El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
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El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
Llevaba tiempo andando, mientras me alejaba del territorio que todavía dejaba rastro en mi piel del olor de mi familia. Nunca conocí realmente lo que significaba hogar, así que disfrutaba deambulando por los bosques, conociendo como era la sensación de la brisa al empujar una hoja sobre ti, el sabor de la sangre de un conejo al que acababa de cazar, la velocidad que lograba alcanzar a través de cerros gracias a mis fuertes patas y pelaje ligero.
El día parecía que se iba a poner a jugar al escondite, las nubes se sentían terriblemente tímidas, querían ocultar al astro rey y comenzar a llorar. Unas gotas cayeron en la punta de mis botas, fijando como se marcaba en el cuero reseco, me quede en un momento de desconexión total, cuando mis oídos a varios metros detectaron un ruido fuerte.
Detrás de unas ramas, tras quedarme al acecho, apareció un gran oso pardo en busca de posiblemente algún tipo de alimento. El río se encontraba lejos del lugar, no notaba el olor de la humedad de la orilla de este. El oso permaneció en los mismos metros, enfrente sin dar un paso, y comenzó a enseñarme sus largos y enormes dientes acompañados de un rugido un tanto amenazador. Quería que me alejara, eso quedaba más que claro, y todavía se me transparento más aun cuando vi aparecer un pequeño osezno a sus patas. Gruñí para marcar territorio y se fuera sin necesidad de pelea, cuando afortunadamente escuché un chillido muy agudo cerca.
Alguien se había caído, mi olfato detecto el olor de una elfa por los alrededores, mis instintos querían cazar, lo cual me aproxime lo más rápidamente. Tras unas rocas, me quede como depredador con la presa. No estaba segura de si esa elfa pelirroja me había detectado, no tenía pinta de ser muy fuerte por su pequeño tamaño, para mi seria mi nueva cena.
--Menuda suerte, carne fresca en el lugar.
La brisa cambió de lugar, dejando en mi olfato un nuevo olor diferente. Era el olor de uno de mi especie, no sabía si trataría en guerra de lobos.
El día parecía que se iba a poner a jugar al escondite, las nubes se sentían terriblemente tímidas, querían ocultar al astro rey y comenzar a llorar. Unas gotas cayeron en la punta de mis botas, fijando como se marcaba en el cuero reseco, me quede en un momento de desconexión total, cuando mis oídos a varios metros detectaron un ruido fuerte.
Detrás de unas ramas, tras quedarme al acecho, apareció un gran oso pardo en busca de posiblemente algún tipo de alimento. El río se encontraba lejos del lugar, no notaba el olor de la humedad de la orilla de este. El oso permaneció en los mismos metros, enfrente sin dar un paso, y comenzó a enseñarme sus largos y enormes dientes acompañados de un rugido un tanto amenazador. Quería que me alejara, eso quedaba más que claro, y todavía se me transparento más aun cuando vi aparecer un pequeño osezno a sus patas. Gruñí para marcar territorio y se fuera sin necesidad de pelea, cuando afortunadamente escuché un chillido muy agudo cerca.
Alguien se había caído, mi olfato detecto el olor de una elfa por los alrededores, mis instintos querían cazar, lo cual me aproxime lo más rápidamente. Tras unas rocas, me quede como depredador con la presa. No estaba segura de si esa elfa pelirroja me había detectado, no tenía pinta de ser muy fuerte por su pequeño tamaño, para mi seria mi nueva cena.
--Menuda suerte, carne fresca en el lugar.
La brisa cambió de lugar, dejando en mi olfato un nuevo olor diferente. Era el olor de uno de mi especie, no sabía si trataría en guerra de lobos.
Última edición por Ivy Garnert el Miér Jun 29 2016, 16:10, editado 1 vez
Ivy Garnert
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
La suavidad de la hierba entraba en conexión con aquel denso pelaje negro que recubría mi cuerpo en su totalidad, en ese entonces me situaba recostado en una mata de pasto seco descansando de un arduo día, en mis ratos de descanso en el bosque solía tomar mi forma lupina ya que era mi pase asegurado a evitar malos rollos con los demás animales “¿Quién querría molestar a un lobo macho, negro como la noche y con un gran tamaño?” Pensé; estaba seguro de que no estorbarían por puro instinto.
El soplar del viento traía consigo advertencia de frío y lluvia, para culminar con el presagio las nubes grises poblaron el cielo tapando consigo la luz del sol, las gotas caían rápidamente y repiqueteaban en mi hocico delicadamente como si se tratase de una caricia materna. Inmediatamente de esto torné a retirarme de aquel reducido claro y me recosté bajo un arbusto que me impermeabilizaba por competo de la lluvia.
Pisadas firmes comenzaron a hacerse notar y cada una de estas estaba más próxima a mí, en un principio sospeché de la presencia humana, pero después percibir el aroma de este ser supe que estaba cercano a uno de los míos. No tenía pensado moverme ni actuar por cuenta propia sino más bien me dedicaría a observar la actitud de este, tal olor era proveniente de una hembra que en cuanto se aproximó a mi ubicación pude vislumbrarla, se trataba de una muchacha con cabellos rojos y una tez blanca que a simple vista portaba un carácter digno de lycantropa.
Sin preocuparme por su presencia me dispuse a observar sus actitudes en aquel momento, reposé la cabeza sobre mis patas y con los ojos amarillos cual sol presté total atención. El rugir de un oso pardo impuso respeto al instante en que la joven procedía a acercarse a un nuevo aroma que surgió de entre la flora.
La verdad era que enfrentar a un oso de tal tamaño no era una tarea sencilla y menos para una hembra sola, aunque aquella forma de pensar se esfumó cuando escuché un gruñido de parte de la mujer, esta tenía personalidad y carácter. No hice más que observar su actitud para ver si debía actuar a favor de ella u del oso, aun así me preparé para un posible ataque.
El soplar del viento traía consigo advertencia de frío y lluvia, para culminar con el presagio las nubes grises poblaron el cielo tapando consigo la luz del sol, las gotas caían rápidamente y repiqueteaban en mi hocico delicadamente como si se tratase de una caricia materna. Inmediatamente de esto torné a retirarme de aquel reducido claro y me recosté bajo un arbusto que me impermeabilizaba por competo de la lluvia.
Pisadas firmes comenzaron a hacerse notar y cada una de estas estaba más próxima a mí, en un principio sospeché de la presencia humana, pero después percibir el aroma de este ser supe que estaba cercano a uno de los míos. No tenía pensado moverme ni actuar por cuenta propia sino más bien me dedicaría a observar la actitud de este, tal olor era proveniente de una hembra que en cuanto se aproximó a mi ubicación pude vislumbrarla, se trataba de una muchacha con cabellos rojos y una tez blanca que a simple vista portaba un carácter digno de lycantropa.
Sin preocuparme por su presencia me dispuse a observar sus actitudes en aquel momento, reposé la cabeza sobre mis patas y con los ojos amarillos cual sol presté total atención. El rugir de un oso pardo impuso respeto al instante en que la joven procedía a acercarse a un nuevo aroma que surgió de entre la flora.
La verdad era que enfrentar a un oso de tal tamaño no era una tarea sencilla y menos para una hembra sola, aunque aquella forma de pensar se esfumó cuando escuché un gruñido de parte de la mujer, esta tenía personalidad y carácter. No hice más que observar su actitud para ver si debía actuar a favor de ella u del oso, aun así me preparé para un posible ataque.
Hvitsärk Haraldsson
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
Explora, le dijeron, será divertido, le dijeron, y ella, en toda su inocencia hizo caso. Tonta de ella, llevaba horas dando vueltas cuando se decidió a descender del caballo, lo dejó a las afueras del bosque y, tras descalzar se para sentir a sus pies el suave tacto de la hierva humeda en la calida primavera que ascendía hasta los rincones mas reconditos de Aerandir, comenzo su paseo por el bosque inundado de flores.
Le gustaba, le gustaba mucho el bosque, sus aromas, sus colores, esa luz que intentaba traspasar las hojas de los árboles inundando la foresta con sombras de colores pastel. La brisa fresca meciendo sus largos cabellos rojos y sus ojos inundados del verde del bosque, haciendo que la palidez del color que habían adquirido en la ciudad los tornase esmeraldas.
Eléanör se adentro mas en el bosque, en busca de plantas medicinales que poder recolectar ante de iniciar su regreso a Lunargenta, echaba de menos a los amigos que, durante esa semana, había dejado atras. Llegada a un claro, maravillada por la inflexión del sol sobre la hierva, se volvio a poner los zapatos que llevaba en la mano y comenzó a avanzar con mayor rapidez, tropezandose un instante y yéndose directa al suelo.
-Aux...- protesto levantándose y limpiandose el vestido.
Unos sonidos le llamaron, entonces, la atención, poniendole los pelos de punta. Tragó saliva y comenzó a alejarse, rezando a los dioses para que no le sucediera nada, había tenido un trayecto tranquilo, no queria que su viaje se estropease en el ultimo momento, no cuando podia onservar esos buenos recuerdos de sus momentos de soledad en los caminos de Aerandir. Como siempre, sus plegarias sirvieron de poco.
Entre los arbustos había una mujer, más bestia que humana, que la observaba de forma fija, acelerando su pulso y creandole un nudo en la garganta en el peor de los sentidos, tenía miedo, a pesar de que la joven no diferia de su propio aspecto mas que en un par de rasgos, parecia querer saltarle a la yugular. Ely tragó saliva, y un nuevo sonido irrumpio en sus fi os oidos, un gruñido, el gruñido propio de un oso, que se acercaba a ella con una velocidad mayor de lo que la elfa podria correr.
Se mantuvo quieta, sin saber a quien enfrentar, si a la aterradora mujer o al oso pardo que se acercaba a toda marcha, tenia dudas de cual seria mas peligroso, pero, fuera como fuera, iba a tener que huir, como hacía siempre, sin fuerza, ¿qué otra cosa podìan hacer?
Le gustaba, le gustaba mucho el bosque, sus aromas, sus colores, esa luz que intentaba traspasar las hojas de los árboles inundando la foresta con sombras de colores pastel. La brisa fresca meciendo sus largos cabellos rojos y sus ojos inundados del verde del bosque, haciendo que la palidez del color que habían adquirido en la ciudad los tornase esmeraldas.
Eléanör se adentro mas en el bosque, en busca de plantas medicinales que poder recolectar ante de iniciar su regreso a Lunargenta, echaba de menos a los amigos que, durante esa semana, había dejado atras. Llegada a un claro, maravillada por la inflexión del sol sobre la hierva, se volvio a poner los zapatos que llevaba en la mano y comenzó a avanzar con mayor rapidez, tropezandose un instante y yéndose directa al suelo.
-Aux...- protesto levantándose y limpiandose el vestido.
Unos sonidos le llamaron, entonces, la atención, poniendole los pelos de punta. Tragó saliva y comenzó a alejarse, rezando a los dioses para que no le sucediera nada, había tenido un trayecto tranquilo, no queria que su viaje se estropease en el ultimo momento, no cuando podia onservar esos buenos recuerdos de sus momentos de soledad en los caminos de Aerandir. Como siempre, sus plegarias sirvieron de poco.
Entre los arbustos había una mujer, más bestia que humana, que la observaba de forma fija, acelerando su pulso y creandole un nudo en la garganta en el peor de los sentidos, tenía miedo, a pesar de que la joven no diferia de su propio aspecto mas que en un par de rasgos, parecia querer saltarle a la yugular. Ely tragó saliva, y un nuevo sonido irrumpio en sus fi os oidos, un gruñido, el gruñido propio de un oso, que se acercaba a ella con una velocidad mayor de lo que la elfa podria correr.
Se mantuvo quieta, sin saber a quien enfrentar, si a la aterradora mujer o al oso pardo que se acercaba a toda marcha, tenia dudas de cual seria mas peligroso, pero, fuera como fuera, iba a tener que huir, como hacía siempre, sin fuerza, ¿qué otra cosa podìan hacer?
