Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
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Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
El día era agradable, me encantaba salir del hostal y que los rayos del sol que se filtraban por los arboles dieran en el césped, iluminando por donde caminaba. A un costado del lugar de reposo para cansados viajeros se encontraba un pequeño huerto y en la parte trasera el lugar en donde estaban los animales, una vaca y un par de gallinas. Mi labor de todas las mañanas era ir por huevos y algo de leche para darle a los huéspedes, Lossë, la anciana que me había acogido en aquel lugar ya no estaba para ese tipo de cosas, así que era mi deber hacerlo. Luego te terminar con aquello y dejar los huevos cuidadosamente en la cesta de paja que llevaba junto a la cubeta de leche, comencé a sacar algunas verduras para el almuerzo, aun nos quedaban un poco de provisiones, pero no pasarían de hoy por lo que debería ir por más antes de que anocheciera.
Cuando entré al hostal, la anciana Lossë estaba sentada donde siempre, detrás del mesón, en su silla mecedora recibiendo el poco sol que entraba por la ventana, haciendo con sus viejas y frágiles manos joyería que vendía para sacar algo extra de dinero. Por lo general las mujeres que pasaban por el lugar compraban aquello y también hombres para llevárselos como regalo a sus damiselas, me sorprendía su habilidad para con ello. Mientras yo, vendía ropa de piel, pero aquello era rentable solamente para cuando el invierno se instalaba en el bosque. La anciana me vio de reojo y siguió su trabajo.
- ¿Ves lo que estoy haciendo? – Preguntó sin quitar la mirada de su manualidad.
- Sí, es muy hermoso, como todos los que hace, anciana Lossë. – Luego de ello me dirigí a la cocina. Dejé todo en su lugar y volví con ella.
- Éste es para ti. – Lo levantó hacia la luz y luego lo acercó a mí. – Este brazalete te traerá buena suerte. – Lo recibí con una amplia sonrisa en mi rostro, me lo coloqué en la muñeca.
- Muchas gracias Anciana Lossë, lo atesoraré por siempre. – La mujer ante mí me sonrió y luego siguió meciéndose.
La tarde había llegado, los últimos huéspedes se habían marchado y aquel hostal había quedado solitario otra vez. Me gustaba lo que hacía, era tranquilo y no sentía temor. Por las noches escuchaba las conversaciones de los viajeros, hablando de sus proezas y de grandes ciudades más allá de este bosque, aquello me fascinaba, siempre había querido ir a explorar aquellos lugares, pero ahora pertenecía aquí.
Me encontraba lavando los trastes sucios en la cocina, cuando la campanilla del mesón sonó. Sequé mis manos en el trapo que tenía al lado y me dirigí a ver de quien se trataba, la Anciana Lossë se encontraba atendiéndolo.
Cuando entré al hostal, la anciana Lossë estaba sentada donde siempre, detrás del mesón, en su silla mecedora recibiendo el poco sol que entraba por la ventana, haciendo con sus viejas y frágiles manos joyería que vendía para sacar algo extra de dinero. Por lo general las mujeres que pasaban por el lugar compraban aquello y también hombres para llevárselos como regalo a sus damiselas, me sorprendía su habilidad para con ello. Mientras yo, vendía ropa de piel, pero aquello era rentable solamente para cuando el invierno se instalaba en el bosque. La anciana me vio de reojo y siguió su trabajo.
- ¿Ves lo que estoy haciendo? – Preguntó sin quitar la mirada de su manualidad.
- Sí, es muy hermoso, como todos los que hace, anciana Lossë. – Luego de ello me dirigí a la cocina. Dejé todo en su lugar y volví con ella.
- Éste es para ti. – Lo levantó hacia la luz y luego lo acercó a mí. – Este brazalete te traerá buena suerte. – Lo recibí con una amplia sonrisa en mi rostro, me lo coloqué en la muñeca.
- Muchas gracias Anciana Lossë, lo atesoraré por siempre. – La mujer ante mí me sonrió y luego siguió meciéndose.
La tarde había llegado, los últimos huéspedes se habían marchado y aquel hostal había quedado solitario otra vez. Me gustaba lo que hacía, era tranquilo y no sentía temor. Por las noches escuchaba las conversaciones de los viajeros, hablando de sus proezas y de grandes ciudades más allá de este bosque, aquello me fascinaba, siempre había querido ir a explorar aquellos lugares, pero ahora pertenecía aquí.
Me encontraba lavando los trastes sucios en la cocina, cuando la campanilla del mesón sonó. Sequé mis manos en el trapo que tenía al lado y me dirigí a ver de quien se trataba, la Anciana Lossë se encontraba atendiéndolo.
Última edición por Nimie Lossë el Dom Jun 12, 2016 7:42 pm, editado 4 veces
Nimie Lossë
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Re: Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
Los últimos meses habían sido extraños para el brujo. Antes de ellos era un joven solitario que vivía la vida, tranquilo, de misión en misión. Ganándose el jornal como podía con sus artes en el combate, tanto las mágicas como las físicas. Sin embargo, de la noche a la mañana se había convertido en padre, nunca mejor dicho, pues había conocido a la niña en una noche de luna en las islas Illidenses, después de luchar contra su siniestro “tío”. Básicamente un hombre que había secuestrado a su madre, y después de torturarla hasta la muerte, había hecho lo propio con la niña, salvo que con ella para quedársela como si de un juguete se tratara.
Además, como si esto fuera poco, había conocido a una chica, justo antes de su viaje a las islas. Una elfa, que aunque lo negara abiertamente, había provocado sentimientos en el rubio que pensaba que no llegaría a albergar alguna vez. Al menos no a corto plazo. Era bella como todas las de su raza, pero eso no era su máximo atractivo, sino lo atenta que era con toda persona que lo necesitara. Era una persona con una bondad que chocaba en contraposición con el mundo salvaje y arisco que él conocía, ya que a la gente, por lo general, no es que le importara el prójimo. Y la peliblanca seguía su forma de vivir y ver las cosas sin dejarse llevar. Era un rasgo de personalidad muy bonito, algo sin duda atractivo para el brujo.
Esa chica de piel de alabastro y dulce mirada era la causa por la que se había adentrado por primera vez en su vida en ese bosque. Era un lugar que pensaba que nunca pisaría, e incluso había reprendido a su hermana que se acercara tanto a él en una ocasión. Si ahora lo viera entrando solo, en el lugar que le había dicho que era peligroso siquiera acercarse para los de su raza… Ya podía imaginarse su mirada reprobatoria. Sobre todo por las razones por lo que lo hacía, que debían ser estúpidas para ella.
No solo para ella. Níniel se enfadaría con él por entrar en el bosque de su raza solo por algo así. Más cuando no la había avisado de que iría a él por intentar que fuera una sorpresa. Ella podía ir y venir de su bosque cuantas veces quisiera, y por tanto, podía conseguir lo que él buscaba sin esfuerzo ni riesgo.
De todos modos, Vincent no había perdido la cabeza completamente. No se adentraría mucho en el bosque, solo lo necesario para conseguir el regalo. En Vulwulfar se había informado de que había una anciana en una posada que no le importaba vender sus productos a los viajeros. Sin importar si estos eran de otra raza, como solía hacer con los humanos. Y esa era su mayor ventaja. A simple vista los brujos y los humanos eran iguales, la única diferencia era la magia que corrían por las venas de los primeros, así que hacerse pasar como un humano cualquiera, como ya había hecho en el pasado en varias ocasiones, sería sencillo.
El chirrío de la puerta, acompañado por el ruido de una campanilla, anunció su llegada, y el brujo miró por debajo de la capucha con disimulo el interior de la humilde pero confortable morada de paso. En el salón solo había una mujer de avanzada edad que el brujo intuyó que sería la anciana que debía ver.
- Buenos días señora. He hecho un largo viaje para conseguir alguno de sus productos-, saludó a la mujer, echando la capucha hacia atrás y dejando que se mostraran sus rasgos “humanos”.
Además, como si esto fuera poco, había conocido a una chica, justo antes de su viaje a las islas. Una elfa, que aunque lo negara abiertamente, había provocado sentimientos en el rubio que pensaba que no llegaría a albergar alguna vez. Al menos no a corto plazo. Era bella como todas las de su raza, pero eso no era su máximo atractivo, sino lo atenta que era con toda persona que lo necesitara. Era una persona con una bondad que chocaba en contraposición con el mundo salvaje y arisco que él conocía, ya que a la gente, por lo general, no es que le importara el prójimo. Y la peliblanca seguía su forma de vivir y ver las cosas sin dejarse llevar. Era un rasgo de personalidad muy bonito, algo sin duda atractivo para el brujo.
Esa chica de piel de alabastro y dulce mirada era la causa por la que se había adentrado por primera vez en su vida en ese bosque. Era un lugar que pensaba que nunca pisaría, e incluso había reprendido a su hermana que se acercara tanto a él en una ocasión. Si ahora lo viera entrando solo, en el lugar que le había dicho que era peligroso siquiera acercarse para los de su raza… Ya podía imaginarse su mirada reprobatoria. Sobre todo por las razones por lo que lo hacía, que debían ser estúpidas para ella.
No solo para ella. Níniel se enfadaría con él por entrar en el bosque de su raza solo por algo así. Más cuando no la había avisado de que iría a él por intentar que fuera una sorpresa. Ella podía ir y venir de su bosque cuantas veces quisiera, y por tanto, podía conseguir lo que él buscaba sin esfuerzo ni riesgo.
De todos modos, Vincent no había perdido la cabeza completamente. No se adentraría mucho en el bosque, solo lo necesario para conseguir el regalo. En Vulwulfar se había informado de que había una anciana en una posada que no le importaba vender sus productos a los viajeros. Sin importar si estos eran de otra raza, como solía hacer con los humanos. Y esa era su mayor ventaja. A simple vista los brujos y los humanos eran iguales, la única diferencia era la magia que corrían por las venas de los primeros, así que hacerse pasar como un humano cualquiera, como ya había hecho en el pasado en varias ocasiones, sería sencillo.
El chirrío de la puerta, acompañado por el ruido de una campanilla, anunció su llegada, y el brujo miró por debajo de la capucha con disimulo el interior de la humilde pero confortable morada de paso. En el salón solo había una mujer de avanzada edad que el brujo intuyó que sería la anciana que debía ver.
- Buenos días señora. He hecho un largo viaje para conseguir alguno de sus productos-, saludó a la mujer, echando la capucha hacia atrás y dejando que se mostraran sus rasgos “humanos”.
Vincent Calhoun
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Re: Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
Estaba concentrada en mi quehacer, no era la gran cosa, pero gracias a ello tuve techo y comida durante todo este tiempo. Había llegado a querer mucho a la Anciana Lossë. Al terminar, sequé mis manos con el trapo que estaba a un lado, cuando el crujir de la madera en la entrada llamó mi atención. Dejé el paño en la cocina y caminé hacia la entrada, fue entonces que la voz de un hombre me dio a entender de qué se trataba de un huésped. Llegué al lugar y fue cuando vi a un hombre con capucha delante del mostrador, se la echó hacia atrás y se dirigió a la anciana, esta lo miró amablemente.
- Hija, ¿qué haces ahí parada?, ve por las cosas. – Dijo Lossë. Di media vuelta y entré a la habitación de la anciana que estaba cerca del mostrador, allí tome una caja de madera y volví a incorporarme a la entrada de la posada.
- Aquí está. – Me acerqué al hombre y me quedé a uno de sus costados, lo miré de reojos y luego abrí aquel cofre, dejando ver lo que contenía. – Todo es hecho a mano por la anciana. – Di un paso al costado, alejándome del visitante. La anciana no le quitaba la vista de encima al hombre y yo tampoco.
- Niña, no seas mal educada y sírvele algo de beber a nuestro cliente. –
- S-Sí. – tartamudee, me dirigí a la cocina y un fuerte ruido hizo que me asomara por la ventana. Por entre los árboles pude ver el cielo nublado y oscuro, una tormenta se aproximaba y parecía que sería una fuerte. Ya en la cocina, llené el vaso con agua y lo llevé hacia el viajero. – Aquí tiene. – observé mi pulsera y la comparé con las que estaban en la caja, era distinta a todas las demás.
- Al parecer se acerca una gran tormenta, no sería prudente que alguien como usted deambulara por los bosques de noche y con este clima. Puede resultar muy peligroso. – Dijo la anciana. Al principio creí que trataba de ganar más dinero, pues compraría algo y ahora buscaba que se quedase, pero la frase “alguien como usted” aun resonaba en mi mente.
Siempre que atendía a los huéspedes, me contaban de sus viajes o por qué se encontraban en el lugar, el hombre en la posada había llamado mi atención y quería saber de sus proezas, si es que tenía alguna digna de contar.
- Hija, ¿qué haces ahí parada?, ve por las cosas. – Dijo Lossë. Di media vuelta y entré a la habitación de la anciana que estaba cerca del mostrador, allí tome una caja de madera y volví a incorporarme a la entrada de la posada.
- Aquí está. – Me acerqué al hombre y me quedé a uno de sus costados, lo miré de reojos y luego abrí aquel cofre, dejando ver lo que contenía. – Todo es hecho a mano por la anciana. – Di un paso al costado, alejándome del visitante. La anciana no le quitaba la vista de encima al hombre y yo tampoco.
- Niña, no seas mal educada y sírvele algo de beber a nuestro cliente. –
- S-Sí. – tartamudee, me dirigí a la cocina y un fuerte ruido hizo que me asomara por la ventana. Por entre los árboles pude ver el cielo nublado y oscuro, una tormenta se aproximaba y parecía que sería una fuerte. Ya en la cocina, llené el vaso con agua y lo llevé hacia el viajero. – Aquí tiene. – observé mi pulsera y la comparé con las que estaban en la caja, era distinta a todas las demás.
- Al parecer se acerca una gran tormenta, no sería prudente que alguien como usted deambulara por los bosques de noche y con este clima. Puede resultar muy peligroso. – Dijo la anciana. Al principio creí que trataba de ganar más dinero, pues compraría algo y ahora buscaba que se quedase, pero la frase “alguien como usted” aun resonaba en mi mente.
Siempre que atendía a los huéspedes, me contaban de sus viajes o por qué se encontraban en el lugar, el hombre en la posada había llamado mi atención y quería saber de sus proezas, si es que tenía alguna digna de contar.
Nimie Lossë
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Re: Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
Al poco de dirigirse a la señora, apareció de otras de las habitaciones una chica bastante guapa, que le hizo pensar en Níniel por unos instantes. Tenía la tez pálida que caracterizaba a los elfos, y claros cabellos como ella, que caían en cascada alrededor de las orejas puntiagudas, que su amada elfa solía esconder bajo el pelo cuando estaba en ciudades humanas.
- A ver-, comentó, sintiendo la mirada de ambas mujeres sobre su persona. - ¿Son todas creaciones suyas? Es un trabajo impresionante-, dijo con sinceridad a la anciana.
Vinc no se amedrentó porque las mujeres lo miraran tanto, a fin de cuentas, el mundo estaba lleno de pillos y ladrones que robarían las ganancias y joyas de la taberna sin ningún tipo de pudor. Ya había escuchado historias así en otros mesones, y estaba seguro de que volvería a oír una similar en el futuro. Al menos las elfas tenían la protección de su raza, muy considerada con el resto de los suyos, así que pocos se atreverían a entrar al bosque a desafiar a los elfos, aunque la taberna no estuviera tan alejada del territorio humano.
