El Héroe Caído [Desafío]
Aerandir :: Reinos del este. :: Ulmer
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El Héroe Caído [Desafío]
A Tania no le importaba cuántas veces le dijeran que su padre había sido un héroe, que gracias a su valiente sacrificio el resto de la escuadra había podido sobrevivir a aquella nefasta incursión, no le importaba cuántas vidas hubiera salvado pues, nada de eso le regresaría la vida al valiente Narles; el lobo alfa que en defensa de su tropa formada por una mezcla entre humanos, elfos y licántropos habían formado parte de la resistencia que tenía como propósito defender a la ciudad de Terpoli durante aquellos terribles eventos.
Después de su muerte, Tania llevó el cadáver de su padre a casa con el fin de darle una honorable sepultura, sin embargo al final había decidido no hacerlo y cobrando algunos favores a unos agradecidos elfos, consiguió que pusieran un hechizo arcano sobre el cadáver de Narles para que se deteriorara mucho más lento de lo normal, así podría pasar un poco más de tiempo sintiendo que lo tenía a su lado, cerca, junto a ella.
No solo era líder de manada, sino que además era una figura de respeto e inspiración, por lo que en ocasiones algunos integrantes de la manada acudían a rendirle honores; aunque últimamente algo había cambiado; los últimos en entrar a verle habían dicho que el cuerpo comenzaba a tomar un tétrico tono violenta, así que pensando que el hechizo arcano comenzaba a debilitarse la chica optó por no dejar que nadie más viera el cadáver al menos hasta poder resolverlo.
Aquella mañana, todo lucía normal en Ulmer, el trinar de las aves ornamentaba sonoramente el balanceo de los árboles que danzaban al son del viento, los ancianos, primeros en levantarse en el pueblo desde mucho tiempo atrás, se saludaban unos a otros en el mismo ritual de cortesía que celebraban casi a diario hasta que un estruendo llamó la atención de todos -¿Qué fue eso?- Preguntó el primero confundido pero en alerta -Vino de la casa de Tania, vayamos a ver- Dijo moviéndose en dirección a la cabaña cuya puerta ensangrentada a penas se mantenía sostenida por un punto de equilibrio.
No tardaría mucho en asomarse la chica arrastrándose a la puerta intentando advertir algo -Ellos... han vu...- Su frase se vería interrumpida cuando algo la haló desde los pies hacia el interior de la cabaña en donde solo se escucharían un par de gritos antes que un tétrico silencio se adueñara de los presentes, quienes ya podrían imaginar la suerte de Tania ¿Qué había allí dentro?
∞ Para entrar al tema es necesario tener al menos 10 posts onrol
∞ Deberás explicar los motivos de tu llegada al lugar de los acontecimientos.
∞ Puede entrar un máximo de dos personajes de cualquier raza que cumpla el punto anterior
∞ Es un desafío que se plantea para ser resuelto en dos o tres turnos con no menos de 20 líneas cada uno.
∞ Dado que es un desafío corto, no importa si se está participando en un trabajo, misión ni tampoco afecta el límite de temas libres por personaje.
∞ No pueden entrar quienes ya han participado en otros desafíos en los últimos 30 días.
∞ El orden de turnos será Pj1-Pj2-Master (Complicación) Pj1-Pj2-Master (Cierre).
Después de su muerte, Tania llevó el cadáver de su padre a casa con el fin de darle una honorable sepultura, sin embargo al final había decidido no hacerlo y cobrando algunos favores a unos agradecidos elfos, consiguió que pusieran un hechizo arcano sobre el cadáver de Narles para que se deteriorara mucho más lento de lo normal, así podría pasar un poco más de tiempo sintiendo que lo tenía a su lado, cerca, junto a ella.
No solo era líder de manada, sino que además era una figura de respeto e inspiración, por lo que en ocasiones algunos integrantes de la manada acudían a rendirle honores; aunque últimamente algo había cambiado; los últimos en entrar a verle habían dicho que el cuerpo comenzaba a tomar un tétrico tono violenta, así que pensando que el hechizo arcano comenzaba a debilitarse la chica optó por no dejar que nadie más viera el cadáver al menos hasta poder resolverlo.
Aquella mañana, todo lucía normal en Ulmer, el trinar de las aves ornamentaba sonoramente el balanceo de los árboles que danzaban al son del viento, los ancianos, primeros en levantarse en el pueblo desde mucho tiempo atrás, se saludaban unos a otros en el mismo ritual de cortesía que celebraban casi a diario hasta que un estruendo llamó la atención de todos -¿Qué fue eso?- Preguntó el primero confundido pero en alerta -Vino de la casa de Tania, vayamos a ver- Dijo moviéndose en dirección a la cabaña cuya puerta ensangrentada a penas se mantenía sostenida por un punto de equilibrio.
No tardaría mucho en asomarse la chica arrastrándose a la puerta intentando advertir algo -Ellos... han vu...- Su frase se vería interrumpida cuando algo la haló desde los pies hacia el interior de la cabaña en donde solo se escucharían un par de gritos antes que un tétrico silencio se adueñara de los presentes, quienes ya podrían imaginar la suerte de Tania ¿Qué había allí dentro?
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Ansur
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Re: El Héroe Caído [Desafío]
Los bosques del este siempre habían resultado un lugar siniestro para el brujo. Tenían una peligrosa combinación entre elfos no demasiado amables con los brujos y licántropos potencialmente sedientos de sangre, más cualquier aberración que habitara esos bosques. No se sentía seguro, especialmente sin su magia, y las noches eran incomodas, pasando sus horas de sueño en un incómodo estado de semialerta, incluso a pesar de que tenía bastante confianza en la capacidad de sus lobos de despertarlo si cualquier cosa se acercaba.
Pero todo eso daba igual, era un mal necesario, tenía que llegar a Dundarak para unirse a… lo que suponía que podía llamarse un club de brujos, y ese bosque estaba en medio, así que tenía que tragarse sus problemas, seguir adelante y ganar algo de dinero, no necesariamente en ese orden. Así, a pie y con mucho cuidado, había llegado a esa aldea, la primera que veía en… ¿días? Había perdido la cuenta, pero había gente, olía a comida y no había sido asaetado por acercarse, todas buenas señales que parecían indicar no solo que no estaba alucinando por comer algo que no debía, sino que podía perfectamente estar delante de la primera oportunidad de dormir de una sentada en las semanas venideras.