Eléanör Gàlathiël
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
En ese punto de analización, podía sentir en mi piel como la elfa comenzaba a temblar por mi presencia, era cierto que la presencia de una gran mama oso ayudaba a crecentar el pánico en ese frondoso bosque. Lo cierto era, que respetaba a las criaturas del lugar, siempre con la norma de matar a las especies "extranjeras", pero realmente la elfa parecía tan sumamente deliciosa que no podía parar un momento.
Mi problema no era la osa que emprendió carrera contra mi al gruñirle, lo cierto era que de un salto pude subir a la copa del árbol, donde constantemente pude visualizar como hacia varios intentos de atraparme, así desgarrando todo el tronco.Por fortuna, la chica parecía haberle llamado más la atención con su torpeza, que no evito darse la vuelta y arremeter contra ella.
El gran fallo, es que dejo a su cría sola y sin protección y tal como había detectado, otro de mi especie andaba muy cerca. Un macho gracias al olor fuerte que desprendía, Mis verdes ojos en la forma humana,lograron localizarlo agazapado. Era de un pelajo negro y muy brillante, y unos ojos amarillos como las hojas en época seca.Algo dentro de mi sentía curiosidad también por él
Salté y me dispuse a seguir a la mama osa y la supuesta elfa hasta dar con un regato, la estaba marcando territorio poco a poco, y sinceramente yo no sabia a cual de las dos atacar. Quizás saldría ganando si llevara alimento de ambas partes.
-No suelen pasar cosas tan interesantes...
Me dije a mi misma mientras notaba al macho acercarse lentamente
Mi problema no era la osa que emprendió carrera contra mi al gruñirle, lo cierto era que de un salto pude subir a la copa del árbol, donde constantemente pude visualizar como hacia varios intentos de atraparme, así desgarrando todo el tronco.Por fortuna, la chica parecía haberle llamado más la atención con su torpeza, que no evito darse la vuelta y arremeter contra ella.
El gran fallo, es que dejo a su cría sola y sin protección y tal como había detectado, otro de mi especie andaba muy cerca. Un macho gracias al olor fuerte que desprendía, Mis verdes ojos en la forma humana,lograron localizarlo agazapado. Era de un pelajo negro y muy brillante, y unos ojos amarillos como las hojas en época seca.Algo dentro de mi sentía curiosidad también por él
Salté y me dispuse a seguir a la mama osa y la supuesta elfa hasta dar con un regato, la estaba marcando territorio poco a poco, y sinceramente yo no sabia a cual de las dos atacar. Quizás saldría ganando si llevara alimento de ambas partes.
-No suelen pasar cosas tan interesantes...
Me dije a mi misma mientras notaba al macho acercarse lentamente
Ivy Garnert
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
No podía dejar de observar tal situación, realmente era apasionante el ver como las personas se las apañaban en momentos extremos de vida o muerte, más bien mi parte analítica se entretenía con el descarte de posibles secuencias de ataque o defensa. Hasta aquel entonces no tenía por qué intervenir entre aquellos tres seres, la recia loba, la dama acechada y aquel oso que imponía respeto con tan solo su presencia.
Podía sentir como la tensión aumentaba y la justicia no se encontraba del lado de nadie, era probable que el oso al sentirse intimidado optara por eliminar a su rival que en este caso era la Lycántropa, mientras que aquella tomaba ventaja atacando a la elfa debido a su perfil débil. Tenía que admitir que en aquel momento no podía hacer como si nada, además era sabido que la loba me había olfateado, sabiendo así de mi cercanía y de mi raza.
De entre los arbustos salí disparado de un salto cruzando así por en medio de la situación, dejando a la vista mi inmenso tamaño junto con la negrura de mi pelaje, mi objetivo con aquella acción era la yugular de la osa. El ataque en un principio fue certero tumbando así en el suelo al inmenso animal, en aquel entonces me encontraba sobre este gruñendo con furia y clavando mi mirada en la suya buscando un sometimiento en ella junto a una retirada.
Lo cierto era que en mi forma lupina solía imponer respeto no tan solo en los humanos sino también en algunos animales y uno de estos era el ejemplo. Lentamente sin quitar los ojos de la bestia retrocedí dando espacio a que se retira, sin dudarlo esta se fue echando leches, realmente no dudaba en que la loba pudiera salir victoriosa contra el oso ya que los animales que seres como nosotros no nos presentaban mucha dificultad, esto más que nada lo hacía por la elfa para que la situación no fuese tan injusta.
Manteniendo aún la forma de lobo tomé asiento en mis patas traseras y observé nuevamente el desempeño de la situación y como ambas se las apañaban una contra la otra.
Podía sentir como la tensión aumentaba y la justicia no se encontraba del lado de nadie, era probable que el oso al sentirse intimidado optara por eliminar a su rival que en este caso era la Lycántropa, mientras que aquella tomaba ventaja atacando a la elfa debido a su perfil débil. Tenía que admitir que en aquel momento no podía hacer como si nada, además era sabido que la loba me había olfateado, sabiendo así de mi cercanía y de mi raza.
De entre los arbustos salí disparado de un salto cruzando así por en medio de la situación, dejando a la vista mi inmenso tamaño junto con la negrura de mi pelaje, mi objetivo con aquella acción era la yugular de la osa. El ataque en un principio fue certero tumbando así en el suelo al inmenso animal, en aquel entonces me encontraba sobre este gruñendo con furia y clavando mi mirada en la suya buscando un sometimiento en ella junto a una retirada.
Lo cierto era que en mi forma lupina solía imponer respeto no tan solo en los humanos sino también en algunos animales y uno de estos era el ejemplo. Lentamente sin quitar los ojos de la bestia retrocedí dando espacio a que se retira, sin dudarlo esta se fue echando leches, realmente no dudaba en que la loba pudiera salir victoriosa contra el oso ya que los animales que seres como nosotros no nos presentaban mucha dificultad, esto más que nada lo hacía por la elfa para que la situación no fuese tan injusta.
Manteniendo aún la forma de lobo tomé asiento en mis patas traseras y observé nuevamente el desempeño de la situación y como ambas se las apañaban una contra la otra.
- Código:
Mil disculpas la demora
Hvitsärk Haraldsson
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
Mientras la pequeña elfa pelirroja temblaba atemorizada por las dos inmensas rivales que se le ponían al frente, tragó saliva sintiendo el tenue brillo de la magia acariciar su piel, si no lograba controlarse, pronto todo se descontrolaría y, aunque facilmente podría salir huyendo y no volver, posiblemente quien viera lo que era capaz podría quedar cegado durante varios minutos.
Siguio retrocediendo, nerviosa, escapando de las fauces de lobo y osa, cuando un nuevo personaje apareció en escena, saltando por el centro de la acción, dándole la perfecta oportunidad de huir de allí mientras el se encargaba de la osa, cortando, así, el paso al otro lobo, habían acabado con una amenaza, ahora la loba iría a por ella, con la desaparición de lo unico que la podría haber detenido, quedaba ella sola y desprotegida.
Mientras la batalla entre lobo y oso se desenvolvía, salió corriendo en un intento desesperado de huir, de su perseguidor, por una vez, no tropezó, no dio ningún traspié, simplemente, corrió corrió todo lo que le daban sus piernas y llegó a su caballo. Subió con prisas y avanzó a la carrera dejando, tras de si, un inmenso fogonazo que impediría que nadie la persiguiera.
Ni lobo, ni oso, ni humano ni criatura alguna podría dar con ella, corrió a lomos de Hans tan rápido como podía hasta que llegó a perder de vista el bosque, no volvería a dentrarse allí sola nunca más.
*********************************************************Siguio retrocediendo, nerviosa, escapando de las fauces de lobo y osa, cuando un nuevo personaje apareció en escena, saltando por el centro de la acción, dándole la perfecta oportunidad de huir de allí mientras el se encargaba de la osa, cortando, así, el paso al otro lobo, habían acabado con una amenaza, ahora la loba iría a por ella, con la desaparición de lo unico que la podría haber detenido, quedaba ella sola y desprotegida.
Mientras la batalla entre lobo y oso se desenvolvía, salió corriendo en un intento desesperado de huir, de su perseguidor, por una vez, no tropezó, no dio ningún traspié, simplemente, corrió corrió todo lo que le daban sus piernas y llegó a su caballo. Subió con prisas y avanzó a la carrera dejando, tras de si, un inmenso fogonazo que impediría que nadie la persiguiera.
Ni lobo, ni oso, ni humano ni criatura alguna podría dar con ella, corrió a lomos de Hans tan rápido como podía hasta que llegó a perder de vista el bosque, no volvería a dentrarse allí sola nunca más.
Off: Chicos, narro mi salida, siento mucho la demora, pero no he tenido tiempo antes, han sido semanas de mucho lio y ahora me voy de viaje y no se cuanto voy a poder estar pendiente del foro, así que estoy intentando quitar temas para no colgar los mastereados, si tienen que quitarme puntos, decidlo, siento las molestias, seguro que habría sido un gran tema >-<''
Eléanör Gàlathiël
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
Ni osa, ni elfa. Una había sido derribada por el macho que me seguía y la otra huía tan rápido como podía. Mi diversión se había acabado.Mi estomago no podía darse a llenar , no importaba. Me giré sobre si misma viendo a aquel lobo de pie, como me observaba en completo silencio.No pude evitar soltar una carcajada pequeña y rechistar.
-Ahora con quien voy a jugar. Parecía la situación interesante y se esfumó.
Introduci las yemas de mis dedos en mi cabello, dejando un surco en mi cuero cabelludo.Resoplé y me senté a una roca a pocos escasos metros.con las piernas cruzadas, todavía bastante atenta a él. Me conservaba tranquila, no sentía ningún tipo de nerviosismo o agresividad
-¿Qué es lo que quieres?. Pregunté para ver si lograba poder ver su forma humana.
Cuanto más reinaba el silencio, menos comprendía la situación. Era consciente, de que no atacaría pues ya lo habría hecho. Continuaba la lluvia, y eso me gustaba. El olor a tierra mojada, la hierba áspera y cortante, la poca presencia de animales.El tiempo así, me gustaba sobre todo porque atraía la soledad.
Me tumbé sobre la roca , observando las gotas caer sobre mi rostro, mientras notaba un pequeño movimiento.
-¿Nada?,¿no te apetece hablar?
Levante la cabeza, para asegurarme que permanecía todavía allí.Algo en mi, se mordía de curiosidad
-Ahora con quien voy a jugar. Parecía la situación interesante y se esfumó.
Introduci las yemas de mis dedos en mi cabello, dejando un surco en mi cuero cabelludo.Resoplé y me senté a una roca a pocos escasos metros.con las piernas cruzadas, todavía bastante atenta a él. Me conservaba tranquila, no sentía ningún tipo de nerviosismo o agresividad
-¿Qué es lo que quieres?. Pregunté para ver si lograba poder ver su forma humana.
Cuanto más reinaba el silencio, menos comprendía la situación. Era consciente, de que no atacaría pues ya lo habría hecho. Continuaba la lluvia, y eso me gustaba. El olor a tierra mojada, la hierba áspera y cortante, la poca presencia de animales.El tiempo así, me gustaba sobre todo porque atraía la soledad.
Me tumbé sobre la roca , observando las gotas caer sobre mi rostro, mientras notaba un pequeño movimiento.
-¿Nada?,¿no te apetece hablar?
Levante la cabeza, para asegurarme que permanecía todavía allí.Algo en mi, se mordía de curiosidad
Ivy Garnert
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
Finalmente aquel momento de tensión y sangre había mermado dándose a la fuga la pequeña elfa junto con aquella osa, ambas por caminos distintos, en ese instante el silencio reinaba entre ambos y mi misión había sido cumplida exitosamente. Las palabras de la loba demostraban cierto capricho debido a que había culminado con su divertimento y almuerzo ¿Qué clase de sentido tenía matar por matar? En mi caso los únicos que morían en mis garras a sangre fría eran bandidos e insolentes.
