[CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
Wind continuó con el hilo de sus pensamientos sobre dónde ser retratada. En la casa, le parecía un mal lugar, pues la luz no era buena y tampoco creía del todo conveniente enseñarle donde vivía. Para suplir el problema de la vivienda, pensó en una habitación de una posada, pero acto seguido se dio cuenta de que era un lugar incluso más oportuno que el anterior puesto que encima, no estaría familiarizada con el entorno. Al cabo de unos segundos pensando, se le ocurrió un buen lugar, estaba en el bosque pero lo suficientemente cerca de la ciudad para poder ir y volver en apenas un rato caminando. Era un pequeño claro, bastante escondido donde habitualmente iba a recoger hierbas medicinales para el alquimista que hacía las veces de cuidador. En esta época del año aún no tendría flores, pero el lugar debería ser lo bastante recogido como para poder ser pintada sin pasar demasiado frío y sin ser descubierta por nadie. –Estoy de acuerdo, creo que en el bosque sería un buen lugar, después le enseñaré el camino al lugar concreto al que me refiero- Aclaró al artista.
Después de aquella verborrea, estaba realmente cansada, parecía que había corrido durante horas. Escuchó el razonamiento del elfo mientras se calmaba, acto seguido, empezó a sentirse mal por haber prejuzgado a aquel artista. –Yo… Lo siento, no era mi intención ofender- Dijo con sincero arrepentimiento, como si acabaran de regañarla por alguna trastada. Miró al dibujante, esperando ver una mirada de resentimiento, pero en vez de eso, éste mantenía una expresión calmada y una mirada serena pero sin ser dura. Esto la tranquilizo enormemente, aun así volvió a bajar la mirada con un deje de pena.
Volvió a disculparse -Lo siento, no me había dado cuenta de la situación en la que le estaba poniendo con mis preguntas y suposiciones- Volvió a mirar al elfo, para ver si su expresión había cambiado, pero no era así, tenía una mirada tranquilizadora y notablemente relajada como si intentara transmitirse aquellos sentimientos a ella.
Cuando la camarera trajo la botella de vino dulce lo agradeció enormemente, tenía la garganta seca de tanto hablar y aquel líquido probablemente, le ayudaría a recuperar una temperatura normal, pues aún tenía las mejillas ligeramente más calientes de lo normal.
No se dio cuenta de que el bardo pagó la comida de ambos, pues la camarera se llevó el dinero tan rápido como fue depositado en la mesa.
Tomó el vaso que amablemente le había pasado el elfo y prácticamente de un solo trago, se lo terminó. “Tenía la garganta demasiado seca” Pensó, aunque no cayó en la cuenta de que al fin y al cabo, aquello que estaba bebiendo era vino y ella no estaba acostumbrada al alcohol. Era muy suave y el sabor ligeramente dulce, hacía que pudiera beber más, por lo que se sirvió otro vaso y continuó bebiéndolo, aunque éste, mucho más lentamente que el anterior. Aunque sus mejillas no volvían a tomar una temperatura normal, su garganta estaba mucho más calmada después de beber algo.
-¿Cuándo cree que es el mejor momento para pintar?- Preguntó Wind con curiosidad, dejando patente su poco conocimiento sobre pintura. -¿O la hora es acaso indiferente?- Insistió.
-Oh, no se me ocurría otra manera de tratarlas si no hubiera sido con esa delicadeza, al fin y al cabo, tan solo las traté como ellas lo merecían- Dijo mirando al bardo. Se sintió francamente alagada ante ese comentario, -Supongo que esta vez usted gana, le concedo que sabe elegir bien a sus compañías- Contestó con una sincera sonrisa.
Después de aquella verborrea, estaba realmente cansada, parecía que había corrido durante horas. Escuchó el razonamiento del elfo mientras se calmaba, acto seguido, empezó a sentirse mal por haber prejuzgado a aquel artista. –Yo… Lo siento, no era mi intención ofender- Dijo con sincero arrepentimiento, como si acabaran de regañarla por alguna trastada. Miró al dibujante, esperando ver una mirada de resentimiento, pero en vez de eso, éste mantenía una expresión calmada y una mirada serena pero sin ser dura. Esto la tranquilizo enormemente, aun así volvió a bajar la mirada con un deje de pena.
Volvió a disculparse -Lo siento, no me había dado cuenta de la situación en la que le estaba poniendo con mis preguntas y suposiciones- Volvió a mirar al elfo, para ver si su expresión había cambiado, pero no era así, tenía una mirada tranquilizadora y notablemente relajada como si intentara transmitirse aquellos sentimientos a ella.
Cuando la camarera trajo la botella de vino dulce lo agradeció enormemente, tenía la garganta seca de tanto hablar y aquel líquido probablemente, le ayudaría a recuperar una temperatura normal, pues aún tenía las mejillas ligeramente más calientes de lo normal.
No se dio cuenta de que el bardo pagó la comida de ambos, pues la camarera se llevó el dinero tan rápido como fue depositado en la mesa.
Tomó el vaso que amablemente le había pasado el elfo y prácticamente de un solo trago, se lo terminó. “Tenía la garganta demasiado seca” Pensó, aunque no cayó en la cuenta de que al fin y al cabo, aquello que estaba bebiendo era vino y ella no estaba acostumbrada al alcohol. Era muy suave y el sabor ligeramente dulce, hacía que pudiera beber más, por lo que se sirvió otro vaso y continuó bebiéndolo, aunque éste, mucho más lentamente que el anterior. Aunque sus mejillas no volvían a tomar una temperatura normal, su garganta estaba mucho más calmada después de beber algo.
-¿Cuándo cree que es el mejor momento para pintar?- Preguntó Wind con curiosidad, dejando patente su poco conocimiento sobre pintura. -¿O la hora es acaso indiferente?- Insistió.
-Oh, no se me ocurría otra manera de tratarlas si no hubiera sido con esa delicadeza, al fin y al cabo, tan solo las traté como ellas lo merecían- Dijo mirando al bardo. Se sintió francamente alagada ante ese comentario, -Supongo que esta vez usted gana, le concedo que sabe elegir bien a sus compañías- Contestó con una sincera sonrisa.
Windorind Crownguard
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
El bardo sonrió complacido con el lugar que había escogido la muchacha, un espacio cerrado, o una casa ensombrecería mucho la imagen que pretendía darle, además de que siempre estaban los vecinos chismosos que terminarían informando a todo el barrio que la joven había entrado en la casa sola acompañada de un hombre, y salir por las ventanas, aunque era algo a llo que estaba habituado, no era algo que le gustase especialmente.
-Entonces solo faltara que me conduzca allí cuando guste.-ensanchó la sonrisa mientras soltaba el humo lentamente por la nariz como si de un dragón se tratara.
La joven pareció mas afectada al percatarse de cómo se sentia ser prejuzgado de lo que elfo habría esperado en un primer momento.
-No se preocupe, no estoy ofendido.- sacó importancia al asunto con un breve ademán, no queriendo entristecer a la muchacha de mas, mientras bebía pausadamente de su propia copa.-Estoy seguro de que no era su intención, y de que solo trataba de cuidar de si misma.- En parte se preguntaba, que le dirían los padres de la joven si pudieran ver como silenciosos observadores el transcurso del dia des de algún lugar. Probablemente le darían una buena reprimenda, pero por suerte para el, no estaban cerca, y no se habían topado con nadie que previniera a la joven, o tratase de robarle su tiempo.
-El mejor momento para pintar...-reflexiono en vo alta rellenando ambas copas, ocultando la sorpresa de como la joven había vaciado su primera ración de un solo trago.- en un lugar abierto, depende el mismo, aun así, la luz cambia todo el tiempo, asi que no puedo asegurarle nada hasta que este allí, de cualquier modo, mientras haya luz suficiente como para verla y pintar, seguro que encontramos un lugar en el que haya un buen juego se sombras.- En una cámara cerrada, la luz podía ser controlada y ser perenne, acomodada estratégicamente, pero en el exterior, dependería puramente del clima y de la velocidad en la que fuera capaz de dibujar.-En realidad, me parece que cualquier momento es bueno para hacer algo que me gusta, por poco profesional que pueda sonar.
-Por suerte, como buen bardo, soy un bacan-bromeó.- Así que dispongo de todo mi tiempo hasta que marche de la ciudad. Me acomodaré a los horarios que tenga ud, con sus ocupaciones. Tanto quiera ir ahora como mañana.- se encogió de hombros.
Se encontraba mas relajado ahora que la joven parecía haberse calmado, y la combinación de un buen vino con la menta encendida siempre le resultaba gustosa, por lo que espiraba con lentitud disfrutando del humo, y rellenaba ambas copas cuando era necesario con sutileza, en parte para que la joven no se percatase de cuanto bebía y estuviera mas relajada.
-Entonces solo faltara que me conduzca allí cuando guste.-ensanchó la sonrisa mientras soltaba el humo lentamente por la nariz como si de un dragón se tratara.
La joven pareció mas afectada al percatarse de cómo se sentia ser prejuzgado de lo que elfo habría esperado en un primer momento.
-No se preocupe, no estoy ofendido.- sacó importancia al asunto con un breve ademán, no queriendo entristecer a la muchacha de mas, mientras bebía pausadamente de su propia copa.-Estoy seguro de que no era su intención, y de que solo trataba de cuidar de si misma.- En parte se preguntaba, que le dirían los padres de la joven si pudieran ver como silenciosos observadores el transcurso del dia des de algún lugar. Probablemente le darían una buena reprimenda, pero por suerte para el, no estaban cerca, y no se habían topado con nadie que previniera a la joven, o tratase de robarle su tiempo.
-El mejor momento para pintar...-reflexiono en vo alta rellenando ambas copas, ocultando la sorpresa de como la joven había vaciado su primera ración de un solo trago.- en un lugar abierto, depende el mismo, aun así, la luz cambia todo el tiempo, asi que no puedo asegurarle nada hasta que este allí, de cualquier modo, mientras haya luz suficiente como para verla y pintar, seguro que encontramos un lugar en el que haya un buen juego se sombras.- En una cámara cerrada, la luz podía ser controlada y ser perenne, acomodada estratégicamente, pero en el exterior, dependería puramente del clima y de la velocidad en la que fuera capaz de dibujar.-En realidad, me parece que cualquier momento es bueno para hacer algo que me gusta, por poco profesional que pueda sonar.
-Por suerte, como buen bardo, soy un bacan-bromeó.- Así que dispongo de todo mi tiempo hasta que marche de la ciudad. Me acomodaré a los horarios que tenga ud, con sus ocupaciones. Tanto quiera ir ahora como mañana.- se encogió de hombros.
Se encontraba mas relajado ahora que la joven parecía haberse calmado, y la combinación de un buen vino con la menta encendida siempre le resultaba gustosa, por lo que espiraba con lentitud disfrutando del humo, y rellenaba ambas copas cuando era necesario con sutileza, en parte para que la joven no se percatase de cuanto bebía y estuviera mas relajada.
Iltharion Dur'Falas
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
Cuando el elfo dio carta blanca para elegir el momento en el que sería pintara, pensó que sería mejor no tentar al clima y aprovechar aquel soleado día. Aunque era cierto que anochecía bastante temprano, aún tenían tiempo de ir y ser retratada. “No creo que tengamos problemas de tiempo si salimos enseguida” Pensó decidida. –Bien pues mi buen retratista, hoy debería darnos tiempo, hace un buen día, es soleado y no hace demasiado frío. ¿Qué le parece si nos encaminamos ya hacia allí?- Comentó al pintor, más bien como si le estuviera avisando que como si se tratara de una verdadera pregunta.
-Oh, es muy amable por su parte, pero no tengo ocupaciones que atender próximamente- “aparte de preparar mi inminente partida” quiso añadir, pero prefirió olvidar aquel tema mientras estuviera con el elfo.
Aquel vaso que parecía no terminarse nunca, se lo bebió tan rápido como pudo y se levantó de la silla, dispuesta a encaminarse a la salida. En cuanto se levantó, tuvo un leve mareo, “Creo que me excedido con el vino” Pensó alarmada. Se enderezó tan rápido como pudo intentando que Iltharion no notara la ligera embriaguez de la elfa y se encaminó hacia la salida. “Espero que el aire fresco de la calle me despeje un poco” Pensó como si de una súplica se tratase.
Se despidió del tabernero con amabilidad y salieron a la calle.
Ya en la calle no podía creerse que aquello fuera cierto, unas grises nubes cruzaban el cielo entero como si de tiras de algodón se tratasen. “¿Dónde está el sol de esta mañana?” Pensó con enfado. -Así no va a poder retratarme bien, la luz es demasiado cambiante, por no hablar de que parece que pronto empezará a diluviar- Dijo con cierta tristeza en su voz. -¿Usted qué opina, podría retarme en estas circunstancias?- Preguntó al artista. –Me daría mucha lástima que en mitad del dibujo sus papeles se mojaran por mi causa- Aclaró la muchacha. Wind, tenía los sentimientos a flor de piel, en parte por el alcohol que acababa de ingerir y en parte por la tristeza que aquella situación le provocaba. “Contra el clima no se puede luchar” Pensó con resignación.
La ciudad se veía claramente con menos bullicio que aquella mañana, no se escuchaba la música de los artistas de la plaza, supuso que porque ya se habrían guarecido ante la inminente lluvia o habrían cambiado de ciudad.
Wind miró al bardo con lástima, pues esperaba que al hacer el retrato, el elfo quedara libre para irse con los músicos de la plaza o continuara con su viaje. Ahora dependía de aquel elfo, si arriesgarse a un chaparrón o si esperar a la mañana siguiente. La pequeña elfa odiaba esta situación, ella quería ser retratada, pero al mismo tiempo no quería ser egoísta con el elfo, “Lo mejor será que decida él”.
-Oh, es muy amable por su parte, pero no tengo ocupaciones que atender próximamente- “aparte de preparar mi inminente partida” quiso añadir, pero prefirió olvidar aquel tema mientras estuviera con el elfo.
Aquel vaso que parecía no terminarse nunca, se lo bebió tan rápido como pudo y se levantó de la silla, dispuesta a encaminarse a la salida. En cuanto se levantó, tuvo un leve mareo, “Creo que me excedido con el vino” Pensó alarmada. Se enderezó tan rápido como pudo intentando que Iltharion no notara la ligera embriaguez de la elfa y se encaminó hacia la salida. “Espero que el aire fresco de la calle me despeje un poco” Pensó como si de una súplica se tratase.
Se despidió del tabernero con amabilidad y salieron a la calle.
Ya en la calle no podía creerse que aquello fuera cierto, unas grises nubes cruzaban el cielo entero como si de tiras de algodón se tratasen. “¿Dónde está el sol de esta mañana?” Pensó con enfado. -Así no va a poder retratarme bien, la luz es demasiado cambiante, por no hablar de que parece que pronto empezará a diluviar- Dijo con cierta tristeza en su voz. -¿Usted qué opina, podría retarme en estas circunstancias?- Preguntó al artista. –Me daría mucha lástima que en mitad del dibujo sus papeles se mojaran por mi causa- Aclaró la muchacha. Wind, tenía los sentimientos a flor de piel, en parte por el alcohol que acababa de ingerir y en parte por la tristeza que aquella situación le provocaba. “Contra el clima no se puede luchar” Pensó con resignación.
La ciudad se veía claramente con menos bullicio que aquella mañana, no se escuchaba la música de los artistas de la plaza, supuso que porque ya se habrían guarecido ante la inminente lluvia o habrían cambiado de ciudad.
Wind miró al bardo con lástima, pues esperaba que al hacer el retrato, el elfo quedara libre para irse con los músicos de la plaza o continuara con su viaje. Ahora dependía de aquel elfo, si arriesgarse a un chaparrón o si esperar a la mañana siguiente. La pequeña elfa odiaba esta situación, ella quería ser retratada, pero al mismo tiempo no quería ser egoísta con el elfo, “Lo mejor será que decida él”.
Windorind Crownguard
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El elfo se levantó de la mesa, acomodando la silla en su lugar, y tras tapar la botella casi vacía, la guardó en su morral, pues había pagado por ella. Dando una ultima calada, apagó el cigarrillo en el cuenco dispuesto para ello, y tras colgarse el morral y el laúd a cuestas, se ajustó la capa, dispuesto a marchar del local.
-En ese caso, deberíamos aprovechar el tiempo que nos queda.- Respondió´con una sonrisa, rodeando la mesa hasta quedar al lado de la joven, indicando con un grácil gesto, que lo guiara hacia el lugar en cuestión.
El vino había hecho su efecto en la joven, y aunque había bebido como si fuera agua, claramente le había afectado, aunque se abstuvo de hacer ningún comentario, y al salir por la puerta, le ofreció el brazo como si fuera pura caballerosidad ya que iban a caminar juntos, aunque parte de su gesto era motivado secretamente por el alcohol que la joven había ingerido.
-Como le dije, la luz cambia siempre, el viento tiende hacer que las nubes se muevan, más o menos, es un inconveniente con el que siempre se tiene que lidiar en exteriores.- respondió como si no tuviera la mas minima importancia, mientras empezaban a caminar por los empedrados callejones de la ciudad. - Pero si teme la lluvia.- prosiguió y con un gesto se aprovechó de la proximidad de la joven para curbirle los hombros también con su capa.- Le aseguró que no es un enemigo tan implacable. Y que el bosque suele ofrecer mas refugios de los que uno pueda imaginar.
Cierto era que la lluvia no le hacia especial ilusión, pero no quería desaprovechar esa situación, joven, inocente, ebria y dispuesta, a punto de conducirse en un lugar a solas, sería un desperdicio darse por vencido. Además de que la lluvia, si los pillaba ya fuera de la ciudad, podía jugar mas a su favor que en contra, no solo al traslucir la tela mojada de las ropas, si no al obligarlos a buscar cobijo y calor estando como estaban en invierno.
Incluso si no le daba tiempo de pintarla, o no encontraban cobijo suficientemente grande como para ello, podría aprovechar la predisposición de la joven dos veces, así que en definitiva, quizás hasta el clima le podía ser un magnífico aliado.
Además por la mirada lastimera que le dedicaba la muchacha parecía que realmente tenía ganas de como el, proseguir con sus planes, y aunque fuera por motivos distintos, no iban a quedar ambos insatisfechos.
-No se preocupe, seguro que el clima no será capaz de ganar a nuestro ingenio combinado.- sonrió ampliamente a la joven con total seguridad.
De ese modo siguieron caminando por la ciudad, el bardo aprovechaba el sostén ofrecido para que la joven apenas tuviera que apoyar su propio peso en sus piernas y de ese modo, notara menos los estragos que el alcohol pudieran haberle ocasionado, y fuera menos consciente de su estado.
Aguardó en la calle a que la muchacha tomara su arco, cuando pasaron por el domicilio en el que lo guardaba, y tras aquello prosiguieron su camino hacia las puertas de la ciudad, mientras el cielo, de un gris perla, seguía retandolos a salir con ese tiempo, sin atreverse todavía a confirmar hasta donde llegaría el mal tiempo con un goteo.
-En ese caso, deberíamos aprovechar el tiempo que nos queda.- Respondió´con una sonrisa, rodeando la mesa hasta quedar al lado de la joven, indicando con un grácil gesto, que lo guiara hacia el lugar en cuestión.
