cosas raras.- Las sonrisas de sus amigas se ampliaron y al final las tres comenzaron a reír poniendo punto y final a la broma. -¿Es guapo?- Preguntó Alliara haciendo que Níniel se quedara un momento pensativa, como si se tomara en serio la pregunta aunque en realidad no tenía que pensar la respuesta para ello, era solo por seguirle el juego a su amiga y familiar. -Ummm, ¿Por qué, quieres que te lo presente?. ¿Qué diría tu madre?.- Sin querer dejar a un lado aún aquel juego Alliara se puso en pie y frunciendo el ceño de manera exagerada se dispuso a imitar a su madre esperpénticamente. -Los orejas redondas mienten más que hablan y son bárbaros enemigos de la higiene personal, incluso aunque uno pareciera merecer tu atención su peste te echaría para atrás.- Las tres volvieron a reír pues aunque estaba exagerando la verdad es que era algo muy extendido entre los elfos el pensar que los humanos no se llevaban tan bien como deberían con el agua y el jabón, casi tanto como que los elfos eran salvajes que iban con taparrabos por la espesura de los bosques entre los humanos. Níniel prefirió que ya que sus amigas pensaban que Bio era humano mejor sería no sacarlas de su error, si dijera que ese amigo era en realidad un vampiro...
La carta era no obstante sin duda del pelinegro, que como siempre parecía que prefería decir lo justo y ni eso cuando escribía y solo decía un simple "Me gustaría que vinieses, trae contigo una receta de bebida típica de tu tierra" en un papel acompañando a una de esas invitaciones tan elegantes que tanto gustaba repartir a la nobleza en lo que Níniel consideraba un afán de demostrar ser mejor que los demás incluso a la hora de repartir papeles, aunque había que reconocer que cuando se lo proponían podían hacer que sus fiestas y espectáculos fueran dignas de recordar. La cuestión era...¿Por qué quería el vampiro que fuera a esa fiesta?. La última vez que había recibido una carta suya fue para un plan de todo menos divertido, y las veces que había acudido a un baile noble las cosas...No habían salido del todo bien, especialmente para sus vestidos. Seguro que Aquella lady A. era una malvada bruja o algo así...Seguramente peor si Bio estaba metido.
-Es una invitación y conociendo a Bio no puedo negarme...Será mejor que me prepare para el viaje cuanto antes.- Dijo con cierta amargura, su estancia en casa había sido especialmente corta aquella vez pero el pelinegro era un imán para los problemas y no podía ignorarlo.
El camino hasta Roilkat transcurrió sin incidentes y en todo momento los dioses la bendijeron con buen clima lo cual permitió a la peliblanca llegar a la ciudad con tiempo más que suficiente para asistir al baile a pesar de que la invitación había llegado con escaso margen para imprevistos, tanto que la peliblanca temió que un camino cortado o demasiado tiempo detenida en el camino por culpa de un hipotético mal tiempo la hubiese impedido llegar para la noche señalada. De hecho su viaje fue tan bien que llegó a la ciudad el día anterior, pero sin ninguna pista sobre por dónde buscar al vampiro lo pasó en su habitación de la posada, descansado del viaje y haciendo los últimos preparativos a su vestido y a aquella receta de bebida que debía llevar y que había decidido sería un combinado dulce sin alcohol, asegurándose de paso que al menos se sirviera una bebida que no perjudicara a quien la bebiera. Por supuesto, los ingredientes los había conseguido en su hogar,¿Dónde mejor podían conseguirse los ingredientes para una bebida de Sandorai que que en Sandorai?, y para asegurarse su máxima frescura y con ello su sabor había preparado una fórmula alquímica para su conservación durante el viaje. Ni en el mejor mercado de la ciudad podría encontrar productos de Sandorai de mejor calidad y mejor conservados...Y eso si es que los había.
Llegada la noche, con su largo cabello recogido para la ocasión y su rostro maquillado para realzar sus ojos y labios, ataviada con su largo vestido y una capa negra para el frío, Níniel se dirigió en carruaje hasta el lugar indicado en la invitación. Era poco amiga de esos lujos, de hecho no era un coche ostentoso en absoluto, pero con un vestido así resultaba prácticamente imposible montar a caballo por una misma y de hacerlo sería el pobre vestido el que podría estropearse, si no hay más remedio poco puede hacerse. Una vez en el lugar, debió guardar la larga cola para entrar en la mansión sujetando entre sus manos enguantadas la bandeja con las bebidas pensando en que debería haber escogido un calzado mucho más cómodo. Durante la espera la peliblanca se fijo en que aunque sin duda aquella mansión era un lugar grande al alcance muy pocos bolsillos, no era tan ostentosa como solían serlo las casas de los nobles de altaciudad en lunargenta, podría decirse que era bastante sobria, incluso demasiado. En la cola alguno más de los invitados verbalizaba con sus compañeros de tormento ese hecho aunque Níniel no participó de dichas conversaciones, quizá tampoco la hubiesen dejado de querer hacerlo pues la peliblanca no ocultaba sus puntiagudas orejas.
Cuando por fin llegó a la entrada y un camarero tomó su bandeja de bebidas con una inclinación de cabeza Níniel se quedó unos instantes allí parada por culpa de la repentina sensación de frió extremo. De su boca al exhalar salía un vaho cláramente visible y no es que fuese cosa suya, aquello impactaba a todos los invitados que no dudaban de mostrar su extrañeza sobre aquel frío antinatural y no solo es que hiciera frió y el suelo estuviese helado, la elfa notaba que había algo más que no era como debía ser...Un extraño hombre con sombrero de copa se ofreció a tomar su capa y Níniel no pudo evitar mirarlo pensando que estaba loco. Si ya con ella estaba congelada cómo iba a atreverse a quitársela, debía de ser una broma, más que pedirle que se quitara prendas debería darle una manta o algo. Sin embargo sus dudas estaban ralentizando aún más la ya de por sí lenta cola y, viendo como los demás a su alrededor con mayor o menor reticencia dejaban sus capas y armas la elfa hizo lo mismo tras lo cual le entregaron un bonito brazalete que, inmediatamente tras colocárselo sustituyó la sensación de frío por una de temperatura agradable. El extraño sujeto asintió con la cabeza y le indicó que el pelinegro ya se encontraba en el interior, lo cual calmó mucho los nervios que sentía por lo raro que era todo aquello. Así que tras saber que podía escoger entre tres salas que visitar y teniendo bastante claro que Bio habría escogido la del misterio sin lugar a dudas se dirigió en aquella dirección...O más bien lo intentó pues solo tras dos pasos en el hielo acabó perdiendo el equilibrio y si no la hubiese ayudado un amable caballero hubiese acabado de culo sobre el mismo. Aquel hombre se ofreció a acompañarla pues había tomado la misma decisión que la elfa y gracias a él llegó y atravesó aquel largo pasillo iluminado de farolillos hasta el final sin resbalarse, apenas, más. Al final de aquel pasillo estaba Bio al cual saludó con cortesía y añadiendo:
-Sabía que no podrías resistirte a lo del misterio...-
- Combinado dulce:
Ingredientes:
-Estrella de Nein, fresca al ser posible. Calcular la cantidad en base a la cantidad de comensales.
-Biusas frescas, si es posible variadas. Calcular la cantidad en base a la cantidad de comensales
-Sokeri, con unos será más que suficiente.
Preparación:
Extraer el zumo de la Estrella de nein y las biusas y colar la pulpa que haya podido quedar para darle un aspecto y textura más deseables al combinado. Abrir el sokeri por la mitad con cuidado, usando un martillo o similar si es necesario ya que su envoltura es muy dura y rallar su fruto tan fino que parezca nieve en polvo. Mezclarlos los zumos de tal modo que se intercale el zumo de la estrella Nín con el de la biusa o biusas en el caso de disponer de más de un tipo, de este modo los zumos no se mezclaran entre ellos y la presentación resultará colorida y apetecible. Espolvorear el polvo de fruto de sokeri sobre la copa una vez llena con moderación. Servir frió.
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Níniel Thenidiel
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
Un año más, el invierno había invadido la península de Verisar con sus copiosas lluvias y frías brisas, obligando a los habitantes de la ciudad a echar mano de sus ropas de abrigo y a resguardarse en el interior de casas o locales. Sin embargo, ni siquiera las inestables condiciones climáticas aguarían el ambiente que se respiraba en Lunargenta, todo estaba listo para que le baile de año nuevo se celebrase aquella noche, y nadie quería perdérselo.
A diferencia de la navidad anterior, el rey esta vez había optado por no organizarlo en el castillo sino en Roilkat, ciudad que era famosa por sus creaciones con el vidrio. Elen no conocía demasiado el lugar pero estaba decidida a asistir al evento, aunque primero tendría que conseguir un atuendo adecuado para la ocasión. A aquellas alturas seguramente no tendría mucho donde elegir pero aun así salió hacia la zona del mercado, donde un año atrás había comprado el vestido verde para la fiesta del castillo.
Nada más cruzar el umbral de la puerta se dio cuenta de lo cansado que estaba el sastre, su expresión delataba que había estado trabajando hasta tarde para cumplir con los encargos de las damas y caballeros que solían frecuentar su tienda. - Buenas tardes, ¿por casualidad le queda algún vestido a la venta? - preguntó con amabilidad la hechicera, mientras se acercaba al mostrador principal. Frederick, que se hallaba sentado tras el mismo, la midió con la mirada sin decir palabra, tras tantos años en el negocio podía saber a simple vista si alguna de sus creaciones coincidía con la talla de una clienta.
- Uhmm sí, creo que tengo algo, estás de suerte. - respondió finalmente, para luego levantarse del asiento y llevarse las manos a la espalda, después de aquellos días de duro trabajo necesitaría una semana para que los dolores desapareciesen. - La dama que me hizo el encargo no vino a recogerlo, ella se lo pierde. - masculló, algo molesto porque la mujer le hubiese pedido algo tan elaborado para luego no aparecer por la tienda. Elen siguió al sastre hasta la trastienda, donde se encontraba su taller y casi todas las telas con que trabajaba, además de los maniquíes que utilizaba para sus creaciones.
- Aquí está, puede parecer algo atrevido pero a las jóvenes casi todo les queda bien, ¿qué te parece? - preguntó, mientras se situaba junto al vestido. - Es… precioso. - musitó la de ojos verdes en respuesta, sin apartar la vista de los numerosos detalles que formaban la parte superior. Ella no estaba acostumbrada a lucir cosas como aquella, mucho menos a mostrarse con escotes o la espalda al aire, pero por una noche olvidaría las cicatrices que recorrían su cuerpo y la coartaban, acudiría al baile para divertirse y dejar de lado las preocupaciones por unas horas.
- Me lo llevo. - aseguró, para alegría del hombre, que no vería perdido su trabajo. Una vez conseguido el vestido regresó a la posada y comenzó a prepararse de inmediato, Roilkat no estaba tan cerca como el castillo así que tendría que emprender el trayecto cuanto antes. Por suerte no le costó encontrar el lugar, una larga cola de invitados esperaba para entrar en la casona. Comenzó a notar el frío nada más bajar de su montura, la cual cedió a uno de los mozos del establo para poder unirse a los expectantes ciudadanos que se encontraban en la fila.
Un par de mujeres que se encontraban delante de ella comentaban con entusiasmo las expectativas que tenían para el baile, tan inmersas en su conversación como para no prestar atención al suelo que pisaban. Nada más poner un pie en el interior de la casona ambas resbalaron, pero un misterioso caballero llegó a tiempo de sujetarlas y evitar la caída, tras lo cual les retiró los abrigos y a cambio les entregó unos brazaletes. Las damas estaban rojas de vergüenza pero aceptaron de buen grado el presente, antes de seguir al extraño hombre a través del pasillo.
Elen fijó la vista en el suelo y avanzó con cuidado para no terminar haciendo el ridículo, luego salió a su encuentro una mujer morena, cuyo rasgo más distintivo eran un par de cuernos. - Bienvenida, ¿me permite su abrigo? - preguntó la dama, sonriendo levemente. La de cabellos cenicientos podía notar el frío en el rostro pero aun así accedió, deshaciéndose de la prenda para tenderla a quien la recibía. Una vez hecho esto la mujer le entregó un brazalete idéntico a los que acababa de ver en manos del misterioso caballero, accesorio que cobró sentido en cuanto se lo puso.
Estaba hechizado para que sus portadores no padeciesen a causa del frío que embargaba la casona, detalle que sin duda agradecerían todos los asistentes al evento. La guía preguntó por su nombre para anunciarla debidamente, luego se ofreció a acompañarla para empezar a mostrarle el resto de estancias, aunque tendría que elegir entre las diferentes opciones. Recreativa, lúdica o de los misterios, esas eran las tres salas que podía visitar a continuación, y tras pensarlo durante unos instantes se decantó por la segunda, dejando para luego los misterios y el entretenimiento.
Antes de encaminarse hacia la estancia elegida, la hechicera entregaría un presente a la dama, un licor que se elaboraba en las islas Illidenses, y que gustaba a muchos por su buen y fresco sabor. Luego avanzaría hacia la puerta de la sala lúdica, con curiosidad por saber qué habría al otro lado.
A diferencia de la navidad anterior, el rey esta vez había optado por no organizarlo en el castillo sino en Roilkat, ciudad que era famosa por sus creaciones con el vidrio. Elen no conocía demasiado el lugar pero estaba decidida a asistir al evento, aunque primero tendría que conseguir un atuendo adecuado para la ocasión. A aquellas alturas seguramente no tendría mucho donde elegir pero aun así salió hacia la zona del mercado, donde un año atrás había comprado el vestido verde para la fiesta del castillo.
Nada más cruzar el umbral de la puerta se dio cuenta de lo cansado que estaba el sastre, su expresión delataba que había estado trabajando hasta tarde para cumplir con los encargos de las damas y caballeros que solían frecuentar su tienda. - Buenas tardes, ¿por casualidad le queda algún vestido a la venta? - preguntó con amabilidad la hechicera, mientras se acercaba al mostrador principal. Frederick, que se hallaba sentado tras el mismo, la midió con la mirada sin decir palabra, tras tantos años en el negocio podía saber a simple vista si alguna de sus creaciones coincidía con la talla de una clienta.
- Uhmm sí, creo que tengo algo, estás de suerte. - respondió finalmente, para luego levantarse del asiento y llevarse las manos a la espalda, después de aquellos días de duro trabajo necesitaría una semana para que los dolores desapareciesen. - La dama que me hizo el encargo no vino a recogerlo, ella se lo pierde. - masculló, algo molesto porque la mujer le hubiese pedido algo tan elaborado para luego no aparecer por la tienda. Elen siguió al sastre hasta la trastienda, donde se encontraba su taller y casi todas las telas con que trabajaba, además de los maniquíes que utilizaba para sus creaciones.
- Aquí está, puede parecer algo atrevido pero a las jóvenes casi todo les queda bien, ¿qué te parece? - preguntó, mientras se situaba junto al vestido. - Es… precioso. - musitó la de ojos verdes en respuesta, sin apartar la vista de los numerosos detalles que formaban la parte superior. Ella no estaba acostumbrada a lucir cosas como aquella, mucho menos a mostrarse con escotes o la espalda al aire, pero por una noche olvidaría las cicatrices que recorrían su cuerpo y la coartaban, acudiría al baile para divertirse y dejar de lado las preocupaciones por unas horas.
- Me lo llevo. - aseguró, para alegría del hombre, que no vería perdido su trabajo. Una vez conseguido el vestido regresó a la posada y comenzó a prepararse de inmediato, Roilkat no estaba tan cerca como el castillo así que tendría que emprender el trayecto cuanto antes. Por suerte no le costó encontrar el lugar, una larga cola de invitados esperaba para entrar en la casona. Comenzó a notar el frío nada más bajar de su montura, la cual cedió a uno de los mozos del establo para poder unirse a los expectantes ciudadanos que se encontraban en la fila.
Un par de mujeres que se encontraban delante de ella comentaban con entusiasmo las expectativas que tenían para el baile, tan inmersas en su conversación como para no prestar atención al suelo que pisaban. Nada más poner un pie en el interior de la casona ambas resbalaron, pero un misterioso caballero llegó a tiempo de sujetarlas y evitar la caída, tras lo cual les retiró los abrigos y a cambio les entregó unos brazaletes. Las damas estaban rojas de vergüenza pero aceptaron de buen grado el presente, antes de seguir al extraño hombre a través del pasillo.
Elen fijó la vista en el suelo y avanzó con cuidado para no terminar haciendo el ridículo, luego salió a su encuentro una mujer morena, cuyo rasgo más distintivo eran un par de cuernos. - Bienvenida, ¿me permite su abrigo? - preguntó la dama, sonriendo levemente. La de cabellos cenicientos podía notar el frío en el rostro pero aun así accedió, deshaciéndose de la prenda para tenderla a quien la recibía. Una vez hecho esto la mujer le entregó un brazalete idéntico a los que acababa de ver en manos del misterioso caballero, accesorio que cobró sentido en cuanto se lo puso.
Estaba hechizado para que sus portadores no padeciesen a causa del frío que embargaba la casona, detalle que sin duda agradecerían todos los asistentes al evento. La guía preguntó por su nombre para anunciarla debidamente, luego se ofreció a acompañarla para empezar a mostrarle el resto de estancias, aunque tendría que elegir entre las diferentes opciones. Recreativa, lúdica o de los misterios, esas eran las tres salas que podía visitar a continuación, y tras pensarlo durante unos instantes se decantó por la segunda, dejando para luego los misterios y el entretenimiento.
Antes de encaminarse hacia la estancia elegida, la hechicera entregaría un presente a la dama, un licor que se elaboraba en las islas Illidenses, y que gustaba a muchos por su buen y fresco sabor. Luego avanzaría hacia la puerta de la sala lúdica, con curiosidad por saber qué habría al otro lado.
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- Receta:
Licor de Luna
Debe su nombre al origen de su ingrediente principal, unos frutos pequeños y violáceos que hasta hacía unas décadas solo crecían en la isla Lunar. Con el tiempo estos comenzaron a cultivarse también en algunas zonas boscosas de los alrededores de Beltrexus, momento en que empezaron a ser considerados frutos del bosque.
Ingredientes:
½ kilo de frutos del bosque recién recolectados
1 litro de agua
½ litro de alcohol
Dos frascos de sustancia de Rusgae
Preparación:
- En primer lugar se lavan los frutos y se cortan en trozos, triturando ligeramente para que se libere su sabor.
- Una vez cortados se introducen en un tarro de litro y medio de capacidad, llenando el mismo de frutos hasta cubrir las tres cuartas partes del recipiente. A esto se le añade el alcohol, preferentemente vodka, para luego cerrarlo herméticamente y mantenerlo en un lugar oscuro y fresco durante dos semanas.
- Después de ese período se cuela el contenido, traspasándolo hacia otro recipiente para retirar los restos de los frutos.
- Por otro lado se calienta el agua junto con la sustancia de Rusgae, que dará el toque dulce al licor. Remover hasta que el endulzante se disuelva por completo y hervir para que se forme una especie de almíbar.
- Como último paso se añade el almíbar al licor, generalmente manteniendo la receta de una parte de endulzante por dos de alcohol, pero esto puede cambiar según el gusto de quien lo elabore.
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Elen Calhoun
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
Como viene siendo costumbre una vez al mes Chimar realiza cierto viaje a otras ciudades humanas, no son cosas de placer obviamente. Algunos materiales se consiguen más baratos en sus centros de origen, especialmente cuando hablamos de cosas manufacturadas. Luego del incidente con ratita… digamos que es el momento justo para remplazar los vidrios templados utilizados en experimentos químicos.
El oficio de los Gorriones marcha bien así que pueden comenzar a permitirse otros lujos, ya no son una facción tan desahuciada como antes. Con el dinero llegan los gastos secundarios, afortunadamente al grupo no le costó mucho aprobar esa inversión de fondos. Dichos materiales son importantes tanto para las pruebas técnicas del intelectual como por los productos venenosos de Dem, además es la mejor forma de fabricar té helado.