Prensando poca atención a sus palabras me acerqué a ella haciendo notar la diferencia de tamaños y comencé a olfatear un poco de su aroma, pude darme cuenta de que no residían en su interior intenciones violentas así que di media vuelta y echándome a la carrera me dirigí hacia las matas de pasto alto y seco donde me encontraba en un principio.
Una vez allí solo y sin que me observaran volví a tomar mi forma humana, dejando atrás aquella inmensa y fiera transformación, nuevamente me tumbé en el suelo cerrando los ojos y sintiendo como la fresca brisa de un cielo nublado recorría mi cuerpo por completo.
-Pff y creía que le mostraría mi forma humana – susurré por lo bajo mientras me acomodaba, lo cierto es que al nunca tener contacto con los de mi raza encontraba difícil la tarea de darme a conocer por completo.
Prensando poca atención a sus palabras me acerqué a ella haciendo notar la diferencia de tamaños y comencé a olfatear un poco de su aroma, pude darme cuenta de que no residían en su interior intenciones violentas así que di media vuelta y echándome a la carrera me dirigí hacia las matas de pasto alto y seco donde me encontraba en un principio.
Una vez allí solo y sin que me observaran volví a tomar mi forma humana, dejando atrás aquella inmensa y fiera transformación, nuevamente me tumbé en el suelo cerrando los ojos y sintiendo como la fresca brisa de un cielo nublado recorría mi cuerpo por completo.
-Pff y creía que le mostraría mi forma humana – susurré por lo bajo mientras me acomodaba, lo cierto es que al nunca tener contacto con los de mi raza encontraba difícil la tarea de darme a conocer por completo.
Hvitsärk Haraldsson
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
Efectivamente, cuando levanté mi cabeza, el otro licantropo, aparte de no dirigirme la palabra ni dar una corta respuesta, se dirigió a la carrera hacia las grande matas.Rápidamente perdí de vista su pelaje negro y me dispusé de un sobresalto a seguirlo.No me gustaba que me dejaran con la palabra en la boca.
-Insolente. ¿Huyes?, de mi no huye nadie..
De pie frente la roca, desabroche la ropa ajustada y la deje al lado el árbol más próximo. Junto con mis botas y pocos objetos que portaba en ese momento.En pocos segundos, no tardé en transformarme en una loba, de pelaje rojo y unos ojos claros.Poseía un tamaño poco normal para un lobo común, aun así , mi tamaño seguía siendo más diminutivo que el del macho.
Me adentré entre la maleza, en busca de su olor.Lo sentía, era un olor fuerte, un olor bastante atrayente.Inspiré y salí a la carrera detrás del rastro.Por el camino , notaba las pisadas en el barro, la hierba aplastada por el paso.Pequeños pelos que eran llevados por el viento que azotaba en ese mismo momento.Era tan sencillo, que di hasta donde se encontraba.En su forma humana. Relajándose y pasando de todo lo sucedido. Demasiada confianza había depositado si creía que la curiosidad de una de su raza no iba a brotar de nuevo.
El lican tenia un buen porte, parecía que era un macho fuerte, arrasador si le encontraban de malas formas.Tenía un físico bastante formidable, y en sus ojos existía un brillo sumamente extraño a la vez de atrayente.
Me dediqué a observar si hacer el mínimo ruido, agazapada entre las hierbas. Tal como hizo él momentos atrás.Él logró atraer mi curiosidad, así que era el momento de hacerlo con él. No tardaría en darse cuenta de mi olor. Y si volvía a huir, le volvería encontrar, haciendo un bucle sin fin.
-Insolente. ¿Huyes?, de mi no huye nadie..
De pie frente la roca, desabroche la ropa ajustada y la deje al lado el árbol más próximo. Junto con mis botas y pocos objetos que portaba en ese momento.En pocos segundos, no tardé en transformarme en una loba, de pelaje rojo y unos ojos claros.Poseía un tamaño poco normal para un lobo común, aun así , mi tamaño seguía siendo más diminutivo que el del macho.
Me adentré entre la maleza, en busca de su olor.Lo sentía, era un olor fuerte, un olor bastante atrayente.Inspiré y salí a la carrera detrás del rastro.Por el camino , notaba las pisadas en el barro, la hierba aplastada por el paso.Pequeños pelos que eran llevados por el viento que azotaba en ese mismo momento.Era tan sencillo, que di hasta donde se encontraba.En su forma humana. Relajándose y pasando de todo lo sucedido. Demasiada confianza había depositado si creía que la curiosidad de una de su raza no iba a brotar de nuevo.
El lican tenia un buen porte, parecía que era un macho fuerte, arrasador si le encontraban de malas formas.Tenía un físico bastante formidable, y en sus ojos existía un brillo sumamente extraño a la vez de atrayente.
Me dediqué a observar si hacer el mínimo ruido, agazapada entre las hierbas. Tal como hizo él momentos atrás.Él logró atraer mi curiosidad, así que era el momento de hacerlo con él. No tardaría en darse cuenta de mi olor. Y si volvía a huir, le volvería encontrar, haciendo un bucle sin fin.
Ivy Garnert
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
La resequedad de la hierba amarilla de aquellos lares acariciaba suavemente mi cuerpo, tal como la caricia de una madre, no pasaron varios minutos para que esa tranquilidad se esfumara como por arte de magia ya que a unos metros podía sentirse el cálido e intenso aroma que emanaba la loba con la cual me había cruzado anteriormente.
“¿Qué tanto está observando? ¿A caso planea atacarme?” los cuestionamientos de esa índole casi se apoderaban de mí en aquel entonces, por un lado sabía que si actuaba impulsivamente algo saldría mal y lo mismo sucedería si me relajaba por demás, así que opté por la simpleza de cerrar los ojos y sentir el fluir de la energía que allí habitaba.
Con mi atención focalizada en el ambiente podía sentir el crujir de cada ramilla junto con las profundas respiraciones que aquel ser emanaba, estas eran profundas y calmas dándome a entender que no estaba por actuar de una forma violenta, así que mantuve la quietud tan solo por unos segundos más. Luego del transcurso de ese tiempo bruscamente me puse de pie, abriendo los ojos dejando atrás toda aquella señal de tranquilidad –Vamos- dije riendo -¿Qué intentas probar?- pregunté en un tono amenazante.
La sangre hervía dentro de mis venas con tan solo sentir la presencia lupina, esta únicamente lograba ponerme así y tener la necesidad de canalizar todo en un solo acto. De forma violenta retiré mi cota para luego desprenderme la hebilla del cinturón y dejar caer así mis pantalones, en taparrabos salí corriendo a toda prisa dirigiéndome hacia el origen del aroma, a mitad del trayecto di un salto y en este dejé atrás mi forma humana retornando al inmenso tamaño con negro pelaje.
Galopé en mis cuatro patas como nunca lo había hecho y en cuanto visualicé aquel pelaje rojizo me abalancé sobre ella como si nada, quedando arriba de la loba tratando de mostrar una actitud predominante, lo cierto era que en aquellos momentos mis genes de licántropo no me permitían actuar de otra forma distinta a lo que dictara mi instinto.
Con mis ojos amarillos y mi hocico intenté leer alguna señal de sometimiento, esto siempre me resultaba sencillo ya que más de un animal demostraba las mismas actitudes, pero ella era como un papel en blanco para mí; imposible de leer.
“¿Qué tanto está observando? ¿A caso planea atacarme?” los cuestionamientos de esa índole casi se apoderaban de mí en aquel entonces, por un lado sabía que si actuaba impulsivamente algo saldría mal y lo mismo sucedería si me relajaba por demás, así que opté por la simpleza de cerrar los ojos y sentir el fluir de la energía que allí habitaba.
Con mi atención focalizada en el ambiente podía sentir el crujir de cada ramilla junto con las profundas respiraciones que aquel ser emanaba, estas eran profundas y calmas dándome a entender que no estaba por actuar de una forma violenta, así que mantuve la quietud tan solo por unos segundos más. Luego del transcurso de ese tiempo bruscamente me puse de pie, abriendo los ojos dejando atrás toda aquella señal de tranquilidad –Vamos- dije riendo -¿Qué intentas probar?- pregunté en un tono amenazante.
La sangre hervía dentro de mis venas con tan solo sentir la presencia lupina, esta únicamente lograba ponerme así y tener la necesidad de canalizar todo en un solo acto. De forma violenta retiré mi cota para luego desprenderme la hebilla del cinturón y dejar caer así mis pantalones, en taparrabos salí corriendo a toda prisa dirigiéndome hacia el origen del aroma, a mitad del trayecto di un salto y en este dejé atrás mi forma humana retornando al inmenso tamaño con negro pelaje.
Galopé en mis cuatro patas como nunca lo había hecho y en cuanto visualicé aquel pelaje rojizo me abalancé sobre ella como si nada, quedando arriba de la loba tratando de mostrar una actitud predominante, lo cierto era que en aquellos momentos mis genes de licántropo no me permitían actuar de otra forma distinta a lo que dictara mi instinto.
Con mis ojos amarillos y mi hocico intenté leer alguna señal de sometimiento, esto siempre me resultaba sencillo ya que más de un animal demostraba las mismas actitudes, pero ella era como un papel en blanco para mí; imposible de leer.
Hvitsärk Haraldsson
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
Continuaba agazapada entre las hierbas, era como la presa observando al cazador que le iba a dar muerte.Aunque me mostraba totalmente tranquila por la situación,el macho me sorprendió levantándose de golpe, amenazante,como cual líder que espera la más completa sumisión.
Ante sus repentinas palabras acechantes, comencé a mostrar mis dientes en forma de desafío.Dicen los humanos, que no se debe de mirar ante los dientes del lobo, esta era, una de las situaciones a las que se le podría añadir tal dicho.La amenaza hizo estallar la furia dentro de mi, mi porte de líder comenzó a cegar la poca cordura humana que poseía.El macho se despojó de todo aquello que portaba y se transformó hacia toda prisa galopante, lleno de ira , la misma que portaba cada uno de nuestra raza.
Se abalanzó sobre mi, aun continuaba agachada mostrando respeto.Me tiro de costillas, dejando que mi cuerpo quedará por debajo.Buscando mi completa sumisión ante él.
Era cierto que tenia el doble de tamaño,que en ese mismo instante, era yo la que se encontraba bajo amenaza, que buscaba de tratar la sabiduría de que tipo de sangre portaba dentro.
Acercando su hocico, mientras continuaba mostrando mis dientes, no pretendía que nadie quedara por encima de mi. Me lancé a su cuello agresiva en un continuo forcejeo,logrando así que su cuerpo se quitara encima de mi.Ahora era mi turno de mostrar quien mandaba.Si aquel hombre lobo pensaba que por ser fémina, iba ser más débil, estaba totalmente equivocado.Ahora yo yo la que trotaba fuerte hacia él, y de un salto, volví a asaltarle.Llevando esto a un punto de no retorno.Emprendimos una feroz guerra para ver quien era el mejor, y entre mordiscos,notaba como mi corazón se aceleraba por la furia y la adrenalina que la sangre producía en mi.
Al menos, debía de admitir que mi contrincante era fuerte y cabezón como lo era yo.Entre la sangre y la muerte se encontraba mi diversión y pura perversión.En el fondo, me lo estaba pasando como una chiquilla.Tanto que deje una marca de feromonas a mi alrededor.
Ante sus repentinas palabras acechantes, comencé a mostrar mis dientes en forma de desafío.Dicen los humanos, que no se debe de mirar ante los dientes del lobo, esta era, una de las situaciones a las que se le podría añadir tal dicho.La amenaza hizo estallar la furia dentro de mi, mi porte de líder comenzó a cegar la poca cordura humana que poseía.El macho se despojó de todo aquello que portaba y se transformó hacia toda prisa galopante, lleno de ira , la misma que portaba cada uno de nuestra raza.
Se abalanzó sobre mi, aun continuaba agachada mostrando respeto.Me tiro de costillas, dejando que mi cuerpo quedará por debajo.Buscando mi completa sumisión ante él.
Era cierto que tenia el doble de tamaño,que en ese mismo instante, era yo la que se encontraba bajo amenaza, que buscaba de tratar la sabiduría de que tipo de sangre portaba dentro.
