El retorno de la mala suerte [ Tema Libre] [Interpretativo]

Todo iba bien. Excepto por el tiempo loco que parecía revolucionar en la ciudad de Lunargenta. Una lluvia fuerte golpeó contra los toldos que daban refugio al pequeño mercado, hasta la viejita de la plaza, corrió desesperada con la oportunidad de entrar en su  choza, al calor.

Runa se encontraba con su paseo matutino. Primero había estado saltando por los tejados como una gata, controlando que estaba todo en orden. No había sucedido nada injusto aquella mañana, parecía que todo estaba en paz. Luego bajo por los canalones hasta el suelo y comenzó a dar una vuelta por las calles, con el mismo movimiento, sin nobles, con el mismo número de vendedores y el mismo número de voces gritando “pociones”.

Cuando la lluvia empezó a apretar, la multitud  empezó a darse prisa en busca de un refugio. La ladrona, no era menos. Dio con un pequeño portalillo lleno de tierra que la resguardaría durante unas horas. Mientras apoyaba su espalda en la pared y jugueteaba con sus pies, notó algo extraño en la tierra. Un brillo salía de ella, como el brillo de las joyas de aquellas damas que presumían de sus nobles conquistas.

Runa desenterró el objeto de la tierra. Parecía ser una figura de oro y muy importante. ¿De quién era? Que importaba, con un objeto así podría resolverse la vida de una vez por todas. Lo limpió y se lo guardo en la mochila bastante ilusionada. Luego pensaría que haría con él. Continuó andando bajo balcones para no mojarse mientras callejeaba. La pena de aquel día es que no tenía a quien contárselo.

- Vaya, vaya. A la mocosa le gusta coger cosas que no son suyas.

Se mostró frente a ella un tipo demacrado. Parecía que era más alto y le adornaban un montón de cicatrices en la cara. Era el tipo de persona que la vida no le había tratado adecuadamente y no había luchado hacia adelante.

-¿Qué dices? Dientes pochos.

Runa se burlaba como era habitual en ella. Pero su cara cambió cuando notó a más hombres a su espalda.

-Entrégame la estatua, jovencita

- O te verás en problemas. Añadió uno de los secuaces.

Aquel hombre horroroso, comenzó a aproximarse hacia ella con el fin de quitarle lo que ella había encontrado. ¿Era de ellos?, ¿Quién guardaría algo así en un sitio tan sencillo?. Le quedaba claro que necesitaban unas clases, nadie en su sano juicio guardaría algo importante así. Se encontraba en un estado de shock, ciertamente los tipos parecían ser personas bastante agresivas, y por mala suerte, esa mañana no se llevó el bastón consigo.

Cuando ojeó que uno de ellos desenfundo su arma, de reojo pudo lograr alcanzar a ver unas sogas colgadas, que los ganaderos utilizaban para el ganado. Se agachó, atrapó un puñado de tierra y se lo lanzó al más próximo dándole la ventaja de coger impulso y atrapar la soga.

Se lanzaron sobre ella los demás secuaces. Movió la soga como un látigo contra ellos, provocando un gran escozor en sus pieles e impidiendo acercarse. Había marcas rojas, incluso sangre. El jefe volvió a dar la orden, y cuanto más atizaba ella, más insistían. No sabía hasta cuando duraría allí en esa posición.

-Oh, venga ya ¿en serio?- maldije al ver el ingente aguacero que caía sobre Lunargenta.
Había acabado mi duro turno de noche en el taller y quizás era demasiado pedir un poco de sol, ¿pero esto?, era una burla de los dioses.

Avancé chapoteando por las calles rumbo a la posada tratando sin mucho éxito de esquivar los grandes charcos, notaba como mis pies empapados dentro de las botas estaban prácticamente sumergidos y el flequillo empapado no hacía más que impedirme la visión.

Había tratado de cubrirme con el escudo para tratar de parar la lluvia, pero la muy ladina venía de frente o cambiaba de lado, haciendo que desistiese en mi intención de no empaparme, así que asumí esta ducha gratuita.

Aún quedaba un largo trecho bajo el mar cuando gritos y tumulto en una bocacalle cercana me hicieron aproximarme, un grupo de hombres estaban enfrentados a una mujer que trataba de azuzarles con un especie de látigo, seguramente estaban tratando de forzarla, por supuesto no lo permitiría ¿es que ni con esta lluvia podía la gente comportarse por un instante?

Me acerque despacio hacia ellos hasta quedar a unos diez pasos.
-¡Ejem!- tosí lo suficientemente alto para que me oyesen.
Desenfundé la pala y la sostuve sin que tocase el suelo, el aguacero era intenso, el agua repiqueteaba en el escudo a mi espalda haciendo un sonido, a mí parecer bastante chulo.

-Caballeros, dejen a esa señorita en paz si no quieren tener problemas- les amenacé sin moverme, espero que el efecto dramático de mi aparición en la lluvia les hiciese replantearse el combate, que no daba por ganado, y obviasen que yo era un joven cansado, desarmado y calado hasta los huesos.

Como un intervalo de nota musicales , las gotas de lluvia caían sobre el escudo de la persona que acababa de aparecer.De una forma heroica, y sobre todo la pose. El herrero que la chica había conocido,viajado,había gastado bromas, incluso le había salvado el trasero.Había hecho acto de presencia, en el momento adecuado, a la hora adecuada.

Todavía con la soga en la mano, perpleja.Comenzó a temer que esos hombres quisieran derribarle por entrometerse, ella recordaba que en todas las peleas que tuvieron, Schot estuvo apartado,y estos tipos no parecían ser muy buenos amigos,precisamente.

-Oh dios, ¿Quien es este tipo de pacotilla?

-Jefe, jefe, jefe...

-¡Que demonios quieres!

-¿Podemos matarle?

-Adelante

Con los ojos como platos, observaba como los individuos daban la media vuelta y se abalanzaban sobre él.Lanzó la soga a los pies de uno de ellos , haciendo que perdiera el equilibrio y cayera contra el suelo, a los demás no le daba tiempo. El líder desenfundó una daga y atrapó por el brazo a la joven.

-¡Schot, corre rápido! Grito con las esperanzas, que por un casual , la hiciera caso.

-Maldito bastardo...

La daga apretaba su fino cuello,pero no le impediría salvarse. Gruñendo, como era habitual en Runa.Golpeó fuerte las partes más sensibles e importantes de un hombre.Cayendo este de rodillas y con la cara morada.

-Ahora verás...

Ató la soga al cuello del sujeto y frente su espalda apoyó su pie derecho comenzando a apretar. El hombre intentaba hablar, pero no le dejaba. Una de las cosas que Runa odiaba, era la gente así.Apretó hasta el modo de dejarle solo inconsciente y esperar que los compañeros, dejaran al herrero y fueran de nuevo hacia ella. Ahora había vuelto a tomar el control de la situación

Mi sorpresa fue mayúscula cuando vi que era Runa la que estaba en apuros, ciertamente Aerandir era un pañuelo.
Sin embargo mi heroica pose no había bastado en absoluto para intimidar a esos tipos, tres de ellos vinieron corriendo a por mí.
-Vamos, que el bobo ni siquiera va armado- gritó el primero que se lanzó directamente a mi cuello.
-¿Ah sí? ¡Pues toma!- dije dándole un rápido golpe con la pala en toda la cara, el tipo cayó redondo al suelo.

-Joder…lo pagaras bastardo- gritaron los otros dos yendo a por mí, traté de repetir la jugada pero el tipo ya se lo olió, esquivó por poco mi golpe y logró agarrarme.
-Ya te tenemos jaja- sonreía el tipo agarrándome por la espalda mientras el otro comenzaba a golpearme la tripa a base de puñetazos.

-Aggg..aggg.aggg- mascullaba de dolor con cada golpe que me propinaban, oí a Runa gritarme que saliera corriendo.
-Mira..no…si no es que yo no quiera…pero…augg- los tipos me tenían bien agarrado  y seguían curtiéndome el vientre, hasta que en uno de los golpes el asaltante debió de topar en alguna herramienta de mi cinturón haciéndose daño en la mano.

