Criatura varada [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]
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Criatura varada [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]
Curiosos de todas partes de reunían entorno a la criatura que se encontraba varada en la arena de la playa. Extrañados y entusiasmados por partes iguales, los curiosos se miraban entre ellos a la vez que, de vez en cuando, miraban a la bestia que tenían delante. Desde hace mucho tiempo se pensó que la criatura se había extinguido. No se había vuelto a ver a un Ihhashi desde… En verdad, ninguno de los hombres y mujeres que se encontraban viendo al ihhrashi varado supo decir cuántos años hacía que no se veía uno igual. Los viejos libros, aquellos que el polvo ya formaba parte de sus páginas, situaban a los ihhrashi coetáneos a los druidas. ¡A los druidas!
¿Qué hacer con una criatura así? La pregunta parecía sencilla pues la lógica les decía que tenían que devolverla al mar. Mas, la curiosidad por conocer un poco mejor a la criatura les decía otra cosa y la codicia que todos los hombres y mujeres guardan en su corazón les decía otra cosa diferente a la que decía la curiosidad y mucho más cruel.
El ihhrashi relinchó en una especie de llanto desolador para todos los corazones que lo escuchaban. La cola de pescado de la criatura daba golpes a la arena como lo haría cualquier pez fuera del mar que intenta regresar a su hogar. Daba pena y tristeza; pero ninguno de los muchos curiosos hizo nada para ayudar al animal. A ellos, les daba más pena y tristeza pensar que al final lo dejarían morir y venderían su piel, carne y huesos por la mayor cantidad de aeros que pudieran pedir.
* Saludos jinete de ihhrashis: No me importa cómo has llegado a la playa de los ancestros ni por qué decidiste ir allí, aunque si deseas describirlo eres libre de hacerlo. Lo importante en este estilo de misiones son los animales, en este caso el ihhrashi. En este primer turno te encuentras entre los curiosos que contemplan a la criatura sin hacer nada. Deberás describirla lo más detalladamente posible pues todo lo que digas se utilizará para la creación de la ficha de dicho animal en el bestiario. En los siguientes turnos de la misión trataremos de convencer a todo el mundo que lo correcto es rescatar a la criatura y, entre todos, devolverla a la mar. Espero que tengas suerte, no me gustaría ver morir un animal tan bello.
¿Qué hacer con una criatura así? La pregunta parecía sencilla pues la lógica les decía que tenían que devolverla al mar. Mas, la curiosidad por conocer un poco mejor a la criatura les decía otra cosa y la codicia que todos los hombres y mujeres guardan en su corazón les decía otra cosa diferente a la que decía la curiosidad y mucho más cruel.
El ihhrashi relinchó en una especie de llanto desolador para todos los corazones que lo escuchaban. La cola de pescado de la criatura daba golpes a la arena como lo haría cualquier pez fuera del mar que intenta regresar a su hogar. Daba pena y tristeza; pero ninguno de los muchos curiosos hizo nada para ayudar al animal. A ellos, les daba más pena y tristeza pensar que al final lo dejarían morir y venderían su piel, carne y huesos por la mayor cantidad de aeros que pudieran pedir.
- Ihhrashi:
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* Saludos jinete de ihhrashis: No me importa cómo has llegado a la playa de los ancestros ni por qué decidiste ir allí, aunque si deseas describirlo eres libre de hacerlo. Lo importante en este estilo de misiones son los animales, en este caso el ihhrashi. En este primer turno te encuentras entre los curiosos que contemplan a la criatura sin hacer nada. Deberás describirla lo más detalladamente posible pues todo lo que digas se utilizará para la creación de la ficha de dicho animal en el bestiario. En los siguientes turnos de la misión trataremos de convencer a todo el mundo que lo correcto es rescatar a la criatura y, entre todos, devolverla a la mar. Espero que tengas suerte, no me gustaría ver morir un animal tan bello.
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Re: Criatura varada [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]
Iltharión caminaba por la orilla de la playa, con el morral a cuestas, mas lleno de lo habitual que contenía aquella vez también sus botas.Su capa colgaba del mismo cubriéndolo, pendiendo de cada lado una mitad. Tenía los pantalones arremangados hasta descubrir sus pantorrillas, y la arena cubría sus pies como si los hubiera sumergido más allá del tobillo.
Tenía el pelo desordenado por primera vez en mucho tiempo, y tanto este como su piel tenían los rastros del salnitre de haberse bañado en el mar unas pocas horas atrás.
No había dormido mucho, pero pese a que las ojeras decoraban sus ojos no se sentía cansado, y su vista era tan buena como siempre.
A lo lejos una multitud llamó su atención. Había imaginado que la playa seguiría desierta y tranquila, pero no era así, y semejante aglomeración con el sol en alto eran sustanciosas pérdidas para los laburantes que habían abandonado sus puestos para apelotonarse en la costa.
El bardo apuró el paso, y una vez llegó al final del semicirculo que había formado la gente intentó pasar entre la misma para poder ver bien que causaba tal conmoción. Algunas exclamaciones surgían de los más cercanos a la orilla, y daban pequeños saltos como sorprendidos por algo. Viendo que ese era el lugar por el cual resultaría más sencillo atravesar la marabunta, el hijo de Sandorai sumergió sus pies en el agua y rodeó la muralla humana para ver qué contenía.
Iltharion abrió la boca con total y completa estupefacción al ser salpicado por la cola de aquella bestia, a la que apenas llegaban las olas, pero que parecía buscar desesperadamente el agua. La parte palmeada de la misma, semi translúcida, mostraba partes húmedas, las pocas que lograba sumergir cuando el mar se aventuraba sobre la arena con especial empuje. Más allá de aquel tul de un azul pálido, empezaban a surgir escamas, similares a las de un pez, cubiertas en parte de una especie de grasitud que les daba reflejos iridiscentes, y sobre la que se salpicaban algunas gotas, fruto de los coletazos, sin embargo, parte de las escamas habían perdido su brillo, como si el cuerpo de esa criatura se estuviera secando.
El bardo avanzó por el costado de la criatura, contemplando fascinado aquella fantástica morfología, como las escamas se alargaban hasta desaparecer y convertirse en una piel gruesa y con aspecto de ser suave, lisa en la mayoría de su cuerpo y con manchas de los colores del mar, también cubierta en prácticamente toda su extensión por esa fina película transparente que la volvía más reluciente, y que escaseaba allá donde le daba el sol.