Acercando su hocico, mientras continuaba mostrando mis dientes, no pretendía que nadie quedara por encima de mi. Me lancé a su cuello agresiva en un continuo forcejeo,logrando así que su cuerpo se quitara encima de mi.Ahora era mi turno de mostrar quien mandaba.Si aquel hombre lobo pensaba que por ser fémina, iba ser más débil, estaba totalmente equivocado.Ahora yo yo la que trotaba fuerte hacia él, y de un salto, volví a asaltarle.Llevando esto a un punto de no retorno.Emprendimos una feroz guerra para ver quien era el mejor, y entre mordiscos,notaba como mi corazón se aceleraba por la furia y la adrenalina que la sangre producía en mi.
Al menos, debía de admitir que mi contrincante era fuerte y cabezón como lo era yo.Entre la sangre y la muerte se encontraba mi diversión y pura perversión.En el fondo, me lo estaba pasando como una chiquilla.Tanto que deje una marca de feromonas a mi alrededor.
Ivy Garnert
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
Lo que se estaba viviendo en ese momento era casi inexplicable ya que nunca había tenido un enfrentamiento de tal estirpe con alguien de mi raza, es más casi ni había tenido contacto con alguno, debido a esto mi comportamiento agresivo e instintivo tratando de predominar. La loba mostraba un carácter fuerte y determinado, al parecer no se sometía ante nada ni nadie, pese a la diferencia de tamaños me presentó batalla.
Sus puntiagudos colmillos casi penetran mi cuello, debía agradecer a mis progenitores por haberme concebido con un pelaje espeso junto una piel dura, intenté separarme de ella apenas me mordió. Esto se me dificultaba ya que apretaba su mandíbula con mucha fuerza, pero en cuanto sentí un indicio de fatiga en su mordida, tomé fuerzas de donde no había y alzándome sobre ella logré que su mandíbula se falseara culminando por soltarme.
La sensación de rabia en aquel entonces estaba por desbordarme completamente, mis ojos amarillos se encontraban inyectados en sangre en el momento que opté por enseñar los dientes, había sido muy despistado cuando intenté someterla sin una muestra previa de mi fuerza.
Propicie en el ambiente un grave ladrido que probablemente habría asustado a más de un humano, comencé a acercarme lentamente sin dejar de dar las señales de que estaba realmente cabreado, pero fue en ese entonces cuando una oleada de feromonas invadió todos mis sentidos por completo dejándome desorientado por unos segundos.
Mi desconcierto había llegado ¿Qué buscaba esta hembra? ¿Estaba iracunda o en celo?, esas preguntas redundaban sobre mi reducida conciencia propia de la forma lupina, al no saber cómo actuar no encontré mejor respuesta que mostrar un término medio entre someter y bajar la guardia; un estado alerta.
Dejé de fruncir el ceño y así escondiendo los dientes, alcé la cabeza junto a la cola fijando mi mirada en la suya, esperando a ver una clara reacción para poder tomar una buena decisión.
Sus puntiagudos colmillos casi penetran mi cuello, debía agradecer a mis progenitores por haberme concebido con un pelaje espeso junto una piel dura, intenté separarme de ella apenas me mordió. Esto se me dificultaba ya que apretaba su mandíbula con mucha fuerza, pero en cuanto sentí un indicio de fatiga en su mordida, tomé fuerzas de donde no había y alzándome sobre ella logré que su mandíbula se falseara culminando por soltarme.
La sensación de rabia en aquel entonces estaba por desbordarme completamente, mis ojos amarillos se encontraban inyectados en sangre en el momento que opté por enseñar los dientes, había sido muy despistado cuando intenté someterla sin una muestra previa de mi fuerza.
Propicie en el ambiente un grave ladrido que probablemente habría asustado a más de un humano, comencé a acercarme lentamente sin dejar de dar las señales de que estaba realmente cabreado, pero fue en ese entonces cuando una oleada de feromonas invadió todos mis sentidos por completo dejándome desorientado por unos segundos.
Mi desconcierto había llegado ¿Qué buscaba esta hembra? ¿Estaba iracunda o en celo?, esas preguntas redundaban sobre mi reducida conciencia propia de la forma lupina, al no saber cómo actuar no encontré mejor respuesta que mostrar un término medio entre someter y bajar la guardia; un estado alerta.
Dejé de fruncir el ceño y así escondiendo los dientes, alcé la cabeza junto a la cola fijando mi mirada en la suya, esperando a ver una clara reacción para poder tomar una buena decisión.
Hvitsärk Haraldsson
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
Me mostraba los dientes con los ojos totalmente de rojo sangre, mientras avanzaba despacio. Yo seguía en la misma posición, mostrando cada vez más los colmillos de delante.Mi posición totalmente cambió cuando observe que el macho, en un arrebato, tras oler mis feromonas, escondió sus dientes alzando su cabeza y estirando su cola.Como el perro que se da cuenta que la perra se encuentra en un celo.
Notaba mientras me miraba atento, como se encontraba en aura de confusión.Era muy consciente que tras detectar el olor, y sobre todo como hembra, no iba a volver a atacarme si yo misma no lo provocaba a hacerlo.Ahora estábamos en mi terreno, me gustaba ver la sangre que manchaba su cuello, había comprobado su potencia, sentí su ladrido.Pero, no me encontraba aterrada, sino más atraída hacia él.
Había algo en ese macho, que sin duda me llamaba cada vez más la atención. Mostrándome totalmente tranquila emprendí pasos hacia él, nada agresiva. Como una felina, mientras andaba iba marcando mi cadera con movimientos envolventes,hasta estar a su altura y comenzar a restregarme a propósito para marcar cada vez más olor.
De un lado, a otro. Mientras él continuaba en un estado de sock. Como si estuviera jugando con sus instintos mas primates.Tarde o temprano cedería.La verdad, es que en ese instante, no me apetecía más morder y machacar. El ambiente había cambiado a algo, a algo más , más intimo.
Puse mi hocico en el suyo, sintiendo con fuerza su respiración. Lo observé de reojo, intentando mostrar una sonrisa. Una sonrisa en esa forma era un poco tenebrosa, sobre todo ante el ojo humano.
Acto después morí su oreja, al ver que no reaccionaba, no le mordía de forma agresiva, sino juguetona. Dándole señales, de que esta hembra se encontraba totalmente perversa,deseosa para un coito momentáneo y adiós.Solo tenía que insistir más y tarde o temprano, por instinto caería.
Notaba mientras me miraba atento, como se encontraba en aura de confusión.Era muy consciente que tras detectar el olor, y sobre todo como hembra, no iba a volver a atacarme si yo misma no lo provocaba a hacerlo.Ahora estábamos en mi terreno, me gustaba ver la sangre que manchaba su cuello, había comprobado su potencia, sentí su ladrido.Pero, no me encontraba aterrada, sino más atraída hacia él.
Había algo en ese macho, que sin duda me llamaba cada vez más la atención. Mostrándome totalmente tranquila emprendí pasos hacia él, nada agresiva. Como una felina, mientras andaba iba marcando mi cadera con movimientos envolventes,hasta estar a su altura y comenzar a restregarme a propósito para marcar cada vez más olor.
De un lado, a otro. Mientras él continuaba en un estado de sock. Como si estuviera jugando con sus instintos mas primates.Tarde o temprano cedería.La verdad, es que en ese instante, no me apetecía más morder y machacar. El ambiente había cambiado a algo, a algo más , más intimo.
Puse mi hocico en el suyo, sintiendo con fuerza su respiración. Lo observé de reojo, intentando mostrar una sonrisa. Una sonrisa en esa forma era un poco tenebrosa, sobre todo ante el ojo humano.
Acto después morí su oreja, al ver que no reaccionaba, no le mordía de forma agresiva, sino juguetona. Dándole señales, de que esta hembra se encontraba totalmente perversa,deseosa para un coito momentáneo y adiós.Solo tenía que insistir más y tarde o temprano, por instinto caería.
Ivy Garnert
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
La tensión que sentía en aquel momento era inigualable a cualquier otra vivida, la dualidad entre el instinto y la razón era extrema, por un lado se encontraba el lobo con ganas de saciar el celo de dicha hembra y la otra era el humano orgulloso intentando imponer respeto.
No podía moverme prácticamente ya que mis músculos se encontraban tensos debido a la adrenalina y excitación, refregó todo su cuerpo por el mío impregnándome aún más de ese aroma afrodisíaco de cual solo los lobos con buen olfato podíamos disfrutar. Con cada respiración abría y cerraba los ojos, dejándome lleva por aquel olor tan estimulante, aun así mi mirada yacía clavada en sus movimiento sin dejar brecha alguna para un posible ataque.
A medida que acercaba su hocico al mío no podía evitar retozar cual bisonte, me daba cuenta al instante que aquella loba sabía cómo tratar a alguien de su especie, pero era más que evidente que no me engatusaría de primeras; iba a probar sus intenciones.
Cuando me sonrío no pude evita gruñir espantado, lo cierto era que los caninos no teníamos muy buena pinta sonriendo así que prefería más una lengüetada y listo. Luego de sentir sus refriegues por mi cuerpo opté por rodearla muy lentamente esperando el momento justo para actuar.
Ella no parecía preocuparse ya que intuía muy bien mis intenciones, una vez con el terreno tanteado me abalancé sobre ella en son de juego con intento de cortejo, quedando así entre mis patas.
Le propicie a su hocico unas pocas y cortas lamidas, ya que mi forma de ser no era del todo cariñosa y pensaba que de muestra tan solo bastaba un poco para saber de lo que era capaz, así continué olfateando el resto de su cuerpo; sintiendo aquel aroma tan adictivo.
“¿Cómo me era posible contenerme en aquel entonces?” me pregunté en aquel momento, probablemente mi actitud natural hubiera sido empotrarla a toda máquina y ya, pero por más que me lo plantease no podía.
En un principio iba a dejar que ella marcara el camino, esa es la regla de todo cortejo, y luego de eso actuaría como de costumbre.
No podía moverme prácticamente ya que mis músculos se encontraban tensos debido a la adrenalina y excitación, refregó todo su cuerpo por el mío impregnándome aún más de ese aroma afrodisíaco de cual solo los lobos con buen olfato podíamos disfrutar. Con cada respiración abría y cerraba los ojos, dejándome lleva por aquel olor tan estimulante, aun así mi mirada yacía clavada en sus movimiento sin dejar brecha alguna para un posible ataque.
A medida que acercaba su hocico al mío no podía evitar retozar cual bisonte, me daba cuenta al instante que aquella loba sabía cómo tratar a alguien de su especie, pero era más que evidente que no me engatusaría de primeras; iba a probar sus intenciones.
Cuando me sonrío no pude evita gruñir espantado, lo cierto era que los caninos no teníamos muy buena pinta sonriendo así que prefería más una lengüetada y listo. Luego de sentir sus refriegues por mi cuerpo opté por rodearla muy lentamente esperando el momento justo para actuar.
Ella no parecía preocuparse ya que intuía muy bien mis intenciones, una vez con el terreno tanteado me abalancé sobre ella en son de juego con intento de cortejo, quedando así entre mis patas.
Le propicie a su hocico unas pocas y cortas lamidas, ya que mi forma de ser no era del todo cariñosa y pensaba que de muestra tan solo bastaba un poco para saber de lo que era capaz, así continué olfateando el resto de su cuerpo; sintiendo aquel aroma tan adictivo.
“¿Cómo me era posible contenerme en aquel entonces?” me pregunté en aquel momento, probablemente mi actitud natural hubiera sido empotrarla a toda máquina y ya, pero por más que me lo plantease no podía.
En un principio iba a dejar que ella marcara el camino, esa es la regla de todo cortejo, y luego de eso actuaría como de costumbre.
Hvitsärk Haraldsson
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
El cortejo había comenzado. Un lametazo por aquí, otro por allá. Se dispuso a subirse encima de mi como señal de que le encantaba el juego, apretando sus patas contra mi cuerpo para que no huyera.En un descuido, salí trotando entre la hierba tan rápido como pude.Sabiendo que él me seguiría,y trotaría detrás de mi.