-Aggg…agg..perro… ¿que llevas ahí de acero?- maldijo frotándose la mano.
-No es acero, es hierro, esto es acero- sonreí aprovechando su descuido para golpearle con mi rodillera en todo el estómago.
-Aaaagggg- gritó perdiendo el aliento, agachó la cabeza por el dolor y yo aproveche para darle un cabezazo en toda la nuca, el ataque funcionó, el tipo cayó gimiendo al suelo, pero yo comencé a sangrar profusamente por la nariz.
-Ja, que, ¿ya no sois tan duros eh?- dije sin poder zafarme del bruto que me mantenía agarrado.

Se encontraba de preso, no le dejaban movimiento al herrero, tras recibir un puñado de golpes en su estomago.Parecía que uno había logrado golpear su hebilla haciéndose daño.En ese instante,Runa pudo escuchar como los huesos del puño crujían por el impacto.Como el niño que tropezaba con la piedra, comenzó a gimotear arrodillado , lo cual dio oportunidad a que lo derribará con un cabezazo.
-Uff, eso ha debido de doler mucho. Comentó para si misma mientras achinaba sus ojos almendrados.

Permanecía en el suelo, quejandose tras el golpe.Mientras el otro miembro continuaba sujetando al pelirrojo como un posesivo. Embistió como una bestia a punto de furia a por el que se encontraba en el suelo.Una patada y todo habría acabado.Después de todo, el restante no podría con ambos, a pesar de que se encontrara el joven sangrando por la nariz.

-Será mejor que le sueltes. Amenazaba con un tono intimidante.

Cuanto más se aproximaba al tercero, este más apretaba al herrero como forma de amenaza.

-¡Atrás! O... o le rebano la cabeza como a un puerco. Tartamudeaba un poco temeroso.

-¿Puerco?, Lo único que veo de puerco es tu cara sebosa, la cual no durará si no le sueltas ahora Usando un tono ronco y tenaz.

-Pu... pues...Si...si me... me ha aaa hacéis algo, oos co co cor corta cortaran los de dede dedos.

Levantó la ceja como gestó facial habitual en ella y regaló una sonrisa picara. Con la soga en sus manos, continuó aproximándose a paso marcado.El hombre no pudo evitar comenzar a temblar y soltar al hombre mientras echaba a correr.

-Bueno, uno menos... Decía con ironía.

Cuando el tipo lo soltó, el herrero parecía un poco mareado.La chiquilla lo notó, y como una cría preocupada de lo mínimo se acercó a él. Agarrando sus mejillas con delicadeza, observó la herida de la cabeza y cuanto hinchada estaba.

-Oh, Schot. Siempre te acaban golpeando... Uso un tono de preocupada.

-Vamos, te curaré. Pero antes movámonos antes de que vuelvan

Puso su brazo por encima del cuerpo de ella y cargó con él, con la máxima velocidad posible hacia la taberna del viejo Judas. El lugar se encontraba de gente humilde.Los ayudarían durante unas horas.Hasta que la tormenta cesará su fuerza.

La cosa estaba muy fea, el tipo me tenía bien agarrado y me parecía notar algo frio y afilado cerca de mi cuello.
Runa rápidamente se encargó de los tipos que quedaban, casi daba miedo.
-Sí, hazla caso, es muy peligrosa, mucho, la busca toda la guardia, muy chunga si- masculle al tipo, que ya se lo empezaba a pensar un poco más.

La intimidante aproximación de Runa parecía funcionar, notaba como el tipo sudaba y temblaba detrás de mí.
-Tío, haz lo que te dice, no me gustaría ser tu ahora mismo, dicen que mató un dragón con sus manos desnudas- dije metiendo presión.

Finalmente el tipo se rindió, me soltó y salió corriendo.
-Cof..cof…jajaja..eso…y no vuelvas jajaja-le grité mientras se batía en retirada.

Runa muy amablemente se acercó presta a comprobar mi estado.
-Jaja, nada tranquila, apenas me han rozado jajaja, las he tenido peores- sonreí levantando la cabeza para que dejase de sangrar.

Gracias al cielo Runa me ayudó sosteniéndome con el hombro y yo la seguí como pude hacia algún lugar seguro.
-Gra..uff..gracias, es que el tipo ese me ha dejado como un buen jamón curado jeje, ahora se me pasará- sonreí continuando el camino mientras me preguntaba si Runa se podría haber desenvuelto bien ella sola sin mi o si yo me las hubiese apañado bien sin ella, duro dilema.

Solo tenían que atravesar un par de calles y llegarían a aquella vieja taberna.Sin ninguna duda lo necesitaban, el agua los tenía más que empapados a ambos, casi caía a chorros de sus prendas, y las botas, cuando caminaban sonaba el típico "chof chof".Un poco de calor y alimento vendría que ni de perlas ante la situación.

Al fin llegaron frente el pequeño portón del lugar, donde adornaba unos candelabros con forma de cisne.Era algo muy refinado para proceder de un lugar de hombres, robustos y poco serios como los que solían hacer acto de presencia en el lugar.Agarró fuerte al joven , sin pretender hacerle daño y empujo la puerta.

A sus ojos, estaba una vieja taberna, con unos pocos taburetes en la barra, unos viejos bancos de madera, que al parecer algunos se encontraban roídos.Sus paredes de piedra y vigas también de la misma madera que los bancos. Unos barriles y adornando en el suelo, el bonachón y borracho de Carl. Un hombre que perdió sus tierras tiempo atrás y se desfogaba cada tarde con Judas.  

Nada más girar todos la vista, observaron que la persona que estaba en la puerta , era la ladrona.

- ¡RUNA!. Grito un grupo , incluyendo al tabernero.

Judas era un hombre de porte fuerte, con unos ojos enigmáticos. Con unos ropajes como los de un pirata, el carácter mas vívaro y pícaro que se haya logrado ver, y una melena a juego con su larga barba negra.Cualquier mujer normal, perdería la cabeza ante un tipo así. Runa y él se conocían ya de hace tiempo. Habían estado ambos involucrados en una gran pelea, que casi los llevo al calabozo de cabeza, no era una amistad de todos los días. Pero, si ocurría algo, ahí estaban uno para el otro.

El tabernero que le sacaba unos de pocos de años no pudo evitar que la chiquilla iba acompañada del pelirrojo sangrando.

-¡Oh! ¡Se nos ha echado un buen mozo!. Era típico del lugar empezar con este tipo de bromas.

Eso provocó la mirada de los demás hacia Schot y saltar también sin miramientos sus opiniones.

-Es muy enclenque para ella, necesita un hombre mejor. Comentaba un viejo herrero.

- Yo puedo darle más que ese tipo, pero ella no quiere darse cuenta. Comentó un conocido de Runa.

Ese conocido, no era más que un simple rufián , que también robaba. A diferencia de ella, no le importaba a la persona a la que le quitaba las monedas.Era bastante egoísta y engreído. Era el tipo de hombre que podría aprovechar su físico para embaucar a todas las chicas de la zona. Rubio, de ojos azules y con una tez muy morena gracias a las horas que pasaba bajo el sol.Pero en todo el tiempo que había conocido a la joven, jamas llamó su atención, y eso le quemaba. Al verle junto con la compañía de Schot podría decirse que no se sabia como se tomaría las cosas.

-¡No es mi...!. Iba a comentar cuando la detuvieron con el segundo comentario. - ¡ Cállate Claus! . Gritó ante el comentario que hizo de él.

-¡Dadme alcohol que le curé la herida de la cabeza!. Exigió seria. -¡No te rías Judas, o te estampo la botella!. Cogió la botella y llevó a Schot a uno de los bancos. Atrapó una de las viejas servilletas de tela que siempre dejaba ahí y la empapó poniéndosela en la frente y la nariz. Obviamente le iba a escocer, pero sabía que en el fondo era un hombre fuerte, tan solo, tenia siempre mala suerte.

- ¿Quién eres ? Pajarito asustado de Runa. Le preguntó Judas el tabernero aun con su tono tronchante.

- El chico que saldrá corriendo de ella, como sigáis así. Comentó de nuevo el herrero.

La taberna se escuchó en un mar de risas en ese abrumador y extraño momento.

-No podéis quedaros callados.