Las gentes de la zona eran personas sencillas, no paletos, como la mayoría de habitantes de Lunargenta, sencillos de verdad, por lo que cabía la posibilidad de que no hubiese una taberna, pero siempre había alguien dispuesto a dejar a un extranjero dormir bajo un techo y darle comida y bebida por unas monedas, especialmente si hacía cuatro trucos con sus runas y conseguía que una escoba limpiase el polvo sola o algo así. Paro su paso tranquilo un momento, mientras contemplaba la genialidad de su idea, para luego reanudar el paso ante la expectante mirada de sus lobos, tan cansados después de la caminata como él. Solo tenía que llamar a una casa y preguntar.
Ya se encontraba a medio camino de la casa escogida cuando un par de personas lo señalaron, susurraron entre ellos y después de abrir muchísimo los ojos, corrieron a bloquearle el paso como si su vida dependiera de ello, aunque por su cara de horror, no tenía claro si la vida de alguien no dependía de verdad.
-¿Ocurre algo?- Miró por encima de ese par de hombres hacia la puerta de la casa. Parecía bastante normal, puede que algo grande, debía ser la casa de alguien importante. –No…¿quiere ser molestado?- Ambos aldeanos se miraron entre ellos, como si no supieran que decir y empezaron a señalarse entre susurros, como queriendo que fuese el otro el que le explicara a que venía tanto alboroto.
Pero todo eso daba igual, era un mal necesario, tenía que llegar a Dundarak para unirse a… lo que suponía que podía llamarse un club de brujos, y ese bosque estaba en medio, así que tenía que tragarse sus problemas, seguir adelante y ganar algo de dinero, no necesariamente en ese orden. Así, a pie y con mucho cuidado, había llegado a esa aldea, la primera que veía en… ¿días? Había perdido la cuenta, pero había gente, olía a comida y no había sido asaetado por acercarse, todas buenas señales que parecían indicar no solo que no estaba alucinando por comer algo que no debía, sino que podía perfectamente estar delante de la primera oportunidad de dormir de una sentada en las semanas venideras.
Las gentes de la zona eran personas sencillas, no paletos, como la mayoría de habitantes de Lunargenta, sencillos de verdad, por lo que cabía la posibilidad de que no hubiese una taberna, pero siempre había alguien dispuesto a dejar a un extranjero dormir bajo un techo y darle comida y bebida por unas monedas, especialmente si hacía cuatro trucos con sus runas y conseguía que una escoba limpiase el polvo sola o algo así. Paro su paso tranquilo un momento, mientras contemplaba la genialidad de su idea, para luego reanudar el paso ante la expectante mirada de sus lobos, tan cansados después de la caminata como él. Solo tenía que llamar a una casa y preguntar.
Ya se encontraba a medio camino de la casa escogida cuando un par de personas lo señalaron, susurraron entre ellos y después de abrir muchísimo los ojos, corrieron a bloquearle el paso como si su vida dependiera de ello, aunque por su cara de horror, no tenía claro si la vida de alguien no dependía de verdad.
-¿Ocurre algo?- Miró por encima de ese par de hombres hacia la puerta de la casa. Parecía bastante normal, puede que algo grande, debía ser la casa de alguien importante. –No…¿quiere ser molestado?- Ambos aldeanos se miraron entre ellos, como si no supieran que decir y empezaron a señalarse entre susurros, como queriendo que fuese el otro el que le explicara a que venía tanto alboroto.
Geralt
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Re: El Héroe Caído [Desafío]
No sabía ni tenía experiencia sobre muchas cosas, pero los territorios que eran liderados por algunas razas de Aerandir sí les eran bien conocidos, ya fuera por la fiel confirmación de un libro, como por los múltiples rumores que se podían dar en su ciudad natal; y precisamente, las tierras por las que ahora viajaban tanto ella como Rachel, en busca del cobijo de la fría Dundarak, eran las que más fama tenían por estar plagadas de licántropos. Total ironía la de la vida de una vampira en la que su destino era una ciudad llena de dragones y el camino más fácil para llegar la llevaba por un sendero repleto de lobos.
Pero aquello no podía ser la causa de quedarse sin comer… y cada dos o tres noches se separaba de la biocibernética para buscar algún alma perdida que no oliera demasiado a sabueso rabioso a la que poder hincar el diente.
Hacía horas que había decidido abandonar la compañía de Rachel, pero el paseo se estaba alargando demasiado para su gusto, y aunque no tenía un buen reloj que marcara las horas, la claridad del horizonte comenzaba a anunciarle que la mañana estaría al caer.
La joven vampira, frustrada, tuvo poco tiempo para sopesar, y a medida que daba vueltas en su cabeza de si la mejor idea era volver con la bio, o seguir hasta encontrar un mejor y más cercano escondite, sus pasos dudosos la llevaron hasta el borde un sendero que cortaba aquella zona del bosque en dos.
Cath había pedido a su compañera no acercarse demasiado a las zonas civilizadas, y lo prefería así en la medida de lo posible porque era allí donde intentaba buscar su sustento. Pero ahora era prácticamente por necesidad encontrar pronto un cobijo, y qué mejor escondite del sol que cualquier granero, o bodega bien cubierta. Así pues, y esperanzada de que aquel sutil camino la llevaría hasta una aldea próxima, lo siguió orillada al borde, por si aparecía alguna dificultad que la obligase adentrarse de nuevo al bosque.
Por “suerte” no estaba equivocada, y aquel sendero la llevó hasta Ulmer, lo que no sabía era que aquel lugar no sería precisamente el mejor para alguien como ella, quién inocente, aprovechó las últimas sombras de la noche para escurrirse por entre las casitas de la aldea lobuna.
Cath quería pensar que se dejaba guiar por el instinto, pero nada más lejos de la realidad, el hecho de intuir que en cuestión de minutos aparecerían los primeros rayos del sol, hacía que la moviera el miedo. Y el miedo conllevaba a los nervios y la torpeza, que, de manera demasiado afortunada para ella, le hizo andar aprisa y tropezarse a la vuelta de la esquina de una de las casitas con una pequeña edificación contigua a ésta.
Parecía ser un pequeño almacén, o mejor dicho, un cuartillo; era un lugar pequeño para guardar trastos y alguna que otra herramienta para la siembra, pero le valía más que cualquier caserío lujoso. Abrió una de las puertas y se coló dentro, acurrucándose en un rincón, tratando de obviar las telarañas y el polvo que convivían allí con todo lo demás.
Al poco de haber encontrado refugio, e intentar calmarse rezando porque no necesitaran usar aquel cobertizo, no pudo evitar escuchar y sentir cierto revuelo en los lugareños que, junto al alba, comenzaban a salir de sus casas.
