[Cerrado] De peces en tinta [Interpretativo] [Libre] [2/4]
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No hacía mucho tiempo desde que el sol había comenzado a ponerse, unas rojizas y anaranjadas columnas de luz, danzaban junto con las sombras que la hojarasca, en la copa de los árboles, generaba al mecerse por el viento. El río yacía calmo, emitiendo el típico y relajante sonido de agua fluyendo, el perfecto fondo para la melodía que daba inicio en ese mismo instante de la tarde. Las hojas comenzaron a frotar sus pieles entre si y las aves cantaron mas fuerte que nunca, pues faltaba poco para oscurecer y ya era hora de regresar a sus nidos. Todo era parte del eterno ritual en el que la propia naturaleza se agasajaba a si misma por su creación, todas y cada una de las tardes, sin excepción, el bosque se volvía un espectáculo que solo unos pocos podían apreciar.
En el interior del río, la silueta de un hombre permanecía firme e inamovible, cual estatua. El agua le llegaba poco mas debajo de la cadera, sitio donde unos modestos pantalones de lino se hallaban arremangados en un fallido intento de evitar que estos terminaran empapados, los rayos de sol golpeaban su torso, generando reflejos sobre la piel debido a la humedad de la misma. Todos y cada uno de los músculos de su espalda se mostraban en tensión, comprimidos al máximo, dejando así a la vista, una escultural figura. Su cabeza permanecía gacha, y por tanto, el rostro oculto bajo un largo y tupido cabello negro, que se oscurecía mas aún debido a la sombra de su brazo derecho, el cual permanecía en lo alto, sosteniendo una humilde lanza artesanal.
Bajo la sombra de un imponente olmo, y a pocos metros de la orilla, un rudimentario campamento yacía oculto entre el sotobosque. Una capa de piel reposaba completamente extendida en el suelo, sitio donde yacían varias cosas, entre ellas, ropa de lino, una pechera y protectores de cuero duro, dagas de hueso y dos libros, de los cuales uno se encontraba abierto. Junto a lo que casi con seguridad, eran las pertenencias de aquel sujeto, se hallaba un pilón de tierra removida con un agujero en el centro, cual volcán, el cual ocultaba en su interior, un pequeño pozo, que a su vez contenía yesca de todo tipo. Claramente se trataba de un sitio en donde formar una hoguera sin que la misma delatase la posición.
Un estallido de agua se hizo presente, interrumpiendo aquella mágica ambientación que la naturaleza había otorgado. La lanza de aquel hombre, acababa de irrumpir en el río en busca de la presa que en ese mismo instante se hallaba en la punta de dicha herramienta. El pescador acomodó el arma, dejando que la criatura quedase en lo alto, en posición de descanso, y con la mayor de las calmas, elevó su mano izquierda hasta su rostro, despejando el mismo de cabellos, mientras levantaba la mirada. Simplemente se dignó a suspirar largamente, observando el panorama, ese mismo que había presenciado a todo momento.
En el interior del río, la silueta de un hombre permanecía firme e inamovible, cual estatua. El agua le llegaba poco mas debajo de la cadera, sitio donde unos modestos pantalones de lino se hallaban arremangados en un fallido intento de evitar que estos terminaran empapados, los rayos de sol golpeaban su torso, generando reflejos sobre la piel debido a la humedad de la misma. Todos y cada uno de los músculos de su espalda se mostraban en tensión, comprimidos al máximo, dejando así a la vista, una escultural figura. Su cabeza permanecía gacha, y por tanto, el rostro oculto bajo un largo y tupido cabello negro, que se oscurecía mas aún debido a la sombra de su brazo derecho, el cual permanecía en lo alto, sosteniendo una humilde lanza artesanal.
Bajo la sombra de un imponente olmo, y a pocos metros de la orilla, un rudimentario campamento yacía oculto entre el sotobosque. Una capa de piel reposaba completamente extendida en el suelo, sitio donde yacían varias cosas, entre ellas, ropa de lino, una pechera y protectores de cuero duro, dagas de hueso y dos libros, de los cuales uno se encontraba abierto. Junto a lo que casi con seguridad, eran las pertenencias de aquel sujeto, se hallaba un pilón de tierra removida con un agujero en el centro, cual volcán, el cual ocultaba en su interior, un pequeño pozo, que a su vez contenía yesca de todo tipo. Claramente se trataba de un sitio en donde formar una hoguera sin que la misma delatase la posición.
Un estallido de agua se hizo presente, interrumpiendo aquella mágica ambientación que la naturaleza había otorgado. La lanza de aquel hombre, acababa de irrumpir en el río en busca de la presa que en ese mismo instante se hallaba en la punta de dicha herramienta. El pescador acomodó el arma, dejando que la criatura quedase en lo alto, en posición de descanso, y con la mayor de las calmas, elevó su mano izquierda hasta su rostro, despejando el mismo de cabellos, mientras levantaba la mirada. Simplemente se dignó a suspirar largamente, observando el panorama, ese mismo que había presenciado a todo momento.
- Offrol:
- Este es mi primer post, después de una semana y algo, así que... espero disculpen la calidad, que hace mucho que no escribo y realmente no quería jugármela con algo mas emocionante. Si veo que el rol da para algo interesante y empiezo a escribir de forma mas fluida, les prometo que mastereo alguna situación acá mismo (Obviamente sin recompensa). En fin, espero les guste.
Última edición por Heldar "León" Sil'tharion el Vie Jul 08 2016, 21:38, editado 4 veces
Hathaldir Sil'tharion
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Re: [Cerrado] De peces en tinta [Interpretativo] [Libre] [2/4]
Camino a paso ligero sigo sin salir del frio y frondoso bosque de Sandorai y aun sin opción a poder salir prontamente, continuo mi camino para irme de aquel laberinto de ramas entrelazadas y hojas en lo alto de los imponentes árboles, mientras para pasar el rato hablo con mi compañero de viaje sin perder de vista mi camino en dirección al este, pues ahí es a donde me dirijo.
Pero aun así, más pronto que tarde escucho el inconfundible sonido de un rio fluyendo entre las piedras. “Donde rio suena, agua lleva.” Pensé mientras me dirigía en dirección a aquel sonido que señalaba el lugar a donde quería ir, una vez ahí podre rellenar mis provisiones con el agua frescas que emanan los ríos y si había suerte Fatuo y yo podremos tener algo de pescado para merendar.
Andando luego de un rato llego a las orillas del rio, ya en el lugar decido reabastecerme de agua nuevamente y continúo en dirección a donde se dirigía la febril corriente del rio, con el objetivo de llegar al mar en algún momento y luego seguir recorriendo la costa hasta poder llegar a Lunargenta, pero primero tenía que encontrar un lugar en donde acampar, para esperar el próximo día.
No tarde mucho para poder encontrar un lugar adecuado para este propósito, sin embargo a no mucha distancia de ahí se encontraba un cazador metido en el rio, en aquel momento pude notarlo nuevamente, el rasgo de cautela para cualquier mago en territorio de elfos, frente a mí estando de espaldas por la dirección en la que había llegado se encontraba erguido un elfo con lanza en mano, al parecer se encontraba pescando.
Con cautela empecé por arrastrarme a los arbustos hasta quedarme prácticamente dentro de las hojas, no savia si me había visto, pero de algo era seguro, estaba armado con su herramienta de pesca, y en un mal caso esta podría atravesarme si se hacía con saña. Y no estaba dispuesto a dar mi ubicación en ese momento a un elfo de identidad desconosida, al menos no por ahora, de esta forma decidí quedarme escondido, esperando a su siguiente acción.
-Veamos que haces ahora joven elfo.- Susurre para mi mismo, de cierta forma retando al elfo a que me encontrara en la espesura del bosque, después de todo quería comprobar el nivel de sus sentidos en medio desprevenido.
Pero aun así, más pronto que tarde escucho el inconfundible sonido de un rio fluyendo entre las piedras. “Donde rio suena, agua lleva.” Pensé mientras me dirigía en dirección a aquel sonido que señalaba el lugar a donde quería ir, una vez ahí podre rellenar mis provisiones con el agua frescas que emanan los ríos y si había suerte Fatuo y yo podremos tener algo de pescado para merendar.
Andando luego de un rato llego a las orillas del rio, ya en el lugar decido reabastecerme de agua nuevamente y continúo en dirección a donde se dirigía la febril corriente del rio, con el objetivo de llegar al mar en algún momento y luego seguir recorriendo la costa hasta poder llegar a Lunargenta, pero primero tenía que encontrar un lugar en donde acampar, para esperar el próximo día.
No tarde mucho para poder encontrar un lugar adecuado para este propósito, sin embargo a no mucha distancia de ahí se encontraba un cazador metido en el rio, en aquel momento pude notarlo nuevamente, el rasgo de cautela para cualquier mago en territorio de elfos, frente a mí estando de espaldas por la dirección en la que había llegado se encontraba erguido un elfo con lanza en mano, al parecer se encontraba pescando.
Con cautela empecé por arrastrarme a los arbustos hasta quedarme prácticamente dentro de las hojas, no savia si me había visto, pero de algo era seguro, estaba armado con su herramienta de pesca, y en un mal caso esta podría atravesarme si se hacía con saña. Y no estaba dispuesto a dar mi ubicación en ese momento a un elfo de identidad desconosida, al menos no por ahora, de esta forma decidí quedarme escondido, esperando a su siguiente acción.
-Veamos que haces ahora joven elfo.- Susurre para mi mismo, de cierta forma retando al elfo a que me encontrara en la espesura del bosque, después de todo quería comprobar el nivel de sus sentidos en medio desprevenido.
Nerum
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Re: [Cerrado] De peces en tinta [Interpretativo] [Libre] [2/4]
El pescador elevó ligeramente la mirada hasta su presa, observando como la misma aún se revolvía, sacudiendo su aleta caudal de lado a lado, en un fallido intento por escapar de la sentencia que ya se encontraba dictaminada. Cerró los ojos, dándose un instante de paz para sentir todo lo que le rodeaba; desde una variable sensación de frío y calor, generada por los rayos del sol y el roce del viento sobre su húmeda piel, hasta el suave masaje del agua y las algas sobre sus tobillos. Inhalo largamente, llenándose los pulmones del aire fresco que el bosque le otorgaba, y casi añadiendo un sonido mas a la melodía que lo rodeaba, suspiró. De alguna manera, tanto la naturaleza, como él mismo, eran parte de una misma entidad, pues llevaba tanto tiempo bajo la solitaria compañía de la propia, que sus formas eran más similares a las de un ermitaño, que a las de uno del común de su especie.
El inusual patrón de movimiento a su alrededor, generado entre los matorrales, provocó la instantánea reacción del elfo, el cual, con felinos reflejos, volteó el rostro, observando por sobre su hombro izquierdo, los arbustos en donde se hallaba oculto el joven brujo. Lo que hasta hace un momento demostraba ser alguien en un estado de profunda paz y tranquilidad, había desaparecido. Una mirada filosa y penetrante se había presentado en compañía de un acentuado ceño fruncido, y una marcada mandíbula, la cual se hallaba victima de la presión del momento. Sus dedos se tensaron, presionando el agarre de su humilde lanza, casi como si se estuviera preparando para un inmediato ataque, encorvó suavemente la espalda, achicando el objetivo, y con la mayor de las cautelas, comenzó a desplazarse en dirección a la orilla, esperando así obtener una mejor oportunidad de afrontar la situación, mas no siendo suficiente, tanteó otros árboles y arbustos, en busca de un segundo objetivo. Estaba claro que no se encontraba al tanto de que, quien, o cuantos le acechaban, pero volver a ser prisionero, no estaba entre sus planes.
