De vampiro a vampiro [Nair y Lye]

Hacía poco que había abandonado los rincones mas alejados, dejando su exilio voluntario. Había remontado su marcha, hasta que poco antes del amanecer había dado con el lago. No le costó encontrar refugio para la noche, siempre se apañaba igual, unas veces eran grutas, otras huecos en los troncos de árboles muertos...siempre agujeros, fríos y húmedos.

La joven despertó al caer el último rayo de luz, justo a tiempo para comenzar a notar la ligera brisa nocturna que se levantaba y se colaba en su nuevo refugio, el aire fresco, la proximidad del agua, si encontrase algo que comer...Pasó una mano por su estómago. llevaba un par de días alimentándose a base de animales, y no era muy bueno para su cuerpo. No estaba en pleno uso de su energía, con suerte, aprovecharía aquella noche para cazar algo y descansar antes de proseguir su camino hasta alguna zona mas poblada, con presas mas apetitosas.

La boca se le hizo agua solo de pensarlo, en la noche no necesitaba su capa para ocultarse, estaba sola, así que optço por dejarla en su agujero. Solo el ruido de algún animal y el viento suave entre las hojas. La orilla del lago estaba cubierta por una ligera neblina, que daba a aquel paisaje un aura de misterio. Una leve y fugaz sonrisa se dibujó en su rostro al observar aquello. La luna comenzaba a erguirse, poco le faltaba para estar llena, tal vez una o dos noches mas, y la luz que proyectaba perfilaba los contornos de todo a su alrededor.

Se aproximó con paso lento y pesado hasta la orilla, estirándose y bostezando, la noche no había hecho nada mas que comenzar para ella.

se arrodilló junto al agua clara de la orilla, para con ambas manos, coger el frío agua con la que lavó su rostro y de paso se espabiló. Se volvió a estirar perezosa mientras escuchaba el silencio de aquel lugar, pero no todo era silencio. No sabría decir que llego primero, si el rubor de una canción o el golpe de viento que trajo consigo el olor de algo familiar.

Se despejó de inmediato, tensandose y mirando en la dirección de la que venía el sonido. Seguía la orilla del lago hasta algo mas lejos de lo que la neblina le deja ver. Frunció el ceño mientras se aventuraba a avanzar con cautela. Si su olfato no le fallaba, aquel ser, o mejor dicho su sangre, olía como uno de los suyos. Suponía que no habría problema en acercarse a observar, no era como si uno de los suyos fuese a atacarla...¿no? Tenía su lógica, no iban a cazarse entre iguales, aún así, ser precavida no estaba de más.

Caminó con paso suave por la orilla, capa en mano, dejando ver su bien armado cinturón. Sus botas apenas hacían ruido en la arena, pero cotaba con que seguramente, aquel otro vampiro notaría su presencia, sobretodo cuando alcanzó a verlo sentado a unos metros de ella. ¿Que hacía un vampiro pescando? Alzó una ceja confusa antes de detenerse a unos metros observando la escena.

Una guadaña, tendría que tener cuidado, aunque dudaba que a esa distancia pudiese alcanzarla.

- Que extraño panorama...- dijo con tono jocoso mostrando sus colmillos en una media sonrisa.

Hacía ya varias décadas que la joven no coincidía con uno de los suyos, era uno de los problemas de ser una nómada. Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de esta al tiempo que trataba de reprimir una carcajada ante la actuación y caída del que decía llamarse Nairda. No parecía molesto con la presencia de esta, y el hecho de que hablase con su arma no era algo que preocupase a la joven, no todos los locos que había conocido eran peligrosos. Aunque adelantarse a decir si estaba loco o no era algo grosero, su curiosidad la invitaba a quedarse.

Con paso tranquilo se acercó para agacharse junto a el y tenderle su mano - Lyemin - dijo mientras contemplaba aquella sonrisa que no suscitaba toda su confianza. Ella podía ser curiosa, y hasta arriesgarse demasiado a veces, pero no era una idiota confiada. Le devolvió una felina sonrisa - Entonces solo ella te llama Nair o yo también puedo? - Dijo con tono divertido siguiéndole el juego.

Ahora que lo tenía cerca podía examinarlo mejor, no parecía mucho mayor que ella, aunque la edad y la apariencia en los vampiros era algo relativo. El resto, aparte de su rostro y manos estaba oculto bajo la gabardina. La mirada grisácea y helada de la vampira se clavo en los ojos castaños del extraño, por alguna extraña razón los veía brillar con tonos sangrientos. Intentó mantener la sonrisa a pesar de la ligera desconfianza.

- Hacía mucho que no me encontraba con alguien de mi misma raza - confesó alegremente - ¿que te trae por aquí? - se aventuró a preguntar tratando de averiguar algo mas sobre aquel extraño hombre que hablaba a su guadaña.

Aquel vampiro le resultaba gracioso a la joven, no podía ser peligroso alguien de su misma raza, no tenía que temer, los que solían intentar darles caza eran humanos u otro tipo de seres, pero no, el no tenía pinta de querer matarla. Se rió por sus comentarios y se hizo a un lado de forma cortés para darle espacio cuando este se levantó.

Así que libros...debía ser un intelectual, recordó el último libro que había leído, una historia sobre viajes, pero todo fue antes de ser convertida. Había pasado mas de un siglo sin tomar un libro en todos sus viajes. Darse cuenta de aquello la hizo avergonzarse un poco ante el hombre de la guadaña, tal vez debiera tomar ejemplo de este, puede que en su próximo paso por una ciudad.