En la ciudad del vidrio hay mucho de donde escoger para comprar el producto predilecto, luego de recorrer algunas tiendas Maquiavelo consigue un buen negocio. Parece que realizan trabajos para la Universidad de los Susurros, nada mal. Despues de corroborar esos rumores el niño solicita su pedido, aquel vendedor casi le saca a patadas por tomarse todo como una broma pero al percibir dinero cambio su carácter, típico en los adultos.
En unas semanas debería estar listo todo, probablemente se tomen el mes pero no se puede hacer nada. Dar las explicaciones para la entrega fue algo complicado, la ratonera no puede figurar en ningún lado. Al final se acordó esa recepción en la posición más discreta y cercana, “un niño recibirá la carga” sin duda abra que poner en sobre aviso al pequeño grupito de ladronzuelos para que monten guardia.
Chimar se prepara para volver cuando escucha una conversación ajena, parece que por alguna jugarreta del destino llega a vísperas del baile anual. Maquina un poco esa información, tal vez pueda colarse y conseguir comida gratis o alguno que otro artículo valioso. Se planta como una maseta y recibe todos los detalles, no vale la pena desaprovechar un viaje exitoso, a partir de ahora todo es valor agregado.
La petición de un regalo despierta cierta curiosidad en el niño, no es habitual que las facciones nobles pidan ese tipo de obsequios. Sin duda no es quien para criticar, mucho menos con los motivos que le llevan a asistir. Recuerda una bebida tradicional de Lunargenta que se ha ido expandiendo por toda la sociedad humana, es bastante agradable al paladar y los materiales de creación resultan baratos.
Varias horas antes el pequeño fabrica su regalo, poco después termina con una botella grande del sabroso liquido. Tampoco prepara una cantidad exorbitante, ni que fuera el encargado del evento. Avanza hasta la zona destinada y queda de último en una enorme fila, al parecer la gente pudiente también debe esperar algunas veces. Suspira, estará de pie mucho tiempo antes de ingresar.
Durante el lento avance observa las personas alrededor, esos trajes que llevan se ven incómodos. Lo bueno de ser enano es que nadie se fija en tu ropa, ni siquiera en altas esferas. Irónicamente siempre lleva su mejor atuendo cuando viaja en misión comercial, debería cubrir el requisito de etiqueta mínimo. Luego de lo que parecen años llega su turno, hubiera saltado de felicidad pero hablamos de Chimar.
Apenas asoma la cabeza una ráfaga de aire frio le hace temblar, parece la jodida cueva de un oso invernal. Se piensa por algunos instantes dar media vuelta y retirarse pero saca algo de valor, a veces es testarudo. Ingresa aunque su avance rápidamente tiene un abrupto final, cae al suelo de culo. La botella está bien pero no se puede decir lo mismo de sus huesos traseros, ¿quién rayos organizo esto? ¿Un troll?
Y justo cuando crees que conoces algo…
Sin duda los nobles se toman muy enserio sus fiesta temáticas, eso o algún brujo tomo mucho ponche. Una mujer pintada y con escaza ropa levanta delicadamente al pobre niño, poco después pide el abrigo, el regalo y las armas. Maquiavelo se lo piensa pero termina cediendo, un pedazo de tela ligera no detiene mucho frio, necesita pelaje animal. Le entregan cierto brazalete ornamentado que revisa con rapidez, al final termina equipándoselo para que la gitana prosiga el protocolo.
¡Pero qué rayos!
De repente el frio desaparece, esta fiesta comienza a ponerse extraña. Al menos es de agradecer la nueva temperatura ideal, enfermarse no es bonito. Piden un referente para anunciar al intelectual y este no puede evitar soltar cierta mentirilla, “ante ustedes Chimar, el inventor de Lunargenta” podría acostumbrarse a ese titulo. Lo bueno es que la mayoría de personas con sangre azul conoce muy poco sobre las personalidades científicas del momento, en pocas palabras no existe riesgo de ser descubierto.
Llévame a la sala de Lúdica… siempre existe una primera vez jeje.
El oficio de los Gorriones marcha bien así que pueden comenzar a permitirse otros lujos, ya no son una facción tan desahuciada como antes. Con el dinero llegan los gastos secundarios, afortunadamente al grupo no le costó mucho aprobar esa inversión de fondos. Dichos materiales son importantes tanto para las pruebas técnicas del intelectual como por los productos venenosos de Dem, además es la mejor forma de fabricar té helado.
En la ciudad del vidrio hay mucho de donde escoger para comprar el producto predilecto, luego de recorrer algunas tiendas Maquiavelo consigue un buen negocio. Parece que realizan trabajos para la Universidad de los Susurros, nada mal. Despues de corroborar esos rumores el niño solicita su pedido, aquel vendedor casi le saca a patadas por tomarse todo como una broma pero al percibir dinero cambio su carácter, típico en los adultos.
En unas semanas debería estar listo todo, probablemente se tomen el mes pero no se puede hacer nada. Dar las explicaciones para la entrega fue algo complicado, la ratonera no puede figurar en ningún lado. Al final se acordó esa recepción en la posición más discreta y cercana, “un niño recibirá la carga” sin duda abra que poner en sobre aviso al pequeño grupito de ladronzuelos para que monten guardia.
Chimar se prepara para volver cuando escucha una conversación ajena, parece que por alguna jugarreta del destino llega a vísperas del baile anual. Maquina un poco esa información, tal vez pueda colarse y conseguir comida gratis o alguno que otro artículo valioso. Se planta como una maseta y recibe todos los detalles, no vale la pena desaprovechar un viaje exitoso, a partir de ahora todo es valor agregado.
La petición de un regalo despierta cierta curiosidad en el niño, no es habitual que las facciones nobles pidan ese tipo de obsequios. Sin duda no es quien para criticar, mucho menos con los motivos que le llevan a asistir. Recuerda una bebida tradicional de Lunargenta que se ha ido expandiendo por toda la sociedad humana, es bastante agradable al paladar y los materiales de creación resultan baratos.
Varias horas antes el pequeño fabrica su regalo, poco después termina con una botella grande del sabroso liquido. Tampoco prepara una cantidad exorbitante, ni que fuera el encargado del evento. Avanza hasta la zona destinada y queda de último en una enorme fila, al parecer la gente pudiente también debe esperar algunas veces. Suspira, estará de pie mucho tiempo antes de ingresar.
Durante el lento avance observa las personas alrededor, esos trajes que llevan se ven incómodos. Lo bueno de ser enano es que nadie se fija en tu ropa, ni siquiera en altas esferas. Irónicamente siempre lleva su mejor atuendo cuando viaja en misión comercial, debería cubrir el requisito de etiqueta mínimo. Luego de lo que parecen años llega su turno, hubiera saltado de felicidad pero hablamos de Chimar.
Apenas asoma la cabeza una ráfaga de aire frio le hace temblar, parece la jodida cueva de un oso invernal. Se piensa por algunos instantes dar media vuelta y retirarse pero saca algo de valor, a veces es testarudo. Ingresa aunque su avance rápidamente tiene un abrupto final, cae al suelo de culo. La botella está bien pero no se puede decir lo mismo de sus huesos traseros, ¿quién rayos organizo esto? ¿Un troll?
Y justo cuando crees que conoces algo…
Sin duda los nobles se toman muy enserio sus fiesta temáticas, eso o algún brujo tomo mucho ponche. Una mujer pintada y con escaza ropa levanta delicadamente al pobre niño, poco después pide el abrigo, el regalo y las armas. Maquiavelo se lo piensa pero termina cediendo, un pedazo de tela ligera no detiene mucho frio, necesita pelaje animal. Le entregan cierto brazalete ornamentado que revisa con rapidez, al final termina equipándoselo para que la gitana prosiga el protocolo.
¡Pero qué rayos!
De repente el frio desaparece, esta fiesta comienza a ponerse extraña. Al menos es de agradecer la nueva temperatura ideal, enfermarse no es bonito. Piden un referente para anunciar al intelectual y este no puede evitar soltar cierta mentirilla, “ante ustedes Chimar, el inventor de Lunargenta” podría acostumbrarse a ese titulo. Lo bueno es que la mayoría de personas con sangre azul conoce muy poco sobre las personalidades científicas del momento, en pocas palabras no existe riesgo de ser descubierto.
Llévame a la sala de Lúdica… siempre existe una primera vez jeje.
- Receta:
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Esencia de Lastia concentrada
Una bebida bastante dulce que se ha vuelto popular en la península gracias a su facilidad de fabricación y bajo costo, su lugar de origen es Lunargenta pero actualmente puede encontrarse por las principales ciudades humanas. Es bastante popular en dos mercados, como bebida infantil y de complemento para licores fuertes. Gracias a su gran cantidad de dulce ayuda a paliar el frio y brinda una pequeña dosis de energía.
Ingredientes:
- Jugo de fresa, preferiblemente bastante diluido.
- Lastia, 1/3 de material puro por cada litro de bebida.
- Miel, una cucharadita por cada porción pura de Lastia.
Preparación:
Preparar o adquirir una cantidad de juego de fresa acorde al número de comensales, dicho ingrediente actuara de base y debe estar en un estado bastante diluido, incluso aguado. La Lastia es el toque más importante pero debe utilizarse con cautela, pulverizar el musgo hasta su mínima expresión, luego agregar 1/3 de la sustancia resultante por cada litro de jugo “no exceder la medida”. Finalmente insertar una cucharadita de miel por cada porción total de Lastia utilizada y mezclar durante quince minutos.
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
Antes que nada, lamento mucho haber pospuesto este tema hasta ahora. He tenido poco tiempo y dado que este tema no obliga a nadie en mastereados, quests, trabajos, etc preferí usar mi tiempo para llevar relativamente al día temas más urgentes. Reitero mis sinceras disculpas.
-Wajajaja sean bienvenidos simples mortales a los dominios del gran Branzen-
La voz hacía eco en cada rincón de la inmensa habitación cuando las puertas aún se estaban abriendo para dar paso a aquellos osados que decidieron entrar a la sala designada. De frente habría un largo pasillo rodeado de mesas talladas en el mismo hielo, al final del cual estaba un único asiento ocupado por una pequeña figura. A la derecha de los invitados, extrañas criaturas colgado de lo que parecían telas de araña, a la izquierda un gran festín.
-Si pretendéis salir con vida, debéis llegar hasta mí- imperó la voz nuevamente -de lo contrario… seréis la cena de mis mascotas- y un báculo apuntó hacia las criaturas que parecían luchar por sus vidas en silencio.
-No teman, se está haciendo el importante. Es que nadie quiere jugar con él. Esos son pollos y muñecas- aclaró la chica de los cuernos en su cabeza - Disfruten del momento. Si no desean seguir aquí solo toquen la puerta tres veces y serán llevados a otra sala-
Tienen carta blanca a partir de ahora. La idea es que se hagan desafíos uno a uno. Pueden encontrar lo que necesiten en la sala. Antes de dar más de cinco pasos se convertirán en un hombre/mujer bestia a su elección. El hechizo dura mientras estén en esa sala.
Deberán probar aunque sea un plato de algún aperitivo
El lugar era imponente, Galos, el servidor sonrió de medio lado y guiñó un ojo a alguien cuya presencia había pasado desapercibida hasta el momento. El gesto fue devuelto por un doble del mismo -Hermano- dijo la copia del hombre, señalando hacia un punto a la distancia y esa acción fue reproducida por el gemelo y otros cientos de imágenes de ambos. Se encontraban en un cuarto de espejos.
-Sean bienvenidos a mi fiesta de año nuevo. Aquellos que quieran llegar a la verdadera sala del misterio deberá dar lo mejor de sí- La voz era femenina, acentuada y delicada, en el fondo graciosa. -Lady A espera y observa sus mejores esfuerzos. Que comience la fiesta- agregó para finalmente hacer sonar un cristal.
La disposición de la sala de los misterios era la siguiente:
Primera parte: sala de espejos.
Segunda parte: Gran espacio. A la derecha mesa con alimentos.
A la izquierda un espacio aparentemente normal.
Al frente Lady A resguardada por cuatro de los hermanos idénticos.
Y en los espacios vacíos muchas personas algunas de las cuales:
Tienen carta blanca a partir de ahora. Intervendré cuando sea necesario. Obligatoriamente al llegar a la comida deberán probar aunque sea un plato. Antes de dar cinco pasos dentro de la sala se convertirán en licántropos (pero conservarán su capacidad de hablar) esto durará mientras estén en la sala.
La joven de la piel pintada escoltó a aquellos que deseaban tener un momento relajante hasta la puerta grande redonda y verde.
-Tras esta puerta existe una fuerza imparable. Cuidaos de quienes menos lo sospechéis pues el enemigo está cerca-
Tras esas escuetas palabras la puerta se abrió dejando ver una inmensa sala nevada repleta de animales observándolos.
A un lado y bajo el cuidado de varias chicas idénticas a la que había quedado en la puerta, estaba la mesa con los aperitivos:
El resto del lugar tenía asientos, escaleras, bancos, cueros y distintos utensilios idóneos para acariciar animales o protegerse de un ataque asesino rápido y mortal.
Tiens carta blanca a partir de ahora. Intervendré cuando sea necesario. Obligatoriamente al llegar a la comida deberás probar aunque sea un plato. Antes de dar cinco pasos dentro de la sala te convertirás en un dragón (pero conservarán su capacidad de hablar) esto durará mientras estés en la sala.
Sala Lúdica:
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-Wajajaja sean bienvenidos simples mortales a los dominios del gran Branzen-
La voz hacía eco en cada rincón de la inmensa habitación cuando las puertas aún se estaban abriendo para dar paso a aquellos osados que decidieron entrar a la sala designada. De frente habría un largo pasillo rodeado de mesas talladas en el mismo hielo, al final del cual estaba un único asiento ocupado por una pequeña figura. A la derecha de los invitados, extrañas criaturas colgado de lo que parecían telas de araña, a la izquierda un gran festín.
- pasillo:
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- telas de araña:
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- festin:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
-Si pretendéis salir con vida, debéis llegar hasta mí- imperó la voz nuevamente -de lo contrario… seréis la cena de mis mascotas- y un báculo apuntó hacia las criaturas que parecían luchar por sus vidas en silencio.
-No teman, se está haciendo el importante. Es que nadie quiere jugar con él. Esos son pollos y muñecas- aclaró la chica de los cuernos en su cabeza - Disfruten del momento. Si no desean seguir aquí solo toquen la puerta tres veces y serán llevados a otra sala-
Tienen carta blanca a partir de ahora. La idea es que se hagan desafíos uno a uno. Pueden encontrar lo que necesiten en la sala. Antes de dar más de cinco pasos se convertirán en un hombre/mujer bestia a su elección. El hechizo dura mientras estén en esa sala.
Deberán probar aunque sea un plato de algún aperitivo
Sala del misterio:
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El lugar era imponente, Galos, el servidor sonrió de medio lado y guiñó un ojo a alguien cuya presencia había pasado desapercibida hasta el momento. El gesto fue devuelto por un doble del mismo -Hermano- dijo la copia del hombre, señalando hacia un punto a la distancia y esa acción fue reproducida por el gemelo y otros cientos de imágenes de ambos. Se encontraban en un cuarto de espejos.
- cuarto:
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-Sean bienvenidos a mi fiesta de año nuevo. Aquellos que quieran llegar a la verdadera sala del misterio deberá dar lo mejor de sí- La voz era femenina, acentuada y delicada, en el fondo graciosa. -Lady A espera y observa sus mejores esfuerzos. Que comience la fiesta- agregó para finalmente hacer sonar un cristal.
- Lady A:
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La disposición de la sala de los misterios era la siguiente:
Primera parte: sala de espejos.
Segunda parte: Gran espacio. A la derecha mesa con alimentos.
- mesa:
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A la izquierda un espacio aparentemente normal.
- espacio:
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Al frente Lady A resguardada por cuatro de los hermanos idénticos.
Y en los espacios vacíos muchas personas algunas de las cuales:
- persona1:
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- persona2:
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- persona3:
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- caballo:
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Tienen carta blanca a partir de ahora. Intervendré cuando sea necesario. Obligatoriamente al llegar a la comida deberán probar aunque sea un plato. Antes de dar cinco pasos dentro de la sala se convertirán en licántropos (pero conservarán su capacidad de hablar) esto durará mientras estén en la sala.
Sala de Recreación:
La joven de la piel pintada escoltó a aquellos que deseaban tener un momento relajante hasta la puerta grande redonda y verde.
-Tras esta puerta existe una fuerza imparable. Cuidaos de quienes menos lo sospechéis pues el enemigo está cerca-
Tras esas escuetas palabras la puerta se abrió dejando ver una inmensa sala nevada repleta de animales observándolos.
A un lado y bajo el cuidado de varias chicas idénticas a la que había quedado en la puerta, estaba la mesa con los aperitivos:
- mesa:
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El resto del lugar tenía asientos, escaleras, bancos, cueros y distintos utensilios idóneos para acariciar animales o protegerse de un ataque asesino rápido y mortal.
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Tiens carta blanca a partir de ahora. Intervendré cuando sea necesario. Obligatoriamente al llegar a la comida deberás probar aunque sea un plato. Antes de dar cinco pasos dentro de la sala te convertirás en un dragón (pero conservarán su capacidad de hablar) esto durará mientras estés en la sala.
Thorn
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
Tal vez los misterios no pueden resistirse a mí- Respondí a Niniel aún sin voltear a verla, esa inconfundible voz cantarina era imperdible, aunque al final me giré hasta encontrarla con la mirada, traía esta vez un vestido que no parecía muy élfico, definitivamente había muchas facetas de la peliblanca que aún no había llegado a conocer -Vamos Niniel, estos misterios no van a resolverse solos- Le dije mientras me inclinaba caballerosamente flexionando mis rodillas al tiempo que usaba mi mano derecha para señalarle el camino como una parodia del protocolo que ameritaba toda aquella situación; al caminar hacia el interior de la sala no pude evitar notar a la otra persona, peliblanca como la elfa -¿Acaso será otra elfa?- Pensé sin decir nada mientras miraba en detalle a Niniel para luego mirar a la otra chica buscando alguna similitud entre ambas, pero no habían similitudes, ni la otra parecía tener orejas puntiagudas -Bienvenida al equipo, señorita...- Dije en tono amable para llamar su atención mientras dejaba la frase sin terminar para que dijera su nombre.
Al poner el primer pie en la nueva sala me sorprendí ante el tamaño de la misma, desde afuera no se veía tan grande pero al parecer mi percepción de la realidad era un completo desastre; dentro, los muros cubiertos de espejos reprodujeron la acción indicativa de los sujetos haciendo parecer que habían cientos de ellos en las paredes, aunque con diversas características que podían diferenciar a algunos de otros, aunque la mayoría eran idénticos, otros parecían más delgados, otros más gordos, otros más cabezones, altos, bajos; parecían venir en todas las formas posibles, y aunque el espectáculo era bastante llamativo, una voz femenina consiguió quedarse con mi atención -¿Qué no era esta la sala de los misterios?- Murmuré casi para mí mismo con bastante intriga por saber qué era exactamente lo que querían de nosotros -No vine aquí para entretener a nadie- Murmuré entre dientes con algo de enojo pero al dar algunos pasos mi vista se nubló y todo se hizo repentinamente oscuro hasta que progresivamente no pude ver nada, además de eso ya no podía sentir mi cuerpo hasta que por fin pude sentir de nuevo que la vista regresaba; aunque francamente habría preferido que no fuera de ese modo, mi estatura parecía ser cosa del pasado, pues ahora mi cabeza estaba a menos de un metro del suelo -Querrrgg aaarrrgggg- Dije al intentar hablar mientras me girada hacia las otras chicas en busca de una explicación pero solo conseguí tropezarme con mis propias... ¿Patas? Y Caer al suelo frío estrepitosamente -¿Grrr... Qué ha pasado?- Murmuré intrigado mientras miraba mis patas delanteras en el suelo, corrí hacia la pared para ver mi reflejo en el espejo y tras caer repetidas veces por tropezarme con mis propias patas, acabé confirmando lo que había imaginado, de alguna manera yo era ahora un licántropo, un grueso pelaje gris con partes blancas cubría mi cuerpo canino adornado por unos ojos negros que parecían vacíos.