Verdes turquesas y azules salpicaban aquella criatura del tamaño de un caballo adulto, y de musculatura igualmente definida, en formas ojivales y suaves,sin una sola púa o arista. Aquella especie de equino marino poseía también crestas, pero en vez de ser melenas eran una multitud de pequeñas aletas que parecían plumones, semi translúcidos como la cola, y que seguían su columna en varias líneas, enmarcadas por protuberancias que hacían esa porción de su cuerpo la única rugosa. Aquella membrana tomaba forma en el contorno de su mandibula tambien, en un semicirculo, y los observadores mas atrevidos extendían la mano intentando tocar aquellos apéndices que lucían tan hermosos como sumamente delicados.
El ihhrashi los plegaba como si pudiera sentir las manos acercándose aunque no estuviera mirando, sin permitir que aquellos extraños le tocaran, y cual gato arisco arrugaba o contorsionaba su cuerpo a la vez que intentaba desesperadamente volver al agua. En vano.
Sentado sobre sus propias patas se zarandeaba, haciendo que la arena se pegoteara sobre su piel, y que la gente se apartara un paso, impresionada, cuando lo hacía.
Con frustración resoplaba por las narinas, y sus ojos de una azul cristalino se giraban con su rostro en un silencioso grito de auxilio cada vez que las branquias de su sien se abrían y cerraban.
El bardo sacudió la cabeza al haberse percatado de que se había abstraído completamente observando aquella criatura, y un nombre se formuló en un susurro entre sus labios, recordando las vagas descripciones de antiguas leyendas de cuando era mucho, mucho mas joven.
-ihhrashi...-El asombro y la incredulidad tiñeron su grave voz, mientras pronunciaba aquel nombre como si fuera una pregunta al aire.
Tenía el pelo desordenado por primera vez en mucho tiempo, y tanto este como su piel tenían los rastros del salnitre de haberse bañado en el mar unas pocas horas atrás.
No había dormido mucho, pero pese a que las ojeras decoraban sus ojos no se sentía cansado, y su vista era tan buena como siempre.
A lo lejos una multitud llamó su atención. Había imaginado que la playa seguiría desierta y tranquila, pero no era así, y semejante aglomeración con el sol en alto eran sustanciosas pérdidas para los laburantes que habían abandonado sus puestos para apelotonarse en la costa.
El bardo apuró el paso, y una vez llegó al final del semicirculo que había formado la gente intentó pasar entre la misma para poder ver bien que causaba tal conmoción. Algunas exclamaciones surgían de los más cercanos a la orilla, y daban pequeños saltos como sorprendidos por algo. Viendo que ese era el lugar por el cual resultaría más sencillo atravesar la marabunta, el hijo de Sandorai sumergió sus pies en el agua y rodeó la muralla humana para ver qué contenía.
Iltharion abrió la boca con total y completa estupefacción al ser salpicado por la cola de aquella bestia, a la que apenas llegaban las olas, pero que parecía buscar desesperadamente el agua. La parte palmeada de la misma, semi translúcida, mostraba partes húmedas, las pocas que lograba sumergir cuando el mar se aventuraba sobre la arena con especial empuje. Más allá de aquel tul de un azul pálido, empezaban a surgir escamas, similares a las de un pez, cubiertas en parte de una especie de grasitud que les daba reflejos iridiscentes, y sobre la que se salpicaban algunas gotas, fruto de los coletazos, sin embargo, parte de las escamas habían perdido su brillo, como si el cuerpo de esa criatura se estuviera secando.
El bardo avanzó por el costado de la criatura, contemplando fascinado aquella fantástica morfología, como las escamas se alargaban hasta desaparecer y convertirse en una piel gruesa y con aspecto de ser suave, lisa en la mayoría de su cuerpo y con manchas de los colores del mar, también cubierta en prácticamente toda su extensión por esa fina película transparente que la volvía más reluciente, y que escaseaba allá donde le daba el sol.
Verdes turquesas y azules salpicaban aquella criatura del tamaño de un caballo adulto, y de musculatura igualmente definida, en formas ojivales y suaves,sin una sola púa o arista. Aquella especie de equino marino poseía también crestas, pero en vez de ser melenas eran una multitud de pequeñas aletas que parecían plumones, semi translúcidos como la cola, y que seguían su columna en varias líneas, enmarcadas por protuberancias que hacían esa porción de su cuerpo la única rugosa. Aquella membrana tomaba forma en el contorno de su mandibula tambien, en un semicirculo, y los observadores mas atrevidos extendían la mano intentando tocar aquellos apéndices que lucían tan hermosos como sumamente delicados.
El ihhrashi los plegaba como si pudiera sentir las manos acercándose aunque no estuviera mirando, sin permitir que aquellos extraños le tocaran, y cual gato arisco arrugaba o contorsionaba su cuerpo a la vez que intentaba desesperadamente volver al agua. En vano.
Sentado sobre sus propias patas se zarandeaba, haciendo que la arena se pegoteara sobre su piel, y que la gente se apartara un paso, impresionada, cuando lo hacía.
Con frustración resoplaba por las narinas, y sus ojos de una azul cristalino se giraban con su rostro en un silencioso grito de auxilio cada vez que las branquias de su sien se abrían y cerraban.
El bardo sacudió la cabeza al haberse percatado de que se había abstraído completamente observando aquella criatura, y un nombre se formuló en un susurro entre sus labios, recordando las vagas descripciones de antiguas leyendas de cuando era mucho, mucho mas joven.
-ihhrashi...-El asombro y la incredulidad tiñeron su grave voz, mientras pronunciaba aquel nombre como si fuera una pregunta al aire.
Iltharion Dur'Falas
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Re: Criatura varada [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]
-¿A qué es bonito?- preguntó Hont debajo del elfo al escuchar como llamó a la criatura pez/caballo - Todos hemos venido para ver a la criatura porque es bonita. No sabía que se llamaba iari, irarasi, raihhsi… ¡No me sale!- se quejó dando una pata a un montoncito de arena lo suficientemente para él pero diminuto a los ojos de cualquier persona de estatura media.- De todos modos es solo un nombre. Mientras sea algo bonito da igual cómo llamarlo. ¿No crees?-
El animal volvió relinchar otra vez con una fuera solo superable a la de las olas del mar en una gran tormenta. Todo el mundo en la playa, a excepción del inocente Hont, sabía que estaba llorando. Cuánto tiempo podía vivir un ihhrashi fuera del mar era como preguntarse cuánto tiempo podía vivir una persona sumergida en el océano. Dependía de la persona, del mar y de los tiburones. Por supuesto, si la persona tenía la mala suerte de estar en un banco de tiburones al sumergirse la muerte sería mucho más rápida.