El vino había hecho su efecto en la joven, y aunque había bebido como si fuera agua, claramente le había afectado, aunque se abstuvo de hacer ningún comentario, y al salir por la puerta, le ofreció el brazo como si fuera pura caballerosidad ya que iban a caminar juntos, aunque parte de su gesto era motivado secretamente por el alcohol que la joven había ingerido.
-Como le dije, la luz cambia siempre, el viento tiende hacer que las nubes se muevan, más o menos, es un inconveniente con el que siempre se tiene que lidiar en exteriores.- respondió como si no tuviera la mas minima importancia, mientras empezaban a caminar por los empedrados callejones de la ciudad. - Pero si teme la lluvia.- prosiguió y con un gesto se aprovechó de la proximidad de la joven para curbirle los hombros también con su capa.- Le aseguró que no es un enemigo tan implacable. Y que el bosque suele ofrecer mas refugios de los que uno pueda imaginar.
Cierto era que la lluvia no le hacia especial ilusión, pero no quería desaprovechar esa situación, joven, inocente, ebria y dispuesta, a punto de conducirse en un lugar a solas, sería un desperdicio darse por vencido. Además de que la lluvia, si los pillaba ya fuera de la ciudad, podía jugar mas a su favor que en contra, no solo al traslucir la tela mojada de las ropas, si no al obligarlos a buscar cobijo y calor estando como estaban en invierno.
Incluso si no le daba tiempo de pintarla, o no encontraban cobijo suficientemente grande como para ello, podría aprovechar la predisposición de la joven dos veces, así que en definitiva, quizás hasta el clima le podía ser un magnífico aliado.
Además por la mirada lastimera que le dedicaba la muchacha parecía que realmente tenía ganas de como el, proseguir con sus planes, y aunque fuera por motivos distintos, no iban a quedar ambos insatisfechos.
-No se preocupe, seguro que el clima no será capaz de ganar a nuestro ingenio combinado.- sonrió ampliamente a la joven con total seguridad.
De ese modo siguieron caminando por la ciudad, el bardo aprovechaba el sostén ofrecido para que la joven apenas tuviera que apoyar su propio peso en sus piernas y de ese modo, notara menos los estragos que el alcohol pudieran haberle ocasionado, y fuera menos consciente de su estado.
Aguardó en la calle a que la muchacha tomara su arco, cuando pasaron por el domicilio en el que lo guardaba, y tras aquello prosiguieron su camino hacia las puertas de la ciudad, mientras el cielo, de un gris perla, seguía retandolos a salir con ese tiempo, sin atreverse todavía a confirmar hasta donde llegaría el mal tiempo con un goteo.
Iltharion Dur'Falas
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
Wind agradeció aquel gesto y tomó el brazo de su acompañante con alegría, "Así aunque me maree no habrá posibilidad de una caía" Pensó aliviada.
Ante aquel razonamiento tan tranquilo, no pudo hacer otra cosa aparte de sonreírle y decir, -Si está tan convencido, vamos a ponernos de camino pues-. Y así hicieron.
Caminaron hasta su casa para que pudiera recoger el arco. Agradeció el detalle de que el elfo la esperara en la calle pues sus vecinas eran, a veces, demasiado chismosas y no quería que se extendiera el rumor de que era una indecente. “Indecente” Se dijo a sí misma y no pudo reprimir una sonora risa, probablemente debido al efecto desinhibidor del alcohol, al pensar que en cuestión de una hora iba a ser retratada.
Entró por aquella familiar puerta, subió al segundo piso donde estaba su dormitorio y recogió el arco. Cuando se disponía salir vio colgada de la pared su capa más invernal, así que decidió aprovechar y cogerla. "Si llueve, me vendrá bien la capucha" Razonó y acto seguido salió de la casa a reencontrarse con el artista.
Volvió a cogerse de su brazo, como si fuera un acto tan natural como el respirar y se encaminaron hacia las afueras de la ciudad. Cada vez se notaba más desinhibida, cosa que empezaba a preocuparle, pero mientras caminaban por la ciudad, esa preocupación fue desapareciendo como si el propio viento se la llevara lejos de allí.
Cada vez, había menos casas por lo que el abrigo de la ciudad era menor y el viento se hacía más notable pero el vino parecía no querer que el calor se alejara del rostro de la muchacha.
-Empieza a notarse la falta de edificios, y el viento parece ser más frío que antes- Comentó mientras daba un pequeño respingo y se agarraba más fuerte al brazo del elfo.
Las casas ya habían casi desparecido mientras que el bosque estaba cada vez más cerca. Después de unos cuantos minutos más caminando, entraron en el bosque. Wind, apenas habiendo entrado, se alejó del camino principal desviándose hacia la izquierda entre la maleza. Para alguien que no conociera la zona, le parecería una locura desviarse del camino y menos para adentrarse en la zona más boscosa pero aquella pequeña elfa, conocía el camino de memoria y casi podría recorrerlo con los ojos cerrados. Cuando el camino se hizo más complicado, se separó del brazo del artista, pues empezaba a resultar complicado caminar de esa manera. Al soltarse se dio cuenta de que le flaqueaban un poco las piernas, pero no le dio demasiada importancia y continuó caminando como si no se hubiera dado cuenta de aquello.
-Tenga cuidado no vaya a darse en la cabeza con alguna rama baja- Dijo con sorna tras un rato de silencio, pues la altura del artista, era demasiada para aquella zona mientras que Wind apenas tenía que agacharse un par de veces para evitar algunas ramas.
Como si de una mala broma se tratara, al poco de advertir al elfo una rama se topó en su camino, haciéndola perder el equilibro y cayendo encima del artista -Au, que daño- Dijo quejosa mientras se levantaba y se limpiaba la parte trasera de la capa. -¡Lo siento! ¿Está bien?- Se disculpó avergonzada con el artista. Mientras maldecía a su suerte mentalmente "Ya es mala suerte".
-Gracias a los Dioses no hay barro- Dijo intentando consolarse. De repente cayó en la cuenta,
-¿No tengo ninguna herida en la frente verdad?- Preguntó al artista acercándole la cara más de lo necesario. Esperaba realmente que no tuviera ninguna marca, pues aquello podría estropear el retrato.
Por suerte, después de aquello continuaron el camino durante algo menos de quince minutos sin ningún inconveniente más aparte de algún tropezón pero sin que llegara a caerse.
Al final de aquel paseo, había lo que parecía una puerta natural, creada con ramas, como si el propio bosque no quisiera que nadie descubriera aquel pequeño rincón. Al pasar esas ramas se veía un pequeño claro completamente verde. No parecía fácilmente accesible por ninguna otra zona, aunque Wind sabía que justo en el extremo opuesto, había una salida hacia el exterior del bosque, aunque era un camino tediosamente largo de recorrer.
El claro daba sensación de intimidad por la gran cantidad de árboles y maleza que lo rodeaba y tenía una piedra plana justo en el medio que casi parecía haber sido colocada allí a propósito. Cuando las nubes dejaban al sol brillar, éste se colaba entre las copas de los arboles como pequeños rayos de luz perfectamente visibles. Tal y como pensaba Wind, aún no habían flores aunque sí que era cierto que en algunos lugares más lejanos al centro habían aparecido algunas pequeñas flores prematuras. “Es un hermoso lugar” Pensó Wind para reafirmar la idea de que había escogido bien. -¿Le gusta?- Preguntó curiosa al elfo, mientras le observaba con una enorme sonrisa.
-Bien pues, ¿Deberíamos comenzar?-
Ante aquel razonamiento tan tranquilo, no pudo hacer otra cosa aparte de sonreírle y decir, -Si está tan convencido, vamos a ponernos de camino pues-. Y así hicieron.
Caminaron hasta su casa para que pudiera recoger el arco. Agradeció el detalle de que el elfo la esperara en la calle pues sus vecinas eran, a veces, demasiado chismosas y no quería que se extendiera el rumor de que era una indecente. “Indecente” Se dijo a sí misma y no pudo reprimir una sonora risa, probablemente debido al efecto desinhibidor del alcohol, al pensar que en cuestión de una hora iba a ser retratada.
Entró por aquella familiar puerta, subió al segundo piso donde estaba su dormitorio y recogió el arco. Cuando se disponía salir vio colgada de la pared su capa más invernal, así que decidió aprovechar y cogerla. "Si llueve, me vendrá bien la capucha" Razonó y acto seguido salió de la casa a reencontrarse con el artista.
Volvió a cogerse de su brazo, como si fuera un acto tan natural como el respirar y se encaminaron hacia las afueras de la ciudad. Cada vez se notaba más desinhibida, cosa que empezaba a preocuparle, pero mientras caminaban por la ciudad, esa preocupación fue desapareciendo como si el propio viento se la llevara lejos de allí.
Cada vez, había menos casas por lo que el abrigo de la ciudad era menor y el viento se hacía más notable pero el vino parecía no querer que el calor se alejara del rostro de la muchacha.
-Empieza a notarse la falta de edificios, y el viento parece ser más frío que antes- Comentó mientras daba un pequeño respingo y se agarraba más fuerte al brazo del elfo.
Las casas ya habían casi desparecido mientras que el bosque estaba cada vez más cerca. Después de unos cuantos minutos más caminando, entraron en el bosque. Wind, apenas habiendo entrado, se alejó del camino principal desviándose hacia la izquierda entre la maleza. Para alguien que no conociera la zona, le parecería una locura desviarse del camino y menos para adentrarse en la zona más boscosa pero aquella pequeña elfa, conocía el camino de memoria y casi podría recorrerlo con los ojos cerrados. Cuando el camino se hizo más complicado, se separó del brazo del artista, pues empezaba a resultar complicado caminar de esa manera. Al soltarse se dio cuenta de que le flaqueaban un poco las piernas, pero no le dio demasiada importancia y continuó caminando como si no se hubiera dado cuenta de aquello.
-Tenga cuidado no vaya a darse en la cabeza con alguna rama baja- Dijo con sorna tras un rato de silencio, pues la altura del artista, era demasiada para aquella zona mientras que Wind apenas tenía que agacharse un par de veces para evitar algunas ramas.
Como si de una mala broma se tratara, al poco de advertir al elfo una rama se topó en su camino, haciéndola perder el equilibro y cayendo encima del artista -Au, que daño- Dijo quejosa mientras se levantaba y se limpiaba la parte trasera de la capa. -¡Lo siento! ¿Está bien?- Se disculpó avergonzada con el artista. Mientras maldecía a su suerte mentalmente "Ya es mala suerte".
-Gracias a los Dioses no hay barro- Dijo intentando consolarse. De repente cayó en la cuenta,
-¿No tengo ninguna herida en la frente verdad?- Preguntó al artista acercándole la cara más de lo necesario. Esperaba realmente que no tuviera ninguna marca, pues aquello podría estropear el retrato.
Por suerte, después de aquello continuaron el camino durante algo menos de quince minutos sin ningún inconveniente más aparte de algún tropezón pero sin que llegara a caerse.
Al final de aquel paseo, había lo que parecía una puerta natural, creada con ramas, como si el propio bosque no quisiera que nadie descubriera aquel pequeño rincón. Al pasar esas ramas se veía un pequeño claro completamente verde. No parecía fácilmente accesible por ninguna otra zona, aunque Wind sabía que justo en el extremo opuesto, había una salida hacia el exterior del bosque, aunque era un camino tediosamente largo de recorrer.
El claro daba sensación de intimidad por la gran cantidad de árboles y maleza que lo rodeaba y tenía una piedra plana justo en el medio que casi parecía haber sido colocada allí a propósito. Cuando las nubes dejaban al sol brillar, éste se colaba entre las copas de los arboles como pequeños rayos de luz perfectamente visibles. Tal y como pensaba Wind, aún no habían flores aunque sí que era cierto que en algunos lugares más lejanos al centro habían aparecido algunas pequeñas flores prematuras. “Es un hermoso lugar” Pensó Wind para reafirmar la idea de que había escogido bien. -¿Le gusta?- Preguntó curiosa al elfo, mientras le observaba con una enorme sonrisa.
-Bien pues, ¿Deberíamos comenzar?-
Windorind Crownguard
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
-Así como estos nos cubrían antes lo hará la vegetación.-Le respondió el bardo, mientras seguía caminando tranquilamente, afirmando el brazo cuando la muchacha lo sostuvo con mas fuerza para que fuera un buen soporte.
No tardaron en penetrar en el bosque, y tan pronto como lo hicieron abandonaron el camino. La joven se soltó, para transitar mejor entre la tupida maleza, y el bardo no pudo evitar esbozar una amplia sonrisa mientras observaba la escena de la pequeña joven adentrándose con su capa entre las ramas.
Le recordaba un poco al cuento de caperucita roja, solo que esta vez, en vez de ser desviada del camino por el lobo, ella misma lo llevaba a un rincón del bosque en donde quedaran a solas.
Divertido con su propia idea, escucho a la muchacha haciendo su advertencia justo para evitar una rama, que le rasgó el pómulo por su lenta reacción, y se concentró a partir de ai, mas en el camino, andando encorvado durante gran parte del trayecto para no malmeterse con las ramas bajas. Aunque los arbustos mas salvajes se enganchaban con su capa, mantenía un paso constante y firme, como si no notara aquellos tirones en las ropas.
La muchacha, no pareció seguir tan bien su propio consejo como cabía esperar, y poco después de aquella intervención, tropezó cayendo sobre el elfo, que al no esperarse dicho impacto, chocó contra un árbol quedando sentado en el suelo usando la corteza de respaldo. Un quejido de sorpresa salio de entre sus labios al notar el impacto, que por suerte, no fue nada grave para ninguno, y mientras la joven se levantaba, hizo lo propio sacando el musgo y la tierra de sus ropajes.
Sin embargo, ese día, parecía que había caído en gracia a alguna entidad, pues para compensar el golpe, la muchacha se acercó mas de lo debido, temerosa de haberse lastimado el rostro. Manteniendo una expresión seria el bardo le alzo el mentón con el dedo y le apartó con la mano libre el pelo de la frente, como si buscara alguna lastimadura en su piel.
-No se preocupe.- dijo tras su examen, dejando sentir ligeramente el cálido aroma a menta de su aliento sobre los labios de la muchacha.- Esta ud perfecta.- esbozo una sonrisa tranquilizadora y se apartó para proseguir el camino.
Finalmente llegaron al claro tras su accidentado trayecto. Los gruesos troncos delimitaban el claro como si fueran grandes columnas naturales, y entre las mismas, árboles más chicos y arbustos crecidos creaban un tramado de ramas y hojas como si fueran vergas vegetales. En el centró, como si hubiera sido dispuesta para ellos, se alzaba una roca, cuya superficie estaba parcialmente cubierta por un tapiz de musgo.
-Es fantástico.- felicitó a la joven por su hallazgo, mientras caminaba por el claro, hasta pararse en el lugar des del que considero la vista era mas favorecedor, relativamente cerca de la roca. Dejó allí su morral y el laúd, marcando ese lugar, y se aceró a los márgenes donde crecían algunas flores, que aún no salpicaban el resto del claro con sus colores.
-Pongase comoda. Así podremos empezar en breves.- Indicó.- si necesita ayuda, dígamelo.- añadío sin voltearse, como si fuera algo que careciera de importancia, mientras cortaba con cuidado, los tallos de algunas flores con los dedos, dejando un largo tramo verde hasta la copa.
Cuando hubo reunido varias, empezó, au fuera del alcance de la vista de la muchacha, a trenzarlas entre si, dejando fuera de su manualidad, unas pocas para otro fín.
No tardaron en penetrar en el bosque, y tan pronto como lo hicieron abandonaron el camino. La joven se soltó, para transitar mejor entre la tupida maleza, y el bardo no pudo evitar esbozar una amplia sonrisa mientras observaba la escena de la pequeña joven adentrándose con su capa entre las ramas.
Le recordaba un poco al cuento de caperucita roja, solo que esta vez, en vez de ser desviada del camino por el lobo, ella misma lo llevaba a un rincón del bosque en donde quedaran a solas.
Divertido con su propia idea, escucho a la muchacha haciendo su advertencia justo para evitar una rama, que le rasgó el pómulo por su lenta reacción, y se concentró a partir de ai, mas en el camino, andando encorvado durante gran parte del trayecto para no malmeterse con las ramas bajas. Aunque los arbustos mas salvajes se enganchaban con su capa, mantenía un paso constante y firme, como si no notara aquellos tirones en las ropas.
La muchacha, no pareció seguir tan bien su propio consejo como cabía esperar, y poco después de aquella intervención, tropezó cayendo sobre el elfo, que al no esperarse dicho impacto, chocó contra un árbol quedando sentado en el suelo usando la corteza de respaldo. Un quejido de sorpresa salio de entre sus labios al notar el impacto, que por suerte, no fue nada grave para ninguno, y mientras la joven se levantaba, hizo lo propio sacando el musgo y la tierra de sus ropajes.
Sin embargo, ese día, parecía que había caído en gracia a alguna entidad, pues para compensar el golpe, la muchacha se acercó mas de lo debido, temerosa de haberse lastimado el rostro. Manteniendo una expresión seria el bardo le alzo el mentón con el dedo y le apartó con la mano libre el pelo de la frente, como si buscara alguna lastimadura en su piel.
-No se preocupe.- dijo tras su examen, dejando sentir ligeramente el cálido aroma a menta de su aliento sobre los labios de la muchacha.- Esta ud perfecta.- esbozo una sonrisa tranquilizadora y se apartó para proseguir el camino.
Finalmente llegaron al claro tras su accidentado trayecto. Los gruesos troncos delimitaban el claro como si fueran grandes columnas naturales, y entre las mismas, árboles más chicos y arbustos crecidos creaban un tramado de ramas y hojas como si fueran vergas vegetales. En el centró, como si hubiera sido dispuesta para ellos, se alzaba una roca, cuya superficie estaba parcialmente cubierta por un tapiz de musgo.
-Es fantástico.- felicitó a la joven por su hallazgo, mientras caminaba por el claro, hasta pararse en el lugar des del que considero la vista era mas favorecedor, relativamente cerca de la roca. Dejó allí su morral y el laúd, marcando ese lugar, y se aceró a los márgenes donde crecían algunas flores, que aún no salpicaban el resto del claro con sus colores.
-Pongase comoda. Así podremos empezar en breves.- Indicó.- si necesita ayuda, dígamelo.- añadío sin voltearse, como si fuera algo que careciera de importancia, mientras cortaba con cuidado, los tallos de algunas flores con los dedos, dejando un largo tramo verde hasta la copa.
Cuando hubo reunido varias, empezó, au fuera del alcance de la vista de la muchacha, a trenzarlas entre si, dejando fuera de su manualidad, unas pocas para otro fín.
Iltharion Dur'Falas
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
La muchacha se dejó hacer, esperando al veredicto. Wind se alegró de que no tuviera ninguna marca en el rostro. –Menos mal…-Dijo con un suspiro y sin apartar aún la cara, le dedicó una sincera sonrisa. Aquel olor mentolado, cada vez le gustaba más, pensaba Wind mientras aún mantenía el rostro cerca, después de aquel fugaz pensamiento se apresuró a separarse para continuar con el camino.
-Gracias- Contestó la joven entre risas haciendo una pequeña reverencia, como si fuera una noble dama. Observó al elfo alejarse hacia los bordes del claro y se quedó unos segundos mirándole con curiosidad recoger flores.