El inusual patrón de movimiento a su alrededor, generado entre los matorrales, provocó la instantánea reacción del elfo, el cual, con felinos reflejos, volteó el rostro, observando por sobre su hombro izquierdo, los arbustos en donde se hallaba oculto el joven brujo. Lo que hasta hace un momento demostraba ser alguien en un estado de profunda paz y tranquilidad, había desaparecido. Una mirada filosa y penetrante se había presentado en compañía de un acentuado ceño fruncido, y una marcada mandíbula, la cual se hallaba victima de la presión del momento. Sus dedos se tensaron, presionando el agarre de su humilde lanza, casi como si se estuviera preparando para un inmediato ataque, encorvó suavemente la espalda, achicando el objetivo, y con la mayor de las cautelas, comenzó a desplazarse en dirección a la orilla, esperando así obtener una mejor oportunidad de afrontar la situación, mas no siendo suficiente, tanteó otros árboles y arbustos, en busca de un segundo objetivo. Estaba claro que no se encontraba al tanto de que, quien, o cuantos le acechaban, pero volver a ser prisionero, no estaba entre sus planes.
- Spoiler:
- Nerum, disculpame por el post corto, es que me esta costando mucho escribir... con esto de la falta de práctica estoy sufriendo la vida y hacer mas que esto sería salirme del personaje. Voy a tratar de darte todas las herramientas posibles para que el rol sea entretenido (Con lo que toque.) así que... teneme paciencia por favor que aún soy nuevo en esto. ^^'
Hathaldir Sil'tharion
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Re: [Cerrado] De peces en tinta [Interpretativo] [Libre] [2/4]
-Bien hecho mi escuálido amigo, es bueno saber que intimido más que aquel pescado.- Elogio entre susurros al pálido elfo por el simple hecho de haberme notado a su alrededor, aunque si bien me encontraba alegre por la conclusión del experimento con aquel elfo, el resultado era predecible, pero ahora me encontraba a punta de lanza de aquel pescador.
De alguna manera el elfo llego a la conclusión de que era una amenaza para él y lo era en aquel momento, después de todo el elfo se encontraba en clara desventaja, sin armadura y en la corriente del rio era muy vulnerable, además tendría poca posibilidad de esquivar por aquella pesada agua en movimiento, “sería un tiro que todo cazador quisiera al encontrarse con su presa, tan fácil.” sin embargo, no tengo interés en acabar con la vida de aquel elfo.
Al momento, este empezó a caminar a la orilla del rio, mientras revisaba con la vista los alrededores, al parecer seguía dudando si existían más entidades en su perímetro, estas acciones eran típicas de un viajero que aprendió por las malas a cuidarse de sus alrededores, buscaba un lugar donde mejorar su posición y buscaba alguna posible amenaza además de mi ser.
Mi experimento había concluido, pero ahora tenía que tranquilizar al elfo, si no quería ser ensartado por error como aquella presa del rio, levantarme estirando los brazos no era opción, el elfo buscaba algo que pudiese atacarlo y al momento de verlo este podría atravesarlo.
“Ahora debo de actuar.” El elfo es consciente de que puedo encontrarme en donde apunta, pero antes de salir debía asegurarme que no corro peligro innecesario, así que busco y posteriormente tomo entre mis manos una pequeña piedra que podría hacer un ruido prudente y menciono. –No temas pescador no he venido en busca de pelea.- Decía la verdad al momento de hablar, supongo que esta de alguna forma tranquilizara al elfo, pues no hablo como algún asesino. –Saldré de los arbustos, pero para eso primero baja tu lanza de pesca.- Si bien era consciente que había confirmado mi ubicación sacudí un poco el arbusto donde me encontraba y lance la piedra a un lado con el objetivo que aquel elfo pensara que había cambiado mi posición, tocaba esperar como reaccionaria el elfo en el rio.
De alguna manera el elfo llego a la conclusión de que era una amenaza para él y lo era en aquel momento, después de todo el elfo se encontraba en clara desventaja, sin armadura y en la corriente del rio era muy vulnerable, además tendría poca posibilidad de esquivar por aquella pesada agua en movimiento, “sería un tiro que todo cazador quisiera al encontrarse con su presa, tan fácil.” sin embargo, no tengo interés en acabar con la vida de aquel elfo.
Al momento, este empezó a caminar a la orilla del rio, mientras revisaba con la vista los alrededores, al parecer seguía dudando si existían más entidades en su perímetro, estas acciones eran típicas de un viajero que aprendió por las malas a cuidarse de sus alrededores, buscaba un lugar donde mejorar su posición y buscaba alguna posible amenaza además de mi ser.
Mi experimento había concluido, pero ahora tenía que tranquilizar al elfo, si no quería ser ensartado por error como aquella presa del rio, levantarme estirando los brazos no era opción, el elfo buscaba algo que pudiese atacarlo y al momento de verlo este podría atravesarlo.
“Ahora debo de actuar.” El elfo es consciente de que puedo encontrarme en donde apunta, pero antes de salir debía asegurarme que no corro peligro innecesario, así que busco y posteriormente tomo entre mis manos una pequeña piedra que podría hacer un ruido prudente y menciono. –No temas pescador no he venido en busca de pelea.- Decía la verdad al momento de hablar, supongo que esta de alguna forma tranquilizara al elfo, pues no hablo como algún asesino. –Saldré de los arbustos, pero para eso primero baja tu lanza de pesca.- Si bien era consciente que había confirmado mi ubicación sacudí un poco el arbusto donde me encontraba y lance la piedra a un lado con el objetivo que aquel elfo pensara que había cambiado mi posición, tocaba esperar como reaccionaria el elfo en el rio.
Nerum
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Re: [Cerrado] De peces en tinta [Interpretativo] [Libre] [2/4]
Ya hacían varias semanas desde la última vez que el joven elfo había gozado de la suerte o desgracia de toparse con alguien, pues los bosques eran amplios, y era fácil perderse. Había muchos motivos por los que la arboleda era un sitio peligroso, y si bien los depredadores eran dignos de mención, los principales problemas eran generados por las ya bien conocidas bandas criminales, y era debido a estas mismas, que las únicas pertenencias de valor que se hallaban en su poder, no eran nada mas ni nada menos que su espada y un ya gastado par de botas. No estaba en posición de dejarse embaucar, o al menos no con facilidad, por lo que una postura defensiva, era lo más razonable.
En cuanto la primer pisada sobre el fango se hizo presente, se dio el lujo de mover los dedos del pie para afirmar su posición, y solo entonces fue que se giró del todo hacia el arbusto. Su mano derecha sostenía la dichosa lanza sobre su cabeza, como si de una jabalina se tratase, mientras la izquierda se encargaba de mantener el cuerpo en equilibrio frente a él. Se hallaba listo para ejecutar un disparo, mas no iba a apresurarse, pues si bien era evidente que podía atinarle a su objetivo, no estaba del todo seguro de si había más y por tanto, perdería su única ventaja.
Sin dilatar mucho mas la situación, fue el joven brujo quien jugo primero su carta de presentación, dando a conocer su voz y por tanto, terminando de delatar su posición. Las palabras del mismo se mostraron idénticas a las de cualquier bandido, una presentación pacífica, acompañada de una casi asegurada daga por la espalda. El tono era calmo, y de alguna manera parecía sincero, mas no fue hasta que una roca voló por los aires, que el ya experimentado elfo, se decidió a actuar.
Había vivido esa situación varias veces a lo largo de su vida, y el confiar en las palabras de un extraño, le habían hecho caer en la trampa mas de una vez. Todo indicaba que iba a ser atacado en cualquier momento, pero aquel intento de distracción había dejado todo más que claro, estaban solos. Inhaló larga y sonoramente mientras meditaba de forma detenida, lo que debía hacer, y mientras exhalaba de la misma forma, bajó el arma. Una clásica postura de lancero se figuro en lo que hasta entonces aparentaba ser un mero pescador, quien sin duda alguna, atravesaría a cualquiera que se atreviera a aproximarse mas de la cuenta. De alguna manera, acababa de entregarle a su espectador, mas espacio del que hubiera obtenido si no le estuviera otorgando el beneficio de la duda.
En cuanto la primer pisada sobre el fango se hizo presente, se dio el lujo de mover los dedos del pie para afirmar su posición, y solo entonces fue que se giró del todo hacia el arbusto. Su mano derecha sostenía la dichosa lanza sobre su cabeza, como si de una jabalina se tratase, mientras la izquierda se encargaba de mantener el cuerpo en equilibrio frente a él. Se hallaba listo para ejecutar un disparo, mas no iba a apresurarse, pues si bien era evidente que podía atinarle a su objetivo, no estaba del todo seguro de si había más y por tanto, perdería su única ventaja.
Sin dilatar mucho mas la situación, fue el joven brujo quien jugo primero su carta de presentación, dando a conocer su voz y por tanto, terminando de delatar su posición. Las palabras del mismo se mostraron idénticas a las de cualquier bandido, una presentación pacífica, acompañada de una casi asegurada daga por la espalda. El tono era calmo, y de alguna manera parecía sincero, mas no fue hasta que una roca voló por los aires, que el ya experimentado elfo, se decidió a actuar.
Había vivido esa situación varias veces a lo largo de su vida, y el confiar en las palabras de un extraño, le habían hecho caer en la trampa mas de una vez. Todo indicaba que iba a ser atacado en cualquier momento, pero aquel intento de distracción había dejado todo más que claro, estaban solos. Inhaló larga y sonoramente mientras meditaba de forma detenida, lo que debía hacer, y mientras exhalaba de la misma forma, bajó el arma. Una clásica postura de lancero se figuro en lo que hasta entonces aparentaba ser un mero pescador, quien sin duda alguna, atravesaría a cualquiera que se atreviera a aproximarse mas de la cuenta. De alguna manera, acababa de entregarle a su espectador, mas espacio del que hubiera obtenido si no le estuviera otorgando el beneficio de la duda.
Hathaldir Sil'tharion
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Re: [Cerrado] De peces en tinta [Interpretativo] [Libre] [2/4]
Y nuevamente el resultado fue de esperarse, el elfo ahora posado en el lodo, había camino hasta llegar a la orilla donde se erguía con lanza en alto y apuntándome en todo momento una vez que había expuesto mis intenciones. Simplemente no lo entendía ¿Por qué el elfo me sigue viendo como algo que fuera a agredirlo?, después de todo deje pasar una oportunidad de acabar con el de un solo tiro e incluso en ese momento la estaba dejando pasar, puesto que se encontraba mojado y en el lodo, ahí él podría esquivar pero también existía la posibilidad de que resbalase y quedase expuesto, ya que solo tenía en manos una sola arma y nada de armadura.
Tenía que pensar como tranquilizar al elfo, el plan anterior no funciono y debía crear uno nuevo antes que este se encontrara en un buen lugar para atacar, sin embargo este bajo el arma, no exactamente en el suelo como me lo imaginaba pero por lo menos ahora se encontraba en una posición de defensa la cual era suficiente advertencia para mantenerme al margen, puede que ahora se hubiese tranquilizado por sí solo, pero no era lo más seguro intentar cualquier cosa de un momento a otro.
