[Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
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[Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
Tras un aparatoso escape conseguimos salir a salvo de aquel pueblo tan confuso, muchos cabos sueltos habían quedado pero de momento lo principal era entregar a Dorado, esperaba que Rauko hubiera conseguido sacarlo de su cautiverio y entregarlo a sus dueños o todo el esfuerzo habría sido en vano; luego de una rápida despedida partí de prisa hacia la granja antes de que ese mañoso elfo se tomara todo el crédito por el rescate del upelero, tenía el presentimiento de que podría hacerlo, pues de hecho, yo lo habría hecho también, por eso debía llegar tan pronto como pudiera.
Al acercarme a la granja me sorprendí al ver no solo que el elfo había llegado con el Dorado, sino que además se estaba organizando una nueva carrera de upeleros, pero esta vez con un premio en metálico, la nada despreciable suma de 500 aeros al ganador -Al fin llegas, flacucho- Dijo el dueño de la granja al recibirme con una gran sonrisa -Es una noche de fiesta, celebramos el regreso de Dorado y el compromiso de mi adorada hija- Levanté una ceja con algo de indiferencia ante su emoción, sus ojos rebosaban de alegría mientras todos corrían alrededor arreglando los detalles para una carrera que aunque se había planeado hace tiempo e incluso, se había dejado cierta publicidad en toda Verisar, la ausencia de Dorado había supuesto una gran tristeza y no sabían si realmente llevarían a cabo la carrera, así que con el regreso del animal, la algarabía y la prisa invadieron todo el lugar, los sirvientes corrían sin parar preparando la pista, las gradas, las monturas y todo cuanto fuera necesario para el desarrollo del espectáculo.
Por más que miraba alrededor no veía ningún rastro del elfo o del famoso upelero perdido, sin embargo imaginaba que estaría por ahí, en algún lado -¿Dónde está el elfo que andaba conmigo?- Pregunté al dueño de la granja pero pareció no escucharme y corrió de prisa a solventar un problema que se le presentaba y requería su asistencia; decidí aprovechar de recorrer la granja que ahora se había convertido en una larga pista de carreras, el centro del lugar estaba repleto de comida de todas las formas y colores, además de eso no paraban de llegar personas de diferentes zonas, algunos apostadores, otros solo mirones, pero todos plenamente ansiosos de disfrutar de una emocionante carrera.
La pista por su parte consistía simplemente en una especie de rectángulo semiovalado, tenía dos largas rectas, una curva abierta y aparentemente fácil de tomar, aunque con algo de fango debido a las recientes lluvias; y otra curva un poco más cerrada y aunque no había fango de ese lado, el piso parecía de piedra lisa, lo que supondría muy poco agarre para las patas de los upeleros, según podía ver era una pista de 100 metros, pero al darle dos vueltas sumarían 200 largos metros, algo largo en comparación con la carrera en la que había participado anteriormente, sonreí con cierta malicia y me acerqué a las gradas en busca de un buen lugar para observar la carrera.
Al acercarme a la granja me sorprendí al ver no solo que el elfo había llegado con el Dorado, sino que además se estaba organizando una nueva carrera de upeleros, pero esta vez con un premio en metálico, la nada despreciable suma de 500 aeros al ganador -Al fin llegas, flacucho- Dijo el dueño de la granja al recibirme con una gran sonrisa -Es una noche de fiesta, celebramos el regreso de Dorado y el compromiso de mi adorada hija- Levanté una ceja con algo de indiferencia ante su emoción, sus ojos rebosaban de alegría mientras todos corrían alrededor arreglando los detalles para una carrera que aunque se había planeado hace tiempo e incluso, se había dejado cierta publicidad en toda Verisar, la ausencia de Dorado había supuesto una gran tristeza y no sabían si realmente llevarían a cabo la carrera, así que con el regreso del animal, la algarabía y la prisa invadieron todo el lugar, los sirvientes corrían sin parar preparando la pista, las gradas, las monturas y todo cuanto fuera necesario para el desarrollo del espectáculo.
Por más que miraba alrededor no veía ningún rastro del elfo o del famoso upelero perdido, sin embargo imaginaba que estaría por ahí, en algún lado -¿Dónde está el elfo que andaba conmigo?- Pregunté al dueño de la granja pero pareció no escucharme y corrió de prisa a solventar un problema que se le presentaba y requería su asistencia; decidí aprovechar de recorrer la granja que ahora se había convertido en una larga pista de carreras, el centro del lugar estaba repleto de comida de todas las formas y colores, además de eso no paraban de llegar personas de diferentes zonas, algunos apostadores, otros solo mirones, pero todos plenamente ansiosos de disfrutar de una emocionante carrera.
La pista por su parte consistía simplemente en una especie de rectángulo semiovalado, tenía dos largas rectas, una curva abierta y aparentemente fácil de tomar, aunque con algo de fango debido a las recientes lluvias; y otra curva un poco más cerrada y aunque no había fango de ese lado, el piso parecía de piedra lisa, lo que supondría muy poco agarre para las patas de los upeleros, según podía ver era una pista de 100 metros, pero al darle dos vueltas sumarían 200 largos metros, algo largo en comparación con la carrera en la que había participado anteriormente, sonreí con cierta malicia y me acerqué a las gradas en busca de un buen lugar para observar la carrera.
- Reglas de la carrera:
1. La carrera consta de 200 metros divididos en 10 "Cuadros" de 10 metros cada uno, por donde se desplazarán los corredores
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2. Al final de cada ronda colocaré una imagen con el estado actual de los corredores y sus posiciones
3. Al iniciar la carrera, deberán lanzar la voluntad de los dioses para determinar la cantidad de cuadros que recorrerá su upelero.
4. El primero en recorrer los 20 cuadros obtendrá la victoria y la nada despreciable recompensa de 500 aeros.
5. La cantidad de cuadros se decidirá de la siguiente manera:
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- ¿Qué es un upelero?:
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Última edición por Bio el Lun Abr 11 2016, 07:08, editado 3 veces
Bio
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
La noche había resultado más agotadora de lo que pude haber esperado en un principio y tras una cadena de eventos me encontraba sin ánimos para seguir luchando contra personas que nunca había conocido en la vida, tantos problemas en poco tiempo era algo nuevo para mí, pero todo esfuerzo y sacrificio finalmente habían dado sus frutos, Dorado se encontraba a salvo y solo me faltaba entregarlo a su respectivo dueño para recibir mi recompensa, tal vez si me apresuraba podría recibir también la parte de Bio, él no llegaría a tiempo para impedir mi plan al menos que algo sucediera.
Después de unos minutos cabalgando a Dorado logré llegar a la granja de upeleros, unos pocos sujetos se encontraban caminando con ansiedad esperando mi llegada, una vez que me vieron corrieron hacia mí con un gran entusiasmo y una sonrisa que no se borraba de sus rostros -¡Por fin ha llegado! ¡Avísenle al jefe!- Gritó con alegría uno de los campesinos que se acercaron a mí para luego abrazar a Dorado ignorándome completamente -No ha sido nada, es lo mínimo que puedo hacer- Dije con cierta humildad -(Me ha costado bastante, casi me matan en varias ocasiones y espero que me den una buena recompensa)- Es lo que realmente pensaba, pero no quería que esos pensamientos salieran a la luz -Mi hermoso Dorado, regresaste sano y salvo- Dijo el dueño de la granja que se acercaba a caballo, se bajó de su corcel, tomó una pequeña piedra del suelo y se preparó para abrazar a su querida mascota perdida -He cumplido con mi parte- Comenté esperando alguna recompensa como agradecimiento, pero eso no fue lo que recibí, el dueño de la granja me arrojó la piedra que impactó con mi cabeza provocando mi inminente caída desde el upelero -Nunca vuelvas a estar encima de Dorado- Me dijo de una forma amenazante en vez de ayudarme a levantarme del suelo.
La actitud agresiva del dueño de la granja me pareció irrespetuosa pero al mismo tiempo justificada, aun así seguía esperando mi premio -¡Preparen todo para la carrera, mi hija tendrá una gran noche que nunca olvidará!- Vociferó mientras se dirigía hacia un establo junto con Dorado, no obstante, había dejado al caballo allí, la alegría no dejaba que se enfocara en otra cosa que no fuera el upelero, yo no quería arruinar ese momento, pero si quería mi paga tenía que hablar -Sé que no es el momento indicado para esto, pero… Quiero mi paga, no puedo llegar a mi hogar con las manos vacías- Dije con un tono tímido para no parecer que los estaba presionando, sin embargo, fui ignorado por todos, la única prioridad de los campesinos era preparar todo el lugar para esa tal carrera, ya que no podía llamar la atención de los demás opté por recorrer la zona hasta encontrarme bajo un árbol de gran tamaño -Esperaré aquí, no creo que tarden mucho en pagarme- Dije para mí mismo mientras me acostaba en el suelo apoyando mi cabeza en la corteza del árbol.
Después de un rato logré abrir mis ojos y darme cuenta de que me había dormido por unos cuantos minutos, miré mi entorno y todo estaba casi listo para el evento, nada de eso me importaba realmente, pero en el centro del lugar se encontraban varias mesas cubiertas por deliciosa comida de todas las clases, desde dulces hasta biusas, el paraíso de todo amante de la buena alimentación, no podía desperdiciar esa oportunidad y por eso corrí hacia una de estas mesas para llenar mi estómago con todo lo que estuviera a mi alcance, sin embargo, mi cabeza recibe un nuevo golpe por parte de una anciana que atendía a los invitados -Nada es gratis, joven, si quieres algo tienes que darme a cambio unos aeros- Me explicó la anciana mientras me enseñaba la palma de su mano derecha esperando alguna cosa, no entendí qué quería y me marché desilusionado, después de eso solo quería mi recompensa para luego volver a mi hogar.
Después de unos minutos cabalgando a Dorado logré llegar a la granja de upeleros, unos pocos sujetos se encontraban caminando con ansiedad esperando mi llegada, una vez que me vieron corrieron hacia mí con un gran entusiasmo y una sonrisa que no se borraba de sus rostros -¡Por fin ha llegado! ¡Avísenle al jefe!- Gritó con alegría uno de los campesinos que se acercaron a mí para luego abrazar a Dorado ignorándome completamente -No ha sido nada, es lo mínimo que puedo hacer- Dije con cierta humildad -(Me ha costado bastante, casi me matan en varias ocasiones y espero que me den una buena recompensa)- Es lo que realmente pensaba, pero no quería que esos pensamientos salieran a la luz -Mi hermoso Dorado, regresaste sano y salvo- Dijo el dueño de la granja que se acercaba a caballo, se bajó de su corcel, tomó una pequeña piedra del suelo y se preparó para abrazar a su querida mascota perdida -He cumplido con mi parte- Comenté esperando alguna recompensa como agradecimiento, pero eso no fue lo que recibí, el dueño de la granja me arrojó la piedra que impactó con mi cabeza provocando mi inminente caída desde el upelero -Nunca vuelvas a estar encima de Dorado- Me dijo de una forma amenazante en vez de ayudarme a levantarme del suelo.
La actitud agresiva del dueño de la granja me pareció irrespetuosa pero al mismo tiempo justificada, aun así seguía esperando mi premio -¡Preparen todo para la carrera, mi hija tendrá una gran noche que nunca olvidará!- Vociferó mientras se dirigía hacia un establo junto con Dorado, no obstante, había dejado al caballo allí, la alegría no dejaba que se enfocara en otra cosa que no fuera el upelero, yo no quería arruinar ese momento, pero si quería mi paga tenía que hablar -Sé que no es el momento indicado para esto, pero… Quiero mi paga, no puedo llegar a mi hogar con las manos vacías- Dije con un tono tímido para no parecer que los estaba presionando, sin embargo, fui ignorado por todos, la única prioridad de los campesinos era preparar todo el lugar para esa tal carrera, ya que no podía llamar la atención de los demás opté por recorrer la zona hasta encontrarme bajo un árbol de gran tamaño -Esperaré aquí, no creo que tarden mucho en pagarme- Dije para mí mismo mientras me acostaba en el suelo apoyando mi cabeza en la corteza del árbol.
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Después de un rato logré abrir mis ojos y darme cuenta de que me había dormido por unos cuantos minutos, miré mi entorno y todo estaba casi listo para el evento, nada de eso me importaba realmente, pero en el centro del lugar se encontraban varias mesas cubiertas por deliciosa comida de todas las clases, desde dulces hasta biusas, el paraíso de todo amante de la buena alimentación, no podía desperdiciar esa oportunidad y por eso corrí hacia una de estas mesas para llenar mi estómago con todo lo que estuviera a mi alcance, sin embargo, mi cabeza recibe un nuevo golpe por parte de una anciana que atendía a los invitados -Nada es gratis, joven, si quieres algo tienes que darme a cambio unos aeros- Me explicó la anciana mientras me enseñaba la palma de su mano derecha esperando alguna cosa, no entendí qué quería y me marché desilusionado, después de eso solo quería mi recompensa para luego volver a mi hogar.
Rauko
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
Iltharión se adentró en la propiedad, así como lo hacían muchos otros campesinos, como ellos, había visto los carteles y dado que aun no había partido de esas regiones, se presentaba antes si una oportunidad que no iba a desaprovechar, comida, bebida, y un premio en metálico que podía costearle más de lo anterior.
Ademas era la celebración de una boda, y en las mismas, todo el mundo conoce lo que ocurre, las muchachas aun solteras, envidiosas del amor de la protagonista de la escena, pierden el decoro con el alcohol, y crece su ansia por los celos. Solo había que esperar, a que los padres de las mismas, estuvieran también lo suficientemente ebrios, como para dormirse en las mesas, u olvidarse con el jolgorio de que poseían una hija joven a la que habían perdido de vista.
El bardo se aceró a los ventanales de la casa al llegar, algo alejado del festín que aun preparaba el servicio para comprobar su aspecto, el pelo pulcramente recogido,como siempre, atado por el final de las puntas, para lucir suelto aun y estando atado, y que no se saliera de su sitio. El laúd repiqueteando en su espalda, como siempre, y sus ropajes, algo menos usuales, consistian en una camisa blanca, esta vez blanca de verdad, un chaleco de hilo azul, y los pantalones de montar con las botas de cuero que llegaban hasta las rodillas, en definitiva, tenía una pinta, como era de esperar de un elfo, mucho más apetecible que la mayoría de humanos que rondaban por la zona, y que algunos de los postres que se encontraban en la mesa.