Me dedicaba a esquivar a propósito , como una señal de cortejo hacia él y de vez en cuando , continuaba mordiendo su oreja, emitiendo sonidos para atraerle más.En cierta manera, aunque queramos salvajes, había una pequeña parte de nosotros que mostraba cierto cariño, aunque muchas veces fuera por el propio interés.El lobo de pelaje negro me alcanzó y echamos a rodar por el pasto seco, hiperactivos por el momento. Volví a levantarme e hizo otro intento de cortejo entre sus patas y lo volví a esquivar jugueteando de nuevo, corriendo hacia un nuevo lugar.
En mitad del trayecto me paré, de seco.Giré la cabeza hacia donde se localizaba él, y di unos pasos adelante con calma metiéndome entre las más altas hierbas.Poco a poco, se observó como mi forma se iba modificando a la de humana. Mi piel blanca relucía a pesar de la escasez del sol,mi pelo pelirrojo se captaba igualmente de lejos, llamaba la atención por donde pisara.Volví a guiarme, pero tan solo la cara.Dejando a demostrar un rostro de niña inocente, mis ojos verdes y mis mejillas sonrojadas ante la pasión ayudaban a conseguir ese efecto.
Seguí adelante, andando descalza como si nada.El lugar estaba desierto gracias al ladrido.Volví a contonear mi figura de lado a lado presumida y añadí desde lejos.
-Creo que ambos, comenzamos a hablar la misma lengua. Mientras echaba una risa picara.
Me dedicaba a esquivar a propósito , como una señal de cortejo hacia él y de vez en cuando , continuaba mordiendo su oreja, emitiendo sonidos para atraerle más.En cierta manera, aunque queramos salvajes, había una pequeña parte de nosotros que mostraba cierto cariño, aunque muchas veces fuera por el propio interés.El lobo de pelaje negro me alcanzó y echamos a rodar por el pasto seco, hiperactivos por el momento. Volví a levantarme e hizo otro intento de cortejo entre sus patas y lo volví a esquivar jugueteando de nuevo, corriendo hacia un nuevo lugar.
En mitad del trayecto me paré, de seco.Giré la cabeza hacia donde se localizaba él, y di unos pasos adelante con calma metiéndome entre las más altas hierbas.Poco a poco, se observó como mi forma se iba modificando a la de humana. Mi piel blanca relucía a pesar de la escasez del sol,mi pelo pelirrojo se captaba igualmente de lejos, llamaba la atención por donde pisara.Volví a guiarme, pero tan solo la cara.Dejando a demostrar un rostro de niña inocente, mis ojos verdes y mis mejillas sonrojadas ante la pasión ayudaban a conseguir ese efecto.
Seguí adelante, andando descalza como si nada.El lugar estaba desierto gracias al ladrido.Volví a contonear mi figura de lado a lado presumida y añadí desde lejos.
-Creo que ambos, comenzamos a hablar la misma lengua. Mientras echaba una risa picara.
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
Más que una loba parecía una gata, jamás había visto movimiento tan atractivos, aunque estando la forma de un perro no podía ponerme muy exigente tampoco. Todo transcurría tranquilo pero seguro, ella se refregaba y se alejaba mientras yo me dejaba refregar y la seguía.
Aquella imagen vista de lejos debía provocar una sensación de ternura y hasta cariño, pero yo sabía la única intensión de todo esto, complacer el celo como buen lobo para luego largarme tranquilo. Realmente tenía que tener como objetivo primordial el tener un coito con la hembra, porque si me desenfocaba de este a la primera mordida de oreja o molestia me retiraría, ignorándola hasta que viniera a mí.
Paso en tiempo y ambos nos vimos en un momento crucial, ella había tomado la forma humana y yo aún seguía como lobo, evidentemente la muchacha quería follar y disfrutar; ya que casi ni se disfruta en forma animal.
Aprovechando su cambio de forma opté para jugarle una broma, miré fijamente a sus ojos tratando de comunicar una falsa pérdida de interés debido a su transformación humana, prosiguiendo así por retirarme a la espesura del bosque ocultándome en unos arbustos; totalmente perdido de su vista.
Sabía que me hallaría por el fuerte aroma que emanaba, pero no quería que me viera el rostro aún, esperé unos minutos esperando a su desconcierto total y tras los arbustos me transformé en humano nuevamente.
Traté de escabullirme para que no me viera, en cuando le dio la espalda a mi escondite procedí a saltar de entre los arbustos y a abrazarla por detrás, tomé sus brazos con fuerza para evita un golpe o que volteara y susurré a su oído – Yo creo que ahora puedo entenderte mejor-.
Ambos nos encontrábamos desnudos y calentando motores, solo que ahora con la razón y el instinto fuera quería disfrutar un poco más.
Me encontraba respirando tras su cuello intentando sostener las riendas de la lujuria -¿Qué vas a hacer ahora Loba? ¿Ya no te manejará el instinto?- dije conteniendo esas ganas de embestirla hasta el fin de los días.
Aquella imagen vista de lejos debía provocar una sensación de ternura y hasta cariño, pero yo sabía la única intensión de todo esto, complacer el celo como buen lobo para luego largarme tranquilo. Realmente tenía que tener como objetivo primordial el tener un coito con la hembra, porque si me desenfocaba de este a la primera mordida de oreja o molestia me retiraría, ignorándola hasta que viniera a mí.
Paso en tiempo y ambos nos vimos en un momento crucial, ella había tomado la forma humana y yo aún seguía como lobo, evidentemente la muchacha quería follar y disfrutar; ya que casi ni se disfruta en forma animal.
Aprovechando su cambio de forma opté para jugarle una broma, miré fijamente a sus ojos tratando de comunicar una falsa pérdida de interés debido a su transformación humana, prosiguiendo así por retirarme a la espesura del bosque ocultándome en unos arbustos; totalmente perdido de su vista.
Sabía que me hallaría por el fuerte aroma que emanaba, pero no quería que me viera el rostro aún, esperé unos minutos esperando a su desconcierto total y tras los arbustos me transformé en humano nuevamente.
Traté de escabullirme para que no me viera, en cuando le dio la espalda a mi escondite procedí a saltar de entre los arbustos y a abrazarla por detrás, tomé sus brazos con fuerza para evita un golpe o que volteara y susurré a su oído – Yo creo que ahora puedo entenderte mejor-.
Ambos nos encontrábamos desnudos y calentando motores, solo que ahora con la razón y el instinto fuera quería disfrutar un poco más.
Me encontraba respirando tras su cuello intentando sostener las riendas de la lujuria -¿Qué vas a hacer ahora Loba? ¿Ya no te manejará el instinto?- dije conteniendo esas ganas de embestirla hasta el fin de los días.
Hvitsärk Haraldsson
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
Tuvo la osadía de no mostrarme interés e ir a través de los matorrales gracias a mi transformación.¿Realmente pensaba que iba a huir de mi? ¿Que consentiría tal situación y me quedaría tan tranquila?.El juego no había quedado ahí, si yo había decidido que ese día era perfecto para consumar, es que realmente lo era.
Me dispuse a seguir su olor, como el que va en busca de su almuerzo. Atravesando hierbas bastantes molestas para la piel, pues rasgaban sin problemas y hacían pequeños arañazos.Solo se mostraban pequeñas muestras de sangre sin importancia por lo cual me adentré hacia lo más hondo del bosque continuando en la búsqueda de aquel macho.
Logré estar bastante cerca del olor, notaba que estaba cerca, pero cuantos más pasos daba , más confuso se volvía el origen de su olor.Parecía que se había camuflado a propósito,esperándome en algún lugar seguramente para asaltarme.Cuanto más notaba su olor, más me emocionaba,y eso iba a llevar, a un encuentro demasiado casual.
Me asaltó por la espalda cuando estaba girando sobre mi misma, no había detectado bien su olor ya que su piel estaba húmeda por el pasto, además de que se ocultó bastante bien.Agarró bien fuerte mis brazos, ya que por instinto seguramente le habría atacado poco amistosa.Tampoco podía girarme, por ahora me tenia presa de él.
Notaba su aliento acercarse a mi oído y susurro unas palabras:"Yo creo que ahora puedo entenderte mejor"
-Entonces no sé a que estas esperando, lobo. Le respondí guasona, pues sabía que él añadiría algo más.
Notaba como sus brazos se ponían cada vez mas tensos y hacia más fuerza.Me excitaba.El dominio de poder me volvía loca.No estaba acostumbrada a dar con machos así.La mayoría en cuanto observaban a una hembra con poder, metían el rabo entre las patas y no regresaban.Este no era el caso y se me estaba notando al respirar, ya que se me escapaban pequeños intentos de gemido en el aire.
En cambio su respiración se volvía más fuerte en mi cuello: "¿Qué vas a hacer ahora Loba? ¿Ya no te manejará el instinto?". Me dijo con un tono un poco conteniéndose de la situación a esperas de mi reacción.Sin saber como, o al menos no era consciente, me giré sobre mi dejando mi cara frente la suya.Observando esos profundos ojos que habían pasado de rencor a un imparable deseo, pasé mis manos por su espalda marcando mis dedos fuertemente con la uña, dejando unos surcos de arañazos en su piel.Notaba la dureza entre sus piernas, eso era una buena señal.Ya que de lobo era más sencillo excitar que de humano. Luego me acerqué a su oído y di un lametazo hasta su cuello, jugando así con mis manos bajando hasta sus nalgas, y respondí también susurrando.
-Si fuera por mi, mi instinto ya te estaría obligando a hacer otras cosas.
Me dispuse a seguir su olor, como el que va en busca de su almuerzo. Atravesando hierbas bastantes molestas para la piel, pues rasgaban sin problemas y hacían pequeños arañazos.Solo se mostraban pequeñas muestras de sangre sin importancia por lo cual me adentré hacia lo más hondo del bosque continuando en la búsqueda de aquel macho.
Logré estar bastante cerca del olor, notaba que estaba cerca, pero cuantos más pasos daba , más confuso se volvía el origen de su olor.Parecía que se había camuflado a propósito,esperándome en algún lugar seguramente para asaltarme.Cuanto más notaba su olor, más me emocionaba,y eso iba a llevar, a un encuentro demasiado casual.
Me asaltó por la espalda cuando estaba girando sobre mi misma, no había detectado bien su olor ya que su piel estaba húmeda por el pasto, además de que se ocultó bastante bien.Agarró bien fuerte mis brazos, ya que por instinto seguramente le habría atacado poco amistosa.Tampoco podía girarme, por ahora me tenia presa de él.
Notaba su aliento acercarse a mi oído y susurro unas palabras:"Yo creo que ahora puedo entenderte mejor"
-Entonces no sé a que estas esperando, lobo. Le respondí guasona, pues sabía que él añadiría algo más.
Notaba como sus brazos se ponían cada vez mas tensos y hacia más fuerza.Me excitaba.El dominio de poder me volvía loca.No estaba acostumbrada a dar con machos así.La mayoría en cuanto observaban a una hembra con poder, metían el rabo entre las patas y no regresaban.Este no era el caso y se me estaba notando al respirar, ya que se me escapaban pequeños intentos de gemido en el aire.
En cambio su respiración se volvía más fuerte en mi cuello: "¿Qué vas a hacer ahora Loba? ¿Ya no te manejará el instinto?". Me dijo con un tono un poco conteniéndose de la situación a esperas de mi reacción.Sin saber como, o al menos no era consciente, me giré sobre mi dejando mi cara frente la suya.Observando esos profundos ojos que habían pasado de rencor a un imparable deseo, pasé mis manos por su espalda marcando mis dedos fuertemente con la uña, dejando unos surcos de arañazos en su piel.Notaba la dureza entre sus piernas, eso era una buena señal.Ya que de lobo era más sencillo excitar que de humano. Luego me acerqué a su oído y di un lametazo hasta su cuello, jugando así con mis manos bajando hasta sus nalgas, y respondí también susurrando.
-Si fuera por mi, mi instinto ya te estaría obligando a hacer otras cosas.