Y una vez presentada la oportunidad era momento de presentarme, si bien intentaba atacarme ahora, con su arma en defensa me daría tiempo suficiente entre el cambio de empuñadura y el posible lanzamiento de precisión, a protegerme con el resguardo de algún árbol cercano a mi posición esto una vez efectuado lo dejaría desarmado de su lanza y tendría que buscar algún otra arma, suficiente tiempo para regresar el ataque, nadie que haya tenido un enfrentamiento con anterioridad era lo suficientemente descuidado para dejarle aquella ventaja a su oponente, intentar esta acción es prácticamente dejarle la victoria, siempre y cuando fallase en su tiro.
-Bien hecho compañero, espero que no existan más problemas, no quiero dañarte, ni que tu me atravieses con tu lanza de pesca.- Menciono pacíficamente al momento de levantarme de aquel arbusto, ahora me encontraba parado frente a aquel elfo con una clara y confortante distancia entre los dos.
-Si no te molesta me acercare a ti, ¿sería bueno platicar con alguien más que los árboles en este frondoso bosque no crees?- Digo firmemente al elfo, para que pudiese escucharme aun con la distancia, tocaba esperar su reacción, quien sabe lo que haría a continuación. Sin embargo Fatuo detecta prontamente algo a la lejanía, escucha algo y me informa disimuladamente desde mi bolsa a base de un mordisco suave, “algo se acerca y no sabe lo que es aun, ¿pero qué será?”
Sin darle importancia de momento miro al elfo directamente a la cara, quería estar tranquilo de que no subiese el arma para lanzármela al cuerpo, ser perforado por una herramienta de pesca no era la sensación más cómoda para un viajero.
Tenía que pensar como tranquilizar al elfo, el plan anterior no funciono y debía crear uno nuevo antes que este se encontrara en un buen lugar para atacar, sin embargo este bajo el arma, no exactamente en el suelo como me lo imaginaba pero por lo menos ahora se encontraba en una posición de defensa la cual era suficiente advertencia para mantenerme al margen, puede que ahora se hubiese tranquilizado por sí solo, pero no era lo más seguro intentar cualquier cosa de un momento a otro.
Y una vez presentada la oportunidad era momento de presentarme, si bien intentaba atacarme ahora, con su arma en defensa me daría tiempo suficiente entre el cambio de empuñadura y el posible lanzamiento de precisión, a protegerme con el resguardo de algún árbol cercano a mi posición esto una vez efectuado lo dejaría desarmado de su lanza y tendría que buscar algún otra arma, suficiente tiempo para regresar el ataque, nadie que haya tenido un enfrentamiento con anterioridad era lo suficientemente descuidado para dejarle aquella ventaja a su oponente, intentar esta acción es prácticamente dejarle la victoria, siempre y cuando fallase en su tiro.
-Bien hecho compañero, espero que no existan más problemas, no quiero dañarte, ni que tu me atravieses con tu lanza de pesca.- Menciono pacíficamente al momento de levantarme de aquel arbusto, ahora me encontraba parado frente a aquel elfo con una clara y confortante distancia entre los dos.
-Si no te molesta me acercare a ti, ¿sería bueno platicar con alguien más que los árboles en este frondoso bosque no crees?- Digo firmemente al elfo, para que pudiese escucharme aun con la distancia, tocaba esperar su reacción, quien sabe lo que haría a continuación. Sin embargo Fatuo detecta prontamente algo a la lejanía, escucha algo y me informa disimuladamente desde mi bolsa a base de un mordisco suave, “algo se acerca y no sabe lo que es aun, ¿pero qué será?”
Sin darle importancia de momento miro al elfo directamente a la cara, quería estar tranquilo de que no subiese el arma para lanzármela al cuerpo, ser perforado por una herramienta de pesca no era la sensación más cómoda para un viajero.
Nerum
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Re: [Cerrado] De peces en tinta [Interpretativo] [Libre] [2/4]
Cómo había llegado hasta esos bosques tan alejados de Sacrestic no era la pregunta más importante de todas. Hacía tiempo había decidido hacerse de más dinero y decidió utilizar sus conocimientos en alquimia para hacerse de pociones que vender, ya que el negocio de baratijas iba de mal en peor. Teniendo tan mala reputación y teniendo poco dinero, era más que fácil notar que nadie quería tomarla en los trabajos y mucho menos se hacía de compañeros para hacer misiones peligrosas. Lo único que le quedaba era reunir materiales baratos con sus manos y empezar a preparar algunos brebajes fáciles que poder vender a los comerciantes ambulantes.
Pero ahora, el verdadero problema era el que le traía a esta conclusión. ¿Cómo demonios terminó subida a un árbol? Lo que es "la escalada de árboles" no es precisamente uno de sus hobbies, pero definitivamente lo que llamamos "Morir eternamente" no era su deseo actual, por lo cual se vio obligada a subir a un árbol. Sin embargo, aún seguimos sin contestar directamente la pregunta "¿Por qué?" y eso es porque el "Por qué" no había dado señales de seguirle persiguiendo ya. Suspiró cansada, bañada en transpiración de tanto correr, saltar y escalar. Tenía la cara y las manos rasguñadas y sucias de polvo y tierra. Su andrajoso vestido parecía no haber cambiado nada, pero se había hecho todavía más girones que antes, además de ensuciarse. Su pelo estaba enredado, había tenido que guardar su gorro en el morral que llevaba, pues sino lo hubiera perdido. Estaba aferrada con una fuerza inminente a una rama al toma de un alto árbol mientras sostenía con su mano derecha su báculo, sin notar que la misma era tan fina que no soportaría su peso, y se mantuvo unos momentos descansando.
El brujo y el elfo que mantenían una guerra fría a no más de 6 metros de distancias entre ellos, no habían notado que la bruja estaba entre los dos, colgando de una rama. Bueno claro, hasta que la rama se rompió. El estruendo que se escuchó en el suelo fue terrible, como miles de huesos partiéndose. Pero solo fue el choque de la rama contra otros árboles y el suelo.
-Ah ta ta tah...- Se quejó en voz baja, sentándose en el suelo mientras se agarraba la cara. En el trajín de la caía se golpeó un par de veces la cara contra el tronco y sangraba por la comisura de los labios y la nariz. Abrió el ojo derecho y se limpió la sangre de la nariz con la manga del vestido, ensuciándose toda la cara de un tirón. Observó de lado a lado, no había bestia o monstruo cerca. Solo un brujo escondido entre arbustos y un Elfo medio desnudo a orillas del río. Se levantó costosa, sacándose la rama de encima con toda sus fuerzas. El tronco se quejó al deshacerse del resto del cuerpo ajeno y reposo sin crear más molestias. La bruja por su parte, se limpió un poco el vestido y se puso en pose de "ataque", algo más parecido a un niño intentando darse de lo desconocido como si fuese valiente. -¡¿Y ustedes qué?!- Vociferó resoplando, escupiendo un poco de sangre al suelo, mientras tomaba su báculo de suelo.
Pero ahora, el verdadero problema era el que le traía a esta conclusión. ¿Cómo demonios terminó subida a un árbol? Lo que es "la escalada de árboles" no es precisamente uno de sus hobbies, pero definitivamente lo que llamamos "Morir eternamente" no era su deseo actual, por lo cual se vio obligada a subir a un árbol. Sin embargo, aún seguimos sin contestar directamente la pregunta "¿Por qué?" y eso es porque el "Por qué" no había dado señales de seguirle persiguiendo ya. Suspiró cansada, bañada en transpiración de tanto correr, saltar y escalar. Tenía la cara y las manos rasguñadas y sucias de polvo y tierra. Su andrajoso vestido parecía no haber cambiado nada, pero se había hecho todavía más girones que antes, además de ensuciarse. Su pelo estaba enredado, había tenido que guardar su gorro en el morral que llevaba, pues sino lo hubiera perdido. Estaba aferrada con una fuerza inminente a una rama al toma de un alto árbol mientras sostenía con su mano derecha su báculo, sin notar que la misma era tan fina que no soportaría su peso, y se mantuvo unos momentos descansando.
El brujo y el elfo que mantenían una guerra fría a no más de 6 metros de distancias entre ellos, no habían notado que la bruja estaba entre los dos, colgando de una rama. Bueno claro, hasta que la rama se rompió. El estruendo que se escuchó en el suelo fue terrible, como miles de huesos partiéndose. Pero solo fue el choque de la rama contra otros árboles y el suelo.
-Ah ta ta tah...- Se quejó en voz baja, sentándose en el suelo mientras se agarraba la cara. En el trajín de la caía se golpeó un par de veces la cara contra el tronco y sangraba por la comisura de los labios y la nariz. Abrió el ojo derecho y se limpió la sangre de la nariz con la manga del vestido, ensuciándose toda la cara de un tirón. Observó de lado a lado, no había bestia o monstruo cerca. Solo un brujo escondido entre arbustos y un Elfo medio desnudo a orillas del río. Se levantó costosa, sacándose la rama de encima con toda sus fuerzas. El tronco se quejó al deshacerse del resto del cuerpo ajeno y reposo sin crear más molestias. La bruja por su parte, se limpió un poco el vestido y se puso en pose de "ataque", algo más parecido a un niño intentando darse de lo desconocido como si fuese valiente. -¡¿Y ustedes qué?!- Vociferó resoplando, escupiendo un poco de sangre al suelo, mientras tomaba su báculo de suelo.
Carla de Valle Escondido
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Re: [Cerrado] De peces en tinta [Interpretativo] [Libre] [2/4]
Los ojos del ya experimentado elfo, se mostraban gélidos ante la llegada del brujo, le analizaban a cada instante con el mayor de los detenimientos, a la espera de hallar cualquier tipo de objeto que pudiera significar peligro. Aquel humano se aproximó lo suficiente como para marcar las claras diferencias, que se hallaban en su equipaje, entre un bandido y un viajero; algo que sin duda alguna reconforto al pescador, al punto de adoptar una posición de descanso.
Elevó la mirada hasta los cielos, percibiendo como la luna comenzaba a hacerse visible en lo más alto, faltaba poco para que oscureciera, y lo mejor sería regresar a su refugio. -Oscurecerá pronto. - Una armoniosa y grave voz se hizo presente en tonos apenas audibles para los allí presentes, pues de alguna manera pareciera estar hablando para si mismo. Suspiro largamente mientras regresaba la vista hasta el visitante, realmente no era tan malo el volver a encontrarse con un viajero, después de todo, era lo único que lo mantenía ligado a la sociedad, tal y como la conocía. - ¿Trucha? - Levantó ligeramente su lanza, señalando el pescado que esta aún albergaba sobre su punta, en señal de ofrecimiento. Su propuesta se presentaba con la mayor seguridad que podría encontrarse en medio de la nada misma, que era donde se hallaban en ese momento. El panorama había cambiado casi completamente, lo que hasta hace un momento se mostraba como un, casi asegurado, combate, ahora comenzaba a tomar forma de encuentro entre nómadas.
Las ramas sobre aquellas figuras, comenzaron a crujir, y casi sin darles tiempo a reaccionar, se partieron. Instantaneamente, el joven elfo dio un paso atrás, y sus manos dejaron escapar su lanza, haciendo que la misma ejecutara una, cuando menos peculiar, pirueta en el aire. Era de esperarse que, tratándose de alguien que solía tener tanto control de todo lo que le rodeara, se llevara un susto como aquel, teniendo en cuenta todas las sorpresas que se había llevado en tan solo unos instantes. Increíblemente la mala suerte que le había acompañado a lo largo de todo ese día, no terminaba allí, puesto que de la misma manera que el pez había terminado en el fango, lo habían hecho sus pantalones. La filosa herramienta había generado un tajo poco profundo a la altura de su cadera, cortando así parte del ya gastado lino de sus ropajes, los cuales no opusieron resistencia alguna debido a que ya no poseían algo que los sostuviera.