En cuanto a la joyería del cofre era difícil decidirse. Quería algo que parecía típicamente elfo, y que le gustara a Níniel. No sabía realmente que era lo adecuado para ella. No creía que le gustaran las joyas ostentosas, sino algo más sencillo y quizás hecho con materiales naturales. Puede que algo elaborado en vez de simple, aunque estaba convencido, de que si era de este estilo, si tenía que ser muy élfico. Al menos esa parte se la había asegurado encontrando una artesana elfa, no obstante vendía como suvenir sus obras, así que buscaban gustar también a los humanos. Debía atinar con algo que no buscara agradar a un humano sino a un elfo.
- Oh, no hace falta que se moleste. Seguiré mi camino en cuanto compre lo que necesito-, dijo a la chica amable, pero esta hizo caso a la señora de todos modos. Cuando volvió agarró el vaso y tomó un sorbo más por decoro que por tener sed, luego lo depositó sobre el mostrador. - Muchas gracias-, le sonrió para luego volver la atención al cofre de nuevo.
Había visto algo que le llamaba la atención. Era un anillo. Era plateado con la forma de una flor forjado en el mismo material del anillo, siendo todo uno con el aro del dedo. En el centro de la flor había un pequeño diamante.
- Este es precioso. ¿Cuánto vale? - preguntó cogiendo el anillo, y mirándolo más de cerca, para después volverlo a dejar en el cofre.
La siguiente afirmación de la señora le hizo plantearse al castaño si quedarse en la posada o volver en cuanto comprara la joya como pensaba. Su comentario sobre “alguien como usted” no había pasado desapercibido para él. No había tenido problemas acampando en el bosque una vez antes de llegar a la taberna, así que no debía ser complicado hacerlo de vuelta, eso no le supondría demasiados quebraderos de cabeza. Sin embargo, el problema de la tormenta era serio, y era mejor volver de día, los elfos se encontrarían menos amenazados si lo veían de día.
- Está bien. Aceptaré quedarme-, dijo alegre y soltando el petate de su hombro. - Ya que pasaré la noche aquí, tomaré algo de cena-, comentó finalmente con una sonrisa, antes de dirigirse hasta una mesa.
- A ver-, comentó, sintiendo la mirada de ambas mujeres sobre su persona. - ¿Son todas creaciones suyas? Es un trabajo impresionante-, dijo con sinceridad a la anciana.
Vinc no se amedrentó porque las mujeres lo miraran tanto, a fin de cuentas, el mundo estaba lleno de pillos y ladrones que robarían las ganancias y joyas de la taberna sin ningún tipo de pudor. Ya había escuchado historias así en otros mesones, y estaba seguro de que volvería a oír una similar en el futuro. Al menos las elfas tenían la protección de su raza, muy considerada con el resto de los suyos, así que pocos se atreverían a entrar al bosque a desafiar a los elfos, aunque la taberna no estuviera tan alejada del territorio humano.
En cuanto a la joyería del cofre era difícil decidirse. Quería algo que parecía típicamente elfo, y que le gustara a Níniel. No sabía realmente que era lo adecuado para ella. No creía que le gustaran las joyas ostentosas, sino algo más sencillo y quizás hecho con materiales naturales. Puede que algo elaborado en vez de simple, aunque estaba convencido, de que si era de este estilo, si tenía que ser muy élfico. Al menos esa parte se la había asegurado encontrando una artesana elfa, no obstante vendía como suvenir sus obras, así que buscaban gustar también a los humanos. Debía atinar con algo que no buscara agradar a un humano sino a un elfo.
- Oh, no hace falta que se moleste. Seguiré mi camino en cuanto compre lo que necesito-, dijo a la chica amable, pero esta hizo caso a la señora de todos modos. Cuando volvió agarró el vaso y tomó un sorbo más por decoro que por tener sed, luego lo depositó sobre el mostrador. - Muchas gracias-, le sonrió para luego volver la atención al cofre de nuevo.
Había visto algo que le llamaba la atención. Era un anillo. Era plateado con la forma de una flor forjado en el mismo material del anillo, siendo todo uno con el aro del dedo. En el centro de la flor había un pequeño diamante.
- Este es precioso. ¿Cuánto vale? - preguntó cogiendo el anillo, y mirándolo más de cerca, para después volverlo a dejar en el cofre.
La siguiente afirmación de la señora le hizo plantearse al castaño si quedarse en la posada o volver en cuanto comprara la joya como pensaba. Su comentario sobre “alguien como usted” no había pasado desapercibido para él. No había tenido problemas acampando en el bosque una vez antes de llegar a la taberna, así que no debía ser complicado hacerlo de vuelta, eso no le supondría demasiados quebraderos de cabeza. Sin embargo, el problema de la tormenta era serio, y era mejor volver de día, los elfos se encontrarían menos amenazados si lo veían de día.
- Está bien. Aceptaré quedarme-, dijo alegre y soltando el petate de su hombro. - Ya que pasaré la noche aquí, tomaré algo de cena-, comentó finalmente con una sonrisa, antes de dirigirse hasta una mesa.
Vincent Calhoun
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Re: Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
La tormenta se pronunciaba aún más, para esta época del año, era algo entrañable la fuerza que comenzaba a tomar. El viajero pidió un hermoso anillo, una muy buena elección a mi parecer. Me preguntaba para quien sería aquel bello regalo, pues obviamente no era para él, quizás para su madre, su herma o hasta su enamorada, tal vez simplemente para una amiga. La curiosidad se estaba apoderando de mí. Aquellos pensamientos se alejaron de mí cuando la anciana respondió al viajero.
- Puede llevárselo, si no es del agrado de la persona a la que se lo ha comprado, puede volver y cambiarlo, si no es el caso, ya veremos. Espero disfrute su estadía aquí. – la anciana se levantó de su asiento y cerró la caja, dejando el anillo al viajero. Sonrió y se retiró a su habitación, pero antes de entrar se dirigió a mí. – Atiende bien a nuestro huésped. - Éste ya había accedido a quedarse.
Las palabras de Lossë me eran muy extrañas, me había descolocado completamente, aunque no era la primera vez que pasaba, la última vez que ocurrió eso, fue hace un año, la pareja compró una de las joyerias y se hospedó aquí, cuando se fueron por la mañana, todo era tranquilo y volvieron en la noche, pidiendo alojo nuevamente, unos mercenarios les habían robado todo y para pagar el hospedaje y recomponerse de aquel hecho, estuvieron trabajando para la anciana un par de semanas.
El hombre pidió la cena y yo me dirigí corriendo hacia la cocina, había dejado las cosas listas para la comida, así que era solo cosa de calentar. Entré a la cocina y me coloqué el delantal, lavé mis manos y comencé a preparar las cosas. El viajero se dirigió a una de las mesas, por lo que me apuré en acercarme hasta él y llevar pan a la mesa, los cubiertos y un vaso.
- ¿Desea vino, señor? – dije esperando a un costado. – tenemos sopa y carne con papas, ¿desea ambos platos? – un gran estruendo se escuchó acompañado de una gran luz que iluminó todo. Las velas estaban encendidas, pero nunca iluminarían de aquella manera como lo hizo aquel ruido.
Podía sentirse como caía la lluvia fuertemente y el resoplar del viento en los árboles de manera agresiva, esto me estaba dando mala espina. Me quedé esperando lo que elegiría el viajero misterioso.
- Puede llevárselo, si no es del agrado de la persona a la que se lo ha comprado, puede volver y cambiarlo, si no es el caso, ya veremos. Espero disfrute su estadía aquí. – la anciana se levantó de su asiento y cerró la caja, dejando el anillo al viajero. Sonrió y se retiró a su habitación, pero antes de entrar se dirigió a mí. – Atiende bien a nuestro huésped. - Éste ya había accedido a quedarse.
Las palabras de Lossë me eran muy extrañas, me había descolocado completamente, aunque no era la primera vez que pasaba, la última vez que ocurrió eso, fue hace un año, la pareja compró una de las joyerias y se hospedó aquí, cuando se fueron por la mañana, todo era tranquilo y volvieron en la noche, pidiendo alojo nuevamente, unos mercenarios les habían robado todo y para pagar el hospedaje y recomponerse de aquel hecho, estuvieron trabajando para la anciana un par de semanas.
El hombre pidió la cena y yo me dirigí corriendo hacia la cocina, había dejado las cosas listas para la comida, así que era solo cosa de calentar. Entré a la cocina y me coloqué el delantal, lavé mis manos y comencé a preparar las cosas. El viajero se dirigió a una de las mesas, por lo que me apuré en acercarme hasta él y llevar pan a la mesa, los cubiertos y un vaso.
- ¿Desea vino, señor? – dije esperando a un costado. – tenemos sopa y carne con papas, ¿desea ambos platos? – un gran estruendo se escuchó acompañado de una gran luz que iluminó todo. Las velas estaban encendidas, pero nunca iluminarían de aquella manera como lo hizo aquel ruido.
Podía sentirse como caía la lluvia fuertemente y el resoplar del viento en los árboles de manera agresiva, esto me estaba dando mala espina. Me quedé esperando lo que elegiría el viajero misterioso.
Nimie Lossë
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Re: Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
La señora se levantó, y después de dedicarle unas palabras y cederle el anillo, se retiró de la sala. Seguramente para acostarte, pues era muy tarde.
Vinc hubiera preferido llegar mucho más pronto la taberna, pero fue imposible para él recorrer tanta distancia frondosa en menos tiempo. Igualmente se había tomado con calma el trayecto, ya que no quería molestar la paz del bosque de los elfos. Pretendía pasar lo más desapercibido posible. Así que hizo unos cálculos según los datos que les habían dado viajeros en wulfavar, de modo que solo pasara una noche en el bosque, y el siguiente día consiguiera llegar hasta la posada. Lamentablemente estaba un poco más lejos de lo que pensaba o le había dicho, así que había llegado en plena noche. Suerte que quedaba gente despierta aún dentro.
- Sí gracias, un vaso de vino, y esa carne con papas será suficiente para cenar-, dijo mirando al costado donde estaba la mujer.
Había justo terminado de decirlo, cuando el fogonazo de un rayo y el rugir de un trueno rasgaron la oscuridad y tranquilidad de la noche. No había pasado ni unos minutos desde que la anciana la anunciara, y ya la tormenta comenzaba a ser cada vez más fuerte, resonando la violencia del viento contra los árboles, y el golpeteo de las gotas de agua contra el techo de la taberna.
- He hecho bien en hacerle caso a la señora. Está cayendo una buena-, comentó sonriente a la dama. - Por cierto, no me ha dicho el precio-. Mostró el anillo a la joven de bellos cabellos. - Así podré pagarlo, junto a la habitación alquilada y la cena.
La curiosidad pudo más que su silencio, y ya que había entablado conversación con la elfa por asuntos de la cena y dinero, decidió dar un paso más allá.
- Dime. ¿Eres familia de la mujer que me ha vendido el anillo? - preguntó. - ¿Te gusta la vida por aquí? Debe ser tranquila, aunque divertida al escuchar las historias de los viajeros.
Normalmente ese tipo de hostales pasaban de padres a hijos cada generación. Quedando siempre en manos de algún familiar en el caso de que no tuvieran hijos los dueño. Como pasaría en la posada donde trabajaba Caroline.
- Yo tengo muchas de esas historias. Aunque no se si se podrían contar. La mayoría son de batallas y enfrentamientos-, rió. - Que puedo decir. Siempre me meto en líos, o los dioses así lo quieren.
Vinc hubiera preferido llegar mucho más pronto la taberna, pero fue imposible para él recorrer tanta distancia frondosa en menos tiempo. Igualmente se había tomado con calma el trayecto, ya que no quería molestar la paz del bosque de los elfos. Pretendía pasar lo más desapercibido posible. Así que hizo unos cálculos según los datos que les habían dado viajeros en wulfavar, de modo que solo pasara una noche en el bosque, y el siguiente día consiguiera llegar hasta la posada. Lamentablemente estaba un poco más lejos de lo que pensaba o le había dicho, así que había llegado en plena noche. Suerte que quedaba gente despierta aún dentro.
- Sí gracias, un vaso de vino, y esa carne con papas será suficiente para cenar-, dijo mirando al costado donde estaba la mujer.
Había justo terminado de decirlo, cuando el fogonazo de un rayo y el rugir de un trueno rasgaron la oscuridad y tranquilidad de la noche. No había pasado ni unos minutos desde que la anciana la anunciara, y ya la tormenta comenzaba a ser cada vez más fuerte, resonando la violencia del viento contra los árboles, y el golpeteo de las gotas de agua contra el techo de la taberna.
- He hecho bien en hacerle caso a la señora. Está cayendo una buena-, comentó sonriente a la dama. - Por cierto, no me ha dicho el precio-. Mostró el anillo a la joven de bellos cabellos. - Así podré pagarlo, junto a la habitación alquilada y la cena.
La curiosidad pudo más que su silencio, y ya que había entablado conversación con la elfa por asuntos de la cena y dinero, decidió dar un paso más allá.
- Dime. ¿Eres familia de la mujer que me ha vendido el anillo? - preguntó. - ¿Te gusta la vida por aquí? Debe ser tranquila, aunque divertida al escuchar las historias de los viajeros.
Normalmente ese tipo de hostales pasaban de padres a hijos cada generación. Quedando siempre en manos de algún familiar en el caso de que no tuvieran hijos los dueño. Como pasaría en la posada donde trabajaba Caroline.
- Yo tengo muchas de esas historias. Aunque no se si se podrían contar. La mayoría son de batallas y enfrentamientos-, rió. - Que puedo decir. Siempre me meto en líos, o los dioses así lo quieren.
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Re: Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
Bosque de Sandorai, un anochecer hermoso se acaba de dar el sol sin saber a dónde se dirige sale de escena por el oeste, sin embargo la acción de parte del ser astral amenaza con dejar caer una gran tormenta sobre las cabezas de todos y en caso de algunos termina dejándolos empapados, en una noche oscura y en un territorio donde no debería estar.
Los anteriores días habían sido complicados, una gran disputa jugándose el cuello no era lo que esperaba antes de llegar a mi primer destino en Lunargenta, había viajado a pie más de lo que esperaba y la arena de la playa no ayudo.
“¿Entonces que dije como solución?, claro, ya lo recuerdo ir a Lunargenta por el bosque de Sandorai, total solo sigue caminando al este y no te salgas del camino.” Pensaba mientras caminaba sin rumbo después de haberme salido del camino, en esos momentos solo pensaba en lo bien que estaría una vez que llegara a Lunargenta.
En eso la noche ya se encontraba sobre de mí oscura como cualquier noche no poseía nada en especial, la diferencia es que ahora me encontraba en territorio desconocido, lejos de mi zona de confort Fatuo y yo nos adentrábamos al bosque sin siquiera saberlo, sin embargo, para mi fortuna la noche había revelado algunas brillante luces en la lejanía.