Empezaban a caer algunas gotitas del cielo, pero las altas copas de los árboles, hacían de protección por lo que apenas se hacían notar.
Se sonrojó ante aquel ofrecimiento, “¿Si necesitara ayuda?” pensó con curiosidad “¿A qué se referirá?” añadió mentalmente, pero no tenía tiempo para continuar con aquella reflexión, pues el tiempo apremiaba y no quería que la luz desapareciera antes de poder terminar el dibujo.
Se acercó a donde el dibujante había dejado sus cosas y comenzó a depositar allí sus pertenencias. Se quitó la capa y la dejó bien doblada en el suelo, “Esto es raro” pensó mientras lanzaba una fugaz mirada al elfo, que parecía concentrado en las flores.
Comenzó pues a quitarse la ropa, esperando que el bardo continuara con aquella manualidad y así evitar que la viera desnudarse.
Empezó a sonrojarse cuando intentaba desatarse el pequeño nudo de la parte de atrás del vestido cuando de repente entendió a qué se refería con el anterior ofrecimiento pues parecía tener los dedos de mantequilla y no atinaba a deshacer el nudo. Lo intentó varias veces, pero parecía que solo era capaz de apretarlo cada vez más. “Mierda” Pensó avergonzada, “Tengo que pedirle que me desabroche el vestido… ¡No quiero!” añadió mientras el rubor aumentaba, pero no tenía más opciones por lo que al final, cedió.
–E-Esto… ¿Podrías ayudarme con el vestido?- Dijo con una voz casi inaudible mientras el bochorno empezaba a hacerse obvio.
Le indicó con un gesto donde tenía el problema y se retiró el cabello para que así el acceso al nudo fuera más sencillo. No fue capaz de articular una palabra más para explicarle el inconveniente, pues se había quedado muda por la vergüenza.
Cuando el vestido estuvo finalmente desabrochado, decidió que continuar de espaldas, era la mejor opción, pues así al menos, no era consciente de la presencia del elfo. Antes de quitarse el vestido, se quitó las botas cuidadosamente apoyándose contra la roca y acto seguido procedió a quitarse el vestido con un simple movimiento, que resbaló cuidadosamente sobre la pálida piel de Windorind. La muchacha se quedó en ropa interior, y procedió a quitarse el corsé mientras luchaba por controlar su instinto de salir corriendo ante aquella situación.
Tuvo suerte, y el corsé después de un par de intentos, consiguió desatarlo ella sola.
“Ya solo me falta una prenda” Pensó mientras procedía a quitarse la parte de abajo. Cada vez estaba más nerviosa y era bastante notable. No paraba de echar miradas furtivas al elfo, para ver que estaba haciendo pues aunque sabía que aquello podía ser contraproducente, no podía dejar de pensar que aquella situación era extraña y no sabía cómo estaría reaccionando el artista.
Se quitó la última prenda, esperando que aquel elfo no estuviera mirando, aunque probablemente su deseo, no serviría de mucho.
Aunque estaba completamente desvestida, no notaba que hiciera demasiado frío cosa que agradecía sinceramente, aún así de vez en cuando le daban pequeños escalofríos que recorrían toda su espalda, erizándole la piel.
Cuando terminó de desvestirse y reunió el coraje suficiente, se dio la vuelta y dedicó una vergonzosa mirada al elfo. Pensó que se vería demasiado vulnerable ante aquel artista así que se apresuró a tomar el arco.
Recogió el arco y el carcaj del suelo y prácticamente corriendo, se acercó a la roca, donde dejó las flechas. Tomando una flecha al azar y con el arco en la mano, esperó las instrucciones de aquel artista sobre la pose.
-¿Cómo debería colocarme?- Preguntó mientras miraba al suelo, claramente avergonzada por la situación.
-Gracias- Contestó la joven entre risas haciendo una pequeña reverencia, como si fuera una noble dama. Observó al elfo alejarse hacia los bordes del claro y se quedó unos segundos mirándole con curiosidad recoger flores.
Empezaban a caer algunas gotitas del cielo, pero las altas copas de los árboles, hacían de protección por lo que apenas se hacían notar.
Se sonrojó ante aquel ofrecimiento, “¿Si necesitara ayuda?” pensó con curiosidad “¿A qué se referirá?” añadió mentalmente, pero no tenía tiempo para continuar con aquella reflexión, pues el tiempo apremiaba y no quería que la luz desapareciera antes de poder terminar el dibujo.
Se acercó a donde el dibujante había dejado sus cosas y comenzó a depositar allí sus pertenencias. Se quitó la capa y la dejó bien doblada en el suelo, “Esto es raro” pensó mientras lanzaba una fugaz mirada al elfo, que parecía concentrado en las flores.
Comenzó pues a quitarse la ropa, esperando que el bardo continuara con aquella manualidad y así evitar que la viera desnudarse.
Empezó a sonrojarse cuando intentaba desatarse el pequeño nudo de la parte de atrás del vestido cuando de repente entendió a qué se refería con el anterior ofrecimiento pues parecía tener los dedos de mantequilla y no atinaba a deshacer el nudo. Lo intentó varias veces, pero parecía que solo era capaz de apretarlo cada vez más. “Mierda” Pensó avergonzada, “Tengo que pedirle que me desabroche el vestido… ¡No quiero!” añadió mientras el rubor aumentaba, pero no tenía más opciones por lo que al final, cedió.
–E-Esto… ¿Podrías ayudarme con el vestido?- Dijo con una voz casi inaudible mientras el bochorno empezaba a hacerse obvio.
Le indicó con un gesto donde tenía el problema y se retiró el cabello para que así el acceso al nudo fuera más sencillo. No fue capaz de articular una palabra más para explicarle el inconveniente, pues se había quedado muda por la vergüenza.
Cuando el vestido estuvo finalmente desabrochado, decidió que continuar de espaldas, era la mejor opción, pues así al menos, no era consciente de la presencia del elfo. Antes de quitarse el vestido, se quitó las botas cuidadosamente apoyándose contra la roca y acto seguido procedió a quitarse el vestido con un simple movimiento, que resbaló cuidadosamente sobre la pálida piel de Windorind. La muchacha se quedó en ropa interior, y procedió a quitarse el corsé mientras luchaba por controlar su instinto de salir corriendo ante aquella situación.
Tuvo suerte, y el corsé después de un par de intentos, consiguió desatarlo ella sola.
“Ya solo me falta una prenda” Pensó mientras procedía a quitarse la parte de abajo. Cada vez estaba más nerviosa y era bastante notable. No paraba de echar miradas furtivas al elfo, para ver que estaba haciendo pues aunque sabía que aquello podía ser contraproducente, no podía dejar de pensar que aquella situación era extraña y no sabía cómo estaría reaccionando el artista.
Se quitó la última prenda, esperando que aquel elfo no estuviera mirando, aunque probablemente su deseo, no serviría de mucho.
Aunque estaba completamente desvestida, no notaba que hiciera demasiado frío cosa que agradecía sinceramente, aún así de vez en cuando le daban pequeños escalofríos que recorrían toda su espalda, erizándole la piel.
Cuando terminó de desvestirse y reunió el coraje suficiente, se dio la vuelta y dedicó una vergonzosa mirada al elfo. Pensó que se vería demasiado vulnerable ante aquel artista así que se apresuró a tomar el arco.
Recogió el arco y el carcaj del suelo y prácticamente corriendo, se acercó a la roca, donde dejó las flechas. Tomando una flecha al azar y con el arco en la mano, esperó las instrucciones de aquel artista sobre la pose.
-¿Cómo debería colocarme?- Preguntó mientras miraba al suelo, claramente avergonzada por la situación.
Windorind Crownguard
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
No había esperado que realmente la joven precisara de ayuda, pues era una actividad que debía de realizar en solitario todos los días, aunque con los nervios del momento, había pasado que las manos temblorosas no eran unas buenas aliadas a la hora de desatar nudos y cintas. Esta resulto ser una de aquellas ocasiones.
Iltharion se enderezó por completo y depositó sobre la roca algunas flores sueltas, colgando de su brazo para que quedara oculto como sorpresa la corona de flores que había fabricado para la muchacha.
Tras liberar sus manos, se coloco a espaldas de la joven, y desabrochó el nudo sin demasiados problemas, tarea que había realizado incontables veces hasta resultarle algo sumamente sencillo. Para facilitar que se desprendiese del mismo,aflojó las cuerdas restantes.
La joven se agacho, y empezó a desprenderse sola del resto de ropas, e intuyendo que ya no precisaba mas su ayuda, el bardo retrocedió algunos pasos para concederle espacio, observando las miradas de soslayo que le dedicaba la muchacha, notablemente nerviosa. Lo único que podía hacer para tranquilizarla era sonreír con serenidad, y no mirarla demasiado, para evitar que se sintiera observada mas de la cuenta, al final, tendría tiempo para mirar cuanto quisiera mientras pintaba.
Finalmente la joven se volteó, pero como si aquella situación fuera demasiado para ella, corrió a por su arma y se acercó a la roca. Probablemente era la primera vez que se encontraba de esa guisa delante de un hombre, por ello, y por lo acostumbrado que estaba a ver la desnudez, iltharion se movía y la miraba con la misma naturalidad que tenía cuando estaba vestida.
-Voy a acercarme.- le advirtió con tono calmo, para evitar ponerla aun mas tensa, y con paso calmo alcanzó su posición, desenganchado de su espalda la capa que cubría sus hombros, para dejarla colgando de su antebrazo.
Una vez a su lado, se sentó en la roca, y le extendió la mano para que tomase asiento con el.
-Intenta ponerte cómoda, y si tienes frió avisame.-indicó al ver su cuepro preso de intermitentes escalofrios, mientras le iba acomodando los cabellos con la mano libre, para seguidamente descubrir la corona de flores que depositó sobre su cabeza con sumo cuidado.- Eres preciosa, no tienes nada de lo que avergonzarte.- agarró la capa de su antebrazo, para colocar la tela cayendo desde uno de los hombros de la muchacha, de forma que le cubriera apenas lo justo y necesario.
De sobre la roca agarró las flores sueltas que había depositado allí con anterioridad, y con la misma gentileza con la que la había conducido hacia la roca, las colocó en su pelo, de modo que sus vivos colores salpicaran la melena de medianoche que poseía la joven, y para mantener algunos mechones en una posición perfecta, sacó de su bolsillo una cinta, como la que ataba su pelo, y la rodeo con los brazos para atar en la nuca las puntas de los mismos. Roces suaves, con las yemas de los dedos, como si fueran un descuidó, o la consecuencia inevitable de los arreglos que estaba realizando eran lo poco que se consentía el bardo en tocar a la muchacha. En parte quería que se relajara, en parte que fuera consciente de su piel, y tentarla a anhelar el tacto.
Todos sus movimientos se habían sucedido despacio, para que la joven pudiera controlar cada pequeño gesto que el hacía, y su mirada había permanecido casi todo el tiempo en la de la joven para que no se sintiera cohibida.
-Le recomiendo que no mantenga el arco tensado, o se va a casar. ¿Hay algo que pueda hacer para que se sienta mas cómoda?.- preguntó con aparente genuina sinceridad, sin levantarse aun del pedestal natural en el que se encontraban.
Iltharion se enderezó por completo y depositó sobre la roca algunas flores sueltas, colgando de su brazo para que quedara oculto como sorpresa la corona de flores que había fabricado para la muchacha.
Tras liberar sus manos, se coloco a espaldas de la joven, y desabrochó el nudo sin demasiados problemas, tarea que había realizado incontables veces hasta resultarle algo sumamente sencillo. Para facilitar que se desprendiese del mismo,aflojó las cuerdas restantes.
La joven se agacho, y empezó a desprenderse sola del resto de ropas, e intuyendo que ya no precisaba mas su ayuda, el bardo retrocedió algunos pasos para concederle espacio, observando las miradas de soslayo que le dedicaba la muchacha, notablemente nerviosa. Lo único que podía hacer para tranquilizarla era sonreír con serenidad, y no mirarla demasiado, para evitar que se sintiera observada mas de la cuenta, al final, tendría tiempo para mirar cuanto quisiera mientras pintaba.
Finalmente la joven se volteó, pero como si aquella situación fuera demasiado para ella, corrió a por su arma y se acercó a la roca. Probablemente era la primera vez que se encontraba de esa guisa delante de un hombre, por ello, y por lo acostumbrado que estaba a ver la desnudez, iltharion se movía y la miraba con la misma naturalidad que tenía cuando estaba vestida.
-Voy a acercarme.- le advirtió con tono calmo, para evitar ponerla aun mas tensa, y con paso calmo alcanzó su posición, desenganchado de su espalda la capa que cubría sus hombros, para dejarla colgando de su antebrazo.
Una vez a su lado, se sentó en la roca, y le extendió la mano para que tomase asiento con el.
-Intenta ponerte cómoda, y si tienes frió avisame.-indicó al ver su cuepro preso de intermitentes escalofrios, mientras le iba acomodando los cabellos con la mano libre, para seguidamente descubrir la corona de flores que depositó sobre su cabeza con sumo cuidado.- Eres preciosa, no tienes nada de lo que avergonzarte.- agarró la capa de su antebrazo, para colocar la tela cayendo desde uno de los hombros de la muchacha, de forma que le cubriera apenas lo justo y necesario.
De sobre la roca agarró las flores sueltas que había depositado allí con anterioridad, y con la misma gentileza con la que la había conducido hacia la roca, las colocó en su pelo, de modo que sus vivos colores salpicaran la melena de medianoche que poseía la joven, y para mantener algunos mechones en una posición perfecta, sacó de su bolsillo una cinta, como la que ataba su pelo, y la rodeo con los brazos para atar en la nuca las puntas de los mismos. Roces suaves, con las yemas de los dedos, como si fueran un descuidó, o la consecuencia inevitable de los arreglos que estaba realizando eran lo poco que se consentía el bardo en tocar a la muchacha. En parte quería que se relajara, en parte que fuera consciente de su piel, y tentarla a anhelar el tacto.
Todos sus movimientos se habían sucedido despacio, para que la joven pudiera controlar cada pequeño gesto que el hacía, y su mirada había permanecido casi todo el tiempo en la de la joven para que no se sintiera cohibida.
-Le recomiendo que no mantenga el arco tensado, o se va a casar. ¿Hay algo que pueda hacer para que se sienta mas cómoda?.- preguntó con aparente genuina sinceridad, sin levantarse aun del pedestal natural en el que se encontraban.
Iltharion Dur'Falas
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
-Gracias- Dijo la muchacha con un hilo de voz, claramente avergonzada de no haber sido capaz de desabrochar su propio vestido. No sabía si había sido culpa de los nervios o de la ligera embriaguez que aún tenía, pero desde luego, esa situación le pareció bastante bochornosa.
Como si de un cervatillo a punto de escapar se tratara, aquel aviso que intentó tranquilizarla, lo consiguió, aunque apenas ligeramente. Aunque ella estaba realmente tensa, el elfo no parecía haber cambiado la manera de mirarla “Estará acostumbrado” Pensó Wind con cierto alivio, pues que estuviera acostumbrado a esa escena, a ella le transmitía tranquilidad. Ante aquel gesto, la joven tomó asiento al lado del dibujante. No pudo evitar dar un respingo cuando su piel tocó la fría roca, haciendo que toda su piel se erizara.
Se colocó como pudo en la roca, intentando conseguir una postura lo más cómoda posible pues supuso que pasaría bastante rato en esa misma posición. Ese comentario la ruborizó ligeramente, haciendo que sus mejillas tomaran, el tono rojizo que parecía llevar durante todo aquel día.
–Es preciosa- Dijo emocionada como una niña pequeña a la que le acaban de comprar un juguete nuevo. Se quedó mirando al elfo fascinada durante varios segundos, mientras le colocaba la corona de flores y le colocaba la capa. –Tiene las manos extrañamente cálidas, es agradable- Comentó cuando la rozó al colocarle el sayo. El calor en el punto en el que la había rozado, aún tardaría un rato en desaparecer, haciendo que ese punto pareciera que ardía en comparación con el resto de su cuerpo.
Wind agradeció el manto, pues así calmaría los escalofríos que aparecían de vez en cuando además de sentirse un poco más segura al haber tapado parte de su cuerpo
La joven elfa se sorprendió ante la idea de colocarle las flores en el cabello, tenía curiosidad por saber cómo se vería desde fuera, pues ella se sentía realmente extraña, aunque mucho menos nerviosa que la primera vez que se le planteó la idea de ser retratada. Mientras le colocaba todas aquellas flores, algunos mechones de pelo del artista le rozaban la cara o alguna parte de la piel, lo que le producía unas cosquillas irremediables por lo que no podía esconder una constante risa entre dientes.
Cuando le colocó la cinta del pelo, estaba realmente cerca, podía distinguir el olor mentolado de los canutos impregnado en su piel, además su respiración hacía que se estremeciera y riera de vez en cuando, sirviendo como sustituto a las cosquillas anteriores del pelo.
Los roces de las manos del elfo se seguían sucediendo en distintos puntos, haciendo que Wind sintiera que su piel tenía pequeñas estrellas de calor como si de un universo propio se tratara. “Es cálido” pensó Wind mientras esbozaba una tímida sonrisa. Aquel calor contrastaba con el frío de las gotas de agua que caían sobre su cuerpo, haciendo un extraño contraste.
No se había dado cuenta de lo tenso que tenía el arco hasta que el elfo se lo hizo notar. -No creo- Contestó sinceramente la joven, mientras destensaba el arco poco a poco –Espero que con el paso del tiempo mis nervios se calmen- Añadió esperando que el elfo empezara con la pintura.
Como si de un cervatillo a punto de escapar se tratara, aquel aviso que intentó tranquilizarla, lo consiguió, aunque apenas ligeramente. Aunque ella estaba realmente tensa, el elfo no parecía haber cambiado la manera de mirarla “Estará acostumbrado” Pensó Wind con cierto alivio, pues que estuviera acostumbrado a esa escena, a ella le transmitía tranquilidad. Ante aquel gesto, la joven tomó asiento al lado del dibujante. No pudo evitar dar un respingo cuando su piel tocó la fría roca, haciendo que toda su piel se erizara.
Se colocó como pudo en la roca, intentando conseguir una postura lo más cómoda posible pues supuso que pasaría bastante rato en esa misma posición. Ese comentario la ruborizó ligeramente, haciendo que sus mejillas tomaran, el tono rojizo que parecía llevar durante todo aquel día.
–Es preciosa- Dijo emocionada como una niña pequeña a la que le acaban de comprar un juguete nuevo. Se quedó mirando al elfo fascinada durante varios segundos, mientras le colocaba la corona de flores y le colocaba la capa. –Tiene las manos extrañamente cálidas, es agradable- Comentó cuando la rozó al colocarle el sayo. El calor en el punto en el que la había rozado, aún tardaría un rato en desaparecer, haciendo que ese punto pareciera que ardía en comparación con el resto de su cuerpo.
Wind agradeció el manto, pues así calmaría los escalofríos que aparecían de vez en cuando además de sentirse un poco más segura al haber tapado parte de su cuerpo
La joven elfa se sorprendió ante la idea de colocarle las flores en el cabello, tenía curiosidad por saber cómo se vería desde fuera, pues ella se sentía realmente extraña, aunque mucho menos nerviosa que la primera vez que se le planteó la idea de ser retratada. Mientras le colocaba todas aquellas flores, algunos mechones de pelo del artista le rozaban la cara o alguna parte de la piel, lo que le producía unas cosquillas irremediables por lo que no podía esconder una constante risa entre dientes.