Pero ese día, la mañana no amaneció acompañada de los rayos del sol y el frescor matutino; por el contrario, una extraña y amenazante oscuridad se comenzó a cernir sobre un cielo que a esas horas debía ser azulado. Y las espesas nubes que aquel singular fenómeno traía consigo, cubrieron todo ápice de luz natural que pudiera intentar colarse entre ellas.
Los habitantes del pueblo no tardaron en percatarse de lo insólito de la situación, e incluso la vampira pudo notar que aquello que estuviera pasando no auguraba ningún bien.
Poco a poco el agobio se fue apoderando de la chica, y estar encerrada le resultaba en aquel momento más peligroso que salir a pleno aire libre. Así pues, y aún desconfiada, abrió poco a poco la puertecilla hasta comprobar que ni una sola gota de luz bañaba la línea del suelo expuesto, asomándose después para comprobar por sí misma lo que ocurría.
Lo único bueno que traía aquella oscuridad, era otorgarle la oportunidad de salir de allí, pero cuando lo hizo… no sabía si temía más por la aparición de un rayo de sol caprichoso, o por lo que estuviera por venir ante semejante escenario.
Se fue moviendo con prudencia, sin separarse de las paredes de las casas, pero entonces, observando al gentío pudo descubrir una figura que, ni viéndolo con sus propios ojos podía creer la casualidad de que estuviera allí en aquel momento.
Y casi como si la valentía le hubiera sido inyectada de manera instantánea al descubrir al brujo entre tantas personas desconocidas, salió de su escondite para ir en su busca, hasta prácticamente echársele encima.
– ¡G-Geralt! –Lo sorprendió, dedicándole un saludo en una exclamación contenida por un susurro. – No puedo creerlo, ¿qué haces aquí? ¿Y… qué ocurre? –Sabía que el brujo se iba a sorprender mucho más que ella de verla allí, pero en ese instante no podía pensar en otra cosa que el hecho de haber encontrado un “viejo” conocido con el que se sentía extrañamente segura, y de quién tenía la necesidad de buscar su arropo ante aquella situación.
Pero aquello no podía ser la causa de quedarse sin comer… y cada dos o tres noches se separaba de la biocibernética para buscar algún alma perdida que no oliera demasiado a sabueso rabioso a la que poder hincar el diente.
Hacía horas que había decidido abandonar la compañía de Rachel, pero el paseo se estaba alargando demasiado para su gusto, y aunque no tenía un buen reloj que marcara las horas, la claridad del horizonte comenzaba a anunciarle que la mañana estaría al caer.
La joven vampira, frustrada, tuvo poco tiempo para sopesar, y a medida que daba vueltas en su cabeza de si la mejor idea era volver con la bio, o seguir hasta encontrar un mejor y más cercano escondite, sus pasos dudosos la llevaron hasta el borde un sendero que cortaba aquella zona del bosque en dos.
Cath había pedido a su compañera no acercarse demasiado a las zonas civilizadas, y lo prefería así en la medida de lo posible porque era allí donde intentaba buscar su sustento. Pero ahora era prácticamente por necesidad encontrar pronto un cobijo, y qué mejor escondite del sol que cualquier granero, o bodega bien cubierta. Así pues, y esperanzada de que aquel sutil camino la llevaría hasta una aldea próxima, lo siguió orillada al borde, por si aparecía alguna dificultad que la obligase adentrarse de nuevo al bosque.
Por “suerte” no estaba equivocada, y aquel sendero la llevó hasta Ulmer, lo que no sabía era que aquel lugar no sería precisamente el mejor para alguien como ella, quién inocente, aprovechó las últimas sombras de la noche para escurrirse por entre las casitas de la aldea lobuna.
Cath quería pensar que se dejaba guiar por el instinto, pero nada más lejos de la realidad, el hecho de intuir que en cuestión de minutos aparecerían los primeros rayos del sol, hacía que la moviera el miedo. Y el miedo conllevaba a los nervios y la torpeza, que, de manera demasiado afortunada para ella, le hizo andar aprisa y tropezarse a la vuelta de la esquina de una de las casitas con una pequeña edificación contigua a ésta.
Parecía ser un pequeño almacén, o mejor dicho, un cuartillo; era un lugar pequeño para guardar trastos y alguna que otra herramienta para la siembra, pero le valía más que cualquier caserío lujoso. Abrió una de las puertas y se coló dentro, acurrucándose en un rincón, tratando de obviar las telarañas y el polvo que convivían allí con todo lo demás.
Al poco de haber encontrado refugio, e intentar calmarse rezando porque no necesitaran usar aquel cobertizo, no pudo evitar escuchar y sentir cierto revuelo en los lugareños que, junto al alba, comenzaban a salir de sus casas.
Pero ese día, la mañana no amaneció acompañada de los rayos del sol y el frescor matutino; por el contrario, una extraña y amenazante oscuridad se comenzó a cernir sobre un cielo que a esas horas debía ser azulado. Y las espesas nubes que aquel singular fenómeno traía consigo, cubrieron todo ápice de luz natural que pudiera intentar colarse entre ellas.
Los habitantes del pueblo no tardaron en percatarse de lo insólito de la situación, e incluso la vampira pudo notar que aquello que estuviera pasando no auguraba ningún bien.
Poco a poco el agobio se fue apoderando de la chica, y estar encerrada le resultaba en aquel momento más peligroso que salir a pleno aire libre. Así pues, y aún desconfiada, abrió poco a poco la puertecilla hasta comprobar que ni una sola gota de luz bañaba la línea del suelo expuesto, asomándose después para comprobar por sí misma lo que ocurría.
Lo único bueno que traía aquella oscuridad, era otorgarle la oportunidad de salir de allí, pero cuando lo hizo… no sabía si temía más por la aparición de un rayo de sol caprichoso, o por lo que estuviera por venir ante semejante escenario.
Se fue moviendo con prudencia, sin separarse de las paredes de las casas, pero entonces, observando al gentío pudo descubrir una figura que, ni viéndolo con sus propios ojos podía creer la casualidad de que estuviera allí en aquel momento.
Y casi como si la valentía le hubiera sido inyectada de manera instantánea al descubrir al brujo entre tantas personas desconocidas, salió de su escondite para ir en su busca, hasta prácticamente echársele encima.