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
Con cada segundo que pasaba la excitación y mis ganas de poseerla crecían, para mi suerte ya no era un lobo alzado manejado por sus instintos, esta vez tenía bajo mi control y autoría aquella situación. Estando a tan corta distancia podía sentir una leve agitación en su respiración, dando a relucir que también estaba tratando de controlarse, ya que si estuviera en su forma animal probablemente se dejaría ensartar y ya.
Susurró a mi oído unas palabras que hacían alusión a el porqué estaba esperando, la respuesta era simple, no me apetecía nos disfrutar de todo lo posible. –Pues yo no lo considero como una espera- respondí con una suave risa –Más bien podría catalogarlo como un momento para conocernos- en aquella respuesta dejé evidenciar el sarcasmo, supuse que ella entendería que lo que más me gustaba de todo esto era calentar motores.
Pude sentir el frio que emanaban sus manos al recorrer toda mi espalda, pequeñas marcas de rasguños adornaban toda mi retaguardia, siguiendo así hasta mi parte inferior trasera; no me relajé del todo allí.
Para balancear un poco más la situación de alerta, torné a voltearla nuevamente dejándola de espaldas a mi y así tomé mi miembro completamente irrigado en sangre optando por depositarlo de punta entre medio de sus frías y suaves nalgas, probablemente ya no se encontraba tan confiada; aquel roce era el punta pie para elegir como seguiría esto.
-¿Realmente te vez en condiciones de obligarme a algo?- dije mientras reacomodaba mi miembro entre sus nalgas sin aún entrar, tomé una de sus manos que yacía en mi trasero y la coloqué sobre mi sexo para que determinara el camino.
-Dime… ¿Vas a optar por algún camino o te dedicaras a quedarte inmóvil?- comenté intentando provocar su carácter fuerte , a todo esto mi mano libre ascendió hasta depositarse en sus firmes mamas; el juego estaba por comenzar.
Susurró a mi oído unas palabras que hacían alusión a el porqué estaba esperando, la respuesta era simple, no me apetecía nos disfrutar de todo lo posible. –Pues yo no lo considero como una espera- respondí con una suave risa –Más bien podría catalogarlo como un momento para conocernos- en aquella respuesta dejé evidenciar el sarcasmo, supuse que ella entendería que lo que más me gustaba de todo esto era calentar motores.
Pude sentir el frio que emanaban sus manos al recorrer toda mi espalda, pequeñas marcas de rasguños adornaban toda mi retaguardia, siguiendo así hasta mi parte inferior trasera; no me relajé del todo allí.
Para balancear un poco más la situación de alerta, torné a voltearla nuevamente dejándola de espaldas a mi y así tomé mi miembro completamente irrigado en sangre optando por depositarlo de punta entre medio de sus frías y suaves nalgas, probablemente ya no se encontraba tan confiada; aquel roce era el punta pie para elegir como seguiría esto.
-¿Realmente te vez en condiciones de obligarme a algo?- dije mientras reacomodaba mi miembro entre sus nalgas sin aún entrar, tomé una de sus manos que yacía en mi trasero y la coloqué sobre mi sexo para que determinara el camino.
-Dime… ¿Vas a optar por algún camino o te dedicaras a quedarte inmóvil?- comenté intentando provocar su carácter fuerte , a todo esto mi mano libre ascendió hasta depositarse en sus firmes mamas; el juego estaba por comenzar.
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
Le estaba acelerando, aunque mis manos en sus nalgas pareció incomodarle.Tanto que me tuvo que girar de nuevo sobre mi poniendo mi espalda frente a él.Notando como se colocaba su miembro viril entre mis nalgas, jugueteando si debía entrar o no.
Haciéndome entender con sus palabras que no se le podía someter ante nada ni nadie.
Agarró una de las manos que todavía acariciaban su culo y me la deposito sobre su fruto prohibido para que decidiera si continuar o huir temerosa como una vulgar mujer ante ver intenciones totalmente oscuras.Ya me había dedicado alguna que otra risita leve dejando totalmente sus intenciones, y bien hora de arrancar.
Sonreí levemente con una pequeña muesca y me incline a propósito adelante dejando con ayuda de mi mano, que explorara poco a poco, a pequeños centímetros, analmente .Mientras se iba abriendo gracias al empuje, tenía que apretar fuerte los dientes, ya que al principio era el dolor, luego cuando empezó a introducir más, pasó de dolor a un gusto inigualable.
Deje que tuviera el empuje un par de veces, cuando ya notaba apenas por la debilidad de sus pequeños gemidos, paré de seco y me separé frente a él. Me abalancé con las manos en sus hombros y lo empujé hasta hacerle caer entre una cama bien blanda de hierbas verdes.
-Es mi turno, ahora me toca jugar a mi. Me mordía en el labio como fiera inigualable y a cuatro patas me quedé frente a él.
Como un cachorrito ,me senté y suavemente agarré firmemente su delicia, dejando que encajara con mi boca. Humedeciendo, acariciando con la lengua en círculos, haciendo un compás con la mano. Sé que lo volvería loco. Totalmente segura.
Me sentía sucia, muy perra, demasiado animal en ese momento. Volví a ponerme a cuatro patas y me dispuse sobre él. Agarrando e introduciendo para comenzar jadear.
Haciéndome entender con sus palabras que no se le podía someter ante nada ni nadie.
Agarró una de las manos que todavía acariciaban su culo y me la deposito sobre su fruto prohibido para que decidiera si continuar o huir temerosa como una vulgar mujer ante ver intenciones totalmente oscuras.Ya me había dedicado alguna que otra risita leve dejando totalmente sus intenciones, y bien hora de arrancar.
Sonreí levemente con una pequeña muesca y me incline a propósito adelante dejando con ayuda de mi mano, que explorara poco a poco, a pequeños centímetros, analmente .Mientras se iba abriendo gracias al empuje, tenía que apretar fuerte los dientes, ya que al principio era el dolor, luego cuando empezó a introducir más, pasó de dolor a un gusto inigualable.
Deje que tuviera el empuje un par de veces, cuando ya notaba apenas por la debilidad de sus pequeños gemidos, paré de seco y me separé frente a él. Me abalancé con las manos en sus hombros y lo empujé hasta hacerle caer entre una cama bien blanda de hierbas verdes.
-Es mi turno, ahora me toca jugar a mi. Me mordía en el labio como fiera inigualable y a cuatro patas me quedé frente a él.
Como un cachorrito ,me senté y suavemente agarré firmemente su delicia, dejando que encajara con mi boca. Humedeciendo, acariciando con la lengua en círculos, haciendo un compás con la mano. Sé que lo volvería loco. Totalmente segura.
Me sentía sucia, muy perra, demasiado animal en ese momento. Volví a ponerme a cuatro patas y me dispuse sobre él. Agarrando e introduciendo para comenzar jadear.
Ivy Garnert
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
Finalmente la entrada en calor ya se estaba haciendo notar, mi compañera de coito parecía ser muy abierta a la hora de la labor sexual y parecía no tener prejuicios algunos sobre este, por ende comenzó realizando algo totalmente nuevo para mí; permitirme el sexo anal.
Al verla tan segura me daba la impresión de que había tenido prácticas sexuales intensas, ya que cuando tomó mi miembro con fuerza y lo insertó en su culo como si nada me dejó completamente sorprendido, había que aclarar que esto no lo realizó tan fácilmente; todo era a su forma. Suavemente comenzó a enterrar mi virilidad dentro de su estrecha cavidad, dentro de ella la fricción y presión eran mucho más fuertes que en la vagina, así que de primeras sería doloroso.
En un principio me había quedado completamente anonadado gracias a la sensación que esto transmitía, pero fue en ese entonces cuando vi aquella mueca de dolor en su rostro y pensé “La entrada es lo que le debe doler”. Tomé riendas en el asunto y aferrando mis manos a su cadera, con mi pelvis comencé a profundizar aquella penetración, sintiendo como un ardor placentero recorría ambos sexos.
Arremetí muy lentamente una pequeña serie de bombeos, estirando así aquella cavidad, traté de aumentar la velocidad pero en cuanto lo intenté ella se desprendió en el acto empujándome al suelo aclarando que era su turno.
-No creas que te has salvado de eso, tan solo espera- afirmé unos segundos antes de que se abalanzara sobre mí introduciendo mi miembro dentro de su boca, humedeciéndolo y haciendo a su vez un recorrido de sensuales lamidas sobre él.
Nuevamente fue cuestión de segundos para que se separara y se colocase en cuatro patas sobre mí intentando adentrar apenas el rabo en la vulva. Al realizar esto no me permitía disfrutar del todo, me separé como pude y esta vez torné yo por abalanzarme sobre ella, teniendo el control absoluto para manejar el momento.
Besé intensamente sus labios para así echarle más leña al fuego y entre ellos con mi mano comencé a frotar su feminidad disimuladamente, recorría su sexo de arriba abajo estimulando su clítoris e introduciendo mis dedos apenas en la vagina -¿Por qué no te esmeras en algo de apoco?- dije mientras besaba su cuello y continuaba masturbándola –Sabes que hay tiempo para todo- culminé riendo.
La compatibilidad entre ambos para el sexo era única, nuestro salvajismo lo transmitíamos al lecho, dejándolo todo en este. Tratando de canalizar las ganas de penetrarlas procedí a voltearla de perfil, aún recostados en el suelo le propicié una picante nalgada –Si no quieres de esas no te comportes mal- dije son una sonrisa pícara en el rostro.
Continué el acto sin dejar de estimular su sexo y dar cortos besos alrededor de sus cálidas mamas.
Al verla tan segura me daba la impresión de que había tenido prácticas sexuales intensas, ya que cuando tomó mi miembro con fuerza y lo insertó en su culo como si nada me dejó completamente sorprendido, había que aclarar que esto no lo realizó tan fácilmente; todo era a su forma. Suavemente comenzó a enterrar mi virilidad dentro de su estrecha cavidad, dentro de ella la fricción y presión eran mucho más fuertes que en la vagina, así que de primeras sería doloroso.
En un principio me había quedado completamente anonadado gracias a la sensación que esto transmitía, pero fue en ese entonces cuando vi aquella mueca de dolor en su rostro y pensé “La entrada es lo que le debe doler”. Tomé riendas en el asunto y aferrando mis manos a su cadera, con mi pelvis comencé a profundizar aquella penetración, sintiendo como un ardor placentero recorría ambos sexos.
Arremetí muy lentamente una pequeña serie de bombeos, estirando así aquella cavidad, traté de aumentar la velocidad pero en cuanto lo intenté ella se desprendió en el acto empujándome al suelo aclarando que era su turno.
-No creas que te has salvado de eso, tan solo espera- afirmé unos segundos antes de que se abalanzara sobre mí introduciendo mi miembro dentro de su boca, humedeciéndolo y haciendo a su vez un recorrido de sensuales lamidas sobre él.
Nuevamente fue cuestión de segundos para que se separara y se colocase en cuatro patas sobre mí intentando adentrar apenas el rabo en la vulva. Al realizar esto no me permitía disfrutar del todo, me separé como pude y esta vez torné yo por abalanzarme sobre ella, teniendo el control absoluto para manejar el momento.
Besé intensamente sus labios para así echarle más leña al fuego y entre ellos con mi mano comencé a frotar su feminidad disimuladamente, recorría su sexo de arriba abajo estimulando su clítoris e introduciendo mis dedos apenas en la vagina -¿Por qué no te esmeras en algo de apoco?- dije mientras besaba su cuello y continuaba masturbándola –Sabes que hay tiempo para todo- culminé riendo.
La compatibilidad entre ambos para el sexo era única, nuestro salvajismo lo transmitíamos al lecho, dejándolo todo en este. Tratando de canalizar las ganas de penetrarlas procedí a voltearla de perfil, aún recostados en el suelo le propicié una picante nalgada –Si no quieres de esas no te comportes mal- dije son una sonrisa pícara en el rostro.
Continué el acto sin dejar de estimular su sexo y dar cortos besos alrededor de sus cálidas mamas.