Cuando le colocó la cinta del pelo, estaba realmente cerca, podía distinguir el olor mentolado de los canutos impregnado en su piel, además su respiración hacía que se estremeciera y riera de vez en cuando, sirviendo como sustituto a las cosquillas anteriores del pelo.
Los roces de las manos del elfo se seguían sucediendo en distintos puntos, haciendo que Wind sintiera que su piel tenía pequeñas estrellas de calor como si de un universo propio se tratara. “Es cálido” pensó Wind mientras esbozaba una tímida sonrisa. Aquel calor contrastaba con el frío de las gotas de agua que caían sobre su cuerpo, haciendo un extraño contraste.
No se había dado cuenta de lo tenso que tenía el arco hasta que el elfo se lo hizo notar. -No creo- Contestó sinceramente la joven, mientras destensaba el arco poco a poco –Espero que con el paso del tiempo mis nervios se calmen- Añadió esperando que el elfo empezara con la pintura.
Windorind Crownguard
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
Su sonrisa se ensancho hacia el comentario de aceptación sobre su tacto que le dedicó la joven, ya fuera por las caricias o por el calor. Una vez terminó de acomodar todo, tomó ambas manos de la joven entre las suyas, y se inclinó, soltando un poco de vaho sobre las mismas, apra que se mantuvieran tibias.
-Mientras tengas las manso calientes, sentirás menos el frío.- explicó tras aquel gesto con un amable sonrisa., levantándose hasta reunirse con sus cosas, a poca distancia de la roca.
Se sentó con las piernas cruzadas sobre el pasto y con parsimonia sacó del morral un estuche de madera bien cuidado, descubriendo en su interior miga, carboncillo y algunos paños de algodón. Luego salió de la misma bolsa la carpeta ya conocida, y colocó una hoja en blanco en la superficie para poder empezar a pintar.
El ruido del carboncillo rasgando el papel no se hizo esperar, mientras el artista observaba durante algunos periodos a la muchacha por encima del carpesano que sostenía su obra a medias, en la que iba trazando pulcramente su figura, las curvas de su cuerpo, los pliegues que hacía la tela al caer sobre sus muslos, su cabello del color del mar que se recortaba en el paisaje, salpicada de flores como si fuera alguna clase de ninfa, y el arco en reposo que le daba ese aire a deidad de la caza.
Ahora que se podía dar el lujo de contemplarla disfrutaba tanto el dibujarla como ansiaba su tacto, quizás se había contenido por no querer perder la oportunidad de la pintura, pero gustoso recorrería con las manos el trayecto que recorrían las escasas gotas de lluvia, que , filtrándose entre las copas de los árboles, trazaban frias lineas por su cuerpo.
-Para mi resulta ameno, pero tema que se aburra de verme sentado observándola, así que si le resulta mas ameno, puede hablarme de lo que guste, o preguntar cuanto se le antoje saber.- Comento en un tono concentrado mientras bailaba su mirada entre el retrato y la muchacha sobre la roca.
Su cuepro medio encorvado cubria el papel de cualquier gota que lograra traspasar la vegetación, y su ceño se encontraba levemente fruncido por la concentración, sonreía pues disfrutaba de lo que hacía, y su mirada poseía el ardor que suscitaba tal belleza, que insinuante, podía despertar la imaginación de cualquier espectador.
Y con curiosidad, buscaba la mirada de la joven, curioso de que encontrar en ella, ¿Impaciencia, nervios, vergüenza, picardía o fuego? Había visto gran diversidad de gestos en todas sus musas, pero no se sentía seguro de adivinar con que el obsequiaría esa muchacha, que tanto le había sorprendido en las ultimas horas.
-Mientras tengas las manso calientes, sentirás menos el frío.- explicó tras aquel gesto con un amable sonrisa., levantándose hasta reunirse con sus cosas, a poca distancia de la roca.
Se sentó con las piernas cruzadas sobre el pasto y con parsimonia sacó del morral un estuche de madera bien cuidado, descubriendo en su interior miga, carboncillo y algunos paños de algodón. Luego salió de la misma bolsa la carpeta ya conocida, y colocó una hoja en blanco en la superficie para poder empezar a pintar.
El ruido del carboncillo rasgando el papel no se hizo esperar, mientras el artista observaba durante algunos periodos a la muchacha por encima del carpesano que sostenía su obra a medias, en la que iba trazando pulcramente su figura, las curvas de su cuerpo, los pliegues que hacía la tela al caer sobre sus muslos, su cabello del color del mar que se recortaba en el paisaje, salpicada de flores como si fuera alguna clase de ninfa, y el arco en reposo que le daba ese aire a deidad de la caza.
Ahora que se podía dar el lujo de contemplarla disfrutaba tanto el dibujarla como ansiaba su tacto, quizás se había contenido por no querer perder la oportunidad de la pintura, pero gustoso recorrería con las manos el trayecto que recorrían las escasas gotas de lluvia, que , filtrándose entre las copas de los árboles, trazaban frias lineas por su cuerpo.
-Para mi resulta ameno, pero tema que se aburra de verme sentado observándola, así que si le resulta mas ameno, puede hablarme de lo que guste, o preguntar cuanto se le antoje saber.- Comento en un tono concentrado mientras bailaba su mirada entre el retrato y la muchacha sobre la roca.
Su cuepro medio encorvado cubria el papel de cualquier gota que lograra traspasar la vegetación, y su ceño se encontraba levemente fruncido por la concentración, sonreía pues disfrutaba de lo que hacía, y su mirada poseía el ardor que suscitaba tal belleza, que insinuante, podía despertar la imaginación de cualquier espectador.
Y con curiosidad, buscaba la mirada de la joven, curioso de que encontrar en ella, ¿Impaciencia, nervios, vergüenza, picardía o fuego? Había visto gran diversidad de gestos en todas sus musas, pero no se sentía seguro de adivinar con que el obsequiaría esa muchacha, que tanto le había sorprendido en las ultimas horas.
Iltharion Dur'Falas
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
Aquel acto sorprendió a la joven, haciendo que se quedara absorta mirando al elfo mientras le calentaba las manos. –Agradable…- Dijo como un susurro. Era realmente cálido y cuando se alejó, simplemente se le quedó mirando como si de aquella manera pudiera mantener el calor que acababa de recibir.
Wind, se quedó completamente inmóvil cuando vio al artista empezar a coger sus instrumentos de dibujo, pues no sabía cuando empezaría el dibujo. Esperaba aguantar bien en aquella posición sin moverse demasiado pues no quería hacerle el trabajo demasiado complicado al elfo. Estaba absorta viendo cómo se movían las manos del dibujante, pero intentó dejar de mirarle las manos para probar a poner algún tipo de expresión digna de ser retratada.
Al cabo de unos segundos, se fijó en la expresión de Iltharion, estaba serio y cuando la miraba tenía un tipo de pasión que no supo reconocer inmediatamente, “Parece estarse quedando con todos los detalles de mi” Pensó mientras se ruborizaba. –Es francamente apasionante verle dibujar, la verdad- Dijo la joven con sinceridad. -Cuénteme, hacia donde se dirigirá una vez abandone Vulwulfar?- Preguntó para amenizar el tiempo. Verle tan concentrado en retratar su cuerpo semi desnudo, le produjo una sensación de vergüenza mezclada con emoción. Era extraño, pues en su joven vida, no había tenido nunca una emoción similar.
Las gotas de agua que paseaban por su cuerpo a su antojo hacían que los puntos de calor que los anteriores roces del artista desaparecieran poco a poco, dando una sensación de frío poco agradable produciéndole una ligera tristeza. Realmente, deseaba que aquellas zonas de calor regresaran, aunque, al menos la capa con la que estaba cubierta, tenía el olor mentolado del tabaco del bardo.
Mientras Wind observaba al artista, su mirada iba perdiendo timidez e iba ganando curiosidad. Curiosidad de saber cómo iba a quedar aquel retrato, de si realmente saldría hermosa o al menos, curiosidad de ver por fin, como aquel artista la veía por lo que la expresión aumentaba también en pasión. “Ahora sabré si todo aquello que dijo sobre mí, era cierto o no” Reflexionó Wind mientras observaba el rostro del elfo, que quedaba prácticamente escondido por la curvatura de su cuerpo.
En el claro, empezaban a formarse pequeños charcos de agua en algunos puntos muy concretos, que contrastaban con zonas que estaban prácticamente secas. Parecía que la lluvia iba a ir a más, así que esperaba que al elfo le diera tiempo de terminar el dibujo antes de que el tiempo empeorara, pues, ella tenía su capa y si llovía mucho más fuerte, podría acabar estropeado el trabajo.
Wind, se quedó completamente inmóvil cuando vio al artista empezar a coger sus instrumentos de dibujo, pues no sabía cuando empezaría el dibujo. Esperaba aguantar bien en aquella posición sin moverse demasiado pues no quería hacerle el trabajo demasiado complicado al elfo. Estaba absorta viendo cómo se movían las manos del dibujante, pero intentó dejar de mirarle las manos para probar a poner algún tipo de expresión digna de ser retratada.
Al cabo de unos segundos, se fijó en la expresión de Iltharion, estaba serio y cuando la miraba tenía un tipo de pasión que no supo reconocer inmediatamente, “Parece estarse quedando con todos los detalles de mi” Pensó mientras se ruborizaba. –Es francamente apasionante verle dibujar, la verdad- Dijo la joven con sinceridad. -Cuénteme, hacia donde se dirigirá una vez abandone Vulwulfar?- Preguntó para amenizar el tiempo. Verle tan concentrado en retratar su cuerpo semi desnudo, le produjo una sensación de vergüenza mezclada con emoción. Era extraño, pues en su joven vida, no había tenido nunca una emoción similar.
Las gotas de agua que paseaban por su cuerpo a su antojo hacían que los puntos de calor que los anteriores roces del artista desaparecieran poco a poco, dando una sensación de frío poco agradable produciéndole una ligera tristeza. Realmente, deseaba que aquellas zonas de calor regresaran, aunque, al menos la capa con la que estaba cubierta, tenía el olor mentolado del tabaco del bardo.
Mientras Wind observaba al artista, su mirada iba perdiendo timidez e iba ganando curiosidad. Curiosidad de saber cómo iba a quedar aquel retrato, de si realmente saldría hermosa o al menos, curiosidad de ver por fin, como aquel artista la veía por lo que la expresión aumentaba también en pasión. “Ahora sabré si todo aquello que dijo sobre mí, era cierto o no” Reflexionó Wind mientras observaba el rostro del elfo, que quedaba prácticamente escondido por la curvatura de su cuerpo.
En el claro, empezaban a formarse pequeños charcos de agua en algunos puntos muy concretos, que contrastaban con zonas que estaban prácticamente secas. Parecía que la lluvia iba a ir a más, así que esperaba que al elfo le diera tiempo de terminar el dibujo antes de que el tiempo empeorara, pues, ella tenía su capa y si llovía mucho más fuerte, podría acabar estropeado el trabajo.
Windorind Crownguard
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
Iltharion ensanchó una sonrisa ante el halago que el dedico la joven.
-Me alegro que no se este aburriendo.- Respondió con sinceridad, mientras le daba a su dibujo ese toque de rubor que acaba de aparecer en los pómulos de la muchacha.
-Normalmente no se hacia donde voy hasta que llego a mi destino, o poco antes, sigo mercaderes, o otros viajeros. En cualquier lugar se encuentran cosas interesantes, y se disfruta de la musica, asi que me dejo llevar por el destino.- Prosiguió sin detener el avance del cabroncillo ni un instante.-¿A donde iría ud. de poder elegir cualquier lugar?.
La pintura tomaba forma, las sombras se definian, y finalmente el bardo pudo dar por terminada su obra, que había llevado un buen tiempo, antes de que la lluvia fuera demasiada. Se levantó con lentitud, y se estiró, desadormeciendo sus extremidades por pasar dobladas todo ese rato, y, tomando la carpeta con el dibujo oculto con una mano, guardó en el estuche el carbón y se limpió minuciosamente las manos con los paños, para hacer desaparecer todos los utensilios dentro de la bolsa, y finalmente se aceró a la roca para volver a sentarse al lado de la muchacha,acompañado por el característico tintineo de sus pendientes dorados.
Con el brazo libre la rodeó intentando disipar el frío que pudiera haberse adueñado de su cuerpo durante el retrato en el que había permanecido a la intemperie, mientras le acomodaba la capa para que la cubriese un poco más de la llovizna. Enganchó su mano en la cadera manteniendo firme el manto que la cubría, y marcando la presencia de su mano en dicho lugar mientras la acercaba hacia si, y de paso, la cubría parcialmente de las frías gotas de lluvia que los alcanzaban.
-Espero considere que haya valido la pena.- comentó en un tono algo mas bajo y confidente, mientras finalmente le descubría la pintura.
Sobre el lienzo le devolvía una curiosa mirada, teñida de vergüenza y una ligera emoción su propio reflejo a la dama, algunas gotas brillaban sobre su piel de porcelana, apenas cubierta por la oscura capa, que auna si revelaba en su caída, las formas de su voluptuoso cuerpo casi desnudo en medio de ese paraje natural. las flores, aún frescas parecían brotar de su pelo como si fuera un espíritu del bosque, que tan cándido como protector portaba consigo un arma.
Todo parecía haber sido pintado con sumo detalle, la postura de sus pequeñas manos, el largo de sus pestañas, algun mechón rebelde que flotaba por la ligera brisa captado en el momento justo, la forma de su cuerpo, como si hubiera sido sometida a un minucioso examen para ser plasmada en el papel.
-¿Comprende ahora porque el digo que es ud. hermosa?.-susurro muy cerca de su oído, aprovechando tanto la proximidad inicial, como la contemplación de la joven sobre la imagen que había usado como distracción para acercarse aun más a la dama, dejando sentir su voz como una suave caricia en su oreja, la cual sabía como punto débil de los elfos por sus terminaciones nerviosas y por poseer también el la misma debilidad.
-Estoy agradecido de que me dejara retratarla.- Prosiguió con el mismo tono suave, deslizando la nariz lentamente por su pómulo hasta depositarle un suave beso en la mejilla, dejando su rostro cerca del de la muchacha y virandolo apenas para que quedaran de nuevo cerca sus labios, como cuando había examinado su faz en el bosque. Era el momento de la verdad, o se comería una buena bofetada, o con suerte podría satisfacer un apetito menos refinado que el del arte, pero por lo menos, si la muchacha no salía ahuyentada, perdería ya el miedo a recibir una flecha en alguna parte preciada y vulnerable de su cuerpo.
Permaneció así unos instantes, incitante expectación a lo que venía a continuación, dejándole sentir su respiración y dándole a la vez tiempo a la muchacha para reaccionar, podía apartarse o recibir un dulce beso en los labios.
-Me alegro que no se este aburriendo.- Respondió con sinceridad, mientras le daba a su dibujo ese toque de rubor que acaba de aparecer en los pómulos de la muchacha.
-Normalmente no se hacia donde voy hasta que llego a mi destino, o poco antes, sigo mercaderes, o otros viajeros. En cualquier lugar se encuentran cosas interesantes, y se disfruta de la musica, asi que me dejo llevar por el destino.- Prosiguió sin detener el avance del cabroncillo ni un instante.-¿A donde iría ud. de poder elegir cualquier lugar?.
La pintura tomaba forma, las sombras se definian, y finalmente el bardo pudo dar por terminada su obra, que había llevado un buen tiempo, antes de que la lluvia fuera demasiada. Se levantó con lentitud, y se estiró, desadormeciendo sus extremidades por pasar dobladas todo ese rato, y, tomando la carpeta con el dibujo oculto con una mano, guardó en el estuche el carbón y se limpió minuciosamente las manos con los paños, para hacer desaparecer todos los utensilios dentro de la bolsa, y finalmente se aceró a la roca para volver a sentarse al lado de la muchacha,acompañado por el característico tintineo de sus pendientes dorados.
Con el brazo libre la rodeó intentando disipar el frío que pudiera haberse adueñado de su cuerpo durante el retrato en el que había permanecido a la intemperie, mientras le acomodaba la capa para que la cubriese un poco más de la llovizna. Enganchó su mano en la cadera manteniendo firme el manto que la cubría, y marcando la presencia de su mano en dicho lugar mientras la acercaba hacia si, y de paso, la cubría parcialmente de las frías gotas de lluvia que los alcanzaban.
-Espero considere que haya valido la pena.- comentó en un tono algo mas bajo y confidente, mientras finalmente le descubría la pintura.
Sobre el lienzo le devolvía una curiosa mirada, teñida de vergüenza y una ligera emoción su propio reflejo a la dama, algunas gotas brillaban sobre su piel de porcelana, apenas cubierta por la oscura capa, que auna si revelaba en su caída, las formas de su voluptuoso cuerpo casi desnudo en medio de ese paraje natural. las flores, aún frescas parecían brotar de su pelo como si fuera un espíritu del bosque, que tan cándido como protector portaba consigo un arma.
Todo parecía haber sido pintado con sumo detalle, la postura de sus pequeñas manos, el largo de sus pestañas, algun mechón rebelde que flotaba por la ligera brisa captado en el momento justo, la forma de su cuerpo, como si hubiera sido sometida a un minucioso examen para ser plasmada en el papel.
-¿Comprende ahora porque el digo que es ud. hermosa?.-susurro muy cerca de su oído, aprovechando tanto la proximidad inicial, como la contemplación de la joven sobre la imagen que había usado como distracción para acercarse aun más a la dama, dejando sentir su voz como una suave caricia en su oreja, la cual sabía como punto débil de los elfos por sus terminaciones nerviosas y por poseer también el la misma debilidad.
-Estoy agradecido de que me dejara retratarla.- Prosiguió con el mismo tono suave, deslizando la nariz lentamente por su pómulo hasta depositarle un suave beso en la mejilla, dejando su rostro cerca del de la muchacha y virandolo apenas para que quedaran de nuevo cerca sus labios, como cuando había examinado su faz en el bosque. Era el momento de la verdad, o se comería una buena bofetada, o con suerte podría satisfacer un apetito menos refinado que el del arte, pero por lo menos, si la muchacha no salía ahuyentada, perdería ya el miedo a recibir una flecha en alguna parte preciada y vulnerable de su cuerpo.
Permaneció así unos instantes, incitante expectación a lo que venía a continuación, dejándole sentir su respiración y dándole a la vez tiempo a la muchacha para reaccionar, podía apartarse o recibir un dulce beso en los labios.
Iltharion Dur'Falas
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
-Destinos desconocidos… Ha de ser emocionante- Comentó Wind. –Me gustaría ir a Lunargenta, pues, aunque sé que no es un viaje demasiado llamativo o largo, probablemente sí me sería útil. O sino, a la zona del norte, pues es una zona que nunca he tenido la oportunidad de visitar demasiado a fondo- Contestó Wind con sinceridad, sin dejar de mirar al artista.
Empezaban a cansársele las piernas y el frio se hacía notar. Se preguntaba cuanto quedaba para que el elfo terminara el dibujo, pero prefirió no preguntar para no meterle prisa, pues sabía que el arte llevaba su tiempo y prefería aguantar aquella incomodidad un rato más a cambio de un hermoso retrato.