-Tomar , tendréis hambre. Sirvió un plato enorme de carne y unas jarras de cerveza Rubí la camarera. Era una antigua pirata que se quedó al lado de Judas por amor.

Intentando ignorarles, agradeció el gesto a Rubí  y comenzó a partir la carne un poco molesta por la situación. ¿Que le importaba que dijeran? ¿Por qué estaban cachondeándose de tal manera? . En silencio, no dijo más.

A una esquina, se depositaron dos de los hombres de la taberna con un laúd y un violín. Empezaba sonar una música alegre en el lugar, empezaron a hacer ritmo con sus pies y palmas al grito de un "HO". Parecía que la taberna había entrado en una fiesta.

-Son buena gente, espero que no te hayan molestado. Le dijo Runa Schot. - Pero tienden a ser muy bromistas y puñeteros, si eres bueno, ellos lo son contigo.

Cogió la jarra de cerveza y se dispuso a dar un trago cuando vio la cara del pelirrojo le entro la risa.

A lo lejos, continuaba el obsesionado, observando todo atentamente.Quizás si bebiera más de lo posible, intentaría dar problemas al chico herrero.

Judas agarró el brazo de la camarera hacia el centro de la taberna. Esta miro a los ojos de Schot y solo moviendo los labios sin pronunciar sonido alguno le dijo "Sa-ca-la a bai-lar". Sin duda era un baile muy divertido, muy agotador y difícil de pillar el ritmo, pero de gran experencia.

Entre el aguacero que estaba cayendo, los meneos por la calle y el golpe me había desorientado completamente, no tenía ni idea de donde estábamos, al  menos sabía que aún era Lunargenta.

Por suerte Runa parecía conocer perfectamente el camino y al poco llegamos a una taberna que no había visto en mi vida, sin dilación entramos a resguardarnos de la lluvia, dentro había lo que cabía esperar, una taberna roñosa llena de los típicos parroquianos, tanto la gente como el local había visto mejores días.

Runa parecía ser una habitual del lugar y casi todos la reconocieron al instante.
Avanzamos con dificultad hasta la barra donde caí rendido sobre un taburete, habíamos formado un buen bochinche al llegar a lugar, y los borrachines bromeaban entre risas con nuestra presencia.
-Nonono..asuntos…meramente laborales si- me defendí entre risas.

El tabernero, que tenía pinta de haber surcado los mares hasta hace dos noches nos atendió y dio a Runa alcohol que se apresuró a aplicarme en las heridas.
-Auuuauauaua- exclamé apretando los dientes, espero que no se hubiese oído demasiado.
Agradecido sostuve yo mismo el trapo con la mano mientras con la otra me quitaba las botas y las volteaba vertiendo una sorprendente cantidad de agua de dentro.

-Schott, me llamo Schott, muchas gracias señor ¿Judas?, sí, soy un amigo de Runa, sufrimos un percance cerca de aquí, yo..oh muchas gracias si- sonreí cogiendo el suculento guiso que nos ofrecía la camarera.
-Uf…mmm..muy bueno si- sonreí comiendo un pedazo de carne –Muchas gracias, ahí fuera está diluviando-  sonreí a la camarera sin hacer caso a los parroquianos de la taberna, casi estaba acostumbrado ya a estos ambientes.

-Nonono para nada jaja- sonreí a Runa –Son buena gente, animada por la bebida jaja, este lugar es genial, muchas gracias por traerme, casi nos ahogamos ahí fuera- dije calzándome las botas ya moderadamente secas.
Runa pareció reírse al mírame, no me había percatado, pero con las ropas empapadas, el pelo mojado casi cubriéndome los ojos y la cabeza echada hacia atrás con la servilleta mi aspecto debía de ser cuanto menos cómico.
-¿Qué? Jajaja, he estado peor, aunque no demasiado- bromee.

También nos habían servido rica bebida que con gusto probé, dos tipos habían comenzado a tocar, y el ambiente se animaba mientras la gente coreaba canciones marineras.
Me fije entonces en la carrera que parecía tratar de decirme algo.
-¿Qué-si-se-can-tar?- La respondí también sin hablar.

Ahhh, no, que la sacase a bailar, claro, claro ya lo pillaba, uf, la canción era muy rápida  y no la conocía, por no hablar de que el baile no era uno de mis fuertes, por decirlo suavemente, pero era lo mínimo que podía hacer después de haberme traído a tan curioso lugar.
-Eh…emm.ejem..ejejem…- masculle tratando de romper el hielo. –E…emmmm..ee…¿Runa?..eeee..te..¿te apetece bailar?..así nos secamos y eso si- sonreí tendiéndola ceremoniosamente el brazo.

Sin ninguna duda Schot sabía defenderse ante hombres así, bajo los efectos de la bebida.
Lo cierto era que Runa al fijarse en su actitud, empezó a admirar como lograba ignorarlos con una sonrisa de oreja a oreja.Estaba demostrando que era el más inteligente del local por momentos.

Tan solo se dedicaron un momento a llenar el estomago y beber un poco.El ambiente se había animado, la joven miraba por el rabillo del ojo como el tabernero comenzaba a bailar con Rubí mientras el resto daba unas palmas, a pesar de estar concentrada en tan solo buscar tranquilidad y descubrir de quien pertenecía aquella estatua. Se encontró a un Schot moviendo los labios con una cara un tanto extraña.

-¿Quéf hagces?. Preguntó con una imagen poco provocativa de una mujer con el pollo en la boca.

Algo pasaba, pues Schot se quedó un buen rato callado, y la joven se lo cuestionaba mientras lo miraba sin parar.Parecía un poco agitado y pensativo, hasta que tardó en arrancar y tratando de buscar bien las palabras la invito a bailar. En ese momento, por unos segundos la ladrona se lo tomó como una broma por su parte, pero no tardó en darse cuenta de que la proposición era seria cuando le ofreció su brazo cordialmente.

-¿A bailar?.Todavía no podía creérselo finalmente.-Pero yo no he bailado con ningún chico este baile...Tan solo  he danzado con Rubí.Sus mejillas tomaron un poco de color en ese momento.

Finalmente accedió y con torpeza salió agarrada de brazo a la mitad de la taberna.El baile comenzaba de una forma sencilla:
Paso derecho,
Paso Izquierdo,
Palmada, palmada,
Derecho,izquierdo, izquierdo,
Abajo.

Se repetía unas tres veces hasta llegar el estribillo.

Pues la joven trataba de enseñarle los pasos sin que tropezara. a su lado la otra pareja parecía estar pasando un estupendo rato. Como la risas se escuchaban con potencia en todo el local,a pesar de haber sido crueles anteriormente.
Unos pocos trataban de forma exterior enseñarle también como se hacía, a la ladrona le gustaba que en el fondo se lo estuviera pasando como un niño sin importarle las consecuencias, pues habían sido un poco cargantes con él.

Todo acabo cuando el chico de la barra no pudo evitar meterse de por medio  para separarlos, con su cara frente a la del herrero y una mirada de pocos amigos no pudo contener la rabia de su interior.

-No vuelvas a tocarla o te degollo muchacho... Amenazaba aquel expectante ladrón.

Ya no había música, ni ruido, ni risas. Tan solo se escuchaba al joven celoso y a Judas tratando de alejarle para que no buscara problemas.Runa empezaba a coger asco al chico, pues no era partidaria , y nunca lo seria de ese tipo de comportamiento.
Tenía que ganas de patalearle al cráneo, pero no podía ser ya que la detuvo la camarera como podía.

-Runa, no seas tan impulsiva. No le pasará nada a tu amigo. Tratando de calmar el ambiente.

Pero se equivocaban, el muchacho volvió de segundas, y con barril trató de estamparselo en la cabeza.Afortunadamente, falló.
Claus le hizo una buena zancadilla que le hizo caer de morros al momento y provocar una oleada de risas.

-Tranquilo muchacho, es solo que está obsesionado. No se lo tengas en cuenta. Comentaba Judas a Schot mientras le sonreía.

Parecía que siempre tenía que estar metida en algún lío, era su mayor don.Lo peor de la situación, es que le preocupaba meter en mas problemas al pelirrojo, bastante habían tenido hace un momento atrás para continuar así.Finalmente lo sacaron de la taberna, mientras Rubí daba conversación a su compañero en lo que ella estaba ausente.