Lo mismo ocurría con el ihhrashi. Por muy fuerte y muy resistente que sea la criatura, si las personas curiosas y avariciosas se lanzaban contra él, su fin sería mucho más cercano.
-Ya me estoy imaginando a lomos de uno de esos caballos del mar luchando contra los malos con mi espada- decía Hont a la vez que presumía de sus habilidades cómo espadachín con su espada de madera.
Las fantasías de un joven hombre zarigüeya que se negaba a crecer como hombre podían ser cómicas e incluso dibujar una pequeña sonrisa en el corazón de los más tristes. Sin embargo, el pensamiento del resto de personas no era ni por asomo tan inocente ni cómico. “¿A qué sabrá?”, “¿Nos conducirá a un nuevo mundo lleno de tesoros?”, “¿Por cuánto lo podríamos vender?”…. La diferencia entre el pequeño hombrecito animal y los otros hombres y mujeres de la playa era que éstos últimos no decían sus pensamientos en voz alta.
El animal volvió relinchar otra vez con una fuera solo superable a la de las olas del mar en una gran tormenta. Todo el mundo en la playa, a excepción del inocente Hont, sabía que estaba llorando. Cuánto tiempo podía vivir un ihhrashi fuera del mar era como preguntarse cuánto tiempo podía vivir una persona sumergida en el océano. Dependía de la persona, del mar y de los tiburones. Por supuesto, si la persona tenía la mala suerte de estar en un banco de tiburones al sumergirse la muerte sería mucho más rápida.
Lo mismo ocurría con el ihhrashi. Por muy fuerte y muy resistente que sea la criatura, si las personas curiosas y avariciosas se lanzaban contra él, su fin sería mucho más cercano.
-Ya me estoy imaginando a lomos de uno de esos caballos del mar luchando contra los malos con mi espada- decía Hont a la vez que presumía de sus habilidades cómo espadachín con su espada de madera.
Las fantasías de un joven hombre zarigüeya que se negaba a crecer como hombre podían ser cómicas e incluso dibujar una pequeña sonrisa en el corazón de los más tristes. Sin embargo, el pensamiento del resto de personas no era ni por asomo tan inocente ni cómico. “¿A qué sabrá?”, “¿Nos conducirá a un nuevo mundo lleno de tesoros?”, “¿Por cuánto lo podríamos vender?”…. La diferencia entre el pequeño hombrecito animal y los otros hombres y mujeres de la playa era que éstos últimos no decían sus pensamientos en voz alta.
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* Iltharion Dur’Falas: Debo reconocerlo, de todas las criaturas de “Animales fantásticos y a saber dónde encontrarlos” ésta es mi favorita. No es para menos, es tan bella y tan hermosa que nadie puede resistirse en contemplarla inmóvil mientras se abstrae de la realidad. Así es cómo se siente la gente de la playa. Es un sentimiento bonito si no tenemos en cuenta que, como bien sabes, las personas somos (me inlcuyo) desgraciadamente codiciosas. Usa tu elocuencia para proteger al ihhrashi. Te recomiendo que empieces hablando con [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], él no dudará en ayudarte si se da cuenta de su error. Si lo ves necesario, eres libre de especificar otras características del animal. Sigel
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Re: Criatura varada [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]
El elfo bajo la mirada hacia el pequeño hombre bestia, percatandose que había dicho aquello en voz alta, y viendo como el sujeto trataba sin éxito de pronunciarlo correctamente.
-Ihhrashi.-Repitió con lentitud para que pudiera pronunciarlo adecuadamente, aunque aprecio perder el interés rápidamente en aprender como llamar a aquella criatura que lo tenía entusiasmado.
El bardo miró de soslayo al resto de personas, y no le fue difícil ver que tras los actuados posados de preocupación en muchos ojos brillaba la codicia, incluso alguna spersonas ni se esforzaban en ocultar su expresión de impaciencia, mientras miraban a su alrededor esperando que otro se atreviera a saltarle encima al animal para secundarlo. Por otro lado el pequeño hombre bestia parecía completamente ajeno a aquello, y por sus palabras iltharion le creyó de los pocos que no ansiaban la muerte de aquel ser del mar.
-Se está muriendo. Morirá si no vuelve al mar.-Susurró casi sin mover los labios para advertir al pequeño de la situación actual, mientras trataba de pensar en algo para poder devolver a la criatura al océano.
Era demasiado pesada para el, lo sabía, necesitaba del pueblo, pero cómo convencerlos? Miedo o esperanza, eran las dos cosas que podía ofrecerles, el miedo solía movilizar con más rapidez, pero la promesa de riquezas solía deslumbrar a más gente.
-No creo que puedas luchar, pero puede llevarte a lugares mejores que una batalla.-Le respondió al pequeño hombre bestia, fingiendo un tono bajo, como si no quisiera que nadie mas los escuchara, pero dejando que este llegara a las primeras filas entre los mas cercanos. Si la gente era tan cotilla como solía ser, sus palabras se repetirían entre el gentío, y en cuestión de minutos hasta los recién llegados sabrían de aquello, quizás hasta magnificado por el boca a boca.
-Los ihhrashi son nobles criaturas, sumamente leales, por ello los marinos más aportentados los tienen como compañeros y monturas. Si esté está aquí es que se ha perdido, imaginate la recompensa si se lo devolvemos a su dueño, además de montar en esta magna criatura el llevarnos todos los tesoros de los naufragios!.-prosiguió con convicción, emoción en crescendo a medida que hablaba y sin perder ese mismo aire confidente, mirando hacia los costados como si temiera que lo escucharan, con un mal disimulo, fingiendo torpeza en aquellos menesteres como un actor consumado.
Por ahora sería esperar, ver si entre el tumulto otros querían ganarse el favor de aquella criatura, y sus supuestos amos, pues los tesoros hundidos siempre serían mayores que los precios del mercado negro, puesto que los primeros pertenecían a la imaginación, y a esta le gustaba volar.
Mientras aguardaba a ver si su treta había hecho mella, el elfo se acercó con lentitud a la criatura, alargando del mismo modo la mano, e inclinándose ligeramente, mostrándole al bicho que era completamente inofensivo, puesto que si se seguía revolviendo no habría buenas intenciones que valieran para llevarlo de vuelta al mar.