– ¡G-Geralt! –Lo sorprendió, dedicándole un saludo en una exclamación contenida por un susurro. – No puedo creerlo, ¿qué haces aquí? ¿Y… qué ocurre? –Sabía que el brujo se iba a sorprender mucho más que ella de verla allí, pero en ese instante no podía pensar en otra cosa que el hecho de haber encontrado un “viejo” conocido con el que se sentía extrañamente segura, y de quién tenía la necesidad de buscar su arropo ante aquella situación.
- Off rol:
- Estooo... estoy un poco loquita metiéndome en este sitio, pero bueno xD me lo han permitido y estoy muy agradecida (aunque huela mi muerte cerca, cosorro xD)
Ansur me ha dado permiso para poder participar, y para describir este extraño y repentino cambio climático que he añadido en mi post.
Muchas graciaaas!
Catherine Blair
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Re: El Héroe Caído [Desafío]
El repentino oscurecimiento en el cielo inspiraba cierto aire de misteriosa incertidumbre y desconfianza, los mismos habitantes de Ulmer se asomaban a las ventanas extrañados de que el sol no había terminado de aparecer para anunciarles el inicio de un nuevo día, en lugar de eso unas oscuras nubes adornaban el cielo, sin embargo no olía a lluvia, no parecía que pudiera caer una tormenta que justificara la aparición de tal fenómeno, entonces ¿Qué podría estar sucediendo?
Tal como si todo fuera una orquestada cadena de eventos; la mujer antes arrastrada hacia el interior de la cabaña fue arrojada hacia afuera, o al menos la mitad de ella; los aldeanos apretaron los puños preparándose para transformarse en caso de lo peor; aunque ciertamente la situación los tomaba desprevenidos; mientras todos vigilaban la puerta de la cabaña una enorme bestia emergió haciendo trizas uno de los muros de madera y mostrándose por fin ante la mirada aterrorizada de los habitantes del pueblo.
No solo era feroz y poderoso; no solo era el terror que infundía al llevar colgando aún en las garras las vísceras de la mujer; sino que además era la viva figura del mismísimo Narles, admirado y respetado como un héroe durante tanto tiempo y que ahora parecía haber vuelto de la mismísima muerte tan solo para sembrar el caos entre su misma gente -Es... Es él...- Murmuraban algunos retrocediendo con una mezcla de pavor y respeto.
Justamente eso era lo que pretendía quien se había encargado de usar al héroe del pueblo como una marioneta del mal, no solo tenía la idea de sembrar el caos, sino además arrancar las esperanzas de los aldeanos y romper un valioso símbolo para ellos; era evidente que les resultaría bastante difícil atacar a la criatura, aunque un par de forasteros no tendrían problemas en hacer lo necesario.
El licántropo de oscuro pelaje con algunas partes de su cuerpo en avanzado estado de descomposición avanzaba hacia los aldeanos como si una fuerza superior lo obligara a moverse; el movimiento constante aumentaba el grado de deterioro que se había mantenido minimizado por la postura fija que había mantenido todo este tiempo pero su fuerza parecía no haber menguado en lo más mínimo.
Se sacudió ferozmente y tras golpear el suelo un par de veces emprendió una feroz carrera sobre sus cuatro patas hacia los aldeanos aunque por alguna razón la bestia parecía tratar de negarse a realizar el trabajo; tal vez una mísera parte de su consciencia aún se resistía a ser controlado, aunque eso cambiaría al notar la presencia del brujo, fijándolo como el objetivo principal y corriendo a atacarle lanzándose sobre él repetidas veces.
Una nube de sombras emergió de la nada creando un círculo dejando dentro de él tan solo al brujo con sus mascotas y repeliendo a cualquiera que intentara entrar, aunque esto seguramente no sería problema para una vampira con cierta afinidad por las sombras; en el oscuro manto que les envolvía, el brujo podría notar la aparición de algunas figuras efímeras y fugaces, leves destellos con la forma de las mismas runas que había enfrentado en la barrera mágica de Terpoli; tal vez un mensaje oculto para que el peliblanco supiera que se trataba de una venganza.
Al igual que el círculo de sombras repelía a quien intentara entrar, también lo haría con quien intentara salir; y no solo eso, sino que además el aire parecía más pesado a cada instante, causando una sensación de pesadez, si el brujo era listo sabría que la batalla no debía tardar mucho o se vería superado por tan extraño efecto.
Desde fuera si quería estar al margen, o desde dentro si decidía ayudar a su compañero, la vampira tendría entre manos la importante tarea de deshacer el muro de sombras ¿Serían sus capacidades suficientes parar lograrlo? Tal vez era momento de poner a prueba todo su potencial.
∞ Tal parece que alguien recuerda a Geralt por haber acabado con cierta barrera, y no le guarda mucho aprecio
∞ Catherine, dejo a tu criterio la manera de enfrentar la situación, si te quedas fuera serías apoyo, tendrás que usar tu propia capacidad para controlar las sombras y deshacer el muro.
∞ Si entras será más peligroso pues además de lo anterior enfrentarás algunos ataques de la bestia no-muerta.
∞ Aunque Geralt consiga derrotar al héroe caído, dependerá de la capacidad de la vampira para escapar del círculo de sombras.
∞ Alguien bastante vengativo ha tomado al brujo como su trofeo, si la vampira interviene entrará a la misma lista.
∞ Tienen un turno para finalizar el tema, les sugiero ponerse de acuerdo y planear una estrategia conjunta.
Tal como si todo fuera una orquestada cadena de eventos; la mujer antes arrastrada hacia el interior de la cabaña fue arrojada hacia afuera, o al menos la mitad de ella; los aldeanos apretaron los puños preparándose para transformarse en caso de lo peor; aunque ciertamente la situación los tomaba desprevenidos; mientras todos vigilaban la puerta de la cabaña una enorme bestia emergió haciendo trizas uno de los muros de madera y mostrándose por fin ante la mirada aterrorizada de los habitantes del pueblo.
No solo era feroz y poderoso; no solo era el terror que infundía al llevar colgando aún en las garras las vísceras de la mujer; sino que además era la viva figura del mismísimo Narles, admirado y respetado como un héroe durante tanto tiempo y que ahora parecía haber vuelto de la mismísima muerte tan solo para sembrar el caos entre su misma gente -Es... Es él...- Murmuraban algunos retrocediendo con una mezcla de pavor y respeto.
Justamente eso era lo que pretendía quien se había encargado de usar al héroe del pueblo como una marioneta del mal, no solo tenía la idea de sembrar el caos, sino además arrancar las esperanzas de los aldeanos y romper un valioso símbolo para ellos; era evidente que les resultaría bastante difícil atacar a la criatura, aunque un par de forasteros no tendrían problemas en hacer lo necesario.