Sacudí la cabeza repetidas veces y usando el cerebro para no precipitarme, pensé en el movimiento y velocidad ideal de mis patas para no tropezarme; con esto había logrado controlar un poco mi desplazamiento y aunque aún no podía correr, al menos podía caminar con un poco de naturalidad y volver hasta donde se encontraban mis compañeras... ¿Peliblancas? -Hay que salir de este lugar, rápido- Dije un poco alarmado ante el drástico cambio de formas, la puerta por donde habíamos entrado ya no era una opción, huir sin resolver este asunto tal vez haría irreversible la forma de perros peludos, así que lo ideal sería adentrarnos en la sala de espejos hasta llegar a resolver el misterio actual.
Al poner el primer pie en la nueva sala me sorprendí ante el tamaño de la misma, desde afuera no se veía tan grande pero al parecer mi percepción de la realidad era un completo desastre; dentro, los muros cubiertos de espejos reprodujeron la acción indicativa de los sujetos haciendo parecer que habían cientos de ellos en las paredes, aunque con diversas características que podían diferenciar a algunos de otros, aunque la mayoría eran idénticos, otros parecían más delgados, otros más gordos, otros más cabezones, altos, bajos; parecían venir en todas las formas posibles, y aunque el espectáculo era bastante llamativo, una voz femenina consiguió quedarse con mi atención -¿Qué no era esta la sala de los misterios?- Murmuré casi para mí mismo con bastante intriga por saber qué era exactamente lo que querían de nosotros -No vine aquí para entretener a nadie- Murmuré entre dientes con algo de enojo pero al dar algunos pasos mi vista se nubló y todo se hizo repentinamente oscuro hasta que progresivamente no pude ver nada, además de eso ya no podía sentir mi cuerpo hasta que por fin pude sentir de nuevo que la vista regresaba; aunque francamente habría preferido que no fuera de ese modo, mi estatura parecía ser cosa del pasado, pues ahora mi cabeza estaba a menos de un metro del suelo -Querrrgg aaarrrgggg- Dije al intentar hablar mientras me girada hacia las otras chicas en busca de una explicación pero solo conseguí tropezarme con mis propias... ¿Patas? Y Caer al suelo frío estrepitosamente -¿Grrr... Qué ha pasado?- Murmuré intrigado mientras miraba mis patas delanteras en el suelo, corrí hacia la pared para ver mi reflejo en el espejo y tras caer repetidas veces por tropezarme con mis propias patas, acabé confirmando lo que había imaginado, de alguna manera yo era ahora un licántropo, un grueso pelaje gris con partes blancas cubría mi cuerpo canino adornado por unos ojos negros que parecían vacíos.
Sacudí la cabeza repetidas veces y usando el cerebro para no precipitarme, pensé en el movimiento y velocidad ideal de mis patas para no tropezarme; con esto había logrado controlar un poco mi desplazamiento y aunque aún no podía correr, al menos podía caminar con un poco de naturalidad y volver hasta donde se encontraban mis compañeras... ¿Peliblancas? -Hay que salir de este lugar, rápido- Dije un poco alarmado ante el drástico cambio de formas, la puerta por donde habíamos entrado ya no era una opción, huir sin resolver este asunto tal vez haría irreversible la forma de perros peludos, así que lo ideal sería adentrarnos en la sala de espejos hasta llegar a resolver el misterio actual.
- Bio-Lobo:
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
Podía reconocer esa voz en cualquier lado, "Babitas" lo había escuchado tantas veces de ella, no me hacía falta girarme para saber de quién se trataba, y cuando lo hice no me sorprendió encontrarme con el vampiro.
-Me alegro de verte Bio.- Pronuncie con lentitud, alargando todas las letras al pronunciarlas, acercándome hacia el, y poniéndome de puntillas para chocar mi frente con la suya con cuidado, para luego dedicarle una gran sonrisa.-Arygos.- Respondí entonces a su pregunta. Esperando que si no reconocía mi gesto, por lo menos reconociera mi nombre.
Me quede quieta en el sitio, para observar como bio cambiaba de forma, su estupor, sus tropiezos, una sonrisa divertida se pintó en mis labios antes de dar un solo paso. No me reiría de el por no estar acostumbrado a ser un cuadrúpedo, yo tenía el mismo problema a la inversa, así que intentaría ayudarle y ser tan comprensiva como me fuera posible con su torpeza.
-Bio, probablemente sea alguna especie de juego mágico.- pronuncie como antes, intentando calmarle, y para reforzar eso, caminé hacia donde el había perdido su forma, imaginando que nos acontecería lo mismo al resto. ¿Nos convertiriamos también en lobos, u en otros animales?
No tardé en sentir al familiar sensación del cuerpo achicandose, tomando otra forma, pero esta era una..diferente, no tan grande, y..¿Peluda? Esperé pacientemente a que mi cuepro se amodlara a su nueva figura antes de girar el rostro hacia un espejo. Cuello corto, eso no me agradaba.
Un lobo blanco, completamente blanco y con una mirada azul que reconocía como la mía me observaba des del otro lado del espejo. Era mas pequeño que el animal en el que se había convertido Bio, pero tampoco era un cachorro, y movía la cola al mismo ritmo en el que yo lo hacía. Era, sin duda, mi reflejo.
Me acerque caminando cuidadosamente hacia el vampiro, con una problemática muy inferior para moverme, el peso del cuerpo, y el tamaño de las patas me era desconocido, pero había tenido ese tamaño hace algunos años, y estaba acostumbrada a caminar a cuatro patas, no era tan difícil como caminar como un humano ni de lejos.
-¿Como te sientes?.- Mi voz algo mas gutural por el cambio de cuerdas vocales seguía manteniendo ese molesto acento de la falta de uso del lenguaje de los hombres, pero por lo menos, no precisaría de tener que escribir en el suelo de la estancia.
Enfoqué mi hocico hacia donde antes había odio una voz femenina, viendo si la otra mujer se unía a nosotros, o salía corriendo en busca de ayuda, o permanecía en el lugar, negándose a esa conversión que parecía formar parte de los juegos de esa tal Lady.A, que nos retaba a descubrir los misterios de ese lugar.
-Me alegro de verte Bio.- Pronuncie con lentitud, alargando todas las letras al pronunciarlas, acercándome hacia el, y poniéndome de puntillas para chocar mi frente con la suya con cuidado, para luego dedicarle una gran sonrisa.-Arygos.- Respondí entonces a su pregunta. Esperando que si no reconocía mi gesto, por lo menos reconociera mi nombre.
Me quede quieta en el sitio, para observar como bio cambiaba de forma, su estupor, sus tropiezos, una sonrisa divertida se pintó en mis labios antes de dar un solo paso. No me reiría de el por no estar acostumbrado a ser un cuadrúpedo, yo tenía el mismo problema a la inversa, así que intentaría ayudarle y ser tan comprensiva como me fuera posible con su torpeza.
-Bio, probablemente sea alguna especie de juego mágico.- pronuncie como antes, intentando calmarle, y para reforzar eso, caminé hacia donde el había perdido su forma, imaginando que nos acontecería lo mismo al resto. ¿Nos convertiriamos también en lobos, u en otros animales?
No tardé en sentir al familiar sensación del cuerpo achicandose, tomando otra forma, pero esta era una..diferente, no tan grande, y..¿Peluda? Esperé pacientemente a que mi cuepro se amodlara a su nueva figura antes de girar el rostro hacia un espejo. Cuello corto, eso no me agradaba.
Un lobo blanco, completamente blanco y con una mirada azul que reconocía como la mía me observaba des del otro lado del espejo. Era mas pequeño que el animal en el que se había convertido Bio, pero tampoco era un cachorro, y movía la cola al mismo ritmo en el que yo lo hacía. Era, sin duda, mi reflejo.
Me acerque caminando cuidadosamente hacia el vampiro, con una problemática muy inferior para moverme, el peso del cuerpo, y el tamaño de las patas me era desconocido, pero había tenido ese tamaño hace algunos años, y estaba acostumbrada a caminar a cuatro patas, no era tan difícil como caminar como un humano ni de lejos.
-¿Como te sientes?.- Mi voz algo mas gutural por el cambio de cuerdas vocales seguía manteniendo ese molesto acento de la falta de uso del lenguaje de los hombres, pero por lo menos, no precisaría de tener que escribir en el suelo de la estancia.
Enfoqué mi hocico hacia donde antes había odio una voz femenina, viendo si la otra mujer se unía a nosotros, o salía corriendo en busca de ayuda, o permanecía en el lugar, negándose a esa conversión que parecía formar parte de los juegos de esa tal Lady.A, que nos retaba a descubrir los misterios de ese lugar.
- Forma de lobo:
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Arygos Valnor
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
En un extraño día me habían invitado a una gran fiesta; últimamente asistía mucho a ese tipo de eventos, no estaba muy segura de la razón pero podía suponer que la época del año influía, o simplemente lo elegante y agradable que era mi presencia en esas reuniones. Como no me molestaba asistir decidí hacerlo con mucho cariño y empeño, me encantaba dar una buena imagen ante el público en las fiestas, por lo que me dispuse a intercambiar un lindo vestido que encontré en las tiendas de Roilkat por unos cuantos trabajos comunitarios; cabe destacar que me ayudé un poco con la magia para conseguir todo con mayor facilidad.
El color de mi vestido me encantaba, no era un diseño típico y a demás me sentía muy cómoda al probármelo. El tema de la ropa ya estaba resuelto, sin embargo cuando recibí la invitación del señor ramoso(1) él me comentó que debía por cortesía llevar algo de comer o de beber y que era recomendable que fuera de mi tierra. Por lógica yo provengo de las “Islas Illidenses”, pero no había pasado tanto tiempo en el lugar como para saber en exactitud que plato típico podía utilizar, así que como buena bruja conocedora de mis antecedentes me acerqué al centro de mayor movimiento económico de Roilkat y pregunté de persona en persona sí por ahí había algún lugar de comida que fuese dirigido por brujos. Claramente no sabía que platillo llevar para la reunión pero eso no iba a significar que sería la única que se fuera con las manos vacías.
Logré comunicarme con el cocinero brujo del local, sin embargo estaba muy ocupado como para preparar un buen plato, por lo que me sugirió que yo misma cocinara la receta que me llamara la atención de un pequeño libro que él tenía sobre comida de la Isla.
Ese takete me parecía una receta dulce y excelente, jamás la había probado pero estaría dispuesta a tomar como unas 50 copas, se leía muy rico y me motivaba hacerlo. Empecé consiguiendo los ingredientes, que por suerte todos estaban en la cocina del brujo, incluso el melado de rayun; seguí al pie de la letra todas las instrucciones de la receta, pero algo no estaba muy bien... no lograba hacer que la mezcla me quedara homogénea, los grumos de la pulpa del ascua seguían flotando sobre el agua que no espesaba. Por más que lo intentaba no lograba unir bien todos los ingredientes solo con telekinesis, así que me ayude con una vara de madera para terminar de mezclar y triturar los pequeños pedacitos que quedaban, dejé la preparación sobre la mesa y me fui a arreglar para el gran evento.
Lista para salir me acordé que en esta época habría mucho frío en la zona, por lo que me coloque un abrigo grueso y me dirigí al gran evento. Me sentí un poco insultada en cuanto tuve que esperar un tiempo para entrar, pero había una interminable fila de gente esperando para ingresar y no podía adelantarme. Yo por suerte tenía una invitación formal y cuando llegué a la entrada me recibieron bien; me conseguí otra vez con el señor de la canción de año nuevo y lo saludé muy cordialmente.
Las puertas se abrieron y dejaron salir una oleada fría que erizaba cada centímetro de mi piel, era como si no hubiese tenido el abrigo y para sorpresa mía el señor de las ramas me pidió que le diera mi abrigo y que él me daría a cambio un brazalete. Mi expresión debió ser suficiente como para que entendiera lo que pensaba al respecto y sin yo decirle nada me explicó la función de aquella prenda plateada. Dejé que el hombre se llevará mi abrigo y pasé con cuidado al lugar. La otra joven que se encontraba en la puerta no tardó en quitarme la receta de las manos y llevarme con cuidado para que no me resbalara por el liso hielo, hasta que yo me acostumbrara a caminar con cuidado en el interior del lugar.
Anunciaron mi nombre, primera vez que en una fiesta de gala digo mi nombre real, ahora tenía que decidir en que zona de la fiesta quería estar, se me presentaron distintas opciones y elegí pasarme por la zona de recreación, agradecí a la señorita de los cuernos y luego decidí ver que me deparaba aquella decisión.
Me escoltaron hasta una puerta grande y verde, -combina con mi vestido- pensé de forma divertida, escuché con interés las palabras de la chica y luego caminé hasta el interior. Pude apreciar aquellas hermosas paredes de cristal, unas hermosas estrellitas de hielo y los hermosos animales que se encontraban a mi alrededor, todo estaba hecho de un delicado cristal transparente, aquello tenía mucha elegancia y el sitio se veía realmente agradable -¡Que emoción!- pensé rápidamente al entrar con la cara en alto por toda la sala para modelar mi precioso vestido, pero esa experiencia no duró mucho, ya que mi Pelusa y yo al entrar nos convertimos ¿en dragones? ¿cómo era eso posible?. Primero me di cuenta de mi pequeño aion ponerse morado y que le salieran alas, para luego voltear a un lado y encontrarme con una cabeza de dragón saliendo de mi hombro.
-¡Uh!- expresé con mi cabeza central por el asombro que todo eso me producía. -Ya nadie verá mi lindo vestido- me contestó mi cabeza izquierda. -Jajajaa- se empezó a reír como loca mi cabeza derecha. -¡¡Calmensé las dos!!- dije en tono fuerte, pero mi lado derecho empezó a controlar mis piernas para salir corriendo y lanzarme sobre los pinguinitos para abrazarlos y apretujarlos. En cuanto terminé en el suelo rodando y apretujando a los animalitos a mi paso mi cabeza izquierda hizo un sonido de desagrado e hizo que me levantara del suelo y con delicadeza llevarnos a la mesa de los bocadillos -¡Que falta de glamour! Hay que comer algo para tranquilizarnos y ver si nos ponemos aún más lindas con esta piel de dragón, nos servirá de revitalizante para cuando volvamos a nuestra forma humana- dijo -¡Hay que ayudar a Pelusa, está tan gordito que ni se puede parar!- les comenté a mis otras dos cabezas a ver si reaccionaban, pero yo no podía controlar mis paticas. -¡Comamos y luego vamos por Pelusa!- dijo mi cabeza de la derecha -Tengo miedo- dijo mi otra cabeza mientras se acercaba a los platos para consumir algo, mientras que con mi cabeza principal buscaba ver a Pelusa para saber si se encontraba bien.
Él se encontraba ya de pie acercándose a una de las señoritas que eran idénticas a la de los cuernos para luego acercarse con cautela a mí y mirarme con duda. Yo no supe que decirle a mi pequeño aionsito dragón y me dispuse a comer un poco de ¿carne? que había en la mesa.
Antes de que pudiese agarrar otro pedazo mi cuerpo salió corriendo de la mesa para ir a hablar con otros dragones en la sala para preguntarles lo que estaba sucediendo, pero al parecer todos estábamos iguales... nadie sabía nada.
El color de mi vestido me encantaba, no era un diseño típico y a demás me sentía muy cómoda al probármelo. El tema de la ropa ya estaba resuelto, sin embargo cuando recibí la invitación del señor ramoso(1) él me comentó que debía por cortesía llevar algo de comer o de beber y que era recomendable que fuera de mi tierra. Por lógica yo provengo de las “Islas Illidenses”, pero no había pasado tanto tiempo en el lugar como para saber en exactitud que plato típico podía utilizar, así que como buena bruja conocedora de mis antecedentes me acerqué al centro de mayor movimiento económico de Roilkat y pregunté de persona en persona sí por ahí había algún lugar de comida que fuese dirigido por brujos. Claramente no sabía que platillo llevar para la reunión pero eso no iba a significar que sería la única que se fuera con las manos vacías.
Logré comunicarme con el cocinero brujo del local, sin embargo estaba muy ocupado como para preparar un buen plato, por lo que me sugirió que yo misma cocinara la receta que me llamara la atención de un pequeño libro que él tenía sobre comida de la Isla.
- Takete Rojo:
- Takete Rojo:
-Ingredientes:
- Ascua de dragón
- Una flor de eonishia
- 6 rayunes
- Tres vasos de agua
- Media naranja
- Azúcar
- Liquido rojo de varuk
-Preparación: Primero hay que hacer el “melado de rayun”. Para eso tomamos tres rayunes y los colocamos a hervir con agua en una hoya pequeña hasta que este halla pintado el agua de un rojo vivo; se deja reposar hasta que tenga temperatura ambiente y se le colocan 6 cucharadas de azúcar. Luego hay que retirar la fruta para que tengamos sólo la sustancia roja y dulce.
Para el takete, necesitamos colocar los tres vasos de agua en un recipiente, echarle trocitos de pulpa de ascua de dragón, usar el interior de tres rayunes (los que no se calentaron), agregarle el jugo de media naranja y mezclar estrictamente con magia para que quede lo más homogénea posible. Para finalizar usamos el “melado de rayun” hecho anteriormente y el jugo de varuk para darle el color rojo a la bebida. Servir en copas y decorar con flores de eonishia.
Ese takete me parecía una receta dulce y excelente, jamás la había probado pero estaría dispuesta a tomar como unas 50 copas, se leía muy rico y me motivaba hacerlo. Empecé consiguiendo los ingredientes, que por suerte todos estaban en la cocina del brujo, incluso el melado de rayun; seguí al pie de la letra todas las instrucciones de la receta, pero algo no estaba muy bien... no lograba hacer que la mezcla me quedara homogénea, los grumos de la pulpa del ascua seguían flotando sobre el agua que no espesaba. Por más que lo intentaba no lograba unir bien todos los ingredientes solo con telekinesis, así que me ayude con una vara de madera para terminar de mezclar y triturar los pequeños pedacitos que quedaban, dejé la preparación sobre la mesa y me fui a arreglar para el gran evento.
Lista para salir me acordé que en esta época habría mucho frío en la zona, por lo que me coloque un abrigo grueso y me dirigí al gran evento. Me sentí un poco insultada en cuanto tuve que esperar un tiempo para entrar, pero había una interminable fila de gente esperando para ingresar y no podía adelantarme. Yo por suerte tenía una invitación formal y cuando llegué a la entrada me recibieron bien; me conseguí otra vez con el señor de la canción de año nuevo y lo saludé muy cordialmente.
Las puertas se abrieron y dejaron salir una oleada fría que erizaba cada centímetro de mi piel, era como si no hubiese tenido el abrigo y para sorpresa mía el señor de las ramas me pidió que le diera mi abrigo y que él me daría a cambio un brazalete. Mi expresión debió ser suficiente como para que entendiera lo que pensaba al respecto y sin yo decirle nada me explicó la función de aquella prenda plateada. Dejé que el hombre se llevará mi abrigo y pasé con cuidado al lugar. La otra joven que se encontraba en la puerta no tardó en quitarme la receta de las manos y llevarme con cuidado para que no me resbalara por el liso hielo, hasta que yo me acostumbrara a caminar con cuidado en el interior del lugar.
Anunciaron mi nombre, primera vez que en una fiesta de gala digo mi nombre real, ahora tenía que decidir en que zona de la fiesta quería estar, se me presentaron distintas opciones y elegí pasarme por la zona de recreación, agradecí a la señorita de los cuernos y luego decidí ver que me deparaba aquella decisión.
Me escoltaron hasta una puerta grande y verde, -combina con mi vestido- pensé de forma divertida, escuché con interés las palabras de la chica y luego caminé hasta el interior. Pude apreciar aquellas hermosas paredes de cristal, unas hermosas estrellitas de hielo y los hermosos animales que se encontraban a mi alrededor, todo estaba hecho de un delicado cristal transparente, aquello tenía mucha elegancia y el sitio se veía realmente agradable -¡Que emoción!- pensé rápidamente al entrar con la cara en alto por toda la sala para modelar mi precioso vestido, pero esa experiencia no duró mucho, ya que mi Pelusa y yo al entrar nos convertimos ¿en dragones? ¿cómo era eso posible?. Primero me di cuenta de mi pequeño aion ponerse morado y que le salieran alas, para luego voltear a un lado y encontrarme con una cabeza de dragón saliendo de mi hombro.