Con gentileza dejó que oliera su mano, y finalmente colocó la mano sobre su hocico, acariciando de forma similar a un equino, dejando que su mano se deslizara por su piel pulida y viscosa, y dándole con la otra suaves palmaditas en el lateral del cuello con afán tranquilizador, mientras le susurraba a la bestia, esperando que esta le entendiera.
-Voy a intentar devolverte al mar, pero necesito que dejes de revolverte.- Su voz clara y suave parecía un arrullo, intentando si no entendía las palabras, que su tono calmo le diera cierta serenidad al animal.
-Precisaré tu ayuda.-Dijo el bardo mirando al pequeño hombre bestia, mientras se colocaba delante del animal, clavando las rodillas en la arena, y apoyando sobre el pecho de este su hombro y parte de su pectoral, buscando con las manos por debajo del querpo del equino marino donde apoyarlas, esperando que otros se unieran a la causa.
-Ihhrashi.-Repitió con lentitud para que pudiera pronunciarlo adecuadamente, aunque aprecio perder el interés rápidamente en aprender como llamar a aquella criatura que lo tenía entusiasmado.
El bardo miró de soslayo al resto de personas, y no le fue difícil ver que tras los actuados posados de preocupación en muchos ojos brillaba la codicia, incluso alguna spersonas ni se esforzaban en ocultar su expresión de impaciencia, mientras miraban a su alrededor esperando que otro se atreviera a saltarle encima al animal para secundarlo. Por otro lado el pequeño hombre bestia parecía completamente ajeno a aquello, y por sus palabras iltharion le creyó de los pocos que no ansiaban la muerte de aquel ser del mar.
-Se está muriendo. Morirá si no vuelve al mar.-Susurró casi sin mover los labios para advertir al pequeño de la situación actual, mientras trataba de pensar en algo para poder devolver a la criatura al océano.
Era demasiado pesada para el, lo sabía, necesitaba del pueblo, pero cómo convencerlos? Miedo o esperanza, eran las dos cosas que podía ofrecerles, el miedo solía movilizar con más rapidez, pero la promesa de riquezas solía deslumbrar a más gente.
-No creo que puedas luchar, pero puede llevarte a lugares mejores que una batalla.-Le respondió al pequeño hombre bestia, fingiendo un tono bajo, como si no quisiera que nadie mas los escuchara, pero dejando que este llegara a las primeras filas entre los mas cercanos. Si la gente era tan cotilla como solía ser, sus palabras se repetirían entre el gentío, y en cuestión de minutos hasta los recién llegados sabrían de aquello, quizás hasta magnificado por el boca a boca.
-Los ihhrashi son nobles criaturas, sumamente leales, por ello los marinos más aportentados los tienen como compañeros y monturas. Si esté está aquí es que se ha perdido, imaginate la recompensa si se lo devolvemos a su dueño, además de montar en esta magna criatura el llevarnos todos los tesoros de los naufragios!.-prosiguió con convicción, emoción en crescendo a medida que hablaba y sin perder ese mismo aire confidente, mirando hacia los costados como si temiera que lo escucharan, con un mal disimulo, fingiendo torpeza en aquellos menesteres como un actor consumado.
Por ahora sería esperar, ver si entre el tumulto otros querían ganarse el favor de aquella criatura, y sus supuestos amos, pues los tesoros hundidos siempre serían mayores que los precios del mercado negro, puesto que los primeros pertenecían a la imaginación, y a esta le gustaba volar.
Mientras aguardaba a ver si su treta había hecho mella, el elfo se acercó con lentitud a la criatura, alargando del mismo modo la mano, e inclinándose ligeramente, mostrándole al bicho que era completamente inofensivo, puesto que si se seguía revolviendo no habría buenas intenciones que valieran para llevarlo de vuelta al mar.
Con gentileza dejó que oliera su mano, y finalmente colocó la mano sobre su hocico, acariciando de forma similar a un equino, dejando que su mano se deslizara por su piel pulida y viscosa, y dándole con la otra suaves palmaditas en el lateral del cuello con afán tranquilizador, mientras le susurraba a la bestia, esperando que esta le entendiera.
-Voy a intentar devolverte al mar, pero necesito que dejes de revolverte.- Su voz clara y suave parecía un arrullo, intentando si no entendía las palabras, que su tono calmo le diera cierta serenidad al animal.
-Precisaré tu ayuda.-Dijo el bardo mirando al pequeño hombre bestia, mientras se colocaba delante del animal, clavando las rodillas en la arena, y apoyando sobre el pecho de este su hombro y parte de su pectoral, buscando con las manos por debajo del querpo del equino marino donde apoyarlas, esperando que otros se unieran a la causa.
Iltharion Dur'Falas
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Re: Criatura varada [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]
Tras las palabras del elfo, la aventura de caballeros enfrentándose en múltiples cruzadas a lomos de caballos del mar se desvaneció de la imaginación del joven hombre zarigüeya para dar lugar a una nueva aventura imaginaria quizás más divertida que la anterior. En esta nueva aventura Hont vestía con una gabardina negra, un tricornio de sombrero con una calavera en el centro y un parche en el ojo. Viajaba a lomos del raihhsi (ni en su imaginación era capaz de pronunciar bien el nombre de la criatura) hasta las calas más hermosas que nunca un hombre zarigüeya había visto jamás. Aguantaba la respiración bajo el agua mientras que su nuevo amigo le conducía por los barcos hundidos y buscaba los cofres repletos de tesoros que éstos escondía. No había duda que lo que Hont vivía en su fantasía era una aventura pirata.
En tesoros y piratas también pensaban las otras personas pero no de la forma infantil que lo hacía Hont. Ellos iban más allá. Los rumores que vinieron a raíz de las palabras del bardo trajeron algo bueno y algo malo. Empezando por las buenas noticias, la gente dejó de pensar en matar a la criatura, hacerse con sus hebras o sus escamas para vendarlas al mejor postor. Eso fue un paso, un gran paso a decir verdad. Pero por una cosa buena venía una mala y a nadie se le pasó por alto dos palabras del elfo: recompensa y tesoro. A medida que los rumores se movían repitiendo entre uno y otros las palabras del bardo, poco a poco, se iban concentrando en únicamente en estas dos palabras. “Recompensa y tesoro” acabaron repitiendo como loros.