Las mesas se llenaban rápida e inexorablemente de comidas y bebidas, una de las principales atracciones de toda fiesta. El servició discurría como una colonia de hormigas excitadas transportando sus preciadas cargas en las mesas sin descanso, y los mas hambrientos ya se apelotonaban alrededor de las mesas, para empezar a engullir de los platos, antes de que otros pudieran siquiera contemplarlos.
El organizador iba tambien, apurado y con el rostro enrojecido por las carreras que se marcaba, de un lugar a otro, apurado, solucionando los miles de pequeños inconvenientes que surgian inevitablemente, en un evento de tal envergadura, e importancia para sus anfitriones
Y la novia, como no, permanecía desaparecida, una palabra en el aire, y así se mantendría durante un rato, haciendo una aparición triunfal, quizás para empezar con la ceremonia, o quizás esta ya había sido resuelta, y estaba cambiándose sus vestidos para inaugurar la carrera, siendo exhibida, así también, ante el populacho que se había congregado, mas para compartir sus lujos, que su felicidad.
La siguiente parada del elfo,en su lento y calmo deambular, fue la pista, la cual recorrió por afuera de las vallas limítrofes que habían colocado, mientras, con su perenne cigarrillo de menta, que no era mas que hojas secas prensadas y envueltas, trazaba círculos de humo que ascendían hacia el cielo, girando sobre si mismos, y hacia peripecias, con el tubo entre los dedos con aire distraído.
Su mirada pasaba también, sobre cualquier visitante de vez en cuando, y si bien se sorprendió al ver otro hijo de sandorai contra un gran árbol, lo dejó tranquilo, no compartía con el resto, el aire animado que primaba en el ambiente. Tampoco era el único que observaba la pista de carreras, una prioridad algo mas acuciante a la hora de socializar, que compartir rasgos, así que se acercó al hombre de pelo negro, que miraba las pistas, y se paro a pocos pasos del mismo.
-Buenas noches.-Inclinó cortésmente la cabeza, haciendo tintinear los aros de su oreja.- ¿Va a participar en la carrera?.- Verbalizó con naturalidad y soltura, esbozando una sonrisa que mostraba sus blancos dientes, antes de dar otra profunda calada al canuto, impregnando el aire con el aroma mentolado del mismo.
Ademas era la celebración de una boda, y en las mismas, todo el mundo conoce lo que ocurre, las muchachas aun solteras, envidiosas del amor de la protagonista de la escena, pierden el decoro con el alcohol, y crece su ansia por los celos. Solo había que esperar, a que los padres de las mismas, estuvieran también lo suficientemente ebrios, como para dormirse en las mesas, u olvidarse con el jolgorio de que poseían una hija joven a la que habían perdido de vista.
El bardo se aceró a los ventanales de la casa al llegar, algo alejado del festín que aun preparaba el servicio para comprobar su aspecto, el pelo pulcramente recogido,como siempre, atado por el final de las puntas, para lucir suelto aun y estando atado, y que no se saliera de su sitio. El laúd repiqueteando en su espalda, como siempre, y sus ropajes, algo menos usuales, consistian en una camisa blanca, esta vez blanca de verdad, un chaleco de hilo azul, y los pantalones de montar con las botas de cuero que llegaban hasta las rodillas, en definitiva, tenía una pinta, como era de esperar de un elfo, mucho más apetecible que la mayoría de humanos que rondaban por la zona, y que algunos de los postres que se encontraban en la mesa.
Las mesas se llenaban rápida e inexorablemente de comidas y bebidas, una de las principales atracciones de toda fiesta. El servició discurría como una colonia de hormigas excitadas transportando sus preciadas cargas en las mesas sin descanso, y los mas hambrientos ya se apelotonaban alrededor de las mesas, para empezar a engullir de los platos, antes de que otros pudieran siquiera contemplarlos.
El organizador iba tambien, apurado y con el rostro enrojecido por las carreras que se marcaba, de un lugar a otro, apurado, solucionando los miles de pequeños inconvenientes que surgian inevitablemente, en un evento de tal envergadura, e importancia para sus anfitriones
Y la novia, como no, permanecía desaparecida, una palabra en el aire, y así se mantendría durante un rato, haciendo una aparición triunfal, quizás para empezar con la ceremonia, o quizás esta ya había sido resuelta, y estaba cambiándose sus vestidos para inaugurar la carrera, siendo exhibida, así también, ante el populacho que se había congregado, mas para compartir sus lujos, que su felicidad.
La siguiente parada del elfo,en su lento y calmo deambular, fue la pista, la cual recorrió por afuera de las vallas limítrofes que habían colocado, mientras, con su perenne cigarrillo de menta, que no era mas que hojas secas prensadas y envueltas, trazaba círculos de humo que ascendían hacia el cielo, girando sobre si mismos, y hacia peripecias, con el tubo entre los dedos con aire distraído.
Su mirada pasaba también, sobre cualquier visitante de vez en cuando, y si bien se sorprendió al ver otro hijo de sandorai contra un gran árbol, lo dejó tranquilo, no compartía con el resto, el aire animado que primaba en el ambiente. Tampoco era el único que observaba la pista de carreras, una prioridad algo mas acuciante a la hora de socializar, que compartir rasgos, así que se acercó al hombre de pelo negro, que miraba las pistas, y se paro a pocos pasos del mismo.
-Buenas noches.-Inclinó cortésmente la cabeza, haciendo tintinear los aros de su oreja.- ¿Va a participar en la carrera?.- Verbalizó con naturalidad y soltura, esbozando una sonrisa que mostraba sus blancos dientes, antes de dar otra profunda calada al canuto, impregnando el aire con el aroma mentolado del mismo.
Iltharion Dur'Falas
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
La primera vez en adentrarse por esos lares demasiados inmediatos a la ciudad o ciudadela “Lugargenta”, como suele hacer referencia a Lunargenta, reinaba la tranquilidad en el aspecto general. Tamaña sorpresa notar el cambio de actitud en un par de horas al regresar. Las cabañas, establos y demás estructuras fueron decorados con al menos un adorno desde donde pudo observar, allá a lo lejos perdido entre los sembradíos. Y aunque la curiosidad ejerció fuerte presión por saber que pasó, lo contrarrestó con un “no es problema tuyo”, siguiendo su camino a los bosques.
Rodeando aquel centro de congregación se topó con un emocionado grupo de hombres y mujeres que le recordaron a Leinil. Gracias a los bocazas medio ebrios ya, seguramente un habito, supo sobre la boda y la carrera. Alardeaban conseguir la victoria en nombre de las damas y desposar (a la cortejada según cada quien) en una gran fiesta con el dinero. No falta describir detalladamente el desprecio a esa clase de personas dada la enorme cantidad de conjeturas hechas con lo poco conocido.– Igual es inevitable. Está en su naturaleza. – Y esa afirmación los descartó como objetos de interés o rechazo, de hecho era divertido meterse con ellos a veces. Pero lo importante fueron los Upeleros en su poder. ¡No podía ser! ¿Ah que tipos de horrores estarían sometidos esos animales? ¡Debía tomarlos! Y así lo hizo.
El primero en caer fue uno que se apartó a regar las margaritas detrás de una montaña de pasto seco, fulminado de un contundente golpe detrás de la cabeza con el codo. Gotitas de orina se desperdigaron en todos lados. Por suerte el cuerpo del hombre contuvo las que bañarían a Colm. Cuidando el contacto con la humedad escondió a la víctima dentro del forraje, abandonando el rostro fuera para respirar. Tendió la mano a la pobre criatura agitada por lo sucedido, en ocasiones la soga al bozal la azotaba. – Calma, ya pasó. Quiero llevarte conmigo, pero si quieres te dejo. Como decidas. – Explicó manteniéndose a la vista a sabiendas de desentendía sus palabras pero que el tono lo relajaría.
Cuando parecía comenzar a ceder un señor con el mismo fin que el otro inconsciente, eso dio a entender la faja desabrochada… espetó a modo de reprimenda. – ¡Eh! La carrera empezará pronto. Apresúrate. – Aproximó peligrosamente las botas a la guarida del verdadero dueño. – Voy en camino. – Respondió de manera pedante mientras un sonido familiar sonaba. Nuevamente procuró tranquilizarlo. A instantes correspondía a traducir el lenguaje corporal de la mascota, “¡Aaah, un loco quiere raptarme! ¡Ayuda ayuda! ¡Tú, mira lo que hizo! ¡Aaah!”. – ¡Jaime! ¡Lleva a este a la pista! Anda dormido. – Gritó a un subordinado o su hijo, no hay diferencia. Ipso facto llegó y jaló la correa arrastrando a los dos. Lo atraparon. Expuesto a tantos testigos, refuerzos y riesgos, la mejor opción era seguir la corriente, a pesar de la cobertura de la penumbra. Aún faltaban otros dos por capturar. Conseguiría a los animales y el dinero, este último por mero capricho en ganar, únicamente faltaba la chica o mejor, un animal adicional. – Mantente dormido… – Pensó ligeramente angustiado, sería un grave problema. Tardaría lo suyo lograr todo eso e ignoraba el tipo de carrera. – ¿Algún consejo? – Preguntó resignado a actuar “correctamente” por ahí, necesitaba informarse bien.
Rodeando aquel centro de congregación se topó con un emocionado grupo de hombres y mujeres que le recordaron a Leinil. Gracias a los bocazas medio ebrios ya, seguramente un habito, supo sobre la boda y la carrera. Alardeaban conseguir la victoria en nombre de las damas y desposar (a la cortejada según cada quien) en una gran fiesta con el dinero. No falta describir detalladamente el desprecio a esa clase de personas dada la enorme cantidad de conjeturas hechas con lo poco conocido.– Igual es inevitable. Está en su naturaleza. – Y esa afirmación los descartó como objetos de interés o rechazo, de hecho era divertido meterse con ellos a veces. Pero lo importante fueron los Upeleros en su poder. ¡No podía ser! ¿Ah que tipos de horrores estarían sometidos esos animales? ¡Debía tomarlos! Y así lo hizo.
El primero en caer fue uno que se apartó a regar las margaritas detrás de una montaña de pasto seco, fulminado de un contundente golpe detrás de la cabeza con el codo. Gotitas de orina se desperdigaron en todos lados. Por suerte el cuerpo del hombre contuvo las que bañarían a Colm. Cuidando el contacto con la humedad escondió a la víctima dentro del forraje, abandonando el rostro fuera para respirar. Tendió la mano a la pobre criatura agitada por lo sucedido, en ocasiones la soga al bozal la azotaba. – Calma, ya pasó. Quiero llevarte conmigo, pero si quieres te dejo. Como decidas. – Explicó manteniéndose a la vista a sabiendas de desentendía sus palabras pero que el tono lo relajaría.
Cuando parecía comenzar a ceder un señor con el mismo fin que el otro inconsciente, eso dio a entender la faja desabrochada… espetó a modo de reprimenda. – ¡Eh! La carrera empezará pronto. Apresúrate. – Aproximó peligrosamente las botas a la guarida del verdadero dueño. – Voy en camino. – Respondió de manera pedante mientras un sonido familiar sonaba. Nuevamente procuró tranquilizarlo. A instantes correspondía a traducir el lenguaje corporal de la mascota, “¡Aaah, un loco quiere raptarme! ¡Ayuda ayuda! ¡Tú, mira lo que hizo! ¡Aaah!”. – ¡Jaime! ¡Lleva a este a la pista! Anda dormido. – Gritó a un subordinado o su hijo, no hay diferencia. Ipso facto llegó y jaló la correa arrastrando a los dos. Lo atraparon. Expuesto a tantos testigos, refuerzos y riesgos, la mejor opción era seguir la corriente, a pesar de la cobertura de la penumbra. Aún faltaban otros dos por capturar. Conseguiría a los animales y el dinero, este último por mero capricho en ganar, únicamente faltaba la chica o mejor, un animal adicional. – Mantente dormido… – Pensó ligeramente angustiado, sería un grave problema. Tardaría lo suyo lograr todo eso e ignoraba el tipo de carrera. – ¿Algún consejo? – Preguntó resignado a actuar “correctamente” por ahí, necesitaba informarse bien.
Última edición por Colm el Mar Mar 08 2016, 23:34, editado 1 vez
Colm
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
Las zonas rurales cerca de Lunargenta, un lugar pintoresco. Bastante vistosas pero jodidamente inservibles si eres un pequeño ladronzuelo, la comida no se vende bien en situaciones normales. Sin duda el peor lugar para estar laboralmente hablando pero no todo es trabajo, algunas veces se debe despejar la cabeza, sonara extraño pero incluso los intelectuales necesitan algo de convivencia natural.
La populosa ciudad puede saturar cuando vagas cotidianamente por sus calles, demasiada gente aburre con el tiempo. Ahora que la ratonera se encuentra a rebosar de miembros tampoco es un escape demasiado efectivo, los Gorriones están a todo dar por ahora. En pocas palabras Chimar debe despejar las ideas y ventilar un poco el aire, ni que fuera la cosa más extraña del mundo.
Camina como tonto admirando el paisaje con dedicación, es temprano y tiene bastante tiempo. Se tomo la molestia de reservar varias monedas para comprarse algo de comer en el sitio, mantener un bajo perfil resulta útil para futuros proyectos. Los ladrones listos no se la pasan robando a cada oportunidad, todo depende del estudio delicado, existe un momento y un lugar especifico como dicen.
Eso es nuevo.
De repente algo contrasta el calmado ambiente, una especie de festividad mundana. Maquiavelo arque su ceja derecha al ver tanto movimiento, puede tratarse de un festival o algo. Sonara extraño pero los humanos de campo tienen costumbres totalmente diferentes a las personas citadinas, algo prácticamente irracional si tenemos en cuenta la poca distancia entre ambas realidades sociales.
El niño se acerca y escucha una conversación entre dos aldeanos, últimamente está ganando experiencia en dicho arte. Parece que celebran un compromiso, toda la gente circundante está invitada. Pronto algo hace que el pequeño espía se atore con su propia saliva, tendrá lugar una carrera con cierto premio monetario bastante apetecible. Forma una sonría maliciosa, quien lo diría.
Medita algunos instantes el curso de acción, podría intentar robar el premio pero la suma involucrada pondría precio a su cabeza varios meses. Los golpes en solitario son complicados, además es un día de descanso propio. Se estira levemente antes de decidir tomar un camino insospechado, actual legalmente. Cuando comience la carrera participara pero primero revoloteara por la mesa de alimentos como una mosca.
Oye niño los turistas deben pagar por el festín.
Es su día de suerte jeje.