Con un rápido movimiento de manos, tomó el arma en el aire y adoptó una posición ofensiva una vez mas, sosteniendo la misma por sobre su cabeza, como si de una jabalina se tratase. Sus ojos se desviaron durante un instante, hacia la criatura que tanto tiempo le había costado atrapar, y trago saliva, pues mil y un maldiciones se presentaron en lo mas profundo de su ser, al fin y al cabo ¿Qué importaba estar desnudo frente a dos extraños cuando tu comida acababa de ensuciarse?
Elevó la mirada hasta los cielos, percibiendo como la luna comenzaba a hacerse visible en lo más alto, faltaba poco para que oscureciera, y lo mejor sería regresar a su refugio. -Oscurecerá pronto. - Una armoniosa y grave voz se hizo presente en tonos apenas audibles para los allí presentes, pues de alguna manera pareciera estar hablando para si mismo. Suspiro largamente mientras regresaba la vista hasta el visitante, realmente no era tan malo el volver a encontrarse con un viajero, después de todo, era lo único que lo mantenía ligado a la sociedad, tal y como la conocía. - ¿Trucha? - Levantó ligeramente su lanza, señalando el pescado que esta aún albergaba sobre su punta, en señal de ofrecimiento. Su propuesta se presentaba con la mayor seguridad que podría encontrarse en medio de la nada misma, que era donde se hallaban en ese momento. El panorama había cambiado casi completamente, lo que hasta hace un momento se mostraba como un, casi asegurado, combate, ahora comenzaba a tomar forma de encuentro entre nómadas.
Las ramas sobre aquellas figuras, comenzaron a crujir, y casi sin darles tiempo a reaccionar, se partieron. Instantaneamente, el joven elfo dio un paso atrás, y sus manos dejaron escapar su lanza, haciendo que la misma ejecutara una, cuando menos peculiar, pirueta en el aire. Era de esperarse que, tratándose de alguien que solía tener tanto control de todo lo que le rodeara, se llevara un susto como aquel, teniendo en cuenta todas las sorpresas que se había llevado en tan solo unos instantes. Increíblemente la mala suerte que le había acompañado a lo largo de todo ese día, no terminaba allí, puesto que de la misma manera que el pez había terminado en el fango, lo habían hecho sus pantalones. La filosa herramienta había generado un tajo poco profundo a la altura de su cadera, cortando así parte del ya gastado lino de sus ropajes, los cuales no opusieron resistencia alguna debido a que ya no poseían algo que los sostuviera.
Con un rápido movimiento de manos, tomó el arma en el aire y adoptó una posición ofensiva una vez mas, sosteniendo la misma por sobre su cabeza, como si de una jabalina se tratase. Sus ojos se desviaron durante un instante, hacia la criatura que tanto tiempo le había costado atrapar, y trago saliva, pues mil y un maldiciones se presentaron en lo mas profundo de su ser, al fin y al cabo ¿Qué importaba estar desnudo frente a dos extraños cuando tu comida acababa de ensuciarse?
Hathaldir Sil'tharion
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Re: [Cerrado] De peces en tinta [Interpretativo] [Libre] [2/4]
Tardo su tiempo en reconocer que no le haría daño pero finalmente lo entendió, el elfo había bajado el arma, ahora por completo adoptaba una posición de descanso en la cual tranquilamente empecé a caminar con el objetivo de acercarme en su dirección.
El cielo empezaba a tomar tonos rojizos dando a entender que pronto oscurecería y los depredadores saldrían a cazar en cualquier momento, listos para otra noche de casería.Por otra parte, mientras andaba en reunión al elfo a no más de seis metros este considerablemente me había ofrecido de su captura, alegre por la comida gratis estaba dispuesto a aceptar sin embargo me detuve en seco, un crujido bastante fuerte retumbo desde la dirección sobre mi cabeza, seguido posteriormente de otras rompeduras de ramas una figura desconocida cayó desde las alturas estampándose ferozmente contra el suelo.
De entre las copas de los arboles una moza aventurera había interceptado con en la tierra con la elegancia y técnica de un costal de papas, esta chica pelirroja ahora se encontraba recuperándose de la caída a lo cual posteriormente se encontró parada en guardia con afán de buscar pelea ¿o no?, con una amenazadora pose de una cría humana en busca de pelea, esta tomo una rama verdusca de entre todas y la recogió del piso.
Ciertamente no demostraba amenaza alguna como aquel pescador, sin embargo esta fue tan repentina que logro hacerme retroceder algunos cuantos pasos, creyendo que se trataba de una emboscada, algo que no se comparó a la reacción de aquel perceptivo elfo el cual dejo caer su arma tirando su presa capturada y entre algún acontecimiento y otro despojándose del lujo de las ropas.
Posterior a eso este se abalanzó sobre su lanza recuperándola en el acto a lo cual de cierta forma se le percibía algo enfadado, pero de cierta forma lo comprendía, existen varias formas de perder tu presa de la cena sin embargo esta era una de las más curiosas por así decir.
-Felicidades niña lograste una buena hemorragia interna- Mencionaba con ironía a la pelirroja que había caído de entre los árboles.
-Y hazme un favor pescador sé que no es el momento pero antes de volver a apuntarme ¿podrías ocultar tus miserias?- Le menciono al elfo ahora desnudo preparado para atacar.
Puede que hubiese sido la adrenalina del momento o incluso su apariencia hasta cierto punto entre triste y vergonzosa, ahora ninguno de los dos demostraba ser una amenaza más grande que la de una riña de niños, solo quedaba conformarse y pescar otra presa antes de que anocheciera a lo que posteriormente tome una vara larga con una buena punta y me dirigí a orillas del rio, con una cara confundida mientras procesaba que era lo que acababa de pasar buscaba algún pes que asomara la cabeza en el agua.
El cielo empezaba a tomar tonos rojizos dando a entender que pronto oscurecería y los depredadores saldrían a cazar en cualquier momento, listos para otra noche de casería.Por otra parte, mientras andaba en reunión al elfo a no más de seis metros este considerablemente me había ofrecido de su captura, alegre por la comida gratis estaba dispuesto a aceptar sin embargo me detuve en seco, un crujido bastante fuerte retumbo desde la dirección sobre mi cabeza, seguido posteriormente de otras rompeduras de ramas una figura desconocida cayó desde las alturas estampándose ferozmente contra el suelo.
De entre las copas de los arboles una moza aventurera había interceptado con en la tierra con la elegancia y técnica de un costal de papas, esta chica pelirroja ahora se encontraba recuperándose de la caída a lo cual posteriormente se encontró parada en guardia con afán de buscar pelea ¿o no?, con una amenazadora pose de una cría humana en busca de pelea, esta tomo una rama verdusca de entre todas y la recogió del piso.
Ciertamente no demostraba amenaza alguna como aquel pescador, sin embargo esta fue tan repentina que logro hacerme retroceder algunos cuantos pasos, creyendo que se trataba de una emboscada, algo que no se comparó a la reacción de aquel perceptivo elfo el cual dejo caer su arma tirando su presa capturada y entre algún acontecimiento y otro despojándose del lujo de las ropas.
Posterior a eso este se abalanzó sobre su lanza recuperándola en el acto a lo cual de cierta forma se le percibía algo enfadado, pero de cierta forma lo comprendía, existen varias formas de perder tu presa de la cena sin embargo esta era una de las más curiosas por así decir.
-Felicidades niña lograste una buena hemorragia interna- Mencionaba con ironía a la pelirroja que había caído de entre los árboles.
-Y hazme un favor pescador sé que no es el momento pero antes de volver a apuntarme ¿podrías ocultar tus miserias?- Le menciono al elfo ahora desnudo preparado para atacar.
Puede que hubiese sido la adrenalina del momento o incluso su apariencia hasta cierto punto entre triste y vergonzosa, ahora ninguno de los dos demostraba ser una amenaza más grande que la de una riña de niños, solo quedaba conformarse y pescar otra presa antes de que anocheciera a lo que posteriormente tome una vara larga con una buena punta y me dirigí a orillas del rio, con una cara confundida mientras procesaba que era lo que acababa de pasar buscaba algún pes que asomara la cabeza en el agua.
Nerum
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Re: [Cerrado] De peces en tinta [Interpretativo] [Libre] [2/4]
Entre el brujo y el Elfo se habían montado toda una escena digna de un trovador. El elfo se había puesto en guardia, hasta que se puso a berrinchar en silencio porque su comida se había ensuciado. Algo tonto, tomando en cuenta que estaba junto a un río y podría lavarla...Tal vez. El varón más moreno se acercó furtivo hacia el agua del río, como niño que busca piedras de colores, la muchacha bajó la guardia, eran simples aventureros. Inspiró fuerte por la nariz, sorbiendo mocos, transpiración y sangre, y se restregó las manos contra la cara, pues ésta le picaba bastante. Ignoró por completo el agresivo cumplido del extraño y fue temblorosa a las orillas del río, lavándose las manos y la cara.
El agua brillaba con las últimas caricias del sol que les regalaba aquella inevitable tarde-noche. De estar en cuclillas, prefirió sentarse para verse el reflejo con mayor claridad. Estaba junto a dos hombres, uno desnudo, mostrando su virilidad encogida por el viento frío que traía la noche y otro que buscaba su propia cena en los aleros del río. Aunque no le interesase llamar la atención de ninguno de ellos, tampoco podía andar con esas pintas, seguía queriendo verse bien para las masas. Tras lavare los pies, manos, cara, incluso aprovechó para lavar bajo sus brazos y cuello, peinó su cabello con cierta lentitud, y sacó un ungüento hecho con aloe vera y menta, y lo se lo aplicó en la cara y los pies. Tenía unos jirones de ropa seca en su morral que usó para secarse lo mojado. Tenía algunas heridas por el ajetreo y necesitaba curarlas rápidamente.
Socializar no era lo suyo, pero necesitaba algo de comer más fuerte que las pocas bayas que tenía en su morral, si con suerte no estaban aplastadas, necesitaba acercarse a los extraños o moriría de hambre. -Ejem...- Tosió leve, buscando romper el silencio inevitable y se puso a recoger maderos del suelo, arrancando algunos más gruesos de la rama caída. -¿Ustedes saben pescar, verdad? Puedo cocinar algo para los tres si me consiguen un par de peces - Mencionó aclarando la voz un par de veces. Cerca de la orilla, donde solo había tierra y acababa la vegetación, reposó los maderos de forma que pareciera una pirámide y lo empezó a rodear con algunas piedras, para que el calor no queme nada cerca. -Tu, exhibicionista, vístete y ayúdame con el fuego- No pretendía amabilidad, solo supervivencia, pura y exclusivamente, por supuesto, claro que sí, no cabe duda...
-¿Cuáles..?- Nunca se había encontrado en la situación de fraternizar, el mundo social era demasiado complejo para ella. -Sus nombres, sí, eso...Yo soy Carla.-
El agua brillaba con las últimas caricias del sol que les regalaba aquella inevitable tarde-noche. De estar en cuclillas, prefirió sentarse para verse el reflejo con mayor claridad. Estaba junto a dos hombres, uno desnudo, mostrando su virilidad encogida por el viento frío que traía la noche y otro que buscaba su propia cena en los aleros del río. Aunque no le interesase llamar la atención de ninguno de ellos, tampoco podía andar con esas pintas, seguía queriendo verse bien para las masas. Tras lavare los pies, manos, cara, incluso aprovechó para lavar bajo sus brazos y cuello, peinó su cabello con cierta lentitud, y sacó un ungüento hecho con aloe vera y menta, y lo se lo aplicó en la cara y los pies. Tenía unos jirones de ropa seca en su morral que usó para secarse lo mojado. Tenía algunas heridas por el ajetreo y necesitaba curarlas rápidamente.