Decidido me encamine a trote lento en dirección a aquella luz, cuando entonces comenzó, la tormenta que antes solo amenazaba con caer ahora literalmente se lanzaba contra uno esto me hiso reaccionar al instante, “tan cerca que me encontraba de no mojarme”, tome a Fatuo entre mis brazos y corrí en dirección a la luz, al poco tiempo de la carrera se iba notando que la luz era una bonita cabaña, tal vez incluso una posada.
Corrí y corrí hasta llegar a las puertas de aquel bello lugar, tome bocanadas de aire y calme mi respiración, no podía entrar de mala manera arremetiendo contra la puerta “creerán que soy un ladrón si entro por la fuerza”, pongo a Fatuo en mi hombro derecho y toco la puerta un par de veces, sin esperarlo esta se abre sola y suena una pequeña campaña, asomo la cabeza por el marco y veo a dos personas charlando pacíficamente en una mesa.
-Buenas noches- Decía mientras pasaba por la puerta. -Disculpen la intromisión ¿de casualidad sabrán de un lugar donde pueda pasar la noche en esta gran tormenta? Mi nombre es Nerum Larva y soy un viajero que ha perdido el camino a Lunargenta.- Dije, emitiendo todo el respeto posible que le debía a aquellas personas por interrumpir su cena, me plantaba ahora enfrente de la puerta que acababa de cerrar.
Los anteriores días habían sido complicados, una gran disputa jugándose el cuello no era lo que esperaba antes de llegar a mi primer destino en Lunargenta, había viajado a pie más de lo que esperaba y la arena de la playa no ayudo.
“¿Entonces que dije como solución?, claro, ya lo recuerdo ir a Lunargenta por el bosque de Sandorai, total solo sigue caminando al este y no te salgas del camino.” Pensaba mientras caminaba sin rumbo después de haberme salido del camino, en esos momentos solo pensaba en lo bien que estaría una vez que llegara a Lunargenta.
En eso la noche ya se encontraba sobre de mí oscura como cualquier noche no poseía nada en especial, la diferencia es que ahora me encontraba en territorio desconocido, lejos de mi zona de confort Fatuo y yo nos adentrábamos al bosque sin siquiera saberlo, sin embargo, para mi fortuna la noche había revelado algunas brillante luces en la lejanía.
Decidido me encamine a trote lento en dirección a aquella luz, cuando entonces comenzó, la tormenta que antes solo amenazaba con caer ahora literalmente se lanzaba contra uno esto me hiso reaccionar al instante, “tan cerca que me encontraba de no mojarme”, tome a Fatuo entre mis brazos y corrí en dirección a la luz, al poco tiempo de la carrera se iba notando que la luz era una bonita cabaña, tal vez incluso una posada.
Corrí y corrí hasta llegar a las puertas de aquel bello lugar, tome bocanadas de aire y calme mi respiración, no podía entrar de mala manera arremetiendo contra la puerta “creerán que soy un ladrón si entro por la fuerza”, pongo a Fatuo en mi hombro derecho y toco la puerta un par de veces, sin esperarlo esta se abre sola y suena una pequeña campaña, asomo la cabeza por el marco y veo a dos personas charlando pacíficamente en una mesa.
-Buenas noches- Decía mientras pasaba por la puerta. -Disculpen la intromisión ¿de casualidad sabrán de un lugar donde pueda pasar la noche en esta gran tormenta? Mi nombre es Nerum Larva y soy un viajero que ha perdido el camino a Lunargenta.- Dije, emitiendo todo el respeto posible que le debía a aquellas personas por interrumpir su cena, me plantaba ahora enfrente de la puerta que acababa de cerrar.
Nerum
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Re: Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
Al tener la orden, me dirigí a preparar la carne y calentar las papas. Dejé todo preparando y tomé la jarra de vino para llevársela a su mesa. Una vez allí le serví aquella bebida, lo miré de reojo y luego dejé la jarra en la mesa, por si deseaba servirse más. Cuando me dirigía a retirarme de su lado, él habló. Me sonrió y automáticamente le respondí de la misma manera.
- Sí, la anciana tiene un sentido especial si se trata de tormentas. Quizás ya sabía que vendría una y pues quiso ayudarlo. Que mejor que un vaso de vino, buena comida y un lugar acogedor en donde pasarla. – Nuevamente le sonreí, me sentía algo nerviosa. – En lo que respecta al precio de todo, será cobrado cuando se marche, nunca se sabe que puede pasar. – me voltee para ver la cena, la carne estaba cociéndose y era muy pronto para que las papas se cocieran por completo. Una nueva pregunta hizo que mi mirada se fijara en el viajero otra vez. – La anciana Lossë me adoptó hace un par de años y desde ese entonces le ayudo en la posada. – Bajé la vista unos segundos. – le estoy muy agradecida por ello. – suspiré. – Sí, definitivamente es muy tranquila la vida aquí, tanto que a veces aburre un poco, pero solo un poco. – sonreí. Una de sus palabras hizo que mis ojos brillaran y mi corazón se acelerara un poco. – He escuchado muchas historias y siempre es agradable oírlas. No sé cómo es el mundo más allá del bosque, pero ellas me hacen imaginar cómo debe ser el mundo fuera de Sandorai. Me gustaría vivir aunque fuese solamente una aventura, para poder contar. – El viajero comentó algo sobre sus historias y como si nada, las palabras brotaron de mi boca. – Me gustaría escucharlas, si no fuera mucha la intromisión. – Soñaba con ir a Lunargenta, hablaban mucho de ese lugar, llena de gente y castillos, algo que desconocía completamente. Lo último que dijo hizo que mi curiosidad aumentara mucho más. – debe ser un gran guerrero. – Sonreí.
Luego de ello, la puerta sonó, un hombre se asomaba por la entrada, otro viajero buscando un lugar en donde pasar esta fuerte tormenta. Miré al hombre sentado a mi lado y me excusé, para luego dirigirme al recién llegado. Caminé rápidamente hacia él y le di una pequeña reverencia.
- Buenas noches, puede pasar la noche en esta humilde posada. – Me acerqué a él para invitarlo a pasar al comedor. - ¿desea algo para beber y comer? Todo estará listo en unos minutos. – dije mientras le sonreía. – puede tomar asiento para descansar un momento y secar sus cosas al fuego. – dentro de la habitación, teníamos una pequeña chimenea para que la gente pudiera calentarse durante las noches o solamente sentarse a observarla. Al verlo detenidamente vi como un animalito estaba en su hombro, nunca había visto algo así antes.
- Sí, la anciana tiene un sentido especial si se trata de tormentas. Quizás ya sabía que vendría una y pues quiso ayudarlo. Que mejor que un vaso de vino, buena comida y un lugar acogedor en donde pasarla. – Nuevamente le sonreí, me sentía algo nerviosa. – En lo que respecta al precio de todo, será cobrado cuando se marche, nunca se sabe que puede pasar. – me voltee para ver la cena, la carne estaba cociéndose y era muy pronto para que las papas se cocieran por completo. Una nueva pregunta hizo que mi mirada se fijara en el viajero otra vez. – La anciana Lossë me adoptó hace un par de años y desde ese entonces le ayudo en la posada. – Bajé la vista unos segundos. – le estoy muy agradecida por ello. – suspiré. – Sí, definitivamente es muy tranquila la vida aquí, tanto que a veces aburre un poco, pero solo un poco. – sonreí. Una de sus palabras hizo que mis ojos brillaran y mi corazón se acelerara un poco. – He escuchado muchas historias y siempre es agradable oírlas. No sé cómo es el mundo más allá del bosque, pero ellas me hacen imaginar cómo debe ser el mundo fuera de Sandorai. Me gustaría vivir aunque fuese solamente una aventura, para poder contar. – El viajero comentó algo sobre sus historias y como si nada, las palabras brotaron de mi boca. – Me gustaría escucharlas, si no fuera mucha la intromisión. – Soñaba con ir a Lunargenta, hablaban mucho de ese lugar, llena de gente y castillos, algo que desconocía completamente. Lo último que dijo hizo que mi curiosidad aumentara mucho más. – debe ser un gran guerrero. – Sonreí.
Luego de ello, la puerta sonó, un hombre se asomaba por la entrada, otro viajero buscando un lugar en donde pasar esta fuerte tormenta. Miré al hombre sentado a mi lado y me excusé, para luego dirigirme al recién llegado. Caminé rápidamente hacia él y le di una pequeña reverencia.
- Buenas noches, puede pasar la noche en esta humilde posada. – Me acerqué a él para invitarlo a pasar al comedor. - ¿desea algo para beber y comer? Todo estará listo en unos minutos. – dije mientras le sonreía. – puede tomar asiento para descansar un momento y secar sus cosas al fuego. – dentro de la habitación, teníamos una pequeña chimenea para que la gente pudiera calentarse durante las noches o solamente sentarse a observarla. Al verlo detenidamente vi como un animalito estaba en su hombro, nunca había visto algo así antes.
Nimie Lossë
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Re: Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
Vinc olió el vino unos segundos antes de tomar un trago. A ojo ajeno debía de parecer un entendido de vinos, aunque la realidad era muy distinta. Él de cata no sabía nada, pero siempre le gustaba dejarse llevar por el aroma antes de tomar su primer sorbo. No obstante, lo que si podía asegurar era que estaba delicioso. Tenía cuerpo y era dulzón.
- Lo puede jurar. Lossë tiene un sexto sentido para las tormentas. Ha sido mencionarla y ha aparecido-. Si no supiera que no era bruja, casi se podría decir que ella la había invocado con sus poderes de tensai del aire. - Así que la acogió. Debe ser una persona muy amable y bondadosa-, sonrió.
El mundo estaba lleno de personas perversas. Personas que no durarían ni un segundo en matar al prójimo solo por quedarse un par de monedas de su bolsillo. La gente como esa señora eran la contrapartida, y las que verdaderamente hacían del mundo un lugar agradable y donde no todo eran penurias.
- Tiene razón-, rió. - Una comida caliente y un lugar acogedor es de lo mejor en esta vida-, sonrió nuevamente. - Está bien, pagaré todo junto mañana al partir, pero no se olvide de cobrármelo, eh-, bromeó.
Que lo llamara gran guerrero se escuchó extraño. Nunca se había considerado más que un mercenario que usaba sus grandes habilidades en combate para ganarse la vida de ese modo. Aunque un guerrero no dejaba de ser eso mismo. Así que la chica debía de tener razón, pese a que él nunca se hubiera visto como tal.
- Bueno, guerrero a secas, supongo-, siguió con su buen humor. - No es ninguna intromisión. ¿Qué historia te gustaría escuchar? ¿De cómo rescaté a unas damas de unos vampiros con ayuda de una elfa y dos…-, casi se le escapa brujas, - mujeres? ¿O de cómo rescaté a otro niño en una mina cerca a una aldea en el Norte? Tengo muchas historias para contar-, dijo después de probar un poco de su cena.
Lo cierto, es que tenía demasiadas historias. Más que suficientes para entretener a la chica toda la noche, aunque algunas sería mejor olvidar para que la joven elfa no tuviera que escuchar nada escabroso.
- Siéntate a la mesa conmigo. No seas tímida-, dijo en el tono afable que había llevado toda la noche, instantes antes de que el rugir de la tormenta se escuchara mucho más fuerte.
Era extraño ese repentino aumento del sonido, así que el brujo se giró sobre su silla para ver el motivo, pudiendo observar que era debido a la puerta abierta. Un joven entró a la sala cerrando la puerta tras de sí.
La elfa fue rápidamente a atender el muchacho, por lo que Vincent se concentró en su plato. Esa carne estaba excelente. Se podría decir que merecía el riesgo que un elfo le metiera un flechazo por ser un brujo entrometido, solo por poder comerse ese plato.
- Yo puedo ayudarle a llegar hasta Lunargenta-, respondió levantando la cabeza del plato para mirarle. - Es un camino sencillo, aunque está un poco lejos-, matizó.
- Lo puede jurar. Lossë tiene un sexto sentido para las tormentas. Ha sido mencionarla y ha aparecido-. Si no supiera que no era bruja, casi se podría decir que ella la había invocado con sus poderes de tensai del aire. - Así que la acogió. Debe ser una persona muy amable y bondadosa-, sonrió.
El mundo estaba lleno de personas perversas. Personas que no durarían ni un segundo en matar al prójimo solo por quedarse un par de monedas de su bolsillo. La gente como esa señora eran la contrapartida, y las que verdaderamente hacían del mundo un lugar agradable y donde no todo eran penurias.
- Tiene razón-, rió. - Una comida caliente y un lugar acogedor es de lo mejor en esta vida-, sonrió nuevamente. - Está bien, pagaré todo junto mañana al partir, pero no se olvide de cobrármelo, eh-, bromeó.
Que lo llamara gran guerrero se escuchó extraño. Nunca se había considerado más que un mercenario que usaba sus grandes habilidades en combate para ganarse la vida de ese modo. Aunque un guerrero no dejaba de ser eso mismo. Así que la chica debía de tener razón, pese a que él nunca se hubiera visto como tal.
- Bueno, guerrero a secas, supongo-, siguió con su buen humor. - No es ninguna intromisión. ¿Qué historia te gustaría escuchar? ¿De cómo rescaté a unas damas de unos vampiros con ayuda de una elfa y dos…-, casi se le escapa brujas, - mujeres? ¿O de cómo rescaté a otro niño en una mina cerca a una aldea en el Norte? Tengo muchas historias para contar-, dijo después de probar un poco de su cena.
Lo cierto, es que tenía demasiadas historias. Más que suficientes para entretener a la chica toda la noche, aunque algunas sería mejor olvidar para que la joven elfa no tuviera que escuchar nada escabroso.
- Siéntate a la mesa conmigo. No seas tímida-, dijo en el tono afable que había llevado toda la noche, instantes antes de que el rugir de la tormenta se escuchara mucho más fuerte.
Era extraño ese repentino aumento del sonido, así que el brujo se giró sobre su silla para ver el motivo, pudiendo observar que era debido a la puerta abierta. Un joven entró a la sala cerrando la puerta tras de sí.
La elfa fue rápidamente a atender el muchacho, por lo que Vincent se concentró en su plato. Esa carne estaba excelente. Se podría decir que merecía el riesgo que un elfo le metiera un flechazo por ser un brujo entrometido, solo por poder comerse ese plato.
- Yo puedo ayudarle a llegar hasta Lunargenta-, respondió levantando la cabeza del plato para mirarle. - Es un camino sencillo, aunque está un poco lejos-, matizó.
Vincent Calhoun
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Re: Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
Una vez adentro pude notar como en absoluto me había equivocado, aquella bella cabaña resultaba ser una acogedora posada, un lugar en las afueras de la ciudad, posiblemente con el propósito principal de hospedar viajeros, lo que a continuación fue confirmado por un típico olor a carne y madera común de lugares así, ademas del simple hecho de que una de las dos personas se había levantado a atenderme con una espléndida cortesía, era para pensar que no ocurriría nada malo y que sería una buena noche de tormenta, entonces lo note.