Hvitsärk Haraldsson
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
El licantropo era intenso, salvaje, quería revolucionarse con mi piel y revolucionarme a mi, le gustaban las gustas bien hechas y despacio. No me había dejado galopar, que tuvo que agarrarme y tirarme de nuevo al suelo tomando el control como la fiera que invadía en su interior.
Acerco su rostro lentamente, dejando notar su aliento en mi boca y rozo mis labios con los de él.Humedeciendo,jugueteando apasionadamente, provocando un fuerte deseo en mi de no despegarme ante tal individuo.Sus manos traviesas comenzaron a bajar disimuladamente acariciando mi piel hasta llegar a mi órgano sexual.Lo agitaba con cuidado, frotaba como un niño con la manzana prohibida e introducía su dedo indice con las intenciones de calentar.
Con cada pequeño beso que se dedicaba a regalar en mi pálido cuello, sentía un cosquilleo extraño.Me había acostado con otros hombres, por ardor fuerte, había sido violada por mi patriarca,tuve encuentros con otros hombres lobos mas endebles, pero jamás ninguno tuvo la osadía de tomarme de una forma tan potente a la vez de fuerte.
-¿Tiempo para todo?. Conseguí comentar mientras ahogaba los pequeños gemidos.
El continuaba con la estimulación y mis muslos empezaban a cerrarse gracias al placer que sentía. Movió sus labios de nuevo, como si la piel de esta loba fuera algo irrepetible hasta dar con mis senos y volver a mimar con pequeños besos con efecto de piel erizada.También se permitió el lujo de jugar poniendo mis nalgas boca arriba y darme un buen azote."Ser mala decía", mientras sonreía como lujuriosa y le miraba con frenesí.
-Si sigues así, voy a ser mala. Sonaba mi voz de una forma irónica.Voy a ser perversa en lo que tú lo seas conmigo. Humedecía mis labios mientras echaba una mordida.
Me incorporé de tronco para arriba y agarré sus manos hacia mis pechos, donde la dureza se empezaba a demostrar.
Pasé mis labios por su cuello lentamente con pequeñas mordidas hasta llegar a su oído.
-Venga, dímelo.Le hacia una petición mientras susurraba y clavaba un fuerte mordisco al final.
-Dime quien es tu loba. Clavé mis ojos gélidos en los suyos,mientras humedecía la palma de mi mano y tocaba su virilidad con suaves movimientos, haciéndole entender que empezaba a comprenderle. Si el hombre era listo, comprendería mis debilidades como yo las suyas, y todos aprenderíamos de esta morbosa situación.
Acerco su rostro lentamente, dejando notar su aliento en mi boca y rozo mis labios con los de él.Humedeciendo,jugueteando apasionadamente, provocando un fuerte deseo en mi de no despegarme ante tal individuo.Sus manos traviesas comenzaron a bajar disimuladamente acariciando mi piel hasta llegar a mi órgano sexual.Lo agitaba con cuidado, frotaba como un niño con la manzana prohibida e introducía su dedo indice con las intenciones de calentar.
Con cada pequeño beso que se dedicaba a regalar en mi pálido cuello, sentía un cosquilleo extraño.Me había acostado con otros hombres, por ardor fuerte, había sido violada por mi patriarca,tuve encuentros con otros hombres lobos mas endebles, pero jamás ninguno tuvo la osadía de tomarme de una forma tan potente a la vez de fuerte.
-¿Tiempo para todo?. Conseguí comentar mientras ahogaba los pequeños gemidos.
El continuaba con la estimulación y mis muslos empezaban a cerrarse gracias al placer que sentía. Movió sus labios de nuevo, como si la piel de esta loba fuera algo irrepetible hasta dar con mis senos y volver a mimar con pequeños besos con efecto de piel erizada.También se permitió el lujo de jugar poniendo mis nalgas boca arriba y darme un buen azote."Ser mala decía", mientras sonreía como lujuriosa y le miraba con frenesí.
-Si sigues así, voy a ser mala. Sonaba mi voz de una forma irónica.Voy a ser perversa en lo que tú lo seas conmigo. Humedecía mis labios mientras echaba una mordida.
Me incorporé de tronco para arriba y agarré sus manos hacia mis pechos, donde la dureza se empezaba a demostrar.
Pasé mis labios por su cuello lentamente con pequeñas mordidas hasta llegar a su oído.
-Venga, dímelo.Le hacia una petición mientras susurraba y clavaba un fuerte mordisco al final.
-Dime quien es tu loba. Clavé mis ojos gélidos en los suyos,mientras humedecía la palma de mi mano y tocaba su virilidad con suaves movimientos, haciéndole entender que empezaba a comprenderle. Si el hombre era listo, comprendería mis debilidades como yo las suyas, y todos aprenderíamos de esta morbosa situación.
Ivy Garnert
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
Luego de aquella nalgada su respuesta fue la esperada, “voy a ser mala” gracias a eso pude entender que le gustaba el camino duro, aquel coito fuerte e intenso que nunca se olvida y siempre se busca.
En un abrir y cerrar de ojo se incorporó del abdomen hacia arriba dando a conocer nuevamente aquella loba indomable que yacía en su interior, arremetió hacia mi cuello con uno suaves y húmedos besos acompañando estos con un agarre repentino del falo –Vaya que eres rápida para tomar posición – dije completamente extasiado en sus caricias.
A medida que tenía más contacto con su piel, ese instinto salvaje que residía en mi pecho buscaba salir y cumplir su objetivo, pero no iba a ir a buscarlo sin antes disfrutar de aquel terreno lujurioso; quería hacer todo con ella.
Mientras palpaba con suavidad sus firmes mamas comencé a acercar mi rostro junto al suyo para así susurrar la respuesta a su petición -¿Quieres que te lo diga o haga saber?- dije bajo respiraciones agitadas debido a la masturbación que ella me estaba realizando –Podemos hacer ambas- afirmé mientras procedí a actuar. Tomé fuerzas para ponerme de rodillas quedando a su misma altura, sin su consentimiento torné a abrazarla depositando unos cuantos besos en sus labios y sin que se diera cuenta alguna terminar como en un principio; yo abrazándola por detrás.
-Ahora tendrás tu respuesta- comenté en voz baja mientras la colocaba en cuatro patas y hacía sentir el calor de mi miembro entremedio de sus nalgas, con mucha precisión comencé a penetrar con tan solo la punta la humedad de su vagina; entrando y saliendo apenas reiteradas veces. En cuanto noté una subida de adrenalina en su rostro ensarté mi virilidad a tope en la vulva de la loba haciéndole saber mi posición sobre ella.
Solo faltaba hablar y su respuesta estaría completa, tomé su cabello irguiendo así su columna y con una picante nalgada le dije – ¡Dime tú de quien eres pelirroja!- aquella exclamación imperativa hizo notar a la legua el nivel de temperatura que portaba en mi sangre.
Parecíamos fundirnos entre sí por cada embestida que propiciaba a su sexo, mis testículos repiqueteaban en su piel mientras que con mi miembro la penetraba con intensidad, en aquel entonces no podía detenerme; tan solo ella era la única que tenía el poder.
-Sabes que no me detendré y seguiré socavando si no haces nada ¿verdad?- pregunté tratando de analizar con la poca cordura que me quedaba su personalidad tan misteriosa y sorprendente.
En un abrir y cerrar de ojo se incorporó del abdomen hacia arriba dando a conocer nuevamente aquella loba indomable que yacía en su interior, arremetió hacia mi cuello con uno suaves y húmedos besos acompañando estos con un agarre repentino del falo –Vaya que eres rápida para tomar posición – dije completamente extasiado en sus caricias.
A medida que tenía más contacto con su piel, ese instinto salvaje que residía en mi pecho buscaba salir y cumplir su objetivo, pero no iba a ir a buscarlo sin antes disfrutar de aquel terreno lujurioso; quería hacer todo con ella.
Mientras palpaba con suavidad sus firmes mamas comencé a acercar mi rostro junto al suyo para así susurrar la respuesta a su petición -¿Quieres que te lo diga o haga saber?- dije bajo respiraciones agitadas debido a la masturbación que ella me estaba realizando –Podemos hacer ambas- afirmé mientras procedí a actuar. Tomé fuerzas para ponerme de rodillas quedando a su misma altura, sin su consentimiento torné a abrazarla depositando unos cuantos besos en sus labios y sin que se diera cuenta alguna terminar como en un principio; yo abrazándola por detrás.
-Ahora tendrás tu respuesta- comenté en voz baja mientras la colocaba en cuatro patas y hacía sentir el calor de mi miembro entremedio de sus nalgas, con mucha precisión comencé a penetrar con tan solo la punta la humedad de su vagina; entrando y saliendo apenas reiteradas veces. En cuanto noté una subida de adrenalina en su rostro ensarté mi virilidad a tope en la vulva de la loba haciéndole saber mi posición sobre ella.
Solo faltaba hablar y su respuesta estaría completa, tomé su cabello irguiendo así su columna y con una picante nalgada le dije – ¡Dime tú de quien eres pelirroja!- aquella exclamación imperativa hizo notar a la legua el nivel de temperatura que portaba en mi sangre.
Parecíamos fundirnos entre sí por cada embestida que propiciaba a su sexo, mis testículos repiqueteaban en su piel mientras que con mi miembro la penetraba con intensidad, en aquel entonces no podía detenerme; tan solo ella era la única que tenía el poder.
-Sabes que no me detendré y seguiré socavando si no haces nada ¿verdad?- pregunté tratando de analizar con la poca cordura que me quedaba su personalidad tan misteriosa y sorprendente.
Hvitsärk Haraldsson
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
Nunca dejaba que un hombre quedará por encima de mi.Exceptuando algunas situaciones como la que se había formado a través de la violencia.Estaba extasiado, y yo tremendamente deseosa.Eramos una mezcla letal combinada justo en el momento más inoportuno.
Se notaba cuando iba rozando mi piel sin desenfreno,como un poseído por sus instintos primordiales.Me ponía totalmente animal cuando acerco su rostro y susurro tales palabras "¿Quieres que te lo diga o haga saber?".Sabía la respuesta, trataba de nublarse su mente perversa con la respuesta hacia mi propia pregunta.Me abrazaba mientras volvía a fundirse con mis labios, notando como la humedad daba a conocerse en ambos.De rodillas me giró y me puso en la posición de perro diciendo que se aproximaba la respuesta, mientras notaba el calor de su miembro antes de profundizar.
Primero jugaba a un ahora si, ahora no, con tan solo la punta un par de veces.Finalmente se decidió a penetrar, y yo no podía evitar mirarle fijamente mientras mis ojos se iban poniendo en blanco debido al fuerte empuje.Totalmente acelerada en ese momento, mi único deseo era que no frenara. Por primera vez, el acto sexual estaba llevándome hasta el punto de la locura total.
El ritmo aumentaba, más, y más, y más. Se tomó el permiso de agarrarme el cabello con posesión, irguiendo mi columna hacia atrás y haciendo más dura la penetración. Me lo pedía, me pedía que le dijera de quien era loba y mis labios no tardaron en abrirse.
-¡Tuya, maldito perro pulgoso!. Exclamé mientras gruñía , pero no por estar furiosa, sino de placer.
Estaba aclamandome, le encantaba la posesión, pero sobre todo aun por encima la rivalidad.Continuaba retándome para intentar descubrir si realmente tenía un punto de sumisión como el resto de las mujeres.Procedí a separarme rápidamente dejando que estuviera impactado de rodillas, me puse de pie y me giré hacia él dando unos pasos hasta ponerme cerca.
Agarré su cuello y tiré de él arriba. Con una sonrisa perversa procedí a decirle: -Pero solo por este momento. Continuando al comentario anterior en el coito. Con mi mano izquierda , procedí a darle un par de azotes y le empujé fuerte separando su cuerpo del mío como para recoger una liana cortada por algún humano que habría viajado por ahí.
-Veo que te gusta la competencia. Lograba acercarme de nuevo y ser lo demasiado rápida como para que no me atrapara y atarle las manos con la liana.