Socializar no era lo suyo, pero necesitaba algo de comer más fuerte que las pocas bayas que tenía en su morral, si con suerte no estaban aplastadas, necesitaba acercarse a los extraños o moriría de hambre. -Ejem...- Tosió leve, buscando romper el silencio inevitable y se puso a recoger maderos del suelo, arrancando algunos más gruesos de la rama caída. -¿Ustedes saben pescar, verdad? Puedo cocinar algo para los tres si me consiguen un par de peces - Mencionó aclarando la voz un par de veces. Cerca de la orilla, donde solo había tierra y acababa la vegetación, reposó los maderos de forma que pareciera una pirámide y lo empezó a rodear con algunas piedras, para que el calor no queme nada cerca. -Tu, exhibicionista, vístete y ayúdame con el fuego- No pretendía amabilidad, solo supervivencia, pura y exclusivamente, por supuesto, claro que sí, no cabe duda...
-¿Cuáles..?- Nunca se había encontrado en la situación de fraternizar, el mundo social era demasiado complejo para ella. -Sus nombres, sí, eso...Yo soy Carla.-
Carla de Valle Escondido
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Re: [Cerrado] De peces en tinta [Interpretativo] [Libre] [2/4]
Los filosos ojos del precavido elfo se posaron sobre sus adversarios, analizando detenidamente la postura y posición de los mismos. Estiró los dedos de su derecha, uno por uno sin soltar el arma, en un curioso ademán que denotaba el alto nivel de incomodidad que poseía en ese momento. Estaba listo para retroceder ante un casi seguro ataque frontal, cuando no solo uno, sino ambos contrincantes, lo pasaron casi completamente por alto para dirigirse al río. El hombre se había puesto a buscar ramas, como si de alguna manera eso fuera a ayudarlo a conseguir alimentos, y lo que parecía la actual acompañante del mismo, se hallaba en el agua, dándose un, cuando menos, peculiar baño. Un cúmulo de emociones invadieron su cuerpo, dos personas le habían tomado por sorpresa en una situación mas peculiar que la anterior, poniendo en duda sus capacidades como nativo, y por si fuera poco, le habían ignorado de la forma mas ridícula posible, avergonzándolo como guerrero. Tenía mucho que replantearse.
Lentamente, bajó el arma, y sin pronunciar palabra alguna, se dispuso a despojarse de aquellos viejos y descocidos pantalones, pues de lo contrario, no podría desplazarse de manera fluida por el entorno. Se los colgó sobre el hombro, y con la mayor de las calmas, se agachó en busca de la trucha que hace unos instantes, se le había caído. Fue entonces cuando la voz de la muchacha se hizo presente, haciendo uso de su poco carisma para ofrecer un intercambio y así reparar lo que muy difícilmente terminaría siendo un grupo. Durante un momento, el nativo se preparó para ignorar lo sucedido, y contestar de la manera más positiva que se le hubiera ocurrido, pero la joven continuó con su discurso, esta vez intentando mangonearle con algo respecto al fuego. Definitivamente no había forma de ayudarles a sobrevivir, o al menos no en esas circunstancias, pues se hallaban más preocupados por la ubicación de sus ropajes, que por la proximidad de la noche, y claramente eso le generaría más problemas que seguridades.
Cargándose de paciencia, se aproximo a la humana, y sin pronunciar palabra alguna, dejó su presa junto a ella, después de todo, estaba seguro de que no pescarían nada, y él sobreviviría para contarlo, tal y como venía haciéndolo hasta ahora. Sin dilatar mucho más la situación, se dio media vuelta y marchó rumbo a su campamento, ignorando completamente cualquier palabra que pudieran ofrecerle, pues indiferentemente de si se trataba de venganza o retribución, esa era su forma de dejarlos ser sin la necesidad de verse agredido por aquella dichosa naturaleza.
Lentamente, bajó el arma, y sin pronunciar palabra alguna, se dispuso a despojarse de aquellos viejos y descocidos pantalones, pues de lo contrario, no podría desplazarse de manera fluida por el entorno. Se los colgó sobre el hombro, y con la mayor de las calmas, se agachó en busca de la trucha que hace unos instantes, se le había caído. Fue entonces cuando la voz de la muchacha se hizo presente, haciendo uso de su poco carisma para ofrecer un intercambio y así reparar lo que muy difícilmente terminaría siendo un grupo. Durante un momento, el nativo se preparó para ignorar lo sucedido, y contestar de la manera más positiva que se le hubiera ocurrido, pero la joven continuó con su discurso, esta vez intentando mangonearle con algo respecto al fuego. Definitivamente no había forma de ayudarles a sobrevivir, o al menos no en esas circunstancias, pues se hallaban más preocupados por la ubicación de sus ropajes, que por la proximidad de la noche, y claramente eso le generaría más problemas que seguridades.
Cargándose de paciencia, se aproximo a la humana, y sin pronunciar palabra alguna, dejó su presa junto a ella, después de todo, estaba seguro de que no pescarían nada, y él sobreviviría para contarlo, tal y como venía haciéndolo hasta ahora. Sin dilatar mucho más la situación, se dio media vuelta y marchó rumbo a su campamento, ignorando completamente cualquier palabra que pudieran ofrecerle, pues indiferentemente de si se trataba de venganza o retribución, esa era su forma de dejarlos ser sin la necesidad de verse agredido por aquella dichosa naturaleza.
- Spoiler:
- Bueno, muchachos, este es posiblemente mi anteúltimo post en este rol, ya que de lo contrario, me vería obligado a forzar al personaje a hacer cosas que no haría.Heldar se está marchando a su campamento a recoger sus cosas, si quieren intentar detenerlo, pueden, mas eso no garantiza que se vaya a quedar, ya que tendrían que dar algún motivo de peso que le haga recapacitar. Si no quieren intentarlo, también está perfecto, en ese caso el siguiente post relatara la salida del personaje del tema, el cual quedará abierto hasta que ustedes decidan cerrar el rol. =)
Hathaldir Sil'tharion
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Re: [Cerrado] De peces en tinta [Interpretativo] [Libre] [2/4]
Me encontraba cercano al rio con una lanza improvisada para pescar, era claro que no atraparía nada por lo pronto y que en un tiempo anochecería, solo me daría tiempo para lo más necesario, comida, agua y refugio, el fuego nunca fue problema, sin embargo el otro par parecía empezar a conformarse o bien adaptarse nuevamente a la situación.
Tenía que readaptarme a las circunstancias si quería disfrutar la noche, por suerte savia como hacerlo siempre y cuando lograra conseguir algo que picar antes de dormir, en esos momentos el elfo recupera su presa del suelo mientras que la joven pelirroja comienza a proponer un trato el cual al parecer mandaba el elfo a obedecer.
-Pierdes tu tiempo niña, no somos un equipo como lo habrás notado y no creo que el elfo se encuentre en ánimos de obedecer a alguien.- Menciono a aquella chica que reunía maderos y los rodeaba con piedras. Por mi parte salgo del río pues era inútil atrapar un pez ese no era mi medio y perdería mi tiempo, tendría que conformarme con lo que atrapase Fatuo.
Acto seguido tomo unas cuantas piedras del rio con objetivo de ponerlas al fuego y en la noche pudieran dar suficiente calor para descansar, una técnica que use cuando era niño y el frio me hacía temblar en aquel invierno. A mí alrededor puedo notar como el elfo, posiblemente ofendido se retira del lugar ignorando las palabras que le habían dirigido, mientras la joven pelirroja prendía un fuego que no me sería suficiente para las piedras e intenta charlar nuevamente.
-Saludos Carla, veo que ya no buscar pelea ¿cierto?, mi nombre es Nerum un viajero sin rumbo- Aquella chica no parecía comportarse como lo haría alguien de ciudad, sin embargo no tubo las capacidades para mantenerse en el árbol ni resultar amenazante, sea de donde sea era obvio que no era de estos bosques. Después de caminar al fuego reposo mis cosas, y tiro las piedras al fuego, acto seguido suelto a Fatuo en los arbustos para que buscara algo que comer, preparaba el fuego en caso de que alguien quisiera tomarlo “no toquen a Fatuo y estaremos en paz” me decía a mí mismo mientras tiraba más hojarasca y ramas al fuego para que se avivara, me gustaba los fuegos grandes y controlados eran lo que me hacía sentir más seguro para ocupar mi magia con más facilidad.
-Tardara un rato, pero siempre logra conseguir algo en algunas horas.- Le digo a Carla una vez que estaba cómodo con el fuego.
Tenía que readaptarme a las circunstancias si quería disfrutar la noche, por suerte savia como hacerlo siempre y cuando lograra conseguir algo que picar antes de dormir, en esos momentos el elfo recupera su presa del suelo mientras que la joven pelirroja comienza a proponer un trato el cual al parecer mandaba el elfo a obedecer.
-Pierdes tu tiempo niña, no somos un equipo como lo habrás notado y no creo que el elfo se encuentre en ánimos de obedecer a alguien.- Menciono a aquella chica que reunía maderos y los rodeaba con piedras. Por mi parte salgo del río pues era inútil atrapar un pez ese no era mi medio y perdería mi tiempo, tendría que conformarme con lo que atrapase Fatuo.
Acto seguido tomo unas cuantas piedras del rio con objetivo de ponerlas al fuego y en la noche pudieran dar suficiente calor para descansar, una técnica que use cuando era niño y el frio me hacía temblar en aquel invierno. A mí alrededor puedo notar como el elfo, posiblemente ofendido se retira del lugar ignorando las palabras que le habían dirigido, mientras la joven pelirroja prendía un fuego que no me sería suficiente para las piedras e intenta charlar nuevamente.
-Saludos Carla, veo que ya no buscar pelea ¿cierto?, mi nombre es Nerum un viajero sin rumbo- Aquella chica no parecía comportarse como lo haría alguien de ciudad, sin embargo no tubo las capacidades para mantenerse en el árbol ni resultar amenazante, sea de donde sea era obvio que no era de estos bosques. Después de caminar al fuego reposo mis cosas, y tiro las piedras al fuego, acto seguido suelto a Fatuo en los arbustos para que buscara algo que comer, preparaba el fuego en caso de que alguien quisiera tomarlo “no toquen a Fatuo y estaremos en paz” me decía a mí mismo mientras tiraba más hojarasca y ramas al fuego para que se avivara, me gustaba los fuegos grandes y controlados eran lo que me hacía sentir más seguro para ocupar mi magia con más facilidad.
-Tardara un rato, pero siempre logra conseguir algo en algunas horas.- Le digo a Carla una vez que estaba cómodo con el fuego.