Cuando por fin terminó el dibujo y pudo relajar la postura se notaba completamente entumecida. Le costó sentarse cómodamente en la piedra pues después de todo ese tiempo ahí, cualquier movimiento le incomodaba. Depostó el arco en suelo por fin, los brazos estaban doloridos de sujetar el arma, pues aunque no la tuviera en tensión, pesaba más de lo que parecía.
Tenía pequeñas tiritonas debido a la lluvia y a la falta de ropa por lo que se colocó de tal manera que el viento la molestara lo menos posible.
Observó al elfo guardar todos los materiales rápidamente para que no se le estropearan con el agua, estaba realmente expectante por saber cómo habría quedado el dibujo “¿Habré quedado hermosa?” Se preguntaba Wind constantemente.
Esperó a que el elfo se acercara a la roca, se apartó ligeramente y contempló como se sentaba a su lado. Aprovechó para acurrucarse ligeramente contra él –Debe tener tanto frío como yo- Afirmó Wind sin darle opciones a replicarla. –Cuando volvamos a la ciudad le invitaré a una bebida caliente- Prometió la joven.
Aquel alago le cosquilleó en la oreja haciéndole soltar una risa baja además de darle un hormigueo en el estómago pues las orejas eran una zona especialmente sensible, al menos, para ella y desconocía si eso era generalizado o no.
Cuando el artista desveló su obra, Wind quedó completamente maravillada, parecía no ser ella, era como una escena digna de un libro de mitos, su cabello estaba plagado de pequeños puntos de colores y las curvas de su cuerpo eran más vistosas de lo que jamás se habría imaginado. -¿D-de verdad soy yo?- Preguntó al artista con verdadera curiosidad. “No es posible” Pensó con incredulidad. Miró al artista por un momento como si de verdad no se creyera que aquella dama era ella, para, acto seguido volver a mirar aquel retrato. –Por supuesto que ha valido la pena- Dijo respondiendo a su anterior pregunta con aun un asombro que no había desaparecido.
-Están retratados todos los detalles, incluso cosas que apenas han durado unos instantes…- Siguió diciendo en voz alta, con una voz notablemente feliz. No podía dejar de analizar aquel retrato pero la voz del elfo la sacó de sus propios pensamientos, al notar que la lluvia podía empezar a estropearlo, lo colocó con cuidado en una zona protegida entre la capa y su cuerpo. Se sorprendió ante aquel agradecimiento que sonaba tan sincero. Inesperadamente sintió cómo el elfo se acercaba cada vez más hasta darle un repentino beso lo que hizo que su estómago diera un vuelco. “¿Qué…?” Alcanzó a pensar antes de que el artista moviera suavemente la cabeza de Wind, la cual, sin darle demasiadas vueltas y como si su cuerpo se moviera por sí solo, se acercó Iltharion lo suficiente para que sus labios se juntaran mientras la lluvia empezaba a aumentar y a mojarles por completo.
Empezaban a cansársele las piernas y el frio se hacía notar. Se preguntaba cuanto quedaba para que el elfo terminara el dibujo, pero prefirió no preguntar para no meterle prisa, pues sabía que el arte llevaba su tiempo y prefería aguantar aquella incomodidad un rato más a cambio de un hermoso retrato.
Cuando por fin terminó el dibujo y pudo relajar la postura se notaba completamente entumecida. Le costó sentarse cómodamente en la piedra pues después de todo ese tiempo ahí, cualquier movimiento le incomodaba. Depostó el arco en suelo por fin, los brazos estaban doloridos de sujetar el arma, pues aunque no la tuviera en tensión, pesaba más de lo que parecía.
Tenía pequeñas tiritonas debido a la lluvia y a la falta de ropa por lo que se colocó de tal manera que el viento la molestara lo menos posible.
Observó al elfo guardar todos los materiales rápidamente para que no se le estropearan con el agua, estaba realmente expectante por saber cómo habría quedado el dibujo “¿Habré quedado hermosa?” Se preguntaba Wind constantemente.
Esperó a que el elfo se acercara a la roca, se apartó ligeramente y contempló como se sentaba a su lado. Aprovechó para acurrucarse ligeramente contra él –Debe tener tanto frío como yo- Afirmó Wind sin darle opciones a replicarla. –Cuando volvamos a la ciudad le invitaré a una bebida caliente- Prometió la joven.
Aquel alago le cosquilleó en la oreja haciéndole soltar una risa baja además de darle un hormigueo en el estómago pues las orejas eran una zona especialmente sensible, al menos, para ella y desconocía si eso era generalizado o no.
Cuando el artista desveló su obra, Wind quedó completamente maravillada, parecía no ser ella, era como una escena digna de un libro de mitos, su cabello estaba plagado de pequeños puntos de colores y las curvas de su cuerpo eran más vistosas de lo que jamás se habría imaginado. -¿D-de verdad soy yo?- Preguntó al artista con verdadera curiosidad. “No es posible” Pensó con incredulidad. Miró al artista por un momento como si de verdad no se creyera que aquella dama era ella, para, acto seguido volver a mirar aquel retrato. –Por supuesto que ha valido la pena- Dijo respondiendo a su anterior pregunta con aun un asombro que no había desaparecido.
-Están retratados todos los detalles, incluso cosas que apenas han durado unos instantes…- Siguió diciendo en voz alta, con una voz notablemente feliz. No podía dejar de analizar aquel retrato pero la voz del elfo la sacó de sus propios pensamientos, al notar que la lluvia podía empezar a estropearlo, lo colocó con cuidado en una zona protegida entre la capa y su cuerpo. Se sorprendió ante aquel agradecimiento que sonaba tan sincero. Inesperadamente sintió cómo el elfo se acercaba cada vez más hasta darle un repentino beso lo que hizo que su estómago diera un vuelco. “¿Qué…?” Alcanzó a pensar antes de que el artista moviera suavemente la cabeza de Wind, la cual, sin darle demasiadas vueltas y como si su cuerpo se moviera por sí solo, se acercó Iltharion lo suficiente para que sus labios se juntaran mientras la lluvia empezaba a aumentar y a mojarles por completo.
Windorind Crownguard
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
-Seguro que a ambos nos vendrá bien.- aceptó sin protestar a la propuesta de la joven para tomar algo caliente a la vuelta. Cediendole algo de silencio para que pudiera observar cómo había quedado.
-Porsupuesto que es ud. ¿Hay alguien más aquí acaso?.- respondió con una pequeña risa ante la sorpresa de la joven al ver su propio reflejo. Parecía contenta con el dibujo, por lo menos, al mismo grado que el lo estaba, y con el mismo cuidado que había ejercido con el resto de sus obras lo protegió de la lluvia.
Con la pintura propiamente guardada, metió la carpeta en la bolsa, y la misma en debajo de un saliente de la roca, evitando de ese modo que, aunque aumentara la lluvia, la humedad calara la bolsa, y por consiguiente su contenido, protegiendo tanto sus pinturas como el resto de sus pertenencias con ese gesto.
El bardo parecía tener hoy una mano ganadora consigo, y celebro interiormente con júbilo cuando la muchacha, en vez de apartarse se aceró mas a su beso, y como si el clima quisiera gastarle una broma, decidió en ese momento, aumentar la intensidad de la lluvia que caía sobre ellos.
Sin embargo, el bardo estaba decidido a ignorar el clima, dejar tiempo para pensar era algo que no le favorecía en lo mas mínimo.
Subió la mano de la cadera hasta la mejilla de la muchacha, sosteniendo su rostro mientras se fundian en ese beso, saboreando sus labios, dándole una primera probada a la joven de una pasión que dudaba que hubiera experimentado en su vida.
Lentamente fue deslizando esa misma mano, tibia por su cuello, recorriendo con las yemas su contorno, presiono suavemente al llegar a los hombros para atraerla hacia su cuerpo, y siguió bajando por dentro de la capa hasta su cintura, repasando firmemente su figura para marcar el camino de sus dedos por la carne, hasta sostenerla como antes pero por debajo de las telas.
Con su otra mano envolvió con la palma su nuca, y con el pulgar acariciaba el borde de su mandíbula y el lóbulo de la oreja, pinzando cada tanto sin ejercer apenas fuerza.
Su piel era tan suave como que parecía acariciar sus dedos en vez de sucederse al revés como ocurría, y tan tentadora como agua en el desierto.
-Es simplemente irresistible.-susurro contra sus labios antes de besarlos de nuevo, mirándola intensamente por la rendija que quedaba entre sus entrecerrados párpados, antes de besarla de nuevo, y estrecharla entre sus brazos, buscan sentir contra su pecho, las curvas de su cuerpo.
Sentía la lluvia contra su espalda, calando su camisa de lino que se pegaba a su piel, las heladas gotas de agua resbalando debajo del lino, un contraste frío en comparación con el calor de la otra mitad de su anatomía, y sin embargo, no era desagradable.
Si la joven no se apartaba proseguiria con sus andanzas, trazando un camino con los labios hasta llegar a su cuello, repasando esa curva con la lengua, dejando que se erizara la piel sensible antes de marcarla delicadamente con los dientes, breves mordiscos en la base ascendiendo hacia la oreja, saboreando ese momento tan imaginado mientras pintaba que había temido por un momento, quedará solo como fruto de su mente.
-Porsupuesto que es ud. ¿Hay alguien más aquí acaso?.- respondió con una pequeña risa ante la sorpresa de la joven al ver su propio reflejo. Parecía contenta con el dibujo, por lo menos, al mismo grado que el lo estaba, y con el mismo cuidado que había ejercido con el resto de sus obras lo protegió de la lluvia.
Con la pintura propiamente guardada, metió la carpeta en la bolsa, y la misma en debajo de un saliente de la roca, evitando de ese modo que, aunque aumentara la lluvia, la humedad calara la bolsa, y por consiguiente su contenido, protegiendo tanto sus pinturas como el resto de sus pertenencias con ese gesto.
El bardo parecía tener hoy una mano ganadora consigo, y celebro interiormente con júbilo cuando la muchacha, en vez de apartarse se aceró mas a su beso, y como si el clima quisiera gastarle una broma, decidió en ese momento, aumentar la intensidad de la lluvia que caía sobre ellos.
Sin embargo, el bardo estaba decidido a ignorar el clima, dejar tiempo para pensar era algo que no le favorecía en lo mas mínimo.
Subió la mano de la cadera hasta la mejilla de la muchacha, sosteniendo su rostro mientras se fundian en ese beso, saboreando sus labios, dándole una primera probada a la joven de una pasión que dudaba que hubiera experimentado en su vida.
Lentamente fue deslizando esa misma mano, tibia por su cuello, recorriendo con las yemas su contorno, presiono suavemente al llegar a los hombros para atraerla hacia su cuerpo, y siguió bajando por dentro de la capa hasta su cintura, repasando firmemente su figura para marcar el camino de sus dedos por la carne, hasta sostenerla como antes pero por debajo de las telas.
Con su otra mano envolvió con la palma su nuca, y con el pulgar acariciaba el borde de su mandíbula y el lóbulo de la oreja, pinzando cada tanto sin ejercer apenas fuerza.
Su piel era tan suave como que parecía acariciar sus dedos en vez de sucederse al revés como ocurría, y tan tentadora como agua en el desierto.
-Es simplemente irresistible.-susurro contra sus labios antes de besarlos de nuevo, mirándola intensamente por la rendija que quedaba entre sus entrecerrados párpados, antes de besarla de nuevo, y estrecharla entre sus brazos, buscan sentir contra su pecho, las curvas de su cuerpo.
Sentía la lluvia contra su espalda, calando su camisa de lino que se pegaba a su piel, las heladas gotas de agua resbalando debajo del lino, un contraste frío en comparación con el calor de la otra mitad de su anatomía, y sin embargo, no era desagradable.
Si la joven no se apartaba proseguiria con sus andanzas, trazando un camino con los labios hasta llegar a su cuello, repasando esa curva con la lengua, dejando que se erizara la piel sensible antes de marcarla delicadamente con los dientes, breves mordiscos en la base ascendiendo hacia la oreja, saboreando ese momento tan imaginado mientras pintaba que había temido por un momento, quedará solo como fruto de su mente.
- off-rol:
- Como siempre, si quieres que edite algo, solo tienes que avisar.
Iltharion Dur'Falas
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
La joven esbozó una sonrisa cuando escuchó aquella respuesta. –Supongo que es cierto, he de ser yo…- Contestó con un deje de vergüenza en su voz mientras terminaba de examinar el dibujo.
El frío del agua que caía, contrastaba con el calor proporcionado por el beso del elfo. La joven, siendo este su primer momento con un hombre, sentía un cosquilleo incesante que le subía por el estómago. Se sentía realmente nerviosa por aquella situación aunque, por otra parte, también estaba contenta pues ahora sabía a ciencia cierta, que aquel artista, la veía realmente bella.
Las delicadas manos que recorrían suevamente el cuerpo de la joven hacían que a Wind se le erizara la piel. Al igual que cuando le estaba colocando la capa, allí por donde el dibujante pasaba la mano dejaba un surco de calor. El agarre de Iltharion en la cadera, hacía que Wind quisiera acercarse más a él, por lo que, se giró un poco más hacia el elfo, y le pasó las manos por la espalda intentando abarcarla entera, pero al no poder, se sujetó a la empapada camisa del artista haciendo que sus cuerpos quedaran muy cerca, pero no llegaran a rozarse. El cosquilleo del bajo vientre era cada vez mayor, haciendo que la joven, empezara a entrar en calor desde el interior de su propio cuerpo.
La mano de la nuca que le acariciaba la oreja, le resultaba reconfortante, además las cosquillas de la oreja, se sumaban a las del estómago, haciendo así que éstas aumentaran y por ende, también el calor que sentía la joven. “Va a pensar que tengo fiebre” Se preocupó la joven con candidez, pues no sabía exactamente por qué sentía esas cosquillas ni ese calor, por lo que, tampoco sabía que eso era algo habitual en aquellas situaciones.
Cuando el elfo se apartó ligeramente para decir esas palabras, la pequeña elfa hizo un pequeño gemido mientras abría ligeramente los ojos. –Yo no…- Intentó contradecirle mientras se ruborizaba por el cumplido, pero no fue capaz, pues se volvieron a fundir en otro beso antes de que recuperara la capacidad para enlazar frases con sentido. Su respiración estaba cada vez más acelerada, haciendo que ésta fuera irregular y con exhalaciones cortas. Necesitó alejarse ligeramente de los labios del artista para poder respirar más profundamente, soltando así de su abrazo a Iltharion, oportunidad que el elfo pareció aprovechar para cambiar el foco de atención haciendo que los besos continuaran por el cuello. Wind emitió un gemido más alto que el anterior cuando la lengua entró en contacto con su cuello y cuando los dientes la pellizcaron agarró, como por instinto, la parte delantera de la camisa de lino entre sus manos. Al tomar la camisa, sintió el definido cuerpo del bardo debajo de ella, además de que por la lluvia era claramente visible el torso del artista.
Según la situación se iba intensificando, Wind pensó en lo que acabaría ocurriendo después “Esto… de verdad…” Pensó entre los besos que iba recibiendo en el cuello, pero tampoco pudo razonar mucho más aquella idea.
Wind, apenas era capaz de emitir sonidos pues, parecía que su cerebro no era capaz de hacer las conexiones adecuadas para realizar ninguna otra acción. Cuando el bardo empezó a juguetear con su oreja, Wind tenía la sensación de que podría quemar a cualquiera con el calor incendiario que sentía, la lluvia no parecía ayudarla a volver a tener una temperatura normal y aquellas cosquillas del bajo vientre empezaban a hacerse insoportables. –Y-yo…- Tartamudeó en voz alta, intentando decirle algo al Iltharion. Al cabo de uno segundo y haciendo acopio de todo el raciocinio que pudo conseguir pronunciar una única palabra –C-Calor…- Dijo entre gemidos, intentando hacerle entender al elfo, que empezaba a sentir mucho calor. El siguiente bocado en su oreja, borró por completo la última conexión de su mente, dejándose llevar por aquella situación, sin pensar en que ocurriría después, sabiendo, que pasara lo que pasara, la decisión habría sido suya.
El frío del agua que caía, contrastaba con el calor proporcionado por el beso del elfo. La joven, siendo este su primer momento con un hombre, sentía un cosquilleo incesante que le subía por el estómago. Se sentía realmente nerviosa por aquella situación aunque, por otra parte, también estaba contenta pues ahora sabía a ciencia cierta, que aquel artista, la veía realmente bella.
Las delicadas manos que recorrían suevamente el cuerpo de la joven hacían que a Wind se le erizara la piel. Al igual que cuando le estaba colocando la capa, allí por donde el dibujante pasaba la mano dejaba un surco de calor. El agarre de Iltharion en la cadera, hacía que Wind quisiera acercarse más a él, por lo que, se giró un poco más hacia el elfo, y le pasó las manos por la espalda intentando abarcarla entera, pero al no poder, se sujetó a la empapada camisa del artista haciendo que sus cuerpos quedaran muy cerca, pero no llegaran a rozarse. El cosquilleo del bajo vientre era cada vez mayor, haciendo que la joven, empezara a entrar en calor desde el interior de su propio cuerpo.
La mano de la nuca que le acariciaba la oreja, le resultaba reconfortante, además las cosquillas de la oreja, se sumaban a las del estómago, haciendo así que éstas aumentaran y por ende, también el calor que sentía la joven. “Va a pensar que tengo fiebre” Se preocupó la joven con candidez, pues no sabía exactamente por qué sentía esas cosquillas ni ese calor, por lo que, tampoco sabía que eso era algo habitual en aquellas situaciones.
Cuando el elfo se apartó ligeramente para decir esas palabras, la pequeña elfa hizo un pequeño gemido mientras abría ligeramente los ojos. –Yo no…- Intentó contradecirle mientras se ruborizaba por el cumplido, pero no fue capaz, pues se volvieron a fundir en otro beso antes de que recuperara la capacidad para enlazar frases con sentido. Su respiración estaba cada vez más acelerada, haciendo que ésta fuera irregular y con exhalaciones cortas. Necesitó alejarse ligeramente de los labios del artista para poder respirar más profundamente, soltando así de su abrazo a Iltharion, oportunidad que el elfo pareció aprovechar para cambiar el foco de atención haciendo que los besos continuaran por el cuello. Wind emitió un gemido más alto que el anterior cuando la lengua entró en contacto con su cuello y cuando los dientes la pellizcaron agarró, como por instinto, la parte delantera de la camisa de lino entre sus manos. Al tomar la camisa, sintió el definido cuerpo del bardo debajo de ella, además de que por la lluvia era claramente visible el torso del artista.
Según la situación se iba intensificando, Wind pensó en lo que acabaría ocurriendo después “Esto… de verdad…” Pensó entre los besos que iba recibiendo en el cuello, pero tampoco pudo razonar mucho más aquella idea.
Wind, apenas era capaz de emitir sonidos pues, parecía que su cerebro no era capaz de hacer las conexiones adecuadas para realizar ninguna otra acción. Cuando el bardo empezó a juguetear con su oreja, Wind tenía la sensación de que podría quemar a cualquiera con el calor incendiario que sentía, la lluvia no parecía ayudarla a volver a tener una temperatura normal y aquellas cosquillas del bajo vientre empezaban a hacerse insoportables. –Y-yo…- Tartamudeó en voz alta, intentando decirle algo al Iltharion. Al cabo de uno segundo y haciendo acopio de todo el raciocinio que pudo conseguir pronunciar una única palabra –C-Calor…- Dijo entre gemidos, intentando hacerle entender al elfo, que empezaba a sentir mucho calor. El siguiente bocado en su oreja, borró por completo la última conexión de su mente, dejándose llevar por aquella situación, sin pensar en que ocurriría después, sabiendo, que pasara lo que pasara, la decisión habría sido suya.