El licántropo de oscuro pelaje con algunas partes de su cuerpo en avanzado estado de descomposición avanzaba hacia los aldeanos como si una fuerza superior lo obligara a moverse; el movimiento constante aumentaba el grado de deterioro que se había mantenido minimizado por la postura fija que había mantenido todo este tiempo pero su fuerza parecía no haber menguado en lo más mínimo.
Se sacudió ferozmente y tras golpear el suelo un par de veces emprendió una feroz carrera sobre sus cuatro patas hacia los aldeanos aunque por alguna razón la bestia parecía tratar de negarse a realizar el trabajo; tal vez una mísera parte de su consciencia aún se resistía a ser controlado, aunque eso cambiaría al notar la presencia del brujo, fijándolo como el objetivo principal y corriendo a atacarle lanzándose sobre él repetidas veces.
Una nube de sombras emergió de la nada creando un círculo dejando dentro de él tan solo al brujo con sus mascotas y repeliendo a cualquiera que intentara entrar, aunque esto seguramente no sería problema para una vampira con cierta afinidad por las sombras; en el oscuro manto que les envolvía, el brujo podría notar la aparición de algunas figuras efímeras y fugaces, leves destellos con la forma de las mismas runas que había enfrentado en la barrera mágica de Terpoli; tal vez un mensaje oculto para que el peliblanco supiera que se trataba de una venganza.
Al igual que el círculo de sombras repelía a quien intentara entrar, también lo haría con quien intentara salir; y no solo eso, sino que además el aire parecía más pesado a cada instante, causando una sensación de pesadez, si el brujo era listo sabría que la batalla no debía tardar mucho o se vería superado por tan extraño efecto.
Desde fuera si quería estar al margen, o desde dentro si decidía ayudar a su compañero, la vampira tendría entre manos la importante tarea de deshacer el muro de sombras ¿Serían sus capacidades suficientes parar lograrlo? Tal vez era momento de poner a prueba todo su potencial.
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∞ Tal parece que alguien recuerda a Geralt por haber acabado con cierta barrera, y no le guarda mucho aprecio
∞ Catherine, dejo a tu criterio la manera de enfrentar la situación, si te quedas fuera serías apoyo, tendrás que usar tu propia capacidad para controlar las sombras y deshacer el muro.
∞ Si entras será más peligroso pues además de lo anterior enfrentarás algunos ataques de la bestia no-muerta.
∞ Aunque Geralt consiga derrotar al héroe caído, dependerá de la capacidad de la vampira para escapar del círculo de sombras.
∞ Alguien bastante vengativo ha tomado al brujo como su trofeo, si la vampira interviene entrará a la misma lista.
∞ Tienen un turno para finalizar el tema, les sugiero ponerse de acuerdo y planear una estrategia conjunta.
Última edición por Ansur el Mar 1 Nov 2016 - 15:45, editado 1 vez
Ansur
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Re: El Héroe Caído [Desafío]
Alguien dijo su nombre, lo que provocó que el peliblanco se girase descuidadamente, haciéndole retroceder un paso debido a la proximidad de una figura encapuchada, con un aspecto aún más siniestro debido a la capa de nubes oscuras que cubrían el cielo, pero no tardo demasiado en reconocerla. -¿Cat?- Le acaricio la cabeza en un gesto cariñoso hasta que recordó que hora del día era. -¿Qué haces aq…- Miro al cielo, a la muchacha y luego otra vez al cielo. –Esto parece muy peligroso…- se limitó a comentar, pero tendría sus motivos, posiblemente, ya se los diría si quería. –Veras, iba a pedir direcciones a esa cabaña, pero esos caballeros tan amables parecen un poco preocupados, como si la casa estuviese mal…- lo que parecía un trozo de intestino fue arrojado a sus pies, y alzando un poco más la vista, podía verse su origen, la mitad de el técnicamente.-…dita.- No había tenido un día tranquilo en su día, y este no sería diferente al parecer. –¿Alguien puede explicarme porque…?- entonces vino ese bicho, atravesando la pared como si no hubiese visto una puerta en su vida. –Vale, me hago una idea aproximada…-
Una bestia, con una de esas transformaciones especiales que les gustaban tanto a los licántropos, pero con podredumbre aquí y allá y un olorcillo nada agradable. Un no-muerto, aunque el lugar era…exótico cuando menos, menos mal que el veterano de Terpoli había decidió pasarse por allí a probar ele estofado local. Chasqueo los dedos para hacer pedacitos a esa bestia como había hecho con incontables zombies con anterioridad, pero no pasó nada. –Oh, cierto…- con la emoción se había olvidado que no tenía magia, necesitaría más tiempo para hacer lo mismo con runas… Geralt sacó la espada a la vez que el licántropo cargaba contra los aldeanos, decidido a ensartarlo cuando pasara por delante, aprovechando que no se estaría fijando en el, poco sabía que en realidad su rival haría un quiebro para encararlo a el y lo obligaría a rodar por el suelo para no ser mordisqueado. Solo era uno, podía encargarse de un licántropo en medio del pueblo, alguien le clavaría un saetazo, o media docena, solo tenía que entretenerlo unos segundos hasta que se recuperaran de la sorpresa.
Pero para variar, la fortuna no le sonreía, y un círculo de sombras lo rodeó. El peliblanco chuto una piedrecita, y esta reboto con aun más fuerza que si fuese una pared. –Venga ya…- renegó el brujo. –CAT, ¿puedes hacer algo con la barrera?- Recordaba donde había quedado la vampira, metro arriba o abajo, y la chica usaba sombras, dato imprescindible para su alocado y glorioso plan. Escucho un sí, posiblemente, casi seguro, al menos tenia fe en ello, porque sino iba a tener la muerte más absurda en la historia de las islas –Ábrela en dos minutos DOS- mientras rezaba para que las orejas de esa cosa estuviesen podridas, veía runas ondular por la superficie de las sombras. Solo aparecían durante unos instantes antes de esfumarse con un fulgor dorado, pero esa escritura tan elegante le sonaba, y el no-muerto que por poco le arranca el estómago segundos después acabo de refrescarle la memoria. –Alguien no se tomó muy bien que destrozaran su barrera…- dijo por lo alto, girando alrededor del licántropo. Estúpidos nigromantes. –se podría decir que tu rencor durara…toda la eternidad… ¿lo pillas? ¿Porque levantas muertos?- estaba bastante seguro de que esta vez había sido el propio lobo el que había intentado arrancarle la cabeza por su chiste.