Nerum
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Re: [Cerrado] De peces en tinta [Interpretativo] [Libre] [2/4]
Su forma de comportarse frente a otros solía ser bastante bruta e, inconscientemente, siempre terminaba generando disgusto en alguien. El Elfo, que se arropó con tranquilidad, dejó el pescado junto a ella, como una muestra de neutralidad, y dio media vuelta. No parecía querer tener algo que ver con los dos brujos y con cierta sinceridad, a la bruja solo le importaba estar en grupo por si la bestia que el perseguía decidía volver. Probablemente ella no sería capaz de enfrentarla sola y con algo de ayuda, seguro podrían acabar con ella. Inspiró leve, viendo como este se alejaba en la oscuridad, perdiéndose entre los frondosos árboles de ese bosque. No era la primera vez que estaba en él, pero al vivir de nómade, pasó menos de una temporada en sus lares y nunca logró acostumbrarse a los improvistos que ese antiguo bosque podría traer, como que algunos árboles eran muy antiguos y sus ramas ya no eran tan fuertes.
El otro varón se había sentado cerca del fuego. El fuerte olor a ceniza y alquimia que desprendía hizo entender rápidamente a la bruja que no se trataba de un humano común y corriente. Había ignorado sus palabras, tanto como como sus acciones, recordaba que le llamó 'niña' y eso le disgustó bastante, al punto de fruncir el ceño con cierto enojo o desprecio. Tomó el pescado, que aún continuaba sucio por la caída y se levantó costosa. Su primera pisada siempre era casi un traspié, por culpa de su renguera, por lo cual, tenía aquellos movimientos bastante medidos aunque pudiera dar la sensación de una caída rotunda. Enjuagó el pescado y se dispuso a despellejarlo, quitándole las escamas y el pescuezo sin mucha delicadeza. Incluso arrancó la cabeza de un tirón. Estar agachada junto a la orillas le hizo oler su propio olor. Sudor, tierra, polvo, hojas silvestres y otros olores más desagradables hicieron que apretara los ojos con fuerza del disgusto. Probablemente tendrían que darse turnos para dormir, si pretenden pasar la noche. Pediría el primer turno y aprovecharía para darse un baño mientras este durmiese.
Varios minutos después, cuando ya había pelado el pescado, se acercó a la fogata y más claramente a su morral. Con la carne del pez en la mano, hurgó en su morral y de ella sacó una pequeña olla de mango largo que tenía el extremo de madera. -¿Podrías hacer el fuego más leve? Cocinaré- Exigió la muchacha, buscando ser lo más cordial que le permitían sus nervios asociales. Estaba atenta a los movimientos ajenos, los bucles de su cabello ondeaban con el viento y tenía los labios secos. Su cuerpo se movía tosco, pero sus manos eran ágiles. -Brujo de fuego- Concluyó, tirandolo a la suerte, en voz alta, mientras dejaba el pescado en la ollita. Dentro de ella había algunas bayas, se acercó a un pequeño árbol cercano y arrancó algunas ramas. -Lo siento...- Murmuró al árbol, como si lo respetara, y puso su mano frente a ella, adelantándose a lo que hubiera hecho el varón con el fuego, bajando su caudal, pero sin apagarlo, como si fuera un fuego potente pero enano. Colocó las ramas, las cuales al ser recién cortadas del árbol, estarían aun húmedas y no se quemarían con facilidad, haciendo con ellas una mesita hueca para la olla, clavando las ramas al suelo. Dentro del sostén de ramas colocó la hoya, que tenía pico, por lo cual podía sostenerse. Habiendo probado que el sostén de ramas funcione, tomó la hoya y fue a buscar un poco de agua al río.
Con el agua ya en la olla se sentó con el ajeno, dejando hervir el pescado con las bayas. Sin embargo eran pocas y el varón tenía lo que parecía un Hurón, al que mandó a buscar comida, asintió sin preguntar. "Nerum..." Pensó tranquila, observando los movimientos ajenos y con un pequeño palo se dispuso a revolver la sopa. -Tendrá espinas- Acotó, buscando callar ese silencio que de pronto se había vuelto rotundo. Se rasco la nariz con el dorso de la mano, y rechinaron los dientes dentro de la comodidad de sus fauces. -Carla, ese es mi nombre- Soltó. Tras unos arbustos escuchó movimiento, pero no era más que una rata que pasaba por el lugar. Por un momento su corazón había latido fuerte. "¿Le cuento o lo dejo a la suerte?" se preguntó, indecisa. Sin embargo, si quería que la situación no se pusiera en su contra, debía ser directa y concisa como siempre lo habría sido.
-Unas bestias me perseguían antes de cruzarme con ustedes. Hubiera seguido escapando hasta acercarme a Lunargenta, pero me sentí cansada muy de prepo...Sin embargo, las bestias ya no me perseguían, considero que me perdieron de vista, aunque eso sería terriblemente extraño...teniendo cuenta que eran lobos grandes de estos que te zampan de una mordida Y...Hambrientos, muy...- Su interpretación explicativa no era muy excepcional, pero daba a entender lo más importante, podrían estar en peligro. -Siendo dos, probablemente sea mejor enfrentar...lo que sea que está manteniendo a los lobos lejos de este lugar.- La ollita soltaba vapor de la cocción, mientras la carne y bayas flotaban. Las bayas eran ácidas como limones, una buena combinación con el pescado, aunque a saber el gusto que recibiría. Se acercó a olisquear la preparación, al final no estaba tan mal. -¿Tu qué piensas que sea?- Preguntó, con cierta seriedad, manteniendo la calma ante aquella situación. No solía ser tan aplicada, pero en asuntos de supervivencia y batalla, siempre parecía una persona distinta.
El otro varón se había sentado cerca del fuego. El fuerte olor a ceniza y alquimia que desprendía hizo entender rápidamente a la bruja que no se trataba de un humano común y corriente. Había ignorado sus palabras, tanto como como sus acciones, recordaba que le llamó 'niña' y eso le disgustó bastante, al punto de fruncir el ceño con cierto enojo o desprecio. Tomó el pescado, que aún continuaba sucio por la caída y se levantó costosa. Su primera pisada siempre era casi un traspié, por culpa de su renguera, por lo cual, tenía aquellos movimientos bastante medidos aunque pudiera dar la sensación de una caída rotunda. Enjuagó el pescado y se dispuso a despellejarlo, quitándole las escamas y el pescuezo sin mucha delicadeza. Incluso arrancó la cabeza de un tirón. Estar agachada junto a la orillas le hizo oler su propio olor. Sudor, tierra, polvo, hojas silvestres y otros olores más desagradables hicieron que apretara los ojos con fuerza del disgusto. Probablemente tendrían que darse turnos para dormir, si pretenden pasar la noche. Pediría el primer turno y aprovecharía para darse un baño mientras este durmiese.
Varios minutos después, cuando ya había pelado el pescado, se acercó a la fogata y más claramente a su morral. Con la carne del pez en la mano, hurgó en su morral y de ella sacó una pequeña olla de mango largo que tenía el extremo de madera. -¿Podrías hacer el fuego más leve? Cocinaré- Exigió la muchacha, buscando ser lo más cordial que le permitían sus nervios asociales. Estaba atenta a los movimientos ajenos, los bucles de su cabello ondeaban con el viento y tenía los labios secos. Su cuerpo se movía tosco, pero sus manos eran ágiles. -Brujo de fuego- Concluyó, tirandolo a la suerte, en voz alta, mientras dejaba el pescado en la ollita. Dentro de ella había algunas bayas, se acercó a un pequeño árbol cercano y arrancó algunas ramas. -Lo siento...- Murmuró al árbol, como si lo respetara, y puso su mano frente a ella, adelantándose a lo que hubiera hecho el varón con el fuego, bajando su caudal, pero sin apagarlo, como si fuera un fuego potente pero enano. Colocó las ramas, las cuales al ser recién cortadas del árbol, estarían aun húmedas y no se quemarían con facilidad, haciendo con ellas una mesita hueca para la olla, clavando las ramas al suelo. Dentro del sostén de ramas colocó la hoya, que tenía pico, por lo cual podía sostenerse. Habiendo probado que el sostén de ramas funcione, tomó la hoya y fue a buscar un poco de agua al río.
Con el agua ya en la olla se sentó con el ajeno, dejando hervir el pescado con las bayas. Sin embargo eran pocas y el varón tenía lo que parecía un Hurón, al que mandó a buscar comida, asintió sin preguntar. "Nerum..." Pensó tranquila, observando los movimientos ajenos y con un pequeño palo se dispuso a revolver la sopa. -Tendrá espinas- Acotó, buscando callar ese silencio que de pronto se había vuelto rotundo. Se rasco la nariz con el dorso de la mano, y rechinaron los dientes dentro de la comodidad de sus fauces. -Carla, ese es mi nombre- Soltó. Tras unos arbustos escuchó movimiento, pero no era más que una rata que pasaba por el lugar. Por un momento su corazón había latido fuerte. "¿Le cuento o lo dejo a la suerte?" se preguntó, indecisa. Sin embargo, si quería que la situación no se pusiera en su contra, debía ser directa y concisa como siempre lo habría sido.
-Unas bestias me perseguían antes de cruzarme con ustedes. Hubiera seguido escapando hasta acercarme a Lunargenta, pero me sentí cansada muy de prepo...Sin embargo, las bestias ya no me perseguían, considero que me perdieron de vista, aunque eso sería terriblemente extraño...teniendo cuenta que eran lobos grandes de estos que te zampan de una mordida Y...Hambrientos, muy...- Su interpretación explicativa no era muy excepcional, pero daba a entender lo más importante, podrían estar en peligro. -Siendo dos, probablemente sea mejor enfrentar...lo que sea que está manteniendo a los lobos lejos de este lugar.- La ollita soltaba vapor de la cocción, mientras la carne y bayas flotaban. Las bayas eran ácidas como limones, una buena combinación con el pescado, aunque a saber el gusto que recibiría. Se acercó a olisquear la preparación, al final no estaba tan mal. -¿Tu qué piensas que sea?- Preguntó, con cierta seriedad, manteniendo la calma ante aquella situación. No solía ser tan aplicada, pero en asuntos de supervivencia y batalla, siempre parecía una persona distinta.
Carla de Valle Escondido
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Re: [Cerrado] De peces en tinta [Interpretativo] [Libre] [2/4]
La fogata empezaba a ser suficientemente cálida para ahuyentar a los bichejos pero todavía fría para mi gusto, así que continuaba preparando el fuego manualmente, no debía ocupar mi magia aun, el elfo se había ido por su cuenta a algún lugar pero aún quedaba aquella chica, por vista era claro que sería humana o bruja, puede que incluso alguna transformación humanoide de un dragón o lobo, sin embargo no acumulaba mucha importancia pues su apariencia y actitud no demostraban amenaza alguna más que el traer problemas.
Metido en mis pensamientos, veía salta las ascuas del fuego mientras este chasqueaba brillante al frente mío, a lo cual no note lo que la chica me decía, solo hasta el momento en que esta había suprimido la llama para calentar un singular caldo de pescado que olía ácido, viniendo de una sopa era algo poco apetecible “lo hubiese preparado a la plancha” pensaba mientras veía el extraño guiso de la chica.
Posterior a eso volví a poner mi atención al entorno, los arbustos sonaban a mi alrededor lo cual no me preocupaba, sonaba a un animal diminuto tal vez incluso más pequeño que Fatuo, pero por alguna razón la niña se encontraba exageradamente sobresaltada en respuesta a aquel sonido, parecía que estuviera esperando alguna mala compañía “¿esperas algo niña?” pensaba mi pregunta antes de darla a escuchar, estar nervioso en el bosque demuestra que no vas a traer buenas noticias y para mala suerte así fue.
-¿Lobos huyendo? Los lobos no pierden presas fáciles y menos en una cacería conjunta, algo grande debió ahuyentarlos.- Mencionaba a la chica en busca de que excusara aquellas acciones para darme más información, su charla no daba nada para saber qué fue lo que ahuyento a los lobos y esta solo seguía hablando en un tono alterado, lo que demostraba que posiblemente peligraríamos la noche.