-¡Uh!- expresé con mi cabeza central por el asombro que todo eso me producía. -Ya nadie verá mi lindo vestido- me contestó mi cabeza izquierda. -Jajajaa- se empezó a reír como loca mi cabeza derecha. -¡¡Calmensé las dos!!- dije en tono fuerte, pero mi lado derecho empezó a controlar mis piernas para salir corriendo y lanzarme sobre los pinguinitos para abrazarlos y apretujarlos. En cuanto terminé en el suelo rodando y apretujando a los animalitos a mi paso mi cabeza izquierda hizo un sonido de desagrado e hizo que me levantara del suelo y con delicadeza llevarnos a la mesa de los bocadillos -¡Que falta de glamour! Hay que comer algo para tranquilizarnos y ver si nos ponemos aún más lindas con esta piel de dragón, nos servirá de revitalizante para cuando volvamos a nuestra forma humana- dijo -¡Hay que ayudar a Pelusa, está tan gordito que ni se puede parar!- les comenté a mis otras dos cabezas a ver si reaccionaban, pero yo no podía controlar mis paticas. -¡Comamos y luego vamos por Pelusa!- dijo mi cabeza de la derecha -Tengo miedo- dijo mi otra cabeza mientras se acercaba a los platos para consumir algo, mientras que con mi cabeza principal buscaba ver a Pelusa para saber si se encontraba bien.
Él se encontraba ya de pie acercándose a una de las señoritas que eran idénticas a la de los cuernos para luego acercarse con cautela a mí y mirarme con duda. Yo no supe que decirle a mi pequeño aionsito dragón y me dispuse a comer un poco de ¿carne? que había en la mesa.
Antes de que pudiese agarrar otro pedazo mi cuerpo salió corriendo de la mesa para ir a hablar con otros dragones en la sala para preguntarles lo que estaba sucediendo, pero al parecer todos estábamos iguales... nadie sabía nada.
- El traje lindo que el feo de Thorn no me dejó lucirle a Chimar:
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- Pelusa Dragón:
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- Maguita Dragón:
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OffRol
Sorry la tardanza.
(1) Ramoso: nombre que le designa Maguita al señor que tiene muchas ramas a su alrededor.
La carne que Maguita come es la carne de asaki de Arygos (si es que se puede)
Ingredientes del herbolario: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
En Aerandir hay un libro de recetas... a pesar de que es un juego podríamos colocar nuestras recetas ahí ... [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Magazubi
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
El aspecto de todo el lugar es embriagante en el buen sentido, no siempre se ven cosas así. Por alguna razón Chimar recuerda cierta historia acerca de excentricidades nobles, una en donde los invitados se disfrazan de animales y pasan toda la velada vestidos de esa forma. Algunas veces la sabiduría plebeya tiene significados acertados, con el dinero llegan muchas necesidades secundarias extrañas.
Niega con la cabeza para quitarse esa imagen, eso se gana por escuchar la conversación casual de dos marineros borrachos. Luego de cierto tiempo llegan al destino, la guía parece bastante segura. El inventor levanta los hombros, no tiene motivo para dudar. En su prodigiosamente se forman algunos conceptos interesantes antes de ingresar, posiblemente ocurra algo completamente demencial y memorable adentro si tenemos en cuenta la línea actual.
…. Bien.
Los ojos del científico primero se centran en el asombroso estilo del recinto interno, tiene una belleza inmaculada. Desafortunadamente su concentración es interrumpida por las palabras de un contemporáneo, cuando las miradas se cruzan Maquiavelo arquera su ceja derecha. El anfitrión de la sala parece ser un niño pequeño enlatado con un alto concepto de sí mismo, si se ve desde otro ángulo podría ser el gemelo perdido de Chimar por su personalidad altanera.
Quien lo diría.
Las amenazas del chico blindado parecen tener un extraño fundamento viable, un estudio detallado de los laterales revela seres colgando de telarañas, esto se pone cada vez mejor. La mujer con cuernos trata a su “colega pequeño” de forma liviana, eso desencadena cierta sonrisa en el intelectual. Los juegos no son lo suyo pero es el mejor calificado para superar uno si tenemos en cuenta su edad.
De acuerdo, solo caminare con “extrema cautela” hasta…
Luego de algunos pasos siente algo raro, como si sufriera un mareo. Se tambalea varios instantes pero evita caerse. Permanece dos minutos en la misma posición antes de intentar moverse, cuando inicia el desplazamiento se da cuenta de un aspecto nuevo. Su cuerpo no se siente igual por ningún lado si es que eso tiene algún sentido, decide realizar un examen físico directo con sus manos llevándose la sorpresa del siglo.
¡¡Que rayos!!
Su rostro ya no es humano, tiene tentáculos y una extraña forma ósea. Las manos arrojan otras pistas, nuevo color de piel, menos dedos, estructura raquítica. Rápidamente se hiperventila cuando su cerebro arroja una posible respuesta, acaba de transformarse en un hibrido, un hombre bestia jodidamente feo. Se lleva la mano diestra hasta su frente y toma varios segundos para estudiar de nuevo esa parte.
¿¡Jodido engendrito que rayos me paso!?
De momento siente unas ganas crecientes de estrangular al otro niño, pero procede a calmarse para pensar con la cabeza fría. Extrañamente se imagina dando un susto de muerte a los Gorriones en su nueva forma, esa simple idea le hace sonreír… o el equivalente cuando no tienes boca preestablecida. Procede a caminar en un intento por alcanzar al otro mocoso pero pronto su atención queda dirigida a los platillos.
Pero si ni siquiera tengo boca…
Se debate un poco antes de decidirse por cierto aperitivo del mar, pulpo asado. Debe ser la ironía mas grande o incluso un canibalismo en toda regla dada su condición actual pero no es algo que suela comer a menudo y quiere probar, mientras sepa bien no debería haber problema. Pasa algo de tiempo investigando como funciona su nuevo sistema bilógico, pronto descubre una boca con dientes afilados bajo los tentáculos.
Dame un minuto...
Niega con la cabeza para quitarse esa imagen, eso se gana por escuchar la conversación casual de dos marineros borrachos. Luego de cierto tiempo llegan al destino, la guía parece bastante segura. El inventor levanta los hombros, no tiene motivo para dudar. En su prodigiosamente se forman algunos conceptos interesantes antes de ingresar, posiblemente ocurra algo completamente demencial y memorable adentro si tenemos en cuenta la línea actual.
…. Bien.
Los ojos del científico primero se centran en el asombroso estilo del recinto interno, tiene una belleza inmaculada. Desafortunadamente su concentración es interrumpida por las palabras de un contemporáneo, cuando las miradas se cruzan Maquiavelo arquera su ceja derecha. El anfitrión de la sala parece ser un niño pequeño enlatado con un alto concepto de sí mismo, si se ve desde otro ángulo podría ser el gemelo perdido de Chimar por su personalidad altanera.
Quien lo diría.
Las amenazas del chico blindado parecen tener un extraño fundamento viable, un estudio detallado de los laterales revela seres colgando de telarañas, esto se pone cada vez mejor. La mujer con cuernos trata a su “colega pequeño” de forma liviana, eso desencadena cierta sonrisa en el intelectual. Los juegos no son lo suyo pero es el mejor calificado para superar uno si tenemos en cuenta su edad.
De acuerdo, solo caminare con “extrema cautela” hasta…
Luego de algunos pasos siente algo raro, como si sufriera un mareo. Se tambalea varios instantes pero evita caerse. Permanece dos minutos en la misma posición antes de intentar moverse, cuando inicia el desplazamiento se da cuenta de un aspecto nuevo. Su cuerpo no se siente igual por ningún lado si es que eso tiene algún sentido, decide realizar un examen físico directo con sus manos llevándose la sorpresa del siglo.
¡¡Que rayos!!
Su rostro ya no es humano, tiene tentáculos y una extraña forma ósea. Las manos arrojan otras pistas, nuevo color de piel, menos dedos, estructura raquítica. Rápidamente se hiperventila cuando su cerebro arroja una posible respuesta, acaba de transformarse en un hibrido, un hombre bestia jodidamente feo. Se lleva la mano diestra hasta su frente y toma varios segundos para estudiar de nuevo esa parte.
¿¡Jodido engendrito que rayos me paso!?
De momento siente unas ganas crecientes de estrangular al otro niño, pero procede a calmarse para pensar con la cabeza fría. Extrañamente se imagina dando un susto de muerte a los Gorriones en su nueva forma, esa simple idea le hace sonreír… o el equivalente cuando no tienes boca preestablecida. Procede a caminar en un intento por alcanzar al otro mocoso pero pronto su atención queda dirigida a los platillos.
Pero si ni siquiera tengo boca…
Se debate un poco antes de decidirse por cierto aperitivo del mar, pulpo asado. Debe ser la ironía mas grande o incluso un canibalismo en toda regla dada su condición actual pero no es algo que suela comer a menudo y quiere probar, mientras sepa bien no debería haber problema. Pasa algo de tiempo investigando como funciona su nuevo sistema bilógico, pronto descubre una boca con dientes afilados bajo los tentáculos.
Dame un minuto...
- Hombre bestia Chimar:
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
Níniel no iba a ser menos que Bio y aceptó su ofrecimiento para adentrarse en la sala de los misterios con una elegante reverencia sujetándose el vestido de una manera digna de los libros de etiqueta de lo humanos y realizada con una soltura y perfección en la altura y posición que podría resultar extraña viniendo de una elfa. Y es que aquel no era el primer baile de gala humano al que la peliblanca acudía, ni era nueva en el curioso mundo del protocolo de la élite social humana. Su madre, Ashara Thenidiel, durante su juventud había vivido largos años entre los humanos y había aprendido mucho de ellos, su lengua, sus costumbres, su filosofía...Había absorbido conocimientos durante décadas de ellos y otras razas de aerandir que llegado el momento enseñó a su única hija. Entre esos conocimientos estaba el protocolo para tan distinguidas ocasiones, que para la joven sacerdotisa resultó ser una de las cosas más interesantes de aprender, además los vestidos eran de lo poco del estilo de vestir humano que la apasionaba. Saludos, modales en la mesa, uso de cubiertos, baile...No tenían secretos para ella.
-Misterios... Lo cierto es que todo en esta casa es uno. Como también lo es que me enviaras una invitación para venir. Ya supuse que no sería un baile de los tradicionales. ¿De qué va todo esto?.- Preguntó la elfa en voz baja justo antes de despedirse del caballero que tan amablemente la había acompañado hasta allí evitando que rompiera la crisma en el intento con una sutil inclinación de cabeza. No obstante la respuesta a aquella pregunta tendría que esperar pues parecía que la sacerdotisa no era la única conocida del pelinegro que había acudido a aquella fiesta aunque en aquel caso parecía más bien una coincidencia que una invitación del vampiro. De hecho a pesar de la efusividad de la joven Bio no recordaba su nombre en un primer momento. La chica hablaba de forma algo extraña, como si le costara, y su manera de saludar a base de cabezazos resultaba más extraña aún. No saludó a Níniel y casi que fue mejor así, si le dieran un cabezazo en esos momentos se le clavaría la diadema en la frente y algo así seguro que les hubiese dolido a ambas a ambas.
Una vez entraron en la siguiente sala una cosa quedó clara: Una estancia como aquella no podía entrar de manera normal en una estructura como la de aquella mansión, al menos según la idea que daba la misma desde fuera. Hielo, frío helador, brazaletes mágicos y estancias claramente mágicas...Ni siquiera había que ser sensible al maná para darse cuenta de aquello. El lugar le daba muy mala espina a la elfa, el ambiente, la decoración a base de espejos que reflejaban y distorsionaban las figuras de los allí presentes hasta límites grotescos una y otra vez conforme cada espejo reflejaba lo que otros espejos reflejaban a su vez. Su anfitriona, esta tal lady A. tenía un gusto tan distorsionado como las imágenes en de los espejos sobre lo que era bonito, entretenido o divertido. Pronto iba a confirmarse lo acertada que estaba al pensar aquello.
-Más que la sala de los misterios parece la sala de los horrores.- Comentó al escuchar que Bio estaba pensando en algo similar mientras se miraba con desgana en uno de los espejos en el cual su cuello se mostraba extrañamente alargado y su cuerpo hiperbólicamente alto. En el de al lado su imagen era todo lo contrario, la de una enanita rechoncheta y deforme. Casi tenía gracia, casi. Se había distraído apenas unos segundos mirando los espejos cuando la voz del pelinegro, aunque mucho más gutural la hizo volver a mirar en su dirección y en lugar de verle a él vio a un gran lobo allí plantado que causó que se pusiera en guardia esperando un ataque. Pero no llegó ninguno, de hecho aquel lobo apenas era capaz de mantenerse erguido sobre sus patas.
-¿Bio?, pero que...- Aquello si que era raro, un vampiro convertido en un lobo como si fuera un licántropo. -¿Cómo?...-La joven Arygos, bastante tranquila a pesar de lo sucedido se acercó hasta el peludo Bio cambiando también en cuanto dio unos pasos. Así que así funcionaba...Parecía que mientras se mantuviera donde estaba ella no cambiaría.
-¿Juego?. Podría ser un cambio permanente, una trampa para convertir a todos los invitados en...Lobos enormes y parlantes.-Como ella otros invitados no parecían querer dar los pasos necesarios para convertirse en bolas de pelo y enseguida la entrada se convirtió en un tumulto de empujones, maldiciones y preguntas lanzadas al aire sobre qué estaba ocurriendo, especialmente cuando la puerta se cerró dejándoles allí sin opción de volver por donde habían entrado. -¿Desde cuando en un juego se encierra a los participantes en una sala?.- Por no hablar de que usar semejante magia para divertirse era una irresponsabilidad, era un don no un juguete. Al menos Bio parecía entender que aquello podría no ser como para tomárselo a broma, debían de intentar volver a la normalidad cuanto antes. En ese momento un par de invitados tratando de salir de allí causó una cadena de empujones que terminaron con la elfa involuntariamente más allá de la zona segura. Notó un cosquilleo por todo su cuerpo y una sensación cálida mientras su cuerpo cambiaba rápidamente.
-Porras...- Dijo con su siempre melodiosa voz incluso con su nueva forma de loba blanca, aunque con un tono algo más lupino de lo habitual, tratando de aprender de los errores del lobo Bio para mantenerse sobre sus nuevas extremidades de cuadrúpeda. En cierto modo era como andar a gatas pero a la vez distinto aunque natural. De hecho más que mantenerse sobre sus cuatro patas le preocupaba el hecho de que técnicamente debajo de su nueva capa de suave pelo blanco no llevaba nada...En cierto modo se sentía desnuda delante de un montón de extraños y de Bio...Que de hecho también estaba desnudo...-Como a alguien se le ocurra olerme el culo la cosa no va a acabar nada bien...- Dijo, y como si su nuevo cuerpo respondiera a sus pensamientos, su expresión lupina de advertencia fue mostrar sus peligrosos y afilados dientes, sus amenazantes colmillos. -Uy, lo siento. Mejor busquemos el modo de salir de aquí sí...Y por los dioses si voya recuperar mi forma espero que sea con mi ropa en su sitio...- Comentó siguiendo a Bio que ahora era..."El macho Alfa". A su espalda varios invitados más comenzaban a cambiar ante la falta de opciones mientras otros aporreaban la puerta exigiendo que les sacaran de allí de inmediato. "De perdidos al río". Pensó la elfa moviendo la cola de un lado a otro con elegancia mientras caminaba, sin darse cuenta de que lo hacía.
-Misterios... Lo cierto es que todo en esta casa es uno. Como también lo es que me enviaras una invitación para venir. Ya supuse que no sería un baile de los tradicionales. ¿De qué va todo esto?.- Preguntó la elfa en voz baja justo antes de despedirse del caballero que tan amablemente la había acompañado hasta allí evitando que rompiera la crisma en el intento con una sutil inclinación de cabeza. No obstante la respuesta a aquella pregunta tendría que esperar pues parecía que la sacerdotisa no era la única conocida del pelinegro que había acudido a aquella fiesta aunque en aquel caso parecía más bien una coincidencia que una invitación del vampiro. De hecho a pesar de la efusividad de la joven Bio no recordaba su nombre en un primer momento. La chica hablaba de forma algo extraña, como si le costara, y su manera de saludar a base de cabezazos resultaba más extraña aún. No saludó a Níniel y casi que fue mejor así, si le dieran un cabezazo en esos momentos se le clavaría la diadema en la frente y algo así seguro que les hubiese dolido a ambas a ambas.
Una vez entraron en la siguiente sala una cosa quedó clara: Una estancia como aquella no podía entrar de manera normal en una estructura como la de aquella mansión, al menos según la idea que daba la misma desde fuera. Hielo, frío helador, brazaletes mágicos y estancias claramente mágicas...Ni siquiera había que ser sensible al maná para darse cuenta de aquello. El lugar le daba muy mala espina a la elfa, el ambiente, la decoración a base de espejos que reflejaban y distorsionaban las figuras de los allí presentes hasta límites grotescos una y otra vez conforme cada espejo reflejaba lo que otros espejos reflejaban a su vez. Su anfitriona, esta tal lady A. tenía un gusto tan distorsionado como las imágenes en de los espejos sobre lo que era bonito, entretenido o divertido. Pronto iba a confirmarse lo acertada que estaba al pensar aquello.
-Más que la sala de los misterios parece la sala de los horrores.- Comentó al escuchar que Bio estaba pensando en algo similar mientras se miraba con desgana en uno de los espejos en el cual su cuello se mostraba extrañamente alargado y su cuerpo hiperbólicamente alto. En el de al lado su imagen era todo lo contrario, la de una enanita rechoncheta y deforme. Casi tenía gracia, casi. Se había distraído apenas unos segundos mirando los espejos cuando la voz del pelinegro, aunque mucho más gutural la hizo volver a mirar en su dirección y en lugar de verle a él vio a un gran lobo allí plantado que causó que se pusiera en guardia esperando un ataque. Pero no llegó ninguno, de hecho aquel lobo apenas era capaz de mantenerse erguido sobre sus patas.
-¿Bio?, pero que...- Aquello si que era raro, un vampiro convertido en un lobo como si fuera un licántropo. -¿Cómo?...-La joven Arygos, bastante tranquila a pesar de lo sucedido se acercó hasta el peludo Bio cambiando también en cuanto dio unos pasos. Así que así funcionaba...Parecía que mientras se mantuviera donde estaba ella no cambiaría.
-¿Juego?. Podría ser un cambio permanente, una trampa para convertir a todos los invitados en...Lobos enormes y parlantes.-Como ella otros invitados no parecían querer dar los pasos necesarios para convertirse en bolas de pelo y enseguida la entrada se convirtió en un tumulto de empujones, maldiciones y preguntas lanzadas al aire sobre qué estaba ocurriendo, especialmente cuando la puerta se cerró dejándoles allí sin opción de volver por donde habían entrado. -¿Desde cuando en un juego se encierra a los participantes en una sala?.- Por no hablar de que usar semejante magia para divertirse era una irresponsabilidad, era un don no un juguete. Al menos Bio parecía entender que aquello podría no ser como para tomárselo a broma, debían de intentar volver a la normalidad cuanto antes. En ese momento un par de invitados tratando de salir de allí causó una cadena de empujones que terminaron con la elfa involuntariamente más allá de la zona segura. Notó un cosquilleo por todo su cuerpo y una sensación cálida mientras su cuerpo cambiaba rápidamente.
-Porras...- Dijo con su siempre melodiosa voz incluso con su nueva forma de loba blanca, aunque con un tono algo más lupino de lo habitual, tratando de aprender de los errores del lobo Bio para mantenerse sobre sus nuevas extremidades de cuadrúpeda. En cierto modo era como andar a gatas pero a la vez distinto aunque natural. De hecho más que mantenerse sobre sus cuatro patas le preocupaba el hecho de que técnicamente debajo de su nueva capa de suave pelo blanco no llevaba nada...En cierto modo se sentía desnuda delante de un montón de extraños y de Bio...Que de hecho también estaba desnudo...-Como a alguien se le ocurra olerme el culo la cosa no va a acabar nada bien...- Dijo, y como si su nuevo cuerpo respondiera a sus pensamientos, su expresión lupina de advertencia fue mostrar sus peligrosos y afilados dientes, sus amenazantes colmillos. -Uy, lo siento. Mejor busquemos el modo de salir de aquí sí...Y por los dioses si voya recuperar mi forma espero que sea con mi ropa en su sitio...- Comentó siguiendo a Bio que ahora era..."El macho Alfa". A su espalda varios invitados más comenzaban a cambiar ante la falta de opciones mientras otros aporreaban la puerta exigiendo que les sacaran de allí de inmediato. "De perdidos al río". Pensó la elfa moviendo la cola de un lado a otro con elegancia mientras caminaba, sin darse cuenta de que lo hacía.