La joven dama poseía los rasgos que todo mago debía conocer por obligación si algún día viajaba lejos de Beltrexus, un rasgo que si te descuidas era lo que definiría un desconocido cualquiera a tu futuro asesino, la joven dama que ahora me atendía no era nada más ni nada menos que un espíritu del bosque, mejor conocidos como elfos…
Aquella situación inesperada hiso que titubease en el momento y que no respondiera la pregunta que había hecho la joven elfina, sin embargo me tranquilice internamente y proseguí. –Disculpe mi aturdimiento, pero nadie suele atenderme con tanta clase como lo ha hecho usted amable dama.- Dije para disimular mi lenta respuesta, que había la posibilidad de que hubieran notado algo inusual “si la elfina no conoce mi identidad no tiene por qué haber problemas, puede seguir siendo una buen noche para todos.” Ademas de que seria verdad mi respuesta, ya que el ultimo lugar a donde había ido no fue exactamente una cordial bienvenida lo que recibí al tocar la puerta la vez anterior.
Posterior a eso respondí afirmativamente a las demás invitaciones de la elfina, después de todo, mientras no sepa quién soy no veo razón alguna para ser descortés. Continuando a eso, note como la joven elfina observaba al hurón en mi hombro. –Su nombre es Fatuo, es mi compañero de viaje desde hace tiempo atrás.- En eso, tome dirección a la chimenea con el objetivo de secar el agua que se encontraba sobre mis cosas, con la ayuda del fuego y el calor debía ser rápido, ademas aproveche la oportunidad y seque a Fatuo y a mi.
En ese tránsito de tiempo el hombre que se encontraba cenando comento una frase que para estos momentos podía ser de mucha utilidad. -Lunargenta, si es cierto que conoces el camino, estaría más que agradecido de que puedas llevarme hasta allá.- conteste seriamente a la propuesta de aquel ¿soldado?, de hecho no estaba seguro de que fuera, se veía como uno, pero no se podía percibir esa autoridad de él, siendo cual fuere su profesión siempre es bueno ser cauteloso y estar preparado a cualquier situación.
La joven dama poseía los rasgos que todo mago debía conocer por obligación si algún día viajaba lejos de Beltrexus, un rasgo que si te descuidas era lo que definiría un desconocido cualquiera a tu futuro asesino, la joven dama que ahora me atendía no era nada más ni nada menos que un espíritu del bosque, mejor conocidos como elfos…
Aquella situación inesperada hiso que titubease en el momento y que no respondiera la pregunta que había hecho la joven elfina, sin embargo me tranquilice internamente y proseguí. –Disculpe mi aturdimiento, pero nadie suele atenderme con tanta clase como lo ha hecho usted amable dama.- Dije para disimular mi lenta respuesta, que había la posibilidad de que hubieran notado algo inusual “si la elfina no conoce mi identidad no tiene por qué haber problemas, puede seguir siendo una buen noche para todos.” Ademas de que seria verdad mi respuesta, ya que el ultimo lugar a donde había ido no fue exactamente una cordial bienvenida lo que recibí al tocar la puerta la vez anterior.
Posterior a eso respondí afirmativamente a las demás invitaciones de la elfina, después de todo, mientras no sepa quién soy no veo razón alguna para ser descortés. Continuando a eso, note como la joven elfina observaba al hurón en mi hombro. –Su nombre es Fatuo, es mi compañero de viaje desde hace tiempo atrás.- En eso, tome dirección a la chimenea con el objetivo de secar el agua que se encontraba sobre mis cosas, con la ayuda del fuego y el calor debía ser rápido, ademas aproveche la oportunidad y seque a Fatuo y a mi.
En ese tránsito de tiempo el hombre que se encontraba cenando comento una frase que para estos momentos podía ser de mucha utilidad. -Lunargenta, si es cierto que conoces el camino, estaría más que agradecido de que puedas llevarme hasta allá.- conteste seriamente a la propuesta de aquel ¿soldado?, de hecho no estaba seguro de que fuera, se veía como uno, pero no se podía percibir esa autoridad de él, siendo cual fuere su profesión siempre es bueno ser cauteloso y estar preparado a cualquier situación.
Nerum
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Re: Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
El hombre era unos años más joven que él, o puede que de su misma edad. Era difícil saberlo con exactitud. Igual que era complicado saber de dónde sería. Lo normal era pensar que era algún humano de las tierras colindantes al bosque, pero parecía perdido si pensaba ir a Lunargenta, pues iba en dirección contraria. Internarse en el bosque elfo lo alejaba de su destino, por lo que debía ser de otra parte. Descartando, evidentemente, la península de Verisar, donde se hallaba la ciudad a la que no sabía llegar.
- Sí, lo conozco. Yo vengo de allí-, respondió al hombre, para luego centrarse unos instantes nuevamente en su cena.
Debía ser de otra raza. Un hombre bestia o un elfo no era para cualquiera que no tuviera falta de vista. Pero por lo demás podía ser de cualquier lugar del continente. De todos modos parecía alguien amable por las formas que le había dedicado a la joven elfa. Por su contestación a la rubia podía considerarlo alguien con buenos modales, al menos esa era la sensación que le daba.
- Mañana partiré de vuelta. Si necesita un guía puede venir conmigo-, sonrió. - Los viajes son más amenos con compañía-, dijo sincero.
Aunque por otro lado sabía que también eran peligrosos con un desconocido. Tendría que estar con un ojo siempre abierto durante el trayecto, si el muchacho decidía venir con él, ya que era una locura confiar ciegamente en alguien que acababa de conocer en una posada. Más el chico no parecía un bandido o un ladrón, y realmente parecía lo que se suponía por sus palabras. Alguien que necesitaba ayuda para ir hasta Lunargenta.
Vinc se levantó de la mesa con el vaso de vino en una mano, y se acercó para calentarse junto al fuego como ya hacía el chico.
- Interesante acompañante llevas por cierto-, comentó a la vez que hacía un movimiento con la cabeza señalando al hurón. - Fatuo dijiste que se llamaba ¿verdad? Creo que eso le comentaste a la chica-, siguió la conversación para conocer mejor al hombre que posiblemente iría con él hasta la ciudad. - ¿Sabes? Mi padre tenía algunos hurones cuando yo tan solo era un niño. Me decía que tuviera cuidado con ellos que podían morderme, pero lo cierto es que eran muy cariñosos si sabías ganártelos. Los animales son asombrosos, pueden llegar a mostrar una gran lealtad si el sentimiento es recíproco-, sonrió.
En cuanto terminó de hablar tomó un sorbo de su vaso de vino.
- Si no es mucha curiosidad, ¿Qué buscas en Lunargenta? ¿Una nueva vida o solo estarás de paso? Lo cierto es que yo fui a ella solo de paso, pero el tiempo y el roce hizo que finalmente me quedara en ella-, rió. - Te gustará. Seguro que te impresiona lo grande que es, y lo abiertas que pueden llegar a ser sus gentes.
- Sí, lo conozco. Yo vengo de allí-, respondió al hombre, para luego centrarse unos instantes nuevamente en su cena.
Debía ser de otra raza. Un hombre bestia o un elfo no era para cualquiera que no tuviera falta de vista. Pero por lo demás podía ser de cualquier lugar del continente. De todos modos parecía alguien amable por las formas que le había dedicado a la joven elfa. Por su contestación a la rubia podía considerarlo alguien con buenos modales, al menos esa era la sensación que le daba.
- Mañana partiré de vuelta. Si necesita un guía puede venir conmigo-, sonrió. - Los viajes son más amenos con compañía-, dijo sincero.
Aunque por otro lado sabía que también eran peligrosos con un desconocido. Tendría que estar con un ojo siempre abierto durante el trayecto, si el muchacho decidía venir con él, ya que era una locura confiar ciegamente en alguien que acababa de conocer en una posada. Más el chico no parecía un bandido o un ladrón, y realmente parecía lo que se suponía por sus palabras. Alguien que necesitaba ayuda para ir hasta Lunargenta.
Vinc se levantó de la mesa con el vaso de vino en una mano, y se acercó para calentarse junto al fuego como ya hacía el chico.
- Interesante acompañante llevas por cierto-, comentó a la vez que hacía un movimiento con la cabeza señalando al hurón. - Fatuo dijiste que se llamaba ¿verdad? Creo que eso le comentaste a la chica-, siguió la conversación para conocer mejor al hombre que posiblemente iría con él hasta la ciudad. - ¿Sabes? Mi padre tenía algunos hurones cuando yo tan solo era un niño. Me decía que tuviera cuidado con ellos que podían morderme, pero lo cierto es que eran muy cariñosos si sabías ganártelos. Los animales son asombrosos, pueden llegar a mostrar una gran lealtad si el sentimiento es recíproco-, sonrió.
En cuanto terminó de hablar tomó un sorbo de su vaso de vino.
- Si no es mucha curiosidad, ¿Qué buscas en Lunargenta? ¿Una nueva vida o solo estarás de paso? Lo cierto es que yo fui a ella solo de paso, pero el tiempo y el roce hizo que finalmente me quedara en ella-, rió. - Te gustará. Seguro que te impresiona lo grande que es, y lo abiertas que pueden llegar a ser sus gentes.
Vincent Calhoun
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Re: Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
Me encontraba secando a mi mascota y mis cosas, viendo el fuego crepitar en aquella chimenea, siempre tan cálido y placentero cuando uno se encuentra enfrente a él. Poco después el otro huésped de la posada contesta a mi pregunta ofreciéndome una jugosa propuesta, consistía en tomar un papel de guía a Lunargenta, a cambio optaba por mi compañía en su viaje de regreso a aquella urbe social.
Aquel hombre hablaba con sinceridad o por lo menos lo aparentaba a la perfección de momento no sonaba como una amenaza de la cual pudiese peligrar, más pronto que tarde aquel hombre se levantó de la mesa portando un vaso con algo en su interior, posteriormente acercándose a la chimenea en busca de calor este se quedó cercano a mi posición frente al fuego que hacia chasquear los maderos, era algo predecible que viniese, las bajas temperaturas es cosa típica de los bosques con árboles altos en noches lluviosas.
Comenzaba a relajarme mientras observaba el fuego, cuando aquel hombre continúo con la conversación, tal vez en busca de averiguar si era alguien peligroso pienso yo. Por otra parte el haberse acercado me dio la oportunidad de analizar sus pertenencias en busca de averiguar su profesión, poseía un armamento común, algo que me hacía pensar que sería un guardia de la ciudad, pero esto fallaba por el hecho que se encontrara en este lugar y no cuidando una entrada o algo, así que lo más probable es que fuera un cazador mas no transportaba con el algún animal muerto o algo que lo ayudara a rastrearlos. “Claro, es tan solo otro viajero errante como yo”
-Tienes un buen oído lozano, ¿cazador?, como bien has dicho mi pequeño amigo aquí presente es Fatuo el hurón, de momento mi único acompañante de viaje.- Digo de forma cotidiana, los hurones que me acompañaban siempre han sido algo de gran importancia para mi considerándolos como la familia que perdí en el invierno.
El hombre continuo hablando utilizando las anécdotas de su infancia a lo cual solo me encontraba escuchando hasta el momento que comenzó con preguntas típicas de un viajero, las cuales si no hubiese preguntado era probable que contara algunas parecidas.
-Tu curiosidad no me afecta en absoluto, te ofreciste a guiarme a Lunargenta y solo es sentido común preguntar cosas a tu futuro compañero, me dirijo a ese lugar en busca de algo que pueda interesarme, y nada menos que un viaje del cual pueda contar en algún tiempo.-
Ciertamente Lunargenta era un lugar espléndido según sus historias, pero que existiera gente que aceptara todo aún no estaba seguro, aquel lugar seria como cualquier otro, existirán lugares pobres y otros que acumulen más aeros de los que puedan gastar, pero aun así quería ir, quería saber que es en realidad Lunargenta.
Aquel hombre hablaba con sinceridad o por lo menos lo aparentaba a la perfección de momento no sonaba como una amenaza de la cual pudiese peligrar, más pronto que tarde aquel hombre se levantó de la mesa portando un vaso con algo en su interior, posteriormente acercándose a la chimenea en busca de calor este se quedó cercano a mi posición frente al fuego que hacia chasquear los maderos, era algo predecible que viniese, las bajas temperaturas es cosa típica de los bosques con árboles altos en noches lluviosas.
Comenzaba a relajarme mientras observaba el fuego, cuando aquel hombre continúo con la conversación, tal vez en busca de averiguar si era alguien peligroso pienso yo. Por otra parte el haberse acercado me dio la oportunidad de analizar sus pertenencias en busca de averiguar su profesión, poseía un armamento común, algo que me hacía pensar que sería un guardia de la ciudad, pero esto fallaba por el hecho que se encontrara en este lugar y no cuidando una entrada o algo, así que lo más probable es que fuera un cazador mas no transportaba con el algún animal muerto o algo que lo ayudara a rastrearlos. “Claro, es tan solo otro viajero errante como yo”
-Tienes un buen oído lozano, ¿cazador?, como bien has dicho mi pequeño amigo aquí presente es Fatuo el hurón, de momento mi único acompañante de viaje.- Digo de forma cotidiana, los hurones que me acompañaban siempre han sido algo de gran importancia para mi considerándolos como la familia que perdí en el invierno.
El hombre continuo hablando utilizando las anécdotas de su infancia a lo cual solo me encontraba escuchando hasta el momento que comenzó con preguntas típicas de un viajero, las cuales si no hubiese preguntado era probable que contara algunas parecidas.
-Tu curiosidad no me afecta en absoluto, te ofreciste a guiarme a Lunargenta y solo es sentido común preguntar cosas a tu futuro compañero, me dirijo a ese lugar en busca de algo que pueda interesarme, y nada menos que un viaje del cual pueda contar en algún tiempo.-
Ciertamente Lunargenta era un lugar espléndido según sus historias, pero que existiera gente que aceptara todo aún no estaba seguro, aquel lugar seria como cualquier otro, existirán lugares pobres y otros que acumulen más aeros de los que puedan gastar, pero aun así quería ir, quería saber que es en realidad Lunargenta.
Nerum
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Re: Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
No quería molestar al joven con un exceso de preguntas. Pese a que fueran cuestiones de lo más simples y normales, siempre cabía la posibilidad de que el hombre considerara que estaba siendo demasiado curioso. Por suerte no fue el caso.
- Sí, tengo un buen oído-, comentó, rematando la frase con una de sus sonrisas típicas. - Espero no haberle molestado que lo escuchara. Simplemente me pareció interesante que tengas un hurón como mascota-, movió el dedo delante de Fausto llamando su atención por unos instantes.
Que se refiriera a él como cazador sí que le extrañó, al menos el tiempo justo hasta que se dio cuenta que lo decía por las armas que portaba.
- No, no soy cazador. Solo he venido para comprar un regalo elfo para una persona especial para mí. Esto…-, dio unos toques a la empuñadura de su espada. - Solo es para asegurarme una vida más larga-, volvió a sonreír.
Realmente tampoco necesitaba la espada para defenderse, pues con sus poderes era suficiente para ello. No obstante había aprendido en su adolescencia a manejar un acero como ese y desde entonces siempre portaba uno. Viajar era peligroso. Más si se hacía solo como lo había hecho él en esa ocasión, por ello, la compañía del joven para volver no solo serviría para tener alguien con quien conversar de camino a Lunargenta, sino que además haría el viaje más seguro para los dos.