-En Sandorai no existe algo que pueda atemorizar a los lobos más que los draeques, sin embargo son guardianes y estos no intimidarían a los habitantes de sus bosques.- Empezaba a analizar la situación ¿Qué es grande, peligroso y está cerca de Sandorai?, pero aun no tenía respuesta nada concordaba con la descripción en aquel bosque, al menos que lo que ahuyento a aquellos canes no fuera típico de este bosque.
En esos momentos tenía una respuesta que me servía lo suficiente para poder prepararme. -Bosque del este- nombre en voz alta, idéntico a un alumno de la escuela tensai en temporadas de pruebas. Sea lo que sea no era originario de aquella zona, solo se hubiera perdido y busco refugio por el día.
-Existen una posibilidades Carla, la cual no es propia de esta zona y por lo tanto improbable pero si es acertado podría costarnos caro, lo que pudo intimidar a los lobos fue un drìope del este fastidiado por tu presencia, estos por así decirlo son la contraparte de los draeques más violentos y cero hospitalarios.- Tenía sentido, si la niña había escapado de los lobos pisando arbustos y flores, sería motivo suficiente para enardecer a un dríope fuera de su hogar.
-Si ese guardián te venía siguiendo, no tardará mucho en llegar, ¿en verdad quieres enfrentarlo?- Esa fue la última pregunta que recibió la luz del sol en aquel día, era de noche y solo iluminaba la fogata que había generado la chica con anterioridad, era tiempo que las bestias salieran a cazar.
Metido en mis pensamientos, veía salta las ascuas del fuego mientras este chasqueaba brillante al frente mío, a lo cual no note lo que la chica me decía, solo hasta el momento en que esta había suprimido la llama para calentar un singular caldo de pescado que olía ácido, viniendo de una sopa era algo poco apetecible “lo hubiese preparado a la plancha” pensaba mientras veía el extraño guiso de la chica.
Posterior a eso volví a poner mi atención al entorno, los arbustos sonaban a mi alrededor lo cual no me preocupaba, sonaba a un animal diminuto tal vez incluso más pequeño que Fatuo, pero por alguna razón la niña se encontraba exageradamente sobresaltada en respuesta a aquel sonido, parecía que estuviera esperando alguna mala compañía “¿esperas algo niña?” pensaba mi pregunta antes de darla a escuchar, estar nervioso en el bosque demuestra que no vas a traer buenas noticias y para mala suerte así fue.
-¿Lobos huyendo? Los lobos no pierden presas fáciles y menos en una cacería conjunta, algo grande debió ahuyentarlos.- Mencionaba a la chica en busca de que excusara aquellas acciones para darme más información, su charla no daba nada para saber qué fue lo que ahuyento a los lobos y esta solo seguía hablando en un tono alterado, lo que demostraba que posiblemente peligraríamos la noche.
-En Sandorai no existe algo que pueda atemorizar a los lobos más que los draeques, sin embargo son guardianes y estos no intimidarían a los habitantes de sus bosques.- Empezaba a analizar la situación ¿Qué es grande, peligroso y está cerca de Sandorai?, pero aun no tenía respuesta nada concordaba con la descripción en aquel bosque, al menos que lo que ahuyento a aquellos canes no fuera típico de este bosque.
En esos momentos tenía una respuesta que me servía lo suficiente para poder prepararme. -Bosque del este- nombre en voz alta, idéntico a un alumno de la escuela tensai en temporadas de pruebas. Sea lo que sea no era originario de aquella zona, solo se hubiera perdido y busco refugio por el día.
-Existen una posibilidades Carla, la cual no es propia de esta zona y por lo tanto improbable pero si es acertado podría costarnos caro, lo que pudo intimidar a los lobos fue un drìope del este fastidiado por tu presencia, estos por así decirlo son la contraparte de los draeques más violentos y cero hospitalarios.- Tenía sentido, si la niña había escapado de los lobos pisando arbustos y flores, sería motivo suficiente para enardecer a un dríope fuera de su hogar.
-Si ese guardián te venía siguiendo, no tardará mucho en llegar, ¿en verdad quieres enfrentarlo?- Esa fue la última pregunta que recibió la luz del sol en aquel día, era de noche y solo iluminaba la fogata que había generado la chica con anterioridad, era tiempo que las bestias salieran a cazar.
Nerum
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Re: [Cerrado] De peces en tinta [Interpretativo] [Libre] [2/4]
Se limitó a escuchar las palabras ajenas, sabía muy bien en el estado actual que se encontraba, ya era más que evidente que se mantenía en compañía únicamente para sobrevivir, lo cual hacía que la situación fuese tensa entre ambos brujos. Dejó que la cena se cocine en paz, ya sin revolverla, y posó su mano derecha sobre su mentón, pensando en que hacer. -De ser un dríope, se tendría que escandalizar por el maltrato de su bosque, no de uno que no le corresponde...Aunque de todos modos, no niego que pueda ser uno de ellos, tomando en cuenta tus argumentos, que son bastante convincentes. Hmmm...- Resopló por la nariz, observando a su alrededor, el lugar estaba calmo. -Pero en tal caso, este ya me habría localizado y por tanto ya estaríamos en peligro, sin contar que el Elfo que acaba de irse habría notado su presencia pues estaba en esta zona incluso antes que nosotros...Tiene que ser algo de este bosque...Tal vez siquiera es una bestia, tal vez es algo..etéreo, como un espíritu- Planteó, indecisa con su propia respuesta. Entonces se levantó de prepo, casi con un traspié y se incorporó. Se puso las manos en la cintura y observó de lado a lado. Se acercó al río y chapoteó el pie derecho en un charco junto a la orilla.
Trató de hacer memoria de todo lo que había visto en sus viajes. De pronto, un poco desesperada, palpó su cuerpo, como si buscase algo, hasta que, de entre los pliegues de su ropa, sacó una improvisada libreta de hojas sueltas mal cortadas y un lápiz avejentado y pequeño que estaba atado a una fina cuerda que mantenía juntas a las hojas. Tenía por tapa y contratapa a dos pedazos de cuero viejo, probablemente de alguna bota vieja. Lo abrió y volví a acercarse a la fogata, leyendo lo que había escrito en él. -Sección élfica...élfica..Océano, mar...playa...Ríos- Se detuvo un momento y comenzó a leer. -Tal vez hay Onjanas en el río que estén alejando los peligros de este lugar...- La naturaleza pasiva de estos seres muchas veces tranquilizaba a los monstruos o bestias enfurecidas, calmando sus deseos de matanza e incluso adormilarlos. -O puede que haya un Ograrck por esta zona tan cálida...Aunque me extraña que esté en un lugar tan húmedo como las zonas aledañas a un río...Y recuerda que por el momento no he tenido contacto con "lo que sea" que ahuyentó a los lobos, por lo cual lo de las Onjanas es bastante viable, ya que no se suelen mostrar ante humanos...- Se sentó junto al muchacho, suspirando del cansancio y hambre. -Eso también explicaría porque el bosque está tan pacífico y vivo a la vez...Y que el elfo hubiera estado desprovisto de su total concentración...O que yo no haya notado que la rama se rompería...Aunque es solo una opinión- Dejó la libreta en el suelo junto a ella y revolvió el caldo de pescado.
Levantó la vista, observando las hermosas estrellas. La luna brillaba como una gran sonrisa en el firmamento y el viento era leve y cálido, a pesar de la hora. No pudo evitar cerrar los ojos y sonreír, se sentía muy a gusto, sin saber el porqué, incluso no sentía aquellos nervios excesivos de hace unos momentos, probablemente el olor húmedo y dulce del río le había calmado, algo que siempre le habían hecho sentir las grandes masas de agua en movimiento, como mares, lagos o ríos, en este caso.
Trató de hacer memoria de todo lo que había visto en sus viajes. De pronto, un poco desesperada, palpó su cuerpo, como si buscase algo, hasta que, de entre los pliegues de su ropa, sacó una improvisada libreta de hojas sueltas mal cortadas y un lápiz avejentado y pequeño que estaba atado a una fina cuerda que mantenía juntas a las hojas. Tenía por tapa y contratapa a dos pedazos de cuero viejo, probablemente de alguna bota vieja. Lo abrió y volví a acercarse a la fogata, leyendo lo que había escrito en él. -Sección élfica...élfica..Océano, mar...playa...Ríos- Se detuvo un momento y comenzó a leer. -Tal vez hay Onjanas en el río que estén alejando los peligros de este lugar...- La naturaleza pasiva de estos seres muchas veces tranquilizaba a los monstruos o bestias enfurecidas, calmando sus deseos de matanza e incluso adormilarlos. -O puede que haya un Ograrck por esta zona tan cálida...Aunque me extraña que esté en un lugar tan húmedo como las zonas aledañas a un río...Y recuerda que por el momento no he tenido contacto con "lo que sea" que ahuyentó a los lobos, por lo cual lo de las Onjanas es bastante viable, ya que no se suelen mostrar ante humanos...- Se sentó junto al muchacho, suspirando del cansancio y hambre. -Eso también explicaría porque el bosque está tan pacífico y vivo a la vez...Y que el elfo hubiera estado desprovisto de su total concentración...O que yo no haya notado que la rama se rompería...Aunque es solo una opinión- Dejó la libreta en el suelo junto a ella y revolvió el caldo de pescado.
Levantó la vista, observando las hermosas estrellas. La luna brillaba como una gran sonrisa en el firmamento y el viento era leve y cálido, a pesar de la hora. No pudo evitar cerrar los ojos y sonreír, se sentía muy a gusto, sin saber el porqué, incluso no sentía aquellos nervios excesivos de hace unos momentos, probablemente el olor húmedo y dulce del río le había calmado, algo que siempre le habían hecho sentir las grandes masas de agua en movimiento, como mares, lagos o ríos, en este caso.
Carla de Valle Escondido
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Re: [Cerrado] De peces en tinta [Interpretativo] [Libre] [2/4]
La luna iniciaba su ronda nocturna mientras la noche apenas empezaba a despertar, sin nada con que poder ver más allá de unos pocos metros, la luz de los cuerpos celestes y el crepitante fuego de un día artificial me ayudaban a estar calmo ante una situación de supuesto peligro. Ahora me encontraba absorto en mis pensamientos pues las palabras de la chica sonaba absurdas para mí ser ¿un ograrck? ¿onjonas? Ninguna de los dos sonaba siquiera convincente, Sandorai el bosque hogar de los elfos, no corría peligro alguno en esté lugar además que el de ser un mago en tierras prohibidas.
Empezaba a creer que no existía tal amenaza que contaba aquella chica Carla, fuese cual fuese aquella bestia que tanto temía era tiempo que enseñara la cara o mínimo que se diera a escuchar, no hay depredador en estas tierras que perdiera una noche de casería en caso de estar hambriento.
Tal vez solo fue un largo día para ella, había caído de una gran altura y se le dificultaba comunicarse, cabía una mínima posibilidad de que no se encontrara con todas sus facultades ¿Qué sucedía si no existía aquella bestia?, puede ser que en algún momento esta existió y en teoría ahuyento a los lobos, pero entonces, este tenía sus propios planes y no tuvo interés por seguir a Carla en busca de comida ni alimento o simplemente aquella chica se encontraba en el lugar correcto en el momento adecuado para huir, aún había la posibilidad que ella hubiera tenido suerte de seguir con vida.