-Vaya, ¿y cuantos libros has leído?- preguntó con tono alegre y curioso, aunque al darse cuenta de lo estúpido de la pregunta se sonrojó un poco - Lo lamento, es una tontería de pregunta - se disculpó con una tímida sonrisa mientras cambiaba el peso de una pierna a otra algo inquieta. Llevaba años sin ver a uno de los suyos, y ahora que podía relajarse y actuar de forma normal, se alteraba haciendo el estúpido, maldijo para si misma sin borrar la colmilluda sonrisa.

La pregunta de este logró desviar la atención del anterior comentario, cosa que la oven agradeció - Estoy de paso, descansaba en una cueva cercana, y pensaba cazar algo, darme un baño y descansar antes de proseguir mi viaje. - Lanzó una rápida mirada a la dirección en la que había venido por encima de su hombro - Si necesitas donde pasar el día, puedo mostrarte el lugar, no me importa compartirlo, no es muy acogedor, pero protege del sol - dijo divertida, pero había algo en el ambiente que la distraía de los gestos del hombre. La niebla se iba cerrando mas entorno al lago. Debería tener cuidado para horientarse si no quería morir a la salida del sol..

-Umm...bueno Nair, eso si encuentro el camino de vuelta - dijo riendo y tratando de quitarle peso a aquella niebla. Debía volver a la cueva, había dejado allí su capa y debía recuperarla antes de volver a partir. La joven aunque mantenía la sonrisa se veía intranquila, ya no fijaba su mirada en el vampiro, si no que la perdía mas allá de este mientras cruzaba los brazos bajo su pecho pensativa. Debía salir a cazar sin alejarse de la cueva para no volver a perderla, bueno, eso si la encontraba de nuevo.

Que este aceptara su oferta de guarida solo la intranquilizó mas "primero tendremos que encontrarla" pensó para si mientras oteaba en la niebla sin dejar de lanzar alguna mirada de soslayo a su nuevo acompañante, no despertaba sospechas en ella, pero le resultaba muy curioso. Un vampiro que viaja por coleccionar libros, la idea en principio se le antojó pintoresca, pero después, descubrió que tenía mucho mas sentido que vagar sin rumbo como ella.

Tal vez tanto tiempo sin destino habían atrofiado su sentido de la "normalidad". Este se hizo a un lado para dejarla pasar, dejando que ella decidiese si ir a cazar, o en busca del refugio. La joven dudó un momento antes de adelantarlo tratando que su paso fuese lo mas firme posible, sin dar muestra de las dudas internas que la recorrían. -Creo que podría ser mejor encontrar el refugio, podemos aguantar sin comer, pero no bajo la luz del sol- Dijo mientras escuchaba los pasos de este cerca de ella en su camino hacia la linde de los árboles.

A medida que se adentraba en la niebla, el olor a hierva y humedad comenzaba a verse empañado, algo hacía que el bello de la nuca de la joven se erizase con un mal presentimiento, y solo estaba segura de que no se debía a Nairda. Estuchó la pregunta de este, mientras su vista se perdía en la niebla, buscando una referencia, un movimiento, un sonido desconocido, algo. Pero no había nada. Ni siquiera ruidos de animales. Algo no iba bien.

-Debo dirigirme al sur- dijo en tono bajo respondiendo a la pregunta que este había formulado, aunque su ceño fruncido y su mirada escrutadora delataban que no estaba prestandole demasiada atención cuando se detuvo en seco. - Tengo curiosidad por el sur- dijo antes de que un silencio sepulcral los rodease. Los árboles les rodeaban, pero tampoco podían ver nada mas allá de los mas próximos a ellos, aunque no fue necesario, el viento de la noche trajo con el un sonido y un olor muy característicos.

Los guturales gruñidos vinieron tras la marea de aquel nauseabundo olor. No era humano, pero tampoco parecía nada a lo que la vampiresa se hubiese enfrentado antes. Tras lanzar una rápida mirada de advertencia a Nair, sacó dos de sus dagas y adelantó un pié a la defensiva en la dirección de la cual provenía tal sonido.

Pesadas pisadas, golpes, ramas partiéndose y gruñidos eran todo lo que se oía aproximarse. La densa niebla no dejaba ver mucho, por lo que una idea cruzó la mente de la vampira. Abrió los ojos como platos, alterada y con prisa, antes de girarse hacia el otro vampiro, tomándole del brazo y tirando de el a toda prisa hacia unos árboles cercanos, donde, agazapada y colocando su dedo índice sobre sus labios le indicó que guardara silencio.

El ser que hacía aquel ruido no tardó en aparecer, un ser de aspecto antropomorfo, que mediría entre los 2 y los 3 metros, con una piel rugosa, gesto torcido, una ligera cojera, gesto estúpido y una gran narizota. Debía de ser un troll. Aquel ser farfullaba para si mientras balanceaba una cabra que debía haber cazado y llevaba en su mano. En la otra mano, arrastraba un garrote que la joven esperaba no probar.

Ella esperó que aquel ser prosiguiese su camino, pero en lugar de eso se detuvo en el lugar donde estos habían estado antes. Y mostrando una torba y sucia sonrisa miró a su alrededor. -Donde estáis amiguitos? - Su voz sonaba estúpida, pero la joven no quería subestimar a algo de tal tamaño tan pronto. - ¿No queréis salir aquí conmigo? - El troll se incorporó olfateando el aire con su gran nariz en busca de ambos vampiros - Esta noche comeré como un rey -  dijo para si mientras se giraba en todas las direcciones.