Solo tenía dos lobos, espada, cuchillos y runas, pero le bastaba con las runas, el problema era otro, el nigromante que controlaba al bicho…¿veía? ¿Leería las runas que escribiría? Iría a lo seguro y pensaría que sí. Silbó en un tono especifico y sus lobos se situaron en formación, creando un triángulo junto a él cuyo centro tenia al no-muerto. Entre gruñidos y amagos, porque por más que esos peludos lo quisieran, dudaba que mordieran algo de sabor asqueroso como un no-muerto, distrajeron al no-muerto unos segundos, momento en el que dibujo un circulo con su espada, tan grande como pudo y lleno aproximadamente un cuarto, luego lo tapó con la capa y se lanzó espada en ristre contra el no-muerto, para que no sospechara. Dos espadazos más tarde, volvía a estar junto a su capa, con el brazo dolorido por un arañazo que esperaba que no se infectara. Quedaban unos cuarenta y cinco segundos, por lo que se puso a trabajar a máxima velocidad hasta que quedo satisfecho. –Loki, Freya, aquí- Los lobos salieron por patas en su dirección, mientras el recogía la capa. Diez segundos. El circulo estaba justo delante de donde Cat abriría la brecha, teóricamente, no tendría que correr mucho –Un placer volverte a ver, gran fan de tu trabajo, el rúnico, no el otro. No puedo decir lo mismo de ti mordisquitos.- Cinco segundos, solo necesitaba activar el círculo con tanta magia como pudiera, y no tenía demasiada, así que se decidió por el clásico. Extendió el brazo izquierdo sobre el círculo y se hizo un profundo corte, empapando el engrabado del líquido carmesí. El mayor circulo explosivo que había hecho, rebosando de sangre de la raza con mayor magia. Ahora tocaba salir por patas antes de que explotara horriblemente.
Una bestia, con una de esas transformaciones especiales que les gustaban tanto a los licántropos, pero con podredumbre aquí y allá y un olorcillo nada agradable. Un no-muerto, aunque el lugar era…exótico cuando menos, menos mal que el veterano de Terpoli había decidió pasarse por allí a probar ele estofado local. Chasqueo los dedos para hacer pedacitos a esa bestia como había hecho con incontables zombies con anterioridad, pero no pasó nada. –Oh, cierto…- con la emoción se había olvidado que no tenía magia, necesitaría más tiempo para hacer lo mismo con runas… Geralt sacó la espada a la vez que el licántropo cargaba contra los aldeanos, decidido a ensartarlo cuando pasara por delante, aprovechando que no se estaría fijando en el, poco sabía que en realidad su rival haría un quiebro para encararlo a el y lo obligaría a rodar por el suelo para no ser mordisqueado. Solo era uno, podía encargarse de un licántropo en medio del pueblo, alguien le clavaría un saetazo, o media docena, solo tenía que entretenerlo unos segundos hasta que se recuperaran de la sorpresa.
Pero para variar, la fortuna no le sonreía, y un círculo de sombras lo rodeó. El peliblanco chuto una piedrecita, y esta reboto con aun más fuerza que si fuese una pared. –Venga ya…- renegó el brujo. –CAT, ¿puedes hacer algo con la barrera?- Recordaba donde había quedado la vampira, metro arriba o abajo, y la chica usaba sombras, dato imprescindible para su alocado y glorioso plan. Escucho un sí, posiblemente, casi seguro, al menos tenia fe en ello, porque sino iba a tener la muerte más absurda en la historia de las islas –Ábrela en dos minutos DOS- mientras rezaba para que las orejas de esa cosa estuviesen podridas, veía runas ondular por la superficie de las sombras. Solo aparecían durante unos instantes antes de esfumarse con un fulgor dorado, pero esa escritura tan elegante le sonaba, y el no-muerto que por poco le arranca el estómago segundos después acabo de refrescarle la memoria. –Alguien no se tomó muy bien que destrozaran su barrera…- dijo por lo alto, girando alrededor del licántropo. Estúpidos nigromantes. –se podría decir que tu rencor durara…toda la eternidad… ¿lo pillas? ¿Porque levantas muertos?- estaba bastante seguro de que esta vez había sido el propio lobo el que había intentado arrancarle la cabeza por su chiste.
Solo tenía dos lobos, espada, cuchillos y runas, pero le bastaba con las runas, el problema era otro, el nigromante que controlaba al bicho…¿veía? ¿Leería las runas que escribiría? Iría a lo seguro y pensaría que sí. Silbó en un tono especifico y sus lobos se situaron en formación, creando un triángulo junto a él cuyo centro tenia al no-muerto. Entre gruñidos y amagos, porque por más que esos peludos lo quisieran, dudaba que mordieran algo de sabor asqueroso como un no-muerto, distrajeron al no-muerto unos segundos, momento en el que dibujo un circulo con su espada, tan grande como pudo y lleno aproximadamente un cuarto, luego lo tapó con la capa y se lanzó espada en ristre contra el no-muerto, para que no sospechara. Dos espadazos más tarde, volvía a estar junto a su capa, con el brazo dolorido por un arañazo que esperaba que no se infectara. Quedaban unos cuarenta y cinco segundos, por lo que se puso a trabajar a máxima velocidad hasta que quedo satisfecho. –Loki, Freya, aquí- Los lobos salieron por patas en su dirección, mientras el recogía la capa. Diez segundos. El circulo estaba justo delante de donde Cat abriría la brecha, teóricamente, no tendría que correr mucho –Un placer volverte a ver, gran fan de tu trabajo, el rúnico, no el otro. No puedo decir lo mismo de ti mordisquitos.- Cinco segundos, solo necesitaba activar el círculo con tanta magia como pudiera, y no tenía demasiada, así que se decidió por el clásico. Extendió el brazo izquierdo sobre el círculo y se hizo un profundo corte, empapando el engrabado del líquido carmesí. El mayor circulo explosivo que había hecho, rebosando de sangre de la raza con mayor magia. Ahora tocaba salir por patas antes de que explotara horriblemente.
Última edición por Geralt el Lun 31 Oct 2016 - 14:34, editado 1 vez
Geralt
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Re: El Héroe Caído [Desafío]
Si bien apenas hubo tiempo para que Geralt pudiera comentar una mínima parte de sus intenciones a Catherine, menos aún lo hubo para que ésta respondiera a cualquier cosa que no fuera las miles de preguntas que se estaba haciendo en su cabeza por todo lo que comenzaba a suceder delante de sus narices.