- ¿Buscas encontrar una aventura en Lunargenta? Lo cierto es que es un buen lugar donde comenzar una. Es un sitio muy grande, y desde el que llegan gentes de muchos lugares. Seguro que tienen historias interesantes de esos sitios lejanos, o puede que directamente necesiten a alguien-, rió ligeramente recordando alguna. - En más de una me he visto envuelto yo solo por vivir ahí. Un mercader, un capitán de barco, seguro que alguien así necesita algo.
Muchas de sus aventuras habían comenzado por un simple paseo por la ciudad, que acababa complicándose de las maneras más extrañas. Solo echando de memoria podía recordar como se había complicado un sencillo trabajo de ayudante de bibliotecario, teniendo que perseguir a una insistente ladrona de libros por toda la biblioteca de la ciudad. Curiosamente con la persona por la que estaba allí comprando un anillo.
- El viaje hasta Lunargenta es sencillo en cuanto salgamos del bosque. Desde Vulwulfar todo recto al este siguiendo la costa hasta la península de Verisar. A partir de ahí un poco al sur-, informó al chico. - No sé si tendrás prisa en llegar, pero como te dije antes partiré mañana mismo, así que no te retrasaré. Solo he venido por un regalo y vuelvo a casa-, dijo finalmente, tomando otro sorbo de vino.
- Sí, tengo un buen oído-, comentó, rematando la frase con una de sus sonrisas típicas. - Espero no haberle molestado que lo escuchara. Simplemente me pareció interesante que tengas un hurón como mascota-, movió el dedo delante de Fausto llamando su atención por unos instantes.
Que se refiriera a él como cazador sí que le extrañó, al menos el tiempo justo hasta que se dio cuenta que lo decía por las armas que portaba.
- No, no soy cazador. Solo he venido para comprar un regalo elfo para una persona especial para mí. Esto…-, dio unos toques a la empuñadura de su espada. - Solo es para asegurarme una vida más larga-, volvió a sonreír.
Realmente tampoco necesitaba la espada para defenderse, pues con sus poderes era suficiente para ello. No obstante había aprendido en su adolescencia a manejar un acero como ese y desde entonces siempre portaba uno. Viajar era peligroso. Más si se hacía solo como lo había hecho él en esa ocasión, por ello, la compañía del joven para volver no solo serviría para tener alguien con quien conversar de camino a Lunargenta, sino que además haría el viaje más seguro para los dos.
- ¿Buscas encontrar una aventura en Lunargenta? Lo cierto es que es un buen lugar donde comenzar una. Es un sitio muy grande, y desde el que llegan gentes de muchos lugares. Seguro que tienen historias interesantes de esos sitios lejanos, o puede que directamente necesiten a alguien-, rió ligeramente recordando alguna. - En más de una me he visto envuelto yo solo por vivir ahí. Un mercader, un capitán de barco, seguro que alguien así necesita algo.
Muchas de sus aventuras habían comenzado por un simple paseo por la ciudad, que acababa complicándose de las maneras más extrañas. Solo echando de memoria podía recordar como se había complicado un sencillo trabajo de ayudante de bibliotecario, teniendo que perseguir a una insistente ladrona de libros por toda la biblioteca de la ciudad. Curiosamente con la persona por la que estaba allí comprando un anillo.
- El viaje hasta Lunargenta es sencillo en cuanto salgamos del bosque. Desde Vulwulfar todo recto al este siguiendo la costa hasta la península de Verisar. A partir de ahí un poco al sur-, informó al chico. - No sé si tendrás prisa en llegar, pero como te dije antes partiré mañana mismo, así que no te retrasaré. Solo he venido por un regalo y vuelvo a casa-, dijo finalmente, tomando otro sorbo de vino.
Vincent Calhoun
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Re: Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
Fue tranquilo encontrarse en la chimenea de aquella posada alejado de la lluvia y si bien no pude secarme al momento de llegar usando mi propio fuego era relajante mirar un fuego ajeno debes en cuando, siempre era hermoso, ver como cualquier cosa que entrara dentro de esté en un tiempo se calcinaría tanto hasta solo quedar humo y cenizas de él, sin nada que hacer lo que entre en el fuego se convertirá en su alimento.
Era interesante hablar con aquel viajero, ¿una espada para alargar su vida?, existen cosas más simples que eso, sin embargo soy consciente de los peligros que puede abarcar el explorar sin compañía a cualquier lugar a donde vayas, es razonable que la gente no quiera morir pronto, todos vivimos estos viajes para convertirlo en alguien, alguien de quien se hable en el futuro.
Distraído en mis pensamientos, aquel hombre logra sacarme de mi transe con una simple pregunta que no estaba seguro de cómo responder.
-Es lo que intento, si existiese un buen lugar para comenzar Lunargenta es lo más adecuado, es donde me dirijo.- Hablando ahora con duda, no me encontraba seguro de seguir queriendo ir a ese lugar, después de todo las aventuras que tanto anhelaba encontrar como bien lo dijo el hombre, se encontraban con solo viajar de un lugar a otro.
¡Puf! Abrumado por estos pensamientos dejo de estresarme por tonterías y descanso por el momento, mientras tomo una bocanada de aire para relajarme, “puede que ya no sea un lugar tan fantástico como al principio, pero aun así iré, porque lo he decidido y así será.”
-Te dejare esta noche, descansare hasta el sol de mañana.- Ahora seco del agua de la lluvia, me levanto para dirigirme a alguna habitación, esperando que no hubiera problema con la elfina, una vez que me hubiera adelantado a conseguir un cuarto. –Por cierto, acepto tu oferta de acompañarme a Lunargenta, mi nombre es Nerum Larva, espero encontrarte mañana listo para salir.- Me encontraba, confiado en esos momentos, ahora tenía un compañero para ir a Lunargenta y en el peor de los casos él podría ser de ayuda.
Era interesante hablar con aquel viajero, ¿una espada para alargar su vida?, existen cosas más simples que eso, sin embargo soy consciente de los peligros que puede abarcar el explorar sin compañía a cualquier lugar a donde vayas, es razonable que la gente no quiera morir pronto, todos vivimos estos viajes para convertirlo en alguien, alguien de quien se hable en el futuro.
Distraído en mis pensamientos, aquel hombre logra sacarme de mi transe con una simple pregunta que no estaba seguro de cómo responder.
-Es lo que intento, si existiese un buen lugar para comenzar Lunargenta es lo más adecuado, es donde me dirijo.- Hablando ahora con duda, no me encontraba seguro de seguir queriendo ir a ese lugar, después de todo las aventuras que tanto anhelaba encontrar como bien lo dijo el hombre, se encontraban con solo viajar de un lugar a otro.
¡Puf! Abrumado por estos pensamientos dejo de estresarme por tonterías y descanso por el momento, mientras tomo una bocanada de aire para relajarme, “puede que ya no sea un lugar tan fantástico como al principio, pero aun así iré, porque lo he decidido y así será.”
-Te dejare esta noche, descansare hasta el sol de mañana.- Ahora seco del agua de la lluvia, me levanto para dirigirme a alguna habitación, esperando que no hubiera problema con la elfina, una vez que me hubiera adelantado a conseguir un cuarto. –Por cierto, acepto tu oferta de acompañarme a Lunargenta, mi nombre es Nerum Larva, espero encontrarte mañana listo para salir.- Me encontraba, confiado en esos momentos, ahora tenía un compañero para ir a Lunargenta y en el peor de los casos él podría ser de ayuda.
Nerum
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Re: Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
El hombre se presentó como Nerum Larva, y el brujo hizo un movimiento con la cabeza asintiendo.
- Nerum Larva, un placer conocerle-, contestó al hombre. - Mi nombre es Vincent Calhoun-, se presentó él ahora. - Le deseo un buen descanso. Mañana nos prepararemos para el viaje-, despidió al hombre.
Le había caído simpático el muchacho. Parecía alguien agradable, pero tenía razón al irse a dormir. Hablar durante toda la noche solo serviría para nada cansarles y hacerles despertar tarde. Vamos, para retrasar su partida. Había hablado con el hombre para conocerlo un poco antes de viajar con él, y ya lo había conseguido. Ya tendrían tiempo de conversar durante el largo trayecto que los esperaba.
Vincent apuró su copa y la dejó sobre el mostrador. Había perdido de vista a la elfa que lo había atendido, así que supuso que la mujer se había ido a descansar mientras él charlaba con Nerum. Más razón para hacer lo mismo que los demás.
Sus pasos no tardaron en llevarlo a la habitación alquilada, donde dejó su morral a un lado y pronto se lanzó a la cama. No tardó solo unos minutos en dormirse con el sonido de la tormenta de fondo. El ruido de la lluvia es delicioso cuando uno estaba bajo techo, o eso opinaba el rubio. A resguardo de ella, pero con esa extraña sensación agradable en el cuerpo. Una sensación que lo acompañó hasta que definitivamente se durmió.
Lo siguiente de lo que tuvo constancia fue del sol entrando por su ventana, en un día que nada tenía que ver con la noche anterior. El sol despuntaba con todo su poder en una mañana totalmente despejada, por lo que el brujo se vistió con rapidez y bajó con su morral al comedor.
Allí estaba la anciana, en el mismo sitio donde la viera por primera vez la noche anterior.
- ¿Que tal ha dormido? - preguntó amable.
- Excelente. La tormenta en vez de no dejarme dormir ha hecho todo lo contrario-, sonrió. - ¿Podría comprarle algo de comida para el camino?
- Claro, muchacho, pide lo que quieras. Además, seguro que quieres desayunar. Tengo un buen estofado para que empieces ese viaje con energías-, comentó en el mismo tono la anciana.
- Fantástico, me sentaré a la mesa a esperar a mi compañero-, contestó, para luego alejarse y sentarse.
Vincent dejó su morral a un lado, y esperó paciente el desayuno, así como a su acompañante. Cuando apareciera y hubieran desayunado, pagaría a la anciana por todo. Tanto por el alojamiento como por la comida, y también por la joya.
El brujo sacó la joya del bolsillo al pensar en ella y la miró embelesado mientras esperaba.
- Nerum Larva, un placer conocerle-, contestó al hombre. - Mi nombre es Vincent Calhoun-, se presentó él ahora. - Le deseo un buen descanso. Mañana nos prepararemos para el viaje-, despidió al hombre.
Le había caído simpático el muchacho. Parecía alguien agradable, pero tenía razón al irse a dormir. Hablar durante toda la noche solo serviría para nada cansarles y hacerles despertar tarde. Vamos, para retrasar su partida. Había hablado con el hombre para conocerlo un poco antes de viajar con él, y ya lo había conseguido. Ya tendrían tiempo de conversar durante el largo trayecto que los esperaba.
Vincent apuró su copa y la dejó sobre el mostrador. Había perdido de vista a la elfa que lo había atendido, así que supuso que la mujer se había ido a descansar mientras él charlaba con Nerum. Más razón para hacer lo mismo que los demás.
Sus pasos no tardaron en llevarlo a la habitación alquilada, donde dejó su morral a un lado y pronto se lanzó a la cama. No tardó solo unos minutos en dormirse con el sonido de la tormenta de fondo. El ruido de la lluvia es delicioso cuando uno estaba bajo techo, o eso opinaba el rubio. A resguardo de ella, pero con esa extraña sensación agradable en el cuerpo. Una sensación que lo acompañó hasta que definitivamente se durmió.
Lo siguiente de lo que tuvo constancia fue del sol entrando por su ventana, en un día que nada tenía que ver con la noche anterior. El sol despuntaba con todo su poder en una mañana totalmente despejada, por lo que el brujo se vistió con rapidez y bajó con su morral al comedor.
Allí estaba la anciana, en el mismo sitio donde la viera por primera vez la noche anterior.
- ¿Que tal ha dormido? - preguntó amable.
- Excelente. La tormenta en vez de no dejarme dormir ha hecho todo lo contrario-, sonrió. - ¿Podría comprarle algo de comida para el camino?
- Claro, muchacho, pide lo que quieras. Además, seguro que quieres desayunar. Tengo un buen estofado para que empieces ese viaje con energías-, comentó en el mismo tono la anciana.
- Fantástico, me sentaré a la mesa a esperar a mi compañero-, contestó, para luego alejarse y sentarse.
Vincent dejó su morral a un lado, y esperó paciente el desayuno, así como a su acompañante. Cuando apareciera y hubieran desayunado, pagaría a la anciana por todo. Tanto por el alojamiento como por la comida, y también por la joya.
El brujo sacó la joya del bolsillo al pensar en ella y la miró embelesado mientras esperaba.
Vincent Calhoun
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Re: Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
Era un día nuevo y el cálido astro en el cielo se alzaba para recordármelo, una platica frente a un fuego siempre era relajante cuando llovía, sin embargo dormir lo era aun mas. Decisiones correctas suelen traer gratas consecuencias y ese era el caso, dormir temprano fue lo adecuado para despertar lo antes posible y preparar mi carga para el viaje por el bosque, no quería problemas en el transcurso, el cansancio y los descuidos son los puntos que siempre traen problemas a un viajero.
Momentos después bajo con mi equipaje y me adentro al comedor para alistarme en la mañana, una vieja elfina se encontraba atendiendo el comedero en esos momentos, cocinando y sirviendo, me di cuenta de que ella era la posible dueña del local y la elfina mas joven debía pertenecer a alguna parte de su familia o algo, cuanto menos era lo que se suele hacer en este tipo de posadas de paso.
-Buen día joven quieres algo para el desayuno.- De forma amable, aquella anciana empieza a atenderme pudiera ser que la elfina mas joven le hubiera hablado de mi llegada, puesto que a aquella mujer no la había visto hasta el día de hoy.
Posteriormente acepto los servicios de la mujer y camino en dirección a aquel viajero de nombre Vincent Calhoun, el cual parecía estar observando un anillo plateado que sujetaba con sus dedos índice y pulgar.
-Saludos Vincent, ¿te interrumpo?- Menciono con un tono de respeto en mi voz, mientras me sentaba en una de las mesas aledañas a aquel hombre y una vez sentado empiezo a cuestionar al viajero, para saber si sabia lo que se tenia que hacer.
–Desde este momento hasta salir de Sandorai, dejare que dirijas la expedición a la gran ciudad, ¿Habrá algún problema con eso?- Continúo hablando en un tono mas serio, puesto que ahora era el momento de planear el viaje, que si bien no había problemas de ser atacados por bestias descomunales, aun existía la opción de que los elfos notaran que era un brujo o en un mejor caso, que existieran asaltantes o ladrones por las afueras del bosque.
Nunca se sabia, por lo que a mi respectaba, Sandorai solo era un bosque frondoso el cual albergaba a la mayoría de los elfos en Aerandir, siendo uno de los aparentemente mas seguros bosques para el resto de las razas, por su falta de amenazas que se encontraban en el y el hecho de que se encontraran los elfos con sus habilidades para la medicina y la salud.
-El viaje empezará tan pronto terminemos con la comida, ¿tienes todo listo para continuar?, si bien no conozco aun el camino para llegar a Lunargenta, estaré mas que complacido de que puedas llevarme hasta sus afueras- Concluyendo con lo mas básico, le espacio para responder a aquel viajero, mientras que la senil elfina servía los platos que ciertamente se veían deliciosos.