-Bueno, ¿De que os conocéis Runilla y tú?. Se apoyaba  en la barra atenta de escuchar esa gran historia.

Mientras tanto Runa, sacó la estatuilla absorta de lo que ocurría alrededor. Judas la reconoció al momento y le comentó.

-¿De donde...?, Esa estatua pertenece a la banda de la víbora negra. ¿Estas en un lío?.

-Posiblemente, escapamos aquí después de que me asaltaran y Schot apareciera en mi ayuda... Lo he traído porque no quiero meterle en problemas y que le hagan daño... Decía por lo bajo al barbanegra.

-Entiendo,quieres que se quede aquí mientras vas a investigar...

Runa asintió con la cabeza mientras  miraba de reojo a los otros dos.

-Es buen muchacho,Judas. Le hacía entender para que le ayudara en el asunto.

Mientras Rubí seguía en la conversación, emocionada como una buena mujer cotilla,trataba de hacer sentir en su hogar al muchacho con las típicas preguntas incomodas.

-¿No tienes novia?, ¿Como es posible que un buen mozo no tenga novia?. Yo tengo una prima ideal para ti. Está un poco rellenita y no es de las que te lleva de un lado a otro en busca de problemas.Sabe guisar, y te va reír todas las gracias. Seguía un tanto efusiva.-¡Ah! ¡Y es muy amable!. No paraba de hablar.

Runa sin hacer ruido, logró salir a la puerta.Donde todavía llovía a mares.Permaneció un rato ahí parada cuestionándose realmente si ir sola, o dejarlo pasar.

Sonreí aliviado cuando Runa accedió a bailar, aunque rápido me di cuenta de que yo no tenía ni idea de eso, iba a ser un desastre.
Yo estaba sudando tinta tratando de concentrarme en los sofisticados pasos del baile.
Paso Izquierdo
Paso derecho
Paso..nono palmada
Otra palmada
Izquierdo derecho, no mierda, es al revés….

Y así proseguía la cosa, por suerte la buena de Runa atenta a mis dificultades e iba enseñándome despacio y nos acabó saliendo un baile más o menos pasable.
Más gente se sumó al baile y en un momento se formó un ambiente muy divertido, pero todo se fue al traste cuando un individuo nos separó y se me encaró muy violentamente.

En la taberna se hizo el silencio, yo tragué saliva tratando de no achantarme, manteniéndole la mirada no le veía las manos, ¿tendría tiempo de esquivarlo si sacaba algo?
Con esta gente era mejor no contestar, un comentario tipo “atrévete bastardo” hubiese originado una pelea en la que no las tenía todas conmigo de ganar.
-Oye oye oye, creo que no es de tu propiedad, si te paras a…- traté de ser dialogante, pero el tipo rojo de ira me lanzó rápido un barril que ni vi venir y que por poco me abre mí ya dolorida cabeza.
-¡Uaaaa, animal!- grité esquivándolo, algún buen samaritano debió de empujarle y tirarle al suelo, la gente echó a reír, yo el más aliviado.
-Je..je..ya..ya..no es la primera vez- sonreí al comentario de Judas.

Sacaron al tipo de mi vista, y yo me senté de nuevo a la barra a beber un poco para calmar los nervios.
No veía a Runa, y la amable camarera se me acerco a darme conversación.
-Oh..bueno..verás es una larga historia, digamos que de casualidad jaja, yo estaba en el calabozo sabes-
-Sisi, aquí conocemos de eso jejeje- rió un parroquiano cerca de mí que por lo visto no quitaba oído.
-Si bueno, pues como ya dije pura suerte, estábamos buscando un libro que nos llevó a Baslodia, y allí nos encontramos con unos vampiros-
-¿¿Visteis vampiros???- preguntó atento el hombre.
-Jejeje, bueno, no, no exactamente, casi, por muy poco jaja- reí dando otro trago –Y el resto es lo típico, presentarnos a un torneo, dar una paliza a los rivales, rescatar damiselas en apuros y cubrirnos de oro y gloria Jajaja- reí.
-Pues no te veo muy cubierto de oro y gloria- dijo viendo mi aspecto.
-Bueno sí..ya..la vida es muy dura, las deudas y tal…-
-Sisisi, también conocemos de eso- rió el hombre.

Pero la cosa no acabó allí, y la mujer me soltó otra pregunta incomoda.
-Ehg..ehg..ehg..cof..cof- masculle atragantándome con la cerveza –Yo..nono la verdad es que no…las mujeres…yo viajo mucho y no…- traté de excusarme.

La mujer me estaba diciendo algo sobre una prima suya y me temía lo peor.
-Oh bueno yo..seguro que es ciertamente simpática..y  muy guapa seguro..yo yoo- trataba de escurrir el bulto, la última vez que me presentaron a alguien de esa manera acabe despertándome sin blanca en Roilkat.
-Yo…emmm…voy un momento afuera a estirar las piernas, dadme un minuto- sonreí nervioso tratando de obtener un respiro ¿Dónde demonios estaría Runa?
Salí fuera de la taberna y por sorpresa me la encontré.
-¿Ey Runa que haces aquí?, esa lloviendo a mares, ven vamos dentro, la cerveza es buena y esta gente me está volviendo loco Jajaja- sonreí nervioso, ¿Qué la preocuparía?.

Sorprendida al ver al pelirrojo también saliendo por la puerta intento controlar todo tipo de impulso que pudiera darle en este mismo instante. ¿Debía decírselo?, todavía no le quedaba nada claro, aunque debía actuar con precisión.Observando como las gotas caían a sus pies dejando pequeñas manchas de humedad, como Schot con la misma alegría que le caracterizaba le saludaba, esperando una buena respuesta por parte de la ladrona.

Había salido a tomar el aire un poco...Comentó todavía un poco seria mientras iba girando sus ojos hasta llegar a visualizar el rostro del joven.-No te preocupes, no es por ese mequetrefe. Intento que su nerviosismo no se le comenzara a notar.

El chico estaba insistente en volver dentro, la cerveza le había parecido una delicia, la compañía le traía de cabeza aunque en el fondo no estaba mal cuidado,había buen ambiente excepto por el conflicto anterior.No parecía preocuparse por la pelea en la callejuela, él solo había aparecido al escuchar los gritos de Runa sin importar de que se tratase, sin importar el riesgo que pudiera existir.

-Oh, tienes razón, te he dejado con ella. ¿Qué te ha contado?. Puso su mano en su espalda empujándole taberna hacia dentro.Mientras se limitaba a escuchar al herrero todavía empapada no pudo evitar preguntarle sobre el asunto.-Schot...Clavó sus marrones ojos en los de él-Si no hubieras salido por la puerta, hubiera ido yo misma a por los tipos de antes.Son gente peligrosa, pero traman algo importante, y no sé para que quieren este artilugio. Refiriéndose a la estatua.-Es de gran valor, y si tú vinieras correrías un gran riesgo.Ante todos los medios prefirió que entendiera la situación.

Supongo que no fue la forma más correcta de decirlo, que habría otros modos, incluso podía haberle engañado y haberse marchado sin que se diera cuenta.Al menos , le dedicó la verdad.

-No hago esto para deshacerme de ti, piensa que esto no es como cuando nos conocimos... Suspira de preocupación.-Entiende que no quiero que te hagan daño, y menos por mi culpa.

Volvieron a servir más comida y más bebida, mientras todos los presentes permanecían en silencio .Sabían que Runa era terca, y que por nada del mundo arriesgaría la vida de una persona de su entorno. Tras decir todo, la joven quería esperar a que anocheciera para aprovechar el momento de irse en silencio, mientras todos descansaban.

-Ah bueno jaja- sonreí a Runa –Nada, me preguntó que de que nos conocíamos y todo eso, lo típico- la respondí, ambos entramos dentro, Runa me miro entonces atentamente a los ojos, no sé si me había fijado antes, pero tenía unos preciosos y claros ojos marrones.