- Off rol:
- Si tienes alguna sugerencia para cambiar en el post, dímelo y lo edito :3
Windorind Crownguard
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
La joven se había encendido como la inmensa hoguera de un festival, su piel, erizada pero sin perder la suavidad, ardía bajo las manos del bardo, y pesé la timidez que había mostrado siempre, sus manos lo rodeaban y recorrían su espalda, aceptación, quizás reflejo de aquella pasión.
Era extremadamente sensible, aunque no había sorpresa en aquello, pues iltharion estaba seguro de estar explorando un territorio nunca antes conocido por el hombre, la confusión y el anhelo de algo desconocido de las doncellas le enardecía, casi tanto como los pocos gemidos que habían escapado de los labios de la dama, que sin aliento, trataba de recuperar el aire en sus pulmones.
Sin embargo, el bardo tampoco era un ser de piedra, mientras la mano de la cadera ascendía por el abdomen, para rodear un seno con la mano con suavidad, trazando círculos en l su culmen con la yema del pulgar, al sentir las pequeñas manos de la muchacha aferradas en su pechó, y sus balbuceos entre gemidos, su cuerpo se encendía, su respiración se volvía mas fuerte, y la excitación de su cuerpo se hacia mas latente bajó las ropas, volviéndose notoria a la vista, si alguien la aventuraba bajo su ecuador.
-C-Calor.- Esa palabra le hizo esbozar una picara sonrisa, una sonrisa hambrienta y soltar con la mano que había permanecido en la nuca de la joven, completamente la capa para descubrir su cuerpo por completo, y deslizarse por la columna hasta aferrar a la muchacha por la base de su espalda.
Bajo su boca por su omóplato, por su hombro, hasta rodearle el seno entre sus labios, sin embargo, no se detuvieron allí en su descenso, y aprovechando su propio peso, trazo un lento camino por su abdomen mientras la recostaba contra fría roca, húmeda por la lluvia que los empapaba. Bajo hacia los muslos que con tanto ahínco había retratado, bajó hasta la rodilla con la lengua, separando ligeramente sus piernas para apoyar sus labios en la cara interna, y con la misma lentitud, disfrutando de aquel plato, empezó a ascender hacia el centro, marcando su avance colmando su piel de atenciones.
Casi en el culmen donde se juntaban sus piernas se detuvo un segundo, para observarla desde esa perspectiva, cuan vulnerable resultaba de ese modo, como por ingenuidad, al final el lobo iba a comerse a caperucita, y no habría cazador que liberase de sus garras a la presa, no con esa lluvia, no en ese recodo del bosque, lejos de todo y de todos.
Empezó por los bordes, para hacerla anhelar aquello que no conocía, rozando su epicentro de forma suave, como si fuera un incidente durante un rato, y finalmente fue a saciar esa ansiedad que el mismo había generado, primero con dulzura, y finalmente con voracidad, cuidando de apartarse para volver a subir por su cuerpo en el momento justo para dejarla ansiando mas.
Volviendo a sus senos del mismo modo que si nunca se hubiera marchado de allí, pero esta vez encorvado sobre su cuerpo. Ya no podría escapar ni aunque quisiera.
Era extremadamente sensible, aunque no había sorpresa en aquello, pues iltharion estaba seguro de estar explorando un territorio nunca antes conocido por el hombre, la confusión y el anhelo de algo desconocido de las doncellas le enardecía, casi tanto como los pocos gemidos que habían escapado de los labios de la dama, que sin aliento, trataba de recuperar el aire en sus pulmones.
Sin embargo, el bardo tampoco era un ser de piedra, mientras la mano de la cadera ascendía por el abdomen, para rodear un seno con la mano con suavidad, trazando círculos en l su culmen con la yema del pulgar, al sentir las pequeñas manos de la muchacha aferradas en su pechó, y sus balbuceos entre gemidos, su cuerpo se encendía, su respiración se volvía mas fuerte, y la excitación de su cuerpo se hacia mas latente bajó las ropas, volviéndose notoria a la vista, si alguien la aventuraba bajo su ecuador.
-C-Calor.- Esa palabra le hizo esbozar una picara sonrisa, una sonrisa hambrienta y soltar con la mano que había permanecido en la nuca de la joven, completamente la capa para descubrir su cuerpo por completo, y deslizarse por la columna hasta aferrar a la muchacha por la base de su espalda.
Bajo su boca por su omóplato, por su hombro, hasta rodearle el seno entre sus labios, sin embargo, no se detuvieron allí en su descenso, y aprovechando su propio peso, trazo un lento camino por su abdomen mientras la recostaba contra fría roca, húmeda por la lluvia que los empapaba. Bajo hacia los muslos que con tanto ahínco había retratado, bajó hasta la rodilla con la lengua, separando ligeramente sus piernas para apoyar sus labios en la cara interna, y con la misma lentitud, disfrutando de aquel plato, empezó a ascender hacia el centro, marcando su avance colmando su piel de atenciones.
Casi en el culmen donde se juntaban sus piernas se detuvo un segundo, para observarla desde esa perspectiva, cuan vulnerable resultaba de ese modo, como por ingenuidad, al final el lobo iba a comerse a caperucita, y no habría cazador que liberase de sus garras a la presa, no con esa lluvia, no en ese recodo del bosque, lejos de todo y de todos.
Empezó por los bordes, para hacerla anhelar aquello que no conocía, rozando su epicentro de forma suave, como si fuera un incidente durante un rato, y finalmente fue a saciar esa ansiedad que el mismo había generado, primero con dulzura, y finalmente con voracidad, cuidando de apartarse para volver a subir por su cuerpo en el momento justo para dejarla ansiando mas.
Volviendo a sus senos del mismo modo que si nunca se hubiera marchado de allí, pero esta vez encorvado sobre su cuerpo. Ya no podría escapar ni aunque quisiera.
Iltharion Dur'Falas
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
En el claro, sólo se oían sus respiraciones y la lluvia al chocar contra el suelo pero aunque se hubiera escuchado algo más, Wind no hubiera sido capaz de darse cuenta pues estaba completamente absorta en lo que estaba ocurriendo.
La joven notó que al elfo también se le aceleraba la respiración y los pequeños gemidos aumentaron cuando sus manos se movieron hacia sus pechos, haciendo que estos sonidos se volvieran más intensos. Tenía la sensación de que en cualquier momento iba a dejar de poder respirar pues aquel cosquilleo le impedía una respiración profunda y el calor no ayudaba tampoco.
Parecía que el elfo había comprendido lo que la joven intentaba decirle con esa escasa explicación y agradeció que le retirara la capa y como una pequeña aparición de su suerte, una pequeña brisa cruzó el claro en ese momento, refrescándola ligeramente, aunque tampoco hizo una diferencia demasiado notable, pues aquel agarre le produjo el mismo calor que podría producirle la capa. La excitación de ambos era más que notable y los gemidos seguían aumentando.
Wind se aventuró a colocar una de sus manos en la mejilla de Iltharion, imitando el gesto que antes él le había hecho de rozarle la oreja con los dedos, sin estar muy segura de si la sensación que le produciría sería parecida a la que ella tenía.
Mientras el elfo bajaba por su cuerpo, ella le acariciaba el cabello suavemente. El contacto de la roca con su espalda le causó un escalofrío que le subió por la espalda como si de una pequeña descarga eléctrica se tratara haciéndola emitir un nuevo gemido, más alto que los anteriores que rompió el silencio que reinaba en el claro. La joven observó al artista colocarse encima mientras bajaba cada vez más, recorriendo todo su cuerpo con aquellos gentiles movimientos.
Cuando el elfo bajó más allá de la cadera, Wind no pudo evitar preguntar – ¿Hasta dónde…?- pero aquella pregunta quedó inconclusa cuando el artista volvió a subir por el interior de los muslos. Las manos que la acariciaban hacían que el calor aumentara en su bajo vientre, cada vez estaba más cerca de aquella zona, la cual siempre había considerado la más privada de todas. Ahora el elfo la tenía justo delante y podría verla completamente y como si no se hubiera dado cuenta de aquello hasta ese momento, el pudor llegó rápidamente a sus mejillas en forma de rubor. Cerró ligeramente las piernas, como si de aquella manera evitara que pudiera ver algo pero no pudo hacer otra aparte de volver a abrirlas cuando sintió la respiración de Iltharion justo en el epicentro de sus piernas.
A Wind le costaba respirar, los gemidos aumentaban y el permanente cosquilleo del estómago también lo hacía, además, le daban pequeños escalofríos en la espalda cuando el bardo lamía su punto más sensible, haciendo así que la muchacha se arqueara de placer.
Al cabo de unos pocos minutos tenía la sensación de que iba a romperse en una oleada de gozo pero justo cuando parecía que iba a estallar, el elfo volvió a jugar con su seno. –Frustrante- Dijo Wind como si de un suspiro se tratase. Aunque, aquello le sirvió para intentar calamar su respiración, pues era completamente agitada e irregular.
La joven elfa, cogió ligeramente la cara de Iltharion por la barbilla y la subió hasta la suya con delicadeza, haciendo que se besaran de nuevo, pero este beso al contrario del primero, éste tenia urgencia y pasión, mientras, como si de un acto reflejo se tratara, rodeó con las piernas la cadera del artista. Quería continuar con aquello y no podía esperar más para hacerlo.
La joven notó que al elfo también se le aceleraba la respiración y los pequeños gemidos aumentaron cuando sus manos se movieron hacia sus pechos, haciendo que estos sonidos se volvieran más intensos. Tenía la sensación de que en cualquier momento iba a dejar de poder respirar pues aquel cosquilleo le impedía una respiración profunda y el calor no ayudaba tampoco.
Parecía que el elfo había comprendido lo que la joven intentaba decirle con esa escasa explicación y agradeció que le retirara la capa y como una pequeña aparición de su suerte, una pequeña brisa cruzó el claro en ese momento, refrescándola ligeramente, aunque tampoco hizo una diferencia demasiado notable, pues aquel agarre le produjo el mismo calor que podría producirle la capa. La excitación de ambos era más que notable y los gemidos seguían aumentando.
Wind se aventuró a colocar una de sus manos en la mejilla de Iltharion, imitando el gesto que antes él le había hecho de rozarle la oreja con los dedos, sin estar muy segura de si la sensación que le produciría sería parecida a la que ella tenía.
Mientras el elfo bajaba por su cuerpo, ella le acariciaba el cabello suavemente. El contacto de la roca con su espalda le causó un escalofrío que le subió por la espalda como si de una pequeña descarga eléctrica se tratara haciéndola emitir un nuevo gemido, más alto que los anteriores que rompió el silencio que reinaba en el claro. La joven observó al artista colocarse encima mientras bajaba cada vez más, recorriendo todo su cuerpo con aquellos gentiles movimientos.
Cuando el elfo bajó más allá de la cadera, Wind no pudo evitar preguntar – ¿Hasta dónde…?- pero aquella pregunta quedó inconclusa cuando el artista volvió a subir por el interior de los muslos. Las manos que la acariciaban hacían que el calor aumentara en su bajo vientre, cada vez estaba más cerca de aquella zona, la cual siempre había considerado la más privada de todas. Ahora el elfo la tenía justo delante y podría verla completamente y como si no se hubiera dado cuenta de aquello hasta ese momento, el pudor llegó rápidamente a sus mejillas en forma de rubor. Cerró ligeramente las piernas, como si de aquella manera evitara que pudiera ver algo pero no pudo hacer otra aparte de volver a abrirlas cuando sintió la respiración de Iltharion justo en el epicentro de sus piernas.
A Wind le costaba respirar, los gemidos aumentaban y el permanente cosquilleo del estómago también lo hacía, además, le daban pequeños escalofríos en la espalda cuando el bardo lamía su punto más sensible, haciendo así que la muchacha se arqueara de placer.
Al cabo de unos pocos minutos tenía la sensación de que iba a romperse en una oleada de gozo pero justo cuando parecía que iba a estallar, el elfo volvió a jugar con su seno. –Frustrante- Dijo Wind como si de un suspiro se tratase. Aunque, aquello le sirvió para intentar calamar su respiración, pues era completamente agitada e irregular.
La joven elfa, cogió ligeramente la cara de Iltharion por la barbilla y la subió hasta la suya con delicadeza, haciendo que se besaran de nuevo, pero este beso al contrario del primero, éste tenia urgencia y pasión, mientras, como si de un acto reflejo se tratara, rodeó con las piernas la cadera del artista. Quería continuar con aquello y no podía esperar más para hacerlo.
Windorind Crownguard
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
-¿Hasta donde..?.-esa pregunta no pudo mas si no arrancarle una pequeña risa entre dientes,, grave, ronca y voraz, antes de dejar que sus propios gestos contestaran la pregunta de la muchacha.
El rubor de la muchacha, como tímidamente cerraba los muslos apra poderlos abrir, las manos que acariciaban su cabello, todos esos gestos de placer que la ponían a su merced no hacían mas que reforzar su excitación, su sensación de poder.
–Frustrante- Aquel suspiro le hizo sonreír, mientras subía, la cadena llena de anillos pulidos como los de sus orejas, que hasta ese momento había permanecido oculta dentro de la camisa, colgaba ahora de su cuello, deslizándose helada por sobre el vientre de la muchacha mientras el bardo volvía, conducido por las pequeñas manos de la doncella hacia sus labios.
-Asi es mas divertido.- susurro con el mismo tono voraz que antes había exhibido, antes de fundirse en aquel beso, explorando cada rincón con la lengua, pellizcandole los labios entre los dientes con cuidado, tironeando de vez en cuando, antes de volver a besarla apasionadamente.
La prisión de la joven en su cadera, presionó contra su punto mas sensible la virilidad del bardo, poniendolo mas impaciente, soltando una mezcla entre un gemido y un un gruñido de ansia, entre su entrecortada respiración. Pero por muchas ganas que quisiera, tenía que forzarse a ser paciente, un poco mas, solo un poco mas, porque sabía que vendría dolor antes que el placer, y que habría sangre.
Escoló, con dificultad por el poco espacio que quedaba entre sus cuerpos una mano hacia la zona mas sensible con la muchacha, rozando cuidadosamente con las yemas, adentrando sus dedos con cautela alla donde nada se había aventurado nunca todavía, preparándola para lo que se avecinaba.
Apoyaba de mientras, sobre su otro codo el peso, evitando aplastar a la muchacha, y con la mano libre llenaba de caricias toda su piel a la que alcanzaba de ese modo, inconstante, un poco el cuello, la oreja, los hombros, salpicando brevemente sus caricias como la torrencial lluvia que los calaba hasta los huesos.
Primero una falange, luego dos, lenta pero inexorablemente movía las manos, mientra presionaba con el pulgar aquel punto tan sensible cerca de la entrada. Finalmente aparto de nuevo sus labios de la joven, e hizo desaparecer aquel tacto para desabrocharse las ropas que contenían su excitación.
-Respira hondo.-susurro contra su oído.- relájate.-prosiguió apoyando en ella la punta de su miembro, presionando paulatinamente al ir sosteniendo menos su propio peso.-Toma aire.-ordenó.- Porque al principio duele.-sentenció, esperando que siguiera su indicación, para finalmente hacer aquello que tanto llevaba anhelando. Sumergirse en ella.
Así se quedó quieto un instante, con la cabeza hundida en el hueco de su cuello, ahogando contra su piel un fuerte gemido de alivio y placer, disfrutando de esa embriagadora presión, del calor de sus entrañas, y dejando al mismo tiempo, que pasara el primer dolor antes de moverse lentamente.
El rubor de la muchacha, como tímidamente cerraba los muslos apra poderlos abrir, las manos que acariciaban su cabello, todos esos gestos de placer que la ponían a su merced no hacían mas que reforzar su excitación, su sensación de poder.
–Frustrante- Aquel suspiro le hizo sonreír, mientras subía, la cadena llena de anillos pulidos como los de sus orejas, que hasta ese momento había permanecido oculta dentro de la camisa, colgaba ahora de su cuello, deslizándose helada por sobre el vientre de la muchacha mientras el bardo volvía, conducido por las pequeñas manos de la doncella hacia sus labios.
-Asi es mas divertido.- susurro con el mismo tono voraz que antes había exhibido, antes de fundirse en aquel beso, explorando cada rincón con la lengua, pellizcandole los labios entre los dientes con cuidado, tironeando de vez en cuando, antes de volver a besarla apasionadamente.
La prisión de la joven en su cadera, presionó contra su punto mas sensible la virilidad del bardo, poniendolo mas impaciente, soltando una mezcla entre un gemido y un un gruñido de ansia, entre su entrecortada respiración. Pero por muchas ganas que quisiera, tenía que forzarse a ser paciente, un poco mas, solo un poco mas, porque sabía que vendría dolor antes que el placer, y que habría sangre.
Escoló, con dificultad por el poco espacio que quedaba entre sus cuerpos una mano hacia la zona mas sensible con la muchacha, rozando cuidadosamente con las yemas, adentrando sus dedos con cautela alla donde nada se había aventurado nunca todavía, preparándola para lo que se avecinaba.
Apoyaba de mientras, sobre su otro codo el peso, evitando aplastar a la muchacha, y con la mano libre llenaba de caricias toda su piel a la que alcanzaba de ese modo, inconstante, un poco el cuello, la oreja, los hombros, salpicando brevemente sus caricias como la torrencial lluvia que los calaba hasta los huesos.
Primero una falange, luego dos, lenta pero inexorablemente movía las manos, mientra presionaba con el pulgar aquel punto tan sensible cerca de la entrada. Finalmente aparto de nuevo sus labios de la joven, e hizo desaparecer aquel tacto para desabrocharse las ropas que contenían su excitación.
-Respira hondo.-susurro contra su oído.- relájate.-prosiguió apoyando en ella la punta de su miembro, presionando paulatinamente al ir sosteniendo menos su propio peso.-Toma aire.-ordenó.- Porque al principio duele.-sentenció, esperando que siguiera su indicación, para finalmente hacer aquello que tanto llevaba anhelando. Sumergirse en ella.
Así se quedó quieto un instante, con la cabeza hundida en el hueco de su cuello, ahogando contra su piel un fuerte gemido de alivio y placer, disfrutando de esa embriagadora presión, del calor de sus entrañas, y dejando al mismo tiempo, que pasara el primer dolor antes de moverse lentamente.
Iltharion Dur'Falas
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
Aquella respuesta la hizo refunfuñar, que no duró mucho, pues el beso le parecía mucho más interesante que quejarse por aquellas palabras. El frío colgante hizo que se erizara la piel de la muchacha cuando entró en contacto con su cálido vientre mientras que los pequeños tirones del labio, le hacían soltar pequeños quejidos llenos de placer. La elfa parecía intentar saciar su pasión con ese beso, aunque sabía, que aquello iba a ser imposible.
Cuando aprisionó al bardo con sus piernas, notó su abultado sexo rozando contra ella haciendo que fuera más consciente de la excitación del elfo, estaba empezando a ponerse nerviosa por lo siguiente que iba a ocurrir pues sabía que, si bien iba a doler también acabaría resultando placentero.