La vampira se aferró al brazo del brujo con más firmeza tras observar cómo salía disparada desde la cabaña un trozo del cuerpo de la que, quizás, era la dueña de aquel lugar; pero en el momento que apareció el motivo de tal carnicería, se quedó completamente paralizada.
Aquel monstruo era el pobre reflejo del ser que habría sido antaño, al menos con lo que respectaba a su físico, pero tras su aparición, no dejó cabida a duda alguna sobre la fuerza y poder que poseía… para Cath no fue de extrañar que los aldeanos retrocedieran al ver como el demacrado licántropo se les iba acercando, incluso ella se descubrió tirando levemente de la ropa del peliblanco.
– Geralt vámonos… vámonos de aquí, por favor –Le suplicó con la voz acelerada y en un tono bajo.
Pero ya no sólo ocurrió que Geralt no la escuchara a tiempo, es que en el momento que ella le habló, aquella bestia se disponía a correr hacia ellos, manteniendo al brujo en el punto de mira, y demostrando ese hecho con un golpetazo que lo separaría del agarre de Catherine hasta estamparlo contra el suelo.
La joven albina había trastabillado por el empellón que procuró el lobo contra su amigo, y no pudo evitar desestabilizarse y caer de rodillas al mismo tiempo que Geralt quedaba atrapado dentro de aquella extraña barrera de oscuridad, muy similar a la que antes cubrió el cielo diurno.
El grito que profirió el peliblanco, indicándole qué hacer, fue lo único que hizo recapacitar a una Cath demasiado asustada y nerviosa como para poder actuar bajo su propio criterio; y sin querer demorarse más, e intentando no pensar que aquello contra lo que se estaban enfrentando era uno de esos temidos hombres lobo, se acercó a la barrera que la separaba de la batalla que estaba sucediendo tras ella.
“Dos minutos” pensó. Miró sus manos, luego al gentío que rodeaba la escena, y por último a la oscuridad que se levantaba frente a ella. Rezó para sus adentros por que aquellas personas no fueran también licántropos, o al menos no una gran mayoría, lo último que le faltaba encima era no poder salir de allí –si es que lograban acabar con aquella cosa–, y cerrando los ojos, trató de concentrar su poder obviando todo su alrededor.
Como siempre que daba uso al poder de las sombras, de la suya propia comenzó a surgir una masificación que se le extendió por el cuerpo hasta los brazos, y con sus manos trató de moldearla haciendo que su magia se fuera fusionando poco a poco con la de aquella persona que había creado la barrera. No imaginaba otra manera de llevar a cabo la petición del brujo, así pues, y manteniendo una cuenta atrás lo más exacta posible en su cabeza, fue separando sus brazos, haciendo que el muro de oscuridad comenzara a desgarrarse con su magia.
Sentía como le temblaba todo el cuerpo, era una presión constante que con la que siquiera podía escuchar con claridad la voz de Geralt; y justo en el instante que logró abrir el hueco, vio a duras penas como el peliblanco salía junto a sus lobos. Pero ella no relajó su posición.
Necesitaba concentrar el poco poder que tenía, incluso ya no le importaba exponer sus colmillos ante los demás mientras emitía un gruñido sordo y mantenía su mirada vibrante y roja clavada en sus manos, aún extendidas, tratando de controlar aquello e intentando reducir la zona en la que se abría el círculo. Buscaba crear una especie de cúpula que cerrara de la forma más hermética posible a la bestia, y... a lo que fuera que Geralt había preparado para ella, quién conociéndolo, probablemente habría hecho saltar cualquier cosa por los aires.
Era la primera vez que explotaba de aquella manera su magia, sentía un sudor frío recorriéndole por todo su cuerpo y era consciente de que, muy probablemente, en cuanto la adrenalina del momento se cayera a la altura de sus talones, ella iba a desfallecer del mismo modo.
La vampira se aferró al brazo del brujo con más firmeza tras observar cómo salía disparada desde la cabaña un trozo del cuerpo de la que, quizás, era la dueña de aquel lugar; pero en el momento que apareció el motivo de tal carnicería, se quedó completamente paralizada.
Aquel monstruo era el pobre reflejo del ser que habría sido antaño, al menos con lo que respectaba a su físico, pero tras su aparición, no dejó cabida a duda alguna sobre la fuerza y poder que poseía… para Cath no fue de extrañar que los aldeanos retrocedieran al ver como el demacrado licántropo se les iba acercando, incluso ella se descubrió tirando levemente de la ropa del peliblanco.
– Geralt vámonos… vámonos de aquí, por favor –Le suplicó con la voz acelerada y en un tono bajo.
Pero ya no sólo ocurrió que Geralt no la escuchara a tiempo, es que en el momento que ella le habló, aquella bestia se disponía a correr hacia ellos, manteniendo al brujo en el punto de mira, y demostrando ese hecho con un golpetazo que lo separaría del agarre de Catherine hasta estamparlo contra el suelo.
La joven albina había trastabillado por el empellón que procuró el lobo contra su amigo, y no pudo evitar desestabilizarse y caer de rodillas al mismo tiempo que Geralt quedaba atrapado dentro de aquella extraña barrera de oscuridad, muy similar a la que antes cubrió el cielo diurno.
El grito que profirió el peliblanco, indicándole qué hacer, fue lo único que hizo recapacitar a una Cath demasiado asustada y nerviosa como para poder actuar bajo su propio criterio; y sin querer demorarse más, e intentando no pensar que aquello contra lo que se estaban enfrentando era uno de esos temidos hombres lobo, se acercó a la barrera que la separaba de la batalla que estaba sucediendo tras ella.
“Dos minutos” pensó. Miró sus manos, luego al gentío que rodeaba la escena, y por último a la oscuridad que se levantaba frente a ella. Rezó para sus adentros por que aquellas personas no fueran también licántropos, o al menos no una gran mayoría, lo último que le faltaba encima era no poder salir de allí –si es que lograban acabar con aquella cosa–, y cerrando los ojos, trató de concentrar su poder obviando todo su alrededor.
Como siempre que daba uso al poder de las sombras, de la suya propia comenzó a surgir una masificación que se le extendió por el cuerpo hasta los brazos, y con sus manos trató de moldearla haciendo que su magia se fuera fusionando poco a poco con la de aquella persona que había creado la barrera. No imaginaba otra manera de llevar a cabo la petición del brujo, así pues, y manteniendo una cuenta atrás lo más exacta posible en su cabeza, fue separando sus brazos, haciendo que el muro de oscuridad comenzara a desgarrarse con su magia.