-Sisi tranquila, no es la primera vez ni será la última que me pasa algo así- La sonreí  -Y respecto a eso… debes tener cuidado, si es peligroso tal vez lo mejor será alejarse por un tiempo, o entregarlo a la guardia o algo así-

Sin embargo Runa parecía decidida a investigar pese al evidente riesgo.
-Nono Runa yo…lo entiendo- La pobre estaba preocupada por mí, y no la faltaba razón, me daba rabia no ser como esos galantes caballeros de brillante armadura que se enfrentan a los problemas sin temor, que yo saliese herido no solo era posible, es que era bastante probable, y la buena chica no podría con eso, y por mucho que me doliera estaba en lo cierto, ella se cuidaría mejor sin mí de carga.

-No te preocupes, tienes razón, ven, vamos a acabar la cena, aun no has probado el guiso- La sonreí señalándola la mesa.
La velada transcurrió muy apaciblemente, más música y rica comida, al anochecer la taberna se fue vaciando, yo estaba en un rincón junto al fuego con otros parroquianos igual o más dormidos, escuchando la aburrida historia que contaba un viejo sobre unos mercader que quería ser poeta cuando me quede bastante amodorrado, me recosté en la butaca en la que estaba y entrecerré los ojos, quizás había comido y bebido en exceso y eso pasaba factura.

Pero todo eso no me quitaba mi principal idea de la cabeza, estaba seguro de que Runa iba a tramar algo, seguro, y no accedería a que la acompañase, pero tenía un plan, esperaría a que se fuera tratando de no quedarme dormido pero de parecerlo y la seguiría sin que me viese a fin de ayudarla si tenía algún percance.

El plan sobre el papel era perfecto, pero la parte de no quedarme dormido me estaba costando mucho, y el estómago lleno, la cerveza, y las fantasiosas historias del hombre no ayudaban.
-Uuugggghhh- bostecé –¿Pero no decías que su padre era… bode..guero….zzz- Pregunté al viejo antes de caer dormido, no pude ni escuchar su respuesta, mierda, pero tenía que aguantar el sueño..yo..Runa…me quedé dormido.

Todo parecía estar en calma, el joven comprendía la situación a la que estaba sometido llena de peligros y misterios.Aunque con buena fe y las pequeñas aventuras que compartieron antaño le hizo aconsejar a la ladrona que no cometiera la locura.Runa no dijo nada, igualmente marcharía cuando todos hubieran cerrado los ojos, era lo mejor.

La velada era muy viva, abundaba la compañía y el gran número de risas, la bebida ayudaba a que la modorra comenzara a hacer efecto, también el viejo con sus historias sobre un mercader surgía el doble de efecto.Había un grupo junto a Schot arrimados al fuego mientras continuaba con aquellas batallas incansables.
-Pero¿ Qué sucedió con el muchacho?.Preguntaba uno de los integrantes todavía aguantando a morfeo lo más fuerte que lograba.

Desde la barra, al lado del tabernero, se encontraba la chica de los ojos almendrados, apoyada soportando el cansancio acumulado por el día que llevaban.Rubí y unas pocas de personas al fin, se limitaron a salir hacia sus hogares. Schot estaba demasiado cansado como para hacerle andar por las callejuelas hasta donde se hospedara, lo cual la joven prefirió dejarle así de tranquilito. Estaba como un niño, entrecerrando los ojos hasta que finalmente el sueño logró vencerle.

-Judas ve a descansar, ya es hora...

-Ten cuidado de lo que haces. Le rogó el tabernero como el que hace un padre a su propia hija.-Vas sola, y aunque te sepas defender, existen muchos peligros. Terminó dejando claro en su mirada su preocupación y seriedad.

-¡Mal bicho nunca muere!. Trató de calmar ese ambiente y se dispuso a meter objetos que podrían servirle de gran ayuda.

- Cuerda
- Daga
- Vendajes
- Agua

Antes de marchar, mientras el tabernero subía las escaleras al segundo piso, agarró una manta con piel de borrego y se aproximó donde su compañero observando su rostro de "niño bueno" por unos segundos.Se disculpó mentalmente y lo arropo con la manta, pues aunque estuvieran al lado del fuego acabaría apagándose, y eso podría llevar a un resfriado.

De pie y en puntillas logró llegar a la puerta y salir.Había dejado de llover, aunque hacia bastante frío, la chica se frotó los brazos para entrar en calor y corrió hacia el lugar donde se había el conflicto.Allí encontraría pistas.


Una vez allí, comenzó a ojear ventanas, puertas, paredes.Cualquier cosa que realmente pudiera ser sospechosa...
Escuchó unos voces en el callejón de al lado,era dos hombres aproximándose.-Tenemos que encontrar la estatua y a esa chica, sino nos van a cortar el pescuezo.Añadió uno de ellos dejando ver su sombra aproximándose.-¿Donde se habrá metido esa zorra?

La joven se ocultó tras una cajas agazapada mientras ambos entraban en una cloaca. La respuesta que tenía curiosidad por saber se encontraba allí y ella, no iba a perdérselo.

Era una cálida tarde de verano, estaba pescando en un gran barco de velas blancas que tenía un torreón de piedra encima, dragones nos sobrevolaban haciendo figuras en el aire, como si fuese lo más normal del mundo.
-Ey Schottie, ¿pican?- Me dijo un elfo vestido de cocinero.
-Emm aún no, creo que falta más polvo mágico- Sonreí rociando polvo dorado sobre el mar, que ahora era de un color verdoso.
-Eres un pringado coooo- me dijo un loro que estaba jugando a las cartas -No pescarías ni una sirena coja cooo-
-Calla, lo haré a mano- dije metiendo el brazo rápido en el agua y sacando un pez.
-Oh Scott, me has pescado glub- clamó el pez.
-Si jaja, ahora me haré un rico guiso de ternera contigo- Sonreí.
-Si, pero antes debes despertar glub…despertar…despertar…-
-¿Eh? oh aggg uffff- mascullé abriendo los ojos, maldición, me había quedado dormido, seguía en la taberna, y todos roncaban ya sonoramente.

Fui a ponerme de pie y vi que alguien había tenido el buen gesto de arroparme con una manta, Runa, eso era, tenía que hallarla ¿Dónde estaba?
Miré por todas partes tratando de no hacer ruido, nada, se había escapado, mierda, mira que me dije no quedarme dormido.

Abrí despacio la puerta, la tormenta seguía arreciando, menuda mi suerte, o puede que no, en la calle embarrada se podían distinguir a duras penas pisadas en el barro, debía darme prisa antes de que la lluvia las borrase.
Me cubrí con la manta que aún tenía sobre los hombros y avancé sin miedo ni dilación por la oscura y lluviosa noche en busca de Runa, los cielos quisieran que no se haya metido en ningún lío.

Al fin habían accedido.

Así dando una oportunidad a la ladrona de colarse en la cloaca, de un salto ambos tipos saltaron, y por el tono de voz esperó a que avanzaran para poder colarse sin ser vista.Solo debía imitarles, de un salto y hop. Pisaría con sus botas el sucio suelo del lugar.

De pie frente la cloaca analizó que un salto podría ser demasiado arriesgado para un sitio el que no tenia conocimientos. Existía de una caída tonta de culo, la torcedura de un tobillo, rotura de brazo... Tantos factores a analizar que dio el paso a sentarse y entrar colgando todo su peso de los brazos.Una vez colgada miro abajo realmente viendo que no era tanta al altura y de un salto acabo en suelo con una de las rodillas apoyado en el.-Bien, ya estoy aquí...Susurraba para no ser escuchada mientras seguía las voces al fondo.

El sitio era un canal subterráneo donde pasaban las aguas negras de la ciudad,un nido de ratas y plagas indeseables. Como era lógico no era nada pulcro,el olor nauseabundo que llegaba de las aguas podía hacer vomitar en tan solos unos momentos.Runa tuvo que taparse la boca mientras apoyaba una de las manos en la pared mientras las arcadas podían con su alma.-Uff...No me extraña que no encuentre nadie su escondite... Avanzaba como podía ante tal situación.

Cuanto más se adentraba y perdía de vista la salida, más empezaba a arrepentirse de la situación. Sus botas se habían manchado a los pocos segundos, las ratas parecían ir tras ella a morder,y no no tenía conocimiento de lo que se enfrentaba.Las voces pararon por un instante en un punto muerto y no volvieron a aparecer.Ella estaba en un punto muerto y no sabía que dirección tomar, izquierda- derecha, cual fuera la que cogiera no habría vuelta atrás.-Gatito...ga...ti...to... Nadie respondía en la otra dirección.