Momentos después bajo con mi equipaje y me adentro al comedor para alistarme en la mañana, una vieja elfina se encontraba atendiendo el comedero en esos momentos, cocinando y sirviendo, me di cuenta de que ella era la posible dueña del local y la elfina mas joven debía pertenecer a alguna parte de su familia o algo, cuanto menos era lo que se suele hacer en este tipo de posadas de paso.
-Buen día joven quieres algo para el desayuno.- De forma amable, aquella anciana empieza a atenderme pudiera ser que la elfina mas joven le hubiera hablado de mi llegada, puesto que a aquella mujer no la había visto hasta el día de hoy.
Posteriormente acepto los servicios de la mujer y camino en dirección a aquel viajero de nombre Vincent Calhoun, el cual parecía estar observando un anillo plateado que sujetaba con sus dedos índice y pulgar.
-Saludos Vincent, ¿te interrumpo?- Menciono con un tono de respeto en mi voz, mientras me sentaba en una de las mesas aledañas a aquel hombre y una vez sentado empiezo a cuestionar al viajero, para saber si sabia lo que se tenia que hacer.
–Desde este momento hasta salir de Sandorai, dejare que dirijas la expedición a la gran ciudad, ¿Habrá algún problema con eso?- Continúo hablando en un tono mas serio, puesto que ahora era el momento de planear el viaje, que si bien no había problemas de ser atacados por bestias descomunales, aun existía la opción de que los elfos notaran que era un brujo o en un mejor caso, que existieran asaltantes o ladrones por las afueras del bosque.
Nunca se sabia, por lo que a mi respectaba, Sandorai solo era un bosque frondoso el cual albergaba a la mayoría de los elfos en Aerandir, siendo uno de los aparentemente mas seguros bosques para el resto de las razas, por su falta de amenazas que se encontraban en el y el hecho de que se encontraran los elfos con sus habilidades para la medicina y la salud.
-El viaje empezará tan pronto terminemos con la comida, ¿tienes todo listo para continuar?, si bien no conozco aun el camino para llegar a Lunargenta, estaré mas que complacido de que puedas llevarme hasta sus afueras- Concluyendo con lo mas básico, le espacio para responder a aquel viajero, mientras que la senil elfina servía los platos que ciertamente se veían deliciosos.
Nerum
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Re: Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
El anillo era plateado con un cristal blanco engastado. No debía ser especialmente caro, pero era realmente bonito. Aunque en lo que más pensaba el rubio, ahora mientras lo observaba, no era en la belleza de este, sino en el momento en el que debería dárselo a la persona a la que se lo había comprado.
A la chica le alegraría que le diera un presente, sin embargo seguramente no le gustaría tanto el lugar al que había ido para hacerlo. No le iba a gustar que se internara en el bosque élfico, y que se expusiera a peligros por ello. Incluso aunque solo lo hubiera hecho algunos kilómetros. La posada de la anciana solo estaba a un día de camino desde Vulwulfar, y la señora no tenía problemas con los visitantes extranjeros como había demostrado la noche anterior.
Una voz conocida lo sacó de su ensimismamiento.
- Hola Nerum-, saludó al hombre con una sonrisa. - No, no. No interrumpes nada. Solo echaba un ojo a este anillo pues es un regalo para una amiga. Lo compré anoche aquí y solo me deleitaba observándolo una vez más antes de partir.
La anciana apareció en escena para dejar dos platos sobre la mesa, por lo que imaginó el su acompañante también había pedido un desayuno antes de continuar el viaje.
- No hay problema. Tenía que hacerlo al viajar solo, así que no me supone una diferencia guiar la expedición-, comentó guardando el anillo en uno de sus bolsillos y cogiendo los cubiertos. - Lo tengo casi todo listo, solo me queda desayunar, coger un poco de comida que he pedido para el viaje y pagar a la señora por todo. Luego ya podremos salir-, tomó un poco de su estofado antes de continuar. - ¿Y vos? ¿Todo preparado? Vulwulfar solo está a poco más de un día de aquí, así que no necesitaremos muchos para el viaje. Solo acamparemos una noche en el bosque y al día siguiente llegaremos a la ciudad, donde podremos conseguir lo que necesitemos para continuar nuestro viaje.
No sería un trayecto problemático. Había varias aldeas y pueblos de camino a Lunargenta, por lo que les sería sencillo ir abasteciéndose durante el trayecto, sin tener que llevar exceso de provisiones. Irían ligeros y rápidos.
Vincent desayunó mientras seguía hablando con su compañero de viaje. Luego fue hasta el mostrador donde pagó todo lo que le debía a la anciana. El hospedaje, las comidas y el anillo. Después guardó la fruta que le había comprado a la señora en el morral, y se lo echó a la espalda.
- Muy amable, señora. Espero que todo le vaya bien, y a lo mejor volvemos a vernos en otra ocasión. Quien sabe-, sonrió a la señora.
- Muchas gracias. Igualmente yo espero que tengas un viaje, y que ese regalo guste a la afortunada-, contestó.
Eso lo descolocó un poco. ¿A qué se refería con lo de afortunada? ¿Tanto se le notaba?
- Gracias. Y dele recuerdos a la chica de anoche. Fue muy amable con nosotros. Y seguro que le gusta el regalo-, hizo un movimiento con la cabeza asintiendo.
- Se los daré. Tened buen viaje-, les deseó como despedida la anciana.
En cuanto se despidió, Vincent se acercó hasta su nuevo compañero de viaje.
- Es la hora Nerum. Veamos que nos depara este viaje-, comentó con una sonrisa antes de encaminarse hasta la puerta.
El brujo avanzó con paso seguro por el bosque. Si cuando fue a la posada estaba algo preocupado por encontrarse con alguna patrulla de elfos. Ahora de vuelta era todo lo contrario. Sabía que justo a los elfos no les molestaría que se fuera de Sandorai.
El camino se hizo agradable con la compañía del chico, y pronto se fue acercando la noche.
- Pronto deberemos acampar. Será la única noche que pasaremos en el bosque-, comentó girándose para mirar cara a cara a Nerum. Pensaba seguir su trayecto buscando un lugar adecuado para acampar, pero algo llamó su atención. - ¿Has oído eso?
Creyó escuchar el grito de una mujer, así que el brujo no se lo pensó demasiado y se encaminó en esa dirección lo más rápido posible. No tardó en llegar al límite de un pequeño claro, desde donde se pudo agachar y observar una escena dantesca.
Un grupo de tres hombres estaban acosando a una chica en el otro lado del claro. No muy lejos de él pues el claro era muy pequeño, solo una corta ausencia de bosque. Pero el mayor problema es que la mujer no era humana.
- Maldición-, comentó en susurros para sí mismo. - Voy a intentar salvar a esa chica. No sé si eres guerrero, pero si no quieres participar lo entiendo-, se dirigió esta vez a su acompañante.
Por un motivo. Esa elfa le recordaba a Níniel. Y sintió una gran rabia en su interior al pensar que ella pudiera ser acosada de esa manera por un trío de bestias como esas. De todos modos no iba a quedarse de brazos cruzados mientras una chica sufría. No importaba realmente si era elfa o no.
A la chica le alegraría que le diera un presente, sin embargo seguramente no le gustaría tanto el lugar al que había ido para hacerlo. No le iba a gustar que se internara en el bosque élfico, y que se expusiera a peligros por ello. Incluso aunque solo lo hubiera hecho algunos kilómetros. La posada de la anciana solo estaba a un día de camino desde Vulwulfar, y la señora no tenía problemas con los visitantes extranjeros como había demostrado la noche anterior.
Una voz conocida lo sacó de su ensimismamiento.
- Hola Nerum-, saludó al hombre con una sonrisa. - No, no. No interrumpes nada. Solo echaba un ojo a este anillo pues es un regalo para una amiga. Lo compré anoche aquí y solo me deleitaba observándolo una vez más antes de partir.
La anciana apareció en escena para dejar dos platos sobre la mesa, por lo que imaginó el su acompañante también había pedido un desayuno antes de continuar el viaje.
- No hay problema. Tenía que hacerlo al viajar solo, así que no me supone una diferencia guiar la expedición-, comentó guardando el anillo en uno de sus bolsillos y cogiendo los cubiertos. - Lo tengo casi todo listo, solo me queda desayunar, coger un poco de comida que he pedido para el viaje y pagar a la señora por todo. Luego ya podremos salir-, tomó un poco de su estofado antes de continuar. - ¿Y vos? ¿Todo preparado? Vulwulfar solo está a poco más de un día de aquí, así que no necesitaremos muchos para el viaje. Solo acamparemos una noche en el bosque y al día siguiente llegaremos a la ciudad, donde podremos conseguir lo que necesitemos para continuar nuestro viaje.
No sería un trayecto problemático. Había varias aldeas y pueblos de camino a Lunargenta, por lo que les sería sencillo ir abasteciéndose durante el trayecto, sin tener que llevar exceso de provisiones. Irían ligeros y rápidos.
Vincent desayunó mientras seguía hablando con su compañero de viaje. Luego fue hasta el mostrador donde pagó todo lo que le debía a la anciana. El hospedaje, las comidas y el anillo. Después guardó la fruta que le había comprado a la señora en el morral, y se lo echó a la espalda.
- Muy amable, señora. Espero que todo le vaya bien, y a lo mejor volvemos a vernos en otra ocasión. Quien sabe-, sonrió a la señora.
- Muchas gracias. Igualmente yo espero que tengas un viaje, y que ese regalo guste a la afortunada-, contestó.
Eso lo descolocó un poco. ¿A qué se refería con lo de afortunada? ¿Tanto se le notaba?
- Gracias. Y dele recuerdos a la chica de anoche. Fue muy amable con nosotros. Y seguro que le gusta el regalo-, hizo un movimiento con la cabeza asintiendo.
- Se los daré. Tened buen viaje-, les deseó como despedida la anciana.
En cuanto se despidió, Vincent se acercó hasta su nuevo compañero de viaje.
- Es la hora Nerum. Veamos que nos depara este viaje-, comentó con una sonrisa antes de encaminarse hasta la puerta.
El brujo avanzó con paso seguro por el bosque. Si cuando fue a la posada estaba algo preocupado por encontrarse con alguna patrulla de elfos. Ahora de vuelta era todo lo contrario. Sabía que justo a los elfos no les molestaría que se fuera de Sandorai.
El camino se hizo agradable con la compañía del chico, y pronto se fue acercando la noche.
- Pronto deberemos acampar. Será la única noche que pasaremos en el bosque-, comentó girándose para mirar cara a cara a Nerum. Pensaba seguir su trayecto buscando un lugar adecuado para acampar, pero algo llamó su atención. - ¿Has oído eso?
Creyó escuchar el grito de una mujer, así que el brujo no se lo pensó demasiado y se encaminó en esa dirección lo más rápido posible. No tardó en llegar al límite de un pequeño claro, desde donde se pudo agachar y observar una escena dantesca.
Un grupo de tres hombres estaban acosando a una chica en el otro lado del claro. No muy lejos de él pues el claro era muy pequeño, solo una corta ausencia de bosque. Pero el mayor problema es que la mujer no era humana.
- Maldición-, comentó en susurros para sí mismo. - Voy a intentar salvar a esa chica. No sé si eres guerrero, pero si no quieres participar lo entiendo-, se dirigió esta vez a su acompañante.
Por un motivo. Esa elfa le recordaba a Níniel. Y sintió una gran rabia en su interior al pensar que ella pudiera ser acosada de esa manera por un trío de bestias como esas. De todos modos no iba a quedarse de brazos cruzados mientras una chica sufría. No importaba realmente si era elfa o no.
Vincent Calhoun
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Re: Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
Nerum se encontraba listo para salir en esos momentos, por eso mismo se limito a solo agradecer y pagar por los servicios que se le brindaron, para luego salir de aquella posada. El canto de las aves en la mañana anunciaban el momento de salida de ambos viajeros con el mismo destino de llegar a la gran ciudad principal, el tiempo era de lo mas natural para esas fechas y la luz matinal se tenia que aprovechar lo mas que se pudiese para pasar una buena noche sin complicaciones.
Con andada constante y una que otra parada para descansar, me adentraba en aquel frondoso bosque nuevamente, lo diferente fue que esta vez me encontraba con un guía que me llevaría hasta la urbe en el plazo de un día de caminata, tomando un campamento a mediados de camino, el plan era sencillo y directo, sin ninguna complicación al parecer.
Ya después del paso del tiempo, la noche nos alcanzaba una vez mas, “¿Ninguna bestia te puede ganar estas tierras?”. Pensaba irónicamente, al comparar la distancia que habíamos recorrido con la que recorre la noche, saber que siempre nos alcanzara y dejara atrás es algo reconfortante, puesto que es mi forma de saber que sigo con vida.
En eso Vincent comienza a hablar de que era el momento de buscar donde colocar el campamento, lo que ciertamente me daba igual siempre y cuando pudiese prender un buen fuego que me mantuviera a alta temperatura. En eso aquel viajero da un aviso de haber escuchado algo a la lejanía, lo que hace que instintivamente agudice el oído y escuche los alrededores.
Momento después y sin previo aviso mi guía sale corriendo en una dirección cualquiera, a lo cual termine siguiendo por donde había ido. “Sin guía es posible que vuelva a perderme.” Pensaba, mientras perseguía a Vincent hasta llegar a un pequeño claro de agua dulce donde de forma furtiva logre llegar a donde se ocultaba, para luego ver algo que sucedía al otro lado del cuerpo de agua.
Una vez vista la escena que se encontraba al otro lado del claro, no me encontraba sorprendido después de todo era uno de los hechos que supuse podía suceder. Sin embargo no iba a limitarme a observar que sucedería y para mi mejor suerte Vincent pensaba de la misma forma.
-No, para esto sirve realmente la espada.- Mencione a Vincent en tono de broma, esperando que recordara la platica de ayer.
De forma tranquila rodeo el claro caminando, al contrario de lo que creo haría el guerrero andaba como si nada ocurriera, después de todo si aquellos maleantes se encontraban amenazados tomarían a la elfina como rehén o en el peor de los casos la degollarían y huirían en dirección contraria.
Aquella situación era preocupante, pero siempre gana el que permanece en calma y tiene un plan entre manos.
Con andada constante y una que otra parada para descansar, me adentraba en aquel frondoso bosque nuevamente, lo diferente fue que esta vez me encontraba con un guía que me llevaría hasta la urbe en el plazo de un día de caminata, tomando un campamento a mediados de camino, el plan era sencillo y directo, sin ninguna complicación al parecer.
Ya después del paso del tiempo, la noche nos alcanzaba una vez mas, “¿Ninguna bestia te puede ganar estas tierras?”. Pensaba irónicamente, al comparar la distancia que habíamos recorrido con la que recorre la noche, saber que siempre nos alcanzara y dejara atrás es algo reconfortante, puesto que es mi forma de saber que sigo con vida.
En eso Vincent comienza a hablar de que era el momento de buscar donde colocar el campamento, lo que ciertamente me daba igual siempre y cuando pudiese prender un buen fuego que me mantuviera a alta temperatura. En eso aquel viajero da un aviso de haber escuchado algo a la lejanía, lo que hace que instintivamente agudice el oído y escuche los alrededores.