La populosa ciudad puede saturar cuando vagas cotidianamente por sus calles, demasiada gente aburre con el tiempo. Ahora que la ratonera se encuentra a rebosar de miembros tampoco es un escape demasiado efectivo, los Gorriones están a todo dar por ahora. En pocas palabras Chimar debe despejar las ideas y ventilar un poco el aire, ni que fuera la cosa más extraña del mundo.
Camina como tonto admirando el paisaje con dedicación, es temprano y tiene bastante tiempo. Se tomo la molestia de reservar varias monedas para comprarse algo de comer en el sitio, mantener un bajo perfil resulta útil para futuros proyectos. Los ladrones listos no se la pasan robando a cada oportunidad, todo depende del estudio delicado, existe un momento y un lugar especifico como dicen.
Eso es nuevo.
De repente algo contrasta el calmado ambiente, una especie de festividad mundana. Maquiavelo arque su ceja derecha al ver tanto movimiento, puede tratarse de un festival o algo. Sonara extraño pero los humanos de campo tienen costumbres totalmente diferentes a las personas citadinas, algo prácticamente irracional si tenemos en cuenta la poca distancia entre ambas realidades sociales.
El niño se acerca y escucha una conversación entre dos aldeanos, últimamente está ganando experiencia en dicho arte. Parece que celebran un compromiso, toda la gente circundante está invitada. Pronto algo hace que el pequeño espía se atore con su propia saliva, tendrá lugar una carrera con cierto premio monetario bastante apetecible. Forma una sonría maliciosa, quien lo diría.
Medita algunos instantes el curso de acción, podría intentar robar el premio pero la suma involucrada pondría precio a su cabeza varios meses. Los golpes en solitario son complicados, además es un día de descanso propio. Se estira levemente antes de decidir tomar un camino insospechado, actual legalmente. Cuando comience la carrera participara pero primero revoloteara por la mesa de alimentos como una mosca.
Oye niño los turistas deben pagar por el festín.
Es su día de suerte jeje.
Invitado
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
Nada más caer el sol salí de mi seguro y apartado hogar y me dirigí a Sacrestic Ville intentando recordar las indicaciones que Bio me enseñó semanas atrás en aquel mapa dibujado en el suelo de forma tan improvisada. Y tan segura como salí de allí a los pocos minutos ya me encontraba bastante perdida.
Había salido al claro del bosque y seguido el camino de tierra por donde pasaban los mercaderes con sus carros a caballo. La temperatura era increíblemente agradable y disfrutaba bastante de aquel paseo nocturno donde mis pensamientos se evadían con el silencio del viento entre el césped. En todo el trayecto no me había cruzado con absolutamente nadie, aunque aquello no era de extrañar puesto que de noche ningún lugar al aire libe es seguro debido a la gran cantidad de criaturas y seres oscuros que se ocultan entre las sombras. Después de la primera media hora de caminata asumí que no vería a nadie en toda la noche.
O eso creía yo...
De repente comencé a escuchar a lo lejos un gran griterío que me sorprendió haciéndome parar en seco. Me cerqué hacia aquel sonido donde se mezclaban, gritos, canciones y música y por fin vi a lo lejos lo que parecía una enorme granja repleta en su totalidad de cientos de personas disfrutando de lo que parecía una fiesta. Jamás había estado en una fiesta, al menos no es una como aquella y la curiosidad me podía por lo que me decidí a acercarme a investigar qué se estaba celebrando.
Una vez en medio del pelotón de gente descubrí que había grandes cantidades de comida, más de las que jamás había visto, y al parecer no todo el mundo podía consumirlas de forma gratuita, aunque para mí aquello no resultaba un problema ya que yo no me podía alimentar de ellas. En cierto momento me topé con un hombre grande y fuerte que vestía de forma elegante y ridícula a la vez y que fardaba de su maravillosa e inmensa granja, por lo que supuse que sería el dueño de aquel terreno. Agudicé el oído y también pude apreciar que hablaba de la celebración de la boda de su hija y señalaba a una joven que había a lo lejos. Cuando miré a la joven no pude evitar admirar lo hermosa que se veía con aquel vestido blanco. Era un traje sencillo pero muy adaptado a su cuerpo que le sentaba bastante bien, aunque su rostro no emanaba ni una pizca de felicidad. No me costó adivinar que era una boda por conveniencia, y al pensar en la pobre chica me di cuenta de que ese podría haber sido fácilmente mi destino si mi vida no hubiese dado un giro tan inesperado.
Continué caminando entre la gente. Dado que mis ropas eran de hombre y oscuras apenas nadie se fijaba en mí, y de hecho me alegré ya que a cada paso que daba me encontraba con grupos de hombres babeando y diciendo palabras soeces a grupos de jóvenes chicas, las cuales podrían ser sus hijas o sus nietas. Asqueada por esa imagen me metí dentro de las cuadras donde no había nadie, y no me extrañaba ya que el olor era inaguantable, pero lo prefería a ver cosas tan repugnantes como las de ahí fuera.
Me di cuanta de que al otro lado de la granja habían allanado el terreno formando una especie de pista de tierra gigante. Me extrañé al ver algo así en una granja y de repente noté algo húmedo en mi mejilla. Me giré con rapidez y aprecié a un Upelero observándome y lamiéndome la mejilla.
- ¡Ey amigo! - Le miré sonriendo y le acaricié la cabeza - ¿Qué tal? Creo que de todas las personas con las que me he topado hoy tú eres la más interesante.
Continué acariciando a aquel maravilloso animal hasta que sentí unos pasos tras de mí que me dejaron algo petrificada por si me echaban la bronca por estar ahí. De pronto un brazo fuerte y seguro me tocó el hombro y una voz varonil y algo tambaleante por el alcohol se dirigió a mi persona.
- ¡Qué amigo! ¿Vas a participar en la carrera?
Supuse que debido a mis ropas aquel ser que estaba a mis espaldas había sospechado que yo era un chico, por lo cual no pudo disimular su cara de sorpresa cuando me giré y descubrió que era una chica, y más aún al asumir que mi edad aparente era menor a mi edad real, lo que le haría verme como a una adolescente. Cuando me giré descubrí que era el dueño de aquella granja, el mismo que había obligado a su hija a casarse y que había organizado todo aquello. Intenté sonreír tímidamente para quitar esa estúpida expresión de sorpresa de su rostro, pero aquella cara le cambió a modo de enfado.
- ¿Niña qué haces aquí? ¡Vete! Aquí no puede entrar nadie salvo los participantes ¡FUERA!
Aquellas palabras me tocaron mucho la moral, y tanto fue así que le miré con cierto cabreo y chulería. Odiaba que menospreciasen a las mujeres solo por ser eso: mujeres.
- Es que voy a participar.
El hombre se quedó con la boca abierta al escuchar mi respuesta, pero más sorprendida estaba yo al asumir las palabas que acababan de salir de mi boca. ¿Participar?, ¿cómo iba a participar si yo jamás había montando en un bicho de esos?
"Bueno... pues ahora no te puedes echar atrás."
Sonreí al hombre con cierta malicia y le dejé ahí parado y atontando mientras yo me dirigía a la pista a esperar a que comenzase aquella carrera.
Había salido al claro del bosque y seguido el camino de tierra por donde pasaban los mercaderes con sus carros a caballo. La temperatura era increíblemente agradable y disfrutaba bastante de aquel paseo nocturno donde mis pensamientos se evadían con el silencio del viento entre el césped. En todo el trayecto no me había cruzado con absolutamente nadie, aunque aquello no era de extrañar puesto que de noche ningún lugar al aire libe es seguro debido a la gran cantidad de criaturas y seres oscuros que se ocultan entre las sombras. Después de la primera media hora de caminata asumí que no vería a nadie en toda la noche.
O eso creía yo...
De repente comencé a escuchar a lo lejos un gran griterío que me sorprendió haciéndome parar en seco. Me cerqué hacia aquel sonido donde se mezclaban, gritos, canciones y música y por fin vi a lo lejos lo que parecía una enorme granja repleta en su totalidad de cientos de personas disfrutando de lo que parecía una fiesta. Jamás había estado en una fiesta, al menos no es una como aquella y la curiosidad me podía por lo que me decidí a acercarme a investigar qué se estaba celebrando.
Una vez en medio del pelotón de gente descubrí que había grandes cantidades de comida, más de las que jamás había visto, y al parecer no todo el mundo podía consumirlas de forma gratuita, aunque para mí aquello no resultaba un problema ya que yo no me podía alimentar de ellas. En cierto momento me topé con un hombre grande y fuerte que vestía de forma elegante y ridícula a la vez y que fardaba de su maravillosa e inmensa granja, por lo que supuse que sería el dueño de aquel terreno. Agudicé el oído y también pude apreciar que hablaba de la celebración de la boda de su hija y señalaba a una joven que había a lo lejos. Cuando miré a la joven no pude evitar admirar lo hermosa que se veía con aquel vestido blanco. Era un traje sencillo pero muy adaptado a su cuerpo que le sentaba bastante bien, aunque su rostro no emanaba ni una pizca de felicidad. No me costó adivinar que era una boda por conveniencia, y al pensar en la pobre chica me di cuenta de que ese podría haber sido fácilmente mi destino si mi vida no hubiese dado un giro tan inesperado.
Continué caminando entre la gente. Dado que mis ropas eran de hombre y oscuras apenas nadie se fijaba en mí, y de hecho me alegré ya que a cada paso que daba me encontraba con grupos de hombres babeando y diciendo palabras soeces a grupos de jóvenes chicas, las cuales podrían ser sus hijas o sus nietas. Asqueada por esa imagen me metí dentro de las cuadras donde no había nadie, y no me extrañaba ya que el olor era inaguantable, pero lo prefería a ver cosas tan repugnantes como las de ahí fuera.
Me di cuanta de que al otro lado de la granja habían allanado el terreno formando una especie de pista de tierra gigante. Me extrañé al ver algo así en una granja y de repente noté algo húmedo en mi mejilla. Me giré con rapidez y aprecié a un Upelero observándome y lamiéndome la mejilla.
- ¡Ey amigo! - Le miré sonriendo y le acaricié la cabeza - ¿Qué tal? Creo que de todas las personas con las que me he topado hoy tú eres la más interesante.
Continué acariciando a aquel maravilloso animal hasta que sentí unos pasos tras de mí que me dejaron algo petrificada por si me echaban la bronca por estar ahí. De pronto un brazo fuerte y seguro me tocó el hombro y una voz varonil y algo tambaleante por el alcohol se dirigió a mi persona.
- ¡Qué amigo! ¿Vas a participar en la carrera?
Supuse que debido a mis ropas aquel ser que estaba a mis espaldas había sospechado que yo era un chico, por lo cual no pudo disimular su cara de sorpresa cuando me giré y descubrió que era una chica, y más aún al asumir que mi edad aparente era menor a mi edad real, lo que le haría verme como a una adolescente. Cuando me giré descubrí que era el dueño de aquella granja, el mismo que había obligado a su hija a casarse y que había organizado todo aquello. Intenté sonreír tímidamente para quitar esa estúpida expresión de sorpresa de su rostro, pero aquella cara le cambió a modo de enfado.
- ¿Niña qué haces aquí? ¡Vete! Aquí no puede entrar nadie salvo los participantes ¡FUERA!
Aquellas palabras me tocaron mucho la moral, y tanto fue así que le miré con cierto cabreo y chulería. Odiaba que menospreciasen a las mujeres solo por ser eso: mujeres.
- Es que voy a participar.
El hombre se quedó con la boca abierta al escuchar mi respuesta, pero más sorprendida estaba yo al asumir las palabas que acababan de salir de mi boca. ¿Participar?, ¿cómo iba a participar si yo jamás había montando en un bicho de esos?
"Bueno... pues ahora no te puedes echar atrás."
Sonreí al hombre con cierta malicia y le dejé ahí parado y atontando mientras yo me dirigía a la pista a esperar a que comenzase aquella carrera.
Dahlia Lockhart
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
¡¡No, Arturo!! ¡¡No es posible!!- Gritó el hombre completamente enojado, no solo había tenido que tolerar a la insensata jovencita que se había colado a su fiesta y además a su carrera, y que era quien menos deseaba que consiguiera ganar, sino que además ella parecía ser la única de los corredores que podría mantenerse en pie -¿Todos ellos?- Preguntó de nuevo para asegurarse de que no era solo una broma de mal gusto -Sí Señor Otte, están todos ebrios, no podrían conducir ni aunque los atáramos a los upeleros- Contestó el granjero con mucha pena, y es que no había excusa posible siento él el encargado; muchos ya contaban con que en la ausencia de Dorado, no habría ya ninguna carrera, así que con su llegada se les había pasado la mano con los tragos de la celebración y habían acabado todos como una pila de sacos, durmiendo en un rincón, apilados unos sobre otros como sacos de grano.
El dueño de la granja salió del establo con una extraña mezcla entre preocupado y furioso, seguido de algunos de sus hombres -Ahí viene otro- Respondió uno emocionado al ver a un humano que venía apenas colocado sobre el upelero, parecía que dormía incluso, pero al menos no llegaba a caerse del animal -No tiene buena pinta, pero al menos para hacer bulto servirá, solo nos faltan otros cuatro- Pensaba el hombre un poco más preocupado y por si eso no fuera suficiente, el hombre que muchas veces había querido la mano de su hija, un sujeto maduro de unos 40 años con una enorme barriga, se apareció bromeando en tono de burla -Tal parece que no habrá carrera, compañero, no hay jinetes- Dijo en tono chocante a lo que el granjero avanzó intentando no prestarle atención.
Yo por mi parte me encontraba observando la pista cuando un elfo bastante particular se acercó a mi posición -Buenas noches- Respondí un poco extrañado ante su gentileza en un lugar donde todos parecían ir de prisa -No, no lo creo- Respondí a su pregunta -Ya una vez lo intenté y no me fue bien- Expliqué sin querer dar muchos detalles acerca de aquel trágico episodio -¿Participará usted?- Pregunté con el mismo tono de respeto que me había expresado, aunque la conversación se vería pronto interrumpida con la llegada del dueño de la granja y su gordo y molesto rival -Ese es mi jinete estrella- Dijo Otte mientras me señalaba con total seguridad de que no estaba diciendo un disparate; observé su dedo señalándome y miré detrás de mí pensando que se trataba de alguna confusión pero no lo era ¿Habría olvidado mi actuación en la carrera pasada o estaba muy desesperado? Evidentemente estaba fanfarroneando, así que el gordo no tardó en echarse a reír -¿Ese flacucho es tu gran estrella? Por favor, hasta este orejudo podría ganarle- Dijo señalando al pelirojo que tampoco tenía aspecto de ser un experto en la conducción de aquellos pajarracos -Vamos pelirojo, yo apostaré por ti, no me importa si ganas, solo necesito que llegues a la meta antes que este zoquete- Dijo señalándome mientras yo me limitaba a alzar una ceja, claramente me sentía ofendido y aceptaría la oportunidad para intentar hacer que se tragara sus palabras -Acepto el desafío- Dije con una mirada soberbia -Ve al establo a buscar tu upelero- Dijo el hombre mientras miraba al molesto gordo que seguiría insistiéndole al pelirojo para que aceptara correr para él.