-¡No os acerquéis a la bestia!- dijo un hombre, un brujo que pasaba por la zona. - El elfo tiene razón. La criatura vale más si está viva que si está muerta-.
-¡Traed unos cubos!- se escuchó desde algún lado que nadie supo distinguir- ¡Y también necesitaremos cuerdas!-
Mientras los gritos continuaban y la gente se movía de un lado para otro Hont no podía dejar de pensar en la primera fase que escuchó del elfo. “Se está muriendo.” Era posible que tuviera razón, el animal parecía herido y asustado. Su brillo cada vez era menor. Era como ver una vela que se consumía muy lentamente hasta llegar a… ¡No! Hont se removió la cabeza de un lado a otro con tal de sacarse esas malas ideas de la cabeza.
-Te ayudaré en lo que necesites- dijo Hont sin dudar ni un solo momento a la vez que sacaba a relucir su fiel espada de madera- no me importa que sea ni lo que tenga que hacer. Salvaré al irisihi- el nombre del caballo pez lo dijo muy rápido para que el elfo no se diera cuenta de su mal pronunciación. - no dejaré que muera. Las cosas bonitas no pueden morir-.
* Iltharion Dur’Falas: Has conseguido la ayuda de Hont (quien lo podrás manejar si lo crees necesario) y si juegas bien tus cartas también de los otros hombres, al menos por ahora. No olvides que los rumores que has creado con tu treta han causado gran controversia tanto para bien como para mal. Usa bien tus armas y continúa como hasta el momento. Salva el ihhrashi.
En tesoros y piratas también pensaban las otras personas pero no de la forma infantil que lo hacía Hont. Ellos iban más allá. Los rumores que vinieron a raíz de las palabras del bardo trajeron algo bueno y algo malo. Empezando por las buenas noticias, la gente dejó de pensar en matar a la criatura, hacerse con sus hebras o sus escamas para vendarlas al mejor postor. Eso fue un paso, un gran paso a decir verdad. Pero por una cosa buena venía una mala y a nadie se le pasó por alto dos palabras del elfo: recompensa y tesoro. A medida que los rumores se movían repitiendo entre uno y otros las palabras del bardo, poco a poco, se iban concentrando en únicamente en estas dos palabras. “Recompensa y tesoro” acabaron repitiendo como loros.
-¡No os acerquéis a la bestia!- dijo un hombre, un brujo que pasaba por la zona. - El elfo tiene razón. La criatura vale más si está viva que si está muerta-.
-¡Traed unos cubos!- se escuchó desde algún lado que nadie supo distinguir- ¡Y también necesitaremos cuerdas!-
Mientras los gritos continuaban y la gente se movía de un lado para otro Hont no podía dejar de pensar en la primera fase que escuchó del elfo. “Se está muriendo.” Era posible que tuviera razón, el animal parecía herido y asustado. Su brillo cada vez era menor. Era como ver una vela que se consumía muy lentamente hasta llegar a… ¡No! Hont se removió la cabeza de un lado a otro con tal de sacarse esas malas ideas de la cabeza.
-Te ayudaré en lo que necesites- dijo Hont sin dudar ni un solo momento a la vez que sacaba a relucir su fiel espada de madera- no me importa que sea ni lo que tenga que hacer. Salvaré al irisihi- el nombre del caballo pez lo dijo muy rápido para que el elfo no se diera cuenta de su mal pronunciación. - no dejaré que muera. Las cosas bonitas no pueden morir-.
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* Iltharion Dur’Falas: Has conseguido la ayuda de Hont (quien lo podrás manejar si lo crees necesario) y si juegas bien tus cartas también de los otros hombres, al menos por ahora. No olvides que los rumores que has creado con tu treta han causado gran controversia tanto para bien como para mal. Usa bien tus armas y continúa como hasta el momento. Salva el ihhrashi.
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Re: Criatura varada [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]
Iltharion suspiró con alivió al percatarse que la muchedumbre ya no estaba esperando por la muerte de la criatura, si no que su intención era mantenerla viva, y privarla de su libertad posiblemente.
Por suerte se hallaban en la playa, cerca de las casas o negocios en los que podrían conseguir cubos y cuerdas para retener al animal, y por mucho que el sujeto aquel que se había hecho oír por encima de la multitud clamara por los mismos, el elfo contaba con que muchos no querían arriesgarse a que el animal muriese, o a irse a por el material pudiendo el resto liberar a la criatura de mientras y quedar sin recompensa.
Por otro lado el hombrecito bestia parecía tener genuinas intenciones de ayudar, uno mas para su bando, con unos pocos hombres que hicieran fuerza sería suficiente como para ayudar a que el animal pudiera sacar sus aletas de debajo de su cuerpo donde habían quedado atrapadas, y empujarlo hacia el mar.
-Marchense si quieren, pero yo no voy a arriesgarme a que se muera y perderlo todo por un cubo.-El elfo hizo su primer empujón intentando alzar a la bestia pero no logró absolutamente nada, aunque se trataba de ilustrar sus intenciones más que nada.- Si ve que lo ayudamos no hará falta atarlo.- Dijo con convicción. Los humanos tendían a convivir con los animales, muchos de los hombres allí reunidos seguro tenían un perro, un caballo, o una mula, y sabrían que esas bestias eran mas inteligentes de lo que parecían, y si algo tenían era gratitud para con quienes las cuidaban.
El bardo no podía apostar en que el equino marino compartiera aquel rasgo, pues era la primera vez que veía uno en carne propia, pero por lo menos podía usar aquella treta para intentar convencer al resto, y si después el animal huía sin agradecer a nadie siquiera con un gesto quedaría en todo caso como un necio, pero habría salvado a ese ser, aunque mas le valía saber nadar si esa muchedumbre no recibía remuneración ninguna por su culpa, pues quedar como un estúpido no le libraría de la golpiza de los mas furibundos cuando se quedaran sin nada.
Otra idea vino a su mente al ver al hombre bestia por el rabillo del ojo.
-Colóquese a la espalda del Ihhrashi y cave con las manos para que quede una pendiente.-Le pidió, al verlo mezcla de un animal de los que cavaban madrigueras, además la arena de playa no era especialmente difícil de retirar, por lo que no resultaría una tarea tan titánica, y facilitaría en grado sumo el poder devolver al equino al agua sin demasiada ayuda externa, quizás incluso, si cavaba lo suficientemente rápido podrían entre ellos dos liberar en solitario a la bestia, aunque el elfo estaba seguro de que alguien mas se uniría queriendo ganarse el favor de la criatura si veía que sus planes empezaban a funcionar.-Ah, y deme su espada.-Añadió extendiendo la mano para conseguir aquella arma de madera, para usarla como palanca una vez su diminuto ayudante hubiera cavado la rampa hacia el mar.