Aquella mano en su sexo, le sorprendió ligeramente haciendo que soltara un pequeño quejido pues, aunque mientras tocaba su cuerpo parecía cálida, al entrar en contacto con su zona más sensible, se sintió ligeramente fría, algo que por otra parte, duró poco.
Cuando introdujo uno de sus dedos la joven soltó un suspiro, como si aquello calmara más su ansia que cualquier beso o caricia que pudiera darle, los siguientes movimientos parecían perfectamente calculados, como si supiera mágicamente donde y cuando debía tocarla. Aquella era una zona completamente inexplorada por nadie antes, por lo que todas esas sensaciones eran nuevas para ella. Los cosquillleos, los escalofríos de placer, el calor… Todo era novedoso y parecía que cualquier movimiento que hiciera el elfo iba a hacerla gemir irremediablemente.
Cuando Iltharion apartó la mano y se separó de sus labios, la muchacha aprovechó para intentar tranquilizar su respiración pues la irregularidad de la misma, no le iba a ayudar en absoluto para lo que iba a ocurrir a continuación.
Sabía que hacer caso a esas palabras era lo mejor, por lo que intentó como pudo respirar lo más hondo posible y relajar la cadera, apoyando el peso de sus piernas completamente en la cadera de Iltharion. Notaba como la erección del elfo presionaba la entrada de su sexo, y siguiendo la orden de éste, intentó respirar profundo un par de veces y tomó aire que pareció escaparse bruscamente de ella en cuanto el elfo se sumergió en la joven.
-Duele…- Se quejó con un hilo de voz mientras abrazaba al elfo. El olor mentolado que aún tenía el cabello del elfo impregnado hizo que la joven se pudiera concentrar en otra cosa, mientras el agudo dolor se diluía poco a poco. –Puedes moverte- Dijo la elfa al cabo de unos segundos, consciente de que, aunque el dolor no había desaparecido por completo, no era tan fuerte como era antes.
Cuando el bardo comenzó a moverse lentamente, Wind aún sentía algo de dolor, lo que se le reflejaba en las expresiones faciales, pero al cabo de un par de minutos, el dolor empezó a convertirse en placer y los gemidos comenzaron a regresar.
Cuando aprisionó al bardo con sus piernas, notó su abultado sexo rozando contra ella haciendo que fuera más consciente de la excitación del elfo, estaba empezando a ponerse nerviosa por lo siguiente que iba a ocurrir pues sabía que, si bien iba a doler también acabaría resultando placentero.
Aquella mano en su sexo, le sorprendió ligeramente haciendo que soltara un pequeño quejido pues, aunque mientras tocaba su cuerpo parecía cálida, al entrar en contacto con su zona más sensible, se sintió ligeramente fría, algo que por otra parte, duró poco.
Cuando introdujo uno de sus dedos la joven soltó un suspiro, como si aquello calmara más su ansia que cualquier beso o caricia que pudiera darle, los siguientes movimientos parecían perfectamente calculados, como si supiera mágicamente donde y cuando debía tocarla. Aquella era una zona completamente inexplorada por nadie antes, por lo que todas esas sensaciones eran nuevas para ella. Los cosquillleos, los escalofríos de placer, el calor… Todo era novedoso y parecía que cualquier movimiento que hiciera el elfo iba a hacerla gemir irremediablemente.
Cuando Iltharion apartó la mano y se separó de sus labios, la muchacha aprovechó para intentar tranquilizar su respiración pues la irregularidad de la misma, no le iba a ayudar en absoluto para lo que iba a ocurrir a continuación.
Sabía que hacer caso a esas palabras era lo mejor, por lo que intentó como pudo respirar lo más hondo posible y relajar la cadera, apoyando el peso de sus piernas completamente en la cadera de Iltharion. Notaba como la erección del elfo presionaba la entrada de su sexo, y siguiendo la orden de éste, intentó respirar profundo un par de veces y tomó aire que pareció escaparse bruscamente de ella en cuanto el elfo se sumergió en la joven.
-Duele…- Se quejó con un hilo de voz mientras abrazaba al elfo. El olor mentolado que aún tenía el cabello del elfo impregnado hizo que la joven se pudiera concentrar en otra cosa, mientras el agudo dolor se diluía poco a poco. –Puedes moverte- Dijo la elfa al cabo de unos segundos, consciente de que, aunque el dolor no había desaparecido por completo, no era tan fuerte como era antes.
Cuando el bardo comenzó a moverse lentamente, Wind aún sentía algo de dolor, lo que se le reflejaba en las expresiones faciales, pero al cabo de un par de minutos, el dolor empezó a convertirse en placer y los gemidos comenzaron a regresar.
Windorind Crownguard
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
No era la primera vez que el bardo hacia atravesar por aquello a una doncella, por ello, ante ese quejido de dolor, apartó la mano con la que se había conducido hacia sus entrañas para acariciar nuevamente su punto mas sensible mientras se movía, tratando de ayudar con ello a que el placer opacara el dolor hasta hacerlo desaparecer por completo.
-¿Mejor?.-jadeó, apoyando la frente sobre la de ella para contemplar todos sus rasgos y expresiones, tanto de dolor como de placer.
Lento en un principio, se sumergía todo lo que podía para luego salir casi por completo, así alternativamente sin dejar de colmarla de caricias, resoplando con la respiración agitada que formaba un visible vaho en comparación con el aire frío de la lluvia torrencial.
Clavó las rodillas en la roca, afirmándose en el lugar, para hacer más profusos sus pausados embates, para dejar de apoyarse en la joven, semi enderezandose y tomándola de la cadera con la mano libre con firmeza. Desde esa postura podía verla mucho mejor, su cuerpo desnudo y húmedo encorvandose sobre la roca, su boca entreabierta gimiendo, su piel enrojecida en algunas zonas por el roce, y las pequeñas marcas oscuras y opacas que había dejado en su cuello, y que la acompañarian por los próximos días, recordandole que aquello había sido mas que un sueño.
Espero a ver desaparecer el último rastro de dolor de sus facciones antes de embestir con mas rudeza, buscando adentrarse mas y mas en aquel pequeño miembro que lo envolvía y presionaba de un modo enloquecedor, tensando la mandíbula para contener sus propios gemidos que escapaban guturales entre los dientes.
Tan frágil, tan pequeña, le daba la sensación de que podría quebrarla entre sus manos si quisiera, y en la dualidad de su interior se peleaba el cuidado de disfrutar lentamente de aquello, con la pasión salvaje de tomarla brutalmente.
Sin embargó, no quería que aquello terminara demasiado deprisa, lo estaba disfrutando y se notaba, por su musculatura tensada, sus ojos ardientes, que debroacaban cada milímetro de su cuerpo, la presión de su mano ne la cadera, cerrada como si de una garra se tratase,e l profuso roce de sus dedos incitandola a contorsionarse bajo sus manos, su enrojecido rostro curvado en una mueca de placer, y su miembro que palpitaba en las entrañas de esa joven, que ya no era mas doncella, desbocado como los latidos de su corazón.
-¿Mejor?.-jadeó, apoyando la frente sobre la de ella para contemplar todos sus rasgos y expresiones, tanto de dolor como de placer.
Lento en un principio, se sumergía todo lo que podía para luego salir casi por completo, así alternativamente sin dejar de colmarla de caricias, resoplando con la respiración agitada que formaba un visible vaho en comparación con el aire frío de la lluvia torrencial.
Clavó las rodillas en la roca, afirmándose en el lugar, para hacer más profusos sus pausados embates, para dejar de apoyarse en la joven, semi enderezandose y tomándola de la cadera con la mano libre con firmeza. Desde esa postura podía verla mucho mejor, su cuerpo desnudo y húmedo encorvandose sobre la roca, su boca entreabierta gimiendo, su piel enrojecida en algunas zonas por el roce, y las pequeñas marcas oscuras y opacas que había dejado en su cuello, y que la acompañarian por los próximos días, recordandole que aquello había sido mas que un sueño.
Espero a ver desaparecer el último rastro de dolor de sus facciones antes de embestir con mas rudeza, buscando adentrarse mas y mas en aquel pequeño miembro que lo envolvía y presionaba de un modo enloquecedor, tensando la mandíbula para contener sus propios gemidos que escapaban guturales entre los dientes.
Tan frágil, tan pequeña, le daba la sensación de que podría quebrarla entre sus manos si quisiera, y en la dualidad de su interior se peleaba el cuidado de disfrutar lentamente de aquello, con la pasión salvaje de tomarla brutalmente.
Sin embargó, no quería que aquello terminara demasiado deprisa, lo estaba disfrutando y se notaba, por su musculatura tensada, sus ojos ardientes, que debroacaban cada milímetro de su cuerpo, la presión de su mano ne la cadera, cerrada como si de una garra se tratase,e l profuso roce de sus dedos incitandola a contorsionarse bajo sus manos, su enrojecido rostro curvado en una mueca de placer, y su miembro que palpitaba en las entrañas de esa joven, que ya no era mas doncella, desbocado como los latidos de su corazón.
Iltharion Dur'Falas
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
Ante aquella pregunta, la joven sólo pudo contestarle con un sonoro gemido y un –Más o menos...- Junto con una sonrisa que intentaba hacer ver al bardo que el dolor estaba desapareciendo lentamente. Los lentos movimientos del elfo eran placenteros y hacían que el dolor fuera casi inexistente, la muchacha estaba recuperando la excitación y el placer que tenía antes de que empezara el propio acto e intentó hacérselo saber al bardo a través de gemidos y jadeos, pues no creía haber sido demasiado convincente con sus palabras.
Las gotas de lluvia, que no parecían cesar, habían creado sobre ella pequeños ríos que marcaban todas sus curvas y movimientos, pues cada vez que se movía, las pequeñas gotas caían de su cuerpo hacia la roca marcando así sus zonas más pronunciadas.
La elfa se percató del escrutinio al que estaba siendo sometida, sintiéndose así observada por aquella mirada fogosa, pero no la hacía sentir incómoda, aunque tampoco pudo pensar mucho más en aquello pues los movimientos lentos de Iltharion la hacían permanecer en un estado casi permanente de éxtasis.
Con los brazos por encima de la cabeza, y siendo fuertemente sujetada por la cadera, apenas podía ver al elfo, aunque sí podía saber que estaba cada vez más excitado pues su agarre se hacía más fuerte y los embates se hacían más intensos. Aun así, aquellas fuertes embestidas tomaron a la joven por sorpresa, haciéndola gemir y emitir pequeños gritos de placer. Cada vez se notaba más cerca la misma sensación que tuvo cuando el elfo lamía su parte más privada. El corazón parecía querérsele salir del pecho, el calor estaba regresando más fuerte que antes y los gemidos y jadeos apenas le daban oportunidad de respirar normalmente, haciendo así que su respiración fuera cada vez más agitada e irregular.
Intentando hacerle saber que estaba cerca de llegar al éxtasis, tan solo dijo –Más- En una voz apenas audible, con los ojos cerrados y una expresión de placer absoluto, como si de una súplica se tratara.
Dijo aquello como si englobara todas las ideas que tenía su mente en aquel momento, desde que quería que continuara, hasta que fuera más rápido, pasando por que quería sentir más de ese placer.
Las gotas de lluvia, que no parecían cesar, habían creado sobre ella pequeños ríos que marcaban todas sus curvas y movimientos, pues cada vez que se movía, las pequeñas gotas caían de su cuerpo hacia la roca marcando así sus zonas más pronunciadas.
La elfa se percató del escrutinio al que estaba siendo sometida, sintiéndose así observada por aquella mirada fogosa, pero no la hacía sentir incómoda, aunque tampoco pudo pensar mucho más en aquello pues los movimientos lentos de Iltharion la hacían permanecer en un estado casi permanente de éxtasis.
Con los brazos por encima de la cabeza, y siendo fuertemente sujetada por la cadera, apenas podía ver al elfo, aunque sí podía saber que estaba cada vez más excitado pues su agarre se hacía más fuerte y los embates se hacían más intensos. Aun así, aquellas fuertes embestidas tomaron a la joven por sorpresa, haciéndola gemir y emitir pequeños gritos de placer. Cada vez se notaba más cerca la misma sensación que tuvo cuando el elfo lamía su parte más privada. El corazón parecía querérsele salir del pecho, el calor estaba regresando más fuerte que antes y los gemidos y jadeos apenas le daban oportunidad de respirar normalmente, haciendo así que su respiración fuera cada vez más agitada e irregular.
Intentando hacerle saber que estaba cerca de llegar al éxtasis, tan solo dijo –Más- En una voz apenas audible, con los ojos cerrados y una expresión de placer absoluto, como si de una súplica se tratara.
Dijo aquello como si englobara todas las ideas que tenía su mente en aquel momento, desde que quería que continuara, hasta que fuera más rápido, pasando por que quería sentir más de ese placer.
Windorind Crownguard
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
La breve súplica de la joven le recorrió el cuerpo, como si le estuvieran espoleando. Se encorvo sobre la joven de nuevo, buscando el roce de sus cuerpos, intentando juntarlos más si cabía, mientras sus embates se volvieron frenéticos, mas fuertes, mas rápidos y más profundos.
Su mano movía la cadera de la muchacha, presionandola contra si mismo, la otra dejó finalmente su sexo para rodearle las muñecas que la joven había dejado por encima de su cabeza, reteniendola como si fuera un grillete, sin prestar atención a su fuerza.
Rabioso de placer se mantuvo así varios minutos, con ese ritmo salvaje, a tal punto que sentía palpitar todos los musculos de su cuerpo por el esfuerzo, y aun así, no quería detenerse, no aún, no hasta sentir a la muchacha contorsionarse bajo su cuerpo, presionarle con sus entrañas como si intentara asfixiarlo desde adentro, el temblor de su cuerpo al llegar al climax, solo entonces, tras aquello, se dejó ir. Un grito ronco de placer acompañó a su cuerpo, que rigido como una roca quedó completamente inmóvil durante un momento, estallando en el interior de la joven, dejándose ir completamente en un último e intenso ramalazo de placer, mucho más intenso que los anteriores.
Tardó unos instantes en moverse, pudiendo únicamente respirar entrecortadamente. Aflojo la presa que ejercía con sus manos, acariciando con los dedos sus muñecas para suavizar la brusquedad con al que la había tomado.
El cuerpo le pesaba de cansancio, y a su vez, una inyección de energía se mezclaba en su organismo.
No podía comprender a aquellos que se privaban de esos placeres por simples palabras, honor, orgullo, dignidad posesión, no los hacían mas dichosos, ni más longevos, ni sus vidas más memorables, o sus finales más dignos, solo les ataban cruelmente, quitándoles las diversiones de la carne tan primitivas como satisfactorias, a cambio de nada. Jamás envidiaría a un esposo, un clérigo o un moralista, jamás renunciaría a esos momentos como no renunciaba al resto de sus pasiones. Podrían llamarle libertino, crápula o escoria, pero eso solo eran palabras, y a las palabras se las llevaba el viento.
Separó su rostro de la piel de la muchacha, apra depositar un último y apasionado beso en sus labios, antes de retirarse finalmente de su cuerpo, no sin cierta reticencia, y sentarse sobre la roca. Apoyó las manos sobre la musgosa superficie a su espalda, levantando el rostro al cielo con los ojos cerrados, mientras respiraba profundamente tratando de recuperar el aliento. La lluvia calmaba su ardor ahora satisfecho, apartaba algunos mechones de pelo que se habían zafado de su coleta en el desenfreno, y enjuagaba la sangre que teñía su miembro.
Libre.
Se sentía libre, tranquilo, saciado y contento.
Una ligera risa de felicidad escapó entre sus dientes, aun levemente cortada por su irregular aliento, que casi había vuelto a la normalidad. Se pasó una mano por el rostro, secando el agua, aunque esta no tardó en volver a empaparlo de nuevo.
Y tras ese arrebato personal, giró la cabeza hacia la joven, alargando una mano hasta acariciarle la mejilla con el dorso de los dedos.
-¿Cómo te sientes?.- Murmuró algo roncó aún por la voz lastimada, que pronto volvería a la normalidad.
Su mano movía la cadera de la muchacha, presionandola contra si mismo, la otra dejó finalmente su sexo para rodearle las muñecas que la joven había dejado por encima de su cabeza, reteniendola como si fuera un grillete, sin prestar atención a su fuerza.
Rabioso de placer se mantuvo así varios minutos, con ese ritmo salvaje, a tal punto que sentía palpitar todos los musculos de su cuerpo por el esfuerzo, y aun así, no quería detenerse, no aún, no hasta sentir a la muchacha contorsionarse bajo su cuerpo, presionarle con sus entrañas como si intentara asfixiarlo desde adentro, el temblor de su cuerpo al llegar al climax, solo entonces, tras aquello, se dejó ir. Un grito ronco de placer acompañó a su cuerpo, que rigido como una roca quedó completamente inmóvil durante un momento, estallando en el interior de la joven, dejándose ir completamente en un último e intenso ramalazo de placer, mucho más intenso que los anteriores.
Tardó unos instantes en moverse, pudiendo únicamente respirar entrecortadamente. Aflojo la presa que ejercía con sus manos, acariciando con los dedos sus muñecas para suavizar la brusquedad con al que la había tomado.
El cuerpo le pesaba de cansancio, y a su vez, una inyección de energía se mezclaba en su organismo.
No podía comprender a aquellos que se privaban de esos placeres por simples palabras, honor, orgullo, dignidad posesión, no los hacían mas dichosos, ni más longevos, ni sus vidas más memorables, o sus finales más dignos, solo les ataban cruelmente, quitándoles las diversiones de la carne tan primitivas como satisfactorias, a cambio de nada. Jamás envidiaría a un esposo, un clérigo o un moralista, jamás renunciaría a esos momentos como no renunciaba al resto de sus pasiones. Podrían llamarle libertino, crápula o escoria, pero eso solo eran palabras, y a las palabras se las llevaba el viento.
Separó su rostro de la piel de la muchacha, apra depositar un último y apasionado beso en sus labios, antes de retirarse finalmente de su cuerpo, no sin cierta reticencia, y sentarse sobre la roca. Apoyó las manos sobre la musgosa superficie a su espalda, levantando el rostro al cielo con los ojos cerrados, mientras respiraba profundamente tratando de recuperar el aliento. La lluvia calmaba su ardor ahora satisfecho, apartaba algunos mechones de pelo que se habían zafado de su coleta en el desenfreno, y enjuagaba la sangre que teñía su miembro.
Libre.
Se sentía libre, tranquilo, saciado y contento.
Una ligera risa de felicidad escapó entre sus dientes, aun levemente cortada por su irregular aliento, que casi había vuelto a la normalidad. Se pasó una mano por el rostro, secando el agua, aunque esta no tardó en volver a empaparlo de nuevo.
Y tras ese arrebato personal, giró la cabeza hacia la joven, alargando una mano hasta acariciarle la mejilla con el dorso de los dedos.
-¿Cómo te sientes?.- Murmuró algo roncó aún por la voz lastimada, que pronto volvería a la normalidad.