Escuchó pisadas tras de ella, tomó el bastón con fuerza intentando ocultarse. Podrían ser más miembros de la banda.

O quizás no.

Chof chof, apenas veía nada bajo esta espesa lluvia, el embarrado de la calle, aunque de ayuda para seguir el rastro de Runa, me manchaba las botas y me hacía ir las lento, cortinas de lluvia caían de las faldas de los tejados, dándote una ducha directa como no tuvieses cuidado.

La manta que llevaba ya era como una toalla empapada, y el escudo sobre mi cabeza no me protegía de las ráfagas laterales.
Pero continuaba avanzando, siguiendo las huellas, ¿A dónde demonios habrá ido?, todo parecía ir sobre ruedas hasta que las perdí el rastro.
-¿Eh?, si estaban aquí hace un momento- maldije.
Miré a  mí alrededor y vi con horror como las pisadas desaparecían en un oscuro agujero de cloaca.
-No…no me digas que ha saltado allí….- me lamenté.

Me asomé al borde, al fondo no se veía nada, más que el sonido de la lluvia sobre el agua del fondo.
-Ug….uggg….habrá que saltar pues- maldije, solté una piedra para ver cuánto había de caída, apenas la oí con la lluvia pero vi que sonó agua.
-Esto no me convence- suspiré, entonces se me ocurrió una idea, la manta, até un extremo de la manta a una argolla de la tapa de la cloaca y me dispuse a descolgarme como si de una cuerda se tratase.

-Uf, pero quien me manda a mi meterme en estos líos, si yo…- me quedé sin manta y aún no había llegado al fondo.
-Bueno, puedo jugármela y saltar o….- pero el nudo húmedo de la manta decidió por mí, con la lluvia se soltó y me dejó caer un par de metros hasta el fondo de la cloaca, caí de culo llenándome de asquerosa agua ponzoñosa.
-Aggggg aahhhhhh- maldije, la manta suelta cayó sobre mi cabeza con un húmedo “Plaj”
-Sin comentarios- me resigne.

Me puse en pie y avancé decidió en busca de Runa, el sitio era terrible, ratas y aguas sucias, además con la lluvia el volumen era mucho mayor y cubría bastante, pero lo pero era el olor, vomité varias veces.
-Agggg…nooo..la cena…creo que…buaggggg-
Seguí avanzando,  no tenía fuentes de luz, solo la que se filtraba de las aberturas del techo y toda la yesca que llevaba estaba empapada por la lluvia, me detuve un momento, me había parecido oír un ruido al fondo. ¿una rata gigante? ¿un basilisco?, podían ser ambas, desenfundé la pala y avancé decidido a enfrentarme a mi destino.
-Uaaaaaaa- grité corriendo enarbolando la pala por la cloaca para asustar a cualquier criatura demoniaca que me encontrase.

Respiraba hondo mientras esperaba a la persona dela cual detecto sus pasos. La respiración de aquella comenzó a agitarse repetidamente y logró escuchar como tomaba el aire mientras sus pasos se aceleraban como si fueran una embestida. El grito que acarreaba mientras se aproximaba la estaba poniendo de los nervios, iban a descubrirla por este conflicto y no era nada bueno. Tomó su bastón y cuando sintió que estaba a punto de cruzar hacia la dirección donde la ladrona se encontraba, golpeó fuertemente el bastón metálico en la cara del adversario.-Insolente... Todo se paró de golpe cuando vio que era el rostro de Schot al que había golpeado por accidente, así que rápidamente guardó el palo a pesar de que él no había bajado la pala y trato de arrimarse para disculparse.
-Oh, Schot...yo...Puso sus manos en la boca muerta de vergüenza por la situación.-No sabia que eras tú,lo siento.Puso su mano en el hombro de él-¿Te duele mucho?.

Las voces de ambos atrajeron a hombres de banda que furrulaban al parecer por el sitio en completo silencio. Runa Escuchó sus pisadas y con un Schot así no tendrían mucho que hacer. Lo agarró del brazo y tiró de él por otro camino haciéndole el gesto del silencio y ocultarse entre las sombras.Permanecieron allí un rato, sin escucharse un alma, tan solo se arrimó una delas visitantes que se atrevió a meter un sus al herrero y provocar que Runa le tapara la boca por el bien de ambos.-Aguanta, ahora se va.Le susurraba mientras asustaba al bicho moviendo la pierna bruscamente.

Se había quedado un momento de intimidad entre ambos, aunque no era lo más favorito para ella concretamente. Parecía que no iban a estar hablando ,les costaba arrancar con ello,hasta que la muchacha decidió romper con ello.-¿Qué haces aquí?Le preguntó sin ser tan directa como otras veces.-Estás arriesgando tu vida...La chica paró de hablar nuevamente por unos minutos hasta de nuevo continuar.-Si te matan ¿qué hago?, no quiero que te suceda nada... Ella no quería cargar con la culpa ni con el dolor de una situación así. Hacia años que había visto morir a sus amigos, tuvo que enfrentar la muerte de su padre frente sus ojos, otra muerte más no lo soportaría aunque el chico no fuera una relación directa con ella.


Quizás antes en la taberna se había expresado poco, quizás ella no sabia nada de lo que realmente sucedía, pero sabia que estas situaciones se arreglaban hablando, así que antes de continuar con la misión esperó su respuesta.

Abrí los ojos lentamente con un enorme dolor en la cara, algo me había golpeado muy fuertemente en todo el rostro, solté la pala y me agarré a una pared para no caerme.
-Agg…uggg.oooggg- mascullé, me habían dado bien, sin embargo la voz que oí me era familiar.

-Aghhh…Runa..yo…no…no te preocupes jaja..es igual, no tenías ni idea…culpa mía jaja- reí frotándome aun mi dolorida cara, con la oscuridad no sabía si me había hecho algo.
-Estoy bien, estoy bien jaja..uf..eres rápida con eso eh jaja- sonreí para quitarle peso al asunto.

Antes de que pudiera decir nada más Runa me arrastró a un pasaje oscuro y me indicó que permaneciera en silencio, yo no oía nada, así estuvimos los dos un largo rato, una rata enorme como una hogaza de pan se me subió a la bota, iba a gritar del susto, pero Runa fue aún más rápida tapándome la boca.
-Mfff..mmff.ffff.mmmm- masculle tratando de espantarla con cuidado, odiaba las ratas.

Tras un largo rato Runa volvió a hablar señalando que ya había pasado el peligro.
-¿Qué qué hago aquí?, ah pues cubrirte las espaldas jaja- sonreí –No creerías que te iba a dejar ir sola en una misión tan arriesgada sin apoyo alguno eh-
La buena de Runa parecía verdaderamente preocupada por mí, eso era algo que no solía ver en estos días, era verdaderamente considerada.
-Jaja, no, no te preocupes, estaré bien, seguro que si no estuviera aquí estaría arriesgando mi vida en otra absurda empresa, así al menos protejo la tuya- sonreí.

Ya apenas notaba el agua, estaba tan empapado de porquería que deseaba salir de nuevo arriba a que la clara y fría lluvia me limpiase, quien me lo iba a decir.
Admiraba la preocupación de Runa, sus palabras sonaban sinceras solo esperaba no ser una carga para ella, cosa que por otra parte parecía bastante probable.
-Tranquila soy bastante más duro de matar de lo que parece, no me pasará nada, y será un honor arriesgar mi vida por tu causa, además, en este mismo dilema estaba yo cuando te fuiste, no iba a dejarte sola ante el peligro, de ninguna manera- dije sonriéndola a los ojos para tranquilizarla.

-Así que no te lamentes, es tarde para volver y además no creo que pudiera subir por el agujero por donde bajé, así que vamos, juntos somos más fuertes, o al menos conmigo un pelín más jaja- reí decidido recuperado mi pala y deseoso de ayudar a Runa en su cruzada e impedir que la sucediese nada malo, aunque visto lo visto no se quien ayudaría a quien.