_________________________________________________________________
Mientras el rival intentaba convencer al pelirojo, el acaudalado Señor Otte aprovechó la oportunidad para enviar a Arturo a buscar a otros dos jinetes que le sirvieran al menos para estorbar en el camino, las instrucciones eran claras y sencillas, dos jinetes, dos que tuvieran todo el aspecto de no poder ganar la carrera o al menos completarla, y aunque muchos eran los candidatos para ello, hubo dos que resaltaron entre la multitud, uno era un elfo de cabello blanco que intentaba comer, tal vez pudieran sobornarlo ofreciéndole un poco de comida, cosa que había de sobra en el lugar -¡Eh tú!, cabello nevado, tienes todo el aspecto de ser un campeón con los upeleros, es tu destino ganar esta carrera, te haré el favor de meterte en ella, estoy seguro de que puedes ganar fácilmente- Le dijo al elfo intentando convencerlo de entrar a la carrera -No lo pienses tanto y ve al establo a buscar tu montura- Dijo al final en tono imperativo antes de seguir su camino en busca del segundo antes que se le perdiera de vista -Denle al niño lo que pida, él no es solo un turista- Dijo para llamar la atención del chico con algunos halagos -Lo veo en tus ojos, niño cabezón, tienes todo el aspecto de ser un campeón con los upeleros, es tu destino ganar esta carrera, te haré el favor de meterte en ella, estoy seguro de que puedes ganar fácilmente- Dijo usando la misma artimaña que había usado antes con el otro chiquillo esperando que fuera efectiva aunque este pequeño parecía ser más listo -No lo pienses tanto y ve al establo a buscar tu montura- Le dijo sin responder más preguntas y se alejó un poco, aunque sin perder de vista a los dos chicos para insistirles en caso de no haberlos convencido.
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Apenas entrar al establo supe que ese animal era el que debía montar para ganar la carrera, su impecable plumaje negro azabache relucía de tal manera que podía reflejarse mi rostro en él, me acerqué confiado y tomando sus riendas intenté halarlo hacia la pista pero fue en vano, el animal estaba muy inspirado comiendo y no planeaba moverse de ahí -Vamos a correr- Dije mientras me ponía del otro lado para tratar de empujarlo también sin éxito, al final cansado de tantos intentos me recosté al costado del animal y fue entonces cuando decidió moverse haciéndome caer al piso aparatosamente, pero eso no había sido todo, mi pierna que quedó enredada en las riendas y acabé siendo arrastrado lentamente hasta la pista, aunque afortunadamente al final conseguí liberarme y de un inesperado salto alcancé a montar sobre el glotón animal; por si las sorpresas de la noche hubieran sido pocas, noté que en la meta ya estaba lista para partir, nada menos que Dahly, la adorable y torpe vampira que había conocido unas semanas atrás -Hola Dahly, que bueno que viniste, te estábamos esperando- Dije en tono bromista mientras pasaba a su lado, no habría sido tan vergonzoso si al estúpido animal no se le hubiera antojado no detenerse en la meta sino seguir de largo, por lo que me tocó forcejear durante un rato para hacer que se acomodara en el lugar indicado -No sabía que eras jinete de upeleros- Le expresé bastante sorprendido por verla en ese lugar, ahora solo nos faltaba esperar al resto de los corredores para iniciar la carrera.
El dueño de la granja salió del establo con una extraña mezcla entre preocupado y furioso, seguido de algunos de sus hombres -Ahí viene otro- Respondió uno emocionado al ver a un humano que venía apenas colocado sobre el upelero, parecía que dormía incluso, pero al menos no llegaba a caerse del animal -No tiene buena pinta, pero al menos para hacer bulto servirá, solo nos faltan otros cuatro- Pensaba el hombre un poco más preocupado y por si eso no fuera suficiente, el hombre que muchas veces había querido la mano de su hija, un sujeto maduro de unos 40 años con una enorme barriga, se apareció bromeando en tono de burla -Tal parece que no habrá carrera, compañero, no hay jinetes- Dijo en tono chocante a lo que el granjero avanzó intentando no prestarle atención.
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Yo por mi parte me encontraba observando la pista cuando un elfo bastante particular se acercó a mi posición -Buenas noches- Respondí un poco extrañado ante su gentileza en un lugar donde todos parecían ir de prisa -No, no lo creo- Respondí a su pregunta -Ya una vez lo intenté y no me fue bien- Expliqué sin querer dar muchos detalles acerca de aquel trágico episodio -¿Participará usted?- Pregunté con el mismo tono de respeto que me había expresado, aunque la conversación se vería pronto interrumpida con la llegada del dueño de la granja y su gordo y molesto rival -Ese es mi jinete estrella- Dijo Otte mientras me señalaba con total seguridad de que no estaba diciendo un disparate; observé su dedo señalándome y miré detrás de mí pensando que se trataba de alguna confusión pero no lo era ¿Habría olvidado mi actuación en la carrera pasada o estaba muy desesperado? Evidentemente estaba fanfarroneando, así que el gordo no tardó en echarse a reír -¿Ese flacucho es tu gran estrella? Por favor, hasta este orejudo podría ganarle- Dijo señalando al pelirojo que tampoco tenía aspecto de ser un experto en la conducción de aquellos pajarracos -Vamos pelirojo, yo apostaré por ti, no me importa si ganas, solo necesito que llegues a la meta antes que este zoquete- Dijo señalándome mientras yo me limitaba a alzar una ceja, claramente me sentía ofendido y aceptaría la oportunidad para intentar hacer que se tragara sus palabras -Acepto el desafío- Dije con una mirada soberbia -Ve al establo a buscar tu upelero- Dijo el hombre mientras miraba al molesto gordo que seguiría insistiéndole al pelirojo para que aceptara correr para él.
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Mientras el rival intentaba convencer al pelirojo, el acaudalado Señor Otte aprovechó la oportunidad para enviar a Arturo a buscar a otros dos jinetes que le sirvieran al menos para estorbar en el camino, las instrucciones eran claras y sencillas, dos jinetes, dos que tuvieran todo el aspecto de no poder ganar la carrera o al menos completarla, y aunque muchos eran los candidatos para ello, hubo dos que resaltaron entre la multitud, uno era un elfo de cabello blanco que intentaba comer, tal vez pudieran sobornarlo ofreciéndole un poco de comida, cosa que había de sobra en el lugar -¡Eh tú!, cabello nevado, tienes todo el aspecto de ser un campeón con los upeleros, es tu destino ganar esta carrera, te haré el favor de meterte en ella, estoy seguro de que puedes ganar fácilmente- Le dijo al elfo intentando convencerlo de entrar a la carrera -No lo pienses tanto y ve al establo a buscar tu montura- Dijo al final en tono imperativo antes de seguir su camino en busca del segundo antes que se le perdiera de vista -Denle al niño lo que pida, él no es solo un turista- Dijo para llamar la atención del chico con algunos halagos -Lo veo en tus ojos, niño cabezón, tienes todo el aspecto de ser un campeón con los upeleros, es tu destino ganar esta carrera, te haré el favor de meterte en ella, estoy seguro de que puedes ganar fácilmente- Dijo usando la misma artimaña que había usado antes con el otro chiquillo esperando que fuera efectiva aunque este pequeño parecía ser más listo -No lo pienses tanto y ve al establo a buscar tu montura- Le dijo sin responder más preguntas y se alejó un poco, aunque sin perder de vista a los dos chicos para insistirles en caso de no haberlos convencido.
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Apenas entrar al establo supe que ese animal era el que debía montar para ganar la carrera, su impecable plumaje negro azabache relucía de tal manera que podía reflejarse mi rostro en él, me acerqué confiado y tomando sus riendas intenté halarlo hacia la pista pero fue en vano, el animal estaba muy inspirado comiendo y no planeaba moverse de ahí -Vamos a correr- Dije mientras me ponía del otro lado para tratar de empujarlo también sin éxito, al final cansado de tantos intentos me recosté al costado del animal y fue entonces cuando decidió moverse haciéndome caer al piso aparatosamente, pero eso no había sido todo, mi pierna que quedó enredada en las riendas y acabé siendo arrastrado lentamente hasta la pista, aunque afortunadamente al final conseguí liberarme y de un inesperado salto alcancé a montar sobre el glotón animal; por si las sorpresas de la noche hubieran sido pocas, noté que en la meta ya estaba lista para partir, nada menos que Dahly, la adorable y torpe vampira que había conocido unas semanas atrás -Hola Dahly, que bueno que viniste, te estábamos esperando- Dije en tono bromista mientras pasaba a su lado, no habría sido tan vergonzoso si al estúpido animal no se le hubiera antojado no detenerse en la meta sino seguir de largo, por lo que me tocó forcejear durante un rato para hacer que se acomodara en el lugar indicado -No sabía que eras jinete de upeleros- Le expresé bastante sorprendido por verla en ese lugar, ahora solo nos faltaba esperar al resto de los corredores para iniciar la carrera.
Offrol: En este post es más que todo orquestar su elección del animal, quienes no lo han hecho, o su llegada a la pista e interacción con los que vayan llegando, al final de su post lanzarán runas para saber cuánto avanzarán a través de la pista en el post que vendrá luego.
Dejaré también la bonita tabla de posiciones donde cada quién tiene asignado un color y una barra que se irá llenando a medida que recorran la pista =)
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
El miembro 'Bio' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
Con el transcurso del tiempo el lugar empezaba a llenarse de personas, turistas, trabajadores, invitados, niños con más aeros que yo, al parecer el evento no era una simple fiesta, pero nada de eso me parecía importante, lo único que quería era recibir mi recompensa para largarme de una buena vez, sin embargo, a pesar de todos mis esfuerzos me era imposible encontrar al dueño de la granja -Hola hermosa ¿Qué hace una linda hija de Sandorai por estos lados- Dijo un sujeto desde algún lado, miré a mi alrededor en busca de éste pensando que había una chica elfa cerca, pero después solo obtuve decepción y un poco de humillación, pues el sujeto en realidad estaba hablando conmigo, él estaba ebrio, no podía distinguir muy bien la realidad y me confundió con una mujer -Soy un hombre- Dije con un tono serio y grueso tratando de sonar convincente -¿En serio? Bueno, no importa, me conformaré contigo, me ayudarás a conseguir chicas- Dijo aquel sujeto como si ambos fuéramos amigos, intenté marcharme antes de estar comprometido a alguna cosa, además de que me parecía fastidiosa la idea de hablar con extraños también me era desagradable interactuar con un ebrio, así que alejarme era lo único que deseaba -No soy muy bueno en eso, pero conozco a alguien que te ayudará a conquistar chicas- Comenté con el mismo tono que él había utilizado conmigo -Mira a ese pequeño, él te será muy útil, a las mujeres les encanta los niños- Dije mientras señalaba a un pequeño chico que se encontraba al lado de las mesas de comida, no lo conocía pero fue el primero que pude ver, entonces el ebrio se dirige hacia éste tratando de no tropezar con sus propios pasos.
Una vez libre de molestias, opté por explorar el lugar en busca del dueño de la granja, pero el irresistible olor a comida me atrajo una vez más hacia las mesas, fue entonces cuando otro sujeto intenta entablar una conversación conmigo, por lo menos éste no estaba ebrio, pero en ese momento no quería hablar con nadie, solo quería encontrar al desaparecido dueño de la granja, pero sus palabras me llamaron la atención, si lograba ganar la carrera podría hacer que todos los espectadores lloraran ante la gloria de mi grandeza y así me convertiría en alguien admirado y respetado, sin embargo, mi experiencia en ese tipo de carreras era escasa, pero ¿Qué es lo peor que podría pasar?
Corrí de prisa hacia el establo para prepararme al desafío, mi mente era invadida de pensamientos positivos y al mismo tiempo de pensamientos negativos, no conocía a los otros corredores ni al upelero que me tocaría montar, solo tenía mis expectativas -Vamos, sorpréndame- Me dije a mí mismo para luego entrar al establo, al estar dentro observé a mi derecha un upelero que no era muy común, sus plumas eran verdes, su tamaño era inferior al de los demás y sus ojos estaban cerrados, todos los otros estaban despiertos y éste era el único que tomaba una siesta, así me sería más fácil montarlo y me acerqué al upelero para aprovechar esa oportunidad, entonces volví a encontrarme con Bio que era arrastrado por un upelero negro, una leve sonrisa se dibujó en mi rostro por el cómico suceso que había presenciado pero resistí las ganas de reírme a carcajadas para no llamar la atención -Ahora sé que no terminaré de último en la carrera- Me dije a mí mismo como una motivación.
Caminé hacia a un lado del upelero y lentamente me coloqué sobre su espalda, una vez en posición acaricié a este animal para despertarlo de una forma agradable, pero no logré obtener resultados con eso, le di unos pequeños golpes y tampoco funcionó -¡Despierta!- Grité para luego golpear la cabeza del upelero con casi toda mi fuerza, hacer eso último si había funcionado, sin embargo, el adolorido animal se levantó con rapidez y luego emprendió una veloz carrera hacia afuera del establo, intenté tomar el control pero eso era imposible, había despertado a un monstruo que no tenía pensado detenerse, o por lo menos eso creí, el upelero se dirigió hacia la meta donde ya se encontraban dos competidores y al encontrarse muy cerca de ellos bajó su velocidad hasta quedar inmóvil -(Espero que valga la pena todo este sufrimiento)- Pensé mientras trataba de colocar a mi upelero en el lugar correspondiente, fue complicado pero al final gracias a la misericordia de los dioses logré mi objetivo -Saludos, espero que nos divirtamos en esta carrera- Le dije a mis oponentes con un tono amistoso, ocultando mis verdaderos pensamientos, no me importaba la diversión, solo quería ganar y al mismo tiempo dejar en ridículo a mis rivales, no obstante, mi upelero comenzó a dormirse otra vez olvidándose del mundo, pero éste seguía parado manteniendo su postura, me pareció extraño que pudiese dormir así y al mismo tiempo molesto porque en esas condiciones no estaría consciente de la carrera y me haría perder ¿Por qué nada me salía bien?