Por suerte se hallaban en la playa, cerca de las casas o negocios en los que podrían conseguir cubos y cuerdas para retener al animal, y por mucho que el sujeto aquel que se había hecho oír por encima de la multitud clamara por los mismos, el elfo contaba con que muchos no querían arriesgarse a que el animal muriese, o a irse a por el material pudiendo el resto liberar a la criatura de mientras y quedar sin recompensa.
Por otro lado el hombrecito bestia parecía tener genuinas intenciones de ayudar, uno mas para su bando, con unos pocos hombres que hicieran fuerza sería suficiente como para ayudar a que el animal pudiera sacar sus aletas de debajo de su cuerpo donde habían quedado atrapadas, y empujarlo hacia el mar.
-Marchense si quieren, pero yo no voy a arriesgarme a que se muera y perderlo todo por un cubo.-El elfo hizo su primer empujón intentando alzar a la bestia pero no logró absolutamente nada, aunque se trataba de ilustrar sus intenciones más que nada.- Si ve que lo ayudamos no hará falta atarlo.- Dijo con convicción. Los humanos tendían a convivir con los animales, muchos de los hombres allí reunidos seguro tenían un perro, un caballo, o una mula, y sabrían que esas bestias eran mas inteligentes de lo que parecían, y si algo tenían era gratitud para con quienes las cuidaban.
El bardo no podía apostar en que el equino marino compartiera aquel rasgo, pues era la primera vez que veía uno en carne propia, pero por lo menos podía usar aquella treta para intentar convencer al resto, y si después el animal huía sin agradecer a nadie siquiera con un gesto quedaría en todo caso como un necio, pero habría salvado a ese ser, aunque mas le valía saber nadar si esa muchedumbre no recibía remuneración ninguna por su culpa, pues quedar como un estúpido no le libraría de la golpiza de los mas furibundos cuando se quedaran sin nada.
Otra idea vino a su mente al ver al hombre bestia por el rabillo del ojo.
-Colóquese a la espalda del Ihhrashi y cave con las manos para que quede una pendiente.-Le pidió, al verlo mezcla de un animal de los que cavaban madrigueras, además la arena de playa no era especialmente difícil de retirar, por lo que no resultaría una tarea tan titánica, y facilitaría en grado sumo el poder devolver al equino al agua sin demasiada ayuda externa, quizás incluso, si cavaba lo suficientemente rápido podrían entre ellos dos liberar en solitario a la bestia, aunque el elfo estaba seguro de que alguien mas se uniría queriendo ganarse el favor de la criatura si veía que sus planes empezaban a funcionar.-Ah, y deme su espada.-Añadió extendiendo la mano para conseguir aquella arma de madera, para usarla como palanca una vez su diminuto ayudante hubiera cavado la rampa hacia el mar.
Iltharion Dur'Falas
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Re: Criatura varada [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]
Odió tener que agachar la cabeza y obedecer las órdenes del elfo de pelo cobrizo. Tenía razón admitirlo, el orejapicudas estaba haciendo un buen trabajo con tal de mantener con vida al equino marino. “Con vida vale más”. Se repetía el brujo una y otra vez en su cabeza. Una vaga promesa de aeros podía ser suficiente para acabar con los años de rivalidades y enfrentamientos entre las dos razas.
El brujo cavó con los demás, trajo agua para mojar la piel de la bestia igual que el resto y en ningún momento estuvo parado. Si lo pensaba bien, el que menos trabajo hacía era el pequeñajo peludo de las orejas largas. El hombre bestia no paraba de saltar y aplaudir de felicidad por cada coletazo que el equino daba con su cola para mojar a los hombres en un simple y estúpido gesto de agradecimiento.
Hasta ahí había llegado. ¡Se acabó! El elfo y el pequeño peludo que continúen cavando y con llevando cubos. El brujo, en compañía de otros pocos hombres tan recios como él, tenía otra idea en mente.
-Suelta la vara elfo- amenazó el brujo al elfo para que dejase de hacer palanca con la espadita del hombre bestia - has hecho un buen trabajo, ¿verdad? Pero ya lo has terminado. Ahora nos toca a nosotros hacer nuestra parte-.
Dos hombres ataron el cuello de la bestia varada con una cuerda y otros dos se encargaron de cola. La mitad de los presentes miraban a estos hombres como herejes, como si estuvieran escupiendo a la estatua de unos Dioses al pasar las cuerdas por el animal; la otra mitad dio un paso al frente para intentar ayudar a la bestia y librarlos de los malhechores.
* Iltharion Dur’Falas: Gracias a tu gran elocuencia y tu capacidad de liderazgo, has conseguido mantener con vida al ihhrashi. ¡Muy buen trabajo! Pero, esto no acaba aquí. Un brujo, en compañía de un pequeño grupo de hombres, se intenta hacer con el control de la criatura. Buscan las promesa de oro y tesoros de la que antes les has hablado. Ayuda al animal. Ahora que está con vida debes mantenerlo a salvo.
El brujo cavó con los demás, trajo agua para mojar la piel de la bestia igual que el resto y en ningún momento estuvo parado. Si lo pensaba bien, el que menos trabajo hacía era el pequeñajo peludo de las orejas largas. El hombre bestia no paraba de saltar y aplaudir de felicidad por cada coletazo que el equino daba con su cola para mojar a los hombres en un simple y estúpido gesto de agradecimiento.
Hasta ahí había llegado. ¡Se acabó! El elfo y el pequeño peludo que continúen cavando y con llevando cubos. El brujo, en compañía de otros pocos hombres tan recios como él, tenía otra idea en mente.
-Suelta la vara elfo- amenazó el brujo al elfo para que dejase de hacer palanca con la espadita del hombre bestia - has hecho un buen trabajo, ¿verdad? Pero ya lo has terminado. Ahora nos toca a nosotros hacer nuestra parte-.
Dos hombres ataron el cuello de la bestia varada con una cuerda y otros dos se encargaron de cola. La mitad de los presentes miraban a estos hombres como herejes, como si estuvieran escupiendo a la estatua de unos Dioses al pasar las cuerdas por el animal; la otra mitad dio un paso al frente para intentar ayudar a la bestia y librarlos de los malhechores.