Parecía que había logrado amistad con un herrero que casualmente era tan cabezota como ella.Notaba como con cada palabra que salía de su boca trataba de calmarla y convencerla,al fin de cuentas, todo hombre es orgulloso por naturaleza.

Suspiro un poco indignada, no porque el chaval quisiera acompañarla,sino porque tarde o temprano acabarían en una tonta disputa por lo más absurdo.Le sonrió como si no le quedara más remedio, y en parte, el pelirrojo llevaba razón, no había vuelta atrás con el asunto.-Perdona si alguna vez te trato mal.Tuvo la necesidad de decirlo mientras le hacia una señal para continuar.

Lo peor del asunto, es que con las prisas perdió la pista de aquellos tipos, todos los pasadizos parecían iguales por desgracia y no encontraban pistas sobre ello.Se lanzaron a la aventura como unos descabellados. Quizás el herrero no era tan distinto a ella como pensaba en aquel viaje, era bueno descubrir facetas grandiosas de una persona y estaba segura que él tenía mucho que sacar a la luz.-Schot...¿Esa no es la rata que hemos visto antes?. Estaban perdidos, no había duda.

La humedad, la suciedad, el fuerte olor, haber tenido que golpearlo por accidente, menudo día iba a ser, sino andaban con cuidado podrían meterse en grandes problemas.Ella pataleaba agitada por no lograr dar con el paradero,si alguien se presentaba por sorpresa esta vez no iba a ser tan floja como la anterior vez, quería saber que ocurría y ya.

-¡Estas loco!Derrepente salió de su boca. Sabía que lo tomaría con humor , era otro loco sin remedio, solo que portaba una pala y daba algún que otro tropezón.Un héroe moderno, de los que lograba salvar y de casualidad, una persona tan humilde para sacrificarse por cualquier persona y tontería. Que extraño y divertido le parecía.

Lograron dar con un valla metalizada totalmente candada.Runa no portaba ningún tipo de herramienta que abriera puertas pero con suerte el pelirrojo simpático lo lograría.-¿Crees que podrás abrirla?. Lo dejaba a su elección , Si abrían la puerta se encontrarían con alguna sorpresa, sino permanecerían un rato más dando vueltas.

Estaba contento de estar junto a Runa en esto, pocas personas se me antojaban mejores para acompañar en esta aventura, su fuerza, destreza y agilidad habían quedado más que probadas en el pasado.
Seguimos avanzando precariamente por los túneles, no sé si era impresión mía pero me parecía que el nivel de agua subía por la lluvia, lo que solo podía empeorar la situación.

-¿Tu? ¿Tratarme mal? Jajaja, debes estar de broma, no hay nada que disculpar, tu siempre me has tratado bien jaja, ay si supieras lo que es tratar mal jaja– reí.
Seguía a Runa por las alcantarillas, espero que supiese por donde iba, yo no.
-Emmm, ¿esa rata?, pues no sabría decirte, se me parece mucho a las otras 200 que hemos pasado- reí –A la próxima le preguntamos para que nos indique-

Reí ante el comentario de Runa. –Jajaja, ¿loco yo?, es posible, aunque tal vez el reino entero este loco ¿Quién sabe?, aunque ¿que es peor?, ¿el loco? ¿O el loco que sigue al loco?- sonreí.

Finalmente llegamos a un túnel diferente de los demás, solo que este tenía una gruesa reja  bloqueándonos el paso.
-¿Qué si puedo abrirla? ¡Por supuesto!- estaba bastante cómodo esquivando estas heces flotantes pero qué diablos, avancemos- sonreí poniéndome con la verja.

Tenía un grueso candado oxidado, de múltiple pestaña, no iba a ser fácil.
-Mira, podría ponerme a abrir este candado, tengo ganzuas, pero me llevaría un buen rato y estoy bastante mojado, así que mira, mejor tomo el camino fácil si no te importa- sonreí, enganché la pala en el borde de la puerta a modo de palanca y con el martillo la di un fuerte golpe, el oxidado candado no aguantó y se partió cayendo al sucio aguate.

-Ale jeje, ya está, hay que hacer un mantenimiento de vez en cuando o las cosas oxidadas podrían romperse jeje- sonreí abriendo la reja para Runa –Las damas primero- sonreí tendiéndole la mano para pasar.

Pasó por delante hacia un camino sin ofurcaciones , todo recto hacia un destino totalmente desconocido.-Gracias caballero de la fiel pala. Salió una pequeña risa de ella haciéndole gracia la pequeña broma.-Cada vez quedan menos caballeros así... Se quedó en silencio pensando en lo que había dicho.-Bueno, mis compañias no es que sean tampoco considerables , jaj. Las botas estaban tan húmedas que le empezaba aterrar pillar cualquier enfermedad en el sitio.

-Creo que el loco que guía al loco. Respondió ante su divertido comentario de hace un momento. Cuanto más caminaban más salía su lado divertido, estaban hechos una broma así que era la mejor de las soluciones.Voces a lo lejos, se comenzaban a escucharse, no eran las mismas que antes Runa había seguido hasta el lúgubre sitio, eran voces más rudas y serias, hablando de una tercera persona.-Ella estará feliz si la entregamos... Se podía distinguir a lo lejos.-Están cerca, cerrar las rejas. ¿Ella?, ¿Rejas?. De pronto las rejas por donde habían venido se escuchaban como chirriaban al cerrarse.-Oh oh... Dijo mirando al herrero.

Lo agarró de la muñeca y fue rápidamente hacia atrás, se trataba de una trampa.Se escuchaban a lo lejos como más hombres corrían hacia ellos, debían huir por esta vez si querían salir vivos,pero sus esperanzas se quedaron por el suelo cuando la reja efectivamente estaba cerrada y Schot tardaría bastante en volver a abrirla desde dentro.-Schot, si puedes huye en cuanto abras la reja...Le soltó frente a ella.-Son demasiados como para sobrevivir ambos, y yo te he metido en esta.Soltó su bastón y se preparo un poco atemorizada.

Diez hombres como arboles aparecieron frente a ellos, mostrando su poderío con una risa seca y odiosa.Portaban todo tipo de armas, eran más que en el callejón y de mejor tamaño y compresión. Si la joven hubiera escuchado lo que le aconsejaron no se habría encontrado en tal peliaguda situación. Runa era un imán a los problemas...-Yo había traído cosas. Empezó a decirse a si misma agitada.

Un hombre un poco gordo dio un paso erguido y miro al herrero como si deseara estrujarle los huesos con todas sus ganas.-Yo que tú paraba de intentarlo.Le dijo al verle examinando la reja.- O tendré que partirte las piernas.

-¡CALLATE OJO CANICA ! Le respondió agresiva tratando de que le quitará la atención a él.

Seguí avanzando y bromeando con Runa, así al menos evadíamos nuestra mente de las apestosas alcantarillas, lastima no poder hacer lo mismo con nuestros pies.

Conforme avanzábamos comenzamos a escuchar unas voces frente a nosotros, me puse en guardia, el camino era muy estrecho, en caso de lucha no iba a haber mucho espacio para maniobrar.
-¿Entiendes algo?- susurré a Runa incapaz de distinguir frases con sentido de las voces.

En ese momento un horrible sonido que si entendía sonó detrás nuestro.
-Oh.oh- maldije, nos dimos rápidos la vuelta, una gruesa reja había bajado del techo, y no tenía apenas fuerza para levantarla.
Al otro extremo del túnel, voces y chapoteos en el agua hacían prever que un grueso contingente de hombres venía hacia nosotros.

-De eso nada- dije seguro a Runa ante su comentario –Saldremos ambos de esta, ya verás- dije transmitiendo seguiridad tratando fútilmente de hacer palanca en la base de la reja para levantarla, apenas avanzaba un poco.

Me giré un momento para mirar al enemigo, al menos una docena de hombres armados, con cara de buscar problemas se apelotonaban en el extremo y se acercaban decididos, no había escapatoria.
-Mierda Runa, aguántalos, yo trataré de mover esto, dame unos minutos- dije al borde de mis fuerzas levantando un palmo la pesada reja con ambas manos.