- Nín lupina(La blanca):
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Níniel Thenidiel
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
Una vez abierta la puerta de la sala, frente a la cual ya se había congregado un reducido grupo de invitados, por fin pudo la bruja atisbar lo que había en su interior, mientras el joven anfitrión de la misma les daba la bienvenida. Ataviado con una cota de malla que claramente le estaba grande, al igual que los guanteletes, Branzen observó a los recién llegados desde su asiento, que se encontraba al final de un largo pasillo. Sostenía una espada que sin duda un muchacho de su edad no podría manejar, al menos no sin usar las dos manos, pero todo formaba parte del decorado, y de la imagen que el chico pretendía dar ante los asistentes.
Antes siquiera de que pudieran comenzar a entrar en la estancia, el pequeño lanzó una advertencia a los presentes, para que se apresurasen a llegar hasta él si no querían convertirse en la cena de sus mascotas, que a juzgar por las telas que se adueñaban del lado derecho de la sala, debían ser arañas. En contraposición a aquella tétrica imagen, una larga mesa llena de manjares ocupaba el lado opuesto, pero la de ojos verdes no prestó demasiada atención a esto último, tenía la vista clavada en las figuras que colgaban dentro de los capullos de tela.
Viendo la preocupación en los rostros de algunos de los invitados, la dama que los había traído hasta allí intervino de inmediato, para asegurarles que lo que tenían delante solo era parte del decorado, y que a pesar de lo que pudiese parecer, Branzen solo actuaba de ese modo para hacerse el importante, ya que nadie quería jugar con él. Tras la aclaración, dio instrucciones sobre qué debían hacer para abandonar la sala y se marchó, cerrando la puerta al salir.
Un muchacho fue el primero en dar un paso al frente, seguido de cerca por la hechicera, que ahora sí se permitió echar un vistazo a la mesa de los aperitivos, preguntándose interiormente si al igual que el año anterior, esconderían efectos mágicos. Queriendo averiguarlo cuanto antes, la joven se acercó a la larga pieza de hielo tallado, pero antes de que pudiese alargar el brazo para probar alguno de los apetitosos bocados que descansaban cuidadosamente colocados en las bandejas, empezó a notar que algo no iba bien.
Su cuerpo estaba cambiando rápidamente, tanto que en cuestión de segundos su piel quedó recubierta por una fina capa de pelo, pero eso solo fue el principio de la transformación. El intenso verdor que caracterizaba su mirada se tornó amarillo, mientras las pupilas perdían su redonda forma natural para convertirse en un par de líneas negras, imitando a la perfección los ojos de un gato. Los blancos bigotes no tardaron en surgir de las mejillas, al tiempo que sus orejas humanas desaparecían, para dar paso a otras puntiagudas en lo alto de la cabeza.
Algo comenzó a moverse en el interior de su vestido, una larga cola grisácea que se agitaba de un lado a otro, pero la verdadera molestia estaba en la mandíbula. Movida por los instintos del animal en que se estaba transformando, la bruja bufó hacia Branzen, para acto seguido llevarse las manos a la boca, cubriendo los alargados y afilados colmillos que ahora poseía. - No tiene gracia. - replicó al ver sonreír al anfitrión en su asiento, luego buscó entre las bandejas hasta dar con una metálica, que vació por completo para utilizar a modo de espejo.
Sin siquiera probar nada ya la habían convertido en una mujer bestia felina, puede que aquel año las cosas fuesen un poco diferentes al anterior. Atraída por el olor del salmón ahumado, y agradeciendo que al menos sus manos no se hubieran transformado en garras, sostuvo uno de aquellos pequeños aperitivos y se lo llevó a la boca, teniendo cuidado de masticar lentamente para no hacerse daño con los cambios que había sufrido su mandíbula. La idea era llegar hasta Branzen, cosa que parecía sencilla, ¿pero luego qué pasaría?
Con echar un breve vistazo a cuanto la rodeaba, Elen pudo apreciar que el otro joven que se había atrevido a adelantarse había corrido su misma suerte, y ahora se había convertido en una especie de hombre pulpo. - Al final tendré que dar las gracias y todo…- musitó, tras pensar en la multitud de desagradables animales en que se podría haber convertido.
Antes siquiera de que pudieran comenzar a entrar en la estancia, el pequeño lanzó una advertencia a los presentes, para que se apresurasen a llegar hasta él si no querían convertirse en la cena de sus mascotas, que a juzgar por las telas que se adueñaban del lado derecho de la sala, debían ser arañas. En contraposición a aquella tétrica imagen, una larga mesa llena de manjares ocupaba el lado opuesto, pero la de ojos verdes no prestó demasiada atención a esto último, tenía la vista clavada en las figuras que colgaban dentro de los capullos de tela.
Viendo la preocupación en los rostros de algunos de los invitados, la dama que los había traído hasta allí intervino de inmediato, para asegurarles que lo que tenían delante solo era parte del decorado, y que a pesar de lo que pudiese parecer, Branzen solo actuaba de ese modo para hacerse el importante, ya que nadie quería jugar con él. Tras la aclaración, dio instrucciones sobre qué debían hacer para abandonar la sala y se marchó, cerrando la puerta al salir.
Un muchacho fue el primero en dar un paso al frente, seguido de cerca por la hechicera, que ahora sí se permitió echar un vistazo a la mesa de los aperitivos, preguntándose interiormente si al igual que el año anterior, esconderían efectos mágicos. Queriendo averiguarlo cuanto antes, la joven se acercó a la larga pieza de hielo tallado, pero antes de que pudiese alargar el brazo para probar alguno de los apetitosos bocados que descansaban cuidadosamente colocados en las bandejas, empezó a notar que algo no iba bien.
Su cuerpo estaba cambiando rápidamente, tanto que en cuestión de segundos su piel quedó recubierta por una fina capa de pelo, pero eso solo fue el principio de la transformación. El intenso verdor que caracterizaba su mirada se tornó amarillo, mientras las pupilas perdían su redonda forma natural para convertirse en un par de líneas negras, imitando a la perfección los ojos de un gato. Los blancos bigotes no tardaron en surgir de las mejillas, al tiempo que sus orejas humanas desaparecían, para dar paso a otras puntiagudas en lo alto de la cabeza.
Algo comenzó a moverse en el interior de su vestido, una larga cola grisácea que se agitaba de un lado a otro, pero la verdadera molestia estaba en la mandíbula. Movida por los instintos del animal en que se estaba transformando, la bruja bufó hacia Branzen, para acto seguido llevarse las manos a la boca, cubriendo los alargados y afilados colmillos que ahora poseía. - No tiene gracia. - replicó al ver sonreír al anfitrión en su asiento, luego buscó entre las bandejas hasta dar con una metálica, que vació por completo para utilizar a modo de espejo.
Sin siquiera probar nada ya la habían convertido en una mujer bestia felina, puede que aquel año las cosas fuesen un poco diferentes al anterior. Atraída por el olor del salmón ahumado, y agradeciendo que al menos sus manos no se hubieran transformado en garras, sostuvo uno de aquellos pequeños aperitivos y se lo llevó a la boca, teniendo cuidado de masticar lentamente para no hacerse daño con los cambios que había sufrido su mandíbula. La idea era llegar hasta Branzen, cosa que parecía sencilla, ¿pero luego qué pasaría?
Con echar un breve vistazo a cuanto la rodeaba, Elen pudo apreciar que el otro joven que se había atrevido a adelantarse había corrido su misma suerte, y ahora se había convertido en una especie de hombre pulpo. - Al final tendré que dar las gracias y todo…- musitó, tras pensar en la multitud de desagradables animales en que se podría haber convertido.
- Transformación:
Elen Calhoun
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
La pregunta de la elfa me había tomado por sorpresa, aunque bien sabía lo curiosa que era, sin embargo esta vez no podía ofrecerle una respuesta que convirtiera la noche en una aventura épica, al menos hasta que fuéramos luego convertidos en bolas de pelos -No tengo idea de qué va, solo supuse que te gustaría cotillear, a las chicas les gustan las cosas lujosas y tu pareces, ya sabes, de la realeza- Dije aunque realmente no conocía la condición social o el rango de la peliblanca dentro de su sociedad ¿Sería alguien importante? Hasta ahora jamás habíamos hablado de esas cosas y era poco lo que sabíamos uno del otro.
Contemplé cómo Arygos también se convertía en una pequeña cuadrúpeda peluda aunque sin perder la ternura que la caracterizaba en cualquiera de sus formas -Juego mágico- Repetí mientras observaba esa extraña cosa gris peluda en mi espalda, giré para perseguirla pero ya no estaba, sin embargo al girar al otro lado ahora estaba ahí, giré y giré con la esperanza de alcanzarla pero entre más rápido giraba más rápido iba esa cosa, di vueltas hasta que terminé estrellado contra el piso y me di cuenta que había estado persiguiendo mi propia cola -Malditos lobos- Murmuré ante lo vergonzoso de la situación esperando que nadie lo hubiera notado, al parecer la transformación no afectaba solo mi forma física sino también parte de mi razonamiento, obligándome a hacer las cosas que estos animales hacían por mero instinto.
Estoy bien, creo, aunque tal vez ella no- Respondí a Arygos mientras señalaba con el hocico a Niniel que parecía resistirse a entrar al juego de lobos, finalmente aunque no por su voluntad, la elfa también acabó siendo una bola de pelos aunque bastante particular; me acerqué hasta ella para tratar de ayudarle a adaptarse al cambio de forma aunque mis instintos animales me traicionaron y acabé pasando de largo hasta detrás de ella para olfatear su trasero, una vez hecho hice lo mismo con el trasero de Arygos, ahora sentía que podía rastrearlas hasta el fin del mundo, su olor estaba fuertemente grabado en mi memoria y podía distinguirlos de maneras que en cualquier otra forma me resultaría imposible, estaba tan feliz y emocionado por el descubrimiento que giré en círculos persiguiendo mi cola de nuevo hasta que me di cuenta que varios personajes me estaban mirando de manera extraña, así que me detuve adoptando de nuevo un tono más serio -Hacia allá- Dije mientras alzaba la nariz olfateando algo que me llamaba a ir a toda prisa.
Corrí hacia la sala de espejos donde diversos pasillos parecían llevar a lugares diferentes ¿O no? Era un lugar muy grande, ilógico para como se veía desde fuera, varias veces quedé atrapado en callejones sin salida y me tocó regresar incluso cayendo en las curvas y deslizándome por el suelo de manera graciosa -Por aquí- Indicaba con toda la certeza del mundo -No, no, no, por ahí no, mejor por acá- Gritaba luego mientras pasaba a la carrera de un lugar a otro y aunque iba a toda prisa descubriendo caminos, avanzábamos muy despacio hasta que finalmente había un largo pasillo que llevaba a una sala grande con tres posibles destinos, a la derecha un espacio misterioso donde no parecía haber nada, al frente Lady A. Rodeada por otros particulares personajes y a la izquierda una gran mesa llena de comida; esperé al resto del grupo mientras movía la cola rápidamente mirando a la comida que parecía ser lo que había estado olfateando hasta ahora -No coman nada, es una trampa- Dije a mis acompañantes esperando que ya hubiesen llegado aunque al tiempo que lo decía ya iba corriendo hacia la mesa, mis instintos animales parecían más fuerte que mi propio autocontrol y no tardé mucho en saltar sobre la mesa para devorar una cosa con olor a Makala [1] aunque luego me detuve en seco al sentir en mi garganta un inconfundible y desagradable sabor a ajo; tosí para escupir pero ya era en vano y solo conseguí tumbar de la mesa algunas otras comidas, sin pensarlo salté de la mesa y me dirigí hacia una extraña bebida de color morado [2] con sabor a... Bueno, extrañamente no reconocía el sabor, no era algo que hubiera probado antes y aunque al estar en una copa me costó sujetarla, en mi desespero acabé por tumbar la copa y regar el líquido sobre la mesa donde acabé lamiendo con desespero hasta que su dulce sabor alivió un poco la comezón que el ajo me había dejado en la garganta.
Finalmente al bajar de la mesa y caminar hacia donde se encontraba Lady A. Y sus raras personas, no pude evitar sentirme atraído por el extraño brillo del ¿Caballo? Así que me acerqué lentamente con la extraña necesidad de morderle la cola, aunque finalmente logré controlarme por precaución al estar cerca de él -¿De qué va todo esto? ¿Te diviertes?- Cuestioné a modo de reproche a la tal Lady quien nos había sometido a tan extraña magia...
Contemplé cómo Arygos también se convertía en una pequeña cuadrúpeda peluda aunque sin perder la ternura que la caracterizaba en cualquiera de sus formas -Juego mágico- Repetí mientras observaba esa extraña cosa gris peluda en mi espalda, giré para perseguirla pero ya no estaba, sin embargo al girar al otro lado ahora estaba ahí, giré y giré con la esperanza de alcanzarla pero entre más rápido giraba más rápido iba esa cosa, di vueltas hasta que terminé estrellado contra el piso y me di cuenta que había estado persiguiendo mi propia cola -Malditos lobos- Murmuré ante lo vergonzoso de la situación esperando que nadie lo hubiera notado, al parecer la transformación no afectaba solo mi forma física sino también parte de mi razonamiento, obligándome a hacer las cosas que estos animales hacían por mero instinto.
Estoy bien, creo, aunque tal vez ella no- Respondí a Arygos mientras señalaba con el hocico a Niniel que parecía resistirse a entrar al juego de lobos, finalmente aunque no por su voluntad, la elfa también acabó siendo una bola de pelos aunque bastante particular; me acerqué hasta ella para tratar de ayudarle a adaptarse al cambio de forma aunque mis instintos animales me traicionaron y acabé pasando de largo hasta detrás de ella para olfatear su trasero, una vez hecho hice lo mismo con el trasero de Arygos, ahora sentía que podía rastrearlas hasta el fin del mundo, su olor estaba fuertemente grabado en mi memoria y podía distinguirlos de maneras que en cualquier otra forma me resultaría imposible, estaba tan feliz y emocionado por el descubrimiento que giré en círculos persiguiendo mi cola de nuevo hasta que me di cuenta que varios personajes me estaban mirando de manera extraña, así que me detuve adoptando de nuevo un tono más serio -Hacia allá- Dije mientras alzaba la nariz olfateando algo que me llamaba a ir a toda prisa.
Corrí hacia la sala de espejos donde diversos pasillos parecían llevar a lugares diferentes ¿O no? Era un lugar muy grande, ilógico para como se veía desde fuera, varias veces quedé atrapado en callejones sin salida y me tocó regresar incluso cayendo en las curvas y deslizándome por el suelo de manera graciosa -Por aquí- Indicaba con toda la certeza del mundo -No, no, no, por ahí no, mejor por acá- Gritaba luego mientras pasaba a la carrera de un lugar a otro y aunque iba a toda prisa descubriendo caminos, avanzábamos muy despacio hasta que finalmente había un largo pasillo que llevaba a una sala grande con tres posibles destinos, a la derecha un espacio misterioso donde no parecía haber nada, al frente Lady A. Rodeada por otros particulares personajes y a la izquierda una gran mesa llena de comida; esperé al resto del grupo mientras movía la cola rápidamente mirando a la comida que parecía ser lo que había estado olfateando hasta ahora -No coman nada, es una trampa- Dije a mis acompañantes esperando que ya hubiesen llegado aunque al tiempo que lo decía ya iba corriendo hacia la mesa, mis instintos animales parecían más fuerte que mi propio autocontrol y no tardé mucho en saltar sobre la mesa para devorar una cosa con olor a Makala [1] aunque luego me detuve en seco al sentir en mi garganta un inconfundible y desagradable sabor a ajo; tosí para escupir pero ya era en vano y solo conseguí tumbar de la mesa algunas otras comidas, sin pensarlo salté de la mesa y me dirigí hacia una extraña bebida de color morado [2] con sabor a... Bueno, extrañamente no reconocía el sabor, no era algo que hubiera probado antes y aunque al estar en una copa me costó sujetarla, en mi desespero acabé por tumbar la copa y regar el líquido sobre la mesa donde acabé lamiendo con desespero hasta que su dulce sabor alivió un poco la comezón que el ajo me había dejado en la garganta.
Finalmente al bajar de la mesa y caminar hacia donde se encontraba Lady A. Y sus raras personas, no pude evitar sentirme atraído por el extraño brillo del ¿Caballo? Así que me acerqué lentamente con la extraña necesidad de morderle la cola, aunque finalmente logré controlarme por precaución al estar cerca de él -¿De qué va todo esto? ¿Te diviertes?- Cuestioné a modo de reproche a la tal Lady quien nos había sometido a tan extraña magia...
Offrol: Por si no ha quedado claro en el tema lo dejo acá, he comido:
[1]: La comida de Wood (Ciervo de Mojo a la Makala)
[2]: La Bebida de Elen (Licor de Luna)
Bio
Aerandiano de honor
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
Sala Lúdica:
-Wajaja, sufre suuuufre mortal- le respondió el joven Branzen al pequeño inventor mientras se llevaba las manos a la barriga para ahogar la risa. -¡Claro que es muy gracioso!- respondió el rubio observando la transformación de la bella dama de blancos cabellos en una llamativa felina. -Eres aburrida- agregó al final, cruzándose de brazos para luego con su índice tirar la piel de debajo de uno de sus ojos y echarle la lengua al final.
Momentos después se sonrió y con un inmenso gesto de picardía golpeó el filo de su espada contra el suelo, lo que originó un leve pulso bajo los pies de todos. Apenas una vibración, pero aquello daría origen a un sinfín de pruebas y juegos que aparecerían en el camino que separaba su persona de los participantes. -Disfruten- dijo con un soplo de voz, vocalizando cada letra a la distancia.
El pasillo quedó dividido en tres partes:
La primera: estaba cerrada con una pequeña pared de hielo, para que ésta permitiera pasar a alguien, una pelota de cuero debería de golpear un punto definido por una cruz roja en el centro de la misma. ¿Quién ganará el primer punto?
La segunda: Carrera de sacos de diez metros, al llegar a la meta habría una pequeña pelota que debía ser utilizada para tirar del techo una pequeña llave la que permitiría el paso a la tercera. ¿Ganarás la llave?
La tercera: El suelo se vuelve de una delgada capa de hielo y bajo él agua. Del techo cuelgan unas cuerdas por las que puedes balancearte hasta llegar a tu destino.
Pueden organizarse como major les convenga, llegar al final en un turno o varios. El final puede ser consensuado o con runas. Dejo a su disposición el tema de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] si creen que les puede ser útil a la hora de tirar runas.
Efectos secundarios
Chimar: de tu calva cabeza brotan flores. Duración dos turnos.
Elen: De tus manos saldrá una permanente capa de humo que recubrirá lo que tocas. Duración dos turnos.
Sala del Misterio:
La mujer de los muñecos de arcilla se acercó al lobovampiro y le arrancó un par de pelitos del rabo. Los agregó a una mezcla arcillosa y de pronto Bio se encontraba suspendido en el aire, lejos de la mesa para no hacer desastres. -Eres un perro malo. Oh… pero si ¡estás brillando!- su sermón se apagó con aquellas palabras y poco a poco fue bajado al suelo. La pelambre del animal sería luminiscente y de los colores del arcoíris. -Tienes que decirme como lo has hecho. Te pareces a equus- imperó apretando levemente el muñeco en su mano, con lo que el vampiro sentiría un ligero apretón en todo su cuerpo.
Bio: El efecto secundario del ciervo a la makala es ese. Para el siguiente turno, la bailarina que recibiste del minievento saldrá de entre tu pelaje y comenzará a brillar. Al final del post vuelves a tu forma original, pero mantienes cierta luminiscencia.