Iltharion Dur'Falas
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
Como si aquella simple palabra hubiera encendido al elfo, la joven sintió un aumento en la intensidad de los embates, pues éstos eran más salvajes que antes, parecía como si el bardo hubiera desatado a su animal interior. El fuerte agarre en sus muñecas, tan solo le añadía mayor excitación a la muchacha, ahora tan sólo podía mover ligeramente la espalda, la cual arqueaba de vez en cuando, cuando alguna descarga de placer recorría su cuerpo.
Mantener aquel ritmo se hizo cansado y cuando parecía que no iba a poder más, como si de un rayo se tratara, una sacudida de placer más intensa que las anteriores le cruzó todo el cuerpo. Desde la punta de los pies hasta la parte más alta de la cabeza se erizó y acompañado por un sonoro gemido, tuvo la sensación de romperse en cientos de pedazos haciendo que la joven se revolviera bajo el cuerpo del bardo. Era probablemente la mayor sensación de deleite que había sentido nunca y tras aquello, pequeños pinchazos de placer ocasionales se sucedieron durante algunos segundos.
La joven, no fue capaz de hacer otra cosa que jadear durante algunos segundos. La respiración continuaba entrecortada e irregular, pero con el paso de los minutos parecía normalizarse ligeramente. Apenas era capaz de moverse, pues tenía todo el cuerpo entumecido y parecía tener la cabeza embotada, siendo así incapaz de pensar en nada aparte de en intentar calamar su respiración.
Aquellas caricias en sus muñecas se sintieron tiernas y agradables después de aquella escena tan carnal y se lo agradeció ofreciendo al bardo una sonrisa.
Estaba realmente cómoda con el elfo apoyado en su cuerpo, mientras terminaba de recuperar la respiración le acarició el cabello unas cuantas veces, hasta que éste se separó de ella por completo y pasó a tumbarse a su lado. Aquel último beso, también se sintió agradable, era distinto del anterior que estaba teñido de pasión y urgencia, pero fue francamente reconfortante.
Sin esperarlo, el frío y la lluvia que habían acompañado toda la escena, le cayeron encima a Wind quedándose de repente completamente helada. – ¿Ha hecho este frío todo el tiempo?- Preguntó incrédula. No podía creerlo, antes estaba completamente acalorada “Mañana estaré constipada” pensó acto seguido.
-¿Qué es lo que le divierte tanto?- Preguntó la elfa curiosa cuando escuchó al bardo reírse entre dientes.
“¿Cómo me… siento?” Repitió Wind en su cabeza, no lo había pensado. Se sentía calmada y feliz principalmente, y aunque en mucha menor medida y sonara a broma, también sentía preocupación por si al día siguiente iba a estar enferma. –Me siento tranquila y feliz ahora mismo- Contestó al bardo con sinceridad. –Y con frio- añadió justo después, con una pequeña risa que denotaba que era una broma.
La elfa, se incorporó en la roca quedándose sentada. –Oh, y ligeramente dolorida- Continuó respondiendo a la pregunta, al darse cuenta de que le dolía la cadera. Parecía estar increíblemente calmada para lo que acababa de suceder, lo que podía llegar a parecer bastante insólito.
-¿Y usted? ¿Cómo se siente?- Preguntó Wind al elfo.
Mantener aquel ritmo se hizo cansado y cuando parecía que no iba a poder más, como si de un rayo se tratara, una sacudida de placer más intensa que las anteriores le cruzó todo el cuerpo. Desde la punta de los pies hasta la parte más alta de la cabeza se erizó y acompañado por un sonoro gemido, tuvo la sensación de romperse en cientos de pedazos haciendo que la joven se revolviera bajo el cuerpo del bardo. Era probablemente la mayor sensación de deleite que había sentido nunca y tras aquello, pequeños pinchazos de placer ocasionales se sucedieron durante algunos segundos.
La joven, no fue capaz de hacer otra cosa que jadear durante algunos segundos. La respiración continuaba entrecortada e irregular, pero con el paso de los minutos parecía normalizarse ligeramente. Apenas era capaz de moverse, pues tenía todo el cuerpo entumecido y parecía tener la cabeza embotada, siendo así incapaz de pensar en nada aparte de en intentar calamar su respiración.
Aquellas caricias en sus muñecas se sintieron tiernas y agradables después de aquella escena tan carnal y se lo agradeció ofreciendo al bardo una sonrisa.
Estaba realmente cómoda con el elfo apoyado en su cuerpo, mientras terminaba de recuperar la respiración le acarició el cabello unas cuantas veces, hasta que éste se separó de ella por completo y pasó a tumbarse a su lado. Aquel último beso, también se sintió agradable, era distinto del anterior que estaba teñido de pasión y urgencia, pero fue francamente reconfortante.
Sin esperarlo, el frío y la lluvia que habían acompañado toda la escena, le cayeron encima a Wind quedándose de repente completamente helada. – ¿Ha hecho este frío todo el tiempo?- Preguntó incrédula. No podía creerlo, antes estaba completamente acalorada “Mañana estaré constipada” pensó acto seguido.
-¿Qué es lo que le divierte tanto?- Preguntó la elfa curiosa cuando escuchó al bardo reírse entre dientes.
“¿Cómo me… siento?” Repitió Wind en su cabeza, no lo había pensado. Se sentía calmada y feliz principalmente, y aunque en mucha menor medida y sonara a broma, también sentía preocupación por si al día siguiente iba a estar enferma. –Me siento tranquila y feliz ahora mismo- Contestó al bardo con sinceridad. –Y con frio- añadió justo después, con una pequeña risa que denotaba que era una broma.
La elfa, se incorporó en la roca quedándose sentada. –Oh, y ligeramente dolorida- Continuó respondiendo a la pregunta, al darse cuenta de que le dolía la cadera. Parecía estar increíblemente calmada para lo que acababa de suceder, lo que podía llegar a parecer bastante insólito.
-¿Y usted? ¿Cómo se siente?- Preguntó Wind al elfo.
Windorind Crownguard
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
El bardo soltó otra risa corta al escuchar la pregunta de la joven sorprendida repentinamente por el clima, aunque al haber estado el cubriendola de la lluvia con su cuerpo todo el tiempo, no le sorprendía.
La rodeó con un brazo, cubriendola a medias de la lluvia nuevamente, aun sentado, para que su cuerpo no tomara un frío excesivo mientras se tomaban unos minutos de descanso antes de tomar el camino de vuelta a la ciudad.
-Rio porque estoy contento.-respondió con suma sencillez, encogiéndose de hombros.-¿No es suficiente buen motivo para reirse?
Se limito a ensanchar su sonrisa cuando escucho la risa de la joven, que parecía bastante distendida, como si los nervios de la mañana nunca hubieran existido.
-Me alegra que este bien. El dolor desaparecerá eventualmente.- aclaró, esperando que aquello ofreciera un poco de consuelo respecto a ese punto en concreto. Se acomodó los pantalones, abrochándose para que no cayeran al levantarse, e impulsandose con las mano en la roca, se levanto, extendiendo la otra a la joven.
-Aunque si nos quedamos mucho tiempo aquí, pasaremos a ser dos personas, tranquilas, felices y también resfriadas.
La capa con la que había pintado a la muchacha, se encontraba ahora colgando de la roc y completamente empapada, cuando el bardo la estrujó entre sus manos, un chorro de agua surgió de la misma como si fuera una esponja, y tras aquello, se la colgó de un hombro como si fuera una toalla. Con su peso, y así de húmeda, colocarla apropiadamente sólo dificultaría su tránsito en el bosque.
Por suerte su morral se encontraba prácticamente seco, el saliente de la roca lo había protegido, y lo saco, parándose semi encorvado para protegerlo de la lluvia.
-¿Necesita ayuda con las ropas?.- preguntó con una picara sonrisa, medio en broma, medio en serio, por si el frio o el entumecimiento de su cuepro le dificultaban la tarea.
Mientras miraba a la muchacha, esperando a que se vistiera y los condujera a ambos nuevamente a la ciudad, a por esa prometida bebida caliente, y esperando poder encontrar, o sabanas o ropas secas, no podía dejar de preguntarse, cuando llegaria el momento. El momento en el que la elfa se percatase y procesara lo que acababa de acontecer en ese claro de ensueño.
La rodeó con un brazo, cubriendola a medias de la lluvia nuevamente, aun sentado, para que su cuerpo no tomara un frío excesivo mientras se tomaban unos minutos de descanso antes de tomar el camino de vuelta a la ciudad.
-Rio porque estoy contento.-respondió con suma sencillez, encogiéndose de hombros.-¿No es suficiente buen motivo para reirse?
Se limito a ensanchar su sonrisa cuando escucho la risa de la joven, que parecía bastante distendida, como si los nervios de la mañana nunca hubieran existido.
-Me alegra que este bien. El dolor desaparecerá eventualmente.- aclaró, esperando que aquello ofreciera un poco de consuelo respecto a ese punto en concreto. Se acomodó los pantalones, abrochándose para que no cayeran al levantarse, e impulsandose con las mano en la roca, se levanto, extendiendo la otra a la joven.
-Aunque si nos quedamos mucho tiempo aquí, pasaremos a ser dos personas, tranquilas, felices y también resfriadas.
La capa con la que había pintado a la muchacha, se encontraba ahora colgando de la roc y completamente empapada, cuando el bardo la estrujó entre sus manos, un chorro de agua surgió de la misma como si fuera una esponja, y tras aquello, se la colgó de un hombro como si fuera una toalla. Con su peso, y así de húmeda, colocarla apropiadamente sólo dificultaría su tránsito en el bosque.
Por suerte su morral se encontraba prácticamente seco, el saliente de la roca lo había protegido, y lo saco, parándose semi encorvado para protegerlo de la lluvia.
-¿Necesita ayuda con las ropas?.- preguntó con una picara sonrisa, medio en broma, medio en serio, por si el frio o el entumecimiento de su cuepro le dificultaban la tarea.
Mientras miraba a la muchacha, esperando a que se vistiera y los condujera a ambos nuevamente a la ciudad, a por esa prometida bebida caliente, y esperando poder encontrar, o sabanas o ropas secas, no podía dejar de preguntarse, cuando llegaria el momento. El momento en el que la elfa se percatase y procesara lo que acababa de acontecer en ese claro de ensueño.
Iltharion Dur'Falas
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Re: [CERRADO] El sonido del mar [libre][interpretativo][2/2][+18]
-Supongo que es un motivo más que lógico- Comentó la muchacha con una sonrisa. Agradeció aquel gesto, pero ahora, el frío empezaba a hacerse notar más que antes, pues el calor que antes procedía del interior de su cuerpo se había desvanecido.
Aquella afirmación la ayudó a tranquilizarse, “Ojalá sea cierto” Pensó la joven con esperanza, no quería estar dolorida por varios días, pues tenía muchas cosas que hacer aún.
Al tomar la mano del elfo y bajar al suelo incorporándose completamente, le dio un ligero mareo, haciendo que se tambaleara por un momento pues llevaba mucho tiempo tumbada y la respiración, aunque mucho más calmada que antes, no había vuelto a la normalidad por completo haciendo así que de vez en cuando realizara inspiraciones más profundas como si intentara recuperar todo el aire que anteriormente no había sido capaz de tomar. Aquel comentario le hizo soltar una suave risa, estaba de acuerdo con aquella afirmación, por lo que apresuró a encaminarse hacia donde había dejado sus ropas.
Las prendas estaban completamente empapadas y llevas de barro, pues al estar en el suelo con aquella lluvia, no habían sido capaces de escapar de aquel destino. “Esto va a resultar muy incómodo…” Pensó la elfa con resignación y acto seguido empezó a recoger todas las prendas. Aquel comentario le hizo esbozar una sonrisa, recordando que antes no había sido capaz de quitarse las ropas por sí misma. Las llevó hacia la roca, donde las colocó, como si de aquella manera se fueran a secar mágicamente. Empezó a colocarse la ropa interior sin demasiado cuidado, pues no tenía ganas de ajustar el corsé en ese momento. Hizo un nudo como buenamente pudo y terminó de colocarse la parte de abajo. –Puaj- Se quejó la Wind en voz alta, como si aquella palabra se hubiera escapado de sus labios sin querer. La lencería estaba completamente empapada aunque, gracias a los cielos, no tenía barro, aun así, la sensación no era nada agradable. Terminó de ponerse el vestido, no sin antes escurrirlo todo lo que pudo, cerrándolo con una lazada suave pues no le apetecía lo más mínimo ir demasiado apretada.
Las botas era probablemente lo que más la iba a molestar, pues al no llevarlas puestas, sabía que pequeños charcos se habrían formado dentro de ellas, pero como si la diosa de la fortuna la hubiera sonreído, la parte alta de las botas estaba doblada hacia un lateral, habiendo impedido así que el interior se mojara. Ante aquel momento de buena suerte, lo único que pudo hacer fue sonreír, pues sabía que no había nada tan incómodo como andar por el bosque con el calzado completamente empapado.
“Menos mal” pensó mientras se las colocaba, recordando cómo una vez hacía ya bastante tiempo, acabó con las botas completamente empapadas al caerse a un riachuelo y como al llegar a casa, habían aparecido varias ampollas.
La capa estaba absurdamente empapada y pesaba más de lo que Wind se esperaba, por lo que pidió al elfo ayudar para escurrirla tanto como pudieran antes de encaminarse de nuevo a la ciudad. Se la colocó como pudo, pues aunque iba resultar más incómoda colocársela que cargarla, no se veía con confianza suficiente para poder recorrer el camino sin tener ambas manos libres.
Recogió el arco y el carcaj y se los colocó a la espalda, no sin antes vaciarlo de agua pues parecía haberse convertido en una pequeña piscina de flechas.
Cuando ya estuvieron ambos vestidos y preparados, empezaron a recorrer el camino de nuevo a la ciudad. Esta vez parecía mucho más complicado, el barro dificultaba los pasos y el peso de su propio cuerpo, parecía mayor que antes. -¿Va bien?- Preguntó la elfa al bardo que la seguía, pues éste además parecía tenerlo más complicado, tanto por la altura como por la capa en su hombro, la cual debía incomodarle especialmente al tener que ir agachado casi todo el trayecto.
Las ásperas y empapadas prendas le rozaban el cuerpo a la joven, haciendo que notara como le empezaba a escocer en algunos rugares estratégicos como en los hombros o en los muslos.
El resto del camino fue bastante silencioso, pues Wind no parecía tener energía suficiente para caminar con aquellas pesadas ropas y además mantener una conversación.
Al cabo de unos minutos que parecieron ser eternos, llegaron al camino principal que, aunque completamente encharcado, era mucho más sencillo que caminar entre la maleza. El camino parecía desierto ya que la luz estaba prácticamente extinta y la lluvia no parecía querer desaparecer.
-Le prometo que en cuanto lleguemos a la ciudad le conseguiré una capa y una camisa- Dijo mirando al elfo con una sincera sonrisa, intentando consolarlo tras aquel trayecto, pues sabía a ciencia cierta que había algunas ropas de caballero en su casa que los ancianos no se llevaron a vender en su último viaje.
Aquella afirmación la ayudó a tranquilizarse, “Ojalá sea cierto” Pensó la joven con esperanza, no quería estar dolorida por varios días, pues tenía muchas cosas que hacer aún.
Al tomar la mano del elfo y bajar al suelo incorporándose completamente, le dio un ligero mareo, haciendo que se tambaleara por un momento pues llevaba mucho tiempo tumbada y la respiración, aunque mucho más calmada que antes, no había vuelto a la normalidad por completo haciendo así que de vez en cuando realizara inspiraciones más profundas como si intentara recuperar todo el aire que anteriormente no había sido capaz de tomar. Aquel comentario le hizo soltar una suave risa, estaba de acuerdo con aquella afirmación, por lo que apresuró a encaminarse hacia donde había dejado sus ropas.
Las prendas estaban completamente empapadas y llevas de barro, pues al estar en el suelo con aquella lluvia, no habían sido capaces de escapar de aquel destino. “Esto va a resultar muy incómodo…” Pensó la elfa con resignación y acto seguido empezó a recoger todas las prendas. Aquel comentario le hizo esbozar una sonrisa, recordando que antes no había sido capaz de quitarse las ropas por sí misma. Las llevó hacia la roca, donde las colocó, como si de aquella manera se fueran a secar mágicamente. Empezó a colocarse la ropa interior sin demasiado cuidado, pues no tenía ganas de ajustar el corsé en ese momento. Hizo un nudo como buenamente pudo y terminó de colocarse la parte de abajo. –Puaj- Se quejó la Wind en voz alta, como si aquella palabra se hubiera escapado de sus labios sin querer. La lencería estaba completamente empapada aunque, gracias a los cielos, no tenía barro, aun así, la sensación no era nada agradable. Terminó de ponerse el vestido, no sin antes escurrirlo todo lo que pudo, cerrándolo con una lazada suave pues no le apetecía lo más mínimo ir demasiado apretada.
Las botas era probablemente lo que más la iba a molestar, pues al no llevarlas puestas, sabía que pequeños charcos se habrían formado dentro de ellas, pero como si la diosa de la fortuna la hubiera sonreído, la parte alta de las botas estaba doblada hacia un lateral, habiendo impedido así que el interior se mojara. Ante aquel momento de buena suerte, lo único que pudo hacer fue sonreír, pues sabía que no había nada tan incómodo como andar por el bosque con el calzado completamente empapado.
“Menos mal” pensó mientras se las colocaba, recordando cómo una vez hacía ya bastante tiempo, acabó con las botas completamente empapadas al caerse a un riachuelo y como al llegar a casa, habían aparecido varias ampollas.
La capa estaba absurdamente empapada y pesaba más de lo que Wind se esperaba, por lo que pidió al elfo ayudar para escurrirla tanto como pudieran antes de encaminarse de nuevo a la ciudad. Se la colocó como pudo, pues aunque iba resultar más incómoda colocársela que cargarla, no se veía con confianza suficiente para poder recorrer el camino sin tener ambas manos libres.
Recogió el arco y el carcaj y se los colocó a la espalda, no sin antes vaciarlo de agua pues parecía haberse convertido en una pequeña piscina de flechas.
Cuando ya estuvieron ambos vestidos y preparados, empezaron a recorrer el camino de nuevo a la ciudad. Esta vez parecía mucho más complicado, el barro dificultaba los pasos y el peso de su propio cuerpo, parecía mayor que antes. -¿Va bien?- Preguntó la elfa al bardo que la seguía, pues éste además parecía tenerlo más complicado, tanto por la altura como por la capa en su hombro, la cual debía incomodarle especialmente al tener que ir agachado casi todo el trayecto.
Las ásperas y empapadas prendas le rozaban el cuerpo a la joven, haciendo que notara como le empezaba a escocer en algunos rugares estratégicos como en los hombros o en los muslos.
El resto del camino fue bastante silencioso, pues Wind no parecía tener energía suficiente para caminar con aquellas pesadas ropas y además mantener una conversación.
Al cabo de unos minutos que parecieron ser eternos, llegaron al camino principal que, aunque completamente encharcado, era mucho más sencillo que caminar entre la maleza. El camino parecía desierto ya que la luz estaba prácticamente extinta y la lluvia no parecía querer desaparecer.
-Le prometo que en cuanto lleguemos a la ciudad le conseguiré una capa y una camisa- Dijo mirando al elfo con una sincera sonrisa, intentando consolarlo tras aquel trayecto, pues sabía a ciencia cierta que había algunas ropas de caballero en su casa que los ancianos no se llevaron a vender en su último viaje.
Windorind Crownguard
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