Sentía como le temblaba todo el cuerpo, era una presión constante que con la que siquiera podía escuchar con claridad la voz de Geralt; y justo en el instante que logró abrir el hueco, vio a duras penas como el peliblanco salía junto a sus lobos. Pero ella no relajó su posición.
Necesitaba concentrar el poco poder que tenía, incluso ya no le importaba exponer sus colmillos ante los demás mientras emitía un gruñido sordo y mantenía su mirada vibrante y roja clavada en sus manos, aún extendidas, tratando de controlar aquello e intentando reducir la zona en la que se abría el círculo. Buscaba crear una especie de cúpula que cerrara de la forma más hermética posible a la bestia, y... a lo que fuera que Geralt había preparado para ella, quién conociéndolo, probablemente habría hecho saltar cualquier cosa por los aires.
Era la primera vez que explotaba de aquella manera su magia, sentía un sudor frío recorriéndole por todo su cuerpo y era consciente de que, muy probablemente, en cuanto la adrenalina del momento se cayera a la altura de sus talones, ella iba a desfallecer del mismo modo.
Catherine Blair
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Re: El Héroe Caído [Desafío]
El brujo y la vampira no habían podido aparentemente ponerse de acuerdo, el plan de quien estaba detrás de todo había sido dejar solo al brujo para eliminarlo en primer lugar; seguramente se sentiría afortunado al notar que el brujo por alguna razón no usaba sus poderes de fuego, en lugar de eso había recurrido a sus perros y sus conocimientos arcanos, aunque nada de eso sería suficiente, o al menos no lo era en la cabeza del nigromante detrás de todo.
El enorme licántropo que visiblemente no destacaba por sus capacidades intelectuales, había quedado encerrado junto al peliblanco dentro del círculo de sombras, al no tener más objetivos cercanos tenía toda su atención fijada en el mago sin magia que apenas podía librarse de los ataques con la ayuda de sus lobos, aunque a ese paso su resistencia se terminaría pronto y sería víctima del agotamiento; en un astuto movimiento el brujo consiguió idear un plan para salir de la situación al mismo tiempo que eliminaba al atacante no-muerto, aunque una parte importante de su plan dependía de que su compañera fuera capaz de contrarrestar una magia que podría ser más fuerte que ella.
Para fortuna de ambos la chica lo consiguió aunque no sin someterse a un gran esfuerzo que la dejaría algo mareada; cuando apenas el brujo y sus mascotas salieron por la abertura formada en el muro de sombras, una explosión se escuchó en su interior, una que parecía ser más fuerte de lo que inicialmente se había planteado el peliblanco y cuyo fuego parecía querer salirse del oscuro contenedor para arrasar a los que se hallaban fuera.
En un sobre esfuerzo la chica consiguió no solo cerrar el círculo de sombras, sino además sellarlo completamente causando que se hiciera más pequeño, tanto como la fuerza de la explosión lo permitía; repentinamente las sombras se disiparon dejando ver en el centro los restos licuados de la bestia que les había atacado envuelta en un fuerte olor a carne asada; alguien no estaría nada contento con eso, la parte del plan que incluía la venganza había fallado, pero esa parte que iba dirigida a destruir la moral de los habitantes del pueblo, esa sí que había funcionado.
Lentamente el cielo comenzaba a aclarar, aunque antes le daría tiempo a la chica para buscar un refugio, más aún si el brujo le ayudaba; la joven tal vez no se habría visto en la necesidad de explotar sus capacidades de esa manera, pero ahora podría estar un poco más consciente de su potencial; el brujo por su parte habiendo vivido los sucesos de Terpoli y conociendo lo peligrosos que podrían llegar a ser los nigromantes, tal vez debería avisar en su gremio lo ocurrido, aunque sería difícil que le creyeran sin pruebas.
∞ Han sido testigos de la aparición de un no-muerto, y eso significa que hay al menos un nigromante con vida.
∞ Podrán advertir a la Logia sobre lo ocurrido aunque sin pruebas difícilmente les crean.
∞ Reciben ambos 5 puntos de experiencia y los habitantes en agradecimiento les entregan 100 Aeros para cada uno.
∞ Los puntos y aeros han sido sumados a sus perfiles.
El enorme licántropo que visiblemente no destacaba por sus capacidades intelectuales, había quedado encerrado junto al peliblanco dentro del círculo de sombras, al no tener más objetivos cercanos tenía toda su atención fijada en el mago sin magia que apenas podía librarse de los ataques con la ayuda de sus lobos, aunque a ese paso su resistencia se terminaría pronto y sería víctima del agotamiento; en un astuto movimiento el brujo consiguió idear un plan para salir de la situación al mismo tiempo que eliminaba al atacante no-muerto, aunque una parte importante de su plan dependía de que su compañera fuera capaz de contrarrestar una magia que podría ser más fuerte que ella.
Para fortuna de ambos la chica lo consiguió aunque no sin someterse a un gran esfuerzo que la dejaría algo mareada; cuando apenas el brujo y sus mascotas salieron por la abertura formada en el muro de sombras, una explosión se escuchó en su interior, una que parecía ser más fuerte de lo que inicialmente se había planteado el peliblanco y cuyo fuego parecía querer salirse del oscuro contenedor para arrasar a los que se hallaban fuera.
En un sobre esfuerzo la chica consiguió no solo cerrar el círculo de sombras, sino además sellarlo completamente causando que se hiciera más pequeño, tanto como la fuerza de la explosión lo permitía; repentinamente las sombras se disiparon dejando ver en el centro los restos licuados de la bestia que les había atacado envuelta en un fuerte olor a carne asada; alguien no estaría nada contento con eso, la parte del plan que incluía la venganza había fallado, pero esa parte que iba dirigida a destruir la moral de los habitantes del pueblo, esa sí que había funcionado.
Lentamente el cielo comenzaba a aclarar, aunque antes le daría tiempo a la chica para buscar un refugio, más aún si el brujo le ayudaba; la joven tal vez no se habría visto en la necesidad de explotar sus capacidades de esa manera, pero ahora podría estar un poco más consciente de su potencial; el brujo por su parte habiendo vivido los sucesos de Terpoli y conociendo lo peligrosos que podrían llegar a ser los nigromantes, tal vez debería avisar en su gremio lo ocurrido, aunque sería difícil que le creyeran sin pruebas.
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