Momento después y sin previo aviso mi guía sale corriendo en una dirección cualquiera, a lo cual termine siguiendo por donde había ido. “Sin guía es posible que vuelva a perderme.” Pensaba, mientras perseguía a Vincent hasta llegar a un pequeño claro de agua dulce donde de forma furtiva logre llegar a donde se ocultaba, para luego ver algo que sucedía al otro lado del cuerpo de agua.
Una vez vista la escena que se encontraba al otro lado del claro, no me encontraba sorprendido después de todo era uno de los hechos que supuse podía suceder. Sin embargo no iba a limitarme a observar que sucedería y para mi mejor suerte Vincent pensaba de la misma forma.
-No, para esto sirve realmente la espada.- Mencione a Vincent en tono de broma, esperando que recordara la platica de ayer.
De forma tranquila rodeo el claro caminando, al contrario de lo que creo haría el guerrero andaba como si nada ocurriera, después de todo si aquellos maleantes se encontraban amenazados tomarían a la elfina como rehén o en el peor de los casos la degollarían y huirían en dirección contraria.
Aquella situación era preocupante, pero siempre gana el que permanece en calma y tiene un plan entre manos.
Nerum
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Re: Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
No conocía al chico lo suficiente como para imaginarse que podría responder. Aquella no era su lucha, no tenía por qué intervenir y simplemente seguir su camino. Él no se lo hubiera hecho en cara, pues los héroes normalmente eran los primero en yacer bajo tierra.
De todas formas, la contestación de Nerum le sacó una sonrisa al brujo bi-elemental. Era valiente y altruista, y además se acordaba de la referencia que había la noche anterior de su espada. Sí, tenía razón. La espada servía precisamente para eso.
Para protegerse y para proteger también a las personas en peligro.
- Bien-, sonrió. - Rodea el claro por un lado y yo lo haré por el otro. Cuando los sorprenda y se giren hacia mí. Sal por su espalda y libera a la chica aprovechando la distracción-, le guiñó un ojo. - Suerte-, dijo finalmente encaminándose por el lado izquierdo del límite del bosque.
Si Nerum iba por la derecha de ese límite. Cuando él saliera de su escondrijo, dejaría a su compañero de viaje en la espalda de los maleantes cuando estos se giraran hacia él. Un plan simple, que esperaba que diera resultado pese a su sencillez. A veces era hacer las cosas lo menos complejas posibles, pues de este modo era más fácil que las personas que debieran llevar el plan se compenetraran. Siempre era mejor un plan que saliera bien, que uno muy elaborado que saliera mal.
Vincent siguió avanzando por su lado hasta que sintió que acercarse más lo delataría. Era una buena posición la que encontró, pero no todo lo cercana a los hombres que le hubiera gustado. Tendría que valer.
El brujo se remangó la manga de la chaqueta, asegurándose que quedaba enrollada y bien firme por encima de su codo. Luego sacó su tiza especial y comenzó a dibujar la runa sobre su brazalete de cuero. Se trataba de un hechizo de la rama de los eléctricos y que para esta ocasión le vendría de perlas. Los gritos desesperados de la mujer se entremezclaban con las voces y las risas de los hombres que luchaban con la elfa para reducirla. No debía precipitarse, los trazos debían ser correctos y el glifo no serviría. De nada le serviría a la joven si hacía las cosas mal por darse prisa, tendría que sufrir un poco más mientras terminaba correctamente los preparativos para su plan. Finalmente terminó el dibujo, al que solo tuvo que llenar de poder con sus propias energías. Este refulgió un poco de un color azulado y luego quedó impreso en el brazalete.
Los preparativos de su plan ya habían terminado, así que solo quedaba infundirse valor y salir de su escondite.
- ¡Eh, malditos! ¡Qué crees que estáis haciendo! -, gritó saliendo del follaje espada en mano.
- ¿Y tu quien eres? - dijo uno algo asombrado.
- Socorro. Por favor ayu…-. Las palabras de la elfa fueron cortadas por un bofetón.
- Esto es una fiesta privada-, comentó el hombre, a lo que sus dos compinches rieron. - Lárgate o te daremos tu merecido.
- Violar a una elfa en Sandorai-, meneó la cabeza con una sonrisa. - No me puedo imaginar cómo podéis ser tan estúpidos para buscaros una vida tan corta. Aunque estemos cerca de territorio humano es toda una osadía, ¿no creen? - comentó caminando lentamente hacia los hombres.
Los hombres rieron.
- Tú no eres elfo. Que te importará-, comentó el hombre que parecía el líder. Este desenvainó su arma igual que otro de sus acompañantes, y ambos se acercaron a Vinc Quedando la chica forcejeando en manos del tercero. - Pero si no te vas… tendremos que hacerte marchar.
- Eso me gustaría verlo-, dijo con un media sonrisa.
El brujo se puso en guardia esperando a los maleantes. Y se colocó de un modo que su antebrazo izquierdo con el brazalete quedaba al frente.
- Pagarás cara tu insolencia-, despotricó uno de ellos lanzándose al ataque.
El brujo en vez de prepararse para su contraataque dijo una palabra que activó la marca del brazal, y desvió la mirada en otra dirección para no sufrir los efectos de la runa. Su brazalete se iluminó con un fogonazo de su sencillo hechizo eléctrico. Uno que su hermana podía hacer sin ningún esfuerzo y sin la necesidad de saber de arcanos. Ventajas de ser tensai de aire.
Vincent se adelantó con rapidez y golpeó de una patada en las partes nobles del hombre que se había lanzado contra él. En cuanto este cayó de rodillas por el dolor, le golpeó en la cabeza con la parte plana de la espada dejándolo inconsciente sobre la hierba. A duras penas se defendió del hombre que era el líder de los bandidos, ya recompuesto del fogonazo.
- Maldito hijo de perra-, dijo con suma furia.
El brujo en cambio no dijo nada. Le quedaba otro as en la manga para reducir a los dos que quedaban en pie. Nerum.
De todas formas, la contestación de Nerum le sacó una sonrisa al brujo bi-elemental. Era valiente y altruista, y además se acordaba de la referencia que había la noche anterior de su espada. Sí, tenía razón. La espada servía precisamente para eso.
Para protegerse y para proteger también a las personas en peligro.
- Bien-, sonrió. - Rodea el claro por un lado y yo lo haré por el otro. Cuando los sorprenda y se giren hacia mí. Sal por su espalda y libera a la chica aprovechando la distracción-, le guiñó un ojo. - Suerte-, dijo finalmente encaminándose por el lado izquierdo del límite del bosque.
Si Nerum iba por la derecha de ese límite. Cuando él saliera de su escondrijo, dejaría a su compañero de viaje en la espalda de los maleantes cuando estos se giraran hacia él. Un plan simple, que esperaba que diera resultado pese a su sencillez. A veces era hacer las cosas lo menos complejas posibles, pues de este modo era más fácil que las personas que debieran llevar el plan se compenetraran. Siempre era mejor un plan que saliera bien, que uno muy elaborado que saliera mal.
Vincent siguió avanzando por su lado hasta que sintió que acercarse más lo delataría. Era una buena posición la que encontró, pero no todo lo cercana a los hombres que le hubiera gustado. Tendría que valer.
El brujo se remangó la manga de la chaqueta, asegurándose que quedaba enrollada y bien firme por encima de su codo. Luego sacó su tiza especial y comenzó a dibujar la runa sobre su brazalete de cuero. Se trataba de un hechizo de la rama de los eléctricos y que para esta ocasión le vendría de perlas. Los gritos desesperados de la mujer se entremezclaban con las voces y las risas de los hombres que luchaban con la elfa para reducirla. No debía precipitarse, los trazos debían ser correctos y el glifo no serviría. De nada le serviría a la joven si hacía las cosas mal por darse prisa, tendría que sufrir un poco más mientras terminaba correctamente los preparativos para su plan. Finalmente terminó el dibujo, al que solo tuvo que llenar de poder con sus propias energías. Este refulgió un poco de un color azulado y luego quedó impreso en el brazalete.
Los preparativos de su plan ya habían terminado, así que solo quedaba infundirse valor y salir de su escondite.
- ¡Eh, malditos! ¡Qué crees que estáis haciendo! -, gritó saliendo del follaje espada en mano.
- ¿Y tu quien eres? - dijo uno algo asombrado.
- Socorro. Por favor ayu…-. Las palabras de la elfa fueron cortadas por un bofetón.
- Esto es una fiesta privada-, comentó el hombre, a lo que sus dos compinches rieron. - Lárgate o te daremos tu merecido.
- Violar a una elfa en Sandorai-, meneó la cabeza con una sonrisa. - No me puedo imaginar cómo podéis ser tan estúpidos para buscaros una vida tan corta. Aunque estemos cerca de territorio humano es toda una osadía, ¿no creen? - comentó caminando lentamente hacia los hombres.
Los hombres rieron.
- Tú no eres elfo. Que te importará-, comentó el hombre que parecía el líder. Este desenvainó su arma igual que otro de sus acompañantes, y ambos se acercaron a Vinc Quedando la chica forcejeando en manos del tercero. - Pero si no te vas… tendremos que hacerte marchar.
- Eso me gustaría verlo-, dijo con un media sonrisa.
El brujo se puso en guardia esperando a los maleantes. Y se colocó de un modo que su antebrazo izquierdo con el brazalete quedaba al frente.
- Pagarás cara tu insolencia-, despotricó uno de ellos lanzándose al ataque.
El brujo en vez de prepararse para su contraataque dijo una palabra que activó la marca del brazal, y desvió la mirada en otra dirección para no sufrir los efectos de la runa. Su brazalete se iluminó con un fogonazo de su sencillo hechizo eléctrico. Uno que su hermana podía hacer sin ningún esfuerzo y sin la necesidad de saber de arcanos. Ventajas de ser tensai de aire.
Vincent se adelantó con rapidez y golpeó de una patada en las partes nobles del hombre que se había lanzado contra él. En cuanto este cayó de rodillas por el dolor, le golpeó en la cabeza con la parte plana de la espada dejándolo inconsciente sobre la hierba. A duras penas se defendió del hombre que era el líder de los bandidos, ya recompuesto del fogonazo.
- Maldito hijo de perra-, dijo con suma furia.
El brujo en cambio no dijo nada. Le quedaba otro as en la manga para reducir a los dos que quedaban en pie. Nerum.
Vincent Calhoun
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Re: Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
Mantener la calma en aquel momentos era algo difícil de manejar un problema, un desafío o simplemente ambos, fuera de cualquier modo aquello demandaba la atención de ambos viajeros pues era una situación de peligro y por burda o común que fuera, un descuido y saldrán heridos, un paso en falso y todos acababan muertos. Incapaz de atacar sin el lujo de fallar el tiro no puedo preparar un ataque que detenga a todos sin quemar gravemente a la elfina, primero había que separarla del grupo o cuando menos atacar con una llama mas pequeña que no le causara mas daño del que podía recibir en caso de no ser salvada.
Situaciones como estas requerían una reacción rápida y precisa, en lo cual Vincent se daba la tarea de encargarse por el frente mientras yo me encargaba de la retaguardia, momentos después ambos concluimos con la tarea de rodear el claro cada uno por un lado y encontrarnos en lo que vendría siendo la mejor posición de ataque pare ese momento.
El plan era simple y provocaría poca errata aun con su predecible modus operandi tenia toda la pinta de funcionar, sin embargo lo que lo haría funcionar seria el nivel de estrés que les causara Vincent a esas petulantes ratas de ciudad. Para mi fortuna el nivel fue alto de parte del viajero, la discusión aceleraba enardeciendo a el supuesto líder y uno de sus acompañantes, los cuales fueron a interceptarlo dejando uno mas por detrás evitando así la huida de la elfina, aquellos dos prepararon sus armas y Vincent respondió, respondió con una explosión de luz sin previo aviso.
Segado de momento salgo de mi escondite acercándome al tercer bandido, con la imagen memorizada en mi cabeza, extiendo los brazos y logro tomar por la espalda a aquel repulsivo hombre, la visión regresaba poco a poco a mi y por sentido común también a los demás, en una pelea de forcejeo seguramente perdería, por esta ocasión recurriré a la magia menor.
Colocando las palmas en el cuello y espalda del hombre, me concentro en un símbolo especifico y lanzo una carga ígnea a quema ropa con el objetivo de prenderle fuego a su ser, el fuego haría que olvidara todo y fuera huyendo al claro a intentar apagarse. Pero por alguna razón ese resultado no me bastaría, no me seria suficiente, ¿Qué aseguraría que una vez terminado esto no cometería mas crímenes?, ¿Quién avisaría con tiempo a otra posible victima en el futuro?, aquellos momentos de insana lucidez no eran propios de mi, sin embargo tenia que hacerlo, ¡quería hacerlo!, una marca seria la solución.
- Aprieta bien los dientes y corre al claro. – Menciono al bandido en el momento que con una mano prendía fuego a sus ropajes y con la otra, ¡la del cuello!, dejo con una sonrisa la marca alquímica del fuego. – Espero que sea un buen recordatorio. –
Una vez con el campo asegurado, terminaba de recuperar la vista como la mayoría iba haciendo y mire a Vincent para informarle que los otros dos tendrían el mismo destino, por lo mientras en dirección a la elfina parcialmente ciega por el destello le doy las siguientes palabras.
- Ve en busca de ayuda joven elfina, corre cuanto puedas ve por auxilio, nos encargaremos del resto por el momento. – Las palabras que salían de mi boca sonaban cortantes, sin embargo la ayuda por la que iría la elfina serian mas elfos, era tiempo de terminar y abandonar el lugar.- Vincent retenlos por favor, ellos también tendrán marca. -
Situaciones como estas requerían una reacción rápida y precisa, en lo cual Vincent se daba la tarea de encargarse por el frente mientras yo me encargaba de la retaguardia, momentos después ambos concluimos con la tarea de rodear el claro cada uno por un lado y encontrarnos en lo que vendría siendo la mejor posición de ataque pare ese momento.
El plan era simple y provocaría poca errata aun con su predecible modus operandi tenia toda la pinta de funcionar, sin embargo lo que lo haría funcionar seria el nivel de estrés que les causara Vincent a esas petulantes ratas de ciudad. Para mi fortuna el nivel fue alto de parte del viajero, la discusión aceleraba enardeciendo a el supuesto líder y uno de sus acompañantes, los cuales fueron a interceptarlo dejando uno mas por detrás evitando así la huida de la elfina, aquellos dos prepararon sus armas y Vincent respondió, respondió con una explosión de luz sin previo aviso.
Segado de momento salgo de mi escondite acercándome al tercer bandido, con la imagen memorizada en mi cabeza, extiendo los brazos y logro tomar por la espalda a aquel repulsivo hombre, la visión regresaba poco a poco a mi y por sentido común también a los demás, en una pelea de forcejeo seguramente perdería, por esta ocasión recurriré a la magia menor.