El efecto de la receta de Elen aparecerá en el post posterior a ese. Tus cabellos se transformarán en pétalos, mientras unas enredaderas cubiertas de flores te envuelven los brazos, dándote aspecto de planta.
Puedes manejar a la mujer de la arcilla, ten en cuenta que está un poco loquita.
Para usar a equus lo coordinamos por privado. Demás carta blanca.
Sala de Recreación:
Magazubi: Serás rodeada por gran cantidad de animals que te separarán de Pelusa queriendo llamar toda tu atención. Un pequeño Panda Rojo se sobrepondrá al resto buscando que le abraces y mimes. Mientras esto sucede, comenzarás a sentir un cosquilleo en tu garganta, en tus gargantas… y luego no podrás dejar de decir la verdad. Duración del suero de la verdad: dos turnos.
Algunos de los animales se ponen celosos y comienzan a rezongarse entre ellos amenazando con pelearse
Wood: Los animales te ven con cierto desagrado. Especialmente el hurón y una ardilla. La última se comporta como un general que comienza a incitar a algunos animales para cargar contra ti.
-Wajaja, sufre suuuufre mortal- le respondió el joven Branzen al pequeño inventor mientras se llevaba las manos a la barriga para ahogar la risa. -¡Claro que es muy gracioso!- respondió el rubio observando la transformación de la bella dama de blancos cabellos en una llamativa felina. -Eres aburrida- agregó al final, cruzándose de brazos para luego con su índice tirar la piel de debajo de uno de sus ojos y echarle la lengua al final.
Momentos después se sonrió y con un inmenso gesto de picardía golpeó el filo de su espada contra el suelo, lo que originó un leve pulso bajo los pies de todos. Apenas una vibración, pero aquello daría origen a un sinfín de pruebas y juegos que aparecerían en el camino que separaba su persona de los participantes. -Disfruten- dijo con un soplo de voz, vocalizando cada letra a la distancia.
El pasillo quedó dividido en tres partes:
La primera: estaba cerrada con una pequeña pared de hielo, para que ésta permitiera pasar a alguien, una pelota de cuero debería de golpear un punto definido por una cruz roja en el centro de la misma. ¿Quién ganará el primer punto?
La segunda: Carrera de sacos de diez metros, al llegar a la meta habría una pequeña pelota que debía ser utilizada para tirar del techo una pequeña llave la que permitiría el paso a la tercera. ¿Ganarás la llave?
La tercera: El suelo se vuelve de una delgada capa de hielo y bajo él agua. Del techo cuelgan unas cuerdas por las que puedes balancearte hasta llegar a tu destino.
Pueden organizarse como major les convenga, llegar al final en un turno o varios. El final puede ser consensuado o con runas. Dejo a su disposición el tema de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] si creen que les puede ser útil a la hora de tirar runas.
Efectos secundarios
Chimar: de tu calva cabeza brotan flores. Duración dos turnos.
- flores:
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Elen: De tus manos saldrá una permanente capa de humo que recubrirá lo que tocas. Duración dos turnos.
- ejemplo:
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Sala del Misterio:
La mujer de los muñecos de arcilla se acercó al lobovampiro y le arrancó un par de pelitos del rabo. Los agregó a una mezcla arcillosa y de pronto Bio se encontraba suspendido en el aire, lejos de la mesa para no hacer desastres. -Eres un perro malo. Oh… pero si ¡estás brillando!- su sermón se apagó con aquellas palabras y poco a poco fue bajado al suelo. La pelambre del animal sería luminiscente y de los colores del arcoíris. -Tienes que decirme como lo has hecho. Te pareces a equus- imperó apretando levemente el muñeco en su mano, con lo que el vampiro sentiría un ligero apretón en todo su cuerpo.
Bio: El efecto secundario del ciervo a la makala es ese. Para el siguiente turno, la bailarina que recibiste del minievento saldrá de entre tu pelaje y comenzará a brillar. Al final del post vuelves a tu forma original, pero mantienes cierta luminiscencia.
El efecto de la receta de Elen aparecerá en el post posterior a ese. Tus cabellos se transformarán en pétalos, mientras unas enredaderas cubiertas de flores te envuelven los brazos, dándote aspecto de planta.
Puedes manejar a la mujer de la arcilla, ten en cuenta que está un poco loquita.
Para usar a equus lo coordinamos por privado. Demás carta blanca.
- ilustración Bio:
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Sala de Recreación:
Magazubi: Serás rodeada por gran cantidad de animals que te separarán de Pelusa queriendo llamar toda tu atención. Un pequeño Panda Rojo se sobrepondrá al resto buscando que le abraces y mimes. Mientras esto sucede, comenzarás a sentir un cosquilleo en tu garganta, en tus gargantas… y luego no podrás dejar de decir la verdad. Duración del suero de la verdad: dos turnos.
Algunos de los animales se ponen celosos y comienzan a rezongarse entre ellos amenazando con pelearse
Wood: Los animales te ven con cierto desagrado. Especialmente el hurón y una ardilla. La última se comporta como un general que comienza a incitar a algunos animales para cargar contra ti.
- Magazubi:
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- Wood:
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Thorn
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
Observé con curiosidad como el resto se adaptaba a su forma, era gracioso verlo pro una vez al revés, bípedos manejándose como cuadrúpedos, y el que parecía tener mas problemas era bió, quien empezó a perseguir su propia cola, haciéndome emitir un ruido similar a una risa, mientras lo observaba.
Bio me señaló a la joven elfa que nos acompañaba, quien aun no se decidía en aceptar ese juego extraño en el que nos habían metido sin consultar. No entendí del todo porque estaban tan ofuscados, a mi me parecía de lo mas interesante, y por ahora me estaba divirtiendo. Quizás temiera hacer el ridículo.
-Yo te ayudo a caminar si te cuesta, ven, no es tan terrible.- Intenté tranquilizarla. Pero los empujones de otros participantes no le dejaron elección y termino convertida en otro lobo blanco similar a como me veía yo, en contra de su voluntad. Eso no ayudaría a que disfrutara del juego, se trataba de convencerla, no de que la obligaran.
Volví a reír ante los comentarios de la elfa, de evidente buen humor por la situación, quizás la única que se lo estaba tomando bien.
-No te voy a olfatear en culo.. no te preocupes.- pero Bio no parecía por la albor y abrumado como estaba por sus impulsos y su nueva forma, se puso a olfatearnos a ambas, ante lo cual le propine unos cuantos coletazos.
Tras aquello, siguió frenéticamente de un lado para otro hasta fijarse en la comida.
-No coman nada, es una trampa-. Le habría creído si no se hubiera abalanzado sobre la misma como si pretendiera engullirla el por entero, ante lo cual, los seguí dispuesta a probar yo también esos extraños manjares antes de que me dejara sin nada.
Una especie de dulces cuadrados llamaron mi atención y hundí el pico en el plato,engullendo varios de ellos de un solo bocado sin apenas masticar, y llevándome otros tantos conmigo a un rincón para que nadie me robase mi comida.
Apenas si separé mi hocico de los dulces hasta terminarlos, y entonces vi como bio brillaba en multitud de colores. Me acerqué trotando hacia el mismo fascinada.
-Wow...¿Como hiciste eso? Es hermoso.- Miraba su pelaje y lo tocaba con la pata repetidas veces en los diferentes colores luminiscentes que aparecían por su lomo, con entusiasmo.
Bio me señaló a la joven elfa que nos acompañaba, quien aun no se decidía en aceptar ese juego extraño en el que nos habían metido sin consultar. No entendí del todo porque estaban tan ofuscados, a mi me parecía de lo mas interesante, y por ahora me estaba divirtiendo. Quizás temiera hacer el ridículo.
-Yo te ayudo a caminar si te cuesta, ven, no es tan terrible.- Intenté tranquilizarla. Pero los empujones de otros participantes no le dejaron elección y termino convertida en otro lobo blanco similar a como me veía yo, en contra de su voluntad. Eso no ayudaría a que disfrutara del juego, se trataba de convencerla, no de que la obligaran.
Volví a reír ante los comentarios de la elfa, de evidente buen humor por la situación, quizás la única que se lo estaba tomando bien.
-No te voy a olfatear en culo.. no te preocupes.- pero Bio no parecía por la albor y abrumado como estaba por sus impulsos y su nueva forma, se puso a olfatearnos a ambas, ante lo cual le propine unos cuantos coletazos.
Tras aquello, siguió frenéticamente de un lado para otro hasta fijarse en la comida.
-No coman nada, es una trampa-. Le habría creído si no se hubiera abalanzado sobre la misma como si pretendiera engullirla el por entero, ante lo cual, los seguí dispuesta a probar yo también esos extraños manjares antes de que me dejara sin nada.
Una especie de dulces cuadrados llamaron mi atención y hundí el pico en el plato,engullendo varios de ellos de un solo bocado sin apenas masticar, y llevándome otros tantos conmigo a un rincón para que nadie me robase mi comida.
Apenas si separé mi hocico de los dulces hasta terminarlos, y entonces vi como bio brillaba en multitud de colores. Me acerqué trotando hacia el mismo fascinada.
-Wow...¿Como hiciste eso? Es hermoso.- Miraba su pelaje y lo tocaba con la pata repetidas veces en los diferentes colores luminiscentes que aparecían por su lomo, con entusiasmo.
Arygos Valnor
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
La Níniel lupina siguió a Bio sin compartir el desenfadado modo de ver la situación de la ahora cachorra Arygos y temiéndose que el vampiro no estuviera del todo en sus cabales tras la transformación a juzgar por el descontrol que mostraba de su nueva forma. No era cuestión de saber andar sobre cuatro patas o no, cosa que por cierto tampoco era tan complicada, era cuestión del uso de una magia muy poderosa y potencialmente peligrosa sobre todos los allí presentes sin darles opción a no participar de aquello a lo que llamaba juego y que más parecía una trampa.
-Ya, solo era una adverten...-Comenzó a responder a Arygos queriendo dejar claro que solo lo había dicho por decir algo y no porque pensara que nadie iba a ponerse a olerle el trasero a otro alguien por mucho que hubiesen cambiado de forma. Al fin y al cabo no es como si se hubieran convertido en meros perros callejeros si no que eran licántropos en su forma de lobo que mantenían su capacidad de hablar y por lo que parecía, en gran medida el control de sus instintos y emociones así como sus aptitudes cognitivas normales, más o menos...De lo contrario ya se estarían matando entre ellos. Por desgracia parecía no ser el caso de Bio y antes de poder siquiera terminar la primera frase ya lo tenía en la retaguardia intentando hacer precisamente lo que acababa de decir que no hiciera...Con un gruñido y una dentellada al aire esperó dejar claro como el agua de un manantial que no pensaba tolerar que nadie se acercara de ese modo hasta ella, ni siquiera a Bio. Puede que hubiera confianza entre ellos pero no tanta. -No he dicho nada...- Por si aquello fuera poco ni siquiera parecía ser capaz de llevar a las demás en la dirección correcta y pronto la peliblanca comenzó a preguntarse si no sería mejor tomar la iniciativa ella misma antes de que la cosa fuera a peor.
No todo el mundo en la sala más allá de cierta línea imaginaria se convertía en lobo al parecer. La anfitriona y su grupito de rarezas, entre las cuales había incluso un caballo luminoso, parecían encontrar muy divertido el espectáculo, tanto que no habían querido participar de él lo cual escamaba más aún a la elfa. ¿Si era su juego por qué no participaba?, ¿Por qué ni ella ni sus excéntricos palmeros se convertían en lobos para que todos pudieran divertirse juntos?. Desde luego cada vez aumentaba más la sensación de que aquello de fiesta tenía poco y solo era una excusa de unos pocos para reírse de todos los demás. Por ello mientras Bio seguía comportándose como un vulgar animal y se dedicaba a comer y a tirarlo todo por el suelo, acabando finalmente flotando en el aire y luego brillando, y Arygos le seguía, desoyendo el aviso del pelinegro, Níniel se acercó a Lady A. y le exigió explicaciones.
-Creo que ya se han divertido demasiado a nuestra costa. ¿De qué va todo esto?. Devuélvame a mi forma normal ya. No se piense que voy a actuar como un animal para usted y su grupo de excéntricos. Y también devuelvan a la normalidad a los demás...Antes de que acaben poniéndose más en evidencia. Pueden seguir jugando con los que quieran participar de este absurdo "juego", que no es mi caso. Tampoco voy a picar con la comida, tengo ojos como para ver lo que le ha pasado a mi amigo.- Sentenció la peliblanca sabiendo lo absurdo que era hablar de tú a tú con alguien a la que solo llegaba por la cintura desde su posición a cuatro patas. -Además, ¿qué misterio tiene esta sala?. Cosas raras todas las que quieras pero misterio...Como mucho saber qué magia ha usado.-
-Ya, solo era una adverten...-Comenzó a responder a Arygos queriendo dejar claro que solo lo había dicho por decir algo y no porque pensara que nadie iba a ponerse a olerle el trasero a otro alguien por mucho que hubiesen cambiado de forma. Al fin y al cabo no es como si se hubieran convertido en meros perros callejeros si no que eran licántropos en su forma de lobo que mantenían su capacidad de hablar y por lo que parecía, en gran medida el control de sus instintos y emociones así como sus aptitudes cognitivas normales, más o menos...De lo contrario ya se estarían matando entre ellos. Por desgracia parecía no ser el caso de Bio y antes de poder siquiera terminar la primera frase ya lo tenía en la retaguardia intentando hacer precisamente lo que acababa de decir que no hiciera...Con un gruñido y una dentellada al aire esperó dejar claro como el agua de un manantial que no pensaba tolerar que nadie se acercara de ese modo hasta ella, ni siquiera a Bio. Puede que hubiera confianza entre ellos pero no tanta. -No he dicho nada...- Por si aquello fuera poco ni siquiera parecía ser capaz de llevar a las demás en la dirección correcta y pronto la peliblanca comenzó a preguntarse si no sería mejor tomar la iniciativa ella misma antes de que la cosa fuera a peor.
No todo el mundo en la sala más allá de cierta línea imaginaria se convertía en lobo al parecer. La anfitriona y su grupito de rarezas, entre las cuales había incluso un caballo luminoso, parecían encontrar muy divertido el espectáculo, tanto que no habían querido participar de él lo cual escamaba más aún a la elfa. ¿Si era su juego por qué no participaba?, ¿Por qué ni ella ni sus excéntricos palmeros se convertían en lobos para que todos pudieran divertirse juntos?. Desde luego cada vez aumentaba más la sensación de que aquello de fiesta tenía poco y solo era una excusa de unos pocos para reírse de todos los demás. Por ello mientras Bio seguía comportándose como un vulgar animal y se dedicaba a comer y a tirarlo todo por el suelo, acabando finalmente flotando en el aire y luego brillando, y Arygos le seguía, desoyendo el aviso del pelinegro, Níniel se acercó a Lady A. y le exigió explicaciones.
-Creo que ya se han divertido demasiado a nuestra costa. ¿De qué va todo esto?. Devuélvame a mi forma normal ya. No se piense que voy a actuar como un animal para usted y su grupo de excéntricos. Y también devuelvan a la normalidad a los demás...Antes de que acaben poniéndose más en evidencia. Pueden seguir jugando con los que quieran participar de este absurdo "juego", que no es mi caso. Tampoco voy a picar con la comida, tengo ojos como para ver lo que le ha pasado a mi amigo.- Sentenció la peliblanca sabiendo lo absurdo que era hablar de tú a tú con alguien a la que solo llegaba por la cintura desde su posición a cuatro patas. -Además, ¿qué misterio tiene esta sala?. Cosas raras todas las que quieras pero misterio...Como mucho saber qué magia ha usado.-
- Spoiler:
- Lo siento si mi post rompe la dinámica del tema, pero mi pj tiene el carácter que tiene y no se prestaría voluntaria a un juego así sin explicaciones ni nada y nada me lleva a pensar que deba comportarme como Bio por haberme transformado.También es lo bastante lista como para no comer de algo que ya ha visto afecta a Bio, al menos por sí misma.
Níniel Thenidiel
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
Abrí la boca pensando en levantar una queja, cuando vi lo que se escondía tras la misteriosa puerta. Miré a ambos lados y cerré la boca. En ese lugar no iba a encontrar a nadie ni remotamente conocido. ¿Acariciar animales? ¿yo? Tenían que estar de broma… Arrugué el entrecejo mientras sentía que mi nariz se movía por sí misma, al menos habían platos tentadores; tal vez podría quedarme unos minutos antes de salir de allí. Eh… gracias le respondí a la chica antes de que cerrase la puerta frente a sí, tomando la precaución de nunca dar la espalda al lugar. Enarqué una ceja y negué con la cabeza. Animales… habían animales por todos lados, colgando del techo, sobrevolándonos, ensuciando las alfombras, al menos estaban lejos de la preciada comida.
Eché un vistazo a las personas que estaban a nuestro alrededor, todos unos raros que parecían hipnotizados con aquellos extravagantes especímenes. Ni que jamás los hubiesen visto… ¿Eso es un gato negro vestido? me pregunté moviéndome involuntariamente hacia esa bestia peluda con cara de pocos amigos, mi mano estirada hacia aquella extraña criatura que parecía estar llamándome para que la abrazara y apachuchara como si no hubiese un mañana. Pero esa misma mano que se estiraba para alcanzar un objetivo comenzó a sentirse extraña, brillar… una luz fosforescente comenzó a rodearme como si fuesen capas y capas de aire de un color azul metalizado. Me detuve en seco, admirando lo que sucedía. No se sentía mal, era raro sí, pero nada del otro mundo. Habiendo participado de las festividades anteriores me hubiese sorprendido que todo transcurriese “normalmente” esta vez.
Eché un ojo a los alrededores por si las moscas, y al parecer no era la única teniendo problemas técnicos. A lo lejos me pareció ver a la pequeña princesa de las Islas Ilidinenses, definitivamente había crecido para ser más bella de lo que recordaba. Instantáneamente pensé en Bio y si se encontraba en las cercanías. Mi cadena de pensamiento se detuvo, algo no era normal, volví a echar un vistazo. Todos se estaban convirtiendo o se habían convertido ya en dragones. Ugh uhh… mascullé tragando saliva. Sí, podía sentirlo, esa sensación en la que tus músculos se tensan y algo que tienes dentro se libera. “Seré un dragocántropo, ¡genial!” pensé con cierta picardía, ya quería ver las reacciones de todos cuando vieran que no era un dragón como todos.
Pero algo en la transformación no estaba saliendo bien, había cosas que no debían estar allí, sensaciones diferentes que no sabía cómo procesar porque nunca antes las había sentido. Zonas duras, zonas rasposas, zonas… que mejor no quería pensar. Todo ocurrió tan rápido como siempre, pero al finalizar el resultado había sido completamente diferente. Di un paso y luego otro de prueba. Bueno… al menos la sensación no era tan diferente, claro, de no ser porque sentía que mi cuerpo era interminable y que era como una especie de melaza estirada y escupida. Giré mi cuello con cierto temor de encontrarme con algo desagradable, pero nada en mi vida me hubiese preparado para aquello. ¡Soy un dragón común y corriente largo y feo! grité atemorizada lo que pasaba por mi mente, sin ningún filtro. Las personas más cercanas me miraron feo y se alejaron disimuladamente. Claro... todos estábamos igual… lo que me llamó la atención fue poder conservar la capacidad del habla.
Admiré mi cuerpo y moví mi locamente larga cola infinita. También tenía una melena que no estaba mal… Caminé varios pasos y llegué a lo que estaba buscando: un espejo. No puedo mentir, estuve al menos diez minutos admirando mi cuerpo por partes. Era… el dragón más wao que hubiese visto antes y con un nuevo paso gallardo (y aun resbalándome pero ahora con arrogancia) caminé por entre los presentes, buscando el dichoso gato que había desaparecido por completo de mi vista. En mi búsqueda fui hacia la mesa de los tentempiés y sin pensármelo dos veces metí mi delgado hocico en una preparación que parecía un vino floral rojo. Hmmm… nada mal susurré degustándolo. Di media vuelta mientras ausente me echaba a la boca un cuadrito de algo que no sabía qué era. Buscaba… buscaba sin saber qué, pero ahí me encontraba mirando. Reconocí al dragón-Maga y comencé a caminar hacia ella cuando una pequeña ardilla me lanzó una mirada de odio infernal.