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* Iltharion Dur’Falas: Gracias a tu gran elocuencia y tu capacidad de liderazgo, has conseguido mantener con vida al ihhrashi. ¡Muy buen trabajo! Pero, esto no acaba aquí. Un brujo, en compañía de un pequeño grupo de hombres, se intenta hacer con el control de la criatura. Buscan las promesa de oro y tesoros de la que antes les has hablado. Ayuda al animal. Ahora que está con vida debes mantenerlo a salvo.
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Re: Criatura varada [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]
Iltharion observó al brujo con absoluta calma, y se levantó del lugar dejando la espada con al que hacia palanca metida bajo el animal, saliendo en la mitad del angulo que formaba la bestia con el suelo.
Que la mitad de los aldeanos se pusieran del lado de la criatura era un buen augurio, y con la bestia moviendos suficiente costaba ya a los sujetos poner las cuerdas entorno al mismo, así que sacó una daga de detrás del cinturón a su espalda y corto la cuerda tensa que rodeaba el cuello del animal. No esperó en sacar otra del costado le cinturón y arrojarla a Hont para que liberase la cola del animal.
-Por hacer vuestra parte significa esclavizar y agenciarte de dicho animal para tu propio beneficio ¿No?.-Encaró un ceja el bardo, mientras sin darle la espalda al sujeto un solo instante, acomodaba un pie sobre el mango de la espada de madera para que la palanca que había dejado colocada empujar al equino por la pendiente que había cavado la gente y pudiera deslizarse hasta el mar.
Aprovechando que probablemente el sujeto desviara la vista sobre la palanca, se empujó sobre esta pegando un salto, habiendo hundido parte del pie en la arena antes, lo cual generó que al alzarse sobre la pierna que reposaba sobre el mango de la madera por un instante, hiciera mas fuerza para empujar al animal y arrojara una buena cantidad de arena en dirección a la cara y el cuerpo del brujo buscando hacerlo recular, o cegarlo y dejarlo fuera de juego unos valiosos segundos al sentir los granos rasgandole los ojos.
Contaba también con el caso que la cola siguiera amarrada, lo que probablemente generaría que el bich terminara girado, encarado al mar pero sin poder meter la cola ne el agua, sin embargo aquello no terminaba de preocupar al elfo, quien imaginaba que una vez tuviera las aletas en su líquido elemento la bestia podría hacer fuerza por si sola y ayudar a la facción que quería liberarlo a terminar de adentrarse del mar.
Que la mitad de los aldeanos se pusieran del lado de la criatura era un buen augurio, y con la bestia moviendos suficiente costaba ya a los sujetos poner las cuerdas entorno al mismo, así que sacó una daga de detrás del cinturón a su espalda y corto la cuerda tensa que rodeaba el cuello del animal. No esperó en sacar otra del costado le cinturón y arrojarla a Hont para que liberase la cola del animal.
-Por hacer vuestra parte significa esclavizar y agenciarte de dicho animal para tu propio beneficio ¿No?.-Encaró un ceja el bardo, mientras sin darle la espalda al sujeto un solo instante, acomodaba un pie sobre el mango de la espada de madera para que la palanca que había dejado colocada empujar al equino por la pendiente que había cavado la gente y pudiera deslizarse hasta el mar.
Aprovechando que probablemente el sujeto desviara la vista sobre la palanca, se empujó sobre esta pegando un salto, habiendo hundido parte del pie en la arena antes, lo cual generó que al alzarse sobre la pierna que reposaba sobre el mango de la madera por un instante, hiciera mas fuerza para empujar al animal y arrojara una buena cantidad de arena en dirección a la cara y el cuerpo del brujo buscando hacerlo recular, o cegarlo y dejarlo fuera de juego unos valiosos segundos al sentir los granos rasgandole los ojos.
Contaba también con el caso que la cola siguiera amarrada, lo que probablemente generaría que el bich terminara girado, encarado al mar pero sin poder meter la cola ne el agua, sin embargo aquello no terminaba de preocupar al elfo, quien imaginaba que una vez tuviera las aletas en su líquido elemento la bestia podría hacer fuerza por si sola y ayudar a la facción que quería liberarlo a terminar de adentrarse del mar.
Iltharion Dur'Falas
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Re: Criatura varada [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]
Faltaba poco, ya casi estaba. Un poco más y volvería a notar todo su cuerpo moviéndose en las aguas saladas del mar. Los cubos de agua que le arrojaban los hombres estaban bien para mantenerlo con vida, pero no eran suficientes. Pero necesitaba más. Necesitaba del mar. El mar era su vida y su hogar al mismo tiempo. Fuera del mar, el ihhrashi se sentía como un muerto.
Pero ese sentimiento acabaría pronto. Sí, ya casi volvería a sentirse todo lo vivo que había estado antes de llegar a la playa. Y todo se lo debía al elfo, el fue quién cortó las cuerdas y quién más ayudó para empujarlo a la mar.
El ihhrashi, como criatura noble que era, dio una gracia al elfo con un bufido alentador mientras que al otro hombre, el que lanzó las cuerdas sobre él, le arrojó un montón de arena con la cola hasta dejarlo ciego. Se lo tenía merecido.
Una criatura pequeña, la que hablaba en la lengua de los hombres en lugar de la lengua de los animales, saltó de alegría al ver caer de culo al brujo de las cuerdas. Le dijo que era un hombre malo y que él también quería zurrarle igual como el arashi (seguramente quiso decir ihhrashi pero no supo pronunciarlo) lo había hecho. Acto seguido, se puso a cuatro patas y le arroja más arena con las manos.
* Iltharion Dur’Falas: ¡Mira al ihhrashi! Está muy agradecido por todo lo que le has ayudado, que no ha sido poco. Pero, todavía queda un último empujón (nunca mejor dicho), un último post en el que deberás empujar a la criatura al mar, hacia su hogar, y prevenir que ninguno de los hombres de la playa quiera tomarse la “justicia” por su mano.
Pero ese sentimiento acabaría pronto. Sí, ya casi volvería a sentirse todo lo vivo que había estado antes de llegar a la playa. Y todo se lo debía al elfo, el fue quién cortó las cuerdas y quién más ayudó para empujarlo a la mar.
El ihhrashi, como criatura noble que era, dio una gracia al elfo con un bufido alentador mientras que al otro hombre, el que lanzó las cuerdas sobre él, le arrojó un montón de arena con la cola hasta dejarlo ciego. Se lo tenía merecido.