-Ha pasado un tiempo desde que anocheció y no hay rastros de la bestia.- Empecé por comenzar a dar mi teoría, la duda se erguía sobre mí y esperaba una explicación a lo que sucedía, el animal que tanto se esperaba seguía sin aparecer y aun se dudaba de lo que era. -¿Estas segura que esta bestia existe?-
El tiempo había pasado y la sentencia de la aparición del animal aún no se encontraba presente, me encontraba confiado frente al fuego y hasta cierto punto se diría que estaba descuidado, algo que no ocurría con frecuencia y que era consiente solo en ocasiones donde mi vida fue puesta en duda pero al final no hubo acción ni consecuencia.
Momentos después mi fiel compañero de viaje había regresado con una cacería exitosa y media liebre para compartir.
-Bien hecho Fatuo siempre vas por delante.- Mencione a Fatuo para que este fuera en dirección a mí, posteriormente el tomo su lugar entre mis cosas y comenzó a descansar.
-Deberíamos seguir su ejemplo.- Mencionaba a Carla mientras echaba a la liebre en las brasas, no quería un manjar solo una comida rápida e ir a descansar. –Las noches aquí hasta el momento han sido tranquilas, pero si quieres esperar a el animal eres libre de hacerlo, tu decide lo que harás.- Me encontraba confiado en la situación mi precaución por el peligro había pasado y estaba por prepararme para descansar, mientras esperaba la respuesta de dicha infanta.
Empezaba a creer que no existía tal amenaza que contaba aquella chica Carla, fuese cual fuese aquella bestia que tanto temía era tiempo que enseñara la cara o mínimo que se diera a escuchar, no hay depredador en estas tierras que perdiera una noche de casería en caso de estar hambriento.
Tal vez solo fue un largo día para ella, había caído de una gran altura y se le dificultaba comunicarse, cabía una mínima posibilidad de que no se encontrara con todas sus facultades ¿Qué sucedía si no existía aquella bestia?, puede ser que en algún momento esta existió y en teoría ahuyento a los lobos, pero entonces, este tenía sus propios planes y no tuvo interés por seguir a Carla en busca de comida ni alimento o simplemente aquella chica se encontraba en el lugar correcto en el momento adecuado para huir, aún había la posibilidad que ella hubiera tenido suerte de seguir con vida.
-Ha pasado un tiempo desde que anocheció y no hay rastros de la bestia.- Empecé por comenzar a dar mi teoría, la duda se erguía sobre mí y esperaba una explicación a lo que sucedía, el animal que tanto se esperaba seguía sin aparecer y aun se dudaba de lo que era. -¿Estas segura que esta bestia existe?-
El tiempo había pasado y la sentencia de la aparición del animal aún no se encontraba presente, me encontraba confiado frente al fuego y hasta cierto punto se diría que estaba descuidado, algo que no ocurría con frecuencia y que era consiente solo en ocasiones donde mi vida fue puesta en duda pero al final no hubo acción ni consecuencia.
Momentos después mi fiel compañero de viaje había regresado con una cacería exitosa y media liebre para compartir.
-Bien hecho Fatuo siempre vas por delante.- Mencione a Fatuo para que este fuera en dirección a mí, posteriormente el tomo su lugar entre mis cosas y comenzó a descansar.
-Deberíamos seguir su ejemplo.- Mencionaba a Carla mientras echaba a la liebre en las brasas, no quería un manjar solo una comida rápida e ir a descansar. –Las noches aquí hasta el momento han sido tranquilas, pero si quieres esperar a el animal eres libre de hacerlo, tu decide lo que harás.- Me encontraba confiado en la situación mi precaución por el peligro había pasado y estaba por prepararme para descansar, mientras esperaba la respuesta de dicha infanta.
Nerum
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Re: [Cerrado] De peces en tinta [Interpretativo] [Libre] [2/4]
-¿Segura?- Preguntó desconcertada, como si la respuesta fuera absolutamente obvio. -Claro que no estoy segura, no tengo la menor idea. Probablemente no existe peligro y los lobos encontraron una presa más fácil que yo y dejaron de seguirme.- Mencionó la muchacha, mientras sacaba el caldo cocido del fuego. -Sin embargo, soy una bruja en tierra prohibida, estoy alerta por demás, siquiera use mi magia para ahuyentar a los lobos y así entonces no tener que correr, ¿Imagínate si algún cazador huele mi presencia? Estoy muerta, no tengo chances de ganar, a menos de que me toque un novato pero eso sería una locura.- Negó con la cabeza, frunciendo la nariz. -Comeré y me marcharé, tengo la sensación de que ninguno de los dos está cómodo en este intento de campamento fallido- Comentó a regañadientes, pues no le agradaba la idea de andar de noche sola, pero a estas alturas, consideraba que su suerte estaba a otro nivel y si seguía las orillas del río llegaría rápidamente a la playa de los ancestros.
No tenía cubiertos, así que clavó el palo en el pescado cocinado y comenzó a comerlo de a trozos, quitando de cuando en cuando alguna espina. -¿Quieres?- Preguntó, sin ningún modal, observando la carne a las brasas. "Dudo que quiera esta comida después de la cara de asco que puso antes y encima ahora tiene una liebre...Bien por él" Pensó, mientras sorbía del caldo ácido. A pesar de su falta de modales, odiaba hacer ruido al tragar una bebida, así que eso fue a única regla de etiqueta que no rompió. Dejó el pescado por la mitad y una buena cantidad de caldo, apoyando la hoya en el suelo y llevándose la mano al estómago, sonriente, contenta de tener el estomago lleno después de algunos días de comer solo bayas. Tomó el contenido del recipiente y lo echó en el suelo, a un metro del fuego. -Puedes dárselo a tu mascota, si quieres, yo me tengo que llevar esto- Comentó casi a regañadientes y sacudió bien la hoya, para luego meterla en su morral, ya frío y con el interior un poco mojado.
Se levantó entonces, inspirando el aire cálido del bosque, y se estiró, sonando los huesos. -Bien, es hora de marcharme- Mencionó, sabiendo que al joven probablemente le sería un alivio deshacerse de la bruja y se encaminó en dirección a la playa, siguiendo el borde del río, mientras observaba con cierta tranquilidad las estrellas posando sobre el firmamento.
No tenía cubiertos, así que clavó el palo en el pescado cocinado y comenzó a comerlo de a trozos, quitando de cuando en cuando alguna espina. -¿Quieres?- Preguntó, sin ningún modal, observando la carne a las brasas. "Dudo que quiera esta comida después de la cara de asco que puso antes y encima ahora tiene una liebre...Bien por él" Pensó, mientras sorbía del caldo ácido. A pesar de su falta de modales, odiaba hacer ruido al tragar una bebida, así que eso fue a única regla de etiqueta que no rompió. Dejó el pescado por la mitad y una buena cantidad de caldo, apoyando la hoya en el suelo y llevándose la mano al estómago, sonriente, contenta de tener el estomago lleno después de algunos días de comer solo bayas. Tomó el contenido del recipiente y lo echó en el suelo, a un metro del fuego. -Puedes dárselo a tu mascota, si quieres, yo me tengo que llevar esto- Comentó casi a regañadientes y sacudió bien la hoya, para luego meterla en su morral, ya frío y con el interior un poco mojado.
Se levantó entonces, inspirando el aire cálido del bosque, y se estiró, sonando los huesos. -Bien, es hora de marcharme- Mencionó, sabiendo que al joven probablemente le sería un alivio deshacerse de la bruja y se encaminó en dirección a la playa, siguiendo el borde del río, mientras observaba con cierta tranquilidad las estrellas posando sobre el firmamento.
- PD:
- Siento mucho la tardanza y espero que me disculpes por acabar el rol aquí, no quiero que te sientas ofendido ni nada, en este caso fue mi culpa. Este post tiene muchos errores de ubicación, hechos y otras cosas que se dieron por mi culpa y no se como subsanarlos. Me siento un poco incómoda al rolear y prefiero terminarlo aquí. Ojalá nos crucemos en otro rol, un saludo!
Carla de Valle Escondido
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De peces en tinta [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
El estrés era notable en la conversación, la noche era pesada como la corriente que aquel río llevaba y la comida tan mala como ningún otra, era escoger entre una liebre carbonizada o un caldo agrio como un ácido, ciertamente no me sentía orgulloso de esos platillos, había tardado en aprender a preparar buena comida mientras mejoraba como tensai y ahora la preparación que le di a aquella carne fue tan sutil como un trozo de madera para hacer carbón.
Las palabras directas de aquella muchacha fueron suficientes para hacerme saber de lo tonta que fue mi pregunta, era claro que ella huía, sin embargo estas fueron suficientes para soltarme una buena información. –Impresionante una bruja en estas tierras, debes ser muy valiente Carla o muy estúpida para tomar un riesgo como el tuyo.- Si bien no quería que supiera que yo también era un mago tendría que persuadirla de ser posible.
-De ser un mago no tendría el valor para venir aquí a perder mi cabeza, pero tranquila no diré nada, solo vine por medicinas de los elfos.- Me sentía estúpido diciendo tal cantidad de disparates, pero era mejor este sentimiento a dar información que arriesgara mi futuro. –Solo pensaba llegar hasta algún pueblo de elfos comprar sus pócimas e irme lo antes posible del bosque para regresar a Lunargenta.-
Para cuando había terminado, era hora de despedirse la chica había guardado sus cosas y se marchaba en dirección de donde había venido “se estará dirigiendo a la playa”, aquella información no me valía de nada, pero fue suficiente para saber que continuaría mi camino solo, por suerte tenia a Fatuo.
-Hasta siempre bruja Carla, espero algún día volver a encontrarte en el camino.- Me despedía con cortesía hasta que la había perdido de vista.
En ese momento, estaba listo para retirarme, apague y enterré el fuego que una vez encendí era muy fácil considerando el río, en ese momento cargue a Fatuo en mi hombro mientras que con la otra mano me llevaba la liebre sabor carbón, tenía que seguir con mi camino.
Las palabras directas de aquella muchacha fueron suficientes para hacerme saber de lo tonta que fue mi pregunta, era claro que ella huía, sin embargo estas fueron suficientes para soltarme una buena información. –Impresionante una bruja en estas tierras, debes ser muy valiente Carla o muy estúpida para tomar un riesgo como el tuyo.- Si bien no quería que supiera que yo también era un mago tendría que persuadirla de ser posible.
-De ser un mago no tendría el valor para venir aquí a perder mi cabeza, pero tranquila no diré nada, solo vine por medicinas de los elfos.- Me sentía estúpido diciendo tal cantidad de disparates, pero era mejor este sentimiento a dar información que arriesgara mi futuro. –Solo pensaba llegar hasta algún pueblo de elfos comprar sus pócimas e irme lo antes posible del bosque para regresar a Lunargenta.-
Para cuando había terminado, era hora de despedirse la chica había guardado sus cosas y se marchaba en dirección de donde había venido “se estará dirigiendo a la playa”, aquella información no me valía de nada, pero fue suficiente para saber que continuaría mi camino solo, por suerte tenia a Fatuo.
-Hasta siempre bruja Carla, espero algún día volver a encontrarte en el camino.- Me despedía con cortesía hasta que la había perdido de vista.
En ese momento, estaba listo para retirarme, apague y enterré el fuego que una vez encendí era muy fácil considerando el río, en ese momento cargue a Fatuo en mi hombro mientras que con la otra mano me llevaba la liebre sabor carbón, tenía que seguir con mi camino.
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