Creo que un tipo me ordenó que dejase la reja, de eso nada, si alguien podía abrirla ese era yo.
-Runa, aguántales un momento, casi la tengo, cúbrenos- la dije decidido forzando una bisagra para poder levantarla otro palmo, aún era insuficiente para pasar, ni a rastras
–Es un túnel estrecho, pierden la ventaja numérica, tendrán que enfrentarse a ti uno por uno, vamos- traté de animarla levantando un par de dedos más la puerta ¿sería este nuestro final? ¿En esta asquerosa cloaca? Sí que era cruel el destino.

Los  soportaba como podía, gracias a las manos habilidosas del herrero ,logró abrir una apertura lo suficientemente grande como para que se escurrieran y escaparan sin problemas. Había un tirador entre ellos, cogió su ballesta y apuntó cuando atravesaban con la buena suerte que fue a chocar a uno de los barrotes.-¡Mierda! Exclamó mientras la ladrona y Schot retrocedían unos pasos buscando la manera más efectiva de quitárselos de encima.

La chica recordó que llevaba provisiones,llevaba una cuerda encima con la que podrían hacer un trampa pero necesitaban un señuelo, ella misma sería el señuelo.Sacó la cuerda de la mochila y se la entrego a Schot.-Vienen rápido, utilízala para que tropiece. Refiriéndose al primer de los hombres que sacaba ventaja al resto.-Cuando esté en el suelo sácale los sesos a palazos. Le entregó también la botella de agua  y las vendas por si pasaba algún caso extremo.El primer hombre, que era exactamente el hombre que lo amenazó fue interrumpido por la ladrona que freno su hacha con su bastón.
Entre golpes y golpes,rozaduras y empujones.


La ladrona logró darle la vuelta y empujarlo contra la cuerda y caer. De lo que continuaba le tocaba al herrero guerrero.

-Bien, vamos... De nuevo comenzaron a huir entre los pasadizos de esa cloaca, parecía que los estaban echando atrás.Las voces se disipaban y la humedad delata el vaho de sus bocas, reinaba el silencio de nuevo y habían perdido el rumbo hacia el exterior.-Schot... Antes de que pudiera finalizar la frase la muchacha, dos de ellos aparecieron de frente y la golpearon hasta dejarla en el suelo,otros  tres aparecieron por la izquierda, y cuatro por la derecha.

Antes de que ella lograra alcanzar su bastón, un tipo de cicatriz  golpeó su mano con la planta del pie fuertemente.-¡Pudrete!Le contestó la chica intentando buscar salidas.

Miraba de reojo para comprobar que estaban haciendo con el pelirrojo, rayos y retruecanos, estaban en un lió de los gordos...Intento levantarse para ayudarle pero uno de los que dio la espalda la golpeó en la nuca.La ladrona tuvo las ultimas imágenes de un herrero en apuros.-S...c...h..o.t.....t... Sus ojos se apagaron al igual que su voz.

-Darle una paliza , no nos interesa llevarlo. Comentó uno de ellos.-La bruja se va poner contenta por su paquete... Uno de ellos cargó con la ladrona mientras dejaba los hombres atrás.Era un completo misterio a donde se la llevaban, ni quienes eran.


Off: tengo una daga en la mochila, si la necesitas tienes mi permiso para que puedas salvarte el pescuezo.

Logre abrir lo suficiente la compuerta para que ambos pasásemos a duras penas por debajo, atrapando a los enemigos al otro lado, un sonido de ballesta me indicó que aún no estábamos a salvo, seguramente conociesen estos túneles y sabrían por dónde dar un rodeo y alcanzarnos.

En un abrir y cerrar de ojos estábamos en las mismas con más hombres persiguiéndonos por los laberinticos túneles, Runa me tendió una cuerda para hacer una trampa y una bolsa parecía que con provisiones.
-E..eh sí..vale- dije apresurándome atando la cuerda en dos aldabas, quedaba por debajo del nivel del agua, así que no la vería.
Un tipo se asomó por un túnel lateral y trató de atravesarme con una daga, por suerte fui rápido y le golpeé con el escudo haciéndole caer a las sucias aguas de espaldas para ya no levantarse.

Cuando me di la vuelta Runa estaba forcejeando con otro individuo que había caído en la trampa, rápido desenfundé la pala y le golpeé en toda la cara, soltó un alarido antes de hundirse en el fango.
-¡Mierda hay que salir de aquí!- Apuré a Runa, nos estaban alcanzando.

Tras más carreras y encontronazos las voces se iban apagando, tal vez saliésemos vivos de esta y todo, sin embargo no tenía ni la más remota idea de donde estaba la salida, quizás estuviésemos dando vueltas en círculos.
De repente una decena de tipos nos emboscaron y arrojaron a Runa al suelo, dos tipos me agarraron atrapándome contra la pared.
-¡No mierda, soltadnos bastardos!- maldije.

Traté de soltarme pero era imposible, otro tipo me estaba curtiendo el estómago a puñetazos y no podía zafarme.
-¡Noo, aggg, dejadla en paz, cobardes!- traté de articular entre golpes mientras Runa se retorcía en el suelo con cada patada que la propinaban.
-¡Mierda, dejadla, agggg- mascullé mientras veía como se llevaban a Runa inconsciente, los tipos se fueron dejando a un par para acabar el trabajo conmigo -No Runa nooooo- grité.

-Tranquilo, a ella la queremos, a ti no- sonrió un tipo volviendo a golpearme esta vez en la cara, estaba sangrando de algún lugar de la cabeza y se me estaba empezando a nublar todo.
En un último esfuerzo logré  golpear la entrepierna del que me mantenía agarrado, que me soltó por un instante.

-Aggg, bastardo, ahora será lenta tu muerte- gritó, yo caí de rodillas al suelo y traté de buscar a tintas algún arma ofensiva, palpé entre muchas cosas asquerosas y blandas la mochila que Runa me había dado, agarré lo primero que pillé y se lo lancé a la cara al tipo que trataba de agarrarme de nuevo, eran unas vendas que se apartó sin ninguna dificultad, el otro me soltó una patada en el costado que me hizo caer de nuevo al suelo, volví a buscar en la mochila y encontré algo duro para lanzarle, resultó ser una botella de agua de cristal, que se partía en su cara haciéndole numerosos cortes y comenzó a chillar.
-Agggg, mis ojos, bastardo, no veo, aggggg, maldito- gritaba agarrándose la cara, el otro furioso se recompuso y me levantó del cuello.

-Vas a morir, a ver que te queda – dijo rebuscando en la mochila con la otra mano.
-Ohhh, verás- dijo sacando una daga y tratando de clavármela en el cuello, yo le detuve agarrándole el brazo, pero aun así él tenía más fuerza.

Forcejeamos, yo me estaba quedando sin aire y sin fuerzas por su estrangulamiento y la daga se acercaba cada vez más a su cuello, todo parecía perdido, cuando un gorgoteo salió de un tubo vertical sobre nosotros, alzamos la cabeza y un gran número de detritus y demás guarrerias calló del tubo sobre la cara de mi asesino.

-Buaggghhh- gritó soltándome para quitarse la mierda de los ojos, no desaproveché la oportunidad, caí al suelo, recuperé el aliento y le arrebaté la daga de Runa que había intentado clavarme y la hundí bajo su mentón.
Respiré fuertemente tratando de recuperarme mientras el tipo caía inerte al fango, sin embargo el tipo ciego intuyó el desenlace y comenzó a gritar.
-¡Ayuda, está aquí, ha matado a Gunard, venid, ayuda!-

Iba a ir tras ellos por el pasillo donde se habían llevado a Runa, pero un gran número de voces y sombras de antorcha aparecieron por el fondo, solté una maldición y tras recuperar mi equipo no tuve más remedio que huir en la otra dirección, dejando los gritos atrás.

No recuerdo cuanto corrí, corrí hasta que me quedé sin fuerzas, finalmente llegué a una alcantarilla abierta y pude trepar por la escalera con mucha dificultad para caer rendido al suelo del exterior.

Estaba boca arriba, exhausto y herido, la lluvia me empapaba, pero eso era algo bueno tal y como estaba de sucio, pero yo solo podía pensar en que había fracasado, se habían llevado a Runa, y no había podido hacer nada, apreté los dientes y grité solo y empapado bajo la lluvia en la noche, había perdido a Runa.