Una vez libre de molestias, opté por explorar el lugar en busca del dueño de la granja, pero el irresistible olor a comida me atrajo una vez más hacia las mesas, fue entonces cuando otro sujeto intenta entablar una conversación conmigo, por lo menos éste no estaba ebrio, pero en ese momento no quería hablar con nadie, solo quería encontrar al desaparecido dueño de la granja, pero sus palabras me llamaron la atención, si lograba ganar la carrera podría hacer que todos los espectadores lloraran ante la gloria de mi grandeza y así me convertiría en alguien admirado y respetado, sin embargo, mi experiencia en ese tipo de carreras era escasa, pero ¿Qué es lo peor que podría pasar?
Corrí de prisa hacia el establo para prepararme al desafío, mi mente era invadida de pensamientos positivos y al mismo tiempo de pensamientos negativos, no conocía a los otros corredores ni al upelero que me tocaría montar, solo tenía mis expectativas -Vamos, sorpréndame- Me dije a mí mismo para luego entrar al establo, al estar dentro observé a mi derecha un upelero que no era muy común, sus plumas eran verdes, su tamaño era inferior al de los demás y sus ojos estaban cerrados, todos los otros estaban despiertos y éste era el único que tomaba una siesta, así me sería más fácil montarlo y me acerqué al upelero para aprovechar esa oportunidad, entonces volví a encontrarme con Bio que era arrastrado por un upelero negro, una leve sonrisa se dibujó en mi rostro por el cómico suceso que había presenciado pero resistí las ganas de reírme a carcajadas para no llamar la atención -Ahora sé que no terminaré de último en la carrera- Me dije a mí mismo como una motivación.
Caminé hacia a un lado del upelero y lentamente me coloqué sobre su espalda, una vez en posición acaricié a este animal para despertarlo de una forma agradable, pero no logré obtener resultados con eso, le di unos pequeños golpes y tampoco funcionó -¡Despierta!- Grité para luego golpear la cabeza del upelero con casi toda mi fuerza, hacer eso último si había funcionado, sin embargo, el adolorido animal se levantó con rapidez y luego emprendió una veloz carrera hacia afuera del establo, intenté tomar el control pero eso era imposible, había despertado a un monstruo que no tenía pensado detenerse, o por lo menos eso creí, el upelero se dirigió hacia la meta donde ya se encontraban dos competidores y al encontrarse muy cerca de ellos bajó su velocidad hasta quedar inmóvil -(Espero que valga la pena todo este sufrimiento)- Pensé mientras trataba de colocar a mi upelero en el lugar correspondiente, fue complicado pero al final gracias a la misericordia de los dioses logré mi objetivo -Saludos, espero que nos divirtamos en esta carrera- Le dije a mis oponentes con un tono amistoso, ocultando mis verdaderos pensamientos, no me importaba la diversión, solo quería ganar y al mismo tiempo dejar en ridículo a mis rivales, no obstante, mi upelero comenzó a dormirse otra vez olvidándose del mundo, pero éste seguía parado manteniendo su postura, me pareció extraño que pudiese dormir así y al mismo tiempo molesto porque en esas condiciones no estaría consciente de la carrera y me haría perder ¿Por qué nada me salía bien?
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
El bardo mantuvo su sonrisa imperturbable, disimulando la ligera decepción ante la respuesta de su contertuliano, quien, por su falta de olor a alcohol, podría haber sido un jinete, mas listo que otros tantos que pregonando su victoria, había caído inconscientes antes de acercarse a su montura, por sus excesos.
-No se si llegaré a tiempo como para convencer al dueño.- Pero antes de poder articular nada mas, el organizador les interrumpió señalando al muchacho de pelo negro, proclamandolo como su campeón. El elfo encaró una ceja hacia el susodicho, quien segundos antes negaba su participación en el certamen, y ahora parecía ser la atracción principal, sin embargo este, no lucía como si se diera por aludido, y buscó con la mirada a quien pudieran referirse antes de darse cuenta de que hablaban de el. No tenía pinta de encontrarse para nada convencido, hasta que el acompañante del organizador, lo reto, señalando al elfo como mucho mas competente montando, una clara fanfarronada, ya que no se conocían entre si. El elfo, no desaprovechó al oportunidad de poder optar al suculento premió, y agradeciendo a la fortuna el haber estado en el lugar y el momento idóneo, sonrió ampliamente mientras performaba una cortés reverencia hacia ambos señores.
-Será un honor participar en la carrera.- Era mejor evitar fanfarronadas que pudieran poner al dueño de los upeleros en su contra, y tras recibir las indicaciones de los establos partió hacia los mismos, esperando encontrar aún un animal decente.
Lanzó el resto de cigarrillo de menta al suelo, y lo espachurró contra el suelo con el taco de la bolsa, acomodó el morral hacia su espalda, debajo del la´d para que le resultara menos incomodo para montar, y se aseguró de que su larga melena cobriza, siguiera perfectamente atada por su extremo inferior, procurando de ese modo, que no se soltara a media carrera dificultandole la visión.
Mientras cruzaba el umbral, el pelinegro salió del establo siendo arrastrado por un precioso upelero azabache, que no parecía por la labor de obedecer a su jinete, arrancándole una sonora y divertida carcajada al hijo de sandorai.
Otro elfo partió con un upelero de plumaje verde, quedando para elegir, menos de los que habría esperado. Por lo menos ahora se encontraba solo en el establo, y tras escoger para si un upelero dorado, vertió de su morral algo de vino, en el abrevadero de los animales restantes, procurandose una mayor posibilidad de victoria antes de acercarse a la bestia que ahbía decidido tomar para si.
Era quizás el upelero mas común, con un plumaje dorado reluciente, y ta pulcro como el dell resto de animales de las cuadras, los cuales se notaban bien cuidados. Hablandole con tono calmo, se acerco, le acarició la cabeza, y cuando sintió el animal tranquilo, se montó en el mismo, conduciendolo tranquilamente hacia la meta, mientras se familiarizaba con la bestia. Asegurándose de dejarse ver por las jóvenes solteras, que junto con sus carabinas, se dirigian en pequeños rebaños hacia las vallas que delimitaban la pista de competición.
Por lo visto su jugarreta afectaría a menos jinetes de los que había previsto, pues se encontraban en la linea de salida, no solo el pelinegro, y el elfo de pelo níveo, si no una preciosa señorita, con unos ropajes de hombre que poco favorecían a su figura, y a quien dedico una amable sonrisa al saludar.
-Buenas noches. Espero sean piadosos con un novato en el certamen.- Saludo jocoso, pues era claro que no era una petición real, tanto por su tono, como por tratarse de una competición.- Iltharion, un placer competir con ustedes.- Se presentó, sin dejar de acariciar el cuello emplumado de la criatura sobre la que se encontraba, intentando que la bestia simpatizara con el lo suficiente como para no lanzarlo por los aires a media carrera.
-No se si llegaré a tiempo como para convencer al dueño.- Pero antes de poder articular nada mas, el organizador les interrumpió señalando al muchacho de pelo negro, proclamandolo como su campeón. El elfo encaró una ceja hacia el susodicho, quien segundos antes negaba su participación en el certamen, y ahora parecía ser la atracción principal, sin embargo este, no lucía como si se diera por aludido, y buscó con la mirada a quien pudieran referirse antes de darse cuenta de que hablaban de el. No tenía pinta de encontrarse para nada convencido, hasta que el acompañante del organizador, lo reto, señalando al elfo como mucho mas competente montando, una clara fanfarronada, ya que no se conocían entre si. El elfo, no desaprovechó al oportunidad de poder optar al suculento premió, y agradeciendo a la fortuna el haber estado en el lugar y el momento idóneo, sonrió ampliamente mientras performaba una cortés reverencia hacia ambos señores.
-Será un honor participar en la carrera.- Era mejor evitar fanfarronadas que pudieran poner al dueño de los upeleros en su contra, y tras recibir las indicaciones de los establos partió hacia los mismos, esperando encontrar aún un animal decente.
Lanzó el resto de cigarrillo de menta al suelo, y lo espachurró contra el suelo con el taco de la bolsa, acomodó el morral hacia su espalda, debajo del la´d para que le resultara menos incomodo para montar, y se aseguró de que su larga melena cobriza, siguiera perfectamente atada por su extremo inferior, procurando de ese modo, que no se soltara a media carrera dificultandole la visión.
Mientras cruzaba el umbral, el pelinegro salió del establo siendo arrastrado por un precioso upelero azabache, que no parecía por la labor de obedecer a su jinete, arrancándole una sonora y divertida carcajada al hijo de sandorai.
Otro elfo partió con un upelero de plumaje verde, quedando para elegir, menos de los que habría esperado. Por lo menos ahora se encontraba solo en el establo, y tras escoger para si un upelero dorado, vertió de su morral algo de vino, en el abrevadero de los animales restantes, procurandose una mayor posibilidad de victoria antes de acercarse a la bestia que ahbía decidido tomar para si.
Era quizás el upelero mas común, con un plumaje dorado reluciente, y ta pulcro como el dell resto de animales de las cuadras, los cuales se notaban bien cuidados. Hablandole con tono calmo, se acerco, le acarició la cabeza, y cuando sintió el animal tranquilo, se montó en el mismo, conduciendolo tranquilamente hacia la meta, mientras se familiarizaba con la bestia. Asegurándose de dejarse ver por las jóvenes solteras, que junto con sus carabinas, se dirigian en pequeños rebaños hacia las vallas que delimitaban la pista de competición.
Por lo visto su jugarreta afectaría a menos jinetes de los que había previsto, pues se encontraban en la linea de salida, no solo el pelinegro, y el elfo de pelo níveo, si no una preciosa señorita, con unos ropajes de hombre que poco favorecían a su figura, y a quien dedico una amable sonrisa al saludar.
-Buenas noches. Espero sean piadosos con un novato en el certamen.- Saludo jocoso, pues era claro que no era una petición real, tanto por su tono, como por tratarse de una competición.- Iltharion, un placer competir con ustedes.- Se presentó, sin dejar de acariciar el cuello emplumado de la criatura sobre la que se encontraba, intentando que la bestia simpatizara con el lo suficiente como para no lanzarlo por los aires a media carrera.
Iltharion Dur'Falas
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
El miembro 'Iltharion Dur'Falas' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
Una importante cuestión en relación a las posibilidades de victoria era si Lero estaba en condiciones para una carrera de alta demanda como esa. Por lo tanto aprovecharía el interludio de los juglares con el fin de establecer un ritmo y entrenar con el animal. Inicialmente caminaron juntos y trotaron, desmontado por supuesto. Repitieron la secuencia de nuevo esta vez cabalgando. Así de un lado a otro detrás de un establo, donde aguardaban las monturas a sus jinetes, siendo aun parcialmente visibles en ocasiones desde el jolgorio. Pintaba favorablemente a nivel físico, no obstante una particularidad en el comportamiento despertó dudas. En reiterados momentos picoteaba al jinete, que de quitarle el bozal, las heridas serian graves a diferencia del mareo y aturdimiento actual. Quizás, ese mismo “accesorio” era el causante. Pensándolo mientras recostados en el suelo descansan antes de la carrera, concluyó que removerlo sería una buena opción, pero no antes de entrar en la pista porque correría directo a algún lugar seguramente.
Pasado un periodo corto de tiempo los participantes de la carrera fueron congregándose en el interior de la cuadra, indicando el pronto inicio de la competición. Previo a ponerse de pie, echó una mirada a las alturas como si un ente lo llamará, oculto entre la negrura. Esa noche la luz de la Luna escaseaba. Palpó el húmedo lomo del Upelero instándolo a desplazarse con él. Tenía un enorme “Que fastidio” escrito en la frente y a pesar de eso levantó su cuerpo luciendo las plumas moradas que reflejaban muy bien la luz. Lado a lado ingresaron a la edificación. De entre los visibles el peor aspecto lo llevaban ellos, eso hasta ver a un hombre arrastrada por su animal. – ¿Cómo terminó así? – Pensó de inmediato imaginando las posibilidades. Completamente fuera de sí los dos bocazas yacían desmayados en un rincón pero sus animales no se hubicaban cerca. – ¿Los tomaron? – Fue la primea idea. Sin embargo el estrepito grito proveniente de su derecha atrajo involuntariamente la atención.
Ojalá Colm no hubiese participado, se salvaría de conocer la realidad de sus idolatrados elfos. Esto lo sumió en un estado emocional muy grave, equivalente a morir y revivir varias veces de manera brutal. Pasmado fue capaz de lanzar un cuchillo tan rápido que nadie logró ver, salvo Lero, fallando por míseros centímetros el cuello del blanquito. Ahí quedó clavado más profundo de lo que normalmente estaría en la madera. Al final su cerebro auto defendiéndose decidió suprimir esa memoria y cuando volvió a ser consiente estaba en la línea de partida.
Confundido observó a los demás competidores, que enfocados en los preparativos de la carrera, exceptuando saludos por obligación de cortesía, actuaban con normalidad. – Otra laguna mental. – Suspiró acariciando a su acompañante. – ¿No será culpa tuya? – Recriminó de forma vaga mientras le quitaba la silla de montar. Los upeleros que buscaba se hallaron bajo el mando de una muchacha y de un niño. A este último definitivamente alguien tuvo que cargarlo y ponerlo ahí. La presencia de los dos orejas puntiagudas en territorio humano lo sorprendió, tal vez después los espiaría. Colocó la silla de cuero sobre una valla contigua a la salida, regresó, ”encaballó” y acomodó su mano para sacarle el bozal de un tirón con la señal de inicio. Si, Colm los ignoró a todos.
Rauko no murió ahi porque no se puede matar a otro personaje :c
Pasado un periodo corto de tiempo los participantes de la carrera fueron congregándose en el interior de la cuadra, indicando el pronto inicio de la competición. Previo a ponerse de pie, echó una mirada a las alturas como si un ente lo llamará, oculto entre la negrura. Esa noche la luz de la Luna escaseaba. Palpó el húmedo lomo del Upelero instándolo a desplazarse con él. Tenía un enorme “Que fastidio” escrito en la frente y a pesar de eso levantó su cuerpo luciendo las plumas moradas que reflejaban muy bien la luz. Lado a lado ingresaron a la edificación. De entre los visibles el peor aspecto lo llevaban ellos, eso hasta ver a un hombre arrastrada por su animal. – ¿Cómo terminó así? – Pensó de inmediato imaginando las posibilidades. Completamente fuera de sí los dos bocazas yacían desmayados en un rincón pero sus animales no se hubicaban cerca. – ¿Los tomaron? – Fue la primea idea. Sin embargo el estrepito grito proveniente de su derecha atrajo involuntariamente la atención.