Puse la cabeza de lado, sin estar muy segura de qué había hecho para ofenderla, porque claramente en su mirada transmitía profundo rencor. Estiró uno de sus brazos en un movimiento inteligente, casi premeditado, entonces un hurón blanco se puso a su lado y me mostró los colmillos no precisamente en un gesto de amor. Di un paso hacia atrás aquello era como el inicio de mis pesadillas: algo lindo y casi tierno que comienza a odiarme por nada y luego todos contra mí. Algunos de los invitados comenzaron a susurrar por lo bajo cosas ininteligibles y yo, lentamente comencé mi retirada. Con laboriosas maniobras para no golpear a nadie cambié mi rumbo, pero un cachorro de venado se puso frente a mí con los pelos de su espalda parados y en posición desafiante. De acuerdo… ya empezaba a darme cuenta que eran demasiadas casualidades juntas.
Eché un vistazo a las personas que estaban a nuestro alrededor, todos unos raros que parecían hipnotizados con aquellos extravagantes especímenes. Ni que jamás los hubiesen visto… ¿Eso es un gato negro vestido? me pregunté moviéndome involuntariamente hacia esa bestia peluda con cara de pocos amigos, mi mano estirada hacia aquella extraña criatura que parecía estar llamándome para que la abrazara y apachuchara como si no hubiese un mañana. Pero esa misma mano que se estiraba para alcanzar un objetivo comenzó a sentirse extraña, brillar… una luz fosforescente comenzó a rodearme como si fuesen capas y capas de aire de un color azul metalizado. Me detuve en seco, admirando lo que sucedía. No se sentía mal, era raro sí, pero nada del otro mundo. Habiendo participado de las festividades anteriores me hubiese sorprendido que todo transcurriese “normalmente” esta vez.
Eché un ojo a los alrededores por si las moscas, y al parecer no era la única teniendo problemas técnicos. A lo lejos me pareció ver a la pequeña princesa de las Islas Ilidinenses, definitivamente había crecido para ser más bella de lo que recordaba. Instantáneamente pensé en Bio y si se encontraba en las cercanías. Mi cadena de pensamiento se detuvo, algo no era normal, volví a echar un vistazo. Todos se estaban convirtiendo o se habían convertido ya en dragones. Ugh uhh… mascullé tragando saliva. Sí, podía sentirlo, esa sensación en la que tus músculos se tensan y algo que tienes dentro se libera. “Seré un dragocántropo, ¡genial!” pensé con cierta picardía, ya quería ver las reacciones de todos cuando vieran que no era un dragón como todos.
Pero algo en la transformación no estaba saliendo bien, había cosas que no debían estar allí, sensaciones diferentes que no sabía cómo procesar porque nunca antes las había sentido. Zonas duras, zonas rasposas, zonas… que mejor no quería pensar. Todo ocurrió tan rápido como siempre, pero al finalizar el resultado había sido completamente diferente. Di un paso y luego otro de prueba. Bueno… al menos la sensación no era tan diferente, claro, de no ser porque sentía que mi cuerpo era interminable y que era como una especie de melaza estirada y escupida. Giré mi cuello con cierto temor de encontrarme con algo desagradable, pero nada en mi vida me hubiese preparado para aquello. ¡Soy un dragón común y corriente largo y feo! grité atemorizada lo que pasaba por mi mente, sin ningún filtro. Las personas más cercanas me miraron feo y se alejaron disimuladamente. Claro... todos estábamos igual… lo que me llamó la atención fue poder conservar la capacidad del habla.
Admiré mi cuerpo y moví mi locamente larga cola infinita. También tenía una melena que no estaba mal… Caminé varios pasos y llegué a lo que estaba buscando: un espejo. No puedo mentir, estuve al menos diez minutos admirando mi cuerpo por partes. Era… el dragón más wao que hubiese visto antes y con un nuevo paso gallardo (y aun resbalándome pero ahora con arrogancia) caminé por entre los presentes, buscando el dichoso gato que había desaparecido por completo de mi vista. En mi búsqueda fui hacia la mesa de los tentempiés y sin pensármelo dos veces metí mi delgado hocico en una preparación que parecía un vino floral rojo. Hmmm… nada mal susurré degustándolo. Di media vuelta mientras ausente me echaba a la boca un cuadrito de algo que no sabía qué era. Buscaba… buscaba sin saber qué, pero ahí me encontraba mirando. Reconocí al dragón-Maga y comencé a caminar hacia ella cuando una pequeña ardilla me lanzó una mirada de odio infernal.
Puse la cabeza de lado, sin estar muy segura de qué había hecho para ofenderla, porque claramente en su mirada transmitía profundo rencor. Estiró uno de sus brazos en un movimiento inteligente, casi premeditado, entonces un hurón blanco se puso a su lado y me mostró los colmillos no precisamente en un gesto de amor. Di un paso hacia atrás aquello era como el inicio de mis pesadillas: algo lindo y casi tierno que comienza a odiarme por nada y luego todos contra mí. Algunos de los invitados comenzaron a susurrar por lo bajo cosas ininteligibles y yo, lentamente comencé mi retirada. Con laboriosas maniobras para no golpear a nadie cambié mi rumbo, pero un cachorro de venado se puso frente a mí con los pelos de su espalda parados y en posición desafiante. De acuerdo… ya empezaba a darme cuenta que eran demasiadas casualidades juntas.
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
Se le debe dar crédito a Branzen, tiene un repertorio interesante de trucos. Por alguna razón Chimar recuerda a Dem, es como si fuera su versión infantil pura con el mismo toque macabro que le caracteriza. Los niños pueden ser difíciles cuando se les da rienda suelta, especialmente con otros contemporáneos. Se nota que el joven rubio es la vivida imagen de un enano malcriado con poder… que miedo.
Peque no te recomiendo molestarme…
Lo dice en forma desafiante aunque sabe que no puede cumplir la amenaza, la idea es no quedar como el inútil de cuadra. Recibe una respuesta rápida por parte de su semejante, un leve golpe de espada divide ese entorno en varias secciones. El inventor pone una cara incrédula al comprender bien todo, justo cuando crees entender la magia llega alguien y te da una gran patada en la cabeza.
De acuerdo estoy impresionado.
Parece que ahora tendrá que competir pero ¿con quién?, Maquiavelo estudia su alrededor y descubre una mujer felina, otra víctima del hechizo cambia formas. Técnicamente parece la única con intensiones de participar, el resto de comensales se aglomera en la puerta pidiendo que los saquen de allí. El niño sonríe lo que le hace formar una mueca realmente aterradora con su nueva forma, los pulpos no deberían reírse.
Siente algo extraño en la cabeza por lo que lleva sus esqueléticas manos azules hasta la calva consiguiendo una bizarra sorpresa, algo está creciendo en esa sección. Un estudio más detallado revela que son flores... esto se pone más extraño con cada segundo que pasa. Es difícil saber que ocasiona el fenómeno aunque solo cabe esperar que desparezca al final del juego como todo lo demás.
El científico se suena algunos huesos como preparación y comienza a detallar las pruebas por delante, un extraño sentimiento de competitividad crece en su interior, por muy rara que sea la situación no quiere perder. Al final sigue siendo un niño aunque su nuevo físico diga lo contrario, esta mas calificado que nadie para jugar juegos con otro mocoso. Finalmente sale corriendo hasta la primera sección.
Veamos…
Una pared de hielo con cierta cruz roja en el centro y algunas pelotas de cuero al lado, La respuesta es obvia. Esta chupado, nadie tiene más puntería que el intelectual en este lado del continente. Como si fuera un virote de su ballesta apunta y dispara, el primer tiro da en el blanco. Tanto tiempo dependiendo de su habilidad traen algunos efectos secundarios, es el terror de las ferias circenses. Eventualmente la puerta de hielo se abre y le deja pasar, primer punto conseguido.
Demasiado fácil.
La segunda parte aparece adelante, una carrera de sacos. Chimar quien corre con ventaja inicia primero pero pronto descubre un contratiempo, su cuerpo nuevo es más alto que el original. Cambiar de tamaño radicalmente dificulta el desenvolvimiento normal, el niño tropieza unas cinco veces errando su intento. Cuando llega al final nota que la mujer felina a logrado conseguir la llave, perdió con toda legalidad.
¡Rayos!
Eventualmente llegan al territorio de la última prueba y sin duda es demandante, se debe saltar por el techo para no caer a un frio chapuzón. El objetivo parece claro, llegar al final primero sin cometer errores tontos. Maquiavelo suspira levemente, debe concentrarse. Inicia al mismo tiempo que su rival, es más difícil ahora que pesa más pero no se rendirá tan fácilmente.
Peque no te recomiendo molestarme…
Lo dice en forma desafiante aunque sabe que no puede cumplir la amenaza, la idea es no quedar como el inútil de cuadra. Recibe una respuesta rápida por parte de su semejante, un leve golpe de espada divide ese entorno en varias secciones. El inventor pone una cara incrédula al comprender bien todo, justo cuando crees entender la magia llega alguien y te da una gran patada en la cabeza.
De acuerdo estoy impresionado.
Parece que ahora tendrá que competir pero ¿con quién?, Maquiavelo estudia su alrededor y descubre una mujer felina, otra víctima del hechizo cambia formas. Técnicamente parece la única con intensiones de participar, el resto de comensales se aglomera en la puerta pidiendo que los saquen de allí. El niño sonríe lo que le hace formar una mueca realmente aterradora con su nueva forma, los pulpos no deberían reírse.
Siente algo extraño en la cabeza por lo que lleva sus esqueléticas manos azules hasta la calva consiguiendo una bizarra sorpresa, algo está creciendo en esa sección. Un estudio más detallado revela que son flores... esto se pone más extraño con cada segundo que pasa. Es difícil saber que ocasiona el fenómeno aunque solo cabe esperar que desparezca al final del juego como todo lo demás.
El científico se suena algunos huesos como preparación y comienza a detallar las pruebas por delante, un extraño sentimiento de competitividad crece en su interior, por muy rara que sea la situación no quiere perder. Al final sigue siendo un niño aunque su nuevo físico diga lo contrario, esta mas calificado que nadie para jugar juegos con otro mocoso. Finalmente sale corriendo hasta la primera sección.
Veamos…
Una pared de hielo con cierta cruz roja en el centro y algunas pelotas de cuero al lado, La respuesta es obvia. Esta chupado, nadie tiene más puntería que el intelectual en este lado del continente. Como si fuera un virote de su ballesta apunta y dispara, el primer tiro da en el blanco. Tanto tiempo dependiendo de su habilidad traen algunos efectos secundarios, es el terror de las ferias circenses. Eventualmente la puerta de hielo se abre y le deja pasar, primer punto conseguido.
Demasiado fácil.
La segunda parte aparece adelante, una carrera de sacos. Chimar quien corre con ventaja inicia primero pero pronto descubre un contratiempo, su cuerpo nuevo es más alto que el original. Cambiar de tamaño radicalmente dificulta el desenvolvimiento normal, el niño tropieza unas cinco veces errando su intento. Cuando llega al final nota que la mujer felina a logrado conseguir la llave, perdió con toda legalidad.
¡Rayos!
Eventualmente llegan al territorio de la última prueba y sin duda es demandante, se debe saltar por el techo para no caer a un frio chapuzón. El objetivo parece claro, llegar al final primero sin cometer errores tontos. Maquiavelo suspira levemente, debe concentrarse. Inicia al mismo tiempo que su rival, es más difícil ahora que pesa más pero no se rendirá tan fácilmente.
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
Branzen no ocultó en absoluto lo divertida que le resultaba la nueva apariencia de sus invitados, permitiéndose reír a carcajadas y criticar a la hechicera por quejarse, acompañando las palabras de un infantil gesto de burla. Sin duda el chico necesitaba una clase de modales, y puede que le tocase a ella impartirla, con sus métodos personales. Un buen tirón de orejas era lo que le hacía falta, ¿pero realmente era así o se comportaba de aquel modo para la ocasión? Eso era algo que por el momento no podía saber, así que tendría que llegar hasta él para averiguarlo.
Comenzó a andar en su dirección, pero antes de que pudiese dar más de dos pasos, el muchacho golpeó el suelo con el filo de la espada que portaba, originando una extraña vibración que se extendió por todo el suelo de la estancia. Tan solo unos instantes después, la sala al completo cambió, para dar paso a una especie de pruebas que surgieron entre el anfitrión y sus invitados, juegos que tendrían que superar para llegar hasta Branzen.
El nombre de la habitación por fin cobró sentido, mientras la felina bruja observaba con detenimiento el camino que tenía por delante, sin decidirse aún a participar. Justo en aquel momento, de sus manos empezó a brotar una capa de humo, que se elevaba en finas columnas hasta desvanecerse en el ambiente. - Bien, me lo pensaré mejor la próxima vez que quiera comer algo. - musitó, arrugando la nariz a causa del olor. Algunos de los presentes no parecían dispuestos a participar en la competición, ni tampoco a alejarse de la salida, pero el chico cuyo aspecto se asemejaba a un calamar si tenía intención de hacerlo, sonrió y dejó de lado las flores que le habían crecido en la cabeza, para correr hacia la primera prueba.
- No he venido aquí para marcharme sin participar. - pensó la joven, antes de hacer lo mismo que el chico. Sin embargo, su oponente era rápido y además tenía buena puntería, acertó a la primera en el blanco y se hizo con el punto de la prueba, pasando de inmediato a la siguiente. De haberse decidido antes quizá hubiese ganado ella, pero a decir verdad la puntería no era su fuerte, al menos no cuando no utilizaba la telequinesis, capacidad que sin duda le habría dado ventaja, pero que probablemente estuviese anulada dentro de la sala, al igual que sus poderes. Ya le había pasado al año anterior en el castillo, así que esta vez ni lo comprobaría, debía competir limpiamente y valiéndose de sus habilidades físicas, junto con los nuevos reflejos adquiridos de su felina forma.
Avanzó hacia el segundo reto sin perder tiempo, torciendo el gesto levemente al darse cuenta de que se trataba de una carrera de sacos. Ni siquiera de pequeña había jugado a eso, pero aun así lo intentaría, aunque tuviese que pelearse con el vestido para entrar. En cuanto estuvo dentro del saco comenzó a saltar hacia delante, mientras su contrincante parecía tener más problemas para adaptarse a su nuevo cuerpo, lo que sirvió para dar ventaja suficiente a la maga, que consiguió llegar a la meta primero.
Pero el juego no acababa ahí, aún tenía que salir del saco y tomar una pelota que descansaba en el suelo, para tirar con ella una llave que colgaba del techo. Dos intentos hicieron falta para que lo lograse, pero cuando por fin tuvo la llave en su poder, abrió la puerta que daba paso a la última prueba y se apresuró a avanzar, viendo como el calamar le pisaba los talones. Una fina estela de humo iba marcando su paso, pero no era momento de preocuparse por eso, probablemente el efecto del aperitivo desapareciese en breve.
Al llegar al tercer reto se detuvo en seco, bufando de nuevo como un gato por el agua en que podía caer si no tenía cuidado. La prueba era simple, debía llegar al otro lado pasando de una cuerda a otra, pero teniendo muy en cuenta lo delgada que era la capa de hielo del suelo, un fallo y terminaría empapada y calada hasta los huesos. Mientras se mentalizaba, retrocedió unos pasos para tomar carrerilla, tras lo cual saltó hacia la primera cuerda, al mismo tiempo que su competidor.
Off: Para decidir el resultado de las primeras dos pruebas nos hemos puesto de acuerdo, las runas son de cara a la tercera.
Comenzó a andar en su dirección, pero antes de que pudiese dar más de dos pasos, el muchacho golpeó el suelo con el filo de la espada que portaba, originando una extraña vibración que se extendió por todo el suelo de la estancia. Tan solo unos instantes después, la sala al completo cambió, para dar paso a una especie de pruebas que surgieron entre el anfitrión y sus invitados, juegos que tendrían que superar para llegar hasta Branzen.
El nombre de la habitación por fin cobró sentido, mientras la felina bruja observaba con detenimiento el camino que tenía por delante, sin decidirse aún a participar. Justo en aquel momento, de sus manos empezó a brotar una capa de humo, que se elevaba en finas columnas hasta desvanecerse en el ambiente. - Bien, me lo pensaré mejor la próxima vez que quiera comer algo. - musitó, arrugando la nariz a causa del olor. Algunos de los presentes no parecían dispuestos a participar en la competición, ni tampoco a alejarse de la salida, pero el chico cuyo aspecto se asemejaba a un calamar si tenía intención de hacerlo, sonrió y dejó de lado las flores que le habían crecido en la cabeza, para correr hacia la primera prueba.
- No he venido aquí para marcharme sin participar. - pensó la joven, antes de hacer lo mismo que el chico. Sin embargo, su oponente era rápido y además tenía buena puntería, acertó a la primera en el blanco y se hizo con el punto de la prueba, pasando de inmediato a la siguiente. De haberse decidido antes quizá hubiese ganado ella, pero a decir verdad la puntería no era su fuerte, al menos no cuando no utilizaba la telequinesis, capacidad que sin duda le habría dado ventaja, pero que probablemente estuviese anulada dentro de la sala, al igual que sus poderes. Ya le había pasado al año anterior en el castillo, así que esta vez ni lo comprobaría, debía competir limpiamente y valiéndose de sus habilidades físicas, junto con los nuevos reflejos adquiridos de su felina forma.
Avanzó hacia el segundo reto sin perder tiempo, torciendo el gesto levemente al darse cuenta de que se trataba de una carrera de sacos. Ni siquiera de pequeña había jugado a eso, pero aun así lo intentaría, aunque tuviese que pelearse con el vestido para entrar. En cuanto estuvo dentro del saco comenzó a saltar hacia delante, mientras su contrincante parecía tener más problemas para adaptarse a su nuevo cuerpo, lo que sirvió para dar ventaja suficiente a la maga, que consiguió llegar a la meta primero.
Pero el juego no acababa ahí, aún tenía que salir del saco y tomar una pelota que descansaba en el suelo, para tirar con ella una llave que colgaba del techo. Dos intentos hicieron falta para que lo lograse, pero cuando por fin tuvo la llave en su poder, abrió la puerta que daba paso a la última prueba y se apresuró a avanzar, viendo como el calamar le pisaba los talones. Una fina estela de humo iba marcando su paso, pero no era momento de preocuparse por eso, probablemente el efecto del aperitivo desapareciese en breve.
Al llegar al tercer reto se detuvo en seco, bufando de nuevo como un gato por el agua en que podía caer si no tenía cuidado. La prueba era simple, debía llegar al otro lado pasando de una cuerda a otra, pero teniendo muy en cuenta lo delgada que era la capa de hielo del suelo, un fallo y terminaría empapada y calada hasta los huesos. Mientras se mentalizaba, retrocedió unos pasos para tomar carrerilla, tras lo cual saltó hacia la primera cuerda, al mismo tiempo que su competidor.
Off: Para decidir el resultado de las primeras dos pruebas nos hemos puesto de acuerdo, las runas son de cara a la tercera.
Elen Calhoun
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
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Tyr
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
Sala del Misterio
-Eso eso, ¡Hermoso! ¡hermoso!- repetía la mujer de los muñecos de arcilla moviendo sus brazos y picando a Bio tal como lo hacía su compañera. -Responde, responde, responde- pidió ella alzando y bajando sus manos y con ellas sus muñecas y Bio a la distancia. -Oh… lo siento- dijo finalmente bajando al antiguo vampiro -Dalma puede darte tu muñeca si le dices qué has hecho- su tono subió un par de puntos, imitando al de una niña.
Por su parte, Lady A rodeada de sus sirvientes observaría con desdén a la loba blanca. -No recuerdo haber invitado tamaña insolente a mi fiesta- su entrecejo se fruncía cambiando su mirar entre uno de los mayordomos y el animal de impoluto pelaje. -Bueno… tampoco es que importe- agregó haciendo caso omiso de las palabras de la elfa. -No tengo la obligación de responder a la invitada ni tampoco de escucharla. Si tanto te molesta mi fiesta, entonces puedes irte- agregó señalando la puerta que a la distancia se abriría de par en par. Sin embargo no sería tan sencillo.