Apretando un poco sus duros pezones y agarrando su barbilla le guié hasta el tronco de un árbol. Me apoyé una mano en él y con la otra agarré su miembro introduciendolo de nuevo entre mis nalgas.-Ahora mando yo.Le aclaraba que debía empezar a empujar.
Aquel licantropo, no parecía darse cuenta realmente con la hembra con la que se había cruzado.Jamás cedería una sumisión.-A mi no me vas a someter, como el resto de las mujeres. Se me escapaba entre suspiros de pasión.
Se notaba cuando iba rozando mi piel sin desenfreno,como un poseído por sus instintos primordiales.Me ponía totalmente animal cuando acerco su rostro y susurro tales palabras "¿Quieres que te lo diga o haga saber?".Sabía la respuesta, trataba de nublarse su mente perversa con la respuesta hacia mi propia pregunta.Me abrazaba mientras volvía a fundirse con mis labios, notando como la humedad daba a conocerse en ambos.De rodillas me giró y me puso en la posición de perro diciendo que se aproximaba la respuesta, mientras notaba el calor de su miembro antes de profundizar.
Primero jugaba a un ahora si, ahora no, con tan solo la punta un par de veces.Finalmente se decidió a penetrar, y yo no podía evitar mirarle fijamente mientras mis ojos se iban poniendo en blanco debido al fuerte empuje.Totalmente acelerada en ese momento, mi único deseo era que no frenara. Por primera vez, el acto sexual estaba llevándome hasta el punto de la locura total.
El ritmo aumentaba, más, y más, y más. Se tomó el permiso de agarrarme el cabello con posesión, irguiendo mi columna hacia atrás y haciendo más dura la penetración. Me lo pedía, me pedía que le dijera de quien era loba y mis labios no tardaron en abrirse.
-¡Tuya, maldito perro pulgoso!. Exclamé mientras gruñía , pero no por estar furiosa, sino de placer.
Estaba aclamandome, le encantaba la posesión, pero sobre todo aun por encima la rivalidad.Continuaba retándome para intentar descubrir si realmente tenía un punto de sumisión como el resto de las mujeres.Procedí a separarme rápidamente dejando que estuviera impactado de rodillas, me puse de pie y me giré hacia él dando unos pasos hasta ponerme cerca.
Agarré su cuello y tiré de él arriba. Con una sonrisa perversa procedí a decirle: -Pero solo por este momento. Continuando al comentario anterior en el coito. Con mi mano izquierda , procedí a darle un par de azotes y le empujé fuerte separando su cuerpo del mío como para recoger una liana cortada por algún humano que habría viajado por ahí.
-Veo que te gusta la competencia. Lograba acercarme de nuevo y ser lo demasiado rápida como para que no me atrapara y atarle las manos con la liana.
Apretando un poco sus duros pezones y agarrando su barbilla le guié hasta el tronco de un árbol. Me apoyé una mano en él y con la otra agarré su miembro introduciendolo de nuevo entre mis nalgas.-Ahora mando yo.Le aclaraba que debía empezar a empujar.
Aquel licantropo, no parecía darse cuenta realmente con la hembra con la que se había cruzado.Jamás cedería una sumisión.-A mi no me vas a someter, como el resto de las mujeres. Se me escapaba entre suspiros de pasión.
Ivy Garnert
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
Todo parecía de acuerdo al plan, tomar posición de ella y dejarla sin energía, podían escucharse leves gruñidos provenientes de ella debido a cada embestida que le propiciaba; mientras tanto yo bufaba cual bisonte enceguecido.
Si ella no se movía yo iba a seguir bombeando con más fuerza dejándome poseer por el instinto más animal, pero allí surgió la sorpresa que me dejó anonadado los próximos minutos. Mi falo yacía enterrado en vulva acostumbrándose a aquella sofocante temperatura, ese placer duró muy poco ya que en el momento justo ella decidió separarse de mi cuerpo, des encastrando así ambas piezas cuya unión era perfecta.
Sin darme tiempo a una reacción procedió a atarme ambas manos “¿Pero qué carajos es esto?” pensé completamente extrañado, realmente me tenía desconcertado ya que no todas las mujeres te ataban de manos en plena follada – ¿Qu-Que haces?- pregunté completamente desorientado. Su respuesta en ese instante fue un pellizco de tetilla y un bofetón –Así que solo por ahora ¿No? –respondí a su comentario anterior aún en pleno desconcierto.
¿Qué tendría preparado para mí? Me puso de pie y me guió hacia un árbol sin darme una pista más que unas palabras, “ahora mando yo”, en ese entonces nos dirigió a ambos hacia un árbol, apoyándose en el con una mano mientras que con la otra colocaba mi miembro entre sus nalgas; podía sentir nuevamente el calor de su piel.
Tomó mi sexo con firmeza y coloco la punta de este en el interior de su ano, sabía que el debía rematar de aquel acto sería de mi parte así que advertí con una risa –Sabes que luego de esto no podrás sentarte- movía su culo en son de que deseaba ser penetraba como nunca, así que opté por darle el gusto.
Una de sus mano estaba en mi miembro así que con las mías atadas la tomé y la coloqué sobre su nalga para que las separase –Pues como me has atado tendrás que ayudarme- sin pensar antes embestí como nunca enterrando así el pene en su ano. La fricción que provocaba este acto sexual era inmensa, no pude evitar suspirar de satisfacción, allí no podía bombear tan fluidamente ya que la penetración era dura y seca.
Más que una penetración parecía una serruchada constante, era picante pero a mi gusto lo más estimulante en el sexo, pero no me bastaba con tan solo eso así que aún ensartando su culo empujé bruscamente dejándola casi pegada al árbol.
-Tú te lo buscaste, si no quieres terminar estampada contra el árbol mejor que te sostengas- empujé como nunca dentro de su cavidad, tan solo faltaba que salgan chispas de allí dentro, apretaba mis dientes con fuerza mientras que suspiraba.
-Sé que no puede someterte, pero tú tampoco lo harás conmigo como a un perro obediente- dije besando lo que podía de su cuerpo.
Si ella no se movía yo iba a seguir bombeando con más fuerza dejándome poseer por el instinto más animal, pero allí surgió la sorpresa que me dejó anonadado los próximos minutos. Mi falo yacía enterrado en vulva acostumbrándose a aquella sofocante temperatura, ese placer duró muy poco ya que en el momento justo ella decidió separarse de mi cuerpo, des encastrando así ambas piezas cuya unión era perfecta.
Sin darme tiempo a una reacción procedió a atarme ambas manos “¿Pero qué carajos es esto?” pensé completamente extrañado, realmente me tenía desconcertado ya que no todas las mujeres te ataban de manos en plena follada – ¿Qu-Que haces?- pregunté completamente desorientado. Su respuesta en ese instante fue un pellizco de tetilla y un bofetón –Así que solo por ahora ¿No? –respondí a su comentario anterior aún en pleno desconcierto.
¿Qué tendría preparado para mí? Me puso de pie y me guió hacia un árbol sin darme una pista más que unas palabras, “ahora mando yo”, en ese entonces nos dirigió a ambos hacia un árbol, apoyándose en el con una mano mientras que con la otra colocaba mi miembro entre sus nalgas; podía sentir nuevamente el calor de su piel.
Tomó mi sexo con firmeza y coloco la punta de este en el interior de su ano, sabía que el debía rematar de aquel acto sería de mi parte así que advertí con una risa –Sabes que luego de esto no podrás sentarte- movía su culo en son de que deseaba ser penetraba como nunca, así que opté por darle el gusto.
Una de sus mano estaba en mi miembro así que con las mías atadas la tomé y la coloqué sobre su nalga para que las separase –Pues como me has atado tendrás que ayudarme- sin pensar antes embestí como nunca enterrando así el pene en su ano. La fricción que provocaba este acto sexual era inmensa, no pude evitar suspirar de satisfacción, allí no podía bombear tan fluidamente ya que la penetración era dura y seca.
Más que una penetración parecía una serruchada constante, era picante pero a mi gusto lo más estimulante en el sexo, pero no me bastaba con tan solo eso así que aún ensartando su culo empujé bruscamente dejándola casi pegada al árbol.
-Tú te lo buscaste, si no quieres terminar estampada contra el árbol mejor que te sostengas- empujé como nunca dentro de su cavidad, tan solo faltaba que salgan chispas de allí dentro, apretaba mis dientes con fuerza mientras que suspiraba.
-Sé que no puede someterte, pero tú tampoco lo harás conmigo como a un perro obediente- dije besando lo que podía de su cuerpo.
Hvitsärk Haraldsson
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Re: El silencio de los lobos [tema libre] {2/3] [+18]
Con mis propias manos desnudas abrí el camino de la perdición mientras el lobo lograba con torpeza gracias a las manos atadas penetrar de nuevo con un movimiento seco. Era áspero, caliente, un frote lleno de ardor bien aprovechado por lo larguedad de los segundos aplicados al momento.
Él apretaba los dientes y bufaba como una simple bestia, mientras yo me dedicaba a gritar como una loca que había perdido el control.Agarré con mis uñas la corteza del árbol fuertemente , arañando como una simple felina dejando una pequeña marca en la madera y creando heridas entre ellas.La sangre brotaba débilmente, el árbol quedo con una línea de rojo intenso hasta el suelo , donde entre las hierbas había alguna que otra gotita.
Quería más, a pesar de la brutalidad nunca estaba satisfecha del todo. No importaba cuantos besos pudiera resbalar entre mi traviesa y llamativa piel, necesitaba llevar al climax del asunto.No era suficiente aun, para determinar si realmente existía tal compenetración entre ambos, a pesar del vicio que en mi acarreaba sobre su sexo y su piel.
Era un bomba, y me hacía estallar pequeñas partículas en mi de la cordura:-¡Como te gusta el juego sucio,cachorro.Mientras mi aliento me permitía sacar alguna que otra palabra de mi boca ya un poco seca.Continuaba haciendo un vaiven con mi culo para pillar más ritmo sobre una base.Fue una buena idea,el hombre aumentaba cuanto más jugaba con él, era consciente de que al final me marcharía y no lo volvería a ver más, y eso no le importaba.
Se freno, paro en seco, sacando de orificio todo aquello."¿Había acabado?", no puede ser.Hubiera sentido el calor al desfogar en el ultimo párrafo de su sensual texto. "¿Qué tramaba?",me giré sobre si misma para mirarle con una cara de desfasada por lo sucedido.-¿Por qué?, ¿Qué vas a hacer?. Ahora tomaba las riendas él de la situación
Él apretaba los dientes y bufaba como una simple bestia, mientras yo me dedicaba a gritar como una loca que había perdido el control.Agarré con mis uñas la corteza del árbol fuertemente , arañando como una simple felina dejando una pequeña marca en la madera y creando heridas entre ellas.La sangre brotaba débilmente, el árbol quedo con una línea de rojo intenso hasta el suelo , donde entre las hierbas había alguna que otra gotita.
Quería más, a pesar de la brutalidad nunca estaba satisfecha del todo. No importaba cuantos besos pudiera resbalar entre mi traviesa y llamativa piel, necesitaba llevar al climax del asunto.No era suficiente aun, para determinar si realmente existía tal compenetración entre ambos, a pesar del vicio que en mi acarreaba sobre su sexo y su piel.
Era un bomba, y me hacía estallar pequeñas partículas en mi de la cordura:-¡Como te gusta el juego sucio,cachorro.Mientras mi aliento me permitía sacar alguna que otra palabra de mi boca ya un poco seca.Continuaba haciendo un vaiven con mi culo para pillar más ritmo sobre una base.Fue una buena idea,el hombre aumentaba cuanto más jugaba con él, era consciente de que al final me marcharía y no lo volvería a ver más, y eso no le importaba.
Se freno, paro en seco, sacando de orificio todo aquello."¿Había acabado?", no puede ser.Hubiera sentido el calor al desfogar en el ultimo párrafo de su sensual texto. "¿Qué tramaba?",me giré sobre si misma para mirarle con una cara de desfasada por lo sucedido.-¿Por qué?, ¿Qué vas a hacer?. Ahora tomaba las riendas él de la situación
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