Ojalá Colm no hubiese participado, se salvaría de conocer la realidad de sus idolatrados elfos. Esto lo sumió en un estado emocional muy grave, equivalente a morir y revivir varias veces de manera brutal. Pasmado fue capaz de lanzar un cuchillo tan rápido que nadie logró ver, salvo Lero, fallando por míseros centímetros el cuello del blanquito. Ahí quedó clavado más profundo de lo que normalmente estaría en la madera. Al final su cerebro auto defendiéndose decidió suprimir esa memoria y cuando volvió a ser consiente estaba en la línea de partida.
Confundido observó a los demás competidores, que enfocados en los preparativos de la carrera, exceptuando saludos por obligación de cortesía, actuaban con normalidad. – Otra laguna mental. – Suspiró acariciando a su acompañante. – ¿No será culpa tuya? – Recriminó de forma vaga mientras le quitaba la silla de montar. Los upeleros que buscaba se hallaron bajo el mando de una muchacha y de un niño. A este último definitivamente alguien tuvo que cargarlo y ponerlo ahí. La presencia de los dos orejas puntiagudas en territorio humano lo sorprendió, tal vez después los espiaría. Colocó la silla de cuero sobre una valla contigua a la salida, regresó, ”encaballó” y acomodó su mano para sacarle el bozal de un tirón con la señal de inicio. Si, Colm los ignoró a todos.
Rauko no murió ahi porque no se puede matar a otro personaje :c
Última edición por Colm el Jue Mar 10 2016, 19:27, editado 1 vez
Colm
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
Chimar se encuentra dispuesto a realizar un pequeño salto a su código de vida actual, no está muy acostumbrado a pagar las cosas que obtiene. Extrañamente y como si el universo tuviera ganas de mantener todo en su lugar un desconocido interviene dándole permiso al niño de comer lo que quiera, dicho pequeño sonríe como tonto antes de tomar una rebanada de pastel mientras escucha incrédulo cierto parlamento.
Mantiene una pose pensativa algunos segundos antes de asentir con su mejor sonrisa, después de todo tenía ganas de participar desde el principio. Termina su postre y decide no comer más para evitar desenlaces desagradables, las monturas deben cabalgarse con el estómago ligero. Se estira un poco antes de partir pero no llega muy lejos pues es detenido por cierto borracho impertinente quien parlotea tanto como un gallo en celo.
Que rayos…
Por alguna razón el personaje etílico parece creer que el niño puede ayudarle a conquistar chicas, nada más alejado de la realidad sin duda. Maquiavelo está a punto de mandarlo a pasear cuando cierta idea maliciosa entra en su mente, ¿Qué es la vida sin un poco de diversión? Tiene una broma memorable. Pone su mejor cara de experto y se prepara para dar un "consejo" fabricado en el último minuto.
No me necesitas, el truco es comenzar con la más fea, todas las demás vendrán después.
Eso es… brillante.
Como si hubiera tenido una revelación sobrenatural el borracho se acerca a la vieja que cuida la mesa y comienza a utilizar sus mejores artimañas seductoras, menudo espectáculo. Para variar esa mujer parece indecisa, sin duda se debate entre lanzar un golpe o dejarse llevar por el momento. El jovencito ríe un poco antes de irse, no comprende esas cosas a fondo pero la acción en si resulta entretenida para cualquiera.
Busca los establos siguiendo la regla de oro, es el lugar que más apesta. No le toma mucho tiempo llegar y encontrarse con toda una mezcla de frutas, sus sospechas eran ciertas. Los halagos del reclutador fueron solo teatro, al final escogió al azar. Decepcionante aunque no tiene por qué ser intrínsecamente malo, significa que los demás competidores tampoco tienen una experiencia formidable.
Chimar escoge entre las últimas dos monturas, se decide por el bicho de color azul pues es su tonalidad preferida. Primera vez que ve un animal de esa especie, cree recordar que en algunas regiones se comen por su parecido al pollo común. El ser con pico se encuentra activo por todo el alboroto intrínseco y parece querer unirse a la fiesta, típico de las especies comunales con inteligencia limitada.
Veamos…
Con gran agilidad escala por la estructura de madera que mantiene encerrado al pollo azul y de un diestro salto termina en su espalda, extrañamente la bestia parece no inmutarse. El joven se aseguró de dejar la puerta medio abierta así que solo debe iniciar el desplazamiento, una sencilla idea que por alguna razón resulta imposible de llevar a cabo efectivamente.
Vamos jodido bicho ¡muévete! … como es que se dice… ¡¡arre!! ¡¡Chip chip!!
La criatura continúa paralizada pese a los pintorescos esfuerzos de su jinete, desesperante. El pequeño genio no es muy amigo de las monturas, además su experiencia es bastante limitada. Eventualmente el animal logra deducir con su cerebro de nuez que la puerta está abierta y emprende una carrera, Maquiavelo se aferra a las riendas intentando controlarle pero sus intentos resultan fallidos.
¡¡Basta rayos!!
Termina en medio de la pista dando vueltas circularmente, aquel ser emplumado no logra percibir que posee un jinete debido al escaso peso de Chimar. Un par de minutos después y luego de usar las riendas decenas de veces las cosas comienzan a tomar algo de control, posteriormente el niño logra conducir su nuevo medio de transporte hasta la salida y alinearle con los demás corredores. Pega un vistazo rápido al grupo antes de emitir comentario, vale destacar que logra reconocer una persona.
Crear un medio de desplazamiento mecanizado es más urgente de lo que pensaba… parece que nunca podemos encontrarnos en situaciones normales ¿verdad Iltharion? Jeje. Suerte a todos y sepan que serán vencidos por ¡¡Chimar Maquiavelo!!
Mantiene una pose pensativa algunos segundos antes de asentir con su mejor sonrisa, después de todo tenía ganas de participar desde el principio. Termina su postre y decide no comer más para evitar desenlaces desagradables, las monturas deben cabalgarse con el estómago ligero. Se estira un poco antes de partir pero no llega muy lejos pues es detenido por cierto borracho impertinente quien parlotea tanto como un gallo en celo.
Que rayos…
Por alguna razón el personaje etílico parece creer que el niño puede ayudarle a conquistar chicas, nada más alejado de la realidad sin duda. Maquiavelo está a punto de mandarlo a pasear cuando cierta idea maliciosa entra en su mente, ¿Qué es la vida sin un poco de diversión? Tiene una broma memorable. Pone su mejor cara de experto y se prepara para dar un "consejo" fabricado en el último minuto.
No me necesitas, el truco es comenzar con la más fea, todas las demás vendrán después.
Eso es… brillante.
Como si hubiera tenido una revelación sobrenatural el borracho se acerca a la vieja que cuida la mesa y comienza a utilizar sus mejores artimañas seductoras, menudo espectáculo. Para variar esa mujer parece indecisa, sin duda se debate entre lanzar un golpe o dejarse llevar por el momento. El jovencito ríe un poco antes de irse, no comprende esas cosas a fondo pero la acción en si resulta entretenida para cualquiera.
Busca los establos siguiendo la regla de oro, es el lugar que más apesta. No le toma mucho tiempo llegar y encontrarse con toda una mezcla de frutas, sus sospechas eran ciertas. Los halagos del reclutador fueron solo teatro, al final escogió al azar. Decepcionante aunque no tiene por qué ser intrínsecamente malo, significa que los demás competidores tampoco tienen una experiencia formidable.
Chimar escoge entre las últimas dos monturas, se decide por el bicho de color azul pues es su tonalidad preferida. Primera vez que ve un animal de esa especie, cree recordar que en algunas regiones se comen por su parecido al pollo común. El ser con pico se encuentra activo por todo el alboroto intrínseco y parece querer unirse a la fiesta, típico de las especies comunales con inteligencia limitada.
Veamos…
Con gran agilidad escala por la estructura de madera que mantiene encerrado al pollo azul y de un diestro salto termina en su espalda, extrañamente la bestia parece no inmutarse. El joven se aseguró de dejar la puerta medio abierta así que solo debe iniciar el desplazamiento, una sencilla idea que por alguna razón resulta imposible de llevar a cabo efectivamente.
Vamos jodido bicho ¡muévete! … como es que se dice… ¡¡arre!! ¡¡Chip chip!!
La criatura continúa paralizada pese a los pintorescos esfuerzos de su jinete, desesperante. El pequeño genio no es muy amigo de las monturas, además su experiencia es bastante limitada. Eventualmente el animal logra deducir con su cerebro de nuez que la puerta está abierta y emprende una carrera, Maquiavelo se aferra a las riendas intentando controlarle pero sus intentos resultan fallidos.
¡¡Basta rayos!!
Termina en medio de la pista dando vueltas circularmente, aquel ser emplumado no logra percibir que posee un jinete debido al escaso peso de Chimar. Un par de minutos después y luego de usar las riendas decenas de veces las cosas comienzan a tomar algo de control, posteriormente el niño logra conducir su nuevo medio de transporte hasta la salida y alinearle con los demás corredores. Pega un vistazo rápido al grupo antes de emitir comentario, vale destacar que logra reconocer una persona.
Crear un medio de desplazamiento mecanizado es más urgente de lo que pensaba… parece que nunca podemos encontrarnos en situaciones normales ¿verdad Iltharion? Jeje. Suerte a todos y sepan que serán vencidos por ¡¡Chimar Maquiavelo!!
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
Aún faltaban unos 15 minutos para que comenzara la carrera, y yo seguía sin tener ni la más mínima idea de cómo se montaba un bicho de esos. Alguna vez de pequeña había montado en poni, pero suponía que no iba a ser demasiado similar ya que estas gallinas gigantes no parecían atender a razones y preferían ir por libre.
De repente vi llegar por la puerta de entrada un upelero atolondrado corriendo sin fin hacia Dios sabía donde, y tras él iba enganchado con una pierna a la montura un hombre arrastrado por el suelo intentando sin demasiado éxito volver a colocarse sobre el animal. De repente la voz de aquel chico pronunció mi nombre, cosa que llamó mi atención, y al mirarle descubrí que se trataba de Bio, al cual parecían irle bastante mal las cosas. Bromeó conmigo como de costumbre y añadió que no sabía que yo era una corredora de upeleros ante aquello me quedé perpleja encogiéndome de hombros.
- Yo tampoco lo sabía la verdad.
Le sonreí. Al menos no iba a ser la única que haría el ridículo en aquella carrera.
Segundos más tarde apareció un segundo corredor de cabellos plateados. Colocó sin problemas aparentes al upelero en su correspondiente línea de salida y luego nos miró a Bio y a mí saludándonos de forma amigable tratando de que aquella carrera fuera más una diversión que una competición. Aquellas palabras me hicieron sonreír. Si la gente pensaba así al menos no sería tan ridícula una vez tuviera que correr.
Y hablando de correr... ¿Dónde estaba mi bicho?
Estaba tan nerviosa por el momento que ni siquiera había ido a escoger un upelero para correr. Cuando quise dirigirme a los establos vi que el dueño de la granja se dirigía a mí con el upelero de pelaje rojizo con el que había entablado "amistad" pocos minutos antes en el establo, pero ya no estaba suelto no. Al pobre animal le había colocado una silla de montar sobre el lomo y unas amarras enganchadas fuertemente sobre el pico para tener yo así un mínimo de control sobre el animal. Al ver al pobre upelero así miré al dueño con enfado.
- Oiga ¿Qué le ha puesto al pobre animal? ¡Déjelo libre!
- Mira bonita así son las reglas. Si lo quieres sin montura se la quitas tú.
El hombre asqueado se alejó de allí diciendo maldiciones hacia mi persona que preferí no escuchar. Miré al upelero con pena. Quería quitarle aquellas cosas pero posiblemente si lo intentaba le acabaría haciendo más daño. Le acaricié el lomo y lo llevé hacia la línea de meta. Una vez allí me subí de un salto al lomo y cuando estuve acomodada sobre él el muy cabrón decidió que era un buen momento para sentarse por lo que resbalé hacia atrás cayendo de culo contra el suelo. Ante la situación y la presencia de los otros corredores a mi alrededor no pude evitar sonrojarme de la vergüenza. Me puse en pie mirando a mi intento de chocobo y susurrándole.
- ¿Quieres que perdamos esta carrera los dos? ¡Pues yo no!
Tras aquella frase el animal esbozó un sonido muy similar a una risa tonta, lo cual me frustró aún más.
-¡Genial!, Me ha tocado el pollo tonto.
Volví a subirme sobre el animal con cierta torpeza mientras miraba a mis adversarios. Me sorprendió ver la presencia de un niño, pensé que igual a él le habían llegado a poner las mismas pegas que a mí, pero tampoco podía estar segura. Nunca había vivido realmente en un ambiente como aquel. A mi otro lado había un joven pelirrojo de largos cabellos que pidió clemencia. Me dediqué a sonreírle, aunque la clemencia la debían tener ellos conmigo.
Una vez estuvimos todos sentados correctamente sobre nuestras bestias se acercó el dueño de la granja y a su señal de salida todos comenzamos a correr, o al menos lo intentamos. Unos eran más rápidos y en cambio otros.... bueno, otros directamente iban en círculo.
De repente vi llegar por la puerta de entrada un upelero atolondrado corriendo sin fin hacia Dios sabía donde, y tras él iba enganchado con una pierna a la montura un hombre arrastrado por el suelo intentando sin demasiado éxito volver a colocarse sobre el animal. De repente la voz de aquel chico pronunció mi nombre, cosa que llamó mi atención, y al mirarle descubrí que se trataba de Bio, al cual parecían irle bastante mal las cosas. Bromeó conmigo como de costumbre y añadió que no sabía que yo era una corredora de upeleros ante aquello me quedé perpleja encogiéndome de hombros.
- Yo tampoco lo sabía la verdad.
Le sonreí. Al menos no iba a ser la única que haría el ridículo en aquella carrera.
Segundos más tarde apareció un segundo corredor de cabellos plateados. Colocó sin problemas aparentes al upelero en su correspondiente línea de salida y luego nos miró a Bio y a mí saludándonos de forma amigable tratando de que aquella carrera fuera más una diversión que una competición. Aquellas palabras me hicieron sonreír. Si la gente pensaba así al menos no sería tan ridícula una vez tuviera que correr.
Y hablando de correr... ¿Dónde estaba mi bicho?