Colocando las palmas en el cuello y espalda del hombre, me concentro en un símbolo especifico y lanzo una carga ígnea a quema ropa con el objetivo de prenderle fuego a su ser, el fuego haría que olvidara todo y fuera huyendo al claro a intentar apagarse. Pero por alguna razón ese resultado no me bastaría, no me seria suficiente, ¿Qué aseguraría que una vez terminado esto no cometería mas crímenes?, ¿Quién avisaría con tiempo a otra posible victima en el futuro?, aquellos momentos de insana lucidez no eran propios de mi, sin embargo tenia que hacerlo, ¡quería hacerlo!, una marca seria la solución.
- Aprieta bien los dientes y corre al claro. – Menciono al bandido en el momento que con una mano prendía fuego a sus ropajes y con la otra, ¡la del cuello!, dejo con una sonrisa la marca alquímica del fuego. – Espero que sea un buen recordatorio. –
Una vez con el campo asegurado, terminaba de recuperar la vista como la mayoría iba haciendo y mire a Vincent para informarle que los otros dos tendrían el mismo destino, por lo mientras en dirección a la elfina parcialmente ciega por el destello le doy las siguientes palabras.
- Ve en busca de ayuda joven elfina, corre cuanto puedas ve por auxilio, nos encargaremos del resto por el momento. – Las palabras que salían de mi boca sonaban cortantes, sin embargo la ayuda por la que iría la elfina serian mas elfos, era tiempo de terminar y abandonar el lugar.- Vincent retenlos por favor, ellos también tendrán marca. -
Nerum
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Re: Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
El choque de los aceros resonó en el bosque. Uno yacía inconsciente y el líder como respuesta había realizado un ataque de cierto nivel con su espada. Sabía usarla sin duda, pero Vinc tenía más experiencia. Muchos incluso dirían que había nacido para ello. Para el combate. Que así debía ser por ser un brujo
El rubio no compartía esa opinión. No creía que los brujos tuvieran que estar predestinados para la guerra como muchos pretendían. No creía que ninguna raza lo fuera por defecto. Solo eran ideales anticuados y obsoletos, de personas llenas de odio. Poco más que cuentos. Poco más que racistas.
Pero en algo si acertaban esas personas. Él estaba dotado para el conflicto. Había sido entrenado para ello y sabía manejar perfectamente el arte de la guerra. Arte. Algunos llamaban arte a cualquier cosa. De todas formas, siempre había usado sus conocimientos para sus propios propósitos, y el mayor de ellos siempre había sido ayudar con ellos a quien pudiera. Una elfa en este caso.
- Te defiendes bien. Pero no te durará eternamente esa defensa-, comentó el malhechor.
Tenía razón. No iba a durar eternamente. El brujo contraatacó en cuanto tuvo ocasión, con golpes rápidos y contundentes que a duras penas podía resistir su rival. Solo buscaba cansarlo, estresarlo y que cometiera un error.
No tardó en ocurrir. El líder de los violadores hizo una carga demasiado directa y contundente. Vinc bien podría haber esquivado la espada lo justo para no ser herido mientras atravesaba a su adversario con la propia. Sin embargo, recibió el golpe con su propio acero quedándose enganchado a su rival. Sopesaron sus fuerzas y cuando el brujo intuyó que el hombre haría otra carga simplemente dio unos pasos hacia atrás para que cargara contra la nada. Al no encontrar oposición, el humano salió desbocado y el rubio aprovechó para desviar la espada de su rival contra el suelo con su arma. Nada más quedar clavada la punta, golpeo con su pierna haciendo palanca y provocando que su rival perdiera el agarre de esta.
Desarmado el brujo se posicionó cerca y dirigió la punta de su espada al cuello de su adversario.
- Pues sí. Mi defensa no duró eternamente-, bromeó con una media sonrisa.
Un hombre rodaba por el claro con algunas llamas en su ropa. Apagándolas antes de salir corriendo de allí. Todo gracias al as que tenía bajo la manga cuando salió del follaje. Nerum. Mientras combatía al líder, el chico se había encargado del otro humano. El que estaba agarrando a la elfa, liberándola en el proceso. Pero había usado un método que no pensaba que tuviera. Fuego mágico.
- Así que eres brujo-, comentó a su compañero, a la vez que observaba como se encaminaba al líder. - Interesante.
- Los dos sois brujos. El truquito de la luz lo demuestra. ¿Por qué ayudáis a esa elfa? - dijo indignado el hombre con el que había luchado. Vincent lo dejó en manos de Nerum.
- ¿Y por qué no iba a hacerlo? - respondió.
- Porque sois brujos. Los elfos son vuestros enemigos ancestrales-, siguió diciendo el humano, como si no comprendiera el por qué dos brujos habían salvado a una elfa.
Vincent rió.
- Incorrecto. Los druidas eran nuestros enemigos ancestrales y ya no existen. Los elfos…-, se acarició la barba, - son otra cosa. Además, ¿crees que me muevo por ideales tan básicos y simples? Qué importa que hubiera una guerra entre brujos y druidas hace cientos de años. Por esa regla debería matar y dejar morir a todo el mundo. No, chico. Yo llevo mi vida de otro modo. Y no me importa si lo comprendes o no-, dijo finamente envainando la espada, y arrastrando al otro hombre inconsciente por una de sus piernas hasta dejarlo junto a Nerum.
El rubio dejó que el brujo de fuego terminara su labor con los maleantes, mientras controlaba y vigilaba que no dieran problemas en el proceso.
- ¡Y no volváis a intentarlo con ninguna otra mujer! ¡Sea de la raza que sea! - gritó a los dos hombres que huían después de que el brujo de fuego dejara sus marcas en ellos. - Bueno, mejor continuemos. Los elfos no pondrán pegas a que hayamos salvado a una chica de su raza. Pero mejor ahorrarnos contestar a preguntas. Sigamos avanzando y encontremos un lugar donde acampar-, se dirigió esta vez a su compañero. - Seguro que habrá algún claro donde podamos hacerlo más adelante. Esta zona tiene varios, como pude comprobar cuando venía de Vulwulfar-, le guiñó un ojo, antes de comenzar a caminar.
Pronto anochecería. Y sería mejor que para entonces encontraran un buen lugar donde descansar. Luego por la mañana podrían proseguir a la ciudad humana, y desde allí hasta Lunargenta. No tenía queja. Al contrario. Había encontrado buena compañía para el trayecto de vuelta a casa.
El rubio no compartía esa opinión. No creía que los brujos tuvieran que estar predestinados para la guerra como muchos pretendían. No creía que ninguna raza lo fuera por defecto. Solo eran ideales anticuados y obsoletos, de personas llenas de odio. Poco más que cuentos. Poco más que racistas.
Pero en algo si acertaban esas personas. Él estaba dotado para el conflicto. Había sido entrenado para ello y sabía manejar perfectamente el arte de la guerra. Arte. Algunos llamaban arte a cualquier cosa. De todas formas, siempre había usado sus conocimientos para sus propios propósitos, y el mayor de ellos siempre había sido ayudar con ellos a quien pudiera. Una elfa en este caso.
- Te defiendes bien. Pero no te durará eternamente esa defensa-, comentó el malhechor.
Tenía razón. No iba a durar eternamente. El brujo contraatacó en cuanto tuvo ocasión, con golpes rápidos y contundentes que a duras penas podía resistir su rival. Solo buscaba cansarlo, estresarlo y que cometiera un error.
No tardó en ocurrir. El líder de los violadores hizo una carga demasiado directa y contundente. Vinc bien podría haber esquivado la espada lo justo para no ser herido mientras atravesaba a su adversario con la propia. Sin embargo, recibió el golpe con su propio acero quedándose enganchado a su rival. Sopesaron sus fuerzas y cuando el brujo intuyó que el hombre haría otra carga simplemente dio unos pasos hacia atrás para que cargara contra la nada. Al no encontrar oposición, el humano salió desbocado y el rubio aprovechó para desviar la espada de su rival contra el suelo con su arma. Nada más quedar clavada la punta, golpeo con su pierna haciendo palanca y provocando que su rival perdiera el agarre de esta.
Desarmado el brujo se posicionó cerca y dirigió la punta de su espada al cuello de su adversario.
- Pues sí. Mi defensa no duró eternamente-, bromeó con una media sonrisa.
Un hombre rodaba por el claro con algunas llamas en su ropa. Apagándolas antes de salir corriendo de allí. Todo gracias al as que tenía bajo la manga cuando salió del follaje. Nerum. Mientras combatía al líder, el chico se había encargado del otro humano. El que estaba agarrando a la elfa, liberándola en el proceso. Pero había usado un método que no pensaba que tuviera. Fuego mágico.
- Así que eres brujo-, comentó a su compañero, a la vez que observaba como se encaminaba al líder. - Interesante.
- Los dos sois brujos. El truquito de la luz lo demuestra. ¿Por qué ayudáis a esa elfa? - dijo indignado el hombre con el que había luchado. Vincent lo dejó en manos de Nerum.
- ¿Y por qué no iba a hacerlo? - respondió.
- Porque sois brujos. Los elfos son vuestros enemigos ancestrales-, siguió diciendo el humano, como si no comprendiera el por qué dos brujos habían salvado a una elfa.
Vincent rió.
- Incorrecto. Los druidas eran nuestros enemigos ancestrales y ya no existen. Los elfos…-, se acarició la barba, - son otra cosa. Además, ¿crees que me muevo por ideales tan básicos y simples? Qué importa que hubiera una guerra entre brujos y druidas hace cientos de años. Por esa regla debería matar y dejar morir a todo el mundo. No, chico. Yo llevo mi vida de otro modo. Y no me importa si lo comprendes o no-, dijo finamente envainando la espada, y arrastrando al otro hombre inconsciente por una de sus piernas hasta dejarlo junto a Nerum.
El rubio dejó que el brujo de fuego terminara su labor con los maleantes, mientras controlaba y vigilaba que no dieran problemas en el proceso.
- ¡Y no volváis a intentarlo con ninguna otra mujer! ¡Sea de la raza que sea! - gritó a los dos hombres que huían después de que el brujo de fuego dejara sus marcas en ellos. - Bueno, mejor continuemos. Los elfos no pondrán pegas a que hayamos salvado a una chica de su raza. Pero mejor ahorrarnos contestar a preguntas. Sigamos avanzando y encontremos un lugar donde acampar-, se dirigió esta vez a su compañero. - Seguro que habrá algún claro donde podamos hacerlo más adelante. Esta zona tiene varios, como pude comprobar cuando venía de Vulwulfar-, le guiñó un ojo, antes de comenzar a caminar.
Pronto anochecería. Y sería mejor que para entonces encontraran un buen lugar donde descansar. Luego por la mañana podrían proseguir a la ciudad humana, y desde allí hasta Lunargenta. No tenía queja. Al contrario. Había encontrado buena compañía para el trayecto de vuelta a casa.
Vincent Calhoun
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Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
Efectivamente el plan funciono como debiera, la elfina había sido soltada de sus captores en el momento de ignición lo que dejo libre su ruta de escape, en aquellos momentos de miedo y agresión lograron que la joven de punzantes orejas reaccionara al instante de su liberación, tan rápido fue soltada partió en dirección a donde fuera que se encontrara la ayuda más cercana, sin embargo eso simbolizaba tener menos tiempo para seguir quedándonos en Sandorai. Habíamos ayudado a la mujer de momento pero esto traería un inconveniente, elfos y sus leyes de su territorio, aún nos encontrábamos en su territorio y ayudando o no a uno de ellos, la seguridad de que estuviéramos impugnes del resto de las sanciones no estaban aseguradas.
- ¡Argg! - El grito resonó en el claro seguido por un buen chapuzón aquel rufián había sido neutralizado por el momento y ahora era el turno de los otros dos.
- Efectivamente Vincent, en mis venas corre el fuego y bla, bla, bla, todos sabemos las viejas historias del corrompido linaje de los brujos. – Aquella respuesta solo era para recalcar lo evidente, el resto de la conversación era tranquilamente hablada entre el líder de los perpetradores y el brujo con hierro en mano, el duelo había resultado a nuestro favor.
Nuevamente deje correr la flama en mis manos, para el segundo asaltante la marca fue quemada a lado de su cuello como correspondía, pero para el líder del trio tenía otros planes.
- La emboscada es una forma traicionera de vencer, pero claro, si tu ideal era ganar no tienes por qué contenerte ¿cierto?, de cualquier forma tu eres el líder y has ganado el premio mayor. – Con una típica sonrisa de un anciano sujetó al hombre firmemente, sería comprensible en aquellos momentos el pobre hombre solo reaccionaba como un animal sin control en cuerpo de humano y para distinguirlo solo hacía falta algo más visible que los dos anteriores, colocando la palma sobre su frente el olor a un festín se hacía presente corriendo en dirección al claro buscando agua helada.
Trabajo finito, la calma del claro regresaba a su estado tranquilo por naturaleza, escuchando las palabras de su acompañante terminan por marcharse de la zona y más pronto que tarde la noche se hiso dueña del bosque hasta la mañana siguiente, ahora sin problemas el resto del viaje tan solo se resumió a platicas casuales y el caminar por horas, una vez en los campos de la ciudad ambos viajeros terminaron por despedirse y continuar sus caminos por separado, aquel viaje había terminado.
- ¡Argg! - El grito resonó en el claro seguido por un buen chapuzón aquel rufián había sido neutralizado por el momento y ahora era el turno de los otros dos.
- Efectivamente Vincent, en mis venas corre el fuego y bla, bla, bla, todos sabemos las viejas historias del corrompido linaje de los brujos. – Aquella respuesta solo era para recalcar lo evidente, el resto de la conversación era tranquilamente hablada entre el líder de los perpetradores y el brujo con hierro en mano, el duelo había resultado a nuestro favor.
Nuevamente deje correr la flama en mis manos, para el segundo asaltante la marca fue quemada a lado de su cuello como correspondía, pero para el líder del trio tenía otros planes.
- La emboscada es una forma traicionera de vencer, pero claro, si tu ideal era ganar no tienes por qué contenerte ¿cierto?, de cualquier forma tu eres el líder y has ganado el premio mayor. – Con una típica sonrisa de un anciano sujetó al hombre firmemente, sería comprensible en aquellos momentos el pobre hombre solo reaccionaba como un animal sin control en cuerpo de humano y para distinguirlo solo hacía falta algo más visible que los dos anteriores, colocando la palma sobre su frente el olor a un festín se hacía presente corriendo en dirección al claro buscando agua helada.
Trabajo finito, la calma del claro regresaba a su estado tranquilo por naturaleza, escuchando las palabras de su acompañante terminan por marcharse de la zona y más pronto que tarde la noche se hiso dueña del bosque hasta la mañana siguiente, ahora sin problemas el resto del viaje tan solo se resumió a platicas casuales y el caminar por horas, una vez en los campos de la ciudad ambos viajeros terminaron por despedirse y continuar sus caminos por separado, aquel viaje había terminado.
Nerum
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Re: Un lugar en donde descansar [INTERPRETATIVO][LIBRE][3/3][CERRADO]
Vincent Calhoun
Se te entregan 2 ptos de pasiva a tu habilidad de arcanos que ya se te han sumado al perfil.
Paso a cerrar el tema.
Se te entregan 2 ptos de pasiva a tu habilidad de arcanos que ya se te han sumado al perfil.
Paso a cerrar el tema.
Ger
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