Una criatura pequeña, la que hablaba en la lengua de los hombres en lugar de la lengua de los animales, saltó de alegría al ver caer de culo al brujo de las cuerdas. Le dijo que era un hombre malo y que él también quería zurrarle igual como el arashi (seguramente quiso decir ihhrashi pero no supo pronunciarlo) lo había hecho. Acto seguido, se puso a cuatro patas y le arroja más arena con las manos.
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* Iltharion Dur’Falas: ¡Mira al ihhrashi! Está muy agradecido por todo lo que le has ayudado, que no ha sido poco. Pero, todavía queda un último empujón (nunca mejor dicho), un último post en el que deberás empujar a la criatura al mar, hacia su hogar, y prevenir que ninguno de los hombres de la playa quiera tomarse la “justicia” por su mano.
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Re: Criatura varada [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]
El bardo sonrió de lado al ver como el equino marino mismo se defendía, y como el brujo que había encabezado su cruzada para acabar con la libertad del mítico animal se hallaba ahora en el suelo siendo rebozado con arena de la playa por el diminuto hombre bestia que tenía mas aspecto de bufón que del guerrero que parecía gustar de imaginar que era.
Aun así el hijo de Sandorai no se regodeo en su victoria, y sin perder un solo segundo, y usando nuevamente la practica espada a modo palanca dió un empujón final a la bestia marina para devolverla a su hábitat natural, aun a costa de que con ello terminaría de ganarse la antipatía de aquel grupo de avaros que habían querido hacer dinero de aquel magnifico especimen.
El bardo había reculado hasta que sus pantorrillas habían quedado nuevamente sumergidas en el agua al desencallar al ihhrashi, y en tres cuartos dejando que el océano cubriera su espalda sabiendo que de allí no surgiría ningún enemigo sin que lo escuchara, permaneció con una de sus manos sobre el mango de la daga que guardó en su cinturón por si a caso a alguno de aquellos sujetos se le antojaba la venganza.
-La bestia ya es libre, váyanse por donde vinieron, no ganaran nada de pagar su ira con la gente mas que ser tachados como criminales en alguna ciudad importante.-Iltharion dudaba que los mas mezquinos quisieran arriesgarse a pelear con todos los que habían decidido defender al ser marino, y aunque solo fueran a por el, el resto podrían informar a las autoridades de lunargenta, y entonce sun precio pendería sobre sus cabezas, volviendo al cazador en presa.
Probablemente si alguno de aquellos hombres le albergaba rencor, algo que sospechaba del brujo, intentarían tomarlo desprevenido en otra circunstancia, cuando no hubiera tantos testigos de por medio. O en eso confiaba el elfo, quien esperaba no tener que liarse a puro dagazo, y controlaba de reojo al ihhrashi para ir viéndolo marchar si lo hacía, y poder cubrirlo mejor de la gente que le quisiera algún mal.
Aun así el hijo de Sandorai no se regodeo en su victoria, y sin perder un solo segundo, y usando nuevamente la practica espada a modo palanca dió un empujón final a la bestia marina para devolverla a su hábitat natural, aun a costa de que con ello terminaría de ganarse la antipatía de aquel grupo de avaros que habían querido hacer dinero de aquel magnifico especimen.
El bardo había reculado hasta que sus pantorrillas habían quedado nuevamente sumergidas en el agua al desencallar al ihhrashi, y en tres cuartos dejando que el océano cubriera su espalda sabiendo que de allí no surgiría ningún enemigo sin que lo escuchara, permaneció con una de sus manos sobre el mango de la daga que guardó en su cinturón por si a caso a alguno de aquellos sujetos se le antojaba la venganza.
-La bestia ya es libre, váyanse por donde vinieron, no ganaran nada de pagar su ira con la gente mas que ser tachados como criminales en alguna ciudad importante.-Iltharion dudaba que los mas mezquinos quisieran arriesgarse a pelear con todos los que habían decidido defender al ser marino, y aunque solo fueran a por el, el resto podrían informar a las autoridades de lunargenta, y entonce sun precio pendería sobre sus cabezas, volviendo al cazador en presa.
Probablemente si alguno de aquellos hombres le albergaba rencor, algo que sospechaba del brujo, intentarían tomarlo desprevenido en otra circunstancia, cuando no hubiera tantos testigos de por medio. O en eso confiaba el elfo, quien esperaba no tener que liarse a puro dagazo, y controlaba de reojo al ihhrashi para ir viéndolo marchar si lo hacía, y poder cubrirlo mejor de la gente que le quisiera algún mal.
Iltharion Dur'Falas
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Re: Criatura varada [MISIÓN: Animales fantásticos y saber dónde encontrarlos]
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FIN
* Iltharion Dur'falas] Has salvado al ihhrashi y lo ves saltar en el agua de la misma manera que lo haría un delfín con el fin de agradecerte lo que has hecho por él. Yo, también estoy muy agradecido por cómo has resuelto la misión: Descripciones detalladas sobre la criatura, acciones originales para influenciar al grupo de curiosos y que éstos trabajasen en equipo, buena escritura (bastante mejor que en la reciente quest que hicimos con Arygos donde tenías muchas más faltas de ortografía) y, lo más importante de todo, nos hemos divertido mucho resolviendo los problemas que nos presentaba la misión, al menos yo me he divertido tanto leyendo como escribiendo.
Recompensas:
* +3 ptos de experiencia en función de la calidad del texto.
* +3 ptos de experiencia en función de la originalidad del usuario.
* +4 ptos de experiencia en función a la descripción y acciones que se le da la criatura o planta que se muestra en la misión.
* 10 ptos totales de experiencia
Los puntos han sido sumados directamente a tu perfil.
Objeto mágico: Hebras del ihhrashi como cuerda para laud.
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* 10 ptos totales de experiencia
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Objeto mágico: Hebras del ihhrashi como cuerda para laud.
- Hebras del ihhrashi como cuerda para laud:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Posees cuatro hebras diferentes para usarlas como cuerdas para un laúd. Una de color negra, otra blanca, amarilla y la última roja. Si utilizas la hebra de un color determinado podrás cambiar de color cualquier objeto con tú música del mismo color de la hebra. ¿Utilidad? Imagina que estás frente a una chica que quieres impresionar o que alguien que no te cae bien busca una flor determinada de color azul y le quieres molestar un rato. Este objeto solo tiene cuatro usos, uno por cada color.
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