Estaba tan nerviosa por el momento que ni siquiera había ido a escoger un upelero para correr. Cuando quise dirigirme a los establos vi que el dueño de la granja se dirigía a mí con el upelero de pelaje rojizo con el que había entablado "amistad" pocos minutos antes en el establo, pero ya no estaba suelto no. Al pobre animal le había colocado una silla de montar sobre el lomo y unas amarras enganchadas fuertemente sobre el pico para tener yo así un mínimo de control sobre el animal. Al ver al pobre upelero así miré al dueño con enfado.
- Oiga ¿Qué le ha puesto al pobre animal? ¡Déjelo libre!
- Mira bonita así son las reglas. Si lo quieres sin montura se la quitas tú.
El hombre asqueado se alejó de allí diciendo maldiciones hacia mi persona que preferí no escuchar. Miré al upelero con pena. Quería quitarle aquellas cosas pero posiblemente si lo intentaba le acabaría haciendo más daño. Le acaricié el lomo y lo llevé hacia la línea de meta. Una vez allí me subí de un salto al lomo y cuando estuve acomodada sobre él el muy cabrón decidió que era un buen momento para sentarse por lo que resbalé hacia atrás cayendo de culo contra el suelo. Ante la situación y la presencia de los otros corredores a mi alrededor no pude evitar sonrojarme de la vergüenza. Me puse en pie mirando a mi intento de chocobo y susurrándole.
- ¿Quieres que perdamos esta carrera los dos? ¡Pues yo no!
Tras aquella frase el animal esbozó un sonido muy similar a una risa tonta, lo cual me frustró aún más.
-¡Genial!, Me ha tocado el pollo tonto.
Volví a subirme sobre el animal con cierta torpeza mientras miraba a mis adversarios. Me sorprendió ver la presencia de un niño, pensé que igual a él le habían llegado a poner las mismas pegas que a mí, pero tampoco podía estar segura. Nunca había vivido realmente en un ambiente como aquel. A mi otro lado había un joven pelirrojo de largos cabellos que pidió clemencia. Me dediqué a sonreírle, aunque la clemencia la debían tener ellos conmigo.
Una vez estuvimos todos sentados correctamente sobre nuestras bestias se acercó el dueño de la granja y a su señal de salida todos comenzamos a correr, o al menos lo intentamos. Unos eran más rápidos y en cambio otros.... bueno, otros directamente iban en círculo.
Dahlia Lockhart
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
Finalmente había llegado a la línea de meta, encontrando en ella nada menos que a Dahly, quien por alguna razón estaba sin upelero ¿Pensaba correr a pie? Siendo ella como era, ya no me sorprendería, la llegada del siguiente corredor fue al menos una cara conocida, la del elfo sinvergüenza que seguro ya se había cobrado la recompensa para él solo y que parecía bastante emocionado por divertirse, cosa que no terminaba de convencerme, seguramente nos haría trampa para asegurarse de ganar él o de que nadie más llegara a la meta -Sí, nos divertiremos- Dije entre dientes con una sonrisa un poco falsa.
De pronto Dahly emprendió una carrera como si hubiera olvidado algo, volviendo rato más tarde ya a bordo de un upelero, pero antes de esforzarme en comprenderla pude notar algo extrañado como las mujeres en las tribunas comenzaban a congregarse en un abultado grupo comentando entre ellas y señalando a alguien en la pista, al mirar atrás pude ver al elfo pelirojo que se acercaba galante en un upelero dorado causando furor entre las mujeres, incluyendo a la hija del granjero, la cual parecía idiotizada por aquel sujeto aunque con mayores reservas evitando de momento hacer o decir algo impropio de una mujer comprometida; entre suspiros y gritos de mujeres fue recibido el pelirojo que parecía ya mismo ser la estrella de la carrera y el favorito de las mujeres -Bio- Respondí a su saludo mientras me señalaba -Él es Rauko, un no-elfo- Me referí de modo jocoso al peliblanco antes de ser interrumpidos por la llegada de otro participante, aunque éste no parecía tener otro interés que la carrera, debido a que prefirió no cruzar palabras con el resto de los participantes.
Casi sin darme cuenta, había pasado por alto la llegada de un niño aunque claramente deseaba llamar la atención y lo hizo proclamándose como el inevitable ganador de la carrera -¿No eres muy pequeño para estar en la carrera?- Pregunté a modo de mofa ante la larga sucesión de palabras técnicas que había dicho el enano de nombre Chimar Maquiavelo.
Una vez listos los participantes el organizador se acercó con un brazo en alto para luego bajarlo de prisa dando la señal de salida y causando que la mayoría de los upeleros salieran disparados como si estuvieran programados para ello, el mío por su parte dio un par de vueltas sobre sí mismo en la misma línea de meta antes de salir disparado hacia adelante, aunque para entonces ya el par de elfos me habían tomado ventaja; no fue difícil adelantar a Dahly cuyo animal parecía morir de pereza, sin embargo no sería tan fácil adelantar al niño y al otro misterioso sujeto; mi upelero iba más de prisa que los de ellos, por lo que no me sería problema adelantarlos, pero ¿Por qué conformarme con adelantarlos? Cambié de dirección halando las riendas de mi animal para dirigirme en una pequeña brecha justo entre los dos, lo cual era bastante peligroso si decidían arremeter contra mí, o si les daba tiempo, pero considerando la velocidad que llevaba los pasaría en un parpadeo.
Una vez ubicado entre ellos, comencé a menear las caderas de un lado a otro causando que el pajarraco también se moviera y golpeara de lado primero al niño y luego al corredor misterioso, tras esto agité rápidamente las riendas del upelero para adelantarlos sin sufrir alguna represaría ¿Lo conseguiría?
De pronto Dahly emprendió una carrera como si hubiera olvidado algo, volviendo rato más tarde ya a bordo de un upelero, pero antes de esforzarme en comprenderla pude notar algo extrañado como las mujeres en las tribunas comenzaban a congregarse en un abultado grupo comentando entre ellas y señalando a alguien en la pista, al mirar atrás pude ver al elfo pelirojo que se acercaba galante en un upelero dorado causando furor entre las mujeres, incluyendo a la hija del granjero, la cual parecía idiotizada por aquel sujeto aunque con mayores reservas evitando de momento hacer o decir algo impropio de una mujer comprometida; entre suspiros y gritos de mujeres fue recibido el pelirojo que parecía ya mismo ser la estrella de la carrera y el favorito de las mujeres -Bio- Respondí a su saludo mientras me señalaba -Él es Rauko, un no-elfo- Me referí de modo jocoso al peliblanco antes de ser interrumpidos por la llegada de otro participante, aunque éste no parecía tener otro interés que la carrera, debido a que prefirió no cruzar palabras con el resto de los participantes.
Casi sin darme cuenta, había pasado por alto la llegada de un niño aunque claramente deseaba llamar la atención y lo hizo proclamándose como el inevitable ganador de la carrera -¿No eres muy pequeño para estar en la carrera?- Pregunté a modo de mofa ante la larga sucesión de palabras técnicas que había dicho el enano de nombre Chimar Maquiavelo.
Una vez listos los participantes el organizador se acercó con un brazo en alto para luego bajarlo de prisa dando la señal de salida y causando que la mayoría de los upeleros salieran disparados como si estuvieran programados para ello, el mío por su parte dio un par de vueltas sobre sí mismo en la misma línea de meta antes de salir disparado hacia adelante, aunque para entonces ya el par de elfos me habían tomado ventaja; no fue difícil adelantar a Dahly cuyo animal parecía morir de pereza, sin embargo no sería tan fácil adelantar al niño y al otro misterioso sujeto; mi upelero iba más de prisa que los de ellos, por lo que no me sería problema adelantarlos, pero ¿Por qué conformarme con adelantarlos? Cambié de dirección halando las riendas de mi animal para dirigirme en una pequeña brecha justo entre los dos, lo cual era bastante peligroso si decidían arremeter contra mí, o si les daba tiempo, pero considerando la velocidad que llevaba los pasaría en un parpadeo.
Una vez ubicado entre ellos, comencé a menear las caderas de un lado a otro causando que el pajarraco también se moviera y golpeara de lado primero al niño y luego al corredor misterioso, tras esto agité rápidamente las riendas del upelero para adelantarlos sin sufrir alguna represaría ¿Lo conseguiría?
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Offrol: Vuelven a lanzar runas para saber el avance en la próxima ronda, el avance de ésta es tal como aparece en la tabla de posiciones.Bio Avanza tres cuadros quedando en tercer lugar porque Ilth y Rauko se disputan primero y segundo.
Colm y Chimar avanzan un poco menos y se quedan atrás al menos de momento, disputándose ambos la cuarta y quinta posición.
Dahly por su parte es el patito feo de la carrera, dejada atrás por todos aunque la suerte puede cambiar.
Bio
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
Me encontraba preparado para iniciar la carrera y las ansias de comenzar no me dejaban tranquilo, así que mientras pasaba el tiempo decidí mirar cada detalle de mi entorno. La chica que había llegado primero no tenía a ningún animal al cual montar, tal vez solo necesitaba de sus piernas para ganar, eso pensé hasta que el dueño de la granja se aproximó a ella para entregarle un upelero -(Es posible que ella sea un problema, es tan respetada que le traen al upelero como si ella fuera la manda más, no debo subestimarla)- Pensé sobre la chica mientras que no le quitaba los ojos de encima, debía analizar cada uno de sus movimientos para encontrarle un punto débil, pero tras la discusión que tuvo con el dueño de la granja y su divertida caída que hizo reír a algunos espectadores, con eso supe que no sería tan difícil vencerla.
Después de presenciar la torpeza de la joven jinete, las chicas de las tribunas comenzaron a gritar y a suspirar por alguna razón -(Sabía que solo era cuestión de tiempo para que todas notaran mi sublime y gloriosa belleza seductora)- Pensé sin decir nada, me sentía alagado por todo el alboroto, sin embargo, tuve que llevarme una gran decepción al notar que todo el furor de las mujeres en realidad fue causado por el corredor que llegaba a la pista, un elfo de cabello rojizo -(Otro elfo, ya me agrada, si yo no puedo ganar entonces él lo hará, hoy mi raza se ganará la admiración de todos. Vivan los hijos del bosque)- pensaba mientras que Bio hacía las presentaciones, el vampiro parecía disfrutar decir mi nombre y agregar “no-elfo” al final, cosa que no era tan importante como despertar a mi upelero -Despierta, éste no es el momento para descansar- Le susurré al oído de mi perezoso "corcel".
Entonces llega un nuevo participante, un niño, el mismo niño al que le pasé la carga de hablar con un ebrio -(Este niño es impredecible, tal vez me sea un oponente digno, tal vez no, no puedo ver nada en él que me revele un poco de sus habilidades)- Analizaba al enano mirándolo desde arriba hacia abajo, debía obtener toda la información posible de mis rivales para saber contra qué me estaba enfrentando, y las palabras de éste estaban llenas de seguridad en sí mismo, no había duda de que él estaba confiado en sus habilidades que posiblemente serían impresionantes… O no.
Por último, pero no menos importante, el sujeto que anteriormente me había lanzado un cuchillo para aniquilarme. Cuando noté que casi muero por una hojilla metálica, la única persona que estaba en la dirección donde provenía el proyectil era él, así que como había fallado decidió seguirme para terminar lo que había comenzado -(Esto es malo, quiere matarme, es un asesino en serie y devorador de elfos. Además, no habla, esa es la principal característica de los asesinos en serie, esto es malo, me matará enfrente de todos los espectadores y se llevará mi cabeza como trofeo)- La presencia de aquel humano me dejaba la piel más pálida de lo normal, debía mantenerme alejado de él para sobrevivir, sin embargo, eso sería muy difícil ya que el humano era un corredor más.
Una vez que todos estábamos listos para comenzar, un hombre se aproximó hacia nosotros para dar inicio a la tan esperada carrera, no obstante, mi upelero había decidido tomar una siesta en medio del momento decisivo, lo primero que llegó a mi mente fue arrancarle una de sus plumas, con esto logré hacerlo despertar rápido, sin embargo, también fice que perdiera el control y empezara a agitarse para luego buscar picotear al responsable de su sufrimiento, como no sabía quién había sido, decidió desahogarse con el que estuviera más cerca, una desgracia para el vampiro, la cabeza del upelero negro recibió un picotazo provocando que éste diera unos giros por el dolor -¡¡Arranca!!- Grité con todas mis fuerzas. Esto último fue lo único que hizo correr a mi inútil animal, pero el pelirrojo me llevaba una gran ventaja, sin embargo, la velocidad de mi extraño pollo verde era realmente asombrosa, en poco tiempo logré adelantar a casi todos mi rivales sin la necesidad de esforzarme demasiado -Increíble, sabía que hice una buena acción- Dije para mí mismo mientras sentía como la brisa acariciaba mi rostro.
La adrenalina comenzó a recorrer mi cuerpo y mi mente se olvidó del mundo para concentrarse solo en la carrera, incliné mi cuerpo hacia adelante para mejorar la estabilidad y en pocos segundos llegué a situarme justo al lado del pelirrojo, los dos nos manteníamos parejos a pesar de nuestro esfuerzos, no había forma de que alguno de los dos rompiera esa igualdad, me frustraba no poder hacer nada pero al mismo tiempo me parecía emocionante, la victoria de los elfos era segura.
Después de presenciar la torpeza de la joven jinete, las chicas de las tribunas comenzaron a gritar y a suspirar por alguna razón -(Sabía que solo era cuestión de tiempo para que todas notaran mi sublime y gloriosa belleza seductora)- Pensé sin decir nada, me sentía alagado por todo el alboroto, sin embargo, tuve que llevarme una gran decepción al notar que todo el furor de las mujeres en realidad fue causado por el corredor que llegaba a la pista, un elfo de cabello rojizo -(Otro elfo, ya me agrada, si yo no puedo ganar entonces él lo hará, hoy mi raza se ganará la admiración de todos. Vivan los hijos del bosque)- pensaba mientras que Bio hacía las presentaciones, el vampiro parecía disfrutar decir mi nombre y agregar “no-elfo” al final, cosa que no era tan importante como despertar a mi upelero -Despierta, éste no es el momento para descansar- Le susurré al oído de mi perezoso "corcel".
Entonces llega un nuevo participante, un niño, el mismo niño al que le pasé la carga de hablar con un ebrio -(Este niño es impredecible, tal vez me sea un oponente digno, tal vez no, no puedo ver nada en él que me revele un poco de sus habilidades)- Analizaba al enano mirándolo desde arriba hacia abajo, debía obtener toda la información posible de mis rivales para saber contra qué me estaba enfrentando, y las palabras de éste estaban llenas de seguridad en sí mismo, no había duda de que él estaba confiado en sus habilidades que posiblemente serían impresionantes… O no.