En el mismo momento en el que la dama llamó a su sirviente éste le puso un hechizo para que ladrara en vez de hablar. Además le costaría caminar ya que de sus patas segregaría una sustancia pegajosa y de color verde fosforescente que marcaría el camino que ella decidiese trazar. -Si eso es todo querida…- retomó la anfitriona con una sonrisa pedante y un gesto para hacerla echar si decidía seguir molestándole con su presencia.
Sala Lúdica
Finalmente había un ganador. Cuando ambos participantes llegaron hasta él, se puso en pie y comenzó a aplaudir. -Wajajaja sí sí síiii, claro que eres divertida. Felicidades a ambos, han superado mis pruebas y han ganado el derecho de volver a sus formas originales- mencionó. Tras tocarles suavemente con el revés de su espada tanto Chimar como Elen volverían a la normalidad, sin siquiera una mota de polvo sobre sus respectivos trajes. -La dama es muy bella. ¿Querría ser mi acompañante?- preguntó tras tender su mano y hacer una reverencia. En ese momento una puerta frente a ellos se abrió que dejaría pasar solamente a las tres figuras.
-Ahora atravesaremos algunos pasillos donde podrán ver a través de un espejo las dos salas restantes. Si desean detenerse en alguna, solamente deben de avisar. Ah… y la última sala es la del evento principal, hacia donde nos dirigimos. Si desean mantener su forma original deberán decírmelo antes de traspasar la puerta-
-Eso eso, ¡Hermoso! ¡hermoso!- repetía la mujer de los muñecos de arcilla moviendo sus brazos y picando a Bio tal como lo hacía su compañera. -Responde, responde, responde- pidió ella alzando y bajando sus manos y con ellas sus muñecas y Bio a la distancia. -Oh… lo siento- dijo finalmente bajando al antiguo vampiro -Dalma puede darte tu muñeca si le dices qué has hecho- su tono subió un par de puntos, imitando al de una niña.
- off Arygos:
- Copio y pego parte del mp con el efecto secundario del dulce de leche:
Propiedades especiales:
Flor de la felicidad: Su combinación en las bebidas de buenos vinos o cervezas de gran calidad, producen un sabor exquisito y extraordinario, dando una sensación de felicidad absoluta. Puede tener efectos excitantes.
Tagnópita: No es difícil caer en la adicción del dulce sabor que poseen las Tagnópitas debido a la tela blanca de esporas que crece desde su interior.
La mezcla de ambos efectos creará una cadena en la cual, quien beba sentirá la necesidad de comer más y más, sintiéndose exagerada e inexplicablemente feliz, lo cual podría ser algo bueno, si no fuera porque en ese estado de excitación, los afectados intentarán hacer cualquier cosa que les provoque en ese momento sin importar las leyes o normas sociales, pudiendo llegar a causar problemas por pérdida de control.
* * *
Por su parte, Lady A rodeada de sus sirvientes observaría con desdén a la loba blanca. -No recuerdo haber invitado tamaña insolente a mi fiesta- su entrecejo se fruncía cambiando su mirar entre uno de los mayordomos y el animal de impoluto pelaje. -Bueno… tampoco es que importe- agregó haciendo caso omiso de las palabras de la elfa. -No tengo la obligación de responder a la invitada ni tampoco de escucharla. Si tanto te molesta mi fiesta, entonces puedes irte- agregó señalando la puerta que a la distancia se abriría de par en par. Sin embargo no sería tan sencillo.
En el mismo momento en el que la dama llamó a su sirviente éste le puso un hechizo para que ladrara en vez de hablar. Además le costaría caminar ya que de sus patas segregaría una sustancia pegajosa y de color verde fosforescente que marcaría el camino que ella decidiese trazar. -Si eso es todo querida…- retomó la anfitriona con una sonrisa pedante y un gesto para hacerla echar si decidía seguir molestándole con su presencia.
- Off Niniel:
- La sustancia verde durará dos turnos. El tema de hablar hasta que cambies de sala o te vayas del evento.
Sala Lúdica
Finalmente había un ganador. Cuando ambos participantes llegaron hasta él, se puso en pie y comenzó a aplaudir. -Wajajaja sí sí síiii, claro que eres divertida. Felicidades a ambos, han superado mis pruebas y han ganado el derecho de volver a sus formas originales- mencionó. Tras tocarles suavemente con el revés de su espada tanto Chimar como Elen volverían a la normalidad, sin siquiera una mota de polvo sobre sus respectivos trajes. -La dama es muy bella. ¿Querría ser mi acompañante?- preguntó tras tender su mano y hacer una reverencia. En ese momento una puerta frente a ellos se abrió que dejaría pasar solamente a las tres figuras.
-Ahora atravesaremos algunos pasillos donde podrán ver a través de un espejo las dos salas restantes. Si desean detenerse en alguna, solamente deben de avisar. Ah… y la última sala es la del evento principal, hacia donde nos dirigimos. Si desean mantener su forma original deberán decírmelo antes de traspasar la puerta-
- Chimar Elen:
- Si lo desean pueden describir lo que ven en las otras salas, ustedes podrán ver pero no les podrán ver. Si quieren detenerse en alguna o entrar, son libres de hacerlo. La descripción de la sala del evento principal la haré yo
Sala de Recreación
Wood, dado que Magazubi no participó en este turno tienes carta blanca.
el efecto secundario del Takete es el siguiente, copio y pego:
"Tener la dificultad de hablar alrevez. Ejemplo: Hola como estás?... ?satse omoc aloh"
Wood, dado que Magazubi no participó en este turno tienes carta blanca.
el efecto secundario del Takete es el siguiente, copio y pego:
"Tener la dificultad de hablar alrevez. Ejemplo: Hola como estás?... ?satse omoc aloh"
Thorn
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
La elegante y soberbia Lady A. Había hecho caso omiso a mi pregunta, sin embargo en su lugar acudió aquella extraña mujer... O cosa, que no sabía si daba risa o miedo; y antes que pudiera reaccionar arrancó algunos pelos de mi pelaje -¡Hey! ¿Qué haces?- Dije de manera inquisitiva sin alejarme del brillante caballo, aunque no estaría por mucho junto a él, tras unos instantes la “mujer” agregó los pelos que me había quitado en una extraña masa y sin más, comencé a flotar alejándome del lugar donde me encontraba -Seré más malo si no me bajas- Dije en un tono que comenzaba a sonar un poco más serio y aunque buscaba asustarla con mi típica magia de voz, ésta no surtió ningún efecto, no tenía una pizca de magia, pero los anfitriones sí, por lo que la situación me pareció algo peligrosa, aunque de momento fingiría estar bajo control.
En vez de asustar a nadie el asustado acabé siendo yo, mi pelaje comenzó a brillar de múltiples colores sin explicación alguna; miré a la extraña mujer pero ésta tampoco parecía saber lo que estaba sucediendo -Esperaba que ustedes lo supieran- Respondí tanto a la mujer como a Arygos quienes habían acudido a tocar mi pelaje brillante -¿Y qué cosa es equus?- Pregunté desafiante recibiendo como respuesta un fuerte sonido de la nariz del caballo brillante -Equus no es una cosa, es él- Dijo señalando al caballo mientras con la otra mano apretaba su figura causando que mi cuerpo se sintiera extrañamente apretado también -Ya dejen de tocarme- Dije alzando una de mis brillantes cejas a la mujer y a Arygos que no dejaban de hacerlo; retrocedí unos pasos para alejarme de ellas hasta que sin saberlo choqué contra el también brillante cuerpo de Equus haciendo que una extraña nota musical se escuchara al contacto de mi pelaje con el del caballo -¿Qué rayos?- Reaccioné alejándome del animal que me miraba ahora con desagrado -¿Quién es Dalma?- Pregunté ahora con más cuidado para no ofender a nadie esta vez -¿Cuál muñeca?- Pregunté luego al darme cuenta que no tenía idea de lo que estaba hablando la extraña mujer.
Me miró de manera desafiante y respondió -Responderé tus preguntas si haces sonar de nuevo a Equus- Dijo la mujer como una especie de apuesta, El caballo dejó salir una especie de rebuzno como señal de desagrado y de que no le gustaba para nada la idea -Ah, no, Equus, tranquilo, nadie va a tocarte- Dijo la mujer en un tono bastante infantil -No te atrevas a tocarlo- Dijo amenazante mientras me guiñaba un ojo y me indicaba con las manos que lo tocara; sabía que estaba mal y podría ser peligroso, pero una parte de mí también quería tocarlo, así que en un descuido me lancé sobre él tocándolo sus patas delanteras un par de veces y otro par más, tras lo cual se escuchaban más de esos delicados sonidos, seguiría tocándolo pero el animal se levantó sobre sus patas traseras y tras relinchar se dejó caer sobre mí para aplastarme, pero justo a tiempo sentí como mi cuerpo se sentía apretado y luego halado hacia atrás, al mirar atrás confirmé mi sospecha de que había sido aquella misteriosa mujer y la figura en su mano tenía algún tipo de influencia mágica sobre mí.
El enojado Equus se acercaba hasta que fuimos interrumpidos por los llamativos y casi enojados pasos de Niniel quien caminaba nada más y nada menos que directamente hacia Lady A. de manera desafiante, el choque entre ambas féminas no se hizo esperar, cada una parecía querer demostrar el dominio de sí misma y del lugar, aunque la licantrelfa se encontraba en una clara desventaja; me olvidé de todo lo que estaba sucediendo conmigo y el caballo para tratar de correr hacia ella quien se había puesto en peligro de manera imprudente -Se supone que yo soy el imprudente y tú eres la sensata- Pensé mientras intentaba acercarme pero no lograba coordinar mis patas y caía tras tropezar conmigo mismo -ah no, no irás, debes terminar de jugar con nosotras- Dijo la mujer de los muñecos apretando la figura que sostenía tan fuerte que mis patas dejaron de moverse y caí al piso inmóvil; me sacudí incontables veces buscando llegar a donde se encontraba la elfa pero todo esfuerzo parecía ser en vano hasta que inexplicablemente salió de mi brillante pelaje, aquella figura de una bailarina de cristal que me habían entregado como invitación a la fiesta y comenzaba a emitir un extraño brillo.
Aunque no tenía idea de lo que pudiera significar, al menos el momento me sirvió para aprovechar la distracción que había causado y llegar hasta donde se encontraba Lady A. -Ella es mi invitada- Dije señalando a Niniel -Soy responsable por ella y sus acciones- Dije mientras, bajando mi tono anterior mostraba una amable reverencia a Lady A. Jamás habría imaginado algo como esto, pero al menos sentía que debía mantener a mi compañera fuera de peligro, tanto si se quedaba como si decidía marcharse. Un ligero escozor recorrió mi cuerpo y pensé que de nuevo estaba siendo apretujado por la magia de aquella extraña mujer de los muñecos pero ésta vez era diferente -¿Es Lady A. castigándome?- Me pregunté en mi mente pero era algo mejor, mis manos comenzaban a tener dedos largos y mu cuerpo en general comenzaba a volver a la normalidad; el cambio había resultado agotador, sin embargo no era del todo normal; mi cuerpo, aunque ya con forma humana, seguía siendo misteriosamente brillante y multicolor -¿Y ahora qué?
En vez de asustar a nadie el asustado acabé siendo yo, mi pelaje comenzó a brillar de múltiples colores sin explicación alguna; miré a la extraña mujer pero ésta tampoco parecía saber lo que estaba sucediendo -Esperaba que ustedes lo supieran- Respondí tanto a la mujer como a Arygos quienes habían acudido a tocar mi pelaje brillante -¿Y qué cosa es equus?- Pregunté desafiante recibiendo como respuesta un fuerte sonido de la nariz del caballo brillante -Equus no es una cosa, es él- Dijo señalando al caballo mientras con la otra mano apretaba su figura causando que mi cuerpo se sintiera extrañamente apretado también -Ya dejen de tocarme- Dije alzando una de mis brillantes cejas a la mujer y a Arygos que no dejaban de hacerlo; retrocedí unos pasos para alejarme de ellas hasta que sin saberlo choqué contra el también brillante cuerpo de Equus haciendo que una extraña nota musical se escuchara al contacto de mi pelaje con el del caballo -¿Qué rayos?- Reaccioné alejándome del animal que me miraba ahora con desagrado -¿Quién es Dalma?- Pregunté ahora con más cuidado para no ofender a nadie esta vez -¿Cuál muñeca?- Pregunté luego al darme cuenta que no tenía idea de lo que estaba hablando la extraña mujer.
Me miró de manera desafiante y respondió -Responderé tus preguntas si haces sonar de nuevo a Equus- Dijo la mujer como una especie de apuesta, El caballo dejó salir una especie de rebuzno como señal de desagrado y de que no le gustaba para nada la idea -Ah, no, Equus, tranquilo, nadie va a tocarte- Dijo la mujer en un tono bastante infantil -No te atrevas a tocarlo- Dijo amenazante mientras me guiñaba un ojo y me indicaba con las manos que lo tocara; sabía que estaba mal y podría ser peligroso, pero una parte de mí también quería tocarlo, así que en un descuido me lancé sobre él tocándolo sus patas delanteras un par de veces y otro par más, tras lo cual se escuchaban más de esos delicados sonidos, seguiría tocándolo pero el animal se levantó sobre sus patas traseras y tras relinchar se dejó caer sobre mí para aplastarme, pero justo a tiempo sentí como mi cuerpo se sentía apretado y luego halado hacia atrás, al mirar atrás confirmé mi sospecha de que había sido aquella misteriosa mujer y la figura en su mano tenía algún tipo de influencia mágica sobre mí.
El enojado Equus se acercaba hasta que fuimos interrumpidos por los llamativos y casi enojados pasos de Niniel quien caminaba nada más y nada menos que directamente hacia Lady A. de manera desafiante, el choque entre ambas féminas no se hizo esperar, cada una parecía querer demostrar el dominio de sí misma y del lugar, aunque la licantrelfa se encontraba en una clara desventaja; me olvidé de todo lo que estaba sucediendo conmigo y el caballo para tratar de correr hacia ella quien se había puesto en peligro de manera imprudente -Se supone que yo soy el imprudente y tú eres la sensata- Pensé mientras intentaba acercarme pero no lograba coordinar mis patas y caía tras tropezar conmigo mismo -ah no, no irás, debes terminar de jugar con nosotras- Dijo la mujer de los muñecos apretando la figura que sostenía tan fuerte que mis patas dejaron de moverse y caí al piso inmóvil; me sacudí incontables veces buscando llegar a donde se encontraba la elfa pero todo esfuerzo parecía ser en vano hasta que inexplicablemente salió de mi brillante pelaje, aquella figura de una bailarina de cristal que me habían entregado como invitación a la fiesta y comenzaba a emitir un extraño brillo.
Aunque no tenía idea de lo que pudiera significar, al menos el momento me sirvió para aprovechar la distracción que había causado y llegar hasta donde se encontraba Lady A. -Ella es mi invitada- Dije señalando a Niniel -Soy responsable por ella y sus acciones- Dije mientras, bajando mi tono anterior mostraba una amable reverencia a Lady A. Jamás habría imaginado algo como esto, pero al menos sentía que debía mantener a mi compañera fuera de peligro, tanto si se quedaba como si decidía marcharse. Un ligero escozor recorrió mi cuerpo y pensé que de nuevo estaba siendo apretujado por la magia de aquella extraña mujer de los muñecos pero ésta vez era diferente -¿Es Lady A. castigándome?- Me pregunté en mi mente pero era algo mejor, mis manos comenzaban a tener dedos largos y mu cuerpo en general comenzaba a volver a la normalidad; el cambio había resultado agotador, sin embargo no era del todo normal; mi cuerpo, aunque ya con forma humana, seguía siendo misteriosamente brillante y multicolor -¿Y ahora qué?
- Bailarina de Cristal:
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Última edición por Bio el Vie Feb 19 2016, 02:26, editado 2 veces
Bio
Aerandiano de honor
Aerandiano de honor
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Re: Baile de Año Nuevo [evento colectivo]
Seguía comiendo esos pastelitos, como si una voz en mi mente me impidiera parar, la verdad es que no quería hacerlo, eran deliciosos, y blandos y tenían un color acaramelado que tentaba al estomago. Por suerte me había llevado un buen alijo y podía seguir engullendo esos cuadraditos mientras al gente discurría o incluso discutía, no me importaba, tenía mi comida, y a Bio el lobo brillante que era suave... extremadamente suave y blandido.
Mi pata no paraba de pincharlo con suavidad para acariciar su pelo, y sin darme cuenta termine frotando mi hocico en su lomo con lentitud para sentir esa suavidad en el rostro, como los niños pequeños con los juguetes de felpa mas suaves, o los cachorros.
Ahora había una encrucijada, quería comer, y seguir tocando al lobo multicolor y esponjoso que tenía al lado, y al que sequía con mi comida a cuestas cuando se movía. También resolví eso de forma instintiva y sin darme cuenta, comía y pinchaba al lobezno alternativa mente y con cierto frenetismo, pudiendo hacer ambas cosas sin problemas y haciendo caso omiso a cualquier queja que pronunciara mi compañero, respondiendo, con la boca llena, o contra su pelaje, repetidas veces la misma corta acotación.
-¡Es que eres tan suavecito!¡Es genial!
Cuando el lobo multicolor se agacho, no me fijé para que, en una especie de reverencia extraña, pase mis aptas horizontalmente por encima de su torso, quedando en forma de cruz para poder hundir el hocico en los pastelitos y amasarle el lomo con las patas de mientras, dejándome en peso muerto para que quedara quietecito como mi alfombra o colchoneta personal.
Eso era genial, no recordaba momento en mi vida donde me sintiera tan feliz, y tan complacida. Había hecho bein en asistir a esa fiesta extraña.
-Prueba un pastelito.- empujé un par hacia el lobo vampiro queriendo compartir con el. Rápidamente me arrepentí de darle tantos y empece a retirarlos de delante suyo uno a uno para devolverlos a mi pilón personal.
-Pero no tantos... ¡Que suave!¡¿Como puedes ser tan suave?!... que rico esta eso.- y le puse los pastelitos delante de nuevo, para arrepentirme de vuelta, y repetir esa secuencia consecutivamente varias veces.
Mi pata no paraba de pincharlo con suavidad para acariciar su pelo, y sin darme cuenta termine frotando mi hocico en su lomo con lentitud para sentir esa suavidad en el rostro, como los niños pequeños con los juguetes de felpa mas suaves, o los cachorros.
Ahora había una encrucijada, quería comer, y seguir tocando al lobo multicolor y esponjoso que tenía al lado, y al que sequía con mi comida a cuestas cuando se movía. También resolví eso de forma instintiva y sin darme cuenta, comía y pinchaba al lobezno alternativa mente y con cierto frenetismo, pudiendo hacer ambas cosas sin problemas y haciendo caso omiso a cualquier queja que pronunciara mi compañero, respondiendo, con la boca llena, o contra su pelaje, repetidas veces la misma corta acotación.
-¡Es que eres tan suavecito!¡Es genial!
Cuando el lobo multicolor se agacho, no me fijé para que, en una especie de reverencia extraña, pase mis aptas horizontalmente por encima de su torso, quedando en forma de cruz para poder hundir el hocico en los pastelitos y amasarle el lomo con las patas de mientras, dejándome en peso muerto para que quedara quietecito como mi alfombra o colchoneta personal.
Eso era genial, no recordaba momento en mi vida donde me sintiera tan feliz, y tan complacida. Había hecho bein en asistir a esa fiesta extraña.
-Prueba un pastelito.- empujé un par hacia el lobo vampiro queriendo compartir con el. Rápidamente me arrepentí de darle tantos y empece a retirarlos de delante suyo uno a uno para devolverlos a mi pilón personal.
-Pero no tantos... ¡Que suave!¡¿Como puedes ser tan suave?!... que rico esta eso.- y le puse los pastelitos delante de nuevo, para arrepentirme de vuelta, y repetir esa secuencia consecutivamente varias veces.
Arygos Valnor
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