Por último, pero no menos importante, el sujeto que anteriormente me había lanzado un cuchillo para aniquilarme. Cuando noté que casi muero por una hojilla metálica, la única persona que estaba en la dirección donde provenía el proyectil era él, así que como había fallado decidió seguirme para terminar lo que había comenzado -(Esto es malo, quiere matarme, es un asesino en serie y devorador de elfos. Además, no habla, esa es la principal característica de los asesinos en serie, esto es malo, me matará enfrente de todos los espectadores y se llevará mi cabeza como trofeo)- La presencia de aquel humano me dejaba la piel más pálida de lo normal, debía mantenerme alejado de él para sobrevivir, sin embargo, eso sería muy difícil ya que el humano era un corredor más.
Una vez que todos estábamos listos para comenzar, un hombre se aproximó hacia nosotros para dar inicio a la tan esperada carrera, no obstante, mi upelero había decidido tomar una siesta en medio del momento decisivo, lo primero que llegó a mi mente fue arrancarle una de sus plumas, con esto logré hacerlo despertar rápido, sin embargo, también fice que perdiera el control y empezara a agitarse para luego buscar picotear al responsable de su sufrimiento, como no sabía quién había sido, decidió desahogarse con el que estuviera más cerca, una desgracia para el vampiro, la cabeza del upelero negro recibió un picotazo provocando que éste diera unos giros por el dolor -¡¡Arranca!!- Grité con todas mis fuerzas. Esto último fue lo único que hizo correr a mi inútil animal, pero el pelirrojo me llevaba una gran ventaja, sin embargo, la velocidad de mi extraño pollo verde era realmente asombrosa, en poco tiempo logré adelantar a casi todos mi rivales sin la necesidad de esforzarme demasiado -Increíble, sabía que hice una buena acción- Dije para mí mismo mientras sentía como la brisa acariciaba mi rostro.
La adrenalina comenzó a recorrer mi cuerpo y mi mente se olvidó del mundo para concentrarse solo en la carrera, incliné mi cuerpo hacia adelante para mejorar la estabilidad y en pocos segundos llegué a situarme justo al lado del pelirrojo, los dos nos manteníamos parejos a pesar de nuestro esfuerzos, no había forma de que alguno de los dos rompiera esa igualdad, me frustraba no poder hacer nada pero al mismo tiempo me parecía emocionante, la victoria de los elfos era segura.
Última edición por Rauko el Mar Mar 15 2016, 02:48, editado 1 vez
Rauko
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
La carrera estaba por empezar, y fuera de la muchacha a la que había estado mirando el elfo, que parecía conocer al pelinegro que corría en nombre del dueño de los upeleros, fue otro participante el que le llamó la atención. El pequeño Chimar, amigo de lo ajeno, con quien había compartido algo de comida, y un fructífero robo en la gran ciudad, se encontraba ahora subido a un upelero del que parecía no ser un gran amigo.
-Que aburrida seria la vida si hiciéramos cosas normales no Chimar?.- Le respondió con una amplia sonrisa al joven, tomando férreamente las riendas.
El pelinegro pareció sorprendido de la participación del niño y no le culpaba de ello, sin embargo, era mas divertido tener un conocido en la carrera, y con mucha solemnidad exclamo.
-No es solo un niño, es un gran inventor.- Fue entonces cuando unos suspiros y al sensación de varias miradas le llamó la atención.
Las jóvenes a las que había dedicado galantes gestos se habían acercado y le animaban ahora en la carrera, y entre ellas se encontraba ni mas ni menos que la novia, que mas medida, parecía comérselo también con los ojos. Iltharion els guió el ojo, a todas y a ninguna en el mismo tiempo, para que cada cual pensara que ese gesto iva para si, y les hizo una breve reverencia desde encima del upelero antes de salir disparado con el mismo.
Se inclino sobre la bestia, y haciéndola correr todo lo rapido que podia le susurro.
-Vamos bonito, que si gano mojo el churro, y si mojo te voy a regalar comida de la buena.- Esperando que por lo menos la bestia comprendiera la promesa de la comida si se declaraba vencedor del certamen.
Fuere como fuere, apreció tener éxito, pues dejo al resto de participantes atrás a excepción de otro elfo de pelo blanco cuyo upelero, de un color verde que parecía que el animal se hubiera mareado, iba tan rápido, que ninguno de ellos dos sobresalía por ahora del otro.
-Parece que estamos dejando en buen lugar a sandorai.- comentó el bardo bien aferrado a su montura mientras la espoleaba intentando sacarle ventaja a su congénere, al que por lo menos si no, esperaba ganarse algo de simpatía para poder hechar mano de parte del premio. Quizás debería haber dejado el laúd y el morral en tierra, pero por no descuidar sus cosas, ahora iba cargado, y ambos paquetes le golpeaban constantemente la espalda mientras avanzaba por la pista.
Por ahora, parecía que no necesitaba de hacer trampas, o molestar a los otros competidores, aunque al mirar hacia atrás, pudo ver como su pálido contrincante de apuestas, ya empezaba con las jugarretas. Por su parte, aguardaba algo más antes de tratar de tirar a los otros jinetes, puesto que quien da el primer golpe tiende a ser que se gana la antipatía del público, y por ahora poseía varias simpatías que no tenía prisa por perder.
-Que aburrida seria la vida si hiciéramos cosas normales no Chimar?.- Le respondió con una amplia sonrisa al joven, tomando férreamente las riendas.
El pelinegro pareció sorprendido de la participación del niño y no le culpaba de ello, sin embargo, era mas divertido tener un conocido en la carrera, y con mucha solemnidad exclamo.
-No es solo un niño, es un gran inventor.- Fue entonces cuando unos suspiros y al sensación de varias miradas le llamó la atención.
Las jóvenes a las que había dedicado galantes gestos se habían acercado y le animaban ahora en la carrera, y entre ellas se encontraba ni mas ni menos que la novia, que mas medida, parecía comérselo también con los ojos. Iltharion els guió el ojo, a todas y a ninguna en el mismo tiempo, para que cada cual pensara que ese gesto iva para si, y les hizo una breve reverencia desde encima del upelero antes de salir disparado con el mismo.
Se inclino sobre la bestia, y haciéndola correr todo lo rapido que podia le susurro.
-Vamos bonito, que si gano mojo el churro, y si mojo te voy a regalar comida de la buena.- Esperando que por lo menos la bestia comprendiera la promesa de la comida si se declaraba vencedor del certamen.
Fuere como fuere, apreció tener éxito, pues dejo al resto de participantes atrás a excepción de otro elfo de pelo blanco cuyo upelero, de un color verde que parecía que el animal se hubiera mareado, iba tan rápido, que ninguno de ellos dos sobresalía por ahora del otro.
-Parece que estamos dejando en buen lugar a sandorai.- comentó el bardo bien aferrado a su montura mientras la espoleaba intentando sacarle ventaja a su congénere, al que por lo menos si no, esperaba ganarse algo de simpatía para poder hechar mano de parte del premio. Quizás debería haber dejado el laúd y el morral en tierra, pero por no descuidar sus cosas, ahora iba cargado, y ambos paquetes le golpeaban constantemente la espalda mientras avanzaba por la pista.
Por ahora, parecía que no necesitaba de hacer trampas, o molestar a los otros competidores, aunque al mirar hacia atrás, pudo ver como su pálido contrincante de apuestas, ya empezaba con las jugarretas. Por su parte, aguardaba algo más antes de tratar de tirar a los otros jinetes, puesto que quien da el primer golpe tiende a ser que se gana la antipatía del público, y por ahora poseía varias simpatías que no tenía prisa por perder.
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Re: [Cerrado] Segunda Gran Carrera de Upeleros [Interpretativo-Libre]
La falta de la montura dificultó la estabilidad sobre el plumas moradas, ya no era un niño para ir de ese modo, así que optó por posicionarse de una forma extraña que distribuiría mucho su peso. Casi acostado boca abajo sostuvo los pies alrededor de la cola sin ejercer presión, sujetó el cuello con una mano y la otra extendida aguardaba quitarle “la máscara”. Hasta para él mismo resultó raro lo que hacía, pero al menos conseguiría nuevos conocimientos de ello. Además, las palabras del hombre que lo llevó a la zona del establo resonaron en su mente. – “No hay reglas, si quieres ganar, tienes vía libre. Arrojar cosas, chocar, insultar, flirtear, lo que sea. Hasta alguien le lanzó una manta a otro y lo hizo perder en la competición anterior. Eso si, nada de magia, o eso creo. Lo importante es dar un buen espectáculo. Por eso atraen estas carreras más que las otras. La gente se amontona y eso que esta es solo la segunda. Un consejo, no uses los abrevaderos, o aceptes comida, algunos competidores o incluso espectadores vierten cosas para mayor diversión. Bueno, aquí estamos, en media hora comienza la carrera. Por cierto, deberías espabilarte hombre, pareces dormido, pensé que era un insulto de mi padre.” – Y rememorando aquello imaginó lo próximo a suceder. Un desastre total. Lo último que ansiaba era caerse y perder al animal.
Entre tanto las risas de la muchedumbre circundante atrajo su atención. Señalaban con la mirada en su dirección, por un momento pensó ser la victima de las burlas que no conseguía oír claramente, pero no, correspondían a la niña pelirroja que graciosamente imitaba al acompañante ambos sentados, lo cual tenía extra peculiaridad cuando los dos son rojos. – Gemelos de corazón. – Pensó con una sensación agradable, pues cosas así suceden en sórdidas circunstancia, quizás nunca ocurra otra vez en mucho tiempo. También vio chicas actuando como algunos animales en celo, no obstante, podía predecir fácilmente los motivos y por lo tanto simplemente volvió a concentrarse en la carrera. – Mmm… podría usar mis armas… sedarlos a todos con un polvo… eso haría las cosas fáciles… el ruido es insoportable… – Como si un ser oyera esas palabras, un señor desconocido se paró frente a todos mientras comenzó a sobresalir [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], desde la primera curva de la pista. – Mucho mejor. – Se puso en sintonía con la melodía y justo después, arrancó a la señal del viejo.
La partida fue perfecta, ni muy rápida y ni muy lenta, gastar demasiada energía pronto los acabaría en la recta final. No envidió a los veloces elfos en la delantera, al menos ganaría alguien de Sandorai si continuaban a ese paso. La postura afortunadamente cumplió su función, con cada paso el impacto sobre el lomo del ave resultó mínimo. No dio problemas con el bozal, no lo picoteó, solo echó a andar. Tal vez el celo de las muchachas apaciguaron el suyo (es hembra), se debió sentir en familia. Pero entre la alegría y el sosiego, de manera sospechosa el tipo arrastrado se aproximó al niño y al lacónico barbiespeso. Especuló lo peor, así que se mentalizó para regalarle una patada si era necesario. Cuando hubo cerca apoyó parte del cuerpo en el lado izquierdo para patearlo. Mala idea, el equilibrio se trastocó, el animal se incomodó, por poco se trastabilla y el aliento del jinete oscuro reflejado en un intento de empujón empeoró las cosas, desviando la marcha de Lero a la izquierda y luego compensando a la derecha directo hacia el mocoso que seguramente era un bicho raro como todos los mocosos que se hallaban en un lugares que no eran para mocosos. El control lo mantenía el animal perdida la postura, estaba completamente libre de órdenes, pretender demandar alguna lo haría tirarlo al piso con seguridad y emplear la voz seria infructuoso, él desentiende el lenguaje humano, asimismo cabía la posibilidad de morderse la lengua. Eso podría matarlo ¿saben? Y esos elfos tienen pinta de guerreros, no de sanadores. – Lo siento chico, espero que salgas bien parado de esta. – Reflexionó esperando impactar. Otra cosa que consiguió notar fue el enojo por parte de plumas moradas. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Entre tanto las risas de la muchedumbre circundante atrajo su atención. Señalaban con la mirada en su dirección, por un momento pensó ser la victima de las burlas que no conseguía oír claramente, pero no, correspondían a la niña pelirroja que graciosamente imitaba al acompañante ambos sentados, lo cual tenía extra peculiaridad cuando los dos son rojos. – Gemelos de corazón. – Pensó con una sensación agradable, pues cosas así suceden en sórdidas circunstancia, quizás nunca ocurra otra vez en mucho tiempo. También vio chicas actuando como algunos animales en celo, no obstante, podía predecir fácilmente los motivos y por lo tanto simplemente volvió a concentrarse en la carrera. – Mmm… podría usar mis armas… sedarlos a todos con un polvo… eso haría las cosas fáciles… el ruido es insoportable… – Como si un ser oyera esas palabras, un señor desconocido se paró frente a todos mientras comenzó a sobresalir [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], desde la primera curva de la pista. – Mucho mejor. – Se puso en sintonía con la melodía y justo después, arrancó a la señal del viejo.
La partida fue perfecta, ni muy rápida y ni muy lenta, gastar demasiada energía pronto los acabaría en la recta final. No envidió a los veloces elfos en la delantera, al menos ganaría alguien de Sandorai si continuaban a ese paso. La postura afortunadamente cumplió su función, con cada paso el impacto sobre el lomo del ave resultó mínimo. No dio problemas con el bozal, no lo picoteó, solo echó a andar. Tal vez el celo de las muchachas apaciguaron el suyo (es hembra), se debió sentir en familia. Pero entre la alegría y el sosiego, de manera sospechosa el tipo arrastrado se aproximó al niño y al lacónico barbiespeso. Especuló lo peor, así que se mentalizó para regalarle una patada si era necesario. Cuando hubo cerca apoyó parte del cuerpo en el lado izquierdo para patearlo. Mala idea, el equilibrio se trastocó, el animal se incomodó, por poco se trastabilla y el aliento del jinete oscuro reflejado en un intento de empujón empeoró las cosas, desviando la marcha de Lero a la izquierda y luego compensando a la derecha directo hacia el mocoso que seguramente era un bicho raro como todos los mocosos que se hallaban en un lugares que no eran para mocosos. El control lo mantenía el animal perdida la postura, estaba completamente libre de órdenes, pretender demandar alguna lo haría tirarlo al piso con seguridad y emplear la voz seria infructuoso, él desentiende el lenguaje humano, asimismo cabía la posibilidad de morderse la lengua. Eso podría matarlo ¿saben? Y esos elfos tienen pinta de guerreros, no de sanadores. – Lo siento chico, espero que salgas bien parado de esta. – Reflexionó esperando impactar. Otra cosa que consiguió notar fue el enojo por parte de plumas moradas. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Colm
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